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P. Leopoldo Falcón, sdb Ciclo B LA PALABRA DE DIOS EN EL TIEMPO DE CUARESMA en clave de Lectio

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P. Leopoldo Falcón, sdb

Ciclo B

LA PALABRA DE DIOS EN EL

TIEMPO DECUARESMA

en clave de Lectio

La Cuaresma ......................................................................................5Miércoles 14 de febrero.................................................................. 17Jueves 15 de febrero ........................................................................ 20Viernes 16 de febrero ..................................................................... 22Sábado 17 de febrero ...................................................................... 23Domingo 18 de febrero .................................................................. 25Lunes 19 de febrero ........................................................................ 28Martes 20 de febrero ...................................................................... 29Miércoles 21 de febrero.................................................................. 30Jueves 22 de febrero ........................................................................ 32Viernes 23 de febrero ..................................................................... 34Sábado 24 de febrero ...................................................................... 36Domingo 25 de febrero .................................................................. 38Lunes 26 de febrero ........................................................................ 41Martes 27 de febrero ...................................................................... 42Miércoles 28 de febrero.................................................................. 43Jueves 1 de marzo ........................................................................... 44Viernes 2 de marzo ......................................................................... 46Sábado 3 de marzo ......................................................................... 47Domingo 4 de marzo ..................................................................... 49Domingo 11 de marzo ................................................................... 51Domingo 18 de marzo ................................................................... 53

Índice

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LA CUARESMAEs un tiempo litúrgico que comprende un período

de cuarenta días, desde el miércoles de ceniza hasta la víspera del Triduo Pascual de Resurrección. Su sinó-nimo es Cuadragésima. En este tiempo nos preparamos espiritualmente a la Fiesta de Pascua. Podemos también comprenderlo como un tiempo de purificación e ilumi-nación, en el que se preceptúan ciertos días de ayuno y penitencia, en memoria de los cuarenta que ayunó Je-sús en el desierto. Este tiempo es celebrado en la Iglesia Católica, Ortodoxa, Anglicana y otras

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Las prácticas cristianas tradicionales de este tiem-po son el ayuno y la abstinencia que se remontan al siglo IV. El ayuno es reducir la comida a una ración diaria y la abstinencia supone no comer carne. Desde 1966 estos solo son obligatorios el miércoles de ceni-za y el viernes santo.

En la actualidad la Cuaresma está conformada por 6 semanas previas al domingo de Pascua. Se celebran, por tanto, 5 domingos de Cuaresma y el Domingo de Ramos.

El Miércoles de Ceniza

Mateo en su evangelio (Mt 6,1-6.16-18) nos pro-pone el modo de vivir la fe durante estos días: una oración profunda con cara a Dios; una solidaridad es-condida y generosa que no busca publicidad; la dispo-sición para vivir la austeridad y el sacrificio en forma discreta. De esta manera preparamos un corazón para Dios y afrontamos este camino de conversión guiados por el propio Jesús.

1. Los cinco domingos de Cuaresma marcan el paso de nuestro camino de conversión

La primera etapa, Primer Domingo de Cuaresma (Mt 4,1-11), somos conducidos por el Espíritu al de-sierto. Al lugar donde Jesús tiene que decidir qué tipo de Mesías espera el Padre de Él. El Maestro se fortale-cerá con la Palabra de Dios para proclamar las certezas que sostendrán su misión. Y también enfrentará las tentaciones del Diablo.

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La segunda etapa del camino (Mt 17,1-9), Segun-do Domingo de Cuaresma, manifiesta dos aspectos: la manifestación de Jesús en su esplendor y la constata-ción de que su misión no es comprendida y aceptada, ni siquiera por el grupo selecto de sus discípulos (Mt 16,22-25). En el momento en que se proclama que Él es el Mesías que da sentido a la ley (Moisés) y los pro-fetas (Elías), un velo oscuro parece caer sobre el en-tendimiento de sus más próximos discípulos. La trans-figuración se convierte en un auténtico desierto. El lugar para comprender que los caminos elegidos por el Padre para Jesús no son los que ellos habrían esperado. Del otro lado estamos nosotros, con la invitación a «no tener miedo». No tener miedo de los caminos escondi-dos del Evangelio. La cuaresma es acercarnos a Dios.

El tercer domingo de Cuaresma nos propone el vivir el proceso interior de la Samaritana (Jn 4,5-42). Nuestra vida se puede identificar en el vivir como ella en la superficie de la vida. Alejados de las cuestiones fundamentales que nos afectan por dentro. Incons-cientes de nuestra sed más honda. Nosotros tendre-mos que sorprendernos de que Jesús se haga mendigo de nuestra agua para revelarnos que somos nosotros quienes necesitamos de la suya.

El ciego de nacimiento es el personaje principal en el cuarto domingo de Cuaresma, porque también con-tinuamos ciegos, (Jn 9,1-41). El ciego hace el proceso de aprender que la salvación supera la curación. De quien sigue ciego aunque sus ojos vean, si no es capaz de descubrir el misterio que tiene ante él. En medio del

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rechazo de la gente religiosa de su tiempo, va del  «yo no sé quién es, pero sé que me ha curado», al  «creo, Señor» que certifica que su camino interior ha llegado al lugar donde Jesús lo esperaba.

La invitación que hace el evangelio del quinto do-mingo de cuaresma (Jn 11,1-45) es visitar a la familia de su amigo Lázaro sumida en el dolor. En este domin-go vemos a Jesús llorar ante la muerte de su amigo; escuchamos el reproche de la hermana de Lázaro: este acontecimiento despierta la fe de la gente; nos sor-prendemos al descubrir que los representantes de la religión oficial traman, en el mismo momento en que Lázaro vuelve a la vida, un complot para darle muerte a Jesús. «Conviene que muera uno por el pueblo, pero que no perezca toda la nación», son las palabras que pronuncia Caifás.

Los discípulos descubren en la ida a Judea un ries-go para el propio Jesús, pues allí habían pretendido apedrearlo. María, mantiene su esperanza de salvación solo en la enfermedad, pero no en la muerte de su her-mano. «Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto» Y, ante la tumba de Lázaro, todos que-damos citados para contemplar la gloria.

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2. EL TIEMPO DE CUARESMA (14 febrero- 31 marzo 2018)

Domingo 181° Domingo de Cuaresma

Jesús en el desierto

Domingo 252° Domingo de

CuaresmaLa

Transfiguración

Domingo 43° Domingo de Cuaresma

Jesús y la Samaritana

Lunes 19 Lunes 26 Lunes 5

Martes 20 Martes 27 Martes 6

Miércoles 14Miércoles de

Ceniza

Miércoles 21 Miércoles 28 Miércoles 7

Jueves 15 Jueves 22 Jueves 1 Miércoles 8

Viernes 16 Viernes 23 Viernes 2 Miércoles 9

Sábado 17 Sábado 24 Sábado 3 Miércoles 10

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Domingo 114° Domingo de

CuaresmaEl ciego de Nacimiento

Domingo 185° Domingo de

CuaresmaLa Resurrección

de Lázaro

Domingo 25 Domingo de

RamosLa entrada a

Jerusalén

Lunes 12 Lunes 19 Lunes 26

Lunes 13 Martes 20 Martes 27

Lunes 14 Miércoles 21 Miércoles 28

Jueves 15 Jueves 22 Jueves 29Santo

Viernes 16 Viernes 23 Viernes 30Santo

Sábado 17 Sábado 24 Sabado 31Santo

Vigilia Pascual

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3. SÍNTESIS HISTÓRICA

La Cuaresma comenzó con un ayuno comunitario de dos días de duración: Viernes y Sábado Santos (días de ayuno), que con el Domingo formaron el “triduo”. Era un ayuno más sacramental que ascético; es decir, tenía un sentido pascual (participación en la muerte y resurrección de Cristo) y escatológico (espera de la vuelta de Cristo Esposo, arrebatado momentáneamen-te por la muerte).

Poco después la Didascalía habla de una prepara-ción que dura una semana en la que se ayuna, si bien el ayuno tiene ya también un sentido ascético; es decir, de ayuno, abstinencia, sacrificio, mortificación.

A mediados del siglo III, el ayuno se extendió a las tres semanas precedentes, tiempo que coincidió con la preparación de los catecúmenos (personas adultas) para el bautismo en la noche pascual. Era un ayuno de reparación de tres semanas. Se ayunaba todos los días, excepto el sábado y el domingo.

A finales del siglo IV se extendió el triduo primiti-vo al jueves, día de reconciliación de penitentes (al que más tarde se añadió la Cena Eucarística), y se contaron cuarenta días de ayuno, que comenzaban el domingo primero de la Cuaresma. Como la reconciliación de penitentes se hacía el Jueves Santo, se determinó, al ob-jeto de que fueran cuarenta días de ayuno, comenzar la Cuaresma el Miércoles de Ceniza, ya que los domingos no se consideraban días de ayuno. En Roma, la prepa-ración pascual se alargó a seis semanas con ayuno dia-

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rio, excepto sábados y domingos, de las que quedaban excluidos el viernes y sábado últimos, pertenecientes al Triduo Sacro.

Pero, a finales del siglo V, los ayunos tradicionales del miércoles y viernes anteriores a ese domingo pri-mero de cuaresma cobraron tal relieve que se convir-tieron en una preparación al ayuno pascual.

Durante los siglos VI-VII varió el cómputo del ayuno. De este modo, se pasó de una Cuadragésima (cuarenta días: del primer domingo de cuaresma hasta el Jueves Santo, incluido), a una Quinquagésima (cin-cuenta días, contados desde el domingo anterior al primero de Cuaresma hasta el de Pascua), a una Sexa-gésima (sesenta días, que retroceden un domingo más y terminan el miércoles de la octava de Pascua) y a una Septuagésima (setenta días, ganando un domingo más y concluyendo el segundo domingo de Pascua). Este periodo tenía carácter ascético y debió introducirse por influjos orientales.

Esta evolución se extendió también a las celebra-ciones. En efecto, la Cuaresma más antigua en Roma solo tenía como días litúrgicos los miércoles y los vier-nes; en ellos, reunida la comunidad, se hacía la “sta-tio” (Estación) cada día en una iglesia diferente. En tiempos de san León (440-461), se añadieron los lu-nes. Posteriormente, los martes y los sábados. El jueves vendría a completar la semana, durante el pontificado de Gregorio II (715-731).

Al desaparecer la penitencia pública, se expandió

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por toda la cristiandad, desde finales del siglo XI, la costumbre de imponer la ceniza a todos los fieles como señal de penitencia.

La Cuaresma como preparación de la Pascua cris-tiana se desarrolló poco a poco, como resultado de un proceso en el que intervinieron tres componentes: la preparación de los catecúmenos para el bautismo de la Vigilia Pascual, la reconciliación de los penitentes pú-blicos para vivir con la comunidad el Triduo Pascual, y la preparación de toda la comunidad para la gran fiesta de la Pascua.

Como consecuencia de la desaparición del catecu-menado (o bautismo de adultos) y del itinerario peni-tencial (o de la reconciliación pública de los pecadores notorios), la Cuaresma se desvió de su espíritu sacra-mental y comunitario apareciendo innumerables de-vociones y las “misiones populares” o de predicaciones extraordinarias para el cumplimiento pascual, en las que dentro de una atmósfera de renuncia y sacrificio se ponía el énfasis en el ayuno y la abstinencia.

Con la reforma litúrgica, después del Concilio Va-ticano II (1960-1965), se ha hecho resaltar el sentido bautismal y de conversión de este tiempo litúrgico, pero sin perder la orientación del ayuno, la abstinencia y las obras de misericordia. La Cuaresma tradicional tuvo un triple componente: la preparación pascual de la comunidad cristiana, el catecumenado y la pe-nitencia canónica, que quedó expresado en la “Sacro-sanctum Concilium” (nn. 109-110).

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El camino Cuaresmal

1. Buscar un lugar de silencio, una iglesia o un par-que con alguna gruta.

En un mundo que nos roba la serenidad son necesa-rios espacios de tranquilidad y oasis de paz para valorar, reflexionar y hacer una autocrítica sobre la vida que lle-vamos. “El silencio es el único rumor que hace Dios cuan-do pasa por el mundo” (Víctor Manuel Arbeloa).

2. Escuchar la Palabra del Señor

Estamos totalmente asediados por multitud de cu-ñas publicitarias y verdades a medias que son grandes mentiras. La palabra del Señor nos orienta para tomar la dirección adecuada sin alejarnos.

3. Salir al encuentro de los demás

El tren de las prisas, con sus correspondientes va-gones de estrés, nos hace individualistas y pasamos de largo de ciertas situaciones de dolor que nos rodean. La Cuaresma nos invita a abrir los ojos, el corazón (y

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los bolsillos si hace falta) para que no olvidemos que la Fe exige compromiso.

4. Amar y trabajar por la Iglesia

Hoy, tal vez, no está de moda el decir “yo soy Iglesia y la quiero”. Lo cierto es que, en los períodos de dificul-tades, es donde de verdad salen a relucir y se manifies-tan los valientes y grandes en la fe. ¡La Iglesia de hoy no necesita cristianos a tiempo parcial, sino cristianos de una pieza! Juan Pablo II.

5. Retomar, o incluso iniciar, el gusto por la oración

El Papa Juan Pablo II, nos invitó a recorrer el ca-mino hacia la Semana Santa intensificando nuestra relación con Dios. El silencio, entre otras cosas, es el ruido que Dios hace cuando pasa cerca de nosotros. “Ora cuando te sientas solo, la oración te traerá la com-pañía de Dios”

6. Guardar la vigilia y el ayuno

Cuando uno/a “tiene un/a amante” es capaz de hacer cualquier cosa por él/ella. Cada viernes de Cuaresma, siendo sobrios y distintos en nuestra alimentación, re-cordamos que Jesús sigue siendo importante en nuestras casas y... , por ello mismo, realizamos este gesto. Libremos al cuerpo de sus toxinas, alimentémoslo correctamente y estará hecho el milagro de la salud (Dr. Arbuthnot Lan).

7. Eucaristía diaria

Zarandeados por una constante y pertinaz seculariza-ción, los cristianos, necesitamos tomar fuerza y vitalidad de

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esa gran fuente de energía que emerge en el altar. Estamos en el Año Eucarístico; ¿por qué no hacer extraordinario cada atardecer o cada amanecer con nuestra participación en la Eucaristía? La Eucaristía, el auténtico pesebre donde adorar a Jesús. (Padre Raniero Cantalamessa OFM)

8. Promover dentro de nuestras familias el apetito por Dios

No hace falta ir lejos, ni mucho menos a otros conti-nentes, para dar razón de nuestra fe. ¿Cuánto hace que no hemos recordado a nuestros familiares más directos su pertenencia a una Iglesia que les dio a Jesús y que, como madre, les necesita? La familia es el seno espiri-tual donde se fomentan las creencias y las costumbres.

9. Dar gracias a Dios por los valores que el Evange-lio nos propone

En medio del relativismo moral que nos sacude, lejos de desertar, hemos de ser agradecidos para con Dios porque nos hace diferentes a muchas personas que creen que en el “todo vale” reside la felicidad. Leer y hacer lo que dice el Evangelio, ayuda a aspirar a una libertad más grande. (J. Valmajor)

10. Hablar bien y con delicadeza

No podemos olvidar que se consigue más “con miel que con hiel”. La cuaresma es un buen momento para corregir las blasfemias en nuestro lenguaje y las ofen-sas o el juicio duro hacia los que nos rodean.

Autor del texto: Padre J. Leoz

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El tiempo litúrgico y penitencial de la Cuaresma se inicia con la bendición e imposición de las cenizas. La celebración viene precedida de una liturgia de la Palabra, oración colecta, lecturas y sus cantos, le sigue la homilía y la bendición de imposición de las cenizas y la oración universal. Luego continúa la celebración eucarística.

1. La Palabra de Dios

1ª Lectura: La profecía de Joel 2,12-18Salmo: (50): Misericordia Señor, hemos pecado.2ª Lectura: 2ª Carta de San Pablo a los Corintios: 5,20-6,12Evangelio: Mateo 6, 1-6. 16-18

MIÉRCOLES DE CENIZA.1° Día de Cuaresma

Miércoles14 de Febrero

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2. Reflexión de la Palabra

Joel es un profeta originario de Judá y cercano a los profetas del templo de Jerusalén. El libro de este Profeta es breve y está compuesto de dos partes. En los primeros capítulos hace una invitación a la penitencia, y en los dos posteriores habla sobre “el anuncio del segundo día del Señor” La llamada a la conversión es urgente porque ya llega el “Día del Señor” y el pueblo debe prepararse a esa venida. Israel está asolado por la sequía, el pueblo siente esta situación como un castigo de Dios. Nosotros al empezar esta Cuaresma, quizás nos hemos sentido secos espiritualmente. Es tiempo de aprovechar esta oportunidad de conversión que nos ofrece Dios.

La carta de Pablo es muy gratificante para nosotros, que hemos recibido y vivido el mensaje de Jesús, nos nombra “embajadores de Cristo”. Es decir sus repre-sentantes de la fe católica, con nuestro testimonio de cristianos en este siglo XXI. Este servicio apostólico es un misterioso conjunto de luces y sombras, sufrimien-tos y alegrías, buenos resultados y también fracasos, temores y esperanzas. Esta dualidad de situaciones nos hace justamente testigos y embajadores. Pues los otros aprecian nuestro testimonio de vida. Lo importante es la victoria final sobre todas las adversidades. Cada cristiano puede buscar el día favorable de su salvación.

En el tiempo de Jesús, los fariseos seguían fielmente sus obligaciones religiosas de la limosna, la oración y el ayuno. La intención de Mateo es presentarnos una relación renovada y más viva del creyente que busca

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la autenticidad de la práctica religiosa y, no tanto el mero cumplimiento o la vistosidad de las ceremonias. El evangelio de Mateo inicia así una catequesis sobre la oración al estilo de Jesús. Propone una nueva forma de orar con la vida, con los sentimientos, con la esperan-za; en contraste con la oración de los fariseos.

Del mismo modo, nos invita a cambiar el estilo de las otras prácticas religiosa: la limosna y el ayuno. La fe cristiana, la de ser seguidores de Jesús, es una escue-la de vida. La autenticidad y compromiso de nuestros actos priman sobre las acciones superficiales, solo para ser vistos o admirados por nuestras obras. Son más valiosas las acciones que se hacen desde un corazón sincero y auténtico de cristianos. Y solo Dios las ve.

Etimológicamente, la limosna designa un senti-miento de compasión y el ímpetu que nos lleva a ali-viar a todo el que tiene una pena. San Gregorio Magno nos dice: «Quien distribuye sus bienes temporales no abandona más que las cosas exteriores a él, pero quien da su compasión al prójimo le da algo de sí mismo.»

El valor de las privaciones corporales depende de esa penitencia interior, de la cual son la expresión y que solo Dios conoce. La práctica del ayuno se encuentra en la mayoría de las religiones de la antigüedad. Se enlaza con la idea general de sacrificio, por la cual el hombre ates-tigua que reconoce la soberanía de Dios. Todo lo que posee viene de Él. Y debe darle gracias por ello.

El cristiano no ora solo para llamar a Dios en su so-corro, sino que, ante todo, ora porque tiene necesidad

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de expresar a Dios su alabanza, su admiración, su re-conocimiento, de actualizar su orgullo y su alegría, de estarle unido. Querrá así orar con la mayor frecuencia posible, en medio de sus ocupaciones. Nuestro trabajo puede ser un modo de glorificar a Dios, si se lo ofrece-mos de una manera explícita.

1. La Palabra de Dios

1ª Lectura: Deuteronomio 30, 15-20. La profecía de Joel 2,12-18.Salmo1: Dichoso el hombre que ha puesto su con-fianza confía en el Señor.Evangelio: Lucas 9,22-25.

2. Reflexión de la Palabra

Los autores que compilaron el Deuteronomio bus-caban la unidad de la fe de Israel frente a la diversi-dad de santuarios y tradiciones existentes y lograron atribuir estos escritos a Moisés, el líder que condujo al pueblo israelita. Es un libro muy rico de contenidos y ofrece una visión teológica para profundizar la fe. Los primeros versículos (1-15) son una invitación a la con-versión y en los siguientes (11-14) se exhorta a cumplir la Ley. Los versículos del 15 al 20 son una exhortación

después de Ceniza

Jueves15 de Febrero

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catequética usando la figura de los dos caminos para el creyente. Él debe elegir entre la vida y la muerte, la felicidad o la desgracia. El fiel creyente y su descenden-cia buscarán siempre estar cerca de Dios. El creyente del siglo XXI está invitado a elegir “el bien”, porque así seguirá el camino de Dios.

El evangelio de Lucas hace un anuncio y las con-diciones para seguirlo como discípulo. Jesús anuncia su Pasión en la cruz, como parte de este seguimiento y obediencia a su Padre. De igual modo, el cristiano deberá afrontar los momentos difíciles de este segui-miento a su causa: amor a todos, a pesar de las dificul-tades, incomprensiones, traiciones y enemistades por anunciar a Cristo. Lucas también intenta corregir una visión algo triunfalista del título Hijo de Dios.

Los primeros tiempos de las comunidades cristia-nas sufrieron persecuciones y martirios por la causa de Cristo. No debemos desanimarnos frente a estas prue-bas. Ellas son necesarias para demostrar la calidad de nuestra fe. Hoy existen otros tipos de persecuciones. Ellas no son cruentas, existen amenazas a nuestra ju-ventud, las drogas, las fiestas con libertinajes, las re-laciones sexuales prematuras, la ideología de género que induce a la incertidumbre de su propio sexo. Estas situaciones quiebran la poca fe de los jóvenes y adultos de hoy. La muerte del Hijo fue una muerte liberado-ra, porque hizo triunfar el amor de Jesús por nosotros. Su muerte significó un amor total que dio la vida por nosotros y nos libró de la muerte que causa violencia, injusticia, esclavitud y degradación de la persona.

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1. La Palabra de Dios

1ª Lecturas: Isaías 58, 1-9ªSalmo: (50): Mi sacrificio, Señor, es un corazón arre-pentido.Evangelio: Mateo 9, 14-15

2. Reflexión de la Palabra

La situación histórica que vive el pueblo de Israel es la de la llegada de los primeros repatriados. Ellos encuentran una Palestina empobrecida y en ruinas. El desánimo los invade. Existen pocas ganas de recons-truir su país. Solo tienen la libertad de religión, con-tinúa la dominación de Babilonia. Y los que se habían quedado en el país ya tienen otras costumbres. A los extranjeros no les gusta la presencia de los repatriados. Nos ubicamos en Isaías III, del capítulo 56 al 66. Ellos practicaban el ayuno; pero, era solo una práctica ritual. Ya no eran acompañadas de acciones solidarias en fa-vor de los necesitados y esclavizados; un ayuno mera-mente de apariencia que seguía encubriendo egoísmo e injusticias: no era el verdadero ayuno para el Señor.

En la serie de milagros que nos presenta Mateo se narran dos escenas en las que Jesús aparece como un portador del amor de Dios (9, 12-13), quien va pro-

después de Ceniza

Viernes16 de Febrero

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clamando el Reino de Dios. Por ello, pregunta ¿por qué hacemos ayuno? Él dice que no hay necesidad del ayuno ritual, sus discípulos están con el novio. Sigamos proclamando la nueva perspectiva del Reino. Hay que cambiar de actitud. Debemos favorecer las buenas obras que produce el anuncio del Reino. Jesús nos presenta el ayuno en clave de solidaridad, de amor a los otros.

después de Ceniza

Sábado17 de Febrero

1. La Palabra de Dios

1ª Lectura: Isaías 58, 9b-14Salmo: (85): Enséñame tu camino para que siga tu verdad.Evangelio: Lucas 5, 27-32

2. Reflexión

El libro del tercer Isaías continúa exponiendo la recta observancia del ayuno. Reafirma sus valores po-sitivos. Algunas acciones que se deben realizar son: no hacer opresión a otros, ni acusar o levantar calumnias; y, en cambio, ser solidario. Con estas acciones el cris-tiano dará luz en las tinieblas. Tu vida será la de un “reparador de brechas”, una vida justa.

El Evangelio de Lucas ubica en el capítulo 5 la lla-mada de sus discípulos. Primero se narran varios mi-

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lagros y luego se nos presenta la respuesta a la llamada que Él hizo a sus discípulos. Ellos dejarán todo para se-guir a Jesús, asumiendo una vida austera y de compro-miso por el Reino. La propuesta de Jesús era también una “propuesta de conversión de sus vidas”.

En esta escena Jesús elige a un recaudador de im-puestos, una persona que estaba bien posesionada en la sociedad y era considerado “pecador” (por su cerca-nía al mundo del dinero y de la injusticia), explotador y marginador. Sin embargo, Jesús le hace la propuesta de “convertirse en su discípulo” para anunciar el Reino de Dios. La propuesta de Jesús fue de salvación, ya que alejó a Mateo de ese mundo de riqueza y opresión; una propuesta de conversión, porque cambió el rumbo de su vida encontrando la verdadera riqueza junto a Je-sús. Como su apóstol llevó la salvación a tantos otros. Cuando uno se convierte, cambia de perspectiva su vida y su adhesión a Dios.

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1. La Palabra de Dios

1ª Lecturas: Génesis 9,8-15Salmo: (24): Tus sendas Señor son misericordia y lealtad.2ª Lectura: 1ªCarta de San Pedro: 3,18-32.Evangelio: Marcos 1, 12-15

2. Reflexión de la Palabra

La primera lectura es un relato “sacerdotal”. Los sacer-dotes, mucho tiempo después, recopilan los textos tradi-cionales de la fe de Israel. Redactan el diluvio que Dios

1° DOMINGO DE CUARESMA.Convertirse y creer en el Evangelio

Domingo18 de Febrero

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envió a la tierra. Ellos ponen especial atención a la so-lemne bendición con que culmina la primera creación. El mismo Dios volverá a destruir la tierra. El relato nos in-troduce a ver la nueva Alianza que Dios hace con Noé; él será el padre de la nueva humanidad. Hay un nuevo ele-mento que enlaza con la bendición de Abraham (Génesis 17) y culmina con la del Sinaí (Éxodo 19).

La Alianza era el compromiso de Dios con su pueblo y la respuesta del pueblo a Dios. Este pueblo es Israel, el pueblo de su propiedad. Poco a poco irá comprendiendo y aprendiendo su Ley. En este tiempo de conversión se hace necesario el recuerdo de nues-tra “tradición” de fe y de unión que hemos tenido con Dios. La Iglesia, a la que pertenecemos y formamos parte, ha tenido puntuales episodios en los que Dios ha ofrecido su salvación. Hoy, en este tiempo de Cua-resma, vuelve para seguir la Alianza con nosotros.

Pedro nos presenta a Cristo, no solo como Salvador, sino como modelo. Debemos seguir su conducta como Hijo del Padre y tener que sufrir. Nosotros seguiremos confiados en los misteriosos planes de Dios. Este texto fue unos de los primeros “credos” de las nacientes comu-nidades cristianas, porque invita a convertirse y luego a bautizarse. El que cree en Cristo debe manifestar una gran solidaridad con las personas, como lo hizo Cristo.

Los evangelistas recogieron todo lo dicho y oído sobre Jesús, las catequesis explicadas, las liturgias ce-lebradas por las primeras comunidades. Los cuatro evangelios organizaron de forma distinta su expo-

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sición de la Buena Nueva de Jesús. Marcos organizó su Evangelio en el espacio de un año y así presentó su recorrido: iniciando con el bautismo y las tentaciones; luego, sigue su actividad en Galilea donde tiene su éxi-to inicial y la gente lo descubre como el “Mesías”; en Jerusalén, va decayendo esta percepción; finalmente, llega la pasión y resurrección. Para Marcos la vida y misión de Jesús es una continua lucha contra el mal y sus múltiples formas.

El Espíritu de Dios toma posesión de Jesús y lo conduce al desierto donde se prepara para su misión. Él estuvo cuarenta días y fue tentado. En este tiempo largo se desarrolla un proceso continuado: paz, pere-grinación, reflexión, oración y discernimiento frente a la tentación. Para Jesús significa un “éxodo”, una salida; en su vida todo es éxodo total, muerte y resurrección, para convertirse Él mismo en “tierra prometida” para Él y sus creyentes. El desierto no es solo lugar geográ-fico, sino “teológico”. Es una invitación a acercarse a Dios. Convertir la vida es iniciar a pensar diferente y actuar con otras convicciones. Esto es posible a tra-vés de un acto de fe. Hay que cambiar la vida que se ha vuelto monótona, sin novedad, y empezar a actuar de modo diferente, viviendo una novedad de vida, en-contrar otro modo de “convivencia. Es un poner ojos nuevos para releer mi vida.

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1. La Palabra de Dios

1ª Lectura: Lv 19, 1-2. 11-18.Salmo: (18): Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.Evangelio: Mateo 25, 31-46

2. Reflexión de la Palabra

El libro del Levítico nos presenta un “decálogo de la santidad”. Las leyes antiguas de vida espiritual en Israel vienen recopiladas y completadas para componer un ma-nual o código para vivir como un verdadero israelita. El capítulo 19 nos exhorta a ser santos imitando así la santi-dad de Dios. Se fundamenta en el santo temor de Dios, la ayuda al desvalido y la defensa al pobre. Levítico 19, también fue practicado por los israelitas en el extranjero.

El capítulo 25 de Mateo nos presenta una visión del “juicio final”. Es un discurso sobre la venida del Hijo del Hombre. Se describe un proceso de discernimiento en que se usa como medida la actitud de amor o indi-ferencia respecto a los necesitados que tuviste la opor-tunidad de atender o de vivir con ellos. En definitiva: si acogiste el paso del Señor Jesús por tu vida. Nuestro amor a Cristo está signado por el amor misericordioso que dimos o rehusamos dar a las personas que vivie-ron a nuestro lado. El final de este proceso de discerni-

Primera Semana de Cuaresma

Lunes19 de Febrero

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miento se conformarán dos grupos, de acuerdo a esas actitudes brindadas al otro: cabras y ovejas. El Hijo del Hombre nos juzgará.

Primera Semana de Cuaresma

Martes20 de Febrero

1. La Palabra de Dios

1ª Lectura: Isaías 55, 10-11. 19, 1-2. 11-18.Salmo: (33): El Señor libra de sus angustias a los justosEvangelio: Mateo 6, 7-15

2. Reflexión de la Palabra

Esta invitación de Isaías tiene como objetivo la con-versión. Si la palabra de Dios logró entrar en tu vida, deberá mostrar a un creyente convertido. La profe-cía nos permite reconocer el poder de Dios para re-crear, salvar renovar su amor con nosotros. Dios ja-más nos abandona, al contario, Él siempre encuentra un lado por donde llegar a nuestra persona. Solo nos queda abrirnos atentamente a su mensaje y cambiar el corazón con libertad de espíritu. Retomaremos su compañía y se nos abrirá un futuro de esperanza.

El capítulo 6 del Evangelio de Mateo es determi-nante para emprender nuestro camino cuaresmal. Si nos animamos a seguirlo, ya no hay vuelta atrás. Él nos señala las tres obligaciones religiosas prioritarias

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para reavivar la fe dormida, perdida o incierta; inclu-so, confusa. Ellas son: la limosna, la oración y el ayuno. Mateo prefiere comenzar por la actitud de fondo, por la relación que entablamos con Dios: la oración. Es una ca-tequesis sobre la oración y nos proporciona las acciones concretas para realizarla y ejercitarla marcando un buen camino de recorrido. Debemos evitar una oración fari-saica. El modelo de oración cristiana es el padrenuestro. Intenta realizarla desagregando una sola frase por día y te ayudará a profundizar tu filiación con Dios.

Primera Semana de Cuaresma

Miércoles21 de Febrero

1. La Palabra de Dios

1ª Lectura: Jonás 3,1-10.Salmo: (50): Misericordia, Señor, hemos pecado. Evangelio: Lucas 11, 29-32

2. Reflexión de la Palabra

Jonás llamado por Dios para convertir a la gran ciudad de Nínive. En este texto Dios le pide por se-gunda vez que cumpla el llamado hecho a él y sea va-liente y venza el miedo a esta misión. Este relato tiene una intención pedagógica, es decir enseñarnos que podemos colaborar con Dios. Su mensaje es para to-dos las personas de muchas latitudes. Su amor no se

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circunscribe solo a un grupos de creyentes. Es la razón de enviarlo a otras poblaciones que aún no conocen a Dios. Su bondad y misericordia debe alcanzar todos los confines. Esta ciudad lejana y pagana se convirtió y creyó en Dios.

Estamos habituados a exigirle a Dios y hacer nu-merosas peticiones. Somos quizás muy pedigüeños. Nos hace falta profundizar nuestra relación con Jesús y crecer en nuestra relación espiritual con Él. Consi-deró a los israelitas de su tiempo como una generación malvada que solo pide señales. Y la pone en contras-te con la conversión de Nínive que, siendo lejana y ausente de Dios, se convirtió. No hemos hecho una profunda conversión. Nos mantenemos en una fe su-perficial. Conviene que logremos profundidad y que los aspectos oscuros de nuestra historia personal sean iluminados ´por la luz de su Palabra” y sea lámpara para nuestro caminar.

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1. La Palabra de Dios

1ª Lectura: 1° Carta Pedro 5,1-4Salmo: (22): El Señor es mí pastor nada me puede faltar.Evangelio: Mateo 16, 13-18

Primera Semana de Cuaresma.Cátedra de Pedro

Jueves22 de Febrero

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2. Reflexión de la Palabra

La predicación de Pedro es recogida por un discí-pulo de él hacia los años 70 dC. Y es dirigida a las co-munidades del Asia Menor. Estas comunidades eran muy humildes asentadas en las zonas rurales, que ne-cesitaban fortalecer su solidaridad. Es una carta “circu-lar” escrita para ser leída en público en las asambleas litúrgicas. Ella posee características de una catequesis bautismal. Es un mensaje de aliento a los cristianos que desean con todo fervor vivir su fe. Ella exhorta a los dirigentes de las comunidades a reavivar “su fun-ción pastoral”. Ellos comprobarán que lo recibido y entregado a la misión de la Iglesia es “gracia de Dios”.

Este texto ubica a Jesús en un momento muy im-portante de su vida: se inicia el rechazo de su pueblo y el fracaso aparente de su misión. Los discípulos sí reconocen que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios vivo, títulos que nos resumen la fe de la comunidad de Ma-teo. Estas palabras de Jesús a Pedro solo se encuentran en este Evangelio, se confiere un encargo a Pedro. Le cambia de nombre y le da la capacidad de enseñar y reunir al Pueblo de Dios, a la Iglesia. Pedro debe ha-cer posible a todos la entrada del Reino (le entrega las llaves) y debe interpretar con autoridad la nueva Ley (atar y desatar) ante las nuevas situaciones.

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1. La Palabra de Dios

1ª Lectura: Ezequiel 18, 21-28Salmo: (129): Si llevas cuentas de los delitos Señor, quién podrá resistir.Evangelio: Mateo 5, 20-26.

2. Reflexión de la Palabra

El profeta Ezequiel retoma el tema de la responsabi-lidad del creyente, ya vista en el cap. 14. El mal que está presente en la vida del pueblo de Dios es consecuencia del pecado de los antepasados. Esto generaba echar la culpa a sus ancestros. Nos preguntamos: ¿y quién es el responsable del el pecado de hoy? El profeta les hace

Primera Semana de Cuaresma.San Policarpo

Viernes23 de Febrero

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reflexionar que el pueblo de Dios es el responsable del pecado actual. Es muy fácil eximirse de la propia res-ponsabilidad del pasado. Necesitamos convertirnos y renovar nuestra fe actual.

El gran desafío de la vida cristiana es la santidad. La alcanzaremos si tenemos la capacidad de dar calidad a nuestra fe y encaminar nuestros esfuerzos en mante-nerla. Es decir, nuestra relación con Dios requiere un alto nivel de encuentro con Dios, para superar toda mediocridad o alejamiento de Él. Hoy la juventud vive “conectada” a las redes sociales; los profesionales han construido una consistente red de vínculos económi-cos; y, ¿los cristianos?...

Vivimos desconectados de nuestro Creador. Dios es una buena Alianza o Red a la que hay que conectarse para acercarnos a la santidad. Pidamos ser santos y construir la “santidad” de nuestras comunidades cristianas.

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1. La Palabra de Dios

1ª Lectura: Deuteronomio 26, 16-39.Salmo: (118): Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.Evangelio: Mateo 5, 43-48.

2. Reflexión de la Palabra

Muchas las personas de hoy deseamos vivir plena-mente nuestras iniciativas o actividades, vivimos con la mentalidad de “ir al grano”, de “no perder tiempo”. En el plano personal se nos pide hoy ser expeditivos, con iniciativa, y no dar rodeos a las situaciones. El Deuteronomio nos propone ir al núcleo o centro fo-cal de nuestra fe. Es la “Fórmula central de la Alian-za”. Dios nos invita a poner en práctica los principales preceptos de la Ley y convertirnos en el pueblo de su propiedad. ¡¡Adelanta tus pasos, decide y acércate al Señor, tú único Dios!!

La interpretación de la Ley, por parte de los fari-seos, se había convertido en un simple cumplimiento externo y en hacer lo mínimo indispensable. Una fe vivida de este modo resultaba ser rutinaria, monótona, individualista. Jesús propone una vivencia de la fe más auténtica, desde dentro, con una profunda relación

Primera Semana de Cuaresma.

Sábado24 de Febrero

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con el Padre. El texto evangélico pone en boca de Jesús cinco textos para profundizar esa relación. La exhorta-ción final es: “Sean perfectos cono su Padre Celestial es perfecto”. Es la actitud “más de fondo” que Jesús pro-pone y lo refrenda con la actitud de amar al enemigo y a los perseguidores de nuestra vida. Eso cuesta… Si no lo hacemos, nos convertiremos también en enemigos.

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1. La Palabra de Dios

1ª Lecturas: Génesis: 22, 1-2. 9-13. 15-18Salmo: (115): Caminaré en presencia del Señor2ª Lectura: Carta de San Pablo a los Romanos 8,31b-34 Evangelio: Marcos 9, 2-10.

2. Reflexión

El primer libro de la Biblia, el Génesis, nos invi-ta a acompañar el inicio de la historia de salvación con Abraham. Él será llamado y deberá obedecer a

2° DOMINGO DE CUARESMA.La transfiguración en el monte Tabor

Domingo25 de Febrero

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cabalidad el mandato del Señor: sacrificar a su propio hijo para cumplir la misión de Dios. Este acto es una prueba de su fidelidad. Y se encuentra en un dilema: las promesas de Dios o el Dios de las promesas. Él elige, por encima de todo, al Dios de la promesas, y debe sa-crificar a su hijo. Dios le devuelve vivo a Isaac, el hijo de la promesa. Abraham se convierte en el fiel obedien-te que inaugura la historia del pueblo Dios.

La frase iluminadora del texto de la Romanos 8 es: Si Dios está con nosotros, ¿quién estará en contra de no-sotros?

Es la parte central de esta Carta donde Pablo nos llama a sentirnos seguros con este himno que la comu-nidad canta con entusiasmo y optimismo. Él insiste en que no hay nada ni nadie que pueda separar al cristiano de Cristo. Ni antes ni hoy. El cristiano que ha optado por Cristo posee la garantía de su compañía. Ni el sufri-miento, la persecución, el hambre, la pobreza, el peligro o la violencia, nos podrá separar del amor de Dios.

La transfiguración ocurre delante de tres discípu-los que suben con Él al monte Tabor. Ella es el primer anuncio de la Muerte de Jesús. Los discípulos quedan confundidos, sobre todo Pedro. Fue una “experiencia decisiva” en su camino de fe y seguimiento a Jesús. Él les ayudó a vencer sus crisis. Así nos toca Dios en nuestra vida de creyentes. No todo es “color de rosa”, éxitos y aplausos. Jesús nos pide esta escena revisar nuestra vida a fondo y recomenzar nuestra vida más seguros y abiertos en nuestra fe en Él.

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¿Por qué se entra en crisis? La respuesta es porque nos hemos acostumbrado o confiado en vivir el momento presente, seguir despreocupados, llenos de bienes, como-didades. Alardeamos que ya lo hemos conseguido y que, lo que hemos conseguido, durará para siempre.

La fiesta que los judíos celebraban se llamaba “Fies-ta de las Tiendas” (carpas) y duraban seis días. Era una fiesta muy popular que festejaba el “don de la Ley de Dios” y los cuarenta años de desierto. El pueblo lo festejaba muy bien e improvisaban tiendas para per-manecer esa semana. En la aparición, Pedro lanza la iniciativa de hacer tres tiendas y gozar ese momento de gloria con Jesús, porque desea construirlas sobre el monte y gozar ese momento.

La voz de Dios llega en el momento oportuno y es-clarece los hechos, pronunciando su frase “este es mi Hijo Predilecto, escúchenlo”. Era la profecía que prome-tía la llegada de un nuevo Moisés (Is 42,1). Dios siem-pre nos habló a través de los Profetas, e Isaías y Moisés lo confirman. Ahora nos habla el Hijo Predilecto. En este tiempo de Cuaresma acojamos a Jesús que te in-vita a convertirte, cambiar de vida, no quedarte en el presente, salir de tus crisis, y preparar un buen futuro siguiendo a Jesús con mayor fe y esperanza.

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1. La Palabra de Dios

1ª Lectura: Daniel 9, 4b-10. Salmo: (18): Señor no nos trates como merecen nuestros pecados.Evangelio: Lucas 6, 36-38.

2. Reflexión de la Palabra

En el mensaje de Daniel no solo se aprecia el me-naje profético, se inicia la entrada del género “apoca-líptico”, que consiste en la interpretación de la profecía anterior para releerla en el tiempo actual o final de la Historia de Salvación. El oráculo de Jeremías (25, 11-14) establecía un plazo de 70 años para la liberación de Israel de la opresión de Babilonia. Daniel propone una nueva interpretación para hacer coincidir el cum-plimiento del oráculo con el tiempo contemporáneo. Si antes se anunció la conversión por boca de los pro-fetas, hoy la hacemos realidad con nuestra conversión personal. La oración de Daniel es una súplica peniten-cial que alienta a seguir confiando en Dios.

El evangelio de Lucas propone la “Regla de Oro” para el cristiano, y lo anima a construir óptimas rela-ciones en las comunidades cristianas. La misericordia nos ayuda a aceptar a cada uno como es y cómo desea

Segunda Semana de Cuaresma.

Lunes26 de Febrero

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seguir mejorando. Si juzgas a un hermano creas dife-rencias y alejamientos, mientras que el perdón supera las distancias entre las personas y da paso a la genero-sidad. Y también la coherencia consigo mismo. El cris-tiano debe tomar conciencia y aprender que no es una persona perfecta y que tiene pecados como los tienen los demás. Dios, al dar su perdón a cada pecador que se acercó a él, levantó su propia imagen y autoestima. El pecador tomó conciencia de su pecado y lo devolvió a la vida, para ser un cristiano reconciliado y feliz.

Segunda Semana de Cuaresma.

Martes27 de Febrero

1. La Palabra de Dios

1ª Lectura: Isaías 1, 10. 16-20. Salmo: (49): Al que sigue el buen camino le haré ver la Salvación de Dios.Evangelio: Mateo 23, 1-12.

2. Reflexión de la Palabra

Isaías pronuncia dos oráculos (profecías) donde denuncia las infidelidades, delitos y culto externo y su-perficial del pueblo de Dios. Él relaciona las situaciones del pueblo con lo que ocurrió en los primeros tiempos con Sodoma y Gomorra. La oferta del perdón que está expresada en los versículos del 16 al 20, pasa por un

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cambio de actitud y una nueva relación con los pobres y desprotegidos e invita a lavarse, purificarse, abandonar el camino del mal; y, buscar una vida más justa.

La autoridad de la Iglesia no obedece a los fines personales de los creyentes. Es un medio para servir a los hermanos de la comunidad. No entramos a una comunidad cristiana o religiosa para ganar títulos y honores, sino para crecer en la fraternidad en esa co-munidad. La autoridad es un servicio para construir la comunidad y tomar conciencia que tenemos un Padre común y un modelo a seguir como hijos, el modelo de Cristo Jesús. La actitud fundamental de los hermanos que componen esa comunidad es la humildad.

Segunda Semana de Cuaresma.

Miércoles28 de Febrero

1. La Palabra de Dios

1ª Lectura: Jeremías 18, 18-20Salmo: (30): Sálvame, Señor, por tu misericordia.Evangelio: Mt 20, 17-28

2. Reflexión de la Palabra

El profeta Jeremías se ha empeñado, con entusiasmo y ardor, en predicar la conversión. En este texto se advier-te que se cierra sobre él “un círculo de enemigos” y esto crea en Jeremías una gran angustia. Es la llamada cuarta

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confesión del profeta. Por eso, le dirige a Dios una oración contándole la desolación que sufre y pide escucha y fuer-zas para continuar su misión de profeta. Los oráculos que pronunció fueron la crítica necesaria para salir de la inconsistencia y terquedad del pueblo y sus gobernantes. Dios nunca dejó de hablar en tiempos de Jeremías.

Mateo en el cap. 20 nos presenta la pasión de Jesús de Nazaret; pero, es incomprendida por sus discípulos. Es el tercer anuncio. En las comunidades convertidas por el evangelio de Mateo, también se apreció esta si-tuación de incredulidad en los momentos que se sufría por la tarea evangelizadora. Mateo, a través de la pará-bola de los trabajadores que son contratados durante un día por el hacendado, nos hace reflexionar que es necesario un cambio de mentalidad. La tarea evange-lizadora no es nada fácil, requiere de una gran entrega del evangelizador. La recompensa de Dios es un don, no solo un fruto de nuestros esfuerzos.

Segunda Semana de Cuaresma.

Jueves1 de Marzo

1. La Palabra de Dios

1ª Lectura: Jeremías 17, 5-10 Salmo: (1): Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el SeñorEvangelio: Lucas 16, 19-31

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2. Reflexión de la PalabraJeremías anuncia los pecados de Judá, que son

públicos y no deja bien parados a las autoridades re-ligiosas, y el castigo que vendrá será inexorable. Él pro-nuncia tres oráculos de estilo sapiencial. El primero expresa directamente por qué el hombre es maldito. El segundo alaba al hombre que confía en Dios, y el ter-cero condena al hombre que traiciona y posee un cora-zón perverso. Estas son nuestras posturas recurrentes ante Dios. Estos oráculos son llamadas de atención que denotan la realidad del hombre ¿Podemos cam-biar estas actitudes y convertirnos? Animo. La segun-da profecía estimula nuestro sí puedo.

El evangelio de Lucas desafía la actitud farisaica del tiempo de Jesús y la actual porque reduce nuestra fe a mero cumplimiento. Nos anima a vivirla con la pro-fundidad y convicción de nuestra fe. Por ello nos pre-senta la parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro. No se debe caer en la tentación de adorar al “dios dinero” y sufrir en el infierno completamente alejados de Dios.

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1. La Palabra de Dios

1ª Lectura: Génesis 37, 3-4. 12-13.17-28. Salmo: (104): Recuerda las maravillas que hizo el Señor.Evangelio: Mateo 21, 33-43. 45-46

2. Reflexión de la Palabra

Presentamos hoy el ciclo de José en el libro del Gé-nesis. Este libro es una “novela” que intenta mostrar, en forma pedagógica, la historia de Israel. Los prota-gonistas son Jacob y sus hijos. José va a ser esclavo por la envidia de sus hermanos. Se presenta a José como un hijo ejemplar que demuestra una gran inteligencia, bondad y no paga con rencor el mal recibido. Los cris-tianos de hoy también sentimos envidia, nos dejamos llevar por nuestras pasiones para destruir la propia fa-milia o la comunidad donde participamos. Es un serio peligro que vive nuestra comunidad cristiana. Y nues-tra fe. Pensemos en el bien del otro, actuemos con la finalidad de ayudar, apoyar las buenas iniciativas, y no hundir al otro, postergarlo.

La parábola de los viñadores asesinos en su presenta-ción o explicación original se dirigía a la muerte del Hijo.

Pero es una alegoría en la que retrata a la viña de Israel y los viñadores son los jefes del pueblo que ma-

Segunda Semana de Cuaresma.

Viernes2 de Marzo

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tan al Hijo. Ella ocupa un lugar principal dentro de este Evangelio. En el capítulo 10 la buena noticia solo se diri-ge al pueblo de Israel. Pero como el pueblo rechaza este anuncio e invitación, Jesús reunirá a sus doce discípulos como el nuevo Israel para que dé sus frutos y anuncie a todos los pueblos la salvación, en el capítulo 28. No matemos los anuncios de salvación que Dios pone en nuestra vida y acojamos a nuestro único Salvador.

Segunda Semana de Cuaresma.

Sábado3 de Marzo

1. La Palabra de Dios

1ª Lectura: Miqueas 7, 14-15.18-20Salmo: (102): El Señor es compasivo y misericordioso.Evangelio: Lc 15,1-3.11-32

2. Reflexión de la Palabra

Miqueas cierra su mensaje profético proclamando la misericordia de Dios por su pueblo. Este debe recor-dar todas las maravillas que ha hecho a su favor a cada israelita, a cada pueblo y a toda la nación. De ello debe nacer un gran sentido de gratitud. No hay nadie como nuestro Dios. Esto traerá renovación en la vida del pueblo escogido. Podemos recordar en esta Cuaresma las ayudas y luces que Él nos dio en nuestra vida.

La mejor “fotografía” o percepción de la misericor-

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dia de Dios, Lucas la expresa en la Parábola del Padre misericordioso que tuvo dos hijos. La actitud, hacia el final de la parábola, es que el Padre recibe al hijo me-nor que se alejó, pecó, reconoció su pecado y volvió a la casa paterna y la búsqueda del hijo mayor para que vea al hermano menor que ha regresado, y se haga la gran fiesta en casa. El Padre acoge a ambos hijos y tiene una actitud de misericordia por ambos hijos. Dios es pródigo en amor y misericordia para todo ser humano. Acojamos a todos los hermanos de nuestras comunidades y hagamos la “gran fiesta de la vida”.

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Las curaciones y otras acciones taumatúrgicas (pro-digiosas o milagrosas) de Jesús aparecen en los Evange-lios sinópticos. Juan, en su evangelio, prefiere llamarlos “signos”, porque ellos señalan algo que va “más allá” de la acción que se ve. Los signos revelan el misterio de Je-sús que los creyente debemos seguir descubriendo a lo largo de nuestra vida. En este texto nos ubicamos en la última semana de la vida de Jesús. Él ya está en Jerusa-lén, y se presenta en el templo, que era el lugar para el

3° DOMINGO DE CUARESMA.Jesús y la Samaritana

Domingo4 de Marzo

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encuentro con Dios. Jesús reemplaza al templo antiguo y se presenta como el verdadero templo.

Jesús cumple con las fiestas religiosas de su pueblo. Pero se siente contrariado porque observa que la vida religiosa del pueblo dista mucho de respetar el templo que se ha vuelto un lugar de comercio. Frente a esto, toma decisiones rápidas y pone orden en la Casa de Dios. Las actitudes religiosas del pueblo se han queda-do en la entrada del templo. Ya no es casa de oración, de encuentro con Dios.

Hoy existen ceremonias religiosas que nos alejan del verdadero culto a Dios. Hemos caído en la superfi-cialidad y en acciones dispersivas que en nada contri-buyen a desarrollar una relación personal y profunda con Dios. Nuestro pueblo profesa una fe de desfiles, disfraces y bailes que cambian lo esencial por lo super-fluo. Una religiosidad que se queda en la plaza del tem-plo y no consigue hablar con Dios. En esta situación, ¿qué hacemos? Entramos al templo o nos mantenemos solo alrededor, circundante a nuestra vida diaria. ¿Nos animamos a escuchar su Palabra Salvadora? Un Pala-bra que es muy distinta a lo que el mundo nos predica y no satisface, una Palabra que llena nuestro corazón de cristianos.

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Hoy el evangelio de Juan nos presenta un diálogo de Jesús con Nicodemo, maestro de la Ley, fariseo, y magistrado judío que va a Jesús de noche, una vez li-berado de sus ocupaciones. El tema de fondo de estos encuentros es la de “recibir más luz”.

Nicodemo necesita disipar la oscuridad en su cami-no de fe. Nicodemo representa a los cristianos del siglo XXI que, teniendo una vida agitada, requieren que la

4° DOMINGO DE CUARESMA.Jesús y Nicodemo

Domingo11 de Marzo

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luz de Dios ilumine mejor sus decisiones y sus vidas en este mundo contemporáneo. Nicodemo conoce bien la ley de Dios, practica su fe con dedicación y coherencia, hace obras de bien en favor de los demás, es un profe-sional que se ha ubicado bien en la sociedad.

¿Cuál es la búsqueda de Nicodemo? Él está buscan-do más iluminación en su vida. Nota que tiene espacios oscuros, quizás dudas, desea orientar mejor su fe. No desea encerrarse en su círculo de amigos y profesiona-les, desea tener más apertura ante los problemas, desa-fíos y carencias de nuestra sociedad y de nuestra fe. Vive bien, es un buen cristiano, le falta la luz para continuar en su fe en Dios. Entonces, decide salir de esa oscuridad o falta de sentido en su vida, decide ir al encuentro del Maestro que ha visto y oído. Es consciente que al en-contrarlo tendrá la luz para las zonas oscuras de su vida.

Quizás aún existen cristianos “muy asegurados” en su vida cristiana. Confiamos en que ellos puedan animarse a buscar más luz que encienda sus corazones cristianos.

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5° DOMINGO DE CUARESMA.

Domingo18 de Marzo

Jesús nos ubica al final del Libro de los Signos, la situación real de Jesús es la cercanía de su “hora”, el momento de entregar su vida. Ya se perfila el encuen-tro mortal entre la clase religiosa dirigente y Jesús. Es-tos versículos expresan la angustia y turbación de Jesús frente a la muerte que está muy cercana. Usa la imagen del trigo para explicar lo que vive: solo muriendo libera toda su vida. Jesús muestra su amor que da vida verda-dera. Aquí aparece el término “las gentes”, los griegos. Esto quiere decir que el Evangelio ha llegado a otros confines y estos ya conocen la Buen Nueva de Dios.

La vida de Jesús está próxima a ser entregada. En vez de mostrar una “gloria” al estilo humano, vemos aparecer una “gloria” que se muestra a través del su-

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frimiento y la muerte. Es una muerte que da vida. Nos ayuda a comprender (cuando nos llegue el momento) que, en nuestra vida, debemos despojarnos de las se-guridades y gratificaciones humanas, para poder ser-vir con amor pleno a Dios y recibir honor del Padre del cielo. Servir al Señor es nuestro deseo de buscar y cumplir su voluntad. Si no se vive al estilo de Jesús, la vida pierde valor y no es una vida de testimonio.

La “agitación y turbación” de Jesús no fue fácil. La car-ne se rebela, aparece la tentación de evitar el sufrimiento.

Como humanos hemos sentido escalofrío, miedo, hemos querido rehusarnos a morir. Juan coloca este momento delante de la Ultima Cena. ¿Cómo enfrentó Jesús su hora final? ¿Cómo la enfrentaremos nosotros? Solo la podremos afrontar confiando en el Padre, acep-tando nuestra “hora”. Jesús no se doblegó ante la muer-te. No le pidió a su padre que lo librara de ella. Jesús le pide que realice su Plan de Salvación. La muerte de Jesús es verdaderamente una entronización. Desde ahí mira la salvación y bendición para todos nosotros. Se produce una atracción fuerza centrípeta y se descarta la fuerza centrífuga que nos aleja de Dios.

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