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Ra e rreb Organo de su Venerable Orden Tercera y Cofradías. Dirección y Administración: PP. MERCEDARIOS Silva, 39. Madrid (12) ANO VIII 24 MAYO 1926 NÚM. 94 El Ilmo. Padre Pascual Miguel. Obispo de Agathopolis. 5 mayo 1926. No podía convencerme de que el Prelado de Gurgueia hubiera muerto, y sin embargo, el laconismo de un telefo- nema primero, y la conferencia que con el M. R. P. Pro- vincial de Castilla tuvo el de Aragón, M. R. P. Fr. Alberto Barros después, no dejaban lugar a duda. .E1 ilustrísimo Padre Pascual había muerto a las once de la noche del 5 del corriente en la Clínica del Pilar (S. Gervasio), Barce- lona, después de una segunda operación quirúrgica. Llevaba en Barcelona desde el mes de octubre, y había ido a aquella ciudad dispuesto ya a emprender el viaje de regreso al Brasil; pero a fines de noviembre, después de visitar el sepulcro de nuestro San Ramón, cayó enfermo de un ataque:gripal que le puso en trance de muerte, des- cubriéndose entonces el paludismo, que sin darse cuenta padecía y una debilidad grande al corazón, quizá conse- cuencia de aquella. Por esta razón, al practicarle la primera operación el día 1. 0 de febrero del corriente año, que consistió en la extracción de un cálculo de buen tamaño, hubo de dejarse para más adelante la otra operación, que los doctores estimaban necesaria para evitar algún ataque de uremia. A la pocas horas de practicársele por fin ésta, ocurrió la catástrofe ya temida de su muerte. ¡Adoremos los designios de Dios que así dispone las cosas, sin que nosotros sepamos el por qué! ¿Que quién era el P. Pascual, como comúnmente era conocido entre nosotros?

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Ra e rrebOrgano de su Venerable

Orden Tercera y Cofradías.

Dirección y Administración:

PP. MERCEDARIOSSilva, 39. — Madrid (12)

ANO VIII

24 MAYO 1926

NÚM. 94

El Ilmo. Padre Pascual Miguel.Obispo de Agathopolis.

5 mayo 1926.

No podía convencerme de que el Prelado de Gurgueiahubiera muerto, y sin embargo, el laconismo de un telefo-nema primero, y la conferencia que con el M. R. P. Pro-vincial de Castilla tuvo el de Aragón, M. R. P. Fr. AlbertoBarros después, no dejaban lugar a duda. .E1 ilustrísimoPadre Pascual había muerto a las once de la noche del 5del corriente en la Clínica del Pilar (S. Gervasio), Barce-lona, después de una segunda operación quirúrgica.

Llevaba en Barcelona desde el mes de octubre, y habíaido a aquella ciudad dispuesto ya a emprender el viaje deregreso al Brasil; pero a fines de noviembre, después devisitar el sepulcro de nuestro San Ramón, cayó enfermode un ataque:gripal que le puso en trance de muerte, des-cubriéndose entonces el paludismo, que sin darse cuentapadecía y una debilidad grande al corazón, quizá conse-cuencia de aquella.

Por esta razón, al practicarle la primera operación eldía 1. 0 de febrero del corriente año, que consistió en laextracción de un cálculo de buen tamaño, hubo de dejarsepara más adelante la otra operación, que los doctoresestimaban necesaria para evitar algún ataque de uremia.A la pocas horas de practicársele por fin ésta, ocurrió lacatástrofe ya temida de su muerte.

¡Adoremos los designios de Dios que así dispone lascosas, sin que nosotros sepamos el por qué!

¿Que quién era el P. Pascual, como comúnmente eraconocido entre nosotros?

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Aunque no es fácil conocer a los hombres por másfamiliares que nos sean, y por grande é íntimo que seael trato o la amistad que con ellos nos unan, debo decirque el P. Pascual era una de esas personas que se reve-lan en seguida. Hijo de una tierra hidalga que ha criadosiempre caracteres nobles y francos, aunque graves yrecios como su clima, el P. Pascual fue siempre delicadoen su proceder e ingenuo en sus palabras; y si alguna vez,como sucede a todo hombre, las circunstancias le acon-sejaban la prudente reserva, era siempre velada con lamás fina discreción, para hacer sentir en seguida a losque eran capaces de apreciar esta cualidad de un verda-dero castellano viejo, la lealtad y la espontaneidad deaquellos caracteres que así se dejan querer, y aparecen yson simpáticos, sean cualquiera las cualidades físicas quehayan recibido de la naturaleza.

Yo conocí al P. Pascual, joven profeso, de votos sim-ples, corista-estudiante, teólogo, neo-presbítero y celososacerdote, y siempre aparecía en él esa mezcla de seriedady de espíritu franco, que sin perder nada de su gravedad,atraía insensiblemente.

De ahí que era siempre para sus compañeros objetode aprecio y de visible simpatía; para sus superiores quesupieron apreciar su valer, motivo de distinción y de esti-ma, y para la gente en general de afecto y de veneracióna la vez.

Se distinguió por su puntual observancia en la que diópruebas inequívocas de fidelidad corno súbdito y comosuperior; tuvo siempre afición al estudio y demostró capa-cidad no vulgar, lo que hizo que los superiores se fijaranen él para desempeñar algunas de las clases de los gra-dos superiores de la casa de estudios de San Juan dePoyo (Pontevedra).

Pequeña todavía la provincia de Castilla y escasa enpersonal, le nombró la obediencia Superior de los Con-ventos de Verín (Orense) y Sarria (Lugo), demostrandoen estos puestos una prudencia y tacto no comunes. Alser enviado a Méjico para restaurar aquella antigua Pro-

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vincia de la Orden, el Maestro general se fijó en él para elcargo de Vicario Provincial, y en él le sorprendió el nom-bramiento de Administrador Apostólico de la Prelatura delBuen Jesús de Gargueia (Brasil), que el Papa Benedic-to XV, de f. m., confió a la Orden, pasando a regirlael P. Pascual con la mayor abnegación con los PadresFrancisco Freiría y Mariano Ferrer, uniéndose a ellosluego los Reverendos Padres Pedro Sánchez, peruano,Pedro Pascual Taborda, argentino, y Ramón Bolados,chileno, y los sacerdotes Terciarios, D. Horacio Morales,chileno, y D. Benjamín García, de Lugo, celosos coope-radores en el sagrado ministerio.

De su celo apostólico y obras misionales dan testimo-nio todos los que han visto su labor constante y abnega-da en los sitios por donde pasó; en Galicia vivenmuchosque le vieron trabajar sin descanso; en Méjico se recuer-da su asiduidad al confesonario, donde era frecuente pa-sar ocho y diez horas diarias, su constancia en la predi-cación de todas clases, como han asegurado nuestrosreligiosos y declarado los Prelados mismos; y por fin,en los tres años de gobierno de la Prelacía del BuenJesús, del Piauhy, sólo aquellas extensas selvas que reco-rrió haciendo bien, en todas direcciones, un poco aque-llos atrasados, aunque sencillos buenos habitantes, y algomás también sus abnegados compañeros de fatigas po-dían decir de lo mucho que allí hizo el venerable Preladoque acaba de morir.

Allí faltaba todo, puesto que faltaban sacerdotes; poreso la preocupación primera del P. Pascual fué proveerde ellos a las cinco parroquias, únicas que están erigidasen un territorio de cien mil kilómetros que próximamentetiene la indicada Prelatura. Cuán fecunda haya sido laobra del primer Prelado y de sus sacerdotes, lo dicen lossiguientes datos, tomados exactamente de la relación queaquél presentó a la Santa Sede el año pasado, en cumpli-miento de lo que ésta dispone.

cA pesar de que las leyes civiles del país, son palabras.del Ilmo. P. Pascual, poco ayudan y más bien son hosti-

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La Tercera Orden de la Merced.¿Que es la Tercera Orden de la Merced?

El Capitulo general, celebrado el año pasado en Roma,recomienda a los religiosos que erijan en todas partes la'Orden Tercera, y LA MERCED, que se intitula su órgano—claro está que sólo en la provincia de Castilla—, debetomar con interés esta recomendación.

¿Qué es una Orden Tercera?«En cierta iglesia de la Orden dominicana se celebraba

un funeral. Uno de los presentes, maravillado de ver tantaconcurrencia de señoras a aquel funeral que en el aparatoexterno mostraba ser modesto, preguntó a una de las seño-ras: ¿Quién es la muerta? Contestóle la señora en voz bajaY brevemente: Una terciaria dominica. Con esta respues-td quedóse el preguntante más a oscuras que estaba, y pre-guntóle de nuevo: ¿Quiénes son las terciarias dominicas?Las terciarias dominicas son, le contestó, personas que enmedio del mundo hacen profesión de vida religiosa. Res-Puesta sencilla, pero elocuente y justa» (1).

Es, pues, lo esencial de las Ordenes Terceras, que lasdistingue de todas las demás asociaciones religiosas, seruna imitación de la vida religiosa por las personas que vi-ven en el mundo.

La vida religiosa es una corporación maravillosamenteordenada, que por eso se Ilaman0 rdenes y la Tercera Ordendebe ser una asociación orgánica con sus superiores, maes-tros de novicios, consejeros y administradores todos subor-d inados a la dirección del P. Moderador y a la inspecciónY corrección del P. Visitador, que deben cbnducirla al finPropio, la perfección cristiana; las Ordenes religiosas, ade-más de los mandamientos, tienen el compromiso sagradocontraído ante Dios y su Iglesia de cumplir los consejosevangélicos, y las Terceras Ordenes tienen también el pro-Pósito público, aunque no obligatorio, de la práctica de losconsejos evangélicos en cuanto se compadezca con el esta-do y condición de seglares; las Ordenes religiosas tienenuna serie de observancias regulares, diarias, mensuales ya nuales, que guardadas garantizan el cumplimiento de losvotos y los elevan a la perfección de la santidad, y las Orde-

(1) P. Ludovico Fanfani en el opúsculo «fi Terz'Ordine di S. Dome-nico.—Roma-1923, pág. 5.

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»les, pues ;a ley del Brasil no reconoce otro matrimonio»que el legal y no concede legitimidad a los hijos de ma-»trimonio católico; con todo, con las frecuentes predica-»ciones y exhortaciones se obtuvo algún bien. Unos 6.840»bautismos, 700 matrimonios, 5.189 confirmaciones desde»el día de la toma de posesión hasta el día presente, y»3.000 comuniones mensuales.»

Llama algo el difunto Obispo, a lo que es en realidadmucho y muy bueno, realizado a costa de muchos sacri-ficios y abnegación, teniendo que luchar con las dificulta-des de las comunicaciones, con las inclemencias deltiempo y del clima, y con las condiciones de los naturales,pobres y muy apartados unos de otros.

Las preocupaciones principales del P. Pascual eran:primera, reunir en pueblos a las familias esparcidas porlos campos, a fin de facilitarles los medios de instruccióncivil y de educación cristiana; segunda, creación de es-cuelas del Estado y algún Colegio de Religiosas, y terce-ra, la erección de un Seminario para la formación delclero indígena, necesidad la más imperiosa, pues lossacerdotes del país, ya aclimatados allí y conocedoresmejor que nadie de las costumbres y vida de sus coote-rráneos, podrán más fácilmente soportal- las molestias d e .un clima tropical e insimiarse mejor en el ánimo de aque-llos fieles.

En esto estaba empeñado el Sr. Obispo de Agatópolis,se lo oímos de sus labios, cuando le sorprendió la muer-te; y esta será seguramente la obra que deberá llevar acabo el que, a no tardar, le suceda.

Que el Señor, cuyas altas disposiciones adoramos,haya premiado al P. Pascual tantas obras buenas, y le déun sucesor digno y lleno del mismo celo apostólico, parallevar a feliz término aquella obra, tan del agrado del mis-mo Dios, de provecho para las almas y de honor para laOrden Mercedaria.

FR. INOCENCIO LÓPEZ SANTAMARÍA

Madrid y mayo de 1926.

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Todos los consejos evangélicos se reducen, como a ca-bezas y a manantiales, a los tres de obediencia, pobreza ycastidad que son la total abnegación de los bienes del espí-ritu, del cuerpo y de fortuna, que impiden la total y perfectatransformación de las almas en Cristo.

Traduciendo del mencionado proyecto de Constitucio-nes, los hermanos terceros,

«imitando la obediencia religiosase esforzarán en guardar los mandamientos de Dios y dela Iglesia, en cumplir perfectamente las obligaciones de suestado, en obedecer a sus mayores y en someterse con áni-mo humilde y amoroso en todo, aun en lo adverso, a laP rovidencia de Dios;

»imitando la pobreza religiosa,evitando lo superfluo en la comida, en el vestido y en elajuar, seguirán la medianía dentro de los términos de lasexigencias de su estado, dejarán el cuidado ansioso de lascosas temporales y usen de ellas como quien está en el des-tierro y dispongan a tiempo de ellas por medio de testa-mento;

»imitando el voto de castidad,guárdenla según su estado, absténganse de bailes y espec-táculos indecentes, y de lecturas depravadas, y todo seadecoroeo en sus palabras, en sus ademanes y vestidos»;

imitando la vida regular,tengan algún tiempo dedicado a la oración mental, al exa-men de conciencia, a las prácticas comunes de piedad, fre-cuenten los sacramentos.

Elementos propios.Son el espíritu de redención, y el de filial afecto a la

Santísima Virgen nuestra Madre y Fundadora, y un portesanto, noble y valiente como conviene a miembros de unaOrden Celestial, Real y Militar.

«Imitando el voto de redimir cautivos,l os terciarios deben consagrarse a todas las obras de mi-sericordia y especialmente a favorecer, si la ocasión se pre-senta, la obra de la redención, a enseñar a los niños y al os rudos el catecismo, o ayudar con oraciones y limosnaslas misiones entre fieles e infieles, a divulgar libros y perió-dicos católicos y, por fin, a fomentar y llevar a cabo aque-

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nes Terceras tienen también una serie de prácticas piado-sas tomadas de los religiosos que aseguran el cumplimien-to de los mandamientos y son una tendencia a la perfec-ción; las Ordenes religiosas tienen capítulos de corrección,de observancia y de elección, y las Terceras Ordenes tienenanálogas reuniones.

No son, pues, los terciarios verdaderos religiosos, por-que no hacen votJs de obediencia, pobreza y castidad, niprofesan vida común; pero se distinguen de los simples se-glares y se parecen a los religiosos en que profesan una re-gla, tienen hábito propio, son probados durante un año denoviciado, hacen profesión y tienden a la perfección cristianasegún el espíritu de la propia Orden y bajo la dirección desus superiores. En las procesiones marchan corporativa-mente precedidos por su cruz; no pueden pertenecer al mis-mo tiempo a dos Terceras Ordenes, sino mediante privile-gio apostólico; ni deben pasar de una Tercera Orden a otrasin causa legítima; son, en una palabra, la prolongación dela Primera Orden, aunque con personalidad jurídica dis-tinta.

Un proyecto actual de Constituciones de nuestra Terce-ra Orden, que todavía no llegó a aprobarse, la define así:«La Tercera Orden secular de la Bienaventurada VirgenMaría de la Merced fué instituida para que los que la profe-san, ajustando su vida, cuanto lo permite su estado deseglares, al modo de vivir de los religiosos y consagrán-dose asiduamente a las obras de misericordia según elespíritu de la Primera Orden, alcancen la perfección cris-tiana» (1).

Elementos de la Tercera Orden de la Merced.De lo dicho podemos destacar los elementos de la Ter-

cera Orden de la Merced, comunes con las demás OrdenesTerceras, y a continuación añadiremos los propios de lanuestra.

Elementos comunes.Son los que forman el denominador común de todas las

Ordenes Terceras, y se reducen a la práctica, según es po-sible en el mundo, de los consejos evangélicos y de lasobservancias regulares.

(1) Tertius Ordo saecularis Beatae Mariae Virginis de Mercede ins-titutus est ut qui eum profitentur vitam ad religiosam vivendi formarrrexigentes, opéribusque misericordiae secundum spiritum Primi Ordinissedulo intendentes, christianam perfectionem assequantur.

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Ilas obras de apostolado que cada centro haya establecidocomo con venientes en cada localidad».

En la devoción a María,

deben honrarla como a Madre e invocarla siempre con estedulcísimo nombre, y resucitar las antiguas prácticas denuestras gloriosas Esclavitudes.

Resumiendo: La Tercera Orden de la Merced es unaasociación a modo de cuerpo orgánico de seglares que vi-viendo en medio del mundo, tienden a la perfección cristia-na por la imitación, en cuanto es posible, de la vida religio-sa, por la devoción filial a María como a Madre de Miseri-cordia, por ei espíritu de redención para con todas las nece-sidades del prójimo y, por fin, con un porte santo, noble ygallardo en la práctica de las virtudes cual conviene a unaOrden Celestial, Real y Militar.

FR. JuAN G. CASTRO

El Venerable Fr. Gabriel RipollésPor el P. Mtro. Fr. Gabriel Téllez.

(CONTINUACIÓN)

Persecuciones diabólicas.La siguiente noche se le apareció al virgen victorioso el dra-

gón precito en figura de la mujer misma, desnuda en carnes, conacciones y palabras descompuestas; pero tapándose el mance-bo casto con las dos manos la vista, y echándose de bruces enel suelo, pidió socorro con lágrimas y afectos a la que es Pa-trona y Reina de purezas, que como tal acudió propicia, librán-dole de aquel trance peligroso, y quedando con tal rabia elangel condenado, que en venganza de su furia le dejó a palos ygolpes todo el cuerpo sangriento y lleno de heridas y de carde-nales, cayendo desmayado y sin sentido. Oyó la comunidad elestrépito de este conflicto, acudió al coro, que sirvió de estaca-da a esta victoria, hallóle solo y casi muerto, Ileváronle a unacama, y estuvo en ella algunos días, quedándole por muchoslas señales de esta descompasada lucha.

Otra se le apareció en el sitio mesmo en forma de dragónhorrible arrojando espadatiadas de fuego por la boca y ojos, yaun atormentándole las carnes al bendito lego algunas de lascentellas con que le alcanzaba; mas él, ya no bisoño, sino sol-

(1) Véase el número anterior.

dado viejo, burlando de sus cobardes apariencias, le dió, unareprensión que le abrasó mas que el incendio en que ardía, y dijoen su presencia mil alabanzas, requiebros y ternuras al Monar-ca sacramentado que desde allí adoraba pan de vírgenes y Diosde amor, contrayerba del lascivo, mandando en virtud de aquelmisterio de misterios al envidioso condenado que le adorase derodillas. Dejó entonces, puesto que rabioso, la forma de dragóntrocándola por la de un asqueroso etíope, y postradó, aunquerebelde, adoró dando voces y aullidos infernales al Criador queno quiso reconocer por dueño; y entonces nuestro victoriosovalenciano sacando unas disciplinas, desquito con ellas el malPasaje de la noche antecedente, dándole después de severa-mente castigado licencia de volverse, como lo hizo, pero juran-do que se la había de pagar con las setenas.

Tentación de dejar la Ordeny pasarse a la franciscana.

Püsolo por obra presto divirtiéndole algún tanto del amorde su Orden con pretexto de reformación más observante.

Estaban unas carnestolendas algunos frailes nuestros divir-tiéndose con un juego de argolla en la huerta de casa. Persua-dióle el maldito tentador a que aquello era género de demasíarelajada, y que en la Orden de los descalzos del Seráfico Fran-cisco hallaría más acomodo de servir a Dios conforme la per-fección de sus deseos. Fue el disfrazado engaño y tentación tanfuerte, que dispuso un día, caminando a Villa Real por la limos-na, de hablar al Padre Guardián de los descalzos, que viven enlos extramuros de ella y pedirle el hábito. Púsolo por obra; peroel advertido prelado le dijo: Hermano fray Gabriel, no me creaS i esa no es sugestión del enemigo; permanezca, como SanPablo manda, en la vocación primera, donde recibió de Dios ysu gloriosa Madre tan favorables beneficios, pues es una reli-gión de las más perfectas de la Iglesia y adornada de gransuma de santos, donde, si los imita, será uno de ellos.

Volvió entonces en sí el descaminado fray Gabriel cayendoen la cuenta y artificiosos lazos de quien le había amenazado;dió gracias infinitas en la iglesia al prudentísimo desengañadorde sus inadvertencias y luego a Nuestro Dios y a su benditaMadre que le habían descubierto la celada, y desde entonces sevolvió al paso consolado que corrido de que en parte pudiesebl asonar el demonio que le había hecho titubear y dar traspiésen la carrera del estado que le llevaba al cielo; pedía con dolo-rosas ansias a nuestra serenísima Patrona le perdonase la in-gratitud de sus pensamientos de dejar la Orden que su Majestadhabía fundado, haciéndole promesas de no consentir otra vezll evarse de imperfecciones tales; y llegó a su monasterio tanhermoso el rostro y encendido, tan lleno de fragancia en cuerpoY hábitos, que extrañaban con admiración esta novedad los quel e veían. Toda aquella noche la pasó en satisfacciones a Dios y

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a su Divina Madre, y en propósitos y trazas con que deseno-jarla, que la juzgaba ofendida de su inconstancia; y al amanecerse le apareció la misma vestida de nuestro hábito y acompañadade nuestro Patriarca San Pedro Nolasco y su primogénito Már-tir Nonacido San Ramón, diciéndole la Emperatriz celeste: Hijocaro, yo te truje a esta mi Religión para servicio de mi Hijo ymío, ¿por qué, pues, estás desconsolado en tan escogida con-gregación y en el hábito blanco que yo visto? No lo estoy,Dueña, Señora, Madre y Protectora mía, le respondió gozosoel favorecido lego; déjeme llevar de apariencias en la cortezalícitas, en la médula cavilosas; yo me enmendaré, serenísimaMadre de mi Dios piadoso; sed vosotros, Santísimos Patronosde vuestra milicia, mis fiadores, suplid defectos y tibiezas mías.Así lo han hecho, replicó la Augusta Virgen, sigue el camino,que a costa de trabajos tantos te abrieron, para la perfecciónapetecida, que buenos abogados tienes en ellos para con miHijo, y bañándole de celestial júbilo el alma desapareció conmajestad gozosa.

Revelación de su muerte.Volviósele a aparecer dentro de poco tiempo esta serenísima

Socorredora nuestra con los mismos dos Santos y insigniasde su Orden, estando el dichoso fray Gabriel en oración dentrodel coro después de media noche, y le reveló el día y hora desu deseado tránsito disponiéndole para él afable y amorosa.Quedó con los consuelos y regocijos que el cautivo cuando veque asegura su rescate. Dispuso nuevo vastimento de virtudespara jornada tan apetecida, añadiendo lágrimas a lágrimas, pe-nitencias, ayunos, oraciones y vigilias.

Cae enfermo y muere.Cayó enfermo de peligro, congojándole unas tercianas do-

bles; desahuciáronlo los médicos. Confesóse generalmente condemostraciones devotísimas; fortaleció el alma con el salutíferoy misterioso Viático; trújole la Extremaunción el Prelado, yaunque estaba cierto de que le restaba dos días de carcelaje, leadmitió obediente; pidió perdón a sus amados religiosos. Gastólo que le quedaba de vida en éxtasis suspensivos, soliloquiosregalados y oraciones interiores.

Conoció que se apresuraba la hora de partirse, pidió a laComunidad le recomendase el alma, y cuando en ella llegaba aaquel verso que dice: «Laetifica, Domine, animam ejus in cons-pectu tuo», al reir del alba apareció una luz mansa pero resplan-deciente, que con los rayos de su claridad derramaba salutífe-ras fragancias, coronando la celdilla por de dentro y fuera, ynuestro santo lego pronunciando las últimas palabras que en lacruz nuestro Redentor Divino, nos dejó por ejemplar humilde,In MdflUS tuas, Domine, commendo spiritum meum, voló hastalas de su inmensidad gloriosa, donde posee el ciento por uno

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de sus excelencias y virtudes, ¡qué de cientos, siendo tantas lasSuyas!

Si Quedäronle las carnes tratables, llenas y olorosas, siendoque viviendo, sólo le parecían los huesos y la cute, el rostrorisueño y como de un ángel. Concurrió cuanta vecindad vive

aquella villa y la de su comarca; y fue tanta la codicia de susreliquias, que a pesar de resistencias, en un instante le despo-jaron de los hábitos y aun de los cabellos. Pasara más adelantel a osadía devota, a no darle con prisa sepultura, que fue en ladesnuda tierra, porque como convento aún no del todo edifica-do, no la tenían señalada nuestros religiosos.

Se halla el cuerpo entero.Al cabo de algunos años, la abrieron para trasladar sus

huesos a sitio más decente, y aunque los hábitos estaban des-hechos todos y podridos, hallaron el cadáver virgen tan enterocomo el día en que lo depositaron, oloroso y venerable.

Pidió aquella Comunidad y los Magistrados de la Villalicencia al Visitador del Obispado de Tortosa, cuyo Pastor en-tonces era el Doctor Tena, para colocarle como cuerpo, queeh la común ' apreciación y fama retenía por santo. Hízose infor-mación jurídica de su vida milagrosa, y concedióles el juez loque se le suplicaba, quedando gran devoto suyo.

Tiénenle en la capilla de San Juan de Letrán de aquellanuestra iglesia, dentro una caja, en forma de sepulcro, sobredos barras de hierro, y cubriéndole un telliz o tapete de sedacarmesí, y con cuadro encima, retratada en él al vivo su devotaefigie, cercado todo esto de cirios, dones y preseas, significa-eras de los milagros que Dios hace a la presencia de suCuerpo.

Venéranle como a tutelar todos los de aquella villa y las cir-cun vecinas visitando un sepulcro con religioso afecto.

les son los milagros y beneficios que confiesan haber-es alcanzado su piadoso patrocinio sus devotos, y no pocoad

mirable el que sucede en su sepulcro todas las veces quealcanza de Dios alguna nueva maravilla y es revolverse elcuerpo dentro de la caja con el ruido mesmo que si se volvierade un lado a otro el de un dormido. Lo propio cuentan del San-to fray Pascual Baylón, cuyas reliquias distan no mucho deeste nuestro monasterio: la semejanza de virtudes y excelenciashabrán también emparentado en los prodigios.

Murió este cándido inocente en la mitad de sus más flori-dos años, antes de cumplir los veintinueve.

Todo esto consta en la información que se me remitiótle nuestro real convento de Valencia, y de la pública voz y fama

que dura en aquella provincia, y durará por muchos siglos.

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PAGINA MISIONALLos antiguos mereedarios del Marañón, en e

Piauhy.

Para que se vea que la tradición que afirma que la ciu-ciudad de Sao Paymundo Normal°, del Piauhy, debe suorigen a los misioneros Mercedarios de la antigua provin-cia portuguesa del Marañón, copiaremos aquí, traducida delportugués, una carta que se halla original en la BibliotecaNacional de Madrid (MS. 18.764, número 6) y es comosigue:

«El Doctor Juan Méndes de Aragón, del Consejo de SuMajestad (que Dios guarde), y su Oidor... en esta Capita-nía mayor del Gran Pará y sus anejas, Auditor General de lagente de guerra, y Chanciller y Corregidor de la Comarca,Proveedor de ella, etc., etc.»

«Certifico: Que una de las Religiones, que en este Esta-do sirve bien a Dios, a Su Majestad (q. D. g.) y a estospueblos, es la Religión de María Santísima de las Mercedes;porque, en el servicio de Dios, se emplea con todo fervoral culto divino y a la salvación de las almas en las Misionesque por Su Majestad le están encargadas; y en el de SuMajestad me consta que ha dado para muchos servicios,así de guerra como de paz, Misioneros y Capellanes paraadministrar los Sacramentos; pues para la tropa de guerraque el maestre de Campo Antonio de Acuña Soutomayorllevó contra los infieles («gentío») de los campos del Pia-hy (1), dió por misionero al Padre Fray José de SouzaChamerac; y después de largos tiempos, para suceder aéste en el oficio de Misionero dió al Padre Fray Manuel deJesús María, que acompañó al dicho Maestre de Campoalgunos años, hasta que sucedió el infausto suceso de sumuerte ejecutada por la tirana barbarie de los Tapuyas, enel cual conflicto se vió también el dicho Padre en riesgo deperder la vida, y sin duda la perdiera si retirado en unacasa, su Madre Santísima la Señora de las Mercedes nohubiese reprimido a aquellos bárbaros en su tiranía. Y parala diligencia que el Doctor y Oidor General Eusebio Capelyfui a hacer en servicio de su Majestad a los dichos Cam-pos del Piahy, dió para Capellán suyo y de los demás sol-dados que iban en su compañía al Padre Fray Andrés

(1) Así lo escribe siempre.

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Duarte, donde también no fué menos útil para los habitantese indios de aquellos países. Y para la tropa de guerra quefui de esta ciudad del Pará a los «gentíos» llamados Para-quires, dió por su capellán al Padre Fray Tomás Borgas, yPara la que fui al Río de la Madera contra los «gentíos»ll amados Turás y Turarises dió por capellán al Padre FrayJuan de Almeida, y para la que el año pasado fue- a dirigirPersonalmente el Gobernador de este Estado Cristóbal DaCosta Freyre contra los gentíos llamados Barbados, dió alPadre Fray Alejandro de Tavora, y para la que de presentedetermina dirigir a los mismos el dicho gobernador tiene yanombrado al Padre Fray Manuel Nufies, y para la diligenciadel doctor y Oidor General de la Capitanía del Marafionen servicio de su Majestad contra los Campos del Piahy,tiene también nombrado al Padre Predicador Fray Ignaciode Almeida; corno también ha dado capellanes al Goberna-dor y Capitán General de este Estado, tanto para decirleMisa en su Palacio, corno para acompañarle en los viajesque hace de la ciudad del Maration a ésta del Pará y vice-versa, llevando, así unos como otros religiosos, sus altaresPortátiles con los demás útiles para la administración de losSantos Sacramentos, sin el mínimo salario ni el menor dis-pendio de la Real Hacienda que, como solícito y leal vasallode Su Majestad (q. D. g.) a todo suple esta Religión Sa-grada. Y, finalmente, en el servicio de estos pueblos no semuestra menos pronta, asistiéndoles siempre con las con-fesiones de enfermos, exhortando y ayudando a bien morira los moribundos, acompañando a enterrar a los muertos,no faltando tampoco con su asistencia a las procesionesReales y con sus músicas a las fiestas de los Santos cuandoson llamados sus Religiosos; y por todo son muy aceptosa estos pueblos y acreedores a que Su Majestad, con parti-cular atención les dispense toda clase de honras. Todo locual es verdad y lo afirmo bajo juramento sobre los SantosEvangelios, y por haberme sido pedida la presente, la difirmada y sellada con el de mi uso.

Belén del Pará 6 de Junio de 1716.Juan Mendes de Aragon (rúbrica y sello seco).

Como nuestra provincia del Marañón es muy poco co-nocida, pondremos aquí unas breves noticias acerca deella para que alguno de los jóvenes aficionados a nuestrashistorias haga investigaciones más completas y nos déuna historia digna de aquellos abnegados misioneros, cu-

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yos sucesores son nuestros actuales evangelizadores delPiauhy.

Por carta del P. Fr. Manuel de la Asunción (y aquí ha-cemos notar que en Portugal y sus colonias, tanto los re-ligiosos como los seglares, acostumbran a tomar un sobre-nombre de santo o misterio, unido al apellido o sin él, co-mo los frailes descalzos en el resto de las naciones), fecha-da en Belén del Gran Dará a 30 de agosto de 1668, constaque los fundadores de nuestra provincia fueron tres religio-sos nuestros españoles, los Padres Fr. Alonso Armijo,Fr. Pedro de Santa María y Pr. Juan Carrasco de Alfaro,de nuestra provincia de Quito, que fueron concedidos por elPadre Provincial, en 1638, a unos soldados del Marañónque habían ido por río a Quito a buscar misioneros. Estagran jornada fluvial la realizó el intrépido capitán PedroTeixeira por el río de las amazonas, volviendo de Quitocon el P. Acuña y otros que habían ido con 'él para reco-nocer y explorar el gran río. (Joao Ribeiro, Historia de Bra-sil. Rio de Janeiro, 1909, pág. 331).

Las noticias más antiguas referentes al Marañón (Ma-ranhao) son las siguientes: En 1594 los aventureros france-ses se establecieron en la isla de este nombre formada cer-ca de la desembocadura del gran río de igual denomina-ción, que desemboca en el Norte del Brasil, cuyas costasestaban abandonadas por España (entonces unida conPortugal), a causa de la inmensa distancia a que estabande la parte meridional, única colonizada, y aprovechandoeste abandono se establecieron en ellas piratas franceses eingleses, con cuyos elementos, al ser éstos expulsados porEspaña en 1614, se fundaron los únicos estados «extranje-ros» de las Guianas francesa, inglesa y holandesa. En1612 fundaron los franceses la ciudad de San Luis del Ma-rañón, en memoria del rey Luis XIII, cuya viuda María deMédicis era la que gobernaba en Francia (Ribeiro, página155). Los elementos expedicionarios franceses eran católi-cos y protestantes, llevando los primeros como capellán alcapuchino Fr. Claudio de Abbe-Ville. En 1614 los espaho-les los expulsaron del Marañón y «os franceses retiára—m-sesoSegadarnente para a patria» (pág. 157). En 1616 se fundóy colonizó el Pará por Caldeira Castello Branco, y en 1621se constituyó el «Estado del Marañón», constituido por lastres regiones Marañón, Ceará, Piauhy y Dará, dándoselesindependencia del resto del Brasil meridional a causa de sudistancia de él y de la dificultad de su navegación (página

157). Su primer gobernador fué el español don Diego deCárcamo, que en 1623 fijé sustituido por el portugués Fran-cisco Coelho de Carvalho, viniendo muchas familias dePortugal, con trece capuchinos, cuyo superior, Fr. Cristóbalde Lisboa, iba con carácter de Visitador eclesiástico, y doscarmelitas, quienes hicieron su entrada en San Luis el 5 deagosto de 1624. En los años siguientes (del 1637 al 39),Teixeira hizo la exploración que vimos del Amazonas hastael Napo, regresando, después de haber estado en Quilo,al Piará, ciudad fundada en 1615 por Francisco Caldeira,enviado del Marañón (pág. 237).

Esto es lo que se refiere al Brasil superior, que el infe-rior ya había sido descubierto por el español Vicente Yá-fiez Pinzón, en 20 de enero de 1.500, recorriendo la costadel norte desde el cabo Consolación en Pernambuco, na-vegando los ríos Meary y Amazonas («Mar dulce») y re-gresando a España en septiembre del mismo año, dondelos Reyes Católicos le nombraron Gobernador de todos losPaíses por él descubiertos; mas no tomó posesión y ni si-quiera quiso hacer valer sus derechos a ello (pág. 33). Elmismo año, por el mes de mayo, el portugués Pedro Alva-rez Cabral descubrió la parte del Brasil por el sur, llegan-do a Santa Cruz el día de su fiesta, 3 de Mayo; pero cornoa España, según la Bula de Alejandro VI de 1493, adicio-nada por el tratado de Tordesillas, en 1494 (370 leguas alnoroeste de Cabo Verde), le debía pertenecer el norte delBrasil descubierto por Pinzón, desde el cabo de este nom-bre hasta el Amazonas, a pesar de este derecho no quisodominarlo, y como no pertenecía a Portugal, tampoco locolonizó éste por allí, por lo cual quedó abandonado su li-toral a merced de los piratas e indígenas (págs. 35, 36 Y37), entrando todo, con Portugal, bajo el dominio de Es-Parla en 1581.

Los Mercedarios que, como vimos, llegaron al Brasilsuperior con Pedro Teixeira de regreso de su expedicióndel año 1637 a Amazonas, comenzaron su apostolado, su-friendo primero la pérdida del P. Armijo, que falleció antesde embarcar, y luego la falta de palabra de los conquista-dores, quienes en Quito los invitaron «prometiendo libera-les ajudas, que mal cumplieron», dice el P. Asunción; contodo hicieron su primera fundación en la ciudad de Dará,en donde «tiniendo ya un Conventículo en que vevían losdos padres con pocos irmanos, se cojurou contra ellos elvigario General y el Oidor general», persecución que duró

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argo tiempo y fué desenvolviéndose con tan mal cariz quepuso la fundación en riesgo de vida. Aquellas autoridadesinventariaron los bienes de nuestro convento y embarcarona los religiosos para Portugal, con el fin de que defendie-ran su causa ante el Rey, y quiso Dios que fuese reconoci-da la malicia de sus enemigos y que su majestad diese or-den a los religiosos de volverse al Pará con toda honra.Pero entonces los Trinitarios «como tan opuestos y quesiempre están a la mira, quizeran empedir la continuaciónde aquesta fundaciones en estas partes. Pero vencidos poraquella vez los Trinitarios, mandou passar el Rey decretopara que nuestros padres se bolviessen a su Convento sinque o impedisse persona alguna de cualquier calidad quefuera». (Como se ve, este padre escribe en una jerga entreespañol y portugués, porque dirigía su carta al General, aMadrid).

Volvieron los Padres Santa María y Carrasco con otrosreligiosos recién formados (entre ellos el Padre Asunciónque esto escribe) y reanudaron sus tareas en el Dará, endonde aquel «conventículo» de antes se convirtió en «el mássuntuoso de todas las religiones».

Al poco hicieron otra fundación en San Luis del 'Mara-ñón, que corrió por cuenta de nuestro Padre Asunción ydel Padre Fr. Marcos de la Natividad. En 1668 se estabalevantando el convento de Tapuytapera cerca del Marañón,ya fundado canónicamente antes, y en seguida se estable-ció el cuarto en Mean, al cual fueron agregándose sucesi-vamente los de Alcántara, Umboy y Camitä, y en el Reino(Portugal) el de Lisboa, total ocho Conventos, los cualestenían a su cuidado cinco Misiones llamadas «Aldeas» (yen el resto de América «doctrinas») o parroquias de indiosen el despoblado o «sertao», de cuya importancia dice elcitado Ribeiro: «Indisputävelmente era essa a condiç—aomais favorävel aos indios, tanto para elles propios comopara os interesses do Estado, que de tempos a tempos,por intermedio dos Padres, os requisitava para os ter nostravalhos públicos, na remagem, nas pescas, etc.» (pági-na 244-4).

No sabemos por qué estas fundaciones tan florecientesno llegaron a conseguir el título de «Provincia», habiendodejado de existir con el de «Congregación » o Viceprovin-cia, durante el siglo XIX.

El Padre Asunción refiere en su carta las peripecias deaquellas fundaciones. Como detalle curioso debe hacerse

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notar que tenían los conventos principales su banda y or-questa con que asistían a funciones, entierros y procesio-nes «que como no teníamos rentas—dice--con nuestrasmissas, offlcios e múzica nos sustentamos». En la Caja quelleva la signatura arriba citada en la Biblioteca Nacional,hay varios papeles referentes a aquella Congregación, conlos cuales podrá el que quiera escribir una breve historiade ella, y probablemente hallará también materiales en losarchivos de Portugal.

FR. RAMON SERRATOSAPuig 15 mayo 1926.

BERRIZEl 19 de marzo tuvimos, como de costumbre, la velada

misional, cuyo programa le adjuntamos, y también la dis-tribución de limosnas entre las diversas misiones y los ac-tos de piedad ejercitados en favor de las mismas.

Programa de la velada.-19 de marzo de 1916.1.° «Impromptu». (Piano). Th. Lack.2.° «Sed de almas». Poesía.3.° «Bendita sea tu pureza», canto y piano. Arcaraz.4•0 Lectura de la labor misional del curso. Reorgani-

zación de la Junta.5.° Himno misional. Coro.6.0 Conferencia oral. R. P. Goicoechea.7.° «Extr. des Maítres Chanteurs». Piano. Wagner.8.° «Soñando». Poesía misionera.9.° Sorteo de los lotes.10. «Boga, boga». Canto vasco, a cuatro voces.

Distribución de limosnas.Pesetas.

A la Obra de la Propagación de la Fe 200A la Obra de la Santa Infancia 200A la Obra de San Pedro Apóstol. 200Al Sanatorio de leprosos de Fontilles 200A la misión carmelitana de Veräpoli 200A la misión de las Islas Carolinas. 200A la misión franciscana de los jíbaros del Ecuador. 200A la misión franciscana del Shensi. 100A los leprosos de Culión 200A la misión de Fernando Póo 200A la misión de Anwhei, reverendo padre Vidau-

rrázaga 200

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A la misión dominicana de Foochow A la misión dominicana de TonkinAl noviciado indígena de Ambatolampy (Madagas-

car). A las misiones mercedarias del Piauhy (Brasil) Entregadas al limo. Fr. Pedro Pascual Miguel,

para la misma misión del Piauhy el 15 de octu-bre del pasado año 600.

A la misión del Río Magdalena (Colombia).

200Destinado para la primera expedición de misione-

ras de esta casa a la misión de Wuhú (China).. 2.000Total de limosnas invertidas en misiones .. 5.850

Tesoro espiritual que Juventud Mercedaria Misionera deBérriz ha ofrecido por las misiones de infieles desdeel 19 de marzo de 1925 hasta la fecha.

Alumnas internas.Misas. 23.598Comuniones. 22.854Rosarios 27.953Visitas al Santísimo 106.481Mortificaciones. 477.339Avemarías rezadas en filas 3.412.943Actos para el tesoro del Sagrado Corazón .... 201.148

Alumnas externas (clase gratuita).

Misas 4.826Comuniones 4.517Rosarios. 20.670Visitas al Santísimo 30 029Mortificaciones. 142.336Avemarías. 662.133Actos para el tesoro del Sagrado Corazón 103.044

Ex colegialas que pertenecen a «Juventud».

Misas 8.826Comuniones. 7.756Rosarios. 11.538Visitas al Santísimo. 11.322Meditaciones. 8.611Mortificaciones. 44.993

* * *Cuando me disponía a escribirle recibo la noticia del fa-

ii>ersetas

200100

50600

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llecimiento del ilustrísimo señor obispo del Piauhy, y alijo-tificarle a las niñas se han afectado mucho.

¡Pérdida grande para nuestra querida misión! Van asentirla mucho aquellos misioneros que cuentan con'fanPocos recursos humanos. Bendito sea Dios; desde el cieloaYudará a los que trabajaron y padecieron con él. Hoy he-mos ofrecido por su eterno descanso la Santa Misa y Co-munión toda la Comunidad y Colegio, y la Asociación demisiones mandará celebrar una Misa estos días al mis-mo fin.

Mando cheque con la limosna para la misión de Piauhy;al enviarla en nuestro nombre agradecería pidiera vuestrareverendísima al reverendo padre Ferrer que mantenga co-rrespondencia con el Colegio como lo hacia el ilustrísimoSeñor obispo (q. e. p. d.)

Las niñas trabajan con más fervor por aquellos misio-neros que las escriben; es conveniente que lo hagan devez en cuando.

Bérriz 8 mayo 1926.

NOTAS RELIGIOSASUn movimiento que promete.

La gran idea unionista no sólo tiene vida, sino que la tienemuy diferenciada por la muchedumbre de órganos específicosque ya funcionan. ¡Qué grande es la Iglesia de Dios! No sóloreacciona a cualquier estímulo, favorable o contrario, con laregularidad de un organismo vivo; sino que con esa ocasiónsaca del fondo de su vida misteriosa una energía nueva, que escapitalizada en una institución permanente. Por cierto que ladivisión del trabajo, tan fecunda, la aprendió el mundo de estaMaestra de las gentes. Tan antiguo como la existencia de hijosdíscolos es el interés que la Iglesia no ha cesado de mostrarPor ellos.

Bastara con citar los nombres de Urbano II, Gregorio X,zu genio IV, Clemente VIII y Benedicto XIV; pero el sin! unumdel Divino Maestro en el cenáculo nunca ha producido en lacc oi nsi:icencia católica una reacción tan robusta como en el sigloPasado y presente. Algún día se sabrá mejor las razones dealta Providencia a que obedece.

Con Benedicto XV da el apostolado oriental su paso de-

En 1 de mayo de 1917 crea una Congregación especial deasuntos orientales, cuya prefectura se reserva el Papa, ponién-

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dola en pie de igualdad con el Santo Oficio y la ConsistOriälorganiza después el Instituto oriental, centro abierto e la librediscusión entre los teólogos de una y otra parte. El orientedebió de temblar ante la amplitud de miras reinante en Roma.Pío XI hace gala de la misma amplitud y celo en sus discursosconsistoriales, en muchos de sus documentos, en su famosa en-cíclica del 12 de noviembre de 1923, llamada con razón la Cartade Unión, para conmemorar el tercer Centenario del mártirruteno San Josafat, y la que dedicó al Centenario del Concilioniceno, que se celebró en San Pedro con una solemne liturgiade rito bizantino bajo la presidencia del Papa.

Pero es menester obreros especializados, no sólo por sucaridad, sino por su ciencia. La tradición monástica anterior ala separación es muy honrada en Oriente y tiene aún muchavida.

Por eso el Papa se ha fijado en aquellos monjes que fueronlos principales artífices de la civilización occidental. En la cele-bre carta de 21 de marzo de 1924 al Primado de la Orden Bene-dictina les confía el honroso oficio de directores y encauzado-res de la vasta empresa de la unión. Y la gloriosa Orden haempezado a trabajar con el amor y la reflexión clásicas. ElPriorato de Amay (Bélgica) es el centro dedicado a la Causade la Unión bajo la dirección de Don Lambert Beanduin, tansabio como piadoso monje. Pero el puente entre las ideas y laacción es la propaganda.

La unión no puede ser resultado de esfuerzos aislados porpoderosos que sean; tiene que ser obra de todos. Encanta laclaridad serena de ideas, libre de todo prejuicio, y la grandezade afecto que reina en las alturas de la Iglesia, es preciso quevaya descendiendo a través de todos los medios sociales yengendre simpatía universal que violente el curso mismo de loshechos. Esta es la manera de preparar uniones eficaces y es-tables.

Eso viene a ser el programa de la revista que han empezadoa editar los Padres de Amay. Se titula Irenikon o pacífico, tra-ducido literalmente; o mensaje de paz, en traducción libre. Haceel número dos en revistas de esta especialidad, pues la Orienta-ría Christiana del Instituto oriental de Roma lleva ya variosaños. Pío XI está estableciendo además en Roma un seminariopara los jóvenes rusos que quieran consagrar su vida al apos-tolado de su gente. También los dominicos tienen en Lille(Francia) un seminario para el apostolado oriental.

En fin, tal ritmo toman las cosas que me pareciera muy na-tural el nacimiento de ,una gran orden religiosa con este finespecífico.

Que aunque parece viejo este mundo, en la Iglesia de Diossiempre abundan sublimes Quijotes, que difieren del auténticoen las virtudes de la prudencia y templanza... y dones trascen-dentes.

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Por el lado de enfrente hay también un flujo consolador:Hace muchos meses indicamos que Ukrania podría ser muy

bien la puerta por donde entrara la Iglesia en el corazón deoriente. Anotemos que fermenta muy pujante el espíritu de sepa-ración de Rusia y que una de sus aspiraciones más conscienteses la de entrar en la Comunión de Roma. Hay ciertamente algúnestimulo humano en esta aspiración, o sea el pretender que esaunión con Roma venga a ser como símbolo eficaz de su inde-pendencia de la Rusia cismática; pero ese estímulo es muy legí-timo sobre todo cuando se mira a id Rusia soviética. Hay mu-chos sacerdotes y hombres de gran prestigio en Ukrania quecreen fácil la sumisión al Papa, siempre que su rito ortodoxono padeciera quebranto.

La moderación y el tacto de Roma pueden mucho en estoscasos.

Todos los informes directos coinciden en confirmar que estedesplazamiento de los centros cismáticos es un fenómeno Uni-versal en Oriente, que se manifiesta en todos los pueblos, chi-cos y grandes, de Palestina, Siria, Egipto... Tengo a la vistauna carta de un sacerdote melkita (1)—variante del rito católicogr iego—llamado Ibn Qummus, escrita desde Alejandría. Hablade una infinidad de sacerdotes ortodoxos y de gente seglar queq uieren pasarse a la Iglesia Católica. Ibn Qummus se limita alPatriarcado melkita (2) y dice que los sacerdotes y los cate-quistas se ven abrumados, pues que materialmente les faltatiempo para recibir a las tan numerosas «bandadas ' de los quese convierten.

El obispo melkita de Trípoli ha tenido que construir dosig lesias «casi exclusivamente para los conversos», que porcierto le ayudaron espléndidamente. Actualmente está constru-yendo otra en un ptfeblo cercano que ha sido hasta ahora focodel cisma.

El obispo de Emesa, también melkita, necesita más iglesiasY sacerdotes y catequistas para los conversos. El obispo mazo-n ita de Trípoli y el siriaco de Emesa dirán lo mismo de se-guro.

Cita Ibn Qummus varios pueblos donde la población eninasa pide al sacerdote melkita la admisión, ofreciéndole losed ificios eclesiásticos que hasta ahora habían sido propiedadcismática. Los protestantes y francmasones saben muy bienque el próximo Oriente atraviesa un período de transición y poreso se les ve trabajar con ahinco y con libras. Los melkitastienen un seminario, Santa Ana de Jerusalén, donde actualmen-te se están formando 109 estudiantes bajo la dirección de los

(1) Los melkitas son árabes en su mayoría.(2) Como es sabido, en oriente la jurisdicción no es territorial,

sino personal; hay tantos patriarcados como razas; por ejemplo, enAiePo, hay por lo menos tres jurisdicciones distintas.

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i-eligiosos del cardenal Lavigerie (1), en medio de una pobrezaejemplar.

He aquí un centro más para la causa unionista.Hay además en Palestina un gran convento melkita de rama

paulista, de notable actividad, pues no hay aldea que no visiten,abren escuelas y conventos donde pueden y tienen en prepara-ción nuevos centros misioneros.

Las sedes episcopales de los greco-melkitas son: Aleppo,Beirout y Gibail, Bosra y Hauran, Emesa (Homs), Tiro, Cesá-rea de Filipo (Paneas) Sidon, Tolemaida, Trípoli.

Este rito sumará unos 200.000 católicos.Pedid, católicos, y recibiréis católicos. Las palabras del

Maestro se referían a estas cosas grandes, a la salvación demuchos. Las cosillas del mcmento vendrán como accesorias.Hay en el mundo almas débiles que no saben analizar, ni discu-rrir, ni querer como se debe, a quienes desconciertan las divi-siones religiosas del mundo.

El día que esos 150 millones o más de cismáticos se agre-guen a las ovejas del legítimo Pastor, tened por cierto quz laincredulidad que siempre se alimenta de apariencias externas,habrá perdido uno de sus más poderosos argumentos.

FR. MARTÍN O. DE ARRUGA:

El Corpus y su Octava en p ibas delJarama el ario 1603.

En todas las grandes empresas hay algo y aun algosde aventura, que no se llevan a cabo sin poner muy de ve-ras manos a la obra y exponer las personas a riesgos defama y vida: la prudencia—si es que este nombre merece—que no sea varonil, osada y fuerte nunca hizo cosa que decontar sea.

Que el introducir en una Orden nueva forma de vida seaempresa grande, no lo ignora quien conozca la historia yla constitución interna de la vida religiosa, donde es másfácil fundar de nuevo que reformar; y los que han de saliradelante con el intento, menester es que hagan y se aven-turen sin reparar en puntos de prudencia según se estila,que después tendrán tal vez por ayudadores de las nuevasposiciones creadas a los que con más ahinco se les oponían.

(1) Natural de un pueblo que está a unos 30 kilómetros de dondeescribo, Bayona, departamento de los Bajos Pirineos.

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• Nuestros primeros descalzos fueron en sus principiosunos aventureros en el buen sentido de la palabra, y su pri-mera salida de la casa paterna constituyó una verdaderaaventura coronada con la solemne celebración de la fiestadel Corpus y su Octava en Pibas del Jarama.

Ya en 1594, en el capitulo de Castilla, donde fud elegidoProvincial el P. Negrón, se acordó que en siete de las casasde la Provincia se estableciese la recolección mitigada, peroeste acuerdo se quedó en el papel como tantos otros,Cuando no hay hombre que del papel lo saque a la obra.

Había entonces en Castilla mercedarios que por su vidaaustera y recogida eran asombro de propios y extraños, dequienes podrían aprender recolección los frailes más reco-letos; pero no pensaban más que en sí y en los que comocompañeros sin romper en lo exterior la marcha ordinariade la Comunidad se les allegaban para sus piadosos ejerci-cios. Sólo el P. Juan Bautista--que yo sepa—en aquel en-tonces pensaba en recolección con sus propias casas den-tro de la Orden y aun dentro de los términos de la Provin-cia, pero como «renuevo—decía él—que salga de la raíz del a Religión y persevere unido con ella», sin que le pasase porl as mientes hacer plantación nueva. Para realizar este pensa-miento peregrinó tierras, atravesó mares, consultó parece-res, solicitó oraciones, recabó ayudas y comprometió vale-dores.

Tomó por suyo el empeño la condesa de Castellar, quetenia vara alta en las dos cortes de España y Roma, y eraMujer que no cejaba por dificultades que se atravesasen.Como el P. Juan Bautista no se avino a ejecutar unas bulasque había sacado la condesa, por las que, sin contar con laOrden, fuera de ella se haría la recolección a la que podríanPasarse cuantos mercedarios quisiesen, empezó la condesaa tratar el asunto con el P. Monroy, recién nombrado gene-ra l por la Santa Sede, y, por tanto, desligado de atencionescon los religiosos a quienes no debía el cargo, y acabó conel que autorizase la recolección, que era también un medioPara el P. Monroy de cumplir de algún modo lo que la

santa Sede al nombrarle le había impuesto. Por su parte,el P. Juan Bautista, que no se dormía, obtuvo la promesade ayuda de su hermano el P. Mtro. Fr. Cristóbal Gonzá-!ez , persona de importancia e influencia en la Provincia, yla de P. Mtro. Fr. Melchor Rodríguez, compañero de infan-cia con quien había andado a la escuela.

En esto se celebró el capitulo de Castillo en Civadalaja-

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ra, y la misma noche de la elección, 26 de abril, propuso elP. General al electo Provincial P. Miro. Fr. Matías de Cué-llar que con el nuevo Definitorio se aprobase la Recolec-ción; opúsose el P. Provincial, que nada debía al General ytenía méritos suficientes para el cargo y mayores, a queasunto de tanta entidad se escamotease al capítulo que es-taba reunido. Vióse, pues, obligado el General a presentaral capítulo la proposición, contra la cual rompió. fuego elP. Provincial y le siguió el P. Mtro. Coronel, que con airezumbón hizo una crítica desapiadada de la idea; en favor ha-blaron mesuradámente el P. Miro. Fr. Melchor Rodríguez YFr. el P. Miro. Cristóbal González; pero parece que elasunto tomaba mal cariz por lo que el General, amoscado,cortó la discusión diciendo estaba suficientemente conocidoy discutido, y que así los que faltaban por dar su parecer,lo hiciesen adhiriéndose a uno de los dos propuestos. Tretabuena para salir con la suya, porque en aquel capítulo,aunque había hombres hechos y derechos, los había tam-bién novatos que por cuenta propia no sabían a qué atener-se, y se átuvieron al parecer ya preconocido del General, ylos había también en estado de merecer que no queríancomprometerse por recolección más o menos, que, además,sería para el que la quisiese.

Estaba el bueno del P. Juan Bautista comido y bebidocon su mula bien pensada, y tan pronto supo el resultadofavorable de su pretensión, salió de estampía para Madrida llevar la buena nueva a la condesa que debía estar ansio-sa esperándola.

Tanta prisa se dieron en la ejecución, que el 8 de mayo,dia de la Ascensión, sin tener ascua ni brasa, sino solola promesa de dos casas ofrecidas en Andalucía, contandosólo con unos hábitos burdos mal cortados y cosidos muy deprisa por la condesa y sus hijas, el P. Cristóbal Gonzálezvistió" a los pretendientes de recoletos de Nuestra Señorade la Merced. A la Comunidad cogió de nuevo el suceso,que ignoraban lo acordado en el capitulo, y aunque lo supie-sen estaban lejos de pensar que hubiese quien lo tomasetan de veras; unos aplaudían y otros criticaban el nuevogénero de vestimenta y de vida que se introducía. Era díade gaudeamus en el refectorio y los nuevos recoletos quese habían hecho de sorpresa sin dar parte alguna a la Co-munidad, juzgaron prudente comer aparte y confinarse enla capilla de Nuestra Señora de los Remedios.

Aquella misma tarde visitaron a la condesa de Castellar,

Patrocinadora y promovedora de aquella obra para darlelas gracias, y quedó acordado que al día siguiente volvie-sen a dar a la familia una plática de devoción. Hízoia elP. Fr. Luis Escobar sobre aquello del Evangelio: He aquíque todo lo hemos dejado y te hemos seguido, y aunquelas historias no lo dicen, por lo que sucedió es de suponertratase el platicante de un modo u otro de la necesidad ex-trema que tenían de casa para entablar el nuevo género deVida y evitar que aquellos principios se deshiciesen comosal en agua. Lo cierto es que la condesa pensó en una casade campo que tenía no lejos de Madrid donde sus recoletosPudiesen recogerse mientras no se aviaba lo de las casasde Andalucía; y con la facilidad y prontitud con que loPensó lo hizo. Mandó a su mayordomo que se fuese aPibas e hiciese limpiar, asear y repasar la dicha casa; com-pró seis tarimas, doce mantas y jerga para seis almohadasPara las seis camas de los nuevos frailes, y al día siguientetodo estaba arreglado para el establecimiento interino desus frailes. Invitólos a comer a su casa, a donde fueronPoco después de media mañana, cada uno con su hatillodonde llevaban el breviario, algún otro libro devoto y algúni nstrumento de penitencia. Ofrecióles «grande comida», perolos nuevos recoletos, que no eran bisoños en el arte de ayu-nar y pasar hambre, hicieron extremos de templanza quemaravillaron a los hijos de la condesa, que comían conellos sentados en los dos últimos puestos de la mesa si-guiendo el consejo de su madre.

A las once de la mañana, acabada la comida cargá-ronse en un carro largo las seis tarimas, las doce mantas yl as seis almohadas, el recado necesario para decir misa, yPor fin, subieron los seis frailes.

«Partimos, escribe el P. Luis Escobar, uno de los, seis,en un carro largo cobertaclo de la señora condesa desde sumisma casa; y al salir fué cosa maravillosa la ternura, de-voción y lágrimas que tuvo la gente, así la de casa comola de fuera, que había juntádose cantidad a la puerta paravernos salir, siendo así que de ninguno de nosotros habíaPadre ni madre, ni pariente o parienta, y aun pienso que niPersona conocida. Con todo eso hubo un sentimiento queespantó; como si no estuviese Madrid lleno de Descalzos,así les causó ternura ver solos seis vestidos de descalzes.»

Mientras el carro rodaba tropezando aquí y allá por lasmal empedradas calles de la Villa del Oso y del Madroño,iban los recoletos gozosos de ver con cuánta facilidad ha-

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bían salido con sus deseos; ya se imaginaban sepultadosvivos en profunda soledad, sin trato con ser viviente, pa-sándose las noches de claro en claro luchando desaforada-mente con el sueño o extáticos emular en la tierra la vidade los espíritus angélicos y resucitando en el mundo lostiempos de los Antonios y Estilitas, decían con Fr. Luis deLeón:

Vivir quiero conmigoGozar quiero del bien que debo al CieloA solas, sin testigosLibre de amor, de celo,De odios, de esperanzas, de recelo.

Entre ellos iba quien en no lejano día, en el mismo ca-pitulo en que se aprobó la recolección, había corrido, be-biéndose los vientos, tras puestos y prelacfas, y virando enredondo dirigió sus ambiciones a cosas más altas, pero aúnestaba fresca la herida y manaba sangre, para la cual espe-raba total remedio en la soledad de Pibas a donde cami-naban, y diría también con Fr. Luis de León:

¡Oh monte, oh fuente, oh río,Oh secreto seguro deleitoso!Roto casi el navío,A vuestro alma reposoHuyo de aqueste mar tempestuoso.

Y el bendito P. Juan Bautista llevaba embargado el pen-samiento y el corazón con estos versos de San Juan de laCruz:

Mi Amado, las montañas,Los valles solitarios nemorosos,Las ínsulas extrañas,Los ríos sonorosos,El silbo de los aires amorosos.La noche sosegada

En paz de los levantes de la Aurora,La música callada,La soledad sonora,La cena que recrea y enamora.

Todos, cada cual a su modo, llevaban este programabello, poético, tanto más cuanto no estaba aún contrastadocon la prosa de la vida, trazado por el experto San Juan dela Cruz:

Olvido de lo criado,Memoria del Criador.Atención a lo interiorY estarse amando al Amado.

En esto salieron del poblado, y la vista del campo y delcielo y la caricia de un sol limpio y sano de mayo soltó sus

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lenguas a las alabanzas divinas, que, excepción hecha delens imismado Fr. Juan Bautista a quien la vista del campomás enmudecía, los demás eran de la condición de Sabino,tercer interlocutor en «Los nombres de Cristo», que decía:«Yo, como los pájaros, en viendo lo verde, deseo o cantarO hablar».

Cantaron, pues, a media voz, el salmo 103:Alaba, oh alma, a Dios, Señor, tu alteza,

,Qué lengua hay que la cuenta?Vestido estás de gloria y de belleza

Y luz resplandeciente.Encima de los cielos desplegados

Al agua diste asiento.Las nubes son tus carros, tus alados

caballos el viento.

Y así discurriendo por tierra, mar, cumbre y llano, ala-baban los nobles hechos de Dios, hasta que volviéndoseotra vez a sí, con el Profeta Rey concluían:

Cien vidas que tuviera y cien mil bocasDedico a tus loores.

Mi voz le agradará, y a mí este oficioSerá mi gran contento.

No se verá en la tierra maleficioNi tirano sangriento.

Sepultará el olvido su memoria.Tú, alma, a Dios de gloria.

Con tan buen entretenimiento anduvieron sin sentirlo lasdos leguas largas que de Madrid hay a Ribas:

FR. JUAN G. CASTRO

EL PIANO DE CONCHITA(CONTINUACIÓN)

Llegó el otoño, que se presentó aquel año un poco mástr iste y fosco de lo ordinario... Por la charla habida entredos comadres que se pararon un día en la calle al pie de la,reia de nuestro gabinete, pude rastrear que llamaba muchol a a tención entre los jóvenes superficiales de la aristocraciagra nadina, la actuación de una cantatriz y danzarina conO i os de sierpe y corazón de víbora... No sé si fueron dos otres meses los transcurridos desde entonces... Lo que sí

(Continuaré.)

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pude advertir fué la nostalgia secreta que iba minando trai-dora desde hacía tiempo en el corazón de Conchita Monte-negro... Llnicamente yo, amigo y confidente suyo desde laniñez, lograba notar en aquel rostro de candor pre-rafaélicoel velo sutilísimo de tristeza que empalidecía débilmente susmejillas y mataba poco la luz hialina de sus ensoñadoresojos...

¡Con cuánto interés avizoraba yo, para ver de descu-brir la causa de su dolor!...

¡Todo fui en vano! Nunca pude advertir en ella al tratarcon sus familiares y doncellas el menor gesto de enfado,la más leve muestra de desazón o ira.

Siempre en tales ocasiones aparecía la sonrisa en suslabios, la dulzura en sus palabras, la mesura y afabilidaden su trato... ¡Qué buena era! ¡Cómo se había ejercitadodesde niña en guardar en su pecho, cual sagrada reliquia,las punzadas secretas del dolor de su alma!...

Venía muchas veces junto a mí y hacíame levantar misvoces y cantar, siendo así que mis deseos y los suyos erantan sólo de llorar amargamente...

Mis notas brotaban como empapadas en lágrimas, ymis sonidos resonaban en la solitaria calle como el rumormonótono de una fuente abandonada...

No sé cuanto tiempo transcurrió así; lo que sí sé es queaquella nube amenazadora que se cernía sobre el alma deConchita cual fatídico pájaro de negras alas, amenazabanestallar en espantosa tormenta... ¡Qué cruel es el dolor mu-chas veces, pensé entre mí cuando pasado algún tiemporemembraba estas cosas!... No se contenta con clavar supuñal en el corazón de un alma inocente; ha de hornaguearferoz en él hasta destrozar sus fibras más delicadas...,hasta exprimir la última gota de sangre..., hasta hacerexhalar el postrer suspiro... Nunca se borrará de mi mentela muda tragedia que aquella tarde presencié.

Era una de esas oscuras y nubosas que tan frecuente-mente se presentan hacia mediados de diciembre... La llo-vizna, como tamo líquido iba empapando los vidrios hastaformar con ellos gotas que después se ahilaban resbalandosilenciosas a semejanza de lágrimas... Acababa de pasarun vendedor pregonando apio fino y batata de Nerja...Más lejano, se dejaba escuchar de vez en cuando la vozcascada de una vieja que tenía un puesto de castañas en laencrucijada próxima.

No podía adivinar, por más que me esforzaba en ello,

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qué era lo que a Conchita hacía- estar como clavada obser-vando anhelante y silenciosa detrás del encaje de los visi-llos... Aquel día llegaba de comulgar por la mañana en elcercano templo... Noté en la palidez mortal de sus mejillasque la herida secreta de su corazón no manaba sangregota a gota como en días anteriores, sino que comenzabad verterla a raudales como abundante manantial...

Más de una vez había visto brillar en sus mejillas unaläg rima involuntaria al sentarse frente a mí...

Muda y llena de dolor, miraba aquella tarde hacia laPortada del inmenso templo que por los claros de la verjade un carmen cercano dejábase ver lleno de majestad y dehermosura...

Sentí aquella tarde un ir y venir de coches desacostum-brado... Todos iban parando a la puerta del mencionadotemplo.

Cuando cruzaban nuestra calle resonaban las recias pi-sadas de los troncos con sonido metálico y hueco... Cadauno que pasaba noté que hacia estremecer involuntariamen-te a Conchita... Diríase que aquellos caballos hollabanU fanos con sus cascos el corazón de aquella inocente niña...Contemplaba ella el paso de aquella comitiva en la actitudserena y bellamente dolorosa de las doncellas esculpidasPor los artistas griegos en sus funerarias estelas... de allía poco cesó el ruido de las carrozas... Vi que los altosventanales de la iglesia despedían, a través de los vidriosPolícromos, resplandecientes haces de luz... Comenzaba aoscurecer... Conchita; trémula, acababa de secarse dos lá-grimas silenciosas que brotaron de sus ojos. Cuando viócruzar el último coche corrió del todo el visillo...

¡Dios mío! ¡Dios mío! ¡Qué angustia mortal debía des-pedazar en aquellos momentos su pecho!... Yo no sabréexpresar lo que experimenté cuando con paso vagaroso,Como enajenada, la vi dirigirse hacia mi, quebrada la co-lor del rostro, humedecida su frente por copioso sudor, ca-si blancos sus labios...

Acercóseme, besó las imagencitas, musitó una °melónPi diendo fuerzas... ¡Ah, si al menos hubiera podidorail... Permaneció así por algún tiempo, reclinada sobre misu frente, con la estatuilla de María en las manos.

Durante aquellos instantes hube de sentir su respiraciónintranquila casi ahogada...; los latidos irregulares de aquelcorazón destrozado, deshecho... ¡Cuánto sufrí y cuántoaprendí yo entonces!...

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¡Ah, si hubiera podido consolarla! ¡Si en mi mano hu-biese estado el poder restañar aquellas heridas! ¿Por qué nome hacía cantar como cuando era niña? Tal vez (pensabaentre mí) las voces de mi cuerdas, haciéndolas brotar em-papadas en llanto hubieran sido algún alivio a su dolor.

(Continuará).

Favores IN HUOSitil Santísima Madre4.° Hallándose mi hija enferma con grandes vómitos

y fiebres muy altas y pasando bastantes días en estado tanalarmante, invoqué a la Santísima Virgen de las Mercedesprometiéndole publicar este favor en la revista, y en segui-da se inició la mejoría, la que fué en aumento y al pocotiempo se encontraba la enfermita restablecida por com-pleto.

¡Gracias mil a la Virgen Santísima de la Merced!UNA DEVOTA

Alhama (Granada).* * *

5.° Viéndose mi hermano obligado a prestar serviciomilitar en tierras africanas, donde en las continuas luchascon los moros estaba en un constante peligro, le ofrecí a laSantísima Virgen de las Mercedes una Misa si lo sacabaileso de tantos peligros, lo que he cumplido con muchogozo, pues ya lo tengo en casa bueno sin que haya recibidola más leve herida.

¡Gracias a la Santísima Virgen de las Mercedes!UNA DEVOTA

6.° En Febrero del año pasado ingresó en este Hospi-tal P. C. H., gitano, con un pie herido por un barreno ydespués quemado por descuido del mismo.

Es éste de tez morena, pero su alma lo estaba más.Hacía trece años vivía amancebado y a más de costumbresnada cristianas; las pasiones se señoreaban en él o lotenían aprisionado y la esperanza de conquistarlo paraJesucristo estaba casi perdida, pues a pesar de su prolon-gada estancia en este Hospital y de los muchos trabajos denuestra parte para que reconociera su error y de parte delPadre Capellán no se conseguía nada, por lo que en nues-

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tras pobres oraciones pedíamos a Nuestra Santísima Madreque no permitiera que esta alma se fuera de aquí sin haber-se reconciliado con su divino Hijo. Mas esta divina Madrenos dió el consuelo de que lo viéramos muy variado y quecon más facilidad asistiera a los rezos que tenemos estable-cidos para los enfermos, y convencido para que los casasen,Pero hacer una entera confesión se resistía. Por fin le diöe l Señor Médico el alta, pero Nuestra Amada Madre quisoque empeorase y volvió otra vez al Hospital, siendo esta laocasión en que la gracia hizo su obra, pues ya se conven-ció y nos dió palabra de convertirse de veras y que ¡cuántosentía no le hubiese herido el barreno antes, porque muchosMenos pecados tendría, pues he sido una fiera, decía. Enseguida comenzamos a gestionar los documentos necesa-rios para que los casasen en lo que Dios Nuestro Señorquiso sufriéramos, pero todo solucionado felizmente por laDivina Redentora, llegó el feliz día en que, rotas las ca-denas por una buena confesión, recibieron estas dos almase l divino Pan de vida con sumo . gozo y fueron desposadosen el mismo día, no sabiendo como agradecer este favortan grande como ellos decían y repetía: ¡Ay, Madre! laSantísima Virgen y su Divino Hijo se han valido de ustedesPara concedernos este singular favor de traernos a su amis-tad y gracia, ¿con qué pagarles este favor tan grande? A loque les contestamos: siendo buenos cristianos en adelante.

Hospital de Alhama de Granada, 14 de Abril 1926.

Favores de !a Beata Mariana deJesús (1)

24. En los últimos días de Enero próximo pasado en-ferMó mi madre política, que cuenta setenta y seis años, deUn a afección al hígado gravísima, según el diagnóstico denuestro médico de cabecera Don José. Romero, que ratificóel Doctor (Señor Ruiz Elías), mi amigo.

Todavía se agravó más la enferma, sufriendo un ataquede uremia. Su situación llegó a ser desesperada, cuandoPor la posición constante de la enferma y su falta de circu-lción, se estancaron ambos pulmones por la parte de laespalda. Así dictaminaron ambos doctores que, esperando

( 1 ) Véase el número de Enero próximo pasado, página 35.

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la muerte de una hora a otra, sostenían la actividad delcorazón de la enferma con abundantes inyecciones de acei-te alcanforado.

Para mí la situación era comprometida, no sólo por elcariño que la profeso, sino porque años antes unos clientesmíos y yo habíamos adquirido una finca que, como vulgar-mente se dice, se había puesto a su nombre por razonesque no son del caso relatar.

Dada la extrema gravedad de la enferma no era cuerdotomar las precauciones contractuales precisas para des-hacer lo hecho, dando a cada uno lo que en justicia y enderecho le correspondían.

En tal apuro acudí a la Beata Mariana de Jesús. Empecéuna novena el 9 de Febrero, comulgando los nueve díasante sus restos venerandos; novena que debía terminar el17 de Febrero, costeé desde luego la función de este día yprometí 100 pesetas de limosna al convento.

El resultado ha sido que el lunes, 15, estaba mejor, el16 mejor, el 17 mucho mejor, se suprimieron las inyeccio-nes de aceite alcanforado y hoy come con nosotros a lamesa, haciendo su vida ordinaria.

Madrid, 19 Mayo 1926. A. S. C.25. En el núm. 88 de esta revista correspondiente al

24 de Noviembre 1925, se publicó, detalladamente, un favorque obtuve de mi madre protectora la Beata María Ana deJesús. Allí relataba que el apuro en que me ví durante losmeses de Mayo y Junio de 1925 se resolvió pagándomequien menos podía presumir cierta cantidad en metálico yentregándome unos derechos litigiosos que importaban3.000 pesetas que por ser litigiosos corrían inminente peli-gro de no ser satisfecho,•,, sobre todo teniendo en cuentaque el deudor presunto estaba colocado en situación deinsolvencia.

En este nuevo apuro acudí a la Beata Mercedaria, en elmes de Noviembre le hice una novena ante sus restos,comulgué ante ella, costeé una función de las que celebranlas madres todos los días 17 de cada mes y prometí 100pesetas de limosna a dicho Convento.

El resultado fue- que la función del 17 de dicho mes yafui de acción de gracias, pues no recuerdo si el día 16 o el15 cobré aquellas 3.000 2esetas con más 2.000 de mis ho-norarios devengados en aquel pleito que había ganado concostas.

Madrid, 17 Mayo 1926. A. 5. C.

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NOTICIASMADRID

Colegio de PP. Mercedarios.—Solemnísima resultó la pri-mera comunión de algunos alumnos de este acreditado colegio, quetuvo lugar el 8 de mayo, primer viernes de mes, día de comu-nión general para el Colegio. A este acte precedieron ocho díasde ejercicios dados por el Rector P. Carlos Carnevali. La capillaestaba preciosísima, cuajada de flores. La misa la dijo el P. Va-lentín R. Cotón que pronunció una hermosa plática. Durante lamisa y comunión, los niños, bajo la dirección del P. Miguélez,cantaron hermosos motetes.

A larcón.—E1 día de la Ascensión se celebró también en estecolegio, con la pompa acostumbrada, la primera comunión de unastreinta alumnas de este colegio, acompañadas de todas sus condis-ciPulas. El Rdvmo. P. Inocencio López, ex general de la Merced,les dió la comunión después de una plática. Admirablemente can-taron, haciendo filigranas de ejecución, el acreditado coro de niñasY jovencitas de este colegio. A la tarde hubo renovación de laspromesas del Bautismo con la misma solemnidad y hermosos cán-ticos que por la mañana.

San Fernando.--En la pequeñita capilla de este colegio, ador-nada con mucho gusto, hicieron también la primera comunión eldía de la Ascensión, treinta alumnas del colegio, y otras condiscí-Pulas suyas que quisieron acompañarlas a la sagrada mesa. Laestrechez del local no permitió que hiciesen juntas todas las alum-nas, unas la primera y otras esta comunión general, pues casi lasdos terceras partes tuvo que acudir a la parroquia. Precedió a.este' acto una larga preparación y un triduo fervorosísimo de ejer-cicios, en que las niñas edificaron con su comportamiento. La co-tnunión, con la iglesita completamente atestada de gente, resultóhermosa y conmovedora. Dijo la misa el padre capellán don To-más Fernández y durante ella el padre director de LA MERCEDPronunció unos breves fervorines. La pequeñez del lugar, el tonode la plática y el casi diálogo con las niñas diö al acto un ambien-te de intimidad y familiaridad, muy en consonancia con la comu-,nión. A la tarde hubo renovación de las promesas, amenizada1,nesperadamente por un niño que, vestido de angelito, hablaba ydiscurría de acá para allá hablando con unos y con otros. Graciasa el el acto se abrevió notablemente. Se terminó la función con 3adeclamación por pequeñitas y medianas de unas hermosapsopyoe-sias a la Santísima Virgen.

o

Con verdadera satisfacción, como prueba del esplendor en quese encuentran las ciencias eclesiásticas en nuestro convento dePoyo, el primer centro de formación de nuestra provincia de Cas-

entresacamos de la ,(Hoja Parroquial de Santa María la Ma-Yor de Pontevedra», 9 de mayo de 1926, las calificaciones quenuestros hermanos.de aquel convento obtuvieron en los docetillas del Certamen científico-literario organizado por el directorde esta «Hoja Parroquial».

He aquí la lista de trabajos y autores premiados:Tema 1.° Constantino el Grande y Osio de Córdoba. Influen-

cia de ambos en el Concilio de Nicea. Lema: tOsio redactó Ja fe

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nicena». Autor: Fr. Raimundo Sanjurjo Rodríguez, mercedariodel Convento de Poyo. Premio del Excmo. Sr. Gobernador civil.Accésit. Lema «Haereseos debellator». Autor: don Serafín delRío, Zafra.

Tema 6.° Personalidad de Osio de Córdoba en el primer ter-cio de la cuarta centuria... Premio del Diputado provincial donPedro García, que obtuvo el Lema: « Vencedor». Autor: Fr. Gu-mersindo Placer López, del Convento de Poyo. Obtuvo accésit elLema «Ex millibus unus». Autor: don Serafín del Río y Barrera,de Badajoz.

Tema 7.0 El. Arrianismo, el Racionalismo y el Modernismoteológico. Conclusiones sobre la persona de Jesucristo, según latesis de estas herejías. Premio del Excmo. Sr. D. Casimir° Gó-mez, que obtuvo el Lema «Pío X». Autor: R. P. José R. Orjales,mercedario, del Convento de Poyo.. Tema 8.° Razón de la presencia del Arrianismo en la Pe-nínsula ibérica. Prelación de sus regiones en abjurarlo. Premiodel Dr. D. Enrique Marescot. Lema: « Rechiario». Autor: reveren-do padre Efiseo Pérez González, del Convento de Poyo.

Tema 9.° Organización y estado de la iglesia de Galicia en elsiglo IV. Premio de D. José Díaz Sanjurjo. Lema: «Non habet innobis fabula ficta locum». Autor: R. P. Emilio Silva Castro, delConvento de Poyo.

Tema 12. Versión al gallego del Pater Noster, Ave María,Salve, Regina y símbolo Niceno Constantinopolitano. Premio dela Asociación Josefina, que quedó desierto. Obtuvo accésit el Lema«Nosa fala». Autor: Fr. Carlos Silva, del Convento de Poyo; ymención el Lema «Rezar como falamos». Autor: D. Manuel Gon-zález, de Comillas.

A los agraciados nuestra cordial enhorabuena.HERENCIA

Las Martas hacen la primera visita oficial a los Sagra-rios de Las Labores y de Arenas.---E1 22 de abril, después deimplorar la ayuda de Dios ante el Sagrario del convento, salieronpara visitar el de Las Labores las Marías encargadas de el, acom-pañadas del padre director, que es el Comendador, y de fray An-tonio M. Silva.

Fueron recibidos con gran entusiasmo y repique de campanaspor el pueblo que los acompañó a la iglesia a hacer la primeravisita. Después de un breve descanso empezó la misa de comuniónque dijo el señor cura y solemnizaron con hermosos motetes lasMarías bajo la acertada dirección de fray Antonio que las acom-pañaba en el armonium. Acercáronse a la sagrada mesa, ademásde las Marías que lo hicieron con modestia y devoción edificantes,los niños de las escuelas y otras personas piadosas.

Después de la misa, el padre comendador hizo una plática a lamultitud que había acudido a la novedad de la fiesta, exponiendola Obra de las Marías y excitándola al amor y devoción a JesúsSacramentado.

A la tarde hubo exposición menor, rosario y estación cantaday reserva, y nos despedimos del pueblo con una hermosa pláticadel padre Comendador, agradeciendo el buen acogimiento que noshabían dispensado y la cooperación que nos habían prestado elseñor párroco y maestros. La iglesia estaba adornada y esteradacon especial esmero.

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Dichas las preces partió el automóvil que nos traía a Herenciaentre los miradas cariñosas del pueblo.Tenemos esperanzas fundadas de que pronto se establecerá en

Las Labores esta hermosa obra; volvimos a Herencia muy alen-tados a proseguir nuestra labor en vista del buen resultado obte-nido en nuestra primera excursión.

El día 4 de mayo las Marías hicieron la visita a su Sagrario deArenas. Allí el entusiasmo fue todavía mayor que en Las Labores.Nos esperaba a la entrada del pueblo el párroco, los maestros conSUs niños y llevaban banderas y entonaban cantos eucarísticos,

blepause. cle decirse que todos los vecinos. Hubo misa de comunión,

como en Las Labores, aunque con más concurrencia; el padre Co-mendador agradeció el recibimiento en breve plática después dela misa. Fue tal el entusiasmo, que sin ser día festivo, se suspen-dieron las faenas del campo, y cerraron las tiendas y oficinas pú-

Por la tarde hubo Hora Santa, predicada con el fervor acos-tumbrado por el padre Comendador.

El pueblo en masa salió acompañándonos al puente y al arran-pcaidriéenl donos.autobús y hasta perdernos de vista agitaban pañuelos des-

Pronto se establecerán en este pueblo dos o tres coros, puesV arias señoras han dado ya su nombre.• El entrenamiento de las Marías de Herencia en este apostolado

nos hace esperar que resultarán unas Marias de los Sagrarios-Calvarios admirables, y como de esta pasta son todas las señorasmanchegas, de esperar es que esta tierra, antaño tierra de San-tos, vuelva a arder n amores eucarísticos. He aquí un progra-mita de acción: llegan a un pueblo, y lo primero la visita al Santí-sial°, que como en tienda de campaña está en el Sagrario; de estavisita alentadas y enfervorecidas salen en grupos a visitar casaPor casa a los vecinos del pueblo, hombres y mujeres, invitándo-los a la fiesta. Alguna frasecita, más de irreflexión que de malicia,corno: ¿En la iglesia dan pesetas?; contestada: No, pero allí estáquien hace crecer el trigo y lograrse las cosechas, que valenPesetas, es el agridulce de este apostolado.

Comunión de los niños de la Catequesis.—Después deOcho días de preparación, el día de la Ascensión se acercaron acomulgar unos cuatrocientos niños del catecismo, que alternandocon las cantoras ejecutaron hermosas canciones.

Por la tarde hubo renovación de las promesas del Bautismorenunciando a Satanás, sus pompas y vanidades, después de una,fervorosa plática del padre director de la Catequesis fray Tomást.scánez. Coronöse la fiesta de este día con una solemne procesiónaue recorrió las calles de Herencia llevando la imagen de Nuestra' antísima Madre y la del Niño Jesús. Un gran concurso se agol-,Paba en las calles a contemplar el paso de la procesión, emociona-'-40 ante los vivas de los niños a Jesús y a María. Esperamos que elrecuerdo de este día será un sentimiento perenne de piedad.

Nuestros plácemes a las catequistas, y especiales al padre di-rector que sabe entre sus múltiples ocupaciones guardar ansiososcjudados para la gente menuda, la parte escogida de la grey del'eñor, porque de ellos es el reino de los cielos.

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1111».1111marrrr

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MALLEN (Zaragoza)Colegio de Nuestra Señora de las Mercedes.—E1 día 13

de mayo, festividad de la Ascensión del Señor, tuvo lugar unafiesta muy simpática, la de la Santa Infancia, establecida en elcolegio que tan digna y celosamente dirigen las Hermanas Mer-cedarias de Mallén.

A las ocho de la mañana se celebró la Misa de comunión gene-ral, a que acudieron todos los numerosos socios que por su edadpodían hacerlo, siendo un acto concurridísimo y conmovedor.

A las cinco de la tarde se organizó una gran procesión conasistencia de la mayoría del vecindario, los niños y niñas de lasescuelas, sus maestros, el señor cura párroco doctor Andrés, lacruz parroquial, banda de la villa y las Hermanas Mercedarias,alma de dichos actos. Con repique general de campanas reco-rrió la villa la procesión magna, tocando la banda el acompa-miento de un precioso himno que se estrenó para este acto reli-gioso. Luciendo un primoroso estandarte (regalo de la familia dedon Roque Ibáñez), marchó la procesión hasta la Plaza de la Vi-lla, donde declamó unas hermosas poesías la encantadora niñaDolores Charles.

Siguió la procesión hasta la parroquia, donde hubo exposicióndel Santísimo; se hizo el acto de consagración de los niñosasociados y bendición solemne. El párroco, doctor Andrés,expuso el fin de la Obra y suplicó al numeroso auditorio continua-ra apoyando a la Santa Infancia cada vez más y más. Terminó laestación en la parroquia con amenos diálogos y poesías interpre-tados por las niñas Asunción Zaldívar Cuadal, Amparo IbáñezZaldívar, Maria Alcázar y Dolores Charles, todas vestidas deblanco.

Por fin siguió la procesión a la capilla del Colegio de NuestraSeñora de la Merced, donde se hizo el ejercicio de las Flores deMayo, terminando con vivas a la Santa Infancia y a la NiñaMaría.

Recolectaron con gran abnegación las señoritas Isabel LasalaLópez, Margarita Lamata, Elenita Asin y Matilde Biela, lograndorecaudar cincuenta pesetas en total, demostrando con ello el granéxito y entusiasmo por la Obra.

Los niños y niñas lucieron preciosas banderas y hermosos la-zos con la medalla de la Santa Infancia, contribuyendo todo ala angelical alegría infantil, que reinó en todos los actos rese-ñados.

Todos quedaron entusiasmados y prometían seguir trabajandocon fervor para la salvación de los hermanitos infieles.

¡Dios lo quiera!Mallén 15 de mayo de 1926. F. URIONDO

BARCELONAEnfermedad del Ilmo. y Rdvmo. Sr. Dr. D. Fray Pedro

Pascual Miguel, Obispo de Agathópolis, y su muerte.—Lalarga y penosa enfermedad que venía padeciendo el Sr. Obispo deAgathópolis, y de que va habíamos dado cuenta en otros númerosde nuestra Revista, tuvo un triste desenlace el día 5 del corriente,a las once de la noche.

Encontrando 1 Ds médicos al Prelado en buenas condiciones, alparecer, y va repuesto de otra operación que le habían practica-do el día 1. 0 de febrero pasado, se resolvieron a practicarle otra

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segunda, que creían indispensable, a fin de impedir algún posible,ataque de uremia.

El estado satisfactorio del Sr. Obispo y la reconocida periciadel Dr. Reverter que le venía asistiendo en la Clínica del Pilar(San Gervasio), hacían concebir esperanzas y casi seguridad deléoxnicteo.dEella

mañana. indicado día 5 era operado con felicidad el enfermo, a las

Pasó con tranquilidad las primeras horas, y nada hacía de te-tner lo que después sobrevino. A las tres de la tarde próxima-Mente sobreviniéronle algunos síntomas de debilidad cardiaca,acompañados de estremecimientos y escalofríos, que se repitieronCOn mayor intensidad y gravedad, alarmando a los doctores y.a los religiosos que no abandonaron un momento al ilustre en-fermo,

Se le proporcionaron todos los auxilios de la ciencia, pero seegravaba por momentos. Visiblemente emocionados, tanto el se-flor Reverter como sus compañeros, se retiraron impotentes,cuando el Prelado había perdido ya el uso de los sentidos. Entretanto, y como conservó toda la lucidez hasta el último momento,se le administraron al enfermo todos los Sacramentos y demásAuxilios Espirituales, que recibió con gran fervor, siendo asistido.Por el muy reverendo padre provincial fray Alberto Barros, suconfesor reverendo padre FelipeMagrazo, su secretario reverendoPadre fray Pedro Nolasco Resviere, por el señor capellán del es-tablecimiento, que merece especial gratitud de la Orden, por losdemás padres de la Comunidad, por el hermano Pedro NolascoAyarza y por las hermanas de Santa Ana, que con tanta caridadY abnegación le asistieron durante su larga enfermedad.

Con la resignación de un alma grande, después de haber ofre-cido su vida por sus pecados y por sus fieles diocesanos, con plenaconciencia de tan terrible trance y confortado con la especial ben-dición de Su Santidad, falleció a las once de la noche próxima-Mente, encargando que su cuerpo fuese revestido con los orna-Mentos pontificales y haciendo algunas otras ligeras recomenda-ciones.

Acababa de espirar cuando llegó su hermano mayor don Anas-tasio Miguel, párroco de Villaldemiro (Burgos), que con toda laavdeiloós a uvelocidad dileuslotrsetrheenremsannoop. udo llegar siquiera para dar el último

Amortajado el cadáver fué trasladado al depósito del estable-cimiento, donde después de embalsamado al día siguiente estuvoexpuesto hasta su traslado al camarín de la iglesia de los Dolo-preilsfac:rndvieenrttied.o hasta el día 10, lunes, en que fué sepultado, en ca-

Por nuestra Residencia de Barcelona desfilaron innumerablesPersonas de todas clases sociales, las autoridades en primer lugar,.comisiones del Cabildo, amigos eclesiásticos, de las Ordenes reli-_liosas, y se ofrecieron comisiones de la Esclavitud de la Merced,ame los Jueves Eucarísticos, Congregaciones de los Dolores, de la,t(eparadora, de San Rafael, y de otras establecidas en la iglesiael Buensuceso, tomando parte también en los funerales.

Toda la prensa se asoció a nuestro duelo, y los periódicos de laaPital catalana publicaron sendos artículos, dando cuenta del fa-llecimiento del Prelado y de los funerales. De uno de ellos toma-Mos los datos siguientes:

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« Ayer mañana, en la iglesia de Nuestra Señora de los Doloresse celebraron solemnes funerales ccorpore insepulto) por el eternodescanso del que fué obispo de Agathópolis y figura preclara dela Orden de la Merced, fray Pedro Pascual Miguel, cuyo cadáverhabía estado expuesto al público durante dos días en la capillade la Virgen de los Dolores.

A la piadosa ceremonia asistió, de medio pontifical, el Obispode la diócesis doctor Miralles, con los canónigos doctores Vilarru-bias, Auguet y Hospital, y el maestro de ceremonias de la Cace-dral reverendo don Daniel Salvadó.

Hicieron acto de presencia el alcalde barón de Viver, que tam-bién presidió el duelo; el general Correa, en representación delcapitán general; el señor Luengo, por el gobernador civil; el doc-tor Marín, por el rector de la Universidad; el cónsul general delBrasil, por delegación expresa del ministro plenipGtenciario deaquella República en España; el cuerpo de la Nobleza, represen-tado por don Ignacio de Ros y don Carlos de España, y los padresprovinciales de la Orden Mercedaria de Castilla, Aragón y Cata-luña, con el comendador de Palma de Mallorca y la Comunidaden pleno de la residencia de Barcelona.

También concurrieron muchos sacerdotes, Congregaciones re-ligiosas y fieles devotos.

El templo estaba totalmente lleno y profusamente iluminado.Ofició el padre Inocencio López Santamaría, ex maestro gene-

ral de la Orden de la Merced, asistido por los padres Felipe Ma-grazo y Pedro Nolasco Resbiere, definidor de la provincia de Ara-gón y secretario del Obispo difunto, respectivamente. La capillade música de la iglesia del Buensuceso entonó la misa de Requiem,del abate Perosi.

El Dr. Miralles dió la absolución al cadáver del Prelado muer-to, y después se retiró de la iglesia, no pudiendo asistir, bien apesar suyo, al entierro, por tener que marchar a Lérida.

La comitiva fúnebre que había de acompañar los restos morta-les de fray Pascual a su última morada en la basílica de la Mer-ced, se organizó a las once de la mañana, siguiendo el curso quepreviamente se había señalado desde la plaza del Buensuceso, porlas Ramblas a la calle Ancha. Abrían la marcha dos batidores dela guardia urbana a caballo, de gran gala. Seguían los niños de'la Casa de Caridad y el clero parroquial con cruz alzada.

El cadáver iba encerrado en un severo ataúd blanco, y a amboslados del coche mortuorio marchaban con sendas hachas encen-didas caballeros de los Jueves Eucarísticos de la iglesia del Buen-suceso y otros de la Asociación Reparadora de Pío IX.

Las seis cintas que pendían del féretro eran sostenidas porpadres mercedarios, en nombre de la Orden.

En la presidencia del duelo figuraban el deán doctor 1-16pez, enrepresentación del Obispo; el padre provincial de Aragón, el her-mano del finado reverendo Anastasio Miguel, las autoridades, elvicario general don Delfín Ribas y el Cuerpo de la Nobleza.

En el acompañamiento vimos sacerdotes, señores particularesy a muchos miembros de Asociaciones y Congregaciones reli-giosas.

El paso de la fúnebre comitiva fué presenciado por muchopúblico.

A su llegada a la basílica de la Merced, el cadáver del, ilustre

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Prelado fué recibido por el rector y la comunidad de beneficiadosde aquella parroquia, y colocado en el centro de la nave del tem-plo, se entonó un solemne responso.

Acto seguido se dió por despedido el duelo.A las tres de la tarde fué inhumado el cadáver de fray Pedro

Pascual Miguel en la cripta de la capilla de la Esclavitud. A estaceremonia sólo asistieron el hermano del difunto Obispo y algu-nos religiosos de la Comunidad del Buensuceso.

El padre provincial de los Mercedarios nos ruega hagamosconstar el profundo agradecimiento que la Orden de la Mercedsiente hacia el pueblo y autoridades de Barcelona por la parteque han tomado en ei duelo por el fallecimiento del señor Obispode Agathópolis. De manera especial hace mención del rasgo cari-tativo del señor Obispo de la diócesis, doctor Miralles, por las fa-cilidades que por su parte dió, a fin de que el cadáver del Preladofal lecido recibiese sepultura en la basílica de la Merced, según lodeseaban sus hermanos de hábito. No menos gratitud es debida alcapitán general, al gobernador civil señor Miláns del Bosch, quetue intermediario cerca del Gobierno para obtener la autorizaciónde enterramiento en el citado templo. No solamente la Orden dela Merced queda eternamente agradecida a dichas autoridades,sino también al alcalde, quien no solamente ha asistido personal-mente al funeral y entierro del Prelado, sino que ha dispuestotoda clase de facilidades para que el entierro revistiese la solem-nidad debida a la alta jerarquía del ilustre muerto; esta gratitudserá compartida seguramente por los fieles de su dilatada Prela-Leía del Piauhy en el Brasil, y el mismo Gobierno de esta Repti-ulloa, y su ministro plenipotenciario en Madrid, gran amigo delpPrreellaaddoo., p y así lo manifestó por encargo del mismo ministro elCónsul general del Brasil en Barcelona.

Asimismo también nos manifiesta su especial agradecimientoa la prensa por la preferente atención dedicada a la muerte del

(De «La Vanguardia», 11 mayo 1926).* * *

Descanse en paz el ilustrísimo y venerado padre Pascual, yq ue el Señor haya premiado sus méritos.

LA MERCED, al recoger agradecida el pésame de sus amigos ysuplicar a sus lectores una oración por el eterno descanso del Pre-lado y del hermano, envía la expresión más sentida de su dolor,en el que también les acompaña, a sus venerables hermanos, alquerido amigo nuestro, don Anastasio Miguel y al padre Restitu-to , religioso nuestro, al vicario general del Buen Jesús de Gur-gueia, a los religiosos párrocos y fieles todos de aquella Prelatura;_a l padre general de la Orden, a ésta en general y a las provinciasoe Castilla y de Méjico, que pierden un hijo y un antiguo Prelado,a todas las Juntas misionales y socias y niñas de dichos CentrosY. en fin, a su pueblo natal, que pocos meses hace le había vistocOn orgullo con los honores del supremo sacerdocio dando bendi-ciones.

Que una eterna haya caído sobre él y pida al Señor por las ne-eesi nJades que aquí deja, y que al mismo Señor toca remediar enSU infinita providencia.

Capitulo provincial mercedario del Ecuador.—PresididoPor el reverendo padre Ramón Mandria za, nombrado visitador

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general de la Provincia Mercedaria del Ecuador, se llevó a caboel Capítulo provincial de la misma, resultando elegidos para losdiferentes puestos, los siguientes reverendos padres: provincial,reverendo padre Ignacio Santos Cervantes; secretario de provin-cia, reverendo padre Ramón Cabrera; rector de Quito, reverendopadre Ramón Gavilanes; comendador de Guayaquil, reverendopadre Moreno; comendador de Ambato, reverendo padre Villa-fuerte; comendador de Latacunga, reverendo padre Miguel Cár-denas; comendador de Ibarra, reverendo padre Juan Gavilanes;comendador de El Tejar, reverendo padre Juan Cueva; maestrode novicios, reverendo padre Aquatias; maestro de estudiantes,reverendo padre Suárez; superior de la Misión de Manabí, reve-rendo padre Lasso; director del Colegio de Quito, reverendo padreHinojosa. (De Dios y Patria»).

Nuevas autoridades de la Provincia Mercedaria Li-meña.—La Provincia Mercedaria Limeña, reunida en Capituloprovincial bajo la autoridad de su visitador general argentino,el reverendo padre fray Vicente Fernández Bustamante, con elfin de elegir sus nuevas autoridades, ha constituido su nuevo go-bierno en la siguiente forma: provincial, reverendo padre frayAlberto Escaler; definidores provinciales, reverendos padres frayAntonio Maldonado, fray Damas° Orös y fray Juan Costa Cavero;ro; comendador de Lima, fray Juan Costa Cavero; de Arequipa,reverendo padre fray Raúl Urteaga; del Cuzco, reverendo padrefray José Cupertino Baca; de Huacho, reverendo padre fray Anto-nio Proario Cárdenas; de Abancay, reverendo padre fray Ar-mando Bonifaz; maestro de novicios del Cuzco, fray EmilianoCayro Arenas, y maestro de estudiantes de Lima, reverendo padrefray Carlos de Cobo.

Conferencias. —Desde el 26 de abril hasta el 1.° de mayo diuel padre comendador una serie de conferencias como preparaciónpara el cumplimiento pascual a los jóvenes de Herencia.

Desde el dia 9 al 21 de mayo dió otra serie de conferencias alos padres de familias sobre sus obligaciones en la educación delos hijos.

STIMAIR.I0

EL ILMO. P. PASCUAL MIGUEL, OBISPO DE AGATHOPOLIS, por Fr. Ino-cencio López.—LA TERCERA ORDEN DE LA MERCED: ¿Qué es?, por FrayJuan G. Castro.--EL V. FR. GABRIEL RIPOLLÉS, por el P. Miro. Fr. GabrielTillez.—PÁGINA MISIONAL: Los antiguos Mercedarios del Marañón en elPiauhy, por Fr. Ramón Serratosa. -NOTAS RELIGIOSAS: El movimientounionista de las Iglesias. por Fr. Martín O. de Arriaga.—EL CORPUS YSU OCTAVA EN RISAS DEL JARAMA EL AÑO 1603, por Fr. J. G. Castro.—ELPIANO DE CONCHITA, por Fr. Miguel E. Mingorance. -FAVORES DE NUES-TRA SANTÍSIMA MADRE.-FAVORES DE LA BEATA MARIANA DE JESÚS.--NOTICIAS.

CON LAS DEBIDAS LICENCIAS

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