no más infartos

83
1 DR. LOUIS J. IGNARRO PREMIO NOBEL DE MEDICINA 1998 NO más infartos cómo el óxico nítrico puede prevenir -e incluso curar- enfermedades del corazón LUMEN MÉXICO

Upload: javierhermosillo

Post on 01-Dec-2015

962 views

Category:

Documents


11 download

TRANSCRIPT

1

DR. LOUIS J. IGNARRO PREMIO NOBEL DE MEDICINA 1998

NO

más infartos

cómo el óxico nítrico

puede prevenir

-e incluso curar-

enfermedades del corazón

LUMEN MÉXICO

2

Título original:

NO More Heart Disease. How nitric oxide can prevent —even reverse— heart disease and stroke.

© 2005 by Healthwell Ventures. Publicado por St. Martin's Press, Nueva York

Traducido por: Luisa Lassaque

ISBN 968-5830-36-3

4.a reimpresión

No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni su transmisión de ninguna forma, ya sea electrónica, mecánica, por fotocopia, por registro u otros métodos, ni cualquier comunicación pública por sistemas alámbricos o inalámbricos, comprendida la puesta a disposición del público de la obra de tal forma que los miembros del público puedan acceder a esta obra desde el lugar y en el momento que cada uno elija, o por otros medios, sin el permiso previo y por escrito del editor.

© Editorial Lumen S. A. de C. V., 2005.

Atenas 42, (06600) México D. R, México Tel. 52-55-55 92 53 11 • Fax: 52-55-55 92 55 40 E-mail: [email protected]

Hecho el depósito que previene la Ley 11.723 Todos los derechos reservados

PRINTED IN ARGENTINA

Se terminó de imprimir en el mes de enero de 2009 en el Establecimiento Gráfico LIBRIS S. R. L. MENDOZA 1523 • (B1824FJI) LANÚS OESTE •

BUENOS AIRES • REPÚBLICA ARGENTINA

3

Este libro está dedicado a mi esposa, la Dra. Sharon Ignarro, y a mi madre,

Frances Ignarro. Sharon es la persona que más me ha respaldado a lo largo

de los altibajos de esta turbulenta aventura que significó mi descubrimiento,

el óxido nítrico, que culminó con el premio Nobel. Además de ser una amante

esposa, Sharon también es mi entrenadora y la organizadora de mi vida, por

no decir que es una gran médica. Sin su disciplina, yo jamás habría logrado

arribar a la línea de llegada de la Maratón 2004 de Los Ángeles a la edad de

sesenta y dos años, ¡la primera!

Mi madre, Francés, ha estado presente en cada etapa de mi viaje

hacia el pináculo de la investigación científica. Fueron la paciencia y la

comprensión de mi madre, en los primeros años, cuando mis experimentos

con la química destruyeron varios muebles de nuestro hogar, las que per-

mitieron que mi curiosidad científica se trasladara al sótano y al laboratorio de

investigaciones.

En último lugar, quiero dedicar NO más infartos, en especial, a los

sesenta millones de estadounidenses, y millones más en todo el mundo, que

sufren de enfermedades cardiovasculares. La terapia con óxido nítrico

descrita en el presente libro puede desempeñar un papel significativo en su

búsqueda del bienestar cardiovascular.

Dado que es importante para mí seguir dedicándome a obtener

conocimientos sobre los beneficios del óxido nítrico, agradecería a mis

lectores si, luego de intentar mi régimen, me enviaran una carta con sus

comentarios sobre los beneficios de "Dígale sí al NO".

Pueden enviarme correos electrónicos a:

4

[email protected].

Gracias, y disfruten el libro.

Nota del autor

Los nutrientes que recomiendo en NO más infartos (es decir, L-arginina, L-citrulina y

una variedad de alimentos saludables para el corazón) son naturales y, en general,

no tóxicos aun en dosis elevadas.

En verdad, una de las propiedades más atractivas del óxido nítrico y su

capacidad de potenciar la salud cardiovascular es que no produce los muchos e

indeseables efectos secundarios que causan los fármacos. Esta afirmación se

justifica plenamente en el hecho de que el propio torrente sanguíneo genera óxido

nítrico a través de los nutrientes naturales que se encuentran en abundancia en los

alimentos de que disponemos todos los días.

Sin embargo, los lectores deberán consultar a su médico, quien conoce a

fondo la historia clínica de cada uno de ellos, antes de comenzar el plan de salud que

recomiendo o, en general, cualquier otro plan de salud.

Agradecimientos

Me sentí impulsado a escribir este libro luego de darme cuenta de que mi propia

investigación básica y la de mis colegas desentrañaba formas nuevas y más sencillas

de mejorar y mantener la salud cardiovascular y el estado físico en general. Nuestra

investigación sobre el óxido nítrico (NO) reveló la cantidad suficiente de conocimiento

como para situar a cada ser humano en situación de evitar y revertir la enfermedad

cardiovascular. Es decir, todas las personas tienen, ahora, una opción clara. Cuando

5

me di cuenta de esto, intenté pensar formas de comunicar mis creencias a los

millones de personas de todo el mundo que sufren —muchas de ellas, sin

necesidad— de enfermedades cardiovasculares. Por cierto, ganar el premio Nobel de

Medicina me confirió mayor entidad para expresar mis puntos de vista, sobre todo, a

otros científicos. Lo que yo necesitaba con desesperación era una forma de

comunicarme con todas las personas. Sin duda, la respuesta era escribir un libro que

las personas comunes pudieran leer y entender. Espero que este libro motive y

ayude a los lectores a lograr un nivel de bienestar cardiovascular que va a influir en

forma significativa en sus vidas.

Quiero expresar mi sincera gratitud a las muchas personas que contribuyeron

a la concreción de este libro. En primer lugar, quiero agradecer a Richard Trubo,

consumado autor, que tomó mis dichos y los puso en palabras, por cierto, muy

agradables y precisas. Sin él, este libro no habría existido. También quiero agradecer

al Dr. Paúl Kirkitelos y a la Dra. Carolyn Fireside, quienes pasaron incontables horas

corrigiendo y editando el manuscrito para que pudiera transformarse en un libro.

Ningún libro está com pleto a menos que la ortografía, la gramática y la estructura del

manuscrito sean objeto de corrección de estilo. Para ello, quiero expresar mi gratitud

y aprecio a Arlene Lising Navarro, a Laura Brito-McGaha y a Jay Brubaker. Arlene

Lising Navarro, mi asistente, me facilitó muchísimo la vida al organizar y atender las

docenas de llamadas telefónicas, correos electrónicos y mensajes de fax que fueron

necesarios para lograr esta tarea. También fue de incalculable valor la presencia de

Gina Scarpa, en St. Martin's Press. Además, me gustaría expresar mi reconocimiento

a Michael Dunn, por su atención a cada detalle y por su estrecho seguimiento de

todas las cuestiones de importancia.

Un agradecimiento especial es el que quiero expresar a mi socio comercial,

Dave Brubaker. El espíritu emprendedor de Dave y su perspicacia para los negocios

me permitieron no sólo contar mi historia sobre el óxido nítrico y la salud

cardiovascular sino, también, desarrollar, patentar y llevar al mercado mi fórmula de

L-arginina + L-citrulina + antioxidante, para promover el bienestar cardiovascular.

Gracias a él, miles de personas ya se han embarcado en mi sencillo programa

6

tendiente a prolongar la vida y a hacerla más productiva.

Reciba también mi aprecio David Vigliano, quien creyó en el resultado de mis

investigaciones y posibilitó mi relación con la editorial.

En último término, me gustaría agradecer a Diane Reverand y a St. Martin's

Press por creer en la idea general de "Dígale sí al NO" desde el principio y por

permanecer fiel hasta el final.

Introducción

El hecho de ganar el premio Nobel de Medicina, en 1998, significó la

culminación de mi vida profesional y confirmó que mis décadas de investigación

habían generado un adelanto crucial que afectaría profunda y permanentemente la

ciencia médica. Tanto mis colegas Ferid Murad y Robert Furchgott como yo mismo

habíamos descubierto "el átomo" de la salud cardiovascular: una minúscula molécula

de óxido nítrico. El óxido nítrico —tal como lo conocen los químicos— es generado

por el cuerpo, en especial para ayudar a mantener las arterias y las venas libres de la

placa que causa ataques cardíacos y para mantener normal la presión sanguínea

mediante la relajación de las arterias, con lo cual se regula la tasa de flujo sanguíneo

y se evitan accidentes coronarios. El óxido nítrico es la milagrosa droga cardio-

vascular que el cuerpo produce de manera natural.

A pesar de lo valioso que es para nuestra salud, el óxido nítrico sufre de una

crisis de identidad. Si le preguntara a un grupo de lectores qué es el óxido nítrico, la

mayor parte de ellos me dirían, con toda probabilidad, que es el gas de la risa que

utiliza el dentista en su consultorio. Ese es el óxido nitroso. Otras personas me dirían

que el óxido nítrico es el ingrediente clave de ciertos explosivos como la dinamita,

con lo cual confundirían, esta vez, el óxido nítrico con el ácido nítrico. Algún otro

grupo respondería que el óxido nítrico puede encontrarse en el humo del cigarrillo y

que constituye la parte destructiva de los gases emitidos por los autos que provocan

smog y lluvia acida. Este último grupo podría tener razón, si bien estaría describiendo

7

lo que se consideró atributo primario del óxido nítrico antes de que mis

investigaciones cambiaran de forma significativa el punto de vista del mundo

científico sobre el NO.

NO más infartos ayudará a los lectores a ponerse al día respecto de sus

nociones sobre el NO.

Nuestros descubrimientos podrían ayudar a millones y millones de personas

—incluso los que ya se encuentran afectados— a salvaguardar la salud del corazón y

del sistema vascular. Muchas son las vidas que podrían salvarse si pudiéramos

erradicar la enfermedad coronaria en el futuro cercano.

He escrito NO más infartos para transmitir esta información de vital

importancia y, así, ayudar a las personas a disfrutar una vida prolongada y llena de

energía. Al seguir el sencillo régimen establecido en "Dígale sí al NO", tendiente a

potenciar la producción de óxido nítrico en el cuerpo, los lectores darán los primeros

pasos para dejar en el pasado ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

Creo que nuestros descubrimientos podrán, algún día, hacer disminuir la incidencia

general de enfermedades cardiovasculares, más allá de las más optimistas

proyecciones de la ciencia médica una década atrás.

El plan "dígale sí al NO": ¡una solución real!

Al iniciar mi plan de tres etapas para fortalecer su sistema cardiovascular

gracias a una mayor producción de NO, usted puede hacer descender su presión

sanguínea y mantener limpia y elástica su red vascular. Usted nutrirá cada célula de

su cuerpo sin introducir ajustes extremos en su estilo de vida, sino sólo mediante la

incorporación de alimentos promotores del NO a su alimentación diaria, la ingesta de

suplementos con fines específicos, y la adhesión a un programa moderado de

ejercicio físico adaptado a las necesidades específicas de su salud y bienestar.

Cada parte del programa ejerce una influencia positiva sustancial sobre su

8

salud cardiovascular pero, cuando se las emplea juntas en el plan "Dígale sí al NO",

el resultado es muy poderoso debido a un proceso llamado "sinergia". En este caso,

el total es más que la suma de las partes, porque cada elemento del plan contribuye

no sólo a la producción del NO sino, también, a la efectividad de la capacidad de las

demás partes para incrementar la producción de NO.

Un ejemplo crítico de la sinergia productora de NO contenida en el plan

"Dígale sí al NO" es mi recomendación a favor de los aminoácidos L-arginina y L-

citrulina, combinados con cuatro antioxidantes claves. Mi investigación demuestra

que, si se toma sólo L-arginina, que es el productor dominante de NO, no se

experimentarán los máximos beneficios. Me he dado cuenta de que, al incluir la L-

citrulina como socio de la sinergia, la capacidad del paciente de potenciar la

producción de NO se incrementa en mucha mayor proporción que los efectos de la L-

arginina solamente. Lo mismo vale para lo antioxidantes, que siner-gizan la L-

arginina al proteger al NO de la oxidación, una vez que éste ha sido producido, con lo

cual se garantiza que el cuerpo humano pueda utilizarlo con efectividad.

Cualquier programa de suplementos que no contenga L-critrulina y

antioxidantes para aumentar la L-arginina —y permítaseme decir que la mayoría de

los existentes en el mercado no lo incluyen— omite una gran parte de la po-

tencialidad del NO para mejorar su salud cardiovascular. Mi plan "Dígale sí al NO"

posee una efectividad única debido a su combinación sinérgica de L-arginina, L-

citrulina y antioxidantes.

Puede observarse con claridad que los mejores resultados vendrán de la

adhesión lo más fiel posible a los detalles del plan "Dígale sí al NO". En definitiva, los

imperceptibles cambios en su estilo de vida que se requieren para potenciar la

producción de NO y nutrir sus células son un pequeño precio que deberá pagar para

recibir la enorme recompensa de contar con más probabilidades de vivir una vida

más larga y saludable.

9

_______________________________________________________________

Importante: ¡Que NO lo engañen los impostores!

No permita que la creciente cantidad de productos que nos presenta el

mercado y que prometen contener "óxido nítrico" lo confundan. En general, se trata

de intentos, cuestionables desde el punto de vista científico/de potenciar su NO sin

aplicar con exactitud los descubrimientos que me hicieron merecedor del premio

Nobel. Estos productos contienen, con frecuencia, L-arginina, que es, en verdad, el

aminoácido que su cuerpo convierte en NO. Por desgracia, la mayoría de ellos no

suministra cantidad suficiente de L-arginina para catalizar una producción significativa

de NO. Mi plan "Dígale sí al NO" prescribe L-arginina en dosis (4 a 6 gramos por día)

respecto de las cuales se ha demostrado en el laboratorio, con todo rigor, que

potencian el NO en forma considerable, con lo cual se registran lo máximos

beneficios para la salud cardiovascular. Pocos productos en el mercado contienen

este nivel de L-arginina. Mis investigaciones demuestran que la L-arginina

administrada en dosis menores a 4 a 6 gramos produce un incremento casi nulo en

los niveles de NO; por ende, se trata de adoptar una postura "a todo o nada": es

preciso que el paciente reciba la dosis completa de L-arginina.

Además de una dosis insuficiente de L-arginina, otros productos no logran

reunir la calidad del avance científico sobre el que usted está a punto de enterarse en

mi programa "Dígale sí al NO". Es la sinergia entre la L-arginina (en una dosis

suficiente), la L-citrulina y los antioxidantes claves lo que crea un incremento

definitorio en la producción de óxido nítrico de su cuerpo. Sin la combinación

adecuada de estos nutrientes, que no se encuentran presentes en los otros

programas, usted recibirá pocos beneficios —o ninguno— de la terapia con NO.

Antes de que usted adquiera cualquier producto cuya etiqueta afirme que es

un potenciador del NO, controle al detalle los datos nutricionales. Si los ingredientes

no llegan a la prescripción que se encuentra en NO más infartos, usted estará

perdiendo su tiempo y su dinero, y también perderá la oportunidad de mejorar su

10

salud cardiovascular. En tal caso, niegúese a que le vendan dichos productos y

apegúese a la información contenida en las páginas siguientes.

____________________________________________________________________

¿Quiénes pueden beneficiarse con este libro?

El programa descrito en el presente libro es beneficioso para muchos tipos de

lectores. A los adultos que ya han sufrido daños cardiovasculares —en general,

personas mayores de 50 años, si bien el daño se ha vuelto, lamentablemente, más

común también en jóvenes—, el programa puede ayudarlos a revertir sus efectos. A

los que no han sufrido aún un daño significativo, este libro les brinda un programa

muy efectivo de prevención de la enfermedad cardíaca, que los ayudará a resguardar

su cuerpo de los efectos del envejecimiento y otros factores que coadyuvan a la

existencia de la enfermedad cardíaca.

Este libro sirve tanto para mujeres como para hombres, si bien las mujeres

embarazadas y en período de lactancia pueden necesitar de programas diferentes, lo

cual deberán consultar siempre con su médico. Pese a las muchas nociones

preconcebidas, la enfermedad cardíaca ya no es territorio exclusivo de los hombres.

La enfermedad cardíaca se cobra las vidas de cerca de 8,6 millones de mujeres

todos los años y es, en la actualidad, el asesino número uno de las mujeres, más aún

que el cáncer. Si bien las mujeres se ven afectadas por una tasa más alta de

mortalidad debido a enfermedad coronaria, los hombres siguen siendo el blanco

primordial según lo evidencia su alto riesgo de con traer la enfermedad, en particular

a edades tempranas. Este libro se dirige a ambos sexos, sin distinción, y ofrece una

prescripción de vida tanto para hombres como para mujeres a través de mi programa

"Dígale sí al NO".

El fundamento científico de NO más infartos es sumamente directo, porque yo

soy el científico que lo descubrió. Desde el momento en que el comité del Nobel

consideró que era adecuado recompensar ese avance científico con el premio, me

encontré en un viaje casi interminable porque debí dar cuenta de la información de

11

forma que los no científicos pudieran entenderla y aplicarla. La presentación de este

libro está diseñada para brindar a los lectores toda la información sin complicaciones,

evitando la jerga científica y otras complejidades que podrían oscurecer los puntos

principales.

NO más infartos comienza con la historia del NO, que es la historia de Alfred

Nobel, Lou Ignarro y un proceso de más de una centuria que finalizó en un

monumental avance científico en materia de salud cardiovascular. Luego de la

historia de la investigación, instruiré a los lectores sobre la forma en que funciona el

sistema cardiovascular y cómo deja de funcionar bien, seguido por algunas de las

aplicaciones prácticas del descubrimiento del NO. A continuación, explico el papel

que desempeña el NO en cada uno de los cuatro procesos corporales esenciales: el

tono vascular, la coagulación, la inflamación y la oxidación.

A partir del Capítulo 5, el libro se interna en mi régimen antienvejecimiento

llamado "Dígale sí al NO", mediante la introducción y una breve explicación del

conjunto de suplementos, las recomendaciones dietarias y las pautas para el ejercicio

físico. Luego, me permito conducir al lector a través de cada una de las tres ramas

del programa y justifico con fundamentos científicos cada sugerencia sobre su-

plementos, nutrición y actividad física. El viaje concluye con el régimen del Dr. Ignarro

"Dígale sí al NO" en forma resumida, diseñado como referencia rápida para que

usted aplique el programa a su propia vida.

A lo largo de NO más infartos, se encuentran testimonios de hombres y

mujeres de todo Estados Unidos que han comprobado una enorme mejora en su

bienestar con la terapia de NO. También he incluido casos concretos y recuadros con

información importante, donde se incluyen estudios académicos sobre el NO.

Concluyo con algunas reflexiones personales, en las cuales comento a mis lectores

sobre las más recientes investigaciones en materia de NO, así como avances que se

concretarán en el futuro y que serán de gran trascendencia para ayudarnos a

disfrutar de una mejor salud cardiovascular.

12

Los beneficios del NO, para su provecho

Mi programa "Dígale sí al NO" puede devolver la producción normal y la

actividad del óxido nítrico en su cuerpo y, a su vez, mejorar su salud cardiovascular.

Si usted sigue mi plan, logrará:

- disminuir su presión arterial;

- mejorar su circulación;

- demorar el inicio o la progresión de la aterosclerosis;

- reducir la probabilidad de sufrir un ataque cardíaco

o un accidente cerebrovascular.

No realizo afirmaciones infundadas. Apoyadas en la ciencia, estas

afirmaciones están sustentadas por estudios llevados a cabo en mi propio laboratorio

de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y

por muchos otros científicos investigadores en todo el mundo.

Sin importar su edad ni estado físico, usted puede hacer que el NO de su

cuerpo funcione con efectividad si adopta mis recomendaciones.

"Dígale sí al NO", y le hará un bien a su corazón y a su cuerpo.

13

-1-

¡Eureka!

Mi viaje personal desde A. Nobel

hasta el Nobel

Comunicado de prensa

Premio Nobel 1998 de Fisiología o

Medicina COMITÉ DEL NOBEL DEL

INSTITUTO KAROLINSKA 12 de octubre de

1998

El Comité del Nobel del Instituto

Karolinska ha decidido, en el día de la fecha,

otorgar el premio Nobel 1998 de Medicina a

Robert F. Furchgott, Louis J. Ignarro y Ferid

Murad por sus descubrimientos relativos al

"óxido nítrico en su rol de molécula

señaladora del sistema cardiovascular"

14

Cuando compartí el premio Nobel de 1998 de Medicina con Robert R Furchgott y

Ferid Murad, me regocijé de que este honor pondría al NO en el primer plano del

conocimiento científico mundial. El hecho de que se me otorgara el Nobel fue,

además, la culminación de mi viaje personal desde una infancia curiosa desde el

plano científico, en Nueva York, hasta recibir el galardón más prestigioso de la

ciencia en el mundo, una travesía guiada en cada uno de sus pasos por ese titán de

la ciencia y la industria que fue Alfred Nobel. Una razón por la cual mi premio Nobel

fue tan notorio es que existe una conexión científica genuina entre mis

descubrimientos sobre el óxido nítrico, y la vida y obra de Alfred Nobel, que involucró

dicha molécula. En forma muy directa, Nobel plantó la semilla en mi mente que,

luego, creció y se transformó en mi obsesión de estudiar esa poco conocida

sustancia.

Vida y obra de Alfred Nobel

Brillante químico e inventor sueco del siglo XIX, a la vez que habilidoso

industrial, Alfred Nobel fue titular de 355 patentes, una de las cuales registraba la

dinamita, una mezcla en polvo conformada por nitroglicerina como ingrediente activo.

Nobel construyó, en veinte países, fábricas para la producción y la venta de grandes

cantidades de dinamita para empresas constructoras y mineras, así como para el

rubro militar. La disponibilidad de la dinamita transformó la industria de la

construcción, dado que podía ser usada para provocar explosiones en montañas y

colinas a fin de abrir caminos que dieran paso a carreteras, puentes, túneles y

diques.

Nobel sabía muy bien que la nitroglicerina líquida podía explotar sin previo

aviso cuando se encontrara sujeta a ciertas condiciones de alta temperatura o

presión. Su propio hermano, de veintiún años, Emil, y otras cuatro personas

encontraron la muerte en una explosión que tuvo lugar en una de las plantas

manufactureras de la familia. Años antes, Asciano Sobrero, el químico italiano que

inventó la nitroglicerina en 1846, sufrió severas heridas en su rostro debido a una

15

explosión de esa sustancia.

Dado que los funcionarios municipales de Estocolmo prohibieron la

investigación de la nitroglicerina dentro de los límites de la ciudad, Nobel se vio

forzado a llevar a cabo sus experimentos a bordo de una barcaza anclada en un lago

aledaño. Finalmente, descubrió que, mediante el uso de silicio —un aditivo similar a

la arena— con la nitroglicerina, podía emplear dinamita sin riesgos y sin el miedo de

sufrir explosiones accidentales.

La atención que Nobel prestaba a cada detalle de su actividad comercial lo

llevó a reconocer un fenómeno inusual que tuvo lugar en sus fábricas. Numerosos

trabajadores se quejaban de padecer severos dolores de cabeza cada lunes por la

mañana, cuando volvían a trabajar luego del fin de semana; y dichos dolores de

cabeza desaparecían durante el fin de semana siguiente. Se descubrió que esta

molestia se debía al uso en la planta de la nitroglicerina, una sustancia volátil cuyas

emanaciones dilatan los vasos sanguíneos e incrementan el flujo de sangre al

cerebro. Esas emanaciones desencadenaban dolores de cabeza con pulsaciones

porque provocaban "inestabilidad vascular", es decir, la dilatación y/o contracción de

los vasos sanguíneos del cerebro. El propio Nobel sufrió de migrañas, que pudieron

haberse relacionado con su contacto con la nitroglicerina.

Al mismo tiempo, algunos de los empleados de la fábrica de Nobel informaron

que sus dolores de angina desaparecían durante los días laborables, cuando se

encontraban próximos a la nitroglicerina, y que empeoraban cuando se alejaban de la

fábrica. Nuevamente, casi con certeza se trataba de que las emanaciones de la

nitroglicerina eran las responsables de que esos dolores de pecho se vieran

aliviados.

En coincidencia con ello, los médicos de fines del siglo XIX habían descubierto

que pequeñas dosis de nitroglicerina eran útiles para aliviar los padecimientos del

pecho, si bien nadie sabía exactamente cómo funcionaba este fenómeno. Cuando el

mismo Nobel comenzó a sufrir de enfermedad cardíaca y dolores de angina en la

16

década de 1890 —tan severos que, con frecuencia, lo postraban—, desoyó con

absoluta tozudez las órdenes de su doctor de tomar nitroglicerina y se rehusó a creer

que ese poderoso explosivo pudiera tener algún valor para la medicina. En una

misiva a un amigo, escrita varios meses antes de su muerte, ocasionada por

enfermedad cardíaca, en 1896, Nobel escribió: "Mis problemas de corazón me

mantendrán aquí, en París, por un par de días más... ¿No es una ironía del destino

que me hayan prescrito nitroglicerina para uso interno? La llaman Trinitrin, para no

asustar a los farmacéuticos ni al público."

Si Nobel hubiera tenido más fe en la nitroglicerina como vasodilatadora, su

vida podría haberse prolongado. Antes de que él falleciera, dejó sentadas las bases

para el otorgamiento de los premios Nobel, en espera de que la historia lo recordara

como algo más que el hombre que inventó la dinamita, una de las sustancias más

destructivas del mundo en esa época.

De Brooklyn a Estocolmo

Parece improbable que la historia de la vida de Alfred Nobel pueda estar

conectada de manera tan íntima con la mía. Por cierto, provenimos de diferentes

extracciones y de épocas diversas. De no haber sido por el genio de Nobel y la obra

a la que él dio a luz, mi vida y obra habrían tomado un curso por entero diferente.

Pero el destino, sin dudas, pareció reunimos a Nobel y a mí en el nombre de la

ciencia.

Soy hijo de padres inmigrantes de origen italiano, que llegaron a los Estados

Unidos en la década de 1920, pobres en lo que se refiere a dinero y educación, pero

ricos en esperanza. Se conocieron y casaron en Brooklyn, en la década de 1930,

lugar en el que nací, el 31 de mayo de 1941. Mi hermano, Angelo, y yo fuimos

criados en una hermosa comunidad costera de la ribera sur de Long Island, llamada

Long Beach. Mi padre proveía el sustento para nuestra familia con su oficio de

carpintero.

17

En ocasiones, papá me llevaba a trabajar con él para que yo pudiera absorber

el oficio; pero, cuando llegué a los diez años, él dejó de invitarme a ir a su taller.

Pienso que temía que yo pudiera elegir ser un obrero, como él, en lugar de asistir a la

universidad. Debe haber considerado mi pertinaz exigencia de que me consiguiera un

equipo de química, a mis ocho años, como un signo de que yo apuntaba a una

profesión menos demandante desde el punto de vista del esfuerzo físico. Ese equipo

de química se transformó en mi bien más preciado para concretar un sinfín de

improvisados experimentos, que se enlazaban uno tras otro.

Conforme yo pasaba de un equipo de química más grande a otro, con la

consiguiente complicación en los experimentos que emprendía, decidí que lo que en

verdad deseaba era construir una pequeña bomba de petardos. En poco tiempo, mi

ambición me llevó a la biblioteca pública, donde leí toda publicación que se

encontraba en los estantes sobre explosivos y combustibles, y tomé incontables

páginas de notas sobre lo que leía. Con frecuencia, encontraba el nombre y la obra

de Alfred Nobel, y me fascinaban tanto su trabajo con explosivos como la relación

entre la nitroglicerina y la curación de la angina.

Cuanto más leía sobre la trayectoria profesional de Nobel, más me inspiraba a

crear algo explosivo. Experimenté durante meses. No sólo empleé químicos de mis

equipos de química, sino que convencí a algunos muchachos mayores que yo, del

vecindario, para que obtuvieran para mí otras sustancias químicas de la farmacia

local. Mi intento de armar petardos se convirtió, sin yo advertirlo, en mucho más: una

bomba de tubo que destruyó un mueble de mi casa y provocó un gran disgusto a mi

madre.

No pasó mucho tiempo antes de que pasara de la fabricación de bombas a la

ciencia de los cohetes. Lancé mi cohete casero en el patio; al descender, aterrizó en

nuestro techo y destrozó unas cuantas tejas con el impacto. Mi padre estaba tan

impresionado por mis avances como furioso por el destrozo. Su actitud contemplativa

respecto de mi interés en la ciencia me permitió continuar con esta pasión que, en

definitiva, me señaló la dirección que habría de tomar mi vida.

18

Asistí a la Universidad de Columbia y, allí, a cada curso de química que pude

encontrar, si bien fue una clase de farmacología la que realmente despertó mi

interés. En los cursos de posgrado de la Universidad de Minnesota, estudié

farmacología, una de cuyas asignaturas secundarias era la fisiología cardiovascular,

algo más que le debo a mis lecturas de Nobel. Una vez que obtuve mi título del

doctorado, me dispuse a identificar y resolver algunos de los misterios de la medicina

y la farmacología.

Cuando comencé mi trayectoria profesional como farmacólogo, la fascinación

que sentí en la infancia por el vínculo existente entre la nitroglicerina y la curación de

la angina tomó un primer plano. Pasó poco tiempo hasta que mis investigaciones

comenzaron a moverse lenta pero firmemente hacia el NO. Habiendo estudiado una

molécula llamada guanosina monofosfato (GMF) cíclica, que parecía ser otro

importante relajante vascular de los músculos lisos, quedé intrigado por las

investigaciones del farmacólogo de Houston Ferid Murad. En ese momento, Murad

llevaba a cabo algunos de los primeros estudios del NO. Hasta entonces, sólo los

químicos parecían interesados en el NO como químico reactivo. Él y sus colegas

escribieron un trabajo científico que atrapó mi atención porque demostraba que el NO

no sólo podía activar la enzima que produce GMF cíclica sino que, además,

incrementaba cien veces la concentración de GMF cíclica en tejidos humanos. Entre-

tanto, en Nueva York, el farmacólogo Robert F. Furchgott sacaba algunas

conclusiones que concordaban con las de Murad y con las mías, pero esa historia

vendrá más tarde.

La cuestión era si el NO podía obrar algún beneficio para el cuerpo. Casi cien

años más tarde, los científicos y los médicos compartían las serias reservas de Alfred

Nobel sobre la nitroglicerina y sus parientes químicos, y consideraban que era

inconcebible que el NO pudiera desempeñar un papel positivo en el cuerpo humano.

Después de todo, el NO era una sustancia tóxica —un componente de los humos de

escape de autos y cigarrillos—; en pocas palabras, un contaminante ambiental de

proporciones. ¿Cómo era posible que curara? Todavía no contaba con todas las res-

puestas, pero yo tenía una corazonada y mi intención era seguir ocupándome del

19

asunto.

El NO en primer plano

Era preciso responder otra pregunta: ¿es posible que ciertos compuestos

como la nitroglicerina aliviaran el dolor de pecho, operando a través de un

mecanismo propio del NO? A pesar de que la nitroglicerina había sido utilizada

durante más de cien años para dilatar los vasos sanguíneos de las personas cuyo

músculo cardíaco estaba privado de oxígeno, su mecanismo de acción aún era

desconocido. Por cierto, la droga no operaba causando pequeñas explosiones en los

vasos sanguíneos. Entonces, ¿cuál era el mecanismo?

Ferid Murad sospechaba que la porción "nitro" de la nitroglicerina podía

convertirse en NO en las paredes musculares lisas de los vasos sanguíneos, y que el

NO provocaba que los músculos lisos de los vasos se relajaran. No estábamos

seguros de que esta hipótesis pudiera demostrarse en un laboratorio, pero yo quería

probarla para comprobar si Murad estaba en lo cierto. Cambié el ritmo de mis

experimentos y de la recolección de datos, y les imprimí mayor velocidad. La

investigación era meticulosa, y no se produjo ningún descubrimiento espectacular en

forma instantánea. En última instancia, la evidencia que tiempo atrás había parecido

improbable comenzó gradualmente a cobrar sentido y con toda nitidez ayudó a definir

la forma en que funciona la nitroglicerina.

Desde el comienzo, el NO fue una molécula cuyo estudio presentó

dificultades. Tuvimos que adquirir el gas de NO en tanques y llevar a cabo nuestros

experimentos pertrechados con máscaras y capuchas protectoras que nos

defendieran de las sustancias cáusticas. Dado que el NO es muy inestable y se

convierte en nitrato y nitrito en segundos, teníamos que diluirlo con nitrógeno o argón,

que lo preservan y evitan que se descomponga en no más de un milisegundo.

Empleamos jeringas herméticas (que no dejaban pasar el gas) e inyectábamos el gas

de NO en un "baño de órgano" que semejaba la sangre humana y contenía vasos

sanguíneos. En ocasiones, nuestros experimentos comenzaron a parecerse a

20

episodios de ciencia ficción, y la mayor parte de la comunidad científica seguía

creyendo que lo eran, hasta que fuimos capaces de medir una marcada relajación de

los músculos lisos vasculares de los vasos sanguíneos, desencadenada por el óxido

nítrico. Ésta fue la primera prueba de cuan importante resultaría luego ser el NO y se

transformó en el trampolín para los veinticuatro años de investigaciones que se

sucedieron.

Mis estudios demostraron que, cuando un paciente con angina toma

nitroglicerina, ésta desencadena un irreversible efecto dominó dentro del cuerpo.

Cuando la nitroglicerina entra en los vasos sanguíneos, se convierte, dentro del tejido

vascular, en un gas de corta duración llamado óxido nítrico. El NO estimula la

formación de la GMF cíclica, que actúa como mensajero que lleva instrucciones para

que los vasos sanguíneos se relajen y expandan. El resultado es un flujo mayor de

sangre y oxígeno al corazón, una disminución de los dolores pectorales, y una baja

en las lecturas de presión sanguínea.

El servicio de mensajería de nuestro cuerpo

La importancia del NO se había vuelto patente pero, conforme mis

investigaciones progresaron, nuevas preguntas comenzaron a surgir. Por ejemplo,

¿por qué tienen nuestros cuerpos un mecanismo interno o los receptores necesarios

para responder a un químico externo como la nitroglicerina? ¿Cómo sabe el cuerpo

la forma en que debe reaccionar? Una teoría fue que los humanos podíamos producir

nuestro propio NO (en cierto sentido, nuestra forma propia de nitroglicerina) que

funciona como una molécula señaladora para el control específico de la presión

sanguínea. Siempre creí que, si el cuerpo es capaz de responder a un químico

externo, ese químico puede existir ya en el cuerpo. Si dicha proposición era

verdadera, y si nuestro cuerpo podía estimularse para producir todo el NO que

necesitamos, ¿existiría incluso la necesidad de un tratamiento como el de la

nitroglicerina?

Si bien esta hipótesis me resultaba completamente lógica, yo sentía que era

21

una voz solitaria entre mis colegas científicos. La mayoría, sencillamente, jamás

consideró la posibilidad de que el NO pudiera ser una molécula producida en forma

natural, lo cual era en verdad beneficioso para la salud cardiovascular, más que sólo

una sustancia no tóxica en su nivel adecuado. Presté atención a confirmar o refutar la

teoría de que el cuerpo humano mismo —en particular, nuestros vasos sanguíneos—

fabrica óxido nítrico.

No pasó mucho tiempo antes de que los resultados se mostraran

prometedores. Llevamos a cabo los primeros estudios para confirmar que la

nitroglicerina podía convertirse, en el tubo de ensayo —y en el cuerpo—, en NO y

que los seres humanos contamos con nuestra propia forma de nitroglicerina

almacenada en la forma de NO en el cuerpo, para regular la presión y la coagulación

sanguíneas. En concentraciones extraordinariamente altas, el NO es tóxico. Sin

embargo, no se logran estos niveles a través de los mecanismos internos del cuerpo

para producir NO a partir de la ingesta de alimentos y suplementos o del ejercicio

físico. A niveles relativamente bajos dentro del cuerpo —cantidades que pueden

lograrse a través de los alimentos, suplementos y actividad física—, el NO puede

influir de manera drástica y muy positiva en nuestra salud.

Una ruta paralela

Mencioné antes otro fascinante descubrimiento sobre el NO, que es una pieza

crítica del rompecabezas del NO y que involucra a Robert Furchgott, también

laureado.

Si bien el NO se volvió el punto central de mi propia investigación en 1978, el

principal avance en nuestro conocimiento de sus propiedades curativas no salió a la

luz sino hasta 1986. Hasta entonces, yo había llevado a cabo estudios que evaluaban

las propiedades del NO en un intento de resolver muchas preguntas que no tenían

respuesta, incluida la razón por la cual el cuerpo cuenta con su propio mecanismo

interno de respuesta a este gas. Al mismo tiempo, el Dr. Robert Furchgott había

lanzado una ruta paralela de investigación en la Universidad Estatal de Nueva York

22

en Brooklyn, si bien no se concentró en especial en el NO.

En 1980, Furchgott y sus colegas descubrieron la existencia de una molécula

señaladora o mensajera dentro de las células endoteliales, que cubren los vasos

sanguíneos y hacen que éstos se relajen. Dado que, con anterioridad, no se había

pensado que el endotelio desempeñara un papel principal en la dilatación vascular, el

descubrimiento de Furchgott fue en particular interesante para investigadores como

yo. La molécula siguió sin estar identificada durante años. Al igual que el NO, se

trataba de una sustancia de difícil estudio, porque era marcadamente efímera. Dado

que tenía una duración de menos de un segundo, nadie podía atrapar ni aislar su

estructura química.

Furchgott sintió que tenía que asignar un nombre a la enigmática sustancia y

eligió titularla "factor relajante derivado del endotelio" o FRDE. Concordamos en que,

una vez que hubiésemos decodificado su estructura molecular, el FRDE podría

ayudarnos a diseñar experimentos para determinar las causas de la enfermedad

cardiovascular y, tal vez, desarrollar nuevos métodos para prevenirla o incluso

revertiría.

Hacia 1986, comencé a considerar la posibilidad de que el FRDE pudiera ser,

en realidad, óxido nítrico. Hasta dicho momento, no había razones para sospechar

que el FRDE y el NO eran la misma sustancia. Diseñé una serie de experimentos

mediante los cuales se comparaban las propiedades del FRDE y el NO. Revisé mis

notas de laboratorio repetidas veces; extraje datos una y otra vez. Separé todo lo que

estaba haciendo en el laboratorio y trabajé día y noche sobre el parecido entre el

FRDE y el NO.

Cada experimento me llevaba a la misma conclusión: el NO era, en verdad,

ese esquivo compuesto llamado FRDE, que compartía todas sus propiedades con el

NO. Ambos dilataban los vasos sanguíneos, eran muy inestables y tenían vidas muy

cortas. Yo no tenía dudas de que el significado clínico del NO y el FRDE era el de

que se trataba de la misma sustancia. Sobre la base de lo que sabíamos sobre el

23

FRDE, el papel del NO en el cuerpo se hizo mucho más patente: era, sin dudas, una

molécula señaladora que realizaba funciones cardiovasculares cruciales.

En pocas semanas, presenté mi información sobre el NO/FRDE en una

conferencia de prominentes investigadores vasculares en la Clínica Mayo, y la

recepción fue, por decirlo de una manera suave, nada entusiasta. No cabían dudas

de que el auditorio era escéptico. Comenzaba a sentir que era la única persona del

auditorio que creía en mis resultados. Luego de que hube concluido, alguien sugirió,

a guisa de broma, que tal vez yo había inhalado demasiado NO antes de subir al

estrado. No podía entender sus dudas, porque los datos eran irrefutables.

La ciencia ve la luz

El camino hacia la aceptación de nuestros descubrimientos sobre el NO jamás

fue simple. Cuando intentamos publicar por primera vez nuestra investigación, que

demostraba que la nitroglicerina funcionaba a través de la actuación del NO, el

trabajo fue rechazado por más de una publicación importante de medicina. Por

fortuna, muchos científicos reconocieron la importancia del trabajo. Conforme se

intensificó mi propia investigación sobre el NO, nuestros estudios fueron, por fin,

publicados.

En ese punto, los escépticos permanecían todavía en una posición crítica,

pero la naturaleza de su objeción había cambiado. Afirmaban que, aunque el NO

hubiera resultado ser el ingrediente activo de la nitroglicerina, era probable que no

fuera importante en otras áreas. Cuando mis estudios continuos confirmaron que el

NO también podía intervenir en la coagulación de la sangre que puede desencadenar

ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, y podía reducir la presión

sanguínea, aun los que estaban más abroquelados en una postura negativa tuvieron

que admitir que el NO parecía tener enormes implicancias para la salud.

Hacia 1986, nuestros estudios mostraron una y otra vez que el cuerpo podía

fabricar su propio NO. Mis hipótesis resultaron ser ciertas: las células del endotelio de

24

los vasos sanguíneos pueden producir NO al efecto de controlar la presión

sanguínea. Entonces, mis conclusiones se fusionaron con las de Furchgott,

demostraron que el factor relajante derivado del endotelio era, en verdad, NO, y la

comunidad científica comenzó a creer que mis conclusiones eran válidas.

En 1990, nuestros experimentos indicaban que el NO es también el mensajero

químico responsable de las erecciones peneanas. Los nervios de los tejidos eréctiles

liberan NO y dilatan, así, los vasos sanguíneos y dan comienzo a la erección. El

descubrimiento no tardó en conducir al desarrollo y la comercialización, por parte de

Pfizer, de la droga llamada "Viagra", que en 2003 registró ventas anuales en todo el

mundo por valor de 1.800 millones de dólares. El éxito de esta droga impulsó a

algunos de mis amigos a llamarme "el padre del Viagra" (también me llamaron "Dr.

NO").

Nuestros descubrimientos sobre la presión y la coagulación de la sangre y la

disfunción eréctil fueron sólo el comienzo. Los bajos niveles de NO están asociados

con muchas de las enfermedades más comunes de la humanidad: infecciones,

cánceres y hasta complicaciones diabéticas. Descubrimos que el NO influye en el

funcionamiento y el bienestar de todo el cuerpo.

El Comité del Nobel reconoce

el destacado poder del óxido nítrico

El comunicado de prensa del Comité del Nobel en el que se anunciaba el

otorgamiento para 1998 del premio de Medicina por la innovadora investigación

sobre el NO sintetizó las muchas funciones que lleva a cabo la "molécula

milagrosa" del NO. El siguiente es un extracto del comunicado de prensa:

Corazón: en la aterosclerosis, el endotelio cuenta con una capacidad

reducida de producir NO. Sin embargo, el NO puede ser provisto mediante el

tratamiento con nitroglicerina. Los grandes esfuerzos para el descubrimiento de

esta droga se encuentran, en la actualidad, orientados a generar drogas

cardíacas más poderosas y selectivas, sobre la base del nuevo conocimiento del

25

NO como molécula-señal.

Pulmones: los pacientes en terapia intensiva pueden ser tratados

mediante inhalación de gas NO. Este tratamiento ha dado buenos resultados e

incluso ha salvado vidas. Por ejemplo, el gas NO ha sido empleado para reducir

la presión sanguínea peligrosamente alta en los corazones de niños. Pero el

dosaje es crítico, dado que el gas puede ser tóxico a altas concentraciones.

Cáncer: los glóbulos blancos emplean el NO, no sólo para anular a ciertos

agentes infecciosos, como las bacterias, los hongos y los parásitos, sino también

para defender al huésped contra los tumores. Los científicos también se

encuentran probando si el NO puede utilizarse para detener el crecimiento de

tumores, dado que este gas puede inducir apoptosis (muerte celular

programada).

Impotencia: el NO puede iniciar la erección del pene mediante la dilatación

de los vasos sanguíneos de los cuerpos eréctiles. Este conocimiento ya ha

conducido al desarrollo de nuevas drogas contra la impotencia.

Análisis de diagnósticos: pueden revelarse enfermedades inflamatorias

mediante el análisis de la producción del NO desde, por ejemplo, los pulmones y

los intestinos. Se lo emplea para diagnosticar asma, colitis y otras enfermedades.

Otras funciones: el NO es importante para el sentido del olfato y para

nuestra capacidad de reconocer diferentes aromas. También puede ser

importante para nuestra memoria.

Comité del Premio Nobel del Instituto Karolinska, anuncio del premio

Nobel de Medicina 1998, 12 de octubre de 1998.

¿Es esto lo que podría interpretarse

como una broma?

En agosto de 1998, me encontraba yo en camino desde el sur de Francia

a una conferencia en la Universidad de Ñapóles, en Italia. Mientras esperaba en

la fila para abordar un vuelo de trasbordo en el aeropuerto de Niza, recibí un

llamado. Un empleado de la aerolínea me alcanzó un teléfono móvil y me dijo

que tenía una llamada desde los Estados Unidos; también me advirtió que no

26

tardara mucho tiempo, puesto que habría de abordar en menos de un minuto.

Toqué el botón "hablar" y oí una voz bien conocida que decía: "Lou, habla

Robin." Robin Farias-Eisner, un cirujano oncólogo de UCLA, es un gran amigo

mío, pero yo estaba estupefacto. ¿Por qué me llamaría a las tres y media de la

madrugada, hora de Los Ángeles, y cómo me había localizado? Mi primer

pensamiento fue que algo malo le había pasado a mi familia; mi segundo

pensamiento fue que Los Ángeles había sufrido algún terrible terremoto. Pero

Robin no parecía estar preocupado en lo absoluto.

Luego de algunos segundos de charla trivial, prácticamente me gritó: "Lou,

tengo algo que decirte. ¡Acabas de ganar el premio Nobel de Medicina!"

"¿Qué?", fue mi respuesta. Antes de poder agregar nada más, nos

desconectaron, y el empleado de la puerta de embarque me ordenaba abordar el

avión de inmediato.

Durante el corto vuelo hacia Nápoles, mi mente corría a gran velocidad en

su intento por procesar lo que acababa de oír. Sabía que los premios Nobel se

anunciaban en el mes de octubre de cada año, y ese día era 12 de octubre. No

pensé que Robin me localizara en Niza sólo para hacerme una broma pesada.

Mientras aguardaba mi turno para desembarcar, una vez que el avión aterrizó en

Nápoles, me sorprendió ver a mi amigo Giuseppe Cirino, profesor de

farmacología que me había invitado a Nápoles, de pie sobre el asfalto, al pie de

la escalerilla. A su lado se encontraba una multitud de fotógrafos, todos los

cuales apuntaban sus cámaras al avión. Cuando comencé a descender, me sa-

ludó un torrente de flashes, y yo me preguntaba quién estaría detrás de mí.

Cuando llegué hasta Giuseppe, él me preguntó: "¿Te enteraste?"

"¿De qué? ¿Crees que es cierto? ¿Es cierto lo que me dijo Robin?"

Giuseppe me entregó un comunicado de prensa emitido por el Instituto

Karolinska, el centro médico en el cual se seleccionan los ganadores del premio

Nobel. Si bien el documento estaba escrito en sueco, vi la palabra "NOBEL" al

tiempo que mi vista iba de aquí para allá sobre el texto. Mi nombre estaba allí

escrito, y quedé impresionado. Estupefacto por un golpe de incredulidad y

sorpresa, caí de rodillas sobre el duro concreto de la pista. Giuseppe y varios de

27

los empleados de la aerolínea tuvieron que ayudarme a ingresar a la terminal.

Cuando finalmente me repuse, me di cuenta de que me había enterado

sobre el otorgamiento del premio Nobel en Nápoles, el lugar de nacimiento de mi

difunto padre, quien siempre había alentado mi curiosidad científica, y estallé en

llanto.

En una fría y nevada tarde de diciembre de 1998, en el centésimo

segundo aniversario del fallecimiento de Alfred Nobel, rae encontraba en el

Salón de Conciertos de Esto-colmo, compartiendo el estrado con el rey Carlos

XVI Gustavo, ataviado con frac, con la reina Silvia en las cercanías, quien

llevaba un vestido color durazno, y con mis dos compañeros de lauro. Dado que

cada premiado con el Nobel puede invitar a entre quince y veinte personas, pedí

a muchos de los científicos e investigadores que habían trabajado en mi

laboratorio que me acompañaran. Cuando llegó mi turno, me levanté de una

enorme silla roja para recibir el galardón, una medalla de oro y un certificado, e

hice una reverencia al rey mientras tocaban las trompetas.

Si bien los diez días en que estuve en Estocolmo significaron momentos

extraordinarios para mí, la trascendencia del premio Nobel me golpeó con toda

su fuerza en el último día de la estancia. Se me solicitó que firmara el libro que

contenía las firmas de todos los laureados con el Nobel en todas las disciplinas,

desde 1901. Antes de hacerlo en la primera página en blanco del libro, pasé

unos minutos dando vuelta las páginas. Reconocí un nombre famoso detrás de

otro; se trataba, casi, de un "quién es quién" del campo de la medicina, la física,

la química y la literatura, y me sentí muy empequeñecido.

Se encontraban las firmas de Iván Pavlov, que ganó el premio en 1904,

Rudyard Kipling en 1907, Madame Curie en 1903 y 1911, Albert Einstein en

1921, George Bernard Shaw en 1926, Sinclair Lewis en 1930, sir Alexander Fle-

ming en 1945, William Faulkner en 1953, Ernest Heming-way en 1954, Linus

Pauling en 1954 y 1962, John Steinbeck en 1962. Mientras mis ojos se

desplazaban por la página y hacia las siguientes, me pregunté: "¿Realmente soy

merecedor de estar en compañía de estos grandes hombres y mujeres?" Me

honró el hecho de que el Comité del Nobel creyera que sí lo era.

28

Dado que pocas personas creyeron en mis ideas desde el principio, con

frecuencia tuve dificultades en encontrar fondos para mi investigación inicial en

materia de NO a fines de los setenta y a principios de los ochenta. Los repre-

sentantes de los Institutos Nacionales de Salud y otras organizaciones

financieras me informaban que, si bien mi investigación podía revestir interés en

el campo de la bioquímica, no podían entender hacia dónde quería yo llegar.

Dado que contaban con fondos limitados, tenían dudas en entregarme dinero si

la trascendencia médica de mi trabajo no estaba clara.

En ese momento, se publicaban muy pocos trabajos científicos sobre el

NO —sólo unos cuarenta por año—> y muchos de ellos provinieron de mi propio

laboratorio. Cuando nuestros estudios obtuvieron más y más atención, dieron

inicio a una oleada de investigaciones sobre el NO en todo el mundo. Algunos

versaban sobre investigación básica en laboratorio; otros investigadores, incluido

quien escribe, explorábamos el papel del NO en la protección del sistema

cardiovascular contra la hipertensión, la enfermedad cardíaca, el accidente

cerebrovascular y la aterosclerosis, así como en la ayuda a pacientes que sufrían

de úlceras gastrointestinales, disfunciones sexuales y complicaciones vasculares

de la diabetes.

Durante años, descubrimientos importantes y no tanto sobre el NO se han

ido sucediendo casi cada semana. Hacia 2001, como resultado de haber

obtenido el premio Nobel, la cantidad anual de trabajos publicados sobre el NO

había crecido a más de 7.500. Esa cifra sigue creciendo, y hay una cantidad

cada vez más numerosa de científicos que ingresan a un campo que

prácticamente había sido descuidado años atrás. Incluso, hay una nueva

publicación científica dedicada exclusivamente al NO, llamada Nitric Oxide, y me

enorgullece decir que fui su primer editor.

Sí, fue emocionante ganar el premio Nobel y ver cómo hizo eclosión el

campo de la investigación en NO. Aún más intensa es la certeza de que nuestra

investigación ha sido usada para mejorar la salud de tantas mujeres y hombres.

Considero que Alfred Nobel estaría complacido, e impresionado, de que la

nitroglicerina, la misma sustancia que él temía fuese sólo un agente de

29

destrucción, haya demostrado ser la clave de descubrimientos que ayudan a

hombres y mujeres en todo el mundo a tener vidas más saludables y

prolongadas.

-2-

Su sistema cardiovascular: manual del usuario

1 ara que el lector comprenda la forma en que el NO protege nuestro

sistema cardiovascular, es preciso, primero, lograr una comprensión básica de la

manera en que funciona el sistema y qué sucede cuando tiene lugar un

desperfecto. Si usted es como la mayor parte de las personas, no dará gran

importancia a su sistema cardiovascular hasta que algo malo suceda. La

resistencia, la energía y la complejidad del organismo humano son

sorprendentes. Cada parte de nuestro cuerpo necesita oxígeno y nutrientes para

permanecer viva, y nuestro sistema cardiovascular los suministra de una forma

elegante y eficiente las veinticuatro horas del día.

Dado que el NO es crucial para el bienestar del sistema cardiovascular, es

importante que sepa por qué la nutrición de las células de su corazón y de sus

vasos sanguíneos con NO es una necesidad sanitaria absoluta.

El centro de la acción

Su sistema cardiovascular está compuesto por el corazón y los vasos

sanguíneos; de ellos, el corazón es el centro de toda la actividad. Este órgano es

una bomba muscular conformada por cuatro cámaras, un poco más grande que

el puño de un hombre, y similar a un adicto al trabajo, porque jamás se toma un

respiro.

Durante setenta, ochenta o más años, su corazón late apenas más de una

vez por segundo, se contrae y luego expele cerca de 70 ce de sangre recién

oxigenada por latido hacia la aorta, que es el gran vaso sanguíneo adherido a su

músculo cardíaco. La sangre continúa su camino hacia el sistema vascular del

30

cuerpo, incluyendo las arterias coronarias, que rodean el corazón y envían la

sangre a seguir su recorrido.

Además de las arterias, que llevan sangre rica en oxígeno desde el

corazón, la red de vasos sanguíneos incluye las venas y los capilares. Las venas

llevan sangre carente de oxígeno de regreso hacia el corazón, para volver a

cargar oxígeno allí, y los capilares se conectan con las arterias y las venas. La

sangre circulante puede asemejarse a un río que fluye por un intrincado sistema

de arterias y venas, tan inmenso que, si hubiésemos de desplegarlo de extremo

a extremo, tendría una extensión equivalente a unos ciento sesenta mil

kilómetros. Es un dato para pensar. La red vascular es dos veces más extensa

que la circunferencia de la Tierra y, pese a ello, la sangre realiza un viaje

completo a través del cuerpo aproximadamente una vez por minuto.

Sin dudas, el sistema cardiovascular desempeña un poderoso papel

regulador en cada función y órgano corporal principal; más específicamente, en

cada célula del cuerpo. Si el sistema se encuentra comprometido, si los vasos se

contraen y se acumula una placa endurecedora en ellos, nos convertimos en

candidatos para el ataque al corazón y el accidente cerebrovascular, con

frecuencia sin síntomas notorios.

Conforme late el corazón, de manera confiable y heroica unas 100.000

veces por día, bombea casi 7.000 litros de sangre por todo el cuerpo cada

veinticuatro horas. El ritmo cardíaco se acelera durante el ejercicio y se lentifica

durante el descanso; pese a ello, no deja de funcionar. Cuando se encuentra en

su mejor forma, el sistema cardiovascular trabaja con inclaudicable precisión

para suministrar lo que el cuerpo le requiere. Este estado de cosas se verifica

cuando su función es óptima. Pero, para millones de personas, la salud cardíaca

está lejos de serlo.

Afirmaciones aleccionadoras sobre la

enfermedad cardiovascular

de los Institutos Nacionales de Salud y los Centros para Control de las

Enfermedades

31

- Desde 1990, la enfermedad cardiovascular ha sido el asesino número uno en los

Estados Unidos, excepto en 1918, año en que se produjo la gran epidemia de

gripe.

- La enfermedad cardiovascular se cobra la misma cantidad de vidas cada año que las

siguientes siete principales causas de muerte, sumadas.

- Se registraron 65.827.000 consultas médicas con diagnóstico de enfermedad

cardiovascular comoafección principal en 1999.

- Casi 62 millones de estadounidenses tienen al menos un tipo de enfermedad

cardiovascular, incluida presión sanguínea alta, enfermedad cardíaca coronaria, angina

pectoris (dolor de pecho debido a una irrigación sanguínea insuficiente a través del corazón)

y accidente cerebrovascular.

- Cada veintinueve segundos, un estadounidense padece lo que los médicos denominan

"evento coronario"; por ejemplo, un ataque al corazón. Aproximadamente una vez por

minuto, tiene lugar una muerte debido a dichos eventos.

- La enfermedad cardiovascular produjo 958.775 muertes en los Estados Unidos en

1999; es decir, un 40,1 % de todas las muertes.

- Cada cincuenta y tres segundos, alguna persona en los Estados Unidos tiene un

accidente cerebrovascular. Cada tres minutos, se produce una muerte por dicho

padecimiento.

- Es mayor la cantidad de personas que visitan al médico por hipertensión, o presión

sanguínea alta, que por cualquier otra razón.

- La enfermedad cardiovascular afecta a las mujeres tanto como a los hombres. En

realidad, las mujeres superan en cantidad a los hombres en cuanto a pre-valencia de

casos de enfermedad cardiovascular y en muertes por motivos relacionados, ya que

totalizan cerca de un 53 % de las muertes por enfermedad cardiovascular en mujeres. Si

bien los estudios muestran repetidamente que las mujeres sienten mucha más inquietud

respecto de padecer cáncer de mama que enfermedad cardiovascular, una de cada 2,4

muertes en mujeres está provocada por la enfermedad cardiovascular, comparada con

una cada treinta por cáncer de mama.

- En 2001, el costo económico de todas las enfermedades cardiovasculares fue de cerca

de 298.000 millones de dólares, incluidos los gastos de salud y la productividad perdida.

Se gastaron más de 28.000 millones de dólares en fármacos cardiovasculares.

- Cada año, en los Estados Unidos, los cardiólogos llevan a cabo más de 900.000

angioplastías, y los cirujanos realizan más de 121.000 endarterectomías de carótida

para ayudar a evitar el accidente cerebrovascular.

- Los accidentes cerebrovasculares y los ataques cardíacos se encuentran entre las

causas más frecuentes de la discapacidad crónica en el largo plazo.

32

- Se sabe en la actualidad que hasta un 90 % de todos los casos de impotencia están

directamente relacionados con la "insuficiencia vascular".

No es necesario que exista la mayoría de las

enfermedades cardiovasculares

En cierta ocasión, Woody Alien observó que nadie se va vivo de este

mundo. Tal como puede verse, demasiada gente abandona este planeta en

forma prematura debido a la enfermedad cardiovascular. De acuerdo con los

Centros para Control y Prevención de Enfermedades, si se erradicaran todos los

tipos de enfermedad cardiovascular, los estadounidenses vivirían, en promedio,

siete años más. Imagínese adicionar siete años a la expectativa de vida.

Esta situación, por supuesto, es aquella en la cual el NO puede ser de

ayuda. La mejor defensa es un buen ataque. Si podemos elevar nuestros niveles

de NO —y el programa de este libro mostrará cómo hacerlo—, podremos incre-

mentar las oportunidades de contar con mejor salud y una vida más prolongada.

Con el uso de las estrategias que enunciamos en este libro para potenciar el

nivel de NO, puede prevenirse la mayor parte de los casos de enfermedad

cardiovascular.

El perfil de las enfermedades cardiovasculares

Cuando escuchamos las palabras "enfermedad cardiovascular",

¿pensamos automáticamente en ataques al corazón? La mayor parte de las

personas así lo hace, si bien, como ya expliqué, la enfermedad cardiovascular

abarca un panorama mucho más amplio de problemas severos de salud. Los

ataques al corazón son sólo un tipo de enfermedad cardiovascular. Por fortuna,

el NO puede influir en forma positiva prácticamente en todas ellas.

Aquí encontraremos más material sobre las formas más comunes de

enfermedad cardiovascular.

33

Alta presión sanguínea

Probablemente, todos nos hemos tomado la presión sanguínea más de una

vez. Cuando el médico coloca la banda de tela alrededor del brazo y determina la

presión, está midiendo la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las

arterias conforme se desplaza por el sistema circulatorio. Nuestro médico está

interesado en dos cifras importantes: la presión sistólica, que es la fuerza que se

ejerce sobre las paredes arteriales cuando el corazón late o se contrae para

bombear la sangre; la presión sanguínea se encuentra en su punto máximo cuando

late. Por otro lado, la presión diastólica es la que se ejerce contra las paredes

cuando el corazón se relaja entre latido y latido y se llena de sangre.

La epidemia de hipertensión

Es mayor la cantidad de personas que visitan al médico debido a hipertensión

(alta presión sanguínea) que por otras razones. En realidad, 50 millones de

estadounidenses padecen de alta presión sanguínea, cifra que resulta sorprendente.

Aun así, cerca de un 32 % de las personas con hipertensión ni siquiera está al tanto

de que la tiene, y otro 26 % toma medicación para bajar la presión sanguínea, que le

provoca efectos colaterales, pero aun así no mantiene su hipertensión bajo control.

___________________________________________________________________

Por qué sube la presión. A fin de entender la presión sanguínea alta,

imaginemos una manguera de jardín con una tobera en su extremo. Hay

dos formas de incrementar la presión del agua: podemos abrir el grifo y

hacer entrar más agua a través de la manguera, o podemos estrechar el

diámetro de la tobera e incrementar la resistencia al flujo saliente de agua. La

34

presión sanguínea se comporta exactamente de la misma forma, según la

cantidad de sangre que bombea el corazón y la resistencia al flujo de sangre.

La resistencia al flujo de sangre es una función del ancho de las arterias, una

característica que funciona del mismo modo en que la tobera colocada en la

manguera del jardín puede contraerse y dilatarse. Las arterias que se

contraen restringen el flujo de sangre al mismo tiempo que incrementan la

presión sanguínea. Por el contrario, si las arterias están relajadas y amplias,

la sangre fluye con mayor facilidad y la presión sanguínea desciende.

Por qué debemos vitalizar nuestro

sistema cardiovascular

El famoso Estudio Cardíaco Framingham efectuó el seguimiento de varias

generaciones de residentes en el poblado de Framingham, Massachusetts, durante más de

cuarenta años, para el registro detallado de evaluaciones de la salud cardiovascular de cada

persona cada dos años. Uno de los descubrimientos más interesantes fue que dos tercios

de los participantes que comenzaron con presión sanguínea normal a sus treinta años

desarrollaron hipertensión. De acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud, la

hipertensión tiene intervención en aproximadamente 700.000 muertes por año.

La presión sanguínea se mide en milímetros de mercurio (abreviatura: "mm

Hg") y se expresa como una fracción; por ejemplo, 160/100 o 130/85. Tal como lo

muestra la tabla siguiente, existen graduaciones en las lecturas de presión

sanguínea; si la presión sanguínea es de 140/90 o más alta —la sistólica es la

lectura más alta y la diastólica es la menor—, se la considera alta. El médico nos dirá

que padecemos hipertensión, lo que, expresado en términos simples, significa que la

presión en las arterias es excesiva. Aun si la presión sanguínea se encuentra en el

rango de "alta pero normal", el paciente se encuentra ante un riesgo incremental de

sufrir problemas médicos asociados con la hipertensión.

35

Controle la "tasa" de presión sanguínea

Presión sanguínea

(mm Hg)

Óptima Normal Normal-alta Hipertensión

Sistólica

(cifra máxima)

Por debajo

de 120

120-129 130-139 140

o más alta

Diastólica

(cifra mínima)

Por debajo

de 80

80-84 85-89 90

o más alta

Silenciosa pero mortal. No es posible sentir la presión sanguínea alta, y esta

ausencia de síntomas físicos hace de la hipertensión un padecimiento

particularmente peligroso. A menos que nos hagamos tomar la presión sanguínea,

no sabremos si es o no alta. Si bien la hipertensión no produce signos externos de

que está teniendo lugar algún daño, la presión sanguínea alta puede provocar un

daño interno mayor por la lesión al endotelio, con lo cual se perjudica la capacidad

del cuerpo de producir su propio NO. Este estado de cosas conduce, poco a poco, a

la inflamación de las arterias, a la cual siguen la aterosclerosis y la formación de

placas. La hipertensión también puede agrandar el corazón, provocar un infarto o un

accidente cerebrovascular, y predisponernos a una falla renal.

Factores alarmantes sobre la hipertensión

Según las conclusiones del Estudio Cardíaco Framingham, la mitad de la

población que padece su primer ataque al corazón y dos tercios de los que sufren su

primer accidente cerebrovascular tienen lecturas de presión sanguínea por encima

de 160/95. Si algún paciente está afectado por la hipertensión, como 50 millones de

mujeres y hombres estadounidenses, corre siete veces el riesgo de padecer un

36

accidente cerebro-vascular, comparado con las personas cuya presión sanguínea es

normal.

De qué manera el NO combate la hipertensión. Más efectivo que

cualquier otro factor del organismo, el NO puede dilatar los músculos lisos

de los vasos sanguíneos. Gracias a esta dilatación, los vasos pueden

relajarse y permitir que la sangre fluya con facilidad a través de ellos, y

muy posiblemente bajar la presión sanguínea.

¡Increíble pero real!

"Luego de sólo tres semanas bajo la terapia de NO, ¡mi presión sanguínea

bajó quince puntos'/'

Joe, 45 años, St. Louis

Aterosclerosis

Cuando somos jóvenes, los vasos que rodean el corazón son flexibles, con un

diámetro interno de cerca de tres milímetros; pero ninguno de ellos conserva la

juventud para siempre. Conforme la mayor parte de la gente envejece, las paredes

internas lisas de sus arterias se engrosan poco a poco y pierden parte de su

elasticidad. Al mismo tiempo, depósitos grasos —o placas— se acumulan en las

paredes arteriales. Este proceso se denomina aterosclerosis, o endurecimiento de

las arterias, y cuando esto ocurre, puede reducirse el diámetro de las arterias y

perjudicar el flujo sanguíneo normal. La aterosclerosis puede provocar el

37

envejecimiento prematuro y la discapacidad. Puede alterar la memoria en la

mediana edad y promover una forma de demencia senil en los pacientes añosos.

La aterosclerosis influye en la enfermedad de las arterias periféricas, ya que

angosta las arterias de las piernas, lo cual lleva a un flujo insuficiente de sangre,

sobre todo en los fumadores de sesenta años o más.

Placa arterial

Podríamos imaginar la cobertura de células endoteliales sanas como si fuese

una superficie resbaladiza como la del teflón, mientras que un endotelio enfermo

es pegajoso como velero, lo cual hace que la placa se adhiera. La placa que se

transforma en aterosclerosis se compone no sólo de sustancias grasas, incluido el

LDL, o colesterol "malo", sino también de productos de desecho de las células,

calcio y el material de la coagulación de la sangre, llamado fibrina. Cuando esta

acumulación de "basura" se hace severa en la arterias coronarias, puede evitar

que el corazón reciba la cantidad suficiente de oxígeno de la sangre, lo cual

provoca episodios de angina pectoris (o dolor de pecho), que pueden ocurrir con

mayor probabilidad durante el ejercicio u otros tipos de exigencia física, cuando se

fuerza al corazón a trabajar con mayor intensidad.

Una vez que las placas se hacen grandes y frágiles, pueden quebrarse,

romperse y despegarse de las paredes arteriales. Al igual que cualquier otra

lesión, el cuerpo puede responder provocando que la sangre se coagule. Cuando

se produce un coágulo en las arterias, el resultado puede ser catastrófico, porque

obstruye la luz de los vasos, bloquea el flujo sanguíneo hacia el corazón y el

cerebro, y desencadena un ataque al corazón o un accidente cerebrovas-cular.

De qué manera el NO combate la aterosclerosis. La aterosclerosis, al igual

que la hipertensión, se encuentra íntimamente involucrada con el daño al

endotelio, que produce una disminución en la producción del NO. Para que el

cuerpo mantenga su bienestar cardiovascular, necesita producir cantidades

saludables de NO. En realidad, cuando el cuerpo fabrica NO suficiente, e incluso

38

en exceso, la formación de placas y la aterosclerosis tienen mucha menor

probabilidad de ocurrir y pueden ser fenómenos reversibles.

"Mi esposo tiene un problema circulatorio en una de sus piernas y con

frecuencia se levanta cuatro o cinco veces por noche, con dolores. Desde que

emplea los suplementos potenciadores del NO, no se ha levantado en lo absoluto

y duerme toda la noche sin ninguna molestia. Este tratamiento le ha conferido una

increíble energía y una gran convicción en el poder curativo del óxido nítrico”

Dee, 48 años, Idaho

Ataque cardíaco

Un coágulo de sangre en las arterias coronarias puede tener sólo el

ancho de una fracción de centímetro y pesar menos de un gramo, pero si

priva, en parte o en todo, al corazón de oxígeno, ahoga la alimentación que

las células coronarias necesitan y puede provocar un ataque cardíaco. Los

médicos suelen emplear un término médico para describir el ataque al

corazón: infarto de miocardio, que deriva de miocardio, músculo del

corazón, e infarto, muerte de un tejido por privación de oxígeno.

Lista de control del ataque al corazón

¿Cómo saber si tenemos un ataque al corazón? En la mayor parte de los

casos, se pueden desencadenar uno o más de estos síntomas clásicos:

• Estrujamiento o dolor incómodo en el centro del pecho, que persiste

durante más de unos minutos, o pasa y luego vuelve. Algunas personas

39

describen el dolor de pecho como una presión o apretón.

• Dolor que se irradia brazos abajo o hacia el hombro y el cuello.

• Incomodidad en el pecho, acompañada de náuseas, respiración corta o

mareos.

• En menor medida, las víctimas del ataque al corazón pueden experimentar

náuseas, aturdimiento, ansiedad inexplicable, depresión o fatiga sin dolor

de pecho.

La mala palabra respecto del ataque al corazón

Los ataques al corazón pueden ser desencadenados por más de un

coágulo de sangre. También pueden ser causados por un exceso de placas

en las arterias, o por una contracción o espasmo temporario o repentino de

la arteria, llamado vasoespasmo, que impide el flujo sanguíneo. Privado de

oxígeno, una sección del tejido cardíaco se va a quedar "con hambre" y

comenzará a morir. El daño severo puede sobrevenir con gran rapidez.

Según la Asociación Cardíaca Estadounidense, muchos pacientes de

ataque cardíaco jamás se recuperan por completo. Cerca de la mitad de los

hombres y las mujeres de menos de sesenta y cinco años que han

padecido de ataque al corazón mueren dentro de los ocho años del evento

desencadenante. Razón de más para mantener altos los niveles de NO y

reducir las probabilidades de sufrir cualquier evento coronario.

La buena palabra respecto del ataque al corazón

No todos los ataques al corazón son fatales. En realidad, en particular

con cuidados tempranos en una sala de emergencias y tratamiento con los

40

llamados "fármacos destructores de coágulos", se puede, con frecuencia,

sobrevivir a los ataques al corazón. Cerca de 1,1 millón de estadounidenses

tendrán un ataque cardíaco este año, y dos tercios de ellos vivirán para

contarlo. Es preciso recordar que el NO puede disminuir en gran medida las

probabilidades de sufrir un segundo ataque; entonces, a pesar de ser un

paciente cardíaco, es posible ayudarse.

La forma en que el NO combate el ataque al corazón

Al hacer descender la presión sanguínea y el colesterol, y mejorar la

circulación, el NO puede ofrecer protección contra el ataque al corazón.

Reduzca la hipertensión casi de inmediato

"Mi esposo había intentado combatir la hipertensión desde hacía un año. Se

encontraba en tratamiento con medicación para la presión sanguínea, pero este

año ésta se había incrementado mucho más, lo mismo que los fármacos. Se

encontraba bajo un tremendo estrés laboral. Sin dudarlo, le administré

suplementos en polvo para potenciar la producción de NO en la tarde del diez de

junio. A continuación, consigno algunos datos muy interesantes:

Antes de la terapia con NO

Fecha Presión sanguínea

7 de junio 150/82

8 de junio 145/94

9 de junio 146/96

10 de junio 141/97

41

Después de la terapia con NO

11 de junio 127/87

12 de junio 121/87

¿No es cierto que estos resultados son increíbles? Desde ahora, somos una

familia fanática del NO."

Patricia, 53 años, Bostón

Accidente cerebrovascular

Si bien los ataques al corazón afectan al corazón, y los accidentes

cerebrovasculares atacan al cerebro, tienen más en común de lo que pensarnos.

Ambos pueden ser desencadenados por coágulos de sangre, si bien, en el

accidente cerebrovascular, estos coágulos se asientan en los vasos que

conducen al cerebro más que al corazón. Cuando este fenómeno se produce, los

coágulos pueden interferir con el flujo normal de la sangre y privan a las células

cerebrales de oxígeno. El resultado puede ser el daño cerebral, la discapacidad e

incluso la muerte.

Los sitios más comunes en los que se instalan estos coágulos de sangre son

las arterias carótidas, localizadas a cada lado del cuello. Cuando la producción

normal de NO se ve perjudicada dentro de las paredes de los vasos, el paciente

es mucho más susceptible a la coagulación y a sufrir un accidente

cerebrovascular.

42

De qué forma el NO combate

el accidente cerebrovascular

Dos de las funciones críticas del NO —evitar la formación de coágulos de

sangre y mantener las arterias libres de placa— evitan, en forma especial, los

accidentes cerebro-vasculares.

Estilo de vida, estilo de vida, estilo de vida

Es muy probable que su médico ya le haya hablado de los factores de riesgo

que pueden elevar las probabilidades de que se produzca una enfermedad

cardiovascular. Si bien algunos factores de riesgo se encuentran fuera de nuestro

control (los antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular, la edad

avanzada, el sexo), es posible influir en muchos otros factores con las elecciones

de estilo de vida que efectuamos, porque la prevención de la enfermedad

cardiovascular siempre tiene como referente las elecciones que realizamos. Dado

que este libro versa sobre la prevención y el manejo de la enfermedad

cardiovascular, algunas estrategias habituales para reducir los riesgos son dignas

de mención.

Las elecciones del estilo de vida que es preciso hacer

Dejar de fumar. Si usted fuma cigarrillos, su riesgo de enfermedad

cardiovascular y de ataque cardíaco serán de al menos el doble. Cuantos más

cigarrillos se fumen por día, mayor será el riesgo. Además, el cigarrillo lesiona las

células endoteliales de las arterias y sabotea la capacidad de su cuerpo para

fabricar NO.

Disminuya el nivel de colesterol en sangre. Conforme se incremente su nivel

de colesterol, sus probabilidades de ataque cardíaco se elevan también. Su nivel

43

de colesterol está formado por dos lecturas: la de lipoproteínas de baja densidad

(LDL), el llamado "colesterol malo", y la de lipoproteínas de alta densidad (HDL),

el conocido como "colesterol bueno". Cuando circula en sangre una excesiva

cantidad de LDL, puede acumularse poco a poco en las paredes arteriales

internas y contribuir a la formación de placas de aterosclerosis que obstruirán las

arterias. Sin dudas, el LDL daña en potencia a niveles lo bastante altos; por dicho

motivo, se ha ganado el mote de "malo". El HDL, por el contrario, se llama

"bueno" porque trabaja para quitar el colesterol de las arterias y para lentificar la

acumulación de placas.

La lectura del LDL es el mejor predictor del riesgo de ataque cardíaco y

accidente cerebro vascular. El puntaje más alto indica el riesgo más elevado. Los

niveles de colesterol LDL pueden clasificarse en las siguientes categorías:

Niveles de colesterol LDL

Menos de 100 mg/dL Óptimo

100 a 129 mg/dL Casi óptimo

130 a 159 mg/dL Limítrofe

160 a 189 mg/dL Alto

190 mg/dL y superior Muy alto

Otra medida del colesterol que se usa con frecuencia es el cociente o tasa de

colesterol. Ésta se calcula como el colesterol total (LDL más HDL), dividido por el

HDL. Por ejemplo, un paciente con LDL de 150 y HDL de 50 tendría un colesterol

44

total de 200 y una tasa de 200/50 o 4,0. El objetivo es contar con una tasa de

colesterol lo más baja posible; la tasa óptima es de 3,5. El nivel recomendado es

un poco por debajo de 5,0.

Depende de nosotros controlar el colesterol

Los niveles de colesterol LDL dados en la tabla pueden ser más altos que los

que hemos visto recientemente, pero me apego a ellos. Mientras este libro se

encuentra en prensa, se desarrolla un debate protagonizado por los organismos

de salud de los Estados Unidos sobre el cambio en dichos niveles. El cambio

propuesto se encuentra respaldado por la Asociación Cardíaca Estadounidense y

el Instituto Nacional de Corazón, Pulmones y Sangre, y daría como resultado que

el valor óptimo de LDL descendiera de 100 mg/dL a 70 mg/dL. La trascendencia

de este cambio reside en que se clasificará a muchas más personas dentro del

grupo de los que padecen de un colesterol LDL alto y de los que necesitan

estatinas.

Los cambios propuestos han creado alguna controversia, y considero que,

desde el punto de vista científico, es prudente recomendar que cada uno de noso-

tros conozca los rangos que han servido como parámetro durante varios años —

las cifras "viejas"—, que son las que figuran en la tabla. Los cambios propuestos y

la necesidad potencial de tomar estatinas son una cuestión que cada paciente

deberá comentar con su médico. Lo que quiero comunicar con mayor fuerza es

que cada uno de nosotros debe hacer todo lo posible por hacer bajar en forma

natural los niveles de LDL.

Si se introducen los cambios nutricionales y de estilo de vida detallados en mi

plan "Dígale sí al NO", es posible que el médico informe que la necesidad de es-

tatinas se ve disminuida o eliminada. No es mi deseo que los pacientes

dependan, sin más ni más, de los fármacos y de pautas que cambian con el

transcurso del tiempo, y que esta dependencia reemplace la responsabilidad que

cada uno de nosotros tiene respecto de su propia salud. La naturaleza nos ha

45

dotado del fármaco más maravilloso para la salud cardiovascular, el óxido nítrico,

que se produce dentro de nuestro cuerpo. Depende de cada uno de nosotros

generar un entorno que permita al NO desempeñarse de tal forma.

¡La terapia con NO

potencia el efecto de las estatinas!

Dado que existen millones de pacientes que toman estatinas para bajar el

colesterol LDL, es probable que nos preguntemos por qué la terapia del NO es

necesaria para bajar el colesterol. El hecho es que la terapia del NO es una forma

natural de reducir la necesidad que tienen los pacientes de tomar estatinas o

eliminar dicha necesidad por completo, sin ningún efecto colateral.

Las estatinas no solamente bajan el colesterol. Incluso en dosis bajas, también

estimulan la producción de NO en la células endoteliales vasculares, con lo cual

ayudan a revertir el proceso de la aterosclerosis. Más aún: el NO, por sí mismo,

puede ayudar a disminuir los niveles de colesterol. El efecto general consiste en

que las estatinas y el NO producen efectos sinérgicos en la salud cardiovascular.

Nuestra mayor comprensión de la sinergia entre el NO y las estatinas recibe

tratamiento en casi todas las publicaciones, mientras este libro se encuentra en

prensa y cuando mi trabajo científico sobre el tema acaba de aparecer en la

prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Sciences USA, 2004.

En ese muy importante trabajo, descubrimos que la combinación de NO con las

estatinas podría amplificar varias veces el efecto de éstas para bajar el colesterol.

Mis colaboradores en la investigación llegaron al punto de sintetizar una nueva

droga que está formada por NO adherido a una estatina, que es mucho más

efectiva que cada componente por sí mismo.

Mi entusiasmo sobre la sinergia entre el NO y las estatinas para bajar el

colesterol, al mismo tiempo que se combate la aterosclerosis, es muy grande. El

mensaje más importante que los lectores pueden extraer del debate que hasta

46

aquí se ha suscitado es que, si algún paciente se encuentra en tratamiento con

estatinas, también debe someterse a la terapia con NO para amplificar los

beneficios. Si dicho paciente no toma estatinas, la terapia con NO puede evitar

que las tome. De cualquiera de las dos formas, los beneficios de la terapia con

NO en la lucha contra el colesterol alto son demasiado impresionantes para hacer

caso omiso de ellos. Entonces, a no dudarlo: la terapia con NO debe comenzarse

de inmediato.

Controle su presión sanguínea. La hipertensión hace que el corazón trabaje

más para mantener la circulación de la sangre en todo el cuerpo y acelera el

desgaste de los vasos sanguíneos. Es, por lo tanto, imperativo mantener la

presión sanguínea en un rango normal o debajo de él, tal como se describió

anteriormente, entre 120/80 y 129/84. Una lectura de menos de 120/80 es la más

deseable.

La presión sanguínea es, por supuesto, un signo vital que no permanece

constante con el tiempo, sino que depende de las circunstancias que rodean

dicha medición. Ciertos factores, como la actividad física, la ansiedad relativa a la

visita al médico, e incluso la ingesta de alimentos y bebidas, puede elevar de

forma artificial las lecturas de presión sanguínea. Una sola lectura de presión

sanguínea no constituye una indicación absoluta de la salud cardiovascular. Es

mejor consultar al médico para obtener una interpretación completa de las

mediciones de presión sanguínea.

Mantenga bajo control el azúcar en sangre. Niveles elevados de azúcar en

sangre indican un exceso de glucosa (azúcar) en el torrente sanguíneo, que

puede ser el resultado de una enfermedad, excesos en la alimentación, falta de

ejercicio, diabetes u otros factores adversos. Los niveles altos de azúcar en

sangre son peligrosos porque implican un alto riesgo de padecer enfermedades

cardiovasculares, además de daño a los nervios, problemas circulatorios, pérdida

de la visión, enfermedad renal y disfunción sexual. Una estadística aleccionadora

sobre los niveles elevados de azúcar en sangre consiste en que el riesgo de con-

47

traer enfermedades cardíacas se incrementa cinco veces en mujeres diabéticas y

dos veces en hombres diabéticos.

Los niveles elevados de azúcar en sangre tienen síntomas; entre ellos, más

sed y hambre que lo normal, necesidad frecuente de orinar, piel seca y con

comezón, sensación de can sancio o somnolencia, visión borrosa, náuseas y

problemas respiratorios. El azúcar en sangre se mide con un dispositivo llamado

"medidor de glucosa en sangre", que requiere una gota de sangre obtenida

mediante un pinchazo en la piel. No resulta agradable tener que clavarse una

aguja constantemente; entonces, si no se padece aún de diabetes, la mejor

medida será adoptar un estilo de vida generador de NO, que mantenga el nivel de

azúcar en sangre a niveles normales, con lo cual se evitará la necesidad de

efectuar dichas determinaciones. Los niveles óptimos de azúcar en sangre, según

la Asociación Estadounidense de Diabetes, son:

- entre 80 mg/dL y 120 mg/dL antes del desayuno;

- entre 100 mg/dL y 140 mg/dL durante el día y an

tes de irse a dormir;

- menos de 180 mg/dL una o dos horas después de

una comida.

No beba alcohol en exceso. Un vaso de vino tinto todos los días puede, en

verdad, ser beneficioso para la salud del corazón, porque el vino tinto contiene

altas cantidades de antioxidantes que protegen la reserva de NO. Si se bebe en

exceso, el proceso se invierte: disminuye la producción de NO, y ello conduce a la

contracción de los vasos y, en última instancia, a una serie de padecimientos

cardiovasculares, por no mencionar un serio daño hepático. La bebida en exceso

(más de los dos vasos por día que definen al bebedor moderado) es

decididamente perjudicial.

Si el hecho de no poder moderarse en el consumo de alcohol resulta una

preocupación, mi consejo es frecuentar las reuniones de Alcohólicos Anónimos.

48

Esta es una organización que ya ha ayudado a millones y millones de personas a

desintoxicarse y mantenerse sobrias, y ha perdurado durante mucho tiempo por

ofrecer apoyo y comprensión personal a este tipo de problemas.

Mantenga su peso a niveles normales. Si se es obeso, es probable que las

lecturas de presión sanguínea y de colesterol sean altas, y las probabilidades de

volverse diabético pueden también incrementarse. Los riesgos para la salud

cardiovascular asociados con el sobrepeso están bien documentados. No bien

encendemos el televisor, casi no oímos otra cosa que las noticias sobre las más

recientes investigaciones que relacionan la obesidad y el sobrepeso con una

salud deficiente. El control del peso mediante la ingesta de alimentos saludables y

con pocas grasas es uno de los pasos más elementales que pueden tomarse

hacia una mejor salud cardiovascular. Los lectores aprenderán más sobre dicho

programa nutricional en mi régimen llamado "Dígale sí al NO", en próximos

capítulos del libro.

El proceso de evaluar el peso con relación a un ideal según sexo, edad y altura

puede ser una cuestión bastante subjetiva. En la práctica, el peso ideal no es tan

simple como mirar una tabla, porque la medida estándar de peso corporal —el

índice de masa corporal, o IMC— no tiene en cuenta factores tales como el tipo

físico. Por cierto, un fisicoculturista muy entrenado y musculoso va a pesar más,

para su altura, que una persona promedio; sin embargo, la escala de IMC no

contempla esas diferencias de tipo físico y catalogaría a un fisicoculturista como a

un sujeto con sobrepeso.

El mejor consejo general que puedo brindar aquí es que, si se tiene al menos

entre un 15 y un 20 % más de peso que lo que el médico dice que deberíamos

pesar, entonces la grasa excesiva exige al corazón y los vasos sanguíneos. La

producción endotelial de NO se ve disminuida, y la susceptibilidad a convertirse

en huésped de enfermedades se ve incrementada. Si usted no sabe si se

encuentra mucho más arriba del peso recomendado por su médico, entonces

valdrá la pena que lo consulte, sepa cuál es su peso y advierta otros aspectos de

49

su salud.

Los cuadros siguientes brindan algunos rangos generales de lo que significa un

peso corporal ideal en hombres y mujeres adultos. Las cifras constituyen promedios

estadísticos y no son cifras absolutas. Emplee los cuadros como una estimación

aproximada y consulte a su médico para obtener una idea más acabada de su

peso ideal.

Tabla de alturas y pesos para mujeres

Altura

(cm)

Contextura

pequeña (kg)

Contextura

mediana (kg)

Contextura

grande (kg)

145 46-50 50-55 54-60

147 47-51 50-56 55-60

150 47-52 51-57 55-62

152 48-54 52-59 57-64

155 49-55 54-60 58-65

157 50-56 55-61 60-67

160 52-58 56-63 61-69

163 53-59 58-64 62-70

165 55-60 59-65 64-72

168 56-62 60-67 65-74

170 57-63 62-68 66-76

173 59-65 63-70 68-77

175 60-66 65-70 69-79

178 61-67 66-72 70-80

180 63-69 67-74 72-81

Tabla de alturas y pesos para hombres

Altura

(cm)

Contextura

pequeña (kg)

Contextura

mediana (kg)

Contextura

grande (kg)

155 58-61 60-64 63-68

50

157 59-62 60-65 64-70

160 60-63 61-66 65-71

163 61-64 62-67 65-73

165 62-65 63-69 66-75

168 63-66 65-70 68-76

170 64-67 66-71 69-78

173 65-69 67-73 70-80

175 65-70 69-74 72-82

178 66-71 70-75 73-84

180 68-73 71-77 75-85

183 69-75 73-80 76-87

185 70-76 75-80 78-90

188 72-78 76-83 80-92

191 74-80 78-85 85-94

Una vez que tenga una idea de dónde se sitúa en las tablas de peso, espero

que el curso de acción que usted tome sea claro. Debo argumentar algo más para

contemplar los "casos especiales", que no son tan poco frecuentes como puede

pensarse. Si de alguna manera usted ha sobrevivido basándose en montañas de

comida basura y aún se mantiene en su peso ideal, deje de hacer apuestas con su

salud. Hasta ahora, ha tenido suerte, pero sería buena idea consultar a un

nutricionista y cambiar sus hábitos alimentarios antes de que le hagan más daño

a su organismo.

Haga ejercicio con regularidad. Una forma en extremo efectiva de mejorar su

buen estado vascular y disminuir el riesgo de enfermedad cardíaca es con

ejercicio aeróbico. El ejercicio puede ayudar a atemperar afecciones de alto ries-

go, como la obesidad, la presión sanguínea alta, los niveles elevados de azúcar y

de colesterol, con lo cual se reduce el riesgo de ataque cardíaco y accidente

cerebrovascular. Las actividades aeróbicas, como caminar, correr, nadar y bai lar,

son efectivas porque "exigen" a los sistemas del cuerpo para que obtengan

51

oxígeno y produzcan energía. Estos sistemas reaccionan al estrés haciéndose

más fuertes y saludables. El ejercicio es parte de mi régimen "Dígale sí al NO",

que detallaré en futuros capítulos.

Reduzca sus niveles de estrés, ansiedad, soledad y depresión. Esta

afirmación parece obvia, pero es un desafío, puesto que estos padecimientos

emocionales son difíciles de cuantificar. Sabemos bien que estas emociones

pueden provocar que los vasos sanguíneos se contraigan debido a una

producción deficiente de NO, lo cual incrementa la probabilidad de contraer

enfermedades cardiovasculares y sufrir ataques al corazón. Si una de dichas

afecciones se transforma en crónica, entonces la provisión de NO va a disminuir

en forma sostenida.

Muchas de las personas que sufren de estrés crónico, soledad involuntaria y

tristeza tienden a tratar de mejorar su ánimo a través de la automedicación con

sustancias que "levantan el ánimo", desde tranquilizantes hasta alcohol, pasando

por la cafeína. Estas técnicas son perniciosas porque a una mejora temporal en

el humor sigue una resaca emocional que deja a estos consumidores más

infelices de lo que eran antes. Si usted se automedica, debe conversar abierta

mente sobre este tema con su médico, que podrá prescribirle un antidepresivo o

recomendarle que vea a un profesional de la salud mental. Para disfrutar de salud

y felicidad óptimas, lo cual es ciertamente mi objetivo para mis lectores, no debe

dejar su cuerpo ni su mente a merced de períodos prolongados de estrés,

ansiedad, soledad ni depresión.

El arsenal de su médico en la guerra contra la

enfermedad cardiovascular

¿Quién necesita cafeína?

"Desde que rae trato con la terapia de NO, me doy cuenta de que duermo

52

mucho mejor. Además, me despierto más temprano y me siento mentalmente

más lúcida mucho antes. Incluso, hace poco dejé el café."

Barbara, 63 años, Tucson

__________________________________________________________________

Si su médico se da cuenta de que usted ya sufre de una enfermedad

cardiovascular o es un candidato muy probable, él puede recomendar varios

tratamientos; por ejemplo, prescribir una estatina para reducir el nivel de

colesterol, o un diurético, o medicación betabloqueante para la presión

sanguínea. Él puede decidir que usted necesita una angioplastía, en la cual se

introduce un catéter con punta de globo en la arteria obstruida, se comprime la

placa y se abre la arteria para restituir el flujo normal de sangre. Incluso puede

recomendarle una cirugía de derivación (bypass) de arterias coronarias, en la

cual un vaso de otra parte del cuerpo se emplea para trazar una nueva ruta para

el flujo sanguíneo que recorre los vasos bloqueados de su corazón.

Todos estos abordajes tienen sus desventajas. La angioplastía, por ejemplo,

abre las arterias, pero estos beneficios pueden ser sólo temporarios, con una alta

tasa de reestenosis (reangostamiento), lo cual deja las arterias tan obstruidas

como estaban antes del procedimiento. La cirugía de derivación (bypass) tiene

diversos grados de éxito según el cirujano y el hospital, pero un pequeño

porcentaje de pacientes muere por las complicaciones durante esta operación

invasiva o luego de ella.

Entre todas estas recomendaciones, el lector debe haber notado una omisión

flagrante. La mayoría de los médicos soslayan el óxido nítrico, una estrategia

crítica para la promoción de la salud y que es el punto central de este libro.

El NO al rescate

53

Si la salud cardiovascular es su objetivo, es preciso que el NO se encuentre en

un lugar protagónico de su programa para un corazón sano. Muchos ataques

cardíacos y accidentes cerebrovasculares son factibles de prevenirse. Puede

colocar un límite a la progresión de la enfermedad cardiovascular aun si ya la ha

contraído. Usted se encuentra a punto de dar el próximo paso para darse cuenta

de cómo hacerlo.

Cuestiones centrales

Antes de continuar, me permito repasar lo que hemos aprendido en este

capítulo.

Casi 62 millones de estadounidenses padecen de al menos un tipo de

enfermedad cardiovascular, incluida hipertensión, enfermedad

cardiocoronaria, angina pectoris y accidente cerebrovascular.

La presión sanguínea alta afecta a 50 millones de mujeres y hombres.

Una lectura de presión sanguínea de 140/90 o más se considera alta. La

hipertensión es una enfermedad silenciosa; puede lesionar las células

endoteliales y provocar otros daños fisiológicos sin signos externos.

Cuando su cuerpo produce niveles saludables de NO, el riesgo de

formación de placas y aterosclerosis se reduce.

Al disminuir el riesgo de que se produzcan coágulos de sangre, el NO

puede hacer descender las probabilidades de sufrir ataque cardíaco o

54

accidente cerebrovascular.

Al adoptar estrategias para su estilo de vida, tales como reducir los

niveles de colesterol en sangre y la presión sanguínea, abandonar el

cigarrillo y hacer ejercicio con regularidad, usted puede hacer que

disminuyan sus probabilidades de padecer enfermedades cardíacas.

-3-

El fundamento científico del NO:

un curso acelerado sobre los

increíbles poderes

de la molécula milagrosa

La del óxido nítrico es una de las moléculas más simples de la biología,

compuesta por solamente dos átomos, uno de nitrógeno (N) y uno de oxígeno

(O). Si bien la estructura del NO es simple, se considera en la actualidad que el

NO es la molécula más significativa del cuerpo, por demás crucial para el

bienestar corporal. Estoy convencido de que el NO puede revitalizar el sistema

cardiovascular y mantenerlo en mucho mejor forma que lo que indicaría la edad

cronológica del organismo.

Durante las últimas dos décadas, mi pasión ha sido el estudio de esta

minúscula molécula. Año tras año —durante doce, catorce, dieciséis horas por

día—, me obsesioné con la demostración de dicha importancia. La conclusión

obtenida es que la diferencia que existe entre salud y enfermedad es, con

frecuencia, una función del nivel de actividad de NO en el cuerpo. El NO puede,

55

en verdad, constituirse en una cuestión de vida o muerte. Y ahora revelaré el

motivo.

¿Cuál es nuestra edad interna?

Si un paciente tiene más de cincuenta años y tiene un problema de salud

relacionado con la edad —enfermedad cardíaca o diabetes, por ejemplo—, es

probable que se encuentre, además, enfrentando los cambios internos que

acompañan el hecho de envejecer. Cuando tenemos veinte, treinta o cuarenta

años, es obvio que deseemos hacer todo lo posible para asegurar que nuestro

corazón y vasos sanguíneos permanezcan bien tonificados para los años por

venir.

Pero, con independencia de que seamos viejos o jóvenes, no es demasiado

tarde para comenzar con mi programa para revitalizar el organismo.

Manténgase atento a su salud

Siempre es importante consultar con el médico antes de iniciar cualquier

programa para la salud. Cuando hable con su médico, pregúntele sobre las dos

determinaciones más importantes que surgen de cualquier examen físico: el pulso y

la presión sanguínea en estado de reposo. La mayor parte de los estadounidenses

de más de cuarenta años no tiene idea de cuáles son su pulso y su presión

sanguínea, y tampoco respecto de qué constituyen niveles altos, normales o bajos.

La mayor parte de estas personas conoce al dedillo cuál es su peso, pero no está

tan al tanto de cifras que constituyen cuestiones de vida o muerte.

Números vitales que usted debe conocer

Un pulso normal en estado de reposo (que representa la cantidad de veces

que el corazón late por minuto) es de entre 65 y 75 latidos. Se considera que la

presión sanguínea es normal cuando es de aproximadamente 125/80, si bien un

artículo publicado en el número de septiembre de 2003 del Journal of the

56

American Medical Association la rede-finió en 115/75 al citar investigaciones que

muestran que puede desencadenarse daño arterial ya con este nivel de presión

sanguínea.

Óxido nítrico: la maravillosa droga

cardiovascular natural del cuerpo

Tal vez el lector se dé cuenta de que, al hablar con su médico sobre estas

determinaciones, es preciso hacer descender la presión sanguínea y el pulso, y

tonificar los vasos mediante la reducción de la contracción para, así, posibilitar que la

sangre fluya rítmicamente a cada célula del cuerpo. La tarea parece menos

abrumadora si comprendemos las propiedades restauradoras del NO, que se produ-

ce en las arterias. El NO ayuda a preservar la elasticidad de todos los vasos, porque

es una "molécula señaladora" que indica a los vasos sanguíneos cuándo deben

incrementar su ancho, o sea, dilatarse.

La reparación del daño provocado por la enfermedad cardiovascular, sin acudir a

cirugías riesgosas y, con frecuencia, nada efectivas, ha sido considerada imposible

durante largo tiempo. Se me otorgó el premio Nobel en Medicina por señalar que

dicho razonamiento era obsoleto. Ahora sabemos que podemos revertir el daño

cardiovascular de manera natural, gracias a la "droga mágica” que el cuerpo humano

manufactura en su interior, el óxido nítrico.

El NO cambia los roles

"Tengo tres hijos de menos de cuatro años. Las multi-vitaminas me ayudaron a seguirles el ritmo; pero, desde que potencié mis niveles de NO, ¡son ellos los que tienen que seguirme el paso a mí!"

Elaine, 31 años, Nueva Jersey

57

El NO es una poderosa molécula señaladora que se encuentra presente en los

sistemas cardiovascular y nervioso, así como en todo el organismo. El NO penetra

en las membranas y envía mensajes específicos, señales biológicas, que regulan la

actividad celular y dan instrucciones al cuerpo para que realice ciertas funciones. El

NO influye en el funcionamiento de prácticamente todos los órganos corporales: los

pulmones, el hígado, los riñones, el estómago, los genitales y, por cierto, el corazón.

Entre sus muchos deberes vitales, el NO cumple un rol como vasodilatador, lo

cual significa que ayuda a controlar el flujo sanguíneo a cada sector del cuerpo. El

NO relaja y agranda los vasos sanguíneos, con lo cual asegura que la sangre pueda

nutrir con toda eficiencia el corazón. El NO también trabaja para evitar la formación

de coágulos de sangre (trombos), que constituyen el factor desencadenante de

accidentes cerebrovasculares y ataques al corazón, además de regular la presión

sanguínea.

Otro papel clave del NO es lentificar la acumulación de placa aterosclerótica en los

vasos sanguíneos. Recordemos que la placa es una acumulación, en las arterias

coronarias, de grasas de colesterol que endurece las arterias, las angosta y hasta las

bloquea, con lo cual se reduce la provisión de sangre al corazón. En mis

investigaciones, sugiero enfáticamente que, mediante la capitalización de esta

capacidad para combatir la placa aterosclerótica, la terapia con NO puede ayudar a

que disminuya el colesterol, al facilitar de manera sinérgica las acciones de las

estatinas habitualmen-te prescritas, como Lipitor y Mevacor. Surge con claridad que

la terapia con NO no sólo es segura cuando se la combina con las estatinas, sino

que también aumenta el efecto de las drogas, porque uno de los importantes

mecanismos de estos fármacos es el de incrementar y mantener la producción del

NO. La terapia con NO cumple la misma función, sólo que de manera natural.

El sistema inmune emplea el NO para mantener a raya bacterias infecciosas, virus

y parásitos, e incluso para reducir la proliferación de ciertos tipos de células

cancerosas. En personas con diabetes moderada a severa, el NO puede evitar

muchas complicaciones habituales y serias, en particular las asociadas con un flujo

58

sanguíneo irregular. El NO es crucial para la memoria, debido a que el cerebro lo

emplea para almacenar y recuperar recuerdos de largo plazo, y también para

transmitir información. En la actualidad, estamos investigando el importante rol que el

NO puede desempeñar en la prevención de la enfermedad de Alzheimer.

En su calidad de antiinflamatorio, se estudia el NO por su presunto papel en la

reducción de la inflamación y las molestias que produce la artritis. El NO también

puede protegernos de la úlcera de estómago, al mantener un flujo normal de sangre

al revestimiento mucoso del sistema gastrointestinal. Como neurotransmisor, el NO

incrementa el flujo sanguíneo a los genitales, y por ello juega un rol importante en el

funcionamiento sexual normal. Mis descubrimientos en esta área condujeron al

desarrollo del Viagra. El NO es un poderoso antioxidante, ya que desactiva los

llamados "radicales libres" del oxígeno en el cuerpo, que pueden contribuir a los

cuatro principales motivos de muerte en Estados Unidos: el cáncer, la diabetes, las

enfermedades del corazón y el accidente cerebrovascular.

Todo parece indicar que los usos del óxido nítrico en el organismo son ilimitados.

La cantidad de roles cruciales identificados respecto de esta singular molécula se ha

incrementado de manera sostenida con las nuevas y numerosas investigaciones

científicas sobre el NO. En los capítulos siguientes, mencionaremos los muchos usos

del NO pero, en este punto, mi interés es que se comprenda la amplitud de su

importancia para casi todos los aspectos del funcionamiento corporal.

La producción de NO en el endotelio

El cuerpo mismo constituye la fuente óptima de producción de NO. La fabricación

de NO tiene lugar principalmente en el endotelio que, según se ha dicho, es la capa

de células que reviste la superficie interior de los vasos sanguíneos. El tejido

endotelial, que separa la sangre de los músculos lisos de las paredes de los vasos,

tiene una delgadez y una fragilidad extraordinarias. Cuando el endotelio se encuentra

bien nutrido, se genera NO a niveles óptimos y la sangre fluye sin impedimentos, con

59

lo cual se nutre el corazón y todos los demás órganos. Durante el ejercicio vigoroso,

e incluso durante ciertos procesos fisiológicos rutinarios, como la digestión, en que

se necesita mayor cantidad de sangre, es función del NO proveerla. Cuando el

cuerpo se encuentra en reposo, el nivel de NO es menor, y este fenómeno reduce el

flujo de sangre.

Debido a que el tejido endotelial es sólo una capa celular única, podríamos estar

tentados a pensar que no existe gran margen de error cuando se trata de mantenerlo

saludable. Si bien el endotelio constituye una delgadísima línea demarcatoria entre la

sangre y los tejidos, no cabe duda de que es uno de los trabajadores más

incansables del cuerpo, productivo y de rendimientos superiores a los esperados, el

tejido endotelial es responsable de mantener el suministro de NO al cuerpo. Con la

ayuda de una enzima llamada NO sintasa endotelial, las células endoteliales

funcionan como una planta de energía donde se fabrica y moviliza el NO, un recurso

renovable esencial para la buena salud.

Sólo son necesarias cantidades pequeñas de NO para aprovechar sus poderosas

funciones terapéuticas, pero el organismo de la mayor parte de las personas no

genera lo suficiente para mantener el buen trabajo del sistema cardiovascular. La

subproducción de NO se produce cuando el tejido endotelial se encuentra dañado

por la edad, por un estilo de vida perjudicial para la salud, por enfermedades, por un

medio ambiente tóxico o por propensión genética; en consecuencia, la producción de

NO se ve disminuida. El cuerpo se torna vulnerable a prácticamente todas las

principales enfermedades.

En este libro, nos concentramos en la enfermedad cardiovascular y, en especial,

en las formas en las cuales una deficiencia de NO puede contribuir al padecimiento

de más de sesenta y dos millones de estadounidenses que sufren de presión alta

elevada, aterosclerosis, enfermedad coronaria, presión sanguínea alta, insuficiencia

cardíaca o accidente cerebro vascular. Ante cualquier deficiencia de NO, sabemos

ahora que puede compensarse con una dieta que promueva la producción de NO, un

programa de suplementos y ejercicio moderado.

60

Cerremos la puerta a la

enfermedad cardiovascular

A lo largo de la vida, el endotelio puede dañarse debido a un estilo de vida

perjudicial y las toxinas ambientales, así como al desgaste rutinario que acompaña el

proceso de envejecimiento. Cuando esto sucede, la planta interna de energía puede

producir menos NO —o no producirlo— en las regiones lesionadas, lo cual nos deja

en una situación de vulnerabilidad respecto de la enfermedad cardiovascular.

Pese a lo resilientes que son las células endoteliales, son variadas las afecciones

a la salud que pueden sabotear su bienestar; esta situación, a su vez, puede afectar

la capacidad del cuerpo para producir NO. Si, por ejemplo, se padece de presión

sanguínea moderada a severamente alta durante varios años, es probable que la

exigencia planteada a los vasos sanguíneos pueda ya haber infligido su castigo

sobre el endotelio y haber provocado daños en sitios críticos como el corazón y el

cerebro. Agregúense a esta situación otros enormes factores de riesgo para el daño

del endotelio —niveles altos de colesterol y de glucosa en sangre, tabaquismo y una

dieta constante de grasas saturadas, que elevan el colesterol—, y es posible que el

endotelio pase un muy mal rato.

"¡Soy un gran entusiasta del NO!"

"Mi padre falleció por enfermedad coronaria a los cincuenta y ocho años. Yo deseo vivir más que eso, por mis hijos. Tengo gran fe en los suplementos potenciadores con NO, junto con una buena dieta y rutinas de ejercicios cotidianos. He notado varios efectos positivos, además de los beneficios de largo plazo para la salud; por un lado, duermo mucho mejor. Hace poco que comencé a tomar los suplementos antes de hacer ejercicios, y me doy cuenta de que tengo más energía y un ritmo cardíaco más suave cuando hago gimnasia. Para finalizar, he notado una enorme diferencia en mi estabilidad para respirar. Soy un alérgico que trabaja en exteriores. La terapia con NO me permite llenar mis pulmones de aire fresco con mucha más facilidad que antes."

Wayne, 38 años, Oregon

61

Compartir la riqueza

Mi vida como investigador siempre presentó desafíos y, con frecuencia, motivos

de gran júbilo. Con el apoyo de estudiantes graduados, colegas del doctorado,

científicos invitados, colegas médicos, asistentes técnicos y colaboradores de

investigación que tengo a mi lado, con frecuencia llego a las cinco de la mañana y

trabajo hasta bien entrada la noche, motivado por la excitación del descubrimiento

—esos momentos en que gritamos "¡Eureka!"— que acompaña los estudios

innovadores. He escrito NO más infartos con la esperanza y en la creencia de que las

mujeres y los hombres de todo el mundo puedan cosechar los invalorables

beneficios para la salud de mis más de dos décadas de investigación, a fin de

disfrutar vidas más largas y productivas, para ellos y para sus seres queridos.

Cuestiones centrales

Antes de continuar, me permito repasar lo que hemos aprendido en este

capítulo.

• El NO es una de las moléculas más significativas del cuerpo.

• El NO influye en el funcionamiento de prácticamente todos los órganos

humanos, desde el corazón hasta los pulmones y el estómago.

• El NO logra relajar los vasos sanguíneos, reduce la presión sanguínea y hace

descender el riesgo de padecer un ataque al corazón o un accidente cerebro-

vascular.

• Niveles adecuados de NO pueden desempeñar unpapel en la prevención

de las complicaciones de ladiabetes, la enfermedad de Alzheimer, la

disfuncióneréctil, la artritis, las infecciones y las úlceras.

62

-4-

El papel que desempeña

el óxido nítrico en los cuatro

procesos corporales esenciales

EI cuerpo cuenta con cuatro procesos corporales esenciales: el tono vascular,

la coagulación, la inflamación y la oxidación. Cada uno de estos procesos

desempeña un papel tanto positivo como negativo en el cuerpo, según la forma en

que se produzcan. En este capítulo se explicará la forma en que la terapia con óxido

nítrico puede marcar una diferencia vital para la salud al resaltar la parte positiva y

erradicar la negativa de cada uno de ellos.

El tono vascular: basta de presión sanguínea alta

La parte positiva del tono vascular

¿Qué sucedería si el tejido muscular liso de los vasos sanguíneos no tuviera la

capacidad de contraerse y de dilatarse? No habría forma de regular el flujo

sanguíneo. Recordemos que la presión sanguínea sistólica es la fuerza de las

paredes arteriales, conforme late el corazón o se contrae, para bombear la sangre

hacia afuera. Por otro lado, la presión diastólica constituye la fuerza ejercida sobre

las paredes cuando el corazón se relaja entre latido y latido, se llena con sangre, y se

prepara para convertirse en sistólica y comenzar a latir. Sin el suficiente tono

vascular, que da a los vasos la capacidad de contraerse y de dilatarse, nuestra

sangre no podría circular.

63

La parte negativa del tono vascular y la contracción

Si la presión sanguínea es alta, este factor indica que los vasos sanguíneos están

contraídos o que hay bloqueos. Si la sangre no fluye libremente, tarde o temprano las

células endoteliales sufrirán un daño importante. Una vez que se ve afectada la

producción de NO, el riesgo de ataque al corazón y de accidente cerebrovascular se

incrementa en gran medida.

El NO al rescate

Al mejorar el libre flujo de sangre por todo el cuerpo, el NO protege el tejido

muscular liso de los vasos sanguíneos de la contracción dañina, dado que contribuye

a la salud del endotelio. El resultado es: ya no más presión sanguínea alta.

Coagulación: basta de trombos

¿De qué manera evita el NO que se produzcan coágulos en el torrente

sanguíneo? Opera un proceso diferente que el que se asocia con el descenso de la

presión sanguínea. El NO aprovecha su capacidad de interferir con la principal causa

del accidente cerebrovascular, que es la agrupación (coagulación) de plaquetas,

cuerpos minúsculos con forma de disco, conformados por fragmentos de células que

son responsables de la coagulación en el torrente sanguíneo.

La parte positiva de la coagulación

En las circunstancias adecuadas, la coagulación constituye un proceso corporal

esencial. Un corte o una punción en una mano no sólo daña la piel sino, también, los

vasos sanguíneos subyacentes. Cuando comienza el sangrado, el mecanismo

corporal de la coagulación comienza a operar. Las plaquetas se congregan de

inmediato y comienzan a adherirse unas a otras, con lo cual se contiene el flujo san-

guíneo al formarse un sello que tapona la filtración y, finalmente, forma una cicatriz.

64

La parte negativa de la coagulación

Si los vasos sanguíneos han sufrido un daño —tal vez porque se ha acumulado

placa en las paredes de las arterias—, las plaquetas pueden comenzar a arracimarse

dentro del torrente sanguíneo en el lugar de la lesión. Si se forma un trombo o

coágulo sanguíneo en la zona y se libera, llegará a bloquear o interferir con el flujo

sanguíneo; y este mecanismo puede desencadenar, potencialmente, un ataque al

corazón o un accidente cerebrovascular. Cuando se produce un coágulo en las

arterias coronarias, este fenómeno se denomina trombosis coronaria; cuando es en

un vaso sanguíneo que conduce hacia el cerebro o se interna en él, se trata de una

trombosis cerebral.

El NO al rescate

Al mantener un bombeo de sangre uniforme por todo el sistema vascular, el NO

mantiene los vasos y las arterias en un nivel óptimo de limpieza. Recordemos que los

vasos y las arterias enfermos actúan como velero, ya que atraen y se adhieren a

materiales extraños peligrosos, mientras que una red vascular apoyada por el NO

actúa como teflón, haciendo deslizar la placa y las plaquetas, impidiendo que los

coágulos se expandan o que, directamente, se formen.

Inflamación: basta de aterosclerosis

A continuación, nos concentraremos en otra enfermedad cardiovascular principal:

la aterosclerosis. La aterosclerosis se presenta como un proceso gradual y dinámico

de inflamación; la placa se forma en un período de muchos años. El NO puede

intervenir en los estadios tempranos del proceso, al evitar el engrasamiento de las

paredes de las arterias y la acumulación de material graso.

65

La parte positiva de la inflamación

A niveles controlados, la inflamación no siempre es mala, sino que entraña una

forma importante de defensa del cuerpo contra infecciones. Al igual que un poderoso

ejército que marcha hacia la batalla para defender a su país, el sistema inmune o de

defensa puede montar un ataque de tal fuerza que aplaste el intento de los invasores

extranjeros de desencadenar infecciones y enfermedades.

La parte negativa de la inflamación

Cuando este proceso inflamatorio se torna crónico e involucra las arterias, puede

contribuir al desarrollo de enfermedades como la aterosclerosis. Las células que

normalmente operan en la eliminación de bacterias pueden volverse en contra.

Cuando tiene lugar la inflamación en los vasos sanguíneos, se trata de un proceso

que debe interrumpirse.

El NO al rescate

Específicamente, aquí se encuentra la razón por la cual es tan importante contar

con niveles suficientes de NO para evitar la aterosclerosis. Si las células endoteliales

situadas en la superficie interna de los vasos sanguíneos se encuentran dañadas en

cualquier forma, otros tipos de células sanguíneas, los monocitos y los leucocitos,

pueden precipitarse en las paredes de los vasos, acumularse e incrustarse en la

capa muscular lisa. Una vez que se concretó la invasión, estas células liberan

sustancias químicas llamadas mediadores inflamatorios, que desencadenan la

inflamación del músculo liso, inician el proceso aterosclerótico de formación de placa

y dan como resultado un bloqueo en el flujo sanguíneo.

Una vez que se forma placa en las arterias, es mucho más difícil revertir el daño

que evitarlo. Aun así, las estrategias que presenta este libro pueden, al menos,

detener o lentificar el avance. Si la idea es la prevención, el NO puede desempeñar

un papel crucial. Luego de que las placas hayan provocado un daño en las arterias,

66

pueden crecer, fragilizarse y liberarse; luego, se alojarán en el cerebro o en las

arterias coronarias, y desencadenarán un accidente cerebrovascular o un ataque al

corazón.

Al mismo tiempo, la placa puede perjudicar la capacidad del endotelio de producir

NO, con lo cual se incrementa la probabilidad de que se forme aún más placa. Se

trata de un círculo vicioso que puede poner en riesgo la vida. Es importante evitar

toda formación de placas, con la ayuda del NO. En realidad, puede que no haya una

mejor forma de mantener las arterias limpias y flexibles que maximizar la producción

interna de NO.

Nunca es demasiado tarde

El padre de Sherry, de 72 años de edad, de Denver, sufre de endurecimiento arterial. "Ya ha perdido una pierna debido a esta afección, y se enfrentó a la posibilidad de perder la otra debido a la inflamación y el dolor constantes. Luego de cinco días con la terapia de NO, la inflamación se redujo a la mitad, y apenas sentía algún dolor”.

La oxidación: basta de estrés oxidativo

Los investigadores en materia cardiovascular concentran su atención cada vez

más en el llamado "estrés oxidativo". Por cierto, el oxígeno es necesario para la vida

misma, es crucial para todos los procesos, desde la respiración hasta la continuidad

de los latidos del corazón. Cuando el cuerpo emplea oxígeno, genera subproductos a

través del proceso de oxidación, que pueden ser beneficiosos o desastrosos.

La parte positiva de la oxidación

En ausencia de este proceso, nuestras células no podrían quemar la glucosa, que

nos brinda energía.

67

La parte negativa de la oxidación

Los subproductos de la oxidación en el cuerpo se denominan radicales "libres" del

oxígeno. Los radicales libres pueden generar un desastre al neutralizar el NO, con lo

cual contribuirán no sólo a la enfermedad cardiovascular sino, también, a los signos

del proceso de envejecimiento, desde arrugas en la piel hasta huesos débiles.

En los capítulos siguientes, se comentará con mayor detalle el estrés oxidativo,

cuando se toque este tema en el régimen "Dígale sí al NO". Pero, por ahora,

tenemos datos importantes para tener en cuenta, en particular respecto del rol del

NO en la interrupción de este trastorno.

A fin de lograr una imagen más clara de los radicales libres del oxígeno,

imaginemos un automóvil que quema nafta para obtener energía y, en este proceso,

genera gases de combustión con contaminantes peligrosos que ennegrecen el cielo.

De una forma muy similar, el cuerpo depende del oxígeno para conseguir energía

pero, conforme se consume esta energía, genera sus propios subproductos de la

"combustión"; es decir, los radicales libres.

Si bien la oxidación está asociada con procesos bioquímicos rutinarios del cuerpo,

estos radicales libres se forman, a veces, en exceso. Cuando dicho fenómeno tiene

lugar, este estrés oxidativo se transforma en perjudicial para el bienestar corporal,

debido a que daña las células y los tejidos sanos, incluso los de las arterias. Los

radicales libres pueden dañar el endotelio. Por ejemplo, cuando el "coles-terol malo"

(o LDL) se oxida, se ve químicamente alterado de manera tal que permiten que se

infiltre en las paredes arteriales y provoque un serio daño en las células endote-

liales. Si bien estas células pueden repararse hasta cierto punto, el estrés oxidativo

constante puede sabotear la oportunidad de una autorreparación significativa.

El NO al rescate

El NO puede minimizar el estrés oxidativo que contribuye a la enfermedad

68

cardiovascular. Existe un factor complicante pero, por cierto, no es insuperable.

Cuando se presentan radicales libres en grandes cantidades, éstos intentan dominar

y desarmar al NO producido por el cuerpo, antes de que él pueda tomar control de la

situación. Cuando el cuerpo se encuentra en estado de estrés oxidativo, es probable

que se cuente con mucho menos NO que la cantidad normal. Los antioxidantes

pueden ser de ayuda, ya que actúan como carroñeros del cuerpo: buscan los radica-

les libres y los neutralizan antes de que puedan provocar gran daño. Muchos de los

suplementos mencionados en "Dígale sí al NO" son antioxidantes que pueden

destruir los radicales libres de los vasos sanguíneos y de todo el organismo.

Mejor prevenir...

Ethan, un corredor de bolsa de Chicago, de 29 años y gran vitalidad, cuida su

salud, lo cual incluye hacer ejercicios cinco días a la semana. Se encuentra en

óptimo estado físico pero, pese a ello, abriga dudas respecto de su salud, debido a

que ambas ramas de su familia presentan problemas cardiovasculares. Su padre,

Gerald, acaba de sufrir un ataque al corazón de mediana intensidad, a la

relativamente joven edad de 55 años. Ethan ha seguido la historia del óxido nítrico,

desde el premio Nobel, y se encuentra intrigado. Ha buscado en Internet y

encontrado un suplemento formulado en especial para incrementar la producción de

NO en el cuerpo; ha ordenado uno para su padre. Los resultados han sido

asombrosos.

En cuestión de semanas, la presión sanguínea de Gerald se aproximó a la

normal, y bajó su nivel de colesterol. Además, comenzó a dormir mejor y a

recuperarse de manera notable, por su rapidez, del ataque al corazón. "Jamás dejaré

de tomarlo —comenta Gerald—. En verdad, me ha salvado la vida."

Tal como lo hizo su padre, Ethan ha comenzado a tomar el suplemento como

medida preventiva, y afirma que, luego de un par de meses de hacerlo, tiene el

doble de energía que la que solía tener y rinde más en la mitad del tiempo que antes

de tomar los suplementos potencia-dores del NO

69

Los lugares de trabajo del NO: más allá del endotelio

Al mismo tiempo que la células endoteliales vasculares generan NO, otros lugares

de trabajo del cuerpo también cumplen esta función. Si bien el endotelio es la

fábrica principal del NO, ciertos tipos de células nerviosas también pueden

producirlo. Por ejemplo, cuando los nervios del tejido eréctil del pene se ven

estimulados, activan la NO sintasa neurona! que, de inmediato, genera NO, y que,

acto seguido, ingresa al músculo liso del pene y provoca que se relaje. Cuando se

produce esta relajación, el pene puede alojar más sangre que, a la vez, produce

una erección. Mi investigación en esta área fundó las bases del desarrollo del

Viagra.

El NO también es producido por las células nerviosas del cerebro y de los

pulmones. Cuando los nervios de los pulmones liberan NO, la presencia de esta

molécula puede provocar la dilatación de las vías aéreas, proceso que se denomina

"broncodilatación". En el cerebro, el NO se genera en las regiones asociadas con el

mejoramiento de la memoria y el aprendizaje, así como con las influencias y las mo-

dificaciones de la conducta.

El NO se produce en otro lugar importante: los glóbulos blancos. Estas células se

presentan en varios tamaños y formas, y constituyen la columna vertebral del sistema

inmunológico del cuerpo. Estas células se encuentran en cantidades que exceden

los 1.000 millones en un hombre o mujer tipo, y pueden destruir la mayor parte de los

invasores externos, sean bacterias, virus o parásitos. Como parte de este sistema de

defensa, los glóbulos blancos producen NO en cantidades tan grandes, que pueden

ayudar a dominar a los microorganismos atacantes.

El NO puede influir de manera positiva en muchas otras enfermedades y

trastornos, desde cáncer a problemas digestivos, desde tuberculosis a dificultades de

aprendizaje. Dado que el NO actúa como una molécula señaladora en todo el sistema

nervioso, comunica mensajes que afectan el corazón, los pulmones, los ríñones, el

estómago, el cerebro y los genitales, entre otros órganos. En verdad, no debe haber

desorden en el cuerpo en el cual el NO no desempeñe un papel protector. Si bien el

70

NO tiene un período de duración muy breve, el organismo produce siempre más NO

gracias a las células endoteliales sanas.

En los capítulos siguientes, alentaré a mis lectores a adoptar las simples pero

probadas modificaciones en su estilo de vida, que pueden transformar la salud. Los

cambios en la dieta, los suplementos y el régimen de ejercicios no son complicados,

pero potenciarán de manera significativa la producción natural de NO en el cuerpo,

sin riesgos desde el punto de vista médico.

Nuestra mayor comprensión del NO, que ha dado como resultado mi programa

"Dígale sí al NO", es uno de los avances más importantes en la medicina en los últi-

mos años. Ahora, los lectores tienen la oportunidad de aprovechar todo lo que hemos

aprendido sobre ello y recoger sus beneficios.

Cuestiones centrales

Antes de continuar, me permito sintetizar lo que hemos aprendido en esté capítulo.

• Las células endoteliales son los animales de trabajo del sistema cardiovascular, ya

que manufacturan el NO que nos protege de muchas enfermedades habituales. Al

controlar el flujo de la sangre, ayudan a regular la presión sanguínea.

• Una vez que se forma placa en las arterias, es difícil revertir el daño. Por ello, la

prevención es clave, y el NO puede desempeñar un papel importante en el control de

la cantidad de placas.

• Al interferir con el aglutinamiento de plaquetas, el NO minimiza el riesgo de sufrir

accidentes cardiovasculares.

• El "estrés oxidativo" puede contribuir a la aparición de enfermedades

cardiovasculares, pero el daño causado por los radicales libres del oxígeno puede

reducirse con una elección adecuada de suplementos.

• Es posible reparar el funcionamiento de las células endoteliales lesionadas

mediante una selección de suplementos aminoácidos y antioxidantes que estimulen la

producción de NO.

• No sólo las células endoteliales producen NO en los vasos sanguíneos, sino que

también lo hacen las células nerviosas y los glóbulos blancos.

71

-5-

"Dígale sí a NO": mi programa

en tres partes para la revitalización

cardiovascular. Un panorama general

Las tres partes de mi programa "Dígale sí al NO" están

diseñadas para lograr una máxima nutrición celular. He creado

un sistema de alimentación celular sobre la base del principio

de sinergia, en el cual diversos elementos trabajan juntos para

producir resultados mucho más importantes que la mera suma

de esos mismos elementos. Tal como se verá, "sinergia"

también significa que, cuando se toman ciertos elementos en

conjunto, éstos potencian la efectividad de los demás.

A fin de obtener un beneficio mensurable de la terapia del NO, es crítico que

cualquier suplemento potenciador del NO sea el recomendado por el programa

"Dígale sí al NO". Es preciso asegurarse de tomar los dosajes apropiados de

nutrientes que recomiendo y que no se omita ningún suplemento. La efectividad del

programa se basa en la combinación sinérgica de los aminoácidos L-arginina y L-

citrulina, así como de cuatro antioxidantes claves. La mayor parte de los productos

que pueden conseguirse en el mercado que afirman potenciar la producción de NO

son, en efecto, sólo L-arginina —en dosis insuficientes— y no producen los

beneficios para la salud cardiovascular que se obtienen del programa "Dígale

sí al NO". Es preciso estar atento; este esfuerzo vale la pena.

72

Radiante y llena de vida

Caroline, 32 años, de San Francisco, afirma que el paquete de suplementos potenciadores del NO fue lo que despejó la bruma de sus mañanas. 'Tara dar una idea de cómo era mi vida antes de comenzar con los suplementos de óxido nítrico, sepan que yo usaba un pijama con la leyenda: 'Soy alérgica a las mañanas/ Todos los días tardaba una hora o más para ponerme realmente en marcha. Ahora, me duermo enseguida y no me despierto en toda la noche, y me despierto antes de que suene el despertador. En lugar de levantarme atontada, estoy de buen humor y con un buen grado de alerta. ¡Puedo emprender, en todo un día, tanta actividad como cuando tenía 18 años!"

Construyendo la usina de NO

Ésta es la forma en que funciona la sinergia en mi régimen potenciador del NO.

Los suplementos nutracéuticos —compuestos naturales bioactivos con cualidades promotoras de la salud o medicinales— son poderosos por sí mismos pero, cuando se los toma en su conjunto, incrementan la eficiencia potenciadora del NO de cada uno de ellos, más que si se los tomara uno por uno. En el régimen potenciador del NO, los suplementos nutracéuticos constituyen una combinación de aminoácidos y antioxidantes específicos. Creo, sin lugar a dudas, que, si un paciente ya padece de problemas cardiovasculares o sólo quiere prevenirlos, es necesario que tome un paquete diario de suplementos.

Se sabe que ciertos alimentos funcionales —por ejemplo, las carnes rojas, el pescado, el aceite de oliva, las frutas secas y el zumo de granada— mejoran la capacidad de producir NO. "Alimentos funcionales" aluden a productos alimenticios con compuestos naturales que brindan un beneficio para la salud o que disminuyen el riesgo de sufrir enfermedades. Por desgracia, sería preciso comer un robusto bistec tras otro, en las tres comidas del día, para mantener un nivel beneficioso de NO. Si se desea proteger la salud cardiovascular, será necesario diseñar las comidas alrededor de alimentos ricos en NO, pero la dieta por sí sola no hará que la fábrica de NO funcione

73

con su plena capacidad.

Durante el ejercicio, el cuerpo produce NO a una tasa elevada. No hay desventajas en el ejercicio pero, a menos que se tenga la intención de estar en el gimnasio las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana, el ejercicio, por sí solo, tampoco brindará la cantidad de NO que se necesita. Un plan alimentario adecuado, combinado con el ejercicio, incrementa la producción de NO aluna tasa mayor que la de cada elemento por separado. En realidad, estos dos componentes del régimen potenciador del NO pueden, incluso, elevar la efectividad del otro... pero no aumentan la producción de NO al nivel que nuestro organismo requiere para una salud óptima.

La gran recompensa

Si se combinan una dieta compatible con el NO, un ejercicio moderado y los aminoácidos y antioxidantes adecuados, el cuerpo se transformará en una usina productora de NO que mantendrá las células endoteliales bien nutridas y los vasos sanguíneos relajados, lo cual hará descender la presión sanguínea y el colesterol, desalentará la formación de placas, asegurará el flujo de sangre y reducirá la inflamación, que puede llevar a la aterosclerosis, con frecuencia en un período tan breve como dos semanas.

¡Qué ritmo!

"Soy una viajera internacional frecuente —comenta Susan, 51 años, de Miami—, y el jet lag se había convertido en parte de mi vida, hasta que comencé con mi régimen de óxido nítrico. Poco después de comenzar con él, noté que ese efecto se volvía menos frecuente y menos severo. Tomo mi paquete de suplementos potenciadores del NO todas las tardes, esté en mi casa o viajando. El resultado: puedo dormir toda la noche y me despierto renovada, sin importar dónde me encuentre o qué hora es en mi cabeza.”

Dígale "sí" a los suplementos potenciadores del NO

En el programa, requeriré que los pacientes consuman una combinación especialmente diseñada de nutrientes celulares nutraceúticos, que incluyen lo siguiente: • La L-arginina es un "ladrillo" de proteína de producción natural llamada

74

aminoácido. La L-arginina mejora el flujo sanguíneo y la actividad de las células

endoteliales, debido a que se convierte en NO en el cuerpo. Si bien la L-

arginina se encuentra en algunos alimentos (carnes rojas, pescado, pollo,

frijoles, soja, frutas secas), no es posible consumir, en la dieta habitual,

cantidades suficientes de ella. Entonces, mi recomendación es que se tomen

suplementos de L-arginina todos los días.

Un segundo aminoácido, la L-citrulina, tiene una relación íntima con la L-arginina y se encuentra en muchos de los alimentos ricos en las mismas proteínas, y también en los melones. En el cuerpo, la L-citrulina se convierte en L-arginina que, a la vez, incrementa la producción de NO. También recomiendo la toma de L-citrulina en suplementos.

Ciertas vitaminas claves —incluidas las vitaminas C, E y el ácido fólico— actúan como antioxidantes en el cuerpo y, gracias a ello, preservan la provisión de NO. Estas vitaminas son capaces de combatir el proceso promotor de enfermedades llamado "oxidación", que inactiva el NO, reduce su concentración en el cuerpo y daña las células endoteliales. La toma de suplementos antioxidantes representará un importante beneficio. A los niveles de dosaje que recomendaré, bloquearán el proceso de oxidación, pro-moverán la curación del revestimiento endotelial y protegerán el NO que produce el cuerpo. El ácido alfa lipoico es otra importante fuente natural de antioxidantes que

puede, en verdad, tener efecto sinérgico con los nutrientes mencionados

arriba. Este suplemento se genera en el cuerpo, y su papel fundamental

reside en la producción de energía celular. Cualquier exceso de ácido alfa

lipoico que no se necesite para la producción de energía sirve como

antioxidante y ayuda a eliminar una enorme cantidad de radicales libres que

dañan las células.

75

Baje la presión sanguínea ¡en una hora!

En la Facultad de Medicina de Hannover, Alemania, se administró a diez hombres saludables L-arginina por vía endovenosa (una dosis de 30 gramos durante treinta minutos). Los pacientes experimentaron no sólo una disminución de sus lecturas de presión sanguínea, con una declinación más pronunciada en la presión diastólica que en la sistólica, sino que, además, verificaron una reducción de un 33 % en el aglutinamiento o agrupamiento de sus plaquetas sanguíneas. Los niveles de NO medidos en la orina también se incrementaron (el llamado NO3, un metabolito o derivado del NO, se elevó un 65 % a conti-nuación de la infusión de L-arginina).

El poder de las proteínas

Alguna información sobre las proteínas ayudará a comprender la importancia de ciertos aminoácidos, como la L-arginina. Las proteínas son sustancias orgánicas complejas que se encuentran en numerosos alimentos. Son cruciales para mantener los tejidos corporales, formar músculos y órganos, cicatrizar heridas, obtener energía y regular muchos procesos fisiológicos; por ejemplo, el movimiento de oxígeno y nutrientes por todo el cuerpo.

Las proteínas constituyen el principal material de construcción del cuerpo. Cuando se ingieren ciertos alimentos ricos en proteínas —por ejemplo: las carnes rojas, el pescado, las aves de corral, el tofu (queso de soja), la clara de huevo y las frutas secas—, las enzimas digestivas del intestino delgado desdoblan las proteínas hasta reducirlas a sus formas más simples, que son los diversos compuestos llamados "aminoácidos". La L-arginina es uno de ellos; la L-citrulina, otro.

De qué forma la L-arginina equivale al NO

Luego de ingerir L-arginina en alimentos y suplementos, ésta avanza hacia el torrente sanguíneo y circula por todo el cuerpo. Conforme ingresa en las células endoteliales que revisten las paredes musculares lisas de los vasos sanguíneos, tiene lugar una reacción enzimática que convierte la L-arginina en

76

NO. Cuando los niveles de L-arginina del cuerpo se elevan, lo mismo sucede con la producción de NO que, a la vez, puede tener un efecto drásticamente positivo en la salud cardiovascular.

La invalorable vía de reciclaje: la L-arginina

se encuentra con la L-citrulina

Cuando la L-arginina hace sinergia con la L-citrulina, se incrementa la producción de NO. Existe una relación singular entre la L-arginina y la L-citrulina. Durante muchos años, los científicos creyeron que la L-arginina no se generaba en el cuerpo y debía obtenerse de alimentos funcionales y de nutracéuticos. En tiempos más recientes, descubrieron que nuestro organismo puede, en verdad, manufacturar L-arginina a través de unaí interacción sinérgica con L-citrulina, lo cual se conoce como la "vía de reciclaje L-citrulina/L-arginina". La L-arginina presente en las células se convierte en NO, lo cual crea el subproducto llamado "L-citrulina". Este subproducto, L-citrulina, junto con toda la L-citrulina adicional que se ha introducido merced a la ingesta de alimentos o suplementos, puede convertirse en L-arginina, que se convierte entonces en más NO. Este efecto "potenciador" de la vía de reciclaje L-citrulina/L-arginina puede incrementar sustancialmente la producción de NO.

Quiero dejar bien aclarado que es en extremo importante que se emplee la combinación exacta, que incluya L-citrulina junto con L-arginina, en la rutina de suplementos. Existe una cierta cantidad de paquetes de suplementos en el mercado, que se denominan "potenciadores del NO" pero no contienen L-citrulina. Si se elige dicho paquete de suplementos, el paciente se perderá de aprovechar los beneficios que pueden obtenerse de la terapia con NO. Es preciso leer con cuidado las etiquetas de todos los suplementos, a fin de verificar que los ingredientes y los dosajes se encuentran en consonancia con las prescripciones que se encontrarán en el capítulo siguiente.

Sopesando las pruebas

¿Pueden la L-arginina y la L-citrulina convertidas en NO devolver la salud cardiovascular y protegerla? Las investigaciones actuales responden esa pregunta de manera afirmativa, y las pruebas son cada vez más persuasivas. Sólo como anécdota, muchas personas me han escrito y han afirmado que, luego de sólo dos a tres semanas de tomar suplementos de L-arginina, han presenciado un descenso muy marcado en su presión arterial. En algunos casos, la disminución fue tan marcada que la presión se normalizó del todo, algo que la medicación para la presión arterial que normalmente se prescribe no siempre logra.

77

La L-arginina en circulación

En otro estudio llevado a cabo en la Facultad de Medicina de Hannover, los científicos examinaron los efectos de la L-arginina en la enfermedad arterial periférica, que consiste en el angostamiento de los vasos sanguíneos en las arterias de las piernas y desemboca en síntomas como dolor severo en los músculos de la pantorrilla durante la marcha (un padecimiento llamado "claudicación intermitente")- Los investigadores evaluaron a treinta y nueve pacientes con claudicación intermitente; a algunos, les administraron dos infusiones diarias de L-arginina (8 gramos a cada uno); a otros, prostaglandina El (un vasodilatador); a otros, no se les administró tratamiento alguno. Las personas que recibieron L-arginina experimentaron una enorme mejora en la distancia que podían caminar sin tener dolores y en la distancia absoluta de marcha respecto de los que recibieron prostaglandinas, mientras que no se produjo ningún cambio significativo en los pacientes de control. La L-arginina también mejoró la vasodilatación en los muslos, asociada con la función endotelial, mientras que la prostaglandina no produjo dicha mejora. Los investigadores concluyeron que "regenerar la formación del NO y la vasodilatación dependiente del endotelio mediante L-arginina mejora los síntomas clínicos de claudicación intermitente en pacientes con enfermedad oclusiva arterial periférica”.

En particular, las disminuciones más llamativas con L-arginina se han verificado en la presión diastólica —la cifra inferior de la/fracción que indica la presión sanguínea—, lo cual puede estar relacionado con la dilatación de los vasos sanguíneos, asociada con los incrementos en los niveles de NO debidos a L-arginina.

La L-arginina y la L-citrulina son ingredientes de peso en la fórmula que presenta este libro para la potenciación del NO, sobre todo cuando se encuentran en relación sinérgica con nuestra segunda "bala de plata": los antioxidantes.

El oxígeno: amigo y enemigo

El oxígeno es la clave de nuestra existencia. Inhalamos y exhalamos

miles de veces por día, con lo cual nos aprovisionamos de cerca de 9.841

litros de vital aire durante las veinticuatro horas del día. Sin él, no podríamos

sobrevivir más de unos pocos minutos.

78

En una de las mayores paradojas de la naturaleza, el oxígeno tiene un aspecto negativo, la oxidación, de la cual ya hemos hablado en el capítulo anterior. El oxígeno que nos mantiene vivos puede, a la vez, sabotear el bienestar corporal mediante el estrés oxidativo, que no sólo reduce de manera radical el NO del cuerpo, sino que, a la vez, provoca que el NO se inactive. El estrés oxidativo se produce cuando las moléculas de oxígeno se tornan inestables, lo cual conduce al caos en el cuerpo.

La invasión de radicales libres

Durante décadas, los investigadores en materia de estrés oxidativo consideraron que los derivados del oxígeno podrían provocar muchas enfermedades o contribuir a su existencia, pero encontraron poca o ninguna evidencia para respaldar dicha hipótesis. Ahora, tenemos la prueba.

En un átomo de oxígeno, las partículas llamadas "electrones" giran

alrededor del núcleo del átomo en pares, como planetas que orbitan

alrededor del Sol. Cuando estos electrones permanecen en pares, el átomo

de oxígeno queda estable. Cuando se libera un electrón y provoca que al

átomo le falte, de repente, un electrón, la molécula se desestabiliza y forma

radicales de oxígeno o radicales libres. Los radicales libres harán cualquier cosa

por estabilizarse. En su intento de volver a la normalidad, "secuestran"

electrones de cualquier otro compuesto que puedan arrebatar del interior de

las células. Cuando ocurre este proceso, se destruyen las estructuras

celulares vecinas, con lo cual se desencadena una ominosa reacción en

cadena de daño celular, que genera aún más radicales libres. Se forma un

círculo vicioso que destruye y mata más células. La estabilidad comienza a

ser un recuerdo. Los tejidos se dañan, y todos los sistemas fisiológicos

pueden colapsar.

79

Los radicales libres que nos rodean

Los radicales libres pueden formarse no sólo mediante los procesos bioquímicos normales sino, también, gracias a la exposición a muchos productos químicos ambientales. Por ejemplo, las sustancias que despide el cigarrillo pueden desencadenar la creación de radicales libres que lesionan el revestimiento de los pulmones. Otros contaminantes ambientales (por ejemplo, productos químicos en el aire y el agua, y pesticidas en los alimentos) pueden provocar estrés oxidativo y dar como resultado un daño celular sustancial. Lo mismo vale respecto del ejercicio excesivo, y la radiación de rayos equis, la luz ultravioleta del Sol o una lámpara solar. Incluso el estrés emocional —a niveles altos durante largos períodos— puede disparar la producción de radicales libres. Mi plan "Dígale sí al NO" se dirige en especial a atacar los radicales libres antes de que desactiven las moléculas de NO.

Buen policía, mal policía: los roles contradictorios

de los radicales libres

Durante años, los científicos han tenido dificultades en identificar todos los mecanismos involucrados en el daño asociado con los radicales libres. Hoy en día, los estudios emprendidos en mi propio laboratorio y en muchos otros han demostrado que los radicales libres provocan gran parte de su daño al deprimir de manera radical los niveles de NO en el cuerpo. Pese a este rol destructivo de los radicales libres, existen razones para sentirse alentado, porque ellos llevan a cabo una parte importante en el ciclo de producción del NO.

El NO tiene una vida útil de sólo una fracción de segundo. Si existiera unos segundos más, comenzaría a afectar de forma inimaginable el bienestar del organismo. Si bien el NO es capaz de hacer descender la presión sanguínea con mayor efectividad que cualquier medicamento prescrito por los médicos, sería probable que la hiciera descender a niveles peligrosos y amenazantes si no se lo regulara de la manera adecuada. Aquí es donde los radicales libres desempeñan un papel positivo, ya que, en esencia, destruyen el NO que ya ha actuado como molécula señaladora y mantienen el nivel óptimo de NO.

Se trata de un delicado equilibrio. El cuerpo necesita radicales libres para inhibir la acción del NO y, así, evitar que el cuerpo se vea invadido por él. Al

80

mismo tiempo, necesita una generosa cantidad de NO para asegurar la buena salud. Cuando el organismo es incapaz de lograr este equilibrio, es posible reponer la producción de NO con el régimen "Dígale sí al NO".

¡Los antioxidantes atacan de nuevo!

Gracias a nuestros antioxidantes internos —un extraordinario grupo de vitaminas y otras sustancias naturales—, se destruyen muchos radicales libres antes de que puedan provocar un serio daño. Dado que neutralizan los radicales libres, se considera que los antioxidantes son los guardianes del NO, ya que lo estabilizan y protegen durante su breve existencia e, incluso, alargan su vida. Las células producen docenas, tal vez miles de estos antioxidantes endógenos en forma natural. Entonces, los antioxidantes que se prescriben en este libro desempeñan un papel crítico, no sólo para ayudar a que el cuerpo produzca más NO sino, también, para permitir que el organismo haga un uso constructivo del NO que produce.

El NO es un potente antioxidante por derecho propio, capaz de defendernos de los destructivos radicales libres. Entre todos los antioxidantes endógenos, el NO es el más importante, dado que va en busca de los radicales libres, reacciona en presencia de ellos y los neutraliza dondequiera los encuentre. El NO es mil veces más poderoso que cualquier otro antioxidante natural del cuerpo.

Cuando lleva a cabo su función como antioxidante, el NO actúa como agente antiinflamatorio, ya que interactúa con las enzimas y los genes para minimizar muchos procesos inflamatorios. De continuo, libra batallas internas contra los productos químicos promotores de enfermedades en el organismo humano y, con gran frecuencia, los domina.

Cuando los niveles de NO producido naturalmente no son suficientes para combatir los radicales libres, un refuerzo de suplementos antioxidantes —sobre todo, los que forman sinergia con la L-arginina y la L-citrulina— puede conferir al cuerpo la protección necesaria. Examinaremos los aminoácidos y los antioxidantes en un capítulo dedicado exclusivamente a ellos. Al efecto de este debate, es suficiente reconocer que los antioxidantes son componentes claves de cualquier régimen potenciador del NO suficientemente amplio.

Con la ayuda de la vitamina C, la vitamina E, el ácido fólico y el ácido alfa lipoico, en sinergia con la L-arginina y la L-citrulina, se limitan de manera sustancial los efectos tóxicos de la oxidación, al mismo tiempo que se refuerzan sus funciones promotoras del NO, se alienta a las células endoteliales a que comiencen su autorreparación y se incrementa la producción del NO, todo lo cual contribuye a un estado saludable permanente.

81

La vitamina E y la resistencia

Se publicó un singular estudio sobre el efecto de la vitamina E en el rendimiento

físico, en el International Journal of Vitamin and Nutrition Research, en 1988. Como

parte de esta investigación, se administró a un grupo de escaladores de alta montaña

200 UI de vitamina E, dos veces por día, o un placebo, mientras participaban de una

expedición de diez semanas de duración. El grupo que tomó la vitamina E experimentó

un mejor rendimiento físico y una mayor protección celular que el grupo que tomó

placebo, debido a menores niveles de radicales libres en el cuerpo.

El segundo elemento crucial del programa "Dígale sí al NO" es un plan nutricional equilibrado que pone en primer plano la L-arginina y la L-citrulina, junto con antioxidantes que apuntalan la producción de NO en el organismo.

Diga "sí" a la nutrición potenciadora del NO

Resulta interesante que tantas personas puedan mostrar un gran sentido común en la mayor parte de su vida pero, cuando se trata de alimentarse, parecen volverse por completo irracionales. Existe una actitud dominante, perpetuada, en gran medida, por los publicitarios, de que el objetivo de los alimentos es proporcionar aromas y sensaciones. Muchas son las personas, entonces, que consumen alimentos aromáticos y que satisfacen sólo un momento, y hacen caso omiso absoluto de las verdaderas necesidades del cuerpo. Los alimentos que ingerimos no constituyen sólo un momento de esparcimiento, sino que son el combustible esencial para el funcionamiento del organismo. Y, aún más que con cualquier automóvil, la calidad del combustible que elijamos repercutirá de manera decisiva en el rendimiento del cuerpo.

Una parte importante de dar al cuerpo el combustible adecuado implica incluir suficientes cantidades de dichos alimentos funcionales a la producción de NO, como los mariscos y los arándanos, que trabajan en especial para impulsar la producción de NO en el cuerpo. Al igual qu^ en la mayor parte de las cosas de la vida, la clave para mantener la buena salud cardíaca mediante alimentos funcionales —sobre todo, cuando entran en sinergia con los nutracéuticos que recomiendo— es la moderación.

Si bien los nutracéuticos son críticos para la producción de NO, no son mágicos. Aun si se los toma a conciencia, no es posible esperar que podamos comer un bistec de medio kilo las siete noches de la semana, sin azotar y lastimar las arterias y las células endoteliales. La L-arginina, las vitaminas C y E, el ácido fólico y el ácido alfa lipoico no nos protegerán de este tipo de ataque nutricional perpetrado con tanta grasa y colesterol. Si se ingieren cantidades excesivas de cualquier alimento, aun si éste es saludable, el resultado será un aumento de peso y un daño a la salud. Un requisito indispensable para la moderación nutricional es medirse en las porciones. El plan "Dígale sí al NO" no exige convertirse en un fanático sobre lo que preparamos en la cocina y servimos en nuestra mesa diaria.

82

En el Capítulo 7, se detallarán algunas pautas dietarias importantes, tendientes a

la moderación; no se trata de un plan rígido que paute qué comer cada día, en cada

comida, sino que es un enfoque general sobre el acto de comer, donde aparece cada

componente probadamente compatible con el NO. Expondré para mis lectores algu-

nas de mis reglas nutricionales, junto con algunos consejos sobre cómo ser

consciente de nuestra relación con el NO, sin por eso convertirse en un monje

budista. Deseo que mis lectores disfruten sus comidas dentro de lo razo

83