mujer y marginalidad - debate feminista...común acuerdo por la pareja o por la mujer si fuera...

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Mujerymarginalidad* Introducción EstelaSuárez E nlostiemposquevivimos,signadospornuevosideariosdeli- bertadydefensadelosderechoshumanos,derevaloraciónde laindividualidadylasubjetividadsocial,devaloresdemocráti- coscomonormabásicadeconvivenciasocial,delegitimacióndelplu- ralismosocial,delosderechosdelasminoríasynosólodelos derechosdelasmayorías,hablardeladesigualdadsocialqueoprime larealidadcotidianadelavidadelasmujeresimplicaabordarlospro- cesosdecambioenlasrelacionessocialesdegéneroentrehombresy mujeres,asícomoelaportedelarebeldíadelasmujeresalatransfor- macióndelasociedadcivilylasaccionesquelaspropiasmujeresde- sarrollanenelafándeconstruirunasociedadmásjustayequitativa paratodasytodos . Porelloque-paraunavisiónsintéticadeunatemáticatanamplia ycomplejacomoésta-seleccionécuatroaspectos.Elprimerosobre lasdiferenciasbiológicasentrehombresymujeres,yladesigualdad social ;elsegundosobrelosderechosqueaúnnosereconocenalas mujeres ;eltercerosobrelosavancesdelapoblaciónfemeninaenla participaciónlaboral,yelcuartosobrelaimportanciadelarebeldíade lasmujeresenlosmovimientossocialesynuevosinternacionalismos . Diferenciasbiológicasentrehombresymujeresydesigualdadsocial Lasdiferenciassexualesentrevaronesymujeres,asícomolafunción queéstascumplenenlareproduccióndelaespecie,implicanunadis- " Esteartícuosepublicóen PoblaciónydesigualadsocialenMéxico, RaúlBéjar NavarroyHéctorHernándezBringas(coords .), CRIM-UNAM, Cuernavaca, 1993. 389

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Mujer y marginalidad*

Introducción

Estela Suárez

En los tiempos que vivimos, signados por nuevos idearios de li-bertad y defensa de los derechos humanos, de revaloración dela individualidad y la subjetividad social, de valores democráti-

cos como norma básica de convivencia social, de legitimación del plu-ralismo social, de los derechos de las minorías y no sólo de losderechos de las mayorías, hablar de la desigualdad social que oprimela realidad cotidiana de la vida de las mujeres implica abordar los pro-cesos de cambio en las relaciones sociales de género entre hombres ymujeres, así como el aporte de la rebeldía de las mujeres a la transfor-mación de la sociedad civil y las acciones que las propias mujeres de-sarrollan en el afán de construir una sociedad más justa y equitativapara todas y todos .

Por ello que -para una visión sintética de una temática tan ampliay compleja como ésta- seleccioné cuatro aspectos. El primero sobrelas diferencias biológicas entre hombres y mujeres, y la desigualdadsocial; el segundo sobre los derechos que aún no se reconocen a lasmujeres; el tercero sobre los avances de la población femenina en laparticipación laboral, y el cuarto sobre la importancia de la rebeldía delas mujeres en los movimientos sociales y nuevos internacionalismos .

Diferencias biológicas entre hombres y mujeres y desigualdad social

Las diferencias sexuales entre varones y mujeres, así como la funciónque éstas cumplen en la reproducción de la especie, implican una dis-

" Este artícuo se publicó en Población y desigualad social en México, Raúl BéjarNavarro y Héctor Hernández Bringas (coords .), CRIM-UNAM, Cuernavaca, 1993.

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tribución diferente de facultades y carencias en cada sexo . Las mujeres,como portadoras de vida, de la capacidad de parir y amamantar, debi-litadas en los períodos de gestación y lactancia, con una fuerza físicapromedio inferior a los varones, desempeñan un papel de mayor du-ración en la reproducción de la especie . Sobre este hecho biológico,natural, de diferencias entre los sexos, de potencialidades y debilida-des de los cuerpos de las mujeres, se han erigido desde tiempos remo-tos los más diversos mitos, valores y normas . En suma, una serie derepresentaciones sociales y culturales, que se han plasmado en moldesde conductas estereotipadas para cada sexo, afectando a mujeres yhombres y generando relaciones de subordinación de mujeres a varo-nes, que relegan a las primeras al ámbito privado, a los trabajos do-mésticos, al cuidado de los niños . Las diferencias naturales -decarácter biológico- entre hombres y mujeres se proyectan en el ámbi-to social y se transforman en desigualdad social entre el género mascu-lino y femenino.

La confusión entre desigualdad y diferencia está presente ennuestra cultura, en nuestra ideología, en nuestro vivir cotidiano y esun hecho común admitir que como las mujeres no somos como los va-rones, es lógico que no tengamos los mismos derechos, que nuestrasobligaciones sean distintas, que exista una segmentación por sexo delas actividades económicas, sociales y políticas. Esta desigualdad semanifiesta en los más diversos ámbitos de la vida social y sus especifi-cidades se expresan de acuerdo con la cultura y la legislación de cadapaís .

El derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo

En el siglo xx, la condición de las mujeres ha tenido cambios importan-tes. En México, especialmente en la segunda mitad de la centuria, lasmujeres han logrado derechos políticos como ciudadanas (1953) y apartir del Decenio de la Mujer (1975-1985) propuesto por la oNu, lasmujeres han logrado una relativa igualdad jurídica formal . Si bien es-tos avances implican indudables mejoras en el estatus jurídico de lamujer e inciden positivamente en su vida cotidiana, perduran aún ca-rencias degradantes como es la negación del derecho a decidir sobre elpropio cuerpo, lo cual se expresa en normas jurídicas tales como la pe-nalización del aborto voluntario . Si bien en estudios recientes se reco-

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noce como tendencia existente a nivel internacional, una mayor permi-sividad jurídica respecto del aborto, aún la mayoría de la población delplaneta vive en países cuyas legislaciones prohiben o restringen el de-recho de las mujeres a la interrupción del embarazo .

Se calcula que el 9% de la población mundial vive en países don-de el aborto está prohibido sin excepciones ; el 19% vive en países enque el aborto sólo está permitido para salvar la vida de la mujeres em-barazadas; el 24% habita en países en que se admite el aborto por algu-nas causas más flexibles, que en contados casos llegan hasta admitirfactores sociales, por ejemplo, una mala situación económica ; el 38%de la población mundial vive en países que admiten el aborto sin espe-cificar razones, pero dentro de un plazo que generalmente es el primertrimestre, mientras que sobre el 10% restante de la población mundialno se tiene información disponible .'

En el contexto de las alternativas jurídicas señaladas, la legisla-ción mexicana se ubica entre las que en principio penalizan el abortosalvo determinadas excepciones, mismas que se amplían en algunosestados, por lo que es conveniente distinguirlas . Anivel nacional se ex-ceptúan las siguientes situaciones: a) cuando la mujer queda embara-zada a consecuencia de una violación, aborto ético; b) cuando corrapeligro de muerte a consecuencia del embarazo, aborto terapéutico; c)

cuando el aborto se produjo por imprudencia o accidente .z Conforme laslegislaciones estatales, a las anteriores se agregan las siguientes causa-les: d) cuando el feto sufre de malformaciones genéticas o congénitas,aborto eugenésico (Coahuila, Colima, Durango, Oaxaca, Puebla, Vera-cruz, Yucatán y Quintana Roo); e) cuando el embarazo implique ungrave daño de salud para la madre (Hidalgo, Jalisco, Estado de México,Nayarit, Nuevo León, San Luis Potosí, Tlaxcala y Zacatecas) ; f) por in-

seminación artificial no deseada (Chihuahua); g) por razones económicas(Yucatán) . Dentro de este marco jurídico es importante resaltar el pro-yecto de modificaciones al Código Penal del estado de Chiapas de1991,1 dado que en él se proponía despenalizar el aborto por razones

1 Concha, Cifrian, et. al ., La cuestión del aborto, citado en Debate del Aborto, Mu-jer/Fempress, núm . especial, Santiago, Chile, ILEr,1990 .

2 Código Penal Federal, cap . vi, art . 329 a 334.3 Modificaciones al Código Penal del Estado de Chiapas, cap . vi, art . 136, en Sobre

el aborto, edit. por APIs, GEM, EMAS, MAS, CIDHAL, México, marzo 1991.

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de planificación familiar, siempre y cuando la decisión fuese tomada decomún acuerdo por la pareja o por la mujer si fuera soltera .

La sola propuesta de esta nueva causal suscitó un encendido de-bate a nivel nacional, debido a que su incorporación implicaría unavance importante -aunque parcial- en la despenalización del abor-to voluntario. Las limitaciones jurídicas no sólo restringen derechoshumanos básicos de las mujeres, sino que también les impiden benefi-ciarse de los avances logrados por la ciencia . Actualmente se puedenmanipular los procesos de gestación de la vida gracias al enorme desa-rrollo de la biología, la tecnología genética, pero el uso de estos logrosno está aún a la libre disposición de las mujeres que los requieran . Tales el caso de la píldora abortiva recientemente comercializada en Fran-cia -país que reconoce el derecho al aborto voluntario- bajo el nom-bre RU-486 o Mifepristone, avalada por la Organización Mundial de laSalud, cuyo uso reduciría drásticamente la realización de abortos qui-rúrgicos hasta dejarlos reducidos a una cifra casi insignificante .4

La píldora abortiva actual es tanto o más revolucionaria que losanticonceptivos en su tiempo . En los años sesenta, el acceso al uso deanticonceptivos se generalizó y permitió a gran cantidad de mujeresplanificar el número y espaciamiento de su descendencia . Pero aúnhoy no existe un método anticonceptivo seguro y sin riesgo, por lo queun elevado porcentaje de mujeres vive el peligro de un embarazo nodeseado. Ello implica que, para que realmente pueda ejercerse unaefectiva planificación familiar, no es suficiente la información adecua-da y la disponibilidad de los diversos métodos anticonceptivos, es ne-cesario el acceso a todos los medios que el avance científico ha logradopara la interrupción del embarazo . En México se desconoce la canti-dad de abortos inducidos .

Según cálculos conservadores los abortos clandestinos se ubicancomo la quinta causa de muerte materna y su magnitud se considera entrelos 700 mil y los 2 millones de abortos por año, mientras que en los paísesdonde el aborto es legal, por ejemplo Francia, los abortos causan menos deuna muerte por cada millón de mujeres de 15 a 44 años de edad .'

4 J ., Sainz de los Terreros, "La píldora RU-486 reduciría al mínimo los abortos qui-rúrgicos", en Debate del aborto, op . cit.

5 Laura Vi chis, "Razones de salud para la despenalización del aborto voluntario",en Sobre el aborto, op . cit .

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Estudios realizados por organismos mundiales como UNICEF, re-lacionan el problema de la mortalidad materna, así como el de la mor-talidad infantil con la condición de países en desarrollo y sostienenque si las mujeres que no desean un embarazo pudieran contar con losmedios para ejercer esa opción, la tasa de crecimiento demográfico delmundo en desarrollo se reduciría aproximadamente en un 30%, comopuede observarse en la gráfica siguiente, y se produciría un marcadodescenso en los más de 100 mil abortos ilegales que se realizan cadadía y en el total de 500 mujeres jóvenes que mueren diariamente comoconsecuencia de ellos. 6

La penalización del aborto hace que las decisiones que atañen ala conciencia, creencias religiosas y responsabilidad individual, setransformen en una situación de subordinación de género, al situar alas mujeres como ciudadanas de segunda, orillándolas bien a arriesgarsu vida en una clandestinidad culposa y enormemente costosa tantopara su salud como para su economía, bien a soportar a costa de su sa-lud la enorme carga física y psíquica que representa tener un númerodemasiado grande de hijos, muy seguidos, o a una edad demasiadotemprana o muy tardía .

Ante estas alternativas, a pesar de las prohibiciones legales, delas apasionadas controversias y declaraciones de principios desde to-das las posiciones, muchas mujeres ejercen el derecho de control desus cuerpos y muchas abortan, creyentes y no creyentes, pero ello nomerma el hecho de que la privación de las mujeres a disponer libre-mente de su cuerpo y de sus vidas -uno de los derechos humanosprimordiales del que gozan los varones de todos los estratos y etnias-, afecta la condición humana de las mujeres, más aún a las mujeres delllamado Tercer Mundo y entre éstas a las de más escasos recursos,agudizando la desigualdad social de la población femenina frente a lamasculina, e incidiendo negativamente sobre la calidad de vida de losniños nacidos .

6 Fondo de Naciones Unidades para la Infancia (UNICEF), Estado mundial de la infan-cia, Barcelona, 1990 .

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Crecimiento de la población del mundo en desarrollo, 1990-20257000 millones

7000

Sa.9 6500 _E

4000

Población según tendencias actuales

Población si las mujeres pudieranelegir

5700 millones

Fuente : Ken Hill, John Hopkins University. School of Hygiene and Public Health,basado en los modelos de proyecciones demográficas en las NacionesUnidas y del Banco Mundial.

1

1

1 I

1990

1995

2000

2005

2010

2015

AñosFuente : Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Estado Mundial de la Infancia,

Barcelona, 1990 .

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I 12020

i2025

Participación económica y desigualdad

Posiblemente uno de los factores que más inciden en los cambios posi-tivos de la subordinación de la población femenina es la participaciónen el trabajo asalariado fuera del hogar . El acceso a él incide positiva-mente en las condiciones materiales en que se desarrolla su vida coti-diana, en su capacidad de negociación en el seno de sus relacionesmaritales y familias, en sus posibilidades de independencia económi-ca, en su propia valoración como personas .

A nivel mundial, la expansión del número de mujeres que traba-jan fuera del hogar en empleos remunerados ha provocado cambioscualitativos en su condición política, jurídica, económica y social . Esuna de las características más notables de nuestro tiempo, cuyas cau-sas económicas y sociales exactas no han sido analizadas todavía .7

7 OIT, El trabajo en el mundo, Oficina Internacional del Trabajo, Ginebra, 1985, t. 2,parte 5, p . 221.

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Sin embargo, para muchas mujeres la incorporación al trabajo so-cial no siempre es gratificante. Sus relaciones laborales están entrecru-zadas y condicionadas por las relaciones de género internalizadasdesde la infancia en la educación que reciben, en el trato y las distribu-ciones de tareas del hogar, a lo largo del proceso de socialización, en laeducación y formación que reciben, en las profesiones que eligen, enlos puestos de trabajo a los que logran acceder, y en la doble responsa-bilidad que implica el trabajo remunerado y el trabajo doméstico, loque deviene una doble jornada de trabajo . Este proceso está en la basede la división sexual o génerica del conjunto del trabajo social .

Cualquier comunidad requiere para vivir y crecer de una gamade actividades y esfuerzos pagados y no pagados que integran el con-junto del trabajo social, pero generalmente son las mujeres quienesrealizan el trabajo doméstico no pagado y los varones ocupan los me-jores puestos de las actividades remuneradas . En la mayor parte de loscasos son los hombres los productores de ingresos por excelencia,mientras que las mujeres son las encargadas del mantenimiento de lavida en los hogares, del trabajo "invisible" no pagado .

Aun en sociedades como las del "socialismo real" que -hastaantes de la crisis actual- habían incorporado una alta proporción demujeres" a la producción de bienes y servicios fuera del hogar, el sectorfemenino de la población soportaba el peso del trabajo doméstico y ladoble jornada que el mismo implica . La incorporación de las mujeresal mundo laboral es un factor que posibilita cambios positivos, pero ensí mismo no elimina las relaciones de desigualdad entre los génerosque cruzan y tiñen la vida femenina en su conjunto .

A pesar de estos fuertes condicionamientos, la creciente partici-pación femenina en la población económicamente activa es un procesopositivo para ellas y para el desarrollo social .

En México, si bien aún la mayoría de la población económica-mente activa está conformada por varones, desde los años cuarenta laparticipación femenina ha crecido persistentemente y ha inicidido enla modificación de pautas y valores culturales en forma significativa.

8 Para 1980 se estima que las tasas más elevadas de participación de mujeres de 15o más años de edad corresponden a la URSS, con alrededor del 60% . on, op. cit ., p. 225 .

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En las últimas décadas, el incremento proporcional de mujeres enel total de la población económicamente activa pasó del 7% en 1940 al14% en 1950,18% en 1960,19% en 1970, 25% en 1979 y 32% en 1988 9 Elpromedio de participación se eleva en el ámbito urbano . Para las 16ciudades consideradas por la Encuesta Nacional de Empleo Urbano,en el cuarto trimestre de 1990 alcanzaba el 33 .7%, destacando la ciudadde México con un 35.6%, seguida por Guadalajara con un 34 .4%, Mata-moros con un 34.1% y Ciudad Juárez con el 34 .0% . 10

Si bien para una apreciación a nivel nacional de la década de losaños ochenta no se cuenta aún con los resultados del último Censo dePoblación de 1990, la información disponible aunque parcial, eviden-cia un hecho importante. Durante la profunda y persistente crisis eco-nómica que vive el país desde hace casi diez años y la reestructuracióneconómica en proceso, las mujeres aumentaron su participación en lapoblación económicamente activa . Este es un fenómeno opuesto alocurrido en el período postrevolucionario de la década de los añosveinte y de la crisis de los años treinta, décadas que registran los nive-les más bajos de participación femenina, 11 tanto en términos absolutoscomo en términos porcentuales. Es un período poco estudiado en rela-ción con el trabajo femenino y se desconoce cómo y cuánto incidieronfactores tales como los cambios en la estructura económica, o las leyesde protección al trabajo femenino, para señalar algunos de los más im-portantes .

Generalmente, para explicar la mayor participación de las muje-res en el último período se pone énfasis en los efectos de la crisis y la

9 Para los años 1940-1970, E. Suárez, "La fuerza de trabajo femenina en el sectorservicios", en La fuerza de trabajo femenina urbana en México, vol. II, UNAM-Porrúa, México,1989 . p . 527, cuadro 2. Para 1979 y 1988, Mercedes N. Pedrero, 'Evolución de la partici-pación femenina en los ochenta", en Revista mexicana de sociología núm. 1, UNAM, México,1990 . p . 10 . Nótese que si se calculara la participación femenina conforme a los datos re-gistrados en el Censo de Población y Vivienda de 1980 muy cuestionado respecto de lamagnitud de la PEA- esta proporción se elevaría al 27.83%, es decir que sería más eleva-da que el 25% calculado para 1979 . Aun en ese caso, la tendencia creciente se mantendríarespecto a 1988, aunque el incremento estimado para la década de los años ochenta seríamenor. En cambio si se considera la estimación de 25% para 1979, el crecimiento ocurri-do en el período 1979-1988 es significativamente mayor .

10 INEGI, Cuaderno de información oportuna, núm. 216, marzo de 1991 .11 Suárez, Estela, art. cit.

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contracción del ingreso de las familias obreras, como los factores queimpulsan la tendencia a que más mujeres busquen ingresos a través detrabajos fuera del hogar. Posiblemente las mujeres de los años veinte ytreinta también vivieron esas presiones, pero no pudieron resolverlasde la misma manera que las mujeres de hoy. Este crecimiento persis-tente de la participación femenina en la actividad económica no puedeexplicarse sólo por la necesidad de mayores ingresos . Ha cambiadotambién la calificación de las mujeres para enfrentar y permanecer enlas actividades remuneradas, para abordar su cotidiana vida familiar,planificar su familia, así como se ha modificado también la demandalaboral de mujeres, sus posibilidades objetivas de conseguir empleo .

Sus salarios promedios son más bajos que los que perciben losvarones, ocupan puestos de trabajo de menor jerarquía y las mujeressignifican el porcentaje más elevado de trabajo parcial voluntario, 12 sinembargo, la persistencia en la inserción laboral y su crecimiento es unsigno del esfuerzo que las mujeres han realizado y de los cambios ensu vida cotidiana .

Lo más probable es que el proceso de formación del contingentefemenino de la fuerza de trabajo actual haya vivido fenómenos contra-dictorios en una combinación de factores negativos y positivos, que eltránsito haya sido difícil y doloroso, las más de las veces frustrante yen pocas ocasiones gratificante. Pero es indudable que son procesos li-gados a su propia transformación en cuanto ser social .

En México -como en la mayoría de los países de América Latinay a diferencia de los países en desarrollo de Asia y Africa- 13 las muje-res migran del campo a la ciudad más que los hombres, en especial lasjóvenes de 10 a 19 años, edad más temprana . que los varones . 14 Lascausas subjetivas de estas migraciones pueden ser diversas, pero espe-cialmente para las pobres de los medios rurales -en el caso de Améri-ca Latina-, influye la alta presión de la población sobre la tierra 15 y laestructura fuertemente patriarcal de la familia rural, que agrega al de-sarrollo de la proletarización del campesinado propio de la expansión

12 1bid .13Véase Susan P. Jockes, La mujer y la economía mundial, Siglo xxi, México, 1987.14 Orlandina De Oliveira, "Del campo a la ciudad", en Mujeres en movimiento, Ed.

Centro de Comunicación Alternativa Alaide Foppa A.C ., México, 1991 .15 Susan P. Jockes, op .cit.

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capitalista, la proletarización familiar sobre las mujeres . La tenencia ydisfrute del suelo se transmite de padres a hijos varones, a pesar deque en términos legales desde los años setenta se reconoce a las muje-res como ejidatarias. La mayoría de las mujeres migran por falta deperspectivas en el campo. Desheredadas de hecho, no hay lugar paraellas en sus propias parcelas familiares, ni éstas permiten una alimen-tación suficiente a todos los miembros de la familia . Muchas de ellasvan a las ciudades a emplearse en el servicio doméstico o a convertiseen vendedoras ambulantes ." Pero cabe preguntarse ¿cuántas de lastrabajadoras domésticas, a través de esta situación, pudieron asistir ala escuela y aprender a leer y escribir?

No hay información factible de cuantificarse en este tipo de pro-cesos, pero los vemos en nuestra experiencia cotidiana .

A menudo se analiza la situación laboral de las mujeres desde laóptica de otra posición social y se valora en forma despectiva el trabajo.en el servicio doméstico. Pero desde la perspectiva de esas mujeres,para muchas de ellas el servicio doméstico significó un acceso a laeducación básica y la posibilidad de ingresar a otro tipo de trabajo me-jor pagado y con más prestigio social . Esta es la experiencia de muchasobreras de la industria del vestido de la economía formal, que empeza-ron su historia laboral en el servicio doméstico y después lograron em-plearse como costureras con salarios a destajo que muchas vecesigualan y a veces superan en monto al del académico asociado A, tiem-po completo de la uNAm."

Con el comentario anterior, únicamente quiero señalar que im-porta no sólo denunciar la desigualdad social que sufren las mujeres,sino también analizar las vías y las formas en que están cambiando lasrelaciones de género en que se asientan, pero además es importantevalorar la relevancia que tiene la incorporación al trabajo pagado. Porotro lado, su significado trasciende la propia experiencia personal delas mujeres que lo realizan, forma parte tambien -como ejemplo- dela educación y los valores que inculcan a sus hijos e hijas . Los cambios

16 Orlandina De Oliveira, op . cit .17 Esto lo constaté en entrevistas personales realizadas a obreras de la industria

del vestido de la ciudad de México .

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en la vida cotidiana, son lentos y más aún lo son las relaciones entrelos géneros, pero su pausado ritmo no quita su importancia .

Finalmente, en relación con este punto, quiero señalar tambiénque no sólo hay consecuencias positivas con la incorporación al merca-do de trabajo, sino también una incidencia negativa de reforzamientode roles de género .

El problema de la división genérica del trabajo

La incorporación a la vida económica y social no es asexuada, sino quese da conjuntamente con un proceso de segmentación vertical de em-pleos masculinos y empleos femeninos, y de segmentación horizontalde puestos de trabajo mejor pagados, de mayor jerarquía y capacidad dedecisión para hombres y peor pagados para mujeres, lo que refuerzalos privilegios del género masculino sobre el femenino e inhibe en par-te los efectos positivos de la incorporación de las mujeres al trabajo pa-gado, al establecer nuevas divisiones de trabajos masculinos y trabajosfemeninos en los diversos ámbitos laborales .

Estas segmentaciones parecieran difíciles de cambiar y han gene-rado denuncias permanentes de los movimientos feministas en los paísesdonde existen. Más recientemente, gran parte de estos planteamien-tos están siendo retomados en estudios que incorporan la problemá-tica de las trabajadoras a sus análisis de los mercados de trabajo . Unode ellos es el realizado por la Organización Internacional del Trabajo,en el que se analiza el encadenamiento de las causas que inciden en ladivisión genérica del trabajo, así como los efectos que desencadena . Apesar de que no se mencionan problemas talcos como el hostigamientosexual- contra las mujeres en el árnbilo laboral -que en gran medidase relacionan con la situ nún de subordinación de género en el ámbitolaboral- ce:tsidero importante sintetizar los aspectos más relevantes1 éste estudio, dado que refleja la permeabilidad que la problemática de

las trabajadoras está teniendo en organismos internacionales de estenivel y constituye un referente en la formulación de políticas públicas .

En relación con las causas, una de las más relevantes es la de laeducación y formación, ámbitos en los que se sintetizan múltiples con-dicionamientos sociales sobre las mujeres .

En las últimas décadas, las tasas de alfabetización para hombresy mujeres, que en los países en desarrollo aumentaron en forma espec-

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tacular, incidieron positivamente en el incremento de las tasas de acti-vidad de varones y mujeres . Pero también se ha detectado que lo quedetermina las posibilidades de empleo o de promoción de las mujeresno es el número de años de estudio ni la duración de los cursos de for-mación que han seguido, sino el tipo y contenido de tales estudios yformación.

La actitud de padres, profesores, empleadores y trabajadores enmateria de educación y formación ejerce una gran influencia en las de-cisiones de las jóvenes al respecto. En general, la sociedad subestima elpapel de las mujeres en el mercado de trabajo, razón por la cual lasadolescentes y las mujeres no tienen el mismo acceso que los hombresa la educación (primaria, secundaria, técnica). En cuanto a la forma-ción, a menudo se orienta a las mujeres hacia las humanidades y se lasmantiene apartadas de las matemáticas y las ciencias físicas . Ademásla organización educativa y la estructura ocupacional de muchos paí-ses no proporciona todavía a las mujeres las mismas facilidades que alos hombres para convertirse en técnicos, científicos o físicos. Sucede locontrario con los jóvenes que optan con menor frecuencia por las letras ylas artes. Estas diferencias son particularmente pronunciadas a niveluniversitario y en la formación profesional y explican que ciertos em-pleos sean considerados "masculinos" y otros "femeninos". En conse-cuencia, las mujeres suelen ejercer profesiones distintas que loshombres y sus perspectivas de carrera son más limitadas La segrega-ción profesional fundada en el género se manifiesta de muchas formas .En primer lugar, en muchos países se concentra un gran número demujeres en una reducida gama de ocupaciones tradicionales o "feme-ninas".

En segundo lugar, dentro de una misma industria o profesión,por lo general los hombres se encuentran en los niveles superiores -ylas mujeres en las categorías más bajas de la jerarquía profesional . Enrelación con los efectos, la segmentación incide negativamente en laaplicación efectiva del principio de igual salario para trabajo de igualvalor. 18 Las diferencias salariales no se explican ni son imputables ex-

18 El término "trabajo de igual valor" -adoptado por la Conferencia Internacionaldel Trabajo en 1951, en el convenio núm . 100, posteriormente ampliado por el convenionúm. 111- amplía el concepto de "trabajo igual" que figuraba en la Constitución de laOIT desde 1919, porque se aplica a la comparación entre trabajos distintos y no única-

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elusivamente a la discriminación en la fijación de los salarios . La cues-tión debe ser considerada en el contexto más amplio de la igualdad deoportunidades y el trato entre hombres y mujeres y se explica por múl-tiples factores .

En primer lugar, las mujeres no gozan del mismo trato cuandosolicitan un empleo, cuando se trata de despido o de promoción profe-sional .

En segundo lugar, la mano de obra femenina se concentra enocupaciones mal remuneradas tales como la industria textil, el vestido,la alimentación, o en los servicios de salud, enseñanza, comercio al pormenor y turismo. Además, cualquier trabajo o profesión pierde terrenoen el plano económico o social tan pronto como quienes lo ejercen son ensu mayoría mujeres . Esto es lo que sucedió a fines del siglo pasado y aprincipios del presente cuando los oficinistas fueron sustituidos pormujeres y, más tarde, cuando éstas pasaron a ocupar la mayor parte delos puestos docentes en la enseñanza primaria y secundaria en paísescomo la República Federal de Alemania, Francia y Reino Unido . Ac-tualmente se observa el mismo fenómeno en los países recién indus-trializados como Brasil, India, Nigeria en donde las mujeres estánreemplazando a los hombres en las oficinas y en la enseñanza . En con-secuencia, resulta dificil comparar el valor del trabajo en actividades uocupaciones con una fuerte concentración femenina dado que por esehecho suelen considerarse de poca categoría y estar mal retribuidos .

En tercer lugar, aunque las mujeres asalariadas tengan un empleode tiempo completo cargan con obligaciones familiares . El tiempo y laenergía que dedican las mujeres a todas estas tareas pueden repercutiradversamente en su productividad profesional, inducirlas al ausentis-mo, desalentar el mejoramiento de sus calificaciones e impedirles pro-seguir una carrera.

En cuarto lugar, las tasas y diferencias salariales suelen dependerde la negociación, de la situación del mercado de empleo, de la fuerzarelativa de las partes y de la costumbre, todos ellos niveles en que las

mente a los que son similares o idénticos. "Trabajo de igual valor" debe interpretarse, enel sentido de eliminar las disparidades entré los salarios de hombres y mujeres, así comolas causas que las generan . oiT, op.cit. vol. ii, p. 247. Véase también M. Lamas, 'Tara rom-per el círculo vicioso: el valor comparable % en Fuerza de trabajo femenina urbana en Méxi-co, op . cit. vol. i1, pp . 763-797.

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mujeres están en desventaja respecto de los varones. Para sintetizar,los orígenes de la segregación profesional son muy diversos: insufi-ciencia en la instrucción, formación profesional, actitudes sociales tra-dicionales y la discriminación manifiesta y encubierta . Pero cualquierasea la causa, la segregación tiene graves consecuencias para las trabaja-doras, dado que afecta su vida diaria, contribuye a las diferencias sala-riales entre hombres y mujeres, limita la movilidad profesional deéstas y aumenta su tasa de desempleo ."

Históricamente las segmentaciones conforme el género fueronsumamente rígidas en los mercados de trabajo, salvo en circunstanciasde excepción como las que tuvieron los países participantes en las dosguerras mundiales de este siglo, períodos en que las mujeres se incor-poraron a los más diversos tipos de actividades productivas .

Sin embargo, la estructura ocupacional y las perspectivas de ca-rrera según el sexo están evolucionado, aunque con ritmos diferentesen cada país . Uno de los factores importantes lo constituyen los ade-lantos científicos y tecnológicos . Estos han eliminado muchas tareasque en razón deFesfuerzo físico que entrañaban excluían a las mujeresde ciertos empleos, en las industrias mecánicas, por ejemplo . El otrofactor relevante lo constituyen las políticas públicas antidiscriminato-rias. Un ejemplo de su importancia se constata en los países escandina-vos donde más ha avanzado a nivel mundial la tendencia a ladesaparición de la distinción entre empleos femeninos y masculinos .

Actualmente en México, se están dando algunos cambios en estesentido. Por ejemplo, la industria automotriz hasta hace poco era casiun gueto de trabajadores varones, pero ya están empezando a incorporarmujeres . 20 Indudablemente en estos cambios está incidiendo la incor-poración de procesos de automatización en la industria automotriz,que requiere de menor uso de fuerza física que la automotriz tradicional .

19 OIT, op. cit., pp . 221-256.20 Ma Guadalupe López Hernández, "Las mujeres que trabajan en Volkswagen",

ponencia presentada en la la. Conferencia Internacional sobre la Reestructuración de laIndustria Automotriz Mundial y sus Efectos sobre los Trabajadores . _realizada ers uer-navaca, Morelos, 28-31 de julio de 1986 . Rubí Jiménez Betancourt, "Partici_ración femenina en la industria maquiladora. Cambios recientes" en Fuerza de rabajofVac iuna urbanaen México, op. cit., vol. II, pp. 393-424 . Jorge Carrillo, La no-_ ~a de la industria automotrizen México, El Colegio de la Frontera Norte, Tijuana 'iy91 .

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En la zona fronteriza también se están dando cambios significati-vos como puede observarse en el cuadro siguiente .

En ramas industriales que en 1981 empleaban alrededor del 80%de obreras, tales como la alimenticia (76.1%); del vestido (83.5%); en-samble de maquinaria, equipos, aparatos y artículos eléctricos y elec-trónicos (83.8%); materiales y accesorios eléctricos (80.5%); juguetes yartículos deportivos (85 .1%), para 1989, la proporción de obreras entérminos relativos desciende a menos del 70%; mientras que ciertasmanufacturas que empleaban más del 70% de obreros en 1981, talescomo ensamble de muebles (83.1%) y productos químicos (72.5.%), ha-cia 1989, registran altos aumentos de mujeres obreras, tanto en térmi-nos absolutos como porcentuales . Otro aspecto que es interesanteseñalar es el caso de los servicios, donde las mujeres obreras significa-ban el 86 .3% en 1981 y en 1989 su participación relativa baja al 67 .3%.

Estos cambios, aunque todavía no tienen una importancia cuali-tativa frente a la actual división sexual del trabajo, pueden ser indica-dores cuantitativos de cambios más profundos en el futuro y por elloes importante seguirlos con atención porque -en el caso de acentuar-se- posibilitarán relaciones más igualitarias de camaradería entrehombres y mujeres, y fortalecerán de un modo distinto la unidad delas organizaciones obreras, brindando nuevas bases para relaciones degénero más democráticas en el seno de la familia.

Finalmente y a modo de conclusión, resta señalar que si bien sereconoce cada vez más el amplio potencial de recursos humanos querepresentan las mujeres y la importancia de una utilización más racio-nal del potencial femenino como factor acelerador del ritmo del pro-greso económico y social, en la práctica en casi todos los países sesubutiliza este potencial y una de las principales causas de esto es lapersistencia de las más variadas formas, directas e indirectas, manifies-tas u ocultas, de discriminación contra la mujer. A pesar de que en mu-chos países se han promulgado leyes en materia de igualdad y se hanadoptado medidas especiales para eliminar la discriminación entre lamano de obra masculina y femenina en el trabajo y en el lugar del tra-bajo, en la gran mayoría de los países las mujeres tropiezan con innu-merables obstáculos que son específicos de su condición detrabajadoras. Dentro de las múltiples facetas que presentan estos pro-blemas, los principales se originan en la desigualdad social del génerofemenino respecto del masculino, en : a) las posibilidades de acceso al

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CUADRO 1

PERSONAL OBRERO EN LA INDUSTRIA MAQUILADORADE EXPORTACIÓN POR RAMA DE ACTIVIDAD ECONÓMICASELECCIONADA, 1981-1989 (MUNICIPIOS FRONTERIZOS)

FUENTE : Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) .

Estadística de la Industria Maquiladora de Exportación, 1978-1988, agosto-agosto, 1989 .Estadística de la Industria Maquiladora de Exportación, 1978-1989, agosto-agosto, 1991 .

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Concepto Año Total Hombres Mujeres Hombres Mujeres% %

Selección, prepara-ción, empaque y en- 1981 1384 331 1053 23.9 76.1latado de alimentos 1989 3 818 1208 2 610 31.6 68.4

Ensamble prendas de ves-tir y otros productos con-feccionados con textiles 1981 12 633 2080 10 553 16.5 83.5y otros materiales 1989 17 319 5 397 11922 31 .2 688

Fabricación de calzado 1981 1 618 890 728 55 .0 45 .0o industria del cuero 1989 6 176 2 818 3 358 45 .6 54 .4

Ensamble de muebles, susaccesorios y otros pró- 1981 2 877 2 390 487 83 .1 16 .9ductos de madera y metal 1989 17779 12 890 4 889 72.5 27.5

Productos químicos 1981 63 47 16 74.6 25.41989 1989 1189 800 59.8 40.2

Ensamble de maquinaria,equipos, aparatos y arts. 1981 26 535 4 302 22233 16 .2 83 .8eléctricos y electrónicos 1989 41969 13 401 28 568 31 .9 68 .1

Materiales y accesorios 1981 30849 6 011 24838 19 .5 80 .5eléctricos y electrónicos 1989 68 742 23 575 45167 34 .3 65 .7

Ensamble de juguetes y 1981 2 296 341 1955 14 .9 85 .1artículos deportivos 1989 9 875 3 127 6 748 31.7 68 .3

Servicios 1981 4 671 638 4 033 13.7 86.31989 13 686 4 479 9207 32.7 67.3

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empleo; b) a la educación y a la formación; c) la concentración en de-terminadas ocupaciones; d) la desigualdad de remuneración y e) la casiinexistente representación de las mujeres en las instituciones normativasy de planificación, en los organismos internacionales, nacionales y localesen donde se toman decisiones sobre el trabajo y la vida . Mientras subsistala desigualdad social entre varones y mujeres, la división genérica del tra-bajo seguirá funcionando como inhibidora de gran parte de los beneficiosy gratificación de los esfuerzos que las mujeres realizan por incorporarseal trabajo remunerado . A su vez, la división genérica del trabajo seguiráactuando como fuerza realimentadora de la desigualdad social entre mu-jeres y varones . No se puede combatir la discriminación que sufren lasmujeres sin abordar los dos ámbitos al mismo tiempo .

La rebeldía de las mujeres y los nuevos internacionalismos

Durante siglos las mujeres han vivido en condiciones de subordina-ción, de marginalidad y opresión frente a las que han ejercido las másvariadas formas de resistencia, pero sólo hace relativamente pocotiempo -menos de dos siglos-, han desarrollado con flujos y reflujosmovimientos sociales de cuestionamiento y lucha contra esta situa-ción, marcando dos etapas diferentes en los movimientos feministas .En la primera, sus demandas fundamentales estaban centradas en laigualdad de educación, de salarios y el derecho al voto, y alcanzó sunivel más alto a fines del siglo pasado y principios del actual con losmovimientos de las sufragistas. En la segunda etapa que se inicia enlos años sesenta, los movimientos feministas resurgen con una visiónmás totalizadora, se proponen el cambio de las relaciones sociales en-tre los géneros, el derecho a la maternidad voluntaria, el rechazo a laobligatoriedad de las relaciones heterosexuales y el reconocimiento dediferentes opciones sexuales; asumen asimismo la importancia de cons-truir una identidad propia, reconociendo y valorando las diferenciasentre hombres y mujeres, y de las propias mujeres en relación con laclase social, etnia, preferencia sexual, edad .

En México, esta nueva etapa se inicia en los años setenta y tienedos vertientes diferentes, aunque temporalmente coincidentes o simul-táneas. Una la constituyen mujeres feministas surgidas de un sector dela intelectualidad, formado por profesionistas, estudiantes, periodis-tas, artistas, que desarrollan el cuestionamiento crítico y la reflexión de

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la problemática de género en la realidad mexicana ; la otra vertiente laintegran mujeres de las colonias populares inicialmente organizadaspor demandas de servicios tales como luz, agua, escuelas, tiendas debienes básicos, regularización de tenencia de predios, servicios de sa-lud. Ambas surgen en el marco de la nueva y creciente vida urbana .

Hacia mediados de la década de los años ochenta, ambas vertien-tes se relacionan y expanden con las mujeres sindicalistas, mujeres departidos políticos, prostitutas, amas de casa, mujeres del movimientolésbico; muchas de ellas, por otra parte, reciben el apoyo de las orga-nizaciones no gubernamentales (oNCs) nacionales y extranjeras, parael desarrollo de sus posiciones y su actividad . En este proceso se vanconfigurando como uno de los movimientos sociales más plurales ynuevos de la sociedad civil, tendiendo a convertirse en nuevos sujetossociales y políticos en el ámbito nacional, como lo evidencia la consti-tución de la Convención de Mujeres por la Democracia para participaren el último proceso electoral de agosto de 1991 .11

Este movimiento de constitución de nuevos sujetos sociales no seda en forma aislada en México, sino que alimenta y a su vez se nutrede movimientos similares, gestados en otros países, confluyendo en fo-ros internacionales de los más diversos tipos y sobre los más diversostemas -salud y medicina alternativa, educación popular, derechoshumanos-, entre los que sobresalen los Encuentros Feministas Lati-noamericanos y El Caribe, donde se desarrollan una gran variedad detemas que atañen a la realidad de las mujeres .

Por la expansión y la confluencia de carácter internacional co-bran una nueva dimensión y empiezan a ser analizados como los"nuevos internacionalismos democráticos" entre los que se ubican losnuevos movimientos sociales : el de los derechos humanos, de defensadel medio ambiente, por la paz y otros, dentro de los cuales los movi-mientos de mujeres ocupan un sitio relevante .

Por su importancia actual y perspectivas de futuro, considero im-portante señalar las características más relevantes de estos nuevos pro-cesos sociales .22

21 "Ciudadanas 1991", Doble jornada, año 5, núm. 51, suplemento del periódico liA

jornada, México, 1 de abril de 1991 .11 Peter Waterman, Los nuevos internacionalisnws, Universidad del País Vasco/Eus-

kal Herriko Unibertsitatea, Bilbao, 1991.

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1. Los nuevos internacionalismos son a la vez parte y contrapartecuestionadora del proceso de internacionalización actual . Este no sóloabarca el proceso de acumulación de capital, si bien éste es el más diná-mico, sino también la generalización del comercio, la burocratización, lamilitarización y otros procesos de modernización nacional e internacionalque a su vez han incidido en la creación de categorías sociales globales,tales como amas de casa, estudiantes, minorías étnicas, minorías regiona-les, así como problemas sociales de naturaleza cada vez más global, comoson los de la carrera armamentista, el sexismo, la contaminación ambiental .

Estos nuevos problemas son tratados con mayor frecuencia en fo-ros tanto internacionales como interestatales y asumidos como intere-ses de los internacionalistas.

Difieren del viejo internacionalismo socialista o proletario, en va-rios aspectos importantes:

a) Su concepción del internacionalismo se define irás como opo-sición al capital y al Estado, que como ovecid(in al nacionalismo ; se re-conocen las interrelaciones entre capitalismo, racismo, sexismo yestatismo; diferenciando estas instancias de la nacionalidad y otrasidentidades culturales .

b) Parten del reconocimiento de la pluralidad de los sujetos so-ciales internacionalistas entre los cuales el internacionalismo obrero esuna fuerza más y no la principal fuerza internacionalista .

c) Sus formas de organización y comunicación son abiertas y fle-xibles. Estas nuevas fuerzas internacionales están constituidas por mu-chas organizaciones y ninguna de ellas puede monopolizar elmovimiento . Además, el movimiento es más amplio que las organiza-ciones y la actividad que no está organizada ni estructurada puede -ylo hace frecuentemente- permitir una innovación constante . El desa-rrollo de estas estructuras abiertas y flexibles se ve favorecido y ali-mentado por las nuevas tecnologías de información . El potencialdemocrático y descentralizador de estos medios de comunicación esinfinitamente mayor que el de los ferrocarriles o el transporte aéreoque requieren la centralización y concentración de la propiedad, de laproducción y el poder. Los nuevos medios de comunicación -fax,servicios de mensajería internacional, información con grabación com-putarizada- y su uso alternativo permiten la formación de redes en-tre individuos y grupos y posibilitan tanto la coordinación como ladescentralización .

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2. Tanto en la base del internacionalismo socialista como en losnuevos internacionalismos, se sitúa la solidaridad, concebida como elprincipal valor y el medio decisivo para la transformación del mundodominado por el capitalismo . La solidaridad se considera una comuni-dad de intereses, sentimientos y acciones. Es el valor ético y la relaciónhumana más general y se debe entender como tal, no sólo como la ex-presión o lucha por una identidad humana . (con el peligro de excluir alos que son diferentes y minimizar la heterogeneidad propia) sinotambién de reciprocidad (ventaja mutua), afinidad (sentimientos com-partidos), complementariedad (diferentes contribuciones) y sustitucio-nismo (tomar el lugar del otro). En este sentido, posiblemente uno delos movimientos internacionalistas más poderosos y de mayor influenciahoy en día es el de los derechos humanos . Su sujeto es el ciudadano,como el sujeto de la antigua ciudad-estado y más tarde de la nación-es-tado. Es un sujeto universal con una demanda universalizable .

3. Los nuevos internacionalismos no solamente destacan por supluralidad, sino también porque su campo de acción y sus metas difie-ren. Unos se construyen sobre objetivos autolimitados y otros promue-ven nuevas perspectivas globales .

Un ejemplo de los primeros lo constituye Amnistía Internacional,que posee objetivos, estructuras y procedimientos que le permiten unaefectividad considerable, aunque dentro de un campo limitado .

Como ejemplos de los segundos están los ecologismos y los femi-nismos cuyas perspectivas globales pasan por la oposición al capital, alestado, al racismo, al patriarcado, al armamentismo y tienden a desa-rrollar utopías internacionalistas, modelos imaginativos y comprensi-vos de un orden mundial construido a partir de principiosradicalmente diferentes a los existentes. Estas utopías estimulan elpensamiento, inspiran a la acción, y lo que es más importante estánconstruyendo un nuevo marco general para los conflictos internacio-nales, y contribuyendo a gestar nuevas relaciones entre los pueblos .

En el mundo de hoy, la rebeldía de las mujeres contra la margina-ción y la discriminación ha trascendido la mera enumeración de de-mandas específicas . Los movimientos feministas actuales tienden cadavez más a desarrollar una propuesta global para la sociedad y la trans-formación de sus estructuras de poder, e implican un indudable aportea la teoría y praxis política moderna. Su participación e incidencia enlos nuevos internacionalismos son una prueba de ello .

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