muchachos de perón

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  • 1Muchachos de Pern

    Aqu estn, estos son, los

    MUCHACHOSDE

    PERNEl peronismo y su memoria

  • 2Javier Prado

    Prado, JavierAqu estn, estos son, los muchachos de Pern : el peronismo y sumemoria. - 1a ed. - Trelew : el autor, 2007.309 p. ; 22x17 cm.

    ISBN 978-987-05-2878-4

    1. Historia Poltica Argentina. 2. Peronismo. I. TtuloCDD 320.982

    Queda hecho el depsito que previene la Ley 11.723

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    Aqu estn, estos son, los

    MUCHACHOSDE

    PERNEl peronismo y su memoria

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  • 5Muchachos de Pern

    Aqu estn, estos son, los

    MUCHACHOSDE

    PERNEl peronismo y su memoria

    Javier Prado

    Editado en forma independiente en Trelew, Chubut, Argentina, Mayo de 2007

    Escrito entre el 20 de mayo de 2006 y el 11 de junio de 2007

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    A Mam, Mami (que ests), Ani, Mari; a Matas y Gabriel (los quiero mucho) y aAmelia (gracias por tu apoyo en todo esto).

    Gracias a todos los que prestaron sus palabras y su tiempo para realizar esto.

    Y a Dios, porque sin l nada de esto tendra sentido.

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    Quiero agradecer a todos los que colaboraron de una u otra manera en la realizacinde este libro: Blanca Sequeira, presidenta de la Comisin Directiva de la BibliotecaPopular Ral Scalabrini Ortiz, a Diego Cataln, Silvia Gloor (por la cmarafotogrfica para algunos diarios); Carlos Hernndez (por tus opiniones y crticas);personal de la Biblioteca Popular Agustn lvarez (por la buena predisposicinpara facilitarme el trabajo con diarios viejos); Gastn Olivera (por prestarme el mp3para algunas entrevistas, para cuando la Academia de B 12 de Octubre?); JavierGmez (por el dato para la entrevista a Ema Damin), Diego Gatica del MuseoPueblo de Luis, a las secretarias de las escuelas 122 y 123 de Trelew; y en especiala todos los entrevistados: Juan F. Poroto Thomas (q.e.p.d.), Ema Pina Damin,Marcelo P. Fuhr, Pedro, talo, Eva Marchand de Quintana, Coco, Roberto Fernndez,Vitalicio Vargas, Maria Choli Rodrguez, Elena Fuentebuena, Lucio Castillo, EusebioGuiaz, Gregorio Robledo, Jos Pepe Ulloa, Tito Laspiur, Agustn Brebbia, Hugo,Hugo N., Juan P., Valeria M., Osvaldo Rubbo, Hctor Cassia, Prof. Gustavo AdolfoBoyd, Horacio, Gladis Morales de Cagnolo, Anastasio Baeza y V. Carranza, porbrindar sus testimonios dedicando parte de su tiempo.

    Un NO agradecimiento al Museo Policial en Rawson.

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    Introduccin

    Leer un prlogo suele ser algo pesado (salvo excepciones) que retrasa lo interesante,es decir, el contenido de una obra; as que les recomiendo saltear esta parte. Este esun libro de Historia que busca ser un paso ms hacia el rescate de la Historia viva,pero esta vez contada por algunos de esos hombres y mujeres annimos que vivieronaquellos momentos sobre los que se ha escrito tanto. Este libro es un intento deconocer y dar a conocer algo de la historia poltica y social de Argentina a travs delas propias voces de sus protagonistas. El tema central es el peronismo, porque creoque es el fenmeno poltico y social ms importante de la historia argentina.Esta obra tiene que ver con mi propia historia. Por eso pienso que es importantedecirles a los lectores, antes que sigan avanzando, que soy historiador, pero antes soyperonista. A partir de aqu estn ustedes avisados (ojal todava no hayan pagadoeste libro, si no... lo lamento). Crec en un hogar peronista, donde a pesar del paso deltiempo los nombres de Pern y Evita siempre fueron y son recordados con cario,con una sonrisa y con cierta nostalgia. Las primeras seales las tuve en mi infancia,cuando vea a mi abuela y mi mam prender una velita al pie de la foto que mostrabaa Pern y Evita saludando. A medida que crec fui aprendiendo ms sobre el peronismo.Haba otras imgenes en casa. Como olvidar esa foto de Pern sobre el caballopinto? Ya ms grande, me gustaba escuchar a mi abuela contar lo bueno que habasido Pern y lo generosa que era Evita. Mi mam me cont cuando aquel 17 deOctubre del 45, con siete aos de edad, alguien la subi en andas y pudo ver esamultitud reunida en Plaza de Mayo pidiendo por Pern. No haba dudas. El peronismoera (es) una actitud, una idea, un sentimiento. Mi abuela, correntina de nacimiento yportea por adopcin, trabaj toda su vida como empleada domstica. Mi mam,tambin correntina de nacimiento, pero patagnica por decisin, la acompa (desdesu juventud) en los distintos trabajos que su madre consegua en las casas de Caballitoo Vicente Lpez. Cuando Pern empez su primer mandato mi mam tena 8 aos, y17 cuando fue derrocado. En esos aos ella, mi to y mi abuela alcanzaron la dignidadsocial que miles de compatriotas jams pudieron alcanzar. Por eso son peronistas. Ensus corazones y su memoria quedaron grabados los nombres de Pern y Evita y losrecordaron siempre. Y, sobre todo, sus nombres eran y son evocados con un fuertesentimiento de afecto.A medida que creca yo tambin me fui haciendo peronista. An cuando desconocalos elementos documentales que respaldaran mi eleccin, intua que haba ocurridoalgo que hablaba de un tiempo mejor. Ya a mis trece aos era peronista, porque miabuela y mi mam no podan estar equivocadas. Y crec.La Historia siempre me interes, aunque de chico no me atraa la Historia argentinapor la forma aburrida en que la enseaban en la primaria y el secundario. Pero yaavanzado en mis estudios universitarios me volqu decididamente a averiguar algunascosas que me resultaban dudosas de la versin oficial. Por supuesto, la bibliografa

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    universitaria no me ayud en nada; en cambio, mis lecturas fuera del mbito acadmicome abrieron la cabeza. De casualidad me cruc con el nombre de Jauretche(escuchando por radio a Dolina, no recuerdo si en Demasiado tarde para lgrimaso en La venganza ser terrible) y de ah no tard mucho en llegar a Jos MaraRosa, Jorge Abelardo Ramos, Juan Jos Hernndez Arregui, Ral Scalabrini Ortiz,Norberto Galasso... Y as aparecieron ante m, en un enfoque distinto, los nombres deFacundo Quiroga, Juan Manuel de Rosas, Hiplito Yrigoyen, San Martn, Evita y otravez Pern. Entonces, ya grande, fui adquiriendo las pruebas documentales queservan de respaldo a aquella primera intuicin; de manera que contaba con elementospara probar que mi adhesin al peronismo no era un capricho. Las concretas mejorassociales logradas por los trabajadores, al tomar el timn de la historia, estnperfectamente documentadas y son fcilmente demostrables, claro que hay queescarbar un poquito en los papeles, documentos, cifras y recortes de diarios (aunqueestos casi siempre estuvieron en poder y al servicio de las minoras). Pero,afortunadamente, hubo un grupo de hombres que escribi y dijo lo que las oligarquasreinantes se esforzaron por silenciar. Ellos fueron quienes escribieron, filmaron ocantaron lo que el pueblo no tuvo oportunidad de decir. Y entonces, a travs depolemistas e historiadores como Jauretche, Ramos, Hernndez Arregui, ScalabriniOrtiz, J. M. Rosa; artistas como Leonardo Favio, Discpolo y Hugo del Carril, entreotros, pudo saberse la verdad de la Historia argentina. Yo tom conocimiento de esto,y de esa manera mis opiniones se vieron reforzadas, pero yo ya estaba en el caminoperonista desde mi hogar. En todo caso, el acceso a documentos, fuentes y testimonios,vino a reforzar mi eleccin. La base de todo eso fueron aquellos sentimientos yrecuerdos que me transmitieron en casa. Poco astutos se muestran los profesionalesde la Historia que intentan descalificar al peronismo por su contenido emocional.Pretenden, de esa manera, quitarle valor poltico y social al militante, al simpatizanteperonista y al peronismo como proceso histrico, como movimiento popular, social ycomo experiencia poltica de los trabajadores (y de los otros sectores que lo componen),y olvidan que ese fuerte sentimiento est apoyado en verdaderas razones materialesde progreso y avance social logrado en esos tiempos. Pero para esos eruditos esnecesario criticar la carga emotiva para negarle contenido ideolgico al peronismo,como si la emocin no fuera una expresin autnticamente humana.Muchas veces escuchamos conclusiones antojadizas acerca del peronismo, ya seande figurones librescos que opinan sin interesarse en las vivencias directas de losprotagonistas del movimiento ms importante del pas o estudiantes credos que recitanteoras ajenas sin detenerse a comprobar si tienen algo que ver con la realidad. Y sien vez de sacar conclusiones apresuradas, escucharan las voces de esos miles deannimos que son el peronismo? Entonces me pregunt y si le preguntara a la genteque vivi de lleno esos tiempos? Qu y cmo fueron esos primeros aos delperonismo? Cansado de soportar las aburridas monografas de los muchos geniosde la Historia que escriben libros sobre (y contra) el peronismo, decid preguntarles a

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    los peronistas de ms edad, qu haba pasado en aquellos lejanos (lejanos?) aos.Por qu ocurri el peronismo? Quines fueron sus protagonistas? Qu pas en mipropia ciudad? Qu tienen para contarme? Cmo se viva antes de Pern? Qucambi con el peronismo? Por qu sobrevivi a las persecuciones, crceles yfusilamientos? Por qu sigue vivo? Por qu, a ms de treinta aos de la muerte dePern, estos hombres y mujeres siguen siendo peronistas?Este trabajo de investigacin tiene por objetivo entrar en las historias de aquellossimpatizantes, militantes o afiliados peronistas a fin de conocer de primera mano loshechos sucedidos antes, durante y despus del peronismo. Cuando digo despus,me refiero a las etapas posteriores a la cada del peronismo, con el golpe de 1955 y ala muerte de Pern en 1974. Es importante tener en cuenta que este trabajo es apenasuna muestra de lo que han vivido y pensado los peronistas (y de lo que viven ypiensan ahora). No es una totalidad del fenmeno porque es un trabajo modesto,sobre todo en presupuesto.Tal vez lo ms interesante de esto es conocer qu pensaba el peronista comn ycorriente, es decir: con una militancia fuera de las primeras lneas. A esto hagoreferencia ms adelante. Los testimonios que estn en estas pginas no son dedirigentes de primea lnea, ni de militantes famosos. Son las voces y la memoria de lagente comn que tambin es parte del peronismo. Si bien hubo dirigentes y militantesde accin ms directa, creo importante sealar que estos hombres y mujeresrepresentan a la enorme masa electoral que conform (y conforma) el peronismo,porque a la hora de decidir en las urnas el rumbo histrico del pas estos simpatizantes,y otros tantos cientos de miles, significaron el triunfo de un proyecto, siendo annimosen su mayora.La importancia de estos testimonios est dada por tres aspectos: en primer lugar parareconocer el proceso histrico argentino en las situaciones vividas por estos militantes(tanto los episodios conocidos como aquellos desconocidos) en el marco del peronismocomo movimiento y proceso poltico, econmico y social. En segundo lugar paraconocer cual es la representacin mental (cultural y social) que los peronistas tienendel peronismo y de lo que la sociedad debe ser, y en tercer lugar, para saber por quel peronismo ha quedado grabado en su memoria y por qu siguen siendo peronistas.Este libro se basa en los testimonios brindados por los entrevistados: simpatizantes ymilitantes peronistas, sobre todo de la primera poca (quienes se hicieron peronistasdesde el arranque), pero no se limita a ello. Estn en un marco histrico (poltico ysocial) analizado desde la parcial ptica del historiador (ese vengo a ser yo), cruzandosus respuestas con la bibliografa, recortes periodsticos y datos que pudieran dar unaidea de lo que signific el peronismo tanto para las clases populares como para lossectores medios y altos. El enfoque est centrado sobre los testimonios de los militanteso simpatizantes y por ello el resto del panorama ocupa un lugar secundario ya quesobre el antiperonismo y el gorilismo he hablado bastante en otro trabajo1, aunque porsupuesto no dejar de mencionar las actitudes antipopulares de la poca.1 Historia del gorilismo. Desde 1810. Javier Prado, edicin del autor, 2005, Trelew, Chubut, Argentina

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    Intelectuales y peronismoAlguien podr objetar que este trabajo es una visin parcial (como si alguna no lofuera), y podr decir que para una historia completa habra que agregar lostestimonios de quienes no son peronistas (ni lo fueron), pero ocurre que ya se haescrito mucho en contra del peronismo, ya que los intelectuales, en su mayora y porsu condicin de clase, vieron con espanto el ascenso social de los trabajadores. Algunospor desprecio social y racial, otros por incomprensin poltica y desconocimiento de larealidad. Y entonces, desde su condicin de intelectuales produjeron gran cantidadde material tratando de sumarse a la desperonizacin de la sociedad. Pasa tambinque muchos in-telectuales, al estar vinculados a los sectores medios, vieron en elascenso de las masas trabajadoras peronistas una amenaza para su ubicacin social,que as se dilua entre empleados, taxistas, plomeros, pequeos comerciantes ymucamas, que mejoraron sus condiciones econmicas. Es decir, cuando los sectorespostergados ascienden, los sectores medios que no pueden llegar econmicamentems arriba, temen que se les arrime una clase con otras conductas y costumbres.As que por eso y porque es lo que me interesa, aqu hay una mayora de testimoniosy de memoria de simpatizantes peronistas. Si alguien quiere una historia completale recuerdo que hay un montn de enciclopedias objetivas disponibles en cualquierlibrera.En este punto es inevitable responder a la pregunta qu es el peronismo? No voy aaburrir al lector con las desquiciadas ocurrencias primer mundistas que califican alperonismo de movimiento totalitario, autoritario, nazi, fascismo de izquierda(esta si que est buena eh?) y dems delirios de gente in-teligente, porque estoyabsolutamente en desacuerdo con esos anlisis, pero dir que me resulta llamativa ladesesperacin de los in-telectuales por poner etiquetas a las cosas. De ese modo seahorran el trabajo de conocerlas. Un vocablo que tom vuelo hace ya un tiempo largopara clasificar al peronismo fue: populismo. El trmino, lejos de incomodarme, megusta. La palabra vendra a significar tendencia hacia el pueblo. De all derivapopulista, que segn el diccionario quiere decir perteneciente o relativo al puebloLo tragicmico es que estos trminos son utilizados mayormente en forma despectivapor lo crneos que derraman tinta en sus pesados mamotretos histricos; de lo que sepuede sacar en claro que aquellos in-telectuales que usan el trmino populismo opopulista para degradar un valor, lo que estn haciendo (veladamente) es denigrar alpueblo como sujeto histrico, quitndole autoridad poltica a sus expresiones; por lotanto, los trminos populista o populismo utilizados en modo despectivo, nos revelanms cosas de la persona (y la clase) que los aplica que del objeto que pretendendescribir. Lo acusaron de populista sin darse cuenta que as lo honraban2.Creo que el peronismo es un movimiento policlasista de base obrera reformista. Nacidoen la posguerra, es un fenmeno de un pas dependiente que entre sus mltiplescomponentes contiene un nacionalismo democrtico (en tanto reposa sobre la voluntadmayoritaria expresada en elecciones libres) y defensivo (ya que se diferencia del2 Hiplito Barreiro. Juancito Sosa, el indio que cambi la historia, Ed. Tehuelche, 3ra. Edicin, Argentina, 2000 (contratapa)

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    nacionalismo de los pases imperialistas por el hecho de no buscar ocupar territorio,sino defender la propia soberana). La dificultad para establecer su naturalezahistrica viene desde sus orgenes, cuando aparece como un movimiento nutridoen su mayor parte por trabajadores, pero a cuya cabeza figura un coronel delejrcito que segn algunas simplificaciones es el brazo armado de la reaccin,siempre y en todo lugar. Paralelamente, su contracara, esa inslita unidaddemocrtica donde los lderes de la izquierda se abrazan con terratenientesconservadores y el embajador norteamericano, tambin confundi las barajasy acrecent la perplejidad. En aquellos aos (1943 1945) cuando morairremisiblemente el viejo pas agroexportador, los partidos tradicionales- dederecha a izquierda- eran impotentes para dar respuesta a la crisis3. Y sobreesto es importante esta reflexin: No es que la izquierda hiciera crisis: es queella era parte de la superestructura poltica del imperialismo y salt junto conlos dems pedazos de esa superestructura4. Es cierto, tambin en un primermomento hubo grupos del nacionalismo antidemocrtico u oligrquico dentro de lasfilas del movimiento, pero estos sectores fueron marginales y no constituyeron elncleo central del peronismo. Los signos autoritarios que hubo en sus orgenes y ensu desarrollo fueron licuados con el masivo aporte de los trabajadores que, con supresencia, le dieron legitimidad social y lo purgaron de cualquier tinte reaccionario,conformndolo como un movimiento nacional y popular.Otro grave error, de algunos historiadores, socilogos y dems gente del negocio, esutilizar categoras analticas aplicadas a fenmenos europeos de entreguerras paradefinir al peronismo. Por un lado esto demuestra un eurocentrismo incomprensible,sobre todo si son intelectuales sudamericanos y, por otro lado, refleja un anlisiserrneo, ya que los totalitarismos europeos ms tratados (fascismo en la Italia deMussolini y nazismo en la Alemania de Hitler) corresponden a pases imperialesahogados dentro de sus fronteras por carencia de colonias, que buscaron expandirsesometiendo a sus vecinos y que internamente volcaron a las clases medias en contrade los trabajadores (que eran mayoritariamente socialistas en Italia y Alemania). Porello Mientras que los regmenes fascistas surgidos en la Europa de entreguerrasgozaron sobre todo del apoyo de las empobrecidas clases medias, los veteranosde guerra y los grupos comerciales, la base social del peronismo era diferente5.En Argentina, la base fundamental del peronismo fue (y es) la clase obrera organizada,que choc contra la oligarqua y los coquetos estudiantes universitarios (clase mediay alta). Esos estudiantes no dudaron un minuto en descalificar a las masas popularespor su procedencia plebeya y le prestaron ayuda a la embajada norteamericana para

    3 Norberto Galasso. Pern. Tomo I. Formacin, ascenso y cada (1893-1955), Colihue, Buenos Aires, 2005, p. 174 John William Cooke, en Pern. Tomo I. Formacin, ascenso y cada (1893-1955), op. cit p. 185 Raanan Rein. Juan Atilio Bramuglia. Bajo la sombra del lder. La segunda lnea del liderazgo peronista. Buenos Aires, Lumiere: Universidad de Tel Aviv, 2006, p. 24

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    combatir al peronismo (antes haban recorrido las calles gritando Abajo Yrigoyen6para voltear al caudillo radical, tal es la historia de la F.U.A.7. Por su parte la F.U.B.A.8no se quedara atrs, pues tambin luch contra Yrigoyen y Pern: los fubistassostendran todas las contrarrevoluciones antipopulares producidas luego: ladel 30 contra Yrigoyen y la del 55 contra Pern. En cada una de ellas, al dasiguiente del triunfo reaccionario la oligarqua premiaba a los reformistas ya sus Maestros de la Juventud con una Universidad autnoma en un passometido9). Por eso es que hay una enorme diferencia entre aquellos fenmenoseuropeos (antidemocrticos) y el peronismo, un fenmeno popular que, en todo caso,puede ser calificado de extra democrtico, porque su accionar excede a lasinstituciones tradicionales y se transforma en un movimiento que traspasa larepresentatividad del sistema al agregarle la participacin concreta en las calles.Es prcticamente imposible que intelectuales europeos puedan entender al peronismo,pues provienen de sociedades en donde se han dado otros fenmenos y su visineurocntrica los hace juzgar de manera equivocada los hechos sociales y polticos deSudamrica. Para muestra basta con ver las luchas de los partidos de izquierda enEuropa, preocupados por la extincin de las ballenas y el cambio climtico... Ocurreque all tienen resueltos los problemas que ac todava estn sin atenderse (justamente,los tienen resueltos gracias a la desigual distribucin de la riqueza que hace que losobreros de Francia, Italia, Escocia y el resto de Europa gocen de mejor nivel de vidaa costa de la pobreza latinoamericana). Se imaginan un corte de ruta enInglaterra?...Por otra parte en la Argentina los elementos ms estrechamenteasociados al fascismo - es decir, los nacionalistas - no vean en Pern a uno delos suyos; tampoco este los consideraba parte de su movimiento10. Alguien queno puede ser sospechado de fantico peronista, admite: La clase obrera argentinase benefici durante la dcada peronista con mejoras salariales, beneficiossociales, servicios sanitarios y educativos, en una medida que los trabajadoresitalianos, que se opusieron al ascenso de Mussolini, no podan haber soadosiquiera11. Ocurre que muchos de nuestros in-telectuales (Germani y su escuelita,por ejemplo) al chocar de frente y sin luces contra la realidad social y poltica argentina,corrieron a buscar en sus libritos la respuesta ante lo que estaba ocurriendo, ignorandoque ante sus ojos se estaba escribiendo el original de esa Historia. Por eso, muchosde ellos, tomaron los conceptos que ms se aproximaban a la descripcin de esapesadilla que se manifestaba en las calles y no dudaron en recurrir a las etiquetas

    6 Jorge Abelardo Ramos. Revolucin y contrarrevolucin en la Argentina. Volumen II / 1922-1976, Distal, Cap. Fed., 1999, p. 627 Federacin Universitaria Argentina8 Federacin Universitaria de Buenos Aires9 J. A. Ramos, en Revolucin y contrarrevolucin en la Argentina. Volumen II / 1922-1976, op. cit. p. 21310 La derecha argentina. Rock, Deutsch, Rapalo, Dolkhart, Lvovich, Walter, Senkman, Lewis. Javier Vergara Editor, Avellaneda, 2001, p. 27111 Raanan Rein. Juan Atilio Bramuglia, op. cit. p. 25.

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    que se usaron en Europa para definir otros fenmenos. Germani no dudaba en calificarde atrasados a los obreros que apoyaron a Pern, y haciendo alarde de una granignorancia deca: El peronismo constituye sin duda un caso de manipulacin12.Sin embargo, Germani no tena ningn problema en recibir auspicio de la fundacinFord, que independiente! Fue tal el sacudn que produjo la masa peronista al subirseal escenario, que ambas puntas del espectro poltico quedaron desorientadas. Mientraslos conservadores y la jerarqua eclesistica vieron al joven Coronel como la chispadel comunismo, la izquierda de la corporacin poltica no dud en arrojarse a losbrazos de Estados Unidos: En la medida en que el Partido Comunista estuvosiempre contra los movimientos populares, qued reducido a un grupo bienorganizado pero cuya peligrosidad se limita a la venta de rifas13. Es necesario,de una vez por todas, que quede claro que Pern no fue causa, sino consecuencia delmomento histrico que atravesaban las masas, por eso las masas no slo losiguieron, sino que ms bien lo empujaron hacia adelante14. A mediados de losaos cincuenta podan leerse los delirios de Tulio Halperin Donghi, que sin ponersecolorado expres: Pern, ante la experiencia de los hechos, estableci elfascismo posible, es decir, estableci la mxima dosis de fascismo que laArgentina de la segunda postguerra era capaz de soportar15, semejante rebusqueintelectual slo puede ser sustentado por alguien que cree que la Historia la haceun slo hombre, sin tener en cuenta los procesos sociales...A esto se agreg en losaos sesenta (con el peronismo prohibido) el trabajo de analistas serios, comoCarlos S. Fayt, que se asomaron a la calle y produjeron pesados escritos en los queno queda claro qu es el peronismo, pero si queda claro quienes son Fayt, Borges yMariano Grondona. Y Tulio Halpern Donghi, en su soporfero libro La democraciade masas, se queja de los incendios de las iglesias el 16 de junio de 1955 (mostrandofotos y todo), haciendo un amargo comentario donde sugiere que hubo una planificaciny llama a la quema acto de puro delirio, pero se olvida de mencionar a losasesinados un rato antes en el bombardeo sobre Plaza de Mayo... Gran compromisoel de este historiador, quejndose por la destruccin de unos ladrillos viejos y callandoel despedazamiento de ms de 400 civiles! Como se dice: cae ms rpido un habladorque un rengo.Sobre los lderes, dice acertadamente Galasso: El pensamiento poltico infantilcree que ellos manejan multitudes y deciden a su gusto cuando es precisamentelo contrario: para continuar siendo lderes, deben cumplir con las imposicionespopulares. Pern solo pudo seguir siendo Pern porque regres a la Patria,superando sus dolencias y sus altos aos16.12 En Clases populares y democracia representativa en Amrica Latina, en www.educ.ar13 Jorge Abelardo Ramos, en reportaje concedido a la revista Confirmado, 197214 Jorge Abelardo Ramos. Revolucin y contrarrevolucin en la Argentina. Volumen II / 1922-1976, op. cit. p. 28915 En Contorno, 1956, citado por Jorge A. Ramos en Revolucin y contrarrevolucin en la Argentina. Volumen II / 1922-1976, p. 35516 Norberto Galasso. Pern. Tomo II. Exilio, resistencia, retorno y muerte (1955 1974), p. 1210

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    Cuantos peronismos?Una vez definido el tema y el inters personal que yo tena en averiguar algunascuestiones (confirmarlas o refutarlas) empec a buscar los testimonios. Ya que miinters era rescatar las vivencias de los militantes y simpatizantes peronistas, la primeraseleccin previa fue la siguiente: que los entrevistados (adems de ser peronistas)tuvieran alrededor de 70 aos (preferentemente), a fin de abarcar el mayor perodoposible. Por lo tanto las entrevistas (en su mayora) son una serie de preguntasrealizadas a hombres y mujeres que se definen polticamente como peronistas de laprimera poca. Aqu tambin es importante ubicarse y tomar al peronismo como loque es. Cada militante interpreta al peronismo a su manera, pero en general alrededorde un mismo centro o idea bsica: la Justicia Social. Definido el tema y la metodologa,la pregunta siguiente era a quin entrevistar? A hombres y mujeres que hayantenido una gran actividad militante?, a los simpatizantes?, a aquellos que votaronpor el peronismo aun sin participar activamente?, a los que haban tenido unaresistencia activa o a los que tuvieron una actitud pasiva? Como no tena conocimientode quienes haban tenido una mayor o menor actividad, deb entrevistar a aquellosque se mostraron interesados en contar sus vivencias y a partir de all y por datosaportados por unos y otros, fui conociendo ms gente, ms all de que en este pueblo(Trelew) todos nos conocemos de vista.Una pregunta habitual es cul peronismo es que el que va a abordar este libro? Lapregunta parte ya de un lugar equivocado. A grandes rasgos, el peronismo de 1945,no es otro en 1955 y tampoco es otro en 1973. El peronismo es todo eso junto porque,(aun con los matices que da el paso del tiempo, los cambios polticos nacionales y dela realidad internacional) mientras vivi Pern, el programa histrico se mantuvo,porque las masas depositaron en l su confianza y sus ideas polticas. Hay un quiebrecon la muerte de Pern. Digo esto porque en aquellos tres momentos (surgimiento,cada y retorno) an estaba con vida el lder del movimiento que concentraba laconfianza de la mayora del pueblo y, aun con todas las dificultades, la orientacingeneral fue la del programa de 1945. El programa poltico peronista tambin se fueamoldando a la realidad social y poltica nacional e internacional, Pern hablaba deavanzar con la marea, pero el ncleo bsico de su accin siempre fue el mismo.Esto no significa que el peronismo sea una construccin esttica, por el contrario, susmltiples componentes lo mantienen en permanente vrtigo y agitacin y es por esoque el peronismo como construccin histrica vive diversos cambios y luchas internas,pero siempre alrededor de una idea base (al menos al nivel de los militantes quevivieron los primeros aos del peronismo). Y fue justamente la permanencia de esasbases intocables en la memoria popular (aunque traicionadas por los oportunistas),lo que le permiti estar en los corazones de los trabajadores por tanto tiempo. Losgobiernos de Pern jams estuvieron al servicio del imperialismo, ni aun en sus peoresmomentos y, fundamentalmente, creo que el peronismo es el mismo porque la ideabsica de lo que el peronismo debe ser vive en los millones de simpatizantes y

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    militantes ms que en los dirigentes. Es cierto que hay muchas interpretaciones delperonismo entre los propios peronistas, pero mayoritariamente hay unas bases quedeben ser respetadas: Justicia Social, Soberana Poltica, Independencia Econmica.El golpe de Estado de 1955 estableci un quiebre en la continuidad histrica delmovimiento de liberacin nacional, por eso es que se habla del primer peronismo(1945 - 1955). Desde ese punto de vista este libro apunta a ese primer peronismo.Pero la Historia socio - poltica de un pueblo y sus tiempos no pueden delimitarse conuna lnea como una cancha de ftbol, estableciendo principio y fin de un proceso,porque el golpe del 55 arroj fuera del poder a la clase obrera y a su lder, pero esamasa trabajadora fue buscando nuevamente su lugar y empez a desarrollar accionesde resistencia (ms o menos pasiva, ms o menos activa) en busca del retorno dePern, por lo que puede decirse que hay una continuidad de ese primer peronismo,aunque a partir de 1955 fuera en la clandestinidad, sin voz, sin voto, sin derechospolticos. Pero exista.En todo caso dir que este libro apunta al perodo 1943 - 1955 porque es el perodotemporal, poltico, social y econmico en el que se gesta, nace y se consolida elascenso de las masas populares bajo el nombre de peronismo. Fenmeno popular quecontinuar vigente en la memoria y en el plano electoral llevando ya ms de 60 aos.Est claro que a partir de los aos 70 se incorpora al peronismo un sector de la clasemedia (la juventud que formara parte de Montoneros) procedente de los sectoresmedios radicalizados. Sin embargo estos sectores se sumaron a un movimiento nacionaly popular ya constituido y, en todo caso, hubo una reinterpretacin del peronismocomo va para un proyecto poltico (aunque Montoneros actu sobredimensionandoel carcter revolucionario del lder y subestimando el carcter reformista de las masas),pero ese sector juvenil (que tena 20 o 25 aos en los 70) no constituye la mayoradentro del movimiento sino la fraccin que en esos aos estuvo en la superficie por suaccionar de lucha armada como resistencia a las dictaduras de Ongana y Lanusse.Luego, a partir de 1973, ese sector de la juventud va a discutir el liderazgo de Pern(esto va a generar el enfrentamiento con Pern y con la ortodoxia sindical, que ve aestos jvenes como un riesgo para su propio accionar gremial y poltico) y a partir deall, esos jvenes perdern la simpata de la mayora de la masas trabajadora, por locual los trabajadores optan por seguir al lder, con el cual han mejoradoconcretamente su vida durante el primer peronismo, aun dentro de los marcosdel capitalismo. Para el obrero real - no el obrero superhombre que puede pors solo elaborar una teora revolucionaria, segn algunos intelectuales; nitampoco el brbaro incapaz de superar su fanatismo peronista, segn otros-los jvenes de la Jotap-Montoneros son buenos muchachos, heroicos muchosde ellos, que han jugado la vida contra la dictadura militar, pero son recinllegados al movimiento y, hasta por momentos, parece que le quisieran manotearlas riendas al jefe y ensearle a galopar. Son buenos muchachos, distintos alos otros guerrilleros que tambin son corajudos y bienintencionados pero que

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    no entienden al peronismo, ni tienen afecto por el Viejo. Estos, en cambio,tienen razn cuando dicen cada casa peronista es un fortn montonero, perose les reconoce compaeros y se los trata fraternalmente siempre que mantenganbuena relacin con el General, porque, en otro caso, resultaran parecidos alos otros guerrilleros y entonces... nada que ver17. An con las diferencias polticas(sobre todo en los tiempos), esos sectores insisten en identificarse como izquierda,pero peronista. Podramos decir que esta etapa (1970 a 1974) es el segundoperonismo, que se diferencia del primero por la incorporacin de los grupos juvenilesde clase media y por el accionar armado de los ms radicalizados.Si en los aos 70, Montoneros y la Juventud Peronista se ubican a la izquierda delmovimiento, del otro lado (siempre a nivel aparatos) encontramos a la ortodoxiaperonista. Es decir, el aparato burocrtico sindical del movimiento y las organizacionesde derecha del ancho mar que es el peronismo, como el C.D.O. (Comando deOrganizacin), Guardia de Hierro, C.N.U. (Confederacin Nacionalista Universitaria).Muchos de los dirigentes sindicales fueron acuerdistas, es decir: trataron de negociarsu propia existencia y la de sus aparatos con las dictaduras de turno (Lonardi,Aramburu, Ongana, Lanusse). Lo paradjico es que aun con sus claudicaciones ysus agachadas, cumplieron una funcin poltica en el delicado movimiento tctico quePern lider desde el exilio. Hubo algunos que sacaron los pies del plato ypretendieron un peronismo sin Pern (Vandor, en los aos sesenta) y as fueronperdiendo representatividad ante los trabajadores; y otros (sin ser revolucionarios enel sentido que la izquierda interpretaba el trmino) se mantuvieron leales a laestrategia poltica ideada por Pern (Rucci, por ejemplo). Esta forma de accionarsindical puede ser parte de los dos peronismos (primero y segundo) y de todaslas pocas, aunque sus actores principales (Vandor, Rucci, Coria, Miguel) se enfrentaronal sector juvenil radicalizado entre finales de los sesenta y mediados de los setenta, enun camino sin salida que contribuy al debilitamiento y derrota del frente nacionalque haba sido el peronismo. Con la muerte de Pern se disuelve la figura del lder (yfundador) del movimiento, dejando vaco un lugar que ya no sera ocupado jams. Sinembargo, el peronismo contina existiendo (convulsionado y desvirtuado en los aos1975 y 1976, rodrigazo mediante). Lpez Rega y su accionar represivo no llegan aconstituir una lnea poltica interna del peronismo, sino dentro del propio aparato de laderecha en general, a tal punto que la cada de Lpez Rega (repudiado por lostrabajadores a nivel base) se da por presin de la C.G.T. a travs de la U.O.M.,materializndose el descontento en la famosa movilizacin y el paro durante el gobiernode Isabel. Es distinto, porque Pern lo que poda entender es que habafracciones ideolgicas del movimiento enfrentadas y que todas erancombatientes y todas armadas. Que es otra lgica de la cuestin. Tengo a losmontoneros, tengo al C. de O., tengo a las patotas sindicales, tengo a la Guardiade Hierro, distintos sectores, los caudillos provinciales y todos armados, ac

    17 Norberto Galasso. Pern. Tomo II. Exilio, resistencia, retorno y muerte (1955 1974), op. cit., p. 1295 y 1296

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    son todos beligerantes (...) Pern trataba as a esta problemtica de que haballegado al poder con una fuerza beligerante, heterognea, multitudinaria, condistintas facciones ideolgicas y todas armadas, y que despus cada una quiereconservar su poder y ninguna est dispuesta a dejar las armas y siguenenfrentadas ideolgicamente. O sea, esta es una dinmica poltica distinta delos que es la Triple A, que no es ningn sector poltico del movimiento. LpezRega no es eso, es otra cosa. Lpez Rega es un eslabn de negociacin con laCIA18. El golpe militar del 24 de marzo de 1976 pone fin a cualquier intento de salvaraquel frente nacional y marca el inicio del perodo ms trgico de nuestra historia.Durante los siete aos de dictadura del proceso todos los partidos polticos entraronen el congelador, ms all de que todos aportaron hombres y mujeres que colaboraroncon la dictadura en diversos cargos (intendentes, algn embajador, etc.). La ferozrepresin y el control de las libertades marcaron la suspensin de la actividad partidariaque tibiamente comenz a surgir a medida que decaa el desastroso gobierno de lasJuntas. Recin en 1981 empieza a hablarse de poltica partidaria nuevamente. En1983 con el retorno a la democracia se da la derrota electoral del peronismo porprimera vez en su historia (casualmente? sin Pern). No creo que haya un tercerperonismo entre 1983 y la actualidad. Luego del desastre alfonsinista, llegan laselecciones de 1989. El menemismo fue una etapa en la que prevalecieron dentro delPartido Justicialista, los burcratas liberales y acomodaticios, en el marco de un ferozproceso de expansin imperialista que bajo el novedoso nombre de globalizacinpretendi legitimar la concentracin de riquezas, el colonialismo cultural y la muertede las ideologas. Yo creo que ms all de que Menem tuviera carnet de afiliadoperonista, nunca practic el programa histrico del peronismo. En ese caso podemosdecir que ese no fue el peronismo histrico, sino una versin reciclada del peronismosin Pern. Es cierto que Menem fue reelecto, pero no solo cont con el voto peronista.Tambin me ocurri que al escuchar las cosas que me contaban los militantes yo noestaba de acuerdo con algunas apreciaciones o anlisis, pero cre oportuno dejarlasescritas para que quedara reflejado el amplio arco de ideas que conviven en elperonismo. Las internas existieron, existen y existirn. Debo decir, sin embargo,que el perodo que ms me interesa es el de 1945 a 1955, porque creo que all est loms rico de nuestra historia poltica. Las grandes transformaciones sociales, polticasy econmicas operadas en ese tiempo fueron fundamentales para el desarrollo de laHistoria argentina. Nada fue igual despus de aquel 17 de Octubre de 1945. De todosmodos, suele decirse que el primer peronismo (el de 1945 a 1955) es el verdadero,aun con las variables que dentro del mismo perodo pueden encontrarse. Y se dicetambin que quienes no cumplen ese programa estn traicionando al peronismo, loque creo que es cierto. El peronismo como movimiento de accin poltica, programao como se llame, se funda en la activa participacin del Estado en el manejo econmico,social y poltico, con estatizacin de los servicios pblicos, redistribucin del ingreso,

    18 Firmenich, en revista Noticias 21/12/2004, citado por N. Galasso en Pern. Tomo II. Exilio, resistencia, retorno y muerte (1955 1974), op. cit. pgs. 1312 y 1313

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    fortalecimiento del consumo y del mercado interno, desarrollo de la industria nacional,control estatal del cambio y del sistema financiero, crecimiento de los serviciosesenciales, movilidad social ascendente, democratizacin de la salud, educacin, ycon una amplia movilizacin popular. La base social es la clase obrera como columnavertebral del movimiento policlasista que, al ser tal, da cabida a otros sectores sociales(sectores medios y aun al empresariado pequeo y mediano, como as tambin alcapital nacional).Ms all de que suele decirse que el programa de 1945/55 no se puede aplicar hoy(esto lo dicen casi todos los que no quieren soltar ni una moneda) creo que las basesde aquel programa siguen estando vigentes, porque los problemas que intentabansolucionar siguen estando entre nosotros, justamente porque el proceso de liberacinnacional que llevaba adelante el peronismo fue interrumpido durante 18 aos (todauna generacin) mediante el golpe de 1955 (y luego con la muerte de Pern). Hayprincipios bsicos del peronismo que no caducan: achicar las desigualdades, repartirequitativamente el ingreso nacional, ser un pas soberano, liberarnos del imperialismo(esa bestia que algunos dicen que no existe), dignificar al trabajador... Que hipcritasque son los tecncratas (y los inocentes que lo repiten) que dicen que el programadel 45 est caduco porque es viejo, sin embargo son los primeros en acumularplata, especular y concentrar poder, algo que es ms viejo todava!Tambin encontrarn reiteradas afirmaciones de los militantes acerca de lo que es elverdadero peronismo. Lo que marca una brecha entre muchos de ellos y algunasde los actuales dirigentes y autoridades a nivel nacional. Diferencias que no estntanto en lo programtico (o no slo ah) sino en las formas y en el olvido de la simbologaperonista por parte de los nuevos (nuevos?) dirigentes. Esto viene a confirmar aquellaspalabras de Cooke: Cundo Pern no est Qu significar ser peronista? Cadauno dar una respuesta propia y esas respuestas no nos unirn sino que nossepararn19.

    Pern, el peronismo y la HistoriaQue inmensa es la importancia de este hombre, que a ms de treinta aos de sumuerte todava sigue siendo el centro de la discusin poltica en nuestro pas. Todoslos meses aparece un nuevo libro sobre l o sobre el peronismo. Tipos de plata queescriben en diarios caretas como mbito Financiero, La Nacin, Clarn o Pgina12, gastan tinta en tratar de destruir al peronismo... Les aviso que estn perdiendotiempo y plata, porque para enviar al peronismo al olvido tendran primero que terminarcon el pueblo y su memoria (aunque muchos dirigentes partidarios se encargan deello). Todo ataque contra Pern no deja de ser un ataque al pueblo que lo vot. Y msall de las crticas honestas que algunos esgrimen exponiendo atendibles razones, lamayora de los intelectuales que atacan a Pern en realidad estn pegndole a la

    19 John William Cooke, en John William Cooke y el peronismo revolucionario. Ernesto Goldar, Editores de Amrica Latina, Buenos Aires, 2004, p. 124

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    masa. Aunque no se atrevan a decirlo abiertamente, su odio a Pern esconde enrealidad un enorme desprecio por el pueblo, que no los comprende. Y as creen queel pueblo es ignorante, atrasado, conformista, reformista, elemental,primario, manejado... y se vuelven a sus casas creyendo tener la razn, mientrasles sobra espacio en sus motos. Para tratar de que su gorilismo no sea muy evidentetratan de perdonar al pueblo diciendo que fue engaado. En esto los antiperonistasse unificaron ms all de alguna pequea diferencia. Es que quienes no comprendieronal peronismo, esa minora reaccionaria integrada en los aos cuarenta porconservadores, socialistas, comunistas, radicales claudicantes, autoridades de la Iglesiay racistas disfrazados; pertenecan (pertenecen) a un sector social medio con losmismos vicios. Aunque aparentaban estar enfrentados entre s, compartan los mismosprejuicios porque pertenecan a la misma clase. Entonces, al no encontrar una etiquetapara definir al peronismo, buscaron en todo aquello que despreciaban, revolvieronbastante y extrajeron la descalificacin que ms les pareci ajustarse a sus pesadillas.Por eso los conservadores (las hermanas Ocampo), los liberales (J. L. Romero, Rojas,Alsogaray), la derecha (Aramburu, Grondona, Neustadt) y los racistas (como MartnezEstrada, Borges y dems) se inquietaron al ver a las masas en la calle. Pern haencendido en la chusma, que el llamaba los descamisados y que algunostontos y necios confundieron con el proletariado, un orgullo de clase dominante.Si el socialismo marxista hubiera triunfado realmente en cualquier parte delmundo, el estado de nimo ensoberbecido del obrero y del campesino habrasido el mismo de las chusmas peronizadas20. As hablaba la derecha argentinasobre el peronismo. Y del otro lado (otro?) ocurri lo mismo. De manera que lospartidos Socialista y Comunista, esa izquierda de cartn que desconoca absolutamenteal pueblo (y ahora?), vieron en el peronismo una deformacin social, una aberracinideolgica y por eso lo despreciaron y lo combatieron con todas sus fuerzas (y suspocos adherentes). Slo F.O.R.J.A.21 y la naciente izquierda nacional, con FrenteObrero22, se mantuvieron del lado de las masas. Ante el 17 de Octubre, F.O.R.J.A.emiti un comunicado en el que declaraba su apoyo a la masiva movilizacin, diciendo:La Junta Nacional de F.O.R.J.A. en presencia de la agitacin oligrquicapromovida por las fuerzas de la reaccin en convivencia con las izquierdasextranjerizantes y de la inquietud reinante entre los trabajadores ante el riesgode una restauracin de los sistemas de opresin econmica y de dominacinimperialista establecidos desde el 8 de septiembre de 1930 por la mismaconfabulacin de intereses e ideologas. DECLARA: 1 - Que en el debateplanteado en el seno de la opinin est perfectamente deslindado el campo

    20 Qu es esto? Ezequiel Martnez. Estrada Editorial Lautaro, Buenos Aires, 1956, p. 6121 Fuerza de Orientacin Radical de la Joven Argentina, organizacin poltica creada en 1935 por un grupo de radicales yrigoyenistas en desacuerdo con la conduccin alvearista del partido.22 Publicacin de izquierda (trotskista) que dio su apoyo al movimiento peronista desde el 17 de Octubre de 1945. Era liderada por Aurelio Narvaja.

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    entre la oligarqua y el pueblo, cualquiera sean las banderas momentneas quese agiten y que en consecuencia y en cumplimiento de su deber, argentino yradical, expresa su decidido apoyo a las masas trabajadoras que organizan ladefensa de sus conquistas sociales. 2- Que como se expresa en la declaracinde principios de F.O.R.J.A., sancionada en el acto de su fundacin el 2 dejunio de 1935, en la lucha del pueblo contra la oligarqua como agente de lasdominaciones extranjeras, corresponde a la Unin Cvica Radical asumir ladireccin de la lucha. 3 - Que el Comit Nacional de facto que se atribuye larepresentacin de la U.C.R. se ha pasado al campo de la oligarqua al desor laopinin y las orientaciones de las figuras representativas del radicalismoyrigoyenista. 4 - Que frente a la vacancia de la conduccin partidaria, esdeber de esos hombres representativos el asumirla para que sta sea expresinclara del pensamiento revolucionario de Yrigoyen en el que encuentran solucinintegral las inquietudes actuales del pueblo argentino, sintetizadas en: PATRIA,PAN y PODER AL PUEBLO. Octubre 17 de 1945, Buenos Aires. Por la JuntaNacional de F.O.R.J.A. (Fdo.): Arturo M. Jauretche, presidente; Francisco J.Capelli, secretario general23. Que adelantados estaban esos muchachos! (o talvez los partidos liberales estaban atascados en el tnel del tiempo). Por su parteFrente Obrero deca: Los acontecimientos de los das 17 y 18 de este mes,han dejado perplejos y confundidos a los stalinistas, socialistas y, en general,a toda la pequea burguesa que se hallaba bajo el influjo ideolgico de laoligarqua y del imperialismo (...) La misma masa popular que antes gritabaViva Yrigoyen!, grita ahora Viva Pern!. As como en el pasado se intentexplicar el xito del yrigoyenismo aludiendo a la demagogia que atraa a lachusma, a las turbas pagadas, a la canalla de los bajos fondos, etc., as tratanahora la gran prensa burguesa y sus aliados menores, los peridicos socialistasy stalinistas, de explicar los acontecimientos del 17 y el 18 en iguales o parecidostrminos (...) Al gritar Viva Pern!, el proletariado expresa su repudio a lospartidos seudo obreros cuyos principales esfuerzos en los ltimos aos estuvieronorientados en el sentido de empujar al pas a la carnicera imperialista (...)Aquellos que desconocen el sentido y la importancia de las tareas nacionalesen nuestra revolucin estn incapacitados para comprender estosacontecimientos (...) Las grandes masas se estn poniendo de nuevo enmovimiento24. Cuando me top con este artculo tan claro y tan preciso, no pudeevitar decir genios!, estos tipos si que vivan en el mundo real. De manera que estasdos agrupaciones polticas fueron las nicas que alcanzaron a comprender laprogresividad del peronismo que estaba surgiendo. Pero todava algunas momias(sectas de derecha a izquierda) siguen repitiendo fosilizadas frmulas que dicen ver

    23 F.O.R.J.A. y la dcada infame. Arturo Jauretche, A. Pea Lillo Editor, 3 ed. 1962, B. Aires, pags. 175 y 17624 Peridico Frente Obrero del 29/10/1945, en Pern. Tomo I. Formacin, ascenso y cada (1893-1955), op. cit., p. 344.

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    en el peronismo restos del nazismo, del fascismo, e incluso del comunismo (laderecha ve fantasmas en todos lados). Recordemos que la Iglesia, como institucin,al principio slo toler a Pern como el mal menor (aunque en plena campaamuchos hombres del alto clero instaban desde sus plpitos a votar contra Pern),pero en 1955 ya estaba decididamente del lado del golpe de Estado y de la posteriordesperonizacin de la sociedad. Los que comprendieron todo el proceso histricosobre la marcha fueron los trabajadores, porque ellos mismos lo estaban haciendo.Sin creer que la Historia la hacen los grandes hombres, creo importante sealarque Pern no slo es grande por lo que fue como lder popular, sino por lo querepresentaba y representa todava. No son los grandes hombres los que hacen laHistoria, son los pueblos en su marcha histrica los que hacen grandes a los hombres.Es decir, no importa si Pern tena todas las cualidades (y tena muchas) que la masatrabajadora vea en l. Lo importante es lo que esa masa trabajadora vio en l y lo quesignific para sus intereses de clase humilde; y cmo el peronismo fue, en realidad, elnombre que ese sentimiento reivindicativo andaba buscando (alguna vez ese nombrefue yrigoyenismo). Aqu, Pern hombre se empequeece ante lo que simboliza lmismo para las masas. Lo importante es que l y el peronismo representan una idea,una intencin, una voluntad, un sentimiento. Ya ni siquiera hace falta discutir a Pernconductor y mucho menos a Pern persona, porque el fenmeno que l encarna estdado por lo que signific su figura para el pueblo y por lo que el pueblo vea y ve en l.Porque en su figura, y en la de Evita, se plasmaban los ms nobles sentimientos denuestro pueblo: la idea de rebelda, de oposicin a los imperios, el amor a la patria y asus habitantes, la solidaridad y la idea de Justicia Social. Pern y Evita por s solos nohubieran significado tanto sin el enorme respaldo del pueblo. Ambos fueron las carasemergentes de un fenomenal proceso histrico marcado por el empuje de las masas.Y en ellos se refleja una enorme masa trabajadora que a pesar del paso de los aosaun los lleva en su memoria bajo el nombre de Peronismo. Pern ya ha dejado deser slo un hombre, y habiendo sido depositario de la enorme confianza de la masatrabajadora, ha pasado a ser una Idea de lo que la sociedad debe ser. La idealizacinque el pueblo hizo de l lo ha desbordado, a tal punto que para intentar destruir esaidea han sido necesarias calumnias, mentiras de todo tipo; golpes de Estado, represin,decretos, proscripcin, bombas, palos, balas y muerte. Hasta se lleg a prohibir sunombre! Es que era (es) necesario, para la oligarqua, borrar de la memoria su recuerdo,su rostro, su nombre; no por lo que era como persona, sino por lo que fue polticamentepara las masas. Tuvo errores, muchos de los cuales condujeron a su propia cada (ylos que no tuvo se los adjudicaron), pero sus aciertos fueron muchsimos ms. Tuvo elms grande acierto de la historia poltica argentina: haber interpretado el sentir popularcomo nadie lo haba hecho antes y como nadie lo hizo despus. Y fue precisamentepor sus mayores aciertos, que pas a ser parte definitiva de la memoria popular. Eneste punto Pern deja de ser un poltico, deja de ser un hombre y se transforma enuna sensacin, en un ideal, en una exigencia, en un derecho, en la bsqueda de justicia

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    social, soberana poltica e independencia econmica. Pern como persona es unaancdota. No fue perfecto, ni nada por el estilo. Lo importante es lo que Pern yEvita representaron para las masas (y no para los genios librescos). La imagen queel pueblo ha elaborado acerca de Pern es superior a Pern hombre.Surgi hace poco un sector externo al peronismo que ha querido ver en Evita unaopositora a Pern, tal la ideota de Jos P. Feinmann, que dijo: durante su primergobierno Pern no tuvo un solo antagonista a su altura. Slo Evita. Suantagonista era Evita25. nicamente alguien que desconoce absolutamente alperonismo (o que ha renegado de l), puede creer semejante cosa. Y as han surgidoevitistas antiperonistas. Paradjicamente algunos grupos peronistas (sobre todoquienes no vivieron la primera etapa del peronismo) tambin han cado en la tentacinde decir que Evita era la verdadera revolucionaria y Pern un freno para esarevolucin; de esa manera coinciden con el amplio arco antiperonista (Alsogaray,Escud y Grondona). Ocurre que es tan difcil tapar el sol con las manos que, an aregaadientes, los clsicos sectores gorilas han debido reconocer la monumental obrade Evita. Como su odio a las clases populares puede ms, reconocen a Evita, perocomo si su obra hubiera sido fruto de una accin individual, ocultando que Evita fuerespaldada por toda una poltica econmica y social encabezada por Pern, que lamasa impuls con su presencia en las calles. De esa manera siguen despreciando aPern presidente, y as elaboraron una teora segn la cual Evita les resulta aceptable(sobre todo porque se muri mucho antes, entonces ya no tuvieron que combatirladirectamente), pero la ubican como una vctima del manipulador Pern. Todas estaspiruetas tericas (y polticas) lo que buscan (pegndole a Pern presidente) es destruirpolticamente el proceso histrico de cambio y evolucin social que fue el peronismode 1945 a 1955. Porque si Pern era malo y manipulador, entonces todas lasluchas polticas que se hicieron para su triunfo y retorno carecen de sentido y as sedemostrara (segn los antiperonistas) que todo ese proceso de movilidad social ydesarrollo nacional fue solo un engao. En cierta forma se sigue viendo a la Historiacomo la obra de un solo hombre, sin tener en cuenta que los lderes populares sonemergentes de los procesos histricos de las sociedades. Afortunadamente, los pueblostienen memoria y sentimientos. Si nuestro pueblo se ha identificado a lo largo de suhistoria con los caudillos, es porque vieron en ellos una sntesis de sus aspiraciones. Elpueblo sabe (y los caudillos tambin) que sin el apoyo de las masas no hay lderes.Esto es lo que quiero dejar en claro. Ms grande que Pern, fue la masa que loconsagr lder y no lo olvida. En definitiva, Pern es Pern porque el pueblo as lodecidi.

    El miedoUna de las cicatrices ms notorias que han dejado las dictaduras en nuestro pas es elmiedo. A pesar de haber pasado ms de cincuenta aos del inicio de la dictadura deLonardi, Aramburu y Rojas (1955-1958), todava hay hombres y mujeres que temen25 Suplemento especial de Pgina 12, 01/07/2004, p. V

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    hablar y contar sus vivencias. Han transcurrido ya cuarenta aos desde que Onganaempez su gobierno autoritario (1966), pero aun hoy algunos piden que apague elgrabador en ciertos tramos de la charla. Pasaron treinta y seis aos desde que eltorpe Lanusse iniciara su dictadura lanzando al poco tiempo la errnea frase no le dael cuero (y le dio), pero todava hay quienes no quieren dar su testimonio, por lasdudas. Y ya hacen ms de treinta aos que Videla inici la masacre llamada procesode reorganizacin nacional (1976), y sin embargo todava hay quienes temen contarlo vivido. Para los peronistas de ms de 70 aos el sinnimo del terror es Rojas.Varias entrevistas se frustraron por el temor, algo perfectamente comprensible ypara nada reprochable (sobre todo si tenemos en cuenta que los testigos reservadosno tienen muy buena proteccin por parte de las autoridades). Incluso quienes contabansus ancdotas decan total ya tengo ochenta y pico, no voy a ir preso. Lassombras de las dictaduras todava acechan sus vidas. En cierta medida, como me dijoun amigo, rescatar del silencio estas pequeas ancdotas y recuerdos, es una formade pelearle al miedo.

    La Historia petrificada y la Historia vivaAlgo que me impact bastante fuerte fue una frase que me dijo un entrevistado, queen realidad se neg a hablar, a pesar de que la charla en la que me explicaba sunegativa dur ms de una hora. Este hombre (de ms de 80 aos) me deca que no leinteresaba hablar del pasado porque la Historia estaba petrificada. Me dijo que loque le interesaba era dar charlas a los jvenes para capacitarlos para cosas delpresente: educacin, salud, trabajo. En un primer momento esto me hizo preguntarmesi esta investigacin tena algn sentido...Tal vez era cierto lo que deca este hombre,tal vez la Historia estaba petrificada, pero entonces comprend que lo que me decaera que la Historia como relato del pasado no tena utilidad sino era para conectarlacon el presente. Entonces, ms tranquilo y ms convencido, retom las entrevistascon ms ganas que antes, porque eso es justamente lo que yo quiero hacer: rescatarlas historias annimas para arrebatarle a la muerte y al olvido una etapa de nuestrahistoria, y poder de esa manera, aprovechando estas experiencias, reconstruir el futuroque alguna vez tuvimos. Entre golpes encontramos nuestro rumbo tan buscado.Es la ley para existir. No se aprende sin sufrir26.Antes de entrar directamente en el tema quisiera contarles el alto contenido emocionalque hay en estos testimonios. Al principio algunos entrevistados se mostraron unpoco reticentes a hablar, pero a medida que pasaban los minutos una llama interiorvolva a quemar en sus pechos y sus voces suban de tono y parecan transportarseen el tiempo a aquellos hermosos das en que se abrazaron para siempre a una idea.A veces una sonrisa acompaaba el relato de sus vivencias y en otras, un nudo en lagarganta no los dejaba hablar, al tiempo que sus ojos se empaaban. A veces a mi

    26 Sentencia, banda heavy de Crdoba, del tema Entre golpes, en el compilado independiente Crdoba inactiva? Vol.2

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    tambin se me anudaba la garganta. Bastante equivocados se muestran quienes tratande quitarles sentimiento y pasin a la investigacin histrica; porque muchas de lasacciones polticas de esos hombres y mujeres, son la expresin de un sentimientoprofundo concretado en los hechos. Recuerdo la crtica que me hizo una de lasprofesoras fsiles en la universidad. Ella deca que la pasin en la investigacin histricaera una contra. Esta profesora olvidaba que la pasin es una buena compaera paralas ideas, porque ante las adversidades, puede motorizar para seguir adelante y nodesfallecer. El peronismo es la concrecin de una gran reivindicacin social y por esobrot del propio pueblo y tom forma en un hombre (Pern), en una mujer (Evita) yen millones de hombres y mujeres ms. Si el peronismo hubiera sido solo un hombre,ya hubiera desaparecido. Pero los grandes hombres no hacen la historia por si solos,sino que son el resultado de la voluntad mayoritaria que elige a sus lderes poridentificacin con sus propios objetivos.Quiero contarles que hace rato me di cuenta de la importancia que tiene escuchar alas personas (sobre todo a las mayores), porque todos tienen algo para decir. Si lamemoria es buena para no tropezar dos veces con la misma piedra, por qu noprestarle atencin a quienes nos pueden contar de primera mano un pedazo grandede la historia del pas? Tal vez esto no tenga mucho que ver con la Historia, tal vezalgunos universitarios crean que esto est dems, pero quisiera contarles lo importanteque se siente alguien que es escuchado; y todos tienen algo para contar, hay que versi todos tenemos ganas de or. Ojal, al leer estas palabras, puedan sentir la profundaemocin que sent yo al escucharlas y tambin la gran emocin que pusieron en sustestimonios quienes las contaron y vivieron. Porque, en definitiva, estamos hablandode seres humanos. Con alegras, tristezas, ansiedades, melancolas, frustraciones yesperanzas. Y para qu sirve la historia si no se tiene en cuenta todo eso? La meraenunciacin de cifras y fechas muestra la misma frialdad de quienes implementaronpolticas anti populares y sistemas represivos. El anlisis estadstico no puede reflejarel profundo proceso emocional e ideolgico de quienes protagonizan la Historia.

    Metodologa, teora y recursos, qu recursos?No voy a dedicarle un gran espacio a explicar la metodologa utilizada en estainvestigacin. Dir algo muy breve, porque la teora metodolgica (y la teora engeneral) es algo que no le importa a nadie, salvo a los que escriben esos pesadosmamotretos sobre cmo investigar. La universidad todava es terreno hostil para lasvoces de los otros historiadores y polemistas populares. Muchas de las teorasque all se utilizan y que quieren explicar los fenmenos sociales, en realidad terminanexplicando el lugar del in-telectual como espectador de lo que pasa, tal es la ideadel ex propagandista de Lpez Murphy, Juan Jos Sebreli, quien dijo: Los intelectualesno deben actuar en poltica, sino pensar y reflexionar sobre la poltica27. Esees el pensamiento de muchos acadmicos (o aca-de-micos?) que se sientan a verque pasa en la sociedad a la cual juzgan, pero no quieren mezclarse con ella ni27 Revista , N 75, 05/03/2005, Buenos Aires, p. 9

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    ensuciarse en acciones polticas. De esa manera el in-telectual se eleva,desprendindose de la sociedad, escapndose de ella. Los contenidos (me refiero alos enfoques sobre los hechos histricos) siguen siendo (aun hoy, en 2007) los quepublican los grupos de historiadores serios, casi siempre, los que salen en diarios ymedios especializados. Basta con pedir los programas y ver la bibliografa utilizada enel mbito universitario para confirmar que la visin general sobre la Historia argentinano ha variado mucho (hablo de la Facultad de Humanidades en Trelew, que es lo quetengo cerca). Tampoco me voy a extender mucho en hablar de las teoras parainterpretar los hechos, ya que es un aburrimiento, solo superado en pesadez por laintil e inservible ctedra de Pedagoga (creo que afortunadamente los nuevosalumnos en mi ciudad han visto reducirse esos contenidos pedaggicos que solo sirvenpara triturar cerebros...o tal vez la profesora que dictaba (si, dictaba) la ctedra en mipoca, lograba anestesiarme todas las clases)... En lo metodolgico, creo que nohace falta ser ningn crneo para darse maas y realizar algunas averiguaciones. Loaprendido en la universidad sobre metodologa de investigacin no fue algo grandiosoy me sirvi muy poco, aunque a veces ayud. Quiero decir: no recib una gran revelacinsobre como investigar. Algo cmico es que, en la universidad, la mayora de misprofesores se espantaban del positivismo, sin embargo la mayora de las investigacioneshistricas (incluso la de esos mismos profesores) no pueden esquivar la recopilacinde datos, clasificacin de los mismos, anlisis, interpretacin, crtica y exposicincronolgica. Digo esto, porque a pesar de las crticas a los mtodos positivistas, enla universidad tampoco enseaban muchas cosas diferentes. Y lo digo tambin porqueme daban risa las respuestas (temerosas) de los alumnos ante la pregunta del profesor:desde qu lugar vas a hacer tu trabajo?, desde el materialismo histrico, decanunos, desde el marxismo decan otros...y los pibes no eran marxistas! Y losprofesores (que tampoco son socialistas) sacaban chapa de progres dicindosemarxistas; pero era la cscara, adentro no haba ningn marxismo. Y estoy seguro deque no eran ni son marxistas en el sentido que dicen serlo, porque arrastraban consigouna enorme bolsa de prejuicios sociales de clase (media) que les brota por los poros.Aparte de ser los primeros en boquear una serie de verdades que no practican,tienen todos los tics de la clase media a la que representan. Que suerte para ellosque no resucit Marx, porque calculo que entraba al aula y los agarraba a trompadas...Marx fue un capo en serio, que elabor una teora del funcionamiento y revolucin dela sociedad tan seria que sigue siendo la ms firme brindada por las ciencias sociales,(pese a las limitaciones que exhibe al referirse a Bolvar).... Una teora compuesta demltiples piezas de funcionamiento (que reflejan la complejidad de las relacionessociales), y a la vez tan simple y evidente que algunos de estos genios universitarioshabrn dicho, cmo no se me ocurri a mi?. Y todava hay izquierdistasrevolucionarios y liberales menemistas que cmodamente sentados sin hacer nada,critican a Marx y lo corrigen!, y ni siquiera pudieron elaborar una modesta teora

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    que explique por qu son cuatro gatos locos. Con toda razn dijo Marx: He sembradodragones y cosechado pulgas28.La metodologa, creo, tiene que ver con las ideas de cada uno; entonces no se puedeechar mano (seriamente) al materialismo o al marxismo, al positivismo o alpostmodernismo, como si uno estuviera en una ferretera eligiendo repuestos (salvoque se quiera complacer a algunos profesores y aprobar la materia, lo que esperdonable). En realidad la metodologa y el enfoque terico tienen que ver conprofundas convicciones ideolgicas. Por eso es que me daba risa escuchar decirsemarxistas a tipos que se hacen servir en los bares y fuman Marlboro... Me indigna yyo ni siquiera soy marxista! Pero no puedo creer el grado de caradurismo de algunosin-telectuales... As que si alguien se pregunta desde que lugar hago esta investigacinyo dira (por ponerle una etiqueta que los deje tranquilos) que est hecha desde elperonismo. Ahora, se imaginan a un alumno en Metodologa de Investigacinrespondiendo hice esta trabajo prctico desde el campo peronista?, lo ms probablees que todos estallen en carcajadas. Lo cmico es que muchos de los in-telectuales(incluidos varios de mi ciudad) tratan de despegarse lo ms posible del mote depositivistas, pero son los primeros en repetir las verdades de la Historia Oficial. Lopeor del positivismo es la obtusa interpretacin lineal, y haber creado una historia degrandes hombres en la que los hroes hacan la historia solos. Pero lo ms increblees que incluso muchos marxistas (perdn Marx...) dicen: Pern evit la revolucinsocial, como si un tipo solo hiciera la Historia.... y como si en Argentina hubieraexistido alguna situacin revolucionaria antes de Pern... con quin?, con lossocialistas de Juan B. Justo que rechazaban la industrializacin y estaban en contrade las medidas proteccionistas argentinas?, con el comunismo de Codovilla quemarchaba del brazo junto al embajador norteamericano Braden?, con el radicalismoalvearista liderando la Unin Democrtica y amigo de los conservadores? Ni hablarde los liberales, que solo son liberales siempre y cuando las libertades sean para suselecto grupo... Estos no dejan de quejarse del dirigismo...del dirigismo estatal....Porquedel dirigismo privado no dicen una palabra. Alguien dijo que en la economa siemprehay dirigismo, el asunto es quin dirige...Como se dice: es lo que hay.Entre las pocas cosas rescatables de la universidad est lo referido a cmo hacerentrevistas, lo que tampoco es para tirar papel picado. Y si bien yo no sigo al pie de laletra lo que decan las fotocopias universitarias de lo escrito por tipos como Eco, sepuede decir que algunos de sus consejos son tiles. Pero en realidad uno vaelaborando sus propios mtodos sobre la marcha y a partir de la propia personalidady de los recursos (in)existentes. As que desde ya les cuento que las entrevistasfueron hechas sin una sola pregunta escrita de antemano (arder en el infierno,profesores!). Uno va con ciertas inquietudes, en busca de cosas que quiere averiguary sobre eso ronda la charla. En algunas ocasiones el entrevistado se va del tema yhay que tratar de traerlo delicadamente, adems de charlar sin grabador un rato

    28 Karl Marx, citado por Jorge Abelardo Ramos en Breve historia de las izquierdas en la Argentina. Tomo I, Ed. Claridad S.A., Buenos Aires, 1990, p. 7

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    antes y un rato despus. Que lejos de la realidad est toda la teora! Recuerdo conqu candidez escuchaba a mis profesores, y mientras ellos hablaban, me imaginabarecorriendo yacimientos misteriosos rodeado de otros investigadores, descubriendoun documento indito, consultando gigantescas bibliotecas, viajando de un lado a otropara buscar testimonios y fuentes, consultando archivos enormes, publicando libros amontones... Pero la realidad es que la mayora de las veces ests solo, la teora escartn pintado, no hay un peso ni para tomar una gaseosa, los archivos estn incompletoso arruinados, los que tienen informacin la encanutan, el viaje ms lejano es en elcolectivo a Rawson; los problemas personales exigen ms atencin que el entrevistado;la falta de dinero te aprieta, obligndote a pagar la luz antes de comprar un libro y,encima de todo eso, estn los que sin hacer nada son los primeros en criticarte...Cuanta razn tena ese filsofo nacido en Roque Prez que deca: La nica verdad,es la realidad...Otro punto importante es que debido a mi escaso radio de accin(cuestiones econmicas fundamentalmente) pude moverme solo entre Trelew (miciudad), Rawson (a 15 km.), Playa Unin (a 20 km.), Madryn (a 65 km.). Ac sepresentan dos aspectos: el primero es que al entrevistar a los peronistas residentes enla zona, me encontr con personas nacidas y criadas ac y con migrantes venidos deotras regiones del pas. La Patagonia es un lugar que ha recibido a muchos migrantesinternos y, por lo tanto, algunos entrevistados traan sus testimonios de cosas vividasen otros lugares del pas. Entonces, adems de los testimonios locales, encontr lostestimonios extra regionales. Es cierto que una experiencia como la del 17 de Octubrede 1945 puede tener testimonios ms frondosos en aquellas zonas donde se gest elmovimiento: Tucumn, Crdoba, Santa Fe, Provincia de Buenos Aires y Capital, perotambin resulta interesante conocer las historias de los pueblos ms pequeos queestos testigos me podan contar. El segundo aspecto es el referido al inters quepuedan despertar (o no) estos testimonios. Debo decir que al ser tan amplio el espacioperonista, uno puede encontrarse con alguien que apoy esta idea sin una participacinactiva, y con quienes tuvieron una militancia ms intensa.Los testimonios que van a leer ac estn casi como fueron dichos, con algunascorrecciones necesarias, por ejemplo los eehhhh, esteee, viste?. En fin,correg todo lo que pudiera dificultar la comprensin de la idea. Trat de quitar esasmuletillas del habla en vez de agregar algo... Por otra parte, hay que decir que esmucho ms fcil hacer investigaciones en Buenos Aires, donde al entrevistado no loves nunca ms. En cambio en pueblos como Trelew te cruzs si o si con tuentrevistado, con tu criticado, con tu elogiado...corriendo el riesgo de pelearte o peor,de hacerte amigo...Cuando inici este proyecto me pregunt para quin escribo? Mi intencin es llegarcon esto a la mayor cantidad de gente en el menor tiempo posible. Hacer un librorepleto de datos tcnicos, y transmitido con un lenguaje lleno de terminologa especficade las ciencias sociales, no tiene mucho sentido si queremos llegar a todos. Loshistoriadores tambin meten la mula. Hay gente que escribe dos pginas y al final

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    tira una lista de libros que son supuestamente la bibliografa utilizada. Muchas vecesal repasar esas listas uno dice y esto que tiene que ver con el trabajo?. Lo quepasa es que en los crculos in-telectuales queda bien llenar papel y mostrar todo loque uno ha ledo en su vida, aunque no tenga mucho que ver con el trabajo especficoque se est exponiendo. Otra tara importante es la necesidad que tiene la gente deeste negocio de citar a otros autores. No me molesta citar a aquellos autores queadmiro y con los que estoy de acuerdo, lo que me molesta es que se exija un respaldode prestigio para mis opiniones. Cuando ramos alumnos universitarios ya habamoscalado a los docentes y bromebamos en los prcticos diciendo ...y como diceac mi amigo.... Ocurre que no es lo mismo para la Academia que yo diga que laglobalizacin es un aspecto ms del imperialismo, porque a mi no me conoce nadie,pero si yo cito a alguno de los famosos entonces darn por valida mi apreciacin. Nome interesa demostrar cuantas palabras difciles s. Lo que busco es que cualquierpersona no especializada en Historia pueda comprender lo que digo. Qu dirn deesto los agrandados que se agitan sacando chapa con la excelencia acadmica?!Tampoco se trata de ir a menos. A todos nos gustan los buenos guitarristas que tocanbien (Pappo, Satriani, De Luca), pero no todos los buenos guitarristas hacen msicaagradable. Muchas veces he enfrentado textos de gente especializada y realmenteno s si buscan difundir los contenidos que saben o simplemente hacer notar quesaben. Algunas cosas me resultan verdaderos jeroglficos... para decir que unseor se comi un sndwich, operacin sencilla, agradable y nutritiva, tuvoque emplear todas estas palabras: y llev a su boca un emparedado de jamn.No me haga rer, quiere? Esos valores, a los que usted se refiere, insisto: no loslee ni la familia. Son seores de cuello palomita, voz gruesa, que esgrimen lagramtica como un bastn, y su erudicin como un escudo contra las bellezasque adornan la tierra29. Por eso ac, quiero lograr comunicar las ideas que tengoy las experiencias de los militantes de la forma ms clara posible, cuidando de mostrarbases slidas que sustenten mis opiniones y anlisis...De eso se trata, nada ms.Quiero decir que esta investigacin se hizo con un presupuesto nulo, en formaindependiente (dentro de lo que puedo, porque no soy rico), caminando bastante,otras veces viajando en el colectivo, pero al menos no le debo algo a ningn poltico,ni siquiera a los peronistas, ni a los que dicen serlo y mucho menos a los recinllegados, ni a los oportunistas, ni a los que se han convertido; ni a los jvenes de pelomojado, con saco, zapatos y celular con cmara, que ahora son la juventud peronista(por Dios...). Y lo edito en forma independiente, no solo por una cuestin deindependencia, sino para poder seguir quejndome y no como algunos de mis exprofesores, que se agitan gritando que son ciudadanos independientes, dando ctedrasde revolucin y no s cuanta sanata ms, y sin embargo publican sus investigacionescon el sellito de la Imprenta Oficial de la Provincia del Chubut... Quin es msindependiente?! Yo?, que tengo afiliacin partidaria y nunca le ped un mango al

    29 Roberto Arlt. El idioma de los argentinos. Aguafuertes porteas. Hyspamrica Ediciones, 1986, Madrid, p. 176.

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    partido, o ustedes? que son ciudadanos independientes y van corriendo con sushojitas a la Imprenta Oficial. Y encima, muchos de los que nos daban su sermnacerca del Estado opresor, que invocaban a Foucault para hablar del Estado quevigila y castiga (pobre Foucault, si los viera ahora) y que hablaban de la falta deideologa del peronismo; hoy engordan sus bolsillos como funcionarios (y no empleaditosmunicipales como yo) del Gobierno Provincial (peronista...o por ah...) y comoherramientas del Estado al que nos ensearon que debamos abolir...Cmo? Y laideologa? Y la revolucin permanente? Incluso durante la reciente (actual) crisisuniversitaria ni se asomaron a la primera Asamblea, a la que yo fui a pesar de que noestudio ms y detesto el ambiente aca-de-mico. Y estuve yo, que soy peronista (perono soy obsecuente), en cambio estos profesores funcionarios, a la misma hora,estaban en el Touring Club (los vi) tomando un cafecito y contando sus billetes...Dejenm de joder! No me molestan tanto sus actitudes acomodaticias para comer,sino su doble discurso, as que dejen de predicar. Tampoco soy un purista que eviterozarse con el medio. Es decir, conozco gente de todo tipo. Vivo en Trelew, un pueblogrande en el que nos conocemos casi todos y alguna gente es menos recomendableque otra, gente que no est cerca de m, que incluso ha comprado ejemplares de miprimer libro y se los he firmado (no tengo la culpa de que alguna gente que no mesimpatiza lea mis libros, y tampoco tengo pruebas...s muchas sospechas). De lo queconcluyo que es mejor amar que ser amado, as puede uno elegir...Otro de los puntos que los in-telectuales independientes tienen como caballito debatalla es sealar con el dedo a los que fuimos traicionados polticamente, y burlarsede los que tienen militancia partidaria. Esos profesionales cmodamente instaladosen sus autos con aire acondicionado son los primeros en acusar al pueblo de habervotado tal o cual cosa, pero jams se juegan por nada, mejor dicho: se juegan por suquintita. Si nosotros votamos confiando, lo hacemos de buena fe y la posterior traicinque puedan realizar los dirigentes no es culpa de quien ha brindado su confianza,pero es ms fcil sealar con el dedo en vez de revisar las propias miserias. De unau otra manera esos profesionales tambin se han jugado sus fichas, ya que apuestantodo a construir sus altares y sus dineros dentro de la burbuja universitaria fuera de lacual no saben que hacer.Entrando en el tema, la mejor definicin de peronismo la encontrarn en las pginasque siguen, y por supuesto cada uno sacar sus conclusiones. Los propios militantesson quienes pueden explicar qu fue y qu es el peronismo desde su ptica depertenencia. Ah, ni se gasten en criticarme por el hecho de que soy afiliado al PartidoJusticialista y algunas autoridades partidarias del justicialismo sean lamentables. Ya los. Pero yo seguir siendo de Boca, aunque lo dirija Satans, y el peronismo no espropiedad privada (todava...).

    Perdname, si alguna vez, fui descorts. Pappo30

    30 Del tema Descorts, en el lbum Buscando un amor, Pappo (Norberto Napolitano), Redlojo, Buenos Aires, 2003.

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    Captulo 1El peronismo antes de Pern: Yrigoyen (1916 1930)

    Para comprender los antecedentes inmediatos del peronismo es necesario repasar elascenso del radicalismo y el liderazgo de Yrigoyen (quien encarn otro fenmenosocial parecido al peronismo) y para ello tenemos que volver unos pasos en la lnea detiempo histrica. As podremos ver que con Mitre, Sarmiento y Avellaneda se consolidla autoridad del Estado Nacional, que a partir de 1852 haba quedado en manos de losenemigos de las masas populares. Si la lucha de Mitre haba sido para instalar el librecomercio (reventando las dbiles industrias nacionales) persiguiendo y asesinando alos lderes federales del interior, Sarmiento se encargara de dar la estocada finalejecutando el crimen en masa cometido contra el pueblo paraguayo, crimen que hasido denominado Guerra del Paraguay. Esa masacre servira de ejemplo a lasderrotadas montoneras para que no intentaran sublevarse a la autoridad central.Finalmente, Avellaneda dejara en claro que para el grupo dominante el camino alxito era el endeudamiento (receta que se encargaran de perfeccionar todos losmovimientos antipopulares de Pinedo a Cavallo, pasando por Martnez de Hoz). ElEjrcito fue el ariete con el que las elites polticas (y econmicas) sometieron a laseconomas y polticos del interior. Ya en 1863 Mitre y Sarmiento haban asesinado aChacho Pealoza, caudillo riojano que se haba levantado en contra del gobiernocentral. La vergonzosa guerra contra el Paraguay fue motivo de nuevosenfrentamientos entre el gobierno central y las montoneras. Los caudillos federalesse negaban a pelear contra los hermanos paraguayos. Por eso en 1866 Felipe Varelase rebel contra Mitre a quien calific de usurpador. El Ejrcito en manos de Sarmientotermin por derrotar al lder catamarqueo. Igual suerte corri el caudillo de EntreRos, Lpez Jordn, en 1871. Con Roca y sus secuaces (desde 1880), se habaconsolidado el Estado Nacional y, con l, el sistema poltico reservado a un grupo deelite. Ya Roca haba exterminado una enorme cantidad de indios, robndole tierrasque puso a disposicin de los ganaderos bonaerenses. Roca en ningn momento buscintegrar a los pueblos nativos y prefiri exterminarlos. Las elecciones eran un asuntodel que el grueso de la poblacin era actor secundario, por eso el presidente electo ysu crculo se repartan los cargos y la lnea sucesoria con un simulacro de democracia.Por otra parte el Estado y su desarrollo quedaban plasmados en la extensin de lneasferroviarias, diseadas con el fin de succionar nuestras riquezas y trasladarlas alpuerto de Buenos Aires para ser llevadas a los pases ms poderosos. La generacindel 80 fue la encargada de subordinar la economa argentina al ritmo marcado porInglaterra y los pases industrializados, de manera que la exportacin de carnes ycereales fue un freno para cualquier intento de desarrollo industrial nacional. El augede la economa agroexportadora a nivel mundial les facilit la implantacin del discursocapitalista y la idea de progreso indefinido. La elite gobernante buscaba erradicarcualquier rastro de identidad hispnica e indgena, ya que consideraban que el progreso

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    estaba en Inglaterra, tal como aos antes lo haba ideado Sarmiento, quien combaticontra todo exponente de las masas populares. Todo eso fue as hasta que el radicalismo,representante de las fuerzas populares, logr imponerse en las elecciones nacionalesde 1916, donde Yrigoyen obtuvo la presidencia. Los orgenes del radicalismo seremontan a 1889, fecha en que surge la Unin Cvica. Esta heterognea agrupacinpoltica naci como forma de lucha contra el fraude y la corrupcin, pero tena en suinterior tendencias irreconciliables. En 1891 se dividi en dos sectores: hubo un grupoque trans con Mitre (representante del liberalismo antinacional) y se fue con l,fundando la Unin Cvica Nacional, y por otro lado estaban los que se negaban anegociar: los radicales (es decir los que queran cambios de raz). Estos ltimos senutrieron del ala ms popular del partido (incluidos los herederos del viejo federalismo).Entre los principales dirigentes de esa fraccin estaba Yrigoyen.Es importante recordar que luego de implantada la ley Senz Pea (voto secreto yobligatorio para la poblacin masculina, en 1912), que abra un espacio a la participacinmayoritaria de la poblacin, qued claro que el radicalismo era la fuerza ms popular.Lideraba ese partido el caudillo de Balvanera, Hiplito Yrigoyen. Don Hiplito venaactuando en poltica enfrentando al Rgimen (elite gobernante y su fraude) desdehaca mucho tiempo y ya haba encabezado un par de alzamientos populares contra elfraude electoral. Yrigoyen asumi la presidencia (por primera vez) el 12 de octubrede 1916, luego de una aplastante victoria sobre el Partido Conservador. Su llegada algobierno signific un enorme avance poltico y social del pueblo, en especial de lossectores tradicionalmente ms postergados de la sociedad. Yrigoyen identific a supartido como la causa que enfrentara al rgimen. La causa radical era la causadel pueblo postergado. Yrigoyen le declar la guerra a la elite gobernante y a todo elaparato montado por ella. Ese enfrentamiento lo haba definido aos antes en unacontundente frase; ustedes son la razn de ser de nosotros31. El radicalismo eraun movimiento popular (en particular el yrigoyenismo, verdadero fenmeno social) yen sus filas convivan varios sectores sociales. Aunque su identidad partidaria noperteneca a una sola clase, estaba ms emparentada con la franja media y baja, esdecir, pobre. El radicalismo se compona de los trabajadores de la ciudad, del conurbanobonaerense y del interior del pas; de las clases medias que haban quedado fuera delfraude conservador y de los arrendatarios de pequeas porciones de tierras. Y si bienYrigoyen no se propuso una industrializacin del pas, al menos busc repartir mejorlos ingresos de la renta agraria y democratizar ms a la sociedad, terminando con elfraude. Esto le vali la enemistad de los sectores ms reaccionarios de la oligarqua yde las fracciones ilustradas. Tambin fue combatido por el Partido Socialista deJuan B. Justo. A tal punto llegaba la ceguera que cuando, en 1927, un proyecto delyrigoyenismo para nacionalizar el petrleo fue puesto en debate, el socialismo seopuso porque deca que eso iba a convertirse en un monopolio a la criolla32.31 En La causa radical contra el rgimen conservador, de Norberto Galasso, p.10; extrado del libro Vida de Hiplito Yrigoyen, Manuel Glvez, Edit. Tor, Bs. As., pag. 6132 Jos Maria Rosa. Historia argentina. Tomo X. El radicalismo (1916 1930). Editorial Oriente S.A., Buenos Aires, 1977, p. 307

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    El odio que los grandes propietarios sentan por el radicalismo (y en especial por losyrigoyenistas) se manifestaba en las declaraciones de desprecio racial. El diario LaNacin era la voz de la oligarqua (antes y ahora): Se entreg en cuerpo y alma acultivar el favor de las masas menos educadas en la vida democrtica, endesmedro y con exclusin deliberada y despectiva de las zonas superiores de lasociedad y de su propio partido; y aun dentro de otras clases sociales, con elnico objetivo de la conquista de votos33. Yrigoyen vino a constituir un verdaderoacto de justicia histrica para los ms postergados, tal como lo expres: No hevenido a castigar ni a perseguir, sino a reparar34. La mayora de los conflictoslaborales se resolvan a favor de los obreros. La economa argentina reposaba sobrela renta diferencial (es decir, la capacidad de produccin de los campos argentinoscon baja inversin y escasa necesidad de mano de obra, gracias al excelente suelo yel clima ideal del pas, nico en el mundo). Yrigoyen mantuvo la neutralidad durante laprimera guerra y desarroll una poltica internacional independiente, oponindose alliderazgo de Estados Unidos.En 1922 Alvear triunf en las elecciones presidenciales (prcticamente elegido por elpropio Yrigoyen para sucederlo). Tal vez Yrigoyen pens que su sucesor deba seralguien que no alterara mucho lo que se haba hecho hasta el momento y por eso diosu acuerdo para esa candidatura. Alvear no tuvo mayores sobresaltos en la conduccindel pas, lo que le permiti gobernar desde su casa. Reparti su tiempo en fiestas,ccteles e inauguraciones de monumentos. Econmicamente el pas cabalgaba sobrela renta agraria (venta de productos primarios que aportaba el campo) aunque Yrigoyenhaba creado, antes de finalizar su primer mandato, la empresa Y.P.F. y habancomenzado a surgir tibiamente algunas industrias. En 1928 Alvear finaliz su mandato.Yrigoyen volvi a triunfar en las elecciones presidenciales por amplio margen, pero laoligarqua no estaba dispuesta a tolerar un nuevo reparto de la renta del campo y poreso comenz una fuerte campaa de desprestigio y sabotajes constantes desde susreductos ms fuertes: la Cmara de Senadores y la Corte Suprema de Justicia.Finalmente, viendo que al yrigoyenismo no poda ganarle en las urnas, la oligarquadecidi pasar a la conspiracin y al golpe.

    33 Jorge A. Ramos Revolucin y contrarrevolucin en la Argentina. Volumen I, 1810 1922, p. 45834 Historia argentina. Tomo X. El radicalismo (1916 1930), op. cit., p. 16

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    Captulo 2En tiempos de los conservadores (1930 -1943)

    El golpe de Estado (oligrquico) se dio el 6 de septiembre de 1930, bajo la excusa dela lentitud, ineptitud y corrupcin del gobierno. Todo era parte de una maniobradestinada a esconder que el golpe era por cuestiones econmicas y polticas (porejemplo: la nacionalizacin del petrleo), ms all de los tropiezos del gobierno enmateria administrativa. A partir de entonces se inicia la Dcada Infame. Ese trminolo cre el periodista nacionalista Jos Luis Torres35, quien realiz mltiples denunciascontra la corrupcin de los gobiernos conservadores que actuaron en contuberniocon el radicalismo alvearista. El fraude vuelve a reinar en el pas, esta vez con lacomplicidad de los sectores ms trenseros del radicalismo (alvearismo). Yrigoyenfue encarcelado y proscripto y su casa saqueada. Conservadores y radicalesantipersonalistas (antiyrigoyenistas) montaron una parodia de democracia. Acercade esto, son lamentables las torpes opiniones de un escritor como Bayer, quien todo loque tiene para decir de Yrigoyen es que huy; sin tener en cuenta que la derrota noera de Yrigoyen hombre, sino de todo un proceso histrico popular. Un acto de arrojoindividual del presidente solo hubiera sido una actitud heroica de escasa utilidad (yseguramente algn iluminado no hubiera dudado en calificarlo de demaggico).Yrigoyen no fue la causa, sino la consecuencia del proceso poltico y social. Y lo peorde todo es que a Yrigoyen lo juzgue as alguien como Bayer, que se fue a vivir en laconfortable Alemania durante las pocas ms violentas de nuestro pas. Qu hubieradicho si alguien le hubiera exigido quedarse a pesar de las amenazas? Durante laDcada Infame las elecciones estaban decididas de antemano. A partir de all Argentinase arrodill ante el imperio ingls cediendo el control de todos los resortes de laeconoma nacional. El comercio exterior, el transporte, la banca, las finazas y lasprincipales herramientas econmicas del pas quedaron en poder de los ingleses.Marcelo Fuhr naci en 1926, en la Provincia de Buenos Aires. Pas una importanteparte de su vida en Pedro Luro36 y cuenta: La historia de antes de Pern... Merecuerdo de muy pibe los sinsabores que viva la gente del campo en general. Esdecir, que no haba propietarios chicos de campo. Los propietarios chicos recin sehicieron cuando Pern expropi los grandes establecimientos ganaderos en todo elpas y los reparti. Recuerdo que en Ushuaia, a los Menndez Behety, no s cuantasmiles de hectreas le expropiaron de las estancias y se los dieron a los empleados delestablecimiento. Tal es as que yo conoc un europeo, no s si era yugoslavo o polaco.Ya tena setenta y pico de aos. Le tocaron 5.000 hectreas y 5.000 ovejas, en elreparto que hizo Pern. Y siendo que l era solamente conserje del edificio, pero demuchos aos; l era el conserje del edificio de la estancia (...) Era yugoslavo o polaco.Yo lo conoc en Pedro Luro. Fue en Ro Grande37 donde le correspondi. Entonces,35 Torres escribi en peridicos y public algunos libros, entre ellos Algunas maneras de vender a la patria y el ms conocido:La Dcada Infame (1930 1940) publicado en 1945.36 Pueblo del Partido de Villarino y cercano a Baha Blanca, en la Provincia de Buenos Aires.37 Tierra del Fuego

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    de Ro Grande para venir a Baha Blanca, Pedro Luro, tardaban cinco das ()porque era todo ripio hasta Baha Blanca. Vamos a hablar de la Provincia de BuenosAires, que es donde yo me cri38. Por la cordillera la situacin no era distinta. Ene