morin, edgar 1990 introduccion to complejo completo

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  • 8/6/2019 Morin, Edgar 1990 Introduccion to Complejo Completo

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    Morin, Edgar.(1990) Introduccin al pensamiento complejo.

    Ediciones:

    1990 Francia. Paris. Ed. ESF 1 en francs.1994 Espaa. Madrid. Ed. Gedisa. 1 edicin en castellano. Traduccin de MarceloPakman.

    ndice:1. La inteligencia ciega.2. El diseo y el designio complejos.3. El paradigma de complejidad.4. La complejidad y la accin.5. La complejidad y la empresa.6. Epistemologa de la complejidad.

    Introduccin.

    La de Edgar Morin es, qu duda cabe, una aventura intelectual. Extraa asociacin la deestos dos trminos. Lo intelectual evoca a la razn, al orden, a lo cientfico y, bienestructurado, a lo sesudo y alejado del riesgo. Aventura, en cambio, es el nombre de la pasin, del libre juego resistiendo la asfixia impuesta por las reglas, de lo impulsivo yespontneo, de lo impredictible. La sntesis frtil, tensa pero creativa, de esos trminoses, no solamente un hilo conductor de la ya monumental obra terica de Edgar Morin,sino tambin una cualidad de su trayectoria personal. Su obra debe, en consecuencia, ser entendida no slo en trminos de su contenido sino del proceso productor. Es sobre ese proceso que Morin ha meditado muchas veces en un intento de adivinar la forma ocultade su bsqueda, una bsqueda que, como todos los destinos humanos, como lo pensabaJorge Luis Borges, es una configuracin nica, diseada tal vez por los pasos que cadauno de nosotros urde en un laberinto incalculable, y condensable en una cifra secreta, unaleph, al que a veces creemos vislumbrar (como Einstein pensaba que pasa,ocasionalmente, con el sentido de lo humano) pero nunca logramos capturar plenamente.En Morin su produccin terica no es nunca un intento de ser un logro acabado, sinoms bien un proceso que, en su devenir mismo, marca un rumbo cognitivo en el quesomos invitados a participar. Recorramos algunos aspectos de sa, su aventura

    intelectual.Morin nace en Pars en 1921. Su educacin formal lo lleva a licenciarse en Historia yDerecho, pero sus estudios universitarios se interrumpen en 1942 cuando se une a la(Pg.9) Resistencia, tras la invasin nazi de Francia. Su estilo de resistente no loabandonar en el resto de su vida, expresndose tanto en su tendencia a no dejarseabarcar por discursos totalizantes, como en sus enfrentamientos con losestablishmentsde disciplinas diversas que lo han visto siempre como ajeno, como extrao, al no poder aceptar su estilo transgresor de fronteras disciplinarias, de libre disposicin deconceptos para ser usados en contextos diferentes, de rigor acompaado, como queraGregory Bateson, por una imaginacin al servicio de su praxis cotidiana de

    complejizacin de los discursos tericos y las prcticas en el campo de las cienciassociales.

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    Al terminar la guerra se une al ejrcito estacionado en la Alemania derrotada y, testigode la hecatombe de ese imperio que haba pretendido persistir por mil aos, escribe su primer libro, editado en 1946 como L'An zro de lAllemagne (Los ttulos de las obrasde Edgar Morin aparecen en francs cuando no hay traduccin disponible en espaol.Las fechas se corresponden siempre a las de publicacin de la edicin original francesa.

    Consultar la lista de obras de Edgar Morin al final del texto.)Casi cuarenta aos despus, es interesante volver a ese texto primero, en el cual laatencin no se centra en lo que tanto los medios como la intelectualidad de la pocaconsideraban central, sino en aspectos ms marginales para el inters del momento,como ser el futuro de esa tierra demonizada que segua, sin embargo, siendo parte deEuropa, la influencia de la catstrofe a mltiples niveles en la cultura europea ymundial, el mapa mental que para alemanes y europeos iba a sealar la evolucin de lasidentidades nacionales. Al enfocar estos temas Morin muestra ya una inusual capacidad para ver a los procesos sociales en movimiento, para iluminar aspectos generalmentesoslayados, cuestionar presuposiciones dadas por evidentes y entroncar susobservaciones con procesos pasados y aperturas hacia el futuro, incluyendo siempre las preocupaciones ticas como centrales para la observacin (Pg.10) de procesos sociales,entendiendo que la tica tambin evoluciona, en s misma, como un proceso social.Comienza luego su inters sobre el tema de la muerte desde una perspectiva mltiple,que va de lo biolgico a lo mitolgico. La experiencia de la guerra, la resistencia y lasimgenes del hundimiento alemn juegan, quizs, un papel en ese inters. Es ste, talvez, el primer ejercicio de articulacin de nociones provenientes de disciplinas diversas para abordar un tema que le permite establecer puentes entre lo humano a nivel biofsicocon los niveles antropo-sociales y psico-mitolgicos. Lo social se abre, por una parte, alcuerpo en su materialidad fsica y, por la otra, a lo imaginario en sus expresionesindividuales (psicolgicas en sentido tradicional) y sociales (mitolgicas). En 1951 se publica El hombre y la muerte , producto de esas meditaciones tempranas.Es tambin en ese ao 1951 que Morin entra en el Centre National de la RechercheScientifique como investigador. Los cinco aos siguientes los pasa estudiando lo que ldenominar el hombre imaginario. La relacin, difcil de abarcar en trminostradicionales, entre lo imaginario y lo real, que ya fuera centro de su inters en suestudio sobre la muerte, contina ahora siendo explorada en su aproximacin al mundodel cine. Tambin aqu, rompe las barreras que lo obligaran a utilizar slo discursos provenientes del mundo de las artes y se interesa por el cine desde una perspectivamltiple, no slo social y antropolgica, sino tambin mitolgica (el cine aparece aqucomo una oportunidad para estudiar lo mtico en su hacerse, como mitopoyesis, y noslo como producto terminado, aparentemente intemporal) y econmico-cultural (como

    producto de consumo de una sociedad de masas). El cine o el hombre imaginario , publicado en 1956 lleva ya por subttulo Ensayo de Antropologa , mostrando unaconciencia temprana de que su indagacin supera ya, en su intencin, an a-metdica,las fronteras tradicionales que debieran (Pg.11) restringir su pertenencia a ciertastradiciones intelectuales y culturales. La problemtica abierta por esta intencininnovadora le plantea ciertas dificultades metodolgicas y lo comienza a lanzar en ladireccin de una bsqueda mucho ms abarcativa.De su inters por el cine es tambin producto su obra Las stars , publicada en 1957. Esen ese mismo ao que Morin funda la revista Arguments, donde esa discusin msamplia a la que se ve llevado comienza a tomar lugar, a travs de artculos que muestranun hilo conductor en su iconoclastia, producto, en buena parte, del desencanto por los

    discursos hegemnicos, heredera del proceso que lo lleva a romper con el marxismo, un proceso parcialmente desencadenado por la reflexin, pero tambin por sus choques con

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    una izquierda dogmtica, a la que no vacila en calificar de estalinista, en los mediosintelectuales franceses. Su libro Autocrtica , publicado en 1959, es testimonio deldoloroso proceso personal de ruptura con el marxismo, as como de meditacionesfecundas sobre el totalitarismo y, nuevamente, la estrechez de los discursostotalizadores. Un cuidado especial por resistir los cantos de sirena de mltiples

    revoluciones intelectuales y cientficas, que nunca lo encuentran como un seguidor ciego, sino como un entusiasta crtico, va a ser la herencia perdurable de ese proceso. L'Esprit du ternps , publicado en 1962, es quiz la ltima obra de su perodo temprano,donde todos sus intereses mayores se delinean, sin terminar de organizarse, en torno a laintencin de articular lo fsico con lo biolgico y ambos con lo antropolgico, psicolgico y mitolgico. Una particular capacidad para entender las condiciones de produccin de los discursos sociales como emergentes de cruces de caminos yfertilizaciones mutuas entre discursos de disciplinas diversas recorre ya sus trabajostempranos.Durante un perodo de enfermedad, en ,1962 y 1963, Morin escribe Le vif du sujet (publicado en 1969), una continuacin, ahora ms consciente de s, de su intento dearticular (Pg.12) las ciencias del hombre y las de la naturaleza, a sabiendas ya de quesu empresa tomaba proporciones mayores a las que sus indagaciones tempranashubieran podido hacer pensar, aunque llevaban ya en esa direccin. La necesidad de nosalirse del mbito cientfico, pero tambin de incluir una visin crtica y autocrtica delmismo, se hace ya manifiesta y aparece ms explcitamente en Introduction a une

    politique de l'homme , parte del manuscrito de los aos de enfermedad publicado en1965.Un trabajo de campo, en este caso presentado como una investigacin multidisciplinar,aparece en 1967 con el ttulo deCommune en France: La mtamorphose de Plodemet.Ese es otro paso en su tejido permanente de una antropo-bio-cosmologa, unatransdisciplina en la que lo cultural son sucesos que se dan entre seres biolgicos, queson seres fsicos, lo cual en vez de llevarlo por el camino del reduccionismo, lo lanza por un camino inexplorado de articulacin en la cual lo fsico y lo biolgico secomplejizan y complejizan, a su vez, a lo cultural. Esta alternancia de Morin entretrabajos de campo e indagaciones a un nivel ms abstracto, desde una meta-perspectivaas como una tendencia a dejarse llevar por grandes acontecimientos tanto socialescomo personales, en una deriva frtil que estimula luego su vocacin terica y lo lleva amacro-conceptualizaciones de consecuencias en mltiples campos del saber, ha sido unacaracterstica persistente de su recorrido intelectual. Es tambin en este aspecto que su produccin terica ha tomado ese carcter de aventura al que hacamos referenciaanteriormente. Un estilo que une lo literario al discurso tradicionalmente considerado

    ms cientfico (objetivista) es expresin de esa unin fecunda de lo personal y social, delo aleatorio, con lo racional y reflexivo, con el intento de ordenar y estructurar, paracuestionar nuevamente en un proceso sin fin.Mayo del 68 ser el prximo acontecimiento social alrededor del cual plasmar unanueva etapa reflexiva que (Pg.13) lanzar a Morin, ahora s, en la bsqueda de unmtodo no cartesiano para el estudio de lo complejo. Puntan este tramo de surecorrido la publicacin deMai 68: La breche , en 1968, y de La rumeur d'Orleans , en1969, donde aspectos del mtodo en cuya bsqueda est embarcado son yainstrumentados, aunque no definidos a un nivel terico. Hay all una leccin que ellector de la obra de Morin no debiera olvidar: su trabajo debe, en verdad, ser tomadoms como un mtodo que el lector es invitado a utilizar en su campo especfico de

    prcticas, que como un grupo de formulaciones abstractas a las que hubiera que discutir de un modo meramente lgico como si hicieran referencia a entes cerrados, terminados,

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    bien definidos, a descubrir y describir. Lo que ha sido sealado como vaguedades eincluso incoherencias, desde una perspectiva meramente lgica, es slo un obstculocuando la lectura de su obra es tomada como un ejercicio en busca de una ontologa,ms que como una invitacin a utilizar un mtodo epistemolgico que ha de mostrar sufertilidad en su prctica. El lector no encontrar a veces los eslabones intermedios que le

    permitieran ir desde las formulaciones, a veces abstractas de Edgar Morin, a su prcticacotidiana. Le cabr a cada cual, desde el campo cotidiano de su quehacer, encontrar elmodo de hacer jugar el pensamiento complejo para edificar una prctica compleja, msque para atarse a enunciados generales sobre la complejidad. El desafo de lacomplejidad es el de pensar complejamente como metodologa de accin cotidiana,cualesquiera sea el campo en el que desempeemos nuestro quehacer.Vienen luego aos de estudio durante los cuales Morin entra en contacto con pensadoresde disciplinas y teoras diversas quienes, en sus propios recorridos, haban tenidoalgunos intereses relacionados con los de Morin, o haban desarrollado nociones que lencuentra tiles para su bsqueda. Entre 1968 y 1975, Jacques Robn lo invita a participar en su Grupo de los diez, un encuentro de vocacin (Pg.14)multidisciplinaria, en busca de lenguajes novedosos "que permitan trascender el saber asfixiado en compartimientos estancos. A travs de Jacques Monod llega al Salk Institute for Biological Studies donde, en 1969 y 1970, se interioriza de los nuevoshorizontes en el campo de la Biologa molecular, la Gentica, la Etologa, y otrosdesarrollos en ciencias naturales, nutrindose as de elementos que pasarn a integrar,ms slidamente, una concepcin viva de lo cultural que, al mismo tiempo,complejiza su visin de lo biolgico. All tambin se acerca ms a la obra de GregoryBateson, quien haba estado empeado ya en introducir la Teora de Sistemas y laCiberntica (disciplinas a las que Morin ya se haba acercado a travs de JacquesSauvan y Henri Laborit) en el campo de lo social. Estas disciplinas compartan lavocacin transdisciplinar (un trmino acuado por l) de Morin y, en especial laCiberntica, haba generado un lenguaje que le permita circular con soltura por losmundos fsico, biolgico y cultural, mediante una redefinicin compleja de la nocin deinformacin. El contacto con los ecologistas californianos fertiliza, an ms su visintica de lo bio-fsico. Toda experiencia estadounidense est reflejada en Diario deCalifornia, publicado en 1970.Alrededor de 1971 entra en contacto con mltiples pensadores cuyasconceptualizaciones incorpora, de un modo siempre crtico. Entre ellos Henri Atlan,Heinz von Foerster y Gottard Gunther, quienes haban trabajado sobre la nocin deauto-organizacin, una nocin que Morin encuentra fecunda para su articulacin delo fsico, lo biolgico y lo cultural. El contacto con la obra filosfica de Castoriadis y

    Serres, y la obra epistemolgica de Popper, y Kuhn, Lakatos y Feyerabend, estimulantambin su pensamiento en relacin con el rol de la ciencia en esa aventuratransdisciplinar cuyo mtodo Morin est dedicado a bosquejar.Es durante esos aos que Morin participa tambin, de regreso en Francia, de lafundacin del Centre International (Pg.15) d'Etudes Bioanthropologiques etd'Anthropologie Fundamntale (CIEBAF) que, en 1974, se transformar en el CentreRoyaumont pour une Science de l'Homme. Buena parte de todos aqullos con quienesentrar en contacto en los aos anteriores participan del coloquio sobre L'unit del'homme, del cual surge un texto publicado en 1974.A partir de 1973 Edgar Morin comienza la etapa de plasmacin de El Mtodo , una obraen proceso durante los ltimos veinte aos, de la cual ya se han publicado cuatro tomos:

    La naturaleza de la naturaleza (1977), La vida de la vida (1980), El conocimiento del conocimiento (1986), y Les Idees (1991). El Mtodo, lejos de ser una obra acabada, es

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    un proceso en curso de bsqueda de estrategias viables para un pensar complejo fsico- bioantropolgico desde una perspectiva cientfico-filosfico-literaria, que permita una praxis tica en el campo tanto del conocimiento acadmico como de la praxis social.Tal es la polmica generada por sus escritos que, repetidamente, Morin ha publicadotextos que pueden ser considerados, en verdad, meta-textos que intentan clarificar,

    contextualizar, el sentido de su trabajo. Entre ellos contamos a Avec Edgar Morin, a propos de la mthode (1980), Ciencia con conciencia, publicado en 1982, Sciencie et conscience de la complexit, de 1984, Arguments autour d'une mthode, de 1990.Morin ha publicado tambin, en estos ltimos veinte aos, obras en las cuales elmtodo es aplicado (y que al mismo tiempo han permitido seguirlo desarrollando) acampos diversos del saber.En 1973 apareci El paradigma perdido: Ensayo de Bioantropologa, donde estudia losalbores de la humanizacin, no slo como proceso histrico sino como proceso encurso, inacabado. En 1975 publica el segundo tomo de L'Esprit du temps , mostrando,una vez ms, cmo viejos temas anunciaban ya lo por venir pero son, al mismo tiempo,transformados a la luz de lo ulterior en un proceso que (Pg.16) ejemplifica su propiavisin de los procesos naturales, es decir, fsico-bio-culturales. En 1980 aparece Para

    salir del siglo XX, un ensayo de poltica entendida como una actividad epistemolgicaen el doble sentido de actividad humana diseada acorde a nuestro entendimiento acercade qu significa conocer al mundo, pero tambin de conocimiento del mundo como unaactividad poltica. En 1983 aparece De la nature de l'URSS, en 1984Sociologie y Lerose et le noir, en 1987 Pensar Europa, en 1989 Vidal et les siens (una interesanteevocacin de su padre y sus orgenes judeo-sefarades utilizando otra vez su experiencia personal para continuar tambin su recorrido intelectual de un modo personal, literario,encarnado). En 1993, finalmente, apareceTierra-Patria, un estudio macro-culturalsobre la planetarizacin de la experiencia humana a la luz retrospectiva del fin de laguerra-fra.El presente texto es una compilacin de ensayos y presentaciones realizadas entre 1976y 1988, los aos durante los cuales su mtodo comienza a cobrar forma comoestructura articulada de conceptos. Es una introduccin ideal a la obra de este hombrecuya desmesurada curiosidad intelectual y pasin tica evocan aquel apelativo dgenio numeroso que Ernesto Sbato dedicara a Leonardo. (Sbato, Ernesto,Apologas y rechazos, Barcelona, Seix Barral, 1979)

    El dilogo estimulador del pensamiento que Morin propone a todos los que, ya seadesde la ctedra o los mbitos ms diversos de la prctica social, desde las cienciasduras o blandas, desde el campo de la literatura o la religin, se interesen en desarrollar

    un modo complejo de pensar la experiencia humana, recuperando el asombro ante elmilagro doble del conocimiento y del misterio, que asoma detrs de toda filosofa, detoda ciencia, de toda religin, y que ana a la empresa humana en su aventura (Pg.17)abierta hacia el descubrimiento de nosotros mismos, nuestros lmites y nuestras posibilidades.Vivimos un momento en el que cada vez ms y, hasta cierto punto, gracias a estudiososcomo Edgar Morin, entendemos que el estudio de cualquier aspecto de la experienciahumana ha de ser, por necesidad, multifactico en que vemos cada vez ms que lamente humana, si bien no existe sin cerebro, tampoco existe sin tradiciones familiares,sociales, genricas, tnicas, raciales, que slo hay mentes encarnadas en cuerpos yculturas, y que el mundo fsico es siempre el mundo, entendido por seres biolgicos y

    culturales. Al mismo tiempo, cuanto ms entendemos todo ello, ms se nos proponereducir nuestra experiencia a sectores limitados del saber y ms sucumbimos a la

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    tentacin del pensamiento reduccionista, cuando no a una seudo-complejidad de losdiscursos entendida como neutralidad tica. Al final de las Crnicas Marcianas,(Bradbury, Ray, Crnicas marcianas, Madrid, Edhasa, 1983) Ray Bradbury nos muestraa la nica familia sobreviviente de terrqueos yendo, finalmente, en busca de esosmarcianos que los nios haca tiempo aoraban ver. Atrs haban quedado vicisitudes y

    catstrofes que haban terminado con el planeta Tierra, con los humanos y, aunque losnios no lo saben, tambin con los marcianos. En la escena final la familia, tomada desus manos, se asoma hacia un desfiladero y el padre anuncia el tan esperado momento,all estn los marcianos: el agua de un canal refleja la imagen de ellos mismos, papa,mama y los nios, tomados de sus manos. Eso es todo lo que tienen para enfrentar elfuturo. Edgar Morin nos invita a una excursin semejante. Cuando nos asomamos aentender al mundo fsico, biolgico, cultural en el que nos encontramos, es a nosotrosmismos a quienes descubrimos y es con nosotros mismos con quienes contamos. Elmundo se mover en una direccin tica, slo si (Pg.18) queremos ir en esa direccin.Es nuestra responsabilidad y nuestro destino el que est en juego. El pensamientocomplejo es una aventura, pero tambin un desafo.

    Northampton, marzo de 1994.(Pg.19)

    Prlogo. (Edgar Morin)

    Legtimamente, le pedimos al pensamiento que disipe las brumas y las oscuridades, que ponga orden y claridad en lo real, que revele las leyes que lo gobiernan. El trminocomplejidad no puede ms que expresar nuestra turbacin, nuestra confusin, nuestraincapacidad para definir de manera simple, para nombrar de manera clara, para poner orden en nuestras ideas.Al mismo tiempo, el conocimiento cientfico fue concebido durante mucho tiempo, yan lo es a menudo, como teniendo por misin la de disipar la aparente complejidad delos fenmenos, a fin de revelar el orden simple al que obedecen.Pero si los modos simplificadores del conocimiento mutilan, ms de lo que expresan,aquellas realidades o fenmenos de los que intentan dar cuenta, si se hace evidente que producen ms ceguera que elucidacin, surge entonces un problema: cmo encarar a lacomplejidad de un modo no-simplificador? De todos modos este problema no puedeimponerse de inmediato. Debe probar su legitimidad, porque la palabra complejidad notiene tras de s una herencia noble, ya sea filosfica, cientfica, o epistemolgica.Por el contrario, sufre una pesada tara semntica, porque lleva en su seno confusin,

    incertidumbre, desorden. Su definicin primera no puede aportar ninguna claridad: escomplejo aquello que no puede resumirse en una palabra maestra, aquello que no puederetrotraerse a una ley, aquello que no puede reducirse a una idea simple. Dicho de otromodo, lo complejo no puede resumirse en el trmino complejidad, retrotraerse a una leyde complejidad, reducirse (Pg.21) a la idea de complejidad. La complejidad no seraalgo definible de manera simple para tomar el lugar de la simplicidad. La complejidades una palabra problema y no una palabra solucin.La necesidad del pensamiento complejo no sabr ser justificada en un prlogo. Talnecesidad no puede ms que imponerse progresivamente a lo largo de un camino en elcual aparecern, ante todo, los lmites, las insuficiencias y las carencias del pensamientosimplificante, es decir, las condiciones en las cuales no podemos eludir el desafo de lo

    complejo. Ser necesario, entonces, preguntarse si hay complejidades diferentes y si se puede ligar a esas complejidades en un complejo de complejidades. Ser necesario,

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    finalmente, ver si hay un modo de pensar, o un mtodo, capaz de estar a la altura deldesafo de la complejidad. No se trata de retomar la ambicin del pensamiento simplede controlar y dominar lo real. Se trata de ejercitarse en un pensamiento capaz de tratar,de dialogar, de negociar, con lo real.Habr que disipar dos ilusiones que alejan a los espritus del problema del pensamiento

    complejo.La primera es creer que la complejidad conduce a la eliminacin de la simplicidad. Por cierto que la complejidad aparece all donde el pensamiento simplificador falla, perointegra en s misma todo aquello que pone orden, claridad, distincin, precisin en elconocimiento. Mientras que el pensamiento simplificador desintegra la complejidad delo real, el pensamiento complejo integra lo ms posible los modos simplificadores de pensar, pero rechaza las consecuencias mutilantes, reduccionistas,unidimensionalizantes y finalmente cegadoras de una simplificacin que se toma por reflejo de aquello que hubiere de real en la realidad.La segunda ilusin es la de confundir complejidad con completud. Ciertamente, laambicin del pensamiento complejo es rendir cuenta de las articulaciones entredominios (Pg.22) disciplinarios quebrados por el pensamiento disgregador (uno de los principales aspectos del pensamiento simplificador); ste asla lo que separa, y ocultatodo lo que religa, interacta, interfiere. En este sentido el pensamiento complejo aspiraal conocimiento, multidimensional. Pero sabe, desde el comienzo, que el conocimientocompleto es imposible: uno de los axiomas de la complejidad es la imposibilidad,incluso terica, de una omniciencia. Hace suya la frase de Adorno la totalidad es la no-verdad. Implica el reconocimiento de un principio de incompletud y de incertidumbre.Pero implica tambin, por principio, el reconocimiento de los lazos entre las entidadesque nuestro pensamiento debe necesariamente distinguir, pero no aislar, entre s. Pascalhaba planteado, correctamente, que todas las cosas son causadas y causantes,ayudadas y ayudantes, mediatas e inmediatas, y que todas (subsisten) por un lazonatural e insensible que liga a las ms alejadas y a las ms diferentes. As es que el pensamiento complejo est animado por una tensin permanente entre la aspiracin a unsaber no parcelado, no dividido, no reduccionista, y el reconocimiento de lo inacabado eincompleto de todo conocimiento.Esa tensin ha animado toda mi vida. Nunca pude, a lo largo de toda mi vida, resignarme al saber parcelarizado, nunca pudeaislar un objeto de estudio de su contexto, de sus antecedentes, de su devenir. Heaspirado siempre a un pensamiento multidimensional. Nunca he podido eliminar lacontradiccin interior. Siempre he sentido que las verdades profundas, antagonistas lasunas de las otras, eran para m complementarias, sin dejar de ser antagonistas. Nunca he

    querido reducir a la fuerza la incertidumbre y la ambigedad.Desde mis primeros libros he afrontado a la complejidad, que se transform en eldenominador comn de tantos trabajos diversos que a muchos le parecieron dispersos.Pero la palabra complejidad no vena a mi mente, hizo (Pg.23) falta que lo hiciera, afines de los aos 1960, vehiculizada por la Teora de la Informacin, la Ciberntica, laTeora de Sistemas, el concepto de auto-organizacin, para que emergiera bajo mi pluma o, mejor dicho, en mi mquina de escribir. Se liber entonces de su sentido banal(complicacin, confusin), para reunir en s orden, desorden y organizacin y, en elseno de la organizacin, lo uno y lo diverso; esas nociones han trabajado las unas conlas otras, de manera a la vez complementaria y antagonista; se han puesto en interacciny en constelacin. El concepto de complejidad se ha formado, agrandado, extendido sus

    ramificaciones, pasado de la periferia al centro de mi meta, devino un macro-concepto,lugar crucial de interrogantes, ligando en s mismo, de all en ms, al nudo gordiano del

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    nociones maestras). Estas operaciones, que utilizan la lgica, son de hecho comandadas por principios supralgicos de organizacin del pensamiento o paradigmas, principiosocultos que gobiernan nuestra visin de las cosas y del mundo sin que tengamosconciencia de ello.As es que, en el momento incierto de pasaje desde la visin geocntrica (ptolomeica), a

    la visin heliocntrica (copernicana) del mundo, la primera oposicin entre las dosvisiones resida en el principio de seleccin/rechazo de los datos: los geocentristasrechazaban los datos inexplicables, segn su concepcin, como no significativos,mientras que los otros se fundaban en esos datos para concebir al sistema heliocntrico.El nuevo sistema comprende los mismos constituyentes que el antiguo (los planetas),utiliza a menudo los clculos antiguos. Pero toda la visin del mundo ha cambiado. Lasimple permutacin entre tierra y sol fue mucho ms que una permutacin, fue unatransformacin del centro (la tierra) en elemento perifrico, y de un elemento perifrico(el sol) en centro.Tomemos ahora un ejemplo que est en el corazn mismo de los problemas antropo-sociales de nuestro siglo: el del sistema concentracionario (Gulag) en la UninSovitica.(Pg.28)An reconocindolo, de facto , el Gulag pudo ser rechazado a la periferia del socialismosovitico, como fenmeno negativo secundario y temporario, provocado esencialmente por el encierro capitalista y las dificultades iniciales de la construccin del socialismo.Por el contrario, se podra haber considerado al Gulag como ncleo central del sistema,revelador de su esencia totalitaria. Vemos entonces que, de acuerdo a las operaciones decentramiento, jerarquizacin, disyuncin, o identificacin, la visin de la URSS cambiatotalmente.Este ejemplo nos muestra que es muy difcil pensar un fenmeno tal como lanaturaleza de la URSS. No porque nuestros prejuicios, pasiones, intereses, estn en juego por delante de nuestras ideas, sino porque no disponemos de medios de concebir la complejidad del problema. Se trata de evitar tanto la identificacin a priori (quereduce la nocin de URSS a la de Gulag), como la disyuncin a priori que disocia,como extraas entre s, a las nociones de socialismo sovitico y de sistemaconcentracionario. Se trata de evitar la visin unidimensional, abstracta. Es por ello quees necesario, ante todo, tomar conciencia de la naturaleza y de las consecuencias de los paradigmas que mutilan el conocimiento y desfiguran lo real.

    La patologa del saber, la inteligencia ciega.

    Vivimos bajo el imperio de los principios de disyuncin, reduccin y abstraccin, cuyoconjunto constituye lo que llamo el paradigma de simplificacin. Descartes formulese paradigma maestro de Occidente, desarticulando al sujeto pensante (ego cogitans) ya la cosa extensa (res extensa), es decir filosofa y ciencia, y postulando como principiode verdad a las ideas claras y distintas, es decir, al pensamiento disyuntor mismo.Este paradigma, que controla la aventura del pensamiento occidental desde el (Pg.29)siglo XVII, ha permitido, sin duda, los enormes progresos del conocimiento cientfico yde la reflexin filosfica; sus consecuencias nocivas ulteriores no se comienzan arevelar hasta el siglo XX.Tal disyuncin, enrareciendo las comunicaciones entre el conocimiento cientfico y lareflexin filosfica, habra finalmente de privar a la ciencia de toda posibilidad de

    conocerse, de reflexionar sobre s misma, y aun de concebirse cientficamente a smisma. Ms an, el principio de disyuncin ha aislado radicalmente entre s a los tres

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    grandes campos del conocimiento cientfico: la Fsica, la Biologa, la ciencia delhombre.La nica manera de remediar esta disyuncin fue a travs de otra simplificacin: lareduccin de lo complejo a lo simple (reduccin de lo biolgico a lo fsico, de lohumano a lo biolgico). Una hiperespecializacin habra an de desgarrar y fragmentar

    el tejido complejo de las realidades, para hacer creer que el corte arbitrario operadosobre lo real era lo real mismo. Al mismo tiempo, el ideal del conocimiento cientficoclsico era descubrir, detrs de la complejidad aparente de los fenmenos, un Orden perfecto legislador de una mquina perfecta (el cosmos), hecha ella misma de micro-elementos (los tomos) diversamente reunidos en objetos y sistemas.Tal conocimiento fundara su rigor y su operacionalidad, necesariamente, sobre lamedida y el clculo; pero la matematizacin y la formalizacin han desintegrado, ms yms, a los seres y a los existentes por considerar realidades nada ms que a las frmulasy a las ecuaciones que gobiernan a las entidades cuantificadas. Finalmente, el pensamiento simplificante es incapaz de concebir la conjuncin de lo uno y lo mltiple(unitas multiplex ). O unifica abstractamente anulando la diversidad o, por el contrario,yuxtapone la diversidad sin concebir la unidad.As es que llegamos a la inteligencia ciega. La inteligencia ciega destruye los conjuntosy las totalidades, asla (Pg.30) todos sus objetos de sus ambientes. No puede concebir el lazo inseparable entre el observador y la cosa observada. Las realidades clave sondesintegradas. Pasan entre los hiatos que separan a las disciplinas. Las disciplinas de lasciencias humanas no necesitan ms de la nocin de hombre. Y los ciegos pedantesconcluyen que la existencia del hombre es slo ilusoria. Mientras los medios producenla cretinizacin vulgar, la Universidad produce la cretinizacin de alto nivel. Lametodologa dominante produce oscurantismo porque no hay ms asociacin entre loselementos disjuntos del saber y, por lo tanto, tampoco posibilidad de engranarlos y dereflexionar sobre ellos. Nos aproximamos a una mutacin sin precedentes en el conocimiento: ste est, cadavez menos, hecho para reflexionar sobre l mismo y para ser discutido por los espritushumanos, cada vez ms hecho para ser engranado en las memorias informacionales ymanipulado por potencias annimas, empezando por los jefes de Estado. Esta nueva,masiva y prodigiosa ignorancia es ignorada, ella misma, por los sabios. Estos, que nocontrolan, en la prctica, las consecuencias de sus descubrimientos, ni siquiera controlanintelectualmente el sentido y la naturaleza de su investigacin.Los problemas humanos quedan librados, no solamente a este oscurantismo cientficoque produce especialistas ignaros (NE: sin noticias de las cosas), sino tambin adoctrinas obstrusas que pretenden controlar la cientificidad (al estilo del marxismo

    althuseriano, del econocratismo liberal), a ideas clave tanto ms pobres cuanto que pretenden abrir todas las puertas (el deseo, la mimesis, el desorden, etc.), como si laverdad estuviera encerrada en una caja fuerte de la que bastara poseer la llave, y elensayismo no verificado se reparte el terreno con el cientificismo estrecho.Desafortunadamente, la visin mutilante y unidimensional se paga cruelmente en losfenmenos humanos: (Pg.31) la mutilacin corta la carne, derrama la sangre, diseminael sufrimiento. La incapacidad para concebir la complejidad de la realidad antropo-social, en su micro-dimensin (el ser individual) y en su macro-dimensin (el conjunto planetario de la humanidad), ha conducido a infinitas tragedias y nos condujo a latragedia suprema. Se nos dijo que la poltica debe ser simplificante y maniquea. Loes, ciertamente, en su versin manipulativa que utiliza a las pulsiones ciegas. Pero la

    estrategia poltica requiere al conocimiento complejo, porque la estrategia surge

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    trabajando con y contra lo incierto, lo aleatorio, el juego mltiple de las interacciones ylas retroacciones.

    La necesidad del pensamiento complejo

    Qu es la complejidad? A primera vista la complejidad es un tejido (complexus : lo queest tejido en conjunto) de constituyentes heterogneos inseparablemente asociados: presenta la paradoja de lo uno y lo mltiple. Al mirar con ms atencin, la complejidades, efectivamente, el tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones,determinaciones, azares, que constituyen nuestro mundo fenomnico. As es que lacomplejidad se presenta con los rasgos inquietantes de lo enredado, de lo inextricable,del desorden, la ambigedad, la incertidumbre... De all la necesidad, para elconocimiento, de poner orden en los fenmenos rechazando el desorden, de descartar loincierto, es decir, de seleccionar los elementos de orden y de certidumbre, de quitar ambigedad, clarificar, distinguir, jerarquizar... Pero tales operaciones, necesarias parala inteligibilidad, corren el riesgo de producir ceguera si eliminan a los otros caracteresde lo complejo; y, efectivamente, como ya lo he indicado, nos han vuelto ciegos.

    Pero la complejidad ha vuelto a las ciencias por la misma va por la que se haba ido. Eldesarrollo mismo (Pg.32) de la ciencia fsica, que se ocupaba de revelar el Ordenimpecable del mundo, su determinismo absoluto y perfecto, su obediencia a una Leynica y su constitucin de una materia simple primigenia (el tomo), se ha abiertofinalmente a la complejidad de lo real. Se ha descubierto en el universo fsico un principio hemorrgico de degradacin y de desorden (segundo principio de laTermodinmica); luego, en el supuesto lugar de la simplicidad fsica y lgica, se hadescubierto la extrema complejidad micro-fsica; la partcula no es un ladrillo primario,sino una frontera sobre una complejidad tal vez inconcebible; el cosmos no es unamquina perfecta, sino un proceso en vas de desintegracin y, al mismo tiempo, deorganizacin.Finalmente, se hizo evidente que la vida no es una sustancia, sino un fenmeno de auto-eco-organizacin extraordinariamente complejo que produce la autonoma. Desdeentonces es evidente que los fenmenos antropo-sociales no podran obedecer a principios de inteligilibilidad menos complejos que aquellos requeridos para losfenmenos naturales. Nos hizo falta afrontar la complejidad antropo-social en vez dedisolverla u ocultarla.La dificultad del pensamiento complejo es que debe afrontar lo entramado (el juegoinfinito de inter-retroacciones), la solidaridad de los fenmenos entre s, la bruma, la

    incertidumbre, la contradiccin. Pero nosotros podemos elaborar algunos de los tilesconceptuales, algunos de los principios, para esa aventura, y podemos entrever elaspecto del nuevo paradigma de complejidad que debiera emerger.Ya he sealado, en tres volmenes de El Mtodo , [E. Morin, El mtodo, Tomo I, Lanaturaleza de la naturaleza, Madrid, Ctedra, 1981. Edicin original francesa: Lamethode, tomos 1 y 2, Pars, Du Seuil (1977-1980). Nueva edicin, coleccin Points,Du Seuil (1981-1985)] algunos de los tiles conceptuales que podemos utilizar. As(Pg.33) es que, habra que sustituir al paradigma dedisyuncin/reduccin/unidimensionalizacin por un paradigma de distincin/conjuncinque permita distinguir sin desarticular, asociar sin identificar o reducir. Ese paradigmacomportara un principio dialgico y translgico, que integrara la lgica clsica

    teniendo en cuenta sus lmitesde facto (problemas de contradicciones) yde jure (lmites

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    del formalismo). Llevara en s el principio de laUnitas multiplex , que escapa a launidad abstracta por lo alto (holismo) y por lo bajo (reduccionismo).Mi propsito aqu no es el de enumerar los mandamientos del pensamiento complejoque he tratado de desentraar, [E. Morin, Ciencia con conciencia, Barcelona,Anthropos, 1984. Edicin original francesa: Science avec concience, Pars, Fayard

    (1982). Nueva edicin, coleccin Points, Du Seuil (1990), pp. 304-309.] sino el desensibilizarse a las enormes carencias de nuestro pensamiento, y el de comprender queun pensamiento mutilante conduce, necesariamente, a acciones mutilantes. Mi propsitoes tomar conciencia de la patologa contempornea del pensamiento.La antigua patologa del pensamiento daba una vida independiente a los mitos y a losdioses que creaba. La patologa moderna del espritu est en la hiper-simplificacin queciega a la complejidad de lo real. La patologa de la idea est en el idealismo, en dondela idea oculta a la realidad que tiene por misin traducir, y se toma como nica realidad.La enfermedad de la teora est en el doctrinarismo y en el dogmatismo, que cierran a lateora sobre ella misma y la petrifican. La patologa de la razn es la racionalizacin,que encierra a lo real en un sistema de ideas coherente, pero parcial y unilateral, y queno sabe que una parte de lo real es irracionalizable, ni que la racionalidad tiene por misin dialogar con lo irracionalizable.An somos ciegos al problema de la complejidad. Las disputas epistemolgicas entrePopper, Kuhn, Lakatos, (Pg.34) Feyerabend, etc., lo pasan por alto. (Sin embargo,Bachelard, el filsofo de las ciencias, haba descubierto que lo simple no existe: sloexiste lo simplificado. La ciencia construye su objeto extrayndolo de su ambientecomplejo para ponerlo en situaciones experimentales no complejas. La ciencia no es elestudio del universo simple, es una simplificacin heurstica necesaria para extraer ciertas propiedades, ver ciertas leyes.George Lukacs, el filsofo marxista, deca en su vejez, criticando su propia visindogmtica: Lo complejo debe ser concebido como elemento primario existente. Dedonde resulta que hace falta examinar lo complejo de entrada en tanto complejo y pasar luego de lo complejo a sus elementos y procesos elementales.)

    Pero esa ceguera es parte de nuestra barbarie. Tenemos que comprender que estamossiempre en la era brbara de las ideas. Estamos siempre en la prehistoria del esprituhumano. Slo el pensamiento complejo nos permitira civilizar nuestro conocimiento.(Pg.35)

    Parte 2. El diseo y el designio complejos.

    Tomado de Science et complexit, en ARK'ALL Communications, Vol. 1, Fase. 1,1976.

    La ciencia del hombre no tiene fundamento alguno que enrace al fenmeno humano enel universo natural, ni mtodo apto para aprehender la extrema complejidad que lodistingue de todo otro fenmeno natural conocido. Su estructura explicativa es an la dela fsica del siglo xix, y su ideologa implcita es siempre la del Cristianismo y elHumanismo occidentales: la sobre-naturalidad del Hombre. Que se entienda desdeahora mi camino: es un movimiento sobre dos frentes, aparentemente divergentes,antagonistas, pero inseparables ante mis ojos; se trata, ciertamente, de reintegrar alhombre entre los otros seres naturales para distinguirlo, pero no para reducirlo. Se trata,

    en consecuencia, de desarrollar al mismo tiempo una teora, una lgica, unaepistemologa de la complejidad que pueda resultarle conveniente al conocimiento del

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    hombre. Por lo tanto lo que se busca aqu es la unidad del hombre y, al mismo tiempo,la teora de la ms alta complejidad humana. Es un principio de races profundas cuyosdesarrollos se ramifican cada vez ms alto en el follaje. Yo me sito, entonces, bien por afuera de dos clanes antagonistas, uno que borra la diferencia reducindola a la unidadsimple, otro que oculta la unidad porque no ve ms que la diferencia: bien por afuera,

    pero tratando de integrar la verdad de uno y otro, es decir, de ir ms all de laalternativa.La investigacin que he emprendido me ha llevado cada vez ms a la conviccin de quetal transgresin debe conllevar una reorganizacin en cadena de eso que nosotrosentendemos como el concepto de ciencia. A decir verdad, (Pg.39) un cambiofundamental, una revolucin paradigmtica, nos han parecido necesarios y cercanos.El espesor de las evidencias ya est minado, la tranquilidad de las ignorancias sacudida,las alternativas ordinarias ya pierden su carcter absoluto, otras alternativas se bosquejan; lo que la autoridad ha ocultado, ignorado, rechazado, ya surge de la sombra,mientras que lo que pareca la base del conocimiento se fisura.

    La Indoamrica

    Estamos, en ese sentido, mucho ms avanzados y, a la vez, mucho ms atrs de lo que pudiramos creer. Hemos descubierto ya las primeras costas de Amrica, pero todavacreemos que se trata de la India. Las fisuras y los desgarros en nuestra concepcin delmundo no solamente se han vuelto enormes hiatos, sino que adems esos hiatos dejanentrever, cmo bajo el caparazn de un crustceo en mutacin, como bajo eldesmembramiento de un capullo, los fragmentos an no ligados entre s, la nueva pielan plegada y encogida, la nueva figura, la nueva forma.As es que haba, desde el comienzo, dos brechas en el cuadro epistemolgico de laciencia clsica. La brecha microfsica revel la interdependencia de sujeto y objeto, lainsercin del azar en el conocimiento, la deificacin de la nocin de materia, lairrupcin de la contradiccin lgica en la descripcin emprica; la brecha macrofsicauna en una misma entidad los conceptos hasta entonces absolutamente heterogneos deespacio y tiempo y destrua todos nuestros conceptos desde el momento en que eranllevados ms all de la velocidad de la luz. Pero esas dos brechas estaban infinitamentelejos de nuestro mundo, una en lo (Pg.40) muy pequeo, la otra en lo muy grande. Noqueramos darnos cuenta que las amarras de nuestra concepcin del mundo venan dedestruirse en los dos infinitos, que nosotros no estbamos, en nuestra banda media, enel terreno firme de una isla rodeada por el ocano sino sobre una alfombra voladora. No hay ms terreno firme, la materia no es ms la realidad masiva elemental y simple

    a la cual se pudiera reducir la phisis. El espacio y el tiempo no son ms entidadesabsolutas e independientes. No hay ms, no solamente una base emprica simple, sinotampoco una base lgica simple (nociones claras y distintas, realidad no ambivalente,no contradictoria, estrictamente determinada) que pueda constituir el sustrato fsico. Deall una consecuencia capital: lo simple (las categoras de la Fsica clsica queconstituyen el modelo de toda ciencia) no es ms el fundamento de todas las cosas, sinoun pasaje, un momento entre dos complejidades, la complejidad micro-fsica y lacomplejidad macro-cosmo-fsica.

    La teora sistmica

    La Teora de Sistemas y la Ciberntica se recortan en una zona incierta comn. En principio, el campo de la Teora de Sistemas es mucho ms amplio, casi universal,

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    porque en un sentido toda realidad conocida, desde el tomo hasta la galaxia, pasando por la molcula, la clula, el organismo y la sociedad, puede ser concebida comosistema, es decir, como asociacin combinatoria de elementos diferentes. De hecho, laTeora de Sistemas, que empez con von Bertalanffy como una reflexin sobre laBiologa, se expandi frondosamente, a partir de los aos 1950, en las ms variadas

    direcciones.Podramos decir, de la Teora de Sistemas, que ofrece un aspecto incierto para elobservador exterior y, para (Pg.41) aqul que penetra en ella, revela al menos tresfacetas, tres direcciones contradictorias. Hay un sistemismo fecundo que lleva en s un principio de complejidad (Cf. J. L. Le Moigne, La thorie du systme general, PUF,edicin 1990; cf. tambin el numero especial de la Revue Internationale de systmique,2, 90. Systmique de la complexit, presentada por J. L. Le Moigne.); hay unsistemismo vago y plano, fundado sobre la repeticin de algunas verdades aspticas primeras (holsticas) que nunca llegaran a ser operantes; est, finalmente, el systemanalysis, que es el equivalente sistmico del engineering ciberntico, pero mucho menosfiable, y que transforma el sistemismo en su contrario, es decir, como el trminoanalysis indica, en operaciones reduccionistas.El sistemismo tiene, en principio, los mismos aspectos fecundos que la Ciberntica(sta, refirindose al concepto de mquina, conserva en la abstraccin algo de su origenconcreto y emprico). La virtud sistmica es:a) haber puesto en el centro de la teora, con la nocin de sistema, no una unidadelemental discreta, sino una unidad compleja, un todo que no se reduce a la sumade sus partes constitutivas;6) haber concebido la nocin de sistema, no como una nocin real, ni como unanocin puramente formal, sino como una nocin ambigua o fantasma;c) situarse en un nivel transdisciplinario que permite concebir, al mismo tiempo, tanto launidad como la diferenciacin de las ciencias, no solamente segn la naturaleza materialde su objeto, sino tambin segn los tipos y las complejidades de los fenmenos deasociacin/organizacin. En este ltimo sentido, el campo de la Teora de Sistemas es,no solamente ms amplio que el de la Ciberntica, sino de una amplitud que se extiendea todo lo cognoscible. (Pg.42)

    El sistema abierto

    La de sistema abierto es, originalmente, una nocin termodinmica cuyo carcter primario era el de permitir circunscribir, de manera negativa, el campo de aplicacin delsegundo principio, que requiere la nocin de sistema cerrado, es decir, que no dispone

    de una fuente energtica-material exterior a s mismo. Tal definicin no hubieraofrecido inters alguno si no fuera que se poda, a partir de all, considerar a un ciertonmero de sistemas fsicos (la llama de una vela, el remolino de un ro alrededor del pilar de un puente) y, sobre todo, a los sistemas vivientes, como sistemas cuyaexistencia y estructura dependen de una alimentacin exterior y, en el caso de lossistemas vivientes, no solamente material-energtica, sino tambin organizacional-informacional. Esto significa:

    a) que se constituy un puente entre la Termodinmica y la ciencia de lo viviente; b) que una idea nueva se ha desarrollado, que se opone a las nociones fsicas de

    equilibrio/desequilibrio, y que est ms all de una y otra, contenindolas, en un

    sentido.

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    Un sistema cerrado, como una piedra, una mesa, est en estado de equilibrio, es decir que los intercambios de materia y energa con el exterior son nulos. Por el contrario, laconstancia de la llama de una vela, la constancia del medio interno de una clula o de unorganismo, no estn ligados en modo alguno a un equilibrio semejante; hay, por elcontrario, desequilibrio en el flujo energtico que los alimenta y, sin ese flujo, habra un

    desorden organizacional que conllevara una decadencia rpida.En primer lugar, el desequilibrio nutricional permite al sistema mantenerse en aparenteequilibrio, es decir, en estado de estabilidad y de continuidad, y ese equilibrio (Pg.43)aparente no puede mas que degradarse si queda librado a s mismo, es decir, si hayclausura del sistema. Una vez asegurado, ese estado, constante y, por lo tanto, frgil( steady state en la terminologa inglesa, estado estable), tiene algo de paradjico: lasestructuras se mantienen mientras los constituyentes cambian; y as es que tenemos nosolamente al remolino, o a la llama de la vela, sino a nuestros organismos, dondenuestras molculas y nuestras clulas se renuevan, mientras que el conjunto permaneceaparentemente estable y estacionario. En un sentido, el sistema debe cerrarse al mundoexterior a fin de mantener sus estructuras y su medio interno que, si no, sedesintegraran. Pero es su apertura lo que permite su clausura.El problema se vuelve an ms interesante desde el momento en que uno supone unarelacin indisoluble entre el mantenimiento de la estructura y el cambio de losconstituyentes, y nos abrimos a un problema clave, primordial, central, evidente, del ser viviente, problema sin embargo ignorado y oculto, no solamente por la antigua fsica,sino tambin por la metafsica occidental/cartesiana, para la cual todas las cosasvivientes son consideradas como entidades cerradas, y no como sistemas organizandosu clausura (es decir su autonoma) en y por su apertura.Dos consecuencias capitales se desprenden, entonces, de la idea de sistema abierto: la primera es que las leyes de organizacin de lo viviente no son de equilibrio, sino dedesequilibrio, retomado o compensado, de dinamismo estabilizado. Vamos a preparar elterreno para esas ideas. La segunda consecuencia, quiz ms importante an, es que lainteligibilidad del sistema debe encontrarse no solamente en el sistema mismo, sinotambin en su relacin con el ambiente, y esa relacin no es una simple dependencia,sino que es constitutiva del sistema.La realidad est, de all en ms, tanto en el vnculo como en la distincin entre elsistema abierto y su ambiente. Ese vnculo es absolutamente crucial desde el punto devista (Pg.44) epistemolgico, metodolgico, terico, emprico. Lgicamente, elsistema no puede ser comprendido ms que incluyendo en s al ambiente, que le es a lavez intimo y extrao y es parte de s mismo siendo, al mismo tiempo, exterior.Metodolgicamente se vuelve difcil estudiar sistemas abiertos como entidades

    radicalmente aislables. Terica y empricamente, el concepto de sistema abierto abre la puerta a una teora de la evolucin, que no puede provenir ms que de interaccionesentre sistema y eco-sistema y que, en sus lazos organizacionales ms notables, puede ser concebido como un desborde del sistema en un meta-sistema. La puerta est, de all enms, abierta hacia una Teora de Sistemas auto-eco-organizadores, por cierto abiertosellos mismos (porque lejos de escapar a la apertura, la evolucin hacia la complejidad laacrecienta), es decir de sistemas vivientes. Finalmente, siendo la relacin fundamentalentre los sistemas abiertos y el eco-sistema de orden material-energtico y a la vezorganizacional/informacional, se podra tratar de comprender el carcter al mismotiempo determinado y aleatorio de la relacin eco-sistmica.Es extraordinario que una idea tan fundamental como la de sistema abierto haya

    emergido tarda y localmente (lo que muestra a qu punto lo ms difcil de percibir es laevidencia). De hecho, ella est presente aunque no explcitamente desarrollada, en

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    ciertas teoras, notablemente en Freud donde el Yo es un sistema abierto al mismotiempo sobre el ello y el superyo, no pudiendo constituirse ms que a partir de uno yotro, manteniendo relaciones ambiguas pero fundamentales con uno y otro; la idea de personalidad, en la Antropologa Cultural, implica igualmente que sta sea un sistemaabierto sobre la cultura (pero desafortunadamente, en esa disciplina, la cultura es un

    sistema cerrado).El concepto de sistema abierto tiene valor paradigmtico. Como lo ha sealadoMaruyama, concebir todo objeto (Pg.45) y entidad como cerrado implica una versinclasificatoria, analtica, reduccionista "del mundo, una causalidad unilineal. Es esavisin la que produjo excelencia en la Fsica entre los siglos XVII a XIX, pero haceagua hoy, por todas partes, con las profundizaciones y avances hacia la complejidad. Setrata, de hecho, de producir una revuelta epistemolgica a partir de la nocin de sistemaabierto. Los que viven en el universo clasificatorio operan con el supuesto de quetodos los sistemas son cerrados, a menos que se especifique lo contrario (N.Maruyama, Paradigmatology, and its application to cross-disciplinary, cross- professional and cross-cultural communication, Cybernetika, 17, 1974, pp. 136-156, 27-51)Para m, el teorema de Gdel, produciendo una brecha irreparable en todo sistemaaxiomtico, permite concebir la teora y la lgica como sistemas abiertos.La Teora de Sistemas rene sincrticamente los elementos ms diversos: en un sentido,caldo excelente de cultivo, en otro, confusin. Pero ese caldo de cultivo ha suscitadocontribuciones a menudo muy fecundas en su diversidad misma.De manera un poco anloga a la Ciberntica, pero en un campo diferente, la Teora deSistemas se ocupa de un middle-range. Por una parte, apenas si ha explorado elconcepto de sistema en s misma, satisfacindose en ese punto fundamental de unholismo totalizante. Por otra parte, apenas ha explorado del lado de la auto-organiza-cin y de la complejidad. Queda un enorme vaco conceptual, entre la nocin de sistemaabierto y la complejidad del sistema viviente ms elemental, que las tesis sobre lajerarqua de von Bertalanffy no llegan a rellenar. (Despus de ese texto de 1976, hubotrabajos notables en el sentido complejo, notablemente los de Jean-Louis Le Moigne enLa Teora del Sistema General, PUF, 1990, la obra de Yves Barel, La paradoja y elsistema, PUF, 1979, y (Pg.46) El concepto de sistema poltico de Jean-LouisVuillerme, PUF, 1989)Finalmente, la Teora de Sistemas, dado que responde a una necesidad cada vez msurgente, hace a menudo su entrada en las ciencias humanas por, dos lados equivocados,uno tecnocrtico. [Este ha sido til, de todos modos, en su aspecto espectacular: elestudio sistmico del informe Mendows sobre el crecimiento (MIT) ha introducido la

    idea de que el planeta Tierra es un sistema abierto a la biosfera, y ha suscitado una tomade conciencia y una alarma fecundas. Pero, evidentemente, la eleccin de parmetros yde variables ha sido arbitraria, y es en la seudo-exactitud del clculo, en lasimplificacin tecnocrtica dnde reside el lado malo del sistemismo triunfante.] y elotro totalizador: mucha abstraccin general despegada de lo concreto, y no llega aformar un modelo. Pero, no nos olvidemos, el germen de la unidad de la ciencia estall. El sistemismo, si ha de ser superado debe, en todo caso, ser integrado.

    Informacin / Organizacin.

    Ya hemos encontrado la nocin de informacin en la Ciberntica, podramos tambin

    haberla encontrado en la Teora de Sistemas; pero es necesario que consideremos a la

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    informacin no como un ingrediente, sino como una teora que llama a un anlisis preliminar autnomo.La informacin es una nocin nuclear pero problemtica. De all, toda su ambigedad:no podemos decir casi nada acerca de ella, pero tampoco podemos prescindir de ella.La informacin surgi con Hartley y, sobre todo, con Shannon y Weawer, en su

    aspecto, por una parte, comunicacional (se trataba de la transmisin de mensajes y se haencontrado integrada en una Teora de la Comunicacin); por otra parte, en su aspectoestadstico (basado en la probabilidad o, ms bien, la improbabilidad de aparicin de(Pg.47) tal o cual unidad elemental portadora de informacin, o binary digit, bit). Su primer campo de aplicacin fue su campo de emergencia: la Telecomunicacin.Pero muy rpidamente la transmisin de informacin tom, con la Ciberntica, unsentido organizacional: de hecho, un programa portador de informacin no hace msque comunicar un mensaje a un ordenador que computa cierto nmero de operaciones.Ms asombrosa an fue la posibilidad de extrapolar muy heursticamente la teora aldominio biolgico. Desde que se estableci que la autorreproduccin de la clula (o delorganismo) poda ser concebida a partir de una duplicacin de un material gentico oADN, desde que se concibi que el ADN constitua una suerte de doble hlice cuyosescalones estaban formados por cuasi-signos qumicos cuyo conjunto poda constituir un cuasi-mensaje hereditario, la reproduccin poda entonces ser concebida como lacopia de un mensaje, es decir, una emisin-recepcin incorporable al cuadro de laTeora de la Comunicacin: uno poda asimilar cada uno de los elementos qumicos aunidades discretas desprovistas de sentido (como los fonemas o las letras del alfabeto),combinndose en unidades complejas dotadas de sentido (como las palabras). Ms an,la mutacin gentica fue asimilada a un ruido perturbador de la emisin del mensaje,y provocador de un error (al menos con respecto al lenguaje originario) en laconstitucin del nuevo mensaje. El mismo esquema informacional poda ser aplicado alfuncionamiento mismo de la clula, donde el ADN constituye una suerte de programaque orienta y gobierna las actividades metablicas. De ese modo, la clula poda ser cibernetizada, y el elemento clave de esa explicacin ciberntica se encontraba en lainformacin. Aqu tambin una teora de origen comunicacional era aplicada a unarealidad de tipo organizacional. Y, en esa aplicacin, haca falta considerar a lainformacin organizacional, ya sea como memoria, ya sea como mensaje, (Pg.48) yasea como programa, o ms bien como todo eso a la vez.

    Ms an: si la nocin de informacin poda, por una parte, integrarse en la nocin deorganizacin biolgica, poda, por otra parte, ligar de manera sorprendente a laTermodinmica, es decir a la Fsica, y a la Biologa.

    En efecto, el segundo principio de la Termodinmica haba sido formulado medianteuna ecuacin de probabilidad que expresaba la tendencia a la entropa, es decir, alcrecimiento, en el seno del sistema, del desorden por sobre el orden, de lodesorganizado por sobre lo organizado. Al mismo tiempo, se haba sealado que laecuacin shannoniana de la informacin (H=KlnP) era como el reflejo, el negativo, dela ecuacin de la entropa (S=KlnP), en el sentido de que la entropa crece de manerainversa a la informacin. De all la idea explicitada por Brillouin de que haba unaequivalencia entre la informacin y la entropa negativa o neguentropa. Es decir que laneguentropa no es nada mas que el desarroll de la organizacin, de la complejidad.Reencontramos aqu de nuevo el lazo entre organizacin e informacin, sumado a unfundamento terico que permite aprehender el ligamen y la ruptura entre el orden fsico

    y el orden viviente.

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    El de informacin es entonces un concepto que establece el lazo con la Fsica siendo, almismo tiempo, el concepto fundamental desconocido de la Fsica. Es inseparable de laorganizacin biolgica y de la complejidad biolgica. Hace entrar en la ciencia al objetoespiritual que no poda encontrar lugar ms que en la metafsica. Es una nocin crucial,un nudo gordiano pero, como el nudo gordiano, entreverado, inextricable. El de

    informacin es un concepto problemtico, no un concepto solucin. Es un conceptoindispensable, pero no es an un concepto elucidado y elucidante.Porque, recordmoslo, los aspectos surgidos de la Teora de la Informacin, el aspectocomunicacional y el aspecto estadstico, son como la pequea superficie de un inmenso(Pg.49) iceberg. El aspecto comunicacional no da cuenta para nada del carcter poliscpico de la informacin, que se presenta a la observacin ya sea como memoria,ya sea como saber, ya sea cmo mensaje, ya sea cmo programa, ya sea como matrizorganizacional.El aspecto estadstico ignora, incluso desde la perspectiva comunicacional, el sentido dela informacin, no aprehende ms que el carcter probabilstico-improbabilstico, no laestructura de los mensajes y, por supuesto, ignora todo el aspecto organizacional.Finalmente, la teora shannoniana se ocupa del nivel de la entropa, de la degradacin dela informacin; se sita en el marco de esta degradacin fatal, y lo que ha permitido, esconocer los medios que pudieran retardar el efecto fatal del ruido. Es decir que lateora actual no es capaz de comprender ni el nacimiento ni el crecimiento de lainformacin.As es que el concepto de informacin presenta grandes lagunas y grandesincertidumbres. Esta es una razn no para rechazarlo, sino para profundizarlo. Hay, enese concepto, una riqueza enorme, subyacente, que quisiera tomar cuerpo y forma. Esariqueza est, evidentemente, en las antpodas de la ideologa informacional quereifica la informacin, la sustancializa, hace de ella una entidad de la misma naturalezaque la materia y la energa y hace, en suma, regresar al concepto hacia las funciones quetena por objetivo superar. Esto equivale a decir que la informacin no es un conceptoterminal, sino que es un concepto punto de partida. No nos revela ms que un aspectolimitado y superficial de un fenmeno a la vez radical y poliscpico, inseparable de laorganizacin.

    La organizacin

    La Ciberntica, la Teora de Sistemas, la Teora de la Informacin, cada una a sumanera, del modo como acabamos (Pg.50) de ver, en su fecundidad y, a la vez, en susinsuficiencias, piden por una Teora de la Organizacin. La Biologa moderna, de

    manera correlativa, ha pasado del organicismo al organizacionismo. Para Piaget, lacuestin est ya planteada: Hemos, finalmente, venido a plantear al concepto deorganizacin como concepto central de la Biologa. (J. Piaget, Biologie etconnaissance, Pars, Gallimard, 1967. Biologa y conocimiento, Madrid, Siglo XXI,1977)Pero Francois Jacob entiende que la Teora General de las Organizaciones no est anelaborada, sino por edificarse.La organizacin, nocin decisiva, apenas entrevista, no es an, si s me permite decirlo,un concepto organizado. Esta nocin puede elaborarse a partir de una complejizacin yde una concretizacin del sistemismo, y aparecer todava como un desarrollo, an nologrado, de la Teora de Sistemas; puede tambin decantarse a partir del organicismo,

    a condicin de que haya una limpieza y una modelizacin que hagan aparecer .a laorganizacin en el organismo.

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    Importa sealar, desde ahora, la diferencia de nivel entre el organizacionismo, al quecreemos necesario, y el organicismo tradicional. El organicismo es un conceptosincrtico, histrico, confuso, romntico. Parte del organismo concebido como totalidadarmoniosamente organizada, si bien lleva en s mismo al antagonismo y a la muerte.Partiendo del organismo, el organicismo hace de l el modelo ya sea de macrocosmos

    (concepcin organicista del universo), ya sea de la sociedad humana; as es que toda unacorriente sociolgica, en el siglo ltimo, quiso ver en la sociedad una analoga delorganismo animal, investigando minuciosamente las equivalencias entre vida biolgicay vida social.Pero el organizacionismo no se esfuerza por revelar las analogas fenomnicas, sino por encontrar los principios (Pg.51) de organizacin comunes, los principios de evolucinde esos principios, los caracteres de su diversificacin. De all en ms, y slo a partir deall, las analogas fenomnicas pueden, eventualmente, encontrar algn sentido.Pero por ms opuestos que sean, organizacionismo y organicismo tienen algnfundamento comn. La nueva conciencia ciberntica no reniega de la analoga, que elorganicismo se funde sobre la analoga no implica que sta deba generarnos rechazo. Esms bien porque haba analogas planas y triviales, porque no haba fundamento terico para esas analogas, que el organicismo debe ser criticado.Como dice Judith Schlanger en su notable trabajo sobre el organicismo: Lasequivalencias minuciosas entre la vida biolgica y la vida social, tal como las diseanSchaffle, Lilienfeld, Worms, y aun Spencer, sus aproximaciones trmino a trmino, noson el soporte de la analoga, sino su espuma. (J. Schlanger Les mtaphores del'organisme, Pars, Vrin, 1971, p. 35.)Pero ese soporte es, venimos de decirlo, una concepcin a la vez confusa y rica de latotalidad orgnica.Acabamos de denunciar el romanticismo de esta concepcin, ahora conviene que noscorrijamos. El organicismo romntico, como aqul del Renacimiento, como aqul del pensamiento chino (Needham 1973), ha pensado siempre que el organismo obedece auna organizacin compleja y rica, que no puede ser reducida a leyes lineales, a principios simples, a ideas claras y distintas, a una visin mecanicista. Su virtud est enla intuicin de que la organizacin vital no puede ser comprendida con la misma lgicaque la organizacin de la mquina artificial, y que la originalidad lgica del organismose traduce en la complementariedad de trminos que, segn la lgica clsica, sonantagonistas, mutuamente rechazantes, contradictorios. El organicismo, en una palabra,supone una organizacin completa y rica, pero no la propone.El organismo es tambin una mquina en el sentido (Pg.52) en que ese trminosignifica totalidad organizada, pero de un tipo diferente al de las mquinas artificiales,

    ya que la alternativa al reduccionismo no est en un principio vital, sino en una realidadorganizacional viviente. Vemos aqu hasta qu punto estamos totalmente desfasados conrespecto a las alternativas tradicionales: mquina/organismo, vitalismo/reduccionismo.

    Pero si uno decide complementar la nocin de organizacin con la de organismo, si la primera no es estrictamente reduccionista, analtica, mecanstica, si la segunda no essolamente totalidad portadora de un misterio vital inexpresable, nos podemos entoncesaproximar un poco ms al problema de lo viviente. Porque es justamente con la vidaque la nocin de organizacin toma un espesor organsmico, se vuelve un misterioromntico. Es all donde aparecen los rasgos fundamentales inexistentes en lasmquinas artificiales: una relacin nueva con respecto a la entropa, es decir una aptitud,

    que no sera ms que temporaria, para crear neguentropa, a partir de la entropa misma;una lgica mucho ms compleja y sin duda diferente de aquella de toda mquina

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    artificial. Finalmente, ligado indisolublemente a los dos rasgos que acabamos deenunciar, est el fenmeno de la auto-organizacin.

    La auto-organizacin.

    La organizacin viviente, es decir la auto-organizacin, est ms all de las posibilidades actuales de aprehensin de la Ciberntica, la Teora de Sistemas, la Teorade la Informacin (por supuesto, del Estructuralismo...) y aun del concepto mismo deorganizacin, tal como aparece en su desarrollo ms avanzado, en Piaget, donde permanece ciego a su pequeo prefijo recursivo auto cuya importancia tantofenomnica como epistemolgica se nos revelar como capital. (Pg.53)Es en otra parte que el problema de la auto-organizacin emerge: por una parte, a partir de la Teora de los Autmatas auto-reproductores (self-reproducing autmata) y, por otra parte, a partir de una tentativa de teora meta-ciberntica (self-organizing systems).En el primer sentido es la reflexin genial de von Neumann la que presenta los principios fundamentales. (J. von Neumann, Theory of Self-Reproducing Autmata,1966, university of Illinois Press, Urbana.)En el segundo sentido, los alcances tericos fueron audazmente ensayados a lo largo detres encuentros, notablemente por Ashby, von Foerster Grottard Gunther y algunosotros.Pero la suerte de la teora de la auto-organizacin fue doblemente infortunada conrespecto a la Ciberntica, como se dijo, fue la aplicacin a las mquinas artificiales laque hizo la fortuna de la Ciberntica y atrofi su desarrollo terico. Pero, si bien esconcebible en principio construir una teora de una mquina artificial auto-organizada yauto-reproductora, el estado de la tecnologa y de la teora haca y an haceinconcebible actualmente la posibilidad de crear tal mquina. Como revancha, la teorade la auto-organizacin estaba hecha para comprender lo viviente. Pero permanecidemasiado abstracta, demasiado formal para tratar los datos y los procesos fsico-qumicos que hacan a la originalidad de la organizacin viviente. De all que la teorade la auto-organizacin no poda an aplicarse a nada prctico. Al mismo tiempo, loscrditos cesaron pronto de alimentar al primer esfuerzo terico, y los investigadores,surgidos ellos mismos de disciplinas diversas, se dispersaron.Por otra parte la teora de la auto-organizacin necesitaba una revolucinepistemolgica ms profunda an que aqulla de la Ciberntica. Y eso contribuy adetenerla en sus posiciones de partida. De todos modos, hay posiciones (Pg.54) de partida, si bien no se puede hablar verdaderamente de teora.

    1. Para empezar, Schrdinger puso de relieve desde 1945 la paradoja de la organizacinviviente, que no parece obedecer al segundo principio de la Termodinmica.2. Von Neumann inscribi la paradoja en la diferencia entre la mquina viviente (auto-organizadora) y la mquina artefacto (simplemente organizada). En efecto, la mquinaartefacto est constituida por elementos extremadamente fiables (un motor de coche, por ejemplo, est constituido por piezas verificadas, y hechas de la materia ms duradera yms resistente posible en funcin del trabajo que deben realizar). De todos modos, lamquina, en su conjunto, es mucho menos fiable que cada uno de sus elementostomados aisladamente. En efecto, basta una alteracin en uno de sus constituyentes paraque el conjunto se trabe, deje de funcionar, y no pueda repararse ms que a travs deuna intervencin exterior (el mecnico).

    Por el contrario, otro es el caso con la mquina viviente (auto-organizada). Suscomponentes son muy poco confiables: son molculas que se degradan muy

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    rpidamente, y todos los rganos estn, evidentemente, constituidos por esas molculas;al mismo tiempo, vemos que en un organismo las molculas, como las clulas, muereny se renuevan, a tal punto que un organismo permanece idntico a s mismo aunquetodos sus constituyentes se hayan renovado. Hay, por lo tanto, opuestamente al caso dela mquina artificial, gran confiabilidad del conjunto y dbil confiabilidad de los

    constituyentes.Esto muestra no solamente la diferencia de naturaleza, de lgica, entre los sistemasauto-organizados y los otros, sino que muestra tambin que hay un lazo consustancialentre desorganizacin y organizacin compleja, porque el fenmeno de desorganizacin(entropa) prosigue su curso en lo viviente, ms rpidamente an que en (Pg.55) lamquina artificial; pero, de manera inseparable, est el fenmeno de reorganizacin(neguentropa). All est el lazo fundamental entre entropa y neguentropa, que no tienenada de oposicin maniquea entre dos entidades contrarias; dicho de otro modo, el lazoentre vida y muerte es mucho ms estrecho, profundo, que lo que hubiramos algunavez podido, metafsicamente, imaginar. La entropa, en un sentido, contribuye a laorganizacin que tiende a arruinar y, como veremos, el orden auto-organizado no puedecomplejizarse ms que a partir del desorden o, ms an, a partir del ruido (vonFoerster), porque estamos en un orden informacional.Ese es un fundamento de la auto-organizacin, y el carcter paradjico de esta proposicin nos muestra que el, orden de lo viviente no es simple, no depende de lalgica que aplicamos a todas las cosas mecnicas, sirio que postula una lgica de lacomplejidad.

    3. La idea de auto-organizacin opera una gran mutacin en el status ontolgico delobjeto, que va ms all de la ontologa ciberntica.a) Ante todo, el objeto es fenomnicamente individual, lo que constituye una rupturacon los objetos estrictamente fsicos dados en la naturaleza. La fsico-qumica estudia, por una parte, las leyes generales que rigen a esos objetos y, por otra parte, sus unidadeselementales, la molcula, el tomo, que estn a partir de all aislados de su contextofenomnico (es decir, que hay disociacin del ambiente, juzgado siempre como prescindible). Los objetos fenomnicos del universo estrictamente fsico-qumico notienen un principio de organizacin interno. Por el contrario, para los objetos auto-organizadores, hay adecuacin total entre la forma fenomnica y el principio deorganizacin. Ese aspecto, tambin en este caso, disocia las perspectivas entre loviviente y lo no viviente. Ciertamente, el objeto ciberntico, tratndose de la mquinaartificial, dispone (Pg.56) de una organizacin ligada a su principio de organizacin; pero ese principio de organizacin es externo, es debido al hombre. Es aqu que la

    individualidad del sistema viviente se distingue de aquella de otros sistemascibernticos. b) En efecto, est dotado de autonoma, autonoma ciertamente relativa, debemosrecordarnos (sin cesar), pero autonoma organizacional, organsmica y existencial. Laauto-organizacin es, efectivamente, una meta-organizacin con respecto a los rdenesde organizacin preexistentes con respecto, evidentemente, a aquellos de las mquinasartificiales. Esa extraa relacin, esta coincidencia entre lo meta y lo auto merecemeditacin. En este caso, somos llevados a inocular en el objeto, mucho ms profundamente que lo que lo haca la Ciberntica, algunos de los privilegios que, hastaahora, eran del sujeto; lo que nos permite, al mismo tiempo, entrever cmo lasubjetividad humana puede encontrar sus fuentes, sus races, en el as llamado mundo

    objetivo.

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    Pero, al mismo tiempo que el sistema auto-organizador se desprende del ambiente y sedistingue de l, y de all su autonoma y su individualidad, se liga tanto ms a eseambiente al incrementar la apertura y el intercambio que acompaan a todo progreso dela complejidad: es auto-eco-organizador. Mientras que el sistema cerrado no tiene nadade individualidad, ni de intercambio que acompaan a todo progreso de la complejidad:

    es auto-eco-organizador. Mientras que el sistema cerrado no tiene nada deindividualidad, ni de intercambios con el exterior, y establece relaciones muy pobrescon el ambiente, el sistema auto-eco-organizador tiene su individualidad misma ligada arelaciones muy ricas, aunque dependientes, con el ambiente. Si bien ms autnomo, estmenos aislado. Necesita alimentos, materia/energa, pero tambin informacin, orden(Schrdinger). El ambiente est, de pronto, dentro de l y, como veremos, juega un rolco-organizador. El sistema (Pg.57) auto-eco-organizador no puede, entonces, bastarsea s mismo, no puede ser totalmente lgico ms que introduciendo, en s mismo, alambiente ajeno. No puede completarse, cerrarse, bastarse a s mismo.

    La complejidad

    La idea de complejidad estaba mucho ms diseminada en el vocabulario comn que enel cientfico. Llevaba siempre una connotacin de advertencia al entendimiento, una puesta en guardia contra la clarificacin, la simplificacin, la reduccin demasiadorpida. De hecho, la complejidad tena tambin delimitado su terreno, pero sin la palabra misma, en la Filosofa: en un sentido, la dialctica, y en el terreno lgico, ladialctica hegeliana, eran su dominio, porque esa dialctica introduca la contradicciny la transformacin en el corazn de la identidad.En ciencia, sin embargo, la complejidad haba surgido sin decir an su nombre, en elsiglo XX, en la micro-fsica y en la macro-fsica. La microfsica abra una relacincompleja entre el observador y lo observado, pero tambin una nocin ms quecompleja, sorprendente, de la partcula elemental que se presenta al observador ya seacomo onda, ya como corpsculo. Pero la microfsica era considerada como caso lmite,como frontera... y se olvidaba que esa frontera conceptual concerna de hecho a todoslos fenmenos materiales, incluidos los de nuestro propio cuerpo y los de nuestro propiocerebro. La macro-fsica, a su vez, haca depender a la observacin del lugar delobservador y complejizaba las relaciones entre tiempo y espacio concebidas, hastaentonces, como esencias trascendentes e independientes.Pero esas dos complejidades micro y macrofsicas eran rechazadas a la periferia denuestro universo, si bien se ocupaban de fundamentos denuestra physis y de caracteres(Pg.58) intrnsecos de nuestro cosmos. Entre ambas, en el dominio fsico, biolgico,

    humano, la ciencia reduca la complejidad fenomnica a un orden simple y a unidadeselementales. Esa simplificacin, repitmoslo, haba nutrido al impulso de la cienciaoccidental desde el siglo XVII hasta fines del siglo XIX. En el siglo XIX y a comienzosdel XX, la estadstica permiti tratar la interaccin, la interferencia. (El nico ideal erael de aislar las variables en juego en las interacciones permanentes en un sistema, peronunca el de considerar con precisin las interacciones permanentes del sistema. As, paradjicamente, los estudios ingenuos, en la superficie de los fenmenos, eran muchoms complejos, es decir, en ltima instancia, cientficos, que los pretenciosos estudioscuantitativos sobre estadsticas inmensas, guiadas por pilotos de poco cerebro. As loeran, digo con falta de modestia, mis estudios fenomnicos que intentaban aprehender lacomplejidad de una transformacin social multidimensional en una comunidad de

    Bretaa o, los estudios en vivo del florecimiento de los acontecimientos de Mayo del68. Yo no tena por mtodo nada ms que tratar de aclarar los mltiples aspectos de los

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    fenmenos, e intentar aprehender las relaciones cambiantes. Relacionar, relacionar siempre, era un mtodo ms rico, incluso a nivel terico, que las teoras blindadas,guarnecidas epistemolgica y lgicamente, metodolgicamente aptas para afrontar loque fuere salvo, evidentemente, la complejidad de lo real.)

    Se trat de refinar, de trabajar variancia y covariancia, pero siempre de un modoinsuficiente, y siempre dentro de la misma ptica reduccionista que ignora la realidaddel sistema abstracto de donde surgen los elementos a considerar.Es con Wiener y Ashby, los fundadores de la Ciberntica que la complejidad entraverdaderamente en escena en la ciencia. Es con von Neumann que, por primera vez, elcarcter fundamental del concepto de complejidad aparece enlazado con los fenmenosde auto-organizacin.Qu es la complejidad? A primera vista, es un fenmeno cuantitativo, una cantidadextrema de interacciones e interferencias entre un nmero muy grande de unidades. Dehecho, todo sistema auto-organizador (viviente), hasta el ms simple, combina unnmero muy grande de unidades, del orden del billn, ya sean molculas en una clula,clulas en un organismo [ms de diez billones de (Pg.59) clulas en el cerebrohumano, ms de treinta billones en el organismo].Pero la complejidad no comprende solamente cantidades de unidades e interaccionesque desafan nuestras posibilidades de clculo; comprende tambin incertidumbres,indeterminaciones, fenmenos aleatorios. En un sentido, la complejidad siempre estrelacionada con el azar. De este modo, la complejidad coincide con un aspecto deincertidumbre, ya sea en los lmites de nuestro entendimiento, ya sea inscrita en losfenmenos. Pero la complejidad no se reduce a la incertidumbre, es la certidumbre en elseno de los sistemas ricamente organizados. Tiene que ver con los sistemas semi-aleatorios cuyo orden es inseparable de los azares que incluyen. La complejidad est asligada a una cierta mezcla de orden y de desorden, mezcla ntima, a diferencia delorden/desorden estadstico, donde el orden (pobre y esttico) reina a nivel de lasgrandes poblaciones, y el desorden (pobre, por pura indeterminacin) reina a nivel delas unidades elementales.Cuando la Ciberntica reconoci la complejidad fue para rodearla, para ponerla entre parntesis, pero sin negarla: era el principio de la caja negra (black-box); seconsideraban las entradas en el sistema (inputs) y las salidas (outputs), lo que permitaestudiar los resultados del funcionamiento de un sistema, la alimentacin quenecesitaba, relacionar inputs y outputs, sin entrar, sin embargo, en el misterio de la cajanegra.Pero el problema terico de la complejidad es el de la posibilidad de entrar en las cajas

    negras. Es el de considerar la complejidad organizacional y la complejidad lgica. Eneste caso, la dificultad no est solamente en la renovacin de la concepcin del objeto,sino que est en revertir las perspectivas epistemolgicas del sujeto, es decir, elobservador cientfico; lo propiamente cientfico era, hasta el presente, eliminar laimprecisin, la ambigedad, la contradiccin. Pero hace falta aceptar una ciertaimprecisin (Pg.60) y una imprecisin cierta, no solamente en los fenmenos, sinotambin en los conceptos, y uno de los grandes progresos de las matemticas de hoy esel de considerar los fuzzy sets , los conjuntos imprecisos (cf. Abraham Moles, Lessciences de limprecis, Du Seuil, 1990)Una de las conquistas preliminares en el estudio del cerebro humano es la decomprender que una de sus superioridades sobre la computadora es la de poder trabajar

    con lo insuficiente y lo impreciso; hace falta, de ahora en ms, aceptar una ciertaambigedad y una ambigedad cierta (en la relacin sujeto/objeto, orden/desorden,

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    auto/hetero-organizacin. Hay que reconocer fenmenos inexplicables, como la libertado la creatividad, inexplicables fuera del cuadro complejo que permite su aparicin. Von Neumann ha mostrado el acceso lgico a la complejidad. Trataremos de recorrerlo, perono somos los dueos de las llaves del reino, y es all donde nuestro viaje permanecerinacabado. Vamos a entrever esa lgica, a partir de ciertas caractersticas exteriores,

    vamos a definir algunos de sus rasgos ignorados, pero no llegaremos a la elaboracin deuna nueva lgica, sin saber si sta est fuera de nuestro alcance provisoriamente, o parasiempre. Pero de lo que s estamos persuadidos es de que si bien nuestro aparato lgico-matemtico actual se adapta a ciertos aspectos de la realidad fenomnica, no seadapta a los aspectos verdaderamente complejos. Esto significa que debe desarrollarse ysuperarse en direccin a la complejidad. Es all donde, a pesar de su sentido profundo dela lgica de la organizacin biolgica, Piaget se detiene a orillas del Rubicn, y no busca ms que acomodar la organizacin viviente (reducida esencialmente a laregulacin), a la formalizacin lgico-matemtica ya constituida. Nuestra nicaambicin ser la de pasar el Rubicn y aventurarnos en las nuevas tierras de lacomplejidad.Trataremos de ir, no de lo simple a lo complejo, sino de la complejidad hacia an mscomplejidad. Lo simple, (Pg.61) repitmoslo, no es ms que un momento, un aspectoentre muchas complejidades (microfsica, macrofsica, biolgica, psquica, social).Trataremos de considerar las lneas, las tendencias de la complejizacin creciente, loque nos permitir, muy groseramente, determinar los modelos de baja complejidad,mediana complejidad, alta complejidad, en funcin de desarrollos de la auto-organizacin (autonoma, individualidad, riquezas de relacin con el ambiente,aptitudes para el aprendizaje, inventiva, creatividad, etc.).Pero, finalmente, llegaremos a considerar, a partir del cerebro humano, los fenmenosverdaderamente sorprendentes de muy alta complejidad, y a proponer como nocinnueva y capital para considerar el problema humano, a la hipercomplejidad.

    El sujeto y el objeto.

    As es que, con la teora de la auto-organizacin y la de la complejidad, tocamos lossustratos comunes a la Biologa y a la Antropologa, al margen de todo biologismo y detodo antropologismo. Nos permiten, al mismo tiempo, situar los niveles de complejidaddiferentes en que se ubican los seres vivientes, incluido el nivel de muy altacomplejidad y tal vez de hipercomplejidad propio del fenmeno antropolgico.Tal teora nos permite revelar la relacin entre el universo fsico y el universo biolgico,y asegura la comunicacin entre todas las partes de eso que llamamos lo real. Las

    nociones de Fsica y de Biologa no deben ser reificadas. Las fronteras del mapa noexisten en el territorio, sino sobre el territorio, con alambres de pa y aduaneros. Si elconcepto de Fsica se agranda, se complejiza, todo es, entonces, Fsica. Digo, entonces,que la Biologa, la Sociologa, la Antropologa, son ramas particulares de la Fsica;asimismo, si el concepto de Biologa se agranda, se complejiza, (Pg.629 todo aquelloque es sociolgico y antropolgico es, entonces, biolgico. La Fsica, as como laBiologa, dejan, de ser reduccionistas, simplificadoras y se vuelven fundamentales. Estoes casi incomprensible cuando uno est en el paradigma disciplinario en el cual laFsica, la Biologa, la Antropologa, son cosas distintas, separadas, no comunicantes.Se trata, de hecho, de una apertura terica, de una teora abierta que vamos aesforzarnos por elaborar. El lector ya puede ver que esa teora permite la emergencia, en

    su propio campo, de aquello que haba sido hasta ahora rechazado fuera de la ciencia: elmundo y el sujeto. La nocin de sistema abierto se abre, en efecto, no solamente sobre

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    la Fsica, por mediacin de la Termodinmica, sino, ms amplia, ms profundamentesobre la physis es decir, sobre la naturaleza ordenada/desordenada de la materia, sobreun devenir fsico ambiguo que tiende a la vez al desorden (entropa) y a la organizacin(constitucin de sistemas cada vez ms complejos). Al mismo tiempo, la nocin desistema abierto llama a la nocin de ambiente, y all aparece, no ms solamente la

    physis como fundamento material, sino el mundo como horizonte de realidad ms vasto,abierto ms all al infinito (porque todo eco-sistema puede volverse sistema abiertodentro de otro eco-sistema ms vasto, etc.); as es que la nocin de eco-sistema, deagrandamiento en agrandamiento, se extiende por todos los azimuts, por todos loshorizontes.El sujeto emerge al mismo tiempo que el mundo. Emerge desde el punto de partidasistmico y ciberntico, all donde un cierto nmero de rasgos propios de los sereshumanos (finalidad, programa, comunicacin, etc.) son incluidos en el objeto-mquina.Emerge, sobre todo, a partir de la auto-organizacin, cuando autonoma, individualidad,complejidad, incertidumbre, ambigedad, se vuelven los caracteres propios del objeto.Cuando, sobre todo, el trmino auto lleva en s la raz de la subjetividad.(Pg.63)

    Parte 3. El paradigma de complejidad.

    [De Culture, signes, critiques, Presses de l'Universit de Qubec, 1988 (CahiersRecherches et thories, Coleccin Symbolique et idologie, nro. S 16), pp. 65-87.Textos publicados bajo la direccin de Josiane Boulad-Ayoub.]

    No hace falta creer que la cuestin de la complejidad se plantea solamente hoy en da, a partir de nuevos desarrollos cientficos. Hace falta ver la complejidad all donde ella parece estar, por lo general, ausente, como, por ejemplo, en la vida cotidiana.La complejidad en ese dominio ha sido percibida y descrita por la novela del siglo xix ycomienzos del XX. Mientras que en esa misma poca, la ciencia trataba de eliminar todo lo que fuera individual y singular, para retener nada ms que las leyes generales ylas identidades simples y cerradas, mientras expulsaba incluso al tiempo de su visin delmundo, la novela, por el contrario (Balzac en Francia, Dickens en Inglaterra) nosmostraba seres singulares en sus contextos y en su tiempo. Mostraba que la vidacotidiana es, de hecho, una vida en la que cada uno juega varios roles sociales, deacuerdo a quien sea en soledad, en su trabajo, con amigos o con desconocidos. Vemosas que cada ser tiene una multiplicidad de identidades, una multiplicidad de personalidades en s mismo, un mundo de fantasmas y de sueos que acompaan su

    vida. Por ejemplo, el tema del monlogo interior, tan importante en la obra de Faulkner,era parte de esa complejidad. Ese inner-speech, esa palabra permanente es revelada por la literatura y por la novela, del mismo modo que sta nos revel tambin qu cada unose conoce muy poco a s mismo: [Pg.87] en ingls, se llama a eso self-deception, elengao de s mismo. Slo conocemos una apariencia del s mismo; uno se engaaacerca de s mismo. Incluso los escritores ms sinceros, como Jean-Jacques Rousseau,Chateaubriand, olvidan siempre, en su esfuerzo por ser sinceros, algo importante acercade s mismos.La relacin ambivalente con los otros, las verdaderas mutaciones de personalidad comola ocurrida en Dostoievski, el hecho de que somos llevados por la historia sin saber mucho cmo sucede, del mismo modo que F