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Page 1: Monkton El Loco y Otros Cuentos  Wilkie Collins
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EncabezadaporMonktonel loco, los cuentos reunidosenestaantologíadeWilkieCollins,autor coetáneo y amigo personal deCharlesDickens—no en vano, fue al autor deOliverTwist a quien le debe haberse dado a conocer popularmente—, tienen en común un tonosocarrón,queenocasionestiendeinclusoaloparódico,yunmarcadoacentocotidiano.

EnsuspáginassepuedeapreciarelinstintodeCollinsparaelsuspenseysuhabilidadparaalargar,retorcer,hilvanaryreinventarsusenrevesadastramas,quelehicieronmerecedordeelogioyadmiraciónporpartedeautores tandisparescomoT.S.EliotoJorgeLuisBorges,quienleteníaporel«maestrodelaintriga».

UnosrelatosalosqueFidelMartínezsehaacercadoconrespetoypasión,apartesiguales,pararegalarnosunasilustracionesconevocadorestrazosnegrosygrisessobreblancoque,aunqueremitenamaestrosdeldibujocomoAlbertoBrecciaoJoséMuñoz,demuestranunamanifiestapersonalidadpropia.

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WilkieCollins

MonktonellocoyotroscuentosePubr1.0

Oxobuco16.12.14

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MonktonellocoTítulooriginal:MadMonkton,1855

UnacamaterriblementeextrañaTítulooriginal:ATerriblyStrangeBed,1852

LaseñoritaJérometteyelclérigoTítulooriginal:MissJerometteAndTheClergyman,1875

LaseñoraZantyelfantasmaTítulooriginal:Mrs.ZantAndTheGhost,1879

¡Revientaconelbergantín!Títulooriginal:BlowUpWithTheBrig!,1859

LamujerdelsueñoTítulooriginal:TheDreamWoman,1855

LamanomuertaTítulooriginal:TheDeadHand,1857

WilkieCollins,1852-1879Traducción:ÓscarPalmerIlustraciones:FidelMartínez

Editordigital:OxobucoePubbaser1.2

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MONKTONELLOCO

I

LosMonkton de la abadía deWincot no tenían excesiva fama de sociables en nuestro condado.Nuncaacudíandevisitaalascasasdeotrasfamiliasynuncarecibieronbajosupropiotechoanadiequenofuesemipadreounadamaysuhijaquevivíancercadesuresidencia.

Sin duda eran orgullosos, y sin embargo no era el orgullo, sino el temor, lo que los manteníaapartadosde susvecinos.La familiahabíapadecidodurantegeneracionesunhorrible casode locurahereditaria, y sus miembros se mostraban reacios a pasear su desgracia frente a otros, tal y comotendríanquehaberlaexpuestodehaberseentremezcladoconelajetreadomundoquelosrodeaba.Existeuna terrible historia acerca de un crimen cometido hace mucho tiempo por dos Monkton, unacontecimientoqueparecióprecederalprimercasodelocura;peronoseránecesariosobresaltaranadierelatándolo aquí. Baste decir que, a intervalos, casi todas las formas conocidas de demencia semanifestaronendiversosmiembrosdelafamilia,siendolamonomaníasuexpresiónmásfrecuente.Fuea travésdemipadrecomotuvenoticiadeestoshechos,y tambiéndeunparmásqueaún tengoquerelatar.

DurantemijuventudyanoquedabansinotresMonktonenlaabadía:elseñorylaseñoraMonkton,ysuhijo,Alfred,elherederodelapropiedad.Elotrorepresentantevivodeestarama,lamásantiguadela familia, era el hermano pequeño del señor Monkton, Stephen. Era este un hombre soltero, y enposesión de una estimable finca en Escocia, pero vivía casi de continuo en el continente y teníareputacióndelibertinoydesvergonzado.LafamiliadeWincotmanteníaconélcasitantocontactocomoconsusvecinos.

Yahemencionadoamipadre,yaunadamayasuhija,comolosúnicosprivilegiadosalosqueselespermitíaelaccesoalaabadíadeWincot.

MipadrehabíasidounviejocompañerodeinstitutoyuniversidaddelseñorMonkton,yelazarloshabíaunidocontantafrecuenciaensuvidaposteriorquesuintimidaderacompletamentecomprensible.Para loqueyano estoy tan capacitado esparadescribir los términos amistosos en losque la señoraElmslie(ladamaalaquehealudido)serelacionabaconlosMonkton.SufallecidoesposohabíasidoparientelejanodelaseñoraMonkton,ymipadreeraeltutordesuhija.Peroestasdemostracionesdeamistad y respeto nuncame parecieron lo suficientemente intensas como para explicar la intimidadentre la señora Elmslie y los ocupantes de la abadía. Sin embargo, ciertamente compartían unaintimidady,asudebidotiempo,elconstanteintercambiodevisitasentrelasdosfamiliasacabópordarsusfrutos:elhijodelseñorMonktonylahijadelaseñoraElmsliesesintieronmutuamenteatraídos.

Yonotuveoportunidaddevermuyamenudoalajoven;únicamentelarecuerdoenaquelentoncescomounachicadelicada,dulceyagradable.Exactamenteelpoloopuestoenapariencia,yalparecertambién en carácter, de AlfredMonkton. Pero quizá fuera esa una de las razones por las cuales seenamoraron.Laatracciónentreambosprontofuedescubiertayaprobadaporsuspadres.Entodoslospuntos esenciales, excepto el de la riqueza, los Elmslie podían compararse perfectamente con losMonkton,yparaelherederodeWincotlanecesidaddequelanoviarecibieraunabuenadoteresultabadeltodoirrelevante.Eradeconocimientocomúnque,alamuertedelseñorMonkton,Alfredrecibiría

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unestipendiodetreintamillibrasanuales.Deestemodo,aunque lospadresdeambaspartescoincidieronenque los jóvenesaúnnoeran lo

suficientementemayoresparacasarsedeinmediato,novieronrazónalgunaporlaqueAdayAlfrednopudierancomprometerse,conelentendimientodequenoseuniríanenmatrimoniohastaqueeljovenMonktoncumplieralamayoríadeedad,algoparaloqueaúnfaltabandosaños.Mipadre,encalidaddetutor deAda, fue la únicapersona con la que las dos familias consultaron el asunto.Él sabíaque ladesgraciadelafamiliadelaabadíasehabíamanifestadohacíaalgunosañosenlaseñoraMonkton,queeraprimadesuesposo.Laenfermedad, talycomose laaludíaennuestrocírculo,habíaconseguidopaliarse gracias a un cuidadoso tratamiento, y había sidodadapor superada.Peromi padre no iba adejarseengañar.Sabíaperfectamentequelacorrupciónhereditariaseguíaacechando;contemplabaconhorrorlamásqueprobableposibilidaddequealgúndíareaparecieraenlaprogeniedelaúnicahijadesuamigo,ysenegósincontemplacionesadarsuconsentimientoalcompromiso.

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ElresultadofuequeselecerrarontantolaspuertasdelaabadíacomolaspuertasdelacasadelaseñoraElmslie.Pocotiempodespuésdeaquellainterrupcióndesuamistad,laseñoraMonktonmurió.Sumarido,quesesentíamuypróximoaella,cogióunviolentocatarromientrasasistíaasufuneral.Elcatarronofuetratadoadecuadamenteyleafectóalospulmones.Enapenasunpardemesessiguióasuesposaalatumba,yAlfredquedóenposesióndelaenormeyviejaabadíaydetodoslosterrenosqueseextendíanasualrededor.

Enaquelmomento,laseñoraElmslietuvolapocadelicadezadeempeñarseporsegundavezenquemipadredierasuconsentimientoalaboda.Élvolvióanegarsedeunmodomásenérgicoaúnqueenlaprimera ocasión. Pasómás de un año. Elmomento en queAlfred alcanzaría lamayoría de edad seaproximabaconrapidez.YoregresédelauniversidadparapasarlasvacacionesencasaehicealgunosavancesdestinadosamejorarmirelaciónconeljovenMonkton.

Misavancesfueronrechazados.Concompletacorrección,cierto;pero,aunasí,deunmodotalquesugeríaclaramentequemeguardaradevolveraintentarofrecerlemiamistad.Cualquierdisgustoquehubiera podido sentir a causa de aquelmezquino rechazo quedó borrado demimente debido a unaverdaderadesgraciaqueacaecióenelsenodemifamilia.Hacíayaalgunosmesesquelasaluddemipadresehabía idodeteriorando,y,precisamenteenelmomentoalqueestoyhaciendoreferencia,sushijostuvieronquelamentarlairreparablecalamidadquesupusosumuerte.

DebidoaalgunainformalidadoerroreneltestamentodeldifuntoseñorElmslie,estacontingenciadejó el futuro de Ada enteramente a disposición de su madre. La consecuencia fue la inmediataratificacióndelcompromisomatrimonialalquecontantavehemenciasehabíaopuestomipadre.Tanpronto como el acontecimiento se anunció públicamente, algunos de los amigosmás cercanos de laseñoraElmslie,queestabanal tantode lossucesos referentesa la familiaMonkton,seaventuraronaintercalar entre sus felicitaciones formales una o dos referencias a la difunta señoraMonkton y a ladisposicióndesuhijo.

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La señora Elmslie recibió siempre estas educadas indirectas con una única y enérgica respuesta:primero, admitía la existencia de aquellos rumores sobre losMonkton que sus amigos se resistían aespecificar;después,declarabaquenosetratabasinodeinfamescalumnias.Hacíageneracionesquelacorrupciónhereditariahabíadesaparecidode la familia.Alfredera elmejor, elmás amabley elmáscuerdodetodoslossereshumanos.Amabaelestudioylasoledad;Adasimpatizabaconsusgustosyhabíahechosueleccióndemodoimparcial;sialguienvolvieseapronunciarenvozaltaalgunaindirectaquepudiera implicar que sumadre estuviese sacrificándola al entregarla enmatrimonio, tal indirectasería tomada como un insulto personal hacia ella, pues poner en duda su afecto por Ada sería unamonstruosidad.Aquelmododehablarsilencióalagente,peronolaconvenció.Empezaronasospecharlo que de hecho no era sino la auténtica verdad, que la señora Elmslie era una mujer egoísta,materialista y codiciosa, que quería casar bien a su hija, sin que le importaran las consecuenciasmientraspudieseveraAdaconvertidaenlaseñoradelamayorposesióndelcondado.

Entodocaso,pareciócomosilafatalidadconspiraraparaevitarquelaseñoraElmslieconsiguieseelqueerasumayorobjetivoenlavida.Apenasacababadedesaparecer,debidoalamuertedemipadre,elprimerobstáculoalamalpredestinadaboda,cuandolesucedióotro,enformadeansiedadymalescausados por la delicada salud de Ada. Aunque fueron muchos los doctores consultados, todoscoincidieronenaconsejarqueelmatrimoniodebíaaplazarse,yquelaseñoritaElmsliedebíaabandonarInglaterraporuntiempoyresidirenunclimamástemplado,elsurdeFrancia,sinorecuerdomal.Deestemodo,justoantesdequeAlfredfueradeclaradomayordeedad,Adaysumadrepartieronhaciaelcontinente, por lo que entendimos que la unión entre los dos jóvenes había quedado pospuestaindefinidamente.

En la vecindad se despertó cierta curiosidad por lo que haría Alfred Monkton vistas lascircunstancias. ¿Acaso seguiría a su amada? ¿Iríade regatas? ¿Abriríapor fin laspuertasde laviejaabadíadeparenparysepropondríaolvidar laausenciadeAdayel retrasodesubodamedianteunsinfíndefestividades?Nohizonadadeeso.SencillamentepermanecióenWincot,llevandounmododevida tan sospechosamente extraño y solitario como el que había seguido su padre antes que él.Literalmente, no teníamás compañía en la abadía que la del viejo sacerdote que había sido su tutordesde la más tierna infancia (debería haber mencionado con anterioridad que los Monkton erancatólicosromanos).Cumpliólamayoríadeedad,yenWincotnisiquieraseorganizóunapequeñacenaprivadaparacelebrarelevento.Lasfamiliasdelvecindariodecidieronolvidarlaofensaqueleshabíahecho su padre mediante su reserva, y le invitaron a sus casas. Las invitaciones fueron rechazadaseducadamente.Unotrasotro,todoslosvisitantesquellamaronconresoluciónalaspuertasdelaabadíasevieronrechazadosconlamismaresolucióntanprontocomohubierondejadosustarjetasdevisita.Acausadeestacombinacióndeactitudsiniestrayagravante, lasgentesdelosalrededoresempezaronaagitarmisteriosamentelascabezascadavezquesemencionabaelnombredelseñorAlfredMonkton,mientrasaludíanaladesgraciafamiliarysepreguntabanmalhumoradamente,ocontristeza,segúnlesinclinasesu temperamento,quésería loquepodríaocuparlemes trasmesenaquellasolitariayviejacasa.

Larespuestacorrectaaesteinterrogantenofuefácildedescubrir.Resultabacompletamenteinútil,porejemplo,preguntarlealsacerdotealrespecto.Setratabadeunviejocaballero,correctoysilencioso,cuyas respuestas siempre eran excesivamente comedidas y educadas; pero, aunque parecían acarrearuna inmensa cantidad de información, todo elmundo observó que cuando se reflexionaba sobre lasmismas nada tangible podía extraerse de ellas. El ama de llaves, una extraña anciana de modales

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abruptos y repelentes, era demasiado fiera y taciturna para ser interrogada sin riesgos. Los pocossirvientesquehabíaenlacasallevabanconlafamiliaeltiemposuficientecomoparahaberaprendidoamantenerporlogeneralsusbocascerradasenpúblico.Soloatravésdeloslabriegosqueabastecíanlamesa de la abadía se pudo obtener alguna información; información que por otra parte resultó serexcesivamentevaga.

Algunos de ellos habían observado al «joven señor» recorriendo la biblioteca con montones depapelespolvorientosentrelasmanos.Otroshabíanoídoruidosextrañosenlaszonasdeshabitadasdelaabadía, habían mirado hacia arriba, y le habían visto forcejeando con las viejas ventanas, como siquisieraqueelairey la luzpenetraranenunashabitacionesquesehabíansupuestocerradasduranteaños y años; o le habían descubierto peligrosamente erguido sobre la cumbre de una de las torretassemiderruidas, a las que, que se recordara, nunca nadie había subido con anterioridad, debido a quepopularmenteselasconsiderabahabitadasporlosfantasmasdelosmonjesqueenelpasadofueronlospropietariosdeledificio.Elresultadodeestasobservacionesydescubrimientos,unavezextendidosporlacomarca,fueporsupuestolainstauracióndelafirmecreenciadequeel«pobrejovenMonktonestabasiguiendo el mismo camino que el resto de la familia había transitado antes que él». Opinión quesiempreparecióverserefrendadaenlamentepopularconlaconvicción(fundadaenningunapruebaenconcreto)dequeeraelsacerdotequienestabadetrásdetodaaquellamaldad.

Hastaaquíhehabladoapartirdeanécdotasquemefueroncontadas.Loquevoyanarrarahoraeselresultadodemipropiaexperiencia.

II

Unos cinco meses después de que Alfred Monkton se hiciera mayor de edad, yo abandoné launiversidadydecidídistraermeeinstruirmeunpocoviajandoalextranjero.

Cuando abandoné Inglaterra, el jovenMonkton aúnpracticaba suvidade recluso en la abadía, yestaba,enopiniónde todoelmundo,hundiéndose rápidamente, siesquenohabíasucumbidoyadeltodo,enlamaldiciónhereditariadesufamilia.EncuantoalasElmslie,losinformesdecíanquelasaluddeAdasehabíabeneficiadodesuviaje,yque,por tanto,madreehijaseencontrabanyadecaminohaciaInglaterraconlaintenciónderestablecerloslazosconelherederodeWincot.Antesdesuregreso,yoyahabíainiciadomisviajesparadedicarmeavagabundearpormediaEuropasinapenasplaneardeantemanolasrutasqueibaaseguir.LacasualidadquemehabíaguiadohastaentoncesmellevódeigualmodohastaNápoles.Allímeencontréconunviejocompañerodeinstituto,queeraunodelosattachésdelaembajadabritánica.YtambiénallícomenzaronlosextraordinarioshechosconectadosconAlfredMonktonqueformanelnúcleoprincipaldelahistoriaqueahoralesestoyrelatando.

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Unamañana,mientrasestabaperdiendoperezosamenteel tiempoconmiamigoelattaché en losjardines de Villa Reale, fuimos adelantados por un joven que caminaba solo y que intercambió unsaludoconmiacompañante.

Penséquehabía reconocido los ojos oscurosy ansiosos, lasmejillas descoloridas, y la expresiónnerviosayextrañamentevigilanteque recordabacomocaracterísticadel rostrodeAlfredMonkton,yestaba a punto de preguntarle a mi amigo sobre el tema, cuando se me adelantó revelándome lainformaciónquemeinteresaba.

—EsAlfredMonkton—dijo—.VienedetupartedeInglaterra.Deberíasconocerle.—Le conozco un poco—respondí—.La última vez que estuve en la comarca deWincot estaba

prometidoconlaseñoritaElmslie.¿Sehacasadoporfin?—No.Ynuncadeberíahacerlo.Haseguidolospasosdetodasufamilia.O,dichoclaramente,seha

vueltoloco.—¡Loco!Aunquenodeberíasorprendermealoírtepronunciaresaspalabrasdespuésde loquese

decíadeélenInglaterra.—Yonohabloapartirderumores.Habloapartirdeloquehadichoyhechoenmipresencia,yen

presenciadeotroscientosdepersonas.¿Habrásoídohablardeello,supongo?—Enabsoluto.HacíamesesquenorecibíanoticiasnideNápolesnideInglaterra.—Entoncestengoquecontarteunahistoriaextraordinaria.Porsupuesto,yasabrásqueAlfredtenía

untío,StephenMonkton.Puesbien,hacetiempo,estetíosebatióendueloenlosestadosromanosconunfrancésquelematódeuntiro.Supuestamente,tantolostestigoscomoelfrancés(queresultóileso)huyeronendistintasdirecciones.Aquínonosenteramosdeningúndetallesobreelduelohastaque,unmesmás tarde, unode losdiarios francesespublicóun informeal respecto, a partir deunospapelesdejadosporeltestigodeMonkton,queacababademorirenParísafectadoporlatisis.Aquellospapelesrevelabanelmodoenelquesehabíacelebradoeldueloycuálhabíasidosudesenlace,peronadamás.Elsegundotestigoyelfrancéshanpermanecidoenelanonimatodesdeentonces.Porlotanto,todoloquesabemosacercadeldueloesqueStephenMonktonrecibióundisparo;algodeloquenadiepodríalamentarse,puestoquejamásexistióuncanallamásgrande.Ellugarexactoenquemurió,yquésehizodespuésconelcadáver,sonmisteriosquenotienenposibilidaddedesvelarse.

—¿PeroquétienequevertodoestoconAlfred?—Espera unmomento y lo sabrás. Poco después de que las noticias sobre su tío llegaran hasta

Inglaterra, ¿qué crees que hizo Alfred? Canceló sus esponsales con la señorita Elmslie, a punto decelebrarseenaquelentonces,parapoderveniraquíabuscarlatumbadeesegranujadesgraciadoquetenía por tío.Y ningún poder terrenal será capaz de inducirle a regresar a Inglaterra y a la señoritaElmslie,hastaquehayaencontradoelcadáverypuedallevárseloconsigoparaenterrarlocontodoslosdemásMonktonenlacámaramortuoriaquehaybajolacapilladelaabadíadeWincot.Durantelostresúltimosmeseshaderrochadosudinero,haimportunadoalapolicía,ysehaexpuestoalridículofrentealoshombresyalaindignacióndelasmujeres,intentandoconseguirsulocopropósito,yactualmenteseencuentra tan lejos de cumplirlo como cuando llegó.No ha sido capaz de explicarle a nadie elmásmínimomotivoparasuconducta.Nopuedesreírtedeél,nitampocorazonar.Porpuracasualidad,meheenteradodequeenestosmomentos, justocuandonos lohemoscruzado,sedirigea laoficinadelministrodelInteriorparaintentarconvencerledequeenvíenuevosagentesainvestigareinterrogaralolargoyanchode losestadosromanos,enbuscadel lugarenelquedispararonasu tío.Yescúchamebien: durante todo este tiempo ha declarado una y otra vez estar apasionadamente enamorado de la

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señorita Elmslie, y sentirse completamentemiserable a causa de su separación. ¡Qué te parece eso!Piensadespuésqueesaseparaciónselahaautoimpuestoélmismoparaveniraquíaperseguirlosrestosdeungranujaqueeratodaunadesgraciaparalafamilia,yalquenovioenmásdedosocasionesensuvida,ydimesideentretodoslos«locosMonkton»,comolossuelenllamarenInglaterra,noesAlfredelmásdemente.Enrealidad,sehaconvertidoennuestraprincipalatracciónenestaaburridatemporadadeópera;aunque,pormiparte,cadavezquepiensoenesapobrechicaen Inglaterra,mesientomáspredispuestoadespreciarlequeareírmedeél.

—¿ConocesalasElmslie,entonces?—Íntimamente.ElotrodíamimadremeescribiódesdeInglaterra, trashaberlehechounavisitaa

Ada.EstaescapadadeMonktonhaofendidogravementea todos susamigos.Debendehaberestadointentandoconvencerladequerompiesesucompromiso,puesparecequetienederechoahacerlosiasílo deseara. Incluso sumadre, sórdida y egoísta como es, se ha visto obligada al fin, por decencia ysentido común, a ponerse del lado del resto de la familia; pero la buena y fielmuchacha no quieretraicionar aMonkton.Le quita hierro a su locura, dice que le dio una buena razón, en secreto, paramarcharse;ydicequesiemprepodráhacerlefelizcuandovuelvanaestar juntosen laviejaabadía,ymásfelizaúncuandosehayancasado;enresumen,queleamaapasionadamenteyqueporlotantolecreeráhastaelfinal.Nadapuedeconvencerladelocontrario;estádispuestaaentregarlesuvida,yasílohará.

—Esperoqueno.Pormásque suconductanospuedaparecerdemente, imaginoque sedeberáaalguna razón lógica, aunque no seamos capaces de imaginarla. ¿Parece tener problemas mentalescuandocharlasobretópicosordinarios?

—Enabsoluto.Cuandoconsiguesquedigaalgo,locualnosucedemuyamenudo,hablacomounhombresensibleybieneducado.Manténsilenciosobresupreciosabúsqueda,yleconsideraráselmásgentil y templado de los seres humanos. Pero toca el tema de su tío vagabundo y verás aflorar deinmediatolalocuradelosMonkton.Laotranoche,unadamalepreguntó,bromeandoporsupuesto,sihabíavistoelfantasmadesutío.Éllacontemplócomosifueraunperfectodemonio,ydijoquealgúndía tanto él como su tío le contestarían juntos, aunque tuvieran que volver desde el infierno parahacerlo. Todos nos reímos al oír sus palabras, pero la dama se desmayó ante su mirada y enconsecuenciatuvimosunapequeñaescenadehisterismoyagitación.Cualquierotrohombrehabríasidosacado a patadas de la sala por haberle dado un susto casi de muerte a una mujer hermosa; pero«Monkton el loco», tal y como le hemos bautizado aquí, es un lunático privilegiado en la sociedadnapolitana,porqueesinglés,esatractivo,yademásrecibetreintamillibrasalaño.Acudeatodaspartescreyendoqueexistelaposibilidaddeencontraraalguienquehubierasidodepositariodelsecretosobreel lugarenelquesecelebróelmisteriosoduelo.Si te lopresentan,puedesestar segurodeque te lopreguntaráaunquenosepasnadaalrespecto;peroguárdatedeseguirtratandoeltemadespuésdequelehayasrespondido,amenosquequierasasegurartedesacarledesuscasillas.Enesecaso,solohablarádesutío,yelresultadoestarálejosdesatisfacerte.

Undíaodosdespuésdehabermantenidoestaconversaciónconmiamigoelattaché,meencontréconMonktonenunafiestanocturna.

Enelmomentoenqueoyómencionarminombre,surostroseruborizó.Mecondujohastaunrincónapartado y, refiriéndose a la frialdad con la que había recibido hacía algunos años mi oferta deestablecer una relación amistosa,mepidió perdónpor lo que élmismo calificó de «una inexcusableingratitud», con una seriedad y un nerviosismo que me tomaron completamente por sorpresa. Su

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siguientepasofue,talycomoyamehabíaavisadomiamigo,preguntarmealrespectodellugarenelquesehabríacelebradoelmisteriosoduelo.

Mientrasmeinterrogaba,uncambioextraordinarioseprodujoensupersona.Enlugardemirarmedirectamentealacara,comohabíanhechohastaaquelmomento,susojossefijaronintensamente,casiconfiereza,bienenunaparedcompletamentedesnudaquenosflanqueabaobienenelespaciovacanteque se extendía entre la pared y nosotrosmismos (imposible decirlo con seguridad).Yo acababa dellegaraNápolesenunbarcoprocedentedeEspaña,yasíseloexpliquébrevemente,puesmeparecióelmejormododeindicarlesatisfactoriamentequenopodríaserledeningunaayuda.Élnoinsistió,yyo,teniendo en cuenta la recomendación de mi amigo, procuré llevar la conversación hacia temasgenerales. Volvió a mirarme directamente y, durante todo el tiempo que permanecimos en nuestrorincón,susojosnovolvieronavagabundearhacialadesnudaparedohaciaelespaciovacantequehabíaanuestrolado.

Aunquesiempremásdispuestoaescucharqueahablar,suconversación,cuandosurgía,noexhibíaelmásmínimorastrodelocura.Evidentemente,habíaleídomucho,nodeunmodogeneralistasinoenprofundidad, y era capaz de aplicar sus lecturas con singular felicidad amodode ilustraciónde casicualquier temaendiscusión, sin interponersusconocimientosdeunmodoabsurdo,niocultarlosconafectación.Susmodaleseranensímismostodaunaprotestacontraunapodocomoelde«Monktonelloco».Era tan tímido, tan callado, tan tranquiloy amable en todos sus actosque avecesunopodríahabersevistoinclinadoinclusoacalificarledeafeminado.Mantuvimosunalargacharladuranteaquellaprimera noche; después, nos vimos amenudo, y nunca dejamos pasar una sola oportunidad de irnosconociendomejor.Sentíquehabíaadquiridociertogustopormicompañíay,apesarde loquehabíaoídoacercadesucomportamientoparaconlaseñoritaElmslie,apesardelassospechasquesuhistorialfamiliarysupropiaconductahabíandespertado,«Monktonelloco»empezóagustarmetantocomoyole gustaba a él. Más de una vez cabalgamos en silencio por el campo, y a menudo navegamosrecorriendo las orillas de la bahía por ambos extremos. De no ser por dos incomprensiblesexcentricidadesensuconducta,prontomehabríasentidotanagustoensucompañíacomosisetratarademipropiohermano.

La primera de aquellas excentricidades consistió en la reaparición ocasional de aquella extrañaexpresiónensusojos,quehabíavistoporprimeravezcuandomehabíapreguntadosisabíaalgosobreelduelo.Noimportabadequéestuviéramoshablandoodóndeestuviéramos;habíaocasionesenlasquederepenteapartabalamiradademirostro,oraaunladooraalotro,perosiemprehaciaunlugarenelque no había nada que ver, y siempre con la misma intensidad y fiereza en sus ojos. Aquello seasemejaba tanto a la locura (o por lo menos a la hipocondría) que me daba miedo preguntarle alrespectoysiemprefingíanohabermedadocuenta.

Lasegundapeculiaridadensuconductafueque,mientrasestuvoenmicompañía,nuncahizounasola referenciaa loscomentariosdespertadosporsubúsquedaenNápoles,ynohablónienunasolaocasiónnidelaseñoritaElmslienidesuvidaenlaabadíadeWincot.Aquellonosolomesorprendió,sino que además asombró a todos aquellos que habían notado nuestra intimidad y que se habíanconvencidodequeyodebíadesereldepositariodetodossussecretos.Peroyaseacercabaelmomento.Aquelmisterio,y tambiénalgunosotroscuyaexistenciani siquierahabíasospechadohastaentonces,estabanapuntodeserrevelados.

Unanochemeencontréconél,enungranbaileorganizadoporunnoblerusocuyonombrenopudepronunciar entonces y soy completamente incapaz de recordar ahora. Me había ido alejando

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paulatinamentedelrecibidor,lasaladebaileyelsalóndecartas,hastallegaraunapequeñahabitación(medio invernadero,medioboudoir) situadaaunextremodelpalacioybellamente iluminadapara laocasiónmediantelámparaschinas.Cuandoentrénohabíanadie.LavistasobreelMediterráneo,bañadoenlabrillanteapacibilidaddelalunaitaliana,eratanencantadoraquepermanecílargotiempojuntoalaventana, contemplándolamientras escuchaba lamúsica queme llegabadébilmente desde el salóndebaile.Mispensamientosseencontrabanlejosdemí,juntoalosamigosquehabíadejadoenInglaterra,cuandomesobresaltéaloírminombresuavementepronunciado.

MevolvídeinmediatoyviaMonktondepieenlahabitación.Unalívidapalidezsehabíaadueñadodesurostro,ysusojosseapartabancontinuamentedemíconaquellamismaextraordinariaexpresiónalaqueyahealudido.

—¿Leimportaríaabandonarelbaileunpocomásprontoestanoche?—preguntósinmirarmeaún.—Enabsoluto—dijeyo—.¿Puedohaceralgoporusted?¿Seencuentramal?—No. O al menos no es nada de lo que merezca la pena hablar. ¿Podría venir a verme a mis

habitaciones?—Ahoramismo,siquiere.—No, ahoramismo no.Yo debo acudir de inmediato, pero no hace falta que venga usted hasta

dentro de media hora. Ya sé que no ha estado con anterioridad en mi casa, pero la encontrará confacilidad,estácercadeaquí.Aquítieneunatarjetaconmidirección.Debohablarconustedestanoche;mividadependedeello.¡Leruegoqueacuda!¡PorelamordeDios,vengaencuantohayapasadolamediahora!

Prometíserpuntualymeabandonódeinmediato.Lamayoría de ustedes podrá imaginarse con facilidad el estado de nerviosa impaciencia y vaga

expectaciónenelquepaséelperiododeespera requerido, trashaberoídopalabrascomo lasquemehabíadirigidoMonkton.Antesdequelamediahorahubieraexpiradodeltodo,empecéaabrirmepasoatravésdelsalóndebaile.

Eneldescansillodelaescalerameencontréconmiamigoelattaché.—¡Cómo!¿Yatevas?—dijo.—Sí, y me dirijo hacia un curioso encuentro. Voy a las habitaciones de Monkton por expresa

invitaciónsuya.—¡Noseráverdad!Pormihonor,queeresunhombreosadoalatreverteaencontrarteasolascon

Monktonenplenanochedelunallena.—Estáenfermo,elpobre.Además,nolecreonilamitaddelocodeloquelecreestú.—Nodiscutiremosporeso;peroacuérdatedeloquevoyadecirte.Notehapedidoquevayasaun

lugarenelqueningúnotrovisitantehasidoadmitidoconanterioridadsinunpropósitoespecial.Estoysegurodequeestanochevasaoíroaveralgoquerecordarásduranteelrestodetuvida.

Nosdespedimos.CuandollaméalapuertadelpatiodelacasaenlaquevivíaMonkton,recordélasúltimaspalabrasdemiamigo;y,aunquemehabíareídodeélcuandolashabíapronunciado,empecéasospecharquesupredicciónestabaapuntodecumplirse.

III

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ElporteroquemeabriólapuertadelacasaenlaquevivíaMonktonmecondujohastaelpisoenelque estaban situadas sus habitaciones. Al subir las escaleras, me encontré una puerta entreabierta.SupongoqueMonktonhabíaoídomispasos,yaquemedijoqueentraraantesinclusodequemedieratiempoagolpearconlosnudillos.

Entré y lo encontré sentado junto a unamesa, con algunas cartas abiertas en lamano; las estabaatando formando un pequeño hatillo. Pude percibir, mientras me solicitaba que me sentara, que suexpresiónparecíahaberrecuperadolacompostura,sibienlapalidezaúnnohabíaabandonadosurostro.Mediolasgraciasporacudir;repitióqueteníaalgomuyimportantequedecirme,ydespuéssecalló,aparentementedemasiadoavergonzadoparacontinuar.Intentéquesesintieracómodoasegurándolequesimiayudaomisconsejospodíanserledecualquierutilidadestabadispuestoaponernosamíyamitiempoasudisposición,detodocorazónysinreservas.

Mientras decía esto, vi que sus ojos empezaban a alejarse de mi rostro para errar lentamente,centímetro tras centímetro, hasta detenerse en un determinado lugar, con lamismamirada fija en elvacíoque tan amenudomehabía sobresaltado en anterioresocasiones.La expresiónde su rostro sealteró comonuncahasta entonces lahabíavisto alterarse.Monkton se sentó frente amí, con toda laaparienciadeunhombresumergidoenuntrancemortal.

—Esustedmuyamable—dijolentaydébilmente,hablandonohaciamí,sinoenladirecciónenlaquesusojosaúnpermanecíanfijos—.Séquepuedeayudarme,pero…

Sedetuvo;surostroempalidecióhorriblementeyelsudorempezóaderramarsea travésde todossusporos.Intentócontinuar,dijounaodospalabras,ydespuésvolvióacallar.Seriamentealarmadoporsusalud,melevantéconlaintencióndealcanzarleunpocodeaguadeunajarraquehabíavistosobreunamesaqueestabaapoyadacontraunadelasparedes.

Élsaltódesusillaenaquelmismoinstante.Todas lassospechasquesobresucordurahabíaoídomurmurarcruzaronmimenteenunsoloinstante,einvoluntariamenteretrocedíunoodospasos.

—Espere—dijosentándosedenuevo—.Nosepreocupepormí,ynoabandonesusilla.Quiero…desearía,siaustednoleimporta,efectuarunapequeñamodificaciónantesdequedigamosnadamás.¿Leimportaríaquelailuminaciónfuesemásfuerte?

—Enabsoluto.Hastaentoncesnoshabíamossentadoalasombradesulámparadelectura,queeralaúnicaluzque

habíaenlahabitación.Cuando le respondí, Monkton volvió a levantarse, y tras entrar en otro cuarto, regresó con una

enormelámparaenunadesusmanos.Despuéstomódosvelasdelamesadealladoyotrasdosdelarepisa de la chimenea. Para mi asombro, las juntó todas de manera que quedaran entre nosotros, ydespuésintentóencenderlas.Sumanotemblabadetalmodoquesevioobligadoadesistirdesuempeñoymepermitióqueacudieraensuayuda.Siguiendosus indicaciones, también retiré lapantallade sulámparadeleerunavezhubeencendidolaotray lascuatrovelas.Cuandovolvimosasentarnos,conaquellaconcentracióndeluzentrenosotros,regresaronsusmejoresymásamablesmodales;ycuandovolvióadirigirseamílohizosinelmenortitubeo.

—Notienesentidopreguntarlesihaoídolosrumoresquecorrensobremí—dijo—.Séqueasíhasido.Mipropósitoestanocheesofrecerleunaexplicaciónrazonableparalaconductaquehaoriginadodichosrumores.Hastaahoramisecretosolohabíasidoconfiadoaunapersona.Ahoravoyaconfiárseloaustedjuntoconunobjetoespecialquelemostraréasudebidotiempo.Enprimerlugar,entodocaso,deboempezarcontándoleexactamentecuáleslaenormedificultadquemeobligaamantenermeausente

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deInglaterra.Necesitosuayudaysuconsejo;pero,paranoesconderlenada,tambiénquisieraponerapruebasuneutralidadysuamistosasimpatíaantesdequemepuedaatreveraconfiarlemimiserablesecreto a usted. ¿Podrá perdonar esta aparente desconfianza de su carácter franco y abierto… estaaparenteingratitudalaamabilidadquemehamostradousteddesdenuestroprimerencuentro?

Leroguéquenohablaradeaquellascosasyquecontinuara.—Yasabe—prosiguió—queestoyaquípararecobrarelcuerpodemitíoStephen,yparallevarlo

conmigodevueltaaInglaterra,allugardeenterramientodemifamilia.Tambiéndebedeestaraltantodequeaúnnoheconseguidodarconsusrestosmortales.Intentepasarporelmomentoporencimadeloquelepuedaparecerextraordinarioeincomprensibledeunpropósitocomoelmíoyleaesteartículodeperiódico,elqueestásubrayado.Hastaahoraeslaúnicapruebaquehepodidoobtenerenrelaciónconelfataldueloenelquefalleciómitío,yquierooírquétipodeprocedimientoaseguirlesugiereaustedsulecturadetenida.

Mealcanzóunviejoperiódicofrancés.Elcontenidodeloqueleíentoncessequedótanfirmementegrabadoenmimemoriaqueestoysegurodequeserécapazderepetircorrectamente,pesealadistanciaeneltiempo,todosloshechosqueseanecesariocomunicarallector.

El artículo empezaba, recuerdo, con un comentario editorial sobre la gran curiosidad que habíasuscitadoel fataldueloentreelcondedeSt.Loyuncaballero inglés,el señorStephenMonkton.Elautorprocedíadespuésarecrearseenelextraordinariosecretismoquehabíaenvueltotodoaquelasuntodeprincipioafin,yaexpresarlaesperanzadequelapublicacióndeciertomanuscrito,alquealudíaensusobservaciones,pudiera llevar a la cesióndenuevaspruebasdeotraspartesmejor informadas.ElmanuscritohabíasidoencontradoentrelospapelesdemonsieurFoulon,eltestigodelseñorMonkton,quienhabíafallecidoenParís,pocodespuésdehaberabandonadolaescenadelduelopararegresarasucasaendichaciudad,debidoaunrápidodeteriorodesusalud.Eldocumentoparecíainacabado,yseinterrumpía precisamente en el lugar en que al lector más le apetecía que continuara. No se pudodescubrirninguna razónqueexplicaraaquellacontingencia,y trasunabúsquedaexhaustivaentre lospapeles dejados por el difunto tampoco se había descubierto ningún segundo manuscrito en el quevinierarecogidalacontinuación.

Elrestodeltextoeraunareproduccióndedichodocumento.ResultóserunacuerdoprivadosuscritoentreeltestigodelseñorMonkton,monsieurFoulon,yel

testigo del conde deSt. Lo,monsieurDalville; y contenía una declaración de todos los preparativosultimadosantesdequesecelebraraelduelo.Elpapelhabíasidofechadoen«Nápoles,22defebrero»,yestabadivididoensieteuochocláusulas.

Laprimeracláusuladescribíaelorigenylanaturalezadeladisputa;unasuntodelomásvergonzosoporambaspartesquenomerecelapenarecordarnirepetir.Lasegundacláusuladeclarabaquedadoqueelretadohabíaelegidocomoarmalapistola,yqueelretador(unespadachínexcelente)habíainsistido,porsuparte,enqueelduelofuesellevadoacabodemodoenqueelprimerdisparofueseeldecisivo,los testigos, viendo que aquel hostil encuentro inevitablemente no podría tener sino consecuenciasfatales, determinaron en primer lugar que el duelo fuese mantenido en total secreto por todos losimplicados,yqueelemplazamientoenelqueseibaadesarrollarnofueseanunciadoporadelantadonisiquieraa losduelistas.Seañadíaqueesteexcesodeprecauciónsehabíaconvertidoenunaabsolutanecesidad debido a un reciente llamamiento del Papa a los gobernantes de Italia, indignado por laescandalosa frecuencia con la que se practicaban los duelos, y urgiendo a que en el futuro las leyescontralosduelistassereforzaranconelmáximorigor.

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Laterceracláusuladetallabaelmodoenquesehabíaprevistoquesedesarrollaseelduelo.Laspistolas, trashaber sidocargadaspor los testigos, reposaríanenel suelo; loscombatientes se

situarían a treinta pasos de distancia el uno del otro y arrojarían unamoneda al aire para ver quiéndispararíaenprimerlugar.Elhombredesignadoporlafortunaavanzaríaentoncesdiezpasos(marcadosdeantemano)ydescargaríasupistola.Sifallaba,onoeracapazdedesarmarasuoponente,esteseríalibredeavanzar,siasíloelegía,losveintepasosrestantesantesdedisparar.Estearregloasegurabalaterminacióndecisivadeldueloconunasoladescargadelaspistolas,ytantolosimplicadoscomosustestigosaceptaronfirmarlodecomúnacuerdo.

Lacuartacláusuladeclarabaquelostestigoshabíanacordadoqueelduelodeberíallevarseacabofuerade losestadosnapolitanos,perosedejabanguiarpor lascircunstanciasen loquea la localidadexacta se refería.Las cláusulas siguientes, almenos tal y comoyo las recuerdo, estabandedicadas adetallar lasdiferentesprecaucionesqueseadoptaríanparaevitarserdescubiertos.Losduelistasysustestigos abandonarían Nápoles en partidas diferentes; deberían cambiar de carruaje en diversasocasiones;seencontraríanenciertopuebloo,encasodenoserposible,enciertaposadadelacarreteraprincipalentreNápolesyRoma;llevaríancuadernosdedibujo,cajasdecoloresybanquetas,comosifueranartistasenbuscadeinspiraciónparasusbosquejos;yse trasladaríanhastael lugardeldueloapie, sinemplearguíapormiedoaverse traicionados.Talespreparativosgenerales,yotrosdispuestosparafacilitarlafugadelossupervivientesunavezhubiesefinalizadoelasunto,formabanlaconclusióndeaquelextraordinariodocumento,queaparecíafirmado,solomedianteiniciales,porlosdostestigos.

Justo debajo de las iniciales aparecía el comienzo de una narración, encabezada con la palabra«París»,queevidentementepretendíadescribireldueloconextremaminuciosidad.Lagrafíaeraladeltestigofallecido.

MonsieurFoulon,elcaballeroencuestión,transmitíasucreenciadequepodríanocurrirsegúnquécircunstancias que convirtieran en un documento importante la descripción por parte de un testigoocularde losucedidoenelhostilencuentroentreSt.LoyelseñorMonkton.Seproponía,por tanto,como uno de los presentes, testificar que el duelo había sido llevado a término según las cláusulasacordadas, y que los dos implicados se habían comportado como hombres galantes y de honor (!).Además,anunciabaque,conelobjetivodenocomprometeranadie, ibaadejarelpapelenelqueserecogía su testimonio en buenas manos, con instrucciones estrictas de que no fuese leído en modoalguno,salvoqueseprodujeselamásextremaemergencia.

Trasestepreámbulo,monsieurFoulonrelatabaqueelduelosehabíacelebradodosdíasmástardedequesehubiesefirmadoelacuerdo(aunquenomencionabaelnombredellugarnieldelacomarcaenelqueestesehabíacelebrado).Unavezloshombressehubieroncolocadoenloslugarespredispuestos,elcondedeSt.Loganólaoportunidaddeserelprimeroendisparar.Habíaavanzadosusdiezpasosyhabía disparado contra el cuerpo de su oponente.El señorMonkton no cayó de inmediato, sino queavanzótrastabillandoseisosietepasos,descargósupistolacontraelcondesinningúnefecto,ydespuéscayómuertoalsuelo.MonsieurFoulondeclarabaacontinuaciónquehabíaarrancadounahojade sulibretadebolsillo,habíaescritounabrevedescripcióndelmodoenquehabíamuertoelseñorMonktonylahabíaprendidoconunalfilerensusropas;esteprocedimientosehabíahechonecesariodebidoalapeculiarnaturalezadelplanprevistoparadeshacerseconseguridaddelcuerpodelmuerto.Cuáleraelplanencuestión,oquésehizodelcadáver,nohabíamaneradesaberlo,yaqueenesteimportantepuntolanarraciónseinterrumpíabruscamente.

Una nota al pie del periódico simplemente anunciaba la forma en que el documento había sido

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obtenidopara supublicación,y repetía la afirmacióncontenidaen loscomentariosdel editor,dequeningunacontinuaciónalmismohabíasidoencontradaenpoderdeningunadelaspersonasalasqueseleshabíaconfiadoelcuidadodelospapelesdemonsieurFoulon.Yahereproducido,portanto,todoelcontenidodeloqueleí,yhemencionadotodoloquehastaentoncessesabíasobrelamuertedelseñorStephenMonkton.

CuandoledevolvíelperiódicoaAlfred,esteseencontrabademasiadoagitadoparahablar,peromerecordómedianteunaseñalqueestabaesperandoansiosamenteparaoírloquetuvieraquedecirle.Miposturafuemuycuidadosaydetanteo.Apenaspodíaprevercuálesseríanlasconsecuenciassinomeandaba con cuidado, ynopudepensar unplanmás seguroquepreguntarle cuidadosamente antes deimplicarmedeunmodouotro.

—¿Meexcusarásilehagounaodospreguntasantesdeofrecerleconsejo?—dije.Élasintióimpacientemente.—Sí,sí.Cualquierpreguntaqueguste.—¿Hatenidoenalgúnmomentoelhábitodeverconfrecuenciaasutío?—Nolehevistoenmásdedosocasionesentodamivida,yambassiendosolounniño.—Porconsiguiente,nopodríaustedsentirunfuerteafectopersonalporél,¿verdad?—¡Afecto! De sentir el más mínimo afecto por él, debería avergonzarme. Nos deshonraba allá

dondefuera.—¿Podría preguntarle si hay algún motivo familiar detrás de su interés por recobrar sus restos

mortales?—Losasuntosfamiliarespodríanestarimplicados,entreotrascosas,pero…¿porquélopregunta?—Porque,habiendooídoquehaempleadoalapolicíaparaqueleayudaseensubúsqueda,estaba

interesado en saber si había estimulado a sus superiores para que hicieran lo mejor posible en suservicio,dándolesalgunasrazonespersonalesqueexplicarancon lasuficienteconvicciónelproyectoextremadamenteinusualquelehatraídohastaaquí.

—Nuncadoyrazones.Pagoporeltrabajoquequieroverrealizado,yacambiodemigenerosidadmeveo tratadocon lamás infamede las indiferenciasporpartede todos.Siendounextranjeroenelpaís,yalnoestarfamiliarizadoconelidioma,pocopuedohacerparaayudarme.Lasautoridades,tantoen Roma como en este lugar, fingen ayudarme, fingen buscar e interrogar como yo quisiera quebuscaran e interrogaran, pero en realidad no hacen absolutamente nadamás. Seme insulta y semeridiculizacasialacara.

—¿Ynocreeposible…?tengaencuentaporfavorquenoesquedeseeexcusarlamalaconductadelas autoridades, y no comparto en absoluto ninguna de sus opiniones, pero ¿no cree posible que lapolicíapodríadudardequetengaustedunverdaderointerésporencontrarle?

—¡Que no estoy verdaderamente interesado!—gritó sobresaltándome y enfrentándose a mí confiereza, con ojos salvajes y respirando aceleradamente—. ¡Que no estoy verdaderamente interesado!Ustedtambiénpiensaquenoloestoy.Séquelopiensa,aunquemedigaquenoesasí.¡Basta!Antesdeque digamos una sola palabramás, sus propios ojos le convencerán.Venga conmigo… solo será unminuto.¡Solounminuto!

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Leseguíhastasudormitorio,alqueseaccedíadirectamentedesdeelsalón.Aunladodelacamayacíaunagrancajademaderasintratar,deunosdosmetrosdelongitud.

—Retirelatapaymireenelinterior—dijo—,mientrasyosujetolavelaparaquepuedaustedver.Obedecí sus instrucciones y descubrí, parami asombro, que la caja contenía un ataúd de plomo

magníficamenteblasonadocon las armasde la familiaMonkton; inscritoenunacaligrafíapasadademodaaparecíaelnombrede«StephenMonkton»,yalgomásabajoseconsignabasuedadyelmodoenquehabíarecibidolamuerte.

—Mantengo su ataúd preparado para él—susurró Alfred a mi oído—. ¿Le parece eso estar losuficientementeinteresado?

Másbienmeparecíaalgopropiodeundemente,demodoquemeabstuvedecontestarle.—¡Sí!¡Sí!Veoquesehaconvencido—continuórápidamente—.Ahorapodemosregresaralaotra

habitaciónypodremoshablarconfranqueza.Al regresar a nuestros sitios, alejé mecánicamente mi silla de la mesa. Mi mente estaba para

entonces en semejante estado de confusión y desconcierto sobre lo que podría decir o hacer acontinuación, que olvidé por un momento la posición que se me había asignado cuando habíamosencendidolasvelas.Élmelorecordódeinmediato.

—Nosemueva—dijo conmucha seriedad—.Siga sentado juntoa la luz, se lo ruego.Pronto leexplicaréporquésoytanestrictoeneso.Peroprimerodemesuopinión,ayúdemeenestosmomentosdeenormeafliccióneincertidumbre.Recuerde,meprometióqueloharía.

Hiceunesfuerzopor reunirmispensamientos,y lo conseguí.Era inútil tratar aquel asuntoen supresenciadeotromodoquenofueraconunatotalseriedad;noaconsejarlelomejorqueestuvieraenmimanohabríasidounacrueldadpormiparte.

—Yasabe—dije—quedosdíasdespuésdelafirmadelacuerdo,elduelosecelebrófueradelosestados napolitanos. Este hecho le habrá conducido, por supuesto, a la conclusión de que todas lasinvestigacionesparalalocalizacióndellugardeberíanhabersereducidoalterritorioromano.¿Verdad?

—Así es: la búsqueda, tal y como se ha desarrollado, se ha realizado allí, y allí únicamente. Sipuedocreera lapolicía, tantoelloscomosus informadoreshanpreguntadoporel lugarenelque secelebróeldueloalolargodetodalacarreteraprincipalentreNápolesyRoma,ofreciendounaenormerecompensaenminombreparalapersonaquelodescubra.Tambiénhanhechocircular,oesomehandichoalmenos,descripcionesdelosduelistasydesustestigos;handejadounagenteparasupervisarlasinvestigacionesenlaposadayelpueblomencionadosenelacuerdocomolugaresdeencuentro,ysehan puesto en contacto con autoridades del extranjero para intentar localizar al conde de St. Lo y amonsieurDelvilleensulugarolugaresderefugio.Todosestosesfuerzos,suponiendoquerealmentesehayanefectuado,nohantenidohastaahoraningúnresultado.

—Mi impresión es —dije tras un momento de consideración— que todas las investigacionesrealizadas a lo largo de la carretera principal o en los alrededores deRoma serán completamente envano.Encuantoaldescubrimientode los restosde su tío,me temoquepasará lomismoqueconeldescubrimiento del lugar en el que recibió el disparo; ya que aquellos implicados en el duelo no searriesgaríanaacarrearuncadáveramuchadistanciadellugarenplenafuga.Ellugar,portanto,estodoloquedeberíainteresarnosencontrar.Ahora,consideremoslasituaciónporunmomento.Losduelistascambiaron de carruajes, viajaron por separado en parejas, sin duda tomaron caminos secundarios, sedetuvieronen laposadayenelpueblocomocortinadehumo,yanduvieron,quizá,unaconsiderabledistanciasinguía.Tomandocomoverdaderaestasucesióndehechos,seguirunasprecaucionesdeeste

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tipo(ysabemosquedebierondehaberlasempleado)tuvoquedejarlesmuypocotiempodelosdosdíasutilizadospara llegardemasiado lejos, aunque sehubieranpuesto enmarcha al amaneceryhubieranviajado hasta la puesta de sol. Lo que yo creo, por tanto, es que el duelo se celebró en algún lugarcercano a la frontera con Nápoles; y si yo hubiera sido el agente de policía encargado de lainvestigaciónsololahabríaseguidodeunmodoparaleloalafrontera,avanzandodeloestehaciaeleste,hastallegaralossolitariosemplazamientosdelasmontañas.Esaesmiidea.¿Creeustedquetienealgúnvalor?

Surostrorecuperóelcolorenunmomento.—¡Creo que es una inspiración!—gritó—.No hemos de perder ni un solo día en llevar a cabo

nuestroplan.Nosepuedeconfiarenlapolicía.Yomismoempezarémañanaporlamañana,yusted…Se detuvo; su cara se tornó súbitamente pálida; suspiró pesadamente; sus ojos volvieron a

desplazarsehastafijarseenelvacío;yaquellaexpresiónrígidapropiadelamuertevolvióaapoderarsedesusfacciones.

—Deboconfesarlemisecretoantesdequepodamoshablardemañana—continuódébilmente—.Sidudaseunsoloinstantemásenconfesarletodo,noseríadignodesuamabilidad,nidignodelaayudaqueustedmebrindarácuandolohayaoído;laayudaenlaqueresidemiúltimaesperanza.

Leroguéqueesperarahastahaberrecuperadolacomposturaporcompleto,ohastaquefueracapazdehablar,peronopareciódarsecuentadeloqueleestabadiciendo.Lentamente,yalparecerluchandocontrasímismo,seseparóunpocodemí,einclinandolacabezahacialamesa,laapoyóensumano.Elhatillodecartasenelquelehabíavistoatareadocuandohabíaentradoreposababajosusojos.Cuandovolvióahablarme,lededicóunamiradafirme.

IV

—Hanacidousted,segúntengoentendido,ennuestrocondado—dijo—.Por lo tanto,quizáhayaoídohablarenalgúnmomentodeunacuriosayantiguaprofecíarelativaanuestrafamilia,queaúnsepreservaentrelastradicionesdelaabadíadeWincot.

—Heoídohablardeunaprofecíasemejante—respondí—,peronuncasupelostérminosenlosquehabíasidoexpresada.Pareceserquepredecíalaextincióndesufamiliaoalgoparecido,¿noesasí?

—Ningunade las investigacionesrealizadas—prosiguió—hapodido localizar lasraícesdedichaprofecíanielmomentoenelque fue formulada;ningunode losarchivosdenuestra familiacontienenadasobresuorigen.Viejossirvientesyviejosarrendatariosnuestrosrecuerdanhaberlaoídoenbocadesus padres y abuelos. Losmonjes a los que sucedimos en la abadía en tiempos de EnriqueVIII yatenían,dealgúnmodo,conocimientodelamisma,puestoqueyoenpersonahedescubiertolasrimasenlasquesabemosquesehabíapreservadolaprofecíadesdetiemposremotos,escritaenunahojadeunodelosmanuscritosdelaabadía.Estossonlosversos,siesqueversosmerecenserllamados:

CuandoenlacámaramortuoriadeWincotEspereaunodelosMonktonunlugar;Porqueyazcaabandonado

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BajocieloabiertoysinenterrarClamandoporunmetrodetierraPesealosacrespornacimientoheredados;SeráentoncesmanifiestaseñalDellinajedelosMonktonelfinal.DesapareciendoconrapidezyenbreveDesapareciendohastaquesolounseñorquede.Delaluzdeldía,delarazamortalEllinajedelosMonktondesaparecerá.

—Lapredicciónparecelosuficientementevagacomoparahabersidopronunciadaporunantiguooráculo —dije, observando que, tras haber recitado los versos, Monkton se comportaba como siestuvieraesperandoaqueyodijeraalgo.

—Vagaono,seestácumpliendo—reiteró—.Ahorayosoyel«últimoseñor»,elúltimodelalíneamásantiguadenuestrafamiliaalaqueapuntalapredicción;yelcuerpodeStephenMonktonnoyaceenlaabadíadeWincot.¡Espereantesdedecirnada!Tengomásquereferirlesobreesto.Muchoantesdeque la abadía fuese nuestra, cuandovivíamos en la antiguamansiónque hay cerca (y cuyasmismasruinashaceya tiempoquedesaparecieron),el lugardeentierroparanuestra familiayaera lacámaramortuoria quehaybajo la capilla deWincot.Tanto si en aquellos remotos tiempos la predicción eraconocidacomosino,lociertoesquetodosycadaunodelosMonkton(tantosivivíanenlaabadíaoenlapequeñafincaquetenemosenEscocia)fueronenterradosenWincot,sinqueimportaraelriesgooelsacrificiopara conseguirlo.En los fierosdíasdebatallade antaño, los cuerposdemis ancestrosquehabían caído en costas extranjeras eran recuperados y acarreados hastaWincot, aunque amenudo elcosteparaellonoselimitaraafuertesrescates,sinoqueimplicaratambiénderramamientosdesangre.Esta superstición, si así le place llamarla, nunca hamuerto enmi familia desde entonces; y, durantesiglos,lasucesióndelosmuertosenlacámaradelaabadíahasidorespetada,completamenterespetada,hasta ahora. El lugar que aún espera ser llenado y que semenciona en la profecía es el de StephenMonkton;lavozquelloraenvanoporelrefugiodelatierraeslavozdelespíritudelmuerto.¡Contantaseguridadcomosilohubieravisto,séquenoleenterraron,séqueledejaronenelmismosuelosobreelquecayó!

Me detuvo antes de que pudiera musitar una sola palabra de queja, levantándose lentamente yseñalandoenlamismadirecciónhacialaquesusojossehabíandirigidohacíapoco.

—Puedo suponer lo que quiere preguntarme—exclamó, con resolución y en voz alta—; quierepreguntarmecómopuedoestarlobastantelococomoparacreerenunaprofecíasemejante,pronunciadaenunaeradesupersticiónparaasombraralosoyentesmásignorantes.Leresponderé…—aldecirestosu voz se hundió de repente hasta convertirse en pocomás que un susurro—.Le responderé que elmismísimoStephenMonktonseyerguefrenteamíenesteprecisoinstante,confirmandomicreencia.

Nosésifuedebidoaltemoryalhorrorquesereflejabanatrozmenteensurostroalconfrontarme,osifuedebidoaquehastaentoncesnohabíallegadoacreerlosrumoressobresulocura,yaqueenaquelmomentomedominólaconviccióndequeeranverdaderos.Perolociertoesquesentícómolasangresemehelabaenlasvenasmientrasleoíahablar,ysupedetodocorazónqueallí,sentadoysinhabla,noteníaelvalorsuficienteparagirarmeymirarenladirecciónhacialaqueestabaseñalando.

—Ahí veo —continuó en el mismo tono de voz susurrante— la figura de un hombre de tez

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aceitunada,depieyconlacabezadescubierta.Unadesusmanos,agarrandoaúnunapistola,lecuelgadeunodeloscostados;laotrapresionaunpañuelomanchadodesangrecontrasuboca.Elespasmodelaagoníamortalconvulsionasusrasgos;peroaúnpuedoreconocerenesosrasgosalhombreatezadoqueendosocasionesmeasustóal tomarmeentre susbrazoscuandoyoeraunniño, en laabadíadeWincot.Enaquellasocasioneslespreguntéamisniñerasquiéneraaquelhombre,ymerespondieronqueeramitío,StephenMonkton.Contantaclaridadcomosiaúnestuvieravivo,leveoahoraahí,asulado,conlamiradadelamuertereflejadaensusenormesojosnegros;yasílehevistodesdeelmismodíaenqueledispararon;encasayaquí,despiertoydormido,dedíaydenoche,¡siempremeacompañaalládondevaya!

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Mientras pronunciaba estas últimas palabras, sus susurros se desvanecieron aún más hastaconvertirseenunmurmulloinaudible.Porladirecciónylaexpresióndesusojos,sospechéqueestabahablandoconlaaparición.Sihubierapodidocontemplarlaenaquelmomento,creoquehabríasidounavisiónmenoshorriblequeveraAlfredMonkton,comoleveoahora,murmurandoinarticuladamentealvacío.Misnerviostambiénestabanmásdepuntadeloquehubieracreídoposibledebidoaloquehabíasucedido.Measaltóunvagotemoraencontrarmecercadeél,teniendoencuentasuestadodeánimo,yretrocedíunoodospasos.

Élnotólaaccióndeinmediato.—¡Nosevaya!¡Seloruego!¡Seloruego,nosevaya!¿Lehealarmado?¿Nomecree?¿Lemolesta

laluzenlosojos?Lehepedidoquesesentarajuntoalresplandordelasvelasporquenopuedosoportarver la luzquedesprendeel fantasma siemprequeestá en lapenumbra,brillando sobreustedcuandoestabasentadoenlasombra.Nosevaya…¡Nomeabandonetodavía!

Mientraspronunciabaaquellaspalabrashabíaunacompletadesesperaciónyunamiseriainenarrableensurostroquemedevolvieronelcontroldemímismomedianteelsimpleprocesodehacermesentirpiedad.Volvíasentarmeenlasillayledijequepermaneceríajuntoaéltantotiempocomodeseara.

—¡Gracias,milvecesgracias!Esustedlapacienciaylabondadpersonificadas—dijoregresandoasu asiento y retomando sus iniciales modales caballerosos—. Ahora que ya he superado la primeraconfesión de la desgracia queme acompaña en secreto allá donde voy, creo que puedo contarle concalma loque aúnquedapor contarse.Verá, comoya lehedicho,mi tíoStephen—volvió la cabezarápidamenteymiróhacialamesacuandoelnombresurgiódesuslabios—…MitíoStephenvinoendosocasionesaWincotcuandoyoeraniño,yenambasocasionesmeasustó terriblemente.Solometomóensusbrazosymehabló(conmuchaamabilidad,segúnmecontaronmástarde,paraloquesolíaserél),peroaunasímeaterrorizó.Quizámeasustaran sugranestatura, su tezaceitunada, suespesopelonegroysumostacho,aligualquelepodríahabersucedidoacualquierotroniño;oquizásumeravisióntuvieraunaextrañainfluenciasobremíquenopudeentenderenaquelmomento,yqueaúnsigosinsercapazdeexplicar.Fuesecomofuese,soñéconélamenudohastabastantetiempodespuésdequesehubieramarchado;ycadavezquemequedabasoloenlaoscuridadimaginabaquemeacechabaparavolver a cogerme entre sus brazos. Las criadas que se ocupaban de mí descubrieron este temor yacostumbraban amenazarmeconmi tíoStephen cadavezquemeportabamalomevolvíadifícil demanejar.Amedidaquefuicreciendoaúnmantuveunvagotemoryciertoaborrecimientopornuestrofamiliarausente.Siempreescuchabaconatención,aunquesinsaberporqué,cadavezquesunombreeramencionadopormipadreomimadre.Escuchabaconel inexplicablepresentimientodequealgoterriblelehabíasucedido,oestabaapuntodesucedermeamí.Aquellasensaciónsolocambiócuandome quedé a solas en la abadía; y entonces pareció mezclarse con la intensa curiosidad que habíaempezadoacrecerenmi interior, sobreelorigende laantiguaprofecíaquepredecía laextincióndenuestraraza.¿Meestásiguiendo?

—Sigocadapalabraconlamáximaatención.—Debesaber,entonces,queencontréporprimeravezalgunosfragmentosdelaviejarimaenlaque

serecogelaprofecía,mencionadacomocuriosidadenunlibrodeanticuarioquehabíaenlabiblioteca.Enlapáginafrenteaaquellaenlaqueserecogíalacita,sehabíapegadountoscoyantiguograbadoenelqueaparecía representadounhombredepelooscuro,cuyacaraera tanextrañamenteparecidaa laqueyorecordabademitíoStephenqueelretratomesobresaltóporcompleto.Cuandolepreguntéamipadrealrespecto(faltabapocoparasufallecimiento)dijoquenosabía,opretendiónosaber,nadadel

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tema; y cuando a continuación lemencioné la predicción desvió rápidamente la conversación haciaotrosderroteros.Lomismopasóconnuestrocapelláncuandohabléconél.Dijoqueelretratohabíasidorealizadosiglosantesdequemitíohubieranacido,ycalificólaprofecíadesupersticiónytontería.Yosolíadiscutirconélesteúltimopunto,preguntándoleporquénosotros,loscatólicos,quecreemosqueelpresentedelosmilagrossesiguemanifestandoenciertaspersonasfavorecidas,nopodríamoscreerporigualeneldondelaprofecía.Peroélnoqueríadiscutirconmigo;solodecíaquenodeberíaperdereltiempopensandoensemejantesfruslerías,queteníamásimaginacióndelaqueerarecomendableyquedeberíaaprenderacontrolarlaenvezdeaexacerbarla.Semejanteconsejosolocontribuyóaincrementaraúnmásmicuriosidad.Medecidíensecretoaregistrarelalamásviejaydeshabitadadelaabadíaparaintentarencontraralgunosdocumentosfamiliaresolvidadosquemerevelarandequiéneraelretratoycuándo había sido escrita o pronunciada por primera vez la profecía. ¿Ha pasado alguna vez un díacompletamentesoloenlasdesiertascámarasdeunacasaantigua?

—Nunca.Semejantesoledadnoesdemiagrado.—¡Ah! Pero qué vida cuando empecé mi búsqueda. ¡Daría algo por volver a vivirla! ¡Una

incertidumbre tan tentadora, unos descubrimientos tan extraños, unas fantasías tan desatadas, unosterrorestanfascinantes…todoesoformapartedeesetipodevida!Piensetansoloenlasensaciónqueproduceabrir lapuertadeunahabitaciónen laqueningúnservivientehapenetradodesdehacecasicienaños;pienseenelprimerpasohaciaunaregióndehorrorosaquietudsinaire,enlaquelaluzcaedébilyenfermizamenteatravésdeventanascerradasycortinaspodridas;pienseenelfantasmalcrujidodelviejosuelo,quelereprochaquecaminesobreélpormuysuavesqueseansuspisadas;pienseenlasarmas,lasarmaduras,losextrañostapicesdedíaslargotiempoolvidados,queparecendesprendersedelasparedesymoverseensudirecciónmientrascaminahaciaellosen laescasa luz;pienseen loquesupone husmear en armarios y cofres con cierres de hierro, sin saber qué horrores podrán aparecercuandolosfuerceylosabra;pienseenrebuscarentresuscontenidoshastaqueelcrepúsculosearrojesobre usted, y la oscuridad se imponga terriblemente en aquel solitario lugar; piense en intentarmarcharseyenserincapazdehacerlo,comosialgoleretuviese;enelvientoaullandoenelexterior,enlassombrasespesándoseasualrededor,ysumiéndoleen lamásabsolutaoscuridad…piensesoloentodasesascosasypodráimaginarselafascinacióndelaincertidumbreyelterrorquedominanunavidacomolaqueyollevabaenaquellosdías.

(Temblé al imaginar una vida semejante; ya resultaba lo suficientemente malo ver susconsecuencias,comolasestabaviendofrenteamíenaquellosmomentos.)

—Bien,mibúsqueda seprolongómesesymeses;después, la suspendíduranteun tiempo,ymástardevolvía reanudarla.Fuesecual fuese ladirecciónen laque ladirigiera,siempreencontrabaalgoque me servía de aliciente. Terribles confesiones de pasados crímenes y asombrosas pruebas demaldadessecretasquesehabíanocultadoasalvodetodoslosojos,exceptodelosmíos,salieronalaluz.Algunosdeestosdescubrimientosestabanasociadosadeterminadaszonasde la abadía,quehantenidounhorribleyparticularinterésparamídesdeentonces.Avecesvolvíaamirarciertosantiguosretratosdelagaleríadecuadros,losquerealmentemedabatemorcontemplardespuésdeloquehabíadescubierto.Hubotemporadasenlasquelosresultadosdemiinvestigaciónmehorrorizabantantoqueme decidía a abandonarla de una vez por todas, pero nunca pude perseverar en mi resolución. Latentacióndeseguirbuscandollegabaaserdemasiadofuerte,demodoquevolvíaarendirmeaellaunayotra vez. Al fin, encontré un libro que había pertenecido a losmonjes, con la profecía al completoescritaenunahojaenblanco.Aquelprimer triunfomediocorajepara rebuscaraúnmásatrásen los

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archivos familiares.Hasta entonces aúnnohabíadescubiertonada sobre la identidaddelhombredelmisterioso retrato, pero la misma convicción intuitiva que me había asegurado su extraordinarioparecidoconmitíoStephenparecíaasegurarmetambiénqueesteúltimodebíadeestarconectadomuydecercaconlaprofecía,ydebíadesabermássobreellaqueningunaotrapersona.Noteníamediosdeestablecercomunicaciónalgunaconél,ningúnmediodesatisfacer ladudadesiaquellaextraña ideamíaeraacertadaono,hastaeldíaenquemisdudasquedaroncompletamentedisipadasporlamismaterriblepruebaqueenestemomentotengofrenteamisojosenestahabitación.

Hizounapausaymemiróconintensidadysospecha.Despuésmepreguntósicreíatodoloquemehabíacontadohastaaquelmomento.Mi instantánearespuestaafirmativapareciósatisfacersusdudas.Demodoquecontinuó.

—Unapreciosa tardedefebrero,meencontrabaasolasenunade lasdesiertashabitacionesde latorreta oeste de la abadía, contemplando la puesta de sol. Justo antes de que el sol desapareciera, seapoderódemíuna sensaciónqueme resulta imposiblede explicar.Novi nada, nooí nada, no supenada.Aquellacompletapérdidadetodomeasaltórepentinamente;noeraundesmayo,yaquenomedesploméalsuelonimemovíunsolocentímetrodemilugar.Sipudieraserposible,diríaquefuecomouna separación temporal del alma y del cuerpo, pero sin que mediara la muerte; en realidad, todadescripción de mi situación en aquel momento resulta imposible. Llámele lo que quiera, trance ocatalepsia: sé que permanecí junto a la ventana completamente inconsciente (muertos tanto lamentecomoelcuerpo)hastaqueelsolsehubopuesto.Despuésrecuperéelsentido.Entonces,cuandoabrílosojos, allí estaba la aparicióndeStephenMonkton, frente amí, ligeramente iluminado, tal y como seyerguefrenteamíenestemismoinstante,juntoausted.

—¿EstoocurrióantesdequelasnoticiasdelduelollegasenaInglaterra?—Dossemanasantesdeque llegasenaWincot.E inclusocuandonosenteramosdequesehabía

celebrado el duelo, no supimos qué día se había celebrado. Ese detalle solo lo descubrí cuando esedocumentoqueustedyahaleídoapareciópublicadoenelperiódicofrancés.Lafechadeldocumento,comorecordará,esel22defebrero,yseafirmaqueelduelofuecelebradodosdíasmástarde.Latardeenlaquevialfantasma,apuntéenmilibretadenotaslafechadesuprimeraaparición.Aqueldíafueel24defebrero.

Sedetuvodenuevo,comosi esperaraqueyodijeraalgo.Pero, tras loqueacababadecontarme,¿quépodíadeciryo?¿Quépodíapensar?

—Incluso,pesealhorrorsentidoalverporprimeravezaquellaaparición—continuó—,mevinoalacabezalaprofecía,yconellalaconviccióndequeestabacontemplandofrenteamíelavisodemipropiacondena.Tanprontocomomerecobrémínimamente,medecidí,noobstante,aprobarlarealidaddeloquehabíavisto,paradescubrirsieraonoelresultadodemiimaginaciónenferma.Abandonélatorreta;el fantasmalaabandonóconmigo.Meinventéunaexcusapara tenerelcomedorde laabadíabrillantementeiluminado,lafiguraaúnsealzabafrenteamí.Diunpaseoporelparque;ahíseguía,bajola clara luz de las estrellas.Me alejé de casa, y viajémuchos kilómetros hasta llegar a la costa; elhombre alto y oscuro mortalmente herido seguía conmigo. Tras aquello, dejé de pelear contra lafatalidad.Regreséalaabadíaeintentéresignarmeamidesgracia.Peroaquellonoibaapoderser.Teníaunaesperanzaqueparamíeramásqueridaquemipropiavida.Teníauntesoro,ylaperspectivadesupérdidame hacía temblar; y cuando la fantasmal presencia se convirtió en un obstáculo entre aquelúnicotesoroyyo,aquellaadoradaesperanza,entoncesmidesgraciaaumentómásdeloqueyopodíasoportar.Probablementesabráaloquemeestoyrefiriendo…¿sindudahabráoídodeciramenudoque

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yoestabaprometido?—Sí,amenudo.TambiéntengociertafamiliaridadconlaseñoritaElmslie.—Nuncapodrásabertodoloqueellahasacrificadopormí…nuncapodráimaginarloqueyohe

sentidoduranteañosyaños—suvoztemblóylaslágrimasasomaronasusojos—.Peronomeatrevoahablar de eso; el recuerdo de aquellos días felices en la abadía casi me destroza ahora el corazón.Déjemequeregresealotro tema.Deboreconocerleque,conociendolosvilesrumoresqueafirmabanque yo había heredado la locura de mi familia, y temiendo que alguien pudiese tomar una ventajainjustadetodaconfesiónquepudierahacer,mantuvelaterriblevisiónquemeperseguía,atodashorasyen todos lugares, en secreto ante absolutamente todo elmundo.Aunque el fantasma siempre estabafrente a mí, y por lo tanto se mostraba delante o a un costado de cualquier persona con la que yohablara, pronto me acostumbré a ocultar a los demás que le estaba mirando, salvo en ocasionesexcepcionales…enlasquequizámehetraicionadoanteusted.PeromiautocontroldenadasirvióconAda.Seacercabaeldíadenuestraboda.

Sedetuvoytembló.Esperéensilenciohastaqueconsiguiócontrolarse.—Imagine—continuó—. ¡Imagine lo que debode haber sufrido viendo siempre aquella horrible

visióncadavezquecontemplabaamiprometida!¡Imagineloqueera tomarlade lamano,y tener lasensaciónde tomársela a travésde la figurade la aparición! ¡Imagine lavisión siempreconjuntadelrostrodulceyangelicalyelrostrotorturadoyespectral,cadavezquemisojosseencontrabanconlossuyos!Pienseentodoesto,ynoleextrañaráquelerevelasemisecreto.Ellaquisoconocerlopeor;másaún,insistióenconocerlo.Atendiendoasupetición,selocontétodo.Ydespuésladejélibrederompernuestrocompromiso.Laideadelamuertedominabamicorazónmientraspronunciabalaspalabrasdeseparación;muerteotorgadapormispropiasmanos, siesque lavidaaúnseguíamásalládenuestraseparación. Ella sospechó aquello; lo sabía, y nunca me dejó solo hasta que su buena influenciadestruyóaquelpensamientoparasiempre.Denoserporella,yonoestaríavivoahora…Denoserporella,nuncahubieraintentadoacometerelproyectoquemehatraídohastaaquí.

—¿Quiere decir que fue la señorita Elmslie la que le sugirió que viniese aNápoles?—preguntéasombrado.

—Quierodecir que loque elladijome sugirió la ideaqueha acabadopor traermeaNápoles—respondió—.Mientrasmemantuvefirmeen lacreenciadequeel fantasmahabíaaparecidocomounfatal mensajero de la muerte, no tuve consuelo, y únicamente me sentí desgraciado al oír a Adaprometermequeningúnpoderenlatierraleharíaabandonarmeyqueseenfrentaríapormí,ysolopormí, a cualquier prueba.Pero todo fuemuydiferente cuandomás adelante razonamos juntos sobre elpropósito que había venido a cumplir la aparición…Muy diferente cuando ellame hizo ver que sumisiónpodríaserunamisiónafavordelbien,ynodelmal;yqueelavisoquehabíavenidoadarmepodríaserparamibeneficio,ynoparamiperjuicio.Aloíraquellaspalabras,lanuevaideaquemedioesperanzasparaseguirviviendomeasaltódeinmediato.Creíentoncesloquecreoahora;querecibíunmandamientosobrenaturalparaacudiraquí.Conesafe,vivo;sinella,moriría.Ellanuncalaridiculizó,nuncaladesdeñócomolocura.¡Escucheloqueledigo!Elespírituquesemeaparecióenlaabadía,quenuncamehaabandonadodesdeentonces,queseyergueahoraasulado,meavisaparaqueescapedelafatalidadquependesobrenuestraraza;ymeordena,siquieroevitareseinfaustodestino,queentierrealmuerto desenterrado. El amor mortal y los intereses mortales deben inclinarse ante esta horribleempresa.Lapresenciaespectralnomeabandonaráhastaquehayadadorefugioaesecadáverqueruegaparaquelatierralecubra.Nomeatreveréaregresar…nomeatreveréacelebrarelmatrimoniohasta

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quehayacubiertoesehuecovacíoqueaúnquedaenlacámaradeWincot.Susojosbrillaronysedilataron;suvozsehizomásprofunda;unéxtasisfanáticosedespertóensu

expresión mientras pronunciaba aquellas palabras. Impresionado y apenado como estaba, no hiceintentoalgunodediscutirniderazonarconél.Habríaresultadocompletamenteinútilaludiralugarescomunes como las ilusiones ópticas, o las imaginaciones enfermas…peor que inútil haber intentadoatribuiracausasnaturaleslaextraordinariacadenadeacontecimientosycasualidadesdelosquehabíahablado. Se había referido brevemente a la señorita Elmslie, pero había dicho lo suficiente parademostrarmequelaúnicaesperanzadelapobremuchachaquetantoleamabayquelehabíaconocidodurantemástiempoquenadieestabaenaccederasusilusioneshastaelfinal.¡Conquéfidelidadseasíaalacreenciadequeaúnpodríarecuperarle!¡Conquéresoluciónsesacrificabaalasmórbidasfantasíasdesuprometido,conlaesperanzadequeaúnlesesperabaunfuturofelizquenuncapodríallegar!ApesardelopocoqueconocíaalaseñoritaElmslie,elmeropensamientodesusituación,alavistadeaquellosacontecimientos,mehizosentirdolorenelcorazón.

—Me llaman «Monkton el loco» —exclamó de repente, rompiendo el silencio que se habíainterpuestoentrenosotrosdurantelosúltimosminutos—.AquíyenInglaterra,todoelmundocreequeheperdidolacabeza,exceptoAdayusted.Ellahasidomisalvación;ustedtambiénloserá.Algomelodijo cuando le vi por primeravezpaseandoporVillaReale.Luché contra el fuerte deseoque enmiinteriormeimpelíaaconfiarlemisecreto;perocuandoestanochelevienelbaileyanopuderesistirlomás.Elfantasmaparecióarrastrarmehaciausted,mientrasseencontrabaasolasenaquellasilenciosahabitación.Cuéntememássobreesaideasuyaparaencontrarellugarenelquesecelebróelduelo.Simedispongomañanaabuscarlopormímismo,¿adóndedeberíairprimero?¿Adónde?

Entoncescalló.Evidentemente,seestabaquedandoexhausto,ysumenteempezabaaconfundirse.—¿Qué tengo que hacer? No puedo recordarlo. Usted lo sabe todo… ¿no me ayudará? ¡Mi

desgraciamehadejadocompletamenteincapacitadoparaayudarmeamímismo!Secalló.Murmuróalgosobrefracasarsiacudíaalafronterasolo,yhablóconfusamentederetrasos

quepodríanserfatales.Despuésintentópronunciarelnombrede«Ada»,perotrasvocalizarlaprimeraletralefallólavozy,separándoseabruptamentedemilado,rompióallorar.

Mipiedadporélmeprivóenaquelmomentodelaprudencia,ysinpensarenlasconsecuenciasleprometídeinmediatoqueharíaporélloquemepidiera.Eltriunfosalvajeensuexpresióncuandoseabalanzósobremíparaestrecharmelamanomedemostróquehabríahechomejorsiendocauto,peroyaerademasiadotardepararetractarmedeloqueacababadedecir.Lomejorquepodíahacereraintentarinducirle a que recuperara la compostura, y despuésmarcharmepara pensar con frialdad el asunto asolas.

—Sí, sí —replicó en respuesta a las pocas palabras que le dirigí intentando calmarle—. No sepreocupepormí.Despuésdeloquehadicho,responderépormipropiafrialdadycomposturabajotodacircunstancia. Hace tanto que me he acostumbrado a la aparición que ya apenas noto su presenciaexceptoenocasionesextraordinarias.Además,aquítengo,enestepequeñopaquetedecartas,lamejormedicina para un corazón enfermo. Son las cartas de Ada; las leo para calmarme cada vez quemidesgracia parece llevarse lo mejor de mi resistencia. Esta noche, quería esa media hora que le hesolicitadoparaleerlasantesdequeustedllegase,parasentirmepreparadoparaverle.Yvolveréaleerlascuandousted se hayamarchado.Demodoque, unavezmás, no se preocupepormí.Sé que con suayudatendrééxito,yAdaseloagradecerácomomereceustedqueseloagradezcancuandoregresemosa Inglaterra. Si oye a los cretinos de Nápoles hablar sobre mi locura, no se tome la molestia de

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contradecirlos:elescándaloestandespreciablequeacabaráporcontradecirseasímismo.Ledejé,conlapromesaderegresaralamañanasiguientetemprano.Cuandoregreséamihotel,sentíquelaideadedormir,despuésdetodoloquehabíavistoyoído,

quedabacompletamentedescartada.Demodoqueencendímipipay,sentadojuntoalaventana(¡cómorenovabamimentemirarlainmóvilluzdelaluna!),intentépensarquéseríalomejorquepodríahacer.En primer lugar, apelar a los doctores o a los amigos de Alfred en Inglaterra quedaba totalmentedescartado.Nisiquierapodíapersuadirmeamímismodequesuintelectoestuvieralosuficientementedesordenado como para justificar que, bajo aquellas circunstancias, revelara el secreto queme habíaconfiado.Ensegundolugar,todointentopormiparteparainducirleaqueabandonaralaideadeseguirbuscandolosrestosmortalesdesutíoresultaríacompletamenteinútilatenordeloquelehabíadichoinconscientemente.Habiendo llegadoaaquellasdosconclusiones, laúnicagrandificultadqueseguíadejándomeperplejoerasiestaríajustificadoayudarleaejecutaraquelextraordinariopropósito.

SuponiendoqueconmiayudaencontraseelcuerpodelseñorMonkton,ylollevaseconsigohastaInglaterra,¿seríacorrectopormipartecontribuirdeestemodoalaculminacióndelmatrimonioquesindudaseguiríaaestoseventos,unmatrimonioquepodríaserlabordetodosimpediracualquiercoste?Aquellomellevóareflexionarsobreelalcancedesulocura,oparahablardeunmodomásmoderadoycorrecto, de su fantasía.Ciertamente, semostraba cuerdo en todos los temas ordinarios; es decir, entodas las partes narrativas de lo que me había contado aquella noche había hablado con claridad ycorrectamente.Enloqueserefierealahistoriadelaaparición,otroshombres,conelintelectotanclarocomoeldesusvecinos,sehabíancreídoperseguidosporfantasmaseinclusohabíanescritosobreellocongrandesdosisdeespeculaciónfilosófica.EstabaclaroquelaauténticaalucinaciónenelcasoquesemepresentabaeralaconviccióndeMonktondelaautenticidaddelaviejaprofecía,yenellaresidíasuideadequelaimaginadaaparicióneraunavisosobrenaturalqueleimpelíaaevadirsusenunciados.Yquedaba igualmente claro que ambas ilusiones habían sido el fruto de la vida solitaria que hastaentonces había llevado, y que había actuado sobre un temperamento de naturaleza excitable, que sehabíavistopotenciadomásaúndebidoaunapropensiónhereditariahacialalocura.

¿Tendríacuraaquello?LaseñoritaElmslie,queleconocíamuchomejorqueyo,asíparecíacreerloa juzgarporsuconducta.¿Teníaacasoyorazónoderechoparadeterminardebuenasaprimerasquepudieraestarequivocada?Suponiendoquemenegaseairconélalafrontera,Alfredpartiríasindudaensolitarioparacometertodaclasedeerrores,yquizáparasufrirtodaclasedeaccidentes;mientrasqueyo,unhombreindolentecontodoeltiempodelmundoenteramenteamidisposición,mequedaríaenNápolesabandonándoleasudestinodespuésdehaberlesugeridolaexpediciónydehaberleanimadoaconfiar en mí. De este modo, seguía dándole vueltas y más vueltas al asunto en mi cabeza,guardándome mucho, debo añadir, de buscarle otra perspectiva más allá de la práctica. Creíafirmemente,acostumbradoaburlarmedelashistoriasdefantasmas,queAlfredseestabaengañandoasímismo al imaginarse que había visto la aparición de su tío antes de que las noticias referentes a lamuerte del señor Monkton hubiesen llegado a Inglaterra; y por lo tanto, cuando al final decidíjustamenteacompañarleensuextraordinariabúsqueda,nofueinfluidoenlomásmínimoenesesentidopor las alucinaciones demi desgraciado amigo. Posiblemente la atracción por la aventura de la queestabaposeídoenaquellostiemposmeanimaraunpocoparallegaraaquelladecisión;perodeboañadir,haciéndomejusticia,quetambiénactuémovidoporunaauténticasimpatíahaciaMonkton,yapartirdeundeseosincerodecalmar,en lamedidademisposibilidades,elnerviosismode lapobremuchachaquetanfielmenteseguíaesperandoysuspirandoporélenlalejanaInglaterra.

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Ciertospreparativospreliminaresanuestrapartida,quemeviobligadoarealizartrasunasegundaentrevistaconAlfred,revelaronelobjetodenuestroviajealamayoríadenuestrosamigosnapolitanos.El asombro de todos ellos fue, por supuesto, desmesurado, y la sospecha casi universal de que amimodoyodebíadeestartanlococomoMonktonenpersonasemanifestósinapenasdisimulosantemipresencia. Algunas personas llegaron a intentar combatir mi resolución contándome la clase dedesvergonzadoydisolutoquehabíasidoStephenMonkton.¡Comosiyotuvierauninteréspersonalenrecuperarsusrestos!Elridículomeafectótanpococomocualquierargumentodeestaotranaturaleza.Mehabíahechoalaidea,yyaenaquellosdíasyoeratanobstinadocomosigosiendohoy.

Endosdías lo tuve todopreparado,yhabíaordenadoquenos trajeranuncarruajehasta lapuertaalgunas horas antes de lo que habíamos acordado en un principio. Habíamos sido amenazadosjovialmenteconun«tragodedespedida»porpartedenuestrosconocidos ingleses,y juzguédeseableevitarle aquella situación ami amigo, ya que se habíamostradomuchomásnervioso a causa de lospreparativosdelviajedeloqueamímehubieragustado.Deestemodo,pocodespuésdelamanecer,sinquehubieraunasolaalmaenlacallequepudieravernos,abandonamosNápolesenprivado.

Nadie seasombrará, supongo,dequeyoexperimentaraciertadificultadparadarmecuentademiposición,ydequerechazarainstintivamentemirarunsolodíaendirecciónalfuturo.¡Despuésdetodomeencontrabaencompañíade«Monktonelloco»alacazadelcadáverdeunduelistaalolargodelafronteraconlosestadosromanos!

V

Había llegado a la conclusión de que, para empezar, lomejor sería que hiciéramos deFondi, unpueblocercanoalafrontera,nuestrocuartelgeneral;yhabíaultimado,conlaayudadelaembajada,queelataúddeplomonossiguierahastaallí,abuenrecaudoensucajademadera.Ademásdeconnuestrospasaportes, estábamos bien provistos de cartas de presentación para las autoridades locales de lamayoríadelasciudadesfronterizasy,paracoronarlotodo,contábamosconsuficientedineroanuestradisposición(graciasalavastafortunadeMonkton)comoparaasegurarnoslosserviciosdequienquieraque necesitáramos a lo largo de nuestra búsqueda. Aquellos recursos varios nos aseguraban unacompleta facilidad de acción, siempre y cuando tuviéramos éxito y descubriéramos el cuerpo delduelistafallecido.Pero,enelmásqueprobablecasodequefracasáramos,nuestrasperspectivasfuturas(especialmente después de haber asumido la responsabilidad que había aceptado) eran de cualquiernaturaleza menos agradables de contemplar. Confieso que me sentía inquieto, casi desesperanzado,mientrasrecorríamosbajoeldeslumbrantesolitalianolacarreteradeFondi.

Tardamosdosdíasenllegarhastaallí,yaquehabíainsistido,acuentadeMonkton,enquedebíamosviajarlentamente.

El primer día, el excesivo nerviosismo de mi compañero me alarmó ligeramente; Monktondemostró, en muchos aspectos, más síntomas de desorden mental de los que hasta entonces habíapodidoobservarensuconducta.Elsegundodía,sinembargo,parecióacostumbrarseacontemplarconcalma la idea de la búsqueda en la que nos habíamos embarcado y, excepto en lo referente a unacuestión,secomportóconlasuficientealegríaycompostura.Cadavezquesudifuntotíosurgíaenla

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conversación,volvíaainsistir(siemprebajolainfluenciadelaviejaprofecíaydelaapariciónqueveía,ocreíaver) enqueel cadáverdeStephenMonkton, estuvieradondeestuviera,yacía sinenterrar.Encualquier otro temame otorgaba la razón con una absoluta disponibilidad y docilidad; en aquel, sinembargo,mantuvosuextrañaopiniónconunaobstinaciónqueresistíaconlasmismasenergíastantoalarazóncomoalapersuasión.

El tercerdíadescansamosenFondi.Lacajaencuyo interior reposabaelataúdnosalcanzóy fuedepositadaenunlugarsegurobajollaveycandado.Alquilamosunasmulasyencontramosunhombrequeconocíabienelpaísparaquenossirvieradeguía.Semeocurrióquelomejorquepodíamoshacereraempezarporconfiarelobjetodenuestrabúsquedasoloalaspersonasmásdignasdeconfianzaqueencontráramosentrelasclasesmejoreducadas.Porestarazónseguimosenciertomodoelejemplodelosparticipantesdeaquelduelofatal,allevantarnos,tempranoporlamañanadelcuartodía,conunoscuadernosdeapuntesyunascajasdecolores,comosifuéramosturistasenbuscadelopintoresco.

Trashaberviajadoalgunashorasendirecciónnorteporelladoromanodelafrontera,nosdetuvimosparadescansaryparaquelasmulasrecobraranelalientoenunapequeñayasilvestradaaldeaalejadadeloscaminosgeneralmenteholladosporlosturistas.

La única persona de cierta importancia en el lugar era el párroco, y a él dirigí mis primeraspesquisas, dejando aMonkton para que aguardarami regreso junto al guía. Hablaba italiano con lasuficientefluidezycorrecciónparamipropósito,yfuiextremadamentecautoyeducadoalinformarledelasuntoquemehabíallevadohastaallí,pero,apesardetodaslasmolestiasquemetomé,loúnicoqueconseguí fueasustaryescandalizaralpobrepárrococoncadapalabraque ledije.La ideadeundueloydeunhombremuertoparecíaasustarlemásalládesussentidos.Hacíareverencias,seretorcíacon inquietud, dirigía sus ojos hacia el cielo y, encogiéndose de hombros piadosamente, me dijomedianteunrápidocircunloquioitalianoquenoteníalamásligeraideadeloqueleestabacontando.Aquelfuemiprimerfracaso.Deboreconocerquefui losuficientementedébilcomoparasentirmeunpocodesanimadoalreunirmeconMonktonyelguía.

Cuandoelcalordeldíasehubodesvanecido,reanudamosnuestroviaje.Aunoscincokilómetrosdelaaldea,lacarretera,omásbienelcaminodecarros,sebifurcaba.El

senderodeladerecha,segúnnosinformónuestroguía,seinternabaenlasmontañasyllegabahastaunconvento que había a unos diez kilómetros de allí. Si seguíamos más allá del convento, prontoalcanzaríamos lafronteraconNápoles.Elsenderode la izquierdase internabaen territorioromanoynosconduciríahastaunapequeñaciudaden laquepodríamospasar lanoche.Tuveencuentaqueelterritorioromanopresentabaelcampomejorymásapropiadoparanuestrabúsqueda,yqueelconventosiempreestaríaanuestroalcanceenelcasodequeregresáramosaFondisinhaberconseguidonada.Además, el sendero de la izquierda conducía hacia la partemás ancha de la zona que teníamos queexplorar,yyosiemprehesidopartidariodeeliminarcuantoanteslasmayoresdificultades,demodoquedecidimos valerosamente tomar el camino de la izquierda. La expedición a la que nos condujo estadecisión nos mantuvo ocupados toda una semana y no produjo resultado alguno. No descubrimosabsolutamente nada y regresamos a nuestra base en Fondi tan desconcertados que no supimos haciadóndedirigirnuestrospasosacontinuación.

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Yo me encontraba mucho más inquieto debido al efecto que el fracaso estaba teniendo sobreMonkton,quedebidoalfracasoensí.Suresoluciónpareciódesgajarseenelmismomomentoenqueempezamosavolversobrenuestrospasos.Alprincipioseleveíaquejumbrosoycaprichoso;después,silenciosoyabatido.Finalmente,sehundióenunletargofísicoymentalquemealarmóseriamente.AlamañanasiguienteanuestroregresoaFondidemostróunaextrañatendenciaadormirincesantementequemellevóasospecharlaexistenciadealgunaenfermedadorgánicaensucerebro.Durantetodoeldíaapenasintercambióunapalabraconmigo,ynuncaparecióencontrarsedeltododespierto.Alamañanasiguienteacudítempranoasuhabitaciónyleencontrétansilenciosoyletárgicocomoeldíaanterior.Sucriado,quenoshabíaacompañado,meinformódequeenlaabadíadeWincotAlfredhabíamostradoenunaodosocasionesanteriores,mientrassupadreaúnvivía,semejantesestadosfísicosdeagotamientomental como el que estábamos observando entonces. Aquella información contribuyó a relajarme ypermitióquemimentevolvieraacentrarseenlabúsquedaquenoshabíaconducidohastaFondi.

Hasta que mi compañero mejorara, decidí ocupar mi tiempo, prosiguiendo la búsqueda por mímismo. Aún faltaba por explorar el sendero que se extendía a la derecha de la bifurcación y queconducíahastaelconvento;simededicabaaseguirlo,noharíafaltaquemealejaradeMonktonmásdeunanoche,yalmenos sería capazami regresodedarle la satisfacciónde saberqueunamásde lasdudasconcernientesal lugardecelebracióndelduelosehabíadisipado.Aquellasconsideracionesmedecidieron.Dejéunmensajeparamiamigo,encasodequepreguntarapormiparadero,ymedirigíunavezmáshacialaaldeaenlaquenoshabíamosdetenidoeldíaquehabíamosiniciadonuestraprimeraexpedición.

Pretendiendocaminarhastaelconvento,meseparédelguíaylasmulasenlabifurcación,dejándolequeregresaraalaaldeaparaesperarmiregreso.

Durantelosprimerossietekilómetroselsenderoascendíacondelicadezaatravésdecampoabierto;después, se empinaba abruptamente y se internabamás ymás a través de frondosos e interminablesbosques.Paracuandomirelojmeindicóqueyadebíadehaberandadoladistanciaprevista,elpaisajehabía desaparecido a mi alrededor y el cielo había quedado completamente cubierto por unaimpenetrablepantalladehojasyramas.Peroelescarpadosenderoeramiúnicaguía,demodoqueseguírecorriéndolo; y en diez minutos, al emerger repentinamente en un claro relativamente despejado ynivelado,vielconventoerguirsefrenteamí.

Era un lugar pequeño, oscuro y de apariencia siniestra. No se veía ni un solo signo de vida omovimientoensuscercanías.Manchasverdesracheabanentodasdireccioneslaotrorablancafachadadelacapilla.Elmohosearracimabaespesoencadagrietadelgruesoeirregularmuroquerodeabaelconvento.Largasylaciashierbascrecíanenlasfisurasdeltechoyelparapeto,ysedescolgabanhaciaelvacío,ondeandofatigosamentemientrasentrabanysalíanporlasdesnudasventanasdelosdormitorios.Inclusolamismísimacruzqueseencontrabafrentealapuertadeentrada,conunaimpresionantefigurademadera de tamaño real clavada en ella, tenía la base tan recubierta por bichos que se arrastrabansobresusuperficie,yparecíatanviscosa,verdeypodridahastaarribadeltodo,quemealejétodoloquepudedesulado.

Unacuerdadecampanaconlamanillarotacolgabadelapuerta.Meaproximéaella;dudésinsaberpor qué… contemplé de nuevo el convento, y entonces rodeé el edificio hasta llegar a su flancoposterior, en parte para ganar tiempo para reflexionar sobre qué sería lo mejor que podría hacer acontinuación,yenpartedebidoaunainexplicablecuriosidadquemeimpulsó,antemipropiaextrañeza,aexaminartodoloquepudieradelexteriordeaquellugarantesdeintentarpenetrarensuinterior.

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Enlapartetraseradelconventoencontréunapequeñacasetaconstruidajuntoalmuro;unedificiotosco,desmoronado,cuyotechosehabíahundidoensumayorparte,yconunagujeroirregularabiertoenunodeloslados,dondeenotrotiempoprobablementedeberíahaberhabidounaventana.Detrásdela caseta, los árboles crecían más espesos que en ninguna otra parte. Al contemplarlos, no pudedeterminarsielsueloqueseextendíaamispiesseelevabaosehundía;sieraterroso,rocosooestabacubiertodehierba.Nopodíavernadaquenofuesenlaszarzas,loshelechos,lasgrandeshierbasylashojascaídasquetodolocubrían.

Niunsolosonidorompíalaquietudopresiva.Niunsolopájarocantabaenlasfrondosasespesurasquemerodeaban;niunasolavozhablabaeneljardíndelconvento,traselirregularmuro;ningúnrelojsonaba en la torre de la capilla; ningún perro ladraba en la arruinada caseta. Aquel silencio mortalacentuaba la soledad del lugar de un modo que no puedo llegar a expresar. Empecé a sentir cómoafectaba negativamente ami ánimo,muchomás cuanto que los bosques nunca han sidomis lugaresfavoritos para pasear. Esa especie de felicidad pastoral que los poetas representan amenudo cuandocantanlavidaenlosbosquesnuncahatenidoparamíni lamitaddelencantoquetienelavidaenlamontañaoenelllano.Cuandomeencuentroenunbosque,echodemenoslailimitadabellezadelcielo,y la deliciosa suavidad que la distancia otorga a la tierra que se extiende ante tus pies. Notoopresivamenteelcambioquesufreelairealverseaprisionadoentrelashojas,ysiempremesientomásatemorizadoquecomplacidoporesamisteriosaluzinmóvilquebrillacontanextrañoyapagadolustreenlosrinconesmásprofundos,entrelosárboles.Puedeserquemefalteelgustoyquepadezcadeunatotal ausencia de aprecio por las maravillosas bellezas de la vegetación, pero debo declarar confranquezaquenuncahepenetradoenunbosquesindescubrirquelapartemásplacenterademipaseoesel regreso,cuandovuelvoasalirdeél; saliralmásdesnudode lossuelos,a lamássalvajede lasladeras, a lamásdesoladacima, salirdonde seamientraspuedaver el cielo sobremíyelpaisaje seextiendafrenteamisojostanlejoscomomivistapuedaalcanzar.

Trasoírunaconfesióncomolaqueacabodehacer,nocreoqueanadielesorprendierasaberquesentí el más fuerte de los impulsos, mientras estaba allí, junto a la derruida caseta, por regresar deinmediato sobre mis pasos, y abandonar aquel bosque cuanto antes. Estaba dispuesto a marcharmecuandoel recuerdode la laborquemehabía llevadohasta el conventodetuvo súbitamentemispies.Parecíadudosoque fueseadmitidoenel interiordel edificio si llamabaa lacampana;ymásdudosoaún, en el caso de que se me permitiera la entrada, que los habitantes del mismo pudieranproporcionarmelamásmínimapistasobre la informaciónqueestababuscando.Entodocaso,eramideberparaconMonktonnodejarningúncabosuelto;demodoquedecidívolverhastalapartefrontaldelconventoyllamaralacampanaaverquésucedía.

Porpuracasualidad,paséfrentealapareddelacasetaenlaquesehabíaabiertoelirregularagujero,ypercibíqueestehabíasidorealizadoaunaalturabastanteconsiderable.

Cuandomedetuve para observar aquello, la cerrada atmósfera del bosque pareció afectarme conmásintensidadquenunca.

Esperéunminutoydesatémipañuelo.¿Atmósferacerrada?Seguramentehabíaalgomásqueeso.Elaireresultabamásdesagradableami

narizqueamispulmones.Habíaunligeroolor,indescriptible,quecargabaelambiente…unolorconelqueyonohabíatenidoningunaexperienciaprevia…unolorcuyoorigen(ahoraquemiatenciónestabaenfocadaenél)seibahaciendomásperceptiblecadavezquemeacercabaalacaseta.

Aesasalturasyahabíarepetidoelexperimentoendosotresocasionesysemehabíadespertadola

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curiosidad. Había unmontón de fragmentos de piedra y ladrillo desparramados por el suelo. Reuníalgunosdeellosyforméunapequeñapiladebajodelagujero.Después,mesubíencimay,sintiéndomebastanteavergonzadoporloqueestabahaciendo,espiéelinteriordelacaseta.

Lahorriblevisiónqueencontraronmisojosenelprecisoinstanteenquemiréatravésdelagujerosigue presente en mi memoria con tanta claridad como si la hubiera contemplado ayer. Pese a ladistanciaeneltiempo,apenaspuedoescribirhoysinsentircómounescalofríodelantiguoterrorvuelvearecorrermicorazón.

La primera impresión que recibí al mirar al interior fue la de un objeto largo y recostado,completamente teñido de un color semejante al de una luz azulada, que yacía extendido sobre uncaballeteyque teníaciertohorrendoparecidoconunafigurahumana.Volvíamirarymeasegurédeello.Allídestacabanlasprominenciasdelafrente,lanarizylabarbilla,difusas,comosihubieransidocubiertasporunvelo.Allí,elcontornoredondeadodelpechoyelhuecoqueseextendíabajoél…allá,laspuntasdelasrodillasylosinmóvilesyescalofriantespiesapuntandohaciaarriba.Volvíamirarconmásatenciónaún.Misojosseestabanacostumbrandoaladifusaluzquepenetrabaatravésdeltechoroto;ymeconvencí,juzgandolalongituddelcuerpo,dequeestabaviendoelcadáverdeunhombre.Uncadáverque,aparentemente,hacíatiempoquehabíasidocubiertoconunasábana,yquehabíayacidoallípudriéndosesobreelcaballete,acieloabierto,el tiemposuficientecomoparaqueel linohubieraadquiridoeltinteazuladoylívidodemohoycorrupciónqueahoralorecubría.

Ignoro cuánto tiempo permanecí con lamirada fija en aquella espeluznante visión demuerte, enaquel terriblee insepultodesechodehumanidadqueenvenenabael aire inmóvil,queparecía inclusocorromperladébilluzquedescendíasobreél.Recuerdohaberoídounsonidodistanteyapagadoentrelos árboles, como si se estuviese levantando la brisa.Recuerdo también el lento arrastrarse de aquelsonidohastallegaradondeyomeencontraba,ylainsonorayondulantecaídadeunahojamuertasobreel cadáver a través del agujero del tejado de la caseta. Y recuerdo, por último, que incluso aquellamínima alteración en la escena que estaba contemplando produjo de inmediato en mi el efecto derecuperar la energía; de relajar la pesada tensión que inmovilizaba mi mente. Descendí al suelo y,sentándome sobre la pila de piedras, me limpié el espeso sudor que recubría mi rostro y de cuyapresencia acababa de ser consciente por primera vez. Y no era solo aquel horrendo espectáculo,inesperadamenteofrecidofrenteamisojos,loquehabíadescompuestomisnervioshastatalpunto.Enelmismoinstanteenelquevielcaballeteysusiniestracarga,measaltóelrecuerdodequeMonktonhabía predicho que, en caso de tener éxito y encontrar el cadáver de su tío, este permanecería sinenterrar.Enaquelmismoinstantemeconvencídequehabíaencontradoalmuerto…laviejaprofecíaregresó a mi memoria… Cuando pensé en el pobre muchacho que esperaba mi regreso en aquellaciudaddistante,unaextrañapenaanhelante,unvagopresentimientodedolor,unterrorinexplicablemeasaltaronjuntoconunfríotemorsupersticiosoquemeprivódemijuicioymicapacidaddedecisión,yque me dejó, cuando por fin me hube recuperado, débil y mareado, como si acabara de sufrir unapunzadadeinsoportabledolorfísico.

Meapresuréhastaalcanzardenuevolapuertadelconventoytiréimpacientementedelacuerdadelacampana.Esperéunratoyvolvíallamar.Después,oípasos.

Enmediodelapuerta,justofrenteamicara,habíaunpequeñopaneldeslizante,deapenasalgunoscentímetrosdelargo;enaquelmomento,elpanelfueretiradodesdeelinterior.Atravésdeunarejilladehierropudeverdosojosadormecidos,grisesyclaros,quememirabanvacuamente;yoíunavoztenueyroncaquemedecía:

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—¿Quéseleofrece?—Soyunviajero…—comencé.—Vivimosenunlugarmiserable.Notenemosnadaparaenseñarlesalosviajeros.—Nohevenidoavernada.Tengounapreguntaimportantequehacer,ycreoqueenesteconvento

habráalguiencapazderesponderme.Siustednoestádispuestoadejarmeentrar,porlomenossalgayhableaquíconmigo.

—¿Estáustedsolo?—Completamente.—¿Nohaymujeresconusted?—Ninguna.Lapuertaseabriólentamente,yunviejocapuchino,muyendeble,muysospechosoymuysucio,se

plantó frente a mí. Yo me encontraba demasiado excitado y nervioso para perder el tiempo enpreámbulos,demodoque,contándolealmonjedeinmediatocómohabíamiradoatravésdelagujeroyquéeraloquehabíavisto,lepreguntéentérminossencillosquiéneraelhombrecuyocadáveracababadecontemplar,yporquénosehabíaenterradoelcuerpo.

Elviejocapuchinomeescuchócontemplándomeconojosacuososyparpadeandoinquisitivamente.Llevaba unamaltratada cajita de hojalata en unamano; ymientras le hablaba, se dedicaba a hurgarlentamente en su interior persiguiendo con el índice y el pulgar unos granitos dispersos de rapé,dándolesvueltasymásvueltas.Cuandohube terminado,agitó lacabezaydijoque«ciertamente,erauna visión desagradable la que tenían en su caseta»; una de las visionesmás desagradables, estabaseguro,delasquehubierapodidoveryoentodamivida.

—Noquierohablardelavisión—repliquéimpacientemente—.Loquequierosaberesquiéneraesehombre,cómomurióyporquénoselehaenterradodecentemente.¿Podríadecírmelo?

Elíndiceyelpulgardelmonjehabíanconseguidoporfincapturartresocuatrogranosderapé.Losacercólentamentehastasusorificiosnasales,mientrasmanteníaabiertalacajabajolanarizparaevitarlaposibilidaddequeseleperdieraunosolodelosgranos,yesnifóunaodosvecesconlujuria.Cerrólacaja,ydespuésmemiróotravezconunaexpresiónaúnmásacuosaysuspicazenlosojos.

—Sí —dijo el monje—, una visión desagradable, la de nuestra cabaña. ¡Una visión muydesagradable,ciertamente!

Nuncaen todamividamehabíacostado tantomantenera rayamigeniocomoenaquel instante.Conseguí, en todo caso, reprimir una expresión completamente irrespetuosa referida a losmonjes engeneral que tenía en la punta de la lengua, y decidí intentar conquistar de otromodo la exasperantereserva de aquel viejo. Afortunadamente para mis oportunidades de tener éxito en la empresa, yotambiéneraconsumidorderapé;y llevabaenmibolsillounacaja llenadeexcelenterapéinglés,quedecidíutilizaramododesobornocomoúltimorecurso.

—Creoquesucajaestávacía—dije—.¿Leapeteceprobarunpellizcodelamía?Laofertafueaceptadaconlaprestezapropiadeunjovenzuelo.Elcapuchinotomóelpellizcomás

enormequeyohayavistojamásentreuníndiceyunpulgar,loinhalólentamente,sinderramarunsolograno,entornólosojosy,balanceandolacabezasuavemente,mepalmeópaternalmentelaespalda.

—¡Oh, hijo mío! —dijo el monje—. ¡Qué rapé más delicioso! ¡Oh, hijo mío, amable viajero,ofrécelealpadreespiritualquetantoteamaotropellizquito,pequeñito,pequeñito!

—Déjemequelerellenelacaja.Yotengodesobra.Lamaltratadacajitamefueentregadaantesdequehubieraterminadodehablar.Lamanopaternal

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volvió a palmearme la espalda conmás aprobación si cabe, y la voz débil y ronca se explayó conelocuenciaysinescatimarelogios.Evidentemente,habíaencontradoelpuntoflacodelviejocapuchino,einmediatamenteaprovechéeldescubrimiento.

—Perdonequelevuelvaamolestarconelmismotema—dijealdevolverle lacaja—,perotengobuenasrazonesparaquereroírtodoloquepuedadecirmeenrelaciónconesecadáverquetienenenlacaseta.

—Entre—dijoelmonje.Mehizopasaralotroladodelapuerta,lacerró,ymeguioatravésdeunpatiorecubiertodehierba.

Despuésmecondujoatravésdeljardíndelacocina(tambiénrepletodemaleza)hastallegaraunagranhabitación de techo bajo, en la que por todo ornamento no había sino un sucio aparador, un par deasientosrudimentariamentetalladosyunoodoscuadrossiniestrosymohosos.Eraelrefectorio.

—Nohaynadie,yesagradableyfresco—dijoelviejocapuchino.Enrealidadhabíatalhumedadqueprontoempecéatemblar.

—¿Le gustaría ver la iglesia? —dijo el monje—. Una joya de iglesia. Si tan solo pudiéramosrepararla…pero¡ah,maldiciónymiseria,somosdemasiadopobrespararepararnuestrapropiaiglesia!

Entoncesmeneólacabezayempezóarevolverunenormemanojodellaves.—¡Nosepreocupeahorapor la iglesia!—dijeyo—.¿Puedeusteddecirmeloquequierosaber,o

no?—Todo.Desdeelprincipiohastaelfinal.¡Absolutamentetodo!Vaya,perosifuiyoelqueacudióal

sonidodelacampana;aquísiemprerespondealapuertaelmismo—dijoelcapuchino.—¡Pero en el nombre del cielo! ¿Qué tiene que ver la campana de la puerta con el cadáver sin

enterrarquetienenenlacaseta?—Escucha,hijomío,ylosabrás.Hacealgúntiempo…algunosmeses…¡Ah,miserabledemí!Soy

viejo.Heperdidolamemoria.Yanosécuántosmeseshace.¡Ah,miserabledemí,quémonjetanviejosoy!¡Quémonjetanviejo!—llegadoaestepunto,sereconfortóconotropellizcodemirapé.

—Nosepreocupeporlafechaexacta—dije—,noesesoloquemeimporta.—Bien—dijoelcapuchino—.Ahorayapuedoseguir.Bueno,digamosquefuehaceunosmeses.

Todos los del convento estamos desayunando, ¡unos desayunos miserables, hijo mío, los de esteconvento!¡Unosdesayunostanmiserables…!Estamosdesayunandoyoímos:¡bang!¡bang!Dosveces.«Pistolas»,digoyo.«¿Porquéestarándisparando?»,preguntaelhermanoJeremy.«Unjuego»,diceelhermanoVincent.«¡Ajá!Unjuego»,diceelhermanoJeremy.«Sioigomás,enviaréaalguienparaqueaverigüe lo que pasa», dice el padre superior. No oímos más y continuamos con nuestro miserabledesayuno.

—¿Dedóndellegóelruidodelosdisparos?—pregunté.—Deallíabajo,deunclaroquehaymásalládelosenormesárbolesquesealzanjuntoalaparte

traseradelconvento.Unbonitolugardenoserporloscharcosylossocavones.¡Pero,ah,miseria!¡Lahumedadquetenemosquesufrirenestelugar!¡Mucha,muchahumedad!

—Bueno,¿quépasódespuésdehaberoídolosdisparos?—Ahoraselodiré.Todavíaestamosdesayunando,todosensilencio…¿Porque,dequétenemosque

hablaraquí?¿Quétenemossalvonuestradevoción,nuestrojardíndelacocina,ylasmiserablesmigasquedesayunamosycenamoscadadía?¡Esasmiserablesmigas!Ledecíaqueestamostodosensilencio,cuandoderepentellegaelsonidodelacampanatocandocomonuncalahabíamosoídoantes.Undiablodecampaneo;uncampaneoquenossorprendióconnuestrasmigasenlaboca,ynosdetuvoantesde

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poderacabardetragarlas.¡Nuestrasmiserablesmigas!«Ve,hermanomío»,diceelpadresuperior.«Ve,es tu tarea.Acudea lapuerta».Yo soyvaliente, todoun leónde capuchino.Meacercodepuntillas.Espero. Escucho.Retiro el pequeño panel de la puerta. Espero. Escucho otra vez.Miro a través delagujero. Nada, absolutamente nada; al menos nada que pueda ver. Soy valiente, no me intimidofácilmente.¿Quéhago?Abrolapuerta.¡Ah!¡SantaMaría,madredeDios!¿Quéveofrenteanuestroportalyaciendocuanlargoes?Unhombre…¡muerto!Unhombregrande,másgrandequeusted,másgrandequeyo,másgrandequetodoslosdeesteconvento.Conunbonitoabrigoabotonado,conunosojosnegrosquemiran,miranhaciaelcielo;ysangrequemanaatravésdesucamisa.¿Quéhago?Gritounavez.Gritodos,ycorroaveralpadresuperior.

Todos los detalles que había leído sobre el fatal duelo en el periódico francés, sentado en lahabitacióndeMonktonenNápoles,regresaronvívidamenteamimemoria.Lasospechaquemehabíaasaltadoal espiar el interiorde la caseta se convirtió enunacertezacuandoescuché laspalabrasdelviejomonje.

—Hastaaquíloentiendo—dijeyo—.Elcadáverquehevistoenlacasetaeselcadáverdelhombrequeustedencontrótendidofrentealapuerta.Ahoradígameporquénoleshandadounentierrodecentealosrestos.

—Espere,espere,espere—respondióelcapuchino—.Elpadresuperiormeoyegritarysale.Todoscorremos juntoshasta lapuerta, levantamosalhombregrandey locontemplamosdecerca. ¡Muerto!¡Tanmuertocomoesto!—exclamógolpeandoelaparadorconlamano—.Volvemosamirarotravezyvemosuntrozodepapelenganchadoconunalfilerenelcuellodesuabrigo.¡Ajá,hijomío!Veoquetesobresaltas.¡Supusequepodríasobresaltarte!

Efectivamente,mehabíasobresaltado.AquelpapelerasindudalahojamencionadaenlasegundaeinacabadanarrativademonsieurFouloncomolaqueestehabíaarrancadodesulibretayenlaquehabíadescritoelmodoenqueelmuertohabíaperdido lavida.Siqueríamosunapruebadefinitivaquenospermitieraidentificarelcadáver,yalahabíamosencontrado.

—¿Y qué cree usted que ponía en el trozo de papel?—continuó el capuchino—. Lo leímos ytemblamos.Estehombrehasidoasesinadoenduelo.Desesperado,miserable,hamuertocometiendounpecado mortal. ¡Y los hombres que habían presenciado su asesinato nos pedían a nosotros, loscapuchinos,hombressantos,sirvientesdelcielo,hijosdenuestroseñorelPapa…nospedíananosotros,que le enterráramos! ¡Oh! ¡Qué ultrajados nos sentimos al leer aquello!Gemimos, nos frotamos lasmanos,nosdamoslavuelta,nostiramosdelasbarbas,nos…

—Espereunmomento—dije,viendoqueelviejoempezabaaentusiasmarseconsuhistoriayquesino ledeteníaa tiempoeraprobablequecadavezhablaraconmás fluidezyconmenospropósito—.Espereunmomento.¿Hanconservadoustedeselpapelqueestabaprendidoenelabrigodelmuerto?¿Puedoverlo?

Elcapuchinoparecíaapuntodedarmeunarespuesta,cuandoderepenteseinterrumpió.Vicómosusojos se separabandemi rostro, y en elmismomomentooí queunapuerta se abría y se cerrabasuavementeamiespalda.

Volviéndome de inmediato, pude ver que otro monje acababa de entrar en el refectorio. Era unhombrealto, flaco,ydeenormebarbanegra,encuyapresenciamiviejoamigode lacajaderapésevolviósúbitamentetodounejemplodedevociónydecoro.Supusequemeencontrabaenpresenciadelpadresuperior,ydescubríquenomehabíaequivocadoenelmismomomentoenqueempezóahablar.

—Soyelpadresuperiordeesteconvento—dijotranquilayllanamente,mirándomedirectamenteal

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rostroconojosfríosyatentosmientrashablaba—.Heoídolaúltimapartedesuconversaciónyquisierasaber por qué está usted tan particularmente interesado en ver el trozo de papel que encontramosprendidoenelabrigodelmuerto.

Lafrialdadconlaqueconfesóquehabíaestadoescuchando,yelmodotranquiloe imperativoenquehabíaexpresadosupreguntamedejaronperplejo,hastatalpuntoqueapenassupequétonodevozadoptarpararesponderle.Percibiómiduda,yatribuyéndolaaunacausaequivocada,lehizounaseñalalviejo capuchino para que se retirara. Tirando humildemente de su larga barba gris, y consolándosefurtivamenteconunpellizcoprivadodeaquel«deliciosorapé»,mivenerableamigoseescabullódelahabitación deteniéndose brevemente en la puerta para realizar una profunda reverencia antes dedesaparecer.

—¿Y bien? —dijo el padre superior con la misma frialdad—. Estoy esperando su respuesta,caballero.

—La obtendrá del modomás breve posible—dije yo, respondiéndole en su mismo tono—. Hedescubierto,paramidisgustoyhorror,quemantienenustedesuncadáver insepultoenesacasetaquehay adosada a su convento.Tengo razones para creer que ese cadáver son los restosmortales de uncaballero inglésderangoyfortuna,quefueasesinadoenel transcursodeunduelo.Heviajadohastaesta comarca, en compañía del sobrino y único pariente del difunto, con el expreso propósito derecuperar su cuerpo; y deseo ver la nota encontrada por ustedes, porque creo que ese papel leidentificará satisfactoriamente ante el pariente que acabo demencionar. ¿Le parece una respuesta losuficientementeclara?¿Tieneabienahoradarmepermisoparaverelpapel?

—Surespuestamehasatisfecho,ynoveorazónalgunaparaimpedirleverelpapelencuestión—respondióelpadresuperior—,peroantes tengoquedecirlealgo.Alhablarde la impresiónque lehaproducido la visión del cadáver ha utilizado usted las palabras «disgusto» y «horror». Semejantesexpresiones en relación con lo que ha podido usted contemplar en el recinto de un convento, medemuestranquenoperteneceustedalámbitodelaSagradaIglesiaCatólica.Notieneningúnderecho,por lo tanto, a esperar ninguna explicación. Sin embargo, le daré una a modo de favor. El hombreasesinado falleció, sin haber recibido la extremaunción, en pleno acto de pecado mortal. Podemosadivinarapartirdelpapelencontradoensucuerpo,yademás losabemos,graciasanuestrospropiosojosyoídos,que fue asesinadoen terrenoeclesiástico,violandodirectamente las leyes especiales encontrade losduelos,cuyoestrictocumplimientohasidosolicitadoa todos losfielesdesusdominiosporelmismísimoSantoPadre,mediantecartasredactadasconsupropiapluma.Enelinteriordeesteconventolatierraestáconsagrada.Ynosotros,loscatólicos,noacostumbramosenterraralosforajidosdenuestra religión, a los enemigosdenuestroSantoPadre, y a losvioladoresdenuestras leyesmássagradas,ensueloconsagrado.Enelexteriordeesteconvento,notenemosniderechosnipoder;ydetenerlos,deberíamos recordarque somosmonjes,noenterradores,yqueelúnicoentierro conelquepodemos tener relación es el que va acompañado de las oraciones de la iglesia. Esa es toda laexplicaciónquecreonecesariodarle.Espéremeaquíypodráverelpapel.

Con estas palabras, el padre superior abandonó la habitación tan silenciosamente como habíaentradoenella.

Apenashabía tenido tiempopara reflexionar sobreaquellaamargaypocoeleganteexplicación,yparasentirmealgoresentidoporellenguajeylosmodosdelapersonaquemelahabíaofrecido,cuandoelpadresuperiorregresóconelpapelenlamano.Loextendiófrenteamísobreelaparador,ypudeleerapresuradamentelassiguienteslíneasredactadasconunlápiz:

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Este papel está prendido al cuerpo del difunto señor Stephen Monkton, un distinguidocaballeroinglés.Harecibidoundisparoenundueloconducidoconperfectagallardíayhonorpor ambas partes. Su cuerpo ha sido depositado a la puerta de este convento para recibirsepultura de manos de sus ocupantes, ya que los supervivientes del encuentro se han vistoobligados a separarse y a preservar su seguridad huyendo de inmediato. Yo, el testigo delfallecido,yelautordeesteescrito,certifico,conmipalabradehonorcomocaballero,que labala que acabó con la vida del señor StephenMonkton instantáneamente, fue disparada conjusticia,siguiendoestrictamenteelacuerdoylasreglassuscritaspreviamentealacelebracióndeesteduelo.

(Firmado)F.

«F».ReconocídeinmediatolainicialdelapellidodemonsieurFoulon,eltestigodelseñorMonktonquehabíamuertoenParísacausadelatisis.

Eldescubrimientoylaidentificaciónsehabíancompletado.YanadarestabasinodarlelanoticiaaAlfred y conseguir el permiso necesario para retirar los restosmortales de la caseta. Casi empecé adudar de mis sentidos cuando pensé que aquel propósito prácticamente imposible, para cuyaconsecuciónhabíamosabandonadoParís,estabaahora,porpuracasualidad,virtualmentealcanzado.

—La prueba del papel es decisiva—dije devolviéndoselo al padre superior—. Ya no hay dudaposibledequelosrestosmortalesqueyacenenlacasetasonlosquehemosestadobuscando.¿Puedopreguntarle si encontraremos objeciones en caso de que el sobrino del difunto señorMonkton deseetrasladarelcuerpodesutíoalpanteóndelafamiliaenInglaterra?

—¿Dóndeseencuentraestesobrino?—preguntóelpadresuperior.—EsperandomiregresoenFondi.—¿Estáenposicióndedemostrarsuparentesco?—Ciertamente.Llevaconsigopapelesqueloacreditaránmásalládetodaduda.—Deje pues, que satisfaga los requisitos de las autoridades locales, y no tendrá por qué esperar

ningúnobstáculoasusdeseospornuestraparte.Noestabadehumorparaseguirhablandoniunminutomásdeloimprescindibleconunhombrede

tan agrio temperamento. El día se estaba extinguiendo con rapidez, y aunque la nocheme asaltara,estabadecididoanodetenermehastaencontrarmederegresoenFondi.Porlotanto,trashaberledichoal padre superior quepodía estar segurodevolver a tener noticiasmíasprácticamentede inmediato,hiceunareverenciaymeapresuréaabandonarelrefectorio.

Enlapuertadelconventoestabamiviejoamigoconsucajaderapé,esperandoparafacilitarmelasalida.

—Diostebendiga,hijomío—dijoelvenerablereclusodándomeunapalmaditadedespedidaenelhombro—.Regresaprontojuntoatupadreespiritualqueteama,yfavoréceleamigablementeconotropellizquitodeesedelicioso,deliciosorapé.

VI

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Regresé lo más rápidamente que pude a la aldea en la que había dejado las mulas, hice queensillaranalosanimalesdeinmediatoyconseguíllegaraFondipocoantesdelapuestadesol.

Mientrasascendíalasescalerasdenuestrohotel,sufrílamásdolorosainseguridadpensandoencuálseríaelmejormododecomunicarleaAlfredlanoticiademidescubrimiento.Sifracasabaenprepararleapropiadamente paramis revelaciones, los resultados, teniendo en cuenta el estadomental en que seencontraba,podríanserfatales.Alabrirlapuertadesuhabitación,nomesentíaenabsolutosegurodemímismo;ycuandoleplantécara,sumododerecibirmemetomótanporsorpresaqueduranteunosinstantesperdícompletamentemiautocontrol.

Todorastrodelletargoenelquehabíaestadohundidolaúltimavezquelevihabíadesaparecidoporcompleto.Susojosbrillabanysusmejillasestabancoloradas.Cuandoentré, se levantódeunsaltoyrechazólamanoqueleextendía.

—Nomehatratadoustedcomoaunamigo—dijoapasionadamente—.Noteníaningúnderechoacontinuarlabúsquedaamenosqueyofueraconusted…noteníaningúnderechoadejarmeaquísolo.Hicemalenconfiarenusted:ahoraséquenoesmejorquetodoslosdemás.

Paraentoncesyamehabíarecobradodemiprimerasombro,ylecontestéinterrumpiéndoleantesdeque pudiera decir nada más. Teniendo en cuenta su presente estado, resultaba completamente inútilrazonarconélointentardefenderme.Medecidíaarriesgareltodoporeltodoylerevelédeinmediatolasnovedades.

—Me tratarámás justamente,Monkton,cuandosepaelgranservicioque lehehechodurantemiausencia—dije—. A menos que esté enormemente equivocado, el objeto por el cual abandonamosNápolespodríaestarmáscercadeloquehabíamos…

Elruborabandonósusmejillasdeinmediato.Algunaexpresiónenmirostrooalgúntonoenmivozhabían reveladomás de lo que en un principio había pretendido dar a entender. Sus ojos se fijaronintensamenteenlosmíos;sumanoagarrómibrazo,ymedijosusurrandoansiosamente:

—Dígamelaverdaddeinmediato.¿Lohaencontrado?Erademasiadotardeparadudar.Respondíafirmativamente.—¿Enterradoosinenterrar?Suvozsealzóabruptamentealhaceraquellapregunta,ysumanolibreseasióamiotrobrazo.—Sinenterrar.Apenas había terminado de pronunciar estas palabras cuando la sangre volvió a colorear sus

mejillas, susojosvolvieronabrillarmientrasmeobservabanyMonktonestallóenunataquede risatriunfantequemeaterrorizóymesobresaltómásalládetodadescripción.

—¿Qué le había dicho? ¿Qué tienequedecir ahora de la vieja profecía?—gritó, soltándome losbrazos y recorriendo nerviosamente la habitación de extremo a extremo—. Admita que estabaequivocado. ¡Admítalo como todoNápoles tendrá que admitirlo una vez que le tenga a salvo en suataúd!

Surisasefuehaciendomásymásviolenta.Intentétranquilizarleenvano.Sucriadoyeldueñodelaposadaentraronen lahabitación,perosolosirvieronparaañadir leñaal fuego,demodoque leshicevolver a salir.Al cerrar lapuerta tras ellos,observéque sobreunamesacercanayacía elpaquetedecartasdelaseñoritaElmslie,quemidesgraciadoamigoleíayreleíaconinagotabledevociónyquecontanto cariño preservaba. Como él estabamirando hacia mí cuando pasé frente a la mesa, las cartasvolvieron a llamar su atención. La nueva esperanza para un futuro en compañía de la autora de lasmismas,queensucorazónacababadedespertarminoticia,pareciódesbordarleduranteuninstanteala

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vistadeaquellosatesoradosobjetosquelerecordabanasuprometida.Enaquelmomento,surisacesóporcompletoysurostrocambiódeexpresión.Entonces,seapresuróhastalamesa,tomólascartasconunamano,desvióporunmomentosumiradadeellashaciamíconunaexpresiónalteradaquehizoqueel corazónme diera un vuelco, y después cayó de rodillas junto a lamesa, enterró su cara entre lascartas y estalló en sollozos. Dejé que esta nueva emoción semanifestara libremente, y abandoné lahabitaciónsindecirunapalabra.Cuandoregresé,trashaberdejadotranscurrirciertotiempo,leencontrésentado,leyendotranquilamenteunadelascartasdelpaquetequereposabasobresurodilla.

Su mirada era la de la amabilidad en persona; su gesto, cuando se levantó para recibirme yofrecermelamanoansiosamente,eracasifemeninoensugentileza.

Yasehabíacalmado lo suficienteparaoír endetalle todo loque teníaquecontarle.No leoculténada, salvoelestadoenquehabíaencontradoelcadáver.Noasumíenmodoalgunoningúnderechosobrequépapeldeberíajugarélenlosfuturosprocedimientos,conlaexcepcióndeinsistirdeantemanoenquemedejaraamílasupervisióndelarecogidadelcadáver,yenrecomendarlequeseconformaraconverlacartademonsieurFoulon,trasrecibirmigarantíadequelosrestosmortalesdepositadosenelataúderanrealmentelosdelhombrequehabíamosvenidoabuscar.

—Susnerviosnosontanresistentescomolosmíos—ledije,amododedisculpapormiaparenteexigencia—,yporesarazóndeborogarlequenopretendaasumirelliderazgodetodoloquetengamosquehacerahorahastaquepuedaverelataúddeplomosoldadoyasalvoensuposesión.Despuésdeeso,podrávolveraasumirtodaslasfunciones.

—Me gustaría tener palabras para agradecerle su amabilidad —respondió—. Ningún hermanopodríahabermeapoyadoconmásafecto,oayudadoconmáspaciencia,deloqueustedlohahecho.

Calló entonces y pareció dedicarse a pensar. Después se mantuvo ocupado atando lenta ycuidadosamente el hatillo con las cartas de la señorita Elmslie; y después, repentinamente, miró endirecciónalapareddesnudaquehabíaamiespaldaconaquellaextrañaexpresiónquetanbienconocíayo. Desde que dejamos Nápoles, había evitado a propósito excitarle hablando de aquella inútil yespantosailusióndelaapariciónporlaquecreíaestarperpetuamenteperseguido.Peroenaquelprecisomomento, en todo caso, parecía tan calmado y dueño de sí mismo, tan poco proclive a agitarseviolentamenteporcualquieralusiónatanpeligrosotópicoquemeatrevíamencionárselodirectamente.

—¿Sigueapareciéndoseleelfantasma—pregunté—,talycomolohacíaenNápoles?Memiróysonrió.—¿Acasonoledijequemesigueatodaspartes?Sus ojos volvieron a dirigirse al vacío y empezó a hablar en aquella dirección, como si su

conversaciónprosiguieseconunatercerapersona.—Nossepararemos—dijolentaysuavemente—cuandoellugarqueaúnquedavacíoenlaabadía

deWincotyanoloestémás.EntoncesmeplantaréjuntoaAdafrentealaltardelacapilla,ycuandomisojosseencuentrenconlossuyos,yanoseráparaveresterostrotorturado.

Trashaberdichoaquello,inclinólacabezasobrelamano,suspiró,yempezóarepetirparasímismolosversosdelaviejaprofecía:

CuandoenlacámaramortuoriadeWincotEspereaunodelosMonktonunlugar;PorqueyazcaabandonadoBajocieloabiertoysinenterrar

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ClamandoporunmetrodetierraPesealosacrespornacimientoheredados;SeráentoncesmanifiestaseñalDellinajedelosMonktonelfinal.DesapareciendoconrapidezyenbreveDesapareciendohastaquesolounseñorquede.Delaluzdeldía,delarazamortalEllinajedelosMonktondesaparecerá.

Creyendo que había pronunciado los últimos versos con algo de incoherencia, intenté hacerlecambiardetema.Noparecióhaberoídoloqueacababadedecirleysiguióhablandoparasí.

—El linajede losMonktondesaparecerá—repitió—,peronoconmigo.La fatalidadyanopendesobremi cabeza. Enterraré al difunto insepulto; rellenaré el nicho vacío que le espera en la cámaramortuoriadeWincot.Yentonces…entoncesempezaréunanuevavida,¡lavidaconAda!

Aquel nombre pareció devolverle el sentido.Acercó sumaletín de viaje, guardó las cartas en suinterioryextrajounahojadepapel.

—Voy a escribirle a Ada para contarle las buenas nuevas —dijo volviéndose hacia mí—. Sufelicidad,cuandolosepa,serámayorinclusoquelamía.

Exhausto,debidoatodoloquehabíasucedidoaqueldía,ledejéescribiendoymefuialacama.Meencontraba,entodocaso,demasiadoalteradoodemasiadocansadoparadormirme.Enaquelestadodeduermevela,mimentesedirigiónaturalmentehaciaeldescubrimientoquehabíahechoenelconvento,yhacialasconsecuenciasqueaqueldescubrimientoabuensegurollevaríaconsigo.Amedidaqueibapensandoenelfuturo,empecéadesanimarmeacausadeunadepresiónparalacualnopodíaencontrarexplicación alguna. Y es que no existía la más mínima razón para aquellos vagos y melancólicospresentimientos que me asaltaban. Los restos mortales, a cuyo hallazgo tanta importancia daba midesgraciadoamigo,habíansidoencontrados;ysinlugaradudasleseríanentregadosenunpardedíasalo sumo. Podría llevarlos a Inglaterra en el primer mercante que partiera de Nápoles y, con lagratificacióndehaberconseguidocumplirsuextrañocapricho,habíaalmenosrazonesparaesperarquesumentepodríarecuperarseporcompleto,yquelanuevavidaqueibaallevarenWincotleharíaunhombrefeliz.Consideracionescomoestasnoestaban,ensímismas,calculadasparaejerceruninflujomelancólicosobremíy,sinembargo,alolargodetodaaquellanochesentímiánimohundirsebajoelpesodeaquellainexplicabledepresión;hundiéndosedurantelashorasdeoscuridad,yhundiéndosemásaúninclusocuandosalíadarunpaseopararespirarelfrescordelprimerairedelamañana.

Cuandollegóeldía,iniciamoslasabsorbentesnegociacionesconlasautoridades.Soloaquellosquehayantenidoquelidiarconlaburocraciaitalianapodránllegaraimaginarsehasta

quépuntofuepuestaapruebanuestrapacienciaporpartedetodosycadaunodeaquellosconlosqueentramos en contacto. Fuimos bandeados de una autoridad a otra; fuimos observados atentamente;fuimosinterrogadosymareadoshastaeldesconcierto…yenningúnmomentosedebiótodoaquelloaqueelcasopresentaraunadificultadocomplicaciónespecial,sinoaqueeraabsolutamentenecesarioquetodosycadaunodelosdignatarioscivilesalosquerecurrimospudierandemostrarsuimportanciahaciéndonosllegarhastanuestroobjetivodelmodomáscircularposible.Trashaberexperimentadolavida oficial italiana durante todo un día, dejé las absurdas formalidades en manos de Alfred y medediquéa reflexionar sobre laúnicacuestión realmente importante: cómo íbamosa transportardeun

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modocompletamentesegurolosrestosmortalesquenosesperabanenlacasetadelconvento.ElmejorplanquesemeocurriófueescribiraunamigodeRoma,dondesabíaqueeracostumbre

embalsamarloscuerposdealtosdignatariosdela iglesia,ydondeenconsecuencia, inferí,podríamosobtener la ayuda química que necesitábamos para solventar nuestra emergencia. Simplemente lecomuniquéenmicartaqueeltransportedelcuerpoeraimperativo.Despuésdescribílascondicionesenlasquelohabíaencontrado,ylegaranticéqueencasodequepudieraencontraralapersonaopersonasidóneasparaayudarnos,noescatimaríamosgastospornuestraparte.Denuevo,esteprocesoprovocóquesenosinterpusieranmásdificultadesyquetuviéramosquecumplirconmásformalismosinútiles;peroal final, lapaciencia, laperseveranciayeldineroacabaronpor triunfar,ydoshombres llegaronexpresamentedesdeRomaparallevaracabolatareaparalaqueseleshabíarequerido.

Resultadeltodoinnecesarioquemolesteallectorentrandoendetallesenestapartedeminarración.Cuandohayadichoqueelprocesodedescomposiciónquedósuspendidograciasamediosquímicos,demodoquelosrestosmortalespudieransertransportadoshastaInglaterracontodaseguridadygarantías,ya habré dicho lo suficiente. Tras diez días perdidos en inútiles retrasos y trabas, tuve al fin lasatisfaccióndever lacasetadelconventovacía;despuéscumplíconunúltimotramiteceremonialdeaspirarrapé,omásbiendecompartirrapéconelviejocapuchino,yordenéqueloscarruajesestuvieranpreparados en la puerta de la posada. Apenas había pasado un mes desde nuestra partida cuandovolvimos a entrar en Nápoles, habiendo triunfado en una empresa que había sido ridiculizada ycalificada de completamente imposible por todos y cada uno de nuestros amigos que habían tenidoconocimientodelamisma.

ElprimerobjetivoquenosplanteamosnadamásregresarfueobtenerunmediodetransporteparallevarelataúdaInglaterra.Pormar,porsupuesto.Labúsquedadeunmercantepróximoazarparhaciacualquierpuertobritánico,sinembargo,noscondujoalmásinsatisfactoriodelosresultados.Tansolohabíaunamaneradeasegurarseel transporte inmediatode losrestosmortaleshastaInglaterra,yestaconsistíaenalquilarunbarco. Impacienteporregresar,ydecididoanoperderdevistaelataúdhastaqueeste reposaraen lacámaramortuoriadeWincot,Monktondecidióde inmediatoquealquilaríaelprimer buque que pudiera conseguir. Según nos informaron en el puerto, la embarcación que antespodríaestarpreparadaparahacersealamareraunbergantínsiciliano,asíquemiamigosehizoconél.Pusimosa trabajara losmejoresastillerosqueencontramosycontratamosalcapitánmásavezadodeentretodoslosqueseencontrabandisponiblesenNápoles(yasucorrespondientetripulación).

Monkton,trashabervueltoaexpresarmeenlostérminosmáscálidossugratitudporlosserviciosquelehabíaprestado,descartótodaintencióndesolicitarmequeleacompañaraensuviajeaInglaterra.Parasugransorpresaysatisfacción,meofrecímotuproprioatomarpasajeenelbergantín.Lasextrañascoincidencias que había contemplado desde que nos encontramos por primera vez en Nápoles, y elextraordinariohallazgoenelquemehabíavistoenvuelto,habíanconvertidosuprincipalobjetivoenlavidaenmiobjetivoprincipalporelmomento.Nocompartíaningunadesusfantasías,pobremuchacho,pero apenas exagero al declarar que mi ansiedad por seguir aquella destacable aventura hasta suconclusiónnoeramenorasuansiedadporverelataúddepositadoenlacámaramortuoriadeWincot.Metemoquecuandomeofrecíaacompañarleensuviajederegresoacasa,lacuriosidadmeinfluyótantocomonuestraamistad.

UnatardehermosaydespejadanospreparamosparalevaranclashaciaInglaterra.Por primera vez desde que le había conocido, Monkton parecía estar completamente animado.

Hablabaybromeabasobre todo tipodematerias,yse reíademíporpermitirqueelmiedoalmareo

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afectaraaminaturalalegría.Enrealidadnoexistíasemejante temor;sencillamenteera laexcusaqueponía ante mi amigo para enmascarar el regreso de aquella inexplicable depresión que me habíaasaltado en Fondi. Todo estaba a nuestro favor; y todo elmundo a bordo del bergantín semostrabaanimado.Elcapitánestabaencantadoconelnavío;latripulación(italianosymalteses)semostrabafelizantelaperspectivaderealizarunviajecortoybienpagadoenunbajelrepletodeprovisiones.Tansoloyosentíaelcorazónapesadumbrado.Nohabíaunarazónválidaquemeexplicaralamelancolíaquemeoprimía,ysinembargocualquieresfuerzoporresistirmeasuinflujofueenvano.

Ya durante la primera noche en el mar, hice un descubrimiento que desde luego no estabaespecialmentepensadopararestaurarmiequilibrioemocional.Monktonestabaensucamarote,juntoala caja que contenía el ataúd, y yo paseaba por la cubierta.El viento había disminuido casi hasta lacalma total,yyocontemplabaperezosamentecómolasvelasdelbergantíngolpeabanperiódicamentecontra losmástiles, cuando el capitán seme aproximó y, alejándome de los hombres del timón,mesusurróaloído:

—Algopasaconlatripulación.¿Sehafijadoustedenlosilenciososquesehanvueltoloshombresdesdepocoantesdelapuestadesol?

Efectivamente,lohabíaobservado,yasíselodije.—Hay un chico maltés a bordo —continuó el capitán—… muy listo, pero no demasiado

disciplinado.Hedescubiertoqueleshaestadocontandoaloshombresquehayuncadáverenelinteriordeesacajaquellevasuamigoenelcamarote.

Micorazóndiounvuelcoaloíraquello.Conociendolairracionalidadsupersticiosadelosmarinos,especialmente lade losmarinosextranjeros,había tomado laprecaución,antesdequeelataúd fueseembarcado,deextenderabordodelbergantínelrumordequelacajaconteníaunavaliosaestatuademármolqueelseñorMonktonteníaengranestima,porloquenoestabadispuestoaperderladevista.¿Cómo habría podido descubrir aquelmuchachomaltés que la pretendida estatua era en realidad uncuerpohumano?Al reflexionarsobreaquellacuestión,missospechassedirigieronhaciaelcriadodeMonkton,queademásdehablarunfluidoitalianoeraunchafarderoincorregible.Cuandoleacusédehabernostraicionado,elhombrenegótodaresponsabilidad;peroyonuncacreísunegativa.Yaúnhoysigosincreerla.

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—Puedeestarsegurodequeelpequeñodiablonodirádedóndehasacadolodelmuerto—continuóelcapitán—.Noesmiintenciónentrometermeensussecretos,perolerecomiendoqueconvoquealatripulación y contradiga al chico, tanto si dice la verdad como si no. Los hombres son un grupo deestúpidos que creen en fantasmas y demás supercherías. Algunos de ellos dicen que nunca habríanfirmado el contrato de haber sabido que iban a navegar con un muerto. Otros se conforman conrefunfuñar,perometemoqueacabaremosportenerproblemascontodosellos,encasodequehayamaltiempo,anoserqueustedoelotrocaballerocontradiganalchico.Loshombresdicenquesiustedosuamigo les juranpor supalabradehonorqueelmaltésesunmentiroso, leazotaránenconsecuencia;peroquesinolohacen,estándispuestosacreeralmuchacho.

Llegadoestepunto,elcapitáncallóyesperóunarespuesta.Nopodíadarleninguna.Hacerqueelchicofueracastigadodandomipalabradehonorcomogarantíadeunaabsolutafalsedadestabafueradetodo lugar. ¿Quéotromediode arreglar aquel desgraciadodilemamequedaba?Ninguno, que semeocurriera. Le agradecí al capitán su atención por nuestros intereses, le dije que necesitaría algo detiempo para llegar a una decisión, y le rogué que no le dijera nada ami amigo sobre lo que habíadescubierto.Meprometióguardarsilenciobastantemalhumorado,ysealejódemí.

Habíamosesperadoquealamañanasiguienteselevantaraalgodebrisa,peronofueasí.Amedidaqueelmediodíaseibaacercando,laatmósferasevolvióinsufriblementebochornosa,yelmarseguíatanlisocomounespejo.Viqueelcapitánmirabaamenudoyconnerviosismohaciabarlovento.Lejos,en aquella dirección, pude observar una pequeña nube negra y solitaria en mitad del cielo azul; lepreguntésinostraeríaalgodeviento.

—Másdelquequeremos—replicóbrevementeelcapitán.Después,paramiasombro,ordenóalatripulaciónquesalieraacubiertayquearriaralasvelas.Laejecucióndeaquellamaniobramedemostróclaramente cuál era el estado de ánimo de los hombres. Hicieron su trabajo a regañadientes ymuylentamente,sindejardefarfullarymurmurandoentresí.Elcomportamientodelcapitán,mientras lesurgíamediantejuramentosyamenazas,meconvenciódequenoshallábamosenpeligro.Volvíamirarabarlovento.Lapequeñanubesehabíaensanchadohastaconvertirseenungranbancodevaporturbio,yelmarhabíacambiadodecoloralláenelhorizonte.

—Latormentaestarásobrenosotrosantesdequesepamosaquéalturanosencontramos—dijoelcapitán—.Vayaabajo.Aquísoloseráunestorbo.

DescendíalcamaroteypreparéaMonktonparaloqueseavecinaba.Aúnmeestabapreguntandoquéeraloquehabíavistoencubiertacuandolatormentaestallórepentinamente.Sentimosqueporunmomentoelpequeñobergantínsetensabacomosifueraapartirseendos,despuésparecióbalancearsedeun ladoaotropara luegodetenerseporcompletoduranteunsolo instante,con todos losmaderostemblando. Entonces recibimos un impacto que nos arrojó de nuestros asientos. Oímos un ruidoensordecedor y un torrente de agua se abrió paso a través de nuestro camarote. Medio ahogados,trepamoshastalacubierta.

Antes de que pudiera distinguir nada en concreto entre toda aquella horrible confusión, salvo latremenda certeza de que estábamos completamente amerced delmar, oí una voz desde la popa queacallóelclamoryelgriteríodelrestodelatripulación.Laspalabraseranenitaliano,peroentendísufatalsignificadocondemasiadafacilidad.Sehabíaabiertounagrietayelmarestabapenetrandoenelbarcoconlamismafacilidadqueuncuchillocortalamantequilla.Pesealaemergencia,elcapitánnoperdiólosestribos.Pidiósuhachaparacortarelpalomayory,trasordenarlesaalgunosmiembrosdelatripulaciónqueleayudasen,envióalrestoamanejarlasbombasdeachique.

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Apenas habían salido las palabras de sus labios cuando los hombres se amotinaron abiertamente.Dirigiéndomeunamiradasalvaje,su lídergritóque lospasajerospodíanhacer loquequisieran,peroque él y sus compañeros estabandecididos a subirse al bote de salvamento y a dejar que elmalditobarcoyelmuertoqueviajabaenélsefueranjuntoshastaelfondo.Cuandohabló,seformóungriteríoentrelosmarinerosyyoobservéquealgunosdeellosseñalabanburlonamentehaciamisespaldas.Alvolverme,viaMonkton,quehastaentoncessehabíamantenidoamilado,abriéndosecaminohaciaelcamarote.Leseguídeinmediato,peroelaguaylaconfusiónencubierta,ylaimposibilidad,debidoalbamboleodelbergantín,demoverlospiessinlaayudadelasmanosimpidieronmiavancedetalmodoquemeresultóimposiblealcanzarle.Cuandohubellegadoabajo,Monktonsehabíaagachadosobreelataúd,conelaguaqueinundabaelcamarotearremolinándoseysalpicandoasualrededormientraselbarcoselevantabaysehundíaentrelasolas.Viunavisodeloqueseavecinabaenelbrillodesusojos,unavisoenelrubordesusmejillas.Meaproximéaélyledije:

—Nonosquedamásremedio,Alfred,quecederante ladesgraciayhacer loqueestéennuestrasmanosparasalvarnuestrasvidas.

—Salveustedlasuya—gritó,agitandosumanoantemí—,puesustedaúntieneunfuturo.Elmíohabrá desaparecido cuando este ataúd llegue al fondo. Si el barco se hunde, sabré entonces que lafatalidadsehaconsumadoynadameimpediráhundirmeconél.

Vi que su estado no era proclive a razonar ni a dejarse persuadir, de modo que volví a salir acubierta. Los hombres estaban cortando todos los obstáculos que les impedían lanzar el gran bote,colocado en mitad del navío, por encima del hundido bastión del bergantín. El capitán, tras haberrealizadounúltimoyvanointentoporrestaurarsuautoridad,loscontemplabaensilencio.Laviolenciade la tormenta parecía estar remitiendo, y le pregunté si realmente no había posibilidad alguna paranosotrosencasodepermanecerabordodelbarco.Elcapitánmerespondióquesiloshombreshubieranobedecido sus órdenes esa opción habría sido la más segura; pero que ahora, efectivamente, ya noquedaba ninguna posibilidad. Sabiendo que no podía depender del criado deMonkton, le revelé alcapitán,delmodomásbreveysencilloquemefueposible,lacondicióndemidesafortunadoamigo,yle pregunté si podía contar con su ayuda. Asintió con la cabeza y descendimos juntos al camarote.Todavíaahoramecausadolorescribiracercadelaterribledecisiónalaquenosvimosabocados,comoúltimorecurso,debidoalafuerzaylapersistenciadelasalucinacionesdeMonkton.Elúnicomododesacarle de allí fue atarle lasmanos y arrastrarle por la fuerza hasta cubierta. Los hombres estaban apuntodepartirenelbote,yalprincipiosenegaronaaceptarnosensuinterior.

—¡Cobardes!—gritó el capitán—. ¿Acaso llevamos con nosotros al muerto? ¿Acaso no se estáyendoalfondodelmarjuntoconelbergantín?¿Dequiénosasustáisahora?

Aquella apelación produjo el efecto deseado; los hombres se avergonzaron de sí mismos y seretractarondesunegativa.

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Enelmismomomentoenelqueabandonamoselbarco,Alfredhizouna tentativapor rompermiabrazo,pero le sujetécon firmezaynovolvióa repetirel intento.Se sentóami lado,con lacabezahundida, inmóvil y silencioso, mientras los marinos remaban alejándose del condenado bergantín;inmóvilysilenciosocuando,todosauna,sedetuvieronaciertadistanciaparaesperaryobservarcómosehundía;inmóvilysilenciosoinclusocuandoelhundimientosehuboconsumado:cuandoeltrabajadocasco se internó lentamente en una depresión delmar, dudó aparentemente durante unmomento, seelevóligeramente,ydespuésdesapareciódenuestravistaparanovolveraelevarsenuncamás.

Hundidoconsucargamuerta;hundidoparaponermásalládenuestroalcanceaquelcadáverquehabíamosdescubiertocasidemilagro,aquellosrestosmortalestancelosamentepreservadosyencuyasmanosdescansaban,deunmodotanextraño,lasesperanzasylosdestinosdedosenamorados.Cuandolos últimos signos del barco hubieron desaparecido en las profundidades de las aguas, sentí queMonkton empezaba a temblar terriblemente a mi lado, y le oí repetir para sí mismo, tristemente ymuchasveces,elnombrede«Ada».

Intentédirigirsuspensamientoshaciaotrotema,perofuecompletamenteinútil.Señalóhaciadondehabíaestadoelbergantín,aunqueahorayanoquedabanadaa loquemirarsalvo lasagitadasolas,ydijo:

—ElnichovacíopermanecerávacíoparasiempreenlaabadíadeWincot.Aldecirestaspalabras,fijóporunmomentosustristesydesoladosojosenmirostro.Despuésretiró

lamirada,apoyóunamejillasobrelamanoyyanovolvióahablar.Bastanteantesdequeanochecierafuimosavistadosporunbarcocomercialquenosrecogióabordo

ynosllevóhastaCartagena,enEspaña.Alfrednovolvióalevantarlacabezanivolvióahablarmeporvoluntad propia durante todo el tiempo que estuvimos a bordo delmercante.Observé alarmado, sinembargo,queamenudohablabasoloydemaneraincoherente…musitandoconstantementelosversosdelaviejaprofecía,yaludiendounayotravezaaquelfatalnichoquepermanecíavacíoenlacámaramortuoriadeWincot;repitiendoconstantemente,enuntonotandesgarradoquecadavezquelooíameafectaba más de lo que es posible expresar, el nombre de la pobre muchacha que le esperaba enInglaterra. Pero no eran estas las únicas causas de la inquietud que sentía por él. Hacia el final denuestro viaje empezó a sufrir unos ataques alternos de fiebre y escalofríos que, en mi ignorancia,imaginéquepodríansersíntomasdeunresfriado.Prontorecibíundesengaño.ApenasllevábamosundíaentierracuandosusaludempeorótantoquetuvequeasegurarmelamejorasistenciamédicaquesepodíaconseguirenCartagena.Duranteunosdías,losdoctoresdifirieron,comosueleserhabitual,ensuopinión sobre cuál podría ser la causa de la enfermedad; pero, en breve, empezaron a manifestarseciertossíntomasalarmantesquenodejaronlugaradudas.LosmédicosmecomunicaronqueMonktonestabaafectadodefiebrecerebralyquesuvidacorríapeligro.

Dominado por la preocupación y la pena, apenas supe cómo actuar ante aquella nuevaresponsabilidad que seme presentaba. Finalmente, decidí escribir al viejo párroco que había sido eltutordeAlfredyque,segúnteníaentendido,seguíaresidiendoenlaabadíadeWincot.Lecontéaestecaballerotodoloquehabíasucedido,leroguéqueletransmitieraalaseñoritaElmsliemisdesgraciadasnoticias con la máxima delicadeza posible, y le aseguré que estaba dispuesto a permanecer conMonktonhastaelfinal.

Después de haber despachado mi carta, y tras haber enviado un mensajero a Gibraltar coninstruccionesdeencontrarelmejormédicoinglésqueejercieseenlaciudad,sentíqueyahabíahechotodoloqueestabaenmimano,yquenadaquedabasalvoesperaryesperar.

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Muchas fueron las horas tristes y expectantes que pasé junto a la cama de mi pobre amigo. Ymuchasfueronlasocasionesen lasquedudésihabríaobradobienalsecundarsusfantasías.Entodocaso, las razonesquemehabían llevado a ello tras nuestra primera entrevista parecían seguir siendoválidas.ElúnicomododeacelerarsuregresoaInglaterrayalaseñoritaElmslie,quesemoríadepenaen su ausencia, era el camino que yo había elegido.No era culpamía que sus proyectos y losmíoshubieranquedadofulminadosporundesastrequeningúnhombrehubierapodidoprever.Peroahoraquelacalamidadparecíairrevocable,loquemásmepreocupabaeraqueencasodequepudierasuperarsuenfermedadfísica,¿cómoíbamosapodercombatirlamental?

Cuandoreflexionésobre lacorrupciónhereditariaqueasolabasudesordenadamente, sobreaquelterrorinfantilantelafiguradeStephenMonkton(delquenuncasehabíarepuesto),sobrelaaisladavidaquehabíallevadoenlaabadía,osobresufirmeasuncióndelarealidaddelaapariciónporlaquecreíaserconstantementeperseguido,confiesoquemedesesperabaelnopoderhacerquesusupersticiosafeencadapalabrayversodelaviejaprofecíafamiliarsetambaleara.Siaquellacadenadecoincidenciasqueparecíandemostrarsuautenticidadhabíaconseguidocausarunaimpresiónfuerteyduraderaenmipersona(ypuedoasegurarqueesteeraelcaso),¿cómopodríaasombrarmedequehubieraproducidounefecto de absoluta convicción en su mente, predispuesta a creerlo todo? Si discutía con él, y élmerespondía,¿cómopodríayoreplicar?Siéldijera:«Laprofecíaapuntaalúltimodelafamilia:yosoyelúltimodelafamilia.LaprofecíamencionaunnichovacíoenlaabadíadeWincot:enestemomentoesenicho vacío existe. Creyendo en la profecía le dije que el cuerpo de Stephen Monkton habíapermanecido insepulto, y así lo encontró usted»; sime dijera todo aquello, ¿de qué serviría que yocontestara:«Despuésdetodosolosetratadeunaseriedeextrañascoincidencias»?

Cuanto más pensaba en la tarea que me esperaba en caso de que Monkton se recobrase, másinclinadome sentía a desanimarme.Cuantomás amenudome decía el físico inglés que le atendía:«Puedequemejoredelafiebre,perohayunaideafijaquenuncaleabandonanidedíanidenoche,queha descompuesto su razón y que acabará por matarle si usted o sus amigos no consiguen que laabandone»;cuantomásamenudooíaesto,más intensamente sentíamipropia frustración,ymásmealejabadetodaideaconectadaconaquelfuturodesesperanzador.

ÚnicamentehabíaesperadorecibirdeWincotalgunarespuestaenformadecarta.Fueporlotantounagran sorpresa,y tambiénungranalivio, recibirundía el recadodequedos caballerosdeseabanhablarconmigo,ydescubrirque,deestosdoscaballeros,elprimeroeraelviejopárrocoyelsegundounparientedelaseñoritaElmslie.

Justoantesdesullegada, lossíntomasfebrileshabíandesaparecidoyAlfredhabíasidodeclaradooficialmente fuera de peligro.Tanto el párroco como su compañero semostraron ansiosos por sabercuándohabría recuperadoelenfermo las fuerzassuficientesparaacometerunviaje.HabíanvenidoaCartagena expresamente para llevarse a Monkton con ellos de regreso, y se sentían mucho másesperanzadosqueyoalrespectodelaspropiedadescurativasdelairedesutierranatal.Despuésdequesehubieranformuladoyrespondidotodaslaspreguntasrelativasaaquelpuntodeprimeraimportancia,meaventuréainteresarmeporlaseñoritaElmslie.SuparientemeinformódequeestabasufriendoencuerpoymentedebidoaunaextremadapreocupaciónporAlfred.SehabíanvistoobligadosamentirleacercadelapeligrosidaddesuenfermedadparaevitarquequisieraacompañarlesaélyalpárrocoensumisiónaEspaña.

Amedidaquefueronpasandolassemanas,Alfredrecuperópartedesuantiguafuerzafísica,lentaeimperfectamente;perolaenfermedadqueafectabaasucerebronosufriólamásmínimaalteración.

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Ya el mismo día en el que se le había declarado recuperado se había descubierto que la fiebrecerebralhabíaejercidounaextrañainfluenciasobresumemoria.Todossusrecuerdosreferentesa loshechosmásrecienteshabíandesaparecidoporcompleto.TodoaquelloconectadoconNápoles,conmigoy con su viaje a Italia, se había desvanecido completa y misteriosamente de sus recuerdos. Tancompletamentesehabíanborradolosacontecimientosmásrecientesdesumemoriaque,aunqueyaensus primeros días de convalecencia reconoció fácilmente al párroco y a su criado, nunca llegó areconocermeamí;únicamentemecontemplabacadavezquemeacercabaasucamaconunaexpresióndemelancolía y duda queme dolíamás allá de lo que soy capaz de expresar. Todas sus preguntasgirabanentornoalaseñoritaElmslieyalaabadíadeWincot,ytodoloquedecíaestabaancladoenelperiodoenelquesupadreaúnvivía.

Losdoctoresauguraronmásbeneficioqueperjuicioaraízdeaquellapérdidadememoria,aclarandoqueseríatemporalyquerespondíaalaprimeranecesidaddemantenersumentecalmadadecaraaunarecuperacióntotal.Intentécreerles…intentésentirmetanoptimistacomolohicieronlosviejosamigosqueleestabanllevandoderegresoacasacuandollegóeldíadesupartida.Peroerademasiadoesfuerzoparamí.Elpresentimientodequenovolveríaaverlenuncamásoprimiómicorazón,yalverlagastadafigurademipobreamigo,medioalzadoalinteriordelcarruajeyconducidogentilmenteporlacarreteraquelellevaríahastacasa,laslágrimasasomaronamisojos.

En ningúnmomento había llegado a reconocerme, y los doctoresme rogaron que, durante algúntiempo,no ledieraoportunidaddehacerlo.Deno serpor esta solicitud, lehabría acompañadohastaInglaterra.Talycomoestabanlascosas,yanomequedabanadamejorporhacerquecambiardeairesyrecuperar,en lamedidade loposible,misenergíasdecuerpoyespíritu, tandesgastadasúltimamentedebido a las largas esperas y al nerviosismo. Las famosas ciudades de España no me resultabandesconocidas,perovolvíavisitarlas,yrevivíviejasimpresionesdelaAlhambraydeMadrid.Enunaodosocasionespensérealizarunperegrinajeendirecciónaleste,pero losúltimosacontecimientosmehabíanalteradoy,enciertomodo,desgastado.Micorazónempezóaverseacechadoporesasensaciónanhelanteeinsatisfechaquellamamos«morriña»,demodoquedecidíregresaraInglaterra.

AnteshiceescalaenParís,yaquemehabíapuestodeacuerdoconelpárrocoenquemeescribiríaaldomiciliodemibanqueroenlacapitalfrancesatanprontocomolefueraposibledespuésdequeAlfredhubieraregresadoaWincot.Dehabermemarchadoaleste,lacartahabríasidodevueltaaWincot.Enviéunanotaparaprevenirestaposibilidady,nadamás llegaraParís,medetuveparaveramibanqueroantesinclusodeacudiralhotel.

Enelmismomomentoenquelacartafuepuestaentremismanos,elrebordenegroquerodeabaelsobremeindicólopeor.Habíamuerto.

Elúnicoconsueloquequedabaeraquehabíamuertotranquilamenteycasifeliz,sinreferirseniunasola vez a aquellas fatales casualidades que habían traído consigo el cumplimiento de la profecía.«Durantelosprimerosdíastrassuregreso—habíaescritoelviejopárroco—,miqueridopupilopareciómejorarunpoco,peronollegóarecuperarcompletamentelasfuerzasyprontosufrióunaligerarecaídaenlafiebre.Despuésdeaquello,sefuehundiendosuavementeydeformagradual,díatrasdía,hastaque se despidió de nosotros para iniciar su último viaje. La señorita Elmslie (que sabe que estoyescribiendoestaslíneas)deseaqueleexpresesuprofundayeternagratitudportodasuamabilidadparaconAlfred.Cuandoletrajimosdevueltamedijoquelehabíaestadoesperandocomosuprometida,yqueahora lecuidaríacomosiya fuerasuesposa;no leabandonóniunsolo instante.CuandoAlfredmurió,surostroestabavueltohaciaeldeellaysusmanospermanecieronentrelazadashastaexhalarel

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últimosuspiro.LeconsolarásaberquedesdeeldíadesuregresoyhastaeldesumuertenomencionólossucesosacontecidosenNápolesoelnaufragioquelessiguió».

TresdíasdespuésdehaberleídolacartameencontrabaenWincot,escuchandodebocadelpárrocotodos los detalles referentes a los últimosmomentos deAlfred. Cuando oí que, siguiendo su deseo,habíasidoenterradoenlafatalcámaramortuoriadelaabadía,sentíunsobresaltoquenomeresultaríafácildeexplicaroanalizarencasodequepretendierahacerlo.

Elpárrocome llevóavisitarel lugar…unaconstrucciónsubterránea,grisy fría,de techobajoysostenido por voluminosos arcos sajones. Estrechos nichos, en cuyo interior se podían apreciar losextremos de los ataúdes, recorrían las paredes de la cámara. Los clavos y los ornamentos de platalanzabandestelloscadavezquemiacompañantepasabafrenteaellosconlalámparaenlamano.Enelextremomásalejadodelaentrada,elpárrocosedetuvo,señalóunnichoydijo:

—Aquíyace.Entresupadreysumadre.Miréunpocomásalláyviloqueenunprincipiomeparecióuntúnellargoyoscuro.—Es tan solo un nicho vacío—dijo el párroco siguiéndome—. Si el cuerpo del señor Stephen

MonktonhubierasidotraídohastaWincot,suataúdhabríareposadoahí.Unescalofríorecorriómicuerpo,yunsentimientodetemorqueahorameavergüenzahabersentido

pero que entonces fui incapaz de combatir, se apoderó de mí. La bendita luz del día se derramabaalegrementeatravésdelapuertaabierta,alotroextremodelacámara.Ledilaespaldaalnichovacíoymeapresuréhastallegaralsolyelairefresco.

Mientrasrecorríaalainversaelcaminoqueconducíaalacámaramortuoriaatravésdelcésped,oídetrásdemíelcrujidodeunvestidodemujer.Alvolverme,viaunajovendamaavanzandohaciamí,vestidadeluto.Surostrodulceytristeysumododeofrecermelamanomeindicarondeinmediatodequiénsetrataba.

—Oí que estaba usted aquí—dijo—, y deseaba…—la voz le falló ligeramente.Mi corazón sesintió herido al ver cómo temblaba su labio, pero antes de que pudiera decirle nada ella recuperó elcontroldesímismayprosiguió—:Deseabaestrecharlelamanoyagradecerlesufraternalcariñoparacon Alfred; también quería decirle que estoy segura de que todo lo hizo actuando con ternura yconsiderandoquesetratabadelomásacertado.Quizávuelvaaalejarseprontodesucasayesposibleque no volvamos a vernos. Pero nunca, nunca olvidaré que fue usted amable con él cuando másnecesitadoestabadeunamigo,yquetieneustedmásderechoqueningunaotrapersonaenlatierraaserrecordadocongratitudenmipensamientomientrasviva.

Laindecibledulzuradesuvoz,quetemblabaligeramentemientrashablaba;labellapalidezdesurostro,yelsencillocandordesusojostristesytranquilos,meafectarondetalmodoquenopudeconfiarenmímismopararespondersalvomediantegestos.Antesdequehubierarecobradoelhabla,mehabíavueltoaofrecersumanoysehabíamarchado.

Nuncavolvíaverla.Lascasualidades,y lasvueltasqueda lavida,nosmantuvieronapartadoselunodelotro.Laúltimavezqueoíhablardeella,ydeesohaceyaaños,seguíasiendofielalamemoriadeldifunto,yaúnseguíallamándoseAdaElmslieúnicamenteenrecuerdodeAlfredMonkton.

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UNACAMATERRIBLEMENTEEXTRAÑA

Pocodespuésdehaberconcluidomisestudiosuniversitarios,meencontréenParísconunamigoinglés. Ambos éramos entonces hombres jóvenes, y me temo que llevábamos una vida más biendisipadaenaquelladeliciosaciudadquehabíamosescogidocomoexilio.Loquetevoyacontarsucedióuna noche que paseábamos perezosamente por los alrededores del vecindario del Palais Royal,decidiendoaquéentretenimientodeberíamosdedicarlassiguienteshoras.MiamigopropusovisitarelFrascati,perosusugerenciano resultódemiagrado.Yoyameconocíaaquel localprácticamentedememoriayhabíaperdidoyganadoensussalasabundantespiezasdecincofrancosconelúnicoobjetivode entretenerme.Hasta que la diversión se tornó aburrimiento y hastío, principalmente debido a queFrascatiesunadeesasespantosasanomalíasque,amijuicio,representanlascasasdejuegorespetables.

—Porelamordelcielo—ledijeamiamigo—,vayamosaalgúnlugarenelquepodamosveralgogenuinoybarriobajero;unjuegoenelqueelfactordominantesealapobreza,ynoesosfalsosoropeles.Alejémonosdel tan eleganteFrascati y acudamos auna casa en la que se le permita la entrada a unhombreconelabrigoajado,einclusoaunhombresinabrigo,ajadoono.

—Muybien—dijomiamigo—,noharáfaltaquenosalejemosdelPalaisRoyalparaencontrarlaclasede compañíaquebuscas.Aquímismoexisteun lugar tandesvergonzado en todos los aspectoscomoelquedeseasver.

Enunpardeminutosllegamosaunapuertaypenetramosenlacasacuyapartetraserahasdibujadoentucuadernodeapuntes.[1]

Cuando hubimos ascendido las escaleras y dejado nuestros sombreros y bastones a cargo delportero,fuimosadmitidosenlahabitaciónprincipal:elsalóndejuego.Noencontramosamuchagentereunida allí. Pero, por pocos que fueran los hombres que contemplaron nuestra entrada, todos eranrepresentantes(lamentablemente,auténticosrepresentantes)desusrespectivascalañas.

Habíamos acudido para ver a gente barriobajera, pero aquellos hombres eran algo mucho peor.Siempresuelehaberunaspectocómico,másomenosapreciable,entodolobarriobajero;peroallínoserespirabanadamásquetragedia,tragediamudayextraña.Elsilencioenlahabitaciónerahorrible.Eljovendelgado,ojerosoydecabelloslargos,cuyosojoshundidoscontemplabanfieramenteelrepartodelascartas,nohablaba;tampocohablabaeljugadorfofodelacarahinchadayrecubiertadegranos,quegarabateabaincansablementeensupedazodecartónpararegistrar lafrecuenciaconlaqueganabaelrojoylafrecuenciaconlaqueganabaelnegro;nielviejoarrugadoysucio,conlosojosdebuitreyelgabán zurcido, que había perdido hasta su último sou y aún seguía observando desesperadamente eljuego aunque ya no pudiera participar en él. Incluso la voz del croupier sonaba como si estuvieraextrañamenteamortiguadayapagadaenlaatmósferadelahabitación.Habíaentradoenel lugarparareírme,peroelespectáculoquesepresentóantemíeramásbienparallorar.Prontonecesitérefugiarmedeladepresiónqueempezabaadominarmecentrandomiatenciónenalgoexcitante.Paramidesgracia,nosemeocurrióotracosaquebuscarlaexcitaciónenlamesamáscercanayempezandoajugar.Másdesgraciadamente aún, taly comodemostrarán loshechos,gané.Ganédeunmodoprodigioso;ganéincreíblemente; gané de tal modo que los jugadores habituales de la mesa se arremolinaron a mialrededor y, observandomis ganancias con ojos ávidos y supersticiosos, empezaron a susurrarse los

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unosalosotrosqueaquelinglésibaasaltarlabanca.

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El juegoeraRougeetNoir.Lohabía jugadoen todasy cadaunade las ciudadesdeEuropa, sintomarmenidesearlamolestiadeestudiarlaTeoríadelAzar.¡Lapiedrafilosofaldetodoslosjugadores!Además, yo nunca había sido un jugador en el estricto sentido de la palabra. Estaba a salvo de lacorrosiva pasión del juego.Mi participación era unmero y perezoso divertimento. Nuncame habíaacercado al juego por necesidad, porque nunca había sabido lo que era necesitar dinero. Nunca lopracticabadeunmodo tancontinuadocomoparaperdermásde loquepudierapermitirme,niganarmás de lo que pudiera embolsarme sin romper el balance de mi buena suerte. Resumiendo, hastaentonceshabíafrecuentadolasmesasdejuegoconelmismoespírituquefrecuentabasalonesdebaileyteatrosdelaópera:porquesencillamentemeentretenía,yporquenoteníanadamejorenloqueemplearmishorasdesocupadas.

Peroenaquellaocasiónlasituacióneramuydiferente.Porprimeravezenmividasentírealmenteloqueeslaauténticapasiónporeljuego.Alprincipiomiéxitomedejócompletamentedesconcertado,paraembriagarmedespuésenelsentidomásliteraldelapalabra.Pormuyincreíblequepuedaparecer,resultacompletamenteciertoquesoloperdíacadavezqueintentabacalibrarlasposibilidadesyjugabadeacuerdoacálculosprevios.Silodejabatodoalazar,yapostabasincuidadoniconsideración,ganabasinremisión;ganabapeseaquetodaslasprobabilidadesestuvieranafavordelabanca.Alprincipio,algunosde loshombrespresentesarriesgaronsudinero jugandoamimismocolor,pero rápidamenteincrementé mis apuestas hasta alcanzar sumas que no se atrevían a arriesgar. Uno tras otro fueronabandonandoeljuegoysededicaronaobservarelmíoconteniendoelaliento.

Aun así, una vez tras otra, seguí aumentando mis apuestas, más y más, y seguí ganando. Laexcitaciónenelinteriordelahabitaciónalcanzóunnivelfebril.Cadavezqueeldineroeraempujadohaciami lado de lamesa, el silencio quedaba interrumpido por un coro gutural de exclamaciones yjuramentos musitados en diferentes idiomas. Incluso el imperturbable croupier acabó por arrojar surastrilloalsuelodebidoaunafuriosaexpresión(francesa)de incredulidadantemiéxito.Tansolounhombremantuvoelcontroldesímismo,yesefuemiamigoinglés.Seacercóamiladoy,susurrandoennuestroidioma,merogóqueabandonaraellugar,satisfechoconloqueyahabíaganado.Debohacerlejusticiadiciendoquerepitiósusavisosysusruegosvariasveces,yquesolomedejóallíparamarcharsedespuésdequehubierarechazadosuconsejomedianteunostérminosquelehicieronimposiblevolveradirigirseamíaquellanoche(estaba,atodoslosefectos,completamenteborrachoporeljuego).

Pocodespuésdequemiamigosehubieramarchado,unavozroncagritódetrásdemí:—Permítame,queridoseñor;permítamequepongaensulugarestosdosnapoleonesqueselehan

caído.¡Quésuertetanmaravillosalasuya,señor!¡Ledoymipalabradehonordeviejosoldadodequeentodoelcursodemilargaexperienciaenestetipodeasuntosjamáshabíavistounasuertecomolasuya!¡Nunca!¡Siga,señor!Sacrémillebombes!¡Sigaasíysaltelabanca!

Me giré y vi a un hombre alto, cubierto con un sobretodo trenzado, que asentía y sonreía conempedernidasociabilidad.

Dehabersidoyomismo,lehabríaconsideradounespécimenmásquesospechosodeviejosoldado.Tenía unos ojos danzones e inyectados en sangre, un mostacho sarnoso y la nariz rota. Su voztraicionabaunaentonaciónpropiadebarracóndelpeororden,yteníaelpardemanosmássuciasquejamás haya visto… incluso estando enFrancia. Estas peculiaridades personales, sin embargo, nomerepelieron en lo más mínimo. Dominado por aquella demente excitación, por aquel temerario ymomentáneo triunfo, estabapredispuesto a«fraternizar» con cualquieraqueme animara en el juego.Aceptéunpellizcodelrapéquemeofrecíaelviejosoldado,lepalmeélaespaldayjuréqueeraeltipo

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máshonestodelmundo,elmásgloriosovestigiodelGranEjércitoqueyohubiera tenidoelgustodeencontrarmenunca.

—¡Adelante!—gritómimarcialamigo,chasqueandoextasiadolosdedos—.¡Adelante,gane!¡Saltelabanca,milletonnerres!¡Saltelabanca,galantecamaradainglés!

Yseguíjugando.Seguídetalmaneraqueuncuartodehoramástardeelcroupieranunció:—¡Caballeros!Labancahacerradoporestanoche.Todoslosbilletesytodoelorodela«banca»yacíanahoraamontonadosbajomismanos.¡Todoel

capitalflotantedelacasadejuegoestabaesperandoaversemetidoenmisbolsillos!—Envuelvabieneldineroensupañuelo,midignoseñor—dijoelviejosoldado,mientrasyocubría

conlasmanosmimontañadeoro—.EnvuélvalocomonosotrosenvolvíamoslasmigajasquecomíamosenelGranEjército;susgananciassondemasiadopesadasparacualquierbolsillodepantalónquejamássehayacosido.¡Así!¡Asíestábien!¡Métalotodo,losbilletestambién!Credié!¡Vayasuerte!¡Espere!¡Selehacaídootronapoleónalsuelo!¡Ah!Sacrépetitpolissondenapoléon!¿Teheencontradoporfin?Yahora,señor,dosnudosdoblesbienfuertesacadalado;consuhonorablepermiso,eldineroestáabuen recaudo. ¡Tóquelo! ¡Tóquelo,afortunadocaballero!Duroy redondocomounabaladecañón.Ah, bah! Si se hubieran disparado balas como esta en Austerlitz.Nom d’une pipe! ¡Si tan solo lohubieran hecho! Y ahora, como antiguo granadero, y como ex-bravo del Ejército francés, ¿qué mequedaporhacer?¿Quémequeda,digo?Simplementeesto:convidaramivaliosoamigoinglésabeberuna botella de champán conmigo, ¡y brindar por la diosa fortuna con copas espumeantes antes desepararnos!

—¡Excelente, ex-bravo! ¡Jovialyantiguogranadero! ¡Champán,por supuesto! ¡Unbrindis ingléspara un viejo soldado! ¡Hurra! ¡Hurra! ¡Otro brindis inglés por la diosa Fortuna! ¡Hurra! ¡Hurra!¡Hurra!

—¡Bravoporelinglés,elamistosoyamableinglésporcuyasvenascorreahoralavivazsangredeFrancia!¿Otracopa?Ah,bah!¡Estabotellaestávacía!¡Noimporta!Vivelevin!¡Yo,elviejosoldado,voyaencargarotrabotellayuncuartodebon-bonsparaacompañarla!

—No,no,ex-bravo.¡Nunca,ancianogranadero!Laanteriorfuesubotella,dejequeestasealamía.¡Vea! ¡Brindemos! ¡Por elEjército francés! ¡Por el granNapoleón! ¡Por todos los presentes! ¡Por elcroupier!¡Porlamujerylashijasdelhonestocroupier;siesquelastiene!¡Porlasdamasengeneral!¡Portodoelmundo!

Para cuando la segunda botella de champán estuvo vacía, me sentía como si hubiera estadobebiendofuegolíquido.Micerebroparecíahaberestalladoenllamas.Ningúnexcesodevinomehabíaproducidosemejanteefectoentodamivida.¿Eraaquelelresultadodehaberingeridounestimulanteenunmomentoenelquemimentesehallabayadeporsíenunestadoaltamenteeufórico?¿Estabamiestómagoenmalascondiciones?¿Oesqueelchampáneraasombrosamentefuerte?

—¡Ex-bravodelEjércitofrancés!—grité,dominadoporundementeestadodealegría—.¡Estoyqueardo!¿Cómoseencuentrausted?¡Haconseguidoustedencenderme!¿Meoye,mihéroedeAusterlitz?¡Tomemosunatercerabotelladechampánparaapagarestefuego!

Elviejosoldadomeneólacabeza,hizorodarsusojossaltoneshastaquemeparecióqueestabanapunto de salírsele de las cuencas, colocó su sucio dedo índice junto a la nariz rota, anunciósolemnemente«¡café!»,ydesapareciórápidamenteatravésdelapuertadeotrahabitación.

Lapalabrapronunciadaporelexcéntricoveteranopareciótenerunefectomágicosobreelrestodelospresentes.Aunsolomovimiento,todosselevantarondesussitiosparamarcharse.Probablemente

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habíanesperadobeneficiarsedemiintoxicación,peroaldescubrirqueminuevoamigoestabadecididoa prevenir benevolentemente la posibilidad de que terminara completamente borracho, acababan deabandonar toda esperanza de prosperar plácidamente con mis ganancias. Cualquiera que fuese elmotivo,lociertoesquesemarcharoncomosifuesenunsolohombre.Cuandoelviejosoldadoregresó,ysesentófrenteamíenlamesa,teníamoslahabitaciónparanosotrossolos.Podíaveralcroupier,enuna especie devestíbulo adjunto a lamisma, cenando solo.El silencio era entoncesmás espesoquenunca.

Un cambio repentino parecía haber afectado también al «ex-bravo». Asumió una aparienciaportentosamentesolemney,cuandovolvióahablarme,suspalabrasdejarondellegaracompañadasdejuramentos,reforzadasmediantechasquidosdelosdedos,oavivadasporapóstrofesyexclamaciones.

—Escuche,queridoseñor—dijoenuntonomisteriosamenteconfidencial—,escucheelconsejodeunviejosoldado.Heidoaveralaseñoradelacasa(¡unamujerencantadorayungenioenlacocina!)para convencerla de la necesidad de prepararnos un café particularmente fuerte y cargado. Debebebérselopara librarsedeesta ligerayamistosaexaltaciónantesdepensaren regresaracasa. ¡Debehacerlo,mibuenyamableamigo!Contodoeldineroquehadellevarhastacasaestanoche,hallarseenplenaposesiónde sus facultades resultaundeber sagradopara conustedmismo.Esbien sabidoporvariosdeloscaballerosaquípresentesestanochequehaganadoustedunaenormecantidaddedinero.Unos caballeros que, desde cierto punto de vista, podríamos calificar como de unos muchachosexcelentes y respetables, ¡pero no son sino hombres mortales, querido señor, y tienen, por tanto,debilidades! ¿Necesitodecirlemás? ¡Ah,no, no! ¡Ustedyameentiende!Ahora, esto es loquedebehacer.Cuandoseencuentremejor,soliciteuncabriolé,corratodaslascortinasencuantohayaentradoydígalealconductorque le lleveacasasiguiendoúnicamente lasavenidasampliasybien iluminadas.Hágalo, ymañana por lamañana podrá darle las gracias a un viejo soldado por haberle aconsejadohonestamente.

Justo en el momento en que el ex-bravo terminó su oración en unos tonos decididamentelacrimosos, nos trajeron el café, ya vertido en dos tazas.Mi atento amigome alcanzó una de ellasacompañadadeunareverencia.Estabamuertodesedymelabebídeuntrago.Casideinmediato,mevidominado por una fortísima sensación de mareo y me sentí mucho más intoxicado que antes. Lahabitación daba vueltas a mi alrededor una y otra vez, con furia; el viejo soldado parecía moverseregularmentedearribaabajocomosifueraelpistóndeunmotordevapor.Mehabíaquedadomediosordodebidoaunconstanteyviolentopitidoenmisoídos;mesobrevinounsentimientodecompletaperplejidad, indefensión e idiotez. Me levanté de la silla agarrándome a la mesa para mantener elequilibrioytartamudeéquemesentíahorrorosamentemal;tanmalquenosabíacómoibaapoderllegaracasa.

—Queridoamigo—respondióelviejosoldado,einclusosuvozparecióbalancearsedearribaabajomientras hablaba—.Querido amigo, en su estado sería una locura intentar llegar a casa; puede estarsegurodequeperderíasudinero.Podríaser robadoe inclusoasesinadocongranfacilidad.Yovoyadormir aquí. Duerma aquí usted también. En esta casa tienen unas camasmayúsculas. Alquile una,duermalosefectosdelvino,yregreseacasaaplenaluzdeldía,sanoysalvoconsusganancias.

Soloeraconscientededosideas:una,quenodebíadejarniporunsoloinstantemipañuelorepletodedinero; laotra,quedebía tumbarmede inmediatoenalgúnsitioydisfrutardeunbuensueño.Demodoqueaceptélapropuestadelacama,ytoméelbrazoquemeofrecíaelviejosoldado,agarrandomidinero con la mano desocupada. Conducidos por el croupier, recorrimos algunos pasillos y unas

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escalerashastallegaraldormitorioqueibaaocuparyo.Elex-bravomeestrechócálidamentelamano,mepropusoquedesayunáramosjuntosydespués,seguidoporelcroupier,medejóparaquepasaralanoche.

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Medirigícorriendoallavabo.Bebíalgodelaguaquehabíaenlajarra,derraméelrestoenlapilaymetílacabezadentro.Despuésmesentéenunasillaeintentérecuperarlacompostura.Prontomesentímejor.Elcambioexperimentadopormispulmonesalabandonarlafétidaatmósferadelsalóndejuegoparadisfrutardelairefrescodelapartamentoqueahoraocupaba;elcasiigualmenterefrescantecambioparamisojos,delasbrillanteslucesdegasdel«Salón»alaligeraydiscretallamadelaúnicavelaquehabíaenlahabitación,complementarondemaravilla losefectosrestauradoresdelagua.Elmareomeabandonóyempecéasentirmedenuevounserrazonable.Miprimerpensamientosedirigióalriesgoque suponíadormir toda la noche enuna casade juegos; el segundo, hacia el riesgo aúnmayorquerepresentabaintentarsalirahoraqueelestablecimientohabíacerradoyregresaracasasoloydenoche,atravésdelascallesdeParís,conunagransumaenelbolsillo.Habíadormidoenpeoreslugaresqueaquel durantemis viajes, demodoquemedecidí a echar bien el cerrojo, atrancar la puerta y seguirtentandoalazarhastaquellegaralamañana.

Deigualmodo,measegurédenohabersufridoningunaintrusión;mirédebajodelacamayenelinteriordel armario;mecerciorédeque laventana estuvierabien cerraday, entonces, satisfechoporhaber tomado todas las precauciones posibles, me quité las ropas superiores, deposité la vela en lachimeneaentreunpequeñomontónderescoldosapagados,ymemetíenlacamaguardandoelpañuelorepletodedinerodebajodelaalmohada.

Pronto descubrí que no solo no podía dormir, sino que ni siquiera podía cerrar los ojos. Estabacompletamentedespierto,ysufríaunafiebrealta.Todoslosnerviosdemicuerpotemblaban,todosmissentidosparecíanhaberseagudizadosobrenaturalmente.Divueltasymásvueltas,probétodaclasedeposturasybusquéconperseverancia los rinconesmás fríosde lacama,sinobtenerningúnresultado.Dejé los brazos por encima de la colcha, los escondí debajo de lasmantas; estiré violentamente laspiernas todo lo que dieron de sí, después las recogí compulsivamente hasta acercarlas lo máximoposiblealabarbilla;agitélaalmohada,ledilavueltaparadisfrutardelladomásfrío,lapalmeéhastadejarlacompletamenteplanayyacídeespaldas;despuésladobléendos,laapoyécontraelcabecerodelacamaeintentéquedarmesentado.Todoesfuerzofueenvano;farfulléparamímismo,sintiéndomevejadoaldarmecuentadequemeesperabaunanocheenvela.

¿Quépodíahacer?No teníaningún libropara leer.Ysinembargo,amenosqueencontraraalgúnmétodoparadistraerme,estabasegurodequemehallabaenlacondiciónidóneaparaimaginartodotipodehorrores,paraatosigarmicerebroconpresentimientosdetodoslospeligrosposibleseimposibles;endefinitiva,parapasarlanochesufriendotodaslasvariedadesposiblesdeterrornervioso.

Meapoyéenelcodoycontemplélahabitación,queaparecíabieniluminadaporunapreciosaluzdelunaquesederramabaatravésdelaventana,paraversihabíacuadrosoadornosquepudieradistinguirclaramente.Mientrasmis ojos vagaban de pared a pared, recordé el delicioso librito de LeMaistre,VoyageautourdemaChambre[2].Decidíimitaralautorfrancésyentretenermeparaaliviareltediodemi insomnio haciendo un inventario mental de todos los elementos del mobiliario que pudiera ver,siguiendo hasta sus fuentes lamultitud de asociaciones que incluso una silla, unamesa o un lavabopudieraconvocar.

Dado el estado nervioso y alterado de mi mente en aquel momento, descubrí que me resultabamuchomásfácilhacerelinventarioqueentregarmeareflexiones,demodoqueprontomerendíantelaimposibilidadde seguir el imaginativo trucodeLeMaistre, o,mejor dicho, ante la imposibilidaddepensarenabsoluto.Observélosdiferentesmueblesquehabíaenlahabitaciónypocomás.

Primeroestabalacamasobrelaqueestabatumbado,nadamenosqueunacamadecuatropostes.

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¡DetodaslascosasconlasquemepodríahabertopadoenParís!Sí,unacamainglesadecuatropostes,bastantevulgar,consuhabitualdoselforradodechintz,suhabitualcenefaalrededor,y lashabitualescortinassofocantesymalsanasquerecordabahaberdescorridomecánicamentehastadejarlaspegadasalospostesnadamásentrarenlahabitación,peseaquenomehabíafijadoparticularmenteenlacama.Después estaba el lavabodemármol, desde cuya superficie seguíagoteando lentaymás lentamente,hastallegaralsuelodeladrillo,elaguaquehabíaderramadoenmiprisaporllenarlapila.Después,dospequeñassillas,conmiabrigo,michalecoymispantalonesdobladossobreellas.Después,unaenormesilladebrazosrecubiertaporunpolvoblancoysucio,sobrecuyorespaldoreposabanelpañueloyelcollardemicamisa.Después,unacajoneracondosde losagarradoresdemetal caídosyunavulgarestampadeporcelanarotaamododeadornofijadaenlapartesuperior.Después,untocadoradornadocon un espejo muy pequeño y un acerico enorme. Después, la ventana; una ventana inusualmentegrande.Después,unretratoviejoyoscuroqueladébilluzdelavelamemostróapagadamente.Eraelretrato de unhombre tocado conungran sombrero español coronado conunpuñadode plumas.Unrufián siniestro y moreno que dirigía la mirada hacia arriba, cubriendo sus ojos con una mano ycontemplandoalgointensamente,quizálahorcaenlaqueleibanacolgar.Encualquiercaso,teníalaaparienciadehabérselaganadoapulso.

Aquelcuadroparecióobligarmeadirigirtambiénlamiradahaciaarriba…hacialapartesuperiordelacama.Eraunobjetodeprimenteynadainteresante,demodoquevolvíaconcentrarmeenelretrato.Conté las plumas del sombrero del hombre, ya que aparecían destacadas: tres blancas, dos verdes.Observélapartesuperiordesusombrero,queeradeformacónica,siguiendolamodasupuestamenteimpuestaporGuidoFawkes.Mepreguntéquéestaríamirando.Nopodríanserlasestrellas.Semejantebandidonoeraniunastrólogoniunastrónomo.Debíade ser, sinduda, lahorca;yademásestabaapuntodesercolgado.¿Sequedaríaelverdugoconsusombrerocónicoyconsusplumas?Lascontéotravez.Tresblancas,dosverdes.

Aunque aúnpersistí en aquella ocupación intelectual y cultivada,mis pensamientos empezaron avagar inconscientemente.Elbrillode la luzde la lunaqueentrabaen lahabitaciónmerecordóciertanochedelunallenaenInglaterra.Lanochedespuésdeunpicnicenunvallegalés.Todasycadaunadelasincidenciasdelviajedevuelta,atravesandounbellísimopaisajequelaluzdelalunahacíamásbelloaún,regresaronamimemoria,peseaquenohabíapensadoenaquelpicnicdesdehacíaaños,yaunqueenelcasodequehubieraintentadorecordarlo,contodaprobabilidadhabríasidoincapazderememoraraquellaescenalargotiemposuperada.Detodaslasmaravillosasfacultadesquenosayudanarevelarnosquesomosinmortales,¿cuáldefinetansublimeverdadmejorquelamemoria?Allíestabayo,enunacasaextrañaydelcarizmássospechoso,enunasituacióndeinseguridadeinclusodepeligroquehabíaconvertidoelagradableejerciciode rememoraciónenalgocasi fuerade lugar, recordandosin trabas,aunque de un modo involuntario, lugares, gentes, conversaciones, minucias de todo tipo, que habíasupuestoolvidadasparasiempre,yquenopodríahaberconvocadopormipropiavoluntadnibajolascircunstanciasmás favorables. ¿Y cuál había sido lamomentánea causa de aquelmisterioso efecto?Ninguna,salvounosrayosdeluzlunaratravesandolaventanademidormitorio.

Seguípensandoenelpicnic;enlaalegríadelviajederegresoacasa,enlasentimentaldamitaquecitabaaChildeHaroldporquehabíaluzdeluna…Meencontrabaabsortoenaquellasescenaspasadasyaquellospasadosentretenimientoscuando,derepente,elhilodelquecolgabanmisrecuerdossepartióabruptamente.Miatenciónregresódeinmediatoalpresenteconmásvivezaqueantes,ymeencontrédenuevo,sinsabercómoniporqué,contemplandoelretratounavezmás.

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¿Contemplandoqué?¡Diosdel cielo, elhombre sehabíacalzadoel sombrerohasta las cejas! ¡No,yani siquiera tenía

sombrero!¿Dóndeestabaaquelefectocónico?¿Ydóndelasplumas,tresblancas,dosverdes?¡Allíno,desde luego!En lugar del sombrero y las plumas, ¿qué era ese oscuro objeto que ahora ocultaba sufrente,susojos,lamanoconlaquesecubría?

¿Acasoseestabamoviendolacama?Metumbésobrelaespaldaymiréhaciaarriba.¿Estabaloco?¿Borracho?¿Soñando?¿Mareadode

nuevo? ¿O es que en verdad se estabamoviendo el dosel de la cama? ¿Acaso era cierto que estabadescendiendolenta,regular,silenciosayhorriblemente,tanlargoyanchocomoera;hundiéndosesobremí,queyacíadebajo?

Lasangreparecióhelársemeenlasvenas.Unfríoparalizanteymortalseapoderódemí,mientrasapoyaba la cabeza sobre la almohada y me decidía a comprobar si el dosel de la cama se estabamoviendoono,medianteelrecursodemantenerlavistafijaenelhombredelretrato.

Unsolovistazomebastó.Alcontornonegro,apagadoeirregulardeldoselapenaslefaltabanunpardecentímetrosparaestarenparaleloconlacinturadelhombre.Seguímirandosinaliento.Ydeformaregular;lenta,muylentamente,visufiguraylalíneadelmarcopordebajodelafiguradesapareceramedidaqueeldoselseguíadescendiendo.

Soy,porconstitución,cualquiercosamenoscobarde.Meheencontradoenmásdeunaocasiónenpeligrodemuerte,ynuncaheperdidomiautocontrolniporuninstante.Perocuandolaconviccióndequeeldoselde lacamarealmenteseestabamoviendoseapoderódemimente;cuandomepercatéacienciaciertadequeestabadescendiendocontinuay regularmentehaciamí,nopudehacerotracosaque contemplar temblando, indefenso, dominado por el pánico, cómo aquella horrenda maquinariaasesinaseacercabamásymásparaahogarmeallídondeyacía.

Seguímirandohaciaarriba;sinhabla,sinaliento.Lavela,completamentegastada,seapagó;perolaluzdelalunasiguióiluminandolahabitación.Eldoseldelacamaseguíadescendiendo,abajoymásabajo,sinpausasysinruidos;ymi terrorymipánicoseguíanaferrándomeconmásymásfuerzaalcolchón en el que estaba tumbado. Abajo y más abajo, hasta que el polvoriento olor del dosel seapoderódeminariz.

En aquel últimomomento, el instinto de autopreservaciónme arrancó del trance y por fin pudemoverme.Mequedabael espacio justopara salir rodandode la cama.Cuandocaí sinhacer ruidoalsuelo,elextremodeldoselasesinometocóenelhombro.

Sin detenerme a recuperar el aliento, sin limpiar el sudor frío que cubríami rostro,me puse deinmediatoderodillasparaobservareldoseldelacama.Estabaliteralmentehechizadoporél.Sihubieraoído pisadas detrás de mí, no me hubiera podido volver; si se me hubiese proporcionadomilagrosamenteunmediodeescapenopodríahaberloaprovechado.Enaquelmomento,todamifuerzavitalsehabíaconcentradoenmisojos.

Siguiódescendiendo;eldosel,ylosflecosquelorodeaban.Bajómás,ymás,ymásaún,hastaqueyanoquedóespacioniparapoder introducirundedoentre lacamaysucubierta.Toqué los ladosydescubríqueloquedesdeabajomehabíaparecidoundoselordinarioyligerodeunacamaconcuatroposteseraenrealidaduncolchónanchoygrueso,cuyaexistenciaquedabaescondidaporelauténticodoselylosflecos.Miréhaciaarribayviloscuatropostesalzándosesiniestramentedesnudos.Justoenmedio de la cubierta de la cama había un enorme torno demadera que, evidentemente, descendía atravésdeunagujeroeneltecho,igualqueunaprensaordinariasehacedescendersobrelassustancias

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seleccionadaspara ser comprimidas.Aquel temibleaparato semovía sinhacer elmásmínimo ruido.Ningúncrujidosehabíaoídomientrasdescendía,yningúnsonidollegabaahoradesdelahabitacióndelpisosuperior.Rodeadodeaquelsilenciomortalyterrible,contempléfrenteamí,enplenosigloXIXyenlacivilizadacapitaldeFrancia,unamáquinaparaasesinarsecretamenteporahogocomolaquepodríahaberexistidoenlospeoresdíasdelaInquisición,enlassolitariasposadasdelasmontañasHartz,oenlos misteriosos tribunales de Westfalia. Aun así, seguí contemplándola; no podía moverme, apenaspodía respirar,peroempecéa recobrar lacapacidaddepensar,yenunmomentodescubríen todosuhorrorlaconspiraciónhomicidaquesehabíatejidocontramí.

Enmitazadecafésehabíavertidounadroga,yademásunadrogadecididamentefuerte.Mehabíasalvadodemorirahogadodebidoalaingestióndeunasobredosisdealgúnnarcótico.¡Cómomehabíairritadoycómohabíadespotricadocontraaquellafiebrequemehabíasalvadolavidaalmantenermedespierto! ¡Con qué imprudencia me había confiado a aquellos dos desgraciados que me habíanconducidohastaaquellahabitación,decididos,pormordemisganancias,aasesinarmemientrasdormíamedianteelartefactomásseguroymáshorribledetodoslosqueleshubieranpodidollevaraconseguirsecretamentemidestrucción!¿Cuántoshombres,ganadorescomoyo,habíandormido,comoyomelohabía propuesto, en aquella cama, y nunca habían vuelto a ser vistos ni oídos? Temblaba solo depensarlo.

Peroantesdequetranscurrieramuchorato,todopensamientoquedóinterrumpidoantelavisióndeldosel asesino volviéndose a poner enmarcha.Después de haber permanecido sobre la cama duranteunosdiezminutos,segúnmepareció,empezóalevantarse.Losvillanosquelahacíanfuncionardesdearribacreíanevidentementequesupropósitoyasehabíacumplido.Lentaysilenciosamente,deigualmodo que había descendido, aquel horrible dosel volvió a elevarse hasta su lugar acostumbrado.Cuandoalcanzóelpuntomásaltode loscuatropostes,alcanzótambiénel techo.Ni tornoniagujeroeranya visibles.La camavolvía a ser, aparentemente, una simple cama; y el dosel, un simple doselinclusoantelosojosmássuspicaces.

Entonces,porprimeravez,fuicapazdemoverme,delevantarme,devestirmeydeempezarapensarcómopodríaescapar.Sirevelabamedianteelmenorruidoqueelintentodeahogarmehabíafracasado,seríaasesinadocontodaseguridad.¿Acasohabíahechoalgúnruidoya?Escuchéconatenciónmirandohacialapuerta.

¡No!Ningunapisadaenelpasillo;ningúnruidodepies,ligerosopesados,enlahabitacióndelpisode arriba. Silencio absoluto en todas partes.Además de cerrar y echar el cerrojo de la puerta, habíapuestocontraellaunviejobaúldemaderaquehabíaencontradodebajodelacama.Retiraraquelbaúlsin hacer ruido (se me heló la sangre al pensar en qué podría contener) se me antojaba del todoimposible;yademás,intentarhuiratravésdelacasa,ahoracerradaparalanoche,erapuralocura.Laúnicaoportunidadquemequedabaeralaventana.Meacerquéaelladepuntillas.

Mi dormitorio estaba en el primer piso, sobre un entresuelo, y daba al callejón trasero que hasabocetadoentudibujo.Acerquémimanoparaabrirlaventana,sabiendoquedeaquellaacciónpendía,colgadadeunhilo,miúnicaoportunidaddesalvación.Siemprehayvigilanciaenunacasadedicadaalasesinato. Si alguna parte del marco crujía, si las bisagras chirriaban… ¡estaba perdido! Debió dellevarme unos cinco minutos (cinco horas para mi incertidumbre) abrir aquella ventana. Conseguíhacerloensilencio,contodaladestrezadeunladrónprofesional.Despuésmiréhacialacalle.¡Saltardesdeaquellaalturarepresentabaunamuertecasisegura!Acontinuación,miréhacialosextremosdelacasa. Por la esquina izquierda bajaba el grueso canalón del agua que has dibujado. Pasaba cerca del

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extremomásexteriordelaventana.Enelmomentoenqueviaquellatubería,supequeestabasalvado.¡Volvíarespirar librementeporprimeravezdesdequehabíavistoeldoseldelacamaabalanzándosesobremí!

Para algunos hombres, elmedio de escape que había encontrado podría haber parecido difícil ydemasiadopeligroso.Amí, la perspectiva de deslizarme por el canalón hasta la calle ni siquieramesugeríalaideaderiesgo.Siemprehabíaacostumbradopracticardiversosejerciciosgimnásticos,quemesirvieranparamantenermisfacultadesdeescaladorosadoyexperto,ysabíaquemicabeza,mismanosy piesme servirían fielmente en cualquier ascenso o descenso.Ya había puesto una pierna sobre lacornisa cuando recordé el pañuelo repletodedineroque reposababajo la almohada.Bienmepodríahaber permitido dejarlo atrás, pero estaba vengativamente decidido a que los villanos de la casa dejuegossevieranprivadosnosolodesuvíctima,sino tambiéndesubotín.Demodoque regreséa lacama,ymeatéelpesadobultoalaespaldaconelpañuelodelacamisa.

Justocuandolohabíaatadoyfijadocómodamente,meparecióoírunruidoderespiraciónalotroladodelapuerta.Unheladosentimientodehorrormerecorrióelcuerpomientrasescuchaba.¡No!Elpasilloaúnestabasumidoenunsilenciototal.Solohabíasidoelairenocturnoentrandosuavementeenlahabitación.Enunmomentovolvíaaestarotravezsobrelacornisaymehabíaagarradoalcanalónconlasmanosylasrodillas.

Medeslicéhasta lacalleconfacilidadyensilencio,comohabía imaginadoquepodríahacerlo,einmediatamentemedirigía lamayorvelocidadposiblehaciaunaPrefecturedepolicíaquesabíaqueestaba situada en el vecindario.Resultóqueun subprefectoyvarioshombres escogidosde entre sussubordinadosestabandespiertosmientrasmaduraban,creo,unplanparadescubriralperpetradordeunmisteriosoasesinatodelquetodoParíshablabaenaquellosmomentos.Aliniciarmihistoria(conprisas,sinalientoyenunfrancéshorrible),pudeverqueelsubprefectosospechabaqueyonoeramásqueuninglésborrachoquelehabíarobadoaalguien.Peroprontocambiódeopiniónaloírmirelato,yantesdequehubierapodido terminar embutió todos lospapelesque tenía frente a él enun cajón, sepuso susombrero,meprestóotro(yaqueyoibadescubierto),pusoenordenunahileradesoldados,solicitóasus expertos seguidores que se prepararan con todo tipo de herramientas para descerrajar puertas ydesmontarsuelosdeladrillo,ymetomódelbrazo,delmodomásamistosoposible,paraacompañarmehastaelexterior.Meatreveréadecirquecuandoelsubprefectohabíasidounniñopequeñoylehabíanllevadoporprimeravezalteatro,nosehabíasentidonilamitaddeilusionadodeloqueestabaentoncesantelaperspectivadeloqueleesperabaenlacasadejuegos.

Allá fuimos por las calles, con el subprefecto felicitándome e interrogándome almismo tiempo,mientrasélyyomarchábamosalacabezadenuestroadmirablepossecomitatus.Encuantollegamosalacasavarioscentinelasseapostarontantoalfrentecomoenlapartetraseradeledificio.Unatremendabateríadegolpes fuedirigida contra la puerta.Una luz apareció enunaventana.Semedijoquemeescondiera detrás de los policías. Después oí más golpes contra la puerta y el grito de «¡Abran ennombredelaley!».Anteaquelterribleimperativo,loscerrojosylascerradurascedieronempujadosporuna mano invisible y en un momento el subprefecto se encontró en el pasillo, enfrentándose a uncamarero medio vestido y terriblemente pálido. Este fue el breve diálogo que mantuvieron acontinuación:

—Queremosveralinglésqueduermeenestacasa.—Sefuehacehoras.—No,nosefueél,sinosuamigo.Élsequedó.Muéstrenossuhabitación.

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—¡Selojuro,monsieurleSous-prefet,noestáaquí!Él…—Yyolejuro,monsieurleGarçon,quesíqueestá.Estuvodurmiendoaquí,nolepareciócómoda

lacama,vinoanosotrosaquejarse,yaquíestádenuevo,entremishombres.Yaquíestoyyotambién,para registrar suhabitaciónenbuscadeunaodospulgas. ¡Renaudin!—gritó llamandoaunodesussubordinadosmientrasseñalabaalcamarero—.Agarreaestehombreyátelelasmanosalaespalda.¡Yahora,caballeros,subamosestasescaleras!

Todohombreymujerquesehallaraenelinteriordelacasafuedetenido,yel«viejosoldado»fueelprimero. Después, identifiqué la cama en la que había dormido, y a continuación ascendimos a lahabitaciónsuperior.

Ningún objeto extraordinario apareció en ella. El subprefecto miró cuidadosamente la estancia,pidióunavela,ordenóatodoelmundoquepermanecieraensilencio,golpeódosvecesconelpieenelsuelo,observóatentamenteellugarenelquehabíapisadoyordenóqueselevantaraconcuidado.Asíse hizo de inmediato. Encendimosmás luces y vimos una cavidad abierta entre el suelo de aquellahabitación y el techo de la inmediatamente inferior. A través de aquella cavidad se extendíaperpendicularmenteunaespeciedecajadeaceroabundantementeengrasada; enel interiorde la cajaaparecióeltornoqueyohabíavistounidoaldoseldelacamadeabajo.Acontinuación,descubrimosmáspiezas, accesoriosdel torno recientementeengrasados,palancascubiertascon fieltro…todos losmecanismos superiores de una prensa, construidos con una sencillez infernal que les permitía unirsefácilmente a los demás accesorios y ocupar el mínimo espacio posible al ser separados en piezas.Colocamostodosobreelsuelo.Trasalgunasdificultades,elsubprefectoconsiguiómontarlamaquinariay, dejando a sus hombres para manejarla, bajó conmigo a la otra habitación. Entonces hicierondescender el asfixiante dosel, aunque no con tanto silencio como lo había hecho con anterioridad.Cuandolemencionéaquelloalsubprefecto,surespuesta,aunquesimple,tuvounaterriblerelevancia:

—Mismuchachos—dijo—están haciendo funcionar elmecanismo de la cama por primera vez.Esoshombrescuyodineroustedganóteníanmuchamáspráctica.

Dejamos la casa a cargo de dos agentes, y los demás acompañaron a los habitantes de lamismahasta la prisión.El subprefecto, tras tomarme elprocésverbal en su oficina,me acompañóhastamihotelpararecogermipasaporte.

—¿Creeusted—lepreguntéalentregárselo—querealmentehanllegadoaasfixiaraalgúnhombreenesacamatalycomointentaronahogarmeamí?

—He visto docenas de hombresmuertos por asfixia extendidos en las camillas de lamorgue—respondió el subprefecto—.En sus bolsillos encontramos notas en las que declaraban que se habíansuicidadoenelSenaporquelohabíanperdidotodoenlamesadejuego.¿Cómopuedosabercuántosdeesoshombresentraronen lamismacasade juegosen laqueentróusted?¿Cómosécuántosdeellosganaron lo que usted? ¿Cuántos durmieron en esa misma cama? ¿Cuántos murieron asfixiados?¿Cuántos de ellos fueron arrojados al río con una carta de explicación escrita por los asesinos en elbolsillo?Nadiepodríasabercuántosdeellos,muchosopocos,hansufridoelmismodestinodelqueusted ha escapado esta noche.La gente de esa casa de juegos había conseguidomantener semejanteartefacto en secreto incluso de nosotros. ¡Incluso de la policía! ¡Losmuertos guardarán el resto delsecreto por ellos! Buenas noches, o mejor dicho, buenos días, monsieur Faulkner. Preséntesenuevamenteenmioficinaalasnueveenpunto.Mientrastanto…aurevoir!

Elrestodelahistoriaesfácildecontar.Fuiexaminadoyvueltoaexaminar,lacasadejuegosfueregistrada minuciosamente desde el tejado hasta el sótano, los prisioneros fueron interrogados por

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separado,ydosdelosmenosculpablesdeentreellosacabaronporconfesar.Supeentoncesqueelviejosoldadoeraenrealidadeldueñodelacasadejuegos…lajusticiadescubrióquehabíasidoexpulsadodelejércitoporvagabundohacíaaños,quedesdeentonceshabíasidoculpabledetodotipodevillanías,queestabaenposesióndepropiedadesrobadas,identificadasporlospropietarios,yqueél,elcroupier,otrocómpliceylamujerquehabíapreparadomitazadecaféestabancompinchadosenlodelacama.Parecía haber dudas razonables en lo que a los demás ocupantes de la casa concernía, demodo querecibieronelbeneficiodeesadudasiendotratadosúnicamentecomoladronesyvagabundos.Elviejosoldado y sus dos secuaces fueron enviados a la horca; la mujer que había drogado mi café fuecondenadaaprisiónporunnúmerodeañosqueyanirecuerdo,y losclientesregularesdelacasadejuegosfueronconsideradossospechososypuestosbajovigilancia.Yo,pormiparte,meconvertídurantetodauna semanaenelnuevo«león»de la sociedadparisiense.Miaventura fuedramatizadapor tresautoresdeteatroynuncallegóaestrenarse,yaquelacensuraprohibiólaapariciónenescenadeunacopiacorrectadelacamadelacasadejuegos.

Unabuenaconsecuenciademiaventura,queinclusolacensurahabríaaprobado,fuequeapartirdeentoncesquedécompletamentecuradodevolverautilizarelRougeetNoircomoentretenimiento.Lavisión de un tapete verde cubierto de barajas de cartas ymontoncitos de dinero estará asociada parasiempre enmimente con lavisióndeundosel asesinodescendiendo sobremípara asfixiarmeen elsilencioylaoscuridaddelanoche.

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LASEÑORITAJÉROMETTEYELCLÉRIGO

I

Mihermanoelclérigomiróporencimademihombroantesdequehubierapodidodarmecuentadesupresencia,ydescubrióqueelvolumenenelquemehallabacompletamenteabsortoeraunacoleccióndefamososjuicios,publicadaenunanuevaediciónapreciopopular.

Señalóconeldedoeljuiciosobreelqueestabaleyendoenaquelmomento.Lemiré,surostromesobresaltó.Sehabíapuestopálido.Susojospermanecían fijos en lapágina abiertadel libro conunaexpresiónquemealarmóyalavezmedejóperplejo.

—Perobueno—dije—,¿sepuedesaberquéesloquetepasa?Merespondiódeunmodoextrañoyausente,manteniendoeldedoapoyadosobrelapáginaabierta.—Casilohabíaolvidado—dijo—.Yestomeloacabaderecordar.—¿Teharecordado,qué?—pregunté—.Nomeestarásdiciendoquesabesalgosobreestejuicio.—Loqueséeslosiguiente—dijo—:queelhombreeraculpable.—¿Culpable? —repetí—. ¡Vaya, pero si fue declarado inocente por el jurado y con la total

aprobacióndeljuez!¿Aquéterefieres?—Hay circunstancias relacionadas con ese juicio —respondió mi hermano— que nunca se

comunicaronni al juezni al jurado, circunstancias a lasqueni siquiera se aludió en la corte.Yo lasconozco, y las conozco de primeramano.Nunca se las hemencionado a criaturamortal alguna.Hehecho todo lo posible por olvidarlas. Y tú, con toda la inocencia, las has devuelto amimente.Meoprimen,me inquietan. ¡Cómodesearíaquehubieras encontradocualquierotro libro en tubibliotecaapartedeese!

Micuriosidadsehabíadespertadoporcompleto.Hablécontodaclaridad.—Seguramente —le sugerí—, podrías contarle a tu hermano lo que te muestras reticente a

mencionarles a otras personas menos cercanas a ti. Hemos seguido diferentes profesiones y hemosvividoendiferentespaísesdesdequeéramosniñoseíbamosalaescuela.Perosabesquepuedesconfiarenmí.

Dialogóunpococonsigomismo.—Sí—dijo—.Séquepuedoconfiarenti.Esperóunmomentoydespuésmesorprendióconunaextrañapregunta.—¿Creesquelosespíritusdelosmuertospuedenregresaralatierraymostrarseantelosvivos?Respondí cautelosamente, adoptando comopropias las palabras de un gran escritor inglés que se

refirióaltemadelosfantasmas.[3]—Mepreguntasalgo—dije—,quedespuésdequinientosañossiguesinrespuesta.Soloporesoes

unapreguntaquenopuedotomarmealaligera.Mirespuestapareciósatisfacerle.—Prométeme—continuó—quemantendrásensecretomientrasvivaloquetevoyacontar.Trasmi

muerte,pocomepuedeimportarloquesuceda.Dejaquelahistoriademiextrañaexperienciaseañadaalasexperienciaspublicadasdeaquellosotroshombresquehanvistoloqueyohevistoyquecreenlo

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queyocreo.Elmundonoserápeor,yquizáinclusoalgúndíamejore,porconocerloqueahoravoyaconfiartesoloati.

Mi hermano no volvió a aludir a la narración que me confió aquel día, hasta bastante tiempodespués,mientrasyovelaba juntoa su lechodemuerte.Mepreguntó si aún recordaba lahistoriadeJéromette.

—Cuéntaselaalosdemás—dijo—,comoyotelacontéati.La repitoaquí, tras su fallecimiento, respetandosusmismaspalabras lomás fielmentequemees

posible.

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II

Unahermosanochedeverano,haceyamuchosaños,abandonémishabitacionesenelTempleparaencontrarmeconuncompañerodeestudiosquemehabíapropuestopasarunanochedediversiónenlosjardinespúblicosdeCremorne.

Tú estabas de camino hacia la India, y yo acababa de recibir mi título en Oxford. HabíadecepcionadotristementeanuestropadrealelegirelDerechocomomiprofesión,envezdeacudiralaIglesia.Enaquelmomento,adecirverdad,noteníaningunaintenciónseriadeseguirvocaciónalguna.Simplemente quería una excusa queme permitiera disfrutar los placeres de la vida londinense. LosestudiosdeDerechomeproporcionaronesaexcusa.

Yporconsiguienteescogílaabogacíacomomiprofesión.Alllegarallugarenelquenoshabíamoscitado,descubríquemiamigonosehabíapresentado.Tras

esperarinútilmentedurantediezminutos,perdílapacienciayentréenlosjardinesyosolo.Didosotresvueltasalrededordelapistadebaile,sindescubriramicompañerodeestudiosysin

veraningunapersonaconlaquetuvierarelaciónenaquellostiempos.Por alguna razón que no soy capaz de recordar, aquella noche no disfrutaba demi buen humor

habitual.Laruidosamúsicaseestabacebandoenmisnervios,lavisióndelamultituddeespectadoresarremolinados alrededor de la pistame irritó, las lisonjas de las pintadas damas de la profesión delplacer me entristecieron y me disgustaron. Abrí mi cigarrera y me dirigí hacia los paseos menostransitadosdelosjardines.

Un hombre que habitualmente es cuidadoso en elegir sus puros tiene esta ventaja sobre aquellosotros que no se preocupan tanto: siempre puede contar al menos con disfrutar el mejor puro de sucigarrera hasta apurarlo completamente.Aún estaba absorto en la elección demi puro cuandooí lassiguientespalabras,pronunciadasenunacentoextranjeroyconvozdemujeramisespaldas:

—¡Déjemedeinmediato,señor!¡Notengoabsolutamentenadaquedecirle!Medilavueltaydescubríaunapequeñadamavestidaconmuchogustoysencillez,queparecíatan

enfadadacomoasustadacuandopasórápidamentefrenteamíendirecciónalazonamástransitadadelos jardines.Un hombre (evidentemente dominado por las cantidades de vino que había bebido a lolargo de la noche) la estaba siguiendo y dedicándole sus achispadas atenciones de un modocompletamentebastoygrosero,tantodehablacomodemodales.Ellaerajovenybonita,ymedirigióalpasarunamiradasuplicantequeningúnhombre(quizádeberíadecirningúnhombrejoven)hubierasidocapazderesistir.

De inmediato di un paso al frente para protegerla, sin importarme lo más mínimo si me veíaenvueltoenunariñaindignaconunsinvergüenza.Dehecho,el tiposeresintiódemiinjerenciaymitemperamentometraicionó.Afortunadamenteparamí,justoenelmomentoenquealcémimanoparaasestarleunpuñetazo,aparecióunpolicíaque sediocuentadequeestababorrachoyquedirimió ladisputaoficialmenteexpulsándoledelosjardines.

Alejéalamujerdelpequeñocorroquesehabíaformadoanuestroalrededor.Evidentementeestabaasustada,sentísumanotemblarsobremibrazo;peroteníaungranmérito:nohacíaalardedeello.

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—Simepuedosentarunpardeminutos—dijoconsuencantadoracentoextranjero—,volveréaestar bien en seguida, y dejaré de abusar de su amabilidad. Le agradezco mucho, señor, que hayacuidadodemí.

Nossentamosenunbancoenunlugarretiradodelosjardines,cercadeunapequeñafuente.Unahileradelámparasencendidasrecorríaelbordeexteriordelapila.Podíacontemplarlaperfectamente.

He dicho que era «una pequeña dama». No podría haberla descrito más correctamente con trespalabras.

Sufiguraeraligeraypequeña.Eraunaperfectaminiaturadeunamujerdelacabezaalospies.Supeloysusojoseranoscuros.Elpelose rizabanaturalmente; laexpresiónde losojosera tranquila,yalgo triste; la tez, tal y como la vi en aquel momento, pálida; la pequeña boca, perfectamenteencantadora. Recuerdo que me vi especialmente atraído por la estructura de su cabeza; erallamativamente elegante y enérgica; la distinguía, pequeña y discreta como era, como una criaturaaparteentrelosmilesdemujeresqueseencontrabanenlosjardines.Inclusoelúnicodefectovisibleenella,unaligerísimabizqueraenelojoizquierdo,parecíaañadirle,dealgúnextrañomodo,unpeculiaratractivo adicional a su rostro.Ya he hablado anteriormente de la agradable sencillez de su vestido.Debería añadir ahora que no estaba hecho de ningúnmaterial costoso, y que no llevaba ni joyas niadornosdeningúntipo.Mipequeñadamanoerarica; incluso losojosdeunhombrepodíanpercibiraquello.

Noeraenabsolutoafectadanitímida.Nospusimosacharlarcontantafacilidadcomosihubiéramossidoamigosenvezdedesconocidos.

Lepreguntécómoeraposiblequenotuvieraningúnacompañantequelaprotegiera.—Esusteddemasiadojovenydemasiadobonita—dijeamidirectamanerainglesa—,comopara

acudirsolaaunlugarcomoeste.Ellanohizo casodemi elogio.Lo alejóde sí con tanta calmacomo si nohubiera llegado a sus

oídos.—No tengo amigos que cuiden de mí —dijo sencillamente—. Esta noche me sentía triste,

completamentesola,ypenséacercarmealosjardinesparaoírlamúsicayentretenermeunrato.Nohayquepagarmuchoenlapuerta,solounchelín.

—¿Ningúnamigoquecuidedeusted?—repetí—.Seguramentehabráalmenosunhombrefelizquepodríahaberestadoaquíconustedestanoche.

—¿Aquéhombreserefiereusted?—preguntóella.—A ese hombre—respondí irreflexivamente—, al que aquí en Inglaterra las mujeres llaman su

amorcito.Habría dado mundos por haberme tragado aquellas estúpidas palabras en el momento en que

surgierondemislabios.Sentíquemehabíatomadounavulgarlibertadconella.Surostroseentristecióysusojossedirigieronhaciaelsuelo.Leroguéquemedisculpase.

—Nohace falta que se disculpe—dijo ella—.Si desea usted saberlo, señor, sí, una vez tuve unamorcito,comodicenustedesenInglaterra.Sehamarchadoymehaabandonado.Nohablemosmásdeél,hágameelfavor.Estoycansada.Ledarélasgraciasunavezmásymeretiraréacasa.

Selevantóparamarcharse.Yoestabadecididoanosepararmedeelladeaquelmodo.Leroguéquemepermitieseasegurarme

dequeregresabasanaysalvaacompañándolahastasupuerta.Elladudó.Metoméunainjustaventajamasculinasobreellaapelandoasustemores.Ledije:

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—¿Supongaqueesesinvergüenzaquelaestabamolestandosigueesperándolaalaspuertasdelosjardines?

Aquello la decidió. Me tomó del brazo. Recorrimos a pie la ribera del Támesis rodeados de lafragantenocheveraniega.

Unpaseodemediahoranoscondujohastalacasaquehabíaalquilado,unadesvencijadaypequeñacasasituadaenunacallesecundariayhabitada,evidentemente,porgentepobre.

Ellaalargósumanohastalapuerta,ymedeseólasbuenasnoches.Estabademasiadointeresadoenellacomoparaconsentirabandonaramipequeñadamaextranjerasinllevarmealmenoslaesperanzadevolveraverlaotravez.Lesolicitépermisoparahacerleunavisitaaldíasiguiente.Estábamosdepiebajolaluzdeunafarola.Ellaestudiómirostroseriaydetenidamenteantesdedarmeunarespuesta.

—Sí—dijoalfinal—.Creoqueséreconocerauncaballerocuandoloveo.Puedevenir,silodesea,señor,avisitarmemañana.

Yasínosdespedimos.Deestemodo,sinsospecharnada,sinprevernada,entréenunaetapademividaqueahoracontemploconsinceroarrepentimientoyremordimientos.

III

Ahora hablo desde la posición de un clérigo, y con el carácter de un hombre de edad madura.Recuerda eso, y podrás entender por qué paso lo más rápidamente posible por encima de losacontecimientosocurridosduranteelsiguienteañodemivida,yporquéhablolomínimoposiblesobreloserroresyengañosdemijuventud.

Fuiavisitarlaaldíasiguiente.Repetímisvisitasdurantelosdíasylassemanassiguientes,hastaqueladestartaladacasadeaquellacalle secundariaseconvirtióenunnuevohogarparamí,unhogar (lodigoconvergüenzayreproche)másqueridoinclusoqueelprimero.

Mebastaránunaspocaspalabraspararepetirte, teniendoencuenta lascircunstancias, todo loquesobreellaysobresuhistoriatuvoabienconfiarme.

ElnombrealqueestabandirigidaslascartasquelellegabaneramademoiselleJéromette.Entrelasignorantesgentesde lacasay lospequeñoscomerciantesdelvecindario,queencontrabansunombredemasiado difícil de pronunciar, era conocida por el amistoso mote de «la francesita». Cuando laconocí,sehabíaresignadoallevarunavidasolitariarodeadadedesconocidos.Habíanpasadoalgunosaños desde que perdiera a sus padres y abandonara Francia. Poseyendo una pequeña,muy pequeña,pensiónpropia, ganaba algode dinero coloreandominiaturas para unos fotógrafos.Aún le quedabanparientesenFrancia,perohacíatiempoquehabíadejadodeintercambiarcorrespondenciaconellos.

—Nomepreguntemássobremifamilia—solíadecir—.Enloqueamipaísyamigenteserefiere,tantodaríaqueestuvieramuerta.

Esto fue todo, literalmente todo, lo queme contó sobre símisma.Nunca he descubierto ningúndetallemássobresutristehistoriadesdeaqueldíahastaeldehoy.

Nuncamencionó su apellido, nuncamedijo ni siquiera de qué parte deFrancia era originaria, ocuánto tiempo llevaba viviendo en Inglaterra. Que se trataba, por nacimiento y educación, de unaauténticadama,nomecabíaduda;susmodales,suslogros,sumododehablarydepensar…todolo

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demostraba.Mirandomásalládelasuperficie,sucarácterdemostrabaaspectosnomuycomunesentrelasmujeresjóvenesdeaquellostiempos.Asumododiscreto,eraunafatalistairrecuperableyunafirmecreyenteen lasaparicionesfantasmalesde losmuertos.Porotraparte,en loreferentealdinero, teníaextrañospuntosdevistacompletamentepersonales.Cadavezquemimonederoasomabaamimano,me mantenía resueltamente a distancia; así lo hizo desde la primera hasta la última vez. Rechazótrasladarseaunosapartamentosmejores;ladestartaladaypequeñacasaeralimpia,ylapobregentequevivía en su interior era amable con ella; aquello le parecía suficiente. El regalo más caro que mepermitióque leofreciesefueunpequeñoanilloesmaltado;elartículomássimpleybaratode toda lajoyería.Entodassusrelacionesconmigofuelapersonificacióndelasinceridad.Entodaocasión,ybajotodacircunstancia,decíaloquepensabaconlamismainflexibleclaridad.

—Megustausted—medijo—.Lerespeto,ysiempreleseréfielmientrasustedmeloseaamí.Peroheperdidolacapacidaddeamar.Hubootrohombrequeselallevó,ynoséadónde.

¿Quiéneraeseotrohombre?Ella se negó a decírmelo. Siempre mantuvo su rango y su nombre en estricto secreto. Nunca

descubrícómolohabíaconocido,oporquélahabíaabandonadoél,osiporculpasuyaellahabíatenidoqueexiliarsedesupaísydesusamigos.Sedespreciabaasímismaporseguiramándole,perolapasiónera demasiado fuerte para ella. Lo reconocía y se lamentaba con aquella franqueza tan propia de sucarácter.Tedirémás:ellamecontó,alpocodeconocernos,queaúncreíaqueélregresaríaasulado.Podríaseraldíasiguiente,opodríaserañosmástarde.Inclusoaunquefueraincapazdearrepentirsedesu cruel conducta, aquel hombre seguiría añorándola, como si de una parte extraviada de su vida setratase,yantesodespuésregresaríapararecuperarla.

—¿Yvolveráarecibirleustedsidecidevolver?—pregunté.—Lerecibiré—contestóella—,encontrademipropiomejorjuicioyapesardeestarconvencida

dequeeldíadesuregresotraeráconsigolospeoresdíasdemivida.Intentédiscutirconella.—Tieneustedvoluntadpropia—ledije—.Siintentaregresar,ejercítela.—No tengo voluntad alguna —dijo ella tranquilamente—, en todo lo que a él concierne. Mi

desgraciaesamarle.Susojosdescansaronporunmomentoenlosmíos,conelcompletoabandonodeladesesperación.—Yahemoshabladosuficientedeestetema—añadióabruptamente—.Dejémosloaquí.Apartirdeaquelmomentonovolvimosahablardelhombredesconocido.Duranteelañoquesiguió

anuestroprimerencuentro,notuvonoticiasdeélnidirectaniindirectamente.Podíaestarvivo,opodríaestarmuerto.Noobtuvoniunasolapalabradeélosobreél.Yolaapreciabalosuficientecomoparaestarsatisfechoconaquelapaño.Almenos,aquelotrohombrenonosmolestaba.

IV

Pasó el año, y llegó el final.Y no el final que podrías haber anticipado o que yo pudiera haberprevisto.

¿Recuerdasaquellatemporadaenlaquelascartasquetellegabandesdecasateinformabandelfatal

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desenlace que había sucedido a la enfermedadde nuestramadre?Esa es la épocade la que te estoyhablando. Un par de horas antes de que exhalara su último aliento, me llamó junto a su cama ymanifestó su deseo de quedarse a solas conmigo. Recordándome que sumuerte estaba cercana, mehablódemisperspectivasenlavida.Sehabíadadocuentademifaltadeinterésenlosestudiosqueenaquelentoncessesuponíaquetendríanqueestaracaparandomiatención,y terminóporrogarmequereconsideraramirechazoaentrarenlaIglesia.

—Elcorazóndetupadreestáheridoporello—dijo—.Hazloquetepido,querido,ydeesemodoleayudarásasentirsemejorcuandoyoyanoesté.

Le fallaron las fuerzas y ya no pudo decir nadamás. ¿Podía acaso negarme a cumplir su últimavoluntad? Me arrodillé junto a su lecho y, tomando su gastada mano entre las mías, le prometísolemnementeelrespetoqueunhijodebeprofesaralosúltimosdeseosdesumadre.

Habiéndome comprometido a someterme ante aquel sagrado deber, no tenía más elección queaceptar el sacrificio que esteme exigía imperativamente.Había llegado elmomento de liberarmedetodas mis asociaciones indignas. No importaba el esfuerzo que me costara, debía separarme deinmediatoyparasiempredeaquelladesgraciadamujerquenoera,yjamáspodríaser,miesposa.

Al caer la tarde de un díamonótono y neblinoso,me dirigí con el corazón hundido, decidido apronunciarlaspalabrasquenossepararíanparasiempre.SusaposentosnosehallabanlejosdelariberadelTámesis.Amedidaquemeibaacercandoallugarlaoscuridadseibaespesando,ylasuperficiedelríoquedóocultaamisojosporunanieblaheladayblanca.Permanecíduranteunratoconlosojosfijosen aquel velo vaporoso que se extendía sobre el agua corriente. Permanecí allí, y me preguntédesesperadounaterribleduda:¿quéibaadecirle?

La niebla me caló hasta los huesos. Me alejé de la ribera del río y me apresuré a alcanzar suvivienda.«¡Debehacerse!»,exclamabaparamíaltomarlallavequeabríasucasa.

Cuandoentréensupequeñosalónnoestabatrabajando,comosolíaserusual.Estabadepie,juntoalfuego,conlacabezahundidayunacartaabiertaenlamano.

En el instante en que se volvió para recibirme, su rostro me reveló que algo iba mal. Sucomportamiento habitual era el de una persona inusualmente plácida y dominada. Su temperamentoteníapocodelavivezaqueenInglaterraasociamosconlanaturalezafrancesa.Noeramuypródigaenlarisay,enmiexperienciaprevia,nuncalahabíavistollorar.Entonces,porprimeravez,visutranquilorostroalterado;világrimasensusbellosojosmarrones.Corrióamiencuentroyescondióelrostroenmipechopararomperallorarapasionadamentedeunmodoquelahacíaestremecersedelacabezaalospies.

¿Eraacasoposiblequepudierahaber sentidoel cambioque seavecinabaenmivida?¿Estabaaltanto,antesyadequeabrieraloslabios,deladuranecesidadquemehabíallevadohastasucasa?

Aquelloerasencillamenteimposible.Nopodíaser.Esperéhastaquesuprimerestallidoemocionalhubopasado.Despuéslepregunté(conlaconciencia

intranquila,conelcorazónhundido)quéhabíasucedidoquelahabíaafectadotanto.Seretiródemiladosuspirandoprofundamenteymediolacartaabiertaquehabíavistoensumano.—Leeeso—dijo—.Yrecuerdaloqueteaviséquepodríapasarcuandoempezamosavernos.Leílacarta.Soloestabafirmadapordosiniciales,peroelautorserevelabaclaramentecomoelhombrequela

había abandonado. Se había arrepentido, quería volver con ella. En prueba de su penitencia, estabadispuesto a hacerle justicia de un modo al que hasta entonces se había negado. Estaba dispuesto a

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casarseconella,conlacondicióndequemantuviesensuuniónensecretomientrasvivieransuspadres.Enviandoestapropuesta,esperabaqueellaconsintiera,porsuparte,enolvidarlotodoyperdonarle.

Le devolví la carta en silencio. Aquel rival desconocido me había hecho el favor de allanar elcaminoparanuestraseparación.Alofrecerleaquellapropuestadematrimonio,habíaconvertido,pormiparte,laspalabrasdedespedidaqueteníaquedecirenunasuntodedeberhaciaellatantocomohaciamí.Apreciéaquellodeinmediato.Ysinembargo,¡odiéaaquelhombreporayudarme!

Ellametomódelamanoymecondujohastaelsofá.Nossentamosensilencio,elunojuntoalotro.Surostrohabíarecuperadounatristetranquilidad.Estabacallada,volvíaaserellamisma.

—Mehenegadoaverle—dijo—hastahaberhablado antes contigo.Yahas leído la carta. ¿Quétienesquedecir?

Solopodíaofrecerleunarespuesta.Eramidebercontarlecuáleramiposiciónenlostérminosmásclaros.Cumplíconmideber,dejándolalibredequedecidierasufuturoporsímisma.Unavezdichasaquellastristespalabras,resultabadeltodoinútilprolongarladesgraciaquesuponíanuestradespedida.Melevantéytomésumanoporúltimavez.

Aúnlaveo,enaquelúltimomomento,contantaclaridadcomosihubierasidoayer.Habíaestadosufriendo de una afección en la garganta, por lo que llevaba un pañuelo blanco de seda anudadoalrededor del cuello. Llevaba puesto un sencillo vestido púrpura de paño merino, cubierto por unpequeñodelantalnegrodeseda.Surostroaparecíamortalmentepálido;cuandomecogióde lamanosentísusdedoscompletamentehelados.

—Prométemeunacosaantesdequemevaya—dije—.Aunqueyanopuedasernadamás,serétuamigomientrasviva.Sialgunaveztienesproblemas,prométemequemeloharássaber.

Ellasesobresaltó,ysealejódemícomosilehubieseasaltadounrepentinoterror.—¡Qué extraño! —dijo para sí misma—. Él siente lo mismo que yo. También él se muestra

preocupadoporloquemepuedapasarenelfuturoinmediato.Intentéquesetranquilizara.Intentédecirlelaverdad,quecuandohabíahabladoúnicamentehabía

estadopensandoenloshabitualescambiosyazaresdelavida.Ellanomeprestóatención.Volvióamilado,colocósusmanossobremishombrosycontemplómi

rostropensativaytristemente.—Loqueyopiensedeesteasuntonoesloquepuedaspensartú—dijo—.Unaveztedijequetenía

elpresentimientodequeestehombreibaaregresar.Puedodecirteahoramásdeloquetedijeentonces.Estoy convencida de que voy amorir joven, y de que voy amorirmiserablemente. Si tengo razón,¿seguiráslosuficientementeinteresadoenmícomoparaquererenterartedeloquepuedasuceder?

Sedetuvounmomento,temblando,ydespuésañadióestasinquietantespalabras:—Losabrás.Eltonodecompletaconvicciónconelquehabíahabladomealarmóymeinquietó.Mirostroreflejó

loprofundaydolorosamentequemehabíanafectadosuspalabras.—¡Bueno,bueno!—dijorecuperandosuhabitualentonación—.Notetomesdemasiadoenseriolo

quedigo.Unapobremuchachaquehallevadounavidasolitariacomolamíaporfuerzahadepensardeunmodoalgoextrañoyhablardeunmodoigualmenteextraño…aveces.Sí.Teloprometo.Sialgunaveztengoproblemas,teloharésaber.QueDiostebendiga,hassidomuybuenoconmigo.¡Adiós!

Unalágrimasedeslizópormimejillacuandoellamebesóporúltimavez.Lapuertasecerróentrenosotros.Lasoscurascallesmerecibieron.

Estaba lloviendo con fuerza.Miré hacia su ventana, a través del chaparrón. Las cortinas estaban

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separadas;ellaestabaentremedias,escasamenteiluminadaporlalámparaquehabíaenlamesa,detrásdeella,esperandonuestroúltimointercambiodemiradas.Levantandolentamentelamano,mededicóunaúltimadespedidadesdelaventana,conlaelegancianaturalquetantomehabíaatraídolanochequenosconocimos.Lascortinasvolvieronacorrerse;elladesapareció.Yanadaquedabafrenteamí,nadaquedabadetrásdemí,salvolaoscuridadylanoche.

V

Dosañosmástardehabíacumplidolapromesarealizadaanuestramadreensulechodemuerte.EraunmiembrodelaIglesia.

Elinterésdenuestropadrehizoqueelprimerpasohaciaminuevaprofesiónfuesefácil.Trashaberdesempeñado mi aprendizaje preliminar como coadjutor, fui nombrado antes de los treinta años, yconseguíunbeneficioeneloestedeInglaterra.

Mi nueva posiciónmeofrecía todas las ventajas que hubiera podido desear, con la excepción deunos ingresos a todas luces insuficientes. Aunque mis necesidades eran pocas, y aún no me habíacasado, encontré deseable ampliar mis recursos. Siguiendo el ejemplo de otro joven clérigo en miposición,medecidía recibirpupilosquepudierannecesitarprepararseparaunacarrerauniversitaria.Mis familiares sepusieronenmarchaydenuevomibuena suertemeacompañó;nadamásempezarconseguí dos alumnos.Un tercero completaría el número que en aquelmomento estaba dispuesto arecibir.Con el transcurso del tiempo, este tercer alumno hizo su aparición en unas circunstancias losuficientementedestacablescomopararecibiraquíunamencióndetallada.

Eranlasvacacionesveraniegas,ymisdosalumnoshabíanvueltoasuscasas.Graciasaunclérigovecino, que aceptó amablemente encargarse de cumplir con mis tareas, también yo conseguí dossemanasdevacaciones,quepaséenlacasademipadreenLondres.

Durantemiestanciaenlametrópoli,semeofreciólaoportunidaddepredicarenunaiglesia,famosadebido a la elocuencia de uno de los oradoresmás populares de nuestro tiempo, que predicaba allíhabitualmente.Alaceptarlapropuesta,mesentí,naturalmente,nerviosoydeseosodehacerlolomejorposiblefrenteaaquellacongregacióninusualmentenumerosaeinusualmenteinteligentequesereuniríaparaescucharme.

Duranteelperiododelqueteestoyhablando,todaInglaterrahabíaquedadoconmocionadadebidoaldescubrimientodeun terriblecrimenperpetradoencircunstanciasdeextremaprovocación.Escogíaquel crimen como el tema principal de mi sermón. Admitiendo que incluso los mejores de entrenosotros somosmerasy frágiles criaturasmortales, sujetas amalvadasprovocaciones e impulsosdelmismomodoqueelpeordeentrenosotros,miobjetivoeraenseñarcómouncristianopodríaencontrarcierto refugio ante la tentación en la salvaguarda de su religión.Me detuve minuciosamente en lasprivaciones de la primera lucha del cristiano para resistir la influenciamaligna, en la ayuda que sucristiandad le brindó incansablemente en las peores reincidencias del aspectomás débil y vil de sunaturaleza,enlafirmeyciertagananciaquefueladefinitivarecompensaasufeysufirmeza,yenlabenditasensacióndepazyfelicidadqueacompañaronaestetriunfofinal.Predicandoatalefecto,conlafervienteconvicciónquerealmentesentía,puedodecirorgullosamentequenodefraudéaaquelcuya

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elecciónme había situado en el púlpito.Mantuve la atención de mi congregación desde la primerapalabrahastalaúltima.

Mientrasestabadescansandoenlasacristíatraslaconclusióndelservicio,mellegóunanotaescritaa lápiz. Un miembro de mi congregación, un caballero, deseaba verme debido a un asunto deconsiderable importancia. Podría visitarme en cualquier lugar y a cualquier hora que eligiese. Sideseaba quedar satisfecho sobre su respetabilidad,me rogaba que acudiera a su padre, cuyo nombrequizámeresultasefamiliar.

Elnombredadoen la referenciameresultaba indudablementeconocido,comopertenecienteaunhombredeciertanotoriedadeinfluenciaenelmundolondinense.Enviémitarjetaamododerespuesta,indicandounahoraparaquemicorrespondientemevisitaraporlatardedeldíasiguiente.

VI

Eldesconocidohizosuapariciónpuntualmente.Imaginéqueseríaunosdosotresañosmásjovenqueyo.Yaunqueerainnegablementeatractivo,aunquesusmodaleseranlosmodalesdeuncaballero,sin saber por qué, sentí un fuerte desagrado hacia él en el mismo momento en que entró en lahabitación.

Trashaberintercambiadounaspalabraspreliminaresdeeducación,mivisitantemeinformósobreelobjetodesuvisitadelmodoqueacontinuaciónvoyarelatar.

—Tengoentendidoqueviveustedenelcampo,señor—empezó.—VivoaloestedeInglaterra—respondí.—¿PiensapermanecermuchotiempoenLondres?—No.Mañanamismoregresoamirectoría.—¿Puedopreguntarlesitieneustedalumnos?—Sí.Asíes.—¿Algunavacante?—Solouna.—¿Pondríaustedalgunaobjeciónaqueyoleacompañaradevueltamañanacomosualumno?Loabruptodelapropuestametomóporsorpresa.Dudé.Enprimerlugar(comoyahedicho)nomeagradaba.Ensegundolugar,erademasiadomayorcomo

paraseruncompañeroadecuadoparamisotrosdosalumnos,unosmuchachosquenohabíanllegadoalaveintena.En tercer lugar,mehabíapedidoque leadmitiera tressemanasantesdequefinalizaraelperiodovacacional.Teníamispropiosproyectosyentretenimientosprevistosduranteaquelintervaloynoveíarazónalgunaporlaquetuvieraquemolestarmeenprescindirdeellos.

Élnotómiindecisión,ynomeocultóquelehabíadecepcionado.—Estoycompletamenteempeñado—dijo—enrecuperarsindemoraeltiempoqueheperdido.Mi

edad juega enmi contra, lo sé. La verdad es que he echado a perdermis oportunidades desde queabandonélaescuela,yestoyimpaciente,honestamenteimpaciente,porenmendarmicaminoantesdeque sea demasiado tarde. Deseo prepararme para acceder a alguna de las universidades; deseodemostrar, si puedo, que no soy completamente indigno de heredar el famoso nombre demi padre.Usted es el hombre que puede ayudarme, si es que consigo persuadirle para que lo haga. Quedéimpresionadoporsusermóndeayer,ysimepermitequelehagatalconfesiónensupresencia,mecayó

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ustedbiendesdeunprimermomento.¿Querráustedvisitaramipadreantesdedecidirseadecir«no»?Él serácapazdeexplicarlecualquiercosaqueausted leparezcaextrañaenmipetición,y se sentiráfeliz de recibirle esta misma tarde, si puede usted permitirse tal pérdida de tiempo. En cuanto a lacuestióndelascondiciones,estoysegurodequetodopuedearreglarseasuenterasatisfacción.

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Evidentemente,estabadecidido;seriayvehementementedecidido.Aregañadientes,aceptéverasupadre.

Nuestra entrevista fue larga.Todasmis cuestiones fueron respondidasdeunmodoextensoy confranqueza.

El jovenhabía llevadounavidaociosae irregular.Ahora semostrabacansadoyavergonzadodeella.Sudisposicióneraciertamentepeculiar.Estabaseriamentenecesitadodeunguía,unmaestroyunamigo,enelqueestuvieradispuestoaconfiar.Siyodecepcionabalasesperanzasquehabíadepositadoenmí,severíadesanimadoyvolveríaareincidirenlainútileindolenteexistenciadelaqueahoraseavergonzaba. Cualquier condición que desease estipular sería aceptada a cambio de que consintierarecibirleapruebadurantetresmeses.

Dudandoaún,consultéconmipadreyamigos.Todos compartieron la opinión (una opinión ciertamente justa en aquel momento) de que aquel

nuevo contacto podría ser excelente para mí. Todos me reprocharon el haber adoptado un disgustopuramente caprichoso ante un joven de buena familia y educación, y por permitir que aquello meinfluyeraencontrademispropiosintereses, justocuandoestabainiciandomicarrera.Presionadoporaquellasconsideraciones,permitíquesemepersuadieradedarleunaoportunidadalnuevoalumno.Aldíasiguiente,meacompañóenmiviajederegresoalarectoría.

VII

Permítemequeseacuidadosoyquehagajusticiaaunhombrequepersonalmentemedesagradaba.Mi alumno mayor empezó bien: produjo una impresión decididamente favorable en las personasvinculadasamipequeñoentorno.

Lasmujeres, especialmente, admiraron subello cabello claro, subarba ligeramente rizada, su tezdelicada,suscristalinosojosazules,ysusmanosysuspiesfinamenteformados.Inclusolaempedernidareservade susmodales,yaquellaaparienciaabatida, casihuraña,quehabíaoriginadomisprejuicioscontraél,levantaronunsentimientocomúndeentusiasmorománticoenlasalademiscriadas.Laaltaautoridadquerepresentabalamismísimaamadellaves,decidióque«elnuevocaballero»nosoloestabaenamorado,sinoque(másinteresanteaún)eravíctimadeunaunióndesgraciadaquelehabíaalejadodesusamigosydesuhogar.

Encuantoamí,intentécontodasmisfuerzassuperaraquellaprimeraimpresióndedesagradohaciaminuevoalumno,perotodofueenvano.

Ynoesquepudieraencontrarleningunafalta.Sushábitoserandiscretosyregulares,yseentregabaconscientementeasuslecturas.Peropocoapocoempecéaconvencermedequesucorazónnoestabaen sus estudios.Más aún, teníamis razones para sospechar queme estaba ocultando algo, y sentíadolorosamentelareservaquenosepermitía,oquenoseatrevía,aromper.Hubomomentosenlosquecasi dudé si no habría escogidomi remota rectoría rural comoun lugar seguro donde esconderse dealgunapersonaopersonasqueletuvieranatemorizado.

Su modo habitual de comportarse en lo que se refería, por ejemplo, a su correspondencia, era,quedándomecorto,extraño.

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Nunca recibía cartas enmi casa. Se las remitían directamente a la oficina de correos del pueblo.Invariablementeibaabuscarlasenpersona,einvariablementesenegabaaconfiarlesaningunodemiscriadoselenvíodesuspropiascartasalcorreo.Además,cuandosalíamosapasearjuntos,másdeunavezlesorprendímirandofurtivamenteporencimadelhombro,comosisospecharaquealgunapersonaconunpropósitomalvadoleestuvierasiguiendo.Siendopornaturalezacompletamentecontrarioalosmisterios,decidí,yaenunaetapa inicialdenuestra relación,hacerunesfuerzoporaclarar lascosas.Aúnpodíateneralgunaoportunidaddeganarmelaconfianzademialumnomayorsiaprovechabalosúltimosdíasdelasvacacionesdeverano,quenospermitíanestarasolasenlacasa,parahablarconél.

—Discúlpeme por haberme dado cuenta —le dije una mañana mientras nos encontrábamosenfrascadosennuestroslibros—,peronohepodidoevitarobservarqueparecehaberalgoqueleturba.¿Resultaindiscretopormipartepreguntarlesipuedoayudarledealgúnmodo?

Cambiódecolor,memirórápidamente,volvióahundirlamiradaensulibro,luchófuertementeconalgúnmiedo secreto o alguna secreta reticencia que anidaba en su interior, y de repente saltó con lapreguntamásextraordinaria:

—¿SupongoquehablaríaustedenseriocuandopredicóaquelsermónenLondres?—Mesorprendequepuedaponerloenduda—contesté.Volvióacallar.Denuevosedesatóunaluchainterior,ymesobresaltóconunsegundoestallidomás

extrañoaúnqueelprimero.—Yosoyunadelaspersonasparalasqueustedpredicóensusermón—dijo—.Esaeslaverdadera

razón por la que le solicité queme aceptase como alumno. ¡Nome rechace! Cuando le habló a sucongregacióndelagentetorturadaytentadaestabaustedhablandodemí.

Tan asombrado estaba por la confesión que perdí el control demímismo. Por unmomento fuiincapazderesponderle.

—¡Nomerechace!—repitió—.Ayúdemealucharconmigomismo.Leestoydiciendolaverdad.¡ADiospongoportestigodequeleestoydiciendolaverdad!

—Cuéntemetodalaverdad—dije—,yconfíeenmiconsueloymiayuda.Confíeenmiamistad.Enelfervordelmomento,letomédelamano.Yacíafríaeinerteenlamía.Meavisómudamentede

queteníaqueenfrentarmeconunapersonalidadsecretayhuraña.—No debe haber secretos entre nosotros—continué—.Ha entrado enmi casa, según su propia

confesión, con falsospretextos.Es sudeberhaciamí,y sudeberhaciaustedmismo, explicarmeporqué.

La empedernida reserva de aquel hombre, vencida únicamente por un momento, volvía a hacermellaenél.Pensó,pensóconmuchocuidado,cuálesibanasersussiguientespalabrasantesdepermitirqueasomaranasuslabios.

—Unapersonase interponeentre lasperspectivasdemividayyo—empezó lentamenteconsusojos clavados en el libro—.Una persona quemeprovoca horriblemente. Siento terribles tentaciones(como aquel hombre del que usted habló en el sermón) cuando estoy en su compañía. ¡Enséñeme aresistirlatentación!Temopormímismosivuelvoaveradichapersona.Ustedeselúnicohombrequepuedeayudarme.Hágalomientraspueda.

Sedetuvoypasósupañueloporlafrente.—¿Lebastaeso?—mepreguntó,aúnconlosojosenellibro.—No.Nomebasta—respondí—.Estáustedtanlejosdeabrirmesucorazónquenisiquieraseha

permitidoaclararmesiesapersonaqueseinterponeentreustedysusperspectivasesunhombreouna

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mujer.Usaustedlapalabra«persona»unayotravezenlugardedecir«él»o«ella»cuandohabladelaprovocaciónconlaqueletienta.¿Cómopuedoayudaraunhombrequedemuestratanpocaconfianzaenmí?

Mi respuesta le encontró evidentemente falto de recursos. Lo intentó; intentó desesperadamentedecirmásde loquehabíadichohastaentonces. ¡No!Laspalabrasparecíanatascarseensugarganta.Ningunaconsiguióllegarhastasuslabios.

—Demetiempo—merogólastimosamente—.Noconsigoobligarmeaellodegolpe.Tengobuenasintenciones.Se lo juropormi alma.Tengobuenas intenciones.Pero soy lento en este tipode cosas.Esperehastamañana.

Llegóeldíasiguiente,yunavezmásseescabulló.—Undíamás—dijo—.No sabeusted lodifícil queme resultahablar libremente.Porunaparte

estoyasustado,yporlaotraavergonzado.Demeundíamás.Hastaentoncessolomehabíadisgustado.Pormuchoqueintentésercomprensivoconsureserva(y

lohice),apartirdeaquelmomentoempecétambiénadespreciarle.

VIII

Llegóeldíadelademoradadiscusión,ytrajoconsigounacontecimientoparaelqueniélniyonoshabíamospreparado.¿Habríallegadorealmenteaconfiarenmídenohabermediadoaquelevento?Obienlohabríahecho,obienhabríaabandonadoelpropósitoquelehabíallevadohastamicasa.

Nos encontramos, como de costumbre, a la hora del desayuno. Mi ama de llaves me trajo lacorrespondenciadelamañana.Paramisorpresa,envezdeabandonarlahabitacióndeinmediato,comoerahabitual,caminóhastaelotroextremode lamesaydejóunacarta frenteamialumnomayor; laprimeracartaquehabíarecibidobajomitechodesdequellegóamiresidencia.

Sesobresaltóy tomólacarta.Miróelremite.Unespasmodefuriareprimidaatravesósucara,surespiraciónseaceleró,sumanotemblómientrasagarrabalacarta.Hastaaquelmomentopermanecísindecirnada.Esperabaaversiabriríaonoabriríaelsobreenmipresencia.

Teníamiedodeabrirlaenmipresencia.Sepusodepie,dijo«discúlpemeunminuto,porfavor»,enuntonotanbajoquecasinopudeoírleyabandonólahabitación.

Esperé durante media hora, y después un cuarto de hora más. Finalmente envié a alguien apreguntarlesisehabíaolvidadodeldesayuno.

Unminutomástardeoísuspisadasenelrecibidor.Abriólapuertadelcomedoryseplantóenelumbralconunpequeñobolsodeviajeenlamano.

—Le suplico queme disculpe—dijo, sinmoverse de la puerta—.Debo rogarle queme permitaausentarmeunoodosdías.TengonegociosqueatenderenLondres.

—¿Puedoayudarleenalgo?—pregunté—.Metemoquesucartalehayatraídomalasnoticias.—Sí—dijosucintamente—.Malasnoticias.Notengotiempoparadesayunar.—Espereunosminutos—exigí—.Esperelosuficienteparatratarmecomoasuamigoycuénteme

quéesloqueleturbaantesdemarcharse.Norespondió.Volvióasaliralrecibidorycerrólapuerta.Despuésvolvióaabrirlaligeramente,sin

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mostrarse.—NegociosenLondres—repitió,comosipensaraqueinformarmedelanaturalezadesurecadoera

algotremendamenteimportante.Lapuertasecerróporsegundavez.Sehabíamarchado.Fuiamiestudioyconsiderécuidadosamenteloquehabíasucedido.El resultado demis reflexiones puede describirse fácilmente:me decidí a cortar vínculos conmi

alumnomayor.Alescribirleasupadreparacomunicarlemidecisión(loquehice,contodalacortesíayelrespetoposibles,esemismodíaavueltadecorreo),mencionélassiguientescomolasrazonesquemehabían llevado a ello: primero, que me había resultado imposible ganarme la confianza de su hijo;segundo, que aquellamismamañana su hijo había abandonadomi casa repentina ymisteriosamenteparaacudiraLondres,yqueenconsecuenciadeberíarehusarfuturasresponsabilidadesenloqueaélserefería.

Habíacolocadomicartaenlasacadelcorreoyempezabaasentirmealgomásrelajadotrashaberlaescrito,cuandoelamadellavesaparecióenelestudioconunaexpresiónterriblementeseriamarcadaenlacarayaparentementellevandoalgoescondidoensumanocerrada.

—¿Señor,querráverustedloquehemosencontradoeneldormitoriodelcaballerodesdequesefueestamañana?

Sabía que el amade llaves, comomujer que era, poseía al cien por cien esa simpática debilidadpropia de su sexo y conocida con el nombre de «Curiosidad». También sabía, debido a variasreferencias indirectas, que la extraña marcha de mi alumno había incrementado notablemente ladisposicióndelasmujeresdelservicioaconsiderarlevíctimadeunarelacióndesgraciada.Meparecíaqueyahabíallegadoelmomentodeatajarloschismorreossobreélycualquierfuturointentodeespiarsuspertenenciasaprovechandosuausencia.

—Suúnicatareaeneldormitoriodemialumno—ledijealamadellaves—escuidardequeestélimpiaydebidamente aireada.Nodebeproducirse ninguna injerencia, simehace el favor, ni en suscartas,niensuspapeles,nienningunaotracosaquehayapodidodejaratrás.Devuelvainmediatamenteasuhabitaciónloquehayaencontrado.

Elamade llaves tenía,ademásde lacuriosidaddeunamujer, todoel temperamentopropiodesusexo.Meescuchóconloscoloressubidos,yúnicamenteunaperceptiblesacudidadecabeza.

—¿Debovolveradejarloenelsuelo,señor?¿Entrelacamaylapared?—preguntóconunairónicasimulacióndelamáshumildedeferenciaantemisdeseos—.Allíesdondeloencontrólachicacuandoestababarriendolahabitación.Cualquierapuedeverconsuspropiosojos—continuóelamadellavesindignada—queelpobrecaballerosehamarchadoconelcorazónroto.Yahí,enmiopinión,estálafrescaresponsabledetodo.

Tras haber pronunciado estas palabras,me dedicó una leve reverencia y dejó un pequeño retratofotográficosobremiescritorio.

Mirélafotografía.En un instante,mi corazón se había puesto a latir salvajemente. Sentí vértigo, y tanto el ama de

llaves,comolosmuebles,comolasparedesdelahabitación,empezaronadarvueltasamialrededor.¡ElretratodescubiertoeneldormitoriodemialumnoeraelretratodeJéromette!

IX

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Lehabía pedido al ama de llaves que abandonarami estudio.Estaba a solas con el retrato de lafrancesasobremiescritorio.

Evidentemente,pocasdudaspodíahabersobreeldescubrimientoquesemeacababaderevelar.Elhombrequesehabíaintroducidomedianteengañosenmicasa,empujadoporelterroraunatentaciónquenoseatrevíaarevelarme,¡eraelmismohombrequehabíasidomidesconocidorivalentiempospasados!

Tras haber recobrado el suficiente dominio de mí mismo como para darme cuenta de aquellainexpugnable verdad, las consecuencias que siguieron a tamaño descubrimiento se abrieron caminohastamimentedemodoirreprimible.Aquellapersonadesconocidaquerepresentabaunobstáculoparalasperspectivasfuturasdemialumno,aquellapersonadesconocidaencuyacompañíaseveíaasaltadoportentacionesquelehacíantemblar,semerevelóentoncescontodaprobabilidadcomolamismísimaJéromette. ¿Le había atado ella con las ligaduras delmatrimonio que élmismo le había propuesto?¿Habíadescubierto ellaque su lugarde refugioeramicasa?¿Había sidoella laquehabía escrito lacartaquelehabíallegadoaquellamismamañana?Asumiendoqueaquellostresinterrogantespudieranresponderseafirmativamente,¿quépodíanserentoncesaquellos«negociosenLondres»alosquehabíahechoreferenciamialumno?Recordéelmodoenquemehabíahabladodesustentaciones.Recordélaexpresiónquehabíacruzadosurostrocuandoreconociólacaligrafíadelacarta…ylaconclusiónalaquelleguémegolpeóliteralmentehastasacudirlomásprofundodemialma.Ordenéqueensillaranmicaballoypartídeinmediatoendirecciónalaestacióndelferrocarril.

HacíaunahoraqueeltrenenelquemialumnohabíaviajadoaLondreshabíallegadoalaterminal.Elúnicomodoútildeaplacarlosterriblesrecelosqueseamontonabanenmimenteeraenviándoleuntelegrama a Jéromette, a la dirección en la que la había visto por últimavez.Demodoque envié elsiguientemensaje,pagandopreviamentelaposiblerespuesta:

Si tienes algún problema, telegrafíame de inmediato.Cogeré el primer tren.Responde entodocaso.

Nadahabíaqueimpidieralainmediataentregademimensaje.Ysinembargo,pasaronlashorassinque recibiera respuesta alguna. Siguiendo el consejo del empleado, envié un segundo telegrama a laoficinadeLondres,solicitandounaexplicación.Larespuestallegóenlossiguientestérminos:

Obrasdemejoraen lascalles.Casasdemolidas.Ni rastrode lapersonamencionadaeneltelegrama.

Montéenmicaballoyregresésinprisasalarectoría.«Eldíadesuregresotraeráconsigolosdíasmásdesgraciadosdemivida…».«Estoyconvencidade

quevoyamorirjoven,ydequevoyamorirmiserablemente.¿Seguiráslosuficientementeinteresadoenmícomoparaquererenterartedeloquepuedasuceder?…Losabrás».Aquellaspalabrasvolvíanamimemoriamientrascabalgabahaciamicasaatravésdelanochedespejadaeiluminadaporlaluna.Tanvívidamente las seguía teniendo presentes que incluso podía volver a oír su encantador acentoextranjero, su entonación tranquila y clara, mientras las pronunciaba. En cuanto a lo demás, las

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emocionesdeaquelinolvidabledíasehabíandesvanecido.Larespuestadelaoficinadetelégrafosmehabía alcanzado con una extraña y pétrea desesperanza. Mi mente estaba en blanco. No teníapensamientos.Noteníalágrimas.

Mehallabaamediocaminodelacarreteraqueconducíaamicasayacababadeescucharelrelojdelaiglesiadelpueblodarlasdiez,cuandofuiconsciente,pocoapoco,deunasensaciónheladoraquemeibadominandolentamentehastaterminarporcalarmehastaeltuétano.Lacálidayfragantebrisadelanocheveraniegadominabaelaire.Eraelmesdejulio.¿Eraposiblequeenplenomesdejuliohubieraalgunacriaturaviviente(debuenasalud)quepudiesesentirfrío?Noeraposible.Ysinembargo,aquellaheladasensaciónsiguióarrastrándoseenmiinterioryfiltrándoseatravésdemishuesos.

Miréhaciaarriba.Miréamialrededor.Micaballorecorríaunenormeclaroenaquelmomento.Nohabíaniárbolesniaguaenlascercanías.

Porotraparte,loscamposllanosseextendíanhaciaelhorizonteperfectamenteiluminadosporlaluzdelaluna.

Detuvemicaballoyvolvíamiraramialrededor.Sí.Lo vi.Lo vi conmis propios ojos.Una columna de niebla blanca, de entremetro ymedio o

metroochentadealtura,segúnpudejuzgar,seestabamoviendodetrásdemí,enellímitedelcamino,amiladoizquierdo.Cuandomedetuve,laneblinablancasedetuvo.Cuandoreiniciélamarcha,tambiénlohizo la neblina.Puse el caballo al trote, la columnadeniebla seguíadetrás demí.Lo apresuré algalope,allíseguíalacolumnadeniebla.Volvíahacerquesedetuviera.Lacolumnaquedóinmóvil.

Sublancoeraelmismoblancoquehabíaobservadoenlanieblaqueviflotandosobreelríolanocheenquehabíaidoadespedirmedeella.Yelfríoheladoquemehabíacaladohastaeltuétanoaqueldíaeraelmismofríoqueahorameatenazaba.

Continuéavanzandolentamente.Laneblinablancavolvióaavanzarlentamenterodeadadelaclarayresplandecientenoche.

Másqueasustado,estabaasombrado.Hubounmomento,ysolouno,enelqueelmiedomeasaltó,nublándomelarazón.Medescubrísiguiendoelritmoqueproducíanloscascosdelcaballoalgolpearlentamenteel suelo,musitando laspalabras:«Jéromettehamuerto, Jéromettehamuerto»,unayotravez.Peromivoluntadseguíasiendomía.Eracapazdecontrolarme,deimponersilencioamispropioslabios.Demodoquecabalguécontranquilidad,ylacolumnadeneblinamesiguiótranquilamente.

Mimozodecuadraesperabamiregresoenlapuertadelarectoría.Leseñalélaneblina,mientrasatravesabalapuertajuntoamí.

—¿Vealgoahí?—pregunté.Elhombrememiróasombrado.Entréenlarectoría.Elamadellavesmesalióalencuentroenelrecibidor.Señalédenuevohaciala

neblinaqueestabaentrandoenlacasaconmigo.—¿Veustedalgoraroamilado?Elamadellavesmedirigiólamismamiradaquemehabíabrindadoelmozodecuadra.—Me temo que no se encuentre usted bien, señor—dijo—. Ha perdido todo el color… y está

temblando.Déjemequeletraigaunvasodevino.Fui ami estudio, situado en la planta baja, yme senté en la silla demi escritorio.La fotografía

seguíaallídondelahabíadejado.Lacolumnadeneblinaflotóalrededordelamesaysedetuvofrenteamí,detrásdelafotografía.

Elamadellavestrajoelvino.Mellevélacopaaloslabiosyvolvíadejarla.Elfríoheladodela

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neblinatambiénestabaenelvino.Noteníaningúnsabor,ningunacualidadtonificante.Lapresenciadelama de llaves me oprimía.Mi perro la había seguido al interior de la habitación. La presencia delanimaltambiénmeoprimía.Ledijealamujer:

—Déjemeasolasyllévesealperro.Sefueronymedejaronsoloenlahabitación.Mesentéobservandolacolumnadenieblaqueflotabafrenteamí.Sealargó lentamentehastaalcanzarel techo.Amedidaquefuealargándose, fueganandobrilloy

luminosidad. Poco después, una aparición sombría semostró en el centro de la luz. Poco a poco laborrosaapariciónfuetomandolaformadeunafigurahumana.Unosojosmarronesydulces,tiernosymelancólicos,mecontemplarona travésde laultraterrena luzde laneblina.Lacabezayel restodelrostro fueron lo siguiente en aparecer antemi vista.Después, la silueta fue revelándose,momento amomento,descendiendohastallegaralospies.Volvióaerguirsefrenteamícomocuandolahabíavistoporúltimavez,consuvestidopúrpuradepañomerino,sudelantalnegrodesedaysupañueloblancoatadoalrededordelcuello.Seerguíafrenteamíconlaelegantebellezaquetanbienrecordaba,ymemiró como cuandome habíamirado en elmomento de darme el último beso, aquel beso que habíahechorodarlágrimaspormismejillas.

Caíderodillassobrelamesa.Extendímismanoshaciaella,implorando:—¡Háblame!¡Oh,háblameunavezmás,Jéromette!Sus ojos se posaron en mí imbuidos de una compasión divina. Levantó la mano y señaló la

fotografíaquehabíasobreelescritorio;medianteungestomeindicóqueledieralavuelta.Asílohice.Elnombredelhombrequehabíadejadomicasaaquellamañanaestabaescritoaldorsoconlacaligrafíadeella.

Volvíamirarlacuando lohube leído.Ellavolvióaelevarsumanoyseñalóhaciaelpañueloquerodeabasucuello.Mientraslomiraba,labellasedablancacambióhorriblementedecolor;labellasedablancasevolvióoscurayespesaporlasangre.

Unmomentodespués,lavisiónempezóadesvanecerse.Lentamenteyporpartes,primerolafigura,despuéselrostro,fuedesapareciendohastaconvertirsedenuevoenlamasadifuminadaquehabíavistoal principio. La luz murió en el interior de la neblina. Después, la neblina en sí se desmoronólentamente.Flotóencírculossobreelsueloduranteunmomento,ydespuésdesapareció.Nadaquedabafrenteamísalvolafamiliarpareddemihabitaciónylafotografíavueltadelrevéssobremiescritorio.

X

Al día siguiente los periódicos informaron del descubrimiento de un asesinato en Londres. Lavíctimahabíasidounamujerfrancesa.Habíamuertoacausadeunaheridaenlagarganta.Elcrimenhabíasidodescubiertoentrelasdiezylasoncedelanocheanterior.

Te dejaré que extraigas tus propias conclusiones a partir de lo que he relatado, peromi fe en larealidaddelaapariciónesinamovible.Afirmo,ycreo,queJéromettemantuvosupalabra.Muriójoven,ymuriómiserablemente.Yfueronsuspropioslabioslosquemerevelaronsudestino.

Vuelvearevisareljuicio,yobservalascircunstanciasquesalieronalaluzduranteelmismo.Ahí

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encontraráselmóvilparaelasesinato.Verásqueefectivamentesehabíancasadoenprivado,yquehabíanvividojuntosycontentoshasta

eldíafatalenqueelladescubrióqueaélhabíaempezadoagustarleotramujer;verásqueapartirdeaquelmomentoempezaronadesatarseviolentasdiscusionesentreellos,yqueestasduraronhastaquemisermónleconvencióaéldesuterribleodioporJéromette,reflejadoenelcasodeotrohombre;verásqueelladescubrióqueellugaralqueélsehabíaretiradohabíasidomicasa,yqueleamenazóporcartacon la revelación pública de sus derechos conyugales; y, por último, verás también que un hombre,descrito de diferentes maneras por varios testigos, fue visto abandonando su vivienda la noche delasesinato. La ley, incapaz de avanzar más allá de estos detalles, pudo descubrir circunstanciassospechosas,aunquenocertezas.Laley,afaltadepruebasdefinitivasquecondenaranalsospechoso,pudohaberactuadocorrectamentealdejarleenlibertad.

Peroyo sigocreyendoqueelhombreeraculpable.Yodeclaroqueél,ysoloél, fueelasesinodeJéromette.Yahora,yasabesporqué.

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LASEÑORAZANTYELFANTASMA

I

Esta narración describe el regreso de un espíritu incorpóreo a la tierra y conduce al lector a unterrenonuevoyextraño.

Nofueenlaoscuridaddelamedianoche,sinoaplenaluzdeldía,cuandosemanifestólainfluenciasobrenatural. No se reveló por una visión, ni se anunció mediante una voz, sino que alcanzó elconocimientomortalatravésdelsentidomenosengañoso:elsentidodeltacto.

Elinformedeestehechoproduciránecesariamenteimpresionesconflictivas.Engendrará,enalgunasmentes,ladudaquenacedelarazón;revigorizará,enotras,laesperanzaquejustificalafe;ydejarálaterriblecuestiónacercadeldestinodelhombre,dondesiglosdevanainvestigaciónlahandejadoya:enlaoscuridad.

Habiendo redactado este párrafo únicamente como encabezamiento para una serie de eventos, elescritor deniega seguir el ejemplo moderno de poner en primer plano ante la opinión pública susopinionesyasímismo.Regresaalassombrasdelasquehaemergidoydejaquelasfuerzasopuestasdelaincredulidadylafeseenfrentenunavezmásdelmismomodoquesiempreyenelmismoyviejocampodebatalla.

II

Loshechosocurrieronpocodespuésdequelosprimerostreintaañosdelpresentesiglotocaranasufin.

Unaespléndidamañana,aprimerosdeabril,uncaballerodemedianaedadllamadoRayburnllevóasu hija pequeña, Lucy, a dar un paseo por ese verde y placentero lugar situado al oeste de Londresllamado«jardinesdeKensington».

LospocosamigosqueteníadecíandelseñorRayburn(nosincariño)quesetratabadeunhombrereservado y solitario. Podría haber sido descrito más prolijamente como un viudo completamentededicadoasuúnicahija.Aunquenorebasabaloscuarentaañosdeedad,elúnicoplacerquehacíaquelavidadelpadredeLucyfueseplacenteraeralamismaLucy.

Jugandoconsupelota,laniñacorrióhastaelextremosurdelosjardines,enesazonaquetodavíahoy sigue siendo la más cercana al viejo palacio de Kensington. Viendo cerca de allí uno de esosespaciososbancoscubiertosquelosinglesesllaman«nichos»,elseñorRayburnrecordóquellevabaelperiódicodelamañanaensubolsilloyqueharíabienendescansaryleer.Aaquellahoratemprana,ellugarestabadesierto.

—Siguejugando,querida—dijo—.Peroprocuramantenertealalcancedemivista.LucyarrojósupelotayelpadredeLucydesplegósuperiódico.No llevaba leyendomásdediez

minutoscuandosintióunapequeñayfamiliarmanoapoyarseensurodilla.

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—¿Yatehascansadodejugar?—preguntó,conlosojosaúnfijosenelperiódico.—Estoyasustada,papá.Élmiróalaniña.Supálidorostrolesobresaltó.Lasentósobresurodillaylabesó.—Nodebestenermiedocuandoestésconmigo,Lucy—dijocariñosamente—.¿Quéhasidoloque

tehaasustado?—paseólavistaalrededordelbancomientrashablabayviounperritoentrelosárboles—.¿Hasidoelperro?—preguntó.

Lucyrespondió:—Nohasidoelperro,hasidolaseñora.Nohabíaningunaseñoraalavistadesdeelbanco.—¿Tehadichoalgo?—preguntóelseñorRayburn.—No.

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—¿Puesquéhahechoparaasustarte?Laniñapasólosbrazosalrededordelcuellodesupadre.—Hablaenvozbaja,papá—dijo—.Medamiedoquepuedaoírnos.Creoqueestáloca.—¿Porquépiensaseso,Lucy?—Seacercóamí.Creíqueibaadecirmealgo.Parecíaestarenferma.—¿Bien?¿Yquémáspasó?—Memiró.EnaquelmomentoLucypareciósentirseincapazdeexpresarloquequeríadeciracontinuaciónyse

refugióenelsilencio.—Nadademasiadoextraordinariohastaahora—sugiriósupadre.—Sí,papá.Peronoparecióvermecuandomemiró.—¿Bueno,yentoncesquésucedió?—La señora estaba asustada… y eso me asustó a mí. Creo… —la niña volvió a repetir con

seguridad—.Estáloca.SeleocurrióalseñorRayburnquequizálaseñorafueraciega.Selevantóparaaclararladuda.—Espérameaquí—dijo—.Enseguidavuelvo.PeroLucyseagarróaélconlosdosbrazosyledijoqueledabamiedoquedarsesola.Abandonaron

juntoselbancocubierto.Sunuevaposiciónrevelódeinmediatoaladesconocida,apoyadacontraeltroncodeunárbol.Iba

vestidacompletamentedeluto:unaviuda.Lapalidezdesucara,lamiradavacíadesusojos,hacíaalgomásqueexplicarelterrordelaniña:excusabacompletamentelaalarmanteconclusiónalaquehabíallegado.

—Acércatemásaella—susurróLucy.Avanzaronalgunospasos.Ahoraresultabafácilapreciarquelamujererajoven,yconsumidaporla

enfermedad… pero (llegando a una conclusión dudosa dadas las presentes circunstancias)aparentementehabíaposeídounsingularatractivopersonalendíasmás felices.Cuandoelpadrey lahija avanzaron un poco más, los descubrió. Tras dudar un poco, la mujer abandonó el árbol, seaproximó con la evidente intención de decir algo, y súbitamente se detuvo. Un cambio hacia elasombro,ydespuésalmiedo,alterósusvacíosojos.Siantesnohabíaquedadoclaro,ahoraestabamásallá de toda duda que no se trataba de una pobre criatura ciega, abandonada e indefensa.Almismotiempo, la expresión de su rostro no resultaba fácil de comprender. Su aspecto de asombro ydesconciertonohabríapodidosermayorsilosdosdesconocidosquelaestabanobservandosehubierandesvanecidodellugarenelqueestabandepie.

ElseñorRayburnsedirigióaellaconlaamabilidadmásabsolutareflejadaensuvozysusmaneras.—Metemoquenoseencuentreustedbien—dijo—.Sipuedoayudarlaenalgo…Lassiguientespalabrasquedaronsuspendidasde sus labios.Algoasí resultaba imposible,pero la

extrañaimpresiónquelamujerlehabíaproducidoalprincipiosevioconfirmadaenaquelmomento.Sipodía creer a sus sentidos, su rostro le revelóque él era invisible e inaudible para lamujer a la queacababa de dirigirse. Ella se movió lentamente, suspirando profundamente, como una personadecepcionadaeinquieta.Siguiéndolaconlavista,elseñorRayburnvolvióaveralperro,unpequeñoterrier de pelo suave de ordinaria crianza inglesa. El perro no demostraba ni rastro de la incansableactividadpropiade su raza.Con la cabezaagachadayel raboentre laspiernas, se encogía comounanimalparalizadoporelmiedo.Suamalepusoenmovimientoal llamarle.Éllasiguióapáticamente

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cuandoellaempezóaalejarse.Trashaberdadounpardepasos,lamujersedetuvoderepente.ElseñorRayburnlaoyóhablandosola.—¿Lohesentidootravez?—dijo,comosisesintieraperplejaporalgunadudaquelaasombrarao

laafligiera.Alcabodeunratoelevólosbrazoslentamenteylosabrióconunmovimientocariñoso…¡unabrazoextrañamenteofrecidoalaire!

—No—sedijoasímismatristementetrasesperarunmomento—.Quizámañanahayamás.Hoyyano—dirigiólamiradahaciaeldespejadocieloazul—.¡Labellaluzdelsol!¡Lapiadosaluzdelsol!—murmuró—.Mehabríamuertosihubierasucedidoenlaoscuridad.

Unavezmásllamóasuperro,yunavezmássealejólentamente.—¿Sevaacasa,papá?—preguntólaniña.—Intentaremosaveriguarlo—contestóelpadre.Paraaquelentoncesyasehabíaconvencidodeque lapobrecriaturanoestabaencondicionesde

salirsinquealguienlaacompañaraylacuidase.Pormotivoshumanitarios,sedecidióaintentarponerseencontactoconsusamigos.

III

Lamujerdejó los jardinespor lapuertamáspróxima,deteniéndoseparabajarse el velo antesdeintroducirseenlatransitadaavenidaqueconducehastaKensington.Trasavanzarbrevementealolargode High Street, entró en una casa de apariencia respetable, con un cartel que anunciaba que sealquilabanapartamentosenunadelasventanas.

ElseñorRayburnesperóunminuto,despuésllamóalapuertaypreguntósipodíaveralaseñoradelacasa.Elcriadolecondujohastaunahabitacióndelaplantabaja,escasamenteamuebladaaunquecongusto.Unpequeñoobjetoblancorompíalaoscuramonotoníamarróndeunamesavacía.Eraunatarjetadevisita.

Conlacuriosidadnadaceremonialdelosniños,Lucycogiólatarjetaydeletreóelnombreimpresoenella.

—Z,A,N,T—leyó—.¿Quéquieredecir?Supadreleechóunvistazoalatarjetaalquitárselaalaniñaparavolveracolocarlasobrelamesa.

Juntoalnombreimpresohabíaunadirecciónescritaconlápiz:SeñorJohnZant.HotelPurley’s.Ladueñadelacasahizosuaparición.ElseñorRayburndeseóhabersequedadofueradeledificioen

elmismomomentoenquelavio.Losmodosymanerasdecultivarlasvirtudessocialessonmuchomásnumerososyvariadosdeloquegeneralmentesesupone.Yaparentementeelmododeaquelladamalahabíaacostumbradoaencontrarseconsussemejantesenelcampodelajusticiasinpiedad.HabíaalgoensusojoscuandomiraronaLucyquedecíaalasclaras:«Mepreguntosiaestaniñaselacastigacadavezquelomerece».

—¿Deseaverlashabitacionesquetengodisponibles?—empezó.El señor Rayburn reveló de inmediato el objeto de su visita, con tanta claridad, educación y

concisión como podría haberlo hecho un hombre. Era consciente (añadió) de que quizá había sido

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culpabledeunactodeintromisión.Laexpresióndeladueñadelacasaleindicóqueestabacompletamentedeacuerdo.Élsugirió,en

todo caso, que sumotivo podía disculparle. La dueña de la casa cambió de estrategia y aplicó unadiferenciadeopinión.

—Solo conozco a la señora a la que hamencionado—dijo—, como una persona de lamás altaresponsabilidad y delicada de salud. Ha alquilado los apartamentos del primer piso con excelentesreferencias,yesdedestacarqueapenasmedaproblemas.Notengoningúnderechoainterferirensuvidayningunarazónparadudardequeseacapazdecuidardesímisma.

ElseñorRayburnintentódecirunaspalabrasensudefensa.—Permítamequelerecuerde…—empezó.—¿Elqué,señor?—LoqueobservécuandovicasualmentealaseñoraenlosjardinesdeKensington.—YonosoyresponsabledeloquehayapodidoverustedenlosjardinesdeKensington.Perosisu

tiempotienealgúnvalor,leruegoquenomedejedetenerlemás.Expulsadoenaquellos términos,elseñorRayburntomólamanodeLucyyseretiró.Acababade

llegar hasta la puerta cuando esta se abrió desde fuera. La mujer de los jardines de Kensington sehallabafrenteaél.Enlaposiciónqueocupabanahoraélysuhija,susespaldasestabanvueltashacialaventana.¿Recordaríaellahaberlesvistounmomentoenlosjardines?

—Perdonequemeentrometa—ledijoaladueña—.Mehadichosucriadoquemicuñadovinoavisitarmemientrasyoestabafuera.Avecesmedejaalgúnmensajeensustarjetas.

Buscóelmensajeypareciódecepcionarsealverquelatarjetaestabacompletamenteenblanco.ElseñorRayburnserezagóenelumbraldelapuerta,intentandooíralgomás.Losvigilantesojos

deladueñaledescubrieron.—¿Conoceustedaestecaballero?—lepreguntómaliciosamenteasuinquilina.—No,queyorecuerde.Al decir aquellas palabras, la mujer miró directamente al señor Rayburn por primera vez, y de

repenteretrocedióalgunospasos,alejándosedeél.—Sí—dijocorrigiéndose—.Creoquenoshemosvisto…Sesintiótanavergonzadaqueyanopudoseguirhablando.ElseñorRayburn,compasivamente,terminólafrase.—NoshemosvistoaccidentalmenteenlosjardinesdeKensington—dijo.Ella pareció ser incapaz de apreciar la amabilidad de su actitud.Tras dudar un poco le hizo una

propuestaquepareciódemostrardesconfianzaenlapropietaria.—¿Querríahablarconmigoarribaenmishabitaciones?—preguntó.Sin esperar una respuesta empezó a dirigirse hacia las escaleras. El señor Rayburn y Lucy la

siguieron.Estabanempezandoasubirhaciaelprimerpisocuandolaviperinapropietariaabandonólahabitaciónyllamóasuinquilinaporencimadesuscabezas:

—¡Tengacuidadoconloquelediceaestehombre,señoraZant!¡Creequeestáustedloca!LaseñoraZant sevolvióeneldescansilloy lemiró.Niunapalabrasaliódesus labios.Sufrióy

temióensilencio.AlgoenlatristesumisióndesurostrotocólafibrainocenteysensibledelcorazóndeLucy.Laniñaempezóallorar.

Aquella sencilla muestra de simpatía hizo que la señora Zant descendiera los escalones que laseparabandeLucy.

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—¿Puedodarleunbesoasupequeña?—ledijoalseñorRayburn.Ladueñadelacasa,depiesobrelaalfombrilla,expresósuopiniónsobreelvalordelascariciasen

comparaciónconotrométodomásexpeditivodetrataralosjóvenesllorosos:—Siesaniñafueramía—dijo—,yaledaríayoalgoparaquellorara.Mientrastanto,laseñoraZantlescondujohastasushabitaciones.Susprimeraspalabrasdemostraronquelapropietariahabíatenidoéxitoalintentarponerlaencontra

delseñorRayburn.—¿Medejaquelepregunteasuhija—ledijo—porquécreeustedqueestoyloca?ElseñorRayburnrecibióaquellaextrañapeticiónconunafirmerespuesta.—Aúnnosabeustedquéesloquepiensoyorealmente.¿Meprestaráunminutodesuatención?—No—respondióellaconseguridad—.Laniñasecompadecedemí;esconellaconquienquiero

hablar.¿Quémevistehacerenlosjardinesquetesorprendiótanto,querida?Lucysevolvióinquietahaciasupadre.LaseñoraZantinsistió.—Primerotevisola,ydespuéstevicontupadre—continuó—.Cuandomeacerquéati,¿teníauna

aparienciaextraña,comosinoteviera?Lucyvolvióadudar,yelseñorRayburnintervino.—Está confundiendo a mi pequeña —dijo—. Déjeme que yo conteste sus preguntas, o si no,

discúlpemepormiintromisiónypermitaquenosmarchemos.Habíaalgoensuapariencia,ensutono,queseimpusosobreella.Sellevólamanoalacabeza.—No crea que estoy preparada para eso—dijo vacuamente—.Mi coraje ya ha sido seriamente

puestoapruebaeneldíadehoy.Sipudiesedormirydescansarunrato,meencontraríadiferente.Pasomuchotiemposolaytengorazonesparaintentaraclararmimente.¿Puedoverlemañana?¿Oescribirle?¿Dóndeviveusted?

ElseñorRayburndejóensilenciosutarjetasobrelamesa.Aquellamujerhabíadespertadomuchosuinterés.Deseabahonestamenteserledealgunaayudaaaquellamelancólicacriatura,tancruelmenteabandonada,segúnparecía,asupropiodestino.Peronoteníaningunaautoridadqueejercer,niningúnderechoadirigirsusacciones,aunqueconsintieraenaceptarsuconsejo.Comoúltimorecurso,probóaaludiralparientedelqueellahabíahabladoenlaplantabaja.

—¿Cuándoesperavolveraverasucuñado?—dijo.—Nolosé—respondióella—.Megustaríaverle…estanbuenoconmigo.SediomediavueltaparadespedirsedeLucy.—Adiós, pequeña amiga. Si vives para crecer, espero que nunca seas unamujer tan desgraciada

comoyo—derepentedesviólamiradahaciaelseñorRayburn.—¿Tieneustedesposa?—preguntó.—Mimujermurió.—¡Ytieneustedunahijapara reconfortarle!Por favor,déjeme.Endureceustedmicorazón.¿Oh,

señor,noloentiende?¡Leenvidio!El señorRayburnpermaneció en silencio cuandoély suhijavolvierona encontrarse en la calle.

Lucy, como una niña obediente, también estaba callada. Pero hay límites para la capacidad deresistenciahumana,ylacapacidadparaelautocontroldeLucyacabóporquebrarse.

—¿Estáspensandoenlaseñora,papá?—dijo.Élsolorespondióasintiendoconlacabeza.Suhijalehabíainterrumpidoenesemomentocríticoen

lasreflexionesdeunhombreenelqueesteestáapuntodedecidirse.Antesdequehubieranregresadoa

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casa, el señor Rayburn había llegado a la conclusión de que el cuñado de la señora Zant ignorabaevidentementelaserianecesidaddesuintervención,osinohabríahechopreparativospararepetirsuvisitade inmediato.Estandoasí lascosas,sicualquierdesgracia lesucedíaahoraa laseñoraZant,elsilencioporpartedelseñorRayburnpodríaserindirectamenteresponsabledealgunaterribledesgracia.Llegando a aquella conclusión, decidió arriesgarse a volver a ser recibido groseramente por otrodesconocido.

DejandoaLucyaloscuidadosdesuinstitutriz,acudiódeinmediatoaladirecciónquehabíavistoescritaenlatarjetadevisitaydiosunombre.Comorespuestarecibióunmensajecortés.ElseñorJohnZantestabaencasayestaríaencantadoderecibirle.

IV

ElseñorRayburnfueconducidoaunodelossalonesprivadosdelhotel.Observóquelaposiciónhabitualdelosmueblesdelahabitaciónhabíasidomodificadaenalgunos

aspectos.Unsillón,unamesayunaalfombrahabíansidomovidoshastaquedar justoal ladodeunaventana,ysehabíancolocadodemodoqueestuvieran lomáscercaposiblede la luz.Sobre lamesayacíaunrollodecueromarroquíabierto,queconteníahilerasdeelegantesypequeñosinstrumentosdeaceroymarfil.Esperandojuntoalamesa,sehallabaelseñorJohnZant,quedijo:

—Buenos días—con una voz de barítono tan profunda y melodiosa que aquellas dos palabrascomunesasumieronunanuevaimportanciaalprovenirdesuslabios.Suaparienciapersonalestabaenarmoníaconsumagníficavoz.Eraunhombrealto,decomplexiónfinaytezoscura,conojosnegrosgrandes y brillantes, y una barba noble y rizada que escondía la parte inferior de su rostro. Trasinclinarse con una felizmezcla de dignidad y educación, el aspecto convencional de aquel caballerodesaparecióderepenteyotroaspectodeaparentelocuralesustituyósinprevioaviso.Searrodillófrentea la alfombrilla. ¿Acaso había olvidado rezar sus oraciones aquella mañana y tanta prisa tenía porremediar su falta que no tenía tiempo que perder ni para atender al recién llegado?La duda apenasacababadesugerirsecuandotodoquedóaclaradodelamaneramásinesperada.ElseñorZantmiróasuvisitanteconunasonrisaagradableydijo:

—Muéstremesuspies,porfavor.PorunmomentoelseñorRayburnquedócompletamentedesconcertado.Despuésvolvióamirarlos

instrumentosextendidossobrelamesa.—¿Esustedcallista?—fuetodoloquepudodecir.—Discúlpeme, señor —dijo el educado operador—, el término que acaba de usar está

completamente obsoleto en nuestra profesión—se levantó de nuevo y añadiómodestamente—: Soypedicuro.

—¿Perdón?—¡Noimporta!Imaginoquenohavenidoenbuscademisserviciosprofesionales.¿Aquémotivo

puedoatribuirentonceselhonordesuvisita?ParaentonceselseñorRayburnyasehabíarecobradodelasorpresa.—Hevenido—respondió—debidoaunascircunstanciasquerequierendeunadisculpaasícomode

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unaexplicación.Los modales altamente refinados del señor Zant traicionaron ciertos indicios de alarma. Sus

sospechas señalaronhaciauna formidableconclusión…unaconclusiónque lehizo temblarhasta losmáshundidosplieguesdelbolsilloenelqueguardabaeldinero.

—Lasnumerosasdemandascontramí…—empezó.ElseñorRayburnsonrió.—Tranquilícese—replicó—.Noquierodinero.Miobjetivoeshablarconustedsobreunadamaque

perteneceasufamilia.—¡Micuñada!—exclamóelseñorZant—.Tomeasiento,seloruego.Dudandosobresihabríaescogidounmomentoadecuadoparasuvisita,elseñorRayburnpreguntó:—¿Quizáhayamáspersonasesperando?—Ciertamenteno.Mihorariomatutinodeatenciónalclienteesdeonceauna.El reloj sobre la repisade lachimeneamarcó launaycuartoalmismo tiempoqueel señorZant

hablaba.—Esperoquenometraigamalasnoticias—dijobastantepreocupado—.Cuandofuiavisitarlaesta

mañaname dijeron que había ido a dar un paseo. ¿Es indiscreto pormi parte preguntarle de qué laconoce?

ElseñorRayburnmencionódeinmediatoloquehabíavistoyoídoenlosjardinesdeKensington,sinolvidarsedeañadirunascuantaspalabrasquedescribieransuposteriorentrevistaconlaseñoraZant.

El cuñado de lamujer escuchó con un interés y una simpatía que ofrecieron elmayor contrasteposibleconlagroseríanoprovocadadeladueñadelacasadealquiler.DeclaróquesolopodíahacerjusticiaasusentidodelaobligaciónsiguiendoelejemplodelseñorRayburnyexpresándoseasuvezcontantafranquezacomosiestuviesehablandoconunviejoamigo.

—Latristehistoriadelavidademicuñada—dijo—explicará,creo,ciertascosasquenaturalmentelehabrándesconcertado.Mihermanolaconocióen lacasadeuncaballeroaustralianoqueestabadevisitaenInglaterra.Enaquelentoncesellaestabaempleadacomoinstitutrizdesushijas.Tansincerofueelcariñoqueporella sintió la familiaque lospadres lepropusieron, siguiendo los ruegosdesushijos, que se fuera con ellos cuando regresaran a la colonia. La institutriz aceptó agradecida supropuesta.

—¿NoteníafamiliaenInglaterra?—preguntóelseñorRayburn.—Estabaliteralmentesolaenelmundo,señor.Cuandolecuentequehabíacrecidoenuncentropara

expósitos,entenderáustedloquequierodecir.¡Oh,nohayniunápicederomanticismoenlahistoriademicuñada!Nuncahasabidonisabránadasobrequiénesfueronsuspadresniporquélaabandonaron.Elmomentomásfelizdesuvidafueaquelenelqueellaymihermanoseconocieron.Fueunperfectoejemplo,porambaspartes,deamoraprimeravista.Aunquenoeraunhombrerico,mihermanohabíaganadolosuficienteenciertasempresasmercantiles.Sucarácterhablabaporsímismo.Enunapalabra:alterótodaslasperspectivasdelapobremuchacha,aunqueentoncescreíamosyesperábamosqueseríaparamejor.SusempleadoresdemoraronsuregresoaAustraliaparaquepudieracasarsecomomiembrodeunafamilia.Trasunafelizvidadetansolounpardesemanas…

Lavozlefalló.Hizounapausayretirósurostrodelaluz.—Perdóneme—dijo—.Aún no soy capaz, ni siquiera ahora, de hablar con compostura sobre la

muertedemihermano.Déjemeúnicamentequeledigaquelajovenesposaseconvirtióenviudaantesincluso de que hubieran terminado los felices días de su luna demiel.Aquella terrible calamidad la

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derrotóporcompleto.Antesdequemihermanohubierasidoentregadoasutumba,ellaestuvoapuntodemorirdebidoaunafiebrecerebral.

Aquellas palabras ofrecieron una nueva luz sobre el primer temor del señor Rayburn de que elintelectodelaseñoraZanthubierapodidoestaralgotrastornado.Observándoleatentamente,sucuñadoparecióentenderloqueestabapasandoporlamentedesuinvitado.

—¡No!—dijo—.Sihayqueconfiarenlaopinióndelosmédicosquelatrataron,lasecueladelaenfermedadhasidoúnicamenteladedebilitarsufísico,nosumente.Heobservadoenella,deesonohayduda,ciertainestabilidadtemperamentaldesdequesufriósuenfermedad,peroesonosonmásquebagatelas.Comoejemplodealoquemerefiero,podríadecirlequelainvité,trassurecuperación,aquemehicieseunavisita.MicasanoestáenLondres, el airenome favorece;mi lugarde residencia seencuentraenSt.Sallins-on-Sea.Yonoestoycasado,peromiexcelenteamadellaveshabríarecibidoala señoraZant con lamás absoluta amabilidad. Pero ella estaba decidida, obstinadamente resuelta, aquedarseenLondres.Esinnecesariodecirqueensudesgraciadasituaciónmepliegoatodossusdeseos.Lebusquéunaviviendaalquiladay,siguiendosupetición,escogíunacasaqueestuviesecercadelosjardinesdeKensington.

—¿Existealgunaasociacióncon los jardinesdeKensingtonquepudiese llevara laseñoraZantahaceraquellapetición?

—Algunaasociación, creo, conel recuerdode sumarido.Por cierto,megustaría estar segurodeencontrarla en casa cuando vaya a verla mañana. ¿Ha dicho usted (en el curso de su interesantedeclaración)quepretendía,comoustedsuponía,regresaralosjardinesdeKensingtonmañana?

—Sumemoriaesperfectamenteprecisa.—Gracias.Leconfiesoquenosolomesiento inquietopor loquemehacontadosobre la señora

Zant.Tambiénestoycompletamenteperdido,nosécómoactuarde lamejor forma.Miúnica ideademomentoesintentarquecambiedeaires.¿Quécreeusted?

—Creoquetienerazón.ElseñorZantseguíadudando.—Noseríafácilparamíenestosprecisosmomentos—dijo—abandonaramispacientesyllevarla

alextranjero.LarespuestaobviaaaquellaafirmacióncruzódeinmediatolamentedelseñorRayburn.Unhombre

demás experienciamundana que él podría haber sentido ciertas sospechas y habría permanecido ensilencio.ElseñorRayburnhabló:

—¿Porquénorenuevasuinvitaciónylallevaasucasa,enlacosta?—dijo.Aparentemente,aquelsencillomododeobrarniselehabíapasadoporlacabezaalseñorZant,sin

dudadebidoalestadodeperplejidaddesumente.Laexpresiónpesimistadesu rostro se iluminódeinmediato.

—¡Claroque sí!—dijo—.Por supuestoque seguiré su consejo.Aunque el airedeSt.Sallinsnoconsigahacernadamás,porlomenosmejorarásusaludylaayudaráarecobrarsubuenaspecto.¿Selepasóaustedporlacabezaque(endíasmásfelices)podríahabersidounamujermuyhermosa?

Aquella era una pregunta extrañamente familiar, casi poco delicada, para ser formulada bajoaquellas circunstancias. Una furtiva expresión en los ojos agudos y oscuros del señor Zant parecióimplicar que había sido realizada a propósito. ¿Era acaso posible que el pedicuro sospechase que elinterés del señor Rayburn por su cuñada pudiese estar inspirado por algún motivo que no fuesedesinteresado y perfectamente puro? Llegar a una conclusión semejante implicaría estar juzgando

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demasiadoaprisaycondemasiadacrueldadaunhombrequequizásolofueseculpabledeciertafaltadedelicadeza.ElseñorRayburnhizohonestamentetodoloquepudoporasumirestecaritativopuntodevista. Al mismo tiempo, no hay por qué negar que sus palabras, cuando respondió, fueroncuidadosamenteprecavidas,yqueademásselevantóparamarcharse.

—¿Porqué tantaprisa? ¿Realmente tienequemarcharse?Tendré elhonordedevolverle lavisitamañana,cuandohayahecholospreparativospara llevaracaboesaexcelentesugerenciasuya.Adiós.QueDioslebendiga.

Leofreciósumano,unamanodesuperficiesuaveycoloratezadoqueestrechófervientementelosdedosdeunamigoquesemarchaba.

—¿Seráun sinvergüenza esehombre?—fue el primerpensamientodel señorRayburn en cuantohubo abandonado el hotel. Su sentido de la moral acabó de un plumazo con todas sus dudas,respondiendo—:Seríasunestúpidodedudarlo.

V

Inquietodebidoaciertospresentimientos,elseñorRayburnregresóasucasaapie,intentandoverquépodíahacerelejercicioparaayudarleacentrarseensímismo.

Elexperimentofracasó.SubiólasescalerasyjugóconLucy.Bebióunvasodevinoextradurantelacomida.Porlatardellevóalaniñayalainstitutrizauncirco.Cenóunapequeñacenareforzadaporotrovasodevinoydespuéssefuealacama;yaunentoncesaquellosvagospresentimientosdequeseestabaperpetrandoalgunamaldadinsistieronentorturarle.Mirandohaciasuvidapasada,sepreguntóasímismosialgunavezalgunamujer(¡exceptuandoasudifuntaesposa,porsupuesto!)había tomadoaquellugarpredominantequelaseñoraZanthabíaasumidoensuspensamientos…sinningunarazóndiscernibleparaello.Sisehubieraatrevidoaresponderasupropiapregunta,larespuestahabríasido:¡Nunca!

AldíasiguientesequedóencasaesperandolaprometidavisitadelaseñoraZant,yesperóenvano.Yaentrada la tarde, ladoncellaseacercóhasta lamesadel téde la familiay lepresentóalseñor

Rayburnunsobreinusualmentegrande,selladoconceranegrayfirmadoporunaextrañacaligrafía.Laausenciadesellosdemostrabaquehabíasidodejadoenlacasaporalgúnmensajero.

—¿Quiénhatraídoesto?—preguntóelseñorRayburn.—Unaseñora,señor.Vestidadeluto.—¿Hadejadoalgúnmensaje?—No,señor.Habiendollegadoalainevitableconclusión,elseñorRayburnseencerróenlabiblioteca.Temíala

curiosidaddeLucyylaspreguntasqueprovocaríasileíalacartadelaseñoraZantenpresenciadesuhija.

Observandoelsobreabiertodespuésdehaberextraídolashojasescritasquecontenía,sediocuentadequeenlaparteinteriordelacubiertatambiénhabíaunasfrases.

Mi única excusa para molestarle, cuando podría haber consultado con mi cuñado, la

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encontraráustedenlaspáginasqueleadjunto.Parahablarclaro,digamosqueustedsehavistoinclinado a temerpormi cordura.Por esamisma razón apelo ahora a usted.Su terrible dudasobremí, señor, es lamisma duda que profeso yo. Lea lo que he escrito sobremímisma, ydespués dígame, se lo ruego: ¿qué es lo que soy? ¿Una persona que ha sido objeto de unarevelaciónsobrenatural,ounadesgraciadacriaturacuyoúnicodestinoadecuadoesserencerradaenunmanicomio?

ElseñorRayburnabrióelmanuscrito.Conaplicadaatención,queprontoseconvirtióeninteréssinrespiro,leyólosiguiente:

VI.—ELMANUSCRITO

Ayer por la mañana el sol lució sobre un cielo límpido y azul, después de una ininterrumpidasucesióndedíasnubososiniciadaelprimerdíadelmes.

Laluzradiantetienesuefectoreanimantesobremipobreespíritu.Habíapasadolanocheconmáspazdelahabitual,sinvermeacosadaporelsueño,tancruelmentefamiliarparamí,dequemiespososiguevivo.Elsueñodelquesiempremedespiertoconlágrimasenlosojos.Nunca,desdelososcurosdíasdemipena,mehabíavistotanpocoturbadaporlasatormentadorasfantasíasytemoresqueasolana las mujeres desgraciadas, como cuando dejé la casa y dirigí mis pasos hacia los jardines deKensington…porprimeravezdesdelamuertedemiesposo.

Atendidapormiúnicocompañero,elperritoquehabíasidosufavorito,deigualmodoqueelmío,caminéhastaeltranquilorincóndelosjardinesqueseencuentramáscercanoaKensington.

Sobre aquella suave hierba, bajo la sombra de aquellos enormes árboles, habíamos caminadoperezosamentelosdíasenlosqueaúnestábamosprometidos.Erasupaseofavoritoylosprimerosdíasquenosconocimosmehabíallevadoparaqueleacompañara.Allímehabíapedidoquefuerasuesposa.Allíhabíamossentidolaemocióndenuestroprimerbeso.Seguramenteeranaturalquequisieravolveraver una vezmás un lugar consagrado amemorias como esas. Solo tengo veintitrés años. No tengoningúnhijoquemereconforte,ningúncompañerodemipropiaedad,nadieaquienamarsalvoaestabobacriaturaquetanfielmentemeaprecia.

Me acerqué hasta el árbol bajo el que nos habíamos cobijado cuando los ojos demi amadomeexpresaban su amor antes de que fuera capaz de expresarlo mediante palabras. El sol de aqueldesvanecido día volvía a brillar sobre mí; era la misma hora del mediodía, la misma soledad merodeaba. Al principio había temido aquel primer efecto del terrible contraste entre el pasado y elpresente.¡No!Memostrabatranquilayresignada.Mispensamientos,alejándosedelatierra,girabanentornoalavidamejorquenosesperaalotroladodelatumba.Algunaslágrimasasomaronamisojos.Pero no era infeliz.Mi recuerdo de todo lo que había sucedido aún estaba allí, incluso en los másmínimosdetallesquesoloamíconciernen…noerainfeliz.

Loprimeroquevi,cuandolosojossemeaclararon,fuealperro.Sehabíaalejadoalgunospasosdemí, temblando lastimeramente, pero sin pronunciar un solo gemido. ¿Qué era lo que había causadoaquelterrorquelesuperaba?

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Prontoloibaasaber.Llaméalperro;permanecióinamovible,conscientedequealgomisteriososeacercabaydequele

habíahechizadoporcompleto.Intentéacercarmealpobreanimalparaabrazarleytranquilizarle.Nadamásdarunpasohaciaadelante,algomedetuvo.Nopodíaverlo.Nopodíaoírlo.Peronomedejabaavanzar.La figura inmóvildelperrodesapareciódemivista.Todo loqueme rodeabadesapareció,con la

excepciónde la luzdel cielo, el árbol quemecobijabay la hierbaque se extendía frente amí.Unasensación de inexpresable expectación mantuvo mis ojos clavados en la hierba. De repente, vi lamiríadadehojaselevarseyempezaratemblar.Elmiedomeinvadió:algoestabapasandoporencimacon la invisible ligerezadel viento.Aquello siguió avanzando.Me rodeópor completo.Se introdujoentrelasramasdelárbolquecubríanmicabeza;empezaronaagitarsesinproferirniunsolosonidoqueindicara su agitación; aquel placentero y natural crujido había quedado completamente acallado.Lostrinosdelospájaroshabíancesado.Yanopodíaoírlosgraznidosdelospatosenelestanque.Habíaunsilencioterrible.

Perolaencantadoraluzdelsolseguíaderramándosesobremícontantobrillocomosiempre.Bajoaquellaluzcegadora,rodeadadeaqueltemiblesilencio,sentíunapresenciainvisiblecercade

mí.Metocócariñosamente.Al sentirle,mi corazón latió incontrolado con una alegría queme rebosaba.Un placer exquisito

recorrió todosy cadaunode los nervios demi cuerpo. ¡Sabía quién era!Había regresado ami ladodesdeelmundoinvisible.¡Oh,sabíaquiénera!

Y, sin embargo,mi inevitablemortalidad deseaba una señal queme permitiera asegurarme de larealidaddeaquellasensación.Mideseoseconvirtióenpalabras.Intentépronunciarlas.Dehaberpodidohablar,lehabríadicho:

—Oh,miángel,ofrécemeunaseñaldequeerestú.Peroeracomosiestuvieraparalizada,solopodíapensarlo.Lapresencia invisible leyómipensamiento.Sentíque tocabamis labiosdelmismomodoenque

solían hacerlo los labios de mi esposo cuando me besaba. Y aquella fue mi respuesta. Volvió aocurrírsemeotraidea.Dehaberpodidohablar,lehabríadicho:

—¿Hasvenidoparallevarmeaunmundomejor?Esperé.Nadaquepudierasentirmetocó.Fuiconscientedevolverapensarotracosa.Dehaberpodidohablar,lehabríadicho:—¿Estásaquíparaprotegerme?Me sentí rodeada por su cariñoso abrazo, del mismo modo que los brazos de mi esposo

acostumbrabanabrazarmecuandomeapretabacontrasupecho.Yaquellafuemirespuesta.Lacariciaqueeracomolacariciadesuslabiosserezagóhastaperderse;lapresiónqueeracomola

presióndesusbrazosmeabrazóysedeshizo.Losjardinesvolvieronaasumirsuaspectohabitual.Viunapersonacerca;unaencantadoraniñitaquemeestabamirando.

Enaquelmomento,cuandovolvíaaserdenuevomiyosolitario,lavisióndelaniñametranquilizóy me atrajo. Avancé con la intención de hablar con ella. Para mi horror, de repente dejé de verla.Desapareciódemivistacomosimehubieraatacadounarepentinaceguera.Pasóciertotiempo,solounpardeminutos,oalmenosesocreí,ylaniñavolvióahacersevisible,caminandocogidadelamanodesu padre. Me acerqué hasta ellos. Estaba lo suficientemente cerca como para ver que me estaban

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observandoconcompasiónysorpresa.Miprimerimpulsofuepreguntarlessihabíanvistoalgoextrañoen mi rostro o en mi comportamiento. Antes de que pudiera hablar, la horrible maravilla volvió asuceder.Desaparecierondemivista.

¿Seguíacercalapresenciainvisible?¿Acasoseestabainterponiendoentremissemejantesmortalesyyo,impidiendoquenoscomunicáramosenaquelmomentoylugar?

Debió de ser eso. Cuando di media vuelta en mi ignorancia, con el corazón apesadumbrado, laterriblecegueraqueendosocasionesmehabíaaisladodelosdemipropiarazayanoseinterponíaentremiperroyyo.Elpobreanimalmellenódelástima.Lollaméparaqueviniera.Semovióaloírmivozymesiguióconlanguidez,aúnsindespertarporcompletodeltrancedeterrorquelehabíaposeído.

Antes de que me hubiera retirado más de un par de pasos, creí ser consciente de nuevo de lapresencia.Extendímisbrazosdeseososhaciaél.Esperéconlaesperanzadequeunacariciamedijeraquedebíaregresar.Quizámerespondióindirectamente;loúnicoqueséesqueladecisiónderegresaralmismolugaryalamismahoraseapoderódemíytranquilizómimente.

Lamañanadeldíasiguienteamaneciósombríaynublada,perolalluvianohizoactodepresencia.Salíendirecciónalosjardines.

Miperrocorriópordelantedemímientrascaminamosporlacalle,ydevezencuandosedeteníaaesperarparaverenquédirecciónqueríaseguiryo.Cuandotorcíhacia los jardinesempezóacaminarpordetrásdemí.Pocodespuésmiréhaciaatrás.Yanomeseguía.Sehabíasentado.Lellamé.Élavanzóunpardepasos,pareciódudar,yregresócorriendohaciacasa.

Yocontinuésola.¿Deboconfesarmisuperstición?Penséqueladesercióndelperrosuponíaunmalpresagio.

Alllegarhastaelárbolmesituédebajodelmismo.Losminutossesucedíansinqueocurrieranadadigno de mención. El cielo nuboso empezó a oscurecerse. La monótona superficie de la hierba nodemostrabaconcienciatemblorosaalgunadequeunacriaturaultraterrenaestuvierapasandoporencimadeella.

Seguí esperando, con una obstinación que pronto empezó a convertirse en la obstinación deldesespero.Cuántotiempotranscurrió,mientrasobservabalahierbaqueseextendíafrenteamí,noloséconseguridad.Soloséqueentoncesacontecióuncambio.

Bajolamonótonaygrisácealuzviquelahierbaempezabaamoverse…peronodelmismomodoquesehabíamovidoeldíaanterior.Semarchitócomosiunallamalahubieraabrasado.Sinembargo,no había llama alguna a la vista.La tierra que había debajo semostró formandouna estrecha franjamarrónquepodríahaber sidoun sendero trazado con fuego.Measusté.Deseaba laprotecciónde lapresenciainvisible.Roguéporquemeavisarasiesquehabíaunpeligrocerca.

Una caricia me respondió. Era como si una mano invisible me hubiese tomado de la mano, lahubierahechoelevarsepocoapocoylahubieradejadoseñalandohaciaelestrechosenderomarrónqueavanzabahaciamíentrelasmarchitashojasdehierba.

Miréhaciaelextremomásalejadodelsendero.Lamanoinvisiblesecerrósobrelamíapresionándomelaamododeaviso:larevelacióndelpeligro

quemeacechabaestabaacercándose.Esperé;ylavi.Apareció la siluetadeunhombre,avanzandohaciamísobreelestrechosenderomarrón.Cuando

estuvomáscerca,mirésurostro.Pudeverdifusamentelacaradelhermanodemiesposo:JohnZant.Perdílaconciencia.Nosabíanada.Nosentíanada.Estabamuerta.

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Cuandolatorturadelareanimaciónmehizoabrirlosojos,meencontrétumbadaenlahierba.Unasmanosatentaselevaronmicabezaenelprecisomomentoenelquerecuperéelsentido.

¿Quiénmehabíadevueltoalavida?¿Quiénmeestabacuidando?AlcélavistayviaJohnZantinclinándosesobremí.

VII

Elmanuscritoterminabaenaquelpunto.SenotabaquelaseñoraZanthabíaescritoalgunaslíneasmásenlaúltimapágina,peroluegohabían

sido cuidadosamente borradas hasta resultar ilegibles. Bajo las frases eliminadas, aparecían lassiguientespalabrasamododeexplicación:

Habíaempezadoaescribirlopocoquerestaporcontarse,cuandosemeocurrióquequizápodríaestarejerciendo,sinpretenderlo,unainfluenciainjustasobresuopinión.Déjemetansoloquelerecuerdequeyocreoabsolutamenteenlaautenticidaddeestarevelaciónsobrenaturalquemeheesforzadoendescribir.Recuerdeeso,ydecidapormíloquenomeatrevoadecidirpormimisma.

Nohabíaningúnobstáculoserioqueleimpidieracumplirconaquellapetición.Juzgando desde un punto de vista materialista, la señora Zant había sido, sin duda, víctima de

alucinacionesproducidasporunaenfermedaddel sistemanervioso;ya se sabía concertezaque talessíntomaspodían sobrevenir, comoenel célebrecasodeNicolai, elvendedorde librosdeBerlín, sinverseacompañadosporuntrastornodelospoderesintelectuales.PeroalseñorRayburnnoselehabíapedidoqueresolvieraunproblemaintrincadocomoaquel.Meramenteselehabíasolicitadoqueleyeseelmanuscritoyqueexpresaselaimpresiónquelehabíasugeridosobrelacondiciónmentaldelaautora,cuyaduda sobre suspropias capacidadeshabía sido inducida, sinduda alguna, por el recuerdode laenfermedadquehabíasufrido:lafiebrecerebral.

Teniendoen cuenta aquellas circunstancias, pocadificultadpodíahaber en formarseunaopinión.Tanto la memoria que había recordado y el juicio que había expuesto como la sucesión deacontecimientosrecogidaenlanarraciónrevelabanunamenteentotalposesióndesusrecursos.

Habiendosatisfechoaquelpunto,el señorRayburnseabstuvodeconsiderarotrascuestionesmásseriassugeridasporloqueacababadeleer.

Encualquierotromomento,loshábitosdesuvidaysumododepensarlehabríanhechoincapazdesopesarlosargumentosqueaceptaranonegarancualquierrevelaciónsobrenaturalentrelascriaturasdela tierra. Pero en aquel momento su mente estaba tan alterada por el sorprendente informe de laexperiencia que acababa de leer que únicamente era consciente de sentir ciertas impresiones… sinposeerlacapacidaddereflexionarsobreellas.QuesuansiedadalrespectodelaseñoraZantsehabíaincrementado, y que sus dudas referentes al señor Zant se habían visto reforzadas, eran los únicosresultadosprácticosquehabíaextraídode laconfidenciaqueacababaderecibir;almenosde losquepodíadarsecuenta.Dadaslasordinariasexigenciasdelavidadeunhombrededisposicióndudosa,su

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interésenelbienestarde laseñoraZantysudeseopordescubrir loquehabíapasadoentreellaysucuñadodespuésdesuencuentroenlosjardines,leurgieronaactuardeinmediato.Mediahoramástardellegabaasusalojamientos.Fueadmitidodeinmediato.

VIII

LaseñoraZantestabasola,enunahabitaciónnomuybieniluminada.—Esperoquedisculpelaescasaluz—dijo—.Meardelacabeza,comosiestuvieraregresandola

fiebre.¡Oh,nosemarche!Despuésdeloquehesufrido,nosabeloquemeaterraestarasolas.Eltonodesuvozleindicóquehabíaestadollorando.ElseñorRayburnhizodeinmediatotodolo

quepudoparacalmaralapobremujer,diciéndolecuáleralaconclusiónalaquehabíallegadotraslalecturadelmanuscrito.Elfelizresultadotuvosusconsecuenciasdeinmediato:seleiluminólacara,sumododecomportarsecambióysemostróansiosaporoírmás.

—¿Leheproducidoalgunaotraimpresión?—preguntó.Él entendió la alusión. Expresando un sincero respeto por sus propias convicciones, le confesó

honestamente que no estaba preparado para adentrarse en la oscura y terrible cuestión de lasmanifestaciones sobrenaturales.Agradecidaporel tonoenelque lehabía respondido, la señoraZantcambiósabiaydelicadamentedetema.

—Debohablarledemicuñado—dijo—.Mehahabladodesuvisita,yestoyimpacienteporsaberquépiensausteddeél.¿LeagradaelseñorJohnZant?

ElseñorRayburndudó.Laexpresióndepreocupaciónvolvióaaparecerenelrostrodelamujer.—Sisehubiesesentidoustedtanentusiasmadoconélcomoélsesienteporusted—dijo—,podría

habermeidoaSt.Sallinsconelánimomásligero.El señor Rayburn recordó las apariciones sobrenaturales descritas en las últimas frases de su

narración.—Creeustedenesaterribleadvertencia—dijo—,¡yaunasíacudiríaalacasadesucuñado!—Creoenelespíritudelhombrequemeamómientrasestuvoatadoalatierra—dijo—.Estoybajo

su protección. ¿Qué puedo hacer aparte de desechar mis temores y esperar con fe y esperanza? Sihubiera tenido cerca un amigo queme animarame habría ayudado a decidirme—hizo una pausa ysonrió con tristeza—. Debe recordar usted—continuó— que el modo en el que entiende usted misituaciónnoeselmismomodoenelquelacontemployo.DeberíahaberledichoqueelseñorJohnZantsiente una inútil preocupación por mi salud. Dice que no me perderá de vista hasta que estécompletamente seguro. Sería inútil intentar hacerle cambiar de opinión. Dice que tengo los nerviosdestrozados…¿yquiénquemevierapodríadudarlo?Medicequemiúnicaoportunidaddemejorarescambiardeairesydisfrutardeunreposoabsoluto.¿Cómopodríacontradecirle?Merecuerdaquenotengomásparientesqueélymáspuertasabiertasquelasuya…¡yDiossabequedicelaverdad!

Dijo aquellasúltimaspalabras conunaentonaciónde resignaciónmelancólicaqueapenóal buenhombrecuyoúnicopropósitoeraayudarlayconsolarla.ElseñorRayburnhablóimpulsivamenteconlaconfianzadeunviejoamigo.

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—QuierosabermásdeloqueahorasésobreustedysobreJohnZant—dijo—.Mimotivovamásalládelameracuriosidad.¿Creeustedquemiinterésporustedessincero?

—Detodocorazón.Aquellarespuestalediovalorparacontinuarconloqueteníaquedecir.—Cuando se recobró usted de su desvanecimiento—empezó—, ¿el señor Zant le haría algunas

preguntas,no?—MepreguntóquépodíahabersucedidoenunlugartantranquilocomolosjardinesdeKensington

paraquemedesmayara.—¿Yquélerespondióusted?—¿Responder?¡Nisiquierapudemirarlealacara!—¿Noledijonada?—¡Nada!Noséloquepensódemí;podríahabersesorprendido,opodríahaberseofendido.—¿Seofendefácilmente?—preguntóelseñorRayburn.—Porloqueyosé,no.—¿Serefierealoquesabeusteddeéldesdeantesdecontraersuenfermedad?—Sí.Desdemirecuperación,suscompromisosconpacientesdelcampolehanmantenidoalejado

deLondres.Nolehevistodesdequeconsiguióestashabitacionesparamí.Perosiemprehasidomuyconsideradoconmigo.Mehaescritoenmásdeunaocasiónpararogarmequenolejuzgaradescuidadoyparadecirme(loqueyoyasabíaatravésdemipobreesposo)quenotienedineropropioyquedebevivirdesuprofesión.

—Mientrasviviósuesposo,¿manteníanlosdoshermanosbuenasrelaciones?—Siempre.Laúnicaquejaque leoípronunciar ami esposo sobre JohnZant fuequenovenía a

visitarnos a menudo después de nuestra boda. ¿Acaso hay algunamaldad en él sobre la que nuncahabíamos sospechado? Podría… ¿Pero cómo puede ser? Tengo todo tipo de razones para estarleagradecida a ese hombre contra el que he sido advertida sobrenaturalmente. Su conducta hacia mísiemprehasidocorrecta.Noseríacapazdeexplicarletodoloqueledebo;suinfluenciafuelaquemeayudóacalmarmeyatranquilizarmecuandosurgióunaterribledudasobrelamuertedemiesposo.

—¿Serefiereustedaunasospechasobresinomurióporcausasnaturales?—¡Oh,no!¡No!Estabagravementeenfermodeunatisisgalopante…perosumuerterepentinatomó

alosdoctoresporsorpresa.Unodeellospensóquepodríahabertomadounasobredosisdesuspastillasparadormir,poraccidente.Elotrorebatióaquellaconclusión,yaquedeotromodohabríatenidoquecelebrarseunainvestigaciónenlacasa.¡Oh,dejemosdehablardeeso!Hablemosdeotracosa.Dígamecuándovolveréaverle.

—Nosabríadecirle.¿CuándodejaránLondresustedysucuñado?—Mañana.LaseñoraZantmiróalseñorRayburnconunruegoimpresoenlosojosydijotímidamente:—¿Vaustedalgunavezalacostaconsuencantadorahijita?Lapetición,alaquelaseñoraZantsolosehabíaatrevidoaaludir,coincidiódeplenoconlaidea

queenaquelmomentoestabapasandoporlamentedelseñorRayburn.SumadoasusmarcadosprejuiciosencontradeJohnZant, loqueaquellamujeracababadedecir

sobresucuñadohizoqueelseñorRayburnseviese invadidoporpremonicionesdepeligroparaella;mucho más poderosas ahora que se iba a encontrar bajo su influencia… aunque fue incapaz dedistinguirlasespecíficamente.Siotrapersonahubieraestadopresenteenlaentrevistaylehubieradicho

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posteriormente:«Lareluctanciadeesehombreparavisitarasucuñadamientrassuesposoestabavivoestáasociadaaunsecretosentimientodeculpabilidadquelainocenciadeellanopuedeniempezaraimaginar.Él,ysoloél, sabecuáles lacausa realde la repentinamuertedesuesposo.Sudesaforadaansiedadporlasaluddeellahasidoadoptadacomoelmediomássegurodearrastrarlahastasucasa».SiestasformidablesconclusioneslehubieransidoreveladasalseñorRayburn,habríasentidoqueerasudeber rechazarlas como injustificables difamaciones pronunciadas por un hombre ausente. Y sinembargo,cuandoaquellanochesedespidiódelaseñoraZant,sehabíaprometidoasímismoofrecerleaLucy unas vacaciones en la costa; y encima había dicho, sin sonrojarse, que la niña se lo merecíarealmentecomorecompensaporsubuencomportamientoyporelbuenrendimientoensusestudios.

IX

Tresdíasmástarde,elpadreylahijallegaronaSt.Sallins-on-Sea,casidenoche.EncontraronalaseñoraZantenlaestación.

La felicidad de la pobremujer al verlos se vio expresada como si de la felicidad de un niño setratara.

—¡Oh,estoytancontenta!¡Tancontenta!—fuetodoloquepudodecircuandoseencontraron.Lucyseviomediosofocadaabesos,yrecibióunafelicidadsupremaalserleregaladalamuñecamáspreciosaquehabíatenidoensuvida.LaseñoraZantacompañóasusamigoshastalashabitacionesquehabíanreservadoenelhotel.PudohablarconfidencialmenteconelseñorRayburnmientrasLucyestabaenelbalcónabrazandoasumuñecaycontemplandoelmar.

ElúnicoacontecimientodignodemenciónquehabíasucedidodurantelacortaestanciadelaseñoraZantenSt.SallinshabíasidolamarchadesucuñadoaquellamismamañanaendirecciónaLondres.Habíasidollamadoparaatenderlospiesdeunpacientericoqueconocíaelvalordesutiempo:suamadellavesesperabaqueestuvieraderegresoalahoradelacena.

En cuanto a su conducta para con la señora Zant, no solo se había mostrado tan atento comosiempre…sinoquehabía empezado a ser casi opresivamente afectuoso, tanto en sumododehablarcomo en el de comportarse. No había servicio que un hombre pudiera ofrecer que él no le hubierabrindadoconansiedad.Habíadeclaradoqueyaestabapercibiendounamejoraensuestadodesalud;lahabíafelicitadoporhaberdecididoquedarseconélensucasa;y(comoprueba,quizá,desusinceridad)lahabíatomadorepetidasvecesdelamano.

—¿Tieneustedalgunaideadeloquepuedesignificartodoesto?ElseñorRayburnseguardósu ideaparasímismo.Dijo ignorarloyacontinuaciónpreguntóqué

clasedepersonaeraelamadellaves.LaseñoraZantmoviólacabezapensativamente.—Esunapersonatanextraña…—dijo—.Ytieneelhábitodetomarsesegúnquélibertadesqueme

hanllevadoatemerqueestéunpocoloca.—¿Setratadeunamujermayor?—No,solodemedianaedad.Estamañana,despuésdequesuseñorhubiesedejadolacasa,¡llegóa

preguntarmequépensabademicuñado!Ledije,contodalafrialdadposible,quepensabaqueestaba

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siendo muy amable. Ella se mostró completamente insensible al tono que yo estaba empleando; lasituacióncontinuóempeorando.Losiguientequemepreguntófue:«¿Diríaustedquesetratadeltipodehombrequepodríaagradaraunamujerjoven?».Ymientrashablabamemirabafijamente(podríaestarequivocada,yojaláloestuviese),¡comosila«mujerjoven»enlaqueestuviesepensandofueseyo!«Nopiensoenesascosasynomegustahablarsobreellas»,lerespondí.Aunasí,ellanosedesanimólomásmínimo; a continuación hizo un comentario personal: «Discúlpeme, pero está usted enfermizamentepálida».Meparecióqueinclusoseregocijabaporeldefectodemitez.Realmentecreoque,asusojos,esomehacíamásdignadesuestima.«Yanos iremos llevandomejorconel tiempo—dijo—.Estoyempezandoatomarleafecto».Trashaberdichoesto,semarchótarareandounacanción.¿Noestáusteddeacuerdoconmigo?¿Nocreeustedqueestáloca?

—Difícilmentepuedodarleunaopiniónhastaquelahayavisto.¿Tieneaparienciadehabersidounamujerhermosaenotraépocadesuvida?

—¡Noeltipodemujerhermosaqueyopudieseapreciar!ElseñorRayburnsonrió.—Estabapensando—continuó—quelaextrañaconductadeestapersonaquizápodríaexplicarse.

Probablementeestaríacelosadecualquierotramujer jovenquehubiese sido invitadaa lacasade suseñor.Demodoquesesentíacelosadeusted(hastaquenotósupalidez).

Completamenteincapazdeconcebirlarazónporlacualpudieraconvertirseenelobjetodeloscelosdel ama de llaves, la señora Zant miró al señor Rayburn completamente asombrada. Antes de quepudiera expresar su sensación de sorpresa, algo la interrumpió… una interrupción bienvenida. Unbotones entró en la habitación y anunció que había llegado un visitante, al que describió como «uncaballero».

LaseñoraZantselevantódeinmediatoparamarcharse.—¿Quién es ese caballero?—preguntó el señor Rayburn, reteniendo a la señora Zant mientras

hablaba.Unavozqueambosreconocieronrespondióalegrementedesdeelotroladodelapuerta.—UnamigodeLondres.

X

—BienvenidoaSt.Sallins—exclamóelseñorJohnZant—.Sabíaqueteníaquellegarustedhoy,queridoseñor,demodoquemearriesguéaintentarlocalizarleenelhotel.

SevolvióhaciasucuñadaylebesólamanoconunaelaboradagalanteríadignadelmismísimosirCharlesGrandison.

—Cuando llegué a casa, querida, yme enteré de que habías salido, supuse que tu propósito erarecibiranuestroexcelenteamigo.¿Tehassentidosolamientrasyonoestaba?¡Nopasanada!¡Nopasanada!

MiróhaciaelbalcónydescubrióaLucyobservandoaaquelmagníficodesconocido.—¿Suhijita,señorRayburn?¡Quéencantodeniña!Venydameunbeso.—No—respondióLucycondecisión.

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ElseñorJohnZantnoeradelosqueserindenfácilmente.—Enséñametumuñeca,cariño—dijo—.Siéntatesobremirodilla.Lucyrespondióendospalabras:—Noquiero.Supadre se acercó hasta ella y la reprendió como correspondía.El señor JohnZant intervino en

favordelaclemenciacontodosugracejo.Elevósusmanosenunruegocordial.—¡QueridoseñorRayburn!Lashadasavecessontímidas.Yaestapequeñahadaenparticularnole

agradan los desconocidos a primera vista. ¡Qué encanto! Todo a su tiempo. ¿Y, por cierto, cuántotiempodurarásuestanciaenSt.Sallins?Ojalálaspocasatraccionesconlasquecontamosbastenparaanimarleaprolongarsuvisita.

Formulóaquellahalagüeñapregunta conuna relajaciónqueparecíademasiadoasumida; a lavezquecontemplabaalseñorRayburnconunaatenciónqueparecíaatribuirunaimportanciaexcesivaalarespuesta.Cuandodijo:«¿CuántotiempodurarásuestanciaenSt.Sallins?»,enrealidadqueríadecir:«¿Cuándo semarcha?». Inclinado a adoptar esta conclusión, el señorRayburn respondió con cautelaquesuestanciaenlacostadependeríadelascircunstancias.ElseñorJohnZantmiróasucuñada,queestabasentadaensilencioenunrincónconLucyensuregazo.

—Despliega tusatractivos—ledijo—.Hazque lascircunstanciassean lomásagradablesposibleparanuestrobuenamigo.¿Querrácenarconnosotrosestanoche,querido señor,y traerconsigoa supequeñahada?

Lucyestabalejosderecibiraquelcumplidoconelmismoespírituenelquehabíasidoexpresado.—Nosoyunhada—dijo—.Soyunaniña.—Unaniñamaleducada,además—añadiósupadre,contodalaseveridadquepudoreunir.—Nopuedoevitarlo,papá.Elhombredelabarbanomegusta.Elhombredelabarbaparecíadivertido(amigableypaternalmentedivertido)poreldirectomodode

hablardeLucy.Repitiósuinvitaciónacenar,ehizoloquepudoparaparecerdecepcionadocuandoelseñorRayburnlepresentósusexcusas.

—Otro día —dijo entonces el señor John Zant (sin fijar la fecha, en todo caso)—. Creo queencontrarámicasacómoda.Miamadellavesesquizáunpocoexcéntrica,peroenloesencialsetratadeunamujerentremil.¿EmpiezaasentiryaelcambiodeLondres?ElairedeSt.Sallinsesrealmentedignodesureputación.Hayinválidosquevienenaquíysecurancomoporartedemagia.¿QuéopinadelaseñoraZant?¿Quéaspectotiene?

Evidentemente, seesperabadel señorRayburnquedijeraque la señoraZant teníamejoraspecto.Asíloexpresó.ElseñorJohnZantparecíahaberanticipadounamayorexpresióndeentusiasmo.

—¡Sorprendentemente mejor! —pronunció—. ¡Infinitamente mejor! Ambos deberíamos estarleagradecidos.Porfavor,leruegoquemecreacuandoledigoqueloestamos.

—Si se refiere usted a agradecidos amí—resaltó el señor Rayburn—, no acabo de entender elporqué…

—¿No acaba de entender el porqué? ¿Es posible que haya olvidado usted la conversación quetuvimoseldíaenelquetuveelhonorderecibirleporprimeravez?MiredenuevoalaseñoraZant.

ElseñorRayburnlamiró,yelcuñadodelaseñoraZantseexplicó.—Fíjeseencómoharecobradoelcolor,enelsaludablebrillodesusojos.(No,querida,noteestoy

halagando vacuamente; estoy reconociendo hechos puros y duros). Por este feliz resultado, señorRayburn,estamosendeudaconusted.

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—Nocreoqueseaasí.—¡Claroquesí!Fuesuvaliosoconsejoelquemellevóainvitaramicuñadaaquemevisitaraen

St.Sallins.Ah,ahoralorecuerda.Perdónemesimiromireloj;nodejodepensarenlahoradelacena.No porque sea glotón, como podría pensar su deliciosa hijita, sino porque siempre soy puntual parahacerlejusticiaalcocinero.¿Leveremosmañana?Vengatempranoynosencontraráencasa.

LeofreciósubrazoalaseñoraZanty,trashacerunareverenciaysonreír,leenvióunbesoconlamanoaLucyantesdeabandonarlahabitación.RecordandosuentrevistaenLondres,elseñorRayburnentendióentonceselobjetivode JohnZantenaquellaocasiónpara simular serunhombre indefensonecesitadodeunconsejorazonable.Si laestanciade laseñoraZantbajosu techo terminabamalporalgunarazón,podríadeclararquenuncahabríaentradoensucasadenoserporlarecomendacióndelseñorRayburn.

Coneldíasiguiente,llegótambiénlaodiosaobligacióndedevolverlavisitadeaquelhombre.El señor Rayburn se encontraba atrapado entre dos alternativas. En virtud de los intereses de la

señora Zant, debería permanecer, sin importar el sacrificio de sus propias inclinaciones, en buenasrelacionesconsucuñado…odeberíaregresaraLondresyabandonaralapobremujerasudestino.Suelección,resultaredundantedecirlo,nofueenningúnmomentomotivodeduda.Fueahacerunavisitaalacasae,inocentemente,hizotodoloposible(sinengañaralseñorJohnZantniporuninstante)porseragradabledurantelopocoquedurósubrevevisita.MientrasbajabalasescalerasdirigiéndosehacialasalidaacompañadoporlaseñoraZant,sesorprendiódeveraunamujerdemedianaedadesperandoenmediodelrecibidor,comosisehubieraplantadoallíexpresamenteparallamarsuatención.

—Elamadellaves—susurrólaseñoraZant—.Eslosuficientementedescaradacomoparaintentarestablecerconfianzaconusted.

Aquelloeraexactamentealoqueestabaesperandoelamadellavesenmitaddelrecibidor.—Esperoque le esté agradandonuestro acuoso entorno, señor—empezó—.Si puedo servirle de

alguna ayuda, por favor hágamelo saber. Cualquier amigo de esta dama puede contar con toda midisposición…yusteddebedeserunviejoamigo,deesonohayduda.Yosolosoyelamadellaves,peropresumodehabertomadouninteréssinceroporlaseñoraZant,ydehechomealegrodeverleaustedaquí.Nuncasesabecuándopodemosnecesitarunamigo,¿verdad?Esperonohaberleofendido.Gracias,señor.Buenosdías.

Nohabíanadaenlosojosdelamujerqueindicaraunamentealterada;nadaenlaaparienciadesuslabiosquedelatarahábitosdeembriaguez.Quesuextrañamanifestaciónde familiaridadprocedíadealgúnmotivoserioeramásqueprobable.JuntandoloquelaseñoraZantlehabíacontado,yloqueélmismohabíaobservado,el señorRayburn sospechóqueelmotivopudieran ser loscelosdel amadellavesentodoloconcernienteasuseñor.

XI

Reflexionando en la soledad de su habitación, el señor Rayburn imaginó que el único curso deacción prudente sería intentar persuadir a la señora Zant de que abandonara St. Sallins. IntentóprepararlaanteaquelbruscoprocedimientocuandoaldíasiguientellegóparaacompañaraLucyadar

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unpaseo.—Siaúnsearrepientedehaberseobligadoaaceptarlainvitacióndesucuñado—fuetodoloquese

atrevióadecir—,noseolvidedequeesusteddueñadesusactos.SolotienequevenirabuscarmealhotelyyolaacompañaréhastaLondresenelprimertren.

Ellasenegóconrotundidadaaceptaraquellaidea.—Realmenteseríaunaauténticadesagradecidasiaceptarasuproposición—dijo—.¿Creequesoy

tandesagradecidacomoparaenvolverleaustedenunadisputapersonalconJohnZant?¡No!Simeveoobligadaaabandonarlacasa,loharésola.

No hubo manera de hacerla apartarse de aquella decisión. Cuando ella y Lucy se hubieronmarchado,elseñorRayburnsequedóenelhotel,bastantepreocupado.Unhombrederecursosmentalesmás despiertos podría haberse visto impelido a actuar de inmediato para conseguir lo mejor en laemergencia a laque ahora se enfrentaba.Mientras él aúnestaba tan lejosde llegar auna conclusióncomoalprincipio,alguienllamóalapuerta.

¿Acaso había regresado la señora Zant?Miró atentamente la puerta que se abría y vio, para suasombro,alamadellavesdelseñorZant.

—Nosealarme,señor—dijolamujer—.LaseñoraZanthasufridounpequeñodesvanecimientoalapuertadenuestracasa.Miseñorlaestáatendiendo.

—¿Dóndeestálaniña?—preguntóelseñorRayburn.—Yolaestabaacompañandodevuelta,señor,cuandonosencontramosconunadamayasuhijita

enlapuertadelhotel.Ibandecaminoalaplaya,ylaseñoritaLucymerogóquelepermitierairconellas.Ladamadijoquelasdosniñaserancompañerasdejuegos,yqueestabaseguradequeustednopondríaningunaobjeción.

—Ladamateníatodalarazón.EsperoquelaafeccióndelaseñoraZantnoseanadagrave.—Creo que no, señor. Perome gustaría decir algomás en su interés. ¿Puedo?Gracias, señor—

avanzóunpasoparaestarmáscercadeél,ypronunciólassiguientespalabrasenunsusurro—:LlévesealaseñoraZantlejosdeestelugar,ynopierdatiempoenhacerlo.

ElseñorRayburnestabaenguardia.Únicamentepreguntó:—¿Porqué?—Segúntengoentendido—dijo—,haydiferenciasdeopiniónenelParlamentosobresiunhombre

quehaperdidoasuesposahacebienomalencasodecasarseconlahermanadesudifunta.¡Espereunpoco! Ya me acerco al tema. Mi señor es una persona de gran intelecto: ve consecuencias que seescapanalaatencióndepersonascomoyo.Segúnsumododepensar,siunhombrepuedecasarseconla hermana de su esposa sin que haya nada demalo en ello, ¿qué objeción habría a que un hombrecumplaconlafamiliaysecaseconlaviudadesuhermano?Miseñor,siloprefiereustedasí,esesehombre.Llévesealaviudalejosdeélantesdequesecaseconella.

Aquelloestabamásalládelopermisible.—¡Insulta usted a la señora Zant—respondió el señor Rayburn—, al suponer que algo así sea

posible!—¡Oh! ¿La insulto, verdad? Escúcheme. Lo que ocurrirá será una de estas tres cosas: se verá

obligadaaaceptarporalgúnengaño,severáobligadaaaceptarpormiedooladrogaráparaqueacepte.ElseñorRayburnsesentíademasiadoindignadocomoparapermitirquesiguiera.—Estádiciendoustedtonterías—dijo—.Nopuedehabertalmatrimonio;laleyloprohíbe.—¿Acaso es usted una de esas personas que no son capaces de vermás allá de sus narices?—

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preguntó lamujer insolentemente—.¿Acasonoesbuenopara la leyeldinerodeJohnZant?¿Acasoestáobligadoamencionarqueyaesparientesuyoporbodacuandocomprelalicencia?—secalló,suhumorcambió;golpeófuriosamenteelsueloconelpie.ElverdaderomotivoquelaanimabaasomóensussiguientespalabrasyleavisóalseñorRayburndequeleconcedieseunaescuchamásfavorabledelaquehastaentonceslehabíapermitido—.Sinolodetieneusted—estallóella—,¡yoloharé!Sihadecasarseconalguien,esealguienseréYO.¿Selallevaráusteddeaquí?Selopidoporúltimavez.¿Selallevaráusteddeaquí?

Eltonoenelquehabíahechoaquellaúltimaapelacióntuvosuefecto.—VolveréconustedalacasadeJohnZantyjuzgarépormímismo.EllaapoyóunamanoenelbrazodelseñorRayburn.—Yoiréantes…oquizánoconsigaustedqueledejeentrar.Sígamedentrodecincominutosyno

llamealapuerta.Cuandoestabaapuntodemarcharse,regresóabruptamente.—Hemosolvidadoalgo—dijo—.Supongaquemiseñorseniegaaverle.Sutemperamentopodría

dominarle; podría hacerle la visita tan desagradable que a usted no le quedara más remedio quemarcharse.

—Tambiénmi temperamentopodríadominarmeamí—replicóelseñorRayburn—.Y,sipensaraqueesparaelbiendelosinteresesdelaseñoraZant,podríanegarmeaabandonarlacasaamenosqueellameacompañara.

—Esonuncafuncionará,señor.—¿Porquéno?—Porqueyoseríalapersonaquesufrieralasconsecuencias.—¿Enquésentido?—Enelsiguiente.Siustedseenfrentaamiseñorenunadisputa,yoseré laculpableporhaberle

permitidolaentradaenlacasa.Además,pienseustedenladama.Podríaustedasustarlaterriblementeencasodequeustedesdosllegaranalasmanos.

El modo de hablar era exagerado, pero aquella última objeción tenía una fuerza que el señorRayburnsevioobligadoareconocer.

—Ydespuésdetodo—continuóelamadellaves—,éltienemásderechosobrelaseñoraZantqueusted.Esfamiliarsuyo,yustedsolounamigo.

ElseñorRayburnsenegóadejarseinfluirporaquellaconsideración.—LaúnicarelaciónquetieneelseñorJohnZantconellasedebeasumatrimonio—dijo—.Siella

prefiereconfiarenmí,queasísea.Serédignodesuconfianza.Elamadellavesagitólacabeza.—Esosolodesembocaríaenotrapelea—respondióella—.Elmodomásinteligentedeactuarcon

unhombrecomomiseñoreselmodopacífico.Debemosintentarengañarle.—Nomegustanlosengaños.—Enesecaso,señor,medespidodeusted.DejaremosquelaseñoraZantselasarreglelomejorque

puedaporsímisma.El señor Rayburn no quería seguir aquel razonamiento. Se negaba en redondo a adoptar aquella

alternativa.—¿Oiráustedloquetengoquedecirle?—preguntóelamadellaves.—Nopuedehabernadademaloenello—admitióelseñorRayburn—.Adelante.Laescucho.

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Ellaletomólapalabra.—Cuando vino usted a nuestra casa—empezó—, ¿se fijó usted en las puertas del pasillo de la

primeraplanta?Muybien.Unadeellases lapuertadel salón,y laotraes lapuertade labiblioteca.¿Recuerdaustedelsalón,señor?

—Unahabitacióngrandeymuybieniluminada—respondióelseñorRayburn—.Ymefijéenquehabíaunapequeñapuertaenunadelasparedes,cubiertaúnicamenteporunacortina.

—Conesobastaráparanuestrospropósitos—continuóelamadellaves—.Sihubieramiradoustedalotroladodelacortina,habríaencontradolabiblioteca.Supongamosquemiseñorsecomportadeunmodotanadecuadocomoelhabitualyleruegaqueledisculpepornopoderrecibirle,porquesetratadeunmomentoinconveniente.Ysupongaqueasuvezsecomportausteddeunmodoigualmenteeducadoy se retira por dondeha entrado, es decir, por la puerta del salón.Me encontrará esperándole en lasescaleras,enelprimerdescansillo.¿Loveclaroahora?

—Laverdad,nopuedodecirquelovea,no.—Mesorprende,señor.¿Quépuedeevitarquevolvamosasubiryqueentremossinhacerruidoen

labibliotecapor lapuertadelpasillo?¿Yporquénodeberíamosusaresasegundavíadeaccesoa labibliotecacomomediodeaveriguarquépuedeserloqueestésucediendoenelsalón?Asalvo,detrásdelacortina,podráustedversimiseñorsecomportadeunamanerapocoamableconlaseñoraZant,opodráoírlasiellareclamaauxilio.Encualquieradelosdoscasos,podrácomportarseusteddelamaneramásrudayenérgicaquecreanecesaria;habrásidoélquienlahayaasustado,nousted.¿YquiénpodráacusaralapobreamadellavessencillamenteporqueelseñorRayburncumplióconsudeberyprotegióaunamujerindefensa?Eseesmiplan,señor.¿Acasonomerecelapenaintentarlo?

Élrespondió,conbastantesequedad.—Nomegusta.Elamadellavesvolvióaabrirlapuertaysedespidiódeél.Si el señor Rayburn no hubiera sentidomás que un interés ordinario por la señora Zant, habría

dejadoque lamujer semarchara.Talycomoestaban lascosas, ladetuvo.Y traspronunciaralgunasprotestasadicionales(quedemostraronserinútiles),acabóporceder.

—¿Prometeustedseguirmisinstrucciones?—dijoella.ElseñorRayburnlediosupalabra.Ellasonrió,asintiósilenciosamenteysemarchó.Siguiendosus

instrucciones,elseñorRayburndejóquepasarancincominutosensurelojantesdeseguirla.

XII

Elamadellavesleestabaesperandoconlapuertadelaentradaentreabierta.—Están los dos en el salón—le susurrómientras subían las escaleras—. Pise sin hacer ruido y

cójaleporsorpresa.Enelcentrojustodelahabitaciónhabíaunamesadeformaoblonga.Juntoalextremodelamisma

máscercanoalaventana,laseñoraZantcaminabarecorriendoelanchodelahabitacióndeunladoaotro.Al otro extremode lamesa se sentaba JohnZant.Al verse sorprendido, demostró su auténticapersonalidad.Selevantódeunsaltoyprotestóanteaquellaintrusiónprofiriendounjuramento.

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ElseñorRayburnentrósinprestaratenciónniasureacciónniasulenguaje;elseñorRayburnnopodía mirar otra cosa ni pensar en otra cosa que no fuese la señora Zant. Esta seguía caminandolentamentedeunextremoalotrodelahabitación,sinoírlaspalabrasdesimpatíaquelehabíadirigido;completamenteinsensibleinclusoalapresenciadeotraspersonasenlahabitación.

LavozdeJohnZantrompióelsilencio.Volvíaacontrolarsutemperamento;aúnteníarazonesparaseguirmanteniéndoseentérminosamistososconelseñorRayburn.

—Sientohaberperdidolacabezahaceunmomento—dijo.ElseñorRayburnnoprestóatenciónaaquelladisculpa;suinterésestabacentradoenlaseñoraZant.—¿Cuándohasucedidoesto?—preguntó.—Haceuncuartodehora.Afortunadamentemeencontrabaencasa.Sinhablarme,sindarsesiquiera

cuentademipresencia,subiólasescalerascomounasonámbulayentróaquí.ElseñorRayburnseñalóderepentealaseñoraZant.—¡Mire!—dijo—.¡Acabadeproducirseuncambio!Todalainquietuddesusmovimientoshabíacesado.Ahorasealzabajuntoalextremomásalejado

delamesa,aquelquemáscercaestabadelaventana,dejandoquetodalaluzdelsolsederramarasobresu rostro. Sus ojos miraban directamente hacia el frente, con expresión vacía. Sus labios se habíanseparadomínimamente;sucabezasehabíainclinadoligeramentehaciaelhombro,enunaactitudquesugería que o bien estaba escuchando algo, o bien estaba esperando a que algo ocurriera. Frente aaquellaluzcálidaybrillante,laseñoraZantseerguíafrentealosdoshombres:unacriaturavivaaunqueaisladaenunaquietudqueparecíalaquietuddelamuerte.

JohnZantfuerápidoenexpresarsuopinión.—Uncolapsonervioso—dijo—.Algoparecidoalacatalepsia,comopuedeustedcomprobar.—¿Hallamadoaundoctor?—Nohaynecesidaddeello.—¿Disculpe,cómohadicho?Amímeparecequeescompletamentenecesariaunaayudamédica.—Hagaelfavorderecordar—respondióelseñorJohnZant—queladecisiónesúnicamentemía,

dadamiposicióncomoparientedeladama.Soyconscientedelhonorquesuvisitameconfiere,perohaelegidoelmomentocondesgracia.Perdónemesilesugieroqueharíabienenretirarse.

ElseñorRayburnnohabíaolvidadoelconsejodelamadellavesnilapromesaquelehabíahecho.Pero la expresión en el rostro de John Zant puso seriamente a prueba su autocontrol. Dudó unosmomentosyvolvióamiraralaseñoraZant.

Si provocaba una pelea quedándose en la habitación, la única alternativa que le quedaba seríallevársela a la fuerza. Elmiedo a las consecuencias que para ella pudiera tener un repentino y rudodespertardesutrancefuelaúnicaconsideraciónquelellevóasometerse.Saliódelahabitación.

Elamadellavesleestabaesperandoenelprimerdescansillodelaescalera.Cuandolapuertadelsalónsehubocerradodenuevo,lamujerleseñalóquelasiguierayvolvieronaascenderlasescaleras.Traslucharconsigomismoporsegundavez,elseñorRayburnlasiguió.Entraronenlabibliotecadesdeelpasilloysesituarondetrásdelacortinaquecolgabasobrelaentradadelsalón.Prepararelextremode la tela para observar sin levantar sospechas lo que fuese que sucediera en la otra habitación fuerealmentefácil.

En el momento en que el señor Rayburn volvió a verle, el cuñado de la señora Zant se estabaacercandoaella.

Apenasuninstantedespués,lamujersemovióantesdequeJohnZanthubierapodidoatravesarel

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espacio que los separaba. Su figura inmóvil empezó a temblar. A continuación irguió su inclinadacabeza. Por unmomento se encogió, como si algo la hubiera tocado. Pareció reconocer la caricia yvolvióaquedarseinmóvil.

JohnZantobservóelcambio.Se leocurrióquelamujerdebíadeestarempezandoavolverensímisma.Intentóhablarconella.

—¡Amormío,midulceángel,venalcorazóndeaquelqueteadora!Volvióaavanzar,seplantófrentealacorrientedeluzsolarquesederramabasobreella.—¡Despierta!—dijo.Ellapermanecióenlamismaposición,aparentementeasumerced,sinoírleniverle.—¡Despierta!—repitió—.¡Cariño,vuelveamí!Enelmomentoenqueintentóabrazarla,enelmismomomentoenqueelseñorRayburnseabalanzó

alinteriordelahabitaciónparaimpedírselo,losbrazosdeJohnZantsevolvieronrígidosmientrasaúnlosmanteníaextendidos.Profiriendoungritodehorror, luchópordevolverlosasuposiciónoriginal;luchó, con el vacío iluminado por la brillante luz del sol, como si una fuerza invisible le hubieraagarrado.

—¿Quéesloquemehaagarrado?—gritóelmiserable—.¿Quéesloquesujetamismanos?¡Oh,elfrío!¡¡Elfrío!!

Susrasgosseconvulsionaron;susglobosocularesseelevaronhastaquesoloelblancofuevisible.Cayóalsueloconunimpactoquehizotemblarlahabitación.

Elamadellavesentrócorriendo.Searrodillójuntoalcuerpodesuseñor.Conunamanoleaflojóelpañueloquellevabaenelcuello.Conlaotraseñalóhaciaelextremodelamesa.

LaseñoraZantaúnestabaenelmismositio,perosehabíaproducidootrocambio.Pocoapocosusojosrecuperaronsuexpresiónnaturalyvivaracha,despuéssecerraronlentamente.Sealejódelamesatambaleándoseyelevólasmanosdescontroladamente,comosibuscaraalgoaloqueagarrarse.ElseñorRayburnseapresuróallegarhastaellaantesdequesederrumbara…lacogióensusbrazosylasacódelahabitación.

Una de las criadas se encontró con ellos en el recibidor. El señorRayburn la envió a buscar uncoche.Uncuartodehoramástarde,laseñoraZantestabaasalvoyrecibíasuscuidadosenelhotel.

XIII

Aquellanoche,laseñoraZantrecibióunanotaescritaporelamadellaves.

Losdoctorestienenpocasesperanzas.Laparálisisseestáextendiendoportodoelcuerpoyya ha llegado a la cara. Si lamuerte no se lo lleva, quedará completamente inválido.Yomeencargarédecuidarlehastaelúltimomomento.Encuantoausted…olvídele.

LaseñoraZantleentrególanotaalseñorRayburn.—Léalaydestruyala.Estáescritaapartirdeunatotalignoranciadelaterribleverdad.Élobedecióylacontemplóensilencio,esperandooíralgomás.Ellaescondiósurostro.Laspocas

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palabrasqueledirigióbrotaronconlentitudydesganadesuslabiostrashaberpeleadoconsigomisma.—NofueunamanomortalloquedetuvolasmanosdeJohnZant—dijo—.Elespírituguardiánme

acompañabaparacumplirlapromesaquemehabíahecho.Losé.Nodeseosabernadamás.

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Habiendo hablado de este modo, se levantó para retirarse. Él le abrió la puerta, viendo quenecesitabadescansarensupropiahabitación.

Unavezasolas,empezóaconsiderarlaperspectivaqueselepresentabaparaelfuturo.¿Cómoibaacontemplaralamujerqueacababadeabandonarlahabitación?¿Comounapobrecriaturadebilitadaporla enfermedad, la víctima de su propia alucinación nerviosa? ¿O como el objeto elegido de unarevelaciónsobrenatural,sinparalelismoconningunaotrarevelacióndelaqueélhubieratenidonoticia,o hubiera encontrado registrada en libros? El primer descubrimiento del lugar que ella ocupabarealmente en su estima se le ocurrió cuando se descubrió apartándose de la conclusión que le hacíasentirpiedadporellaeinclinándosehaciaaquellaotramásnoblequecomulgóconsufeylaelevóhastaunpuestoalmargendetodaslasotrasmujeres.

XIV

AbandonaronSt.Sallinsaldíasiguiente.Cuandollegaronalfinaldelviaje,LucyagarróconfuerzalamanodelaseñoraZant.Laslágrimas

asomaronalosojosdelaniña.—¿Tenemosquedecirleadiós?—ledijotristementeasupadre.ElseñorRayburnnoparecíadecidirseahablar.Únicamentepudodecir:—Querida,pregúntaselotúmisma.Peroelresultadolejustificó.Lucyvolvíaaserfeliz.

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¡REVIENTACONELBERGANTÍN!

Tengoquehacerlesunaterribleconfesión.Mepersigueunfantasma.Yaunquetuvierancienañosparaintentaradivinarlo,jamásacertaríanadecirquétipodefantasma

es el fantasma queme persigue.Al principio les haré reír, peromás adelante conseguiré que se lespongalacarnedegallina.Mifantasma…eselfantasmadeuncandelerodedormitorio.

Sí, un candelerodedormitorio con suvela correspondiente; una sencillapalmatoria con su cirio;llámenlocomoquieran.Esoesloquemepersigue.Ojaláfueraalgomásagradableymenosmundano:unabellamujer,unaminadeoroyplata,uncocheconsuscaballos,oalgoparecido.Pero,siendoloquees,debo tomarlo como tal, y llevarlo lomejorquepueda.Y les agradeceréde todocorazónqueporfavormeayudenhaciendolomismo.

No soy precisamente un universitario, pero me atrevo a creer que cuando un hombre se veencantadoporcualquiercosabajoelsolesdebidoaquesehallevadounsustoterrible.Entodocaso,elencantamientoquesufroamanosdeuncandelerodedormitorioconsucorrespondientevelaseoriginóapartirdelterrorquemeprodujouncandelerodedormitorioconsucorrespondientevela.Unterrorquehesentidomediavidayunterrorque,enelpresente,memantienealbordedelalocura.Noesquemeresulteagradableconfesarestoantesdeentrarendetalle,peroquizáasíseveanustedesunpocomásinclinados a creer que no soy un completo cobarde cuando comprueben que soy lo suficientementevalientecomoparareconoceralgoasídebuenasaprimeras.

Acontinuaciónencontraránlosdetalles,tanbiencomosoycapazdetransmitirlos.Meenrolécomogrumeteymehicealamarcuandoaúnnoeramásaltoquemibastón,ehiceun

buenusodemitiempo;o,almenos,elsuficientecomoparallegaradormirenlaliteradelpilotocontansoloveinticincoaños.

Fue en el año mil ochocientos dieciocho, o diecinueve, no estoy seguro, cuando cumplí losveinticinco.Les ruegoque excusenmi deficientememoria en todo lo referente a nombres, números,lugares y detalles similares. No teman, sin embargo, por lo que concierne a la historia que les heprometido contarles; está completamente grabada en mi mente. En este momento puedo ver en micabeza todo lo referentea lamismacon tantaclaridadcomosi fueramediodía,pero seha levantadociertanieblafrentealoquesucedióantesy,paraelcaso,tambiénunanieblaparecidafrentealoquesucediódespués.Yconlaedadquetengonoesmuyprobablequevuelvaalevantarse,¿verdad?

Bien,enmilochocientosdieciocho,odiecinueve,unaépocaenlaquenuestrapartedelmundovivíaen paz (y no antes de que fuera deseada,me dirán), había una guerra de esas de golpea y corre enmarchaenaquelviejocampodebatallaquenosotrosloshombresdemarconocemosporelnombredeLaGranEspaña.

HacíaañosquelasposesionesdelosespañolesenSudaméricasehabíanamotinadoabiertamenteyse habían declarado independientes. El enfrentamiento entre el nuevo gobierno y el antiguo habíacausadoungranderramamientodesangre,peroeraelnuevoelquehabíasalidomásfortalecidodetodoel asunto, debido principalmente a la labor del general Bolívar, un hombre ilustre en su momentoaunque actualmente parece haber desaparecido de lamemoria de la gente. Ingleses e irlandeses conganasdepeleaynadaquehacerencasaseunieronalgeneralcomovoluntarios,yalgunosdenuestros

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mercantesdescubrieronquellevarabastecimientosalbandopopulareraunbuennegocio.Habíariesgosnotables,porsupuesto,perocadavezqueunmovimientoespeculativodeestetipotieneéxitocompensadosfracasosconcreces.Yeseeselauténticoprincipiodelcomercio,quefuncionaentodoelmundo,yquehevistoconmispropiosojosalládondeheestado.

De todos los ingleses que se vieron envueltos en este negocio hispanoamericano, yo, su humildeservidor,resultéseruno.

Entonces era piloto de un bergantín perteneciente a cierta compañía de Londres dedicada alcomerciogeneral,principalmenteconlugarescompletamenteextrañosylomáslejanosposibledecasa,yque llenóelbergantín,enelañoalquemeestoy refiriendo,conuncargamentodepólvoraparaelgeneralBolívarysusvoluntarios.

Nadiesabíanadasobrenuestrasinstruccionescuandopartimos,salvoelcapitán,yaélnoparecíangustarle.Nopuedodecirexactamentecuántosbarrilesdepólvorallevábamosabordo,nicuántohabíaencadabarril; soloséqueno llevábamosmáscargaqueaquella.ElnombredelbergantíneraBuenaIntención.Unnombrebastantecurioso,mediránustedes,paraunbajelatiborradodepólvora,enviadoparaayudaraunarevolución;asíeraen loqueaesteviajese refiere.Esteúltimocomentarioesunabroma,yesperoquemeanimenacontinuarsaludándolaconcarcajadas.

ElBuenaIntenciónfuelabañeramásviejaenlaqueyomehayahechoalamarentodamivida,yla peor provista en todos los aspectos. Podía acarrear unas doscientas treinta o doscientas ochentatoneladasdecarga,yaloheolvidadoexactamente,ylatripulaciónconsistíaenochohombres,cargosincluidos;esdecir,nidecercalosquehubiéramostenidoqueserparahabermanejadoelbergantín.Entodocaso,senospagababienyhonestamente,yéramosnosotroslosqueteníamosqueponerlapagaaun ladode labalanza, y la posibilidadde acabar en el fondodelmar (odevolar enpedazos, si nosreferimosaaquellaocasiónenconcreto)alotro.

Debidoa lapeculiarnaturalezadenuestrocargamento,nosvimosatosigadosconnuevasórdenesrelativasafumarnuestraspipasoaencendernuestraslinternasquenonosgustaronlomásmínimo;ycomosueleserhabitualenestoscasos,elcapitánquehabíaimpuestotalesórdenespredicabaloquenopracticaba.Aningúnhombreselepermitíatenerlamásmínimallamaencendidacuandoabandonabalacubierta,exceptoalpatrón,queusabasuluzcadavezquebajabaalabodegaocuandoconsultabalascartassobrelamesadesucamarote,comosiempre.

Estaluzeraunavelacomúndecocinacolocadasobreunviejoygolpeadocandelero,conelesmaltetangastadoyfundidoquetodalalataestabaalavista.Habríaparecidomásmarineroyapropiadoentodoslosaspectosqueelcapitánhubieratenidounalámparaounalinterna,peroseaferrabaasuviejocandelero,yesemismoviejocandelerosehaaferradodespuésamí.Esehasidootrojuegodepalabras,silesplace,yenmiopiniónmejorqueelprimero.

Bien(yahedicho«bien»conanterioridad,peroesunapalabraqueayudamucho),partimosenelbergantín y pusimos rumbo hacia las Islas Vírgenes, en las Indias Occidentales; tras avistarlas, nosdirigimosacontinuaciónhacialasIslasLeeward;yunavezallí,pusimosrumboalsurhastaqueelvigíadelmástilempezóagritarnosalosdecubiertaparadecirnosqueveíatierra.AquellatierraeralacostadeSudamérica.Hastaentonceshabíamos tenidounviajemaravilloso.Nohabíamosperdidouna solavelayningunodenuestroshombreshabíatenidoquedejarselavidaenlasbombasdeachique.LesdiréqueelBuenaIntenciónnodisfrutabamuyamenudodeviajestanapaciblescomoaquel.

Semeordenóquesubieraalpaloparacomprobarlodelatierra,yasílohice.Cuando le informéal capitándequeefectivamentehabíamosavistado la costa, se fueabajopara

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echarleunvistazoasusinstruccionesyalascartasmarítimas.Cuandoregresóacubiertaalterónuestrocurso ligeramente en dirección este; he olvidado el punto del compás, pero no importa. Lo que sírecuerdoesqueantesdeacercarnosalacostayahabíaoscurecido.Mantuvimoselrumboycabeceamoselbergantínparaquesemantuvieraaunaprofundidadconstantedeentrecuatroocincobrazas,aunquequizáfueranseis,noselopuedodecirconseguridad.Yomeencarguédemantenerojoavizoralmodoenquesedesplazabaelbarco,yaqueningunodenosotros sabíacómoeran lascorrientesdeaquellacosta.Todosnospreguntamosporquéelcapitánnoechabaelancla,peroéldijoqueno,queprimeroteníamosqueponerunaluzenloaltodelpalomayoryesperaraqueotraluznosrespondieradesdelacosta.Esperamos,ynosucediónadaporelestilo.Elcieloestabadespejadoyencalma.Elpocovientoquesemovíallegabaenráfagasdesdetierra.Supongoqueesperamosdurante,segúnmepareció,casiuna hora, dejándonos llevar por la corriente un poco hacia el oeste antes de que sucediera algo. Yentonces,enlugardeverunaluzenlacosta,vimosunbotedirigiéndosehacianosotros.

Lesdimoselaltoyrespondieron:«Amigos»,ydespuésnossaludaronpornuestronombre.Subieronabordo.Unodeelloseraunirlandés,yelotrounpilotonativodelcolordelcaféquechapurreabaunpocodeinglés.

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Elirlandésleextendióunanotaalcapitán,quetuvoabienmostrármela.Nosinformabadequelapartedelacostaenlaquenosencontrábamosnoresultabaseguraparadescargarnuestramercancía,yaque habían encontrado y fusilado a algunos espías enemigos en la comarca (es decir, partidarios delanteriorgobierno).Podíamosconfiarelbergantínalasmanosdelpilotonativoparaquenoscondujeraaotrolugardelacosta.Lanotaveníafirmadaporlaspersonasadecuadas,demodoquedejamosqueelirlandés regresara soloenelbote,ypermitimosalpilotoqueejerciera su legítimaautoridad sobreelbergantín. Nos estuvo alejando de tierra hasta el mediodía del día siguiente (aparentemente susinstruccionesleordenabanmantenernosalejadosdelalcancevisualdelacosta).Soloalteramoselcursoporlatarde,ynovolvimosaestarcercadelacostahastapocoantesdelamedianoche.

Aquel piloto tenía una apariencia de vagabundo como jamás he visto otra. Un perro mestizo,huesudo,cobardeybelicoso,queinsultabaaloshombresconuninglésquebradoyvil,hastaquetodosycadaunodeellosestuvierondispuestosaarrojarleporlaborda.Elcapitánlosmantuvocalmados,yyolosmantuvecalmados;dadoqueelpilotonoshabíasidoimpuestopornuestrasórdenes,habíaquehacerloquemejorpudiéramosconél.Entodocaso,pocoantesdelacaídadelanocheypeseatodalabuena intención del mundo por evitarlo, fui lo suficientemente desafortunado como para tener unadisputaconél.

Queríairbajocubiertaconsupipaencendida,yporsupuestoledetuve,porqueibaencontradelasórdenes.Aloíraquello,intentópasaramiladoaempellones,yyolehiceretrocederdeunmanotazo.Noeramiintenciónhacerqueterminaraenelsuelo,perodealgúnmodoesofueloquepasó.Selevantóde inmediato tanrápidocomoel rayoysacóunanavaja.Se laarranquéde lasmanos, leabofeteésuasesino rostro y arrojé el arma por encima de la borda.Me dirigió una terriblemirada y después seesfumódemivista.No leprestémuchaatencióna aquellamiradaentonces,peropocodespués tuvemotivospararecordarlaperfectamente.

Volvíamosaestarcercadelacostacuandoelvientodejódesoplar,entrelasonceylasdocedelanoche,ylanzamoselanclasiguiendolasinstruccionesdelpiloto.

Estabaoscurocomolabocadelloboyhabíaunacalmatotal.Elcapitánestabaencubiertacondosdenuestrosmejoreshombres,vigilando.Elrestoestabaabajo,menoselpiloto,quesehacíaunovillo,más como una serpiente que como un hombre, en el castillo de popa. Mi turno de vigilancia noempezabahastalascuatrodelamadrugada,peronomegustabaelaspectodelanoche,nidelpiloto,nide todo el asunto en general, de modo que me tumbé en cubierta para echar una cabezada y estarpreparadoparacualquieremergencia.Loúltimoquerecuerdofuealcapitánsusurrándomequetampocolegustabaelaspectoqueteníatodoaquello,yqueibaairasucamaroteparavolverarepasartodassusinstrucciones.Aquelloesloúltimoquerecuerdo,antesdequeellento,pesadoyregularbalanceodelbergantínsobrelasolasmesumieraenelsueño.

Medespertédebidoaunruidoderefriegaenelcastillodepopayalapresióndeunamordazaenmiboca.Teníaunhombresobreelpechoyotrosobre laspiernas;enmediominutomehabíanatadodepiesymanos.

El bergantín estaba enmanos de los españoles.Lo recorrían comoun enjambre.Oí seis pesadosimpactoscontraelagua,unodetrásdeotro.Vicómoapuñalabanalcapitánenelcorazóncuandosubíacorriendodesucamarote,yoíunséptimoimpactocontraelagua.Exceptoyo,todaslasalmasdelbarcohabíansidoasesinadasyarrojadasalmar.Nopodíaimaginarporquémehabíandejadoamíconvida,hastaquevialpilotoinclinarsesobremíconunalinternaparaasegurarsedequiénerayo.Unadiabólicasonrisaseextendiósobresurostroyasintióconlacabeza,comodiciendo:«Túereselhombrequeme

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haempujadoyabofeteado.Acambio,voyajugarcontigoalgatoyalratón».Nopodíamovermenihablar,peropudeveralosespañolesabrirlaescotillaprincipalyprepararlos

aparejosparasacarelcargamento.Uncuartodehoramástardeoíelsonidoproducidoporunagoletauotro barco pequeño al deslizarse sobre el agua. La extraña embarcación se colocó junto a nuestrobergantín, y los españoles se pusieron manos a la obra para trasladar nuestro cargamento. Todostrabajaronduroexceptoelpiloto,queveníadevezencuandoconsulinternaparaecharmeotrovistazo,sonreíryasentirdelmismomododiabólico.Soylosuficientementeviejocomoparanoavergonzarmedecontarlaverdad,ynomeimportareconocerqueelpilotomeasustaba.

Apenasseránecesarioquedigaqueyamehabíadispuestoparalopeor.Elpiloto,estabaclaro,eraunodelosespíasdelenemigoquehabíaconseguidoganarselaconfianzadenuestrosempleadoressinque nadie sospechara de él. Él o, más posiblemente, sus jefes, tenían suficiente información sobrenosotroscomoparasospecharlaclasedecargamentoquellevábamos.Habíamosancladodenocheenellugarmásapropiadoparaquenossorprendieranyhabíamospagadoelcastigoportenerunatripulaciónpequeña y, por tanto, una vigilancia insuficiente. Todo aquello estaba lo suficientemente claro, pero¿quéqueríahacerconmigoelpiloto?

Lesdoymipalabradequeaúnahorasemeponelacarnedegallinasolodecontárseloaustedes.Después de que todos hubieran abandonado el bergantín, con la excepción del piloto y de dos

marinos españoles, estos últimosme agarraron, atado y amordazado como estaba, ymebajaron a lasentinadelbarcoparadejarmeenelsuelo.Despuésmeataronalosmaderosconunoscabosdemodoque pudiera volvermehacia un lado o hacia el otro, pero no rodar sobremímismopara cambiar delugar.Acontinuaciónsemarcharon.Alosdoslesrebosabaelalcoholportodoslosporosdelcuerpo,pero el diablo del piloto semantenía sobrio; tan sobrio, ténganlo en cuenta, como pueda estarlo yoahora.

Permanecíenlaoscuridadduranteunrato,conelcorazónlatiéndomecomosiquisieraescapársemedel pecho.Seguí así durantemásomenosunos cincominutos, hasta que el pilotobajó a la sentina.Solo.

Enunamanollevabaelmalditocandelerodelcapitányunaleznadecarpintero,yenlaotrasujetabaun largo, estrecho y aceitoso cordel de algodón. Colocó el candelero, con una vela nueva reciénencendida,enelsuelo;amásomenosmediometrodemicaraycercadelcascodelbarco.Laluzeradébil,peromásquesuficienteparaalumbrarunadocenaomásdebarrilesdepólvoraabandonadosamialrededor en la sentina del bergantín. En el momento en que los vi, empecé a sospechar lo quepretendía.Elhorrorseapoderódetodomicuerpoyelsudorempezóabrotardemirostrocomosideaguasetratase.

Levidirigirsehaciaunodelosbarrilesdepólvoracercanosalcasco,queestabaenlíneaconlavelayaunadistanciadelamismademásomenosunmetro.Hizounagujeroaunladodelbarrilconsulezna,ylahórridapólvoraempezóaderramarsealexteriortannegracomoelinfierno,cayendosobrelamano que había extendido para recogerla. Cuando tuvo un buen puñado, taponó el agujero con unextremodesuengrasadocordel,ydespuésrestrególapólvoraalolargodetodoelalgodónhastaquesuúltimohilohuboquedadoperfectamenteennegrecido.

Lo siguiente que hizo (tan cierto comoque estoy aquí sentado, tan cierto como el cielo que haysobre nosotros), lo siguiente que hizo, digo, fue coger el extremo libre de su largo, negro y terriblecordelyacercarloalavelaquehabíajuntoamirostro.Loatódándolevariasvueltasalrededordelavela(elsangrientovillano),aunterciodelamismasicalculamosladistanciaentrelaalturaa laque

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estabaardiendolamechaysubase.Trashaberhechoaquello,seaseguródequemisatadurasestuvieranbienfirmes,ydespuésacercósurostroalmíoymesusurróenlaoreja:

—¡Revientaconelbergantín!Un momento después volvía a estar en cubierta, y él y los otros dos cerraban la escotilla. Sin

embargo,noterminarondeasegurarlaenelextremomásalejadodedondeyoestabatumbado,demodoquecuandomiréenaquelladirecciónpudeverunafranjade luzdiurnabrillando.Oí losremosde lagoletachocarcontraelaguacadavezmásdébilmente,splash,splash,mientrasarrastrabanalbarcoatravésdelacalmatotal,esperandoaqueselevantaraelviento.Másymásdébilmente,splash,splash.Seguíoyéndolosduranteuncuartodehoraomás.

Mientrasmisoídosseconcentrabanenaquelsonido,misojospermanecíanfijosenlavela.Estabareciénencendida.Dedejarqueseconsumierasola,habríaardidoduranteseisosietehoras.

Elcordelestabaatadoaun terciode lamismaensentidodescendente;por lo tanto, la llama tardaríaunasdoshorasenalcanzarlo.Allíestabayo,amordazado,atado,inmovilizadoalsuelo,viendocómomipropiavidaseconsumíaalmismotiempoqueaquellavelaqueardíaamilado.Allíestabayo.Soloenmitaddelmar,condenadoavolarenpedazosyavercómomidestinoseacercabasegundoasegundodurantecasidoshoras;indefenso,incapazdesalvarmeyprivadodemivozparasolicitarayuda.Loquemásmeasombraahoraesquenomeadelantaraalavela,elcordelylapólvoramuriéndomedurantelaprimera media hora que permanecí en la sentina del bergantín debido al horror que sentía ante misituación.

Nopuedodecirexactamentedurantecuántotiempoconseguímantenereldominiodemímismoapartirdequedejédeoírloschapoteosdelosremosdelagoleta.Hastaciertopunto,puedorecordaralaperfeccióntodoloquehiceytodoloquepensé;perotraspasadoesepuntotodosefundeysepierdeeneltorbellinodemisrecuerdosdelmismomodoqueentoncesperdíelcontrolsobremímismo.

En elmomento en que cerraron la escotilla sobremí, empecé, comohabría hecho cualquier otrohombre, a intentar librarme frenéticamente de las ataduras que inmovilizabanmismanos.Atenazadoporelpánico,mecortélacarneconlascuerdascomosihubieransidonavajas,peronoconseguíaflojarlos nudos.Menos posibilidades aún tenía de liberar mis piernas, o de arrancar las ataduras quememanteníaninmovilizadocontraelsuelo.Dejédeintentarlocuandoestuveapuntodemorirahogadoporlafaltadeaire.Lamordaza,comorecordarán,eraunterribleenemigo.Solopodíarespirarporlanariz,yhablamosdeunapobreventilacióncuandoloqueestáhaciendounhombreesponerapruebatodasufuerzacomonuncaanteslohabíahecho.

Merendíyyacíinmóvil,hastaquevolvíarecuperarelaliento,sinquemisojossesepararanporuninstantedelavela.

Mientras la estaba contemplando, se me ocurrió la idea de intentar apagarla soplandorepentinamenteatravésdelosagujerosdelanariz.Sinembargo,estabademasiadolejosyademasiadaalturacomoparaalcanzarladeesemodo.Lointenté, lointentéylointenté…hastaquenomequedómás remedio que volver a rendirme y permanecer inmóvil una vez más, sin apartar los ojos delcandeleroysinqueelcandeleroapartarasusojosdemí.Elruidodelosremoseraparaentoncesmuydébil.Yacasinopodíaoírlosenelsilenciodelamañana.Splash,splash,cadavezmásdébilmente…splash,splash…

Sinsentirexactamentequeestabaperdiendolacabeza,yaenunmomentotantempranocomoaquelempecéadarmecuentadequelanotabaextraña.Lamechaquemadaseestabahaciendocadavezmásymáslarga,mientrasqueladistanciaentrelallamayelcordel,queeralamedidademivida,eracada

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vezmásymáscorta.Calculéquemequedabamenosdehoraymediadevida.¿Unahoraymedia?¿Habíaalgunaposibilidaddequeenaquel intervalode tiempo llegaraalgún

barcodesdelacostaquevieraelbergantín?Tantosilatierracercanaadondehabíamosancladoelbarcoestabaenposesióndenuestrobando,comoenladelenemigo,imaginéqueantesodespuéstendríanqueenviaraalguienparaquerecibieraalbergantín,aunquesolofueraporquesetratabadeunbarcoextrañoenaquelloslugares.Loqueimportabaera:¿cuándo?Segúnpodíacomprobaratravésdelarendijadelaescotilla,elsoltodavíanohabíasalido.Todossabíamosyaantesdequeelbergantínfueseasaltadoquenohabíaningúnpuertocercano,porquenohabíamosvistoningunaluzenlacosta.Segúnloquepodíaoír,aúnnosehabíalevantadoelvientosuficientecomoparaacercaraalgúnbarcohastamí.Sihubieratenidoseishorasdevida,quizáhubierahabidoalgunaoportunidaddequealgoasísucedieraentre lasalida del sol y elmediodía. Pero con hora ymedia, que para entonces se había reducido a hora ycuarto;o,enotraspalabras,teniendoencuentalotempranodelahora,lodeshabitadodelacostaylacalmatotalquemerodeaba…noteníalamásmínimaoportunidad.Alsentiraquello,entabléunanuevaluchaconmisataduras;laúltima,yaquesoloconseguícortarmemásyacrecentarmidolor.

Mevolvíarendirypermanecíinmóvil,intentandooírelchapoteodelosremos.¡Yanoseoíanada!Ningúnruidosalvoelprovocadodevezencuandopor lospecesalsalira la

superficie,yloscrujidosdelosviejosmaderosdelbergantín.Unahoraycuarto.Elniveldelamechaquemadasefueincrementandoalarmantementeamedida

queibanpasandoaquellosquinceminutos,ysuchamuscadapartesuperiorempezóaensancharseyaadquirirformadeseta.Prontonopodríaseguiraguantandosupropiopesoycaería.¿Seguiríaardiendoeltrozodemechacuandocayera?Ydeserasí,¿podríallegaracaersobreelcordeldebidoalbalanceodelbergantín?Siesefueraelcaso,apenasmequedaríandiezminutosenlugardeunahora.

Aquel descubrimiento condujo mi mente hacia nuevos derroteros durante un minuto. Empecé apreguntarme cómo sería morir en una explosión. ¿Doloroso? Bueno, con toda probabilidad seríademasiadorápido.Quizásentiríaunenormegolpeenmiinterior,oenelexterior,oambosalavez,yesoseríatodo.Quizánisiquieraeso.¿Llegaríalamuertealmismotiempoquelafragmentacióndemicuerpo enmillones de pedacitos ardientes?Nopodía imaginármelo.Nopodía figurarme cómo sería.Antesdequehubierapodido terminardepensar,elminutodecalmaabandonómimenteymevidenuevoinmersoenlomío.

Cuandovolvíenmí(ocuandomispensamientosregresaronamí,noloséconcerteza),lamechaerayaterriblementegrande;lallamaardíaprovocandounagranhumareda,lapartechamuscadaeraanchayroja,ytodoaquelloestabaapuntodecaer.

Midesesperaciónymihorroralverlomellevaronenunanuevadirecciónquealmenosresultaríabeneficiosaparamipobrealma.Intentérezarinteriormente;yasepodránimaginarquelamordazameimpedíahacerlodeotromodo.Lointenté,perolavelaparecíaquemarseenmiinterior.Peleéconfuerzaparaforzaramisojosaquesesepararandelalentallamaasesinayparacontemplarlabenditaluzdelsol a través del resquicio de la escotilla. Lo intenté una vez, lo intenté dos veces y después dejé deintentarlo.Acontinuaciónprobéacerrarlosojos.Ymantenerloscerrados.Unavez,dos…ylasegundavezloconseguí.

«QueDiosbendigaamiviejamadre,yamihermanaLizzie;queDioslasprotejaymeperdone…».Esofuetodoloquetuvetiempodedecirantesdequemisojosvolvieranaabrirse,muyamipesar.Lallamadelavelaseapoderódeellos,seapoderódemí,seapoderódetodomiser,ehizoquetodosmispensamientosardieranenuninstante.

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Yanopodíaoíralospeces,nopodíaoírelcrujidodelosmaderos.Nopodíapensar.Nopodíasentirel sudor quemi agoníamortal estaba derramando sobremi cara. Solo podíamirar en dirección a lapesadaychamuscadamechade lavela.Se retorció, searrugó,giróhaciaunode los lados…ycayó,completamente roja al iniciar la caída, negra e inofensiva cuando el balanceo del bergantín la hizoaterrizarsobrelabasedelcandelero.

Medescubríriendo.

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¡Sí!Riendoantelainocentecaídadeaquelfragmentodemecha.Denoserporlamordaza,habríalanzadoaullidosderisa.Talycomoestaba,meretorcípordentrodebidoaella;meretorcíhastaquelasangresemesubióalcerebroyestuveapuntodemorirahogadodebidoamiincapacidadpararespirar.Solomequedabaelsentidocomúnjustoparadarmecuentadequemihórridarisaeraunaclaraseñaldequemicerebroestabaempezandoafallar.Solomequedabaelsentidocomúnjustocomoparaintentarlucharporúltimavezantesdequemicerebrosedesbocaracomouncaballoasustadoysealejarademí.

Intenté echarle un reconfortante vistazo a la luz del día a través del resquicio de la escotilla. Laluchaquemantuveconmisojosparaintentarsepararlosdelavelaydirigirloshaciaesaotraluzfuelamásduraquehabíamantenidohastaelmomento;yvolvíaperderla.Lallamareteníamimiradaconlamismafuerzaquelascuerdasmemanteníaninmovilizadaslasmanos.Nopodíadesviarlavista.Yanisiquiera pude cerrar los ojos cuando volví a intentarlo. Allí estaba la mecha, volviendo a crecerpeligrosamente.Allíestabaelespacioaúnporconsumirseentre la llamayelcordel, reducidoaunostrescentímetrosomenos.

¿Cuánto tiempodevidamedejabanaquellosescasoscentímetros?¿Trescuartosdehora?¿Mediahora? ¿Cincuenta minutos? ¿Veinte minutos? ¡Basta! Aquel pedazo de cera tardaría más de veinteminutosenarder. ¡Unpedazodecera!¡Imagínensealcuerpoyelalmadeunhombremanteniéndoseunidos por un simple pedazode cera! ¡Extraordinario! ¡Vaya, ni siquiera elmás grandede los reyessentadosobresutronoconseguiríamantenerunidoselcuerpoyelalmadeunhombre!¡Ysinembargo,allíteníayounpedazodeceraquepodíahacerloqueaunreyleresultaríaimposible!Ahíteníaalgoparacontarleamimadrecuandoregresaraacasa,quelasorprenderíamásquetodosmisotrosviajesjuntos.Mevolvíareírinteriormentealpensaraquello,ymemovíymeretorcíymeahoguéhastaquelaluzdelavelaatravesómisojos,entróenmíyabrasólarisa;ymedejóvacío,yfrío,einmóvilunavezmás.

MimadreyLizzie.No sé cuándo regresaron, pero lohicieron.No enmimente, comomehabíaparecidoconanterioridad,sinoencarneyhueso;enlasentinadelbergantín.

Sí, allí estaba Lizzie con toda seguridad, tan despreocupada como siempre, riéndose de mí.¡Riéndose!Bueno,¿yporquéno?¿QuiénpodríaculparaLizzieporpensarquenoestoysino tiradoborrachoenelsuelodelabodega,rodeadodebarrilesdecerveza?¡Basta!Ahoraestállorando.Lloramientras da vueltas y más vueltas en una encendida niebla, frotándose nerviosamente las manos,chillandoparapedirayudadeunmodomásymásapagadocadavez,comoelchapoteodelosremosdelagoleta.¡Yanopodíaoírnada!Habíaardidoenlaniebla.¿Niebla?¿Fuego?No,nilounonilootro.Esmimadrelaqueirradialuz.Mimadrecosiendocondiezardientescarbones,unoencadapuntadesusdedos,ymontonesdemechasenvezdepelogriscolgandoalrededordesurostro.Mimadreensuviejosillón, y las alargadas y huesudas manos del piloto agarradas a la espalda de la silla, derramandopólvora.¡No!¡Nipólvora,nisilla,nimimadre!Allínohabíanadasalvoelrostrodelpiloto,brillandocomo un carbón al rojo vivo, como un sol en la encendida niebla, saltando de arriba abajo en laencendida niebla, corriendo de un extremo al otro del cordel en la encendida niebla, recorriendomillonesdekilómetrosporminutoen laencendidaniebla,girandoyhaciéndosemásymáspequeñohasta convertirse enunpuntitodiminutoy lanzándosede repentehaciami cerebrocomosi fueseundardo… y después todo se convierte en fuego y niebla. No oigo, no veo, no pienso, no siento. Elbergantín,elmar,yomismo,elmundo…¡Todohadesaparecidoporcompleto!

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Despuésdeloquelesacabodecontar,yanosénadanirecuerdonadahastaquemedesperté(oesomepareció)enunacómodacama.Habíadoshombresrudosydispuestoscomoyo,sentadoscadaunoaunladodemialmohada,yuncaballerodepiequemecontemplabadesdeelpiecerodelacama.Eranlassietedelamañana.Habíaestadodurmiendo(oloqueamímehabíaparecidoestardormido)durantemásdeochomeses.MeencontrabaentremispaisanosenlaIsladeTrinidad.Loshombresquehabíaacadaladodelacamaeranmisguardianes,yelcaballeroqueestabajuntoalpieceroeraeldoctor.Loquehiceydijeduranteaquellosochomeses,nuncalohesabidonilosabré.Medespertédetodoaquellocomosideunlargosueñosehubiesetratado.Esoestodoloquesé.

Pasaron otros dos meses antes de que el doctor creyera que resultaba seguro responder a laspreguntasquelehacía.

El bergantín había sido anclado, tal y como yo había sospechado, en una parte de la costa losuficientementepocotransitadacomoparaquelosespañolesseasegurarandenoverseinterrumpidosmientrasdesempeñabansucriminaltareaensilencioyalamparodelanoche.

Mividanohabíasidosalvadadesde lacosta, sinodesdeelmar.Unbajelamericano,paradoa laesperadequesereiniciaraelvientohabíavistoelbergantínancladoalsalirelsol,yelcapitán,teniendotiempo de sobra entre manos debido a la calma total, y viendo un barco donde no debería haberninguno,envióunbotealmandodesusegundoparaqueobservaramásdecercayletrajerauninformedeloquehabíavisto.

Lo que vio, cuando él y sus hombres descubrieron que el bergantín estaba desierto y subieron abordo,fueunresplandorquesurgíaatravésdelresquiciodelaescotilla.Cuandoelsegundodescendióalasentina,alallamalefaltabaladistanciadeunpeloparaprenderelcordelrebozadoenpólvora.Ysinohubieratenidoelbuentinoylasangrefríadecortarelcordelantesdeacercarsealavela,élysushombreshabríanvoladoconelbergantínyconmigo.Elcordelprendióyseconvirtióenunahileradefuegoenelmismomomentoenqueapagaronlavela,ysilacomunicaciónconelbarrildepólvoranosehubierainterrumpido,soloelSeñorsabeloquehabríapasado.

Nuncasupequéfuedelagoletaespañolanidelpiloto.Encuantoalbergantín,losyanquislollevaron,comoamí,hastaTrinidad,yreclamaronsuderecho

de salvamento; y les fue concedido, por suspropiosméritos, espero.Fui desembarcado en elmismoestado enquemehabían rescatadodel bergantín.Esdecir, completamentedemente.Pero, por favor,recuerdenquetodoestosucedióhacemuchotiempo,ylesdoymipalabradeque,comoyaleshedicho,semedeclarócurado.

Dioslesbendiga,comoustedesmismoshanpodidocomprobar,ahorayaestoybien.Quizáunpoconervioso debido a la historia que les acabo de contar, pero eso es natural. Solo un poco nervioso,amigos,nadamás.

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LAMUJERDELSUEÑO

PERSONAJESDELMISTERIO

FRANCISRAVEN (Mozodecuadra)SRA.RAVEN (Sumadre)SRA.CHANCE (Sutía)PERCYFAIRBANKSRA.FAIRBANK (Susempleadores)JOSEPHRIGOBERT (Sucompañerodecaballerizas)ALICIAWARLOCK (Suesposa)

TIEMPO-ELPRESENTEESCENARIO-ENPARTEINGLATERRA,ENPARTEFRANCIA

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PRIMERANARRACIÓN

ACLARACIÓNPRELIMINARDELOSHECHOSPORPERCYFAIRBANK

—¡Hola!¡Mozo!¡Hooo-laaa!—¡Querido!¿Porquénobuscaslacampana?—¡Yahemirado!Nohaycampana.—¡Ytampocohaynadieenelpatio!¡Resultarealmentecurioso!Llamadenuevo,querido.—¡Mozo!¡Hola!¿Hayalguien?¡Mo-zoooooo!Misegundallamadaproduceecoenelespaciovacíoynoatraeanadie;enresumen,notieneningún

efectoapreciable.Heagotadomisrecursos.Yanoséquédecirniquéhaceracontinuación.Aquíestoy,eneldesiertopatiodeunaposada,enunpueblodesconocido,condoscaballosdelosqueencargarmeyunadamade laque cuidar.Para añadir peso amis responsabilidades, resultaque ademásunode loscaballosestácompletamentecojoyqueladamaesmiesposa.

¿Quequiénsoyyo?,sepreguntausted.Tengotiempodesobrapararesponderaesapregunta.Nadasucede;nadieacudearecibirnos.Deje

quemepresenteyquelepresentetambiénamimujer.MellamoPercyFairbank,ysoyuncaballeroinglés.Edad:cuarenta(quedigamos).Sinprofesión.

Políticamente:moderado;altura:media;complexión:buena;carácter:agradable;dinero:aespuertas.Miesposaesunadamafrancesa.Cuandomefuepresentadaporprimeravezencasadesupadre,en

Francia,respondíaalnombredemademoiselleClotildeDelorge.Meenamorédeella,aunquerealmentenoséporqué.Pudoserporquemeencontrabacompletamenteociosoynoteníanadamejorquehacerenaquelmomento.Oquizásedebieraaquetodosmisamigosdijeronqueeralaúltimamujerconlaquedeberíaplantearmeelmatrimonio.DebodecirquesuperficialmentenohayabsolutamentenadaencomúnentrelaseñoraFairbankyyo.Ellaesalta,morena,nerviosa,excitable,yromántica;entodassusopinionestiendealosextremos.¿Quépodríahabervistoenmíunamujercomoella?¿Quépodríahabervisto yo en una mujer así? Lo ignoro tanto como usted. De algún misterioso modo, encajábamosperfectamente. Llevamos siendo marido y mujer diez años ya, y nuestro único lamento es que notenemoshijos.Noséloquepensaráusted,peroyoaeso,entérminosgenerales,lollamounmatrimoniofeliz.

Peroyaestábiendehablardenosotros.Lasiguientepreguntaes:¿quénoshallevadoalpatiodeunaposada?¿Yporquémehevistoobligadoaejercerdemozoyacuidardeloscaballos?

LamayorpartedelañovivimosenFrancia,enlacasadecampoenlaquemiesposayyonosvimosporprimeravez.Ocasionalmente,paramantenerciertavariedad,venimosaInglaterraparavisitaramisamigos.Esoes,precisamente,loqueestamoshaciendoahora.Nuestroanfitriónesunviejocompañeromíodeuniversidad,poseedordeunabonitafincaenSomersetshire;yhemosllegadoasucasa,llamadaFarleighHall,enplenocierredelatemporadadecaza.

Eneldíaacercadelcualestoyescribiendo,destinadoaserundíamemorableennuestrocalendario,lossabuesossereúnenenFarleighHall.LaseñoraFairbankyyonoshemosmontadosobredosdelosmejorescaballosdelascaballerizasdemiamigo.Somosbastanteindignosdesemejantedistinción,yaquenisabemosnadadecinegéticaninosimportaenabsolutolacaza.Porotraparte,nosencantapasear

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acaballo,ydisfrutamosdelamañanaprimaveraldominadaporlabrisa,yelbelloyfértilpaisajeinglésquenosrodeaportodaspartes.Mientrasprosperalacaza,seguimosalapartida.Perocuandolacosanoavanza,cuandopasaeltiempoylapacienciaespuestaaprueba,cuandolosperroscorrendeaquíparaallá completamente perplejos y un lenguaje soez empieza a brotar de los labios de los deportistas,perdemos completamente el interés en seguir los procedimientos. Dirigimos nuestras monturas endirección a un camino recubierto de hierba, deliciosamente sombreado por árboles. Trotamosalegrementealolargodelcamino,hastaquenosencontramosencampoabierto.Galopamosatravésdelcampoydespuésseguimoslosvericuetosdeunsegundocamino.Cruzamosunarroyo,pasamosatravésdeunpueblo,disfrutamosdeunasoledadauténticamentepastorilentrelascolinas.Loscaballosagitanlascabezas,serelinchanelunoalotroydisfrutantantocomonosotros.Lacazaquedaolvidada.Somostan felices como una pareja de niños. Estamos incluso cantando una canción francesa, cuandorepentinamentenuestraalegríatocaasufin.Elcaballodemiesposaapoyaunadesuspatasdelanterassobreunapiedrasueltaydauntraspié.Ladiestramanodelajinetelosalvadelacaída.Peroalprimerintentodecontinuar,latristeverdadquedarevelada:elcaballoseharotountendón;estácojo.

¿Quépodemoshacer?Somosextrañosenunasolitariaregióndelpaís.Miremosenladirecciónquemiremosnovemosrastrodevidahumana.Nohaynadaquehacersalvotomarlacarreteraendirecciónaloaltodelacolinayverquépodemosencontraralotroladodelamisma.Cambiolassillasdemontarymiesposatomamicaballo.Elanimalnoestáacostumbradoallevaraunadama;semueveinquieto,sesobresaltaygolpeaelsueloconloscascos.Yolesigoapie,aunadistanciaprudencial,llevandodelasriendasalcaballocojo.¿Hayalgomásmiserablesobrelafazdelacreaciónqueuncaballocojo?Hevistohombres cojosyperros cojosque se comportabanalegremente, peronuncahevisto todavíauncaballocojoquenoparecieracompletamentedesoladoantesupropiadesgracia.

Durantemediahoramiesposasiguelascurvasylospromontoriosdelcamino.Yoarrastrolospiesdetrásdeellayeldesgraciadocaballoquesedetieneunayotravezdetrásdemí.Cercadelacumbredelacolina,nuestramelancólicaprocesiónseencuentraconuncampesinodeSomersetshirequetrabajaenuncampodecultivos.Leconvocoparaqueseacerque,yelhombremecontemplaimpasiblementesinavanzarunsolopaso.Lepregunto,gritandoaplenopulmón,lolejosqueestamosdeFarleighHall.ElcampesinodeSomersetshiremerespondetambiénaplenopulmón:

—‘nosvintelómetros.¿Tiéuntragosidra?Hagode traductor,enbeneficiodemimujer,y transformoeldialectodeSomersetshireen inglés.

EstamosaunosveintekilómetrosdeFarleighHall,ynuestroamigodelcampodeseaserrecompensadoconun tragode sidrapor la informaciónquenosacabadeproporcionar. ¡Ahíestá,mírale! ¡Todounpersonaje,querida!¡Todounpersonaje!

LaseñoraFairbanknocontemplaelestudiodelanaturalezaagricultorahumanaconelmismogustoqueyo.Suinquietocaballonoladejadescansarniunsolominutoyellaestáempezandoaperder lapaciencia.

—No podemos seguir veinte kilómetros de esta manera —dice—. ¿Dónde está la posada máscercana?¡Pregúntaseloaesebruto!

Sacounchelíndelbolsilloyloelevoparaquequedebieniluminadoporelsol.Elchelínejercesusmagnéticasvirtudes.Elchelínatraelentamentealcampesinodesdeelcampohastamí.LeinformodequequeremosdejarloscaballosyalquilaruncarruajequenosllevedevueltaaFarleighHall.¿Dóndepodríamoshacertalcosa?

Elcampesinoresponde(sinapartarlosojosdelchelín):

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—N’Underbrich,guro.(EnUnderbridge,seguro.)—¿EstámuylejosUnderbridge?—¿MulejosUnderbrich?—repiteelcampesinoriéndosedelapregunta—.¡Joo,joo,joo!(Underbridgeestá,alparecer,bastantecerca.Sitansolopudiéramosaveriguardónde…)—¿Seríatanamabledemostrarnoselcamino,buenhombre?—¿Medarúntragosidra?Hagounacortésreverenciacon lamanoy leseñaloelchelín.La inteligenciaagrícolaseponeen

marchayelcampesinoseuneanuestramelancólicaprocesión.Miesposaesunamujerhermosa,peronolamiraniporuninstante.Másextraordinarioaún,nisiquieralesechaunvistazoaloscaballos.Susojosestándominadosporsumente,ysumenteestáconcentradaenelchelín.

Alcanzamoslacumbredelacolina,¡yallíestá,alotrolado,acurrucadoenunvalle,eldestinodenuestroperegrinaje,elpueblodeUnderbridge!Llegadosaestepuntonuestroguíareclamasuchelínynos deja para que encontremos la posada por nosotros mismos. Soy, por constitución, un hombreeducado.Alsepararnos,ledigo:«Buenosdías».Elasilvestradoguíamemiramientrasmuerdeelchelínparaasegurarsedequeesbueno.

—¡Días!—gritasalvajemente,ynosvuelvelaespaldacomosilehubiéramosofendido.Uncuriosoproductodelcrecimientodelacivilización,estehombre.SinohubieravistolatorredeunaiglesiaenUnderbridge,podríahabersupuestoquenoshabíamosperdidoenunaislasalvaje.

Al llegar al pueblono tenemosningúnproblemapara encontrar loquebuscamos.El pueblo estácompuestodeunacalledesolada,ylaposadasealzajustoenmitaddelamisma.Setratadeunviejoedificio de piedra tristemente descuidado. El dibujo del letrero ha desaparecido por completo. Lospostigosdelalargafiladeventanasfrontalesestánechados.Unagallinaysuspolluelossonlosúnicosseresvivientesquenosrecibenenlapuerta.Contodaseguridad,estaesunadelasviejasposadasdelperiododelasdiligencias,completamentearruinadaporlasvíasférreas.Cruzamospordebajodelarcodeentradayseguimossinencontraranadie.Llegamoshastaelpatioynosacercamosalestablo;ayudoamimujeradesmontar,yyaestamosotravezenelpuntoenelquecomenzóestanarración.Ningunacampanadecuyacuerdatirar.Ningúnserhumanoquerespondaamisllamadas.Sigodepie,indefenso,conlasbridasdeloscaballosenlamano.LaseñoraFairbanksepaseacongraciaalrededordelpatioyhaceloquetodaslasmujerescuandoseencuentranenunlugardesconocido:abretodaslaspuertasqueencuentrayespíaloquepuedahaberalotrolado.Pormiparte,acaboderecuperarelaliento.Estoyapuntodellamaralposaderoportercerayúltimavez,cuandooigoalaseñoraFairbankllamándomederepente.

—¡Percy!¡Venaquí!Su voz se muestra ansiosa y agitada. Acaba de abrir una última puerta al fondo del patio y ha

retrocedidosobresaltadaantealgunavisiónrepentina.Atolasbridasdeloscaballosaunclavooxidadoquehayenlaparedcercanaamíymeunoamiesposa.Sehapuestopálidaymeagarranerviosamentedelbrazo.

—¡Cielosanto!—grita—.¡Miraeso!Miro,¿yquéveo?Veounsórdidoypequeñoestablodedoscuadras.Enunadeellashayuncaballomordisqueandosu

maíz.Enlaotra,yaceunhombredurmiendosobrelapaja.Setratadeunhombredesgastado,ajadoycariacontecido,vestidoconuntrajedemozo.Susmejillas

huecasyarrugadas,supelogrisáceoyescaso,supielamarillentayseca,todoellorevelaunahistoriade

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penasysufrimientospasados.Suceñosefrunceominosamentesobrelascejas;unodelosladosdesuboca padece de dolorosas contracciones nerviosas. Cuando miro por primera vez, le oigo respirarconvulsivamente. El hombre tiembla y suspira en sueños. No es una visión agradable y me vuelvoinstintivamentehacialabrillanteluzdelpatio.Mimujervuelveaencaminarmeendirecciónalapuertadelestablo.

—¡Espera!—dice—.¡Espera!Podríahacerlootravez.—¿Hacerqué?—Cuando he mirado por primera vez, estaba hablando en sueños, Percy. Estaba soñando algo

horrible.¡Calla!Yaempiezaotravez.Miro y escucho. El hombre se agita en su miserable lecho. Habla a través de los entrecerrados

dientesconunsusurrofieroyacelerado.—¡Despierten!¡Eh,despierten!¡Asesinato!Hayunintervalodesilencio.Mueveunmagrobrazo,lentamente,hastaposarlosobresugarganta.

Le recorre un escalofrío y se da la vuelta en la paja. Retira el brazo de su garganta y lo alargadébilmente;cogeunpuñadodepajadelcostadohaciaelquesehavuelto.Parece imaginarsequehaagarradoelbordedealgo.Veoquesus labiosempiezanamoversedenuevo.Entroenel establo sinhacerruido.Miesposamesigue,sinsoltarmelamano.Ambosnosinclinamossobreél.Vuelveahablardormido.Estavezdicecosasextrañas,dementes.

—Ojosgrisesyclaros—leoímosdecir—,yelpárpadocaídosobreelojoizquierdo.Cabellorubiopajizo,conunavetadorada.¡Deacuerdo,madre!Rubia.Brazosblancos,pequeñasmanitasdedama,unpocoenrojecidasalrededordelasuñas.Elcuchillo.Elmalditocuchillo…primeroauncostado,despuésalotro.¡Ajá,diablesa!¿Dóndeestáelcuchillo?

Secallayderepentesemuestrainquieto.Levemosretorcerseentrelapaja.Levantaambasmanosyjadeahistéricamenteenbuscadeaire.Susojosseabrende repente.Porunmomentonomiranhacianada en concreto; tienen un brillo vacuo. Después vuelven a cerrarse en un sueño profundo. ¿Estásoñando todavía?Sí, pero el sueñoparecehaberproseguidopornuevosderroteros.Cuandovuelve ahablar, su tono ha cambiado; las palabras son escasas; las repite una y otra vez en un tono triste eimplorante.

—¡Diquemeamas!Tequierotanto…¡Diquemeamas!¡Diquemeamas!Sehundeenunsueñocadavezmásprofundo,repitiendodébilmenteestaspalabrashastaqueacaban

pormorirensuslabios.Después,yanohablamás.Para entonces, la señora Fairbank ha superado su terror. Ahora se encuentra devorada por la

curiosidad. La miserable criatura tumbada en la paja ha apelado al aspecto más imaginativo de sucarácter. Su ilimitado apetito por el romance desea saber más. Me agita impacientemente el brazomientrasdice:

—¿Hasoído?¡Hayunamujerdetrásdetodoesto,Percy!¡Setratadeunasuntodeamoryasesinato,Percy!¿Dóndeestálagentedelaposada?Vealpatioyllámalosotravez.

Miesposaesoriginaria,porpartedemadre,delsurdeFrancia.ElsurdeFranciaproducemujeresbellasydetemperamentocálido.Nodirémás.Loshombrescasadosentenderánmiposición.Quizáalossolterosharáfaltadecirlesquehayocasionesenlasquedebemosnosoloamaryhonraranuestrasmujeres…sinotambiénobedecerlas.

Mevuelvohacialapuertaparaobedeceramiesposaymetopodebrucesconunextrañoquesehaacercado a nosotros sin que advirtiéramos su presencia. El desconocido es un viejo pequeño,

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somnoliento y sonrosado; con cara de pan y testa calva y brillante. Lleva puestos unos bombachospardosyunabrigonegroantiguoyrespetable.Sientoinstintivamentequemeencuentroanteeldueñodelaposada.

—Buenos días, señor—dice el sonrosado viejo—. Soy un poco duro de oído. ¿Era usted quienllamabahaceunmomentodesdeelpatio?

Antesdequepuedaresponder,miesposaseinterpone.Insiste(conunavozestridenteadaptadaaladurezadeoídodenuestroanfitrión)ensaberquiéneselpobredesgraciadoqueestádurmiendoenlapaja.

—¿Dedóndeviene?¿Porquédicecosastanterriblesmientrasduerme?¿Estásolteroocasado?¿Seha enamorado alguna vez de una asesina? ¿Qué tipo de mujer era? ¿Le acuchilló realmente? Enresumen,queridoseñorpatrón,¡cuéntenostodalahistoria!

ElqueridoseñorpatrónesperaadormecidoaquelaseñoraFairbankhayaterminadodeabrumarle,ydespuésleofreceunarespuestacomolaquesigue:

—Su nombre es Francis Raven. Es metodista independiente. En su último cumpleaños cumpliócuarentaycinco.Yesmimozodecuadra.Esaessuhistoria.

El cálido temperamento sureño de mi esposa se traslada hasta su pie y encuentra un modo deexpresiónadecuadoenunpisotónquedescargacontraelsuelodelpatio.

Eladormecidodueñodelaposadasevuelveparacontemplarloscaballos.—Unbuenpardecaballos,esosdosdelpatio.¿Quierequeselosguardeenlosestablos?Respondoafirmativamentemedianteunmovimientodecabeza.Elpatrón,intentandoseragradable

conmimujer,vuelveadecirle:—VoyadespertaraFrancisRaven.Esmetodistaindependiente.Ensuúltimocumpleañoscumplió

cuarentaycinco.Yesmimozodecuadra.Esaessuhistoria.Trashabernosofrecidolasegundaedicióndesuinteresantenarrativa,eldueñoentraenelestablo.

LeseguimosparavercómopiensadespertaraFrancisRavenyquévaapasardespués.Laescobadelestabloestáenunaesquina,apoyadacontralapared.Elpatrónlatoma,avanzahaciaeldormidomozoylarestriegafríamentesobreélcomosideunabestiasalvajeencerradaenunajaulasetratara.FrancisRaven se levanta de un salto profiriendo un grito de terror. Nos mira salvajemente con un hórridodestellodesospechaensusojos,peroenuninstanterecobralacompostura,yderepenteseconvierteenunsirvientedecente,tranquiloyrespetable.

—Leruegomedisculpe,señora.Leruegomedisculpe,caballero.Eltonoyelmodoenquesedisculpaestánporencimadesuaparentesituaciónenlavida.Empiezo

acontagiarmedelinterésdelaseñoraFairbankporestehombre.Ambosleseguimoshastaelpatioparaverloqueharáconloscaballos.Elmodoenquelevantalapataheridadelcaballocojomeconfirmadeinmediatoqueconocesutrabajoalaperfección.Rápidaytranquilamenteconducealosanimaleshastaunestablovacío.Rápidaytranquilamente,tomatambiénuncubollenodeaguacalienteeintroducelapataheridadelcaballoensuinterior.

—Elaguacalientereducirálainflamación,señor.Despuéslevendarélapata.Todoloquehace,lohaceconinteligencia;todoloquedice,lodiceconunpropósito.Nadaextraño

nisalvajehayahoraenél.¿Acasoesesteelmismohombrealqueoímoshablardormido?¿Elmismohombrequesedespertóprofiriendoaquelgritodeterroryconaquellahórridasuspicaciaenlosojos?Medecidoaprobarleconunaodospreguntas.

—Nohaymuchoquehacerporaquí—ledigoalmozo.

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—Apenasnada,señor—respondeél.—¿Sealojaalguienenlaposada?—Laposadaestáprácticamentevacía,señor.—Empezabaapensarqueestabantodosmuertos.Noconseguíaquemeoyeranadie.—Elpatrónestábastantesordo,señor,yelcamarerohaidoahacerunosrecados.—Sí;yustedestabacompletamentedormidoenelestablo.¿Echaamenudolasiesta?Eldesgastadorostrodelmozodecuadraseruborizadébilmente.Susojossealejanporprimeravez

de los míos. La señora Fairbank me pellizca el brazo furtivamente. ¿Estamos por fin a punto dedescubriralgo?Repitomipregunta.Elhombrenotieneotraalternativaeducadaqueresponderme.Larespuestallegaenestostérminos:

—Estabacompletamenteagotado,señor.Jamásmehabríaencontradodurmiendoduranteeldíadenoserporeso.

—¿Agotado,eh?Habráestadotrabajandoduro,supongo.—No,señor.—¿Entonces,cuáleslacausa?Vuelveadudar,yrespondearegañadientes.—Estuvedespiertotodalanoche.—¿Despiertotodalanoche?¿Algunafestividadenelpueblo?—Nadaporelestilo,señor.—¿Acasohayalguienenfermo?—Nadieenfermo,señor.Estarespuestaes laúltima.Pormuchoquelo intento,nopuedosacarlenadamás.Sevuelveyse

mantieneocupadoatendiendolapatadelcaballo.AbandonoelestabloparahablarconelpatrónsobreelcarruajequenoshadellevarderegresoaFarleighHall.LaseñoraFairbanksequedajuntoalmozodecuadraycuandomemarchomeobsequiaconunamiradareveladora.Lamiradadiceclaramente:

—Piensodescubrirporquéestuvodespiertotodalanoche.Déjameamíyverás.Elalquilerdelcarruajesellevaacaboconfacilidad.Laposadatieneuncaballoytambiénuncoche.

Elpatróntieneunahistoriasobreelcaballoyunahistoriasobreelcoche.Separecena lahistoriadeFrancisRaven,conlaexcepcióndequenielcaballonielcochetienenafiliaciónreligiosa.

—Ensupróximocumpleaños,elcaballocumpliránueve.He tenidoelcocheduranteveinticuatroaños. El señorMax deUnderbridge, él crio el caballo; y el señor Pooley deYeovil, él construyó elcoche.Esmicaballo,yesmicoche.Yesaessuhistoria.

Tras haber aliviado sumente del peso de estos detalles, el patrón procede a ponerle el arnés alcaballo. Para ayudarle, arrastro el coche hasta el patio. La señora Fairbank aparece cuando hemosterminadonuestrospreparativos.Pocodespués,elmozodecuadralasiguealpatio.HavendadolapatadelcaballoyestálistoparallevarnoshastaFarleighHall.Observosignosdeagitaciónensurostroysucomportamiento, lo queme sugiere quemi esposa ha logrado vencer su resistencia. Se lo preguntoprivadamenteenunaesquinadelpatio.

—¿Ybien?¿Hasdescubiertoporquéhapasadotodalanocheenvela?LaseñoraFairbanktieneciertacapacidadparaeldramatismo.Enlugarderespondermesencillay

llanamente,síono,suspendeelinterésyexcitaalaaudienciamedianteotrapregunta:—¿Quédíadelmeseshoy,querido?—Unodemarzo.

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—Eldíaunodemarzo,Percy,eselcumpleañosdeFrancisRaven.Intentoparecerinteresadosinconseguirlo.—Francisnació—continúalaseñoraFairbankcongravedad—alasdosenpuntodelamañana.Empiezoapreguntarmesielintelectodemimujerhaseguidoelmismocaminoqueeldeldueñode

laposada.—¿Esoestodo?—pregunto.—Esono es todo—responde la señora Fairbank—. Francis Raven se pasa la madrugada de su

cumpleañossentadoenvelaporquetienemiedodeacostarse.—¿Yporquétienemiedodeacostarse?—Porquesuvidacorrepeligro.—¿Eldíadesucumpleaños?—Eldíadesucumpleaños.Alasdosenpuntodelamadrugada.Contodaregularidad.Entonces se calla. ¿No ha descubierto nada más? Hasta ahora nada más. Esta vez empiezo a

sentirmeverdaderamente interesado.Mepreguntoansiosamentequésignifica todoaquello.LaseñoraFairbankseñalamisteriosamenteendirecciónalcoche,enelqueFrancisRaven(hastaahoramozodecuadra,apartirdeahorachófer)esperaaquenossubamos.Elcochetieneunasientoparadosalfrenteyotroparaunasolapersonaenlapartetrasera.Miesposamedirigeunamiradadeavisoysecolocaenelasientodelantero.

El resultadodeestemovimientoesque la señoraFairbankpermanece sentada junto al conductorduranteunviajedealgomásdedoshoras. ¿Deboaclarar el resultado?Hacerlo seríaun insultoa suinteligencia.Dejeque leofrezcami sitioenel coche.Ydejeque seaFrancisRavenquiencuente suhistoriaconsuspropiaspalabras.

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SEGUNDANARRACIÓN

LAHISTORIADELMOZO.CONTADAPORÉLMISMO

Hanpasadodiezañosdesdeeldíaenquerecibíelprimeravisodemidesgracia,atravésdelavisióndeunsueño.

Serécapazdecontárselomejorsihacenelfavordeimaginarseaustedesmismostomandoeltéconnosotros,ennuestrapequeñagranjadeCambridgeshire,hacediezaños.

El día empezaba amarcharsey éramos tres a lamesa:mimadre, yomismoy la hermanademimadre,laseñoraChance.Lasdoseranescocesasdenacimiento,yambaseranviudas.Queyoseacapazderecordar,nohabíamássemejanzasentreellas.MimadrehabíavividotodasuvidaenInglaterra,ynoteníamásacentoescocésdelquepuedateneryo.MitíaChancenohabíasalidodeEscociahastaquevinoavivirconnosotrosparaayudaramimadreamantener lacasadespuésdel fallecimientodesuesposo.Ycuandoabríalabocapodíaoírustedpuroescocés.¡Yapuedeimaginárselo,siesquealgunavezlohaoído!

Loquesucedióaquellatardefuequedebatimosunproblemadeciertasconsecuencias.Setratabadelosiguiente:siyoibaaobrarbienono,alrealizarunlargoviajeapiealdíasiguiente.

Eldíasiguienteresultabasereldíaantesdemicumpleaños,yelpropósitodemiviajeeraofrecermeparaelpuestodemozodecuadraenunagranmansióndelcondadovecino.Segúnteníaentendido,elpuesto ibaaquedarvacanteenunas tressemanascon todaseguridad,yyoestaba tanbienpreparadoparaquemeaceptarancomocualquierotrohombre.Endíasmejores,mipadrehabíasidoelencargadodeunestablodeentrenamiento,ymehabíamantenidoempleadoentrecaballosdesdelaadolescencia.Disculpen que les entretenga con estos pequeños detalles. Todos están relacionados conmi historia,comoprontopodrándescubrir.

Mipobremadresemostrabamuertadepreocupacióndebidoamimarchaaldíasiguiente.—Nuncapodrásandartodoelcaminohastaallíyluegovolveracasaantesdequecaigalanoche.

Alfinaltodoquedaráenquehabrásdormidofueradecasaeldíadetucumpleaños.Nuncahashechoesodesdequemuriótupadre,Francis.Ynomegustaquelohagasahora.Esperaundíamás,hijomío.Tansoloundíamás.

Pormiparte,meincomodabacomportarmedeunamaneratanperezosa,ynopodíasoportarlaideaderetrasaraquellavisita.Inclusounsolodíapodíamarcartodaladiferencia.Algúnotrohombrepodríallegarantesqueyoyhacerseconelempleo.

—Piensaentodoeltiempoquellevosintrabajo—dije—ynomepidasqueretraseelviaje.Notefallaré,madre.Estaréaquímañanaporlanocheaunquetengaquegastarmemisúltimosseispeniquesenunviajeencarro.

Mimadremeneólacabeza.—Nomegusta,Francis.¡Nomegusta!Nohabíamaneradehacerlacambiardeopinión.Discutimosydiscutimoshastaqueambosllegamos

auncallejónsinsalida.Finalmentedecidimosdemutuoacuerdodejarquelacuestiónfuesedirimidaporlahermanademimadre,laseñoraChance.

Mientrasmimadreyyointentábamosconvencernoselunoalotrocontodasnuestrasfuerzas,mitíaChance había permanecido tan muerta como un pescado, sorbiendo su té y pensando en sus cosas.

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Cuandolesolicitamossuopinión,pareciódespertarse.—¿Estáislosdosdeacuerdoensometerosamipobrejuicio?—dijoconsucerradoacentoescocés.

Ambosrespondimos:—Sí.Despuésdeaquello,mitíaChancerecogiólamesayacontinuaciónsacódelrefajodesuvestido

unabarajadecartas.Porfavor,noquisieraqueinterpretaranquehizoestoalaligera,conlaintencióndeentretenernosa

mimadreyamí.MitíaChancecreíaseriamentequepodíaaveriguarelfuturoleyendolafortunaensuscartas.Nuncahacíanadasinantesconsultarconellas.Nopodíadarunamuestramásseriadesuinteréspor mi bienestar que la prueba que ahora me ofrecía. Y no lo digo de un modo profano; tan solomenciono el hecho de que las cartas, de algún modo incomprensible, se habían mezclado con susconvicciones religiosas.Actualmenteunopuede encontrarse congente que cree comunicarse con losespíritusatravésdemesasysillas.Siguiendoelmismoprincipio(siesquehayalgúnprincipioentodoesto),mitíaChancecreíaquelaprovidenciasemanifestabaatravésdelascartas.

—Tantositienesrazóncomosiestumadrequienlatiene,tantosiharíasbienomal,marchándoteoquedándotemañana, las cartas te lo revelarán.Estamos enmanos de la providencia.Las cartas te lorevelarán.

Aloíraquello,mimadrevolviólacabezahaciaunlado,conelrostroalgoagriado.Lasideasdesuhermanasobrelascartaseranpocomásqueunablasfemiaparaella.Peroseguardósuopiniónparasímisma.MitíaChance,parasersinceros,habíaheredadoatravésdesudifuntoesposounapensióndetreintalibrasalaño.Eraunacontribuciónimportantealaeconomíadelacasa,demodoquenosotros,comoparientespobres, debíamos tratarla concierto respeto.Encuanto amí, aunquemipobrepadrenuncapudohacernadapormíantesdeverseendificultades,almenosmediounabuenaeducación;yme crio (gracias aDios) libre de supersticiones de todo tipo.En todo caso, en aquellos días bastabapocoparaentretenerme,¡demodoqueesperéaquemeleyera la fortunacon tantapacienciacomositambiéncreyeraenello!

Mitíaempezósuabracadabraquitandodelabarajatodaslascartasinferioresasiete.Barajóelrestoconlamanoizquierda,parafavoreceralasuerte,ymelasdioparacortar.

—Conlamanoizquierda,Francie.¡Acuérdatesiempre!¡Confíaenlaprovidencia,peronoolvidesquelasuerteestáentumanoizquierda!

Aaquelceremoniallesiguióunalargayelaboradarondadeeliminacióndecartas,demodoquesunúmerosefuerareduciendohastaquesoloquedaronquince,extendidasordenadamentefrenteamitíaformandounsemicírculo.Lacartaquehabíaquedadoenelextremoderechodelcírculoera,segúnlasreglas,lacartaelegidapararepresentarmeamí.Deunmododelomásapropiadopararepresentaraunmozodecuadrasintrabajo,lacartaresultóserelreydeoros.

—Cojo el rey de diamantes —dijo mi tía—. Cuento siete cartas de derecha a izquierda, yhumildementepidounabendiciónparaloquesigue.

Mitíacerrólosojoscomosiestuvieradandolasgraciasantesdecomercarne,yextendióhaciamílaséptimacarta.Lareinadeespadas.Mitíaabriólosojosapresuradamenteydirigióunamiradaastutaenmidirección.

—La reina de espadas representa a unamujer de pelo oscuro. ¿Acaso piensas en secreto en unamujerdecabellososcuros,Francie?

Cuandounhombrehaestadolejosdecualquierlugardurantemásdetresmeses,sumentenopierde

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demasiado el tiempo pensando enmujeres, sean rubias omorenas. Estaba pensando en el puesto demozode cuadra en lamansión,y así intentédecirlo.Peromi tíaChancenomeescuchaba.Tratómiinterrupcióncondesprecio.

—¡Tut-tut! ¡Ahíestá lacarta, en tumano!Sinoestáspensandoenellahoy,ya loharásmañana.¿Quétienedemalopensarenunamujerdecabellososcuros?Yomismalostuveoscurosantesdequemipelosevolvieragris.Mantentetranquilo,Francie,yobservalascartas.

Contemplélascartastalycomosemehabíasolicitado.Quedabansietesobrelamesa.Mitíaretiródosdeunextremoyotrasdosdelotro;despuésmesolicitóqueescogieradosdelastresquequedabanenlamesa.Cogíelasdebastosyeldiezdeoros.MitíaChanceelevólosojoshaciaeltechoconunamiradadegratituddevotaquepusoamimadrealbordedesupaciencia.Elasdebastosyeldiezdeoros significaban, de aparecer juntos, tres cosas. Primero: buenas noticias (¡evidentemente, noticiassobreelpuestodemozodecuadra!);segundo:quemeesperabaunviaje(haciendoreferenciadirectaami expedicióndel día siguiente); terceroyúltimo:una sumadedinero (¡probablemente el sueldodemozo!), que únicamente esperaba a encontrar el camino hasta mis bolsillos. Tras haberme leído lafortunaentanhalagadorestérminos,mitíadeclinócontinuarconelexperimento.

—¡Eh, muchacho! Reclamarle a las cartas más de lo que estas ya nos han dicho es tentar a laprovidencia.Acudemañana a esamansión.Unamujer de cabellos oscuros te estará esperando en lapuertayteayudaráaconseguiresepuestodemozo,conlasgratificacionesyrequisitosqueconlleve.¡Yquizá, cuando tus bolsillos estén repletos de dinero, no te olvidarás de tu tía Chance, que tiene quemantenerseensudesdichadaviudez(conlaayudadelaprovidencia)contansolotreintalibrasalaño!

Prometí acordarme de mi tía Chance (quien por cierto tenía el defecto de ser una personaterriblemente codiciosa y tacaña) en aquella próxima y feliz ocasión en la quemis pobres y vacíosbolsillossevieranrellenosalfin.Trashaberlohecho,miréamimadre.Habíaaceptadoquesuhermanamediara en nuestra disputa y su hermanamehabía concedido su favor.Nopusomás objeciones. Selevantósilenciosamente,mebesóy,trassuspiraramargamente,abandonólahabitación.

MitíaChancenegóconlacabeza.—Dudo,Francie,quetupobremadretengalamásligeraideadelavalíadelascartas.Alamanecerdeldíasiguientemepuseenmarcha.Alabrirlapuertadeljardínmiréhacialagranja.

Mimadreestabaasomadaaunadelasventanas,conelpañuelopegadoalosojos.MitíaChanceestabaenotra,manteniendoenaltolareinadeespadasparadarmeánimos.Lassaludéaambasconlamanoamodo de despedida y salí con viveza a la carretera. Era el último día de febrero. Tengan ahora laamabilidadderecordarqueelprimerodemarzoeraeldíademinacimiento,ylasdosenpuntodelamañanalahoraexactadelmismo.

Ahorayasabenporquéabandonémicasaaqueldía.Losiguienteescontarloquesucedióduranteelviaje.

Considerando la distancia, llegué hasta la gran mansión en un tiempo bastante razonable. Sinembargo,laprofecíadelascartasresultósererróneaantelaprimeraprueba.Lapersonaquemerecibióenlapuertadeentradanofueunamujerdecabellososcuros.Dehecho,nisiquieraeraunamujer,sinounmuchacho.Mecondujohastaeldespachodelosempleadosy,denuevo, lascartasseequivocaronpor completo. Me encontré no con una mujer, sino con tres, y ninguna de ellas tenía los cabellososcuros.Yahedichoquenosoysupersticioso,yhedicholaverdad.Perodeboreconocerquesentíunapequeñaagitaciónenmicorazóncuandomeinclinéanteelamadellavesylecontéelasuntoquemehabíallevadohastalacasa.Surespuestacompletóeltríodeerroresdelalecturadelporvenirdelatía

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Chance.Mimalasuerteseguíapersiguiéndome.Otrohombrehabíasolicitadoelpuestoaquellamismamañanaylohabíaconseguido.

Metraguéladecepciónlomejorquepudeyledilasgraciasalamadellaves.Despuésfuihastalaposadadelpuebloparadescansarunratoycomeralgo,doscosasdelasqueparaentoncesyaempezabaaestarverdaderamentenecesitado.

Antesdereiniciarelcaminoderegresoacasa,hicealgunaspreguntasenlaposadaydescubríquepodría ahorrarme algunos kilómetros de trayecto si seguía una nueva carretera en vez de volver pordondehabíallegado.Armadoconlasindicaciones,repetidasenvariasocasiones,sobrelosdesvíosquetendríaqueseguir,mepuseenmarchaycaminéhastaelanochecer,deteniéndomeunasolavezparacomeralgodepanyqueso.Justocuandoestabaempezandoaoscurecer,sepusoalloveryempezóalevantarsealgodeviento.Paraempeorarlascosas,meencontrabaenunapartedelacomarcaconlaqueno estaba familiarizado en absoluto, aunque suponía que podía encontrarme a unos veinticincokilómetrosdecasa.Elprimer lugarqueencontréparapreguntarfueunasolitariaposadadecarretera,situadaalasfaldasdeunespesobosque.Peseaqueellugarparecíamuysolitario,erabienrecibidoporun hombre hambriento, sediento, con los pies destrozados y empapado. El patrón era educado y deaparienciarespetable,yelprecioquepidióporunacamamepareciólosuficientementerazonable.Meapenaba decepcionar a mi madre, pero no había ningún medio de transporte disponible y no podíaseguircaminandotalycomoestabalanoche.Miagotamientoprácticamentemeobligóadetenermeenlaposada.

Podría decir demímismo que soy un hombremesurado.Mi cena consistió únicamente en unaslonchasdebeicon,unarodajadepancaseroyunapintadecerveza.Trasaquellafrugalcenanomefuideinmediatoalacama,sinoquemesentéconelpatrónahablardemismalasperspectivasdefuturoydemilargatemporadademalasuerte.Deaquellostemaspasamosaloscaballosyalascarreras.Nadase dijo durante aquella conversación, ni por mí ni por mi anfitrión ni por ninguno de los escasospresentesqueseencontrabanaquellanocheenelbar,nada,repito,quehubierapodidoexcitarmimente,despertarmiimaginación(queenlosmejoresmomentostiendeaserpoca)oalterarmisentidocomún.

Pocodespuésdelasoncelacasaquedócerrada.Acompañéalpatrónensurondaylesostuvelavelamientrasasegurabalaspuertasylasventanasinferiores.Percibíconsorpresaelcalibredeloscerrojos,barrasyforrosdehierrodelospostigos.

—¿Sabe?,solemosestarbastanteasolasporaquí—dijoelpatrón—.Ynuncahemossufridoningúnintentoderobo,peronuncaestádemásprevenir.Cuandonohaynadiedurmiendoaquí,yosoyelúnicohombredelacasa.Miesposaymihijasontímidas,ylacriadasigueelejemplodesusseñoras.¿Quiereotrajarradecervezaantesdeacostarse?¡No!Vaya,nopuedoentendercómounhombresobriocomoustedpuedepermanecerdesempleado.Aquíesdondevaadormir.Estanocheesustedelúnicohuéspedycreoquepodrádecirsinceramentequemiseñorahahecho todo loposibleparaquesesientaustedcómodo.¿Estásegurodequenoquiereotrajarradecerveza?Muybien.Buenasnoches.

Segúnel relojdelpasillo,cuandosubimosa lahabitación,queestabasituadaenelsegundopiso,eranlasonceymedia.Miventanadabaalbosquequeseextendíadetrásdelacasa.

Cerré la puerta con pestillo, coloqué la vela sobre la cajonera yme preparé para acostarme, tanagotadoestaba.Elvientodesapacibleseguíasoplandoconintensidadyelsolemnegemidoqueproducíaalcruzarelbosqueresultabaterribledeoírenmitaddelsilenciodelanoche.Sintiéndomeextrañamentedespierto,decidímantenerlavelaencendidahastaqueempezaseasentirmesomnoliento.Lociertoesque no me sentía a gusto. Estaba deprimido debido a la decepción sufrida por la mañana, y me

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encontrabaagotadodebidoamilargamarcha.Entreunacosaylaotra,admitoquenopodíasoportarlaperspectivadeyacertodalanochedespiertoenlaoscuridadoyendoeldeprimentelamentodelvientoqueatravesabaelbosque.

El sueño se apoderó demí antes de queme hubiera dado cuenta. Seme cerraron los ojos y caícompletamenterendidosinnisiquierapensarenapagarlavela.

Lo siguiente que recuerdo es un débil escalofrío que me recorrió de la cabeza a los pies, y unhorroroso sentimiento de profundo dolor en el corazón; un dolor como nunca había sentido conanterioridad. El escalofrío únicamente alteró mi sueño. El dolor me despertó de inmediato. En unmomentopasédeunestadodesueñoaotrodevigilia;misojosseabrierondeparenpar,ymimenteseaclarótancompletayrepentinamentecomodemilagro.

Lavela sehabía fundidocasihasta elúltimo trozodecera,peroaúnquedabaalgodemecha sinconsumirylaluzseguíabrillando,porelmomento,confuerza.

Viunapersonaenmihabitacióninterponiéndoseentreelpiecerodelacamaylapuertacerrada.Lapersonaeraunamujerquemecontemplabaconuncuchilloenunadelasmanos.

Noesningúncréditoparamicorajeadmitirlo,perolaverdadeslaverdad:mequedécompletamentesinhabladebidoalterror.Allíestabayo,tumbado,conlosojosclavadosenlamujer.Yallíestabaella(conelcuchilloenlamano)clavandosusojosenmí.

Nodijo una sola palabramientras nos contemplamosmutuamente los rostros, peropocodespuésempezóamoverse.Amoverselentamentehaciaelcostadoizquierdodelacama.

Laluzledabadellenoenlacara.Eraunamujerhermosa,conelcabellorubiopajizoyunosojosgrisesyclaros.Teníaelpárpadoizquierdounpococaído.Percibíestosdetallesylosgrabéenmimenteantes incluso de que hubiera llegado al lado de la cama. Sin decir una sola palabra, sin cambiar enabsolutolapétreainexpresividaddesurostro,ysinquesuspisadasprodujesenelmásmínimosonido,lamujersiguióacercándosemásymás.Sedetuvojuntoalacabeceradelacamayblandióelcuchillopara clavármelo. En un primer momento me cubrí la garganta con el brazo pero, al ver el golpedirigiéndosehaciamí,arrojélamanohaciaelladoderechodelacamaehicerodarelcuerpojustoenelmomentoenqueelcuchillopasabarozándomeelhombro.

Misojossequedaronfijosensubrazoysumano.Medioeltiemposuficienteparacontemplarlosmientrasextraíalentamenteelcuchillodelcolchón.Eraunbrazoblancoybienformado,rematadoporunadelicadamanodedamaconunruborrosáceoalrededordelasuñas.

Extrajoelcuchilloyvolvióaretrocederlentamentehastaelpiecerodelacama.Allísedetuvounmomento para observarme, y luego volvió a acercarse sin decir una sola palabra, sin cambiar enabsolutolapétreainexpresividaddesurostro,ysinquesuspisadasprodujesenelmásmínimosonido,hastallegaralextremodelacamaenqueestabayoahora.

Alacercarse,volvióaelevarelcuchillo,demodoqueyomearrojéhaciaelextremoizquierdodelacama.Denuevohundióelarmaenelcolchónconunágilmovimientodelbrazo;y,delmismomodoqueantes,volvióafallarporunpelo.Estavezmisojossequedaronclavadosenelcuchillo.Eraunadeesasgrandesnavajasconlasquelostrabajadorescortanelpanyelbeicon.Susdelicadosdedosapenasllegabanacubrirmásdedosterciosdelaempuñadura.Observéqueestabahechadeastadeciervo,yqueparecíatanlimpiaybrillantecomolahoja.Todalanavajateníaaparienciadesernuevadetrinca.

Lamujerextrajoporsegundavezelcuchillodelcolchóny,derepente,loocultóenlaanchamangadesuvestido.Unavezhechoaquello,sedetuvojuntoalacama,observándome.Duranteunmomentolavi permanecer en aquella posición.Después, lamecha se desprendióde la vela y cayó sobre la cera

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derretida.Lallamaseredujohastaunpuntitoazulylahabitaciónseviosumidaentinieblas.

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Tansolotranscurrióunmomento,omenossiesqueesoesposible,antesdequelamechavolvieraaprenderporúltimavezprovocandounaabundantehumareda.Cuandosurgióaquelúltimodestellodeluz,misojosaúnseguíanenfocadoshaciaelcostadoderechodelacama.Peropormuchoquemiré,nopudevernada.Lamujerdelcuchillohabíadesaparecido.

Empecéarecuperarme.Podíasentirmicorazónlatiendo,podíaoírellastimosogemidodelvientoenelbosque;ytambiénpudesaltardelacamaydarlaalarmaconlaintencióndedetenerlaantesdequesalieradelacasa.

—¡Asesinato!¡Eh,despierten!¡Asesinato!Nadierespondió.Melevantéyatravesélaoscuridaddelahabitaciónhastallegaralapuerta.Tenía

quehaberentradoporallí,yporallíteníaquehabersalido.Sinembargo,lapuertadelahabitaciónteníaechadoelcerrojo,¡talycomoyolohabíadejadoantes

deacostarme!Meacerquéalaventana.¡Tambiénestabacerrada!Aloírunavozenelexterior,abrílapuerta.Allíestabaelpatrón,dirigiéndosehaciamíporelpasillo

conunavelaencendidaenunamanoyunapistolaenlaotra.—¿Quéesloquepasa?—dijomirándomedeunmodonadaamistoso.Solopuderesponderlemedianteunsusurro.—Unamujer,conuncuchillo.Enmihabitación.Unamujerrubiayhermosa.Mehaatacadoconel

cuchilloendosocasiones.Elevósuvelaymeobservócuidadosamentedelacabezaalospies.—Parecehaberfalladolasdosveces.—Conseguíesquivarelcuchillo.Seclavóenlacamalasdosveces.Entreyvéaloustedmismo.Elpatrónentródeinmediatoeneldormitorioconsuvela.Enmenosdeunminutovolvióasaliral

pasillocompletamenteenfurecido.—¡Queeldiablo se los lleve, austedy a sumujerdel cuchillo!Nohayniuna solamarca en la

cama.¿Quéesloquepretende,entrandoencasadeunhombreyaterrorizandoasufamiliaacausadeunsimplesueño?

¿Un sueño? ¿Acaso lamujer que había intentado acuchillarme no era un ser humano como yo?Empecéatemblarviolentamente.Elmeropensamientodeaquellobastabaparaaterrorizarme.

—Dejarélacasa—dije—.Prefieroestarenlacarreteraamerceddelalluviaydelaoscuridadqueseguirenesahabitacióndespuésdeloquehevisto.Déjemelaluzparaquepuedavestirmeydígamecuántoledebo.

Elpatrónmeacompañóconsuvelahastaelinteriordelahabitación.—¿Que quéme debe?—dijo—. Encontrará su cuenta apuntada en la pizarra que hay abajo.De

habersabidodeantemanolodesussueñosysusgritosnolehabríaadmitidoenmicasaniportodoeldineroquepuedallevarencima.Mirelacama.¿Dóndeestánloscortesquehabríadejadouncuchillo?Mire la ventana. ¿Acaso está forzado el cierre?Mire la puerta (cuyo cerrojo le he oído descorrer).¿Acasoestárota?¡Unaasesinaconuncuchillo!¡Enmicasa!¡Deberíaavergonzarsedesímismo!

Misojossiguieronsumanomientrasseñalabaprimerohacialacama,despuéshacialaventanayporúltimohacialapuerta.Noteníaningúnsentidonegarlo.Lasábanadelacamaestabatanenteracomoeldíaquehabíasidotejida.Laventanaestabacerrada.Lapuertacolgabadesusbisagrascontantafirmezacomosiempre.Recogímisropassindecirnada.Bajamosjuntosalaplantabaja.Miréelrelojdepareddelbar.Pasabanveinteminutosdelasdosdelamadrugada.Paguélacuentayelpatrónmedejósalir.

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Habíadejadodellover,perolanocheeraoscurayelvientoacarreabamásfríoqueantes.Aunquepocome importaban la oscuridad, el frío o las dudas sobre el camino de regreso a casa. Mi mente seencontrabalejosdetodasaquellascosas.Mimenteseconcentrabaenlavisiónquemehabíaasaltadoenel dormitorio. ¿Qué era loquehabíavisto? ¿Qué era loquehabía intentado asesinarme? ¿Se tratabaacasodeunacriaturasoñada?¿Oquizáhabíasidoeseotrotipodecriaturaprovenientedelmundoqueexistemásalláde la tumbayque loshombres llamanfantasma?Nopudecomprendernadamientrasandabaenplenanoche.Y seguía sin comprenderloalmediodíadeldía siguiente cuando,despuésdehabermeperdidorepetidasveces,meencontréporfinfrentealapuertademicasa.

Mimadresaliósolapara recibirme.Nohabíasecretosentrenosotros.Leconté todo loquehabíasucedido,delmismomodoqueseloacabodecontaraustedes.

Mantuvosilenciohastaquehubeterminado.Despuésmepreguntó:—Francis,¿quéhoraeracuandovistealamujerdetusueño?Habíamiradoelrelojaldejarlaposada,yhabíavistoquelasmanillasindicabanlasdosyveinte.

Restandoeltiempoquehabíaperdidohablandoconelpropietarioyelquehabíaempleadoenvestirme,calculéquedebíadehabervistoporprimeravezalamujeraesodelasdos.Dichodeotromodo:nosolo la había visto el día demi cumpleaños, sinoque semehabía aparecido a lamismahorademinacimiento.

Mimadrepermanecióensilencio.Perdidaensuspropiospensamientos,metomódelamanoymecondujohastaelsalón.Suescritorioreposabasobrelamesa,juntoalachimenea.Loabrióymeindicóquemesentaraasulado.

—¡Hijomío!,tumemoriaesmalaylamíaempiezaafallar.Descríbemedenuevoalamujer.Quieroquedentrodealgunosañospodamossercapacesdereconocerlacontantafacilidadcomoloharíamosahora.

Obedecí,preguntándomeenquéestaríapensandomimadre.Hablé,yellaescribiócadapalabraquesurgiódemislabios.

—Ojosgrisesyclaros,yelpárpadoizquierdoligeramentecaído.Cabellorubiopajizo,conunavetadorada.Brazosblancos,pequeñasmanitasdedama,unpocoenrojecidasalrededordelasuñas.

—¿Tefijasteencómoibavestida,Francis?—No,madre.—¿Tefijasteenelcuchillo?—Sí,unaenormenavajacompletamentenueva,conunmangodeastadeciervo.Mimadreañadióladescripcióndelanavaja.Tambiénelaño,elmes,eldíadelasemana,ylahora

en la que lamujer del sueño semehabía aparecido en la posada.Unavezhecho aquello, guardó elpapelensumesa.

—Francis,no lecuentesniunasolapalabradeestoa tu tía.Nose locuentesanadie.Mantén tusueñoensecretoentrenosotrosdos.

Pasaronlassemanasylosmeses.Mimadrenovolvióahablardeltema.Encuantoamí,eltiempo,quetodolocura,acabóporborrardemimemoriaelrecuerdodelsueño.Pocoapoco,laimagendelamujersefuedifuminandomásymás.Pocoapoco,terminópordesaparecerdemimente.

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Yaleshecontadolahistoriadelaviso.Juzguenahoraporsímismossifueonofueunavisocertero,cuandooiganloquepasóeldíademisiguientecumpleaños.

Aquelverano,laruedadelafortunagiróporfinamifavor.Undíaestabafumandomipipacercadelaviejacanteradepiedraquehayalaentradadenuestropueblo,cuandouncarruajesufrióunaccidentequeledioungirocompletoamivida.Fueunaccidentedelomáscomún;tanto,quenomerecelapenanimencionarlo. Una dama conduciendo, un caballo desbocado, un criado cobarde y completamentefueradesícomoúnicoacompañante,yunacanterademasiadocercacomoparasentirsecómodo.Esoestodoloquevi,enapenasunmomento,entredoscaladasdemipipa.Detuveelcaballoalbordedelacanteraymehiceunapequeñaheridaconelejedelcoche.Noeranada,peroladamadijoquelehabíasalvadolavidaysuesposoacudióconellaanuestragranjaaldíasiguienteparatomarmeasuservicioen aquelmismomomento. La dama resultó ser bastantemorena, y podría divertirles oír quemi tíaChanceutilizódeinmediatolaocasiónpararestablecerelcréditodesuscartas.¡Allíestabalapromesadelareinadeespadascompletamentecumplida,graciasaunamujerdecabellososcuros,talycomomelohabíapredichomitía!

—Enelfuturo,Francie,guárdatedecegartealasinterpretacionesdelascartas,puesmetemoque,como los israelitas de antaño, empiezas a poner en duda los dones de la Providencia. No dirémás.Quizá cuando el dinero empiece a derramarse en tus bolsillos tengas a bien no olvidarte de tu tíaChance,abandonadacomoungorriónenlabuhardillaconunaanualidaddetansolotreintalibras.

Permanecíenmipuestodetrabajo(enelWestEnddeLondres)hastalallegadadelAñoNuevo.Poraquelentonces lasaluddemiseñorempezóafallar.Losdoctores leordenaronqueviajaraal

extranjero,ynuestrotratoquedóroto.Peromisuertesiguiósiendopositiva.Cuandoabandonéellugar,lohice,graciasalagenerosidaddemiamableseñor,llevándomeunaasignaciónanualgarantizadaenmemoriadeldíaenquehabíasalvadolavidademiseñora.Enelfuturopodíavolveratrabajarono,segúnme apeteciera.Mi pequeña fuente de ingresos eramás que suficiente paramantenernos amimadreyamí.

MiseñorymiseñoraabandonaronInglaterrahaciafinalesdefebrero.CiertosasuntosrealizadosensunombremeretuvieronenLondreshastaelúltimodíadedichomes,yúnicamentepuderegresaramipueblo en el tren nocturno, para pasarmi cumpleaños, como de costumbre, conmimadre. Cuandolleguéalagranjaerayahoradeacostarse,ylamentécomprobarqueestabalejosdeencontrarsebien.Paraempeorarlascosas,subotellademedicinallevabavacíadesdeeldíaanterior,ynohabíaacudidoarellenarlatalycomoelmédicolehabíaordenadoquehiciese.Esteexpendíasuspropiasmedicinas,demodoquemeofrecíparairabuscarmásdeinmediato.Ellasenegóenredondoy,trashabermeservidolacena,meenviódirectamentealacama.

Mequedédormido,peroalgomástardevolvíadespertarme.Eldormitoriodemimadreestabajustoalladodelmío.OílaspesadaspisadasdemitíaChancerecorriendolahabitacióndeunextremoaotroy,sospechandoquealgoibamal,llaméalapuerta.Losdoloresdemimadrevolvíanamortificarla;eradeltodonecesarioaliviarsusufrimientoloantesposible.Mevestíycorríconlabotellademedicinaenlasmanoshastalacasadeldoctor,alotroextremodelpueblo.Enelprecisoinstanteenquelleguéasucasaelrelojdelaiglesiamarcólasdosmenoscuarto;faltabanquinceminutosparamicumpleaños.Unallamadaalacampanilladelasemergenciasnocturnasatrajoaldoctorhastalaventanadesudormitoriopara hablar conmigo.Me dijo que esperara unmomento y que en seguidame abría la puerta de la

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botica.Mientrasleesperaba,advertílohermosaycálidaqueeralanocheparalasfechasenlasquenosencontrábamos.Desdeallípodíaverlaviejacanteradepiedrajuntoalaquehabíaocurridoelaccidente.La lunabrillaba con tanta claridad en el cielodespejadoque la escena estaba tan iluminada como sifuesededía.

Enunpardeminutoseldoctormedejóentrarenlabotica.Cerré lapuertaobservandoquehabíadejadosuhabitacióncompletamenteiluminada.Amablemente,perdonólanegligenciademimadreysedispusoatrabajardeinmediatoenlacomposicióndelamedicina.Ambosestábamospendientesdelabotella,élrellenándolayyososteniéndolelaluz,cuandooímoslapuertaabrirse.

¿Quiénennuestrotranquilopueblopodríaestardespiertoyrondandoporlacallealasegundahoradelamadrugada?

La persona que había abierto la puerta entró en el radio de acción de la luz de la vela. Paracompletarnuestroasombro,¡lapersonaresultóserunamujer!

Seaproximóhastaelmostradory,colocándoseamilado,retiróelveloconelquesecubría.Enelmomentoenquerevelósurostro,lascampanadasdelasdossonaronenelrelojdelaiglesia.Eraunadesconocidatantoparamícomoparaeldoctor.Ytambiénera,másalládetodacomparación,lamujermásbellaqueyohubieravistoentodamivida.

—Hevistoluzpordebajodelapuerta—dijo—.Necesitounamedicina.Habló con total tranquilidad y entereza, como si salir a la calle a las dos de lamadrugada, para

entrarenelconsultoriodetrásdemíysolicitarunamedicación,fuesealgocompletamentenormal.Eldoctorlacontemplócomosisospecharaquesusojosleestabanengañando.

—¿Quién es usted? —preguntó—. ¿Cómo es que está usted en la calle a estas horas de lamadrugada?

Ellanoprestólamásmínimaatenciónaaquellaspreguntas.Únicamentedijoloquequería.—Tengounterribledolordemuelas.Necesitoláudano.Eldoctorrecuperólacomposturacuandoellalepidióelláudano.Cuandosetratadeláudanoestáen

supropioterreno,¿saben?,demodoqueenestaocasiónsedirigióaellaconmásastucia.—¿Oh,asíqueleduelenlasmuelas?Déjemequelesecheunvistazo.Ellanegóconlacabezaydejóunamonedadedoschelinessobreelmostrador.—Noquisieraimportunarleconeso,doctor.Aquíestáeldinero.Demeelláudano,siestanamable.Eldoctorvolvióadepositarlosdoschelinesensumano.—Nolevendoláudanoadesconocidos—respondió—.Sitieneustedmolestiasdecuerpoomente,

esoyaesotracosa.Estaréencantadodeayudarla.Ellavolvióaguardarseeldineroenelbolsillo.—Ustednopuedeayudarme—dijocon lamismacalmaquehabíademostradohastaentonces—.

Buenosdías.Acontinuaciónabriólapuertadelaconsultaparavolverasaliralacalle.Hastaentoncesyonohabíadichoniunasolapalabra.Habíapermanecidoconlavelaen lamano

(sinsaberquelaestabasosteniendo),conlosojosfijosenellayconlamenteocupadaporsupresencia,como un hombre completamente embrujado. Su apariencia traicionaba con más claridad que suspalabrassudecisiónporautodestruirsedeunmodouotro.Cuandoabrió lapuerta,mialarmaante loquepudierapasarledioamilenguaelimpulsoquenecesitaba.

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—¡Deténgase!—grité—.Espéreme.Quierohablarconustedantesdequesevaya.Ellaelevólascejasconaspectodesorpresadeescasaimportanciayunasonrisaburlonagrabadaen

suslabios.—¿Quépuede tenerustedquedecirme?—secallóunmomentoy rioparasí—.¿Porquéno?—

añadió—.Notengonadaquehacerniningúnlugaralqueacudir.Retrocedióunpasomásyasintióenmidirección.—Esustedunhombreextraño.Creoquelecomplaceré.Leesperoafuera.Lapuertadelaconsultasecerrótrasella.Sehabíamarchado.Meavergüenzaadmitir loqueocurrióacontinuación.Miúnicaexcusaparaelloesquerealmente

estaba embrujado. El caso es que me volví para seguirla sin pensar ni por un solo instante en lamedicinademimadre.Eldoctormedetuvoatiempo.

—Noteolvidesdelamedicina—dijo—.Ysiquieresquetedéunconsejo,notetomesmolestiasporesamujer.Despiertaaljefedepolicía.Preocuparsedeellaessutrabajo,noeltuyo.

Extendíensilencio lamanoparacoger lamedicina.Temíaperder todosurespetosimeatrevíaaresponderle. Debía de haber percibido, igual que yo, que aquella mujer quería el láudano paraenvenenarse. El doctor había adoptado, según mi punto de vista, una postura excesivamenteintransigente.Sencillamente,ledilasgraciascuandomeentrególamedicinaysalí.

Ellaestabaesperándometalycomomehabíaprometido.Caminabalentamentedeunladoaotro;unasiluetaalta,eleganteysolitariabajolosbrillantesrayosdeluna.Estossederramabansobresubellafigura,sobresubrillantepelodorado,sobresusenormesojosgrises…eralaluzquemáslesconvenía.Apenasparecíamortalcuandosedirigióamíparahablarme.

—¿Ybien?—dijo—.¿Quédesea?A pesar de mi orgullo, a pesar de mi timidez y de mi sentido común (por poco que fuese), le

entreguémicorazónenaquelmismoinstante.Latomédelasmanosylereveléloqueestabapensandocontantaconfianzacomosinosconociéramosdesdehacíamediavida.

—Pretende usted destruirse a sí misma—dije—.Y yo pretendo impedírselo. Aunque tenga queseguirlatodalanoche,evitaréquelohaga.

Ellaserio.—Esté tranquilo. Ya ha visto con sus propios ojos que el doctor no tiene ninguna intención de

vendermeelláudano.¿Acasoleimportaqueyovivaomuera?Al preguntar aquello apretómismanos suavemente. Sus ojos buscaron losmíos con unamirada

lánguidayprolongadaquerecorriómicuerpocomofuegolíquido.Lavozsemeapagóenloslabios.Nopuderesponder.

Ellaentendiósinquehicierafaltaquedijeranada.—Soloporhablarmeamablementeyamehadadoganasdeseguirviviendo—dijo—.Laamabilidad

sueletenerunefectomaravillososobrelasmujeres,losperrosydemásanimalesdomésticos.Tansololoshombresseresistenasuinflujo.Tranquilícese.¡LeprometocuidarmetantocomosifueralamujermásfelizdelaTierra!Nodejequeleseparedurantemástiempodesucama.¿Haciadóndesedirige?

Eraunmiserable.¡Mehabíavueltoaolvidardemimadreinclusollevandosumedicinaenlamano!—Voyamicasa—respondí—.¿Dóndesealojausted?¿Enlaposada?Ellaserioamargamenteyseñalóhacialacantera.—Esaesmiposadapor estanoche—dijo—.Cuandomecansédedarvueltas fueallí dondeme

retiréadescansar.

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Caminamosjuntosendirecciónamicasa.Metomélalibertaddepreguntarlesiteníaamigos.—Creíquealmenosmequedabauno—dijo—.Deotromodo,nuncamehabríaencontradousteden

estelugar.Peroresultóquemehabíaequivocado.Haceunashoras,lapuertademiamigosemecerróenlasnarices.Elcriadodemiamigomeamenazóinclusoconllamaralapolicía.Trashaberprobadosuerteensucomarca,yanoteníanadiemásaquienrecurrir,ynadamequedabasalvomimonedadedoschelinesy losharaposque llevopuestos.¿Quéposaderorespetablemedejaríaentrarensucasa?Empecé a caminar preguntándome cómo podría abandonar estemundo sin desfigurarme y sin sufrirmuchodolor.No tienen ustedes ningún río en las cercanías, demodoque no semeocurría ningunaescapatoria;hastaqueleviaustedllamandoa lacampanadelacasadeldoctor.Vi lasbotellasdelaboticacuandoledejóentrar,ydeinmediatopenséenelláudano.Porcierto,¿quéhacíaustedallí?¿Paraquiénesesamedicina?¿Parasuesposa?

—Noestoycasado.Seriodenuevo.—¡No está casado! Vaya, de haberme vestido mejor quizá aún hubiera tenido una oportunidad.

¿Dóndevive?¿Aquí?Paraentoncesyahabíamosllegadoacasademimadre.Lamujerextendiólamanoparadespedirse.

Sintechoysinhogarcomoestaba,yniporunmomentoselehabíaocurridopedirmecobijoparapasarlanoche.Fueideamíaquedescansarabajomi techosinquemimadrenimi tía losupieran.Nuestracocinaestáconstruidaenlapartetraseradelagranja.Podíaquedarseallíhastalamañanasiguientesinquenadie la viera ni oyera.La conduje hasta la cocina y coloquéuna silla junto a los rescoldosdelfuego.Puedoadmitirquefueculpamía;puedoasumirlavergüenza,siloprefierecalificardeesemodo.Peromepreguntoquéhubierahechoustedenmicaso.Demesupalabradehonor:¿habríadejadoustedqueaquellabellísimacriaturapasara lanocheen lacanteracomosi fueseunperrovagabundo?¡QueDiosayudaraalamujerquesealosuficientementeestúpidacomoparaamarleyconfiarenustedsiesqueasíhubieraobrado!

Ladejéjuntoalfuego,ysubíalahabitacióndemimadre.

Si algunavezhapadecidodel corazón, podrá saber loque sufrí en secreto cuandomimadremetomódelamanoymedijo:

—Sientoquetudescansonocturnosehayavistointerrumpidopormiculpa,Francis.Ledilamedicinayesperéasuladohastaqueeldolorremitió.MitíaChanceregresóalacamaymi

madreyyonosquedamosasolas.Medicuentadequesuescritorionoestabaensusitiohabitual,sinoquehabíasidocolocadojuntoalacama,asulado.Ellamevioobservarlo.

—Hoyestucumpleaños,Francis—dijo—.¿Notienesnadaquecontarme?Hastatalpuntohabíaolvidadomisueñoqueenaquelmomentonotuvenilamásremotaideadelo

que podía estar pasando por su cabeza.Durante un instante sentí un temor culpable queme llevó apensarquesospechabaalgo.Volvílacabezahaciaotroladoyrespondí:

—No,madre.Notengonadaquecontarte.Ellameindicóquemeinclinasesobrelaalmohadayquelabesara.—¡QueDiostebendiga,querido!—dijo—,yquecumplasmuchosmás.Mepalmeólamano,cerrósuscansadosojosy,pocoapoco,sefuequedandodormida.Volví a bajar las escaleras sin hacer ruido. Creo que la influencia benefactora de mi madre me

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acompañóduranteaquelbrevetrayecto.Entodocaso,loqueahoravoyacontarlesescompletamentecierto:medetuveconlamanoapoyadasobrelamanilladelapuertadelacocinaymedijeamímismo:

«Supontequeabandonolacasa.Quememarchodelpueblosinvolveraverlaniahablarconella».Si la decisión hubiera estado únicamente enmismanos, ¿acaso no habría cedido a la tentación?

¿Quiénpuedeafirmarlo?Talycomoestabanlascosas,decidínohacerlo.Mientrasaúnestabadudando,lamujermeoyóyabriólapuertadelacocina.Misojosseencontraronconlossuyos.Aquelloacabócontodaresistencia.

Pasamosjuntoslasdossiguienteshoras,sinquenadienosmolestara.Tiemposuficienteparaquemerevelaseel secretodesudesperdiciadavida.Tiemposuficienteparaque tomaraposesióndemí,paraque hiciera conmigo lo que le placiera. Pero no hará falta queme detenga en las desgracias que lahabíanllevadohastaaquelpunto;sondemasiadocomunescomoparainteresaracualquiera.

SunombreeraAliciaWarlock.Habíanacidosiendounadamaycomotalhabíasidoeducada.Perohabíaperdidosuposición,sucarácterysusamigos.Lavirtudtemblabaalverla,yelvicioquesehabíaapoderadodesualmalaacompañaríahastaelfinaldesusdías.Talycomoyaleshedicho,chocanteperocomún.Nosuponíaelmásmínimocambioparamí.Yalohedichoconanterioridad,yvuelvoarepetirlo: estaba completamente embrujado. ¿Es que acaso hay algo extraordinario en ello?Sencillamente, recuerdenquiénerayo.Entre lasmáshonestasmujeresdemimismacondiciónen lavida,¿dóndepodríahaberencontradounacomoella?¿Acasopodíanandarcomoellaandaba?¿Acasopodíantenersumismaapariencia?Cuandomebesaban,¿serezagabansuslabioscomolohacíanlosdeella?¿Teníanacasosupiel,surisa,suspies,susmanos,sutacto?Ellajamáshabíatenidoquesoportarunasolamotadesuciedadsobresucuerpo.Puedodecirlesquesupielerapuroperfume.Cuandomeabrazaba, susbrazosme rodeabancomo lasalasdeunángel,y susonrisamecubría tansuavementecomosifueralaluzdelsol.Puedenreírsedemí,siquieren;ollorarpormí,segúnsutemperamento.Noestoy intentandodisculparme, sencillamente intentoexplicarme.Ustedes songentedemundo; loqueme deslumbraba y enloquecía entonces puede que sea experiencia cotidiana para las personas comoustedes. Caída o no, ángel o diablo, se reducía a lo siguiente: ella era una dama, y yo unmozo decuadra.[4]

Antesdequeelrestodelacasasedespertara,laacompañé(eneltrendelosobreros)hastaunagranciudadindustrialquehabíaennuestracomarca.

Allí,conlaayudademisahorros,pudocomprarseunasropasdecentesyconseguirunalojamientoentreextrañosquenoharíanpreguntasmientrasselespagaseelalquiler.Allí,poniendounaexcusatrasotra, pude visitarla y pudimos planear juntos nuestro futuro. No hará falta que les diga que estabadispuestoahacerlamiesposa.Unhombredemicondiciónsiempresecasaconunamujerdesuclase.

¿Se preguntan si era feliz, entonces? Debería haber sido completamente feliz, de no ser por unpequeñodetalle.Yesquenuncameencontrabadeltodocómodoenpresenciademiprometida.

Noquierodecirquefuera tímidoanteella,niquesospecharadealgo,niquemeavergonzara.Laincomodidaddelaqueestoyhablandoestabacausadaporunadébildudaenmicerebroquemehacíacreerquequizálahubieravistoconanterioridadalamadrugadaquenoshabíamosencontradoencasadeldoctor.Unayotravezmeencontrépreguntándomesisurostronomerecordabaaotro,aunqueeraincapazdeaveriguaracuál.Aquelextrañosentimiento,aquellapreguntaquenuncapodíaresponder,medisgustaba sobremanera; tanto que difícilmente podrían creerlo. Se interponía entre nosotros en losmomentos más extraños; más a menudo, en todo caso, por la noche, cuando las velas estabanencendidas.Yasabrán loquesesienteal intentar recordarunnombreolvidado,ysercompletamente

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incapazdeconseguirlopormuchoqueseintente.Aqueleramicaso.Cadavezqueintentabaencontrarmirostroperdido,fracasabadelmismomodo

queustedfracasóalintentarrecordarsunombre.En tres semanas ya lo habíamos hablado todo, y habíamos preparado cómo iba yo a revelar la

noticiaencasa.SiguiendoelconsejodeAlicia,ibaadescribirlacomootromiembrodelserviciodelacasadeLondresenlaquehabíaestadoempleado.Yanohabíaningúntemordequemimadrepudierasufriralgúndañoderivadodelasorpresa.Susaludhabíamejoradomuchoenaquellastressemanas.Laprimera tardeque fuecapazdevolvera sentarseensusitiohabitualpara tomarel té, reuníelcorajenecesarioylecomuniquéquemeibaacasar.Lapobremujerarrojósusbrazosalrededordemicuelloyrompióallorardealegría.

—¡Oh,Francis!—dijo—.¡Estoytancontentadequehayasencontradoaalguienquepuedacuidardeticuandoyonoesté!

EncuantoamitíaChance,yapuedenimaginarloquehizosinquehagafaltaqueseloespecifique.¡Ah,pobredemí!Sirealmentelascartashubierantenidoalgunavirtudprofética,¡quéterribleavisonospodríanhaberdadoaquellanoche!

Quedóestablecidoquealdíasiguientellevaríaamiprometidaacenaralagranja.

DeboreconocerquemesentíaorgullosodeAliciacuandolacondujehastanuestrosalónalahoraacordada. Nuncame había parecido tan bella como aquel día. Nunca había admirado un vestido encualquierotramujer,¡yenestaocasiónadmiréelsuyocontantaatencióncomosiyomismohubierasidounafémina!Llevabaunvestidonegrodeseda,conmangasycuellosencillosydecolorblanco,yunamodestatocadecolorlavanda,conunarosablancaprendidaaunodesuslados.Mimadre,vestidaconsumejorropadelosdomingos,selevantórevoloteandoparadarlabienvenidaasufuturanuera.Avanzó un par de pasos,medio sonriendomedio sollozando,miró aAlicia directamente al rostro, yentoncessedetuvosúbitamente.Susmejillasemblanquecieronenuninstante,susojoslacontemplaronconhorror,susmanoscayeroninertesaamboscostadosdesucuerpo.Retrocediótorpementeycayóenlosbrazosdemitía,queseencontrabadetrásdeella.Noeraundesmayo:aúnconservabaelsentido.SusojossedesviarondeAliciahaciamí.

—Francis—dijo—,¿noterecuerdaanadaelrostrodeestamujer?Antesdequepudieraresponderseñalóhaciasuescritorio.—¡Tráelo!—gritó—.¡Tráelo!En aquel mismo instante sentí la mano de Alicia posándose sobre mi hombro, y vi su cara

completamenteenrojecidaporlarabia.¡Ynoesdeextrañar!—¿Quésignificaesto?—preguntó—.¿Acasoquiereinsultarmetumadre?Dije algunas palabras para tranquilizarla, aunque no recuerdo exactamente cuáles. Estaba tan

confuso y sorprendido en aquel momento…Antes de que hubiera terminado, oí a mi madre a misespaldas.

Mitíalehabíaacercadoelescritorio.Lohabíaabiertoyhabíatomadounpapeldesuinterior.Lomiró,observóelrostrodeAlicia,levantólalargayahuecadamangadesuvestidoyleexaminóelbrazoylamano.ViqueelmiedosustituíarepentinamentealenfadoenelrostrodeAlicia.Selibródelbrazodemimadre.

—¡Estáloca!—sedijoasímisma—.¡YFrancisnomehabíadichonada!

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Conaquellaspalabras,saliódelahabitación.Yo me dispuse a seguirla, pero mi madre me hizo una señal para que me detuviese. Leyó las

palabrasquehabíaescritasenelpapel.Mientrasibanbrotandolentamentedesuslabios,unatrasotra,señalabahacialapuertaabierta.

—Ojosgrisesyclaros,yelpárpadoizquierdoligeramentecaído.Cabellorubiopajizo,conunavetadorada.Brazosblancos,pequeñasmanitasdedama,unpocoenrojecidasalrededordelasuñas.¡Eslamujerdetusueño,Francis!¡Eslamujerdetusueño!

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Algooscureciólaventanadelsalónalmismotiempoquesepronunciabanestaspalabras.Miréhaciala sombra. ¡AliciaWarlockhabía regresado!Nosestabaobservandodesde laventana. ¡Allí estabaelrostro funesto queme había contemplado en el dormitorio de la solitaria posada! Allí, descansandosobreelpostigode laventana, se apoyaba la adorablemanoquehabía sostenidoel cuchillo asesino.Claroquelahabíavistoantesdeencontrarnosenelpueblo.¡Eralamujerdemisueño!¡Lamujerdemisueño!

Noesperoquenadieapruebeloquevoyacontaracontinuación.Tressemanasdespuésdequemimadrelahubieraidentificadocomolamujerdemisueño,conduje

aAliciaWarlockhastaelaltarylahicemiesposa.Estabaembrujado.Lodirécuantasveceshagafalta:¡estabaembrujado!

Duranteelperiodoanterioramisesponsales,nuestrapequeñaunidadfamiliarenlagranjasehizopedazos.Mimadreymitíadiscutíanconstantemente.Mimadre,creyendoenelsueño,meinstigabaaquerompieraelcompromiso.Mitía,creyendoensuscartas,meurgíaaquemecasara.

La diferencia de opinión entre ambas produjo una disputa, en el curso de la cual, mi tía,completamente inconsciente de su superstición, llegó a sacar las cartas que habían profetizado lafelicidadenmividadecasado,ylepreguntóamimadresinocreíaquesolo«unciegopaganopodríaser tan tonto comopara, tras haber visto aquellas cartas, creer en un sueño».Aquello, naturalmente,colmó la paciencia demimadre.Las siguientes palabras fueronmuchomás duras y llovieron desdeambosbandos.LaseñoraChanceregresómuyenojadaaEscociaparavivirconunosamigos.Medejóunacartaenlaquehabíaescritolasperspectivasparamifuturoreveladasporlascartas,yunadirecciónalaquepodríaenviarleungiropostal.«Estabacercanoeldía—habíaescrito—,enqueFranciepodríaacordarsedeloqueledebíaasutíaChance,queseenfrentabaasudesgraciadaviudedadcontansolotreintalibrasalaño».

Tras haberse negado a dar su consentimiento amimatrimonio,mimadre rechazó también estarpresenteenlabodayvisitaraAliciadespuésdequeestasehubieraconsumado.Nohabíarabiaensuconducta.Creyendo en el sueño como lo hacía, lo único que lamovía era un terrible temor antemiesposa.Yolocomprendíyselopermití.Ningunapalabrasecruzóentrenosotrosaesterespecto.Ahora,miúnicorecuerdofelizesque,aunqueladesobedecíenelasuntodelaboda,almenosaméyrespetéamimadrehastaelfinal.

Encuantoamimujer,Aliciano lamentó lomásmínimo la separaciónentre susuegrayella.Decomún acuerdo, nunca hablamos del tema. Nos establecimos en la ciudad industrial que ya hemencionado,y empezamos a regentar una casadehuéspedes.Mi amable señormeproporcionó, trashabérselo solicitado,unagenerosacantidada cambiodemianualidad.Aquellonospermitióadquiriruna buena casa decentemente amueblada. Durante una temporada las cosas marcharon bien. Puedodescribiresteperiododemividacomounodelosmásfelices.

Mis desgracias comenzaron con la recaída de mi madre en la misma enfermedad que ya habíasufridoconanterioridad.Eldoctormeconfesóqueenestaocasiónexistíapeligro.Naturalmente, trashaberoídoesto,empecéapasarmásymástiempoenlagranja.Tambiénnaturalmente,cadavezquemeausentabadejabaelnegocioacargodemimujer.Pocoapoco,descubríquesuconductahaciamíestabacambiando.Cadavezquelevolvíalaespalda,entablabaamistadcongentededudosaydisipadacalaña.Undía,observéalgoensusmodalesquemehizosospecharquehabíaestadobebiendo.Antesdeque

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hubieraterminadolasemana,misospechaseconvirtióencerteza.Afuerzadetratarconborrachos,ellamismasehabíaconvertidoenunodeellos.

Hice todo loqueunhombrepodríahaberhechopara recuperarla. ¡Fuecompletamente inútil! ¡Enrealidad, Alicia nunca me había devuelto todo el amor que yo sentía por ella! No tenía ningunainfluenciasobresucomportamiento.Nohabíaabsolutamentenadaqueyopudierahacer.Mimadre,alenterarsedeestenuevoproblema,decidiócomprobarsiellapodíaconseguiralgo.Undía laencontrévestidaparasalir.

—Yanomequedamuchotiempoenestemundo,Francis—dijo—.Ynomesentiréagustoenmilechodemuerteanoserquehayahechotodoloposibleporhacertefeliz.Estoydispuestaaolvidarmedemistemoresydemispropiossentimientosparaacompañarteaveratuesposayverquépuedohacerparaqueentreenrazón.Llévamecontigo,Francis.Déjamehacertodoloquepuedapormihijoantesdequeseademasiadotarde.

¿Cómopodíadesobedecerla?Tomamoseltrenhastalaciudad.Soloestabaamediahoradetrayecto.Alaunaenpuntodelatardehabíamosllegadoamicasa.EralahoradecomeryAliciaestabaenlacocina.Fuicapazdeconduciramimadreensilenciohastaelsalónydeprepararamiesposaparalavisita.Aaquellahoraaúnnohabíabebidodemasiadoy,afortunadamente,eldiabloquehabitabaensuinteriorestabadominadoporelmomento.

Me siguió hasta el salón y el encuentro se desarrollómuchomejor de lo que jamásme hubieraatrevidoaprever.Conunúnicoproblema:quemimadre,aunqueintentócontrolarsetodoloquepudo,fueincapazdemiraramiesposadirectamentealrostrocuandohablóconella.ParamísupusounalivioelqueAliciaempezaraaprepararlamesaparalacomida.

Puso el mantel, trajo la bandeja del pan y cortó algunas rebanadas de la hogaza para nosotros.Después regresó a la cocina. En aquelmomento,mientras yomiraba ansiosamente amimadre,mesobresaltéalpercibirensurostroelmismohorriblecambioquelohabíaalteradolamañanaenqueellayAlicia sehabíanvistoporprimeravez.Antesdequeyopudieradeciruna solapalabra, ella semeadelantócompletamenteaterrorizada.

—¡Llévamedevuelta,Francis!¡Vamosacasa!¡Vamosacasa,Francis!¡Acompáñameynoregresesjamás!

Me dabamiedo pedir una explicación; únicamente le hice una señal para que semantuviese ensilencioylaayudéaalcanzarlapuerta.Cuandopasamosfrentealabandejadepanquereposabasobrelamesa,sedetuvoylaseñaló.

—¿Hasvistoconquéhacortadoelpantuesposa?—preguntó.—No,madre,noestabaprestandoatención.¿Conqué?—Mira.Miré.Unaenormenavajanueva,conunmangodeastadeciervo,reposabajuntoalahogazaenla

bandejadelpan.Alarguélamanoparahacermeconella.Enesemomentooímosunruidoenlacocina,ymimadremeagarródelbrazo.

—¡Elcuchillodelsueño,Francis!¡Creoquevoyadesmayarmedelmiedo,aléjamedeaquíantesdequeellaregrese!

Yo era incapaz de decir nada, ni para consolarla ni para responder. Pese a ser superior a lasuperstición, el descubrimiento del cuchillome había dejado dando tumbos.En silencio, ayudé amimadreasalirdeallíylaacompañéhastasucasa.

Ibaadespedirmeconlamano.Intentódetenerme.

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—¡Novuelvas,Francis!¡Novuelvasallí!—Deborecuperaresecuchillo,madre.Tengoquevolverenelprimertren.Memantuvefirmeenmiresolución.Regreséenelsiguientetren.

Mi esposa, por supuesto, había descubierto nuestra desaparición. Había estado bebiendo. Estabahechaunafuria.Lacomidahabíasidoarrojadacontralachimenea.Elmantelyanoestabapuestosobrelamesa.¿Dóndeestabaelcuchillo?

Fuilosuficientementeestúpidocomoparapreguntarporél.Senegóaentregármelo.Enelcursodeladiscusiónqueseoriginómeenterédequehabíaunahorriblehistoriaasociadaalcuchillo.Habíasidousadohacíaañosenunasesinato.Yhabía sidoescondidocon tantahabilidadque lasautoridadesnohabíanconseguidopresentarloaljuicio.Conlaayudadealgunosdesuspocofiablesamigos,miesposahabía podido comprar aquella reliquia de un crimen olvidado. Su pervertida naturaleza le habíaatribuidounhorrendoydesconocidovaloraaquelcuchillo.Viendoquenohabíamododeconseguirloentérminoslícitos,medecidíabuscarlo,algomástarde,ensecreto.Labúsquedaresultóinfructuosa.Llególanocheyabandonélacasaparacaminarporlascalles.¡Podránentenderqueparaentonceseraunhombredestrozadocuandolesdigaqueteníamiedodedormirenlamismahabitaciónqueella!

Pasaron las semanas. Ella siguió negándose a entregarme el cuchillo, y aquel mismo miedo dedormirconellaenlamismahabitaciónsiguióapoderándosedemí.Porlasnochespaseaba,odormitabaenelsalón,omesentabaavelarellechodemimadre.Antesdequeterminaralaprimerasemanadelnuevomes,meviasoladoporlapeordetodaslasdesgracias:mimadrefalleció.Faltabapocoparamicumpleaños,yellaqueríahabervividohastaesedía.Yoestuvepresenteenelmomentodesumuerte.Susúltimaspalabrasenestemundoestuvierondirigidasamí:

—¡Novuelvas,hijomío!¡Novuelvas!Meviobligadoavolver,aunquesolofueraparavigilaramiesposa.Durantelosúltimosdíasdela

enfermedaddemimadre,habíaañadidounaguijónviperinoamipenaafirmandoqueibaareclamarsuderechodeasistiralfuneral.Apesardetodoloquepudedecirohacer,semantuvofielasupromesa.Eldía señalado para el entierro se impuso, crecida por la bebida y sin ninguna vergüenza, ante mipresencia,yjuróqueacompañaríaalaprocesiónfunerariahastalatumbademimadre.

Esteúltimoinsulto,trastodoloquehabíatenidoqueaguantar,fuemásdeloquepudesoportar.Meenloqueció.Intentendisculparaunhombretalycomoéllointentahacer.Lagolpeé.

Enelmismoinstanteenquelohicemearrepentí.Ellasehizounovillo,silenciosa,enunaesquinadelahabitación,ymecontemplófijamente.Eraunamiradaqueporunmomentohelólasangreenmisvenas.Peronoteníatiempoparapensarenintentarhacerlaspaces.Solopodíaarriesgarmealopeor,ycuidarmedeellahastaqueel funeralhubiera terminado.Laencerréensupropiodormitorio.Cuandoregresé,trasentregaramimadreasutumba,laencontrésentadajuntoalacama,muyalteradatantoenaparienciacomoenporte,conunfardoensuregazo.Seenfrentóamícalmadamente.Hablóconunacuriosainexpresividadensuvoz,extrañayantinaturaltantoenaparienciacomoenmodos.

—Ningún hombreme había golpeado hasta ahora—dijo—.Ymi esposo no tendrá una segundaoportunidad.Abrelapuertaydejaquememarche.

Pasójuntoamiladoyabandonólahabitación.Laperdídevistacaminandoporlacalle.¿Deverdadsehabíaido?Todaaquellanochevigiléyesperé.Ningunapisadaseacercóalacasa.

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Alanochesiguiente,vencidoporlafatiga,metumbéenlacamavestido,conlapuertacerrada,lallavesobrelamesaylavelaencendida.Nadainterrumpiómisueño.Llególaterceranoche,ylacuarta,y laquinta,y la sexta, sinquenadasucediera.Y llegó laséptimanoche.Aún teníamissospechas,yseguíaacostándomevestido,conlapuertabiencerrada;conlasllavessobrelamesaylavelaencendida.

No dormí bien. Me desperté en dos ocasiones, aunque sin sufrir ninguna sensación deintranquilidad.Laterceravez,sentíapoderarsedemíaquelhórridoescalofríoquemehabíaasaltadolanochequehabía dormido en la solitaria posada, acompañadode aquelmismopenetrante dolor en elcorazón.Melevantédeinmediato.

Mivistasedirigióhaciaelflancoizquierdodelacama.Yallíestaba,contemplándome…¿Lamujerdelsueñootravez?¡No!¡Miesposa!Lamujerdecarneyhueso,conelrostrodeladel

sueño,conlaposedeladelsueño:elbrazoderechoalzado,elcuchilloagarradoenladelicadayblancamano.

Mearrojécontraelladeinmediato,peronolosuficientementedeprisacomoparaevitarqueocultaraelcuchillo.Sinqueyodijeraunapalabra,sinqueellagritaraunasolavez, laempujéhastaunasilla.Conunamanotanteésumanga,yallí,enelmismolugarenquelamujerdelsueñohabíaescondidosucuchillo, había escondido mi esposa el suyo. El cuchillo con la empuñadura de asta de ciervo queparecíacompletamentenuevo.

Deloquesentíalhaceraqueldescubrimientonofuiplenamenteconscienteentonces,ysoyincapazdedescribirloahora.Ledirigíunamiradafijaconelcuchilloenlamano.

—¿Queríasmatarme?—dije.—Sí—respondióella—.Queríamatarte.Secruzódebrazosymemirófríamentealacara.—Yaúnloharé—dijo—.Conesecuchillo.Noséquéfueloqueseapoderódemí.Lesjuroquenosoyningúncobarde,ysinembargoactué

como tal. El horror fue más fuerte que yo. No podía mirarla, no podía ni hablarle. La dejé allí(llevándomeelcuchilloenlamano)ysalíalanoche.

Seoíaunviento lastimosoyelolora lluviacargabael aire.Lascampanasdel relojde la iglesiatocaronelcuartoenelmomentoenqueyopasabafrentealasúltimascasasdelaciudad.Lepreguntéalprimerpolicíaconelquemecrucéaquéhorapertenecíaelcuartoqueacababadesonar.

Elhombremirósurelojyrespondió:—Sonlasdos.Lasdosdelamadrugada.¿Quédíadelmeseraaquelqueacababadeempezar?Hicemiscálculosa

partirdeldíadelfuneraldemimadre.Elhorribleparalelismoentremisueñoylarealidadacababadecompletarse.¡Eramicumpleaños!

¿Había escapado del peligro que había anticipado mi sueño? ¿O acaso acababa de recibir unsegundoaviso?

Cuandoaquelladudacruzómicerebro,dejédeavanzarendirecciónalasalidadelaciudad.Elaireme había revivido; volvía a sentirme dueño de mí mismo hasta cierto punto. Tras pensar un rato,empecéaverclaramenteelerrorquehabíacometidoaldejaramiesposalibredeiradondequisierayhacerloquelevinieseengana.

Dimediavueltadeinmediatoyregreséacasa.Aúnestabaoscuro.Habíadejadolavelaencendidaenmicuarto.Cuandomiréatravésdelaventana

viqueninguna luz salíade ella.Avancéhasta la puerta.Recordabahaberla cerrado almarcharme,y

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ahoralaencontrabaabierta.Esperéenelexterior,sinperder lacasadevistahastaqueamaneció.Entoncesmeatrevíaentrar.

Escuchésinoírnada.Miréenlacocina,elfregaderoyelsalón,ynoencontrénada.Porfinsubíhastaeldormitorio.Estabavacío.

Enelsueloencontréunaganzúa,quemerevelócómohabíaconseguidoentrarAlicia.Yesefueelúnicorastroquepudeencontrardelamujerdelsueño.

Esperéencasahastaquelaciudadsepusoenmarchaparaelnuevodía,ydespuésacudíaconsultaraunabogado.Pesealconfundidoestadodemimente,teníaunaideaclaradeloquepretendíahaceracontinuación:estabadecididoavendermicasayadejarlacomarca.Sinembargo,habíaobstáculosconlosquenohabíacontado.Semedijoqueteníaacreedoresalosquepagarantesdepodermarcharme.¡Yo,quelehabíadadoamiesposaeldineroparapagarlasfacturascadasemanacontodaregularidad!Unabreveinvestigacióndemostróquehabíamalversadohastaelúltimopeniquequelehabíaconfiado.Noteníamásremedioquevolverapagarlotodo.

Situadoenestaextrañaposición,miprimerdeberfuearreglarlotodoconlaayudademiabogado.Durante mi obligatorio peregrinaje de un lado a otro de la ciudad, hice dos idioteces. Y comoconsecuenciadelasmismas,tuvenoticiasdemimujerporúltimavez.

En primer lugar, tras haber conseguido el cuchillo, fui lo suficientemente imprudente como paraguardarlo enmi bolsillo.En segundo lugar, teniendo una cosa de importancia que comunicarle amiabogadoaunahora tardía, fuia sucasabienentrada lanoche, soloyapie.Lleguéhastaallí sanoysalvo,peroalavueltafuiatacadoporlaespaldapordoshombresquemearrastraronhastaunoscuropasajeymerobaron,nosoloelpocodineroquellevabaencima,sinotambiénelcuchillo.Laopinióndelabogado,ytambiénlamía,fueladequelosladronessecontabanentrelosindeseablesamigosdemi esposa, y queme habían asaltado instigados por ella. Para confirmar este punto, al día siguienterecibíunacartasinfechaniremite,escritaconlacaligrafíadeAlicia.Laprimerafrasemeinformódequeelcuchillovolvíaaestarensupoder.Lasegundamerecordabaeldíaenquelahabíagolpeado.Latercerafrasemeavisódequeselimpiaríalamanchadejadapormigolpeconmisangre.Yrepitiólaspalabras:«¡Yloharéconelcuchillo!».

Todoestosucedióhaceunaño.Laleyconsiguióagarraraloshombresquemehabíandesvalijado,perodesdeentonces,yhastaahora,hasidocompletamenteincapazdeencontrarelmásmínimorastrodemiesposa.

Esta esmi historia. Cuando hube pagado a los acreedores y todos los gastos legales, apenasmequedabanenelbolsillocinco librasde lasquehabía recibidopor laventade lacasademimadre,yteníatodoelmundoparavolveraempezardecero.Desdehacealgunosmeses,despuésdevagabundearporaquíyporallá, lleguéaUnderbridge.Eldueñode laposadahabía tenidoalguna relacióncon lafamiliademipadreenelpasado.Meofreciótodoloquepodíaofrecer:comidayrefugioenelpatio.Excepto los días del mercado, no hay absolutamente nada que hacer. Cuando llegue el invierno laposadacerrará,yyodeberébuscarmeotrolugar.Miviejoseñorpodríaayudarme,siselopidiera,peronoquierohacerlo;yahahechopormímásdeloquemerezco.Además,dentrodeunaño,quiénsabe,quizámis problemas hayan tocado a su fin.El próximo invierno acercarámásmi cumpleaños, ymipróximo cumpleaños podría ser el día de mi muerte. ¡Sí! Es cierto, he pasado la última nochecompletamenteenvela,heoídosonarlasdosdelamadrugadaynohasucedidonada.Sinembargo,y

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aunteniendoestoúltimoencuenta,eltiempoqueaúnestáporllegarestiempoenelquenoconfío.Miesposatieneelcuchillo,ymesiguebuscando.¡Nosoysupersticioso, téngaloencuenta!Nodigoquecreaenlossueños,solodigoqueAliciaWarlockmeestábuscando.Esposiblequeestéequivocado.Ytambiénesposiblequenoloesté.¿Quiénpodríadecirlo?

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TERCERANARRACIÓN

LAHISTORIACONTINUADAPORPERCYFAIRBANK

NosdespedimosdeFrancisRavenalapuertadeFarleighHall,dándoleaentenderquepodíaesperarvolveraoírdenosotros.

Aquellamisma noche la señora Fairbank y yo tuvimos una discusión en el santuario de nuestrodormitorio.Eltemafue«Lahistoriadelmozodecuadra»,ylacuestiónendisputaversóacercadelamedidadedebercaritativoqueparaconélpodíamostener.

Mi punto de vista sobre el relato del hombre se reducía a uno estrictamente orientado hacia loshechos.Enmiopinión,FrancisRaven le había dadodemasiadasvueltas a las neblinosas conexionesentresuextrañosueñoysuvilesposa,hastaquesumentehabíaalcanzadounestadodeilusiónparcialen todo loque a aquel tema se refería.Estabadispuesto a ayudarle conuna cantidaddedineroyderecomendarle a labondaddemi abogado, si esque realmente estabaenpeligroyquería ayuda.Allíempezabayterminabamiideade«deber»haciaestaafligidapersona.

Viéndose enfrentada a este razonable punto de vista, el temperamento romántico de la señoraFairbankalcanzó,comodecostumbre,susextremos.

—No tengo mayor intención de perder de vista a Francis Raven cuando llegue su próximocumpleañosdelaquetendríadeabandonarunbuenlibroantesdehaberleídoloscapítulosfinales—dijomiesposa—.Estoycompletamentedecidida,Percy,a llevarleconnosotroscuandoregresemosaFrancia,encalidaddemozodecuadra.¿Quéimportanciatieneparagentericacomonosotrosquehayaunhombremásomenosentreloscaballos?

Enaquelaspecto,lacompañerademisalegríasytristezassemantuvoperfectamenteinasequibleatodoslosargumentosnacidosdelsentidocomún.¿Acasodeboaclararlesamishermanosenmatrimoniocómo acabó todo? Por supuesto, mi esposa terminó por irritarme y le respondí agudamente. Porsupuesto,miesposa,indignada,apoyóelrostrocontralaalmohadaconyugalyempezóasollozar.Yporsupuesto,alveraquello,el«señor»ofreciósusdisculpas,y«laseñora»sesalióconlasuya.

AntesdequeterminaralasemanaregresamosaUnderbridgeyleofrecimosdebidamenteaFrancisRavenunpuestoanuestroserviciocomomozodecuadrasuplementario.

Al principio el pobre hombre apenas pareció capaz de asumir su buena suerte. Al recobrarse,expresó su gratitud de un modo modesto y apropiado. Las simpatías ya predispuestas de la señoraFairbank se derramaron, como de costumbre, a través de sus labios. Le habló de nuestro hogar enFranciacomosieldesgastadoycanosomozohubierasidounniño.

—Setratadeunacasapreciosa,Francis.¡Yquéjardines!Establosdiezvecesmásgrandesquelosque tenéis aquí, yunmontóndehabitaciones entre lasquepoder elegir la tuya.Deberás aprender elnombredelacasa:sellamaMaisonRouge.LaciudadmáscercanaesMetz.Sepuedellegarhastalasorillasdel ríoMoseladandounpaseo.Ycuandoqueremosuncambiodeambiente, tomamosel trenhastalafronterayyaestamosenAlemania.

Tras haber escuchado hasta entonces con una expresión de absoluta perplejidad marcada en elrostro,Francissesobresaltóycambiódecoloraloírelfinaldelaúltimafrasedemiesposa.

—¿Alemania?—repitió.—Sí.¿AcasoconocesAlemania?

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Losojosdelmozodecuadrasefijaroncontristezaenelsuelo.—Alemaniamerecuerdaamiesposa—respondió.—¿Ah,sí?¿Cómo?—UnavezmedijoquehabíavividoenAlemania,muchoantesdequeyolaconociera,cuandoera

unamuchacha.—¿Vivíaconparientesoconamigos?—Trabajabadeinstitutrizparaunafamiliadeextranjeros.—¿EnquépartedeAlemania?—Nolorecuerdo,señora.Dudoquemelohubieradicho.—¿Tedijoelnombredelafamilia?—Sí,señora.Eraunnombreextranjero,yhacetiempoqueescapóamimemoria.Loquesírecuerdo

esqueelcabezadefamiliaeraunvinatero,propietariodeungrannegocio.—¿Recuerdasquéclasedevinoproducía?Hayvinaterosennuestracomarca.¿Eramosela?—Nopodríadecírselo,señora.Dudohaberlooídoalgunavez.Allíterminólaconversación.NoscomprometimosaponernosencontactoconFrancisRavenantes

dedejarInglaterraynosmarchamos.Yoestabadecididoahacerunarondadevisitasanuestrosamigosingleses,yaregresaralaMaison

Rougeenverano.Apuntodepartir,sinembargo,ciertasdificultadesenrelaciónconlasupervisióndeunastierrasqueposeíaenIrlandanosobligaronaalterarnuestrosplanes.Enlugarderegresaranuestracasa deFrancia en verano, no volvimos a ella hasta un par de semanas antes deNavidades. FrancisRavennosacompañóyseestableciódebidamente,bajolaocupaciónnominaldeayudantedeestablo,entrelossirvientesdelaMaisonRouge.

Enbreve,algunasdelasobjecionesqueyohabíaprevistoyhabíaintentadovanamentemencionarami esposa cuando habíamos hablado de tomarle a nuestro servicio empezaron amanifestarse de unmodonadaagradable.

FrancisRavenfueincapaz(comoyomehabíatemidoquesería)dellevarsebienconelrestodeloscriados.Todoseranfranceses,yniunosolodeelloshablabainglés.Francis,porsuparte,ignorabadeigualmodo el francés. Susmodales reservados, su temperamentomelancólico, su actitud solitaria…jugaban en su contra. Nuestros criados le llamaban «el oso inglés», y acabó por ser ampliamenteconocido por este mote en nuestra comarca. Se vio envuelto en disputas que, en alguna que otraocasión, llegaron a lasmanos. Incluso para la señoraFairbank se hizo evidente que había que haceralgúncambio.Mientrasaúnestábamosponderandocuáldeberíaseresecambio,eldesgraciadomozodecuadrafuearrojadoanuestrosbrazosporunaccidenteenlosestablos.Perseguidoaúnporsuproverbialmalasuerte,elpobredesgraciadoserompióunapiernadebidoalacozqueleasestóuncaballo.

Fueatendidopornuestropropiomédico,ensucómodacamadelosestablos.Amedidaqueseibaacercandolafechadesucumpleaños,seguíaconfinadoensulecho.

Físicamente, estaba progresando muy bien. Moralmente, el médico no se mostraba satisfecho.FrancisRavenestabasufriendounadesconocidaenfermedadmental,queinterferíanotablementeensudescansonocturno.Aloíraquello,creíqueeramidebercontarlealfísicolaverdaderanaturalezadeloque acechaba en la mente del paciente. Como hombre práctico, compartió mi opinión de que elposaderosedejabadominarporsusilusionesenloqueasuesposaysusueñoserefería.

—Una ilusión curable, en mi opinión —dijo el médico—; si ponemos en práctica ciertoexperimento.

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—¿Enquéconsistiríadichoexperimento?—pregunté.Enlugarderesponder,elcirujanomehizootrapregunta.—¿Esustedconsciente—dijo—dequeesteañoesañobisiesto?—LaseñoraFairbankmelorecordóayer—respondí—.Deotromodo,probablementenimehabría

enterado.—¿CreeustedqueFrancisRavensabequeesteañoesbisiesto?(Empecéaintuirhaciadóndesedirigíamiamigo.)—Dependerádesitieneconsigounalmanaqueinglés—respondí—.Supongamosquenolotiene.

Entonces,¿qué?—Enesecaso—continuóelmédico—,FrancisRavennosospecharáen lomásmínimoqueeste

año haya 29 días en febrero. En consecuencia, ¿qué hará? Anticipará la aparición de la mujer delcuchillo a lasdosde lamadrugadadeldía29de febrero, en lugarde a lasdosde lamadrugadadelprimerodemarzo.Dejemosquesufrasussupersticiososterroreseneldíaequivocado.Dejemosqueeldía que realmente es su cumpleaños pase una noche perfectamente tranquila y que duerma tanprofundamente como hacemos los demás a las dos de la madrugada. Después, cuando se levantetranquilamenteatiempoparadesayunar,ledespojaremosdesuilusióncontándolelaverdad.

Acepté llevaracaboelexperimento.Dejéqueelmédicoavisaraa laseñoraFairbankdenuestrasintencionesyacudíalosestablosparaveraFrancisRaven.

Elpobrehombreveíapor todaspartespremonicionesdeldestinoque leacechabaelominosodíaunodemarzo.Mesolicitóencarecidamentequeleordenaraaunodeloscriadosquesesentarajuntoaél durante lamadrugada de su cumpleaños.Al garantizarle su petición, le pregunté en qué día de lasemanacaíasucumpleaños.Contóconlosdedosdelamanoydemostróserinocenteatodasospechadequeelañopudieraserbisiesto,indicándomeeldía29defebrero,completamenteconvencidodequesetratabadelunodemarzo.Porsupuesto,decididoallevaracaboelexperimentodelmédico,meguardémuymuchodecorregirsuerror.Alobrardeestemodo,dielprimerpasocompletamenteaciegasendirecciónhaciaelúltimoactodeldramadelsueñodelmozodecuadra.

Aldíasiguientesurgióunapequeñadificultaddomésticaextrañaeindirectamenteasociadaconelcadavezmáspróximofinal.

Miesposarecibióunacartaenlaquesenosinvitabaaasistiralacelebracióndelasbodasdeplatade dos dignos vecinos alemanes, el señor y la señora Beldheimer. El señor Beldheimer era unimportante vinatero de los bancos delMosela. Su casa estaba situada en la frontera entre Francia yAlemania,yladistanciadesdenuestracasaeralosuficientementeconsiderablecomoparaobligarnosadormirbajoel techodenuestrohuésped.Segúnaquellascircunstancias,siaceptábamos la invitación,unarápidacomparacióndefechasnosdemostróquenoestaríamosencasa lamañanadelprimerodemarzo. La señora Fairbank, persistiendo en su absurda decisión de ver con sus propios ojos lo quepodría o no podría sucederle a Francis Raven el día de su cumpleaños, declinó lisa y llanamenteabandonarlaMaisonRouge.

—Noserádifícilenviarunaexcusa—dijosinceremonias.Yo,sinembargo,fuicompletamenteincapazdeverunasalidafácilparalaocasión.Lacelebración

delasbodasdeplataenAlemaniaeslacelebracióndeveinticincoañosdevidaenfelizmatrimonio,ylaconvocatoriamediante laque losanfitriones reúnena susamigosesprácticamenteequivalenteaunainvitaciónreal.Trasdiscutirconsiderablemente,viendoquelaobstinacióndemiesposaerainvencible,y sintiendoque la ausencia de ambos resultaría una ofensa para nuestros amigos, dejé que la señora

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Fairbankseexcusaracomolevinieraenganayleordenéqueporlomenosconfirmaramiasistencia.Alobrardeestemodo,dielsegundopasocompletamenteaciegasendirecciónhaciaelúltimoactodeldramadelsueñodelmozodecuadra.

Transcurrió una semana; los últimos días de febrero estaban a la vuelta de la esquina. Se mepresentóotradificultaddomésticay,denuevo,esteincidentedemostróestarextrañamenteasociadoconelcadavezmáscercanodesenlace.

El jefe de cuadras demis caballerizas era un tal JosephRigobert. Se trataba de un tipo demalacatadura, extraordinariamente presumido en lo que a su apariencia personal se refería, y nadaescrupulosoensuconductaconlasmujeres.Suúnicavirtudconsistíaensucariñoporloscaballos,yenelcuidadoconquetratabaalosanimalesqueestuvieranasucargo.Enunapalabra,erademasiadobuenmozo de cuadra como para que pudiera reemplazarle con facilidad; de otromodo, ya hubiera hechotiempoquehabría abandonadomi servicio.En laocasión sobre laqueestoyescribiendo,mi amadellavesmeinformódequesushábitosseestabancaracterizandoúltimamenteporlaperezayeldesorden.LaprincipalacusacióndirigidacontraéleraqueaquelmismodíahabíasidovistoenlaciudaddeMetzencompañíadeunamujer(supuestamenteunainglesa),alaqueestabahaciendolacorteenunatabernaaunahoraenlaqueyadeberíahaberestadodevueltaenlaMaisonRouge.Loúnicoquedijoelhombreensudefensafueque«ladama»(talycomolallamó)eraunaextranjera,inglesa,desconocedoradelascostumbreslocales,yqueélúnicamentelahabíaacompañadoapeticiónpropiahastaunlugarenelquepudieratomarunrefrigerio.Administrélanecesariareprimendasinmolestarmeenaveriguarnadamásdelasunto.Alobrardeestemodo,dieltercerpasocompletamenteaciegasendirecciónhaciaelúltimoactodeldramadelsueñodelmozodecuadra.

Lanochedel28defebrero,informéaloscriadosdelosestablosdequeunodeellosdeberíapasartodalanochejuntoallechodelinglés.JosephRigobertseofrecióvoluntariodeinmediatoparalatarea,sindudacomomediodevolveraganarsemifavor.Aceptésupropuesta.

Aquel día, elmédico cenó con nosotros.Hacia lamedianoche, él y yo abandonamos el salón defumar y le hicimos una visita a Francis Raven. Rigobert estaba en su puesto con una expresión nodemasiadoagradablepintadaenelrostro.Porloqueparecía,elfrancésyelinglésnosehabíanllevadodemasiadobienhastaelmomento.FrancisRavenyacíaindefensoensucama,esperandoensilenciolallegadadelasdosdelamadrugaday,enconsecuencia,ladelamujerdesusueño.

—He venido a darle las buenas noches, Francis —dije alegremente—. Mañana por la mañanavendréaverlealahoradeldesayuno,antesdepartirdeviaje.

—Graciasporsuamabilidad,señor.Peronocreoquemañanameencuentreconvida.Estavezellameencontrará.Acuérdesedeloqueledigo,estavezmeencontrará.

—¡Mibuenamigo!Perosinopudoencontrarleen Inglaterra.¿CómodiablosvaaencontrarleenFrancia?

—No puedo apartar la idea de mi mente, señor; sé que me encontrará aquí. A las dos de lamadrugadadeldíademicumpleaños,volveréaverla.Averlaporúltimavez.

—¿Quiereusteddecirquelematará?—Asíes,señor.Mematará;conelcuchillo.—¿AunqueRigobertestéenlahabitaciónparaprotegerle?—Soyunhombrecondenado,señor.NicincuentaRigobertspodríanprotegerme.—Yaunasí,ustedquisoquealguiensesentaraasulado.—Meradebilidad,señor.Nomegustaríaestarasolasenmilechodemuerte.

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Miréalmédico.Simehubieraanimado,ciertamentelehabríaconfesadoaFrancisRavenelengañoqueestábamosllevandoacaboporpuracompasión.Peroelmédicoseguíaempeñadoendesarrollarsuexperimento.Surostrodecíaclaramente:«No».

El día siguiente (el 29 de febrero) era el día en que se iban a celebrar las bodas de plata de losBeldheimer.LoprimeroquehiceporlamañananadamáslevantarmefueiralahabitacióndeFrancis.Rigobertmesalióalpasoenlapuerta.

—¿Cómohapasadolanoche?—pregunté.—Rezando y cazando fantasmas —respondió—. Un asilo para lunáticos sería un lugar más

apropiadoparaél.Meacerquéalacama.—Bueno,Francis.Aquíestá,sanoysalvoapesardetodoloquemedijoanoche.Susojossefijaronenlosmíosconunamiradavacíayasombrada.—Noloentiendo—dijo.—¿Vioelmásmínimorastrodesuesposacuandoelrelojdiolasdos?—No,señor.—¿Sucedióalgo?—Nada,señor.—¿Ynoledemuestraesoqueestabaustedequivocado?Susojosmantuvieronaquelaspectovacíoe interrogante.Únicamenteacertóarepetir laspalabras

queyahabíadichoconanterioridad.—Noloentiendo.Hiceunúltimointentoporalegrarle.—¡Venga,venga,Francis!Arribaeseánimo.Enunpardesemanashabrásalidodelacama.Élnegómoviendolacabezasobrelaalmohada.—Algovamal—dijo—.Noesperoquemecrea,señor,peroalgovamal.Eltiempolodirá.Dejélahabitación.MediahoramástardepartíendirecciónalacasadelseñorBeldheimer,dejando

lospreparativosparalamadrugadadel1demarzoenmanosdeldoctorydemiesposa.

LoquemásmellamólaatencióncuandomeuníalosdemásinvitadosencasadelosBeldheimerfuealgoquetambiénresultanecesariomencionaraquí.Pesealogozosodelaocasión,unadelasdamaspresentessemostrabacompletamentealicaída.¡Yaquelladamanoeraotraquelamismísimaheroínadelafiesta:laseñoradelacasa!

Enel transcursode la tardemeencontré charlandoconel hijomayordel señorBeldheimer, y lepreguntéquéeraloquelesucedíaasumadre.Alserunviejoamigodelafamilia,eljovenaceptódeinmediatoconfiarmelaverdad.

—Hemostenidoquelidiarconunasuntodelomásdesagradable—medijo—,ymimadretodavíanoseharecuperadode ladolorosa impresiónrecibida.Hacemuchosaños,cuandomishermanasaúneranniñas,tuvimosenlacasaunainstitutrizinglesa.Algúntiempodespuésdequenoshubieradejado,nos llegaron noticias de que se había casado. No volvimos a oír hablar de ella hasta que hace unasemanaodiezdíasmimadrerecibióunacartaenlaquenuestraex-institutrizsedescribíaasímismaenuna condición de suma pobreza y desgracia. Tras muchos titubeos, se había atrevido, siguiendo lasugerencia de una señora quehabía sido amable con ella, a escribir a sus antiguos empleadores, y a

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apelarasusrecuerdosennombredelosviejostiempos.Yaconoceustedamimadre:nosoloeslamásbondadosa, sino también la más confiada de las mujeres. Resulta imposible convencerla de toda lamaldadquehayenelmundo.Respondióavueltadecorreoinvitandoalainstitutrizaquevinieraaquíaverla,eincluyódineroparapagarlelosgastosdelviaje.Cuandomipadrellegóacasayseenteródeloque había hecho, escribió de inmediato a su agente de Londres encargándole que investigara yremitiéndoleladirecciónqueveníaregistradaenlacartadelainstitutriz.Sinembargo,ellallegóantesquelarespuestadelagente,yleprodujolapeorimpresiónposible.Dosdíasmástarderecibimosunacartaqueconfirmósussospechas.Desdequehabíamosperdidoelcontactoconella,aquellamujerhabíallevadounavidacompletamentedisipada.Mipadrehablóconellaenprivadoyleofrecióunasumadedinero, a condición de que abandonara de inmediato nuestra casa y volviera a Inglaterra. Si lorechazaba, la alternativa sería una denuncia a las autoridades y el escándalo público. Ella aceptó eldineroyabandonólacasa.EnsuviajederegresoaInglaterraparecehaberhechoescalaenMetz.Yaseimaginaráquéclasedemujerescuandoledigaqueelotrodíafuevistaenunatabernaencompañíadeeseguapomozodecuadraquetrabajaparausted:JosephRigobert,¿verdad?

Mientras mi informante me revelaba aquellas circunstancias, mi memoria trabajaba a todavelocidad.RecordéqueFrancisRavennoshabíarelatadovagamentelaexperienciadesuesposacomoinstitutrizdeunafamiliaalemana.Unaterriblesospechaalumbrómimente.

—¿Cómosellamabalamujer?—pregunté.ElhijodelseñorBeldheimerrespondió:—AliciaWarlock.Trashaberoídoaquellarespuesta,únicamentemequedabaunaidea:regresaramicasasinperderun

solominuto.Peroparaentonceseranyalasdiezdelanoche,yelúltimotrenhaciaMetzhabíapartidohacíarato.Convineconmijovenamigo,trashaberleinformadodebidamentedelascircunstancias,enquedeberíapartirenelprimertrendelamañana,enlugardecompartirconlafamiliaeldesayunoquehabíanpreparadoparasushuéspedes.

Aintervalosdurantelanoche,mepreguntéinquietoquéestaríasucediendoenlaMaisonRouge.Lamismapreguntameseguíaasaltandounayotravezlamañanadelprimerodemarzo,mientrasviajabahaciacasaenelprimertrendeldía.Talycomosehabíandesarrolladolosacontecimientos,únicamenteunapersonaestabaenposicióndesaberloquehabíasucedidorealmenteenlosestabloslamadrugadadeldíadelcumpleañosdeFrancisRaven.DejenqueJosephRigoberttomemipuestocomonarradoryquelescuenteaustedeselfinaldelahistoria,delmismomodoquenoslacontóasuabogadoyamíhaceyatiempo.

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CUARTA(YÚLTIMA)NARRACIÓN

LADECLARACIÓNDEJOSEPHRIGOBERT:DIRIGIDAALABOGADODEFENSORQUELEREPRESENTÓENSUJUICIO

Respetado señor. El día 27 de febrero fui enviado a la ciudad de Metz en viaje de negociosrelacionadosconlosestablosdelaMaisonRouge.Enelpaseomarítimoconocíaunamagníficamujer.Cabellosrubios.Nacionalidadinglesa.Nosadmiramosmutuamenteeiniciamosunaconversación(ellahablabafrancésperfectamente,aunqueconacento inglés).La invitéaunrefrigerio;mipropuesta fueaceptada.Mantuvimosunaprolongadae interesanteentrevista.Descubrimosqueestábamoshechoselunoparaelotro.Hastaahora.¿Quiénpodríaserculpabledenada?

¿Esacasoculpamíahabernacidoatractivo,yserreconocidouniversalmentecomotalporelsexodébil? ¿Es acaso una afrenta criminal mostrarse accesible a las amistosas debilidades del amor?Preguntodenuevo.¿Quiénpodríaserelculpable?

Evidentemente,lanaturaleza.Noaquellabelladama,niestehumildeservidor.Pararesumir:inclusoaquelserhumanoposeedordelmáspétreocorazóndelmundoentenderáque

dos seres hechos el unopara el otronopudieran separarse sin antes ponersede acuerdo envolver aencontrarseenotraocasión.

Hice los preparativos para acomodar a la dama en una aldea próxima a Maison Rouge. Ellaconsintióenhonrarmeconsucompañíaalahoradelacena,enmiapartamentodelosestablos,lanochedeldía29.Lahorafijadafuelahoraalaquesuelenretirarselosotroscriados:lasonceenpunto.

Entre los mozos de cuadra de los establos había un inglés con una pierna rota. Su nombre eraFrancis. Sus modales eran repugnantes: ignoraba cualquier rudimento de francés. En la cocina leconocíanconelapodode«elosoinglés».Peroporextrañoqueparezca,parecíaserunfavoritodemiseñorymiseñora.Inclusolepermitierondarriendasueltaaciertosterroressupersticiososalosqueestarepulsiva persona estaba sujeta, terrores de una naturaleza tal que yo, como avanzado librepensador,nuncaperdíeltiemponimetomélamolestiadeaveriguar.

Lanochedeldía28,elinglés,sintiéndosepresadelosterroresalosqueyahealudido,solicitóqueunodesuscompañerosleacompañaradurantelamadrugada.Sudeseofuerespaldadoporlaautoridaddel señor Fairbank. Habiendo incurrido en el desagrado de mi señor (un apropiado sentido de midignidadmeimpiderelatarleelmodo),mepresentévoluntarioparavigilarellechodelosoinglés.MiobjetivoerademostrarlealseñorFairbankquenoexistíamaliciapormipartetrasloquehabíaocurridoentrenosotros.Eldesgraciadoingléspasótodalanochedelirando.Alnoentendersubárbaroidioma,solopudeadivinarporsusgestosqueestabaasustadoacausadeuna imaginariaaparición juntoasucama.Devezencuando,cuandoeldementemedespertabaconsusgritos,letranquilizabainsultándole.Esaeslamejorymásrápidamaneradetratarconpersonasensuestado.

Enlamañanadeldía29,elseñorFairbanknosdejóparapartirdeviaje.Aquelmismodía,algomástarde,yparamiindescriptibledisgusto,descubríquemirelaciónconel

inglésnohabíaterminadoaún.EstandoelseñorFairbankausente,fuelaseñoraFairbanklaquetomóunincomprensibleinterésenelreposodemidelirantecompañerodeestabloaquellanoche.Denuevo,unodenosotrostendríaquevelarjuntoasucamaeinformardecuantosucediese.Dadoqueyoesperabaamibellaamigaparacenar,eranecesarioasegurarsedequelosotroscriadosdelosestablosestuvieran

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en sus camas aquella noche.Por lo tanto, volví a ofrecermevoluntario paramantener la guardia.LaseñoraFairbankmealabópormihumanidad.Poseoungrancontrolsobremissentimientos;aceptésusalabanzassinsonrojarmesiquiera.

Dosveces,despuésdequehubieraanochecido,miseñorayeldoctor(esteúltimoestabapasandolanocheen lacasa,enausenciadelseñorFairbank)vinieronavermeparahacermepreguntas.Unavezantes de la llegada demi bella amiga, y otradespués. En aquella segunda ocasión (mi apartamentoestabapegadopuertaconpuertaconeldelinglés),meviobligadoaesconderamiencantadorainvitadaen la sala de los arreos. Ella aceptó con angelical resignación inmolar su dignidad ante las servilesnecesidadesdemiposición.¡Enmividahabíaconocidounamujertanafable(demomento)!

Despuésdelasegundavisita,quedélibre.Erayacercadelamedianoche.HastaaquelmomentonohabíahabidonadaenelcomportamientodellocoinglésquepudierarecompensaralaseñoraFairbankyaldoctorporpresentarse juntoa sucama.Yacíamediodormido,mediodespierto,conunaexpresiónextraña y asombrada grabada en el rostro.Almarcharse,mi señorame avisó de quememantuvieraparticularmenteenguardiaaesodelasdosdelamañana.Eldoctormeprestóunaenormecampanademanoquepodríaseroídaconfacilidaddesdelacasaencasodequesucedieraalgo.

Unavezrestauradoelencuentroconmihermosaamiga,preparélamesaparalacena.Unpâté,unasalchicha, yunpardebotellasdegenerosomosela, compusieronnuestra simple comida.Cuando laspersonas se adoran, la embriagante ilusión del amor transforma lamás simple de las comidas en unbanquete. Dotados de una inmensurable capacidad para el disfrute, nos sentamos a la mesa. En elmismo momento en que le brindaba una silla a mi fascinante compañera, el infame inglés de lahabitacióndealladoempezóotravezamontarelescándalo.Golpeóconsubastónenelsuelo,ygritódominadoporunaccesodeterrorydelirio:

—¡Rigobert!¡Rigobert!Elsonidodeaquellalamentablevoz,asaltandonuestrosoídos,aterrorizóamibellaamiga.Perdió

todosuencantadorcolorenuninstante.—¡Cielos!—exclamó—.¿Quiénestáenesahabitación?—Uninglésloco.—¿Uninglés?—Notepreocupes,ángelmío,yoharéquesecalle.Lalamentablevozvolvióallamarme.—¡Rigobert!¡Rigobert!Mihermosaamigameagarródelbrazo.—¿Quiénes?¿Cómosellama?Algoquemellamólaatenciónsereflejóensurostroalhacermeaquellapregunta.Unespasmode

celosmesacudióelalma.—¿Leconoces?—dije.—¡Sunombre!—repitióellavehementemente—.¡Dimesunombre!—Francis—respondí.—Francis¿quémás?Me encogí de hombros. No podía recordar, y mucho menos pronunciar, aquel bárbaro apellido

inglés.Solopudedecirlequeempezabapor«R».Ellaseechóhaciaatrásensusilla.¿Acaso ibaadesmayarse?No:se recobró;e incluso recuperó

más color del que antes tenía. Sus ojos brillabanmajestuosamente. ¿Qué quería decir todo aquello?

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¡Pesealoprofundamentequeentiendoalasmujeresengeneral,estabacompletamentedesconcertadoporaquellaenconcreto!

—¿Leconoces?—repetí.Ellaseriodemí.—¡Quétontería!¿Cómoibaaconocerle?Veyhazquesecalleesedesgraciado.Teníamiespejoallíal lado.Unsimplevistazomeconfirmóqueningunamujerensusano juicio

podríapreferiralinglésantesqueamí.Recuperémiautoestima.Meapresuréaacudirjuntoallechodelinglés.

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Enelmomentoenqueaparecíseñalónerviosamentehaciamihabitación.Mearrollóconuntorrentede palabras en su idioma. Pude adivinar, por sus gestos y su apariencia, que de algún modoincomprensiblehabíaadivinadolapresenciademiinvitada.Ymásextrañoaún:semostrabaasustadoantelaideadequeesapersonaestuvieseenmihabitación.Leconminéaquerecuperaralacomposturamediante el eficaz sistema que ya he mencionado; es decir, le insulté en mi propio idioma. Al noobtenerestavezunresultadosatisfactorio,reconozcoqueleasestéunpuñetazoenelrostroyabandonéeldormitorio.

De regreso junto amibella amiga, la encontré caminandodeun extremoaotrode la habitacióndominadaporunestadodeexcitaciónmaravillosodecontemplar.Nomehabíaesperadoparallenarsucopa;habíaempezadoadisfrutardelgenerosomoselaenmiausencia.Conciertadificultadconseguíquesesentaraalamesa.Peronadaconsiguióhacerlacomer.

—Heperdidoelapetito—dijo—.Damevino.Elgenerosomoselamerecesunombre,esdelicadoalpaladary tieneunprodigioso«cuerpo».La

fuerzadeesteexcelentevinonoprodujoningúnefectoabotargadorenmidestacableinvitada.Siacasoparecióreforzarlaylevantarleelánimo;nadamás.Entodomomentohablóenelmismotonorelajado,yen todo momento desvió la conversación con la misma destreza hacia el inglés que yacía en lahabitacióndeallado.Estapersistenciamehabríaofendidoenotramujer.Peromiencantadorainvitadaeracompletamenteirresistibleyrespondíasuspreguntasconladocilidaddeuncrío.Además,poseíatodaladivertidaexcentricidaddesunación.Cuandolecontéelaccidentequehabíaconfinadoalinglésasucama,selevantódeunsalto.Unaextraordinariasonrisailuminósurostromientrasmedecía:

—¡Muéstrameelcaballoquelerompiólapierna!¡Deboveresecaballoyloharé!Lacondujehastalosestablos.Yentoncesbesóalcaballo.Lojuropormihonor.¡Besóalcaballo!

Aquellomedejócompletamenteanonadado.Ledije:—Conocesaesehombre.Ytehaofendidodealgúnmodo.¡No!Noqueríaadmitirlo,niaúnentonces.—Besoatodoslosanimalesbellos—dijo—.¿Acasonotehebesadoati?Trasbrindarmeaquellaencantadoraexplicacióndesuconducta,volvióasubirlasescaleras.Yome

quedéatrásparacerrardenuevolapuertadelestablo.Cuandolleguéhastaella,hiceundescubrimientoalarmante.Lasorprendísaliendodelahabitacióndelinglés.

—Ahoramismoibaa irabajopara llamarte—dijo—.Elhombredeahídentroestáempezandoaescandalizarotravez.

Lavozdelingléslocovolvióaherirnuestrosoídos.—¡Rigobert!¡Rigobert!Laverdadesqueenaquelmomentodabamiedoverle.Susojosmemirabandesorbitados.Elsudor

sederramabasobresurostro.Dominadoporelpánicoyelterror,cerrabalasmanosyapuntabahaciaelcielo.Mediantetodoslosgestosysignosqueunhombrepuedehacer,mepidióquenovolvieraadejarlesolo.Realmentenopudeevitarsonreír. ¡Menuda idea, ladequedarmeallíconél,dejandoamibellaamigaasolasenlaotrahabitación!

Me volví hacia la puerta. Cuando el desgraciado loco me vio abandonándole se desesperó porcompleto.Gritabadetalmodoquetemíquedespertaraalrestodelservicio.

Mi rapidez de reflejos en las emergencias es proverbial entre aquellos queme conocen. Abrí elarmarioenqueguardabasusropas.Agarréunpuñadodesuspañuelos,leamordacéconunodeellos,yasegurésusmanosconlosotros.Yanohabíapeligrodequealarmaraalosdemáscriados.Trashaber

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terminadoelúltimonudo,levantélamirada.Lapuertaentrelahabitacióndelinglésylamíaestabaabierta.Mibellaamigaestabadepieenel

umbral,observándolemientrasyacíaindefensoenlacama.Observándomemientrasterminabadeatarelúltimonudo.

—¿Quéestáshaciendoaquí?—pregunté—.¿Porquéhasabiertolapuerta?Ellaseacercóamiladoy,sindejardemiraralhombredelacama,mesusurróaloído:—Leheoídogritar.—¿Ybien?—Penséquelehabíasmatado.Me alejé de ella dominado por el horror. La sospecha que sus palabras implicaban ya era lo

suficientementedetestable.Peroelmodoenquelashabíasusurradoresultabamásrepugnanteaún.Meafectótanpoderosamentequeretrocedíanteaquellabellacriatura,conlamismarepugnanciaquepodríahabersentidoanteunreptilquesehubieraarrastradosobremipiel.

Antesdehabermerecobradolosuficienteparareplicar,misnerviossevieronatacadosporunnuevosobresalto.Derepenteoílavozdemiseñorallamándomedesdeelpatiodelestablo.

Nohabíatiempoparapensar,soloparaactuar.LoúnicoqueteníaquehacereraevitarquelaseñoraFairbank subiera las escaleras y descubriera no solo a mi invitada, sino también al inglés atado yamordazadoasucama.Bajécorriendoalpatiodeinmediato.Mientrasbajabalasescaleras,oíelrelojdelestablomarcarlasdosmenoscuartodelamadrugada.

Miseñorasemostrabanerviosayagitada.Eldoctor—quelaestabaatendiendo—sonreíaparasícomounhombredivertidoporsuspropiospensamientos.

—¿SigueFrancisdespierto,osehadormido?—preguntólaseñoraFairbank.—Sehamostradoalgoagitado,señora.Peroahorasehatranquilizadoporcompleto.Yasíseguirá

mientras nadie le moleste —añadí aquellas palabras para evitar que subiera—. Pronto se quedarádormido.

—¿Hasucedidoalgodesdelaúltimavezquevine?—Nada,señora.Eldoctorelevólascejasenunacómicaexpresióndeagotamiento.—¡Vamos,vamos,señoraFairbank!—dijo—.¡Nohasucedidonada!¡Losdíasdelromancepasaron

ya!—¡Aúnnosonlasdos!—respondiómiseñoraalgoirritada.El olor de los establos se sentía con fuerza debido al aire de lamañana. La señora Fairbank se

colocóunpañuelofrentealanarizynoscondujohastaelpatioporlapuertanorte,queeralaentradaquecomunicabaconlosjardinesdelacasa.Unavezalejadosdeloloraestablo,empezóainterrogarmedenuevo.Noacababadecreersequenohubieraocurridonadaensuausencia.Leofrecí lasmejoresrespuestas que pude improvisar en elmomento, y la charla se alargó hasta que el reloj dio las dos.Entonces, laseñoraFairbankanunciósuintencióndeacudirpersonalmentea lahabitacióndel inglés.Antemialivio,eldoctorintervinoparadetenerla.

—YahaoídoqueFrancisseestáquedandodormido—dijo—.Sientraahoraensuhabitaciónpodríadespertarle. Es esencial para el éxito demi experimento que descanse bien esta noche, y que puedaatribuirseesedescansoasímismoantesderevelarlelaverdad.Debosolicitarle,señora,quenoalterealpobrehombre.Rigobertnosavisarásisucedealgo.

Miseñoranoestabadispuestaaceder.Durantelossiguientescincominutosseentablóunacálida

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discusiónentreellosdos.Finalmente,laseñoraFairbanksevioobligadaaceder;porelmomento.—Dentrodemediahora—dijo—habrátranscurridoeltiemposuficientecomoparaqueFrancisse

hayadormidodeltodoohayavueltoadespertarse.Volveréentonces.Tomóelbrazodeldoctoryregresaronjuntosalacasa.Una vez solo, y conmedia hora por delante, decidí llevar a la inglesa de vuelta hasta el pueblo.

Después,deregresoalascaballerizas,leretiraríaaFrancislamordazaylasataduras,yledejaríachillartodoloquequisiera.¿Quémeimportabaamísialterabaatodoeledificiounavezmehubieralibradodelacomprometedorapresenciademiinvitada?

Alregresaralpatiooíunsonidocomoeldeunapuertachirriandosobresusbisagras.Nopodíaserlapuertadelaentradanorteporqueacababadecerrarlaconmispropiasmanos.Acudí,porlotanto,alapuertadelaentradaoeste,queseencontrabaenlapartetraseradelascaballerizas.Estapuertaseabríaauncampoque,aúnenlosterrenosdelseñorFairbank,estabaatravesadopordossenderos.Elsenderomáscercanoconducíahastaelpueblo.Elotro,hastalacarreteraprincipalyelrío.

Alllegaralapuertaoestelaencontréabierta,balanceándoselentamentedeunladoaotrodebidoala refrescantebrisamatutina.Yomismohabía cerradoaquellapuerta con llavey cerrojo trashaberlaabiertomomentáneamentealasonceparaqueentraramibellaamiga.Unvagotemordequealgoibamalseapoderódemimente.Volvícorriendoalascaballerizas.

Miréenmihabitación.Estabavacía.Fuialahabitacióndelosarreos.Nirastrodelamujer.Regreséamihabitaciónymeacerquéalapuertadeldormitoriodelinglés.¿Eraposiblequesehubieraquedadoallídurantemiausencia?Un inexplicable rechazoaabrir lapuertamehizodudarcuandoya tenía lamanoapoyadasobreelpomodelamisma.Escuché.Noseoíaunsolosonidoenelinterior.Llaméconsuavidad.Nadierespondió.Retrocedíunpaso,aúndudando.Acababadeveralgooscuro,queavanzabalentamentesiguiendolahendiduraexistenteentrelabasedelapuertayelsuelodemadera.Tomandolaveladelamesa,alumbréymiré.¡Aquellooscuroquesemovíalentamenteeraunreguerodesangre!

Lahorriblevisiónmesacódemiasombro.Abrílapuerta.Elinglésyacíaensucama.Estabasoloenlahabitación.Lehabíanacuchilladodosveces,unaenla

gargantayotraenelcorazón.Elarmahabíaquedadoabandonadaenlasegundaherida.Eraunanavajademanufacturainglesaconunmangodeastadeciervo,tannuevacomosihubierasidocompradaaquelmismodía.

Dilaalarmadeinmediato.Haytestigosquepodránexplicarloquesucedióacontinuación.Resultamonstruososuponermeculpabledeesteasesinato.Admitoquesoycapazdecometermuchosdesatinos,peromearrugoantelameraideadeuncrimen.Además,noteníaningúnmotivoparaasesinaraaquelhombre.Fuelamujerquienlohizo,aprovechandomiausencia.Escapóporlapuertaoestemientrasyohablabaconmiseñora.No tengonadamásquedecir.Le juroque todo loqueheescritoaquíesunadeclaraciónciertadeloquesucedióenlamadrugadadeldía1demarzo.

Acepte,señor,lagarantíademissentimientosdeprofundagratitudyrespeto.

JOSEPHRIGOBERT

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ÚLTIMASLÍNEAS

AÑADIDASPORPERCYFAIRBANK

Tras ser juzgado Joseph Rigobert, fue declarado inocente del asesinato de Francis Raven. Lospapelesdelasesinadopresentaronpruebasdesobraacercadelamortalanimosidadqueleprofesabasuesposa.

Las investigaciones realizadas la madrugada del asesinato mostraron que la asesina, tras haberabandonadolascaballerizas,habíatomadoelsenderoquesedirigíahaciaelrío.Elríofuedragado,sinresultados.Hastaeldíadehoypermaneceladudasobresimurióahogadaono.LaúnicacertezaesqueAliciaWarlocknovolvióaservistapornadie.

Deestemodo,empezandoconunmisterioyterminandoconotro,lamujerdelsueñosehamostradoante ustedes. Fantasma, demonio o ser humano, elijan ustedes la definición. O, conociendo lasinsospechadasmaravillasquelesrodean,einclusolasinsospechadasmaravillasenlasquepuedenestarenvueltos,dejemosquelaspalabrasdelmásgrandedetodoslospoetassirvandeexplicación.[5]

WearesuchstuffAsdreamsaremadeof,andourlittlelifeIsroundedwithasleep

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LAMANOMUERTA

CuandoelpresentesigloXIXeramuchosañosmásjovendeloqueactualmentees,unamigomíollamado Arthur Holliday llegó a la ciudad de Doncaster exactamente a mitad de la semana de lascarreras;o,dichoenotraspalabras,amediadosdelmesdeseptiembre.

Eraunodeesoscaballerosjóvenesytemerarios,algocabezahueca,degrancorazónyenormeboca,queposeenel donde la completa familiaridadyque trepandescuidadamentepor el árbolde lavidahaciendoamigosalládondevan.Supadreeraunricofabricanteyhabíacompradosuficientesterrenosenunodeloscondadosdelcentrodelpaíscomoparadespertarlamáspuraenvidiadetodoslosnoblesdelacomarca.Arthurerasuúnicohijoy,ademásdeserelfuturopropietariodelaenormefincaydelgrannegocio,siempreestuvobienprovistodedineroynomuyrígidamentevigiladomientrasviviósupadre. Los rumores (o el escándalo, lo que prefieran) afirmaban que el anciano caballero se habíaconducidodeunmodocompletamentedesbocadoensujuventudyque,alcontrarioquelamayoríadelospadres,noestabapredispuestoaindignarseviolentamentealverquesuhijoseguíasuspasos.Estopodríaserciertoopodríanohaberlosido.Personalmente,soloconocíalmayordelosseñoresHollidaycuandoyaestabaentradoenaños,yparaentonceserael caballeromásapacibley respetablequeyohayavistoenmivida.

Bien,unseptiembre, talycomo lesestabacontando,el jovenArthur llegóaDoncaster,habiendodecididoderepente,coneseabsurdoypocomeditadoestilosuyo,queiríaalascarreras.Nollegóalaciudadhastalacaídadelatarde,yacudiódeinmediatoalmejorhotelenbuscadelechoycomida.Cenaestabandispuestosaofrecérsela,peroenloqueacamasereferíaseecharonareírcuandomencionósudeseo. Durante la semana de las carreras no resulta extraordinario que los visitantes que no tienenhabitaciones reservadas enDoncaster pasen las noches en sus coches aparcados a las puertas de lasposadas.Encuantoalaclasemásbajadeforasteros,yomismoloshevistoamenudo,durantetodaesasemana,arrastrarsebajolosportalesenbuscadeunlugarcubiertoparadormir.Pormuyricoquefuera,lasoportunidadesdeArthurdeencontraralojamientoparaaquellanoche(viendoquenohabíaescritodeantemanoparaasegurarseuno)eranmásquedudosas.Tras intentarencontrarplazaenelsegundohotelde laciudad,yenel tercero,preguntó tambiénendosde lasposadas inferiores.Yen todos lossitioslerecibieronconlamismarespuesta.Noquedabaniunasolacamalibre.Nitodoslosbrillantessoberanos de oro que llevaba en el bolsillo le podrían haber proporcionado una cama enDoncasterdurantelasemanadelascarreras.

ParaunjovenconuntemperamentocomoeldeArthur,lanovedaddeversearrojadoalacallecomoun vagabundo sin un penique de cada casa en la que pidió alojamiento se le presentó como unaexperienciaintensayoriginal.Deestemodo,continuóandandoconsumaletínenlamano,solicitandounacamaentodosycadaunodeloslocalesparaviajerosquepudoencontrarenDoncaster;hastaquellegóalasafuerasdelaciudad.

Paraentonces,elúltimoresplandordelcrepúsculosehabíadesvanecido,lalunaempezabaaalzarsecubiertapor laniebla, elviento seestabaenfriando, lasnubes seestabanespesandoenabundanciaytodoapuntabaaqueprontoempezaríaallover.

La visión de la noche tuvo un efecto descorazonador sobre el buen humor del joven Holliday.

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Empezóacontemplarlasituaciónenlaqueseencontrabadesdeunpuntodevistamásdramáticoquehumorístico,ymiróasualrededorbuscandootracasapúblicaenlaquepreguntar,conunsentimientoparecidoalnerviosismoapoderándosedesumenteantelaperspectivadenoencontrarunalojamientoparapasarlanoche.

Lapartesuburbanahacialaquesehabíadirigidoapenasestabailuminada,ynadapodíaverdelascasas frente a las que iba pasando salvo que, cuantomás se alejaba,más pequeñas ymás sucias sehacían. Siguiendo un poco más la serpenteante carretera, acabó por ver frente a él el mortecinoresplandordeunalámparadeaceitequeluchabainútilmenteconlaneblinosaoscuridadquelarodeaba.Determinóhacerunúltimoesfuerzopor llegarhasta la lámpara,decidido,encasodenovernadaenformadeposada, a regresar al centrode la ciudadpara intentar asegurarse enunode losprincipaleshotelesalmenosunasillaenlaquesentarseapasarlanoche.

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Amedidaquesefueacercandoalalámparafueoyendovoces,y,situándosedebajo,descubrióqueiluminabalaentradadeunestrechocallejónencuyaparedhabíapintadaunalargaydesgastadamanodecolorcarne,queseñalaba,coneldedoíndice,hacialasiguienteinscripción:

LOSDOSPETIRROJOS

Arthurpenetróenelcallejónsindudarlo,decididoaaveriguarquépodíanhacerporélenLosDosPetirrojos.Habíacuatroocincohombresreunidosalapuertadelaposada,queseencontrabasituadaalfondo del callejón, directamente enfrentada con la entrada de la calle. Estaban escuchando a otroindividuo, mejor vestido que el resto, que en voz baja contaba algo en lo que aparentemente semostrabanmuyinteresados.

Alentrarenelcallejón,Arthursecruzóconunforasteroquellevabaunamochilaenlamanoyqueevidentementeestabadejandolacasa.

—No—dijoelviajerodelamochilagirándoseydirigiéndosealegrementehaciaunhombrecalvoygordodemiradaastuta,quelehabíaseguidoporelpasajevestidoconundelantalblancoysucio—.No,patrón,nomeasustofácilmenteporbagatelas,peronomeimportaconfesarqueesonoestoydispuestoatolerarlo.

Encuantooyóaquellaspalabras,aljovenHollidayseleocurrióquealforasteroseledebíadehabersolicitado un precio exorbitado por una cama en Los Dos Petirrojos. Y que o bien era incapaz depagarlo,obiennoestabadispuestoaello.Enelmismomomentoenquelevolviólaespalda,Arthur,cómodamenteconscientedesusbienprovistosbolsillos,sedirigióapresuradamentealpatróncalvodemiradaastutaysuciodelantal,portemoraqueotroviajerosinalojamientoseleanticipara.

—Sitieneustedunacamalibre,yesecaballeroqueacabademarcharsenoquierepagarsuprecio,yoloharé—dijo.

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ElastutopatróncontemplóaArthurconmiradapenetrante.—¿Lohará,señor?—preguntómeditativoydudoso.—Diga el precio—dijo el joven Holliday creyendo que la duda del propietario se debía a una

desconfianzapropiadepaletos—.Digasuprecioy,siasílodesea,ledaréeldinerodeinmediato.—¿Quéleparecencincochelines?—preguntóelpatrón,restregándosesudoblepapadarecubierta

porunabarbaincipientemientrascontemplabapensativamenteeltechosobresucabeza.Arthurestuvoapuntodereírseenlacaradelhombre,perocreyendoprudentecontrolarse,leofreció

loscincochelinescontantaseriedadcomolefueposible.Elastutopropietarioextendiólamano…ylavolvióaretirarrepentinamente.

—Amijuicioestáustedactuandodeunmodojustoyhonrado—dijo—,yantesdecogersudineromegustaríahacer lomismo.Mire,asíescomoestán lascosas.Puede tenerunacamaparaustedporsolocincochelines,peronopodráutilizarmásquelamitaddelahabitaciónenlaqueestaseencuentra.¿Entiendeloquequierodecir,jovencaballero?

—Claro que sí —contestó Arthur con algo de irritación—. ¿Quiere decir que se trata de unahabitacióndobleyquelaotracamayaestáocupada?

El patrón asintió con la cabezay volvió a restregarse la doble papada conmás fuerza que antes.Arthurdudóymecánicamenteretrocedióunpasoodoshacialapuerta.Laideadedormirenlamismahabitaciónconuncompletodesconocidonoseleantojabamuyatractiva.Sesintióinclinadoaguardarseloscincochelinesenelbolsilloyaregresaralacalle.

—¿Seráquesíoqueno?—preguntóelpatrón—.DecídaseprontoporqueestanochehaymuchasotraspersonasbuscandocamaenDoncaster,ademásdeusted.

Arthurmiróhaciaelcallejónyoyólalluviaestrellándoseconfuerzacontraelpavimento.Pensóqueantesdedecidirseasalirprecipitadamente,abandonandoelrefugioqueleofrecíaLosDosPetirrojos,leharíaunpardepreguntaspertinentesalposadero.

—¿Qué clase de hombre es el que ha alquilado la otra cama? —preguntó—. ¿Se trata de uncaballero?Quierodecir,¿esunapersonatranquilaydebuenosmodales?

—Es el hombremás tranquilo con el que jamásme haya encontrado—dijo el patrón frotándosefurtivamentelasgordasmanos—.Tansobriocomounjuez,ytanregularensushábitoscomounrelojenpunto.Nohacenidiezminutosquedieronlasnueveyyaestáensucama.Nosésiesoseajustaasunocióndehombretranquilo;desdeluegovamuchomásalládelamía,selopuedoasegurar.

—¿Creeustedqueestarádormido?—Estoycompletamente seguro—replicóelpropietario—.Y loqueesmás,hacaído tan rendido

que le aseguroqueno le despertará usted.Por aquí, señor—dijo el patrónhablandopor encimadelhombrodel jovenHolliday, como si se estuviera dirigiendo a algúnnuevo cliente que fuera hacia laentrada.

—Aquítiene—dijoArthur,decididoaadelantarsealextraño,fuesequienfuese—.Mequedoconlacama —añadió alargándole los cinco chelines al patrón, quien asintió en silencio, dejó caerdescuidadamenteeldineroenelbolsillodesudelantalyencendióunavela.

—Subaaverlahabitación—dijoelpropietariodeLosDosPetirrojos,guiándolehacialaescaleraconbastanterapidezparalogordoqueera.

Subieron al segundo piso de la posada. El patrón entreabrió una puerta situada frente al rellano,despuéssedetuvoysevolvióparamiraraArthur.

—Esunbuentrato,tantopormipartecomoporlasuya—dijo—.Ustedmedacincochelines,yyo

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leproporcionoacambiounacamalimpiaycómoda;y legarantizo,deantemano,queelhombrequeduermeenlamismahabitaciónqueustednolemolestaránileirritaráenmodoalguno.

Trashaberdichoestaspalabras,mirófijamenteelrostrodeljovenHollidayydespuéslecondujoalinteriordelahabitación.

EramásgrandeyestabamáslimpiadeloqueArthurhabíaimaginado.Lasdoscamashabíansidocolocadasenparaleloyentrelaunaylaotramediabaunadistanciadeunosdosmetros.Lasdoserandetamañomedioy ambas contaban con lasmismasdoselerasy lasmismas cortinasblancasy sencillasparacubrirlasencasodesernecesario.

Lacamaocupadaera,delasdos,laquemáscercaestabadelaventana.Todaslascortinas,exceptoladelpiecero,queeraelextremodelacamamásalejadodelaventana,estabancompletamenteechadasasualrededor.Arthursefijóenquelospiesdelhombredormidoelevabanlasescasasropasdelacamaformandounaagudaypequeñaprominencia,comosiestuvieradurmiendosobresuespalda.Tomólavelayavanzóconcuidadoparacorrerlacortina.Sedetuvoamediocamino,escuchóunmomento,ydespuéssevolvióhaciaelpatrón.

—Esmuysilenciosoaldormir—dijoArthur.—Sí—confirmóelpatrón—,muysilencioso.EljovenHollidayavanzóconlavelaycontemplóalhombreconprecaución.—Quépálidoestá—dijoArthur.—Sí—replicóelpropietario—,muypálido,¿verdad?Arthurmiróalhombremásdecerca.Teníalaropadelacamasubidahastalabarbilla,ysupecho

permanecíacompletamenteinmóvil.Sorprendidoyvagamentealarmadoaldescubriraquello,Arthurseinclinó sobre el desconocido, le miró los labios cenicientos y separados, escuchó un momentoconteniendo el aliento, contempló de nuevo el rostro extrañamente inmóvil y los estáticos labios ypecho.Entonces sevolvió súbitamentehacia el patrón con suspropiasmejillas tanpálidas como loshuecosmofletesdelhombredelacama.

—Venga aquí—susurró sin aliento—. ¡Venga aquí, por el amor de Dios! Este hombre no estádormido…¡estámuerto!

—Lo ha descubierto usted antes de lo que yo esperaba—dijo el posadero con calma—.Sí, estámuerto,deesonohayduda.Murióalascincoenpuntodeestatarde.

—¿Cómomurió? ¿Quién es?—preguntóArthur, tambaleándose debido a la audaz frialdad de larespuesta.

—Encuantoaquiénes—continuóelposadero—,nosémássobreéldeloquepuedasaberusted.Ahíestánsuslibros,suspapelesysuscosas;todoselladoenesepaquetedepapelmarrónalaesperadequeel juezde instrucciónvengamañanayhaga su encuesta.Llevabaaquíuna semana,pagando sinproblemasymanteniéndose lamayorpartedel tiempoenel interior,comosiestuvieseenfermo.Estatardealascincolacamareraletrajosutéy,mientrasaúnseloestabasirviendo,éltuvoundesmayo,ounataque,ouncompuestodeambos,yoquésé.Nopudimoshacerlevolverensíyyodijequeestabamuerto.Yvinoeldoctorynopudohacerlevolverensí,ytambiéndijoqueestabamuerto.Demodoqueahíletiene.Eljuezdepazvendrámañana,lomásprontoquepueda.Esoestodoloquesé.

Arthuracercólavelaaloslabiosdelhombre.Lallamaseguíaardiendofirmeysinondulaciones.Hubounmomentodesilencioduranteelquesoloseoyó la lluviagolpeandopesadamentecontra loscristalesdelasventanas.

—Sinotienenadamásquedecirme—continuóelposadero—,supongoquepuedoretirarme.¿Yno

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pretenderá que le devuelva los cinco chelines, verdad? Ahí está la cama que le prometí: cómoda ylimpia.Ahíestáelhombrequelegaranticéquenolemolestaría,máscalladoquenadieenestemundo.Sileasustaaustedcompartirhabitaciónconél,esoyanoesasuntomío.Yohemantenidomipartedeltrato,ytengotodalaintencióndequedarmeeldinero.YotampocosoydeYorkshire,jovencaballero,perohevivido losuficienteporestos larescomoparahaberagudizadomi ingenio.Nomeextrañaríaqueencontraraustedelmododeagudizarel suyo lapróximavezquevengaapasarun tiempoen lacomarca.

Trashaberpronunciadoaquellaspalabras,elposaderosevolvióhacialapuertayrioparasímismo,satisfechodesupropioingenio.

Pese a que seguía alterado y sobresaltado, Arthur había recuperado para entonces la suficientecomposturacomoparapodersentirseindignadoanteelengañodelquehabíasidoobjeto.

—Noseríahastaestarsegurodeserelúltimoenpoderhacerlo—dijoafiladamente—.Norecibiráustedesoscincochelinesacambiodenada,amigo.Mequedoconlacama.

—¿Ah,sí?—dijoelposadero—.Entoncesledeseoquedescansebienestanoche.Conestabrevedespedida,saliódelahabitaciónycerrólapuertatrasdesí.¡Que descanse bien!Apenas acababan de ser pronunciadas aquellas palabras, apenas acababa de

cerrarse la puerta, y Arthur ya se estaba arrepintiendo de las impetuosas palabras que acababa depronunciar. Aunque de naturaleza nada susceptible, y en absoluto falto de valor moral y físico, lapresenciadel hombremuerto tuvoun efecto espeluznante e inmediato sobre su cerebro en cuanto sequedóasolasconélenlahabitación.Asolas…yobligadoaquedarseallíhastaporlamañanadebidoasus precipitadas palabras. Un hombre más maduro no le habría dado mayor importancia a lo queacababadedecir,yhabríaactuadonoguiándoseporsuspalabras,sinoporloqueledictaseelsentidocomún.PeroArthurerademasiadojovencomoparasoportarhacerelridículo,aunquefuesefrenteasusinferiores, sin sentir su propio desprecio; demasiado joven como para no temer la momentáneahumillaciónquelesupondríatenerquecontradecirsuestúpidabravata;untemormayoraúnqueelqueleproducíatenerquepasarlanocheenlamismahabitaciónqueelmuerto.

—Soloseránunpardehoras—pensó—.Ysiemprepuedomarcharmeaprimerahoradelamañana.Estaba mirando hacia la cama ocupada cuando aquella idea pasó por su cabeza, y la aguda

prominenciaprovocadaenlassábanasporlospiesdeldifuntovolvióaatraersumirada.Avanzóyechólacortina,absteniéndosecontodaintencióndecontemplarelrostrodelcadáver,nofueraaserquelecausaratanhondaimpresiónqueleturbarayadeentrada.Echólacortinaconmuchocuidadoysuspiróinvoluntariamentealcerrarla.

—Pobretipo—dijocasicontantatristezacomosilehubieraconocidopersonalmente—.¡Ah,pobretipo!

Seacercóalaventana.Lanocheaparecíacompletamentenegraynolepermitíavernada.Lalluviaseguíagolpeandoconfuerzacontraloscristales.Supuso,aloíraquello,quelaventanaseencontrabaenlapartetraseradelacasa,puesrecordabaqueladelanterasehallabaprotegidadelasinclemenciasdeltiempoporelcallejónylosedificiosqueseerguíanfrenteaél.

Mientraspermanecíajuntoalaventana(yaque,debidoalsonidoqueprovocaba,inclusolapesadalluvialesuponíaunalivio;unalivio,también,porquesemovíaysugeríadébilmenteconceptoscomovidaycompañía),oyólascampanadasdeunaiglesiadistantedandolasdiez.¡Sololasdiez!¿Cómoibaapasareltiempohastaquelaposadavolvieraaabrirsuspuertasporlamañana?

Enotrascircunstancias,habríabajadoalbardelestablecimiento,habríapedidoungrogysehabría

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reídoyhabríacharladoconlospresentescontantafamiliaridadcomosiloshubieraconocidodetodalavida. Pero la misma idea de matar el rato de aquel modo le parecía ahora desagradable. La nuevasituaciónenlaqueseencontrabaparecíahaberlecambiado.Hastaentonces,suvidahabíasidolavidacorriente,prosaica,trivialysuperficialdeunhombrejovenypróspero,sinproblemasqueresolverysinduraspruebasalasqueenfrentarse.Nohabíaperdidoningúnparientealqueamara,ytampoconingúnamigoalqueapreciara.Hastaaquellanoche,laporcióndeesainmortalherenciaqueserecibedivididaentre todos nosotros había yacido dormida en su interior.Hasta aquella noche, laMuerte y él no sehabíanencontrado,nisiquieraenformadeidea.

Diounpardevueltasalrededordelahabitación,despuéssedetuvo.Elruidoquehacíansusbotassobreelsuelopobrementecubierto leestabaponiendo lospelosdepunta.Dudóunrato,yacabóporquitarselasbotasparaseguircaminandodeunextremoalotrosinhacerruido.

Todo deseo de dormir o descansar le había abandonado. La mera idea de tumbarse en la camadesocupadaleprovocabainstantáneamentelaimagenmentaldeunaterribleimitacióndelaposicióndelhombremuerto.¿Quiénsería?¿Cómohabríasidosuvida?Debíadehabersidopobre,odeotromodonosehabríadetenidoenun lugarcomo laposadaLosDosPetirrojos.Yprobablemente sehabía idodebilitandoacausadeunalargaenfermedad,sino,difícilmentepodríahaberfallecidodelmodoenquelohabíadescritoelposadero.Pobre,enfermo,solo,muertoenunlugarextraño;muerto,sinnadiemásqueundesconocidoparacompadecerle.Unatristehistoria,ciertamente.Unahistoriamuytriste.

Mientras estos pensamientos cruzaban su mente, Arthur se detuvo inconscientemente junto a laventana,cercadelpiecerodelacamaydelacortinaechada.Alprincipiólocontemplóconaireausente;después fue consciente de que sus ojos estaban fijos en él, y finalmente un deseo perverso de hacerprecisamenteaquelloquehabíadecididoevitar,contemplaralmuerto,seapoderódeél.

Alargólamanohacialascortinas,perosedetuvoenelmismoinstanteenqueibaadescorrerlas.Lediolaespaldaalacamaconenergíaycaminóhacialachimeneaparaverquéobjetosestabansituadossobrelarepisa,enbuscadealgúnentretenimientoquemantuvieraaldifuntolejosdesuspensamientos.

Encontróunjuegodeescrituradepeltre,conalgunosrestosdetintamohosaenlabotella,ytambiéndos toscos adornos de porcelana de lomás vulgar. Por último vio una placa sucia y atacada por lasmoscas, en cuya superficie se podía leer una colección de retorcidos acertijos impresos en relievemediantetodotipodetintascoloreadasydispuestosenzigzag.Cogiólaplacayfuealeerlaenlamesasobrelaquehabíacolocadolavela,sentándoseresueltamentedeespaldasalacamatapada.

Leyóelprimeracertijo.Despuésleyóelsegundo,yeltercero…hastahabercompletadotodoslossituadosenunade lasesquinasde laplaca.Despuéssedirigió impacientementehaciaotra.Antesdepoderempezaraleerlosacertijosallíreunidosseviointerrumpidoporelsonidodelascampanadasdelaiglesia.

Lasonce.Habíapasadounahoraenteraconelmuertoenlahabitación.Unavezmás,dedicósuatenciónalaplaca.Noresultabafácildistinguirlasletrasimpresas,debido

alomortecinodelaluzquelehabíadejadoelposadero.Unavulgarpalmatoria,acompañadadeunparde pesadas y anticuadas tijeras.Hasta aquelmomento sumente había estado demasiado ocupada enotras cosas como para pensar en la luz. No había retirado los trozos quemados de la mecha, y enconsecuenciaestahabíaquedadoporencimadelallama,adquiriendoenlapartesuperiorunacuriosaforma,delacualcaíandevezencuando,comosifuerancopos,fragmentoschamuscadosdefibradealgodón.Cogió las tijeras y recortó lamecha.La luz ganó en brillo y la habitación se hizo un poco

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menossiniestra.Regresóalosacertijos,yseesforzóobstinadamenteenconcentrarseensulectura;primerolosdeun

extremodelaplaca,despuéslosdelotro.Todossusesfuerzos,sinembargo,nosirvieronparacentrarsuatenciónenellos.Continuósuocupaciónmecánicamente,perosinrecibirningunaimpresióndeloqueestabaleyendo.Eracomosilasombradelacamacubiertaporcortinasseinterpusieraentresumenteylasletrasalegrementeimpresas;unasombraquenadapodíadisipar.Alfinal,serindióydejódeluchar;arrojólaplacalejosdesíconimpacienciayvolvióarecorrerlahabitacióndearribaabajo.

Elhombremuerto,elhombremuerto,¡elhombremuertoyescondidotrasaquellascortinas!Aquella era una idea que le acosaba persistentemente. ¡Escondido! ¿Era solo el cuerpo, o era el

cuerpooculto lo que se cebaba en su mente? Se detuvo frente a la ventana ponderando esa duda,escuchandounavezmáslalluviaquegolpeabaloscristalesmientrascontemplabalanegraoscuridad.

¡Nopodíadejardepensarenelmuerto!Laoscuridadforzóasumentearefugiarseensímismaypusoenmarchasumemoria,reviviendo,

conundetallismodolorosamentevívido,lamomentáneaimpresiónquehabíarecibidoalecharelprimervistazoalcadáver.Enbreve,el rostrodeldifuntopareció flotar frenteaélenmediode laoscuridad,más pálido aún que cuando lo había visto por primera vez, enfrentándosele desde el otro lado de laventana.Aquella terribleyborrosa líneade luzqueaparecíaentre lospárpadosmalcerradoseramásanchadeloqueenunprincipiolehabíaparecido;loslabiosseseparabanmásymáselunodelotro;susrasgosseestabanhaciendocadavezmásgrandesynodejabandeacercarse,hastaqueparecieronllenarlaventana,ysilenciarlalluvia,yacallarlanoche.

Elsonidodeunavozgritandoalpiede lasescaleras ledespertósúbitamentedelsueñoenque lehabíasumidosupropiaimaginacióndestemplada.Lareconociócomolavozdelposadero.

—Cierraalasdoce,Ben—leoyódecir—.Yomevoyalacama.Selimpióelsudorqueselehabíaacumuladoenlafrente,razonóconsigomismounratoydecidió

liberar sucerebrode lamacabra fantasíaqueaún leacosabaobligándoseaconfrontarla, aunquesolofueraunmomento,conlasolemnerealidad.Sinpermitirseuninstantededuda,separólascortinasdelpiecerodelacamaymiróalinterior.

Allíestabaelrostrotriste,pacíficoypálido,apoyadosobrelaalmohadacontodoelterriblemisteriodelarigidezgrabadoenél.¡Ningúnmovimiento,ningúncambiosehabíaproducido!Sololemiróunmomentoantesdevolveracorrerlascortinas,peroaquelmomentoletranquilizó,lecalmó,lerestaurólamenteyelcuerpohastapermitirlevolveraserélmismo.

Regresóasuocupaciónderecorrerlahabitacióndeunextremoalotro,perseverandoenellahastaquevolvieronasonarlascampanadas.

Lasdoce.Mientraselsonidodelascampanasmoríaenladistancia,empezóafundirseconunconfusoruido

proveniente del piso de abajo, producido por los bebedores al abandonar el bar de la posada. Lasiguientecosaqueoyó,trasunbreveintervalodesilencio,fueelruidoproducidoporelcerrojodelapuertayporelcierredelospostigosenlapartetraseradelaposada.Despuésvolvióareinarelsilencio,yyanadavolvióainterrumpirlo.

Ahoraseencontrabaasolas,absolutaeirrevocablementeasolasconelmuertohastaquellegaralamañana.

Lamechadelavelarequeríaunnuevorecorte.Arthurcogiólastijeras,perocuandoestabaapuntodeutilizarlassedetuvoderepente.Observóatentamentelavela,despuésmiróporencimadesuhombro

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endirecciónalacamacubierta,yacontinuaciónvolvióaconcentrarsuatenciónenlavela.Elposaderola había encendido por primera vez paramostrarle el caminomientras subían las escaleras, y ya sehabíanconsumidoalmenostrespartesdelamisma.Enunahoraalosumo,lavelasehabríaconsumidodel todo.Enunahora,amenosque llamasede inmediatoalhombrequeacababadecerrar laposadaparapedirleunavelanueva,Arthursequedaríacompletamenteaoscuras.

Pesealofuertementequesehabíavistoafectadasumentedesdequehabíaentradoenlahabitación,su poco razonable pavor a exponerse al ridículo y a poner su valor bajo sospecha no había perdidotodavíasuinfluenciasobreél.

Remoloneó juntoa lamesasindecidirse,esperandoaver si lograba imponersesobresímismoyconseguíaabrirlapuertayllamardesdeelrellanodelaescaleraalhombrequehabíacerradolaposada.Inmersocomoestabaenaquelestadodubitativo,encontróunaespeciedealivioenladistracciónquelesupusoentretenerseunosinstantesenlatareaderecortarlamechadelavela.Perosumanotemblabaligeramente, y además las tijeras eran pesadas y complicadas demanejar. Cuando las cerró sobre lamecha,lohizodemasiadoabajo.Enuninstante,lavelasehabíaapagadoylahabitaciónseviosumidaenlamásabsolutaoscuridad.

Laúnicaimpresióninmediataqueleprodujolaausenciadeluzfuedesconfianzadeaquellacamarodeadaconcortinas.Unadesconfianzaquenopodíatomarlaformadeningunaideaconcreta,peroqueeralosuficientementepoderosa,inclusopeseasuvaguedad,comoparaatenazarleeinmovilizarleensusilla,hacerquesucorazónlatieramásdeprisayobligarleaescucharconintensidad.Apartedelfamiliarruido de la lluvia golpeando contra la ventana, conmás energía y ruido que hasta aquel momento,ningúnotrosonidoseprodujoenlahabitación.

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Aunasí,lavagadesconfianzayelinexpresabletemorlesiguierondominandoeinmovilizandoensusilla.Nadamásentrarenlahabitación,Arthurhabíacolocadosumaletínsobrelamesa,demodoqueahoratomódelbolsillolallavedelmismo,extendiólamanosuavemente,loabrióytanteóensuinteriorenbuscadesuescritoriodeviaje,dondesabíaqueencontraríaalgunascerillas.Cuandoencontróuna,esperóantesdeencenderla(raspándolacontralarugosamaderadelamesa),yescuchóatentamentedenuevo,sinsaberporqué.Salvoelincesanteyregulartamborileodelalluvia,ningúnruidoseoíaenlahabitación.

Sinmásdilación,volvióaencenderlavela,yenelmismoinstanteenqueestaprendió,susojossedirigierondeinmediatohacialacamacubierta.

Justoantesdequelaluzseapagase,habíamiradoenaquelladirecciónynohabíaobservadoningúncambioapreciable,ningúntipodedesordenenlosplieguesdelasabombadascortinas.

Cuandovolvióamirarhacialacama,viounamanoblancacolgandosobreunodeloscostados.Yacíacompletamenteinmóvil,descolgándoseporencimadelapartecentraldelacamaenelpunto

precisoenquelacortinaquepartíadelcabeceroylaqueempezabaenelpiecerosejuntaban.Noseveíanadamás.Lascortinasocultabantodosalvoaquellalargayblancamano.

Permanecióallícontemplándola;incapazdemoverse;incapazdellamaranadie,sinsentirnada;sinsabernada.Todas lasfacultadesqueposeíasehabíanreunidoyfundidoenunasolacapacidad: ladever. Nunca pudo saber con certeza durante cuánto tiempo permaneció atenazado por aquel primerpánico.Podríahabersidounsoloinstante,opodríanhabersidovariosminutos.Cómoseacercóhastalacama,siseabalanzósobreellaosiseaproximólentamente,cómoconsiguióobligarseadescorrerlascortinasycómoreunióelvalorparamirar,esalgoquenuncaharecordadoynuncarecordaráhastaeldíadesumuerte.Bastesaberqueseacercóalacama,yquemiródetrásdelascortinas.

Elhombresehabíamovido.Unodesusbrazoshabíasalidodedebajodelasropasdelacama,sucarasehabíagiradounpocosobre laalmohadaysuspárpadossehabíanabiertoporcompleto.Peroaunquehabíacambiadodeposición,elrostropermanecíaterribleyextraordinariamenteinalterado.Lamortalpalidezylamortalquietudseguíanpresentesenél.

AArthur le bastó unvistazopara comprobar aquello; unvistazo antes de abalanzarse sin alientohacialapuertaparaalarmaralosocupantesdelaposada.

El hombre al que el posadero había llamado «Ben» fue el primero en aparecer en las escaleras.Arthurledijoloquehabíapasadoyleenvióabuscaraldoctormáspróximo.

Yo, el narrador de esta historia, vivía entonces con un médico amigo mío que practicaba enDoncaster,ymeestabaencargandodesuspacientesdebidoaquehabíatenidoquemarchardevisitaaLondres.Demodoqueeldoctormáscercanoera,almenosdemomento,yo.Yaporlatardemehabíanenviadoabuscardelaposada,peroalnoencontrarmeencasasehabíabuscadoasistenciamédicaenotraparte.CuandoelhombredeLosDosPetirrojosllamóamipuerta,meencontróapuntodeirmealacama.Naturalmente, no creí una sola palabra de su historia sobre «unmuerto que había vuelto a lavida».Entodocaso,mepuseelsombrero,mearméconunaodosbotellasdereconstituyentesycorríhasta la posada, esperando no encontrar nadamás destacable que algún paciente indispuesto cuandollegaseallí.

Misorpresaaldescubrirqueelhombrehabíadicholiteralmentelaverdadfuecasitangrande,sinoigual,queelasombroquemeprodujoencontrarmefrenteafrenteconArthurHollidaytanprontocomoentréeneldormitorio.Noeramomentodepedirodarexplicaciones.Sencillamentenosestrechamoslamano asombrados, y después yo ordené a todosmenos aArthur que salieran de la habitación yme

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apresuréaatenderalhombredelacama.Elfuegodelacocinanollevabademasiadoratoapagado.Todavíaquedabamuchaaguacalienteen

laollayteníamostoallasenabundancia.Conesto,mismedicinasyconlaayudaqueArthurfuecapazdebrindarmesiguiendomisinstrucciones,arranquéalhombre,literalmente,delabrazodelamuerte.Enmenosdeunahoraapartirdelmomentoenquemehabíanavisado,volvíaaestarvivoyhablandoenlamismacamasobrelaquelehabíandejadoalaesperadelaencuestadeljuezdeinstrucción.

Naturalmente, ustedes me preguntarán cuál era la dolencia que le había afectado, y yo podríaofrecerles,amododerespuesta,unalarga teoríabienaderezadaconloquelosniños llamanpalabrasdifíciles. Prefiero decirles que, en este caso, la causa y el efecto no casaban satisfactoriamente conningunateoríaconocida.Haymisteriosenlavidayensuscondicionesquelacienciahumanatodavíanohasidocapazdedesvelar,ycándidamentelesconfiesoquealdevolveraaquelhombrealavida,yoestaba,moralmentehablando,dandotumbosenlaoscuridad.Sé(atravésdeltestimoniodeldoctorquelehabíatratadoporlatarde)quesumaquinariavitalsehabíadetenidosinlugaradudas,almenosenloque se refiere a las acciones apreciables por nuestros sentidos. Pero estoy igualmente convencido(viendoquefuicapazdereavivarle)dequeelprincipiovitalaúnnosehabíaextinguidoporcompleto.Cuandoañadaqueelhombrehabíasufridounalargaycomplicadaenfermedadquehabíatrastornadolatotalidaddesusistemanervioso,leshabrécontadotodoloquesabíasobrelascondicionesfísicasdemidifuntopacientedelaposadaLosDosPetirrojos.

Cuando«volvióensí»,comosesueledecir,seguíaresultandounavisiónsobrecogedora,consucaraincolora,susmejillashundidas,susnegrosojosdesorbitadosysulargopelonegro.Laprimerapreguntaqueme hizo cuando pudo hablar fue sobre símismo, yme hizo sospechar que había atendido a unhombredemipropiaprofesión.Lemencionémisuposiciónymeconfirmóqueestabaenlocierto.

DijoquehabíallegadodeParís,ciudadenlaquehabíaestadovinculadoaunhospital.Quehabíaregresado a Inglaterra de camino a Edimburgo para continuar sus estudios, que había enfermado enplenoviaje,yquesehabíadetenidoparadescansaryrecuperarseenDoncaster.Noañadió,sinembargo,niunasolapalabrasobresunombreosobrequiénera.Porsupuesto,nolepreguntéalrespecto.Todoloquelepregunté,unavezhuboterminadodehablar,fuequéramadelaprofesiónpretendíaseguir.

—Cualquierrama—dijoamargamente—quepongapanenlamesadeunhombrepobre.Aloíraquello,Arthur,quehastaentonceshabíaestadoobservándoleconsilenciosacuriosidad,se

abalanzóimpetuosamentesobreélconsuhabitualbuenhumor.—Mi querido amigo—todo elmundo era «mi querido amigo» en lo que aArthur concernía—,

ahoraqueacabaderegresaralavida,noempieceadeprimirseantesusperspectivas.Yorespondoporellas.Puedoayudarleahacercosasimportantesenelcampodelamedicina.Ysiyonopuedo,mipadrepodrá.

Elestudiantedemedicinalecontemplófijamente.—Gracias—dijoconfrialdad;despuésañadió—:¿Puedopreguntarlequiénessupadre?—Esbienconocidoporestapartedelpaís—contestóArthur—.Esungranindustrial,ysunombre

esHolliday.Mimano estaba sobre lamuñecadel hombremientras esta breve conversación tenía lugar.En el

instanteenqueelnombredeHollidayfuepronunciado,sentíquesupulsoseagitabaentremisdedos,sedetenía,volvíaalatirdeimprovisoymanteníaunritmofebrildurantelosminutossiguientes.

—¿Cómohallegadoustedaquí?—preguntóeldesconocidorápidamente,excitado,casiconpasión.Arthur relató brevemente lo que le había sucedido desde que había solicitado alojamiento en la

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posada.—Entonces, estoy en deuda con el hijo del señorHolliday por conseguirme la ayuda queme ha

salvado la vida—dijo el estudiante demedicina, hablando consigomismo con un singular tono desarcasmoenlavoz—.¡Vengaaquí!

Extendió,mientrashablaba,sularga,blancayhuesudamanoderecha.—Detodocorazón—dijoArthurestrechandosumanocordialmente—,deboconfesarle—continuó,

riendo—,pormihonor,quecasimehaaterrorizado.Eldesconocidonoparecióescucharle.Susdesorbitadosojosnegrossehabíanfijadoconunamirada

deansiosointerésenelrostrodeArthur,ysusdedoslargosyhuesudosmanteníanfirmementeagarradalamanodemiamigo.EljovenHolliday,porsuparte,ledevolvíalamirada,sorprendidoyperplejoporelextrañomododehablarycomportarsedelestudiantedemedicina.Lasdoscarasestabancercaunadelaotra.Lasobservé,yantemi sorpresa,mevi repentinamenteasombradoacausadelparecidoentreambos;noenrasgosocomplexión,sinoenlaexpresión.Debiódeserunparecidorealmentenotable,ociertamente yo no me habría fijado, ya que normalmente soy bastante lento a la hora de encontrarparecidosentrerostros.

—Hasalvadoustedmivida—dijoeldesconocido,todavíamirandofijamentealacaradeArthuryagarrandofuertementesumano—.Sihubierasidoustedmipropiohermano,nopodríahaberhechomáspormí.

Pusounénfasissingularmentefuerteenaquellastrespalabras,«mipropiohermano»,yuncambioseprodujoensurostroalpronunciarlas.Uncambioquemilenguajenoescapazdedescribir.

—Espero poder hacerle todavía algún servicio más—dijo Arthur—. Hablaré con mi padre tanprontocomollegueacasa.

—Parece usted amar a su padre y sentirse orgulloso de él —dijo el estudiante de medicina—.¿Supongoque,acambio,tambiénélleamaráysemostraráorgullosodeusted?

—Porsupuestoquesí—respondióArthurriendo—.¿Quétieneesodeextraordinario?¿Acasonoestásupadreorgullosode…?

EldesconocidohabíasoltadoderepentelamanodeljovenHollidayyhabíavueltosurostroenotradirección.

—Le ruego que me disculpe —dijo Arthur—. Espero no haberle causado algún disgustoinvoluntario.Esperoquenohayaperdidoustedasupadre.

—Nopuedoperderloquenuncahetenido—replicóelestudiantedemedicina,conunarisaburlonayáspera.

—¡Quenuncahatenido!EldesconocidovolvióaagarrarderepentelamanodeArthur,yvolvióamirarledirectamenteala

cara.—Sí—dijo,repitiendosuamargarisa—.Hatraídousteddevueltaalmundoaunpobrediabloque

notienenadaquehacerenél.¿Lesorprendo?¡Vaya!Esmivoluntadcontarleloqueotroshombresenmisituaciónhabitualmentemantienenensecreto.Notengoniapellidonipadre.¡LapiadosaleydelaSociedaddicequesoyundonnadie!¿Porquénolepreguntaasupadresiaceptasertambiénelmíoysimeayudaráaseguirmividaconelnombredesufamilia?

Arthurmemirómásperplejoquenunca.Lehiceunaseñaldequenodijesenada,ydespuésvolvíacolocarmimanosobre lamuñecadel

hombre.¡No!Apesardelaextraordinariadeclaraciónqueacababadehacer,noestaba,comoyohabía

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sospechado,empezandoadelirar.Supulsohabíavueltoatranquilizarseysemanteníaregular;supielestabahúmedayfresca.Noteníaunsolosíntomadefiebreodeagitación.

Al ver que ninguno de los dos le contestábamos, se volvió hacia mí, empezó a hablar de laextraordinarianaturalezade sucaso,yme solicitó consejo sobreel futuro tratamientoalquedeberíasometerse a sí mismo. Le dije que el asunto requería mayor reflexión, y le sugerí enviarle unaprescripciónalgomástarde.Mepidióquelaescribieradeinmediato,yaquelomásprobableeraqueabandonaseDoncasterporlamañana,antesdequeyomehubieralevantado.Fuecompletamenteinútiladvertirle de la locura y el peligro que un comportamiento como aquel suponía. Élme escuchó coneducaciónypaciencia,perosemantuvofirmeensuresolución,sinofrecermerazonesniexplicaciones.Despuésmerepitióquesideseabaofrecerleunaoportunidaddevermiprescripción,deberíaescribirladeinmediato.

Aloíraquello,Arthurmeofreciósuescritorioportátilque,segúndijo,habíatraídoconsigoy,trasacercarlo a la cama, extrajo del bolsillo del maletín un cuaderno de notas con su habitual estilodescuidado.Juntoalospapeles,sobrelacolchadelacama,cayóunpequeñopaquetedeesparadrapoyunaacuareladeunpaisaje.

El estudiante de medicina tomó el dibujo y lo contempló. Su mirada se fijó en unas inicialescuidadosamente escritas en cifra, junto a una de las esquinas. Entonces se sobresaltó y empezó atemblar;surostropálidosevolviómásblancodelonormal;susdesorbitadosojosnegrossedirigieronaArthuryparecieronatravesarleconlamirada.

—Unbonitodibujo—dijoenuntonodevoznotablementecalmado.—¡Ah! ¡Y realizado por una bonita muchacha!—dijo Arthur—. ¡Oh, quémuchachamás bella!

¡Ojaláfueraunretratosuyo,ynounpaisaje!—¿Laadmiramucho?Arthur,medioenbromamedioenserio,sebesólamanoamododerespuesta.—Amoraprimeravista—dijoeljovenHolliday,volviendoaguardareldibujo—.Peronoacabade

madurar. Se trata de lamisma vieja historia de siempre. Como suele pasar en estos casos, ya le haentregadosumanoaotro.Ahoraseveencadenadaacausadeunimpetuosocompromisoconunpobrehombre que nunca va a tener el suficiente dinero para casarse con ella. Tuve suerte de enterarme atiempo,odelocontrariomehabríaarriesgadoadeclararmecuandomeentregóesedibujo.¡Aquítiene,doctor!¡Pluma,tintaypapel,todolistoparausted!

—¡Cuandoleentregóesedibujo!¡Leentregó!¡Leentregó!Mipaciente repitió lentamentepara sí laspalabras,yde repentecerró losojos.Unamomentánea

distorsiónpasóporsurostroyviqueunadesusmanosagarrabalaropadelacamaylaapretabaconfuerza.Penséqueibaarecaer,ylesroguéaambosquenosiguierancharlando.Élabriólosojoscuandomeoyóhablar,losvolvióafijarunavezmás,escrutadores,enArthur,ydijolentayarticuladamente:

—Austedlegusta,yaellalegustausted.Esepobrehombrepuedemorirseyquitarsedesucamino.Despuésde todo, ¿quiénpuedeasegurarleque ellano se levaya a entregar como leha entregadoeldibujo?

AntesdequeeljovenHollidaypudieraresponder,elestudiantesevolvióhaciamíymedijoenunsusurro:

—Yahora,veamosesaprescripción.Apartirdeaquelmomento,novolvióahablarconArthur;nisiquieravolvióamirarle.Cuandohubeterminadoderedactarlaprescripción,laexaminó,laaprobóydespuésnossorprendió

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aambosdeseandobuenasnochesabruptamente.Leofrecíquedarmevelando juntoasu lechoynegócon lacabeza.Arthurseofreciópara lomismoy le respondiósecamenteconel rostrovueltoenotradirección:

—No.Insistíenquealguiendebíaquedarsevigilándole.Alfinal,cuandovioqueinsistíaenello,cedióy

dijoqueaceptaríalosserviciosdelcamarerodelaposada.—Graciasalosdos—dijocuandonoslevantamosparamarcharnos—.Solotengounúltimofavor

quesolicitarle,noausted,doctor,yaqueconfíoenqueejercitaráladiscreciónpropiadesuprofesión,sinoalseñorHolliday.

Susojos,mientrashablaba,seguíanfijosenmí,ynosevolvieronparamiraraArthurnienunasolaocasión.

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—LeruegoalseñorHollidayquenomencioneanadie,ymuchomenosasupadre,loshechosquehoyhanocurridoenestahabitación.Leinvitoaquemeentierreensumemoriadelmismomodoqueme podría haber enterrado en una tumba de no ser por su afortunada intervención. No puedo darleexplicacionesparaestaextrañapetición.Solopuedoimplorarlequemelaconceda.

La voz le falló por primera vez y el estudiante enterró la cara en la almohada. Arthur,completamentedesconcertado,leprometióqueasíloharía.MellevéaljovenHollidayconmigohastalacasademiamigo,decididoaregresaralaposadaparaverdenuevoalestudiantedemedicinaantesdequesemarcharaporlamañana.

Regresé a la posada a las ocho en punto, absteniéndome a propósito de despertar a Arthur, queestabarecuperándosedelasemocionesdelanocheanteriordurmiendoenunodelossofásdemiamigo.Tanprontocomomehabíaquedadoasolasenmidormitoriosemehabíaocurridounasospechaquemehizo decidir que Holliday y el desconocido no deberían volver a encontrarse mientras yo pudieraevitarlo.

Yahealudidoalosrumores,oescándalos,quemehabíanllegadoenrelaciónconlajuventuddelpadre de Arthur.Mientras estaba en mi cama, pensando en lo que había sucedido en la posada (elcambioenelpulsodelestudiantecuandohabíaoídoelnombredeHolliday;elparecidoenlaexpresiónquehabíadescubiertoentresurostroyeldeArthur;elénfasisquehabíapuestoenestastrespalabras:«mi propio hermano»; y su incomprensible reconocimiento de su ilegitimidad), mientras estabapensando en todas estas cosas, los rumores que ya hemencionado acudieron inesperadamente amimente, y se convirtieron en nuevos eslabones de lamisma cadena reflexiva.Algo enmi interiormesusurró:

—Mejorseráqueesosdosjóvenesnovuelvanaencontrarse.Asílosentíantesdedormirme,yasílosentíaldespertarme.Aldíasiguiente,comoyaleshedicho,

acudísoloalaposada.Sinembargo,habíaperdidolaoportunidaddevolveraveramipacienteanónimo.Cuandopregunté

porélhacíayacasiunahoraquesehabíamarchado.Yaleshecontadotodoloqueséconseguridadenrelaciónconelhombrequedevolvíalavidaenla

habitacióndobledelaposadadeDoncaster.Loquevoyaañadirahoranoessinofrutodelaconjeturaylassuposiciones,yenningúncasounhechodemostrableestrictamentehablando.

Antesquenada,tengoquedecirlesqueelestudiantedemedicinaacertóextrañaeinexplicablementealasumircomomásqueprobablelaposibilidaddequeArthurHollidaysecasaraconlajovendamaquele había entregado el dibujo a acuarela de un paisaje. Dicha boda tuvo lugar poco más de un añodespuésdequehubieransucedidoloshechosqueacaboderelatar.

La joven pareja se trasladó a vivir a la misma comarca en la que yo ejercía entonces. Estuvepresenteensubodaymesorprendíbastantealdescubrirque,tantoantescomodespuésdelaceremonia,Arthursemostrabasingularmentereservadoconmigoalrespectodelanteriorcompromisodelajoven.Únicamente hizo referencia al mismo en una sola ocasión, cuando nos encontrábamos a solas,contándomemeramentequesuesposahabíarealizadotodoloqueelhonoryeldeberrequeríandeella,yqueelcompromisosehabíarotoconlatotalaprobacióndelospadresdeella.Nuncavolvíaoírnadamáspor suparte.Durante tresañosély suesposavivieron felices.Despuésdeaquello, la señoradeArthurHollidayempezóapresentar los síntomasdeunagraveenfermedad.Resultó serunaafecciónlarga,dolorosae incurable,yyo laatendíen todomomento.Habíamossidobuenosamigosmientrashabía disfrutado de buena salud, y a lo largo de su enfermedad nos vimos más unidos que nunca.

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Mantuvemuchas extensas e interesantes conversaciones con ella en los intervalos en los quemenossufría, y quiero relatarles el resultado de una de ellas, dejando que sean ustedes mismos quienesextraigansuspropiasconclusiones.

Laentrevistaalaquemevoyareferirsedesarrollópocoantesdesumuerte.Acudíavisitarlaunatarde,comodecostumbre,ylaencontréasolasconaspectodehaberestado

llorando.Alprincipiosoloquisodecirmequesehabíasentidoalgodeprimida;pero,pocoapoco,sefuevolviendomáscomunicativaymeconfesóquehabíaestadorepasandoalgunasantiguascartasque lehabíansidodirigidas,antesdeconoceraArthur,porunhombreconelquehabíaestadoprometida.Lepreguntéporquésehabíarotoaquelcompromiso.Merespondióquenosehabíarotoexactamente,sinoquemásbienhabíamuertolentaymisteriosamente.Lapersonaalaquesehabíaprometido(suprimeramor, le llamó) eramuy pobre, y no existían unas perspectivas inmediatas de que pudieran casarse.Estabasiguiendomiprofesión,yviajóalextranjeroparaestudiar.Habíanmantenidocorrespondenciaregularmentehastaelmomentoenque,creíaella,élregresóaInglaterra.Apartirdeentoncesnovolvióa tener noticias de él. Era de temperamento sensible y quejumbroso, y temía haber hechoinadvertidamentealgoquelehubieraofendido.Fueraonoesalarazón,lociertoesquenuncavolvióaescribir. Y tras esperar un año, se casó con Arthur. Le pregunté cuándo había sucedido aquello, ydescubríquelacorrespondenciadesuprimeramorhabíadejadodellegaralmismotiempoqueyohabíasidollamadoparaatenderamimisteriosopacientedelaposadaLosDosPetirrojos.

Alasdossemanasdehabermantenidoestaconversación,ellamurió.Coneltranscurrirdeltiempo,Arthursevolvióacasar.EnlosúltimosañoshavividoprincipalmenteenLondresyapenashesabidonadadeél.

Aúntengoqueadelantarmeunosañosantesdepoderacercarmeaalgoparecidoaunaconclusiónparaestafragmentadanarración.Einclusocuandolleguemosaeseperiodoposterior,lopocoquetengoqueañadirnoocuparásuatenciónmásqueunpardeminutos.

Unatardelluviosadeotoño,mientrastodavíaseguíaejerciendocomomédicorural,meencontrabasentadoasolas,reflexionandosobreuncasoalqueentoncesestabaatendiendoyquemedesconcertabadolorosamente,cuandooíquellamabandelicadamentealapuertademihabitación.

—Entre—grité,mirandocuriosamentequiénqueríaverme.Trasunmomentáneotitubeo,lamanillasemovióyunamanoalargada,blancayhuesudaagarróel

cantodelapuertaparaempujarlaconsuavidadporencimadeunplieguedelaalfombraqueleimpedíarecorrerlibrementesusbisagras.Alamanolasiguióunhombrecuyorostromeprodujodeinmediatounaextrañasensación.Habíaalgofamiliarensuaspecto,ysinembargohabíatambiénalgoquesugeríaunaideadecambio.

Se presentó afablemente como el «señor Lorn», me mostró unas excelentes recomendacionesprofesionales,ymepropusocubrirelpuesto,entoncesvacante,deayudante.Mientrasestabahablando,mepareciópeculiarquenopareciéramosestartratándonoscomocompletosdesconocidos,yquepeseaqueciertamenteyomehabíaalteradoalverle,élnoestabaenabsolutoalteradoporvermeamí.

Estuveapuntodedecirlequecreíaquenoshabíamosvistoconanterioridad.Perohabíaalgoensurostro, y algo enmis propios recuerdos, que inexplicablemente me impidió hacerlo, y que igual deinexplicablementemeatrajodeinmediatohaciaélymehizosentirmefelizdeaceptarsupropuesta.

Ocupó supuestode ayudante aquelmismodía.Desdeunprimermomentonos tratamos como sihubiéramossidoviejosamigos,perodurantetodoeltiempoqueestuvoresidiendoenmicasanuncaseofrecióahacerningunaconfidenciasobresuvidapasada,yyonuncameaproximéaesetemaprohibido

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salvoporalgunasalusionesqueélsimulóconresoluciónnoentender.Hacíayatiempoquehabíatenidolanocióndequeaquelpacientedelaposadapodríahabersidoun

hijo natural del mayor de los señores Holliday, y también sospechaba que podría haberse tratadoasimismodelprimerprometidodelaprimeraesposadeArthur.Ahora,semeocurreunaterceraidea:queelseñorLorneralaúnicapersonasobrelafazdela tierraque,dehaberquerido,hubierapodidodespejarmisdudassobrecualquieradeaquellosdospuntos.Peronuncaeligióhacerlo,demodoquemequedé con la duda. Permaneció a mi servicio hasta que yo me trasladé a Londres para probar porsegundavez fortuna como físico.Apartir de aquelmomento, él siguió su caminoyyo elmío, ynohemosvueltoavernosdesdeentonces.

Nopuedoañadirnadamás.Podríahabertenidorazón,opodríahabermeequivocado.Todoloqueséesque,duranteaquellosdíascomomédicorural,cuandollegabaacasatardey,alencontrarmedormidoamiayudante,ledespertaba,acostumbrabahacerlodeunmodoextraordinariamenteparecidoalmodoenquesehabíaincorporadodelacamaeldesconocidodeDoncastereneltranscursodeaquellanochememorable.

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WILKIE COLLINS (Londres, 1824-1889), como buen escritor victoriano siempre demostró ciertointerésporlomacabro.Porloquenoesdeextrañarquesuaficiónjuvenilalanovelagóticalehicieraencariñarse con los relatos de fantasmas. No obstante, su peculiar racionalismo y su acusadapreocupaciónporlostemassocialeslellevaronaabordarlanarrativafantásticaconunestilorealmenteúnico.

Los cuentos reunidos en esta antología encabezada porMonkton el loco tienen en común un tonosocarrón,queenocasiones tiendeinclusoa loparódico,yunmarcadoacentocotidiano.Estopermiteque lo fantástico se integre de unmodo tan natural en la narraciónquehasta puede llegar a resultardesconcertante.

FIDELMARTÍNEZ(Sevilla,1979)compaginasulabordeilustradorconladehistorietistaydiseñadorgráficoymultimedia.GanóelprimerpremioenelCertamendeCómiceIlustracióndelInjuvede2003.Fue nominado al autor revelación y a la mejor obra por Cuerda de presas (2005) en el SalónInternacionaldelCómicdeBarcelonade2006—obraqueseráposteriormenteeditadaenFrancia—,enla que, junto al guionista Jorge García, recrea la vida de las presas políticas españolas durante losprimerosañosdeladictadurafranquista.ConHacersenadie(2007),unsentidohomenajealgénerodelaserienegramásclásica,vuelveacolaborarconJorgeGarcía,altiempoquetambiénfirmanamboslaserieEnviadoespecialenladesaparecidarevistaHumo(2006-2007),conunreporterodeprensaescritacomoprotagonista.

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Notas

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[1]LasreferenciaspictóricascontenidasenUnacamaterriblementeextrañasedebenaqueestecuento,al igual que los demás incluidosoriginalmente en el libroAfterDark, compartía la particularidaddeestarnarradopordiferentespersonasaunmismointerlocutor,unpintorllamadoKerbyalqueenunasocasionessealudedirectamente(comoenTheStolenLetter,enelquerealizaunretratodelnarradoralmismotiempoqueestelenarrasuhistoria)yenotras,comolapresente,deformatangencial.(N.delT.)<<

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[2]Viajealrededordemihabitación,deXavierdeMaistre.(N.delT.)<<

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[3]SerefiereaSamuelJohnson.(N.delT.)<<

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[4] Juegodepalabras intraducible.Ademásdedamaymozode cuadra,LadyyGroom, los términosutilizadosporCollinsenestafraseparaexpresareldeslumbramientodelprotagonistaporunamujerdeunaclasediferentealasuya,puedenusarsetambiéncomosinónimosdenoviayprometido,deahíqueunaslíneasmásabajosehagareferenciaaunafuturaboda.(N.delT.)<<

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[5] «Estamos hechos de la materia de la que están hechos los sueños, y nuestra pequeña vida estárodeadaporunsueño».(N.delT.)<<