los màrtires de chicago alejandra castrillon garciaa

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Historia del 1º de mayodía internacional del trabajo

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A finales del siglo XlX, en el año 1877 en la ciudad de

Chicago fue masiva en todos los estados unidos. Algunossectores industriales admitieron la jornada de 8 horas, pero la

mayoría no acepto este reclamo. Actuaban además de la

fuerza policial y antimotines policía privada al servicio de los

industriales y empresarios: la compañía Pinkerton.

En tanto el 1º de mayo había transcurrido sin ninguna

violencia, fue dos días después, cuando los sindicatos de la

madera convocaron a una reunión, que los 'rompehuelgas'

de la Pinkerton atacaron a los trabajadores. Intervino la

policía y el fuego de las armas produjo seis muertos y medio

centenar de heridos, todos entre los trabajadores.

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Así fue que los anarquistas llamaron, para el 4 de mayo, a una

concentración en el Haymarket Square, acto público que contaba

con autorización de las autoridades. Al finalizar la reunión y cuando

se desconcentraban los trabajadores, el capitán Ward avanzó

sobre los grupos obreros en actitud amenazante.

Alguien lanzó entonces una bomba contra efectivos policiales y

abatió a uno de los policías, hiriendo a otros varios. Entonces, las

fuerzas policiales abrieron nutrido fuego contra los trabajadores

matando a varios y causando 200 heridos.

Ese hecho de violencia permitió a las autoridades

judiciales, instigadas por varios políticos y diarios -principalmente el

'Chicago Herald' -a detener y procesar a la plana mayor del

movimiento sindical anarquista.

Así fueron arrestados el inglés Fielden, los alemanes

Spies, Schwab, Engel, Fischer y Lingg y los norteamericanos Neebe y

Parsons.

Comenzaba el Proceso de Chicago, una burla a la justicia y un

verdadero fraude procesal como demostró pocos años después el

gobernador del estado de Illinois, John Peter Atlgeld.

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Es evidente que el Proceso de Chicago contra los ocho sindicalistas anarquistas produjo una sentencia dónde primó el principio de la 'razón de Estado' y que no se

buscaron pruebas legales ni se tuvo en cuenta la normativa jurídica de la época. Se quiso juzgar a las ideas anarquistas en la cabeza de sus dirigentes, y en ellos

escarmentar al movimiento sindical norteamericano en su conjunto.

Para ello fueron amañados testigos, se dejaron de lado las normas procesales, y los miembros del jurado -como se demostró pocos años después- fueron seleccionados

fraudulentamente. Entre otras anomalías procesales, la primera fue que se los juzgó colectivamente, y no en forma individual, como disponía la legislación penal. Se

trataba de un juicio político, y la causa no era la violencia desatada el 4 de mayo de 1886, sino las ideas anarquistas, por un lado, y la necesidad de impedir el avance de la

organización gremial que había paralizado a los Estados Unidos el 1º de mayo del mismo año, por el reclamo de la jornada laboral de ocho horas.

El gobernador Altgeld, años después, explicaría al pueblo norteamericano que el juez

interviniente en el Proceso de Chicago actuó 'con maligna ferocidad y forzó a los ocho hombres a aceptar un proceso en común; cada vez que iban a ser sometidos a un

interrogatorio los testigos suministrados por el Estado, el juez Gary obligó a la defensa a limitarse a los puntos específicamente mencionados por la fiscalía pública' en tanto

que 'en el interrogatorio de los testigos de los acusados, permitió que el fiscal se perdiera en toda clase de vericuetos políticos y leguleyerías extrañas al asunto motivo

del proceso'.

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Los hechos que dieron lugar a esta celebración están

contextualizados en los albores de la revolucion industrial en los Estados Unidos. A fines del siglo XIX Chicago era la

segunda ciudad en número de habitantes de EE.UU. Del

oeste y del sudeste llegaban cada año por ferrocarril miles

de ganaderos desocupados, creando las primeras villas

humildes que albergarían a cientos de miles de trabajadores.

Además, estos centros urbanos acogieron a emigrantes

venidos de todo el mundo a lo largo del siglo XIX.

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El 1° de mayo de 1886, 200.000 trabajadores iniciaron la huelga

mientras que otros 200.000 obtenían esa conquista con la simple

amenaza de paro.

En Chicago donde las condiciones de los trabajadores eran mucho

peor que en otras ciudades del país las movilizaciones siguieron los

días 2 y 3 de mayo. La única fábrica que trabajaba era la fábrica

de maquinaria agrícola McCormik que estaba en huelga desde el

16 de febrero porque querían descontar a los obreros una cantidad

para la construcción de una iglesia. La producción se mantenía a

base de esquiroles. El día 2 la policía había disuelto violentamente

una manifestación de más de 50.000 personas y el día 3 se

celebraba una concentración en frente sus puertas, cuando

estaba en la tribuna el anarquista August Spies sonó la sirena de

salida de un turno de rompehuelgas. Los concentrados se lanzaron

sobre los scabs (amarillos) comenzando una pelea campal. Una

compañía de policías, sin aviso alguno, procedió a disparar a

quemarropa sobre la gente produciendo 6 muertos y varias

decenas de heridos.

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Ha dicho nuestro primer mandatario que la obligación primordial de todo argentino orgulloso de sus orígenes y amante de su patria, es la de trabajar, porque siendo el trabajo la única fuente de riqueza individual, es también, el único origen de riqueza colectiva. Afirmó que el producto de ese trabajo habría de ser disfrutado por el proletariado, que ya no sería explotado por el capitalista particular ni por el Estado convertido en patrono. Y bien, pues, si el trabajo ha de ser el promotor de la riqueza pública, debe el estado, lógicamente, promoverlo, y asegurar a quienes lo realicen el goce de las ventajas preconocidas. Y así se hizo.Considerando el justicialismo el que trabaja cumple con un imperativo moral y material de su condición de hombre, esto quiere decir, que el trabajo constituye un atributo natural, inalienable e imprescindible de la personalidad humana, cuyo desconocimiento origina las perturbaciones sociales de todos conocidas, y cuyas consecuencias gravitan sobre la tranquilidad y la economía de la Nación; tratando de evitar esos factores de inquietud mediante una legislación humana que asegurará al obrero todo lo que se encuentra en el llamado artículo de los derechos del trabajador.Estos derechos fueron incorporados a la constitución justicialista de 1949. El hombre por su condición de tal, tiene necesidades de orden moral, físico y espiritual que satisfacer; y que el estado debe, por todos los medios a su alcance, facilitarles la forma de llenarlas ampliamente. Como para el justicialismo, el único camino que conduce a esa solución es el trabajo, tiende, entonces, a fomentarlo. Con esto, lo que siempre se consideró una obligación impuesta por la vida, se ha transformado en un derecho. Por lo tanto, no será una carga para el individuo, ni un medio fácil de vida para aquellos que utilicen sus servicios.

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Ha sido retribuido moral y materialmente, asegurando al obrero un

bienestar concorde no solo con el esfuerzo realizado, sino con sus

necesidades perentorias. El gobierno al fundar escuelas

especializadas promueve la capacitación del proletario para que

alcance mejores posibilidades económicas y un mayor grado de

dignidad profesional. Y se aseguran a los trabajadores los derechos

más amplios para el cómodo y saludable ejercicio de sus tareas;

mediante disposiciones que contemplan las condiciones higiénicas

de los locales de trabajo, e imponen a los empleadores la

obligación, cuando sea menester, de proporcionarles viviendas

sanas, alimentación suficiente y adecuada, indumentarias

apropiadas y una máxima duración de la jornada laborable de

conformidad con la índole de las actividades. Junto con ello, que

es, en realidad la protección del presente de los proletarios, se

contempla también su futuro. El fantasma de las suspensiones y los

despidos injustificados desapareció de los hogares modestos. La

incapacidad física, originada en el trabajo o fuera de él, ya no deja

al obrero en la miseria.

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Su familia esta protegida contra todo riesgo. Sus derechos al

mejoramiento económico y la defensa de sus intereses profesionales, se encuentran perfectamente asegurados. Y

los preceptos del Decálogo de los Derechos de la

Ancianidad cubren al trabajador de cualquier riesgo que

pudiera no haberse cubierto con la legislación del trabajo.

Por todo lo que dejamos expuesto, el 1° de mayo adquiere en nuestro país los perfiles de una verdadera jornada

cívica, en la cual la gratitud del pueblo trabajador hacia

quienes les otorgan las conquistas de las cuales hoy

disfrutan, se vuelcan entusiastamente por las calles como

auténtico testimonio de insobornable adhesión al líder.

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Ellos lograron lo que querían, que era las 8 horas de trabajo

Aunque esto se logro, hubieron muchos muertos, ya que algunos

policías eran privados de algunas de estas fabricas que estaban en

contra de que los obreros trabajaran menos

El motivo por que hicieron la huelga, es que estaban cansados de

trabajar tanto, de no tener tiempo para compartir en familia, se

agotaban mucho.

Los obreros debían levantarse a las cuatro de la madrugada, y

regresaban después de las ocho de la noche, e incluso más

tarde, de manera que jamás veían a sus mujeres e hijos a la luz del

día.

El alcalde de la ciudad de Chicago acepto que se realizara la

huelga