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Capítulo Primero Los estoicos antiguos 1. Un pórtico para El Pórtico ••• La filosofía estoica se desarrolla en la época helenística.' Este término, acuñado por el historiador alemán J. G.Droysen, procede de hellenldsein, que significa hablar griego o actuar como griego. Pero también se utiliza para referir- se al helenismo orientalizado. Este fue un período de síntesis; el elemento griego dio, pero también recibió nuevas ideas y cultos. Una de sus caracte- rísticas es la inmensa expansión cultural de lo griego, que se abre camino por un enorme ámbito geográfico, desde Egipto hasta la India. Por pri- mera vez en la historia -afmna André Aymard-' pudo parecer que los hombres entraban en el camino de una inmensa comunidad de vida, de costumbres, de gustos Y de creencias, a pesar de la multiplicidad de fronteras. Extraordinarios cambios se maniñestan durante el helenismo en todos los ámbitos. Un buen ejemplo del cambio es el contraste de la magna institución griega, la pólis, en su apogeo con su estado en el helenismo. La pális fue el entorno político, económico, social y espi- ritual de la vida en comunidad, en la que había una ley y una organización. El ciudadano podía aspirar a ser hombre pleno solo en cuanto miem- bro de ella, bienarnada aun de Aristóteles; sólo allí se podía aspirar a la felicidad y a la perfec- ción. Pero la pólis se venía derrumbando desde las guerras del Peloponeso. Su estructura era ino- perante. Durante el helenismo, las ciudades griegas, aunque subsistieron, ocuparon un lugar subordi- nado, englobadas en una realidad política nueva. Paulatinamente el horizonte de la pólis fue susti- tuido por el mundo Iwbitado. Y en este, en gene- cal, la ciudad desplaza al campo, se impone la gran ciudad y se desarrolla un extraordinario con- traste entre el lujo cosmopolita y la pauperización de la gran masa que llega a vivir a las ciudades. La ciudad griega sobrevive pero no con características de pólis; lo que existe es, o el Imperio o las monarquías que le sucedieron. Los hombres son miembros, más o menos impotentes desde el punto de vista político, de muy vastas comunidades; son frecuentemente gobernados desde muy lejos. Como lo señala Maclntyre', en la ciudad griega, el foco de la vida moral fue la ciudad-estado; en los reinos helenísticos, era ine- vitable una antítesis aguda entre el individuo y el Estado. Todo lo anterior explica, al menos en parte, el desplazamiento del centro de gravedad de ciertas reflexiones: pasamos de la vida feliz y justa en una ciudad feliz y justa, a la vida feliz y justa del individuo en cuanto tal, en una sociedad infeliz e injusta. También se distingue entonces el desarrollo de la idea de igualdad y fraternidad de los hom- bres (aunque esta idea ya tiene sus antecedentes en el siglo V en Antístenes el Cínico; o en los sofistas Hipias y Antifonte). Además, sobresale el planteamiento de relaciones con el universo, con el cosmos y ya no con un determinado sistema sociopolítico. Aún más, la felicidad puede estar, de alguna manera, cifrada en esa misma relación. Pero creemos que esto merece atención especial. ¿Por qué querría alguien que reflexiona plantear una relación con el cosmos para ser feliz? Nos parece que la respuesta puede ser sencilla -aun- que a menudo relegada a un último plano- : en ese caso, al individuo pensante no le gusta mucho lo que lo rodea (y aunque este sea un lugar común, no por eso es menos fructífera su aplica-

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Capítulo Primero

Los estoicos antiguos

1. Un pórtico para El Pórtico •••

La filosofía estoica se desarrolla en laépoca helenística.' Este término, acuñado por elhistoriador alemán J. G.Droysen, procede dehellenldsein, que significa hablar griego o actuarcomo griego. Pero también se utiliza para referir-se al helenismo orientalizado. Este fue un períodode síntesis; el elemento griego dio, pero tambiénrecibió nuevas ideas y cultos. Una de sus caracte-rísticas es la inmensa expansión cultural de logriego, que se abre camino por un enorme ámbitogeográfico, desde Egipto hasta la India. Por pri-mera vez en la historia -afmna André Aymard-'pudo parecer que los hombres entraban en elcamino de una inmensa comunidad de vida, decostumbres, de gustos Yde creencias, a pesar dela multiplicidad de fronteras. Extraordinarioscambios se maniñestan durante el helenismo entodos los ámbitos.

Un buen ejemplo del cambio es el contrastede la magna institución griega, la pólis, en suapogeo con su estado en el helenismo. La pálisfue el entorno político, económico, social y espi-ritual de la vida en comunidad, en la que habíauna ley y una organización. El ciudadano podíaaspirar a ser hombre pleno solo en cuanto miem-bro de ella, bienarnada aun de Aristóteles; sóloallí se podía aspirar a la felicidad y a la perfec-ción. Pero la pólis se venía derrumbando desdelas guerras del Peloponeso. Su estructura era ino-perante.

Durante el helenismo, las ciudades griegas,aunque subsistieron, ocuparon un lugar subordi-nado, englobadas en una realidad política nueva.Paulatinamente el horizonte de la pólis fue susti-tuido por el mundo Iwbitado. Y en este, en gene-

cal, la ciudad desplaza al campo, se impone lagran ciudad y se desarrolla un extraordinario con-traste entre el lujo cosmopolita y la pauperizaciónde la gran masa que llega a vivir a las ciudades.

La ciudad griega sobrevive pero no concaracterísticas de pólis; lo que existe es, o elImperio o las monarquías que le sucedieron. Loshombres son miembros, más o menos impotentesdesde el punto de vista político, de muy vastascomunidades; son frecuentemente gobernadosdesde muy lejos. Como lo señala Maclntyre', enla ciudad griega, el foco de la vida moral fue laciudad-estado; en los reinos helenísticos, era ine-vitable una antítesis aguda entre el individuo y elEstado. Todo lo anterior explica, al menos enparte, el desplazamiento del centro de gravedadde ciertas reflexiones: pasamos de la vida feliz yjusta en una ciudad feliz y justa, a la vida feliz yjusta del individuo en cuanto tal, en una sociedadinfeliz e injusta.

También se distingue entonces el desarrollode la idea de igualdad y fraternidad de los hom-bres (aunque esta idea ya tiene sus antecedentesen el siglo V en Antístenes el Cínico; o en lossofistas Hipias y Antifonte). Además, sobresale elplanteamiento de relaciones con el universo, conel cosmos y ya no con un determinado sistemasociopolítico. Aún más, la felicidad puede estar,de alguna manera, cifrada en esa misma relación.Pero creemos que esto merece atención especial.¿Por qué querría alguien que reflexiona plantearuna relación con el cosmos para ser feliz? Nosparece que la respuesta puede ser sencilla -aun-que a menudo relegada a un último plano- : enese caso, al individuo pensante no le gusta mucholo que lo rodea (y aunque este sea un lugarcomún, no por eso es menos fructífera su aplica-

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EUZABETH MUÑOZ BARQUERO106

ciÓll:al individuo pensante no le gusta lo que es).Lo que es (en ciencia. filosofía, política) es imper-fecto, insuficiente, nocivo u hostil, aunquetambién aprovechable. El filósofo -humano al fin,del período helenístico o de cualquier otro- reac-ciona ante lo que percibe de alguna de esas mane-ras (o de todas ellas). Y produce algo como res-puesta.

¿ y qué es lo que no les gustaba a algunosfílésofos de esta época? No necesariamente que lapólis ya no existiera como tal, pues a muchos,nacidos o no en Atenas, por ejemplo, esta institu-ción debe haberles parecido tan lejana como anosotros la vida durante la Colonia, cuandomenos. Quizás, más bien no se sentían satisfechoscon las propuestas anteriores para una vida feliz:las condiciones ya eran otras, Y, sin duda. no sesentían satisfechos con las que vivían. El riesgo yla inestabilidad política fueron, con seguridad, doselementos que obligaban a una nueva orientacióndel pensamiento; asimismo lo fueron la miseria yel dolor humanos, que no pertenecen a una deter-minada época de la historia. Cuando ya habíamosacumulado muchas (¿demasiadas?) de estasinquietudes nos dimos cuenta de que Fesmgierelas contempla ("nunca es tarde cuando la dicha esbuena" ...), tan vivamente que mejor optamos porsus palabras:

"Epicuro fundó el Jardín en el 306 y murióen el 270. Zenón fundó el Pórtico en el 301 ymurió en el 261. En este espacio de cuarenta ycinco años, apenas la vida de un hombre, Atenascambió de amo siete veces, se rebeló en tres opor-tunidades y estas rebeliones acabaron en la san-gre; sostuvo cinco bloqueos y fue tomada en tresocasiones; finalmente durante esos cuarenta ycinco años las guarniciones macedonias ocuparonel Pireo, los puertos del Atica y hasta durantecinco años la colina de las Musas en Atenas. Enverdad (...) fue uno de esos períodos (...) en queparece que el absurdo rige al mundo...".'

He ahí una situación de la existencia quepide respuestas. Epicuro y ZeDÓn,cada uno a sumodo, las dan. Las peculiaridades de sus réplicasobedecerán, claro está, al modo como pretendenrecrear el mundo y desde dónde esperan hacerlo,para acomodarse en él.

En ZenÓll -chipriota de origen fenicio, quellega a los 21 años a Atenas, cargando su herenciacultural cananea' y abrazando la filosofía- algunasde esas peculiaridades se deben posiblemente a suespecial originalidad y capacidad de síntesis, apli-

cadas a dilucidar su circunstancia. Otras, a que elsistema como tal se desarrolla inicialmente (conZenón (ca.331-261 a.C.), y Cleantes de Asos(331-232 a.C.» en el período posalejandrino(323-280), y se unifica con el trabajo de Crisipode Soles (280-210 a.C.) durante el apogeo de laépoca helenística (y téngase en cuenta que ningu-no de estos es oriundo de Atenas) etapa que contócon grandes productores de la ciencia (Zenón fuecontemporáneo de Euclides, y Crisipo lo fue deArquímedes).

Algunas veces se ha afirmado que el pensa-miento estoico es fundamentalmente evasivo,resignado y conservador. 10 Por otra parte, sonconocidas las dificultades internas de la respuestaestoica Vale la pena preguntar cómo ha sido posi-ble que un pensamiento evasivo, resignado y con-servador (o falso), y con algunas dificultades qui-zás insuperables, haya perdurado tanto tiempo.Según Pohlenz y García Borrón" -y esto nos llevaal ámbito de los productos culturales- el estoicis-mo alcanzó la hegemonía durante siglos porque laexplicación de este mundo halló en el conceptozenoniano dellógos virtualidades que no había enellógos aristotélico, para no hablar del platónicomundo de las ideas. Lejos de ser una abstracciónepistemológica o una hipóstasis gnoseológica, erala idea determinante del lugar del hombre en elmundo, un impulso real para la actividad natural,la energía siempre viviente que es este mundo; y,para el hombre que toma conciencia dellógos delque participa, un impulso real para la acción.Porque el estoico actúa (no recomienda retirarseal Jardín), actúa de acuerdo con lo que percibecomo posible. Ofrece una salida a un mundo queal parecer no la tiene; una salida que pone al indi-viduo a salvo de las condiciones absolutamentevariables y miserables de esa época (la del estoi-cismo clásico) y de épocas posteriores, ya despo-jado de su columna vertebral. Tal vez haya perdu-rado porque, como nos ha sido sugerido, lo evasi-vo es más atractivo para el humano que lo no eva-sivo. No descartamos esa posibilidad, ya que, porcierto, es un consuelo pensar que se puede llegar ala autarquía, a la paz interior, independientementede las circunstancias exteriores, si se tratara sólode eso. Sin embargo, creemos que existe -aun ennuestros días- un estereotipo del estoico: el queaguanta todo sin protestar. No podríamos darcuenta exacta del origen de tal estereotipo, peropodemos suponer que al menos algo que lo moti-vó es el estoicismo tardío, que prescinde de la

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físicaY de la lógica y se queda, como quien dice,con una octava parte del ideal de sabio, la cualconsisteen prudencia y empatía con sus semejan-tes.De ser prudente y empático a resignarse anteloque no alcanzamos a entender, suponiendo quehay alguien o algo que lo entiende por nosotros,no hay mucho trecho. Algunas doctrinas estoicasfueronacogidas por un creciente número de indi-viduosa lo largo de un dilatado período, Y perdu-raron hasta que surgió un nuevo planteamiento,tolalmenteaccesible en su aspecto doctrinal, puesen términos generales sólo pedía amor; esto últi-moempataba bien con los restos del sabio estoicodel Imperio (a esto mismo se debe, suponemos, lalentaciónque sufren algunos de cristianizar a losestoicos). Pero consideramos que de Zeoón o deCrisipo, sería imposible afirmar ni un cristianis-mo "intuitivo" (10 que sea que eso signifique) nila impavidez del que sufriendo en silencio, seresigna a cualquier cosa. Su ideal de sabio no lopermitiría, como esperamos poder mostrar, entreotras cosas. Nos gustaría agregar algunos puntosmáspero vamos a hacer caso a Zenón, quien dijo:"esmejor tropezar con los pies que con la lengua"(DL25- 26).

•••El pensamiento estoico clásico es un esfuer-

zo intelectual por lograr la armonía, retratada ensu ideal de sabio. Los estoicos antiguos (Zenón deCitio, Cleantes, Crisipo) llegaron a concebir unsistema mediante el cual el hombre se insertaba,cabía y se acomodaba en el Universo. En parteesto era posible porque dicho sistema permitíaexplicar la imperfección. Pero también porquepensaban que teníamos que saber física, ya queasí podemos explicar el modo como las cosas ylos seres se hallan ligados entre sí, cómo es lanaturaleza y el hombre, y cómo se relaciona estecon aquella. También consideraban que debíamossaber lógica, pues esta nos muestra de qué manerapueden implicarse los acontecimientos y cómolos llegamos a conocer. Con base en lo anterior ysu teoría moral, esperaban que supiéramos cómodebemos actuar.

En suma, postulaban que si se estudia larealidad y se conoce la mejor forma de discurriracerca de la realidad, se puede actuar correcta-mente en ella y como parte de ella Aunque enuna de las fuentes utilizadas" para el análisis del

estoicismo clásico aparece primero la "lógica",luego la moral y por último la "fisica", creemosque se puede invertir el orden sin menoscabo delos contenidos. Esta inversión parece autorizada:"...Comparan a la filosofía con un animal, asimi-lando la lógica a los huesos y a los tendones; laética a las partes más carnosas, la física alalma...Y ninguna de ellas se debe anteponer a laotra, sino que se hallan compenetradas entreellas... (DL 40).

2. La naturaleza es origen de la razón

La naturaleza

El fm del hombre es vivir de acuerdo con lanaturaleza (DL 86). Para mostrar cómo se conci-be esta procederemos a comentar la física.Advertimos que lo que encontramos en ella con-tradice nuestras asociaciones contemporáneasusuales; hallamos una cosmología, una antropolo-gía y, si se quiere, hasta una teología, amalgama-das por la idea de orden e inteligencia.

El mundo está compuesto de dos principiosindestructibles, precósmicos e increados: el pasi-vo, que es la materia (humedad), sustancia sincualidad, y el agente o activo, la razón (lógos) oDios (fuego creador), que actúa en la materia.Estos dos principios interactúan y generan loscuatro elementos que forman el universo visible:fuego, agua, aire y tierra; un elemento es aquellode donde se origina primero lo que ha nacido y enlo que fmalmente se resuelve (DL 134-136). Todolo que existe está compuesto de estos cuatro ele-mentos en diferentes combinaciones. Nótese queel fuego aparece como principio generador y tam-bién como elemento generado. Pero los estoicosdistinguieron entre estos dos fuegos: el primero esfuego artífice o creativo (pyr tejnikón) (el del soly las estrellas) y el segundo es fuego destructivo(pyr atejnon).ll

Zenón concebía el proceso cosmogónicocomo análogo al de la procreación: así como en elfeto está contenido el esperma, así también él(Dios), que es la razón seminal del mundo, ladepositó en el agua, fecundando y dando aptitud ala materia para las generaciones futuras (DL 136).Así surgen los seres individuales, con su cualidadpropia (idfos poión), e irreductible. El mundo esde individuos y todo individuo es un cuerpo(sóma); el mundo sólo contiene cuerpos (DL 56)

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108 ELIZABETH MIDl"OZ BARQUERO

(SÓmala), ya que solo lo que existe es capaz deacción o pasión y solo aquellos tienen esa capaci-dad. Dios mismo es un cuerpo, un fluido que seexpande a través de la totalidad del mundo"; unacausa también es cuerpo." Por otra parte, sonasémata lo decible -el significado- (leklón); elvacío, el lugar y el tiempo (DL 51, 53; 140, 141)1'. Estos se denominan asámata o inteligibles paracaracterizar lo que es tan solo pensado y carece dematerialídad."

Para los estoicos naturaleza o el mundo eslo que causa o produce las cosas de la tierra. Esun hálito impulsado por sí mismo, en virtud desus discursos germinales, que produce y contienelo surgido de ella en períodos determinados detiempo (DL 148). También dicen que el mundo escomo un fuego artífice, un soplo ígneo que todolo penetra. El mundo comprende (DL 138) elcielo, la tierra, los seres vivos, hombres y dioses.Es un ser viviente, animado, razonable e inteli-gente; es Dios mismo (DL 139;142). Por esopuede considerarse que naturaleza, Dios y fuegoson sinónimos; la naturaleza es simultáneamentematerial y divina; Dios no es distinto del mundo.El cosmos, ser viviente, tiene como hegemonikán(parte principal) el éter, o lo más puro del éter(DL 139). El éter es fuego (Zenón) y es posibleidentificarlo con elpfr tejnikón.

La teoría del fuego creador como vitalidaddel universo se desarrolla hasta convertirse en lateoría del pneuma." La naturaleza es fuego artífi-ce que marcha en su camino hacia la génesis, osea un pnejma ígneo (DL 156). El pnejma (calorvital, aire y fuego) lo penetra todo, pero en dife-rente forma (DL 139). Además, genera todas lascualidades físicas de la materia.

Una propiedad sobresaliente del pneuma essu "poder tensional" (IÓnoS), el cual hace del cos-mos una unidad cohesionada. Los movimientosdel pnejma se denominan movimientos tensiona-les, y los cuerpos físicos tienen coherencia y pro-piedades defmidas debido al movimiento perma-nente del pnejma. La materia es concebida porlos estoicos como continua, de modo que elpnejma se mueve dentro de ella, unido a ella enuna mezcla total."

Los seres se diferencian por el grado depnejma que poseen y por la clase de movimientoque en ellos tiene el pnejma. Este se desempeñacomo estructura o cohesión (hixis) estable en losminerales; como physis en las plantas, physis concapacidad de movimiento; como psyché en los

animales y hombres (capacidad para tener imáge-nes mentales y deseos) y como náus -capacidadde pensamiento, la más alta concentración depneyma- en los humanos," Por otra parte, segúnGaleno":

"De acuerdo con ellos (los estoicos), psychees una clase de pneuma, como lo es también laphysis, pero el pneuma de la physis es más húme-do y frío, mientras que el de la psyche es másseco y caliente. El pneuma es una clase de materiaparecida a la psyche, y la cualidad específica deesta materia (psyche) es dada por las proporciones(...) de sustancia aérea e ígnea". De esta formaexplican los estoicos el principio de diferencia-ción, a partir del pneyma, mezcla de aire Yfuego.

La unidad del universo implica una cone-xión tensional de todas sus partes; implica, ade-más, que el cosmos entero es un todo continuo.No existe el vacío dentro de él: está unificado.Esto lo exigen la comunión y el consenso (synto-nía) entre lo celeste y lo terrestre (DL 140). Latensión común supone también la sympázeia entrelas partes, término con el que designaron la coe-xistencia, interacción y afinidad de las diferentespartes de una estructura unificada: "el estado físi-co es una organización de carácter dinámico, en lacual cada uno de sus elementos subsiste sólo encoexistencia con el resto y no puede subsistir si laorganización del Todo se desintegra","

Según Sambursky" esta teoría estoica de lasimpatía por primera vez hizo surgir una descrip-ción causal de los fenómenos físicos a escala cós-mica Así, poco a poco se desarrolló la idea deque prevalecen las mismas leyes en todas partesen un cosmos permeado y gobernado por elpnejma unificador. Ahora bien, si el universo esuno espacialmente, y si no existe en él el vacío y,por otra parte, toda causa es corpórea" se sigueque el universo está interconectado en el espacioy en el tiempo. Por eso se define el destino (hei-marméne¡ como "fuerza pneumática". Todas laspartes y todos los sucesos están interconectados,lo cual posibilita su predicción. Estamos de acuer-do con Lapidge en señalar esta cadena, cohesiona-da por la fuerza pneumática, como la base cosmo-lógica del determinismo estoico,"

El pneyma llegó a ser considerado como elpoder divino (fuerza) que da a la materia un esta-do definido y como el nexo causal que enlaza lossucesivos estados de la materia unos con otros y,desde ambos puntos de vista, como un agentecontinuo, espacial y temporal,"

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LOS ESTOICOS ANTIGUOS 109

Los estoicos antiguos también pensabanqueel mundo, que proviene del fuego, se deshaceen él (DL 157). En otras palabras, la materiaprima del cosmos, el fuego, se transmuta endiversosestados físicos merced a la actividad del16gos,principio racional universal. En la transmu-tación se produce el recurso de un ciclo regularque vuelve una y otra vez a dicha conflagración(ekpyrosis), en la cual el fuego original terminaunciclo e inicia otro. Cada uno de estos períodoses idéntico, y así, todo suceso del universo, serepiteuna y otra vez.rt

El mundo es gobernado por el hado. Este esel principio u origen de una serie de cosas, o larazón según la cual se lleva a cabo tal gobierno(DL149); "...que es una misma cosa Dios, Mente,Destino (Hado)" (DL 135); que el mundo esgobernado con mente y previsión (providencia);dicen también que todas las cosas suceden segúnel hado o destino (DL 147; 149).

Según Cicerón, es la verdad eterna quefluye desde la eternidad Porque siendo así, nadaha acontecido que no haya sido futuro e igual-mente nada es futuro, de lo cual la naturaleza nocontenga las causas eficientes. Por lo tanto, elhado no es aquello que se dice por superstición,sino lo que se dice en sentido natural, causa eter-na de las cosas,"

En el estoicismo, el destino no es unaexpresión trágica, sino que se transforma en unarealidad natural (y, también, ética y teológica) enalgo propio de la estructura del mundo y dice dela disposición en el orden de las cosas. Este temalo retornaremos más adelante (ver sección 5).

Elbombre

Dos aspectos consideramos fundamentales:la constitución del alma y el impulso primero. Elhombre es un viviente que se distingue de otrosanimales por su inteligencia. El alma o espíritu estambién cuerpo. Es pnejma ígneo, por el que res-piramos y nos movemos. Consta de ocho partes:los cinco sentidos, la parte reproductora y la pala-bra y la razón (DL 157-159). El principal (hege-mollikón) o parte predominante del alma es elcentro de la percepción y de la conciencia y elcontrol de los cinco órganos sensoriales, la partegenerativa y la facultad del habla Es el centro deenergía. el unificador de todas las actividades delalma, en donde se originan las imágenes mentalesy los impulsos y de donde proviene la razón. Ha

sido comparada con un pulpo: el hegemonikáncomo la cabeza de donde se extienden las otraspartes por los órganos apropiados, a manera detentáculos. El alma es un fragmento del cosmos(DL 143), por lo tanto es racional, y tiene unafunción gnoseológico-moral pues mediante ellaconocemos el cosmos y al hombre mismo, partede aquel. Los estoicos no establecen premios paralos buenos ni castigos para los malos. En realidadno parecen haberse ocupado mayormente de lavida después de la muerte; Zenón creía que lasalmas continúan viviendo después de esta, peroque terminan por disiparse. Cleantes opinaba quedesaparecen en la conflagración universal.Crisipo, que desaparecen las de los malos, peroque las de los justos giran alrededor de la tierra yse nutren de sus emanaciones, como los astros,cuya forma esférica adquieren (DL 157).

El impulso o esfuerzo primero (prótehormé) de todos los seres vivos, entre ellos elhombre, es conservarse a sí mismo. Tal impulso otendencia lo lleva a buscar lo que le conviene yrechazar lo que lo daña, Y esto por naturaleza.Pero ella dotó al hombre de razón para una direc-ción más perfecta (DL 86), de modo que la razónes para él su real naturaleza.

3. La razón es origen de la sabiduría

La lógica

Tampoco la lógica estoica coincide conaquello que generalmente asociamos con dicho tér-mino, ya que esta, ciencia dellógos, abarca asuntostales como una teoría del lenguaje, otra del conoci-miento, las formas elementales de la elocución. Lalógica se divide en dos disciplinas: la retórica y ladialéctica; o en tres, con la definitoria (reglas y cri-terios). La retórica se concibe como la disciplinade la buena expresión en los razonamientos amodo de disertación; y la dialéctica, como la cien-cia de la recta discusión en los discursos por pre-guntas y respuestas. También la definen comociencia de las cosas verdaderas y de las falsas y delas que no son verdaderas ni falsas; versa -segúnCrisipo- sobre los signos y sobre las cosas signifi-cadas; esta ciencia incluye las representaciones ylo que decimos de ellas por palabras. proposícío-nes, etc. La definitoria sirve para el descubrimientode la verdad pues se emplea para corregir lo inade-cuado de las representaciones y también para cono-

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110 EUZABETII MImOZ BARQUERO

ter la verdad porque la realidad es aprehendidamediante intelecciones (nociones) (DL 41, 42).

Nótese la importancia de la dialéctica: esnecesaria y es una virtud que contiene otras virtu-des; sin ella, el sabio no estará libre de error en sudiscurso -ni en su práctica- pues gracias a ella sereconoce lo verdadero y lo falso (DL 4648); espor lo tanto, una condición necesaria del conoci-miento. Dado que todas las cosas se disciernenpor la especulación de las razones, tanto en físicacomo en moral, el dialéctico siempre es sabio (DL83), Y obviamente el sabio tiene que ser diálecti-co, o mejor, es el único dialéctico.·

El hombre debe vivir de acuerdo con lanaturaleza y el poder hacerlo supone la habilidadsistemática de percibir los hechos y razonarcorrectamente sobre ellos. Puesto que todo razo-namiento se basa en proposiciones, explicaremosahora qué son estas."

Los estoicos relacionan el significante osigno, el signiftcado y lo que existe. El significan-te es el sonido (por ejemplo "Dion") y la cosa sig-nificada es la cosa real que aquel indica (Dionmismo). De estos tres aspectos, el sonido y lacosa existente son cuerpos (sómata) yel significa-do (semainómellOn) es incorpóreo. El significado,lo decible, lo significado o mentado es ellektón.Es lo que captamos que existe en conexión connuestro entendimiento "mientras que los bárbarosno lo entienden aunque oigan los sonidos".'¡

Se establecen lelcJá incompletos y comple-tos: un predicado (klltegórema) como "pasea" esun lelcJón incompleto que se combina con un suje-to (ptósis) para formar una proposición (axioma)(DL 63), o lelcJón completo. Los lelcJácompletosse clasifican como proposiciones -oxiámata-(compuestas o moleculares y simples o atómicas),preguntas, y otros. Las proposiciones molecularesse ordenan según las conectivas que muestren:hipotéticas, conjuntivas, disyuntivas, causales,aumentativas o disminutivas, y las hipernegativas(doble negación) (DL 68-72). Una proposición sedefine como lo que es verdadero o falso (DL 68);o como un lektón completo, asertérico por símismo,"

Los estoicos distinguieron entre la verdad(alizeia) y lo verdadero (alezés). El portador de loverdadero o lo falso es el axioma, pero aplicaronel término "verdadero" al menos en tres sentidos:primero, en relación con las proposiciones mis-mas; segundo, en relación con las representacio-nes sensibles, las cuales explicaremos en el préxi-

mo apartado. En este caso una representación esverdadera, si y sólo si es verdadera la proposiciónque la describe. Tercero, en relación con los argu-mentos: un argumento es verdadero si y sólo si esválido y tiene premisas verdaderas. Si no es váli-do o tiene una premisa falsa, se dice que es falso.Por otra parte:

"...dicen que lo verdadero difiere de la ver-dad en tres aspectos: ser, composición y fuerza.En su ser, pues lo verdadero es incorpóreo (puestoque es un axioma y este, un lelcJón, el cual esincorpóreo) mientras que la verdad es cuerpo;esto porque el conocimiento es asertórico de todaslas proposiciones verdaderas y el conocimiento esla parte principal del alma en un cierto estado (...)y el alma es pneyma. En composición, porque loverdadero es simple pero la verdad es compuesta(de muchos conocimientos verdaderos). En poten-cia, puesto que la verdad pertenece al conoci-miento pero lo verdadero no siempre: un tontopuede decir algo verdadero.

"(...) El poseedor de la verdad es el sabioporque tiene el conocimiento de las cosas verda-deras..."."

Las proposiciones son las portadoras de loverdadero y lo falso y también los sujetos de lamodalidad. Las proposiciones pueden ser posibleso imposibles, necesarias o no necesarias (DL 75).La proposición estoica no es como la aristotélica,la cual atribuye predicados a un sujeto; la proposi-ción estoica enuncia acontecimientos ("Dionpasea"), el sujeto es siempre singular y el predica-do un verbo. No parece haber ejemplos quecomiencen con "todos 10s".34

En cuanto a los argumentos, los hay devarios tipos, entre ellos concluyentes y silogísti-coso De estos existen cinco indemostrados (DL78, 79) que no necesitan demostración porque suvalidez es clara. Todos los demás argumentossilogísticos podían ser reducidos a los cinco men-cionados. Asimismo consideraban la teoría de lossilogismos de gran utilidad pues evidencia lo quees demostrable; o sea, contribuye a la rectitud yordenacíén de las doctrinas (DL 43). El argumen-to aristotélico establece conexiones entre concep-tos; el argumento estoico establece implicacionesentre relaciones temporales (si esta mujer tieneleche, entonces ha dado a luz), entre hechos. Logeneral es para los estoicos solo una palabra, pueslo que existe son individuos, y posiblemente poreso la lógica que comentamos es de la consecuen-cia y no de la inherencia. Como lo hace notar

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LOS ESTOICOS ANTIGUOS

Brochardcon los estoicos "una relación de suce-sión constante o de coexistencia sustituye a laexistenciasustancial (...) la idea de ley reemplazaa la idea de la esencia?", lo cual se ajusta a suconceptode naturaleza, como se recordará de laexposicióncorrespondiente.

No nos cabe la menor duda de que dentrodel planteamiento global estoico, la lógica esindispensablepara comprender la naturaleza, suracionalidady la del hombre mismo y en este sen-tidotiene una función moral. No creemos que sehayanentretenido en simples juegos de palabras:la lógica debía desarrollarse lo más posible paralograrsu cometido.

El conocimiento

Para que llegue a haber conocimiento esnecesariala estimulación externa previa; se iniciael proceso, por lo tanto, con la experiencia sensi-ble. La sensación es impresión del objeto en elalma(DL 46) (para Crisipo, una alteración); cesa-da la sensación se tiene la phantasla (imagenmentalo representación). Distinguen entre esta yla mera imaginación -phántasma- que es .unavisióncomo las de los sueños (DL 50).

La repetición de representaciones es lo queconforma la experiencia (y esta a la ciencia, oconexiónorgánica de conceptos). Las representa-ciones pueden ser sensibles (sensopercibidas) ono sensibles. Las primeras, son las que llegan porlos sentidos a partir de los substantes (objetosrealmente existentes) y vienen acompai'ladas porel asentimiento o asenso. Las no sensibles, son laslogradaspor la razón, como los incorpóreos; soloson comprensibles por medio de aquella.(Tambiénpueden ser racionales, como lo son lashumanaso irracionales, las cuales no tienen nom-bre y son propias de los animales irracionales; DL51).Por sensibilidad o sensopercepción se entien-de el soplo o fluido que procede del centro rector(principal o hegemonikón) y llega a los sentidos;también la aprehensión realizada por medio deaquellos. La aprehensión (percepción o compren-sión) ocurre por la percepción de objetos, perotambiénpor el discurso de lo asimilado por mediode demostración "como el que los dioses existeny que prevén" (DL 52).

Sostuvieron los estoicos que el alma es pen-samiento y sentido:

".. .10 mismo es la razón y el sentido; mas no

III

bajo el mismo aspecto. De la misma manera (...)un mismo cáliz es tanto cóncavo como convexo,pero no bajo el mismo aspecto SiDOque en uno escóncavo, en cuanto a la parte interna y en el 0110convexo, como en la parte externa. Y en igualforma que se concibe un mismo camino comocuesta arriba y cuesta abajo: cuesta arriba para losque suben y cuesta abajo para los que bajan, asítambién la misma facultad es entendimiento bajoun aspecto y sentido bajo otro, y siendo la mismaDOestá inhibida (...) de aprehender con los senti-dos(.~

.Algunos conceptos como las "nocionescomunes" o universales se forman espontánea-mente en todos los hombres (como el que los dio-ses existen). Tales nociones sirven para desarro-llar ulteriores conocimientos.

Pero conocer no es sólo el mero registro delo empírico. Con la teoría del asentimiento (syn-katázesis) los estoicos esperaban mostrar elaspecto activo del conocimiento. No hay com-prensión (katálepsis) sin el asentir. La compresiónes presupuesto de la phantasla kataleptiké (katá-lepsis significa "tomado", "asido"); está dotada deevidencia propia (sería el grado de la certeza). Elcriterio de verdad es la phaniasta que viene dealgo existente (la representación cataléptica) o,según Crisipo, es la precomprensión (prolepsis onoción común) (DL 54). El asentimiento es unaadhesión a lo verdadero. Pero el asentimiento seda a los axiémata"; en ocasiones un asentimientose denomina "falso" porque es asentimiento a unaxioma falso.

y he aquí el testimonio de Cicerón, quienrelata que para describir la representación, Zeoónmostraba la mano con los dedos extendidos ydecía: esta es (la representación); luego contraíaun poco los dedos y decía: este es el asentimiento.Luego, mostraba el pui'io y decía: esta es la com-prehensión, y posteriormente aproximaba la manoizquierda al pui'iocerrado, lo apretaba y decía queesa era la ciencia, solo poseída por el sabio,"

"...Ios estoicos afmnaban que existen (...) elconocimiento y la opinión y, a mitad de caminoentre los dos, la catalepsis; de estas el conoci-miento es la aprehensión firme y sin error, la cuales inalterable por la razón, y la opinión es unasentimiento débil, falso, y la comprensión(katálepsis) es intermedia entre estas, siendo elasentimiento a una representación comprensiva; yuna representación comprensiva, de acuerdo conellos, es una que es verdadera y de tal clase que

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112 El..IZABETH MUJQOZ BARQUERO

no puede convertirse en falsa. Y dicen que deestos, el conocimiento -ciencia- subsiste solo en elsabio, y la opinión sólo en el tonto, pero que lacomprensión es compartida por ambos y es el cri-terio de verdad"."

Es posible entonces sin ser sabio entendercosas y ascender por grados, desde la opiniónhasta el conocimiento, así como es posible dar unasentimiento equivocado.

El asentimiento parece estar también entrela pbasuasla Y la inclinación. Lo característico delalma racional es que la actividad de la inclinaciónno es engendrada directamente por la representa-ción, sino luego de que el alma le ha dado volun-tariamente su asentimiento. "Zenón añade el asen-timiento del alma a lo que ha sido visto y casirecibido por los sentidos. Y quiere que el asenti-miento dependa de nosotros y sea voluntario." ••Pero el sabio, que ha llegado a ser tal merced aldesarrollo de su razón, no asiente a toda fantasía.Recuérdese que lo que es verdadero (o falso) esuna proposición (por ejemplo acerca de una fanta-sía) y que el sabio, que ha entrenado y desarrolla-do su intelecto y sus facultades sensibles, y es undialéctico, no yerra: tiene la disciplina para sabercuándo asentir y cuándo no; la reflexión, podero-so discurso contra lo aparente; posee a la vezpenetración, destreza y razonamiento seguro (DL4648). Así, si el alma no asiente, no hay acción.Pero esto trasciende lo puramente epistemológicoy se enlaza con lo práctico, como veremos luego.

4. La razón sistema tiza el impulso primero

El impulso primero

La moral se divide en muy diversas partes(DL 84), de las cuales nos referiremos ahora a latendencia o impulso y el fin, mencionados enapartados anteriores. Creemos que el tema de latendencia o impulso primero -próte hormé- (quevolveremos a encontrar como "esfuerzo" en elpensamiento de Spinoza) es fundamental por serintegrador. Llaman (Crisipo) impulso primero alque obliga a conservarse a sí mismo; todo servivo tiene como primera propiedad toikelon) laorganización (o constitución) de sí mismo y laconciencia de ella; la naturaleza le hace fiel (y noajeno) a sí mismo y por ello (el animal) rechaza lonocivo y admite lo conveniente o útil. Esto quiere

decir que la naturaleza nos ha interesado en noso-tros mismos. Las primeras cosas que se avienencon la naturaleza (próta katá physin) son los obje-tos de ese impulso: mantener la salud, lograr elbienestar.

El placer no es el fin de dicho impulso, esaccesorio, como un resultado. En la jerarquía delos animales, los racionales ocupan el primerlugar y la vida conforme a la recta razón es supe-rior, pues ella actúa como sistematizadora delimpulso natural (DL 86). Nótese que la razón noaparece como opuesta al impulso sino como laencargada de "administrarlo" (a esa función,suponemos, responde la distinción entre los bie-nes, los males y los indiferentes, entre los cualessólo se puede discriminar mediante el ejercicioracional). Los otros animales tienen el impulso yla sensación para regular el mantenimiento de suorganización, pero al racional la naturaleza le diorazón para que lo dirija Así que vivir de acuerdocon esta es vivir de acuerdo con la naturaleza. Nosorprende, entonces, que ese sea el fin o perfec-ción del hombre; en efecto equivale a vivir segúnla virtud (DL 87, 88).

La naturaleza/lógos tiene entonces una fun-ción moral: es origen de la razón y esta lo es de lasabiduría. La razón puede sistematizar nuestroimpulso primero mediante el cultivo de aquella(solo el sabio es virtuoso). Y tal sistematización,creemos, es esencial en la moral estoica

El bien y la virtud

La virtud es el único bien y por lo tanto elbien supremo. La belleza es el bien perfecto por-que contiene el equilibrio de la perfección y sololo bueno es bello (DL 100-101). El que es virtuo-so es feliz (DL 90). Zenón pensaba que sólo en lavirtud se encuentra lo que se necesita para serfeliz; la virtud es una e indivisible y la denominalo honesto (honestums:" Existe pues identidadentre bien, virtud, belleza y felicidad.

El bien es lo provechoso o útil; también sedefme como bien aquello que es perfecto según lanaturaleza del ser racional; así, es buena la virtudy cuanto participa de ella, ya sean los actos, ya laspersonas (DL 94). Los estoicos clasificaron losbienes con diversos criterios no contradictoriosentre sí (DL 95-105) como exteriores, finales, efi-cientes, pero comentaremos sólo los queconsideramos más importantes para nuestro traba-

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113LOS ESTOICOS ANTIGUOS

jo. De los bienes unos se relacionan con el alma:estos son las virtudes.

La virtud es una disposición armónica,equilibrada (diázesis homologouméne), una ciertaperfección en todo, elegible por sí misma y nopor miedo o esperanza o por algún bien externo.Distinguieron como virtudes primeras las conoci-das virtudes cardinales: prudencia (phrónesis),fortaleza (andrela), justicia (dikaiosjne) y tem-planza (sofrosjne); mas, como hemos dicho, o sedan todas juntas o no se da ninguna. Esto porqueestán indisolublemente unidas entre sí, comoexpresionesde un mismo carácter.

El bien no admite ni aumento ni disminu-ción (DL 101). Simplicio explica este aspectocomosigue:

"Las exeis (hábitos) son (...) susceptibles demayoro menor tensión. La diálhesis (disposición,constitución) no admite grados (...). Por eso, laderechura de una vara, aunque sea muy flexible,dicenque es su diáthesis (...) pues en la derechurano hay ni mayor ni menor tirantez, ni mayor omenorderechura (...). Del mismo modo, las virtu-des no lo son por una propiedad permanente, sinopor su incapacidad de recibir aumento"."

La fuente de todas las virtudes es la pruden-cia, la ciencia de los males, los bienes y de lo queno es ni bueno ni malo, por lo tanto la de hacer odejar de hacer las cosas. Distinguieron tambiénvirtudesderivadas, como por ejemplo la magnani-midad, la continencia, la firmeza, la agudeza (DL92-93; 102).

Tenemos que bienes son, entonces, las vir-tudes (males son sus contrarios) y plantean ellos,además, la existencia de lo que no es ni bueno nimalo, a saber, lo neutro o indiferente tadiápho-ron). Se definen como cosas neuttas (adiáphora)las que ni ayudan ni daftan necesariamente enrelación con la virtud y la felicidad, como la vida,la salud, el placer; son adiáphora porque unopuede hacer buen o mal uso de ellas (DL 102-103),si bien hay cosas neutras preferidas iproeg-ména), que tienen cierto valor, como el talento, yrechazadas (apoproegména), como la pobreza o laenfermedad), según conduzcan a una vida equili-brada o no lo hagan (DL 104-107).

Kazékonta

De las operaciones que tienen por principioal impulso natural, unas son kazékonta, o sea

acciones adecuadas o convenientes a la naturaleza(DL 108-109). Son las acciones de un ser racío.nal, capaz de proteger su propia vida y la de losdemás; entre ellas están el honrar a la familia,cuidar la salud y los sentidos. Constituye unamoral de segundo orden, para los que no soncapaces, o aún no son capaces de una sabiduríaperfecta:

"Lo que propia y verdaderamente se llamahonesto (honestum) sólo se halla en los sabios yesto sí que es inseparable de la virtud; pero enaquellos cuya sabiduría no es perfecta, la perfec-ción moral no puede ocurrir; sólo (ocurre) algoparecido (...) las pueden alcanzar (las kazékonta)muchos con medianos talentos, estudio y conti-nuación...".4J

Las kazékonta son comunes a todo el géne-ro humano; pero están concebidas para los queaún recorren el camino hacia la sabiduría comoacciones simplemente convenientes, mientras quelas acciones del sabio son rectas (katórzoma) yperfectas. Nos parece que los estoicos pensaronque para llegar al sumo bien, deben recorrerseetapas, suposición que apoyamos, además, en losargumentos acerca del ascenso gradual del cono-cimiento presentados con anterioridad (ver supraEl conocimiento) y en que según ellos la virtudpuede enseñarse (DL 91).

El mal

Por este concepto entenderemos todo aque-llo que aleje al racional del logro del bien supre-mo. A nuestro modo de ver, lo fundamental aquíes explicar el mal en una naturaleza que estágobernada por el Iógos como lo hemos mostrado.Los estoicos pensaron que el animal racional aveces se desvía del camino de la virtud por cues-tiones externas, como pueden ser el impacto de ladiversión en nuestros sentidos o la presión de losíntimos, pero los movimientos de la naturaleza noson torcidos (DL 89) (téngase presente que nos hainteresado en nosotros mismos mediante el prátehormé).

Asimismo, el vicio es resultado de laspasiones y estas son ocasionadas por los movi-mientos y mudanzas que acontecen en el espíritu(DL 159) (el hegemonikán, recuérdese, es endonde se engendran las representaciones y losimpulsos). Las apreciaciones falsas producen laalteración del entendimiento, de la cual brotan

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114 EUZABETH MUÑOZ BARQUERO

muchas pasiones y es la causante del desequili-brio o falta de armonía Las pasiones fundamenta-les -de las cuales derivan muchas otras- son eldolor o la tristeza (lype), el miedo (Phóbos), eldeseo o concupiscencia (epizymfa) y el placer(Mdoné) (DL 110-114). El dolor es una contrac-ción irracional del ánimo y entre sus especiesestán el odio y la tristeza. El miedo es la previsióndel mal; al miedo se refiere, por ejemplo, elespanto. El deseo es una tendencia irracional; seordenan a él, entre otros, el amor y el odio (elodio es un deseo de que le acontezca un mal aalguien, un mal que lo beneficie a uno). El placeres también un movimiento irracional del ánimobajo el cual se sitúan, entre otros, la disolución yel gozo del mal ajeno (como contraparte, afumanlos estoicos que hay tres inclinaciones o afeccio-nes buenas: la alegría, la precaución y el comedi-miento, que constituyen movimientos racionalesdel ánimo) (DL 116).

Pero vayamos al origen de la pasión. Zenónafirma que es un movimiento anímico irracional,o bien, el impulso natural desmesurado. Crisipodice que proceden (las pasiones) de un juicio falso(la avaricia es la suposición de que el dinero esbello...) y es lo que también dice Zenón: a fin decuentas un movimiento irracional del alma tienepor base un asenso incorrectamente dado.Plantean, además, que el vicio es ignorancia deaquellas cosas de las cuales las virtudes son cien-cias (DL 95).

En sentido estricto las pasiones no son natu-rales por lo que, más que moderarlas (como pro-pondrá Spinoza), habría más bien que extirparlas.

De acuerdo con Crisipo:"Nada hay más absurdo que creer pueda

existir bien sin que al mismo tiempo exista el mal.Porque siendo contrarios, es necesario que existanlos dos (...) y en cierta manera apoyados en elmutuo contraste. En efecto (...) ¿cómo tendríamosidea de la justicia si no la tuviéramos de la injusti-cia? ¿Y qué es la justicia sino la ausencia de lainjusticia? (...) ¿Cómo comprenderíamos (...) laprudencia si no se le opusiera la imprudencia?(esos filósofos) (...) deberían pedir también que laverdad existiese sola en el mundo y que no hubie-ra mentira. Esto no sería menos absurdo que que-rer separar el bien del mal...".+4

Pero de lo anterior ni podemos deducir queel mal sea inevitable ni que sea una ilusión: el malmoral es un hecho y por eso los estoicos planteanun "debe" y un "puede" para librarse de él. Se

"debe" por cuanto el primer impulso que tiene elhumano es conservarse a sí mismo y esto pornaturaleza; las pasiones no le permiten conservar-se en su ser que es racionalidad, luego debe extir-parias. No; no se trata simplemente de oponerlesresistencia. Si su origen está en asentimientosequivocados, se "puede" porque la razón es lo quesirve para vivir de acuerdo con la naturaleza, yaque es (o puede) ser la directora de los impulsos,asintiendo siempre a juicios verdaderos. Claroque para desempeflar dicho papel, es menesterque recorra el camino del conocimiento y en él seejercite.

s. La naturaleza ¿origen de la libertad?

El destino

Hemos dicho anteriormente que el conceptoestoico de heimarméne no es una expresión delinfornmio; es distinto del de los griegos anterioresa la Stoa," Por ejemplo en Esquilo, el destino esla fuerza que va detrás del culpable para castigar-lo. Mondolfo afmna que en Esquilo el delito delpadre se convierte en un implacable genio venga-dor (alástor) que constriñe a toda la descendenciaal delito. El sujeto en quien la culpa engendra laculpa es la familia: "el primer eslabón, que en elorfismo es el pecado original de los Titanes tras-mitido a toda la descendencia humana, es en lascorrientes que representa Esquilo 'la acción impía'de los progenitores, que genera detrás de sí en suestirpe, otras acciones similares...".46 Dado que elconcepto de predestinación y de hado se une conel de una voluntad divina dominadora, fácilmentese cae (con Esquilo) de nuevo en la antigua ideade Hornero (...) de que el hombre sea en todo ypara todo, instrumento de la voluntad divina,única verdadera causa y verdadero autor de todaslas cosas: Zeus Panauios y Zeus Panergétes. Laculpa primigenia que es la base para la destruc-ción de la familia, puede no ser más que la ejecu-ción de un decreto divino. Sería némesis, o ley dejusticia divina

De manera que antes de los estoicos el tér-mino heimarméne indicaba principalmente "desti-no" o "suerte" humanos, asociados con castigo oculpa. Pero la idea estoica de destino no es la deaquel dios ciego, hijo del Caos (Erebo) y de lanoche y nada tiene que ver con castigo o culpa. Elconcepto que comentamos puede entraflar proble-

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LOS ESTOICOS ANTIGUOS

mas pero estos no son, como esperamos mosttar,los que seftala buena parte de los críticos de lanociónestoica, quienes quizá en su afán de defen-der las posiciones aristoIélicas o las neoplalónicaso cristianizantes, no tomaron en cuenta las dife-rencias contenidas en aquella. Piénsese, a modode ejemplo, en el fatalismo, concepto ausente enla heimarméne estoica. Afirmamos esto por cuan-to no encontramos en ella una doctrina subordina-da a una creencia no naturalista, según la cual unpoder trascendente, extraterreno, impredecible einmaterialproduzca los acontecimientos,"

El determinismo

El estoicismo ha pasado a la historia comoun sistema detenninista por excelencia, pero lasasociaciones que generalmente trae la palabra nosiempre son aplicables a los del Pórtico (fatalis-mo, lo "escrito", la esclavitud). En cuanto a noso-tros,preferimos asociarlo tan solo con "causa".

La heimormine estoica es un término decontenido relativamente simple (que proviene deelro, eslabones de una cadena") empleado paraindicar el sistema ordenado de sucesos causales.Este uso se aprecia en las diversas defmiciones dedestino atribuidas a aquellos: la causa entrelaza-dora de los seres (DL 149). 0, la interdependen-ciaordenada de las causas."

Heimannéne implica causalidad: todo tieneuna causa- tal como lo ilustra Alejandro deAfrodisia5l:

"...sin causa no puede haber ni producirsenada en el mundo, porque ninguno de los seresestá descoyuntado y separado de todos los ante-riores. Pues si se introduce algún movimiento quecarezca de causa, se desbarata y destruye y nopuede perdurar el mundo eternamente regido porun ordenamiento y un gobierno. Y ese movimien-to incausado se introduce si todos los seres ytodos los efectos no tienen causas anteriores a losque siguen necesariamente."

La índole de la causalidad es tanto ontológi-ea como lógica y por ello puede ser expresadatambién desde este punto de vista. Cicerón" diceque Crisipo discurría así:

"Si existe un movimiento sin causa no todaslas proposiciones enunciativas, que los dialécticosllaman axiomas, han de ser verdaderas o falsas,porque lo que no tuviere causas eñcíentes no seráni verdadero ni falso. Pero toda proposición enun-

lIS

ciativa es verdadera o falsa. Por tanto, no existeningún movimiento sin causa. Si esto es así, todocuanto sucede, sucede por obra de causas antece-dentes; si esto es así, todo sucede por obra deldestino. Resulta entonces que por obra del desti-no, sucede cuanto sucede."

Consideramos que el estoicismo se puedeenmarcar hoy -en sentido amplio y guardando ladebida distancia- dentro de la noción de "detenni-nismo general?" compuesta por el principio gené-tico según el cual nada puede surgir de la nada niconvertirse en nada ("Dicen que es igual e igual-mente imposible el producirse algo sin causa o dealgo inexistente. ti " •••dicen que un suceso incausa-do se parece a una creación de la nada y es tanimposible aquel como esta ",.) y por el principiode legalidad, según el cual nada sucede en formailegal o arbitraria.

No existe el azar. Dice Boethius";"Los estoicos, quienes creen que todo suce-

de por necesidad y providencia, juzgan el sucesocasual no de acuerdo con la naturaleza del azarmismo sino de acuerdo con nuestra ignorancia;ellos toman como casual lo que, aunque sucedepor necesidad, no es conocido por los hombres."

y Alejandro de Afrodisiasa:"La afirmación de que el azar es una causa

oscura para la mente humana no es una afirma-ción acerca de la naturaleza del azar sino que sig-nifica que el azar es una relación específica de loshombres con la causa (...). Si definen el azarcomo algo oscuro para aquellos que ignoran lacausa, entonces por la misma definición todos losprocesos de la ciencia y el arte serían (resultadodel) azar para el ignorante y el que no está entre-nado."

Para nosotros es claro que si, según elPórtico, el hombre es parte de la naturaleza y noun reino dentro de otro reino, sus actos tambiénobedecen a causas y deben explicarse por ellas.La libertad como algo incausado, caprichoso,accidental, no tiene por ello cabida en su plantea-miento; la causalidad tiene también índole moral.

La libertad

La libertad es la potestad de obrar por sí(DL 121), mas si todo lo que acontece se debe auna concatenación de causas necesarias y antece-dentes ¿se puede entonces hablar de responsabili-dad moral? Hace siglos se hacían preguntas y

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116

ta polémica con otras escuelas- distinguió entredos clases de causas: las causas perfectas y princi-pales (que dependen de nosotros) y causas contri-buyentes (o auxiliares) y próximas. Según estaclasificación, decir que todo proviene de causasantecedentes, no significa decir por las causasperfectas y principales, sino por las causas auxi-liares y próximas. Comparando el testimonio deCicerón con el de Alejandro, se puede sugerir quelas perfectas y principales son las del ser vivo -ennuestro caso el hombre- y las auxiliares y próxi-mas son las de la heimarméne, cuyo conceptopodemos entonces homologar con el de naturaleza(ambas se identifican con Dios) o si se quierepodemos, en su defecto, ver la primera como lalegalidad de la segunda. A partir de cualquiera deestas dos propuestas podemos interpretar la liber-tad estoica, en primer lugar, como autocausación,esto es, como causa de la propia acción.

De la definición de destino se desprende a)que todo lo que sucede tiene una causa; de la defi-nición de libertad se desprende b) que hay sucesosque nosotros mismos causamos. De ambas defini-ciones, se puede inferir e) que hay sucesos de loscuales nosotros mismos no somos causa.Trataremos de mostrar que a) y e) no contradicena b), para lo cual será necesario referimos a lo queestá y a lo que no está en nuestro poder (in nos-Ira potestate, tá eph'emín).61

Nemesío" considera que los estoicos con-funden el concepto de "en nuestro poder" con elde "a través de nosotros":

"...Pues si ellos (los estoicos) suponen queel impulso está en nuestro poder porque lo posee-mos por naturaleza. ¿por qué no debería decir unoacerca del fuego que él quema por su libre volun-tad porque es su naturaleza quemar ...?"

En el texto recién citado no se repara en quela voluntad, entendida como facultad de asentir ono asentir racionalmente, sólo se puede atribuir alhumano y tampoco en que el destino/naturalezaopera en muchos aspectos independientemente denuestro gusto, ideas medulares dentro del plantea-miento estoico.

En efecto, muchas cosas acaecen sin cone-xión alguna con nuestro deseo. Piénsese en lastormentas, las mareas, los terremotos o en nuestrafecha y lugar de nacimiento, por ejemplo. Para elestoico, el que poseamos el impulso primero,impulso a la acción, tampoco obedece a nuestravoluntad, sino que aquel se debe a la naturaleza.

Alejandro de Afrodisía" afirma que:

ELIZABETH MUlQ'OZ BARQUERO

objeciones de esta índole al estorcismo.Ordinariamente tienen como argumento principalla mutua exclusión entre la causalidad de la natu-raleza (heimarméne) y la acción humana: o una uotra. Aulo Gelio" resume el ataque de otrasescuelas a Crisipo como sigue:

"...Si todo lo mueve el destino (...) si nadapuede sustraerse a su acción (...) entonces no pue-den contemplarse con indignación las faltas y crí-menes de los hombres; tampoco pueden atribuirsea su voluntad, sino al impulso irresistible del des-tino ( ...) y no puede verse otra cosa que (...) injus-ticia en las leyes que castigan a los culpables,puesto que el hombre no realiza el mal voluntaria-mente, sino impulsado por el destino."

Tomemos las palabras de Caméades" -dequien se dice que se purgaba para discutir contraZeDÓn- como otra expresión del mismo argumen-to:

"Si todo ocurre por causas antecedentes,todos los acontecimientos se hallan ligados entresí por un estrecho encadenamiento natural. Si esasí, la necesidad produce todas las cosas; si es así,nada depende de nosotros. Ahora bien: algunascosas dependen de nosotros. Pero si todo ocurrede acuerdo con el destino, todo ocurre según cau-sas antecedentes y por lo tanto todo lo que ocurre,no ocurre de acuerdo con el destino."

Pero Crisipo, cuyo punto de vista exponeesta vez Alejandro de Afrodisia", piensa que unacto puede depender de dos tipos de causa: la delser vivo y la de la heimarméne, que actúa median-te el ser vivo:

" ... todas las operaciones que proceden decada ser son ejecutadas por este según su propianaturaleza. La piedra actúa como piedra (...) losseres vivos como seres vivos y nada de cuantouna cosa hace según su propia naturaleza puedehacedo de otra manera (...). Así, cuando una pie-dra levantada en alto es puesta en libertad, nopuede menos de caer hacia abajo, si nadie impidesu caída, por nevar en sí misma la fuerza de lagravedad. Dígase otro tanto de las cosas, y lo quese dice de lo inanimado vale también de los seresvivos; pues tienen un movimiento natural, que sonsus tendencias innatas. Así que todo animal semueve como animal según los movimientos desus tendencias, que son realizados por la heimar-méne mediante el ser vivo."

Ambos, piedra y hombre se mueven pornecesidad pero no contra su naturaleza.

De acuerdo con Cicerón" Crisipo -en abier-

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117LOS ESTOICOS ANTIGUOS

"Los estoicos, aunque niegan la posibilidadde que el hombre tenga el poder de escoger yhacer una de las (proposiciones) opuestas, dicenque lo que sucede por medio de nosotros es atri-buible a nosotros."

Con "las opuestas" Alejandro alude a que elhombre, o más exactamente el sabio, no puedeescoger la proposición opuesta a aquella a la queasiente, que es la que causaría la acción. Y así es,efectivamente, por cuanto, como ya se ha explica-do, el sabio no asiente a algo (i.e. una proposi-ción) incompatible con su virtud; esta no admiteni aumento ni disminución y virtud y vicio sonexcluyentes.

Conviene recordar que el estímulo externo,la experiencia sensible, que no depende de noso-tros, inicia el conocimiento. Esta es una fase pasi-va, pero el asentimiento y la comprensión sonactivos, como hemos explicado ya, y es el asenti-miento lo que está en nuestro poder. Tomando encuenta esto, resulta claro que el estímulo antedi-cho sería la causa próxima.

"Así como (...) quien impulsó el cilindro leconfirió el principio del movimiento pero no sumodo de moverse, así la representación de unobjeto lo imprimirá, por cierto en el espíritu y,casi se diría, grabará en él su imagen, pero elasentimiento dependerá de nosotros. Y aunque,como se ha dicho del cilindro, sea impulsadodesde afuera, en cuanto a lo demás, se moverásegún su propia fuerza y constitución"."

Aulo Gelio'" ofrece una versión muy pareci-da del argumento del cilindro y agrega:

"...así la disposición del hado, su modo deser y su necesidad es causa del primer movimien-to de las cosas, pero el impulso de nuestras deter-minaciones y los actos de nuestra mente caenbajo la dirección de nuestra propia voluntad y dis-posiciones."

Se puede pensar entonces que las causasperfectas y principales son internas y que cierta-mente dependen de nosotros. Pero además, porejemploLong ha reparado, y con mucha razón, enque las causas auxiliares son condiciones necesa-rias mientras que las perfectas son necesarias ysuficientes". En cualquier caso, el movimientoinicial depende de lo externo, y el automovimien-to es la respuesta; pero es ellógos el que hace delautomovimiento una acción de un agente moral.

Nuestro asenso es voluntario; nuestro asen-so sí está en nuestro poder, si bien la capacidad deasentir responde a una ley natural. Téngase en

cuenta que la acción no proviene directamente delimpulso primero, sino del asenso; es claro enton-ces, que el humano no puede rehuir la responsabi-lidad por los actos que proceden de su asenti-miento pues también está en su poder el entrena-miento de su razón, la cual procede asimismo dela naturaleza. La libertad como autocausacióntendría pues su origen en la naturaleza misma.

El sabio

Creemos que la descripción frecuente delideal de sabio estoico que aparece en la historiamás o menos "oficial" de la füosofía es discutible;es la que origina, en parte, la imagen del indivi-duo evasivo, resignado, conservador, que hemosmencionado anteriormente. Sin duda han existidomiles o, quizás, millones de personas con esascaracterísticas, a quienes los del Pórtico no reco-nocerían como sabios y a quienes nosotros noconsideraríamos libres en ningún sentido.

Como hemos sugerido (ver "Un pórticopara el Pórtico") es posible que esa imagen "ofi-cial" sea producto de muchas y variadas razones ya ese respecto hemos aventurado algunas suposi-ciones al comienzo de este trabajo. Ahora desea-mos destacar de la doctrina estoica, el indiferen-tismo y una de sus consecuencias, la apatía,aspectos que pueden haber contribuido almencionado estereotipo.

Se pueden señalar dos sentidos del término"indiferente" (adiáphoron): son adiáphora lascosas que no contribuyen necesariamente al logrode la virtud o de la desdicha, sino que lo haránsegún el uso que les demos; estas adiáphoraexcitan el impulso natural y los centros vitales,como la riqueza, la fama, la salud, la fuerza. Esclaro que se puede ser virtuoso con ellos o sinellos. Por otra parte, también son indiferentescosas que no excitan el impulso natural ni loscentros vitales "como es el número de pelos quetengamos en la cabeza o estirar un dedo y contra-erlo" (DL 105). El sabio estoico no se apegaincondicionalmente a asuntos que para el comúnde la gente eran -y siguen siendo- casi sagradas.y no puede ser de otra manera: estas pueden serorigen de grandes pasiones. El sabio estoicopuede encontrar entre las indiferentes, cosas pre-feribles a otras: es mejor tener dinero que notenerlo, pero no es esclavo de la obtención de lariqueza. Es esta la raíz del indiferentismo estoico:sólo hay malestar si consentimos en un juicio

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118 EUZABETH MUliíoz BARQUERO

erróneo de que estamos sufriendo un mal (e.g., noser millonarios, o la posibilidad de estar muertos).

Hemos aromado que la apatía es una conse-cuencia de la doctrina de las cosas indiferentesporque el sabio, al usar estas adecuadamente, nosufre malestar. No sufre malestar por su ausenciani por SU presencia porque no son el objeto princi-pal de su deseo. Ahora bien, "no sufre" puede sig-nificar o que el sabio "no siente nada" o que sien-te, pero que sus sentimientos no mandan en susacciones. En cualquiera de las dos interpretacio-nes, lo que manda en ellas es su razón. Y nohemos encontrado una conexión necesaria entrelas cosas consideradas como neutras o indiferen-tes (adiáphora) y la pasividad o el aislamiento delmundo, ni entre la apatía y la inacción. Por talmotivo, no nos parece contradictoria la siguientecaracterización del sabio: es el único dialéctico, esprudente, es el único libre, es inofensivo porqueno hace dafto a nadie. Ha de hacer política, siem-pre que algo no lo impida, y así reprimirá el vicioy excitará a la virtud. Es el único que posee ver-dadera realeza y riqueza. Por supuesto, no asenti-rá a nada falso. No vivirá en soledad pues essociable y activo por naturaleza, es teórico y prác-

tico; por su sabiduría es feliz. Puede decidir suici-darse en favor de la patria o de los amigos, porpadecer dolores insoportables o enfermedadesincurables (DL 121-130).

El sabio es apático, ataráxico y apónico: nosufre pasiones, perturbaciones, ni dolores. Es libreporque se autodetermina Es causa de su acción,la cual siempre es recta (katórzoma) porque espuro lógos. Es puro lógos porque no es esclavo deperturbaciones, pasiones ni dolores. No es esclavode estos porque ha cultivado y llegado a dominarla dialéctica, que le permite distinguir lo verdade-ro de lo falso, lo real de lo aparente.

La propuesta estoica comprende concep-tualmente una teoría y una práctica. En este senti-do, a la noción de libertad como autocausación, lepodría corresponder una práctica; el fondo de supropuesta no es, a nuestro modo de ver, una cues-tión de simple actitud - aunque esta es importante-sino de actitud y acción. Aunque el camino quepropone la Stoa es arduo, en principio nada seopone a que alguien lo recorra y se convierta enun sabio estoico o en una sabia estoica, pero acosta de la teoría, como trataremos de mostrar enlas conclusiones de este trabajo.