longitud - dava sobel

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Novela de Dava Sobel sobre John Harrison y sus proezas para obtener el premio de la Longitud

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Dava Sobel

LONGITUDLa verdadera historia de un genio solitario que resolvi el mayor problema cientfico de su tiempo

PEQUEA GRAN HISTORIA

DEBATE

2

Versin castellana de FLORA CASAS Revisin de REN PALACIOS MORE Primera edicin: marzo 1997 Primera edicin en esta coleccin: noviembre 1998 Ttulo original: Longitude Dava Sobel, 1995 De la traduccin, Flora Casas De la presente edicin, Editorial Debate, S. A., O'Donnell, 19, 28009 Madrid I.S.B.N.:84-8306-145-7 Depsito legal: M. 37.222-1998 Compuesto en Roland Composicin, S. L. Impreso en Unigraf, Arroyomolinos, Mstoles (Madrid) Impreso en Espaa (Printed in Spain)

3 1 Lneas imaginarias Cuando me siento juguetn, utilizo los meridianos de longitud y los paralelos de latitud como jbega y rastreo el ocano Atlntico en busca de ballenas. MARK TWAIN, Vida en el Misisip Un mircoles que fui de excursin, siendo pequea, mi padre me compr una bola de alambre con cuentas que me fascin. Con slo tocarlo, el juguete se desmoronaba y formaba una espiral plana entre las palmas de las manos, o bien se abra como una esfera hueca. Redonda, pareca una minscula Tierra; sus alambres unidos con bisagras seguan el mismo perfil de los crculos intersecantes que haba visto en el globo terrqueo de mi aula en el colegio: las finas lneas negras de la latitud y la longitud. Las cuentas de colores, MUY pocas, se deslizaban al azar por los senderos de alambre, cual barcos en alta mar. Tambin mi padre me llev a hombros por la Quinta Avenida hasta el Centro Rockefeller, donde nos detuvimos a contemplar la estatua de Atlas, que portaba el Cielo y la Tierra. El orbe de bronce que sostiene Atlas en alto, al igual que el juguete de alambre entre mis manos, era un mundo transparente, definido por lneas imaginarias: el ecuador, la eclptica, el trpico de Cncer, el trpico de Capricornio, el crculo rtico, el meridiano principal. Incluso entonces ya era capaz de reconocer, en la retcula del papel cuadriculado superpuesto al globo, un poderoso smbolo de todas las tierras y aguas reales del planeta. En la actualidad, las lneas de la latitud y la longitud ejercen mayor autoridad de lo que hubiera podido imaginar

4 hace cuarenta y tantos aos, porque se mantienen fijas en tanto la configuracin del mundo vara bajo ellas, con los continentes atravesando a la deriva los mares en expansin y las fronteras nacionales, que se vuelven a trazar repetidamente en funcin de la guerra o la paz. De nia aprend el truco para recordar la diferencia entre latitud y longitud. Las lneas de latitud, los paralelos, se mantienen realmente paralelas entre s al ceir el globo desde el ecuador hasta los polos con una serie de anillos concntricos que van reducindose progresivamente. Los meridianos de longitud funcionan al revs: se curvan desde el polo norte hasta el polo sur y viceversa, formando grandes crculos del mismo tamao, de modo que todos convergen en los extremos de la Tierra. Las lneas de latitud y de longitud empezaron a entrecruzarse en nuestra visin del mundo en la antigedad, al menos tres siglos antes del nacimiento del Cristo. Hacia 150, el cartgrafo y astrnomo Tolomeo ya las haba trazado en los veintisiete mapas de su primer atlas mundial. En esta obra fundamental enumera tambin todos los topnimos, en un ndice alfabtico, consignando la latitud y la longitud de cada uno de ellos con toda la exactitud que le permitan los relatos de los viajeros. Tolomeo slo contaba con una apreciacin terica para un mundo ms extenso. Segn un concepto errneo de su poca, cualquiera que viviese por debajo del ecuador se deformara y se derretira a causa del terrible calor. Para Tolomeo, el ecuador sealaba el paralelo cero. No lo eligi arbitrariamente, sino que lo tom de fuentes autorizadas, de sus predecesores, quienes lo haban deducido de la naturaleza al observar los movimientos de los cuerpos celestes. El Sol, la Luna y los planetas pasan casi exactamente por encima del ecuador. Del mismo modo, los

5 trpicos de Cncer y de Capricornio, otros dos conocidos paralelos, son situados en su posicin en dependencia del Sol, sealando los lmites septentrional y meridional del movimiento relativo del Sol en el transcurso del ao. Ahora bien, Tolomeo gozaba de plena libertad para situar el meridiano principal, la lnea de longitud cero, donde quisiera. Decidi que pasara por las islas Afortunadas (en la actualidad Canarias de y Madeira), Los frente a la de costa pocas noroccidental frica. cartgrafos

posteriores trasladaron el meridiano principal a las islas Azores y las de Cabo Verde, as como a Roma, Copenhague, Jerusaln, San Petersburgo, Pisa, Pars y Filadelfia, entre otros lugares, hasta que finalmente qued fijado en Londres. Dada la rotacin de la Tierra, una lnea cualquiera trazada de polo a polo puede servir tanto como cualquier otra en cuanto que lnea de referencia inicial. La ubicacin del meridiano principal es una decisin puramente poltica. En esto consiste la autntica diferencia, la fundamental, entre latitud y longitud, ms all de la superficial de direccin que cualquier nio puede apreciar: el paralelo de latitud cero est determinado por las leyes de la naturaleza, mientras que el meridiano de longitud cero se mueve, como las arenas del tiempo. Con tal diferencia, hallar la latitud es un juego de nios, y determinar la longitud, sobre todo en el mar, un dilema de adultos, con el que se debatieron las mentes ms esclarecidas del mundo durante la mayor parte de la historia de la humanidad. Cualquier marino que se precie puede calcular la latitud mediante la duracin del da o la altitud del Sol, o bien segn estrellas indicadoras conocidas por encima del horizonte. Cristbal Coln sigui un camino recto al atravesar el Atlntico cuando "naveg por el paralelo" en su travesa de 1492, y no cabe duda de que con este mtodo

6 habra llegado a las Indias si no se hubieran interpuesto las Amricas. Por el contrario, el tiempo influye en la medicin de los meridianos de longitud. Para averiguar la longitud en el mar hay que saber qu hora es en el barco y, tambin, en el puerto base u otro lugar de longitud conocida en ese mismo momento. Los dos tiempos reales permiten que el navegante convierta la diferencia horaria en separacin geogrfica. Dado que la Tierra tarda veinticuatro horas en efectuar una revolucin completa de trescientos sesenta grados, una hora supone la vigsimo cuarta parte de una rotacin, o sea quince grados. Y, por consiguiente, cada hora de diferencia entre el barco y el punto de partida supone un avance de quince grados de longitud hacia el este o el oeste. Cada da, cuando el navegante vuelve a ajustar el reloj del barco segn el medioda local en el mar, en el momento en que el Sol llega al punto ms alto del cielo, consultando despus el reloj del puerto base, cada hora de diferencia entre ambos se traduce en otros quince grados de longitud. Esos quince grados corresponden asimismo a una distancia recorrida. En el ecuador, donde es mayor el permetro de la Tierra, quince grados abarcan mil millas, unos mil seiscientos kilmetros. Sin embargo, al norte o al sur de esta lnea disminuye el valor de cada grado. Un grado de longitud equivale a cuatro minutos de tiempo en todo el mundo, pero decrece en trminos de distancia, pasando de sesenta y ocho millas (unos ciento nueve kilmetros) en el ecuador a prcticamente nada en los polos. Hasta la poca de los relojes de pndulo, y tambin durante ella, resultaba totalmente imposible saber la hora exacta en dos lugares distintos a la vez, prerrequisito para calcular la longitud que en la actualidad se determina

7 fcilmente con un par de relojes de pulsera baratos. En el puente de un barco bamboleante, los relojes se atrasaban, se adelantaban o se paraban. Con los cambios normales de temperatura que se producan al trasladarse de un pas fro de origen a una zona comercial tropical, el aceite lubricante de los relojes se fluidificaba o se espesaba, por lo que los elementos metlicos se dilataban o se contraan, con consecuencias realmente desastrosas. Un ascenso o descenso de la presin baromtrica, o las sutiles variaciones de la gravedad terrestre entre una latitud y otra, podan tambin contribuir a que un reloj se atrasara o se adelantara. Puesto que no exista un mtodo prctico para determinar la longitud, todo gran capitn de la poca de las exploraciones poda perderse en el mar aunque contara con los mejores mapas y brjulas de que se dispona por entonces. Desde Vasco da Gama hasta Vasco Nez de Balboa, desde Fernando de Magallanes hasta sir Francis Drake, todos llegaron, mal que bien, adonde se haban propuesto bajo el control de unas fuerzas que se atribuan a la suerte o a la gracia de Dios. Cuando aument el nmero de barcos de vela que se hacan a la mar para conquistar o explorar nuevos territorios, librar guerras o transportar oro y otros productos entre y desde tierras extranjeras, la riqueza de las naciones empez a flotar sobre los ocanos. Sin embargo, ninguna nave contaba con medios fiables para establecer su posicin, y moran incontables marinos cuando su destino surga repentinamente del mar y les coga por sorpresa. En un solo accidente, acaecido el 22 de octubre de 1707 en las islas Sorlingas, cerca del extremo suroccidental de Inglaterra, encallaron cuatro buques de guerra britnicos que regresaban a su pas, perdiendo la vida casi dos mil

8 hombres. La intensa bsqueda de una solucin al problema de la longitud dur cuatro siglos en todo el continente europeo. La mayora de las testas coronadas desempe en uno u otro momento un papel importante en la historia de la longitud, destacndose en ello los reyes Jorge 111 de Inglaterra y Luis XIV de Francia. Navegantes como William Bligh, capitn del Bounty, y el gran James Cook, que realiz tres largos viajes de exploracin y experimentacin hasta su violenta muerte en Hawai, llevaron a bordo de sus navos los mtodos ms prometedores para poner a prueba su exactitud y viabilidad. Los astrnomos de mayor renombre se enfrentaron al desafo que representaba la longitud recurriendo al universo mecnico. Galileo Galilei, Jean Dominique Cassini, Christiaan Huygens, sir Isaac Newton y Edmond Halley, tan famoso por el cometa, requirieron la ayuda de la Luna y las estrellas. Se fundaron magnficos observatorios en Pars, Lon- y Berln con el objetivo expreso de calcular la longitud valindose del cielo. Entre tanto, otras mentes menos brillantes ideaban sistemas basados en los gemidos de un perro herido o en las explosiones de caones situados en buques de seales estratgicamente anclados en mar abierto. En el transcurso de su lucha por establecer la longitud, los cientficos efectuaron otros descubrimientos que cambiaron su visin del Universo. Entre ellos se cuentan los primeros clculos exactos del peso de la Tierra, la distancia hasta las estrellas y la velocidad de la luz. A medida que pasaba el tiempo y se apreciaba que ningn mtodo daba resultado, la bsqueda de una solucin al problema de la longitud fue adquiriendo proporciones legendarias, resultando comparable a la bsqueda de la fuente de la eterna juventud, el secreto del movimiento perpetuo o la frmula para convertir el plomo en oro. Los

9 gobiernos de las grandes potencias martimas -Espaa, los Pases Bajos y ciertas ciudades-Estado italianas- renovaban peridicamente el entusiasmo ofreciendo enormes premios por un mtodo viable. Con el famoso Decreto de la Longitud de 1714, el Parlamento britnico increment an ms la expectativa con un premio que ascenda a una verdadera fortuna (varios millones de dlares en moneda actual) por un medio "factible y til" de determinar la longitud. El relojero ingls John Harrison, genio de la mecnica y pionero de la ciencia de la medicin exacta del tiempo con aparatos porttiles, dedic toda su vida a esta investigacin. Logr lo que Newton tema que fuera imposible: invent un reloj que, cual llama eterna, llevaba la hora exacta desde el puerto de origen hasta cualquier rincn remoto del planeta. Harrison, hombre de humilde cuna pero de gran inteligencia, se enfrent con las mayores lumbreras de su poca. Se enemist especialmente con el reverendo Nevil Maskelyne, quinto director del Real Observatorio, quien puso en tela de juicio el derecho de Harrison al codiciado premio en metlico y que, en ciertas coyunturas, se vali de tcticas que slo pueden definirse como juego sucio. Sin educacin a la usanza tradicional ni aprendizaje especfico con un relojero, Harrison construy una serie de relojes prcticamente exentos de friccin, que no necesitaban lubricante ni limpieza, con materiales indemnes a la herrumbre y unos elementos mviles perfectamente equilibrados entre s, por mucho que se bambolease o se agitase el mundo a su alrededor. Prescindi del pndulo y combin diversos metales en la maquinaria, de modo que cuando una de las partes se dilataba o se contraa con los cambios de temperatura, las dems contrarrestaban el cambio manteniendo constante la marcha del reloj. Sin embargo, todos y cada uno de sus logros fueron

10 rechazados por ciertos miembros de la lite cientfica, que desconfiaban de la caja mgica de Harrison. Quienes tenan a su cargo la concesin del premio -Nevil Maskelyne entre ellos- cambiaban las normas del concurso cuando les vena en gana, con el fin de favorecer a los astrnomos en perjuicio de Harrison y sus colegas "mecnicos". Pero la utilidad y la precisin del enfoque de Harrison acabaron por triunfar. Se multiplicaron los defensores del invento, tan complejo como exquisito, y tras diversas modificaciones en su construccin, finalmente pudo fabricrselo en serie. Bajo la proteccin del rey Jorge 111, un Harrison envejecido y agotado reclam finalmente la recompensa a que tena derecho, en 1773, tras cuarenta aos de intri "Tiempo sucio": as defini el almirante sir Clowdisley Shovell la niebla que le persigui durante doce das en alta mar. Al regresar victorioso a Inglaterra desde Gibraltar, tras las escaramuzas con las tropas francesas del Mediterrneo, sir Clowdisley no lograba traspasar la densa bruma otoal. Temiendo que los barcos se estrellasen contra las rocas costeras, el almirante convoc a todos sus oficiales para que mostrasen su parecer. Todos coincidieron en que la flota inglesa se encontraba a salvo, al oeste de le d'Ouessant, puesto avanzado insular en la pennsula de Bretaa, pero al seguir navegando hacia el norte, los marinos descubrieron horrorizados que se ha 18gas polticas, guerras internacionales, murmuraciones entre eruditos, revoluciones cientficas y catstrofes econmicas. Todos estos hilos, y muchos ms, se entretejen en las lricas de la longitud. Desenmaraarlos rememorar su historia en una poca en la que una red de satlites geoestacionarios puede averiguar la posicin de un barco dentro de un radio de unos cuantos metros en cuestin de

11 segundos equivale a ver el planeta de una forma nueva.

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2 El mar antes del tiempoLos que a la mar se hicieron en sus naves, Llevando su negocio por las muchas aguas, Vieron las obras de Yahveh, Sus maravillas en el pilago. SALMO 107.

"Tiempo sucio": as defini el almirante sir Clowdisley Shovell la niebla que le persigui durante doce das en alta mar. Al regresar victorioso a Inglaterra desde Gibraltar, tras las escaramuzas con las tropas francesas del Mediterrneo, sir Clowdisley no lograba traspasar la densa bruma otoal. Temiendo que los barcos se estrellasen contra las rocas costeras, el almirante convoc a todos sus oficiales para que mostrasen su parecer. Todos coincidieron en que la flota inglesa se encontraba a salvo, al oeste de le d'Ouessant, puesto avanzado insular en la pennsula de Bretaa, pero al seguir navegando hacia el norte, los marinos descubrieron horrorizados que se haban equivocado al calcular la longitud cerca de las islas Sorlingas. Estas minsculas islas a unos treinta y dos kilmetros del extremo suroccidental de Inglaterra, apuntan hacia Land's End como un sendero de piedras escalonadas. Y en aquella noche brumosa del 22 de octubre de 1707, las Sorlingas se convirtieron en tumbas sin lpida para dos mil hombres de sir Clowdisley. El Association, buque insignia, fue el primero en caer. Se hundi en cuestin de minutos, y todos sus tripulantes se ahogaron. Antes de que el resto de los buques pudiera reaccionar ante el inminente peligro, otros dos barcos, el

13 Eagle y el Romney, se empotraron en las rocas y se fueron a pique. En total, se perdieron cuatro de los cinco buques de guerra. Slo dos hombres llegaron a la orilla con vida. Uno de ellos era sir Clowdisley, que en pocos segundos debi de ver desfilar los cincuenta y siete aos de su vida mientras las olas le llevaban a tierra. No cabe duda de que tuvo tiempo para reflexionar sobre los acontecimientos de las veinticuatro horas anteriores, en las que haba cometido un error, seguramente el ms grave de su carrera. Un marinero, tripulante del Association, le hizo saber que haba efectuado su propio clculo sobre la posicin de la flota durante toda la lbrega travesa. Esta actitud subversiva en un subordinado estaba prohibida en la Marina de Guerra inglesa, como bien saba el desconocido marinero. Sin embargo, el peligro pareca tan espantoso, segn sus clculos, que arriesgaba el cuello al expresar sus preocupaciones a los oficiales. El almirante Shovell orden que le ahorcasen en el acto por insubordinacin. No haba nadie que pudiera espetarle " Ya se lo haba dicho yo! " a sir Clowdisley cuando estuvo a punto de ahogarse. Pero, segn se cuenta, apenas el almirante se desplom sobre la arena seca, una mujer de la regin que iba registrando la playa encontr su cuerpo y se enamor del anillo de esmeraldas que llevaba. Entre el deseo de ella y el agotamiento de l, no le cost demasiado trabajo asesinarle. Tres dcadas ms tarde, la mujer confes su crimen a un sacerdote ya a punto de morir y ensendole el anillo en prueba de culpabilidad y contricin. La destruccin de la flota de sir Clowdisley fue el culmen de una larga serie de viajes martimos de la poca en que an no se poda calcular la longitud. Pgina tras pgina, esta terrible historia narra terrorficos episodios de muerte por

14 escorbuto y sed, de fantasmas en los aparejos y recaladas convertidas en naufragios, con buques arrastrados contra las rocas y montones de cadveres de hombres ahogados pudrindose en la playa. El que la tripulacin de un barco desconociese la longitud desembocaba sin tardanza -literalmente en centenares de casos- en su destruccin. Alentados por una mezcla de valenta y codicia, los capitanes de navo de los siglos XV, XVI y XVII slo contaban con el llamado "punto estimado" para calcular la distancia del puerto base en direccin este u oeste. El capitn lanzaba por la borda una corredera y observaba la rapidez con que el barco se alejaba de aquel indicador temporal. Anotaba la indicacin que le ofreca el tosco velocmetro en el diario de navegacin, junto con el rumbo seguido, dato que tomaba de las estrellas o valindose de una brjula, y la extensin de tiempo de un recorrido concreto, medida con un reloj de arena o de bolsillo. Aadiendo los factores correspondientes a las consecuencias de las corrientes ocenicas, los vientos inestables y los errores de evaluacin, proceda a continuacin a determinar la longitud. Naturalmente, sola equivocarse, buscando en vano la isla en la que esperaba encontrar agua potable, o incluso el continente al que tena que llegar. Con demasiada frecuencia, la tcnica del punto estimado le conduca a la muerte. Las travesas largas solan prolongarse ms an por desconocimiento de la longitud, y ese tiempo aadido en alta mar condenaba a los marinos a la terrible enfermedad del escorbuto. La dieta de la navegacin de altura hacia aquella poca, carente de fruta y verdura frescas, les privaba de vitamina C, como consecuencia de lo cual se deterioraba el tejido conjuntivo del cuerpo. Los vasos sanguneos rezumaban fluido, y los hombres parecan magullados, incluso sin haberse herido. Cuando se hacan

15 una herida, sta no les cicatrizaba. Se les hinchaban las piernas. Padecan el dolor de las hemorragias espontneas en msculos y articulaciones. Tambin les sangraban las encas, al aflojrseles los dientes. Respiraban con dificultad, se debatan contra una debilidad progresiva y, cuando se rompan las venas que rodean el cerebro, moran. Adems de este potencial para el sufrimiento humano, la ignorancia que predominaba en todo lo referente a la longitud produca estragos econmicos a gran escala. Confinaba a los buques de alta mar a unas cuantas rutas que prometan una travesa segura. Obligados a navegar nicamente con la gua que les proporcionaba la latitud, balleneros, buques mercantes, buques de guerra y barcos piratas se apiaban en rutas muy transitadas, donde unos hacan presa de otros. En 1592, por ejemplo, una escuadrilla inglesa integrada por seis buques de guerra tendi una emboscada frente a las Azores a unos mercantes que regresaban del Caribe. Y tambin cay en sus manos el Madre de Deus, enorme galen portugus que retornaba de India. A pesar de sus treinta y dos caones de bronce, el Madre de Deus perdi la breve batalla, y Portugal un cargamento magnfico. En las escotillas de la nave haba cofres rebosantes de monedas de oro y plata, perlas, diamantes, mbar, almizcle, tapices, indiana y bano. Las especias se contaban por toneladas: ms de cuatrocientas de pimienta, cuarenta y cinco de clavo, treinta y cinco de canela, tres de macis y otras tantas de nuez moscada. El Madre de Deus supuso un botn equivalente a medio milln de libras esterlinas, aproximadamente la mitad del valor neto del ministerio de Hacienda ingls de aquellos tiempos. A finales del siglo XVII, unos trescientos barcos recorran anualmente la distancia que separa las Islas Britnicas de las Indias Occidentales para comerciar en Jamaica. Puesto

16 que el sacrificio de uno solo de estos cargueros causaba tremendas prdidas, los comerciantes suspiraban por evitar lo inevitable. Deseaban descubrir rutas secretas, pero esto significaba encontrar un medio para determinar la longitud. La penosa situacin de la navegacin preocupaba al renombrado diarista ingls Samuel Pepys, que durante algn tiempo presto sus servicios en calidad de oficial en la Marina de Guerra de su pas. Al comentar su viaje en barco hasta Tnger, en 1683, Pepys escribi lo siguiente: "Salta a la vista, a juzgar por la confusin en que se encuentran estas gentes a la hora de enmendar sus clculos, aun cuando lo haga el mismo hombre que los ha llevado a cabo, as como por los absurdos argumentos a que recurren para ello y el desorden en que estn sumidos al respecto, que slo por la Providencia de Dios Todopoderoso, y la buena fortuna y la gran extensin de los mares, no existen en la navegacin muchas ms desventuras ni contingencias de las ya existentes. Este prrafo parece predecir el desastroso naufragio de las Sorlingas en que desaparecieron cuatro buques de guerra. El suceso de 1707, en un paraje tan cercano a los centros navieros de Inglaterra, lanz el tema de la longitud al primer plano de los asuntos nacionales. La repentina prdida de tantas vidas, tantos barcos y tanto honor al mismo tiempo, unida a las dificultades de los siglos anteriores, vino a subrayar la locura que supona una navegacin sin medios para averiguar la longitud. Las almas de los marineros que perdi sir Clowdisley --otros dos mil mrtires de la causa- aceleraron la promulgacin, en 1714, del famoso Decreto de la Longitud, en el que el Parlamento prometa una recompensa de 20.000 libras a quien propusiera una solucin al problema. En 17 36, un relojero desconocido llamado John Harrison

17 puso a prueba un prometedor mtodo de su invencin en un viaje a Lisboa a bordo del Centurion, buque al servicio de la Corona. Los oficiales comprobaron que el reloj de Harrison poda mejorar sus clculos. De hecho, le agradecieron que su novedoso aparato les demostrara que se haban desviado unas sesenta millas, noventa y seis kilmetros, aproximadamente, del rumbo correcto en la travesa de regreso a Londres. Sin embargo, en septiembre de 1740, cuando el Centurion zarp rumbo al Pacfico sur al mando del comodoro George Anson, el reloj de longitudes se qued en tierra, en la casa de Harrison de Red Lion Square. Aqu, el inventor, tras haber terminado una segunda versin perfeccionada del artefacto, se emple a fondo en la tercera, con mayores refinamientos. Pero tales aparatos no gozaban todava de amplia aceptacin, y no habra de poder accederse a ellos mayoritariamente hasta pasados otros cincuenta aos. Por consiguiente, la escuadrilla de Anson se intern en el Atlntico a la antigua usanza, apoyndose en las indicaciones de latitud, el punto estimado y la habilidad de los buenos navegantes. La flota lleg Ilesa a la Patagonia tras una travesa Inslitamente larga, pero a continuacin sobrevino una gran tragedia como consecuencia de la prdida de longitud en el mar. El 7 de marzo de 1741, cuando la bodega ya apestaba a escorbuto, Anson condujo el Centurion por el estrecho de Le Maire, del Atlntico al Pacfico. Al doblar el extremo del cabo de Hornos se desencaden un temporal procedente del oeste. Las velas se desgarraron, y el barco cabece con tal violencia que los hombres que no supieron sujetarse fueron arrastrados y murieron. El temporal amainaba cada tanto, pero despus recuperaba su fuerza, azotando despiadadamente al Centurion durante cincuenta y ocho

18 das. El viento llegaba cargado de lluvia, aguanieve y nieve. Y mientras tanto el escorbuto diezmaba a la tripulacin, cobrndose a diario entre seis y diez vidas. Anson continu hacia el oeste en medio de la adversidad, siguiendo ms o menos el paralelo de sesenta grados de latitud sur, hasta que crey haber recorrido doscientas millas (unos trescientos treinta kilmetros) en direccin oeste, mas all de Tierra del Fuego. Los otros cinco navos de la escuadrilla se haban apartado del Centurion en el transcurso del temporal, y algunos desaparecieron para siempre. En la primera noche con luz de Luna que vea desde haca dos meses, Anson previ al fin aguas tranquilas y se dirigi hacia el norte, hacia un paraso terrenal llamado isla de Juan Fernndez. Saba que all encontrara agua potable para sus hombres: podra aliviar a los moribundos y mantener en vida a los vivos. Hasta entonces, tendran que sobrevivir nicamente en base a esperanza, porque an les separaban del oasis insular varios das de navegacin por el inmenso Pacfico; pero cuando escamp, Anson avist tierra inmediatamente, frente al barco. Era el cabo Noir, en el extremo occidental de Tierra del Fuego. Cmo poda haber ocurrido semejante cosa? Haban estado navegando al revs? Las potentes corrientes haban confundido a Anson. Mientras crea avanzar hacia el oeste, prcticamente se haba limitado a mantenerse a flote. De modo que no le qued otro remedio que arrumbar hacia el oeste de nuevo, y despus hacia el norte, en busca de la salvacin. Saba que si no lo lograba, y que si los marineros continuaban muriendo con la misma celeridad, no quedaran suficientes brazos para gobernar el navo. Acorde el diario de navegacin, el 24 de mayo de 1741

19 Anson llev por fin el Centurion a la latitud de la isla de Juan Fernndez, a treinta y cinco grados sur. Lo nico que haba que hacer era seguir el paralelo hasta llegar a puerto. Pero, por dnde debera seguir? La isla estaba situada al este o al oeste de la posicin del Centurion en aquellos momentos? Todos se preguntaban lo mismo. Anson se decidi por el oeste, y hacia all puso proa, pero cuatro desesperados das ms en alta mar le arrebataron coraje y conviccin y volvi a cambiar de rumbo. Cuarenta y ocho horas despus de que el Centurion empezase a dar bordadas hacia el este, por el paralelo treinta y cinco, avistaron tierra! Pero result ser la costa chilena, bordeada de montaas y dominada por los espaoles. Aquel movimiento requera un cambio de rumbo de ciento ochenta grados, al igual que la idea que se haba formado Anson. Tuvo que reconocer que probablemente haban estado a pocas horas de la isla de Juan Fernndez cuando decidi abandonar el oeste por el este. El barco tuvo que retroceder una vez ms. El 9 de junio de 1741, el Centurion atrac por fin en Juan Fernndez. Las dos semanas de zigzag en busca de la isla le haban costado a Anson otras ochenta vidas. Aunque era un navegante competente que saba mantener su barco a la profundidad ahogamiento debida en y proteger sus a su tripulacin concedieron del al masa, retrasos

escorbuto todas las ventajas. Anson ayud a trasladar a la orilla las hamacas de los enfermos; despus vio impotente cmo aquella plaga se llevaba uno por uno a sus hombres... uno por uno, hasta que hubo muerto ms de la mitad de los quinientos que haban partido.

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3 A la deriva en un Universo mecnicoUna noche so que estaba encerrado en el reloj de mi padre con Tolomeo y veintiuna estrellas de rub engastadas en esferas, y el Mvil Primo enrollado y reluciente hasta el confn del espacio. Y las esferas dentadas se coman mutuamente la piel hasta el ltimo diente del tiempo, y la caja estaba cerrada. JOHN CIARDI, El reloj de mi padre. Tal como demostraron el almirante Shovell y el

comodoro Anson, incluso los mejores marinos perdan el rumbo tan pronto perdan de vista la tierra, pues el mar no aportaba ninguna clave til sobre la longitud. Sin embargo, el cielo s ofreca esperanzas. Tal vez existiera una forma de averiguar la longitud a partir de las posiciones relativas de los cuerpos celestes. El ciclo torna el da en noche con el crepsculo, mide el paso de los meses con las fases de la Luna y seala el cambio de estacin con un solsticio o un equinoccio. Con sus giros, con sus rotaciones, la Tierra es un diente de rueda en un Universo mecnico, y los seres humanos distinguen el transcurso del tiempo por sus movimientos desde el inicio mismo de los tiempos. Cuando los marinos elevaban la vista al cielo en busca de ayuda para navegar, encontraban una combinacin de brjula y reloj. Las constelaciones, sobre todo la Osa Menor con la Estrella Polar en la manecilla, les mostraba hacia dnde se dirigan por la noche, siempre y cuando el cielo estuviera despejado, naturalmente. De da, el Sol no slo indicaba la direccin, sino que adems les deca la hora si seguan sus movimientos. Vean que se levantaba del mar por el este, de color naranja, despus se tea de amarillo y

21 de un blanco cegador al ganar altitud, y a medioda se detena en su recorrido, de forma semejante a una pelota que, lanzada al aire, se inmoviliza un momento, en equilibrio entre el ascenso y el descenso. sa era la sirena de medioda. Con ella ajustaban los relojes de arena en los das despejados. Despus, lo nico que les haca falta era un acontecimiento astronmico que les indicase la hora en otro lugar. Si, por ejemplo, estaba previsto un eclipse total de Luna a medianoche en Madrid, y unos marinos que se dirigieran a las Indias Occidentales lo observaban a las once de la noche segn el reloj del buque, podan deducir que llevaban una hora de adelanto con respecto a Madrid, y, por consiguiente, se encontraban a quince grados de longitud al oeste de esa ciudad. Sin embargo, los eclipses de Sol y de Luna no se producen con suficiente frecuencia como para proporcionar ayuda significativa a la navegacin. Con suerte, valindose de esta tcnica se poda fijar la longitud una vez al ao. Los navegantes necesitaran un acontecimiento celeste todos los das. Ya en 1514, el astrnomo alemn Johannes Werner dio con un mtodo para aplicar los movimientos de la Luna a la determinacin de la posicin. La Luna recorre cada hora una distancia aproximadamente igual a su dimetro. Por la noche, da la impresin de surcar los sembrados de estrellas fijas con ese andar majestuoso. Por el da (y la Luna aparece en el cielo diurno durante la mitad de cada mes) se aproxima al Sol o se aleja de l. Werner propuso que los astrnomos trazasen un mapa de la posicin de las estrellas a lo largo del recorrido de la Luna y predijesen cundo pasarla nuestro satlite cerca de cada una de ellas, todas las noches que hubiera luz de Luna, un mes tras otro, durante varios aos. Tambin tendran que

22 dibujar un mapa semejante de las posiciones relativas del Sol y la Luna durante las horas de luz solar. A continuacin, podran publicar tablas de todos los desplazamientos lunares, prediciendo la hora del encuentro de cada estrella para un lugar - tal vez Berln, o Nuremberg- cuya longitud servira como punto de referencia a cero grado. En posesin de tales datos, un navegante podra cotejar la hora a la que viera la Luna cerca de una estrella dada con la hora a la que, segn las previsiones, se producira la misma conjuncin en el cielo sobre el punto de referencia. Entonces podra determinar la longitud averiguando la diferencia horaria entre los dos lugares y multiplicando ese nmero por quince grados. El principal problema del "mtodo de la distancia lunar" radicaba en que no se conocan bien las posiciones de las estrellas, de las que dependa todo el proceso. Adems, ningn astrnomo podra predecir con exactitud dnde se encontrara la Luna de un da o una noche para otro u otra, puesto que an no se haba logrado comprender en todos sus detalles las leyes que rigen los movimientos de nuestro satlite. Y, por si fuera poco, los marinos no disponan de instrumentos de precisin para medir las distancias entre la Luna y las estrellas desde un barco bamboleante. La idea se adelantaba a su poca, y hubo que continuar la bsqueda de una solucin con el tiempo csmico. En 1610, casi cien aos despus de la atrevida propuesta de Werner y desde el balcn de su casa de Padua, Galileo Galilei descubri algo que crey el ansiado reloj celeste. Uno de los primeros en enfocar un telescopio hacia el cielo, Galileo top con autnticos tesoros en las alturas: montaas en la Luna, manchas en el Sol, las fases de Venus, un anillo alrededor de Saturno (que confundi con dos lunas muy prximas entre s) y una familia de cuatro satlites que

23 describen su rbita alrededor de Jpiter de la misma manera que los planetas giran en torno al Sol. Ms adelante, Galileo los bautizara con el nombre de estrellas mediceas. Tras haber utilizado las nuevas lunas para ganarse el favor poltico de su mecenas florentino, Csimo de Mdicis, pronto comprendi que podan servir tanto a la causa de los navegantes como a su causa personal. Galileo no era marino, pero conoca el problema de la longitud, como todo filsofo de la naturaleza de su poca. Durante todo el ao siguiente observ pacientemente las lunas de Jpiter, calcul los perodos orbitales de estos satlites y cont el nmero de veces que los pequeos cuerpos celestes desaparecan tras la sombra del gigante situado en medio. Basndose en la danza de sus lunas planetarias, Galileo hall una respuesta al interrogante que planteaba la longitud. Aseguraba que los eclipses de las lunas de Jpiter tenan lugar mil veces al ao, y de una forma tan predecible que se poda poner un reloj en hora atenindose confeccionar de varios a ellos. Emple de sus las observaciones para y unas y tablas se desapariciones

reapariciones previstas para cada satlite en el transcurso meses entrego a sueos de gloria, anticipndose al da en el que flotas enteras navegaran guindose por sus horarios de movimientos astronmicos, conocidos como efemrides. Galileo comunic su proyecto al rey Felipe III de Espaa, que ofreca una generosa pensin vitalicia en ducados al "descubridor de la longitud", pero cuando present su plan la corte espaola, pasados casi cuatro lustros desde 1598, ano en que se haba anunciado el premio, el pobre Felipe estaba harto de cartas disparatadas. Sus asesores rechazaron la idea de Galileo con el pretexto de que los marinos estaran sometidos a una gran presin por el solo

24 hecho de tener que reconocer los satlites desde sus navos, y que no podran verlos con la frecuencia ni con la facilidad necesarias para que les sir-vieran de gua en la navegacin. Al fin y al cabo, nunca sera posible divisar las manecillas del reloj de Jpiter durante las horas de luz, cuando el planeta no est en el cielo o queda ensombrecido por la luz del Sol. Slo podran realizarse observaciones nocturnas durante una parte del ao, y nicamente con cielo despejado. A pesar de estas dificultades tan evidentes, Galileo ide un casco de navegacin especial para averiguar la longitud valindose de los satlites jovianos. Se ha comparado el equipo para la cabeza -el celatone- con una mscara antigs de bronce provista de un telescopio acoplado a uno de los orificios oculares. A travs del orificio vaco, el observador podra localizar a simple vista la luz constante de Jpiter en el cielo, mientras que el telescopio proporcionara al otro ojo una visin de las lunas del planeta. Experimentador empedernido, Galileo llev el artilugio al puerto de Livorno para demostrar su viabilidad. Adems, envi a uno de sus discpulos a realizar un viaje de prueba en un barco, pero el mtodo no lleg a ganar adeptos. El cientfico reconoci que, incluso en tierra, podan bastar los latidos del corazn de una persona para que Jpiter se desplazase del campo visual del telescopio. No obstante, intent vender su invento al gobierno toscano y a funcionarios de los Pases Bajos, donde se ofreca otro premio en metlico que nadie haba obtenido hasta entonces. Galileo tampoco recogi estos fondos, pero los holandeses le regalaron una cadena de oro en recompensa por sus esfuerzos para resolver el problema de la longitud. Galileo se mantuvo fiel a sus lunas (que se denominan, con plena justicia, satlites de Galileo) durante el resto de

25 su vida, siguiendo sus evoluciones hasta tener demasiada edad y demasiada ceguera como para verlas. Cuando muri, en 1642, sigui vivo el inters por los satlites de Jpiter. El mtodo de Galileo para averiguar la longitud logr finalmente la aceptacin general despus de 1650, pero slo para tierra firme. Topgrafos y cartgrafos emplearon su tcnica para dibujar el mundo una vez ms. Y fue en el terreno de la cartografa donde la capacidad de determinar la longitud obtuvo su primera gran victoria. En los mapas anteriores se infravaloraban las distancias hasta otros continentes y se exageraban los contornos de las naciones consideradas individualmente, pero por fin podan determinarse las dimensiones del planeta, con autoridad, mediante las esferas celestes. Se cuenta que al examinar un mapa revisado de sus dominios, basado en mediciones precisas de la longitud, el rey Luis XIV de Francia se quej de estar perdiendo ms territorios astrnomos que de sus enemigos. Ante el xito del mtodo de Galileo, los cartgrafos empezaron a exigir que se perfeccionara la prediccin de los eclipses de los satlites jovianos. Una mayor precisin en la cronometracin de tales acontecimientos permitira mayor exactitud en la confeccin de mapas. Con las fronteras de los reinos en juego, muchos fueron los astrnomos que encontraron trabajo bien remunerado por observar las lunas y mejorar las tablas impresas con el fin de lograr mayor exactitud. En 1668, Giovanni Domenico Cassini, profesor de astronoma de la Universidad de Bolonia, public el mejor conjunto de tablas conocido hasta entonces, basado en multitud de observaciones realizadas con sumo cuidado. Las efemrides de Cassini le valieron una invitacin a la corte del Rey Sol en Pars. A pesar del disgusto por la mengua de sus dominios, a manos de sus

26 Luis XIV demostr sentir debilidad por la ciencia. Ya en 1666 haba alentado la fundacin de la Acadmie Royale des Sciences francesa, idea de su primer ministro, Jean Colbert. Tambin a instancias de Colbert, y bajo la creciente presin para resolver el problema de la longitud, Luis XIV haba aprobado la creacin de un observatorio astronmico en Paris. Despus, Colbert atrajo a Francia a famosos cientficos extranjeros para que engrosaran las filas de la Acadmie y se encargasen del observatorio. Design a Christiaan Huygens miembro fundador de la primera; y a Cassini, director del segundo. (Huygens acab por retornar a Holanda, acudiendo varias veces a Inglaterra por sus investigaciones sobre la longitud, pero Cassini ech races en Francia, pas que nunca abandonara. Pas a ser ciudadano francs en 1673, y se le recuerda como astrnomo de esta nacionalidad, de modo que en la actualidad se le conoce tanto por Jean Dominique como por Giovanni Domenico Cassini). Desde su puesto en el nuevo observatorio, Cassini envi delegados a Dinamarca, a las ruinas de Uraniborg, el "castillo celeste" obra de Tycho Brahe, el astrnomo ms importante de todos cuantos observaron los astros a simple vista. Con los datos de los satlites de Jpiter tomados en dos puntos, Pars y Uraniborg, Cassini confirm la latitud y la longitud de ambos. Tambin solicit la ayuda de otros astrnomos, en Polonia y Alemania, para que colaborasen con un equipo especial dedicado a las mediciones de la longitud mediante los movimientos de las lunas de Jpiter. En el transcurso de esta febril actividad en el observatorio de Pars, el astrnomo dans Ole Roemer efectu un descubrimiento sorprendente: los eclipses de los cuatro satlites jovianos se anticipaban al momento previsto cuando la Tierra se encontraba ms prxima a Jpiter en su

27 rbita alrededor del Sol. De modo similar, los eclipses se retrasaban varios minutos respecto a lo previsto cuando la Tierra se hallaba ms alejada de Jpiter. Roemer lleg a la conclusin correcta, a saber, que la explicacin se encontraba en la velocidad de la luz. Sin duda, los eclipses se producan con regularidad sideral, como aseguraban los astrnomos, pero el momento en que dichos eclipses podan ser observados desde la Tierra dependa de la distancia que tuviese que recorrer por el espacio la luz de las lunas de Jpiter. Hasta tanto pudo comprenderse este extremo, se crey que la luz se desplazaba de un sitio a otro en un abrir y cerrar de ojos, sin una velocidad finita mensurable. Roemer reconoci que las tentativas anteriores para calcular la velocidad de la luz haban fracasado porque las distancias probadas eran demasiado cortas. Galileo, por ejemplo, haba intentado vanamente cronometrar una seal luminosa que parta de un fanal situado en la cima de una colina italiana \ 1 llegaba a otra en la que se haba apostado un observador. No detect ninguna diferencia de velocidad, por muy alejadas que se encontrasen las colinas a las que se encaramaban su ayudante y l. Pero en el experimento de Roemer, los astrnomos esperaban que la luz de una de las lunas resurgiese de la sombra de otro mundo. En las inmensas distancias interplanetarias aparecieron diferencias significativas entre los momentos de llegada de las seales luminosas. En 1676, Roemer aplic por vez primera la desviacin de la hora prevista para los eclipses a la medicin de la velocidad de la luz. (Cometi un ligero error respecto al valor aceptado en la actualidad, 300.000 kilmetros por segundo.) Hacia la misma poca, una comisin real acometa en Inglaterra una investigacin intil, un estudio de la viabilidad

28 de calcular la longitud a partir de la inclinacin vertical de la aguja de una brjula magntica en buques de altura. El rey Carlos II, al mando de la mayor flota mercante del mundo, experimentaba en carne propia la urgencia de resolver el problema de la longitud y deseaba ardientemente que la solucin brotase en su propia tierra. Debi de alegrarse cuando su amante, una joven francesa llamada Louise de Keroualle, le dio la noticia de que un compatriota suyo haba encontrado un mtodo para calcular la longitud y acababa de cruzar el canal de la Mancha para pedir audiencia con Su Majestad. Carlos accedi a prestar odos a aquel hombre. El francs, el sieur de St. Pierre, rechazaba el sistema de las lunas de Jpiter como medio para determinar la longitud a pesar de que haca furor en Pars. Aseguraba tener su fe puesta en las directrices que ofreca la luna de la Tierra. Se propona hallar la longitud basndose en la posicin de nuestro satlite y de ciertas estrellas, algo muy semejante a lo que haba propuesto Johannes Werner ciento sesenta aos antes. Al Rey le fascin la idea y volvi a dar instrucciones a los miembros de la comisin real, entre los que se contaban Robert Hooke, polmato que se senta igualmente a gusto detrs de un telescopio que de un microscopio, y Christopher Wren, arquitecto de la catedral de San Pablo. Para la evaluacin de la teora de St. Pierre, la comisin requiri el testimonio pericial de John Flamsteed, astrnomo de veintisiete aos. A juicio de Flamsteed, el mtodo era sensato en teora pero sumamente impracticable. Aunque en el transcurso de los aos se haban inventado buenos instrumentos de observacin, gracias a la influencia de Galileo, an no exista un mapa correcto de las estrellas ni se conoca la ruta de la Luna. Con su juventud y su empuje, Flamsteed propuso que el Rey pusiera remedio a la situacin

29 estableciendo un observatorio con personal que llevase a cabo el trabajo necesario. El Rey acept. Adems, nombr a Flamsteed su "observador astronmico" personal, el primero, y este cargo pasara ms adelante al de astrnomo real, es decir, director del observatorio. En el decreto que promulg para la creacin del observatorio de Greenwich, el Rey encargaba a Flamsteed que se dedicara "con cuidado y diligencia a rectificar las tablas de los movimientos de los cielos, y los lugares que ocupan las estrellas fijas, con el fin de hallar la tan deseada longitud en el mar, para perfeccionamiento del arte de la navegacin". Segn lo relatado por el propio Flamsteed acerca de la marcha de los acontecimientos, el rey Carlos "no quera que los armadores y marinos de su reino se vieran privados de la ayuda que pudieran proporcionarles los cielos, con la cual sera ms segura la navegacin". Por tanto, la filosofa sobre la que se fund el Real Observatorio, al igual que la del observatorio de Pars, consideraba la astronoma como medio encaminado a un fin. Haba que catalogar las remotas estrellas, con el propsito de trazar una ruta para los navegantes por los ocanos de la Tierra. Wren, miembro de la comisin, levant los planos del Real Observatorio. Lo situ, como ordenaba el decreto del Rey, en el terreno ms elevado de Greenwich Park, junto con una residencia para Flamsteed y su ayudante. Otro miembro de la comisin, Hooke, dirigi las obras de construccin, que se iniciaron en julio de 1675 y duraron casi un ao. Flamsteed se instal all en mayo del siguiente ao (en un edificio que sigue llamndose Flamsteed House) y reuni suficientes instrumentos como para empezar a trabajar a toda prisa en octubre. Se dedic con ahnco a su tarea

30 durante ms de cuatro dcadas. El excelente catlogo sideral que recopil se public pstumamente, en 1725. Antes de ese ao, sir Isaac Newton ya haba empezado a aclarar la confusin que rodeaba los movimientos de la Luna con su teora de la gravitacin. Este avance contribuy a fomentar el sueo de que, algn da, los cielos habran de revelar la longitud. Entre tanto, y lejos de las guaridas de los astrnomos en la cumbre de las montaas, artesanos y relojeros buscaban un camino alternativo para solucionar el problema de la longitud. En una navegacin ideal, el capitn del barco calculaba la longitud cmodamente en su camarote, cotejando su reloj de bolsillo con un reloj fijo que le indicaba la hora correcta en el puerto base.

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4 El tiempo en una botellaAl no haber comunin mstica de los relojes, Poco importa cundo baj desde el Sol, Describiendo cculos, esta brisa otoal, Para obligar a las hojas a orillar las aceras Como un milln de lemings. Un suceso es un trozo tan pequeo de tiempo y espacio Que se puede echar al correo por el ojo acanalado de un gato. DIANE ACKERMAN, La comunin mstica de los relojes.

El tiempo es al reloj lo que la mente al cerebro. En cierto modo, el reloj contiene el tiempo, y sin embargo el tiempo se niega a que lo embotellen como a un genio encerrado en una lmpara. Tanto si fluye cual la arena como si gira sobre unas ruedas dentro de otras ruedas, el tiempo se escapa irremediablemente, mientras nosotros slo sabemos observar. Incluso cuando las ampolletas del reloj de arena se hacen aicos, cuando la oscuridad elimina la sombra del reloj de sol, cuando el muelle real de un reloj de pared baja tanto que las manecillas se quedan inmviles como la muerte, el tiempo contina pasando. Lo mximo que podemos esperar de un reloj es que seale ese avance. Y como el tiempo impone su propio ritmo, al modo de un latido del corazn o una marca menguante, estos aparatos realmente no marcan el tiempo; simplemente se mantienen al mismo paso, si son eficaces. Algunos entusiastas del reloj sostenan que un buen

32 marcador de tiempo bastara para resolver el problema de la longitud, al posibilitar que los navegantes llevasen a bordo la hora del puerto base tal como se lleva un barril de agua o un costillar de vaca. En 1530, el astrnomo flamenco Gemma Frisius proclam al reloj mecnico contendiente en la lucha por hallar la longitud en el mar. "Hemos visto en nuestros das la aparicin de diversos relojes pequeos, hbilmente construidos, que, por sus modestas dimensiones, no representan ningn problema para quienes viajan", escribi Frisius. Deba de referirse a que no representaban ningn problema de peso ni de precio para los viajeros ricos; desde luego, no marcaban muy bien la hora. "Con su ayuda se puede averiguar la longitud. " No obstante, las dos condiciones que explicaba Frisius -a saber, ajustar el reloj a la hora de partida "con la mayor exactitud" y no dejar que se parase durante la travesa- prcticamente eliminaban toda posibilidad de aplicar el mtodo en aquella poca. Los relojes de principios del siglo XVI no estaban a la altura de la tarea que deban cumplir. No eran precisos ni capaces de funcionar con regularidad ante la agresin de los cambios de temperatura en alta mar. Aun cuando no se sabe con certeza si conoca el proyecto de Gemma Frisius, el ingls William Cunningham reaviv la idea del instrumento medidor de tiempo en 1559, recomendando relojes de bolsillo "como los que se traen de Flandes", que a veces tambin se encontraban en Londres. Pero estos aparatos solan atrasarse o adelantarse hasta quince minutos al da y, por consiguiente, dejaban mucho que desear en cuanto a la precisin necesaria para determinar la posicin. (Multiplicar una diferencia en horas por quince grados slo nos da una posicin aproximada; pero tambin hay que dividir el nmero de minutos y segundos entre cuatro, para convertir las indicaciones de tiempo en minutos y segundos de arco.)

33 Y los relojes no experimentaron avances significativos antes de 1622, cuando el navegante ingls Thomas Blundeville propuso utilizar "un hormetro o reloj de bolsillo" para determinar la longitud en las travesas transocenicas. Sin embargo, las deficiencias del reloj de bolsillo no acabaron con los sueos sobre lo que podra conseguir una vez perfeccionado. En los ltimos aos de su vida, Galileo -que cuando an era un joven estudiante de medicina aplic un pndulo al problema de tomar el pulso, con excelentes resultadosconcibi planes para construir el primer reloj de pndulo. En junio de 1637, segn Vincenzo Viviani, su bigrafo y protegido, el gran cientfico expuso su idea para adaptar el pndulo "a relojes de pared con mecanismo de ruedas con el fin (le ayudar al navegante a determinar la longitud". Las leyendas que rodean la figura de Galileo hablan de una temprana experiencia mstica en una iglesia, lo que habra fomentado sus profundas intuiciones sobre el pndulo como instrumento medidor de tiempo. Hipnotizado por el ir y venir de una lmpara de aceite suspendida del techo de la nave e impulsada por las corrientes de aire, observ al sacristn, que par la cazoleta para encender la mecha. En cuanto lo solt y le dio un empujn, el artefacto empez a balancearse de nuevo, describiendo un arco ms amplio. Cronometrando el movimiento de la lmpara con su propio pulso, Galileo advirti que la longitud de un pndulo determina su ritmo. Galileo siempre tuvo intencin de llevar a la prctica este descubrimiento con un reloj de pndulo, pero no lleg a construirlo. Su hijo, Vincenzo, realiz una maqueta a partir de los dibujos de Galileo, y los padres de la ciudad de Florencia erigieron ms adelante un reloj de torre basado en su trazado. Sin embargo, los honores por terminar el primer

34 reloj de pndulo que funcionase recayeron sobre el heredero intelectual de Galileo, Christiaan Huygens, hacendado e hijo de un diplomtico holands, que dedic su vida a la ciencia. Huygens, que era adems astrnomo de talento, adivin que las "lunas" que haba observado Galileo en Saturno eran en realidad un anillo, por imposible que esto pareciese en aquella poca. Tambin localiz la mayor de ellas, a la que denomin Titn, siendo tambin el primero en distinguir seales en la superficie de Marte. Pero no poda pasarse toda la vida sujeto al telescopio. Tena muchas otras cosas en la cabeza. Se cuenta que incluso reprendi a Cassini, su jefe en el observatorio de Pars, por la dedicacin casi exclusiva del director a la observacin diaria. Conocido sobre todo como el primer gran especialista en horologa, Huygens juraba haber llegado a la idea del reloj de pndulo independientemente de Galileo. Y, de hecho, dio muestras de una comprensin ms profunda de la fsica (le las oscilaciones del pndulo -y del problema de mantenerlas a ritmo constante- cuando construy su primer reloj regulado con este sistema, en 1656. Al cabo de dos aos public un tratado sobre sus principios, titulado Horologium, en el que aseguraba que su reloj era un instrumento idneo para establecer la longitud en el mar. En 1660 haba terminado no uno, sino dos relojes marinos basados en los principios que sostena. Los puso a prueba minuciosamente durante varios anos, confindoselos a capitanes de barco dispuestos a colaborar con l. En el tercero de estos experimentos, realizado en 1664, los relojes de Huygens navegaron hasta las islas de Cabo Verde, en el Atlntico norte, frente a la costa occidental de frica, y siguieron la marcha de la longitud del buque con buenos resultados durante todo el viaje de ida as como en el de vuelta.

35 Autoridad reconocida en el tema ya por entonces, Huygens public otro libro en 1665, Kort Onderwys, serie de instrucciones para el manejo de los relojes marinos. Sin embargo, las siguientes travesas revelaron que las Al maquinarias experimentaban algunas debilidades.

parecer, requeran unas condiciones atmosfricas favorables para funcionar debidamente. El balanceo del barco entre las olas de un temporal trastornaba la oscilacin normal del pndulo. Para salvar este problema, Huygens invent el muelle espiral del volante como sistema alternativo al pndulo para fijar la marcha de un reloj y lo patent en 1675, en Francia. Una vez ms, Huygens se vio presionado para demostrar que era responsable de un nuevo avance en la medicin del tiempo al toparse con un competidor terco e impetuoso en la persona de Robert Hooke. Hooke ya haba obtenido fama en el terreno de la ciencia. Como bilogo, en el estudio de la estructura microscpica de las partes de los insectos, las plumas de las aves y las escamas de los peces, haba empezado a utilizar el trmino clula para describir las minsculas cmaras que distingua en los seres vivos. Era asimismo topgrafo y arquitecto, habiendo colaborado en la reconstruccin de la ciudad de Londres tras el gran incendio de 1666. En tanto que fsico, contribuy al estudio en profundidad del comportamiento de la luz, la teora de la gravedad, la viabilidad de las mquinas de vapor, la causa de los, terremotos y el funcionamiento de los resortes. En este punto, el del dispositivo en espiral del volante de reloj, Hooke mantuvo una disputa con Huygens, a quien acus de haberle robado la idea. El conflicto entre Huygens y Hooke en torno a los derechos a una patente inglesa por el muelle espiral del

36 volante desbarat varias reuniones de la Royal Society y el tema acab por ser suprimido de las actas sin haberse tomado una decisin satisfactoria para ninguno de los cientficos enfrentados. La disputa no termin, a pesar de que ni Hooke ni Huygens llegaron a construir un autentico reloj marino. Los respectivos fracasos de estos dos gigantes de la ciencia parecieron ensombrecer las perspectivas de una solucin al problema de la longitud con relojes. Los astrnomos, que seguan luchando por acumular los datos necesarios para aplicar la tcnica de la distancia lunar, acogieron encantados la oportunidad de renunciar a tal idea: tenan muy claro que la respuesta vendra del cielo, del Universo mecnico, y no de un reloj mecnico normal y corriente.

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5 El polvo de la simpataMedir el Colegio el mundo entero, Empresa sin par en su magnitud: Ser navegar paseo placentero El da que al fin halle la longitud. Cualquier marinero, con facilidad, Su barco a las antpodas llevar. Annimo (h.1660), Balada del Gresham Gollege.

En las postrimeras del siglo XVII, mientras los miembros de las sociedades eruditas discutan los medios para hallar una solucin al problema de la longitud, aparecieron innumerables charlatanes y oportunistas que publicaron opsculos de divulgacin de sus disparatados proyectos para calcular la longitud en el mar. Sin duda, la ms pintoresca de las teoras estrafalarias al respecto, muy numerosas, era la del perro herido, que vio la luz en 1687. Se basaba en un remedio de curandero denominado polvo de la simpata. Este polvo milagroso, descubierto en el sur de Francia por el elegante sir Kenelm Digby, poda supuestamente curar desde lejos. Lo nico que deba hacerse para desencadenar sus poderes mgicos era aplicarlo a un objeto perteneciente al enfermo. Cuando, por ejemplo, se extenda el polvo de la simpata sobre un trozo de la venda que cubra una herida, se aceleraba su cicatrizacin. Por desgracia, la curacin no era indolora, y se rumoreaba que sir Kenelm haca dar autnticos saltos a sus pacientes al aplicar el polvo en el cuchillo con el que se haban cortado o al empapar sus vendajes con una solucin del polvo, siempre con fines curativos. La absurda idea de aplicar el polvo de Digby al problema

38 de la longitud se desprende de lo antedicho de una forma natural para el lector avisado: se tratara de subir a bordo un perro herido cuando el barco zarpase, dejando en tierra a un individuo de confianza que sumergiese diariamente la venda del animal en la solucin de simpata, siempre a medioda. Por supuesto, el perro reaccionara con un gaido, y con ello proporcionara al capitn una indicacin horaria. El chillido del perro significara: "El Sol est sobre el meridiano de Londres." Entonces, el capitn podra comparar esa hora con la hora local a bordo y calcular la longitud. Desde luego, haba que confiar en que el polvo realmente retuviese su poder como para ser percibido a muchas leguas mar adentro, y adems -algo muy importante-, que no curase la herid a reveladora durante varios meses. (Algunos historiadores opinan que seguramente habra que infligir heridas al perro ms de una vez en el transcurso de una larga travesa.) Teora cientfica o simple stira, lo cierto es que su autor asegura que "someter a un perro al sufrimiento de tener constantemente una herida abierta en el cuerpo" no es ms macabro ni ms mercenario que esperar que un marino se saque un ojo en aras de la navegacin "Antes de que se inventara el cuarto de cuadrante no haba un viejo marinero entre veinte hombres que no se hubiese quedado tuerto de mirar fijamente el Sol da tras da para hallar el rumbo", dice en el opsculo. Y es verdad. Cuando el navegante y explorador ingls John Davis dio a conocer el cuarto de cuadrante, en 1595, los marinos lo consideraron de inmediato una gran mejora respecto a la antigua ballestilla, o bculo de Jacob. Con las primitivas varillas de observacin haba que medir la altitud del Sol por encima del horizonte mirando el resplandor de frente, con la escasa proteccin que brindaban a los ojos los trocitos de cristal oscurecido de

39 los orificios de mira que llevaba el instrumento. Unos cuantos aos desempeando esta tarea en tales condiciones eran suficientes para que una persona se quedara ciega, pero haba que hacer las observaciones. Y despus de que tantos navegantes hubieran perdido al menos la mitad de la visin por averiguar la latitud, quin iba a asustarse de que se infligieran heridas a unos cuantos perros por causa de la longitud? Exista una solucin mucho ms humana, la de la brjula magntica, que, inventada en el siglo XII, haba pasado a formar parte del equipamiento normal de todos los barcos de la poca. Montada sobre balancines de modo que se mantena en una sola posicin cualquiera fuera la que adoptara el buque, protegida en el interior de una bitcora, un pedestal que le serva de apoyo y de resguardo ante los elementos, la brjula ayudaba a los navegantes a encontrar el rumbo cuando un cielo encapotado cubra el Sol durante el da o la Estrella Polar por la noche. Pero muchos marinos crean que la combinacin de un cielo nocturno despejado y una buena brjula poda asimismo indicar la longitud de un barco, ya que si era posible leer la brjula y ver las estrellas, se averiguaba el dato correspondiente dividiendo la distancia entre los dos polos septentrionales, el magntico y el geogrfico. La aguja de la brjula seala el polo norte magntico. Sin embargo, la Estrella Polar permanece inmvil sobre el polo geogrfico, o cerca de l. Cuando un barco navega hacia el este o el oeste a lo largo de un paralelo dado del hemisferio septentrional, el marino ve cmo cambia la distancia entre el polo magntico y el geogrfico: en ciertos meridianos del centro del Atlntico, la distancia intermedia parece grande, mientras que desde determinadas posiciones ventajosas del Pacfico da la impresin de que los dos polos se superponen. (Para comprender este fenmeno,

40 pngase un clavo -especia- en una naranja, a unos dos centmetros y medio del centro, y despus hgase girar el fruto lentamente a la altura de los ojos.) Podra trazarse un mapa -y as se confeccionaron muchos- vinculando la longitud con la distancia observable entre el norte magntico y el geogrfico. Este mtodo, denominado de variacin magntica, presentaba clara ventaja sobre todos los enfoques astronmicos: no dependa de saber la hora en dos sitios a la vez ni cundo tendra lugar un acontecimiento previsto. No habla que establecer diferencias horarias ni sustraer unas de otras, ni multiplicarlas por determinado nmero de grados. Bastaba con las posiciones relativas del polo magntico y de la Estrella Polar para obtener una indicacin de longitud este u oeste en grados. Aparentemente, este mtodo haca realidad el sueo de trazar lneas de longitud legibles sobre la superficie del globo, pero era incompleto e inexacto. Raramente se encontraba una brjula cuya aguja sealase el norte con precisin en todo momento; la mayora presentaba cierto grado de variacin, e incluso esta variacin experimentaba a su vez variaciones entre una travesa y otra, por lo que era difcil obtener mediciones precisas. Y haba las del otro problema: los resultados por las cuya fuerza experimentaban irregularidades alteraciones magnetismo causadas

terrestre,

aumentaba o disminua con el tiempo en las diferentes zonas del mar, como tuvo ocasin de comprobar Edmond Halley en el transcurso de un viaje de observacin que dur dos aos. En 1699, Samuel Fyler, prroco de la localidad inglesa de Stockton, Wiltshire, de setenta aos de edad, propuso un sistema para trazar meridianos de longitud en el cielo nocturno. Pensaba que l -o alguien ms versado en

41 astronomapoda identificar hileras discontinuas de

estrellas que se elevaban desde el horizonte hasta el pex. Tena que haber veinticuatro meridianos sembrados de estrellas, es decir tino por cada hora del da. Despus, supona Fyler, resultara sencillo confeccionar un mapa y un horario que indicase cundo sera visible cada lnea por encima de las islas Canarias, donde convencionalmente se situaba el meridiano principal hacia aquella poca. El navegante poda observar la hilera de estrellas por encima de su cabeza a la medianoche local. Si, pongamos por caso, era la cuarta, y las tablas indicaban que la primera deba encontrarse sobre las Canarias justo en aquel momento, dando por supuesto que conoca la hora, la longitud sera de tres horas -o cuarenta y cinco grados al oeste de dichas islas. Sin embargo, incluso en una noche despejada el sistema de Fyler requera ms datos astronmicos de los que haba en todos los observatorios del mundo, y el razonamiento segua teniendo un carcter tan circular como el de la esfera celeste. El desastroso naufragio mltiple del almirante Shovell en las islas Sorlingas poco despus de iniciado el siglo XVIII intensific la presin para que se diera respuesta al interrogante de la longitud. Dos participantes en la contienda que sigui a este accidente fueron William Whiston y Humphrey Ditton, matemticos y amigos que solan enzarzarse en discusiones sobre infinidad de temas cuando compartan su tiempo. Whiston ya haba sustituido a su mentor, lsaac Newton, en la ctedra lucasiana de matemticas de Cambridge, puesto que habra de perder a causa de la heterodoxia de sus opiniones religiosas, incluida la explicacin natural que daba del diluvio universal. Ditton ejerca el cargo de director en la escuela de matemticas de Christ's Hospital, en Londres.

42 Durante una larga tarde de placentera conversacin, ambos dieron con un mtodo para resolver el problema de la longitud. El curso de sus pensamientos quedara reflejado ms adelante en letra impresa, y segn este testimonio, Ditton lleg a la conclusin de que los sonidos podran servir de seal a los navegantes. Los estampidos de un can u otro ruido muy fuerte, producido intencionadamente a ciertas horas y desde puntos de referencia conocidos, llenaran el ocano de mojones audibles. Asintiendo entusiasmado, Whiston record que el estrpito de los grandes caones disparados en el conflicto con la flota francesa frente a Beachy Head, en Sussex, haba llegado hasta sus odos cuando se encontraba en Cambridge, a ms de ciento treinta kilmetros de distancia. Y tambin saba, de buena tinta, que las explosiones de artillera de las guerras de los Pases Bajos se haban percibido "en el centro mismo de Inglaterra, a una distancia mucho mayor". Por consiguiente, si se situasen suficientes buques de seales en puntos estratgicos de un mar a otro, podra calcularse la distancia desde estos caoneros estacionarlos cotejando la hora conocida de la seal esperada con la hora en que se oyese dicha seal a bordo del buque. Con tal procedimiento, y siempre y cuando se incluyese el factor de la velocidad a que se propaga el sonido, se establecera la longitud. Por desgracia, cuando estos matemticos ofrecieron su idea a los navegantes, se les respondi que en el mar los sonidos no se distinguiran con la suficiente claridad como para establecer una posicin exacta con plena seguridad. Podran haber abandonado el plan en aquel mismo momento de no ser porque a Whiston se le ocurri combinar

43 sonido y luz. Si se cargaban los buques de seales con proyectiles de can que al ser disparados alcanzaran una altura de ms de un kilmetro y medio y estallaran en el aire, los marinos podran medir el tiempo transcurrido entre el momento en que vean la explosin y aquel en que oyesen el estallido, del mismo modo que se puede calcular la distancia de las tormentas con aparato elctrico contando los segundos transcurridos entre un relmpago y un trueno. Naturalmente, a Whiston le preocupaba que las luces brillantes vacilasen en el momento de enviar una seal horaria en el mar. Por eso apreci tanto la exhibicin de fuegos artificiales con que se conmemor el Da de Accin de Gracias por la Paz, el 7 de julio de 1713. Se convenci entonces de que una bomba bien sincronizada que hiciera explosin en el aire a unos 1.965 metros de altura, a su juicio el lmite de la tecnologa de la poca, podra verse a una distancia de unos 160 kilmetros. Confirmada su teora, escribi un artculo en colaboracin con Ditton que apareci a la semana siguiente en The Guardian, en el que expona los pasos necesarios para ello. En primer lugar, habra que disponer de un nuevo tipo de buques, que fondearan a intervalos de seiscientas millas. Whiston y Ditton no vean dificultades en este sentido porque se equivocaban en cuanto a la longitud que deban tener las cadenas de las anclas. Calculaban que el punto ms profundo del Atlntico norte se encontraba a 300 brazas, cuando en realidad la profundidad media se aproxima a las 2.000 brazas y el lecho marino puede estar en ciertos tramos a ms de 3.450. Segn afirmaban los autores del artculo, all donde las aguas tuvieran tanta profundidad que no fuera posible inmovilizar los buques con anclas, se lanzaran pesos por entre las corrientes hasta regiones ms tranquilas. De todos

44 modos, estaban convencidos de que podan resolverse estas minucias por el sistema de tanteo. Haba un asunto ms sustancioso: determinar la posicin de cada navo. Las seales horarias deberan emitirse en lugares de latitud y longitud conocidas. Para esta operacin podrn emplearse los eclipses de las lunas de Jpiter, o incluso los eclipses solares o lunares, ya que no haca falta realizar tales delimitaciones con demasiada frecuencia. Adems, el mtodo de la distancia lunar tambin servira para localizar tales buques, ahorrando a otros que pasaran cerca las complicadas observaciones y los tediosos clculos astronmicos. Lo nico que tendra que hacer el navegante sera ver la seal luminosa a la medianoche local, or el bramido del ca y seguir navegando, confiado en la posicin del buque entre puntos fijos del mar. Si se interponan nubes que os- el fogonazo, bastara con el ruido. Y, adems, al cabo de poco tiempo recibira otro punto de posicin desde otro barco. Whiston y Ditton esperaban que los buques no fueran sometidos a actos de piratera o a ataques de estados en guerra. De hecho, todas las naciones con relaciones comerciales deberan brindarles proteccin legal. "Y habra que considerar grave delito con todos y cada uno de ellos que cualquier otro buque les infligiera daos o tratase de imitar sus explosiones, con nimo de diversin y engao Los crticos se apresuraron a objetar que, incluso si se lograse superar tantos obstculos tan evidentes, entre los cuales destacaba el gasto que supondra semejante empresa, aun seguira interponindose una infinidad de problemas. Habra que desembolsar muchos miles de libras para tripular los buques, y los hombres se encontraran en una situacin peor que la de los vigilantes de faros: solitarios, a merced de los elementos, con el posible riesgo de inanicin y obligados a

45 mantenerse sobrios. El 10 de diciembre de 1713 se public el proyecto de Whiston y Ditton por segunda vez, en The Englishman. En 1 -714 apareci en forma de libro, bajo el ttulo A New Metbod for Discovering the Longitude both at Sea and Land Nuevo mtodo para averiguar la longitud en tierra y mar). A pesar de las insuperables deficiencias de su sistema, Whiston y Ditton aceleraron la resolucin de la crisis que haba desencadenado la longitud. A fuerza de obstinacin, decisin y deseo de reconocimiento pblico, lograron conjuntarlos intereses navieros de Londres. En la primavera de 1714 redactaron una peticin que firmaron "los capitanes de los navos de Su Majestad, los comerciantes de Londres y los capitanes de buques mercantes". En este documento, autntico desafo al Parlamento, se exiga que el gobierno prestara atencin al problema de la longitud -y que anticipara el da en que la longitud dejara de ser problemay ofreciera una cuantiosa recompensa a quien lograse establecerla en el mar con un mtodo preciso y viable. Comerciantes y navegantes solicitaron que una comisin examinara la situacin en aquellos momentos. Pidieron que se reunieran fondos para financiar la investigacin y el desarrollo de las ideas ms prometedoras, y que se concediera una autntica fortuna a quien hallara la verdadera solucin.

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6 El premioLa fina camisola Que de la muchacha llevaba, De longitud escasa no obstante, Era la mejor, y de ello se jactaba. ROBERT BURNS, Tam oShanter.

La peticin de comerciantes y marinos que presionaba al gobierno a tomar cartas en el asunto de la longitud lleg al palacio de Westminster en mayo de 1714. En junio se form una comisin parlamentaria para responder al desafo. Con la orden de actuar rpidamente, los miembros de la comisin solicitaron un informe pericial a sir lsaac Newton, por entonces un respetable anciano de setenta y dos aos, y a su amigo Edmond Halley. Halley haba estado unos aos antes en la isla de Santa Elena con el propsito de trazar un mapa sideral del hemisferio austral, territorio prcticamente virgen en el paisaje nocturno. Gracias al catlogo que haba a publicado, con ms de trescientas estrellas australes, Halley era miembro de la Royal Society. Adems, como haba viajado por todas partes para medir la variacin magntica, posea amplios conocimientos sobre la longitud y estaba personalmente interesado en la investigacin. Newton prepar por escrito una serie de comentarios para los miembros de la comisin, y adems de leerlos en voz alta, contest a las preguntas que le formularon a pesar de "la fatiga mental" que sufra aquel da. Resumi los medios por entonces existentes para determinar la longitud diciendo que todos eran correctos en teora, pero "de difcil ejecucin". Naturalmente, se trata de un claro eufemismo. A continuacin reproducimos la descripcin que hace Newton

47 del proyecto del reloj: "Uno [de los mtodos] consiste en un reloj que marque la hora con exactitud. Pero a causa de los movimientos del navo, la variacin entre calor y fro, o entre humedad y sequedad, as como la diferencia de gravedad en las distintas latitudes, an no se ha construido semejante aparato." Y con estas palabras daba a entender que no haba muchas probabilidades de que llegara a construirse. Quiz mencionase en primer trmino el reloj para introducir en el tema y adentrarse despus en el terreno de las soluciones astronmicas, ms prometedor pero tambin problemtico. Habl sobre los eclipses de los satlites de Jpiter, sistema que daba resultado en tierra firme pero que dejaba en la estacada a los navegantes. Aadi que otros mtodos astronmicos se cimentaban en la desaparicin prevista de astros conocidos tras nuestra Luna, o en las observaciones a intervalos regulares de los eclipses solares y lunares. Tambin mencion el grandioso proyecto de la "distancia lunar" para averiguar la longitud mediante la medicin de la distancia entre la Luna y el Sol por el da y entre la Luna y las estrellas por la noche. (Mientras Newton hablaba ante la comisin, Flamsteed se devanaba los sesos en el Real Observatorio tratando de establecer la posicin de las estrellas, fundamento de este mtodo que se anunciaba a bombo y platillo.) La comisin de la longitud incluy el testimonio de Newton en su informe oficial. El documento no apoyaba ningn mtodo en detrimento de otro; ni siquiera daba prioridad al genio britnico frente al extranjero. Simplemente instaba al Parlamento a que admitiese las soluciones potenciales que aportase cualquier rama de la ciencia o del arte, propuestas por individuos o grupos de cualquier nacionalidad, y a que recompensara generosamente al triunfador o triunfadores.

48 El Decreto de la Longitud, promulgado bajo el mandato de la reina Ana el 8 de julio de 1714, recoga todo lo anterior. Con respecto a la remuneracin en metlico, se establecan un primero, segundo y tercer premios, de la siguiente manera: 20.000 libras esterlinas (equivalentes a varios millones de dlares en la actualidad) para un mtodo que determinara la longitud con un error no superior a medio grado de un crculo mximo. 15.000 libras esterlinas para un mtodo con un error no superior a dos tercios de grado. 10.000 libras esterlinas para un mtodo con un error no superior a un grado. Dado que un grado de longitud abarca sesenta millas nuticas (equivalentes a sesenta y ocho millas terrestres o tinos ciento siete kilmetros) sobre la superficie del planeta a la altura del ecuador, incluso una fraccin de grado se traduce en una distancia considerable y, en consecuencia, en un gran margen de error cuando se trata de determinar la posicin de un barco en relacin con su lugar de destino. E1 hecho de que el gobierno estuviese dispuesto a conceder tan enormes sumas por unos mtodos "viables y tiles" con los que se poda cometer una equivocacin de muchos kilmetros expresa con elocuencia la desesperacin del pas por el penoso estado de la navegacin. El Decreto de la Longitud nombr un jurado de especialistas que habra de conocerse con el nombre de Consejo de la Longitud. de Este jurado, compuesto y por cientficos, oficiales marina funcionarios

gubernamentales, tena competencia absoluta sobre la concesin de los premios. El director del Real Observatorio participaba en calidad de miembro de oficio, al igual que el presidente de la Royal Society, el ministro de Marina, el

49 presidente de la Cmara de los Comunes, el delegado del Ejrcito y los profesores que ocupaban las diversas ctedras de matemticas en las universidades de Oxford y Cambridge. (Newton, que haba seguido sus estudios en Cambridge, ocup la ctedra lucasiana durante treinta aos, y en 1714 la presidencia de la Royal Society.) Segn el Decreto de la Longitud, el Consejo poda otorgar premios a modo de incentivo para ayudar a que fructificasen las ideas ms prometedoras de los inventores sin recursos econmicos. Este poder sobre los medios de financiacin quiz hiciera del Consejo de la Longitud el primer organismo oficial de investigacin y desarrollo del mundo. (Aunque nadie hubiera podido preverlo al principio, la existencia del Consejo habra de prolongarse durante ms de un siglo. Cuando se disolvi, en 1828, haba desembolsado ms de 100.000 libras esterlinas.) Con el fin de que los miembros del Consejo de la Longitud juzgasen la precisin real de los mtodos propuestos, haba que poner a prueba las tcnicas a bordo de uno de los buques de Su Majestad, que navegase "por el ocano, desde Gran Bretaa hasta el puerto de las Indias Occidentales que eligiesen los miembros del Consejo... sin que el desvo de la longitud sobrepase los lmites anteriormente mencionados". Se presentaron ingentes cantidades de presuntas soluciones al problema de la longitud incluso antes de que el decreto entrase en vigor. Estos proyectos, cuyo valor potencial se haba incrementado infinitamente, comenzaron a proliferar a partir de 1714. Con el tiempo, el Consejo se vio literalmente acosado tanto por intrigantes como por personas bienintencionadas que se haban enterado de la existencia del premio y queran obtenerlo. A algunos de los esperanzados contrincantes de esta competicin les ofuscaba la codicia hasta tal extremo que ni siquiera

50 reflexionaban sobre sus condiciones. Por ello, el Consejo recibi ideas para la mejora de los timones, para depurar agua potable en alta mar y para perfeccionar unas velas especiales ante temporales. En el transcurso de su larga historia, el Consejo soport un autntico aluvin de proyectos sobre mquinas de movimiento perpetuo y mtodos para lograr la cuadratura del crculo o comprender el valor de . A raz de la promulgacin del Decreto de la Longitud, el concepto "descubrir la longitud" lleg a ser sinnimo de intentar lo imposible. El tema sala a colacin con tanta frecuencia en las conversaciones cotidianas -y era objeto de tanta broma- que arraig en la literatura de la poca. En Los viajes de Gulliver, por ejemplo, cuando le piden al mdico de a bordo Lemuel Gulliver que se imagine a si mismo como si fuera un strudbrug inmortal, experimenta de antemano el jbilo de presenciar el regreso de diversos cometas, la reduccin de anchos ros a arroyos de escasa profundidad y "el descubrimiento de la longitud, el movimiento perpetuo, la Panacea universal y otros grandes inventos llevados a la mxima perfeccin". Uno de los aspectos del deporte en que se haba convertido abordar el problema de la longitud consista en ridiculizar a los dems contrincantes. Un propagandista que firmaba con las iniciales " R. B. " deca a propsito de Whiston, que defenda el mtodo de los caonazos: "Si le queda algo parecido a un cerebro, debe de tenerlo lleno de agujeros. Sin duda, una de las expresiones ms sucintas y agudas de rechazo y desprecio hacia otros competidores se debe a la pluma de Jeremy Thacker, de Beverly, Inglaterra. Al tener noticia de las disparatadas tentativas para averiguar la longitud mediante estampidos de can, agujas de brjula

51 calentadas con fuego, los movimientos de la Luna, la altitud del Sol y sabe Dios cuntas cosas ms, Thacker ide un reloj que iba instalado en una cmara de vaco parcial y proclam que el suyo era el mejor de todos los mtodos: "En pocas palabras, me complace que mis lectores empiecen a pensar que los fonmetros, pirmetros, selenmetros, helimetros y dems metros no merecen compararse con mi cronmetro. Al parecer, Thacker fue, entonces, el primero en acunar el trmino cronmetro, y de modo ingenioso. Lo que dijo en 1714, tal vez en broma, ms adelante fue aceptado como el nombre ms adecuado para el reloj marino (hoy da seguimos llamando cronmetro a ese aparato). Sin embargo, el cronmetro de Thacker no era tan bueno como su denominacin 1 nacin. Hemos de decir en su favor que presentaba dos importantes y novedosos avances. Uno consista en la cubierta de cristal: la cmara de vaco que protega el cronmetro de los molestos cambios de la presin atmosfrica y la humedad dad. El otro, en una serie de varillas en espiral inteligentemente unidas, configuradas de tal modo que mantenan la maquinaria en marcha mientras se le daba cuerda. Hasta que Thacker consigui aportar esta "potencia de mantenimiento", los relojes de bolsillo con mecanismo de resorte se -)araban y dejaban de marcar la hora mientras se les daba cuerda. Thacker tambin tom la precaucin de montar el aparato sobre balancines, al modo de la brjula de un barco, para evitarle vibraciones y golpes en el puente de un buque azotado por un temporal. Lo que no poda hacer el reloj de bolsillo de Thacker era adaptarse a los cambios de temperatura. Aun cuando la cmara de vaco proporcionaba cierto aislamiento frente a los efectos del calor y del fro, no era perfecta, y Thacker lo

52 saba. La temperatura ambiental ejerca poderosa influencia en la marcha de cualquier reloj. Las barras de metal de los pndulos se dilataban con el calor, o se contraan al enfriarse, marcando los segundos a ritmos distintos en funcin de la temperatura. Por su parte, los muelles del volante se ablandaban y, debilitaban al calentarse, pero se ponan rgidos y duros al enfriarse. Thacker reflexion en profundidad sobre este problema cuando puso a prueba su cronmetro. De hecho, el proyecto que someti a examen del Consejo de la Longitud contena detalladas anotaciones sobre la marcha del instrumento en diversas condiciones de temperatura, as como una escala gradual que mostraba el margen de error previsible a diversas temperaturas. Con este cronmetro, un navegante slo tena que cotejar la hora registrada en la esfera del reloj con la altura del mercurio que ascenda por el tubo del termmetro, para luego efectuar los clculos pertinentes. Y en este punto el sistema se vena abajo: alguien debera vigilar constantemente el cronmetro, observar todos los cambios de la temperatura ambiental y computarlos en la indicacin de la longitud. Adems, Thacker reconoca que incluso en circunstancias ideales el cronmetro de su creacin cometa de vez en cuando un error de hasta seis segundos al da. Seis segundos parecen poco importantes en comparacin con los quince minutos de diferencia que normalmente se observaban en los relojes anteriores. Entonces, por qu rasgarse las vestiduras? Por las consecuencias -y el dinero- que suponan. Para demostrar que mereca el premio de 20.000 libras, un reloj tena que ser capaz de establecer la longitud con un error mximo de medio grado. Esto significaba que no poda atrasarse ni adelantarse ms de tres segundos en

53 veinticuatro horas. La aritmtica lo explica: medio grado de longitud equivale a dos minutos de tiempo, el mximo error permitido en el transcurso de una travesa de seis semanas desde Inglaterra hasta el Caribe. Un error de slo tres segundos al da, multiplicado por cuarenta das en el mar, asciende a dos minutos al final del viaje. El opsculo de Thacker, el mejor de cuantos examinaron los miembros del Consejo de la Longitud durante su primer ao de existencia, no foment grandes esperanzas en nadie. Quedaba mucho por hacer y en realidad se haba conseguido muy poco. Newton empez a impacientarse. Vea con claridad que la nica esperanza para el problema de la longitud se encontraba en los astros. El mtodo de la distancia lunar que se haba propuesto en repetidas ocasiones durante los siglos