libro adios al intestino irritable

Reporte Adiós Intestino Irritable

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Estimado amigo...

Me llamo Jack Palmer y recientemente

publiqué el libro electrónico "Adiós

Intestino Irritable™".

Si bien conocía el hecho de que iba a

ser un tema muy demandado porque

llevo años investigando en ello, excedió

mi imaginación la aceptación que viene

teniendo este libro electrónico.

El interés demostrado por "Adiós Intestino Irritable™" no hace más que

corroborar la innumerable cantidad de personas que sufren uno de los trastornos

orgánicos más extendidos en nuestra época moderna: el síndrome del intestino

irritable (SII o IBS, su sigla en inglés).

Un síndrome al que también se lo conoce como neurosis intestinal, colitis

funcional o síndrome de colon irritable. Por mi parte prefiero emplear la

denominación síndrome del intestino irritable porque es la más abarcadora y

precisa de todas.

El intestino se extiende desde el estómago hasta el ano, incluyendo el intestino

delgado (el duodeno, el yeyuno y el íleon) y el intestino grueso (compuesto por el

ciego, el colon y el recto).

Hecha la aclaración vayamos a los síntomas con los que suele cursar el síndrome

del intestino irritable, que no son pocos.




Algunos de los siguientes trastornos pueden sufrirse,

con una mayor o menor intensidad:

La hinchazón o distensión abdominal, localizada en su parte baja.

Las flatulencias.

Los eructos repetidos.

La acidez estomacal.

Los calambres y los espasmos.

Los dolores estomacales.

La diarrea y/o el estreñimiento.

La evacuación incompleta.

Heces con moco.

Sensación al comer de rápida saciedad.

Dolor de cabeza.

Malestar y abatimiento general.

Estas manifestaciones no pasan desapercibidas para quienes padecen este

trastorno, que por cierto logran poner a cualquiera de pésimo humor.

Y no es para menos, ¿quién no se pondría molesto al padecer en forma frecuente

de dolencias semejantes?

Peor aún es cuando se empiezan a sufrir las consecuencias porque se han tomado

drogas para aliviar el malestar. Si el síndrome del intestino irritable se repite con

frecuencia, no es extraño que muchas personas busquen alivio con el uso




reiterado de medicamentos, que por desgracia, seguramente muy pronto

provocaran otros disturbios, tales como:

La ansiedad.

El desgano.

La depresión.

El insomnio.

La falta de libido o deseo sexual.

Las frecuentes jaquecas.

Las hemorroides.

Con "Adiós Intestino Irritable™" me siento dichoso de poder brindar mis

conocimientos para poder ayudar a otros, de manera natural y eficaz.

De hecho, puedo sentirme orgulloso de poder ser útil a mis lectores. Aunque

también debo confesar que en primer lugar he sido útil a mí mismo.

¿Por qué siento que el libro electrónico "Adiós Intestino Irritable™" me provoca

una satisfacción muy especial?

Ni más ni menos que porque "Adiós Intestino Irritable™" ha venido a coronar el

fruto de mis profundas investigaciones sobre el tema. Y me voy a tomar el

atrevimiento de llevar esta alocución al plano personal, para que se entienda mi

denodado esfuerzo por encontrar un alivio e incluso una cura para este

problema.

En mi rol de nutricionista y especialista en terapias alternativas puedo decir que

el síndrome del intestino irritable está entre los temas de mi incumbencia.




Pero, como ya lo expresé en otras

oportunidades, el síndrome del intestino

irritable ha sido un problema que desde chico

me ha tocado muy de cerca.

Mi madre sufrió este trastorno funcional

gastro-intestinal durante largos años y fui

testigo de su desazón.

Por mucho que quisiera compartir mis juegos y acompañarme en mi educación,

con frecuencia no podía evitar mostrarse desganada e irritada por el problema

que la aquejaba.

Puedo asegurar que mi madre fue la que dio el puntapié inicial para

experimentar soluciones que la llevasen a poder dominar este síndrome.

Ni bien maduré y me interesé por la alimentación y sus consecuencias en la salud

de las personas, no pude menos que indagar y discurrir tanto en conocimientos

teóricos como en las propias experiencias de quienes han soportado por años el

síndrome del intestino irritable.

Me interesó abordar los trastornos del síndrome del intestino irritable

considerando a la persona como un todo integrado, aunque sin descuidar ninguna

de sus partes: el cuerpo, la mente y el alma.

Por ello, decidí volcar el fruto de mis investigaciones en un libro que pudiera

prestar un servicio a mis semejantes. Reuní muchísima información proveniente

de distintas partes del mundo, la contrasté con la experiencia y la compaginé de

manera clara y amena, como para que el mensaje pudiera llegar sin

inconvenientes a cada uno de mis lectores.




Si bien es una publicación masiva, estoy en condiciones de afirmar que se dirige

a cada persona en particular. Paso a paso he gestado un libro electrónico que

resulta de indiscutible provecho, fácil de entender y de llevar a la práctica desde

el principio hasta el punto final. Si quiere conocerlo ahora mismo, puede ingresar

en este enlace:

>>>http://adiosintestinoirritable.org/<<<

La verdad es que por más que el tema me interesó por causas particulares, no

hubiese sido entusiasta de darlo a conocer si no hubiese notado, a través de

reiteradas consultas, de que era necesario para una innumerable cantidad de

personas.

Lamentablemente, el síndrome del intestino irritable aqueja a buena parte de la

población. No discrimina etnia, sexo, edad, condición social. Y contrariamente a

lo que podría pensarse, el síndrome del intestino irritable no es una afección que

haya ido disminuyendo en los tiempos que corren.

El síndrome del intestino irritable se ha hecho cada vez más frecuente. Tanto la

alimentación deficiente que puede llegar a provocar gastroenteritis como el

estrés (tensión física y/o emocional), saltan a la vista como las causas más

generalizadas.

Con mucha indignación debo decir que algo tan simple y natural como la

alimentación se ha ido menoscabando a través del tiempo, casi inversamente

proporcional al confort que supone que debería traer aparejado la vida moderna.

El ser humano forma parte de lo que se conoce como cadena trófica, formada

por varios eslabones donde están presentes todos los seres vivientes.





La nutrición de todos los seres vivientes

resulta un acto natural, armónico al entorno

en que se vive. Pero, ¿qué ha sucedido a lo

largo de la historia?

Lo que ha pasado es que el proceso de

alimentación del ser humano, ese eslabón

importantísimo de la cadena trófica, ha ido

modificando sus costumbres.

Se podría pensar que debido a los avances científicos y tecnológicos el ser

humano ha visto favorecida su posibilidad de nutrirse más y mejor.

Sin embargo, no se puede ser categórico para afirmar que hoy día nos nutrimos

más y mejor que en el pasado. Precisamente, el síndrome del intestino irritable

es una prueba de que algo está fallando en la manera en que nos nutrimos. ¡Está

fallando nada menos que la nutrición de nuestro cuerpo, algo tan necesario para

la vida como el aire que respiramos o como el agua que bebemos!

Alguien puede estar dispuesto a discutir lo que estoy diciendo. Por lógica, se

supone que al tener más medios a nuestro alcance nos podemos alimentar mejor.

Se sabe, en algunos lugares hay más facilidades para alimentarse que en otros,

donde la vida es más esforzada por carencias de toda índole. Por ir a un ejemplo,

alguien que no tiene una vivienda confortable y con servicios sanitarios

adecuados, difícilmente podrá nutrir su organismo como corresponde. La

vivienda junto con la alimentación, forman parte de dos de los aspectos más

importantes para medir la calidad de vida. No en vano la Organización Mundial

de la Salud considera a la nutrición como un derecho básico e inalienable de las

personas.




Tomamos en cuenta a la alimentación porque nos debe preocupar en primer

lugar si es que padecemos del síndrome de intestino irritable. Hay muchos

alimentos disponibles, aunque debemos reconocer que no siempre están

disponibles para todos.

Aquí quiero referirme a dos aspectos que conlleva la alimentación, ambos

importantísimos para tener en cuenta:

Uno. El desconocimiento que demuestran las personas con respecto a la

importancia para el organismo de los diferentes nutrientes.

Dos. Los malos hábitos alimentarios de muchas personas.

Y dentro de los hábitos alimentarios poco saludables hay que mencionar:

La elección de productos que son inadecuados.

El exceso en cuanto al consumo de dichos productos inadecuados.

Tanto una mala alimentación como una alimentación deficitaria en determinados

nutrientes o excesiva en malos alimentos, atentan contra la calidad de vida de

cualquier persona. Y que conste que esto muchas veces no tiene que ver con ser

ricos o con ser pobres.

Hay países ricos y desarrollados que sufren los efectos de una alimentación

defectuosa. Lo digo en clara alusión a la poderosa nación norteamericana, cuya

población exhibe muestras de los estragos de su alimentación excesiva, a la vez

de optar por alimentos inadecuados por su alta composición de grasas malas y

aditivos.




No es recomendable comer mucho, beber mucho,

fumar en forma compulsiva, así como tampoco es

recomendable dejar de lado la alimentación natural

en aras de la comodidad o invocando la falta de

tiempo.

Claro, es más rápido y sencillo abrir una lata de

ensalada jardinera que lavar, pelar, cocinar y escurrir

las verduras necesarias para prepararla. Pero de

ninguna manera es comparable una cosa con la otra.

Intentaré ser más específico, para que se comprenda mejor. Tengo varias

preguntas para hacerme en voz alta, cuyas respuestas son elocuentes de la

problemática. Son preguntas cuyas respuestas están en este texto, para

reflexionar y sacar las propias conclusiones.

¿A qué me refiero cuando hablo de productos inadecuados para el organismo?

¿Acaso hay productos que se consideran alimenticios pero resultan inadecuados

para el organismo? ¿No es contradictorio que un producto considerado alimenticio

resulte nocivo para el organismo? ¿Cómo se resuelve la disyuntiva: producto

inadecuado versus producto adecuado?

Como productos inadecuados para el organismo estoy señalando a muchos de los

productos que la industria química de la mano de la industria alimenticia ponen

en nuestra mesa.

Ya se trate de los cereales y sus derivados, de los lácteos y sus derivados, de las

carnes de diferentes tipos, de las harinas diversas, de las bebidas gaseosas y los

jugos envasados, priman las sustancias artificiales muy por encima de las

cualidades naturales que tienen los productos originarios.




Las sustancias artificiales que se le incorporan a los productos industrializados

pueden ir desde la gran cantidad de conservantes para aumentar su duración y

así evitar que se ponga putrefacto, hasta otras sustancias que ayudan a

embellecer el producto y de esa manera colaboran con hacerlo más atractivo,

tanto a la vista como al olfato y al gusto.

Si observamos la “letra chica” de cualquier etiqueta de información nutricional

de un producto industrializado, veremos todo lo que se le anexa en forma

artificial, dependiendo aquello que se quiera resaltar: saborizantes,

edulcorantes, colorantes, espesantes, acidulantes, etcétera, etcétera, etcétera.

A la par del aporte de las grasas trans, las grasas saturadas ricas en colesterol y

otras tantas calorías innecesarias, que no aportan nutrientes esenciales al

organismo.

Ninguna de estas sustancias artificiales se digiere como las sustancias naturales,

sino que requiere de un mayor esfuerzo de los intestinos y de los riñones para

llevar adelante su procesamiento y eliminación.

A pesar de comprobarse las causas desfavorable de muchas de estas sustancias

artificiales, la industria alimenticia no ha podido reducirlas o, mejor aún, no ha

podido eliminarlas de los productos alimenticios.

¿Por qué es que la industria alimenticia no ha podido actuar en consecuencia,

como para prevenir unos cuantos trastornos orgánicos?

Fundamentalmente porque la industria alimenticia actúa de acuerdo a sus

propios intereses. Por cierto, significaría una reducción a sus suculentas

ganancias el hecho de que no se les alargara la vida útil a los productos.




Por poner un ejemplo contundente, como podrá

observarse los productos industrializados poseen altas

concentraciones de sodio para su conservación.

Si nos atenemos a las recomendaciones nutricionales,

bastaría media cucharadita de sal en la dieta diaria.

Por el contrario, muchas veces tenemos en cuenta la sal que incorporamos desde

el salero y no la sal que viene oculta en los alimentos industrializados. Y las

consecuencias del excesivo consumo de sodio por el consumo de alimentos

industrializados pueden hacerse sentir en el funcionamiento del intestino, así

como contribuir a aumentar la probabilidad de sufrir algunas enfermedades como

la hipertensión, la diabetes u otras afecciones metabólicas, los problemas

coronarios o degenerativos, los cálculos biliares.

Quiero aclarar que cuando hablo de alimentarnos no me estoy refiriendo a comer

para saciar el apetito, poniendo en nuestra boca cualquier producto que pueda

ser de satisfacción inmediata aunque no duradera.

Si comemos lo que se conoce como comida “chatarra”, lo que menos hacemos es

incorporar al organismo los nutrientes necesarios. Si comemos comida

“chatarra”, comemos para matar el hambre y nada más que para matar el

hambre.

Ni siquiera las bebidas que suelen acompañar a la comida chatarra suelen ser las

indicadas para calmar la sed. Podríamos decir que las gaseosas y los jugos

artificiales sirven para matar la sed por un momento.

Jamás podríamos equiparar en calidad los nutrientes naturales de las frutas y de

las verduras con aquellos nutrientes que se adicionan a un producto industrial.




Un jugo de naranjas artificial, adicionado con vitaminas A, E y ácido fólico,

nunca va a ser equiparable a las propiedades de la naranja natural, que aporta

vitamina C, enzimas, antioxidantes y fibra alimentaria, entre otros nutrientes.

Vuelvo a las preguntas que nos puedan hacer reflexionar.

¿Por qué matar el hambre y matar la sed,

siendo que podemos elegir ingerir

alimentos a la vez que nutrirnos?

¿Por qué no exprimir una naranja u otra

fruta o vegetal y tomar su jugo, en vez de

acudir al jugo envasado? Hay diversas

frutas y verduras disponibles en todas las

épocas del año y en casi todos los lugares,

por lo que las excusas no son válidas.

¿Se dan cuenta nuestros lectores de que la mayoría de las veces la mala nutrición

radica en los malos hábitos que tenemos? La costumbre de comer sano, natural,

variado y equilibrado es simplemente eso: una costumbre. Una sana costumbre,

si se quiere. Si adquirimos malos hábitos alimenticios no solo no estamos

favoreciendo nuestra salud, sino que a la par propendemos a inculcar los malos

hábitos entre nuestros seres queridos que siguen nuestro ejemplo.

Y por consiguiente no favorecemos la salud de nuestros seres queridos. ¡Menudo

cargo de conciencia debería darnos nuestra falta de cuidado hacia el otro!

Fíjese que empecé hablando del libro electrónico "Adiós Intestino Irritable™" e

inevitablemente derivé en la comida nuestra de cada día.




Aunque en "Adiós Intestino Irritable™" abordé otros factores que pueden incidir

en esta problemática, la cuestión de los hábitos alimenticios saludables es

fundamental.

Si aprendemos a alimentarnos no solo controlaremos los malestares derivados del

síndrome del intestino irritable, sino que alejaremos muchas otras dolencias

orgánicas y hasta ciertos trastornos psíquicos.

Hay que adquirir conciencia de una vez por todas de que nuestro organismo no

está capacitado para procesar muchos de los aditivos alimenticios, que incluso

hasta le resultan tóxicos. La acumulación en los tejidos, en los huesos y en los

órganos vitales puede ser lenta, aunque con el tiempo llegar a ser muy

perjudicial para la salud.

Los malos hábitos alimentarios provocan que se vayan acumulando durante años

las sustancias tóxicas, hasta que un día se produce el estallido.

Además de los aditivos artificiales que se le incorporan a muchos alimentos

envasados, muchos de los alimentos de origen animal que comemos también han

sufrido algunos agregados poco saludables.

Abundan en el mercado las carnes bovinas o de aves que provienen de animales

engordados con hormonas de crecimiento, para de esa forma poder

comercializarlos en forma rápida.

Demás está decir que no favorece a nuestro organismo cualquier tipo de carne

que no sea orgánica. Deberíamos ser rigurosos con seleccionar la carne de

animales que hayan sido alimentados con pastos y/o granos naturales, libres de

pesticidas u otros productos químicos.




Lo cierto es que un tema que parece a simple vista acotado, como es el síndrome

del intestino irritable, a poco de indagar termina estrechamente vinculado con el

estilo de vida que se lleva. Y sí, querido lector, el síndrome del intestino irritable

guarda una relación estrecha con el estilo de vida.

Hasta quienes hacen dietas rigurosas para bajar de peso y se esfuerzan en leer la

“letra chica” de las etiquetas nutricionales, pueden cometer errores en su

alimentación por no elegir los alimentos naturales en vez de los productos

envasados. Por nombrar algunos de los inconvenientes que pueden suscitarse,

hay que tener cuidado con los productos endulzados artificialmente con

ciclamato de sodio o con aquellas golosinas que dicen ser light o bajas en

calorías, aunque lo que aportan son una gran cantidad de sustancias artificiales.

Asimismo, hay productos envasados que muchos eligen por su elevado contenido

de gluten, lo que puede terminar provocando estreñimiento por no contener la

fibra que se necesita. O, por el contrario, hay productos envasados con un alto

porcentaje de fibras de salvado, que en exceso terminan por provocar diarreas y

malestares estomacales.

“Toda la historia humana atestigua que, desde el bocado de Eva, la dicha del

hombre depende de la comida”, expresó con acierto el poeta inglés lord Byron.

Sin duda uno de los mayores placeres del ser

humano fue y sigue siendo la comida.

Y si aprendemos a encontrar el placer en la comida

saludable habremos matado dos pájaros de un tiro:

disfrutaremos del placer de comer, a la vez que

nutriremos a nuestro organismo en forma saludable.




Asimismo, evitaremos los trastornos que provoca el síndrome del intestino

irritable, entre otras dolencias.

"Adiós Intestino Irritable™" incluye las mejores recomendaciones que puede

darle un nutricionista que se ha especializado en terapias alternativas.

Incluye recomendaciones que son prácticas, para que apliquen todos y cada uno

de nuestros lectores. Para comprobarlo, le sugiero que ahora mismo haga “clic” y

visite nuestro sitio web:

>> AdiosIntestinoIrritable.com <<

No tengo dudas de que "Adiós Intestino Irritable™" lo ayudará a mejorar su

afección y, sobre todo, lo convencerá con argumentos irrebatibles de la

necesidad de adquirir hábitos saludables. Disfrutar de la vida tiene que ser su

elección ineludible. Ya sea mujer u hombre de cualquier edad, "Adiós Intestino

Irritable™" le aportará consejos útiles y fáciles de llevar a cabo.

Y con la ventaja de que no necesitará acudir a medicaciones de ningún tipo.

Las soluciones que aporto son libres de contraindicaciones y efectos secundarios

adversos en su salud. Los resultados han sido empíricamente comprobados y

están garantizados en un cien por ciento.

¡Ya es hora de que deje de gastar en medicaciones cada vez más fuertes, que le

acarrean un cúmulo de problemas y muy pocas soluciones!

¡Ya es hora de atacar la raíz del mal y extirparlo para siempre!

¡Adhiera a este método infalible y compruebe por usted mismo la ventaja de

adherir a un método eficaz y natural!


http://www.adiosintestinoirritable.com/



En el manual "Adiós Intestino Irritable™" podemos aprender todo aquello que

resulta indispensable para curarnos.

Con respecto a la forma de nutrir nuestro organismo,

podemos aprender:

La importancia de la alimentación natural.

Cómo descubrir los alimentos que provocan trastornos orgánicos.

Qué pasos seguir para alcanzar la dieta adecuada.

Qué cambios en la dieta nos urgen si queremos sentirnos bien.

A qué hierbas y suplementos naturales podemos recurrir.

Qué relación existe entre la ingesta de alimentos y el estrés.

¡Y podemos aprender muchas otras cosas útiles a la vez que muy

prácticas!

Los resultados que le garantizo serán evidentes en poco tiempo, a no dudarlo.

Solo deberá empecinarse en “abrir su cabeza” para cambiar en la rutina diaria

todo aquello que no lo está favoreciendo, como la alimentación plagada de

sustancias artificiales.

"Adiós Intestino Irritable™" es un aporte a la salud, aunque sobre todo puede

considerarse un aporte imprescindible a la toma de conciencia por adherir a las

elecciones acertadas para transitar la vida.

Una vez más, lo invito a comprobarlo.




Lo dejo con el décimo mandamiento budista, una reflexión que viene bien para

la ocasión:

“Libera tu mente de ignorancia y entrégate con ansiedad a aprender la

verdad, especialmente en la única cosa que se necesita, no sea que caigas

víctima del escepticismo o de los errores”.

Y agrego con mis propias palabras: Libérate del alimento procesado y

desvitalizado. ¡Elige en lo posible el alimento tal como te lo ofrece la naturaleza!

El síndrome del intestino irritable puede que no se considere un problema de

salud grave, que entrañe un peligro de vida. Pero no deja de ser una dolencia

difícil de sobrellevar en el día a día.

No sería extraño que acudamos al médico gastroenterólogo, que es el

especialista en las enfermedades del estómago y los intestinos, y tras el examen

clínico y estudios pertinentes no encuentre qué es exactamente lo que nos

aqueja.

Los estudios no muestran los disturbios, que son de orden funcional, aunque

pueden servir para descartar enfermedades intestinales inflamatorias, como la

colitis ulcerativa y la enfermedad de Crohn.

Sentimos malestares pero pareciera que no son preocupantes, alguna pastillita

puede ser indicada como alivio y listo. Y la verdad es que el síndrome del

intestino irritable nos va a seguir preocupando porque los trastornos que

experimentamos no los imaginamos ni son ninguna exageración.




Lo deseable es que superemos el problema y podamos evitar futuros episodios de

ésa índole, sin drogas que nos traigan otros problemas quizás mayores.

Con la ayuda de "Adiós Intestino Irritable™" se pueden controlar las dolencias,

realizando algunas correcciones en la dieta y otras prácticas.

Vale la pena intentarlo, se lo aseguro.

Abogo por una vida sana y feliz. Abogo por personas que puedan superar todos los

escollos que se le presentan en el devenir, a la vez que potenciar todas sus

capacidades.

Sinceramente,

Nutricionista, Especialista en Terapias Alternativas

Autor del libro electrónico: "Adiós Intestino Irritable™".





Notas testimoniales

Querido Jack:

Escribo estas líneas para expresarle lo interesante

que me ha resultado su guía "Adiós Intestino

Irritable™".

Luego de un par de meses puedo decir con franqueza que he logrado revertir

este duro problema, prestando atención a mi alimentación y tomando en cuenta

otros consejos muy atinados.

Ya me había resignado a padecer estos trastornos tan espantosos, se lo aseguro.

Tengo 56 años y he deambulado por diversos consultorios en busca de poder

hallar una solución.

Un buen día decidí que no valía la pena realizar una consulta, cada vez que me

sentía mal de los intestinos me tomaba una pastillita que ya me habían

recetado. Terminé padeciendo otros problemas que antes no tenía, como dolores

frecuentes de cabeza y pesadez en todo el cuerpo. Me sentía vieja. Limitaba mi

vida social con cualquier excusa porque estaba totalmente desganada.

A partir de leer vuestra guía y empezar a poner en práctica las

recomendaciones, desaparecieron mis trastornos intestinales y comencé a

recuperar las energías perdidas. ¡Gracias, gracias, gracias! Con afecto.

María Cecilia Ledo de Cárdenas.

(Asunción del Paraguay)




Estimado señor Jack.

Estoy verdaderamente convencido del método que

propone para curar el síndrome del intestino

irritable.

Después de poner en práctica cada uno de sus consejos, puedo decir que volví a

comer con placer, sin temor a que algo me caiga mal y enseguida comience a

hincharme como una pelota.

Estoy tan contento de haber solucionado mis problemas intestinales que hace

poco me acordé de un amigo que vive en el exterior, quien me había comentado

que le pasaba algo parecido. Si bien hacía bastante que no nos comunicábamos

me atreví a enviarle un correo electrónico, expresamente para hablarle de su

libro, "Adiós Intestino Irritable™".

De inmediato compró su libro y acabo de recibir un correo diciéndome de lo que

se ha beneficiado con su método. Me agradece infinitamente el haber

compartido el dato. ¡La verdad es que no es a mí sino a usted a quien le tiene

que agradecer!

Por intermedio de estas líneas le hago llegar mis mayores respetos. Vaya mi

admiración por su sabiduría y mi agradecimiento por la generosidad de

compartir sus conocimientos. Por siempre agradecido,

Rubén Ignacio Velázquez

(Barcelona, España)




Estimado Jack.

No soy afecta a escribir pero esta vez no puedo dejar

de hacerlo. He leído íntegro su libro "Adiós

Intestino Irritable™". Me llamó la atención su título

y me sentí aludida porque padezco los trastornos

que provoca andar mal de los intestinos.

Un poco descreída, lo compré para ver que decía, total no era nada caro. ¿Qué

otra cosa podrían decir que ya no hubiese escuchado de parte de los médicos?

Pero me sorprendí. Me encontré con indicaciones muy acertadas. Volví a leerlo

una vez más, subrayé los párrafos que me interesaban porque eran proposiciones

prácticas y esta vez sí empecé a llevar a cabo cada una de las recomendaciones.

Con los cambios que hice en la alimentación no tardé en observar resultados

positivos. Y luego seguí con cada uno de los cambios que necesitaba implementar

para sentirme de diez. La verdad es que los problemas intestinales han sido mi

padecimiento en toda mi adolescencia, porque parecía que con cada

menstruación se agudizaban. A los 23 quedé embarazada y por unos meses me

dio la impresión que había mejorado. Pero los problemas intestinales no

tardaron en reaparecer, cada vez con mayor frecuencia e intensidad.

La semana que viene cumplo los 30 y puedo decir, si tengo la fortuna de seguir

así, que lo haré libre de trastornos intestinales. ¡Y todo gracias a su método!

Aguardo que escriba más libros como éste, que es una verdadera ayuda a los

desesperados por los malestares intestinales. Le agradezco de todo corazón su

libro amigo. Un abrazo.

Malena Scarpati.

Córdoba, Argentina.


libro adios al intestino irritable

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