Libro abierto

I

Lo que hubo ya fue,Es lo que soy, hoy,Habiendo navegado contigo, en esa anchura infinita del universo.Cada noche sueño, con eso.Contigo, con el universo, incluidos los mares.Cada noche me postulo como oferente inhábil.Metido ahí. En tu cuerpo,Y en esa anchura de memoria que he perdido.

II

Embolate todo lo mío.Mi vida, en ella mis ilusiones.La pasión con la cual vivía, potenciado.Mi memoria,Mi nervio pensante.El tiempo ido y presente.Perdí todo lo mío,Mi libertad, lo tuyo.Siendo así, entonces,No estoy vivo. Pero, tampoco, muerto.Como un vacío dantesco,Siento ahora.

III

Sinergia inválida,Ya que no entiendo, como se puede habilitar el hechizo,Cuando, en ello, se replica la vocinglería pérfida.

IV

Lo vesánico, se hizo ejercicio perenne.Desde que desatendí el llamado mágico,Con tus palabras.Desde tiempo inmemorial, en mí,Se hizo presente la locura. Siendo estaLa inmensidad pérfida de las señales,Venidas del mandato potente De los dioses labrados, adscritos al entornoDe lo que amamos. Y que, por eso todo lo perdimos.

V

Ciclón raudo, insolente.Como nudo asfixiante, matador,De libertades,Fueron y son, los oferentes milagreros.Los de la diatriba y la mentira.

VI

Sigilo enervante, avieso,Eso sos ahora, mujer a la que amé tanto.Ahora, sumisa, claudicante.Ahora, oficiante.Vendedora de ilusiones inanes.Mujer que fuiste todo,Para este ser mío, ya inválido y frío.

VII

Fui hasta el lugar recordado, primero.

Buscando no sé qué cosa.Y regresé con mis manos untadas del líquido mordaz.Hiriente

VIII

Náufrago en mi propio mar vivido, Ahora precluido.

IX

Sujeto ávido de ternura,He viajado en el tiempo, buscándola.Y te hallé a tío,Mujer primera, absoluta,Libertaria

X

Una condición propongo para seguir viviendo,Volver a verte como el primer día.Mujer potente,Ígnea. Libertaria