liborio justo - leon trotsky y wall street

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  • En esta obia se esboza, por primera vez en nin?stro idioma, la verdadera tray^ctofia revolucionaria de Len Trotsttj' antes de 1917, sus luchas acer. bas contra los bolcheviques colocado en una posicin centrista cercana a la de los ir.encheviqucs, con los que a veces se confunda, encarando la revo-lucin en forma abstracta y literaria y coinctienCiO gruesos errores que lue-go babra de reconocer; su circunstan-cial coincidencia con Lenin en ocasin de la caitin del zarismo en Ruiia, arrastrado por los acontecimientos re-volucionarios que culminaron con la touia del i>oder por los bolcheviques en Octubre, asi como sus nuevos erro-res con pobterioridad a este hecho en las distintas ocasiones en que so apart de Lenin, errores, tambin, por l mis-mo reconocidos. Ms tarde, con el atemperauiiento de la situacin revo Uicionarin i usa expresin del reflujo producido por el fracaso de la revolu-cin europea, que provoc el triunfo de la burocracia sovitica se mues-tra n Trotsiy tratando de presentarse como continuador de Lenin, sostenien-do en escritos y discursos posicionei levolucionarias e internacionalistai frente al oportunismo nacionalista de Stalin. iicciii que desempe con ei-

  • O B R A S DEL. A U T O R

    PRONTUARIO (Una autobio/rafa), 2'> edicin, 1956

    ESTRATEGIA REVOLUCIONABIA fLncia por la unidad y por la liberacin nacional y social de ia ATiirica Latina^, 1957

    (Estas obras pueden solicitarse al distribuidor.

    D I S T R I B U Y E E D I C I O N E S G U R E

    V i A M O N T E 411 - T. E. 31 - 225S BUENOS AIRBB

  • Q U E B R A C H O

    LEON TROTSKY Y WALL STREET

    CMO EL LIDER DE LA CUARTA INTERNACIONAL SE PUSO AL SERVICIO DEL IMPERIALISMO YANQUI EN MEXICO

    "En la lucha no se trata de analizar la condicin del adversario; se trata de eliminarlo."

    C. M A R X : COnij-iblicin a la cri-tica de la Filosofa del Dere-cho, de Hegel.

    "Los centristas son revolucionarios de palabra y reformistas de hecho."

    W. 1. LNiN: La Revolucin de 1917.

    E D I C I O N E S B A D A J O Buenos Aires

  • Queda hecho el depsito que marca o ley 11.723

    I M P R R S O E N L A A R G E N T I N A

  • DOS PALABRAS

    Hace aproxinmda:nente dos aos, en el libro "Estrategia Reiyolncionaria", subtitulado "Lucha por la unidad y por la liberacin nacional y social de lo Amrica Latina", el autor disee el proceso en nuestros pases y, especialmente, en la Argentina, del moimiento inspirado por Len Trotsky, que se presentaba como vanguardia del movimiento revolucionario mundial, aspirando a sustituir a tos Partidos Comunistas, an-quilosados por el stalinismo. En Las pginas de ese libro se empezaba estudiando las posiciones de los partidos latinoame-ricanos llamados de izquierda jrente al problema de la libe-racin nacional y social de la Amrica Latina y se haca un anlisis del trotskysmo, destacando su carcter (yportunista y su comtiucTicia con. el imperialismo yanqui, al mismo tiempo que se exponan aspectos de su trayectoria que hasta entonces haban sido cuidadosamente silenciados por los propios trots-kystas. Tambin se anunciaba la publicacin de un segundo volumen en el que se estudiara "a la luz del marxismo-leni-nismo, la estrategia revolucionaria en relacin con los aconte-cimientos nacionales y continentales posteriores a la segunda guerra mundial, avalizando, en particular, el desarrollo y actuacin de la Cuarta Internacional trotskysta y las corrientes afines a la misma".

    La prim.era )arte del libro amtncado es, precisamente, la que aparece ahora y que el autor juzga fundamental y de importancia decs^iva para el juturo desarrollo del movimiento revolucionario en la ATTirica Latina. L a causa de la quiebra, degeneracin e inoperancia del trotskysmo quiebra qne, pa-radjicamente, se hace palpable cuando entre nosotros recin se empieza a hablar de l, aunqiie no como consecuencia de

  • su actividad revolucioraria, sino re su oportunismo no debe buscarse, conio podra parecer, en la- inconducta de los trots-kystas, sino en el mismo Trotsky. Es lo que, a base de prueba.s, sin exchiir lo priraero y a pesar de que pneda parecer sacrilego y an sensacional para ms de uno, se expone en las pgina:s que siguen. Y, dada la circunstancia de que Trotsky desarroll en la Amrica Latina (Mxico) la parte culminante de su accin poltica, que fund, estando en ella, la Cuarta Inter-nacional, y que aqu muri, habiendo logrado el trotskysmo alcanzar su mayor preponderancia mundial en el proceso revo-lucionario ms profundo que haya tenido lugar hasta ahora entre nosotros (Bolivia), deba ser un latinoamericano, preci-samente, el que escribiera esta obra, la que se publica no hay reparo en decirlo como una co7itribucin de nuestros patses al desarrollo del pensamiento poltico revolucionario internacional.

    Las ideas bsicas del presente libro debieron liaber apare-cido en 1943, cuando el autor, como lo dej establecido en "Es-trategia Revolucionaria:', rompi con el trotskysmo. Pero, aparte de que diversas circunstancias personales lo impidieron, haba otro aspecto que tener en cuenta: quin hubiera puesto atencin en ellas, en esa poca, aunque hubieran sido una necesidad para el futuro desarrollo de la accin poltica del proletariado en el continente? Marx lo dijo con justeza: ''No basta que ta idea clame por manifestarse: es necesario que la realidad misma clame por la idea".

    Hoy to solo la idef. flota en el ambiente, sino que la misma, realidad la reclama. Pero esa idea, aunque latente en las con-ciencias ms esclarecidas de las nuevas generaciones, no puede alumbrarse por si sola. Necesita un agente exterior que ayude a darla a luz, agente que no "^lede ser sino la madura expe-riencia que proporcionan aos de pensamiento y de accin vividos hacia una meta a la que no se ptiede llegar en el espacio de una sola existencia y que el autor duda que pueda alcanzarse dentro de la suya.

    Pero no importa. Los hombres no son indispensables ms que en relacin con el aporte que pueden dar al progreso co~ m.n. En la eta?pa en que vivimos, el progreso comn es sin-nimo de marcha hacia el socialismo. Y, si el motcyr para esa marcha es proletariado revolucionario, la gua es el marxis-mo leninismo, comprendido y encarado como ciencia por muy

  • pocos, aunque, por intermedio de ellos, se orienten las grandes masas.

    Para orientacin de las mismas a travs de esos pocos, cons-tituidos en vanguardia de la vanguardia, se ha escrito este libro. Pues "lo importante segn Lenin no es que sean pocos ni 7nuchos, sino que den expresin exacta a las ideas y a la poltica del proletariado verdaderamente revolucionario". Eso es lo que cuenta. Porque Ja revolucin lo he dicho ya y lo repito es un problema de inteligencia y slo la intelt-gencia, aplicada a tan alto propsito, ser capaz de resolverlo.

    La segunda parte de esta obra, que aparecer dentro de breves meses, estar dedicada al estudio de la actiiacin del rotskysmo en miestros pases, a su actitud frente a mouimei-Ins tan iniporlantes como el peronismo en la Argentina y la revolucin boliviana, presentando el primer enfoque marxista que se haya hecho de sta, as como al anlisis del papel del stalinismo en la revolucin guatemalteca, todo ello seguido por nna sntesis de la evohicin y descomposicin de la Cuarta Internacional trotskysta, examinando en seguida las perspec-tivas revolucionarias que encara la Amrica del Sur, para terminar sosteniendo: N i stalinismo ni trotskysmo: marxismo-leninismo y hacia una nueva internacional.

    Buenos Aires, mayo de 1959.

  • I - L E O N TROTSKY COMO REVOLUCIONARIO RUSO ,

    Deca Federico el Grande que la guerra era una ciencia paia los hombres superiores, un arte para las medianas y un oficio para los ignorantes.

    Lo mismo podemos decir de la poltica, ya que la guerra, de acuerdo con ia clsica definicin de Clausewitz, no es ms que la continuacin de la poltica por otros medios.

    Es evidente que la poltica fu una ciencia para Carlos Marx. Tambin fu una ciencia para Lenin. Y , para Len Trotsky, qu fu la poltica?

    En parte fu una ciencia. Pero, en otra, an mayor, fu un arte. Las semblanzas de distintas pocas de su vida y, aun su pro-

    pia historia, lo demuestran. Ms que la profundidad de la idea, hasta determinado punto, buscaba su bri l lo; ms que la reali-dad, pareca atraerlo la apariencia extema.

    En su destacada figura hay mucho despliegue de cualidades brillantes, pero, tambin, hay mucho teatro y apreciable vani -dad. No era el hombre que cumple con su deber lo mejor que puede, en cualquier lugar en que lo hayan colocado las circuns -tancias y acomoda su vida a ese deber. No, Trotsky tena nece-sidad de hacer saber que l estaba all y destacar su figura. Era evidente una tendencia hacia lo frivolo en Trotsky, lo cual, a pesar de la importancia del papel que le toc desempear en la historia, da a su personalidad un matiz superficial cuando se la compara con la grantica del fundador del socialismo cientfico y la talentosa del conductor de la Revolucin de Oc-

  • 12 Q U E B R A C H O

    tubre. Ambos fueron grandes sin proponrselo, cual fluye Ja verdadera grandeza, nada ms que como resultado de la mag-nitud de la propia obra. E n cambio, Trotsky busc ser grande, con lo cual demostr su limitacin.

    Careca de esa solidez silenciosa que se expresa, ante todo, en ser, no en aparecer, y as se explica que fuera tan fcilmen-te vencido cuando el desarrollo de los acontecimientos deter-min su eliminacin de las funciones dirigentes en la U.R.S.S. . lo que puso en descubierto, asimismo, su fragilidad. Porque s a los hombres e los puede engaar con apariencias aparien-cias que, a veces, llegan a engaar a los mismos que las crean a los hechos histricos, no.

    Es que, en realidad, a pesar de toda su jerarqua , I-en Trotsky nunca pas de ser un segundo voln. S in Lenin a quien siempre haba combatido, y cmo!, no hubiera podido desempear el papel que le correspondi en la Revolucin do Octubre porque, como l mismo lo ha dicho, esa Revolucin, seguramente no se hubiera producido.("Nos habr amos apo-derado del poder en octubi'e si Lenin no hubiera podido llegar a Rusia en tiempo oportuno? No pocos signos demuestran que no." L . T R O T S K Y , E l gran organizador de derrocas, Madrid , 1930, pg. 141.) Adems, ambas figuras aparecen como total-mente opuestas, en carcter y en temperanxento, y si, llegado el caso, pasaron a tolerarse, fu porque mutuamente se nece-sitaron: Lenin no encontr en su partido sino mediocridades de la talla de Zinoviev, StaUn o Bujarin, y Trotsky, aislado y sin partido, debi allanarse a ingresar en el que reconoca coniu jefe a Len in a fin de poder desempear la parte culminante de su rol histrico. Y aqu, completando lo dicho sobre Lenin en la Revolucin de Octubre, podra ponerse en duda si ste hu-biera logrado sostenerse en el poder sin la decisiva colabora-cin de Trotsky. Lo cual, en condiciones dadas, es una demos-tracin del papel del individuo en la historia.

    Qu personalidades distintas eran Lenin y Trotsky! Dis t in-tas hasta el punto de que en esas diferencias, principalmente en lo que se refiere al hecho particular de la Revolucin, tene-mos explicado, en parte, el mvil de su conducta poltica. Uno (Lenin) lo encaraba como una imperiosa necesidad histrica; el otro (Trotsky) como una forma de desarrollar su personali-dad y su talento literario. Para Lenin, la Revolucin era una

  • L E N T R O T S K Y Y W A L I . E T R E E T 13

    accin concreta a realizarse frente a los hechos inmediatas y cuando hablaba lo haca directamente para quienes lo escu-chaban; para Trotsky pareca ser una accin abstracta para desempear un papel en la historia y cuando hablaba lo haca, principalmente, para sta. Los recuerdos de quienes lo conocie-ron, amigos o enemigos, son unnimes al respecto.^ Y ese cons-traste en relacin con Lenin, lo es, tambin, respecto a Marx ,

    ' J'tibikMiUiw aqi i i tUratlD.s v s?]ii!iiaii/..ii de l . p i i Trotsky dchidi is , I;i 1)) a N . Ta i i i i , revolucionario ru.so. la que ai^arece como p i A l o g o al l ibro E triunfa del hot' tiievnio, de Trotsky , o d t a d n por l.i Bibl ioteca X u e v a , M a d r i d . 1919; U 2 ' ) es-crita por el d iputado socialista Argentino Enri

  • 14 Q U K B R A C H O

    pintado as por su discpulo W. Liebknecht: " M a i x era uno de los pocos hombres, grandes, medianos y pequeos, que he co-nocido, que no era vanidoso. Para ello era demasiado grande y poderoso, y excesivamente orgulloso. No adoptaba nunca una actitud de "pose" y se presentaba siempre tal cual era."

    Cerrando su libro E Estado y la Revolucin, dejado incon-cluso por los sucesos de 1917, Lenin expresaba: "Es ms a g r -

    oinisu)tar las notas (|ut; Icniu sobre la mesa. L a s frases se s u c e d a n redondas y pe i f i -ladas en orden perfecto, llenas d e bri l lo . D e ve?, en c u a n d o levantaba la v o z y enten-ei-s sus palabra'; semeiaban u n fuego de artificio qut> c a a en estrellas d e colores sobre los oyentes.

    " h l i i m p r e s i n de q u e Trotsky ei, u n artista se c o u f i n u a m e d i d a que f u i c o e r -c i n d o l e . E s un artista siempre y en todos los niomentos. L o s estrados d e los circuios politices, las tribunas d e tos m t i n e s populares, basta las barricadas, son para l oomo u n escenario testral. Y basta en las barricadas compone cuidadosamente sus posturns > sus gestos."

    2 " C o n o c a T i o l s k y en el mes de octubre d e 1911. E n m i visita a Alemani - i . tui i n v i t t d o , como delegado del Part ido S o c i : t l s t a argentino a asistir a l con^TMn socialista a l e m n , que se celebraba en la p e q u e a y pintoresca c iudad d e Jena. A l l luve la feliz oportunidad d e conocer y tratar a las principales figuras de l socialisnii' i n c m a c i o n a l . Trotsky era delegado d e una de las mut^asi fracciones d e l partidi< E o c i a l - d e m o c r l i c o niso. C o n l t r a b relaciones de c a m a r a d e r a y casi d e amistad. Recuerdo su figura elegante d e "publicista'" europeo tal era su p r o f e s i n , l t o . esbelto, de una hermosa cabeza coronada de una m a g n f i c a cabel lera, con su perita i n c i s t c r f l i c a que le daba u u aire i la vez imi>ciativo e i r n i c o . T e n d r i a , eti aqnel entonces, unos 35 a o s . E l congreso d u r ocho d a j y tuve oportunidad d e conversiir con Trotsky larganieale. Nos r e u n a m o s , en p e q u e a tertulia, con el i n g l s Q u c l c b , :! f r a n c s Bracke, los nisos Axero ld y A n g l i c a Ba labanov , y el italiano - d e r e s d e n c i i i en Alemania Pclussn. E n esta tertulia se hablaba d e todo, y Trotsky no era d e los que menos part ic ipaba i el la. E n tal oport imidad pude apreciar bien sus sentimientos e ide.is. Trotsky no p e r t e n e c a a l gn ipo dn sociulistus ortodoxos y d o g m t i c o s . H a b l a b i i con cierta iiTeverencia de Kautsky y Gm-sdf . G r a n admirador de la potlerosa y d i sc i -pl inada o r g a n i z a c i n obrera y socialista de A l e m a n i a , hablaba despectivamente de l empirismo i n g l s y se e n c o g a de hombros cuando se mencionaba a l socialismo frao-c s . D e l socialLsrno niso h a b l poco. E n general me hizo la i m p r e s i n d e u n g c n u a n -filo y a n g l f o b o . D e las cosas ^idamericanas apenas se i n t e r e s , no a s de las norte-americanas. E n literatura sus preferencias iban a los rusos y alemanes y h a b l des -d e o s a e i r n i c a m e n t e d e la literatura inglesa y sobre todo d e G . B e n i o r d Shaw. Antt.-tal irTe\erencia, e l vieio Q u e l c i g n i a . e l f r a n c s Bracke se b i ir laba , el ruso A i e l i d se mostraba desconfiado. A n g l i c a Balabanov aprobaba y Pelusso y yo e s c u c h b a m o s en silencio. U n a ve?. Polusso me dijo:

    " N o le parece un "poseur" este Trotsky? " 1 Evidentemente, nadie de uosfilros h a b a sospcchadij n i ri-uiotamento el destino

    que esperaba a este hombre!" 3 " E n c o n h p m primera vez a T r o l s k y en 1905, d e s p u s d e los sucesos d e

    enero l l e g a Ginebra , no recuerdo de d n d e , y t e n a m o s q u e hab lar los dos en una ;!ran asamblea convocada para discutir aque l la tragedia. Trotsky . a di ferencia clt! todos nosotros, eru i i t o n c e s inusitadamente elegante y buen mozo. E s a elegancia suya y, en especial, un dejo altanero, despectivo y negligente en el hablar , m e c b o o en forma muy desagradable. M i r con disgusto a ese petimetre que c r u z u n a pietDA sobre otra y b o r r o n e un esbozo de l discurso que iba a improvisar en la r e u n i n . Pero Trotsk>' h a b l extraordinaria mente b i e n . . .

    . . , " U n a tremenda arrogancia y cierta inept i tud o d e s p r e o c u p a c i n d o ser a m a b l * y a l e n t con la gente, tma carencia d e aijuel atractivo q u o s iempre c a r a c t e r i z u L e n i n . condenaron a Trotskj' u n a relatisa soledad. N o hay que o lv idar que hasta algunos d e sus amigos personales ( m e refiero en el orden p o l t i c o , naturalmente) llegaron a ser d e s p u s sus encarnizados enemigos . . .

    . , . "Sienipre he considerado que Trotsky era u n gran hombre. S , eco es. Q u i i i puede d u d a r de ello? E n P a r s (durante la guerra) h a b a crec ido extratvdinaria-mente a m u 0)oc como estadista. Y , niAs tarde, s i g u i c r e c i n d o cont inuanient^ v a

  • L E K T H O I S K Y Y W A L L S T R E E T 15

    dable y ms til v iv i r la experiencia de una revolucin que escribir sobre ella." Habia preparado los medios necesarios para tal fin y tena las armas ms importantes que haba for-jado en la lucha contra las tendencias oportunistas y centristas de su propio movimiento: la teora y partido. Quera que el proletariado llegara al poder en Rusia y saba con qu fin ese poder sera utilizado.

    IHMqut; l l t g u a conowrio iiit-jr. y pui( |ue l purio mostrar mejor totla 1* niedk!.! lie su hicrza en el ancho campo que la historia le o f r e c a , y a porque la experiencia d e U r e v o l u c i n y sus problemas lo e n a l t e c i y le d io mayor \'uelo.

    ' X a obra de a g i t a c i n durante la pr imavera d e 1917, no corresponde al p lan de esta silueta, e r o debo declarar q u e gracias a sus vastos alcances y su s i t o de.i-lumbraiile, mucha gente q u e estaba cerca de T r o t s k y se inc l inaba a ver en l al (cnuino l d e r de la R e v o l u c i n Rusa . A s M . C . Ur i t sky , q u e s e n t a por T r o t s k y Liunenao respeto, me dijo una vez a m y creo que t a m b i n a M a n u i l s k y : . Y a ve, l . i gran r e v o l u c i n se ha producido , y no obstante l o d a svi intel igencia, L e n i n empieza a velarse un poco (unto al genio d e T r o t s k y . Es te juicio r e s i d t inexacto, no p o r q u e iiageruia el talento y el poder d e Trotsky , sino porque , entonces, la m e d i d a de l jenio p o l t i c o de L e n i n no era a n evidente . , ,

    "Los principales done; de Trotsky son su genio oratorio y su talento d e esciitor. Considero que Trotsky es, probablemente, el m s grande orador de nuestro t iempo. He ! e n d o o c a s i n de escuchar a todos los grandes parlamentarios y oradores p o p u ' l a m socialisla.'i y a niucbisimos oradores famosos d e l a b u r g u e s a y n o p o d r a citar, luera de Jaurcs. a n i n g n otro comparabl'.: a Trotsky . A c c i n d e presencia, be l leza y amplitud de adenkanes, potento ribno expresivo, voz sonora y totalmente infatigable, n u u a v l l o s a solidez, sentido l iterario d e l a frase, riqueza do i m g e n e s , i r o n a c i t s -lica, patetismo natural y una l g i o i formidable en absoluto junto a u n a \ 'erdader i inaeA de acero: tales eran las cualidades de la oratoria d e Trotsky .

    "Puede hablar a f o r s t i c a mente, disparar algunas f iedlas con notable p u n t e r a > jnxmunciar discursos p o l t i c o s tan magistrales como s l o se loa ho o d o a J a u r s . H e visto hablar a Trotsky durante m s de dos horas y m e d i a ante n n auditorio absoUi-t.-unenle silencioso que estaba de pie escucliaudo hechizado una larga d i s e r t a c i n pol t e . i ,

    "Por su eslructura n t i m a d e l d e r , Trotsky era, s e g n lo tengo dic l io . i n h b i l e incapaz para las funciones menores d e ta o c a n i z a c i n part idar ia . Se o p o n i a a e l lo el perfil extraordinario d e su persona l idad . . .

    . . . " C r e o que X ^ n i n n u n c a se contempla a s mismo, n u n c a se pone ante e l mpejo de la historia y no piensa n u n c a lo eza en m i movimiento n'u>' su>o >' q u e bastaba para sacarle ma kistantancn p s i c o l g i c a . E r a et Trotsky de siempre: suprema e n c r j i a hec i ia houibre.

  • 16 Q U E B R A C H O

    E n cambio, Trotsky, slo se preocup de escribir sobre la Revolucin y poco prepar para hacerla efectiva. As, cuando a travs de la intervencin de Lenin y del partido de ste, pudo llegar aJ poder, el hecho le result sorpresivo. E l mismo lo ha confesado: " L a conquista del poder me planteaba a mi, entre otras cosas, la cuestin de la labor que pudiese desem-pear en el Gobierno. Es curioso que jams se me hubiera

    ' L e l iabiH o d o I iabUr d a s air.s en u n a asamblea eonvocada con objeto de popularizar Ja c r e a c i n de u n a gran industria i i u n i i c a al servicio de la defensa n a -c i n al-

    ' E l tema de su discurso no p o d a dse a m e d i -d a que los jefes de segundo orden, d e s p u s de varios a o s de oscura eolaboraci im e incondic ional obediencia , comienzan a querer decidir en la o r i e n t a c i n de l part ido, es el n i c o que c o n t i n a ejerciendo sobre el ampl io frente ia f a s c i n a c i n d e su pode-rosa y casi irresistible personal idad."

    5 "Algu ien ha d i c h o quo Trotskj ' inereceri:i ser cantado en \ersos blancos. I r o n a . Hagamos justicia a l adversario: Trotsky es u n a fuerte personal idad.

    " L a s primeras sesiones de l P o l i t b u r a que i i s i s t m e asombraron por la enorme diferencia intelectual entre Trotsky y kis i k i i i s miembros . Trotsky e s t m u y por enc ima d e li>s Stalin. los Z inov iev , los R y k o v . . . L e falta, eso s i , p o n d e r a c i n . E s una mezc la d e grandes Lualidades >' verdaderos defectos. Pero no deja de ser una r igorosa i d i v i d u a l i d a d .

    "Trotsky gusta repetii las palabras de B u H o n : E l estilo es el h o m b r e . Y al citarlo piensa en s mismo, y u i s i e r a tener l a espir i tual idad y e l br i l lo d e su verbo. A r m o n i z a r el continente con e l contenido. L a manera como se expresa y lo qii'j expresa. E s jjiucho m s u n actor que n n verdadero y profundo p o l t i c o .

    " A Stalin lo devora la p a s i n de l poder. Q u i e r e gozarlo en secreto. Trotsky es un hombre de pose. E s p o l t i c o porque la p o l t i c a es escenario, porque permite bril lar, exhibirse, glorificarse. . .

    " E l arte de Tro l sky es ia palabra . Sin embargo , no es lo que se suele l l amar ',in gran orador. Su palabra no evoca el r o caudaloso lleno de majestad. E s u n a l lama. N o t M l f i a admitirse en los debates parlamentarios. Trotsky , dentro de l hemicic lo , s e r a constantemente l lamado a l orden. Su lugar e s t en las barricadas, en la cal le , ante la muchedumbre rebelde. S u voz h o n d a , c lara , tunante, incis iva, es admirable para electrizar a las masas. Posee e l vocablo hiriente, grave, preciso, penetrador. . .

    . . . " E l tahnto de T r o l s k y le permite e l c a r s e a grandes alturas, pero le falta el sentido do la m e d i d a . E n el seno de los grandes acontecimientos, el orador p r o -nuncia discursos formidables, arrastra a las masas, impone s pose. E s u n a pose h i s t r i c a . M a n d a n d o el E j r c i t o Rojo, Trotsky pasaba revistLt a las tropas sobre un a u t o m v i l b l indado. L o cual era u n a pose tolerable. M a s la desgracia d e Trotsky es que esa pose ha penetrado dentro d e su carne y de su sangre. Trotsky a c t a para la Historia aun cuando realiza cosas ajenas a la His tor ia , c o m o sentarse en una silla o sacar su p a u e l o d e l bols i l lo . , .

    . . . " L a cara da Trotsky recuerda l a d e M e f s t f e l e s . T i e n e l a m i r a d a penetrante.

  • L E N T H O I S K Y y W A L L S T R E S T 17

    X u n i d o pensar en esto. A pesar de la experiencia de 1905, .u me haba pasado nunca por las mientes el asociar el maana

    Ln el problema del gobierno. iVIi sueo, desde mi ms tem-prana juventud, ya desde mi niez, era llegar a ser escritor. Ms tarde, somet mis trabajos de escritor y todo lo dems a mi labor revolucionaria. E l problema de la conquista del Poder por nuestro partido no se borraba de nuestras preocupaciones.

    i mental) de u n a vieja, l a barbi l la d e n n clivi>. Pero lo que asombra es el molfl para los que tiene ailelante. Por rso se d i r i g a constantetnente, con la e x p r e s i n del conversador que quiere convencer y persuadir hasta

  • IS Q U E B R A C H O

    Decenas y cientos de veces escrib y habl acerca del pi'oblema que habr a de desarrollar el gobierno revolucionario. Y , sin embargo, ni una sola vez se me vino a las mientes la accin personal que, desde el Poder, pudiera realizar yo. La realidad me tomaba desprevenido (L. T R O T S K Y , "Mi vida. Ed. Ercia . t. Til , pg. 104.)

    Es decir que Lenin hacia un fin de la Revolucin, a l a que todo lo subordinaba. Trotsky, en cambio, pareca hacer un fin de los medios para llegar a ella: el estrado que le proporcio-naba y su labor de publicista. Por eso la realidad le resultaba sorpresiva.

    Respecto a su desafeccin por ios medios concretos para llevar a la prctica sus ideas, Trotsky confesaba ante la Co-misin Dewey, en Mxico, en 1937:

    "No estoy hambriento de poder personal. Estoy satisfecho

    actividiid incansable, pero no febri l , sino -ieicna, ll i:na d e cubna y de p o s e s i n >- s i mismo. E n nada da>a la idea de que i r a , en c ie i lo modo , el "jefe de l Estado", l . i . s cortesanos de nuestros p a s e s capitalistas se e s c a n d a l i z a r a n ante aquel la falla de o s t e n t a c i n y aparato. H a b l a b a con cuantos se acercaban a l como d e c o m p a e r o a c o m p a e r a . [N'efajida cosa para los enamorados de las reglas q u e deben gviardyr las j e r a r q u a s ! E s m s ; a l bajar por l a esplendida escalera d e pa lac io real de l K r e m -l in , mezclado con todos los d e m s delegados dtd Congreso, en an imada c o n v e r s a c i ' t con u n grupo de ellos, los centinelas rojos que estaban a la puerta en diversa.s p o s ^ i -ras, s e g u a n ini las postura.^ j u e t e n a n , sin moverse, sin acudir a present ir . i n n a s , como si el

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    con mi trabajo literario. E l poder es una carga, pero un mal necesario e inevitable. Cuando las ideas que uno sostiene ven-cen, uno debe aceptarlo. Pero la mecnica del poder es una cosa miserable. Perm tanme esta observacin personal: Duran-te el tiempo que estuve desempeando un cargo, los mo-mentos ms agradables para mi fueron durante las vacaciones cuando escriba mis libros. Ahora me encuentro como en lar-gas vacaciones. Escribo mis libros. El lo me proporciona plena satisfaccin." (The case oj Len Trotsky, Report of hearings on the charges made against h im in the Moscow trials-New York, 1937, pg. 278.)

    Es decir, que Lenin prefera hacer la Revolucin a escribir sobre ella y Trotsky, escribir sobre la Revolucin, a hacerla. Este criterio distinto, concreto en uno y principalmente abs-tracto en otro, fu, en esencia ,el fondo poltico de las disputas enconadas y largas que, siguiendo un breve perodo de cola-boracin luego de conocerse en Londres en los primeros ao del siglo actual sostuvieron durante el lapso de tiempo que precedi a la Revolucin de 1917.

    No era que no existieran entre ellos diferencias tericas. Las haba como la referente al carcter de la Revolucin en Rusia. Lenin sostena en 1905, que, siendo la revolucin que se plan-teaba en ese pas, democrtico burguesa, el Partido Social-demcrata deba luchar por el establecimiento de una "dictadu-ra democrtica de obreros y campesinos", con el fin de ayudar a liquidar el rgimen feudal imperante entonces en Rusia. Es decir, propiciaba la hegemona del proletariado. ("Establecase una divisin marcada entre la hegemona del proletariado en la revolucin democrt ica y la dictadura del proletariado, con-traponindose, polmicamente, la pr jnera a la segunda". L E N T R O T S K V , Historia de la Revolucin riisa, Madrid, 1931 , t. I , pg. 2Z7.) En cambio, Trotsky, siguiendo a Parvus, consideraba que era el proletariado el que deba tomar directamente el po-der, apoyado por los campesinos. Es decir, que deba estable-cerse la dictadura del proletariado. Era la base de la famosa teora de la Revolucin Permanente, segn la terminologa y el concepto de Carlos Marx , actualizado por Parvus y Trotsky. ("Diez aos mayor que Trotsky dice la viuda de ste Par-vus era a la sazn uno de los jvenes marxistas rusos ms notables. . . Espr i tu cientfico, enteramente occidental, des-

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    plegaba la audacia de su pensamiento. Junto con Trotsky for-mul la teora de la "revolucin permanente", destinada a orientar la primera fase de la revolucin rusa." ( V . S E R G E . Vida y muerU de Trotsky, Buenos Aires, 1954.) Respecto a esta teora dice Trotsky que "no era ma. sino de Marx" . (Mi vida. Ed. Ercilla, t. V , pt;. 16.) Ms tarde, en 1917, fu el crite-rio de Parvus (que durante la guerra 1914-18 te rmin como agente del gobierno a lemn) y el de Trotsky el que se i m -pu.so, y an Lenin, segn una carta de A . Joff, hecha conocer por Trostky, deba reconocerlo.

    No obstante, a pesar de la importancia del asunto, como lo expres el mismo Trotsky, "lo que nos haba mantenido sepa-rados no era la teora de la revolucin permanente, sino otra cuestin secundaria, importante tambin: la posicin ante el menchevismo" (L. T R O T S K Y , M i vida. Ed. Erc i l la , t. III, p -gina 97.)

    Lenin consideraba que el Partido revolucionario deba orga-nizarse como un ejrcito conspirativo preparado para condu-cir, en el momento propicio, la insurreccin y tomar el poder. Sostena que la clase obrera deba trabajar bajo el control >' Ja direccin del Partido: "Nuestra larea escriba es de formar un crcxHo clandestino de dirigentes y poner en movi-miento la mayor masa posible." Fu el criterio bolchevique.

    Trotsky, por su parte, entenda que el Partido revolucionario como una organizacin laxa donde caban todos los que, no solamente luchaban sino tambin simpatizaban con el Par-tido. Contrariamente a Lenin, escriba que la dictadura del proletariado "no ser la toma del poder por algunos conspira-dores, sino el reinado poltico de la clase obrera organizada, formando la mayora de la nacin". Fu el criterio menche-vique.

    Por tales circunstancias, en el decisivo Segundo Congreso de la Socialdemocracia rusa, realizado en 1903, Lenin pro-puso, en el artculo 19 de los Estatutos del Partido, que ste reconociera como miembro nicamente a "cualquiera que pro-fesa su programa y sostiene el Partido, no slo materialmente, sino con su participacin personal en una de las organizacio-nes". Martov, representante de los que deseaban hacer del Partido algo ms amplio y elstico, consideraba que era sufi-ciente para ser miembro "aportar un concurso personal regu-

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    lar bajo la direccin de una de sus organizaciones". Es decir, que pudieran ser miembros del Partido todos los oportunistas y conciliadores que circulaban a su alrededor.

    Fu sobre la base de esa diferencia de criterio que el Pa r t i -do Socialdemcrata ruso se dividi, desde entonces, en las dos alas en que haba de distinguirlo la historia: los mayoritarios (bolcheviques) siguiendo el concepto de Lenin, y los minor i -tarios (mencheviques) detrs del de Martov. Cul era la posicin de Len Trotsky en esta circunstancia? Se aline con los mencheviques en contra de Lenin. Y aun cuando, poco des-pus, se apar t de ellos, en adelante siempre se mantuvo en una posicin de "centro", entre bolcheviques y mencheviques, aunque, en general, se una con estos lt imos contra los bo l -cheviques.

    Sus disparos se dirigan, particularmente, contra Lenin, a quien llamaba "Maximiliano Lenin", parangonndolo con Ro-bespierre. En su folleto de entonces, Nuestras tareas polticas, inencontrable hoy pero del que tenemos informacin a t ravs del importante y documentado libro de Boris Suvarin: Stali-ne-Aper^u historique du bolchevisme, Par s , 1935, Trotsky ca-lificaba a Lenin como el "jefe del ala reaccionaria de nuestro partido" y lo culpaba de "vulgar caricatura de la intransigen-cia trgica del jacobinismo". Los mtodos de Lenin conducan, segn Trotsky, a una disciplina de cuartel. " E l rigorismo en materia de organizacin escriba opuesto a nuestro opor-tunismo, no es otra cosa que el reverso de la estupidez pol -tica". Segn Trotsky el proletariado se iba a organizar es-pontneamente en el curso de la lucha. Los jacobinos "eran utopistas y nosotros queremos solamente ser la expresin do tendencias objetivas. Eran idealistas de los pies a la cabeza y nosotros somos materialistas de la cabeza a los pies. Ellos eran racionalistas y nosotros somos dialcticos. Cortaban cabezas y nosotros las aclaramos por la conciencia de clase." "Por las tcticas de los jacobinos bolcheviques, todo el movimiento internacional del proletariado ser acusado de moderacin ante el tribunal revolucionario y la cabeza leonina de Marx caer la primera bajo el golpe de la guillotina."

    Es evidente que en la revolucin de 1905, en Rusia ensayo general de la de 1917 la que se produjo dos aos despus del famoso Segundo Congreso de la Socialdemocracia rusa, los

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    mencheviques tuvieron un papel de primer orden y fueron lo iniciadores de los soviets, que los bolcheviques, entonces, cam-batieron como rganos a formarse despus de la revolucin y no antes. Los bolcheviques, en cambio, apenas se destacaron y Lenin, prcticamente, no desempe ningn papel en ella. Quien lo tuvo, e importante, fu Trotsky, llegando a desempe-arse como presidente del Soviet de Petrogrado.

    Con posterioridad a la revolucin de 1905, aunque a conse-cuencia del retroceso revolucionario, que fu el resultado i n -mediato del fracaso de aquella, se realiz una momentnea unificacin de ambas tendencias, la lucha continu acerba entre sus dirigentes. Trotsky siempre, segn Suvarin col -cado en su posicin centrista entre bolcheviques y menchevi-ques, aunque ms cerca de stos, continuaba atacando a Lenin por "el espritu sectario, el individualismo de intelectual, e! fetichismo ideolgico", mientras los mencheviques, con Martov a l a cabeza, lo acusaban de querer establecer en Rusia una "secta" al estilo del Partido Socialista Obrero, de Daniel d*: Len, en los Estados Unidos, de representar "un triunfo de la incultura blanquista y anarquista sobre la cultura marxista" y de que "la Social democracia rusa hubiera hablado demasia-do a la rusa" y poco "a la europea".

    Lenin responda con crudeza: "Martov y Trotsky confunden los perodos histricos diferentes oponiendo Rusia, que efecta su revolucin burguesa, a Europa que hace mucho que te rmin la suya". "Pero dice B . Suvarin (op. cit.. pg. 119) se en-frentaba principalmente con Trotsky en el que condenaba. . . las frases sonoras y vacas a la Tar t a r n de Tarascn, la diplo-macia de camarilla, el peor espri tu de entrometido y a quien reprochaba de querer ahogar los desacuerdos en lugar de bus-car sus causa." Y an t ra t , en el Congreso Internacional de Copenhague, en 1910. de que la delegacin rusa lo condenara por algunos artculos que haba publicado en el rgano del Partido Socialdemcrata a lemn atacando a bolcheviques y mencheviques. "Las personas de la clase de Trotsky escriba Lenin con sus frases ampulosas sobre la Socialdemocracia rusa, son la plaga de nuestra poca." "Trotsky plagia hoy la ideologa de una fraccin, maana la de otra y as se declara por encima de las fracciones." "No se puede discutir con Trots-ky sobre el fondo, puesto que no tiene ninguna concepcin. Se

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    puede y se debe discutir con los derechistas y los izquierdistas convencidos, pero no con un hombre que juega a disimular las faltas de unos y otros; se le descubre como un diplomtico de la ms baja ley.*' "Trotsky no hu tenido jams ninguna fiso-noma poltica: va y viene de los liberales a los marxistas, con prrafos de frases sonoras arrancados de la derecha y de la iz-quierda." "No todo lo que br i l la es oro. Hay mucho oropel y ruido en las frases de Trotsky, pero ningn contenido."

    Mientras tanto, Trotsky, encarando una accin decidida con-tra Lenin, haba convocado ima conferencia que tratara la un i -ficacin de la Socialdemocracia rusa donde llegaron a existir ocho fracciones, la que se reuni en Viena en agosto de 1912, y donde se dieron cita Lenin se neg a asistir todas las tendencias dentro del partido Socialdemcrata ruso hostiles ni bolchevismo. Fu el'famoso "bloque de Agosto" de Trotsky. "Ustedes deben conocer la historia del bloque de Agosto del camarada Trotsky recordaba Stalin, ya en la poca de la campaa contra aqul en el que martovistas y otsovistas, liquidadores y trotskystas trabajaban en amable colaboracin pretendiendo ser un '"verdadero" partido. Como bien se sabe, este "partido" tenia por fin destruir a l partido Bolchevique." { S T A L I N , Leninismo o trotskysmo? en The October Revolution, New York, pg. 89 . ) Y . no habiendo logrado ningn xito, Trotsky continu atacando dur s mamente a Lenin. En una carta a Chjiedze, fechada en abril 19 de 1913, hablaba de L e -nin como "explotador profesional de todo lo que hay de retar-datario en el movimiento obrero ruso", diciendo, adems, que "Todo el edificio del leninismo est actualmente levantado so-bre mentiras y falsificaciones y l leva en s el germen envene-nado de su propia descomposicin". (B. S U V A R I N , op. cit. y S T A L I N , The October Revolution, New York, pgs. 88 y 89. )

    Juicios seversimos, para los que Lenin siempre tena rpl i -ca, y que conviene recordar y analizar con atencin para ubi -cai" revolucionariamente a Trotsky: "Jams ni en un solo pro-blema serio del marosmo ha tenido Trotsky una opinin fir-me", siempre se ha metido por la rendija de tales o cuales divergencias, pasndose de un campo a otro. Ahora anda entre bundistas y liquidadores. Sabido es que estos seores no tienen muchos miramientos con el Partido." ( L E N I N , Sobre e derech de autodeterminacin de las naciones, Buenos Aires, 1942, p -

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    gina 72.) Y en una Carta abierta a Boris Suvarin, respecto a la posicin de Trotsky frente a la primera guerra mundial de 1914, escriba: ' 'Yo nunca tild de chovinista la posicin de Trotsky. De lo que yo lo acus es de representar con demasiada frecuencia, en Rusia, la poltica del centro. He aqu los he-chos. Desde enero de 1912 la escisin del Partido Obrero So-cialdemcrata ruso existe formalmente. Nuestro Partido (que .^ e agrupa alrededor del C.C.) acusa de oportunismo a otro grupo cuyos dirigentes ms conocidos son Martov y Axelrod. Trotsky perteneca al partido de Martov y slo lo abandon en 1914". . . "Habiendo roto con el Partido de Martov contina reprochndonos que seamos disidentes. Poco a poco se desplaza hacia la izquierda y propone romper incluso con los dirigente ^ socialdemcratas rusos. Pero no dice en definitiva si desea la unidad o la separacin respecto a l a fraccin de Chjiedze". . . "En Zimmerwald, Trotsky no quiso adherirse a la izquierda de Zimmerwald. Trotsky y el camarada G. Roland-Holds representan el centro." ( L E N I N , Obras completas. Bueno-s Aires, t. X X n i , pgs. 204 y 205.)

    Fu refirindose a esa poca de su accin revolucionaria que Trotsky deba escribir posteriormente: " Y o forrn parte de l a "minora" del II Congreso, minora de donde ms tarde naci el menchevismo. Permanec pol t icamente ligado a esta mino-r a hasta el otoo de 1904, poco ms o menos hasta lo que ha dado en llamarse la campaa provincial de la nueva Iskra;-fu entonces cuando se precis mi desacuerdo absoluto e i r re-ductible con el menchevismo en las cuestiones del liberalismo burgus y de la perspectiva de la Revolucin. En 1904, es decir, hace veintitrs aos, romp con el menchivismo tanto en lo referente a la poltica como a la organizacin. Yo no me he llamado nunca menchevique ni me he estimado t a l " . . . "No cabe duda alguna que yo he coinetido errores sobre muchos problemas particularmente durante la poca de mi lucha con-tra el bolchevismo".. . "Como he declarado no pocas veces, en los desacuerdos que tuve con el bolchevismo sobre una serie de cuestiones de principios, la sinrazn estaba de mi parte." (L . T R O T S K Y , La revolucin desfigurada. Madrid, 1929, pgs. 152, 153 y 154.)

    Este acto de contriccin de Trotsky, segn l mismo lo dice, ha sido repetido en mltiples oportunidades. "En el modo de

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    apreciar la suerte que aguardaba al menchevismo y los proble-mas de organizacin planteados al partido, confieso que la Pravda (peridico que publicaba Trotsky en Viena) no llego nunca a la claridad de un Lenin. Yo esperaba, todava, quo una nueva revolucin obligara a los mencheviques como en 1905 a abrazar la senda revolucionara. No saba apreciai debidamente la importancia que tena la disciplina ideolgica y el endurecimiento poltico como preparacin. E n punto al desarrollo interior del partido, comet el pecado de entregarme a una especie de fatalismo socialrevolucionario. Reconozco que era una posicin falsa." (L. T H O T S K Y , M i vida. Ed. Erci l la , t. II, pg. 116.) En otra de sus obras ms conocidas lo repite: "En casi todos los casos (al menos los ms importantes) donde yo me he opuesto a Lenin desde el punto de vista de la tctica o de la organizacin, fu l quien siempre tenia razn." (L . T R O T S K Y , La Rvolutioyi Permanente. Par s , 1932, pg, 66.) Y ms adelante, en la misma obra, pgina 75, le recalca: " M i posicin en el interior del Partido fu conciliadora, y es sobre esta base que, en cierto monaento, tend a formar un grupo. M actitud era determinada por una especie de fatalismo revo-lucionario social. Yo consideraba que la lgica de la lucha do clases obligara a las dos fracciones a seguir una sola lneu revolucionaria. En ese tiempo no comprenda an el gran sen-tido histrico de la poltica de Lenin que exiga una implacable lnea de demarcacin ideolgica y an, en la oportunidad, la escisin para sostener y fortificar e l armazn de un partido verdaderamente proletario." "Buscando la unidad a cualquier precio idealizaba, inevitablemente y a mi manera, las tenden-cias centristas del movimiento." Concepto completado en la p -gina siguiente con estas sentencias: " Y ah est la leccin que se puede sacar de todo esto; es inadmisible y desastroso romper o atenuar la lnea poltica con el fin de un vulgar conciliacionis-mo; es inadmisible embellecer el centrismo que hace zigzags a izquierda; es inadmisible exagerar e inflar las disidencias con los camaradas que son verdaderos revolucionarios, para correr atrs de los fantoches del centrismo. Tales son las verdaderas lecciones que se pueden sacar de los verdaderos errores de Trotsky. Conservan todo su valor an para estos das." As se expres Len Trotsky de s mismo y de su pasado revolucio-nario en una de sus obras tericas ms difundidas.

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    Pero esto habra de repetirlo con frases an ms terminantes en sus declaraciones ante la Comisin Dewey. En algunas res-puestas ante esa Comisin, que lo inquir a respecto a las acu-saciones del fiscal stalinista Vyshinsky, Trotsky se expres de esta manera:

    "Dewey: L a otra acusacin que se le hace, respecto a su nuevo ataque contra Lenin, est relacionada con el Bloque de Agosto que usted organiz en 1911 y 1912. E l acusador cta a Stalin. Qu tiene usted que decir sobre este Bloque de Agos-to que estaba dirigido directamente contra las ideas de Lenin','

    "Trotsky: S, e Bloque de Agosto fu una consecuencia de mis tendencias conciliadoras. Tra t de unir a los bolcheviques y mencheviques. Esa fu la idea del Bloque de Agosto. Lenin rehus participar. Yo desarroll alguna agitacin aun en Rusia misma. Fu en el perodo de la mayor reaccin. Tenamos po-cas conexiones con Rusia. Algunos meses despus la situacin cambi, pero en el momento del Bloque de Agosto tenamos malas relaciones obreras con Rusia. Estaban casi totalmente interrumpidas. Todo el trabajo fue hecho entre los emigrados. Trat de unificarlos los bolcheviques y los mencheviques pero Lenin no acept. Lenin tena toda la razn en este punto, como lo demostr el posterior desarrollo de los acontecimien-tos. Yo pei'manec en la Conferencia con los mencheviques. Pero, en seguida, comenc a disputar con ellos y el Bloque fu destruido. No qued nada de tal tentativa.

    "Dewey: Se cta a Lenin en relacin con eso. Escribi que el Bloque estaba levantado sobre falta de principios, sobre h i -pocresa y sobre frases vacas.

    "Trotsky: S, creo que ese estilo es absolutamente el de L e -nin. Tena razn. E l Bloque fu una tentativa estril y Lenin no acept el juego. Dio golpes serios a sus adversarios.

    "Dewey: E l seor Vyshinsky. . . "Trotsky: Pero esto no es una evidencia criminal. "Dewey: . . . tambin declara que este Bloque fu formado

    por lacayos del imperialismo, por mencheviques, por aquellos que haban sido expulsados del partido Bolchevique y por la basura de los partidos de la clase obrera. Usted ha dicho que eran mencheviques. Eran lacayos del imperialismo?

    "Trotsky: Bueno, es un calificativo para los reformistas. Lenin llamaba a todos los reformistas como lacayos del i m -

  • L t N T R O T S K Y Y W A I . L S T R E E T 27

    peiialismo, y Uam de esta manera a los mencheviques que participaban en la conferencia. Es un asunto de apreciacin poltica y no de pensamiento criminal." (The case of Len Trotsky, pgs. 60 y 61.)

    En conclusin, siempre, en todas las cuestiones de tctica y de organizacin en que haba disputado con Lenin, Trotsky reconoci que la razn haba estado de parte de aqul . En un solo punto ha considerado ser l quien la tuvo: en su caracteri-zacin de la Revolucin rusa. Tambin lo ha expresado en las audiencias de la Comisin Dewey:

    "Stolberg: Puedo hacerle otra pregunta? Es de un inter-. histrico y filosfico. Entiendo que su teora de la revolucin permanente, de acuerdo con sus escritos, era muy similar a la de Lenin. Tambin surge de esos escritos que existan cierta^ diferencias de una menor importancia. Cules, en su opinin, oran esas diferencias?

    "Trotsky: Creo que en este ponto yo tena razn frente a Lenin. Yo haba elaborado, desde fines de 1904, la teora y la conviccin de que la Revolucin rusa no poda triunfar excepto por medio de la dictadura del proletariado.

    "Stolberg: Slo por medio de ella? 'Trotsky: S, slo por medio de ella. No poda triunfar como

    una simple revolucin burguesa. L a perspectiva de una dicta-dura proletaria en Rusia zarista atrasada, se presentaba como bien fantstica. Los mencheviques y tambin los bolcheviques llamaban "trotskysmo" a la perspectiva de una dictadura del proletariado en Rusia.

    "Stolberg: Si entiendo bien, "trotskysmo" desde 1904 a 1917 significaba la posibilidad de saltar sobre la democracia burguesa en Rusia?

    "Trotsky: "Trotskysmo" quer a decir la perspectiva de la dictadura del proletariado en Rusia.

    "Stolberg: Entonces, en su opinin, ambos puntos de vista no pueden ser presentados, despus de todo, en trminos de un choque de personalidades. Cada imo tom algo del otro y esto se uni en l a revolucin.

    "Trotsky: Creo que la parte de Lenin fu inmensamente mayor que la m|a.

    "Stolberg: Porque era estratgica?

  • 28 Q U E B R A C H O

    "Trotsky: Es un asunto demasiado importante para encarar-lo ahora. El era el viaestro. Yo el discpido."

    Tales declaraciones sitan el problema de la accin poltica de Len Trotsky en su verdadero lugar. Lenin era el maestro y Trotsky nicamente su discpulo. '

    ' E s ijilfresantc recordar q u e estas expresiones son nniy .semejantes a las q u e Ense i s hac ia respeeln a M a r x . S e ( { n Enge l s , a l escribir el Anti-iihrin desarrol laba " u n m t o d o y una c o n e e p c c > n q u e h a b a n sido cimentados y desenvueltos principa' Itsiinamente por Mai'y y xlo en parte muy pequea por mi". ( F . E N C E L S . P r l o g o a la 2* e d i c i n de l Anti-Dhrins, Londres . 23 de mayo d e 1885. E d . C n i t . M a d r i d , 1932, p g . 18.) Y . en l a carta a W Liebknecht d e l 14 d e marzo de 1883, a r a z d e 1,1 muerte d e M a r x , e s c r i b a : " T o d o lo q u e somos se lo debemos a l ; y el mov imiento tal como es hoy, es producto d e su trabajo t e r i c o y p r c t i c o . S i no hub iera s ido por l , todos nosotros s e g u i r a m o s tanteando a oscuras en n n laberinto d e confusiones. ( M A R X V E . N G E L . , "Cone'ipondencio, Buenos Aires , 1947, p g . 431 . )

  • I I - L E O N TROTSKY EN LA REVOLUCION DE OCTUBRE

    Llegaron los das de la Revolucin de Febrero de 1917, en Rusia, y Len Trotsky, que a pesar de compartir los puntos de vista de la "izquierda de Zimmerwald", que encabezaba Lenin, no haba querido unirse a ella, se hallaba deportado, momen-tneamente, en los Estados Unidos. Y , habiendo encontrado, luego, su camino a Petrogrado, pudo darse cuenta de que la coincidencia de Zimmerwald, con Lenin, se repet a ahora en relacin con las famosas "Tesis de A b r i l " de ste, y su decisin de no apoyar al gobierno provisional surgido de la cada del zai-ismo, como ya lo haban hecho los mencheviques y los pr in-cipales dirigentes bolcheviques, entre los que .se contaba el en-tonces oscuro Stalin.

    Esta coincidencia lo llev a manifestar su adhesin a los puntos de vista de su anterior adversario puntos de vista que, en el fondo, habian sido tambin suyos (o de Parvus) des-de tiempo a t rs y acercarse y ms tarde ingresar al Partido Bolchevique, algunas de cuyas principales figuras, como Zino-viev y Kamenev, no slo disentan con Lenin respecto a la lnea poltica a seguir, sino que, en determinado momento, como en oportunidad de la insurreccin de Octubre, se levan-taron abiertamente contra l, acercndose al enengo. En cuan-to a Stalin, se mantuvo prudentemente en segundo piano.

    Fu Len Trotsky quien, en defeccin de tales l deres bol -cheviques, prepar y organiz la mencionada insurreccin inspirada por Lenin lo cual, no slo fu reconocido por el mismo Lenin, sino hasta por sus futuros adversarios. "Cuan-do el Soviet de Petrogrado hubo pasado a manos de los bol-cheviques, Trotsky fu elegido presidente y, en calidad de tal.

  • 30 Q U E B K A C H O

    organiz y dirigi la insurreccin del 25 de Octubre." (LENIN,^ Obras covipletas, t. X V I , Citado por Trotsky en La revolucin desjigurada, pg. 49. ) Y Stalin, en el Pravda, N 9 2 4 1 , al cum-plirse el primer aniversario de la Revolucin y bajo el titulo de El papel de ios principales mililantes del Partido, escribi; ''Todo el trabajo de organizacin prctica de la insurreccin se efectu bajo la direccin inmediata de Trotsky, presidente del Soviet de Petrogrado. Puede decirse con seguridad que la adhesin de la guarnicin al Soviet y la hbi l organizacin del trabajo del Comit de guerra revolucionario se los debe el Partido, ante todo y sobre todo, al camaiada Trotsky."

    Esto no impidi, sin embargo, al mismo Stalin, afirmar ms tarde: "No niego el papel importante del camarada Trotsky en el levantamiento. Pero debo decir que el camarada Trotsky no desempe ningn papel particular en la insurreccin do Octubre: que en su calidad de presidente del Soviet de Petro-grado se limitaba a ejecutar la voluntad de las instancias inte-resadas del Partido, las cuales dirigieron todos los pasos del camarada Trotsky.' ' Y an ms adelante: " E l camarada Trots-ky, hombre relativamente nuevo para nuestro Partido, durantc-el perodo de Octubre, no desempe ni pudo desempear n in-gn papel particular ni en el Partido ni en l a insurreccin de Octubre." ( S T A L I N , 7'he Octobcr Revolution. New York. 1934. pgs. 71 y 72. )

    Pero, con todo su important s imo papel en esa insurreccin, el mismo primer da de la toma del Poder, cuando Lenin, con quien se hallaba en privado, le ofreci el lugar que, a su juicio. le corresponda en el nuevo gobierno, Trotsky puso, en tan extraordinario momento, un sorprendente reparo que nos ayu-dar a interpretarlo como revolucionario.

    "Yo lo contradije cuenta en Mi vida, Ed. Erc i l la t. II, pg. 1 0 4 aduciendo, entre otros argumentos, el problema de raza, pues parecame que no mereca la pena poner en manos del enemigo el ai-ma que supona mi estirpe juda. Lenin. al or aquello, casi se indign.

    De modo que hemos hecho una gran revolucin inter-nacional para que salga usted ahora con esas minucias?

    " A propsito de este tema cruzamos, medio en serio y medio^ en broma, las palabras tiguientes:

  • L E N T R O T S K Y Y W A I . I . S T R E E T 31

    " L a revolucin no hay duda que es grande; pero no ha acabado, n i mucho menos, con los imbciles repuse yo.

    " Y qu, quiere usted que nos pleguemos a su voluntad? me replic l.

    "No, eso no; pero alguna que otra pequea concesin a la estupidez no tendremos ms remedio que hacerla. Para qu crearse, ya desde el primer da, intiles complicaciones?"

    L a indignacin de Lenin se justificaba ante un prejuicio como el manifestado por Trotsky en tales ciicunstancias, pre-juicio que hubiera sido incomprensible en Carlos Marx , poi' ejemplo, otro revolucionario de estirpe juda, pero que se haba liberado, como corresponda, de tales "minucias". Este episo-dio, como otros parecidos que es posible sealar en su vida revolucionaria, es una clara demostracin, adems de la exis-tencia de prejuicios inadmisibles, que Trotsky no obraba sola-mente en funcin de sus propias ideas, como hubiera corres-pondido a un revolucionario de su categora, sino tambin, y en un grado tan importante como para modificar su conducta, de las ajenas. Qu contradiccin exista entre este proceder y lo que habr a de escribir a menudo con su brillante pluma de l i -terato! "Hay que guiarse dice, por ejemplo, en Problems of ihe Chnese Revolution, New York, 1932, pg. 55 por las ne-cesidades objetivas de la revolucin, pero no por lo que dir el enemigo."

    Apenas formado el nuevo gobierno, e principal papel de Trotsky ju apoyar a Lenin, ayuda'iido a ste a mantener sus posiciones, como lo haba hecho antes para encarar la insurrec-cin. "Durante toda la tarde dice un testigo famoso Lenin y Trotsky tuvieron que combatir las tendencias al compromiso. Una parte notable de los bolcheviques pensaban que deban hacer las necesarias concesiones para lograr la constitucin de un gobierno de coalicin socialista.

    'No nos podemos sostener exclamaban. Todos es tn contra nosotros. No tenemos los hombres que hacen falta. Que-daremos aislados, todo se hundir .

    "As hablaban Kamenev, Riazanov y otros. "'Pero Lenin Trotsky al lado se manten a firme como

    una roca. "Que todos los que quieren un compromiso acepten nues-

    tro programa y los admitiremos. No cederenros n i una pulgada.

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    Si hay aqu camaradas que no tienen el valor y la voluntad de atreverse a lo que nosotros nos atrevemos, que vayan a reunirse con los poltrones y los conciliadores! Con el apoyo de los obreros y los soldados, nosotros seguiremos adelante." ( J O H N R E E D , Diez das que conniuvieron al mundo. Ed. Biblos, Madrid, pg. 80.)

    Nombrado Comisario del Pueblo para los Negocios Ext ran-jeros, sostuvo, con motivo de la firma del tratado de paz, en Brest-Litowsk, una disputa enconada y i-uidosa con la dele-gacin alemana. Y luego, al frente del Comisariato de Guerra, realiz aquella labor pica en la que, cambiando la pluma por la espada, cre y condujo el Ejrcito Rojo en los irmumcrables frentes de la contrarrevolucin armada durante varios aos y por toda la extensin de las fronteras rusas qu teatro para un actor de su categora! llegando al punto ms alto de su fama y de su accin revolucionaria en forma espectacular v deslumbradora. Fu al frente del Ejrcito-Rojo y haciendo un gigantesco despliegue de energa, que t ransmit a a sus subor-dinados, que Trotsky logr salvar l a Revolucin de Octubre. Vestido con su imponente uniforme de soldado rojo, el publ i -cista Trotsky superaba las hazaas de todos los jefes militares.

    Segn Mximo Gorki , en sus memorias sobre Lenin, ste, que haba dado a Trotsky carta blanca para actuar en forma que haca de l un dictador implacable, habr a de decir de su labor en el Ejrcito Rojo; "Dando un puetazo sobre la mesa gr i t: ^Podra indicarme usted otro hombre capaz de organi a r en un ao un ejrcito casi modelo y, adems, capaz de captarse la s im-pata de los especialistas militares Nosotros hemos encontrado este hombre. Tenemos todo lo que necesitamos. Y ha de vei' usted hasta milagros."' (Citado por el mismo Trotsky: La resolucin desfigurada. Madrid, 1929, pgs. 104 y 105.

    " L a organizacin del Ejrcito Rojo haba llegado a ser una necesidad urgente escribi un brillante comentarista con fuerzas armadas contrarrevolucionarias que amenazaban a la joven repblica desde todos los rincones de su vasto territorio. Hubo veces en que los ataques se produjeron en diez y siete frentes distintos. Durante esos tres aos de guerra contra los ejrcitos contrarrevolucionarios y ios invasores extranjeros, Trotsky tuvo oportunidad de desplegar sus dotes excepcionales. Su arrebatadora energa, su oratoria fascinante, la impulsiva

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    fueiza de sus llamados, su intrpido coraje fisico, su fra crueldad todo contribua para formar una personalidad tan excepcional y tan indispensable para el sostenimiento del nue-vo rgimen, como era el genio y la calidad de estadista de Lenin; y Lenin fu el primero en reconocer el hecho. Pareca como si la Revolucin necesitara estos dos tipos discmiles; el idealista impersonal que, como Lenin confunda su estatura sobrehumana con la causa, y el ambicioso egosta que. como Trotsky, identificaba la causa con su propia personalidad sobre-humana. Durante esos aos se levant, con Lenin, a la estatura de un semi Dios; sus fotografas aparecan por todas partes y en toda ocasin, y sus hazaas eran celebradas en encomis-ticas alabanzas por algunos de los ms destacados lderes y escritores."

    Y continuaba: "Trotsky conoca su propia importancia y la haca sentir a los que lo rodeaban.. . No haba en l ni una chispa de esa amabilidad humana que hicieron a grandes re-beldes como Bakunin o Malatesta, Lenin o Liebknecht, no slo admirados, sino tambin queridos por sus contemporneos. Para Trotsky esos rasgos humanos eran nier as indignas de un gran hombre, obligado a asegurar E U grandeza manteniendo a los mortales menores a una rgida distancia. Desde luego haca una excepcin con Lenin al que renda la misma refunfuante reverencia que Napolen, por razones de Estado, daba ocasio-nalmente al Ser Supremo.

    " A diferencia de Lenin, su ascendencia no era aceptada sin reparos. En verdad, para los intelectuales jvenes . . . l era el smbolo de lo que cada uno en su grupo hubiera deseado ser: el hroe militar, la personalidad fascinante y v i r i l , el gran orador, ei escritor brillante, el erudito verstil . No aspiraban a ser tratados como iguales, as como uno no aspira a ser Dios. Era diferente, sin embargo, con los viejos militantes del Partido Bolchevique, los Zinoviev, Kamenev, Rykov, Frunze, Voro-shilov, Bubnov, etctera, que haban presenciado todas las agrias disputas entre Lenin y Trotsky. Estos siempre conside-raron al brillante franco tirador como un juglar y no se ave-nan a la idea de ser sus subordinados... E l peligro de Bona-partismo contra, digamos, el legalismo revolucionario, se pre-sentaba a la vieja guardia. . . Lenin mismo, tambin, parece haber llegado a sentir inquietud por el xito meteorice de su

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    invalorable ayudante. No eran celos. Estaba, en verdad, arriba de la envidia, as como su propio maestro Marx, tuvo su pre-ocupacin respecto a Ferdinand LassaUe, el Lien Trotsky de su tiempo." ( M A X N O M A D , Rehels and renegades. New York. 1932, pg. 229.)

    Lleg pues un mom^ento, en la U.R.S.S., en que la propia personalidad de Lenin qued oscurecida tras la intensidad del brillo de la de Trotsky. Este se paseaba a sus anchas y hacien-do todo el despliegue posible de sus cualidades, por el escena-ro ms grandioso que poda haberle proporcionado la Historia. Pero, no obstante, como se ha dicho, Trotsky acat siempre la autoridad de Lenin. No es que no existieran desacuerdos. Los hubo. Pero, en los puntos capitales, era Lenin quien prevaleca. Y , como casi siempre haba ocurrido antes de Octubre, la ra-zn estuvo de su parte. A este respecto el mismo Trotsky ha escrito: "No quiero decir con esto que no hayan existido des-acuerdos entre Lenin y yo. H a habido discrepancias entre los dos. Los desacuerdos sobre l a paz de Brest-Litowsk se prolon-garon varias semanas y hubo das en que revistieron, incluso, carcter violento.". (L. T R O T S K Y , La revolucin desfigurada, pg. 71.)

    Pero, aparte de los desacuerdos mencionados, hubo otros como los que surgieron respecto a los "Ejrcitos del trabajo", que Trotsky organiz al t rmino de la guerra c iv i l , contra la opinin de Lenin, y que luego fracasaron. No obstante, la dife-rencia principal, que coloc a Trotsky casi en abierta oposi-cin a Lenin, fu l a que se refera a l papel de los sindicatos en la U.R.S.S. A este respecto dice Trotsky en Mi vida: "He de detenerme un poco en otra disparidad de criterio surgida entre nosotros a fines de 1920 y comienzos del 21. . . y que mantuvo separados nuestros campos por espacio de unos dos meses. Es indudable que la llamada "discusin" acerca de los sindicato; empa por algn tiempo nuestras relaciones." Trotsky sos-tena que los sindicatos, en un Estado obrero, no tenan razn de ser como rganos independientes, y, en consecuencia, deban ser incorporados a ese Estado con un nuevo carcter ; estimular la produccin. Lenin replicaba que la U.R.S.S. no era an una repblica obrera, sino "una repblica obrera con distorsiones an una funcin que cumplir; proteger a los obreros de esa-s burocrt icas" y que, frente a este hecho, los sindicatos tenev

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    distorsiones. L a abstracta posicin de Trotsky frente a la ente-ramente realista de Lenin, fu reconocida, ms tarde, por el mismo Trotsky: " M i propuesta de introducir el aparato sindi-cal en el sistema de administracin econmica. . . no presen-taba la solucin necesaria". (L. T R O T S K Y , L a resolucin desfi-gurada, pg. 76 . ) " S i Trotsky equivoc su posicin en el deba-te dice V . Serge en Vida y muerte de Trotsky, Buenos A i -res, 1954, pg. 115 ello se debi a exceso de optimismo re-volucionario."

    En cambio, donde la compenetracin de Trotsky con Lenin fu casi completa y donde pudo secundar a ste con mayor am-plitud y unidad de miras, fu en la direccin de la Tercera Internacional, organizada en 1919 por los bolcheviques que haban pasado a adoptar, ahora, el nombre de comunistas, nombre que tambin utiliz la nueva Internacional. Para los revolucionarios rusos, que se haban apoderado del poder en 1917, se abra la necesidad de impulsar la revolucin mundial como forma de salvar su propia revolucin y completar su obra. "Sin la revolucin europea pereceremos", escriba Lenin , que no imaginaba que luego en la U.R.S.S. hubiera quien le-vantara la consigna de la posibilidad de organizar el "socialis-mo en un solo pas". En la orientacin de la Tercera Inter-nacional, de acuerdo con las ideas directrices de Lenin, Trotsky desempe un papel muy importante. Respecto a esta labor, respondiendo a una pregunta de la Comisin Dewey, el mismo Trotsky tuvo oportunidad de responder: "Desempe un papel directo y activo en los cuatro primeros Congresos de la Inter-nacional Comunista. En tiempos de Lenin. los informes m s importantes referentes a la situacin internacional y las tareas de la Internacional Comunista fueron compartidos entre Lenin y yo. Todos los manifiestos programticos de ios cuatro Con-gresos fueron escritos por m. Algunas importantes tesis sobre la estrategia de la Comintern, tambin las escrib yo." (The case of Len Trotsky, pg. 25.)

    Como lo hemos dicho, Lenin, al frente del proletariado, se apoder del poder en Rusia no con el propsito inmediato de establecer el socialismo, sino de resolver en ese pas los proble-mas de la revolucin democrtica y encender la tea que provo-cara la revolucin europea, lo que permit i r a a Rusia, a su vez, pasar al socialismo. Dado su peso n l a economa mun-

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    dial, consideraba la revolucin en Alemania como mucho ms importante que en Rusia, y an se mostraba dispuesto a sacri-ficar la revolucin en este pas con tal de provocarla en A l e -mania.

    Sin embargo, el papel contrarrevolucionario de la Social-democracia europea, llamada urgentemente al poder por la burguesa, salv al capitalismo del derrumbe, mientras el mo -vimiento revolucionario a lemn era decapitado con el brutal asesinato de sus principales dirigentes: la extraordinaria mujer que fu Rosa Luxemburgo, que todava no ha sido reconocida como una de las ms destacadas figiu-as femeninas de la Histo-ria, y Carlos Liebknecht. L a falta de propagacin de la revo-lucin dejando aislada a la U.R.S.S. en medio de un mundo capitalista tuvo, finalmente, intensa repercusin en esta. Pasa-dos los aos trgicos del llamado "comunismo de guerra", en los que hubo que vencer con las armas a la contrarrevolucin, el descontento empez a cundir dentro del mismo pueblo ruso, descontento del que fu un terrible s ntoma la sublevacin de Krondstadt, en 1921, llamado de alerta que los dirigentes del Partido Comunista ruso, con Lenin a la cabeza, no podan dejar de escuchar. Se dio, entonces, marcha a t rs en la pol -tica que hasta entonces se haba llevado; el Dcimo Congreso del Partido, por sugestin de Lenin , prohibi las fracciones dentro del mismo; y se inaugur la Nueva Poltica Econmica (N.E.P.) restableciendo en forma relativa y momentnea las relaciones econmicas capitalistas, contemporizando, adems, con los campesinos sobre ias medidas de socializacin. Esto no slo signific un alto, sino tambin un momentneo retroceso en la transformacin revolucionaria de la U.R.S.S., el que se afianz en 1923 a consecuencia del reflujo del movimiento re-volucionario mundial provocado por la guerra 1914-18. Todos estos acontecimientos coincidieron con la incapacidad fsica de Lenin, a causa de la enfermedad que haba comenzado a mani-festarse en l ya en 1922, y su muerte en enero de 1924.

    Fu entonces que todas las desventajas del hecho de haber triunfado la dictadura del proletariado, por primera vez, en un pas atrasado, con ms de 90 % de masa campesina, como Rusia, y que haba quedado solo contra el imperialismo mun-dial, salieron al frente y comenzaron a tener decisiva reper-cusin en los nuevos acontecimientos dentro del mismo. Esto

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    fu particularmente apreciable en las propias filas del Partido gobernante, el Partido Comunista, del que, desde 1922 haba sido designado secretario general, Stalin, mediocridad que has-la entonces haba actuado oscuramente y que fu llevado a la direccin como consecuencia del retroceso que sealaron, no slo los acontecimientos adversos para la revolucin, sino tam-bin la destruccin de la democracia en los soviets y el adveni-miento al seno del Partido Comunista gobernante de nuevos elementos procedentes de los favorecidos con la N.E,P . y cam-pesinos ricos, quienes significaron un afianzamiento de los p i -lares de l a burocracia. L a idea de la revolucin mundial, que haban sostenido Lenin y Trotsky, fu abandonada, y la Inter-nacional Comunista, a t ravs de sus Partidos, dej de lado su funcin de promoverla para tratar ahora solamente de "neu-tralizar" a las burguesas imperialistas. L a burocracia, de la que Stalin slo era una expresin destacada, declar por boca de ste y en contra de los principios ms elementales del mar-xismo-leninismo, que el socialismo poda construirse "en un solo pas" y, a tal fin, sacrific los intereses del proletariado mundial.

    Ese retroceso en el proceso revolucionario ruso, producto de las nuevas circunstancias nacionales e internacionales y del que surgi el entronizamiento de la burocracia, haba llegado a alarmar al mismo Lenin, segn Trotsky, cuando, despus de un breve parntesis, provocado por su primer ataque, re torn por breve tiempo a sus funciones al frente del gobierno sovi-tico, ao y medio antes de su fallecimiento, llegando a propo-nerle a Trotsky la formacin de un bloque contra ella y contra Stalin, que la representaba. Y , atento a los sucesos posteriores, poco antes de su retiro definitivo, escribi una carta para ser leda en el Congreso del Partido, carta conocida como su Tes-tamento Poltico. E n ella, fechada el 25 de diciembre de 1922, Lenin, previendo la divisin del Partido, recordaba que el mis-mo "se apoyaba en dos clases y por esta razn, de no existir acuerdo entre ambas, su cada es inevitable". "De la estabili-dad del Comit Central escriba depende que subsista o no la amenaza de una divisin." Y declaraba: "Opino que los fac-tores principales de los cuales depende esa estabilidad son los dos miembros del Comit Central, Stalin y Trotsky. Las rela-ciones existentes entre ambos constituyen, a mi juicio, la causa

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    principal de la divisin que amenaza al Partido. . . E l cama-rada Stalin, promovido al cargo de secretario general, ha con-centrado en sus manos un poder enorme; y no estoy convencido de que sepa siempre utilizar ese poder con la cautela necesaria. Por su parte, el camarada Trotsky, conforme demostr en su lucha contra el Comit Central a propsito de la cuestin del Comisariato de Vas de Comunicacin, se ha distinguido no tan slo por una capacidad excepcional sin ninguna duda es el ms capaz de todos los miembros del actual Comit Central sino tambin por su excesiva confianza en si mismo y por su propensin a dejarse arrastrar por los aspectos puramente ad-ministrativos de las cuestiones.

    "Estas distintas cualidades de los dos jefes ms capaces del actual Comit Central podran, muy fcilmente, originar una divisin. S i nuestro Partido no adopta las necesarias medidas para evitarlo, esta divisin podra producirse inesperadamente."

    Y , en un post scr ptum fechado algunos das despus, e l 4 de enero de 1923, Lenin calific a Stalin de "demasiado rudo" y propuso al Partido sustituirlo por "otro hombre que difiera de l en todos sentidos y que sea, sobre todo, ms paciente, ms lea!, ms corts y atento con los camaradas, menos capri-choso, etctera". "Esta medida finalizaba podr parecer una nimiedad, pero yo considero que teniendo en cuenta la necesidad de evitar una divisin y las relaciones que median entre Stalin y Trotsky, no es en modo alguno una nimiedad o es, en todo caso, una nimiedad tal que puede revestir una importancia decisiva."

    No corresponde aqu hacer una relacin de la lucha enta-blada entre Stalin y Trotsky, la que, como lo prevea Lenin, llev a la divisin del Partido gobernante. Esta divisin ya haba tomado cuerpo antes del fallecimiento de Lenin, reem-plazado en las funciones del gobierno por una "troika" inte-grada por Stalin, Zinoviev y Kamenev, representante de los factores regresivos dentro de la U.R.S.S., en tanto que Trotsky apareca encabezando la denominada Oposicin de Izquierda, tambin llamada bolchevique-leninista, que se presentaba como continuadora de Lenin y depositara de los principios revolu-cionarios.

    En su opsculo Nuei^o Curso, carta dirigida al Partido, pu -blicado an en vida de Lenin, pero cuando ste se encontraba

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    ya mcapacitado, refirindose al cncer del burocratismo, Trots-ky deca: " E l burocratismo mata la iniciativa y traba as la elevacin del nivel general del Partido." "Es necesario que el Partido vuelva a la iniciativa colectiva, a l derecho de crtica ubre y fraternal, que tenga la facultad de organizarse a s mis-mo.". Agregando: "Nuestra juventud no debe limitarse a repe-tir nuestras frmulas; debe conquistarlas, asimilarlas, for-marse una opinin, su fisonoma propia, y ser capaz de luchar por sus puntos de vista con el valor qve dan la conviccin profunda y la independencia completa de carcter . ;Fitcra del Partido Ta obediencia pasiva que hace m/ircar mecnicamente el paso de-trs de los jefes! Fuera del Partido la impersonalidad, el ser-i'ibsmo, el carrerismo!

    " E l bolchevique no es solanirente un hombre disciplinado: es un hombre que. a cada paso y sobre cada pregunta, se forja una opinin concreta y l a defiende valerosamente, no slo contra sus enemigos, sino dentro de su mismo Partido.

    "'Nuestro Partido no podr realizar su misin histrica si se dividiera en fracciones. No se disgregar as porque, colectivi-dad autnoma, se opone su organismo. Pero no combatir con cxito los peligros del fraccionamiento ms que desarrollando y consolidando en su seno ia aplicacin de la democracia obre-ra. E l burocratismo del aparato es precisamente ima de las

    .principales fuentes del fraccionamiento." L . T R O T S K Y , Cours nouveau. Par s , 1924, pgs. 99 y 102.)

    Y ms adelante agregaba: " E l Partido vive, en cierto modo, en dos pisos: el piso superior es e l que decide y el piso infe-ior se limita a enterarse de las decisiones." Sealando que: ' i a fuente de la burocracia reside en la concentracin creciente de la atencin y de las fuerzas del Partido sobre las institucio-nes y aparatos gubernamentales y en l a lentitud del desarrollo de la industria". Y , respecto a la prohibicin de fracciones, escriba: " S i las fracciones son peligrosas (y esto es as) es criminal cerrar los ojos ante el peligro que representa la frac-cin burocrtica conservadora." (Id., id., pg. 43.)

    En octubre de 1924, como prlogo a la recopilacin de sus escritos sobre la Revolucin de Octubre, Len Trotsky escribi laF llamadas "Lecciones de Octubre", en las que pona en des-cubierto el rol negativo de los componentes de la "troika", entonces gobernante, en los das capitales de la Revolucin.

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    Se detena, particularmente, en Zinoviev y Kamenev, a quienes acusaba de "ala derecha" y de "casi socialdemcratas". Este escrito de Trotsky tuvo gran repercusin, no slo en la masa del pueblo ruso, donde haba desaparecido ya el espri tu heroi-co de los das de la Revolucin y la discusin entre los d i r i -gentes fu calificada de "literaria", sino en las esferas gober-nantes que levantaron el fantasma del "trotskysmo", como opuesto al leninismo, sacando a relucir todas las antiguas disputas de Lenin con Trotsky y obligando a ste a retractarse en sus expresiones, as como los haban obligado a desmentir la existencia del "testamento" de Lenin, cuando M a x Eastman 3o hizo conocer en los Estados Unidos.

    A l ao siguiente, en el octavo aniversario de la Revolucin Tiotsky, public "Hacia el capitalismo o hacia el socia-lismo ", editado en el extranjero con el t tulo de "Adonde va Rusia?", en el que analizaba la marcha del proceso econmico dentro de la U.R.S.S., y en setiembre de 1927 present una brillante exposicin ante el Comit Central de las Uniones del Partido, conocida como "Plataforma de la Oposicin" y publ i -cada en espaol con el ttulo de " L a situacin real de Rusia".

    En el ltimo de los libros mencionados, en el que haca un detenido anlisis econmico social de ia situacin de la U.R.S.S., citaba a Lenin cuando escriba que " la nica base material para el sociasm) estriba en un vasto mecanismo industrial, capaz de reorganizar la agricultura", y afirmaba: "Las ten-dencias oportunistas en el Partido Comunista ruso se apoyan, en las presentes circunstancias, en los hechos siguientes: 1) E l medio burgus internacional y la parcial y temporal estabili-dad del capitalismo que predisponen a crear una estabilidad completa. 2) L a Nueva Poltica Econmica, absolutamente ne-cesaria para avanzar hacia el socialismo, pero que ha resucitado en parte al capitalismo, aviva tambin las fuerzas hostiles ul socialismo. 3) Los elementos pequeburgueses, en un pas donde predomina en grado sumo la clase rural, no pueden dejar de abundar, no tan slo en los Soviets, sino tambin en el Par t i -do. 4) E l hecho de que el Partido monopolice la direccin po-ltica una cosa absolutamente necesaria para la R e v o l u c i n -engendra otra serie de peligros especiales. E l X I Congreso del Partido, en poca de Lenin, sealaba franca y claramente que existan ya en nuestro Partido grupos considerables de ciuda-

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    danos (campesinos acomodados, altos empleados, intelectua-les) que se habr an pasado a los Partidos social revolucionario y menchevique, si estos Partidos no fuesen ilegales. 5) E l apa-rato del Estado dirigido por el Partido introduce en ste mucho de burgus y de pequeo burgus, infestndolo de oportunis-mo. 6) Gracias al personal tcnico y a los empleados e inte-lectuales de elevada categora, indispensables todos para nues-tra labor constructiva, fluye hacia nuestro aparato una co-rriente continua de influencias no proletarias". (L . T R O T S K Y , La situacin real de Rusia. Ed. Apolo, Barcelona, 1931, pgs. 227 y 228.) Sostena, adems, que: " E l grupo de Stalin y Bujarin, alejndose ms y ms de los principios de Lenin, trata de em-baucar al Partido dndole a entender que esta es una lucha entre el Leninismo y el Trotskysmo. L a lucha, en realidad, existe entre el Leninismo y el oportunismo de Stalin." (Id. id., pgina 220.)

    En su accin contra la burocracia, Len Trotsky, que ya iiaba sido relevado el 2 de enero de 1925 de sus funciones de presidente del Consejo Superior de Guerra y Comisario del Pueblo del Ejrcito y la Marina, apareca como el principal defensor de la necesidad de la industrializacin en la U.R.S.S. y de que esa industrializacin fuera planificada. Adems, en-carando el panorama mundial, haca brillantes anlisis de la situacin internacional, destacando el aplastante predominio de los Estados Unidos. E n un. famoso discurso pronunciado el 28 de julio de 1924, a este respecto, deca: "Quier.quiera qu; desee o trate de discutir hoy el destino del proletariado mun-dial sin tomar en cuenta el poder y el significado de los Esta-dos Unidos, est, en cierto sentido, haciendo un inventario sin consultar al amo. Pues, el amo del m^indo capitalista y en-tendamos esto claramente es Nueva York, con Washington como su Departamento de Estado". Y agregaba: "La prepon-derancia que Inglaterra, en el cnit de su prosperidad, tena sobre Europa y el resto del mundo, no es nada comparada con ia preponderancia de los Estados Unidos sobre todo el mundo, incluso Inglaterra, hoy. Y esto, camaradas, es la cuestin cen-tral de la cuestin europea y mundial. Sin comprender esto, es imposible comprender los destinos de la historia moderna en sus prximos capitulas." (L . T R O T S K Y , Europe and Amrica. Ferspectives of World Der^eloprneit. Pgs. 11 y 12.)

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    A l comienzo de su campaa contra Trotsky y la Oposicin de Izquierda, Stalin haba tenido el apoyd total de los otros miembros de la "troika", Zinoviev y Kamenev, quienes haban sido los ms acrrimos enemigos de aqul y los principales inventores del "trotskysmo". Pero la posterior preminencia de Stalin, que pas a ser la figura dominante de la burocracia sovitica, hizo que Zinoviev y Kamenev, que nunca se haban distinguido por la profundidad ni la fortaleza de sus convic-ciones, cambiaran de frente y pasaran a combatir a Stalin, ofreciendo ahora su apoyo a Trotsky.

    Para asombro de quienes juzgaban esa lucha en el terreno de las ideas, Trotsky, que los haba calificado de "derechistas" y "casi socialdemcratas", acept. Sobre la base de algn pr in -cipio? No. Solamente como expresin vulgar de ambiciones personales por el poder. Reflejo de ese asombro, en los medios revolucionarios mundiales son estas palabras de Vctor Serge, militante francs que colabor en los primeros aos de la Re-volucin con los bolcheviques y que luego fu perseguido y encarcelado por la burocracia stalinista por su adhesin a la Oposicin de Izquierda. Escribi Vctor Serge: "En 1927 se vio producirse un reagrupamiento inesperado que, en cualquier otra parte, hubiera sido incomprensible a menos de denotar !a ms triste ausencia de principios polticos. Los inventores y perseguidores del "trotskysmo" de la vspera, Zinoviev y Kamenev, volvindose hacia Trotsky, le ofrecieron su alianza, reconociendo que l haba tenido razn contra ellos, hicieron el elogio de su probidad revolucionaria y reclamaron con l el "nuevo curso" en el Partido." ( V C T O R S E R G E , Destn d'une Rr>oluon. Pars , 1937, pg. 179.)

    Este bloque sin principios, mo de los tantos que deban ir jalonando la vida revolucionaria de Trotsky, ste t r a t de ex-plicarlo con frases en la forma siguiente: " L a presin de los obreros empuj a Zinoviev y Kamenev a enfrentar a Stalin. Son los fundamentos del Socialismo. No es posible explicar esto por Jas ambiciones personales. No niego el papel del factor de la ambicin personal, pero ellas desempean un papel nicamente a travs del empuje de las fuerzas sociales. Sin ello son puramente ambiciones personales." (The case of Len Troshy, pg. 31.)

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    Pero el progresivo afianzamiento de Stalin y su burocracia, 1 la lucha contra Trotsky y la llamada Oposicin de Izquierda,

    permiti a aqul lograr la fuerza necesaria para expulsarlo, junto con Zinoviev, en octubre de 1927, del Comit Central lel Partido Comunista ruso. Fu el comienzo de un plan pol i -

    , tai para su anulacin. E l 7 de noviembre de 1927, dcimo aniversario de la Revo-

    jucin de Octubre, la Oposicin sali a la calle llevando incluso cartelones "Por el cumplimiento del testamento de Lenin" . Fu violentamente reprimida y ello signific el fin de la vida pol-tica de Trotsky en la U.R.S.S. y su destierro a A l m a Ata , en \a Central. E l mundo contempl con verdadero estupor :mo la figura resplandeciente de los das de Octubre y del "comunismo de guerra" par t a sin bri l lo y sin gloria, mansa-mente, rumbo al ostracismo.

    y pocos das despus de aquel acontecimiento, el 16 de no-viembre de 1927, cuando la represin se desataba con toda su furia contra la Oposicin, que l encabezaba, Len Trotsky pudo rescatar una carta de despedida dejada por Adolfo Joff,

    iejo revolucionario, colaborador suyo en Viena y miembro jel Comit militar de la insurreccin de Octubre, as como de la delegacin que discuti la paz de Brest-Litowsk. Ms tarde, fu embajador sovitico en Berln, delegado a la Conferencia de Ginebra, etc. L a situacin poltica por la que atravesaba el pas y su mala salud lo impulsaron a pegarse un tiro. "Querido Len Davidovich deca entre otras cosas estamos unidod poi diez aos de trabajos en comn y creo tambin por amistad personal, y esto me da derecho a decirle en este momento de despedida lo que juzgo en usted una debilidad". " J ams he iudado del acierto de su opinin, y bien sabe que desde hace

    ns de veinte aos, incluso desde la cuestin de la revolucin permanente, he estado siempre a su lado. Pero siempre me ha parecido que le jalUiba a usted la inflexibilidad, la intran-sigencia de Lenin, su resolucin de continuar la tarea slo a ser preciso par el camino que l indicaba, seguro de una mai/o-ria jutura, seguro del futuro reconocimiento unnime de la justeza de ese camino. . . Frecuentemente usted ha renunciado a su certera posicin en favor de un acuerdo, de un compro-miso cuyo valor ha sobreestimado. Eso era un error." Y termi-naba dicindole: "No se descorazone si alguno lo abandona hoy

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    y, sobre todo, si la mayora no se pone de su parte tan pronto como todos quisiramos. Usted est en lo cierto; pero la segu-ridad del triunfo de su opinin estriba precisamente en una intransigencia estricta, en la ms severa rigidez, en la dene-gacin de todo compromiso, cosas que constituan siempre el secreto de los triunfos de Ilych (Lenin) ." L . T R O T S K Y , L a si-tuacin real de Rusia. Ed . Aguilar , Madrid, s/f., pgs. 27f> y 277.)

    Una vez Len Trotsky en el destierro y la Oposicin de Iz-quierda reprimida brutalmente, Stalin y la burocracia sovi-tica, como movimiento de autodefensa frente al peligro de las tendencias re t rgradas representadas por los hombres de la N E P y los Kulaks (campesinos ricos), se vieron obligados a dar un brusco viraje a la izquierda con el fin de enfrentarlas y, para ello, no encontraron otro camino que pasar a adoptar la Plataforma de la misma Oposicin que haban destruido, desde luego que caricaturizndola, llevando a la prct ica planes quinquenales a realizarse en cuatro aos, cuando antes los haban combatido como \m error de los "superindustrializadore& trotskystas".

    Mientras tanto, en su destierro de A l m a Ata, librado am-pliamente a su pasin literaria, Len Trotsky escribi, uno tras otro, varios de sus brillantes anlisis de costumbre, adop-tando las posiciones polticas de Lenin y tratando de presen-tarse como su uerdadero continuador. En uno de esos escritoL;, analizando las "Causas de la derrota de la Oposicin", es decir, las causas de su propia derrota, repet a : " A partir del otoa de 1923, el ala izquierda proletaria del Partido, que expuso sus puntos de vista en toda una serie de documentos, de los cuales el principal es Plataforma de los bolcheviques-leninistas (Oposicin) fu s is temticamente liquidada como organiza-cin. Los procedimientos de represin estaban determinado-s por el carcter del rgimen interior del Partido, cada vez m-s burocrtico a medida que aumentaba la presin ejercida por las clases no proletarias contra el proletariado." " L a primera devastacin de la Oposicin vino directamente despus de la derrota de l a revolucin alemana (1923) y fu, en cierto modo, su consecuencia." " E l desarrollo de la presin econmica y poltica ejercida por los crculos burocrt icos y pequeobur -gueses en el interior del pas, paralelamente con las derrotas.

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    de la revolucin proletaria en Europa y en Asia, he ah el encadenamiento histrico que, dm-ante estos lt imos cuatro aos, se cerr como un nudo corredizo en torno a la garganta de la Oposicin. E l que no comprenda esto, no comprende nada." (L. T R O T S K Y , The Third International after Lenin", New York, 1936, pgs. 160 y 163.)

    Kasta que, en enero de 1929, como culminacin de la lucha contra el "trotskysmo", Stalin resolvi expulsar a Trotsky de la U.R.S.S. Turqua lo recibi en su seno, pasando el jefe de la msurreccin de Octubre a habitar en Constantinopia y, luego, en la isla Prinkipo, cerca de esa ciudad.

  • I I I - L E O N TROSTSKY Y LA FUNDACION DE LA CUARTA INTERNACIONAL

    Cuenta Max Eastman, el pseudo marxista yanqui, quien fue e] primero en dejar traslucir la situacin sovitiva en su libro Siice Lenin died, en el que se hizo conocer en el extranjero el "testamento de Lenin", que a la noticia de la deportacin de Trotsky de la U.R.S.S., las acciones de las concesiones indus-triales y aun lo= titulos de la deuda del viejo rgimen ruso ex-perimentaron un alza en la Bolsa de Londres. Adems , como lo record el mismo Trotsky en La situacin real de Rusto: "Empezando por el diario burgus ms poderoso, el ^New York Times y acabando por el ms fluctuante de los peridicos de la Segunda Internacional, Workers Gazette (Otto Bauer) de Viena todos los rganos de la burgues a y de los social-demcratas felicitaron al "gobierno de Stal in" por su lucha contra la Oposicin." En esa forma se registraba un hecho que se consideraba favorable para el imperialismo mundial y per-judicial para la U.R.S.S.; la derrota de Trotsky.

    Es evidente que, de acuerdo con el desarrollo del piocoso histrico, la tendencia de Len Trotsky muy difcilmente poda haber trmnfado en la U.R.S.S. Pero su increble eliminacin se produjo con una facilidad tan asombrosa y sin lucha, que estaba mostrando las bases deleznables sobre las que se asen-taba la deslumbrante personalidad de Trotsky. Es que, en rea-lidad, colocado ste en el terreno ampuloso y abstracto a que .siempre tenda, haba preferido hacer de cigarra, como "hroe nacional" para magnificar su figuracin histrica, mientras Stalin. ayudado por los hechos, haba actuado como hormiga, poniendo pacientemente, uno a uno, todos los elementos ne-

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    cesaiios para su triunfo. Y cuando ste lleg, fu decisivo y aplastante.

    Pero, quin era ese Stalin que as, sorpresivamente y s