leticia naranjo

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La empresa como comunidad moral: modelo para armar* Leticia Naranjo Galvez ** Resumen Este ensayo presenta una propuesta para considerar la empresa como una comunidad moral, esto es. como un espacio de interacciones personales centro del cual no s610S8juega el impacto de la oreaneaclon en su entorno socioecon6mico ampuo. sino tamblen ta calidad etlca de la vida cotlolana de las personas centre de ra empresa. En la primera parte S8 establecen algunas de las condiciones con las cuares tendrra que cumplir una comunidad para que tuera un mooero plausible de comunidad moral empresarel. Para ella, S8 identifican, en primer lugar. alcunae caractenstlcas uennnortas de una oruanizaocn especluramente empresarial y. en segundo lugar. de una comunidad moral en general. Estas eltlmas se apoyan tcnoarnentalmente en las noccnes que Charles Taylor y Ernst Iucendhat tlenen. resoecnvamente. de agencia moral y de comunidad moral. Enla segunda parte, se elabora una uccrcn sabre los oosttnes modos en que se darla la contcrrnaclon de una comunidad moral, y sabre 10 que eslo implica en termtnos de ctsnntas rorrnas de convi- veneta. En la tercera secclon se muestran algunas consecuencias que se seguirian del analisis de la anterior tlcclon. en cuanto a los elementos etcos que coniigurarian a vida catidiana de una comunidad empresarlal. Can esto se espera. final mente, Ilamar la atenclon sabre la lmportanca que reno-ian estos elementos, a la 110rade aprodmarse at asunto de la etica empresarial asumtenno la persoectiva de ta vida comunnana en las orcanizaciones. Empresa, Comunidad Empresarial, Etica, Modelo. Palabras Clave L as aproximaciones al tema de la etica empre- sarial encuentran en el concepto de responsa- bilidad social un referente obligado, maxime cuando se concibe a la empresa dentro del contexto de una sociedad convulsionada y marcada por la inequidad. De all[ que sea frecuente y razonable aso- ciar la responsabilidad de la empresa colombiana fun- damentalmente con el papel que ella estaria Ilamada a Esis ensayo forma parle del proyecto Decision y accion en la etica empresarial, cofinanciado par Colciencias, el BID y la Universidad del Rosario. Agradezco de rnanera muy especial a Angela Uribe y a Wilson Herrera eltiempo y el esfuerzo Que dedicaron a la lectura y correccion de este ensayo. Igual- mente, estoy en deuda con Camila de Gamboa y Mauricio Rengifo, por sus comentarlos y sugerencias. Sin lodos ellos habria sido imposible la elaboracion de esle texto, Esle arti- culo S8 recibi6 en junio y se acept6 definitivamente en agos- to del presente ana, Grupo ERSE de investigacion -Efica, Responsabilidad Social y Empresa-de la Escuela de Ciencias Humanas de la Univer- sidad del Rosario. Direccion: Calle 13 No, 5-83. Tele/onos: 3366582, 3366583, 2431513. E-mail: Inaranjo@claustro. urosario.edu.ca cumplir en la implementaci6n, tanto de formas de con- vivencia, como de redistribuci6n, con las cuales se superarfan los problemas de injusticia que caracteri- zan nuestra sociedad. Es de esperarse que el tema de la etica empresarial sea asf abordado en el contexto colombiano prestando especial atenci6n a las relacio- nes ex6genas que establecen las organizaciones en- tendidas como actores sociales. EI desarrollo de es- tas relaciones se manifestarfa a nivel de aquellos indicadores del desempefio social de las empresas, a los cuales me permito lIamar "macro", en el sentido de que estos darian cuenta del impacto de las empre- sas dentro de un contexto social amplio. Dichos indi- cadores serian utiles para apreciar el desempeno de las organizaciones dentro del conjunto de la socie- dad, afectandolo positiva 0 negativamente en 10que se refiere a aspectos como el respeto por los dere- chos consagrados en la Constituci6n, el manejo del medio ambiente, el bienestar de las comunidades lo- cales, la creaci6n y redistribuci6n de riqueza, la for- maci6n de capital humano, la filantropia empresarial, la educaci6n cludadana 0 la actividad gremial. 133 INNOVAR. revista de ciencias administralivas y sociales. No. 19, enero . junio de 2002

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Page 1: Leticia Naranjo

La empresa como comunidadmoral: modelo para armar*

Leticia Naranjo Galvez * *

ResumenEste ensayo presenta una propuesta para considerar la empresa como una comunidad moral, esto es. como un espaciode interacciones personales centro del cual no s610S8juega el impacto de la oreaneaclon en su entorno socioecon6micoampuo. sino tamblen ta calidad etlca de la vida cotlolana de las personas centre de ra empresa. En la primera parte S8establecen algunas de las condiciones con las cuares tendrra que cumplir una comunidad para que tuera un mooeroplausible de comunidad moral empresarel. Para ella, S8 identifican, en primer lugar. alcunae caractenstlcas uennnortasde una oruanizaocn especluramente empresarial y. en segundo lugar. de una comunidad moral en general. Estaseltlmas se apoyan tcnoarnentalmente en las noccnes que Charles Taylor y Ernst Iucendhat tlenen. resoecnvamente. deagencia moral y de comunidad moral. Enla segunda parte, se elabora una uccrcn sabre los oosttnes modos en que sedarla la contcrrnaclon de una comunidad moral, y sabre 10que eslo implica en termtnos de ctsnntas rorrnas de convi-veneta. En la tercera secclon se muestran algunas consecuencias que se seguirian del analisis de la anterior tlcclon. encuanto a los elementos etcos que coniigurarian a vida catidiana de una comunidad empresarlal. Can esto se espera.final mente, Ilamar la atenclon sabre la lmportanca que reno-ian estos elementos, a la 110rade aprodmarse at asunto dela etica empresarial asumtenno la persoectiva de ta vida comunnana en las orcanizaciones.

Empresa, Comunidad Empresarial, Etica, Modelo.Palabras Clave

Lasaproximaciones al tema de la etica empre-sarial encuentran en el concepto de responsa-bilidad social un referente obligado, maxime

cuando se concibe a la empresa dentro del contextode una sociedad convulsionada y marcada por lainequidad. De all[ que sea frecuente y razonable aso-ciar la responsabilidad de la empresa colombiana fun-damentalmente con el papel que ella estaria Ilamada a

Esis ensayo forma parle del proyecto Decision y accion en laetica empresarial, cofinanciado par Colciencias, el BID y laUniversidad del Rosario. Agradezco de rnanera muy especiala Angela Uribe y a Wilson Herrera eltiempo y el esfuerzo Quededicaron a la lectura y correccion de este ensayo. Igual-mente, estoy en deuda con Camila de Gamboa y MauricioRengifo, por sus comentarlos y sugerencias. Sin lodos elloshabria sido imposible la elaboracion de esle texto, Esle arti-culo S8 recibi6 en junio y se acept6 definitivamente en agos-to del presente ana,Grupo ERSEde investigacion -Efica, Responsabilidad Socialy Empresa-de la Escuela de Ciencias Humanas de la Univer-sidad del Rosario. Direccion: Calle 13 No, 5-83. Tele/onos:3366582, 3366583, 2431513. E-mail: [email protected]

cumplir en la implementaci6n, tanto de formas de con-vivencia, como de redistribuci6n, con las cuales sesuperarfan los problemas de injusticia que caracteri-zan nuestra sociedad. Es de esperarse que el tema dela etica empresarial sea asf abordado en el contextocolombiano prestando especial atenci6n a las relacio-nes ex6genas que establecen las organizaciones en-tendidas como actores sociales. EI desarrollo de es-tas relaciones se manifestarfa a nivel de aquellosindicadores del desempefio social de las empresas, alos cuales me permito lIamar "macro", en el sentidode que estos darian cuenta del impacto de las empre-sas dentro de un contexto social amplio. Dichos indi-cadores serian utiles para apreciar el desempeno delas organizaciones dentro del conjunto de la socie-dad, afectandolo positiva 0 negativamente en 10quese refiere a aspectos como el respeto por los dere-chos consagrados en la Constituci6n, el manejo delmedio ambiente, el bienestar de las comunidades lo-cales, la creaci6n y redistribuci6n de riqueza, la for-maci6n de capital humano, la filantropia empresarial,la educaci6n cludadana 0 la actividad gremial.

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INNOVAA, revista de erencras admlnistralivas y scctates

Sin embargo, tam bien resulta interesante abordarel tema de la gesti6n Mica de las organizaciones en 10que se refiere a aquellos aspectos a los que me per-rntto Ilamar "micro", dado que se trata de unidades deanalisis mas basicas, utilizables para abordar los pro-blemas que pueden presentarse a nivel de pequeriosescenarios sociales. Desde esta perspectiva, el acen-to ya no esta puesto ell el irnpacto de la actividadempresarial en 10que a los indicadores de bienestarsocial y desarrollo economico se refiere, sino mas bienen lo que respecta a la vida cotidiana, a las formas deinteracci6n que se dan dentro de las organizaciones,de modo que a estas ultimas se las considere mascomo espacios para la conviven-cia, que como actores sociales. Esdecir, se las considere como en-tramados de relaciones interper-sonales, dentro de los cuales sejuegan las posibilidades que tie-nen muchos individuos de viviruna vida mas amable en la cual-trabajo y reanzacon personal, tra-bajo y convivencia arm6nica-sean compatibles. En el presenteensayo asurnire este segundomodo de aproxlmaclon a la eticaernpresarial, tarea que resumo enla idea de analizar algunos de losaspectos eticos de las interaccio-nes personales que pueden presentarse en las em-presas consideradas como pequenas comunidadesmorales.

En la primera parte del articulo establezco una seriede condiciones con las cuales tendrfa que cumplir unmodelo de empresa para que fuera plausible comometatora, tanto de una organizacion empresarial, comode una comunidad moral. Una vez establecidas estascondiciones, en la segunda parte construyo una fic-cion sobre las posibles maneras en que se darfa laconformacion de dicha comunidad moral. Para ello,utilize dos elementos basicos. una nocion de comuni-dad moral y algunos supuestos sobre las motivacio-nes y la racionalidad de los sujetos que conformarianesa comunidad ficticia, asi como sobre los resultadoseticos de su convivencia. A partir de la construccionde esta metafora de comunidad moral se identificanen ella algunos elementos de analisis que resultan sereticamente importantes, y que pueden ser equipara~bles a ciertas notas caracteristicas de las relacionesinterpersonales en las empresas. De esta forma, lametafora que propongo podria hacer las veces de hi-

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p6tesis de trabajo. Una vez que salqan a la luz algunasde las notas craves de tres versiones de la comunidadmoral, se podrfa contar con herramientas de analisisque ayuden a la identiticacion, examen e lntervenclcnde problemas eticos relacionados con la forma comose construye la vida comunitaria en las empresas. Dealii que, finalmente, en la tercera parte me refiera a lasconsecuencias que se seguirfan de los resultados al-canzados en las dos primeras secciones, en cuanto ala importancia que adquiere, para la etica empresa-rial, el asunto de la convivencia cotidiana en las em-presas. Si bien no elaboro propiamente una demos-tracion, en esa tercera parte sefialo, como conclusion,

que los arreglos informales quedeterminan el desempeno real dela vida diaria en una empresa,deben, junto can los aspectosnormativos mas torrnales, serevaluados, discutidos e lnterve-nidos por parte de todos losmiembros de la organizaci6n, conel fin de lograr una armonia entrelos fines de eficiencia y supervi-vencia de la empresa, por un ladoy, las convicciones mas sentidasy los proyectos de vida buena quetengan los mtembros de la orga-nizacion, por el otro. De esta for-ma, la cultura corporativa ideal no

seria ni aquella que algunos rmembros de la empresatraten de imponer mediante el uso de la coercion, nitampoco la que resulta de la inercia incontrolada delas interacciones entre las personas, sino justo la quenace de la mutua educacion entre los miembros de laorganizacion. A su vez, esta educacion la entiendo fun-damentalmente como formaci on de los habitos de laspersonas, habitos que, al involucrar la sensibilidadmoral de los individuos, facilitan 0 entorpecen la apli-cacion efectiva de criterios de decision dentro de laempresa.

Condiciones para un posible modelode comunidad moral empresarialA fin de establecer las caracteristicas distintivas deuna organizacion empresarial considerada como co-munidad moral, a continuaci6n propondre algunos delos elementos que tendrian que integrar una metatorade dicha comunidad. Para que la metafora resulte plau-sible ha de cumplir con ciertas condiciones que Ie per-mitan, par una parte, ser un modelo acep1ableprecisa-

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mente de una empresa y no de otro tipo de organiza-cion social (v. gr. una iglesia). Y, par otra parte, la meta-fora debe presentar las notas caracteristicas de unacomunidad moral y no las de otros tipos de gruposhuman os, los cuales s610 accidentalmente puedan servistas como comunidades rnorales (v, gr. los pasajerosde un autobus, los acreedores de una empresa).

£1 aspecto empresarial

A continuaci6n propongo aigunas de las caracteristi-cas que hacen que una comunidad moral sea espe-cfficamente "ernpresarial". Dichas caracteristicas ba-cen las veces de restricciones con las cuales deberacurnplir la rnetatora Que S8 construya mas adelante.En primer lugar, la comunidad empresarial es un sis-tema de relaciones interpersonales que, a su vez, haceparte de otros espacios de interacci6n social. La ra-z6n de ello esta en que la empresa hace parte de otrossistemas -econernlco, social, cultural- mas anpuosque ella rnisrna. Estes sistemas contorman el entornocon el cualla organizaci6n lnteractua. 10cual irnplicaque ella participa de las caractertsncas de dicho er-torno. Por ejemplo, si la empresa actua en un entomosocial altamente jerarquizado, es de esperarse quetam bien los miembros de la organizaci6n se organi-cen jerarquicamente. Si la empresa hace parte de uncontexto social en el que se presenta la discrimina-ci6n par genero, serfa poco factible que ella se carac-terice par la igualdad de generos. Si la empresa seinscribe dentro de un mercado en el cual uno de losbienes mas importantes ~en cuanto a la dinamica yexigencias de dicho mercado- es el conocimiento, en-tonces podemos esperar que la empresa requiera deeste como de un activo fundamental, que incluso in-fluya en su modo de organizarse.

En segundo termino, la comunidad empresarialno es el unico espacio de interaccl6n del que partici-pan sus integrantes, aunque en el se desarrolle buenaparte de la vida de estos y los revista de una impor-tancia considerable. Esta caracterfstica se justificaporque los directivos y empleados de una empresason al mismo tiempo parte de otros nucleos de rela-ci6n social, tales como la familia, el vecindario y Gua-lesquiera grupos dentro de los cuales los miembrosde la empresa hallan a sus "otros significativos"'. Esto

Tomo esta expresi6n -"olros significativos"- de Charles Taylor,Quien, a su vez, la loma de George Herbert Mead, Cf CharlesTaylor', Sources of the Self. The Making of the Modern IdentityCambridge, Harvard University Press, 1989, p, 494 Y 55,

es, aquellas otras personas que cumplen un papelimportante para su autocomprensi6n. Sin embargo,la organizaci6n se cunstituye en un espacio de inte-racci6n en el que sus miembros invierten una parteconsiderable de su tiempo, de sus esfuerzos e inclu-so de sus proyecciones a futuro. Aunque es perfecta-mente posib!e que la ernpresa sea para algunos, amuchos de elias, simplemente la fuente de su subsis-tencia, y tal vez de sus frustraciones, tam bien es posi-ble que para otros -pocos 0 muchos de ellos- el tra-bajo, los roles y las relaciones que desarrollan dentrode ella se constituyan en una parte importante de suvida, de su autocomprensi6n y de su realizaci6n per-sonal.

Un tercer rasco de la comunidad empresarial esque al integrarse a ella, sus miembros traen consigola "carqa" -social y cultural- de las caracteristicas deesos otros esoacios de nteraccon. Ello, dado el su-puesto de que las personas, en tanto que agentesmorales, son complejos portadores de visiones demundo, concepciones acerca de 10bueno. conoclmlen-tos, experiencias. prejuicios y sensibilidades que hanadquirido con su proceso de socializaci6n y en losdistintos escenarios en los cuales este se ha desarro-llado. Toda esa riqueza se hara con enos presente enlas interacciones que establezcan dentro de la organi-zaci6n. Por 10menos de modo tal que, al encontrarseen ella, las personas nunca iniciaran su relaci6n comosi fueran "tabu las rasas" en 10que se refiere a habitos ya convicciones sabre c6mo han de hacerse y valorarselas cosas, que es mas 0 menos importante, 0 que esta"bien" 0 "mal" moral y estetlcamente hablando,

En cuarto lugar, quienes lIegan par primera vez ala comunidad general mente se encuentran con un gru-po de personas que les ha precedido. No necesaria-mente se darfa el caso de que todos, en un acto fun-dacional, lIeguen a la empresa al mismo tiempo. Asf.los recien lIegados desarrollaran un proceso de adap-taci6n frente a una estructura de relaciones y a unmodo conjunto de operar que ya vienen funcionandopreviamente. Esta adaptaci6n puede tener resultadosdistintos. dependiendo de que tan "conservadores"sean la estructura y el modo de operar preexistentes,de que tan aceptables resulten estos a los ojos de losrecien lIegados, y de cuanto intenten y puedan hacerestos para transformarla y hacerla mas acorde consus deseos.

Una quinta caracteristica de la comunidad empre-sarial es que en ella la cercanfa ffsica, la comunica-ci6n cotidiana y la frecuencia y duraci6n que estas

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tengan en el tiernpo, asi como 10intensa y significati-va que resulte la convivencia de los integrantes de lacomunidad, hacen que aunque elias provengan deotros nucleos de interacci6n, dicha comunidad goce- frente a esos otros escenarios- de una independen-cia relatlva. Asi, ella asume frente a otros nucleos derelaci6n social unas caracteristicas diferenciadoras, lascuales permiten analizaria con independencia de susnexos con ellos.

En sexto lugar, para muchos miembros de la em-presa la permanencia dentro de ella no es esporadicay tiene una duraci6n de cierta consideraci6n, aunqueno necesariamente ttene que darse a 10largo de todauna vida. Esto significa, par una parte, que las perso-nas pod ran hacer de su periodo de permanencia den-tro de la empresa un referente 0 episodio importantepara la narracion de sus vidas. Y, per otra parte, per-mite Que aparezcan unas caracterfsticas propias delmodo como se dan las relaciones entre las personasy se desarrollan los procesos dentro de la organiza-cion. En este sentido, estas caracteristicas no cam-bian sub.tarnente.

Una septirna caracteristica de la comunidad em-presarial es que el entrar 0 sanr de ella no siempredepende de la voluntad de los sujetos, a por 10menosno es algo que sea voluntario para tad as en igualmedida. En este sentido cabe una amplia gama deposibilidades: desde el caso de aquella persona Quepuede, sin perjudicarse, abandonar la empresa si asi10desea, hastael caso deaquel individuo que no cuentacan otra alternativa factible que Ie permita abando-narla, aunque asi 10desee. E igual ocurre con el ingre-so a la organizaci6n: se puede desear haeer parte deella y no lograrlo, 0 se puede no desear el ingresar aella y, sin embargo, haeerlo obligado por las circuns-tancias. Estas posibilidades y restricciones eventua-les de la voluntad de los sujetos eontrastan con supertenencia a su entorno soeial amplio, dentro del cualse inscribe la empresa; pues no es faetible que de-penda de la voluntad de los individuos el ingresar a lasociedad a la que pertenecen 0 el abandon aria.

En octavo lugar, podemos pensar que en el casode la comunidad empresarial el lagro de una meta

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".

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cornun es un faetorfundamental que justifiea su con-formaci6n. Esta es precisamente una caracteristicadiferenciadora de las empresas dentro de un sistemacapitalista, las cuales se crean eon el fin de ofrecerbienes 0 servicios que son transados en un rnerca-d02. Ahara bien, la producci6n de estos bienes a ser-vlcios no puede ser lIevada a cabo por una sola per-sona, 10cual irnplica que se nace necesario un plan yuna division de funciones, a fin de lograr de modomas eficiente ese objetivo cornun. Sin embargo, lameta cornun no requiere necesariamente que todoslos integrantes de la comunidad empresarial tenganhacia ella el mismo grade de compromiso. Inclusopuede darse el easo de que haya quien participe ha-ciendo su parte con el rnlrurno esfuerzo, s610 lIevadopor la presion de los dernas, pero no por la identifica-cion con la meta cornun. Del fin co-nun y del plan deaccion tampoco necesariamente se deriva el que ladivisi6n del trabajo sea rational u opere efieaz yeficientemente; tarnpoco supone que el modo de or-ganizarse sea cernocratlco y equttativo.

Finalmente, los rnlernbros de la comunidad em-presarial pueden provenir de clases sociales, nivelesde educaci6n y hasta culturas distintas y pueden, portanto, no cornpartir ni la misma concepcion de rnun-do, ni el mismo ideal de vida buena. Aqui tambien eabeuna amplia gama de matiees en euanto a la semejanzao heterogeneidad de sus respectivas concepcionesaeerea de )0 que existe y de 10bueno: pueden darsedesde sutiles hasta eonsiderables diferencias. Estascoineideneias 0 divergencias han de tener implica-ciones para la comunicaci6n entre los miembros deuna organizacion y, por tanto, para el entendimientomutuo, el consenso y la eoordinacion entre ellos.

£1 aspecto moral

A las anteriores restricciones y caraeteristieas, se tie-nen que ailadir aquellas que permitiran el que, en ge-neral y no s610dentro de la empresa, podamos lIamara cierto grupo de personas una comunidad "moral".Este asunto es indesligable de la cuesti6n acerca deque es un agente moral y que es 10que haee que lasrelaciones que se establecen entre los agentes as!pensados sean relaciones moral mente relevantes 0

, Dado el lema sobre el Queversa este articulo -Ia etica de lasorganizaciones- me permilire no profundizar en este aspec-to tan importante de la empresa, si bien el hecho de esta seauna unidad de produccion de bienes y servicios afecta losaspectos elicos de las relaciones erltre las personas que pro-ducerl esos bierles y servicios.

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eticarnsnte analizables. Esto es, que no sean recuc-tibles a relaciones de otra naturaleza (v. gr. excrusvamente econornlcas). As! mlsmo, una concepcion so-bre los agentes morales trae consecuencias en cuan-to a 10 que debe pensarse acerca de los posibles re-sultados de la interacci6n entre elias. A continuaci6n,y con el fin de establecer que caractertsucas tendraque paseer una comunidad especificamente empre-sanal para ser una comunidad moral en general, acu-dire a los siguientes aportes. A saber, algunos ele-mentos de la idea de agente moral propuesta par Char-les Taylor; ciertas expreslones de racionalidad que,respectivamente, Nicholas Rescher, John Rawls yJOrgen Habermas Ie atribuyen a los agentes moralesy, finalmente, las caracterlstlcas que Ernst Tugendhatencuentra en una comunidad moral.

Para Ch. Taylor, los seres humanos tienen la carac-tertstica diferendadora de que al optar por determina-dos cursos de acci6n, no s610 10hacen lIevados poraquellas preferencias que los mueven de manera inme-diata y para las cuales no tienen razones ulterlores, apar-te del hecho de que as! es como desean. Tarnbien pue-den optar por ctertos cursos de accion y desechar otrosporq ue pueden evaluar ese primer tipo de preferencias,10cual da, como resultado, unas preterencias de se-gundo orden. Sabre estas sf pueden las personas ofre-cer razones ulteriores al mero desear, razones que tie-nen que ver con 10que consideran valioso y significati-vo para sus vidas. Las preferencias de segundo ordenno s610son fruto de la personal experiencia, reflexi6n ymanera de asumir la vida que tiene cada individuo, sinoque en gran parte son tomadas de las convicciones eideales de vida buena propios de su comunidad moral.Ahora bien, en una sociedad moderna, y a diferencia de10que ocurre en una sociedad tradicional, los indivi-duos se encuentran ante la oferta de distintos idealesde vida buena. Can ella se hace aun mas complejo elproceso de estructuracion de la pro pia identidad y, porende, la reflexi6n moral que Ileva a la opdon por cier-tos cursos de accion3•

J. Ct. Charles Taylor, Sources of the.., pp. 495-521. Las socieda-des contemporaneas occidentales son plurales, esto es, en eliashallamos una multiplicidad de "ofertas" de ideales de vida bue-na, Si bien los individuos pueden nacer y crecer en contextosfamiliares y comunitarios en los cuales aprenden a identificar-se con un especifico ideal de vida buena, de todas formas, laspersonas hacen parte de espacios de interaccion social masamplios, en los que si se presenla de manera mas clara lapluralidad que aqui menciono, Esto hace que la formacion dela propia identidad, en el contexto de nuestras sociedades oc-cidenlales modernas, sea un proceso mas complejo que elque puede presenlarse en sociedades no plurales.

Un individuo para el cual sus preferencias de pri-mer orden no ofrezcan sutcrente base para la justifi-caci6n de sus decisiones, hace uso de una racionali-dad que no se reduce a la deliberaci6n tecnica. Es de-cir, no solo delibera estableciendo cuales son los me-dias mas etidentes y ericaces para la obtenci6n de unfin que se prefiere sin ulterior justificaci6n. Tampocose trata de un sujeto que actua exclusivamente sobrela base de aquello que Ie parece bueno para el, soloporque as! Ie apetece: tam bien puede actuar movidopor el valor que Ie otorga a algo que considera buenopara la ccntormacion de cierto ideal de vida, el cual escompartida por otros y puede ser justificado ante ellos.Esto significa que, dentro de aquello que cuente como"buenas razones", el individuo incluira motivos quetienen que ver con el tipo de vida que cree que vale lapena vivir y con el tipo de persona que outslera ser.De alii que en sus procesos de deliberacion y de [usti-Iicacion, el individuo no s610 tenga en cuenta consi-deracianes sabre su propio bienestar inmedlato. el cualdetermina las preterencias de primer orden. Tarnbiense hara consideraciones sobre el bien cuya busquedadetermina sus preterencias de segundo orden, lascuales pueden ser compartidas par otros, Esto requierehacer usa de una racionalidad a la que N. Rescher serefiere como "compleja", puesto que incluye la capa-cidad para decidir no s610 que hacer, sino tambienpar que hacerl04.

Esta complejidad explica 10que J. Habermas lla-ma los distintos usos de la raz6n practica, dos de loscuales ya han sido mencionados. A saber, un uso prag-matico 0 tecnico, can el cual se busca implementarlos medios mas eficientes para un fin que no se poneen cuesti6n; y un usa etico, mediante el cual S8 some-te a examen la validez que para el sujeto tienen ciertosfines. A estos dos usos se ha de agregar un tercero.

Ct., Rescher, Nicholas. La raeionalidad: una indagaci6n filo-s6fica sabre la naturaleza y justifieaei6n de la razan. Madrid,Tecnos, 1993, pp. 13-58 Y 110-33. Rescher considera que laracionalidad humalla es un todo complejo, del que hacen partetres formas de racionalidad, las cuales se orientan a un unicoproposito: elegir correctamente. Esto es, establecer que sedebe creer-racionalidad cognoscitiva-, que se debe CDllside-rar mas valioso -racionalidad valorativa-, y que se debe ha-cer-racionalidad pragmatica-. Rescher muestra que cada unade estas tres lormas de racionalidad requiere, como condi-cion de posibilidad de su usc, del uso de las otras dos. De aliique quien va a decidir que hacer, debe, ideal mente, lener claropar que lend ria que actuar de una u otra forma, Esto es. debe.no solo contar con los conocimientos teoricos y tecnicos queapoyen su decision como la mas eficiente 0 eficaz, sino tam-bien can la claridad axiol6gica que avale su decisi6n como lamas valiosa 0 la que redunde ell pro de 10mas valioso.

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A saber, un uso moral de la raz6n, necesario para so-tucionar aquellos conflictos que puedan presentarsecuando los intereses 0 10fines que tengan respectiva-mente dos 0 mas individuos -0 comunidades- entranen conflicto y se hace, entonces, deseable el alcanzaruna soluci6n justa". En palabras de J. Rawls, ellogrode tal solucion requiere que los suietos hagan uso deuna capacidad para ser "razonables", esto es. que ten-gan la dlsponibilidad de ponerse de acuerdo de talmanera que no Ie concedan una importancia exclusi-va al logro de aquello que consideran bueno para slmismos, sino tarnbien a 10que resulte justo y equita-tivo para todos".

Las anteriares caractertsncas y competencias ten-dran consecuencias para la confarmaci6n de una co-munidad moral, formada por quienes las posean. Deallf que podamos relacionarlas con 10que Ernst Tu-gendhat considera que son las notas definitorias deuna tal comunidad7. A saber, unas reglas compartidasintersubjetivamente, que establecen unas restriccio-nes a la libertad de los miembros de la comunidad, ycuya transgresi6n por parte de uno de ellos tiene laconsecuencia de causar sentimientos de indignaci6ny de resentimiento en los demas8• De modo que quienas! se com porte es considerado par ellos como "malo",esto es, como una mala persona, haciEmdosemerece-dor de una sanci6n. Esta ultima, aunque se manifiesta

Ct. Habermas, Jiirgen. "Ace rca del uso elico, pragmatico ymoral de la razan praclica" En: Fifosotfa. Merida. (Venezue-la). No.1. pp. 7-24.

Rawls conlrasta esta capacidad de ser "razonables" can lacapacidad de ser "racionales", enlendiendo por esto ultimoel tener ulla concepciol1 de 10bueno para uno -en un sentidoam plio de "conveniel1le"- y el poner los medios para obte-nerlo. Ct. Rawls. John. Teorfa de /a justicia. FOl1dode culturaecol1Omica. Mexico. 1995. pp. 140-47 Y 359-433.

Ct. Tugendhat, Ernst. "Una nueva concepciol1 de la filosofiamoral", en David Sobrevilla (comp.). EI derecho, fa po/ftiea yla etica. Siglo XXI, Mexico. 1991 pp. 151-73.

Tugendhat, como muchos olros aulores eontemporaneos,toma esta trilogia de senllmientos morales -resentimiento,indignacion y vergiienza- de Peter Strawson. Para Strawson,cuando se comete una ofensa. quien es victima de ella senti-ra resentimiento contra el ofensor, qUien, a su vez y en casode hacerse cargo de su falta. senliria vergiienza por su ac-cion contra el ofendido. Cuando se esta en el lugar de unobservador que no es directamenle ni el ofendido. ni quienofende, pero que es lesligo de la ofensa y se hace cargo deella. entonces se produce en ese observador interesado unsentimienlo vicario de illdignJci6n. Ct. Peter Strawson, 'li-bertad y resentimiento", Guademos de critiea. UNAM, Insti-tuto de investigaciones lilosoficas. Mexico. 1992. No. 47.

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en las reacciones externas de los ofendidos, tendra-sobre todo- un resultado interno en la concienciadel transgresor, quien, a su vez, sera deposita rio deun sentimiento de veruuenza La [ustificaclnn de di-cha sanci6n, justificaci6n que explica la indignaci6n yel resentimiento de aquellos que se sienten ofendidospor la transgresi6n de la norma, esta relacionada con10que, seqon Tugendhat, diferencia una moral pro-piamente dicha, de 10que el llarna una "cuasi-rnora:".Esta ultima es un sistema de reglas compartidas parun grupo de personas que se acogen a elias unlca-mente por autointeres v. gr. una cuadrilla de ladrones.Es propio de una cuasl-rnoral el que si alguien trans-grede las reg las sea castigado e incluso excluido delgrupo, pero no el que sea objeto de indiqnacion, ni elque tenga que ser considerado una mala persona, ni-sobre todo- tenga que tener la sanci6n interna desentir verquenza 0 CUlpa.En slntesis, una praxis mo-ral esta determinada por un sistema de reglas a lascuales sus depositarios cansideran justificadas 0 va-lidas; un concepto de buena persona y una red de sen-timientos morales asociadas, tanto al cumplimienta 0

transgresi6n de las reglas, como a las acciones quese esperan de un buen ser humano,

A continuaci6n, mostrare algunos de los posiblesresultados que se seguirlan, de esta primera parte, paraefectos de elaborar un modele de comunidad moralempresarial. Para ello, acudire a una ficci6n de 10queocurrirla con una comunidad que se canformara deacuerdo con las caracterlsticas delineadas hasta aquL

Una ficcion sobre la conformacionde una comunidad moralElegf la siguiente ficci6n porque veo en ella la posibi-lidad de recrear aspectos eticamente relevantes de laconvivencia en una comunidad moral empresarial.Supongamos que naufraga en una isla desierta unbarco cuyos pasajeros tardaran un tiempo considera-ble en ser encontrados, lapse durante el cuaJ no ten-dran otro remedio que compartir la isla, dado que estaes bastante pequena. Ante estas circunstancias, nues-tros naufragos padrian optar por no coaperar entreeHos, 0 por el contrario, por ayudarse mutuamente asobrevivir y, por ende, a alcanzar metas comunes. Sieligieran 10primero, posiblemente entre nuestros per-sonajes se darla una lucha por la apropiaci6n de losrecursos de la isla, lucha que, dado el tiempo prolon-gado en el cual permaneceran sin ser descubiertos ydada la pequena extensi6n de la isla, puede acabar enla mutua destrucci6n de sus nuevos habitantes, 0 en

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81sometimiento violento de unos a otros. Esta ultimasituation pod ria ser bastante lnestable, de modo queposiblemente 81poder cambiarfa de manos y ella su-cederfa de modo violento. Permitaseme no exptorarmas esta opci6n de la no cooperaci6n, en primer lu-gar, dad as las restricciones supuestas par un rnocelode comunidad empresarial, en la cual ellogro de unameta cornun es definitorio, y la total anarquia 0 lamutua destrucci6n no resultan ser las opciones masplausibles. Mas exactamente, este curso de aconteci-mientos no ejernplitica un casa tipico dentro de lasempresas, las cuates tienen una duraci6n temporal decierta consideraci6n 0, par 10 menos, despues de co-menzar a funcionar no suelen desaparecer ln-nediata-mente por causa una "guerra" interna. Y, en segundolugar, esta opclon de la no cooperacion no resultaconsecuente con cos de las caractertstlcas necesa-rias para la construccicn tanto de una comunidadmoral, como de los proyectos de vida buena que ten-gan sus integrantes. A saber, la capacidad para acor-dar y respetar reg las comunes, y la capacidad paraparticipar en las convicciones, afectiva y valorativa-mente importantes, ace rca de que es ser una buenapersona y de como esta buena persona se relacionacon los demas, Estas convicciones, que se han arigi-nado precisamente en la relaci6n con atros, hacen pocoplausible el que la mayo ria de nuestros naufragos nopropendan par establecer vfnculos empaticos con otraspersonas, a el que no tengan la expectativa de esperarcooperaci6n y benevolencia par parte de elias.

Si nuestros naufragos eligieran la segunda opcion,la de la cooperacion mutua, esta exigiria que, de acuer-do con una estrategia establecida, cada cual asumierafunciones distintas. Por ejemplo, aquel que tuvieraexperiencia en una actividad como la pesca posible-

mente seria quieri se encargara de pesear:aquel que sea mas esbelto 0 menos viejo po-

dria encargarse de subirse a los arboles. Dado elrelativo aislamiento en el que han de quedar nuestrosnautraqos por un periodo de tiempo relativamenteprolonqado, dada su necesidad de sobrevivir y el he-cho de que han optado par convivir y cooperar, en-tonces podemos esperar que se tejan entre estos per-sonaies cierto tipo de vinculos. seuun 10 que vimosarriba, tendrfan que establecer unas reglas de com-portanuenro intersubjetlvo, en el sentido de reg lasbasicas de convivencia, que estableceran que estara yque no estara permitido entre enos. En principia estasreg las no tendrian por que ser explicitas Es probableque solo se haga necesario aclararlas y discutirlasdurante el desarrollo de la convivencia. 0 en caso deconflicto, esto es, cuando alguien sienta que han sidotraicionadas sus expectativas en relation con la con-ducta de los dernas. Par ejemplo, puede suceder quea ralz de cierta situacion de conflicto se convenga enque no estara permitido tamar una racion de aguamayor a la de los dernas.

En el desarrollo de su convivencia, tamoien po-driamos esperar que nuestros naufraqos hicieran jui-cios morales en los cuales vatararan su propia con-ducta 0 la de los dernas, y condujeran su propio com-portamiento 0 intentaran influir sobre los otros ape-lando a su previo proyecto de vida lograda, el cual nohabrian olvidado can el naufragio. Asi, nuestros per-sonajes ya traeran de antemano unas conviccionesmorales relacionadas con aquello que tendrfa que ha-cerse a deberfa evitarse para lograr una vida feliz, unarelacion armonica can los demas, con la naturaleza 0con Dios. Igualmente, nuestros naufragas ya traer[anideas previas ace rca de las cualidades que ha de po-seer una buena persona y ace rca de como esta perso-na tend ria que tratar a los demas. Sin embargo, as!mismo, pad ria esperarse que, en casa de que sus res-pectivas concepciones sobre 10buena no fueran defi-

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nitivamente irreconciliables y heteroqeneas. en eltranscurso de su convivencia, y en caso de que estase desarrollara pacrtcarnente, se produjera un efectode transacci6n entre las convicciones de cada cual.Con ello se originarfa una idea compartida de 10quehabria que esperar y de 10que no deberia espearsede un buen ser humano y de una convivencia arm6ni-ca, 0 placentera, 0 "decente". Asf, no serla extrarioque, a pesar de los pasados concretos y de las identi-daces especitcas de cada uno, luego de la experien-cia compartida y a la vuelta de algunos aries, se modi-ficaran en menar 0 mayor medida las ideas previasque cada cual traia sobre en que consiste vivir bien, 0

que valores y bienes son importantes 0 insubstancialespara esa vida buena. En consecuencia, bien podrfasuceder que luego de su perindo de convivencia, sinuestros nautraqos fueran descubiertos por otrosnavegantes, estos ultirnos se lIevaran de ellos una cier-ta impresi6n de homageneidad Es decir, es muy po-sible que a los ojos de los extrartos, nuestros perso-najes se parecieran entre si, en cuanto a ciertos habi-tos, actitudes, valoraciones y reacciones.

Es de esperarse que tanto este tipo de creenciasacerca de 10bueno y deseable, como aquellas otrasque propiciaron el que se hubiera establecido reglassobre 10que esta permitido a prohibido hacer, deter-minaran el desarrollo de la convivencia de nuestrosnaufragos: desde sus aspectos mas farmales hastalos mas prosaicos, concretos y cotidianos. Los acuer-dos tacitos 0 explfcitos, los eventuales conflictos quepudieran presentarse entre nuestros personajes, yhasta el gusto 0 disgusto que Ie produjera a cada cualsu convivencia con los otros, podrfan ser interpreta-dos, entonces, tanto a la luz de sus reglas sobre 10permitido 0 prahibido, como a la luz de sus ideas in-dividuales y compartidas sobre la vida buena. Luego,ambos elementos -reg las formales y conviccionessubstantivas- podrfan ser causa, tanto de cohesi6n,como de tensi6n, entre nuestros naufragos. Se daraasi un proceso de canstrucci6n de una historia co-mun, en el cual paulatinamente se irian establecimientounas costumbres, unos ritos y unas formas estereoti-padas de interacciOn. Asi mismo, se irian asumiendoroles determinados, par una parte, por las funcionesque asumiera cada naufrago en cuanto a la organiza-cion de la vida comunitaria y la necesidad de lograrciertos fines determinados por la necesidad de sobre-vivir y, por otra parte, por la toma de decisiones y elmanejo del poder. Estos roles tambien responderfanen parte a las caracterfsticas personales de cada cual,por ejemplo en cuanto a su edad, sus conocimientos,

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capacidades, habilidades, experiencias y competen-cias sociales.

Otra posibilidad serla una intermedia entre el cua-oro pesimista de la primera y el cuadra optimista dela segunda. Podria tratarse de una cooperaci6n no vio-lenta, pero tam poco deseada de suyo por nuestrosnautraqos. Es decir, serla una cooperaci6n a la queellos acudirian por 10 forzaso de las ctrcunstanclas,como a un mal menor, perc no como a un bien pro'piamente elcho, en cuya construccion se desee partt-cipar. Tal vez 10que en ultirnas todos pocrlan deseares salir cuanto antes de la isla y su paso par ella noserla sino un oostacuto para una vida mejor. De talmanera que en el proceso que alia se desarrollaria,cada uno pusiera solamente el estuerzo necesario parahacer que los dernas, a su vez, colaboraran. Nadiecnlaborarla. a menos que fuera forzado a hacerlo da-das las circunstancias. Podrfa incluso pensarse quede alii se seguirfa una convivencia no necesariamenteviolenta y destructiva (como la del primer cuadro),pera sf forzosa y poco grata. En ella, los que lograran,mediante su fuerza, habilidades 0 conocimientos, obli-gar a colaborar a los demas, decidirfan por ellos c6mose tendrfan que organizar las cosas en la isla. As!,podriamos completar esta pintura de los naufragoscon una distribuci6n de funciones y un acuerdo sobrereglas que fueran poco democraficos. EIuso de la coac-cion de unos sobre otros podrfa ser justificado por aque-IIos que impusieran su voluntad (e incluso, por aque-IIos que no 10lograran 0 no desearan hacerlo), como launica farma de lograr la cooperaci6n. Pensarfan que,dado el peligro representado par la actitud autointere-sada y antisocial de algunos a de muchos de sus com-pafieros, la coacci6n seria la unica via de evitar la luchade todos contra todos y, por ende, de lograr que todos,final mente, pudieran sobrevivir.

Independientemente de las justificaciones que enla isla se hicieran de esta autocracia "forzasa", pode-mos extractar algunas de sus consecuencias. Porejemplo, podrfamos imaginarnos la progresiva forma-cion de una Ifneajerarquica de manda, en la cual quie-nes obedezcan busquen aumentar su poder consi-guiendo los favares de quienes manden. EI resultadopodria ser la instalaci6n, alrededor de estos ultimos,de unos cfrculos de poder, cuyos miembros busqueninfluir sabre las decisiones de quienes esten par enci-ma de ellos en la linea de mando, asf coma consoli darsu poder sobre sus subordinados. Si este fuera el casa,a menos que se contara con el poder para hacerlo, aningun subordinado Ie convendria mostrarse pocoobediente con quien mande sobre el. De manera que

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la forma de organizarse y de hacer las tareas que S8requieran para sobrevivir no necesariamente seransusceptibles de crftica 0 de revision par quien no tu-viera poder. Asi, la [usticia, 81bienestar, la seguridad,la eficiencia y racionalidad del operar y del cooperardependerfan de 10benignos y competentes que resul-taran ser quienes tuvieran el poder. Sl estes fueranunos tiranos benevotos e inteligentes, el cuadra re-sultana mas halagueFio; si no 10fueran, las casas po-drian resultar muy pesadas para quienes no tuvieranpoder.

Adernas de sus aspectos "torrnales", esta terceraposibilidad de organizaci6n de nuestros nautranos,tarnblen traerfa consecuencias en cuanto a los aspec-tos mas substantivos de su convivencia cotidiana.Podriamos, por ejemplo pensar que seria factible quedentro de ta nueva comunidad de la isla se presentarala fragmentaci6n entre grupos, separados por razo-nes de afinidad (0 ernpatia), 0 de participacion en elpoder, Se conformarfan grupos 0 facciones, origina-dos en el hecho de que, a pesar de la oesconrtanzaque tendrian en principia unos de otros, los indivi-duos podrfan hallar entre sus com-pafieros de aventura a algunaspersonas can las cuales forjar la-zos de mayor confianza. Puede serque se sintieran fdentificados conelias en raz6n de sus conviccio-nes ace rca de 10buena y de 10quedebe hacerse, a que buscaran enelias a sus aliados por razones de ..interes 0 de su posici6n dentro dela isla. Tambien podria ser el caso que surgieran afec-tos y simpatias espontaneas. Con el tiempo, pod riasuceder que, a los ojos de cada naufrago, sus compa-neros se dividirfan en dos: los que Ie son mas cerca-nos, y aquetlos en quienes menos conffa. Con estosultimos, las relaciones se establecerian mas en raz6nde los aspectos relacionados con el poder 0 con ladistribuci6n de funciones en la isla y poco, a muy poco,en raz6n de un consenso sobre 10 que esta "bien" adeberfa hacerse. De todos modos, las seducciones ymiedos asociadas al poder, ejercido par otros sabreuno 0 que uno pueda ejercer sabre otros, podrianirrumpir en las lealtades y lazos que se tejieran al inte-rior de los grupos; claro esta, dependiendo de la mo-ralidad que se compartiera al interior de cada facci6n ydel caracter de sus integrantes. Lo que serra poco pro-bable es que hubiera una verdadera il1tegraci6n entrenuestros personajes, en el sentido de un ethos com-partido, can el cual paulatinamente tad as, sin distin-

cion de grupo, se fueran sintiendo identificados, a par10menas, con el cual se sintieran comodos''.

Pasemos ahora a considerar que consecuenciasse secutrlan, de 10expuesto en esta segunda seccion,para una renexion sabre la vida comunitaria en laemp-esa.

Consecuencias para unaaproximacion a la etlca empresarialSi las dos ultirnas pinturas de la sociedad formadapor nuestros nautraqos nos parecen plausibles, pen-semos ahora que tanto nos recuerdan algunos aspec-tos de la convivencia en las oruanlzaciones. Pero, so-bre todo, pensemos que consecuencias traerlan es-tas similitudes a la nora de identificar, analizar e inter-venir aquellos elementos 0 facto res que determina-nan la cali dad etica de la vida cotidiana en las em pre-sas, de su cultura corporativa, de los modos comosuelen desarrollarse sus procesos de deliberaci6n ydcclslon, y de sus maneras recurrentes de interacci6npersonal. En primer lugar, me perm ito regresar a una

de las anotaciones r,echas at iniciode este ensayo. Es comun y es ra-zonable que asi 10sea, el asociar laetica empresarial can el estudio delas relaciones -ex6genas- que es-tablecen las organizaciones con suentorno "macro" Sin embargo, laficci6n que aqui se ha expuesto talvez nos recuerde que es igualmenteinteresante analizar la vida cotidia-

l1ade las personas dentro de las empresas. Tambiense nos haria caer en cuenta que, precisamente, estaconvivencia cotidiana puede ser el tema que mas pre-ocuparia a quienes, dentro de las organizaciones, pa-san la mayor parte de su vida. En otras palabras, paraquienes no estemos directamente involucrados en eldesarrollo de las relaciones personales que se esta-blecen en el contexto de la vida en las empresas, talvez sea de especial importancia analizar el impacto delas actividades empresariales dentra de su contexto

Uso la expresion ethos -caracler- para denolar, en senlidoarislotelico, el coniunto de habitos -virtuosos 0 viciosos-que liene un individuo, y que retleian su ideal de vida buena yde correccion moral. Tambien 10uso para denotar el conjun-10 de habilos manifestados por una comunidad moral, loscuales asi mismo retlejan sus ideas compartidas ace rca de 10buena y 10correcto. cr, Aristoteles. fUca a Nicomaco. Ma-drid. Centro de esludios conslitucionales, (Irad. De JulianMarias y Maria Araujo), Ver, especial mente, I y II.

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socioecon6mico amplio. Pero para quienes estaninvolucrados directamente en la vida cotidiana dentrode las organizaciones, probable mente seria mas ur-gente contar con herramientas de analisis y de inter-venci6n aplicables a su entorno humano inmediato ycotidiano.

Volvamos, para rnostrar mejor esta idea, a nues-tra metatora de la isla. Supongamos que el episodiodel naufragio termin6 y anora 5610quedan de el losrecuerdos sobre 10sucedido, recuerdos que permiti-fan elaborar un relato. Para quienes no vivieron en laisla, pero quieren que se les cuente la historia, la aven-tura puede resultar interesante en relaci6n con ciertosaspectos, los cuales no necesariamente tienen quecoincidir con aquellos asuntos que tocaron mas di-rectamente los intereses y sentimientos de nuestrosnautraoos. Para quienes no vivieron la experiencia, losaspectos relativos a la vida cotidiana de los protago-nistas no tienen por que revestir mayor importanciaque otro tipo de asuntos, tales como aquellos relacio-nados con el modo en que se organizaron los nautra-gos, las estrategias que implementaron para sobrevi-vir, las restricciones y los recursos encontrados. Es-tos aspectos resultan ser mas form ales y, por ende,mas tacilrnente transmisibles en un relata, y es raze-nable que sean los que mas interesen a los extrafios aquienes se les cuente la historia. Por contraste, paraquienes vivieron en carne propia el naufragio, tam-bien serian importantes aquellos otros asuntos relati-vos a la vida cotidiana, asuntos de los cuales, por sermenos formales, mas substantivos y vivenciales, diff-cilmente podrfa darse cuenta mediante una histariasomera de 10sucedido.

Para quienes vivie ron en primera persona la aven-tura, un relato sobre la vida en la isla quedarfa dema-siado incompleto si en el se omitiera 10 relaeionadocon este segundo tipo de asuntos: aquellos relaciona-dos con los detalles de la vida cotidiana y la forma enque se desarrollaron las relaciones interpersonales enel dfa a dfa de la isla. Para ellos, no s610 en su mo-mento, sino tam bien para 10que el episodio significadentro de la historia de su vida, en ese entonces yahora, seria de gran importancia el que su eotidianidaden la isla fuera 10mas significativa y gratifieante posi-ble, aDn en medio de las restrieciones, retos y adver-sidades que alii se pod fan dar. Ineluso no es, ni hubie-ra sido deseable para ellos, el que una vez finalizadoel episodio, tuviesen que Ilevarse un recuerdo amar-go de su convivencia con los otros naufragos. LOUeaspectos de la convivencia entre nuestros personajeslendrfan, enlonees, que ser lenidos en cuenta para que

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una organizaci6n fuera como una isla de la eual unose Ilevara un buen recuerdo?

La respuesta a esta pregunta demandaria muchotiempo y estuerzo, los cuales no pueden verse retleja-dos en estas pocas paqinas, Sin embargo, podrfamosmencionar algunas ideas para adelantar mas tarde laelaboraci6n de dicha respuesta. Par 10 pronto s610quisiera referirme a 10que tendrfa que hacerse paraque la vida en la isla fuera 10mas significativa y gra-tificante posible para nuestros nautracos. En primerainstancia, dado que cada uno de ellos tiene un pasadoy una identidad especffica, los cuales son indesligablesde su ideal de vida buena, podriamos pensar que losterminus en los cuales se de la vida compartida en lanueva comunidad tendrlan que cumplir con dos re-querlmientos. Por una parte, asegurar la superviven-cia y el bienestar de todos y, por la otra, tener sentidoo no ser maceptables ni absurdos para el plan de viday la autocompresi6n de cada uno. Esto significa que,tanto 10que arriba Ilamamos "reg las del juego", comolas taraas, acciones y decisiones de todos los dfas,tendrian que armonizar can la supervivencia del gru-po y ellogro de metas comunes, por una parte, perotam bien con 10que a cada uno Ie interesarla y consi-derarfa valioso 0 respetable, por la otra. Ahara bien,parece que esta armonia no podrfa lograrse sobre labase de una inercia incontrolada de la evolucion efec-tiva que tenga la convivencia entre nuestros naufra-gos. Por el contrario, la posibilidad de armonizar losdos mencionados tipos de interes -el eomun y el per-sonal-, se asociarfa can la posibilidad de que se hi-cieran conscientes, se discutieran y se pudieran inter-venir los aspectos formales y los aspectos substanti-vos de la convivencia entre nuestros personajes; lasnormas, pero tambien los grandes y los pequefios arre-glos de su vida cotidiana. De 10contrario, no serfafactible legitimarlos, dotarlos de sentido frente al gru-po como tal, 0 frente a las convicciones de eada unode sus miembros. Tampoco serra factible el controlar-los 0 intervenirlos.

En el caso de las organizaciones podriamos, en-tonces, relacionar este asunto de la concientizaci6n eintervenci6n sobre las formas estereotipadas de in-teracci6n y de decisi6n, con 10que arriba se lIam6 un"efecto de transacci6n" entre las preconcepciones yconvieciones respectivas de los individuos. Se dijo queeste efecto, a su vez, produciria hacia el exterior de laorganizaci6n una impresi6n de homogeneidad. Podria-mos, entonces, equiparar esta impresi6n externa dehomogeneidad del ethos de nuestros naufragos a 10que suele lIamarse "cultura corporativa". Para nues-

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tros personajes serta deseable que sus interaccionesmutuas fueran configurando unas form as recurren-tes de reaccionar, de lmeractuar y de obrar, las cualesS8 hicieran coherentes, en el mayor grade pos.ble, conlos fines de la supervivencia y con los ideales y valo-res personales 0 cornpartidos. Pues bien, as! mismo,para los miembros de una organizaci6n sena igual-mente deseable que su cultura corporativa no fueraalgo meramente pensado, deseado 0 impuesto paralgunos de los miembros de la empresa, ni tampocopar la mera inertia del desarrollo nlstorlco de sus re-laciones interpersonales. Antes bien, pareee que lacultura corporativa serla deseada como un productode la capacidad que tendria cada miembro de organi-zacion de influir y de ser influido positivamente parotros, mediante las propias y ajenas reacciones, pala-bras, juicios, actitudes, valoraciones, gestos, decisio-nes y acetones. En otros terminos, podriamos equl-parar la cultura corporativa al producto de un procesode educacion mutua entre los integrantes de las orga-nizaciones, educacion que acabaria por crear, destrui r,tortalecer 0 debilitar sus habitos", Y si consideramosque los habitos pueden condicionar la aplicacion efec-tiva de ciertos criterios, ya sea tecnicos, esteticos ymorales, entonces el proceso de formaci6n de habi-tos, que no es otro que un proceso de mutua educa-ci6n, determinarfa que tan exitosas resultaran ser lasaplicaciones de dichos criterios.

Luego, para valorar e influir en la calidad etica dela gesti6n empresarial, no bastaria can tener en cuen-ta que criterios aplicar en los procesos de decision.Parece que tam bien seria importante tener en cuentaen que clase de personas, compartiendo que modode vida y dando muestras de que clase de habitos,

10 Esta nocion de "habito" (exis), que es tomada de Aristotelesy de la tradicion inspirada en el, tiene su version paradigmaticaen la Eticaa Nic6maco, en donde se expone la naturaleza y eldesarrollo de las virtudes (aretal) como habilos, Estos ulti-mos son las actitudes mas arraigadas en las personas, y quese muestran como firmes y recurrentes ante ciertas situacio-nes y estimulos, en raz6n de las convicciones y sensibilida-des morales de los sUlelos. v. gr. el hilbito de la valentia antelas siluaciones de peligro. Cf. Arist6teles, Etica a Nic6maco,1I,1103a11-1109b26.

nos quisierarnos convertir. S610as! podriamos saberque tendriamos que hacer para que la configuraci6nde las interacciones habituales que tendriamos unoscan otros -configuraci6n que se advertiria incluso enel manejo del entorno fisica com partido- no 5610 nofuera un obstaculo, sino que, adernas, fuera la viaposibilitadora de la aplicaci6n etectfva de ciertos cri-terios y esquemas para deliberar, decidiry actuar comoempresa social mente responsable. En otros terminus.los criterios dejarian de ser meras imposiciones ex-ternas si quienes hicieran uso de elias los interiorizaranmediante formas recurrentes de interactuar, las cua-les no s610toeran consistentes con los criterios, sinoque adernas posibilitaran su aplicacion efectiva en eldia a dia.

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