lecturas misas

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Se adentró en el desierto durante todo un día de camino, luego fue a sentarse bajo un retamo y pidió la muerte: «Basta, dijo. Yavé, toma mi vida, porque ya no valgo más que mis padres». Se acostó y se quedó dormido. Un ángel tocó a Elías y le dijo: «Levántate y come». Miró y vio que había allí cerca de él una tortilla cocida sobre piedras y un cántaro de agua. Comió, bebió y se volvió a acostar. Por segunda vez el ángel de Yavé se le acercó, lo tocó y le dijo: «Levántate y come, porque el camino es demasiado largo para ti». Comió y bebió. Confortado con ese alimento, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta llegar al cerro de Dios, el Horeb. Salmo 121 Mi auxilio viene del Señor Canto de peregrinación. Levanto mis ojos a las montañas: ¿de dónde me vendrá la ayuda? La ayuda me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. El no dejará que resbale tu pie: ¡tu guardián no duerme! No, no duerme ni dormita el guardián de Israel.

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Page 1: Lecturas Misas

Se adentró en el desierto durante todo un día de camino, luego fue a sentarse bajo un retamo y pidió la muerte: «Basta, dijo. Yavé, toma mi vida, porque ya no valgo más que mis padres».

Se acostó y se quedó dormido. Un ángel tocó a Elías y le dijo: «Levántate y come».

Miró y vio que había allí cerca de él una tortilla cocida sobre piedras y un cántaro de agua. Comió, bebió y se volvió a acostar.

Por segunda vez el ángel de Yavé se le acercó, lo tocó y le dijo: «Levántate y come, porque el camino es demasiado largo para ti».

Comió y bebió. Confortado con ese alimento, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta llegar al cerro de Dios, el Horeb.

Salmo 121 Mi auxilio viene del Señor

Canto de peregrinación. Levanto mis ojos a las montañas: ¿de dónde me vendrá la ayuda?

La ayuda me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

El no dejará que resbale tu pie: ¡tu guardián no duerme!

No, no duerme ni dormita el guardián de Israel.

El Señor es tu guardián, es la sombra protectora a tu derecha:

de día, no te dañará el sol, ni la luna de noche.

El Señor te protegerá de todo mal y cuidará tu vida.

El te protegerá en la partida y el regreso, ahora y para siempre.

Page 2: Lecturas Misas

El los recibió, les habló del Reino de Dios y devolvió la salud a los que tenían necesidad de ser curados.

Al caer la tarde, se acercaron los Doce y le dijeron: «Despide a la multitud, para que vayan a los pueblos y caseríos de los alrededores en busca de albergue y alimento, porque estamos en un lugar desierto».

El les respondió: «Denles de comer ustedes mismos». Pero ellos dijeron: «No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta gente».

Porque eran alrededor de cinco mil hombres. Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: «Háganlos sentar en grupos de cincuenta».

Y ellos hicieron sentar a todos.

Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados y, levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición, los partió y los fue entregando a sus discípulos para que se los sirviera a la multitud.

Todos comieron hasta saciarse y con lo que sobró se llenaron doce canastas.