las voces de la narración

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TEXTOS NARRATIVOS: LAS VOCES DE LA NARRACIÓN 1. Identifica en los siguientes fragmentos un ejemplo de estilo directo, indirecto, indirecto libre y monólogo. - ¿Qué hora es? - preguntó Onofre. - Las cinco y media, poco más o menos - respondió el cura-. Eh, ¿qué haces? -agregó viendo que Onofre intentaba levantarse. - He de ir a la Exposición -respondió éste. - Olvídate de la Exposición. Tendrá que pasar sin ti -dijo mosén Bizancio. (Eduardo Mendoza: La ciudad de los prodigios) Sospechó de inmediato que los muertos se habían hecho presentes, y de una manera poco amistosa, decididamente hostil, ¿qué querían?, ¿acaso esos muertos estaban ellos también pagados por su esposo?, ¿por qué le querían retrasar la fuga, ya que impedirla no sería imposible? (Manuel Puig: Pubis angelical) Don Bernardo replicaba que las cosas marchaban solas y había que dejarlas; que el secreto de la vida estribaba en poner las cosas a funcionar y dejarlas luego para que avanzasen a su ritmo. Pero Ignacio argumentaba que tenía el almacén abandonado y que a Dionisio Manrique le faltaban luces para sustituirle. (Miguel Delibes: El hereje) Tú no la mataste. Estaba muerta. Yo la maté. ¿Por qué? ¿Por qué? Tú no la mataste. Estaba muerta. Yo no la maté. Ya estaba muerta. Yo no la maté. Ya estaba muerta. Yo no fui. No pensar. No pensar. No pienses. No pienses en nada. Tranquilo, estoy tranquilo. No me pasa nada. Estoy tranquilo así. Me quedo así quieto. Estoy esperando. No tengo que pensar. No me pasa nada. Estoy tranquilo, el tiempo pasa y yo estoy tranquilo porque no pienso en nada. Es cuestión de aprender a no pensar en nada, de fijar la mirada en la pared, de hacer que tú quieras hacer porque tu libertad sigue existiendo también ahora. Eres un ser libre para dibujar cualquier dibujo o bien para hacer una raya cada día que vaya pasando como han hecho otros, y cada siete días una raya más larga, porque eres libre de hacer las rayas todo lo largas que quieras y nadie te lo puede impedir. (Luis Martín Santos: Tiempo de Silencio) 2. Distingue y caracteriza lingüísticamente los procedimientos de cita utilizados en la inclusión del diálogo de los personajes en los siguientes textos narrativos: Ana leía con el alma agarrada a las letras. […] El santo decía que los niños son por instinto malos, que su perversión innata hace gozar y reír a los que los aman; pero sus gracias son defectos; el egoísmo, la ira, la vanidad los impulsan. -«Es verdad, es verdad» -pensaba ella arrepentida. Pero entonces hacía falta otra cosa. ¿Aquel vacío de su corazón iba a llenarse? Aquella vida sin alicientes, negra

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Page 1: Las voces de la narración

TEXTOS NARRATIVOS: LAS VOCES DE LA NARRACIÓN

1. Identifica en los siguientes fragmentos un ejemplo de estilo directo, indirecto, indirecto libre y monólogo.

- ¿Qué hora es? - preguntó Onofre.- Las cinco y media, poco más o menos - respondió el cura-. Eh, ¿qué haces? -agregó viendo que Onofre intentaba levantarse.- He de ir a la Exposición -respondió éste.- Olvídate de la Exposición. Tendrá que pasar sin ti -dijo mosén Bizancio.

(Eduardo Mendoza: La ciudad de los prodigios)

Sospechó de inmediato que los muertos se habían hecho presentes, y de una manera poco amistosa, decididamente hostil, ¿qué querían?, ¿acaso esos muertos estaban ellos también pagados por su esposo?, ¿por qué le querían retrasar la fuga, ya que impedirla no sería imposible? (Manuel Puig: Pubis angelical)

Don Bernardo replicaba que las cosas marchaban solas y había que dejarlas; que el secreto de la vida estribaba en poner las cosas a funcionar y dejarlas luego para que avanzasen a su ritmo. Pero Ignacio argumentaba que tenía el almacén abandonado y que a Dionisio Manrique le faltaban luces para sustituirle. (Miguel Delibes: El hereje)

Tú no la mataste. Estaba muerta. Yo la maté. ¿Por qué? ¿Por qué? Tú no la mataste. Estaba muerta. Yo no la maté. Ya estaba muerta. Yo no la maté. Ya estaba muerta. Yo no fui. No pensar. No pensar. No pienses. No pienses en nada. Tranquilo, estoy tranquilo. No me pasa nada. Estoy tranquilo así. Me quedo así quieto. Estoy esperando. No tengo que pensar. No me pasa nada. Estoy tranquilo, el tiempo pasa y yo estoy tranquilo porque no pienso en nada. Es cuestión de aprender a no pensar en nada, de fijar la mirada en la pared, de hacer que tú quieras hacer porque tu libertad sigue existiendo también ahora. Eres un ser libre para dibujar cualquier dibujo o bien para hacer una raya cada día que vaya pasando como han hecho otros, y cada siete días una raya más larga, porque eres libre de hacer las rayas todo lo largas que quieras y nadie te lo puede impedir. (Luis Martín Santos: Tiempo de Silencio)

2. Distingue y caracteriza lingüísticamente los procedimientos de cita utilizados en la inclusión del diálogo de los personajes en los siguientes textos narrativos:

Ana leía con el alma agarrada a las letras. […] El santo decía que los niños son por instinto malos, que su perversión innata hace gozar y reír a los que los aman; pero sus gracias son defectos; el egoísmo, la ira, la vanidad los impulsan.

-«Es verdad, es verdad» -pensaba ella arrepentida. Pero entonces hacía falta otra cosa. ¿Aquel vacío de su corazón iba a llenarse? Aquella vida sin alicientes, negra en lo pasado, negra en lo porvenir, inútil, rodeada de inconvenientes y necedades ¿iba a terminar? Como si fuera un estallido, sintió dentro de la cabeza un «sí» tremendo que se deshizo en chispas brillantes dentro del cerebro. Pasaba esto mientras seguía leyendo; aún

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estaba aturdida, casi espantada por aquella voz que oyera dentro de sí, cuando llegó al pasaje en donde el santo refiere que paseándose él también por un jardín oyó una voz que le decía «Tole, lege». (Leopoldo Alas Clarín: La Regenta)