las largas trompetas de los andes

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Las largas trompetas de los Andes Edgardo Civallero

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Introducción a las grandes trompetas naturales de los Andes. Libro digital de Edgardo Civallero, publicado en "Bitácora de un músico" (http://bitacoradeunmusico.blogspot.com.es/) bajo licencia CC.

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  • Las largas trompetas

    de los Andes

    Edgardo Civallero

  • Las largas trompetas

    de los Andes

    Una breve introduccin

    2 edicin

    Edgardo Civallero

    2014

  • Edgardo Civallero (Buenos Aires, 1973) es bibliotecario, msico,

    investigador y escritor. Estudi Bibliotecologa y Documentacin en la

    Universidad Nacional de Crdoba (Argentina), as como Historia

    (especialidad Antropologa y Arqueologa). Ha publicado trabajos

    acadmicos relacionados con su especialidad (tradicin oral y

    conocimiento indgena) y ha incursionado en sus otras pasiones: la

    msica tradicional sudamericana y el diseo grfico. Actualmente

    edita la revista digital "Tierra de vientos" sobre msica y cultura

    andina.

    Imagen de portada: Erque, corneta o caa (Argentina). Fotografa del

    autor.

    Civallero, Edgardo

    Las largas trompetas de los Andes : una breve introduccin / Edgardo

    Civallero. 2.ed. Madrid : Edgardo Civallero, 2014.

    68 p. : il..

    1. Msica. 2. Aerfonos. 3. Trompetas naturales. 4. Caa. 5. Bocina. 6.

    Clarn. I. Civallero, Edgardo. II. Ttulo.

    Edgardo Civallero, 2014

    de la presente edicin digital, 2014, Edgardo Civallero

    Diseo de portada e interior: Edgardo Civallero

    Las largas trompetas de los Andes se distribuye bajo una licencia

    Reconocimiento-No comercial-Compartir igual 4.0 Internacional de

    Creative Commons. Para ver una copia de esta licencia, visite:

    http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/

    Libro registrado en SafeCreative (2014):

    http://www.safecreative.org/

    Contenidos proporcionados desde:

    http://tierradevientos.blogspot.com.es/

    http://bitacoradeunmusico.blogspot.com.es/

  • El presente texto est basado en el artculo "Las largas

    trompetas de los Andes" de E. Civallero, incluido en el

    nmero 5 (noviembre 2013, pp. 514) de la revista porto-

    rriquea Miradero, publicacin dedicada al folklore y la

    tradicin oral.

  • Es el suyo un grito explosivo, ronco, que revienta el aire y

    provoca ecos lejanos. Su potente sonido suele escucharse

    slo en determinadas pocas del ao; en algunas regiones

    de la extensa columna vertebral de Sudamrica se cree

    que si se las toca fuera de esos periodos, pueden provocar

    la helada y el granizo, verdaderas catstrofes meteorolgi-

    cas para las sociedades andinas, eminentemente agrco-

    las.

    Desde Otavalo, en Ecuador, hasta la Patagonia argentino-

    chilena, son numerosas sus variantes. Reciben tantos nom-

    bres como pueblos distintos las construyen y las emplean.

    Pero sus fisonomas y sus materiales son similares, tanto

    como el timbre de sus voces. Gritan a Ngenechen, el crea-

    dor de los Mapuche, en la ceremonia patagnica del ngi-

    llatun, y convocan a las mscaras Aa en el arete del pue-

    blo Ava, en el boscoso Chaco. Acompaan los misachicos

    de las procesiones en el altiplano y las quebradas del nor-

    oeste argentino, y ponen color a las fiestas de los chapa-

    cos. Sea en donde sea, manos de arcilla las alzan al cielo o

    las asientan contra la tierra y labios apretados insuflan en

    sus vientres de caa el aire que les permitir vibrar y con-

    vocar a hombres y espritus por igual.

  • 1. Introduccin

    Las trompetas naturales (423.1 en la clasificacin de Horn-

    bostel y Sachs) son instrumentos de estructura sencilla: un

    cuerpo principal, que contiene el aire que el soplo vibrante

    del msico pone en movimiento; una boquilla o emboca-

    dura que permite tal soplo; y un pabelln de resonancia,

    cuya funcin es amplificar el sonido resultante. A diferen-

    cia de las trompetas cromticas, las naturales no poseen

    mecanismos para alterar la altura del sonido (p.e. orificios

    o llaves).

    Las trompetas tubulares (423.12) son una de las categoras

    ms importantes de trompetas naturales. Como su nom-

    bre sugiere, poseen un cuerpo alargado y ligeramente cni-

    co, recto o curvado. Pueden ser interpretadas en posicin

    frontal (423.121) o lateral (423.122); pueden ser simples

    (el pabelln de resonancia forma parte del cuerpo) o com-

    puestas (cuerpo y pabelln son elementos independien-

    Imagen 1.

    Caa argentina.

    [Foto: E. Civallero].

  • Figura A

    Distribucin geogrfica actual de las trompetas naturales largas

    de los Andes. Las reas marcadas corresponden, grosso modo, a

    la bocina ecuatoriana (1), el clarn de Cajamarca (2), el yungor, el

    huarajo y otras trompetas de los Andes centrales peruanos (3), el

    tira tira (4), la caa chapaca (5), el wakaranti (6), el clarn ataca-

    meo (7), la corneta o erque (8), y la trutruka y el olki (9).

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    8

    9

  • tes); y pueden o no tener contar con una boquilla separada

    en la cual se ubique la embocadura.

    Gracias a su forma y a sus proporciones, las trompetas

    naturales de mayor longitud son capaces de producir

    hasta una docena de sobretonos parciales de la nota fun-

    damental (que se aproximan a los grados de la serie natu-

    ral de armnicos); sin embargo, dado que no cuentan con

    mecanismos para alterar la altura del sonido, las variacio-

    nes tonales que se pueden lograr con ellas dependen de

    las tcnicas de interpretacin, sobre todo de la modula-

    cin de la tensin de los labios y de la fuerza del soplo. Por

    una mera cuestin de facilidad, las notas ms empleadas

    al interpretar estos aerfonos se acercan a los seis prime-

    ros elementos de la serie armnica (bsicamente, terce-

    ras, quintas y octavas); de ah que, al hablar de la msica

    producida por esos instrumentos, se use la etiqueta "trit-

    nica".

    En la Amrica andina, este tipo de instrumento se caracte-

    riza por alcanzar grandes dimensiones (hasta 6-7 mts.).

    Sus distintas variantes son conocidas como "trompetas

    largas", especialmente para distinguirlas de las "bocinas"

    o "trompetas cortas", un tipo de instrumento idntico en

    estructura y funcionamiento e igualmente habitual, pero

    de menores dimensiones (inferior a un metro de largo) y

    que, debido a su talla, produce una serie muy reducida de

    sonidos (en ocasiones, uno solo).

    Al referirnos a "Amrica andina", estamos considerando la

    totalidad del territorio atravesado por la cordillera de los

    Andes, desde Tierra del Fuego a Venezuela, y no solo el

    "rea cultural andina", que suele circunscribirse a la zona

    de influencia cultural del antiguo Tawantinsuyu o "Imperio

    Inca" (Ecuador, Per, Bolivia y norte de Argentina y Chile).

    Aunque en las siguientes pginas solo nos vamos a ocupar

    de las largas trompetas de los Andes (con la excepcin del

    wakaranti de los Ava, una sociedad fuertemente andiniza-

    da), es importante sealar la presencia de aerfonos simi-

    lares en las tierras bajas sudamericanas (Orinoquia, Ama-

    zonia, Chaco) y en Amrica Central (p.e. las largas trompe-

    tas de quiotl de los Maya de Yucatn), as como en Europa

    (neverlur o nverlur de Escandinavia, taure de Letonia,

    daudyt de Lituania, karjapasun de Estonia, borija de Croa-

    cia, alpenhorn y bchel de Suiza, ligawka de Polonia,

    bucium de Rumania), Asia (dung chen de Tibet, kombu,

    buguri, chank y phuppu de India) y frica (arupepe y olwet

    de Uganda, icilongo de los Zulu, molimo de Congo, antsiva

    de Madagascar) (Montagu, 2014).

  • Figura B

    Esquema comparativo de dimensiones, formas y

    proporciones aproximadas de las trompetas natura-

    les largas de los Andes, en relacin con un intrprete.

    De arriba a abajo, y de izquierda a derecha: trutruka

    recta, corneta o erque, clarn de Cajamarca, caa

    chapaca, trutruka (enrollada), olki, clarn ataca-

    meo, tira tira, yungor y bocina recta.

  • Los instrumentos que se researn en este texto pertene-

    cen, originalmente, al acervo cultural de alguna sociedad

    indgena en particular; no obstante, en la actualidad

    muchos de ellos han pasado a formar parte (tambin) de la

    cultura mestiza.

    En los Andes, las trompetas naturales suelen ser instru-

    mentos de ejecucin exclusivamente masculina. En el rea

    central (meseta del Collao y zonas circundantes) su

    empleo est sujeto a tabes que reducen su utilizacin a

    periodos temporales determinados por el calendario agr-

    cola. Aparecen en festejos religiosos y ceremoniales, pero

    tambin en celebraciones profanas populares. El limitado

    rango de notas que producen no impide que acompaen

    danzas y cantos, generalmente junto a instrumentos de

    percusin (bombo, caja, tinya, kultrun), as como a alguno

    de cuerda (violn) o de viento (flauta de tres agujeros, waq-

    raphuku).

    Su sonido es profundo, grave y vibrante, en ocasiones bron-

    co y spero, aunque pueden alcanzar notas agudas y muy

    brillantes, similares a las de la trompa europea. El timbre

    especial de las trompetas andinas viene dado por los mate-

    riales que se emplean comnmente en su construccin:

    caa o madera para el cuerpo, y asta, cuero o calabaza

    para el pabelln. El plstico y la hojalata sustituyen, cada

    vez con ms frecuencia, a estos elementos naturales. Estos

    enormes aerfonos tienen un origen definitivamente

    prehispnico; si bien no han sobrevivido ejemplares

    arqueolgicos de grandes dimensiones (debido a la natu-

    raleza de los materiales empleados), s lo han hecho nume-

    rossimas trompetas cortas elaboradas en hueso, metal o

    cermica, sobre todo de embocadura frontal. La emboca-

    dura lateral no se encuentra entre los instrumentos ibri-

    cos llegados a Amrica durante el periodo colonial, de

    modo que debe suponerse un origen local. Si bien algunos

    de los materiales usados actualmente en la construccin

    de estos instrumentos (cuerno, tripa y cuero de res) impli-

    can un importante grado de aculturacin, estaran sustitu-

    yendo a otros materiales usados antiguamente (calabaza,

    caparazones de armadillo, huesos, tripas y cueros de otros

    mamferos).

  • 2. Bocina

    Las sociedades indgenas quechua-hablantes de la Sierra

    de Ecuador cuentan, dentro de su acervo organolgico,

    con dos tipos de trompetas naturales denominadas bocina

    o, a veces, clarn o quepa (Mullo Sandoval, 2007; Ecuador.

    Ministerio de Cultura, 2013).

    Una de ellas, empleada sobre todo por los Kaari (provin-

    cia de Caar) y los Salasaca (provincia de Tungurahua), es

    una trompeta corta: un cuerpo hecho de varias secciones

    de cuerno vacuno unidas entre s formando una media cir-

    cunferencia, y un largo y grueso pabelln de caa guadua

    (Guadua angustifolia).

    El nombre bocina se aplica igualmente a una trompeta

    larga entre los Kaari, los Salasaca y los Puruh (provincia

    de Bolvar). Se trata de un instrumento de embocadura

    frontal (o, en ocasiones, lateral), de 1,50-2 mts. de longi-

    tud, y que puede ser simple o compuesto. La variedad ms

    Imagen 2.

    Bocina ecuatoriana.

    [Foto: E. Civallero].

  • Imagen 3.

    Bocinero.

    [Ilustracin: J. A. Guerrero, Quito, s. XIX].

    Imgenes 4 y 5.

    Bocinas de huarumbo de los Caari y de tubo plstico.

    [Fotos: Origen no registrado].

  • comn es la bocina simple, realizada a partir de una rama

    de yarumo o guarumo (Cecropia peltata) o de un chaguar-

    quero, tallo florfero de una variedad del penco o cabuyo

    azul (Furcraea andina). Por su parte, para elaborar las

    trompetas compuestas se utiliza un tubo de caa (p.e. tun-

    da, una gruesa bambuscea ecuatoriana, Rhipidocladum

    harmonicum) en cuyo extremo se coloca un cuerno de

    vaca como amplificador.

    Esta ltima variedad a menudo presenta una versin ms

    barata y fcil de construir, compuesta por un tubo de pls-

    tico enrollado al cual se agrega una boquilla de caa, made-

    ra o metal y el consabido pabelln de asta. Por su sencillez,

    esta versin ha sido adoptada por otros grupos indgenas

    de la Sierra (p.e. los Otavalo, los Cotacahi y los Saraguro) y

    por las comunidades mestizas, no solo campesinas, sino

    tambin urbanas.

    Existen, por ltimo, variantes mucho ms elaboradas, rea-

    lizadas en madera, con una boquilla separable y sin pabe-

    lln de asta.

    Ms que un papel musical, las bocinas juegan un rol de

    comunicacin y convocatoria. Aparecen, entre otras oca-

    siones, en el jahuay (ceremonia de siega, cantones de Alau-

    s, Guamote, Colta, Tixn y Cacha, provincia de Chimbora-

    zo), la "toma de la plaza" (Inti Raymi, comunidad de Cota-

    cachi, provincia de Imbabura), la "entrada de la rama"

    (fiesta de San Juan, comunidad de Zuleta, provincia de

    Imbabura), y la "fiesta de los caporales Salasaca" (provin-

    cia de Tungurahua).

  • 3. Clarn de Cajamarca

    Entre las ms de 1400 acuarelas incluidas por el Obispo de

    Trujillo, Baltasar Jaime Martnez Compan, en el Cdice

    que hoy lleva su nombre (1782-1785), se encuentra una

    escena de siega que pint durante una visita a Cajamarca,

    al norte de Per. Esa ilustracin es una de las evidencias

    documentales ms tempranas del uso del clarn cajamar-

    quino.

    El clarn (tambin llamado kepa en ocasiones) es una trom-

    peta natural compuesta que, por lo general, alcanza los

    3,50 mts. de longitud, aunque existen ejemplares de

    mayor tamao (las llamadas "roncadoras") que llegan a los

    5 mts. Actualmente se lo emplea en localidades como

    Pampa de Cajamarca, Baos del Inca, Chetilla y Porcn

    (provincia y departamento de Cajamarca).

    Generalmente, cada clarinero es quien escoge los mate-

    riales y elabora su propio instrumento, respetando una

    Imagen 6.

    Clarn de Cajamarca.

    [Foto: http://imagenescajamarca.blogspot.com.es/].

  • Imgenes 7, 8 y 9.

    Intrpretes de clarn de Cajamarca.

    [Fotos: Origen no registrado].

  • determinada mstica y estableciendo una relacin especial

    con su clarn. El cuerpo se elabora a partir de una pieza

    entera de caa de Castilla (carrizo, suqcha o succha, Arun-

    do donax) de 3 mts. de largo y unos 3 cms. de dimetro. Se

    prefieren los ejemplares crecidos en reas de clima tem-

    plado y en zonas en donde el agua no se encharque, pues

    all la fibra de la planta es ms compacta; la caa se corta

    en una poca determinada del ao para que dure ms y no

    se raje, y se la almacena hasta que est completamente

    seca (Bolaos et al., 1978; Kuss, 2004; Olsen & Sheehy,

    2007; Ravines, 2009; Zamora Castro, 2011).

    El proceso de construccin suele ser largo y requerir de

    mucha paciencia. En primer lugar, la caa se perfora con

    un largo hierro, eliminando cuidadosamente los nudos o

    tabiques interiores. Despus se la pule, tanto interna

    como externamente, con ramas de zarzamora, y se asegu-

    ran ambos extremos con hilo de algodn encerado.

    Este cuerpo principal puede reforzarse con tripas o nervios

    de res, o bien con cuerda de fibra de pitera (Agave ameri-

    cana).

    En el extremo proximal del tubo, el ms estrecho, se coloca

    la mama boquilla, una pieza de 10 cms. de longitud elabo-

    rada a partir de la misma caa, hueca y reforzada con cor-

    del. A continuacin se inserta la boquilla, de unos 12 cms.

    de largo, a la que se ha practicado una abertura lateral de

    forma ovalada y unos 2,5 cms. de largo a 1 cm. del nudo

    que tapona uno de sus extremos. Por cuestiones de tama-

    o y sonido, las "roncadoras" suelen tener una boquilla de

    una sola pieza.

    En el otro extremo de la caa, el ms ancho, se coloca el

    pabelln o bocina, hecho de calabaza, porongo o mate (La-

    genaria siceraria), de unos 15 cms de longitud y distintas

    anchuras. Existen asimismo pabellones hechos de lata.

    El aerfono posee embocadura lateral, y se toca alzado en

    diagonal, elevndolo con la mano derecha y haciendo cier-

    to contrapeso con la izquierda, que se ubica a la altura de la

    boquilla para asegurar su posicin junto a la boca. Los cla-

    rineros suelen "emborrachar" la caa rociando su interior

    con chicha o caazo antes de tocar, y hay algunos que se

    frotan un poco de aj rocoto en los labios para que se les

    hinchen y as el clarn "suene mejor".

    El resultado de la interpretacin de esta trompeta caja-

    marquina cambia de lugar en lugar: el sonido es ms grave,

    lgubre o melanclico en tierras de Chetilla, mientras que

    en Porcn y Pampa de Cajamarca es ms agudo, brillante y

    alegre.

  • Imagen 10.

    Clarn de Cajamarca, con caja y flauta.

    [Foto: http://www.fotothing.com/].

  • Se usa es fiestas comunitarias, faenas agrcolas y ceremo-

    nias religiosas, y siempre va acompaado por la caja (un

    tamboril de doble parche, colgado de la mueca izquierda

    y percutido con la mano derecha) y por la flauta de tres agu-

    jeros (digitada con la mano izquierda), ambas interpreta-

    das por una nica persona. La caja es la que da el ritmo (los

    campesinos dicen que clarn y caja "dialogan"), y a l se

    unen el sonido de la flauta y el del canto de las mujeres.

    Durante las mingas suele marcar las distintas secciones (el

    alabado o anuncio, la llamada, el trabajo y la despedida) y

    marcar el ritmo de las distintas tareas.

    El Instituto Nacional de Cultura (INC) del Per declar al

    clarn Patrimonio Cultural de la Nacin el 12 de junio de

    2008.

    Imgenes 11 y 12.

    Intrpretes de clarn de Cajamarca y flautas.

    [Fotos: Origen no registrado].

  • 4. Huarajos y otras trompetas

    En Huamanga (departamento de Ayacucho) y en varios

    puntos del departamento de Huancavelica (p.e. Santiago

    de Chocorvos, provincia de Huaytars) se toca el huarajo,

    huaraqo, barajo, huaracco, badajo o huirajo, de 3 mts. de

    largo, con un pabelln de calabaza, cuerpo de caa o tubo

    de metal y boquilla de caa o metal; muy similar al clarn

    cajamarquino, el huarajo aparece en Carnavales, herran-

    zas y otros festejos y se interpreta de manera frontal, ele-

    vando el instrumento prcticamente en vertical (Bolaos

    et al., 1978).

    Por su parte, en las provincias de Andahuaylas (departa-

    mento de Apurmac), Vctor Fajardo (departamento de

    Ayacucho), Huancavelica (departamento de Huancaveli-

    ca) y Concepcin (departamento de Junn) se toca la

    pampa corneta, corneta o corneta mamac de 3 mts.,

    hecha de caa con pabelln de calabaza (Kuss, 2004; Olsen

    Imagen 13.

    Huarajos de Santiago de Chocorvos.

    [Foto: YouTube]

  • & Sheehy, 2007). Dado que se tocan prcticamente en la

    misma rea y para las mismas celebraciones, el instrumen-

    to suele ser confundido con el yungor, que no suele poseer

    pabelln diferenciado.

    Para los departamentos de Apurmac y Ayacucho se men-

    ciona la soqos, sokos, qeqere, qeqereqe, qiqiri, clarn o

    pampa corneta, compuesta por un cuerpo de caa y un

    pabelln de asta. Para Abancay (departamento de Apur-

    mac) se cita el erke o erqe de caa, con pabelln de lata,

    calabaza o asta, con una longitud de entre 4 y 6 mts. Por

    ltimo, en la provincia de Anta (departamento de Cusco)

    se toca la kaari o caari, de saco, maguey o caa, con

    pabelln de cuerno vacuno y boquilla de metal o caa.

  • 5. Yungor

    En los Andes centrales y meridionales de Per, en los

    departamentos de Junn, Huancavelica, Ayacucho, Apur-

    mac y Arequipa, cada 25 de julio se celebra la festividad de

    Santiago, fecha del calendario cristiano bajo la que sobre-

    vive la adoracin al Tayta Wamani, seor de los cerros y

    protector milenario de los rebaos y las cosechas. En el

    valle del ro Mantaro (departamento de Junn) la tradicin

    se ha rebautizado como Tayta Shanti.

    En medio de la msica, las danzas, los juegos y la gastrono-

    ma caractersticos de todos los festejos tradicionales andi-

    nos, las comunidades campesinas quechua-hablantes de

    la zona realizan el marcado de su ganado con hierros o cin-

    tas, un ritual que puede tomar varios nombres de acuerdo

    a la zona (sealakuy, herranza, marcacin, cintachikuy,

    suay, tinyanakuy), no sin antes haber solicitado permiso

    a los espritus protectores de la comunidad y haber velado

    Imagen 14.

    Yungor (Colcabamba, 1958).

    [Foto: Tefilo Hinostroza].

  • Imagen 15.

    Yungor, con tinyas y violn.

    [Foto: http://twicsy.com/i/A2racc].

  • los elementos que participarn de la ceremonia. Los msi-

    cos y cantores suelen llegar la vspera de la celebracin al

    lugar de la fiesta, para ser contratados por las distintas

    familias. Aunque las modernas bandas de bronces son

    bien recibidas, suelen preferirse los conjuntos musicales

    tradicionales. En ellos participan mujeres que cantan

    coplas en quechua al comps de una pequea tinya (caja

    de doble parche de piel de oveja o gato), y varones que

    interpretan el violn, la bocina waqraphuku (hecha de

    varios cuernos de vaca) y un instrumento infaltable: la

    enorme trompeta natural simple denominada yungor, lon-

    gor (lonccor, llungur, llunqur) (Bolaos et al., 1978; Kuss,

    2004; Olsen y Sheehy, 2007; Sadie y Tyrrell, 2001).

    Tradicionalmente, el yungor se elabora con un tallo florfe-

    ro de maguey (Agave americana) que se va a buscar a luga-

    res considerados "especiales" por alguna razn. Los tallos

    se cortan en noche de luna llena, y se eligen aquellos con

    yemas rojizas, pues el saber popular les otorga la mejor

    calidad sonora.

    La longitud ms habitual es "de una braza y un codo", es

    decir, alrededor de 2 mts., aunque pueden ser ms largas.

    La pieza de madera se abre a lo largo y se ahueca cuidado-

    samente, salvo en su extremo proximal. Luego se vuelve a

    cerrar y se ata. A 10-20 cms. del extremo cerrado se realiza

    un orificio lateral, en el cual se inserta una boquilla de

    madera o de asta vacuna, similar a la de la trompeta y que

    permite el soplo. En el extremo opuesto no se agrega pabe-

    lln de ningn tipo. El instrumento se forra completamen-

    te con cintas, con lana o, en los ltimos tiempos, con cable

    de colores o tiras plsticas.

    En ciertos casos, el yungor tambin se construye a partir

    de una pieza gruesa de caa mamaq (una bambuscea sel-

    vtica) o con un tronco de saco (Sambucus nigra), rbol

    muy apreciado para la construccin de aerfonos por su

    mdula blanda. Existen, asimismo, algunos instrumentos

    hechos totalmente de hojalata.

    El yungor se interpreta de forma lateral, alzando el instru-

    mento diagonalmente con la mano izquierda o apoyndo-

    lo sobre el antebrazo izquierdo flexionado. Adems de

    estar presente en la fiesta de Santiago, tambin acompaa

    algunas danzas, como el shacatn, muy popular en el valle

    del Mantaro.

  • 6. Tira tira

    El tira tira es una trompeta compuesta originaria del norte

    del departamento de Potos (Bolivia), cuya influencia y uso

    se han extendido hasta algunas poblaciones del vecino

    departamento de Oruro. Se trata de un instrumento utili-

    zado sobre todo por comunidades quechua-hablantes (Ca-

    vour, 1994).

    El cuerpo del tira tira, de unos 3 mts. de largo, consiste en

    un tronco de mdula blanda (generalmente de sbaco o

    saco, Sambucus nigra) que se ahueca con barras de hie-

    rro al rojo o abriendo la madera longitudinalmente y lim-

    piando el interior con gubias. Todo el tubo se envuelve con

    tiras de cuero crudo o con nervios de cogote de buey, que

    al secarse se encogen y aseguran el sellado y la proteccin;

    las rajaduras, por su parte, se cubren con mapha (cera de

    abeja). El extremo proximal se corta de forma perpendicu-

    lar, para crear la embocadura. En el extremo distal, por su

    Imagen 16.

    Tira tira.

    [Foto: Origen no registrado].

  • Imagen 17.

    Tira tiras en fiesta popular.

    [Foto: Origen no registrado].

  • parte, se fija el pabelln, elaborado a partir de varios frag-

    mentos de cuerno unidos entre s mediante tarugos de

    madera y mapha, hasta lograr que adquiera una silueta

    espiral.

    El instrumento se toca frontalmente, apoyando el pabe-

    lln en el suelo. Su forma es similar a la de ciertas bocinas

    andinas cortas, llamadas waqras o pututus, de ah que tam-

    bin se lo denomine hatun pututu (en quechua, "pututu

    grande"). Aparece en los clebres tinkus (encuentros

    comunitarios) de Norte Potos, en los Carnavales y en cier-

    tas celebraciones mineras. En localidades como Chayanta

    (Potos) y Cacachaca (Oruro) puede vrselo combinando

    su sonido gutural con el rasgueo de los charangos y las gui-

    tarrillas khonkhota.

    Segn seala Martnez (2000), los Calcha utilizan el larn,

    una trompeta elaborada con un tubo de goma y un pabe-

    lln de cuerno. Suele acompaar las canciones femeninas

    de siembra.

  • 7. Wakaranti

    El wakaranti es una trompeta natural compuesta emplea-

    da por el pueblo Ava (tambin llamado "chiriguano"), un

    grupo Guaran de la provincia de Salta (noroeste de Argen-

    tina) y el departamento de Santa Cruz (sureste de Bolivia).

    Su nombre es un derivado del guaran waka rti o vaka

    tat, que significa "cuerno de vaca". Algunas fuentes lo

    citan como wakar'hanti (Prez Bugallo, 1993) o incluso

    como huacananti (Snchez, 1999).

    Se trata de una pieza de caa de Castilla (Arundo donax) u

    otra caa, de hasta 2,50 mts., a la que se le perforan los

    nudos o tabiques interiores y se le agrega un pabelln de

    asta vacuna. Dicho pabelln tambin puede realizarse en

    cuero de cola de buey, quizs una copia de la tcnica utili-

    zada en las cercanas Tarija (Bolivia) y Jujuy (Argentina); en

    ese caso, el instrumento pasa a llamarse wakarae punta o

    "cola de vaca". Antiguamente tambin se confeccionaban

    Imagen 18.

    Wakaranti.

    [Iustracin: Prez Bugallo, 1993].

  • con cuero de anta o tapir (Tapirus terrestris) e incluso con

    cola de kirkincho o armadillo, de acuerdo al padre Bernar-

    dino Nino (1912). La embocadura sola ser adornada,

    como un rasgo "lujoso", con la corteza de la raz del gem-

    b (Philodendron bipinnatifidum), una planta epfita.

    El wakaranti se interpreta a travs de una embocadura

    lateral mientras se lo mantiene alzado en diagonal. El aer-

    fono parece haber sido incorporado tardamente, como

    instrumento de alerta, segn Giannecchini (1898/1996);

    con fines blicos, durante los combates, segn Corrado y

    Comajuncosa (1990); y para convocar a las tareas agrco-

    las, durante la siembra del maz. Aunque es cada vez

    menos utilizado, en la actualidad se lo emplea para convo-

    car la fiesta del Carnaval (arete guasu o "fiesta grande") y

    para bailar las clsicas "rondas de Pascua".

    En Bolivia se lo suele denominar corneta del Arete o corne-

    ta de Izozos (Cavour, 1994); esta ltima denominacin

    tiene relacin con los Baados de Izozog o Izozos, en el

    departamento de Santa Cruz (Bolivia), en pleno territorio

    tradicional del pueblo Ava.

    Este tipo de trompeta natural compleja y lateral es muy

    abundante entre las sociedades indgenas amaznicas, y

    su presencia ha sido documentada entre los grupos que

    poblaron el Chaco Boreal, incluyendo algunas parcialida-

    des Guaran. De todas formas, los Ava son un pueblo fuer-

    temente andinizado, de forma que a su trompeta origina-

    ria deben sumarse las influencias llegadas de las vecinas

    tierras altas del oeste.

  • 8. Caa chapaca

    La caa es una trompeta natural compuesta, de grandes

    dimensiones, que se interpreta en el departamento de Tari-

    ja (sur de Bolivia); de all le viene el apelativo de "chapaca",

    designacin popular de los tarijeos. No pertenece al

    patrimonio cultural de una sociedad originaria en particu-

    lar; herencia de poblaciones indgenas hoy desaparecidas,

    en la actualidad forma parte del acervo instrumental mes-

    tizo de la regin, existiendo claras conexiones con el erque,

    corneta o caa de la vecina Argentina (Kuss, 2004).

    El cuerpo principal de este aerfono consiste en un solo

    tubo de caa de Castilla (caahueca, carrizo o charo, Arun-

    do donax) de 3-4 mts. de largo, o varias piezas que permi-

    tan alcanzar esa o mayores longitudes y que faciliten el

    transporte del instrumento una vez construido. El material

    se corta con luna menguante (pues, de acuerdo al saber

    popular, la planta tiene menos savia y al secarse no se raja-

    Imagen 19.

    Caas chapacas.

    [Foto: http://img99.imageshack.us/].

  • Imagen 20.

    Caas chapacas.

    [Foto: Origen no registrado].

  • r) y, una vez perfectamente seco, se procede a eliminar

    los nudos o tabiques internos realizando una abertura rec-

    tangular sobre los mismos desde el exterior y limpiando el

    interior con una cuchilla fina. Terminado el proceso, se

    tapan las aberturas con cera de abeja y un parche de chala

    de choclo (hoja de la mazorca de maz) o con el mismo

    pedacito de caa que se cort antes, asegurado con cinta

    aislante (Cavour, 1994).

    El cuerpo del instrumento as elaborado se cubre comple-

    tamente con caas de mayor dimetro, divididas en 3-4

    partes a lo largo, que se sujetan con ligaduras de irwinco

    (nervios de cogote de buey). Cualquier posible escape de

    aire se cubre con cera negra (cera de abeja mezclada con

    carbn para impedir que se derrita).

    A diez centmetros del extremo proximal, tapado, se abre

    un orificio lateral de forma ovalada y unos 5 cms. de largo,

    que oficiar de embocadura para el soplo. Por su parte, en

    el extremo distal la caa se rebaja para insertarla en la

    cola, k'orincha (curincha) o bocina, un pabelln elaborado

    a partir de dos piezas de cuero de cola de buey: un cuerpo

    principal y un "gorro" auxiliar. El cuero crudo empleado

    para confeccionar tales piezas es estirado y cosido, mol-

    deado con ceniza o arena caliente y una horma de madera,

    desecado y reforzado. Tambin hay bocinas de hojalata,

    confeccionadas con distintas secciones metlicas soldadas

    entre s, aunque no son tan comunes.

    La embocadura de la caa es lateral, y se toca alzando el

    instrumento en diagonal con la mano izquierda mientras la

    derecha realiza cierto contrapeso sobre la embocadura.

    Los ejecutantes de instrumentos muy largos cuentan con

    ayudantes que sostienen el extremo distal apoyndolo en

    una horqueta.

    El sonido es vibrante y gutural, y los intrpretes suelen dar

    mucha importancia a las notas ms graves.

    La caa es un instrumento de invierno o periodo seco (des-

    de Pascua al Da de Todos los Santos). Est presente, pues,

    en buena parte de las celebraciones religiosas y populares

    tarijeas (p.e. San Juan, Santiago, San Mateo, Virgen de

    Chaguaya). Y es la protagonista absoluta de la fiesta de San

    Roque (primer domingo de septiembre), en donde dece-

    nas y decenas de caeros entrelazan los instrumentos

    sobre sus cabezas, escoltando la danza de cientos de baila-

    rines chunchos que sacan en procesin a su santo patrn.

    Con ella se interpretan los toques llamados "tonadas de

    caa" y se bailan "ruedas de caa" o "brincos de caa".

    Como ocurre con otros instrumentos andinos, la tradicin

  • Imagen 21.

    Caas chapacas.

    [Foto: Fuente desconocida].

    Imgenes 22 y 23

    Intrpretes de caas chapacas.

    [Fotos: Origen no registrado].

  • seala que es "dar de beber" al instrumento, en este caso,

    con aloja de man, bebida tradicional en los festivales tari-

    jeos.

  • 9. Clarn atacameo

    En tiempos prehispnicos, el pueblo Atacameo, Atacama

    o Lican Antai (Lickan Antay) habit el rea comprendida

    entre el ro Loa y el desierto de Atacama hasta Copiap, en

    el Norte Chico chileno, as como en las regiones vecinas del

    noroeste de Argentina y el suroeste de Bolivia. Hoy, los des-

    cendientes de esa sociedad indgena continan viviendo

    en esa zona, sobre todo en pueblos de la cuenca del ro Ata-

    cama (provincia de El Loa, regin de Antofagasta, Chile),

    aunque muy mestizados con la sociedad criolla.

    La msica atacamea conservada en la actualidad es prin-

    cipalmente de carcter ritual. Sociedad agro-pastoril por

    excelencia, sus ritos estn ligados al calendario agrcola,

    dividido en una estacin hmeda (entre enero y marzo) y

    una estacin seca. Esta divisin queda tambin reflejada

    en los instrumentos y ritmos que se interpretan durante

    los festejos de cada periodo (MChAP, 2012). Entre los de la

    Imagen 24.

    Clarn atacameo.

    [Foto: E. Civallero].

  • Imagen 25.

    Clarin atacameo y sus intrpretes.

    [Ilustracin: Claro Valds, 1997].

  • estacin seca se encuentra el clarn. Se trata de una trom-

    peta natural simple construida con una pieza de caa de

    Castilla (Arundo donax) de 1,5-2 mts. Los nudos se elimi-

    nan mediante un hierro candente, y el tubo resultante se

    recubre con lana de colores y se adorna con borlas y cintas.

    El clarn no posee pabelln de resonancia; del extremo dis-

    tal pende una borla de lana enorme y llena de flecos. En su

    extremo proximal se ubica la boquilla, una pieza de caa

    incrustada en el cuerpo principal, dotada de una emboca-

    dura lateral de forma ovoidal. El instrumento se ejecuta

    alzndolo en diagonal (Claro Valds, 1997).

    El sonido de los clarines atacameos acompaa el reperto-

    rio de cantos conocido como "antiguo", sobre todo en dos

    de las ceremonias originarias, relacionadas con la fertili-

    dad, que han sobrevivido hasta nuestros das: el cauzulor y

    el talatur (BNCh, 2013). Ambas estn relacionadas con la

    limpieza de los canales de regado, una tarea sumamente

    importante para un pueblo agricultor que vive en una de

    las reas ms desrticas del planeta. Al soltar el agua por

    los canales limpios se aprovecha para pedir la fertilidad de

    la tierra, la reproduccin de los rebaos y la abundancia de

    lluvias. El cauzulor (o cauzulo) tiene lugar en la localidad de

    Caspana durante la segunda mitad de agosto, mientras

    que el talatur se celebra en Peine y Socaire entre agosto y

    octubre (Claro Valds, op.cit.). La msica de los rituales de

    fertilidad suele ser tritnica, adaptndose con facilidad a

    las posibilidades sonoras de los clarines.

    La msica de los clarines, improvisada repetitivamente

    sobre un motivo bsico, pone marco sonoro a un canto

    vocal que incluye trminos en kunza, la antigua (y desapa-

    recida) lengua de los Atacameo. En Peine, se interpretan

    acompaados de chirimorros, chorimoris o chorromones,

    manojos de campanillas piramidales de metal (dos

    machos de sonido grave y cuatro hembras de sonido agu-

    do) atadas a una cinta de cuero, y que se agitan como sona-

    jeros. En Ayquina y Toconce, por su parte, el clarn se eje-

    cuta junto a los puts, pututus o bocinas de cuerno

    (MchAP, op.cit.).

  • 10. Corneta, erque o caa

    La corneta, erque o caa es una trompeta natural com-

    puesta empleada en el noroeste argentino. Se interpreta

    en las reas de pre-puna y puna de las provincias de Cata-

    marca, Salta y Jujuy (en donde se la conoce como caa); en

    la Quebrada de Humahuaca, en Jujuy (en donde se la llama

    corneta o erque) y en algunos pueblos de los Valles Calcha-

    ques de Salta (Parejo, 1992).

    Guarda una estrecha relacin histrica, morfolgica y esti-

    lstica con la caa de Tarija. Y al igual que sta, no forma

    parte del patrimonio cultural de una sociedad originaria

    determinada, aunque est asociada principalmente a los

    festejos del pueblo Kolla, en el que confluyen distintas cul-

    turas indgenas que han habitado histricamente la

    regin.

    Tradicionalmente, se construye a partir de una nica pieza

    de caa de Castilla (Arundo donax) de 3-7 mts. de largo, o

    Imagen 26.

    Erque o corneta.

    [Foto: E. Civallero].

  • Imagen 27.

    Intrprete de erque o corneta.

    [Foto: http://tierradevientos.blogspot.com.es/].

  • de dos o ms piezas que permitan alcanzar una longitud

    semejante. El interior del tubo se limpia sin abrirlo; para

    ello se realizan orificios cuadrangulares en los nudos, a tra-

    vs de los cuales se extrae todo el material del tabique. Las

    aberturas se tapan posteriormente pegando de nuevo las

    piezas recortadas con cola o cera. Algunos constructores,

    sin embargo, prefieren abrir el tubo longitudinalmente y

    limpiar los tabiques internos con una gubia, para luego vol-

    ver a unir las dos mitades y atarlas con tendones, hilo,

    fibras vegetales o lana.

    Al cuerpo as realizado se lo suele embutir en una tripa fres-

    ca de vaca, que al secarse se contrae y sella todo posible

    escape de aire. Con o sin tripa, el tubo se refuerza con un

    "encostillado" de listones de caa asegurados con atadu-

    ras de tendones o con tiras de goma de las cmaras de las

    ruedas de los coches. Finalmente se los cubre cuidadosa-

    mente con lana, cintas y borlas de colores.

    En el extremo proximal del tubo se agrega una pieza de

    caa en la que se abre una embocadura lateral, de forma

    ovalada y con la longitud de la falange del pulgar del intr-

    prete/constructor (alrededor de 5 cms.). En el extremo

    distal se coloca un pabelln, que puede ser de cuerno o

    calabaza, o bien, como en Tarija, de cuero de cola de vaca

    (Vega, 1946; Aretz, 1975; Prez Bugallo, 1993; Prez de

    Arce, 1995).

    Una variedad de corneta, ideada por Benjamn Gutirrez,

    un msico de la localidad de Iturbe (provincia de Jujuy), se

    realiza con un tubo metlico obturado con un corcho en el

    extremo proximal y provisto de un pabelln de hojalata en

    el distal. Ese pabelln, una verdadera pieza de artesana,

    est formado por varias piezas de metal soldadas entre s.

    Otra variedad, creada por Anacleto Tintilay en 1968 en

    Mina Aguilar (provincia de Jujuy), emplea, como tubo, una

    manguera de goma enrollada, a la que se aaden un trozo

    de caa como boquilla y un pabelln de asta u hojalata.

    Esta variante permite el transporte del instrumento y su

    ejecucin dentro de pequeos oratorios familiares u otros

    espacios reducidos.

    Los luthiers modernos elaboran cornetas "profesionales"

    desmontables, con varias piezas de bamb lacadas y pabe-

    lln de cuerno. Por su parte, los intrpretes/constructores

    populares han optado por un modelo similar, pero en su

    construccin emplean caos de distintos materiales pls-

    ticos, a los que forran de lana.

    Como la mayora de las trompetas andinas, los corneteros

    o caeros sostienen en alto el instrumento para tocarlo,

  • Imgenes 28, 29 y 30.

    Distintos pabellones de erque o corneta.

    [Fotos: Instituto Nacional de Musicologa Carlos Vega].

  • levantando con la mano derecha todo el cuerpo mientras

    hacen contrapeso con la mano izquierda. En el caso de

    tubos muy largos, es necesaria la presencia de un ayudan-

    te, que se encarga de sujetar el extremo distal con una

    vara. Su sonido es bronco, y se le suele dar mucha impor-

    tancia a las notas ms graves.

    Su uso es de carcter ceremonial, en procesiones, misachi-

    cos, y danzas de suris, plumudos o samilantes (bailarines

    emplumados), a menudo con acompaamiento de bom-

    bo. Siguiendo una fuerte y extendida tradicin andina

    (que afecta a muchsimos otros instrumentos), la corneta

    solo puede utilizarse en un periodo bien definido: entre el

    Domingo de Pascua y el Da de Todos los Santos (periodo

    seco o invernal). En cualquier otro momento su sonido

    sera causa de infortunios, especialmente meteorolgi-

    cos: concretamente, heladas y granizos en el periodo llu-

    vioso (verano), precisamente cuando estn creciendo los

    cultivos.

    En zonas vecinas al rea noroeste de Argentina, concreta-

    mente en la provincia de Santiago del Estero, el instrumen-

    to reciba el nombre de chifle y sola usarse junto con

    bombo y violn en las celebraciones de San Esteban Chico

    (26 de diciembre, en la localidad de Sumamao), Santa Br-

    bara (4 de diciembre, en Manogasta, Suama y Sumamao) y

    la Pursima Concepcin (8 de diciembre, en Atamisqui).

    Con motivo de las dos primeras, se cubra el tubo con una

    funda de tela roja, color de las advocaciones. En Santiago

    del Estero ya no eran vlidas las restricciones temporales

    andinas. En la actualidad el chifle ha cado en el olvido.

    Como curiosidad, debe sealarse que la utilizacin del

    vocablo erque (probablemente un derivado del quechua

    irqi, "nio") en lugar de corneta se debe a una confusin

    surgida a principios de los aos 30' del siglo pasado;

    lamentablemente, el proceso de reemplazo parece irre-

    versible. Erque es un trmino importado de la vecina Boli-

    via, en donde designa una variedad de clarinete idioglti-

    co conocido en Argentina como erquencho.

  • 11. Trutruka

    La trutruca, trutruka, tutuka o xuxuka es una trompeta

    natural compuesta de interpretacin "frontal" (en reali-

    dad, oblicua) que pertenece al patrimonio cultural del pue-

    blo Mapuche (Vega, 1946; Gonzlez Greenhill, 1986; Prez

    de Arce, 1986; Prez Bugallo, 1993; Claro Valds, 1997;

    Sadie y Tyrrell, 2001; Kuss, 2004; Olsen y Sheehy, 2007;

    Prez de Arce, 2007). El territorio de los Mapuche abarca

    actualmente desde el ro Bo-Bo hasta la isla de Chilo, en

    el sur de Chile, ocupando adems parte de las provincias

    de Neuqun, Ro Negro y Chubut, en la vecina Patagonia

    argentina.

    Tradicionalmente, la trutruka se construye a partir de ringi

    o caa colihue (Chusquea culeou), especie que crece ni-

    camente en los bosques templados patagnicos. Sus cons-

    tructores, llamados trutruqueros, cortan caas de 1,5 a 5

    mts. de longitud, y de 2 a 10 cms. de dimetro, y las dejan

    Imagen 31.

    Trutruka.

    [Foto: E. Civallero].

  • Imagen 32.

    Trutruka e intrprete.

    [Ilustracin: Claro Valds, 1997].

  • secar. Una vez secas, las abren por la mitad mediante un

    corte longitudinal y extraen cuidadosamente la mdula

    leosa (el colihue, a diferencia de otras caas del gnero

    Chusquea, no es naturalmente hueco), limando y alisando

    luego todo el interior. Terminado el proceso, el artesano

    vuelve a unir ambas mitades, las ata firmemente (con lana,

    soga, hilo, fibras vegetales, tiras de tendn o de caucho)

    sin encolarlas, y las embute en una tripa fresca de potro;

    sta, al secarse, se encoge y asegura el sellado hermtico

    del tubo.

    En el extremo ms grueso de la caa se coloca un cuerno

    de vaca (mta mansun) despuntado; el asta (pulcramente

    ahuecada, alisada y, en ocasiones, ornamentada) se sujeta

    con fibras vegetales, hilo, tendn o tripa. Tambin puede

    usarse un pabelln realizado con varas de mimbre sobre

    las cuales se tejen tiras de ocha (Bromelia landbeckii). El

    otro extremo del colihue se corta a bisel para crear una

    embocadura diagonal, a travs de la cual soplar mientras

    el instrumento permanece apoyado en el suelo.

    En ocasiones no se agrega pabelln de ningn tipo: se con-

    vierte as es una trompeta simple, un simple tubo de caa

    cuyos extremos se aseguran con hilo de pitera. En otras

    (sobre todo en puntos concretos, como los alrededores

    del lago Budi, regin de la Araucana), la trutruka posee

    embocadura lateral y el cuerpo se cubre con ocha.

    Generalmente se sola llamar trutruka a los ejemplares

    ms largos (entre 3 y 6 mts.), usados en contextos religio-

    sos, y cornetas o pichi trutrukas (en mapudungu, "trutru-

    kas pequeas") a las menores de 3 mts., que cumplan fun-

    ciones de convocatoria, alarma y sealizacin.

    Una variante antigua de las trutrukas son las denominadas

    kll-kll trutrukas, instrumentos elaborados con secciones

    de asta vacuna unidas con tendones o tiras de cuero, for-

    mando una bocina en forma espiral prcticamente idnti-

    ca a los waqraphuku peruanos. Esos instrumentos pueden

    verse nicamente en museos o colecciones privadas, y pro-

    bablemente tengan relacin directa con sus pares de Per.

    Si bien el instrumento elaborado con un tallo de colihue es

    considerada la ms autntica y la de mejor sonido, en la

    actualidad, muchas trutrukas se elaboran con un largo

    tubo de plstico o metal que puede forrarse con tiras de

    colihue o de caa de Castilla (Arundo donax) o con lana.

    Para los ejemplares ms cortos se aprovechan tambin las

    ramas del saco (Sambucus nigra), ahuecadas con un hie-

    rro candente. Sin embargo, el modelo ms extendido hoy

    es el que utiliza una manguera de plstico de unos 3 mts.,

  • Imagen 33.

    Trutrukatufe.

    [Foto: Educar Chile].

  • enrollada sobre s misma, asegurada para que mantenga

    esa forma, provista de una boquilla de caa y de un pabe-

    lln de cuerno (o de botella de plstico cortada), y general-

    mente cubierta por completo de lana multicolor. Esta ver-

    sin es la ms barata y resistente, la ms sencilla de cons-

    truir, y la que permite un traslado ms fcil y seguro.

    En contextos tradicionales (sobre todo en el mbito rural),

    la trutruka ocupa un lugar preferencial durante el desarro-

    llo de las ceremonias Mapuche por excelencia: las rogati-

    vas ngillatun (nguillatn, guillatn) y kamaruko (kamari-

    kun, camaruco), en las cuales las comunidades Mapuche

    agradecen al creador, Ngenechen, por los dones recibidos

    durante el ao, y piden prosperidad. La larga y pesada

    trompeta de colihue se ubica cerca del altar central (el

    rewe), apoyada sobre dos horquetas de palo, con el pabe-

    lln apuntando hacia el este. El trutrukatun (en mapudun-

    gu, el "acto de tocar la trutruka") tiene lugar en momentos

    concretos de la rogativa: p.e. durante la pintura ritual de

    los bailarines, la decoracin de las cabalgaduras, las pau-

    sas en los discursos del lder de la comunidad, o el sacrifi-

    cio ritual de animales. En tiempos antiguos, varios trutru-

    katufe (intrpretes de trutruka) participaban en cada ngi-

    llatun, alternando sus toques o tocando a la vez. Hoy en

    da, cada vez resulta ms difcil conseguir aunque sea uno.

    Las cornetas o pichi trutrukas, por su parte, eran usadas

    por los werken (mensajeros) para realizar sus anuncios.

    Las primeras referencias a las trompetas naturales Mapu-

    che aparecen en las crnicas de Alonso de Ercilla, Alonso

    de Gngora y F. Nez de Pineda. En el siglo XVIII, Elas

    Herckmans recoge el nombre vernculo (tultunca) y en el

    XIX lo hacen Andrs Febrs y Bernardo Havestadt en sus

    diccionarios (tutuca). Al parecer, se tratara de una deno-

    minacin onomatopyica: "[instrumento para] hacer tu-

    t". Los cronistas hispanos ya documentaron el uso de tru-

    trukas ("trompetas") y otras "bocinas" (kll kll) en manos

    de los "araucanos" durante la Guerra de Arauco (1536-

    1810). En efecto, adems de emplearse en contextos cere-

    moniales/religiosos, las trutrukas se utilizaron para dar

    avisos o para realizar convocatorias. En la actualidad sue-

    len estar presentes en las manifestaciones de las comuni-

    dades Mapuche (rurales y urbanas) que reclaman por sus

    derechos, como un verdadero smbolo cultural. Por otro

    lado, buena parte de la msica Mapuche moderna (rock,

    rap, pop) o de la msica wingka (no-Mapuche) que preten-

    de identificarse con lo Mapuche, incluye la trutruka como

    rasgo caracterstico.

  • Imgenes 34 y 35.

    Intrpretes de trutruka.

    [Fotos: Origen no registrado].

    Imgenes 36 y 37.

    Belarmino Quirquitripay, intrprete de trutruka.

    [Fotos: http://adkimvn.wordpress.com/].

  • 12. olki

    El olki (ngolki, orquin, olkin, lolki) es una trompeta

    natural compuesta de interpretacin frontal que, como la

    trutruka, pertenece al patrimonio cultural del pueblo

    Mapuche (Kuss, 2004; Olsen y Sheehy, 2007; Prez de

    Arce, 2007). Los datos etnogrficos parecen indicar que su

    interpretacin se limita al rea sur de Chile, sobre todo

    (pero no exclusivamente) al territorio Lafkenche, parciali-

    dad del pueblo Mapuche que, como su nombre mapudun-

    gu indica (lafken, "costa" y che, "gente"), habita las zonas

    costeras de las regiones de Bo-Bo, Araucana y Los Ros

    (Gonzlez Greenhill, 1986; Prez de Arce, 1986).

    Mide entre 0,50 y 1 mt. de longitud (aunque en ocasiones

    puede alcanzar los 2 mts.), y un dimetro relativamente

    reducido, que oscila entre 0,5 y 3 cms. Se elabora con el

    tallo naturalmente hueco del olki, liglolki o tutuco (Se-

    necio otites), al cual se agrega un pequeo pabelln de

    Imagen 38.

    olki.

    [Foto: Etniassonidosprecolombinos.files.wordpress.com].

  • cuerno vacuno, o de hojas enrolladas o trenzadas de

    ocha (Bromelia landbeckii), planta muy usada por los arte-

    sanos locales para artesanas y cestera. Sin embargo, debi-

    do a la rpida desaparicin de las plantas de olki (cuyo

    hbitat natural est siendo devastado por las modernas

    plantaciones de pinos), en este momento tambin se los

    construye con caera metlica fina enrollada sobre si

    misma y forrada con lanas multicolores. Tambin se han

    usado los tallos de otras plantas, igualmente huecos, p.e.

    el liq-lolki (Valeriana viriscens) o el cardo troltro, troltrol o

    cholchol (Sonchus asper) (Msbach, 1999).

    El instrumento suele asumir el nombre de la especie vege-

    tal usada en su construccin (olki, lolki, tutuco, palkin,

    troltro), aunque tambin ha recibido denominaciones que

    hacen referencia a sus funciones musicales (trompetilla,

    trompn).

    Entre las fuentes en las que el olki aparece citado se

    cuenta el testimonio del cacique Mapuche Pascual Coa

    Imagen 39.

    olki.

    [Ilustracin: Schneider, 1993].

  • (Msbach y Coa, 1984), que al describir la flora de su tie-

    rra natal deca...

    ...k lolki, foron lolki meu (liq-troltro k) deumangekefui

    feichi lolki ayekawe.

    [Y el lolki, de cuyo tallo (y del cardo blanco) se fabricaba

    antes una corneta chica, llamada tambin lolki].

    Al igual que la trutruka, se trata de un aerfono de uso

    exclusivamente masculino. Sin embargo, al contrario que

    el resto de trompetas naturales, se lo hace sonar mediante

    la aspiracin violenta de aire (un sistema que ha sido cita-

    do tambin para una trompeta en Mxico y una bocina de

    cuerno entre los Guayak de Paraguay). Si bien el mtodo

    usado por el intrprete para hacer vibrar sus labios es dis-

    tinto del habitual en el resto de las trompetas, el sistema

    de produccin de sonido es a la postre el mismo; a pesar

    de ello, an existen discusiones acerca de la clasificacin

    del olki.

    La boquilla tiene dos cortes oblicuos y una silueta con

    forma de V; las dos puntas formadas en ese extremo se

    insertan parcialmente en la boca del intrprete, pero no

    en posicin central, sino lateral (Schneider, 1993). Se lo

    ejecuta en posicin frontal y, dada su reducida talla, su

    sonido es agudo y, en cierta forma, chilln.

    Se lo utiliza muy poco en la actualidad, aunque son

    muchos los Mapuche que lo conocen e incluso saben

    tocarlo. Tradicionalmente, sus "toques" estn asociados lo

    general al ngillatun, en el que aparece junto a la trutruka.

    Se lo usa para anunciar la salida de alguien de su casa para

    dirigirse a la rogativa; para acompaar el tregl prrn (en

    mapudungu, "danza del tero") y el choike prrn (en mapu-

    dungu, "danza del avestruz"); y para determinados

    momentos dentro del ngillatun. Los intrpretes (olkitu-

    we) ms expertos pueden tocar incluso montando a caba-

    llo. Tambin est presente en la ceremonia de curacin

    realizada por la machi (machitun) y en su ceremonia de

    iniciacin (machiluwn). Tales usos, sin embargo, no son

    tan habituales como el que se le da en pequeas celebra-

    ciones domsticas.

  • 13. Bibliografa

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