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“LA VID Y LOS SARMIENTOS”

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“LA VID Y LOS SARMIENTOS”

Introducción: LECTURA ANTECEDENTE

SJEF VAN TILBORG, “Comentario al evangelio de Juan”,

•Como ya dije, el v 14,31 cierra la unidad literaria precedente y con el capítulo 15 comienza una nueva. •El capítulo 15 está compuesto de un extenso discurso que supone un auditorio, pero en el que los oyentes no son capaces de ejercer ningún influjo en el desarrollo del mismo.La auténtica dificultad en la delimitación de esta unidad literaria está en la cuestión acerca de dónde se la hace terminar: ¿pertenece 16,14a aún a ella o no? Por los siguientes motivos pienso -piensan la mayoría de los exégetas, para ser sincero que ese versículo pertenece a esta unidad:Por el contenido, las frases pertenecen aún a la línea de pensamiento anterior. Ellas concretan la amenaza de persecuciones que se cierne sobre los discípulos.•En 16,4a se remite, a través de 14,29, a 13,19, de modo que para los lectores es aquí donde se produce el efecto de conclusión de la lectura.•En 16,4b-5 comienza, además, nuevamente la situación de diálogo: Jesús reprocha a sus discípulos que no le pregunten nada (en 16,17ss. comienza, luego, un diálogo de los discípulos entre sí al que reacciona Jesús, y en 16,29 los discípulos mismos dan una respuesta).

Santiago Guijarro Oporto, Santiago Guijarro Oporto, “Comentario al Nuevo Testamento III, “Comentario al Nuevo Testamento III,

C.B”,C.B”,

Esta segunda gran parte del evangelio se desdobla en dos secciones: los discursos de despedida (Jn 13-17), que recogen la enseñanza de Jesús a sus discípulos y la historia de la pasión-resurrección (Jn 18-20). En la primera sección (Jn 13-17) se recopilan descripciones del verdadero discipulado, preceptos, particularmente los referentes al amor fraterno, advertencias y promesas sobre su misión frente al mundo, destacando el odio que el mundo les tendrá; normas de conducta dentro de la comunidad; predicciones sobre la traición de Judas, las negaciones de Pedro y la deserción de los demás; las promesas del Paráclito; predicciones de la muerte y resurrección de Jesús. La segunda sección (Jn 18 20) está centrada en la historia de la pasión y la resurrección de Jesús entendidas como el momento de su exaltación-glorificación.

En su despedida, el regalo que hace Jesús a sus discípulos es la paz. La paz bíblica, que es la síntesis y concreción de los bienes mesiánicos y el cumplimiento de las aspiraciones de la Biblia y del judaísmo: el don de Dios, que garantiza la perfección y seguridad del hombre.

Josep-Oriol Tuñí, Xavier Alegre, Josep-Oriol Tuñí, Xavier Alegre, “Escritos joánicos y cartas católicas“Escritos joánicos y cartas católicas

La estructura narración-discurso (diálogo) la hemos encontrado ya en distintos pasajes del evangelio. En realidad, esta estructura ha sido fundamental para descubrir el sentido de los signos de Jesús (narración), ampliados y profundizados mediante los pasajes discursivos (diálogos y discusiones). Los capítulos 13-17 quedan claramente enmarcados en el género discursivo-dialogal. En cambio, la narración viene después (18-20). Pero la estructura interna es la misma: dialogo-narración. Con una característica importante, que los diálogos de Jesús en 13 17 se inscriben en el género literario discurso de despedida.

Jn 13-17 como discurso de despedida:Ya el AT nos presenta las despedidas de los patriarcas y de otros personajes importantes enmarcados en una escena dialogal entre el que se despide y sus hijos, discípulos o sucesores. Basta recordar las despedidas de: Isaac (Gn 27), de Jacob (Gn 49). El libro del Deuteronomio presenta extensamente la despedida de Moisés antes de morir (Dt 31-33) y tenemos, también, las despedidas de Josué (Jos 24) y de Samuel (1 Sin 12).

Es fácil constatar cómo la narración de la despedida de Jesús en Jn 13-17 se inserta bien dentro de esta tradición. Más aún, no es difícil reencontrar en ella los temas fundamentales de esta tradición: exhortación a imitar el espíritu de Jesús (cf. 13,14.15-17); exhortación a la fe en Jesús y en Dios (14,1.11); exhortación a permanecer en Jesús y a dar fruto (15,1-17). Entre los temas importantes de estos discursos de Jesús sobresalen el del mandamiento nuevo (13,34-35; 15,12-13.17) y la exhortación a la unidad (17,11.21). Por otra parte, no falta en los discursos de despedida una cierta perspectiva de futuro (13,19; 14,2-3; 14,29; 16,1-2) y el tema del Espíritu que se rá concedido a los creyentes después de la marcha (muerte) de Jesús (14,16.26; 15,26-27, etc.).

LECTURA PRECEDENTELECTURA PRECEDENTE Santiago Guijarro Oporto, Santiago Guijarro Oporto, “Comentario al Nuevo “Comentario al Nuevo

Testamento III, Testamento III, C.B”, C.B”, 16,1-4a Anuncio de persecuciones. Jesús había anunciado ya a

sus discípulos la hostilidad del mundo frente a ellos. Correrán la misma suerte que el Maestro (Jn 15,18-25). Dada la gravedad de la mencionada situación de odio en que vivirán en la que, de hecho, estaban viviendo ya, se la recuerda de nuevo como advertencia: no deben escandalizarse aunque les expulsen de la Sinagoga. Deben seguir siendo fieles. En el texto presente dicha expulsión-excomunión es presentada como profecía o anuncio de un futuro hostil.

16,4b-11 Cuarto anuncio del Paráclito.Presentan la actuación del Espíritu cumpliendo la misión que Jesús ejercía con los suyos. En el proceso de la fe, sobre todo a nivel personal, y también en confrontación con el mundo, el Paráclito llevará al reconocimiento de Jesús.

•El futuro de la existencia cristiana estará condicionado por la palabra de Jesús captada desde la fe. Ahora bien, ¿cómo será esto posible sin la acción del Espíritu? Sin el Paráclito no hay otra cosa que la suma de "muchas cosas" que resultan absolutamente incomprensibles y, por tanto, inaceptables. El Espíritu Paráclito no es repetidor, sino central creadora de luz siempre nueva.

WILLIAN R. FARMER, ARMANDO J. LEVORATTI, SEAN MCEVENUE, WILLIAN R. FARMER, ARMANDO J. LEVORATTI, SEAN MCEVENUE, DAVID L. DUNGAN, “Comentario Bíblico internacional”DAVID L. DUNGAN, “Comentario Bíblico internacional”

Jn 15,18-16,4 advierte a los discípulos contra el odio y la persecución del mundo. Debido a su íntima unión con él, han de estar preparados para afrontar por parte del mundo de los incrédulos el mismo destino que afrontó Jesús (15,25). Esto se expone en forma paralela en 15,18-20. Como Jesús fue odiado  y rechazado porque la gente no conocía a Dios, también lo serán los discípulos, porque la gente no conoce a Jesús.

RAYMOND E. BROWN, S.S, RAYMOND E. BROWN, S.S, ““El Evangelio según El Evangelio según san Juansan Juan”, ”,

((NOTAS FILOLÓGICASNOTAS FILOLÓGICAS))15,1. Yo soy. Sólo aquí (vv. 1 y 5) hay un

desarrollo de la sentencia mediante nuevas expre siones predicativas: «mi Padre es el labrador»; «vosotros [sois] los sarmientos». Sin embargo, sobre todo en el v. 1, se advierte clara mente que el acento se carga en Jesús como vid verdadera más que en el Padre como labrador. Esta última es una imagen bien conocida pura todos los que están familiarizados con el AT, por lo que no es preciso insistir en ella. La mención del Padre sirve realmente para cualificar la clase de vid que es Jesús, una vid que pertenece al orden celeste.

Verdadera.Verdadera. Hasta ahora hemos venido Hasta ahora hemos venido traduciendo traduciendo aléthinos por aléthinos por «verdadero» «verdadero»

vid. La VL, VScur, la versión etiópica y Taciano, así como algunos Padres, dicen «viña». En el griego vulgar atestiguado en los papiros a veces ampelos, «vid», asume el significado de ampelón, «viña».

labrador. Básicamente, geórgos es el que cultiva la tierra; Lagrange, observa que en Palestina es frecuente que el cuidado de las viñas consista en poco más que ararlas. Pero el término también puede referirse en sentido especializarlo a un viñador; por ejemplo, se aplica a los renteros malvados que cultivan la viña de Dios en Mc 12,1ss.

2. lo corta... los limpia. En griego hay un juego de palabras con dos verbos que suenan de modo parecido (paronomasia), airein y kathairein, respectivamente. (Por ello, a pesar de las posibles raíces semíticas de esta parábola alegórica, la fraseología griega se ha con vertido aquí en vehículo esencial.). Un adjetivo, katharos, «limpio», correspondiente al segundo verbo, kathairein, aparece en el versículo siguiente como parte de una cadena de ideas.

Todo sarmiento mío que no da fruto, lo corta. Podría parecer que esta construcción llevaría un nominativo pendens de pas, «todo», que frecuentemente es un semitismo (BDF § 4663; ZGB § 31).

3. Vosotros. El simbolismo parabólico indirecto conduce a utilizar en este punto la segunda persona.

por. La preposición es día con acusativo, que generalmente significa «a causa de», aunque a veces también «en virtud de»,

mensaje. Logos se refiere aquí a toda la enseñanza de Jesús en conjunto.

4. Seguid conmigo... sigue en. Estas traducciones representan la misma expresión griega menein ,en que aparece diez veces en los vv. 4-10. Resulta muy difícil encontrar una traducción que exprese exactamente las relaciones existentes a la vez entre una vid y sus sarmientos y entre Jesús y sus discípulos. Los sarmientos permanecen en la vid, mientras que los discípulos permanecen con Jesús.

Seguid conmigo, como yo con vosotros. Hay otras posibles tra ducciones de la idea contenida en estas frases (Barrett, 395-96): «Si seguís conmigo, yo seguiré con vosotros»; «seguís conmigo y yo sigo con vosotros». Las distintas traducciones no se excluyen mutuamente.

no sigue. Los manuscritos griegos varían entre el aoristo y el presente de subjuntivo. El segundo tiempo daría mayor fuerza al carácter continuo de la acción, pero ello es obvio en cualquier caso tratándose del verbo «seguir». Las imágenes ceden aquí el paso a la realidad simbolizada: un sarmiento no tiene posibilidades de elegir en cuanto a su permanencia en la vid.

5. fruto abundante. El texto griego dice aquí lo mismo que en el v. 8, karpos polys.

sin mí. El griego chóris puede significar «sin» y «al margen de»; es posible que en Juan se intente conservar las dos connotaciones, pero la imagen descriptiva pediría más bien la segunda: «Y al margen de ella nada empezó a existir.»

no podéis hacer nada. En 2 Cor 3,5 encontramos la misma idea: «No es que de por sí uno tenga aptitudes para poder apuntarse algo como propio. La aptitud nos la ha dado Dios.»

6. Al que no sigue. Es la contrapartida negativa de «el que sigue conmigo» del v. 5.

lo tiran como a un sarmiento. Literalmente, «fue tirado como un sarmiento y se secó». Se produce aquí una inversión del esquema simbólico; era de esperar una descripción de lo que ocurre con el sarmiento, dando luego a entender que el destino de los discípulos podría ser el mismo, pero aquí la descripción se subordina a la realidad.

los recogen. Bernard ll, 481, pensando probablemente en la parábola sinóptica de la viña, sugiere que el sujeto serían unos servidores innominados. Es más verosímil que estemos ante un caso de la costumbre semítica de utilizar la tercera persona del plural con significación de pasiva.

al fuego. El uso del artículo (en contraste con Mt 3,10) podría ser un ejemplo de la tendencia a utilizar el artículo definido en el estilo parabólico, aunque también podría ser que el autor quisiera referirse al fuego, bien conocido, del castigo escatológico.

7. Si seguís conmigo. Algunos investigadores no ven que haya una separación entre los vv. 6 y 7, y sugieren que esta frase del v. 7 es la contrapartida positiva de «Al que no sigue conmigo» del v. 6. Pero ya hemos indicado que la contrapartida positiva del v. 6 está en el v. 5. En el v. 7 se produce un cambio a la segunda persona y sr prescinde de la imagen de la vid.

mis palabras siguen con vosotros. En los vv. 4-5 habló Jesús de seguir él mismo con los discípulos (también en 14,20); aquí son sus palabras las que siguen con los discípulos. Jesús y su revelación son virtualmente intercambiables, ya que él es la revelación hecha carne (la Palabra). Cf. 6,35: «Yo soy el pan de vida», donde el pan simboliza su revelación. Es dudoso que el plural «palabras» (rémata) haya de diferenciarse del singular «palabra» (logos) del v. 3.

pedid. Podría traducirse como un futuro: «pediréis», pero parece preferible el imperativo.

se cumplirá. La pasiva es una circunlocución para describir las acciones de Dios sin mencionar su nombre; cf. v. 16: «Lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dará.» El texto griego añade «para vos otros», que omiten P66* y algunos manuscritos occidentales.

8. la gloria. Literalmente, «ha sido glorificado», con aoristo, que puede ser proléptico («habrá sido glorificado») o gnómico («siempre es glorificado»); cf. notas a «lo tiran» del v. 6. Pero también es posible que este aoristo entrañe la idea de «de una vez para siempre». Los discípulos continúan la obra del Hijo y siguen unidos a él, por lo que se trata de una única misión compartida por el Hijo y por sus discí pulos. El Padre recibe gloria de esta única misión. (Cf. 17,4: «Yo te he glorificado [aoristo] en la tierra llevando a cabo la obra que me encargaste hacer».) Es posible asimismo que el tiempo pasado represente el punto de vista en que se sitúa el autor del evangelio.

Esa. Literalmente, «en esto», refiriéndose a lo que sigue en las frases segunda y tercera del v. 8, más bien que a lo que antecede en el v. 7. El hina que introduce la segunda frase del v. 8 es epexegético de «esto» (ZGB § 410).

y seáis. P66 parece apoyar la lectura de un subjuntivo en este lu gar, de forma que «seáis» pertenecería también a la frase con hina, gramaticalmente en coordinación con el subjuntivo precedente, «deis». Otros buenos manuscritos tienen aquí un futuro de indicativo, que es taría a favor de otra traducción: «y de este modo seréis mis discípu los» (así BDF § 3693).

9. Igual. En Juan, kathós no tiene sentido únicamente de compa rativo, sino que entraña también la idea de causa o elemento consti tutivo, con el significado de «en la medida en que» (BDF §4532; cf. nota a 17,21). El Hijo ama a sus discípulos con el mismo amor divino que el Padre le tiene.

mi Padre me amó. El vocabulario para expresar el amor en los vv. 9, 10, 12, 13a y 17 es agapan/agapé, mientras que en 13b, 14 y 15 hay ejemplos de philos .En 3,35; 10,17 (agapan) y en 5,20 (philein) se expresa en presente el amor del Padre a Jesús, indicio de su carácter continuado. Aquí y en 17,24.26 se emplea el aoristo, car gando el acento en la expresión del amor al entregarse Jesús por los hombres, acto supremo de amor perfectamente expresado por el aoristo. Por supuesto, esta diversa acentuación no excluye la continuidad del amor, como puede verse en la última frase del v. 10. Spicq, RB 65 (1958) 358, sostiene que en el siglo primero, el uso de agapan tenía la connotación del amor que se ha manifestado. Por consiguiente, el Padre amaba al hijo antes de la creación del mundo (17,24) y este amor se manifestó cuando envió a su Hijo al mundo (3,16).

Manteneos. Imperativo de aoristo. El tono abrupto acentúa la idea de autoridad; Abbott, JG § 2438, afirma que esto es «lo más cercano (en Juan) a un mandamiento autoritativo de obedecer un precepto moral u espiritual».

ese amor que os tengo. No se excluye el amor de los discípulos a Jesús (cf. 14,15: «Si me amáis»). En cuanto a la posibilidad de un significado secundario en estas expresiones. Un paraelo interesante de esta idea joánica es Jds 21: «Manteneos así en el amor de Dios.»

10. si cumplís mis mandamientos. Ya hemos encontrado esta ex presión en 14,15.21.23-24 («Hacer caso de mi mensaje, mis palabras»).

he cumplido. Los perfectos en que van los verbos de estos versículos dan la idea de una acción completa y acabada; véase el contraste con 8,29: «Yo hago siempre lo que le agrada a él.» El tiempo perfecto encaja bien en el contexto del último discurso, cuando ha comenzado «la hora» y ha finalizado el ministerio, pero el tiempo perfecto podría atribuirse asimismo al punto de mira del evangelista.

los mandamientos del Padre. En una nota a 14,15, veíamos que la alternancia entre singular y plural al hablar del (los) mandamientos) de Jesús no tiene especial significación; parece que lo mismo puede decirse acerca del (los) mandamiento(s) del Padre, aquí en plural y en singular en 14,31; véase la misma alternancia en 1 Jn 3,22-23.

11. esto. Literalmente, «estas cosas»; se incluye mucho más que lo dicho en el v. 10, pues la expresión «os he amado yo» del v. 9 es la base real de la alegría a que se hace referencia en el v. 11.

mi alegría. Stanley, 489, indica que Jesús ha hablado de «mi paz», que es el saludo hebreo shalom (nota a 14,27), mientras que ahora habla de «mi alegría (chara)», que suena parecido al saludo griego chaire. Cristo resucitado llenará a los discípulos de alegría cuando los salude con la «paz» (20,19-21).

vuestra. Literalmente, «en vosotros».12. que os améis unos a otros. El uso del presente

de subjuntivo sugiere que este amor mutuo habrá de ser constante y de por vida.

como yo os he amado. El aoristo prepara la mención del acto supremo de amor de Jesús a que se hará alusión en el versículo siguiente. También los escritos paulinos presentan la muerte de Jesús como signo de amor: «Dios demostró el amor que nos tenía en que, siendo nosotros todavía pecadores, Cristo murió por nosotros» (Rom 5,8); «Manteneos en el amor, como Cristo nos amó [aoristo] y se entregó por nosotros» (Ef 5,2).

13. dar la vida. Es una construcción epexegética con hina (BDF § 394) que explisca el «éste» de la primera frase. Sin embargo, como indica Spicq, RB 65 (1958) 363, hay también un matiz de finalidad: el amor cristiano no consiste simplemente en entregar la propia vida, sino que, por el hecho de proceder de Jesús, en el amor cristiano hay una tendencia que provoca ese sacrificio de sí mismo.

por los amigos. La misma preposición, hyper, aparece en las fórmulas eucarísticas para la sangre de la alianza que es derramada «por muchos» (Mc 14,24) o «por vosotros (Lc 22,20). El sustantivo philos, traducido aquí literalmente por «amigos», está emparentado con el verbo, frecuentemente usado en Juan, philein, «amar». Ha de enten derse, por tanto, que cuando Jesús llama aquí «amigos» a los discí pulos no lo hace incidentalmente como en Lc 12,4: «Escuchadme ahora vosotros, amigos míos: No les cojáis miedo a los que matan el cuerpo», el único caso en que se aplica en los sinópticos el término «amigos» a los discípulos. El v. 14 se parece más bien al v. 10, y el «seréis mis amigos» del v. 14 equivale al «os mantendréis en mi amor» del v. 10. Lázaro es el philos de Jesús (11,11) porque Jesús le ama (agapan en 11,5; philein en 11,3).

15. siervos. Doulos puede significar tanto esclavo como servidor. En cierto sentido podría resultar más apropiado aquí el significado de «esclavo», ya que se subraya sobre todo la condición servil del doulos, que cumple las órdenes sin entenderlas. Sin embargo, la im plicación de que Jesús ha tratado hasta ahora a los discípulos como esclavos suena demasiado dura.

os he comunicado. Aunque aún no ha pasado del todo la «hora», se utiliza el aoristo en relación con la obra consumada de Jesús. La revelación de la «hora» en su totalidad, no simplemente las palabras del discurso final, es la que hace cambiar la condición de los discípulos.

En las citas neotestamentarias del AT (Rom 4,17; Hch 13,47), tithenai refleja el verbo hebreo natán, «dar»; la idea sería, por consiguiente, «os he dado el ir».

16. destiné. Es el verbo tithenai, el mismo que se utilizó en el v. 13 en la expresión «dar la vida», de forma que en griego saltaría inmediatamente a la vista la conexión existente entre la misión de los discípulos y el ejemplo de amor que les dio Jesús. El uso de este verbo aquí hace que la expresión griega resulte un tanto brusca. En las citas neotestamentarias del AT (Rom 4,17; Hch 13,47), tithenai re fleja el verbo hebreo natán, «dar»; la idea sería, por consiguiente, «os he dado el ir».

os pongáis en camino. Para Bultmann, 4022, y otros autores, el verbo hypagein es aquí simplemente una expresión pleonástica semí tica y podría omitirse sin merma del sentido. Pero Lagrange, 408, y Barret, 399, ven aquí, no sin razón, tina referencia a la misión de los apóstoles en el mundo. Lc 10,3 utiliza el mismo verbo para describir la misión de los setenta discípulos.

Así. A continuación de «destiné» hay dos construcciones con hina; literalmente, «para que os pongáis en camino y deis fruto..., para que lo que pidáis al Padre...» Gramaticalmente se trata de dos oraciones coordinadas, pero los comentaristas discrepan acerca de si la segunda está lógicamente subordinada a la primera, de forma que el dar fruto predispondría al Padre a otorgar las peticiones de los discípulos.

17. Esto es lo que os mando. «Esto» (literalmente, «estas cosas») no se refiere a lo anterior, sino a lo que sigue. En la mayor parle de los manuscritos (no en P66 ni en el Códice Beza) va precedido el segundo hemistiquio de un hina que casi con toda seguridad es epexegético, recalcando que «amarse unos a otros» es el mandamiento en cuestión. El hina también podría tener sentido final: «Os mando estas cosas para que os améis unos a otros», pero la omisión en algunos manuscritos parece indicar que los respectivos copistas lo inter pretaron como epexegético y no necesario, por consiguiente, para el sentido.

““DIVISIÓN DEL TEXTO”DIVISIÓN DEL TEXTO”SOLO ENFOCAREMOS

LA 1°

A- La necesidad del amor en las relaciones recíprocas (15,1-17)B- La metáfora de la vid (15,1-6) C- El amor de Jesús (15,7-11)D- El mandamiento de Jesús sobre el amor mutuo (15,12-17)

A- La necesidad del amor en las relaciones recíprocas (15,1-17)B- La metáfora de la vid (15,1-6) C- El amor de Jesús (15,7-11)D- El mandamiento de Jesús sobre el amor mutuo (15,12-17)

E-La necesidad del odio del mundo (15,18-16,4.1) F- El odio del mundo (15,18-21) G-El pecado del mundo (15,22-25)H- El testimonio del Espíritu y de los discípulos (15,26-27)I- La persecución (16,1-4a)

PERÍCOPA ELEGIDA

TILBORG, PRESENTA: TILBORG, PRESENTA: Dinámica Dinámica interior del presente texto. interior del presente texto. ::

En primer lugar llama la atención que el texto es relatado de manera coherente a partir de la situación comunicativa del banquete de despedida. Formalmente es así porque Jesús como orador trata con el sistema de personas vigente: la forma «yo» frente a la forma «vosotros» de los discípulos a quienes se habla, y la tercera persona singular y plural para todos los que aparecen como «personas a las que se habla (acusativo)». Esto es algo único en Juan; como ya hemos observado algunas veces, el narrador no siempre se atiene a esto.

En este texto Jesús nunca habla de sí mismo en tercera persona e incluso la metáfora de la vid se relata de forma personificada (para ver cómo podría ser distinto, cf., la metáfora del buen pastor en el capítulo 10).

Dinámica interior del presente Dinámica interior del presente texto.texto.::

EN SEGUNDO LUGAR: El contenido del texto remite a la escena de la comida, en el

capítulo 13, y a los diálogos con los discípulos, en el capítulo 14.

Se trata de una coincidencia de contenidos entre las grandes unidades del texto, como 15,1-10 con 13,1-11 (la unidad de Jesús y sus discípulos), y 15,11-17 con 13,12-20 (la unidad de los discípulos entre ellos a través del mandamiento del amor). Pero también referencias textuales menores establecen relaciones:

a) la declaración sobre la pureza de los discípulos (15,3 y 13,10),

b) la frase sobre la relación entre un esclavo y su señor (15,20 y 13,16),

c) la afirmación sobre el acceso libre a Dios por medio de Jesús (15,7.16 y 14,3),

d) la íntima comunión entre Jesús y sus discípulos (15,4.9 y 14,20),

e) el guardar los mandamientos y palabras de Jesús y las promesas unidas a ello (15,9-10 y 14,21),

f) la venida del Espíritu (15,26 y 14,16-17.26).

Dinámica interior del presente Dinámica interior del presente texto.texto.::

EN TERCER LUGAR:Los textos anteriores (Jn 13,31-14,31) se

pueden reunir, en este sentido, bajo el epígrafe «textos de despedida»: atendiendo retrospectivamente a la vida pasada de Jesús miran hacia el futuro, en el que Jesús está ausente y luego nuevamente presente. Es claro, pues, que el gran discurso del capítulo 15 no es un texto de despedida de la misma forma.

Por todos lados aparecen frases condicionales: sobre la necesidad de permanecer en Jesús y

sobre las consecuencias de romper el contacto con él (15,4-6),

sobre la necesidad de mantener los mandamientos y palabras de Jesús (15,7.10.14) y

sobre los efectos de la venida de Jesús (15,22.24).

B-B- La metáfora de la vid ( La metáfora de la vid (Jn Jn 15,1-15,1-66: ): )

::15, 1. Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el viñador.

2. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo sarmiento que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto.

3. Vosotros estáis ya limpios gracias a la palabra que os he dicho.

4. Permaneced en mí, entonces yo permanezco en vosotros. Así como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, tampoco vosotros podéis dar fruto si no permanecéis en mí.

5. Yo soy la vid, vosotros sois los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada.

6. El que no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego se recogen los sarmientos, se los arroja en el fuego y arden.

Jn Jn 15,1-615,1-6: La metáfora de la vid: La metáfora de la vid::

7. Si permanecéis en mi amor y mis palabras permanecen en vosotros, entonces pedid lo que queráis y lo conseguiréis.

8. la gloria de mi Padre esta en que vosotros deis muchos frutos y seáis mis discípulos. Como el Padre me amó, así también os he amado a vosotros. ¡Permaneced en mi amor!

10. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.

11. Os he dicho esto, para que mi alegría esté en vosotros y para que vuestra alegría sea colmada.

12. Éste es mi mandamiento: Amaos unos a otros como yo os he amado.

13. No existe amor más grande que dar la vida por los amigos.

14. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os encargo.

15. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que su señor hace. Más bien os he llamado amigos, porque os he dado a conocer todo lo que he oído de mi Padre.

16. No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros y os he destinado a que vayáis y deis fruto y que vuestro fruto permanezca. Entonces, el Padre os dará todo lo que pidáis en mi nombre.

17. Esto os encomiendo: ¡Amaos unos a otros!

J. MATEOS, J. BARRETOJ. MATEOS, J. BARRETO, “El evangelio de Juan-análisis , “El evangelio de Juan-análisis lingüístico y lingüístico y comentario exegético”.comentario exegético”.

La perícopa tiene tres partes; la primera y la tercera comienzan por afirmaciones semejantes (Yo soy la vid).

La primera (15,1-2) habla de la actividad del Padre.

La segunda (15,3-4) expone la condición para que la comunidad produzca fruto.

La tercera (15,5-6) presenta al discípulo la opción indispensable para tener vida y producir fruto abundante.

Actividad del PadreActividad del Padre

15,1 «Yo soy la vid verdadera, mi Padre es 15,1 «Yo soy la vid verdadera, mi Padre es el labrador».el labrador».

La vid o viña era el símbolo de Israel como pueblo de Dios. Así Sal 80,9; «Sacaste una vid de Egipto, expulsaste a los paganos y la trasplantaste; le preparaste el terreno y echó raíces hasta llenar el país». La equivalencia vid/viña aparece en vv. 15s: «Ven a inspeccionar tu viña, la cepa que tu diestra plantó». Entre otros textos, Is 5,1.7: «Voy a cantar en nombre de mi amigo un canto de amor a su viña: Mi amigo tenía una viña en fértil collado... La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel»; Jr 2, 21: «Yo te planté, vid selecta de cepas legítimas, y tú te volviste espino, cepa borde»; Ez 19,10-12: «Tu madre es como vid sarmentosa plantada al pie del agua: produjo fronda y fruto por la abundancia de agua... destacaba por su altura, por su abundancia de sarmientos.

La afirmación de Jesús se contrapone a los textos del AT. El es la vid verdadera, el verdadero pueblo de Dios, formado por la vid con sus sarmientos. No hay más pueblo de Dios que el que se construya a partir de Jesús.

Como en el AT, es Dios, el Padre de Jesús, quien ha plantado esta vid. El mismo la cuida (cf. Is 5,1-7), demostrándole su amor. La viña es cosa del Padre, porque es la comunidad que él ha fundado. Las imágenes vid/viña son equivalentes. Jn utiliza vid para mostrar su unidad y su único origen en Jesús.

2a «Todo sarmiento que en mí 2a «Todo sarmiento que en mí no produce fruto, lo corta».no produce fruto, lo corta».

Empieza Jesús con una advertencia severa, que define ya la misión de esta comunidad.

Todo sarmiento que esté vivo tiene que dar fruto; es decir, todo miembro tiene un crecimiento que efectuar y una misión que cumplir.

El fruto ha aparecido ya en 4,36, refiriéndose a la cosecha de Samaría, con horizonte universal, y en 12,24, donde el acercamiento de los griegos (12,20s) provoca la declaración de Jesús: el fruto es el efecto de la muerte del grano de trigo, es decir, de la expresión del amor sin tasa.

Un sarmiento no produce fruto porque no responde a la vida que se le comunica. El Padre, que cuida de su viña, lo corta; es un sarmiento bastardo, que no pertenece a esa vid.

Jesús no excluye a nadie (6,37), pero el Padre sí. En la alegoría de la vid, la sentencia toma el aspecto de poda. El Padre se encarga de podar su viña. Pero esa sentencia no es más que el refrendo de la que el hombre mismo se ha dado (cf. 3,17-18; 5,22); al negarse a amar y no hacer caso al Hijo, se coloca en la zona de la ira de Dios (3,36). El sar miento que no da fruto es aquel que pertenece a la comunidad, pero no responde al Espíritu; el que come el pan, pero no se asimila a Jesús.

 

2b «y a todo el que produce fruto, lo va 2b «y a todo el que produce fruto, lo va limpiando, para que dé más fruto».limpiando, para que dé más fruto».

  Quien practica el amor, tiene que seguir un proceso

ascendente, un desarrollo, hecho posible por la limpia que el Padre hace. Su actividad es positiva (va limpiando) y elimina factores de muerte; haciendo que el sarmiento/discípulo sea cada vez más auténtico, más libre, le da mayor capacidad de entrega y aumenta su eficacia.

Así como el grano de trigo tiene que morir para producir fruto abun dante (12,24), y la mujer ha de padecer para que nazca el hombre (16, 21), también el sarmiento ha de ser limpiado.

La intención del Padre es que aumente el fruto, en la correlación que éste contiene: fruto de amor en el discípulo, fruto de nueva humanidad.

La comunidad: condición para el frutoLa comunidad: condición para el fruto

  3 «Vosotros estáis ya limpios por el mensaje que os he 3 «Vosotros estáis ya limpios por el mensaje que os he comunicado».comunicado».

Los discípulos están limpios, como había afirmado Jesús (13,10). Hay, por tanto, una limpieza inicial y otra de crecimiento. La primera se realiza al insertarse en la vid separándose del orden injusto, lo que, por parte del discípulo requiere la decisión de poner, en práctica el mensaje de Jesús (8,31). La segunda, hecha por el Padre, mira a la fecundidad e esa inserción. Ellos, que han aprendido el mensaje, pueden ya empezar a dar fruto.

Puede ahora hacerse la síntesis de estos datos dispersos. La purificación la produce la opción por el mensaje de Jesús, que es el del amor. Este separa del mundo injusto y quita, por tanto, el pecado. El mensaje, al mismo tiempo, en cuanto se hace realidad en la vida del discípulo, se identifica con el Espíritu, el dinamismo del amor, (quien, dócil al Espíritu toma el amor activo por norma de vida (14,21: los mandamientos), está puro, y la actividad de su amor lo purifica cada vez más.

Aspecto positivo del concepto «puro/limpio» era ser agradable a Dios y temer acceso a su presencia: sólo el que practica el amor a los demás agrada al Dios (14,23: mi Padre le demostrará su amor); y no sólo tendrá acceso a Dios, sino que el Padre vendrá a habitar con él (11,23).

4 «Quedaos 4 «Quedaos conmigoconmigo, que yo me quedaré con , que yo me quedaré con vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí solo si no sigue en la vid, así tampoco fruto por sí solo si no sigue en la vid, así tampoco

vosotros si no seguís conmigo».vosotros si no seguís conmigo». Jesús exhorta a los discípulos a renovar

su adhesión a él, en función del fruto que han de producir. La unión con Jesús no es algo automático ni ritual: pide la decisión del hombre, y a la iniciativa del discípulo responde la fidelidad de Jesús (yo me quedaré con vosotros).

El sarmiento no tiene vida propia y, por tanto, no puede dar fruto de por sí, necesita la savia, es decir, el Espíritu comunicado por Jesús.

Interrumpir la relación con Jesús significa cortarse de la fuente de la vida y reducirse a la esterilidad. La ausencia de fruto delata la falta de unión con Jesús (21,3b).

El discípulo: fruto y esterilidadEl discípulo: fruto y esterilidad5-6 5-6 «Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que sigue «Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que sigue

conmigo y yo con él, ése produce mecho fruto, porque sin mí conmigo y yo con él, ése produce mecho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada.no podéis hacer nada.

Si uno no sigue conmigo, lo tiran fuera como al sarmiento y Si uno no sigue conmigo, lo tiran fuera como al sarmiento y se seca; los recogen, los echan al fuego y se queman».se seca; los recogen, los echan al fuego y se queman».

Jesús repite su afirmación primera, ahora en relación no con el Padre, sino con los discípulos. Entre él y ellos existe una Unión íntima. La misma vida que esta en él circula en los suyos.

El que sigue conmigo y yo con él, ése produce »mucho fruto. La frasede Jesús recoge la pronunciada en Os 6,56: Quien come mi carne y bebemi sangre sigue conmigo y yo con él, Ésta explica el significado de launión con la vid; consiste en comer su carne y beber su sangre, es decir, en asimilarse a su vida y a su muerte, expresión de su amor. A texto alude a la Eucaristía, explicada como el compromiso con Jesús, que lleva al compromiso con los demás. Esa asimilación a Jesús es la que produce el fruto.

El porvenir del que sale de la comunidad por falta de amor es «secarse», es decir, la carencia total de vida. Quien renuncia a amar renuncia a vivir. La alegoría termina describiendo la suerte de los sarmientos cortados; son un desecho: los recogen, los echan al fuego y se queman. El final es la destrucción. La muerte en vida acaba en la muerte definitiva, opuesta a la vida definitiva del que se asimila a Jesús (6,54).

EL “PERMANECER”EL “PERMANECER” HORACIO LONA (SDB), HORACIO LONA (SDB), “El evangelio de Juan”,“El evangelio de Juan”,

El verbo "permanecer" es característico del lenguaje del evangelista, que lo utiliza 40 veces. (La comparación con otros textos del NT hace resaltar la peculiaridad: En el evangelio de Marcos aparece 2 veces; en el de Mateo 2, en el de Lucas 7 y en Hechos 13.) En todas las cartas paulinas el verbo está documentado 17 veces. El término posee dos connotaciones: una es temporal: Lo que "permanece" queda ahí, resiste al "paso” el tiempo. La otra es espacial: Lo que "permanece" lo hace en algún lugar. No hay permanencia sin un lugar en el espacio. El mismo vocablo griego ménein puede traducirse en algunos casos por "morar" (cf. 1,38), porque la morada es el lugar donde se permanece.

En este contexto no nos interesa el sentido literal del término, como en Jn 2,12; 4,40; 7,9; 11,6.54: Jesús permanece en algún lugar durante un cierto tiempo. Más frecuente es el uso metafórico del verbo, para expresar la relación de intimidad entre dos personas.

En sentido cristológico el "permanecer" del Padre en el Hijo complementa y precisa el sentido del "envío". Este "envío" no quiere decir alejamiento ni ninguna forma de distancia. "Las palabras que yo les digo no las digo por mí mismo. El Padre, que permanece en mí, realiza su obra" (14,10). Para el Jesús joánico la referencia a su origen no es referencia a un punto pasado, sino a una realidad presente que sigue determinando su ser.

El acto de fe realiza en el creyente un cambio fundamental en su "permanecer": "El que cree en mí no permanece en tinieblas" (12,46).

La alegoría de la vid y los sarmientos expresa positivamente el significado del "permanecer" que concreta el don de la salvación. En ese caso la "permanencia" es recíproca: Los creyentes "permanecen" en el Señor como él en ellos (15,4).

La imagen cristológica de la vid exige esta reciprocidad. De la vid que va a dar fruto nacen los sarmientos, pero todos ellos deben permanecer en la vid para dar fruto y no secarse. Esa es la relación de los creyentes con Jesucristo (15,5s).

El "permanecer" del creyente hace referencia a dos ámbitos particulares:

1) El primer ámbito está señalado en el pasaje que sigue inmediatamente al tema de la vid y los sarmientos (Jn 15,1-8). Jesús dice: "Como el Padre me amó, yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. Si ustedes guardan mis mandatos, entonces permanezcan en mi amor, como yo he guardado los mandatos de mi Padre y permanezco en su amor" (15,9s).

El amor es el lugar de la permanencia, pero no es incondicional. El creyente debe cumplir los mandatos del Señor para que pueda darse la permanencia en su amor. ¿Cuáles son estos mandatos? Ante todo, sin duda, el amor recíproco en la comunidad, como el mismo Jesús va a decir poco después (Jn 15,12).

Pero Jesús compara su permanencia en el Padre con la de los creyentes en él.

La permanencia en el amor refleja la estructura "responsorial" de la realidad de la salvación. El amor de Dios revelado en el envío del Hijo se anticipa a todo obrar humano. El hombre no tiene nada que exigir. Ante él se descubre el insondable misterio del amor de Dios como amor salvador.

2) El segundo ámbito de "permanencia" es el de la palabra. También aquí la fe es el factor decisivo. En un discurso polémico, Jesús les echa en cara a los judíos que nunca han escuchado la voz de Dios ni visto su figura, ni su palabra tiene permanencia en ellos porque no creen en el que él envió (Jn 5,37s). Siguiendo la metáfora del evangelista, habría que concluir que, dado que la palabra de Dios no permanece en ellos, ellos mismos siguen permaneciendo en las tinieblas (12,46).

Hay dos textos que expresan el aspecto positivo de la metáfora de la permanencia en relación a la palabra. El primero es Jn 15,7: "Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran que se cumplirá". A la permanencia de los creyentes en el Señor corresponde la permanencia de sus palabras en ellos. De aquí se deduce la certeza de que la oración de petición va a ser escuchada. Si tienen en sí las palabras de Jesús, entonces van a orar con ellas. Esa es la oración "en el nombre" de Jesús, que siempre es escuchada (14,13; 16,23.26).

En el segundo texto la metáfora es audaz: "Si ustedes permanecen en mi palabra, entonces son mis discípulos" (Jn 8,31). La palabra es un ámbito en el que el creyente debe permanecer si quiere ser discípulo del Maestro.

La expresión parece abstracta si se la entiende según una comprensión superficial de la palabra, como si ésta sólo fuera un medio para comunicar una idea. Pero la palabra es esto y también mucho más. A lo largo de la vida se dan muchas ocasiones en las que experimentamos que hay palabras que "matan", así como hay otras que dan vida, como las del perdón, la sinceridad, el amor. No es exagerado afirmar que hay palabras cuyo recuerdo constante permite vivir, así como también hay palabras cuyo recuerdo hace difícil la existencia o frustran un proyecto de vida.

El permanecer en la palabra, del que habla 8,31, no se realiza porque se conoce bien el mensaje de Jesús, o porque no se tergiversa la verdad de su contenido. En la metáfora hay un elemento cognitivo, pero no es el elemento decisivo para la comprensión de la expresión. Mucho más importante es el elemento existencia!, actualizado en la experiencia del creyente que se sabe discípulo de Jesús.

Para él, la palabra se ha vuelto ámbito de vida porque, permaneciendo en ella, descubre su principio de pertenencia. En el lugar histórico de su propia existencia irrumpe el misterio de la gracia que le revela el don de salvación. Su estar en el mundo gana un nuevo sentido si hay otro lugar existencial al que hace referencia: la palabra del que nos revela al Padre. Si la abandona, deja la luz: Si permanece en ella, demuestra que el poder del amor de Dios es mucho más fuerte que la tiniebla.”

Comparación entre las Comparación entre las traducciones:traducciones:

1 VEgw, eivmi h` a;mpeloj h` avlhqinh. kai. o` path,r mou o` gewrgo,j evstinÅ

1«Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. 1 Yo soy la vid verdadera*, y mi Padre es el viñador.

2pa/n klh/ma evn evmoi. mh. fe,ron karpo.n ai;rei auvto,( kai. pa/n to. karpo.n fe,ron kaqai,rei auvto. i[na karpo.n plei,ona fe,rh|Å

2 El corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía.

2 Él corta todo sarmiento que en mí no da fruto*, y limpia todo el que da fruto, para que dé más fruto.

1 VEgw, eivmi h` a;mpeloj h` avlhqinh. kai. o` path,r mou o` gewrgo,j evstinÅ

1«Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. 1 Yo soy la vid verdadera*, y mi Padre es el viñador.

2pa/n klh/ma evn evmoi. mh. fe,ron karpo.n ai;rei auvto,( kai. pa/n to. karpo.n fe,ron kaqai,rei auvto. i[na karpo.n plei,ona fe,rh|Å

2 El corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía.

2 Él corta todo sarmiento que en mí no da fruto*, y limpia todo el que da fruto, para que dé más fruto.

Comparación entre las Comparación entre las traducciones:traducciones:

3 h;dh u`mei/j kaqaroi, evste dia. to.n lo,gon o]n lela,lhka u`mi/n\

3 Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié.

3 Vosotros estáis ya limpios*gracias a la palabra que os he dicho.

4 mei,nate evn evmoi,( kavgw. evn u`mi/nÅ kaqw.j to. klh/ma ouv du,natai karpo.n fe,rein avfV e`autou/ eva.n mh. me,nh| evn th/| avmpe,lw|( ou[twj ouvde. u`mei/j eva.n mh. evn evmoi. me,nhteÅ

4 Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí.

4 Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, tampoco vosotros podréis si no permanecéis en mí.

3 h;dh u`mei/j kaqaroi, evste dia. to.n lo,gon o]n lela,lhka u`mi/n\

3 Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié.

3 Vosotros estáis ya limpios*gracias a la palabra que os he dicho.

4 mei,nate evn evmoi,( kavgw. evn u`mi/nÅ kaqw.j to. klh/ma ouv du,natai karpo.n fe,rein avfV e`autou/ eva.n mh. me,nh| evn th/| avmpe,lw|( ou[twj ouvde. u`mei/j eva.n mh. evn evmoi. me,nhteÅ

4 Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí.

4 Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, tampoco vosotros podréis si no permanecéis en mí.

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5 evgw, eivmi h` a;mpeloj( u`mei/j ta. klh,mataÅ o` me,nwn evn evmoi. kavgw. evn auvtw/| ou-toj fe,rei karpo.n polu,n( o[ti cwri.j evmou/ ouv du,nasqe poiei/n ouvde,nÅ

5 Yo soy la vid, ustedes los sarmientos El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer.

5 Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él dará mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

6 eva.n mh, tij me,nh| evn evmoi,( evblh,qh e;xw w`j to. klh/ma kai. evxhra,nqh kai. suna,gousin auvta. kai. eivj to. pu/r ba,llousin kai. kai,etaiÅ

6 Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde.

6 Si alguno no permanece en mí, es cortado y se seca, lo mismo que los sarmientos; luego los recogen y los echan al fuego para que ardan.

5 evgw, eivmi h` a;mpeloj( u`mei/j ta. klh,mataÅ o` me,nwn evn evmoi. kavgw. evn auvtw/| ou-toj fe,rei karpo.n polu,n( o[ti cwri.j evmou/ ouv du,nasqe poiei/n ouvde,nÅ

5 Yo soy la vid, ustedes los sarmientos El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer.

5 Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él dará mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

6 eva.n mh, tij me,nh| evn evmoi,( evblh,qh e;xw w`j to. klh/ma kai. evxhra,nqh kai. suna,gousin auvta. kai. eivj to. pu/r ba,llousin kai. kai,etaiÅ

6 Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde.

6 Si alguno no permanece en mí, es cortado y se seca, lo mismo que los sarmientos; luego los recogen y los echan al fuego para que ardan.

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7 eva.n mei,nhte evn evmoi. kai. ta. r`h,mata, mou evn u`mi/n mei,nh|( o] eva.n qe,lhte aivth,sasqe( kai. genh,setai u`mi/nÅ

7 Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán.

7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis.

8 evn tou,tw| evdoxa,sqh o` path,r mou( i[na karpo.n polu.n fe,rhte kai. ge,nhsqe evmoi. maqhtai,Å

8 La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos.

8 La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos*.

7 eva.n mei,nhte evn evmoi. kai. ta. r`h,mata, mou evn u`mi/n mei,nh|( o] eva.n qe,lhte aivth,sasqe( kai. genh,setai u`mi/nÅ

7 Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán.

7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis.

8 evn tou,tw| evdoxa,sqh o` path,r mou( i[na karpo.n polu.n fe,rhte kai. ge,nhsqe evmoi. maqhtai,Å

8 La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos.

8 La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos*.

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9 Kaqw.j hvga,phse,n me o` path,r( kavgw. u`ma/j hvga,phsa\ mei,nate evn th/| avga,ph| th/| evmh/|Å

9 Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor.

9 Como el Padre me amó, yo también os he amado; permaneced en mi amor.

10 eva.n ta.j evntola,j mou thrh,shte( menei/te evn th/| avga,ph| mou( kaqw.j evgw. ta.j evntola.j tou/ patro,j mou teth,rhka kai. me,nw auvtou/ evn th/| avga,ph|Å

10 Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor. Como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.

10 Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.

9 Kaqw.j hvga,phse,n me o` path,r( kavgw. u`ma/j hvga,phsa\ mei,nate evn th/| avga,ph| th/| evmh/|Å

9 Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor.

9 Como el Padre me amó, yo también os he amado; permaneced en mi amor.

10 eva.n ta.j evntola,j mou thrh,shte( menei/te evn th/| avga,ph| mou( kaqw.j evgw. ta.j evntola.j tou/ patro,j mou teth,rhka kai. me,nw auvtou/ evn th/| avga,ph|Å

10 Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor. Como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.

10 Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.

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11Tau/ta lela,lhka u`mi/n i[na h` cara. h` evmh. evn u`mi/n h=| kai. h` cara. u`mw/n plhrwqh/|Å

11 Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto.

11 Os he dicho esto para que mi gozo* esté en vosotros y vuestro gozo sea perfecto.

12 Au[th evsti.n h` evntolh. h` evmh,( i[na avgapa/te avllh,louj kaqw.j hvga,phsa u`ma/jÅ

12 Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado.

12 Éste es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros como yo os he amado.

11Tau/ta lela,lhka u`mi/n i[na h` cara. h` evmh. evn u`mi/n h=| kai. h` cara. u`mw/n plhrwqh/|Å

11 Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto.

11 Os he dicho esto para que mi gozo* esté en vosotros y vuestro gozo sea perfecto.

12 Au[th evsti.n h` evntolh. h` evmh,( i[na avgapa/te avllh,louj kaqw.j hvga,phsa u`ma/jÅ

12 Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado.

12 Éste es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros como yo os he amado.

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13 mei,zona tau,thj avga,phn ouvdei.j e;cei( i[na tij th.n yuch.n auvtou/ qh/| u`pe.r tw/n fi,lwn auvtou/Å

13 No hay amor más grande que dar la vida por los amigos.

13 Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos.

14 u`mei/j fi,loi mou, evste eva.n poih/te a] evgw.

evnte,llomai u`mi/nÅ 14 Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les

mando. 14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os

mando.

13 mei,zona tau,thj avga,phn ouvdei.j e;cei( i[na tij th.n yuch.n auvtou/ qh/| u`pe.r tw/n fi,lwn auvtou/Å

13 No hay amor más grande que dar la vida por los amigos.

13 Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos.

14 u`mei/j fi,loi mou, evste eva.n poih/te a] evgw.

evnte,llomai u`mi/nÅ 14 Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les

mando. 14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os

mando.

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15 ouvke,ti le,gw u`ma/j dou,louj( o[ti o` dou/loj ouvk oi=den ti, poiei/ auvtou/ o` ku,rioj\ u`ma/j de. ei;rhka fi,louj( o[ti pa,nta a] h;kousa para. tou/ patro,j mou evgnw,risa u`mi/nÅ

15 Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre.

15 No os llamo ya siervos, porque el siervo nunca sabe lo que suele hacer su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.

16 ouvc u`mei/j me evxele,xasqe( avllV evgw. evxelexa,mhn u`ma/j kai. e;qhka u`ma/j i[na u`mei/j u`pa,ghte kai. karpo.n fe,rhte kai. o` karpo.j u`mw/n me,nh|( i[na o[ ti a'n aivth,shte to.n pate,ra evn tw/| ovno,mati, mou dw/| u`mi/nÅ

16 No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá.

16 No me habéis elegido vosotros a mí; más bien os he elegido yo a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto sea duradero; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre él os lo conceda.

15 ouvke,ti le,gw u`ma/j dou,louj( o[ti o` dou/loj ouvk oi=den ti, poiei/ auvtou/ o` ku,rioj\ u`ma/j de. ei;rhka fi,louj( o[ti pa,nta a] h;kousa para. tou/ patro,j mou evgnw,risa u`mi/nÅ

15 Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre.

15 No os llamo ya siervos, porque el siervo nunca sabe lo que suele hacer su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.

16 ouvc u`mei/j me evxele,xasqe( avllV evgw. evxelexa,mhn u`ma/j kai. e;qhka u`ma/j i[na u`mei/j u`pa,ghte kai. karpo.n fe,rhte kai. o` karpo.j u`mw/n me,nh|( i[na o[ ti a'n aivth,shte to.n pate,ra evn tw/| ovno,mati, mou dw/| u`mi/nÅ

16 No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá.

16 No me habéis elegido vosotros a mí; más bien os he elegido yo a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto sea duradero; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre él os lo conceda.

Comparación entre las Comparación entre las traducciones:traducciones:

17 tau/ta evnte,llomai u`mi/n( i[na avgapa/te avllh,loujÅ

17 Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros.

17 Lo que os mando es que os améis los unos a los otros.

17 tau/ta evnte,llomai u`mi/n( i[na avgapa/te avllh,loujÅ

17 Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros.

17 Lo que os mando es que os améis los unos a los otros.

El color rojo: griegoEl color negro: Biblia, El pueblo de DiosEl color verde: la Biblia de Jerusalén

Síntesis:Síntesis:J. MATEOS, J. BARRETOJ. MATEOS, J. BARRETO

En medio de la sociedad comienza a existir la humanidad nueva. Si existencia no depende de una institución, sino de la participación de la vida de Jesús, de la comunicación de su Espíritu. Cada miembro está llamado a producir fruto. Con este término se expresa el compromiso del cristiano. Si Jesús ha dado a los suyos el mandamiento de un amor como el suyo, no por eso los cierra en sí mismos; son una comunidad en expansión. Jesús crea la alternativa al mundo opresor: la sociedad del amor mutuo, expresión de la vida y ambiente de la libertad. Pero su objetivo es alcanzar la humanidad entera.

El compromiso cristiano no es algo externo y añadido, es el dinamismo de una experiencia que busca comunicarse. La unión con Jesús y el Espíritu que él infunde llevan necesariamente a la actividad. El fruto tiene un doble aspecto inseparable: el crecimiento personal y comunita rio, realizado por el don de sí a los demás.

El Padre cuida de los miembros de su pueblo. Su labor en cada uno es la eliminación progresiva de todo factor de muerte para llevarlo a su autenticidad y a su plenitud, liberando así la capacidad de amar que da el Espíritu.

Síntesis:Síntesis:J. MATEOS, J. BARRETOJ. MATEOS, J. BARRETO

Identificado con Jesús y su mensaje, el grupo tiene su plena solidaridad y apoyo. El amor del Padre se manifiesta en el fruto que produce la comunidad; la actividad de ésta no es más que la prolongación del amor de Dios que ofrece vida al hombre para que salga de la situación de muerte en que se encuentra.

Jesús propone en otra clave la misión de la comunidad y la condición de su fecundidad: bajo la imagen de los sarmientos (discípulos) que han de dar fruto (misión) por su unión con la vid (Jesús), plantada por el labrador (el Padre). Ahora cambia la imagen por la de los amigos elegidos por colaborar en su trabajo. Es condición mantenerse unidos a él con el vínculo del amor.

Jesús realiza los mandamientos del Padre, expresando así su amor hacia él. Los discípulos realizan los de Jesús, recibidos del Padre: expresan así su amistad con él y quedan vinculados al Padre.

BIBLIOGRAFÍA:BIBLIOGRAFÍA:

C. H. DODD, “Interpretación del cuarto evangelio”, Madrid, 1978. Josep-Oriol Tuñí, Xavier Alegre, “Escritos joánicos y cartas católicas”,

Estella-(Navarra), 1997. J. Mateos, J. Barreto, “El evangelio de Juan-análisis lingüístico y

comentario exegético,” vol. IV Madrid, 1979 RAYMOND E. BROWN, S.S, “El Evangelio según san Juan”, T. XIII-XXI,

Madrid, 1979 Santiago Guijarro Oporto, Francisco Pérez Herrero, Luis Fernando García-

Viana, Felipe Fernández Ramos, Federico Pastor Ramos, Miguel Salvador García, Gabriel Pérez Rodríguez, Luis Rubio Morán, José Cervantes Gabarrón, Francisco Contreras Molina “Comentario al Nuevo Testamento III”, Estella-(Navarra), 1997.

SJEF VAN TILBORG, “Comentario al evangelio de Juan”, Estella (Navarra), 2005.

 LONA HORACIO (SDB), “El evangelio de Juan”, Buenos Aires, 2000. WILLIAN R. FARMER, ARMANDO J. LEVORATTI, SEAN MCEVENUE, DAVID L.

DUNGAN, “Comentario Bíblico internacional”, Estella (Navarra), 1999.

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