la tierra en llamas

915
8/10/2019 La Tierra en Llamas http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 1/915

Upload: jonatangranados

Post on 02-Jun-2018

237 views

Category:

Documents


2 download

TRANSCRIPT

Page 1: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 1/915

Page 2: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 2/915

Annotation

Cien años antes de que Ender naciera, una razextraterrestre llegó a la Tierra armada con fuego muerte.

Después del ataque que sufre la nave minerCavadora , Victor Delgado escapa y se une a

Oficial del Estado Imala para alertar a locientíficos de la Tierra de la peligrosidad de lohostiles insectos llamados fórmicos. Mientras lodiplomáticos buscan una solución pacífica, Le

ukes, hijo del magnate Ukko Jukes, planea uataque que supone un desafío en toda regla a spadre.

Con este telón de fondo, y una horda invasorplaneando a través de la llanura china, sobr

campos devastados, será el sublime y heroicMazer Rackham, un oficial de operaciones maorquien luche para convertir a su tropa en una fuerzcapaz de preservar la Tierra en la que será sprimera guerra interestelar.

Page 3: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 3/915

Page 4: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 4/915

ORSON SCOTT CARD

La tierra en llamas

Primera guerra fórmica Nº2

Traducción de Rafael MarínTrechera

Page 5: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 5/915

Page 6: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 6/915

Sinopsis

Cien años antes de que Ender nacierauna raza extraterrestre llegó a la Tierraarmada con fuego y muerte.  Después del ataque que sufre la nav

minera Cavadora , Victor Delgadoescapa y se une al Oficial del EstadoImala para alertar a los científicos de lTierra de la peligrosidad de los hostile

insectos llamados fórmicos. Mientralos diplomáticos buscan una solución pacífica, Lem Jukes, hijo del magnatUkko Jukes, planea un ataque qusupone un desafío en toda regla a su

 padre.  Con este telón de fondo, y una hordinvasora planeando a través de lllanura china, sobre campos devastadosserá el sublime y heroico Maze

Page 7: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 7/915

Rackham, un oficial de operacionemaorí, quien luche para convertir a sutropa en una fuerza capaz de preservala Tierra en la que será su primera

guerra interestelar.

Traductor: Marín Trechera, RafaelAutor: Scott Card, Orson©2014, Ediciones BISBN: 9788466655217

Generado con: QualityEbook v0.75

Page 8: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 8/915

PRESENTACIÓN Lo que hoy llamamos la Saga de Ender empez

hace casi cuarenta años, en 1977, con una novelcorta cuya versión ampliada, El juego de Endeobtuvo más tarde, allá por 1985, los premio

mayores de la ciencia ficción mundial el Hugo

el Nebula. Ni que decir tiene que la versió

novela corta ya había obtenido, en 1978, e

reciado Campbell Award al mejor autor novel .Como es sabido, el eje central de El juego d

Ender (1985) es la formación de la mentalidad d

un líder. Card rehúye el esquema clásico de tipoautoritario para centrar el tema en la capacida

empática de comprender y dirigir los recursos

esencialmente humanos, que un líder deb

manejar con soltura. Se trata, por lo tanto, d

una novela que, aun atendiendo a los detalles da formación militar y estratégica, se recrea e

a componente psicológica de la formación de l

ersonalidad del joven Ender. Y, no hay qu

olvidarlo, en el creciente interés por lo

Page 9: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 9/915

videojuegos... En la novela, la Tierra se ve amenazada po

una raza extraterrestre que se comunic

elepáticamente y considera no tener nada e

común con los humanos, a los que quierdestruir. Para vencerla es necesario un geni

militar, y por ello se ha permitido el nacimient

de Ender, que es, en cierta forma, una anomalí

viviente al ser el tercero de los hijos de unareja en un mundo que ha limitad

estrictamente a dos el número de descendientes

os mejores y más prometedores niños so

aislados en el satélite conocido como Escuela d

atalla para que aprendan, se entrenen y, edefinitiva, desarrollen capacidades estratégica

con las que la Tierra pueda enfrentarse a l

amenaza de los insectores o fórmicos. A l

habilidad en el tratamiento de las emociones ques habitual en Card, se une aquí el interés por e

empleo en la formación militar, estratégica y

sicológica del protagonista de simulaciones d

ordenador y juegos de fantasía... Como en l

mayoría de novelas de Card, la novela trata e

Page 10: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 10/915

realidad de cómo hacerse adultos y aceptar la

responsabilidades que ello comporta. En otro momento (la presentación de  Guerra degalos, una novela de 2007 concebida casi com

un cuento de Navidad), ya he contado que, aniciar la subcolección de ciencia ficción en l

vieja  Libro Amigo que Ediciones B heredó d

ditorial Bruguera, me empeñé en que  El jueg

de Ender debía ser la primera de la coleccióncluso por delante de títulos indiscutibles de

énero como  Los lenguajes de Pao, de Jac

Vance, o   El planeta Shakespeare, de Clifford D

Simak. Nunca me arrepentiré de haber insistido

ograr ese reconocimiento implícito a un nuevautor, Card, quien en los últimos treinta años s

ha confirmado como uno de los mejores de l

ciencia ficción mundial .

 Lo sorprendente fue, también, que esa novelde Card estuviera por entonces libre y qu

ningún editor español de ciencia ficción hubier

adquirido sus derechos para publicarla e

nuestro país. Para mi sorpresa, pues, seguí

disponible, y con ella el acceso a toda la obr

Page 11: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 11/915

utura de un autor superlativo. Siempr

reconoceré el favor que debo a mi amigo Norma

Spinrad (a quien también publiqué en  LibrAmigo esa maravilla con elementos ciberpun

avant la lettre titulada  Jinetes de la antorcha )quien, siendo como es una buena persona, n

upo olvidar que Card era mormón practicante

Spinrad dedicó su crítica-comentario de El jueg

de Ender a juzgar la ideología religiosa de sautor en lugar de detenerse en la novela en s

Otros editores de ciencia ficción en Españ

arece que prefirieron leer esa crítica más bien

ectaria de Spinrad al libro de Card y s

olvidaron de una novela llamadndiscutiblemente al éxito. Pero yo suelo juzga

or mí mismo; leí la novela y me di cuenta de

ilón que había en ella en cuanto a temática

ersonajes, situación y, también, por la insólitcapacidad narrativa y empática de un autor po

entonces nuevo.

Sea como sea, tras el éxito, que lo fue

rotundo, de El juego de Ender, Card demostró s

Page 12: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 12/915

calidad como novelista con La voz de los muerto1986), la siguiente aventura de Ender. Se trat

de una novela que quizá sea menos popular per

que resulta mucho más compleja y difícil, qu

exige un brillante novelista y narrador a umismo tiempo. En esa novela se manejan co

oltura diversos personajes en un ambiente (l

colonia Lusitania de ascendencia portuguesa

que Card ha de conocer bien por su estancia erasil como joven misionero mormón. La voz dos muertos sigue siendo, para mí, la mejor de la

novelas de la saga de Ender . Luego, Card se enzarzó en lo que viene a se

casi una disquisición filosófica en  Ender exenocida (1991) e  Hijos de la mente (1996), e

as que Ender perdía protagonismo frente a es

uperdotada niña Qing-jao, que descubre l

causa de la desaparición de la Flota Estelar, yas aventuras de sus hermanos Valentine y Pete

(aunque sigo convencido de que el tiempo no

raerá algún día las auténticas novelas de Pete

 Valentine, unos personajes tan ricos y potente

como el mismísimo Ender...). Todo ello s

Page 13: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 13/915

mezclaba con la idea filosófica de los «filotes

que se le había ocurrido al autor años atrás. U

nuevo ejemplo de la capacidad reflexiva de u

Card en vena.

 Pero la sorpresa definitiva la trajo, en 1999esa nueva vuelta de tuerca que fue La sombra dEnder . La idea de volver a contar la historia d

El juego de Ender pero desde el punto de vista d

ean, su lugarteniente, ha sido un maravilloshallazgo. En realidad, Ender como gran geni

estratega que es, resulta un personaj

sicológicamente más plano que Bean. Niñ

roblemático con una infancia difícil y una salu

que amenaza su futuro, Bean resulta ser uersonaje mucho más poliédrico que e

mismísimo Ender, y con su historia da pi

ambién a desarrollar toda una subserie (la de l

ombra de Ender) en la que los protagonistas soesos otros genios de la estrategia militar

olítica que acaban siendo también lo

compañeros de Ender en la Escuela de Batalla

Un autor sumamente inteligente como Card n

odía dejar escapar ese filón. De ahí salieron L

Page 14: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 14/915

ombra del Hegemón (2001), Marionetas de lombra (2002), La sombra del gigante (2005)

Sombras en fuga (2012). Y se anuncia para u

nmediato futuro una nueva novela (cuando, a

menos yo, ya daba por concluida esa subsericon el último título, Sombras en fuga, aunqu

eguro que Card sabe cómo sorprenderme d

nuevo...).

 Para completar la lista de las novelas de laga de Ender, solo citaré la más reciente de la

rotagonizadas por este, Ender en el exili2008) en la que volvemos a un Ender ahora y

adolescente enfrentándose al descubrimiento de

exo femenino (aunque ya pudiera haber habidalgo de ello en La voz de los muertos, pero en un

edad vital de Ender no excesivamente adecuad

ara ello).

 Desde la segunda mitad de la década de lo

noventa, he percibido en Scott un crecient

nterés por un personaje que parecía colateral

a saga aunque ya intervenía en  El juego d

Ender . Se trata de Mazer Rackham, el maorí qu

Page 15: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 15/915

actúa como «maestro» de Ender en la Escuela d

atalla. Por si les interesa, el nombre de Rackham e

amoso. El origen parece ser un pirata llamad

ack Rackham (1682-1720), al que se llamambién Calico Jack y quien, por sus camisas

vestimenta, parece haber sido la fuente d

nspiración del Jack Sparrow de la seri

cinematográfica Piratas del Caribe. Y , last but noeast, también da nombre al pirata Rackham  eRojo de las aventuras de Tintín tal como se no

cuenta desde  El secreto del Unicornio... E

realidad no sé por qué Orson Scott Card usó est

nombre (y más en un personaje que no tenía aarecer nada que ver con los piratas...), pero as

on las cosas.

Cuando Card vendió los derecho

cinematográficos de El juego de Ender y empeza redactar guiones para la película, resultab

evidente (al menos para quienes conocíamo

alguno de los entresijos de esa tan dilatad

roducción cinematográfica y, además, tuvimo

a oportunidad de hablar con Scott) que e

Page 16: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 16/915

ersonaje de Mazer Rackham era, ya en aque

momento (antes incluso de que se publicara  Lombra de Ender en 1999 o los cómics en torno

El juego de Ender que datan de 2008), uno de lo

avoritos de su autor . De ahí surge la actual trilogía en torno a l

rimera Guerra Fórmica, que se desarrolla e

os siguientes volúmenes: La tierra desprevenid

2012), La tierra en llamas (2013) y la inminentLa tierra despierta (Earth Awakens ). E

rotagonismo de la serie parecía estar orientad

hacia Mazer Rackham. Pero Card es demasiado buen escritor para qu

uera «solo» así . Lógicamente, cuando la nave de los fórmico

(insectores les sigue llamando mi subconsciente

lega al sistema, el primer avistamiento

confrontación debe darse en el Cinturón duiper, el conjunto de cuerpos cometarios qu

orbitan alrededor del Sol a distancias de entr

reinta y cien unidades astronómicas (seguro qu

no hace falta, pero les recordaré que una   UA e

a distancia media entre la Tierra y el Sol, que e

Page 17: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 17/915

de unos ciento cincuenta millones de kilómetros

al como lo definió la Unión Astronómic

nternacional el 31 de agosto de 2012).Y, lógicamente, una amenaza a todo el planet

debe ser afrontada por todo el planeta. Lrilogía de la  Primera Guerra Fórmiceguramente sea aquella cuyo héroe principal h

de ser Mazer Rackham, pero una amenaza a u

laneta es un problema para toda la especie. Poeso, en  La tierra desprevenida, Card (y s

brillante colaborador Aaron Johnston) no

describen la vida de las familias mineras libre

del Cinturón de Kuiper ya que serán los primero

que se encuentren con la nave invasora de loórmicos.

Con sorpresa leí   La tierra desprevenidesperando encontrarme con Mazer Rackham y

como saben los lectores, prácticamente estersonaje no interviene en la primera parte de l

nueva trilogía. Sí le encontramos ya, pero n

como protagonista único ni central, en est

egunda parte que hoy presentamos, aunque s

apel va aumentando en importancia.

Page 18: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 18/915

 Personalmente me parece muy acertada es

atención universalizada que convierte l

resente trilogía en una especie de novela cora

con diversos personajes colaborando, si

aberlo, en el enfrentamiento con los fórmicos. Aunque para llegar a la conclusión de es

historia habrá que esperar al siguiente volumen

La tierra despierta al que les emplazo.

 Por cierto, en la escala cronológica esrimera Guerra Fórmica ocurre un centenar d

años antes de lo narrado en El juego de Ender, a presencia del mismo Mazer Rackham en es

uerra y, también, cien años más tarde, en   E

uego de Ender, presenta algunos «problemas dcalendario». En el mundo del cómic se ha

resuelto con un largo viaje de Rackham

velocidades cercanas a las de la luz con e

evidente efecto relativista (la conocid«paradoja de los gemelos», tan usada por lo

divulgadores científicos), que también se usa e

as historias de Ender y Bean para alterar l

unidad espacio-temporal entre Ender y su

compañeros. Curioso.

Page 19: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 19/915

Y no puedo finalizar sin comentar que por fi

e ha estrenado la película de El juego de Enderas casi dos décadas de espera. Por si puede se

de interés, mi opinión es que los muchos guioneque escribió Card (aunque al final no sea suyo e

definitivo) han servido para algo y la películ

resulta adecuadamente digna.

 El filme respeta bien la idea de la novela ambién deja abierto el final para una posibl

continuación ( La voz de los muertos, la segund

entrega de la saga de Ender, es una gran novela

nunca me cansaré de repetirlo). No sé s

ollywood acabará haciéndola, pero, hoy en díaa hay otras posibilidades. En su largo debat

con los productores cinematográficos al uso

Scott decidió crear su propia productora y, ant

as quejas de Hollywood respecto de lo

novelistas no especializados en guione

cinematográficos, ahora Card trabaja con Aaro

ohnston, un guionista de cine que se h

ncorporado a su equipo y con el que Card h

coescrito algunas de sus últimas novelas. Po

Page 20: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 20/915

ejemplo, esta trilogía de la Primera Guerr

órmica. De nuevo haciendo referencia a la película, m

opinión es que respeta bastante la novel

original, con la salvedad de que su primermitad resulta demasiado militarista por do

razones esenciales: la primera es es

«vocabulario de marines» («Señor, sí, señor »

as cancioncillas en carrera...), y la segunda eque en lugar de niños de entre siete y nueve años

os de la película sean adolescentes de doce

quince, cuya violencia puede ser más dura. Euego de Ender trata de la formación de un líde

que ha de conducir una batalla definitiva para euturo de la especie humana, pero no se trata d

una batalla basada en la violencia física sin

estratégica. Ender descubre precisamente qu

ara vencer a tu enemigo debes entenderlo, y esmismo hace que ya no desees vencerlo... De ahí la continuación que constituye esa sag

de Ender, la de su sombra y ahora la de s

maestro Mazer Rackham. Una de las má

nteresantes, amenas y empáticas construccione

Page 21: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 21/915

de la ciencia ficción en los últimos treinta años.Que ustedes la disfruten.

MIQUEL BARCELÓ

 A Stefan Rudnicki,

 por dar vida a las palabras sobre el papel  y a aquellos que te llaman amigo

Agradecimientos

Muchas personas contribuyeron con su ayuda a creación de esta novela, y merecen ueconocimiento. Brett Rustand, expiloto d

helicópteros Blackhawk del ejércitnorteamericano, nos ayudó a comprender por quas aspas son más una desventaja que un

bendición y por qué las aeronaves de combate e

el futuro estarán mucho mejor sin ellas. Y su

Page 22: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 22/915

eflexiones en lo referido a la carga de columpio as maniobras tácticas nos ayudaron a entende

muchas cosas mientras desarrollábamos el aspectmilitar de esta historia.

Nuestro agradecimiento especial a los artistaick Greenwood y Giancarlo Caracuzzo, cuy

rabajo dio vida, color y una inquietante extrañeza los fórmicos mucho antes de que se escribier

una sola página del manuscrito.A Jordan D. White, que ofreció útiles consejos apoyo cuando esta historia estaba aún en pañaleY a Beth Meacham, nuestra incansable editora eTOR, por sus conocimientos y sabiduría.

Kathleen Bellamy pilló errores que por suertustedes nunca verán.

Gracias también a Melissa Frain, Aisha CloudAndy Mendelsohn, Rene Roberson, Karl Dunn

Rick Bryson, así como a todos los demás de TOR  a Erwin Penland, que contribuyó de algunmanera a permitir que nos concentráramos eescribir.

Sobre todo, gracias a nuestras esposas, Laure

and Kristine, y a nuestros leales hijos, por s

Page 23: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 23/915

nfinita paciencia, su tranquilidad y snquebrantable apoyo. Este libro es y ha sidiempre una historia sobre la familia: las familia

en las que nacemos, las que nos imponen la

circunstancias, las que se forman con sangre batallas. Eso es lo que los fórmicos ncomprenden: la microcomunidad, la fuerza de lopocos, la profunda unión que sentimos co

aquellos a los que amamos. Somos familia. Somouno.Y por eso salimos victoriosos.

Page 24: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 24/915

1

Bingwen

La bibliotecaria contempló el vídeo en emonitor de Bingwen y frunció el ceño.—¿Esta es tu emergencia, Bingwen? —dijo—

¿Me distraes de mi trabajo para enseñarme uvídeo falso sobre alienígenas? Deberías esta

estudiando para los exámenes. Tengo gentesperando para usar este ordenador. —Señaló lfila de niños junto a la puerta, todos ansiosos poconseguir una máquina—. Estás malgastando m

iempo y el de ellos.—No es un vídeo falso —respondió Bingwen—Es real.

La bibliotecaria hizo una mueca.—Hay docenas de historias de alienígenas en la

edes. Cuando no es sexo, son aliens.

Page 25: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 25/915

Bingwen asintió. Tendría que habérselesperado. Naturalmente, la bibliotecaria no querícreerlo. Algo tan serio como una amenazalienígena tenía que proceder de una fuente fiable

de las noticias o del gobierno o de otros adultono de un niño de ocho años hijo de un campesinque cultivaba arroz.

—Ahora tienes tres segundos para volver a tu

estudios, o le asignaré tu tiempo a otra persona.Bingwen no discutió. ¿De qué iba a servirCuando los adultos se ponían desafiantes epúblico, ninguna prueba, por irrefutable que fueraos hacía cambiar de opinión. Volvió

encaramarse a su silla y pulsó dos veces en eeclado. El vídeo del alienígena desapareció, y eu lugar apareció un complicado problema d

geometría. La bibliotecaria asintió, le dirigió un

última mirada severa y luego cruzó la sala paregresar a su escritorio.Bingwen fingió concentrarse en el problem

hasta que la bibliotecaria volvió a sus cosas y dejde prestarle atención. Entonces pulsó una tecla

volvió a recuperar el vídeo. El rostro de

Page 26: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 26/915

alienígena lo miró, petrificado en la pausa dondo había dejado antes. ¿Había visto l

bibliotecaria algo que él había pasado por alto¿Algún detalle o alguna inconsistencia qu

demostrara que el vídeo era falso? Era cierto quhabía cientos de vídeos similares en las redeDuelos espaciales, encuentros con alienígenaaventuras mágicas. Pero los errores y falsedade

de esos vídeos eran descaradamente obvioCompararlos con este era como comparar eboceto a lápiz de una fruta con la fruta de verdad.

No, esto era real. Ningún artista digital podrícrear algo tan vívido y fluido. El rostro de insect

enía pelo, músculos, venas y ojos que indicabaprofundidad. Ojos que parecían clavarse en louyos e indicar el final de todo. Bingwen sinti

asco, no por el aspecto grotesco e innatural de l

criatura, sino por su aspecto de realidad. Por sclaridad. Por su innegable verdad.—¿Qué es esto?Bingwen se volvió en su asiento y vio a Hoppe

detrás de él, con su peculiar forma de manteners

en pie, inclinado hacia un lado por su pie torcido

Page 27: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 27/915

Bingwen sonrió. Un amigo. Y no un amigcualquiera, sino Hopper. Alguien que podía hablacon él sin ambages y decirle que por supuestaquella era una falsificación, mira, mira aquí, ah

hay un detalle que has pasado por alto, tonto, ahienes la prueba de que te estás poniendo histéricin motivo.—Mira esto —dijo Bingwen.

Hopper avanzó cojeando.—¿Es un vídeo falso?—¿Tú qué crees?—Parece real. ¿De dónde lo has sacado?—Me lo ha enviado Yanyu. Acabo de recibirlo

en el correo.Yanyu, un secreto que Hopper y él compartían

era la ayudante de investigación de un astrofísicen la Luna. Bingwen la había conocido en la

edes unos meses atrás, en un foro para estudianteuniversitarios chinos que querían mejorar snglés. Bingwen lo había intentado con otros foro

en el pasado, conectándose con su propio nombr  sin llamar la atención, pero en cuanto revelab

u edad, los administradores lo expulsaban y l

Page 28: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 28/915

bloqueaban el acceso.Hasta que encontró ese foro para estudiante

universitarios. Y en vez de entrar con su nombreBingwen fingió ser un estudiante de segundo curs

de Guyangzhou que estudiaba agricultura, el únicema del que podía hablar con cierto grado creíbl

de competencia. Yanyu y él se hicieron amigos e enviaban correos electrónicos y mensaje

nstantáneos en inglés varias veces por semanaBingwen siempre sentía un retortijón dculpabilidad cada vez que se comunicabandespués de todo, estaba manteniendo una mentiraPeor aún, ahora que conocía bien a Yanyu, estab

eguro de que era el tipo de persona que se habríhecho amiga suya de todas formas, tuviera él ochaños de edad o no.

Pero ¿qué podía decir ahora? Eh, Yanyu, ¿sabe

qué? En realidad soy un crío. ¿A que es gracioso¿De qué hablamos hoy?No. Eso sería como admitir que era uno de eso

pervertidos que fingían ser chicos jóvenes parchatear con adolescentes.

—¿Qué decía en su mensaje? —pregunt

Page 29: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 29/915

Hopper.—Solo que había encontrado este vídeo y qu

enía que hablar conmigo del tema.—¿Le contestaste?

—Sí, pero no respondió. Ahora están durmienden la Luna. Nuestros horarios solo coinciden poa mañana.Hopper indicó la pantalla.

—Ponlo.Bingwen pulsó la tecla y el vídeo empezó desdel principio.

En la pantalla, una figura emergió de la escotillde una nave. Su traje de presión tenía brazos extra

Un tubo largo salía del traje espacial erpenteaba hasta la escotilla, supuestament

portando oxígeno y calor y todo lo que la criaturnecesitara para sobrevivir en el frío vacío de

espacio.Por un momento la criatura no se movióPermaneció allí, tendida sobre un lado de la naveboca abajo, brazos y piernas extendidos como unsecto aferrado a una pared. Entonces, lentament

alzó la cabeza y miró en derredor. Quienquier

Page 30: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 30/915

que estuviese filmándolo se hallaba a unos veintmetros de distancia. La visera del casco de lcriatura permanecía aún en las sombras, ocultandu rostro.

De pronto la calma del momento se rompió y lcriatura avanzó hacia la cámara con súbiturgencia. Hopper dio un respingo igual que habíhecho Bingwen la primera vez que lo vio. Hubo u

borboteo de lenguaje extranjero en el vídeespañol tal vez, o quizá portugués) y el cámaretrocedió un paso. La criatura se acercó más, l

cabeza oscilando de un lado a otro mientraeptaba sobre brazos y piernas. Entonces, cuand

estuvo a pocos metros de la cámara, se detuvo alzó de nuevo la cabeza. Las luces del casco decámara cayeron sobre el rostro de la criatura, Bingwen detuvo la imagen.

—¿Has visto cómo se le mueven los pelos y lomúsculos de la cara? —preguntó—. ¡Qué fluidezEl pelo solo se mueve así en gravedad cero. Estienen que haberlo filmado en el espacio.

Hopper contempló la pantalla sin decir nada, l

boca ligeramente entreabierta.

Page 31: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 31/915

—Os vais a meter en un lío —dijo otra voz.Bingwen se volvió. Esta vez tenía detrás

Meilin, su prima, con los brazos cruzados y unexpresión de desaprobación. Tenía siete años d

edad, uno menos que Bingwen, pero como era máalta que Hopper y él, actuaba como si fuera mayo por tanto estuviera al mando.

—Los exámenes son dentro de dos semanas —

dijo—, y vosotros estáis haciendo el indio.Los exámenes provinciales eran la únicoportunidad de una educación formal que sofrecía a los niños de las aldeas dedicadas acultivo del arroz. Las escuelas eran escasas a l

argo del valle fluvial: las más cercanas estaban anorte en Dawanzhen o al sur en Hanguangzhen. Laplazas eran limitadas, pero cada seis meses edistrito admitía a unos pocos estudiantes de la

aldeas. Para que te eligieran tenías que tener amenos ocho años y puntuar un mínimo percentil dnoventa y cinco en los exámenes. Quienes lograban entraban en el sorteo, y los que acababaiendo elegidos dependían del número de plaza

disponibles, que rara vez eran más de tres. As

Page 32: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 32/915

pues, las posibilidades de salir elegido eramínimas, pero la escuela era un billete de salidde los campos y todos los niños de las aldeacercanas, desde que cumplían cuatro año

dedicaban todo su tiempo libre a estudiar allí en lbiblioteca.

—Es vuestra primera oportunidad parexaminaros —dijo Meilin—, y vais a fastidiarla.

—Bingwen no —respondió Hopper—. Sacdieces en todos los exámenes de prueba. Niquiera entrará en el sorteo. Lo aceptará

automáticamente.—Sacar diez en un examen implica tener bie

odas las respuestas, sesos de lodo —repusMeilin—. Y eso es imposible. El examen vajustándose solo. Cuantas más respuestaacertadas tengas, más difíciles se vuelven la

preguntas. Si acertaras todas las repuestas, al finaas preguntas serían tan complicadas que nadipodría contestarlas.

—Bingwen lo hace.Meilin sonrió.

—Ya, y yo me lo creo, ¿verdad?

Page 33: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 33/915

—No, de verdad —dijo Hopper—. DíseloBingwen.

Meilin se volvió hacia él, esperando que lbroma terminara ahí, pero el niño se encogió d

hombros.—Supongo que tengo suerte.Meilin compuso una expresión de incredulidad.—¿Todas las respuestas? No me extraña que e

eñor Nong te deje tiempo extra con el ordenado te trate como a su mascota.El señor Nong era el bibliotecario jefe, u

hombre amable de setenta y tantos años que tenímala salud y que por eso solo acudía a l

biblioteca dos días por semana. Su ayudante, leñora Yi, que despreciaba a los niños y

Bingwen más que a ninguno, lo sustituía en díacomo hoy, cuando estaba fuera. «Te odia porqu

abe que eres más listo que ella —había dicho unvez Hopper—. No puede soportarlo».Meilin pareció de pronto a punto de echarse

lorar.—Pero no puedes sacar diez en el examen

Bingwen. No puedes. Si lo haces, subirás el listón

Page 34: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 34/915

El año que viene solo tendrán en cuenta a los niñoque saquen diez. Y yo me presentaré entonces. Niquiera me tendrán en cuenta. —Y se echó lorar, ocultando el rostro entre las manos.

Varios niños cercanos le pidieron que se callara Hopper puso los ojos en blanco.—Ya estamos otra vez —dijo.Bingwen bajó de su silla y se acercó a ella, l

odeó con un brazo y la guio a su cubículo, seguidpor Hopper.—Meilin, no habrá ningún problema. N

cambiarán los requisitos.—¿Cómo lo sabes? —dijo ella entre lágrimas.

—Me lo ha dicho el señor Nong. Siempre lhacen así.

—Eh, al menos vosotros tenéis una oportunida—dijo Hopper—. A mí no me aceptarán ni d

broma. Aunque saque un diez en el examen.—¿Por qué no? —preguntó Bingwen.—Por mi pierna mala, sesos de lodo. No van

malgastar fondos del gobierno en un lisiado.—Pues claro que sí. Y no eres un lisiado.

—¿No? ¿Qué soy entonces?

Page 35: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 35/915

—¿Cómo sabes que tus piernas no son perfecta  somos los demás quienes tenemos pierna

malas? —arguyó Bingwen—. Tal vez eres el únichumano perfecto de la Tierra.

Hopper sonrió.—En serio —dijo Bingwen—. Quieren mente

Hopper, no atletas olímpicos. Mira a Yanyu. Tieneun brazo impedido y trabaja en la Luna haciend

nvestigaciones importantes.—¿Tiene un brazo impedido? —preguntHopper, súbitamente esperanzado—. No lo sabía.

—Y teclea más rápido que yo. Así que no digaque no tienes ninguna posibilidad, porque l

ienes.—¿Quién es Yanyu? —preguntó Meilin

enjugándose las últimas lágrimas.—La novia de Bingwen —dijo Hopper—. Per

o no te he dicho nada. Es un secreto.Bingwen le dio un golpecito en el brazo.—No es mi novia. Solo es una amiga.—¿Y trabaja en la Luna? —preguntó Meilin—

Eso no tiene sentido. ¿Por qué querría nadie de l

Luna ser amigo tuyo?

Page 36: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 36/915

—Intentaré no ofenderme por eso —replicBingwen.

—Le envió una cosa a Bingwen —dijo Hoppe—. Dinos qué te parece. Enséñaselo, anda.

Bingwen miró a la señorita Yi, la bibliotecariavio que seguía ocupada y pulsó la tecla deproducción. Mientras Meilin miraba s

acercaron más niños. Cuando el vídeo terminó

había una docena en torno al monitor.—Parece real —dijo Meilin.—Te lo dije —asintió Hopper.—¿Qué sabrás tú? —terció Zihao, un niño d

doce años—. No reconocerías a un alien aunque t

mordiera el culo.—Sí que lo haría —respondió Meilin—. Si alg

e muerde el culo, te das cuenta. Hay terminacionenerviosas bajo la piel.

—Es una expresión americana —aclarBingwen.—Y por eso el inglés es una estupidez —buf

Meilin, que siempre se enfadaba si alguien sabíalgo que ella ignorase.

—¿Cuándo hicieron este vídeo? —pregunt

Page 37: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 37/915

Zihao. Se sentó en la silla, pulsó la página comprobó la fecha—. ¿Veis? —dijo volviéndoshacia ellos, triunfal—. Esto demuestra que efalso. Lo subieron hace una semana.

—Eso no demuestra nada —replicó Hopper.—Sí que lo hace, sesos de lodo —insistió Ziha

—. Te olvidas de la interferencia en el espacioLas comunicaciones no pasan. La radiación est

estropeando los satélites. Si filmaron esto en eespacio hace una semana, ¿cómo llegó a la Tierri todos los satélites están escacharrados? A ver

explícamelo.—Lo subieron hace una semana —dijo Bingwe

—. Eso no significa que lo filmaran entonces.Clicó una serie de pantallas y empezó a escruta

páginas de código.—¿Y ahora qué haces? —preguntó Meilin.

—Los archivos de vídeo contienen montones ddatos —contestó Bingwen—. Solo hay que sabedónde mirar. —Encontró los números que estabbuscando y se maldijo por no haberlo comprobadantes—. Aquí pone que el vídeo fue filmado hac

más de ocho meses.

Page 38: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 38/915

Page 39: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 39/915

existiendo, nos enteramos aquí en la Tierra.—¿Alguien voló ocho meses para entregar u

vídeo? —dijo Zihao.—El descubrimiento de vida alienígena, ¿qu

podría ser más importante que eso? —respondiBingwen. Señaló su monitor—. Piensa en la líneemporal. Tiene sentido. Ocho meses en la nav

más rápida podría llevarte bastante lejos, tal ve

ncluso al Cinturón de Kuiper. Justo a la gente que encontraría primero con una cosa así.—Mineros de los asteroides —dijo Hopper.

—Tiene que ser —continuó Bingwen—. Soquienes tienen la mejor visión del espaci

profundo. Verían algo como esto mucho antes qunadie.

Zihao se echó a reír.—Pensáis con las rodillas, caras de cerdo

Farfulláis cosas de las que no sabéis nada. Evídeo es falso. Si fuera real, estaría en todas lanoticias. El pánico se habría adueñado del mundo—Se llevó una mano a la oreja e hizo la mímica descuchar—. ¿Dónde están las sirenas? ¿Y la

advertencias del gobierno? —Se cruzó de brazos

Page 40: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 40/915

onrió con malicia—. Los destripaterrones soiunos idiotas. ¿No habéis visto un vídeo falsantes?

—No es falso —se empecinó Hopper—. Es u

alienígena de verdad.—¿Ah, sí? —replicó Zihao—. ¿Cómo sabes qu

aspecto tiene un alienígena de verdad? ¿Has vistuno antes? ¿Tienes un amigo alien po

correspondencia con el que intercambias fotos? —Algunos niños se echaron a reír—. ¿Quién dicque los aliens no tienen exactamente aspecto dapos gordos o de búfalos de agua o que s

parecen a tu sobaco? Si creéis que esto es rea

ois un puñado de bendans. Huevos tontos.Los niños rieron, aunque Bingwen se dio cuent

de que la mayoría titubeaba. Querían que Zihauviera razón. Querían creer que el vídeo era falso

Les había asustado tanto como a él, pero era máfácil rechazarlo que aceptarlo como real.Meilin entornó los ojos.—Es real. Bingwen no nos mentiría.

Zihao soltó una carcajada y se volvió haci

Bingwen.

Page 41: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 41/915

—Qué bonito. Tu novia te respalda. —Miró Meilin—. ¿Sabes qué les gusta comer a los alienMeilin? Sesos de niña pequeña. Te meten unpajita por el oído y te vacían la cabeza sorbiendo

Los ojos de Meilin se llenaron de lágrimas.—Eso no es cierto.—Déjala en paz —dijo Bingwen.Zihao hizo una mueca.

—¿Ves lo que has hecho? Has asustado a todoos niños. —Se inclinó desde la silla hacia la carde Meilin y habló con voz cantarina, como si sdirigiera a un bebé—. Oh, ¿ha asustado Bingwen a nenita con su vídeo del alien?

—He dicho que la dejes en paz. —Bingwen snterpuso entre ellos y adelantó una mano

empujando a Zihao hacia atrás. No fue un empujófuerte, pero como Zihao estaba inclinado desde l

illa, fue suficiente para hacerle perder eequilibrio. Se tambaleó, manoteó la mesa, no lencontró y cayó al suelo, mientras la sillesbalaba y se alejaba de él. Varios niños s

echaron a reír, pero al instante guardaron silenci

cuando Zihao se puso en pie de un salto y agarr

Page 42: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 42/915

por el cuello a Bingwen.—Maldito comedor de barro —le espetó—. T

cortaré la lengua por esto.Bingwen sintió que su laringe se constreñía

rató de apartar las manos de Zihao.—Suéltalo —rogó Meilin.—Otra vez la novia al rescate —se burló Zihao

 apretó con más fuerza.

Los otros niños no hicieron nada. Unos cuantode la aldea de Zihao se reían, pero no parecíadivertidos, sino más bien aliviados de que fuerBingwen quien recibía los abusos y no ellos.

Hopper agarró a Zihao por detrás, pero este sol

hizo una mueca.—Atrás, lisiado. O veremos cómo te las apaña

con dos pies torcidos.Más risas de los otros niños.

Los pulmones de Bingwen pedían aire. Pataleó golpeó con los puños los hombros de Zihao, perel chico mayor pareció no advertirlo.

—¿Qué está pasando aquí? —dijo la señoritYi.

Zihao soltó a Bingwen, que cayó al suelo

Page 43: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 43/915

osiendo y jadeando.La señorita Yi se alzó sobre ellos, empuñando l

vara de bambú con que los castigaba.—¡Fuera! —dijo agitando la vara—. ¡Todos

Fuera!Los niños protestaron. Ha sido Bingwen. É

empezó. Nos llamó para que viniéramos. Atacó Zihao.

Bingwen cogió a Meilin de la mano y se volvihacia Hopper.—Reúnete con nosotros en los campos —dijo,

irando de Meilin se abrió paso hacia la salida.—Estaba enseñando un vídeo falso —dijo un

de los niños.—Intentaba asustarnos —dijo otro.—Empujó a Zihao y lo hizo caer de la silla.—Empezó una pelea.

Bingwen cruzó la puerta principal, con Meilipegada a sus talones. Atardecía ya, y el aire erfrío y húmedo. Un leve viento soplaba desde evalle.

—¿Adónde vamos? —preguntó Meilin.

—A casa —respondió Bingwen.

Page 44: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 44/915

La condujo hasta la escalera construida en lfalda de la colina, y empezaron a descender hacios campos de arroz que había más abajo. Todaas aldeas se habían erigido en la falda de un

colina, pues el suelo del valle era demasiado fért valioso para usarlo para otra cosa que no fuer

plantar arroz. La aldea de Meilin estaba a trekilómetros al oeste. Si se daba prisa, podrí

escoltarla hasta casa y luego dirigirse a su propialdea, al sur, antes de que estuviera demasiadoscuro.

—¿Por qué corremos? —dijo Meilin.—Porque cuando Zihao salga, vendrá a termina

o que ha empezado.—¿Entonces soy tu escudo humano?Bingwen se rio a su pesar.—Eres toda una pequeña estratega.

—No soy pequeña. Soy más alta que tú.—Los dos somos pequeños. Te arrastro conmigporque eres mi prima y prefiero no ver cómo tmachacan la cabeza. Te enfrentaste a Zihao. Irambién a por ti.

—Puedo cuidar de mí misma, gracias.

Page 45: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 45/915

l se detuvo y le soltó la mano.—¿Quieres ir sola a casa?

Meilin parecía dispuesta a discutir, perentonces su expresión se suavizó y miró al suelo.

—No.Bingwen le cogió de nuevo la mano

continuaron bajando la escalera.Meilin permaneció en silencio un momento

uego dijo:—No debería haber llorado. Fue infantil.—No fue infantil. Los adultos llora

continuamente. Solo que lo ocultan mejor.—Tengo miedo, Bingwen.

Sus palabras lo sorprendieron. Meilin nuncadmitía ninguna debilidad. Siempre se esforzaben demostrar lo lista y fuerte e intrépida que eraeñalando a Bingwen y Hopper y los demás cóm

hacían mal un problema de matemáticas esolvían incorrectamente un acertijo. Siembargo, aquí estaba, al borde de las lágrimamostrando una fragilidad que él no le había vistantes.

Por un momento pensó en mentirle, decirle qu

Page 46: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 46/915

odo el vídeo había sido una broma. Es lo quharía un adulto, ¿no?: reírse y encogerse dhombros y descartar todo el asunto diciendo quera una fantasía. Los adultos creían que los niño

no podían digerir la verdad. Había que protegerlode las duras realidades del mundo.

Pero ¿de qué le serviría eso a Meilin? Esto nera una broma. No era un juego. Aquella cosa d

a pantalla era real, estaba viva y era peligrosa.—Yo también tengo miedo —admitió.Ella asintió, apresurándose para seguirle e

paso.—¿Crees que ese bicho va a venir a la Tierra?

—No deberíamos creer que es uno solo —dijBingwen—. Probablemente hay más de uno. Y svendrán a la Tierra. La interferencia empeora má más, lo que indica que su nave viene de camino

Además, parecía inteligente. Tiene que serloConstruyó una nave interestelar. Los humanos no han hecho.

Bajaron el último tramo de escalera y llegaron avalle. Hopper les estaba esperando, las ropa

empapadas y manchadas de barro.

Page 47: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 47/915

—Habéis tardado mucho —dijo.—¿Cómo has llegado antes que nosotros? —

preguntó Meilin—. ¿Y por qué estás tan sucio?—Por el tubo de irrigación —respondió Hoppe

Se señaló la pierna mala—. Por la escalera sarda demasiado.Meilin hizo una mueca.—La gente tira el agua sucia por los tubos.

Hopper se encogió de hombros.—Era eso o que me hicieran papilla. Y ayelovió, así que los tubos no están sucios. N

mucho.—Qué repugnante —dijo Meilin.

—Pues sí —reconoció Hopper—. Pero es máfácil limpiar la ropa que lavar heridas. —Echó correr y saltó al campo de arroz más cercano, questaba lleno de un agua que lo cubrió hasta l

cintura. Se sumergió, se agitó un momentoquitándose la mayor parte del barro, y luegacudió el cuerpo y salió del sembrado goteand

—. ¿Ves? ¡Limpio como una rosa!—Voy a vomitar —dijo Meilin.

—No me lo vayas a hacer encima —repus

Page 48: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 48/915

Page 49: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 49/915

Meilin, ella se detuvo y, al pie de la escalera, svolvió hacia ellos.

—Puedo llegar desde aquí —dijo, señalando scasa, casi a pie de la colina—. ¿Qué les digo a mi

padres?—La verdad —respondió Bingwen—. Diles l

que has visto. Diles que lo crees. Diles que vayaa la biblioteca y lo vean con sus propios ojos.

Meilin miró al cielo, donde ya habían aparecidas primeras estrellas.—Tal vez no pretendan hacernos daño. Tal ve

ean pacíficos.—Es posible. Pero no has visto el vídeo entero

El alienígena atacó a un humano.Incluso con la poca luz que había, Bingwen pud

ver que Meilin palidecía.—Oh —dijo.

—Pero quizá no vengan aquí, a China —dijBingwen—. El mundo es grande. Nosotros solomos un punto microscópico.—Solo me estás diciendo lo que quiero oír.—Te estoy diciendo la verdad. Hay un montó

de cosas que no sabemos en este momento.

Page 50: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 50/915

—Aunque sea así —dijo Meilin—, seríamoestúpidos si no nos preparáramos para lo peor.

—Tienes razón —coincidió Bingwen.Ella asintió y pareció aún más insegura qu

antes.—Buena suerte. Ponte a salvo.La vieron subir por la escalera y esperaron a qu

estuviera dentro de su casa antes de echar a corre

de nuevo. Permanecieron en los campos, cruzandos estrechos puentes de tierra que cruzaban locampos en horizontal y vertical, creando uenorme tejido de arrozales irrigados. Cuando cashabían llegado a su propia aldea, el primer niñ

apareció tras ellos, varios arrozales por detráEntonces a su derecha surgió otro niño a varioarrozales de distancia, corriendo a su mismvelocidad. Un tercer niño a la izquierda se hiz

visible a continuación, y los miraba mientragualaba su ritmo.—Nos están acorralando —dijo Hopper.—Encajonando, más bien —replicó Bingwen.En efecto, los niños que los rodeaban empezaro

a acercarse.

Page 51: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 51/915

—¿Alguna idea? —preguntó Hopper.—Son más altos que nosotros. Y más rápidos

o podremos dejarlos atrás corriendo.—Querrás decir que yo no podré.

—No; me refiero a los dos. Tú tienes más fuerzque yo. Tienes más posibilidades de escapar.

—¿Cuál es el plan? —dijo Hopper.—Sigue adelante y llama a mi padre. Yo m

quedo rezagado y los entretengo.—Autosacrificio. Qué noble. Olvídalo. No voy dejarte.

—Piensa, Hopper. Quédate y nos darán unpaliza a los dos. Sigue adelante, y puede que no

ibremos. Quiero salvar mi pellejo tanto como euyo. Ahora, ve.

Hopper aceleró y Bingwen se detuvo en secoComo esperaba, los otros niños se cernieron sobr

él, ignorando a su amigo. Se volvió hacia lzquierda y bajó a la orilla del arrozal mácercano. El agua estaba fría y le llegaba a lcintura. El lodo era denso y resbaladizo. Los tallode arroz se apretujaban, altos como sus hombro

Bingwen escrutó el borde del arrozal hasta qu

Page 52: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 52/915

encontró una rana medio sumergida cerca de lorilla. La recogió, se la metió en el bolsillo y sdirigió al centro del arrozal. Cuando lo alcanzóos niños habían llegado. Cada uno de ellos adopt

una posición en los lados del arrozal, dejando sicontrolar el lado por donde se iba a la aldea dBingwen. Menos de un minuto más tarde Zihalegó al arrozal, jadeando por la carrera. Cas

había anochecido ya.—Sal del agua —dijo Zihao.Bingwen no se movió.—Nos jodiste en la biblioteca, sesos de barro —

dijo Zihao—. ¿Cómo vamos a salir de este agujer

i los sesos de barro como tú siguen jodiéndononuestro tiempo con el ordenador?

Bingwen miró hacia la aldea, esperando atisbael haz de una linterna.

—He dicho que salgas del agua.Bingwen no respondió.—Sal ahora o iré a por ti.Bingwen permaneció inmóvil.—Te juro que te romperé los dedos uno a uno s

no sales ahora mismo.

Page 53: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 53/915

Page 54: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 54/915

Zihao sonrió.Pobre Zihao, pensó Bingwen. Tan bocazas y ta

fuerte y sin embargo tan predecible.Las manos de Zihao lo agarraron por la garganta

Bingwen la había estirado y ladeado ligeramentpara que esta vez los pulgares apretaran lomúsculos en vez de directamente contra la laringeSuponía que no lo estrangularía mucho tiempo

mpostó una expresión de pánico y luego habló covoz ahogada, como suplicando piedad.—Por favogg...La sonrisa de Zihao se ensanchó.—¿Qué dices, Bingwen? No te oigo bien...

Entonces Bingwen le metió la rana directamenten la boca. Necesitaba que Zihao hablara, y habípicado ingenuamente.

Zihao lo soltó y retrocedió, chapoteando haci

atrás, atragantándose, llevándose las manos a lboca para sacarse la rana. Pero Bingwen fue máápido: lo sujetó por la nuca con la mano izquierd presionó con la palma derecha la rana contra s

boca. La rana era demasiado grande para cabe

entera, pero tanto mejor: no pretendía ahogarlo

Page 55: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 55/915

olo quería distraerlo. Zihao dejó escapar ugraznido ahogado y Bingwen soltó la rana, agarral muchacho por la cintura y le descargó un fuertodillazo en la entrepierna.

Zihao se encogió y cayó hacia delante, el cuerpflácido; la rana resbaló de su boca y cayó al aguaBingwen no esperó a ver cómo reaccionaban lodemás. Tenía que ignorarlos, como si la ira l

mpidiera siquiera tenerlos en cuenta. Gritó evantó el puño como para descargarlo contrZihao, que estaba medio sumergido en el agua gemía. Como era su intención, el puño golpeó eagua junto a la cara de Zihao y el impulso de

puñetazo llevó a Bingwen hasta el fondo dearrozal, completamente fuera de la vista.

Antes de que las aguas se calmaran, se movibajo el agua en la dirección por la que habí

venido Zihao. Los brotes de arroz estabaeparados y rotos, por lo que tenía suficientespacio para moverse sin revelar su posición. Nnadó ni pataleó ni hizo nada que perturbara eagua, solo se arrastró por el fondo impulsándos

con manos y pies, afianzándose en el lodo. Do

Page 56: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 56/915

veces soltó aire, pero no dejó de avanzar.No sabía si venían a por él, pero no se alzó par

comprobarlo. La oscuridad y los tallos locultarían si era posible.

Llegó al bancal de tierra del arrozal, alzó lcabeza y miró hacia atrás. Los niños estabaayudando a Zihao a ponerse en pie. Aunqucorrieran hacia él, ya no lo alcanzarían. El agu

os retrasaría, tenía suficiente ventaja.Salió arrastrándose del agua y echó a correr, laopas pesadas.

Hubo gritos a sus espaldas, pero nadie lpersiguió.

Llegó a la escalera de la aldea justo cuandHopper y su padre bajaban. Su padre llevaba uninterna.—Estás chorreando agua —dijo el padre.

—Pero no sangrando —comentó Hopper—. Eses buena señal.Bingwen se dobló, recuperando la respiración

controlando las náuseas.—¿Le has contado lo del vídeo? —le preguntó

Hopper.

Page 57: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 57/915

—No tuve tiempo.—Ya me lo contarás dentro, donde se est

calentito —dijo su padre, y se volvió haciHopper—. Gracias. Tus padres estará

preocupados. Anda, vuelve a tu casa.Hopper pareció querer quedarse con ellos, per

conocía lo suficiente al padre de Bingwen para ndiscutir. Se separaron, y el padre condujo a su hij

a casa, donde esperaban su madre y el abuelo. Lmadre lo abrazó y el abuelo fue por una toalla.—¿Estás herido? —preguntó la madre.—No.—Siéntate aquí, junto al fuego —dijo el abuelo

envolviéndolo en la toalla.Bingwen se quitó la camisa y se secó junto a

hogar. Los tres mayores lo miraron, sus rostroarrugados de preocupación. Él les contó lo de

vídeo sin guardarse nada. El alienígena. Subrazos extra. Cómo se movían los pelos músculos de la criatura en gravedad cero. Todoos motivos de por qué creía que era real.Cuando terminó, su padre se puso furioso.

—Esperaba más de ti, hijo. Te he enseñado

Page 58: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 58/915

espetar a tus mayores.—¿Respetar? —repitió Bingwen, confuso. ¿Po

qué estaba enfadado su padre? Ni siquiera le habíhablado de la señorita Yi.

—¿Ahora resulta que eres más listo que egobierno? —replicó su padre, alzando la voz—¿Más que los militares?

—Claro que no, padre.

—Entonces ¿por qué actúas así? ¿No te dacuenta de que al llegar a esa conclusión por tcuenta estás llamando necios a todos los que havisto ese vídeo y no lo han creído?

—No he llamado necio a nadie, padre.

—Hay expertos para estas cosas, BingwenHombres preparados. Si ellos pensaran que evídeo es real, habrían tomado medidas. No hamedidas, por tanto, no es real. Aprende cuál es t

itio.La madre no dijo nada, pero Bingwen vio questaba de parte de su padre. Solo había decepció vergüenza por él en su expresión.

Bingwen hizo una profunda genuflexión ant

ellos, apoyando la frente contra el suelo.

Page 59: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 59/915

—No te burles de mí —dijo el padre.—No es burla, padre. Solo respeto por aquello

cuyo apellido llevo y cuya aprobación pretendoPerdóname si te he ofendido.

Quería discutir, tenía que hacerlo. Loalienígenas venían de camino, lo creyera su padro no. Bingwen sabía que parecía ridículo, pero lohechos eran los hechos. Tenían que prepararse.

Pero ¿qué podía decir que no enfadara aún más u padre? La discusión estaba cerrada. Su padrnunca vería el vídeo, aunque Bingwen se lpusiera delante.

Bingwen permaneció postrado durante vario

minutos, sin decir nada más. Cuando finalmente sncorporó, solo quedaba presente su abuelo.

—No enfades a tu padre —le dijo el anciano—Estropea la noche.

Bingwen volvió a inclinarse, pero el abuelo lcogió por la axila y lo irguió.—Ya basta de reverencias. No voy a hablarle

u nuca.Cogió su taza de té de la mesa. Permanecieron e

ilencio un momento mientras el abuelo bebía.

Page 60: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 60/915

—Tú me crees —dijo el muchacho—. ¿Verdad?—Creo que tú crees en lo que dices —dijo e

abuelo.—Eso no es una respuesta completa.

El abuelo suspiró.—Admitamos por un momento que una cos

como esta podría ser posible.Bingwen sonrió.

—Podría —repitió el abuelo, alzando un dedpara darse énfasis—. Extremadamente improbablepero posible.

—Tienes que ir a la biblioteca, abuelo, y ver esvídeo con tus propios ojos.

—¿Y enfadar a tu padre? No, no. Prefierdisfrutar de mi té y sentarme en paz junto al fuego

Bingwen se sintió abatido.—¿De qué serviría? —añadió el abuelo—

Aunque fuera verdad, ¿qué podríamos hacenosotros? ¿Luchar con palos? ¿Salir al espacio¿Rezar?

—Prepararnos para huir —respondió Bingwe—. Empaquetar lo que necesitemos, y lueg

enterrarlo donde podamos recuperarl

Page 61: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 61/915

ápidamente.El abuelo rio.—¿Enterrar nuestras pertenencias? ¿Por qué? A

os alienígenas no les importará nuestra comida n

nuestras ropas y herramientas.—No se lo diremos a mi padre. Como me h

dicho que no haga esto, será una gran falta despeto que intente salvar las vidas de nuestr

familia haciendo posible que huyamos al menoaviso.—Tu padre se pondrá furioso cuando l

averigüe.—Solo lo averiguará cuando necesitemos la

cosas enterradas —dijo Bingwen—. Entonceestará agradecido.

Hablaron en voz baja, haciendo inventario de lacosas que iban a necesitar. No fue hasta much

más tarde, al meterse en la cama, los pantalones yecos, cuando Bingwen reparó en que nadie lhabía preguntado por qué estaba mojado.

Page 62: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 62/915

2

Víctor 

 —Míralos, Imala —dijo Víctor—. Todos van us cosas como si no pasara nada, como si estfuera un día más en el paraíso.

Miraba por la ventanilla del coche guiadmientras pasaba velozmente ante los edificios

os peatones de la Luna. Imala iba sentada frente él, con su holopad en las manos.

—Todo el mundo podría quedar reducido cenizas —añadió Víctor—, y no le importa

nadie.En el exterior, las aceras estaban repletas dgente: hombres y mujeres trajeados, cuadrillas dmantenimiento, puestos de dulces y café calienteCasi todos llevaban grebas magnéticas en la

espinillas para que sus pies no perdieran e

Page 63: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 63/915

contacto con el suelo de metal y pudieran caminacon paso firme y casi robótico, avanzando deteniéndose. Solo unas pocas personacaminaban a saltitos, confiando en la baj

gravedad lunar para moverse, y recibían muchamiradas de fastidio por parte de los que usabagrebas, como si moverse de esa forma fuerndecoroso.

—No son conscientes de que algo va mal —dijmala—. El vídeo solo ha recibido dos millonede visitas. Comprobé la cifra antes de salir.

Víctor cerró los ojos y se hundió en su asientoDos millones de visitas. Muy pocas.

—Han pasado diez días, Imala. Diez. El mundentero tendría que saberlo ya. Dijiste que se haríviral.

Sabía que estaba siendo injusto: Imala no tení

a culpa. Pero era enloquecedor pensar que milede millones de personas no sabían nada de nadaEra como estar en un barco incendiado y ser lúnica persona que veía las llamas.

No. No era el único. Imala también las veía

Todos en el hospital de recuperación pensaban qu

Page 64: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 64/915

estaba loco de atar, pero Imala no. Había aceptada prueba en el momento en que se la habí

mostrado. Y ahora él le respondía de esta forma.—Lo siento —dijo—. No te culpo. Te esto

agradecido. De verdad. Pero pensaba que a estaalturas lo sabría más gente.

—Pensé que todos verían lo que yo vi —espondió Imala—. Creía que este asunt

explotaría en las redes. Nunca imaginé que lgente fuera a mostrarse tan escéptica.—Decir que son escépticos es quedarse corto

—Víctor señaló el holopad.—No leas los comentarios. Solo te cabrearán.

Él le quitó amablemente el holopad de lamanos, recuperó los comentarios tras el vídeo empezó a leer.

—«Qué tontería. Es el peor disfraz y el peo

maquillaje que he visto en mi vida. ¿Quién hubido esta “palabrota”? Menudo montón d“palabrota”».

—Gracias por los retoques estilísticos.—No nos creen, Imala. Se muestran despectivo

críticos o maliciosos. Creen que nos lo hemo

Page 65: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 65/915

nventado.—Hay gente que hace este tipo de cosas po

afición. Se disfrazan y hacen vídeos daficionados. Alienígenas, ciudades subacuática

perdidas, reinos mágicos. Inventan universoenteros. He seguido unos cuantos enlaces. Algunode sus vídeos parecen casi tan reales como enuestro.

—Sí, pero el nuestro es de verdad. Las hormigaexisten. La destrucción que causan es real. Laarmas que tienen son reales. Su nave es real. No eninguna fantasía.

—No todo el mundo ignora el vídeo. Alguna

personas nos creen.—Algunas, sí. Pero ¿has visitado sus páginas

Un montón son locos y fanáticos de las teoríaconspiratorias. Majaretas. Creerían que un plat

de nata es un alienígena si se lo dijera alguien. Nvan a darnos ninguna credibilidad.—No todos son fanáticos de las conspiracione

Víctor. Ya tenemos más de veinte mil seguidoresLa inmensa mayoría son personas inteligentes

espetables. Están haciendo acopio de suministro

Page 66: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 66/915

compartiendo ideas, alertando a los gobiernoocales, presionando a la comunidad científic

para que se implique. No estamos solos en esto.—Pues lo parece. Veinte mil seguidores. De do

millones de personas que han visto el vídeo, uéxito del uno por ciento. Y no un uno por ciento da población local, te lo recuerdo. En término

globales, veinte mil personas es... —Hizo un

pausa para hacer los cálculos mentalmente—. U0,0000016 por ciento. No es ni siquiera una goten un cubo, Imala. Es una molécula de agua que saferra a la gota del cubo. O el electrón que gira eorno al átomo de hidrógeno en la molécula d

agua de la gota del cubo.—Ya lo has dejado claro.—Por eso no lo soporto —dijo Víctor—. Veo

oda esa gente que no hace nada, que no le teme

nada, que no se prepara para nada, y creo que lehe fallado. Sus vidas están en mis manos, y leestoy fallando. Los estoy dejando morir.

—Estás haciendo todo lo que puedes.—No. No estoy haciendo nada. Me encuentr

prisionero en un hospital. Eres tú quien est

Page 67: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 67/915

haciendo todo el trabajo. Tú eres la que acude a lprensa.

—Y casi nadie me hace caso.—Sí, pero al menos estás comprometida. A

menos estás haciendo algo. Yo no he hecho nada.—Has hecho mucho. Cruzaste el sistema solar e

un diminuto cohete de carga y casi te mataste en eproceso. Te consumiste por llegar aquí. Dejaste

u familia y tus seres queridos. Nos trajiste unprueba crítica. Yo diría que eso significa algo.—Quiero decir que no estoy haciendo nad

ahora. Si nadie presta atención, si nadie nos tomen serio, lo que hice no importa.

—Y por eso nos dirigimos al DepartamentComercial Lunar para que te den el alta. Ya estáo suficientemente repuesto para poder andar. Haecuperado tus fuerzas. La encargada de tu caso h

accedido a verte. Si jugamos bien nuestras cartaetirará los cargos contra ti y serás libre. Entoncepodrás ayudarme. Tenemos algunos buenocontactos, y si me acompañas, si logramos que tpresentes delante del público adecuado, tal ve

podamos recabar el apoyo de alguien que teng

Page 68: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 68/915

auténtica autoridad.—¿A quién vamos a ver? ¿Cuáles son nuestra

posibilidades?—Se llama Mungwai. Es la mediadora jefe de

departamento. Intenté que fuera otra persona, perella revisó tu historial e insistió en vernos ambos.

—¿Por qué querías a otra persona?

—Mungwai es muy severa. Es de ÁfricOccidental. No hables a menos que te haga unpregunta directa, y que tus respuestas sean breve  al grano. No es fiscal, pero debería serlo

Desprecia a los que se saltan las normas.

—Maravilloso.Tres minutos más tarde llegaron al DCL, e Imal

condujo a Víctor a través del control de seguridahasta Aduanas, un piso más arriba. Esperaro

otros diez minutos en el vestíbulo antes de que unoven recepcionista los llamara paracompañarlos hasta el despacho de Mungwai.

Mungwai era alta y esbelta, con el pelo cortrenzado. Estaba de pie ante su escritorio

rabajando con una serie de holopantallas qu

Page 69: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 69/915

flotaban a la altura de sus ojos. No desvió la vista—Señor Víctor Delgado —dijo—. Desde lueg

abe cómo entrar en escena. En sus primeros cincminutos en la Luna consiguió cometer un delito d

rrupción en el espacio aéreo lunar sin permisootro de vuelo ilegal, otro por carecer de permisde entrada y otro por interrumpir una frecuencia dadio gubernamental restringida.

Hizo un movimiento con la mano sobre eholocampo y todas las ventanas de datos sdesvanecieron. Víctor llevaba todavía el pijamde algodón que le habían suministrado en ehospital, y cuando Mungwai lo miró de arrib

abajo con desaprobación se sintió incómodo.—La acusación más seria es la de vuelo ilega

—continuó Mungwai—, ya que no obedecer a locontroladores del tráfico lunar supone un grav

iesgo para otras naves en tránsito y para lohonorables ciudadanos selenitas. A la gente de poaquí no le gusta que le caigan naves encima de lcabeza.

—No era una nave —adujo Víctor—. Al meno

no una nave de pasajeros. Era una nave rápida, u

Page 70: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 70/915

cohete de carga, un paquebote. En cuanto maproximé a la Luna su sistema de guía se hizcargo. Iba en piloto automático cuando entré en ealmacén. Por eso la acusación de entrada ilegal m

parece injusta. No podría haber detenido la navaunque hubiera querido.

—Sí, pero pilotó usted la nave rápida hasta lLuna. La trajo aquí. Eso lo hace responsable.

—Habría venido de todas formas. Es lo quhacen los lugres programados. Transportacilindros de minerales extraídos del Cinturón dKuiper y el Cinturón de Asteroides siguiendo rutade vuelo programadas. —En realidad Víctor habí

cambiado los parámetros hackeando el sistema da nave, pero no iba a mencionar ese detalle—. L

nave rápida habría actuado exactamente iguacuando llegara al espacio aéreo lunar conmigo

bordo o sin mí. La única diferencia es que la cargera yo en vez de los cilindros. Sin duda no habríaarrestado a los cilindros por entrar ilegalmente.

Mungwai alzó una ceja, y Víctor sintió que habíosado demasiado.

—Lo que quiero decir —continuó, bajando l

Page 71: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 71/915

voz— es que podría argumentar que no era epiloto de la nave rápida. Lo cual, razonablementdescartaría los demás cargos.

—Yo determinaré la validez de los cargos

eñor Delgado. Para eso me pagan locontribuyentes de la Luna. —Agitó de nuevo lmano en el holoespacio y ante ella aparecieronuevas ventanas de datos—. Perturbó un

frecuencia de radio restringida. ¿Va a argumentaque la nave rápida lo obligó a hacer eso también?—Eso fue cosa mía —admitió Víctor—, pero n

enía ni idea de que la frecuencia estuvierestringida. Me habían enterrado en un almacé

con un montón de naves rápidas dañadaecesitaba ayuda desesperadamente. Todas la

frecuencias que probé estaban mudas.—La ignorancia de la ley no exime de s

cumplimiento, señor Delgado. Esto no es eCinturón de Kuiper, donde cada hombre sdefiende solo e ignoran las leyes. Esto es la Luna

osotros mantenemos el orden. Somos civilizadoVíctor sintió que su rostro se acaloraba.

—Con el debido respeto, señora, los minero

Page 72: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 72/915

ibres no somos bárbaros sin ley. Yo diría qunuestra sociedad es más civilizada que la de lLuna.

Imala se aclaró la garganta, pero Víctor fingió n

haberla oído.Mungwai parecía divertida.—¿Y eso?—En el Cinturón de Kuiper, si alguien necesit

ayuda, lo ayudas —explicó Víctor—. Si su navnecesita reparaciones, si andan cortos duministros, si sus vidas están amenazadas, acude

en su ayuda y haces lo que puedas parmantenerlos con vida. Y cuando los has ayudado

ellos no te humillan ni te arrestan ni te amenazacon la cárcel. Te dan las gracias. Eso me parecmás civilizado que lo que he experimentado aquí.

—Le han proporcionado los mejores cuidado

médicos sin ningún coste para usted, señoDelgado —replicó Mungwai—. Un tratamientpara recuperar el tono óseo y muscular. Unigurosa terapia física. Cama y comida. Su

críticas se me antojan increíblement

desagradecidas.

Page 73: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 73/915

Víctor resopló. Esto no iba bien.—Estoy agradecido por los cuidados que h

ecibido. Pero preferiría tener alguien que mescuchara y no una pastilla. Sé lo que h

estropeado las comunicaciones espaciales. Sé qucausa la interferencia. Una nave alienígena quviaja casi a la velocidad de la luz se dirige a lTierra. Ya está en nuestro sistema solar. Tiene

capacidades armamentísticas muy superiores odo lo que hemos visto. Destruyó cuatro naves dmineros libres y mató a cientos de personancluyendo a un miembro de mi propia familia. —

Estaba temblando pero mantuvo la voz calma—

Vi los cadáveres. Mujeres, niños, todos muertos.Mungwai alzó una mano para hacerlo callar.—He leído su informe, señor Delgado. Conozc

o que sostiene haber visto.

—No sostengo nada. No tengo por qué. Lovídeos y las pruebas hablan por sí mismos.—He visto su vídeo. También he visto otro

cuatro vídeos de la comunidad científica quefutan el suyo considerándolo falso.

Víctor abrió la boca para replicar pero Mungwa

Page 74: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 74/915

o interrumpió.—Sin embargo, en vez de juzgar, envié s

prueba a un amigo de la ASCE.Víctor casi saltó al oír aquello. La ASCE, l

Autoridad de Seguridad y Comercio Espaciamala llevaba días intentando llamar su atención

La ASCE controlaba todo el tráfico y comerciespacial y tenía profundos lazos con todos lo

gobiernos de la Tierra. Si alguien podía dacredibilidad a la prueba de Víctor era la ASCELa Tierra respondería al instante.

—¿Qué han dicho? —preguntó Imala.—Mi amigo dijo que pasaría la información a

departamento adecuado. La ASCE al parecer tienuna división dedicada a tratar este tipo danomalías.

—¿Anomalías? —dijo Víctor.

—Espejismos. Alucinaciones. Sucedcontinuamente. Los mineros no regulacorrectamente sus niveles de oxígeno o sufren dfatiga, y ven cosas que no son reales.

—No son alucinaciones —replicó Víctor—

Esto no se basa en testimonios...

Page 75: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 75/915

Imala lo interrumpió.—¿Cuándo tendrá noticias de su contacto en l

ASCE? ¿Podemos hablar directamente con él?—No hablará con nadie, Imala —zanjó Mungwa

—. Está usted de baja administrativa a efectonmediatos. La retiro de este caso. Y no ponga es

cara de sorpresa. Ha estado descuidando sus otrodeberes, y aún peor, ayudó a un convicto y carg

us vídeos en las redes.—¡Para alertar a la Tierra!—Ese no es su trabajo —replicó Mungwai—. S

rabajo es informar de sus derechos a lonmigrantes ilegales y preparar la documentació

necesaria para deportarlos.—¿Van a deportarme? —preguntó Víctor.—Es usted un inmigrante ilegal, señor Delgado

Y un convicto. He decidido no pasar su caso a

fiscal, pero no puedo permitir que se quede en lLuna. Permanecerá en el hospital de recuperacióhasta que la próxima nave zarpe hacia el Cinturóde Asteroides dentro de cuatro días. Si la ASCEquiere contactar con usted o solicitar que s

presente ante ellos, pueden hacerlo. De l

Page 76: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 76/915

contrario, irá a bordo de esa nave. Cuando llegual Cinturón de Asteroides tendrá que apañárselapara conseguir pasaje de vuelta con su familia. Nengo ninguna nave que llegue tan lejos. En cuant

a los vídeos que han subido a las redes, voy hacer que los eliminen.

—¿Qué? —dijo Víctor.—No puede —dijo Imala.

—Puedo y lo haré. Este departamento no seresponsable de inducir el pánico a nivel mundiaAyudó usted a subir esos vídeos, Imala, lo cual lhace responsable en parte de cualquier efectadverso que puedan tener entre la ciudadanía. Es

demuestra muy poca sensatez por su parte.—La gente tiene que saberlo.—Hay protocolos para ello.

—¿Está segura? —dijo Imala—. No recuerd

haber leído «Cómo avisar a la Tierra de unnvasión alienígena» en el manual de empleados.Mungwai se envaró.—Puede retirarse, Imala. Y tiene suerte de qu

no la despida. Sigue siendo una posibilidad. E

ese caso, estará a bordo de la primera nave d

Page 77: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 77/915

vuelta a la Tierra. Le sugiero que no tiente a luerte.Imala no dijo nada, las mandíbulas apretadas.

—Usted ha visto los vídeos —dijo Víctor—

¿Cómo puede hacer esto?—Lo que estoy haciendo, señor Delgado, e

cuidar la paz y mantener el orden, justo lo que sdebería haber hecho en primer lugar. Grita

«fuego» en un teatro abarrotado solo hará qumuera gente, aunque haya un incendio. Informar a ASCE es el mejor curso de acción. ¿No es l

que quería? Son los mejores para encargarse deste asunto.

—A menos que lo descarten. A menos que lgnoren como todos los demás.

—Puede retirarse, Imala —dijo Mungwai—. Mencargaré de que acompañen de vuelta al hospita

al señor Delgado.Los estaba despidiendo. La conversación habíerminado.

Imala permaneció inmóvil un instante, hasta quasintió.

—Nos vemos, Víctor.

Page 78: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 78/915

Page 79: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 79/915

haría reír y sentir de nuevo confianza. Pensó en supadres y en Concepción y en el dinero que lhabían dejado para su educación en la TierraAhora incluso las clases eran imposibles.

Más tarde un celador le trajo la cena. Mientrael hombre colocaba la bandeja sobre la mesillaVíctor pensó en reducirlo y quitarle las llavemagnéticas. Sin embargo, sería un esfuerzo inúti

  el celador parecía lo bastante fuerte para ndejarse dominar. Además, ¿adónde iría Víctor? Scubo de datos tenía todos los vídeos y pruebapero estaba guardado en el puesto de enfermeraSin él, todo era inútil.

Cuando la puerta se abrió media hora más tardeVíctor estaba tumbado en la cama con los ojocerrados. Sería el celador que venía a recuperar lcomida que no había probado.

—¿Así que te das por vencido?Víctor abrió los ojos. Era Imala, sujetando unpequeña mochila. La arrojó sobre la cama.

—No estaba segura de tu talla. Las ropas quraías no tenían etiqueta.

Víctor abrió la mochila. Pantalones, una camisa

Page 80: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 80/915

opa interior, zapatos, una gruesa chaqueta, un pade grebas.

—¿Qué, no has visto nunca ropa nueva? —dijmala—. No te quedes ahí parado. Vístete.

Se apartó de la cama y se dio media vueltadándole la espalda.

—¿Me estás ayudando a escapar?—Los archivos del DCL mostrarán que t

rasladaron a un centro para ilegales sanos quesperan a ser deportados. Ese centro no tendrningún dato, así que a menos que Mungwai lcompruebe o las dos oficinas comparen archivoprobablemente pasaremos desapercibidos durant

algún tiempo.—¿Cuánto tiempo?—Unos días.Víctor empezó a cambiarse.

—¿Y las cámaras? Hay tres en esta habitación varias más por todo el edificio.—Me he encargado de la de aquí dentro y de la

del pasillo. Cuando estemos fuera, ya será otrhistoria. Ponte la capucha.

La chaqueta tenía capucha. Víctor se la pus

Page 81: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 81/915

encima de la camisa y luego los pantalones. Imale había encargado de las cámaras. Lo habí

pensado todo y se había ocupado de todo. Y eolo unas horas, nada menos. De repente sintió un

oleada de admiración hacia ella. Se parecía más una minera libre de lo que había querideconocer.

—¿Es una buena decisión? —preguntó—. ¿Y s

a ASCE viene a pedirme más información?—Dudo que lo hagan —respondió Imala—. Nantes de que parta tu nave, desde luego. Hcomprobado los mensajes de Mungwai. Scontacto en la ASCE es un socio de poca monta

o tiene influencia. La respuesta que le dio nparecía demasiado prometedora.

—¿Has hackeado sus mensajes?—No es difícil. El tema es que ese tipo n

parece un líder fuerte. Si comunica a otros lprueba, tardará tiempo en subir por la cadena dmando y ser verificada. Pero no te apures: hnsertado una alerta en nuestro sistema. Si l

ASCE intenta contactar contigo, lo harán a travé

del DCL, y si eso sucede, mi holopad me lo har

Page 82: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 82/915

aber. Entonces acudiremos directamente a lASCE.

—Sí que has pensado en todo —dijo éabrochándose los zapatos—. Pero ¿por qué n

acudimos a la ASCE ahora? Tenemos un contacto—No tenemos ningún contacto. Tenemos un do

nadie que solo querrá conservar su empleo. Nvoy a poner el destino del mundo en manos de es

ipo, y no voy a quedarme de brazos cruzadoesperando a que la ASCE se decida a actuarVamos a seguir otro camino. Tal vez mejor.

—¿Cuál?—Ya lo verás.

—¿Y Mungwai? Si sigues adelante tu carrerhabrá terminado.

—El destino del mundo es más importante qumi carrera, Víctor, aunque agradezco t

preocupación. No te preocupes por Mungwai. Yno podrá retirar nuestros vídeos; no todos, amenos. Los han copiado y reenviado demasiadaveces. Dos millones de visitas puede que nparezcan mucho a escala global, pero significa qu

a bola de nieve ya ha echado a rodar. ¿Está

Page 83: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 83/915

vestido ya?Él se colocó las grebas en las pantorrillas.—¿Qué aspecto tengo?Ella se dio la vuelta para mirarlo.

—De punk adolescente. Ponte las manos a lespalda.

Ella sacó del bolsillo las ligaduras para lamuñecas y se las puso.

—Supongo que esto es parte de la añagaza —dijo él.Imala lo cogió por el brazo y lo escoltó hasta e

pasillo. Fueron directamente a la salida, sin correpero sin entretenerse. Nadie les prestó atención.

Víctor se detuvo.—Mi cubo de datos.

Ella le tiró del brazo y lo obligó a segucaminando.

—Ya lo tengo. Sigue adelante —lo tranquilizó.Atravesaron las puertas y salieron al exterior. Lcúpula que se alzaba allá arriba era azul brillante como los cielos de la Tierra, o al menocomo los cielos de la Tierra que Víctor había vist

en las películas. Un coche aguardaba en la acera

Page 84: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 84/915

mala abrió la puerta y ayudó a Víctor a subir. Unmujer asiática de veintipocos años los esperabaentada enfrente, el brazo derecho más corto que ezquierdo. Imala subió detrás de Víctor y cerró l

portezuela. El coche se dirigió a la vía y acelerómala hizo volverse a Víctor y le liberó la

muñecas.—Víctor, te presento a Yanyu. Contactó conmigo

cuando salí del despacho de Mungwai. Eayudante de un astrofísico que investiga para JukLimited. Va a ayudarnos.

Yanyu se inclinó sonriendo, y le ofreció la manoÉl se la estrechó.

—Encantada de conocerte, Víctor. Te reconozcde los vídeos. —Su inglés era bueno, pero coacento.

—¿Has visto los vídeos?

Yanyu sonrió y asintió.—Muchas veces. Y te creo.Víctor parpadeó. Otra creyente, y al parece

nteligente, no como un cencerro. Tuvo ganas dabrazarla.

—No soy la única —añadió—. En los foros u

Page 85: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 85/915

montón de investigadores están hablando del temaaunque la mayoría postean de manera anónimpara preservar su reputación en caso de que easunto resulte falso.

—No es falso.—A mí no tienes que convencerme —dij

Yanyu, sonriendo.—Yanyu ha estado estudiando la interferencia —

nformó Imala.—Los medios siguen transmitiendo todo tipo dhipótesis —dijo Yanyu—. La principal en estmomento es que la interferencia está causada poECM.

Víctor asintió. No le extrañaba. Si tuviera qunventar una hipótesis, probablemente recurriríambién a eso. Las eyecciones de masa coronal,

ECM, eran enormes nubes magnetizadas de ga

electrificado, o plasma, que estallaban en latmósfera del sol y cruzaban el sistema solar millones de kilómetros por hora, a menudexpandiéndose a diez millones de veces su tamañoriginal. Era sabido que habían interferido en l

energía y las comunicaciones en el espacio

Page 86: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 86/915

aunque nunca a esa escala.—No son ECM —dijo Víctor.

—No —respondió Yanyu—. Pero la idea eacertada. La radiación gamma que emite la nav

alienígena se mueve de forma muy parecida a laECM, expandiéndose constantemente mientracruza el sistema solar. Si tuviera que aventurar unhipótesis, diría que la nave tiene un estatorreacto

de pala que absorbe los átomos de hidrógeno casa la velocidad de la luz y usa la radiación gammubsiguiente como impulsor, lanzándola por l

parte trasera para impulsarse. Es un sistema munteligente, la nave tendría un suministro infinit

de combustible.—Si fuera así —dijo Imala—, ¿por qué l

adiación viene en nuestra dirección, hacia lTierra? Si es propulsión, ¿no debería esta

alejándose hacia el espacio profundo?Yanyu volvió a sonreír.—Exacto. No está acelerando, sino todo l

contrario. Está tratando de frenar.—No emitiría la radiación por el morro n

iquiera para frenar —observó Víctor—. Eso serí

Page 87: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 87/915

uicida. Se incrustaría directamente en su propinube de plasma destructivo.

—Cierto —dijo Yanyu—. Pero la nave podríemitir la radiación por los costados. Lo haría co

estallidos equilibrados para no desviarse de sumbo, y eso explicaría por qué la interferenciucedió tan rápidamente y se extendió a tant

velocidad en todas direcciones antes de que nadi

upiera qué estaba sucediendo.Víctor reflexionó. Tenía sentido. Más o menoabía que la nave hormiga causaba la radiación

pero hasta ahora no había sabido cómo.—De modo que la nave actúa como un miniso

volátil que viene hacia nosotros —dijo Imala.—Básicamente —respondió Yanyu.—Qué reconfortante —dijo Imala.—¿Cómo se te ha ocurrido? —preguntó Víctor.

Yanyu sacó un holopad de su bolso.—Es la única explicación que se me ocurre.Tecleó una orden y extendió dos finos polo

desde esquinas opuestas en la superficie deholopad. Un momento más tarde, un hologram

formado por cientos de puntos aleatorios de lu

Page 88: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 88/915

cobró vida sobre el aparato. Al principio Víctopensó que estaba viendo un cúmulo estelar, percuando se inclinó y prestó más atención tragaliva. Había visto ese cúmulo antes. En e

Cinturón de Kuiper.—¿Qué es esto? —preguntó Imala.—Restos de naufragios.Yanyu asintió con gravedad.

—Todavía estoy haciendo escaneos porque laecturas no son demasiado claras, pero creo quVíctor tiene razón. Estos objetos parecen estaalejándose unos de otros a velocidad constante partir de un punto central. Como si fueran restos d

naves tras una explosión.—¿Cuántas naves? —dijo Víctor.Yanyu se encogió de hombros.—Es imposible asegurarlo, pero probablement

docenas. Si sigues el movimiento de todos loestos, el punto de origen está aquí en el Cinturóde Asteroides, cerca de un lugar llamadKleopatra. Juke tiene instalaciones en la superficide ese asteroide, así que allí hay siempre much

ráfico. Si un estallido de radiación de la nav

Page 89: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 89/915

alienígena alcanzó a las naves mineras de lanmediaciones, entonces también arrasó todas lanstalaciones de Kleopatra.

—¿Cuánta gente hay destinada allí? —pregunt

mala.—Entre setecientas y ochocientas personas.Imala maldijo entre dientes.—Y quién sabe cuánta gente había en esas nave

—dijo Yanyu—. Tal vez el doble de esa cifra. Noenemos forma de saberlo.—¿De cuándo son estos datos? —pregunt

Víctor.—Recibí los primeros escaneos esta mañana —

espondió Yanyu.—¿Quién más está al tanto de esto?

—Lo compartí con mi supervisor. Estevisando los datos ahora. Me hizo venir

buscarte para llevarte al laboratorio.—Tenemos que contactar con los medios —dijmala—. Tu supervisor tiene que celebrar un

conferencia de prensa.Yanyu frunció el ceño y sacudió la cabeza.

—No. Lo siento. No puede ser. No somo

Page 90: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 90/915

nvestigadores independientes. Trabajamos paruke Limited. Si alguien celebra una conferenci

de prensa, tendrá que ser la empresa.—¿La empresa? —dijo Víctor—. ¿Quieres trae

a una serpiente mentirosa como Ukko Jukes? Ldará la vuelta y lo usará para su propio beneficioEs lo último que necesitamos.

—Yo tampoco puedo soportar a ese hombre

Víctor —dijo Imala—. Pero son sus empleadoEs responsable de esta gente. Sus familias en lLuna o en la Tierra se merecen saber qué les hucedido.—No sabemos qué les ha sucedido, Imala —dij

Víctor—. Estamos especulando.—Ukko puede ayudarnos. Tiene conexiones po

odas partes. Es el hombre más poderoso demundo. Si conoce la verdad, el mundo entero l

abrá.Víctor se echó atrás en el asiento. Ukko Jukepadre de Lem Jukes, el hombre que habíestropeado la nave de la familia de Víctor y habímatado a su tío. ¿Qué era lo que había dicho s

padre? ¿La manzana no cae lejos del árbol? S

Page 91: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 91/915

Víctor no podía trabajar con Lem, ¿cómo iba poder hacerlo con su padre?

Pero ¿qué otra opción tenía? Era un fugitivo, siningún sitio al que huir, sin ningún otro recurso

Solo era cuestión de tiempo que el DCL loencontrara y lo expulsara de la Luna.

—Si hacemos esto, quiero hablar personalmentcon Ukko Jukes —dijo—. Quiero decirle a la car

que su hijo es un cabrón asesino.—No te molestes —repuso Imala—. Conocienda Ukko, puede que se lo tome como un cumplido.

Page 92: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 92/915

3

Lem

Lem Jukes estaba ante la tripulación de su navminera, con las manos juntas respetuosamente. Vicómo las últimas personas en llegar atravesabaflotando la entrada y se dirigían al fondo de lala, donde se hallaban reunidos los demá

miembros de la nave. Todos llevaban un monazul con el logotipo de Juke Limited bordado en lpechera izquierda. Las grebas y avambrazomagnéticos los anclaron al suelo cuand

estuvieron en posición. Aparte del leve roce de lorajes mientras ocupaban sus puestos, el puentestaba en silencio.

La asistencia a la ceremonia conmemorativa nera obligatoria, pero Lem sabía que todo el mund

a bordo asistiría, incluyendo aquellos qu

Page 93: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 93/915

normalmente no trabajaban en el puentecocineros, mineros, lavanderos e ingenieroCuando vivías casi dos años con gente en uentorno cerrado, acababas por conocerlos a todo

bastante bien, aunque las tareas individuales ncoincidieran. Tarde o temprano, los caminos scruzaban, y como resultado la pérdida de vidas bordo era algo que todos sentían. Nadie dejarí

pasar la oportunidad de presentar sus respetos.—He convocado este servicio memorial parhonrar a aquellos que hemos perdido —dijo LemSu voz era lo bastante fuerte para llegar al fondde la sala y al mismo tiempo lo bastante serena

olemne para la ocasión—. Hablo no solo de lomiembros de nuestra tripulación que ya no estáentre nosotros, sino también de los otros muchoque han luchado de manera tan desprendida y ha

muerto intentando impedir que los fórmicoleguen a la Tierra.Fórmicos. La palabra todavía le sabía amarga

extraña en la boca, como una gruesa pastilla quno lograra tragar. La doctora Benyawe, la jefa de

equipo científico, había sugerido el nombre debid

Page 94: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 94/915

al parecido de las criaturas con las hormigas, por lo que a Lem concernía era un nombre tabueno como cualquier otro. Pero seguía odiándoloa palabra daba legitimidad a aquellas criatura

es daba identidad. Era un recordatorio de sexistencia, de que todo ese asunto no erimplemente un sueño.

—Hace casi dos años —continuó Lem—

dejamos a nuestros seres queridos en la Luna partimos hacia el Cinturón de Kuiper. Nuestrmisión era sencilla: probar el láser de gravedadApuntar con él a unas cuantas rocas y reducirlas polvo, demostrar a la dirección que el gláse

podía revolucionar y revolucionaría el proceso dextracción de minerales. Gracias a vuestrdiligencia y vuestro compromiso inquebrantablecompletamos la tarea. No fue fácil. Hubo errores

contratiempos, pero cada uno de vosotros persisti  cumplió con su deber. Todos demostramonuestra valía. Como comandante, me he sentidhonrado de servir junto a vosotros y veros realizavuestras tareas con tan competente empeño.

Lem sabía que se estaba pasando un poco, per

Page 95: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 95/915

ambién sabía que ninguno dudaría de sinceridad. Su madre decía siempre que si no fuer

el heredero de la mayor fortuna minera del sistemolar, podría haber hecho carrera en lo

escenarios. A Lem le parecía divertido. Su madriempre pensaba en pequeño. Los escenarios era

para la gente pretenciosa y poco atractivaaquellos que no tenían un rostro adecuado para lo

vídeos.—Pero hace ocho meses nuestra misión cambió—Lem dio un golpecito a su pad de muñeca, y ungráfica del sistema cobró vida tras él. Apareció uholograma de la nave fórmica, enorme

mpresionante—. Esto cambió nuestra misión. Estabominación. Nadie nos dio la orden ddetenerlos. Nosotros mismos nos dimos esa orden

Técnicamente era una verdad a medias, ya qu

fue la capitana de la nave minera Cavadora la qupidió a Lem ayuda para detener a los fórmicoPero ¿qué importaba? Lem había aceptado lnvitación. Nadie lo había obligado.

Volvió a pulsar el pad de muñeca. La nav

fórmica desapareció y aparecieron veinticinc

Page 96: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 96/915

ostros.—Algunos pueden pensar que atacar a lo

fórmicos fue un error, dado que perdimos veinticinco miembros de nuestra tripulación

Veinticinco hombres buenos. Veinticinco futuroesposos y padres.

Una mujer de las primeras filas se enjugó loojos. Buena señal, pensó Lem. Su verdader

propósito, después de todo, no era el servicifuneral. Era volver a tomar el mando de la nave, everdadero mando, no servir como comandante solde nombre, sino hacer cumplir sus órdenemantener la autoridad absoluta. Para conseguirlo

necesitaba sacudir un poco las emociones.—Pero os digo que atacar a los fórmicos no fu

un error —continuó Lem—. Enviarles el mensajde que preferimos morir a ver cómo nos arrebata

nuestro mundo no fue un error. Demostrarle a lTierra que estamos dispuestos a hacer lo que hagfalta para protegerla no fue un error. Tomamedidas para salvar a nuestras familias en la Lun la Tierra no fue un error.

Vio que ya los tenía en el bote. Unos cuanto

Page 97: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 97/915

asentían.—Pero entonces algo cambió —dijo Lem—

Dejamos de concentrarnos en la Tierra. Despuéde seguir de cerca a la nave fórmica, no

etiramos. Retrocedimos hasta esta eclíptica, gran distancia de los fórmicos y por tanto a gradistancia de aquellos a quienes podríamos habeadvertido y salvado. —Hizo una pausa y bajó l

voz, como dolorido por aquella constatación—Sabíamos más que nadie de la nave fórmica. Scapacidad armamentística, su velocidad, sprobable destino. Incluso habíamos calculadcuándo y dónde podría emitir su siguiente estallid

de radiación. Si nos hubiéramos quedado cercaquizá podríamos haber advertido a todas aquellanaves que encontró en su camino.

Pulsó su pad de muñeca. Las caras de

holograma se desvanecieron y una nube descombros apareció en el holocampo.—Como estas naves. Las naves de Kleopatra

hogar de un puesto de avanzada y unanstalaciones procesadoras de Juke. Ca

ochocientas personas vivían en esa roca, y mucha

Page 98: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 98/915

más en las naves de las inmediaciones. La mayorífamilias de mineros libres. Mujeres, niñoancianos. Podríamos haberlos avisado. Pero no lhicimos.

Más golpecitos al pad. Más holos. Más restos dnaves. Una por una, Lem fue mostrando escenas ddestrucción. Una por una, fue contando las vidaperdidas. La mayor parte de la tripulación habí

visto ya esas imágenes: la nave las habíecopilado a lo largo de los meses pasadomientras localizaban a la nave fórmica siguiendu ruta de destrucción hacia la Tierra.Lem describió cómo debía de haber sido estar

bordo de aquellas naves, explicando cómo uestallido de plasma gamma a corta distancia podívaporizar carne y hueso. Y cómo, desde lejos, langre se quemaba y las células se descomponía

como resultado del envenenamiento por radiación—Y mientras nosotros nos ocultábamos en laombras —continuó—, esta gente luchaba por l

Tierra. Mientras nosotros nos retirábamos parprotegernos, ellos se enfrentaban al enemigo

uchando por nosotros, muriendo por nosotros.

Page 99: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 99/915

Varios miembros de la tripulación se agitaroncómodos. Estaba tocándoles la fibra sensible

Una parte de Lem sintió una punzada dculpabilidad por manipularlos de esa manera

Utilizar un funeral para beneficio personal ercanalla y oportunista, pero aquello era la guerrano solo entre humanos y fórmicos, sino entre Lem u padre, el grande y glorioso Ukko Jukes.

Su padre había ordenado a Chubs que controlarecretamente todo lo que Lem hiciera comcomandante y anulara sus órdenes si hacía algque lo pusiera en peligro, lo que convertía Chubs, en esencia, en una maldita niñera.

Ukko sin duda diría que era lo propio de un buepadre: cuidar de su hijo, protegerlo de los peligrodel Cinturón de Kuiper. Pero Lem sabía qué estaben realidad en juego. Su padre estaba haciendo l

de siempre: ejercer su control, tirar de las cuerdapracticar su juego del poder y dejar a Lem eidículo.

Todo el asunto había sido especialmenthumillante ya que la misión llevaba un año e

curso cuando Lem se dio cuenta de que no estab

Page 100: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 100/915

exactamente al mando. Chubs se había portadcomo un buen tipo en todo momento. No pretendíer desagradable. Incluso se avino a mantenerlodo en secreto para que Lem no quedara e

idículo ante la tripulación. Pero eso no le quitmordiente a quedar como un tonto. Durante un añentero, Lem estuvo convencido de que Chubs eru consejero más valioso. Y, entonces, ¡sorpresa

«En realidad trabajo para su padre, Lem, y nransmitiré su orden a la tripulación porque npuedo permitir que lo haga. Lo siento, así lo diju querido papá».

Oh, padre, no puedes evitarlo, ¿verdad? N

puedes soportar que yo pueda conseguir algo pomis propios medios. Tienes que introducirte eecreto en mis asuntos. Qué taimado eres, padre

Sea cual sea el resultado, tú ganas. Si la misió

fracasa, todo será culpa mía; si tiene éxito, serporque siempre estuviste ahí ayudándome.La idea era como un clavo de acero en su espin

dorsal. Estaba convencido de que nunca podríconfiar en nadie a bordo y que la única manera d

ibrarse de su padre sería derrotarlo en su propi

Page 101: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 101/915

Page 102: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 102/915

cerca de la primera fila, el rostro hierático.—Sí —continuó Lem—. Es un secreto qu

descubrí hace poco y que ninguno de vosotroconoce. Mi padre ordenó a Chubs que m

mantuviera alejado del peligro a toda costa.Los miembros de la tripulación se miraron uno

a otros.—Por eso hemos estado siguiendo a lo

fórmicos a distancia segura —continuó Lem—Por eso ha muerto gente. Porque mi padre mvalora a mí más que a ellos, y por tanto le impida Chubs ayudarlos. Por eso estoy avergonzado.

Aquí venía el momento crítico, lo sabía, e

momento en que podía mostrar sus emociones. Nen forma de lágrimas, naturalmente: no debíparecer débil. Sería más provechoso aparentaestar a punto de llorar y luego ser l

uficientemente fuerte y estoico para contenerse.No era fácil. Muchos actores pensaban que habíque exagerar y gemir, sollozar y romper un plato dos, pero Lem sabía que no. Era la emociócontenida lo que conmovía a la gente. La pena y l

risteza que amenazaban con surgir de tu interio

Page 103: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 103/915

pero en modo alguno ibas a permitir: había que sefuerte.

Le salió a la perfección: permaneció en silenciun poco más de lo normal para evidenciar qu

estaba esforzándose por mantener sus emociones aya. Luego se aclaró la garganta, se recuperó

continuó adelante. Algunos de las primeras filaagrimeaban.

—Si por mí fuera, estaríamos cumpliendo conuestro deber hacia la Tierra —dijo—. Estaríamohaciendo más. Salvando más vidas aparte de lanuestras. Pero me encuentro atado de manos, ahoro sé. Con Chubs cumpliendo las órdenes de m

padre, soy incapaz de hacer lo que habría quhacer. Por eso, a efectos inmediatos, dimito de mpuesto de comandante.

Sus caras lo dijeron todo. Sorpresa

ncredulidad.Lem no podría haber esperado una reacciómejor.

—Tendréis que perdonarme —dijo—, pero npuedo continuar siendo el responsable de dar l

espalda a nuestra gente. Si acepta e

Page 104: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 104/915

nombramiento, Chubs será vuestro comandante. Sdebe ceñirse a la orden de mi padre por encima dodo lo demás, entonces que él cargue con l

vergüenza. Espero que me perdone por adjudicarl

esa carga, pero no puedo vivir tranquilo sabiendque la gente muere porque él está obligado protegerme.

Lem tomó impulso, flotó hasta Chubs y le ofreci

a mano. Chubs vio que todo el mundo lo mirabaalgunos con resentimiento.Sabiamente, aceptó la mano ofrecida y l

estrechó, incómodo.—Puede que nos hayas impedido evitar esa

muertes —dijo Lem—, pero cumplías con lo quconsiderabas tu deber. Reconozco tu lealtad. Solezo para que Dios nos perdone a todos.Chubs no dijo ni una palabra. ¿Qué podía decir?

Lem se impulsó para cruzar la sala, se metió eel tubo de empuje, ajustó la polaridad de suavambrazos y grebas y dijo:

—Catorce.El tubo lo transportó. Cuando llegó a s

camarote, fue directo a su holoescritorio.

Page 105: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 105/915

—Muéstrame el puente.Seis imágenes de vídeo aparecieron en el air

obre la mesa, todas tomadas por diminutacámaras colocadas por todo el puente. No tení

audio, pero no lo necesitaba. Había visto cómalgunos miembros de la tripulación miraban deojo a Chubs con puro desprecio.Lem se relajó. Ahora todo lo que tenía que hace

era esperar. No tuvo que esperar demasiado. Benyawe fue

verlo a su camarote unas horas más tarde.—Ha sido toda una actuación —dijo. Lem estab

en su hamaca, sujeto hasta la cintura, con una cajde bombones flotando a su alrededor—. ¿Eso es spremio? —preguntó Benyawe, señalando lobombones.

—Nina, una de las cocineras, me los hace. Mrajo una caja hace poco.

—Sin duda para consolarlo mientras supera lvergüenza. —Benyawe forzó una sonrisa.

—Están buenos —dijo Lem, ignorando la pull

—. Debería probar uno.

Page 106: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 106/915

Sin esperar su respuesta, sacó uno de la caja y lempujó en el aire para que llegase hasta ella. Ebombón flotó hasta la mano tendida, y ella se llevó a la boca.

—Un poco empalagoso para mi gusto —dijo.—¿El bombón o mi actuación?

—Ambas cosas. Cuando estuvo a punto decharse a llorar, me pareció que se pasaba u

anto. Muy convincente, eso sí. Pero exagerado.—Todo lo que dije era verdad.—Casi todo —precisó Benyawe—. Dijo que es

gente murió por nuestra causa, que los habríamoalertado de no ser por Chubs. Eso no es cierto. N

habríamos podido alcanzar a la mayoría antes quos fórmicos. De hecho, casi en todos los casos, n

habríamos podido hacer nada. Si no hubiéramohuido de la nave fórmica y llegado hasta aquí, l

más probable es que hubiéramos muerto cuandos fórmicos ventearon su plasma gamma. Chubnos mantuvo con vida. Sin embargo, usted hntentado prácticamente llevarlo a la hoguera par

encender la llama. No ha estado bien. Chubs le h

ido fiel.

Page 107: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 107/915

—Fiel a mi padre, querrá decir.—Le salvó la vida, Lem —le recordó Benyawe

Eso era verdad. Durante el ataque a la navfórmica, Chubs había actuado con rapidez

alvado a Lem de la embestida de un fórmico quparecía dispuesto a destrozarlo miembro miembro.

—Cuando todo esto haya acabado —dijo Le

—, me encargaré de que mi padre recompense Chubs por sus servicios.—Si acepta el mando, claro. Si cumple con s

papel en esta pequeña función teatral suya.—Tal vez no prestó usted atención a l

ceremonia conmemorativa, Benyawe. He dimitiddel puesto de comandante.

Ella pareció molesta.—Por favor, Lem. ¿Qué elección tiene Chub

ahora sino devolvérselo y comprometerse ante lripulación de que nunca volverá a interferir en suórdenes? Si no lo hace, ya se está hablando darrebatarle el mando.

Lem fingió sorpresa.

—¿Un motín?

Page 108: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 108/915

Page 109: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 109/915

del amor que sentía por él, algo que no era fácil dexpresar pero que era verdad en cualquier casoQuería a su padre. No en el sentido tradicional, tavez, pero el respeto que sentía por él era, tenía qu

admitirlo, una especie de amor.Sonó un timbre, y la voz femenina del ordenado

anunció:—Oficial jefe Patrick Chubs.

Benyawe sonrió con malicia.—¿No debería ser «comandante» Chubs?Lem la ignoró.—Pase —dijo.La puerta se abrió deslizándose y Chubs entr

flotando en la habitación. Parecía cansado y ndemasiado sorprendido de ver a Benyawe.

—¿Cómo quiere hacer esto exactamente? —lpreguntó a Lem.

—¿Hacer qué?—Poner fin a esta farsa. Tenemos que acabacon esto. Renunciaré al cargo de capitán prometeré no interferir de nuevo en sus decisione¿Cómo quiere hacerlo? ¿Quiere que haga u

anuncio formal, escriba un mensaje por mail,

Page 110: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 110/915

enemos que hacer otra escena delante de lripulación? Sea cual sea el plan, me gustaríerminar de una vez.

Lem sintió un retortijón de culpabilidad

Benyawe tenía razón. Chubs había sido fiel. No smerecía ser vilipendiado. Solo hacía el trabajpara el que lo había contratado su padre. Lem soltó de la hamaca y flotó hacia él.

—Siempre tendrá un lugar en esta compañíaChubs. Un buen puesto. Elija. Yo me encargaré dque así sea. Y si renuncia al cargo de capitán nsiste en que yo lo tome, lo mantendré como m

oficial en jefe. Sería una necedad no hacerlo. E

usted el hombre más leal y capacitado de estnave.

—¿Es aconsejable eso? —preguntó Benyawe—Hace unas horas provocó que la tripulació

estuviera dispuesta a lincharlo.—Trabajaría con los oficiales —dijo Lem—. Lon completamente leales.

—Yo no diría completamente —repuso Chub—. Ya no.

Una vez más, un retortijón de culpabilidad arañ

Page 111: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 111/915

a conciencia de Lem. No había destruido a Chubpero lo había dañado seriamente, de eso no cabíduda. La amistad que antes pudiera haber existidentre ambos había desaparecido. Lem lo notaba

Siempre habría entre ellos una formalidaembarazosa.

—Lamento que considerara que el memorial fuuna escena —dijo Lem—. Y si decide renunciar a

puesto de capitán, debe entender que no puednterferir en esa decisión en modo alguno. Npuedo decirle cómo actuar. Eso implicaría admitique yo he orquestado todo esto, lo cual no ecierto. Debe ser su propia decisión. Cómo

cuándo tomarla es cosa suya.Era improbable que Chubs estuviera grabando l

conversación para luego sacarle partido, pero mávalía prevenir que curar. Nunca podría decirs

nada que implicara que Lem hubiera forzado lmano de Chubs.Chubs asintió. Comprendía. Luego se excusó.—Cuando regresemos a la Luna —dijo Benyaw

al salir del camarote—, espero que celebremo

otra ceremonia conmemorativa. Una con un poc

Page 112: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 112/915

más de corazón. Los muertos se lo merecen.Se impulsó y se marchó sin decir nada más.El holograma de Chubs llegó media hora má

arde, enviado a todos los miembros de l

ripulación. En él, le agradecía a Lem poconsiderarlo digno de tan alto honor, pero decíque no podía aceptarlo. Y no interferiría con ladecisiones del legítimo comandante. Estaba e

odo de acuerdo con él. La Tierra era lo primeroSi Ukko Jukes lo despedía por insubordinaciónque así fuera. Era un pequeño precio que tendríque pagar.

Lo hizo todo con gran destreza. Profesiona

incero y enternecedor. Lem incluso notó que loojos se le nublaban, aunque su alivio puede quuviera algo que ver también.

Esperó una hora antes de grabar su propio holo

En él, le dio las gracias a Chubs por sgenerosidad e insistió en que continuara en spuesto como oficial jefe. Fue una grabaciódecente, pero sabía que podía hacerlo mejoPodía enmendarla antes de enviarla. A la séptim

oma lo logró. Cada pausa, cada inspiración y cad

Page 113: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 113/915

Page 114: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 114/915

4

Ukko

El coche guiado atravesó la ciudad de Imbriuen dirección este, dejando atrás barraconedormitorio, edificios del gobierno y pequeñocomplejos industriales. Víctor iba sentado junto a ventanilla, viéndolo todo pasar, todaví

orprendido por el grandioso tamaño de la ciudad—¿Cómo llenan de oxígeno todas esas cúpulas

úneles de conexión? —preguntó—. ¿De dóndacan tanto aire?

Yanyu iba sentada frente a él. Escoltaba a Víctoe Imala al observatorio Juke.—El oxígeno lunar procede principalmente d

excavaciones —explicó—. Todo lo que ves es llamada Ciudad Vieja. Cuando la gente llegó po

primera vez a la Luna, construyeron e

Page 115: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 115/915

asentamiento en la superficie. Eso exigió querigieran primero todas esas cúpulas estancas paralbergar el oxígeno y proteger a los colonos deconstante bombardeo de partículas cósmicas. Fu

muy caro. Hoy en día todas las construccionenuevas se hacen bajo la superficie. De hecho, ahes donde ahora vive la mayoría de la gente.

—Tú vives en la superficie —dijo Víctor.

—Solo porque mi presupuesto es escaso y npuedo permitirme vivir en los túneles —respondiYanyu—. Pero lo haría si tuviera dinero. Es máeguro. No tienes que preocuparte de bombardeo

ni amenazas de colisión. Y como no hay ningun

actividad tectónica en la Luna, tampoco tienes qupreocuparte por los terremotos. Además, se estmucho más tranquilo. Pero la principal ventaja eque extraemos de la roca todas las materia

primas. Metales para la construcción y tambiéoxígeno.Víctor pareció sorprendido.—¿Oxígeno de las rocas? ¿Es posible?—Lo estás respirando —dijo Imala.

Él se acomodó en su asiento y sacudió la cabeza

Page 116: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 116/915

—¿Tenéis idea de lo útil que sería esecnología en el Cinturón de Kuiper? Sacamoodo nuestro O2 del hielo. Si no encontramo

hielo, estamos muertos. Perdimos un montón d

familias de esa forma.—Es más fácil extraer oxígeno del hielo —dij

mala—. Eso no requiere mucho equipo. Ecambio, sacarlo de la roca exige enorme

nstalaciones de procesado. No construimos naveo bastante grandes para llevar esa tecnología aespacio profundo. Algún día, tal vez, pernosotros no lo veremos en vida.

—¿Y el combustible y la energía para lo

úneles? —preguntó Víctor—. Si el calor del sono les llega, deben de estar congelados.

—En la Luna toda la energía es eléctrica —espondió Imala—. Todo procede de baterías d

alta eficacia impulsadas por energía solar. Hapaneles solares por toda la superficie: los mágrandes están en la zona ecuatorial, donde locolectores cubren todo el suelo. También sograndes los del polo, donde colectores rotatorio

colocados en torres miran al sol continuamente

Page 117: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 117/915

Page 118: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 118/915

diversos puntos por toda la Luna, lejos dcualquier contaminación lumínica. Les decimodónde deben apuntar, entonces procesamos todaas imágenes y datos en nuestra sala d

observación. Los observatorios tradicionalecomo los de la Tierra no existen en la Luna. Aquarriba todo son cubículos y espacio de oficinaMe temo que no es muy estimulante.

El coche guiado se sumergió de pronto en lboca de un túnel, y por un momento se encontraroumidos en una oscuridad total hasta que s

encendieron las luces interiores del vehículoContinuaron a la misma velocidad durante vario

minutos hasta que el coche llegó a una bifurcacióen la vía y empezó a desacelerar. Tomó una seride curvas y luego se dirigió a una pista de atraqu se detuvo. Unos tubos de aire se desplegaron e

as paredes y rodearon al vehículo. Entonces uneñal acústica anunció que todo estaba listo y sabrieron las puertas. Víctor, Imala y Yanyualieron al andén de atraque. Yanyu los guio lueg

por un laberinto de pasillos y varias puerta

cerradas. Víctor se perdió casi inmediatamente.

Page 119: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 119/915

En cada puerta, junto al marco, flotaba uholocampo cúbico. Yanyu metió la mano en eholocampo e hizo una serie de giros de muñeca movimientos con los dedos que la abrieron. A

principio Víctor pensó que los movimientos eraaleatorios, pero entonces una de las puertas emitiun zumbido negativo y Yanyu tuvo que retirar lmano, reintroducirla en el campo y repetir lo

movimientos.Por fin llegaron a una sencilla puerta de metaadornada con el logotipo de Juke Limited y lapalabras Observatorio Astronómico. Yanyu locondujo a una sala de observación tenuement

luminada. Sobre el techo en forma de cúpula sproyectaban imágenes de cúmulos estelarenebulosas y datos astronómicos que se disolvían volvían a formarse como un salvapantallas. Habí

una docena de mesas repartidas por la sala coámparas, ordenadores y artículos personales. Eel centro había una mesa de reuniones, dondesperaban unos investigadores. Yanyu se detuvo eñaló al hombre de barba que estaba delante.

—Víctor, Imala, me gustaría presentaros a

Page 120: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 120/915

doctor Richard Prescott, director del observatori nuestro astrofísico jefe.Prescott dio un paso adelante y estrechó la man

de Imala. Era más joven de lo que Vícto

esperaba, unos treinta y tantos años, con una matde pelo castaño y ropa informal.

—Señorita Bootstamp. Un placer. Bienvenida. Yeñor Delgado, me alegro de verlo. Espero que n

uvieran problemas para llegar hasta aquí.—Tuve que sacar a Víctor del hospital dondestaba retenido —dijo Imala—. Lo cual infringialguna que otra ley y nos convierte a ambos efugitivos. Aparte de eso, ningún problema.

Prescott permaneció impertérrito ante estanuncio. Se metió las manos en los bolsillos onrió.—Bueno, aquí están a salvo.

Imala fue al grano.—Necesitamos una entrevista con Ukko JukeCon su apoyo, podremos dar un aviso legítimo a lTierra. ¿Puede conseguirlo?

—Probablemente —dijo Prescott—. Pero l

primero es lo primero. —Señaló la mesa d

Page 121: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 121/915

conferencias—. Siéntense.—No nos cree, ¿verdad? —dijo Víctor.Prescott sonrió.—No le habríamos traído aquí si no pensáramo

que es posible que diga la verdad, Víctor. Todoo creemos hasta cierto punto. Pero antes de qu

ninguno de nosotros actúe, queremos estaabsolutamente seguros. Hay gente fuera de est

ala que será mucho más difícil de convencer qunosotros. Si trabajamos juntos, puede que noganemos su confianza. —Señaló de nuevo la mesa esta vez Víctor e Imala se sentaron.Prescott lo hizo en la cabecera.

—Tienen que comprender que en nuestro campomos aún más escépticos respecto a la existenci

de vida extraterrestre que la gente normaTenemos que serlo. Los científicos están educado

para dudar y cuestionarlo todo. Además, siempre ha creído que oiríamos a los extraterrestreantes de verlos. Detectaríamos sus transmisionemucho antes de que aparecieran en nuestroelescopios. Pero hasta ahora nadie en l

comunidad científica ha oído nada.

Page 122: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 122/915

—No pueden —dijo Imala—. La interferenciestá afectando a las comunicaciones.

—Cierto —admitió Prescott—. Pero eso hacque toda reivindicación de vida extraterrestre se

odavía más difícil de creer. El silencio de lacomunicaciones estelares le parecerá a muchgente la justificación de un embaucador que intentasustarlos.

—No soy ningún embaucador —saltó Víctor.—No estoy diciendo que lo sea. Le estodiciendo lo que se dice ahí fuera. Nadie quierapoyarlo porque es una afirmación que no spuede validar independientemente. Así que s

quedan callados y esperan que otro corra el riesgoadie quiere quedar como un idiota apoyando l

que podría ser el timo del siglo.—El descubrimiento del siglo —corrigió Vícto

—. Por no mencionar la amenaza más grande nuestra especie.Prescott se acomodó en su asiento.—Ese es el tema, ¿no? Yanyu nos ha mostrad

unas cuantas observaciones que ha hecho. Todo

hemos visto los vídeos que Imala y usted ha

Page 123: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 123/915

ubido. Hemos examinado las pruebas y discutiddurante horas. Ahora queremos oír directamente sversión. Si le creemos, actuaremos econsecuencia. Tiene usted la palabra, Víctor

Convénzanos.Víctor miró a Imala, que asintió para darl

ánimos. Entonces contempló los rostros de locongregados en torno a la mesa, todos mayores qu

él y expertos en su campo. La mayoría de suexpresiones eran inescrutables, pero unos cuantono podían ocultar su escepticismo.

Se aclaró la garganta y empezó a hablar.Durante la primera hora nadie dijo nada. Lueg

Yanyu fue haciendo algún comentario ocasionantroduciendo datos astronómicos que parecía

validar la historia de Víctor.Cuando terminó, las preguntas surgiero

ápidamente. ¿Cómo causaba la interferencia esnave? ¿Dónde se encontraba ahora? ¿Habíntentado alguien comunicarse con ella? ¿Cuále

eran sus intenciones?—No lo sé —dijo Víctor por enésima vez—. N

é dónde se encuentra la nave ni qué daños h

Page 124: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 124/915

causado ni qué vidas ha aniquilado. Ojalá lupiera. Ojalá tuviera respuestas. Ojalá supier

que mi familia está a salvo.Mencionar a su familia agitó un pozo d

emociones en su interior, y temió que iba a perdea compostura. Tragó saliva, tomó aire y conserva calma.

—No tengo respuestas. No soy piloto. Conozc

a mecánica básica de vuelo y sé calcularayectorias, pero ese no era mi trabajo en mnave. Soy mecánico. Construyo cosas, las arregloMi familia me envió porque era joven y sanoTenía más posibilidades de soportar la paliz

física que el viaje infligiría a mi cuerpo.»Además, podría reparar la nave rápida si alg

ba mal. Nadie a bordo tenía mi nivel dexperiencia mecánica. Tenía que ser yo. Sé qu

preferirían contar con alguien que entienda dciencia tanto como ustedes, pero no soy espersona. Soy el mensajero. —Hizo una pausa miró a los investigadores uno a uno—. Esa nave eeal y viene de camino. Tardará pocos días

pocos meses, no lo sé. Pero viene. Si pudiéramo

Page 125: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 125/915

hablar con las naves del Cinturón, tendríamos miles de personas corroborando mis afirmacionePero como no podemos, reconozco que eso hacmenos creíble mi historia. Pero háganse esta

preguntas: ¿Tengo aspecto de poder orquestar todesto? ¿Parezco el tipo de persona que se inventaríodo esto solo para echarse unas risas? ¿Parezc

alguien que podría crear vídeos y pruebas qu

puedan soportar este nivel de escrutinio? Soy uminero libre. Sobrevivimos a duras penas, por lopelos, y a veces apenas tenemos nada qulevarnos a la boca. No busco dinero. No teng

nada que ganar con esto excepto salvar vidas. S

piensan que pueden encontrar lagunas en mhistoria, adelante. Pero les prometo que todo lque he dicho es verdad, hasta la última palabra.

La sala permaneció en silencio. Todos s

quedaron mirándolo. Imala buscó su mano bajo lmesa y le dio un apretón de ánimo.—Le creemos, Víctor. Algunos necesitaban u

pequeño empujón para acabar de convencerse, spero creo que hablo en nombre de todos si dig

que le apoyamos. Le ayudaremos.

Page 126: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 126/915

Víctor sintió tal arrebato de alivio que casi svino abajo de nuevo. La noticia se difundiría covisos de credibilidad. Resopló y le sonrió Prescott.

—Gracias.—No, gracias a usted, Víctor. Toda la Tierr

está en deuda con usted.—Esto no va a ser fácil —dijo Imala—. N

pretendo ser aguafiestas, pero no olvidemos quos medios ya han rechazado la idea. En algunocírculos nos han etiquetado como falsarios. Lleviempo librando esta batalla y perdiéndola. S

están con nosotros, tienen que estar con nosotro

no solo ahora, en la seguridad de esta sala, sinambién ahí fuera, donde el resto del mundo est

dispuesto a reírse y mofarse. Probablemente mcarrera se haya acabado. A las suyas pued

pasarles lo mismo. No quiero que nos abandonenclaro, pero me aseguro de que comprendan a qunos enfrentamos.

—Lo ha dejado claro —dijo Prescott—. Solpuedo hablar por mí mismo, pero le aseguro qu

estoy con ustedes.

Page 127: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 127/915

Page 128: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 128/915

credenciales que me refutarían y desacreditaríanTriste pero cierto. Algunos son auténticos lobosHe rebatido muchas teorías suyas, y eso no me hganado exactamente su aprecio. Les encantarí

ponerme la zancadilla. Si continuamos sin Ukkoendremos que ser imbatibles. Tan convincente

que quienes parezcan locos irracionales seaquienes dudan y no nosotros. Eso puede lleva

iempo. El equipo está trabajando en ello y ylegaremos, pero creo que Yanyu e Imala tieneazón: Ukko es nuestro recurso más rápido. S

podemos conseguirlo, seremos imbatibles.Horas después, bien entrada la tarde, Presco

levó aparte a Víctor e Imala.—El personal se queda aquí esta noche. N

parece que vayamos a tener noticias de Ukko hastmañana. Puedo pedirle a alguien que la lleve a s

apartamento, Imala, pero tal vez no sea buena ideaPreferiría que Víctor se quedara aquí, probablemente sería mejor que se quedara usteambién. Tenemos catres de sobra. No so

demasiado cómodos, pero son suyos si lo

quieren.

Page 129: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 129/915

Yanyu los acompañó a dos oficinas contiguaque usaban como almacén. Habían preparado docatres, uno en cada oficina. Yanyu les trajo unalmohada a cada uno, mantas, un equipo de ase

de emergencia y un mono limpio de Juke. Víctoencontró el cuarto de baño al fondo del pasillo, sduchó y se puso el mono. Se sintió como un traidolevándolo puesto, como si de algún mod

estuviera haciendo daño a su familia. Pero lquedaba bien, y era agradable vestir ropa limpiaRegresó a su habitación y se tumbó en el catreTrató de ponerse cómodo, pero no fue capaz ddormir. Contar su experiencia al personal de

aboratorio le había hecho recordar a los suyoueve meses. ¿De verdad había pasado tant

iempo desde la última vez que vio a sus padresLas imágenes del holopad de Yanyu dond

mostraba la destrucción del Cinturón pesabaobre él. Sabía que ninguna de las navedestruidas en Kleopatra podía ser la Cavadora

era imposible que su familia pudiera haber llegadantes que la nave alienígena a la zona interna de

Cinturón. Sin embargo, la mera existencia de l

Page 130: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 130/915

chatarra espacial había desencadenado una oleadde oscuras posibilidades en su mente. ¿Y si lnave alienígena había causado el mismo nivel ddestrucción en el Cinturón de Kuiper? La famili

de Víctor corría a una estación para advertir a lgente de que la nave hormiga iba de camino. ¿Y sas hormigas habían atacado la estación justo ante

de que llegara la Cavadora?

No era la primera vez que Víctor imaginaba lopeores escenarios posibles. No pasaba un dídesde que dejara la Cavadora en que no imaginasun horrible accidente en la nave. Pero siemprecada vez que esos pensamientos lo acometían, l

confianza en su familia siempre le permitía dejade lado sus miedos. Su padre los mantendría alvo, pensaba. Todos trabajarían juntos. Estaría

bien. Eso era lo que hacía la familia. Sobrevivían

Lo habían hecho siempre. Cuando los sistemacríticos fallaban y el peor resultado parecínminente, la familia siempre encontraba un mod

de superarlo. Su padre nunca había fallado en esaspecto. «No debería preocuparme», se decí

iempre. Todavía no. No hasta que tenga motivos

Page 131: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 131/915

Bueno, ahora tenía motivos. Las imágenes de lanaves destruidas en la zona interna del Cinturódaban nueva vida a todos los horribles desenlacemaginados.

Víctor se llevó las manos a los ojos cerradoPor favor, Dios, que estén vivos. Que papá mamá y Mono y Edimar y todos estén vivos.

Se arrebujó en la manta y trató de desecha

aquellos pensamientos. Su padre los mantendría alvo. Nunca les había fallado.Cuando el sueño lo venció, vio cientos d

hormigas reptando por la superficie de lCavadora, abriendo las escotillas y destrozando e

blindaje. Se colaban por los agujeros qupracticaban, amontonándose, pasando unas poencima de otras, avanzando hacia la bodega dcarga, recorriendo los pasillos, hambrienta

decididas, las mandíbulas abiertas, los brazoextendidos, retorciéndose en una repulsiva oleadde cuerpos escurridizos y patas de insectorrumpían por las puertas del puente y se colaba

en el interior, donde sus padres y toda la familia s

acurrucaba en un rincón, asustados, gritando

Page 132: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 132/915

desesperados, los brazos alzados para protegerse

La noticia de la oficina de Ukko llegó a lmañana siguiente mientras Víctor desayunaba co

mala en la sala de observación.—Ha accedido a vernos —dijo Prescott—

Tiene una rueda de prensa esta tarde, y secretaria dice que después nos concederá cinc

minutos.—¿Cinco minutos enteros? —dijo Imala—Vaya, me alegra oír que el destino del mundocupa tanto del precioso tiempo de Ukko Jukes.

—Tenemos suerte de conseguir tanto —observ

Prescott—. Tuve que discutir con su secretaripara que me incluyera en su agenda. Querícitarnos para dentro de dos semanas.

—Puede que para entonces la Luna ya no exista—Eso es lo que le dije. Atrajo su atención.

—¿Le dijo que se trataba de una invasióalienígena? —preguntó Víctor.

—Si lo hubiera hecho se habría reído en mi car habría apagado el holo. La expresión «invasió

alienígena» suena ridícula.

Page 133: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 133/915

—Pero es cierta —dijo Imala.—Solo pude poner el cebo —contestó Presco

—. Le dije que habíamos hecho el mayodescubrimiento científico desde hace siglos y qu

i el señor Jukes lo anunciaba al mundo seríconsiderado un héroe internacional. Eso avivó snterés.

—Si ya tiene una cita con la prensa —dij

Víctor—, deberíamos verlo antes. Así podríamocomunicar el aviso inmediatamente.—Imposible. Para empezar, no es el tip

adecuado de prensa. Son todos periodistaécnicos y blogueros industriales. Ukko va

mostrar algo que la compañía ha estaddesarrollando. Cuando salgamos al mundo conuestra historia tendrá que ser con todos lograndes grupos y redes de noticias. Ukko querr

ofrecer un buen espectáculo. Además, no aceptaracudir a la prensa hoy, aunque nos crea. Primerquerrá más pruebas.

—¿Más pruebas? —dijo Víctor—. ¿Cuántas mánecesita la gente?

—Ukko es cauteloso —respondió Prescott—

Page 134: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 134/915

Querrá pruebas incuestionables por parte de supropios hombres. Las pruebas presentadas por uminero libre tienen poco peso. Las examinará coupa. No pretendo ofenderle. Las cosas son com

on.—Pero ustedes han recopilado pruebas —dij

mala.—Pruebas de naves destruidas —precis

Prescott—. Eso demuestra que ha habido uncidente. No demuestra quién es responsable.—Cinco minutos no es mucho tiempo par

convencerlo —dijo Víctor.—Solo hay que despertar su curiosidad. Cuand

crea que es posible, hará a un lado toda su agend le concederá todo el tiempo del mundo.

Prescott pidió un vehículo y regresaron a luperficie. La oficina de Ukko estaba bajo tierra

dentro del sistema de túneles de Juke, pero a tantdistancia que a Prescott le parecía más rápidvolar hasta la estación de atraque más cercana a loficina y luego recorrer los túneles.

Después del breve vuelo, volvieron a internars

bajo la superficie y entraron en un ala de lo

Page 135: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 135/915

úneles mucho más elegante y brillantementluminada. Allí los suelos eran de madera co

fuertes imanes subyacentes que atraían las grebas es permitían andar normalmente a pesar de la baj

gravedad lunar. Había sillones y sofás de cueroplantas en macetas y arte abstracto, tapices echos en forma de bóveda, enormes esculturas d

hierro extraído en los asteroides de lo má

profundo del Cinturón, todo iluminado por suaveplafones que conferían al ala un aire prestigiosoDentro, la roca lunar había sido tallada emejanza de un arrecife de coral, y anguilas

otras vibrantes criaturas acuáticas de brillante

colores nadaban recorriendo huecos y agujeroapenas más grandes que el puño de Víctor.

Ese lugar, más que ningún otro, lo asqueabaTodo ese dinero, toda esa extravagancia. Allá e

el Cinturón las familias de mineros librerabajaban como esclavos para arrancauficientes terrones para dar de comer a sus hijoolo para que corporaciones como Juke Limitelegaran, les arrebataran su claim y expulsaran a l

familia. ¿Y qué hacían aquellos hijos de puta d

Page 136: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 136/915

uke con ese dinero? Pagaban peceras y escultura  suelos de madera y vivían como reyes en su

palacios mientras la gente honrada pasaba hambre—Son preciosos, ¿verdad?

Víctor se apartó del cristal y se encontró cara cara con una mujer de treinta y tantos añoLlevaba una larga y recatada falda formal y unblusa suelta, y apretaba un holopad contra s

pecho.—Esa es una morena leopardo —dijo, señalanduna anguila con vívidas franjas rojas y manchablancas y negras—. Parecen feroces con ese morr  esos dientes afilados, pero son bastant

nofensivas. Nunca molestan a los humanoprefieren zamparse peces pequeñitos.

—Los grandes se ceban con los pequeños —dijVíctor—. Deben de sentirse como en casa.

Ella lo miró con curiosidad antes de extenderla mano.—Soy Simona, secretaria personal del seño

ukes. Imagino que viene usted con el doctoPrescott. —Señaló la mesa al otro lado de la sala

donde Imala, Yanyu y Prescott estaban habland

Page 137: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 137/915

con la recepcionista.—Hemos venido a ver al señor Jukes —dij

Víctor.Ella examinó su mono de Juke Limited.

—¿Trabaja en el observatorio? No recuerdhaber visto su foto en el archivo.

—No trabajo allí —contestó él simplemente. Ne gustaba que lo cuestionara. Parecía amistosa

pero estaba intentando sonsacarle información.—El doctor Prescott dice que esta noticia suyes el mayor descubrimiento en siglos —dijSimona.

—No exagera.

Un puntito de luz roja en el dorso de su holopadestelló un instante, y entonces Simona miró saparato. Lo pulsó y luego se volvió hacia Víctor.

—Víctor Delgado. Ese es su nombre, ¿verdad

—Volvió la pantalla y le enseñó la foto que eDCL le había hecho al arrestarlo. A su lado estaba foto que ella acababa de tomarle. El program

de reconocimiento facial había unido las dos—Aquí dice que está usted en un centro de retenció

del DCL esperando a ser deportado de vuelta a

Page 138: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 138/915

Cinturón. Pero viendo que está aquí delante, voy uponer que ha conseguido que lo soltaran. —Mir

hacia la mesa. La recepcionista la estabeñalando—. Conozco al doctor Prescott y

Yanyu —continuó—. Pero la otra es un misterio—Señaló su holopad, sacó otra foto y leyó loesultados—. Imala Bootstamp. Actualmentuspendida en el DCL. Esto se vuelve muy curios

por momentos.Prescott y las dos mujeres se acercaron.Simona los saludó, aunque a Víctor su sonrisa l

pareció falta de sinceridad.—Lo han conseguido —dijo—. Bien. La cosa ir

de la siguiente manera: la agenda del señor Jukeestá repleta. Se sentarán al fondo del estudio y nharán ningún ruido durante la presentaciónCuando la holotransmisión haya terminado, e

eñor Jukes se acercará a ustedes. Tendrán cincminutos. Pero antes de continuar, necesito sabecuál es la implicación de estas dos personas. —Señaló a Víctor e Imala.

—Nos llamaron la atención sobre el tema —dij

Prescott.

Page 139: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 139/915

—¿Y cuál es el tema?—Ya hablamos de esto en el holo, Simona

uestro mensaje es para el señor Jukes.Ella señaló a Víctor.

—Este joven tiene un historial penal bastantamplio y podría ser un fugitivo. No voy conducirlo ante el señor Jukes hasta que me lexpliquen. —Se cruzó de brazos y alzó las ceja

esperando que alguien hablara.—Vi algo en el espacio profundo —dijo Vícto—. Allá en el Cinturón de Kuiper. Cogí una navápida para llegar a la Luna y avisar, y m

arrestaron con acusaciones ridículas. Las tiene ah

delante. Puede leerlas usted misma. Eso no hacque mi historia sea falsa.

—¿Qué vio?Víctor miró a los demás. No sabía hasta dónd

legar. Imala le ahorró el dilema.—Sé que solo está haciendo su trabajo, Simon—terció—, pero no tenemos tiempo para esto. Eel Cinturón han muerto miles de personaTenemos pruebas y sabemos por qué. Si no no

leva ante Ukko Jukes y él no hace algo par

Page 140: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 140/915

ayudarnos a alertar al mundo, millones o tal vencluso cientos de millones de terrícolas podríaer los siguientes. Si eso sucede, entonces loupervivientes buscarán los cadáveres de su

esposas e hijos muertos y se preguntarán por quUkko Jukes no hizo algo cuando tuvo loportunidad. ¿Y sabe qué les diremos? Lediremos la verdad. Les diremos que Simona jugó

er la celosa guardiana y nos expulsó porque eocupadísimo Ukko Jukes no tuvo cinco minutopara salvar al mundo.

Simona se quedó mirando a Imala, los labiofruncidos, reflexionando.

—Muy bien —dijo por fin—. Síganme. —Chasqueó los dedos, giró sobre los talones y locondujo por un pasillo tras la mesa de lecepcionista hasta una enorme sala casi vacía.

Las luces estaban apagadas, salvo una serie dfocos que colgaban de un entramado al fondo de lala. Bajo los focos había un gran holocamp

esférico de tres metros de diámetro. Ukko Jukeestaba de pie inmóvil en el centro, mientras un

maquilladora le frotaba la frente con una esponjit

Page 141: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 141/915

blanca. Palabras flotantes corrían en el airdelante de Ukko, que parecía estar silabeando eexto, ensayando.De niño, en la Cavadora, Víctor temía el nombr

de Ukko Jukes. Cada vez que un vigía localizabuna nave Juke en las inmediaciones, Víctor sabíque eso significaba problemas y a veces inclusviolencia. A los cuatro o cinco años, Víctor creí

que Ukko capitaneaba él mismo todas aquellanaves, gritando órdenes desde el puente como uguerrero gigantesco y amenazador. E incluso máarde, cuando Víctor descubrió la verdad de quié

era Ukko Jukes, el mismo nombre siguió teniend

un aire de amenaza y peligro.Pero aquí estaba ahora, más bajo de lo qu

esperaba, con el pelo blanco y algo escaso y unbarba blanca recortada, acompañado por un

mujer que le untaba las mejillas de maquillajeVíctor casi se echó a reír al pensar que habílegado a temer a un hombre semejante.

Simona se llevó un dedo a los labios y locondujo al fondo de la sala, donde había una

illas en la oscuridad. La mayoría estaban vacía

Page 142: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 142/915

pero algunas estaban ocupadas por gente quparecía ayudar con la producción. Víctor ocupó uasiento junto a Imala y esperó. Le molestaba estaallí sentado y ver a esa gente dedicarse a algo ta

nimio. Fuera cual fuese esa producción, carecía dentido comparada con lo que se avecinaba.

Una mujer con cascos y un holopad pidiilencio, y Ukko despidió a la maquilladora con u

brusco gesto con la mano. La mujer se escabullmientras alguien en las sombras iniciaba uncuenta atrás desde diez. Al llegar a cero, undocena de cabezas aparecieron en el holocampdelante de Ukko, todas sonrientes y amables. Ukk

os saludó a todos cordialmente, les dio lagracias por su tiempo, y a continuación el texto dpresentación apareció ante él.

—Hoy es un día especial en la historia d

nuestra organización. Durante los últimoveinticinco años, Juke Limited ha liderado lminería en el espacio, extrayendo cientos dmillones de toneladas de minerales al año ayudando a desarrollar todas las economías de

mundo. Algunos podrían decir que si no está rot

Page 143: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 143/915

mejor no arreglarlo. Pero Juke Limited nuncdejará de innovar. Incansablemente buscamonuevos métodos para que nuestra industria sea máeficiente y más productiva. Hoy les ofrezco un

prueba de eso. Hoy la industria minera espacial dun revolucionario salto adelante.

Junto a él, en el aire, apareció un retratfamiliar: un padre, una madre y tres niño

pequeños, todos sentados bajo un árbol onriendo a la cámara.—Pregúntense, ¿cuál es el recurso que má

desperdiciamos en el espacio? ¿Es el oxígeno? ¿Ecombustible?... No. Es el tiempo. Desperdiciamo

millones de horas humanas buscando asteroideviables. Cada una de nuestras naves prospectivaiene una tripulación de diez a veinte hombres

mujeres que pasan meses en el espacio, a menud

con poco o nada que conseguir. Eso se traduce eiempo perdido con sus cónyuges e hijos. Lo qunecesitamos es un modo más cómodo, más rápid  menos caro de determinar el contenido e

minerales de un asteroide. ¿Está lleno de rico

metales ferromagnéticos? ¿O es una roca si

Page 144: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 144/915

Page 145: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 145/915

asteroide, el Vanguard   podrá determinar econtenido mineral aproximado de este. Lnformación se transmitirá entonces a Juke. Si e

contenido mineral es lo bastante alto y el asteroid

o bastante grande, se enviará una cuadrilla dmineros para la extracción inmediata del mineral.

Las cabezas flotantes del holocampo empezaroa hacer preguntas. Según las iban haciendo, Ukk

acercaba la cabeza y la ampliaba. ¿Con qucombustible operaba? ¿Cuánto estaría efuncionamiento? ¿Cómo se vuela con seguridapor control remoto si hay un desfase de tiempentre el Vanguard   y el cuartel general? ¿Qu

ucederá con todas las cuadrillas prospectivas¿Se quedará esa gente sin trabajo?

Ukko respondió con habilidad todas lapreguntas, como si las esperara. No, las cuadrilla

no perderían su trabajo. Los drones aumentarían edescubrimiento de minerales y por tantaumentarían la necesidad de cuadrillas mineraTodos esos empleados serían destinados a navemineras.

Bueno, ¿no desmontaba eso todo el argumento d

Page 146: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 146/915

«ahorrar tiempo»?, quiso preguntar Víctor. ¿Cómbas a darle más tiempo a la gente para qu

estuviera con papá querido si los vas pasando duna nave a otra y los mantienes el mismo tiempo e

el espacio?Pero ninguno de los periodistas pareció advert

ese detalle. Los datos técnicos y el potencial deficacia aumentado los tenían prácticament

alivando. Para cuando terminaron las preguntaodos los periodistas aplaudieron con entusiasmoUkko les dio las gracias por su tiempo, leprometió paquetes con más datos y fotos para suartículos, y se despidió de ellos.

Cuando el último periodista se apagó, eholocampo desapareció, las luces de la sala sencendieron y el pequeño equipo de producciócorrió a felicitar a Ukko. Él tomó la botella d

agua que le ofrecían y dio un largo tragognorando los halagos. Cuando Simona se acercó e susurró al oído, Ukko se detuvo, escuchó y mir

en dirección a Víctor. Un momento más tardSimona sacaba al equipo de producción de la sala

Cuando estuvieron a solas, Ukko sonrió, s

Page 147: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 147/915

acercó a Prescott y le puso una mano en el hombro—Richard, qué maravillosa sorpresa. No te h

visto desde la Expo de Espacio Profundo. Esperque Linda esté bien.

—Sí, señor. Gracias por preguntarlo.Ukko continuó saludando. Sin mirar el braz

derecho lisiado de Yanyu ni dar ningunndicación de que lo había advertido, ofreció l

mano izquierda, que era la mano que ella preferípara saludar a la gente.—Y Yanyu —dijo sonriendo afectuosamente—

una de nuestras valiosas ayudantes de posgradoSolo oigo cosas buenas de todo lo que está

haciendo por nosotros en el laboratorio. Sigue asSiempre habrá un lugar en Juke para los mejores más inteligentes. O como mi equipo de finanzas lolama, «productores de beneficios». —Hizo u

guiño y siguió adelante.Ukko se volvió hacia Imala y no pareciorprendido de verla. Cogió amablemente su man

entre las suyas.—Imala Bootstamp. La última vez que hablamo

creo que rechazó mi generosa oferta de trabajo.

Page 148: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 148/915

En el DCL, Imala se había enterado de que loauditores recibían dinero en negro por parte duke Limited por ignorar las evasiones dmpuestos y tarifas de la compañía. Ukko le habí

ofrecido un puesto para silenciar el escándalopero Imala lo rechazó y replicó con unas cuantaobservaciones agudas.

—Lleva un mono de trabajo de Juke, Imala. Y

viene acompañada por mis científicos. Me sientconfundido. ¿Qué podía despertar el interés deDepartamento de Aduanas y de dos de mis mejoreastrofísicos?

—Un asunto de interés mutuo.

—Está claro. Y dígame, Imala, ¿cómo van lacosas en Aduanas? ¿Lamenta haber rechazado moferta?

—Ya no estoy en Aduanas, señor Jukes. A

menos eso creo. Me dieron de baja administrativapero después de los acontecimientos de ayeospecho que me han dado la patad

definitivamente.—Lamento oír eso. Debe de acabar con est

costumbre de ser despedida, Imala. Su currículu

Page 149: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 149/915

va a convertirse en una lista de despidos. Espondrá nerviosos a quienes quieran contratarla.

Víctor notó que Ukko estaba disfrutando.—Si puedo hacer algo para ayudar —añadi

Ukko—, dar referencias quizás, hágaselo saber Simona. Me gustaría pensar que mi opinióodavía tiene algo de peso en el mundo.

—Qué ofrecimiento tan generoso por su parte

Estoy segura de que estará ansioso por comentarla otros lo que opina de mí.—En efecto.

Se quedaron mirándose un instante, ambomanteniendo una máscara de amabilidad. Ukk

finalmente desvió la mirada y se volvió haciVíctor, ofreciéndole la mano.

—¿Y quién es este apuesto joven?—Víctor Delgado.

—Encantado de conocerle, Víctor. ¿Está en mnómina, o esto es también un préstamo? —Señalel mono.

—Un préstamo. En realidad soy minero libre.Ukko alzó una ceja.

—¿Minero libre? Interesante. Las sorpresas n

Page 150: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 150/915

cesan. Dígame, ¿pertenece a algún clan que yconozca?

—Solo tenemos una nave. Mi familia no es lbastante grande para ser considerada un clan.

—Comprendo.—Trabajamos en el Cinturón de Kuiper. Nuestr

nave se llama Cavadora.—Un nombre español.

—Somos venezolanos.—Un nombre adecuado para una nave minera. ECinturón de Kuiper, dice. Pero está muy lejos dcasa, ¿no?

—Podríamos decir que sí.

—Yo nunca he estado en esas profundidadesSinceramente, nunca le he visto el atractivo.

—Hay menos corporaciones —dijo Víctor—Eso es lo que hace que sea tan atractivo. M

familia trabajaba en el Cinturón de Asteroidespero las naves Juke nos empujaban tan a menudque ya no pudimos sobrevivir allí. Es difícganarse la vida, señor Jukes, cuando alguien toba continuamente los pozos mineros.

Simona se envaró. La expresión de Ukko n

Page 151: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 151/915

varió.—Sí, bueno, lamento oír que su familia lo h

pasado mal. Me alegra saber que les va mejor eel espacio profundo.

—No he dicho que nos fuera mejor, señor Jukeso es así. Nos iba mejor, pero entonces su hij

Lem nos echó de un asteroide, estropeó nuestrnave y mató a un miembro de nuestra tripulación.

—Víctor —protestó Imala—. No hemos venidpara eso.La sonrisa desapareció del rostro de Ukko

Dirigió una mirada a Simona, que tenía los ojoabiertos de par en par por la sorpresa.

—Le aseguro, señor Jukes, que no sé de qué esthablando este hombre.

—¿Qué demonios es esto? —dijo Ukkovolviéndose hacia Prescott.

Prescott abrió la boca para responder, perUkko se volvió de nuevo hacia Víctor.—¿Qué sabe de mi hijo? ¿Se trata de algú

ntento de chantaje?—¡Marcus! —dijo Simona.

Un guardaespaldas entró en la sala. Ukko alz

Page 152: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 152/915

una mano, deteniéndolo, perforando ahora con lmirada a Víctor.

—Tienes tres segundos para explicartemuchacho, o no te gustará cómo acabará est

conversación.—De tal palo tal astilla —dijo Víctor. La

palabras brotaron de él impulsivamente.Las mejillas de Ukko se ruborizaron y s

expresión se endureció.—Los chupadores de rocas sois todos igualePaganos ignorantes y pomposos.

—Esto no nos está ayudado en nada, Víctor —ntervino Prescott—. Lo necesitamos.

Víctor miró a Prescott, consideró sus palabraesopló y se volvió de nuevo hacia Ukko.

—No hemos venido a hablar de su hijo. Hemovenido a discutir...

—Al demonio con lo que hayáis venido discutir —dijo Ukko—. Si mencionas a mi hijoexplícate.

—Bien. Hace unos diez meses, la nave de su hijempujó a la nuestra durante nuestro período d

ueño, cortó nuestras líneas de anclaje y no

Page 153: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 153/915

expulsó de una roca. Uno de sus láseres cortó uensor externo, que golpeó y mató a mi tío.—Eso es mentira.—No es ninguna mentira. Sucedió justo delant

de mis narices.Ukko sacudió la cabeza.

—Mi hijo no os empujaría. No tenía ningúmotivo para hacerlo. No está en una misió

minera. Si por un momento piensas que puedeacarme dinero con una historia inventada...—Puedo describir la nave —dijo Víctor—

Estaba haciendo un paseo espacial cuando nogolpeó. Me golpeó a mí también. Le eché un bue

vistazo.—Cualquiera con acceso a los archivos de vuel

aquí en la Luna podría averiguar en qué tipo dnave está mi hijo. Eso no demuestra nada. —Di

un paso hacia Víctor, la sonrisa ácida—. ¿Creeque eres el primer destripaterrones que intentchantajearme?

Víctor no cedió, aunque se dio cuenta de lncreíblemente estúpido que estaba siendo. S

perdían a Ukko como aliado, o peor aún, si l

Page 154: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 154/915

convertían en su enemigo, nunca lograrían difundel aviso a tiempo.

—Si no me cree —dijo—, puede preguntarle él cuando regrese a la Luna. Suponiendo que n

esté muerto ya.El color desapareció del rostro de Ukko.—¿Qué estás diciendo? ¿Amenazas a mi hijo?—No estoy amenazando a nadie, señor Juke

Pero hay algo ahí fuera que sí. Lo mismo que hamenazado a todas las naves del Cinturón y hdestruido a un buen número de ellas. Por esestamos aquí. Sé qué es lo que está causando lnterferencia. Y si no nos ayuda usted a hacer alg

pronto, a todos nos espera un mundo de dolor desolación.

Page 155: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 155/915

5

Mazer 

El teniente Mazer Rackham cruzó corriendo lpista hacia donde esperaba el HERC y saltó aasiento del copiloto. Eran las tres de la mañana, una capa de nubes que flotaba sobre el mar dTasmania había cubierto la Luna y dejado a

campamento militar Papakura sumido en unoscuridad casi total. Mazer se puso el casco conectó su VCA mientras los otros tres miembrode su unidad subían a bordo y hacían lo propio. U

holo del HERC apareció en el aire ante éalpicado de puntos intermitentes. Seis meses atráel equipo había tardado diez minutos en establecea secuencia de prevuelo. Ahora podían hacerlo e

veintisiete segundos.

Mazer parpadeó para dar las órdenes a fin d

Page 156: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 156/915

niciar la secuencia y vio que Reinhardt, el pilotohacía lo mismo. ¿Aviónica? Comprobado¿Espolones de carga? Comprobado. ¿Lentegravitatorias? Comprobado.

El HERC (o helicóptero de recuperación dequipo pesado) era un recogedor, un aparato dvuelo bajo diseñado para internarse en territorihostil con la misión de recoger tropas, vehículos

uministros y salir de allí lo más rápido posibleComo se empleaba principalmente para labores dextracción y no de combate directo, no ibdemasiado armado. Sin embargo, lo que le faltaben grandes cañones lo compensaba con s

blindaje. En la base bromeaban diciendo que uanque y un helicóptero habían hecho guarrerías eos matorrales y el HERC había salido nuev

meses más tarde.

Sin embargo, llamar al HERC un simple tanquvolante era un insulto a su diseño. Creado por JukLimited, era el mejor aparato gravitatorio quusaba lentes para desviar las ondas de gravedade la Tierra y envolverlas a su alrededor. La

entes no eran mecánicas como las de cristal qu

Page 157: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 157/915

efractaban la luz, sino más bien campos creadopor un punto central. Ajustando la forma decampo, controlaba la dirección en que senfocaban o se desviaban las ondas gravitatoria

El resultado era que el aparato sufría menogravedad. Flotaba. Volaba sin aspas. Y como laentes de gravedad se ajustaban continuament

para mantener la verticalidad sobre la superfici

de la Tierra, todo lo que hacía falta para que eHERC se impulsara era un medio de propulsiónque proporcionaba el motor jet trasero.

No obstante, eran necesarios unos ordenadoremuy potentes para ajustar continuamente l

dirección, foco y fuerza de las lentes de gravedadY los ordenadores, cuando se los zarandeaba ecombate, tenían tendencia a fallar. Como medidde emergencia, por si las lentes cedían y el aparat

caía como una piedra, Juke Limited habínstalado aspas también. Cuando no se usaban, laaspas se plegaban en una sola que se extendíhacia atrás en paralelo al fuselaje central, como fueran alas de cucaracha. Podían desplegarse e

0,3 segundos, lo cual, en grandes alturas, er

Page 158: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 158/915

iempo más que suficiente para mantener al HERen el aire. Pero como el HERC era casexclusivamente un aparato que volaba bajo, a nmás de unos veinte metros por encima de lo

árboles, para evitar ser detectado por el enemigoas aspas de emergencia no se desplegarían luficientemente rápido para salvar a la tripulación

En todo caso, simplemente reducirían el impacto

E incluso entonces harían más mal que bienCuando golpearan el suelo los efectos de torsióde las aspas volcarían el aparato o intentaríaclavarlo en el suelo. Casi era mejor desplegar loenormes paracaídas de emergencia, mantener la

aspas desconectadas y rezar para que los airbage salvaran la vida.

Mazer trató de no pensar en estrellarse y sconcentró en la misión que los ocupaba. La orde

había llegado directamente del Departamento dDefensa hacía seis meses. El NZSAS, o ServiciAéreo Especial de Nueva Zelanda, la rama de lafuerzas especiales de los militares kiwi destinadoen Auckland del Sur, tenía que someter al HERC

una rigurosa serie de pruebas de campo par

Page 159: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 159/915

determinar la capacidad de combate del aparato.Mazer había sido nombrado líder del equipo

algo que había supuesto toda una sorpresa. Carecíde formación como piloto de pruebas, y llevab

menos de dos años con el NZSAS. Por lo quabía, había una fila de hombres de un kilómetr

de largo que estaban más cualificados.—No dejes que se te suba a la cabeza —le habí

dicho Reinhardt—. Cuando el coronel asigna estipo de misiones, no significa que te aprecieSignifica que eres sacrificable. ¿Crees que quiereque sus mejores tipos mueran en los campos dpruebas? Demonios, no. Quieren que nosotros le

ahorremos el trabajo. Somos conejillos de IndiaRackham. Dummies para choques. Los últimomonos de la jerarquía.

Era una broma, naturalmente. No habí

erarquías en el NZSAS. Todos eran igualeHabía cadenas de mando, sí, pero nadie imponíu rango o se escaqueaba de las misiones molesta

cargándoselas a los novatos. En la unidad, ningúrabajo era indigno para ningún soldado. Si habí

que cavar una letrina, el coronel Napatu agarrab

Page 160: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 160/915

una pala igual que todos los demás.—Comprobado y despejado —dijo Reinhard

erminando la secuencia de prevuelo.—Comprobado y despejado —repitió Mazer.

Tras la cabina, Patu golpeó dos veces en el suelcon la culata de su fusil.

—Pongámonos en marcha y acabemos con estde una vez. Llevo treinta y seis horas sin dormir.

Junto a ella, Fatani cerró los ojos y apoyó lcabeza en el reposacabezas.—Tampoco nosotros hemos dormido, Patu

Todos necesitamos nuestro baño de belleza. —Fatani era ciento veinte kilos de músculo polinesi

  más de dos metros de altura. Las correas deguridad sobre su pecho estaban extendidas a

máximo, pero incluso así le quedaban justas.—¿Tú intentando un baño de belleza, Fatani? —

preguntó Reinhardt con sorpresa fingida—. Debede sufrir insomnio severo.—Tú búrlate, Reinhardt. Ya veremos cuánto t

íes cuando deje caer tu flaco culo desde lo alto desta bañera a trescientos veinte kilómetros po

hora.

Page 161: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 161/915

—Solo te matarías. Estos pájaros sueleestrellarse sin piloto.

—Sé pilotar tan bien como tú.—Claro, y para cuando llegases hasta est

asiento ya te habrías estrellado contra el suelo.—Entonces moriría con una sonrisa en la cara

abiendo que tú habías muerto antes.—Ya vale de testosterona —dijo Patu—

¿Podemos irnos ya, por favor?—Río Azul, Río Azul —dijo Mazer a su casc—. Aquí Liebre. Despejados y listos para volarcambio.

—Roger, Liebre —respondió la radio—. Podéi

despegar. Código de secuencia de la misión: limango cuatro cero siete foxtrot, cambio.Mazer introdujo el código en su VCA y repitió l

ecuencia al controlador. Aparecieron ventanas d

datos mientras el ordenador aceptaba el código abría el archivo de la misión. Mazer parpadeó lorden para enviar los archivos a los demás. Ueloj en la esquina derecha de su VCA empezó

contar los segundos desde cero. Al parecer, er

una misión cronometrada.

Page 162: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 162/915

Reinhardt arrancó el motor trasero, y Mazer nota familiar sensación mareante en el estómag

cuando el HERC se abalanzó sobre la pista y sdirigió al norte. Se sobrepuso a la sensación y s

concentró en los datos.—El objetivo es latitud negativo treinta y siet

grados, cero minutos, veintiuno coma siete sietdos dos segundos. Longitud ciento sesenta y cinc

grados, diez minutos, treinta y siete punto cincuno seis dos segundos.—Coordenadas confirmadas —dijo Patu.—Identifica el objetivo —dijo Fatani.El HERC se alzó otros quince metros mientras s

acercaban a la línea de árboles, dirigiéndose a lamontañas de la cordillera Hunua y dejando atrás eaeródromo. Por instinto, Mazer apoyó una mano eel panel de instrumentos para sujetarse.

—El objetivo es un AT-90 Copperhead. Doripulantes. Ambos gravemente heridos.Los Copperheads eran tanques de asalto co

uficiente potencia de fuego para arrasar unciudad pequeña. También eran ridículament

pesados y difíciles de manejar debido a su diseñ

Page 163: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 163/915

ancho y plano.—¿A quién le toca el turno de hacer de médico

—preguntó Fatani.—A ti —respondió Patu—. Y no pidas que t

ustituya. Curé y puse vendas a los dos últimogrupos.

—Será mejor que no sangren —dijo Fatani—Odio a los que sangran.

Para las pruebas de campo y ejercicios de guerrcomo este, los del NZSAS usaban maniquíes dgoma para representar las bajas. Mazer y sunidad tenían que tratar a los maniquíes comoldados de verdad y administrar primero

auxilios como parte del ejercicio. Los quangraban eran los peores. Cargados de pegajos

pintura roja, luego había que estar de dos a trehoras lavándose y ponían a todo el mundo de ma

humor.El tanque Copperhead sería también falsoProbablemente un autobús calcinado o un ATVacado de un desguace y cargado con suficient

peso para parecer un Copperhead. El coronel n

utilizaría uno de verdad, arriesgándose a dañarlo.

Page 164: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 164/915

—¿De qué va el rollo, teniente? —preguntReinhardt—. ¿Esta operación es un examen final algo? ¿Por qué tanto secretismo?

—Ni idea —respondió Mazer—. El coronel dij

que estuviéramos listos para volar a las 0300, que entonces nos darían las órdenes.

—Me parece raro —dijo Fatani—. Normalmentomos los que diseñan las pruebas de campo. Y

ahora de repente el coronel lo hace por nosotroingún informe previo. Ninguna preparación. Solubir a bordo y esperar las órdenes.

—El combate no es diferente —dijo Patu—Para mí tiene todo el sentido del mundo. Lo

efazos quieren ver cómo se comporta el HERcuando no controlamos todas las variablePensadlo. Antes de hacer una prueba, lo decidimoodo. Adónde vuela, qué tiempo hace, dónde est

el enemigo, cuáles son sus capacidades. Pero ¿quequipo en combate real va a tener todos esodatos?

—Al menos los pilotos deberían saber quiempo va a hacer —observó Reinhardt—. Es l

primero que te enseñan en la escuela de vuelo

Page 165: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 165/915

Cuando los limpiaparabrisas se mueven, es questá lloviendo fuera.

—Eres tronchante —dijo Patu.—Solo estoy diciendo —insistió Fatani— que s

esto es una especie de examen, habría estado bieaberlo con antelación.—Tiene que serlo —dijo Patu—. Por eso no no

han dejado dormir. Quieren saber si unos piloto

agotados volando con datos limitados puedeealizar una misión con un HERC.—Si ese es el caso, entonces nos está

evaluando a nosotros tanto como al HERC —dijFatani.

—No importa —repuso Mazer—. Haremos lque hacemos siempre. Recoger el objetivo raerlo a casa.

La naturaleza secreta de la misión no molestab

a Mazer. Estaba acostumbrado a pruebapsicológicas esporádicas como esa: era algpropio de las fuerzas especiales. Alguien te hacícorrer hasta el borde del agotamiento y luego tnegaba el agua y te mantenía en pie durante otra

veinticuatro horas. O jugaban con tu cabeza de otr

Page 166: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 166/915

forma, aislándote, o soltándote en mitad de ningunparte con una venda en los ojos para quegresaras a la base usando solo los otroentidos. Comparadas con esas pruebas, est

misión sorpresa con el HERC era pan comido.En el VCA de Mazer apareció un mensaje.

—Territorio hostil en tres punto cuatrkilómetros —anunció.

Y al siguiente segundo se produjo un destello una explosión cuando una bengala explotó a tremetros de la cabina. Las bengalas se usaban commisiles superficie-aire (o STA) en los juegos dguerra. No era más que exhibición, sin metralla

pero de cualquier forma sobresaltó a todos.—¡Joder! —dijo Reinhardt, empujando la barr

de control hacia delante y lanzando al HERC a udescenso que les volteó los estómagos.

—¡Eh! —dijo Patu, chocando contra su asient—. Cuidado con las picadas.Mazer se agarró a la barra de la ventana y trat

de concentrarse en los datos de su VCA.—Yo diría que tenemos mala información —

comentó Reinhardt—. Ya estamos en territori

Page 167: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 167/915

hostil.Dos explosiones más iluminaron el ciel

nocturno, una a cada lado del aparato.—¡Fatani! —gritó Mazer.

—Ya voy, ya voy.Una sección del suelo bajo Fatani se deslizó

evelando la cabina del artillero bajo el HERCFatani manipuló el joystick de su asiento y bajó

con asiento y todo. Las montañas densamentarboladas de la cordillera Hunua corrieron bajél, las copas de los árboles apenas visibles en loscuridad. Fatani hizo un último ajuste, y el garfiuperior de su asiento se encajó en la montur

giratoria, suspendiéndolo en su lugar y dándole lposibilidad de girar y maniobrar en cualquiedirección. Una ventanita en el VCA de Mazer lmostró el punto de vista de Fatani, y por eso pud

ver cómo la culata del cañón láser se colocaba eposición y se fijaba en el arnés pectoral de scamarada.

—¡Listo! —gritó Fatani.—Localizando objetivos —dijo Mazer.

Más STA falsos estallaban alrededor, y Fatan

Page 168: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 168/915

os fue borrando del cielo antes de que labengalas pudieran explotar.

—Los jefazos están invirtiendo una pasta gansen esta operación —dijo Reinhardt.

Mazer estaba pensando lo mismo. Esas montañaeran el patio de juego para los ejercicios del SAdesde hacía tiempo, pero nunca había oído hablade ningún equipo que hubiera tenido que soporta

anta tensión en un único juego de guerra.El fuego de las trazadoras se dibujó en el cielpor el nordeste. Las brillantes balas de pinturpasaron zumbando junto al parabrisas, sin alcanzapor los pelos al HERC. Fatani localizó la fuent

medio segundo más tarde, alcanzó el cañórazador con el láser y dejó inoperativo el cañó

de tierra. Mazer vio los otros tres cañonerazadores en su VCA justo antes de qu

dispararan. Parpadeó indicándolos como objetivopara Fatani, y el asiento de la cabina de artillergiró y se balanceó a ritmo vertiginoso mientraFatani disparaba varias veces. Reinharddescendió más, oscilando a izquierda y derech

para evitar las trazadoras, volando a pocos metro

Page 169: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 169/915

por encima de los árboles.—No olvides que estoy aquí abajo —dijo Fatan

—. Esos pinos me arrancarán las botas si siguedescendiendo.

—Relájate —contestó Reinhardt—. Si chocamocontra un árbol te convertirás tan rápido egelatina humana que no sentirás nada.

Durante tres kilómetros más esquivaron

maniobraron y eliminaron trazadoras y STA. Patiguió maldiciendo a Reinhardt por sacudirloanto y casi matarlos a todos. Mazer empezaba

estar de acuerdo: las píldoras contra el mareenían un efecto limitado.

Entonces el HERC remontó una colina y lvieron, allá en el valle sin árboles, no un vehículde desecho que fingía ser un tanque Copperheadino un Copperhead de verdad. Todavía má

extraño, recibía un intenso bombardeo desde línea de árboles al norte.Patu y Fatani respondieron sin vacilación

cubriendo con sus disparos los árboles. Loáseres eran inofensivos, nada más que un jueg

para marcar, pero todos se tomaron el ejercicio ta

Page 170: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 170/915

en serio como si fuera un combate real.—Llévanos junto al tanque —pidió Mazer.

Una andanada de balas alcanzó al HERC ebotó en su blindaje mientras Reinhardt lo

colocaba en posición sobre el tanque. Como laentes de gravedad no tenían efecto en nada de l

que hubiera bajo el HERC, sino solo en lo quenía encima, el tanque ni se movió. Del vientr

del HERC, a cada lado de la cabina del artillerocayeron gruesas barras amortiguadoras parmpedir que resultara aplastado por la carga.—Barras en posición —anunció Fatani.

—Iniciando espolones de carga —inform

Mazer. Parpadeó la orden, y los enormeespolones a cada lado del HERC se extendierohacia fuera desplegándose. Había tres espolones cada lado, hojas en forma de garfio con un grues

almohadillado de goma en los filos. Mazeextendió las manos en el holocampo que tenídelante, en el salpicadero. Los espoloneespondieron a los gestos de sus manos, avanzand actuando como si fueran garras que envolviero

al tanque y lo levantaron del suelo. Reinhard

Page 171: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 171/915

compensó con las lentes de gravedad y de repentel tanque estuvo en el aire.

—Asegurando la carga —dijo Mazeparpadeando la orden. Bajo el tanque, lo

espolones opuestos se extendieron más hasta qulegaron a tocarse y se cerraron.

El fuego enemigo que llegaba desde los árbolehabía cesado ya, pero Patu continuó disparand

para cubrirlos mientras el HERC viraba hacia eur y se dirigía a casa.Fatani y su asiento se alzaron y regresaron a s

posición original. Entonces soltó el arnés deguridad y el cable de su chaleco y se levantó de

asiento. Sujetándose contra la pared, pulsó lorden para replegar la cabina, cuyas secciones dcristal se separaron y se retiraron, dejando uagujero en mitad del suelo del HERC. La escotill

del techo del Copperhead quedó a dos metros podebajo. Fatani se volvió hacia Patu y gritó poencima del rugido del viento.

—¿Seguro que no quieres hacerte cargo de loheridos?

—Afirmativo. No querría privarte de l

Page 172: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 172/915

oportunidad de alardear de tus maravillosahabilidades médicas.

Fatani suspiró.—Ojalá no sean de los que sangran.

Se colocó encima del agujero y usó ecabestrante para bajar por la escotilla.

Mazer contempló las imágenes que llegabadesde la cámara del casco de Fatani mientras e

hombre abría la escotilla y bajaba hasta el tanqueDentro no había nadie sangrando. Ni siquiera eramaniquíes. Había dos hombres vivos, ambos cocascos de seguridad y grueso acolchado. Mazer neconoció a ninguno. Uno llevaba un traje d

chaqueta, y el otro un uniforme pardo desconocido—Sargento Fatani —dijo el del traje—. M

alegro de verle. Estaba diciéndole al capitáShenzu que es usted el mejor artillero del NZSAS

Meritoriamente, Fatani respondió con un silencimodesto. El riguroso entrenamiento y la cabezfría servían para esas situaciones.

—¿Alguno de ustedes está herido? —preguntó.El hombre del traje soltó una risita y agitó un

mano.

Page 173: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 173/915

—No, no. Estamos bien. Hicimos que el coroneapatu transmitiera esos datos para que viniera

ustedes aquí y nos sacaran. ¿Subimos? Al capitáShenzu le gustaría ver la cabina.

—Naturalmente —dijo Fatani, como si fuera lpetición más natural del mundo.

Menos de un minuto después, Fatani habíodeado los pechos de los dos hombres con la

correas de rescate. Entonces puso cuidadosamenten marcha el cabestrante y los subió al HERC. Aesas alturas, Mazer se había levantado del asientdel copiloto y echó una mano para subirlos a lcabina.

—Teniente Mazer Rackham —dijo el hombrdel traje—. Es un honor conocerle. Espero qunuestro pequeño Hércules haya cumplido suexpectativas.

Su acento era europeo, pero Mazer no logrituarlo.—Parece que nos conoce a todos, señor. Si

embargo, nosotros no tenemos el honor dconocerle a usted.

—Mis disculpas. —Extendió una mano—

Page 174: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 174/915

Heinrich Burnzel. Ventas globales. Juke Limited.¿Un vendedor? Eso se estaba volviendo cada ve

más extraño.—Y este es el capitán Shenzu del Ejércit

Popular de Liberación —añadió Burnzel—. Uoficial muy respetado del ejército chino.

Shenzu hizo una leve reverencia y estrechó lmano de Mazer.

—Un vuelo muy impresionante, teniente. Vimooda la maniobra en el holopad del señor Burnze—Su inglés era intachable y carente del menoacento.

Burnzel fue todo sonrisas mientras alzaba s

holopad como prueba.—El teniente Reinhardt es nuestro piloto —dij

Mazer—, pero me encargaré de transmitirle sualabanzas. Por favor, ¿no quieren sentarse? Lo

arneses de seguridad están en los asientoeyectables. Deberíamos tener un vuelo siobresaltos, pero agradecería que se sujetara

como medida de precaución.—Naturalmente —dijo Burnzel, la sonris

pegada todavía en su rostro. Se sentó y empezó

Page 175: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 175/915

abrocharse las correas—. Esperábamos tambiéque pudieran demostrarle al capitán Shenzu lápido que podía ir el HERC con una carg

pesada.

—¿Cómo dice?—Oh, ya sabe. Háganos una pequeñ

demostración, teniente. Revolotee sobre el valldurante unos minutos. Impresiónenos. Pero si

hacer looping —dijo con una risita—. Dé uvuelco y perdamos antigravedad. —Entonces sio como si ese fuera el chiste más divertido e

mundo.Fatani ya había vuelto al interior del HERC

Mazer y él intercambiaron una mirada, y Fatani sencogió de hombros. Mazer pulsó la orden parcerrar el agujero del suelo y regresó a su puesto dcopiloto.

—¿Quieres decirme qué está pasando? —preguntó Reinhardt entre dientes.—Voy a averiguarlo —dijo Mazer. Colocó en su

itio el visor del casco—. Río Azul, Río AzuAquí Liebre. Objetivo asegurado y en el aire

cambio.

Page 176: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 176/915

Esta vez la voz en la radio fue la del coroneapatu:—Liebre, aquí Río Azul. ¿Han asegurado a lo

pasajeros?

—Afirmativo. Recuperados y asegurados en lcabina, señor.

—Bien. No los sacudan demasiado. Tráiganlocon calma.

—Piden que les dé un poco de caña, señoQuieren espectáculo.—Negativo. Tráiganlos despacio. No vamos

nclinarnos ante un capullo corporativo más de lmprescindible.

 —¿Una demostración de ventas? —dijReinhardt. Patu, Fatani, Mazer y él se encontrabaen el despacho de Napatu, todavía con suuniformes de vuelo—. ¿La misión era undemostración de ventas?

—Los chinos están interesados en el HERC —dijo el coronel Napatu—. Querían verlo en accióantes de cerrar ningún trato con Juke Limited.

—¿Desde cuándo hace el SAS demostracione

Page 177: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 177/915

para los chinos? —repuso Reinhardt—. Mire, npretendo ofender, señor, pero pasamos un ratduro ahí fuera. Nada más que bengalas, sí, perodos nos tomamos esta operación bastante e

erio. Tuve que volar como un abejorro parevitar esas baterías. Podríamos haber enterrado epájaro contra la falda de una montaña. ¿Y parqué? ¿Para alardear ante un capitán chino y un jef

de ventas trajeado que intenta cubrir su cuotmensual? Perdóneme por decirlo, señor, pero todeste asunto me parece una negligencia increíble.

Napatu se acomodó en su asiento, cruzó lamanos sobre el estómago y ladeó la cabeza.

—¿Ha terminado, teniente?Reinhardt se irguió y retrocedió un paso, la

mejillas coloradas. Unió las manos a su espalda eposición de descanso.

—Sí, señor. Perdón por hablar con franquezaeñor.—Como creo que tiene razón por estar molesto

perdonaré esa franqueza, teniente. Pero lecuerdo que un oficial del SAS sujeta la lengu

gual que sujeta un fusil, sobre todo cuando s

Page 178: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 178/915

dirige a un superior.—Sí, señor. Le pido disculpas, señor.El coronel suspiró y se balanceó en su silla u

momento.

—Siéntense todos. No me gusta verlos de pie desa forma.

Mazer y los demás se sentaron en los sillones el sofá situados frente al escritorio de Napatu, qu

apoyó los codos sobre la mesa y se frotó los ojougiriendo que estaba tan falto de sueño comodos.

—Me encantaría que todos ustedes creyeran quel SAS es inmune a la mierda burocrática qu

asola al resto del ejército —dijo—. Y mencantaría que creyeran que yo, como comandanten jefe de esta unidad, tengo autoridad para decirlal Departamento de Defensa dónde pueden meters

odas esas órdenes estúpidas que tan a menudo noechan encima. Pero como todos ustedes hacualificado bien alto en inteligencia, saben quambas aseveraciones son falsas.

Se acomodó en su asiento.

—El hecho es que somos una rama del ejércit

Page 179: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 179/915

neozelandés, y cuando recibimos órdenes lacumplimos. Ese es nuestro deber. No cuestionamoesas órdenes. No expresamos en voz alta nuestrdesaprobación. Obedecemos. Este asunto con e

HERC vino directamente del general Gresham. Mlamó en persona hace dos días. Sus órdene

fueron claras. Darle a este capitán chino y aepresentante de ventas de Juke un bue

espectáculo. Supuse que querrían ver al HERC daun par de saltos por la pista. De eso nada, dijo egeneral. Tenía que coordinar una extracción dvehículo pesado total. Mucho ruido, muchpilotaje arriesgado, y los dos invitados de hono

esperando dentro del Copperhead. Esa fue spetición explícita. No querían observar. Queríaexperimentar.

Suspiró y se frotó de nuevo los ojos.

—Como pueden comprender, expresé mipreocupaciones en lo referido a seguridad esponsabilidad. Lo último que necesita este paí

es que un oficial chino muera siendo nuestrvisitante. Se vería maravilloso en las redes d

noticias. Pero mis objeciones fueron ignorada

Page 180: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 180/915

Tenía que cumplir las órdenes al pie de la letraTampoco podía informar al equipo extractor decarácter único de su misión. Aunque acepto quodos ustedes recibieron un montón de sacudida

ni por un momento sentí la menor preocupaciónReinhardt puede darle lecciones a cualquier otrpiloto de esta unidad.

—Gracias, señor.

—Te está alabando el ego para que no te cabreecon él —dijo Patu.—Me avergüenza admitir que funciona —sonri

Reinhardt.—¿De qué iba esto, señor? —preguntó Mazer—

¿Por qué está implicado el SAS en una venta a lochinos? Si Juke quería exhibir el HERC, ¿por quno en sus propias instalaciones? Nuestro HERC nes el único que existe. ¿Por qué traer aquí a lo

chinos?—Por varios motivos. Primero, los pilotos duke no son tan buenos como ustedes. No les esto

dando coba, es un hecho constatado. Juke sabíque aquí tendrían una presentación mucho má

mpactante. Segundo, los chinos querían ver

Page 181: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 181/915

Page 182: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 182/915

grande para forjar esos acuerdos con sucontratistas, pero nosotros no. Somos hormiguitaCompraremos unas docenas de HERC commucho, que apenas detendrán la línea de montaj

de Juke. China es un gran comprador. Juke nomandaría a la porra y nos dejaría sin nada squisiera hacer un trato con los chinos. ¿Margumento? Nunca tuvimos ninguna posibilidad d

quedarnos con esto en exclusiva. Y en cuanto a poqué accedimos al espectáculo, resulta que el SAecibirá unos cuantos HERC gratis por la

molestias.Fatani silbó.

—¿Gratis? Considerando que el precio de uHERC es más que el producto interior bruto de lmayoría de los países del Tercer Mundo, yo diríque hemos hecho un buen trato. No está mal po

una hora de trabajo.Napatu se inclinó y frunció el ceño.—Bueno, esa es la parte desagradable de est

conversación. Los chinos no pidieron solo unhora de trabajo.

—Esa expresión de su cara me hace pensar qu

Page 183: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 183/915

no me va a gustar lo que va a decir a continuació—dijo Reinhardt.

Mazer pensaba lo mismo, pero se quedó callado—La principal razón por la que hicimos l

exhibición para los chinos —dijo Napatu—, fuque los estaban poniendo a prueba a ustedes tantcomo al HERC.

—Te lo dije —murmuró Fatani.

—¿Poniéndonos a prueba para qué? —quisaber Patu.Mazer respondió.—Los chinos no solo quieren adquirir una flot

de HERC, también quieren un equip

experimentado que entrene a sus pilotos y leenseñe a manejarlos.

—No jodas —dijo Reinhardt—. ¿Vamos a teneque hacer de niñeras de un puñado de piloto

chinos?—¿Cuántos pilotos van a enviarnos? —preguntFatani.

—Ninguno —respondió el coronel—. Lochinos no van a venir aquí. Ustedes irán allá

Provincia de Guangdong. Sudeste de China. Ser

Page 184: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 184/915

una misión de seis meses.Nadie dijo nada. No era extraño que un equip

del SAS recibiera órdenes para llevar a cabo unmisión cooperativa de entrenamiento conjunto (

CET), pero eso no significaba que a todos leentusiasmara la idea.

Al notar la decepción en los demás, Mazecomentó:

—Es China, Reinhardt. Tienen secadores para epelo y sábanas de seda. Creo que sobrevivirás.Napatu cogió un cubo de datos de encima de

escritorio y se lo ofreció a Mazer.—Capitán Rackham, continuará usted como líde

del equipo. Los objetivos de su misión están en ecubo. Informará a los demás en el aviónDespegarán a las 0900.

Mazer recogió el cubo, sorprendido.

—¿«Capitán», señor?—Acaba de ser ascendido. No voy a tolerar quningún oficial chino piense que tiene más rangque nadie de su equipo.

Eran las seis de la mañana cuando Mazer sali

Page 185: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 185/915

del despacho del coronel Napatu y cruzó la basen dirección al depósito de vehículos. Tres horas

apatu les había dado tres horas para resolver suasuntos antes de subir a un avión para cumplir un

misión de seis meses en el extranjero.Por eso nunca podría salir bien con Kim, se dijo

Por eso era ridículo considerar siquiera ematrimonio. Ninguna relación podía funcionar d

esa forma.Nunca habían hablado de matrimonio, pero sabíque Kim pensaba en el tema tanto como él. Erevidente en pequeños detalles de lo que hacía; lmanera en que le sonreía a cualquier bebé qu

encontraban de paseo, o cómo mencionabcasualmente sus objetivos para el futuro, comquerer una casa con balcón cuando se asentara, cómo cultivaría sus propias verduras cuando s

asentara. Esa era su expresión: «cuando masiente». Nunca «cuando nos asentemos», pero eubtexto estaba allí de todas formas. Lmplicación era obvia. Estaba metiendo el ded

del pie en las aguas del matrimonio y viendo qu

ondas producía.

Page 186: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 186/915

Mazer siempre respondía como si no leyerningún subtexto. Estaban hablando por hablanada más. Bueno, sí, una casa con balcón seríalgo precioso. Pero no, los jardines eran u

coñazo: estaban las malas hierbas que había quarrancar y los bichos, que rociar con insecticida a arena, que rastrillar. Eso requería tiempo, y eiempo era dinero. Prefiero comprar mi verdura

muchas gracias.Era un juego que practicaban, un juego dcompatibilidad. Y cuanto más lo jugaban, máconvencido estaba Mazer de que nunca encontraríuna pareja mejor.

Despertó al oficial de guardia del depósito dvehículos y sacó un coche. El trayecto de Papakura East Tamaki fue rápido, y aparcó en la acera denfrente de Medicus Industries a las siete meno

diez. Sabía que ella estaría ya en su despachoiempre iba temprano para aprovechar la jornadal máximo.

No la llamó. En cambio, pulsó tres veces su pade muñeca para avisarla y luego observó l

ventana del quinto piso. Ella apareció un moment

Page 187: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 187/915

después, sonrió y le hizo señas para que subieraMazer se dirigió a la puerta principal, esperó que el holo apareciera en el recuadro, y tecleó lecuencia que ella le había enseñado. La puerta s

abrió y él cruzó el vestíbulo vacío hacia loascensores.

Ella lo recibió en la quinta planta y le dio uigero beso en la mejilla. Estaba tan hermosa com

iempre, el pelo recogido en una coleta parmantenerlo apartado del rostro mientras trabajabcon sus holos todo el día.

—Qué agradable sorpresa, teniente —dijo. Sacento americano siempre le hacía sonreír.

—En realidad, ahora soy capitán.—¿Desde cuándo?—Esta mañana.Ella alzó una ceja.

—¿De veras? ¿Con sueldo de capitán?—Supongo que sí. No hubo mucho tiempo pardiscutirlo. ¿Por qué? ¿Necesitas un préstamo?

Ella sonrió, aunque él pudo advertnmediatamente que el ascenso la inquietaba. U

ascenso inesperado a primera hora de la mañan

Page 188: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 188/915

era mala señal. Podía significar que lo enviaban otro sitio.

Esperó a que ella lo preguntara, pero en cambiKim ladeó la cabeza y dijo:

—Pareces cansado.—Llevo treinta y tantas horas sin dormir.

—Sin embargo vienes aquí a hablarme de tascenso antes de descansar un poco. Me sient

especial.—No he venido a hablarte de mi ascenso.Ella notó la mala noticia inminente y alzó un

mano.—Antes de que me cuentes toda la historia

comamos primero. Hay bollos en la sala deuniones.

Enlazó el brazo en el suyo y lo condujo pasillabajo. Todas las oficinas ante las que pasaba

estaban aún oscuras y vacías. Llegaron a una salpanelada de cristal con una larga mesa y un amplimostrador de mármol al fondo repleto de frutfresca, bollos y jarras autoenfriadoras de zumo eche. Kim le pasó un plato, cogió un bollo

empezó a comérselo.

Page 189: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 189/915

Page 190: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 190/915

un tejido dañado. Había estudiado medicina eohn Hopkins en Estados Unidos y trabajado comesidente en uno de los centros de traumatologí

más reputados de Baltimore. A pesar de ser una d

as doctoras más jóvenes del personaápidamente se ganó fama por su frialdad y sabe

hacer en las situaciones más comprometidaVarias asociaciones médicas la habían premiado

  fueron esas condecoraciones las que hicieroque Medicus se fijara en ella y le ofreciera upuesto en sus oficinas de Nueva Zelanda con lpromesa de que ayudaría a mucha más gentrabajando como asesora médica.

La compañía creó el Med-Assist, un holopadiseñado para ayudar a los soldados a trataheridas de guerra. Podía hacer de todo: escaneaos huesos, análisis de sangre, dar tutoriale

quirúrgicos, incluso administrar medicamentoEra como llevar a un médico en el bolsillo, solque tú tenías que hacer todo el trabajo. Lomilitares norteamericanos habían financiado lnvestigación inicial y ahora usaban el aparat

ampliamente en todas las ramas del servicio

Page 191: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 191/915

Desde entonces, otros países se habían subido acarro. Un aparato para el ejército neozelandéestaba a punto de ser terminado.

—¿Esa es la nueva versión kiwi en la que ha

estado trabajando? —preguntó Mazer, señalandun Med-Assist que había en una esquina de lmesa.

—El último prototipo —respondió ella

entregándoselo—. Dime qué te parece la voz.Mazer encendió el aparato, fue pasando laprimeras capas de órdenes y lo pasó por encimde su pierna. Un escáner de su fémur apareció ea pantalla, la imagen teñida de verde. Una voz d

mujer dijo con acento neozelandés:«Fémur. Ningún trauma detectado».—¿Por qué no es tu voz? —preguntó él.En la versión americana habían usado la voz d

Kim. El Departamento de Defensa norteamericanhabía pedido que la voz fuera de un médico real, Medicus pensó que Kim era ideal. Ya estaba enómina, era americana, tenía buen trato con lopacientes y era inteligente. Kim había accedido

hacerlo con la condición de que Medicus probar

Page 192: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 192/915

otras voces más junto con la suya antes de tomar ldecisión final. Medicus accedió, grabó muestrade Kim y de otros médicos y luego las probó covarios soldados del NZSAS que sirvieron com

grupo de evaluación. Mazer era uno de ellos y fuel máximo defensor de que la voz fuera la de Kimhabla como un médico; habla como si supiera do que está hablando; los soldados estará

ansiosos y asustados y llenos de tensióemocional; una voz como la suya los calmará; mcreo todo lo que dice.

Los ejecutivos quedaron encantados, y despuénsistieron en presentarle a Mazer a Kim

citándolo como prueba de que tenía que haber umontón de grabaciones. Ella lo miró con retintíechándole la culpa por cargarla con más trabajdel que tenía tiempo de hacer. Mazer le pidi

disculpas y en un momento de rara espontaneida—que lo sorprendió a él más que a nadie— lnvitó a cenar para compensarlo.Parecía algo muy lejano ya.Mazer se sentó en el sofá frente al escritorio

Kim se quitó los zapatos, se sentó a su lado

Page 193: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 193/915

acomodó las piernas en su regazo.—La versión kiwi no puede ser mi voz —dij

—. Los soldados neozelandeses quieren oír a uneozelandés.

—Yo no —dijo Mazer—. Prefiero oír tu voz.Ella sonrió.—Es una cuestión de claridad. Los americano

pronuncian de manera distinta. No queremos qu

un soldado administre la medicación equivocada ejecute una acción incorrecta porque no entiendas indicaciones.

—Cierto. Pero el verdadero motivo por el quno puedes ser tú es porque tu voz es embriagadora

Eres como las sirenas de la Odisea. Los soldadoe quedan tan encantados por la música de tu vo

que, embelesados y atontados, se olvidan pocompleto de los camaradas que tienen sangrand

delante.Ella volvió a sonreír.—Sí. Es trágico cuando eso sucede. —¿Por qu

estaba él de broma? Solo podía hacer que todfuera más difícil.

—Me marcho a China —dijo él por fin—. Par

Page 194: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 194/915

eis meses.Fue como una bofetada. Ella se lo qued

mirando.—¿Por qué tanto tiempo?

—Ejercicios con los chinos. Vamos entrenarlos con equipo nuevo. —No podía habladel HERC. Estaba todavía clasificado.

—¿No es una operación hostil?

—No —respondió él, tranquilizándola—Simplemente de entrenamiento.—También eso puede ser peligroso.—Esto no lo será. Será aburrido.—¿Cada cuánto tiempo volverás?

—No lo haré. Seis meses seguidos. Sin ningúiempo de permiso.

Ella lo miró, luego clavó la mirada en su bollo medio comer y lo empujó en el plato.

—Comprendo. ¿Cuándo te marchas?Él miró la hora en su pad de muñeca.—En menos de dos horas. Me enteré hace sol

una.Ella apartó el plato, ceñuda.

—¿Eso es todo el tiempo que te han dado? E

Page 195: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 195/915

idículo. Por no decir insensible. Demuestra udesprecio completo por la gente. ¿No te cabrea?

—Soy soldado, Kim. Esto es lo que hago. Voadonde me mandan.

—¿Por qué tienes que ser tú? Creía que estabaen medio de un entrenamiento importante aquí.

—Lo estoy. Es ese entrenamiento aquí lo quahora me lleva allí.

Ella quitó las piernas de encima de su regazo.—¿No puedes pedir que vaya otro en tu lugarSé que es poco ortodoxo, pero sin duda haráexcepciones.

—No tengo circunstancias justificantes.

—Diles que te necesito aquí para ayudarme coel desarrollo del Med-Assist.

—Nunca has necesitado mi ayuda antes, y eejército no hace excepciones, sobre todo con lo

contratistas privados. Si necesitaras un soldadoargumentarían que no tengo por qué ser yo.Kim se levantó, se acercó a la ventana

contempló la ciudad.—¿No quieres oponerte a esto?

—Sabes que no puedo.

Page 196: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 196/915

—No es eso lo que he preguntado.—¿Si quiero ir a China? Por supuesto que no

Pero no tengo voz ni voto en estas cuestiones. Eses el problema. Siempre va a ser así. Siempre va

a enviarme a otro sitio.Ella se dio media vuelta y lo miró a la cara.—¿Qué estás diciendo?

—Estoy diciendo que este es un momento d

decisión. Sé que nunca hemos hablado dmatrimonio, pero los dos sabemos que estelación se dirige a eso. Evitamos la palabra, peros dos pensamos en ello.

—Pues claro que pienso en ello. Es lo que hac

a gente de nuestra edad, Mazer. Buscan a alguiecon quien pasar el resto de su vida.

—¿Y es este el tipo de matrimonio que quieres¿Quieres un marido que esté ausente seis meses

años? ¿Es ese el tipo de padre que quieres para tuhijos? ¿Uno ausente la mayor parte del tiempo? Lgente no se casa para vivir separados, Kim.

—No, la gente se casa porque se aman y quiereener hijos juntos, Mazer. La gente se casa porqu

ven que serán felices.

Page 197: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 197/915

—Sí, pero tú no ves eso conmigo. Ves un mundde soledad, de noches sin dormir, preocupada poi estoy o no muriéndome desangrado en una zanj

en alguna parte.

—No digas eso.—Estás dándome la razón, Kim. Cada vez qu

me marcho en una misión, casi te vuelves loca dpreocupación. Al principio pensé que er

enternecedor porque eso significaba que mquerías. Ahora me enferma pensar en ello. Noporto que te sientas así por mi culpa.Ella se volvió de nuevo hacia la ventana.

—Siempre he tenido miedo de formar un

familia por este motivo, Kim. Cuando me alistéme resigné a quedarme soltero. No quería ser upadre y un marido ausente. Entonces te conocí, me convencí de que podía hacer que funcionara

Me dije que nuestro compromiso mutuo y para conuestros hijos sería lo suficientemente fuerte paroportar cualquier separación. Pero ahora veo qu

estaba siendo egoísta. Estaba pensando en mfelicidad, no en la tuya. Te mereces a alguien qu

pueda estar contigo y compartir la carga diaria d

Page 198: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 198/915

u vida.Ella no se volvió.—No puedo dejar el ejército —prosiguió él—

Me quedan al menos cinco años más. No teng

ninguna opción para modificar eso. Pedirte quesperes hasta que vuelva de China es como pedirtque esperes cinco años, cosa que no haré. No seríusto contigo.

Esperó a que ella se moviera, que lo mirara, qudijera algo. No lo hizo.—El matrimonio conmigo no sería matrimonio

Kim. Te comprometerías con alguien que nestaría presente. Criarías sola a los niños. Vi a m

padre hacerlo cuando mi madre murió y norasladamos a Londres. No fue un hombre feliz

Kim. Sin mi madre, se convirtió en la sombra de lque era. Trató de eliminar toda la cultura maor

que mi madre me había imbuido de niño porque lecordaba a ella y le resultaba demasiaddoloroso verlo. Las canciones, las historias, ladanzas, lo prohibió todo. Yo tenía que ser unglés de provecho como él. Un anglo. Como si m

madre no hubiera existido nunca. Pero no pud

Page 199: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 199/915

Page 200: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 200/915

gesto.Era lo que había venido a hacer, lo que sabí

que tenía que hacer por el bien de Kim, pero ahorque lo había hecho, ahora que estaba terminado

una sensación de vacío y asco se asentó en sestómago como un peso muerto. Tenía quexplicarse mejor.

No tuvo oportunidad.

Ella se marchó y lo dejó allí. Mazer esperveinte minutos pero ella no regresó. Cuando loempleados empezaron a llegar y encendieron lauces de las oficinas a su alrededor, se guardó e

Med-Assist bajo el brazo y se encaminó hacia lo

ascensores.Era lo que había que hacer, se dijo una y otr

vez. Por la felicidad de Kim, a la larga, era lo quhabía que hacer.

Page 201: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 201/915

6

CHINA

Mazer subió a bordo del C-200 momentos antedel despegue y encontró cinco HERC nuevoasegurados en la bodega de carga, cada unadornado con caracteres chinos y el emblemestrellado rojo y dorado del Ejército Popular d

Liberación. Al parecer su equipo y él no solenían por tarea entrenar a los chinos, sino tambié

entregar en persona los HERC. Eso le sorprendióSignificaba que el trato entre Juke y los chino

levaba algún tiempo en marcha y que el SApodría haberle dicho antes que iba a ser eencargado del reparto.

No es que supusiera mucha diferencia, admitióHabría seguido considerando necesario corta

azos con Kim, y tener más tiempo para hacerl

Page 202: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 202/915

olo habría prolongado lo inevitable. Eso, o evalor le habría fallado y habría vuelto convencerse a sí mismo de que la relación podífuncionar. Esto era lo mejor para ella. Rápido

duro y marcharse de inmediato para que ellpudiera continuar con su vida.

Atravesó la bodega de carga y vio que el restde su equipo estaba ya a bordo, todos dormidos e

as literas alojadas en las paredes. Mazer guardus petates en una taquilla y se subió a una litervacía. Sentía todo el cuerpo cansado y fatigado dispuesto para dormir, pero no pudo quitarse Kim de la cabeza y permaneció despierto much

ato después del despegue. Siguió repasandmentalmente la escena con ella, pensando en todaas cosas que debería haber dicho de maner

distinta. Sacó el Med-Assist que ella le había dad

  lo fue pasando al azar hasta que encontró uutorial sobre cómo hacer la respiración boca boca. Pulsó para reproducir, dejó el Med-Assisobre su pecho, y escuchó su voz.Despertó seis horas más tarde. Su equipo seguí

dormido todavía. Cogió el cubo de datos que l

Page 203: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 203/915

había dado el coronel Napatu y lo conectó a su pade muñeca. El ordenador le leyó todo el archivde la misión mientras preparaba una gran olla dpasta de pollo en la cocina del avión, usando lo

ngredientes que encontró en la alacena duministros.

Cuando terminó, despertó a los demás, y todoe reunieron en torno a una mesa en una salit

cerca de la carlinga donde el ruido del motor ermenor.—La misión es una JCET auténtica —dijo Maze

—. Normalmente, solo tenemos que entrenar a lnación anfitriona. Esta vez, los chinos no

entrenarán a nosotros también.—¿En qué? —preguntó Fatani—. ¿En el uso d

os palillos?—Oh, qué refinado —dijo Patu.

—Nos entrenarán en un vehículo cavador quhan desarrollado —informó Mazer.Reinhardt hizo una mueca.—¿Un vehículo cavador? ¿Nosotros les damo

el primer pájaro antigravedad del mundo, u

aparato que revolucionará el vuelo, y ellos nos da

Page 204: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 204/915

un bulldozer? Qué chungo.—Chunguísimo —coincidió Patu.—No sabemos si es un bulldozer —dijo Maze

—. No sabemos nada al respecto. No había nad

más en el cubo.—Una máquina cavadora —repitió Reinhardt—

Seis meses fuera de casa para aprender a cavacon una pala china sofisticada. Ya odio est

misión.Aterrizaron poco más de una hora después en uaeródromo militar al nordeste de Qingyuan. Dofilas de soldados chinos con uniforme de galesperaban firmes al final de la rampa de carga de

avión. El capitán Shenzu, el oficial chino de lmisión del HERC, aguardaba al pie de la rampa aludó.—Bienvenido a China, capitán Rackham.

—Ha llegado antes que nosotros —dijo Mazer.—Me perdonarán por haber usado un medio mácómodo. El gobierno chino les habría ofrecido lamismas comodidades, pero preferíamos qucustodiaran nuestra preciosa carga.

Mazer se volvió hacia los HERC.

Page 205: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 205/915

—Ahí están. Todos acicalados y preparadopara la acción. Cuando sea conveniente para uste  su oficial en jefe, me gustaría discutir nuestrégimen de entrenamiento.

Shenzu sonrió y descartó la sugerencia.—Todo a su debido tiempo, capitán. Venga. —

Señaló un deslizador aparcado a su derecha—Los trineos perforadores están a punto de salir a l

uperficie. No podrían haber llegado en mejomomento.Volaron en dirección nordeste, cortando a camp

raviesa, y se detuvieron en un búnker de hormigóen la cima de un valle yermo y poco profundo. E

uelo del valle estaba cubierto de profundoagujeros, lo bastante grandes para dar cabida adeslizador. Shenzu aparcó, bajó de un salto y loescoltó al otro lado del búnker para contemplar e

valle.—Ha dicho usted «trineos perforadores» —dijMazer en chino—. ¿Son las máquinas cavadoraque nos van a enseñar a manejar?

—Su pronunciación es bastante buena —valor

Shenzu.

Page 206: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 206/915

—Todos hablamos chino. Es parte de nuestrnstrucción.Shenzu pareció complacido.—China se siente halagada de que piensen qu

nuestro idioma es lo suficientemente importantcomo para aprenderlo, capitán.

—Son ustedes el país más grande del mundo —dijo Reinhardt.

—El más grande, sí, pero por desgracia no emás avanzado tecnológicamente. Estados Unidos varios países europeos nos han derrotado en esfrente. Además de los rusos, aunque ellos no tienenuestra estabilidad económica. Es solo cuestión d

iempo que los superemos a todos.—Parece usted bastante confiado —dijo MazerShenzu miró algo en su holopad.

—Dentro de tres segundos, capitán, creo qu

verá por qué.Mazer sintió leves temblores en la tierra bajus pies y oyó un rumor apagado. Se dio la vuelt observó el valle, pero no vio nada. Entonces un

enorme barrena giratoria rompió la superficie

anzando tierra y detritos en todas las direccione

Page 207: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 207/915

en una violenta lluvia de escombros. La barrena sanzó hacia arriba en un destello de movimiento,

Mazer vio que era la mitad delantera de un enormvehículo perforador que surgía del suelo. Lo

motores rugían y un líquido al rojo vivo brotaba da parte trasera del vehículo, que se impulsó tre

metros en el aire y luego volvió a caer a luperficie. El chorro expulsado, similar a la lava

continuó borboteando y cayendo al suelo mientraos motores reducían su ruido y la barrena ibdeteniéndose como una hélice. Del chorrescupido brotaba humo, y Mazer oyó el calochisporroteante incluso desde esa distancia. U

árbol caído que había recibido una andanadcrujió y empezó a arder.

Mazer abrió la boca para hablar justo cuanddos vehículos perforadores más surgieron en otro

ugares del valle. Uno de ellos se alzó un pocmás en la salida que el primero.Después de que los trineos aterrizaran

empezaran a silenciarse, Shenzu sonrió y dijo:—Tendrán que disculparlos. Están alardeando

Saben que tienen público.

Page 208: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 208/915

—¿Qué son? —preguntó Patu.—Los llamamos trineos perforadore

autoimpulsados, pero son cavadores tácticoExtraordinarios, ¿verdad?

Eso era quedarse cortos, pensó Mazer. El HERCpodía revolucionar el vuelo, pero el trineperforador revolucionaba la guerra, introduciendun paisaje completamente nuevo en el campo d

batalla. Comprendió inmediatamente por qué lochinos querían los HERC: así podrían llevar lorineos detrás de las líneas enemigas, soltarlos al  dejarlos para que cavaran. Los dos vehículo

constituían el equipo de ataque perfecto.

—¿Cuál es su alcance? —preguntó.—Solo diez kilómetros —respondió Shenzu—

Pero esperamos mejorarlo.Diez kilómetros. Era más de lo que Maze

esperaba.—¿Van artillados?Shenzu se echó a reír.—Ya habrá tiempo de sobra para las preguntas

Vengan. Me gustaría que los vieran de cerca.

Bajaron al valle y se acercaron al trine

Page 209: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 209/915

perforador más cercano. Toda la carlinga yestaba cubierta de una fina capa de escarcha.

—Está frío —dijo Reinhardt, tocando luperficie.

—Mantenemos la carlinga lo más fría posible —dijo Shenzu—. Es necesario. De lo contrario, epiloto se incineraría. Hasta las cenizas, con hueso todo.

Hubo un crujido cuando el hielo se rompió en epunto donde la escotilla de la carlinga se sellabcontra el fuselaje del trineo. La escotilla se abrió un piloto salió y saludó. Llevaba un casco con uamplio visor y luces arriba y a los lados. Maze

distinguió un poco de escarcha en los bordes devisor cuando el piloto saltó ágilmente devehículo. Su fino traje de una pieza estaba cubiertde pequeños circuitos que corrían por todo e

cuerpo y las extremidades como un nido continude serpientes muy finas. Todo él, de la cabeza os pies, desprendía una fina bruma, como cuande saca un trozo de carne del congelador.—Se llama «traje frío» —explicó Shenzu—. Lo

rineos perforadores actúan como gusanos d

Page 210: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 210/915

ierra. Lo que cavan por delante, ya sea barro, roco lo que fuere, es eyectado por detrás. Lpropulsión no la produce la acción de morder podelante, sino la eyección trasera de los escombro

upercalentados.A un lado, un equipo de soldados chinos estab

apagando el fuego del árbol caído y rociaba lootros montículos de chorro expulsado co

extintores que levantaban sibilantes nubes dvapor.—Cuando el trineo atraviesa rápido la piedr

ólida escupe lava por atrás —dijo Shenzu—. Emejor no seguirlo cuando eso sucede.

—¿Cómo maneja la expulsión de lava caliente—preguntó Mazer—. Cabe pensar que quemarícualquier sistema de tuberías.

—Muy observador. Ese fue uno de los desafío

más difíciles. Es como el problema del disolventuniversal: ¿cómo lo guardas? —Señaló a la partrasera de la barrena—. Una serie de tubonternos empieza aquí en el morro y se extiend

hasta el extremo excretor. Los tubos se enfría

continuamente con agua. Todos van envueltos co

Page 211: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 211/915

una red de finas tuberías de agua que bombedesde una unidad de refrigeración en la partrasera del trineo.

»Pero incluso con el sistema de refrigeración

oda la carlinga se sobrecalienta cuando el trineestá masticando roca. Por eso tenemos los trajefríos. Mantenemos la carlinga lo más fría posiblporque al golpear la roca y entrar en mod

hiperveloz, el calor producido es increíble, mupor encima del punto de ebullición. Los trajeenfrían el cuerpo y contrarrestan el calor. Luegocuando el trineo frena y el calor desciende, lcarlinga tiene un exceso de frío y la temperatur

baja al punto de congelación. Entonces el traje frínvierte el proceso y envía calor al cuerpo.

—Parece una montaña rusa de temperaturas parel piloto —dijo Fatani.

—Cuesta un poco acostumbrarse —reconociShenzu—. Un calor abrasador un momento, un fríque hace castañear los dientes al siguiente.

—Llevo meses haciendo esto —dijo el piloto—  todavía no me he acostumbrado. Pero es ta

excitante que cavaría todo el día si me dejaran.

Page 212: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 212/915

—¿Ha mencionado antes que va en modhiperveloz? —preguntó Mazer.

—La velocidad es relativa —contestó Shenzu—La consideramos alta tratándose de un trine

perforador.—¿Cómo de alta? —preguntó Mazer.

—Hemos logrado alcanzar veinticuatrkilómetros por hora.

—¿A través de roca? —Mazer estabanonadado.—Sí. Cuando avanza a velocidad normal llega

a mitad. Pero si encuentras roca y aceleras, si ldas potencia, abre un agujero en el suelo.

—¿Entonces con la roca es más rápido? —preguntó Patu.

—Necesita más propulsión —dijo Shenzu.—¿Y las comunicaciones? —preguntó Fatani—

La radio no atraviesa la tierra.—Infrasonidos —dijo el piloto—. Habla delefantes. Es más lenta que el habla normal, asque el receptor la acelera para que puedas oírlaHay un desfase temporal, como si hablaras co

alguien en la Luna. La roca transmite digitalment

Page 213: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 213/915

el infrasonido, pero no puedes recibir nada cuandestás en fase caliente. A ritmo normal puedes oírPero cuando das potencia, estás solo.

Shenzu llamó a un soldado chino. El hombre s

acercó con un casco conectado a un traje fríplegado. Shenzu los cogió ambos y se los entregó Mazer.

—Nos tomamos la libertad de buscar sus talla

en los archivos y hacer un traje para cada unoComo comandante en jefe de su equipo, capitáRackham, pensamos que le gustaría tener el honode ser el primero.

—¿Ahora? Todavía no tengo ni idea de cómo s

conduce.—En el trineo caben dos personas —inform

Shenzu—. Me temo que no es muy cómodo, perasí es como entrenamos a nuestros pilotos. E

eniente Wong aquí presente le llevará a sprimera excavación.—Orine primero —dijo Wong—. Cuand

empecemos a cavar no podremos parar, y nquerrá hacérselo en el traje. No hay nada peor qu

a entrepierna congelada.

Page 214: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 214/915

Mazer se cambió en el búnker y regresó unominutos más tarde. El traje era ceñido y locircuitos algo incómodos. Los de la parte interiode los mulsos seguían rozando unos con otros, a

que tuvo que abrir las piernas y andar zambo.—¿Qué tal con el traje? —preguntó Shenzu.—No está congelado todavía, así que no pued

quejarme.

El trineo perforador se alzaba ahora en el aire eun ángulo de cincuenta grados, sostenido poargas patas de araña que se extendían desde lo

costados. La barrena apuntaba hacia la tierra, menos de un metro del suelo.

—Las patas lo colocan en posición dzambullida —dijo Shenzu—. No puede cavacuando está horizontal a la superficie a menos quvaya a entrar por el costado de una montaña.

Una escalerilla plegable se extendió desde lcarlinga. El teniente Wong estaba ya en el asientdelantero, esperando. Mazer subió y con torpezocupó el estrecho asiento tras él; casi estuvo punto de darle a Wong una patada en la cabez

cuando movió el pie. El lugar era sumament

Page 215: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 215/915

pequeño, con solo el reposacabezas de Wong entrambos. Mazer localizó el arnés de seguridad y so abrochó mientras Wong recuperaba l

escalerilla y cerraba la carlinga, cortando toda lu

del exterior. El brillo de los instrumentos los baña ambos de rojo y verde, y Mazer se deslizó todo que pudo hacia un lado para ver la part

delantera. Un pequeño holo del trineo perforado

apareció en el aire sobre la consola.—¿Cómo sabe qué tiene delante? —preguntMazer.

—Sondas de profundidad. Miden la densidad da masa que hay delante. —Hizo un ajuste en e

holocampo y apareció una curiosa transversal deerreno—. Las zonas oscuras son más densas —eñaló el holo—. Probablemente granito. La

golpeas y te pones en marcha a toda potencia. Lo

puntos más brillantes como estos de aquí y aquon tierra blanda, como la arcilla.—¿Y esas líneas blancas que se entrecruzan po

oda la imagen?—Son túneles que hemos excavado con lo

rineos en el pasado. Están por todo el valle

Page 216: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 216/915

Tenemos debajo un hormiguero de tamaño humano—¿Qué sucede si se topa con agua? ¿Con un lag

ubterráneo o un manantial?—Es mejor evitarlos. Tratamos de no joderla

pero a veces es inevitable. Golpeas una fuente dagua al zambullirte y el agua te persigue por todel agujero, como si quitaras el tapón de la bañeraEl agua tampoco sirve de mucho como propulsión

Todo se convierte en vapor. Así que golpear agues como pisar los frenos. Por eso hay que apuntaiempre a la roca. ¿Preparado?—Vaya con tranquilidad.—No hay nada tranquilo con estas criaturas.

Hizo unos gestos con la mano en el holocampo, a barrena cobró vida con un rugido, girando oda velocidad casi inmediatamente

convirtiéndose en un potente alarido en menos d

diez segundos. La carlinga vibró. Mazer notó quus huesos se sacudían.—¿Y las patas exteriores? —preguntó por l

adio.—Se pliegan automáticamente cuand

empezamos a sumergirnos —dijo Wong—

Page 217: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 217/915

Prepárese para un estallido de frío. El traje senfría instantáneamente en el momento en quempezamos a cavar. Es todo un shock .

—Entendido —dijo Mazer, aunque en realida

no estaba nada preparado. Cavar bajo tierrparecía innatural. Es lo que hacemos con lomuertos, se dijo. De repente una docena dcuestiones asaltaron su mente. ¿Qué pasa si algo s

estropea y la barrena se para? ¿Cómo se repareso? ¿Cómo puede nadie rescatarte? ¿Habíucedido antes? ¿Había un piloto chino en algúugar allá abajo, enterrado con su trineo gripado

muerto por asfixia?

Y entonces se produjo una breve caída y unmomentánea sacudida hacia delante cuando lbarrena golpeó la tierra y penetró en la superficie

De repente el chorro de lava empezó a brota

por la parte trasera y el aparato entero se lanzhacia abajo.Un instante después una andanada de frío golpe

a Mazer tan abruptamente que le pareció habecaído en agua helada. Sus músculos se contrajeron

os dientes le castañearon; sus manos se aferraro

Page 218: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 218/915

Page 219: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 219/915

7

RENA

El puente de la estación espacial no se parecíen nada al puente de la Cavadora, pero de todaformas le recordó a Rena lo que había perdidoEra la energía de la sala lo que le parecifamiliar: el bullicio y la charla de la tripulació

mientras volaban de una consola a otracompartiendo datos o transmitiendo órdenes comprobando las diversas holográficas. Era lmisma energía que Rena había sentido todos lo

días de su vida a bordo de la Cavadora. Exceptque en esa vida la rodeaba su familia, gente que lvaloraba y la amaba y la llamaba Madre Gallinaporque siempre escuchaba y mostraba su amistad consuelo a todos a bordo. Aquí, en una estació

que pertenecía y era dirigida por WU-HU, la má

Page 220: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 220/915

grande de las corporaciones mineras espacialechinas, en algún lugar del confín exterior deCinturón de Asteroides, Rena no era nadie. Unforastera. Una extraña.

Entró flotando por la escotilla y esperó a qualguien se fijara en ella, sin atreverse a interrumpa ningún miembro de la tripulación. Tras umomento, un joven oficial chino la localizó y s

acercó hasta agarrarse a un asidero a su lado.—¿Viene por el sensor de navegación? —preguntó. Su inglés era bueno, pero su acento chinera más acusado que el de los demás.

Rena asintió.

El hombre señaló.—Por allí. Cuarto cubículo a la derecha.

Rena le dio las gracias y se movió en esdirección. Desde que llegaron ella y los otro

upervivientes de la Cavadora, traídos allí por ecapitán Doashang y su nave WU-HU, se habíaganado su alojamiento y comida haciendeparaciones por toda la estación y en las nave

WU-HU que atracaban allí. El capitán Doashan

había hablado a favor de todos ellos con la jefa d

Page 221: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 221/915

Page 222: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 222/915

Era real, tan real como había sido entonces.Y cuando despertaba era como si él hubier

muerto de nuevo.Lloraba en silencio, sin que la viera nadie

ncluso en los abarrotados confines de la sala dalmacenaje no había nadie que no la vierranquila, confiada, optimista. No podía permitirs

que la vieran de otra forma. Había demasiada

madres jóvenes que acudían a ella en busca dconsuelo, apoyo y coraje.Naturalmente, había quienes la despreciaba

ambién, no importaba lo que hiciera. Julexusurraba su descontento cada vez que tení

ocasión. Su marido, Pitoso, había sido el primeren morir en el ataque de la nave alienígena. Sexplosivo había estallado antes de tiempomatándolo al instante y alertando a las hormiga

del contraataque. La batalla fue un desastrdespués de eso. Las hormigas salieron por eagujero que había horadado la explosiónanzándose contra los hombres de la Cavadora.

Y como Segundo fue quien modificó lo

explosivos y los preparó para el contraataque

Page 223: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 223/915

ulexi estaba convencida de que era Segundquien, en esencia, había matado a su marido y lohabía condenado a todos a la ruina. Segundo era emotivo por el que la Cavadora  había sid

destruida. Segundo era el motivo por el questaban amontonados en ese estercolero dhabitación apenas más grande que un trasteroSegundo, Segundo, Segundo.

Abbi pensaba lo mismo. Su hijo Mono se habíquedado en secreto a bordo de la Cavadora en vede ir con ella a la nave WU-HU. Si Segundo Víctor no hubieran llenado la cabeza de su hijcon tonterías y le hubieran convencido de que er

mecánico, Mono no habría muerto en la Cavadorcon los demás. Se habría quedado con su madredonde tenía que estar: aquí, vivo, ayudándolaabrazándola, hablándole en voz baja. Era solo u

niño, no tenía nada que hacer como aprendiz dVíctor. Era demasiado joven. Maldito fuerVíctor. Maldito fuera Segundo.

Algunas mujeres despreciaban también a Renaaunque no podía dilucidar exactamente por qué

Tal vez sentían la necesidad de echarle la culpa

Page 224: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 224/915

alguien. O tal vez pensaban que eran ellas quieneendrían que estar tomando decisiones por e

grupo. O quizá lamentaban cómo algunas madreacudían a Rena y no a ellas en busca de consuelo.

Fuera cual fuese el motivo, no importaba. Renas ignoraba. Las mujeres nunca se enfrentaba

directamente a ella con sus quejas, así que ldejaba correr. Sacar a colación el tema tan sol

aumentaría sus quejas y las dividiría aún más. Y ldivisión no las ayudaría. Divididas tal vez nobrevivieran.Encontró el sensor de navegación roto del puent

 se puso a trabajar. Era fácil de arreglar si sabía

cómo. Las naves corporativas y las estaciones dWU-HU o Juke tenían tripulantes que no sabíaprácticamente nada del funcionamiento de sunaves: cada uno tenía una tarea específica, y es

era todo lo que hacían. Pero en una nave mineribre las familias no podían permitirse ese lujoTodos tenían que saber de todo.

Y por eso en la Cavadora se enseñaban unos otros, cubriéndose durante un día o una semana,

preparando seminarios o sesiones de formación

Page 225: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 225/915

Rena sabía de navegación, naturalmente, perambién había aprendido los otros aspecto

minería y mantenimiento, cocina y pilotaje, todaas labores que mantenían a la familia e

funcionamiento y viva. «Nadie deja de aprender»olía decir Concepción. Nuestra fuerza es un

cuando nuestra mente es una.El capitán Doashang había aprendid

ápidamente este principio. Todas las tareas quhabía encomendado a Rena y las demás mujerehabían sido completadas con exactitud. No habícurva de aprendizaje, ninguna prueba y error: lamujeres de la Cavadora  solo hacían exactament

o que había que hacer en cuanto se lo pedían. Aveces antes de que se lo pidieran. «Si esperas que algo se haya roto, has esperado demasiadiempo», decía Segundo.

Rena desmontó el sensor de navegación cambió el componente quemado. Mientrarabajaba advirtió que tres tripulantes cercano

miraban en su dirección y hablaban en voz bajaLo hacían en chino, pensando que no los entendía

pero la Cavadora  había aceptado a Shoshan, un

Page 226: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 226/915

esposa china, hacía años, y Rena y ella se habíaconvertido en amigas íntimas. Shoshan no hablabespañol, y las dos se habían dedicado a enseñarsus lenguajes respectivos. Rena seguía sin pode

hablar chino con fluidez, pero captaba palabras frases sueltas si escuchaba con atención.

—... bebés llorando a todas horas de la noche...—... no podemos seguir alimentándolos...

—... deberías hablar con Magashi... problemai se quedan aquí mucho más tiempo...—... las provisiones no durarán eternamente...—... alimenta a un clan y luego todos querrán un

parte...

Rena no dio ninguna señal de que comprendía mantuvo los ojos fijos en su trabajo. No era lprimera vez que oía esas cosas. Muchos miembrode la tripulación lamentaban que Magashi hubier

permitido quedarse a las mujeres y los niños de lCavadora. La mayor parte de la tripulación eraamables y generosos, compartían gustosamente lcomida que tenían almacenada si las mujeres de lCavadora  trabajaban por su parte. Pero uno

cuantos esparcían el resentimiento como un fueg

Page 227: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 227/915

ncontrolable.«No podemos quedarnos aquí», se dijo Rena po

enésima vez.Las otras mujeres y ella estaban trabajando ya e

doble que los tripulantes en algunos casos, perRena sabía que nunca sería suficiente. Los quhablaban contra ellas siempre hablarían mal, nmportaba cuánto colaboraran.

De hecho, sabía que la cosa solo podía ir a peoA medida que las provisiones fueradisminuyendo, y a medida que fueran llegandmenos naves de suministros de la Luna, las quejae harían oír más fuertes y más frecuentes, y tard

o temprano alguien actuaría. Rena no creía que lripulación recurriera a la violencia, aunque n

descartaba esa posibilidad. La gente se volvíoca cuando tenía hambre.

Pero ¿adónde podían ir? Todas las naves WUHU que llegaban tenían órdenes de permaneceatracadas. Todo el mundo había pasado a estatunactivo.

Y cada vez que una nave de mineros libres s

acercaba a la estación, siempre era para ped

Page 228: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 228/915

comida. Los mineros decían que los depósitos duministros estaban acaparando género. «Tenemo

dinero. Pagaremos por la comida. Por favor. Nenemos ningún otro sitio al que ir».

Al principio Magashi vendió la poca comida qupudo. Pero la reacción de algunos miembros de lripulación fue tan feroz que ahora rechazaba odas las naves que se acercaban.

Rena no podía pedir pasaje en una nave qupasaba hambre. Tenía a diecinueve mujeres varias docenas de niños. Si la nave no tenícomida para alimentarlas, ir con ellos sería uuicidio.

Era un problema sin solución, y el reloj seguícorriendo.

—Se acerca una nave —avisó el vigía.—¿Puede identificarla? —preguntó uno de lo

oficiales.—Parece un buitre, señor.Rena sintió que el vello de la nuca se le erizaba

Varios hombres del puente también parecieronquietarse, y con razón. Los buitres eran nave

dedicadas al desguace que recuperaban materia

Page 229: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 229/915

de naves muertas para sacar beneficios. Lmayoría estaban formados por tripulaciones dmineros que habían renunciado a las rocas encontraban dinero más fácil despojando a la

naves hasta el hueso.La norma era que si encontrabas una nav

abandonada o a la deriva donde no hubiera gentviva se aplicaban las leyes del desguace: quien l

oma, se adueña de ella.El problema era que la norma invitaba a unferoz competencia entre las tripulaciones dbuitres. Cuando una de ellas encontraba una naveenían que despojarla de sus partes más valiosas l

más rápido posible antes de que llegara otra ratara de despojarla también. Era un frenes

alimenticio que siempre acababa en violencia, as historias eran ciertas, y Rena tenía bueno

motivos para creerlas. En más de una ocasión lCavadora  había encontrado una nave desguazadque incluía buitres muertos entre los tripulantemuertos, lo cual sugería que otra tripulación dbuitres había llegado durante el desguace y se l

habían llevado todo, matando a cuantos s

Page 230: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 230/915

nterpusieron en su camino.Segundo los llamaba piratas.

—Nos están haciendo señales —informó evigía.

—Abra una frecuencia —ordenó el oficial. Sacercó al holoescritorio y metió la cabeza en ecampo.

Una cabeza apareció en el aire delante de él. Er

el hombre más negro que Rena había visto jamáa piel tan oscura que el blanco de sus ojobrillaba como lunas en comparación. Su expresióera feroz y poco amistosa.

—Me llamo Arjuna —dijo—. Quiero hablar co

el jefe de la estación.—¿Con qué motivo? —preguntó el oficial.—¿Es usted el jefe de la estación?—No. Soy uno de los oficiales de la capitana.

—¿Su jefe es una mujer?—Y muy capaz. ¿Qué quieren?—Es algo que tengo que discutir con la jefa de l

estación.—No vamos a darles comida, si esa es s

petición.

Page 231: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 231/915

—No buscamos comida. Traigo malas noticiasY un ofrecimiento. Uno que les ayudará a extendea vida de sus suministros.—¿Qué noticias? —preguntó el oficial.

—La destrucción de más de cincuenta navemineras. Todas muertas por los pembunuh, comos llamamos. Puedo darles las coordenada

Pueden volver su ojo hacia allí y ver que digo l

verdad.Pembunuh. Rena nunca había oído esa palabrapero conocía su significado. Todas las naves ripulaciones parecían tener su propio nombre paros alienígenas. Hormigas, wageni, bichos.

Pero ¿cincuenta naves? Solo pensarlo la dejabhelada. Tanta gente. Tantas familias. Cincuentversiones de la Cavadora. Era impensable.

—Denos las coordenadas —pidió el oficial.

Arjuna obedeció y pronunció una serie dnúmeros. El vigía los introdujo en su ordenador, odos en el puente se reunieron en torno a s

pantalla. Rena se quedó atrás, estirando el cuellpara echar un vistazo, pero todos estaban ta

apretujados que no pudo ver nada. El ojo tard

Page 232: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 232/915

varios minutos en enfocarse en las coordenadapero al final las imágenes llegaron.

La tripulación guardó silencio. Algunos scubrieron la boca con las manos. Rena se abri

paso para ver. Nadie la detuvo ni pareció darscuenta.

Eran más restos de los que Rena había vistamás, la mayoría meros puntos en la lectura

extendidos a lo largo de docenas de miles dkilómetros de espacio, todavía moviéndose.—No miento —dijo Arjuna.Los restos estaban entre ellos y la Tierra, y e

primero estaba sorprendentemente cerca de s

posición. A solo dos o tres semanas de distanciaal vez.

—Le paso con la jefa de la estación —dijo eoficial.

—No quiero hablar con ella a través del holo —epuso Arjuna—. Quiero hablar con ella epersona.

—No puede atracar aquí su nave. Esto es unestación privada.

—Mi nave no se acercará. Iré en lanzadera

Page 233: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 233/915

Pueden registrarme cuando llegue. Todo el ququiera regresar conmigo será bienvenido.

¿Regresar con él? ¿Por qué querría nadiegresar con él?

El oficial puso a Arjuna en espera, consultó coMagashi e hizo los arreglos necesarios. Cuatrhoras más tarde, la lanzadera atracó en la bodegde carga, y Arjuna salió flotando de la cámar

estanca y conectó sus grebas. Los imanes sujetarous pies a las placas de cubierta, y permaneciplantado delante de Magashi, que había llegadcon cuatro de sus guardias armados. Rena squedó a un lado, donde no podían verla pero s

que podía escuchar.Arjuna era un hombre grande, más de dos metro

de altura, ancho de hombros. Llevaba un gruesabrigo atado a la cintura, botas gruesas

pantalones acolchados.—Guarden las armas, amigos —dijo—. Vengcon dinero, no violencia. —Rebuscó en subolsillos y los guardias dieron un respingo, lamanos en las armas. Arjuna se contuvo

delicadamente sacó una barra de dinero—

Page 234: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 234/915

Relájense. Cinco mil créditos difícilmente podráhacerles daño. —Empujó la barra en el aire haciMagashi, que la pilló al vuelo y la examinó.

—No vendemos comida —dijo Magashi.

—No vengo por comida. Vengo por hombresVeinte, si puede permitírselo. Esas naves que hadestruido los pembunuh están ahí para quien lacoja. Pretendo recuperar los componentes qu

pueda. Le daré cinco mil créditos a cada hombrque se una a nosotros.—Mis tripulantes son empleados de WU-HU —

dijo Magashi—. Tienen trabajo.—Sí, trabajo en una estación que ahora mism

no hace otra cosa sino quemar suministros. Puedquitárselos de encima durante unos meses. Puedeganar bastante, y usted ahorrar suministro¿Cuánto tiempo piensa que les durará la comida s

iguen como hasta ahora? La interferencia hhecho que la mayoría de las naves de repartvuelvan a la Luna. Los pembunuh han destruido otras. Pregunte a otros viajeros si lo que digo nes verdad. Pasarán meses, quizás incluso un añ

antes de que lleguen más suministros. Si lo

Page 235: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 235/915

pembunuh declaran la guerra a la Tierra, puedque los suministros no lleguen nunca. Su estacióestá superpoblada. Yo puedo ayudarles a aliviar eema.

—¿Quitándome a mi tripulación?—Tomándola prestada —dijo Arjuna—. Dud

que ninguno de ellos quiera morir de hambre.—Ya ha hecho su oferta —repuso Magashi—

o nos interesa.—Esos restos son una mina de oro. Ustedeienen un problema. Yo tengo una solución.

—Los restos son un campo de batalla. ¿Va expoliar a los muertos?

—Las naves no tienen ninguna utilidad para lomuertos. Para mí sí.

—¿Por qué no utiliza a su propia tripulación? —preguntó Magashi.

—La utilizaré. Pero con más hombres puedduplicar nuestros esfuerzos y recuperar más antede que lleguen otros.

—¿Otros buitres, quiere decir?Un destello de ira asomó en los ojos de Arjuna.

—No somos buitres, señora. Somos cuervo

Page 236: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 236/915

uestro negocio es honrado. Hay buitres zopilotes en lo Negro, pero yo y mi tripulación neguimos sus costumbres. No hacemos daño

nadie y rechazamos a aquellos que envenena

nuestra industria. Pregunte a mi comerciante o a mratante de restos. Arjuna es un hombre de palabra

Sus métodos son tan amables como los de ucordero.

—Incluso los corderos muerden —dijo Magash—Sí, pero nosotros mordemos solo parmasticar la comida que nos hemos ganado con eudor de nuestra frente.—No nos interesa —repitió Magashi.

—¿Y los hombres que empuñan esas armas¿Habla la mujer por ellos? ¿No les gustarían cincmil créditos y un trabajo mejor pagado que el quienen?

Los hombres se miraron unos a otros, esperanda ver qué respondían los demás. Tras un momentocomo nadie respondió, Arjuna dijo:

—Muy bien. Entonces les pido que mdevuelvan mi barra de dinero.

Magashi volvió a empujarla hacia él. Arjuna l

Page 237: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 237/915

cogió, se la guardó en el bolsillo e hizo uneverencia.

—Que sus estantes nunca se vacíen y suvientres nunca pasen hambre. —Despegó del suel

 se lanzó de nuevo hacia la compuerta.—¡Espere! —La palabra salió de la boca d

Rena impulsivamente.Arjuna se agarró a un asidero en la compuerta

e volvió. Rena voló hacia él y aterrizó a su lado.—Habla usted de hombres, pero ¿aceptaría mujeres? Mujeres mineras libres.

—Aceptaría a una minera libre antes que cuatro hombres de las corporaciones. Los minero

ibres son trabajadores cualificados y esforzado¿Pertenece a un clan?

—A una sola nave, no a un clan. La Cavadora

Era nuestra nave. Fue destruida en el Cinturón d

Kuiper por esos que llama pembunuh.—Entonces la acompaño en el sentimiento. Peri su nave fue destruida, ¿cómo es que está viva?

—Es una larga historia. Pero estamos muchaaquí, y ya no somos bien recibidas. Si pued

prometernos protección de su tripulación

Page 238: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 238/915

rasladarnos luego a una estación, puedo ofrecerlrabajadoras cualificadas. —No tenía ni idea d

por qué confiaba en ese hombre, pero lo hacía.Arjuna sonrió.

—No tiene que preocuparse por mi tripulacióneñora de la Cavadora. Lo que he dicho e

verdad. Somos una familia de cuervos, no dbuitres.

Familia. La palabra la tranquilizó. Pero solo poun instante. ¿Quién era ese hombre? ¿Estabdispuesta a poner en sus manos a las mujeres y loniños? Por lo que sabía, bien podía ser un asesino

No; había amabilidad en aquellos ojos de luna.

—En cuanto a llevarlas a una estación —dijo—e doy mi palabra también. Cuando terminemos e

desguace, iremos a una estación a comerciar. Sallí nos separamos, me estará haciendo también u

favor. No tendré que volar de vuelta hasta aqu¿Adónde se dirigen?—No lo sé. Pero esté donde esté nuestro hoga

no es aquí.—¿Cómo se llama usted, señora de l

Cavadora?

Page 239: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 239/915

—Rena Delgado.—¿Y habla por su tripulación?—No hablo más que por mí misma, pero cre

que mi tripulación vendrá si se lo pido.

—Entonces no es una mujer a quien tomarse broma si tiene ese dominio e influencia. —Lcalibró con la mirada—. Dígame cómo se quitcon seguridad un procesador de oxígeno.

La estaba poniendo a prueba. Pero la preguntera sencilla. Había cuatro pasos y treprecauciones a tener en cuenta. Rena las recitodas, incluyendo algunos secretos que Segundo l

había enseñado y que dudaba que Arjun

conociera.El cuervo trató de ocultar que estab

mpresionado. Tras un instante, como si volviera evaluarla, dijo:

—Si tiene veinte hombres y mujeres tan listocomo usted, los aceptaré.—Tenemos más de veinte personas —dijo Ren

—. Y no tendrá a una sola si no accede aceptarnos a todas.

—¿Cuántos son?

Page 240: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 240/915

—Cincuenta y seis.Arjuna hizo una mueca.

—Mi lanzadera no es tan grande, Rena de lCavadora.

—Entonces puede hacer dos viajes.—¿Toda esa gente son trabajadores cualificado

o puedo esperar que haya niños e inválidos entrellos?

—Inválidos ninguno. Pero treinta y siete de elloon niños, sí. Algunos muy pequeños.Él volvió a hacer una mueca.—¿Y qué voy a hacer con treinta y siete niño

más en mi nave? Ya tengo suficientes bocas qu

alimentar.Ella se alegró de oír que tenía niños a bordo

Era una nueva prueba de la existencia de familiaLos piratas no transportaban niños.

—Nuestros niños trabajan, señor. No fuera de lnave, pero muchos de ellos limpian y lavan cocinan tan bien como cualquier hombre o mujede su tripulación. Se ganarán la comida.

—Necesito rescatadores, no fregonas.

—Y tendrá rescatadores. Diecinueve.

Page 241: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 241/915

—¿Cuántos son hombres?—Ninguno —dijo Rena—. Perdimos a todo

nuestros hombres.Ella vio un atisbo de piedad en sus ojos.

—Es una historia triste la suya, ya veo —dijoSe cruzó de brazos y lo consideró un momento—Diecinueve mujeres y treinta y siete niños. Lmayoría de los capitanes se reiría ante semejant

ofrecimiento.—La mayoría lo haría. Pero usted no es tontoSegún sus propios cálculos, diecinueve mineraibres valen por setenta y seis hombres de la

corporaciones.

Él echó atrás la cabeza y soltó una carcajadaUna risotada resonante que la sorprendió. No creíque tuviera sentido del humor, pero ahí estaba.

—Utiliza mis propias palabras contra mí, Ren

de la Cavadora. Muy bien. Adelante. Traiga a sudiecinueve mujeres y treinta y siete niños. Sdesguaza tan rápidamente como hace sus cálculoa necesito en mi tripulación.

 —¿Es que te has vuelto loca? —dijo Julexi.

Page 242: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 242/915

Rena flotaba en el pasillo ante la sala dalmacenaje, con la mayoría de las mujeres. Lademás estaban dentro, alimentando y cuidando os niños.

—Baja la voz —dijo Rena—. Asustarás a loniños.

—¿Que yo asustaré a los niños? ¿Yo? Una navde buitres asesinos es lo que los asustará, Rena.

—No son buitres. Son cuervos.Julexi alzó las manos.—Buitres, cuervos, gaviotas. ¿Qué diferenci

hay? Todos son iguales. Son parásitos. Salimentan de los muertos y matan a su antojo

Huíamos de estas naves en el Cinturón de KuipeRena. ¿Y ahora quieres unirte a una de ellas? ¿Haperdido la chaveta? No sabemos nada de eshombre. Podría llevarnos a su nave y hacer co

nosotras lo que quisiera.—Tiene una familia. Son muy parecidos nosotros.

—¿Y tú cómo lo sabes? —preguntó Abbi—. Tdirá cualquier cosa para llevarnos a su nave.

—Lo sé porque he conocido a su familia —dij

Page 243: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 243/915

Rena.Las mujeres se la quedaron mirando.—¿Qué quieres decir?—Hice que me llevara a su nave en la lanzadera

nsistí en inspeccionarla y conocer a su familia.—¿Fuiste a su nave? —dijo Julexi—. ¿Sola?—No iba a llevarnos a todas allí sin saber dónd

nos metíamos. Nos alojarán en la bodega de carga

Es un poco mayor que la sala de almacenaje daquí. La he visto. Está limpia y tiene hamacas. Yhay comida. Vi sus suministros. Hay suficientpara todos nosotros. Si trabajamos duro, estaremobien.

—Aquí también hay comida —dijo Abbi—Estamos más seguras aquí.

—No lo creo. Tarde o temprano haremos todaas reparaciones necesarias. Es solo cuestión d

iempo que nos pidan que nos marchemos. He oídcosas.—Chismes y murmullos de un puñado de gent

—dijo Julexi—. Magashi nos aprecia. Trabajamomás que la mayor parte de su tripulación.

—Magashi puede que no tenga mucho que deci

Page 244: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 244/915

dentro de poco —dijo Rena—. Lo que vengescuchando es mucho más que chismes. Nestamos a salvo. Me preocupan los niños.

—¿Y lanzarnos a una bandada de buitres no t

preocupa? —dijo Abbi.—No son tus niños —dijo Julexi—. So

nuestros.Sí, pensó Rena. No son míos. Renuncié a m

único hijo. Envié a Víctor a la Luna para alertar amundo. Lo he perdido igual que he perdido Segundo.

—Somos familia —dijo en voz alta—. Estoniños puede que no hayan salido de mi vientre

pero los amo como si fueran míos. La familia dArjuna es igual. Pude notarlo. Son familia.

—¿Esperas que confiemos nuestras vidas a estgente después de una sola visita? —replicó Abbi.

—Hemos puesto nuestras vidas en manos de otrgente desde que dejamos la Cavadora  —contestRena.

—Eso es diferente —dijo Julexi—. Eran WUHU. Estos son carroñeros.

—Arjuna se ha ofrecido a enseñar la nave

Page 245: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 245/915

cualquiera de vosotras para que conozcáis a sfamilia. Pero necesitamos actuar con rapidez svamos a hacerlo. Se impacienta.

—¿Se impacienta? —se envaró Julexi—. ¿Y qu

otras emociones suyas debemos temer? ¿Su ira¿Su lujuria?

—¿Quieres callarte la boca? —interrumpiEdimar. La chica de quince años emergió de la

ombras. Rena ni siquiera se había dado cuenta dque estaba escuchando—. Estoy harta de qucritiques a todo el mundo. Todas estáequivocadas menos tú. Todas tienen la culpa¿Pues sabes una cosa? Si dijeras algo positivo d

vez en cuando, tal vez no serías tan miserable y lgente te soportaría.

Lola, la madre de Edimar, parecía horrorizada.—¡Edimar! ¡Pide disculpas a Julexi ahor

mismo!—No. No lo haré. Todas sabéis que es verdadpero sois demasiado amables para decirlo. Buenopues yo no lo soy. Si quieres quedarte aquí esperar a que los chinos nos den la patada, Julex

bien, pero yo voy con Rena.

Page 246: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 246/915

Julexi entornó los ojos.—Niña malcriada. Eres peor que tu hermana l

endoga.Lola la abofeteó con tanta rapidez y fuerza que l

anzó girando contra la pared. Varias mujeres squedaron boquiabiertas. Julexi se incorporó, unmano en la mejilla, sorprendida.

La hermana de Edimar era Alejandra, a quien l

familia había enviado fuera de la nave cuandemieron que pudiera enamorarse de VíctoEndogar, o casarse dentro del clan, era tabú, aunque Alejandra y Víctor no habían hecho nadmalo, la familia tomó precauciones. Acusar

Alejandra de algo indecoroso era cruel despiadado. Rena se sintió tentada de abofetear ulexi también.La voz de Lola sonó helada.

—No volverás a hablar de mi hija. ¿Mentiendes? Si tuvieras una gota de la decencia y lbondad de Alejandra, sería el doble de lo quienes ahora.

Edimar se quedó mirando boquiabierta. Rena n

estaba menos sorprendida. Lola siempre era ta

Page 247: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 247/915

modosa, nunca se enfrentaba a nadie...Lola se volvió hacia Rena.

—Edimar y yo haremos lo que decida econsejo. Confío en tu juicio. Si piensas que l

mejor es marcharnos con ese cuervo, si así ecomo podremos volver a ponernos en pieentonces desguazaré cien naves a tu lado. —Sdespegó de la pared y se dirigió a la puerta de l

ala de almacenaje—. Ven, Edimar. Hemos dicho que teníamos que decir. Deja que las demáhablen.

Edimar seguía demasiado aturdida para podemoverse. Miraba a su madre como si la viera po

primera vez. Entonces, tras un instante, se recuper siguió a Lola.

—¿Habéis visto eso? —dijo Julexi cuando smarcharon—. ¿La habéis visto abofetearme? Est

ntentando dividirnos.La hipocresía de aquellas palabras casi hizo rea Rena. Pero habría sido una risa triste y cansadaLa sensación de familia se estaba perdiendoadvirtió: el hilo que las unía se descosía y rompí

por los filos. No podía permitirlo. Segundo l

Page 248: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 248/915

había pedido que permanecieran juntas, que lamantuviera a todas con vida.

—Os diré lo que quiero —dijo, advirtiendo quera cierto a medida que iban surgiendo la

palabras—. Vernos de nuevo en una nave. No euna nave de cuervos o una nave corporativa, sinen nuestra nave. Como era y siempre será lCavadora. Ese es nuestro hogar. No vamos

conseguirlo quedándonos aquí, donde no tenemoningún futuro. Nuestro trabajo y nuestra aceptacióe están agotando. Arjuna puede ayudarnos

avanzar en la dirección adecuada. Si estáis edesacuerdo, hablad ahora.

Lo discutieron y luego votaron. Un puñado sesistió, pero la mayoría, aunque nerviosas ante ldea, decidió marcharse. Cualquier cosa po

acercarlas a su propia nave, dijeron. Y al fina

ncluso aquellas que estaban en contra de irse laiguieron. Permanecer con el grupo parecía máeguro que quedarse solas con los WU-HU.

Más tarde, cuando el segundo grupo subía a lanzadera para dirigirse a la nave de Arjuna

ulexi se acercó a la compuerta con su bolsa a

Page 249: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 249/915

hombro y se encaró a Rena.—Si nos violan y matan a nuestros hijos, esper

que Dios tenga piedad de ti.—Espero que Dios tenga piedad de nosotras e

cualquier caso —dijo Rena—. Necesitamos toda ayuda posible.

Page 250: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 250/915

8

BALIZA

Los planos de la pared de la sala de máquinas ne parecían a nada de lo que Lem había imaginado—Sigue siendo idea suya, Lem. Confíe en mí. E

diseño puede parecer distinto a su visión iniciapero el principio es el mismo —explicó Benyawe

Estaba flotando delante de él ante la pared, con upunzón en la mano.

—No me importa que sea idea mía —contestLem—. Descártela si es basura. No se sienta atad

por nada de lo que yo sugiera. Solo me importa sfunciona. No soy lo suficientemente soberbio parcreer que entiendo más de esto que ustedBenyawe. Haga lo que considere mejor.

En verdad, le molestaba un tanto que ella hubier

cambiado levemente el diseño, aunque era alg

Page 251: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 251/915

que esperaba que hiciera. Después de todo, no erngeniero y solo entendía de ciencia a nivel mu

básico. Naturalmente que ella iba a cambiarlo.Le había encargado hacía meses que desarrollar

un sustituto para el gláser, y en ese momento lhizo una sugerencia para su diseño, esperando quella rechazara la idea, le diera una palmadita en lcabeza y le dijera que dejara de meterse en s

erreno. En cambio, ella consideró que la idemerecía la pena y reunió a un grupo de ingenieropara ponerla en marcha. Ahora aquella semilla ddea se había convertido en esquemas y planos d

verdad.

—Los llamamos «cajas rompedoras» —dijBenyawe—. Como sabe, el problema del actuagláser es que el campo de gravedad se extiendhacia fuera demasiado rápidamente y co

demasiada amplitud.Lem no necesitaba que se lo recordaran. Casi lhabía costado la vida. Allá en el Cinturón dKuiper, cuando disparó con el gláser a uasteroide grande, el campo de gravedad creció ta

ápidamente y se extendió hacia fuera tan lejos qu

Page 252: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 252/915

casi consumió la nave y los convirtió a todos epolvo espacial. Solo los rápidos reflejos de Leos salvaron a todos.

Benyawe señaló algunos burdos dibujos en l

pared que parecían dos cubos conectados entre spor un largo cable enroscado.

—Su idea inicial fue un aparato como unboleadora, con dos gláseres más pequeños e

ambos extremos que se sujetaran a polos opuestode un asteroide. —Borró el burdo dibujo con umovimiento del punzón y flotó hasta los esquemadetallados—. Las cajas rompedoras funcionan demismo modo.

Los cubos eran ahora gruesos discos, y uno dellos estaba desmontado en el aire, como si todo eequipo hubiera sido fotografiado un microsegunddespués de explotar, revelando todas las pieza

ndividuales de su interior.—Cuando se disparan desde la nave mineragiran por el espacio como una boleadora, qucasualmente es un mecanismo brillante eparamos el cable de cada gláser en el instant

preciso. El movimiento giratorio y una guí

Page 253: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 253/915

adicional por nuestra parte las sitúan en los ladoopuestos del asteroide, donde estas agarraderas sclavan en la roca. —Indicó las garras dentadas eos lados de las cajas rompedoras—. Todo lo qu

queda por hacer es pulsar el botón y dejar que logláseres despedacen la roca. Los dos campos dgravedad interactúan, se contrarrestan mutuament  reducen al mínimo el alcance destructor de lo

campos.—De modo que funciona —dijo Lem.—En el modelo informático, sí. Es mucho má

eguro que el diseño actual.—¿Entonces por qué no está chasqueando lo

alones de júbilo? ¿O es que estoy pasando algpor alto?

—Hay un problema, sí —dijo Benyawe.—¿Cuál?

—El dinero. El gláser original no se destruycada vez que lo utilizamos. Las cajas rompedoraí. Se consumen en el campo de gravedad junt

con todo lo demás. Es sumamente caro y slevaría la mayor parte de los beneficios qu

acaríamos de la explotación minera del asteroide

Page 254: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 254/915

o es rentable.—Entonces haga que sea rentable —dijo Lem—

Use componentes y materiales más baratos, encojel tamaño de las cajas rompedoras, elimine todo l

que no sea absolutamente esencial. Haga lo quea necesario.Ella hizo una pausa antes de preguntar:—¿Está seguro de que debemos invertir nuestr

iempo en esto, Lem?—¿En qué si no?—En encontrar un modo de combatir a lo

fórmicos.—Mi querida doctora Benyawe, ¿qué cree qu

ha estado haciendo?Ella pareció confusa.

—¿Quiere lanzar las cajas contra la navfórmica?

—Quiero usarlas como podamos. Si puededestruir asteroides, tal vez puedan destruir esnave o lo que haya dentro.

—Nunca la alcanzaremos antes de que llegue a Tierra. Y si entra en la atmósfera terrestre

quedará fuera de nuestro alcance. Además, hará

Page 255: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 255/915

falta meses para construirlas cuando lleguemos a Luna.

—Tendremos que empezar a producirlas muchmás rápido. Puede que no tengamos meses.

El pad de muñeca de Lem vibró, indicando umensaje del puente. Lo pulsó.

—Adelante.—Los sensores de largo alcance han detectad

una baliza de emergencia —dijo la voz de Chubs.—¿De dónde?—No podemos detectar su punto de origen. Si

embargo, considerando su trayectoria, parece quprocede de la Batalla del Cinturón.

Lem miró a Benyawe y vio que a ella se le habídespertado la curiosidad. La Batalla del Cinturóera el nombre que la tripulación le había dado a lenorme línea de restos de naves que los sensore

habían encontrado desde que volaban más cerca da trayectoria de los fórmicos. «Masacre deCinturón» habría sido un nombre más adecuado eopinión de Lem, considerando lo terrible deesultado. Era imposible decir qué había sucedid

exactamente, pero la cantidad de restos sugerí

Page 256: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 256/915

Page 257: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 257/915

—Voy para allá —dijo Lem. Desconectó y sanzó hacia el tubo impulsor.

Como esperaba, Benyawe lo siguió. Cuandlegaron al puente, una imagen de la baliza girab

en la gráfica del sistema delante de ellos, sus lucebailando en su superficie.

—¿Pueden determinar cuándo la enviaron? —preguntó Lem—. ¿Antes o después de la batalla?

—Es imposible decirlo —respondió Chubs—Puede que no tenga nada que ver con la batalla. No sabemos.—¿Dónde está ahora? ¿Podemos interceptarla?

—No sigue nuestra trayectoria actual. S

alteramos nuestro rumbo, podríamos alcanzarla eunas dieciocho horas.

—¿Retrasaría eso nuestra llegada a la Luna? —preguntó Benyawe.

—En doce días al menos —dijo Chubs.—¿Doce días? —preguntó Lem.Chubs se encogió de hombros.

—Esos son los cálculos. Tendríamos qudesacelerar para interceptar la baliza y lueg

acelerar para recuperar nuestra velocidad actua

Page 258: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 258/915

Doce días como mínimo.Lem pensó un momento.—¿Cree que deberíamos ir a por ella?—Probablemente no merece la pena perseguirl

—dijo Chubs—. Si fuera una nave minera libre corporativa, podríamos esperar encontrar datoobre las defensas o las armas fórmicas, algo úti

Pero es una baliza ASCE. Seguramente es u

anuncio de emergencia sin valor.—Puede que sea una señal de auxilio —dijBenyawe.

—Si lo es, fue enviada desde una nave antes dque esta fuera destruida —repuso Chubs—. N

queda nada de la batalla más que restos. Y aunqupor algún tipo de milagro unas cuantas personahubieran sobrevivido en un pecio y disparado unbaliza de emergencia, no podrían haber aguantad

anto. Ha pasado demasiado tiempo. No hay nadiahí fuera a quien podamos salvar.—Tal vez contenga información sobre la batall

—dijo Benyawe—. Qué naves participarondeclaraciones de los tripulantes. Eso no

permitiría documentar al menos la batalla po

Page 259: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 259/915

Page 260: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 260/915

Dieciocho horas más tarde un tripulante extendiuna de las zarpas de la nave, empleadhabitualmente para la extracción de minerales, ecuperó la baliza del espacio. Lem observó desd

el puente mientras la zarpa llevaba la baliza a unde las bodegas. Allí, los tripulantes conectarounos cables a sus puertos de datos. Tres segundomás tarde la descarga estuvo completada.

Lem se dirigió a la sala de reuniones junto apuente acompañado de Benyawe y Chubs ecuperó los archivos de la baliza y los proyect

en el holocampo sobre la mesa. Había imágenes da nave fórmica, modelos tridimensionale

nformación sobre la trayectoria, velocidad y fechestimada de llegada a la Tierra, pero nada nuevonada que Lem no supiera ya. Ningún análisis darmas. Ninguna debilidad identificada. Lem pas

una mano por el campo, apartando unos archivos rayendo otros a primer plano para echar uvistazo más atento. Sin valor, sin valor, sin valorTodo eran noticias antiguas. Su mano se movimás rápido; se estaba impacientando.

Apareció la cabeza de un hombre. Era un vídeo

Page 261: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 261/915

Lem se detuvo.El hombre aparentaba cincuenta y tantos años

viejo para estar destinado en el espacio, pero nnusual en los oficiales de alto rango. Lem hizo e

gesto adecuado con la mano, y el vídeo empezó eproducirse.

—Soy el capitán Dionetti de la Autoridad dSeguridad y Comercio Espacial, al mando de

irador Estelar . Como demuestran las pruebas eestos archivos, una nave alienígena se dirige a lTierra a una velocidad increíble. Llevamos tredías siguiéndola, y continuaremos igualando svelocidad y monitorizándola hasta que llegue a l

Tierra.—No la monitorices, idiota —dijo Lem—

Destrúyela.El capitán continuó impertérrito.

—Hace dos semanas, entre las naves deCinturón Interno circuló el rumor de que una navalienígena había atacado a un número nespecificado de naves cerca de Kleopatra. Lnoticia de este ataque se extendió rápidamente po

a zona. Varias naves de clanes y corporacione

Page 262: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 262/915

decidieron orquestar una ofensiva contra lalienígena cuando llegara a nuestra posición. Otrooficiales de la ASCE y yo intentamonsistentemente sofocar semejante ataque ilegal

in provocación...—¿Sin provocación? —dijo Lem.

—Les recordamos a los mineros que atacacualquier nave va contra la ley del comerci

espacial establecida por la ASCE y ratificada poel Consejo de Seguridad de las Naciones Unidao conocemos las intenciones de esta nav

alienígena, y semejante agresión podría obligarlustificadamente a defenderse o contraataca

poniendo así a toda la Tierra en peligro.»Tristemente, las naves mineras ignoraro

nuestro consejo, y un total de sesenta y dos sunieron al ataque. La nuestra grabó lo

acontecimientos desde lejos, y los vídeos de lbatalla están incluidos en estos archivos. Lamentnformar que las sesenta y dos naves parecen habeido destruidas. Como verán en los vídeos, l

alienígena es completamente capaz de defenders

ola si es provocada. Por tanto, por la autorida

Page 263: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 263/915

que me han investido la Ley de la Paz Espacial a Ley de Respuesta de Emergencia en el Espacioa ASCE proclama un alto el fuego contra la nav

alienígena. Toda nave minera que dispare o intent

obstruir a la alienígena será sometida a arresto.—¿Alto el fuego? —dijo Lem—. Díganme qu

esto es una broma.—Típico de la ASCE —dijo Chubs.

—La raza humana es una especie pacífica —continuó el capitán—, y la ASCE hará todo lo questé en su poder para mantener esa paz. En vez dprovocar a nuestros visitantes alienígenas y dapor supuesto que tienen malas intenciones, le

enderemos la mano de la bienvenida niciaremos gestiones diplomáticas para establece

una relación pacífica y duradera entre nuestras doespecies. Si los datos de esta baliza llegan a l

Tierra antes que nosotros, rogamos que notifiquea la ASCE de nuestros esfuerzos y que inicien lopreparativos para que la nave alienígena seecibida por dignatarios adecuados y provistos da correspondiente oferta de paz. Dios nos proteja

Fin de la transmisión.

Page 264: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 264/915

La cabeza del hombre desapareció.—¿Están locos? —dijo Lem—. ¿Una oferta d

paz? ¿Vieron a los fórmicos destruir sesenta y donaves y quieren agasajarlos con regalos? Increíble

—Vio la potencia de fuego de los fórmicos —dijo Benyawe—. Está intentando impedir otrmasacre y mantener la calma. Disparar contra lofórmicos solo causará más muertes. No se pued

discutir con eso. Ese capitán está haciendo lo quconsidera mejor para la Tierra.—Se equivoca —dijo Lem—. Nosotros tambié

hemos visto su potencia de fuego. Hemos visto lque le hicieron a la Cavadora. Y eso no signific

que vayamos a meternos con ellos en la cama.—No estoy diciendo que esté de acuerdo con é

—respondió Benyawe—. Estoy diciendo que estpidiendo diplomacia en vez de una acción a l

oco. Comprendo su punto de vista.—Su punto de vista es pura arrogancia. No hvisto usted a esas criaturas de cerca, Benyawe. Yoí. Y créame, un bonito regalo con un lazo rosa n

va a convertirlas en buenos amigos.

—¿Qué hacemos ahora? —dijo Chubs.

Page 265: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 265/915

Page 266: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 266/915

en los archivos el vídeo de la batalla. Lo encontr lo reprodujo.Una monumental formación de naves apareció e

el holocampo. En el centro estaba la nave fórmica

enorme e impresionante, como una gigantesca lunoja cruzando el espacio. Docenas de nave

mineras igualaban su velocidad, zumbando a salrededor como abejas de un panal, disparándole

os fórmicos con todo lo que tenían, que a pesar du número parecía lamentablemente inadecuado.Incluso desde esa distancia Lem reconoci

varias naves de la flota de su padre, todablindadas con placas adicionales burdament

oldadas a sus cascos. Al parecer se habíapreparado con prisas para la guerra, pero eblindaje añadido no les sirvió de nada. Uno a unoos cañones fórmicos fueron abatiendo a las nave

anzando cientos de glóbulos de plasma gammaserizado con implacable precisión, vaporizandgrupos enteros de naves con destellos quanzaban restos en todas las direcciones.

Lem advirtió que aquellas naves no significaba

nada para ellos. Somos mosquitos. Molestia

Page 267: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 267/915

menores. Fáciles de espantar, apenas merecemoel esfuerzo.

Mientras Lem y Benyawe miraban, nave tranave se fueron convirtiendo en nada, volcando su

equipamientos y sus tripulantes al espacio. Lmayor parte de los restos desaparecieroesparciéndose en todas direcciones, pero algunocontinuaron avanzando tras la estela de la nave

mpulsados por la inercia, como si se negaran aceptar que estaban muertos y dejar la lucha.Otros pecios quedaron atrapados en un camp

nvisible tras la nave fórmica y fueron arrastradocomo si un imán gigantesco les hiciera variar e

umbo y seguir a la nave.Las naves supervivientes continuaron atacando

disparando implacables, golpeando a los fórmicocon todo su arsenal. El resultado fue siempre e

mismo: muerte, muerte y muerte. En unos instantea colmena de abejas redujo su número, hasta quolo quedaron unas cuantas naves insistentes. «¿E

que no veis que es inútil?», quiso gritarles Lem«¿No veis que vais a morir? Ni siquiera les estái

haciendo daño. Retiraos. Morir no sirve de nada»

Page 268: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 268/915

Page 269: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 269/915

Page 270: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 270/915

9

ANUNCIO

Víctor atravesó la puerta y entró en el pequeñapartamento amueblado. Era una suite  de lcompañía, situada bajo tierra en el sistema dúneles de Juke y reservada normalmente para lo

empleados de la Tierra que visitaban la sede. La

uces se encendieron, y una imagen del skylinnocturno de Imbrium apareció en la pared donddebería haber una ventana.

—Alguien le traerá las comidas —dijo Simon

—. Si tiene hambre antes, hay una pequeña cocin una despensa surtida. Sírvase.—¿E Imala? ¿Van a alojarla también en algun

parte? No puede volver a su apartamento. Mayudó a escapar. Puede que las autoridades l

estén buscando.

Page 271: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 271/915

—No tiene que preocuparse por la señoritBootstamp. El señor Jukes se encargará de ella. Lpolicía no será ningún problema.

—¿Y eso qué significa? ¿Que Ukko controla a l

policía?Simona ignoró la pregunta.

—Le traeré ropa limpia. Esté presentable mantenga la habitación ordenada. Probablement

endrá visita.—¿Quién?—Especialistas. Científicos. Gente que le har

preguntas.—Ya he contado todo lo que sé.

—El señor Jukes querrá verificar suafirmaciones con su propia gente.

—Prescott y Yanyu ya están trabajando en eso.—El señor Jukes tiene especialistas en todos lo

campos. Querrá que muchos de ellos hablen cousted.—Cada segundo cuenta —dijo Víctor—. ¿Po

qué está todo el mundo arrastrando los pies en estasunto? ¿No he dejado claro lo que está en juego

Los militares necesitan tiempo para prepararse.

Page 272: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 272/915

—El señor Jukes es un hombre inteligenteVíctor. Le aseguro que sabe lo que se hace.

Él sacudió la cabeza. Más retrasos. Mánacción.

Simona salió al pasillo.—Esta puerta permanecerá cerrada en tod

momento. Si necesita algo, use el holopad de lmesita de noche. Alguien vendrá a ayudarle.

—¿Debo considerarme prisionero?—Está aquí por su propia seguridad. El DCL nabe que está aquí, y queremos que siga así. —

Pulsó el código de la pared y selló la puerta sidecir más.

Esa tarde fueron unos técnicos para realizarle lprueba del polígrafo. Víctor no puso objecionesno tenía nada que ocultar. Sin embargo, cuando lpusieron todos los parches y sensores, empezó

preocuparle que la máquina malinterpretara sactividad cerebral y concluyera que los estabengañando. Entonces temió que toda la ansiedaque sentía por esa posibilidad desviara aún máos resultados. Cuando la máquina terminó s

rabajo, los técnicos no comentaron nada

Page 273: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 273/915

Page 274: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 274/915

cuenta o si cambio mi historia. Están buscando a ldesesperada signos de engaño por mi parte. Soan pomposos y pagados de sí mismos que n

pueden aceptar que un hombre carente de título

universitarios pueda saber algo que ustedes naben.

Algunos científicos se echaron a reír. Otrofruncieron el ceño y se marcharon. A Víctor no l

mportó. Prefería estar solo de todas formas.El quinto día sucedió por fin. Simona llegó aapartamento con Imala, que se mostró tan aliviadal ver a Víctor que lo abrazó.

—Llevan días machacándome —dijo—. Imagin

que contigo habrán hecho lo mismo. —Le sonri—. Lo han encontrado, Víctor. Prescott y Yanyu lohan encontrado.

Simona colocó su holopad en la mesa y extendi

as barras de las esquinas. Un noticiario en directe proyectó en el campo. Ukko estaba de pie antun atril con el logotipo de la corporación JukeTras él había un puñado de personas, la mayoríde las cuales habían venido al apartamento d

Víctor en los últimos días. Entre ellos se hallab

Page 275: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 275/915

Prescott, y también Yanyu.—Damas y caballeros de la prensa —dijo Ukk

—. Ciudadanos de la Tierra y la Luna. No estamoolos en el universo.

Víctor sintió que le quitaban un peso de encimaCon esa única frase, su tarea quedaba completa. Lesponsabilidad era ahora de otro. Estaba libre.

Las cámaras destellaron mientras Ukk

continuaba hablando.—Una especie alienígena inteligente y hostil sdirige en estos momentos hacia la Tierra en unnave que no se parece a nada que hayamos vistamás. —Señaló a su izquierda, donde había u

holocampo sobre una plataforma. Allí apareció lnave alienígena, suspendida en el espacio—. Estholo y otros más que he entregado a la ASCE estmañana no dejan ninguna duda de que nuestr

planeta corre grave peligro. —La nave redujo samaño y aparecieron los restos del Cinturón quhabía localizado Yanyu—. Mi personaespecializado ha hallado pruebas de que esta navalienígena es responsable de la destrucción de u

número indeterminado de naves mineras en e

Page 276: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 276/915

Cinturón de Asteroides y más allá. Tememos quas pérdidas de vidas humanas se cuenten po

miles. También podemos demostrar que esta navalienígena es la causa de la interferencia en la

comunicaciones que afecta al comercio espaciadesde hace meses. Mi equipo está siguiendo a lnave en estos momentos, y si su ritmo actual ddesaceleración continúa, llegará a la Tierr

aproximadamente dentro de once días.Murmullos entre los periodistas.Ukko les indicó que guardaran silencio.

—Debemos hacer todo lo que esté a nuestralcance para conservar la calma e impedir e

pánico mundial. Apelo a todos los gobiernos de lTierra para que convoquen una cumbre demergencia en las Naciones Unidas que tomnmediatamente medidas preventivas. Y le

aseguro que Juke Limited continuará haciendo todo que esté en su mano por mantener al mundnformado y ayudar en los preparativos que s

decidan. Ahora cederé la palabra a los miembrode mi equipo que les explicarán las pruebas

esponderán a todas sus preguntas. —Se retiró de

Page 277: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 277/915

atril y le hizo una seña a Prescott, que dio un pasal frente y se presentó.

—Está en todos los canales —dijo Simona, qumarcaba su pad de muñeca.

—Nuestra investigación comenzó con el estudide las supuestas pruebas de una supuesta navalienígena que llegaron a las redes —dijo Presco—. Muchas de estas pruebas fueron descartada

por la propia prensa, pero nuestro equipo dnvestigadores continuó analizándolas de todaformas.

Era una declaración atrevida. Sin embargoVíctor entendió su sabiduría. El mundo querrí

culpar a alguien, la gente estaría furiosa. Exigiríaaber por qué no se les había avisado antes y po

qué tenían tan poco tiempo para prepararse. Al dauna sutil colleja a los medios, Ukko estab

haciendo un control de daños preventivo evitando cualquier culpa que pudieran achacarle.La rueda de prensa continuó durante una hora

con diversos miembros del equipo de Ukkomando la palabra para presentar pruebas

esponder preguntas. Víctor e Imala vieron la

Page 278: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 278/915

noticias posteriores a medida que lopresentadores regurgitaban el anuncio de UkkoHabía rumores de que el presidente de la ASCestaba preparando una declaración. El president

de Estados Unidos había convocado una rueda dprensa. El Comité Central de Pekín estabdeliberando. El secretario general de las NacioneUnidas haría una declaración en breve. Al cabo d

un rato Víctor desconectó la emisión y lhabitación quedó en silencio.—¿Qué va a pasar ahora? —le preguntó

Simona.—Las Naciones Unidas celebrarán su cumbre

La ASCE entrará en acción. Todas las nacionemostrarán su apoyo y todos los políticomínimamente inteligentes, con la mirada puesta eas próximas elecciones, correrán a alabar a

eñor Jukes y su equipo.—¿Y la nave? —preguntó Víctor—. ¿Prepararáuna flota para destruirla?

Simona se encogió de hombros.—Es demasiado pronto para saberlo. Lo qu

ahora importa ya no es problema suyo. Puede

Page 279: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 279/915

ustedes marcharse. Ahora mismo, Juke Limited yno necesita sus servicios. El señor Jukes deseexpresar su profunda gratitud por su inestimablayuda, y como muestra de su agradecimiento le

permite el uso de una lanzadera Juke para que loransporte a la estación de Midway. Desde allí ses asegurará llegar al Cinturón de Kuiper.Víctor no daba crédito.

—¿Van a darme una lanzadera?—En préstamo. Para que lo lleve a MidwayUsted mismo dijo que quería encontrar a sfamilia.

—Sí, pero... ¿cuál es el truco?

—No hay truco. El señor Jukes reconoce loacrificios que ha hecho, y está ansioso po

devolverle el favor y reunirlo de nuevo con sfamilia. He de llevarlos a ambos al muelle d

atraque inmediatamente.—¿A ambos? —dijo Víctor.—Imala le acompañará. Ella pilotará l

anzadera. No es una nave con la que esté ustefamiliarizado.

Víctor miró a Imala y reparó, por su expresión

Page 280: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 280/915

en que ella ya había accedido a hacer esto.—¿Cómo puedes aceptar una cosa así? —

preguntó—. Tu carrera. Tu familia. No querrávenir conmigo. Hasta Midway es un viaje de seis

iete meses.—Me lo pidieron —respondió Imala—. Es l

menos que puedo ofrecerte después de todo lo quhas hecho por nosotros. No deberías viajar solo.

—Pero no tengo por qué viajar solo. Una navpara mí solo es un ofrecimiento generoso, pernnecesario. Sin duda todavía hay transportes qu

parten hacia el Cinturón. Y, si no, los habrá ahoraUn montón de gente querrá estar lo más lejo

posible de la Tierra y la Luna hasta que estacabe. ¿Por qué no puedo ir en una de esas naves a está? ¿Por qué darme toda una lanzadera?

—El señor Jukes quiere que viaje co

comodidad —dijo Simona—. El dinero no eningún problema.Víctor no supo qué decir. Una lanzadera. Hast

Midway. Gratis. Era más de lo que podría habepedido. Demasiado bueno para ser cierto.

Y entonces se dio cuenta de que, en efecto, es

Page 281: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 281/915

era.—Ukko no hace esto por generosidad —dijo—

Lo hace para librarse de mí. De eso se trata. ¿Miene aquí bajo arresto domiciliario y luego m

arga en cuanto se hace el anuncio? ¿En unanzadera solo con Imala? ¿Lejos de todos a lo

que podría contar mi historia? Esto no es uegalo. Es una mordaza. No quiere que hable co

nadie, sobre todo con la prensa. No quiere que lecuente que su hijo es un asesino. Está protegienda Lem al hacerme desaparecer. Dígame si voy bieencaminado.

—O tal vez el señor Jukes está sincerament

agradecido y usted lo juzga mal —dijo Simona.—Oh, sí, juzgo mal al hombre que lleva década

atacando a familias como la mía, el hombre qume llamó pagano y me amenazó y me retuv

prisionero...—Que le protegió de las autoridades —corrigiSimona.

—¡Para beneficio propio! ¿De verdad cree quoy tan estúpido para creer que Ukko Jukes harí

algo por pura bondad?

Page 282: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 282/915

—Víctor —dijo Imala—. Piensa un momento¿Importan realmente las motivaciones de Ukko?

Víctor se volvió hacia ella.—¿Te pones de su parte?

—No me pongo de parte de nadie. Estopensando en tus intereses. ¿Qué más da si Ukkquiere proteger a su hijo? Bien. No lo conviertaen asunto tuyo.

—Es asunto mío. Claro que es asunto mío. Lemató a mi tío.—¿Y qué vas a hacer al respecto? —pregunt

mala—. ¿Acudir a la policía? ¿Presentar cargosHay una orden de detención contra ti. Y aunque l

policía te escuchara, cosa que no hará, ¿crees quienes base legal en que apoyarte? No tiene

ningún cadáver que presentar. Ninguna pruebaingún testigo. ¿Crees que Ukko no dispone de

ejército de abogados más poderoso del mundo¿Crees que se quedará de brazos cruzadomientras tú haces esas acusaciones? Es el dueñde esta ciudad, Víctor. Es el dueño de toda lLuna. Probablemente también de los juece

Hazme caso: si vas a la guerra con esto, perderá

Page 283: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 283/915

Es así de sencillo.—¿Qué te ha pasado, Imala? ¿Qué pasó con e

fuego? Hace dos semanas intentabas hacer caer ese hombre. Ahora huyes con el rabo entre la

piernas. —Vio que esas palabras eran como unbofetada, y lo lamentó al instante.

Imala entornó los ojos.—¿Qué ha pasado? Una nave alienígena camin

de la Tierra, eso es lo que ha pasado. No me gustesto más que a ti, Víctor. Créeme, nadie desprecia Ukko más que yo, pero esta no es la forma dhacerle daño. Fracasará. El único perdedor seríaú.

—Lo que dice tiene sentido, Víctor —aconsejSimona.

—No se ponga de mi parte —dijo Imala.—Entonces ¿sabías que querían deshacerse d

mí? —preguntó Víctor—. ¿Sabías que esta era smotivación? ¿Y estuviste de acuerdo?—Pues claro que lo sabía. Es obvio, ¿no? Y

abía que tú lo descubrirías también. Nosotroenemos lo que queremos, Ukko consigue lo qu

quiere...

Page 284: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 284/915

—Y Lem se libra de un asesinato.—No viniste aquí en busca de venganza, Vícto

Viniste a hacer un trabajo, y ese trabajo esthecho.

Él se volvió hacia Simona.—Si Ukko hace esto solo como prueba d

gratitud, entonces aceptaría mi solicitud de ir en uransporte.

—Esa no es una opción —dijo Simona.Víctor sonrió con sorna.—Sí. Ya me lo esperaba.

Fueron en deslizador hasta un pequeñ

espaciopuerto privado al norte de Imbrium, bieejos del ojo vigilante del Departament

Comercial Lunar. Imala comentó que nunca habíoído hablar de este sitio y no recordaba haberlvisto listado en ningún registro oficial deDepartamento de Aduanas. Simona ignoró lobservación y les aseguró a ambos que el puertera legal.

El deslizador avanzó hasta un muelle de atraqu

cerca de la entrada de la terminal, y Simona lo

Page 285: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 285/915

condujo al interior. Era una terminal estrecha couna docena de puertas, seis a cada lado. Aparte dunos pocos técnicos que iban de un lado a otropreparando lanzaderas y cargando suministro

estaba vacía.Simona los guio hasta su punto de embarque

agitó la mano dentro de un holocampo junto a lpuerta de salida. La puerta al umbilical se abrió

os condujo al interior.La lanzadera era pequeña, con la mayor parte deespacio dedicado a la bodega de carga, de diemetros por doce. Varios palés de suministroempaquetados estaban fijados en el centro.

—Suministros para Midway —dijo Simona—Déjenlos en la nave cuando entreguen la lanzadera

Les enseñó entonces cuáles eran sus suministro  hamacas y le preguntó a Imala si tenía algun

pregunta respecto a los controles de vuelo. Imaldijo que no tenía ninguna.Simona extendió una mano.—Entonces buena suerte a ambos. Espero qu

encuentre a su familia, Víctor.

Él le estrechó la mano.

Page 286: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 286/915

—Gracias. Y espero que abra usted los ojos y sbusque un nuevo jefe.

Simona le hizo un guiño.—Algún día, tal vez. El sol a la espalda, Imala.

—Y a la suya —dijo Imala.Simona se marchó y cerró la puerta umbilica

ras ellos.Imala se amarró al asiento del piloto, introduj

unas cuantas órdenes en la consola y conectó eparabrisas virtual.Víctor se sentó en el asiento del copiloto, junto

ella.—¿Seguro que sabes pilotar esto? Creí que era

auditora.Ella conectó más interruptores y pulsó má

órdenes.—Mi padre es piloto en Arizona. Se esmeró e

convencerme de que siguiera sus pasos. Leccionede pilotaje, entrenamiento de vuelo en bajgravedad. Incluso me llevó a un crucero en órbitcuando era niña y logró que el piloto me dejarcoger los mandos unos minutos. Creo que pensab

que tendría una experiencia mágica que m

Page 287: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 287/915

convencería de ser piloto. Le rompí el corazócuando le dije que quería trabajar con tarifas mpuestos.—Nada que ver con pilotar.

—Y tampoco es la más glamurosa de lacarreras, en su opinión. ¿Qué puedo decir? Lmacroeconomía y las estructuras financieras mfascinan. Mi padre dijo que era «un error d

proporciones cataclísmicas». —Sonrió—Tendrías que conocer a mi padre. No es el máiberal de los hombres. Incluso intentó casarm

con otro apache para impedirme venir a la LunaUn verdadero hombre de la tribu, como mi padre

El orgullo del pueblo y todo eso. Para conservanuestra herencia.

»Sin embargo, a pesar de todo, me gustaba aqueipo. Si mi padre no hubiera sido quien no

presentó y no hubiera dado la lata, no sé quhabría sucedido. Mi madre decía que me marchpara fastidiar a mi padre, cosa que probablementes verdad. Cuando me fui de casa, no fue undespedida agradable. Nos dijimos unas cuanta

cosas que no deberíamos haber dicho.

Page 288: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 288/915

—¿Por eso no vuelves a Arizona? ¿Por esvienes conmigo?

—Voy contigo porque no deberías hacer estolo y porque creo que el mundo está en deud

contigo.—No eres tú quien tiene que pagar la deuda

mala. Llegué aquí solo, ¿recuerdas? No soy uhombre indefenso.

—Sí, pero pareces olvidar que casi tconsumiste entero y has fracasado miserablementpor tu cuenta desde que llegaste. Si yo no thubiera ayudado seguirías atrapado en el hospitade recuperación esperando el juicio, sin que e

mundo supiera lo que se le viene encima.Víctor apoyó los pies en el salpicadero y se pus

as manos tras la cabeza.—Mi heroína. ¿Qué haría yo sin ti?

—No gran cosa.Los anclajes se retiraron e Imala sacó lanzadera de la terminal.Víctor se irguió, serio de repente.—¿Estás segura de esto, Imala? Es un viaje d

un año entero. Seis meses de ida, seis de vuelta.

Page 289: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 289/915

—Sé hacer los cálculos.—Sí, pero te han cargado este mochuelo. Aú

puedes cambiar de opinión.—¿Estás diciendo que no quieres mi compañía?

—No; estoy diciendo que es un sacrificio que nienes que hacer.

—No puedo quedarme en la Luna, Víctor. Y nvoy a ir a casa. Si voy a casa, seré inútil. Aqu

puedo hacer algo. Puede que no consiga detener a nave hormiga, pero puedo contribuir de algúmodo. ¿Me concederás eso, por favor? ¿Mpermitirás al menos esa cortesía?

Él sonrió y se despegó del asiento, ingrávid

ahora.—Con una condición. Mi familia me llama Vico

para abreviar. Si vamos a pasarnos seis meses eesta lata, al menos deberíamos tratarnos com

familia.Ella sonrió, saboreando el sonido de la palabra—Vico. Veré si puedo recordarlo.

Durante siete días volaron con rumbo a Últim

Oportunidad, una pequeña estación de suministro

Page 290: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 290/915

que era la última parada en ese cuadrante paraquellos que viajaban al Cinturón. Desde allí, soles esperaban varios meses y doscientos millone

de kilómetros de viaje. Víctor e Imala n

necesitaban suministros, pero estabadesesperados por tener noticias. Su lanzaderhabía perdido contacto con la Luna después deprimer día a causa de la interferencia, y no sabía

qué preparativos habían hecho en la Tierra y lLuna desde entonces.—Con toda probabilidad las naves atracadas e

este lugar sabrán menos que nosotros —dijVíctor mientras se acercaban a la estación, todaví

a varias horas de distancia—. No habrán podidestablecer comunicación por el mismo motivo qunosotros. Serán ellos quienes se mueran poonsacarnos información, no al revés.

—Ya —contestó Imala—. Pero nuestranzadera no es el vehículo más rápido que existeTal vez haya naves en la estación que salieron da Luna después que nosotros y llegaron antes. Yal vez sepan algo que nosotros no sabemos.

Los datos de vuelo de la lanzadera decían qu

Page 291: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 291/915

ltima Oportunidad tenía diez estaciones datraque con umbilicales, pero cuando apareció a lvista Víctor observó que había al menos cuatrveces ese número de naves arremolinadas a s

alrededor.—Está repleto —dijo—. Es imposible qu

podamos desembarcar.—Tal vez no tengamos que hacerlo. Las línea

áser funcionan en distancias cortas. Si noacercamos lo suficiente, tal vez puedauministrarnos noticias directamente a la nave.

Cuando estuvieron a menos de cien kilómetromala utilizó la línea láser para llamar a l

estación.La cabeza de una mujer un poco regordet

apareció en el holocampo.—Necesito un tubo de atraque —dijo Imala—

pero parece que no tienen ninguno disponible.—No tenemos. Pero pueden conectar con uno dnuestros servidores de noticias.

—¿Reciben transmisiones de la Luna?—Solo texto —dijo la mujer—. La banda anch

no transmite voz ni vídeo.

Page 292: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 292/915

—¿Cómo les llega? Nosotros no captamos nada—Hemos colocado una serie de naves entre l

Luna y nosotros —respondió la mujer—. Una cadmillón de kilómetros o así. Como una brigada d

cubos para apagar un incendio. No es un sistemperfecto, se lo advierto. El deterioro qunormalmente se encuentra en diez millones dkilómetros se da ahora en cien mil. Así que en u

millón de kilómetros apenas se puede captar unransmisión muy lenta. Las naves tienen que repetos mensajes tres veces y deducir como puede

algunos párrafos, pero incluso así hay deterioros agujeros en el texto. ¿Le envío los códigos para e

enlace?—Sí, por favor.—Hay una tarifa —informó la mujer.—¿Va a cobrarme por las noticias?

—Mantener naves relé no es barato. Las noticiano llegarían de otro modo.—¿Cuánto? —preguntó Imala.

La mujer dijo una cifra totalmentdesproporcionada. Imala quiso discutir.

—Yo lo pagaré —zanjó Víctor. Su familia l

Page 293: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 293/915

había dejado el dinero para su educacióuniversitaria. Podía gastar una parte allí.

Cinco minutos después los textos de diversoervidores de noticias aparecieron en su monito

Los informes estaban llenos de agujeros y frasefragmentadas, pero captaron lo esencial de cadnforme.

Víctor tenía la esperanza de que hubiera

eunido una flota, pero rápidamente quedó clarque no era así. La ASCE pedía calma y abogabpor la diplomacia, buscando formas dcomunicarse con las hormigas cuando llegaranLas Naciones Unidas habían celebrado una cumbr

de emergencia como había sugerido Ukko Jukepero todo lo que aquel circo político habíconseguido era nombrar al embajador egipcioKenwe Zubeka, secretario de Asuntos Alienígenas

un nuevo cargo sin ningún poder ni influenciaZubeka no parecía advertir lo insignificante quera su puesto y seguía haciendo declaracioneestúpidas a la prensa.

Cuando le preguntaron por las naves destruida

en el Cinturón, Zubeka había contestado: «N

Page 294: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 294/915

Page 295: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 295/915

país quiere actuar por su cuenta. Si van solos sarriesgan a perder sus naves y debilitar su arsenaEso los haría vulnerables a otras potencias.

—¿Entonces no van a hacer nada? ¿Por qué tod

el mundo parece creer que la inacción es la mejoacción?

—La cautela es su acción, Vico. O al menos eses su justificación. Están de brazos cruzado

esperando a ver qué pasa. Todos esperan que este resuelva solo. Actúan como actúan siempre lohumanos cuando la guerra parece inevitable y lmayoría de las variables son desconocidas. Estáugando a ser los buenos y esperan a que el otr

dispare primero.—Las hormigas no disparan primero, Imala

Destrozan. Encuentran vida y la destruyen. No lenteresa la diplomacia ni reunirse alrededor de un

mesa y hacer amigos. Les interesa abrirnos ecanal y desangrarnos.Siguieron leyendo, pero la situación tan sol

empeoró. Había disturbios por todo el mundo: lgente tomaba las calles para exigir que lo

gobiernos actuaran. Había muertos. Los gobierno

Page 296: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 296/915

continuaban lanzando llamamientos a la calma. Lomedios discutían también los vídeos que Víctor mala habían subido. Los expertos escrutaban cad

detalle, perdiendo tiempo en excusar a los medio

por haberlos ignorado inicialmente. Los vídeodespués de todo, se parecían a tantos otros falsoque había por ahí.

—No podemos continuar, Imala —dijo Vícto

cuando terminaron de leer—. No vamos marcharnos de esta estación. Todavía no. No hastque veamos en qué acaba todo esto.

Tampoco ninguna de las otras naves atracadas smovió. Y a lo largo de los días siguientes, e

número de naves aumentó. Víctor e Imalprogramaron el monitor para que los alertara cadvez que llegaba un mensaje nuevo, no importaba sestaban durmiendo.

Permanecieron allí durante días, leyendo lonformes en voz alta el uno al otro en el momenten que llegaban. A veces Víctor se sentía tafrustrado con la estupidez de los gobiernos o lprensa que le decía a Imala que dejara de lee

Luego se retiraba a la parte trasera de la lanzader

Page 297: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 297/915

para tranquilizarse.—Todo ese esfuerzo —le dijo—, todo es

iempo pasado en la nave rápida para que la Tierrpudiera prepararse, para que los países pudiera

eunir recursos que les permitieran pasar a lacción, y nadie está haciendo nada. —Querílorar. Quería sacar la mano al espacio y sacudir

alguien—. ¿Cómo pueden estar tan equivocados?

—Porque el mundo no piensa como una familide mineros libres, Vico. No somos un solo puebloEstamos divididos, solo preocupados por nuestrpropia gente y nuestros planes y nuestras fronteraSomos un planeta, pero mirándonos no lo parece.

Entre tanta estupidez había también voceazonables. Varios gobiernos estaban ta

escandalizados y aturdidos por la inacción comVíctor. Alemania, Australia, Nueva Zelanda

Argentina, Sudáfrica. Todos abogaban por formauna coalición para la defensa inmediatamentePero Rusia, China y Estados Unidos rechazaron ldea en el Consejo de Seguridad de las Nacione

Unidas: más provocaciones solo producirían má

violencia.

Page 298: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 298/915

Al cuarto día, con una escuadrilla de naves de lASCE como escolta, la nave hormiga entró eórbita geosincrónica con la Tierra y se detuvo.

Page 299: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 299/915

10

NAVE NODRIZA

 —¿Qué ves? —preguntó Bingwen—. ¿Dejaentrar a la gente en la biblioteca?Encima de él, Hopper se agarraba a una tuberí

ateral de una casa de la aldea. Incluso con spierna torcida, Hopper siempre había sido mejo

escalador. Era la postura de su pie malo lo que ldaba ventaja: el pie ligeramente vuelto hacidentro apoyaba mejor la planta sin tener quarquear las piernas. Eso le permitía trepar po

uberías desvencijadas como esa a pesar de questaba mojada y era estrecha.—Hay al menos cuatrocientas personas aquí —

dijo Hopper.Estaba oscuro, bien entrada la tarde, y l

multitud estaba salpicada de linternas. Casi todo

Page 300: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 300/915

os habitantes de las aldeas cercanas habían ido a biblioteca para ver qué sucedía cuando llegara nave alienígena. Los padres de Bingwen estaba

en algún lugar de aquella muchedumbre, igual qu

u abuelo. Bingwen los había acompañadoagarrado a la mano de su madre. Pero cuando lmultitud creció y avanzó hacia la biblioteca, lgente empezó a apretujarse y Bingwen temió qu

fueran a aplastarlo. Antes de que su madre pudierdetenerlo, se agachó y se arrastró entre las piernade la gente hasta que salió por detrás y encontró Hopper.

—La señorita Yi ha cerrado la puerta —inform

Hopper—. Se ha subido a una silla.Bingwen estaba desesperado por ver. Miró e

derredor. Había un barril para recoger agua de lluvia justo debajo de una ventana. Cogió una caj

de fruta del montón de la basura y la usó comescalón para encaramarse al barril. Desde allí saupó al alféizar de la ventana. No tenía una vistan buena como Hopper, pero veía bastante bie

por encima de la gente.

La señorita Yi, la bibliotecaria, pedía silencio.

Page 301: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 301/915

—Por favor, silencio. La biblioteca está cerradaVolveremos a abrir mañana para los servicios dnoticias a las horas normales de trabajo.

El clamor de la multitud fue inmediato.

—¡Déjennos entrar! —gritó alguien.—¡Queremos ver las noticias!Yi pidió de nuevo silencio.—Aunque pudiera dejarlos entrar, no tenemo

uficientes máquinas. No cabrían. Si noenteramos de algo, lo pegaré en la puerta.—¡Abra!—¡Es nuestra biblioteca!—¡Quitadla de en medio!

—Van a descuartizarla de un momento a otro —dijo Hopper.

Era cierto. Las cosas iban a ponerse feaBingwen tenía que hacer algo y rápido.

—Hop, tenemos que llegar al tejado de lbiblioteca.Hopper le dirigió una mirada de malicia.—No sé qué tienes en mente, pero me gusta.

Bingwen bajó al suelo y su amigo lo siguió

Rodearon a la multitud para llegar a la part

Page 302: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 302/915

rasera de la biblioteca. No había puertas nventanas, solo una pared de estuco lisa.

—Imposible llegar al tejado —dijo Hopper—o hay nada donde agarrarse. Podría empujarte

pero el tejado está a cuatro metros de altura.Bingwen apenas prestaba atención. Habí

eguido hasta una zona de hierbas altas detrás deedificio. La escalera de bambú estaba justo dond

a había dejado, anclada al suelo con dos clavijaAunque alguien se hubiera parado justo dondBingwen estaba ahora, no habría visto la escalerapues estaba bien oculta entre un denso manto dhierba y matorrales. Bingwen soltó las clavijas

arrastró la escalera hasta la parte trasera deedificio.

Hopper parpadeó.—¿Qué es eso?

—Una escalera.—Obviamente. ¿De dónde ha salido?—La he hecho yo.—¿Cuándo?—Hará cosa de un año.

—¿Y cuándo pensabas decírmelo?

Page 303: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 303/915

Bingwen hizo un gesto con la mano.—Hopper, te presento a mi escalera. Escalera

este es Hopper.—Muy gracioso. ¿Pretendes decirme que lleva

un año colándote en la biblioteca?—Unos cuantos años, en realidad. Esta es l

ercera escalera que he hecho.Bingwen la apoyó contra el borde del tejado

encajando los largueros de bambú en los dopequeños huecos que había tallado para espropósito. Sacudió la escalera para asegurarse dque estaba firme y luego señaló el primer peldaño

—Tú primero.

Hopper sacudió la cabeza.—¿Unos cuántos años? Vaya. —Y empezó

ubir. Bingwen lo siguió.El tejado era plano. Bingwen recogió la escaler

 la dejó a un lado.—Por eso sacas dieces en todos los exámenes dprácticas —dijo Hopper—. Llevas años haciendrampas.—Yo no hago trampas. Estudio más.

—¿Cuándo?

Page 304: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 304/915

—A las tres o cuatro de la mañana casi todos lodías. Te encantaría. Se está muy tranquilo.

—Eso explica cómo aprendiste inglés.—¿Qué creías, Hop, que podría aprenderl

durante las irrisorias horas de estudio que nodejan? Es el idioma más atrasado del mundo.

—Deja de usar palabras como «irrisorio». Solconsigues que me sienta más idiota.

Bingwen sonrió y puso una mano en el hombrde su amigo.—No eres idiota, Hop. Eres listo. Yo estudi

más porque tengo que hacerlo. No pillo loconceptos tan rápido como tú.

Hopper se cruzó de brazos e hizo una mueca.—Solo intentas ser amable.Bingwen hizo un gesto de tijera con los dedos

cortó el aire.

—Cortemos este maravilloso momento dempatía y entremos, ¿quieres?Corrió a un grueso respiradero. Se arrodilló

etiró la cobertura de goma en torno a la baseLuego la rodeó con los brazos, la retorció y l

alzó. El respiradero se soltó con facilidad

Page 305: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 305/915

dejando un agujero en el tejado.—¿Cómo levantaste esta cosa cuando empezast

a venir aquí? —preguntó Hopper—. Tus brazos neran lo bastante largos para abarcarla.

—Por un sistema de poleas. Un poco de cuerdaun poco de bambú y un poco de ingenio. Créemeesto es fácil.

Hopper volvió a sacudir la cabeza.

—Increíble.Bingwen tumbó a un lado el respiradero.Hopper se inclinó y se asomó al agujero.

—Hay cuatro metros hasta el suelo. ¿Cómvamos a lograrlo? No, déjame adivinar

¿Cabestrantes y andamios hechos con tallos darroz y chicle?

Bingwen sonrió.—Hopper. Tenemos una escalera.

Hopper se ruborizó.—Cierto.Recogieron la escalera, la metieron en e

agujero, y empezaron a bajar. Estaban en lesquina suroccidental del edificio, ocultos de

esto de la biblioteca por altas estanterías d

Page 306: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 306/915

ibros.Bingwen oyó voces.—¿Y ahora qué? —susurró Hopper.

Bingwen se arrastró hacia el final de l

estantería y observó el pasillo. La puerta principaestaba atrancada, y la señorita Yi estaba ahordentro, sentada ante un terminal, flanqueada podos ayudantes, viendo las noticias.

—Esa comedora de lodo —susurró Hopper—¿Ella ve las noticias y nosotros no?—Sígueme.Se arrastraron por la pared del fondo hasta l

oficina principal. Bingwen retiró una esquina de l

alfombra y sacó una tarjeta de acceso oculta.—Ni siquiera voy a preguntar cómo ha

conseguido eso —dijo Hopper.Bingwen abrió la puerta, escondió de nuevo l

arjeta y entraron. El proyector y la caja de lantena estaban en el armario.—Extiende los brazos —dijo Bingwen.Hopper obedeció y Bingwen le hizo cargar co

ambos aparatos. El amplificador y el altavo

estaban en un cajón al fondo. Bingwen se los meti

Page 307: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 307/915

en el bolsillo y le indicó a Hopper que lo siguiera—¿Así que tú cargas con lo que pesa poco y y

con lo que pesa mucho? —dijo Hopper cuandlegaron a la escalera.

Bingwen se llevó un dedo a los labios, cogió lcaja de la antena y empezó a subir por la escaleraCuando llegaron arriba, retiró la escalera y volvia sellar el agujero.

—Si me hubieras dicho desde el principio que tplan era robar —dijo Hopper—, podría habermahorrado una temporada en la cárcel negándome er tu cómplice.

—No es robar. Este equipo no saldrá de l

biblioteca.Lo llevó todo al otro lado del tejado, encima d

a puerta principal. La mayor parte de la multitueguía allí, pero se habían calmado y estaba

entados en pequeños grupos en las escaleras de laldea o en las pocas zonas de hierba, conversandranquilamente y esperando a que la bibliotecaries comunicara alguna noticia. Nadie vio

Bingwen emplazando el equipo.

Solo tardó un momento. Cuando estuvo listo

Page 308: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 308/915

etiró la tapa de la lente y el servicio de noticiae proyectó en un lateral de la casa que habí

frente a la biblioteca. Se veía a un periodista eas calles de Pekín. Tenía a miles de persona

detrás, todas contemplando las enormes pantallaen las fachadas de los edificios. Mostrabamágenes en directo de una nave roja con forma dágrima gigante.

Debajo de Bingwen, alguien gritó y señaló lproyección.—¡Mirad!

La voz del periodista resonó en el altavoBingwen ajustó el volumen y la muchedumbre d

aldeanos se congregó rápidamente delante de lcasa. Varios aplaudieron y silbaron y apuntarobrevemente con sus linternas al tejado para vequién les había hecho el favor. Hopper se acerc

al borde del tejado, hinchando el pecho aludando como un general que vuelve de lguerra.

Bingwen localizó a su abuelo, que le hizo uguiño.

«... docenas de miles de personas han salido

Page 309: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 309/915

as calles —decía el periodista—. Todas havenido para vivir juntas este acontecimienthistórico. He hablado con varias personas y suentimientos abarcan todo el espectro emociona

Algunas me han dicho que tienen miedo, que ldestrucción de las naves mineras en el Cinturón lepreocupa mucho...».

—¿Tú tienes miedo, Bingwen? —pregunt

Hopper.Ahora estaban los dos sentados en el tejado, laodillas apretadas contra el pecho paresguardarse del gélido aire nocturno.

Bingwen hizo un ligero ajuste en el altavoz par

que el sonido en su dirección se redujera pero nafectara a los de abajo.

—¿Tú no? —preguntó.—Nunca se lo diría a mi padre o a Meilin... per

ahora tengo pesadillas. Mi madre dice que gritpor las noches. El sueño es tan real... Está ahí emi cuarto, de pie junto a mí.

—¿La criatura?Hopper asintió.

—Solo que no lleva un traje de compresión. N

Page 310: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 310/915

leva nada. Está ahí de pie, mirándome. —Alzó loojos hacia el cielo, como si pudiera ver la navmás allá de la negrura.

—Es un sueño, Hop. Yo también los tengo.

Hopper se volvió, sorprendido.—Los tiene mucha gente —dijo Bingwen—

ncluso mi padre. Tuvo que echarse agua en la cara otra noche y sentarse junto al fuego. No pud

volver a dormir. Nunca le había visto así. Pero soueños, Hop. Solo eso. Esa nave parece grande eproporción, pero el mundo es mucho más grandDoce mil millones de personas son mucha fuerzaSean lo que sean esas criaturas, no nos dañarán.

—No te lo crees ni tú. Has estado acumulanduministros. Te has estado preparando para l

peor. Me dijiste que esperara lo peor.Era cierto. Bingwen llevaba guardando cosa

desde que Yanyu le enviara el vídeo. Y le habíadicho a Hopper que hiciera lo mismo. PerHopper no necesitaba oír ahora datos sombríos. Eiempo de preparación se había acabado. Ahorodo lo que podían hacer era permanecer serenos

alerta.

Page 311: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 311/915

—Estoy almacenando alimentos —dijo Bingwe—. Más vale prevenir. Por si los suministros sacaban y no vienen más camiones. Mi abuelo y yenemos mucho, compartiremos.

—Solo estás intentando de nuevo hacer que mienta mejor.—Tienes razón. Retiro todo lo que he dicho hoy

obre todo la parte de que eras listo —repus

Bingwen, y le dirigió a Hopper una sonrisa llende dientes.Hopper puso los ojos en blanco y le dio u

empujoncito en el hombro.Los gritos abajo los sobresaltaron a ambos.

—¡Alto! —La señorita Yi salió en tromba deedificio, agitando los brazos—. ¡Alto! —Se plantdelante de la proyección y se enfrentó a la multitu—. No pueden hacer esto. ¡Váyanse todos a casa

—Señaló con un dedo a Bingwen—. ¡Tú, pequeñata, apaga eso!Alguien le lanzó un zapato. La luz del proyecto

e daba en los ojos, así que la señorita Yi solpudo retroceder en el último instante. El zapato l

golpeó levemente en el pecho, pero ella grit

Page 312: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 312/915

como si le hubieran arrancado el brazo. Variapersonas se echaron a reír.

—¡Vuélvete dentro, tía! —gritó alguien.—¡Déjanos en paz!

—¡Apártate de la luz!Yi se envaró.—¡El director regional se enterará de esto!

Otro zapato voló y ella volvió a chillar y s

etiró, cubriéndose la cara con un brazo. Máburlas y risas. Bingwen la vio marcharse y lcompadeció.

Yi se detuvo en la puerta de la biblioteca apuntó al tejado con su linterna.

—Nunca volverás a poner el pie en este edificioBingwen. ¿Me has entendido? Tú tampocoisiado.

—¡Cómete un pedo, cara de cerda! —grit

Hopper.Más risas y la mujer desapareció en el interiode la biblioteca.

—Muy inteligente —dijo Bingwen—. Ahornunca harás el examen.

—No iba a dejarnos de todas formas. Además

Page 313: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 313/915

no la necesitamos. Volveremos a las tres de lmadrugada y haremos el examen entonce¿Verdad, chico de la escalera?

Continuaron viendo la emisión. El periodist

entrevistaba a alguien en la calle cuando epresentador del estudio le interrumpió y pasó a lamágenes en directo de la nave alienígena en e

espacio. Varias lanzaderas más se habían acercad

ahora, y con ellas la nave alienígena daba unensación de escala. Era más grande de lo quBingwen había supuesto. Había visto todas lapruebas que Yanyu le había enviado; habíexaminado todos los datos y holos que habí

ubido el minero libre. Sin embargo, los númeroeran solo números. Esto era real, más grande qunada que los humanos hubieran soñado construir.

La multitud de aldeanos guardó silencio. Nadi

e movió. Hopper tenía los ojos como platoígido de miedo.«Un enviado de las Naciones Unidas se acerc

ahora a la nave alienígena —dijo la voz decomentarista—, que desde los últimos cuarent

minutos no ha cambiado de posición ni se h

Page 314: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 314/915

movido».¿Qué está haciendo?, se preguntó Bingwen. ¿Po

qué está ahí parada? ¿Está esperando nuestrespuesta? ¿Trata de comunicarse?

En el espacio, lejos de la nave alienígenaapareció una nave pequeña, escoltada por doanzaderas. La imagen pasó a las cámaras de esta Bingwen vio que la nave que se aproximaba er

de color celeste y llevaba los distintivos de laaciones Unidas. La imagen cambió de nuevo as cámaras de dentro de la nave, donde un hombr

de piel oscura y atuendo formal permanecíanclado al suelo, sonriendo como un idiota.

La voz del comentarista fue ahora casi uusurro.

«Pasamos ahora al secretario de AsuntoAlienígenas de las Naciones Unidas, Kenw

Zubeka, que lleva regalos y muestras de paz dciento ochenta y siete países».La nave de las Naciones Unidas se detuvo

pocos kilómetros de la alienígena. Una plataforme despegó de la parte inferior y avanzó. U

enorme holo en forma de disco cobró vida sobre l

Page 315: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 315/915

plataforma, como si fuera un frisbi.«Delegados en la ONU de doce nacione

diferentes insistieron en que el secretario Zubekuviera escolta militar —dijo el presentador de

noticiario—, pero Zubeka se negó, diciendo, epalabras textuales: “No apuntaremos con unpistola en una mano y ofreceremos un regalo dpaz en la otra”».

Dentro de la nave, Zubeka extendió los brazos.«Bienvenidos. En nombre del pueblo de lTierra, les extiendo una mano de amistadhermanos del universo».

Una voz tradujo las palabras de Zubeka a

mandarín.«Les ofrecemos este holograma, una muestra d

nuestra esperanza de paz y respeto mutuo entrnuestras especies».

Encima del disco un gigantesco holo de unpaloma con una rama de olivo en el pico agitó laalas, como si emprendiera el vuelo.

Bingwen suspiró. ¿Una paloma? Eso nignificaría nada para esa especie. Nunca habría

visto una y no tendrían ni idea de su significado.

Page 316: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 316/915

«Esta criatura es una paloma —dijo Zubeka—Un símbolo de nuestro...».

Cientos de glóbulos de luz brotaron de un puntde la nave alienígena y cayeron sobre la paloma

desintegrando la plataforma bajo ella. Eholograma se apagó, y los aldeanos lcontemplaron boquiabiertos y retrocedieron.

La sonrisa de Zubeka se desvaneció, pero s

esforzó por conservar la compostura.«Deben de sentirse ofendidos porque no he iden persona».

Las cámaras de las lanzaderas de noticias scentraron en la nave alienígena, donde una secció

del casco se había abierto y del que salía uextraño aparato alargado. Un arma. Zubeka siguimirando al frente pero hizo un gesto al capitán da nave que tenía a su derecha.

«Capitán, quizá deberíamos alejarnos un poco»El capitán se volvió hacia uno de los pilotos.«¡Atrás! ¡Sáquenos de...!».Un segundo estallido de luz envolvió a la nav

de las Naciones Unidas y la redujo a cenizas.

La muchedumbre gritó al unísono. Hoppe

Page 317: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 317/915

etrocedió, frenético. El arma alienígena rotó disparó de nuevo. Una lanzadera de noticias svaporizó. Luego otra. Una tercera viró y trató dhuir, pero los alienígenas la alcanzaron por detrás

El arma giró de nuevo. Los gritos del interior de lúltima lanzadera, la única que transmitía, siguierooyéndose. La cámara se estremeció. La imagegiró cuando la nave se volvió, inestable

desesperada. Hubo ruidos fuera de la imagengente gritando, corriendo, los motores ganandpotencia, preparándose para huir.

De pronto se produjo un ardiente estallido de lu la imagen proyectada se fundió en negro.

Por un instante los aldeanos se quedaroaturdidos y mudos. Y transcurrido un momentodos empezaron a gritar a la vez, llamándose uno

a otros, buscándose en la multitud, recogiendo

os niños, diciendo a sus seres queridos que sdieran prisa, corriendo a las escaleras de la aldeque conducían a los campos. Varios hombrelamaban a la calma, pero nadie les hacía caso.—¡Bingwen!

Bingwen miró hacia la multitud. Allí estaba s

Page 318: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 318/915

madre, urgiéndolo a que bajara del tejado.—¡Ya voy!—¿Qué hacemos? —dijo Hopper. Las lágrima

corrían por sus mejillas, pero no parecía dars

cuenta.Bingwen lo agarró por los brazos.—¡Hop! Mírame. Mírame a la cara. Esa nav

está en el espacio y nosotros estamos aquí abajo

¿Entiendes? Está muy lejos. De momento no hapeligro.Hop parpadeó y asintió.

—Necesitamos ayudar para que la gentconserve la calma. ¿De acuerdo? Si no l

hacemos, alguien resultará herido. Te necesito coa cabeza despejada.

Hopper volvió a parpadear, recuperándose. Secó los ojos con la manga.

—Muy bien. Sí. Lo siento. ¿Qué quieres quhaga?—Ven conmigo.Corrieron a recuperar la escalera, la bajaron po

el lado del edificio y llegaron al suelo. Bingwen l

escondió apresuradamente en la hierba, y lueg

Page 319: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 319/915

corrieron hacia la fachada frontal. Allí estaba smadre, que lo arropó. Su padre llegó un momentmás tarde, medio arrastrando al abuelo, que sujetaba el costado y resoplaba.

—¿Qué ha pasado?—La multitud lo empujó por las escaleras —

explicó el padre—. Casi lo aplastan. Es unocura. Podrían haberlo matado si no lo hubier

acado de allí.El anciano se agarró el pecho y apretó lodientes.

—Tu corazón... —se alarmó la madre.—Estoy bien —respondió el abuelo—. Solo so

magulladuras.—Costillas rotas, más bien —dijo el padre—

Tal vez algo más.Cerca de allí lloraba desesperadamente una niñ

pequeña. La gente pasaba corriendo por su ladognorándola. Bingwen le hizo una señal a Hopperquien comprendió y corrió hacia la niña. Sarrodilló a su lado, la rodeó con un brazo parconsolarla y buscó a su madre entre la multitud. L

niña siguió llorando.

Page 320: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 320/915

—Hijos de puta —rezongó el abuelo—. Nienen respeto por sus mayores. Me derribaro

como una manada de búfalos. Debería llevabastón. Podría haber atizado a algunos. —S

volvió hacia Bingwen—. Ese chupador de lodque te da problemas. El gallito.

—Zihao —dijo Bingwen.—Ese. Me pateó la espalda. No tiene ningú

honor. Le sacaré el hígado si lo vuelvo a ver.—Ahora tranquilízate —ordenó la madre.—Estoy bien. Puedo andar. Dame un minuto —

espondió el abuelo. Trató de sentarse en el suelodio un respingo y volvió a tenderse.

—Yo me quedaré con él —dijo Bingwen—. Oalcanzaremos más tarde.

La madre titubeó.—Nadie se va a quedar conmigo —protestó e

abuelo—. Voy a ir a mi propio ritmo. No veo poqué tanta prisa. La nave alienígena hace explotaunas cuantas lanzaderas de noticias y todo emundo se mea encima. Correr como locos nervirá de nada.

—Tiene razón —dijo Bingwen—. El pánic

Page 321: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 321/915

olo empeora las cosas.—No vamos a separarnos —zanjó la madre.—La única persona que se queda soy yo —dij

el abuelo—. ¿Es que no vais a respetarme?

—Esta vez no —dijo el padre.—Entonces dejadme con Bingwen —pidió e

abuelo. Señaló al padre—. Si voy contigo, ndejarás de quejarte. Hasta que lleguemos a casa

no dejarás de decir que tendría que tener mácuidado, que caerme fue por mi culpa, que soy uncarga.

—Deberías tener más cuidado —confirmó epadre.

—No eres ninguna carga, padre —dijo la madre—Dejadme con el chico.—Ni siquiera puedes andar. Bingwen no pued

levarte en brazos.

El abuelo se incorporó, gimiendo, pero esta veconsiguió ponerse en pie.—No necesito que me lleven en brazos. Iremo

detrás de vosotros. Vamos. Antes de que alguieaquee nuestra casa y se lleve la poca comida qu

enemos.

Page 322: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 322/915

Los padres de Bingwen intercambiaron unmirada nerviosa.

—¿Qué? —dijo el abuelo—. ¿Pensáis que esgente de pronto se volverá civilizada cuand

leguen a casa? Están agitados como avispas. Semen que nos espera la guerra, solo pensarán en s

mismos y arrasarán con todo lo que encuentren.El padre miró hacia la multitud que s

dispersaba. La madre se cubrió la boca con unmano, temerosa. Bingwen casi se lo dijo entonceso os preocupéis. Tengo víveres. Sé que m

dijisteis que no lo hiciera, pero enterré unacuantas herramientas y latas y sacos de arroz en l

alto de la colina. No tendremos ningún problemaDurante algún tiempo, al menos.

Pero antes de que Bingwen hiciera acopio dvalor para admitir que había desafiado a su padre

u padre cogió a su madre de la mano y volvieroa la escalera.—¡Ve a casa lo más rápido que puedas

Bingwen! —ordenó el padre por encima dehombro. Luego se abrió paso entre la multitud

bajó presuroso la escalera tirando de la madre. E

Page 323: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 323/915

Page 324: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 324/915

—No tenías ningún derecho a decirle eso.—Ella no tenía ningún derecho a abandonar

una niña de dos años.—Puede que no la haya abandonado. Tal ve

pensó que la tenía su marido. Tal vez estabayudando a alguien.

—Tendría que haber llevado a la niña con ella.—Claro, ahora sabes cómo ser madre.

—Ya basta —dijo el abuelo—. Los dos. Un sacde arroz sabe más sobre criar hijos que vosotro¿Y dónde están vuestros padres, eh¿Reprenderías así a tu propia madre, chico?

Hopper agachó la cabeza, avergonzado.

—No, Ye Ye Danwen —dijo, dirigiéndose aabuelo con el debido respeto.

—Eso pensaba —dijo el anciano. Se volvihacia Bingwen—. Ayúdame a levantarme.

Bingwen le ofreció una mano y tiró, pero fue eabuelo quien hizo casi todo el trabajo, colocandprimero un pie y luego otro, despacio, hasta que sncorporó dolorosamente.

—No dejes que vuelva a sentarme a descansa

—dijo—. Duele demasiado volver a levantarse

Page 325: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 325/915

—Inhaló hondo y dio un respingo—. También mduele al respirar.

Levantó torpemente los brazos por encima de lcabeza, estirándose, comprobando el umbral de s

dolor. Luego los bajó, sin aliento.—Necesito un trozo de tela, Bingwen. Par

atármela alrededor del pecho y controlar mespiración. Y un bastón.

Bingwen miró alrededor. La zona ante lbiblioteca ya estaba desierta, excepto por ellocuatro. Había casas a ambos lados de la escalerque serpenteaba por la falda de la colina. Lauces estaban casi todas encendidas. Bingwe

podía oír a la gente hablando y cuchicheandoMiedo, decían sus voces. Miedo y muerte.

Dos casas más arriba, una cuerda de tender lopa se extendía entre dos edificios. Una sábana s

acudía, subiendo y bajando con las corrientes daire que llegaban desde el valle. Bingwen corrihasta la sábana, miró en todas direcciones, larrancó de un tirón y se la echó al hombro. En lmisma casa, junto al tejado, una vara de bambú d

dos metros se extendía desde el rincón del techo a

Page 326: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 326/915

barril de agua de lluvia, dirigiendo la escorrentíaBingwen tiró del bambú y lo sacó de su sujeciónLuego llevó ambas cosas a su abuelo.

—Eso es robar —dijo Meilin.

—No —replicó el abuelo—. Eso es cuidar a tumayores. Rasga la sábana en tiras largas, Bingwen

Bingwen buscó una piedra en el suelo, encontruna con filo y la aplicó a la sábana par

desgarrarla. Luego metió los dedos en el agujero acabó la tarea.Hicieron tiras largas para vendar el pecho de

abuelo y las anudaron lejos de la herida.—Más apretado —les decía el abuelo, hasta qu

estuvo tan tenso que Bingwen temió que no pudierespirar. Pero solo entonces la cara del viejo selajó—. Bien. Sí, bien —dijo. Se le veía cansad se apoyaba en el bambú—. Bajemos la escalera

Los cuatro bajaron al paso del abuelo, despacioescalón a escalón. La mano libre del abuelo sapoyaba en el hombro de Bingwen.

—Vosotros dos, corred a casa —ordenóhaciendo un gesto con la cabeza a Hopper y Meili

—. No os quedéis aquí. Vuestras familias estará

Page 327: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 327/915

preocupadas.—Nos quedamos contigo —dijo Meilin—. Si t

caes por la escalera, Bingwen no podrá llevarte casa.

El abuelo se apoyó en el bastón y soltó unisita, lo cual le provocó una nueva oleada d

dolor que casi lo dobló por la mitad.—No me hagas reír, niña. O me caeré.

Bingwen agarró el cinturón del anciano parujetarlo mejor, y él asintió agradecido. Luegomó aire y, moviéndose más despacio que antes

continuó bajando.«No llegaremos a casa antes del amanecer»

pensó Bingwen. No a este paso. No con trekilómetros de arrozales que atravesar. Observó lopies del abuelo, que se arrastraban, dirigiendrabajosamente cada paso.

Paso. Arrastre. Paso. Arrastre.Bingwen alzó la mirada. Era una noche sinubes. La Vía Láctea y millones de estrellacubrían el cielo. Una parecía particularmentbrillante. Al principio Bingwen pensó que podí

er un avión o un deslizador de grandes altura

Page 328: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 328/915

Pero la luz no se movía ni parpadeaba. Permanecíallí, impertérrita. Bingwen siguió contemplándolaesperando que cayera del cielo y escupiera fuego.

Page 329: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 329/915

11

HERC 

Mazer dudaba de poder localizar a los miembrodel NZSAS, pero igualmente fue a su oficina parntentar contactar con ellos. Era noche cerrada y e

edificio de administración estaba oscuro desierto. El holoescritorio estaba encendido

esperándolo, mostrando imágenes de soldadochinos en uniforme de combate. Mazer pasó lmano por el campo y las imágenes desaparecieronustituidas por un menú de caracteres chinos. L

base no tenía traducción al inglés, pero Mazeconocía suficientes caracteres para hacer funcionael aparato. Pulsó los comandos y esperó.

El icono de la estrella giró en el campondicando que el enlace estaba llamando

Auckland. Mazer lo había intentado hacía hora

Page 330: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 330/915

pero la red estaba demasiado congestionadentonces. Intentarlo ahora, momentos después dque la nave espacial disparara a las lanzaderas dnoticias y esencialmente declarara la guerra a l

aza humana, sería con toda probabilidad unpérdida de tiempo: todos los enlaces seguros deejército neozelandés estarían ahora en uso.

Para su sorpresa, sonó un timbre y un técnico d

comunicaciones neozelandés apareció en eholocampo. Era joven, de unos dieciocho años, parecía exhausto.

—Comunicaciones NZ —dijo—. Estconectado. Identifíquese. Cambio.

—Capitán Mazer Rackham solicitando contactnmediato con el coronel Napatu en PapakuraZSAS.—Un momento, señor. —El técnico se puso

manipular unos controles fuera de la imagen.Mazer lo observó. No está exhausto, advirtióino asustado, aterrado porque el mundo que creí

conocer, un mundo donde nada cuestionaba nuestrposición en la cima de la cadena alimenticia

acaba de ser arrojado al desagüe.

Page 331: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 331/915

El técnico terminó lo que fuera que estabhaciendo.

—Lo siento, capitán. El coronel Napatu no estaccesible. ¿Le paso con la centralita del SAS?

—Sí, por favor.—Un momento.El muchacho desapareció. El icono de la estrell

egresó. Mazer esperó diez minutos. Finalmente, e

argento mayor Manaware, el ayudante del coroneapatu, respondió. Antes de que Mazer pudierdecir una palabra, Manaware dijo:

—Sus órdenes son mantener su posicióncapitán.

El holocampo trinó, y un memorándum decoronel Napatu apareció en forma de icono en ecampo. Una orden firmada, sin duda.

Mazer resopló para conservar la calma.

—Sargento mayor, si el SAS se despliega, mequipo tiene que participar. Nadie conoce loHERC como nosotros.

—Capitán, sé que se siente frustrado, pero ecoronel tiene diecisiete equipos de asalt

epartidos por todo el planeta, y ahora mismo n

Page 332: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 332/915

enemos los medios para traerlos a todos a casa. Yaunque lo hiciéramos, el coronel le está pidiendo odos que permanezcan en sus puestos. Nabemos a qué nos enfrentamos, y aún no estamo

en guerra. La nave alienígena continúa en órbitgeosincrónica. No vamos a poner las carretas ecírculo todavía. El coronel Napatu está reunidcon el almirante y otros jefes de unidad en est

momento. Mientras tanto, vea los servicios dnoticias y permanezca informado.—Es precisamente eso. Ya no podemos ver la

noticias. Después de que la nave alienígendestruyera las lanzaderas de noticias, los chino

bloquearon todo acceso público a las redeEstamos a oscuras. No tenemos ni idea de lo questá pasando. Creo que los chinos intentan impedque cunda el pánico, pero es probable que es

empeore las cosas.—Entonces contacte con nosotros por lcentralita cada pocas horas. Le mantendremonformado.

—Normalmente no puedo comunicar. Es u

milagro que haya contactado ahora. Solicit

Page 333: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 333/915

permiso para mantener abierta esta línea.—Negativo. Necesito todas las línea

disponibles. Si no puede contactar con nosotroentonces use sus receptores para acceder a uno d

nuestros satélites.—Tampoco podemos. Los chinos solo permite

acceder a sus propios satélites. Bloquean todo ldemás. Ha sido así desde que llegamos.

Manaware empezaba a impacientarse.—Entonces hable con los chinos. Aunque hayabloqueado el acceso público, los militareeguirán teniendo acceso a los servicios. Pídale

que los mantengan informados.

—Sí, pero...—Capitán, tengo veinte holos en cola par

atender. Discúlpeme.Cortó.

Mazer trató de volver a conectar con lcentralita, pero no pudo. Esperó diez minutos, lntentó de nuevo en vano y acabó dando u

puñetazo sobre la mesa. Desconectó la máquinacerró los ojos, y resopló. El SAS no iba a sacarlo

de allí. Y ahora su equipo y él estaban aislados de

Page 334: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 334/915

mundo, justo cuando necesitaban información eiempo real.

Pulsó el memorándum que le había enviadManaware y lo abrió. Lo repasó rápidamente y vi

o que esperaba: sigan adelante, continúen con smisión, les mantendremos informados, bla, blabla.

No podía seguir así. El mundo sabía desde hací

once días que aquella nave venía, y ¿todo lo ququerían era esperar? No actuemos, decía todo emundo. Esperemos a ver qué pasa. Observemos lnave alienígena, a ver qué hace.

Bueno, ¿sabéis una cosa, genios? «Esperar a ve

qué pasa» es lo mismo que «esperar a que novuelen en pedazos». ¿De verdad creían la

aciones Unidas que todo el caos en el Cinturóera culpa de los mineros? Y ahora lo

extraterrestres acababan de desintegrar aecretario de Asuntos Alienígenas. Un payaso, siduda, pero el hombre era emisario de la razhumana. Estas criaturas, fueran lo que fuesencogieron nuestra banderita de paz y se mearo

encima.

Page 335: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 335/915

¿Y qué hace el SAS? ¿Ordenaban a Mazer y sequipo regresar a casa a toda velocidad y spreparaban para lo peor? No. Nos dejaaparcados en China y nos piden que sigamos ta

panchos con nuestros ejercicios de entrenamientoMazer se levantó y regresó a los barracone

Sabía exactamente cómo respondería el mundoLos chinos se mantendrían apartados de cualquie

acuerdo de coalición y dirían que su primerprioridad era la protección de su propio puebloEn otras palabras, China se preocuparía solo poChina. Los rusos seguramente se retiraríaambién, aunque por motivos diferentes. ¿Por qu

ayudar a Estados Unidos y otras superpotencias preservar sus fuerzas? ¿Por qué no dejar que loalienígenas aplasten a la coalición? Eso levendría bien a los rusos. Su ejército era ahora má

débil que nunca. Les encantaría ver que todos lodemás se ponían a su nivel.Mazer entró en el barracón y encontró a s

equipo esperándolo.—¿Lograste comunicar? —preguntó Fatani.

—¿Qué ha dicho el coronel? —quiso sabe

Page 336: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 336/915

Reinhardt.—Callaos —dijo Patu—. Dejadlo hablar.

—Hablé con Manaware —informó Mazer—uestras órdenes son quedarnos aquí.

—¿Quedarnos aquí? —se asombró Reinhardt—¿Es una broma? Acaban de volar al malditéquito de recepción.

—El coronel está reunido. Si las órdene

cambian, nos avisarán.—Bueno, pues cojonudo —dijo Reinhardt—. ¿Yqué se supone que tenemos que hacer cuando esobichos empiecen a volar ciudades? ¿Seguir aquentados comiendo nuestro arroz?

—Ves demasiadas películas —dijo Patu—adie va a volar ninguna ciudad.—¿Y tú cómo lo sabes? —replicó Reinhardt—

Voló esas lanzaderas en un pispás. Y con un solo

cañón. A saber la capacidad de destrucción quiene.—¿Por qué nos mantienen aquí? —se pregunt

Fatani—. Tendríamos que estar en casapreparados para desplegarnos.

—Estoy de acuerdo —dijo Mazer—. Per

Page 337: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 337/915

Manaware dice que ahora mismo no hay mediopara llevarnos a casa. Hay demasiadas fuerzas dchoque en misión. Sería una pesadilla logística.

—Somos el ejército —dijo Patu—. Somo

expertos en logística.—Es una cuestión de recursos. Somos un puñad

de soldados en un ejército muy grande. No van distraer una parte de las fuerzas aéreas en recoge

a unos cientos de soldados. Somos una gota en emar. Esos cazas están en alerta y podrían senecesarios en cualquier momento.

—Entonces que nos dejen volver a casa ponuestra cuenta —dijo Fatani—. Que no no

ordenen quedarnos aquí. ¿No pueden enviarnos uavión? Vale. Volveremos sin ayuda de nadie.

—Esas no son nuestras órdenes —dijo Mazer.—¿Entonces qué hacemos? —preguntó Patu.

—Primero, recabar datos —respondió Mazer—ecesitamos visualizar esa nave.Patu sacudió la cabeza.—Lo he intentado. —Señaló la holopantalla

os dos receptores satélite que había emplazad

obre trípodes—. Tengo tres parabólicas en e

Page 338: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 338/915

ejado ahora mismo, y no captan nada. Los chinoiguen bloqueando los otros satélites y silenciandos servicios públicos.—¿Y la radio de onda corta? —propuso Fatani.

—Ya lo he intentado. No puedo captar nada útiLa base está rodeada de granjas de arroz. No eexactamente un hervidero de radios piratas.

—¿Y no puedes sortear los bloqueos? —l

preguntó Mazer a Patu.—Si supiera qué aparatos están utilizando dónde se encuentran, probablemente podrídescubrir cómo desmontarlos. Pero no tengo nada

—¿Entonces estamos en una burbuja? —dij

Reinhardt.—Es como si estuviéramos en el siglo diecioch

—dijo Fatani.—El bloqueo probablemente está localizado —

dijo Patu—. No pueden cubrir China enteraSeguramente solo es para uso militar. Si tuvierque hacer una suposición, diría que solo cubre loímites de la base y unos cuantos kilómetros a ledonda.

—Entonces, si salimos de la base y emplazamo

Page 339: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 339/915

nuestras parabólicas, ¿podríamos establecer uenlace? —preguntó Mazer.

Patu se encogió de hombros.—Tal vez. No puedo estar segura hasta que l

ntentemos.—Los chinos nos tienen acuartelados —dij

Fatani—. No podemos salir de la base.—¿A quién le importan las normas? —dij

Reinhardt—. Esto es una emergencia internacionaYo digo que carguemos un HERC y despeguemos—Si cogemos un HERC, se nos echarán encim

—razonó Mazer—. Dejadme hablar con el capitáShenzu. Tal vez nos permita enlazar con su

comunicaciones militares.—Y tal vez me salga un cerdo del sobaco y cant

el himno nacional —dijo Reinhardt—. Tendráoda clase de datos clasificados en esa

comunicaciones. No nos dejarán acercarnos ni diez metros.—Preguntar no nos hará daño. ¿Dónde está

odos los jefazos ahora?—Reunidos en el edificio de comunicaciones —

dijo Fatani—. No tenemos acceso.

Page 340: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 340/915

—Entonces llamaré a la puerta —dijo Mazer.Cruzó el patio hasta el edificio d

comunicaciones. La puerta era de acero macizoMazer encontró una piedra entre los matorrales

golpeó el metal. Resonó con fuerza por todo epatio. Siguió golpeando durante cinco minutohasta que un guardia abrió la puerta y le gritó quparara.

—Que venga el capitán Shenzu y pararé.El guardia se negó. Mazer empezó a golpear dnuevo. El guardia intentó quitarle la piedra de lmano. Mazer le puso una zancadilla y lo sentó dculo en el suelo. Entonces volvió a golpear l

puerta.—Muy bien —dijo el guardia, poniéndose en pi

—. Iré a buscarlo. Pero pare.Mazer tiró la piedra y le dirigió al hombre un

onrisa amistosa.Shenzu llegó dos minutos después.—Estamos a oscuras —dijo Mazer—

ecesitamos informarnos. Dejen de bloquear laransmisiones y permítannos acceder a nuestro

propios satélites, o permítanos acceder a su

Page 341: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 341/915

ransmisiones militares. Como cortesía de uoldado a otro.—Me temo que no es posible, capitán Rackham

El Comité Central ha dado órdenes estrictas d

cómo ha de ser difundida la informaciónEsperamos que vuelvan a transmitir al públicpronto. Mientras tanto, los mantendremonformados.

—No me sirve. No queremos datos filtrados que nos entreguen cuando sea convenienteQueremos datos sin censurar en tiempo real. Mequipo y yo nos lo merecemos. Esa nave es unamenaza para nuestro pueblo tanto como para e

uyo.—Entonces use el enlace de su oficina.

—Ya no puedo contactar. Hay demasiadráfico.

—Eso es un asunto de sus propios militarecapitán Rackham, no de los míos. Le aseguro quntentaremos mantenerlos informados.

Antes de que Mazer pudiera responder, Shenzdio media vuelta y se marchó, haciendo un gest

con la cabeza a los dos guardias que l

Page 342: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 342/915

acompañaban, que se quedaron. Cerraron la puertde metal y esperaron fuera, mirando a Mazeetándolo a que empezara a golpear de nuevo. Lo

dos eran corpulentos, aunque Mazer calculó qu

podría derribarlos fácilmente. Pero ¿quconseguiría con eso?

Regresó a su oficina y probó de nuevo con sholoescritorio. No logró comunicar. Lo intent

cinco veces más, en vano. La nave podía estaavanzando hacia la Tierra en ese mismo instantepensó. Podía estar sucediendo ahora mismo. Podíestar dirigiéndose a casa, con los cañonepreparados. Pensó en Kim, sentada en s

despacho, viendo los noticiarios, desprotegida. Sevantó y regresó a los barracones, tratando d

parecer tranquilo.—Shenzu dice que nos mantendrá informados.

—No me lo creo —dijo Reinhardt.—Démosle el beneficio de la duda.Esperaron tres horas, pero no llegó ningun

noticia de Shenzu. Mazer repasó una y otra vez lescena mentalmente. La nave de las Nacione

Unidas desintegrada. Las lanzaderas de noticia

Page 343: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 343/915

ompiéndose en pedazos, los gritos de lripulación. Pensó de nuevo en Kim. Vio lo

brillantes destellos de luz atravesando su edificiodesintegrando su despacho. Era su imaginación, l

abía. Kim estaba a salvo. El mundo era grande. Sa nave alienígena atacaba, no iría a Nuev

Zelanda. La isla era un objetivo demasiadnsignificante. Esperó otra hora, pero no pud

aguantar más. No podía quedarse allí sentado sihacer nada. Ordenó a su equipo que lo siguiera.—Patu, coge el receptor y el transmisor satélite

Todos los demás, id a por vuestras cosas. Vamos coger un HERC.

Diez minutos más tarde cruzaban la pista deaeródromo donde estaban aparcados los HERCSe movieron con rapidez y no vieron a nadieSubieron a un HERC, introdujeron sus cosas, s

abrocharon los arneses y despegaron.—Al este, pegado al suelo —dijo Mazer—. Solnos apartaremos unos kilómetros de la base. Couerte habremos salido de la zona de bloqueo.Reinhardt viró hacia el este y aceleró, volando

escasos metros por encima de la pista.

Page 344: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 344/915

—¿Crees que nos seguirán?—A estas alturas sabrán que hemos despegado

pero tardarán unos minutos en reunir unripulación. Ya estaremos lejos para entonces

Patu, ¿puedes quitar el rastreador?Ella se soltó el arnés y avanzó hacia la proa.

—Mientras aquí el piloto estrella puedmantenernos firmes.

Se puso una banda con luz en la cabeza, cogivarias herramientas y se tumbó de espaldas bajo ealpicadero. Cuando llegaron al final de

aeródromo, Reinhardt elevó el HERC unos metropara remontar la verja y luego continuó hacia e

este a campo traviesa. Diez segundos más tardPatu salió de debajo del cuadro de mandos con uncajita. Se la entregó a Mazer y regresó a sasiento.

Se dirigieron al norte otros dos kilómetros antede que Mazer señalara un prado.—Apárcanos allí y deja las lentes de graveda

funcionando.Reinhardt viró a la izquierda, descendió

detuvo el HERC a un metro del suelo. Mazer abri

Page 345: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 345/915

a puerta y dejó caer la caja rastreadora en ugrueso matorral, esperando no dañarla. Cerruego la puerta, bajó el visor y recuperó el map

en su VCA. Seguían dentro de la base, y ningú

otro HERC había despegado todavía. Aún teníaa ventaja de su parte.

—Llévanos al nordeste, al río —dijo—. RápidoTenemos que distanciarnos de la caja.

El HERC se elevó y salió disparado en esdirección. La base tenía unos diez kilómetrocuadrados, la mayor parte llanuras que nproporcionarían mucha cobertura. El río, siembargo, con su pantalla de árboles y las estrecha

paredes del valle les proporcionaría un esconditdecente.

—Patu —dijo Mazer—. Prepara ese receptoatélite. Quiero recibir datos en cuanto estemo

ibres de sus bloqueadores.—Suponiendo que podamos librarnos de ello—dijo Fatani—. No tenemos ni idea de cuál es salcance.

—Los chinos no van a invertir dinero y equip

para colocar interceptores en las granjas —dij

Page 346: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 346/915

Mazer—. Creo que Patu tiene razón. Si noalejamos lo suficiente de la base, detectaremoalgo.

Reinhardt remontó una colina y descendi

ápidamente al valle fluvial. Aún estaba oscuropero la aplicación de visión nocturna de sucascos les permitía verlo todo con claridad. EHERC se zambulló entre los árboles directament

obre el río. Usando el agua como carreteraReinhardt los llevó hacia el norte, serpenteandpor el meandro del río. Dos veces tuvo quelevarlos rápidamente cuando el follaje erdemasiado espeso para atravesarlo. En otr

ocasión tuvo que saltar para evitar un puente.—Eh —se quejó Patu—. ¿Por qué no avisas d

os saltos? Estoy sujetando equipo sensible aquatrás.

Reinhardt le dio a la barra de control una levacudida, haciendo que el HERC se agitara y Pate meneara en su asiento.

—Gracioso —dijo Patu—. Muy gracioso¿Dónde prefieres mi bota, Reinhardt? ¿En el culo

en los dientes?

Page 347: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 347/915

—En un panecillo con mostaza, por favor.Patu sacudió la cabeza.Siguieron dirigiéndose hacia el norte por el vall

fluvial otros cinco minutos y de repente llegaron

os cultivos de arroz. Ninguna verja marcaba efinal de los límites de la base, pero la diferencien el paisaje no podía haber sido más clara.

—¿Algo, Patu? —preguntó Mazer.

—Todavía nada.—Al nordeste —indicó Mazer a Reinhardt—Mantén los ojos abiertos en busca de un lugar couna buena elevación donde podamos esconder eHERC. En cuanto Patu consiga una señal clara

aterrizaremos.La cabeza del capitán Shenzu apareció en e

holocampo sobre el salpicadero.—Capitán Rackham. Hagan el favor de volver a

aeródromo inmediatamente. No están autorizadopara utilizar propiedades del gobiernoDesconectar la caja rastreadora es un delito gravePor favor, por su propia seguridad, regresen aaeródromo. Si no obedecen, nos veremo

obligados a emprender acciones para recupera

Page 348: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 348/915

nuestra propiedad. Repito, nos veremoobligados...

Mazer desconectó el holocampo.—¿Patu?

—Estoy en ello. Todavía ninguna señal. Pero ebloqueo se debilita cuanto más nos alejamos. Eses bueno.

—Continúa.

—¿Qué vamos a hacer si conseguimos una seña  no está sucediendo nada? —preguntó Reinhard—. ¿Y si esa nave está ahí aparcada en el espaciin hacer nada? No podemos quedarnos aqu

mirando eternamente.

—Hay un par de opciones —respondió Maze—. Cuando nos quedemos sin raciones, podemodevolver el HERC a la base y enfrentarnos a lfuria de los chinos, quienes, en el peor de lo

casos, nos arrestarán y encarcelarán de por vidao, en el mejor, nos expulsarán del país.—Ojalá nos echen, ya que nos llevarían a cas

—dijo Reinhardt—. Pero como también noenfrentaríamos a una corte marcial, no

degradarían y humillarían al llegar a Auckland

Page 349: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 349/915

ampoco es que me haga demasiada gracia. ¿Otraopciones?

—Volaremos hacia el sur hasta el mar de ChinMeridional —dijo Mazer—. Dejaremos el HER

en algún lugar de la costa donde pueda seecuperado y luego buscaremos pasaje de vuelta ueva Zelanda.

—Donde al momento nos someterán a cort

marcial, nos degradarán y humillarán —dijReinhardt—. ¿Opción C?—Te casas con Patu —dijo Mazer—. No

compramos unos arrozales y vivimos entre locampesinos. Yo pasaré por ser el hijo guapo

nexplicablemente mayor e inexplicablementoscuro de dos padres blancos, y Fatani servuestro búfalo de agua que arará con vosotros locampos bajo el ardiente sol.

—¿Puedo pegarle a Fatani con un látigo? —preguntó Reinhardt.—Por supuesto. Pero él también puede mordert

 cagar donde quiera.—¿Por qué no soy yo quien se casa con Patu? —

erció Fatani.

Page 350: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 350/915

—Porque tienes el tamaño de un búfalo de agu—dijo Reinhardt—. Todos debemos actuar segúnuestros tipos.

—Prefiero casarme con un búfalo de agua d

verdad que con ninguno de vosotros —dijo Patu.Fatani se echó a reír.—Tus palabras me indignan, Patu, reina de lo

arrozales —dijo Reinhardt.

Patu puso los ojos en blanco, y Reinhardt virevemente al este, hacia una cadena de colinacubiertas de desbordantes junglas tropicales. Eaire estaba cargado de olor a flores y vegetacióen descomposición.

El HERC se posó suavemente y Reinharddesconectó las lentes de gravedad. Hubo una levacudida cuando la gravedad normal entró e

acción, y el aparato se hundió unos centímetros e

el suave suelo de la jungla. Nadie habló ni smovió. Permanecieron allí sentados, observandus VCA.

Esperaron media hora. No sucedió nadaSalieron del HERC y se estiraron. Mazer orden

que durmieran por turnos. Dos permanecería

Page 351: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 351/915

despiertos y otros dos dormirían en turnos de dohoras.

Una mano sacudió a Mazer para despertarloHabía amanecido. La luz del sol moteaba el suel

a su alrededor, brillando a través del follaje.—Está pasando algo —dijo Fatani.Mazer se puso el casco y conectó su VCA. Al

apareció la nave alienígena. Solo que ahora la

estrellas a su alrededor titilaban, como el caloque surge del asfalto bajo el sol de verano. Aprincipio pareció que era un defecto de lransmisión. Entonces la nave empezó a rota

apartando el morro de la Tierra, y Maze

comprendió: la nave estaba emitiendo algoadiación tal vez, o partículas de calor, usando l

expulsión de las emisiones para cambiar dposición.

Giró noventa grados y se detuvo, de perfil ahorespecto a la Tierra.—¿Qué está haciendo? —dijo Fatani.Lentamente, la nave empezó a girar sobre su eje

Al principio Mazer no se dio cuenta, tan lisa era s

uperficie. Entonces un gigantesco anillo de lu

Page 352: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 352/915

apareció en el costado de la nave, en la partabultada, como si la superficie se hubierquebrado y emitiera luz desde el interior.

—¿Qué es eso? —preguntó Fatani—. ¿Qué e

ese círculo?La nave continuó rotando. Una vez. Dos vece

Tres veces.Otro círculo de luz apareció en el extrem

abultado, junto al primero. Luego un tercer círculoLa nave alienígena continuó girando. Una y otrvez. Una y otra vez. Entonces, moviéndose aunísono, los tres círculos gigantescos empezaron alzarse como columnas.

—Esto no me gusta nada —dijo Fatani.Entonces, una de las columnas se soltó y sali

anzada hacia la Tierra por el movimientgiratorio, dejando un enorme boquete en el costad

de la nave.No es una columna, comprendió Mazer, es udisco. Alto y enormemente ancho, con bordeplanos y una parte superior como la concha de unortuga que antes pertenecía a la piel de la nave

ba directo hacia la Tierra.

Page 353: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 353/915

—¿Qué demonios es eso? —dijo Fatani—. ¿Uarma? ¿Una bomba?

Mientras Mazer miraba, un segundo disco sdesgranó y se lanzó hacia la Tierra, siguiendo a

primero. Luego un tercero.—¿Qué son? —preguntó Patu.

—Sea lo que sean, se quemarán en cuantleguen a la atmósfera —dijo Reinhardt—. So

enormes.—No se quemarán —repuso Mazer—. Puedegenerar campos. Desviarán el calor. —Y ordenen chino—: Ordenador, digitaliza la señal satéliten un holo que incluya la Tierra y los tre

proyectiles alienígenas. Y hazlo a escala.Una burda imagen apareció en el holocampo

Una esfera blanca que representaba a la Tierra res pequeños proyectiles en forma de disco que s

aproximaban rápidamente a ella.—Dibuja la superficie de la Tierra para qumuestre las zonas horarias actuales y la rotaciódel planeta en relación con la posición de loproyectiles.

La superficie del planeta apareció en la esfera

Page 354: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 354/915

Océanos, continentes, atmósfera, todo girandentamente sobre su eje.

—¿Puedes determinar la velocidad de los treproyectiles basándote en lo que hemos visto en l

ransmisión satélite, utilizando el campo destrellas como referencia?

«Afirmativo».—¿Están desacelerando?

«Negativo. La velocidad es constante».—Traza un vector con su trayectoria —ordenMazer.

En el holocampo, una línea de puntos se extendia partir de los discos, alcanzando a la Tierra e

ángulo agudo, como haría un vector de reentrada.—No creo que sean bombas —dijo Mazer e

nglés—. Mirad su maniobra de aproximaciónVienen en ángulo agudo. Creo que son sondas d

aterrizaje. Ordenador —dijo en chino—, ¿puedecalcular cuál será su desaceleración cuandleguen a la atmósfera?«Datos insuficientes».Eso pensaba Mazer. Bien. Se las apañaría con l

nformación que tenía.

Page 355: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 355/915

—Muy bien —dijo—. Supongamos qudesaceleran en la atmósfera a un ritmo constantque reduzca su velocidad a cero cuando puedaaterrizar. ¿Puedes calcularlo?

«Afirmativo».—Bien. Entonces, basándonos en ese ritmo d

desaceleración y la velocidad actual y la posicióactual de los discos en relación con la velocidad

nclinación y excentricidad orbital de la Tierra¿puedes determinar exactamente dónde tocará luperficie la primera sonda?«Negativo. Hay demasiadas variables».—¿Puedes hacer una aproximación?

«Afirmativo. Las sondas probablementaterrizarán dentro de este círculo».

Un gran punto rojo transparente apareció en luperficie de la Tierra.

—Amplía al trescientos por ciento —pidiMazer.La imagen de la Tierra se amplió en e

holocampo y se detuvo. El punto era enorme. Dunos dos mil kilómetros de ancho. Su epicentr

estaba en medio del mar de China Meridional. A

Page 356: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 356/915

este cubría la mitad norte de las Filipinas. Al oestncluía la mayor parte de Vietnam, casi tocand

Ho Chi Minh al sur y Hanoi al norte. Más la puntnororiental de Camboya y todo el sur de Lao

Pero la masa de tierra más grande era el sur dChina, incluyendo toda la provincia de Guangdong

—Estamos en ese círculo —dijo Patu.—Es una zona grande —dijo Reinhardt—

Podrían ir a cualquier parte.—Es un ochenta por ciento de agua —repusMazer—. No se dirigen al agua. Y probablementpodemos descartar también las Filipinas, Vietnam Laos.

—¿Por qué? —preguntó Fatani.—Ordenador —dijo Mazer—. Muestra l

densidad de población dentro de este círculo.Aparecieron cientos de diminutos puntos azules

a enorme mayoría en el sur de China, dondestaban tan apretujados por toda la costa y a ciekilómetros tierra adentro que se habían convertiden un azul continuo.

—¿Crees que se dirigen a las zonas pobladas

—preguntó Fatani.

Page 357: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 357/915

—Ya habéis visto lo que hicieron en el Cinturó—replicó Mazer—. Ordenador, ¿cuánto tiempenemos hasta que los proyectiles lleguen a l

Tierra?

«Aproximadamente, diecisiete minutos».Fatani maldijo.—Patu, necesito un enlace satélite con el NZSA

nmediatamente.

—Lo intentaré —dijo ella.—¿Qué hacemos? —preguntó Reinhardt.—Avisar a tanta gente como podamos —dij

Mazer. Metió la mano en el holocampoconectando de nuevo con la base china—. Dragó

Rojo, Dragón Rojo. Respondan. Al habla ecapitán Mazer Rackham. ¿Me reciben? Cambio.

Apareció la cabeza de un soldado chino. Mazeo conocía de cara pero no de nombre. Uno de lo

controladores de vuelo.—Aquí Dragón Rojo —dijo el soldado—Hemos intentado contactar con usted, capitán. Memo que tiene problemas con el comandante de l

base.

—Páseme con él.

Page 358: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 358/915

El controlador pareció sorprendido.—¿Con el coronel Tuan?—Sí, inmediatamente. Es una emergencia.

—Sí, capitán, pero dudo que responda. —E

oldado lo intentó y regresó unos segundos máarde—. Lo siento, capitán. El coronel Tuan n

está disponible, pero el capitán Shenzu sí.—Póngame con él.

Shenzu sustituyó al controlador en el holocampo—Tenemos un problema, capitán RackhamRegrese a la base inmediatamente.

—Las sondas vienen hacia nosotros —dijMazer—. Aterrizarán en el sudeste de China

Estoy casi seguro.—¿Sondas?—Los discos gigantes del cielo. Bajan hacia l

Tierra. ¿Está viendo las noticias?

—Tenemos una emisión, sí.—Tracen un vector. Síganlas. Aterrizarán aquí.—¿Cómo puede saber eso?—Hicimos los cálculos con su IA. Tienen meno

de diecisiete minutos.

—Capitán, devuelva el HERC a la bas

Page 359: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 359/915

nmediatamente.—Van a necesitarnos, capitán. Podemos ayudar

Las tripulaciones de sus HERC no estápreparadas. Lo sabe tan bien como yo.

—Han violado ustedes nuestra confianza y haobado propiedad del gobierno, capitán Rackham

Regresen a la base.—Tengo a la central del NZSAS —dijo Pat

desde el asiento trasero.—Volveré a llamarle —le dijo Mazer a Shenzu  pasó la mano por el holo para hacerl

desaparecer—. ¡Conecta la central al holocampo—le gritó a Patu.

El mismo soldado de aspecto exhausto de horaantes apareció en el holocampo.

—Centralita. Soy el capitán Mazer RackhamConécteme con el coronel Napatu.

—Está inaccesible, señor.—Entonces póngame con el sargento mayoManaware. Con quien sea. ¡Ahora mismo!

—Un momento.El técnico desapareció y al cabo de un rato s

ugar lo ocupó Manaware.

Page 360: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 360/915

—Capitán Rackham...Mazer lo interrumpió.—Escúcheme. Las sondas, los discos, se dirige

al sudeste de China. No puedo estar seguro de

odo, pero creo que vienen hacia nosotros.—Hemos calculado un gran radio de aterrizaj

—dijo Manaware—. Podrían dirigirse hacicualquier lugar del sureste asiático. Demonio

podrían pararse en mitad del cielo y cambiar ddirección. Es imposible saberlo, capitán. Npodemos estar seguros de adónde van.

Mazer no tenía tiempo para discutir.—Bien. Contacte con el coronel Napatu

ecesito permiso para presentar batalla a laondas si aterrizan aquí y demuestran ser hostiles.Manaware miró a alguien fuera de la pantalla.

—Coronel —dijo—, pide permiso par

presentar batalla.—¿Está ahí Napatu? —dijo Mazer, incrédulo—Entonces que se ponga!

Manaware se apartó y apareció el coroneapatu.

—Capitán Rackham, ¿qué demonios est

Page 361: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 361/915

pasando? Tengo a China por otra línea diciendque se ha escapado con dos mil millones dcréditos en tecnología.

—Coronel, cortaron las transmisiones d

noticias. No teníamos ningún contacto con...—Está usted en una misión diplomática d

entrenamiento, capitán. Representa a su país. Ypor si no lo sabe, nuestro gobierno y la mayo

parte del mundo libre intenta convencedesesperadamente a China de que confíe enosotros y se sume a una coalición contra esa navalienígena. Necesitamos a los chinos, capitán

ecesitamos sus lanzaderas y su potencia d

fuego. Robar su propiedad y cabrear al alto mandchino no ayuda a nuestra causa. Estamos en medide una crisis global de seguridad. Esto es mágrande que usted y su equipo. Ahora vuelva co

ese HERC a la base y bese los pies del chino. Euna orden.Napatu cortó la conexión.Permanecieron en silencio un momento.—Bien, ¿qué hacemos ahora? —dijo Reinhard

finalmente.

Page 362: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 362/915

—Ya has oído al coronel —dijo Fatani—Tenemos órdenes. Regresamos a la base.

—Sí —dijo Mazer—. Pero el coronel no ha sidmuy claro sobre cuándo hacerlo. ¿Lo ha notad

alguien más?Reinhardt sonrió.—No recuerdo haber oído una hora concreta. Si

duda una orden como esa puede esperar dieciséi

minutos, minuto arriba minuto abajo.Mazer miró a los demás. Todos asintieron.—Muy bien —dijo—. Abrochaos los arneses

Patu, vuelve a conectar con las noticias del enlacatélite. Reinhardt, despega. Elévanos unos mile

de metros. Nos quiero en posición de ver algoSella las ventanas. Presurízanos.

—Agarraos a algo —dijo Reinhardt.Conectó las lentes de gravedad y el HERC sali

disparado hacia arriba como si tiraran de él couna cuerda. Ascendió y ascendió, los números dealtímetro cambiaban rápidamente. Dos mil metroTres mil. Seis mil. Siete mil. En un minutestuvieron más altos de lo que nunca había

levado al aparato. El estómago de Mazer dab

Page 363: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 363/915

vueltas, los oídos le zumbaban y la cabeza lgiraba. Parpadeó, mantuvo la concentración gnoró la incómoda sensación.

Allá abajo, el paisaje era verde y exuberante

leno de diminutos cuadrados de arrozales comun mosaico de losas verdes extendido sobre lTierra.

—Ordenador —dijo Mazer—. Sigue a lo

proyectiles. Monitoriza su velocidad. Luegactualiza el radio de aterrizaje en tiempo reaegún se aproximen. Tensa el círculo tanto com

puedas.«Entendido», dijo el ordenador.

Se quedaron allí flotando, a la espera, viendo eadio del aterrizaje en el mapa, contemplando e

cielo.Las imágenes satélite del VCA de Maze

mostraron al primer proyectil alcanzando latmósfera, un brillo anaranjado rodeando su partdelantera. La velocidad de la sonda se redujbruscamente, y al instante el ordenador hizmodificaciones en el mapa. El gigantesco círcul

ojo que era el radio del aterrizaje saltó de pront

Page 364: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 364/915

hacia dentro, convirtiéndose en un círculo mápequeño, de un tercio de su tamaño original. Ecírculo ya no incluía las Filipinas ni VietnamCamboya o Laos. Solo quedaba el sudeste d

China.—Mazer —dijo Reinhardt.—Lo veo —respondió Mazer, mirando el mapa—No, ahí no —dijo Reinhardt—. Ahí. —Señal

al este del parabrisas.Mazer miró. A lo lejos, casi en el filo dehorizonte, una larga estela blanca se extendía traa sonda alienígena, la parte delantera era un

brillante muralla de calor.

Page 365: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 365/915

12

LODO

 —Ya casi hemos llegado, abuelo. Ndeberíamos descansar ahora. Mira, se pueden veas escaleras de la aldea desde aquí. Un kilómetr

como mucho. Vamos, te ayudaré.Bingwen extendió la mano, pero el abuelo l

apartó.—¿No te han enseñado nada tus padres, niño

¿Tan poco significan tus mayores para ti? Si digque necesito descansar, descansaré, y ningún niño

por muy pariente mío que sea, me llevará lcontraria.Murmuró algo entre dientes, una maldición ta

vez, y se apoyó pesadamente en su bastóngruñendo y haciendo muecas mientras intentab

entarse en el suelo. Le fallaron las fuerzas just

Page 366: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 366/915

Page 367: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 367/915

a fuerza suficiente para asustarlo y hacer quetrocediera. El pie malo del niño cedió y est

cayó al suelo, casi dentro del arrozal más cercano—Ya basta —dijo el abuelo—. Llevas toda l

noche parloteando y estoy harto. Vete a casa.Hizo un amplio gesto con la mano, com

despidiendo a Hopper.El niño puso los ojos en blanco cuando el abuel

no miraba, se sacudió la ropa y fue a sentarse junta Meilin, que estaba en cuclillas en un terraplécercano, hurgando con un palo los brotes de arroz

Hopper tenía razón, naturalmente. El abuelo lhabía dicho a Bingwen varias veces durante l

noche que no le permitiera volver a sentarse«Mantenme en movimiento —había dicho—Duele demasiado volver a levantarse».

Y eso había intentado Bingwen cada vez que e

abuelo hacía ademán de sentarse: instarlo continuar, suplicar, tirar de él, recordarle el doloque le esperaba cuando volviera a levantarse. Peren todas las ocasiones el abuelo había gruñido maldecido para acabar sentándose de toda

formas.

Page 368: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 368/915

Y una hora y pico más tarde (porque siemprardaba todo ese tiempo, no importaba cuánta

veces lo instara Bingwen a levantarse), el abuele esforzaba por incorporarse, sus huesos crujían

o lastimaban tanto que le pedía disculpas por seviejo y necio y decía: «Por favor, por favor, ndejes que vuelva a sentarme».

Era enloquecedor. Detenme, Bingwen. No m

detengas, Bingwen. Haz lo que te digo, Bingweno hagas lo que te digo, Bingwen. El niño darícualquier cosa por tener un vehículo o udeslizador.

El abuelo empezó a tumbarse en el suelo y él s

acercó a ayudarlo, cogiéndolo por debajo de lobrazos y bajándolo con cuidado.

—Hay gente en los campos, abuelo. Busquemoa alguien que pueda llevarte el resto del camino.

—Tengo dos pies, niño. Déjame usarlos. Neré una carga para ningún hombre.Claro, no serás una carga para ningún hombre

pensó Bingwen, pero sí para mí.Al instante se sintió avergonzado por s

nsolencia. Era el abuelo quien había creído s

Page 369: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 369/915

aviso de los extraterrestres cuando ningún otradulto lo había hecho, el abuelo quien lo habíayudado a hurtar latas de comida y sacos de arro  enterrarlo todo en la tierra, el abuelo quien l

había enseñado a construir la escalera de bambpara entrar en la biblioteca hacía muchos añoSiempre el abuelo.

Bingwen pensó en echar a correr hacia la aldea

raer a su padre. Pero entonces se le ocurrió queso enfadaría a su progenitor. No tendría quhabernos dejado, se dijo. Tendría que habevenido con nosotros después de llevar a mamá casa.

No, si su padre no venía por propia voluntadBingwen no iría en su busca.

Hopper y Meilin se reían, acosando con un pala una rana que escapó de un salto y se sumergió e

el agua.Bingwen se levantó y se acercó a ellos.—Ha vuelto a dormirse. Deberíais iros los dos

casa. Vuestras familias estarán muy preocupadasEl abuelo y yo seguiremos solos.

—¿Y qué hago yo en casa? —dijo Hopper—

Page 370: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 370/915

¿Recibir unas collejas por llegar tarde? Nogracias.

—Te dije que te fueras a casa hace horasTendrías que haberme hecho caso.

Hopper se encogió de hombros.—Esto es divertido.

—¿Divertido? —Bingwen quiso sacudirlo—¿Arrastrar al abuelo por todo el valle e

divertido? Te estás comportando de manerestúpida y testaruda, Hopper. Los dos. Estáis aquperdiendo el tiempo riendo y gastándoos bromitaTendríais que estar en casa, ayudando.

Hopper se puso en pie.

—¿Ayudando a hacer qué? Dijiste questábamos bien, Bingwen. Dijiste que no iba pasar nada. Dijiste que es un mundo grande nosotros somos una parte diminuta.

Bingwen pudo sentir que su rostro enrojecía dfuria y sus ojos se llenaban de lágrimas. Todaquello era demasiado: la estúpida y viejosamenta del abuelo, los alienígenas, su padre quno venía, el frío de la noche y Hopper riendo...

—Te lo dije en el tejado para que no lloraras

Page 371: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 371/915

Hopper. Lo dije para ayudar. Lo cual es más de lque tú estás haciendo por mí. Toda la noche habéiestado riendo y contando chistes y jugueteando copalos, como si esto fuera un juego. ¿No os dai

cuenta de lo que está pasando? ¿No os dais cuentdel peligro que corremos? Hay criaturas aharriba, monstruos con fauces y garras flotandobre nosotros como arañas, y vosotros saltáis

eís y perseguís ranas como si estuviéramos en unfiesta de cumpleaños.Hopper lo fulminó con la mirada.—Oh, vaya amigo que eres. Voy contigo a l

biblioteca, robo por ti, me congelo el culo aqu

fuera para que no estés solo, y así me das lagracias. —Le dio un empujón en el pecho—. Estácabreado porque Meilin se lo está pasando mejoconmigo que nunca contigo.

Bingwen parpadeó. ¿Qué? ¿Meilin? ¿Qué teníeso que ver con Meilin? Pero entonces vio que lamejillas de la niña se ruborizaban antes de darsa vuelta y lo comprendió. ¿Por qué no lo habí

visto antes? Durante toda la noche Hopper

Meilin se habían quedado rezagados, se había

Page 372: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 372/915

perseguido el uno al otro y se habían hechcosquillas y reído y habían parecido ajenos Bingwen y el abuelo. Aquello le había molestadopero no por las razones que Hopper creía. ¿D

verdad pensaba que Bingwen estaba...? ¿Qué¿Celoso? ¿Cómo podía Hopper imaginar siquierpor un instante que ellos dos podían ser algo máque primos?

—¿Sabes una cosa? —dijo Hopper—. Me voy casa. Prefiero que mi padre me pegue un coscorróa que me grite e insulte alguien que creía que ermi mejor amigo.

Se dio media vuelta y se alejó cojeando.

Bingwen abrió la boca, pero no fue capaz ddecir nada. ¿Qué podía decir? ¿Que lo lamentaba¿Que no pretendía ofenderlo? ¿Que agradecía quHopper hubiera venido? ¿Que Hopper era d

verdad su mejor amigo y que era él, Bingwenquien actuaba como un idiota? Sí, diría todo eso.Alguien gritaba en el valle. Voces frenéticas.

Bingwen se volvió. A lo lejos, algunorabajadores señalaban al cielo, gritando. Los ojo

de Bingwen miraron y vieron una bola de fuego e

Page 373: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 373/915

el cielo. Ardiendo en la atmósfera.Era la nave. La nave bajaba hacia ellos.Corrió hasta el abuelo, se arrodilló a su lado

o sacudió.

—¡Despierta! ¡Abuelo! ¡Despierta!El anciano se agitó, desorientado.

Bingwen miró de nuevo al cielo. La naveaunque lejos, seguía cerniéndose sobre ello

Parecía a baja altura, pero Bingwen sabía que erpor efecto de la curvatura de la Tierra. Todavíestaba alta en el cielo. Tenían unos segundos.

Sacudió de nuevo al abuelo.—¡Levántate!

—¿Qué... qué pasa? —preguntó el ancianoecuperándose.—¡Ya viene!Bingwen señaló. El abuelo miró, los ojos com

platos.Bingwen quiso gritarle a Hopper y Meilin quhuyeran, pero ¿adónde? Si la nave alcanzaba lTierra con la fuerza de un asteroide, todomorirían. Todo quedaría arrasado. La onda d

choque los mataría al instante.

Page 374: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 374/915

Hopper se había parado en seco y miraba acielo estúpidamente. Meilin estaba a su ladodemasiado asustada para moverse.

El abuelo trató de levantarse, pero dejó escapa

un grito y volvió a caerse.Bingwen miró hacia atrás. El terraplén. Estaba

descansando en el puente de tierra entre doarrozales. Tenía que llevar al abuelo al otro lado

ejos de la nave. Agarró con fuerza al anciano poas axilas y tiró. El abuelo chilló, pero a Bingweno le importó. Tiró, esforzándose, rechinando lodientes, arrastrándolo trabajosamente hacia eerraplén. Bingwen advirtió que no se movían co

a rapidez necesaria. Necesitaba ayuda.—¡Hopper! —gritó.El otro niño no respondió ni se movió.

Bingwen se esforzó por seguir tirando

afianzando los pies en el suelo para impulsarseo iba a conseguirlo. La nave iba a aplastarlos.La miró. El fuego en la parte delantera habí

desaparecido: había dejado atrás la estratosfera, lenían justo encima, creciendo por segundos, ta

grande como una aldea, como diez aldeas, com

Page 375: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 375/915

veinte.Meilin gritaba.Bingwen tiró. El abuelo aulló de dolor. Hoppe

era una estatua.

Entonces los alcanzó el sonido. Un sonido comnada que Bingwen hubiera oído en su vida. Comel rugido de un motor y el grito de un mono y echillido de mil seres diferentes a la vez, tan grav

 resonante que sacudió la tierra.Cinco segundos para el impacto.Bingwen gritó, tiró del abuelo, encontrand

fuerzas que no tenía, lo hizo resbalar y luegvolvió a tirar de él. Entonces rodaron los dos po

el terraplén, dando vueltas, en medio de un agitade brazos y piernas. Llegaron al agua, Bingwen sumergió y el sonido ensordecedor se apagó. S

apoyó en el fondo, se irguió y salió de nuevo a l

uperficie. Una mano lo agarró y lo derribó contrel terraplén. El abuelo.Bingwen miró hacia arriba. Hopper y Meilin n

e habían movido. Eran estatuas. Petrificados dmiedo.

—¡Hopper! ¡Meilin!

Page 376: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 376/915

Pero no podía oírse nada por encima de aquefragor, que de pronto explotó en un ruido cieveces más fuerte cuando aquello golpeó la tierrcerca, y el mundo se estremeció tanto que Bingwe

pensó que se había roto en pedazos. Una oleada daire y tierra y agua se extendió por todo el valle, Hopper y Meilin desaparecieron, y el lodo y lnegrura y los escombros cayeron y enterraro

vivos a Bingwen y al abuelo.Dolor.

Nadaba en los límites de la conciencia dBingwen. Distante al principio, difuso

desenfocado. Entonces lentamente las tinieblas saclararon, se despejaron, y el dolor se hizo agudoDe pronto fue penetrante, ardiente.

Abrió los ojos y gritó, despierto, consciente. Sbrazo. Algo le estaba aplastando el brazo. Npodía ver. Lo rodeaba la oscuridad. Estaba en uncueva. No, una cueva no, una bolsa de aireenterrado en lodo y tierra. Había ramas y árboleencima, bloqueando gran parte del sol

protegiéndolo de más tierra y escombros. ¿Cóm

Page 377: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 377/915

era posible? ¿Cómo estaba bajo un árbol? Nhabía árboles en los campos.

¿Dónde estaba el abuelo? Volvió la cabeza. Lama de un árbol le aplastaba el brazo. Trató d

oltarlo, pero el dolor lo apuñaló como undescarga eléctrica, dejándolo sin aliento. Inspiró volvió a gemir. Tenía roto el brazo izquierdo

unca se había roto un hueso antes, pero supo qu

e trataba de eso. Retorció el cuerpo, tratando dextender el brazo derecho para quitar la tierra ddebajo del atrapado y liberarlo, pero emovimiento le causó otra punzada que le hizaullar de nuevo.

Permaneció tendido de espaldas, respirandentrecortadamente.

—¿Abuelo? —musitó—. ¡Abuelo! —dijo máfuerte.

—Aquí.La voz sonó débil pero cercana. Bingwen alzó lcabeza y miró alrededor. Por todas partes habíombras y tierra y ramas de árboles.Una rama a su izquierda se movió.

—¿Bingwen? —Voz ronca y dolorida.

Page 378: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 378/915

—Aquí. Estoy aquí.La rama se movió de nuevo y esta vez emergi

una mano cubierta de lodo que se extendiópalpando. Bingwen alargó el brazo sano y agarr

a mano del abuelo, que le aferró la suya.—Estoy aquí, niño. Estoy aquí.Bingwen no lo pudo evitar: las lágrimas brotaro

de lo más hondo de su ser. Trató de contenerla

mordiéndose el labio inferior, pero se abrieropaso y en cuestión de segundos estuvo sollozand temblando y empeorando el dolor del brazo.—¿Estás herido? —preguntó el abuelo.—Sí —consiguió responder—. Creo que me h

oto un brazo.—Voy a sacarte.—¿Cómo? Apenas podías moverte antes.—Tu abuelo no es tan débil como parece.

Era mentira, y Bingwen lo sabía.—Voy a conseguir ayuda —dijo el abuelo.La mano del anciano soltó la suya, se retiró.Bingwen intentó volver a cogerla.—¡No! No me dejes.

La mano del abuelo volvió a agarrar la suya.

Page 379: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 379/915

—Vuelvo enseguida, Bingwen. Te lo juro por enombre de mi padre.

La mano trató de retirarse de nuevo, perBingwen la agarró con fuerza esta vez

mpidiéndolo.—Espera. Por favor, no te vayas. Yo... tengo

miedo. —Se odió a sí mismo por reconocerlointió la vergüenza como una bofetada. Pero er

verdad. Podía sentir la oscuridad, no solo verlacomo si fuera un desconocido tras él, dispuesto atacar. Iba a morir allí, lo sabía. Si soltaba lmano del abuelo iban a morir los dos. Quedaríaplastado por el árbol y el lodo y la oscuridad.

El abuelo le dio un apretón en la mano parranquilizarlo.

—Puedo llegar a la aldea. Regresaré con tpadre.

—No. —Bingwen se llenó de pánico—. Npuedes. No podías andar.—Entonces me arrastraré. No te dejaré baj

este...Pero el resto quedó interrumpido porqu

entonces el rugido ensordecedor de una máquin

Page 380: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 380/915

asgó el mundo como un trueno y la tierra sestremeció como si hubiera un centenar derremotos. Bingwen apretó la mano del abuelo

gritó.

Page 381: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 381/915

13

SUPERVIVIENTES 

El HERC se movía con rapidez, volando cuatro mil metros de altura hacia la creciente nubde polvo que se alzaba en la distancia. Mazeamplió cuanto pudo la imagen en su VCA, pereguía sin ver la sonda posada. Estaba ocult

detrás de varias montañas.—Patu, háblame. ¿Qué está pasando? Necesit

una imagen satélite sobre esa sonda. Necesitvídeo.

—Lo estoy intentando —respondió Patu—. Toda red se ha vuelto loca. Todo el mundo estconectando con los satélites que apuntan al sur dChina. Solo capto fragmentos de información aqu allá. Las tres sondas han aterrizado. Es lo que sé

Están separadas por unos trescientos kilómetros

Page 382: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 382/915

forman una línea que empieza en la esquinudeste de la provincia de Guangdong y cruz

hasta la esquina nordeste de la provincia dGuangxi. Nos dirigimos a la segunda sonda. L

primera se posó al este de la Reserva de Nangaen el condado de Luhe, a unos sesenta kilómetroal norte de la costa.

—¿Zona poblada?

—No en el punto de impacto, no. Es casi todmontaña boscosa. Hay varias aldeas cercanaAlgunos pueblos. Pero nada densamente pobladoEn eso hemos tenido suerte.

—¿Qué está haciendo la sonda?

—Ahora mismo, por lo que puedo decir, no esthaciendo nada. Está allí plantada.

—¿Y la segunda sonda?—El lugar del impacto es un valle al sur de un

población llamada Dawanzhen. Arrozales en smayor parte. Varias aldeas se apiñan en esa zonaTampoco está densamente poblado, pero desduego hay más gente que donde ha llegado l

primera. Es probable que haya víctimas.

Mazer se volvió hacia el piloto.

Page 383: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 383/915

—Reinhardt, ¿cuál es nuestro TLP?—Estaremos encima de esa cosa en menos d

res minutos. Lo que quiero saber es quplaneamos hacer una vez que estemos allí. N

enemos mucha potencia de nada, Mazer. Esto eun aparato de entrenamiento, ¿recuerdas? Nlevamos cohetes. Tenemos unos cuanto

cortadores y ya está, nada de apoyo aéreo pesado

Si nos metemos en un combate, podríamos teneproblemas.—No vamos buscando pelea —dijo Mazer—

uestro trabajo es la exploración y el rescateAyudar a la gente y descubrir todo lo que podamo

de la sonda. Enviaremos imágenes en directo Auckland y los chinos. Cuanto más sepan, mejopodrán prepararse. Patu, ¿qué hay de la terceronda?

—Mala pinta. Se posó ante una ciudad llamadGuilin en la ribera occidental del río LPoblación: dos con siete millones.

Mazer dio un respingo. Una población densmultiplicaba sus problemas por cien. No obstante

había aterrizado fuera de la ciudad: eso era u

Page 384: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 384/915

igero consuelo. Al menos la sonda no se habíposado en el centro.

—Fatani, busca canales de emergencia y noticiade esa ciudad y transmítelos a Auckland y a

mando de la base. Intenta conectar con algúervicio sismográfico. Me imagino que cuando es

cosa se posó debió de parecer un terremoto. Puedque haya edificios caídos, servicios interrumpido

—Veré qué puedo encontrar. Pero no tlusiones. No será fácil colarme en su sistema emenos de tres minutos. Y no te olvides de que todestá en chino.

—Haz lo que puedas —dijo Mazer. Conectó l

adio—. Dragón Rojo, Dragón Rojo, aquí ecapitán Rackham, ¿me reciben? Cambio.

La cabeza de Shenzu apareció en el holocampoParecía furioso.

—Capitán Rackham, dé inmediatamente lvuelta. No se acerque a las sondas extraterrestreRepito, cambie de rumbo. Las sondas están eerritorio chino. Eso las convierte en asunt

nuestro, no suyo.

—Están en la Tierra. Eso hace que sean asunt

Page 385: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 385/915

Page 386: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 386/915

China. Dirigir un aparato militar hacia esa sondpodría ser percibido como un acto de agresión exacerbar la situación. Estamos intentandmantener la paz, y su flagrante insubordinació

está amenazando nuestros esfuerzos. Tiene dieegundos para obedecer y cambiar de rumbo, o l

abatiremos desde el cielo.Mazer atravesó el holocampo con la mano par

hacer desaparecer a Shenzu. Luego parpadeó unápida orden en su VCA para iniciar una cuentatrás de diez segundos.

—Reinhardt, acércanos a tierra. Sigue el rumbopero mantennos bajos y usa la mayor cobertura.

Reinhardt puso el HERC a velocidamaniobrable.

—No seremos invisibles, colega. Es pleno díaSi nos están siguiendo por satélite, puede

anzarnos un misil guiado de precisión y adiós mubuenas.—Entonces ve más rápido.Reinhardt hizo una mueca.—¿Descender e ir más rápido? Son montaña

boscosas, Mazer. ¿Quieres que nos estampemo

Page 387: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 387/915

contra ese acantilado?—Entonces vuela lo más rápido y seguro qu

puedas. Cuanto más nos acerquemos a la sondamejores serán nuestras probabilidades con lo

chinos.—¿No es más bien al contrario? —dijo Patu.—Técnicamente, sí. Pero el mayor temor de lo

chinos es que provoquemos a los alienígenas. S

nos disparan cuando estemos cerca de la sonda, sarriesgan a que a los extraterrestres les parezcuna provocación. Así que cuanto más noacerquemos, más seguros estaremos. O eso esperoDale caña, Reinhardt.

—Pareces inseguro —dijo Fatani.—Estoy inseguro. Podría estar equivocado, per

creo que los chinos son muy listos.—Lo sabremos dentro de tres segundos —dij

Patu.La segunda cuenta atrás llegó a cero justo cuandel HERC se nivelaba tras rebasar una cimarbolada. El aparato voló recto durante umomento, luego la falda de la montaña empezó

descender hacia el valle. Reinhardt zambulló e

Page 388: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 388/915

morro del HERC, a ras del terreno. Cayeron por ladera como el primer vagón de una montaña rusa

Mazer sintió que se elevaba ligeramente en sasiento y se tensó contra el arnés: el fondo de

valle venía hacia ellos a un ritmo trepidanteReinhardt ascendió en el último instante y todovolvieron a caer contra sus asientos. Mazeesopló y abrió los puños cerrados.

—Tranquilo —dijo Patu—. Te ha dicho máápido, no suicida.Reinhardt aceleró, aprovechando el llano vall

para ganar velocidad.—Son la misma cosa, Patu, mi reina del arro

Lo mismito.La siguiente montaña se acercaba con rapidez

Mazer escrutó el radar y los sensores de calor qumostraba su VCA. No vio acercarse nada.

—El cielo parece despejado.—Eso no significa que estemos a salvo —dijFatani—. Por lo que sabemos, podrían habedisparado un misil desde Pekín. Puede que tardun minuto en llegar hasta aquí.

—Y por eso exactamente no dispararán —dij

Page 389: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 389/915

Mazer.El HERC remontó bruscamente la falda de l

montaña. Volaron en silencio, subiendo y cayendcon el paisaje, desviándose levemente del rumb

aquí y allá con la esperanza de evitar sedetectados, siempre escrutando el cielo alrededobuscando amenazas inminentes. No llegó ningunaPasó un minuto. Luego dos.

—Parece que iban de farol —dijo Fatani.—O han disparado algo que nuestros sensores npueden detectar —dijo Reinhardt—, y que nohará volar en cualquier momento.

—No tiene gracia —dijo Patu.

—Eh, si los chinos pueden crear un vehículopo que taladra roca sólida, ya no me sorprend

nada —replicó Reinhardt.—¿Y si Shenzu tiene razón, Mazer? —pregunt

Fatani—. ¿Y si sacudimos el avispero? Estespecie no sabe qué somos. Pueden pensar quomos un misil que les han lanzado. Podríamo

empezar una guerra.—La guerra ya ha empezado, a pesar de lo qu

quieran creer los chinos —dijo Mazer—. S

Page 390: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 390/915

alguno de vosotros no está de acuerdo, que hablahora. No puedo obligaros a continuar. Ya habéioído al coronel. Nos ha dado órdenes directas. Svenís, casi con toda seguridad nos someterán a un

corte marcial cuando esto haya acabado. Tenéique saberlo. Vuestras carreras se habrán acabadoSi queréis retiraros ahora, decidlo y os dejaraquí. Podéis decir que os obligué a venir. Eso v

ambién por ti, Reinhardt. Si quieres dejarlo, diloPuedo pilotar este aparato si es preciso.Reinhardt bufó.

—No sabes pilotar un HERC, MazeMantenerlo en el aire y aterrizarlo cuando hac

falta no es pilotar. Eso es conducir. Pilotar es lque hago yo. Tú no eres ningún as.

—Todos estamos en el ajo, Mazer —dijo Fatan—. Nadie va a desertar. Pero Shenzu tiene razón

podríamos provocar una respuesta violenta.—Es inevitable —respondió Mazer—. Nvamos a abandonar a la gente en tierra. Patu, ¿hhabido suerte con el enlace satélite?

—No hace falta. Hemos llegado.

Reinhardt remontó la última montaña y la sond

Page 391: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 391/915

apareció a la vista, un disco enorme y metálicenvuelto en una nube de polvo. Mazer se quedanonadado. Era más grande de lo que habímaginado. Un imposible de la ingeniería. Tení

al vez sesenta pisos de altura y casi un kilómetrde ancho. La parte superior era lisa, brillanteevemente redonda. Pero el lateral era burdo

hecho de miles de placas de metal de diverso

amaños dispuestas de manera aparentementaleatoria, como si los constructores no tuvieraningún aprecio por la simetría o la estética.

Bajo la sonda había un anillo de tierrdesplazada de varios metros de ancho, más alt

cerca del aparato y desmoronado en los bordecomo si la sonda hubiera pisado un gigantescpastel de chocolate y lo hubiera derramado eodas direcciones. No, no un pastel de chocolate

Una montaña. La sonda había aplastado unmontaña pequeña o una colina grande, arrasándol  desplazando tierra y vegetación en u

deslizamiento de lodo que había enterrado graparte del suelo del valle.

—¡Patu! —gritó Mazer—. Conecta todas la

Page 392: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 392/915

cámaras externas y emite en directo a todos loatélites a que puedas acceder. Luego contacta poadio con Auckland y los chinos y diles que laondas tienen escudos.

—¿Cómo puedes estar seguro? —preguntó Patu—Porque así es como debe de haber aplastad

a montaña. No puede haber sido la fuerza dempacto. La sonda se movía demasiado despaci

cuando se posó. Y mira el paisaje. No haevidencias de onda de choque, solo la muralla dierra desplazada. Tiene que ser por los escudos.

—¿Y eso qué significa? —dijo Fatani.—Significa que puede que no podamos hacerl

daño aunque lo intentemos. Reinhardt, rodéalaAyuda a Patu a capturarla desde todos los ángulosFatani, tú y yo buscaremos supervivientes. Hay uarrozal al norte. Probablemente había gent

rabajando cuando llegó esta cosa. Mira alprimero.Mazer le dio una sacudida a su arnés par

asegurarse de que estaba tenso y luego parpadeó lorden para abrir su puerta. Una ráfaga de viento

polvo entró en la cabina. Se asomó todo lo que l

Page 393: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 393/915

Page 394: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 394/915

a montaña, huyendo en dirección contraria, lejode la sonda, los brazos cargados de exiguouministros.

Mazer volvió a contemplar los arrozale

escrutando a izquierda y derecha. Supuso que ermejor ceñirse al borde del deslizamiento de lodoO incluso justo más allá. Allí era donde tenía máprobabilidades de encontrar a alguien con vida.

Entonces lo vio.Un árbol grande cerca del borde, medienterrado, las ramas rotas. Debajo, justo en eborde del corrimiento de barro, sobresalían un pade piernas huesudas y descalzas. La cabeza y l

parte superior del torso parecían enterradas. Poun momento Mazer estuvo seguro de que era ucadáver, asfixiado bajo la montaña de lodo escombros. Entonces las piernas se movieron.

—¡Hay alguien! —gritó—. Ordenador, marcesta posición.La IA del HERC fijó el sitio que estaba mirand

Mazer y colocó un icono localizador en lapiernas. Las coordenadas se introdujeron en e

ordenador y la imagen del superviviente fu

Page 395: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 395/915

compartida con el equipo.—Lo veo —dijo Reinhardt. Hizo virar el HER

hacia la derecha—. ¿Cómo vamos a sacarlo?—Suéltame al lado —dijo Mazer—. Le daré un

máscara de oxígeno y luego usaremos loespolones para levantar el árbol y sacarlo de ahPatu, ten preparado el kit médico.

Un sonido ensordecedor llenó el aire. Meta

crujiendo, chirriando, rechinando. Una máquina tagrande como una ciudad cobrando vida.—¿Qué es eso? —dijo Fatani.—Da la vuelta —ordenó Mazer.

Reinhardt hizo girar el HERC hasta qu

estuvieron de nuevo de cara a la sonda. Squedaron flotando a cien metros de distancia, couna clara visión de su parte superior, observando.

El ruido era insoportable. Penetrante, dolorosa

puñaladas de volumen. Mazer quiso quitarse ecasco y cubrirse los oídos con las manos.Entonces, en un instante, todo cambió. La sond

empezó a girar como una peonza en el sentido das agujas del reloj. Rápida pero serena, como s

estuviera sobre agua en vez de en tierra y piedra.

Page 396: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 396/915

—¿Qué está haciendo? —gritó Patu.La sonda ganó velocidad zumbando como un

urbina, levantando arena y escombros. Pequeñanubes de tierra y piedra aplastada picotearon e

parabrisas del HERC.—¡Llévanos más alto! —ordenó Mazer.No hizo falta que lo repitiera. Reinhardt tiró de

mando y se elevaron fuera del alcance de la lluvi

de tierra.La sonda era un destello de movimiento. Eonido era peor que antes, agudo y chirriante

Mazer podía sentirlo en los dientes. Miró hacia eoeste. La gente que corría hacia los campos desd

a aldea se desplomaba gritando, incapaz dpermanecer en pie, la tierra sacudiéndose bajellos.

—Está cavando en el suelo —dijo Fatani.

Era cierto. La sonda se estaba enterrandohundiéndose más y más, rociando el valle de tierr grava como si fuera granizo. ¿Es esta su arma?e preguntó Mazer. ¿Causar terremotos? ¿O cavar

con sus escudos para atravesarnos, abriendo u

agujero por el centro de la Tierra como una bala

Page 397: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 397/915

ravés del cerebro?Mazer volvió a mirar el valle. Los aldeano

caídos se encogían en el suelo, cubriéndose coos brazos mientras les llovía tierra y piedras. Lo

aldeanos que subían por la montaña no tuvieromejor suerte; tropezaban, caían, soltaban suposesiones, pugnando por agarrarse y nprecipitarse rodando por la pendiente.

Mazer gritó por encima del rugido y señaló a loaldeanos que recibían aquella lluvia sólida en evalle.

—¡Reinhardt! Llévanos ahí abajo con esa gente.Reinhardt viró el HERC y se lanzó directament

al maelstrom de tierra. Pegotes de escombrogolpearon los costados y el techo del aparatoFatani y Mazer cerraron las puertaprotegiéndose. Una roca golpeó con fuerza l

ventana de Reinhardt, y una telaraña de medimetro de ancho se dibujó en ella.—¡Allí! —gritó Mazer, señalando un puñado d

mujeres que se acurrucaban.Reinhardt aceleró.

—¡Patu! —gritó Mazer—. Ayúdame a subirlas

Page 398: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 398/915

bordo.El HERC se enderezó y se posó junto a la

mujeres, usando el costado como escudo contra lluvia de tierra. Mazer y Patu salieron y ayudaro

a las mujeres a subir. Para alivio de Mazerninguna se resistió: prácticamente saltaron anterior. Fatani les hizo sitio y les dijo dóndujetarse. En cuestión de segundos, cerraron la

puertas y el HERC despegó de nuevoPermanecieron a poca altura y rescataron a cuatrpersonas más en otras tres paradas. Un hombrenía una fea herida en la cabeza, donde lo habí

alcanzado una piedra. Estaba aturdido y en estad

de shock , y tenía la cara cubierta de sangre. Patu lujetó la cabeza mientras Fatani vendaba la herida

—Elévanos —ordenó Mazer—. No veo a nadimás, y es todo lo que podemos cargar.

—¿Adónde vamos? —preguntó Reinhardt.—Al norte, más allá de la cordillera. No muejos. Esta gente tendrá que contactar más tard

con otros de su aldea. Los dejaremos en algúugar seguro y luego volveremos a buscar más.

—Necesitamos un hospital.

Page 399: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 399/915

—Necesitamos mucho más que eso.Reinhardt salvó el risco con brusquedad. La

mujeres de atrás se agarraron unas a otragritando, sus cuerpos ensangrentados y sucios, la

opas hechas jirones. Aquello parecía el fin demundo. Mazer habría querido llevarlas a un centrmédico donde atendieran sus heridas y lacalmaran, pero ¿qué opción tenía?

Reinhardt encontró un claro al otro lado deisco y posó el aparato. Patu abrió la puerta, Fatani y ella sacaron al hombre de la cabezvendada y lo depositaron suavemente sobre lhierba. Las mujeres lo siguieron. La sonda estaba

más de un kilómetro de distancia, pero echirriante sonido era tan fuerte que Mazer tuvo qugritar para que lo oyeran. Habló en mandarín, lvoz tensa y autoritaria, para no ser puesto en duda

—Vamos a volver a por más gente. Quédensaquí y permanezcan juntos. Ayúdense unos a otrosVolveremos.

Una de las mujeres de la aldea se arrodilló juntal hombre herido, sustituyendo a Patu y Fatan

Patu sacó más vendas y analgésicos del k

Page 400: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 400/915

médico, se lo dio a las mujeres y luego siguió a lodemás de vuelta al HERC. Segundos más tardvolvieron a despegar y remontaron de nuevo lmontaña.

Una vez más, la sonda apareció a la vistaGirando, chirriando, cavando como unperforadora. Dos terceras partes del aparatestaban ya hundidas en el suelo. Mazer conect

otra vez sus escáneres térmicos y se asomó a lventana, escrutando el valle en busca de máupervivientes. Entonces, como si hubiera

pulsado un interruptor, el ensordecedor ruidempezó a disminuir, como si unas turbinas gigante

e estuvieran deteniendo.—Está frenando —dijo Reinhardt.Mazer se volvió hacia la sonda. Era cierto. Lo

giros se ralentizaban. Los detritus lanzados n

ganaban tanta altura. Caían cada vez más bajomientras los giros continuaban menguandoEntonces, como un trompo en sus últimaotaciones, la sonda giró unas veces más y s

detuvo, estableciéndose firmemente en la tierr

mientras el ruido se apagaba.

Page 401: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 401/915

Mazer comprendió qué estaba haciendo.—Es una fortaleza —dijo—. Estaban excavando

Literalmente. Anclando su posición preparándose.

—¿Para qué? —preguntó Reinhardt.—Para lo que sea que haya dentro de esa cosa.

Permanecieron flotando un momentoobservando.

No sucedió nada.Un árbol cerca de la sonda captó la atención dMazer, reavivando un recuerdo. Las piernas.

—Reinhardt —dijo—. Vira de nuevo al oesteRecupera las coordenadas del prime

uperviviente que vimos.El HERC torció al oeste. Mazer se asomó

escrutando, súbitamente temeroso de haber llegaddemasiado tarde. Entonces lo vio. Allí, en e

mismo lugar, estaba el árbol. Solo que ahora lapiernas no asomaban. Había un hombre de piunto al muro de barro, apoyándose en el tronc

expuesto del árbol, herido o agotado o ambacosas.

—¡Allí! —señaló Mazer.

Page 402: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 402/915

—Lo veo —dijo Reinhardt e hizo descendeápidamente el HERC.

No había terreno liso para aterrizar entre loarrozales, así que lo detuvo sobre el más cercan

al anciano y se quedó flotando. Mazer se quitó ecasco y saltó del aparato, hundiéndose hasta laodillas en fango del arrozal.El anciano era pequeño y calvo y estaba cubiert

de barro, los ojos espantados, las mejillamarcadas de lágrimas. Parecía tener setenta ochenta años. Mazer no entendía cómo habíobrevivido.—Mi nieto —dijo el anciano, señalando el árbo

—. Está atrapado ahí. Puedo alcanzar su manopero no puedo sacarlo. Por favor. Dese prisa.

—¿Dónde?El anciano se agachó y señaló un hueco en e

barro bajo el árbol caído. Mazer se puso a cuatrpatas en el agua lodosa y echó un vistazo. Eagujero era pequeño: no podía ni meter lohombros. Tampoco pudo ver nada en la oscuridadSe soltó la linterna de la sujeción y apuntó a

nterior. Había un niño, unos dos metros más allá.

Page 403: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 403/915

Mazer se volvió hacia el anciano.—¿Cómo se llama el niño?—Bingwen. Pero dese prisa. Tiene el brazo rotoMazer metió la cabeza en el agujero y proyect

a luz sobre su propio rostro para que el niñpudiera verlo.

—Bingwen. Me llamo Mazer Rackham. Vamos acarte.

El niño volvió la cabeza hacia él. Parecía débilMazer se volvió hacia el HERC.—Patu, lánzame la pala.Patu desenganchó una pala plegable y la lanzó a

barro del arrozal junto a él. Mazer la cogió.

—Tráeme una máscara de oxígeno y el cable da polea también. —Conectó la radio que llevab

al cuello—. Reinhardt, prepara los espoloneVamos a tener que retirar el árbol con cuidado.

Mazer cogió la pala y trabajó con rapideexcavando alrededor del agujero y haciéndolo máancho sin tocar el lodo que había sobre el árboEl niño se hallaba en una pequeña burbujprotectora gracias a las gruesas ramas que tení

encima, y Mazer tuvo que andarse con precaució

Page 404: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 404/915

para no causar una avalancha y enterrarlo vivo.Patu regresó con el cable y el oxígeno.

Mazer se envolvió el cable alrededor de lcintura.

—Si cede cuando yo entre, usa el cable parirar de mí.

—Eso podría partirte en dos. Déjame que entro. Soy más delgada.

Tenía razón. Era la elección más lógica, perMazer no quería que corriera el riesgo.—Lo tengo puesto ya —dijo—. Ten preparad

el kit médico.Se abrió paso con la pala a través del lodo. L

ierra cedía fácilmente. Cuando fue lo bastantgrande, entró en el agujero arrastrándose hasta lcintura, llevando en una mano la máscara doxígeno.

—Bingwen. ¿Puedes oírme?El niño lo miró, parpadeó como si acabara ddespertar y, para sorpresa de Mazer, habló englés.—¿Mi abuelo está bien?

—Está aquí fuera. Vamos a sacaros a los dos d

Page 405: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 405/915

este lugar. Pero primero necesito que te pongaesta mascarilla sobre la boca. Quiero que inspirecon fuerza unas cuantas veces cuando la tengapuesta, ¿de acuerdo?

Mazer colocó la máscara de tamaño adulto sobra cara del niño y conectó el oxígeno. Bingwenspiró débilmente. Luego lo hizo otra vez, má

fuerte. Luego una vez más, para llenarse lo

pulmones. El color regresó lentamente a su caraParpadeó de nuevo, reconociendo dónde shallaba.

Mazer se sacó el punzón del bolsillo, encendia linterna y pasó el foco por encima del niño

uego de sí mismo.—Reinhardt, te estoy enviando nuestra posición

Cuando traigas los espolones, asegúrate devitarnos.

—Os veo. Quedaos quietos y no habrá problemaLos espolones están preparados.—Adelante —dijo Mazer—. Tira si puedes.Hubo un movimiento a izquierda y derecha d

Mazer cuando las puntas de los espolones s

clavaron en la tierra, agarrando al árbol. El niñ

Page 406: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 406/915

aferró la mano de Mazer y cerró los ojos. Loespolones se movieron, arañando y tensando spresa. Llovió barro. Bingwen volvió la cabezMazer se inclinó hacia delante, protegiendo la car

del niño.Entonces todo el árbol se alzó y se retiró, la

amas oscilando, quebrándose, derramando tierraLa luz del sol inundó el agujero. Bingwe

parpadeó ante la luz.Patu lo atendió con el kit médico en un instanteMazer cogió el Med-Assist que Kim le había dad  examinó el brazo del niño. Había una fin

fractura en el radio inferior. Mazer escaneó d

nuevo para asegurarse y sonrió.—Tu brazo se pondrá bien, Bingwen. La tenient

Patu va a darte algo para el dolor, luego tpondremos una férula. ¿Has llevado alguna vez un

férula?—No.—Te encantará. Es como tener un múscul

gigante en el brazo.Patu preparó una jeringuilla, frotó un punto en e

brazo del niño, y administró la dosis. Bingwen di

Page 407: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 407/915

un respingo. La medicación ejerció su efectápidamente. Mazer pudo ver que el niño selajaba, como si un nudo en su interior s

estuviera soltando. El anciano, junto a ello

observaba todos los movimientos.—Llevémoslo al HERC —dijo Mazer. Cogió e

brazos al niño y sujetó su frágil cuerpo contra specho. Casi no pesaba nada.

Bingwen dio un respingo y se acunó en el brazoReinhardt acercó el HERC. Los espolones yhabían sido retirados y el árbol yacía a un lado.

Patu ayudó al anciano a subir a bordo, y Mazer Bingwen los siguieron. Fatani cerró la puerta tra

ellos y se elevaron de nuevo, dejando el vallatrás.

Mazer colocó con cuidado a Bingwen en el suel lo aseguró con una correa. Patu se arrodilló junt

a él. Cogió el brazo del niño y lo limpió con ungasa.—¿Cuál es la situación de la sonda? —pregunt

Mazer.—No hay movimiento —respondió Fatani—

Todo está tranquilo. Pero si se estremece siquiera

Page 408: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 408/915

el mundo entero lo sabrá. Todas las cadenamportantes están transmitiendo nuestras imágene

en directo.—Bien. Que las cámaras sigan rodando.

Patu sacó un molde de férula de su bolsa. Erargo y fibroso, para un adulto. Cogió unas tijera

del kit médico, calculó a ojo la longitud del brazde Bingwen y cortó la férula hasta dejarla de s

amaño. Entonces, moviéndose despacio para nagitar el brazo, metió la mano de Bingwen dentro.—Ahora levanta un poco el brazo y podr

colocar esto en su sitio. Eso es, recto, así.Deslizó la férula por el brazo, deteniéndose just

por debajo del hombro. Entonces tiró de la anillaLa férula se infló, moldeándose en el brazo. Luegel exterior fibroso se tensó y se quedó rígido. Upitidito indicó que la férula estaba en su sitio.

—¿Qué tal? —preguntó Patu.Bingwen agitó tentativamente el brazo.—Pesa. —Entonces el niño abrió mucho los ojo

 trató de sentarse—. ¡Alto! Tenemos que regresaMis amigos Hopper y Meilin están todavía all

abajo. Den la vuelta, por favor. Tenemos qu

Page 409: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 409/915

Page 410: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 410/915

—dijo Reinhardt—. Helicópteros y aeronaveVTOL. Doce en total. Todos medevacs deejército.

—Ya era hora —rezongó Fatani.

Mazer sabía que venían por las imágenes questaban transmitiendo. Venían a por ellos, por lque le estaban enseñando al mundo. Las imágeneen vídeo que el HERC estaba tomando de la sond

  los aldeanos en peligro habían obligado a lochinos a actuar. El mundo entero estaba mirandoEn sus hogares por todo el planeta, las familiacontemplaban horrorizadas cómo los granjerochinos gritaban y huían del ataque de la sonda

Pero ¿dónde estaba el ejército chino?, spreguntarían los televidentes. ¿Dónde estaban loervicios de emergencias? ¿Dónde estaba l

ayuda? ¿Por qué no estaba China haciendo más?

Mazer no les había dejado opción. Tenían quactuar y ayudar o enfrentarse a una pesadilla delaciones públicas.

Como siguiendo una indicación en el momentusto, Shenzu apareció en el holocampo. Su actitu

fue completamente distinta a la de antes.

Page 411: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 411/915

—Capitán Rackham. Se le felicita por segunuestras órdenes tan eficazmente y ayudar a loheridos tal como le pedimos que hiciera. Chinagradece sus labores de rescate. Nosotro

naturalmente, hemos estado haciendo lo mismo coas otras sondas.Está actuando para las cámaras, pensó Mazer. L

está cubriendo las espaldas a China por si acas

estamos emitiendo también por radio. Mazer liguió el juego, ansioso por hacer lo que fuera coal de mantener la ayuda china en camino.

—Gracias por llegar lo antes posible. Tenemoheridos. ¿Dónde los llevamos?

—Hay un risco al nordeste. En su cima hay uviejo granero. Lo utilizaremos como hospitaprovisional. Le envío las coordenadas.

Hubo un pitidito y los datos aparecieron en e

holocampo.Reinhardt hizo un gesto con el pulgar, indicandque tenía las coordenadas. Luego dirigió al HERhacia el nordeste.

—Buena suerte —dijo Shenzu. Y desconectó e

holo.

Page 412: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 412/915

—Tal vez no nos fusilen, después de todo —dijReinhardt.

—Cruza los dedos —repuso Mazer.Volaron unos tres kilómetros hasta alcanzar la

coordenadas. El granero eran dos edificios, uno dellos un granero de verdad y el otro una anchchoza que probablemente era la granja. Amboestaban hechos de bambú y paja y madera loca

gastados y consumidos por el sol. Una ráfagfuerte de viento parecía capaz de derribarlos, peral parecer eran más fuertes de lo que aparentabanSe alzaban en un amplio promontorio de terrazade arrozales cubiertos de agua. Al sol de l

mañana, el agua brillaba, haciendo que las terrazaparecieran gigantescas escaleras de cristal. Eviento que soplaba era ligero y fresco y libre dpolvo, y traía consigo los dulces olores verdes d

a jungla al oeste. A la derecha una bandada dgorriones se lanzaba hacia el valle. Todo se veíranquilo y apacible y parecía a un mundo d

distancia de la sonda.Reinhardt posó el HERC entre los dos edificio

en una carretera de acceso. Una vieja camioneta

Page 413: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 413/915

con la capota levantada, estaba aparcada cercaoxidada y abollada, cubierta por las enredaderaUna reliquia muerta.

El granero estaba a la derecha. Tenía tre

paredes, abierto por delante, con dos búfalos dagua atados junto a unas balas de heno. Burdaherramientas de mano y útiles de labranzcolgaban de clavos en el interior.

Mazer bajó y cogió a Bingwen en brazos. Patu sadelantó hasta la casa y llamó a la puerta. Nespondió nadie. La puerta no estaba cerrada

Mazer entró con el niño. La casa estaba vacía. Unola habitación, de veinte metros cuadrados, si

ningún mueble. Olía a humo, viejo y polvo. En lpared del fondo, unos boquetes que hacían dventanas ofrecían una vista del valle.

Mazer depositó a Bingwen en el suelo d

hormigón y le dijo que no se moviera.El abuelo le dio profusamente las gracias. Mazeadvirtió cuánto le costaba andar con las vendaque le rodeaban el pecho.

—Está usted herido.

El anciano se encogió de hombros.

Page 414: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 414/915

—Soy viejo. Las dos cosas van juntas.Mazer regresó al HERC para recoger el Med

Assist. Volvió, retiró las vendas del anciano y lescaneó el pecho.

—Dos costillas fracturadas.—Eso podría habérselo dicho yo sin necesida

de ningún chisme —refunfuñó el anciano.Mazer sacó un puñado de pastillas del kit y s

as tendió.—Tómeselas para el dolor.El viejo las rechazó.—Estaré bien.

Mazer cogió la mano del hombre y cerró lo

dedos arrugados en torno a las pastillas.—Sus manos están agarrotadas por la artriti

Probablemente le arde el pecho cada vez quespira. Estas pastillas facilitan la curación y l

ayudarán a descansar. Su cuerpo necesita ambacosas. Ahorre fuerzas para cuidar a Bingwen. Ndiscuta. Y tome las pastillas.

Mazer vació las raciones de alimentos de subolsillos y sacó dos bolsas de agua del kit d

emergencia.

Page 415: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 415/915

—Con esto deberían aguantar hasta que llegueos médicos.

El anciano lo aceptó con los ojos húmedos, asintió en señal de agradecimiento.

—¡Mazer!Era Patu, gritando desde el HERC.—¡Tenemos que irnos!

Mazer salió de la casa y subió a bordo

Reinhardt despegó antes de que tuviera tiempo dabrocharse el arnés.—La sonda —dijo Patu—. Se está abriendo.

Page 416: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 416/915

14

INDIA

El capitán Wit O’Toole salió de la tienda dmando y sintió el frío aire matinal del valle dCachemira, a trescientos cincuenta kilómetros aoeste de la frontera china. Al este el sol empezaba alzarse sobre el Himalaya, proyectando larga

ombras sobre el valle y bañándolo de un brilldorado. Pronto todo eso sería nieve, una densalfombra blanca que cubriría el paisaje hasta epróximo verano. Pero por ahora eran empinado

prados verdes y tupidos bosques de pinos quvivían su breve existencia antes de la llegada das nieves. Era un espectáculo que Wit nunca s

cansaba de ver. La Tierra en su forma más puraada de industrias, ni edificios, ni gente. Sol

montañas y verde y un río al fondo. Er

Page 417: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 417/915

mpresionante y hermoso y merecía la pena luchapor ello.

Wit volvió a mirar las imágenes de su pad dmuñeca. Tres sondas alienígenas en China

Descartó las imágenes y recuperó el botón qupondría en alerta a todos los miembros de sunidad y los llamaría a diana. Lo pulsó.

A su alrededor había veintidós tiendas en l

falda de la montaña, muy juntas. Canmediatamente se produjo movimiento en snterior. Segundos más tarde los hombre

empezaron a salir, despeinados, la ropa edesorden. Muchos iban descalzos. Pero todo

estaban bien alertas y ansiosos de noticias.Seis horas antes Wit les había ordenado qu

durmieran un poco. Ellos habrían preferidpermanecer despiertos y ver las imágenes e

directo de la nave alienígena en el espacio, pera llevaban despiertos treinta y seis horas necesitaban descansar. Eran POM (Policías dOperaciones Móviles), la élite de las unidades dfuerzas especiales del mundo. Sin embargo

ncluso soldados tan diestros y letales como ello

Page 418: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 418/915

necesitaban dormir.Los hombres se congregaron en torno a Wi

algunos vestidos solo con su ropa interior largaabrazándose en el frío mañanero. Eran un grup

diverso. Cuarenta hombres de treinta paíseEuropeos, asiáticos, norteamericanos udamericanos, africanos, de Oriente Medio: todo

escogidos de unidades de fuerzas especiales d

us respectivos países. Todos habían renunciado us antiguos rangos y uniformes y accedido epresentar a sus países en una fuerza internaciona

donde todos eran iguales con una sola causampedir el sufrimiento humano, en cualquier part

del mundo.A Wit le parecía una lástima que no hubier

ningún soldado chino entre ellos. Le vendría bieahora. Había intentado durante años recluta

alguno en China, pero los militares de ese paíiempre habían rechazado su oferta. Preferían sendependientes y no inmiscuirse en asuntonternacionales. O eso decía el memorándu

oficial que Wit había recibido de China. N

endría acceso a sus soldados bajo ningun

Page 419: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 419/915

circunstancia. Punto.—Los alienígenas han hecho aterrizar tre

grandes aparatos en China —dijo Wit. Sacó sholopad de la bolsa que llevaba al cinto, extendi

us cuatro antenas de proyección y encendió eholo. Una imagen de una sonda extraterrestrapareció en el aire. Los soldados del fondo sesforzaron en ver por encima de las cabezas de lo

que tenían delante.A la izquierda de Wit había un camión duministros. Se subió al guardabarros trasero par

que todos pudieran ver mejor.—En el holo no se nota —dijo—, pero esta

ondas son enormes, más grandes que el estadimás grande del mundo. Cada una de ellas puedalbergar a decenas de miles de soldados vehículos de tierra o aire. Todavía no sabemo

qué hay dentro. En este momento, están ahplantadas. Han aterrizado hace muy poco.—¿En qué parte de China? —preguntó Caling

—. Estamos cerca de la frontera.—Muy lejos de aquí —respondió Wit—. En e

udeste, al norte de Guangzhou.

Page 420: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 420/915

—¿Cuándo nos desplegaremos?—No he solicitado órdenes a Strategos. Y n

pienso pedirlas. De hecho, he cortado todas lacomunicaciones con Strategos hace tres minutos.

Los hombres se miraron.Strategos era el comandante supremo de l

Policía de Operaciones Móviles. El general, podecirlo así. Excepto que, en vez de ser una sol

persona, eran en realidad treinta. Veintidóhombres y ocho mujeres, cada uno de una naciódiferente, y cada uno con un gran caudal dexperiencia en operaciones secretas y dmantenimiento de la paz. Algunos habían sido jefe

de agencias de inteligencia. Otros eran jerarcamilitares todavía en servicio activo. Juntoplanificaban las misiones de la POM y daban Wit sus órdenes. Con la autorización del Consej

de Seguridad de las Naciones Unidas, Strategoera un modelo de cooperación militanternacional, una fracción del tamaño de l

OTAN y mucho más efectiva en operaciones pequeña escala. Mientras la OTAN era un alard

de fuerzas, la POM era una fuerza relámpago, qu

Page 421: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 421/915

entraba y golpeaba con fuerza y velocidad y salíantes de que el enemigo supiera qué habíucedido.

—¿Ha cortado las comunicaciones co

Strategos? —dijo Calinga—. Lejos de mntención decirle cómo tiene que hacer su trabajo

capitán, pero ¿no nos dificultará eso consegunuestras órdenes para desplegarnos?

—No recibiremos órdenes de despliegue —dijWit—. Aunque las líneas estuvieran abiertasStrategos no nos enviará a China. Si llega algunorden, será para que mantengamos la posición.

—¿Por qué? —dijo Deen—. Hay guerra e

China.—Precisamente por eso. China es una nació

estable. Strategos no nos enviará sin el refrenddel Consejo de Seguridad de la ONU y l

bendición del gobierno chino, y no es probablque ninguna de las dos cosas sucedan pronto, si eque suceden. China no pedirá ayuda.

—¿Por qué no? —preguntó Deen.—Porque es China —contestó Wit—. Si la

ondas se hubieran posado en Europa o Australia

Page 422: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 422/915

a estaríamos de camino. China será menocooperativa. Querrán manejar esto solos. Aceptaayuda sería una muestra de debilidad. Sumilitares lo considerarían un insulto. No l

consentirán.—Esto no es solo problema de ellos —dij

Calinga—. Es de todo el mundo.—China no lo verá así. En todo caso, l

considerarán una oportunidad de reafirmar sfuerza. Si libran al mundo de unos extraterrestrenvasores, de pronto serán la nación más fuerte da Tierra. Todos se lo pensarán dos veces antes d

cabrearlos.

—¿Quién es lo bastante estúpido para molestar China de todas formas? —dijo Calinga.

—Estados Unidos habría hecho lo mismo. Nquieren soldados extranjeros en territori

norteamericano. Les parece una pérdida doberanía. Asusta a los civiles e implica que lnación que te ayuda es más fuerte que tú. Es unactitud egoísta y estúpida, pero así es el orgullnacional. Dentro de un mes, cuando haya muerto u

millón de civiles chinos, puede que su

Page 423: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 423/915

autoridades lo reconsideren.—¿Cree que será tan malo? —preguntó Lobo.

—Probablemente peor. Piensa en cómabordamos el combate alienígena.

—Analizar antes de actuar y suponer intencionehostiles —dijo Calinga.

—Así es. Y las intenciones hostiles son ya unconclusión atrasada. Arrasaron a miles de minero

espaciales y convirtieron en polvo espacial a uecretario de la ONU y varias lanzaderas dprensa. Podemos dar por hecho que no traen cestacon regalos en esas sondas.

—Pero ¿por qué ha cortado las comunicacione

con Strategos? —preguntó Calinga.—Porque no quiero desobedecer una orde

directa. Voy a entrar en China. Si no me dan lorden de permanecer aquí, entonces no estar

desobedeciendo.—Obviamente no irá solo —dijo Deen—remos con usted.

—No puedo ordenaros que hagáis eso. Solpuedo pedir voluntarios. Cruzar la frontera ser

difícil. Las relaciones entre la India y China no so

Page 424: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 424/915

una balsa de aceite. Las fronteras están bievigiladas. No podremos llevar armas. Los chinono nos dejarían pasar. Tenemos que cruzar comciviles. Adquiriremos armas y equipamient

cuando estemos dentro.—¿Y qué haremos exactamente? —pregunt

Deen.—Aquello para lo que nos han entrenado

Libraremos una guerra asimétrica. En vez de senosotros los que tengan tecnología superior en ecampo de batalla, seremos los guerrilleros siapenas tecnología que intentan sabotear, interferi golpear en puntos clave. Desmoralizaremos tant

al enemigo que querrán renunciar. Como evietcong contra los norteamericanos, o Castrcontra Batista, o los fedayines contra la UnióSoviética en Afganistán. Será necesaria un

estrategia de combate distinta a la que estamoacostumbrados. Y tendremos que inventarla sobra marcha e improvisar. Seguimos sin saber cuáleon las capacidades de los alienígenas.

—¿Cuarenta tipos contra todo un ejércit

alienígena? —dijo Deen—. No me malinterprete

Page 425: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 425/915

me gusta una buena pelea, pero no es mualentador.

—No estaremos solos —dijo Wit—. Todo lque aprendamos sobre el enemigo, todas la

ácticas de combate efectivas que desarrollemoas compartiremos con los militares chinos. Si soistos, las llevarán a la práctica. Y nosotro

estaremos observando a los chinos también. S

hacen algo que funcione, lo utilizaremos. Cuantmás nos ayudemos mutuamente, más efectivopodremos ser ambos.

—Creía que no querían nuestra ayuda —dijLobo.

—No pueden pedir ayuda. Oficialmente, no lquieren. Pero las tropas que estén en el fregadagradecerán contar con nosotros. Eso espero.

—¿Dónde conseguiremos suministros? —

preguntó Calinga.—¿Significa eso que te ofreces voluntario? —epuso Wit.

—Demonios, sí —respondió Calinga. Se volvihacia los demás—. ¿Hay alguien que no se

voluntario?

Page 426: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 426/915

Ninguno levantó la mano.Calinga se volvió hacia Wit y sonrió.

—Creo que hay unanimidad. Pongámonos emarcha.

—Todavía no —dijo Wit—. Necesito dejaclaro cuáles serán las consecuencias de esto. Snos colamos en China, es probable que nos tildede desertores y nos espere la corte marcial.

—Las consecuencias de cruzarnos de brazopodrían acarrear el fin del mundo —dijo Lobo.—Tiene razón, capitán —dijo Mabuzza—

remos donde usted vaya.—¿Y qué más da que nos lleven a la cort

marcial? —preguntó Deen—. Es mejor que darla espalda a la gente de China. Prefiero tener l

conciencia tranquila como desertor que toda unvida sintiéndome culpable aun siendo un soldad

de buena posición.Los hombres expresaron entre murmullos sacuerdo.

—Muy bien —dijo Wit—. Veo que sois taestarudos como yo. ¡Tenéis diez minutos par

evantar el campamento! ¡Moveos!

Page 427: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 427/915

Se movieron.Nueve minutos más tarde, los vehículo

arrancaban, dirigiéndose al paso de montaña quos llevaría a Srinagar. Wit y Calinga iban en l

cabina del primer camión, con Calinga al volante el capitán viendo las emisiones satélite de Chinen el monitor del salpicadero. Las sondas shabían atrincherado en el suelo. Había un aparat

aéreo grabando desde todos los ángulos. Wit abriu holopad. Un mapa del norte de la India aparecien el aire ante él. Un puntito marcaba su posicióactual.

—Creo que nuestras posibilidades serán mejore

i entramos en China desde Pakistán, por lomontes Karakoram —dijo—. Aquí, en el Paso dKhunjerab.

—¿Pakistán? —dijo Calinga—. ¿Ahora tenemo

que cruzar dos fronteras?—Entrar en Pakistán no será ningún problemaSigue estando en la región de Cachemira. Y lfrontera entre Pakistán y China es mucho más laxque la de la India y China. Además, el Paso d

Khunjerab es un centro de comunicacione

Page 428: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 428/915

Page 429: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 429/915

donde dejar los camiones y suministros. Wit hizque los hombres lo guardaran todo bajo llaveaunque dudaba volver a ver el equipo. Suhombres iban todos en uniforme de faena, lo qu

os identificaba como soldados. Los camiones eraambién nítidamente militares, lo que significab

que contenían tecnología valiosa. Y las armamilitares en el mercado negro podían alcanzar u

precio muy alto en Srinagar. Pakistán estaba solo un paso. Afganistán no estaba mucho más lejo«Diez a uno —pensó Wit—, a que este almacéufrirá un robo en los próximos días, un robo qu

el dueño prepararía en secreto por una buen

ajada de los beneficios».Pero ¿qué podía hacer? Si se acercaban a l

frontera como soldados, no tendrían ningunposibilidad de pasar.

Dejaron el almacén llevando solamente suartículos personales: holopads, pasaportecomunicadores de radio, receptores satélite. Cosapequeñas que no llamaban la atención.

Se dirigieron a un mercado callejero en busca d

opa. Los puesteros los llamaban a grito

Page 430: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 430/915

ofreciéndoles sus mercancías a precios imbatibleFruta, pescado, joyas, música pirata. Wit pasó dargo, ignorándolos.

Encontraron un puesto de ropa de hombre, per

os diseños no les convencieron. Demasiadpequeños y demasiado festivos. El tendero alzó ubrillante par de pantalones y una kurta multicoloWit forzó una sonrisa. Si sus hombres y é

aparecían en la frontera china vestidos con eso, loconfundirán con una troupe de acróbatas.—Necesitamos ropa sencilla —dijo.El hombre sonrió y alzó un dedo.

—Ah. Sencilla. Esta es demasiado llamativa

¿eh? Quizás esto sea más de su gusto. —Sacó unkurta amarillo brillante que le llegaba a Wit hastas rodillas y dañaba la vista.

—No es mi estilo. ¿Hay una lavandería po

aquí?La sonrisa del comerciante se desvaneció: Wa no era un cliente potencial. Señaló con un ded

calle abajo y dedicó su atención a otra personaWit y sus hombres continuaron su camino. Cuand

dejaron el mercado, la gente se los quedó mirando

Page 431: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 431/915

Las madres cogieron a sus hijos y los retiraron da calle. Los peatones se paraban a mirarlos co

ojos entornados. Los viejos fruncían el ceño.—No parece un barrio muy amistoso —dij

Calinga.—Somos soldados —repuso Wit—. Lo

enderos nos adoran porque los soldados tienedinero. A los civiles les gustamos tanto como tene

un agujero en la cabeza, que es lo que les hacen veces los soldados en esta parte del mundo.—¿Por qué una lavandería? —preguntó Calinga—Por la ropa, obviamente. Ropa usada.—No podemos comprar la ropa de otro.

—Se puede comprar de todo si tienes dinero —dijo Wit—. Pero tal vez no tengamos que compranada. Las lavanderías también tienen ropa qunadie ha recogido. Camisas y pantalones que l

gente olvida o no recoge. Y estamos cerca de luniversidad. Así que tenemos más posibilidadede encontrar algo útil.

La lavandería estaba dos manzanas más adelanteEl propietario, un hombre menudo, se hallab

entado detrás del mostrador, viendo un

Page 432: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 432/915

ransmisión satélite de las sondas en China. Oyó lcampanilla de la puerta cuando Wit y sus hombreentraron, pero no apartó los ojos del monitoEstaba absorto.

Wit esperó un momento y luego se aclaró lgarganta. El hombre alzó entonces la cabeza, viu número y tamaño, y sus ojos se abrieron de pa

en par, sorprendido.

—Necesitamos ropas —dijo Wit—. Parcuarenta hombres. Casi todos de tallas grandeCálidas y cómodas. Con muchos bolsillopreferiblemente. Pagaremos bien y dejaremos louniformes que llevamos puestos. Un bue

ntercambio. Probablemente la mejor venta quhará este año. Podría cerrar el negocio durante unemana después de que nos marchemos y seguirí

ganando. Es decir, suponiendo que tenga lo qu

necesitamos.El hombre tenía de sobra. Un almacén llenoHabía artículos no reclamados, sí, pero tambiénuevos. Género de contrabando, imitacionechinas. Gruesos pantalones de camuflaje co

montones de bolsillos, camisetas de algodón

Page 433: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 433/915

calcetines, gruesas camisas y gorras de lana. Wncluso encontró una gorra de béisbol de u

conocido equipo de Estados Unidos. Wit odiaba ebéisbol (un tipo tira una pelota, otro golpea,

otros veinte tíos permanecen allí mirando escupiendo), pero aquella gorra era el tipo dcomplemento que llevaría un civil.

Tuvieron cuidado al mezclar el guardarropa. La

opas civiles a juego podían parecer tambiéuniformes. Así que no todo el mundo llevabpantalones de camuflaje, y los que lo hicierousaron colores diferentes, negro, caqui o azul. Lacamisas eran también diferentes. Similares pero n

dénticas.Wit pagó al hombre en metálico y dejó un

generosa propina. Se cambiaron entonces de rop dejaron los uniformes en una pila en el almacén

Wit dividió entonces los hombres en diez grupode cuatro y les hizo seguir rutas diferentes hasta lestación de trenes. No le preocupaba que lovieran en la India: tenía todas las autorizacionepara estar allí. Pero ahora todo el mundo era u

compañero de viaje potencial con destino

Page 434: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 434/915

Pakistán, y era probable que los pasajeroospechosos alertaran a las autoridades, cosa nad

aconsejable.Partieron. Wit lo hizo con Calinga, Deen y Lobo

adie los miró con recelo en todo el camino.Compraron los billetes en grupos y cogieron e

primer tren a Pakistán, cada grupo de cuatrhombres en vagones separados. Nadie les prest

atención. Todos a bordo del tren iban viendo lanoticias de China en sus holopads.Wit sacó el suyo y se puso a buscar en la re

mágenes recientes de China. Eran más vídeos deprimer aparato aéreo que llegó a la escena. L

contempló. Sin embargo, el constante movimientde la cámara situada en la parte inferior deaparato era un poco mareante. Wit estaba a puntde abandonar el vídeo y buscar otra fuente cuand

algo en la pantalla llamó su atención. Pulsó lpantalla y rebobinó. El aparato se posaba ntentaba un rescate. Un soldado bajó para sacar

alguien de la montaña de fango. Un bebé o un niñpequeño. El soldado lo cogía en brazos

egresaba al aparato. Durante unos segundos pud

Page 435: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 435/915

verse su rostro. Wit detuvo la imagen y se lmostró a Calinga, que iba sentado a su lado.

—¿No te suena?—Es el maorí —dijo Calinga—. El qu

probamos.—Mazer Rackham.—¿Cómo ha llegado a China tan rápido?—Debía de estar allí ya.

—¿Está trabajando con los chinos?—No cuando se grabó esto —dijo Wit—. Npuede ser. Los chinos no permitirían que uneozelandés hiciera un rescate como ese. No coodo el mundo mirando. ¿Salvar a un niño de

desastre? Eso es el santo grial de las relacionepúblicas. Si Mazer volara con los chinos, sería uoldado chino quien habría salvado al niño. Mazees está estropeando el tinglado.

—¿Entonces quién va con él en el aparato?—Ni idea —dijo Wit—. Pero no son chinos.

Page 436: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 436/915

15

FÓRMICOS 

Mazer se asomó al HERC y contempló poúltima vez la granja, que se iba empequeñecienden la distancia. El niño, Bingwen, había teniduerte. Un metro o dos a izquierda o derecha baj

aquel árbol y habría quedado enterrado vivo

¿Cuántos como él estaban atascados en esocampos, se preguntó, atrapados en una bolsa daire, esperando un rescate que probablemente nlegaría?

Volvió a meterse en el aparato y conectó sVCA. Patu le estaba enviando varias imágenecada una de ellas posicionada en una de laesquinas de su campo de visión. Todas eran dransmisiones satélite, tomadas desde arriba,

proporcionaban una vista clara de la part

Page 437: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 437/915

uperior de la sonda, que se había abierto. En ecentro había ahora un gran círculo oscuro, como eagujero de un dónut, que revelaba un enormespacio interior casi todo en sombras.

—¿Qué es eso? —preguntó Mazer—. ¿Podemover lo que hay dentro?

—Negativo —respondió Patu—. He probadcon varios espectros. El sol está demasiado bajo

o llega suficiente luz.Remontaron la última colina y la sonda aparecia la vista. Ahora había un puñado de avionealrededor, los medevacs además de unos cuantoartefactos militares. Todos con distintivos chino

Unos cuantos aparatos revoloteaban sobre labertura.

—Patu —dijo Mazer—, ¿llega algunransmisión de los aparatos que están sobre l

onda?—Negativo. Si están filmando algo, no lransmiten.

Shenzu, el contacto chino, apareció en eholocampo.

—Nos hacemos cargo a partir de aquí, capitá

Page 438: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 438/915

Rackham. China agradece su ayuda. Por favomantengan la distancia.

—Puede haber otros supervivientes —dijMazer.

—Nosotros nos ocuparemos de ellos —espondió Shenzu con tono inapelable.Cortó la comunicación.—¿Qué hacemos ahora? —preguntó Reinhardt.

—Obedecer —contestó Mazer—. Nos retiramoLos dejamos hacer su trabajo. Fatani, conéctanos us radios. Quiero saber qué están diciendo

Reinhardt, llévanos de vuelta al lugar donddejamos a los primeros heridos. Podemo

levarlos adonde establezcan el hospital.Un rayo de luz brotó del centro de la sonda

desde las profundidades de la abertura, y alcanzó uno de los helicópteros que revoloteaban sobr

ella. El láser atravesó al helicóptero como si nestuviera allí siquiera, cortando las aspaimpiamente. El aparato cayó como una piedra

humeando, ardiendo y retorciéndose. Rebotó en ecostado de la sonda y cayó trazando espirales a

uelo, donde se estrelló convertido en un montó

Page 439: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 439/915

de chatarra ardiente.Los otros helicópteros que estaban cerca de l

abertura empezaron a retirarse. No lo hicieron lbastante rápido. Surgieron tres láseres más qu

cortaron los aparatos por la mitad. Todos cayeroardiendo. Uno de ellos era un medevac, un pájargrande. Al menos diez tripulantes. Médicos enfermeras. El aparato explotó antes de choca

contra el suelo.Fatani encontró la frecuencia de radio. Gritos chillidos asaltaron los oídos de Mazer. El pánicdominaba a los chinos.

El último helicóptero cayó sobre la part

uperior de la sonda, cerca de la abertura, permaneció allí, desprendiendo tanto humo negrque dejó de ser visible.

Entonces salieron.

Al principio eran tantos que Mazer ncomprendió qué estaba viendo. Eran como uncolonia de murciélagos que salen volando de uncueva. O un enjambre de insectos que surgen de spanal en una sola columna de movimient

etorcido, muy cercanos unos a otros y si

Page 440: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 440/915

embargo sin tocarse. Eran aparatos aéreos qualían de la abertura de la sonda. Una column

veloz, afilada, oscura y aterradora, que se alzabápidamente moviéndose como una sola cosa.

Los había de dos tipos. Unos pequeños, otrograndes, tal vez tres veces el tamaño del HERCEran cientos. Entonces, cuando ya estaban muy poencima de la sonda, se separaron, como las raíce

de un árbol puesto boca abajo, y se lanzaron eodas direcciones, creando un dosel sobre epaisaje que cubrió el valle de sombras.

Uno voló directamente por encima del HERCMazer estiró el cuello para verlo pasar. Er

ilencioso, advirtió. Todos eran silenciosos. Nhabía ruido de motores. Ni aspas. Ningún tipo duido. Como fantasmas.

Uno de los aparatos chinos a la derecha d

Mazer abrió fuego: un arco de trazadoras que seajustó hasta encontrar su objetivo. Una de lanaves alienígenas recibió los disparos. Las balaebotaron en el casco en una lluvia de chispa

desviando el aparato de su rumbo y enviándolo a

uelo entre espirales. Chocó contra la superficie

Page 441: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 441/915

ebotó, dando vueltas una y otra vez fuera dcontrol. Finalmente se deslizó hasta detenersedejando un surco en la tierra.

De inmediato, moviéndose al unísono, siet

aparatos alienígenas cambiaron de rumbo descendieron sobre el helicóptero chino que habídisparado. El artillero chino giró y disparó contrus atacantes, pero los extraterrestres maniobraro

para evitarlo, bandeando a izquierda y derechaEntonces dispararon sus propios cañones: breveestallidos laserizados alcanzaron al helicópterchino por todas partes a la vez. El helicóptero sabrió como una lata aplastada, lanzando resto

metralla y fuego en todas direcciones. El montóardiente cayó y se estrelló contra una laderadonde la gravedad continuó haciendo su laborRodó y rodó y se estampó contra un árbo

esparciendo cenizas y más restos.—¡Pósanos! —gritó Mazer—. ¡Ahora!Reinhardt movió la barra hacia un lado

apartándolos y haciéndolos descendeápidamente.

Ante ellos, el aparato alienígena ardía en l

Page 442: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 442/915

hierba.—¡Allí! —señaló Mazer—. ¡Déjanos junto a

aparato caído!Reinhardt le dirigió una mirada sombría.

—¿Quieres que aterrice cerca de esa cosa?—¡Hazlo! —gritó Mazer.Reinhardt obedeció y los posó cerca del aparat

caído. Mazer bajó de un salto y desenfundó s

pistola. Un arma tan pequeña no haría nada contraquel aparato, pero se sentía mejor empuñándolaLas otras naves alienígenas siguieron de largognorándolos, hacia el norte.

Mazer las vio alejarse y resopló, relajando lo

hombros. Hubo un breve estallido de disparos aur. Se giró en esa dirección y no vio nada: l

montaña bloqueaba su visión de la sonda y lademás aeronaves. Prestó atención. Tras un brev

ilencio, más disparos, seguidos de una fuertexplosión, un ruido desgarrador y resonante que samplificó en el cielo. Metal retorciéndosemotores muriendo, el breve castañeo de parteueltas chocando en el aire y tintineando com

campanitas ardientes.

Page 443: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 443/915

Mazer escudriñó el cielo. Naves alienígenavolaban por el este y el oeste, algunas moviéndosápido, otras más despacio, como si patrullaran

escrutaran el terreno. Ninguna estab

peligrosamente cerca ni parecía prestarleatención. La frenética charla en la radio continuóaunque ahora había menos voces. Mazer se esforzpor entenderla, pero los gritos eran frenéticos

odos hablaban en chino; solo le llegabafragmentos atropellados.Otra explosión resonó al sur.La radio quedó en silencio. El sombrío tono d

a estática ocupó su lugar.

Mazer se quedó allí un momento, escuchandodeseando que más voces regresaran a la frecuenci  reportaran su presencia. Nadie lo hizo

Lentamente, Mazer giró en redondo, escrutando e

cielo en busca de los aviones chinos. No vininguno.Habló por su comunicador.—Dragón Rojo, aquí el capitán Mazer Rackham

¿Me reciben? Cambio.

No hubo respuesta.

Page 444: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 444/915

—Dragón Rojo, ¿me reciben?Nada.

Se volvió hacia la izquierda. El aparatalienígena yacía de lado a veinte metros d

distancia. Esperaba encontrarse con un caos dmetal retorcido con ningún parecido a su formoriginal, pero el aparato parecía intacto e ilesocomo si estuviera construido de un materia

ndestructible. El único signo de daño era una finínea de humo que surgía de un conducto trasero.Se volvió hacia Reinhardt.

—Mantén el HERC en marcha. Listo pardespegar. Fatani, Patu, las cámaras de los casco

preparadas, armas a la mano. Grabadlo todoReinhardt, vigila el cielo. Avísanos si se acercalgo.

Mazer se aproximó con cautela al aparato caído

el arma en alto, el seguro quitado, el dedo en egatillo, preparado.—¿Estás seguro de lo que haces, Mazer? —dij

Reinhardt—. No sabemos qué es esa cosa ni cómpuede reaccionar.

—Nadie lo sabe —respondió Mazer—,

Page 445: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 445/915

precisamente por eso tenemos que averiguarlo.Cautelosamente, siguió adelante. Patu apareció

u lado empuñando su fusil de asalto, lista pardisparar. Fatani rodeó el HERC y se unió a ellos

pistola en mano y apuntando al frente. Todolevaban puestos sus cascos y grababan la escena.—Desplegaos —ordenó Mazer.Se separaron. Mazer se dirigió a la izquierda

Fatani se desvió a la derecha y Patu continuavanzando.—¿Estamos transmitiendo, Patu?—Los tres transmitimos en directo.—Bien.

Se acercaron al aparato. Estaba claro que lomismos ingenieros que habían construido la sondhabían construido aquella cosa. El casco de metaera marrón oscuro, casi rojizo, sin pulir

alpicado con manchas de corrosión. Las líneas esquinas eran también ásperas, como si nhubieran pensado en estilo ni aerodinámica. Ercomo un furgón, feo, compacto y meramentutilitario.

Yacía de lado, así que la parte superior miraba

Page 446: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 446/915

Mazer. Era más alto que él. Se acercó y le dio unpatada con la bota. Produjo un tañido leve y huecoRodeó el aparato hasta el otro lado. Allí estabFatani, de pie en un leve promontorio de tierra qu

e permitía ver mejor la parte inferior de la naveMazer subió junto a él y vio dónde la habíaalcanzado las balas del helicóptero chino. Nadhabía penetrado el casco, pero las balas había

dejado pequeñas muescas en el metal. A Mazer lpareció extraño.Fatani debía de estar pensando lo mismo.—Esto no tiene sentido —dijo—. Las balas n

o atravesaron. No rezuma ningún fluido. No ha

ningún daño visible. Entonces ¿por qué cayó?—Tal vez la fuerza de los impactos lo hiz

desviarse. Como un puñetazo en la sien. El pilotno se lo esperaba. O tal vez es difícil realinear e

aparato una vez sacudido. Pudo ser cualquier cosaLa nave se movió: una gran pieza de metal en lalto, como una escotilla, se alzó veintcentímetros.

Mazer retrocedió, sobresaltado, casi tropezando

Patu y Fatani lo imitaron, las armas preparadas.

Page 447: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 447/915

—¿Qué está haciendo? —dijo Fatani.La puerta era una sección ancha y plana de

casco casi tan alta como el aparato. Se produjotro sonido rechinante, y la puerta (ahora el techo

e deslizó hacia atrás, revelando un profundespacio vacío en el interior.

—No me gusta —dijo Patu.La puerta se descorrió hasta el fondo y s

detuvo. El interior era amplio como una bodega dcarga. Mazer no llegó a ver el fondo. Avanzó.—Cuidado —dijo Fatani.Mazer se acercó. Un metro, luego dos. La pistol

apuntando. Llegó junto al aparato. Se alzó d

puntillas, tratando de ver en su interior.Una mano roja a su derecha salió del interior

e agarró al borde.Fatani maldijo. Mazer volvió a retroceder. Pat

avanzó, lista para disparar.Mazer alzó una mano.—¡Espera! No dispares. —Retrocedi

ecuperando el equilibrio, el corazón desbocado.La mano roja era musculosa y recia, con un fin

vello corto. Era unos dos tercios del tamaño de l

Page 448: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 448/915

mano de Mazer y parecía una garra. Mazer lobservó y oyó un sonido en el interior. Un siseo

o un sonido mecánico, sino biológicoRespiración. Entrecortada y rasposa. El sonido d

un animal dolorido.—Retroceded —dijo Mazer.Se retiraron unos pasos.La mano roja aferrada al borde hizo un nuev

esfuerzo, tensándose, agarrando, tirando. Lespiración era ahora más pesada, más trabajosaEl animal intentaba levantarse.

Una segunda mano, más pequeña, apareció junta la primera.

Entonces una pierna de la criatura pasó poencima del borde, y el cuerpo la siguió. Mazepudo ver que el brazo y la mano más pequeños neran un miembro puesto, sino un segundo braz

más pequeño situado en el mismo lugar tras eprimero. O quizá los apéndices medios eran uconjunto extra de patas. Era difícil decirlo: nparecía haber mucha diferencia anatómica entros dos.

La criatura se detuvo en el estrecho borde

Page 449: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 449/915

ecuperando el aliento, jadeando, como ufunámbulo en la cuerda floja que hiciera una pausen mitad de la actuación. No llevaba ropas. Atada su espalda llevaba un contenedo

emitransparente lleno de un fluido que se agitabaTenía la cabeza vuelta hacia un lado. Parecímedir un metro veinte y su piel estaba cubierta dun vello corto y rizado, como el del brazo de u

hombre, y eso permitía ver claramente su piel, quera de color tierra rojiza oscura, con manchaanaranjadas y amarillas y verdes. Como unsecto.—Déjame dispararle —pidió Patu.

—Espera —ordenó Mazer—. Veamos qué haceDespués de un momento la criatura pareci

ecuperarse y ganar fuerzas. Trató de mover lamanos para bajar al suelo, pero cuando lo hizo s

desplomó de lado y cayó a tierra. La criaturnhaló bruscamente, como si sintiera una punzadde dolor, pero no emitió ningún otro sonidoPermaneció inmóvil unos instantes, respirandoLuego, lentamente, con gran esfuerzo, trató d

ncorporarse. Al principio fracasó. Los brazos d

Page 450: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 450/915

u lado izquierdo estaban torcidos y al pareceotos. La pata izquierda estaba levemente torcida

doblada en un ángulo que no encajaba con la patderecha que estaba usando. Debía de habers

doblado violentamente durante el choque.Mazer distinguió que un tubo salía del depósit

que la criatura llevaba a la espalda. El extremo deubo conectaba con una lanza fumigadora, no mu

distinta de lo que llevaría un exterminador dplagas.La criatura consiguió apoyarse en la pata buena

Entonces, impulsándose sobre ella y apoyando lespalda contra el aparato, se incorporó lentamente

Mazer casi sintió piedad. Era una criaturpequeña, rota. Pero la sensación solo duró unstante. Tensó el dedo sobre el gatillo

apuntándole a la cabeza.

La criatura avanzó tambaleante, todavía ajena u presencia. Un doloroso paso tras otro mientrae arrastraba. Llegó al final del aparato y continu

avanzando por la hierba.—¿Adónde va? —preguntó Fatani.

—No lo sé —dijo Mazer—. No quites ojo de

Page 451: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 451/915

aparato por si sale otro.Avanzó tras el extraterrestre que se alejaba, e

arma preparada. La criatura se movía lentamenteo llegaría muy lejos. Mazer sabía que tenía qu

matarla. Pero ¿luego qué? ¿Deberían llevarse ecuerpo? Sin duda China querría estudiarlo. Aalienígena y lo que llevaba en su contenedor.

La criatura tanteó hacia atrás con su mano buen

a más pequeña, y encontró el tubo. Se lo pasó a smano grande. Las dos manos se deslizaron por eubo hasta que encontraron la lanza fumigadora

con la que apuntó a la hierba que tenía delanteBrotó una bruma amarilla. La hierba se marchit

en el acto, volviéndose negra.Las alarmas se dispararon en el casco de Maze

Una alerta de riesgo biológico.—¡Mascarillas! —gritó, retrocediendo uno

pasos. Parpadeó la orden, y la máscara de oxígendel interior de su casco se ajustó contra su caracubriéndole nariz y boca. Sintió la succión y supque se había sellado con fuerza. Notó el oxígenfresco—. Atrás —dijo—. Está rociando un

especie de defoliante.

Page 452: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 452/915

Page 453: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 453/915

cuatro veces más, solo para asegurarse. La criaturecibió los impactos en la espalda, sacudiéndosevemente, como si le hubieran dado una patada

Por lo demás, no se movió. La herida de la cabez

e desangraba sobre la hierba quemada.Mazer se volvió hacia la nave alienígena y s

encaramó. Se detuvo en el borde de la puerta y sasomó al interior. Al fondo, amontonados, había u

grupo de cuerpos de extraterrestres, todos armadocon los mismos contenedores de defoliante.—Es un transporte de tropas. Es difícil sabe

cuántas criaturas hay aquí dentro. Los cuerpoestán todos juntos. Pongamos que son nueve.

Uno de los extraterrestres se movió, todavívivo. Mazer le vació el cargador.

El grupo amontonado permaneció inmóvil.Mazer se arrodilló, sacó su cortadora láser

empezó a rebanar una esquina del transporte dropas, para llevarse el pedazo de metal para sposterior análisis. El láser, que normalmentatravesaba el acero con facilidad, lo hacídespacio, tenía dificultades con aquel meta

Mazer quería arrancar un trozo grande, pero e

Page 454: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 454/915

itmo del corte le instó a contentarse con undiminuto, no mayor que una moneda. Lo sopló parenfriar el metal, y luego lo guardó en un pequeñcompartimiento de su cinturón. Se apartó de l

puerta y trató de devolverla a su sitio para cerrael aparato y así aislar su contenido. La puerta ne movió. Miró brevemente en el interior buscand

una palanca, un interruptor o un botón, pero no vi

nada.Bajó del transporte y corrió hacia el HERC.Se aupó al patín de aterrizaje y se agarró a u

asidero.—Asciende —le dijo a Reinhardt—. Llévano

directamente sobre la hierba muerta.El aparato se elevó.

Con la mano libre, Mazer buscó bajo ealpicadero la pistola de señales. Había varia

bengalas sujetas a su base. Habría preferido otrmétodo, un agente incendiario más fácil dcontrolar, ya que las bengalas eran impredeciblespero era todo lo que tenía y no quería acercarsmás a la hierba muerta. Cargó una bengala

disparó a la negra mancha del suelo. La bengal

Page 455: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 455/915

ebotó y salió desviada hacia un lado, aterrizanda poca distancia, girando como un petardo en uardín, escupiendo chispas y llamas.

Mazer cargó otra bengala y disparó de nuevo

Esta vez dio en el suelo y la bengala giralvajemente en su sitio, lanzando chispas en toda

direcciones antes de salir disparada hacia otrparte. No fue tan preciso como Mazer habí

esperado, pero sí suficiente: la hierba muertprendió y empezó a arder.Mazer se volvió hacia Reinhardt.

—Búscanos una superficie plana cercapreferiblemente libre de vegetación. Una carreter

o similar. Rápido.El HERC se dirigió al este. Mazer escrutó e

cielo. Los transportes de tropas y los aparatos mápequeños estaban por todas partes, alejándose.

Reinhardt posó el HERC en un camino de tierrael primero que Mazer veía desde hacía un rato.Mazer saltó del vehículo, se quitó el casco y l

dejó en el suelo.—Patu, Fatani, tenemos que desnudarnos. Tod

o que estuvo expuesto al aire puede haber entrad

Page 456: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 456/915

en contacto con ese defoliante, empezando povuestros uniformes. Amontonadlos. No dejéis quoquen ninguna parte de vuestra piel ni nada dentr

del HERC. Dejaos puestas las botas.

Mazer se desnudó rápidamente, dejándose lcamiseta, los calzones y los calcetines. Dejó euniforme en el suelo. Fatani y Patu se desnudaroambién. Mazer sacó un kit de primeros auxilios d

debajo de su asiento y extrajo un frasco dantiséptico quirúrgico. Lo vertió en las manos dus compañeros y les dijo que se las lavaran

conciencia, también el cuello. Mazer hizo entonceo mismo. El líquido era frío y marrón y olía

hospital. Cuando terminaron, usó gasa empapaden antiséptico para frotar los cascos, las botas as armas.

Luego cogió otra bengala y tiró de la anilla d

gnición. El extremo de la bengala empezó escupir chispas calientes. Mazer se agachó acercó las chispas a las ropas, que ardieronArrojó la bengala a un arrozal cercano, dondchisporroteó y se apagó.

—¿Y ahora qué? —dijo Reinhardt—. N

Page 457: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 457/915

enemos a nadie en la radio. Ni ropa de recambioY apenas armas.

—Necesitamos ropas —respondió Mazer—Ahora tenemos más piel expuesta. Y podría habe

cientos de criaturas ahí fuera arrojando esta brumal aire. Tenemos que cubrirnos.

—Deberíamos volver a evaluar qué demonioestamos haciendo aquí —dijo Reinhardt—. N

estamos equipados para el combate aéreo, MazeEsto nos supera. Hacer labores de rescate es uncosa; los ataques aéreos, otra. Estamos vendidos.

—Todos están vendidos —dijo Mazer—. Nadiestá preparado para esto.

—Si volvemos a la base, nos quitarán el HER—dijo Fatani—. Nos quedaremos sin montura parel combate.

—No estamos armados para combatir —insisti

Reinhardt—. Ese es mi argumento. Cargad estcacharro de misiles y cañones más grandes, podrá servir de algo. Como aparato de rescateomos un blanco de pruebas. Debemo

devolvérselo a los chinos y dejar que lo usen par

o que fue concebido. Es suyo, no nuestro.

Page 458: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 458/915

—Todavía podemos servir de algo —dijo Pat—. Había un montón de gente allá atrás, en tierraA pie. Tenemos que llevarlos a un lugar lejos decaos. Al hospital provisional. Al menos hasta qu

puedan ser rescatados adecuadamente.—No va a haber ningún hospital —dij

Reinhardt—. ¿Es que os habéis perdido lo que hpasado en los últimos veinte minutos? Eso

medevacs han caído, Patu. Kaputt. Nadie va construir ningún hospital. Ahora mismo nosotroomos todo lo que hay. Si llevamos a esa gente

un sitio donde los atiendan, no estarán mejor alque donde estaban.

Un sonido de alarma sonó en el casco de MazerReinhardt se volvió hacia el salpicadero

úbitamente alerta.—Se aproximan dos objetos. Se mueven rápido

Cazas chinos.Mazer pudo oírlos. Alzó la cabeza y los vivenir desde el sur, volando bajo, zumbando en ecielo. Pasaron casi directamente sobre ellos uminuto más tarde. Uno abrió fuego contra uno

ransportes de tropas alienígenas en la distancia

Page 459: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 459/915

El otro lanzó un misil, que alcanzó su objetivo. Uransporte estalló y sus restos cayeron ardiendo

Mazer y los demás no pudieron evitar aplaudir.Entonces las tornas cambiaron. Los aparato

alienígenas de las cercanías cambiaroúbitamente de rumbo, moviéndose como si fuera

un solo organismo, y se lanzaron contra los cazachinos. Mazer se puso el casco y amplió l

magen, siguiendo el combate aéreo. Los cazavieron el peligro y ascendieron, tratando de burlaa sus perseguidores, bandeando a izquierda derecha. Los deslizadores alienígenas mápequeños, que probablemente solo albergaban u

piloto, eran mucho más rápidos y maniobrableque los transportes de tropas. Un puñado ddeslizadores alcanzó enseguida a uno de los caza dispararon al unísono. El caza explotó, enviand

en todas direcciones una lluvia de metralla fuego.Mazer y los demás guardaron silencio al ver lo

estos ardientes caer en picado.—Estamos vendidos, Mazer —repitió Reinhard

—. Deberíamos hablar con los chinos. Ahor

Page 460: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 460/915

estarán desesperados por recibir ayuda. Nontegrarán en el combate.

Patu, Fatani y Reinhardt lo miraron, esperandu decisión. El buen sentido decía que lo mejor er

rse. Cuanto antes armaran el HERC, antes podríalguien darle buen uso. Mazer miró hacia el suTodavía podía ver a gente bajando de las colinashuyendo a pie de la sonda, dispersándose por e

paisaje en reducidos grupos desorganizados. Npodía verles las caras desde esa distancia, perabía qué vería si pudiera: miedo, pena, confusiónndefensión.

—Tenemos que llevar a tanta gente com

podamos a esa granja —dijo—. No podemodejarlos aquí librados a su suerte. No importa quos medevacs hayan caído. Podemos convertirla e

hospital.

—No tenemos suministros —le recordReinhardt.—Nos quedan algunos. Y tenemos má

formación médica que esas personas. Podemoayudar. Y organizar a los que están ilesos para qu

ayuden también. Esta gente está dividida

Page 461: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 461/915

aterrorizada. Tienen que reunirse, recuperarse alir de esta zona. Quién sabe cuánto defoliant

han esparcido. Podrían toparse directamente couna nube. Hay que llevarlos a lo alto, lejos de lo

valles, donde haya más viento. Esa granja es uugar tan bueno como cualquier otro.

—No somos un transporte —dijo Reinhardt—Este pájaro solo puede llevar a unas cuanta

personas.—Entonces las llevaremos poco a poco —eplicó Mazer. Subió a la carlinga—. Elévanos

Fatani, vigila el cielo. Patu, tú y yo ayudaremos os supervivientes a subir al HERC.

Reinhardt volvió a elevarlos.Volaron hacia el sur, pero no tuvieron que ir muy

ejos. Aterrizaron cerca de una familia quatravesaba un campo. La mujer llevaba un niño e

brazos. Tanto ella como el bebé lloraban. El padrlevaba a dos niños pequeños, ambos agarradodesesperadamente a su cuello. Los niños tendríados y tres años. Era una familia pobre: ibadescalzos y sucios, aterrados. Se acercaron a

HERC sin vacilar. Mazer y Patu los ayudaron

Page 462: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 462/915

ubir. Los niños chillaban. La madre se acurruccon el pequeño, las rodillas apretadas, temblando

Cuando todos estuvieron asegurados, Reinhardvolvió a despegar. No fueron muy lejos antes d

volver a posar el HERC, esta vez una parejmayor. Cada uno cargaba con una bolsa. Teníaas ropas llenas de barro y hechas jirones. Parecí

que aún se hallaban en estado de shock . Mazer

Patu los ayudaron a subir a bordo.—Solo tenemos espacio para uno o dos más —avisó Reinhardt.

Mazer vio a un grupo de cinco que corrían haciellos, agitando los brazos.

—¡Esperen! —gritaban con desesperación—Espérennos!

—No podemos meter a toda esa gente —le dijReinhardt a Mazer.

—Que se apretujen.El último grupo era una mezcla de gente quprobablemente no tenían ninguna relación: unadolescente, una anciana, un niño de unos dieaños, un hombre de mediana edad y un

quinceañera. Algunos parecían heridos, cojeaban

Page 463: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 463/915

e sujetaban un brazo, pero nada parecía serioProbablemente se habían caído durante el temblode tierra o en su huida desesperada.

Mazer logró darle cabida a todos, puso al niño

a adolescente en su asiento, y él se quedó de pidetrás. Reinhardt los elevó y se dirigió a la granjaMazer les explicó adónde los llevabanConvertirían la granja en un hospital. Traerían

más gente. Pronto vendrían médicos de verdadprobablemente. Mientras tanto, necesitaban layuda de todo el mundo. Los que estaban ilesoayudarían a los heridos. Preguntó por el niño. ¿Erpariente de alguien? De nadie. Le dijo al niño qu

e quedara con una de las mujeres. Ella latendería. La mujer accedió. Mazer les dijo que scubrieran la piel cuando llegaran a la granjaexplicando someramente el tema de lo

defoliantes. Tenían que quedarse bajo techo. Louministros vendrían más tarde. Agua y comidaYa había algo en la granja. Distribuyó los pocouministros que tenían en el HERC.

Cuando llegaron a la granja, Mazer abrió l

puerta y empezó a ayudarlos a entrar. El hombr

Page 464: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 464/915

de mediana edad ayudó tanto como Patu y élevando a los niños en brazos y las bolsas de lo

mayores. El anciano y Bingwen estaban dentroagradecidos de que Mazer hubiera regresado. S

alegraron de ver a los demás. El ancianeconoció a varias personas. Se abrazaron.

Mazer se volvió hacia el hombre de medianedad.

—¿Cómo se llama?—Ping.Mazer le puso una mano en el hombro y s

dirigió a la multitud.—Ping, aquí presente, queda al mando hasta qu

volvamos con más. Recuerden, no salgan.—Aquí no estamos a salvo —dijo el padre de l

familia—. Esas aeronaves podrían regresar.—Están más seguros aquí que donde estaba

antes —repuso Mazer—. Los militares vendrán.—¿Por qué no están aquí ya? ¿Por qué noalvan unos extranjeros?

—Sus militares luchan a la desesperada parproteger al pueblo chino. Fue idea suya convert

este lugar en hospital. Enviarán a alguien co

Page 465: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 465/915

uministros.—No puede saberlo —replicó el hombre—. N

o sabe. No puede estar seguro de nada. Vi lohelicópteros, los de los médicos, los que había

enviado los militares. Volaron por los aires. No va venir ningún médico. Vi cómo los derribaban. Lvi con mis propios ojos.

Se estaba alterando, alzando la voz.

Mazer hizo un gesto con las manos parranquilizarlo.—Ahora mismo tenemos que conservar la calma

amigo. Les diremos a los militares que estáustedes aquí. Ellos enviarán ayuda en cuant

puedan. Son más fuertes juntos que solos ahí fueraTraeremos a más gente.

—Más gente significa más bocas que alimentamás agua que compartir —dijo el hombre—. N

enemos suficiente ya. Si trae a más gentemoriremos todos.El hombre estaba aterrado, en estado irraciona

Y solo pensaba en su familia.El niño, Bingwen, sorprendió a Mazer al toma

a palabra.

Page 466: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 466/915

—Este hombre me sacó del barro —dijeñalando a Mazer—. Yo estaba atrapado bajierra, y me sacó. Arriesgó su vida por mi abuelo

por mí. Nos dijo que volvería, y lo ha hecho

Cumple su palabra, es un hombre de honor. Sequipo y él están entrenados. Deberíamoescucharlos y confiar en ellos.

El joven padre se volvió hacia Bingwen, furioso

—¿Qué sabes tú de nada, niño? ¿Tienes bocaque alimentar? ¿Una esposa a la que atender? NoHablas de honor, y sin embargo no muestraninguno a tus mayores, hablando con insolencicuando no te corresponde. Si fuera tu padre t

azotaría por tener la lengua tan suelta.—Pero no lo eres —dijo el abuelo de Bingwen

poniéndose en pie y cubriendo al niño con unmano protectora—. Y eres tú quien habla cuand

no te corresponde. Agradece que tu esposa estviva. Agradece que tienes a tres de tus hijos. Lodemás no sabemos qué ha sido de nuestros serequeridos. Estos hombres están dispuestos ayudarnos, a reunirnos a todos. Les haremos caso

La cara del padre se desencajó de rabia. Mir

Page 467: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 467/915

con desprecio al abuelo y a Bingwen. Entonces svolvió hacia los demás, señalando a Mazer.

—Estos hombres son extranjeros. No sabemonada de ellos. No son como nosotros. No tenemo

que acatar sus órdenes.—No les estamos dando órdenes —dijo Mazer.

—Están haciendo promesas que no puedecumplir. Como hacen todos los extranjeros. Habla

  hablar. ¿Pueden dirigir a nuestro ejército¿Pueden hacerlos venir? No. ¿Pueden hacer quaparezcan comida y agua? No. —Se volvió hacios otros—. No me voy a quedar aquí. ¿Cóm

vamos a estar mejor en esta granja abandonada qu

en nuestra aldea?—Estamos más lejos de los invasores —dij

Ping.El joven padre hizo una mueca.

—¿Más lejos? ¿Tan tonto eres que crees questamos lo bastante lejos? Estamos a unos pocokilómetros como mucho. Eso no es nada para udeslizador. Pueden alcanzarnos en un segundo. Edisco grande está justo más allá de esas montaña

¿No lo entendéis?

Page 468: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 468/915

Nadie respondió.—Tenemos que seguir moviéndonos —continu

el hombre—, alejarnos de aquí todo lo posible. Apie si es necesario. Tenemos que encontrar

nuestros militares. Mi familia y yo nos vamos. Squeréis venir, adelante, pero no esperéis que oesperemos si os quedáis atrás.

Esperó. Nadie se movió.

La boca del hombre se tensó en una dura línea.—Bien. Si queréis quedaros aquí y morir, evuestra decisión. —Se dirigió al contenedor dbotellas de agua—. Pero nos llevamos nuestrparte de los suministros. —Cogió varias botella

de agua, más de lo que les correspondía, y lametió en su saco, que se echó al hombro. Entonceomó en brazos a uno de los niños y cogió al otr

de la mano. Se dirigió hacia la puerta sin mirar

u esposa—. Vamos, Daiyu.La esposa todavía tenía en brazos al bebé, quhabía dejado de llorar, y lo mecía suavemente. Lmujer parecía temerosa. Claramente, no querírse.

La voz del marido sonó como un latigazo.

Page 469: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 469/915

—¡Vamos, Daiyu!Ella vaciló. Miró a los presentes como si esto

pudieran darle una respuesta, una salida, un modde irse y quedarse al mismo tiempo.

—Me deshonras, esposa. ¡Vamos! Por el bien dnuestros hijos.

Ella se volvió hacia su marido, cuya mirada ercomo un cuchillo. Cedió, apretó al bebé contra e

pecho, inclinó la cabeza y se encaminó hacia lpuerta. Al pasar ante Mazer lo miró a los ojos y sdetuvo. Mazer vio que estaba al borde de laágrimas. Miró al bebé, luego de nuevo a Maze

como si estuviera pensando en dejarle al bebé

como si supiera que no iba a sobrevivir adescubierto y quisiera que al menos un miembrde la familia lo consiguiera.

Mazer no pudo soportarlo. Era romper e

protocolo, quizás incluso una ofensa cultural, pero dijo de todas formas.—No tiene por qué irse. Puede quedarse aqu

con sus hijos.El marido se enardeció.

—¡Cómo se atreve! ¿Cómo se atreve a hablarle

Page 470: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 470/915

mi esposa, a pretender separarnos? —Le escupió Mazer, agarró a su mujer por la muñeca y tiró della—. ¿Veis? —le dijo a los demás—. ¿Veis loque nos traen los extranjeros? No son de fiar. —L

escupió de nuevo.Los dos niños pequeños permaneciero

nmóviles junto a la puerta, confusos y asustadoHabían empezado a llorar.

—¡Callaos! —ordenó el padre. Cogió a uno da mano y lo arrastró.La esposa lo siguió, reacia, tirando del segund

niño. El padre los condujo hacia un sendero qubajaba serpenteando entre las terrazas de lo

campos. Se movía con rapidez, sin mirar atráarrastrando al niño, que tropezaba y se esforzabpor seguir su ritmo. Justo antes de perderse dvista, la mujer miró hacia atrás. Mazer pensó qu

ba a gritar, a pedir que la rescataran. Si lo hacíacorrería a ayudarla. Cogería en brazos a sus hijo los traería a la casa. Todo lo que ella tenía qu

hacer era pedirlo.Pero la mujer y sus hijos desaparecieron de l

vista sendero abajo.

Page 471: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 471/915

Los aldeanos de la casa miraron a Mazeesperando que respondiera.

—No tienen que quedarse —dijo—. Pueden irsibremente cuando quieran. Pero quedarse juntos

ayudarse unos a otros mejorará las posibilidadede supervivencia. Mi equipo y yo cumpliremonuestra palabra. Volveremos con más gente ecuanto podamos.

—Espere.Mazer se dio media vuelta. Era la anciana de lbolsa. La había abierto y estaba rebuscanddentro. Sacó una camisa.

—Tenga. No está cubierto como debería. Un

camiseta interior y calzones no le protegerán desa bruma. —Le dio la camisa a Mazer y luego svolvió hacia Patu—. Y para usted también. Unmujer necesita cubrirse mejor. —Llamó a s

marido—. Huang Fu, ayúdame a encontrar roppara estos soldados medio desnudos.El anciano, que estaba sentado encima de s

propia bolsa recuperando el aliento, se pusentamente en pie, la abrió y se puso a buscar.

—Aquí tiene —dijo la mujer, entregándole

Page 472: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 472/915

Patu una camisa de algodón con adornos floraleEstaba gastada y descolorida por el sol—. Hecogido más temporadas de arroz con esa camis

que años tiene usted —dijo.

Patu asintió, aceptándola.—Gracias.—Y esto —dijo la anciana—. Pantalones. Po

mucho que a mi marido le guste ver esas pierna

uyas, será mejor que se cubra antes de que le fallel corazón y me deje viuda.Patu los cogió. Eran anchos y sueltos, con un

cuerda en la cintura.—Gracias.

La anciana se acercó a Fatani y echó una mirada sus anchos hombros y su grueso cuello. Sacudia cabeza.

—¿Cómo puedo vestir a un búfalo de agua

¿Qué es lo que desayuna? Huang Fu, ¿cómvestimos a este hombre?—No tengo nada que le quede bien —dijo e

anciano.Se volvió hacia él, molesta.

—Pues claro que no, sesos de lodo. Ninguno d

Page 473: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 473/915

nosotros tiene. Dame tu manta. —Chasqueó lodedos, impaciente.

El hombre se acercó trayendo una fina manta.—No tiene que darme eso —dijo Fatani—. N

hace falta que...—Cállese, búfalo de agua —replicó la anciana

Desplegó la manta en el suelo y luego sacó unnavaja del bolsillo. Abrió la hoja. La había afilad

antas veces a lo largo de los años quprobablemente tenía la mitad del tamaño originaCortó con rapidez y seguridad largas tiras. Abriun agujero en el centro para la cabeza. Le dio Fatani el poncho y ató una tira en torno a s

cintura. Entonces desgarró una sábana en tiras as ató alrededor de sus brazos. El anciano les di

otro par de pantalones sueltos a Mazer y Fatani, a anciana asintió satisfecha.

—Ya está. Ahora ya no parecen extranjeros.Mazer y los demás asintieron expresando sagradecimiento y corrieron al HERC, ansiosos podespegar de nuevo. Cuando subió a la carlinga cogió el casco del asiento, Mazer vio que Bingwe

os había seguido al exterior.

Page 474: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 474/915

—¿Qué hago si no vuelven? —preguntó el niñen inglés—. Si algo les sucede, quiero decir.

—Volveremos —aseguró Mazer.—Intentarán volver, eso no lo dudo. Pero no e

o mismo. Esta gente necesita dirección. Necesitun líder.

—Ping sabrá qué hacer.—No, no lo sabrá —dijo Bingwen—. L

conozco. Es de mi aldea. Es fuerte y voluntariosopero no muy listo.—¿Y tú lo eres?—No estoy pidiendo ser el líder. Estoy pidiend

un plan de contingencia. Le pregunto por s

experiencia tratando con gente asustada en uentorno hostil. Si no vuelven, si no llega ayudaquiero saber qué debemos hacer.

Mazer sonrió. Le caía bien ese niño.

—Quedaos aquí. Vendrá ayuda. —Se colocó ecasco en la cabeza y le hizo a Bingwen un gestcon el pulgar.

El HERC despegó y viró hacia el sur. Mazemiró hacia atrás y vio que Bingwen seguía en l

alto de la colina, en el camino de acceso

Page 475: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 475/915

viéndolos partir.«Quiere respuestas que no puedo darle —pens

—. Quiere algo seguro a lo que recurrir. No sabque no tengo respuestas, que no hay ningún plan d

contingencia, que improviso sobre la marcha».Tal vez Reinhardt tenía razón, se dijo. ¿Qu

estaban consiguiendo su equipo y él? ¿Salvar unas cuantas personas que bien podrían habe

obrevivido por su cuenta? Un HERC bien armad  con una tripulación de combate podía protegealdeas o ciudades. Sin embargo, Mazer estabusándolo como autobús, moviendo gente de uado a otro.

No estaba pensando a largo plazo. No estabpensando en maximizar los recursos y salvar amayor número de personas. La lógica le decía qupensara estadísticamente, que fuera objetivo, qu

abandonara el rumbo actual y devolviera el HERa los chinos para que pudieran darle un uso mejoSin embargo, incluso mientras lo considerabaabía que no podía hacerlo. Estaba Bingwen. Es

vida no se había perdido porque Mazer habí

estado allí. Las estadísticas no podían discutir eso

Page 476: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 476/915

La sonda apareció a la vista, la parte superioaún abierta. Varios aviones chinos la rodeabanLos deslizadores y transportes de tropas habíacontinuado hacia lugares desconocidos. Maze

escrutó el terreno buscando supervivientes.Reinhardt maldijo.Mazer alzó la cabeza. Una segunda columna d

naves alienígenas surgía de la sonda, moviéndos

como una sola, ascendiendo como un enjambreTransportes, deslizadores. Cientos de ellos. Unegunda oleada.—¡Desciende!Pero incluso mientras daba la orden, Mazer sup

que no iban a lograrlo. Estaban demasiado alto, os deslizadores que iban al frente de la column

habían alcanzado el cenit y ya se disparaban eodas direcciones. Un puñado de ellos vení

directo hacia el HERC.Descendieron. Sonaron las alarmas mientraReinhardt aceleraba.

Los deslizadores no vacilaron esta vez. Abrierofuego. El HERC tendría que haber estallado e

pedazos, pero de algún modo Reinhardt alteró e

Page 477: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 477/915

descenso justo en el instante adecuado para evitaos impactos, que pasaron de largo y explotaro

bajo ellos. Fatani se puso a los cañones, gritando  abrió fuego. Un deslizador recibió un impacto

giró y chocó contra otro. Los dos aparatoquedaron fuera de control. Patu disparaba tambiénMazer se encargó de los cañones delanteros disparó, fallando en un amplio arco mientras e

HERC giraba y caía. Ahora tenían a lodeslizadores encima. Hubo un destello y fueroalcanzados. Los parabrisas delanteros explotaronLa carlinga se llenó de calor y metralla. Reinharde desplomó. Las lentes de gravedad dejaron d

funcionar y cayeron a plomo. Viento, fuegoalarmas. Mazer intentó coger la barra de mandointiéndose ingrávido, el visor del casco roto

Estaba mareado, desorientado; le zumbaban lo

oídos. Hubo un chirrido de metal y el estallido dun motor. Un chop, chop, chop. Las aspas demergencia habían entrado en acción. Siguierocayendo en espiral: las aspas no podían evitarlo.

Mazer vio copas de árboles, oyó rama

quebrarse, notó el calor del fuego. Y entonces e

Page 478: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 478/915

mpacto, una violenta sacudida que hizo pedazos emundo y solo dejó negrura.

Mazer tosió, una tos grave y dolorosa que apret

us pulmones tan abruptamente que le pareció que encogían hasta el tamaño de pasas. Estab

envuelto en humo negro. No podía ver. Se habídesmayado. Se sentía apretujado por todas parte

envuelto en un mundo de globos. Entonces el doloo alcanzó, una explosión ardiente al rojo vivo eel abdomen. Gimió, volvió a toser. El humo lcegaba.

—¡Reinhardt!

No hubo respuesta.—¡Patu! ¡Fatani!

Oyó el crepitar de las llamas, sintió su calocerca, alrededor. Palpó, encontró el arnés, loltó, tosiendo, manoteando, boqueando en busc

de aire límpido. Empujó los globos. Cedieron upoco, desinflándose ligeramente. Airbags. Loempujó de nuevo, intentando alcanzar la puerta. Npudo encontrarla. El humo era asfixiante. Lo

pulmones le ardían.

Page 479: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 479/915

La puerta se soltó. Mazer salió y cayó al sueloEl dolor lo atravesó como un cuchillo. Se llevó lmano al abdomen y la retiró enrojecida, empapaden sangre. Sangraba también por otras partes. N

enía tiempo para ver dónde. Tenía que sacar a lodemás. Se apretó con una mano la heridabdominal y el dolor fue como un trueno. Dejó lmano allí, mientras el mundo le daba vuelta

alrededor. Se irguió, apoyando un pie, empujandel dolor hacia otro sitio, un lugar profundo ejano. Era como si hubieran encendido un

hoguera en su estómago. Luchó contra ellaconcentrándose.

Se apoyó en el otro pie. Apenas podíostenerse. Vio a Patu desplomada en su asientoa cabeza ladeada. Supo de inmediato que estab

muerta. Había sangre y heridas. Su cara carecía d

vida. Avanzó hacia ella tambaleándose, gimiendoapretando los dientes. Las llamas crecían y ecalor era intenso. Mazer los ignoró. Cogió el kmédico de debajo del asiento de Patu y lo abrióLuego soltó el arnés de Patu y ella se desplom

hacia delante. Mazer no tenía fuerzas par

Page 480: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 480/915

detenerla. El cuerpo cayó al suelo.Mazer abrió los ojos. Había vuelto

desmayarse, pero no tenía tiempo que perder y sobligó a despertar. Era el dolor. Llegaba un punt

en que era tan insoportable que el cuerpo sdesconectaba, como si hubieran pulsado unterruptor. Logró sentarse. Agarró la camisa d

Patu y tiró de ella, echándose hacia atrá

apartándola de las llamas. Era peso muerto, laextremidades flácidas, la cabeza ladeada, ueguero de sangre tras ella.La tierra explotó a la derecha de Mazer.

Una lluvia de tierra, rocas y calor le cay

encima.Alzó la cabeza. Un deslizador revoloteaba sobr

él; había fallado una descarga de fuego láserSiguió de largo unos cientos de metros y luego s

volvió bruscamente, cambiando de rumbo covelocidad innatural. Disparó de nuevo desde lejouna andanada de fuego láser que roció el HERC anzó metralla y trozos ardientes de metal en toda

direcciones. Metralla caliente alcanzó a Mazer e

el brazo y el hombro, y un ardiente trozo de meta

Page 481: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 481/915

e cayó sobre las piernas. Gritó. El dolor funsoportable, intenso el calor. Presa del pánicoiró de su pierna, desesperado por liberarse. Pera pernera estaba enganchada en el metal y se l

mpedía. Gritando, el cuerpo dominado por edolor y la adrenalina, encontró fuerzas parentarse, apartar el trozo de metal y liberar l

pierna.

El deslizador pasó de nuevo por encima, perMazer no lo siguió con la mirada. Sabía quvolvería. El fusil de asalto de Patu colgaba aún du hombro. Se arrastró hacia él, reptando por euelo. Una parte de Mazer quería pararse y deja

que sucediera lo inevitable, terminar con rapidezEra mejor morir en un instante que sufrir unmuerte lenta por una herida en el estómago. Sabíque no vendría ayuda. Sabía que no iba

obrevivir. Sus heridas eran demasiado gravesEstaba perdiendo demasiada sangre.Pero estaba su otra parte. El soldado. E

guerrero. La parte forjada a base de ejercicios maniobras, lemas y principios. Su parte má

mportante. Su parte testaruda, furiosa, maorí.

Page 482: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 482/915

Extendió la mano hacia el fusil pero lo soltóEstaba caliente, chamuscado en algunos sitios. Lpantalla decía que todavía le quedaban trescientabalas.

Mazer se tendió de espaldas. En efecto, edeslizador volvía por una tercera pasada. La tierra su izquierda explotó. Rocas, tierra, calor. Mazeo ignoró todo. El terreno ante él explotó

bloqueando parcialmente su visión. Esperó umicrosegundo a que la nube de escombros sdispersara y apretó el gatillo. El arma rugióemblando en sus manos. No tenía fuerzas parujetarla. Lo hizo de todas formas. Sintió la

vibraciones como si lo estuvieran rompiendo edos por dentro, como probablemente así eraDisparó una andanada continua de balaantiblindaje.

Los deslizadores no eran tan resistentes comos transportes de tropas. Las balas perforaron efuselaje y se colaron en su interior con un violentebote. El fusil chasqueó, vacío. El deslizado

pasó de largo. Mazer volvió la cabeza para verl

continuar su camino, pero descendió rápidamente

Page 483: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 483/915

e estrelló, rodó, y se llevó por delante medidocena de árboles antes de detenerse finalmenteMazer lo observó un instante más. Humeaba crepitaba, pero no se movía, y no salió nada de s

nterior.Soltó el arma. Presintió que entraba en shock  

ba a perder de nuevo el conocimiento. Parpadeóratando de permanecer despierto, de concentrarse

de usar el tiempo que pudiera. Volvió la cabezbuscando el kit médico. Estaba allí, a su derechaExtendió la mano, pero quedaba justo más allá du alcance. No tenía fuerzas para acercarse.Extendió de nuevo la mano, esforzándose.

Sus dedos rozaron el asa. Se estiró otra vez ahora sus dedos alcanzaron el asa y acercaron emaletín. Le requirió un esfuerzo enorme. Sentía loojos pesados y notaba que las fuerzas se l

agotaban como una batería moribunda. Iba a mordesangrado si no restañaba la hemorragia dnmediato.

Pensó en Kim. Ella sabría qué haceexactamente, cómo manejar eso. Se pondría e

modo doctor, ese agudo lugar de su mente qu

Page 484: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 484/915

omaba las riendas cada vez que un trauma serinecesitaba una acción rápida y certera. La habívisto hacerlo varias veces y se maravillaba dcómo podía desconectarse del mundo y movers

como una máquina programada. Ninguna dudaninguna indecisión, solo seguir adelanteeringuilla, medicamentos, presión, equipo. Bum

bum, bum. Como un soldado. Ella había salvad

ncontables vidas de esa forma.No podía salvar la suya ahora.Forzó el cierre del kit para abrirlo. Le dio l

vuelta y los componentes cayeron al suelopermitiéndole verlo todo. Encontró el paquete qu

necesitaba. Se lo llevó a la boca, rasgó la esquincon los dientes y escupió el trozo desgarrado. Subió la camisa y vertió el polvillo en la herida us alrededores. Quemó, y casi estuvo a punto d

oltar el paquete. Pero aguantó y acabó dvaciarlo. A continuación cogió el gel para laheridas. Desenroscó el gran tapón y se echó gel eos dedos. Con cuidado, lo extendió por la herida

El anestésico funcionó casi inmediatamente, com

una válvula de dolor de pronto reducida al nive

Page 485: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 485/915

mínimo. No podía verse la herida del brazo y ehombro, y ya tenía insensible el brazo. Se untó mágel y lo esparció por toda la zona.

La venda se sellaba sola. Sacó el paquete. Trat

de llevárselo a los dientes para abrirlo, pero lamanos ya no le respondían. Las sentía pesadas orpes, demasiado débiles para sujetar nada. E

mundo se difuminaba por los bordes. Los sonido

del fuego y el viento se apagaban.No quería dormirse. Si se dormía, ndespertaría.

Pero el sueño tiraba de él, lo arrullaba, y en smente vio a Kim arrodillada a su lado, meneand

ristemente la cabeza. Lo siento, mi amor, parecídecirle. Esto está por encima de miposibilidades.

Page 486: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 486/915

16

ÚLTIMA OPORTUNIDAD

Llegó la última transmisión de la Luna y Víctoa leyó en voz alta. Imala flotaba cercaescuchando. Unas sondas se habían posado eChina. Llevaban deslizadores, transportes dropas y voladores. Los alienígenas estaba

ociando todo el territorio con defoliante, matanda vegetación, las cosechas y los civiles, dejand

que todo se pudriera al sol. Los voladores de laondas estaban arrojando bacterias al mar d

China Meridional, matando la vida marina. LaFuerzas Aéreas chinas estaban abatiendo a lodeslizadores, pero la guerra en tierra no iba nadbien. Los ataques aéreos contra las sondas eranoperantes. Las sondas parecían indestructible

Los impactos directos no les causaban ningú

Page 487: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 487/915

daño. La infantería china se enfrentaba a loextraterrestres al descubierto, pero siempre cograndes pérdidas. Las primeras estimacionearrojaban miles de bajas.

Víctor dejó de leer, se volvió hacia el monitor empezó a buscar un mapa en los archivos de lnave.

—¿Dónde está China exactamente? —preguntó.

—¿No sabes dónde está China?Se volvió hacia Imala, las mejillas ruborizadas.—No, Imala. No sé dónde está China. Nunca h

estado en la Tierra, ¿recuerdas?Ella parpadeó.

—Naturalmente. Lo siento. Ven, te lo enseñaré.Se acercó, pero él alzó una mano, deteniéndola.—¿Sabes una cosa? No importa. Lo encontrar

o solo.

Se volvió hacia el monitor. Nada más hacerlo, lamentó. Se estaba portando como un quisquillosdesagradable. Imala intentaba ayudar, y él lechazaba porque le avergonzaba su propignorancia. Se frotó los ojos, esperó a que el rubo

e borrara de su cara y se dio la vuelta para ped

Page 488: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 488/915

disculpas. Imala estaba en el otro lado de lanzadera, de espaldas a él, leyendo las noticias e

otro monitor. Víctor abrió la boca para hablarpero no dijo nada. Probablemente estaba enfadad

con él. Tenía todo el derecho a estarlo.Volvió a su monitor y buscó hasta encontrar u

mapa de la Tierra. Tardó unos minutos edescifrarlo. El mapa se había diseñado para la

naves comerciales que hacían el trayecto entre lLuna y la Tierra, así que estaba repleto dnformación sobre rutas de comercio y entrada

atmosféricas y vectores de salida. Víctor lo hizodo invisible y entonces encontró Chin

ápidamente. Era un país grande.El mapa incluía varias entradas wiki, y Vícto

as fue leyendo, sintiéndose más ignorante pomomentos. Solo sabía que China era un país: habí

unas cuantas corporaciones mineras chinas en eCinturón de Kuiper. Ignoraba que se encontrara eun continente llamado Asia, y que era el país mápoblado del mundo, y que el idioma chino quhablaban los de las corporaciones era una d

muchas variantes del chino, y que el idioma s

Page 489: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 489/915

escribía con caracteres ridículamente difíciles ddescifrar en vez de con letras. En otras palabrano sabía lo que todo escolar en la Tierra sabía.

Una vez más, se sintió estúpido y frustrado

¿Cómo se suponía que iba a entrar en ununiversidad si ni siquiera podía ponerle nombre os continentes? Cualquier tribunal de admisión seiría de él. Todas sus percepciones de lo

mineros libres como zopencos idiotas era ciertao era un estereotipo: así era él.Oh, claro, podía arreglar las cosas. Podía coge

una bomba de agua estropeada y arreglarla con urozo de alambre y un circuito descartado, pero n

abía cuál era la capital de Japón. Y ahora que lpensaba, ni siquiera estaba seguro de que Japófuera un país. ¿Era un estado de alguna parte? ¿Unprovincia? Lo buscó.

Un país.Sí, eres todo un cerebrito, Víctor. Un genio.Estaba seguro de que su madre le habí

enseñado todo esto en algún momento. Recordabhaber recibido lecciones de geografía cuando er

pequeño. Pero entonces tenía... ¿cuántos? Siet

Page 490: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 490/915

Page 491: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 491/915

paso medio día tratando de meterle en la cabeza uprincipio sencillo, y la otra mitad rehaciendo lque él hace mal. Estoy perdiendo el tiempo. Ymientras tanto, esta nave continúa estropeándose

Tengo cosas que hacer, algunas de ellas mumportantes, y ese chico no me ayuda. Me retrasa

Me va mejor sin él. Necesito a Víctor.Y por eso en las reparaciones especiales, la

que necesitaban una segunda persona para sujetauna tubería mientras su padre la ajustaba, o las quequerían de la mano de un niño que cupiera en u

espacio pequeño para sacar algo, Víctor lacompañaba. Al principio fueron excepciones

pero lentamente, con el tiempo, su padre empezó depender más y más de él hasta que Víctor pasmás tiempo con él que en clase. Y, después, sinque nadie lo expresara en voz alta, Vícto

acompañó a su padre todos los días.De modo que tal vez su madre había enseñado os demás niños lo de China, y Víctor simplement

estaba en otra parte de la nave en ese momentoarrastrándose por un conducto de ventilación

aire acondicionado o encogido dentro de una sal

Page 492: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 492/915

de máquinas o apretujado junto a un calentador dagua, haciendo alguna reparación para mantener lnave en movimiento y a la familia con vida.

—No pretendía ofenderte, Vico —dijo Imala—

Es que me sorprendió que no hubieras oído hablade China antes.

Estaba detrás de él, flotando allí, y lo hizuborizarse de nuevo. Víctor tendría que haberl

pedido disculpas primero. Debería haber sido équien iniciara la conversación. Se dio medivuelta, sin importarle que ella viera lavergonzado que se sentía.

—He oído hablar de China, Imala. Pero no s

nada al respecto. No tendría que habertcontestado así. He sido grosero. Lo siento. —Suspiró—. No puedo evitar sentirme como udiota. Tendría que saber todas estas cosas sobr

a Tierra, pero no las sé.—Naciste en el espacio, Vico. La Tierra nuncha sido tu mundo. Creciste en una nave en eCinturón de Kuiper. ¿Crees que yo sé algo sobre eCinturón? No podría decirte ni dos cosas sobre e

espacio profundo. —Sonrió—. Ayudémono

Page 493: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 493/915

mutuamente. ¿No es así como trabaja una familide mineros libres? Todo el mundo tiene sexperiencia, y trabajáis juntos, compartiendcapacidades e información. Más fuertes juntos qu

olos, ¿no es eso?Víctor sonrió. Debería ser él quien enmendar

as cosas. El pacificador.—Ese es el quid de la cuestión, sí. Aunque s

fuéramos una familia minera de verdad, tambiénos estaríamos gritando el uno al otro amenazaríamos con matarnos. Tú me llamaríacabezota cara de cerdo y yo gritaría diciendcómo desearía no haber nacido en esta familia.

Ella continuó sonriendo.—Algo me dice que tu familia no es así.Él se encogió de hombros.

—Normalmente no, pero tenemos nuestro

momentos. No era una nave muy grande. Cuandhay tanta gente en un espacio tan pequeño, lodefectos de todo el mundo saltan a la vistaCréeme, teníamos nuestros desacuerdos.

En realidad, la Cavadora  nunca le habí

parecido pequeña ni agobiante. Era simplemente l

Page 494: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 494/915

vida que conocía. Gente apretujada para dormiApilabas cuatro o incluso más hamacas unaencima de otras, tan juntas que al darte la vueltmientras dormías era probable que tu hamac

ozara la de otra persona. No siempre era cómodhabía olores y otras molestias), pero así vivías.Ahora que Víctor había estado en la Luna, ahor

que comprendía el mundo de Imala y todo e

espacio que permitía, había entendido lo agobiantque debía parecerle esa lanzadera. Su sacrificio aacompañarlo se volvía más desprendido mportante. Estaba haciendo esto por él, sufría po

él, y él se mostraba desagradecido.

—Vamos a atracar en la estación —dijo—. Haabierto unos cuantos umbilicales. Vayamos estirar las piernas. Nos llevaremos un holopad eeremos las noticias allí dentro durante un rato.

—Están cobrando unos precios desorbitantes poatracar —respondió Imala—. Cobran por hora. Nenemos ese dinero.—Yo sí.—Sí, dinero para tu educación.

—Que probablemente no recibiré. Vamos, Imala

Page 495: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 495/915

e invito a almorzar. Nos vendrá bien un respiro.

Atracaron y recorrieron flotando el umbilicahasta la cafetería. Había pocos clientes. Víctor s

anzó hacia una mesa cerca del fondo, lejos de lodemás, y se sujetó. Imala lo siguió, y pronto uncamarera se acercó flotando.

Víctor miró el menú, pero acabó por volvers

hacia la camarera.—¿Pueden hacer algo que no esté en la carta?—Depende.—Arroz blanco, judías negras, ternera en tira

plátanos fritos y arepa con mantequilla.

La camarera levantó la vista de su pad dmuñeca.

—No sé qué son plátanos ni arepa, así quprobablemente no tenemos de eso.

Víctor no estaba seguro de la palabra en ingléasí que lo buscó en el holo.

—El plátano es como la banana, ya sabe. Permás blandito.

La camarera pareció molesta.

—Sé lo que es una banana.

Page 496: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 496/915

—¿Tienen?—Tendré que mirarlo. ¿Qué es una arepa?Víctor lo buscó. No aparecía en el diccionario

o que significaba que era exclusivo de Venezuel

 no tenía equivalente inglés.—Es una torta redonda de maíz, de cuatro

cinco centímetros de diámetro. Gruesa, no fincomo las tortitas. No son difíciles de hacer.

—Lo son si nunca has hecho una antes. Tendrque comprobarlo. —Se volvió hacia Imala—Esperemos que lo suyo sea más sencillo.

—Yo tomaré lo mismo.La camarera suspiró.

—Pues claro.Volvió flotando a la cocina.—¿Un plato familiar? —preguntó Imala.—El plato no oficial de Venezuela, de donde e

mi familia. Lo comíamos a bordo todo el tiempoaunque, la verdad sea dicha, solíamos hacerlo sia ternera en tiras y los plátanos. Ambas cosa

prácticamente no existen en el Cinturón de Kuipeuestra dieta se basaba más en la cantidad que e

a calidad. Comíamos lo que era más barato

Page 497: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 497/915

durara más. A veces solo comíamos arroz y judíadurante semanas. Con el tiempo, incluso tu sudoempieza a oler a judías.

Imala arrugó la nariz.

—Lo siento —dijo Víctor—. No es un buen tempara la mesa.

Ella sonrió.—Echas de menos a tu familia.

Víctor doblaba una y otra vez su servilleta parmantener las manos ocupadas.—Sí. Mucho.—Los encontraremos, Vico. Volverás con ellosÉl suspiró y la miró.

—No estoy seguro de que debamos hacerlahora.

—Por eso hemos venido aquí, ¿no?—Lo que estoy diciendo es que ahora todo e

diferente, Imala. Todo lo que temíamos y rezamopara que no sucediera está ocurriendo. Nunca creque la cosa fuera a llegar tan lejos. Pensaba que lentregaría la prueba al mundo y que elloesponderían y harían algo para impedir que l

ituación empeorara.

Page 498: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 498/915

—No es culpa tuya, Víctor. Entregaste lapruebas. El mundo no te hizo caso. No puedehacerte responsable de eso.

—Pero lo hago, Imala. Si hubiera hecho má

i...—¿Qué más podrías haber hecho? Estaba

herido, apenas con vida. Tu cuerpo se habíeducido a la nada. Estabas detenido. No podías

a ninguna parte. Teniendo en cuenta todo eso, ydiría que hiciste un trabajo magnífico.—Si hubiera sido otra persona, el mundo habrí

escuchado. Si hubiera venido mi padre...—Tu padre no habría sobrevivido al viaje

adie habría encontrado el cubo de datos. O, si lhubieran hecho, lo habrían tirado. El mundo habríestado completamente desprevenido.

—La situación actual no es mucho mejor.

—Sí que lo es —dijo Imala—. No sabemocómo se ha estado preparando la gente, Vico. Npodemos verlo todo. Esos ejércitos que vemos haestado entrenándose gracias a ti.

—Sí, y quiero unirme a ellos.

Ella pareció sorprendida.

Page 499: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 499/915

—¿Quieres unirte al ejército?Él se sintió de nuevo molesto por su obvi

ncredulidad.—Tengo dieciocho años, Imala. Soy lo bastant

mayor para alistarme.—Sí, pero ¿en qué ejército? No eres ciudadan

de ningún país, Vico. Naciste en el espacio. Nadie aceptará.

—Esto es una lucha por la raza humana. Lúltima vez que lo comprobé, era humano.Ella sacudió la cabeza.—Las cosas no son en blanco y negro, Vico. L

Tierra no funciona así.

—¿Y por qué no? ¿Por qué todo tiene que estaan constreñido por las reglas? Me vuelve loco. S

hay un problema, se arregla. No le pones vallaalrededor y haces normas sobre cómo deb

arreglarse. Vas y lo arreglas. Tal vez haga falta upoco de ingenuidad y hacerlo de un modo que ne haya hecho nunca antes, pero ¿qué más da? Si e

problema se resuelve, ¿qué importa cómo se haga—Esto no es el Cinturón de Kuiper. No puede

hacer lo que quieras y esperar que la gente esté d

Page 500: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 500/915

acuerdo con tus términos. Tiene que haber uorden en las cosas.

—Mira lo que ha hecho el orden por la Tierramala. Mira la situación ahora. Estancamiento

disputas internas, desacuerdos, inacción. Y dpaso miles de personas muertas.

—Entonces ¿qué, crees que puedes llegar, unirtal ejército y arreglar el problema?

—No soy inútil, ¿sabes? Tengo capacidades qupuedo ofrecer.—Pues claro que sí. Pero eso no cambia e

hecho de que el sistema sea lo que es. Dudo que niquiera la OTAN te acepte.

—¿Qué es la OTAN?—Una alianza militar intergubernamental. Vario

países que están de acuerdo en tomar medidadefensivas y emprender acciones militares com

fuerza combinada.—¿Por qué no lo están haciendo ya?—Supongo que lo harán, tarde o temprano

aunque no en China. No hasta que los chinocambien de opinión y permitan la colaboración d

ropas extranjeras, cosa que no es probable qu

Page 501: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 501/915

pase en un futuro inmediato. La OTAN sconcentrará en el espacio, para enfrentarse a lnave nodriza.

—Perfecto. Pertenezco al espacio. Ahí es dond

puedo ayudar.—Si te aceptan —dijo Imala—, cosa que dudo

Y aunque te acepten, no es probable que entres eacción pronto. Querrán entrenarte, especializarte

convertirte en lo que necesitan que seas.—Bien. Mientras sirva de ayuda.Ella lo observó un momento.—¿Estás seguro de que quieres eso?—No lo estaba hace cinco minutos, pero ahor

o estoy, sí.—¿Y si volvemos y la OTAN no te acepta?—Entonces actuaré por mi cuenta.Ella se echó a reír.

—¿Por tu cuenta? ¿Y eso qué significa? ¿Que tenfrentarás tu solo a la nave nodriza?—Si es preciso.Imala volvió a reírse, y de pronto la sonrisa s

desvaneció.

—No hablas en serio.

Page 502: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 502/915

—¿Por qué no? ¿Por qué tenemos qupermanecer de brazos cruzados y aceptar lnacción o el fracaso de otros? Tengo tant

derecho a proteger la raza humana como ellos.

—¿Y cómo piensas enfrentarte tú solo a la navnodriza, si no te importa que te lo pregunte?

—No tengo ni idea. No he pensado todavía eello.

—¿Y qué hay de tu familia?—Estoy haciendo esto por mi familia, Imala. Sperdemos la Tierra, lo perderemos todo. ¿Cuántiempo crees que durarían los mineros siuministros? Si la Tierra pierde, mi familia pierde

—Las sondas solo están en China, Vico. LTierra es un planeta grande. No corre peligrodavía. Ni siquiera sabemos qué quieren eso

alienígenas.

—El informe dice que estaban arrojandbacterias al mar, ¿no?—Sí. ¿Y...?—¿Por qué querrían hacer eso?—¿Para matar la vida marina? No lo sé.

—Para terraformar, Imala. Están arrojand

Page 503: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 503/915

bacterias a los océanos por el mismo motivo questán usando defoliantes para matar a los animale  las plantas. Quieren el planeta. Quieren l

Tierra. Pero no pueden tenerla en su estado actua

Tiene que ser un planeta acorde con su biologíano con la nuestra. Toda la vida existente en el maroda la biología en tierra, evolucionó aquí si

ellos. Es un planeta peligroso para ellos. No tiene

defensas naturales contra nuestro materiabiológico. Nuestras cepas de bacterias sodiferentes de las suyas. Así que van a cambiar lTierra para que se parezca más al mundo quconocen. Van a arrasarla y empezar de nuevo. S

nosotros fuéramos a apoderarnos de un planetaharíamos lo mismo. Lanzaríamos cosas a latmósfera, aniquilaríamos toda la vida existente, lembraríamos de plantas y animales nacidos en l

Tierra, haríamos que el nuevo planeta se pareciera la Tierra todo lo posible. Es el ecosistema parel que hemos sido creados. ¿Por qué si no havenido aquí, Imala? ¿Por qué si no actuarían como hacen? No quieren comunicarse con nosotro

o quieren negociar. No quieren pedirnos l

Page 504: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 504/915

Tierra. Ya la están tomando. He visto a esacriaturas. He visto cómo atacan y cómo piensan, lmplacables que son. Si pueden aterrizar en l

Tierra, si nuestras armas y nuestros misiles n

pueden hacerles daño, no cejarán hasta que eplaneta sea suyo.

La camarera se acercó flotando. No traía ninguncomida. Parecía cohibida.

—Lo siento, pero voy a tener que pedirles que smarchen.—¿Por qué? —preguntó Imala.—Alguien ha alquilado toda la estación. Quiere

a todo el mundo fuera.

—Pagamos la tasa de atraque —dijo Víctor—Acabamos de llegar.

—Lo sé. Lo siento. Devolveremos el importe.—¿Por qué necesita alguien la estación entera

—preguntó Imala—. ¿Tanta gente tienen en sgrupo?—No. Solo son dos. Atracaron hace uno

minutos. Dijeron que necesitaban intimidadSupongo que cuando se tiene tanto dinero, puede

hacer lo que quieras.

Page 505: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 505/915

—¿Quién es? —preguntó Imala.—Lem Jukes.

Page 506: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 506/915

17

TRANSMISIONES 

La estación de tránsito era exactamente lo quLem esperaba que fuera: un vertedero. Un puestde avanzada del tres al cuarto que no parecíhaberse renovado desde los primeros días decomercio espacial. Toda la estructura daba l

mpresión de ir a hacerse pedazos de un momenta otro. Había placas de metal burdamente soldadaen puntos aleatorios de las paredes internaupuestamente para sellar roturas o filtracione

producidas a lo largo de los años. Había líneas duciedad donde las paredes se encontraban, comi los útiles de limpieza que utilizaban no llegara

a los rincones. Había vetustos carteles de neónodos apagados, que anunciaban marcas de alcoho

o comida para el viaje de las que Lem nunca habí

Page 507: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 507/915

oído hablar y que probablemente ya ni existían.Todo esto confería al vestíbulo un aspecto ajad

  posapocalíptico que hizo que Lem se sintiermás que inquieto. De repente deseó haber venid

con un traje espacial puesto por si la estación shacía pedazos y volvía a enviarlos a Chubs y a éal negro exterior.

—Señor Jukes. Un placer recibirlo. Bienvenido

Bienvenido.Un hombre delgado y calvo flotaba hacia ellodesde el otro lado de la sala. El propietario. ALem le desagradó en el acto. Era el tipo dpersona que podías leer en un abrir y cerrar d

ojos. Expresión falsa, conducta falsa, cadencifalsa en la voz. Todo en él indicaba carencia dinceridad.

Las prendas del hombre tampoco ayudaban

Habían estado de moda en algún momento hacíaños, pero nunca juntas. El pantalón y la camisa sgritaban entre sí, luchando por llamar la atenciónuno hinchado y grueso de tela, la otra tensa ajustada. Era como si los hubiera ganado en do

partidas diferentes de póquer y se hubier

Page 508: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 508/915

convencido a sí mismo de que iban a juego.El hombre agarró un asidero cercano y s

enderezó para tener la misma orientación que Le Chubs.

—Félix Montroose, señor Jukes. A su servicioBienvenido a Última Oportunidad.

—Tendremos que renegociar el precio quacordamos por línea láser —dijo Lem.

La expresión de Félix se ensombreció un pocopero había que reconocerle que se esmeraba eque no se le notara.

—¿Eh? ¿A qué se refiere, señor?—Me refiero a que no voy a pagarle lo que l

dije antes. Esperaba un establecimiento máagradable. —Indicó la sala—. No es poofenderle, pero aquí no me siento precisamente alvo.

Félix sonrió.—Oh, puede tranquilizarse, señor Jukes. ÚltimOportunidad es uno de los puestos de avanzadestructuralmente más seguro a este lado deCinturón. Lo construyeron en los primeros días, y

abe, cuando las naves se fabricaban a mano.

Page 509: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 509/915

—Sí, y deberían desmantelarlo a mano. Le dara mitad del precio pactado.

Félix tomó aire aparatosamente y se llevó unmano al pecho, sorprendido.

Lem contuvo una sonrisa. No estaba seguro dpor qué estaba discutiendo por el dinero. No eruna gran cantidad. Sus inversiones probablementhabían ganado esa suma en el tiempo transcurrid

desde que Chubs y él atracaron la lanzaderenviada desde su nave.Sin embargo, Lem odiaba que la gente pensar

que podían aprovecharse de él. Era una tontería, labía, pero siempre le daba la impresión de que l

gente daba por hecho que era un remedo menonteligente y más débil de su padre. Y, como talería presa fácil en una transacción. Eso lo volví

un poco más taimado. En la mesa de negociacione

era impío, mostrando en ocasiones menos piedancluso que su padre. Pero también hacía de él uhombre de negocios brillante que había amasaduna gran fortuna independientemente de su padre.

—Eso no me parece muy ético, señor —dij

Félix—. Acordamos una cantidad. Nos pusimos d

Page 510: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 510/915

acuerdo en los términos. He ordenado marcharse os demás huéspedes de la estación para darle lntimidad que pidió. No me contentaré con meno

que la suma acordada.

—Y yo no me contentaré con menos que uestablecimiento decente. Supongo que eso nocoloca en un impasse. Buenos días, señoMontroose.

Lem giró sobre los talones e hizo amago danzarse hacia la compuerta de atraque.—Espere —dijo Montroose—. Seguro qu

podemos alcanzar un acuerdo. Le recuerdo quomos el único enlace vía línea láser con la Luna

o podrá hacer llegar ningún mensaje por otrmedio.

—Mi mensaje no es crítico. Y voy camino de lLuna. Puedo esperar a entregarlo en persona

Además, por los informes que he leído en eCinturón, su sistema de transmisión no es taeguro como dio a entender. Me temo que habr

graves deterioros en los datos.Félix vaciló, viendo evaporarse su ganancia

Luego discutieron un momento por el precio,

Page 511: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 511/915

cuando finalmente lo acordaron se frotó la frentcon un pañuelo, como si acabara de concluir unucha febril con un enemigo, cosa que, supus

Lem, había hecho.

—¿Y tengo su absoluta seguridad de que lanaves de su cadena de transmisión harán llegar mconversación a la Luna tal como prometió? —quiso confirmar Lem—. No quiero que retenga

ningún mensaje, señor Montroose. Le aseguro quuna batalla legal con los abogados de Juke Limiteerminará con usted perdiéndolo todo, incluyendu libertad personal como resultado de los cargo

criminales que le endosarán.

Montroose tragó saliva y comprobó su relocomo si de pronto tuviera prisa.

Lem pulsó la cantidad en su pad de muñeca extendió la mano. Félix extendió la suya y los do

entrechocaron los pads. Hubo un sonido dransacción, y entonces Lem sonrió.—Ahora, señor Montroose, le agradecería qu

me acompañara a su transmisor de línea láser.Montroose empezó a llevarlos al otro lado de l

ala, hacia otro pasillo.

Page 512: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 512/915

—¡Asesino! —gritaron a sus espaldas.Lem se dio media vuelta. Un hombre y do

mujeres se acercaban desde la otra entrada. Una das mujeres parecía agobiada, como si hubier

ntentado detener a los otros dos. El hombre, ahorque Lem lo veía bien, no era más que umuchacho. Diecisiete años, tal vez. Y por easpecto de sus ropas, dedujo que era un miner

ibre. Magnífico. Más molestias. Otro chupador dpiedras furioso agraviado por los empleados dukes. Lem estaba cansado de ese asunto. Todoos destripaterrones que se enteraban de que er

Lem Jukes acudían corriendo a quejarse, como s

hubiera sido culpa personal suya. ¿Tenía quoportar la carga de todos los actos cometidos poos hombres de su padre?

El muchacho se acercaba rápidamente, pero Le

no pestañeó. No tenía que hacerlo. La pistolapareció en la mano de Chubs antes de que hubiercruzado la mitad de la sala. El muchacho la vio e agarró a un asidero cerca del techo. Su cuerp

osciló hacia delante con el impulso y luego s

enderezó; clavó la mirada en Lem. Las do

Page 513: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 513/915

mujeres se detuvieron a su lado.Lem le sonrió al chico, divertido.—Santo cielo, sí que estás cabreado.—Lo siento, señor Montroose —dijo una de la

mujeres—. He intentado que estos dos volvieran u lanzadera, pero no me han hecho caso.

—¿Qué significa esto? —exigió Félixenfrentándose al muchacho—. ¡Salgan de aquí! S

es ha pedido que se marchen.El chico no apartó los ojos de Lem.—He pagado para estar aquí.—Se le devolverá el dinero. —Montroose agit

os brazos, como si espantara a un animal—

Ahora fuera de aquí. Los dos. Dejen tranquilo aeñor Jukes.

El muchacho le habló directamente a Lem. Svoz sonó serena, pero había acero en ella.

—No espero que me recuerde, Lem. Dudo qupudiera verme bien la cara antes de golpearme.De pronto, Lem se sintió incómodo. Había alg

que no le gustaba.—Señor Montroose, ¿quieren disculparnos s

empleada y usted?

Page 514: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 514/915

Félix lo miró sorprendido.—¿Está seguro, señor Jukes? Puedo hacer qu

expulsen a este chico.—Gracias, pero no será necesario. Solo necesit

un poco de privacidad.Félix pareció inseguro, pero le indicó a la muje

que lo siguiera. Se marcharon por donde habílegado el muchacho y cerraron la puerta tra

ellos.Lem observó al chico y la mujer que lacompañaba. Eran una extraña pareja. La mujeera unos años mayor, aunque seguía siendo jovenveintitantos años tal vez, y étnica, quizá nativ

americana. El muchacho, sin ninguna dudapertenecía al Cinturón.

—Saben ustedes quién soy —dijo Lem—. Pero no tengo el mismo honor.

El muchacho lo miró con ira.—Me llamo Imala —dijo la mujer—. ImalBootstamp. Este es Víctor Delgado.

Los nombres no significaron nada para Lem.—Víctor, creo que puede haberme confundid

con otra persona. Yo no golpeo a la gente. No est

Page 515: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 515/915

en mi naturaleza. Ni siquiera sé dar un puñetazo.—Con las manos no. Con su nave. Asteroid

2002GJ166. Cinturón de Kuiper. Hará unos diemeses. Mató a un hombre. ¿Le suena de algo?

Lem parpadeó.—Mató a Marco. Era mi tío. Tenía esposa

hijos.La mente de Lem corría desbocada. Quería cree

que se trataba de algún tipo de chantaje, qualguien se había enterado del empujón a lCavadora, y que ahora intentaban sacarle dinerhaciéndose pasar por miembros de la tripulaciónDeseó que fuera así. Podía manejar a lo

chantajistas. Chubs podía incluso tener uratamiento especial para ellos.

Pero sabía que no era así. Aquel chico nmentía. Lem podía localizar a un farsante en u

abrir y cerrar de ojos.Pero ¿cómo era posible? Había visto a lCavadora destruida. Todos sus ocupantes varonehabían muerto en el ataque a la nave fórmica. Leo había visto con sus ojos. Las mujeres y niño

habían pasado a la nave WU-HU, pero este chic

Page 516: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 516/915

no podía haber ido con ellas. Era demasiadmayor. Se habría quedado con los hombres. Era uhombre. Tendría que haber participado en eataque.

Y entonces Lem recordó.—Eres el mensajero. El que se suponía que iba

avisar a la Tierra. —Lem acababa de recordarl—. ¿Qué demonios estás haciendo aquí? Debería

estar en la Luna o la Tierra. Deberías estadiciéndoles lo que sabemos, compartiendo lapruebas. ¿Por qué no continuaste tu camino?

El muchacho lo miró, confuso, la irdesaparecida.

—¿Cómo sabe que mi familia me envió?—Porque me lo contaron ellos. Me dijeron qu

e enviaron en una nave rápida. Desde luego nesperaba que sobrevivieras. Supuse que era un

causa perdida. Pero obviamente lo conseguisteSin embargo, no deberías estar aquí. Deberíaestar en casa, haber ido a ver a mi padre.

—Eso hicimos —dijo Imala—. Vimos a spadre. Las pruebas de Víctor impulsaron a Ukko

hacer el anuncio.

Page 517: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 517/915

Lem sintió como si un centenar de cosas dieravueltas al mismo tiempo en su cabeza.

—¿Qué anuncio? ¿De qué están hablando?—De la llegada de la nave alienígena —

espondió Imala—. Fue su padre quien lo anuncial mundo y alertó a la ASCE.

«¿Cómo no lo adiviné antes?», pensó Lem. Spadre se abalanzaría sobre una cosa así. Era l

oportunidad perfecta para ponerse el traje dhéroe y hacer propaganda de la fuerza de lcompañía. Lem casi podía imaginarlo en todos locanales de noticias, ofreciendo humildementodos los recursos de Jukes para «proteger a l

Tierra de todo mal».—¿Cuándo le habló mi familia de mí? —

preguntó Víctor.Entonces Lem advirtió que el chico no sabí

nada de lo que había sucedido, cosa que tendríque haberle resultado obvia inmediatamente. Pueclaro que Víctor no lo sabía. ¿Cómo podíaberlo? Había partido antes de que la Cavador

contactara con él, antes del ataque a la nav

fórmica, antes...

Page 518: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 518/915

Miró a Víctor. La lógica le decía que no lcontara nada. Víctor era un cabo suelto, un testigde su ataque a la Cavadora. Y no solo eso: habíido atacado directamente. Era la persona a la qu

Lem había embestido con la nave justo antes ddetenerse. Eso disparó un remolino de alarmaegales en la cabeza de Lem. Víctor era l

pesadilla de todos los abogados corporativos. Y

aún peor, parecía que ya era una figurnternacional. Había llevado el aviso a la TierraEra famoso, y eso impulsaría cualquier tema legaal primer plano informativo. Los efectocolaterales serían enormes. En término

corporativos, un auténtico cataclismo. Eran todoos miedos enterrados de Lem surgidos de lumba.

Sabía cómo manejaría el tema su padre. Le

nunca había oído que hubiera acabado con la vidde nadie, pero eso se debía probablemente a quera demasiado listo para revelar sus intenciones eese aspecto. No significaba que no lo hiciera. Dhecho, era mucho más probable que lo hubier

hecho. No se conseguía una posición como la suy

Page 519: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 519/915

in romper unos cuantos huevos. Y Lem tenía quadmitir que veía la lógica del asunto. No había unesolución más absoluta y final a un problema

Detén el corazón del problema, el órgano físic

que late, y has detenido también el problema.Solo que aquí sería un poco complicado. Ello

eran dos. Y estaban en un lugar público. Lemdesechó esa idea. No soy mi padre, se dijo. N

ahora ni nunca.Cuadró los hombros y se encaró a Víctor.—Tu familia contactó conmigo después de qu

partiera. Se dirigían a la Estación de PesajCuatro cuando fue destruida por los fórmicos.

—¿Los fórmicos? —dijo Imala.—El nombre que damos a los extraterrestres.

—¿Están bien? —preguntó Víctor con súbitansiedad—. Mi familia, quiero decir. ¿Resultaro

heridos?—Nos pidieron que nos uniéramos a ellos en uataque a la nave fórmica. Nosotros y una tercernave, un carguero WU-HU.

Víctor adoptó una expresión grave, como s

upiera lo que vendría a continuación.

Page 520: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 520/915

—Las mujeres y los niños de la Cavadora  srasladaron a la nave WU-HU, que permaneció a

margen de la batalla. Los hombres y Concepcióripularon la Cavadora. Tratamos de coloca

explosivos en el casco de los fórmicos, pero unestalló antes de tiempo. Hizo una brecha en ecasco y los fórmicos salieron. Perdí veinticinchombres. La Cavadora  fue destruida. Apena

pudimos escapar con vida. No sé qué sucedió coa nave WU-HU. Estoy seguro de que se hallaban distancia segura, pero había demasiadnterferencia. Perdimos contacto con ellos. Liento.

Víctor se quedó anonadado, como un muerto evida. Sus manos temblaban. Si no estuviera yflotando en gravedad cero, Lem dudaba quhubiera podido tenerse en pie. Imala lo rodeó co

un brazo y Víctor se cubrió la cara con las manos.Lem se dirigió hacia la puerta. Necesitaba salde allí. Ahora estaba invadiendo la intimidad demuchacho. Chubs lo siguió. Al salir, encontraron Félix solo en el pasillo, esperando.

—Al transmisor, señor Montroose —dijo Lem

Page 521: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 521/915

—. Y esta vez, sin interrupciones.

Había un puñado de técnicos en la sala dcomunicaciones, cosa desconcertante teniendo e

cuenta que tenía el tamaño de un cuarto trasteroTodos flotaban en diferentes orientaciones eorno al equipo transmisor para aprovechar a

máximo el espacio.

—Estos hombres están a su servicio, señor Juke—dijo Montroose.—Dígales que salgan.—Naturalmente. —Hizo salir a los hombres

uego se volvió hacia Lem—. Entiendo que est

usted familiarizado con este tipo de equipo.Lem lo contempló todo con disgusto. Alguno

paneles tenían su misma edad. Había queridhacer la transmisión desde la Makarhu, su propinave, pero Félix había insistido en que no erposible. Todas las naves de la brigada estabausando «transmisores por circuito cerrado» y lomensajes tendrían que enviarse desde aquí.

Probablemente era mentira, por supuesto. Féli

olo quería a Lem allí como seguridad para cobra

Page 522: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 522/915

u dinero.—Nos las apañaremos —dijo Lem—

Suponiendo que su equipo no salga ardiendo.Félix se echó a reír hasta que se dio cuenta d

que no era una broma. Se aclaró la garganta.—Las naves de la brigada ya están a la espera

eñor Jukes —dijo—. Retransmitirán los mensajeque envíe. Les he dado instrucciones estrictas d

que no lean el texto ni intenten corregir ningúdeterioro.—No pueden leerlo —respondió Lem—. Estar

encriptado.—Oh —dijo Félix—. Por supuesto. ¿Lo dej

entonces?—Por favor.

Félix inclinó la cabeza y salió por la puertaChubs estaba preparando ya el equipo encriptado

  lo conectaba a los paneles necesarios. Luegcogió un detector y lo pasó por la sala.—Está limpio —dijo.Así que nadie estaba escuchando. Lem asintió

Chubs salió al pasillo para impedir que Montroos

fisgara.

Page 523: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 523/915

Lem introdujo las coordenadas y comandos quenviarían el mensaje desde el receptor de la Luna un sistema de relés codificados que ibdirectamente a la conexión de su padre. Sería u

proceso tedioso. Habría mucho tiempo de desfaseLem enviaría tres copias de cada mensaje, dmodo que si se perdían los datos de uno, pudieracompletarse con los de la segunda o tercer

ransmisión, con la esperanza de que los mensajeparecieran intactos. Entonces su padre dictaría unespuesta, y el proceso se invertiría. Si est

funcionaba, Lem iba a pasar allí un buen ratoHabló al aparato de dictado, empezando co

imidez.«Padre, soy Lem».Una hora más tarde recibió una respuesta. Lleg

más rápida de lo que esperaba:

«¡Gracias a Dios! Estaba muy preocupado¿Dónde estás?».Lem lo leyó varias veces, lleno de gozo. S

padre se había preocupado por él. Lem lo sabíapor supuesto, sabía que estaría preocupado, per

oír, o más bien leer esas palabras hacía que d

Page 524: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 524/915

algún modo fuera más real. De hecho, le parecian sorprendente que empezó a preguntarse si erealmente su padre el que estaba al otro lado. Ta

vez una de las naves de la cadena había roto e

encriptado y estaban suplantando a su padre con lesperanza de sonsacarle información valiosa. Ledecidió jugar sobre seguro. Envió una palabra.

«Manzana».

«Por el amor de Dios, Lem. Soy yo. Tu padreEstás utilizando mi línea encriptada. Estáenviando un mensaje encriptado. No tienes quusar las estúpidas palabras de verificación de lcorporación. Ahora has desperdiciado do

malditas horas, y aún no has respondido a mpregunta. ¿Dónde estás?».

Era su padre, en efecto.En el mensaje siguiente Lem empezó a hablar

no paró durante cuarenta minutos. El software ddictado lo convirtió todo en un largo email. Lcontó a su padre cómo había echado a lCavadora del asteroide; cómo la expulsión habíprovocado la muerte de un minero libre; cóm

habían conseguido destruir con éxito el asteroid

Page 525: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 525/915

con el gláser; cómo habían vuelto a encontrarscon la Cavadora  y efectuado un ataque contra lnave fórmica; cómo habían fracasado, perdidhombres y vuelto deprisa hacia la Luna; cóm

habían encontrado pruebas de la Batalla deCinturón; cómo estaban solo a una semana ddistancia; cómo habían desacelerado para llegar a estación y asegurarse de que todavía había un

Luna a la que regresar. No se lo contó todo, comus esfuerzos para conservar la autoridad en lnave.

Cualquier duda de que su padre fuera quieestaba al otro lado de la conexión se desvaneci

con su respuesta:«Siempre he sabido que eres una person

nteligente, Lem, así que no logro imaginar qué tmpulsó a hacer algo tan estúpido, ta

ematadamente idiota como expulsar a una nave dmineros libres de un asteroide. No me importa quel asteroide más cercano estuviera a cuatro mesede distancia. Habría preferido que estuvieraentado de brazos cruzados durante un viaje de id

 vuelta de ocho meses que arriesgarte a dañar u

Page 526: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 526/915

equipo que vale varios miles de millones dcréditos. ¿En qué estabas pensando? ¿Nconsideraste qué podría haberle hecho al gláser umpacto tan violento? ¿No te pasó por esa cabecit

que el gláser es más precioso para la compañíque tu tiempo? Es un prototipo, Lem. Es único. Pou bien, espero que esté en perfecto estado d

funcionamiento. En caso contrario, las pasará

canutas demostrándole a nuestros abogados que tmpacto no es responsable».Lem sacudió la cabeza. Típico de su padre

inguna mención al minero muerto. Ningunfelicitación por haber realizado una prueba co

éxito. Ninguna alabanza por haberse esforzado descubierto un modo de extraer los minerales de lnube de escombros. Ninguna pregunta por leguridad de la tripulación. Lo único que l

preocupaba era su precioso gláser.¿Y encima tener las agallas de amenazarlo coemprender acciones legales? Toda la amargura frustración que sentía hacia su padre empezó acumularse de nuevo.

Pero entonces volvió a leer la última frase de

Page 527: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 527/915

mensaje y vio otro significado. Su padre podíestar insinuando que no tenía control sobre eequipo legal, que su presa sobre el mando de lcompañía podía estar aflojándose. Eso le hiz

entir un breve placer. Lem seguía queriendapoderarse de la compañía, y cualquier debilidaen la situación de su padre era una noticibienvenida.

Llegó otro mensaje.«Me gusta el nombre “fórmico”. Nadie le hdado a esa especie un nombre que pegue. Todo emundo los llama “alienígenas”, que siempre me hparecido una palabra ridícula. Fórmico, me gust

cómo suena. Su conexión con las hormigas. Dile Benyawe que apoyaremos esa nomenclatura. Harque aparezca en las redes por la mañana. Ecuanto a la escaramuza con la nave fórmica, hicist

bien. Me alegra que estés vivo. Fue sideralmentestúpido, pero demostró gran valor. Lamento quno saliera bien. Si hubierais detenido la navehabríais impedido todo este desastre y toda estangustia. Están muriendo por millares en China. E

urrealista».

Page 528: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 528/915

Su padre estaba contestando al mensaje pofragmentos, probablemente respondiendo segúeía. Una vez más, típico de él. Expresar alg

parecido a una alabanza y luego aplastarl

declarando su decepción. Te animaba, y luegdecía «si los hubieras detenido, toda esta gente nhabría muerto». Como si fuera culpa de Lem quos fórmicos estuviera matando civiles, como s

odas esas muertes fueran responsabilidad suypor haber fallado en la batalla.Lem sabía que probablemente nadie más l

eería así, pero nadie conocía a su padre tan biecomo él. Te daba una palmadita en la espalda co

una mano, te apuñalaba con la otra.Un tercer mensaje. Breve.

«Envíame los nombres de los tripulantes quperdiste. Quiero notificárselo a sus familia

nmediatamente».Eso sorprendió a Lem. No pretendía compartesa información, pero evidentemente era algo quenía que hacer. Había sido el insensible esta vez

¿Por qué no había pensado en eso? Tendría qu

haber sido lo primero.

Page 529: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 529/915

Lem tecleó los nombres que recordaba. Solo doercios acudieron a su mente, y alguno

probablemente eran incorrectos. ¿Era O’Brien O’Ryan? ¿Canterglast? ¿O Caunterglast

ecesitaba dar bien los nombres para que su padros buscara en la base de datos de la compañía ocalizara a sus parientes. Lem consultó s

holopad. Los nombres no estaban allí. Azorado

alió al pasillo y llamó a Chubs, que esperabunto a la puerta. Le explicó la situación.—Yo los escribiré por usted —dijo Chubs

Entró en la sala y se plantó ante el tecladocorrigiendo los nombres que Lem había escrito

añadiendo los que había olvidado. Sin vacilaciónin atascarse en su memoria, los nombreurgieron. Conocía a esa gente. Habían significad

algo para él.

Terminó.—Ahí los tiene.Lem no lo miró a la cara, avergonzado.—Gracias.—¿Le apetece comer algo? Lleva aquí dentr

varias horas.

Page 530: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 530/915

—Por favor —dijo Lem.Chubs asintió y salió. Lem lo vio marcha

intiendo un retortijón de culpabilidad por haberldespojado de su autoridad. Chubs merecía ser e

capitán. Conocía a la tripulación. Lo respetabano seguían.

Lem desechó la idea. Chubs tendría secompensa. Cuando la compañía fuera suya

necesitaría a buenos hombres, y si Chubs estabdispuesto, lo tendría a su lado.Cerró la puerta y pulsó enviar . Diez minutos má

arde Chubs regresó con un recipiente con pasta.—No espere gran cosa. La cafetería no es much

mejor que el vestíbulo.Lem le expresó su agradecimiento.—¿Qué ha pasado con el minero libre? ¿Víctor

mala?

—Se han marchado. Su lanzadera partió rumbo a Luna o la Tierra. Hice que la nave les siguierel rastro mientras pudiéramos. Calculé que squería que los detuviera me lo habría dicho en evestíbulo.

Lem asintió, preguntándose qué quería dec

Page 531: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 531/915

Chubs exactamente con «detenerlos». ¿Habímatado para su padre antes? ¿Habría matado parél si se lo hubiera pedido?

Lem comió en silencio. Cuando terminó, llegó u

último mensaje.«He estado hablando con el Consejo Genera

Tienes que estar en la Luna en ocho días. Eso es umartes. Te estaré esperando en el puerto norte d

ukes a las tres de la tarde hora lunar. Necesito tayuda con este problema fórmico, hijo. Tenemorabajo por delante».

Lem volvió a leer el mensaje. Su padre estabpidiéndole ayuda. El gran Jukes estaba admitiend

que Lem tenía algo en lo que contribuir, que lodos trabajarían como equipo. Incluso lo habílamado «hijo».

Durante medio segundo creyó que era auténtico

Entonces el pensamiento racional regresó. Spadre intentaba utilizarlo de algún modo. Eso erobvio. Cómo, no estaba seguro, pero lexperiencia le había enseñado a Lem a esperar lpeor y estar en guardia. Sacudió la cabeza. Te ha

pasado un poco, padre. ¿Llamarme «hijo»? T

Page 532: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 532/915

vuelves torpe en la vejez.Lem tecleó: «Entendido. Parto ahora».

Esperó a que el mensaje se enviara, luegdesconectó. Sus mensajes habían pasad

codificados por todas las naves de la cadena, asque no tenía que preocuparse de ellas. Pero aquhabía introducido un texto original. El sistema lhabía encriptado inmediatamente, pero en algú

ugar de la memoria estaba el texto original. Leno podía permitirlo. Cogió el supresor de la bolsque llevaba en la cadera, lo conectó al sistema pulsó el botón, fundiendo todos los circuitos. Hubunas cuantas chispas inofensivas, un poco d

humo, y todo se apagó.Lem y Chubs se encontraron de nuevo con Féli

en el vestíbulo cerca de la compuerta de atraque.Félix era todo sonrisas.

—Señor Jukes, ¿entiendo que ha podidcontactar con la Luna?—Ha funcionado bien, gracias —dijo Lem

extendiendo su pad de muñeca—. Tenga, señoMontroose, permítame pagarle más por la

molestias.

Page 533: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 533/915

Félix parpadeó, sorprendido.—Qué amable.Lem hizo entrechocar los dos pads, haciendo l

ransferencia, y luego Montroose leyó la suma.

—¡Señor Jukes! Santo cielo. Gracias. ¡Qugeneroso!

—Es probablemente dos o tres veces lo que lcostará un transmisor nuevo —dijo Lem—. E

esto puede usarlo para pagar a unos buenoécnicos que se lo instalen.Félix apenas lo escuchaba. Estaba mirando l

cifra de su pad.Lem y Chubs flotaron hacia la compuerta.

—No entiende —dijo Chubs—. No sabe quacabamos de freír su sistema actual.

—Lo descubrirá muy pronto.

Page 534: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 534/915

18

RESCATE 

Bingwen contempló el lugar donde el aparatvolador de Mazer se había perdido tras ehorizonte, esperando que volviera a apareceSabía que no iba a suceder. Lo había visto todoHabía visto cómo el aparato de Mazer recibía e

mpacto. Había visto ceder la antigravedad. Habíido testigo de su caída del cielo como un saco d

arroz. Un puñado de naves alienígenas se habíanzado tras él, disparando, machacándolo. Esa

naves se habían perdido también tras al horizontePero un momento después volvieron a surgir iguieron de largo. La de Mazer no. En cambio, s

alzó una línea de humo negro que se retorcía en ecielo como una serpiente encantada.

Bingwen volvió corriendo a la granja.

Page 535: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 535/915

—¡Han caído! Tenemos que ir a ayudarlos.Todos se volvieron hacia él. El abuelo s

acercó, arrastrando los pies, levemente encorvado—¿Quiénes, Bingwen?

—Los soldados. Los que nos trajeron aquí. Unnueva columna de naves salió del disco grandeCientos de naves pequeñas. Están por todas parteAbatieron a los soldados. Su aparato cayó por all

al sur. —Señaló—. Tenemos que ir. Necesitanuestra ayuda.Nadie se movió. La anciana que les había dad

opa a los soldados inclinó la cabeza y murmuruna oración. Los demás parecieron de nuev

preocupados y asustados. La lucecita de esperanzque los soldados les habían dado se extinguió eun instante. El abuelo apoyó una mano en ehombro de Bingwen y se arrodilló ante él.

—No hay nada que podamos hacer, Bingwen.El niño retrocedió un paso, zafándose de la mandel anciano.

—Me salvaron la vida. —Se volvió hacia lodemás—. Nos salvaron la vida a todos. ¿N

vamos a hacer nada?

Page 536: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 536/915

Nadie habló.El abuelo conservó la calma. Extendió de nuev

a mano.—Bingwen, escucha...

—No —dijo el niño, dando un salto atrás. Setiró unos pasos, enfrentándose a todos—. N

podemos dejarlos morir allí.—Si los han abatido, ya están muertos —dij

una de las mujeres—. No podemos hacer nada.—Eso no lo sabemos. Podrían estar heridos. Vdónde han caído. Puedo llevaros directamenthasta allí.

—Dijeron que volverían —dijo el anciano de l

bolsa de ropa—. Dijeron que nos enviarían ayudaMédicos y suministros. Ahora no vendrá ningunayuda.

—¿Hay alguien que me esté escuchando? —dij

Bingwen.—Te hemos escuchado, niño —contestó lanciana—. Nos dijiste lo que necesitábamos sabeahora deja que los adultos hablen durante uminuto.

La adolescente estaba ante las ventanas abierta

Page 537: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 537/915

contemplando el valle.—Mirad —dijo, señalando hacia abajo. Todo

e acercaron. Bingwen se abrió paso hasta delant miró. Varias naves alienígenas habían aterrizad

en el valle y abierto sus puertas. Loextraterrestres salían a los campos de arrozesparciendo brumas. Los brotes de arroz se ajaba  ennegrecían mientras la bruma flotaba sobr

ellos. Los alienígenas estaban a más de trescientometros de distancia, donde no podían oírlos, pera anciana igual habló en voz baja.—Esa es la bruma de la que habló el soldado.

Siguieron mirando un poco más y luego s

apartaron de la ventana, temiendo que los vieran.  temiendo tal vez que el viento trajera hasta al

aquello que estaba matando al arroz allá abajo.Bingwen corrió hacia la bolsa de ropa de l

anciana y sacó una vieja camisa gastada por lobordes. Le dio vueltas en las manos hasta quencontró un pequeño desgarro. Entonces agarró eejido por ambos lados del jirón y tiró. Las vieja  débiles fibras de algodón ofrecieron poc

esistencia, y la camisa se rompió en dos. Si

Page 538: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 538/915

embargo, al tirar, Bingwen sintió una puñalada ddolor en el brazo malo, y casi se le cayó de lamanos.

—¿Qué estás haciendo? —exigió la anciana

abalanzándose hacia él dispuesta a atizarlo.Bingwen le ofreció la mitad de la camisa.—Póngasela en la nariz y la boca, como si fuer

un pañuelo. Para respirar.

La mujer vaciló. Entonces comprendió.—Sí, sí. Por supuesto. —Llamó a su marido—Busca más tela —dijo, señalando su saco—Rompe tus camisas. Haz mascarillas para toda estgente.

—¿Por qué no rompemos tu ropa? —dijo eanciano.

—Tú hazlo.Bingwen se cubrió la cara con la otra mitad de l

camisa. Esperó un momento mientras todos seunían en torno al anciano, su atencióconcentrada en el reparto de tela, y entonces corrihacia el exterior. Si Mazer o alguno de looldados estaban heridos, tendría que moverlo

cosa que no podría hacer sin ayuda.

Page 539: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 539/915

Bingwen estudió a los dos búfalos de agua degranero. El de la derecha era más gordo y ancho por tanto más fuerte. Pero eso no lo hacínecesariamente mejor. Batió palmas con fuerza

ilbó y agitó los brazos para que el búfalacudiera. El más pequeño avanzó aunque la cuerdatada alrededor de su cuello se tensó y lo detuvoEl más grande simplemente se quedó mirando

Bingwen mientras mascaba lentamente algo.La obediencia es más importante que la fuerzapensó el niño.

Desató al más pequeño y le echó por encima deomo un serón de arpillera para herramientas, d

esos que tienen dos amplios bolsillos para cargacosas. Miró alrededor. No sabía qué necesitaba

i siquiera estaba seguro de que le hiciera faltalgo. Había una cuerda en un rincón, cubierta d

polvo y telarañas. La metió en el saco. En la parecolgaba un hacha vieja y oxidada. La metiambién en el saco. Había grandes bolsas parecoger algodón con una sola tira para el hombr

apiladas en una esquina. Si necesitaba venda

heridas, le vendrían bien. Metió tantas como pud

Page 540: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 540/915

en el saco.—Bingwen.

La voz era suave y amable. Bingwen se dimedia vuelta y vio al abuelo.

—No puedes ir, pequeño. No puedes ayudar os soldados.—¿Por qué no? ¿Porque soy pequeño?El abuelo sonrió con tristeza.

—El tamaño no tiene nada que ver con lcapacidad, niño. Mira cómo has escogido al mápequeño de los búfalos de agua.

—Porque me obedeció.—Igual que tú debes obedecerme a mí. Lo

valles no son seguros.—Y por eso tengo que darme prisa. La brum

alcanzará a los soldados si no llego primero. —Desató al animal y tiró de la cuerda. El búfalo d

agua respondió, siguiéndole el paso.El abuelo se movió a la izquierda, bloqueándolel paso, la expresión dura ahora.

—Faltas el respeto a tus mayores, niño.Bingwen se detuvo e inclinó la cabeza, mirand

al suelo.

Page 541: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 541/915

—Estoy en desacuerdo con mis mayores, abueloLo que es diferente. Pero por ti siento amor espeto. Eres sabio y más que sabio. Leal

valiente. Encuentras fuerzas a pesar de tus herida

Solo espero poder ser la mitad de hombre que túPero la virtud no hace que un hombre tenga razóodo el tiempo. Por favor, abuelo. Sin esooldados, ¿quién nos protegerá? ¿Quién no

guiará?—Si están heridos, Bingwen, tampoco podráhacerlo ellos.

—No conocemos la gravedad de sus heridaabuelo. Y aunque estén malheridos, ¿no le

debemos nuestras vidas? Si estar herido quitvalor a una persona, entonces tú y yo no valemonada. Somos los más heridos de nuestro grupo.

El abuelo se echó a reír.

—Menuda lengua. Mírame, Bingwen.El niño alzó la cabeza. El abuelo se arrodilldelante de él y le puso una mano detrás de lcabeza.

—Solo pienso en ti, pequeño. No puedo dejart

r. No podría vivir conmigo mismo si te pasar

Page 542: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 542/915

algo.—Para sobrevivir es por lo que debo ir, abueloecesitamos a esos hombres. Mis padres sigue

ahí fuera. Y ahora mismo esos soldados son lo

únicos que intentan mantenernos unidos.Eso hizo vacilar al abuelo. Frunció los labio

eflexionó y se puso en pie dolorosamente.—Iré yo entonces. —Extendió las manos par

que le entregara la cuerda del búfalo.Bingwen suspiró. Eso era perder el tiempoCada momento contaba.

—Abuelo, quizá podrías bajar de esta montañapero no podrías volver a subirla. Todavía no. N

hasta que te hayas curado. Los dos lo sabemos.No esperó a que el abuelo respondiera: tiró de l

cuerda y guio al búfalo hacia el camino de acceso—¿Y cómo traerás tú de vuelta a un soldad

herido? —preguntó el abuelo.—Con mucho cuidado.Se apresuró camino abajo, ansioso po

marcharse antes de que el anciano hiciera algúotro comentario y lo obligara, por respeto,

detenerse y contestarle con una réplica razonable.

Page 543: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 543/915

 no tenía tiempo para ninguna de las dos cosas. Abúfalo no le gustaba la velocidad y seguíoponiéndose al tirón de la cuerda y obligando Bingwen a ir más lento. El animal se detuvo do

veces para alzar el hocico y oler el humo queguía llegando. Bingwen le dio una fuert

palmada en los cuartos traseros y lo puso de nueven marcha.

En la cima de la montaña Bingwen se habímostrado intrépido. Pero cuanto más bajaba por ecamino, más le fallaba el valor. Los árboles quflanqueaban el sendero se convirtieron de repenten escondites para los alienígenas. Aquel tupid

matorral del recodo de repente fue el lugaperfecto para una emboscada. Las finas ramas quobresalían del bosque se convirtieron de pront

en manos que esperaban para rociarle la cara d

bruma. En el aire sonaban las naves, fuertes veloces, algunas cerca, otras más lejos, y cada veque Bingwen oía una, estaba seguro de que caíhacia él, como un meteoro ardiente, cerniéndosdirectamente hacia su posición. El búfalo parecí

entir lo mismo. Cuanto más se acercaban al suel

Page 544: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 544/915

del valle, más se resistía y se agitaba.Pronto los árboles empezaron a hacerse má

escasos y todo el llano quedó a la vista. Era eotro lado de la montaña, un valle que Bingwen n

había podido ver desde la casa, y hacerlo ahora ldetuvo en seco.

Había cuerpos en el suelo. No amontonados egrandes grupos, sino esparcidos por todo el valle

de uno en uno, de dos en dos, de tres en tres, comi un gran número de aldeanos hubiera buscado uugar apartado de los demás para tumbarse

dormir.Solo que no estaban dormidos. Sus pechos n

ubían y bajaban, no acomodaban casualmente sucuerpos como hace la gente que duerme. No habíningún tipo de movimiento excepto los mechonede pelo y partes de las ropas que se agitaban co

el viento.El cadáver más cercano estaba a treinta metroa la sombra de un árbol. Una mujer, de la edad du madre, tendida de costado, mirando a Bingwena camisa colgando suelta de su hombro de u

modo que ninguna mujer recatada permitirí

Page 545: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 545/915

conscientemente. En el suelo, a su lado, uno de suzapatos. Tenía los ojos abiertos, la boca levemententreabierta, como si hubiera estado esperando que Bingwen llegara y estuviera llamándolo por s

nombre cuando el tiempo se paró petrificándola eaquella posición.

A su alrededor, los tallos de arroz estabaorcidos, negros, muertos.

Bingwen comprendió que la bruma habícausado eso. El compuesto químico que lacriaturas rociaban con sus varas había matado todaquello que había tocado: cosechas, los aldeanoque huían, incluso unos cuantos animales aquí

allá: perros y pájaros y dos búfalos de agua. Habígrandes zonas de cosecha ilesas, brotes verdes darroz que se habían librado de la bruma, algunoan altos como los hombros de Bingwen, pero era

una minoría. La mayor parte del valle era barro muerte y tallos de arroz marchitos.Al otro lado del valle, una aeronave chin

abatida despedía humo negro y ceniza al aireBingwen oía el crepitar y el chisporroteo de la

lamas y los estallidos de los componentes en s

Page 546: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 546/915

nterior. También olía el acre hedor del plásticfundido, la goma y otros materiales sintéticos.

Sabía que no era el aparato de Mazer, que habícaído en otra parte, al menos un kilómetro má

adelante, probablemente aún más lejos. Siembargo, verlo no le hizo sentir ninguna confianzaLa aeronave apenas era reconocible como taQuizás había sido un helicóptero una vez, per

ahora no era más que un montón de chatarrardiente y retorcida, con la mitad de la partdelantera aplastada por el impacto. Yacía dcostado como un animal herido, ardiendo iseando, escupiendo humo negro.

Bingwen se preguntó cuántas personas habría bordo. ¿Diez? Tal vez lo que estaba haciendo nvaldría para nada. ¿Por qué el aparato caído dMazer iba a ser diferente? Probablemente sol

encontraría más fuego y muerte.Junto a él, el búfalo de agua alzó la cabeza olfateó el aire. Debía de haber captado el olor da muerte o el humo porque a continuación sesistió tanto a los tirones de la cuerda que derrib

a Bingwen al suelo. El niño aterrizó sobre s

Page 547: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 547/915

brazo sano, pero la sacudida le produjo unpunzada por todo el brazo herido. Gritó de doloo que asustó aún más al animal, que volvió po

donde había venido, arrancando la cuerda d

manos de Bingwen, quemándole las palmas por eviolento roce.

Bingwen tardó quince minutos en acorralar aanimal y coger de nuevo la cuerda. Tuvo qu

desgarrar en tiras el pañuelo que le cubría la carpara envolverse las manos con una especie dvenda y poder sujetar la cuerda. El animal empeza resistirse de nuevo, pero Bingwen le dio uviolento tirón y le recordó quién tiraba de quién

Luego sacó una de las bolsas de cosecha e hizuna especie de máscara para el animal, como ugigantesco bozal que le cubría casi toda la cabezaEntonces el búfalo se calmó, pues captaba el olo

del granero en la bolsa.Lo guio de regreso al valle. Había decidido quno iba a darse la vuelta. Si había llegado hasta taejos, acabaría lo que había empezado. Nenunciaría tan fácilmente como el búfalo.

Se dirigieron a la zona más cercana de cosech

Page 548: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 548/915

lesa. Si cruzaban el valle ciñéndose a los broteverdes, tal vez podrían llegar al otro lado sicontaminarse. Bingwen dio los primeros pasohacia los altos tallos y esperó a ver si se sentí

mareado o con ganas de vomitar.No sucedió nada.Continuó avanzando, tirando del búfalo de agua

Los tallos verdes sanos crujían y se rompía

bajo sus pies. Dañar de esa forma la cosecha ibcontra todo lo que les habían enseñado a los dopero no se amilanaron.

Pasaron ante docenas de cadáveres. Laprimeras caras eran desconocidas: hombres

mujeres de otras aldeas. Entonces Bingweempezó a ver gente que conocía, vecinos y amigodel abuelo. Ye Ye Guangon, uno de los ancianosdel consejo. Shashoo, la única mujer de la alde

que tenía lavadora. Bexi, la enfermera que hacíemedios medicinales con hierbas cada vez quBingwen se ponía malo. Todos ellos sin vidaendidos en posiciones innaturales, la piel roja lena de ampollas, como si hubieran trabajado a

ol sin sombrero durante días seguidos.

Page 549: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 549/915

El miedo atenazaba el pecho de Bingwen cadvez que veía un cadáver nuevo: ¿y si la cara deiguiente era la de su padre o su madre? ¿Qu

haría entonces?

En una ocasión creyó haber encontrado a smadre. Yacía en el lodo de espaldas a él, con eostro vuelto. Tenía el pelo como su madre, y s

misma figura, y las mismas ropas sencillas

ajadas. Pero cuando Bingwen la rodeó y le vio lcara, comprobó que no era ella. El alivio fue taepentino y abrumador que estalló en sollozoadeaba, y su cuerpo se estremecía, y tardó vario

minutos en recuperarse. El búfalo de agu

empezaba ya a impacientarse y tiraba de la cuerdaBingwen se secó los ojos y la nariz con la mangdel brazo sano. Había estado llorando por todo: ebrazo, Hopper, Meilin, la mujer muerta que s

parecía a su madre, la nave de Mazer. Por todoCuando terminó, se sintió mejor, incluso mávaliente. «Ya he llorado lo mío —pensó—. Sacabó».

Siguió caminando.

Había también niños muertos, aunque no fu

Page 550: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 550/915

capaz de mirarlos. Desviaba la vista cada vez quaparecía uno, mirando siempre por encima decuerpo, nunca directamente... hasta que una camisbrillante le llamó la atención. Una camisa qu

econoció. Una camisa que había visto de cerccuando quien la llevaba le hizo una llave en lcabeza.

Zihao.

Vivo, Zihao tenía siempre una mueccondescendiente y bravucona. Pero ahora, tendidde espaldas en el lodo, parecía asustado: los ojomuy abiertos, el cuerpo rígido, la cara suciveteada de lágrimas. Parecía también más joven

Como un niño. Bingwen desvió la mirada.Un leve siseo por detrás le hizo girarse sobre lo

alones rápidamente. Al final del camino dacceso, unos cientos de metros más atrás, cuatr

alienígenas rociaban la hierba sana y avanzaban eu dirección. Parecían ajenos a su presencia, perBingwen sabía que eso no duraría.

Tiró de la cuerda y obligó al búfalo a moverseo se paró a mirar más caras. No pisó co

cuidado. Corrió.

Page 551: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 551/915

El animal sintió su urgencia y corrió también, grandes zancadas que no eran lo bastante rápidapara Bingwen, que seguía tirando de la cuerda. Ebóvido tropezó una vez, pero rápidamente se pus

en pie. Corrieron durante quince minutos sidetenerse, hasta que el valle se desvió al sur y loalienígenas ya no se veían. Se pararon, él jadeand  resoplando, el búfalo gimiendo y mugiendo. E

brazo roto parecía arderle: tanto tirar y correhabía agravado la rotura. Unas punzadas en scostado quemaban tanto que supuso que se habíoto algo por dentro.

El búfalo vaciló un momento y Bingwen pens

que iba a desplomarse, pero sacudió la cabeza y secuperó.

Bingwen miró a la izquierda y vio que habíalegado. Había una aeronave caída a cien metro

de distancia. La de Mazer. Estaba seguro. El fuega había consumido y ennegrecido, pero las llamae habían extinguido hacía tiempo y la forma de

aparato seguía intacta. El único rasgo nuevo eraas cuatro aspas que tenía encima, que debían d

haberse abierto cuando caía.

Page 552: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 552/915

Bingwen se deprimió al verlo. No podía habeningún superviviente. El aparato había explotadoenviando restos y esquirlas de metal en todadirecciones. Aunque alguien hubiera sobrevivid

al impacto, no habrían podido escapar de lexplosión. Ni haber usado los asientos eyectoreantes del choque, no con las aspas, no en caídibre.

Se sintió avergonzado. Tendría que haberlhecho caso a su abuelo. Había sido un necio al hasta allí.

Algo cerca de los restos le llamó la atención¿Un fusil, tal vez? Eso sería útil. Y donde habí

uno, podía haber más; y, si no, otras armas, u otraherramientas. Tiró de la cuerda. El búfalo nquería moverse: seguía jadeando y resoplando traa carrera. Bingwen tiró de todas formas con e

brazo bueno, y el animal acabó por obedecer.Olía a cenizas y cosas quemadas y lo que podíer el hedor de restos humanos calcinados. E

humo seguía flotando denso en el aire y le picaben los ojos. Bingwen no quiso mirar en la cabin

ni la carlinga. Sabía lo que iba a encontrar allí.

Page 553: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 553/915

El suelo estaba cubierto de restos de metaalgunas piezas tan grandes como Bingwendobladas y retorcidas en formas extrañas dbordes desgarrados que parecían peligrosament

afilados.Bingwen no apartó la mirada del fusil que tení

delante, pero al acercarse a través del humo, vialgo cerca del arma que le llamó la atención. U

cuerpo.Soltó la cuerda y echó a correr.Era Mazer. Estaba todo cubierto de sangre

barro. Los brazos, la cabeza, el costado. Ecostado era lo peor. Una venda ensangrentada l

cruzaba el abdomen, empapada, rezumando rojo. Au alrededor yacían dispersos los contenidos de u

kit médico. Alguien le había administrado loprimeros auxilios. Alguien estaba vivo y dispuest

a ayudar. Bingwen miró alrededor.—¿Hola?Nadie contestó.

A su izquierda había otro cuerpo. La mujeoldado. Bingwen supo que estaba muerta inclus

in verle la cara, que tenía vuelta hacia el otr

Page 554: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 554/915

ado. Tenía demasiadas heridas. Su piel estabpálida y sin vida, la ropa quemada, un brazorcido bajo el cuerpo.

En los campos, los cadáveres parecía

dormidos, incluso en paz en algunos casos. Perella no. Su muerte había sido dura. Rápida, inclusnstantánea, pero aterró a Bingwen más que todo l

que había visto antes.

Había huellas desde la aeronave hasta ecadáver de la mujer, las que sus botas habíadejado en el suelo. Bingwen advirtió que Mazehabía tirado de ella para apartarla del fuegoHerido como estaba, la había alejado de la

lamas. A Bingwen no se le ocurrió otrexplicación. Entonces ¿Mazer había intentadcurarse sus propias heridas? Bingwen se arrodillunto a él. Sí, todavía tenía en la mano un paquet

del kit. Tendría que haberse dado cuenta nada máverlo.—Mazer.No hubo respuesta.

¿Debería intentar despertarlo? ¿O eso podí

omper algo en su interior? Le tocó suavemente e

Page 555: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 555/915

brazo. La piel estaba caliente. La punta del dede manchó de sangre. Mazer no respondió.De pronto el pecho del soldado se elevó, ligera

casi imperceptiblemente. Una dificultosa toma d

aire. Luego una espiración. Estaba vivo. Apenasal vez, pero respiraba.

Bingwen tenía que llevarlo de regreso a lgranja, con el abuelo. Pero ¿cómo? Habí

esperado encontrarse a los soldados sanos alvos. Y si algún herido no podía caminarconstruiría una parihuela para que el búfalo tirar  luego le pediría al soldado que se subiera e

ella. Pero Mazer ni siquiera podía hacer eso: n

podía hacer nada. Bingwen tendría que colocarlde algún modo en la parihuela.

Corrió hacia el búfalo, lo ató a un árbol y volvicon las herramientas que llevaba en la bolsa

Encontró un bosquecillo de bambú cerca y cortres grandes tallos con el hacha. Tardó uneternidad porque tuvo que hacerlo con una manoa del brazo sano. Luego troceó uno de los treallos y construyó la parihuela, enlazando lo

bambúes con la cuerda. Colocó las piezas corta

Page 556: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 556/915

entre las dos largas, construyendo los travesañodonde Mazer podría tenderse. Cortó luego lofondos de unas cuantas bolsas y las colocó sobros dos palos, creando algo similar a un jergón.

Cuando terminó, comprobó que la parihuela erpesada, casi demasiado para arrastrarla con unola mano, pero tiró y se esforzó hasta que logr

colocarla junto a Mazer. Esperaba poder auparlo

pero tras unos cuantos empujones de pruebaquedó claro que no era posible. Demasiado pesmuerto. Y no podía tirar con el brazo roto. Tendríque alzarlo, deslizar la parihuela debajo y luegapoyarlo con cuidado.

A esas alturas Bingwen estaba sudorosoediento y cansado. No había traído agua para n

distraer nada del pequeño suministro que tenían ea granja. Ahora deseó haberlo hecho. No habí

agua potable cerca, y aunque la hubiera habido, na hubiera bebido, no con aquella bruma en el air la amenaza de contaminación.

Ignoró la sed y volvió al trabajo. Ya habíconstruido sistemas de polea con bambú antes: s

padre y él habían hecho una pequeña torre par

Page 557: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 557/915

evantar los sacos de arroz cosechado y subirlos os camiones de carga la temporada pasada. Per

esto sería diferente. Mazer era el doble de largque un saco de arroz y mucho más difícil d

manejar. Y tampoco contaba con la ayuda de spadre ni con dos brazos sanos.

Tardó horas en prepararlo todo: cortar el bambúeducirlo a la longitud adecuada, separar la

hebras de cuerda en dos porque necesitaba más da que tenía. Usó también los restos de laeronave. En la carlinga había un cabestrante cocable, anillas y cinturones. Advirtió los restohumanos calcinados en los asientos, pero contuv

a respiración, desvió la mirada y recuperápidamente el equipo.

Luego empezó a construir. Hizo una serie destructuras en forma de A con una vara larga entr

ellas, luego deslizó varas de bambú más finas bajMazer a la altura de los hombros, espalda, glúteo  rodillas. Hizo una almohada precaria para s

cabeza para que no cayera bruscamente hacia atrácuando lo levantara. Ató los dos extremos de la

varas de bambú que había colocado debajo d

Page 558: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 558/915

Mazer a un palo suspendido encima de su cuerpoAmarró luego la cuerda a las tres poleas que habíhecho cortando trozos pequeños de bambú.

Cuando terminó, el sol estaba ya en la part

occidental del cielo, hundiéndose en el horizonteTenía hambre y le dolía el brazo. Tenía todo ecuerpo cubierto de sudor, tierra y hollín.

La estructura era complicada: parecía un

gigantesca araña de bambú sobre Mazer, dispuestpara agarrarlo y envolverlo en su tela.Bingwen tiró de las cuerdas, y el cuerpo s

elevó lentamente del suelo, la cabeza firme. Tantrabajo para tan poco movimiento, pensó.

Amarró la cuerda, deslizó la parihuela debajo dMazer y lo bajó hasta colocarlo encima. Luegmovió la polea del travesaño hacia la cabeza alzó la parte delantera de la parihuela lo suficient

para atarla a un arnés que había hecho para ebúfalo. Lo más difícil fue hacer que el animaestuviera quieto lo suficiente para hacer laataduras. Sin embargo, por fin lo tuvo todo listo.

Recogió los suministros del kit médico

ncluyendo el pequeño aparato digital que Maze

Page 559: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 559/915

había utilizado para escanearle el brazo rotoBingwen lo examinó, quitando el barro y luciedad de la pantalla. Había una grieta en e

cristal, pero el artilugio se encendió ante s

contacto. La pantalla de inicio era brillante lamativa y le ofreció una gama de opciones

Escaneo de superficie de tejidos, UltrasonidoAnálisis de sangre, Tutoriales quirúrgicos

Farmacia. Lo guardó en la alforja y luego hizo unúltima búsqueda de suministros entre los restoo vio nada más que mereciera la pena llevars

hasta que divisó el chaleco de combate qulevaba la mujer soldado. Tenía varios cartucho

de munición como el que había en el fusil.Les vendría bien la munición. Sin ella, el arm

ería inútil. Pero recuperar los cartuchos no iba er fácil: Bingwen tendría que volver la mujer d

ado para soltar las correas que lo sujetaban. Yeso significaba tocar un cadáver. La idea lo poníenfermo: no soportaba mirar a la mujer, muchmenos tocarla.

Estaba siendo ridículo, se dijo. Incluso egoísta

Sin armas, sin munición, estaban acabados.

Page 560: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 560/915

Se acercó a la mujer con los ojos entornados os labios apretados, y la empujó por el hombr

para girar el cuerpo. Ella estaba rígida y manchadde sangre y no rodó fácilmente con el braz

doblado debajo de su cuerpo. Pero Bingwen safianzó en el terreno y por fin el torso se movió luficiente para que él pudiera sacar los cartucho

Cayeron al suelo ante él y Bingwen reculó a cuatr

patas, odiándose por ser tan cobarde.Advirtió que tenía lágrimas en los ojos y se laecó rápidamente. Se puso en pie, recogió lo

cartuchos y los guardó en la bolsa de herramientaA continuación ató una cuerda en torno al pecho d

Mazer, asegurándolo a la parihuela; luego, tras unúltima mirada a los restos, cogió la cuerda y tircon fuerza. El búfalo gimió, resistiéndose, perotro fuerte tirón por parte del niño y el animal l

iguió.Bingwen había oído naves todo el día, lmayoría lejanas, pero ahora los cielos estabaranquilos. Atardecía, y calculó que no llegaría a granja hasta bien entrada la noche.

Llegaron al valle de cadáveres y descubrió qu

Page 561: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 561/915

os alienígenas habían aniquilado todas lacosechas restantes. Sin hierba sana por dondcaminar, Bingwen cortó camino, buscando otrendero para llegar a la montaña. Encontró uno u

kilómetro más adelante, otro amplio arrozal simucha agua.

Allí había más cadáveres; de personas animales. Una familia de cerdos. Tres búfalos d

agua. Un grupo de niños y sus padres.Bingwen los vio a cincuenta metros de distanci se detuvo en seco. Estaban tendidos boca abaj

en el lodo, el brazo del padre sobre el hombro da madre, como consolándola.

Bingwen no se movió. No podía verles la carapero aquella era la camisa de su madre, y sespalda, y su forma. Y aquellas eran las ropas du padre. Y sus botas y su pelo. Y el centelleo de

ol se reflejaba en el reloj que llevaba en lmuñeca izquierda.Bingwen se sintió ingrávido. No podía enfoca

a mirada. Notaba las rodillas débiles e inestableSe quedó allí de pie, mirándolos, él vivo

espirando y ellos no. Sus corazones no latían, su

Page 562: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 562/915

pulmones no recibían aire, sus bocas no se movíapara decirle cuánto lo querían y que lo protegería  que estaría a salvo con ellos. Sus brazos no l

envolvían ni lo atraían hacia sus pechos. Su

cuerpos no hacían nada excepto yacer allí en eodo y la hierba rociada por la bruma.

Bingwen permaneció allí de pie mucho rato, nupo cuánto. Una hora, quizá dos. El búfalo d

agua mugía y golpeaba el suelo con la patampaciente. Bingwen lo ignoró. Lo ignoró todo. Svenían los alienígenas, no huiría de ellos.

Tomó aire y exhaló. No hubo lágrimas ngemidos, ni chillidos de angustia. Todo estaba rot

por dentro, vacío. No lloraría más, no podía. Nba a permitirlo. Las lágrimas pertenecían a l

versión antigua y muerta de sí mismo, al Bingweprevio, al niño que se colaba en la biblioteca y s

preocupaba por los exámenes y por ir a una buenescuela y que tenía un amigo con un pie torcido unos padres que lo querían y se sentaban con éunto al fuego cuando estaba mojado y tenía frío

Ese Bingwen ya no existía. Ese Bingwen yacía e

el lodo con sus padres, el brazo sobre el hombr

Page 563: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 563/915

de su madre, igual que el de su padre.Haría que Mazer se recuperara. Sí, haría que s

pusiera bien, y entonces Mazer lo detendría todoMazer pondría fin a las brumas y los fuegos y lo

cadáveres en los campos. Y él le ayudaría. Ldaría los cartuchos y cargaría su agua, haría lo quhiciera falta para ponerle fin a todo eso, para qudesapareciera. Entonces se permitiría llorar.

Ya estaba oscuro cuando llegó a la granja. Eabuelo salió a recibirlo, lo abrazó, lo besó en lmejilla, se maldijo por haberlo dejado marcharSolo entonces se dio cuenta de que el búfalo dagua arrastraba a alguien.

Los otros salieron también. Vieron a Mazer y lparihuela y se quedaron boquiabiertos, como si ncomprendieran aquella imagen, como si la partacional de sus cerebros les dijera que no er

posible. La anciana se volvió hacia Bingwen y lmiró con una expresión que el niño no puddescifrar. ¿Confusión? ¿Asombro?

Nadie se movió. Nadie corrió a ayudar.Bingwen advirtió que no sabían cóm

eaccionar. Ni qué hacer.

Page 564: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 564/915

—Está vivo —dijo—. Tenemos que ayudarlo.El abuelo se hizo cargo.—Desatad la camilla. Metedlo dentro. Rápido

Pero con suavidad, con mucha suavidad.

Bingwen se quedó allí y vio cómo desataban lparihuela e introducían a Mazer en la granjaodavía tendido en ella. Dejaron la estructura en euelo y rodearon al soldado.

—Necesito luz —dijo la anciana.—Es una especie de enfermera —le dijo eabuelo a Bingwen—. Comadrona. ¿Sabes lo quignifica?

—Ayuda a las mujeres a traer niños —dij

Bingwen.—Sí. Sabe cosas de medicina.—No las suficientes —contestó Bingwen. Sac

el aparato digital de la bolsa y se acercó a Mazer

Todos estaban reunidos en torno a la parihuela. Emarido de la anciana sujetaba una linterna.—Atrás —dijo la mujer—. Necesito espacio. —

Se inclinó con la linterna y hurgó alrededoevantando una esquina del vendaje para ver la

múltiples heridas—. Esto es grave. Supera mi

Page 565: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 565/915

posibilidades. No puedo ayudarlo.—Tiene que hacerlo —rogó Bingwen.

—Niño, has sido muy valiente al traer a esthombre, pero ya no se le puede ayudar. No vivir

para ver el amanecer. Ha perdido demasiadangre y tiene demasiadas heridas.

—Entonces le haremos una transfusiónEncontraremos alguien entre nosotros que se

compatible y le donaremos sangre.La anciana se echó a reír.—¿Y cómo supones que haremos eso?—Con esto —dijo Bingwen, alzando el aparato

Conectó la pantalla y seleccionó Análisis d

angre. La máquina le preguntó si querínstrucciones. Bingwen seleccionó SÍ y el artilugi

empezó a hablar en inglés, sorprendiendo a todo emundo.

—¿Qué es eso? —preguntó la anciana.—Un aparato médico que enseña a tratar a lgente.

—Parece que habla en inglés —dijo ladolescente.

—Sí —confirmó Bingwen—. Yo sé inglés

Page 566: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 566/915

ndicaré los sucesivos pasos. —No esperobjeciones. Escuchó la voz grabada. Era femeninaerena y tranquilizadora, el tipo de voz que quiere

oír en una situación traumática. El artilugio le dij

a Bingwen que sacara algunos artículos del kmédico. El niño obedeció. Usó el tubito quencontró para extraerle a Mazer una gota dangre. Puso la gota en la esquina de la pantalla

donde se indicaba.«Tipo cero positivo —dijo el aparato—. Estangre solo es compatible con los tipos cer

positivo y cero negativo».—¿Qué está diciendo? —preguntó el abuelo.

—Tengo que pincharme el dedo —dijBingwen. Cogió de entre los suministros otrubito y una aguja.

—Prueba la mía —dijo el abuelo, ofreciendo l

mano—. Eres demasiado pequeño para donaangre.—Estás demasiado débil.

—Conozco mis fuerzas mejor que tú, niñoPínchame el dedo.

Bingwen frotó el dedo del abuelo con una gasa

Page 567: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 567/915

o pinchó y analizó la sangre. Cuando loesultados aparecieron, dijo:—Es compatible.

El abuelo asintió muy ufano, como si hubier

ogrado algo.—Entonces adelante.

—Tenemos que coserlo primero y quitarle lmetralla —dijo la anciana—. Pero creo que es un

pérdida de tiempo. Este hombre no sobreviviráPerderá sangre para nada, sangre que no deberíperder dada su edad.

El abuelo frunció el ceño.—Mi nieto arriesgó la vida para traernos a est

hombre. Y este hombre arriesgó su vida paralvarnos. Así que vamos a salvarle la vida

usted nos va a ayudar.El marido de la anciana dio un paso al frente.

—Cuidado con lo que dice, viejo. No le dórdenes a mi esposa.—Lo hago porque usted no lo hace —repuso e

abuelo—. La obliga su deber. Se lo debe a esthombre. Se lo debemos todos. Y si Bingwen dic

que podemos salvarlo, entonces podemos. —S

Page 568: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 568/915

volvió hacia la anciana—. Usted ha cosidmujeres antes. Esto no es diferente.

—Es completamente diferente. Las heridas dmetralla son sencillas. Es el estómago lo que n

puedo arreglar. No sé cómo está dentro. Suórganos podrían estar destrozados. Parece grave

o soy médico.—El aparato nos lo dirá —dijo Bingwen, si

aber si era cierto—. Intentémoslo al menos.La anciana vaciló, miró a su marido y suspiró.—Bien. ¿Qué hacemos primero?Bingwen no estaba seguro. Había un botón d

ayuda. Lo pulsó.

«Describa el problema», pidió el aparato.—Tiene cortes en el estómago y sangra mucho

Tal vez tenga los órganos afectados. No es seguro«¿Ha cortado la hemorragia?».

—Sí.«¿Ha lavado y desinfectado la herida y sumanos?».

—No.«Haga eso primero».

Bingwen sabía cómo lavarse las manos, desd

Page 569: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 569/915

uego, pero podía haber instrucciones especialeasí que contestó que no.

Resultó que sí había instrucciones especialeHabía que emplear productos químicos, y poners

guantes, y desenrollar vendas esterilizadaBingwen y la mujer hicieron lo que se les dijoLimpiaron la herida y restañaron la sangreLimpiaron y esterilizaron también el aparato.

«Ahora necesito escanear la herida», anunció lmáquina.Bingwen sostuvo el aparato sobre la herid

varios segundos.«Detecto traumatismo serio. Una porción de

ntestino delgado ha sufrido cortes. Es necesariuna operación inmediata. ¿Hay un doctocualificado que pueda realizar una pequeñextirpación de intestinos?».

—No —contestó Bingwen.—¿Qué dice? —preguntó la anciana.—Deje escuchar al niño —la amonestó e

abuelo.«¿Puede transportar al paciente a un hospita

donde haya un médico cualificado?», preguntó e

Page 570: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 570/915

aparato.—No —dijo Bingwen.

«¿Puede contactar con un médico para quacuda?».

—No hay médicos por ninguna parte. Npodemos moverlo.

«¿Hay alguien dispuesto a efectuar loperación?».

Bingwen miró a los adultos.—¿Qué pasará si no lo hacemos?«El intestino delgado es parte del aparat

digestivo. Cuando está cortado suelta residuodañinos en el cuerpo. Si no se repar

nmediatamente, y si la herida no se limpia dmanera adecuada, el paciente no sobrevivirá».

—Ninguno de los presentes ha hecho nada asantes.

«Yo guiaré los pasos. Tiene que utilizar loiguientes artículos del kit médico».En la pantalla apareció una lista de suministros.

—¿Qué tendremos que hacer exactamente? —preguntó Bingwen.

«La sección dañada del intestino debe se

Page 571: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 571/915

extirpada y retirada. Luego se volverá a coser parestablecer la continuidad del aparato digestivo

La herida debe estar adecuadamente limpia ratada contra infecciones. La herida abdomina

debe ser suturada y tratada del mismo modo. Epaciente ha de permanecer completamente sedadodo el tiempo. Vigilaré sus constantes vitales y l

guiaré durante el proceso».

—¿Cuánto tiempo tardará, teniendo en cuentque carecemos de formación y no tenemos ni idea«Entre cuatro y doce horas».Bingwen guardó silencio.—¿Y bien? —preguntó la anciana—. ¿Qué h

dicho? ¿Es algo que podamos hacer?Bingwen los miró. Estaban dispuestos a dars

por vencidos. Se lo notaba en las caras.—Sí —dijo—. Podemos hacerlo, seguro. N

erá nada difícil.Kim odiaba las reuniones rutinarias. Le parecía

una pérdida de tiempo. Había ido a la facultapara ser médico, para ayudar a la gente, no par

estar sentada en una sala comprobando hojas d

Page 572: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 572/915

datos y fechas previstas y discutir los detalles dcada proyecto. Eso era trabajo de loadministradores. Para eso estaban. Los médicos sensuciaban las manos. Los médicos acudían a

echo del dolor para dar consuelo, para engañar a muerte. Reuniones como esa eran la muerteenta y dolorosa y aburrida hasta el aturdimiento.Alzó la cabeza. Todos la estaban mirando. Habí

estado dibujando en su holopad, haciendemolinos en la página. Parpadeó y se irguió.—Sí. Lo siento. Continúe.

El grupo volvió al tema, algún asunto dproducción: los fabricantes de China que estaba

montando la versión más reciente de Med-Assino iban a cumplir el plazo de entrega: los obrerono acudían a la fábrica.

—¿Pueden reprochárselo? —adujo Kim—. S

está librando una guerra. Una civilizacióalienígena nos ataca y está muriendo gente. Yoampoco iría al trabajo.

—Los negocios deben continuar, Kim —dijo unde los encargados del proyecto—. No sabemo

hasta dónde puede llegar esto. Los militare

Page 573: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 573/915

pueden desplegar tropas. Si Nueva Zelanda entren combate, tenemos que estar preparados con eMed-Assist.

Kim sabía que tenía razón. Había visto todos lo

nformes estadísticos: el Med-Assist reducía labajas en combate hasta el sesenta por ciento ealgunos supuestos. Incluso así, le parecía absurdque estuvieran allí discutiendo algo tan frívol

como un conflicto laboral mientras miles dciviles morían en la China rural. Había alienígenaallí fuera, por el amor de Dios. Alienígenamaliciosos y con tecnología muy avanzada. Emundo había cambiado de la noche a la mañana

Estaban preocupándose por un árbol quemadmientras el bosque ardía a su alrededor.

Pero se abstuvo de comentarlo. En cambioonrió amablemente y fingió escuchar mientras l

eunión continuaba y la discusión pasaba a otroasuntos de producción.Esto no formaba parte de sus tareas, pensó. N

e había dicho que tuviera que ayudarlos a manejaas preocupaciones logísticas ni las disputa

aborales. Sin embargo allí estaba, soportando otr

Page 574: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 574/915

absurda reunión sobre esos mismos asuntos.Había intentado librarse de ellas, les habí

uplicado a los jefazos que la excusaran de laobligaciones de dirección, pero su petición fu

echazada. Ella conocía todos los detalles defuncionamiento del Med-Assist. Un problema eotro departamento podría afectar a lo que estabhaciendo. Tenía que estar en el ajo, tenía que se

consciente.Por enésima vez se preguntó si venir a NuevZelanda había sido la decisión correcta. Le habíaprometido que ayudaría a más gente con eaparato, y técnicamente eso era cierto. Pero ahor

esas palabras parecían una promesa falsa. Estabayudando a más gente, sí, pero nunca llegaba verlos, nunca les daba un apretón de manos parranquilizarlos antes de una operación, ni veía su

caras iluminarse cuando les decía que todo saldríbien. Eran números, no nombres. Toda lhumanidad y la emoción y la recompensa de semédico se perdían. El trabajo trataba de salvavidas, pero carecía de vida.

Mazer había hecho que fuera tolerable. Cuand

Page 575: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 575/915

estaban juntos, ella ignoraba las dudas que tenía aespecto. Todas las reuniones absurdas y la basur

administrativa eran soportables si eso significabenerlo a su lado.

Pero ahora incluso esa posibilidad habídesaparecido.

Mazer. No podía dejar de pensar en él sintiendcuatro emociones distintas a la vez. Seguí

enfadada, claro. Furiosa, incluso. ¿Cómo podípensar él que lo que tenían podía romperse en do  terminar así como así? ¿Tan poco habíignificado para él? Luego estaban la pena y loledad, la sensación hueca de la que no parecí

poder desprenderse.Pero lo peor era la preocupación. El miedo d

que él estuviera muerto en algún lugar de ChinaSe hallaba justo en el ojo del huracán. De todo

os lugares del mundo a los que podían ir, lofórmicos habían aterrizado allí. Y no solo con unonda, sino con tres.

Lo había visto sacar al niño del lodo. La prenseguía reproduciendo las imágenes una y otra vez

Cuando Kim se enteró de que los fórmicos había

Page 576: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 576/915

aterrizado en China, fue como si el corazón se lhubiera caído del pecho. Se pegó a las noticiaesperando algo que le reafirmara que Mazer estabbien.

Y allí apareció. Justo en la pantalla. Delante della. En el meollo de todo, en el lodo, justo en eepicentro. Y ella se echó a llorar.

Ya habían pasado doce horas sin nuevos datos

o estaba segura de qué esperar. ¿Una llamaduya? ¿Alguna clase de mensaje para comunicarlque se encontraba bien?

Su pad de muñeca vibró. Una llamada. Pensque podría ser él, pero miró el visor y comprob

que era recepción. Pensó dejarla pasar a la carpetde mensajes, pero entonces reparó en que era salvoconducto para escaquearse de la reunión. S

puso en pie, sonrió pidiendo disculpas y salió d

a sala.En el pasillo, se puso el auricular y pulsó.—Doctora Arnsbrach —dijo.

—Lamento molestarla, doctora —dijo snterlocutora—. Soy Marnie, de recepción. Teng

otra llamada desviada en línea. Parece urgente

Page 577: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 577/915

¿Qué hago?Kim suspiró. Las desviadas eran llamadas

doctores que se redirigían a la dirección de lcompañía. La culpa la tenían las primera

versiones del Med-Assist. Incluían uncaracterística que la compañía no podía mantenei el Med-Assist veía necesaria ayuda exterio

para una operación, hacía una llamada satélite

una centralita. Esa centralita conectaba entonces eMed-Assist con un médico de carne y hueso questuviera dentro de la red. El doctor permanecíentonces en línea con el soldado que tenía eaparato y le ayudaba a completar el arriesgad

procedimiento médico que estuviera intentandejecutar.

El problema era que los contratos parestablecer la red de médicos habían fallado

última hora. Así que no había médicos recibiendlamadas en directo. No había nadie.La compañía había eliminado la llamada po

atélite de las nuevas versiones del aparato, y unactualización del software había eliminado es

característica de los aparatos que la incorporaba

Page 578: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 578/915

originalmente. Sin embargo, de vez en cuandaparecía un antiguo Med-Assist que no estabactualizado. Y cuando intentaba contactar con led inexistente, no lo lograba y contactaba e

cambio con la sede de la compañía.—¿Dónde está el aparato? —preguntó Kim.—El niño dice que está en China.

Magnífico, pensó Kim. Eso significa qu

probablemente es un aparato proveniente demercado negro. La compañía no tenía ningúcontrato con los militares chinos. ¿Qué otra cospodía ser?

—¿Le digo que no ofrecemos ese servicio? E

un niño. Está claro que no es militar.—No —dijo Kim—. Aceptaré la llamada

Pásemelo.Técnicamente, no tenía ninguna responsabilida

en un caso así, pero se trataba de una persona qunecesitaba ayuda. ¿Y no era eso lo que echaba dmenos?

—¿Hola? —dijo una vocecita.—Hola. Soy la doctora Kim Arnsbrach. ¿Co

quién hablo?

Page 579: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 579/915

—Me llamo Bingwen.—¿Tienes un Med-Assist, Bingwen?

—Sí. Lo encontré. Necesito ayuda. Mi amigestá herido. Estamos siguiendo las instruccione

pero hubo un problema y el aparato la llamó.—¿Qué edad tiene tu amigo, Bingwen? —Si e

paciente era un niño, Kim avisaría a uno de lopediatras del personal y le pediría colaboración.

—No lo sé. ¿Importa?—¿Hay algún adulto con el que pueda hablar?—Soy el único que habla inglés.—¿Dónde estás?—En una granja. Al sur de Dawanzhen.

Eso no significaba nada para ella.—Muy bien, Bingwen. Tal vez pueda ayudarte

—Caminaba de regreso a su despacho—. Ahorvoy a hablar con el aparato un momento, ¿d

acuerdo? Voy a descargar información y veré cuáes el problema. Quédate ahí. Volveré contigo en uminuto.

—Vale. Pero dese prisa. Está malherido. Nadicree que vaya a sobrevivir.

El paso rápido de Kim se convirtió en un trote

Page 580: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 580/915

El caso era más serio de lo que pensaba. Llegó u despacho y colocó el pad de muñeca sobre e

holoescritorio. Toda la información del MedAssist apareció ante ella. Imágenes, vídeo, lo

pasos completados.Era una pequeña extirpación de intestino. Ki

maldijo. Esperaba una rodilla despellejada o uhueso roto tal vez. Una herida de niño. Aquello er

cirugía invasiva. ¿Qué edad tenía ese niño? Pasa mano por el holocampo e hizo una llamadaApareció la cabeza de un hombre.

—Itzak —dijo Kim—. Te necesito en mdespacho inmediatamente.

—Voy para allá.Era el mejor gastroenterólogo que tenían e

plantilla y un cirujano brillante. Llegó al despachmenos de un minuto después. Escrutó rápidament

a información que flotaba ante él.—Están a mitad de la operación —dijo—¿Quién es esta gente?

—No son soldados. El niño es el único quhabla inglés. Ninguno tiene formación médica. —

Había leído las respuestas que había dado el niñ

Page 581: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 581/915

a las preguntas del aparato—. ¿Podemos hacer unoperación sombra?

Él pareció inseguro.—Tal vez. No sé su nivel de capacidad.

—No tienen ningún nivel de capacidad. Pero yvan por la mitad. Tenemos que intentarlo. —Kimvolvió a la conexión—. Bingwen, ¿puedes oírme?

—Sí. Estoy aquí. Creí que la había perdido. —

Parecía asustado.—No, Bingwen. Estoy aquí. Tengo a otro doctoconmigo. Vamos a intentar algo. Se llamoperación sombra. El doctor Mendelsohn y yvamos a indicarte lo que hay que hacer. Tenemo

un holo de tu amigo aquí delante. Realizaremos eesto de la operación paso a paso y tenéis qumitar todo lo que hacemos. Estáis muy cerca. D

momento lo habéis hecho muy bien.

—La mujer que lo está haciendo quiere dejarloCree que no podrá terminar. Lleva horas.—Puede hacerlo, Bingwen —dijo Kim—

Tienes que convencerla de que continúe.—Lo estoy intentando pero no me hace caso.

Itzak habló en voz baja.

Page 582: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 582/915

—Necesito una visual.—Bingwen —dijo Kim—. Necesito qu

coloques el pad sobre la herida y lo sostengas allí—De acuerdo.

Itzak pasó las manos por el holocampo, y un holdel torso del hombre apareció sobre la mesa. Kinunca había llegado a esta forma: operar así, siequiparse primero, sin una serie de equipos

aparatos de control a tu alrededor.—Bien, Bingwen. Ahora podemos ver a tamigo. ¿Cómo se llama la mujer que te estayudando?

—Mingzhu.

—¿Está Mingzhu preparada para empezar?Lo oyó hablar en chino. Una mujer respondió

Kim captó la tensión en su voz.—Dice que no puede continuar. —El niñ

parecía muerto de pánico.—Hay que seguir —susurró Itzak—. Hay unpequeña hemorragia aquí.

—Bingwen —dijo Kim—. Escúchame. Tenemoque hacer esto ahora mismo. ¿Comprendes? Dile

Mingzhu que si no actúa ahora tu amigo va a morir

Page 583: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 583/915

Oyó a Bingwen hablar de nuevo en chino. Peresta vez dijo una palabra que Kim reconoció, nuna palabra china, sino un nombre. Se le heló ecorazón.

—Bingwen —dijo, la voz súbitamentemblorosa—. ¿Qué le has dicho? Repíteme la

palabras exactas que acabas de decir.—Le he dicho que si no ayudaba, Mazer iba

morir.Fue como si le hubieran quitado el suelo ddebajo de los pies. No podía ser. Era imposible, in embargo era posible.

—Bingwen —dijo muy despacio—. ¿Cómo s

lama tu amigo? Su nombre completo.—Mazer —respondió el niño—. Maze

Rackham.

Page 584: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 584/915

19

POM 

Wit esperaba ante la mesa del teniente chino eel Paso de Khunjerab, viendo cómo el oficiaestudiaba su pasaporte. El teniente era jovenecién salido de la escuela de instrucción d

oficiales probablemente, lo cual era malo para W

porque significaba que el chaval se esforzaría podemostrar a sus superiores que estaba capacitadpara encargarse del paso fronterizo. ¿Y qué mejomanera de demostrar sus capacidades que arresta

a cuarenta soldados de operaciones especiales que hacían pasar por civiles para colarse en China?—Es usted americano —dijo el teniente. No er

una pregunta, así que Wit no respondió.El inglés del chaval era bueno. Un poco d

acento, normal. Bien educado, obviamente, y s

Page 585: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 585/915

perfecto corte de pelo y su inmaculado uniformugerían una vida regida por la disciplina. Wupuso que era hijo de algún oficial de alt

graduación o quizá sobrino de algún gerifalte de

partido. Un chico con conexiones. Alguien habíecurrido a sus contactos y le había conseguido u

puesto de mando decente recién salido de lescuela militar. No es que el Paso de Khunjera

fuera Shangri-La. No lo era. Era un lugar yermo frío, aislado y soso. No había ningún medio dentretenimiento, nada para mantener a un soldadocupado después del servicio. Estaban la verjaos camiones que la atravesaban y las montaña

La única ruptura de la monotonía era ver algunque otra cabra montesa.

Pero era un puesto de mando. Podía ser basurapero las grandes carreras militares empezaban po

alguna parte.—¿Cuál es el motivo de su viaje a China? —preguntó el teniente.

—Queremos estudiar a los fórmicos —dijo Win faltar a la verdad.

El mundo entero ya usaba ese término: fórmico

Page 586: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 586/915

Aparecía en todas las noticias.—Su nombre no aparece en nuestras bases d

datos —dijo el teniente—. No hay ningúexpediente suyo en América. Ningún historia

inguna dirección. Es usted una anomalía.Wit no tenía ninguna dirección porque no solí

estar en Estados Unidos. Si estaba de permisocosa que no sucedía casi nunca, lo pasaba e

cualquier otra parte. O, en las raras ocasiones eque visitaba Estados Unidos, iba a la casa de supadres al norte de Nueva York. No tenípropiedades. ¿Para qué?

El resto de sus datos personales habían sid

borrados cuando se unió a la POM.Wit suspiró para sí. Había querido arreglar la

cosas por las buenas, pero aquel teniente no iba dejarlos pasar. Se le notaba en la cara: el chava

a se estaba viendo con una buena caza dcuarenta soldados altamente cualificados. Estabviendo una felicitación en su expediente. Tal vencluso un ascenso.

—Estoy seguro de que a Estados Unidos l

encantaría saber que están violando la privacida

Page 587: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 587/915

de sus ciudadanos —dijo Wit.El teniente dejó de mirar el pasaporte, los labio

fruncidos.—La información es pública, señor O’Toole

Todo el que tenga acceso a las redes puedconseguirla. Está usted pidiendo permiso parentrar en mi país. Tengo todo el derecho a saber lque quiera sobre usted. Sus leyes de privacidad s

aplican aquí. —Cerró el pasaporte, lo colocobre la mesa y enlazó los dedos—. ¿Por ququieren estudiar a los fórmicos?

—Porque queremos detenerlos. Esprobablemente implicará matarlos o devolverlo

al espacio. Pero entre usted y yo, preferirímatarlos. Es más fácil así. No habrá qupreocuparse de que vuelvan con sus amigos.

El teniente parpadeó, sorprendido por l

franqueza de Wit.—Mis compañeros y yo somos soldados. Comprobablemente ya ha deducido. Somos POMPolicía de Operaciones Móviles. Estamos aquvestidos de civiles y pasando por su verja com

cortesía hacia ustedes. No tenemos por qu

Page 588: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 588/915

hacerlo así. Hay cientos de maneras de entrar eChina. Preferiría hacerlo legalmente, como estontentándolo ahora. Pero si nos niega la entrada

entraremos de otra forma. Así de fácil.

El teniente sonrió, como si le pareciera divertida confianza de Wit.

—¿Cree que puede burlarnos a mis hombres y mí, señor O’Toole?

—Con los ojos cerrados. Y si nos niega lentrada aquí y nos obliga a entrar en el paílegalmente, dirá muy poco de usted, teniente

Puede estar seguro. Porque cuando estemos en epaís les diremos a sus superiores cómo no

colamos ante sus narices. Les diremos lo laxa ques su seguridad. Les diremos cómo una flota enterde vehículos extranjeros tocando los cláxones anzando fuegos artificiales podrían atravesar lo

agujeros de la frontera sin ser detectados. Lediremos que fue sencillo. Les diremos muchacosas. Seremos muy concienzudos y eficientes. Memo que quedará usted a la altura del betún.

El teniente pareció enfurecerse, pero Wit n

había terminado.

Page 589: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 589/915

—Y usted y yo sabemos que la culpa no sdetendrá ahí —continuó—. Quien le ayudó conseguir este puesto será culpable tambiénQuedará salpicado por poner a un incompetent

aquí al mando. Eso acabará con cualquieposibilidad de ascenso que tengan ambos. Si no eusted capaz de mantener un cruce fronterizo emitad de ninguna parte, dirán, le declararán inept

para cualquier mando.»Sin embargo, si nos deja cruzar, tendrá unhistoria que contar. Pasaron como civiles, dirá. Nlevaban armas. Sus pasaportes estaban en reglao tenía ningún motivo para negarles el acceso

De hecho, cumplí correctamente con mi deber adejarlos pasar. Y si el ejército chino nos pregunta mis hombres y a mí por qué fingimos ser civile  entramos de esta forma, les diremos que n

uvimos más remedio. Les diremos que lafronteras son tan férreas bajo el mando de cierteniente que no tuvimos más remedio qu

abandonar nuestras armas y atravesar la verjcomo corderitos. Les diremos cómo el nivel d

eguridad nos inquietó, cómo cruzar por la

Page 590: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 590/915

montañas quedó descartado porque los hombres da frontera están muy bien entrenados y son mu

diestros y vigilan celosamente todos los pasoSeguramente nos habrían capturado. Les diremo

muchas cosas, teniente. Y usted quedará bienPuede que incluso le den una brillante medalla.

El teniente guardó silencio un instante.—Podría arrestarlos ahora mismo —dijo por fi

—. Eso también me procuraría una medalla.—¿Ve? Ahora está siendo estúpido —respondiWit—. No tiene ningún derecho a arrestarnos. Nhemos cometido ningún delito. Ni siquiera estamoodavía en suelo chino. Esta oficina es territori

neutral.—Podría arrestarlos en cuanto los dejara pasaada más cruzar la frontera.Wit sacudió la cabeza, como si sintiera lástim

por el chico.—Su nivel de estupidez va aumentando. PienseSi nos arresta nada más cruzar, entonces quedarclaro que nos dejó hacerlo solo para espropósito. Una vez más, no habremos cometid

ningún delito. Mis hombres y yo representamos

Page 591: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 591/915

reinta países. ¿De verdad quiere que laembajadas de treinta países llamen a suuperiores y pregunten por qué China ha arrestad

a ciudadanos que cruzaron legalmente su frontera?

—Son ustedes soldados. Su misma presencia eChina es ilegal.

—No entiende usted el argumento —repuso W—. Todo lo que está sugiriendo convierte s

cabeza en una diana. Cuando esto se transforme eun incidente internacional, ¿a quién cree que van culpar para pacificar a todas las partemplicadas? ¿A nosotros? ¿A la gente qu

valientemente cruzó la frontera para ayudar a lo

ciudadanos chinos y salvar vidas? No. Será usted. Usted recibirá el golpe. Le despojarán de sango, honor y cualquier relación con el ejército

Tendrá que trabajar de obrero. Tal vez cargand

cajas en alguna parte. O descabezando pescadoen algún mercado pestilente. No conocerá ni scasará con esa hija de un cargo del partido. Nascenderá a ningún puesto importante. Sconsumirá en un apartamento de una sol

habitación con la espalda jodida y sin pensión

Page 592: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 592/915

Esos son los hechos, teniente. Puede dejarnopasar o puede rechazarnos. La decisión es suya.

Cinco minutos más tarde Wit y sus hombreentraban en China. Siguieron el arcén en fil

mientras los camiones de carga pasabandirigiéndose hacia el aeródromo. Wit estiró epulgar, y no pasó mucho tiempo antes que ucamión se detuviera para llevarlos.

Durmieron en el avión, apretados entre cajas embalajes. El piloto había aceptado su oferta dbuen grado y prometido llevarlos hasta Hotan. Unvez allí, cogieron un vuelo hasta Jiuquan y despué

hasta Zhengzhou. Comían cuando tenían hambre dormían cuando estaban cansados.

Durante todo el viaje Wit fue siguiendo eprogreso de la guerra. Los chinos anunciabagrandes éxitos y victorias pero no proporcionabaninguna prueba, lo que sugería que todo erapamplinas, o al menos exageraciones típicas dpropaganda bélica. El ejército ruso se habíofrecido para entrar en China y ayudar, pero lo

habían rechazado. Posiblemente porque Chin

Page 593: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 593/915

emía que los rusos no se marcharan cuando lguerra terminara. Expulsar a un ejército invasoolo para tener que lidiar luego con otro no er

buen negocio.

Las redes estaban inundadas de vídeos. Lofórmicos eran implacables. Sus deslizadores eraápidos y letales. Sus tropas, tranquilas

metódicas. Quemaban el paisaje allá donde fueran

ociando con sus defoliantes como si fueragranjeros. Los chinos intentaban retirar los vídeo  pintar un panorama diferente, pero no se podí

detener el flujo de información.Wit buscó más vídeos de Mazer Rackham per

no encontró ninguno, cosa que le preocupó. Habíapasado días. No había ninguna noticia oficial d

ueva Zelanda ni de los chinos, lo que significabque Mazer o bien había sido retirad

discretamente del frente o había desaparecido ecombate.Al tercer día de estar en el país aterrizaron e

Changsha. Era el último vuelo que podrían tomaLos vuelos comerciales estaban ahora confinado

en tierra, y ningún piloto volaría más al sur aunqu

Page 594: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 594/915

Wit le ofreciera una fortuna.Hizo varias llamadas desde el aeropuerto

ecesitaba vehículos todoterreno, y el mercadnegro de Changsha parecía un lugar tan buen

como cualquier otro para encontrarlos. Sucontactos en la provincia de Hunan lo condujeroa gente poco fiable, la cual a su vez lo condujo gente aún peor, la cual le sugirió que fuera a u

depósito de camiones usados en la zona industriaituada al sur de la ciudad llamada CallejóWinjia. Wit se hizo acompañar por Calinga y Lob dejó al resto de los hombres en el aeropuerto.El anciano que los recibió en el depósito tendrí

al menos ochenta años, la espalda levementencorvada, una ancha gorra y un par dabrazaderas en las piernas para ayudarle a andaSe presentó como Shoshang.

—Soy el capitán Wit O’Toole de la Policía dOperaciones Móviles. Estos son mis compañeroCalinga y Lobo.

Shoshang sonrió.—Soldados, ¿eh? Vienen a combatir a lo

fórmicos.

Page 595: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 595/915

—Venimos a ayudar en lo que podamos.—¿Creen que China necesita ayuda? ¿Creen qu

China no es lo bastante fuerte?—Por lo que he visto, ningún país es lo bastant

fuerte. Ni Estados Unidos, ni ninguna nación dEuropa, ni Rusia, nadie. Todos debemos ayudar.

—Ayudar es lo que hago mejor —dijo Shoshan—. ¿Qué necesitan?

—Transportes blindados. TodoterrenosSuficientes para llevar a cuarenta hombres uministros. Y tienen que ser estancos.

—¿Máquinas de guerra? —Shoshang frunció eceño y se encogió de hombros—. Lament

decepcionarlo, capitán, pero no tengo licencipara vender ese tipo de vehículo. Lo que ve en molar es lo que tengo. —Señaló los vehículos qu

había detrás—. Grandes camiones y tractores par

contratistas comerciales. ¿Le gustaría quizá probauno de esos?Wit no iba a tragarse el papel de civil inocent

ni el de débil anciano. Había eliminado uficientes capos de la droga y traficantes d

armas para saber que los que no daban el tip

Page 596: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 596/915

olían ser los más desagradables.—Quizás esto le recuerde algún inventario qu

pueda habérsele pasado por alto —dijo Wihaciendo entrechocar su pad de muñeca con el de

anciano.Shoshang leyó la cantidad y sonrió.—Pues, verá usted, ahora que lo pienso, cre

que podría tener lo que busca.

Los escoltó hasta una alta pared de metaoxidado que rodeaba un patio al fondo del solarLa pared estaba rematada con alambre de púas parecía capaz de soportar el ataque de un pequeñejército. Shoshang agitó la mano por la holocaj

ante la puerta y al otro lado una manivela giró, uncadena se tensó y la pesada puerta de metal sabrió.

—Mucha seguridad para un montón de chatarr

—comentó Wit.Shoshang sonrió.Recorrieron el patio, abriéndose paso por u

aberinto de chatarra, coches aplastados y equipndustrial muerto desde hacía tiempo. Cuand

legaron a un almacén en el centro del laberinto

Page 597: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 597/915

Shoshang se detuvo y se volvió a mirarlos. Wit via varios hombres armados en lo alto del tejado y varios más entre las montañas de basurcircundantes. No se sintió impresionado. No era

profesionales. Todos se comportaban de manerequivocada, ocupando los lugares equivocados empuñando sus armas como aficionados. Wempezó a pensar que aquello era una pérdida d

iempo.Entonces Shoshang ordenó a uno de sus matoneque abriera el almacén, y Wit vio que, después dodo, no había sido una pérdida absoluta. Dentr

había cinco Rinos blindados, grandes vehículo

odoterreno de seis ruedas fabricados para eejército chino. Eran mucho más rápidos maniobrables que los tanques ligeros y desduego perfectos para acciones rápidas. Shoshan

os había pintado de verde oscuro para ocultar lansignias militares, y habían soldado placablindadas adicionales y otras modificaciones parhacerlos parecer vehículos originales en vez dpropiedad gubernamental robada, que er

obviamente su origen.

Page 598: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 598/915

—Si atravieso con esto un puesto de contromilitar —dijo Wit—, lo más seguro es que mdetengan. Al ejército no le hacen gracia loadrones.

Shoshang pareció ofendido.—No son robados, capitán O’Toole. So

material sobrante comprado legalmente en emercado. Tengo todos los papeles en regla.

—Papeles falsificados —precisó Wit—. Nhubo Rinos sobrantes. El fabricante fue adquiridpor Juke Limited antes de que la producción de lflota original quedara terminada. Luego Jukenegoció con los chinos y cambió el diseño.

Shoshang sonrió.—Veo que es todo un experto en comerci

militar, capitán.—Soy experto en muchas cosas.

Shoshang se rascó la mejilla y suspiró.—Muy bien. Estoy dispuesto a bajar el precipor el asunto de la legalidad —dijo la últimpalabra con tono despectivo.

—¿Y el combustible?

—Me siento generoso hoy —dijo Shoshang—

Page 599: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 599/915

Le daré los cinco vehículos y suficientes baterías células de combustible para un año de usconstante.

—¿Por cuánto?

Shoshang se lo dijo. Era diez veces lo que valíaos vehículos, incluso en el mercado negro.—Hecho —contestó Wit.

Shoshang pareció sorprenderse. Esperaba un

negociación dura, una discusión enconada. PerWit no tenía tiempo ni ganas. Como fuera, loauditores de Strategos probablemente localizaríaa Shoshang y recuperarían el dinero. No era algque le preocupara.

—También necesitamos suministros —añadió—Me han dicho que usted es un hombre capaz dconseguir cualquier cosa.

—Soy un hombre de muchos talentos, sí. ¿Qu

más necesita?—Trajes aislantes, para empezar. Con VCAcapacidades para localizar objetivos y oxígeno dobra.—Entiendo que ha visto la bruma que rocían lo

fórmicos.

Page 600: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 600/915

—Preferiríamos no respirarla —dijo Wit—También necesitamos armas. Armas pequeñasAntiaéreas. Lanzagranadas portátiles.

—¿Qué tipo de granadas?

—Las que pueda conseguir. HEAB, cargadas dflechitas de metal, termobáricas. De bajvelocidad, veinte por cuarenta milímetros.

Las HEAB, granadas de gran capacida

explosiva en el aire, serían perfectas. Era máfácil programar las municiones, y las detonacioneaéreas normalmente causaban más muertos. PerWit no tenía demasiadas esperanzas.

—Tendré que hacer algunas llamadas —dij

Shoshang—. Tardará unas horas. No me pideodos los días que equipe a un miniejército. Per

no se preocupe, capitán, conseguiré lo qunecesita. —Se quitó el sombrero, se secó la frent

con un pañuelo y sonrió—. Sin embargo, no pueddejar de preguntarme por qué no le surte su propiagencia. No es que sea asunto mío, claro.

—En eso acierta —dijo Wit—. No es asuntuyo.

Page 601: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 601/915

Page 602: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 602/915

blindadas. Los misiles no pueden tocarlas. Lafuerzas aéreas las están bombardeando con todo lque tienen y no les hacen ni mella.

—Entonces tendremos que encontrar un modo d

meternos dentro de una.—¿Cómo?—Ni idea. Si podemos alcanzar una, podremo

nvestigar. —Recuperó un mapa del sudeste d

China en su holopad—. Encontraremos la segundonda primero. La que está en el centro. La denorte cerca de Guilin es la que ha provocado mábajas, pero es también donde están concentradoos soldados. Prefiero evitar contacto directo co

el ejército ahora mismo. Consigamos algo anteDemostrémosles a los chinos lo que valemoEntonces nos pedirán que nos quedemos.

—¿Por qué no vamos por la sonda del sur, dond

os deslizadores están arrojando bacterias al marEso es un daño ecológico grave. Cuanto antes ldetengamos, mejor.

—Esa sonda está más aislada —repuso Wit—Está en un lugar más elevado y más difícil d

alcanzar. Mejor que lo dejemos para las fuerza

Page 603: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 603/915

aéreas. Además, allí las bajas se miden pocientos, mientras que en los otros dos sitios smiden por miles y decenas de miles. La segundonda tiene también la mejor posición estratégica

Podremos llegar fácilmente a cualquiera de laotras dos si surge la necesidad.

Recorrieron cien kilómetros sin novedad. Eráfico en los carriles en dirección norte se volvi

cada vez más congestionado. Pronto los coches camiones pasaron a los carriles contrarios condujeron en dirección prohibida para evitar loatascos. Calinga no dejaba de tocar el claxon hacer cambio de luces para impedir una colisió

frontal. La mayoría de los coches se apartaba, perpronto el tráfico adquirió un ritmo veloz frenético.

—Sal de aquí —ordenó Wit.

Calinga los sacó de la carretera, y para cuandos otros Rinos del convoy los siguieron, el tráficde frente era una locura. Dos camiones chocaronbloqueando la carretera. El coche que venía detráos embistió, tratando de adelantarlos, y qued

atrapado. Se formó un choque en cadena. Cuatr

Page 604: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 604/915

coches. Cinco. Siete. Los cláxones tronaban. Lgente gritaba. El atasco se extendió a los arcenedonde más coches quedaron atrapados en el barr  bloquearon aún más el paso. Los conductore

abandonaron sus vehículos y continuaron huyenda pie hacia el norte.

Wit vio entonces por qué: una fila de seifórmicos con fumigadores avanzaba por l

mediana de la carretera, rociando la vegetación odo lo que se movía. La bruma se extendía cofuerza, densa y firme, cubriendo el terreno a laltura de la cintura como una gruesa niebla sobra superficie.

Wit habló por su radio, dirigiéndose al convoy.—Poneos los cascos. Estamos en zona caliente

Permaneced a la espera hasta que verifique questos trajes funcionan.

Se puso el casco, que se selló al traje aislanteLa válvula de oxígeno empezó a bombear y el airfrío llenó el interior. Wit saltó de la cabina aasfalto. La multitud de gente pasaba corriendohuyendo presa del pánico carretera arriba

Algunos se tambaleaban, tosían, tenían problema

Page 605: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 605/915

para respirar, morían por la bruma. Una mujer sdesplomó en sus brazos, los ojos en blanco. Wit sintió impotente. La colocó con cuidado en euelo, lejos de la muchedumbre, para que no l

pisotearan. Luego se dio media vuelta y se abripaso entre la gente hacia los fórmicos. Tenía lapiezas de su fusil en la cadera. Las ensambló iguió avanzando, luego extendió el cañón

colocó el cargador.—Calinga, ponte a la radio. Mira a ver si puedeencontrar algún equipo de urgencias en la zona

ecesitamos médicos inmediatamente.—Voy.

Wit se abrió paso entre la multitud, que ahorestaba sumida en el caos, la gente empujándosederribándose y gritando, dominados por el pánicoAlgunos de los caídos lograban volver a poners

en pie. Otros eran pisoteados, pateados e inclusaplastados. Wit ayudó a una mujer a levantarsepero casi fue derribado en el proceso.

Continuó. El sistema de localización dobjetivos de su VCA le dijo que los fórmico

estaban a ochenta y dos metros de distancia

Page 606: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 606/915

acercándose, avanzando hacia él hombro cohombro, rociando tranquilamente aquella brumacomo si trataran el terreno contra las malahierbas. Era la primera vez que Wit veía a uno e

persona, y fue como si agua helada le corriera poa espalda.

Alzó el arma, pero los civiles seguíanterponiéndose en su línea de fuego. Era inúti

Corrió hacia la izquierda y se subió a la capota dun camión accidentado. Ahora, con un poco delevación, pudo apuntar bien. Alineó la mira defusil con su ojo y todo tipo de pensamientocorrieron por su cabeza. No le gustaba usar u

arma que no había disparado nunca antes. Tal veShoshang había adquirido esos fusiles porquestaban estropeados y el ejército chino los habíechazado. Tal vez la mira estaba desviada u

palmo del objetivo. Tal vez el cañón estabigeramente descentrado. Tal vez el arma lestallaría en las manos.

Apuntó a la cabeza del fórmico que estaba más a derecha y apretó el gatillo.

El fusil disparó e hizo su retroceso. La nuca de

Page 607: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 607/915

fórmico explotó en una nube gris. Sus piernas scombaron, y se perdió de la mirilla de Wit.

Prueba de campo superada. Fusil aprobadoHora de ponerse a trabajar. Wit disparó a otra

cinco cabezas, rápidamente, una tras otra y dderecha a izquierda, bang-bang-bang-bang-bang.

Los cinco fórmicos cayeron como fichas ddominó, soltando los tubos de fumigación, lo

cuerpos desplomándose. Wit observó las puntas dos tubos. Un momento después dejaron de rociar.La densa bruma ya lo rodeaba. Wit parpadeó un

orden para comprobar si había escapes en su trajeLos sensores pitaron indicando que todo estab

correcto: al parecer, el traje era herméticoShoshang no los había timado. Sus artículos eraegítimos. Milagro de milagros.

Wit saltó del camión y atravesó corriendo l

bruma hasta donde yacían los fórmicos. Se detuvunto a ellos, el arma preparada, listo paracribillarlos de nuevo si se agitaban siquiera

inguno lo hizo.La voz de Calinga sonó en su casco.

—No va a venir ningún personal de urgencia

Page 608: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 608/915

Estamos demasiado lejos de las zonas urbanaDicen que de todas formas no tienen tratamientpara la bruma, y andan escasos de personaTienen más llamadas de las que pueden atender.

—Trasladad a la gente a varios cientos dmetros a barlovento —ordenó Wit—. Alejadlos da bruma hasta que el aire se despeje.

Wit se puso en cuclillas y examinó a lo

fórmicos mientras Calinga pasaba la orden movilizaba a los hombres. Las criaturas nlevaban ningún tipo de ropa. Tampocransportaban más equipo que los rociadores d

bruma. Ningún transmisor de radio, ningú

eceptor, ningún equipo de comunicación. Wit ldio a uno la vuelta con la bota para asegurarse dque no pasaba nada por alto. Le repugnaba tocaaquellas criaturas, incluso con la bota: l

disgustaba sentir su volumen y viscosidad, pero npodía permitirse tener esos pruritos.Advirtió ligeras diferencias en sus rostro

nsectoides. Cosas sutiles. Una boca más anchaquí, ojos más grandes allá. Pelaje más oscuro e

uno que en otro. A primera vista todos parecía

Page 609: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 609/915

exactamente iguales, pero Wit pudo ver que eraan diferentes entre sí como los humanos.

No sabía si eran machos o hembras. No teníaórganos sexuales visibles. Tal vez eran asexuados

como los parásitos.Wit tomó varias fotos con su VCA, primero de

grupo entero, luego de una herida individual en lcabeza. Luego parpadeó una orden para qu

anotara al dictado. Habló durante cinco minutos amicrófono de su casco, describiendo el arma quhabía empleado y dónde había alcanzado a caduno de los fórmicos. Todos los disparos habíadado en la cabeza, sí, pero especificó dónde habí

entrado cada bala. Usó la terminología para lcabeza humana como contexto, como un médicdescribiendo en la sala de urgencias a una víctimde disparos. Luego explicó sus conclusiones. S

podía matar a los fórmicos. Sus sondas estabablindadas, pero su infantería no. Los tiros a lcabeza eran eficaces. Lo intentaría de otras formaen el futuro.

Wit subió entonces todo el texto, las fotos y la

geolocalizaciones a la red. Creó su propio siti

Page 610: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 610/915

web usando un diseño minimalista y la URStopTheFormics.net   y lo firmó «Policía dOperaciones Móviles». Le ordenó luego al sitique tradujera esa entrada y todas las entrada

futuras al chino, y que colocara el texto chinprimero, seguido del texto en inglés. Luego usoftware de enlace para enviar la mismnformación a cientos de plataformas sociales

medios de comunicación por todo el mundoncluyendo todos los foros y sitios que solutilizaban los soldados chinos.

Los militares probablemente ya sabían que lodisparos a la cabeza eran eficaces, pero Wit no ib

a dar nada por sentado. Si tenía información, lcompartiría, sin importar lo obvio que pareciera.

Regresó al Rino. Calinga y los demás hombrehabían dirigido a la multitud a barlovento. E

pánico había remitido. Ahora la gente llorabaHabía cincuenta y cuatro muertos, la mayorídebido a la bruma, aunque había algunoaplastados por la muchedumbre.

—¿Qué hacemos ahora? —preguntó Calinga—

Esta gente pide que los lleven al norte, a la ciuda

Page 611: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 611/915

más cercana. Algunos de sus coches no funcionanObviamente, nosotros no podemos llevarlos. En emomento en que empecemos a llevar a alguien anorte, todos los demás coches que no

encontremos nos pararán y nos pedirán quhagamos lo mismo por ellos. Tampoco podríamoransportar a toda esta gente, no a menos que lo

apretujásemos en lo alto de los Rinos e hiciéramo

cinco viajes.—Dile a la gente todo lo que me has dicho —ordenó Wit—. Explícales que nosotros vamos aur, no al norte. Vamos al encuentro de lo

fórmicos, no estamos huyendo de ellos. Diles qu

e moverán más rápido si se ayudan unos a otroUsaremos los Rinos para apartar los vehículoiniestrados y despejar la carretera. Los quengan vehículos que funcionen deben hacer sitio

os que no.—¿Y los cadáveres? —preguntó Calinga.—Cavaremos una fosa común. Lo

upervivientes pueden ayudar, pero deberíamoguiarlos. Lo grabaremos todo, lo montaremos y l

ubiremos al sitio web.

Page 612: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 612/915

—¿Ahora tenemos un sitio web?—Te lo explicaré mientras cavamos.Se pusieron manos a la obra. Pronto el aire s

despejó lo suficiente para que los miembros de l

POM se quitaran los cascos, lo que facilitó cavar espirar. Muchos civiles se unieron a ellos

Algunos tenían palas y herramientas en sucamiones. Wit desplegó a la POM en un ampli

círculo formando un perímetro. Justo cuanderminaron la fosa, llegó la advertencia por radio.—¡Ahí vienen!Wit salió del agujero con el casco puesto cuand

os deslizadores llegaron volando por encima d

os árboles. Eran tres: pequeños aparatounipersonales que se movían velozmente. El lídedisparó una andanada de fuego láser. Unexplosión a la izquierda de Wit lo derribó a

uelo. Pegotes de tierra y roca triturada llovieron u alrededor. Los oídos le zumbaron.Los tres deslizadores empezaron a disparar. Un

explosión alcanzó al grupo de civiles, lanzandcuerpos por los aires. Los demás se dispersaron

chillando despavoridos.

Page 613: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 613/915

Wit estaba en pie con la granada lista doegundos más tarde. El deslizador líder dio l

vuelta para una segunda pasada y Wit disparó eHEAB, apuntando al morro del aparato.

No fue un impacto directo, pero estuvo cerca. EHEAB escupió una andanada de metralla qualcanzó a dos deslizadores que volaban eformación cerrada. Los aparatos se sacudiero

violentamente a un lado, perdieron el control y sestrellaron. No hubo supervivientes. Ermposible.

Wit se volvió y escrutó el cielo buscando eercer deslizador. Vio que un transporte de tropa

había aterrizado tras él, cerca de donde yacían loeis fórmicos muertos. Las puertas del transporte abrieron y las criaturas descendieron. Varialevaban fumigadores y empezaron a rocia

nmediatamente, lanzando potentes chorros dbruma al aire. Un escuadrón de la POM corrihacia ellos, disparando sus armas. Otros fórmicoalieron del transporte y empezaron a recuperar os que Wit había matado, llevando sus cadávere

 el equipo de vuelta al vehículo.

Page 614: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 614/915

Wit volvió a mirar el cielo y vio que el tercedeslizador se retiraba hacia el horizonte, fuera dalcance. Corrió entonces hacia el transporte. Lofórmicos recién llegados caían. Eran presa fáci

estaban al descubierto y no hacían nada poocultarse. Por un momento pareció que lescaramuza iba a terminar fácilmente. Entonces eransporte se elevó, giró y disparó sus cañone

contra los hombres de Wit, que usaban los coche camiones como cobertura.Los láseres del transporte atravesaron los coche

 el asfalto, dejando profundos surcos en la tierraGlóbulos de sustancia laserizada brotaron luego d

os cañones montados en los costados. Loglóbulos se abrían paso a través de todo lo qualcanzaban, dejando grandes agujeros en las cajade los motores, las personas, la barrera d

protección de la carretera. Los parabrisaestallaron, componentes y metralla volaron eodas direcciones.

Los miembros de la POM cayeron.Las puertas del transporte seguían abiertas. W

disparó una granada justo cuando dos de su

Page 615: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 615/915

hombres hacían lo mismo. Una granada entró pouna puerta lateral y salió por la otra, pero las otrados rebotaron y se quedaron dentro. Ladetonaciones lanzaron fuego y humo por la

puertas, junto con una explosión ensordecedora. Eransporte se escoró, se tambaleó un momento uego cayó del cielo. Chocó contra el suelo

permaneció erguido, escupiendo fórmicos muertos

Los hombres se acercaron inmediatamenteacribillando la carlinga para asegurarse derminar el trabajo. Wit corrió hacia el luga

donde había visto caer a algunos de sus hombreLa bruma se enroscaba como humo

oscureciéndole la visión. Los restos de los cuatrhombres yacían en el asfalto destrozado, todoellos en pedazos. Wit tuvo que recurrir a loescáneres corporales para identificarlos. Toejack

Mangul, Chi-Won y Averbach. Wit los habíaescogido personalmente. Había estudiado suhistoriales, los había puesto a prueba, entrenado convertido en los soldados que eran. A dos dellos los conocía desde hacía años.

Desconectó aquella parte de su ser que le habrí

Page 616: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 616/915

Page 617: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 617/915

Calinga y su equipo reunieron a los civileupervivientes y asignaron a quienes no tenía

vehículo con los que sí que los tenían. Cuanderminaron, los agentes de la POM dirigieron e

ráfico y los pusieron en camino hacia el norte.Wit y su equipo no se detuvieron a llorar la

bajas. No había tiempo. Sacaron a los Rinos de lcarretera y los ocultaron entre los árboles má

cercanos. Luego volvieron caminando hasta eransporte caído y esperaron.Sus trajes aislantes eran amarillo brillant

eguramente confeccionados para investigación dcampo, no para el combate. Pero se ajustaban si

er incómodos y ofrecían buena capacidad dmovimiento: eran perfectos para el trabajo que loocupaba, excepto como camuflaje, pero eso tenífácil remedio. Sin embargo, incluso sin traje

camaleónicos, los de la POM pudieron ocultarseEn unos momentos todos fueron invisibles, incluspara Wit. Árboles, matorrales, vehículoabandonados. Se fundieron con el paisaje.

Pasaron diez minutos. Luego veinte. Lo

ransportes permanecían en silencio, así que W

Page 618: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 618/915

vigiló el cielo. Pronto los divisó: dos transportee acercaban velozmente volando bajo. A

principio Wit pensó que no iban a parar: nmostraron ningún signo de frenar. Entonce

descendieron rápidamente a cada lado devehículo abatido.

Se abrieron las puertas y los fórmicos salieron ecoger a sus caídos.

Entonces Wit dio la orden y el infierno sdesató. Sus instrucciones habían sido claras: ndejar que los transportes despegaran, pues spotencia de fuego estaba en el aire. Eliminaprimero al piloto. Inutilizar la nave. Lueg

eliminar a los demás.Los hombres actuaron con rapidez y eficacia

Los transportes permanecieron en tierra. Lofórmicos cayeron. Todo terminó en menos de die

egundos.Cuando el humo se despejó, Wit se encaramó aransporte. Había fórmicos muertos por toda

partes; su sangre en el suelo de la nave era denscomo el sirope. Wit lo grabó todo en vídeo. Lo

controles de vuelo, las palancas e interruptore

Page 619: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 619/915

o tenía ni idea de para qué servían, nexperimentó con ellos. Hizo lo mismo fueraGrabó cada centímetro de la máquina.

Habría preferido entregar la nave para que fuer

examinada por expertos, pero eso era imposibleUna vez documentado todo lo que pudieronanzaron dos granadas incendiarias y quemaron lo

vehículos.

Entonces se dirigieron hacia el sur por carreteraecundarias y evitando a la gente en la medida do posible. Sobre la marcha, Wit actualizó el siti

web. Explicó la nueva estrategia de «matar, poneel anzuelo y emboscar»: eliminar a unos cuanto

fórmicos de infantería, luego permanecer a lespera de que el transporte los recogiera, entonces atacar al equipo de recuperación dcadáveres. Recalcó la importancia de eliminar a

piloto y evitar el fuego del transporte. Subió a lweb los vídeos, las fotos y las indicaciones deataque: era mejor atacar al vehículo desde atrás igeramente a izquierda o derecha, lo que permití

una rápida y clara visión de la carlinga donde ib

el piloto. Atacar desde el frente era suicida.

Page 620: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 620/915

Wit comprobó entonces el foro del sitio web. Yhabía cinco solicitudes de entrevistas. Todos lomedios querían lo mismo: los rostros que estabadetrás de la POM, las historias de interés humano

os detalles jugosos que concitaran el interés das audiencias.

La respuesta que Wit escribió fue la misma parodos: «Quiénes somos es irrelevante. Ayúdenno

ransmitiendo lo que hemos descubierto. Muestreos vídeos. Compartan las tácticas. Inviten a lootros que están en la lucha a compartir también suácticas. Concéntrense en salvar vidas en vez d

ofrecer entretenimiento superficial».

Algunos seguirían su consejo. La mayoría no¿Qué ganaban reproduciendo los mismos vídeoque los demás? Querían contenidos exclusivoQuerían información reveladora sobre la POM

biografías de sus miembros, fotos de sus serequeridos allá en casa.Pronto aparecieron otros comentarios. Mensaje

anónimos de soldados chinos. Algunos expresabau gratitud. Otros compartían la información qu

habían recabado.

Page 621: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 621/915

Los fórmicos no parecen utilizar lradio. No podemos detectar nada. No

 parecen reconocer tampoco nuestraradios. O si lo hacen, no les importa.

El sentido de la audición de lofórmicos es extraño. No es agudo comoel nuestro. Parece basarse más en la perturbaciones del aire, que puedendetectar. Como murciélagos.

La bruma es letal al contacto. No hayque respirarla. Hemos perdido hombres que llevaban máscaras de ga pero que tenían las muñecas o el cuello

expuestos.

Page 622: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 622/915

Wit subió todos estos datos al sitio principapara darles más difusión.

Entonces leyó la última entrada del foro. Era u

pam que ofrecía un seguro de vida. Habípalabras mal escritas y estaba mal puntuado. Nera muy distinto a los millones de mensajes dpam que saturaban la red. Excepto que... er

diferente. De un modo muy sutil. Wit tardó unominutos en descifrar el código. Luego lo introdujen su buscador y esperó. La pantalla quedó eblanco. Entonces apareció una orden: Lea epoema en voz alta. En la pantalla se materializó u

oneto de Shakespeare.Reconocimiento de voz, supuso Wit.

Empezó a leer el texto en voz alta. No habíerminado la primera estrofa cuando el poem

desapareció y comenzó un vídeo. El coroneTurley, de la Fuerza Delta norteamericana y actuamiembro de Strategos, se encaró a la cámara. Erun mensaje grabado.

«Ya que ha cortado todas las comunicacione

con nosotros, capitán, no tenemos otra opción qu

Page 623: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 623/915

contactar con usted por medios menos seguroDebería saber que en Strategos la mayoría clampor someterlo a corte marcial. Algunos piden scabeza. Ha utilizado usted ilegítimamente fondo

de la POM. Y nos pone en un compromiso. Sadmitimos ante los chinos que autorizamos sentrada en el país, recibiremos una serieprimenda del Consejo de Seguridad por ordena

un acto militar no autorizado. Si negamos habeautorizado su entrada, entonces pareceremopeligrosamente ineptos e incapaces de controlar nuestros propios hombres. Le ordenamos que sentregue y permita a los chinos su extradición. S

corazón está en el lugar adecuado, capitán, pero sconducta no concuerda con la política y loprocedimientos de la Policía de OperacioneMóviles. Por favor, actúe como tal».

El vídeo se apagó. Turley había leído la brevdeclaración, ya que sus ojos se movían de derecha izquierda. Tampoco sentía lo que leía. Unmayoría de Strategos podía pedir la corte marciapara Wit, pero seguramente Turley no era uno d

ellos. Era un halcón de pies a cabeza.

Page 624: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 624/915

Lo que más sorprendía a Wit era que Strategono hubiera encontrado una solución. Abrió ecorreo electrónico y le envió un mensajcodificado directamente a Turley.

Mi coronel, con el debido respeto, no puedo en buena conciencia abandonaesta operación. Hoy hemos ayudado cientos de civiles y desarrollado unmaniobra táctica que inflige sensible bajas al enemigo. Puede ver la pruebde nuestros esfuerzos en nuestro sitio

web. Dejarlo ahora sería abandonar las decenas de miles de civiles qu pretendemos ayudar y proteger. Potanto, debo rechazar su orden directa ysufrir las consecuencias personales.

Mientras tanto, ¿puedo hacer un

sugerencia que podría resolver su

Page 625: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 625/915

dilema? Miéntanle al mundo. Miéntanlal Consejo de Seguridad. Díganles quChina solicitó nuestra colaboraciónDíganles que pidieron nuestra ayuda

Alaben a los chinos por emprender unacción tan decidida en defensa de suciudadanía. Hónrenlos. Cólmenlos dcumplidos. Usen nuestros vídeos como

 prueba. Denle todo el crédito al altomando chino. Entonces se veránobligados a refrendar sus palabras Negarlas sería volverle la espalda a su propio pueblo y condenar lo que h

sucedido hoy.

 No firmó el mensaje. No quería usar su nombren ninguna comunicación.

Esa noche encontraron un hotel abandonado anorte de Chenzhou. Habían saqueado el vestíbuloWit cogió las llaves de la recepción y las reparti

entre sus hombres.

Page 626: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 626/915

Era un hotel bonito. Había agua caliente y camablandas. El aire funcionaba. Calinga y unocuantos hombres salieron y regresaron coaerosoles de pintura. Verde, marrón, negra y gris

Wit no preguntó de dónde los habían sacadoTodos se reunieron en el patio y camuflaron surajes aislantes. Luego regresaron a su

habitaciones y colgaron los trajes para que s

ecaran.Wit comprobó las noticias. Strategos habídifundido una nota de prensa alabando a los chinopor solicitar ayuda a las tropas de la POM. La notemitía a las imágenes de la emboscada a

ransporte y el rescate de civiles chinos. No era eemail de Wit exactamente, pero casi. Los chinono habían perdido el tiempo en respondeAlababan las acciones de la POM y prometían qu

el gobierno continuaría aplicando todas lamedidas para proteger a su pueblo. No erexactamente una respuesta de visto bueno totapero tampoco de crítica o rechazo.

Wit apagó su holopad y se tumbó en la cama

Miró el techo. Ese día había perdido a cuatr

Page 627: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 627/915

hombres, una décima parte de su ejército en eprimer día de guerra. No podía continuar con estapérdidas. A este ritmo, toda su unidad quedaríexterminada en poco más de una semana. No

probablemente antes. Los combates se volveríamás intensos y encarnizados cuanto más sacercaran a la sonda. Además, los fórmicoesponderían a las tácticas que Wit y sus hombre

aplicaran. El enemigo se adaptaría, revaluaríacambiaría su modus operandi. Atacarían a Wit dformas imprevistas.

Desechó todo pensamiento de los fórmicos.Resopló.

Dejó que sus músculos se relajaran.Luego se permitió pensar en los hombres qu

había perdido. Abrió esa parte de él. La rescató dus recuerdos. Pensó en todos los momento

idículos que habían compartido. Las meteduras dpata y los errores estúpidos. Las bromas y lopatinazos. Los retos planteados y los retocumplidos. Todos los momentos que solo ellos él encontrarían divertidos.

Había pensado que tal vez aquellos recuerdos l

Page 628: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 628/915

harían reír de nuevo, que podría celebrar un duelisueño.Pero no hubo ninguna risa.

Y cuando finalmente se quedó dormido y lo

fórmicos acudieron a sus sueños, las únicas risaque oyó fueron las de aquellas criaturaabominables.

Page 629: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 629/915

20

POSOPERATORIO

Los párpados de Mazer se abrieron apenas anta luz. Los colores aparecieron en su campo dvisión, oscuros al principio, borrosos y mezcladocomo si fueran sopa: marrones y negros con motade blanco. Luego tomaron forma poco a poco, s

olidificaron y se enfocaron. Había vigas, advirtiMazer, travesaños estructurales, puntales vistodesde abajo. Yacía de espaldas, mirando el techoLos resquicios del techo dejaban pasar fina

anzadas de penetrante luz. Oyó voces susurradaa su derecha. Volvió la cabeza. El abuelo Bingwen estaban a diez metros de distanciaentados en el suelo, comiendo arroz con lo

dedos, usando anchas hojas de la jungla com

cuencos. Estaban ligeramente vueltos hacia un lad

Page 630: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 630/915

  no lo veían. Mazer advirtió que conocía aqueedificio. Había estado allí antes. Dos veces. Era lgranja.

Abrió la boca para hablar, pero tardó u

momento en encontrar la voz. Cuando lo hizo, sonasposa y débil.—¿Cómo he llegado aquí?

El anciano y el niño se dieron la vuelt

obresaltados. Entonces sonrieron.—Vaya, mira quién ha vuelto al país de lovivos —dijo el anciano en chino.

Se acercaron y se arrodillaron junto a él. Eanciano acercó una taza a los labios de Mazer.

—Beba esto. Sorba despacio.Mazer bebió. El agua estaba a temperatur

ambiente y sabía un poco a lata.—Lleva cuatro días dormido —dijo el anciano

etirando la taza—. Cinco, si contamos el que pasunto a la nave caída. Tiene suerte de estar vivo.Nave caída, pensó Mazer. Sí, había habido u

accidente.—¿Y mi unidad? —dijo en chino.

El rostro del anciano reflejó tristeza.

Page 631: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 631/915

—Sus amigos no sobrevivieron a la colisión. Liento. Habría muerto usted también de no ser po

Bingwen. —Puso una mano sobre el hombro deniño—. Lo trajo hasta aquí. Él y unos cuantos má

o rescataron de la tumba.Una manta cubría a Mazer. El anciano la retiró

eveló los gruesos vendajes de su torso. La capnferior era venda, pero las demás eran tiras d

ela de diversos colores. Tenía el torso desnudo.—Lo operaron —informó el anciano—. Uncomadrona y Bingwen.

—Fue sobre todo la comadrona —aclaró el niñ—. Yo solo sujetaba las cosas y traducía. Ella s

encargó de cortar y coser.Mazer se llevó con cuidado la mano al vendaje

Sentía un dolor sordo en el abdomen. Unopresión.

—Estaba lastimado por dentro —dijo el abuel—. La máquina dijo que teníamos que arreglarlo moriría.

—¿Qué máquina?Bingwen tendió la mano hacia un lado y alzó e

Med-Assist.

Page 632: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 632/915

—Las baterías se agotaron hace tres días.—¿Les dictó la operación?—En inglés —contestó el anciano—. Por suert

para usted, Bingwen lo habla bien.

—Sí, por suerte —dijo Mazer—. ¿Cómo fue loperación?

El viejo se encogió de hombros.—Llevó mucho tiempo. Mingzhu, la comadrona

no quería hacerlo. Lloró y se negó y dijo que naldría bien. Bingwen, su amiga y yo la obligamoa terminar.

—¿Mi amiga?—La doctora —dijo Bingwen—. La american

Kim. Ella nos ayudó.Mazer se sintió confundido.—Te refieres a su voz. Su voz os ayudó. —Per

¿cómo sabían el nombre de Kim?

—Era su voz en el aparato, sí. Pero también eínea —dijo Bingwen—. El aparato la llamóEstaba muy preocupada por usted.

—¿Hablaste con ella? ¿Con la persona real?—Nos guio durante la operación. Ella le salvó

Y nos ayudó a seguir su estado después hasta qu

Page 633: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 633/915

as baterías se agotaron. Intentó que nos evacuaranraer una nave hasta aquí. Pero no tuvo éxito. Ha

cientos de solicitudes similares, le dijeron, ningún medevac podía pasar. Estaba dispuesta

venir en persona, pero ningún piloto privado quisraerla.

Mazer apenas daba crédito. Kim. ¿Era posibleHabían hablado con Kim. Ella los había guiado, l

había salvado. Miró las vendas en torno a sestómago. Quiso llamarla, darle las gracias, oír svoz, no la voz impersonal del aparato, sino la que hablaba a él, la que contenía sentimientos

promesas.

—¿Y qué pasó después? —preguntó.El anciano se estremeció.

—Mucho dolor. Delirios. Gritó usted muchaveces. Tuvo fiebre. Kim nos hizo darl

antibióticos y mantenerle dormido. Creí que shabía muerto en dos ocasiones, tan débil era sespiración. Había otras medicinas qu

necesitábamos pero no teníamos. Le he estaddando agua y nutrientes. La máquina dijo que tení

un treinta por ciento de posibilidades d

Page 634: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 634/915

obrevivir. Yo pensaba que muchas menos.—Me alegro de que se equivocara.—Es usted un luchador. Incluso cuando duerm

—dijo el abuelo.

—La capacidad de lucha no tiene nada que veFue la medicina, sus esfuerzos y una buena dosde suerte —repuso Mazer. Tendió la mano y lpuso en el brazo del abuelo—. ¿Cómo se llama

amigo?—Danwen.—Gracias, Danwen. —Tendió la otra mano

cogió la de Bingwen, apretándola con las pocafuerzas que tenía—. A ambos.

Retiró las manos. El movimiento le requirimucha energía, como si sus manos pesaran cuatrveces más de lo normal. Miró a izquierda derecha.

—¿Dónde está Mingzhu? Me gustaría darle lagracias también a ella.Danwen y Bingwen intercambiaron una mirada

El niño hizo una mueca.—Se marcharon hace tres días —dijo el viejo—

De noche. Bingwen había traído un fusil

Page 635: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 635/915

munición del accidente. Y teníamos comida, lata  cosas que mi nieto y yo habíamos enterrado

almacenado y luego trajimos a la aldea. Mingzhu os demás se lo llevaron todo. Incluso los búfalo

de agua. Nos dejaron sin nada.Mazer miró la taza.—Tienen agua.—Agua de lluvia —dijo Danwen—. Cogemos l

que cae del tejado y la hervimos. No noatrevemos a beber de los arroyos. No con lbruma.

—Buena medida. Hervir lo que tienen y evitaodo lo demás.

—No sabe muy bien —dijo Bingwen.—Es mejor que morir de sed —observó Maze

Se volvió hacia el anciano—. ¿Adónde fueron lootros?

Danwen se encogió de hombros.—Al norte. Con los demás. Todos loupervivientes se dirigen hacia allí.—Ustedes dos no se han ido.—No íbamos a dejarlo —dijo Bingwen.

Mazer apretó de nuevo la mano del niño.

Page 636: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 636/915

—Una vez más, gracias. —Entonces arrugó eceño y miró a Danwen—. ¿Cómo me trajeroaquí? El lugar del accidente debe de estar a variokilómetros de distancia.

Danwen asintió ansiosamente, como si hubierestado esperando poder contarle su historia. Se lcontó todo a Mazer, incluyendo pequeños detalleque sabía que aumentarían el dramatismo

Bingwen miró al suelo, luego se disculpó y se fua otra parte de la casa. Cuando el anciano terminóMazer llamó al niño y le tendió la mano.

—Te debo la vida tres veces, Bingwen. Npuedo agradecértelo lo suficiente. Fuiste mu

valiente.Bingwen aceptó la mano tendida y la estrechó.

—Solo devolví un favor —dijo, agitando lférula al aire.

—¿Cómo está tu brazo?—Bien. Ya no duele. Si no lo uso, claro está.Mazer se sintió agotado de pronto, los ojo

pesados, los músculos débiles; era como si emundo estuviera frenando de nuevo.

—Déjalo tranquilo —le dijo Danwen a su niet

Page 637: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 637/915

—. Necesita descansar.Mazer quiso replicar. Llevaba cuatro día

descansando. Tenía que moverse, poner su cuerpen marcha de nuevo. Allí tendido era inútil. Estab

poniéndolos en peligro. Deberían seguir scamino. No había nada más que pudieran hacer poél.

Sintió que su respiración se ralentizaba

preparándose para el ritmo del sueño. Intentnegarse, pero la oscuridad tiró de él y lo envolvien su silenciosa negrura.

El trueno lo despertó, fuerte y resonante

expandiéndose por todo el valle. Mazer seguíendido en el suelo de la granja. Fuera estab

oscuro. La lluvia tamborileaba el tejado y scolaba por media docena de goteras en el techo formaba charcos en el suelo. Volvió la cabezaBingwen dormía junto a él, de espaldaprácticamente tocándolo. En un momento dado tavez había intentado usar una esquina de la mantapero se había caído, y ahora el niño yací

encogido en posición fetal, temblando de frío.

Page 638: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 638/915

Mazer alzó el brazo, se quitó la manta y cubrial niño. Sintió la mordedura del aire nocturno en lpiel desnuda, y deseó que la vieja comadrona lhubiera dejado la camisa.

Se volvió y vio a Danwen de pie ante la ventanacontemplando la tormenta. Tenía en la mano uobjeto largo y fino, de más de un metro dongitud, con el extremo apoyado en el hombro

Mazer no pudo distinguir qué era hasta que cayó uayo y el destello iluminó al viejo. Era una espadantigua y fina, con una empuñadura ornada dmetal opaco y sin pulir. Herencia familiar, tal vezo una pieza de atrezo de algún acto cultural. Desd

uego, no serviría de mucho contra un escuadróde alienígenas.

Debería ser yo quien montase guardia, pensMazer.

Solo que no tenía fuerzas para permanecer epie. Apenas si podía mover la cabeza y mirar. Ycuando sus ojos empezaron a cerrarse de nuevo, pesar del frío y la humedad y el rugido de lormenta, no encontró fuerzas para resistir el tiró

del sueño.

Page 639: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 639/915

Page 640: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 640/915

agachados junto a una pequeña hoguera, hirviendagua y arroz.

—No debería estar levantado —dijo el viejo—La máquina dijo que debería permanecer en cam

cinco o seis días.—Me he acercado bastante. ¿Quién me puso e

catéter?Danwen pareció confuso. No conocía la palabra

—La bolsa que recoge mi orina.Danwen echó la cabeza atrás y soltó uncarcajada.

—Eso fue cosa de la vieja comadrona. De todaas instrucciones que nos dio la máquina, ese fue e

único paso al que no le puso pegas.—Eso no es cierto, abuelo —terció Bingwen—

También puso pegas a eso.—Bueno, sí, hizo falta discutir un poco par

convencerla.—Cuénteme qué ha pasado desde el accident—pidió Mazer—. Con la guerra.

Danwen soltó la olla.—Es mejor que se lo muestre.

Se dirigió hacia la puerta, pasando por debaj

Page 641: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 641/915

del brazo de Mazer, y cruzó la habitación hasta laventanas abiertas. Le indicó que se acercara.

—Venga, si es que puede caminar. Véalo ustemismo.

Mazer se acercó y Danwen señaló la ventana. Evalle carecía de vegetación. Donde antes habíarrozales y densas frondas tropicales ahora habíierra removida y barro, raíces levantadas

charcos de agua de lluvia sucia, como si alguiehubiera arrancado la piel del mundo.—¿Los alienígenas han hecho esto? —pregunt

Mazer.—Ahora los llaman fórmicos. Es el nombre qu

es ha puesto el ejército.—¿Cómo lo sabe?—He bajado al valle varias veces en busca d

uministros. Normalmente se los quito a lo

muertos. No estoy orgulloso de ello, pero así ecomo hemos sobrevivido. He encontrado ropapara usted. Hay una camisa en aquella caja. —Señaló una caja en la esquina—. La gente huyó das aldeas con lo poco que podía llevar. He traíd

bolsas de comida, ollas para cocinar, cosa

Page 642: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 642/915

necesarias. No soy el único que roba a lomuertos. He visto hacerlo a otra genteupervivientes como nosotros que rebuscan entrus pertenencias. Me cuentan cosas. Los fórmico

están pelando la tierra, dicen. Toda la biomasaPlantas, animales, gente. Toda la materibiológica. Lo están levantando todo ecogiéndolo en una pila gigantesca. Una montañ

de biomasa que se pudre al sol junto a la sondaCuando el viento sopla desde donde está la sondae puede oler. Una peste hedionda. Un olor ta

potente que te revuelve el estómago. Hace dos díaas máquinas atravesaron este valle. Bingwen y y

as vimos. Destrozaron la tierra sin tocarliquiera. Las máquinas siguieron adelante y lierra arrasada se despegó.

—Escudos —dijo Mazer—. Así debe de se

como están retirando la tierra. La mismecnología que usan para proteger la sonda.—No sé nada de tecnología —repuso Danwe

—. Solo sé que son malignos. Únicamentiembran muerte y destrucción. Primero rocían l

bruma. Lo que toca, se marchita y muer

Page 643: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 643/915

ápidamente. Luego el viento la lleva a otrapartes. Con el tiempo, las plantas que el vientoca se marchitan también, a veces una hora máarde, a veces un día después. Pronto todo s

encoge y muere. Y luego los fórmicos regresan o barren todo. —Miró tras él, vio que Bingwe

estaba todavía en cuclillas ante el fuego a veintmetros de distancia, y habló casi en un susurro—

Los padres del niño han muerto. Los encontré hacunos días en el valle que hay ahí detrás. Los mata bruma. Volví al día siguiente con una pala par

enterrarlos, pero la tierra había sido recogida. Yno estaban. Sus cuerpos están allí, en esa montañ

putrefacta. No se lo he dicho a Bingwen. Ningúniño debería saber esas cosas.

Mazer guardó silencio un momento.—¿Es ahí donde encontró la espada? —pregunt

—. ¿En el valle?Danwen asintió.—Se la cogí a un hombre que era de nuestr

aldea. No es gran cosa. Apenas tiene filo. Pernecesitábamos algo cuando perdimos el fusi

Protegeré a Bingwen con mi vida.

Page 644: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 644/915

Page 645: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 645/915

ogró dañar la sonda. Está protegida. Al final, lafuerzas aéreas se dieron por vencidas y nvolvieron.

—¿Y la infantería? ¿Ha visto algún tanque

presencia militar por aquí cerca?—Nada. Ni un solo soldado.—Tendrían que haberme dejado aquí e ido a

norte con los demás —dijo Mazer.

—Bingwen no quiso saber nada de eso. Sugerque el búfalo de agua tirara de nuevo de ustedpero estaba demasiado débil. Demasiado enfermoProbablemente no lo habría conseguido. Bingwee negó. Puede ser muy testarudo.

—Y muy listo.—Sí. Eso también.—Lamento haberlos entretenido. Ahora puede

marcharse. No hay motivos para que se queden.

Danwen se rio en voz baja.—Bingwen dice que estamos más seguros cousted que al descubierto. Dice que nos protegeráPor eso lo trajo, para que nos proteja. Ya ve quen efecto es muy listo.

—Yo no voy a ir al norte. Cuando esté mejor, ir

Page 646: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 646/915

al sur, hacia la sonda.—¿Para qué?—Para destruirla.—¿Un solo hombre herido y sin armas? ¿Cóm

va a destruir una cosa así?—Encontraré un agujero en su escudo y l

dinamitaré.—¿Y si no hay ningún agujero?

—Entonces abriré uno.Danwen sacudió la cabeza y rio con tristeza.—Es usted tan testarudo como el niño, Maze

Rackham. Tan testarudo como el niño.

Page 647: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 647/915

21

VUELTA A CASA

La nave de Lem, la Makarhu, alunizó en emuelle norte de Jukes tal como había dispuesto spadre, exactamente a la hora acordada. Podríhaberlo hecho doce horas antes, y Lem se habíentido tentado de hacerlo solo por fastidiar e

ueguecito de su progenitor, pero al final sabstuvo. Ignorar las instrucciones específicas dUkko sería disparar el primer tiro de la guerra qufuera a desarrollarse entre ellos, y por ahora l

parecía mejor representar el papel de hijconciliador. Era mejor ver primero a qué jugabu padre y luego reaccionar en consecuencia.

Lem esperaba ante la cámara estanca de lakarhu  con su mejor uniforme. No habí

conectado aún las grebas, y podía sentir la lev

Page 648: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 648/915

gravedad de la Luna tirando de sus pies. Era unensación agradable. La primera sensación d

estar en casa.Fuera, los anclajes chasqueaban y se cerraban

El umbilical se extendió y se presurizó. La cámarestanca pitó y se abrió. Lem inspirprofundamente, conectó las grebas, sintió el tirómás fuerte de la gravedad a sus pies, y recorri

caminando el umbilical hacia la puerta de lerminal y lo que su padre tuviera guardado en lmanga.

No era lo que esperaba. Cuando atravesó lúltima puerta, los vítores y aplausos de vario

cientos de personas y el destello de las cámaras dvarias docenas de periodistas lo asaltaron desdodos los flancos. Era un frenesí mediático. A szquierda, un grupo de unas cien féminas, alguna

de diez años y otras lo bastante mayores para seus madres, gritaban como fans histéricas ante unalfombra roja, agitando carteles y pancartas quexpresaban su eterno amor por él y pidiéndole lmano en matrimonio. A su derecha, aplaudiend

con mucha más contención y sin embarg

Page 649: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 649/915

mostrando de todas formas entusiasmo, había upuñado de empleados de Juke, a algunos de locuales conocía de vista de antes de partir, aunqua mayoría le resultaban completos desconocido

La prensa estaba agrupada en una zona acordonadde la terminal, los rostros ocultos tras sus velocecámaras. Y allí, en el centro de todo el circo, quince metros de distancia, delante de Lem

onriendo de oreja a oreja con los brazoextendidos en la invitación universal para uabrazo, estaba su padre.

Lem supo al instante qué papel debería jugaallí. Miró a su padre a los ojos, sonrió, se dirigi

hacia él y se fundió en un abrazo. Las cámaras svolvieron locas. La multitud dejó escapar u«Aah» colectivo, como si nada tocara más lacuerdas sensibles que el reencuentro de un padr

con su hijo.Ukko apretó con fuerza, como si temiera qualgo pudiera arrancarle a Lem y devolverlo aespacio. Permanecieron así al menos treintegundos: no lo suficiente para ser embarazos

para los espectadores, pero sí para borrar tod

Page 650: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 650/915

duda sobre el amor y la devoción absoluta quambos se profesaban.

Entonces su padre rompió el abrazo y dio upaso atrás, sonriendo y mirando a su hijo. A Lem

e sorprendió ver lágrimas en sus ojos, y por umomento pensó que eran auténticas. Entonceecordó que su padre había orquestado tod

aquello, incluyendo el momento emotivo, y qu

nunca dejaba nada al azar. Si las lágrimas eravisibles, era porque tenían su razón de ser.Lem pensó en llorar también: podía hacerl

fácilmente y de manera bastante convincente, perupuso que su padre querría que hiciera el pape

de joven fuerte y machote, el hijo que va a lguerra siendo un niño pero vuelve siendo uhombre de pelo en pecho. Ese era probablementel plan.

Las cámaras se volvieron locas otra ve¿Lágrimas en los ojos de Ukko Jukes? ¡InauditoClic-clic-clic-clic-clic.

—Me alegro de verte, padre.—Bienvenido a casa, hijo.

Ukko lo rodeó con un brazo y se dirigieron a l

Page 651: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 651/915

alida, abriéndose paso entre la multitud. Seis iete hombres de seguridad mantuvieron a raya os periodistas y las fans chillonas.

—Lem, ¿cómo fue combatir a los fórmicos? —

gritó un periodista, extendiendo el brazo entre lgente, sujetando un aparato de grabación.

—Lem, ¿ayudará a su padre en su batallpersonal contra los invasores? —lanzó otro.

—¿Se enfrentaron realmente usted y sripulación a la nave fórmica?—¿Qué le dirá a las familias que han perdid

eres queridos?Lem y su padre se dirigían a un deslizado

aparcado dentro del edificio. Había más guardiade seguridad alrededor del vehículo, que tenía locristales tintados.

Justo antes de alcanzarlo, Ukko se detuvo, se di

media vuelta y dirigió a la multitud, la sonrisodavía pegada en la cara, la voz lo bastante fuertpara hacerse oír por encima de la algarabía.

—Damas y caballeros, por favor. Mi hijo acabde regresar a casa después de pasar casi dos año

en el espacio. Su tripulación y él han vivido tod

Page 652: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 652/915

una serie de acontecimientos traumáticos. Lalegrará responder a todas sus preguntandividuales en otra ocasión. Por ahora, respeten

por favor, la intimidad familiar. Tenemos mucha

cosas de las que hablar, él y yo.Un guardia de seguridad abrió la puerta de

deslizador. Ukko condujo a Lem al interior y liguió, ocupando el asiento opuesto. La puerta s

cerró y el deslizador despegó. El interior deaparato era silencioso y lujoso. Los asientos eraamplios, de cuero, con cojines mullidos. Inclusos cinturones y correas de seguridad eran eúmmum de la comodidad, otro recordatorio má

de que Lem estaba en casa. Se amarró para nzarandearse con la baja gravedad, y luego dijo a spadre:

—Acabas de prometerles a esos periodistas qu

me entrevistarán personalmente.—Tendrás que conceder un montón dentrevistas, Lem. La gente quiere oír tu historia.

—¿Y qué historia es?—No me digas que ya la has olvidado.

—¿Qué historia están esperando, padre? ¿Qu

Page 653: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 653/915

es has contado? Obviamente les has dicho algoEstaban preguntando por mi lucha contra lofórmicos.

—Ah, qué buena elección de nombre. A lo

medios les encanta «fórmico». El mundo entero lutiliza. Es el sonido de la última sílaba. No spuede discutir con una palabra contundente. Com«tanque», «kimono» o «Juke».

—«Fórmico» fue idea de Benyawe —dijo Lem.Su padre sonrió.—Noloa Benyawe. ¿Cómo está?—Bien. Trabajaba de ayudante de mi ingenier

efe, el doctor Dublin, el indeciso, hasta que l

puse al mando de las pruebas del láser dgravedad. Al principio pensé que era una de tupruebas vitales para mí.

Ukko frunció el ceño.

—¿Pruebas vitales?—Anda ya, padre. Todos los jueguecitos que hapracticado conmigo desde que era niño, todos loobstáculos interpuestos en mi camino con algúidículo esfuerzo por impartirme algo de t

abiduría.

Page 654: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 654/915

—Te halagas a ti mismo, Lem. Tengo cosas mámportantes que hacer que construir escenario

complicados que puedan enseñarte una lección dos. Ya no eres un niño.

—No, no lo soy. Por eso me sentí un tantdecepcionado cuando me enteré de que le habíadicho a Dublin que no hiciera nada que pudierponerme en peligro. Y no lo niegues. Él mismo l

admitió.—¿Por qué iba a negarlo? —replicó Ukko—Estabas probando un aparato nuevopotencialmente peligroso, Lem. Le pedí a Dublique obrara con cautela, si no por el valor bruto de

prototipo al menos por el bienestar de mi únichijo. Perdón por ofenderte de ese modo. Lpróxima vez le daré menos importancia a tu vida dejaré que mis ingenieros sean intrépidos

rresponsables, si eso es más de tu agrado.—Hiciste que Dublin dudara de todos mimovimientos. Estaba paralizado de miedo. Por esardaron tanto nuestras primeras pruebas. Dubli

no quería correr ningún riesgo. El miedo d

hacerme daño y molestarte flotaba sobre s

Page 655: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 655/915

cabeza.Ukko se echó a reír.

—Entonces ¿ahora soy responsable de loemores de otro hombre? ¿De qué más so

culpable, de las pesadillas de algún niño? ¿Dverdad, Lem, me culpas de tu incapacidad parealizar las pruebas iniciales? Dublin es u

hombre adulto. Toma sus propias decisiones

acepta la plena responsabilidad por ellas. Lmismo deberías hacer tú.—Le diste a Chubs, mi segundo, las misma

nstrucciones: no hagas nada que ponga en peligra Lem. Básicamente le dijiste que anulara m

autoridad. Me hiciste parecer débil delante de mripulación.

—Pareces olvidar, Lem, que cuando pilotas unde mis naves, actúas como empleado de est

compañía. No tienes privilegios especiales por semi hijo. Tienes responsabilidades como capitán, u principal prioridad no debería ser qué elevad

concepto tenga tu tripulación de ti. Tu principaprioridad es tu tripulación, veinticinco de cuyo

miembros murieron bajo tu mando y com

Page 656: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 656/915

esultado directo de tus atolondradas órdene¿Tienes idea de lo dañino que es eso para lcompañía? Ahora habrá pleitos. Y no importcómo respondamos, no importa lo bien qu

ratemos a las familias de luto, no importa lgenerosos que seamos en el acuerdo, la prensa nomachacará. Nos tildarán de insensibles descuidados. No se pueden ganar esas batalla

Lem. Tarde o temprano, a la prensa dejará dmportarle por qué lo hicimos. No importará quntentáramos detener a los fórmicos. Pareceremo

negligentes. Pareceremos los malos. Y cuando esuceda, nuestras acciones se hundirán. ¿Tiene

dea de cuánto dinero se pierde cuando caemouna centésima?

Lem no respondió.—¿Lo sabes? —insistió Ukko.

—Pues claro que lo sé, padre. Poseo acciones eesta compañía, y soy el principal accionista dunas cuantas más. Sé cómo funcionan lomercados.

—Pues muy bien. Me alegro de ver que tu car

educación te permite comprender algo del mundo

Page 657: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 657/915

Cuando me dijiste que habías expulsado a esomineros del asteroide, pensé que quizás habíaperdido el control de tus facultades mentales.

—Tu precioso prototipo no resultó dañado

padre.—Tienes razón en eso. Es precioso. Vale vario

miles de millones de créditos. La Makarhu  ebastante valiosa también. Es una de nuestras nave

más rápidas y lujosas. Por eso no puedo entendepor todos los demonios, cómo fuiste tarresponsable de arriesgarte a dañar todo eso. E

navegación básica, Lem. Hay principiofundamentales que todo capitán conoce. Regl

número uno: no destruyas la nave. Regla númerdos: no mates a la tripulación. Sin duda alguien levisó contigo antes de que zarparais.

Lem se dio la vuelta y miró por la ventanilla

Habían salido de la terminal y volaban sobre epaisaje lunar, de vuelta hacia la ciudad. A sderecha se encontraban las enormes instalacionede Juke donde la mayoría de las naves de la flotminera de su padre se construían y se probaba

antes de su partida hacia el Cinturón. Un enorm

Page 658: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 658/915

ogotipo de la compañía destacaba en el edificimás grande y alto.

—Sí, le di a Chubs instrucciones especiales —dijo su padre—. Le dije que no siguiera ningun

orden tuya que pudiera ponerte en peligro. Lo hicpara proteger mi propiedad y para protegerte a ti.

—¿Para protegerme de qué? ¿De mi propia faltde juicio? ¿De mi propia estupidez? ¿N

comprendes que al dar esa orden no solo mprivaste del auténtico mando, sino que demostrastambién tu falta de confianza en mí?

—¿Eso es lo que quieres, Lem? ¿Que te digcuánto confío en ti, lo seguro que estoy de qu

puedes hacerlo? ¿De verdad necesitas ese tipo dmajaderías?

Lem sintió ganas de gritar. Quiso golpearse lnuca contra el reposacabezas. Pero se estuv

quieto y calladito.—¿Y por qué te quejas? —continuó Ukko—Está claro que Chubs ignoró mi orden. Atacaste lnave fórmica, por el amor de Dios, una navalienígena que tenía diez veces vuestro tamaño. Y

diría que esas son órdenes peligrosas. Chubs no t

Page 659: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 659/915

anuló entonces. Te siguió a ti, no a mí.—Se negó a cumplir mis órdenes en otra

ocasiones.—¿Así que diste reiteradas órdenes peligrosas

Bueno, en ese caso parece que fuiste mámprudente de lo que yo esperaba y que tenía razó

al dar las instrucciones que di. Deberías darme lagracias. Puede que te haya salvado la vida.

Lem se volvió hacia la ventanilla. Nada habícambiado. Su padre se mostraba tan crítico nflexible como siempre: obcecado en los errore

de su hijo y sin embargo ciego a todos sus logroLem pretendía decirle cómo habían explotado e

asteroide, cómo habían desarrollado un métodpara extraer los minerales ferromagnéticos de loca después de pulverizarla, lo cual era u

potencial logro industrial. Sin embargo, ahora n

entía deseos de decirle nada. ¿Por qué deberíhacerlo? Su padre solo vería los errores. Sollenaría toda la premisa de agujeros.

De pronto, Lem se sintió furioso consigo mismoal advertir que había querido darle a su padre l

buena noticia no porque supiera que la técnica d

Page 660: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 660/915

extracción ayudaría a la compañía, sino porquansiaba ganarse su favor.

Qué patético, pensó. Después de todo, sigmendigando su aprobación. Bien, se acabó

Disfruta de tu cómodo asiento, padre. Si me salgcon la mía, este no será tu deslizador ni tcompañía mucho más tiempo.

Volaron por el extrarradio norte de Imbrium

uego continuaron hacia el sur sobre la CiudaVieja. Entonces el deslizador viró a la izquierda e dirigió al este. Pronto la ciudad quedó atrás,

una vez más se encontraron sobre la superficiunar pura. Finalmente, llegaron a una de la

entradas de los túneles de Juke Limited.La entrada era un ancho círculo de aterrizaje co

una gigantesca combinación de letras y números eel centro que indicaba por qué parte del intrincad

istema de túneles se entraba. El deslizador sposó suavemente y el círculo de aterrizajdescendió como un ascensor. Después de treintmetros se detuvo ante una bahía de atraqubrillantemente iluminada, donde unos brazo

obóticos lo alzaron y transportaron a la cámara d

Page 661: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 661/915

despresurización.Cuando su padre habló por fin, toda la acritu

había desaparecido de su voz.—Me alegro de que estés en casa, Lem. A pesa

de lo que puedas pensar, me alegro de que estés alvo. Sé que no soy la persona más fácil de trata

del mundo, pero todo lo que he hecho estuvbasado en que pensaba que era lo mejor para t

o tuve una infancia fácil, Lem. Lo sabes. Todo lhe construido de la nada. Y uno de mis temores hido siempre que tu vida fuera demasiado blanda

que tú fueras demasiado blando. No por quieeres, sino por lo que tenemos, por los lujos qu

nuestra fortuna nos permite. No quería que fueraun niño privilegiado, Lem. No quería criarte cocuchara de plata. Quería una cuchara amarga pari. Como la tuve yo. Puedes pensar que eso m

convierte en un padre terrible, y tal vez tengaazón, pero eres un hombre mejor por eso.La cámara estanca zumbó concediendo e

permiso de paso, y sin decir otra palabra Ukkabrió la puerta y bajó del deslizador. Atravesó l

compuerta y subió a la lanzadera que le esperaba

Page 662: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 662/915

e lo llevó pasillo abajo.Lem permaneció sentado un momento

demasiado aturdido para moverse. No porque spadre lo hubiera abandonado (Ukko siempre tení

que marcharse a otra parte), sino porque nunca lhabía hablado de esa forma. Nunca había discutidu relación ni había abordado el tema de s

fortuna. No es que hubiera hecho ningún intent

por ocultarle su riqueza. ¿Cómo podía hacerloTodo lo que los rodeaba era testigo de ello. Siembargo, oír a su padre mencionarla y, más aúneconocer que Lem era todo un hombre lesultaba completamente extraño.

Y había parecido sincero. No había ningúatisbo de ironía o sarcasmo en su voz.

¿Qué era esto?, se preguntó Lem. ¿Otra prueba¿Otro ejercicio de humillación? ¿O su padr

hablaba realmente desde el corazón?—¿Qué sucede, Lem? —dijo una voz.Lem alzó la cabeza. Simona, la ayudante de s

padre, estaba ante la cámara, inclinada hacidelante y asomada al deslizador, sujetando s

holopad.

Page 663: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 663/915

—No se te han quedado atascadas las piernaahí dentro, ¿verdad? ¿Tengo que llamar a alguien?

—Mis piernas están bien —respondió LemSalió del deslizador y se cepilló una mota d

polvo inexistente de la manga.—Un poco de atrofia no es nada de lo qu

avergonzarse —dijo Simona—. Dos años egravedad cero es mucho tiempo.

Le hablaba como si fuera un niño, como hacíiempre, aunque solo tenía cinco años más que éLem lo detestaba.

—Estoy bien —dijo.No la había visto entre los técnicos antes, per

no le sorprendía. Simona tenía la costumbre daparecer de repente al lado de su padrexactamente cuando la necesitaba, normalmente sihacer ningún sonido. En broma, una vez él la habí

lamado «gata de la jungla» y ella confundió lapalabras con algún tipo de flirteo, por lo que ldijo claramente que nunca sería una de suconquistas y lo rechazó de plano. Lem se rio, cosque Simona interpretó como un agravio añadido

Todo había sido un tonto malentendido, pero habí

Page 664: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 664/915

amargado su relación, y al parecer dos añoeparados no habían resuelto la situación.

Simona tenía exactamente el mismo aspecto qucuando él se marchara: falda conservadora, blus

conservadora, zapatos planos y funcionales. No lnteresaba la moda. A menudo encontraba la

últimas tendencias insultantes y ridículas. Leestaba de acuerdo con ella, pero eso no la hací

verla con mejores ojos. No era tampocparticularmente bonita. No es que fuera fea, perampoco era el tipo de mujer que se ganaba unegunda mirada. Se peinaba el pelo apartado de l

cara, y esa era toda la atención que le prestaba. S

nariz era pequeña, sus mejillas pecosas, su pechplano. Era como una desmañada niña de doce añoque hubiera deseado quedarse así toda la vida.

—Mi padre se ha marchado a toda prisa —dij

Lem.—No vendrá —respondió Simona—. Tieneuniones.—¿Venir adónde?—¿No te lo dijo? —Miró el horario de trabaj

en su holopad y empezó a caminar pasillo abajo—

Page 665: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 665/915

o, claro que no. Tiene demasiadas cosas en lcabeza. —Chasqueó los dedos—. Ven.

Él se apresuró a alcanzarla.—No soy un perro, ¿sabes?

Ella no levantó la cabeza del pad.—Yo chasqueo los dedos. Doy órdenes rápidas

Así es como hacemos avanzar las cosas.—Sí, bueno, pero no resulta muy amable.

—A tu padre no le importa.—Yo no soy mi padre. No me parezco en nada.Ella le dirigió una mirada y una sonrisa burlona—No, en nada.Lem se detuvo.

—¿Qué se supone que significa eso?Simona se volvió hacia él.—Significa lo que he dicho. Expresaba que esto

de acuerdo contigo.

—Sí, pero cuando lo dices suena como unafrenta.Ella se cruzó de brazos.—Estar de acuerdo con las cosas que dices s

que es una afrenta. Anotado. Discutiré y estaré e

desacuerdo más veces. —Señaló el fondo de

Page 666: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 666/915

pasillo—. ¿Vamos?Echaron a andar de nuevo. Lem apretó lo

dientes. La misma Simona de siempre. Dieegundos y querías estrangularla.

—¿Por qué tanta prisa? —preguntóPrácticamente tenía que correr para seguirle epaso.

—Tenemos un horario ajustado, Lem. Tu padr

dirige la corporación más grande del mundo ntenta detener una guerra. Tiene trabajo espuertas. Me alegro de que estés en casa, pocierto.

—Gracias.

—Tu padre se alegra también. Estabpreocupado por ti.

—Eso ha dicho.Ella lo miró con mala cara.

—¿No lo crees?Lem no quiso contestar. Lo que le dijera sin dudlegaría a oídos de su padre.

—¿Adónde vamos? —preguntó, cambiando dema.

—A ninguna parte. Ya hemos llegado.

Page 667: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 667/915

Se detuvo y abrió una puerta a su izquierda. Lea siguió. Entraron en una pequeña antesala dond

había una silla de director, un espejo y una mujecon varias cajas de cosméticos. Más allá de l

antesala había un espacio mucho más grande, couces y cámaras emplazadas. Cinco personarajinaban de un lado a otro con equipo diverso.Simona señaló la silla del director.

—Siéntate.Lem lo hizo y señaló las cámaras de la otrhabitación.

—¿Qué es esto?La mujer de los cosméticos colocó un babero d

papel alrededor del cuello de Lem y empezó ociarle la cara con polvo.

—Tu primera entrevista —dijo Simona—. GuChen. Es chino. Tiene un programa a primera hor

de la mañana. Muy popular. Aquí están las cosaque tienes que decir. —Las fue enumerando coos dedos—. Una, estabas en el Cinturón d

Kuiper probando un aparato propiedad de JukLimited. Descubriste a los fórmicos, e hicist

planes para detenerlos...

Page 668: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 668/915

—Eso no fue idea mía. Fue de otra persona.—¿De quién? ¿De otro miembro de l

ripulación?—De otra nave. Mineros libres. Acudieron a m

 nos pidieron ayuda.—En ese caso, dirás que estabas en contacto co

otra nave y que «decidimos atacar a los fórmicos»o podrían haberlo hecho sin ti, así que debería

darte más protagonismo.—Había también una tercera nave. Un vehículWU-HU.

Simona torció el gesto.—¿Participaron en el combate?

—Técnicamente, no. Se quedaron atrás con lamujeres y los niños.

Ella asintió, considerándolo.—Todas las naves WU-HU se han quedado en e

Cinturón, así que no importa. No los mencioneDi «otra nave minera» si tienes que hacerlo. O nos menciones en absoluto.

—En otras palabras, que no mencione a ucompetidor.

—Los relaciones públicas y los representante

Page 669: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 669/915

egales tienen que aprobar la entrevista antes dque se emita, Lem. Así que si dices WU-HU lcortarán de todas formas. Ahorremos tiempo a longenieros de sonido y dejemos las cosas simple

Cuando Chen te pregunte por qué volviste taápido del Cinturón de Kuiper, la respuesta es quegresaste para devolver ese aparato a Juke. Cree

que puede ayudar en la guerra. Tal vez inclus

ponerle fin.Lem se apartó de un manotazo el cepillo de lcara y la encargada de maquillaje retrocedió. Sevantó de la silla.

—¿De eso va todo esto? ¿Por eso hizo mi padr

oda la fanfarria por mi vuelta a casa? ¿Los medio  las fans gritando y el gran abrazo falso? ¿Par

ponerme bajo los focos y así convertirme en epublicista de su maldito gláser?

Se quitó el babero, lo arrojó a un lado, y salipor la puerta, avanzando rápidamente pasillabajo en la dirección que había seguido lanzadera de su padre.Simona tuvo que echar a correr para alcanzarlo.

—Espera. ¿Adónde vas?

Page 670: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 670/915

Page 671: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 671/915

oscureció en cuanto la tocó. La pulsó, pero nucedió nada.

—No responderá a tu contacto —dijo Simonaarrancándole el holopad de la mano—. Segurida

biométrica. —Se lo guardó bajo el brazo, sapartó un mechón de pelo rebelde y dijo—: ¿Cuáes tu problema?

—Mi problema es que mi padre cree que pued

utilizarme en su pequeña guerra para obtenebeneficios. Y tengo una noticia que darle: no voy eguirle el juego.—¿De qué estás hablando?—¡El gláser! Quiere usar el gláser en la guerra.

—¿Y eso es un crimen?—No voy a venderle el gláser a los chinos. Ni

os rusos. Ni a quien mi padre quiera que se lpublicite. Sé lo que está haciendo. Es típico de m

padre. Les proporcionó a los periodistas lhistoria de cómo me enfrenté a los fórmicos en eCinturón de Kuiper para hacerme quedar como uhéroe. Intenta potenciarme ante la opinión públicporque quiere utilizarme para vender el gláser. N

quiere a un hijo. Quiere el apoyo de un famoso. ¿Y

Page 672: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 672/915

abes una cosa? ¿Sabes qué es lo más triste dodo? Me lo creí. Durante un fugaz instante mragué la idea de que esos ojos llorosos suyos ea terminal eran reales. Cosa que es ridícula. L

preparó todo. Era una actuación. Un señueloPreparó el escenario. Trajo al público y grit«acción».

—Déjame aclarar una cosa. ¿Tú eres el famos

del apoyo de un famoso?Él se cruzó de brazos.—Te estás burlando de mí.—Intento seguir tu hilo de pensamientos —dij

ella—. No cuestiono tu estatus de famoso. Ere

hijo de uno de los hombres más ricos del mundoAcosado por los paparazzi en sus años mozoVotado el soltero más apetecible por algunaevistas pop para adolescentes de las redes. Bue

pelo. Dientes blancos. Comprendo que puedalegar a esas conclusiones.Él se dio media vuelta y echó a andar de nuevo.Ella corrió hasta alcanzarlo.—De acuerdo, tienes razón. Me estaba burland

de ti. Porque tienes razón en parte.

Page 673: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 673/915

l se detuvo y la miró.—Pero solo en parte —dijo ella—. Tu teorí

está equivocada en muchos aspectos.—Ilumíname.

Ella suspiró.—Tu padre, en efecto, quiere que publicites e

gláser. Quiere darle un montón de publicidad. Perno para venderlo. Está intentando convencer a lo

norteamericanos para que no se suiciden.—¿De qué estás hablando?—Será más rápido si te lo enseño.

Le indicó que lo siguiera y se internó por upasillo lateral. Recorrieron veinte metros

atravesaron la primera puerta que encontraron. Eruna sala de conferencias con una holomesa en ecentro. Un equipo de seis ingenieros estudiaba eholo de un complicado componente mecánico qu

flotaba en el aire ante ellos. Uno de ellos lhurgaba con su punzón y dirigía el debate.—Necesito esta habitación —dijo Simona.

Los ingenieros la miraron y luego a él. Svolvieron hacia el que tenía el punzón, clarament

u jefe.

Page 674: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 674/915

—¿Ahora? —preguntó el hombre.—No, ayer para desayunar —repuso Simona—

Sí, ahora.—Pero si nosotros reservamos esta habitación.

—Y yo estoy anulando la reserva. Vamosmárchense.

Chasqueó de nuevo los dedos y los ingenieros sevantaron de un brinco, recogieron sus cosas

alieron sin rechistar. Sabían quién era y a quiénformaba.—Tienes unos modales de lo más agradable —

dijo Lem cuando se marcharon.—Funcionan, ¿no?

Simona se acercó a la holomesa, borró el holo ntrodujo una serie de códigos mediante gesto

Una nave apareció en el holoespacio, lisa pequeña, con un gran aparato tubular montado e

u parte inferior.—Esto es el dron Vanguard  —dijo—. El mayoanzamiento que hemos tenido en años. Es un dro

prospectivo, diseñado para buscar asteroideviables. Si encuentra algo que merezca la pen

explotar, nos alerta, y nosotros enviamos una nav

Page 675: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 675/915

ripulada para extraer los minerales. Lleva más duna década en desarrollo.

—¿Cómo es que nunca he oído hablar de estantes?

—Era información confidencial. Tú no estabaen la lista. Intenta no sentirte ofendido.

—De acuerdo.—Tu padre presentó el Vanguard   al mund

iteralmente minutos antes de descubrir lexistencia de los fórmicos. No le hizo ningungracia. El Vanguard  tenía por objetivo relanzar lcompañía. La interferencia lleva meses matando enegocio. Hemos tenido dos cuatrimestres en rojo

Los accionistas estaban ansiosos. Necesitábamouna victoria. El anuncio de los fórmicos no podíhaber llegado en peor momento. El Consejo sdejó llevar por el pánico. Todos sabían que e

anuncio eclipsaría cualquier impulso qupudiéramos haber ganado con el Vanguard .—Típico del Consejo —dijo Lem—. Má

preocupados por las cuentas que por una inminentnvasión alienígena y la posible aniquilación de l

aza humana. Cuánta clase. ¿Qué es ese tubo qu

Page 676: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 676/915

hay debajo del dron?—El gláser.—¿El gláser? ¿Tenéis más de un prototipo?—Solo hay un prototipo, y está en tu nave. Est

es el de verdad. Tu padre inició la producción degláser en cuanto nos enteramos de que lo habíaprobado con éxito en el Cinturón de Kuiper hacenueve meses.

—¿Iniciasteis la producción? Pero no habíamoerminado con las pruebas. Los resultados que oenviamos eran solamente de la prueba inicial. Nofaltaban docenas de análisis de campo.

—Que nunca llegasteis a realizar —dijo Simon

—. Perdimos contacto con vosotros debido a lnterferencia, y tu padre se impacientó. Hicimo

algunas pruebas aquí, cambiamos algunos detalleedujimos el diseño, lo cubrimos todo de placa

blindadas, y eso fue todo.—¿Y no nos esperasteis?—Fue hace nueve meses, Lem. Ni siquier

estábamos seguros de que siguierais con vida. Erecnología muy valiosa. No íbamos a quedarnos d

brazos cruzados esperando a que apareciera

Page 677: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 677/915

Cogimos lo que teníamos y pasamos página.—Si pudisteis haber hecho todas las prueba

aquí, ¿por qué me envió mi padre al Cinturón dKuiper?

—Porque es el lugar ideal para realizar pruebade campo en secreto. Tu padre no intentabibrarse de ti, si es eso lo que estás pensando. E

espacio profundo sigue siendo nuestro campo d

pruebas preferido. Solo trabajamos aquí porquera preciso. No teníamos ni el tiempo ni lacapacidades de comunicación para enviar a otrripulación.

Lem se apoyó en la mesa y contempló el holo

Dos años en el espacio, y su padre podría habehecho fácilmente las pruebas aquí. No taconcienzudamente, tal vez, no con tanta fiabilidadpero eso no le había impedido hacerlas. Lem sinti

que todo el tiempo que había pasado en lakarhu había sido un desperdicio.—Si es una nave prospectiva, ¿por qué v

equipada con un gláser?—Porque ya no es una nave prospectiva —dij

Simona—. Ahora es una nave de guerra.

Page 678: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 678/915

Lem la miró, enarcando una ceja.—¿Estás de broma?—Ukko planea atacar a la nave nodriza con un

flota de drones.

—¿Una flota? ¿Cuántos drones de estos pretendfabricar?

—Cincuenta. Y ya los ha fabricado. Los glásereambién han sido producidos. Lo único que qued

es montarlos en los drones. Nuestras cadenas dmontaje trabajan sin descanso mientras hablamoo obstante, es más complicado de lo qu

pensábamos. Hemos tenido que modificar locontroles de vuelo para encajar el gláser.

—¿Hasta qué punto habéis puesto a prueba egláser? —preguntó Lem.

—Principalmente trabajo de laboratorio modelos informáticos. No podíamos salir ahí fuer

  volar unos cuantos asteroides. No hay ningunpor aquí. Por eso las pruebas de campo somejores.

—Tenéis que hablar con la doctora Benyawe el doctor Dublin, mi ingeniero jefe. Todos nuestro

modelos informáticos para el gláser estaba

Page 679: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 679/915

equivocados. Cuando golpeamos un asteroidgrande en el Cinturón de Kuiper, el campo dgravedad resultante fue mucho más grande de lque esperábamos. También consumió nuestra nave

La nave fórmica es mucho más grande que esoca, y su composición es desconocida. Benyaw

me convenció de que era demasiado peligrosdarle con el gláser. Es imposible saber qué clas

de campo de gravedad resultaría. Hacerla diana dcincuenta gláseres a la vez podría ser suicida.Simona tomó unas cuantas notas en su holopad.—¿Algo más?

—Sí. Todavía no me has explicado por qu

engo que publicitar el gláser en entrevistas y quiene eso que ver con los norteamericanos.

Simona pasó la mano por el campo y el drodesapareció. Tras unos cuantos gestos más, la nav

fórmica apareció en su lugar.—Nuestras fuentes dentro de la Junta de Jefedel Estado Mayor nos dicen que lonorteamericanos planean un ataque contra la navnodriza fórmica.

—¿Tenéis fuentes tan altas en el escalafón?

Page 680: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 680/915

—Tenemos fuentes en todas partes, querido. Yesas son particularmente fiables. Aunque la verdaea dicha, el ataque no es un gran secreto. Todo e

mundo lo espera. Los norteamericanos lo ha

estado preparando en el espacio desde que sconfirmó la noticia de la nave fórmica. Y, comoabes, es muy difícil hacer nada en el espacio si

que el mundo entero lo sepa. Lo únic

desconocido es cuándo y dónde tendrá lugar eataque.—¿Qué planean los norteamericanos?

—Han armado quince lanzaderas y las haañadido a su flota espacial. Ahora mismo tiene

veintidós naves. Esta mañana nos hemos enteradde que los rusos, los británicos y los chinos van umar naves también, lo que hará un total d

cincuenta y tres.

—Vi a los fórmicos eliminar a sesenta naves duna sola vez en el Cinturón. No es un espectáculagradable.

—Los norteamericanos van a hacerlo de todaformas —dijo Simona—. Sus militares considera

que la Batalla del Cinturón fue protagonizada po

Page 681: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 681/915

campesinos actuando como soldados.—Entonces los militares norteamericanos so

diotas. Los mineros de los asteroides son mejorepilotos espaciales y están mejor preparados par

el combate en el espacio que los soldados pilotos sacados del planeta.

Simona se encogió de hombros.—No soy estratega. Solo mantengo informado

u padre.—¿Por qué no atacan a la nave nodriza cobombas nucleares?

—Lo han hecho. O lo han intentado, más bienHace tres días. No funcionó. Los cañones fórmico

eliminaron los misiles mucho antes de qualcanzaran la nave. Los misiles estallaron emitieron masivos pulsos electromagnéticos qudestruyeron unas tres docenas de satélites

crearon cinturones artificiales de radiación qucausarán molestias a todos durante años.—Si el ataque nuclear fracasó, ¿por qué sigue

adelante con un ataque tripulado? Si los fórmicopueden parar misiles, destruir lanzaderas y nave

erá pan comido.

Page 682: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 682/915

—Los norteamericanos no piensan así. Loistemas armamentísticos fórmicos están oculto

dentro de la nave y solo emergen cuando esta eamenazada. Las imágenes que tiene la ASCE de l

Batalla del Cinturón y las imágenes de lofórmicos eliminando al secretario de las NacioneUnidas demuestran que esas armas están ocultas.

—¿Cómo? La superficie es redonda. Cad

centímetro cuadrado de la nave parece idéntico.—No lo sé. Deben de tener algún truco. Tal vei se acercan lo suficiente puedan detecta

pequeñas irregularidades en la superficie. Todo lque sé es que pretenden localizar los puntos dond

e guarecen las armas e inutilizar los cañoneantes de que puedan salir. Un segundo grupo dnaves atacará a los fórmicos aquí, en la puntadonde está localizado el equipo generador d

escudos. Los norteamericanos confían en que unvez conseguidos esos dos objetivos, podráorquestar fácilmente un ataque a gran escala.

—Se equivocan —dijo Lem—. Los cañones soolo la primera línea de defensa de los fórmico

La nave en sí es un arma mucho más letal. Ha

Page 683: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 683/915

aberturas en toda su superficie. Cualquiera dellas puede abrirse y disparar plasma gammaserizado en cualquier dirección. Lo he visto co

mis propios ojos. Las lanzaderas no tienen l

mejor oportunidad. ¿Cuándo planean hacer esto?—Dentro de cuarenta y ocho horas —dij

Simona.—Tienes que detenerlos.

—Ese es tu trabajo. Para eso son las entrevistaDile al mundo lo que sabes. No tienes quexagerar. No tienes que mentir. Sé sincero. Tripulación y tú habéis visto a los fórmicos d

cerca. Nadie más lo ha hecho. Convence a Estado

Unidos de que se retire y deje a Ukko lanzar uataque con drones.

—Ya te he dicho que los drones con gláserepodrían ser una mala idea. No voy a apoyar es

estrategia. Si quieres que diga eso en unentrevista, olvídalo. Tendrás que encontrar a otrque lo haga.

—Bien. Lo haremos. Di lo que consideres mejoPero si dices algo contra los drones, simplement

o cortaremos más tarde, así que no te moleste

Page 684: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 684/915

Solo ayúdanos a detener el ataque norteamericanoSalvarías vidas.

—Ahórrame el argumento de salvar vidas. Tú o sabemos que mi padre lo que quiere es hacers

el héroe. No quiere que los norteamericanos y sualiados destruyan la nave nodriza porque quiere lgloria para sí mismo. Sé cómo piensa, Simona. Sno le beneficia, no le interesa.

—No lo tienes en alta estima, que digamos.Ella le comunicaría a su padre todo lo qudijera, pero en ese momento a Lem no lmportaba. Ahora mismo su mente corrí

desbocada. Se le había ocurrido una idea. ¿Y s

esta era la oportunidad que llevaba añoesperando? El ataque con los drones estabdestinado al fracaso. Sin embargo, su padrapostaba a él todas sus fichas. Cincuenta drones

cincuenta gláseres. Una fortuna enorme. No luficiente para causar la bancarrota de lcompañía, pero sí para aprobar una moción dcensura y expulsar a su padre del trono cuando logláseres y los drones fueran destruidos. E

Consejo no podría ignorar un error como ese.

Page 685: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 685/915

Haría falta tiempo y esfuerzos para reconstruir lcompañía, naturalmente, pero Lem había levantadotras compañías antes. Nunca a esa escala, pero euego era el mismo, no importaba el tamaño de l

empresa.Pero expulsar a su padre no sería suficiente, l

abía. Lem también tenía que situarse como eucesor adecuado, y que Ukko lo convirtiera e

héroe nacional desde luego no le vendría mal. EConsejo le habría echado el ojo. Estarían ansiosopor reconstruir la imagen de la compañía, ¿y qumejor forma que con un favorito de los medios coprobado éxito empresarial y que además era e

enaz hijo del fundador?Cierto, los fórmicos seguirían siendo u

problema. Habría que tratar también ese temaPero eran un enemigo para otro día. Ahora mism

u padre era quien tenía el flanco al descubierto, Lem no estaba dispuesto a dejarlo pasar por alto.Se alisó la chaqueta y señaló hacia la puerta.—Acabemos con esto de una vez.Ella pareció aliviada.

—Vas a hacer lo adecuado, Lem. La gente tien

Page 686: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 686/915

que oír esta historia. Y no te cortes. Ofréceledramatismo. Es lo que la gente quiere.

—Relájate, Simona. Haré que se muerdan lauñas.

Page 687: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 687/915

22

CUERVOS 

La cámara estanca era pequeña, pero las quincmujeres consiguieron apretujarse dentro.Rena cerró la escotilla interna, aislándolas de l

bodega de carga, y luego giró la rueda y aseguró ecierre. La escotilla externa, en la pared opuesta

era ahora todo lo que les separaba del vacícósmico.

—Comprobad el traje de la persona que tenéis aado —dijo—. Buscad pinchazos, arañazo

cualquier signo de deterioro estructural, sobrodo en los pliegues: codos, axilas, corvaAseguraos de que todos los trajes son hermético—Sus trajes de presión eran más nuevos y bonitoque los que habían llevado a bordo de l

Cavadora, pero Rena no quería correr ningú

Page 688: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 688/915

iesgo.Las mujeres obedecieron sin vacilación

Confiaban en el liderazgo de Rena en lo referidal equipo.

—Comprobad vuestros niveles de oxígenoManejad las válvulas de aire, aseguraos de quenéis control manual de vuestra toma de aire poi lo necesitáis. Sabed lo que estáis respirando

Controlad vuestra mezcla. Pedidle a vuestrocascos un escaneo completo del sistema de soportvital. Si alguna de vuestras constantes biométricaestá desviada, si notáis la menor pega, decidlahora. Esta vez no es un simulacro. Esto es rea

Que no haya errores.Sus caras eran visibles a través de las viseras,

Rena pudo ver que muchas de ellas estabanerviosas. No se lo reprochaba. Ella también l

estaba. La mayoría hacía años que no realizaba upaseo espacial: en la Cavadora, eran los hombreos encargados del trabajo de explotación minera

Aún peor, los cuervos no usaban cables dconexión vital, ni las largas mangueras conectada

a la espalda de los trajes espaciales que t

Page 689: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 689/915

mantenían anclada a la nave. En la Cavadora, salin un cable era suicida, la decisión más peligrosamprudente y estúpida que podía tomar un minero

El cable de conexión vital era exactamente lo qu

u nombre daba a entender: suministraba energía aire y si alguna vez tenías problemas, snecesitabas que te rescataran rápidamente, era emedio por el que te devolvían a la nave.

Pero era imposible utilizar los cables en erabajo de desguace. El pecio se movíconstantemente: los cables se enredaban y sorcían cuando todos estaban a bordo. Además

por dentro las naves eran laberintos, con pasillo

que se extendían en todas direcciones: los cablee retorcían fácilmente y se enmarañaban

acababan formando nudos. Luego estaba el riesgde cortarlos con los afilados bordes del meta

destrozado y los restos.No, para el trabajo de desguace era mejor llevaoxígeno y baterías portátiles. Sin embargo, locables eran el único tipo de paseo espacial quconocían las mujeres. La idea de salir a la negrur

in una atadura resultaba aterradora.

Page 690: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 690/915

—No tendremos ningún problema —les asegurRena—. Hemos estado practicando para esto.

Se acercó a la compuerta externa y se asomó a lpequeña portilla que daba al pecio que había ah

fuera. Era difícil decir qué tipo de nave habíido. Las armas alienígenas la habían reducido

pedazos durante la batalla, dejando intactolamente esa sección trasera.

Se volvió hacia el grupo y alzó los brazos poencima de la cabeza.—Estiraos. Los músculos tienen que esta

elajados para el despegue y el aterrizaje.Las mujeres obedecieron, flexionaron las pierna

 se relajaron. Rena tardó un momento en volver colocar algunas de las cosas que se había atado acinturón y los hombros. Arjuna las había dotado odas de herramientas de desguace. Rena llevab

una sierra giratoria, cizallas industriales y undocena de otras herramientas más pequeñas en lomuchos bolsillos de su traje.

La voz de Arjuna sonó en sus cascos.—Muévanse con rapidez. No pierdan el tiemp

con componentes de poco valor. —Se encontrab

Page 691: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 691/915

en el puente, monitorizándolas, siguiendo el peci—. Cuando entren en una sala, escudríñenlo todoPónganle precio a todo lo que vean. Y recuerdeque las piezas más valiosas pueden no estar a l

vista. Busquen tuberías, cables, conductoSíganlos hasta la fuente. Encuentren lo que lourte de energía o lo que bombean. Retiren lo

paneles. Déjenlo todo al descubierto. Lueg

decidan qué es lo más valioso y empiecen a corta—Se estaba repitiendo. Llevaban semanaensayando—. ¿Y cuánto de más se recorta?

Se refería a los cables o los tubos, todas lapiezas sustituibles que conectaban con e

componente y lo anclaban a la nave. Cortar ucable de energía estaba bien. Cortar el componentno.

Todas las mujeres respondieron al unísono

algunas con voz monótona. Habían repasado estmuchas veces ya.—Como mínimo medio metro —dijeron.

—Como mínimo —repitió Arjuna—. Commínimo. Más, mejor. No se queden cortas a la hor

de ser cautelosas. Si cortan demasiado poco o s

Page 692: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 692/915

dañan la pieza al arrancarla, es basura. Nconseguiremos nada por ella.

Rena miró a su derecha y vio a Abbi a su ladoAbbi había llegado a la Cavadora  como espos

oven de una familia de mineros libres peruanoque nunca había permitido a sus mujeres salir aespacio. Parecía aterrorizada.

—No te alejes de mí —dijo Rena—. Iremo

untas a todas partes.Abbi asintió, agradecida.Rena se apiadó de ella. Abbi había perdido a s

único hijo, Mono, cuando la Cavadora  fudestruida, y la pérdida fue devastadora para ella

Desde entonces se había mostrado apartada distante. Rena había intentado consolarla ediversas ocasiones, pero Abbi siempre habíechazado sus gestos y preferido estar a sola

Ahora, sin embargo, estaba aterrada, desesperadpor tener compañía.—Nos ayudaremos la una a la otra —le dij

Rena—. Nadie está sola en esto.Abbi volvió a asentir, poniendo su mejor cara

Al menos lo estaba intentando, pensó Rena.

Page 693: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 693/915

La voz de Arjuna volvió a sonar.—Tendremos las redes abiertas. Cuando saque

un componente, llévenlo fuera y láncenlo a laedes.

Las redes habían sido una fuente de conflictentre las mujeres. Arjuna había ordenado a sripulación original que se encargara de las redes ecogiera las partes recuperadas, mientras que la

mujeres de la Cavadora  eran las que tenían quentrar en el pecio y recuperar los materialevaliosos.

—Veis lo que está haciendo, ¿verdad? —habídicho Julexi—. Nos da a nosotras el trabaj

peligroso y encarga el trabajo liviano y más segura su propia familia.

—Cortamos mejor que ellos —le respondiRena—. Conocemos los componentes mejor. L

hace por motivos prácticos. Nos moveremos máápido y rescataremos más cosas de esta manera.Era cierto, pero a nadie le gustaba.—¿Veis cómo ella se pone siempre de su part

en vez de ponerse de la nuestra? —se quejó Julex

—. Para Rena, Arjuna nunca hace nada mal.

Page 694: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 694/915

Era una acusación ridícula. Rena había discutidcon Arjuna en privado sobre media docena demas, a menudo ganando esas discusiones

consiguiendo lo que la familia necesitaba. Per

nunca alardeaba ante las mujeres de estapequeñas victorias. Nadie más sabía que habíaucedido. Eso únicamente daría alas a las quodavía recelaban de estar aquí. Usarían eso

argumentos como prueba de que venir a bordhabía sido un error. No importaba que en todas lanaves hubiera discusiones como las que Rena tenícon Arjuna. No importaba que todas las familiafuncionaran igual. Había sucedido cada día

bordo de la Cavadora. La gente discutía. Sexpresaban en voz alta los desacuerdos sobrcómo deberían hacerse las cosas. Se considerabaos puntos de vista contrarios. Se alcanzaba

acuerdos.Pero gente como Julexi parecía olvidar eshecho cuando estaban tan desesperadas por ir econtra de la situación actual.

—La escotilla se abrirá en cinco... —anunci

Arjuna— cuatro... tres... dos... uno.

Page 695: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 695/915

La escotilla crujió y el vacío del espaciabsorbió la vaharada de oxígeno de la cámarestanca. Retirados los cierres y rotos los selloRena empujó la escotilla, que cedió hacia fuera

evelando la infinita expansión del espacio máallá. Se había dicho que sería la primera en salipara dar ejemplo y mostrar a las mujeres qupodrían hacerlo sin los cables de seguridad, qu

odo saldría bien.Pero el miedo la paralizó. La negrura era upozo al que caería y continuaría cayendo pariempre. Se había llevado a Segundo. Se llevaría a ella también.

—¿A qué estás esperando? —dijo Julexi. Eruna acusación tanto como una pregunta. Era comi estuviera diciendo: ¿Veis cómo vacila? ¿Vei

cómo tiene miedo?

Era exactamente la motivación que Rennecesitaba para vencer el miedo. Extendió lmano, se impulsó para atravesar el agujero, sacos pies del casco de la nave y se lanzó hacia e

pecio, moviéndose un poco más rápido de l

necesario para demostrar que no tenía miedo.

Page 696: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 696/915

Voló directamente hacia la zona plana del cascde la nave siniestrada, el lugar donde habíadecidido que era más seguro desembarcar.

Sabía que las demás la seguían. Podía oír su

gruñidos y exhalaciones mientras se lanzabadesde el casco de la Gagak  en dirección al pecio

Justo en el último momento, Rena pulsó loetros de su mochila y estos dispararon pequeña

andanadas de aire comprimido y frenaron lnercia de la parte superior de su cuerpo. Comesperaba, la parte inferior continuó avanzando otó para tener ahora los pies por delante. Se pos

diestramente con los imanes de las bota

anclándose al pecio. Luego se volvió rápidamentevio venir a las demás y se apartó.

Abbi llegó detrás, pero no aterrizó con tantgracia. No consiguió colocar los pies a tiempo

golpeó el casco con el hombro y rebotó, a punto dalir dando vueltas al espacio. Rena la cogió poel brazo y tiró de ella, ayudándola a nivelarseAbbi respiraba con dificultad, los ojos espantadopero asintió dándole las gracias y se esforzó po

ecuperar la compostura.

Page 697: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 697/915

Julexi se torció el tobillo al aterrizar, percuando Rena se acercó para ayudarla a levantarsea rechazó bruscamente.—No finjas que te importa. Estoy bien.

Encontraron una escotilla y entraron en lcámara estanca de una bodega de carga. Estabcompletamente oscuro, y cuando Rena enfocó lala con su linterna, el rayo iluminó dos cadávere

a veinte metros de distancia. Se esperaban uncosa así, pero Rena no pudo evitar contenebruscamente la respiración. Los dos cadávereeran hombres. Uno de ellos estaba vuelto, pero eotro parecía mirarlas con expresión dolorida

Llevaban gruesos monos disparejos, lo quignificaba que probablemente eran miembros d

un clan: si fueran hombres de una corporaciólevarían uniformes.

Las mujeres se reunieron en torno a Rena contemplaron los cuerpos. Rena bajó la linterna e volvió hacia ellas.

—Sabíamos que encontraríamos cadáveregnoradlos. Concentrémonos en el equipo.

Un rápido repaso a la bodega de carga revel

Page 698: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 698/915

odo tipo de herramientas y equipo pesado: trajecascos, herramientas mineras, incluso unos cuantomecas excavadores que parecían en perfectestado de funcionamiento y valían una pequeñ

fortuna cada uno. La mayor parte estaba anclado por tanto no se había sacudido ni dañado duranta batalla. Rena contactó con Arjuna por radio y l

comunicó sus hallazgos.

—Buena pesca en su primer pecio, señora de lCavadora. Vamos a abrir las redes. Enviaralgunos hombres con cables y poleas para retiraos mecas. ¿Y en otras partes?

—Todavía no hemos explorado más allá de l

bodega.—Deje allí a la mayor parte de su equipo par

ecuperar las cosas y envíe unas pocas comprobar el resto de la nave. Es un pecio grande

Puede que haya más cosas de valor.—Recibido.Abbi apuntaba con su linterna a los do

cadáveres.—No me parece bien, Rena. Robar así a lo

muertos. Eran mineros libres como nosotros.

Page 699: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 699/915

—Hemos recuperado cosas de naves muertaantes, Abbi. Gran parte de nuestro equipo de lCavadora procedía de cosas encontradas.

—Sí, pero yo nunca había tenido que cogerla

De todas formas, lo hacemos para seguir con vidaLos cuervos se lo llevan para obtener beneficios.

—No es distinto. Todo es supervivencia. Ahoracompáñame, necesito tu ayuda. —La apartó d

os cadáveres. Varias mujeres habían sacado sualadros tras retirar los cerrojos de anclaje deequipo que esperaban rescatar—. Julexi —llamRena—, Abbi y yo vamos a explorar el resto de lnave. Quedas a cargo de la operación aquí.

Julexi pareció sorprenderse, pero luego entornos ojos, recelosa.—¿Por qué yo?

—Porque si alguien puede encargarse de u

rabajo tan grande esa eres tú.Rena pensaba que a Julexi le vendría bieentirse responsable del éxito de ese día. Arjun

había accedido a darles el treinta por ciento de lque recuperaran, así que el botín de la jornad

ería una suma decente. No cubría ni de lejos l

Page 700: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 700/915

Page 701: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 701/915

Page 702: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 702/915

para no mirarlos a la cara. Aun así, se detuvcuando se toparon con el cadáver de una joven quagarraba un bulto envuelto en una manta. Lexpresión del rostro de la mujer era seria

desesperada, como si hubiera pasado sus últimomomentos suplicando a Dios en oración. Rena ne atrevió a retirar la manta: no era capaz de ver

un bebé muerto.

Los carteles de las paredes estaban todos efrancés, y la gente tenía aspecto europeo. Renpasó ante sucesivas puertas de habitáculodecorados con pintorescos cuadros, telabrillantes y retratos enmarcados, como si todo e

mundo se hubiera esforzado en personalizar sinconcito de la nave. Había hamacas

contenedores de comida, juguetes infantiles holopads. Rena incluso vio unos cuantos libros d

papel flotando en el pasillo.Por el aspecto de lo que veía, había sido unfamilia adinerada. Rena no podía decir spertenecía a un gran clan o si se trataba de unoperación de una sola nave, pero fuera como fues

había sido una empresa de éxito. Más importante

Page 703: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 703/915

Page 704: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 704/915

muchos cerrojos y anclajes que lo sujetaban a lpared. Cortarlo no sería fácil, y llevarlo a lbodega sería una tarea engorrosa: el generador eralto y grueso, y trasladarlo por los pasillos si

dañarlo sería peliagudo.Rena pensó en no decir nada e ignorarlo po

completo, pero volver con las manos vacías serínvitar a la ira de Julexi. No; tenía que demostra

que estaba haciendo su parte mientras las demáescataban lo que había en la bodega de carga.Rena conectó su transmisor y envió un mensaj

por radio con fotos y vídeos directamente Arjuna. El capitán cuervo pareció complacido po

el hallazgo y le pidió que lo trajera lo más rápidque pudiera. Rena ancló su linterna a la pared usó su medidor para asegurarse de que egenerador no tenía energía. Luego soltó la sierr

de su pierna y se puso a trabajar. La sala erdiminuta, así que Abbi esperó en el pasillmientras ella cortaba.

La hoja chirrió mientras cortaba las abrazaderade acero, rociando de chispas la guarnición. Ren

cortó con facilidad las dos primeras abrazadera

Page 705: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 705/915

pero la tercera y la cuarta estaban detrás degenerador y la sierra no las alcanzaba. Tendría quhacerlo a mano. Apartó la sierra y sacó la seguetaEl espacio apenas era más ancho que su brazo

Cuando metió la mano con la segueta, ni siquieruvo espacio suficiente para girar el pesado casc

a un lado para ver sus movimientos. Palpó a ciegacon la segueta hasta que encontró la abrazadera

empezó a cortar. Pronto quedó claro que iba ardar una eternidad. Cuando se detuvo a recuperael aliento, estaba acalorada, sudorosa y frustrada.

Llamó a Abbi para que le echara una mano.Abbi no respondió.

Rena llamó de nuevo, pero tampoco obtuvespuesta.

Sacó el brazo del estrecho espacio y salió apasillo. Abbi no estaba allí.

—¿Abbi?—Estoy aquí. —La voz era un susurro. Aparecer había estado llorando.

—¿Dónde?—En el pasillo a tu izquierda.

La linterna de Rena estaba todavía con e

Page 706: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 706/915

generador. La dejó allí y se dirigió a su izquierdaLa luz del traje de Abbi brotaba de una de lahabitaciones más allá. Rena se encaminó haciaquel lugar. Cuando llegó a la puerta vio que er

una habitación de niños. Las paredes estabapintadas con naves mineras y planetas. A lo largde una pared había cinco hamacas de tamañnfantil. Había figuritas de juguete y cascos d

plástico, pelotas, y animales de peluche. Paralivio de Rena no había ningún niño dentro: quizos habían trasladado a otra parte de la nave ante

de la batalla.Abbi flotaba en mitad de la habitación, sujetand

un taladro de juguete. No la miró.—Mono tenía uno de estos —dijo en voz baja—

Estaba roto cuando se lo regalamos. Entonces solenía dos años. Jugaba con él horas y hora

evoloteando por la habitación, imitando louidos del taladro, fingiendo que lo desatornillabodo. —Le dio la vuelta en las manos—. Creo qu

por eso quería ser mecánico. Tenía este estúpidaladro de plástico y entonces vio a Segundo

Víctor usando uno de verdad, y los ojos se l

Page 707: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 707/915

encendieron.Rena no dijo nada.—Iba a ser mecánico —continuó Abbi—. Es l

que me decía. Iba a ser como Víctor. Siempre er

Víctor esto y Víctor lo otro. Me hacía mápreguntas sobre Víctor que sobre su propio padre

Soltó el taladro, que se quedó flotando en eaire. Lo miró.

—Si le hubiera regalado otra cosa, un juguetdiferente, todo habría sido distinto. No habríquerido ser mecánico. No se habría escapadaquel día. Se habría quedado conmigo. No habríestado en la Cavadora.

Alzó la cabeza y miró a Rena. Había lágrimas eus ojos.—Tendríamos que haber muerto con ellos, Rena

Todas nosotras tendríamos que haber muerto.

—Ellos no querían eso, Abbi. Querían quobreviviéramos. Es lo que dijo Segundo.—¿A quién le importa lo que dijera Segundo? —

exclamó—. ¡Mono era un niño! ¡Murió soloTodos los demás estaban fuera de la nave. Tendrí

miedo. Querría que yo estuviera con él. Segur

Page 708: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 708/915

que me llamó a gritos.Rena no supo qué decir.—Tú nos decías que somos familia, somos uno

Que teníamos que estar juntos. ¿Por qué entonce

no estuvimos juntos cuando más importaba? ¿Eh¿Por qué abandonamos la nave? ¿Por qué nfuimos una familia entonces?

Rena se acercó para abrazarla.

—Abbi...—¡No! ¡No me toques! —Empujó a Rena, quchocó contra la pared del fondo.

—Abbi... —dijo con voz tranquilizadora.—¡¡Vete!!

Rena no se movió.—¡¡He dicho que te vayas!!Rena se marchó. Regresó a la habitación dond

estaba el generador. No recogió la segueta. Se l

quedó mirando. Se había engañado a sí mismapensó. No eran una familia. Esa idea murió coSegundo, Mono, Pitoso y todos los demás. Lo quenían antes se había roto para siempre. Aunqu

consiguieran tener otra nave algún día, ¿qu

cambiaría eso? No resolvería nada. Seguiría

Page 709: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 709/915

iendo quienes eran, seguiría faltándoles la otrparte de sí mismas.

La voz de Arjuna por la radio, rápida y frenéticaa sobresaltó.

—¡Vuelvan todas a la nave ahora mismo! ¡Dejeo que estén haciendo y muévanse! ¡Rápido!—¿Qué sucede? —preguntó Rena.—¡No haga preguntas! ¡Muévanse!

—Abbi y yo estamos todavía a varios minutos ddistancia. Estamos muy adentro de la naveDígame qué está pasando. —Recogió la linterna corrió de vuelta a la habitación donde se hallabAbbi.

—Khalid —dijo Arjuna.—¿Qué es un khalid?—No es una cosa. Es una persona. Un somal

Un buitre. El peor. Viene hacia aquí. Debe d

haber oído nuestras transmisiones. Nos matará odos si nos encuentra aquí. ¿Está muy lejos?Abbi seguía en la habitación de los niños. Habí

vuelto a coger el taladro de juguete. Aparte de esono se había movido.

—Estamos a diez minutos de la bodega de carg

Page 710: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 710/915

—dijo Rena. Había escotillas que abrir y pasilloque recorrer.

—No tienen diez minutos —replicó Arjuna—Las necesito en la nave ahora. Encuentren un

alida más rápida.—¿Y si no podemos?—No puedo esperarlas. Lo siento. Dense prisa

Les doy cinco minutos. —Cortó la comunicación.

Debía de ser una broma. ¡Cinco minutos!—Abbi. Vámonos. Tenemos que movernos.Abbi no alzó la cabeza. Rena voló hacia ella, l

agarró por los hombros y la sacudió.—¡Muévete! ¡Tenemos que irnos!

—Pues vete —musitó Abbi, zafándose de sumanos.

Se estaba rindiendo, advirtió Rena. Elegía moriallí. La agarró de nuevo por los hombros.

—Escúchame. Voy a salir de este pecio y tú vavenir conmigo.Abbi le apartó los brazos.—Déjame en paz. —Trató de darse la vuelta

pero Rena la empujó hacia la puerta. Era fác

hacerlo en gravedad cero: los pies de Ren

Page 711: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 711/915

estaban anclados, y los de Abbi no.Abbi giró torpemente pero se agarró a la puerta—No puedes obligarme. Así que no lo intente

iquiera.

Tenía razón, naturalmente. Rena no podíobligarla. No podía arrastrarla de vuelta a la navi pataleaba y se resistía todo el camino. Pero ¿qu

podía hacer?

—No voy a dejarte aquí —dijo.—Entonces moriremos las dos.La resignación de Abbi era tan aterradora com

o que las esperaba. Era como si ya estuviermuerta. Rena comprendió que no podrí

convencerla. Había tomado una decisión.Rena se acercó a ella.—Lo siento, Abbi.—¿Por dejarme? No lo sientas.

—No por dejarte. Por hacer esto.Rena extendió la mano por detrás del casco dAbbi y arrancó el tubo de oxígeno. Los ojos dAbbi se abrieron de par en par, presos del pánicomientras el aire del casco escapaba por la válvula

Abrió la boca, jadeando a la desesperada,

Page 712: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 712/915

entonces perdió el conocimiento y ladeó la cabezaRena volvió a colocar el tubo en su sitio comprobó las constantes vitales mientras el casce volvía a llenar de aire. El corazón latía. E

pulso era débil pero había. Rena la agarró empujó el cuerpo flácido al pasillo. Si Abbi nvenía voluntariamente, la empujaría hasta la naveLa cuestión era cómo. No podía permitir que la

extremidades de su amiga se extendieran chocaran con las cosas o golpearan las paredes escotillas. Se moverían más rápido si Abbestuviera encogida en posición fetal.

Echó mano al cable recogido en su cadera

desenrolló varios metros. Dobló a Abbi y le atas piernas sobre el pecho. A continuació

vinieron los brazos. Los dobló hacia dentro y loató también, como si Abbi se estuviera abrazand

as rodillas. No era ideal, pero tendría que valerMiró el reloj. Ya había pasado un minuto. Les doy cinco minutos.

Rena miró a la izquierda, por donde habíavenido. La flecha en la pared al fondo del pasill

eñalaba la ruta a la bodega de carga. Die

Page 713: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 713/915

minutos hasta allí.Miró a la derecha. El pasillo se extendía otro

veinte metros y luego se detenía, permitiéndolgirar a izquierda o derecha. No tenía ni idea de l

que había en esa dirección. Tal vez una escotillque diera al exterior, o era un callejón sin salida. Les doy cinco minutos.

Se lanzó hacia la derecha, dirigiéndose a l

desconocido. El cable atado a su cadera se tensó Abbi le fue a la zaga. No iban lo bastante rápidoRena pulsó el botón de propulsión de su pulgaEra una locura hacerlo dentro de la nave. Salidisparada por el pasillo. Abbi chocó contra l

pared pero continuó siguiéndola, arrastrada por ecable. Rena tenía sus constantes vitales en el VCAEl pulso seguía allí. No te mueras, rogó.

Llegó al fondo del pasillo. Abbi chocó con s

espalda, lanzándola contra la pared. Rena secuperó, ilesa. Miró a ambos lados, esperandver una escotilla al exterior. No había ninguna. Erotro pasillo que se extendía unos veinte metros a lderecha, tal vez cuarenta a la izquierda. Mir

hacia atrás. Al fondo del pasillo estaba la flech

Page 714: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 714/915

pintada, llamándola, señalando el camino. Les doy cinco minutos.Se lanzó hacia la izquierda, internándose más e

a negrura, en el laberinto de la nave, alejándos

de la única ruta de escape que conocía. Tendríaque haberse quedado en la nave WU-HU, se dijoulexi tenía razón. ¿Qué tenían que hacer allí entros cuervos? Iba a morir en los restos de esa nave

Abbi y ella, las dos, y todo era culpa suya. El taKhalid y su tripulación las encontrarían y seguiríaa lo suyo, y la familia se rompería aún más.

O peor aún, Khalid se apoderaría de la nave dArjuna y todos morirían. Edimar, Lola, Julexi, lo

niños, los bebés. Todos.Tendría que haber seguido las flechas. Era l

decisión correcta.La linterna fluctuó y luego se apagó, dejándol

umida en una oscuridad total a excepción de lucecita del casco. Maldijo, sacudiendo linterna, golpeando las pilas, tratando de qu

funcionara de nuevo. Voló hacia delante, ciegaDiez metros, veinte. Golpeó la linterna contra s

palma y la luz volvió a encenderse. Extendió l

Page 715: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 715/915

mano hacia la izquierda, donde el pasillo scurvaba, y se detuvo contra la pared, preparándospara el impacto con Abbi. Medio segundo máarde chocó y rebotó, aunque el relleno de su

rajes absorbió el impacto.Rena se volvió hacia la izquierda y encontró...Un cuarto de baño.Era un callejón sin salida. Allí no había ningun

escotilla. Ninguna vía de escape. Había seguido ecamino equivocado. Había apostado y habíperdido. Les doy cinco minutos.No podía decirles que la esperaran. Sería igua

que matarlos. Les diría que se marcharan. Ahorao nos esperen. Corran. Lárguense. Protejan a lo

niños, maldición.Quiso llorar. Segundo le había dicho qu

continuara viviendo. Le había pedido que lomantuviera a todos juntos. Y ella lo habífastidiado todo. Había fracasado. Ni siquierhabía podido hacer eso. Sin él, no era nada.

Abbi flotaba encogida junto a ella, envuelta en e

cable. Una parte de Rena quiso darle una patada

Page 716: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 716/915

La otra parte quiso enroscarse también y unirse ella.

Conectó la radio, la voz tranquila.—Arjuna.

—¡Rena! ¿Dónde están? Las demás ya están bordo. ¡Tenemos que despegar ya!

Las otras mujeres ya habían vuelto a la naveEscaparían al menos. Eso le produjo ciert

consuelo.—Váyanse —dijo.—¿Qué?—Ya me ha oído. Váyanse. No podremos salir

iempo. Prométame que las llevará a una estació

de tránsito. Prométame que las mantendrá a salvoÉl guardó silencio un instante.—Se lo prometo por mi vida, señora.Hecho. Él cumpliría su palabra. Rena lo sabía

La familia, aunque rota, sobreviviría. Se separigeramente de la pared y volvió por donde habívenido. El cable se tensó y Abbi la siguió, todavínconsciente. Buscarían una habitación, decidió, uugar donde estar juntas y esperar a Khalid. Ta

vez podría hablar con él y ofrecerse a servir en s

Page 717: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 717/915

nave. Tal vez las dejara a ambas trabajar por suvidas.

Pero no; se estaba engañando. Khalid era ubuitre, un asesino. No habría piedad, ningun

posibilidad de unirse a su nave. Haría lo quhacían siempre los buitres.

Tampoco podría luchar contra ellos, no contrbuitres armados. Rena no tenía armas ni habilida

para el combate. Tengo que cortar el aire de Abbe dijo. Y esta vez definitivamente. Eso sería emayor acto de piedad: dejar que murierpacíficamente dormida antes de que llegara Khali  abusara de ella. Sí, pensó, le cortaré el aire

uego haré lo mismo con el mío.Pasó ante una habitación a la izquierda. Volvi

a cabeza y vio que en la pared del fondo habímuebles metálicos llenos de suministros. Siguió s

camino. Pasó ante una segunda habitación. Volvide nuevo la cabeza y vio que no había nada en lpared del fondo.

Ni siquiera pared.Solo estrellas. Millones de estrellas. Dond

antes estaba la pared ahora había un agujero

Page 718: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 718/915

Debía de haber pasado de largo cuando se apaga linterna.—¡¡Esperen!! —gritó por la radio—. ¡¡EsperenGiró el cuerpo y conectó la propulsión. Sali

disparada a través del agujero. El cable se tensóAbbi la siguió. Se encontraron fuera de la nave, eespacio alrededor. Libres.

—¡No nos dejen! ¡Estamos fuera!

—Las veo —dijo Arjuna—. Voy hacia ustedes.La Gagak   era una nave grande pero mumaniobrable. Giró hacia ellas. Conectó loetropropulsores, reduciendo velocidad mientrae acercaba. La compuerta de la cámara estanc

estaba abierta, a treinta metros de distancia. Lolesperaba en la escotilla, haciéndole señas.

—¡Ahora, Rena!Rena pulsó el botón de su pulgar. Sali

disparada como una bala. Llegó rápidamenteDisparó los retropropulsores en el último segundopero no fue lo bastante veloz y chocó contra ecasco. Abbi la seguía y se estrelló contra ella. Estvez la dejó sin aliento, y pensó que podría sal

ebotada al espacio. Pero Lola fue más rápida

Page 719: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 719/915

Agarró la mano de Rena y tiró de ella. Abbi entrdetrás. Lola cerró la escotilla.

—¡Las tengo!La nave vibró. Los motores rugieron. Rena s

preparó para la fuerza de la aceleración. Pero nucedió nada.—No nos movemos —le dijo a Lola.

La otra mujer estaba soltando los cables

iberando a Abbi.—Es un truco. Ayúdame a desatarla.Rena se sintió confundida, pero no discutió

Soltaron los cables. La cámara estanca empezaba presurizarse, llenándose de oxígeno. Entonces la

uces se apagaron. Rena sintió un momento dpánico. Y entonces se pusieron en movimientoRena casi cayó hacia atrás en la oscuridadbuscando con la mano un asidero. Encontró uno

e sujetó. Entonces su cuerpo se ajustó a laceleración y todo quedó quieto. La cámarestanca sonó anunciando que todo estaba en orden la compuerta interior se abrió.

Un puñado de luces bañó a Lena. Las otra

mujeres estaban esperando en la bodega de carga

Page 720: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 720/915

apuntando con sus linternas la escotilla. Laayudaron a entrar y quitarse los cascos. Abbempezaba a recuperar el conocimiento y abríentamente los ojos. Estaba viva.

Arjuna llegó un momento más tarde con spropia linterna, corriendo desde el puente.

—Estamos a salvo por ahora.—¿Qué acaba de pasar? —preguntó Rena.

—Disparamos una bomba calorífica y noquedamos en negro.—No sé qué significa eso.

—Cuando nos marchamos de un sitio, noquedamos en negro. No desprendemos ningun

firma de calor, nada que pueda hacer que locarroñeros nos localicen. Los carroñeros siemprmiran no en el pecio original, sino en las naveque se marchan. Así que dejamos una fuerte firm

al dirigirnos a un rumbo concreto, pero aquedarnos en negro, nos lanzamos en otrdirección distinta, un movimiento brusco a un ladque hace que sea difícil deducir cuál es el rumbverdadero que seguimos.

—De modo que piensan que nos hemos ido

Page 721: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 721/915

otra parte.—Desprendemos una señal calorífica falsa e

otra dirección. Aparecerá en los instrumentos dKhalid como si esa fuera la dirección real de lo

cohetes, así que nos buscarán en una partequivocada.

—¿No detectarán nuestro cohete oculto?—Es lo más concentrado posible, así que no s

e puede detectar a menos que estés en una gammuy estrecha, mientras que la bomba calorífica eancha. Parece un cohete que dispara una vez, ápido. Pero en realidad no produce ningú

cambio en nuestra trayectoria porque se despeg

de la nave antes de estallar.—Muy astuto —dijo Rena—. Suponiendo qu

esto haya funcionado antes.—Estoy vivo, ¿no? —Arjuna miró a Abbi, qu

e había recuperado del todo, rodeada de lademás mujeres, que la consolaban.—¿Y ahora qué? —preguntó Rena.

—Ahora empieza el trabajo real. Lclasificamos todo y nos deshacemos de lo que n

queremos.

Page 722: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 722/915

—No podemos arrojar sin más por la borda lacosas de poco valor —dijo Rena—. Eso epeligroso. Otras naves podrían toparse con ellaLos restos a la deriva son el equivalente a un

mina de tierra.—Yo no soy como los otros cuervos, señora d

a Cavadora. Puede que otras tripulaciones hagaesas cosas, pero nosotros no. Depositamos lo

artículos que no queremos en la superficie de loasteroides para no dejar ningún rastro dcomponentes a la deriva.

Ella asintió, nuevamente impresionada.—No pretendía asustarla antes —dijo él—

Khalid salió de la nada. Debió de estaiguiéndonos. Ahora no nos seguirá. Me alegro d

que lograra usted regresar.—Ya somos dos.

—¿Está bien? ¿Cómo se encuentra, señora?El corazón de Rena todavía le resonaba en epecho.

—Viva —dijo—. Me siento viva.

Page 723: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 723/915

23

CAMUFLAJE 

En cuanto la lanzadera estuvo lo bastante cercde la Luna para enviar y recibir transmisioneVíctor mandó una línea láser y contactó coYanyu. Era el turno de sueño en Imbrium, y Yanyuapareció en el holocampo sobre el salpicader

despeinada y con cara de dormida. Al ver que eraVíctor e Imala quienes llamaban, espabiló en unstante.—Nos dijeron que os dirigíais al Cinturón.

—Eso hacíamos —respondió Víctor—. Pero lituación ha cambiado. Nos dimos la vuelta eÚltima Oportunidad. No hemos tenido ningúcontacto con nadie en siete días. Esperábamos qupudieras ayudarnos. No sabíamos a quién má

lamar.

Page 724: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 724/915

—¿Tenéis algún sitio donde quedaros?—No —dijo Imala.—Entonces os quedaréis conmigo. ¿Dónde vai

a atracar? Me reuniré con vosotros allí.

—Guía Lunar no nos ha agarrado todavíaPodemos ir al lugar que esté más cerca de taunque preferiríamos que no fuera un muelle duke. Se suponía que teníamos que llevar est

anzadera a Midway.—Hay un muelle de atraque público al sur de lCiudad Vieja en Convington Square. ¿Conoces eitio?—Sí.

—Reuníos allí conmigo dentro de una hora —dijo Yanyu.

Imala voló hacia la Ciudad Vieja, y Guía Lunaos llevó el resto del camino. Atracaron

desembarcaron. Yanyu estaba esperándolos en ucafé que abría toda la noche, vestida y presentableOcuparon un reservado al fondo, apartados deesto de los clientes.

—Os marchasteis sin despediros —les dij

Yanyu.

Page 725: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 725/915

—Ukko estaba ansioso por quitarnos de emedio —respondió Víctor.

—Es lo que supusimos. No quería que hablarade Lem. Unos abogados vinieron a vernos a

doctor Prescott y a mí cuando os fuisteis. Nohicieron firmar unos acuerdos de confidencialidaobre que nunca hablaríamos de Lem ni de ningú

ataque que pudiera haber realizado su nave.

—¿Eso es legalmente vinculante? —preguntmala.Yanyu se encogió de hombros.

—Podríamos alegar que lo firmamos bajpresión, pero no importaría. Nunca llegaría a lo

ribunales.—Lamento haberos implicado —dijo Víctor—

o pretendía arrastraros a esto.Yanyu volvió a encogerse de hombros.

—No pienses en ello. Hay asuntos máacuciantes por todas partes.—Cuéntanos qué nos ha pasado estos último

iete días —dijo Imala.Yanyu frunció el ceño, sombría.

—Primero fue el ataque nuclear.

Page 726: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 726/915

Víctor e Imala se envararon.—¿Contra la nave nodriza?—No os emocionéis demasiado —dijo Yanyu—

Fue un fracaso. Los fórmicos destruyeron lo

misiles mucho antes de que impactaran contra lnave. Sus cañones los alcanzaron y las bombaexplotaron. El estallido de la radiacióelectromagnética destruyó docenas de satélites

dañó gran parte de la red de comunicacioneexistentes. Es un milagro que la Luna pueda segucontactando con la Tierra. Podría haber arrasadodo el sistema.

—¿Los fórmicos no resultaron dañados? —

preguntó Imala.—No detectamos tal extremo —respondió Yany

—. Y la cosa empeora. Ayer Estados Unidos yvarias naciones más lanzaron un ataque contra l

nave nodriza usando una flota de más de cincuentnaves tripuladas. Ese intento fracasó tambiénAhora hay restos de naves y lanzaderas flotandalrededor de la nave nodriza. Murieron miles dpersonas. Fue horrible.

—¿Por qué los restos se congregan en torno a l

Page 727: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 727/915

nave fórmica? —preguntó Víctor—. Tendrían quhaber sido lanzados en todas direcciones cuandas naves estallaron en pedazos.

—La nave fórmica tiene una especie de camp

magnético alrededor —explicó Yanyu—. No es lbastante fuerte para capturarlo todo, pero sí lopedazos pequeños. Es un verdadero caos. Ecampo de restos tiene varios kilómetros de grosor

—¿Sufrieron algún daño los fórmicos? —nsistió Imala.—No exactamente. Hay unas cuantas marcas d

quemaduras por fuego láser, pero ningún dañestructural visible. Sin embargo, para nosotros fu

una masacre. La gente dice que es el final dcualquier ofensiva espacial a gran escala.

—¿Y China? ¿Cómo van las cosas en la Tierra?Yanyu adoptó un tono grave y solemne.

—Horrible. Se estima que las bajas superan lodos millones, y el ejército no ha conseguidninguna victoria importante. Las tres sondas sigueen pie. Las fuerzas aéreas las han atacado con todu potencial, en vano. Ahora los fórmicos ha

construido montañas de biomasa con vegetació

Page 728: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 728/915

arrasada, animales muertos y cadáveres humanoumándolo todo como si fueran grandes pilas d

basura. Nadie sabe por qué, pero hay un montón dfotos horribles en las redes. Os sugiero que la

evitéis.—¿Tienes noticias de tu familia? —pregunt

mala.Yanyu asintió.

—Mis padres huyeron de Guangzhou en un barcumbo a Vietnam. Desde allí volaron a LondresPudieron escapar porque tienen dinero. Todos miamigos y el resto de mi familia siguen en ChinaMi padre está intentando sacar a todos los qu

puede, pero los barcos son pocos y el precio depasaje aumenta cada día. Hay miles de personaeunidas en los muelles cada mañana, pero sol

zarpan unos pocos barcos. Las multitudes se ha

vuelto violentas. Algunos matan literalmente poconseguir un sitio.—El instinto de supervivencia —dijo Víctor—

Los padres están dispuestos a hacer cualquier cospor salvar a sus hijos.

—Es demasiado horrible pensarlo —dijo Yany

Page 729: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 729/915

—. Esa no es la China que yo recuerdo.—¿Qué más has oído? —preguntó Imala.—Nada bueno. Tengo muchos amigos chinos e

as redes. Me envían imágenes y vídeos que ha

omado de la destrucción. Antes abría los adjuntoAhora ya no. No tengo estómago. Algunos de miamigos en la red no han respondido a mis emails ne conectan desde hace semanas. No sé si está

vivos o muertos. —Sus ojos se nublaron, permantuvo la voz firme—. Me siento muy impotentaquí. Mi país arde, y yo no puedo hacer nada. Niquiera alistarme. —Alzó su brazo impedido—

Lo intenté, pero me rechazaron.

—Llévame a la oficina de reclutamiento —dijVíctor—. Para eso regresamos. Para que yo puedunirme a la lucha.

Yanyu pareció sorprendida.

—Pero ¿qué puedes hacer tú? No eres chino. Mpaís no permite la entrada a otros soldados, y ala lucha ha terminado.

—La nave de mi familia fue destruida —dijVíctor—. Mis padres y la mitad de mis familiare

murieron. Lo hicieron los fórmicos. No voy

Page 730: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 730/915

cruzarme de brazos mientras hacen lo mismo a otrgente. Pienso detenerlos.

Yanyu extendió la mano sobre la mesa y le cogia suya.

—Siento mucho tu pérdida, Víctor.Su contacto y la gentileza de su voz casi l

hicieron llorar. Durante días, Víctor habíofocado todo pensamiento acerca de su padre. N

podía pensar en eso, era demasiado doloroso. Spadre estaba muerto. La persona más constante ea vida de Víctor había muerto. Día tras día había

pasado todo el tiempo trabajando en la nave haciendo reparaciones, aprendiendo juntos, riend

untos, discutiendo en ocasiones, sí, pero siemprespetándose. Siempre juntos. Ni siquiera s

madre pasaba tanto tiempo con su padre.Y ahora Segundo había muerto.

Víctor se preguntó cómo se lo estaría tomando smadre. En parte, se sentía culpable por no volver cuidar de ella y las demás en la nave WU-HU. ¿Nera ese su deber como último varón superviviente

o regresar era como abandonarla, ¿no? Ella l

necesitaba. Sin su padre, estaría rota por dentro.

Page 731: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 731/915

Sin embargo, Víctor sabía que su madre era mufuerte. Si alguien podía sobrevivir y manteneunidos a las mujeres y los niños, era su madre. Nnecesitaba la ayuda de Víctor para eso. De hecho

u presencia solo aumentaría su carga, porquería ella quien tendría que consolarlo, no aevés.

Ese era su don. Su padre reparaba máquina

otas; su madre, personas rotas.—Venid —dijo Yanyu—. Os llevaré.Cogieron un coche guiado hasta el centro de l

Ciudad Vieja, donde se encontraban las oficinade reclutamiento. Se bajaron en el edificio de l

OTAN y permanecieron allí de pie, bajo la luartificial.

—¿Quieres que entre contigo? —se ofrecimala.

—No. Puedo hacerlo solo.—Esperaremos aquí —dijo Yanyu—. Os llevara mi apartamento cuando acabes. No tembarcarán como mínimo hasta dentro de unodías.

—Si es que me embarcan, quieres decir.

Page 732: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 732/915

—Piensa en positivo —dijo Imala—. El mundestá desesperado. Estarían locos si no aceptaran alguien con tus capacidades.

Víctor entró en el edificio y le dijo a la muje

del mostrador el motivo de su visita. Ella ldirigió a una sala donde esperaban unos hombrede su misma edad. Pasó una hora y fueron llegandmás hombres. Pertenecían a todas la

nacionalidades. Algunos iban bien vestidos. Otrolevaban atuendos desparejos y gastados, como era norma entre las familias de mineros libres.

Por fin entró un militar uniformado y se dirigió ellos.

—La OTAN no acepta espontáneos —dijo—Solo aceptamos soldados entrenados. Nuestrafuerzas proceden de los ejércitos de los paísemiembros. Así que no podemos aceptar a ningun

de ustedes. Sin embargo, hay reclutadores de lodistintos países miembros. Pueden alistarse en suejércitos, y cuando hayan recibido instrucciónpueden solicitar que los trasladen a una fuerza da OTAN. Si no son ciudadanos de ningún país, s

no tienen un certificado de nacimiento, me tem

Page 733: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 733/915

que ningún país podrá aceptarlos. Por favoalgan por aquí. —Indicó la puerta por la qu

habían entrado—. Denle su información dcontacto a la recepcionista. Si nuestra polític

cambia, nos encargaremos de contactar coustedes.

—¿Cómo? —dijo Víctor—. ¿Cómo contactarácon nosotros? Mi nave fue destruida, ¿y cóm

podrían contactar de todas formas? La mayoría das comunicaciones ha caído.—Lo siento. Solo cumplo órdenes.—¿Quiere decir que le han ordenado que no

diga a los nacidos en el espacio que no

marchemos?Hubo un silencio. El soldado no dijo nada.

—¿Qué importancia tiene la ciudadanía? —nsistió Víctor—. La gente de la Tierra est

muriendo. ¿Cree que les importa que suescatadores tengan un certificado de nacimiento?—Mire, yo no dicto las normas.—No; solo las sigue. Van a dejar que el mund

ea destruido por una norma.

—Con el debido respeto, amigo, una person

Page 734: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 734/915

ola no puede salvar el mundo.Víctor se puso en pie.—Con el debido respeto, amigo, se equivoca.Atravesó la puerta y pasó por el mostrador si

detenerse.Fuera, Imala y Yanyu vieron que las cosas n

habían salido bien.—¿Qué ha pasado? —preguntó Imala.

Toda la ira y la decepción de Víctor fueroustituidas por la vergüenza.—Ni siquiera soy un ciudadano de segund

clase, Imala. No soy nadie.—Eso no es cierto —dijo Yanyu—. Eres u

ciudadano de primera. Un amigo de primera. VenOs prepararé mis pasteles de nabos. Eso ogustará.

¿Pasteles hechos con nabos? Puajj. Pero Vícto

ofreció su mejor sonrisa y las siguió hacia ucoche guiado disponible.

El apartamento de Yanyu era pequeño perestaba bien organizado, adornado con bagatelas

eproducciones artísticas chinas. Había bastant

Page 735: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 735/915

comida para acompañar los pasteles de nabosallarines fritos con brotes de habichuelas, conge

con tarta de cerdo, y té dulce, todo en envaseellados que se pegaban magnéticamente a l

mesa. Víctor nunca lo habría considerado udesayuno como Dios manda, pero estaba bueno.

Los pasteles de nabos, como había vaticinadYanyu, en efecto le gustaron. Eran gruesos pastele

de arroz frito, cuadrados, rellenos de salchichas amón de Jinhu. Víctor ya había comido cuatrantes de que Yanyu explicara que en realidad no shacían con nabos.

—¿Entonces por qué los llamáis así? —pregunt

Víctor con la boca llena.Yanyu se encogió de hombros.

—¿Por qué los americanos las llamahamburguesas si no las hacen en Hamburgo?

—Ya —dijo Imala.—¿Qué vais a hacer ahora? —preguntó Yanycuando terminaron de comer y retiraron los platos

—Si ningún ejército nos acepta, formaremos enuestro propio —dijo Víctor—. Nosotros tres.

—¿Qué pueden hacer tres personas contra lo

Page 736: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 736/915

fórmicos? —preguntó Yanyu.—Cuéntanos más cosas del ataque de ayer a l

nave nodriza. ¿Qué hicieron los fórmicoexactamente?

—Arrasaron —dijo Yanyu—. Dispararon controdo lo que se movía. Algunas lanzaderas s

acercaron despacio, pero los fórmicos ladesintegraron antes de que llegaran a la nave. Lo

humanos quedaron en ridículo.—¿Tienes imágenes de la batalla?—La grabamos con los telescopios Juke. —

Yanyu se levantó de la mesa y dio un salto lunahasta la habitación principal, donde recuper

varios archivos de vídeo en la holopantalla—Sírvete tú mismo, aunque te resultará deprimente.

Víctor cogió los controles y empezó a estudiaas imágenes. El ataque estaba bien coordinado. L

primera oleada tomó como objetivo logeneradores de escudos y otros blancos defensivode la nave nodriza, pero los cohetes disparadopor las naves humanas estallaron antes dalcanzarla, golpeando los escudos que rodeaban

os fórmicos, fueran lo que fuesen. Sin embargo, e

Page 737: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 737/915

fuego láser se abrió paso entre los escudos, y espareció impulsar las lanzaderas terrícolas hacidelante. Cualquier esperanza de victoria se frustrun momento después, cuando de la nave fórmic

brotó un abanico de rayos de plasma qudiezmaron la flota terrícola en menos de un minuto

—Es como si no lo hubieran intentado siquier—dijo Imala—. Les damos con todo nuestr

arsenal, y ellos ni se despeinan.Víctor volvió a visionar las imágenes. Le pidial ordenador que midiera la velocidad de lanaves humanas, sus ángulos de aproximación y enúmero de veces que disparaba cada nave. A

ercer visionado entendió la pauta. Al cuartoestaba seguro de tener razón.

—Mirad esto —dijo, reiniciando el vídeo eproduciéndolo más despacio—. Las aberturas d

a superficie de la nave fórmica se abren, peromirad, se centran primero en las naves máápidas.—Claro —dijo Yanyu—. Es lo que yo haría. La

naves más rápidas son las que los alcanzará

primero y por tanto la amenaza más inmediata.

Page 738: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 738/915

—Pero eso no es todo. Algunas de esas naveápidas ni siquiera se dirigen hacia los fórmico

Unas cuantas se mueven en arco, colocándose eposición, preparándose para abordar a lo

fórmicos desde otra dirección. De modo que srayectoria los lleva a un punto en el espacio a

otro lado. Unas cuantas ni siquiera disparaodavía.

—¿Cuál es tu argumento? —dijo Imala.—Mi argumento es que no tienen sentido tácticoLos humanos se defenderían de otra forma. Nocentraríamos en las naves que supusieran lamenaza mayor y más inmediata, ¿no? Las nave

que dispararan. Pero los fórmicos no. Se centraen las naves que se mueven más rápido.

—Eliminaron todas las naves —repuso Imala—¿Importa el orden en que lo hicieron?

—Importa. Mirad. —Aceleró el vídeo hasta efinal de la batalla—. Ahí. Las naves destruidas eúltimo lugar fueron las que se movían mádespacio. Sin embargo, algunas estaban arrasanda superficie de la nave fórmica con fuego láser

Así que en algunos casos los fórmicos eliminaro

Page 739: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 739/915

naves que no les disparaban antes que a las que o hacían.—¿Y eso qué significa exactamente?

—Significa que sus defensas se basan en l

detección de movimientos. Identificaron a todaas naves y las destruyeron según la velocidad du movimiento. Por tanto, si una nave se moviero bastante lento y de manera poco sospechosa

podría alcanzar la nave fórmica.—Suena absurdo —dijo Imala—. Si se muevhacia la nave, está en movimiento. Eso dispararíos sensores fórmicos.

—No si se mueve muy, muy despacio. Aqu

mira los restos en torno a la nave fórmica. Lmayor parte de los restos de las naves destruidahan desaparecido, arrasados y alejándose velocidad constante. Pero todavía hay cientos d

piezas rodeando la nave nodriza. Ninguna de esapiezas está inerte. Todas giran o van a la derivaasí que tienen movimiento. Sin embargo, lofórmicos no las pulverizan. ¿Por qué?

—Porque no son naves —dijo Imala—. So

estos. Ya no suponen ninguna amenaza.

Page 740: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 740/915

—Exactamente —dijo Víctor—. Tienen algo dmovimiento pero las ignoran porque son restos.

—Si es otro argumento por tu parte, Vico, no lvemos.

—Esta es la respuesta. Así es como podralcanzar la nave fórmica.

—¿Cómo? —dijo Imala.—Camuflando una lanzadera diminuta para qu

parezca un trozo de nave destruida y pilotándolmuy despacio, como si fuera a la deriva. Smezclaría con los otros restos. Los fórmicos lgnorarían por completo. Y si el movimiento fuero bastante lento, sus sensores no la detectarían.

—En teoría. No sabemos lo sensibles que sous sensores.—Tenemos una idea bastante aproximada —dij

Víctor—. Mi padre y los hombres de la Cavadora

unto con los de Lem, llegaron a la superficie de lnave. ¿Cómo? Haciendo que sus naves igualaran lvelocidad de los fórmicos, lo que significa qupara ellos parecían estacionarias. Y lo mámportante: por algún motivo, los hombre

atravesaron el escudo. Puedo llegar a esa nave

Page 741: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 741/915

mala.—¿Para hacer qué, exactamente? ¿Volarla? Tu

familia ya lo intentó, Vico. No funcionó.—Mi familia trató de dañarla desde fuera. N

entraron.—Entonces ¿quieres entrar en la nave? ¿Cómo?—No lo sé todavía. Se me acaba de ocurrir. Y

pensaré el modo.

—Sé que estás molesto porque no te hapermitido alistarte, Vico, pero seamos racionalesLo que sugieres es un suicidio. No tenemos louministros que necesitas. No tenemos lanzaderao tenemos camuflaje para una lanzadera. Y desd

uego no tenemos armas para hacer ningún dañdentro de la nave fórmica, aunque, gracias a algúmilagro, pudieras colarte.

—Pero ¿qué pasa con vosotros los planetarios

—dijo Víctor—. Todo lo que hacéis es decir quno se puede. No podemos esto, no podemos lotro. Todo va contra las normas. Pues sabes quéasí es como vivimos nosotros, Imala. Así es compensamos los mineros libres. Cuando hay u

problema, no nos quedamos sentados pensando e

Page 742: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 742/915

odo lo que no se puede hacer: hacemos algoEncontramos un modo, y lo arreglamos.

Imala se cruzó de brazos.—Estamos en el mismo equipo, Vico. He hech

acrificios por ti, y cabrearte conmigo no sirve dnada. Todo lo que he dicho es verdad. Puede quno te guste, pero eso son los hechos. No tenemoesos suministros. Que yo cuestione tu idea n

ignifica que esté equivocada. ¿Me estás diciendque todas las ideas de los mineros libres sobuenas?

—No. Por supuesto que no.—Entonces pensemos en esto en lugar d

discutir.Víctor resopló.—Tienes razón. Lo siento.Imala se volvió hacia Yanyu.

—¿Tiene el observatorio una lanzadera qupodamos usar?—Creía que habías descartado la idea —dij

Víctor.—Estoy comprobando si es factible —respondi

mala—. Intento ayudar. —Se volvió de nuev

Page 743: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 743/915

hacia Yanyu.—No —respondió esta—. A veces reparamo

os telescopios, pero se encarga un equipo dmantenimiento. Tienen sus propias lanzadera

unca las he visto. No sabría cómo conseguir una—¿Y la lanzadera Juke? —preguntó Víctor—

¿La que acabamos de atracar?Imala negó con la cabeza.

—Ahora está en el sistema. No tenemoautorización para volver a subir a bordo nlevarla a ninguna parte. Juke Limited no no

dejaría ni acercarnos. Además, ¿cómo se camufluna lanzadera? Tal vez habría que empezar po

ahí.—Chatarra espacial —dijo Víctor—. Hay mile

de piezas orbitando la Tierra. Satélites antiguosestaciones espaciales retiradas, componente

descartados. Recogemos unas cuantas y laoldamos al casco de la lanzadera para quparezca un trozo grande de nave destruida.

—¿Soldarla? —dijo Imala—. ¿Quién va dejarnos una lanzadera y luego permitirnos qu

prácticamente la destruyamos soldándole chatarr

Page 744: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 744/915

alrededor?Víctor se encogió de hombros.

—No lo sé. Tengo algo de dinero. Quizpodríamos comprar una de segunda mano.

—No tienes suficiente. Ni siquiera una fraccióde lo que nos haría falta. Las lanzaderaoperativas son caras. Incluso las viejas. Sobrodo ahora. Con la guerra y la gente presa de

pánico, puedes apostar a que el precio de laanzaderas ha subido por las nubes. Podría dartodo lo que tengo en mi cuenta, pero seguiríamo

quedándonos cortos. Además, está el coste decombustible para salir y recuperar la chatarr

espacial; eso será casi tan caro como la lanzadermisma. Es una buena idea, Vico, pero no tenemoel dinero necesario.

—Yo aportaría también todo lo que hay en m

cuenta —dijo Yanyu—. Tal vez otra gente deaboratorio contribuya.Víctor e Imala intercambiaron una mirada.

—Merece la pena intentarlo —dijo Imala—Pero no creo que sea suficiente.

—Dejadme que lo consulte con todos.

Page 745: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 745/915

Saltó hacia el holocampo y empezó a chatear cous compañeros de trabajo. Varios ofreciero

dinero, pero la mayoría se mostraron escépticos ehusaron participar. Tenían la mism

preocupación que Imala: cuando llegaran a la navfórmica, ¿qué? ¿De qué sirve invertir en unanzadera si te faltan otras cosas para cumplir t

propósito? Imala se pasó un rato buscando en la

edes lanzaderas en venta, cada vez máconvencida de que no podrían comprar una.Después, Yanyu e Imala echaron cuentas. Seguí

faltándoles mucho. Ni siquiera tenían suficientpara comprar la carcasa de una lanzadera qu

vendía un tipo. Sin motor. Sin controles de vueloSolo el cuerpo de la nave.

—Necesitamos un mecenas —concluyó Imala—Alguien con recursos. Alguien que pued

proporcionarnos una lanzadera y armas.—Si vas a mencionar a Ukko Jukes —dijVíctor—, te recuerdo que nos quiere fuera descena. Prácticamente nos desterró al Cinturón.

—No me refiero a Ukko, sino a Lem.

—¿Ese? Es un asesino, Imala. Estropeó la nav

Page 746: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 746/915

de mi familia. Trató de matarme.—Ayudó a tu familia más tarde, Vico.—Los abandonó. Los dejó para que murieran.

—Tiene lo que necesitamos. Y quier

deshacerse de los fórmicos tanto como nosotros.—Ni siquiera sabemos si está en la Luna. Seguí

en Última Oportunidad cuando nos marchamos dallí.

—Ya lo he comprobado mientras Yanyu estabaen el holo —dijo Imala—. Llegó hace varios díaSalió en todas las noticias.

—No es de fiar.—Dijo la verdad respecto a tu familia, Vico. N

enía por qué hacerlo. Fue sincero.—Su versión de la verdad. Y eso no le conviert

en un aliado.—Todo el que quiera destruir a los fórmicos e

un aliado, Vico. No me gusta más que a ti. Mparece tan repulsivo como su padre, pero puedconseguirnos lo que necesitamos si logramoconvencerlo de que coopere.

—Solo cogerá la idea y la llevará a cabo é

mismo.

Page 747: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 747/915

—Tanto mejor —dijo Imala—. Que corra él eiesgo si quiere. No importa cómo caigan lo

fórmicos. Solo importa que caigan.Víctor guardó silencio un momento.

—Si se niega, solicito autorización para darle upuñetazo en la cara.

—Si se niega —dijo Imala—, tendrás quponerte a la cola.

Lem accedió a reunirse con ellos en un jardíbotánico de la Ciudad Vieja una hora después dque las instalaciones cerraran. Imala sugirió quYanyu se quedara en casa y siguiera buscando un

anzadera asequible.Víctor e Imala llegaron a la hora convenida, y e

portero los escoltó a través del jardín de azaleahasta un banco bajo un manzano silvestre y lodejó allí. Lem no había llegado todavía, así que sentaron a esperar.

Imala fue señalando las flores que conocíaAzaleas y rododendros flanqueaban el senderoBlancas, rosas, coral, magenta. Enormes lilas s

agitaban suavemente con la brisa artificial, y su

Page 748: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 748/915

capullos púrpura desprendían un suave olor que smezclaba con los aromas de la tierra húmeda y lhierba y las demás flores. Para Víctor era algo tapotente y tan desconocido que se sintió un poc

mareado.Lem apareció diez minutos después con u

équito de guardias de seguridad que smantuvieron a cierta distancia. Se sentó en e

banco frente a ellos y se acomodó lánguidamente.—¿Por qué reunirnos aquí? —preguntó Imala—¿Por qué no en un lugar más público?

—Porque no quiere que lo vean con un sucichupador de piedras —dijo Víctor.

Imala le puso una mano en el muslo parcalmarlo.

—Allá donde voy me asaltan los paparazzi —dijo Lem—. Es molesto. Pensé que no querría

que les metieran las cámaras por las narices.—Sí, ahora es un gran héroe —ironizó Víctor—Esta tarde hemos visto algunas de sus entrevistaFue muy valiente al abandonar a todos esomineros libres. ¿De dónde sacó el valor?

Lem compuso una expresión de fastidio.

Page 749: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 749/915

—¿Para esto querían verme? ¿Para insultarmeo tengo tiempo para tonterías. —Empezó

evantarse.—No —dijo Imala—. No es por eso. —Miró

Víctor y este levantó las manos en gesto dendición.Lem volvió a sentarse.—Miren —dijo—, sean cuales sean sus plane

permítanme empezar diciendo que esta compañíiene el mejor equipo de abogados del mundo. Spretenden chantajearme no funcionará. Mi padrno lo permitiría. Si acuden a la prensa, lognorarán. Si acuden a las redes, los eliminarán,

es caerá encima un pleito que les arruinaráCréanme, mi padre es implacable. Sé que nlevan ustedes encima aparatos de escucha porqu

el portero los examinó cuando entraron, pero s

esa es su intención, les ahorraré un montón dmolestias poniendo fin a esta conversación antede que digan algo que luego lamentarán. Porquea lo que sea, mi padre no lo consentirá, y l

historia no acabará bien para ustedes.

—¿Ves, Imala? —dijo Víctor—. Lo único qu

Page 750: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 750/915

iene para nosotros son amenazas.—No les estoy amenazando, sino advirtiendo

Les estoy haciendo un favor. No quieran convertien espectáculo lo que sucedió en el Cinturón d

Kuiper. Perderían. Hay otras formas de hacer estoEstoy dispuesto a llegar a un acuerdo con lfamilia del hombre que murió. En privado. De umodo que no pueda atribuírseme. Pero lo haré co

mucho gusto. Sin abogados ni documentos. Si lesposa y los hijos siguen vivos, felizmente leabriré una cuenta y me encargaré de que estén bieatendidos.

Víctor se enfadó tanto que tuvo que conteners

para no saltar.—¿Cree que puede comprar a mi familia? ¿Cre

que puede pagar dinero por mi tío Marco? —Svolvió hacia Imala—. Esto ha sido un error. No v

a ayudarnos.—¿Ayudarles a qué? —se interesó Lem.—No hemos venido a chantajearlo —dijo Imal

—. Hemos venido porque creemos habedescubierto un modo de entrar en la nave fórmica

—¿Y para qué querrían hacer eso?

Page 751: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 751/915

—Estamos en guerra —dijo Víctor—. Quizá ne ha dado cuenta.Lem entornó los ojos.—Tu familia era mucho más agradable que tú

Víctor. Me cuesta trabajo creer que seáiparientes.

Víctor se levantó.—Se acabó. Nos vamos de aquí, Imala.

—Siéntate, Víctor —ordenó Imala, cortante—Los dos están actuando como niños. Hay gentmuriendo. Millones de personas. Me gustaríhacer algo al respecto. Creía que ustedes doambién. Si me equivoco, díganlo ahora, y buscar

en otra parte.A regañadientes, Víctor volvió a sentarse.Imala miró a Lem, que se acomodó en el banco

alzó las manos, asintiendo.

—La escucho. ¿Cuál es su plan?Ella se lo contó. Cuando terminó, Lem reflexionun momento.

—¿Cómo se entra en la nave fórmica cuando slegue a ella? La he visto de cerca. No tien

puertas ni ventanas. Ningún punto de entrada.

Page 752: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 752/915

—Entraré por donde emergen los cañones —espondió Víctor—. Camino de la nave, m

detendré en uno de los pecios más grandes y lcolocaré un impulsor. Un motor pequeño. No ser

difícil. Entonces, cuando llegue a la nave fórmicapondré en marcha el impulsor y haré que el pecivuele directamente hacia la nave fórmica lo máápido que pueda. Los cañones se asomarán par

educirlo a cenizas, y yo me colaré por el agujeroImala se lo quedó mirando.—Es buena idea. ¿Por qué no lo mencionast

antes?—Porque se me acaba de ocurrir.

—¿Y cómo volverías a salir? —preguntó Lem—. Cuando el cañón se retire, quedarás atrapaddentro.

—Me llevaré abrazaderas de acero reforzado, e

más fuerte que haya. Abriré el hueco lo suficientpara poder salir.—¿Y si no hay ningún punto de entrada dentr

del agujero? El cañón podría estar en un hueco siacceso al interior de la nave.

—Entonces estropearé el cañón. Lo dañaré tod

Page 753: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 753/915

o que pueda. Aprovecharé el tiempo. Lexaminaré. Aprenderé cuanto pueda.

—¿Y qué harás si logras entrar en la nave?—Buscar el puente y colocar un explosivo —

dijo Víctor—. Quien dirija el ejército alienígenestará allí. Si lo mato imperará el caos.

—¿Cómo sabrás encontrar el puente? —preguntLem.

—Estará en el centro de la nave.—¿Cómo puedes estar tan seguro?—Porque es allí donde yo lo pondría. Mire l

forma que tiene la nave. ¿Dónde querría estar sfuera el capitán y se moviera por el espacio a un

fracción de la velocidad de la luz con amenazas dcolisión por todas partes?

—Lo más lejos posible del casco.—Exacto. En el centro de la nave. El lugar má

protegido.—Suponiendo que tuvieras razón respecto a socalización —dijo Lem—, ¿cómo piensas llega

hasta allí? La nave estará repleta de fórmicos.—No lo sabré hasta que esté dentro. Y lo estar

grabando todo. Así que aunque muera, la

Page 754: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 754/915

mágenes serán útiles. El equipo que me siga nrá a ciegas.

Lem reflexionó en silencio y luego tomó undecisión. Se inclinó hacia delante.

—Hay una rama de las instalaciones dproducción de Juke dedicada a un proyecto en eque estoy trabajando. El Ala H16. Tiene su propimuelle de atraque, con entrada y salida. La gent

de mi padre no va allí. Solo mis ingenieros tienepermitido el acceso. Cuando hayan recogido lchatarra espacial, llévenla allí junto con lanzadera. Les daré un lugar en las instalacione

para camuflar la lanzadera y prepararla para e

anzamiento. Tendrán todas las herramientas qunecesiten e ingenieros que les echen una mano shace falta. Les ofrecería restos de las naves Jukpara el camuflaje, pero no quiero que mi padr

enga nada que ver con esto. Esto no es una misióde Juke, sino nuestra misión. ¿Entendido? Susáramos algo de Juke aparte de mis instalacione mi propio dinero, mi padre nos lo quitaría de la

manos y se apropiaría de todo. Perderíamos e

control.

Page 755: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 755/915

»Así que tampoco podemos usar una lanzaderuke. Tiene que ser una que compren ustedes

Pequeña para que pueda mezclarse con los peciopero equipada adecuadamente. Algo fiable. No u

cacharro. No vamos a fracasar por usar equipdefectuoso. Compren una lanzadera nuevaTambién necesitarán una lanzadera de transporte un carguero para traer la chatarra espacial de l

órbita. No pueden cargarlo todo en una lanzaderdiminuta. Así que consigan ambas cosas. Uransporte y una lanzadera pequeña. Tambié

necesitarán combustible, naturalmente, más otrouministros que no se me ocurren ahora mismo

¿Cuánto necesitan?Imala tardó un momento en encontrar la voz.

—Humm, no había contado con el precio decarguero...

—Necesitarán uno —insistió Lem.—Muy bien. —Imala pensó un momento y diuna cifra.

—Voy a triplicarlo —dijo Lem, marcando lonúmeros en su pad de muñeca—. Estas cosas so

iempre más caras de lo que uno piensa. Si le

Page 756: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 756/915

hace falta más, háganmelo saber. —Le indicó mala que extendiera la mano y luego acercó s

pad de muñeca al de ella.Imala miró la cantidad. Se quedó asombrada.

—Gracias.—No me las dé. No hago esto por ustedes. L

hago por la raza humana.Se levantó para marcharse.

—Una cosa más. He leído su expediente, ImalaDescubrió un montón de mierda sobre mi padre. Yeso le costó su empleo. Sé que puede pensar lcontrario, pero mi padre no estaba implicado eesas prácticas comerciales. Tiene alguno

empleados deshonestos, y se está encargando dellos. Mientras tanto, quiero zanjar el tema. Quierconocer qué impuestos y tarifas atrasados pueddeber mi padre. No dirigirá esta compañí

eternamente. Y cuando sea mía, no quiero trapoucios. Hay un enlace en esa cuenta que le hdado. Envíeme todo lo que encontró, y yo mencargaré de ello.

Imala asintió, sorprendida.

—Eso haré.

Page 757: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 757/915

—Bien. Ahora consigan los suministros lévenlos al muelle de atraque.—Ala H16 —repitió Imala.—Eso es.

Lem se ajustó la chaqueta y comprobó sugemelos, como si pensara que un fotógrafo pudierestar esperándolo al otro lado de la puertaEntonces se dio media vuelta y se marchó, seguid

de su séquito de seguridad.Cuando se fue, Víctor dijo:—¿Es cosa mía o el olor de las flore

desapareció cuando llegaron él y su hedor?—Yo tampoco me fío de él —dijo Imala

mirando su pad de muñeca—. Pero no voy discutir con esto. —Le dio un golpecito en epecho y se encaminó a la salida—. Vamos, chicdel espacio. Tú y yo acabamos de declarar l

guerra a los fórmicos.

Page 758: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 758/915

24

SANGRE Y CENIZAS 

A la hora de la cena, Mazer estaba sentado coas piernas cruzadas en el suelo de la granja, frenta Bingwen y su abuelo. Era la tercera nocheguida que comían arroz y brotes de bamb

hervidos. Mazer terminó su porción y soltó la hoj

que le servía de cuenco.—Ya estoy lo bastante recuperado. Deberí

ponerme en marcha al amanecer.Bingwen pareció asustarse.

—No puede. Tenemos que permanecer juntosDíselo, abuelo.—No se dan órdenes a las personas mayore

niño. Mazer debe hacer lo que considere mejor.—Pero... no puede dejarnos. Le salvé. Tiene qu

protegernos. Nos lo debe.

Page 759: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 759/915

—¡Bingwen! —El anciano dio una palmada tafuerte que sonó como un trueno dentro de la cas—. Me deshonras. Ve a limpiar las ollas.

—Sí, abuelo. —El niño se inclinó y se marchó.

—Perdone a mi nieto, Mazer. Es joven enguaraz y sabe poco de respeto.—Pues el chico tiene razón. Se lo debo.—No nos debe nada. Está vivo porque es usted

o hay ninguna deuda entre nosotros.—Deberían ir al norte. No pueden quedarsaquí. No hay más suministros en el valle

ecesitan comida y agua fresca. Solo se haquedado todo este tiempo por mí, y se l

agradezco, pero no puedo permitir que se sigaponiendo en peligro por mi causa. Los acompañaral norte hasta que encontremos otro grupo familia con la que puedan viajar. Entonces m

dirigiré al sur.—¿Hacia la sonda? ¿No puedo convencerle dque no haga esa locura?

—Destruir las sondas es la única forma de ponefin a esta guerra.

Danwen resopló.

Page 760: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 760/915

—Soy un anciano, Mazer, demasiado viejo parhacer la guerra, contra usted o contra los fórmicoSi dice que tiene que ir al sur, no intentardetenerlo. Aunque le permitiré que nos escolt

hasta una familia o un grupo. El niño no se siente alvo conmigo, y no se lo reprocho. Poco pued

hacer para defendernos. Se merece algo mejoros marcharemos al alba.

—Gracias. Además, y espero que no se ofendaYe Ye Danwen, pero después de la guerra quieroayudar a que Bingwen asista a un colegio. Me hcontado lo difícil que es conseguir aquí uneducación. Con su bendición, me gustarí

matricularlo en alguna parte. En una escuelprivada de Pekín, tal vez. O en Guangzhou. Yo lpagaré. Mientras pueda. Se lo debo.

Danwen extendió la mano y palmeó la de Mazer

—Es usted un buen hombre, Mazer RackhamTiene mi bendición. Bingwen es un niño diferenteDirá usted que no soy parcial, pero creo que euno entre mil. Tal vez uno entre un millón. ¿Creque un niño podría ser más sabio que la mayorí

de los adultos?

Page 761: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 761/915

—Ahora sí.Danwen se echó a reír.—Sí, un niño muy sabio. Tendría que preguntarl

cómo destruir la sonda. No me sorprendería qu

uviera la respuesta.Esa noche Danwen insistió en hacer la primer

guardia. Se sentó en la puerta de la granja con lespada cruzada sobre el regazo. Mazer se acost

cerca de la ventana al otro lado de la habitacióncon una buena vista del cielo nocturno. Contemplas estrellas, preguntándose si ya habría sid

destruida la nave nodriza. Tal vez los fórmicos dChina eran todo lo que quedaba.

—Mazer. —Un susurro.Se volvió. Bingwen estaba a su lado, sentado e

el suelo, abrazándose las rodillas contra el pecho—Lamento haberle pedido que se quedara. Fu

egoísta por mi parte.—No tienes que disculparte, chaval. Mquedaría si pudiera. Siento no poder hacerlo.

El niño asintió pero no se marchó.Mazer esperó. Bingwen miró el suelo.

—¿Hay algo más que quieras decirme, Bingwen

Page 762: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 762/915

El niño asintió, pero no miró a Mazer.—Tiene que decirle una cosa al abuelo. Antes d

marcharse. Yo no puedo decírselo. Lo he intentadomuchas veces, pero no soy capaz.

Mazer esperó. El niño parecía reticente.—¿Qué tengo que decirle, Bingwen?A la luz de la luna, Mazer pudo ver las lágrima

que corrían por las mejillas del chaval, que sigui

in emitir ningún sonido. Se frotó la cara con lmanga y luego habló en susurros.—Mis padres. No nos estarán esperando en e

norte. El día que fui a buscarlo, los vi. —Sacudia cabeza, avergonzado—. No los enterré. Y ahor

están en esa montaña de muerte, apilados coodas las demás cosas muertas. Los he deshonradoMazer se incorporó y tomó al niño en brazos.—No los has deshonrado, Bingwen. No piense

eso. Los has honrado al ayudarme. —No supo qumás decir. El pequeño se estremeció en silencientre sus brazos. Mazer pudo ver la silueta dDanwen en la puerta, mirando en su direcciónAlzó una mano para indicar que todo iba bien.

Poco después Bingwen se quedó dormido. Sol

Page 763: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 763/915

entonces Mazer lo colocó con cuidado sobre sesterilla en el suelo. Se tendió luego en laplanchas de madera a su lado, los ojos cansados el cuerpo débil. El arroz y el bambú le llenaban e

estómago, pero hacían poco más que eso. Estabin energías. Necesitaba nutrientes. A juzgar por l

demacrado que veía y sentía su cuerpo, calculabque había perdido unos siete kilos. Era un pes

que no podía permitirse perder: casi no tenía grascorporal a la que recurrir.En el exterior había una noche tranquila

ilenciosa. Mazer había tardado una semana eacostumbrarse al silencio. No había pájaro

aleteando, ni ratones ni criaturas pequeñacorreteando por la hierba, ni insectos gorjeando ea oscuridad. Los fórmicos habían calcinado lierra y todo lo que había en ella, no habían dejad

nada a su paso, solo el viento.Mazer despertó de repente. Se había quedaddormido, pero un sonido lo había despertado. Uonido suave que no encajaba en la noche. Srguió y lo vio en la puerta, apuntando con s

fumigador a la cara de Danwen. El anciano estab

Page 764: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 764/915

dormido. Mazer se levantó y se abalanzó. La lanzpulverizadora soltó una única vaharada de brumcontra el rostro del anciano. Danwen gimiuavemente. El fórmico alzó la cabeza

percibiendo movimiento en la oscuridad. Mazecayó sobre la criatura.

Chocaron y salieron dando tumbos al patio, lcriatura agitando las extremidades. Mazer l

arrancó la lanza pulverizadora, pero las otramanos de la criatura lo arañaron. Una pata lgolpeó. Mazer advirtió que era fuerte. Más de lque esperaba, como un simio. Intentaba agarrarloetorciéndose, luchando, tratando de morderlo co

us fauces. Rodaron por la tierra. El fórmico lalcanzó en la espalda, un golpe violento que lprodujo una punzada de dolor. La criatura estabdesesperada, pataleando, revolviéndose. Maze

intió que su presa se debilitaba: sus fuerzamermaban. Se giró y consiguió colocarse detrádel fórmico y entonces envolvió las piernaalrededor de su torso, sujetándole los brazocontra los costados. La criatura se debatió

desesperada, furiosa. Mazer pensó que el depósit

Page 765: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 765/915

del fumigador iba a romperse y cubrirlo díquido.—¿Abuelo?Bingwen estaba en la puerta mirando al anciano

que se había desplomado a un lado.—¡Atrás! —gritó Mazer—. ¡Cúbrete la boca!

Bingwen retrocedió hacia la oscuridad. Lcriatura se debatía y pataleaba. Mazer rodeó co

os brazos la cabeza del fórmico y la hizo giraviolentamente hacia un lado. Algo crujió. Mazeintió romperse músculos, huesos y cartílagos. E

fórmico se quedó flácido.Mazer lo sujetó un momento más antes d

oltarlo y alejarlo de una patada. Tenía el corazódesbocado, los brazos y las piernas cubiertos dhumedad. No estaba seguro de si era sudor suyo del fórmico. Sintió ganas de vomitar. Per

entonces estiró el cuello y controló la náusea.Oyó el suave sonido de pasos. Pisadas. Pero nhumanas. Venían de detrás del granero. La espadde Danwen yacía en el suelo, cerca de la puertaMazer buscó algún resto de la bruma, pero n

distinguió nada en la oscuridad. Podía estar allí,

Page 766: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 766/915

al vez no. No estaba seguro. Las pisadas sacercaban. Recogió la espada y se alejó rodandpara erguirse. Corrió hasta el granerigilosamente. Apoyó la espalda contra la pare

usto cuando otro fórmico con un fumigadoaparecía en la esquina a su izquierda y pasaba dargo. El fórmico vio a su compañero muerto en e

patio y se detuvo.

Mazer lo atacó por detrás y le hundió la espaden la cabeza sin encontrar mucha resistencia. Lleghasta el cuello, donde la hoja se quedó detenidaLa criatura cayó, casi arrancándole la espada das manos. Mazer la liberó de un tirón y se volvi

a escudar en el granero, escuchando.Más pisadas. Esta vez a su derecha. Avanzó e

esa dirección, moviendo los pies descalzoilenciosamente sobre la tierra. El fórmico dobl

a esquina antes de que Mazer la alcanzara. Lo viovaciló y trato de manejar la lanza fumigadora.Mazer dio un salto y ensartó a la criatura en s

centro. La hoja llegó hasta el depósito a la espald  se detuvo. La criatura miró la hoja que l

obresalía del pecho. Mazer recuperó la espada

Page 767: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 767/915

volvió a clavársela. La criatura no emitió ningúonido. Mazer liberó de nuevo la hoja, y e

fórmico se desplomó a sus pies.Mazer se agazapó de nuevo. Permaneció as

durante un minuto entero. Luego dos. Contó loegundos mentalmente. No oyó nada.

Entonces corrió hasta la granja. El cuerpo dDanwen seguía allí, caído en la puerta, medi

dentro medio fuera. Mazer lo agarró por lamuñecas y lo sacó al patio, lejos de donde habíaociado la bruma. El anciano estaba flácido

Mazer ya sabía que estaba muerto. Bingwen sasomó a la puerta.

—No salgas —ordenó Mazer—. Han rociadahí mismo. Coge mis botas y sal por la ventanateral.Bingwen desapareció de nuevo en el interior.

Mazer se arrodilló junto a Danwen. La criaturhabía rociado al anciano en la cara, y habíhumedad en su frente y sus mejillas. Quiscomprobarle el pulso, pero no se atrevió a tocar ecuello. Le cogió la muñeca.

No había pulso.

Page 768: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 768/915

Probó también con la otra muñeca.Nada.Colocó una mano sobre el pecho de Danwen. E

corazón no latía. Mazer alzó la cabeza. Bingwe

estaba allí de pie, con las botas en la manomirando a su abuelo. Se había puesto sus propiozapatos. Mazer se acercó a él y le volvió la carhacia la suya.

—Bingwen, mírame.El niño parpadeó en estado de shock .—Tu abuelo ha muerto. No podemos quedarno

aquí. Tenemos que irnos. ¿Comprendes?Bingwen asintió. Mazer se sentó en el suelo y s

puso las botas rápidamente.El niño contemplaba el cadáver de su abuelo.

—No podemos dejarlo así. Vendrán y se llevarán y lo pondrán con las cosas muertas. L

deshonrarán.Mazer lo cogió de la mano.—No hay tiempo para enterrarlo, Bingwen

Tenemos que marcharnos ya.El niño se zafó.

—No. No podemos permitir que se lo lleven.

Page 769: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 769/915

Mazer intentó retenerlo, pero el niño fue rápid  esquivó su mano. Corrió hacia la hoguera qu

usaban para cocinar. Agarró una olla y removias brasas. Unas cuantas al fondo estaban aú

ojas. Bingwen usó un palo para pasarlas a la olla—¿Qué vas a hacer? —preguntó Mazer.Bingwen no respondió. Corrió hacia el establo

vertió las brasas en un rincón, donde había u

montón de heno reseco. Prendió en el actoardiendo como una tea. Las llamas se extendieroápidamente, lamiendo la vieja y seca pared d

madera. Bingwen corrió de vuelta al lugar dondacía su abuelo. Agarró al anciano por los tobillo

 tiró con todas sus fuerzas, en vano.Mazer se acercó, se agachó y cogió al anciano e

brazos, cuidando de no tocarle la cara. Degranero surgía ahora una humareda. Las llamas s

arrastraban por la pared interior como si fuereña. Había una caja cuadrada de madera en euelo, cerca de la pared del fondo, donde s

guardaban más herramientas. Mazer colocó Danwen sobre ella y le acercó con el pie parte de

heno aún intacto. El fuego estaba cerca. De un

Page 770: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 770/915

patada, Mazer soltó de la pared una tabla elamas que se astilló y rompió. La cogió por l

parte que no ardía y la puso en la base de la cajdonde yacía Danwen. El humo era denso

astimaba los ojos. El calor era intenso. Mazealió del granero tosiendo y apartándose ceniz

ardiente de la ropa.Bingwen esperaba en el patio, contemplando la

lamas, la espada en la mano, la sangre brillanden la hoja a la luz de la luna.Mazer se arrodilló junto a él.

—No podemos quedarnos, Bingwen. ¿Puedecorrer?

Tenían que moverse. Los transportes de tropaeran silenciosos y ligeros como hojas. Podríalegar allí de un momento a otro. Bingwen s

volvió hacia Mazer con movimientos lentos, com

en trance. No respondió. Mazer comprendió quno podría correr. No con rapidez. Agarró lespada y cogió al niño en brazos. Luego echó correr hacia las montañas, dejando las llamas y lgranja a sus espaldas para dirigirse al norte, a l

oscuridad.

Page 771: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 771/915

Corrieron durante quince minutos, cortandcamino por campos que habían sido despojados dodo rastro de vida. Las botas de Mazer pronto s

lenaron de barro y ceniza. Cruzaron arrozaleciñéndose a los estrechos puentes de tierra entros cultivos y manteniéndose apartados del agu

estancada. Los brotes de arroz hacía tiempo que s

habían marchitado y muerto, y ahora un finesiduo químico flotaba encima del agua, brillandcomo aceite a la luz de la luna. Un kilómetro máallá de la base de la montaña encontraron unpequeña jungla que no había sido afectada por l

bruma y se internaron en ella, pues preferían estaa cubierto en el denso follaje que al aire libredonde podían divisarlos fácilmente. Sin embargoen la jungla era más difícil ver. Las ramas leiraban de la ropa y les golpeaban la cara. Mazeropezó dos veces y casi soltó a Bingwen.El niño empezaba ya a recuperarse.—Ya no tiene que seguir llevándome en brazo

—dijo—. Puedo correr.

Mazer no discutió. Estaba agotado, su cuerp

Page 772: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 772/915

cubierto de sudor. Sentía calambres en laextremidades, sobre todo en el brazo derecho, quhabía soportado el peso de Bingwen. La herida du vientre había empezado a arder también, y l

preocupaba haber desgarrado algo. Soltó al niño os dos se desplomaron contra un árbol. Mazer s

apoyó en el tronco, respirando entrecortadamentePermanecieron sentados en silencio un rato

Mazer quería consolar a Bingwen, decir algo qupareciera reconfortante, que suavizara la pena deniño. Pero todo lo que se le ocurría le parecínsuficiente, o una promesa vacía que no podrí

cumplir. Corrían peligro, más peligro que nunc

antes, y cualquier garantía de un final feliz parecífalsa e inverosímil.

Fue Bingwen quien rompió el silencio.—Lamento mucho que tuviera que llevarme e

brazos —dijo—. Yo... no pensaba con claridad.—No pasa nada. No me importó. Necesitaba eejercicio.

—No. No es así. No debería esforzarse. Deberíestar descansando. Mírese. Está más delgado qu

antes. Necesita comida, Mazer. Comida de verdad

Page 773: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 773/915

Carne y fruta y verdura, no arroz y bambú. Ydebería mirarlo un médico de verdad. —Se acercas rodillas al pecho como había hecho en l

granja—. No puede ir adonde está la sonda. N

puede. No está lo bastante sano para luchar.Mazer respiró varias veces más antes d

esponder, el corazón latiéndole con fuerza.—Es complicado, Bingwen.

—No. No lo es. Está débil. El ejército hatacado la sonda y no ha conseguido nada. ¿Qupuede hacer usted que ellos no puedan? Estarídesperdiciando su vida. Deje que los cazas y labombas se encarguen del asunto.

—Acabas de decir que las bombas no funcionan—Ir caminando hasta la sonda es una estupide

Un suicidio. Si quiere participar en la luchabusque a otros soldados. Colabore en otra parte

Puede ayudar y seguir viviendo.—Si voy al norte y encuentro tropas chinaprobablemente me arrestarán y me devolverán

ueva Zelanda. Y eso en el mejor de los casos.—¿Por qué iban a arrestarlo?

—Como decía, es complicado.

Page 774: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 774/915

—¿Y yo no lo comprendería porque soy un niñoCreí que habíamos superado eso.

Mazer resopló y se secó el sudor de la cara coa manga de la camisa.

—Muy bien. Me arrestarían porque no puedestar aquí. Desobedecí una orden directa adirigirme a la sonda. Tres de mis amigos murierocomo resultado de mi decisión. Mis superiores n

me lo perdonarán. Tampoco estoy seguro de quo pueda perdonármelo. —Inspiró hondo y snclinó hacia delante—. Por eso tengo que volver

Bingwen. No voy a regresar a casa hasta quayude a poner fin a esta guerra. No porque pued

absolverme de ignorar la orden, sino porque se ldebo a mis amigos para que sus muerteignifiquen algo. Porque te lo debo a ti y a tu

padres y a tu abuelo y a todos los que han sufrid

en China. ¿Tiene eso sentido?—No, no lo tiene. Es pura testarudez. No eusted responsable de lo que ha sucedido aquMazer. Ni siquiera lo es de sus amigos. Elloquerían ayudar. Desobedecer la orden fue tambié

decisión suya. No es su culpa que murieran.

Page 775: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 775/915

—Lo es. Yo era su oficial al mando. Eresponsable de su seguridad.

—¿Y lanzarse contra los fórmicos va a cambiaeso? ¿Qué espera conseguir haciéndose matar?

—No tengo planeado morir.—Bueno, seguro que los fórmicos estropea

esos planes. Es usted contra cientos o miles dellos. Usted, desarmado y débil, vestido co

harapos. Y ellos, protegidos por un escudo cargados de armas e implacables. No hay que seadulto para darse cuenta de la forma tan tonta eque se está comportando.

Mazer sonrió.

—Descansa, Bingwen. Es la última pausa quharemos en un buen rato.

Permanecieron en silencio varios minutos. Lespiración de Mazer se normalizó, y la quemazó

en su costado se disipó, lo que sugería que srataba de un punto de sutura y no de la herida... eso esperaba. Se levantaron y empezaron de nueva moverse, esta vez a ritmo más lento. Usaron lespada para abrirse paso en las zonas más tupida

de la jungla, pero cada golpe resonaba con fuerz

Page 776: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 776/915

en el silencio, así que lo hicieron pocas veces.Después de otra hora de caminata, Bingwe

preguntó:—¿Tiene usted hijos?

Eso sorprendió a Mazer.—¿Hijos? No. No estoy casado, Bingwen.—¿Por qué no? La doctora Kim se preocupa po

usted. ¿Por qué no se casa con ella?

Mazer miró al niño. Costaba distinguirlo coclaridad en la oscuridad y las sombras de lungla.—Ojalá fuera tan fácil.—Ella le quiere. Me di cuenta. Puede que teng

ocho años, pero no soy ciego.—La gente no se casa simplemente por esta

enamorados.—Claro que sí. ¿Por qué si no habrían d

hacerlo?—El matrimonio y la familia es un compromisoSi no puedes ser firme en tu compromiso, ndeberías hacerlo. Yo soy soldado. Siempre estofuera. Eso sería difícil para un matrimonio.

—Entonces ¿no se casará nunca?

Page 777: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 777/915

Page 778: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 778/915

enfrentado a una nueva cultura tras haber perdida que conocía. De niño, Mazer se había sentid

así cuando su madre murió. Ella había irritado a sfamilia maorí al casarse con un inglés. Era

maoríes puros y veían a su padre como un intrusque privaba a su hija de su herencia. Así que lexpulsaron de la tribu.

Más tarde, cuando nació Mazer, su madre s

arrepintió y lo sumergió en la cultura maorSeguía amando a su padre (no lo abandonarínunca), pero quería que Mazer se educara como lhabía hecho ella. Así que lo introdujo en la cultur  le enseñó la lengua, las danzas y las cancione

Lo alimentó con comidas maoríes, instaló en él eespíritu guerrero. Hizo de él un supermaorí.

Entonces, cuando él tenía diez años, murió. Y yno hubo nadie que defendiera la inclusión d

Mazer en el grupo. Su padre, después de habeido excluido durante todos esos años, desde luegno iba a hacerlo. En cambio, se lo llevó de vuelta Inglaterra y trató de borrar al maorí que había eél. Era hijo de una familia noble, y haría de Maze

un inglés de provecho con estudios de informátic

Page 779: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 779/915

  ciencias. De repente, Mazer pasó de llevar unvida de pescar/plantar taro/sacrificar cerdos llende canciones e historias a una vida de ordenadorede alta tecnología en los internados británicos.

Aprendió a adaptarse. Nunca fue aceptado poos británicos puros: lo llamaban cerdo y le daba

de lado. Pero se volvió más británico que elloAprendió todas las cortesías y protocolos de l

ociedad inglesa. Dominó el acento. Se volviumamente elocuente. Exprimió todos los temaque estudiaba. Se hizo experto en dos culturas.aunque en realidad no fuera ciudadano de ninguna

Bingwen se enfrentaba a lo mismo. Era u

campesino primitivo que se había topado con uncultura diferente, aprendiendo inglés e informáticaempapándose cuanto había podido. Había pasadde un mundo a otro como Mazer.

—El mundo cambiará siempre, Bingwen. Uno sconvierte en lo que es necesario para encajar eél.

—Entonces nunca voy a ser una persona. ¿Solo que sea conveniente para el mundo que m

odee? No es eso lo que quiero ser. Así no ser

Page 780: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 780/915

o.—No se trata de quién seas. Pero es así como s

obrevive. En realidad, se hace toda la vida. Ncambia quién eres. Sigues decidiendo, eligiendo l

mejor. Lo mejor de China, lo mejor de lo que haaprendido, lo mejor de tus padres. Sigue siendo telección, no importa lo que esté haciendo emundo, si esta es la China que conoces o no

Sigues decidiendo quién eres.—Pero no puedo decidir ser su hijo.—No, pero no tienes que ser mi hijo par

ignificar algo para mí. Puedes...Se interrumpió. Había oído algo. Voces, tal vez

o demasiado lejanas. Se llevó un dedo a loabios y Bingwen asintió.

Avanzaron a rastras, silenciosos como sombrashasta que llegaron al linde de la jungla, a poco

metros de distancia. Un amplio claro se abrió antellos en la oscuridad, y en el centro, a unos ciemetros, fluctuaba el resplandor rojizo de unhoguera. Varias formas se movían alrededor defuego, pero a esa distancia resultaba imposible ve

cuántas personas había o si eran amigas o no

Page 781: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 781/915

Mazer y Bingwen se agazaparon y prestaroatención. Quienesquiera que fuesen no habían sidmuy listos al encender una hoguera al descubiertoPrácticamente estaban llamando a los fórmicos

u posición.Mazer esperaba encontrar un grupo o una famili

que pudiera acoger a Bingwen, pero no sería esgente. Eran descuidados y ruidosos y era probabl

que acabaran muriendo. Lo inteligente era alejarsde ellos. Que los fórmicos los encuentren. No sonuestro problema.

Pero Mazer necesitaba información. No sabínada de la posición ni de los movimientos de lo

fórmicos. Quizás estaban yendo directamente haciellos. Hablar con los de la hoguera quizá fuera uiesgo, pero tenía que correrlo. Pensó ordenarle a

niño que se quedara atrás mientras él se acercab

a aquella gente, pero no se sentía cómodo dejanda Bingwen solo, y dudaba que a él le gustara ldea.

—No te alejes de mí —le dijo—. Y procura nhacer ruido hasta que estemos seguros de que so

amigos.

Page 782: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 782/915

Avanzaron hacia la luz, Mazer delante, espaden mano. Cuando casi habían cruzado el prado, sdetuvo y olisqueó el aire.

—¿Qué ocurre? —susurró Bingwen.

—Ese olor. A... langosta.Bingwen olfateó.—Sí.Mazer apretó la empuñadura de la espada y s

acercaron al campamento. Pronto las vagailuetas a la luz de la hoguera tomaron forma. Eracinco hombres y una mujer, todos en cuclillaalrededor de algo, el fuego a su espalda. Habíuna espeta sobre las llamas, donde se asaba un

criatura. A medida que fue acercándose, Mazer vique la criatura que cocinaban era la parte inferiode un fórmico. Se estaban comiendo la partuperior, que habían sacado de la espeta

colocado en el suelo, para rodearla como unmanada de chacales.Mazer se sintió asqueado. Quiso retrocede

pero ya estaban demasiado cerca del fuego, y lmujer los vio. Soltó un grito y los hombres s

pusieron en pie, empuñando sus armas: palo

Page 783: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 783/915

cuchillos y machetes. Eran campesinos. Tenían laopas desgarradas y manchadas, los rostroalvajes. Flacos y demacrados, parecía

desesperados.

Mazer no se movió. Bingwen se ocultó tras éadie habló.Finalmente, uno de los hombres, armado con u

machete, dijo:

—Esta comida es nuestra. No hay suficiente parustedes.—No queremos su comida —dijo Mazer.—Miente —dijo otro que empuñaba un cuchill

—. Claro que la quiere. Miradle los ojos.

—No deberían comer eso —dijo Mazer—. Soproteínas diferentes. No están hechas para econsumo humano.

—¿Veis? Intenta engañarnos para quitárnosl

odo.—Los fórmicos recogen a sus muertos —dijMazer—. Puede que vengan por este.

Los hombres miraron al cielo, como si pensaraque una nave pudiera descender justo encima d

ellos.

Page 784: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 784/915

La mujer se encontraba junto al fuego, detrás dos hombres. De pronto se dio media vuelta

empezó a vomitar. Los hombres la miraron. Lmujer cayó a cuatro patas y vació el estómago e

a tierra. Los hombres retrocedieron contemplaron el fórmico desmembrado a sus piea piel chamuscada y negra por el fuego, el pech

abierto y humeando ante el brillo de la hoguera

Uno de los hombres empezó a vomitar.Mazer cogió a Bingwen de la mano y echó correr.

Al amanecer encontraron una carretera. Habí

coches abandonados, algunos intactos, otroaplastados y destrozados. Había cráteres de dometros de ancho causados por las explosiones y efuego láser, y marcas de quemaduras por todapartes, acompañadas de profundos cortes en lierra y el asfalto. No había cadáveres, pero s

oscuras manchas de sangre esparcidas podoquier. Mazer trató de poner en marcha variovehículos, pero se habían llevado las baterías y la

células de combustible.

Page 785: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 785/915

Continuaron a pie, siguiendo la carretera hacia enorte durante unas cuantas horas. Vieron mádestrucción, más vehículos abandonados. Cuandoyeron naves, se escondieron y esperaron a qu

pasaran. A mediodía encontraron a una familia codos niños pequeños descansando a la sombra dun puente. La esposa hablaba poco, pero leofreció sopa, que aceptaron agradecidos.

—Nos escondimos en un cobertizo subterráne—contó el hombre—. Teníamos comida para máde una semana. Pensamos que podríamos aguantahasta que llegara ayuda, pero el ejército no vino escatarnos. Ahora vamos al norte.

Bingwen estaba apartado, jugando con el niño dcuatro años, tirándose una pelota de trapo. Era lprimera vez que Mazer lo veía reír.

—¿Pueden quedarse con el niño? —pregunt

Mazer.—La comida es escasa —dijo el padre.—Es listo y habilidoso. No puedo pagarle

ahora, pero lo haré cuando termine la guerra.—Puede que no esté vivo cuando termine l

guerra. O puede que no la ganemos.

Page 786: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 786/915

—Ganaremos. Quédense con el niño.El padre se lo pensó. Luego asintió. Sellaron e

acuerdo y poco después Mazer se arrodilló antBingwen y le entregó la espada.

—Toma —dijo—, tu abuelo querría que luvieras.Bingwen la cogió.

—Estaré más seguro con usted donde esté l

onda que con esta familia en el norte.—Son buena gente. Te darán de comer. Es máde lo que puedo hacer yo. —Puso una mano en ehombro del niño—. Cuando esto termine, quierque contactes conmigo. Te buscaré un colegio. U

buen colegio, donde te alimentarán y cuidarán.—Como un orfanato.—Mejor que eso. Un sitio donde vayan niño

istos. Niños especiales.

—¿Cómo me pongo en contacto con usted?—Memoriza mi email y mi dirección de holo¿Puedes hacerlo?

Bingwen asintió. Mazer le dio las direcciones.—Ahora repítelas.

Bingwen así lo hizo. Mazer se levantó y extendi

Page 787: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 787/915

una mano. El niño la estrechó.—¿Cuánto tiempo tengo que tener la férula en e

brazo? —preguntó.—Otras dos semanas. Intenta que no te caiga

más árboles encima.—Y usted intente que no lo maten.Mazer sonrió.—Eso haré. —Se detuvo un instante, sin quere

marcharse—. Nada de heroicidades, ¿de acuerdoVe al norte y ponte a salvo.Bingwen asintió.

No había más que decir. La familia estabesperando, lista para ponerse en marcha. Maze

onrió por última vez y luego se dio media vuelta e encaminó hacia el sur, sin mirar atrás.

Permaneció apartado de la carreteramoviéndose en paralelo, e hizo un buen promedio

Antes caminaba más despacio por causa dBingwen, pero ahora fijó su propio ritmo. La sope había dado nuevas energías. Encontró una zon

de jungla y durmió varias horas, enterrándose entras hojas caídas para permanecer oculto. Cuand

despertó, se puso de nuevo en marcha. A esa

Page 788: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 788/915

alturas, se moría de sed. Encontró varios charcode lluvia, pero no se le ocurrió beber de ellos. Aúltima hora de la tarde oyó los lejanos sonidos duna batalla al oeste de su posición, pero no pud

ver nada.Al anochecer oyó naves. Se agazapó junto a uno

matorrales marchitos y vio cómo un caza chino senfrentaba en el cielo a un volador fórmico. E

caza tenía más potencia de fuego, pero el aparatfórmico era más ágil. Se elevó y zambulló y cortel ala del caza con una andanada de fuego láser. Ecaza se consumió entre llamas, girando sin contro  se precipitó al suelo. El piloto saltó justo

iempo, cayendo velozmente, el cuerpo flácido. Eparacaídas se abrió. El avión se estrelló a pocdistancia al sur. Mazer oyó la explosión. Evolador fórmico continuó su camino. Mazer vio e

paracaídas descender hasta perderse de vista menos de un kilómetro de distancia. Echó a correen esa dirección.

No tardó mucho en encontrar al piloto. Habíaterrizado en un campo calcinado, donde e

paracaídas blanco se hinchaba al viento

Page 789: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 789/915

destacaba contra el paisaje negro como unbandera.

Se acercó al hombre, que no se movía. Yacía despaldas, la cabeza ladeada. Con el casco tintado

Mazer no podía verle la cara. El paracaídas sagitaba al viento. Se hinchó con una vaharada arrastró al piloto unos metros por el suelo. En lpierna, el hombre llevaba un cuchillo. Mazer se l

cogió y cortó los cordones de suspensión. Cuantmás tiraba, menos sentía la tensión del paracaídahasta que por fin quedó suelto y ya no pudo seguhinchándose con el viento. Mazer se arrodillunto al piloto. Marcó una secuencia en el lado de

casco, y el tintado de la visera desaparecióevelando la cara tras el plástico reforzado. E

hombre tenía los ojos cerrados y no parecíespirar. Mazer retiró la placa pectoral del traj

de vuelo para ver el lector biométrico. La pantallplegable estaba agrietada, pero funcionabodavía, indicando una línea plana. La causa de l

muerte del piloto era rotura de cuello y columnvertebral. Según los datos, había sucedid

microsegundos después de que saltara.

Page 790: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 790/915

Mazer se sentó en cuclillas. Más muertes.Miró hacia arriba, escrutando el cielo. Estaba e

mitad del campo, expuesto. Si la nave fórmicegresaba o pasaban otras, sería un blanco fáci

Agarró al piloto por las correas del arnés y larrastró hacia unos matorrales marchitos. No erun gran escondite, pero resultaba mejor que nada.

Había una gran mochila auxiliar atada a la

piernas del piloto. Mazer la aflojó y la soltóDentro encontró un auténtico tesoro: una pistolcon cuatro cargadores, binoculares, bengalaaciones para varios días, una cantimplora llen

más varias botellas extra de agua, una máscar

antigás, un kit de primeros auxilios, un ordenadoMed-Assist, un cepillo de dientes y calcetines depuesto. Abrió rápidamente la cantimplora

bebió. El agua estaba fría y limpia, tan buena qu

o hizo lagrimear.Abrió un paquete de raciones: una pasta que scalentó instantáneamente en contacto con el aireTenía jamón y queso y trocitos de tomate reseco

o encontró ningún utensilio, así que vació e

contenido directamente en su boca. Luego s

Page 791: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 791/915

impió los dientes, lo que quizá fue el mayoalivio.

Volvió a guardarlo todo en la mochilancluyendo el cuchillo y la vaina. Luego se levant

 estudió el cadáver. El hombre era alto para sepiloto, aunque no tanto como le habría gustado Mazer. El uniforme de vuelo probablemente lquedaría dos tallas pequeño. Incluso así, u

uniforme pequeño era mejor que los harapos qulevaba puestos. Si hacía unos cuantos corteestratégicos en la tela podría ponérselo siproblema. Le quitó el uniforme al piloto e hizo cocuidado unos cortes en las axilas y la entrepierna

Luego se quitó las botas y la ropa, hasta quedar ecalzoncillos, y se puso el uniforme sin molestarscon ninguno de los biosensores. Las mangas y laperneras le quedaban demasiado cortas, per

podría vivir con eso. Más le preocupaba lmovilidad. Hizo una prueba flexionando laodillas y sintió alivio al ver que no lastraba su

movimientos. Se sentó en el suelo y se puso unuevo par de calcetines y sus viejas botas. Lueg

cargó la pistola, la guardó en la cartuchera de

Page 792: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 792/915

uniforme y se puso la máscara antigás.No le pareció bien dejar allí al piloto si

enterrar, pero no tenía tiempo ni herramientas parhacerlo. Recogió el paracaídas blanco y amortaj

al piloto, como si fuera una momia. No era uentierro adecuado, pero era lo mejor que podíhacer, dadas las circunstancias. Se cargó lmochila al hombro y volvió a dirigirse hacia e

ur. No había llegado muy lejos cuando oyó alguien gritar su nombre. Los gritos eran débiles aprincipio, como susurros lejanos traídos por eviento: tan suaves que de hecho al principio creyque eran imaginaciones suyas. Entonces un nítid

«¡Mazer!» rasgó el silencio, inconfundible. Se dia vuelta y corrió hacia la fuente del sonido

Conocía aquella voz. Y notó el terror y ldesesperación que la embargaban.

Su formación le había enseñado sigilo y cautelapero Mazer no pudo evitarlo. Se quitó la máscar gritó a su vez.—¡Bingwen!

Continuaron gritando sus nombres respectivo

hasta que se encontraron momentos despué

Page 793: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 793/915

Mazer rodeó una colina y allí estaba el niñocorriendo hacia él, desesperado y sucio, la carmanchada de lágrimas. Se desplomó en brazos dMazer, agotado y aterrado, demasiado angustiad

para hablar.Mazer lo llevó a un lugar a la sombra dond

podían quedar ocultos a la vista y le dio de bebede la cantimplora. Al principio la respiración d

Bingwen era tan agitada que no podía tragar, peruego se obligó a calmarse lo suficiente para bebeunos sorbos.

—No demasiado rápido —dijo Mazer—. Ovomitarás.

Bingwen soltó la cantimplora y empezó a llorade nuevo. Cuando habló, su voz sonó roncdespués de tanto rato gritando.

—Todos muertos. La familia. Todos. U

ransporte se posó justo delante de nosotros. Nhizo ningún sonido. Fue un visto y no vistoKwong, el padre, me gritó que corriera. Genji y érataron de coger en brazos a un niño cada uno

pero...

Cerró los ojos y sacudió la cabeza, incapaz d

Page 794: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 794/915

continuar.Mazer lo cogió en brazos y Bingwen empezó

ollozar, su cuerpecito temblando de pena y terrorde emociones acumuladas y liberadas de repente

Mazer lo rodeó con un abrazo protector. No iba mentir. No iba a decirle que ahora estaba a salvoque él no permitiría que le sucediera nada. Aqueniño era demasiado listo para eso. Así que lo dej

lorar y no hizo ningún esfuerzo por evitarlo.Cuando Bingwen volvió a calmarse, Mazer lofreció una de las raciones y esperó mientras eniño comía.

—Descansaremos aquí hasta el anochecer —l

dijo—. Luego, cuando esté oscuro, nos dirigiremode nuevo hacia el norte.

—No —replicó Bingwen—. Al norte no. Vamoal sur.

—No voy a llevarte adónde está la sondaBingwen.—¿Por qué no? ¿Porque soy un niño?—Bueno, sí. Es peligroso.—Es peligroso en todas partes. Era peligroso e

a granja. Era peligroso en mi aldea. Es peligros

Page 795: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 795/915

en el norte. No hay ningún sitio seguro. Podemocontinuar. Estamos aquí. No puede estar muchmás lejos.

Mazer sacudió la cabeza.

—Ya hemos hablado de esto.—Sí. Usted no es mi padre y yo no soy su hijo

Eso significa que no puede ordenarme adóndengo que ir.

—Si vienes conmigo, me pones en mayopeligro. Tendría que estar cuidándote y no dando as amenazas que nos rodean la atención que s

merecen. Además, me harías ir más lento.—No estoy tan indefenso como cree. Pued

ayudar. No soy fuerte, sí, pero dos pares de ojoon mejor que uno. Puedo vigilar nuestretaguarda. Puedo cargar con suministros. Soy un

ventaja, no una carga.

—No dudo de tus habilidades, pero no estamode excursión. Esto es una guerra. Yo soy uoldado entrenado. Tú no.—Soy tan capaz de matar fórmicos como usted.—¿Ah sí?

—Sí. —Señaló la pistola de Mazer—. ¿Qu

Page 796: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 796/915

Page 797: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 797/915

quiere regresar porque considera que hfracasado. La información es una victoria, MazeY yo puedo ayudarlo a conseguirla.

Mazer no dijo nada.

—Conozco a este enemigo tan bien como ustedTal vez incluso mejor. Y, desde luego, conozcomejor esta tierra.

—No queda mucha tierra.

—No. Ni gente. —Miró al suelo un momento cogió una piedra medio enterrada—. Mis padreestán en ese valle, Mazer. Amontonados con todo demás. Tal vez mi abuelo también. Y Hopper

Meilin. Y Zihao. Y todo el mundo que h

conocido. Mi vida está en ese valle. Usted luchpor salvar su mundo. Yo lucho porque ya me haquitado el mío. Sí, soy joven. Sí, soy un niño. Nono soy un soldado entrenado. Pero sí que soy l

bastante mayor para luchar por estar vivo, paruchar en la guerra.Mazer no dijo nada. Le sorprendía que Bingwe

pudiera ser tan joven y frágil en algunos aspectos an mayor y fuerte en otros. Los niños son má

capaces de lo que creemos, pensó. Incluso as

Page 798: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 798/915

abía que no podía llevarlo consigo. El sentidcomún y su formación le decían que sería un erroáctico. Sin embargo, ¿qué podía hacer? Bingweenía razón. También encontrarían peligro en e

norte.Buscó en la mochila y sacó un pequeño petate

Apretó el botón de un lado y lo hinchó.—Llevas corriendo todo el día —le dijo—

Duerme un poco. Yo haré la primera guardia. —Lendió la mascarilla—. Ponte esto primero.—Eso es para un adulto.

—Ajustaré las correas al máximo. Deberíellarse.

—¿Cómo voy a dormir con eso puesto? Mengullirá la cabeza.

—Respirarás bien. Y el aire será más limpio quahora.

—¿Y usted?—Me las apañaré.Colocó la máscara por encima de la cabeza d

Bingwen y manejó las correas hasta que se selló.—¿Qué aspecto tengo? —preguntó el niño, l

voz ahogada por la máscara.

Page 799: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 799/915

—Tan raro como los fórmicos.Bingwen sonrió.—Perfecto. Será mi disfraz. Lo usaremos par

nfiltrarnos. Yo seré el fórmico, y usted m

prisionero humano. Funciona siempre.—Duérmete, Bingwen.El niño se tumbó en el petate.

—Estará aquí cuando me despierte, ¿verdad

¿No se escabullirá mientras duermo?—No me escabulliré. Me encontrarías de todaformas.

—Puede apostar a que sí.Bingwen se puso de costado y encogió la

piernas, buscando una postura cómoda pardormir.

—¿Cuánto tiempo llevabas llamándome a gritoantes de que te encontrara? —preguntó Mazer.

—Varias horas.—Los fórmicos podrían haberte oído, ¿sabesPodrían habérsete echado encima.

—Lo sé. Sobre todo porque «Mazer» en sengua significa «Aquí estoy. Venid a matarme».

—No tiene gracia.

Page 800: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 800/915

—Intenté buscarle. No funcionó. Si me hubierquedado callado, no lo habría encontrado. Sabíque era un riesgo. Tuve suerte.

—Suerte es quedarte corto... Pero me alegro d

que me encontraras. Ahora cierra los ojos.Bingwen obedeció.—Siento como si tuviera un cubo en la cabeza

Esta cosa se me clava en la oreja. No pued

dormir así.—Entonces no duermas de costado.—Tengo que dormir de costado. Así es com

duermo.Mazer lo hizo callar.

—Si hablas, no duermes.Bingwen guardó silencio. Poco después, s

espiración se hizo más lenta y se quedó dormidoMazer se recostó contra un árbol, oyendo el vient

oplar y agitar las hojas marchitas. Traía consigun leve rastro de putrefacción: un olor que Mazeno había advertido desde hacía tiempo. Olfateó eaire e hizo una mueca. Era el olor de los cadáverepudriéndose al sol. Sacó su camisa vieja de l

mochila, la rasgó, improvisó un pañuelo y s

Page 801: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 801/915

cubrió nariz y boca. Luego desenfundó la pistola etiró el cargador. Sacó las balas y las contó

Luego volvió a cargar el arma e hizo una summental, añadiendo las balas de los otro

cargadores. Unas ochenta balas en total. No ermucho.

Entonces ¿por qué iba hacia la sonda? ¿Por que estaba comportando de manera tan alocada

estaruda? ¿Por qué pensaba que podía enfrentarsa un ejército de fórmicos?Por Kim, se dijo. Porque la había dejado par

que pudiera tener la vida que se merecía, y no iba permitir que los fórmicos estropearan eso. Po

Patu y Reinhardt y Fatani y los padres de Bingwe  Ye Ye Danwen. Porque esta era la China de

Bingwen, no de ellos.Se apoyó de nuevo contra el árbol y recitó la

palabras de la haka  que le había enseñado smadre hacía tanto tiempo. Una canción de loguerreros maoríes. La danza de la muerte.

 Ka mate! Ka mate! Ka ora! Ka ora!

 Ka mate! Ka mate! Ka ora! Ka ora!

Page 802: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 802/915

Tenei te tangata puhuru huru

 Nana nei i tiki mai, whakawhiti te ra

 A upane! ka upane! A upane! ka upane!Whiti te ra! Hi!(¡Muero! ¡Muero! ¡Vivo! ¡Vivo!

¡Muero! ¡Muero! ¡Vivo! ¡Vivo!

Soy el hombre peludo

Que ha hecho que el sol brille de nuevo.¡El sol brilla!)

Entonces Mazer torció el gesto en una fea muec  sacó la lengua. Que vean el rostro que lo

abatirá. Que vean la furia. Que sientan el miedo.

Page 803: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 803/915

25

CHATARRA ESPACIAL

Los anillos de chatarra alrededor de la Tierreran como los de Saturno, pero en vez de hielo ilicatos Víctor vio miles de satélite

abandonados, estaciones espaciales olvidadas armas antiguas de la época en que los países s

armaban en la órbita del planeta.—Mira todo esto, Imala —dijo—. Está ah

flotando esperando a que alguien lo recoja y lutilice. ¿Tienes idea de lo que podría haber hech

mi familia con todo esto?Imala dirigió la lanzadera hacia un lugar demontón de chatarra donde había varios satéliteelativamente cerca.

—Esto es lo más cerca que has estado jamás d

a Tierra, Víctor. Tienes una vista espectacular de

Page 804: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 804/915

planeta, directamente delante, y lo único que veon los objetos rotos y brillantes, cosas inútiles.

Víctor flotaba ante el parabrisas artificiacontemplando la escena, un mar de metal

plástico y policarbonatos, todo brillando a la ludel sol.

—Veo el planeta, Imala. Es precioso. Perienes que darte cuenta de que en el Cinturón d

Kuiper, cuando algo se rompía, no podíamos iimplemente y comprar un recambio. Teníamoque fabricarlo. O buscar las piezas necesarias ea basura, que eran raras y difíciles de encontrar

Vosotros tenéis todo lo que podéis necesitar aquí

Y muchas cosas son nuevas.—No son nuevas, Vico. Es basura. Chatarra.—Si piensas que esto es viejo, tendrías que ve

a basura con que nosotros trabajamo

normalmente.Imala disparó los retrocohetes y comenzó ldesaceleración de la lanzadera. Víctor se habípuesto ya el traje espacial, con un largo cablextendido a su espalda. Llevaba una mochil

propulsora y un cortador láser, que utilizaría par

Page 805: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 805/915

ecortar los trozos de chatarra y llevarlos dvuelta a la lanzadera.

—Algunas de estas piezas fueron armas en su dí—dijo Imala—. Así que no te pongas a cortar a l

oco. Usa los esquemas que he subido a tu VCAPodrás ver dónde es seguro cortar y dónde no. —Había utilizado su acceso al DCL en la Luna parextraer los archivos de los objetos que había allí

de los que aún quedaba registro.—Gracias —dijo Víctor—. Intentaré nhacernos volar.

—Eso no tiene gracia.—No te preocupes. No es material explosivo

Confía en mí.Imala colocó la lanzadera junto al primero de lo

atélites y Víctor se dirigió a la compuerta. Unvez en el exterior, se puso a trabajar. La lanzader

de reconocimiento necesitaba parecer un montóde restos, así que le interesaban más las tripas sivalor de los satélites. Los conductos y las vigaestructurales, todo el material que quedabexpuesto al espacio si una nave se partía en do

Las piezas verdaderamente importante

Page 806: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 806/915

procesadores, chips, lentes y células dcombustible) solían ser pequeñas, y por tantcarecían de importancia. Incluso así, Víctor npudo resistir la tentación de cortar unos cuanto

chips procesadores y guardárselos en la bolsa qulevaba al pecho.

También tenía que recordar que iba a camuflauna nave. Sería aconsejable ignorar las piezas qu

eran propias de los satélites, como los paneleolares o las mantas térmicas, todo el fino materiamembranoso que podía reflejar mucha luz y atraea atención sobre la nave de reconocimiento.

Al principio fue lento y metódico en s

elección. Pero a medida que fueron pasando lahoras, y mientras pasaban de un objeto a otrocortó más rápido y pensó menos en lo que estabecogiendo. Ahora solo importaba la cantidad, n

a calidad. Podría ser meticuloso y selectivo en ealmacén. Aquí se trataba de segar el trigo; dvuelta en la Luna haría el pan.

Después de doce horas, la bodega de cargestaba llena. Víctor había convencido a Imala d

que consiguiera una lanzadera carguero cuatr

Page 807: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 807/915

veces más grande de la que necesitaban, y Víctoa había llenado hasta el último metro cuadrado.

—Es suficiente chatarra para camuflar uasteroide —dijo Imala—. Pero solo necesita

cubrir una diminuta nave biplaza, ¿recuerdas?—No lo utilizaremos todo —respondió él—

Tendremos que clasificarlo y encontrar las piezaadecuadas. La nave tiene que parecer uniforme

mala. Todas las piezas tienen que pareceoriginarias de la misma nave. No puede ser upopurrí multicolor, o parecerá algo falso ensamblado.

—Los fórmicos no conocen las naves humanas l

uficientemente bien para notar la diferencia.—Eso no lo sabemos. No debemo

ubestimarlos. Puede que parezcan hormigas, perhan inventado el viaje espacial a velocidade

cercanas a la de la luz. Son más inteligentes qunosotros. No quiero correr ningún riesgo.Imala se encogió de hombros y no discutió.El vuelo de regreso a la Luna fue largo, per

Víctor estuvo ocupado todo el tiempo. Primer

desmontó las piezas de chatarra más grandes qu

Page 808: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 808/915

estaban accesibles en la bodega de carga. Luegcogió las piezas más pequeñas desmontadas y laescaneó en el holocampo, haciendo modelos en 3D de cada una de ellas. Ya había construido u

modelo holográfico de la pequeña nave deconocimiento que Imala y él habían comprado ea Luna. Lo recuperó en el holocampo y empezó umar los modelos tridimensionales de piezas d

chatarra, construyendo virtualmente el diseño decamuflaje y probando varias opciones distintaPara cuando llegaron al almacén Juke, tenía undea bastante aproximada de cómo quería aborda

el proyecto.

Lem había dispuesto que el personal estuvierdisponible para ayudarles a descargar lanzadera. Así que cuando Víctor e Imala saliero

del cordón umbilical y llegaron al almacén habí

un grupito de gente esperándolos. Una mujer mayode ascendencia africana, con largas trenzas grise un poco de acento los saludó con una sonrisa

un apretón de manos.—Señor Delgado, señorita Bootstamp. So

oloa Benyawe. —Señaló al hombre que l

Page 809: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 809/915

acompañaba—. Este es nuestro ingeniero jefe, edoctor Dublin.

Dublin tenía un rostro agradable y su expresióe suavizó aún más cuando le estrechó la mano

Víctor.—Lamento lo de su familia. La doctora Benyaw

 yo estuvimos presentes en la batalla. Su capitan su familia estaban decididos a proteger la Tierra

Tienen mi absoluto respeto.—Gracias, doctor Dublin. Es muy amable por sparte.

—Lem quiere asegurarse de que esto siga sienduna empresa privada —dijo Benyawe—. Me pidi

que le insistiera al personal que no es un proyectde la compañía. Eso significa que no podemoayudarles durante nuestras horas de trabajnormales. Lem teme que los abogados de l

compañía puedan usar eso como base legal parapoderarse de lo que hagamos. Es una tontería, lé, pero se ha mostrado insistente. No s

preocupen, he hablado con todos los presentes es ayudaremos después del trabajo si no

necesitan.

Page 810: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 810/915

—Una vez más, muy amables —dijo Víctor—Agradezco su colaboración.

—Tenemos entendido que espera colocar umpulsor en varios objetos a la deriva y enviarlo

hacia la nave para que abran las puertas de locañones.

—En efecto. Así es como espero entrar. Perpuede que no sea la mejor idea. Si tienen ustede

una mejor, me encantaría oírla. Estomprovisando sobre la marcha.—Pensamos que es una táctica inteligente —dij

Benyawe—. Y nos hemos tomado la libertad dproponer algunos mecanismos que podrían servi

i nos permite compartirlos con usted.—Por supuesto.

Los escoltaron hasta un rincón del almacédonde una holomesa proyectaba un estrech

mpulsor cilíndrico de dos metros de largo.—Estos impulsores están diseñados paracelerar rápido —explicó el doctor Dublin—Pueden producir una buena sacudida, así que sermejor asegurarlos bien a la superficie del pecio

no vaya a ser que se desprendan y empiecen

Page 811: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 811/915

correr en zigzag por el espacio como un globdesinflado. La estructura de anclaje es tamportante como el impulsor mismo. —Agitó e

punzón dentro del holocampo y apareció un cub

in más detalles—. Supongamos que estos son loestos que queremos usar. —Cogió el impulsor

colocó cuatro copias en cuatro lados del cubo—Puede colocar tantos impulsores como quiera en l

uperficie del pecio. Obviamente tendrán que estaequidistantes unos de otros, o tanto como seposible para distribuir de manera regular empulso. Probablemente será un desafío, ya que e

pecio no tendrá una estructura uniforme. Tendr

una hechura extraña e inestable. También habrque instalar los impulsores para que tengan todoa misma orientación. De ese modo, cuando llegu

a la superficie de la nave y encienda lo

mpulsores por control remoto, actuarán como unolo, desplegando sus anclajes y respondiendo us órdenes de vuelo. Si se coloca cerca de un

portilla, podrá dirigir el pecio directamente haciusted, lo que aumentará la probabilidad de que e

cañón más cercano se abra.

Page 812: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 812/915

—Magnífico —dijo Víctor—. Adelante, per¿puedo hacer una sugerencia? Mejor no colocaos impulsores en un pecio a la deriva en torno a l

nave fórmica como propuse inicialmente. Me h

demostrado usted que es demasiado problemático¿Y si no aseguro bien los anclajes? ¿Y si el pecies tan inestable que los impulsores lo destrozanAdemás, hay el problema de que tendré que hace

un paseo espacial muy cerca de los fórmicos. Esequerirá bastante tiempo, y si cometo un erropuedo alertarlos de mi presencia antes incluso dlegar a ellos, cosa que por mi bien preferiría n

hacer. Así que esta es mi propuesta: hagamo

exactamente como usted propone y usemos estompulsores, pero construyamos el pecio aquí en e

almacén. Fabriquémoslo. Eso nos permitircontrolar la estructura. Podremos colocar lo

mpulsores de manera equidistante, reforzar loanclajes y asegurarnos de que todo está reforzad no se romperá cuando pongamos en marcha lompulsores. Controlaríamos todas las variables yobre todo, podremos probarlo aquí y esta

eguros de que vuela como queremos. De es

Page 813: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 813/915

forma no me pondré en peligro innecesariamente antentar hacerlo todo en el espacio. Podemos un

el pecio a la lanzadera y luego soltarlo entre lodemás restos, continuar hasta la nave fórmica

dirigirlo hacia mí cuando sea el momentadecuado.

Benyawe y Dublin intercambiaron una mirada.—Sería lo ideal, sí —dijo Benyawe.

—Podemos utilizar parte de la chatarra espaciaque acabamos de recuperar —dijo Víctor.—Desde luego hemos traído de sobra —coment

mala.Víctor sonrió.

—¿Ves, Imala? Más es siempre mejor.Tras volver al carguero, Víctor usó grúas

carretillas elevadoras para descargar todas lapiezas de chatarra espacial y colocarlas en e

uelo del almacén de manera organizada. Imalntentaba ayudar, pero cada vez que ponía algo eel suelo él le decía que no iba allí y lo trasladaba otra parte.

—Si me dices cómo lo estás organizando n

eguiré poniendo las cosas en el sitio equivocado

Page 814: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 814/915

—No lo estás haciendo mal —dijo Víctor.—Bueno, obviamente tampoco lo estoy haciend

bien. Explica qué tienes en mente, Vico, y noahorrarás tiempo a los dos.

Él advirtió que estaba molesta.—Es difícil de explicar. Estoy separando la

piezas según vamos a utilizarlas, ya sea para lanzadera de reconocimiento o para el pecio qu

actuará como señuelo. Luego divido esas piezas ecategorías de uso. Algunas habrá qudesmontarlas, otras habrá que dañarlas.

—¿Dañarlas?—Tendrá que parecer que la nave ha sid

alcanzada por varios impactos —dijo Víctor—Debería estar abollada, quemada y arañada.

—¿Dónde está ese montón?Se dirigieron al montón de chatarra que s

alzaba hasta casi su altura.—Todas estas piezas grandes de aquí —señalVíctor.

—¿Cómo piensas dañarlas?Víctor se encogió de hombros.

—Dándoles con un martillo. Machacándolas

Page 815: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 815/915

ope. Quemándolas con un soplete. Doblándolapara deformarlas.

—Yo me encargo de eso —dijo Imaladirigiéndose a una panoplia de instrumentos

cogiendo un martillo—. Me apetece aporrear algahora mismo.

—Asegúrate de anclar los pies y la pieza quvayas a golpear. Estamos en gravedad lunar. E

probable que el martillo tenga mucho retroceso. Yprotégete la cara por si las piezas pequeñas sompen con los impactos.Ella lo miró con desdén.

—Sé cómo machacar cosas con un martillo

Vico. No soy estúpida.—No pretendía sugerir eso. Solo te recordab

que...—Olvídalo. Tengo esto. —Arrancó una de la

piezas de la pila y la dejó caer lentamente al sueloVíctor retrocedió y la dejó hacer. Le parecía qudebía pedir disculpas, pero ¿por qué? Era verdaque tenía un sistema para la chatarra, y era difícde explicar: las cosas le venían sobre la marcha

o podía especificarlo como ella quería: todaví

Page 816: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 816/915

no había terminado de definirlo en su cabeza. Ecuanto a lo del martillo, así era como trabajabaiempre su padre y él. Hablaban entre sí mientra

hacían las cosas, se recordaban las medidas d

eguridad, cuidaban el uno del otro. Tenían quhacerlo. Era fácil olvidarse de las cosas y meter lpata cuando estabas cansado, y en el Cinturón dKuiper no podías permitirte resultar herido.

Pero no estamos en el Cinturón, se recordóEstamos en el mundo de Imala.Ella se hallaba de rodillas, sujeta al suelo

Empezó a golpear la pieza de metal y el tañidesonó por todo el almacén.

Víctor regresó a la grúa que estaba utilizando. Lorprendió encontrar allí a Lem, con una gra

bolsa de lona al hombro.—Tienes un estilo único con las mujeres, Víctor

En vez de hacerlas languidecer, consigues que leentren ganas de atizarte a martillazos. Una nuevestrategia. Tendrás que decirme cómo resulta.

Víctor trató de mantener la calma.—¿Hay algo que pueda hacer por usted, Lem?

—Sí, coge esto. —Se soltó la bolsa del hombro

Page 817: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 817/915

a colocó en el suelo y la abrió. Contenía dograndes aparatos que Víctor no reconoció y uercero, más pequeño, que parecía un detonador—

Esto lo llevarás al puente de la nave fórmica —

dijo—. Es decir, suponiendo que puedas llegahasta allí. Hay suficientes explosivos para causadaño. Preferiría que fuera una nuclear táctica, peron difíciles de conseguir. Tuve que sacarme de l

manga unos cuantos milagros para conseguir esto.—¿Cómo funciona? —preguntó Víctor. Sfamilia empleaba explosivos habitualmente en loasteroides, pero él siempre se había sentidncómodo en su presencia, incluso cuando estaba

desmontados como esos y eran inofensivos. Lem lmostró cómo encajaban las dos piezas. Entoncein ponerlo en práctica, le explicó cómo armar e

explosivo y disparar el detonador.

»¿Qué alcance tiene el detonador? —preguntVíctor—. ¿A qué distancia puedo estar antes ddispararlo?

Lem dio un respingo.—Esa es la parte peliaguda. Estas cosas está

diseñadas para los asteroides. Las hacen para e

Page 818: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 818/915

espacio abierto, para que exista una comunicaciófácil entre el detonador y el explosivo. La dejacaer en una excavación, retrocedes con tu nave, bum! No fueron diseñadas para colocarlas en la

entrañas de una nave que, con toda probabilidaderá un montón de túneles intrincados y estar

hecha de extrañas aleaciones metálicas. Y si tieneazón respecto al puente, si está en el centro de l

nave, habrá una buena distancia desde el casco.—Me está diciendo que no sabe el alcance dedetonador.

—Te estoy diciendo que es imposible decirlin saber qué hay dentro de la nave fórmica. Pued

que recorras la mitad del camino de vuelta hasta lLuna y aún sigas dentro de su radio de alcance. Opuedes quedarte fuera en el momento en que salgadel puente. No se puede saber.

—¿Y un temporizador? —preguntó Víctor.—Esa es la opción B. Plantar el explosivdonde no sea descubierto y luego hacerlo detonadoce horas más tarde, o veinticuatro, o el tiempque creas que te haga falta para salir de all

Personalmente, no soy muy fan de lo

Page 819: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 819/915

emporizadores. Los usamos cuando atacamos os fórmicos la primera vez. No salió bien.

Habla en plural, pensó Víctor, y se refiere a mfamilia y él, a mi padre y él. Todavía no se habí

acostumbrado a aquella imagen: Lem luchandunto a Concepción y su padre y los otro

miembros de su familia.—Gracias —dijo—. Lo tendré en cuenta.

Lem se aproximó a la lanzadera deconocimiento que habían adquirido Imala Víctor. Estaba posada en el almacén, cerca de lapilas de chatarra espacial recogida. Era un biplazcuadrado y pequeño, no más grande que u

deslizador. La puerta lateral estaba abierta. Lem sagachó a mirar en el interior. Era cómodo y estabequipado con los últimos controles de vuelo.

—Bonita nave. Es una pena destrozarla.

—Solo vamos a destrozar el exterior —dijVíctor.—¿Cómo vas a hacerlo? No tiene cámar

estanca, y no es probable que los fórmicoextiendan un umbilical. Cuando abras esta puert

para salir, estarás en el vacío.

Page 820: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 820/915

—Vestiré un traje espacial todo el tiempo. Ylevaré todo el oxígeno que necesite desde qualga de la Luna hasta que regrese.

—¿Y el anclaje de la nave? ¿Cómo impedirá

que quede a la deriva cuando la abandones parentrar en la nave nodriza? El casco de lofórmicos es liso como el cristal. No hay naddonde engancharse. Y yo no me fiaría de lo

manes.—Yo la pilotaré —dijo Imala. Víctor se volvi vio que se acercaba. Llevaba el martillo en un

mano y se secaba el sudor de la frente con la otr—. La mantendré en posición y me aseguraré d

que no vaya a la deriva.—No vas a venir conmigo —dijo Víctor.—Claro que sí. Soy mejor piloto que tú. Los do

o sabemos, y maniobrar este aparato a través d

ese campo de pecios requerirá una mano firme.—Iré a la deriva a velocidad insignificantCreo que podré apañármelas.

—Podrían salir mal muchas cosas, VíctoAumentaremos nuestras posibilidades de éxito

omos dos.

Page 821: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 821/915

—Rotundamente no, Imala. No voy a permitque te pongas en peligro.

Ella alzó una ceja.—¿No me vas a permitir? No eres m

upervisor, Vico.—Claro que no lo soy. Me refiero a que... est

es mi lucha, Imala. No podría perdonarme que tucediera algo por mi culpa. No tendrías qu

correr ese riesgo.Imala resopló, se apartó un largo mechón de pelde la cara y se volvió hacia Lem.

—¿Quiere disculparnos, por favor?Lem sonrió.

—Por mucho que me gustaría no perderme eesto de esta conversación, les dejaré que lesuelvan ustedes solos. —Se dispuso

marcharse, pero entonces se dio media vuelta—

Pero, decidan lo que decidan, que sea el métodcon mayores probabilidades de éxito. No voy pagar todo este dinero para ver cómo vuelan epedazos esa diminuta lanzadera.

Se marchó, dejando la bolsa a los pies de Vícto

—Agradezco tu preocupación por mí, Vico —

Page 822: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 822/915

dijo Imala—, y reconozco que has invertido muchen esta lucha. Has perdido a tu familia, y no socapaz de imaginar cuánto duele eso. Pero tequivocas en una cosa. Esta no es tu lucha. Es m

ucha también. No he perdido a mi familia, ciertopero si los fórmicos no se detienen, los perderéLo perderé todo. Y no voy a quedarme de brazocruzados sin hacer nada cuando hay una guerra e

a que puedo contribuir. Tú has perdido tu hogarVico, pero yo estoy perdiendo el mío mientraestamos aquí hablando. Ahora mismo la Tierrestá ardiendo, y eso me da tanto derecho como eque tú tienes. —Se apoyó contra la nave d

econocimiento y se cruzó de brazos—. Peraunque nada de eso fuera cierto, aunque no tuviernada en juego, tiene sentido que vayamos los doPuedes transmitirme lo que veas y encuentre

dentro de la nave. De esa forma, si mueres, podrraer a la Luna lo que hayas descubierto y grabadoPuedo asegurarme de que esos datos lleguen gente que pueda emplearlos y actúe econsecuencia y ponga fin a esta guerra. No quier

que te suceda nada, naturalmente, pero es

Page 823: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 823/915

nformación sería más valiosa que nuestras vidas.Víctor guardó silencio un momento. Ella tení

azón, naturalmente.—Los dos tendremos que llevar trajes todo e

viaje, lo que significa que deberemos duplicar euministro de oxígeno, e ir apretujados en enterior de la carlinga prácticamente uno encim

del otro durante todo el viaje. Será muy incómodo

o habrá ningún espacio personal.Ella sonrió.—Al menos tendremos los cascos puestos. As

i uno de los dos tiene mal aliento, el otro se lahorrará.

—Hablo en serio, Imala. No será agradableEstaremos apretujados.

Ella le puso una mano en el hombro.—Víctor, vamos a ir contra una nave alienígen

ndestructible que ha eliminado a casi toda la flotespacial de la Tierra. Un asiento incómodo es emenor de nuestros problemas.

Page 824: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 824/915

26

BIOMASA

Mazer y Bingwen partieron hacia la sonda trehoras antes del amanecer, al amparo de loscuridad. El niño abría el camino, la máscarantigás firmemente asegurada, las botachapoteando en silencio a través del lodo

Avanzaron con rapidez, hablando poco. Mazeescrutaba el cielo en busca de algún rastro dransporte de tropas.Sabía que no era probable que vieran ninguno: a

menos, no hasta que fuera demasiado tarde. Loransportes eran casi silenciosos y no utilizabauces exteriores, lo que hacía que fuera

prácticamente invisibles por la noche. Si algunaparecía a la vista, sería cuando tuvieran a l

onda encima. ¿Y qué podían hacer llegado es

Page 825: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 825/915

momento sino luchar y tener esperanzas? Npodían huir en busca de escondite. No habíninguno. Ya no. Al norte había zonas dispersas dungla donde ocultarse, pero aquí, cerca de l

onda, los fórmicos no habían dejado nada. Todbrote y retoño y hoja de hierba había sido arrasado quemado, dejando un paisaje tan yermo y carentde vida que era como si Mazer y Bingwe

hubieran salido de la Tierra y estuvieracaminando por otro planeta completamentdistinto.

—Si te digo que corras, corre —recordó Maze—. ¿Comprendido? Ninguna pregunta, ningun

vacilación. Obediencia inmediata.—Obediencia inmediata —repitió el niño.

—Podría significar tu vida, Bingwen. Podríignificar la vida de los dos. Si te digo que salte

altas. Si te digo que te tires al río, te tiras al río.—El río probablemente estará contaminadoTodos los vertidos de la bruma están en esaaguas. Podría morirme si nadara en él.

—¿Ves? De ese tipo de vacilación te esto

hablando. No puedes cuestionar mis órdene

Page 826: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 826/915

unca. Si te digo que te tires a un río contaminadoes solo porque las demás opciones significan lmuerte. Significa que las posibilidades dobrevivir en un río contaminado, por pocas qu

ean, son mayores que las de hacerlo si no saltas.—Río. Salto. Lo entiendo.Mazer se detuvo e hincó una rodilla en tierra

encarándose a él.

—Hablo en serio, Bingwen. Si te doy una ordenes para mantenerte vivo. Puede contradecir lo qupienses que es mejor o lo que quieras hacer, perienes que obedecerla. Tiene que ser instintivo

Tienes que creer que todo lo que te diga será po

u bien.Bingwen asintió.—Lo creo.—Así que si te digo que te agaches y te pongas

cubierto...—Me agacho y me pongo a cubierto.—Y si te digo que te escondas en un agujero.—Haré como la serpiente y me esconderé.Mazer desenfundó su pistola.

—Y si te digo que cojas esto y te dirijas a

Page 827: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 827/915

Page 828: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 828/915

obreviva. Si puedo retenerlos lo suficiente parque escapes, lo prefiero a que algo nos suceda ambos. ¿Lo entiendes?

Bingwen se encogió de hombros.

—No. No puede funcionar así. Está mal. Sestuviera solo, lucharía mientras pudieraContinuaría. Y quién sabe, por pura perseveranciao por suerte, habilidad o desesperación, tal ve

obreviviría, aunque no lo esperara. Pero darme lpistola es una garantía de fracaso. Es rendirseMoriría por mí. No puedo permitirlo.

—Escúchame, Bingwen.—No. No voy a dejar que haga eso. Si tiene e

mente entregarme su arma, lo hará en el momentequivocado. Aguantaría el tiempo que considernecesario para asegurar mi supervivencia en lugade la suya. Y trataría de apurarlo al máximo. M

daría más tiempo del necesario y por tantenunciaría antes. Puede enseñarme cómo funciona pistola, pero solo voy a utilizarla si usted n

puede hacerlo ya.Mazer guardó silencio un momento.

—En el ejército llamamos a est

Page 829: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 829/915

nsubordinación. Te degradan y te encarcelan poello.

—Menos mal que no estoy en el ejército.—Estás dificultando las cosas, Bingwen.

—No, todo lo contrario. Estoy quitándole unpreocupación de encima. Le estoy dejando luchacon la cabeza despejada. Es también en interépropio. Cuanto más concentrado esté e

permanecer con vida, mejores serán miposibilidades.Mazer reflexionó antes de asentir.—De acuerdo. No te entregaré la pistola.—Bien.

—Pero si ya no puedo utilizarla, la coges tú. —Le mostró el arma—. ¿Ves esta luz? En rojignifica que no puede disparar: tiene puesto eeguro. Pulsa este interruptor de aquí, y la luz s

pone verde: lista para disparar. —Volvió colocar el seguro—. No corras con el dedo en egatillo, aunque esté puesto el seguro. Es la formmás rápida de pegarte un tiro a ti mismo. Mantéel índice recto y plano contra el arma, así, hast

que estés dispuesto a disparar. Y usa el seguro

Page 830: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 830/915

para la muñeca. —Mazer pulsó un botón de lculata y la abrazadera se extendió hacia atráencontró la muñeca de Mazer y se envolvió en ell—. Se tensará automáticamente para encajar con e

diámetro de tu muñeca y ayudarte a apuntar.—¿Dónde debo disparar?—Al centro de masa. En el centro del pecho

Dos balas. Una tras otra. Sentirás el retroceso

pero es ligero. —Mazer se levantó, advirtiendo lnquietud del niño—. No es probable quleguemos a eso, Bingwen. Seguro que no tendrá

que usarla.Bingwen asintió, pero Mazer siguió percibiend

u inquietud. No tendría que haberlo traído al sure dijo. Tendría que haberse dirigido al oesteejos de las patrullas de transportes y la lanzadera

¿En qué estaba pensando al traer a un niño aquí?

—Se lo está pensando —dijo el niño—. Puedver los engranajes funcionando.—Me lo estoy pensando porque lo que estamo

haciendo es una locura. Esto no es un juego. Es lguerra. Una cosa es que yo vaya, y otra mu

distinta que tú vengas. Los soldados no llevan a l

Page 831: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 831/915

guerra a niños de ocho años.—Tengo ocho y medio.

—No estoy bromeando. Esto es un error. Mentrenamiento así lo dice. El sentido común así l

dice. Y la ley.—Ya hemos hablado de eso. Es decisión mía.

—No eres lo bastante mayor para tomar esdecisión. Eres menor. Hay un motivo por el que n

aceptamos reclutas hasta que tienen dieciochaños.—No voy a ser soldado. Voy como guía. L

levo hasta la sonda. Si no hubiera corregido eumbo ya, se habría desviado varios kilómetros.

—La habría encontrado tarde o temprano —epuso Mazer, dándose un golpecito con el ded

en la nariz—. No hay más que seguir el hedor.—Puede que no sea tan peligroso como piensa

¿Se ha dado cuenta de que cuanto más noacercamos a la sonda, vemos menos transportes deslizadores fórmicos? Tal vez las naves y lnfantería se alejan de aquí, desplegándose

ampliando el territorio de los fórmicos. Si es un

fuerza invasora, tienen que seguir invadiendo

Page 832: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 832/915

Puede que ni siquiera estén protegiendo la sonda¿Para qué? Es indestructible. Tiene escudos. ¿Poqué desperdiciar hombres y naves defendiendalgo que no necesita ser defendido

Probablemente es el lugar más seguro en ciekilómetros a la redonda.

Mazer sonrió.—Te llevaré a un colegio cuando esto termine

pero no para que estudies derecho. Eredemasiado peligroso.Bingwen le ofreció una amplia sonrisa llena d

dientes.Continuaron avanzando, cruzando campo

embarrados con charcos de agua envenenada quolían a putrefacción y muerte. Bingwen señaló lfalda de una colina donde una vez hubo una aldeaTodo lo que quedaba era tierra calcinada y u

alero de metal que se sacudía suavemente con eviento.Llegaron al pie de la colina una hora antes de

amanecer. Más allá estaba la sonda y la biomasaMazer pudo ver que escalar la colina no serí

fácil. Los fórmicos la habían dejado si

Page 833: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 833/915

vegetación, y las copiosas lluvias habíaeblandecido y erosionado la tierra expuesta

dejando pendientes fangosas que amenazaban coceder bajo sus pies y desprenderse como un alud

Mazer le enseñó a subir de lado en las partes máempinadas para distribuir de manera más regulaa superficie que tocaban las suelas de sus bota

pero incluso con esa estrategia se caían a menud

 resbalaban; tuvieron que ascender dolorosamenta cuatro patas hasta la cima. Para cuando lalcanzaron ya había salido el sol y estabaperdidos de barro, fríos, mojados y agotados.

Mazer sacó los binoculares de la mochila y s

arrastró por el lodo hasta un pequeño macizo doca que asomaba al valle de abajo. La sonda eral como la recordaba: imposiblemente grande ntacta, hundida en el suelo como una gigantesc

mina desenterrada. La biomasa se alzaba a su ladouna montaña de material biológico tan ancha y altcomo la sonda antes de hundirse en la tierraMazer esperaba identificar los diversos objetoque formaban la biomasa (un árbol aquí, un búfal

de agua allá), y quizás en algún momento eso habí

Page 834: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 834/915

ido posible. Pero ya no. Todo estaba apelmazadcomo la cera derretida cuando se rompen laparedes del panal, y la masa biológica se habídesintegrado en un líquido denso y viscoso.

Encima de la biomasa, seis aeronaves fórmicacon un diseño que Mazer nunca había visto lociaban de bruma densa.

A través de los binoculares, Mazer vio cómo l

bruma caía y reaccionaba con el materiabiológico, disolviéndose en filos hilos dustancia pegajosa que rodaba por los lados y semansaba en charcos oscuros al pie de

montículo. Allí habían construido una pared d

metal que rodeaba la montaña de biomasa comuna presa circular y recogía la masa pegajosa euberías que se extendían hasta las máquinas d

procesado y las pequeñas estructuras esparcida

por todo el valle como si fueran un enormcomplejo industrial.Mazer se asombró de que todo eso lo hubiera

construido en los últimos diez días. Y por saspecto, los fórmicos no habían terminado s

rabajo todavía. Había cuadrillas de construcció

Page 835: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 835/915

por todas partes, añadiendo tuberías, montandmáquinas, extendiendo estructuras. Grúas comgarras colocaban los tubos en su sitio mientras loobreros fórmicos los soldaban a otras estructuras.

Sin embargo, por enorme e impresionante qufuera, Mazer nunca había visto nada tadesorganizado y poco atractivo. No había ningúorden en la construcción. Todo parecí

amontonado al azar sin ninguna consideración a luniformidad o el diseño. Los metales eran todoojos y grises, ásperos y oxidados, como si ya lo

hubieran utilizado muchas veces para otropropósitos y nunca los hubieran limpiado n

atendido.La limpieza tampoco preocupaba a los fórmico

La suciedad lo cubría todo. El terreno estabcubierto de basura y materiales de construcció

desechados. Y en todas partes donde mirabaMazer veía heces fórmicas. Sabía lo que eraquella sustancia negra porque vio a algunofórmicos defecando mientras trabajaban, simostrar ninguna consideración por lo que tenía

alrededor: simplemente lo hacían allí dond

Page 836: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 836/915

estuvieran. Las heces cubrían el terreno y lauberías y las patas de los fórmicos. El hedor, a

parecer, no procedía únicamente de la biomasa.Mazer enfocó de nuevo los deslizadores qu

esparcían la bruma, ampliando la imagen todo lque permitían las lentes y haciendo que eordenador las escaneara y efectuara un análisiLos resultados no le dijeron gran cosa: aquell

bruma era una solución microbiana dcomposición desconocida.—Está descomponiendo la masa biológica —

dijo Bingwen, que se había acercado a rastras—¿Para qué la utilizan? ¿Como combustible?

—O como alimento —respondió Mazer—. Tavez ambas cosas.

Bingwen guardó silencio y contempló lbiomasa. Sus padres están ahí en alguna parte

pensó Mazer.—Toma —dijo, ofreciéndole los binocularepara distraer sus pensamientos—. Gánate eueldo. Vigila la sonda. Dime si ves algnteresante.

Bingwen cogió los binoculares y se los acercó

Page 837: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 837/915

a visera de la mascarilla.—Esto sería más fácil si pudiera quitarme est

máscara. —Miró pensativo a Mazer—. Perconsiderando el aspecto verde y enfermizo de s

cara, creo que me la dejaré puesta.—Sabia decisión.Bingwen ajustó el enfoque y contempló la sonda—Para ser una especie alienígena avanzada, n

es preocupa mucho el mantenimiento. Todo emetal es feo y parece oxidado.—Y está cubierto de mierda fórmica, por si no t

has dado cuenta.—Sí, gracias por señalarlo.

—Al menos tú no lo hueles.Bingwen hizo un lento barrido con lo

binoculares y se detuvo cuando algo llamó satención.

—Ahí hay algo interesante. Cerca de la base da sonda, un agujero en el suelo. Como de un metrde diámetro. Acabo de ver entrar a un fórmico. Yhay otro agujero a unos cuatro metros más cerca da sonda. He visto salir a un fórmico del segund

agujero, y creí que era otro distinto. Pero no. Er

Page 838: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 838/915

el mismo. Lo sé porque cojeaba de una pata. Smetió en el primer agujero, recorrió unos cuatrmetros bajo tierra y salió por el segundo agujero e dirigió a la sonda. Es extraño, ¿no? Si iba haci

a sonda, ¿por qué no caminar directamente? ¿Poqué hacerlo bajo tierra?

—Quizá no pueda hacerlo directamente.—Exacto. Tiene que haber algo en el camino

algo invisible, que lo obliga a pasar por debajo.—Un escudo. —Mazer hizo un gesto para que lentregara los binoculares y el niño obedecióEnfocó las lentes y buscó en el sitio donde epequeño señalaba.

—¿Ve esa gran cosa roja de metal que parece udepósito de agua? Hay una tubería en la baseSígala hacia el oeste unos cincuenta metros, alestá el agujero.

—Lo veo.Mazer observó el agujero. Poco despuélegaron un par de fórmicos cargando una vig

metálica. Se metieron en el agujero, arrastrando lviga tras ellos, y desaparecieron. Un moment

después, salieron por el segundo agujero. Una ve

Page 839: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 839/915

en pie, se echaron la viga al hombro y sdirigieron a la sonda.

—Sabe lo que significa eso, ¿no? —dijBingwen—. Significa que el escudo no funcion

bajo tierra. Solo cubre lo que hay encima de luperficie.—¿Has visto algún otro agujero?—No, pero no puede ser el único. Hay ciento

de trabajadores ahí. Si duermen en la sonda, uolo agujero se atascaría en las horas punta dcada turno. Tiene que haber otros.

Mazer observó durante varios minutos.—Veo otros tres grupos de agujeros, todos com

os que has encontrado. Un agujero fuera deescudo, otro dentro.

—Y esos son los que podemos ver desde aqu—dijo el niño—. Probablemente hay docena

alrededor de la sonda. Es esto. Esta es lespuesta. Tenemos que decírselo al ejércitoPueden enviar soldados a través de los agujeropara tomar la sonda.

—No —dijo Mazer—. No vamos a entrar po

ahí. Los agujeros no son la respuesta.

Page 840: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 840/915

—Pero... —La voz de Bingwen se apagó depente, y Mazer vio una expresión de horror en l

cara del niño. Estaba mirando algo por encima du cabeza, tras él. Mazer se dio media vuelta y vi

que un transporte de tropas había aterrizado en lcima de la colina. Los fórmicos estaban saliendo corrían en su dirección, empuñando armaparecidas a fusiles con sus brazos superiores.

Mazer se puso en pie de un brinco, levantó Bingwen y lo empujó hacia el camino por el quhabían venido.

—¡Corre!Bingwen obedeció.

Mazer hincó una rodilla en tierra, pistola emano, la abrazadera de muñeca ajustándose en sitio con un clic-clic-clic. Los fórmicos corría

hacia él, ya estaban a treinta metros de distancia.

Mazer disparó una docena de veces y cincfórmicos cayeron. Otros siete más continuaroavanzando. Se dio media vuelta y echó a correRecogió la mochila al pasar y se la colocó por lohombros. Soltó el cargador de la pistola y encaj

el segundo. Disparó cuatro veces hacia atrá

Page 841: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 841/915

mientras corría. Otro fórmico cayó. Por delante dél, Bingwen corría por la colina tanto como lpermitían sus piernas, pero no era suficientMazer lo alcanzó casi enseguida. A la izquierd

estaban la sonda y cientos de fórmicos. A lderecha, la empinada pendiente fangosa por la quhabían subido con tanto esfuerzo. Solo podíahacer una cosa, advirtió. No tenían cobertur

ninguna, ningún sitio donde atrincherarse presentar batalla. No podían ofrecer resistenciaEstaban completamente expuestos.

Mazer cogió al niño en brazos.—¡Agárrate fuerte!

Bingwen pasó los brazos por el cuello de Maze  hundió la cara en su hombro. Sin vacilación

Obediencia inmediata. Entonces Mazer torcibruscamente a la derecha, donde un saliente d

oca se extendía más allá del borde de la colina.Corrió hacia allí a toda velocidad.Y saltó al vacío.

La colina era empinada y cayeron unos diemetros antes de golpear la pendiente y resbalar po

ella de espaldas, usando la mochila como trineo

Page 842: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 842/915

El suelo cedía a su alrededor, retirándose de lpendiente como una sábana arrancada de uncama. Mazer pudo sentir el barro acumulándose u alrededor como un ola, amenazando co

ragarlos, enterrarlos vivos. Mantuvo las piernaestiradas por delante, los dedos rectos, agarrado Bingwen, intentando mantener tanta velocidacomo fuera posible.

Sabía que tendrían que llegar abajo en pie. Npodían pillarlos de espaldas. El barro que loeguía los cubriría en un instante. Se acercaban a

fondo. El barro y la tierra y la suciedad lchorreaban por la cara, dificultándole la visión

o tendría tiempo para coordinarlo bien: si serguía demasiado pronto sus pies se hundirían eel lodo. Si lo hacía demasiado tarde quedarípostrado en el suelo con Bingwen encima, incapa

de incorporarse a tiempo.Estiró el pie derecho, luego clavó el talón cofuerza en la tierra, en lo que esperaba fuera emomento adecuado. Lanzó al mismo tiempo ecuerpo hacia arriba con más fuerza de la necesari

a que tenía a Bingwen en brazos. Funcionó. Dej

Page 843: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 843/915

de estar medio recostado y quedó más o menos dpie, cayendo el último metro hasta el fondo. Estaben terreno llano, pero el impulso de la inercia fumás fuerte de lo que había esperado. Tropezó

Bingwen cayó de sus brazos, apoyado en unodilla. El lodo se deslizaba a su alrededor com

una ola, y Mazer oyó el rumor del que venídetrás. Alzó mucho los pies con cada paso, par

que el barro no los engullera. Extendió la mano agarró a Bingwen por la camisa y lo volvió evantar. Tropezaron, cayeron, volvieron evantarse, corriendo un microsegundo por delant

de la ola.

Y entonces consiguieron dejarla atrás y pudierocorrer sobre la tierra dura y lisa con paso firme eguro.

Un valle de tierra calcinada se extendía ant

ellos. Tampoco aquí había sitio donde ponerse cubierto. No había árboles ni zanjas, ni agujerodonde meterse. Estaban al descubierto, destacanden la brillante luz diurna como dos manchamarrones en un enorme lienzo negro.

Mazer no dejó de correr, el corazó

Page 844: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 844/915

martilleándole en el pecho, Bingwen agarrado a écon fuerza.

El transporte de tropas descendió del cielveinte metros por delante. Cuatro fórmicos bajaro

de un salto antes de que Mazer tuviera tiempo dcambiar de dirección o frenar. Llevaba la pistolen la cadera: de otro modo, la habría perdido. Lalzó y disparó, pero falló. Era casi imposibl

levar a Bingwen en brazos, correr en undirección, disparar en otra y esperar darle a algo.No podían seguir huyendo. El transporte podrí

eguirlos allá donde fueran. Tenían que eliminar a tripulación. Mazer se detuvo en seco y soltó

Bingwen.—¡Ponte detrás de mí!

Giró y volvió a hincar una rodilla en tierrapreparándose para apuntar, cuando la red l

golpeó y lo arrojó contra el niño.Una descarga de electricidad paralizante lecorrió el cuerpo, contrayendo todos su

músculos a la vez. La gruesa red lo había tirado despaldas, con Bingwen debajo, y chasqueaba

iseaba y pulsaba, cargada de energía. Mazer n

Page 845: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 845/915

podía moverse. Sentía como si ardiera por dentroTenía el rostro desencajado en un rictus dolorosoas mandíbulas apretadas, los dedos crispados e

posiciones incómodas mientras la energía l

ecorría. Esperó estar llevándose la peor parte: lpequeña constitución de Bingwen no podríoportar eso.

La cara de un fórmico apareció sobre é

mirándolo con la cabeza ladeada, estudiándolo burlándose de él, o ambas cosas.La pistola seguía sujeta a la muñeca de Maze

Trató de apuntar y disparar. El fórmico estaba sola un par de metros de distancia, no podía falla

De lo contrario matarían a Bingwen, le rociaríael rostro de bruma como habían hecho con supadres y con Danwen, y arrojarían su cadáver a lmontaña de biomasa para derretirlo. La mente d

Mazer le ordenó a su extremidad que se movieraque se animara lo suficiente para apuntar el cañóen la dirección adecuada. La mano permaneciburlonamente inmóvil.

Sonó un fuerte estampido y el lado de la cabez

del fórmico explotó, lanzando al aire tejido

Page 846: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 846/915

angre y tal vez materia cerebral. La criatura sdesplomó.

Una cacofonía de sonidos estalló alrededor: eugido de un motor, disparos de arma

automáticas, gritos, una explosión. Todo en rápiducesión.—¡Aguante! —gritó alguien—. No se mueva.

Mazer sintió un peso en la red, que se tens

igeramente sobre su cara. Hubo un estallido sord  la energía que lo recorría se detuvo en unstante. Nunca había experimentado una sensació

más dulce ni un alivio más grande. Era como hubieran apretado su mente dentro de un puño

ahora el puño lo hubiera soltado. Solo que.eguía sin poder moverse. Estaba flácido, lo

dedos de manos y pies le cosquilleaban. Le dijo us piernas que se movieran, pero no obedecieron

Unas manos enguantadas desgarraron la red y lacaron. Ante él vio a un hombre con uniforme dcamuflaje negro y gris y mascarilla: no quedaba nun centímetro de piel expuesta.

—Bax, ayúdame a meterlo dentro. Calinga

encárgate del niño.

Page 847: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 847/915

El hombre de la máscara quitó a Mazer dencima de Bingwen, lo puso de espaldas y lcogió por las axilas. Otro hombre con traje máscara parecidos agarró a Mazer por lo

obillos. Lo levantaron entre ambos. Era pesmuerto. La cabeza de Mazer se ladeó y pudo ver os fórmicos en el suelo, sangrando, cadáveres. Du transporte brotaba humo. Ya no flotaba en e

aire, sino que yacía en el suelo, quemado. La reestaba también en el suelo, amontonada. Teníencima un burdo aparato de búsqueda, algo parcortocircuitarla, tal vez. El aire estaba cargado dhumo y del hedor de los fórmicos muertos.

Los hombres lo transportaron a un vehículgrande y lo depositaron en el suelo. Sintió el suelde metal, frío y duro. Un tercer hombre de trajnegro entró tras ellos, cargando con Bingwen

Cuando entró, otro cerró la puerta de golpe y lgritó al conductor:—¡Vamos, vamos, vamos!Las ruedas giraron. El vehículo salió disparado

acudiéndose y acelerando. El hombre que habí

raído a Bingwen (Calinga, lo habían llamado

Page 848: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 848/915

depositó al niño en el suelo junto a Mazecolocando una tela bajo su cabeza para quirviera de almohada. Bingwen parecía asustado

pero cuando miró a Mazer a los ojos una oleada d

alivio lo inundó. Estamos a salvo, pareció deciEstamos vivos.

Delante de Mazer había unos bancos dondvarios hombres permanecían sentados, vestido

con trajes aislantes grises y negros y trabajandfebrilmente con sus holopads.—No hay ningún movimiento en la sonda —dij

uno de ellos—. El cielo está despejado.—Sigue vigilando —dijo otro detrás de Maze

—. Y sigue la pista de ese transporte que vimodirigirse al norte. Si desacelera para volver haciaquí, quiero saberlo.

—Sí, señor.

—El aire está despejado —dijo otro hombre—oventa y siete por ciento. Estamos bien.—Fuera máscaras —dijo el hombre detrás d

Mazer.Todos se quitaron las máscaras. Mazer n

econoció a ninguno, pero por la forma en que s

Page 849: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 849/915

comportaban supo que todos eran soldados délite. Al instante empezaron a cuidar su equipocomprobando sus armas, recargándolaeajustando las miras, limpiando sus máscara

preparándose para el siguiente combate. Sumovimientos eran rápidos, disciplinados automáticos. Los habían ejecutado cien veces. Lofórmicos muertos que habían dejado atrás ya era

cosa del pasado. No se felicitaban ni tampoccelebraban su victoria como aficionados: smostraban tranquilos y eficientes, trabajando comestaban acostumbrados. Cazadores de fórmicoexpertos, pensó Mazer.

Solo después de tener de nuevo preparadas suarmas atendieron a sus propias necesidades: tomaun sorbo de agua de una cantimplora o abrir upaquete de comida energética.

Mazer vio que ninguno era chino. Había unmezcla diversa de etnias y nacionalidades comnunca había visto en una unidad pequeñaEuropeos, americanos del norte y del suafricanos. Sin embargo, sus ropas no indicaban

qué cuerpo pertenecían. No llevaban uniformes n

Page 850: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 850/915

nsignias ni galones. Mazer supo de inmediatquiénes eran.

Calinga se arrodilló a su lado, preparando uneringuilla.

—La parálisis es temporal. Efecto residual das descargas. Esto le ayudará.

Le clavó la aguja en el brazo. Casi al instanteMazer sintió que el nudo de los músculos s

elajaba y el temblor de las manos remitía. Niquiera se había dado cuenta de que estabemblando hasta que dejó de hacerlo.Calinga hizo lo mismo con Bingwen.Mazer pudo sentir de nuevo los dedos de mano

  pies. Su muñeca respondió cuando quismoverla.

—Gracias —consiguió decir.—Ya habla —informó Calinga mientra

guardaba las jeringuillas y los suministros—Buena señal. Significa que no le han frito ecerebro. Diez segundos más y estaría camino de lmontaña gris. —Se volvió hacia Bingwen coexpresión afable—. Y tú, hombrecito, tuvist

uerte de que este tipo se llevara lo peor de la red

Page 851: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 851/915

Sí, es fornido y apestoso y está cubierto de barropero es mejor que te aplaste él que no una redCréeme. —Le dio una palmadita en el brazo.

—¿Cuánto tiempo lleva la POM en China? —

preguntó Mazer.—Desde poco después de la invasión —dijo un

voz tras él.Mazer conocía esa voz. Se dio la vuelta y vio a

capitán Wit O’Toole sentado en el banco tras él.—Hola, Mazer —dijo Wit—. Me alegra ver quigue vivo.—Y a mí también. Tengo que darles las gracias

—¿Se conocen? —preguntó Bingwen. S

ncorporó y se quitó la máscara. Su cara era lúnico que no tenía cubierto de barro.

—Pusimos a Mazer a prueba para nuestra unida—dijo Wit—. Pero en vez de zurrar a mis hombre

 largarse, soportó casi una hora de tortura.—¿Lo torturaron? —Bingwen arrugó el ceño.—Solo un poco —dijo Wit—. No pudo habe

ido peor que la red. ¿Y tú eres...?—Bingwen.

—Capitán Wit O’Toole. Policía de Operacione

Page 852: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 852/915

Móviles. Diría que es un placer conocerte, perería mentira, dadas las circunstancias. —S

volvió hacia Mazer—. Ha traído a un civil a unzona de combate, Mazer. Reprobable decisión. Y

encima niño.—No es culpa suya —saltó Bingwen—. Intent

ibrarse de mí, pero yo volví una y otra vez.—Debían de estar ustedes ya en la sonda cuand

nos vieron —dijo Mazer.—Llegamos anoche —informó Wit—Observábamos sin ser detectados. Reventamonuestra tapadera para salvaros.

—No deberían haberlo hecho —dijo Mazer—

o me considere desagradecido, pero destruir londa es más importante que nuestras vidas.

—Me alegra ver que no ha perdido el sentidcomún. Porque tiene razón. Estratégicament

habría sido más inteligente dejar que los fórmicoos mataran.—Pues me alegro de que no lo hicieran —terci

Bingwen.—El escudo solo cubre la superficie —dij

Mazer.

Page 853: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 853/915

—Lo sabemos. Hemos visto los túneleContamos veinte alrededor de la sonda. Pero nocostará trabajo utilizarlos. Los transportepatrullan la zona y los agujeros tienen tráfic

denso. Además, son demasiado estrechos parnosotros. Son de tamaño fórmico.

—Yo podría caber —se ofreció Bingwen.—Esos túneles no son la respuesta —dijo Maze

—. Pero sí el principio. ¿Cuál es el alcance deste vehículo? ¿Podría llevarnos cincuentkilómetros al sur?

—¿Para qué? —preguntó Wit—. ¿Qué hay aur?

—Trineos perforadores. No vamos a usar loúneles fórmicos. Vamos a abrir nuestros propioúneles.

Page 854: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 854/915

27

LANZAMIENTO

En el pozo hacía frío y la única iluminación eraas linternas de las cuadrillas de construcciónpero a Lem le preocupaba más guardar el secretque la seguridad. Su padre tenía oídos en todo ecomplejo Juke, pero no habían llegado al

odavía. Habían terminado de excavar el pozhacía solo doce horas. Las paredes y el suelo eraaún de roca pelada. El polvo del aire seguía dens calizo. Parecía el lugar perfecto para encontrars

con Norja Ramdakan, miembro veterano deconsejo de dirección, que ahora se hallaba frente Lem, tiritando de frío.

—Debería haberte dicho que te abrigaras mubien —dijo Lem.

—Deberías haberme dicho de qué va todo est

Page 855: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 855/915

—replicó Ramdakan.Era un hombre grueso que se preocupab

demasiado por la moda y muy poco por su propialud. Telas bonitas y pintorescas flores en lo

ojales no te hacían menos redondo de cintura más atractivo para las mujeres. Sin duda las treexesposas de Ramdakan le habían dichexactamente eso mientras salían de su vida con un

buena tajada de su fortuna.Lem sabía que haría ese frío y podría haberlransmitido el dato, pero prefería verlo tiritar.

Según el mapa del holopad de Lem, sencontraban en sólida roca lunar, a cincuent

metros del túnel Juke más cercano y a otros treintbajo la superficie. El túnel iba a ser un conectoentre las dos alas, pero como la excavación y lconstrucción distaban mucho de haber sid

erminadas, el mapa de la compañía no se habíactualizado para incluirlo.—Me preocupa mi padre —dijo Lem—. Y n

abía con quién más hablar, pero tú eres quien lconoce mejor.

Ramdakan llevaba con su padre desde e

Page 856: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 856/915

principio, encargado de la mayoría de las finanzade las primeras aventuras mineras. Incluso habípasado unos años en el Cinturón con Ukko, aunquLem no era capaz de imaginarlo. Ramdakan s

venía abajo ante cualquier incomodidad. Debió dhaber sido una odisea para él vivir en una navminera.

—¿Por qué deberías preocuparte por tu padre

—preguntó, tratando de no parecer receloso. Eruno de los subalternos de confianza de Ukko, perambién el más transparente. No sabía actuar paralvar su propio pellejo. No tenía conciencia dus expresiones, ni idea de cómo ocultar la

emociones. Eso le hacía parecer sumamentestúpido. Por un instante Lem trató dmaginárselo interpretando al rey Lear o

Próspero, y la imagen le pareció nauseabunda

Falstaff le pegaría más a aquel gordito, perazonado de ingenio y humor.—Creo que alguien de la compañía podría esta

ntentando arrebatarle el puesto a mi padrdesacreditándolo ante los inversores —dijo Lem.

Ramdakan se echó a reír.

Page 857: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 857/915

—Les resultará difícil. Los inversores adoran u padre. Solo les preocupa una cosa, Lem: e

dinero. Y tu padre les da de sobra.—Sí, pero podría perder rápidamente su favo

Las tornas podrían volverse en un instante. Siduda conoces cómo es este negocio con lompuestos y las tasas, por ejemplo.

—Sé que pagamos impuestos y tasas —dij

Ramdakan con cautela.«Oh, hombrecillo estúpido —pensó Lem—¿Esto es lo mejor que puedes hacer? ¿Esta es lcara que pones cuando finges inocencia? ¿Te hfuncionado alguna vez con alguien?».

Naturalmente, la cara de Lem no reveló nada. Ecambio, mostró preocupación.

—¿No te has enterado entonces? Creía que túcon tu control sobre las finanzas, lo sabrías. —L

dio a Ramdakan el holopad con los hallazgos dmala ya en pantalla—. El DCL encontró hacpoco miles de millones en impuestos y tasas sipagar. Y, peor aún, había gente dentro del DCL yen Juke Limited que no solo conocía la

discrepancias, sino que también tomó medida

Page 858: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 858/915

para encubrirlas.Era absurdo llamar «discrepancias» a l

contabilidad ilegal de miles de millones dcréditos, pero Lem sabía que ese era el términ

que el propio Ramdakan había empleado cuando econsejo se esforzaba por silenciar la noticia. Lapruebas no lo habían implicado directamente (erdemasiado listo para eso), pero Lem podía ver su

ucios dedos en todo el asunto. ProbablementRamdakan había hecho todo el trabajo principal. Yi no él, al menos sus astutos equipos financieroiguiendo sus directrices explícitas.

Pero independientemente de quién hubier

puesto a rodar la pelota, era una empresa quhabía implicado a más gente de la que conocímala, con Ramdakan y su padre probablemente a cabeza.

—Ah, sí... —añadió el hombre—. Ya había oídalgo al respecto.A Lem le entraron ganas de reírse. Ramdaka

actuaba como si una actividad ilegal de semejantmonto fuera una mera charla de oficina o u

cotilleo casual.

Page 859: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 859/915

—Es una suma astronómica, Norja —dijo Le—. Hacen falta departamentos enteros de persona un montón de dinero para ocultar una cosa así.

Ramdakan le devolvió el holopad, súbitament

enfadado.—¿Para esto me has hecho venir a u

congelador, Lem? ¿Para enseñarme lo que haceos idiotas del DCL en su tiempo libre?

En su tiempo libre no, imbécil, quiso gritar LemSon una agencia del gobierno. Esto es lo que supone que hacen todo el tiempo. Es decir, cuand

no están aceptando sobornos de tu parte y bailandal son que tú les marcas.

Pero mantuvo la compostura.—Te he llamado, Norja, porque esto

preocupado. Mi padre nunca habría accedido esto. Sin embargo, las pruebas insinúan que fu

cómplice. Algunos pueden incluso llegar a lconclusión de que orquestó todo este asunto.—No es verdad.

—Pues claro que no. Pero si la prensa sentera...

—No se enterará —dijo Ramdakan—. Tenemo

Page 860: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 860/915

a gente ocupándose de esto ahora mismo, Lem. Lestán solucionando. Y si la prensa se entera, loipos de relaciones públicas se harán cargo y s

asegurarán de que no llegue a las redes. Es s

rabajo, y lo hacen muy bien. Esta noticia es viejaLem. La tenemos bajo control.

—Bien. Me alegra oírlo. ¿Cuánto hemopagado?

Ramdakan parpadeó, confuso.—¿Qué quieres decir?—Los impuestos atrasados y las tasas. ¿Cuánt

hemos pagado hasta ahora? Sin duda hemoniciado el proceso de zanjar la deuda requerida.

—Es complicado. Estamos hablando de sumaenormes. No es como comprar un par de zapatos.

O un cinturón más grande, pensó Lem.—Hay abogados trabajando —añadió Ramdaka

—. Hay miles de páginas de documentación quevisar. Estas cosas llevan su tiempo. Nuestrgente lo resolverá. Es su trabajo. No es asuntuyo.

—Pero es que sí que es asunto mío. Hay gente e

esta compañía que amenaza con manchar l

Page 861: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 861/915

eputación de mi padre. No lo consentiré. ¿Hemohecho al menos un pago inicial, para mostranuestra buena fe, para impedir que el DCL hagpúblico este asunto?

—Ya te lo he dicho. Nadie va a hacerlo públicoConfía en mí.

Porque los has hecho callar con amenazas obornos y esa asquerosa sonrisa de cerdo qu

ienes.—La información siempre encuentra un caminde salida —dijo Lem—. Me han informado quesas discrepancias fueron descubiertas por uauditor auxiliar de pacotilla del DCL. Si alguie

an insignificante puede excavar la mierda, puedhacerlo cualquiera. Tarde o temprano esto saldrá a luz. Tenemos que estar preparados.—¿Cómo?

—Declarando que como compañía estamohaciendo todo lo posible por cumplir con nuestraobligaciones. Si esperamos a que se produzca lfiltración para hacerlo, pareceremos serpientealtivas que tratamos de protegernos las espaldas.

Los dientes de Ramdakan estaban a punto d

Page 862: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 862/915

empezar a castañear.—Bien. Me encargaré de ello.—¿A cuánto subirá la fiesta?—Ya te he dicho que me encargaré de ello. N

enemos una partida de fondos para esto, LemHabrá que hacer algunos análisis. Ha sido urimestre duro, por si no te has dado cuenta. Nenemos fondos de liquidez a los que podamo

ecurrir alegremente. Esto hay que presupuestarl aprobarlo. Tendré que consultar con el ConsejoSon ellos los que decidirán. —El énfasis era untento de recordar a Lem que no tenía ningun

autoridad en la materia, que era un novato d

egunda división metiendo las narices en las ligamayores, pero Lem fingió que significaba otrcosa.

—Tienes razón —dijo—. No hay tiempo par

etrasos. Lo último que necesitamos es que lburocracia empantane este asunto con sndecisión. —Lem pensó un momento, o más bieo simuló, y entonces fingió tomar una decisión—

Puede que pienses que soy idiota, Norja, pero cre

que no podemos esperar al Consejo. Quiero hace

Page 863: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 863/915

un pago de buena fe en beneficio de la compañía cargo de mi fortuna personal.

Ramdakan se echó a reír.—No hablas en serio.

—Hablo en serio. Le diré a mi gente que lo hagnmediatamente. Una décima parte de lo qu

debemos debería ser suficiente para tener al DCcontento por ahora.

Ramdakan abrió los ojos como platos y casi satragantó con las palabras.—¿Una décima parte? Pero eso es una cantida

enorme. No puedes...—¿Tener tanto dinero? Lo tengo, Norja. Olvida

que he dirigido unas cuantas compañías propiaMe ha ido muy bien. Nadie parece recordarlporque la sombra de mi padre es alargada, cosque me parece bien. Pero así de comprometid

estoy con esta compañía y con mi padre.—Sí, pero... ¿una décima parte?—Menos nos perjudicaría ante la prensa. N

ería una muestra de buena fe. Diremos que es upréstamo. La compañía podrá devolvérmelo con e

iempo cuando los fondos hayan sid

Page 864: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 864/915

presupuestados.—Tu padre no lo aprobará, Lem.

—No tiene por qué saberlo. Temo que sentiría abochornado. Y nadie más del Consej

debe saberlo tampoco. No quiero hacer nada qumengüe la reputación de mi padre entre ellos. Lavergonzaría si el Consejo y los inversoreupieran que su propio hijo tuvo que echarle un

mano. Prométeme que mantendrás esto en secretooja. Mi padre se ha pasado toda la vidconstruyendo esta compañía con su esfuerzo. Nvoy a permitir que una banda de avaros mangantes manchen su reputación. Ya tien

bastante con esa tontería de los drones.Eso hizo vacilar a Ramdakan.—¿Tontería de los drones?—Ese asunto de armar los drones con el gláse

Tienes que hablar con él, Norja. A mí no me harcaso. Los gláseres fracasarán. He visto la navfórmica en acción. Nuestros drones serámasacrados. Como resultado, el proyectVanguard  se hundirá después de la guerra. La ide

de que produzcamos y utilicemos drones estar

Page 865: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 865/915

muerta. Las intenciones de mi padre son buenapero serán un hachazo para la compañía. Muy biepodrían costarle su puesto y todos nuestroempleos. —Se acercó a Ramdakan y le puso un

mano en el hombro—. Tienes que ayudarme mpedir que eso suceda. Tenemos que proteger

mi padre. Él siempre ha confiado en ti. ¿Tengo tpalabra de que le sigues siendo fiel?

—Por supuesto, Lem.Lem se relajó visiblemente—Bien. Lamento hacerte soportar este frío, per

a precaria situación de mi padre ahora mismo npuede llegar a oídos de quienes podrían intenta

aprovecharse.—Sí, naturalmente.Lem señaló el pasillo.

—Ve tú. No deberían vernos salir juntos de

pozo.—Bien pensado. Buena suerte, Lem. —Se abripaso entre las cortinas de plástico que colgabadel techo para mantener a raya el polvo y el frío egresó al pasillo, sus pasos livianos y saltarine

in un suelo magnético debajo para compensar l

Page 866: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 866/915

baja gravedad lunar.Lem lo vio marcharse. Si Ramdakan era listo

vería el juego de Lem y le seguiría la corrienteabiendo que su mejor probabilidad de manteners

a flote cuando Lem ocupara el puesto de su padrera demostrar ahora su lealtad. Si no era listo (lmás probable), creería que Lem era sincero y haríexactamente lo que le había pedido. En ambo

casos, Lem ganaba.Pulsó su holopad y envió a sus ayudantes lautorización para efectuar el pago de buena fe qua habían preparado para el DCL. Era un

cantidad enorme, sí, una gran porción de s

fortuna, pero, como todo lo demás en que gastabu dinero, suponía una inversión. No se gan

dinero sin gastar dinero, y si esto funcionaba, sascendía al puesto de su padre a edad tan joven

enía toda una vida por delante para recuperarlcien veces o más.Y si no funcionaba, bueno, para eso estaban lo

abogados. Al final, recuperaría la mayor parteEntonces podría dejar la compañía y convertir es

nversión en una fortuna mayor en otra parte. E

Page 867: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 867/915

ealidad, no era difícil. Cuando tenías tus primerocientos de millones, el dinero hacía casi todo erabajo por ti.

Pero saldría bien. Lo sabía. Había hech

apuestas como esta antes, y siempre habíacertado. Filtraría los descubrimientos de Imala a prensa dentro de una semana o así, acudiend

primero a la prensa subterránea de las redes, lejo

de los periodistas que su padre tenía untados. Yfiltraría también la noticia de su pago de buena fal DCL. Lo orquestaría para dar la impresión dque había hecho un enorme sacrificio personapara salvar los miles de empleos que se habría

perdido como resultado de la pobre actuación da compañía. Se publicarían numerosos artículo

de interés humano. Anotó mentalmente encargar un equipo de rodaje que tomara imágenes d

obreros trabajando en las fábricas. A la prensa lencantaba esa basura.Y naturalmente ninguna de las filtraciones podrí

achacársele a él. De hecho, haría todo lo posiblpara dar la impresión de que evitaba a la prensa

o que significaba salir de los edificios cercado

Page 868: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 868/915

por los periodistas y correr hasta su coche parevitar su andanada de preguntas.

«Mi padre es un buen hombre —declararía—Los errores que pueda haber cometido ahora n

pueden empañar una carrera de éxitos taextraordinarios».

Habría un infiltrado en la multitud, naturalmenteUn periodista que gritaría por encima de lo

demás, justo cuando Lem subiera al deslizado«Señor Jukes, ¿qué tiene que decir sobre loumores de que el Consejo está considerándol

como sustituto de su padre?».Y Lem se mostraría herido por la pregunta

dolido de que alguien se atreviera a sugerir que spadre ya no era adecuado para el cargo. Yentonces se marcharía, dejándolos con unespuesta que no era exactamente una confirmació

del rumor y tampoco una negación. Y si hay algque le encante a la prensa, es lo equívoco. Sabalanzarían como tiburones sobre el rumor como resultado de toda la atención que le dierano convertirían en realidad. Y allí estaría Lem, e

hijo diligente, reconociendo a regañadientes qu

Page 869: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 869/915

í, era capaz, y sí era el hombre para el puesto.Esperó otros cinco minutos y luego cogió u

deslizador que lo llevó a las instalaciones dproducción de Juke donde estaban montando lo

gláseres en los drones. Su padre iba a ir comprobar sus avances, y Lem también sentícuriosidad. No tenía acceso a esa ala de lanstalaciones, a pesar de sus solicitudes a Simon

para que se lo concediera, pero si aparecía simás, su padre no le cerraría el paso.Probablemente.

Llegó antes que su padre, como había planeado

  en el vestíbulo se reunió con el capataz, uhombre fornido llamado Bullick, que se mostrnervioso durante la espera. Lem trató dranquilizarlo.

—Estoy seguro de que están haciendo un buerabajo. Mi padre no muerde demasiado fuerte.

El deslizador llegó a la hora prevista. Simonbajó primero, seguida de su padre, que habíustituido su traje de chaqueta por pantalones d

rabajo y una camisa azul. Trató de ocultar s

Page 870: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 870/915

orpresa cuando vio a su hijo.—¿Has hackeado mi plan de trabajo, Lem,

estabas por casualidad en la zona?—Las dos cosas —respondió, y frunció el ceñ

mirando a Simona—. De verdad, Simona, tendríaque vigilar mejor tu holopad. Es una mina dnformación. —Le hizo un guiño y ella lespondió con una mirada de desagrado. E

ealidad, Lem había conseguido la información eotra parte, pero le divertía ver cómo suborizaba. Era hasta bonito.—¿Por qué estás aquí, hijo?«Ya está otra vez con lo de “hijo” —pensó Lem

—. Anda ya, padre, aquí no hay cámaras. Fuermáscaras».

—Quería ver esos drones con mis propios ojos darle al señor Bullick, aquí presente, l

oportunidad de convencerme de que no se trata dun craso error.Bullick pareció escandalizado.

Ukko mantuvo oculto su malestar: no era ubufón como Ramdakan.

—Aprecio tu preocupación, Lem, pero esto e

Page 871: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 871/915

decisión mía, no tuya.—Obviamente, padre. Y no pretend

nterponerme en tu camino. Solo quierasegurarme de que se toman las precaucione

necesarias.—¿Por qué no iban a tomarse? ¿Y para quié

deberían tomarse exactamente? Son naves nripuladas. Si estallan, no morirá nadie.

—Si estallan, toda la empresa de los droneestallará con ellas.—Me alegra ver que te interesan los negocio

Lem. Pero la política de la compañía es pasaemporalmente a segundo plano para salvar a l

aza humana.—Entonces ¿esto es una visita cerrada?

Durante un momento pareció que Ukko iba pedirle que se marchara, pero entonces sonrió

hizo un gesto con la mano, indicando el almacén.—Al contrario. No nos vemos lo suficiente. —Rodeó el hombro de Lem con un brazo—. SeñoBullick, parece que seremos un grupo de cuatroEspero que no sea ningún problema.

—Es su edificio, señor Jukes. Por aquí, po

Page 872: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 872/915

favor.Bullick se dio media vuelta y los condujo pasill

abajo. Cuando Lem pasó ante Simona, ella ldirigió una mirada de puro desprecio. Lem n

pudo evitar hacerle un guiño.La planta de la fábrica era inmensa. Toda la flot

de drones ocupaba el espacio, con cientos dobreros trajinando en los aparatos, o en andamio

o colgando de arneses, todos construyendocortando, soldando y fijando. Volaban chispas, laherramientas zumbaban, las grúas iban y veníancargando con suministros.

Bullick se dirigió al dron más cercano. Estab

uspendido en el aire dentro de un gran soportecon el gláser sujeto a su panza por una red dmetal que lo rodeaba como un panel de hierro.

—Es el nuevo sistema de jaula que hemo

diseñado para mantener los gláseres en su sitio —explicó Bullick—. Sumamente resistente. El droe hará pedazos antes. No tendríamos que tene

más problemas de desprendimiento con estconfiguración.

—¿Problemas de desprendimiento? —pregunt

Page 873: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 873/915

Lem.Bullick miró a Ukko, sin saber si debía revela

algo o no.—Tuvimos un incidente en las pruebas hace uno

cuantos días —dijo Ukko—. Llevaron un dron aespacio, le dieron demasiada potencia al gláser e soltó.Lem pareció horrorizado.

—¿Estaba disparando?—Solo durante una fracción de segundo despuéde desprenderse. Entonces el sistema de seguridao paró. No hubo daños, hijo.

—Tuvisteis suerte. ¿Y si hubiera estad

apuntando a una nave? ¿O aún peor, a la Luna o a Tierra? Este aparato crea un campo a través da continuidad de masa, padre. Hace que l

gravedad deje de funcionar. ¿Tienes idea de l

catástrofe que podría haber causado?Ukko se molestó.—Sé lo que hace, Lem. Yo mandé construir e

maldito aparato.—¿Y quieres poner a cincuenta en el espaci

cerca de la Tierra? —De pronto se dio cuenta d

Page 874: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 874/915

o horrible de aquella idea—. ¿Y si uno de elloe desvía o el gláser se desprende y dispara contra Tierra? ¿Has pensado en eso? —De repent

dejó de importarle derrocar a su padre o hacers

con la compañía. La imagen de la Tierrconvirtiéndose en polvo como el asteroide deCinturón de Kuiper lo asustó—. Estas cosadestruyen planetas, padre.

—Estamos tomando precauciones.—La única precaución adecuada es no hacerlo.—¿Y qué sugerirías tú? Están muriendo millone

de personas. Los fórmicos se dirigen ahora a laciudades. Lo están gaseando todo. Las caras de l

gente se derriten y se convierten en charcoensangrentados de baba. Eso está ocurriendoMientras nosotros estamos aquí hablando¿Corremos un riesgo enorme? Sí. Pero ¿qué otr

cosa podemos hacer? Los militares son unodiotas. Nada de lo que lanzan a los fórmicos tienningún efecto. No en la Tierra, aquí noLanzaderas, misiles, bombas nucleares. Nadfunciona. El espacio es nuestro territorio. Nuestro

no de los retrasados de cinco estrellas que dirige

Page 875: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 875/915

os ejércitos. Estamos mucho mejor equipados quellos para la acción.

—No con el gláser, padre.—Sí, con el gláser. ¿Quieres lanzarle cocos

esa nave? Adelante. El resto de los adultoalvaremos el planeta.

Lem se marchó. Era su padre de siemprenamovible, testarudo y bravucón. Y estab

equivocado. Lem lo veía ahora, con más claridaque nunca. Al principio solo le había preocupadel riesgo económico de un ataque con droneAhora le preocupaba el peligro que entrañaba. Lmagen de la Tierra desapareciendo en una nub

de polvo volvió a aparecer en su mente, y le hizentirse enfermo.

Llevó el deslizador a las instalaciones dondestaban trabajando Víctor e Imala. Los encontr

unto a su nave, soldando una pieza, los rostrocubiertos por máscaras protectoras. Lem sorprendió al ver la nave. La habían transformad

por completo. Parecía un pecio, incluidas lamarcas y quemaduras hechas por fuego de láser e

el casco. Cables, tubos y vigas estructurale

Page 876: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 876/915

obresalían por todas partes. Si no hubiera sabido que era en realidad, la habría considerad

chatarra.—¿Cuándo tendrán esto listo? —preguntó—. ¿E

dos horas? ¿Dos días?Los dos se volvieron hacia él y se alzaron la

máscaras. Luego se incorporaron. Él se sacudió epolvo y las fibras de la camisa.

—Dublin y Benyawe están terminando eeñuelo con los impulsores. A nosotros nos quedaunas horas más. Luego habrá que hacer un vuelo dprueba.

—Olviden el vuelo de prueba —dijo Lem—. N

hay tiempo. Haremos el lanzamiento dentro dunas horas, en el instante en que esté terminado.

Víctor e Imala intercambiaron una mirada.—De acuerdo —dijo Víctor—. ¿A qué viene es

prisa repentina?—Los fórmicos han empezado a gasear laciudades. Tenemos que actuar de inmediato.

Víctor se quitó la máscara y estudió la navecalculando cuánto trabajo quedaba.

—Denos dos horas.

Page 877: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 877/915

Lem asintió y los dejó trabajando. No habímentido exactamente. Los fórmicos estabagaseando ciudades, y eso era motivo suficientePero no era el motivo real, no el principal. Habí

que detener a su padre. No podía lanzar lodrones. Y el único modo de impedirlo era hacer erabajo primero, eliminar la necesidad de usar lo

drones. Llevaría a Víctor al interior de la nav

nodriza, haría que destruyera el puente y entoncea nave quedaría a su merced. Ukko podríquedarse con sus pequeños drones y gláseres de lmuerte en aquel almacén suyo.

Pero ¿qué posibilidades reales tenía Víctor d

legar al puente alienígena? Y si lo conseguía¿qué posibilidades había de detonar con éxito lbomba? Era más probable que los fórmicos loaniquilaran antes de llegar hasta su maldita nave

Bueno, ese era el riesgo que habían asumido, ¿no?Entró en una oficina vacía, emplazó su holopadmetió la cara en el campo e hizo la llamada. Umomento después apareció la cara de Simona, quenaturalmente, no parecía complacida.

—¿Tienes el ceño fruncido desde la última ve

Page 878: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 878/915

que te vi? —preguntó Lem—. Eso no puede sebueno para las líneas de expresión.

—¿Qué quieres?—Sabes que tengo razón en lo de los drones. M

padre está jugando con fuego. No comprende esarma.

—Si me llamas para decirme que escoja ubando, Lem, pierdes el tiempo.

—Has contestado al holo sabiendo que era yoEso significa que en el fondo sabes que tengazón.

—Significa que soy una persona educada qucontesta a los holos, incluso los de los gilipolla

molestos.—Eso ha sonado muy feo, Simona. No está bien—¿Qué quieres, Lem?—Información.

—¿Y crees que te la voy a dar?—Desde luego mi padre no va a hacerlo.—Entonces yo tampoco.—¿Cuándo tiene planeado lanzar sus drones?—¿Por qué debería decírtelo?

—Puede que tenga un modo de inutilizar la nav

Page 879: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 879/915

fórmica —dijo Lem.Ella hizo una pausa.—Te escucho.—Pero tengo que saber cuándo planea mi padr

anzar sus drones. Necesito que mi gente actúantes de que él haga su jugada. No puede atacamientras los míos estén allí dentro.

—¿Cómo planeas meter allí a nadie? Ningun

nave puede acercarse. Los fórmicos arrasan todo que se les acerca.—Tienes razón. Mi táctica probablement

fracasará, así que no te perjudicará decirme cuántiempo tengo.

Ella guardó silencio.—Puedo conseguir la información de otra

partes, Simona. No sería difícil. Pero acudo a porque eres la fuente de información más fiable

precisa.Simona siguió en silencio, reflexionando.—Ya oíste a mi padre. Miles de persona

mueren cada día. Estoy preparado para actuar yaEstamos preparados para el lanzamiento. Esto

preparado para detener esas muertes ahora mismo

Page 880: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 880/915

Pero no podré hacerlo si no me proporcionanformación.Ella suspiró.—Bullick dice que la flota de drones no estar

ista hasta al menos dentro de cinco días.Lem resopló.—Gracias.—Entonces ¿vas a decirme cómo vas a meter

alguien allí dentro?—Te contaré toda la emocionante historia eotra ocasión. —Retiró la cara del campo y pusfin a la transmisión.

Cinco días. Era más que suficiente para qu

Víctor llevara la nave a la deriva, hiciera su part  escapara. O eso habían calculado. Víctor habí

estimado tres días y pensaba que podían sencluso cuatro, pero no más. Aunque claro

cualquier cosa podía salir mal.Pero no, cinco días era una eternidad. Sempezaban a acercarse, si parecía que iban etrasarse, Lem le diría que abortaran la misión.

Salió del almacén y trató de entretenerse co

otras cosas mientras ellos terminaban. Al fina

Page 881: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 881/915

egresó y se quedó mirando hasta que acabaronLlegaron unos hombres con carretillas elevadora llevaron la nave camuflada a una cámara estanca

Benyawe y Dublin habían hecho un buen trabaj

con el señuelo. Estaba unido a la nave deconocimiento y parecía también pura chatarra.

Víctor e Imala esperaban junto a la entrada de lcámara estanca, con los trajes espaciales y

puestos.—¿Tienes los explosivos? —preguntó Lem.—No merecería la pena viajar sin ellos —

espondió Víctor.Lem asintió. No había nada más que decir. Lem

e tendió la mano.—Buena suerte.

Víctor miró la mano, vaciló. Imala le dio ucodazo en las costillas y Víctor aceptó la mano

a estrechó.—Gracias.—Dámelas cuando vuelvas —dijo Lem.Víctor e Imala entraron en la cámara estanca

ubieron a la carlinga. Lem se quedó ante el crista

  los vio despegar. Resultaba extraño ver u

Page 882: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 882/915

puñado de chatarra volar como una nave, pero esera la belleza de la idea, supuso. La nave aceleróhaciéndose cada vez más pequeña a medida que snternaba en la negrura. Lem la contempló hast

que no fue más que un puntito en la distanciaDentro de menos de un día desaceleraría y saproximaría a la nave fórmica a velocidad dderiva, pero en ese momento volaba como u

cohete.Ahora que habían despegado, la idea le parecicompletamente ridícula. Una nave disfrazada dchatarra. En su momento pareció buena ideaAhora, cuando ya estaban fuera de la vista, parecí

una misión de necios.Benyawe se acercó y se detuvo junto a él ante e

cristal, contemplando el espacio, sus largas trenzagrises cayéndole hasta los hombros.

—Les irá bien —dijo.Él se volvió a mirarla.—Usted es la científica. Actúa y piensa y decid

basándose en hechos. ¿Lo cree de verdad? ¿Creinceramente que esto tiene alguna posibilidad?

—Probablemente no.

Page 883: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 883/915

l resopló y se volvió de nuevo hacia el cristal.—Es lo que yo pensaba.—Pero la científica es solo parte de lo que soy

Lem. También están la madre y la esposa y l

hermana y la amiga y todas las demás. Y todadicen que no podemos perder. Y esas son lapartes en las que quiero creer.

Page 884: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 884/915

28

TRINEOS PERFORADORES 

La base militar era poco más que escombros ierra quemada, cadáveres hinchados y putrefactodiseminados al sol. La mayoría eran soldadochinos, pero Wit vio también fórmicos entre lomuertos. Transportes de tropas destrozado

deslizadores abatidos, los restos de un helicópterchino calcinado. Wit se esperaba esa visión, pergualmente le dolió verla. Era una nueva prueba d

que los fórmicos estaban ganando la guerra. Lo

chinos ni siquiera tenían recursos para enterrar us muertos.Mazer dirigió los vehículos hacia el hangar de

aeródromo. Había dos aparatos dentro, a los qulamó HERC. Ambos parecían intactos.

—Tenemos suerte —dijo—. Al menos un

Page 885: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 885/915

puede volar.Luego se dirigieron al nordeste del aeródromo

hasta un búnker que asomaba a un valle fangosoAllí Wit vio los tres trineos perforadores de lo

que Mazer le había hablado mientras regresabadel lugar donde se hallaba posada la sonda.

—Siguen allí —dijo Mazer—. Los milagros ncesan.

—Los vehículos no son un plan —repuso Wit.—La parte inferior de la sonda no estprotegida. Así que la atacaremos desde abajoubterráneamente. Cavaremos túneles con estores trineos perforadores y abriremos un agujero e

a panza de la sonda.—¿Para hacer qué?—Somos demasiado pocos para destruir toda l

estructura con armas pequeñas. Sugiero qu

plantemos explosivos y estropeemos la sonda.—No es suficiente —dijo Wit—. Usaremos unbomba nuclear. La borraremos del mapa. Si sola estropeamos, se darán cuenta de que la partnferior es su punto flaco y ampliarán el escud

para cubrirla. Si eso sucede, nunca l

Page 886: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 886/915

penetraremos.—Entonces ¿todo lo que nos hace falta es un

bomba nuclear táctica? —dijo Bingwen—. Ohpensé que sería algo más difícil de encontrar.

—No me gusta el sarcasmo de este niño —dijCalinga.

—Bingwen tiene razón —repuso Mazer—. Sque en esta base hay explosivos, pero nada

escala nuclear.—Déjeme eso a mí —dijo Wit.—¿Tiene un alijo secreto en alguna parte? —

preguntó Bingwen.—Sigue hablando como si fuera uno de nosotro

—se quejó Calinga.—Lo es —dijo Mazer—. Estoy empezando

creer que algunos niños están hechos para lguerra.

—Los chinos nos darán la bomba nuclear —explicó Wit—. Hemos mantenido contacto con sejército desde el principio de nuestra campañaMuchos son oficiales de alto rango que hacontactado con nosotros de manera anónima

Compartimos tácticas, hacemos sugerencia

Page 887: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 887/915

mantenemos los datos en marcha. Les hemoalvado el cuello y ellos nos lo han salvado

nosotros. Les diré lo que planeamos hacer y lepediré suministros.

—¿Y le darán una bomba atómica? —dijMazer.

—O nos la darán o comprenderán el acierto da idea y enviaran a su propia gente con una bomb

para hacerlo. Se hará de cualquier forma.—Somos soldados extranjeros en su sueloParece improbable que nos confíen una bombnuclear táctica dentro de sus fronteras.

—Nos hemos ganado su confianza —dijo Wit—

Y, lo más importante, están desesperados. Eejército chino ha sido diezmado. Ahora penden dun hilo. Necesitan una victoria, y tenemos una tasde éxito muy superior a la suya. Además, uste

abe pilotar los trineos perforadores. Y viendcómo estas máquinas están aquí paradas, estodispuesto a apostar que los chinos no tienen uncola de pilotos entrenados esperando el momentde hacer algo con ellos.

—¿Cómo transportaremos los trineo

Page 888: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 888/915

perforadores a las inmediaciones de la sonda? —preguntó Calinga—. Está a cincuenta kilómetros ddistancia.

—Para eso está el HERC —contestó Mazer—

Tiene espolones. Hará tres viajes, pero llevaré cada uno de los trineos perforadores al norte, a uugar cercano a la sonda. Quizás a poco

kilómetros de distancia. Luego cavaremos desd

allí y atacaremos.—Usted pilotará uno de los trineos perforadoreMazer —dijo Wit—. Conoce la técnica. Calinga o pilotaremos los otros dos. Empezará

entrenarnos inmediatamente. Entraré en las rede

para contactar con nuestros oficiales anónimos deejército y les haré saber nuestras intenciones ddestruir la sonda con una bomba nuclear. Veremoi alguien pica.

—Si comunicamos nuestras intenciones, alguiententará detenernos —dijo Calinga.—No lo comunicaré en un sitio público —

contestó Wit—. El mensaje estará codificado contactaré a los oficiales anónimo

ndividualmente. Si intentan detenernos, le

Page 889: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 889/915

pediremos una idea mejor.Durante los dos días siguientes, Mazer instruyó

Wit y Calinga en la conducción de los trineoperforadores. Los dos agentes de la POM

dominaron la técnica fácilmente, y Mazer spreguntó si todos los miembros del cuerpo eran tacompetentes.

—¿Cuántos vehículos diferentes saben conduc

ustedes? —preguntó Mazer.—Todos —respondió Calinga.Al amanecer del tercer día, un deslizado

privado que transportaba un solo pasajero aterrizhábilmente en el valle. Una mujer china con u

maletín, vestida informalmente, bajó y saludó Wit.

—¿Capitán Wit O’Toole? —Su inglés erntachable.

—Sí.La mujer le entregó el maletín.—Confío en que sepa utilizarlo.Wit depositó el maletín en el suelo y lo abrió l

uficiente para ver la bomba nuclear encajada e

gomaespuma. Tan pequeña y sin embargo ta

Page 890: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 890/915

destructiva. La mujer regresaba ya al deslizadoDespegó y se marchó antes de que ninguno dijeruna palabra.

—Está claro que sus contactos anónimos quiere

eguir siendo anónimos —dijo Calinga.—Nos enseñó el rostro —dijo Wit—. Ha sid

un acto de valentía.—Tal vez no sea el contacto —observó Caling

—. Tal vez sea la esposa o la amante o cualquieotra persona.—Es una militar —dijo Wit—. Tiene las uña

cortas y no lleva las orejas perforadas. Además, smovía como un soldado, observándolo todo. —

Recogió el maletín—. Tenemos nuestra arma. Emarcha.

No perdieron más tiempo. Wit, Calinga y Mazee pusieron los cascos y los trajes fríos.

Mazer se arrodilló ante Bingwen.—Te quedarás aquí con los agentes de la POM harás lo que ellos digan. Volveré pronto.

—Más le vale —dijo el niño.

Calinga llevó a Mazer hasta el aeródromo. All

Page 891: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 891/915

Mazer subió a uno de los HERC, lo pilotó degreso al valle, y recogió uno de los trineo

perforadores. Luego llevó el trineo hacia el nortevolando bajo y atento a la presencia de nave

enemigas. A cinco kilómetros al sur de la sondencontró una empinada colina donde los trineopodrían cavar fácilmente el terreno. Dejó el quransportaba junto a la colina y repitió el viaje do

veces más para traer los otros dos trineos. En eúltimo viaje trajo consigo a Wit y Calinga. Trerineos perforadores, tres pilotos.

Cuando estuvieron listos para subir a suespectivos trineos, Wit dijo:

—Cavaremos hondo, nos situaremodirectamente debajo de la sonda y luegascenderemos. Lo haremos en ángulo golpearemos la sonda en el centro. Los tre

penetraremos el casco y nos abriremos paso hastel interior. Yo llevaré la bomba nuclear en mcarlinga. Cuando estemos dentro, les dejaré lbomba con mi trineo de regalo. Entonces subiré arineo de Calinga y, junto con el otro trineo

cavaremos como locos para llegar lo má

Page 892: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 892/915

profundo posible y evitar la onda expansiva.—¿Por qué dejar la bomba en uno de lo

rineos? —preguntó Calinga.—No podemos dejarla al descubierto —

espondió Wit—. No conocemos las capacidadede los fórmicos. Podrían reconocerla comamenaza y desarmarla antes de que estallara. Npodemos arriesgarnos a eso. El trineo perforado

actuará como una cámara acorazada. Los fórmicono podrán llegar a la bomba si está en la carlingaLa detonación está prácticamente garantizada.

—Bien —dijo Calinga—, pero la bomba llevaré yo. Soy más menudo y habrá más espaci

en mi carlinga. Cuando estemos en la sonda labandonaré y subiré al trineo de Mazer. El mismplan, personas distintas. Y no discuta, Wit. Sabque tiene sentido. Mazer es mejor piloto, y una ve

más el tamaño cuenta. Es usted casi tan grandcomo nosotros dos juntos. Mazer y yo estaremomás cómodos compartiendo una carlinga. Sé quno le gusta que corra el riesgo cuando puedcorrerlo usted, pero mi idea es mejor desde u

punto de vista logístico.

Page 893: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 893/915

—Tienes razón —admitió Wit—. Lleva tú epaquete. Mazer, ¿hasta dónde tendremos quhundirnos bajo la sonda para ganar suficientvelocidad para penetrar el casco?

—No estoy seguro de que podamos penetrarl—respondió el maorí—. No sé de qué estcompuesto. Puede que lo atravesemos, puede quno.

—Suponiendo que podamos.—Trescientos metros como mínimo.—Muy bien —dijo Wit—. Usted irá de líder

Mazer. Calinga y yo le flanquearemos, siguiéndolen paralelo.

Subieron a los trineos perforadores y lopusieron en marcha. Momentos después empezaroa cavar en la falda de la colina, escupiendo lavcaliente. Una vez bajo tierra, Mazer inició un lent

descenso gradual, dirigiéndose a un punto situada trescientos metros por debajo de la sonda. Surajes fríos intentaban mantener una temperatur

corporal normal, pero en cuestión de instanteintió los dedos rígidos y pudo ver su propi

aliento dentro del casco. La visera se llenaba d

Page 894: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 894/915

escarcha por los bordes, pero los ventiladorehacían circular aire por el casco e impedían que snublara por completo.

Cuanto más se hundían bajo la superficie, má

oca sólida encontraban y más rápido se movíanntentaron no acelerar demasiado porque n

podían comunicarse cuando se movían a esavelocidades, pero en ocasiones no podían evitarlo

Mazer vigilaba el holo indicador de profundidadel salpicadero. Cuando se acercaron a la sondae llenó de líneas blancas que se entrecruzaban.

—Los fórmicos deben de ser cavadores dúneles —dijo—. Es como si hubiera una coloni

de hormigas ahí abajo.—Tal vez tengamos suerte y nos topemos co

algunos —suspiró Calinga—. Y lo digiteralmente. Los arrollamos y los escupimos po

detrás.Finalmente se colocaron en posición, rescientos metros bajo la superficie, cas

directamente por debajo de la sonda. Mazer estabprácticamente en vertical en su asiento, agitand

os dedos de manos y pies para que circulara l

Page 895: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 895/915

angre. No servía de nada.—Estoy preparado, Wit. Dé la orden antes d

que me convierta en hielo.La voz de Wit llegó por el comunicador.

—Calinga, ¿estás listo?—Listo y con el culo congelado. Pongámonos e

marcha.—¡Vamos allá! —dijo Wit.

Mazer apretó el acelerador y su trineperforador se impulsó hacia arriba, escupiendava por detrás y despegando. La carlinga s

estremeció y Mazer tuvo que agarrar con máfuerza las barras de mando. Sintió que el calo

aumentaba dentro de la carlinga. Era un alividespués del frío, pero pronto se convirtió en ucalor abrasador.

—Doscientos cincuenta metros hasta el objetiv

—dijo.Los tres trineos perforadores se abalanzarohacia arriba, masticando tierra y roca. Mazer nquitaba ojo del indicador, pero la crecientvibración le dificultaba enfocar la mirada en lo

ndicadores.

Page 896: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 896/915

—Doscientos metros —anunció.En la pantalla aparecieron más líneas blanca

Primero fueron solo unas pocas, pero luego smaterializaron docenas a medida que los trineos s

acercaban a la sonda. Decididamente, pensMazer, los fórmicos eran cavadores de túneles. Deso no cabía ya duda.

El indicador de profundidad avanzó y reveló u

enorme punto blanco inmediatamente debajo de londa.—¡Alto! —dijo Mazer—. Más despacio. Ha

una gran bolsa de aire justo bajo la sonda. No lconseguiremos.

—La veo —dijo Wit—. Nos detendremos antede alcanzarla.

Mazer continuó frenando, se abrió paso entre laúltimas capas de tierra y se acercó a la bolsa d

aire casi a rastras. La barrena empezó a pararse, el trineo se inclinó hacia delante y se niveló en lque parecía el suelo de una enorme caverna. Lorineos de Wit y Calinga aparecieron junto a é

Mazer abrió la carlinga y se puso de pie en s

mismo asiento. Proyectó las luces de su casc

Page 897: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 897/915

hacia arriba y vio la panza de la sonda. Unometros más y podría haber tocado con la mano luperficie de metal.

La bolsa de aire era enorme. Mazer no estab

eguro de su anchura: movió la linterna alrededo  en vez de ver paredes en los lados solo vi

negrura.—Menudo fiasco —siseó Calinga. Estaba de pi

en la carlinga abierta, mirando la panza de londa, un gigantesco techo extraño sobre ellos—Y yo que pensaba que íbamos a atravesar estcosa, y ahora ni siquiera podemos alcanzarla.

Hubo un crujido de hielo y un susurro de aire,

a carlinga de Wit se abrió.—Dígame, Mazer, ¿cuáles son nuestra

opciones? ¿Hay algún modo de llegar al casco?Mazer apuntó de nuevo hacia arriba con la

uces de su casco.—No me esperaba una bolsa de aire. Estcomplica las cosas. —Calculó la distancia deuelo al techo—. Si subimos como habíamo

planeado, podríamos atravesar la bolsa de air

con suficiente impulso para llegar a la sonda. Per

Page 898: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 898/915

as barrenas nunca podrían morder el cascoRebotaríamos.

—Entonces no lo podemos atravesar —dijCalinga—. ¿Qué hacemos ahora? ¿Dejamos aquí l

bomba?—Podríamos —repuso Wit—. Pero dentr

causaría mucho más daño. Nuestras posibilidadede éxito aumentarían exponencialmente

ográramos pasar. Mazer, ¿podríamos entraquemándola? ¿Y si damos media vuelta a estoopos y golpeamos la panza de la sonda co

chorros de lava? ¿Podríamos fundir un agujero luficientemente grande para que Calinga pase?

—Ni idea. Tal vez. Merece la pena intentarlo. Eproblema es que tendremos que salir, darle lvuelta a los trineos perforadores, extender lozancos y erguir las máquinas, con el cul

apuntando a la sonda para así golpearla cochorros de lava.—Calinga, vuelve a tu trineo y húndete —dij

Wit—. Ponte de nuevo en posición de lanzamientoMazer y yo abriremos un agujero. Si funciona, t

diremos que subas y te abras paso. Iremos detrá

Page 899: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 899/915

de ti. Luego dejaremos tu trineo y la bomba tacomo habíamos planeado.

—Entendido.—Tendré que extender sus zancos y ponerle e

posición de excavar —dijo Mazer.Calinga se encerró en su cabina. Mazer s

acercó al trineo, retiró los paneles y marcó lecuencia para hacer funcionar los zancos. Era u

proceso de múltiples pasos que tardó unominutos, pero pronto todos los zancos estuvierodesplegados y afianzados.

—Está listo. Pero espere hasta que yo vuelva mi topo y me aparte del camino de su chorro d

ava.Calinga esperó la orden y luego arrancó el trine

  se zambullo en la tierra. Un flujo de lava salidespedido por la parte trasera y golpeó la panz

de la sonda. El casco de la nave fórmicchisporroteó y goteó.—Se está derritiendo —dijo Mazer—. Parec

que su plan funciona, Wit.—Enséñeme a colocar los zancos de mi trine

—pidió Wit.

Page 900: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 900/915

Mazer esperó a que el trineo de Calingdesapareciera en la tierra y el chorro de lavescupida cesara. Entonces corrió al aparato de W  abrió el panel del costado y enseñó a Wit e

proceso. Pronto el trineo estuvo posado sobre supatas de araña, la parte trasera preparada parociar la sonda de lava.

Hubo un atisbo de movimiento en la oscuridad

Mazer se volvió y proyectó su linterna. Un grupde veinte o treinta fórmicos avanzaba hacia elloo parecían armados, pero sus garras y fauce

parecían dispuestas a hacerlos pedazos.—Tenemos compañía.

Había dejado su arma en la carlinga. Corrió cogerla. Los fórmicos se abalanzaron. Mazeempuñó la pistola y disparó las primeras ráfagadesde donde estaba, junto al trineo. La mayoría d

as balas hicieron blanco. Los fórmicos cayeronOtros se dispersaron en la oscuridad.—Entreténgalos —dijo Wit—. Yo pondré su

rineo en posición.Corrió al aparato, abrió el panel y se puso

rajinar.

Page 901: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 901/915

Sus cascos estaban hechos para pilotar lorineos, no para escaramuzas a tiros en medio d

una oscuridad casi total. Mazer no tenía ningúVCA, nada que lo ayudara a apuntar, ningú

astreador de calor, ni visión nocturna. Su viserera una hoja de cristal, nada más. Contaba con unpistola y una linterna.

Movió la linterna, buscando los fórmicos qu

ntentaban acercarse a su posición. De vez ecuando la luz encontraba uno y entonces disparabvarios tiros, apuntando al centro de la criatura.

Momentos más tarde, la multitud de fórmicos setiró, huyendo hacia la oscuridad por dond

habían venido.—Se marchan —dijo Mazer.

—Bien —respondió Wit—. Necesito dominutos más.

Mazer siguió moviéndose, apuntando con sinterna en todas direcciones, la pistola preparadaDurante un momento pensó que estaban seguroEntonces su luz iluminó cientos de pares de ojoen la oscuridad, avanzando.

—¡Fórmicos! —dijo Mazer—. A las dos. ¡So

Page 902: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 902/915

cientos!—Treinta segundos más —dijo Wit.

El primer grupo eran exploradores, advirtiMazer, enviados para ver qué tenía que ofrecer e

enemigo. Este era el ejército de verdad. Mazepensó que no podría aguantarlos diez segundomucho menos treinta. Venían como un enjambre.

Ajustó la pistola para descargas de tres disparo

 abrió fuego. Los tiros resonaron en la bolsa daire. Todos hicieron diana. No fue difícil. Lofórmicos estaban prácticamente unos encima dotros, cargando frenéticos, lanzándose hacia Mazecomo una ola de ojos y extremidades y furia.

No tienen miedo, advirtió. Los estaba abatiendopero no les importaba. Era como si supieran quacabarían por superarlo, y los individuos que ibadelante estuvieran dispuestos a sacrificarse co

ese propósito.—Treinta metros —dijo Mazer—. Tiene treegundos.

—De acuerdo —respondió Wit—. Estpreparado. ¡Vamos, vamos, vamos!

Mazer corrió hacia su trineo perforado

Page 903: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 903/915

disparando a ciegas hacia atrás. Más fórmicocayeron. El enjambre continuaba avanzando, sucompañeros caídos ya olvidados.

Mazer subió la escalerilla y entró en su carlinga

Vio a Wit por el rabillo del ojo subir al suyoRetiró la escalerilla y cerró la carlinga justcuando una oleada de fórmicos chocaba contra lmáquina, subía por los zancos y golpeaba l

cabina. Su peso hizo tambalearse el trineo, durante un instante aterrador Mazer pensó que ibaa volarlo o romper los zancos. Pero el aparataguantó, a pesar de los golpes recibidos.

—Esto no va a funcionar —dijo—. Calinga n

podrá salir de su trineo. Lo superarán. Tenemoque abortar.

—Destruir la sonda es más importante quCalinga —dijo Wit—. Es más importante qu

odos nosotros. Él lo sabe. Si desistimos, lofórmicos protegerán la panza de la nave. Es ahoro nunca. Abramos un agujero.

Tenía razón, naturalmente. El éxito de la misióera más importante que ninguna otr

consideración, incluso que sus vidas.

Page 904: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 904/915

Mazer puso en marcha la barrena. Luego invirtia potencia de la oruga del trineo y lentamente l

bajó a la superficie. La lava salió escupida haciarriba y golpeó la sonda. La potencia invertid

contrarrestaba la propulsión hacia delante de lbarrena, pero las fuerzas opuestas hacían que erineo se estremeciera y botara. Mazer aguantó

Wit también. Brotó la lava. La panza de la sond

empezó a derretirse.Los golpes en la cabina de Mazer habían cesadoLos fórmicos habían caído. Mazer esperó questuvieran recibiendo una lluvia de lava. Pasó uminuto. Luego dos. El trineo cabrioló y dio vuelta

por el suelo de la bolsa de aire. Mazer tuvcuidado de no escupir lava hacia la posición dWit, y esperó que Wit estuviera haciendo lmismo.

Un gran pedazo de la panza de la sonda cayócomo el suelo de una casa ardiendo. Quedó uagujero.

—¡Calinga! —dijo Wit—. Tienes vía libre. Tenvío los datos. Entra, suelta la bomba y sal s

puedes.

Page 905: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 905/915

—Recibido. Lárguense los dos. No quiergolpearlos al subir. Voy a toda pastilla.

Mazer detuvo la potencia invertida de sracción de oruga y replegó los zancos. El trine

perforador cayó y se hundió en la tierra bajo lbolsa de aire, cavando profundamente.

Mazer captó la posición de Calinga en el holoPasaron uno junto al otro, Mazer bajando, Caling

ubiendo. En los últimos cien metros, Calingaceleró a fondo y atravesó la bolsa de aire. Apuntal agujero a la perfección. Pero como iba eángulo, el trineo golpeó el borde del agujero aentrar. Eso hizo que el aparato girara en el aire

e estrellara de lado en la sonda.—Calinga —llamó Wit—. Informa.

La voz que respondió sonaba dolorida peranimosa.

—Caven hondo. Yo detonaré la bomba.—Aguanta —dijo Wit—. Voy a buscarte.—Negativo —respondió Calinga—. Si intent

altar hasta aquí le sucederá lo mismo, y los doestaremos muertos. Tengo el trineo cubierto d

fórmicos ya. No podría pasar al otro trineo. Cave

Page 906: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 906/915

ustedes. Yo me quedo. Les daré veinte segundos.—Tendría que haber sido yo —dijo Wit—

Tendría que haber llevado yo la bomba.—Es hora de dejarle la gloria a otro.

—Ha sido un honor —dijo Wit.—El honor ha sido mío —repuso Calinga.¿Cómo podían hablar así?, se preguntó Maze

¿Cómo podían resignarse tan fácilmente? Porqu

eran de la POM, comprendió. Porque eraoldados inteligentes, porque sabían que no habíotro modo.

—Diez segundos —dijo Calinga—. Estáempezando a romper la cabina. No pued

etrasarlo más.Mazer aceleró a fondo. Descontó los segundo

mentalmente, viendo el holo en su salpicadero. Alegar a cero, el puntito que era el trine

perforador de Calinga se apagó.Mazer se dirigió al lugar que habían acordad

cuando accedieron a salir a la superficie. Ningunabía cuál sería el radio de la explosión de un

bomba nuclear subterránea, pero el alcance de l

Page 907: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 907/915

adiación sin duda sería amplio. Lo mejor qupodían hacer era elegir un punto a diez kilómetroo a la distancia máxima que pudiera llegar erineo.

Mazer salió a la superficie en el punto fijado y lorprendió ver un puñado de vehículos en lo

escáneres. Se soltó el cinturón, se levantó y abria carlinga.

Media docena de tanques y vehículos de asaltchinos estaban allí aparcados, junto con un pelotóde soldados armados y vestidos con trajeantirradiación. Wit había llegado ya. Había bajadde su trineo perforador y se estaba poniendo u

raje con la ayuda de dos soldados. Hablaba coun oficial.

El oficial se dio media vuelta y miró a Mazeonriendo. Era Shenzu, el contacto de Mazer en l

base china que había amenazado con abatirlo polevarse el HERC.—Bienvenido, capitán Mazer Rackham. E

nombre del ejército chino, le doy las gracias podestruir una de las sondas y la biomasa. Tenga

póngase este traje. Dentro hay un comunicado

Page 908: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 908/915

Probablemente estemos a salvo a esta distanciapero es mejor no confiarse.

—¿El estallido fue un éxito? —preguntó Mazer.Shenzu sonrió.

—Hoy es un gran día en China. Hemoconseguido una enorme victoria. Ah, por ciertoestán ustedes arrestados.

Mazer pensó que había oído mal.

—Acabamos de destruir a los tipos que haestado masacrando a su pueblo —dijo Wit—. Supone que tienen que ver lo que hemos hecho mitarlo.

—Oh, descuide, lo imitaremos —dijo Shenzu—

Tenemos gente trabajando en eso ahora mismo. Eolo una sonda, después de todo. La guerra aún n

ha acabado. Pero mientras tanto, hay cargos contrustedes. Cruzar ilegalmente la frontera, roba

propiedades del gobierno, efectuar un ataqunuclear en territorio chino. Todos delitos gravesTengo que escoltarles a un centro de reclusión.

—¿Así es como nos dan las gracias? —preguntMazer.

—No se preocupen, caballeros. En China, l

Page 909: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 909/915

mayoría de los héroes son arrestados primeroEstamos acostumbrados a eso.

Page 910: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 910/915

29

NAVE NODRIZA

Víctor acercó la mano a la puerta de lanzadera, preparado para abrirla. Lonstrumentos del salpicadero indicaban que la nav

fórmica se hallaba solo a seiscientos metros ddistancia, prácticamente encima de ellos.

—Vamos a conseguirlo, Imala —dijo—. No vaa desintegrarnos. —Observó los númerodescontando mientras se acercaban a la derivamás y más.

Sabía que estar apretujado con Imala dentro duna carlinga durante unos días iba a ser algmolesto e incómodo, pero no esperaba que fueran horrible. Fue peor que los nueve mese

pasados en la nave rápida. Al menos en la nav

ápida podía hacer lo que quisiera sin tener qu

Page 911: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 911/915

preocuparse por ser indecoroso. Si tenía queructar, eructaba. Si tenía que orinar, lo hacíaAquí, no solo tenía a Imala prácticamente encima por tanto era probablemente consciente de todo l

que hacía biológicamente dentro de su trajespacial, sino que también él era consciente dodos sus movimientos y sonidos.

Además, sus enormes cascos prácticamente s

ocaban, así que era como si estuvieraacurrucados y mirándose el uno a la otra. Siparar. Durante cinco días.

—Ten cuidado —dijo Imala—. Cuando abras lpuerta, hazlo despacio. Los movimiento

epentinos podrían alertarlos.—Cualquier cosa podría alertarlos. Las lectura

de calor también.—¿Pueden detectarlas?

—Viajan casi a la velocidad de la luz. ¡A sabede lo que son capaces!—Habría estado bien saber eso antes de partir.

—Si esperas hasta saberlo todo, nunca haránada.

—¿A quién citas? ¿A Benjamin Franklin? ¿A Su

Page 912: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 912/915

Tzu?—A mi padre.

El salpicadero trinó, indicando que era emomento de salir. Imala apagó las luces interiores

—Puedes lograrlo, Vico. Y si llegas al punto eque no quieras seguir haciéndolo, date la vuelta

o hemos venido aquí a morir. Haremos más biei vivimos. Recuerda eso.

—Vivir. Sí, es un buen plan. —Giró la manivel abrió lentamente la puerta hacia fuera. Cuando labertura fue lo bastante amplia, salió, ingrávidoLa nave fórmica era como una montaña rojdelante de él. No era nada comparado con ella. U

puntito. Un mosquito. ¿Cómo podía detener a algan grande?

Sacó lentamente la mochila con las herramienta  el explosivo, que de repente pareci

desesperanzadamente inadecuado, dado el tamañde aquella nave.La lanzadera continuó su camino a la deriva

Víctor cerró con cuidado la puerta.No podían hacer que la lanzadera flotara hasta l

nave fórmica. Era un riesgo que entraran e

Page 913: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 913/915

contacto. Lo mejor era que Imala detuviera lanzadera cerca de la nave y Víctor cubriera sola distancia restante.—Estoy fuera, Imala.

—Entendido. Ve con calma. Vuelvnmediatamente si te parece que algo va mal.

—Ya me parece que todo va mal. Tendrías quver el tamaño de esta cosa. Es como una luna.

—Disparando los retros —anunció ella.Unos estallidos casi imperceptibles de airedujeron la velocidad de la lanzadera. Vícto

continuó su camino, flotando hacia la brillantpared metálica de color rojo. No surgió ningú

cañón. No salió ningún fórmico.Aterrizó con la suavidad de un beso, los imane

de sus manos y pies lo anclaron a la superficieAhora que estaba tan cerca, podía ver clarament

as aberturas cerradas por toda la nave. Parecíahechas del mismo material que el casco, lo cuaas volvía invisibles desde lejos. Cada una tenía eamaño de un plato, y había miles, todas alineada

perfectamente de un extremo al otro de la nave.

Su destino era el lugar del casco donde salía e

Page 914: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 914/915

cañón, y tardó un momento en orientarse ocalizarlo. Advirtió que tendría que recorrer u

corto tramo para alcanzarlo. Pisando con cuidadoe puso en marcha. Mientras se movía, se pregunt

i su padre había aterrizado cerca de allí. Miralrededor, buscando algún signo de pelea o unzona dañada y reparada en el casco, pero no vinada.

Encontró el lugar. Pudo ver las líneas donde ecasco se abría o se separaba. Era el momentoAncló la mochila y sacó el mando a distanciamala y él habían depositado el señuelo a die

kilómetros. Conectó el control y pulsó e

acelerador. Al principio no vio nada. Pero prontocalizó un punto en la distancia entre los pecio

que se movía hacia él. Aumentó la velocidad. Eeñuelo chocó contra un resto a la deriva que s

cruzó en su camino y los dos rebotaron. Durante umomento Víctor perdió el control, perápidamente lo recuperó y enmendó el curso de

aparato.Se produjo un movimiento debajo de é

Engranajes girando, piezas cambiando de sitio, un

Page 915: La Tierra en Llamas

8/10/2019 La Tierra en Llamas

http://slidepdf.com/reader/full/la-tierra-en-llamas 915/915

máquina que cobraba vida. Pudo percibirlo en lopies.

El casco se abrió lentamente. El cañón aparecid l ó i t fl á i