la inteligencia emocional aplicada en el contexto...
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LA INTELIGENCIA EMOCIONAL APLICADA EN EL CONTEXTO
EDUCATIVO COMO UNA FORMA DE COMPRENDER LOS PROCESOS
PSICOLÓGICOS
KIMBERLY HERRERA GONZÁLEZ
UNIVERSIDAD SAN BUENAVENTURA
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
MEDELLÍN
2009
2
LA INTELIGENCIA EMOCIONAL APLICADA EN EL CONTEXTO
EDUCATIVO COMO UNA FORMA DE COMPRENDER LOS PROCESOS
PSICOLÓGICOS
Presentado por:
KIMBERLY HERRERA GONZÁLEZ
Trabajo de grado presentado como requisito para optar al título de:
PSICÓLOGA
Asesor:
JUAN CARLOS LOTERO
UNIVERSIDAD SAN BUENAVENTURA
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
MEDELLÍN
2009
3
TABLA DE CONTENIDO
Pág.
RESUMEN.......................................................................................................... 6
ABSTRACT ........................................................................................................ 7
1. INTRODUCCIÓN ............................................................................................ 8
2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ......................................................... 10
2.1 Formulación del problema.................................................................... 10
2.2 Pregunta problematizadora .................................................................. 24
3. JUSTIFICACIÓN .......................................................................................... 25
4. OBJETIVOS ................................................................................................. 26
4.1 Objetivo general .................................................................................... 26
4.2 Objetivos específicos............................................................................ 26
5. MARCO REFERENCIAL.............................................................................. 27
5.1 Antecedentes......................................................................................... 27
5.1.1 Aspectos históricos del estudio de las emociones............................ 27
5.1.2 Antecedentes de la inteligencia emocional ....................................... 32
5.2 Aspectos conceptuales en torno a la inteligencia emocional........... 34
5.2.1 Conciencia de uno mismo................................................................. 37
5.2.2 Toma de decisiones personales ....................................................... 37
5.2.3 Manejo de sentimientos .................................................................... 37
5.2.4 Manejo del estrés ............................................................................. 37
5.2.5 Empatía ............................................................................................ 37
5.2.6 Comunicaciones ............................................................................... 37
5.2.7 Revelación de la propia persona ...................................................... 38
5.2.8 Penetración....................................................................................... 38
4
5.2.9 Aceptación de uno mismo................................................................. 38
5.2.10 Responsabilidad personal............................................................... 38
5.2.11 Seguridad en uno mismo ................................................................ 38
5.2.12 Dinámica de grupo.......................................................................... 38
5.2.13 Resolución de conflictos ................................................................. 38
5.3 Inteligencia emocional, psicología y aprendizaje............................... 39
5.3.1 La inteligencia emocional y elementos que la integran..................... 39
5.3.1.1 La alfabetización emocional ....................................................... 45
5.3.1.2 La agilidad emocional................................................................. 45
5.3.1.3 La profundidad emocional .......................................................... 45
5.3.1.4 La alquimia emocional................................................................ 45
5.3.2 Psicología y el aprendizaje ............................................................... 46
5.3.2.1 Por símbolos (simbólico) ............................................................ 46
5.3.2.2 Por observación (icónico)........................................................... 46
5.3.2.3 Por experiencia (activo).............................................................. 47
5.3.3 Educar la afectividad......................................................................... 49
5.4 La inteligencia emocional en los procesos de aprendizaje............... 50
5.4.1 Inteligencia........................................................................................ 50
5.4.2 Referentes sobre la inteligencia........................................................ 51
5.4.3 Inteligencia Emocional ...................................................................... 54
5.4.3.1 Test ............................................................................................ 56
5.4.3.2 Psicometría ................................................................................ 58
5.4.4 Coeficiente de Inteligencia (CI) e Inteligencia Emocional (IE) .......... 58
5.4.5 La inteligencia emocional en la educación........................................ 60
5.4.5.1 Necesidad e importancia de la educación emocional................. 62
5.4.5.2 Escenarios para el desarrollo de la inteligencia emocional ........ 64
5.4.5.3 Importancia de la educación emocional ..................................... 67
5.4.5.4 Escuela y desarrollo de la educación emocional........................ 72
5.5 Fundamento legal.................................................................................. 76
6. DISEÑO METODOLÓGICO ......................................................................... 78
5
7. CONCLUSIONES......................................................................................... 82
BIBLIOGRAFÍA................................................................................................ 88
6
RESUMEN
En la investigación titulada “La Inteligencia Emocional aplicada en el contexto
educativo como una forma de comprender los procesos psicológicos”, se logró
describir el papel que desempeña este tipo de inteligencia en los procesos de
aprendizaje, partiendo para ello de una serie de referentes históricos,
conceptuales y teóricos que permitieron contextualizar la manera como opera la
Inteligencia Emocional en un niño inscrito en un proceso de enseñanza-
aprendizaje.
Ahora bien, esto demuestra que las emociones no son un factor ajeno al
aprendizaje de los niños; por el contrario, los niños son individuos bastante
emotivos; su estado de felicidad o irascibilidad depende de unas condiciones
diferentes a las del adulto; el problema es que aún en el sistema educativo
algunos pedagogos siguen creyendo que los niños son ajenos a las emociones,
ideas totalmente errada y rechazada por la psicología, pues éstos son sujetos
con una perfecta conciencia de sí mismos, capaces de un aprendizaje múltiple
de carácter simbólico, icónico y activo y, a su vez, emocionalmente inteligentes.
7
ABSTRACT
In the titled investigation “applied Emotional Intelligence in the educative context
as a form to include the psychological processes”, was managed to describe the
paper that carries out east type of intelligence in the learning processes, starting
off for it of a series of referring historical, conceptual and theoretical that allowed
to contextualise the way as it operates Emotional Intelligence in a boy enrolled
in a education-learning process.
However, this demonstrates that the emotions are not a factor other people's to
the learning of the children; on the contrary, the children are individual quite
touching; its state of happiness or irascibility depends on conditions different
from those of the adult; the problem is that still in the educative system some
educators continue thinking that the children are other people's to the emotions,
ideas totally been mistaken and rejected by psychology, because these are
subject with a perfect one brings back to consciousness of themselves, able of a
multiple learning of symbolic, iconic and active character and, as well,
emotionally intelligent.
8
1. INTRODUCCIÓN
Hablar e investigar sobre inteligencia emocional es adentrarse en un tema que
sorprendentemente ha sido poco explorado a lo largo de los años, y que sólo a
partir de los años 90’s ha venido convirtiéndose en algo apasionante para la
psicología. Este vacío se ha tratado de llenar por una serie de libros que en el
momento se clasifica como de autoayuda, algunos de los cuales en el mejor de
los casos se pueden ubicar dentro de la dimensión clínica. Sin embargo, se
puede decir que en los inicios de este siglo, se vislumbra un abordaje del tema
con mayor profundidad y autoridad, tratando reampliar las investigaciones en
este campo.
Sin embargo, la creciente investigación y desarrollo de la teoría de la
Inteligencia Emocional, ha redescubierto las ventajas de hacerle caso a las
emociones. Esas ventajas se pueden ver a diario, y una de ellas es que las
emociones son quizás la fuente más inmediata de «unidad» de todos los
miembros de una comunidad; porque al contrario de la religión, las creencias
políticas y culturales que separan y dividen a los individuos, las emociones los
unen, los integran y los informa constantemente de que son parte de algo.
Además, dentro de los márgenes de la vida social las emociones también
juegan un papel importante en este orden; pues ayudan a mantener a las
personas como individuos con cierto nivel de independencia. Esto se observa
cuando una persona se siente incómoda por el comportamiento de otra en
particular: las emociones se le despiertan y le avisan que hay que “establecer
límites” alrededor de esa situación para evitar conflictos; le indica que hay que
establecer los términos necesarios para proteger su integridad física y mental.
Esta realidad motivó a explorar sobre la inteligencia emocional, sus
implicaciones, su trascendencia y su influencia en el desarrollo del intelecto y la
9
madurez, en el desarrollo integral de la personalidad; sobre la cual tiene una
marcada preponderancia el manejo de las emociones, para hacer de la persona
alguien con éxito en la vida.
En este aspecto, Howard Gardner considera que la IE se presenta en el
individuo como la forma de conectar las emociones consigo mismo, saber que
es lo que siente, poderse ver así mismo y ver a los demás de forma positiva y
objetiva, generando en el individuo la capacidad de interactuar con el mundo de
forma receptiva y adecuada. Es importante recordar que la comunicación es la
herramienta principal de interacción con la que cuentan los seres humanos; en
otras palabras, se utilizan los cinco sentidos para la comunicación con el
mundo.
Desde esta perspectiva, se propone describir el papel que desempeña la
inteligencia emocional en los procesos de aprendizaje; para ello, se hace
necesario definir el concepto de inteligencia emocional y sus aplicaciones, lo
cual incluye una revisión bibliográfica sobre la inteligencia emocional en la
educación y la consecuente identificación de los elementos teóricos que
fundamentan la inteligencia emocional como estrategia de aprendizaje.
10
2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
2.1 Formulación del problema
La inteligencia emocional ha sido definida por Goleman como una forma de
interactuar con el mundo que tiene muy en cuenta los sentimientos, es un
conjunto de destrezas, actitudes, habilidades y competencias que determinan la
conducta de un individuo, y que puede considerarse, como la capacidad de
reconocer nuestros propios sentimientos y los de los demás, de motivarnos y
de manejar adecuadamente las relaciones. De igual modo, estas inteligencias
personales abarcan cinco competencias principales: Conocimiento de las
propias emociones, Capacidad de controlarlas, capacidad de motivación,
reconocimiento de las emociones ajenas y control de las relaciones (Goleman,
1999. p. 75).
En este sentido, Goleman ha llamado a esta educación de las emociones”
alfabetización emocional” (también, escolarización emocional), lo que se
pretende con ésta es enseñar a los alumnos a modular su emocionalidad
desarrollando dicha inteligencia (Goleman, 1996). Hoy se sabe que la conducta
interpersonal se desarrolla y se aprende y que mientras más temprano se
inicien los procesos de enseñanza-aprendizaje de las habilidades sociales,
mejores serán los resultados. (Gardner, 1995).
La inteligencia emocional es aquella que nos permite interactuar con los demás,
trabajar en grupo, tolerar situaciones difíciles y de conflicto, fortalecer vínculos
afectivos, establecer empatía social, y mantener niveles adecuados de humor.
La carencia de las anteriores aptitudes es lo que en la actualidad se denomina
como analfabetismo emocional (Goleman, 1996).
Durante mucho tiempo, los educadores han estado preocupados por las
deficientes calificaciones de los escolares en matemáticas y lenguaje, pero
11
realmente la carencia es mucho más apremiante. Gardner habla entonces de
esta carencia como el analfabetismo emocional (Gardner, 1995. p. 37). Los
educadores han realizado notables esfuerzos para mejorar el rendimiento
académico de los estudiantes, pero no parece hacerse gran cosa para
solventar esta nueva y alarmante deficiencia. (Gardner, 1995. p. 37) “el
Aprendizaje no sucede como algo aislado de los sentimientos de los niños. De
hecho, la alfabetización emocional es tan importante como el aprendizaje de las
matemáticas o la lectura”. (Karen Stone McCown, directora de Nueva Leaming
Center y creadora del programa de Self Science, pg.165).
“La alfabetización emocional permite internalizar el concepto de educación
afectiva porque recurre a los afectos y se dedica a educar al afecto mismo. El
nuevo movimiento escolar de alfabetización emocional considera que la vida
emocional o social constituya no es una intrusión irrelevante en la vida del niño,
es por esto que propone centrar la atención en la facetas emocionales, que
forman parte de la vida cotidiana del niño”. (Goleman, 1995. p. 166).
De otro lado, el interés de la psicología por la vida afectiva y por el mundo de
las relaciones interpersonales no es un tema reciente, puesto que los
psicólogos han intentado introducir las emociones dentro del ámbito de la
inteligencia. En el año 1920 aparece en la literatura escrita el término de
inteligencia social acuñado por Thorndike en su artículo ¨ la inteligencia y su
uso: entendida como la habilidad para entender y manejar hombres y mujeres,
de actuar sabiamente en las relaciones humanas” (Tornike, 1920, pnnn).
A pesar de que Thorndike se interesó por este tema desde distintas tradiciones
psicológicas, durante los últimos años la tradición cognitiva ha sido el modelo a
partir del cual muchas de las investigaciones se han desarrollado, sesgando
esta área de conocimiento psicológica hacia lo cognitivo (Goleman, 1996). De
echo quien mas contribuyo a popularizar el concepto de inteligencia emocional
12
fue el psicólogo norteamericano Daniel Goleman en su libro inteligencia
emocional publicado en 1996.
Así en la década de los 90 los investigadores han comenzado a darse cuenta
de que la teoría cognitiva no lo explica todo y comienzan a adentrarse en el
campo emocional, destacando y enfatizando la importancia de las emociones
en el desarrollo y la adaptación social; tanto es así que autores sugieren que
las emociones, y no el cociente intelectual, podrían ser la verdadera medida de
la inteligencia humana. Desde la psicología humanista, se encuentra la teoría
de Rogers, que expone la importancia que tiene el planteamiento emocional de
“comprender al otro” para así ayudarlo y estrechar relaciones, por lo tanto, en el
aula de clases, el proceso de enseñanza-aprendizaje mejora cuando el docente
y alumnos se comprenden mutuamente y reina un ambiente de amistad e
igualdad que facilita la comunicación entre ellos (Rogers, 2003).
De igual modo, las emociones están presentes en todas las organizaciones
humanas (familia, escuela, empresas, entre otras), y el comprender que los
actores principales son precisamente seres humanos implica el saber manejar
e interpretar dichas emociones para involucrar a las personas con sus tareas de
una manera más comprometida, ya que se estaría al tanto de las necesidades,
opiniones y pensamientos que permitan el desarrollo de las organizaciones de
una manera distinta, sembrando el sentimiento de pertenencia e identificación
con los postulados de crecimiento y desarrollo de la institución u organización,
sin dejar de lado las metas de productividad y competitividad (Rogers, 2003).
En esta línea, autores como Greenberg (1996) quien desarrolló una línea de
pensamiento enfocada a la comunicación personal, afirma que aunque la
década de los 90 puede considerarse en todos los niveles como la década del
cerebro, en el campo de la psicología está se convirtió en la década de las
emociones. Goleman 1996 define la importancia de las emociones en el
desarrollo y la adaptación personal y social partiendo de la siguiente definición
13
de emoción ´ Me refiero tanto a un sentimiento como a sus pensamientos
distintivos, estados psicológicos, biológicos y al conjunto relacionado de
propensiones de actuar. (Goleman 1996 Pág. 42) Desde su punto de vista las
emociones son las inteligentes por que cada una de ellas desempeña un papel
único en predisponer al cuerpo a un tipo diferente de respuesta para la
adaptación y supervivencia.
Según Goleman, los objetivos que se persiguen con la implantación de la
Inteligencia Emocional en la escuela, consisten en detectar casos de pobre
desempeño en el área emocional, conocer cuáles son las emociones y
reconocerlas en los demás, clasificarlas: en: sentimientos y estados de ánimo,
modular y gestionar la emocionalidad, desarrollar la tolerancia a las
frustraciones diarias, prevenir el consumo de drogas y otras conductas de
riesgo, desarrollar la resiliencia, adoptar una actitud positiva ante la vida,
prevenir conflictos interpersonales y por ultimo mejorar la calidad de vida
escolar.
Para conseguir esto, se hace necesaria la figura de un nuevo sistema
educativo, con un perfil distinto al que estamos acostumbrados a ver
normalmente, que aborde el proceso de manera eficaz para sí y para sus
alumnos. Para ello es necesario que él sistema educativo, se convierta en un
modelo de equilibrio de afrontamiento emocional, de habilidades empáticas y
de una resolución serena, reflexiva y justa de los conflictos interpersonales,
como fuente de aprendizaje vicario para sus alumnos (Goleman, 1995).
Es comprensible que muchos profesores se sientan sobrecargados por un
programa escolar excesivamente repleto de nuevas materias y se resistan a
dedicar un tiempo extra a enseñar los fundamentos de otra asignatura. Por
esto, una de las estrategias utilizadas actualmente para realizar el proceso de
alfabetización emocional consiste en yuxtaponer las lecciones sobre
sentimientos y emociones a las asignaturas habituales, Porque las lecciones
14
emocionales pueden entremezclarse de manera natural con la lectura, la
escritura, la salud, la ciencia, los estudios sociales y muchas otras asignaturas
(Goleman, 1995).
De otro lado, Howard Gardner, propone un modelo en el que la inteligencia no
es vista como algo unitario, que agrupa diferentes capacidades específicas con
distinto nivel de generalidad, sino como un conjunto de inteligencias múltiples,
distintas e independientes. Por lo cual la define como: “la capacidad de resolver
problemas o elaborar productos que sean valiosos en una o más culturas”
(Gardner, 1999. p. 45); añade que así como hay muchos tipos de problemas
que resolver, también hay muchos tipos de inteligencia. Entre las que se
encuentra la lingüística, la espacial, musical, corporal-cenestésica,
intrapersonal, interpersonal, naturalista.
Según esta teoría, todos los seres humanos poseen ocho inteligencias en
mayor o menor medida. Al igual que con los estilos de aprendizaje no hay tipos
puros, y si los hubiera les resultaría imposible funcionar; enfatiza el hecho de
que todas las inteligencias son igualmente importantes y, según esto, el
problema sería que el sistema escolar vigente no las trata por igual sino que
prioriza la inteligencia lógico - matemática y la inteligencia lingüística, al punto
de negar la existencia de las demás (Gardner, 1996).
Para Gardner es evidente que, sabiendo lo que se sabe sobre estilos de
aprendizaje, tipos de inteligencia y estilos de enseñanza, es absurdo que se
siga insistiendo en que todos los alumnos aprendan de la misma manera. La
misma materia se podría presentar de formas muy diversas que permitan al
alumno asimilarla partiendo de sus capacidades y aprovechando sus puntos
fuertes. Además, tendría que plantearse si una educación centrada en sólo dos
tipos de inteligencia es la más adecuada para preparar a los alumnos para vivir
en un mundo cada vez más complejo (Gardner, 1994).
15
Aunque la teoría de Gardner (1983 – 1993) supone un avance importante
respecto al estudio de la inteligencia desde una perspectiva meramente
cognitiva, al otorgar importancia no solo al mundo social y de las relaciones
interpersonales, sino también al mundo introspectivo con todo lo afectivo y
emocional que ello conlleva, en opinión de Goleman 1996, Gardner no explora
satisfactoriamente el papel que las emociones tienen en la inteligencia, quizá
por su excesivo énfasis todavía de lo cognitivo. Si bien es cierto que en su
descripción de la inteligencia personal, Gardner explora el pensamiento en
torno a las emociones, no persigue con insistencia el papel de la emoción en
las diferentes inteligencias.
En este sentido, la educación (Cohen, 2002) es un proceso evolutivo, que
consiste en adquirir nuevos conocimientos de una manera constante, lo cual
induce la adquisición de habilidades y destrezas, que realizan a la persona
como ser integral. Los sentimientos son una herramienta que ha permitido la
construcción de proyectos educativos centrados en el área cognitiva del
estudiante. La psicología ha contribuido a la valoración e intervención de los
procesos educativos en el aula de clase por medio de propuestas
institucionales, los cuales procuran exponer una perspectiva global de la
educación. Sin embargo es necesario que la psicología participe de una
manera más activa en la generación de propuestas que posibiliten una mayor
evolución de los procesos educativos, teniendo en cuenta que los cambios que
han surgido en las estrategias pedagógicas a través del tiempo, han sido
gracias a los movimientos artísticos, culturales, literarios y filosóficos del siglo
XX (es.wikipedia.org).
La educación siempre había sido impartida como un proceso de memorización
Por parte del alumno, sin dar lugar a procesos de asimilación y por ende de
entendimiento. Lo cual exige en el contexto actual de la misma, una apertura en
los esquemas formativos e informativos. Ésta no es sólo la instrucción
académica, sino un que hacer social, además de un compromiso estatal, civil y
16
humano, pues educar y educarse (Guerrero Miguel, 2006) permite una
conciencia positiva de coexistencia con los demás y por ende pronostica una
mejor adaptabilidad social, hacia una sana convivencia y un espacio mas
positivo para el desarrollo integral de los seres humanos dentro de su
comunidad (Guerrero Miguel, 2006). Por ello, los programas educativos
actuales deben referirse a la formación del individuo y la integración con su
entorno, es decir, concebir a la educación, según como lo plantea García
Canclini (1995. p. 55): “como un proceso multicultural, mestizo, híbrido y plural,
donde quepa el sincretismo de las ideas”.
En este sentido, La inclusión activa de los niños en sus procesos formativos es
primordial y puede ser logrado desde la inteligencia emocional, la cual esta
también referida a la capacidad de comprensión de nuestra propia vida en toda
su integridad, “educar en la diversidad no se basa, como algunos pretenden ,
en la adopción de medidas excepcionales para personas con necesidades
educativas especificas, sino en la adopción de un modelo de currículo que
facilite el aprendizaje de todos los alumnos/alumnas en su diversidad” (López
Melero, 1995. p. 93). Es así como el centro escolar se convierte en un
escenario de socialización en donde los alumnos deben aprender las
competencias necesarias para relacionarse con los iguales y con los adultos.
En este aprendizaje juega un papel muy importante la dimensión emocional del
comportamiento humano, especialmente como regulación de la vivencia y
expresividad de las emociones, sentimientos y afectos , constituyéndose este
en un elemento de medidas y recursos orientados a desarrollar el ajuste social
de los alumnos, donde la inteligencia emocional parece aportar cierto grado
explicativo para algunos ajustes socio-escolares del alumnado, especialmente
en lo que se refiere al rendimiento académico (Mestre, & Olarte, 2004) y
mejorar así la vida diaria en el establecimiento educativo a través del
conocimiento intrapersonal e interpersonal.
17
Tradicionalmente se enfatizó en la enseñanza basada en medios
instruccioncitas cotidianos (Revista del instituto de investigaciones educativas,
2006. p. 2), los cuales lejos de promover y encauzar la inquietud innata de los
niños por conocer su entorno, buscan formalizar al alumno, llevándolo a la
“imitación”, pues busca que ellos estén detenidos, atentos a lo que diga y haga
el profesor, es decir, apuntar y repetir lo expuesto, ocasionando, la acumulación
de la información, negando la posibilidad de genera otras respuestas). (Revista
del instituto de investigaciones educativas, 2006. p. 2). En la época actual, la
educación se transforma, dejando atrás los métodos transmisioncitas/
instruccioncitas, es decir aquellos en los cuales el maestro o educador, tomaba
el papel de dictar instrucciones y de transmitir sus conocimientos de forma
literal y el educando se limitaba a seguir reglas y a cumplir ordenes (Costi
Santarosa, 1989).
Hoy en día, puede verse que los niños, tienen el derecho y el deber de
participar activamente de su educación, que durante cada hora o espacio de
clase, ellos mismos construyen su aprendizaje, lo cual estimula y promueve
estudiantes proactivos, que no se limitan a repetir palabras y a grabar de
memoria el conocimiento, que se convierte solo en información, ahora se
forman estudiantes que razonan y llegan a conclusiones por ellos mismos.
De igual modo, “es pertinente resaltar que la educación y todos sus procesos
de aprendizaje, dependen de las evolución y del desarrollo cognitivo del
individuo, y que al mismo tiempo debe tenerse en cuenta que para que el
aprendizaje sea efectivo, las habilidades sociales y adaptativos de la persona,
deben ser maduradas y conducidas desde su mismo progreso o cualquier
cambio en una dirección deseable” (Shapiro, 1997) en el campo socio-cultura y
evolución de aprendizaje, aspecto en el cual la inteligencia emocional es
importante, en este sentido deben crearse estrategias que soporten una
educación emocional, que le enseñen a los niños como deben manejar las
situaciones emotivas y afectivas en su vida cotidiana, para que se conviertan en
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personas integras que afronten sus problemas y resuelvan las diferentes
vicisitudes que les plantea la vida en su área escolar, familiar, social proyectada
en un futuro a su vida laboral (Shapiro, 1997).
La necesidad de la inteligencia emocional en la educación ha sido ampliamente
abordada por numerosos autores (Goleman 1995, Bisquerra 1999, Campos,
2003 Valles 2000, entre otros y tal como señala Goleman 1995). La educación
emocional esta directamente relacionada con la educación del carácter y la
formación de la personalidad, al igual que con la formación de la moralidad. Los
docentes por ende deben instruirse más, acerca de esta, con el fin de contribuir
a la formación y desarrollo integral del alumno.
La motivación por medio de los estímulos en las aulas de clase, y en cada
proceso pedagógico, es fundamental para el desarrollo de esta, siendo básica
para el desarrollo cognitivo de los niños, al procurarles, la estabilidad
emocional, que los lleve a obtener mejores resultados a nivel curricular y sobre
todo en el desarrollo de su ser integral, aumentando su autoestima, autoimagen
y el autoconcepto (Elias, Tobías, Friedlander, P Antón, 1999).
En Colombia es poco lo que se ha investigado acerca inteligencia emocional en
la educación, sin embargo, algunos estudios como el realizado por María
Caridad Garda (2006) se aborda la inteligencia emocional desde otras
perspectivas. Caridad Garda retomó a Mayer y Salovey, para exponer lo que
dicha investigación plantea, lo cual es que las emociones son representaciones
mentales, y que como tales tienen la misma información emocional que
cualquier otra representación mental, y es por esto que cualquier investigación
o estudio sobre inteligencia emocional, puede ser abarcada desde este
concepto.
Existen procesos mentales especializados en Comprender, abstraer y razonar
la información emocional, exponiendo que las representaciones emocionales
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están también integradas a las estructuras cognitivas (Mayer y Salovey, 1997).
Sin embargo, no es claro el mecanismo por el cual las emociones son
asimiladas en los esquemas mentales y si este proceso es completamente
análogo al de la asimilación de cualquier otra información en las
representaciones mentales. Esta conclusión, parte de varios paralelos
realizados entre los modelos de estos dos autores. (UMBRAL. Revista de
Educación, Cultura y Sociedad. Revista iberoamericana de educación, 2000).
Dentro de las investigaciones que se han realizado sobre la inteligencia
emocional, en el ámbito de la educación, en otros contextos existe un estudio
realizado en la Universidad de Columbia y en la Universidad de Stanford, en el
cual se estudio niños 373, de 12 años, sobre dos años de la High School
secundaria menor.
Se reunió dos grupos de estudiantes, un grupo control y un grupo caso. Los
estudiantes del grupo control fueron elegidos por que presentaban bajos logros
académicos, teniendo como característica el considerase ellos mismos como
personas que podrían mejorar su rendimiento. El otro grupo presentó el mismo
bajo rendimiento, pero estos estudiantes no creían que podrían mejorar. Como
resultado, se obtuvo que los estudiantes que creyeron que sus capacidades
para la matemática podían mejorar, lograron aumentar su rendimiento
académico, mientras que los estudiantes que no creyeron en sus capacidades,
no lograron mejorar su rendimiento.
Luego de dos años de observación, aquellos estudiantes que no lograron
aumentar su rendimiento, tuvieron como ejemplo aquellos que aumentaron sus
logros, y así pusieron más energía y esfuerzo para lograr un mejor rendimiento,
obteniendo así reacciones más constructivas a los obstáculos que se pueden
presentar en el ámbito escolar.
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Los resultados muestran, según Carol Dweck, (Stanford, 2007), la importancia
que tiene para los estudiantes la creencia en su propio proceso de aprendizaje.
“Estos resultados destacan la importancia de la creencia de los estudiantes
para su progreso académico”; de igual modo “demuestran cómo la creencia se
puede cambiar para maximizar la motivación y el logro de los estudiantes.”
Según lo reporta Blackwell, Trzesniewski y Dweck (2007) de la universidad de
Stanford. Estas investigaciones muestran la importancia que tiene la
modificación de las creencias que tienen el estudiante de su proceso de
aprendizaje, las cuales se constituirán en un factor de automotivación, cuando
dichas creencias se enfocan al mejoramiento del rendimiento, siendo este un
componente de la inteligencia emocional.
Puede decirse que existen vacíos y faltantes que evidencian la importancia de
la integración de una pedagogía para la inteligencia emocional en los
estudiantes, como la desmotivación, las carencias afectivas, la falta de
estímulos (Rogers 1979. p. 104). Es entonces cuando surge la pregunta que
podría responder a los múltiples faltantes pedagógicos, ¿Como podría
implementarse en la enseñanza un trabajo educativo y pedagógico? A nivel
didáctico y metodológico puede aplicarse para el trabajo educativo un criterio
fundamental que implemente nuevos modelos y estrategias de aprendizaje
(Lenzen 1991. p. 123). Se trata de una perspectiva que resulta trascendental
también y precisamente en relación con el interrogante sobre los métodos de la
formación en las aulas, entre los que se encuentran: ¿cuales son entonces los
"nuevos métodos" de la formación pedagógica? Son aquellos que se basan en
una expresión de la cultura del aprendizaje en un aula de clase, la cual esta
basada en el potencial de la autoorganización y que concibe el aprender desde
el permitir; el permitir aprender.
Basándose en una perspectiva humanista Carl Rogers describió en su libro “El
camino del ser acerca de las comunicaciones interpersonale”s, en las que
señala la importancia de escuchar al otro vivir su vida sin involucrarse y sin
21
emitir juicios de valor y percibir el significado que le da la persona a las cosas )
la inteligencia emocional en la educación S.f. p. 5 ) de esta manera conduce a
admitir que “los problemas son parte normal de la vida y no hemos de sentirnos
obsesionados por ellos cuando los tenemos la clave no esta en negar los
problemas si no en solucionarlos de una forma constructiva generando así un
equilibrio en lo físico , mental y emocional”( Rogers, 1985).
La comunicación interpersonal es productiva en la medida que se cultive el arte
de escuchar al otro, de prestarle atención y mediante esto demostrarle cuan
importante es como persona. Carl Roger fue pionero en aplicar en el aula de
clases su planteamiento de las comunicaciones interpersonales, enseño la
Importancia de escuchar al otro para conocerlo y comprenderlo y así lograr que
mejoren significativamente sus relaciones, al sentirse libre de expresar sus
sentimientos y pensamientos.
Este primer planteamiento de Carl Roger sobre esta forma de comunicarse es
uno de los pasos dados para el desarrollo de lo que hoy se conoce como
inteligencia emocional, la cual se constituye en una vía para el auto
conocimiento personal, Sanabria Hilda PG 155 = 174) De esta forma hoy mas
que nunca tiene vigencia el planteamiento emocional de comprender al otro
para así ayudarlo y estrechar relaciones, por lo tanto en el aula de clases, el
proceso de enseñanza y aprendizaje, mejora cuando docentes y alumnos se
comprenden mutuamente y reina un ambiente de amistad e igualdad que
facilita la comunicación entre ellos. (Revista Ciencias de la Educación, p. 174).
La psicología humanista concibe a la persona como a una totalidad integrada ,
que no se limita solamente a la suma de su parte, por lo tanto no disecciona,
aspectos de la persona señalándolos como la causa de la enfermedad sino que
explica el equilibrio como un continuo que interrelaciona todos los factores de
una manera holística. De esta modo, se considera que en el ser humano existe
un impulso natural hacia la autorrealización y este concepto incluye la
22
necesidad de establecer unidad y coherencia donde los impulsos y tendencias
básicas del organismo humano son de naturaleza positiva. Este impulso tiene
una orientación, entre muchas otras, social. De allí que la conducta negativa y
destructiva se considere como la consecuencia de una reacción a la frustración
de necesidades estrechamente vinculadas a las tendencias Direccionales
básicas o producto de una reestructuración incongruente ante un medio social
hostil (Rogers, 1986).
Se habla de una conducta madura como sinónimo de equilibrio emocional la
cual muestra que el individuo percibe de una manera realista (alerta y flexible),
no defensiva, es decir, acepta la responsabilidad por su propio comportamiento,
evaluando la experiencia según la evidencia que proviene de sus propios
sentidos, es decir, cada persona tiene la capacidad de juicio crítico, cambiando
su evaluación de la experiencia sobre la base de nuevas evidencias
(pensamiento flexible); aceptando la responsabilidad de ser distinto de los
demás y aceptando a los otros como individuos diferentes a él (Carl Rogers).
Este modelo integrador y holístico “enfatiza en las experiencias y percepciones
propias de cada individuo y con ello la experiencia afectiva, al ser esta la que
resulta mas significativa e Importante al individuo principalmente cuando se
afrontan disfunciones y dificultades” (Principios de la psicología en la práctica
clínica).
Finalmente, cabe señalar que la psicología humanista al momento de abordar
las situaciones o problemáticas que experimenta el ser humano no se rige sólo
por un modelo concreto, sino que acepta una multiplicidad de técnicas y
estrategias que le posibilitan una mejor comprensión de cada persona desde su
subjetividad y la vivencia de sus experiencias, es por esto que debe tenerse en
cuenta que esas habilidades son desarrolladas por medio de un área especifica
llamada inteligencia emocional, la cual es un área que puede marcar un mejor
rendimiento de las personas en todos los sistemas en los que se involucre y es
23
necesario introducirla en los métodos de enseñanza, para lograr mejores
resultados. Los colegios como guías en los procesos educativos no deben
olvidar que el ser humano necesita progresar en todos los aspectos ya que de
su formación integral depende un equilibrio y bienestar no solo individual sino a
nivel social.
La inteligencia emocional ha sido inmiscuida en los centros de enseñanza
porque ha sido vista como parte de la convicción de que estos templos de
sabiduría, deberían promover situaciones que posibilitaran el desarrollo de la
sensibilidad y el carácter de los alumnos, sobre la base de que en el quehacer
educativo se involucra tanto el ser físico como el mental, el afectivo, el social,
en un todo (Molero, Sainz 1998. p. 12).
Con esta investigación se pretende exponer como influye la inteligencia
emocional en cualquier proceso que implique aprender, por medio de la
existencia de teorías, que ayudan a realizar una mirada retrospectiva hacia la
educación, con el fin de identificar algunas de sus problemáticas, señalando
que la inteligencia emocional, debe ser un área que debe estar incluida en los
programas curriculares de las instituciones ya que favorece los procesos de
aprendizaje, no solo escolar, sino también social.
Es así como a través de esta búsqueda bibliográfica, se quiere explorar y
conocer de una forma critica, el papel de la inteligencia emocional, en la
evolución del comportamiento humano que investiga las habilidades
conductuales dentro de los procesos de aprendizaje, teniendo en cuenta la
relación entre psicología e inteligencia emocional en la que se oriente la
educación. Es por esto que a partir de esta derivación de la inteligencia, y por
medio de un rastreo teórico, podrá realizarse un acercamiento a los principios
de la psicología, que dan pie a la introducción de esta, en el área de la
educación, por la cual se pretende un proponer una forma nueva y diferente de
aprendizaje, teniendo muy en cuenta el desarrollo de la inteligencia emocional
24
para lograr cambios significativos en la evolución educacional de los niños,
desde varias explicaciones validadas por estudios científicos y teniendo en
cuenta que existen múltiples capacidades adquiridas por medio de la
inteligencia emocional.
2.2 Pregunta problematizadora
¿Cuáles son los componentes teóricos específicos de la inteligencia emocional
que contribuyen significativamente con el proceso de enseñanza – aprendizaje?
25
3. JUSTIFICACIÓN
El dilema de las diferencias en los distintos tipos de inteligencia tiene una gran
importancia teórica y práctica, por no decir epistemológica, en psicología. Los
psicólogos teóricos o académicos se han ocupado durante mucho tiempo de
investigar este tema, a pesar de que hasta ahora los resultados no hayan sido
totalmente concluyentes. Un campo de estudio de las inteligencias es el
denominado “tipo emocional”; sobre este tipo particular de inteligencia las
investigaciones realizadas hasta el momento, destacan aspectos importantes
en lo concerniente al desarrollo evolutivo y social de los individuos.
Debido a la trascendencia que ha tenido el concepto de la Inteligencia
Emocional y el contexto de la aplicación-acción de la psicología otros muy
variados ámbitos, se hace necesario que dicha noción pueda ser llevada al
área educativa, área en la que se pueden identificar variables relacionadas con
los procesos psicológicos de los estudiantes y que permiten tener otros puntos
de vista de la practica propia del concepto de Inteligencia Emocional.
Es necesario tener en cuenta, así mismo, que esta investigación se encuentra
basada en una metodología descriptiva, por lo cual la revisión bibliográfica que
aquí se utilizó sirve de fundamento para posteriores estudios en campo que, de
seguro, reforzarán la propuesta aquí realizada.
26
4. OBJETIVOS
4.1 Objetivo general
Describir el papel que desempeña la inteligencia emocional en los procesos de
aprendizaje.
4.2 Objetivos específicos
• Definir el concepto de inteligencia emocional y sus aplicaciones.
• Realizar una revisión bibliográfica sobre la inteligencia emocional en la
educación.
• Identificar los elementos teóricos que fundamentan la inteligencia emocional
como estrategia de aprendizaje.
27
5. MARCO REFERENCIAL
5.1 Antecedentes
5.1.1 Aspectos históricos del estudio de las emociones
Durante mucho tiempo las emociones han estado consideradas como poco
importantes y siempre se le ha dado más relevancia a la parte racional del ser
humano. A lo largo de la historia de la cultura, cognición y emoción han sido
considerados procesos independientes y en cierta medida contrapuestos.
Dentro de lo que llamamos ‘la cognición’ se incluyen la percepción, la memoria,
la atención o la acción. El concepto de “emoción” abarca también desde la
experiencia subjetiva (el sentimiento) hasta las reacciones que llamamos
vegetativas (sudoración, temblor, palidez) y motoras (gestos, posturas).
En la concepción de la mente (el alma) para el mundo griego y la posterior
cultura judeocristiana, Razón y Pasión mantienen un cierto antagonismo. El
intelecto superior debe controlar las pasiones, al ser estas emociones
desbocadas las que enturbian la capacidad de pensar con claridad y están
asociadas casi siempre al pecado y la culpa.
Sólo en tiempos más recientes y gracias a las influyentes aportaciones de
científicos y neurólogos como Joseph Le Doux y Antonio Damasio, se ha
aceptado considerar que la consciencia no es el único elemento que ocupa la
mente o, dicho de otro modo, que el cerebro (cuya operación produce lo que se
llama el pensamiento consciente), es igualmente el origen de las emociones.
Aunque a primera vista pueda parecer que en el caso de la cognición el soporte
físico del cuerpo es irrelevante (mientras que resulta fundamental para las
emociones), cada vez se acepta más la interpretación de que tanto en la
emoción como en la cognición, tras los componentes conscientes, subyacen e
28
interaccionan toda una serie de mecanismos cerebrales no conscientes, lo que
Freud llamó premonitoriamente “el inconsciente”, que determinan de manera
decisiva las características conscientes del pensamiento y la emoción.
En el estudio de las bases científicas de las emociones conviene recordar
algunos principios, enunciados por Le Doux que sirven para centrar el problema
en términos abordables por la ciencia actual. El primero es la denominada
corriente “emoción” no se corresponde con un proceso cerebral separado e
independiente, sino con el resultado de múltiples mecanismos cerebrales que
pueden ser distintos en emociones diferentes.
Un segundo principio importante es que los mecanismos cerebrales de
conducta emocional, tales como los que se ponen en marcha durante el miedo,
la búsqueda de alimento o el deseo sexual, aparecieron ya en estadios muy
primitivos de la evolución animal y se han conservado en gran medida durante
la evolución de los vertebrados, entre los que se cuenta el hombre. La mayoría
de los componentes de las respuestas emocionales se ponen en marcha de
manera no consciente. De ahí que los procesos cognitivos estén más
sometidos a las emociones que a la inversa y que puedan, en determinadas
circunstancias, verse dominado por éstas.
Las emociones juegan, además, un papel importante en la determinación de
conductas futuras y sus trastornos pueden dar lugar a graves alteraciones del
comportamiento, de allí su carácter patológico. El interés del hombre por la
comprensión de los orígenes y causas de las emociones viene de la
antigüedad: Hipócrates, 500 años A.C., decía que la estabilidad emocional
dependía del equilibrio de cuatro humores: sangre, flema, bilis amarilla y bilis
negra (Citado por Belmonte, 2009). De ahí que todavía conservemos el término
humor para referirnos a nuestros estados de ánimo.
29
Un paso cualitativo de interés en el largo camino de la asociación entre cerebro
y emociones lo representó sin duda Franz Joseph Gall, un científico que, ante
la evidencia clínica de que las diferentes funciones cerebrales se localizaban en
zonas diferentes del cerebro, asumió que tales regiones debían estar más o
menos desarrolladas en los diferentes individuos según poseyeran, en mayor o
menor medida, determinados rasgos de personalidad. Gall avanzó la teoría de
que tal desarrollo del cerebro se reflejaba también en la superficie del cráneo,
que se abombaba más o menos en función de que bajo él se hubiera
expandido tal o cual área cerebral vinculada a una determinada cualidad, lo que
permitía su identificación por palpación del cráneo, consiguiendo con ello
establecer el perfil de personalidad del sujeto. A esta insólita “disciplina” se le
denominó frenología y de la mano de Gall y sus seguidores, adquirió un
sorprendente desarrollo a finales del siglo XIX. Paralelamente, los neurólogos
iban adquiriendo conciencia de que determinadas áreas del cerebro tenían que
ver con las emociones. Poniéndose así en evidencia el importante papel que
juega el cerebro en la determinación de los aspectos más “espirituales” de la
personalidad.
A principios del siglo XX, se imponía la evidencia de que las emociones se
localizaban en el cerebro, un órgano que empezaba a revelarse como
extraordinariamente complejo, gracias a los trabajos morfológicos de Santiago
Ramón y Cajal. Los estudios de psicólogos y fisiólogos ponían también en
evidencia dos elementos clave en la emoción: por un lado el componente
subjetivo, que algunos llaman “sentimiento” y por el otro la respuesta corporal,
compuesta de una parte denominada “vegetativa” y a su vez la respuesta
motora, que da lugar a la expresión somática-gestual de las emociones. La
interacción entre estos dos componentes de la emoción, ha sido causa de
grandes discusiones y diferentes teorías sobre cómo se organizan las
emociones en el cerebro.
30
William James, psicólogo americano propuso en 1884 que la experiencia
cognitiva de la emoción sería secundaria a su expresión fisiológica. El danés
Carl Lange refinó esta misma teoría, señalando que el sentimiento, el aspecto
consciente de la emoción, ocurre después de que se hayan puesto en marcha
los mecanismos automáticos de ésta.
Los argumentos en contra de la teoría de que la emoción es un proceso
consciente, puesto en marcha por una respuesta periférica vegetativa y motora
empezaron a surgir tras las observaciones de Walter Cannon, quien demostró
que, en situaciones de emergencia, se produce una respuesta vegetativa y
motora no específica, llamada “reacción de alarma”, tan estereotipada que no
parecía probable que pudiera evocar toda la variedad de emociones que
experimenta el ser humano.
Philip Bard, en 1928 y en el laboratorio de Walter Cannon, realizó en animales
lesiones controladas que eliminaban los hemisferios cerebrales y una parte de
los núcleos profundos del cerebro, y observó que cuando la lesión preservaba
la zona del cerebro denominada hipotálamo, se producía en el animal un
cuadro denominado “falsa rabia”, cuyo nombre se debió a que éste no dirigía su
agresión a ningún objeto externo.
La teoría de Cannon-Bard sobre las emociones establecía que unas zonas
concretas del cerebro, el hipotálamo y el tálamo, eran las responsables de
llevar a cabo respuestas emocionales integradas, proporcionando a la corteza
cerebral la información requerida para poner en marcha los mecanismos
cerebrales de consciencia de la emoción.
En años posteriores, Ranson y Walter Hess desarrollaron técnicas para la
implantación de electrodos intracerebrales y el estímulo del hipotálamo en
animales despiertos, con las que pudo probarse que las diferentes partes del
hipotálamo ponían en marcha patrones diferentes de conducta emocional,
31
confirmando que en esta estructura se organizaban los circuitos neuronales
básicos que integraban las conductas típicas de las emociones, a través de sus
conexiones con otras áreas del tronco del encéfalo (como la formación reticular)
que serían responsables de controlar separadamente componentes aislados de
las respuestas motoras y vegetativas, a través de los sistemas motor y
simpático, respectivamente.
Duchenne de Boulogne, fisiólogo francés del siglo XIX combinó la estimulación
eléctrica de los músculos de la cara con la entonces incipiente fotografía para
mostrar como la contracción de determinados músculos faciales determina las
expresiones de alegría, terror, asombro, entre otras. Así, la sonrisa de alegría,
también llamada de Duchenne, combina la contracción de una serie de
músculos de la cara que no pueden ser activados de manera voluntaria.
James Papez, en 1937, especuló que existían áreas del cerebro
específicamente dedicadas a la emoción, que se correspondían
fundamentalmente con lo que Broca había llamado el cerebro límbico, y que
incluía las zonas de aquél que rodeaban el cuerpo calloso, formadas por: el
gyrus cinguli, el gyrus parahippocampicus y la formación hipocámpica dentro de
éste; todas ellas caracterizadas por su origen filogenético más antiguo, dentro
de la evolución de la corteza cerebral. Papez propuso que era el hipotálamo el
que mandaba y recibía información del cerebro límbico, y que el hipocampo
actuaba como coordinador entre el hipotálamo y las cortezas cingular y
parahipocámpica. A favor de la interpretación de que existía un cerebro
emocional se adujeron en 1939 las observaciones de dos científicos, Heinrich
Klüver y Paul Buc, quienes descubrieron el llamado síndrome de Klüver-Buc, lo
cual representó un apoyo decisivo a la hipótesis de que el cerebro límbico era
el cerebro emocional (Belmonte, 2009).
Tal idea fue adaptada y ampliada veinte años más tarde por Paul McLean que
recogió todas las ideas de sus predecesores y desarrolló una teoría global
32
sobre el cerebro emocional, intentando conjugar la importancia del hipotálamo
en la expresión emocional con la de la corteza en la experiencia emocional.
Finalmente desarrolló la idea de que existen tres cerebros separados (teoría del
cerebro ternario), de origen progresivamente más moderno (reptil,
paleomamífero y neomamífero) cada uno con un funcionamiento muy
autónomo, su propia inteligencia, memoria y sentido del tiempo. Sólo en los
mamíferos superiores (primates y hombre) estarían presentes los tres cerebros,
mientras que las aves, reptiles, anfibios y peces sólo tendrían el “cerebro reptil”.
El cerebro paleomamífero sería, básicamente, el sistema límbico.
5.1.2 Antecedentes de la inteligencia emocional
Desde que se comenzó a explicar la inteligencia como una serie de procesos
cognitivos, comienzan a surgir diferentes teorías que nos van a encaminar
hacia el enfoque de la inteligencia emocional. Uno de los tópicos de la
inteligencia, como señala Sternberg (1996), es el de considerar la inteligencia
como algo unitario, es decir, como una capacidad general de adaptación y de
resolución de todo tipo de problemas (de la lógica, de la vida cotidiana, de tipo
social, de tipo emocional); sin embargo, es evidente que unas personas tienen
mas capacidades para resolver un tipo de problemas que otras. Actualmente el
peso de la evidencia dice que la inteligencia es multidimensional y que el rango
total de estas dimensiones esta representado por una única capacidad general
(Sternberg 1982, y Sterberg y Detterman, 1992).
Para Sternberg, la inteligencia es un conjunto de habilidades de pensamiento y
aprendizaje que nos sirven para solucionar problemas de la vida real o
académica y pueden analizarse por separado. En su teoría triarquica de la
inteligencia (Sternberg 1982, y Sterberg y Detterman, 1992), está integrada por
tres dimensiones:
• La componencial: que hace referencia a los mecanismos cognitivos que nos
permiten aprender y desarrollar tareas inteligentes.
33
• La experiencial: nos permite abordar una nueva tarea o situación dándole
una respuesta adecuada.
• La contextual: de tipo práctico o social, que explica la adaptación al
ambiente y es útil para resolver problemas cotidianos.
Las investigaciones de las últimas décadas sobre la inteligencia intenta explicar
y evidenciar el concepto de la modularidad de la mente y, sobre todo, de la
modularidad de la inteligencia (inteligencia múltiples) a partir de los estudios
tradicionales en psicometría basada en el análisis factorial, el estudio de casos
de personas que, teniendo muy desarrollada una capacidad concreta, tienen
debilitadas las demás, y de la aplicación de la tecnología de registro de
imágenes de la actividad cerebral.
Se está verificando que la mente es modular, es decir, que funciona por partes
interrelacionadas en mayor o menor medida, aunque a veces con
independencia (Gardner, 1983).
Una de las aportaciones que más han influido en la ampliación del paradigma
de la inteligencia, y que han llevado al concepto de la inteligencia emocional, ha
sido la teoría de las inteligencias múltiples desarrollada por Gardner (1983),
quien ha identificado hasta seis tipos de inteligencia que, en terminología de
Sattler (1996), son como bloques de construcción con los que se construyen el
pensamiento y la acción, siendo la base de las capacidades humanas para la
utilización de símbolos. Tales tipos son:
• Inteligencia lingüística: capacidad para identificar, analizar y manipularlas
formas de lenguaje comprensivo y productivo.
• Inteligencia musical: capacidad par producir y apreciar ritmo, tono y timbre
de voz, implica procesos musicales activos.
• Inteligencia lógico-matemático: pensamiento lógico, habilidades numéricas y
para resolver problemas de diferentes tipos de razonamiento.
34
• Inteligencia espacial: percibir el mundo visual, trasponer y modificar las
propias percepciones iniciales.
• Inteligencia corporal cinestécica: capacidad para controlar los movimientos
corporales y manejar objetos con destreza.
• Inteligencia personal, que abarca tanto el conocimiento de uno mismo
(inteligencia intrapersonal) como el de los otros (interpersonal).
Los cinco primeros tipos corresponden a capacidades específicas, y el último a
capacidades que permiten a la persona entender a los demás y comprenderse
a sí misma. Es en este último tipo donde se situaría la inteligencia emocional.
La inteligencia interpersonal es la capacidad de comprender y cooperar con los
demás y capacita al sujeto para entender las emociones, las intenciones y
deseos de los demás. La inteligencia intrapersonal es la capacidad de
conocerse a sí mismo, de auto entenderse, de comprender y acceder a los
propios sentimientos y emociones, controlarlas y enfocarlas adecuadamente,
dirigiendo la propia conducta (Sattler, 1996).
5.2 Aspectos conceptuales en torno a la inteligencia emocional
Alguna idea inicial acertada sobre la naturaleza de las emociones humanas
puede extraerse de la propia etimología del término. La palabra emoción
proviene del latín emotional, que significaba acto de remover; y del verbo
emotio, que significaba alejarse y moverse. Para los ancestros latinos, la
emoción tenía algo que ver con el movimiento, con la acción (Fericgla, 2009).
Para la biología, las emociones suponen un complejo proceso hormonal,
fisiológico e incluso muscular que sirve para establecer y asentar la vida en
sociedad. Para la psicología, las emociones suponen el impulso básico de la
mente consciente, además de una fuente de patologías diversas si han sido
mal socializadas. Desde la antropología, las emociones deben entenderse
35
como el campo básico sobre el cual se crea la red de conexiones y prácticas
sociales que devienen en sistemas y contenidos culturales. Las emociones son
la matriz sobre la que se mueve la vida social, son tipos básicos de conductas
relacionales sobre las que se da la comunicación necesaria para crear los
diversos mundos culturales (Fericgla, 2009).
De acuerdo a la Enciclopedia Libre, la emoción es un impulso que induce la
acción, originado en programas de reacción automática que son establecidos a
través de la evolución. La emoción es la expresión física de un sentimiento; es
una de las materias estudiadas por la Psicología y las Neurociencias; es uno de
los procesos cognoscitivos relacionados con la mente humana, toma de
decisiones, memoria, atención, entre otras. Las emociones son combinaciones
de procesos neuroquímicos y cognitivos provocados por la interacción de
motivos, creencias, preceptos, entre otros; que son capaces de alterar los
procesos normales que se desarrollan en el cerebro o la apreciación de ellos.
La definición es enriquecida por algunos autores que mencionan componentes
o dimensiones adicionales tales como la cognición y la conducta, diciéndose
entonces, según el Grupo de investigación en modelos experimentales para las
ciencias zoohumanas – GINECZ – (2009) que las emociones son estados de la
mente que se expresan mediante reacciones, generalmente incontrolables, de
índole cognitiva, fisiológica, sensorial y de conducta como respuesta a
determinada condición, real o imaginaria, que el individuo percibe en su
entorno.
Se puede decir, que las emociones no son entidades psicológicas simples, sino
una combinación compleja de aspectos fisiológicos, sociales, y psicológicos
dentro de una misma situación polifacética (GINECZ, 2009), surgen como
respuestas orgánicas a la consecución de un objetivo, de una necesidad o de
una motivación. La emoción es un impulso involuntario, originado como
respuesta a los estímulos del ambiente, que induce sentimientos en el ser
36
humano y en los animales, desencadenando conductas de reacción
automática. El hombre cuenta con la capacidad de razonar aquellas emociones
que le inducen sentimientos, las que pasan desapercibidas marcan sus
respuestas.
Las emociones funcionan como un medio eficaz para la supervivencia, ya que
tienen el potencial de servir como un sofisticado sistema interno de guía que
alerta cuando una necesidad humana natural no se está satisfaciendo, con el
fin de que se haga algo para resolver esa situación y evitar mayores daños a la
mente.
Otro de los beneficios de las emociones es la toma correcta de decisiones,
pues gracias a ellas podemos inferir o predecir como sentirá un individuo al
tomar cualquier decisión. Algunas investigaciones muestran que cuando las
conexiones emocionales del cerebro de una persona están dañadas, ésta no
puede tomar decisiones simples porque no sabe como se sentirá con su
elección.
Si se aprende a confiar en las emociones y a sentir seguridad al expresarlas se
le puede hacer saber a los demás la incomodidad tan pronto como el individuo
se dé cuenta del sentimiento, lo cual ayudará a establecer los límites
necesarios para proteger la propia salud física y mental, y así evitar conflictos.
Las emociones son también el medio más eficaz de comunicación con los
demás, ya que a través de las expresiones faciales o verbales se logran
comunicar mejor las necesidades emocionales y por tanto mejorar la
oportunidad de satisfacerlas.
Como se puede ver, las emociones no son estorbos; por el contrario, tienen
funciones bastante útiles, específicas y complejas en la vida humana. Sin
embargo, para poder disfrutar de todos los beneficios de las emociones es
importante reafirmar la individualidad personal a través de:
37
5.2.1 Conciencia de uno mismo
Observarse y reconocer los propios sentimientos; crear un vocabulario para los
sentimientos; conocer la relación entre pensamientos, sentimientos y
reacciones.
5.2.2 Toma de decisiones personales
Examinar las acciones y conocer sus consecuencias; saber si el pensamiento o
el sentimiento está gobernando una decisión; aplicar estas comprensiones a
temas tales como el sexo y las drogas.
5.2.3 Manejo de sentimientos
Controlar la “conversación con uno mismo” para captar mensajes negativos
tales como rechazos internos; comprender lo que hay detrás de un sentimiento
(por ejemplo, el daño que se oculta tras la ira); encontrar formas de enfrentarse
a los temores, la ansiedad, la ira y la tristeza.
5.2.4 Manejo del estrés
Aprender el valor del ejercicio, de la imaginación guiada, de los métodos de
relajación.
5.2.5 Empatía
Comprender los sentimientos y las preocupaciones de los demás y su
perspectiva; apreciar como la gente siente de diferente manera respecto a las
cosas.
5.2.6 Comunicaciones
Hablar eficazmente de los sentimientos; convertirse en alguien que sabe
escuchar y plantear preguntas; distinguir entre lo que alguien hace o dice y las
propias reacciones o juicios al respecto; enviar mensajes personales en lugar
de culpabilidad.
38
5.2.7 Revelación de la propia persona
Valorar la apertura y crear confianza en una relación; saber cuando es posible
arriesgarse a hablar de los sentimientos personales.
5.2.8 Penetración
Identificar pautas en la propia vida emocional y reacciones; reconocer pautas
similares en los demás.
5.2.9 Aceptación de uno mismo
Sentir orgullo y verse uno mismo bajo una luz positiva; reconocer los propios
puntos débiles y los fuertes; ser capaz de reírse de uno mismo.
5.2.10 Responsabilidad personal
Asumir responsabilidades: reconocer las consecuencias de las propias
decisiones y acciones aceptando los sentimientos y estados de ánimo,
cumpliendo compromisos (por Ej. Estudiando) entre otros.
5.2.11 Seguridad en uno mismo
Manifestar las preocupaciones y sentimientos sin ira ni pasividad.
5.2.12 Dinámica de grupo
Cooperación; saber cuándo y cómo conducir, y cuándo seguir.
5.2.13 Resolución de conflictos
Cómo pelear correctamente con otros niños, con los padres, con los maestros;
el modelo ganador para negociar compromisos (Stone, 1978).
39
5.3 Inteligencia emocional, psicología y aprendizaje
5.3.1 La inteligencia emocional y elementos que la integran
Una nueva inteligencia dentro de las ciencias psicológicas ha sido definida
como una inteligencia que se refleja, especialmente, en un grupo de
capacidades relacionadas con el modo que tiene las personas de razonar sobre
sus emociones, con lo cual empiezan a incorporarse los sentimientos a la
estructura cognitiva. Las características que fundamentan la denominación de
la inteligencia emocional se relacionan mas con la capacidad para motivarse
uno a sí mismo, con las expectativas que se tienen, con la persistencia en las
frustraciones, con la autorregulación de los impulsos y del saber esperar, que
con los índices académicos les consigna. Para entender el concepto , es
necesario analizar sus dos componentes básicos la inteligencia y la emoción el
primero, aunque se considera una capacidad eminentemente cognitiva,
pretende abarcar los procesos relacionados con el pensamiento, el sentimiento
y la conducta y busca garantizar la eficiencia de todos ellos.
Así, el modelo de la inteligencia de Gardner (1987) se encuentra muy cerca de
la inteligencia, las capacidades intra e inter parecen totalmente unidas a la
vivencia emocional, y el lenguaje desempeña un papel relevante en la
expresión y en conocimiento de las emociones. Como afirma Kendall y Braswell
(1985), el lenguaje sirve de puente entre el mundo interno y la acción
conductual.
La emoción base de los estados afectivos, implica por lo menos tres
componentes a. expresivo, conductual b. subjetivo, experiencial c. fisiológico. El
componente expresivo supone el habla, los movimientos del cuerpo gestos y
posturas, es lo visible de la vivencia emocional. El subjetivo se relaciona con los
pensamientos y estados emocionales conscientes lo que normalmente se
refiere a los sentimientos. Y el fisiológico alcanza los estados físicos y se refleja
40
en medidas de actividad cerebral, ritmos de corazón, respuesta de la piel y
niveles hormonales.
Algunos teóricos incluyen la regulación como un cuarto componente del
proceso emocional. Esta acción se realiza en el lóbulo frontal de la corteza
cerebral aunque en conexión con la información que ofrece el sistema límbico
en especial la amígdala, en el cual interactúan y convergen la cognición y la
emoción (Coffey, 1987 Davinson, 1994).
Por lo anterior, es importante entender que la inteligencia emocional tiene su
base en las funciones cerebrales por que la dominancia de los hemisferios hace
que las personas se comporten de determinada manera y tengan determinadas
habilidades. Esta también contempla la capacidad reflexiva, analítica y concreta
de las relaciones consigo mismo y con los demás. En el caso de la inteligencia
emocional la neurotomía de las emociones la cual hace referencia el autor
Daniel Goleman (1999) en su libro inteligencia emocional, esta representada
básicamente por la relación existente entre la neocorteza y el sistema límbico,
las cuales en su orden son la parte emocional del cerebro y la parte pensante.
La neocorteza es una lamina que cubre los hemisferios cerebrales se encarga
de darle sentido a lo que hace y perciben las personas, además realiza una
función reveladora de la reacción ante la acción y facilita la capacidad de ser
reflexivos , analíticos y muestra cómo actuar al respecto. El sistema límbico
regula las emociones y los sentimientos en conjunto con la amígdala.
El concepto de inteligencia emocional ha tenido que superar fuertes obstáculos
ya que las emociones siempre fueron apreciadas como fuerzas intrínsecamente
irracionales que alteraban el proceso del pensamiento y del comportamiento , la
inteligencia, en cambio , fue percibida como una facultad cognitiva. Por citar
algunos autores, según explica Liccioni (2003), el filosofo Emmanuel Kant,
quien reconoció que los procesos mentales son los que definen el conocimiento
41
de las cosas, en psicología puede ser Jean Peaget, el cual sostenía que la
inteligencia crece independientemente de las emociones y que el niño aprende
y desarrolla su cognición interactuando con el ambiente. Pero en la ciencia de
la mente y de la conducta también existen autores que destacan la importancia
de la vida emocional. Sigmund Freud, al estimar que las emociones son el
centro que dirige la vida del hombre y que en consecuencia los fenómenos y
patrones afectivos determinan profundamente la conducta humana.
La cultura occidental ha preferido destacar la fuerza de las ideas, de la mente
pensante y preceptuar que en una sociedad civilizada lo racional debe
prevalecer sobre lo emocional. La escuela, preocupada por mantener este
legado, continúa poniendo todo su énfasis en los contenidos y capacidades
intelectuales, ignorando muchas veces las vivencias emocionales que afectan a
la capacidad para autorregular el comportamiento.
Estas premisas sostenidas durante siglos, parece tambalearse con los nuevos
estudios sobre el desarrollo de la infancia, las conexiones del cerebro frontal
con la amígdala y los desajustes de la personalidad en todos los estratos
sociales. Abordando este aspecto, parece estar claro que así como las
conductas emocionales determinan en parte la manera de pensar y de crear,
también es verdad a la inversa que lo emocional tiene que estar cerca de la
sabiduría por que necesitara de ella para discernir en as situaciones vinculadas
al corazón.
En este sentido Daniel Goleman afirma en su libro “Inteligencia emocional”
(1996) que la capacidad emocional es mas importante para tener éxito en la
vida que el concepto tradicional de cociente intelectual. En otras palabras, dice
que la adaptación emocional es más relevante que el hecho de disponer de
niveles altos de cognición. Si con frecuencia se acepta que el CI puede explicar
entre el 10 y 20% de la eficiencia de una tarea, se asume también que en el 80
% restante existe cierto espacio para la inteligencia emocional. Si un factor
42
simple de personalidad justifica solo una porción pequeña de los resultados de
la vida, una contribución sobre el 10% de esta inteligencia seria considerada
esencial (Mayer y Salovey, 1997). Estas aseveraciones se realizaron
asumiendo lo poco que se ha estudiado todavía el nivel de éxito que predice la
IE.
Par justificar y dar sentido a la existencia de este constructo, Mayer y Salovey
(1993) exponen interesantes argumentos : conocer los sentimientos de otras
personas implica una capacidad, la atención selectiva a los estímulos enriquece
la fluidez emocional, a mayor variedad de emociones experimentadas por el
individuo, mayor riqueza de pensamiento evocara sobre ellas, dirigir los afectos
de manera persistente y eficiente, implica actuar con capacidades meta
cognitivas, y lo cognitivo y afectivo se encuentran integrados neurológicamente
(Mayer y Salovey (1997).
A principios de la década pasada, Mayer y Salovey acunaron para la
inteligencia personal en terminología de Gardner la denominación de
inteligencia emocional, a la que definieron como la capacidad para supervisar
los sentimientos y las emociones de uno mismo y de los demás, de discriminar
entre ellos y de usar esta información para la orientación de la acción y el
pensamiento propio (Salovey y Mayer, 1990. p. 189).
Los mismos autores reformularon posterior mente esta definición, pues
reconocieron que resultaba insuficiente en algunas situaciones, ya que incidían
solamente en la regulación de las emociones, omitiendo la relación entre los
sentimientos y del pensamiento. Para soslayar las carencias encontradas,
propusieron la siguiente definición la inteligencia emocional relaciona la
habilidad para percibir con precisión, valorar y expresar emociones, relaciona
también la habilidad para acceder y generar sentimientos cuando facilitan el
pensamiento, también la habilidad para entender emoción y conocimiento
43
emocional y la habilidad para regular emociones que promuevan el crecimiento
emocional e intelectual (Mayer y Salovey 1997. p. 10).
El merito de estos dos autores, como destacan Martin y Boeck (2000), está en
haber identificado cinco capacidades parciales diferentes como elementos
integrantes de la competencia emocional:
• Reconocer las propias emociones, es decir, poder hacer una apreciación y
dar nombre a las propias emociones. Sólo la persona que sabe por qué
siente y cómo se siente puede manejar sus emociones, moderarlas y
ordenarlas de manera conciente.
• Saber manejar las propias emociones, aunque las emociones (miedo,
tristeza, ira, etc.) no se pueden evitar, la persona tiene capacidad para
conducir, manejar las reacciones emocionales.
• Utilizar el potencial existente el CI elevado por si solo no es suficiente para
tener buenos resultados escolares o sociales, también son necesarias otras
buenas cualidades, como perseverancia, motivación, ser capaz de
sobreponerse a las frustraciones o fracasos, tener confianza en uno mismo.
• Saber ponerse en el lugar de los demás, la comunicación emocional no
necesita verbalizaciones, es una predisposición a escuchar, comprender
pensamientos y sentimientos del otro.
• Crear relaciones sociales o facilidad de establecer relaciones
interpersonales. La relación satisfactoria con los demás depende de nuestra
capacidad de crear y cultivar las relaciones, de resolver conflictos
personales, de captar los estados de ánimos del otro.
Estas cualidades emocionales, según los citados autores, pueden aprenderse y
desarrollarse mediante el esfuerzo por captar de manera conciente las propias
emociones y las de los demás.
Se considera que fue Goleman (1995) quien primero conceptualizó la
inteligencia emocional, que “es una mera habilidad que determina el grado de
44
destreza que podemos conseguir en el dominio de nuestras otras facultades”
(Goleman, 1995. p. 68), mirándola como el mas importante de los factores que
intervienen en el ajuste personal, en el éxito en las relaciones personales y en
el rendimiento escolar. Este autor destaca cinco elementos determinantes del
desarrollo de la inteligencia emocional: la conciencia emocional, el autocontrol,
la motivación, la empatía, y la habilidad social. Las tres primeras dimensiones
dependen fuertemente de la propia persona, correspondiéndose con el propio
yo: ser conciente de uno mismo, saber controlar de cierto modo los propios
estados de ánimo y motivarse así mismo. En contraposición, las otras dos
dimensiones (empatía y habilidad social) hacen referencia a la relación con las
otras personas, configurando ambas la competencia social (Goleman, 1995 p.
68).
Para Shapiro (1997) el término inteligencia emocional se identifica con las
cualidades emociónales necesarias para el logro del éxito, entre las cuales se
pueden incluir: la empatía, la expresión, la comprensión de los sentimientos ,la
independencia, la capacidad de adaptación, la simpatía, la capacidad de
resolver problemas en forma interpersonal, la persistencia la cordialidad, la
amabilidad y el respeto.
Cooper y Sawaf (1997) define la inteligencia emocional como la aptitud para
captar, entender y aplicar eficazmente la fuerza y la perspicacia de las
emociones en tanto que fuente de energía humana, información de relaciones e
influencias. Para Simmons (1997), la inteligencia emocional es el conjunto de
necesidades emocionales, de impulsos y de valores verdaderos de una
persona, dirige toda su conducta visible.
A través de todas estas definiciones, se observan dos enfoque o modalidades
de entender la inteligencia emocional: la que se refiere a una capacidad
cognitiva vinculada al ámbito de la inteligencia y la que se refiere al ámbito de la
personalidad como conjunto integrado de disposiciones o tendencias de
45
comportamiento, tales como acertividad, optimismo, baja impulsividad,
sociabilidad.
La identificación de los principales elementos que configuran la inteligencia
emocional, es pertinente mencionar a Cooper y Sawaf (1997), los cuales
mencionan que la inteligencia emocional está integrada por cuatro elementos
básicos:
5.3.1.1 La alfabetización emocional
Consiste en ser consciente de nuestras emociones, canalizar y transferir la
energía emocional con un empuje que nos aporte lo que podría denominarse
«pasión» creadora y solucionadora.
5.3.1.2 La agilidad emocional
Ofrece a los demás un grado de confianza que facilite las relaciones con los
otros y la comunicación empática al tener conciencia de los sentimientos y
emociones; y, obtener una capacidad de flexibilidad y renovación para
solucionar problemas y hacer frente, de manera adecuada, a las necesidades.
5.3.1.3 La profundidad emocional
Este elemento está relacionado con la ética y la moral personal. Todos tenemos
motivaciones y reflexionamos sobre nuestras aspiraciones, es nuestro potencial
e intención individual. Para alcanzarlo es necesario poner esfuerzo,
responsabilidad y conciencia. Aquí es donde interviene la moral y la ética
personal en las formas que tenemos habitualmente de actuar: debemos hacer
lo adecuado y lo correcto.
5.3.1.4 La alquimia emocional
Se manifiesta en una gran variedad de situaciones (Ser capaces de aceptar el
reto, trabajar con lucidez y atención, aplicar nuestra intuición a la creatividad y a
lo imaginativo). Hace que, a veces, seamos capaces de experimentar con más
46
plenitud un punto determinado del tiempo y conectar con nuestros sentimientos
de forma más eficaz, agudizando nuestra intuición, nuestros instintos; nuestro
empeño se pone al servicio de la innovación y nuestras emociones y
pensamientos no quedan atrapados en el tiempo, sino que tienen proyección
(Corrimiento reflexivo del tiempo).
5.3.2 Psicología y el aprendizaje
Desde una perspectiva práctica, podemos clasificar el aprendizaje en función
de los aspectos de la psicología. Éstos pueden ser:
• Aspecto Cognitivo (saber): implica conocimiento, manejo de información,
costumbres y nociones.
• Aspecto Psico-Motor (saber hacer): Implica habilidades, aptitudes,
destrezas, acciones y ejercitación.
• Aspecto afectivo (querer hacer): formado por motivación, intereses,
aspiraciones, sentimientos, expectativas.
El cuidado y la interrelación de estas 3 modalidades de aprendizaje llevarán a
la modificación del comportamiento o cambio de conducta. Para ello, es
importante la claridad de los objetivos como fuerza impulsora de esa acción.
En la psicología se habla generalmente de 3 métodos:
5.3.2.1 Por símbolos (simbólico)
Es el sistema convencional, cifrado y transmitido al sujeto (ser pasivo) mediante
la palabra o hablada o escrita. Consiste en aprender de modo mecánico,
leyendo o escuchando.
5.3.2.2 Por observación (icónico)
El mensaje se transmite con mayor fidelidad apoyado en medios tecnológicos
de comunicación: imágenes fijas, grabaciones, etc. Estos medios facilitan la
47
observación y permiten la asociación. Podemos decir que al signo del lenguaje
se le añade la imagen.
5.3.2.3 Por experiencia (activo)
Es aquel método que, apoyándose en los otros dos, facilitan en el individuo la
posibilidad de integrarse al contexto, ya que permite que ellos sean sujetos
activos del aprendizaje. Abre el horizonte de la comprensión, asimilación e
interacción entre el conocimiento, la persona y su contexto.
Todo ser humano, en todo lugar y en todo momento, puede tener experiencias
que lo lleven a adquirir un conocimiento determinado, es decir, un aprendizaje.
Podemos aprender de diversas maneras, por símbolos, por imágenes
tecnológicas o por medio de actividades.
Aprender es definido como el proceso educativo continuo y permanente que
pretende potenciar el desarrollo emocional como complemento indispensable
del desarrollo cognitivo, constituyendo ambos los elementos esenciales del
desarrollo de la personalidad integral (Bisquerra 1999).
Guell y Muñoz (1998) señalan que se entiende por educación emocional el
proceso de enseñanza-aprendizaje donde otros ámbitos del individuo se toman
en cuenta como las emociones sentimientos, los mismos que serian
determinantes en la relación del individuo con los diferentes actores animados o
no, que están involucrados. Tal es el caso de maestros compañeros libros
temas y actividades. Las emociones determinan, el nivel de rendimiento de que
somos capaces, en estado de equilibrio o desequilibrio emocional, así como
determinan qué tipo de relación mantendremos con nuestros subordinados, con
nuestros superiores o con nuestros pares. Las emociones determinan cómo
respondemos, nos comunicamos, nos comportamos y funcionamos en el
ámbito escolar (Guell y Muñoz 1998).
48
Tal vez la persona que más ha trabajado este aspecto es Daniel Goleman
(1995), quien dice que cuando se habla de las emociones se hace referencia al
dominio de acciones en las que el hombre se mueve, por ello no hay acción
humana sin una emoción que la funde como tal y la haga posible como acto.
Desde la vertiente teórica representada por Daniel Goleman y sus seguidores
(1996) se puede inferir, que no es la razón la que lleva a la acción sino la
emoción, puesto que cada vez que alguien dice que el o ella actúa de forma
racional y no emocional, se puede detectar el trasfondo de la emoción
suscitada en términos de un deseo de ser u obtener, se conocen entonces las
emociones como los fundamentos que constituyen sus acciones.
Esta mirada de la psicología de los procesos formativos y de aprendizaje ha
continuado en el tiempo, llevando a que la participación de la psicología en los
procesos de aprendizaje en el aula, este limitada en muchos casos, a la
evaluación de las condiciones psicopatológicas que explicarían el fracaso en la
asunción de los procesos cognitivos, dejando de lado el enorme mundo
emocional que los complementa y, en muchos casos, fundamenta. Pero mas
allá de lograr una motivación, debe reforzarse dichos procesos, y realizar los
acercamientos a las condiciones psicopatológicas, debe saberse que esta rama
de las ciencias también cumple la misión de velar por las áreas emocionales de
los alumnos, complementado una educación teórica y dividida en materias, y
ejerciendo un rol de orientación y formación humana que garantice un ser que
evolucione y cada día sea una persona mas funcional a nivel familiar, social,
escolar, y en sus relaciones sico-afectivas (Guell y Muñoz 1998).
No obstante, en los últimos decenios ha habido algunos cambios sustanciales
en la manera como se conceptualiza a los niños y sus procesos formativos o,
en síntesis, la noción de hombre que se quiere formar, todo lo cual comienza a
cambiar las condiciones formativas de los niños, con nuevas exigencias para
todos los actores escolares.
49
Una de las exigencias es la inclusión de lo afectivo como parte del proceso
formativo integral, que no solo incluye los aspectos curriculares, sino también
los factores de adaptabilidad de los estudiantes, en la medida en que lo
académico “se ha quedado corto” y, al respetar los ritmos propios, los
aprendizajes significativos, la individualidad e incluir el contexto, es imposible
negarlo.
La inteligencia emocional debe enfocarse dentro de los planteamientos de la
psicología como una herramienta en la educación, la cual esta dirigida a educar
la afectividad, entendida como el conjunto de sentimientos y emociones que
determinan el comportamiento de los alumnos y que son el resultado de las
Percepciones y valoraciones que hacen de las situaciones diarias, tanto
escolares como familiares y sociales y que no siempre se efectúan con
objetividad y adecuación. Las situaciones problemáticas interpersonales tienen
un elevado componente de conflicto emocional subyacente, lo que hacer más
necesario si cabe, aflorarlos para afrontarlos mediante la educación emocional.
5.3.3 Educar la afectividad
• Promover los procesos de conocimiento y aceptación personal. Objetivo al
que contribuye los programas de autoconcepto y de autoestima.
• Proporciona a los alumnos contenidos e informaciones referidas a valores,
actitudes y hábitos que mejoren su desarrollo psicológico.
• Facilitar ejemplificaciones de actuaciones correctas ante conflictos
interpersonales con componente emocional
• Fomentar sentimientos de competencias, seguridad y de respeto hacia uno
mismo.
• Pretende enseñar a los alumnos los conflictivos en las relaciones
interpersonales y los que no lo son, a modular su emocionalidad
desarrollando su inteligencia emocional.
50
En la escuela se debe plantear enseñar a los alumnos a ser emocionalmente
más inteligentes, dotándoles de estrategias y habilidades emocionales básicas
que les protejan de los factores de riesgo o, al menos, que palien sus efectos
negativos (Goleman, 1996).
5.4 La inteligencia emocional en los procesos de aprendizaje
5.4.1 Inteligencia
Sobre la inteligencia es necesario partir de un hecho demostrado a través de la
literatura que sobre el tema se ha investigado. Lo primero que se debe
considerar es que, ni los científicos, ni otros investigadores y renombrados
psicólogos especializados, se han puesto de acuerdo para definir de una
manera universal lo que es la inteligencia humana. Por lo tanto, es
comprensible que dadas estas limitaciones se deba remitir en una buena parte
a los diversos autores que han tratado de definir la inteligencia, investigar sobre
su evolución y aplicar técnicas que permitan su medición.
Vale destacar que para psicólogos como Wechsler (1955), la inteligencia es la
capacidad de poseer una conducta adaptativa y orientada hacia objetivos bien
definidos; por lo tanto, es un error pretender separar la inteligencia de
características tales como la motivación, las oportunidades educativas, la
personalidad, entre otros.
Otros autores como Howard Gardner (1987), le dan mucha importancia a la
capacidad que demuestran las personas para enfrentar situaciones
problemáticas y la manera como las solucionan; así como la habilidad para
hallar conexiones entre la realidad exterior y la interior.
51
5.4.2 Referentes sobre la inteligencia
Desde que el equipo Binet-Simon recibió la tarea para cumplir con el principio
de igualdad de las escuelas francesas, hasta nuestros días, el mayor interés de
la investigación ha sido identificar los aspectos fundamentales de la
inteligencia.
Para Alfred Binet (1904), la inteligencia se manifiesta en la rapidez de
aprendizaje; a partir de ahí elaboró pruebas correspondientes a diferentes
edades en situaciones de normalidad, para identificar la rapidez con que
aprende un niño “normal”. El concepto fundamental para Binet fue la “edad
mental”, edad que se corresponde con las respuestas correctas que una
persona da al contestar su escala. Aquí se tendría en cuenta funciones como la
memoria, fantasía, imaginación, comprensión, sugestibilidad, apreciación
estética, sentimiento moral, abstracción, pensamientos sin imágenes, tiempo de
reacción, entre otros.
Charles Spearman hace otro estudio denominado “teoría del factor”, donde
destaca que todos los test de inteligencia miden en su mayor parte un factor
general “G”, que es la inteligencia propiamente dicha; y otro especifico “S” que
aparece en menor grado y que corresponde a las características de cada test.
Entonces el factor “G” estaría en toda actividad intelectual, en todos los ítems y
en todos los tests intelectuales; mientras el factor “S” sólo está relacionado con
una tares concreta que constituyen cada ítem, y es dependiente de otras
destrezas específicas no intelectuales. Binet y Spearman se diferencian que al
primero le interesa aplicar sus hallazgos al entorno escolar, y al segundo sólo le
interesa los resultados brutos (Díaz Alonso, 2006).
Basados en los planteamientos de Spearman, Thurnstone (1938) llega el
modelo de “inteligencia factorializada”, constituida por componentes básicos,
independientes entre sí, pero cuyo efecto combinado es el rendimiento
intelectual.
52
Louis Leon Thurnstone fuerza los análisis de los datos para que se ajusten a
los presupuestos teóricos propios de los contenidos psicológicos de las
variables de cada ítem, buscando que la correlación estadística esté
fundamentada por una sólida correlación conceptual. Sus resultados no fueron
concordantes con los modelos de Spearman: no se observaba la existencia en
ningún factor general y dominante y si aparecían una serie de aptitudes,
independientes entre sí.
En 1967 Guilford, crea un modelo llamado “estructura del intelecto” tratando de
catalogar los factores, al mismo tiempo que aporta un marco de referencia
amplio para la interpretación de los mismos.
Más tarde Jemes Mckeen Cattell quien es uno de los hombres claves que
ayudó a concebir la inteligencia como algo claramente medible, toma los
trabajos de Spearman y continúa la línea de Thurstone, aunque partiendo de
factores primarios distintos (Salmerón, S.F.).
Hay algunos modelos basados en el comportamiento inteligente, en como
evoluciona y se desarrolla; en los efectos sobre el mismo de la herencia o
influencia del ambiente. Estos modelos son más cualitativos que cuantitativos.
Entre estos investigadores se destacan Piaget, Vigotsky, Brunner, Wallon, que
siguen la línea de los enfoques evolutivos; en tanto que Eysenck, White, Cattell,
Vernon, Jensen se orientan por los enfoques taxónomicos.
J. Piaget se interesa por el desarrollo de las formas de conocimiento del niño y
por el origen de la inteligencia estudia tanto la parte biológico como el
pensamiento lógico, del cual dependerán las funciones intelectuales superiores.
Vigotsky se interesa en el desarrollo potencial de la inteligencia, para él, el
desarrollo humano se basa en dos procesos, la maduración y el aprendizaje. El
aprendizaje humano presupone una naturaleza social específica y un proceso
53
en el cual los niños acceden a la vida intelectual, así la inteligencia es un
producto social.
Howard Gardner (1989) introduce su modelo de “inteligencias múltiples”, en el
que considera 7 variedades distintas de inteligencia:
• Inteligencia lingüística: es la capacidad de hablar y explicarse de manera
comprensible y conveniente.
• Inteligencia lógico- matemática: que es la capacidad de manejar los
números y razonar adecuadamente.
• Inteligencia corporal-kinética: capacidad de usar todo el cuerpo para
expresar ideas y sentimientos.
• Inteligencia espacial: habilidad para percibir el mundo visual-espacial y de
ejecutar transformaciones sobre esas percepciones.
• Inteligencia musical: es la capacidad de percibir, discriminar, transformar y
expresar las formas musicales.
• Inteligencia interpersonal: capacidad de percibir y establecer distinciones
en los estados de ánimo, intenciones, motivaciones y sentimientos de otras
personas.
• Inteligencia intrapersonal: el conocimiento de sí mismo y la habilidad para
adaptar las propias maneras de actuar a partir de ese conocimiento.
En los últimos años han sobresalido trabajos de psicólogos como Stemberg,
R.J. 1985, Salovey, P. y Mayer. J. D. 1990, que manifiestan la necesidad de
54
reformular el concepto de inteligencia para que se acerque más a lo afectivo y
emocional.
Salowey (1990) se apoya en los trabajos de Gardner para desarrollar el
concepto de “Inteligencia Emocional”, que está constituido por cinco
dimensiones principales:
- El conocimiento de las propias emociones.
- Capacidad de controlar las emociones.
- Capacidad de motivarse a sí mismo.
- El reconocimiento de las emociones ajenas.
- Capacidad para controlar las relaciones.
Estas dimensiones se consideran como habilidades innatas en todas las
personas y deben desarrollarse adecuadamente por una efectiva mediación
educativa.
5.4.3 Inteligencia Emocional
En muchas ocasiones los individuos se preguntan a sí mismos: si soy tan
inteligente ¿Por qué no puedo llevar una vida exitosa?
A esta pregunta, varios autores han tratado de darle una respuesta más o
menos adecuada. Entre algunos de ellos podemos mencionar a Goleman,
Gardner y Stemberg. Todos ellos coinciden en afirmar que el CI no responde a
las expectativas de las personas y a las necesidades de la sociedad actual en
lo referente a desempeños académicos o laborales.
Howard Gardner (1943…) habló de la existencia de una nueva inteligencia a la
que él identifica como capacidad para solucionar problemas, descubrir
conocimientos, crear productos y realizar acciones valoradas culturalmente
(Díaz Alonso, 2006).
55
Daniel Goleman, va más allá y plantea sobre el éxito de la inteligencia
emocional, indicando así que existe otra inteligencia, la cual identifica como
Inteligencia Emocional (IE), y que fue formalmente definida desde el punto de
vista científico por Meter Salovey y John Mayer (1990).
Existen dos orientaciones teóricas que explican en que consiste la IE: el modelo
mixto y el modelo de habilidades. El primero propuesto por Goleman combina
dimensiones de personalidad, como asertividad y optimismo, con habilidades
emocionales (Díaz Alonso, 2006). De acuerdo con este modelo, las habilidades
que integran la IE son: conocimiento de las propias emociones, manejo
emocional, automotivación, reconocimiento de las emociones en otros y manejo
de las relaciones interpersonales.
El segundo modelo propuesto por Mayer y Salovey se centra exclusivamente
en el estudio de las capacidades relacionadas con el procesamiento emocional
de la información. Dichos autores definen la IE como un subconjunto de la
inteligencia social, que comprende la capacidad de controlar los sentimientos y
las emociones propias, así como los de los demás, de discriminar entre ellos y
utilizar esta información para guiar nuestro pensamiento y nuestras acciones
(Díaz Alonso, 2006). Según este modelo las habilidades integrantes de la IE
son: percepción, evaluación y expresión de las emociones; asimilación de las
emociones en nuestro pensamiento, comprensión, análisis y regulación
reflexiva de las emociones.
Se verá entonces que la IE conduce al contraste entre emoción y razón, dado
que las emociones han sido recurrentemente desconocidas como instrumentos
beneficiosos para el ser humano al creer que éstas sólo confunden a las
personas, evitan ver las cosas objetivamente y son irracionales; por lo cual se
le ha dado más importancia al pensamiento racional, crítico, frío y objetivo
como el mejor medio para la resolución de problemas. Sin embargo la continúa
56
investigación y desarrollo de la teoría de la Inteligencia Emocional ha
demostrado las ventajas de obedecerle a nuestras emociones.
La Inteligencia Emocional es una manera de interactuar con el mundo que toma
muy en cuenta los sentimientos, e incluye habilidades tales como el control de
los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia,
la empatía, la agilidad mental, entre otros. Ellas configuran rasgos de carácter
como la autodisciplina, la compasión o el altruismo, que son fundamentales
para una adecuada adaptación social. Goleman explica que la IE es el conjunto
de habilidades que sirven para expresar y controlar los sentimientos de la
manera más adecuada en el terreno personal y social.
Algo que siempre inquietó a los anteriores científicos, es encontrar la manera
más objetiva posible para medir el Cociente Intelectual (CI) de las personas; es
por eso que aparecen los tests que tratan de ser perfeccionados cada día para
que cumplan de una mejor manera las condiciones que se requieren y así
ofrecer garantías de éxito: la fiabilidad para medir sin error, la validez de las
mediciones en ciertos parámetros y la estandarización para su aplicación en un
gran número de personas de diferente género, edad y ocupación.
5.4.3.1 Test
Las mediciones estandarizadas de las habilidades humanas proveen la “prueba
o test” que la mayoría de las teorías de la inteligencia usan para corroborar la
validez de un modelo. El significado más aproximado a la palabra test, de
origen latino (testigo, tesis) es prueba.
Test psicológico: Tipo de prueba que implica una tarea a cumplir idéntica para
todos los individuos examinados, en la que se utiliza una técnica precisa para la
asociación correcta de los resultados obtenidos. La cuantificación del test es
mecánica y hay una objetividad en la puntuación.
57
La palabra test fue empleada por vez primera por F. Galton, 1883, para
designar una prueba sencilla del laboratorio destinada al estudio de la
inteligencia humana. El terminó test mental fue utilizado por primera vez en
1890 por un discípulo de Galton, J.M Cattell; pero en 1904 el gobierno francés
pidió al psicólogo Alfred Binet y a un grupo de colegas suyos que desarrollaran
un modo de determinar cuáles eran los alumnos de la escuela primaria en
“riesgo” de fracasar, para que estos alumnos recibieran atención
compensatoria. De sus esfuerzos nacieron las primeras pruebas de inteligencia,
importadas a los Estados Unidos varios años después, las pruebas de
inteligencia se difundieron, así como la idea de que existía algo llamado
“inteligencia” que podía medirse objetivamente y reducirse a un puntaje de
“coeficiente intelectual”. El psicólogo alemán Stern, formuló el conocido
Coeficiente de Inteligencia (CI) resultante de dividir la edad mental entre la
edad cronológica y multiplicarla por 100.
Los test de inteligencia para poder ser utilizados deben cumplir tres
condiciones:
- Ser fiables: es la capacidad del test para medir sin error.
- La validez: exige que realmente mida lo que se quiere medir.
- La estandarización: consiste el la administración del test a gran
cantidad de personas de diferentes grupos de edad, sexo y ocupación,
con el fin de averiguar cual es el rendimiento “normal” de cada grupo.
Hoy se sabe que las medidas del cociente de inteligencia están influenciadas
por factores culturales y de aprendizaje. Por otro lado los test inteligencia son
injustos para cualquier grupo distinto del utilizado para la estandarización, ya
que a mayor edad el test se ira volviendo menos válido, porque los test de
inteligencia reflejan inevitablemente los valores, las creencias, y las formas de
vida, de la cultura de quien elabora el test.
58
5.4.3.2 Psicometría
Este término se refiere a la investigación que se ocupa de la medición de lo
psíquico. Se ocupa de las relaciones funcionales entre manifestaciones
psíquicas, o entre variables psíquicas y variables no psíquicas, e interviene en
la construcción de escalas y test, que posteriormente permiten evaluar la
psiquis de la persona. En la actualidad la investigación psicométrica constituye
la base de las investigaciones psicológicas. Fue iniciada por J.M. Cattell, en
1926, y desarrollada posteriormente por Binet-Simon y L. Terman entre otros.
5.4.4 Coeficiente de Inteligencia (CI) e Inteligencia Emocional (IE)
Existe una relación entre el CI y las circunstancias de la vida que tienen que ver
con lo emocional. Muchas personas con un CI muy bajo terminan siendo muy
eficientes en trabajos calificados, y en la práctica han demostrado un muy buen
manejo de su dimensión emocional. El CI, según algunos investigadores
contribuye aproximadamente en un 20% a los factores que determinan el éxito
en la vida, con lo que el 80% queda para otras fuerzas, siendo determinante
entre ellas la inteligencia emocional.
Con base en la realidad se puede afirmar que CI e Inteligencia Emocional no
son conceptos totalmente opuestos sino más bien distintos en aspectos
fundamentales. Los individuos mezclan conocimientos académicos, que
pertenecen al intelecto, y la agudeza emocional. Existe una ligera correlación
entre CI y algunos aspectos de la IE así no se conozca hasta el momento
ningún test escrito que proporcione información precisa sobre una puntuación
de IE. Sin embargo, utilizando una medida que se llama “elasticidad del ego”
(Goleman, 1996), se ha logrado establecer en un grado bueno de calificación y
porcentajes, las aptitudes emocionales de algunos grupos humanos
específicos.
A lo largo de los años, algunos teóricos del CI han intentado colocar las
emociones dentro de la esfera de la inteligencia, en lugar de considerar los
59
términos emoción e inteligencia como una oposición. Uno de estos
investigadores fue Stemberg quien llegó a la misma conclusión de Thorndike,
de que la Inteligencia Social es distinta de las capacidades académicas y al
mismo tiempo, es una parte clave de lo que hace que a la gente le vaya bien en
el aspecto práctico de la vida.
La Inteligencia Cognitiva y la Inteligencia Emocional se funden en una sola y
pueden dar como resultado un muy buen grado de desarrollo personal,
desempeño profesional y laboral; la IE añade muchas más de las cualidades
que permite hacerse plenamente humanos y personas felices; es decir, las
personas con habilidades emocionales bien desarrolladas también tienen más
probabilidades de sentirse satisfechas y ser eficaces en su vida.
A manera de síntesis conceptual, se plantean las siguientes características
básicas y propias de la persona emocionalmente inteligente como son: Poseer
suficiente grado de autoestima, ser positivas, saber dar y recibir, tener empatía,
reconocer los propios sentimientos, ser capaz de expresar y de controlar tanto
los sentimientos positivos como los negativos, tener motivación, ilusión, interés;
tener valores alternativos, ser capaz de superar las dificultades y las
frustraciones, encontrar equilibrio entre exigencia y tolerancia.
Todas las personas nacen con unas características especiales y diferentes,
pero muchas veces la manera que tienen de comportarse o de enfrentarse a los
retos de la vida es aprendida. De pequeños no está tan bien visto ver a un niño
llorar y expresar sus emociones como en una niña, además a los varones se
les exige ser más valientes, seguros de sí mismos. También se observar como
en algunas culturas, las mujeres son menos valoradas (tanto en el ámbito
personal como en el laboral), lo cual es el origen de opresiones y malos tratos.
Todo esto se adquiere sin darse cuenta desde el momento en que se viene al
mundo; los individuos se comportan como se les ha enseñado a comportarse.
60
Quererse a sí mismo, ser más generoso con los demás, aceptar los fracasos;
no todo depende de lo que se ha heredado, por lo que se ha de ser capaces de
seguir aprendiendo y mejorando las actitudes día a día, de aprender a ser más
inteligentes emocionalmente; en definitiva a ser más felices.
5.4.5 La inteligencia emocional en la educación
El neurólogo Joseph LeDoux, manifiesta en su libro “El cerebro emocional”
(1996), que “La mente tiene pensamientos y emociones, y el estudio de unos
excluyendo otros nunca será totalmente satisfactorio”. Palabras que justifican la
importancia de las emociones, y con ellas la inteligencia emocional. En este
campo, otros como el científico Antonio Damasio, ponen de relieve en sus
investigaciones la vinculación de la razón con la emoción y la necesidad de
tenerlas presente sin menospreciarlas ni jerarquizarlas, concediéndoles la
misma importancia (Damasio, 1999).
La inteligencia emocional, es vista dentro de los procesos de aprendizaje, como
una estrategia, que se basa en los procesos del pensamiento, por lo tanto cabe
afirmar que la psicología interviene directamente en cualquier ámbito que utilice
la inteligencia emocional como campo. Cualquier proceso psicológico conlleva
una experiencia emocional de mayor o menor intensidad y de diferente
cualidad. Podemos convenir que la reacción emocional (de diversa cualidad y
magnitud) es algo omnipresente a todo proceso psicológico. (Choliz, 2005).
Dentro de los procesos del pensamiento, se encuentra la forma de aprendizaje
o lo que puede llamarse también procesos pedagógicos. Los procesos
pedagógicos son el conjunto de prácticas, relaciones inter subjetivas y saberes
que acontecen entre los que participan en procesos educativos, escolarizados y
no escolarizados, con la finalidad de construir conocimientos, clarificar valores y
desarrollar competencias para la vida en común. Cambiar estas prácticas,
relaciones y saberes implica por tanto influir sobre la cultura de los diversos
agentes que intervienen en los procesos de enseñar y aprender. Un mayor y
61
mejor conocimiento de la naturaleza compleja de los procesos pedagógicos
puede ayudarnos a acertar en la selección de estrategias y medios para
impulsar cambios en ellos y así remontar, con el compromiso de los actores, las
brechas que actualmente separan las prácticas pedagógicas dominantes de las
deseables. No es posible eludir en este análisis y prospectiva a los agentes,
contextos y procesos que condicionan la calidad de las prácticas pedagógicas.
La calidad de éstas no depende única ni principalmente de recursos técnico –
pedagógicos (material didáctico, número de estudiantes por profesor,
disponibilidad de textos) ni de las interacciones que ocurren en el aula de clase
entre la calidad de la enseñanza y el aprendizaje (Choliz, 2005).
El tipo de educación implantada hace unos años, la cual consistía en un
método de enseñanza rígido donde el docente se encargaba de transmitir
información y el estudiante de almacenarla, llevó a que los docentes mostraran
preferencias por los estudiantes conformistas, es decir, receptivos y un tanto
pasivo dentro del proceso de aprendizaje, ya que poco cuestionaban y
generalmente se mantenían bajo las reglas y los lineales establecidos por el
sistema educativo. Dejando a un lado aquellos educados cuyo proceso de
aprendizaje no era el esperado, por caracterizarse por una constante inquietud,
cuestionamiento e indisciplina (Del Toro Gisbel, 1997).
Sin embargo, el sistema educativo ha evolucionado, la ley 30 de 1992 capitula
la educación es un proceso permanente que posibilita el desarrollo de las
potencialidades del ser humano de manera integral y tiene por objeto el pleno
desarrollo de sus estudiantes y su formación académica y profesional. Por lo
tanto, en la escuela se debe plantear programas tendientes al desarrollo de
habilidades emocionales en los alumnos que les permitan mayores niveles de
adaptación donde a su vez se potencialice su crecimiento integral.
62
5.4.5.1 Necesidad e importancia de la educación emocional
La educación emocional surge como una respuesta educativa a una serie de
necesidades que se dan en la sociedad actual, como la ansiedad, la depresión,
los problemas de disciplina, la violencia y drogadicción, y trastornos
alimenticios, entre otros (Álvarez, 2000). Investigaciones recientes sobre esta
temática han demostrado como el analfabetismo emocional tiene efectos muy
negativos sobre las personas y la sociedad.
La importancia del control y la regulación de las emociones surge, también, de
la necesidad que tiene el ser humano de no dejarse llevar por los impulsos
emocionales, ya que de lo contrario tendría consecuencias muy negativas tanto
a nivel personal como social. Además, todas las personas necesitan sentirse
seguras emocionalmente, es decir, tener sentimientos de bienestar y
estabilidad emocional. El factor emocional se considera como un elemento muy
importante en la prevención y desarrollo de algunas enfermedades; esta
demostrado que las emociones negativas como la ira, el miedo, el estrés y la
depresión, tienen un efecto muy directo sobre la salud (Perea, 2002).
El desarrollo y la comprensión de las emociones en los niños es un proceso
continuo y gradual de aprendizaje que va desde las emociones simples a las
mas complejas. Los niños van cambiando sus estrategias para poder hacer
frente a las distintas experiencias a través del control de las emociones, pues el
niño se enfrenta mejor a sus emociones a medida que va comprendiendo sus
causas.
La autoconciencia, es decir, llegar a combinar el pensamiento y la emoción,
comienza en edades muy tempranas y parece que puede desarrollarse debido
al poder de la imaginación, que permite experimentar estados emocionales
ficticios o situarlos en personajes inventados, reuniendo gran cantidad de
experiencia sobre lo emocional (Harris,1992).
63
Para conseguir una adecuada educación emocional hay cierta unanimidad en
que los cinco factores, habilidades o competencias que conforman la
inteligencia emocional (Goleman, 1995) deben ser fomentadas y desarrolladas
lo mas intensamente posible y desde las mas temprana adolescencia
(Borockert y Braun, 1997) deben tener desarrolladas la conciencia emocional,
el autocontrol, la motivación, la empatía y la habilidad social.
Goleman dio gran importancia a la conciencia emocional, ya que constituye una
competencia personal que determina el modo en que el sujeto se relaciona
consigo mismo, y a la vez esta influida por el factor social. Todas las
experiencias personales vividas, observadas o imaginadas pasaran a formar
parte del conocimiento previo del sujeto y, acumuladas, le ayudaran a
interpretar su entorno con su memoria personal e influirá en sus emociones. En
esta competencia personal, Goleman (1999) distingue dos procesos: uno, que
hace referencia al reconocimiento de los estímulos del entorno y las
manifestaciones que producen en el sujeto, para lo que se necesita cierta
atención sobre si mismo, y a la vez, introspección para poder verificarse; y otro,
que hace referencia a la racionalización de esas manifestaciones emocionales
comprendiéndolas, y que supone diferenciar pensamientos, acciones y
emociones.
Entre los aspectos relacionados con la conciencia emocional, cabe destacar el
autoconcepto y la autoestima, en tanto que se configuran como los que tiene
mas influencia en ella, aunque ambos aspectos pueden considerarse como u
todo que es la representación global que cada uno tiene de si mismo. Según
Fierro (1991), están demostradas las relaciones entre autoconcepto,
rendimiento, logro y aprendizaje.
Se considera con bastante generalidad que las personas con un autoconcepto
ajustado y positivo son mas capaces de actuar de forma independiente, elegir y
tomar decisiones, interactuar con los demás, afrontar nuevos retos, asumir
64
responsabilidades, contradicciones o fracasos; en definitiva, están mejor
preparadas para participar de manera responsable en las distintas actividades
sociales. Parece indudable que la incidencia que tiene el autocontrol en la
organización metal de los individuos y el control y dirección de sus conductas y
realizaciones (Tranche, 1995).
Hay que tener en cuenta que la privación, la frustración, el desanimo, el temor,
el miedo, el dolor, la disciplina, etc., son experiencias inevitables a lo largo de la
vida, que revelan nuestra naturaleza psíquica y están relacionadas con el
sentimiento de consecución de fortaleza del yo y por lo tanto, con el sentimiento
de autorespeto y autoconfianza saludables (Maslow, 1973).
La educación emocional podría considerarse como el proceso educativo
continuado, tendente al logro de una personalidad rica y equilibrada, que
posibilite la participación activa y efectiva en la sociedad y pretende ayudar a
los niños y adolescentes a conseguir una vida emocional positiva para llegar a
una vida adulta serena y fructífera, a controlar impulsos y emociones negativas,
también capacita a las personas para gestionar emociones, capacita para
enfocar correctamente los problemas, desarrolla la capacidad de automotivarse
y autorrealizarse y desarrolla habilidades sociales e interpersonales en el marco
de un desarrollo afectivo equilibrado.
5.4.5.2 Escenarios para el desarrollo de la inteligencia emocional
Preparar para la vida implica la estimulación para el desarrollo de estrategias
de aprendizaje autónomo que capacite a la persona para un aprendizaje
permanente, lo que lleva consigo el preparar al alumno para que tenga
estabilidad emocional y seguridad en si mismo, y tome decisiones
responsables, y tenga habilidades para relacionarse satisfactoriamente con sus
iguales y en definitiva, para que sea feliz. Es decir, implica que las autenticas
necesidades del ser humano constituyan el centro de la educación (López,
1997).
65
La educación emocional esta sin duda, contemplada en la LOGSE, cuando en
su artículo 1º establece que el sistema educativo se orientara al pleno
desarrollo de la personalidad del alumno- No se trata de atender
exclusivamente al desarrollo cognitivo del alumno, pues el desarrollo emocional
constituye un aspecto importante en la personalidad y por tanto, del desarrollo
integral de una persona.
Uno de los principales espacios educativos para el desarrollo de la educación
emocional es la escuela y es que el periodo escolar se considera fundamental
en la vida del ser humano, pues las actitudes radicales se adquieren en la
infancia mediante la configuración de las convicciones (Perea, 2002).
La escuela, a través de todos los agentes implicados (profesores, tutores,
orientadores, etc.), contribuye a configurar la personalidad del individuo, puesto
que los alumnos pasan mucho tiempo en ella, y en particular, lo que ocurra enb
la escuela contribuirá a configurar el autoconcepto general de la persona,
generando sobretodo, un aspecto especifico del mismo como es el de
autoconcepto académico, que se refiere a las características y habilidades que
el alumno considera que posee en relación con su capacidad de aprendizaje,
actividad académica y rendimiento escolar.
La escuela debe favorecer la amistad y las relaciones con el grupo de iguales,
dentro y fuera del centro escolar, potenciando la convivencia continuada entre
los alumnos a través de actividades formales y extraescolares. También debe
promover la empatía o capacidad para ponerse en el lugar de la otra persona,
la compresión y la comunicación gestual y verbal de las emociones, y con todo
ello para que los alumnos adquieran un adecuado desarrollo emocional.
En este contexto, se cita a García Torres (1983), quien expone que existen
varias claves para ayudar al niño en la escuela, tales como que los profesores
66
enseñen a los niños, poniéndose como modelos, a alabarse a si mismos. Se
trata de corregir la tendencia contraria, pues debido a las correcciones que los
niños sufren durante su desarrollo suelen presentar tendencia autocrítica.
También debe ayudárseles a ser realistas en sus objetivos y en la evaluación a
si mismos. Intentar que el niño controle su propia conducta y a recibir de
manera positiva las alabanzas de los demás.
Estar educado emocionalmente es ser capaz de generar y experimentar
emociones positivas (alegría, amor, felicidad, humor…) de reconocer las
emociones de uno mismo y las de los otros, pensar sobre lo que sucede y
reaccionar positivamente. En situaciones de embargo emocional, puede que las
emociones no se reconozcan y la persona se deje llevar por ellas sin aplicar
razonamiento alguno, o puede que las emociones sean reconocidas, pero que
la persona no haga caso de los signos externos, reaccionando
inadecuadamente ante determinadas situaciones.
De lo anterior se deduce que la educación no puede reducirse sólo a lo
puramente académico, sino que debe abarcar otras dimensiones, para que se
potencie el sano equilibrio entre los aspectos de la persona y se de la
oportunidad de conocer y expresar, en lo posible, las distintas potencialidades
que cada persona posee. Es decir, el proceso de aprendizaje no debe hacer
referencia solo a los contenidos culturales y científicos, sino que debe ser el
marco de regencia obligado para el desarrollo integral del alumno. En suma, la
educación no puede ser concebida como un simple proceso que incide
exclusivamente en el área cognitiva del alumno, sino que debe englobar toda la
personalidad, y es precisamente la orientación educativa, como función global
de la educación, la que proporciona la ayuda necesaria para que el alumno
pueda desarrollarse en todos los aspectos como persona (Álvarez y Bisquerra,
1996).
67
Tales planteamientos educativos exigen ciertas contrapartidas en el otro actor
importante del proceso educativo; el profesor. En realidad, como señala
Kirchner (1998), ya desde la publicación del Freedom to Learn (Roger, 1969),
se intentan establecer las bases de una mejor relación profesor alumno que
facilite el proceso de enseñanza-aprendizaje. Según Corsini y Masella (1983)
se remodela la figura del profesor que pasa de ser visto como un simple
instructor a ser concebido como una persona facilitadota del aprendizaje tanto
cognitivo como emocional de los alumnos.
5.4.5.3 Importancia de la educación emocional
La educación emocional surge como una respuesta educativa a una serie de
necesidades que se dan en la sociedad actual: ansiedad, depresión, problemas
de disciplina, violencia, drogadicción, trastornos de la alimentación, etc.
(Álvarez, 2000). Investigaciones recientes sobre esta temática han demostrado
cómo el «analfabetismo emocional» tiene efectos muy negativos sobre las
personas y sobre la sociedad (Goleman, 1995).
La importancia del control y la regulación de las emociones surgen, también, de
la necesidad que tiene el ser humano de no dejarse llevar por los impulsos
emocionales, ya que lo contrario tendría consecuencias muy negativas tanto a
nivel personal como social. Además, todas las personas necesitan sentirse
seguras emocionalmente, es decir, tener sentimientos de bienestar y
estabilidad emocional. El factor emocional se considera como un elemento muy
importante en la prevención y/o desarrollo de algunas enfermedades: se está
demostrando que emociones negativas como la ira, el miedo, el estrés, la
depresión, etc. tienen un efecto directo sobre la salud (Perea, 2002).
El desarrollo y comprensión de las emociones en los niños es un proceso
continuo y gradual de aprendizaje que va de las emociones simples a las más
complejas. Los niños van cambiando sus estrategias para poder hacer frente a
las distintas experiencias a través del manejo de las emociones, pues el niño se
68
enfrenta mejor a sus emociones a medida que va comprendiendo sus causas
La autoconciencia, llegar a combinar el pensamiento y la emoción, comienza en
edades muy tempranas y parece que puede desarrollarse debido al poder de la
imaginación, que permite experimentar estados emocionales ficticios o situarlos
en personajes inventados, reuniendo gran cantidad de experiencia sobre lo
emocional (Harris, 1992).
Para conseguir una adecuada educación emocional hay cierta unanimidad en
que los cinco factores, habilidades o competencias, que conforman la
inteligencia emocional -según Goleman (1995)- deben ser fomentadas y
desarrolladas lo más intensamente posible y desde la más temprana
adolescencia (Brockert y Braun, 1997), a saber:
• Conciencia emocional: es decir, ser consciente de uno mismo, conocer la
propia existencia y, sobre todo, el propio sentimiento de vida, lo que a su vez
es fundamental para el autocontrol.
• Autocontrol o regulación de las emociones: significa la capacidad para saber
manejar ampliamente los propios sentimientos, los estados de ánimo,
evitando caer en el nerviosismo y sabiendo permanecer tranquilo para poder
afrontar los sentimientos de miedo y las situaciones de riesgo y para
recuperarse rápidamente de los sentimientos negativos.
• Motivación, que está muy unida a las emociones y surge del autocontrol,
significa ser aplicado, ser constante, perseverante, tener resistencia ante las
frustraciones.
• Empatía, o capacidad de ponerse en el lugar de la otra persona, significa
comprender las emociones de los demás, entender lo que otras personas
sienten, sentir con las otras personas.
• Habilidad social, que hace referencia a entenderse con los demás,
orientarse hacia los otros, no ser un mero observador de los demás sino
hacer algo en común con ellos, sentir alegría de estar entre la gente,
colaborar, ayudar, pertenecer a un grupo.
69
Goleman dio una gran importancia a la conciencia emocional, ya que constituye
una competencia personal que determina el modo en que el sujeto se relaciona
consigo mismo, y a la vez está influida por el factor social. Todas las
experiencias personales vividas, observadas o imaginadas pasarán a formar
parte del conocimiento previo del sujeto y, acumuladas, le ayudarán a
interpretar el entorno con su memoria personal e influirán en sus emociones.
En esta competencia personal, Goleman (1999) distingue dos procesos: uno,
que hace referencia al reconocimiento de los estímulos del entorno y las
manifestaciones que producen en el sujeto, para lo que se necesita cierta
atención sobre sí mismo y, a la vez, introspección para poder verificarse, y otro
que hace referencia a la racionalización de esas manifestaciones emocionales
comprendiéndolas, y que supone diferenciar pensamientos, acciones y
emociones.
Entre los aspectos relacionados con la conciencia emocional cabe destacar el
autoconcepto y la autoestima, en tanto que se configuran como los que tienen
más influencia en ella, aunque ambos aspectos pueden considerarse como un
todo que es la representación global que cada uno tiene de sí mismo.
Según Fierro (1991), están demostradas las relaciones entre autoconcepto,
rendimiento, logro y aprendizaje.
Se considera con bastante generalidad que las personas con un autoconcepto
ajustado y positivo son más capaces de actuar de forma independiente, elegir y
tomar decisiones, interactuar con los demás, afrontar nuevos retos, asumir
responsabilidades, contradicciones o fracasos; en definitiva, están mejor
preparadas para participar de manera responsable en las distintas actividades
sociales. Parece indudable, pues, la incidencia que tiene al autoconcepto en la
organización mental de los individuos y en el control y dirección de sus
conductas y realizaciones (Tranche, 1995).
70
La autoestima hace referencia a la valoración que la persona hace de sí misma.
Una persona con un nivel adecuado de autoestima (reconocer las propias
cualidades y defectos, aceptarse y sentirse a gusto con su persona) genera un
sentimiento interno de seguridad, confianza en sí mismo y en las demás
personas; su crecimiento personal se ve potenciado, y está abierto a los
demás. Las personas con baja autoestima están más sometidas a los patrones
culturales y a las presiones del grupo y de los medios de comunicación.
El autocontrol, o control de sí mismo, es una capacidad básica para enfocar
nuestras vidas y las relaciones con los demás, y requiere la formación del
sentido de lo que se hace, donde la persona, de acuerdo con su racionalidad y
sensibilidad, planifica su comportamiento y persiste en él. El sujeto que
adquiere esta habilidad logra dominar la impulsividad y consigue la máxima
independencia de lo que le rodea, manifestando un equilibrio y ajuste
emocional a las distintas situaciones (Escamez, 2002).
Hay que tener en cuenta que la privación, la frustración, el desánimo, el temor,
el miedo, el dolor, la disciplina, etc. son experiencias inevitables a lo largo de la
vida, que revelan nuestra naturaleza psíquica y están relacionadas con el
sentimiento de consecución de fortaleza del yo, y, por tanto, con el sentimiento
de autorrespeto y autoconfianza saludables (Maslow, 1973).
“Quien no ha conseguido, resistido y superado sigue dudando de su propia
capacidad para hacerlo. Esto resulta cierto no sólo si lo aplicamos a los
peligrosque vienen desde fuera; lo es también en cuanto a la capacidad de
control ydilación de los propios impulsos y, por tanto, de serenidad ante ellos”
(Op. Cit. p. 31). Por tanto, la falta de salud psíquica altera la eficiencia de los
propios actos personales.
71
La motivación se relaciona con activación, dirección, y representa, junto con el
factor emocional y cognitivo, uno más entre los muchos factores determinantes
de la conducta. Dentro de la dinámica emocional Logan (1971).
La empatía y la habilidad social son dos competencias de carácter socio-
emocional que se refieren a la relación con las personas y facilitan la existencia
de un clima social favorable para el trabajo satisfactorio y productivo.
La habilidad social es la capacidad para establecer relaciones sociales
fructíferas, para facilitar la convivencia social y para que los otros respondan
adecuadamente. La empatía es la capacidad de comprender y aceptar al otro
como portador de sentimientos, además de ideas, sin intención posesiva,
respetando todas sus potencialidades, su autonomía, facilitando las relaciones
personales. En otros términos, y como señala Escámez (2002), la persona con
la que nos comunicamos es otro ser humano, con sus pensamientos,
sentimientos y proyectos de vida única a quien tenemos que comprender y con
quien tenemos que colaborar en la búsqueda del significado de todo aquello
que nos rodea en la toma de decisiones.
Todas estas competencias o habilidades mencionadas pueden desarrollarse a
través de la educación emocional que se entiende como “un proceso educativo,
continuo y permanente, que pretende desarrollar el conocimiento sobre las
propias emociones y las de los demás con objeto de capacitar al individuo para
que adopte comportamientos que tengan presente los principios de prevención
y desarrollo humano” (Bisquerra, 2002. p. 587).
En otros términos, la educación emocional podría considerarse como el
proceso educativo continuado, tendiente al logro de una personalidad
equilibrada, que posibilite la participación activa y efectiva en la sociedad;
pretende, entre otros objetivos, ayudar a los niños y adolescentes a conseguir
una vida emocional positiva para llegar a una edad adulta serena y fructífera,
72
capacitar a la persona para gestionar sus emociones, desarrollar las
habilidades sociales e interpersonales en el marco de un desarrollo afectivo y
equilibrado, desarrollar la capacidad de auto motivarse para conseguir una vida
Personal productiva, para auto realizarse y, por último, capacitar a la persona
para dar un enfoque correcto de los problemas.
5.4.5.4 Escuela y desarrollo de la educación emocional
Preparar para la vida implica la estimulación para el desarrollo de estrategias
de aprendizaje autónomo que capacite a la persona para un aprendizaje
permanente, lo que lleva consigo el preparar al alumno para que tenga
estabilidad emocional y seguridad en sí mismo, y tome decisiones
responsables, y tenga habilidades para relacionarse satisfactoriamente con sus
iguales y, en definitiva, para que sea feliz. Es decir, implica que las auténticas
necesidades del ser humano constituyan el centro de la educación (López et
al., 1997).
La educación emocional establece que «el sistema educativo se orientará al
pleno desarrollo de la personalidad del alumno». No se trata de atender
exclusivamente al desarrollo cognitivo del alumno, pues el desarrollo emocional
constituye un aspecto importante de la personalidad y, por tanto, del desarrollo
integral de la persona.
Uno de los principales espacios educativos para el desarrollo de la educación
emocional es la escuela, y es que “el periodo escolar se considera fundamental
en la vida del ser humano, pues las actitudes radicales se adquieren en la
infancia mediante la configuración de las convicciones” (Perea, 2002. p. 32).
La escuela, a través de todos los agentes implicados (profesores, tutores,
orientadores, etc.) contribuye a configurar la personalidad del individuo, puesto
que los alumnos pasan mucho tiempo en ella, y, en particular, lo que ocurra en
la escuela contribuirá a configurar el autoconcepto general de la persona,
73
generando, sobre todo, un aspecto específico del mismo como es el
autoconcepto académico, que se refiere a las características y capacidades que
el alumno considera que posee en relación con su capacidad de aprendizaje,
actividad académica y rendimiento escolar.
La escuela debe favorecer la amistad y las relaciones con el grupo de iguales,
dentro y fuera del centro escolar, potenciando la convivencia continuada entre
los alumnos a través de actividades formales y extraescolares. También debe
promover la empatía o capacidad para ponerse en el lugar de la otra persona,
la comprensión y la comunicación gestual y verbal de las emociones, y todo ello
para que los alumnos adquieran un adecuado desarrollo emocional.
En este contexto, siguiendo a García Torres (1983), cabe destacar algunas
claves para ayudar en la escuela al niño a que se construya un concepto de sí
mismo más favorable:
• Que los profesores enseñen a los niños, poniéndose como modelos, a
alabarse a sí mismos. Se trata de corregir la tendencia contraria, pues
debido a las correcciones que los niños sufren durante su desarrollo suelen
presentar una tendencia a la autocrítica.
• Ayudar a los niños a ser realistas en sus objetivos y en la evaluación de sí
mismos. Los objetivos inalcanzables originan sentimientos de incapacidad y
la autoevaluación realista evita la tendencia a generalizar el fracaso que se
da en algunos individuos a partir de limitaciones concretas e
intranscendentes.
• Tratar de que el niño controle su propia conducta en lugar de depender
constantemente de las situaciones y de las personas con las que se
relaciona.
• Enseñar a los niños a alabar a los demás y a recibir alabanzas de los
demás.
74
Estar educado emocionalmente es ser capaz de generar y experimentar
emociones positivas (alegría, amor, felicidad, humor…), de reconocer las
emociones de uno mismo y las de los otros, pensar sobre lo que sucede y
reaccionar positivamente. En situaciones de retención emocional, puede que
las emociones no se reconozcan y la persona se deje llevar por ellas sin aplicar
razonamiento alguno, o puede que las emociones sean reconocidas, pero que
la persona no haga caso de los signos extremos, reaccionando
inadecuadamente ante determinadas situaciones.
Tales planteamientos educativos exigen ciertas contrapartidas en el otro actor
importante del proceso educativo: el profesor, como señala Kirchneret (1998),
desde “la publicación de Freedom to Learn (Roger, 1969), se intentan
establecer las bases de una mejor relación profesoralumnoque facilite el
proceso enseñanza-aprendizaje. Tal como resumen Corsiniy Masella (1983), se
remodela la figura del profesor que pasa de ser visto como un simple instructor
a ser concebido como una persona facilitadora del aprendizaje tanto cognitivo
como emocional de los alumnos. En realidad el maestro es un simple
detonante: debe crear el clima psicológico apropiado y óptimo que conduzca al
alumno a un aprendizaje autodirigido y proveerle de los recursos necesarios
para una plena exploración. Esta idea, según los autores citados, provendría de
Galileo para quien no se puede enseñar nada a nadie; sólo se le puede ayudar
a descubrirlo dentro de sí mismo” (Op. Cit., p. 93).
Martin y Boeck (2000), mencionan que el manejo constructivo de las
situaciones problemáticas en el ámbito educativo exige de los profesores una
gran cantidad de cualidades emocionales, tales como:
• Respeto por los alumnos.
• Capacidad de manejar la propia contrariedad.
• Sentimiento de autoestima estable, que les permita no convertir una
provocación de los alumnos en un ataque personal.
75
• Capacidad para ponerse en el lugar de los alumnos y comprender sus
motivos.
• Conocimiento de que el tono que empleen en el trato con los alumnos incide
en el desarrollo emocional de éstos.
Cuando el profesor sabe educar emocionalmente, los alumnos disfrutarán más
en la escuela, construirán más fácilmente su propia autoestima, tendrán un
mejor rendimiento académico y una mejora de la creatividad, transcendiendo a
ellos las cualidades humanas del maestro, y originándose una disminución de
los problemas relacionados con la disciplina y un ambiente escolar menos
agresivo.
Sin embargo, y como señalan los autores antes referidos, “aprender en la
escuela es todavía en muchas clases un puro aprendizaje mental. Las
emociones son más bien algo a lo que no se da importancia. Pero la realidad va
alcanzando de forma creciente a los centros de enseñanza: a la vista de los
déficit emocionales y sociales con los que los niños llegan a la escuela, los
centros de enseñanza no pueden seguir limitándose por mucho más tiempo a
hacer de exclusivos transmisores de conocimientos. Si el objetivo de la escuela
es de verdad preparar para la vida, deberá contribuir al desarrollo de toda la
personalidad de los alumnos” (Op. Cit. p. 183).
Otro espacio educativo muy importante para el desarrollo emocional es la
Familia, que tiene una gran influencia en la formación y desarrollo de la
personalidad y de las actitudes. Los padres, el contexto familiar en su caso,
constituyen la base de seguridad desde la que las personas se abren al mundo
físico y social, y a la que vuelven constantemente para recibir ayuda, apoyo,
consuelo y seguridad. Los padres son los primeros y principales agentes de la
educación de su hijo y juegan un rol primordial durante su temprana edad
(Dueñas, 1994), son las personas que disponen de más oportunidades y más
variadas para influir en el comportamiento del niño.
76
Todas las personas necesitan sentirse seguras emocionalmente. Para ello, es
fundamental sentirse protegido por otras personas que sean incondicionales,
disponibles y eficaces en la ayuda, y estas personas son los padres.
La familia debe de colaborar con la escuela desde la edad infantil, manteniendo
la comunicación y colaborando en las actividades escolares, pues la interacción
familia-escuela es fundamental para adquirir una personalidad sana (Perea,
2002).
La acción de la familia es reforzada y completada por la escuela. También es
necesario establecer una estrecha colaboración entre los padres y todos los
otros agentes implicados en la tarea educativa, ya que ambos tienen los dos
elementos de información esenciales para optimizar la intervención. Los padres
son los que conocen mejor a su hijo, así como el ambiente en el que crece, y
los otros agentes conocen los principios, estrategias y métodos generales de
intervención.
5.5 Fundamento legal
La propuesta investigativa tiene un marco legal que fundamenta el paso de la
formación humana a la formación integral, a partir del decreto 272 del 11 de
febrero de 1998 considera que de conformidad con los artículos 1 y 110 de la
nueva ley general de educación de febrero de 1994, la educación es un
proceso de formación permanente, personal cultural y social que se
fundamenta en la concepción integral de la persona humana, de su dignidad,
de sus derechos y deberes
A su vez, la Ley 30 de 1992 capitula “La educación es un proceso permanente
que posibilita el desarrollo de las potencialidades del ser humano de manera
integral y tiene por objeto el pleno desarrollo de sus estudiantes y su formación
77
académica y profesional”, plantea la formación de profesionales capases de
promover acciones formativos, individuales y colectivos y de comprender y
actuar ante la problemática educativa en perspectiva del desarrollo integral
humano y sostenibles, mediante el logro y fortalecimiento de capacidades como
la construcción para si mismo de una actitud pedagógica que lo impulse a
mantenerse en formación permanente y a orientar la formación de otros para
logros progresivos de mayores niveles de calidad de vida, en la conversación
del conocimiento en potencial formativo, en la promoción de los talentos de
cada persona para cultivarlos y construirlos en beneficio propio y del entorno,
para contribuir desde su formación a crear visiones del mundo, de la vida y de
si mismo, desde los mas altos valores humanos, posibilitando la construcción
de ambiente y situaciones que posibiliten el autoconocimiento y el impulso
hacia la autocomprensión y transformación de la realidad.
Por lo anterior, los procesos de socialización y individuación planeados de la
inteligencia emocional, y que son propios de la formación integral, buscan
incidir tanto en la calidad del desarrollo y en la aprobación del conocimiento
científico y tecnológico, como sobre el optimo desarrollo de las funciones
básicas que le sirvan al individuo para orientarse en el mundo incluso en su
mundo interno y lograr así el afianzamiento de su personalidad.
78
6. DISEÑO METODOLÓGICO
Esta investigación se desarrolla dentro de la perspectiva de los diseños de
investigación cualitativa, ya que ésta permite estudiar la calidad de las
actividades, relaciones, asuntos, medios, materiales o instrumentos en una
determinada situación o problema, por medio de operaciones, estrategias y
tácticas que el investigador realiza ante y con el fenómeno, es la interacción en
el conjunto social (González, 2007).
De igual modo, esta perspectiva busca una descripción holística, esto es, que
intenta analizar exhaustivamente, con sumo detalle, un asunto o actividad en
particular. A diferencia de los estudios descriptivos, correlaciónales o
experimentales, más que determinar la relación de causa y efectos entre dos o
más variables, la investigación cualitativa se interesa más en saber cómo se da
la dinámica o desarrollo de un fenómeno (Múnera, 2000).
Denominado también como método emergente, ofrece técnicas especializadas
para obtener respuestas acerca de lo que las personas piensan y siente de
índole interpretativa, busca descubrir y entender. A partir del descubrimiento de
categorías claves de sentido, procura dar respuesta a la investigación. No
busca generalización, pues asume que los hechos sociales dependen
fuertemente de contextos específicos, por lo que la diversidad es natural
(Tamayo, José 2002. Pág. 5). Benoliel (2001) menciona que son modos de
cuestionamiento sistemático enfocados a entender a los seres humanos y a la
naturaleza de sus interacciones con ellos mismos y con su entorno.
La investigación cualitativa no corresponde a una definición instrumental, es
epistemológica y teórica y está apoyada en procesos diferentes de construcción
de conocimiento. Ésta se orienta al conocimiento de un objeto complejo. Una
de las características epistemológicas que se le atribuye es su naturaleza
79
teórica, lo cual no implica un divorcio con lo empírico sino que la subraya como
vía de producción de conocimiento en el cual el lugar de la teoría es momento
central (Investigación cualitativa rumbos y desafíos. Pág. 39).
Para desarrollar un estudio de corte cualitativo, debe tenerse en cuenta el
ambiente natural y el contexto en el que se da el asunto o problema que es la
fuente directa y primaria, y la labor del investigador se constituye en el
instrumento clave en la investigación. Para tener buena información debe
hacerse una recolección de los datos, la cual pone el énfasis en los
significados y las construcciones subjetivas que hacen los sujetos de su
realidad, para luego llegar al análisis de datos de un modo inductivo. Es
importante saber cómo los sujetos en una investigación piensan y qué
significado poseen sus perspectivas en el asunto que se investiga (González,
2007).
Este proyecto se desarrollará a través de los lineamientos de la investigación
cualitativa, partiendo desde luego, de unos objetivos y planteamientos iniciales,
pero estando dispuestos a la incorporación de otros datos identificados a lo
largo del ejercicio investigativo que no se hayan tenido en cuenta en la fase
inicial de la investigación. Aspecto que para el enfoque cuantitativo es más
reservado.
La investigación cualitativa brinda la posibilidad de construir y reconstruir la
elaboración de los escritos en la medida en que se interactúa con los sujetos de
estudio, en este caso los textos escritos; lo cual permitirá una exposición
descriptiva y coherente sobre la relación educación-inteligencia emocional
como factor preponderante en los procesos de aprendizaje basados en un
enfoque holístico (Fraenkel y Wallen 1996).
Para analizar el objeto de estudio propuesto, se propone, por tanto, un escrito
de carácter monográfico, fundamentado en revisiones críticas y argumentativas
80
de orden bibliográfico, que permitirá ofrecer un aporte a la disciplina a partir de
revisión teórica y una construcción que evidencie asimilación de materiales
leídos. Esto permite ser expuesto como un un tipo de ensayo sobre un tema
específico donde la información de investigaciones u opiniones autorizadas
respalden cada punto importante.
Así pues, el escrito monográfico, más allá del desarrollo de un discurso tipo
ensayo, lo que busca es partir de la identificación de una problemática
específico, en el caso de este estudio corresponde a la relación entre
educación e inteligencia emocional, para luego desarrollar y dar respuesta a tal
problemático a través de un proceso de documentación y depuración
bibliográfica que permita la obtención de conclusiones claras y objetivas,
atinentes a unos objetivos previamente planteados. (Barberia y Garofalo, 1996)
Es importante dejar por sentado, que la monografía ha sido utilizada de la mano
de la investigación cualitativa porque cumple con los parámetros que propone
dicha corriente (Eco, 1982); como son darle mayor importancia a los factores
estudiados y que a veces no pueden llegar a ser cuantificables, sino que
obtienen su valor en el peso que se le de al tema estudiado por medio de la
discusión y desde ésta, a una construcción de conclusiones desde una revisión
teórica con el fin de llagar a un análisis crítico en el proyecto trazado (Rojas y
Arciniegas, 2001).
Desde esta óptica, la monografía tiene un carácter amplio, ya que puede
adoptar diferentes formas dependiendo de los objetivos del investigador y de
los temas, autores, teorías, tendencias, enfoques y/o paradigmas que abarque.
Por medio de la monografía puede realizarse el análisis teórico de un fenómeno
o de una realidad, el análisis crítico de un tema específico en torno a enfoques,
métodos, políticas, teorías, etc., que implica la recopilación de un tema actual,
la revisión histórica del mismo y la producción de conclusiones finales sobre los
hallazgos; es por esto, que se convierte en un método amplio que logra cubrir
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varias necesidades de escrito. Como resultado de esta investigación
exploratoria, se elaborará un documento que emplea como método la búsqueda
y el análisis bibliográfico, que podrá servir como soporte para futuros ejercicios
de investigación.
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7. CONCLUSIONES
La noción de inteligencia debe abarcar no sólo ámbitos como la capacidad de
abstracción, la lógica formal, la comprensión de complejas implicaciones y
amplios conocimientos en un mundo cada vez más complicado y complejo, sino
también otra serie de cualidades emocionales y sociales, como la creatividad, el
talento para la organización, la motivación, la destreza psicológica y las
actitudes humanitarias.
La inteligencia emocional es considerada como el más importante de los
factores que intervienen en el ajuste personal, en el éxito en las relaciones
personales y en el rendimiento en el trabajo. Con una inteligencia emocional
desarrollada se pueden conseguir mejoras en el mundo laboral y en nuestras
relaciones sociales, ya que la competencia emocional influye en todos los
ámbitos importantes de la vida.
La educación no puede reducirse sólo a lo puramente académico, sino que ha
de abarcar otras dimensiones (cognitiva, afectivo-emocional, moral) para que
se potencie el sano equilibrio entre los aspectos de la persona (mente-cuerpo-
relación social) y se dé la oportunidad de conocer y expresar, en lo posible, las
distintas potencialidades que cada persona posee. Es decir, el proceso de
aprendizaje no debe hacer referencia sólo a los contenidos culturales y
científicos, sino que debe ser el marco de referencia obligado para el desarrollo
integral del alumno. En suma, la educación no puede ser concebida como un
simple proceso que incide exclusivamente en el área cognitiva del alumno, sino
que debe englobar a toda la personalidad, y es precisamente la orientación
educativa, como función global de la educación, la que proporciona la ayuda
necesaria para que el alumno pueda desarrollarse en todos los aspectos como
persona (Álvarez y Bisquerra, 1996).
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A través de la orientación educativa, el alumno puede recibir la ayuda necesaria
para el desarrollo integral de su personalidad, cooperando a que el proceso de
aprendizaje se constituya como el marco de referencia para el desarrollo global
del alumno, de manera que la educación sea u n proceso integrador que
abarque no sólo el área cognitiva del alumno sino toda su personalidad.
La escuela y la familia constituyen los principales contextos para potenciar el
desarrollo emocional de la persona, es decir, para el logro de una personalidad
sana e integral que contribuya al bienestar personal y social del individuo.
Como ha quedado establecido, la IE (inteligencia Emocional) se refiere a la
capacidad de una persona para comprender sus propias emociones y las de los
demás y expresarlas de forma que resulten benéficas para la personas y para
la cultura donde se desenvuelve; reúne las habilidades para conocer nuestras
propias emociones, controlarlas, motivarnos en las diversas actividades que
realizamos, y establecer relaciones sanas. A lo largo de la vida recibimos
mucha información sobre el entorno; aprendemos a escribir, leer, sumar y
restar y, de ahí en adelante, empezamos a acumular gran cantidad de
conocimiento sobre el mundo, sobre el ser humano, la tierra, el universo y la
historia, entre muchas otras cosas, y esto es importante. Lo que no podemos
olvidar es que de la mano del conocimiento el niño observa y aprende modelos
de conducta que le proporcionan el medio familiar y el contexto escolar y social.
Es la familia y, posteriormente son los maestros y los compañeros en el colegio
quienes juegan un papel determinante en lo que pensamos de nosotros, de
nuestras capacidades, en la manera de relacionarnos con los demás, en los
modales, en la capacidad que tiene el ser humano de ponerse en el lugar de
otro y ser solidario y compasivo, en las expresiones del afecto y en el
conocimiento y manejo de nuestras emociones. La familia es la primera escuela
de aprendizaje emocional, allí observamos formas de expresión, es allí donde
sentimos el abrazo, donde la palabra realmente llega; donde aprendemos la
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forma en la que los demás reaccionan ante nuestros sentimientos e
identificamos lo que nos molesta y lo que es molesto para los demás. La forma
en que los padres tratan a sus hijos tiene consecuencias profundas en la vida
emocional del niño, al igual que la forma en que la pareja maneja sus
sentimientos.
De otra parte, además del conocimiento y entrenamiento en el sin número de
habilidades que entrena la escuela, ésta debe cumplir con la función de
enseñar a los niños las lecciones esenciales para vivir, aprovechando las
oportunidades que se dan dentro y fuera del aula para que los alumnos
transformen los momentos conflictivos y críticos en lecciones de destreza
emocional. Esto se complementa mucho mejor si lo que se observa en la
cotidianidad del hogar es coherente con la enseñanza del colegio y si los
cimientos vienen dados desde la infancia a través de los modelos familiares. No
es extraño que en nuestro país, en donde la ausencia de control emocional se
refleja en las relaciones cotidianas en el hogar, en el colegio, en la calle, la IE
haya causado impacto y que en las estanterías de las librerías los textos sobre
inteligencia emocional hayan tenido un buen impacto sobre los lectores.
Niños, jovenes y adultos, pueden entender, educar y reeducar sus emociones.
Reconocer que nos pone molestos y como controlarnos; expresar lo que
sentimos, sin ofender; escuchar y buscar comprender sentimientos ajenos;
saber leer señales no verbales, gestos y expresiones. Desarrollar un
pensamiento emocionalmente inteligente, ser realista, y optimista, aprender a
resolver problemas, desarrollar habilidades sociales, aprender modales y ser
padres y maestros con inteligencia emocional elevada es parte de la propuesta
de IE. Para entender mejor el concepto es necesario remitirse al de emoción y
sus funciones. Gran parte de la vida se rige por experiencias emocionales;
algunos afirman que vivir es sinónimo de experiencia emocional. El amor, la
alegría, el miedo, la tristeza, entre otros, son sentimientos que todos
experimentamos en distintos momentos.
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La educación emocional en los niños, se propone desde esta búsqueda como
un aspecto a trabajar de manera ascendente dentro del sistema educativo que
se articula desde Centro Educativo, por lo tanto los temas enseñados incluyen
conciencia de sí mismo, en el sentido de reconocer los propios sentimientos y
reacciones; saber si los pensamientos o los sentimientos están gobernando las
decisiones; ver las consecuencias posibles de elecciones alternativas, y aplicar
todas estas percepciones en decisiones sobre temas diversos que tienen que
ver con el desarrollo de la personalidad, la creatividad y la proyección
comunitaria.
Para su aplicación, la propuesta se divide en 5 áreas diferentes, las cuales
tienen sus propios componentes.
El primero es el autoconocimiento emocional; éste consiste en la mejora en el
reconocimiento y la designación de las propias emociones; la capacidad para
entender las causas de los sentimientos y el reconocimiento de la diferencia
entre sentimientos y acciones.
Segundo, el manejo de las emociones; este incluye la mayor tolerancia ante las
frustraciones y el control del enojo, menor cantidad de bromas, peleas e
interrupciones en clase, mayor capacidad para expresar adecuadamente el
enojo sin pelear, menos suspensiones y expulsiones, menos comportamiento
agresivo o autodestructivo, mas sentimientos positivos sobre ellos mismos, la
escuela y la familia, mejor manejo del estrés, menor soledad y ansiedad social.
Tercero, el aprovechamiento productivo de las emociones; más
responsabilidad, mayor capacidad de concentrarse en la tarea que se tiene
entre manos y de prestar atención, menos impulsividad y mayor autocontrol,
mejores calificaciones en las pruebas de rendimiento escolar.
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Cuarto, la empatía e interpretación de las emociones; mayor capacidad para
comprender el punto de vista de otra persona, mejora de la empatía y de la
sensibilidad para percibir los sentimientos de los otros, mejora de la capacidad
de escuchar.
Quinto, el manejo de las relaciones personales; incluye el aumento de la
habilidad para analizar y comprender las relaciones, mejora de la resolución de
los conflictos y de la negociación de los desacuerdos, mejora en la solución de
problemas planteados en las relaciones, mayor habilidad y actitud positiva en la
comunicación, mas popularidad y sociabilidad: actitud amistosa e interesada
con sus pares, mayor preocupación y consideración, mayor solicitud por parte
de sus padres, mayor cooperación, ayuda y actitud de compartir, y una actitud
mas democrática en el trato con los otros.
En resumen, la vida emocional es un ámbito que al igual que la lectura, la
escritura y las matemáticas puede manejarse con mayor o menor destreza y
requiere un singular conjunto de habilidades. La aptitud emocional es una mega
habilidad que determina lo bien que podemos utilizar cualquier otro talento,
incluido el intelecto puro.
Las personas con destrezas emocionales bien desarrolladas tienen más
probabilidades de sentirse satisfechas, ser eficaces en su vida y dominar los
hábitos mentales que favorecen su productividad; por lo tanto, los trastornos
emocionales interfieren en la vida mental. Los alumnos que se sienten
ansiosos, enfurecidos o deprimidos y que no pueden concentrarse
adecuadamente en sus tareas escolares, presentan alteraciones en los
dispositivos básicos para el aprendizaje y en la capacidad mental y cognitiva.
Es así como un programa adecuado que prepare a los niños en el aspecto
emocional debe empezar en el hogar, seguir en el preescolar y extenderse a lo
largo del periodo escolar y sus principales elementos deben ser: Confianza,
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curiosidad, intencionalidad, autocontrol, relación con los otros, capacidad de
comunicación y cooperatividad.
Las estrategias de entrenamiento en inteligencia emocional que trabajen la
empatía, la identificación de sentimientos, el control de impulsos, la
cooperación y sociabilidad permiten al estudiante desarrollar las habilidades de
postergar la gratificación, ser socialmente responsables, mantener el dominio
de las propias emociones y tener una actitud optimista, lo que les permite estar
más preparados para la vida y el éxito en la escuela, toda vez que las
habilidades emocionales les ayudan a ser más seguros de sí mismos, mostrar
más interés y curiosidad, mayor capacidad de comunicación, o dominar el
impulso de portarse mal, seguir instrucciones y recurrir a los maestros en busca
de ayuda; elementos estos que son esenciales en un aprendizaje constructivo
creativo y significativo que lleva a un mejor rendimiento académico y muy
especialmente a tener buenos resultados en su formación académica.
El éxito escolar no solo se pronostica por el rendimiento en los procesos
creativos y el resultado de pruebas formales, sino también por los parámetros
emocionales y sociales.
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