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Capítulo IX La integración del .rub.rector cárnico de la ganadería bovina gallega en la CEE. LAS ESTRUCTURAS PRODUCTIVAS La estructura productiva de la ganadería bovina de aptitud láctea sólo atiende a un determinadó tipo de animal, la vaca de ordeño, mientras que en el subséctor cáriiico es necesario contemplar el censo total de animales bovinos. Lamentablemente, en esta última esfera productiva, carecemos del tipo de datos que hemos utilizado en el análisis de la estructura de la producción española de leche de vaca (epígrafe 8.1), Resulta obligado, por consiguiente, recurrir al obsole- to Cen.ro Agrario de 1972, lo que plantea problemas de envergadura, tanto por la fecha a la que hacen referencia los datos estructurales, co- mo por lo que se refiere a la realización de una comparación homogé- nea con los países de la C.E.E. A pesar de ello, aunque sea sólo a títu- lo meramente orientativo, hemos elaborado los cuadros 9.1 y 9.2, respecto a los que merece la pena realizar los.siguientés comentarios: a) Como la CEE sólo considera como explo^aciones agrarias a las unidades productivas que poseen una SAU superior a 1 Ha. o un cen- so mínimo de animales, hemos eliminado de los datos proporciona- dos por los cuadernos provinciales del Cen.ro Agrario de 1972 las ex- plotaciones gallegas y españolas que no alcanzan esa dimensión terri= torial y que, además, poseen una cabaña inferior a los cinco animales bovinos^. Por esta razón, el n° de explotaciones gallegas y españolas ^ Cifra azbitraria. Al no explicitar el Office Statistique des Communautés Euro- péennes los efectivos mínimos para que una explb[ación de menos de 1 Ha. sea consi- derada como explotación de ganado vacuno, nos hemos decidido por incluir las unida- 275

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Capítulo IX

La integración del .rub.rector cárnicode la ganadería bovina gallega en la CEE.

LAS ESTRUCTURAS PRODUCTIVAS

La estructura productiva de la ganadería bovina de aptitud lácteasólo atiende a un determinadó tipo de animal, la vaca de ordeño,mientras que en el subséctor cáriiico es necesario contemplar el censototal de animales bovinos. Lamentablemente, en esta última esferaproductiva, carecemos del tipo de datos que hemos utilizado en elanálisis de la estructura de la producción española de leche de vaca(epígrafe 8.1), Resulta obligado, por consiguiente, recurrir al obsole-to Cen.ro Agrario de 1972, lo que plantea problemas de envergadura,tanto por la fecha a la que hacen referencia los datos estructurales, co-mo por lo que se refiere a la realización de una comparación homogé-nea con los países de la C.E.E. A pesar de ello, aunque sea sólo a títu-lo meramente orientativo, hemos elaborado los cuadros 9.1 y 9.2,respecto a los que merece la pena realizar los.siguientés comentarios:

a) Como la CEE sólo considera como explo^aciones agrarias a lasunidades productivas que poseen una SAU superior a 1 Ha. o un cen-so mínimo de animales, hemos eliminado de los datos proporciona-dos por los cuadernos provinciales del Cen.ro Agrario de 1972 las ex-plotaciones gallegas y españolas que no alcanzan esa dimensión terri=torial y que, además, poseen una cabaña inferior a los cinco animalesbovinos^. Por esta razón, el n° de explotaciones gallegas y españolas

^ Cifra azbitraria. Al no explicitar el Office Statistique des Communautés Euro-péennes los efectivos mínimos para que una explb[ación de menos de 1 Ha. sea consi-

derada como explotación de ganado vacuno, nos hemos decidido por incluir las unida-

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del cuadro 9.1 no coincide con los totales del Cen.ro Agrario de 1972que son, respectivamente, de 249.444 y 638.860 unidades producti-vas.

b) El desnivel estructural entre la ganadería española y la comu-nitaria es todavía más acusado para el conjunto del sector bovino quepara la ganadería de aptitud láctea. Efectivamente, en 1977, tanto enla C.E.E., como en Galicia y España, la clase de dimensión, de lascontempladas en el cuadro 9.1, que integraba un mayor número deexplotaciones era la correspondiente a las unidades productivas queposeían menos de 5 vacas de ordeño. Concretamente, para el conjun-to de los estados comunitarios, la distribución de las explotaciones le-cheras según su censo de vacas de ordeño era, en ese año, lasiguientez :

1-4 vacas de ordeño: 35,5% del total de explotaciones4-9 vacas de ordeño: 21,4% del total de explotaciones

10-19 vacas de ordeño: 23,6% del total de explotaciones20-99 vacas de ordeño: 19,0% del total de explotaciones+ 99 vacas de ordeño: 0, 5% del total de explotaciones

No ocurre lo mismo para la totalidad de las explotaciones bovi-nas, en la que tal intervalo sigue siendo el mayoritario para Galicia yEspaña, pero no para la CEE, donde la clase con mayor número deunidades productivas es la que va de 20 a 99 animales bovinos3, quesólo acoge al 0,4% de las explotaciones gallegas y al 4,4% de las es-pañolas, frente a una cifra comunitatia del 37,8%.

c) Para paliar el desfase temporal ezistente entre l^a CEE y Españaen el cuadro 9.1, proporĜionamos los datos del cuadro 9.2, que co- -rresponden a 1977. Para calcular las explotaciones bovinas gallegas yespañolas hemos procedido mediante una extrapolación4, basada enel supuesto de que el ritmo anual de disminución de las explotacio-

des que, no alcanzando tal base territorial, superen el número medio de cabezas delas explotaciones bovinas gallegas.

^ Cálculo ptopio a partir de Annuaire de rtatirtique agricole. 1974-1977, op. cit.,

p. 82.3 Esca clase de dimensión nos ha sido impuesta paza poder homogeneizar los in-

tervalos del Cenro Agraño de 1972 con los del Annuaire de rtatirtiqueagricole 1974/1977,

op. cit. -4 Extrapolación que no es posible efectuazla con los datos gallegos y españoles del

cuadro 9.1, como consecuencia de que el Censo Agrario de 1962 no dasifica las explo-taciones en función deI [amaño de su cabaña bovina.

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nes de ganado vacuno ha sido, en 1972-1977, el mismo que en el pe-ríodo intercensal. Asimismó, al censo bovino ofrecido por el A.E.A.de 1977 le hemos aplicado un mecanismo corrector, con objeto deeliminar los efectivos aportados por las explotaciones de menos de 1Ha. y de censo inferior a las cinco cabezas5.

d) En el cuadro 9.2, se muestra claramente la ^interdependenciaexistente entre producción de carne y producción de leche en la ma-yor parte de los países comunitarios. Salvo Francia, Gran Bretañá e Ir-landa, el porcentaje de vacas de ordeño sobre el total de reproducto-ras supera el 90%, existiendo países, como Holanda y Luxemburgo,en los cuales el censo de reprodu Ĝtoras está compuesto íntegramentepor vacas de ordeño. La interdependencia en España es considerable-mente inferior, 77,4%, debido a la existencia de grandes explotacio-nes extensivas de ganado bovino no lechero en las regiones agrícolasde Duero (66,5%), Centro (53,9%), Extremadura (43,6%) y Anda-lucía Occidental (40,0%)^. Én Galicia, el 93,6% del censo reproduc-tor se ordeña, con la desventajá señalada respecto a los países comuni-tarios de que una parte importante, en rápida disminución (cuadro8.16), de las vacas de ordeño tienen una escasa capacidad de rendi-riliento. .

e) Uno de los hechos más sobresalientes que resalta el cuadro 9.2es el que, a diferencia de la CEE, en España y, sobre todo, en Galicia,el n° de reproductoras supera al resto de los animales bovinos. Enefecto, mientras que en la CEE existen 157 animales no reproductorespor cada 100 vacas, en España la cifra es de 80, reduciéndose en Gali-cia a 54. La razón de que, en la ganadería gallega, el número de vacas

5 En 1962, las explotaciones de ganado vacuno con menos de 1 Ha. absorbían el

10,58% del censo bovino en España y el 8,60 del gallego. En 1972, la participaciónhabía descendido a16,46% y al 5,25% respectivamente. La superior cuantía de la cifraespañola se explica por el peso de la ganadería bovina sin tierra, mayor en España queen Galicia, cuyas explotaciones poseen un censo medio superior a las explotaciones de

reducida dimensión territorial. Así pues, de forma arbi[raria, hemos considerado que,en 1977, los efectivos aportados por el grupo de explotaĜiones de menos de 1 Ha. y

de menos de 5 cabezas era, en ambos casos, de un 3%, razón por la cual hemos mul[i-plicado las existencias de los distintos cipos de animales bovinos proporcionadas por .

el A.E.A. de 1977 por 0,97. Señalemos, por úl[imo, que los dos Censos Agrarios nopermiten conocer la par[icipación de los diferentes grupos de explotaciones en el censobovino total más que en su clasificación de esras últimas atendiendo a su dimensión

territorial.6 Cálculo propio a partir del A.E.A. de 1977, p. 400.

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reproductoras doble a los efectivos de otros animales bovinos, resideen la estructura de los sacrificios que, como analizaremos posterior-mente, c.stá excesivámente polarizada hacia los animales jóvenes, locual no sólo es consecuencia de un irracional, desde un punto de vistaproductivo, hábito alimenticio de la sociedád española, sino tambiénde la estrechez estructural de las explotaciones vacunas gallegas, queimpide al campesino alimentar más animales que los que constituyenel censo reproductor.

Los cuadros 9.1 y 9.2, por el tipo de datos de base que hemos te-nido que utilizar para Galicia y España, así como por las operacionesa las que los hemos sometido para homogeneizar la comparación conlos países comunitarios, no pretenden dar más que una visión aproxi-mada de las desventajas estructurales de la ganadería bovina gallega yespañola en relación a la comunitaria. Con toda seguridad, la realiza-ción de una Encuesta de la Producción de Carne de Vacuno en Espa-ña, suavizaría las diferencias^, pero seguiría mostrando un desfasemayor que el correspondiente a la producción de leche.

EL MODELO ESPAÑOL DE DESARROLLOGANADERO Y LA PRODUCCION DE CARNEDE VACUNO

Características generales del. modelo de desarrollo

ganadero

Hasta el año 1969, en el que se alcanzó un censo bovino de 4,215millones, exactamente igual al de 1935, España no logró recuperarlos efectivos de ganado vacuno existentes con anterioridad a la guerracivil8. Sin embargo, como hemos señalado previaménte, la crecientedemanda de producciones animales, por efecto del acelerado proceso

7 Téngase en cuenta que, según el Mapa Ganadero Nacional, existían, en 1973,

248.983 explotaciones gallegas con vacas reproductoras. Teniendo en cuenta que, en

1974, el 94,2 ^h de las vacas reproductoras gallegas se ordeñaban (cuadro 8.16), es decir

34.837 vacaz no eran de ordeño, laz explotaciones lecheras tendrían que superar, concreces, la cifra de 200.000 en ese mismo año, según esa fuente estadística. Dato que

contrasta grandemente con el proporcionado por el B.M.E.A. 8-9/ 1982: 136.418 ex-

plotaciones lecheras gallegas en 1980.8 Véase A.E.A. de 1979, p. 396.

280

de crecimiento económico de los 60, va a provocar la implantación deuna política ganadera cuyos primeros pasos se dan en 1964, año en elque se lanza la Acción concertada para el ganado vacuno, y que seconsolida plenamente en 1968, año en el que, con el FORPPA, se es-tablece un régimen de intervención y de precios para el sector vacu-no. Este paquete de medidas de política agraria tiene como objetivofundamental la expansión de la producción por medio de la poten-ciación de la carne de añojo. EI objetivo es coherente con el modelode desarrollo ganadero adoptado que consiste, fundamentalmente,en estimular la ganadería intensiva (producción industrial de carnede pollo y de cerdo). La vertiente bovina de tal modelo estriba en elhecho de que la expansión de carne de añojo se va a lograr con la crea-ción de talleres de engorde intensivo de terneros situados en las zonasconsumidoras.

EI modelo tiene éxito en lo que concierne a la expansión de laoferta interior que, después de haber conocido una total hibe^rnaciónen el período 1939-1959, comienza a aumentar a un importante rit-mo desde 1960. En el cuadro 9.3, queda reflejada la evolución de lasprincipales producciones cárnicas en las dos últimas ^décadas. En elperíodo 1960-1980, la producción total de carne en España se hamultiplicado por 4,26 en términos físicos; el crecimiento del output,1,86 millones de Tm. peso canal, se ha debido esencialmente al verti-ginoso aumento de una producción típicamente intensiva, carne deave, y a lá intensificación de un tradicional subsector de la ganadería•española, carne porcina, que, conjuntamente, registfaron un incre-mento de 1,48 millones de Tm., habiendo cubierto, por consiguien- -te, en un 80,0% la expansión de la oferta a lo largo de estos veinteaños.

En contraste con tal crecimiento, la carñe de ovino ha conocidoun estancamiento total desde 1965, habiendo disminuído su aporta-ción a la producción cárnica española de un 19,2% en 1960 a un5,2% en 1980.

EI subsector carne de vacuno ha registrado un notable crecimien-to, habiéndose multiplicado su output por 2,64 en el período consi-derado, aunque su partiéipación en la oferta interior haya déscendidode un 27,9% a un 17,3°^. EI despegue del sector ha sido más tardíoque el de las producciones intensivas, ya que, pese a un incrementomuy irregular en la fase que va de 1960 a 1967, la consolidación de suexpansión productiva data de 1967-1968.

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GRAFICO 9.1. _Crecimiento de las producciones cárnicas y de las importaciones

de maíz y soja.

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Fuente.- Cuadro 9.3.

283

En suma, podemos decir, a la luz de los datos del cuadro 9.3, queha habido una gradual pérdida de importancia de la ganadería ovinay bovina en la producción cárnica española y, con ella, una relegaciónde la tierra como medio de producción. Ahora bien, si no se empleala tierra para producir carne, es necesario bu Ĝcarle un factor sustituti-vo, que el capitalismo español ha encontrádo en la importación masi-va de cereales -pienso y de soja. El aumento de la oferta interior hatenido la contrapartida de una creciente dependencia del suministroexterior de los inputs básicos de la alimentación del ganado. Si en1960, se importaron 8,4 kg. de maíz por cada 100 kg. de carne pro-ducida en España, en 1970, por el mismo volumen de carne, se ad-quirieron en el exterior 133 kg. de maíz y 85 kg. de soja, habiéndoseelevado tales cantidades a 186 y 134 kg. respectivamente en 1980(cuadtb 9.3)^.

CUADRO 9.4- LA PRODUCCION DE CARNE Y LAS IMPORTACIO-NES DE MAIZ Y SOJA EN ESPAÑA, LA CE. E. E. YMUNDO. 1979

Importaciones

Millones Tm.

Produccióntotal

de carne Maíz Soja*

• España .................... 2,3 4,4 2,6• CEE ...................... 22,8 16,2 17,9• Mundo .................... 139,0 80,5 47,8

Participación (%)

• España/CEE ............... 10,1 27,2 14,5• España/Mundo ............. 1,7 5,5 5,4• CEE/Mundo ............... 16,4 20,1 37,4

(') Torcas, harina y semillas de soja.Fuente: Elaboración propia a parcir de:

- Rapporr 1980- A. E. A. de 1979- Anuario FAO de Comercio. 1979- Bolerín Meraua! FAO de Erradítticar, n° 5/ 1981.

^ Las cifras son indicacivas de la tendencia a una mayor dependencia de la produc-ción de carne respecto a la importación de inputs, no debiendo ser tomadas, obvia-

284

Si bien es cierto que esta hipoteca al suministro exterior de pro-ductos proteicos es una característica común a todo sistema económi-co incapaz de movilizar productivamente la tierra, el modelo de desa-rrollo Ĝanadero español constituye, sin lugar a dudas, un sobresalien-te paradigma de tal enfeudamiento. En el cuadro 9.4, puede apreciarseque España, habiendo producido tan solo el 1,7% dé la producciónmundial de carne de todas clases, importó, en 1979, el 5,5 y el 5,4%de las exportaciones mundiales de maíz y soja. La comparación noses, asimismo, desfavorable en relación a la CEE, puesto que, produ-ciendo el 10,1 % del total de carnes generado en la Europa Verde,nuestras importaciones equivalen al 27,2% de las adquisiciones ex-tracomunitarias de maíz y al 14,5% de las de soja.

Todo ello acarrea una pesada carga para la economía española. Attavés del cuadro 9.5 puede verificarse que las importaciones españo-las de maíz, sorgo y semillas oleaginosas para piensos han representa-do cerca de 1/ 5 de la P.F. Ganadera en 1978-79-80, y que más de los2/ 5 del valor de las ventas de las industrias de piensos a la agri Ĉulturaespañola era aportado por nuestros abastecedores del exterior de talesmaterias primaslo

Por otra parte, cabe destacar que esta dependencia no sólo es gra-ve por su nivel sino también a causa de que nuestras fuentes de apro-visionamiento están muy poco diversificadas. En 1978-79-80, EstadosUnidos nos proporcionó el 80,0% de nuesetras importaciones demaíz y el 72,8% de las de sojal'. Decir, a la luz de la relevancia de ta-les importaciones y del papel desempeñado por Estados Unidos comoabastecedor, que nuestra producción ganadera está grávemente hipo-tecada a la coyuntura del mercado norteamericano de materias pri-mas vegetales no constituye, pues, ninguna demagogia, sino resaltar,

mente, como laz importaciones necesarias de maíz y soja para producir 100 kg. de car-ne, dado que estos dos inputs se destinan también a la alimentación del ganado noproductor de carne: vacaz de ordeño, gallinas ponedoras...

10 Nótese la diferencia existente entre el cuadro 4.2, que proporciona una cifra de248.647 millones de ptaz. en los gaztos en piensos de la agricultura española en 1979,y el cuadro 9.5, en el que esa.variable es[á valorada en 228.854 millones de ptas. Engeneral, como ya hemos señalado en el epígrafe 4.1, la utilización dc las cifras del Mi-nisterio de Agricultura rebajan la dependencia de la producción ganadera del suminis-

tro industrial de piensos en rclación a los resultados que se derivan de la manipulación

de los datos del Banco de Bilbao.

t^ Cálculo propio en base al A.E.A. de 1980, p. ^148.

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una vez más, un hecho que debe ser corregido radicalmente. En estesentido, conviene hacer notar que la política monetaria del gobierrioReagan, con sus efectos alcistas sobre la cotización del dólar, ha debi-do provocar un notable encarecimiento de nuestras importaciones desoja y de cereales-pienso y, por lo tanto, una gravosa elevación de Íoscostes de la producción ganadera1z.

Las repercusiones de esa dependencia sobre la balanza de pagosno pueden ser más negativas. En los tres años considerados en el cua-dro 9.5, las importaciones de maíz, sorgo y semillas oleaginosas parala producción de piensos, han venido a representar, aproximadamen-te, 1 / 3 del total de importaciones agrarias y 2/ 5 del total de exporta-ciones.. La principal línea de exportación de la agricultura española,KFrutos comestibles, cortezas de agrios y melones^, sólo ha equivali-do, en el conjunto de estos tres años, a169,2% del valor de las impor-taciones de los inputs básicos de la alimentación animal. En estascondiciones, no es de extrañár_ que la balanza agraria se haya vueltocrónicamente deficitaria,desde 1963, con un grado de cobertura que,en los últimos años, se ha situado en un 83,0%: 75,6% en 1978,87;0% en 1979 y 85,4% en 1980.

EI alto coste de las importaciones, la situación crítica que se puedellegar a producir.en caso de que se atraviese por una coyuntura de pe-nuria de la ofer.ta mundial de cereales pienso y soja, como ocurrió en1972-73, exigen un replanteamiento del modelo de desarrollo gana-dero vigente en España. Replanteamiento que la perspectiva comuni-taria debería haber puesto en el primer plano de la política agraria es-pañola, puesto que, como ya hemos indicado, el precio de importa-ción del maíz fue, en la campaña 1979-1980, un 19,8% más elevadoen la CEE que en España. No se trata de abandonar las produccionescárnicas intensivas, sino de fortalecer la ganadería extensiva, es decir,de estimular la utilización de la tierra como medio de producción delsector ganadero, tanto en lo que se refiere a la supe^cie agrícola desti-nada a pastos, como en lo que concierne a la utilización en la alimen-tación animal de cereales pienso que, como la cebada, puedañ ser

12 Recordemos que 1$ = 79,365 ptas. al 30-Dic-80 y que, al 30-marzo-83, 1$ _132,82 ptas. Véase, Banco de Bilbao: Informe Económico. 1982, Bilbao, 1983, p. 284.En 27 meses, la revalorización del dólar ha sido de un 83,3%. A igualdad de cotizacio-

nes en los mercados notteamericanos, las irñpottaciones de maíz y soja han incremen-tado su coste con más de 80% en poco más de dos años.

287

producidos en condiciones ventajosas en las zonas cerealeras del terri-torio naciona113.

La intensificación de la producción de carne de vacuno

El crecimiento de la producción de carne de vacuno en España,registrado a partir de 1967-1968 como consecuencia de las medidasde política agraria adoptadas, se caracteriza por inscribirse perfecta-mente en el modelo de desarrollo ganadero anteriormente caracteri-zado. En efecto, como puede verificarse en el cuadro 9.6, la expan-sión de la producción de carne bovina se ha asegurado esencialmenteen base a la producción de carne de añojo que, de ser inexistente enlos años 60, ha cubierto en la década de los 70 en torno al 50% de laoferta interior.

En principio, este fenómeno es positivo ya que supone la configu-ración de una oferta con mayor capacidad para satisfacer las necesida-des de la demanda, a través de un animal que, a diferencia de la ter-nera, ha alcanzado su peso máximo14. Sin embarĜo, el problema con-siste en que buena parte de la producción de carne de añojo se realizaen talleres intensivos de engorde independiente del factor tierra:«Así, en ciertos casos, sobre todo en Grecia y en España, las ayudas ala inversión han favorecido la creación de talleres sin tierra, totalmen-te irldependientes de una explotación y aprovisionándose en el exte-rior para el conjunto de los factores de producción necesarios para sufuncionamiento. Estos talleres, rentables en período favorable, pre-sentan una gran fragilidad cuando la coyuntura económica es difícily, eri particular, cuando aumentan los costes de los factores producti-VOSb' S .

t3 En la campaña 1979-1980, el precio de garantía de la cebada en España fue,dependiendo de la clave, el 84,5 % y e181,6% del precio comunitario de intervención.

Véase Commission des Communautés Européennes: Negociacioner de adherión de Er-paña..., op. cit., p. 23.

14 El peso canal medio de los añojos sacrificados en 1980, fue de 271,3 kg., frentea 159,4 kg. de las terneras, 236,9 kg. del vacuno menor y 246,8 kg. del vacuno mayor.Véase B.M.E.A. 5/1981, p. 28.

15 O.C.D.E.: La production de viande bovine danr!'Europe méridiona/e, París,

1977, p. 53.

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Así pues, el notable incremento de la producción de carne de va-cuno se ha hecho a costa de reproducir en un sector ganadero en elque la tierra debe constituir el elemento esencial de la producción, lacaracte Ĝística esencial del desarrollo ganadero español: el empleo ma-sivo de inputs procedentes del exterior. Hay que señalar, sin embar-go, que a partir de 1977, con la llegada de Lamo de Espinosa al Mi-nisterio de Agricultura, ha habido un cambio embrionario en la polí-tica Ĉanadera que, en el sector vacuno, ha acarreado la supresión dealgunos de los mecanismos de intensificación de la producción pues-tos en práctica desde 1967-1968. Concretamente, en la campaña1977-1978 se derogaron las primas por kg. adicional de peso por año-jo sacrificado, que, como muestra el cuadro 9.6, provocaron un serisi-ble descenso, 49.800 Tm., de la producción de carne de añojo de1978 en relación a la de 1977, habiendo quedado estabilizada en tor-no a las 200.000 Tm. en los cinco últimos años.

La derogación de las primas se complementó con un Real De Ĝreto464/1979 sobre fomento de la ganadería extensiva y en zonas demontaña'^, con una .Orden de 31 de enero de 1979 sobre fomentode razas ganaderas autóctonas'^ y una Orden de 28 de julio de198018, que desarrolla el Real Decreto 464 / 1979. El carácter parcialde este paquete de medidas, lejos de sentar las bases para un cambio

CUADRO 9.7. - NUMERO DE CABEZAS SACRIFICADAS Y PESO CA-NAL• MEDIO DE TERNERAS Y AÑOJOS

N° cabezas sacrificadas Peĉo canal medio

Miles de cabezas Kg.

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1977 .............. 869,0 _ 610,9 277,2 151,31982 ............ 748;1 732,5 241,7 160,6Variación . . . . . : . . . -120,9 + 121,6 - 35,5 + 9,3

Fuente: Elaboración propia a partir del A.E.A. de 1977 y del B.M.E.A. 5/1983.

^^ B.O.E. de 16 de marzo de 1979, p. 6.566.^^ Ibid., pp. 6.56G-6.569.18 B.O.E. de 7 de agosto de 1980, pp. 17.797-17.799.

290

en el gravoso modelo de desarrollo ganadero español, lo que ha pro-vocado ha sido una fuerte disminución del número de añojos sacrifi-cados, 120.900 cabezas, que ha sido compensado casi exactamentepor un aumento del número de sacrificios de terneras, 121.600 cabe-zas (cuadro 9.7). Dado el menor peso canal medio de los animalescon edad inferior a un año y el descenso adicional en un 12,8% delcorrespondiente a los añojos sacrificados entre 1977 y 1982, el efectofundamental de dicho paquete ha sido una notable disminución dela producción española de carne de vacuno que, sólo por este motivo,cabe cifrar en las 21.400 Tm. peso canal (cuadro 9.6).

AUTOABASTECIMIENTO

Los rendimientos cárnicos del censo reproductorespañol

En el cuadro 9.8 se reflejan algunas de las variables del sector bo-vino en Galicia y en España. A la luz de sus datos puede verificarseque la expansión de la oferta interior de carne bovina ha tenido comoprincipal factor explicativo el incremento de los rendimientos cárni-cos, puesto que, mientras que el n° de vacas reproductoras ha experi-mentado una elévación del 23,3% en 1965-1981, la producción haaumentado en un 135,6%. Por consiguiente, la sustancial elevaciónde los rendimientos en ese período, 91,2%, ha sido la causa esencialdel creciiniento de la producción española de carne de vacuno.

Mientras que el rendimiento español es totalmente ilustrativo dela capacidad de nuestro censo de vacas reproductoras para producircarne'^, el rendimiento gallego reflejado en el cuadro 9.8 hay queacogerlo con toda clase de reservas. La razon estriba en que los datossuministrados por el Ministerio de Agricultura hacen referencia a laProducción Neta, que equivale al peso canal de las reses bovinas sacri-ficadas en cada región española y, en consecuencia, se desentiende dela procedencia del animal sacrificadoz°. En tales Ĝondiciones, no es de

^^ Puesto que, en el período 1975-1980, la impoaancia de las reses bovinas parasacrificio han sido nulas: Véase O.C.D.E.: Bilanr de !a viande danr !er payr membrer.1975-1980, París, 1982, p. 66.

20 Lo ideal es que, al igual que se hace en la CEE, junto a la Producción Neta,se suministre la Producción Interior Bruta = Producción Neta + (Exporcaciones -

291

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extrañar que, en 1981, Madrid aparezca con una producción de carnebovina que represen[a el 102,1% de la gallega o el 156,0% de la deAsturias-Santander, cuando su censo reproductor, en ese mismo año,equivalía, respec[ivamente al 7,5% y al 11,7% del correspondiente aambas regiones21. Por consiguiente, los datos del cuadro 9.8 sólo [ie-nen validez para el conjunto español y, desglosado regionalmente,padece las deficiencias derivadas de la introducción del sesgo de la nocontabilización del comercio interregional español de ganado vacunoen piezz.

El bajo rendimiento del censo reproductor gallPgo obedece, pues,por una parte, a la infravaloración de su potencial productivo comoconsecuencia de la no consideración de las exportaciones de ganadovacuno en pie a otras regiones españolas y, también a otras razones,entre las que cabe destacar las siguientes: .

a) Según el Mapa Ganadero Nacional de 1974, el coeficiente defertilidad es, en Galicia de 0,64; frente a cifras de 0,70 en la tegiónDuero o de 0,76 en la Nordeste. Asimismo, utilizando la Encuestasobre la Estructura de la Producción de Leche de Vaca en España,pueden obtenerse unos coeficientes de fertilidad de las vacas de orde-ño en 1980^3 que, siendo sensiblemente superiores, mantienen lasdiferencias regionales: Galicia = 0,80, Asturias-San[ander = 0,88,Duero = 0,92 y Cataluña = 0,86. Tan baja fertilidad comparativa esfruto de la deficiente situación sanitaria de buena parte de la cabañapallega y causa de un menor rendimiento cárnico del censo de vacasteproductoras.

b) Dentro del sector vacuno español, Galicia está especializadaen la producción de carne de ternera que, como puede verificarse enel cuadro 9.9, representó, en el período 1979-1982, alrededor del60% de la producción bovina gallega y casi el 30% de la producciónespañola del mismo capítulo.

Imponaciones de animales vivos), expresado el comercio de ganado en pie en equiva-lente del peso canal. Obviamente, un cálcuto correcto de los rendimientos cárnicos delcenso reproductor debe efectuazse sobre la base de la Producción Interior Bruta.

Zt Cálculos propios en base al A.E.A. de 19F1, pp. 399 y 419.zz Así, por ejemplo, la provincia de Madrid, por ser muy superior la producción

neta a la producción interior bruta, generaría un rendimiento, en 1981, de 1.088,7

kg/vaca reptoductora, mientras que el rendimiento ex[remeño se situaría en 32,9 kg.Cálculos propios a paztir del A.E.A. de 1981, pp. 399 y 419.

z3 Calculados por la relación Terneros nacidos de las vacas de ordeño/N° de vacasde ordeño. Véase B.M.E.A. 8-9/ 1982, p. 79. .

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Estas tres razones son, sin lugar a dudas, las explicativas del bajorendimiento cárnico del censo reproductor gallego que, en 1981, sesituó en tan sólo un 47,4% del rendimiento español24. No obstante,hay que hacer constar que el incremento de la producción neta galle-ga de carne de vacuno obedece, esencialmente, a un aumento de losrendimientos, que, en el período 1965-1981, se cifra en un 60,8%,mientras que el censo de reproductoras sólo lo ha hecho en un 7,0%(cuadro 9.8), padeciendo, por lo tanto, una situación de relativo es-tancamiento.

Las conclusiones que se deben sacar del análisis anterior son inme-diatas:

- Galicia tiene que superar la crónica estabilización de su censobovino en torno al millón de cabezas; existen recursos naturales in-frautilizados y se pueden arbitrar instrumentos de política agraria através de los cuales la densidad ganadera de la SAU gallega podría ex-perimentar una notable elevación. La Ley de Montes Vecinales enMano Comúnzs y el reforzamiénto de las medidas de fomento de laganadería extensiva, dotados de la necesaria complementación técni-ca y financiera, pueden Ilegar a crear las condiciones para un incre-mento de la superfiĜie agrícola gallega destinada a pastos y para unanotable expansión del censo bovino gallego26.

- Hay que recuperar la fase de recría y, allí donde sea posible, lade engorde, realizadas ambas, en la actualidad y en buena medida,en explotaciones sin tierra localizadas en las principales zonas consu-midoras, lo cual es totalmente impensáble sin un incremento de lasuperficie territorial de las explotaciones ganaderas gallegas.

- La necesidad de mejorar sensiblemente la sanidad animal, conel fin de incrementar nuestro bajo coeficiente de fertilidad, al mismotiempo que se camina hacia una recuperación racial de la rubia galle-ga, cuya potencialidad cárnica ha quedado mermada por la utiliza-ción polivalente a la que se la ha sometido a lo largo del tiempo.

- La Administración debe preguntarse si resulta racional que unpaís que, como España, posee un consumo por habitante de Ĝarne

z4 A su vez, el rendimiento español representaba, en 1980, el 73,3% del de la

Europa de los 9: 230,1 kg. por reproductora. Cálculo propio, sobre la base de la pro-ducción bruta, a paztir de Euros[ar. Annuaire de.rtati.rtique agricole. 1977-]982, op.cit., PP. 98 y 102. ^

z5 Ley 55/1980, B.O.E. de 21 de noviembre de 1980, pp. 26.001-26.004.zb Véase epígrafe 10.2.3.

295

de vacuno que, como estudiaremos posteriormente, es, junto al por-tugués, el más bajo de Europa, satisfaga una parte considerable de sudemanda en base al sacrificio de animales que todavía no han alcan-zado su peso máximo.

El autoabastecimiento de carne bovina en España

EI nivel de autoabastecimiento en España ha registrado notoriasoscilaciones en las dos últimas décadas; oscilaciones que dejan cons-tancia de las diferentes fases de la política ganadera y que quedan re-flejadas en el cuadro 9.10. Este cuadro presenta el inconveniente deque no se consideran las variaciones de stocks, a causa de que losAnuarios de Estadística Agraria no proporcionari datos sobre esa va-riable. De todas maneras, dado que a largo plazo las variaciones destocks se compensan, puede considerarse que el cuadro 9.10 suminis-tra una correcta información de la evolución de nuestro grado deautoaprovisionamiento de carne de vacuno. Buena prueba de ello loconstituye el cuadro 9.11, en el que se contempla la variación destocks a lo largo del período 1973-1980. En efecto, el gtado de autoa-bastecimiento global en esa fase temporal fue de un 89,8% si se ma-neja el consumo aparente (cuadro 9.10) y de un 90,4 % si se utiliza lautilización interior (cuadro 9.11).

En una primera fase, 1960-1968, los incrementos de la demandade carne bovina van a ser cubiertos, en medida considerable, a travésde importaciones, de tal modo que el nivel de autoabastecimientod.esciende de un 100% en 1960 a un 66,9% en 1968. Pese al creci-iniento sostenido de la producción interior desde 1965, en los cuatroaños que van de 1967 a 1970, las importaciones alcanzaron la cifra de426.000 Tm, lo que supuso el 41,8% de la producción cuatrienal. Apartir de 1968, la estimulación de la oferta interior por medio del es-tablecimiento de un verdadero régimen de precios institucionales yde intervención para el añojo, va a dar sus frutos en los años 70, hastael punto de que en los años 1974-1975, el grado de autoaprovisiona-miento se sitúa en un 95 %, representando las importaciones realiza-das en esos dos años el 4,7% de la oferta interior.

Cabe, asimismo, señalar que, en los últimos años, se dislumbransíntomas de un agotamiento del modelo de desarrollo ganadero en elsector carne de vacuno, ya que la producción ha dejado de crecer al

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alto y sostenido ritmo del período 1968-197527, habiéndose estanca-do en una amplia banda, como corresponde al carácter cíclico de estaproducción agraria, en torno a las 410.000 Tm. entre 1976 y 198228.La tecesión posterior a 1975 se ha visto agudizada por la ya señaladasupresión de ciertos estímulos del régimen de intervención del añojo,que se ha visto acompañada por un incremento sin precedentes de laproducción de carne de ternera entre 1977 y 1980 (cuadro 9.6). Incre-mento que, por las razones aludidas anteriormente (cuadro 9.7) y porsu localización en regiones importadoras de animales jóvenes -Ebroy Cataluña-z^, hace suponer que se está dando un proceso de orien-tación de ciertos talleres intensivos hacia la producción de ternera.Tendencia que puede ser que obedezca al descenso del precio delañojo en relación a la ternera los últimos años (véase cuadro 9.20), yque, de confirmarse en un futuro próximo, no podría ser más negati-va, puesto que, manteniéndose el carácter intensivo del modelo, sepasaría a la producción de un animal de menor peso.

Por lo que hace referencia a las importaciones españolas de carnede vacuno, conviene señalar que sus dos rasgos esenciales son:

a) La casi totalidad están integradas por carnes congeladas. En elperíodo 1974-1980, España importó 194.000 Tm. de carnes bovinas,de las cuales 193.400 Tm. fueron carnes congeladas30. Las importa-ciones configuran, pues, un circuito especial de distribución destina-do a la satisfacción de la demanda de los sectores de población conmenor renta y de las industrias transformadoras.

b) Las fuentes de abastecimierlto exterior están relativamente di-versificadas puesto que Argentina, principal país proveedor, nos pro-porcionó, en 1978, e140,3 % de nuesttas importaciones de carnes con-geladas, Alemania el 20,2%, Uruguay el 15% y Holanda el 10,7%31

27 Nótese que el único año de tal fase en que la producción registró un descensofue 1972, lo cual demuestra la vulnerabilidad del modelo adoptado respecto a las fluc-tuaciones de la ofena y de los precios en el mercado mundial de los cereales pienso y soja.

28 Véase cuadro 9.6. Los únicos datos disponibles sobre 1982 se refieren a la pro-ducción española de carne de vacuno (B.M.E.A., 5/ 1983), sin que se puedan manejardatos correspondientes al comercio exterior o al censo de ganado bovino, razón por lacual los cuadros 9.8 y 9.10 no contemplan dicho año.

Z^ EI aumento, entre 1977 y 1982, de la producción española de carne de terneraha sido de 24.400 Tm, habiendo sido cubierto en un 62,1 ^o, 15.145 Tm., por las dosregiones citadas. Cálculos propios en base al A.E.A. de 1977 y el B.M.E.A. 5/1983.

30 Cálculo propio en base al Ministerio de Agricultura: Tiabajor preparatoriol. Car-ne de vacuno, op. cit., anejo n° 8.

3^ Ibid., anejo n° 12. Excusamos indicar que las exponaciones comunitarias estánsubvencionadas con las restituciones.

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Los niveles nacionales de autoabastecimiento en la CEE

Hemos comentado anteriormente que, debido al carácter cíclicode la producción de carne de vacuno, el grado de autoabastecimientode la CEE oscilaba anualmente entre un.95-100%. En el cuadro 9.12,puede comprobarse que, al menos en los últimos años, tal intervalose ha ampliado por los dos extremos, con un mínimo de un 93,6% deautoabastecimiento en 1978 y un máximo de 102,9% en 1980. Elcálculo del grado de autoabastecimiento a través del procedimientoexpuesto en el cuadro 9.12, tiene el inconveniente de realizarse sobrela base de unidades físicas, lo cual supone la equiparación de pro-ductos con valor muy desigual por unidad de peso canal como, porejemplo, los animales jóvenes y las carnes congeladas. No obstante,las diferentes variables que intervienen en la determinación del gradode autoaprovisionamiento constituyen una buena plataforma para lacaracterización del comercio exterior en el sector carne de vacuno enel mercado común agrícola, cuyos aspectos más relevantes son los si-guientes:

a) La Comunidad, a través de su régimen comercial, facilita laimportación de animales jóvenes de aptitud carne, con objeto, comohemos visto, de aumentar la producción de carne sin necesidad de in-crementar la de leche. Esta política da lugar a unas importaciones,preestablecidas por el Consejo para cada campaña, cuyo montanteanual se sitúa en torno a los 200.000 terneros32. EI peso económico deestas importaciones, no siendo especialmente relevante en relación ala producción interior bruta, es considerablemente mayor que el quese deriva de una medición de las mismas en términos físicos, por lasrazones anterioimente expuestas para el caso de la producción gallegade carne de vacuno.

b) La rigidez de los acuerdos bilaterales con los principales paísesproductores queda de manifiesto si consideramos el hecho de que,cualquiera que sea la coyuntura del mercado interno, la Comunidadse ve obligada a realizar importaciones de carnes frescas, refrigeradasy congeladas que, en el período 1977-80, alcanzaron una mediaanual de 438.500 Tm.

c) EI comercio intracomunitario de carne bovina, a diferencia delo que ocurre con la leche fresca, es muy intenso, puesto que los in-

32 Véase texto correspondiente a la cica 109 dd capítulo 7.

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entre 1977 y 1981 (cuadro 8.11).

Estamos, pues, en presencia de un producto que traspasa frecuen-temente las fronteras de los países comunitarios y para el que, en con-secuencia, los grados nacionales de autoabastecimiento abarcan unamplio abanico. En los cuadros 9.13 y 9.14, reflejamos, para 1975 y1980, los niveles de• autoaprovisionamiento de la Europa de los 9,Portugal y España en carne de ternera y de «gros bovins^. En 1980, ta-les niveles iban de un 829,4% en Holanda a un 67,2% en Alemaniapara la carne de ternera y, en la de «gros bovins^, de un 720,0% enIrlanda a un 61,8% en Italia. Cuadros que se complementan con el9.15, en el que se ofrece la evolución del grado de autoabastecimien-to en carne bovina a lo largo del período 1974-1980, y en el que que-da configurada una situación radicalmente diferente de la correspon-diente a la leche fresca. En efecto, la media aritmética de los gradosnácionales de autoabastecimiento, en el período 1974-1980, oscilanentre un 60,6% para Italia y un 76,9% para Gran Bretañ^, á un319,0% pata Dinamatca y un 598,0%^ para Irlanda.

La primera ampliación de la CEE trajo consigo una importanteelevación del nivel comuriitario de autoabastecimiento, 90% en 1968para la Europa de los 633, y, en los nuevos estados miembros, sobretodo en Irlanda, la aplicación de la o.c.m. de la carne bovina tuvo co-mo consecuencia una notable expansión de la producción. ConĜreta-mente, en e Ĉte último país, la producción interior bruta pasó de294.000 Tm. de media en 1968-69-7034.a 481.000 Tm. de media en1978-79-8035. La ganadería bovina irlandesa que, con sus dos capítu-los productivos constituía, en 1979, el 67,9% de la P.F.A.3^, se havisto enórmemente beneficiada.por su integración en la Europa Ver-de, ya que en términos r^ales la renta agrária irlandesa se ha incre-mentado en un 72 % de 1970 a 1978, lo que provocó, a causa de ladisminución de la población activa agraria, una multiplicación pordos de la renta real por activo del sector agrario irlandés3^. El creci-miento de las exportaciones agrarias irlandesas, fúndamentalmente

33 Rappott 1979, p. 231.34 Véase Eurostar Production animale 1968-1977, Bruselas, 1978, p. 49.

3S Annuaire de rtatit:itique agricole. 1977-1980, p. 102.

36 Véase cuadro 3.10.37 Datos recogidos de E.A. ArrvuooD:.L'avenir de la poli[ique agricole commu-

ne. Le point de vue irlandais^, Revue du Marcbé Commun, n° 235, 1980, p. 123.

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bovinas, han mejorado sensiblemente la balanza de pagos de este

país, ya que su déficit global ha permanecido estabilizado alrededor

de los 100 millones dé libras en el período 1970-1978, pero habién-dose reducido, en relación al valor del comercio exterior, de un 7,9%en 1970 a un 1, 5% en 197H38.

La antítesis de Irlanda, en lo que concierne al grado de autoabas-tecimiento, la constituye Italia, país en el que aproximadamente el40% de la demanda interior se cubre con importaciones. Italia asen-taba, eq 1980, el 15,3% de su producción neta de carne sobre la basede importaciones de animales vivos y, además, absorbía el 26,3 % deltotal de importaciones, intra y extracomunitarias, de carnes frescas,refrigéradas y congeladas de los nueve estados miembros. No obstan-te, convierie señalar que él grado de autoabastecimiento italiano encarne bovina, siendo mucho más bajo que el de la leche fresca, estámuy estabilizado en torno al 60,0% en los últimos años.

Desde una perspectiva española, la posición del país transalpinoen el interior de la CEE; respecro a las producciones ganaderas, revis-te siempre una ejemplaridad de la que carecen el resto de los estadosmiembros. Así pues, a continuación pasamos a analizar más deteni-damente los cómponentes esenciales del déficit italiano en el sectorcarne de vacuno. Para ello, hemos elaborado el cuadro 9.16, en elque se muestran las importaciones comunitarias e italianas para losocho capítulos en los que los flujos comerciales poseen mayor relevan-cia económica. La selección de estos productos está plenamente justi-ficada si tenemos en cuenta los siguientes datos relativos a 1979:

- Los tres primeros absorbieron el 92,6% de la suma de los valo-tes de las. importaciones italianas dé toda clase de animales vivos de laespecie bovina3^.

- La patticipación de los otros cinco en el valot de las importa-ciones italianas de todo tipo de carnes frescas, refrigeradas y congela-das se elevó al 87,1 %ao '

- Su peso es igualmente notable en relación a la CEE, puestoque las canales, semicanales, cuartos traseros y delanteros y las piezasdeshuesadas consideradas en el cuadro 9.16, supusieron el 76,0% delcomercio intracomunitario, contabilizado en términos físicos, de to-

38 Ibid.; p. 124.39 Cálculo propio a partir de NIMEXE. A O1-24, op. ci[., pp. 2 a 12.40 Ibid., pp. 2 a 12.

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da clase de carnes. Su participación en las importaciones extra-CEEde carnes es, sin embargo, mucho más reducida: 30,7% en términosfísicosa'

EI grado de representatitividad de lás importaciones reflejadas enel cuadro 9.16 es, por consiguiente, muy elevado respecto al montan-te global de las importaciones italianas. De su análisis pueden ex-traerse las siguientes conclusiones:

a) EI valor por unidad de peso es muy desigual, variando sensi-blemente en cada capítulo productivo y dependiendo, además, delorigen intra o extra -CEE de las importaciones. El valor máximo co-rresponde a las importaciones intracomunitarias de 0102.32, ter-neros de menos de 220 kg. que cumplan ciertas condiciones, con 3,17e.c.u. /kg. - peso vivo, que, para las importaciones extra - CEE des-ciende a 1,30 e.c.u./kg. - peso vivo. EI valor mínimo correspondea las importaciones extracomunitarias de 0105.35, toros no re-productores42, con 0,90 e.e.u. por kg. - peso vivo, que se eleva a1,45 e.c.u. para las importaciones procedentes de otros estadosmiembros. El cálculo del grado de autoabastecimiento por medio dela homogeneización de las producciones en unidades de peso presen-ta, pues, el inconveniente de no tomar en consideración tales diferen-cias de valor.

b) La suma del valor de las importaciones italianas, intra y extraCEE, de los 27 capítulos de la TEC destinados a los productos y ani-males de lá especie bovina contemplados por el NIMEXE se elevó a1.669,0 millones de e.c.u.43 es decir 153.498 millones de ptas.44. Es-ta cifra equivalió al 21,2% del total de importaciones italianas de ali-mentos, bebidas y tabaco, 7.868 millones de e.c.u. en 197945, y al10,7% del valor añadido bruto a precios de mercado de la agriculturaitaliana, 15.635 millones de e.c.u. en ese mismo año4^. Así pues,puede decirse que el coste que las importaciones del sector carne de

41 EI comercio intra-CEE y las impottaciones extracomunitarias de carnes se refle-jan en los cuadros 8.11 y 9.12.

42 Exis[e un capí[ulo de la TEC, el 0102.39, que hace referencia al comercio ex[e-rior de Boeufi.

43 Cálculo propio en base a NIMEXE. A 01-24, op. cit., pp. 2 a 12.44 Tipo de cambio en 1979: 1 e.c.u. = 91,97 ptas. (véau cuadro 8.18).4S Véase Statirtiquel de bate de !a Communauté. 1980, p. 131.46 Véase Rapport 1980, p. 165.

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310

vacuno acarrean a la economía italiana es enorme tanto en términosabsolutos como relativos.

c) Este coste se distribuye a parces iguales entre los animales vivosy las carnes: 830,2 y 838,8 millones de e.c.u. respectivamente47. Larelevancia de las importaciones.de animales vivos constituye la princi-pal especifidad del comercio exterior italiano en el sector carne de va-cuno. En 1979, en los tres capítúlos examinados de ganado vacuno enpie, las compras italianas en otros estados miembtos supusieron el65,4% del valor del comercio intra-CEE, no sucediendo lo mismocon los cinco capítulos referentes a las carnes, puesto que la participa-ción italiana sólo se elevó al 34,7% del valor de las transacciones in-tracomunitarias.

d) EI principal país abastecedor de ganado vacuno en pie fueFrancia que, en los tres tipos de animales vivos examinados, exportó aItalia por valor de S1S,7 millones de e.c.u. en 1979, lo que equivalióal 67,1 % del valor de todas 1as importaciones italianas en tales capí-tulos. Por lo que hace referencia a las carnes, la cobertura francesavuelve a ser muy elevada en 0201.06, 61, S%, para pasar a ser otrospaíses los principales exportadores eñ el resto de las carnes reflejadasen el cuadro 9.16.

La importancia del comercio intracomunitario de carne de vacu-no, la debilidad del grado italiano de autoabastecimiento, el elevadocoste de las importaciones italianas y el hecho de que Francia sea, condiferencia, el principal proveedor de animales vivos, suponen, pues,hemos de la mayor transcendencia en todo análisis de las repercusió-hes que se pueden derivar para el sector bovino español y gallego acausa de la adhesión de nuestro país a la CEE. Sin embargo, antes detratar de^esclareer tales consecuencia, resulta necesario analizar pre-viamente otras variables.

LA SITUACION DE LA DEMANDA DEPRODUCTOS CARNICOS

La evolución del consumo en las dos últimas décadas

El consumo español de carnes por habitante y año ha conocido un

47 Cálculo propio en base a NIMEXE. A 01-24, op. cir., pp. 2 a 12.

3t1

importante aumento en las dos últimas décadas. En el cuadro 9.1748,puede comprobarse que el consumo total de carne por habitante seha multiplicado por 3,3 en el péríodo 1961-1980. Dadas las caracte-rísticas generales del modelo de desarrollo ganadero adopcado, la cre-ciente demanda de la sociedad española de productos cárnicos ha sidosatisfecha principalmente por las producciones de carácter intensivo;más concretamente, el incremento de 1,977 millones de Tm. experi-mentado por el consumo español de toda clase de carnes entre 1961 y1980 ha sido cubierto en un 72,8% por las producciones de carne deave y de cerdo, cuyos consumos por habitante y año se han multipli-cado, respectivamente, por 7,7 y por 3,3 entre ambos años.

Respecto al consumo de carne de vacuno, pensamos qu^ las carac-terísticas más significativas de su evolución en el período examinado,son laĜ siguientes:

a) La rápida aceleración registrada en el período 1961-1970, en elcual el consumo por habitante se multiplica por 2,1. Esta aceleraciónse fundamentó en buena parte en las importaciones, puesto que elconsumo de carne bovina en esos 10 años, 2,87 millones de Tm., fuesatisfecho en un 25,5% por importaciones, 0,73 millones (cuadro9.10).

b) A partir de 1970 se produce un estancamiento del consumopor habitante en torno a 12-14 kg. Estos datos nos permiten afirmarque la notable expansión dé la producción que se da desde 1967-68,

^ ha permitido a la economía española sustituir las importaciones decarne de vacuno, pero se ha mostrado incapaz de generar un incre-mento del consumo por habitante. Aunque sea necesario tener encuenta que la calidad de las carnes importadas, compuestas funda-mentalmente por carnes congeladas, era muy inferior a la de la pro-ducción carne de añojo, que ha sido el pilar básico de tal expansión.

c) La recesión económica y el agotamiento del modelo de desa-rrollo ganadero en la carne de vacuno ha agudizado todavía más talestancamiento, ya que la cifra de 14,0 kg/hbte. de 1975 no havuelto a ser alcanzada y el consumo de carne bovina ha pasado de cu-brir el 23,2 % del consumo total de carnes en ese año a sólo un 17,2 %en 1979.

48 Respecto a la elaboración del cuadro 9.17, debemos hacer cons[ar que las cifras,desde 19G 1 hasta 19G6, corresponden al consumo aparente, es decir, sin la con[abiliza-ción de la variación de srocks. A par[ir de 1967, se toman directamen[e de O.C.D.E.:

Bilant de !a viande..., op. cit.

312

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314

Digamos para finalizar que, como muestran el cuadro 9.17 y elgráfico 9.2, la única producción que, desde el desencadecamiento dela crisis económica, registra una notable elevación de su consumo esla carne porcina, cuyo consumo por habitante entre 1975 y 1980 se haincrementado en un 42,0%, frente a un 16,2% de la carne de ave yun -12,9% de la carne bovina. Aclaremos, asimismo, que dejandoaparte el gtave problema de las importaciones de maíz y soja, el gra-do de autoabastecimiento en la carne de cerdo y en la de ave ha sidomuy elevado, alcanzando, en 1980, las cifras de un 99,2% y de un98,7% respectivamente4^.

Comparación de la estructura de la demanda españolade carnes con la de los países comunitarios

La carne de vacuno es, de las producciones agrícolas con una ele-vada elasticidad renta, ^la que ófrece un mayor retraso comparativodel consumo español por habitante. En los cuadros 9.18 y 9.19, se'muestra la estrucrura del consumo de carne en los países comunitariosy en España. Pese a, que la distribución del consumo total de carnesentre las diferentes especies animales sea muy heterogénea en los es-tados miembros, dependiendo tanto de los hábitos alimenticios co-mo de la renta por habitante, creemos que de su contemplación pue-den deducirse las siguientes conclusiones: .

a) La débil participación de la carne de vacuno en el consumo espa-ñol de carnes por habitante en relación a la CEE. En 1980, mientrasque nuestro consumo de toda clase de carnes era el 77,3% del consu-mo comunitario, la cifra se reducía a tan sólo un 47,1 % en la carnebovina.

b) Tanto en España como en la CEE se ha registrado, en el perío-do 1968-1980, una sensible elevación del consumo total de carnes porhabitante que se ha apoyado básicamente en la carne porcina y en lade aveso

c) España con una cifra de 20,8 kg. por habitante en 1980, es,con diferencia, el país con mayor consumo de carne de ave. Sólo Ita-

49 Cálculos propios a pazcir de O.C.D.E.: Bilanr de !a viande..., op. cir.so EI incremenco del consumo por habitan[e en la CEE ha sido de 21,4 kg., que

ha sido cubierco en un 71,5%, 15,3 kg., por ambos tipos de carne.

31S

lia, 17,9 kg/hbte., y Francia, 16,7 kg/hbte., poseen cifras que seaproximan a la española. En términos relativos, la diferencia se haceaún mayor, puesto que, mientras el consumo español estaba com-puesto en un 29,3 % por la carne de ave, su participación en el consu-mo total de carnes era de un 20,2% en Italia y de tan sólo un 12,6%en Francia. España es, sin lugar a dudas, uno de los países del mundocon mayor consumo por habitante de carne de ave o, lo que viene aser lo mismo, de mayor importación por habitante de maíz, soja ytecnología animal procedentes de los Estados Unidos.

Existe, pues, en España un potencial de crecimiento del consumode carne de vacuno muy superior al de otro tipo de carnes, que haceque las perspectivas de la demanda interior sean totalmente diferen-tes de la de la leche fresca. Para ilustrar todavía más esta reserva decrecimiento, digamos que, en 1979, Portugal con un producto inte-rior bruto por habitante que era el 39,1 % del español5 ^, posee unconsumo de carne bovina que, en el período 1975-1980, ha sido muysimilar al consumo español por habitante52. Nuestro consumo porhabitante es, en la carne de vacuno, anormalmente bajo y no puedeser explicado ni por determinados hábitos alimenticios, ni por el ni-vel de la renta española por habitante. La cuestión reside, más bien,en el alto precio relativo de las carnes de vacuno. En 1980, el preciopagado por un kg. - peso vivo de ternera ha sido el 179,8% del paga-do por el cerdo cebado y el 209,7% del precio del pollo; situándose,en relación al añojo, tales porcentajes en un 146,2 % y en un 170,4%respectivamente (cuadro 9.20).

Con tales precios relativos de las dos c^rnes bovinas que constitu-yen en España el grueso de la producción y que, como muestran elcuadro 9.20 y el gráfico 9.3 no han dejado de crecer a lo largo de1964-1980, es lógico que la demanda de productos cárnicos se hayadirigido hacia el consumo de las producciones intensivas. Existe, porlo tanto, una condición indispensable, mucho más en una coyunturacaracterizada por un descenso continuo del salario real, para que elpotencial de crecimiento de la demanda de carnes de vacuno pueda

S' Cálculo propio en base a las cifras de su población y del PIB a precios de merca-

do suministradas por Stati.rtiquer de bate de la Communauté. 1980, p. 11 y Stati.rti-

que.r de ba.re de la Communauté. ]981, p. 39.SZ La media aritmética del consumo por habitante de carne bovina ha sido, en

esos se^is años, de 12,.9 kg. en España y de 12,6 kg. en Portugal. Véase O.C.D.E.: Bi-

laur de la viaude..., op. cit., p. 66.

316

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Fuente. - Cuadro 9.20.

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320

cristalizarse en un mayor consumo: la disminución de sus precios re-látivos. .

En definitiva, el bajo consumo español por habitante de carne devacuno tiene muchas semejanzas con el caso portugués para la lechefresca, explicándose fundamentalmente en virtud de la incapacidadde la oferta interior para satisfacer las necesidades de la demanda. Lacobertura de ésta exige la generacióri de un mayor volumen de pro-ducción y la reducción de los costes del proceso de trabajo, es decir, elestablecimiento de un nuevo modelo de desarrollo ganadero, cuyoobjetivo esencial en el sector debe ser la movilización de los reĜursosinfrautilizados actualmente, tanto en lo que hace referencia a la su-perficie agrícola utilizada, como por lo que concierne al capital gana-dero: aEn síntesis, lo que parece prudente empezar a abordar es elapoyó á los sistemas extensivos de pastoreo para la recría de animalesjóvenes, utilizando los recursos naturales renovables producidos enlos ecosistemas locales, y las. razas autóctonas, para posteriormenteengordarlos en los regadíos y zonas cerealistas limítr.ofesu53. EI forta-lecimiento de la ganadería extensiva de aptitud carne puede motivarla expansión de la oferta en un sector caracterizado por una crónicasubproducción, la reducción de los costes de producción, el descensode nuestras importaciones de cereales pieñso y, por lo tanto, la dismi-nución del elevado nivel de dependencia actual del suministro exte-rior de materias primas.

LA COMPETITIVIDAD.

Al igual que en el sector lácteo, la medición de la competitividadde nuestras producciones de carne de vacuno se suele realizar a partirde la comparación de los precios institucionales: precio de garantíadel añojo en España y precio de intervención de los gros bovins en laCEE. Efectuando la medición en estos términos, se Ilega al resultadode que el nivel de precios es muy similar en ambas áreas; concreta-mente, en la campaña 1979-1980, el precio español de garantía seríael 97,8% del precio comunitario de intervención54. Las limitaciones

53 M.A. Gnecin Doev: rLa ucilización de las razas autóctonas en los ecosistemasregionales como facror de ahorro energé[ico en la ganadería española., Agñcultura ySociedad. n° 15, 1980, p. 159.

s4 véase Commission des Communautés Européennes: ^VegotiatiouJ d'adberion de!'Erpagne. Propolitiora.... op. cit., p. 26.

321 .

de este tipo de cálculo, ya comentadas para el sector lácteo, se agra-van en la carne de vacuno por la toma en consideración de un únicocapítulo productivo, el añojo, que, además, en el caso concreto deGalicia, ápenas tiene relevancia en la producción total de carne bovi-na (véase cuadro 9.9).

Así pues, con objeto de superaz tales limitaciones trabajaremos conlos precios pagados por el ganado en pie; en los cuadros 9.21 y 9.22

recogemos los precios pagados por los diferentes tipos de ganado va-cuno en los últimos años recogidos por las estadísticas comunitarias,siendo necesaria, pata que no se proceda a una lectura precipitada delos mismos, la explicitación de las siguientes precisiones:

- En el cuadro 9.21 se recogen los precios medios de los ternerosy de los gros bovins. El precio español de los gros bovins ha sido cal-culado, al igual que los que proporciona directaznente el Raj^port 1982,

a través de la media aritmética ponderada de los precios del añojo,del vacuno menor y del mayor. La ponderación utilizada ha sido laparticipación pórcentual de cada uno de estos tres tipos de animalesen la producción española de carne de gros bovins en el añocorrespondiente55. El precio gallego de los diferentes tipos de gana-.do en pie se encuentra en el B.M.E.A. 11 / 1982, de donde se obtie-ne, a ttavés de la simple aplicación de los tipos de cambio, el preciode los terneros y, por medio de las mismas operaciones que para Es-paña, el precio de los gros bovins.

- Mientras que en los terneros la compazación de precios consti-tuye un correcto instrumento para la medición de la cofrlpetitividad,no ocurre lo mismo con los gros bovins. En efecto, serla un grave errorconsiderar que, por el hecho de que el precio gallego fue, en 1981,el 70,1% del precio más bajo de la C.E.E., correspondiente a Irlan-da, gozamos de una gran competitividad en este capítulo productivo.Los gros bovins del cuadro 9.21 representan un conglomerado excesi-vamente heterogéneo, en el que se encuentran toda clase de anima-

ss por ejemplo, en 1981, tales participaciones han sido: Añojo = 63,8%; Vacuno

menor = 10,3°h; Vacuno mayor = 25,9% (cuadro 9.16). A su vez, los ganaderos han

percibido los siguientes precios: Añojo = 162,68 ptas/kg-peso vivo; V. menor = 126,90ptas., V. mayor = 86,45 ptas. De donde resulta un precio medio ponderado de 139,25

ptas/kg-peso vivo que, al tipo de cambio 1 e.c.u. = 102,68 ptas., se obtiene el precioreflejado en el cuadro 9.21: 135 ,62 e.c.u. / 100 kg-peso vivo. EI tipo de cambio de 1981

se ha obtenido de Eurostar. StatútiqueJ de bale dela Communauté, Luxemburgo, 1983,

p. 67. Los [ipos de cambio de 1979 y 1980 se encuenuan en el cuadro 8.18.

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- En priilcipio, puede esperarse que los datos del cuadro 9.22, en elque se ofrecen los precios españoles del añojo con los referentes a losprecios comunitarios de los bovinos jóvenes, constituyen una buenaplataforma para una correcta comparación de precios. Sin embargo,hay que tener en cuenta que los precios españoles siguen siendo pre-cios medios, mientras que los de la C:E.E. corresponden a una deter-minada categoría de bovinos jóvenes que, en algunos casos, coincidecon la de mayor calidad cárnica y, en corisecuencia, con la de mayornivel de precios. No resultaría legítimo, por ejemplo, comparar elprecio medio español o gallego del añojo con el de los Vitelloni I(raz-za da carne):

- La única forma de superar tales problemas estriba en la utili-zación de precios men Ĝualess^. En el cuadro 9.23, suministramos elprecio de los terneros, del conjunto de los gros bovins y, dentro de és-te, de los bovinos jóvenes. En los ternéros y gros bovins se trata de lamedia aritmética ponderada de los precios de los animales constituti-vos de ambos capítulos productivos57. En los bovinos jóvenes de lospaíses comunitarios hemos seleccionado determinadas categorías, consus correspondientes clases, y hemos calculado la media aritmética enfunción de las ponderaciones reflejadas en el cuadro 9.23. La repre-sentatitividad de la selección queda asegurada si se considera la parti-cipación de las categorías elegidas en las producciones nacionales decarne de gros bovins: mínimo de un 42% en Holanda y máximo deun 80,5 % en Grecia. La comparación de precios es, en este caso, máscorrecta, ya que, al margen de la enorme ventaja de poder trabajarcon precios actuales, éstos no se refieren a una categoría específica,como en el cuadro 9.22, sino que son Ĉn precio representativo de las di-ferentes categorías y clases que constituyen el grueso de los bovinosjóvenes en cada estado. No obstante, la comparación debe hacersecon la reserva de que en unos casos la categoría con mayor pondera-ción es la de mayor calidad cárnica y, en otros, ocurre todo lo contra-rio. Por ejemplo, en Alemania los Bullen A, los de mayor calidad yprecio, aportan el 57,5 % de la carne producida por las dos categorías

sb Las dos fuentes citadas en el cuadro 9.22 sólo proporcionan precios anuales pa-ra tres clases de bovinos jóvenes.

s^ Las ponderaciones utilizadas para el cálculo del precio español de los gros bo-vins en marzo de 1983 han sido las participaciones porcentuales del añojo (64,3%),

del vacuno menor (9,1%) y del mayor (26,5%) en la producción española de carnede gros bovins en 1982 (cuadro 9.G).

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y seis clases contempladas en el cuadro 9.23, y, en Grecia, las clasesTC y TD, las de menor precio, absorben el 83,5 % de,la carne genera-da por las cinco clases de la categoría reflejada58. Es ésta unalimitación59 que, al qo disponer de datos sobre el precio de las dife-rentes clases de añojos, así como sobre la contribución de cada una deellas a la producción total de carne de este animal, no hemos podidosuperar y que habrá que tener en cuenta en el momento de sacar lasconclusiones.

- Por último, no hay que perder de vista que los precios son losque se pagan por el ganado en pie; aunque sea lógico pensar que sonel determinante esencial de los precios de las canales y de las carnes,no debe olvidarse que en regiones minifundistas, como Galicia, elcoste de recogida del ganado por el tratante, puede llegar a encarecerel producto ofrecido a los mataderos y explotaciones de engorde, co-mo_ consecuencia de la dispersión y estrechez de la oferta microeconó-mica.

Realizadas las precisiones anteriores, las conclusiones esenciales alas que podemos llegar son las siguientes:

a) Tanto en los terneros como en los bovinos jóvenes, el preciodel ganado en pie varía ostensiblemente en el mercado común agríco-la. En 1981, el precio medio francés de los terneros vivos equivalía al1'S5,8% del precio danés, y, en 1980, el precio de los Vitelloni I su-peraba en un 69,6% al de los Bulloks irlandeses. En marzo de 1983,las diferencias en el precio medio de los terneros se habían agranda-do; el precio francés venía a ser el 168,8% del abonado en Luxem-burgo. No ocurre lo mismo con los bovinos jóveries, puesto que lasdiferencias del cuadro 9.22 han sido atemperadas en e19.23, al traba-jar ahora con la media aritmética ponderada de los precios de sus di-ferentes categorías y clases; con todo, dejando al margen a Grecia, porestar en fase de transición hacia la plena integración, el preció italia-no era un 30% más elevado que.el correspondiente a los bovinos jó-venes británicos. Con tales desniveles de precios se comprenderá nuestraresistencia a manejar la habitual fórmula de la relación entre los pre-cios institucionales como instrumento de medi Ĝ ión de la competitivi-dad de nuestras producciones bovinas.

58 Véase Marché.r Agricoler. Prix, 4/5,,1983, pp. 111 y 113.59 Quizá resulte innecesario precisar que igual limitación sufre el precio medio de

los terneros, que en unos países proceden casi exclusivamente de vacas de ordeño y,en otros, los cerneros de aptitud cárnica tienen un peso considerable.

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b) Por otra parte, hay que subrayar que, a diferencia de lo quesucede en España, en la C.E.E. los animales con edad inferior a unaño son, antes que un bien de consumo, un medio de producción.En 1981; la carne de ternera representó el 10,9% de la produccióncomunitaria de carne de vacuno, en tanto que su participación se ele-vó a un 28,2% en España (cuadro 9.24). EI único caso semejante alespañol en la Comunidad es el holandés. Los Países Bajos generaronuna producción neta de 135.000 Tm peso canal de carne de vacuno,pero con la singularidad de que la mayor parte de la carne de ternerase destina al mercado exterior: en 1980, las exportáciones supusierone1 88, 5% de la producción holandesa de este tipo de carne (cuadro9.13).

c) Desde una perspeĜtiva gallega, y a pesar de esa escasa relevan-cia de.la ternera en la producción comunitaria de carne de vacuno,es en los animales de menos.de un año donde las relaciones de preciosinteresan más. Considerando ñuestra especialización en la producciónde carnes blancas, la marginalidad del añojo y la exportación de ga-nado en pie para rectía y engorde a otras regiones españolas, es enlos terneros donde la estimación de la competitividad resulta más im-portante. Buena prueba c?e ello la suministra el cuadro 9.24, en elque puede apreciarse la exigiiidad de la producción gallega de carnede gros bovins en relación a la de la C.C.E., y la trascendencia de lacatne de ternera, que representaba, en 1981, el 4,5% de la produc-ción comunitaria, porcentaje que, para una sola región, es extraordi-nariamente elevado.

d) No todas las relaciones de precios revisten igual importancia.Poco importa, por ejemplo, que, en marzo de 1983, el precio mediode los terneros españoles sea más elevado que en Dinamarca o Lu-xemburgo. En efecto, la producción danesa de carne de ternera,2.000 Tm peso canal en 1981, es irrelevante, y, en 1980, tanto sus ex-portaciones de terneros como de.carne, han sido nulas (cuadro 9.13);lo mismo ocurre con Luxemburgo, con el dato adicional de que tam-bién su producción neta ha sido inexistenteGo

Por lo que respecta a la producción de carné de ternera, los únicospaíses que generan una producción considerable son Francia, Italia yHolanda que, conjuntamente, absorbieron el 84,8% de la produc-ción comunitaria en 1981 (cuadro 9.24). En relación a estos países, el

Go Véase O.C.D.E.: Bilanr de la viande..., op. cit., p. 34.

332

precio gallego y español han sido siempre inferiores a lo largo de1979, 1980 y 1981, aunque en 1979 el precio español haya sido prác-ticamente igual al holandés e italiano. En marzo de 1983, la relaciónde precios es ampliamente favorable para los terneros vivos españoles.

e) Si descartamos a Italia, con un grado de autoabastecimientodel 68,5% en carne de ternera en 1980, con exportaciones práctica-mente nulas y con unas importaciorles que, sumados los animales vi-vos y las carnes, alcanzaron las 71.000 Tm peso canal (cuadro 9.13),queda claro que los puntos de referencia esenciales deben ser Holan-da y Francia, sin olvidar totalmente a Alemania y al Reino Unido enel capítulo de las exportaciones de terneros vivos (cuadro 9.26).

Holanda es el país comunitario con mayor volumen de exporta-ciones de carne de ternera; en 1980, sus ventas al exterior representa-ron eÍ 80,0% de la suma de las exportaciones de todos los países de laC.E.E. (cuadro 9.13). En marzo de 1983, el precio medio holandésfue ^el 116,0% del español^^ y, mientras se mantenga tal relación deprecios, no parece que haya que temer una gran penetración de carnede ternera holaildesa en el mercado español, una vez que se procedaal deĜarme arancelario.

Francia, por su cercanía a importantes zonas consumidoras espa-

iiolas, por poseer una producción neta de carne de ternera que, en el

bienio 1980-1981, multiplicó por 3,03 a la produccción española y

por el elevado montante de sus exportaciones de terneros vivos, cons-

tituye el país con el que las relaciones de precios adquieren mayor in-

terés. En principio, dado el alto precio de los terneros vivos franceses,

puede dar la sensación de que plantear una hipotética amenaza fran-

cesa carece, en este capítulo productivo, de todo sentido. La relación

Precio francés/Precio gallego ha registrado, en los terneros vivos, la

siguiente evolución: 118, 5% en 1979, 120,1 % en 1980 y 120,4 % en

1981 (cuadro 9.21). En marzo de 1983, el precio francés se situó en

un 135,8% del precio de los terneros españoles, con una diferencia

absoluta de 67,87 e.c.u. / 100 kg. que, concretada en un animal de

200 kg., se eleva a 17.133 ptas. (cuadro 9.23). La diferencia es lo sufi-

cientemente grande como para que, a priori, no se entiendan conclu-

siones como la siguiente: ^En el vacuno, las diferencias de precios no

son excesivas a nuestro favor. Y la relación de precios ha pasado de

61 Ia relación Precio gallego/Precio español ha sido, en los teneros vivos, la siguien-te: 96,7% en 1979. 97,2% en 1980 y 101,7% en 1981. Véase B.M.E.A. I 1! I^)82, p. 55.

333

positiva a negativa hace poco tiempo (...). La posibilidad de importarterneros desde Francia para cebar en España, al igual que hace Italiahoy en día, puede ser una nueva vía de negocio para los ganaderos^6z.

f) EI punto anterior requiere un examen más pormenorizado. Laconclusión de Fernando Pascual se basa en una premisa falsa, puestoque el precio de los terceros españoles es muy competitivo en relaciónal de los franceses, y, al plantear la concreción de tal posibilidad co-mo una vía de negocio para los ganaderos españoles, reviste una colo-ración excesivamente parcial, ya que los posibles beneficios de los ta-lleres intensivos de engorde de animales jóvenes serían ampliamentecontrabalanceados por los graves perjuicios ocasionados al campesina-do de las regiones españolas exportadoras de ganado vacuno para re-cría o engorde. Afortunadamente, el pago adicional de 8.566,5 ptas.por 100 kg-peso vivo si se procediese, en marzo de 1983, a unasustitución de terneros españoles por franceses debería desalen-tar a los talleres de engorde a emprender semejanté vía de ^ ne-gocio. Sin embargo, conviene no olvidar que estamos trabajando conprecios medios y que, por lo tanto, el precio francés puede estar exce-sivamente polarizado hacia los terneros de mayor calidad y precio. Enel cuadro 9.25, recogemos el precio de las diferentes categorías de losterneros franceses; a través del mismo, ^uede comprobarse que elprecio medio francés está compuesto de un amplio abanico, que osci-la, en sus dos extremos, entre un 154,6% y un 82,1 % respecto a lamedia aritmética ponderada de los precios de las diferentes categorías

, que, por otra parte, en ningún caso, son inferiotes al precio mediopercibido por los ganaderos españoles. Así pues, aí^n en el caso deimpottar tetneros de menor precio, categoría Rouge = 220,45e.c.u. / 100 kg.-peso vivoG3, el coste de la sustitución de los tcrnerósde las zonas productoras españolas por franceses, sería de 31,0 e.c.u.,es decir, 3.913 ptas. por cada 100 kg.-peso vivo.

g) Ahora bien, las relaciones de precios, siendo relevantes, notienen, al menos a la hora de analizar el comercio internacional en elmercado común agrícola, el poder explicativo que se les suele atri-buir. EI hecho de que, en 1980, el precio medio francés fuese el másalto de la C.E.E., no ha impedido que las exportaciones francesas de

62 FeatanrrDO pnscun^:.Comercialización e indus[rialización de productos ganade-ros., Revirta de E.rtudior Agro-Socialer, n° 116, 1981, p. 140.

. G3 Media aritmé[ica ponderada de los precios de sus dos dases: R y O.

334

CUADRO 9.25.- PRECIO DE LAS DIFERENTES CATEGORIAS DETERNEROS FRANCESES EN MARZO DE 1983.

Categoría Ponderación e.c.u./100 kg pvi,Precio medio es-

pañol = 100

Blanc E 3 397,72 209,9U 3 325,23 171,7R 5 283,09 149,4

Roseclair U 9 279,87 147,7R 15 265,20 140,0O 8 245,28 129,5

Rose U 11 267,37 141,1R 1G 249,46 131,7O 9 231,53 122,2

Rouge R 12 227,40 120,0O 9 . 211,19 111,5

Media ponde-rada 100 257,32 135,8

Fuente.- Elaboración propia a partir de Marchér Agricoler. Pnz, 4/5, 1983, y delB.M.E.A.,S11983. ^

este tipo de ganado vacunt^. 41.000 Tm equivalentes peso canal, su-pusiesen el 52,6% del total de exportaciones de los países comunita-rios (cuadro 9.13). En el cuadro 9.26 quedan reflejadas las exporta-ciones comunitarias de las principales categorías de ganado bovino enpie en 1979,,pudiéndose comptobar que las exponaciones francesas deterneros de la categoría 0102.32 a otros paí^es de la C.E.E. alcanzaronla cifra de 70.400 Tm. peso vivo, lo que representó el 51,2% del co-mercio intracomunitario. Es más, 63.200 Tm-peso vivo fueron expor-tadas a Italia, que, en ese mismo año, poseía un precio medio que ve-nía.a ser el 87,3% de la media aritmética ponderada del precio de lasdiferentes categorías de los terneros franceses. Si cónsideramos, ade-más, que las importaciones italianas se han realizado a un precio de328,20 e.c.u. / 100 kg-peso vivo, muy superior al registrado en am-bos estados como precio medio en el cuadro 9.21, quedará claro^quetan importantes como los niveles de compétitividad, que resultan delas relaciones de precios, son la calidad del producto y la capacidad dela oferta de un determinado país para satisfacer las necesidades de su

335

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demanda interior. En otros términos, sin desdeñar la importancia deque el precio medio español sea, en marzo de 1983, inferior al de to-das las categorías de terneros franceses (cuadro 9.25), ello no implicanecesariamente que la eventualidad, mal planteada por F. Pascual,de que, con la integración, se realicen significativas importaciones dedeterminados tipos de terneros franceses, deba quedar totalmentedescartada.

h) Aunque los bovinos jóvenes carezcan de relevancia productivaen Galicia, su importancia en el conjunto de la ganadería bovina es-pañola aconseja realizar un análisis de las relaciones de precios delañojo con sus homólogos comunitarios. Hay un primer hecho que lla-ma poderosamente la atención; mientras que en los terneros el precioespañol ha sido siempre favorable respecto a nuestros potencialescompetidores -Holanda y Francia esencialmente- en los bovinosjóvenes está lejos de producirse lo mismo. En el cuadro 9.27 recoge-mos los precios relativos dc ios terneros y de los bovinos jóvenes enFrancia y España. Los precios relativos franceses padecen la deficien-cia, insalvable en las series anuales de precios suministradas porEurostat para los bovinos jóvenes, de referirse a una sola categoría eneste tipo de animales: Jeunes Bovins A. De todas maneras, aún te-

CUADRO 9.27. - EVOLUCION DEL PRECIO RELATIVO DE LOSTERNEROS Y BOVINOS JOVENES. ESPAÑA YFRANCIA

Precio de los Precio de los Precio bovinos jóvenes/terneros (%) bovinos jóve- /Precio terneros (%)

( %)

Francia/España Francia/España Francia España

1975 121,4 t08,6 77,5 86,6

1976 108,9 94,5 74,8 86,2

1977 148,2 108,8 60,6 82,6

1978 142,7 105,2 61,5 83,4

1979 114,6 91,3 65,1 81,8

1980 116,7 111,5 77,7 81,3

Fuente.- Elaboración propia a partir de los cuadros 9.21 y 9.22 y de:- A. E. A. de 1979- Rapporr 1977 y Rapport 1979- StatiJtique de prix agricoler. 1969-1979, op. cir.

337

niendo en cuenta esta limitación, los resultados los consideramosilustrativos de las pérdidas de competitividad que, en relación a Fran-cia, se producen en el proceso de recría y cebo de los terneros españo-les.

En primer lugar, hay que subrayar que, en tanto que el preciomedio de los terneros ha sido siempre más bajo en España que enFrancia entre 1975 y 1980, el precio del añojo ha sido superior al delos Jeunes Bovins A en 1976 y 1979. Además, en todos los años, la re-lación porcentual Precio francés/Precio español es sensiblemente másbaja en los bovinos jóvenes que en los terneros. En segundo término,y complementando lo anterior, puede comprobarse que la relaciónPrecios bovinos jóvenes/Precio terneros es, en Francia, inferior a la es-pañola en toda la serie.

i) En marzo de 1983, la situación ha mejorado sensiblemente res-pecto al período 1975-1980, ya que no hay una sola clase de los bovi-nos jóvenes franceses con un precio inferior al ptecio medio de losañojos españoles: No obstaríte, tal como ya quedaba reflejado en elcuadro 9.23, la relación Precio francés/Precio español experimentauna ligera disminución al pasar de los terneros, 135,8%, a los bovi-nos jóvenes: 129,4%. EI descenso es relativamente pequeño, peroviene a corroborar los resultados obtenidos para el período 1975-1980, teniendo que tener en cuenta, además, que, en marzo de1983, el precio de los añojos en relación a los terneros es excepcionál-mente bajo, puesto que desciende por debajo del 80% -se sitúa enun 79, 5%(cuadro 9.23)- cuando, manejando los precios anuales de1975-1982, siempre se mantiene por encima de diçha barrera64

j) Los datos de los precios mensuales suministrados por MarchérAgricole.r. Prix permiten un análisis más ajustado de las pérdidas decompetitividad que el realizado en los apartados anteriores. Ag^u-,pando los terneros y los bovinos jóvenes franceses en las clases E, U, Ry O, se pueden obtener, para cada una de ellas, los precios de los bo-vinos jóvenes en relación a los terneros que, en marzo de 1983, seríanlos siguientes^s :

64 Véase cuadro 9.27. En 1981, la relación fue de un 84,9% y, en 1982, de un

83,5 %. Véase, para estos dos años, A.E.A. de 1981, p. 424, y el B.M.E.A. 5/ 1983, p. 59.

^s Cálculos propios a partir de Marché.t Agricole.r. PriY, 4/ 5, 1983, pp. 113 y 119.

338

PRECIOS MEDIOS PONDERADOS PARA CADA CLASE

e.c.u./100 kg. peso vivo

Clase Terneros B. jóvenes

Precio b. jóvenes/

precio terner. (%)

E 397,72 ^ 339,95 60,3U 279,81 211,62 75,6R 252,37 191,37 75,8O 228,72 168,61 73,8

de donde se infiere que, en todas y cada una de las cuatro clases, larelación Precio b. jóvenes/Precio terneros es inferior en Francia a larelación entre los corréspondientes precios españoles: 79,5 %.

k) Aunque el análisis comparativo realizado a través de Franciapor diferentes razones que van desde generar el 24,9% de la produc-ción interior bruta de carne de gros bovins de la C.E.E. en 1980 (cúa-dro 9.14), hasta ser el país con mayor volumen de exportaciones debovinos jóvenes vivos (cuadro 9.26), pasando por su cercanía a impor-tantes zonas deficitarias españolas, conviene no olvidarse de otrospaíses comunitarios como, por ejemplo, Irlanda. La ganadería irlan-desa generó una producción interior bruta de 540.000 Tm. peso ca-nal de carne de gros bovins en 1980, el 176,5% de la producción es-pañola (cuadro 9.14), con un alto montante de exportaciones netasen animales vivos y carnes, lo que le permitió poseer un grado deautoabastecimiento del 720%, el más elevado de la C.E.E. Su poten-cial exportador es tal que, en 1980, sus ventas al exterior de carnesfrescas, refrigeradas y congeladas, 382.000 Tm peso canal, superaronĜon creces a la producción interior bruta española de carne de grosbovins (cuadro 9.14). A lo largo del período 1975-1980, el precio delos Bulloks irlandeses ha sido inferior al de los añojos españoles. Larelación entre ambos precjos ha sjdo la sigujente^^: 1975 = 65,4%;1976 = 68,1%; 1977 = 85,7%; 1978 = 92,9%; 1979 = 78,6%;1980 = 86,1 %. En marzo de 1983, el precio medio ponderado de lasdiferentes categorías y clases de los bovinos jóvenes irlandeses se ha si-tuado en un 102,8% del precio medio de los añojos españoles (cua-dro 9.23), lo cual se debe, esencialmente, a la fuerte desvalorización

G6 Cálculos propios a partir del cuadro 9.22, de Statittique de p^ix agricolet.1969-1979, op. cit. y del A.E.A. de 1979.

339

CUADRO 9.28.- PRECIO DE LAS DIFERENTES CATEGORIAS DEBOVINOSJOVENES EN MARZO DE 1983. FRANCIAE IRLANDA

Precio medio es-Francia Ponderación (*) e.c.u./100 kg pvi. pañol = 100

Boeufs EURO

Genisses EURO

TaĜreaux UR

Jaunes bovins EURO

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Irlanda

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Mediaponderada ...

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157,7141,6128,8115,1

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259,59225,03191,79152,54

172,3149,4127,3101,1

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1 227,74 151,2

3 206,74 . 137,36 191,5G 127,24 178,12 118,3

5 3 194,96 129,4

9 1S1,S0 100,61 4 145,G8 96,74 139,03 92,3

1 8 169,58 112,61 3 173,34 115,01 2 177,36 117,73 157,18 104,33 140,51 93,3

7 6 154,81 102,8

(%) Aportación a la producción de carne de gros bovins.Fuente.- Elabotación propia a partir de Marchér Agricoler. Priz, 4/5, 1983, y delB.M:E.A., 5/1983.

340

de la peseta, puesto que su paridad frente a^la libre irlandesa ha pasadode 147,5 ptas/libra en 1980 a 203,9 ptas/libra en marzo de 1983^^.Sin embargo, en ese mismo mes, el precio de ciertas clases de bovinosjóvenes irlandeses era inferior al precio medio del añojo español, talcomo queda reflejado en el cuadro 9.28, con lo que la posibilidad deque el potencial exportador irlandés se dirija hacia el mercado espa-ñol, a medida que avance el período transitorio, debe tenerse muy encuenta.

1) Por último, debemos señalar que también con Irlanda se pro-ducen pérdidas de competitividad en el proceso de engorde de losanimales jóvenes. En efecto, mientras que el precio medio irlandés delos terneros se sitúa en un 118,8% del precio español, en los bovinosjóvenes desciende a un 102,8% (cuadro 9.23)G8. Por consiguiente,podemos afirmar que los talleres intensivos de engorde están operan-do con unos costes más elevados que los correspondientes a las explo-taciones irlandesas y francesas y que su porvenir en el seno de laC.E.E. puede llegar a ser precario, mucho más si se considera que laadhesión española va a provocar un encarecimiento de los cerealespienso. La tarea de vincular el proceso de engorde a explotaciones ga-naderas con recursos forrajeros propios, tal como se hace en Francia^^,debe constituir, en consecuencia, uno de los objetivos prioritarios dela política agraria cara a la integración del sector bovino español en elmercado común agrícola.

LA DISTRIBUCION DE LA PRODUCCION

La distribuĜión intersectorial

A1 contrario de lo que ocurre con la leche, la demanda de carnede vacuno para transformación industrial es muy débil. En el cuadro9.29 puede apreciarsé que, en 1981, el consumo de carne bovina por

67 Cálculos propios, mediante las tasas de conversión de ambas monedas en e.c.u.,a partir de Statirtiquer de bare de la Communauté y del Boletín de !ar ComunidaderEuropea.r, 3 / 1983.

68 Paza Irlanda sólo se suministran datos sobre una única dase de terneros, Youngcalves, con lo que resulca imposible dasificar cerneros y bovinos jóvenes en las mismasdases.

69 Véase O.C.D.E.: la production de vrande bovine..., op. cit., pp. 79-84.

341

las industrias cárnicas sólo supuso el 6,2% de la producción interiorespañola, elevándose tal porcentaje a un 8,1 % en el caso de Galicia70.Hay que subrayar, además, que la demanda industrial de carne devacuno está en franco retroceso en España, habiendo pasado de36.150 Tm. en 1974-75 a 22.800 Tm. en 1980-81. El descenso es me-nos acusado en Galicia, puesto que, entre ambos bienios, el consumoindustrial ha disminuído de 3.900 a 3.700 Tm.

Otro hecho mencionable es el de que, en Galicia, prácticamentetoda la carne de vacuno para industrialización procede de ganadomayor, 3.891 Tm. en 1981't, mientrás que en España, el consumodel sector transformador está más diversificado entre los diferentes ti-pos de animales, ya que, en ese mismo año, estuvo compuesto en un45,2% por carne de ganado mayor, en un 34,7% por la de añojo, enun 12,3% por la de ternera y en un 12,3% por la de ganadomenor7z. Se trata, pues, sobre todo en Galicia, de una carne de bajoprecio con destino a la elaboración de productos alimenticios que uti-lizan como materia prima, auxiliar o principal, la carne bovina.

Conviene señalar, por otra parte, que, como queda reflejado en elcuadro 9.29, la carne de cerdo constituye la principal materia primade las industrias cárnicas españolas73. En 1980-81, e149,5% de la car-ne de cerdo producida en España fue objeto de tratamie^to industrialcara a la fabricación de productos derivados (tocino, manteca, jamón,chorizo, lomo, bacon, salchichón...). A diferencia de la demanda in-dustrial de carne de vacuno, la de cerdo, aunque el consumo del sec-tor transformador haya experimentado un ligero descenso en térmi-nos relativoĜ , se ha mostrado muy firme a lo largo del período 1974-1981, ya que ha aumentado en un 25,8% para el conjunto español.

El escaso consumo de carne bovina por el sector trarisformador norefléja adecuadamente, sin embargo, el grado de integración de estalínea productiva en el complejo agroindustrial, como consecuencia deque éste se compone de una amplia red de mataderos, en la que losde las industrias cárnicas sólo representan una mínima parte, tanto en

70 las estadísticas del Ministerio de Agricultura no proporcionan datos para el con-sumo industtial de carnes importadas que, seguramente, elevarían la participación del

sectot transformador en el consumo interior.71 Véase A.E.A. de 1981, p. 427.7z Cálculo propio en baze al A.E.A. de 1981, p. 427.

^3 En el resto de las especies animales (ovino, captino, ave...) el Ministerio de Agri-

cultura no proporciona datos de consumo industrial, razón por la cual cabe suponerque la mayor pane de la producción se destina a consumo directo.

342

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343

lo que se refiere a su número, como por lo que respecta a su capaci-dad.

En efecto, a través de la lectura de los cuadros 9.30 y 9.31 puedecomprobarse la débil participación que, en la catne de vacuno, po-seen los mataderos industriales en el conjunto de unidades de sacrifi-cio inexistentes en Galicia y en España74. La división del trabajo en-tre los diferentes tipos de mataderos es la siguiente75:

- Los mataderos municipales tienen como función el sacrificiode ganado para la obtención de carnes fresca Ĝ con destino al consĈmode la población en la que se encuentran enclavados.

- Los mataderos frigoríficos se han especializado en la produc-ción de canales refrigeradas y congeladas, lo cual queda perfectamen'-te reflejado en el cuadro 9.30, por la coincidencia que se da entre lascifras del peso canal de las reses bovinas sacrificadas en los mataderosfrigor'ificos y el peso de las canales refrigeradas y congeladas de gana-do bovino producidas por el sector transformador. EI destino de talescanales es, indistintamente, e1 del consumo humano e industrial.

- Los mataderos industriales tienen como actividad el sacrificiode ganado para la obtención de carne, cuya utilización exclusiva es lade constituir un input del proceso de elaboración de los productoscárnicos. Dado que, en 1979, el consumo industrial de carne bovinaalcanzó las 25.700 Tm. (cuadro 9.30) y el peso canal de las reses bovi-nas sacrificadas en los mataderos industriales sólo fue de 2.300 Tm.(cuadro 9.31), resulta evidente que la mayor parte de la demanda in-dustrial se satisface a través de las canales producidas por los ma_ tade-ros frigoríficos.

Los mataderos frigoríficos suelen ser unidades productivas perte-necientes a grandes empresas del complejo agroindustrial. Su pesodentro del sector carne de vacuno es considerable, habiendo contri-buído con un 42,9% al peso canal del total de reses bovinas sacrifica-das en España en 1979. Se trata de establecimientos que, pese a suexiguo número, absorbían, en 1974, el 33,8% de la capacidad globalde sacrificio en España y el 39,7% de la de Galicia, con una capaci-

74 Ni los Anuarios de Estadística Agraria, ni el Boletín Mensual de Estadísticas

Agrarias proporcionan datos provinciales o regionales de los sacri5cios de ganado porclases de mataderos.

75 Véase Consellería de Enerxía, Indusuia e Comercio: O rector cárnico galego, Pu-

blicacións da Xunta de Galicia, 1979, pp. 45-46.

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dad media muy superior, en ambos casos, a la del conjunto de lasunidades de matanza (cuadro 9.31).

Ahora bien, si el consumo industrial de carne de vacuno no refle-ja debidamente el grado de integración de este subsector ganadero enel complejo agro-industrial, también es cierto que la carne bovinaconstituye una esfera agraria que, al contrario que la leehe o la carnede cerdo, no da lugat en España a procesos de transformación indus-trial de gran trascendencia económica, limitándose las fases posterio-res al sacri5cio del ganado al despiece de las canales y a la industriali-zación de los subproductos. Dejando fuera del campo de nuestroanálisis esta última actividad, puede decirse, en consecuencia que, enlo que hace referencia a la carne bovina, las unidades del compléjoagro-industrial más importantes son los mataderos. En este terreno,es posible afirmar que Galicia, a diferencia de otras zonas producto-ras como ^eremos posteriormente, está dotada de una red de unida-des de matanza, con una capacidad media que multiplica poi 4,2 lacifra española, y en la que las más modernizadas, los mataderos frigo-ríficos, ocupan un lugar destacado a nivel español.

La situación cambia radicalmente en la carne porcina, ya que: a)La red gallega de mataderos industriales, que por su función estánmás ligados al sacrificio de ganado porcino que al de ganado vacuno(véase cuadro 9.30), tiene una relevancia mínima en relación a la redespañola y b) Galicia poseía, en 1973, 24 fábricas de embutidos fren-te a las 938 existente en España^^. Esta reducida participación en lasúltimas fases del proceso de transformación de la carne porcina es in-dicativa de que los macaderos frigor^cos gallegos se limitan a pro-porcionar canales porcinas a empresas alimenticias situadas en el restodel territorio español, lo que «implica a existencia de un sector desar-tellado e non integrado, con escaso nivel de emprego, pouco especia-lizado, e onde a maior parte do valor engadido pasa a xenerarse nou-tras áreas españolasb^^; afirmación que, aunque la Consellería de In-dustria, Enerxía e Comercio generalice al conjunto del sector cárnico,es aplicable exclusivamente, por las razones expuestas, al sector porci-no.

76 Ibid., ^ p. 51. No se suministran datos sobre la cápacidad de estas unidades

productivas.^^ [bid., p. 72.

347

La distribución territorial

A partir de las estadísticas oficiales es totalmente imposible procedera una estimación del comercio interregional de canales y cames de España.Haciendo el discutible supuesto de que el consumo por habitante decarne de vacuno se establezca, respecto al expañol, en los mismos tér-micos que el gasto de las unidades familiares en Carne y productoscátnicos en 1973-1974, se obtienen unas cifras de consumo por habi-tante que recogemos en el cuadro 9.3278. Operando con las cifras depoblación, calculamos el consumo total que, al restarle la producciónneta, proporciona unas exportaciones estimadas de carnes frescas, re-frigeradas y congeladas al resto de España, sin que se contabilicen lasexportaciones de ganado vivo, al no disponer de datos regionales so-bre la producción interior bruta. Según esta estimación, las exporta-ciones gallegas de carne de v.acuno supusieron el 41,4% de la produc-ción neta en 1975, el 47,2% en 1977 y el 48,5% en 1979. Ello im-plicaría, si se considera ia función de abastecimiento local desempeña-da por los mataderos municipales, que la mayor parte del ganado va-cuno sacrificado en los mataderos frigoríficos se destinó a la satisfac-ción de la demanda extrarregional'^.

EI cálculo anteríor es meramente aproximativo, como consecuen-cia del supuesto adoptado, y no pretende, en modo alguno, cuantifi-car rigurosamente el volumen de las exportaciones gallegas de carnebovina. De todas maneras, es evidente que el consumo gallego porhabitante no debe diferir en gran cuantía de las cifras suministradaspor el cuadro 9.32. Si, como pensamos, no debe haber grandes diver-gencias, las exportaciones han representadoen torno al 35-50% de laproducción neta gallega en los últimos años.

Respecto al ganado vacuno en pie se dispone de datos sobre elmovimiento -comercial entre las provincias españolas, mediante los

78 En esa línea de consumo, el gastó familiar medio fue, en 1973-74, de 29.525ptas. en España y de 26.878 en Galicia. Véase I.N.E.: Encue.rta de prerupuertor fami-liare.r. 1973-1974..Metodología y rerultador, Madrid, 1975, cuadro A.30. Para estimarel consumo gallego por habicante de carne de vacuno hemos aplicado al español (cua-dro 9.17), la relación entre los respectivos gastos: 91,035%.

^? Hay que [ener en cuenta que la participación de los mataderos frigoríficos ga-

Ilegos en la capacidad del conjunto del sector de sacrificio, 39,7°^ en 1974 (cuadro 9.31),se ha visto sensiblemen[e aumentada por la puesta en funcionamiento de una nueva

planta de Frigoríiicos de Louro que, con toda seguridad, la infrautilización de los ma-taderos frigoríficos es mucho menor que la de los municipales.

348

que es posible calcular los saldos regionales (cuadro ).33)S0. A nues-tro juicio, los datos del Ministerio de Agricultura infravaloran clara-mente las exportaciones gallegas de ganado vacuno vivo y, particular-mente, el destinado a engorde, por tres razones fundamentales:

- Las transacciones recogidas son las amparadas por la Guía deOrigen y Sanidad Pecuaria que es un requisito que, en buena medi-da, no se cumple por las partes contratarites. Así, según el B.M.E.A.4/ 1982, la suma de las ventas de ganado bovino para sacrificio en to-das las provincias españolas, que incluyen un apartado para las cabe-zas vendidas en las explotaciones agrarias, fue de 1.560.563 cabezasen 1981, en tanto que el total de reses sacrificadas en España se elevóa 1.924.06081. Teniendo en cuenta que la importación española deganado para sacrificio fue nula entre 1975 y 1980g^, hay un desfase de363.497 unidades entre el número de reses sacrificadas y el total decabezas vendidas para sacrificio en todas las provincias españolas. Porlo que respecta a los terneros, de especial significación productiva pa-ra Galicia, el desfase es, en términos relativos, todavía mayor, puestoque el total de animales sacrificados se eleva a 732.507 (cuadro 9.34),mientras que el total de cabezas vendidas para sacrificio es, de557.77383. La relación Cabezas vendidas para sacrificio/Total sacrifi-cios es, en el caso del conjunto del sector, de un 81,1% y, en el de losterneros, de un 76,1 % .

- El Mercado Nacionál de Ganados de Santiago de Compostelaexporta reses de recría en mayor medida que las consignadas bajo eldestino vida o engorde por el Ministerio de Agricultura^. Así, por ejem-

80 Los saldos regionales de 1977 los hemos comado de M. RooaíGUez-ZúĜ iGn. J.Ruíz-Huearn y R. Soein: Fl deram^llo ganadero erparrol..., op. cit. En esta publica-

ción, los autores realizan una estimación del destino de las exportaciones y del origende las importaciones en 1977, que no es posible determinar a partir de los datos de

base ofrecidos en ciertos números del Boletín Menrual de Erta^rtica Agraria.

81 Véase A.E.A. de 1981, p. 418. Aclaremos que, en ese total, se incluyen 13.456

cabezas sacrificadas en domicilios particulares. En caso de que este capítulo no se con-tabilice como cabezas vendidas para sacrificio, la diferencia se reduciría ligeramenre,

pero seguiría siendo muy abuhada.

82 O.C.D.E.: Bilant de la viande.... op. cit., p. 68.

83 B.M.E.A.. 4/1982, p. 42.

84 La par[icipación de cada [ipo de animal en el total español de ganado destina-

do a engorde o vida ha sido, en 1981, la siguienre: terneros = 66,3%; vacas de leche

= 16,5%; novillas de leche =6,3%; añojos = 4,9%... Ibid., p. 42. Lo más probablees que en regienes productoras minifundistas, como Galicia, la participación de los ter-

neros se eleve considerablemente sobre la media nacional.

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plo, en 1977, manejando los datos del Ministerio de Agricultura, Gali-cia habría e^tportado 80.279 cabezas paza vida o engorde85 , mientrasque las e^cportaciones de reses de recría desde el Mercado Nacional de San-tiago se cifraron en 87.3098G, que, siendo el principal centro de co-mercialización, no monopoliza, obviamente, el tráfico de ganado vi-vo entre Galicia y el resto de España.

- En la columna (10) del cuadro 9.34 reflejamos la relación por-centual entre el total de sacrificios y el potencial productivo87 én cadaregión española. Los resultados contradicen en gran medida las cifrasoficiales del comercio interregio.nal de ganado bovino en pie. En efec-to, no se comprende, por poner un ejemplo, que el total de sacrifieiosde la región Centro sea 258.500 cabezas, lo que multipli Ĝa por 2 supotencial prodĈctivó, cuando, al mismo tiempo, presenta un peque-ño superávit en el comercio de engorde y su déficit en el de sacrificiose cifra en 73.200 reses. En los mismos términos se plantea el caso ca-nario; o esra región ha sacrificado todo su censo bovino en 1981,25.097 cabezasS8, o, forzosamente, ha tenido que recurrir a importa-ciones mayores que las suministradas por el B.M.E.A. 4/ 1982.

Por consiguiente, creemos que hay un cuantioso montante detransacciones de ganado bovino en pie no cotitabilizado por el Minis-terio de Agricultura. Si a los potenciales productivos de cada una de .las regiones españolas (cuadro 9.34) se aplica la relación nacional Ca-bezas sacrificadas/Potencial productivo, 0'8951 en 1981, y restamosde los potenciales de sacrificio resultantes las cabezas efectivamentesacrificadas, obtenemos unos saldos totales de ganado vacuno vivoque, siendo meramente hipotéticos, revisten cierto interés ilustrativo:

as Véase Jos@ CouNO:.Galicia y la distribución de carnes bovinas en España^, Re-

vitta de E.rtudiot Agro-Socialet, n° 120, 1982, pp. 46-47. Datos tomados de M.

RODRÍGUEZ-ZÚi^]IGA,J. RUIZ-HUERTA y R. SORIA: El detafrollo ganader0 eJ^iaflol.., op. cit.

ab Véase X. SEQuEtROS:.O mercado nacional...,. art. cit., p. 208, que proporcio-

na, a par[ir de datos de la Gerencia del Mercado de San[iago, una cifra de 102.116reses de recría asistentes, de las cuales el 95% se contra[a, expottándose el 90% del

ganado contratado.87 Los coeficientes de fertilidad, que dan lugaz al número de nacimientos viables

en cada región, columna (3) del cuadro 9.34, se refieren a las vacas de ordeño -véaseB.M.E.A., 8-9/ 1982, p. 79- y hemos decidido empleazlas para el conjunto del censoreproductor porque corresponden a 1980, mientras que los del Mapa Ganadero Nacio-

nal datan de 1974.sa Véase A.E.A. de 1981, p. 425.

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Miles de cabezas

Galicia =+ 153,8; Asturias-Santander =+ 171,4; País Vasco =-110,9País Vasco =-110,9; Ebro =-71,1: Nordeste = -209, 1Duero = + 116,9; Centro = -142,2; Levante = -80,6Extremadura =+ 123,9; Andalucía Or. _ -3,4; Canarias = -15 , 2

Los resultados difieren notablemente de los saldos totales regionalesde los cuadros 9.33 y 9.34 y, dada la hipótesis de partida, los manten-dremos a título orientativo, puesto que pensamos que las conclusio-nes que se puedan derivar de la lectura de ambos cuadros presentanel sesgo de una excesiva infravaloración del comercio interregional es-pañol de ganado vacuno en pie. De todas maneras, a la espera de queel Ministerio de Agricultura realice estimaciones rigurosas de las pro-ducciones interiores brucas regionales de los diferentes tipos de carne,no nos queda más remedio que realizar el análisis en los términos da-dos por las estadísticas oficiales, introduciendo en cada momento loscomentarios correctores que nos parezcan oportunos:

a) Galicia presenta un déficit con el resto de España en el comer-cio de sacrificio que, siendo irelevante en 1977 y 1979, se situó en-37.300 reses en 1981. Aquí surge una primera contradicción, pues-to que los datos adjuntos no mantienen una excesiva coherencia entresí:

Galicia 1979 1981

Censo de reproductoras. Miles . . . . . . . . . . . . 650,9 644,2Coeficiente de fertilidad. 1980 . . . .. . . . . . . 79,7%Nacimientos viables. Miles . . . . . . . . . . . . . . . 518,8 513,4Saldo comercio de engorde. Miles . . . . . . . . . + 87,0 + 64,6Saldo comercio de sacrificio. Miles . . . . . . . . . -9,0 -37,3Cabezas sacrificadas. Miles . . . . . . . . . . . . . . . 337,5 305,7Producción neta. Tm . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57.929 ' S1.328

En efecto, no es posible que, manteniéndome el potencial producti-vo y aumentado el déficit de animales para sacrificio, el número desacrificios haya disminuído en 31.800 cabezas, lo que, junto a la fuer-te caída de la producción de carne de gros bovins, sobre todo en elañojo y en el vacuno menor (cuadro 9.9), ha provocado un importan-te descenso de la producción neta. La únicá explicación a la disminu-

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354

ción en el número total de sacrificios debería residir, dado e1 mante-nimiento del censo de reproductoras, en un aumento del saldo positi-vo del comercio de engorde que, según las estadísticas oficiales, no seprodujo, registrando, por el contrario, un descenso de las exportacio-nes netas gallegas. Más allá de la exactitud de las cifras oficiales, lacausa probable del constante déficit gallego en el comercio de sacrifi-cio puede residir en el hecho de que la red de mataderos frigoríficosde Galicia es de las más importantes de España, siendo Lugo la pro-vincia con mayor capacidad de sacrificiog^, en virtud de lo cual puedesuceder que una parte de su demanda de reses de sacrificio sea satisfe-cha con adquisiciones en las provincias limítrofes de Asturias y León.

b) La región española que, regularmente, mantiene un mayor sal-do positivo de ganado para sacrificio es Extremadura90, donde ni tansiquiera se.aborda la fase de transformación del ganado en canales,lo que queda claramente demostrado en el cuadro 9.34, en el quepuede comprobarse que el saldo positivo extremeño de reses para sa-crificios multiplica por 3,89 al número de cabezas sacrificadas en laregión. Los resultados obtenidos para el comercio interregional de le-che fresca se reproducen, en consecuencia, en el de ganado vacunoen pie, pudiéndose afirmar que, al menos por lo que respecta a laganadería bovina, Extremadura es el arquetipo a nivel español de re-gión periférica, es decir, un área económica que padece altos gradosde exportación de materias primas, con una bajísima industrializaciónendógena de las mismas: el saldo total positivo de bovinos vivos re-ptesentó, en 1981, e170,7% de su potencial ptoductivo, que es, con di-ferencia, la cifra más alta de todas las regiones españolas (cuadro 9.34).

c) Las antítesis de Extremadura la constituyen Centro y el País Vas-co. Estas dos regiones, para satisfacer su cocisumo, proceden a masivasimportaciones de reses para sacrificio, siendo considerablemente infe-riores, sobre todo en Centro, sus importaciones netas de ganado devida o engorde (cuadro 9.33). De tal manera que, en el País Vasco,mientras la relación expre Ĝada en la columna (11) del cuadro 9.34 esde -13,7%, la relación de la columna ( 10) se eleva a-37,2%, al-

e9 Véase Consellería de Enerxía, Indus[ria e Comercio: op. ci[., p. 48.9o EI alto saldo positivo de la región Ebro en 1979 obedece a una expottación neta

de la provincia de Navarra de 116.125 reses; fenómeno totalmente inexplicable, si setiene en cuén[a quc d censo bovino navarro fue de G4.073 cabezas en 1978 y de 61.298

en 1979. Véase B.M.E.A. 4/ 1982, p. 42, A.E.A. de 1978, p. 401 y A.E.A. de 1979.p. 40t.

355

canzando en la región Centro + 2,7% y-28,3%, respectivamente,aunque pensemos que, en ambas regiones, hay una importante sub-valoración ofcial de sus correspondientes déficits.

d) En lo que concierne al ganado vacuno para engorde, Galiciapresenta un saldo positivo de 64.200 reses, lo que, en términos relati-vos, constituye un pequeño superávit, el 12,6% del potencial produc-tivo o si se quiere, sobre los terneros nacidos a lo largo de 1981 enla geografía gallega. Aunque los datos del cuadro 9.33 no nos digannada acerca del destino de nueĜtras exportaciones, podemos decir que,en 1977, Nordeste absorbió e143,3% de las ventas de ganado bovinogallego para engorde, Levante el 16,9% y la región Duero el

13,9%^'. La estructura de los destinos de las reses de recría exporta-das desde el Mercado Nacional de Santiago ha permanecido relativa-mente estable a lo largo de 1974-1978^Z, razón por la cual no cabepensa.r en radicales transformaciones en la dirección del flujo de ven-tas de ganado bovino para vida o engorde entre 1977 y 1981. En estetipo de comercio, al igual que en el de sacrificio, los datos resultanpoco convincentes. No hay forma de entender cómo con un número denacimientos viables de 513.400 animáles en 1981, con un sacrificiode 224.300 'terneros en ese mismo año, con un censo bovino muy es-tabilizado tanto en su'número como en sus diversos componentes detipo de ganado, las exportaciones netas de ganado para vida o engor-de se limitan a 64.600 reses. O se sacrifican más animales de los con-tabilizados por las estadísticas oficiales, o, sin lugar a dudas, el saldopositivo del comercio gallego de ganado bovino para engorde es sen-siblemente mayor.

e) La región que posee un mayor saldo positivo en el comerciode engorde es Asturias-Santander: 188.300 cabezas en 1981, lo querepresentó el 202,5% de los terneros sacrificados en ambas provinciasen ese mismo año. Teniendo en cuenta que, en Galicia, el númerode terceros sacriiicados multiplica por 4,79 al de Asturias-Santander,es posible señalar, pese a los posibles infravaloraciones del comerciode ganado bovino vivo, que existe una cierta división del trabajo, decarácter no excluyente, entre ambas zonas productoras: la ganadería

^^ Estimación de M. RoDttiouEZ-Zút^^Gn. J: Rutz-HuExrn y R. Soa^n: E! de.ra^ro!!o

ganaderu etpañol..., op. cit., recogida en José CouNO: ^Galicia y la distribución...a,

art. cit.^Z Véase X. SEQuEtROS: art. cit., p. 216.

356

bovina gallega se dedica en gran medida a la producción de carnesdé ternera, correspondiéndole a Asturias-Santander el papel de máxi-ma abastecedora de las explotaciones de engorde localizadas en otraszonas de la geografía española.

f) Nordeste registra un creciente déficit de ganado bovino páraengorde que, en 1981, se situó en las 198.800 cabezas, lo que equiva-lió al 62,9% de la suma de los saldos negativos de todas las regionesimportadoras (cuadro 9.34), en tanto que su presencia en el comerciointerregional de ganado para sacrificio es prácticamente irrelevante.En 1977, Asturias-Santander suministró el 58,0% del total de impor-taciones de ganado pata vida o engorde de la región Nordeste, Gali-cia el 25,6% y Duero el 9,8%93. Levante es, también, una zona im-portadora de ganado para engorde básicamente, aunque en 1981, sehaya próducido un importante aumento de su demanda de ganadopara sacrificio, lo que ha acarreado que, en ese año, esta región pre-sente el mayor déficit relativo de ganado bovino en pie: sus importa-ciones netas, 54.400 reses, multiplicaron por 4,15 al potencial pro-ductivo.

g) Por último, nos interesa destacar el papel desempeñado pot lasregiones Ebro y Duero. Ebro tiene un elevado déficit en el ganadopara engorde, 62.100 cabezas, que, concretamente en ese año, com-pensó parcialmente con un superávit en el de sacrificio. La capacidadcerealera de esta región le permite abordar el proceso de engorde deanimales bovinos jóvenes procedentes de Asturias-Santander, Dueroy Galicia en su mayor parte, para satisfacer, por un lado, su demandade carne de vacuno y, por otro, para exportar a las regiones 1'unitrofesde País Vasco, Nordeste y Levante94. La trascendencia de la regiónDuero en el comercio interregional español de ganado vacuno en pieno queda suficientemente reflejada mediante la exposición de sus res-pectivos saldos, puesto que la estimación realizada por M. Rodríguez-Zúñiga, J. Ruiz-Huetta y R. Soria petmite señalar que, en 1977, eltráfico total (importaciones + exportaciones) de los dos flujos, en-

`^3 Véase josÉ CouNO: ^Galicia y la distribucoión...,, art. cit., pp. 44-47.

94 En 1977, los principales abastecedores de terneros de la región Ebro fueronAsturias-Santander, Duero y Galicia, cuya participación en el total de importaciones

se elevó, respectivamente, a un 47,6%, un 19,2% y un 14,4^0. Por otra pazte, susexportaciones de animales para sacrificio se destinaron en un 59,3% al País Vasco, enun 13,4% a Nordeste y en un 10,5% a Levante. Ibid., pp. 44-47.

357

gorde y sactificio, alcanzaba la cifra de 256.443 reses^s, frente a unsaldo positivo total de 24.300 cabezas (cuadro 9.33). El montante deltráfico total era muy similar al correspondiente a Asturias-Santander,260.217, y muy superior a los de Galicia, 140.127> y Extremadura,121.666. Se trata, pues, de una región que combina un alto potencialproductivo con la función de mediación, en base a la recría de terne-ros y al engorde de añojos, entre las otras zonas productoras y las re-giones importadoras^^.

El comercio interregional español de ganado vacunoen pie desde la perspectiva de la inserción del sectoren la CEE -

Teniendo en cuenta el intenso tráfico intra = CEE de animales ycarnes del sector vacuno, el irxlportante papel que Francia desempeñaen el mismo y el hecho de que, precisamente, las zonas españolas conmayor déficit relativo, exceptuando el Centro, son las regiones espa-ñolas más cercanas a la frontera francesa (País Vasco, Ebro, Nordestey Levante), resulta necesario interrogarse sobre la posibilidad de quelas zonas consumidoras procedati a una sustitución de sus adquisicio-nes actuales por importaciones ptocedentes de los actiiales estados co-munitarios y, más particularmente, de Francia.

Antes dé tratar de responder á tan crucial cuestión, es necesario con-si,_lerat que el ganado vacuno, tanto en pie como en canales o catnes,posee un valor por unidad de peso mucho mayor que él de los pro-ductos lácteos frescos, de tal forma que los costes de transporte no re-presentan más que un pequeño porcentaje de Ĝu precio de mercado,con lo que, a diferencia de lo que acontece con la leche fresca, losdesniveles de ptecios entre las diferentes zonas productoras suelen ser

95 Ibid., pp. 44-47.96 En 1977, respecto al ganado de engotde, los principales suministradotes de la

región Duero fueron Asturias-Santandet, que cubtió el 52,7% de sus importaciones,Exuemaduta con un 19,4% y Galicia con un 17,4°r6; sus ptincipales clientes fueronNotdate, que absorbió e122,6 % de sus exportaciones, Centto el 20,5 % y Ebto el 19,1 %.En lo que concierne al ganado paza sacrificio, Exuemadura y Asturias-Santander le pro-potcionaron, tespectivamente, el 55,1 % y el 16,3% de sus adquisiciones, mienáas quesus exponaciones se ditigieton en un 40,0% a Centto, en un 23,6% al País Vasco yen un 13,6% a Asturias-Santander.

358

determinantes en el momento en el que el sector de aval ( talleres de:ngorde, mataderos e industrias cárnicas con sus correspondientes in-termediarioĜ) decide el lugar donde efectuar sus compras. Por consi-guiente, la variable de mayor relevancia en el esclarecimiento de talinterrogante debería ser la competitividad^^.

En el cuadro 9.35, se deja constancia de las produccioiles regiona-les de catne bovina eri España y Francia y la producción nacional dePortugal. Dada la especialización gallega en la producción de catnesblancas, hemos considerado oportuno desglosar las producciones re-gionales en carne de ternera y en la de gros bovins98.

Respecto a las características más sobresalientes del sector carne devacuno en Francia, creemos que hay que subrayar las siguientes:

- A diferencia de España, el ganado se sacrifica en las zonas pro-ductoras y no en las consumidoras; de ahí, el bajo nivel de la produc-ciórl en el principal centro de consumo: Ile de France. En nuestro país,Madrid, manteniendo, un censo reproductor que, en 1979, equivalíaal 25,9% del extremeño, sacrificó el 1.057'0% de las reses sacrifica-das en Extremadura^^. La irracionalidad de esta situación es total, sitenemos en cuenta los costes de transporte, mayores para los animalesvivos que para las canales, las pérdidas de pesos del ganado durantelargos recorridos y que, dados los desniveles regionales de desarrolloeconómico, lo correcto sería el establecimiento del sector transforma-dor en las principales zonas productoras de la ganadería bovina espa-ñola.

- Francia, dentro de la C.E.E., es, como hemos visto, el mayorproductor de carne de ternera, 359.000 Tm. peso canal en 197910°,con una localización muy concentrada en las regiones más próximasa España (Aquitaine, Midi-Pyrenées, Limousin y Rhóne-Alpes) que,conjuntamente, sacrificaron 157.300 Tm. peso canal, es decĈ , el 43,8%

^^ Recordemos la con[radicción existente entre el voluminoso montante de las ex-portaciones francesas de terneros a Italia y el.menor nivel del precio icaliano a la pro-ducción en relación al francés.

98 Los datos pottugueses ptoceden de la publicación de la O.C.D.E. citada en elcuadro 9.35. Como el kctor puede apreciar hay, en la carne de temeta, una inconsis-tencia entte las ciftas, puesto que el producto Terneros sacrificados x Peso canal medio-20.460 Tm- no coincide con la producción neta suministrada: 22.000 Tm.

^ Véase A.E.A. de /979, pp. 402 y 429.t^ Tan[o el Rapport 1980, p. 367, como O.C.D.E.: Bilara de la vrande... op. cit.,

p. 46, proporcionan una producción neta de 377.000 Tm. en 1979.

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de la producción francesa y el 163,3 % de la española. Ouo hecho des-tacable es el bajo peso canal medio de los terneros sacrificados en Fran-cia, 106,8 kg., que solamente supone e167,6% del peso.medio espa-ñol y el 72,8% del gallego, lo que implica que la edad de sacrifcioes netamente inferior en Francia, lo que, por otra patte, puede con-tribuir a explicar el alto precio medio de los terneros vivos en Francia.

- Las regiones con mayor producción de cazne de gtos bovins sonPays de la Loite, Btetagne, Basse Normandie y 1thSne-Alpes, supe-rando, cada una de ellas, las 100.000 Tm peso canál y abĜorbiendoconjuntamente el 40,8% de la producción francesa. Pese a que la re-levancia del resto de las regiones meridionales desciende considera-blemente en este capítulo, ía producción global de Aquitaine, Poitou-Charentes, Limousin, Midi-PyrenéeĜ , Auvergne y Rllóne-Alpes, es de398.700 Tm, lo que equivalió al 133,8% de la producción españolaen ese año de .1979.

El sector pottugués de cazne de vacuno se cazacteriza pot una Ĉró-nica incapacidad de la oferta para cubrir las necesidades de la deman-da interior. En el cuadro 9..36, puede encontrarse la evolución del gradode autoabastecimiento portugués en carne bovina que, en el petíodo1975-1980, no llegó a superar nunca el nivel del 85%. Para tener unhorizonte temporal máas amplio, señalazemos que la ptoducción anualmedia de 1969-1970-1971 fue de 87.000 Tm'o', en virtud de lo cualpuede decirse que, con las oscilaciones anuales propias del sector, la .producción está prácticamente estancada. No sucede lo mismo con elconsumo intetior que ha registrado un fuette descenso en 1978-1980,como consecuencia de una caída de las importaciones que, seguraznen-te, debe obedecer a una política comercial más restrictiva y que, poroua parte, ha hecho pasaz el grado de autoabastecimiento de un 55,4%en 1977 a un 83,5% en 1980. Huelga decir que tales restricciones noserán posibles en el mazco de la C.E.E., aunque la eliminación de lasrestituciones del F.E.O.G.A. a las actuales exportaciones de los paísescomunitarios con destino a Portugal, van a vincular la futura evolu-ción del consumo portugués de carne de vacuno al désarrollo del po-det adquisitivo de la población del país vecino. ,

Respecto al hipotético papel que la ganadetía bovina gallega pue-de desempeñar en el abastecimiento de carne a la sociedad portugue-sa, conviene tener en cuenta los siguientes datos:

lo^ Véase Anuario FAO de ^roducción. 1980, p. 212.

362

GRAFICO 9.6.Producción regional de carne de ternera

(miles de Tm de peso canal). 1979.

más de 40 de30a40 de20a30 de10a20 de0a10

Fuente: Cuadro 9.35.

363

GRAFICO 9.6.Producción regional de «gros bovinsp

(miles de Tm peso canal). 1979.

más de 150 de 100 a 150 de 70 a 100 de 40 a 70 de 20 a 40 de 0 a 20

Fuente.- Cu^dro 9.35

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- En 1979, la producción neta gallega de carne de ternera supu-so el 141,4% de la portuguesa, disminuyendo tal porcentaje a un37,2% pata la carne de gros bovins y que, frente a unas exportacio-nes gallegas netas de 78.000 bovinos vivos (cuadro 9.33), Portugal rea-lizó unas impottaciones de reses equivalentes a 5.000 Tm. peso canal,lo que, al peso canal medio portugués de los gros bovins, representauna importación de 19.380 animales con edad superior a los docemeses1o2

- En lo que concierne a los precios pagados a la producción enPortugal, los únicos datos de los que disponemos son los siguientes103

PRECIO MEDIO PONDERADO RECIBIDO POR LOS AGRICULTORESPARA TODOS LOS 77POS Y CALIDADES DE BOI^INOS, CONEXCLUSION DE LOS TERNEROS (Dólare.r USA/100 kg. p. vivo)

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lo que no es mucho ya que, como hemos señalado en el epígrafe 9.5,el precio medio ponderado puede estar excesivamente sesgado haciauno de los animales integtantes de los gros bovins y, por consiguien-te, carecer de toda sign^cación la relación de precios que se puedaestablecerlo4 Más éxpresivo resulta el dato de que, en el tercer tri-mestre de 1979, el precio pagado a la producción por los animalestle edad comprendida entre los 18 y los 24 meses fue^, en Portugal,de 92,00 escudos/kg.-p. vivoios. El animal de referencia, en este ca-so, debe ser el añojo que, en ese mismo trimestre, se cotizó a 138,17

roz Todas tas impottaciones de animales vivos por una equivalencia de 5.000 Tm.peso canal corresponden a los gros bovins. Véase O.C.D.E.: Bilant de !a viande..., op.cit., p. GG.

toi Véase Comisión Económica paza Eutopa de las Naciones Unidas: Prix de.r pro-duitr agricole.r et de certain.c moyent de production en Europe et Amérique du Nord.

1980/1981, Nueva York, 1982, cuadro VIII.B, p. 33 del anexo estadístico.1P4 Recuérdese, a estc respecto, lo dicho paza el precio medio ponderado gallego

de los gros bovins recogido en el cuadro 9.21.tos Véase Comisión Económica paza Europa de las Naciones Unidas: Revue de la

rituation agñcole en Europe a la fin de 1979, vol. I, Nueva York, 1980, p. G3.

3G6

ptas/kg-p. vivolo^ es decir, a 100,71 kg-p. vivo107. La relación de pre-cios fue, en ese momento, favorable a Portugal, 91,4% del preciomedio del añojo español, pero una correcta valoración de la mismaexige saber que el precio español se refiere a los animales de 12 a 24meses y sería inferior si sólo se considerase el fragmento portugués,18-24 meses, por darse una correlación negativa entre la édad del ani-mal y el precio pagádo a la producción. Además, conviene recordarque, en 1979, el añojo fue el capítulo productivo menos competitivode la ganadería bovina española, alcanzando un precio superior a losJeunes Bovins A franceses (cuadro 9.22), en tanto que los terneros,que es el animal de mayor intetés para Galicia, seguían manteniendouna elevada competitividad respecto a los principales países produc-tores de la CEE (cuadro 9.21).

Así, pues, el juego de las variables espaciales y sectoriales configu-ra una situación de extrema complejidad, pese a lo cual parece viablededucir las siguientes conclusiones: ^

a) Considerando las pérdidas de competitividad durante el pro=ceso de engorde de los animales jóvenes en relación a la ganadería bo-vina francesa que, como hemos indicado repetidamente, se verán agra-vadas por el encarecimiento de las importaciones españolas de cerea-les pienso, es lógico pensar que los mayores problemas tendrán queser afrontados por los talleres intensivos de engorde. En este sentido,convierie reflejar la situación de debilidad de Nordeste y Levante queconjugan altos déficits relativos en el comercio de ganado para en-gorde -columna ( 11) del cuadro 9.34-, con una escasa capacidadcerealera y con su proximidad a la frontera francesa. La falta de com-petitividad de los talleres intensivos de engorde situados en estas re-giones no se deriva de trabajar con terneros más caros que los france-ses, sino que radica, más bien, en sus métodos de engorde de los ter-neros procedentes de Asturias-Santander y Galicia esencialmente. Laposición de las ottas dos zonas netamente importadoras, País Vascoy Centro, es, en este terreno, menos frágil, al ser áreas que, más queengordar terneros, lo que hacen es adquirir toda clasé de animales pa-

^ob Media azitmética no ponderada de los precios de los meses que lo integran. Véa-se B.M,E.A., 4/1980, p. 64.

lo^ Tipo^de cambio eñ 1979; 1 e.c.u. = 91,9665 ptas: = 67,0417 escudos, es de-

cir, i escudo = 1,372 ptas. Véasc StatiJtigueJ de baJe de !a Communauté. 1981, op.cit., p. G7.

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ra sacr^cio; desde un punto de vista estrictamente regional, al PaísVasco, por ejemplo, le resulta totalmente indiferente, a igualdad deptecios, imponar añojos de la tegión Ebro que Jeunes bovins de Aqui-taine.

b) Galicia, a diferencia del sector lácteo, se encuentra en una po-sición relativamente confortable:

- Aunque el destino de las exportacioñes de terneros para en-gorde radique, en parte sustancial, en el otro extremo de la geogtafíaespañola, difícilmente Cataluña y Levante van a proceder a una masi-va sustitución de importaciones, a través de adquisiciones en el Midifrancés, como consecuencia de la favorable relación de precios entrelos terneros españoles y ftanceses: 73,6% en marzo de 1983 (cuadro9•23): En este sentido, la zona más afectada por la concreción de taleventualidad sería Asturias-Santander; dado el coste adicional de8.566,5 ptas. por 100 kg.-p. vivo de los terneros franceses, creemosque, en todó caso, más que de una sustitucióri de importaciones, setrataría de compras tend.entes a aumentar la producción de carne enNotdeste y Levante, lo que no parece excesivamente viable por las di-ficultades que van a encontrar en el marco de la C.E.E. los talleresintensivos de engorde.

- La principal actividad del sector vacuno gallego es la produc-ción de carnes blancas, habiendo generado el 27,1 % de la produc-ción española en 1982 (cuadro 9.9). Habida cuenta de la importantecontribución de la producción neta catalana a la misma, 21,3% enese mismo año108, es razonable pensar que nuestras exportaciones décarne de ternera se dirigen a áreas territotiales más próximas (véasegráfico 9.5). Considerando la elevada competitividad de los ternerosespañoles en relación a Francia y Holanda, nuestras actuales ventasde carnes bovinas blancas deberían conservar su mercado en el restode España.

- El carácter de importador neto de Portugal, tanto en carnescomo en animales vivos, la relativa semejanza de los precios pagadosa la producción por los bovinos jóvenes y el hecho de que, en deter-minadas épocas del año, se produzca un intenso tráfico clandestinode Galicia hacia Portugal, hacen pensar que, una vez eliminadas lasbarreras aduaneras por la adhesión conjunta de ambos estados penin-

ios Véase B.M.E.A. 5/1983, p. 2S.

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sulates a las Comunidades Europeas, nuestro sector vacuno pueda Ile-gar a cubrir una parte de la demanda de la sociedad portuguesa que,en los últimos años, por la reducción de las importaciones, se ha vistoobligada a reducir drásticamente su consumo.

c) EI testo de las regiones productoras españolas ptesentan una si-tuación similar a la gallega:

- Extremadura y Andalucía Oecidental porque, aunque su su-perávit se componga fundamentalmente de ganado para sacrificio, enel que la participación de lós añojos debe ser relativamenté importan-te, sus ventas se dirigen hacia zonas adyacentes, Centro y en el casode Extremadura también Duero109, bastante alejadas de los Pirineosy, en segundo térmico, porque son regiones en las que el proceso deproducción de animales y carnes se realiza én grandes explotacionesde carácter extensivo que, con toda seguridad, están operando con unoscostes de producción muy inferiores a los talleres intensivos.

- En la región Duero la labor de recría y. engotde de los ternerospropios y de los importados constituye una importante actividad delsector bovino. En la medida que en la misma se utilice su notablepotencial cerealero no cabe pensar en graves perturbaciones, tenien-do, en cuenta, además, que la mayor patte de las reses de sacrificioexportadas se destinan.a la región Centro.

10y Véase JosÉ CAUxo: aGalicia y la disttibución...a, art. cit., pp. 44-47.

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