la cerámica funeraria del cerro barajas seriación y cronología

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  • 7/21/2019 La Cermica Funeraria DeL Cerro Barajas Seriacin y CronoLoga

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    Es bien sabido que la correcta interpretacin de los proce-sos histricos depende, en gran medida, de la capacidad delos arquelogos en manejar una escala temporal suficiente-mente fina. En el caso de la arqueologa del Bajo, la elabo-racin de un marco cronolgico ms preciso es, sin duda,una prioridad si pretendemos entender cuales fueron lasrelaciones entre los grandes asentamientos queflorecieron en esta regin. Si efectivamentevarios de los sitios monumentales pueden serfechados del Epiclsico, esta simple asignacinno es suficiente si consideramos que dichoperiodo abarca ms de tres siglos. Antes dediscutir las relaciones de poder y la organiza-cin territorial de la regin, es indispensabledeterminar en que medida el desarrollo de es-tos centros fue simultneo o bien si existierondesfases cronolgicos entre estos.

    El presente trabajo no tiene la ambicin deresolver estas incgnitas que, por lo pronto,quedan fuera de nuestro alcance. En cambio,pretende asentar algunas bases para mejorar laresolucin cronolgica del Epiclsico en el su-roeste de Guanajuato. Para esto, nos basaremos en una se-riacin de los materiales cermicos procedentes de contex-tos funerarios excavados en el marco del proyecto Barajas(Pereira, Migeon, Michelet 2001, 2005; Pereira, Michelet,Migeon 2007) 1.

    1 Los trabajos realizados en el marco del proyecto Barajas fueronllevados a cabo por un equipo de investigadores del CEMCA y delCNRS con el apoyo financiero de la Commission Consultative desRecherches Archologiques ltranger del Ministre des AffairesEtrangres del gobierno de Francia.

    1. Los contextos funerarios del Cerro Barajas

    Cuatro conjuntos funerarios fechados del periodo Epicl-sico fueron excavados durante los trabajos realizados enel Cerro Barajas (Figura 1). Los conjuntos encontrados enel grupo G del sitio de Nogales y el grupo H de Ycata el

    ngel fueron objeto de una excavacin extensiva. Se trata,en ambos casos, de pequeos cementerios ubicados en elinterior de una estructura: en el caso de Nogales, los entier-ros estaban agrupados en el interior del edificio circular

    G9 mientras que en Ycata el ngel, se concentraban enla parte noroeste del saln con atrio central del conjuntoarquitectnico H2. Las dems sepulturas provienen deotras dos reas funerarias que fueron exploradas de forma

    LACERMICAFUNERARIADELCERROBARAJAS: SERIACINYCRONOLOGA

    Grgory PereiraUMR 8096, CNRS/Universidad de Pars 1 (Francia)

    ResumenLos materiales cermicos procedentes de tres conjuntos funerarios y un deposito de fundacin del Cerro Barajas son analizados aqu

    con el objetivo de renar la secuencia crono-cermica del Epiclsico. El mtodo empleado es el de la seriacin que se aplica a un

    corpus de 128 vasijas procedentes de 33 contextos. El estudio parte de una revisin detallada de las condiciones de deposicin de los

    vestigios (la cual depende del patrn funerario) que constituyen una clave fundamental para entender el ordenamiento secuencial de los

    materiales. El fechamiento en hueso por AMS de seis contextos funerarios permite ubicar temporalmente los eventos estudiados entre

    650 y 860 d. C. La seriacin de los materiales que caen dentro de este rango y que corresponden al complejo Barajas permite distinguir

    3 sub fases evolutivas. Finalmente, se discuten las anidades de los materiales funerarios de Barajas con las tradiciones cermicas de

    regiones vecinas.

    AbstractThis paper presents an analysis of 126 vessels that were recovered from funerary contexts excavated from four sites at Cerro Barajas.

    Our purpose is to create a seriation of these contexts based on the ceramic materials in order to rene the chronology of the Barajasphase (AD 650-900). First, we dene the typological and morpho-functional properties of the vessels, as well as the characteristics of

    the contexts from which they were recovered. This latter aspect is particularly important since the formation processes of the deposits

    are fundamental for establishing the chronological order of the materials. The results obtained permit us to propose three temporal

    subdivisions within the Barajas phase and to identify the variables that indicate this chronological evolution. Finally, we consider links

    with other regions that are suggested by the funerary materials.

    11N26A

    A

    B

    C

    D

    E

    G

    F

    Los Toriles

    Muralla

    Nogales

    El Moro

    La

    Tij

    era

    ElEnc

    ino

    N

    A

    BC

    A

    B

    C

    DE

    E

    F

    G

    H

    IA

    A

    B

    A

    A

    B

    B-C

    C

    D

    D

    E

    H

    A

    B

    D

    Camposanto

    Ycata El Angel

    La Perra

    Lomillo Largo

    La Nopalera

    Los Cuates

    El Encino

    LaTije

    ra

    Elcaj

    n

    LaPerra

    LaCueva

    ElP

    uerto

    ElMaguey

    C

    Las Majadas

    Casas Tapadas

    Charco dela Tortuga

    1000 m

    2

    000m

    1950m

    1900m

    1850m

    1800m

    205

    0m

    G9

    H2a

    3C

    Figura 1 - Mapa de los sitios de la vertiente norte del Cerro Bara-jas y ubicacin de los conjuntos analizados en este trabajo.

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    parcial. Una de stas se encuentra en una zona habitacio-nal del sitio del Moro. Las sepulturas fueron encontradas enel interior de un pequeo edificio rectangular (estructura11N2) asociado a un grupo de estructuras habitacionalesde dimensiones modestas (11N1, 11M, 11L). La otra se ubi-caba en la parte baja del sitio de Camposanto (locus 3C).Esta zona estaba fuertemente alterada por las actividades

    agrcolas modernas de forma que no fue posible determinarel contexto exacto de estos depsitos. Sin embargo, la pre-sencia de amontonamientos modernos de lajas en esta reaindica que los entierros estaban seguramente asociados conalgunos edificios.Sealemos, finalmente, que para ampliar un poco ms lamuestra estudiada, hemos incluido las vasijas procedentesde una ofrenda dedicatoria encontrada en la estructura 6Adel Moro. Se trata de un templo sobre un pequeo basa-mento en el relleno del cual se coloc un conjunto de 11vasijas, cuyas caractersticas son muy semejantes a las quese encuentran en los entierros. Fuera de este caso particular,

    las 117 piezas restantes provienen todas de sepulturas. Peroantes de presentar los resultados de la seriacin, es impor-tante dar a conocer las caractersticas de los contextos fune-rarios ya que stas pueden tener notables incidencias en el

    manejo de los datos.Las investigaciones realizadas hasta la fecha indican que elpatrn funerario Epiclsico del Cerro Barajas presenta unafuerte homogeneidad. Cualquier sea la edad o el sexo deldifunto, todos estaban inhumados siguiendo las mismasreglas: el cadver estaba enterrado individualmente en una

    fosa sencilla cubierta, en algunas ocasiones, por lajas deandesita; el cuerpo estaba siempre colocado en posicinde decbito dorsal extendido; su eje principal segua unaorientacin este-oeste con la cabeza ubicada hacia el este.Los muertos solan estar acompaados por una cantidadvariable de vasijas comnmente acomodadas cerca de lacabeza o a lo largo del cuerpo.Aunque el patrn funerario parece bastante sencillo, la com-pleja secuencia de inhumaciones que caracteriza algunasreas de estos cementerios genera una imagen que puedellegar a ser muy confusa y complica el entendimiento de loscontextos. La excavacin sucesiva, en un espacio reducido,de numerosas fosas funerarias ha provocado importantesremociones. En estas condiciones, cada vez que se reali-zaba una nueva inhumacin, los entierros ms tempranospodan estar parcialmente o totalmente removidos. Esteproceso explica la presencia frecuente de osamentas dislo-cadas que pertenecen a otros sujetos junto con un esqueletoen conexin anatmica as como la existencia de entierrosslo representados por segmentos parcialmente articulados(Figura 2). Estas evidencias no corresponden, de ningunamanera, a algn ritual de desmembramiento o canibalismo.Tampoco se puede considerar la acumulacin de osamentasresultante de este proceso como un entierro mltiple ya quelos diferentes integrantes del conjunto fueron colocados en

    fosas individuales y en diferentes momentos.Tomando en cuenta la ubicacin de cada contexto en la se-cuencia de depsitos (Figura 3) as como las propiedades delos materiales asociados, hemos realizado una serie de seisfechas de radiocarbono por AMS en huesos procedentesde esqueletos en conexin anatmica (Figura 4). La cali-bracin de estas fechas nos permite apreciar el rango cro-nolgico en el cual se insertan los contextos analizados: sitomamos en cuenta la globalidad de las fechas y considera-mos una probabilidad de 2 sigmas (95,5%), podemos decirque los entierros fueron realizados durante un periodo que

    Sep. 6

    Sep. 11-1

    Sep. 11bis

    Sep. 15

    Sep. 3-1

    Sep. 3bis

    Sep. 5

    Sep. 7

    Sep. 8 Sep. 10

    GrA-20080: 129045

    GrA-20079: 132545

    Figura 3 - Diagrama de Harris que ilustra la secuencia deentierros de la seccin oeste del cementerio de Nogales G9.Las fechas de AMS sealadas a la derecha fueron obtenidas enmuestras de hueso de las Sepulturas 3 (invidivuo 1) y 6.

    Figura 2 - Ejemplo de disturbios provocados por entierrosindividuales sucesivos (conjunto funerarios G9 de Nogales).La Sepultura 10 (esqueleto indicado en gris oscuro) provoc laremocin parcial de 11 y 5 cuyos huesos fueron encontrados enla fosa de 10 (indicados en gris claro).

    0 40 cm

    Nmg

    SEP. 10

    SEP. 11SEP. 5

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    iniciara en 620 d. C. y terminara hasta 890 d. C. ; si consi-deramos una probabilidad de 1 sigma (68,2%), el rango seextendera entre 650 y 860 d.C. Esta informacin es inte-resante ya que nos permite asegurarnos de que la mayorade los contextos que vamos a analizar se distribuyen en unperiodo que abarca un poco ms de dos siglos. Dicho rango

    cronolgico y las caractersticas generales de los materialesasociados nos indican que nos ubicamos dentro de la faseBarajas tal como la hemos definido en trabajos anteriores(Migeon y Pereira 2007; Pereira, Migeon y Michelet 2001,

    2005). Si nos detenemos ahora en la distribucin individualde cada fecha, es interesante notar que muchas de stas caenen un periodo que va de 650 a 800 d. C. Ahora bien, aunquelos resultados obtenidos tienen rangos de error bastante

    limitados (entre 35 y 45 aos), la resolucin de cada fe-cha suele rebasar 100 aos, generando traslapes demasiadoimportantes para proponer un ordenamiento cronolgicoconfiable.

    2. Apuntes metodolgicos

    Es para tratar de rebasar esta limitante que realizamos unasecuencia basada en una seriacin de los materiales cermi-cos encontrados en los entierros. Este mtodo usado desdemucho en arqueologa se define como un ordenamientounidimensional de conjuntos de elementos en una serie

    en la cual la posicin de cada conjunto refleje el grado desemejanza con el resto de la serie.El primer paso para establecer la seriacin es definir losconjuntos. En el caso del presente estudio, el manejo delespacio funerario tal como lo hemos descrito en la seccinanterior tiene incidencias directas sobre el estudio cronol-gico de las cermicas funeraria. Es entonces indispensabletomar en cuenta los datos proporcionados por un anlisisfino de los contextos para distinguir lotes de objetos per-tinentes. Por un lado, contamos con entierros individualesntegros, es decir que no han sufrido, ni provocado ningu-na remocin. En estos casos, nos encontramos en el tpicocontexto cerrado que implica que los objetos encontradosfueron colocados al mismo momento. Pero en otros casos,las inhumaciones sucesivas han provocado remociones to-tales o parciales. Este proceso tiene ventajas y desventajas.

    Por un lado, los datos obtenido son muy valiosos pues, adiferencia de los depsitos ntegros que suelen estar sepa-rados el uno del otro, podemos establecer una secuenciacronolgica relativa confiable entre los distintos entierros(cf. Figura 3). Esta informacin es de gran ayuda puesto quenos permite realizar un primer ordenamiento cronolgico

    de los entierros. Luego, insertamos los contextos que care-cen de vnculos estratigrficos (entierros ntegros) pormedio de la seriacin usando el mtodo de los baricentrospara ordenar el cuadro en un patrn diagonal.Por otro lado, el proceso de remociones sucesivas compli-ca el anlisis de los materiales asociados pues parte de laspiezas encontradas en un mismo depsito correspondentanto a un contexto primario (los objetos depositados in-tencionalmente con el muerto en el momento del entierro)como secundario (objetos removidos desde sepulturasanteriores). Afortunadamente, en la mayora de los casos,es posible establecer una distincin entre ambas categorasde materiales. Los objetos en posicin primaria suelen estarcompletos y cuidadosamente colocados en torno al esque-leto en posicin anatmica. Se encuentran a menudo cercade la cabeza, a lo largo del cuerpo y, en menor medida, cer-ca de los pies, encima del pecho o debajo del crneo. Suelendescansar sobre su base o bien estar colocados de lado. Enpocas ocasiones aparecen boca abajo. Los recipientes remo-vidos suelen estar incompletos o bien fragmentados y dis-persos. De hecho, no es raro encontrar varios pedazos deuna misma pieza en distintas sepulturas. Tambin notamosque se asocian con frecuencia con huesos dislocados que nopertenecen al esqueleto en posicin anatmica.Para poder establecer nuestra seriacin hemos tenidos que

    tomar en cuenta estas diferencias. En los depsitos fune-rarios que fueron objeto o provocaron remociones, hemosdistinguido entonces dos lotes: el primero agrupa las vasi-jas que se encontraban en posicin primaria; en el segundoconsideramos las piezas que fueron el resultado de una re-mocin (contexto secundario). En el primer caso, podemosconsiderar que, al igual que las piezas que provienen de losdepsitos ntegros, las piezas de un mismo lote formabanparte de un mismo evento. En el segundo, no podemos ga-rantizar la contemporaneidad de los materiales pero, por lomenos, podemos decir que se relacionan con inhumacionesprevias a la sepultura donde aparecieron.

    El punto de partida de nuestro anlisis es un total de 33contextos (32 son sepulturas, el resto corresponde a laofrenda de 6A) en los cuales se identificaron, hasta ahora,unas 128 vasijas. Sin embargo, para la seriacin, hemos te-nido que descartar diez contextos ya sea porque carecan demateriales asociados o bien porque las vasijas encontradasno presentaban ningn rasgo diagnstico del punto de vistacronolgico. Despus de esta seleccin, consideramos 23conjuntos de cermicas procedentes de depsitos primariosy 6 otros conjuntos encontrados en depsitos secundarios2.Otro aspecto importante del anlisis es la seleccin de loscriterios que se tomaron en cuenta para caracterizar cadaconjunto de vasijas. Se realiz para esto un registro de lascaractersticas relacionadas con la forma y los patrones de-corativos en cada conjunto. A partir de este registro, selec-

    2 Como lo indicamos arriba, los conjuntos secundarios provienen amenudo de sepulturas donde existe tambin conjuntos primarios.

    Figura 4 - Conjunto de fechas AMS obtenidas en hueso decontextos funerarios del Cerro Barajas

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    cionamos 21 criterios cuya distribucin poda hablarnos decambios cronolgicos y eliminamos los rasgos demasiadocomunes o demasiado escasos. Por ejemplo, el criteriocopa de pedestal no fue utilizado en la seriacin puestoque es presente en toda la secuencia. En cambio, la presen-cia de una moldura externa en el cuerpo de la copa, la for-

    ma del borde, el patrn decorativo de sus paredes internasy la decoracin del pedestal (trenzado o calado) muestranclaras variaciones que, como veremos, tienen significadocronolgico.

    3. Caractersticas generales de la cermica fune-

    raria

    Antes de presentar los resultados de la seriacin, es nece-sario definir las caractersticas generales de la cermicafuneraria Epiclsica del Cerro Barajas (Figura 5). Como lohemos sealado previamente, dicho material muestra ca-

    ractersticas tipolgicas que lo relacionan claramente conla fase Barajas (650-950 d. C.). La presencia de copas depedestal correspondientes a los tipos Tepame rojo pulidoyHuizache rojo sobre bayo, de ollas Nogal rojo esgrafiado, Le-chuguilla rojo sobre anaranjado, Sbila negro sobre naranjason buenos marcadores al respecto. Por supuesto, la mues-tra que proviene de los entierros no es representativa de laproduccin cermica total, ya que las vasijas colocadas con

    los difuntos fueron seleccionadas segn criterios propiosal mbito funerario. La distribucin de los materiales portipos y forma ilustra perfectamente este aspecto.Del punto de vista tipolgico, el grupo caf fino pulido (Fi-gura 6) representa la mitad de la muestra. Se trata de unavajilla de pasta fina caf griscea (corresponde principal-mente a la clase E segn la clasificacin de pastas estable-cida por J. J. Morales, s.f.) de superficie pulida en la cualse distinguen tres tipos principales: Chupiri caf pulido(27.8%), Chupiri caf inciso (16,7%) y Chilillo caf inciso(5,6%). El primero se distingue del segundo por carecer dedecoracin incisa que caracteriza el segundo (cf.C. Pome-dio en este mismo volumen). El tipo Chililloha sido defi-

    nido por Chlo Pomedio (vase en este mismo volumen,Pomedio 2009: 377-380) y se caracteriza por cierta estanda-rizacin perceptible en la forma (cajetes de paredes recto-divergentes), dimensiones, tcnica decorativa y diseos devolutas angulosas (sub-familia de motivos C5). En cuanto alas formas, el grupo caf fino pulido o inciso incluye prin-

    cipalmente recipientes cuyas dimensiones y morfologa serelacionan con el servicio: cajetes, ollas miniaturas o botel-lones.El grupo formado por los tipos Tepamerojo pulido(25.4%)y Huizache rojo sobre bayo (16.7%) fue tambin muy po-pular en los contextos funerarios ya que representa 42.1%de la muestra total. Ambos tipos comparten muchos ele-mentos: son generalmente copas o, ms excepcionalmente,cajetes trpodes, que fueron inicialmente usados como mol-cajetes, tal como lo muestra el desgaste que suele observarseen el fondo punzonado de los recipientes; fueron hechos enuna misma pasta (clase D definida por Morales s.f.); reasms o menos extendidas de la superficie natural de colorbayo anaranjado son cubiertas por un engobe rojo que fuepulido; estos recipientes suelen haber recibido una decora-cin al negativo en las paredes internas y externas del reci-piente. Ahora bien, el tipo Tepame (Figura 7) se distinguepor tener una engobe rojo que cubre toda la superficie delas paredes internas mientras que el tipo Huizache(Figura8) se caracteriza por una aplicacin incompleta del engobeque forma dos cenefas horizontales entre las cuales se dis-tingue una banda a reserva de color bayo que correspondeal color natural de la loza. Esta banda suele recibir unadecoracin al negativo mientras que en el tipo Tepame, ladecoracin negativa se aplica sobre el engobe rojo. Como

    veremos ms adelante, el patrn decorativo negativo y, aveces, la forma del pedestal y del borde, muestran tambinnotables diferencias. En cuanto a su funcin, hasta dondesabemos, no se observan diferencias notables entre estosdos tipos. Con excepcin de algunas copas miniaturas, lafuncin primaria de estos recipientes tiene que ver con elprocesamiento de alimentos y, muy probablemente, con lapreparacin de salsas. No obstante, la superficie muy limi-tada del fondo punzonado y el fino acabado y decoracinde las paredes sugiere que tambin fueron usadas para elservicio de los alimentos. Tambin, hemos podido observaren varios contextos funerarios (Sepulturas 3 y 8 de Ycata

    el ngel; Sepultura 4 de Camposanto) que estos recipientescompletos o recortados fueron empleados para tapar ollas3.Los dems tipos presentes son mucho ms escasos ya queconstituyen menos de 8% del conjunto. Los tipos Nogal rojoesgrafiadoy Lechuguilla rojo sobre anaranjado negativosoloson representan por tres piezas cada uno (2.4 %). Ambostipos corresponden a ollas de pasta fina anaranjada (clase Adefinida por Morales s.f.) pero son muy distintos en cuantoal tratamiento de superficie, la decoracin y las formas. Eltipo Nogal (Figura 9a) se caracteriza por un engobe rojopulido que cubre toda la superficie externa de las paredesdelgadas (5mm) de la olla. Esta puede presentar dimen-siones reducidas con forma de botelln, o bien tener unacapacidad suficientemente importante para ser usada parael almacenamiento de algn producto. La parte media del

    3 Sverine Bortot lleg a las mismas conclusiones en su estudio de lacermica encontrada en contextos de almacenamiento (Bortot 2007).

    Caf inciso(Chupiri y Chilillo)21%

    Chupiri caf pulido27%

    Tepame rojo pulido25%

    Huizache rojo/bayo16%

    Lechuguillarojo/naranja

    2%

    Nogal rojo esgraf2%

    Sbila negro/naranja

    2%

    Guanumo blanco ynegro

    1%

    otros

    4%

    Figura 5 - Distribucin de las vasijas por tipo.

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    cuerpo suele estar marcada por una carena que permite dis-tinguir el fondo hemisfrico del hombro cuya curvatura esmenor. La decoracin esgrafiada fue elaborada en el hom-bro. Las incisiones fueron realizadas en su mayora, sobrepasta seca cuando el engobe rojo ya haba sido aplicado.Este procedimiento permite que el color ms claro de lapasta, expuesto por las incisiones, resalte sobre la superficieroja de la olla.El tipo Lechuguilla (Figura 9c) corresponde generalmentea ollas de dimensiones relativamente grandes (> 25cm dealtura) y de paredes ms gruesas (5-8mm). Presentan tam-bin una carena en la parte media del cuerpo. La deco-racin combina anchas bandas de engobe rojo aplicadas

    sobre la superficie natural pulida de color anaranjado4quese combinan con diseos al negativo. El patrn decorativoes distinto segn la ubicacin en el cuerpo: entre el cuello yla carena, las bandas rojas se distribuyen horizontalmente,delimitando espacios sin engobe que reciben a menudo unadecoracin al negativo; de la carena para abajo, las bandasrojas son verticales y alternan con bandas negras al nega-tivo. Es interesante notar que este patrn decorativo mues-tra notables semejanzas el tipoMalpaso negativo polcromode La Quemada (Jimnez Betts y Darling 2000) aunque losdiseos al negativo son mucho ms simples en el caso del

    4 Hay que aclarar que la coccin de estas piezas (como de otras ollasgrandes) pudo provocar variaciones en el color de la superficie natural.As mismo, no es raro encontrar reas con tonos beige, bayos y hasta cafen una misma pieza.

    Figura 6 - Recipientes del grupo Caf pulidoChupiri caf pulido: a- olla carenada, b- olla tomorfa, c- cajete tomirfo, d- cajete con carena basal;Chupiri caf inciso: e- cajete hemisfrico con diseo sencillo, g- olla carenada con diseos complejos;Chilillo caf inciso: f- cajete con diseo C5.

    a- Nogales, Sep. 3-8 b- Nogales, Sep. 15-3

    c- Nogales, Sep. 11-11 d- Nogales, Sep. 6-2b

    e- Nogales, Sep. 9-2

    f- Y. el Angel, Sep. 1-5

    g- Nogales, Sep. 11-14

    dibujos F. Bagot

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    tipo Lechuguilla.El tipo Sbila negro sobre naranja (Figura 9b), que es tancomn en otros contextos, es solamente representado pordos ejemplares (1.6%). Ha sido identificado como un buenmarcador de la parte tarda de la fase Barajas (Migeon yPereira 2007). Segn Castaeda et al. (1988: 330, Fig. 18),

    la cermica anaranjada con pintura negra tiene una ampliareparticin en toda la porcin sur-oeste del estado de Gua-

    najuato. Segn estos autores, se relacionara con una ocu-pacin del Posclsico temprano pero las fechas obtenidasen los contextos de Barajas indican una mayor antigedad(segunda mitad del Epiclsico). En Barajas, el tipo Sbilaincluye ollas medianas y grandes que fueron elaboradas enuna pasta muy parecida a la de los dos tipos descritos ante-

    riormente. Se caracteriza por cuerpos de forma globular ypor una decoracin pintada en negro sobre una superficie

    Figura 7 - Recipientes del tipo Tepame rojo pulidoa- Copa de pedestal liso bajo, b- Copa de pedestal liso alto, c- Copa de pedestal trensado alto,d- Copa de pedestal calado alto y moldura horizontal en la pared externa.

    = 14cm.

    = 18cm.

    a- Y. el Angel, Sep. 7-2 b- El Moro, 11N2, Sep. 3-9

    c- Y. el Angel, Sep. 1-10 d- Camposanto, Sep. 1-1

    dibujos de F. Bagot (a y c) y D. Salazar (b y d)

    = 12.2cm.

    a- Nogales, 802-1 b- Nogales, Sep. 3-6b

    d- Nogales, Sep. 11-6c- Y. el Angel, Sep. 6-9

    Dibujos de F. Bagot (a, b, d) y D. Salazar (c)

    Figura 8 - Recipientes del tipo Huizache rojo sobre bayo negativoa- copa de pedestal bajo con borde sencillo; b- copa de pedestal bajo con borde reforzado;c- copa miniatura de pedestal alto y borde reforzado; d- cajete trpode de soportes slidos y borde sencillo.

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    anaranjada simplemente alisada o, a veces, pulida. La deco-racin se aplica sobre el cuello y la parte media y superiordel cuerpo. Forma conjunto de lneas onduladas paralelas,peines, espirales o crculos concntricos. Se encuentra confrecuencia en las estructuras subterrneas de almacena-miento donde se piensa que eran usadas para conservar

    bienes alimenticios (Bortot 2007).El tipo Pitayo blanco y negro sobre caf(Figura 9d) es otrotipo muy escaso en los contextos funerarios. Hasta la fecha,slo contamos con un solo ejemplar (0.8%) encontrado enla sepultura 14 de Nogales G9. Se trata, de hecho, de una pie-za excepcional, pues es una olla pequea de cuerpo ovoideque muestra tres pequeos abultamientos en el hombro. En

    otros contextos, suelen ser ollas que se distinguen por susmayores dimensiones y por estar hechas con una pasta ana-ranjada de clase B. La pasta empleada para elaborar la piezaencontrada en la sepultura 14 de Nogales es de color caf ytiene numerosas inclusiones negras (clase I segn Moraless.f.). La decoracin se caracteriza por una combinacin de

    anchas bandas blancas y de lneas negras delgadas pintadassobre una superficie caf alisada. Por ser una pieza nicaque no se encontr asociada con ninguno de los otros tiposmencionados arriba, no hemos podido insertar la sepultura14 en la seriacin.Vale finalmente la pena sealar la ausencia total del tipoTuna blanco levantado. Si este tipo, que es una variante local

    Figura 9 - Otros tipos poco representados en los contextos funerariosa- Olla Nogal rojo esgraado; b- Olla Sbila negro sobre naranja; c- Olla Lechuguilla rojo sobre naranja negativo;

    c- Olla minitura Pitayo blanco y negro sobre caf.

    = 18.2 cm.

    Dibujos F. Bagot (a, b, d) y D. Salazar (c)

    a- Nogales, Sep. 3-15 b- Y. el Angel, Sep. 8-2

    c- Y. el Angel, Sep. 3-2087 d- Nogales, Sep. 14-1

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    de la familia Blanco levantado (Braniff 1999, Crespo 1995),puede ser confundido con el anterior por la combinacinde engobe blanco y de lneas pintadas en negro, se distinguesin embargo del Pitayopor presentar una tcnica decora-tiva inconfundible que consta en un levantamiento lineardel engobe blanco por medio de un instrumento de punta

    roma. Si este tipo es casi inexistente en los contextos ocupa-cionales Barajas tardo, s es bastante abundante en los ni-veles Barajas temprano. Sin embargo, el hecho que este tipono aparezca en contextos funerarios marca una diferencianotable con lo que pasa en sitios de la regin del Laja comoCaada de la Virgen donde ollas Blanco Levantadohan sidorecuperadas en sepulturas (Zepeda 2007: 160-163).Cabe sealar finalmente la existencia de seis piezas cuyascaractersticas son muy poco comunes en el contexto delCerro Barajas. Contamos por ejemplo con dos piezas cafspulidas procedentes de Camposanto cuya forma o decora-cin no es comn: una de estas (sepultura 3) es un cuencohemisfrico semejante a los del grupo Chupiri pero quepresenta una decoracin al negativo (Figura 10b)5mientrasque la segunda es un pequeo tecomate provisto de unavertedera tubular vertical y de una decoracin aplicada querepresenta un ave (Figura 10a) con pico de pato y dos ex-traas orejas de ratn (sepultura 2). Si se encuentran, muyde vez en cuando, fragmentos semejantes a la primera piezaen otros contextos del cerro, la vasija zoomorfa con verte-dera es totalmente excepcional.Otras tres vasijas fueron encontradas en los entierros delconjunto G9 de Nogales. La primera es una escudilla tr-pode miniatura caf pulida encontrada en la sepultura 11(Figura 10c). Esta pieza podra considerarse dentro del tipo

    Chupiri caf pulidopero dado su forma y el grosor de susparedes, nos parece ms prudente considerarla aparte. Lasegunda es una olla pequea de engobe rojo pulido y decuerpo carenado encontrada en la sepultura 14 (Figura10e). No corresponde al tipo Nogaldado que difiere de stepor la pasta (pasta caf griscea de clase E), el acabado desuperficie y la decoracin (pintura blanca). Estas ltimascaractersticas recuerdan el tipo Moro rojo pulidoque, noobstante, se caracteriza normalmente por grandes cuencosde bordes convergentes. Otra pieza atpica es un botellnminiatura cuyos fragmentos dispersos fueron hallados enla sepultura 6 (Figura 10d). La pasta, forma y decoracin

    de esta pieza difiere del todo de la produccin local lo quepermite suponer un origen forneo que, hasta la fecha, nohemos podido localizar. El cuerpo es globular pero la basees plana; el cuello es angosto y el borde es evertido; la pastaes roja y arenosa; la decoracin est formada por lneas pin-tadas en blanco sobre la superficie pulida del cuerpo, delcuello y del borde.Finalmente, vale la pena mencionar una pieza semi-com-pleta procedente del grupo H2 de Ycata el ngel (Figura10f). Se trata de una cuenco hemisfrico cuyos fragmentosfueron hallados dispersos entre el relleno de varias fosasfunerarias. Dicha situacin indica que fue removida de sucontexto original (contexto secundario) y que, por lo tanto,no la podemos asignar a un entierro especfico. Dada susituacin, es probable que haya sido depositado original-

    5 Podramos considerar tentativamente a esta pieza como un tipo Chupiricaf negativoaunque un estudio ms completo sera necesario.

    mente en una sepultura de fase Barajas temprano. Sus carac-tersticas son las siguientes: se trata de un cuenco de 20cmde dimetro que parece corresponder un tipo michoacanoEpiclsico conocido bajo el nombre de Lupe caf inciso(cf.Michelet este volumen ; Michelet 1993: 153-155 ; Pereira1999: 108). Se caracteriza por una decoracin incisa super-

    ficial en el borde externo compuesta por un friso de volu-tas alargadas redondeadas. Pero en el caso de la pieza queconsideramos aqu, esta decoracin ya no era visible puestoque, en una segunda etapa, la mayor parte de la superfi-cie externa del cajete fue recubierta por una capa delgadade pigmentos de color rojo, blanco, verde, rosa o amarillo.Cada mezcla cromtica fue aplicada para formar lneas ydiseos cuyo contorno fue logrado al levantar dicha capa,haciendo aparecer el color caf oscuro de la cermica. Sibien el efecto visual obtenido muestra cierto parecido conla decoracinpseudo-cloisonne, la tcnica de manufacturaes muy distinta y corresponde a lo que Holien (1977) llamCheran Style Stripped Investment. En el cajete de Ycata elngel, la decoracin muestra dos registros horizontalesprincipales: un friso superior blanco con motivos escalo-nados piramidales y otro inferior, ms complejo, formadopor grecas escalonadas invertidas de colores alternados. Esmuy posible que esta pieza haya sido importada desde elnorte de Michoacn donde esta tcnica ha sido reportadaen varios lugares (Holien 1977, Carot 2005, Filini 2004).Si nos enfocamos ahora a las caractersticas morfo-funcio-nales de la cermica encontrada en los entierros, podemosdestacar una clara preferencia por la vajilla fina relacio-nada con el servicio y la preparacin de ciertos alimentos(Figura 11). Las copas de pedestal caractersticas de los

    tipos Tepamey Huizacheson las forman que predominanen la muestra estudiada (40%). Como lo hemos sealadoarriba, se trata de recipientes de factura cuidadosa y que serelacionan seguramente con la preparacin y el consumode salsas o bebidas. Los cajetes son la segunda categoramorfo-funcional en orden de importancia (36%). En estacategora, hemos considerado todos los recipientes abiertos(cuencos y escudillas de perfiles variados) de dimensionesmodestas (10 a 22cm de dimetro) que fueron seguramenteempleados para el servicio de lquidos y/o alimentos. Lamayor parte de estas piezas pertenece a los tipos Chupiricaf pulidoo inciso. Otra clase de recipiente importante en

    los contextos funerarios son las formas cerradas cuya mor-fologa y limitadas dimensiones permiten relacionar con elservicio de lquidos. Contamos con una variedad de ollasy botellones cuyas dimensiones varan entre 8 y 25cm dealtura. Estas piezas pertenecen, en su mayora a los tiposChupiri caf pulidoe inciso,pero tambin a algunos otrostipos (Pitayo blanco y negro sobre caf, Nogal rojo esgrafiado,Sbila negro sobre naranja). Corresponden a la categora 5definida por Bortot (2007: 118-119) en su anlisis morfo-funcional de las formas cerradas y que es definida comouna olla pequea cuyo dimetro de apertura es inferior a16cm. En cambio, las ollas de mayores dimensiones (msde 25cm de altura) son mucho menos frecuentes entre losdepsitos funerarios (5%). Estos recipientes de mayor capa-cidad corresponden a las categoras funcionales que Bortot(Op. cit.) considera como apropiadas para almacenar diver-

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    sos tipos de productos. Los pocos ejemplares encontradosen los entierros son decorados y pertenecen a los tipos Le-chuguilla rojo sobre naranja(decoracin al negativo), Nogalrojo esgrafiadoy Sbila negro sobre naranja.Otro aspecto que vale la pena sealar es el hecho que lacermica encontrada en los entierros no es una produccinespecficamente destinada al mbito funerario. Por un lado,todos los tipos que hemos mencionado arriba son presentesen los contextos domsticos, aunque en proporciones dis-tintas. Por otro lado, la gran mayora de las piezas pro-cedente de entierros muestran claros indicios de haber sidousadas antes de ser sepultadas. Las copas-molcajetes pre-sentan desgastes ms o menos pronunciados en el fondo, las

    ollas y los cajetes presentan despostilladuras antiguas a nivelde los bordes, zonas de abrasin, estras y alteraciones tantoen la base que en algunas reas de las paredes internas y/oexternas. Notamos tambin la existencia de piezas repara-das o con faltantes como en el caso de las copas, algunas delas cuales presentan el pedestal recortado, probablementedespus de una factura accidental de ste. Finalmente, exis-ten tambin ejemplos de piezas cuyas partes (fragmento decuerpo de olla recortado, pedestal recortado) que fueronrecicladas para ser usadas como tapas de ollas.Para concluir esta seccin, podemos decir que la cermicadepositada en las sepulturas no fue especialmente elabora-da para un uso funerario. Los recipientes que hemos encon-

    Figura 10 - Recipientes de tipos excepcionales o forneosa- vasija zoomorfa caf pulida con vertedera tubular; b- cajete caf pulido (Chupiri ?) con decoracin al negativo;

    c- cajete caf pulido trpode miniatura; d- botelln miniatura blanco sobre rojo; e- olla carenada blanco sobre rojo;f- cajete caf no inciso (Lupe inciso ?) recubierto con una decoracin de tipo Chern Style Stripped Investment(dibujo reconstructivo basado en los distintos fragmentos recuperados).

    = 12cm.

    = 20,5cm.

    a- Camposanto, Sep. 2-1

    b- Camposanto, Sep. 3-2 c- Nogales, Sep. 11-4

    d- Nogales, Sep. 6-3

    e- Nogales, Sep. 14-3

    dibujos: F. Bagot (a-e); D. Salazar (f)f- Y. el Angel, 2117-2

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    trado en estos contextos presentan evidencias de haber sidousados por los vivos y muchos tienen sus equivalentes en elmbito cotidiano. Queda claro, sin embargo, que slo unapequea parte de la cermica producida acompaaba losdifuntos en el ms all. Los recipientes seleccionados solancorresponder a cermicas finas generalmente vinculadoscon el consumo y la preparacin de algunos alimentos.

    4. Seriacin y evolucin cronolgica de la cermica

    funeraria

    Despus de definir las propiedades generales de los reci-

    pientes encontrados en los contextos funerarios de Barajas,vamos a detenernos en los rasgos que reflejan una evolucincronolgica. La seriacin de aquellos rasgos nos ha permi-tido distinguir tres momentos. La distincin que se marcams claramente es entre la sub-fase temprana y tarda dela fase Barajas. Ya habamos sealado esta distincin entrabajos anteriores (Migeon y Pereira 2007) y le habamosasignado los rangos temporales siguientes: Barajas tempra-no: 650-750 d. C.; Barajas tardo (o reciente): 750-950 d.C. Aparte de confirmar y precisar la distincin entre estasdos sub-fases, la seriacin de los materiales funerarios nospermite proponer tambin una divisin en dos momentos

    en el interior de la sub-fase temprana: Barajas temprano 1(650-700 d. C.) y Barajas temprano 2 (700-750 d. C.). Encuanto a la sub-fase Barajas tardo, las fechas AMS obteni-das apuntan hacia un rango temporal ms corto que ira de

    750 a 850 d. C.Es a travs de un anlisis modal de las formas y de las de-coraciones que hemos podido percibir estos cambio tem-porales (Figura 12). Revisemos ahora estas variacionesmodales distinguiendo las que son comunes a todas lassubdivisiones de la fase Barajas y que, por lo tanto, tienenun valor cronolgico limitado (de hecho, varios de estosmodos no aparecen en la seriacin); los modos cuya dis-tribucin abarca dos de las tres subdivisiones temporalesestablecidas y los que son exclusivos o casi-exclusivos deuna sola subdivisin temporal.

    4.1. Los tipos Tepame y HuizacheComo ya vimos, estos dos tipos estn presente a lo largode la fase Barajas. En ambos tipos, predomina la copa depedestal / molcajete y la decoracin al negativo. Sealemossin embargo algunos cajetes trpodes de soportes slidos.Ahora bien, existen sin dudas elementos evolutivos quevamos definir en adelante.Para empezar, si consideramos la proporcin relativa de losdos tipos en cada divisin cronolgica, observamos unaclara evolucin que se caracteriza por un aumento del tipoTepamey una fuerte disminucin del tipo Huizache. Entrelas piezas que provienen de contextos BT 1 (n=19), la pro-porcin entre los dos tipos es equilibrada con una ligerasobre representacin del tipo Huizache (=10; Tepame=9).Para la sub-fase BT 2 (n=18), los recipientes Tepame(=12)son ahora dos veces ms numerosos que los del tipo Hui-

    Figura 11 - Reparticin por categora morfo-funcional de los recipientes encontrados en los contextos funerarios

    40% 36%

    19%5%

    Copa de pedestal/molcajete Cajetes/servicio

    Ollas pequeas/servicio

    Ollas grandes/almacenamiento

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    zache (=6). Para Barajas tardo (n=14), esta tendencia seacenta ms todava y las copas Tepame(=11) son casi cua-tro veces ms numerosas que las Huizache(=3). Falta acla-rar que este aumento notable del tipo Tepame en Barajastardo ha sido observado tambin en contextos estratigr-ficos no funerarios. Por ejemplo, en la secuencia estratigr-fica de la estructura A3 de Nogales, este tipo representa msdel 20 % de los tepalcates diagnsticos en los niveles tardoscuando no rebasaba los 6% en los periodos anteriores.Ahora bien, esta evolucin es acompaada por variacionessignificativas en la forma y la decoracin de las vasijas.Si nos detenemos primero en los aspectos morfolgicos,podemos observar cambios tanto en la forma del soporte,de las paredes como del borde. Los soportes slidos sonpoco comunes y slo los hemos encontrado en contextosBT1 y 26. Los pedestales son mucho ms abundantes y pue-den ser altos o bajos (Figura 7, 8)7, lisos, trenzados (Figura7c) o calados (Figura 7d). Se caracterizan por las tendenciasevolutivas siguientes:- En la sub-fase BT 1 (n=178), los pedestales suelen ser bajos

    (14/17) y lisos (16/17). Solo contamos con una pieza Te-pamecon pedestal trenzado.- En la sub-fase BT 2 (n=14), las formas bajas siguen predo-minando (9/14) pero las formas altas son mejor representa-das (=5) y los pedestales trenzados Tepameson ahora mspopulares (=5).

    6 Sealemos que los cuatro cajetes trpodes de soportes slidos encontradosen contextos funerarios pertenecen a varios tipos: una pieza correspondeal tipo Tepame rojo pulido, otra al tipo Huizache rojo sobre bayo, la terceraal tipo Chupiri caf pulidoy el ltimo es un platito miniatura de tipo nodefinido.

    7 Consideramos como pedestal alto los soportes cuya altura es equivalenteo superior a la mitad de la altura total de la copa; el pedestal bajo tiene

    una altura inferior a la mitad de la altura total y que, por lo general, esequivalente a la tercera o cuarta parte de dicha altura.

    8 Los efectivos presentados aqu se refieren a las copas para las cuales elpedestal estaba conservado (como lo hemos sealado arriba, en algunaspiezas el pedestal haba sido quebrado o recortado).

    - En la sub-fase B tardo (n=12), los pedestales altos se vuel-ven mayoritarios (=8/12). Siguen existiendo los ejemplarestrenzados (=2) y aparecen los pedestales calados (n=2).Ambos son exclusivos del tipo Tepame.Las paredes y los bordes muestran menos variaciones. Lasprimeras pueden ser curvo-convergentes o sinuosas, lisaso provistas de una moldura horizontal externa. Si la dis-tribucin de las tres primeras variables no revela cambioscronolgicos significativos, la moldura externa horizontal,que solo aparece en copas Tepame, es exclusiva de la sub-fase Barajas tardo (Figura 7d). En cuanto a los labios, soloregistramos dos formas: pueden ser simples, redondeadoso aplanados (tipos Tepameo Huizache) o bien provistos deuna especie de moldura o reforzamiento externo (solamenteen el tipo Huizache). Hasta la fecha, los bordes reforzados(n=10, cf. Figura 8b, c) solo han aparecido en los contextosde las sub-fases BT 1 (n=4) y 2 (n=6).La decoracin al negativo que suele adornar las vasijasTepame y Huizache tambin muestra notables cambioscronolgicos. Los diseos ms complejos ocupan la parte

    interna de la copa mientras que las paredes externas sonsimplemente decoradas con lneas horizontales onduladasy/o rectas. La conservacin del negativo es muy variableentre una y otra pieza y depende en gran parte del grado deuso del recipiente. Existe en efecto una fuerte correlacinentre el grado de desgaste observable en el fondo de la copay la visibilidad de los diseos. De hecho, en varias piezas,la decoracin al negativo se ha borrado casi por completo.En cuanto a los diseos de las paredes internas, la mayorade las piezas (84%) pueden ser clasificadas dentro de cua-tro grandes categoras de patrones decorativos (Figura 13).Los patrones 1a y 1b son caractersticos del tipo Huizache,

    mientras que 2a y 2b son tpicos del tipo Tepame.La decoracin de los recipientes Huizachesuele ser organi-zada en dos registros determinados por dos bandas hori-zontales de engobe rojo: un registro superior ocupa una

    Figura 12 - Seriacin de 29 contextos funerarios en funcin de 21 criterios modalesCada contexto est designado por una letra que corresponde al sitio (C: Camposanto; M: El Moro; N: Nogales; Y: Ycata el ngel)una cifra que corresponde al nmero de sepultura y por una P (primario) o una S (secundario) cuando un mismo contexto contienemateriales correspondiente a estas dos clases de depsitos.

    C3 M3 N15-PN3-S Y6-P Y3-S Y11-P Y2-P N11-SY7-S Y3-P M2 N11-PN3-P C4 N7-S N13-PN10-SY7-P Y10-P N6-P N9-P N10-PY8-P Y1-P M6A Y9-P C1 C2

    vasija efigie 1

    moldura externa 1 1 2 1 1 1

    pedestal calado 1 1

    aplicaciones/acanal. 1 1

    negativo patron 2b 1 2 1

    cajete con quiebre basal 1 2 5

    incision C5 1 3 3

    Sbila negro/naranja 1 2

    olla sinuosa 1 1 1 1 1 1

    pedestal trensado 1 2 1 1 1 1 1

    olla carenada 1 1 1 1 3 1 1 1 1 1 1 1

    Nogal rojo esgraf 1 1 1

    negativo patron 2a 3 1 2 1 1 1 2 1 1 1 1 1

    negativo patron 1b 2 1 2 1 2 2 1

    incision temas complejos 1 2 1 1 1 1 1 2 1

    Lechuguilla rojo/naranja 1 1 1

    borde reforzado 1 1 1 1 1 2 1 2

    olla fitomorfa 1 2 1 1 1

    soportes slidos 1 1 1 1

    cajete fitomorfo 1 1 1 2 3 1

    negativo patron 1a 1 2 1 1 2

    Barajas temprano 1

    (650-700 d.C.)

    Barajas temprano 2

    (700-750 d. C.)

    Barajas tardo

    (750-850/900 d.C.)

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    franja delimitada por una banda roja en el borde y en laparte inferior de la pared y un registro inferior que cubre elfondo del recipiente.El patrn 1a (Figura 13a) aparece en copas que todas fueronrecuperadas en contextos correspondientes a la sub fase BT1 de tal forma que pensamos que es un elemento diagns-tico de este periodo. Se caracteriza por la combinacin devarios rasgos. En primer lugar, el patrn 1a se distingue de1b por presentar una registro superior dividido en dos otres secciones determinadas por pestaas de engobe rojoen forma de V. En cada una de las secciones se distingueun diseo zoomorfo principal acompaado por puntos

    y enmarcado en ambos extremos por segmentos rectos ypeines colocados oblicuamente. La figura principal es sinduda un venado que los alfareros han representado con ungrado de estilizacin ms o menos avanzado. Proponemosque, partiendo de un diseo figurativo del animal, llegamosa representaciones en que slo algunos atributos especficosdel animal (astas, patas, cola) son combinados en composi-ciones sumamente codificadas y a veces muy alejadas de lasrepresentaciones iniciales (Figura 14). El registro del fondoincluye diseos en espiral combinados a veces con repre-sentaciones completas o parciales (las puras astas a veces)del venado.El patrn decorativo 1b (Figura 13b) reemplaza el anterior a

    partir de la sub fase BT 2. De las once piezas cuyo contextopuede ser considerado como seguro, ocho provienen de en-tierros atribuidos a este periodo. Las dems fueron recupe-radas en un contexto BT 1 (n=2) y Barajas tardo (n=1). El

    patrn 1b se caracteriza tambin por una decoracin inter-na en dos registros. Sin embargo, el registro superior carecede las divisiones marcada por pestaas de engobe rojo. Enel registro del fondo, seguimos encontrando los diseos enespiral acompaados a veces por conjuntos de segmentosparalelos. El registro superior es un friso continuo en elque alternan dos o tres diseos geomtricos que pueden serconjuntos de segmentos verticales y/o horizontales, peinesy/o espirales. La combinacin ms frecuente asocia peinesencontrados, segmentos paralelos verticales y espirales. Sibien la imagen figurativa del venado desaparece por com-pleto, es notable que los diseos usados en el patrn 1b re-

    toman elementos constitutivos del venado estilizado (astas= peine, cola = espiral y patas = segmentos verticales) deforma que nos preguntamos si no marcaran, en realidad,un paso ms hacia la abstraccin del diseo original.En el caso de los recipientes Tepame, la decoracin mscompleja se encuentra en las paredes internas que cubrepor completo. sta muestra tambin una evolucin que,esta vez, marca ms bien una diferencia entre las sub fasesBarajas temprano (1 y 2) y Barajas tardo.El patrn 2a (Figura 13c) se caracteriza por la presenciade dos diseos invertidos que abarcan ambas mitades dela pieza. Se caracteriza por un conjunto de lneas sinuosasparalelas rematadas por peines. Seis de las quince piezas

    encontradas provienen de tres contextos fechados de la subfase BT 1. Para la fase BT 2 se vuelve ms abundante yaque contamos con ocho recipientes encontrados en sietecontextos funerarios de esta poca. Para la sub fase Bara-

    Figura 13 - Los principales patrones decorativos al negativo de las copas Huizache (a, b) y Tepame (a, b)

    a- Patrn 1a b- Patrn 1b

    c- Patrn 2a d- Patrn 2b

    dibujos originales: F. Bagot (a, b) y D. Salazar (c, d); digitalizacin: S. Elis

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    jas tardo, solo contamos con dos piezas halladas en doscontextos.El patrn decorativo 2b (Figura 13d) es menos abundanteque los dems puesto que slo lo hemos identificado encuatro piezas. Todas fueron encontradas en contextos Ba-

    rajas tardo lo que nos permite pensar que se trata de unrasgo caracterstico de este periodo. De hecho, el descubri-miento de copas Tepamecon este mismo patrn decorativoen otros contextos fechados de la sub fase tarda confirmaesta hiptesis9. En cuanto a la organizacin del diseo, staes muy distinta a la del patrn 2a: en este caso, el interior dela vasija est dividido en tres o cuatro cuadrantes formadospor grandes espirales angulares. Cada cuadrante / espiral seencuentra separado por conjuntos de lneas verticales rec-tas u onduladas y/o peines verticales u horizontales. Alre-dedor del fondo se encuentra a veces un crculo cuya orillaexterna presenta pequeos segmentos perpendiculares a

    manera de un sol. Si bien encontramos aqu tambin los

    9 Varias copas con este patrn decorativo fueron encontradas en contextosde almacenamiento fechados de la sub fase Barajas tardo (cf. Bortot 2007,Vol. 2: 54, 144).

    mismos diseos que hemos relacionado arriba con el ve-nado (peines, segmentos verticales, espirales), la estructuraradial del conjunto podra relacionarse un aspecto solar.

    4.2. Los recipientes del grupo caf no pulido

    Como lo indicamos arriba, dicho grupo es el ms abun-dante en la muestra analizada. Nos concentraremos princi-palmente aqu en examinar las variaciones observables en laforma de las vasijas de los tipos Chupiri caf pulido, Chupiricaf inciso y Chilillo caf inciso. En cuanto a la decoracindel segundo tipo, solo nos limitaremos a algunas conside-raciones generales puesto que este tema fue objeto de unestudio detallado realizado por Chlo Pomedio (2009) enel marco de su tesis doctoral (ver tambin Pomedio en estemismo volumen).Los recipientes caf fino pulido encontrados en los entier-ros se reparten en dos grandes clases morfo-funcionales:

    los recipientes abiertos o cajetes y los recipientes cerradosu ollas. En la primera clase, hemos distinguido diferentesmodos relacionados con la forma del cuerpo: los cajetespueden ser simplemente hemisfricos, mostrar una silueta

    Figura 14 - Diseos de los patrones 1a y 1b de las copas decoradas al negativoa- El diseo del venado en el patrn 1a y sus diversos niveles de estilisacinb- Los diseos del patrn decorativo 1b

    Camposanto Sep 4-1

    Nogales G9. Sep 10-6

    Ycata el ngel 2255

    Ycata el ngel Sep 2-10

    Ycata el ngel 2093

    Ycata el ngel Sep 2-1

    Ycata el ngel 2088 Nogales G9. Sep 3-6

    Nogales G9. 802-1

    Ycata el ngel Sep 1-2118-2

    a

    bDibujos D. Salazar

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    sinuosa, una carena basal o bien abultamientos que lo ase-mejan a una calabaza (fitomorfa). Las ollas pueden presen-tar un perfil sinuoso sencillo, una carena media, o bien serfitomorfas (con abultamientos) o, excepcionalmente, tenerun cuerpo piriforme.Si proyectamos estas variables en la seriacin, notamos que

    algunas no reflejan ninguna evolucin notable mientras queotras fueron ms sensibles al cambio. Los cajetes hemisf-ricos y los que tienen paredes sinuosas aparecen, por ejem-plo, en los diferentes periodos sin que notemos variacionescuantitativas significativas. Otras formas estn presentes enlas distintas pocas, pero parecen ms populares en una uotra sub fase. Es el caso de las ollas carenadas (Figura 6a, 6g)que se concentran netamente en BT 2: de las 14 piezas quecorresponden a esta forma, 11 fueron halladas en entierrosde esta sub fase. Las ollas de perfil sinuoso podran habersido ms comunes en la sub fase Barajas tardo (n=3) queen las pocas anteriores (BT 1=1, BT 2=2), pero el limitadoefectivo con el cual contamos nos obliga a ser cauteloso conesta interpretacin. En cambio, la distribucin de los cajetesfitomorfos (Figura 6c) es ms significativa ya que las 9 pie-zas encontradas fueron todas localizadas en contextos dela sub fase Barajas temprano 1. Las ollas fitomorfas (Figura6b) se relacionan tambin con periodos tempranos: las en-contramos en BT 1 (n=4) y en BT 2 (n=2). A la inversa,los cajetes con carena basal han aparecido nicamente encontextos Barajas tardo (n=8) y podra ser consideradoscomo un buen marcador de esta sub fase.En cuanto a la decoracin incisa, los datos que presentamosabajo son muy preliminares y necesitaran ser profundiza-dos a travs de un anlisis que tome en cuenta todas las va-

    riables estilsticas y tecnolgicas definidas por Chlo Pome-dio en este mismo volumen. Aqu solo hemos distinguidodos categoras: la primera agrupa los temas complejos quecorresponden a composiciones que combinan ms de tresdiseos (Figura 6g); la segunda es ms precisa y exclusivadel tipo Chilillo : se trata de los diseos incisos del grupoC5 (cf. Pomedio en este volumen: Figura 8) que se carac-terizan por frisos de espirales alargadas y generalmenteangulosas (Figura 6f). En la muestra que consideramosaqu, los temas decorativos complejos (n=11) se encuen-tran principalmente en Barajas temprano (n=10; BT1=4;BT2=6), mientras que los incisos del tema C5 slo aparecen

    en Barajas tardo (n=7). Aclaremos que entre estas ltimaspiezas, contamos con un cajete que, aunque muy parecidoa los dems, no corresponde al tipo Chilillo caf inciso. Setrata del objeto n 7 de la sepultura 1 de Ycata el ngelcuya decoracin (espirales curvas y cortas combinadas conacanaladuras, vase Pomedio en este volumen Figura 9) esmuy tpica del tipo Lupe inciso y acanaladode Zacapu (cf.Michelet, Arnauld & Fauvet-Berthelot 1989: 80; Michelet1993: 153-155 ; Pereira 1999: 108). Recordemos que, en Mi-choacn, este tipo, con su decoracin caracterstica, existedurante toda la fase Lupe (600 850 d. C.) y la fase transi-cional La Joya (850-900 d. C.).

    4.3. Tipos minoritarios

    Consideraremos finalmente los dems tipos que no sonrepresentados por ms de 3 piezas. Dicha escasez limita sin

    duda las conclusiones que podemos deducir del estudio desu distribucin. Tendremos entonces que tomar en cuentalos datos procedentes de otros contextos para evaluar lavalidez de los resultados obtenidos en los entierros.El tipo Nogal rojo esgrafiadofue encontrado en tres contex-tos que pudimos asignar a la sub fase Barajas temprano 2.

    Si bien los datos procedentes de otros contextos estratigrfi-cos parecen confirmar que este tipo no aparece en periodosms tempranos, muestran tambin que su produccin seprolong durante la sub fase Barajas tardo. Los tres ejem-plares de ollas Lechuguilla rojo/naranja negativoprovienentambin de sepulturas Barajas temprano 2 y, en este caso,los datos procedentes de otros contextos indicaran que estetipo exista desde pocas ms tempranas y que desaparecedurante la sub fase Barajas tardo. En cambio, la presenciade ollas Sbila negro/naranjaen dos contextos tardos coin-cide con los datos encontrados en otras excavaciones y hacede este ltimo tipo un buen marcador de la sub fase BarajasTardo. En cuanto al tipo Pitayo negro y blanco sobre caf,su asignacin cronolgica no fue posible en base a la piezanica encontrada en la sepultura 14 de Nogales. Como lodijimos arriba, esta olla miniatura fue encontrada en uncontexto que no pudimos relacionar estratigraficamentecon las dems sepulturas y que tampoco pudimos incluira la seriacin ya que estaba asociada con otra cermicaigualmente excepcional (Figura 10e). No obstante, la pre-sencia de ollas Pitayoen contextos no funerarios de la subfase Barajas Tardo nos permite suponer una fecha relativa-mente tarda para esta pieza. Sealemos finalmente el casodel tecomate zoomorfo con vertedera que fue encontradoen un entierro de Camposanto. La asociacin de esta pieza

    con una copa con moldura horizontal nos permite ubicarladentro de la sub fase Barajas tardo.

    5. Conclusin

    Hemos tratado de mostrar en este trabajo que era posibleestablecer divisiones cronolgicas ms finas dentro delperiodo considerado como Epiclsico. Gracias a una seria-cin basada en un anlisis fino de los contextos funerarios,pudimos distinguir tres momentos dentro de un periodoque abarca 200 aos (650-850 d. C.) y que cae dentro de lallamada fase Barajas. Resumiremos brevemente las caracte-

    rsticas principales de estas tres sub-fases:- La sub fase Barajas temprano 1 se distingue por dos rasgosque, hasta la fecha, parecen ser exclusivos de sta: el patrndecorativo 1a de las copas Huizache rojo/bayo negativoy loscajetes fitomorfos del tipo Chupiri caf pulido. Otros rasgosestn compartidos con la sub fase Barajas temprano 2, peroaparecen en mayor proporcin en la primera. Entre estos,podemos sealar la fuerte representacin del tipo Huizachey de las copas con pedestal bajo as como las ollas fitomorfasChupiri. Otros elementos como los soportes slidos y losbordes reforzados tienen una distribucin equilibrada entreambas sub fases.- La sub fase Barajas temprano 2 no muestra, al parecer, ras-gos exclusivos, pero se define ms bien por la ausencia delos elementos propios de las sub fases Barajas temprano 1y Barajas tardo. Se caracteriza tambin por la popularidad

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    de algunos otros rasgos: en las copas Huizache, el patrndecorativo 1b remplaza el 1a; las copas de pedestal tren-sado Tepamey el patrn decorativo 2a alcanzan su mximapopularidad; al igual, es durante esta sub fase que las ollascarenadas y los temas decorativos complejos del tipo Chu-piri caf inciso son ms abundantes. Sealemos tambin

    que slo hemos encontrado ollas Nogal rojo esgrafiado yLechuguilla rojo/naranja negativoen contextos de esta subfase. Sin embargo, sabemos gracias a los datos procedentesde otros contextos, que el primer tipo sigue en uso durantela sub fase Barajas tardo mientras que el segundo podrahaber existido desde antes.- La sub fase Barajas tardo se caracteriza por la aparicinde varios rasgos nuevos que la distingue netamente de lasdos anteriores. En la categora de las copas de pedestal, eltipo Tepame, que es mucho ms popular que en los tiem-pos pasados, se distingue por un nuevo patrn decorativo(patrn 2b). Tambin presenta elementos formales nove-dosos como la moldura horizontal en la pared externa yel pedestal calado. En el grupo caf fino pulido, aparecenlos cajetes de carena basal y los diseos incisos de tipo C5los cuales coinciden con la aparicin del tipo Chilillo cafinciso. Finalmente, vemos aparecer las ollas del tipo Sbilanegro/naranja.Evidentemente, este esquema evolutivo es todava prelimi-nar y necesitar ser verificado y precisado gracias al anli-sis de materiales procedentes de otros contextos del cerro.Tambin valdra la pena ver si es aplicable a otros sitiosde la regin en los cuales se encuentran los mismos tipos.Pero por lo pronto, los datos obtenidos son muy tiles paraentender los procesos de formacin de los contextos fune-

    rarios estudiados. Permiten reducir la imprecisin de lasfechas de radiocarbono y distinguir entierros cuyas fechasproporcionan intervalos semejantes. Finalmente, muestradiferencias en el uso de los diferentes conjuntos funerarios.Es interesante notar, por ejemplo, que la ocupacin del ce-menterio del grupos G de Nogales se concentra en las subfases Barajas temprano 1 y 2, mientras que la ocupacin delsector funerario del grupo H de Ycata el ngel se prolongahasta la sub fase tarda.Finalmente, vale la pena formular algunos comentarios res-pecto a los posibles vnculos de esta cermica funeraria conregiones vecinas. Aunque la mayora de la vajilla encon-

    trada en las sepulturas es de fabricacin local10

    , podemosdetectar afinidades con regiones ms o menos lejanas. Lla-ma especialmente la atencin el hecho que estas afinidadessugieren enlaces ms estrechos hacia el nor-noroeste (nortede Guanajuato, Altos de Jalisco, sur de Zacatecas) y el sur(centro-norte de Michoacn) que hacia las regiones orien-tales y occidentales del valle del Ro Lerma. El tipo Hui-zache rojo/bayo negativo es muy llamativo al respecto. Sutcnica decorativa y algunos de sus diseos (ondulaciones,peines, puntos) son seguramente heredados de la rica tradi-cin de cermica rojo sobre crema con negativo tan carac-terstica del Clsico temprano en las cuencas lacustres de

    10 Usamos aqu el termino local en un sentido amplio ya que las vasijasencontradas pueden haber sido fabricadas en el mismo cerro como enotros centros de produccin de este sector occidental del Lerma medio(regin de Pnjamo Abasolo). El estudio de Juan Jorge Morales (en estemismo volumen) sugiere una posible pluralidad de centros de produccin.

    Michoacn. En la cuenca de Zacapu, el tipo Tres Palos rojosobre crema y negativo, que aparece sobre todo durante lafase Loma Alta 2 y 3 (0-550 d. C., vase Carot 2001: 65;Michelet 1993: 150-151), muestra numerosos rasgos encomn con nuestro tipo Huizache: son cajetes de fondopunzonado que presentan una decoracin al negativo en

    ambas paredes; en el exterior, la decoracin es constituidapor simples lneas onduladas, pero es en el interior dondese encuentran los diseos ms elaborados; stos se encuen-tran enmarcados por dos bandas rojas horizontales (en elborde y en la base de la pared) y forman motivos geomtri-cos y zoomorfos que incluyen a menudo elementos comopeines, puntos y segmentos paralelos (Carot 1992: 72-76;Carot 2001: 64-65)11. Por otro lado, las formas de las vasijasHuizache (especialmente los recipientes con soporte anu-lar bajo) y la distintiva distribucin en cenefas horizontalesprovistas a veces de pestaas muestra afinidades con lacermica Epiclsica decorada al negativo conocida en losAltos de Jalisco y el sur de Zacatecas (cf. Jimnez Betts yDarling 2001: 170-172; Prez Corts en este volumen; SolarValverde y Padilla Gonzlez en este volumen). En ciertamedida, tenemos aqu un puente en el Lerma entre latradicin temprana del norte de Michoacn y las del Epi-clsico del Noroccidente. El patrn decorativo de las ollasLechuguilla rojo/naranja negativoproporciona otro ejemplode afinidades con el sur de Zacatecas y en particular conlas ollas Malpaso policromado del sector de La Quemada(Jimnez Betts y Darling 2001). Estos enlaces sugeridos poralgunos tipos cermicos son interesantes si consideramosla existencia de otras afinidades, de orden arquitectnicas,que ya habamos notado entre los sitios del Barajas y los

    de Zacatecas (los salones con atrio central en particular, cf.Pereira, Migeon y Michelet 2001, 2005; Pereira, Michelet yMigeon 2007).Otras vasijas encontradas en los entierros sugieren contac-tos con el norte del estado de Guanajuato. Pensamos en eltecomate zoomorfo con vertedera encontrado en Campo-santo que tiene un fuerte parecido con piezas encontradaen la regin de Cporo. Una de stas proviene del sitio deLoma del Conejo (Torreblanca 2008: Figura 9d) mientrasque la otra, que est expuesta en el Museo Nacional deAntropologa, viene tambin del rea de Cporo (Torre-blanca, comunicacin personal 2008). Las ollas con deco-

    racin negra sobre naranja son tambin representadas enesta zona noroccidental de Guanajuato (Torreblanca, lva-rez Ramrez y Coln Lujn, en este volumen). Vale la penasealar que existe cierta semejanza entre la tradicin cer-mica Epiclsica negra sobre naranja del occidente de Gua-najuato con el tipo Negro sobre naranjadefinida por RobertCobean (1990: 463-471) para la fase Tollan. Es tentador veren esta produccin guanajuatense otro posible antecedenteEpiclsico (junto con el Blanco levantado y algunos tiposrojo sobre bayo) del complejo Tollan.Finalmente, es importante destacar similitudes con algunostipos diagnsticos de la fase Lupe del norte de Michoacn

    11 El venado no aparece en el repertorio iconogrfico que incluyeprincipalmente aves, serpientes, personajes y algunos cuadrpedos. SegnPatricia Carot (1992: 74), el tipo Tres Palossera originario de la cuenca deQuerndaro y Cuitzeo donde abunda durante el Preclsico terminal y elClsico temprano (cf. Filini 2004: 33-34).

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    cuya influencia se aprecia ms claramente en la sub faseBarajas tardo. La copas de pedestal Tepame rojo de estapoca son muy semejantes a las copas Cinega rojode lacuenca de Zacapu (moldura horizontal, pedestal calado,decoracin al negativo aunque en el caso del tipo Cinega,los diseos fueron distintos). Los cajetes Chilillo caf incisos

    de esta poca muestran tambin un fuerte parecido con losdiseos tpicos del tipo Lupe inciso. Recordemos que al me-nos dos de los recipientes encontrados en Ycata el ngelcorresponden al tipo Lupe inciso(Pomedio en este volumenFigura 9) y que uno de estos fue utilizado como base para laaplicacin de una decoracin policromada aplicada segnuna tcnica originaria de Michoacn. En este caso tambin,estas afinidades cermicas vienen respaldadas por simili-tudes arquitectnicas que, en este caso, se relacionan con elsitio de San Antonio Carupo (Faugre-Kalfon 1991).

    En conclusin, si usamos los datos procedentes de loscontextos funerarios de Barajas para entender las relacionesde este sitio con las regiones vecinas, nos queda claro queprevalecen los vnculos norte-sur. En este sentido, Barajasparece formar una suerte de enlace entre las tradicionescermicas del norte de Michoacn y el noroeste de Mesoa-

    mrica (noroeste de Guanajuato, Altos de Jalisco, sur de Za-catecas). Si bien los tipos afines con el rea central y orientalBajo (blanco levantado, rojo sobre bayo sin negativo) sonrepresentados en el sitio bajo de forma de fragmentos en-contrados en varios contextos (vase Migeon en este volu-men), es interesante resaltar que aquellas producciones nofueron elegidas a la hora de constituir el ajuar funerario. Anuestro juicio, esta ausencia no es el fruto del azar.

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