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LA CASONA Las semillas de la confianza y la esperanza EUGENIO Y ROBERTO GARZA SADA (1930-1945), un buen equipo para tiempos difíciles MALTA, los Red Sox de Boston. La guerra como oportunidad empresarial MONTERREY FRENTE A LA MODERNIDAD El patrimonio industrial intangible REVISTA TRIMESTRAL DEL CENTRO DE ESTUDIOS EUGENIO GARZA SADA AÑO 1I / JULIO - SEPTIEMBRE 2013 / NÚMERO ESPECIAL

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Revista No. 5 del Centro de Estudios Eugenio Garza Sada. Edición especial

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la casona

Las semillas de la confianza y la esperanza

EugEnio y RobERto gaRza Sada (1930-1945), un buen equipo para tiempos difíciles

Malta, los Red sox de Boston. la guerra como oportunidad empresarial

Monterrey frente a la modernidad

el patrimonio industrial intangible

REviSta tRimEStRal dEl CEntRo dE EStudioS EugEnio gaRza Sada

año 1i / julio - SEptiEmbRE 2013 / númERo ESpECial

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| LA CASONA | septiembre 2013 | 22 | septiembre 2013 | LA CASONA |

revista del Centro de estudios eugenio garza sada

año 1i / julio - septiembre 2013 / número espeCial

Consejo CeeGsDavid Garza Lagüera

Federico Garza SantosAlicia Navarro de MartínezAlejandra Rangel Hinojosa

Alberto G. Villarreal González

DireCtor General CEEGSFrancisco Suárez Warden

DireCtor operativo CEEGSCarlos A. Velázquez M.

eDitora

Sonia Ma. Monroy Fraustro

Diseño eDitorial

Erika del Ángel Esquivel

LA CASONA, Año II, número especial, julio - septiembre 2013. Esta revista es una publicación trimestral editada por el Centro de Estudios Eugenio Garza Sada A.C. Calle Cerro del Obispado, 603, Col. Obispado, Monterrey, C.P. 64060, Tel. +52(81) 8448-4465, 1522-7985, 8347-5870. www.ceegs.mxcorreo electrónico: [email protected]

Editor responsable: Sonia María Monroy FraustroReserva de Derechos al uso exclusivo No. 04-2013-032012111400-102ISSN: 2007-6827Ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsables de la última actualización de este número: Sonia María Monroy Fraustro y César Alejandro Salinas Márquez.Calle Cerro del Obispado, 603, Col. Obispado, Monterrey, Nuevo León, C.P. 64060

Fecha de última publicación, 30 de junio de 2013.Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación.Queda prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización del Centro de Estudios Eugenio Garza Sada, A.C.

ContenidoLA CASONA

5 Vigente después de 40 añosEl ejemplo de don Eugenio Garza Sada

Editorial

6-7 Línea del tiempo

8 Una mañana en el estudio de don Eugenio Garza Sada Francisco Suárez Warden

Breviario

11 Antecedentes y origen Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey César Alejandro Salinas M. / CEGS

17 Don Eugenio Garza Sada Sinónimo de compromiso y liderazgo empresarial Roberto Lara Durán

24 CECAC, una institución distinta Centro Escolar Cuauhtémoc, A.C

30 La personalidad de don Eugenio Garza Sada José P. Saldaña

26 Eugenio Garza Sada, Deportista DistinguidoSilvia Osiris Domínguez V. y Grecia D. Alardín Balderas / CEGS

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32 Eugenio y Roberto Garza Sada (1930-1945). Un buen equipo en tiempos difíciles Mario Cerutti

66 Concurso de dibujo “Interpretando el Ideario de don Eugenio Garza Sada” 68 Reseñas de libros

71 Don Eugenio Garza Sada, 40 años de ausencia en la memoria de la prensa

74 En palabras la silente grandeza de don Eugenio

37 Las semillas de la confianza y la esperanza Lucrecia Lozano

41 Eugenio Garza Sada (1892-1973)

Óscar Flores Torres

45 Malta, los Red Sox de Boston

La guerra como oportunidad empresarial César Morado Macías

51 El patrimonio idustrial intangible y la construcción de los valores de la cultura industrial de Monterrey Javier Rojas Sandoval

58 Monterrey frente a la modernidad La delegación de Monterrey y su participación en las exposiciones nacionales e internacionales (1890-1910) Juan Jacobo Castillo Olivares

Perspectivas

Actividades Vanguardia

Agendario

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“ “ Mi padre me dejó muchas enseñanzas como empresario,

como ser humano, como jefe de familia. Siempre

recordaré cuando llegaba a casa al final del día, colgaba

su sombrero en la entrada y decía que ahí se quedaban

todos los problemas y pendientes del trabajo hasta

el día siguiente, porque había llegado a casa, con su

familia… siempre tuvo la claridad de dar el justo valor a

cada cosa.

David Garza Lagüera

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Este mes de septiembre se cumplieron 40 años de la muerte de don Eugenio Garza Sada y mucho ha cambiado la ciudad desde enton-ces. Y aunque no debemos ver los tiempos

actuales con una melancolía corrosiva, tan de moda actualmente, tampoco podemos ignorar que en cier-tos sectores de la sociedad existe un sentimiento de apatía, rigidez y vacío moral.

Solamente un ciego o complaciente puede dejar de reconocer los grandes desafíos de renovación que enfrentamos en el gobierno, la educación, la generación de empleo, ordenamiento urbano, la participación ciu-dadana y, sobre todo, en nuestros corazones y en nues-tra mente.

Así, ignorar la historia equivaldría a ser amnésicos. Es útil, pues, consultar el pasado para poder servir al presente y construir un futuro mejor.

Y la vida y obra de don Eugenio Garza Sada son una valiosa fuente de ideas, experiencias vigentes y úti-les para los tiempos actuales.

En primer lugar, don Eugenio fue inspirado y prac-ticó la filosofía de “nobleza obliga”: la creencia de que entre más se recibe y entre mayores privilegios se tie-nen, mayor es nuestra responsabilidad de regresar a la sociedad; él cumplió con plenitud ese principio, practi-có además la idea aristotélica de que al hombre se le conoce más por sus obras que por sus palabras, y que la virtud se manifiesta en la acción.

Actuó con plena autonomía, entendida ésta, como el hecho de ver en el espejo al responsable de imple-mentar sus proyectos, independientemente de las res-ponsabilidades de los demás. Impulsó sus obras sin es-perar que otros sectores hicieran su parte, tomando la responsabilidad integral de llevarlos a cabo sin impor-tar las restricciones del entrono.

Don Eugenio se distinguió también por otros com-portamientos. La brevedad fue proverbial en él. Como también lo fueron la austeridad y la sencillez, valores indispensables en una sociedad con tantas desigualda-des y carencias como es la nuestra; fue un hombre con-gruente, íntegro en su pensar, decir y hacer, cualidad esencial del liderazgo.

Y tan importante como lo anterior fue que siem-pre puso la dignidad de las personas por encima de todo, tuvo una enorme fe en la capacidad, los talentos y cualidades de los mexicanos lo que, conjuntamente con su compromiso y amor a la patria y a su terruño, desa-rrollaron en él una gran confianza en las posibilidades de construir un mejor país.

En la realización de sus obras, Eugenio Garza Sada tuvo la inteligencia y humildad de escuchar y tomar en cuenta las opiniones de otros, rodearse de personas inteligentes, capaces y rectas para implementar, amalga-mar ideas, sumar voluntades y recursos para enfocarlos a la realización de propósitos superiores.

Don Eugenio fue uno de los mexicanos más des-tacados del siglo XX. Sobresalió en la actividad empre-sarial, en la formación de capital humano, en el fomen-to de políticas que mejoraron social y culturalmente a los trabajadores al ser imitadas por otras empresas e, inclusive, incorporadas en la legislación de desarrollo social; su liderazgo y capacidad de convocatoria fueron un elemento esencial en las luchas en pro de la libertad y el equilibrio entre el poder del estado y los derechos de la ciudadanía.

Sin embargo, quizá su contribución más importan-te fue la de maestro. Nos enseñó a muchos, fuera de las aulas, a través de su comportamiento, los valores aquí referidos, promoviendo con ellos, una cultura que fue distintiva de Monterrey.

En síntesis, don Eugenio perteneció a esa nueva aristocracia que Thomas Jefferson definía como aquella “cuyos elementos son la virtud y el talento”.

Nuestra sociedad está urgida de personas que imi-temos los comportamientos que observó don Euge-nio durante su vida, promovamos sobre todo con el ejemplo persistente, un conjunto de valores comparti-dos, como la libertad, la igualdad de oportunidades, el decoro y la justicia; compartamos también, un sereno optimismo y una visión clara del país que podemos ser, para contribuir así a impulsar el bien común de nuestro querido México.

* Texto publicado en El Norte, sábado 14 de septiembre de 2013

vigente después de 40 años

EL EJEMPLO DE DON EUGENIO GARZA SADAConsejo del Centro Eugenio Garza Sada*

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1892Nace en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, en la familia formada por Isaac Garza y Consuelo Sada Muguerza.

1902-1906Realizó sus primeros estudios en el Colegio San Juan Nepo-muceno en Saltillo, Coahuila.

1910Debido a la Revolución Mexica-na, la familia Garza Sada deja la ciudad de Monterrey y se establece en Texas, Estados Uni-dos. Ahí trabajó como depen-diente en una tienda de ropa y como acomodador en un cine.

Realizó los estudios de prepara-toria en la escuela militar Western Academy, en Houston, Texas.

1912-1916Estudió en el Massachu-setts Institute of Techno-logy (MIT), graduándose como ingeniero civil.

1943Se constituye la empresa Hojalata y Lámina S.A. (Hylsa), una de las primeras de su tipo en América Latina.

Junto con un grupo de empre-sarios, funda el Instituto Tecnoló-gico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).

1965Fue cofundador de Televisión Independiente de México (TIM).

1973Desde Cervecería se financió la creación del Salón de la Fama del Béisbol Profesional de México, que fue inaugurado en este año.

Fallece en la ciudad de Monterrey.

1957Se creó la empresa Grafo Regia S.A., productora de etiquetas y otros materiales impresos.

Es inaugurada la Colonia Cuau-htémoc, que ofrecía viviendas para los trabajadores de la empresa cervecera.

Junto con su esposa Consuelo y su hermano Roberto fundaron los colegios La Salle (atendido por los hermanos Lasallistas) e Isabel la Católica (dirigido por las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento), que ofrecían educa-ción preescolar, primaria y secun-daria.

1907Continuó sus estudios en el Colegio Hidalgo, administrado por los hermanos maristas.

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1920Se crea Fábricas de Monte-rrey, productora de tapones, corcholatas, tapas de refres-cos, gas carbónico, empaques de cartón, entre otros.

1921Contrae matrimonio con la seño-rita Consuelo Lagüera Zambrano, con quien procreó a sus hijos e hijas Alicia, Eugenio, Alejandro, Gabriel, Consuelo, Marcelo, David y Manuel.

1933A la muerte de su padre, Eugenio Garza Sada toma un lugar en el Consejo de Administración de Cervecería Cuauhtémoc, junto con su her-mano Roberto.

1936Se crea la fábrica de Cartones Ti-tán, que producía cajas de cartón corrugado.

Se formó el holding llamado Valores Industriales (VISA), con la Compañía General de Aceptaciones.

Don Eugenio fue de los cofun-dadores del Club Sembradores de Amistad, grupo que tenía como objetivo la beneficencia social, apoyando al Hospicio Ortigosa, la Cruz Roja, Bomberos de Monterrey, asilos, orfanatos y guarderías.

1937Compró la estación de radio XET, que se transformó en 1957 en la XEJM.

1938Participó en la creación del periódico El Norte de la Editora El Sol.

1939Cervecería apoyó al equipo de béisbol Carta Blanca, llamado pos-teriormente Sultanes, el cual entró a la Liga Mexicana de Béisbol.

1917Se integró al departamento de ventas de la Cervecería Cuauhtémoc.

1928Se funda Malta, productora de la materia prima para fabricar cerveza.

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Una mañana en el estudio dedon eugenio garza sada

Francisco Suárez WardenDirector del Centro Eugenio Garza Sada AC

lo veía con frecuencia en el campus, en mi época de estudiante. Cuidaba del Tecnológico como quien cuida a un árbol recién plantado. El resultado visible: aulas, instalaciones y jardi-

nes impecables, sobrios, una biblioteca que invitaba a la lectura y el estudio, campos deportivos bien cuidados. Concluía su visita en la cafetería, en donde hacía fila con su bandeja, como lo hacíamos todos. Sobriedad, orden, sencillez, persistencia y mejora continua eran las clases que el maestro Eugenio Garza Sada impartía, sin pala-bras, con el ejemplo, en el aula no convencional de la vida cotidiana.

Una mañana fría, lluviosa, obscura de invierno, unos meses después de concluir mi carrera profesional, es-

peraba el siga en un semáforo de la avenida Pino Suárez, iba camino a mi primer trabajo al norte de la ciudad. ¡Qué diera por haberme quedado dormido esa maña-na miserable! —pensaba— en lugar de ir helándome al trabajo para estar antes de las ocho. Contrariado, voltee hacia la izquierda y ahí, manejando su automóvil, estaba don Eugenio. ¿Qué necesidad tenía?, ¿qué le mo-vía a hacerlo, pudiendo quedarse en casa? Fue para mí otra lección silenciosa que me marcó.

Con esos recuerdos no podía esperar el día en que tendría oportunidad de ver los libros que le acompa-ñaron durante su vida; difícilmente se puede encontrar una manera más elocuente de conocer a una persona. Pasé a través de lo que fue su recámara, sus dimensio-

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nes me hicieron recordar la frase franciscana: “yo para vivir necesito pocas cosas y esas pocas cosas, las necesito poco”. Por ese, su único acceso, entré a otro recinto, tres o cuatro veces más grande que su recámara, su estudio personal. La proporción de las áreas dan una idea del peso que don Euge-nio daba al descanso, en relación al trabajo y cultivo personal a través de la lectura.

El estudio tiene un pequeño balcón con vista al oriente, desde donde se aprecia el Cerro de La Silla y el centro de Monterrey, y al nororiente la Cervecería Cuauhtémoc e Hylsa, sin duda, algunas de sus inspiraciones. Los anaqueles son de encino, sin adornos; en una esquina una mesa de trabajo, con la superficie central visiblemente gastada por el uso, mudo, pero a la vez, elocuente testigo de las horas que su dueño pasó ahí. En otra esquina una mesa y una banca de cuero, muebles sobrios que pertenecieron a su padre, Isaac Garza, y que seguramente le ligaban a su recuerdo, sus enseñanzas, sus afectos, gratitud.

En los anaqueles 619 libros, clasificados y ordenados por sus hijos, parte ahora del patrimonio del Centro Eugenio Garza Sada. Algunos te-nemos la costumbre de subrayar, marcar o hacer anotaciones en nuestros libros. Otros, los consideran como objetos inmaculados, tesoros que con-tienen ideas que deben mantenerse impecables. Don Eugenio pertenecía a estos últimos, no encontré más que pequeñas tarjetas intercaladas en páginas de algunos libros que seguramente quería consultar y, en conse-cuencia, localizar rápidamente después.

Don Eugenio estudió con los Jesuitas en el Colegio San Juan en Saltillo, continuó sus estudios en el Colegio Hidalgo, de los hermanos Maristas, y se graduó de Ingeniero Civil en el Instituto Tecnológico de Massachusetts —aunque pocos lo sabían, nunca usó título en su antefirma—. Esperaba encontrar libros técnicos y los encontré, títulos sobre metalurgia, aleacio-

Su mensaje a la juventud, P. Julio J. Vertiz, 1957

El Itesm culminado. Archivo Eugenio Garza Sada.

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Eugenio Garza Sada es conocido principalmente por su labor empresarial, solidaridad con sus traba-jadores, su enorme legado a la educación y su con-tribución a la formación del carácter regiomontano que distinguió a la región, mas sus libros nos hablan también de otras facetas de la vida equilibrada que llevó. Fue aficionado a la jardinería, pianista, practicó la mecánica automotriz y jugaba carambola. Sus lecturas sobre estos temas describen a una persona que aun en sus aficiones buscaba la excelencia, adquiría una base teórica sólida para después hacerlo bien en la práctica.

Finalmente, otra faceta de este hombre singular fue su preocupación por el cuidado del medio ambien-te, libros sobre colibríes y orquídeas de México, agua, aves de América, plantas y flores de México —azaleas, camelias—, demuestran su amor por la naturaleza, en ello también se adelantó a su época. A cuarenta años de su cobarde asesinato, la obra de Eugenio Garza Sada se agiganta, y su liderazgo y ejemplo se extraña en la comunidad.

Sus libros son fieles testimonios de sus ideales, in-quietudes, preocupaciones, ocupaciones y valores. Su obra y su ejemplo, evidencia que observó la vieja máxi-ma de Tomás Kempis: “En el día del juicio, no se nos pre-guntará lo que hemos leído, sino lo que hemos hecho”.

Don Eugenio recibió una educación excepcional, mas no se conformó con ello, siguió leyendo toda su vida. Sus libros son testimonio de que continuó, a través de ellos, renovándose, nutriendo su pensamiento y su espíritu con las mejores ideas de todos los tiempos.

nes, corrosión, procesos industriales, economía, física y química nos revelan su interés en su profesión y su obra empresarial. Libros que revelan su interés en la tecnología y su deseo de mejorar sus reconocidas cua-lidades como administrador eficaz de organizaciones complejas, y su conocimiento del entorno económico y social en que se desempeñaron; otros ejemplares nos dejan ver al hombre de letras.

Encontré también libros de música, arte, biogra-fías, historia, literatura universal, teatro, arquitectura, poesía, doctrina social; nos hablan de un hombre culto, humanista. Algunas obras de Julio J. Vertiz confirman la influencia jesuítica en su formación. Don Eugenio solía responder a sugerencias de hacer viajes de sus hijos: “vayan ustedes, yo viajo a través de mis libros, sin salir de Monterrey”; libros sobre Madrid, Barcelona y Lon-dres confirman esa anécdota.

Sobriedad, orden, Sencillez, perSiStencia

y mejora continua eran laS claSeS que el maeStro

eugenio garza Sada impartía, Sin palabraS, con el ejemplo, en

el aula no convencional de la vida cotidiana

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A inicio del siglo XX, la demanda de profesionistas, técnicos y es-pecialistas en México era urgente: se les requería en el sector económico y en el aparato gubernamental. En este marco sur-gieron la Universidad Nacional de México (1910), la Universidad

de Guadalajara (1925), la Universidad de Nuevo León (1933), y el Instituto Politécnico Nacional (1936).

Las universidades dependieron del Estado y quedaron bajo su influencia directa.1 Durante el periodo presidencial de Lázaro Cárdenas (1934-1940), la intervención gubernamental en la educación fue total, pues implementó la ideología socialista en todos los niveles, provocando conflictos entre quie-nes la aceptaron y los que se oponían.2

Antecedentes y origen

InstItuto tecnológIco y de estudIos

superIores de MonterreyCésar Alejandro Salinas Márquez

CEGS

En una casona ubicada en el centro de Monterrey, en 1943, el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey comenzó sus labores académicas.

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calidad y tener una orientación tecnológica que pusiera énfasis en la investigación.5

Rodríguez se encargó de promover la idea entre la inicia-tiva privada, en especial con los miembros del recién creado Club Sembradores de Amistad. Di-cho organismo se hizo cargo de la planificación de la universidad, nombrando como responsables a Virgilio Garza Jr., Bernardo Elosúa y José G. Martínez.6

Eran tres los grandes retos para la creación de la universidad: superar la oposición gubernamen-tal del régimen cardenista, contar con presupuesto suficiente para operar, y diseñar un modelo edu-cativo que la hiciera una institu-ción de calidad internacional.7

La parte financiera sería cu-bierta por la IP y se buscaría la

aportación gubernamental. Cabe destacar que los em-presarios consideraron el proyecto como una inver-sión, pues la labor educativa elevaría el bienestar social, aumentaría el nivel educativo de la población, proveería a la industria de la mano de obra y profesionistas capa-citados que requería, y generaría investigaciones aplica-das a mejorar la producción industrial.

La parte del modelo educativo tuvo la asesoría de Gómez Morín, quien propuso implementar métodos pedagógicos modernos, y consideró que en lugar de crear directamente una universidad, se conformara una asociación civil sin fines de lucro, la cual impulsara la formación de la nueva institución educativa. Dicha orga-nización se constituiría por un conjunto de socios pro-pietarios que tendrían voz y voto en todos los asuntos.

Gómez Morín envío a Rodríguez la propuesta de acta constitutiva de la llamada Sociedad Científica de Estudios e Investigaciones (SCEI), y propuso que el sis-tema educativo se conformara por: Instituto Politécni-co, Círculo de Estudios Sociales, Instituto de Higiene y Centro de Estudios Superiores.8

La propuesta fue bien recibida por los empre-sarios regiomontanos y, en principio, se estableció su inauguración el 12 de octubre de 1936,9 pero los socios consideraron que era demasiado precipita-do.10 La mayor reserva seguía siendo la postura que tomaría el gobierno cardenista, pues se había mostra-do muy radical en el establecimiento de la educación socialista.

En la Universidad de Nuevo León las protestas fue-ron tan fuertes que el gobierno estatal optó por clau-surarla apenas a un año de crearla (1934), y la sustituyó por un organismo que adoptó la educación socialista.3 Los sectores inconformes, particularmente la IP, co-menzaron a apoyar iniciativas para formar instituciones educativas ajenas al Estado. Caso emblemático fue la inauguración de la primera universidad privada en Mé-xico: la Universidad Autónoma de Guadalajara (1935).

La educación superior en Nuevo LeónEl cierre de la UNL se convirtió en una traba para el progreso económico de Nuevo León, que a finales de la década de los 30 entraba en un importante auge in-dustrial. Por ello, un grupo de empresarios, dirigidos por los banqueros Antonio L. Rodríguez y Juan S. Farías, comenzaron a debatir la idea de formar una universidad que fuera autónoma y de calidad.

Farías se ocupó de buscar modelos educativos al solicitar información de las universidades de Yale, Harvard y UCLA, mientras que Rodríguez se encargó de buscar a un experto en educación que encabezara el proyecto, entrevistándose con Pedro de Alba, José Vasconcelos, Antonio Caso y Manuel Gómez Morín.4

Éste último, quien era el principal asesor del Grupo Industrial Monterrey, se entusiasmó con la idea y co-menzó a desarrollar un proyecto desde marzo de 1936, proponiendo que debía ofrecer una educación de gran

Vista del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, 1948. INM vol. I

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Sin embargo, en 1939, rumbo al final del sexenio de Lázaro Cárdenas, la tensión comenzó a disminuir. El nuevo panorama hizo surgir el apoyo por crear una univer-sidad en Nuevo León, en voces como An-tonio Caso, Mario Cuevas (secretario de la UNAM), Héctor González (exrector de la UNL), intelectuales y empresarios regio-montanos.

Las propuestas variaban entre la refun-dación de la Universidad de Nuevo León, la creación de una universidad autónoma, el diseño de un instituto politécnico o sim-plemente el surgimiento de una escuela de estudios superiores. Por tal motivo, aunque contaban con el proyecto y los recursos financieros, el grupo empresarial decidió esperar.11

Eugenio Garza Sada y el ITESMEl fin de la administración cardenista y el inició de la campaña de “uni-dad nacional” del presidente Manuel Ávila Camacho (1940-1946), dispu-so un escenario más alentador para las intenciones de crear una uni-versidad en Nuevo León. Más cuando el mandatario nacional expuso que estaría receptivo a la participación de los distintos grupos sociales en la labor educativa.

Fue así que para 1941 surgieron tres proyectos de universidad en Monterrey: el primero era la refundación de la UNL con el apo-yo del gobierno estatal y la iniciativa privada, quienes gestionarían el respaldo de la federación; el segundo era una universidad que fue-ra autónoma en su funcionamiento pero que tuviera presupuesto gubernamental y de la IP, propuesta por la Federación Estudiantil; y finalmente la realización de una universidad autónoma tecnológica auspiciada por empresarios regiomontanos (liderada por Rodríguez, Elosúa y Virgilio Garza Jr.).12

Las tres propuestas consideraban la participación del empresaria-do, que había manifestado abiertamente la intención de tomar parte en la educación superior. Aunque el gobierno estaba de acuerdo en que Nuevo León volviese a contar con una universidad, le incomodó la idea de que la IP interviniese en ella de manera activa, y tampoco estuvo de acuerdo con la cuestión de la autonomía. En este ambiente, la única propuesta que parecía poder tener éxito era la refundación de la UNL, auspiciada por la administración estatal.

Así lo comprobaron Virgilio Garza Jr. y Raúl Valdés Villarreal al pre-sentarle el proyecto al Secretario de Educación Pública en 1941. La propuesta incluía utilizar como base la infraestructura de la desapare-cida UNL para crear una universidad autónoma, en la que participaran gobierno e IP. La escuela se compondría por una Preparatoria y las Fa-cultades de Filosofía y Letras, Derecho, Medicina, Comercial y Bancaria, Politécnica y la Escuela de Verano.13

La reacción gubernamental definió hasta dónde llegaba la postura de unidad nacional: el Secretario recibió la propuesta con entusiasmo,

Grupo de Empresarios en visita al presidente Manuel Ávila Camacho, enero 1942. INM vol I.

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internacional para que la juventud no tuviera que emi-grar, y gozar de una autonomía que permitiera estar ajena a una ideología rectora que provocara confron-tación.

El empresario creía que Nuevo León tenía una penuria académica evidente, con una universidad clau-surada y expuesta a las luchas ideológicas, pero en su opinión la solución no era resucitar a la UNL, si no rea-lizar una nueva.

Gómez Morín se encargó de reestructurar el nue-vo proyecto, tomando en cuenta las ideas de Antonio L. Rodríguez, Bernardo Elosúa, Virgilio Garza Jr. y los hermanos Roberto y Eugenio Garza Sada; la opinión de éste último de orientar la institución a la ciencia y la tecnología se impuso. Don Manuel esbozó la creación de una preparatoria y un instituto tecnológico en el que se impartieran estudios relacionados a las ciencias físicas, matemáticas y biológicas, incluyendo carreras cortas y completas, además de posgrados y cursos de extensión para trabajadores.15

No obstante, los planes cambiaron al anunciarse en 1943 la creación (o refundación) de la Universidad de Nuevo León, que dependería directamente de la administración estatal. Dicha decisión unilateral fue un descalabro para los empresarios regiomontanos, pues se sintieron desairados y excluidos por un Estado que les había hecho creer que podrían participar en la edu-cación superior.

Los hombres de negocios tomaron entonces tres posturas: mantenerse al margen de los proyectos educativos universitarios, apoyar a la UNL a través de aportaciones financieras (origen del futuro Patronato Universitario), o continuar con los planes de abrir una

pero nunca llegó a considerarla con seriedad; incluso al siguiente año sugirió que el sector oficial abriría un instituto tecnológico en Monterrey.

Por su lado, al enterarse del proyecto de los em-presarios regios en 1942, el gobierno nuevoleonés apuró la intención de reabrir la UNL. Observando la situación, quienes postularon la universidad autónoma comprobaron que tendrían que realizar el proyecto por su cuenta y riesgo, teniendo que pulir la propuesta para obtener mayor apoyo del empresariado. Por ello, Rodríguez decidió plantear el proyecto a Eugenio Gar-za Sada en diciembre de 1941, consciente de que su respaldo sería decisivo.

Don Eugenio se interesó de inmediato en el pro-yecto, pero le hizo tres críticas puntuales: todavía esta-ba incompleto porque tenían la intención y los elemen-tos (el qué) pero no la manera de realizarlos (el cómo); su administración era muy compleja, con un aparato burocrático excesivo que haría que las decisiones se tomaran y cumplieran con muchos obstáculos; y que su justificación era inadecuada.

Garza Sada opinó que sólo debía existir un Conse-jo que administrara a la institución, y no tres como se estipulaba (Directivo, Financiero y Rectoría); creía que una organización naciente debía tener un manejo ágil, flexible y con las menores trabas sistémicas posibles. Le preocupó también que las escuelas propuestas no correspondieran con las necesidades del país, ligadas a la creciente industria.14

Don Eugenio expuso que la justificación de la uni-versidad debía tener tres objetivos claros: formar en Monterrey a los técnicos y profesionistas que reque-ría el mercado nacional, ofrecer educación de calidad

Ricardo Margain Zozaya, Eliot Camarena, Virgilio Garza Jr., Bernardo Elosúa, Víctor Bravo Ahuja, el gobernador José Vivanco y José Emilio Amores, entre otros, en un pasillo del Tecnológico de Monterrey. Ca. 1952. Fototeca del Centro de las Artes, fondo Virgilio Garza Jr.

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Las ideas del empresariado, con la asesoría de Gó-mez Morín, dieron como resultado el diseño del llamado Instituto Tecnológico de Monterrey, con clara influencia en las siglas del MIT. El nombre cambió a Instituto Tecno-lógico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) ante la insistencia de Virgilio Garza Jr. en que la forma-ción estudiantil fuera integral, es decir, que incluyera asignaturas humanísticas y que abriera la posibilidad de incluir carreras liberales.

El financiamiento fue el mayor desafío a solucionar. En el proyecto inicial se consideraban las aportaciones del gobierno y la IP, teniendo ésta última la responsa-bilidad de cubrir el déficit de los primeros cinco años. Pero sin la participación estatal, el empresariado ten-dría que financiar la escuela por completo y saldar sus números rojos por más de una década; el panorama era desalentador.

Fue por ello que Rodríguez buscó el apoyo de Garza Sada, considerando que era el único que podría convencer a la mayor parte de la IP regiomontana para invertir en el proyecto. No se equivocó: don Eugenio dio el respaldo moral que garantizó el apoyo de más empresarios, reuniendo con rapidez un millón de pe-sos al solicitar personalmente los donativos, e hizo el compromiso de que sus empresas saldarían el déficit que se presentara.

Retomando la idea de Gómez Morín, se inauguró en junio de 1943 la organización llamada Enseñanza e Investigación Superior, A.C. (EISAC), misma que creó el ITESM y se adjudicó la capacidad de administrarlo.

El Consejo fundador integró a Eugenio Garza Sada, Roberto Garza Sada, Bernardo Elosúa, Antonio L. Ro-dríguez, Juan S. Farías, Virgilio Garza Jr., Roberto Guajar-do Suárez, Rómulo Garza, Alejandro Guajardo, Jesús J. Llaguno, Joel Rocha, Andrés G. Sada, Hernán Sada Gó-mez, Roberto G. Sada, Ignacio A. Santos, Diego G. Sada, Jorge G. Rivero, Agustín Basave, Miguel Vera, José G. Martínez, Ricardo Quirós, Andrés Chapa, José Benítez, y Rodolfo Barragán. El Instituto abrió sus puertas en septiembre del mismo año, iniciándose así una historia que, a la fecha, suma ya siete décadas.

escuela privada en la que pudieran participar activa-mente. Eugenio Garza Sada se mantuvo en la última opción, tomando las riendas de un proyecto propio que retomó algunas de las ideas antes señaladas.

Don Eugenio reafirmó que lo que se necesitaba no era una universidad en su concepción tradicional, sino un instituto tecnológico que debía comenzar modesta-mente, pero con bases firmes para que pudiera crecer. Entonces sólo tendría que contar con lo indispensable: un Consejo único que la administrara, una figura inte-lectual de prestigio y experiencia para que la organizara y dirigiera, y un grupo de empresarios que la financiaran hasta que fuera autosustentable.

En mayo de 1943, Garza Sada definió que en sep-tiembre de ese año se tendría que crear el instituto, por lo que viajó a la Ciudad de México para entrevistarse con León Ávalos Vez, candidato que le sugirieron para rector y que cumplía con las expectativas: era ingeniero graduado del MIT y se desarrollaba como director de una escuela como la que se quería fundar, la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME).16

Ávalos aceptó organizar la parte académica y deli-neó las bases para las ingenierías que debían ofrecerse: Química, Mecánica, Electricidad, y Administración. Los modelos que utilizó fueron principalmente el MIT y la ESIME. Con esto resuelto, la estructura de la parte ad-ministrativa y financiera fue responsabilidad de Garza Sada, quien reunió a los empresarios que habían pro-movido la idea de una universidad.

La organización del instituto se dio en largas jorna-das de trabajo y debate, a las que don Eugenio aportó con información de las universidades más prestigiadas del mundo, su conocimiento de primera mano del MIT, y su experiencia en la formación de escuelas técnicas desde la Cervecería.

Con base en esto estableció criterios rectores que debía considerar la nueva escuela: alta calidad, organi-zación eficiente, planes de estudio equiparables a los de escuelas internacionales, profesorado de tiempo completo bien remunerado, ofrecimiento de becas, y principios morales rígidos.17

Eugenio Garza Sada creía que una organización

naciente debía tener un manejo ágil, flexible

y con las menores trabas sistémicas posibles

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7 Carta de Manuel Gómez Morín a Antonio L. Rodríguez con una serie de memorándums sobre la organización de una Universidad en Monterrey, 1° de agosto de 1936, AMGM, sección Personal, subsección Correspondencia, serie Anto-nio L. Rodríguez.

8 Serie de memorándums enviados por Manuel Gómez Morín a Antonio L. Rodríguez con el plante amiento de la necesidad y características de una Universidad para Mon-terrey, 1° de agosto de 1936, AMGM, sección Instituciones Educativas, subsección Otras Instituciones, serie Instituto Tecnológico.

9 Carta de Antonio L. Rodríguez a Manuel Gómez Morín sobre la organización de una Universidad, 10 de agosto de 1936, AMGM, sección Personal, subsección Correspondencia, serie Antonio L. Rodríguez

10 Información sobre la creación de una escuela de estu-dios superiores, Monterrey, 3 de junio de 1939, AMGM, Perso-nal, Correspondencia con Bernardo Elosúa.

11 Carta de BE a Antonio Caso sobre la creación de la Escuela de Altos Estudios, Monterrey, 13 de junio de 1939, AMGM, Personal, Correspondencia con Bernardo Elosúa.

12 Mendirichaga, op. cit., p. 26.13 Ibid., p. 17.14 Carta de MGM a BE sobre la creación de una nueva uni-

versidad, México, D.F., 2 de diciembre de 1941, AMGM, Otras Instituciones, Enseñanza e Investigación Superior A.C., expe-diente 6903.

15 Idem.16 Mendirichaga, op. cit., p. 30.17 Ibid., p. 33.

FuentesArchivo Manuel Gómez Morín.Medin, Tzvil, Ideología y praxis política de Lázaro Cárdenas, México, D.F., Editorial Siglo XXI, 1992.Mendoza Rojas, Javier, Los conflictos de la UNAM en el siglo XX, México, D.F., UNAM/Centro de Estu-dios sobre la Universidad, 2001.Mendirichaga, Rodrigo, El Tecnológico de Monterrey: sucesos, anécdotas, personajes, Monterrey, Editorial Castillo, 1982.

Notas1 Mendoza Rojas, Javier, Los conflictos de la UNAM en el siglo XX, México, D.F., UNAM/Centro de Estudios sobre la Univer-sidad, 2001, pp. 19-20.

2 Medin, Tzvil, Ideología y praxis política de Lázaro Cárdenas, México, D.F., Editorial Siglo XXI, 1992, pp. 183-185.

3 Cavazos Garza, Juana Idalia, Los estudiantes universitarios y la ruptura socialista, Monterrey, UANL, s.f.

4 Mendirichaga, Rodrigo, El Tecnológico de Monterrey: suce-sos, anécdotas, personajes, Monterrey, Editorial Castillo, 1982, pp. 20-21.

5 Gómez Mont, María Teresa, Manuel Gómez Morín, Méxi-co, D.F., Fondo de Cultura Económica, 2009, p. 689.

6 Carta de Antonio L. Rodríguez a Manuel Gómez Morín sobre el nuevo club “Sembradores de Amistad” y la creación de una Universidad de Monterrey, 24 de julio de 1936, Archi-vo Manuel Gómez Morín (AMGM), sección Personal, subsec-ción correspondencia, serie Antonio L. Rodríguez.

Virgilio Garza Jr., Eugenio Garza Sada, Fernando García Roel, Eugenio Garza Lagüera, Armando Ravizé y Enrique García Leal, entre otros, durante el festejo del XXV aniversario del ITESM, 1968. Anónimo, Fototeca del Centro de las Artes, fondo Virgilio Garza Jr.

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ioMiembro de una gran familia de industriales

encabezada por don Isaac Garza Garza y doña Con-suelo Sada Muguerza, desde muy pequeño Eugenio tuvo contacto con el principal negocio de su padre, la Cervecería Cuauhtémoc (fundada el 8 de noviembre de 1890).

Ahí se relacionó con todas las fases del proceso productivo, desde las negociaciones con los proveedo-res de cebada y malta, hasta la distribución final de la cerveza en los expendios de la ciudad, hecha mediante carretas tiradas por caballos.

Don EugEnio garza SaDa

Sinónimo de compromiso social y liderazgo empresarial

Referirnos a la vida y obra de don Eugenio Garza Sada es mucho más que hablar sobre crecimiento económico y diversificación in-dustrial. Su trayectoria de 56 años de labores

ininterrumpidas legó a la sociedad regiomontana insti-tuciones culturales, educativas y de bienestar, que junto al pujante desarrollo fabril convirtieron a Monterrey en una ciudad de vanguardia en México y Latinoamérica. A 40 años de su partida, su herencia se encuentra vigente en los valores y la cultura de trabajo sobre la que miles de mexicanos han construido su patrimonio.

Roberto Lara DuránFomento Empresarial Mexicano, S.A.

[email protected]

Vista aérea de la SCyF, ca. 1960. Colección Histórica Femsa

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Y a propósito de la Cervecería tengo que decirte que todos en general, pero prin-cipalmente Don Pancho [Francisco G. Sada – gerente general de la empresa] se portaron muy bien conmigo, pues fi-gúrate que cuando caí enfermo traté de irme a curar al centro de Monterrey, por-que sabía perfectamente que [en otras fábricas] cuando algún empleado se en-fermaba no le daban su sueldo. Le par-ticipé al superior mi intención diciéndole que para que no saliera muy costosa la enfermedad y que para ahorrar algo de lo que tenía que dar al doctor decidí irme al centro. Entonces [Don Francisco] me dijo que por ningún motivo me fuera, que allí me había enfermado y quería que allí me aliviara; que con respecto al sueldo no tuviera ningún cuidado.3

Ya para una época tan temprana como 1904, la em-presa y sus directivos tenían una preocupación cons-tante por sus trabajadores, filosofía que se impregnó profundamente en don Eugenio Garza Sada. Desafor-tunadamente, el prolongado mandato presidencial de Porfirio Díaz y su renuencia a dejar el poder detona-ron la Revolución Mexicana en 1910, que aunque justa

en sus principios de mejorar las condiciones de vida de obreros y campesinos, desquició por com-pleto la estructura económica nacional. Monterrey se mantuvo a salvo los primeros años de la guerra, pero en 1914 Venustiano Carranza y sus tropas ocuparon la ciudad, procediendo a incautar varias de las más importantes em-presas como medio de sufragar los gastos de su campaña militar, entre ellas la Cervecería.

En ese momento, don Euge-nio tenía algunos años radicando en Boston, Estados Unidos, don-de se había inscrito en el Institu-to Tecnológico de Massachusetts para estudiar la carrera de In-geniería Civil.4 En el M.I.T (siglas en inglés) el joven estudiante se impresionó de la pragmática es-tructura educativa del organismo,

de la oferta de carreras técnicas que respondían a las necesidades de una nación primermundista y reflexio-nó profundamente sobre lo conveniente que sería

Fue en esta etapa de su vida en la que don Euge-nio entró en contacto con lo que él, acertadamente, llamaría el elemento más importante de una organi-zación: los trabajadores, “cuya productividad hace po-sible la posición directiva y afirma el futuro de am-bos”.1 La formación recibida en el Colegio San Juan de Saltillo y en el Colegio Hidalgo, congregación de los hermanos maristas, lo puso en contacto con la ideas de justicia social y equidad para las clases trabajadoras que esta-ban en boga entre los sectores religiosos desde que la cabeza de la cristiandad, el Papa León XIII, promulgara la famosa Encíclica Rerum Novarum.2

Por esas fechas, a principios del siglo XX, la Cervecería Cuauh- témoc fue pionera en iniciativas que beneficiaban a sus trabajado-res, en especial las relativas a la atención médica.

La empresa otorgaba pases a sus colaboradores y a sus familias que requirieran consultar con el médico de su preferencia, a los que posteriormente pagaba sus honorarios.

Un beneficiado de esta me-dida fue Roque González Garza, futuro presidente de México en los años de la Revolución Mexicana, quien en 1904 es-cribió a su hermano una carta de la cual extrajimos el siguiente fragmento:

La cultura de trabajo y los valores legados

por don Eugenio Garza Sada,

humanista y capitán de la industria

regiomontana, siguen presentes en nuestra

localidad y en las empresas que le deben

a él su consolidación

ITESM,1955. Colección Histórica Femsa

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Sociedad Cuauhtémoc y FamosaEl 30 de mayo de 1918, gracias a la iniciativa de los tra-bajadores Irineo Tovar y Macario Salas, y conforme al proyecto de estatutos presentado por don Luis G. Sada García, 6 se celebró una reunión en el salón de servicios contra incendios de la empresa, que culminó con la fir-ma del acta constitutiva que dio origen a la Sociedad Cooperativa de Ahorros e Inversiones de los Emplea-dos y Operarios de la Cervecería Cuauhtémoc. 7 Dicho organismo surgió en una época en que las instituciones públicas, nacionales e internacionales, se encontraban en crisis moral y material por la Revolución Mexicana en el ámbito local y la tragedia de la Primera Guerra Mundial en el plano exterior.

En sus inicios, la organización tenía como propó-sito principal proveer a sus trabajadores de alimentos de la canasta básica, como maíz, frijol, manteca, etc., a precios módicos, a fin de paliar la crisis económica ge-neral. Sin embargo, una vez superada la coyuntura re-volucionara, la cooperativa (como se le solía llamar) “fue orientando sus prioridades al desarrollo integral del socio y su familia vinculados a la empresa, por medio de valores como el trabajo, el ahorro, la honestidad y la solidaridad”.8

Una de las estrategias para infundir esta filosofía entre los miembros de la cooperativa fue, y sigue sien-do, la revista Trabajo y Ahorro, cuya intención es promo-ver la cultura del ahorro como medio de superación personal y familiar, una herramienta para enfrentar los momentos económicamente difíciles. El primer número de la edición apareció en junio de 1921, y en él se esta-blecieron los fines que perseguía:

establecer en México un organis-mo similar, que detonara el cre-cimiento industrial y económico de su país. Fue precisamente la impresión que le causó el M.I.T. lo que en décadas posteriores lo llevó a tomar la decisión de crear, junto a un importe grupo de em-presarios regiomontanos, el Ins-tituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.

Después de varios meses de negociaciones entre los delegados de la Cervecería Cuauhtémoc, Francisco G. Sada Muguerza y don Pablo Salas y López, con el gene-ral carrancista Antonio I. Villarreal, gobernador y comandante militar de Nuevo León, se logró la devo-lución de la fábrica a sus legítimos dueños. Aunque la guerra aún no terminaba, a mediados de 1915 Monte-rrey ya se había librado del acoso revolucionario, por lo que los principales accionistas de la empresa y sus familias regresaron de Estados Unidos, con el propó-sito de echar andar un negocio que se encontraba en difíciles condiciones.

La incautación había hecho mella en la compañía: en comparación a la producción de cerveza de 1912, calculada en 16.5 millones de litros, entre 1914 y 1916 solamente se habían envasado 7.2 millones de litros, es decir, menos de la mitad de lo que se produjo en un solo año. También la plantilla de empleados se vio afec-tada, dado que de más de mil colaboradores que tenía la empresa en 1910, para mediados de 1916 quedaban únicamente 300.5

En este contexto, don Eugenio se integró en la ne-gociación como auxiliar en el departamento de ventas, con el conocimiento técnico a flor de piel y la entereza para sacar adelante a la Cervecería y, en especial, a sus trabajadores, pieza clave en el proceso de recuperación que se experimentaría años después.

Es a partir de este momento, en un periodo de crisis económica y política enmarcada en una sociedad afectada por la guerra, cuando la empresa emprende el proyecto de institucionalizar las políticas de beneficio social para sus trabajadores, que ya se venían imple-mentando desde 1890. La Cervecería Cuauhtémoc fue gestora de una serie de iniciativas pioneras en la Repú-blica Mexicana, que reestructuraban plenamente las re-laciones obrero–patronales vigentes desde el siglo XIX. La primera de ellas y la que detonó todo: la Sociedad Cuauhtémoc y Famosa.

Exámenes en la Escuela Politécnica Cuauhtémoc,1912. Colección Histórica Femsa

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fue paulatinamente cambiando de nombre hasta que, a principios de la década de 1930 se le dio la denominación definitiva: Sociedad Cuauhtémoc y Famosa, S.A (SCyF). En los años posteriores se integrarían a la SCyF los co-laboradores de otras empresas que abaste-cían de insumos a la Cervecería, como Malta, Fábricas de Cartón Titán, Grafo Regia, entre otras.

Don Eugenio apoyó la iniciativa de la So-ciedad Cuauhtémoc y Famosa de forma deci-dida y contribuyó con propuestas que mejora-ban esta organización de bienestar colectivo. Siendo ya miembro directivo de Valores In-dustriales (VISA),10 uno de los proyectos más importantes y ambiciosos en el que participó junto a su hermano don Roberto Garza Sada fue la construcción del parque recreativo de la Sociedad Cuauhtémoc y Famosa, el cual abrie-ron para la membresía en 1944.

Ubicado sobre la avenida Alfonso Reyes, el parque ocupó una extensión de 95 mil m2 equipados con canchas deportivas, juegos in-fantiles, gimnasio, albercas, salones de clases, billares, comedor subsidiado e inclusive una clínica que empezó a dar servicios diversos a los trabajadores del grupo industrial.11 Antes que el Estado mexicano fundara el Instituto Mexicano del Seguro Social (1943), la Cerve-cería Cuauhtémoc ya se responsabilizaba por la salud de sus trabajadores desde los albores del siglo XX, mediante la emisión de bonos médicos para consultas externas, pero esta política institucional tuvo su clímax con la creación de la Clínica Cuauhtémoc y Famosa en agosto de 1945.

Originalmente, las instalaciones médicas se encontraban adjuntas a la entrada prin-cipal de la SCyF, pero con el tiempo y gra-cias a la continuación de la labor que realizó don Eugenio Garza Lagüera, el servicio tuvo como nueva sede un moderno edificio, dota-

do de la mejor tecnología y personal médico, ubica-do en la colonia Del Prado (en la parte noreste del parque recreativo). Entre los servicios brindados por la institución se pueden resaltar: consultas, cirugías, análisis químicos, pediatría, ginecología y obstetricia, cardiología, sala de traumatología, servicios dentales, entre otros; para procedimientos quirúrgicos más especializados la institución celebró convenios con los hospitales Muguerza, San José y con la Clínica y Mater-nidad Conchita.12

El bienestar para el obrero laborioso, la concien-tización sobre el significado del trabajo y el ahorro, el mejoramiento efectivo a base de los esfuerzos reali-zados por cada trabajador y la evolución justa por la cultura y el adelanto intelectual de los empleados.9

Después de 1921, cuando ya la organización con-taba con 750 miembros, el concepto de “sociedad coo-perativa” fue quedando atrás al establecerse Fábricas Monterrey, S.A., cuyos trabajadores fueron incorpora-dos a la institución. A partir de entonces, la sociedad

Servicio médico SCyF. Colección Histórica Femsa.

Instalaciones, 1940. Colección Histórica Femsa.

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Desde principios del siglo XX, la Cervecería Cuauh- témoc otorgaba facilidades a los empleados para com-prar una casa mediante préstamos personales, pero se necesitaba de un proyecto amplio y estructurado que institucionalizara esa preocupación.

Encabezada por don Eugenio Garza Sada, en 1957 la iniciativa de dotar de una vivienda digna a los cola-boradores del grupo VISA se cristalizó con la funda-ción de la Colonia Cuauhtémoc, en San Nicolás de los Garza, N.L. Dotada de servicios como agua potable, drenaje, luz eléctrica, gas natural y pavimentación, el desarrollo habitacional se ubicó sobre un área de 90 hectáreas, donde en el curso de los diez años poste-riores a su inauguración se construyeron más de 1,300 casas.14

En todos los sentidos, el fraccionamiento tuvo una planeación concienzuda, desde la utilización de mate-riales de la más alta calidad para la construcción de las viviendas, hasta la distribución de sus calles y avenidas, semejantes al modelo habitacional norteamericano de la época. Buscando que los colonos tuvieran todos los servicios, se estableció un centro cívico en el corazón de la colonia donde se construyeron canchas depor-tivas, una serie de colegios pertenecientes al Centro

En los siguientes años, los servicios de la SCyF se fueron ampliando hasta cubrir aspectos como la ven-ta de ropa y calzado a precios por debajo de los del mercado, renta de espacios para eventos sociales, pro-gramas culturales, seguros de vida, becas educativas, actividades deportivas y recreativas para sus agremia-dos e, incluso actualmente, se cuenta con el servicio de asilo para personas de la tercera edad, donde se brinda atención profesional a trabajadores jubilados que así lo desean. Como otros proyectos que dirigió don Euge-nio Garza Sada, acorde a su pensamiento humanista y social, la labor de SCyF detonó una serie de beneficios que aumentaron la calidad de vida de su plantilla laboral.

Vivienda digna y educaciónUno de los objetivos que estableció la Sociedad Cuau-htémoc y Famosa desde sus primeros años fue la ges-tión de créditos hipotecarios para que sus trabajadores “pudieran poseer su casa propia y gozaran de bienestar personal”.13 Cabe destacar que el costo de los terrenos y los materiales de construcción eran elevados y el go-bierno aún no implementaba políticas favorables para la adquisición de viviendas entre el sector laboral, como el Infonavit (creado hasta 1972).

Vista aérea de la Colonia Cuauhtémoc. Colección Histórica Femsa.

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formar técnicos que supieran adaptar las tecnologías de punta al ramo industrial.

Ya como presidente de las empresas del grupo VISA, don Eugenio, junto a su hermano Roberto y em-presarios de la talla de Bernardo Elosúa, Rómulo Garza, Hernán Sada Gómez, Roberto G. Sada y Jorge G. Ri-vero, cimentaron la creación de la escuela mediante la firma del acta constitutiva el 14 de julio de 1943. Cada signatario del documento aportó cinco mil pesos, lo que arrojó un total de 125 mil pesos destinados a las necesidades primigenias del Tecnológico.16

Finalmente, las actividades de la institución comen-zaron el 6 de septiembre de 1943, en el número 858 de la calle Abasolo del centro de Monterrey. El ITESM em-pezó impartiendo clases destinadas a la capacitación de trabajadores de la industria local como “bachilleratos en las áreas fisicomatemáticas y fisicoquímicas, cursos de contadores privados, de dibujo industrial, de técni-cos electricistas y mecánicos”17, entre otras más.

El éxito fue rotundo y, para 1947, el Tecnológico ya contaba con más de mil alumnos, una oferta educativa más amplia con carreras como la de Ingeniería Civil e Ingeniería Química, así como un campus construido en la zona sur de la ciudad de más de 53 hectáreas, inau-gurado en 1945.

Escolar Cuauhtémoc (CECAC) y el templo católico San José Obrero. También se edificó una unidad auxiliar de la Clínica Cuauhtémoc, destinada a consultas de rutina y curaciones menores.

Don Eugenio estableció que el esquema de finan-ciamiento para las viviendas se basara en abonos men-suales, que no fueron superiores al 25% del salario de los trabajadores, buscando con ello que los pagos no afectaran la economía familiar. Gracias a esta facilidad, miles de familias pudieron ver cumplido su sueño de tener casa propia y un patrimonio para sus hijos; sin embargo, el beneficio trascendió a la comunidad re-giomontana, ya que en poco tiempo el modelo de la Colonia Cuauhtémoc se importó a otras regiones del país donde la Cervecería Cuauhtémoc tenía opera-ciones, como la Ciudad de México, Jalisco, Veracruz y Sinaloa.15

Una de las más grandes obras que don Eugenio Garza Sada legó, no sólo a nuestra ciudad sino a Amé-rica Latina, es el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. La idea, como lo comenta-mos anteriormente, había surgido en la mente del jo-ven Eugenio desde que fuera estudiante del M.I.T. en la Unión Americana, viendo lo provechoso que sería para nuestro país el tener un organismo educativo capaz de

Colonia Cuauhtémoc. Colección Histórica Femsa

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Notas1 Revista Trabajo y Ahorro, noviembre de 1980, edición especial, p. 76.

2 La Encíclica Rerum Novarum fue un documento pro-mulgado por el Papa León XIII el 15 de mayo de 1891, la cual versaba sobre las condiciones laborales de los obreros y la obligación de los patrones para garantizarles mejores niveles de vida. La doctrina presente en este escrito es la base de la Democracia Cristiana Europea, corriente política que aún tiene una amplia aceptación en varios países.

3 García Ramírez, Fernando (coord.), Una empresa a tra-vés de los siglos: Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, Mon-terrey, Cervecería Cuauhtémoc, 2006, p.154.

4 Ibíd., p. 180.5 Flores Torres, Óscar, Monterrey: origen y destino. Mon-

terrey, una ciudad internacional 1910–1980, Monterrey, Ayun-tamiento de Monterrey, 2009, p. 95.

6 García Ramírez, Op. Cit., p. 131.7 Además de Luis G. Sada García, los otros signatarios

del documento fueron los colaboradores: Macario Salas, Irineo Tovar, Rafael Paez, Daniel Martínez Muguerza, Víctor González Garza, Jesús Arizpe, Benigno R. Rodríguez, Juvencio Moncayo, Fructuoso Rodríguez, Jesús Cavazos, Federico R. Garza, José Degollado, Alfonso Garza, Asunción Solís, Manuel Guajardo, Guadalupe Barrera, Filiberto Ruiz, Félix Villarreal, Genaro González, José Garza Guajardo y Víctor Gutiérrez. Información tomada de El Abanderado, número 229, marzo y abril de 1968, p. 3.

8 García Ramírez, Op. Cit., p. 133.9 Ibíd., p. 141.10 En 1936, don Eugenio y don Roberto Garza Sada, con

asesoría del licenciado Manuel Gómez Morín, crearon un “holding” o compañía tenedora conocida como Valores In-dustrial S.A. (VISA), origen de lo que hoy es FEMSA, y que controlaba las operaciones de Cervecería Cuauhtémoc y sus fábricas de insumos.

11 Revista El Abanderado, noviembre – diciembre de 1970, no. 245, p. 18.

12 Reyes Salcido, Edgardo, Don Isaac Garza, Monterrey, Fondo Editorial Nuevo León, 2010.

13 Revista El Abanderado, noviembre – diciembre de 1970, no. 245, p. 17.

14 Revista El Abanderado, marzo–abril de 1968, no. 229, pp. 5-6.

15 Ibíd., p. 6.16 García Ramírez, Op. Cit., p. 184.17 Ibíd., pp. 185-186.18 El inventor de este proceso es el ingeniero Juan Celada

Salmón.19 El sistema quita-quitapón (introducido alrededor de

1968) conllevaba el moldeado, en la base de la botella, de la figura exacta de una corcholata quitapón. Al momento de introducir la corcholata de una botella similar, el consumidor giraba la misma y sin esfuerzo destapaba la cerveza.

Con el paso del tiempo, el organismo educativo se convirtió en la mejor institución privada de su tipo en toda América Latina. Y no era para menos, ya que la calidad académica, la excelencia de su infraestructura y el compromiso de sus estudiantes, que se tradujo en innovaciones tecnológicas a nivel mundial, se conjugó con los proyectos estudiantiles al servicio de la comu-nidad y de la industria.

Dos ejemplos de ello, aplicables a las empresas VISA, fueron el descubrimiento del proceso para pro-ducir fierro esponja,18 que generó grandes dividendos para Hojalata y Lámina S.A. (HyLSA), y el sistema quita-quitapón para los productos de la Cervecería Cuauh- témoc; ambos adelantos se hicieron por alumnos y profesores del ITESM.19

Hoy en día, el Tec de Monterrey es una institución educativa internacional, con 31 campus en México y más de 20 oficinas en el extranjero. Tiene una matrícu-la de más de 100 mil alumnos, donde 8,831 profesores imparten clases a nivel bachillerato, profesional y pos-grado. Se cuenta además con 58 carreras profesionales, 42 maestrías y 10 programas de doctorado, además de diversos centros de investigación reconocidos mundial-mente, que engloban este universo educativo donde la principal premisa es la innovación tecnológica y el com-promiso con la sociedad.

La cultura de trabajo y los valores legados por don Eugenio Garza Sada, humanista y capitán de la industria regiomontana, siguen presentes en nuestra localidad y en las empresas que le deben a él su consolidación, como FEMSA, donde la generación de valor económico va siempre de la mano a la implementación de proyec-tos de gran impacto social en las comunidades donde tiene operaciones.

FuentesFlores Torres, Óscar, Monterrey: origen y destino, Monte- rrey, una ciudad internacional 1910–1980, Mon- terrey, Ayuntamiento de Monterrey, 2009.García Naranjo, Nemesio, Una industria en marcha, Monterrey, Cervecería Cuauhtémoc, 1955.García Ramírez, Fernando (coord.), Una empresa a través de los siglos: Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, China, Editorial Clío, 2006.Patricia Arias, et. al., Historia y desarrollo industrial de México. Confederación de Cámaras Industriales, México, D.F., Colegio de Jalisco, 1988.Revista El Abanderado, Monterrey, Cervecería Cuauhtémoc.Revista Trabajo y Ahorro. Monterrey, Cervecería Cuauhtémoc.Reyes Salcido, Edgardo, Don Isaac Garza, Monterrey, Fondo Editorial Nuevo León, 2010.

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Hablar de don Eugenio Garza Sada es ha-blar de trascendencia. Con sólo mencio-narlo, de inmediato evocamos su trayec-toria e influencia como protagonista del

desarrollo empresarial de Nuevo León y de México. Sus acciones, impregnadas de humanismo e innova-ción, fortalecieron un esquema de desarrollo social que marcó la pauta para los actuales modelos de Empresa Socialmente Responsable y Empresa Sustentable. Esta filosofía de negocio hoy rinde frutos al convertirse en práctica habitual de las empresas al dar respuesta a las demandas sociales de justicia, equidad, calidad de vida y respeto al medio ambiente.

Sus aportes no se limitan al ámbito laboral: la edu-cación forma parte medular de su legado. Muestra de ello es el Centro Escolar Cuauhtémoc, A.C., (CECAC), institución que realiza el sueño de don Eugenio de con-tribuir a la formación de mejores personas desde su infancia. Esta iniciativa tiene como antecedente a la Es-cuela Politécnica Cuauhtémoc, fundada en 1906 a ins-tancias de don Isaac Garza Garza y don Francisco G. Sada Muguerza, y cuyo propósito era brindar educación primaria, secundaria y técnica a los trabajadores de sus empresas y sus hijos.

En completa congruencia con estos principios, en 1957 don Eugenio fundó, en terrenos de la Colonia Cuau-htémoc del municipio de San Nicolás de los Garza, los colegios Isabel La Católica y La Salle; a éstos, durante el año 1976 se les integró la Secundaria Francisco G. Sada (fundada en 1945 en la colonia Bellavista con el nombre de Fray Pedro de Gante). Con la sensibilidad y sentido hu-manista que le caracterizaba, Garza Sada recurrió a con-gregaciones religiosas que, por su filosofía y valores, fue-ron idóneas para guiar las labores de estas instituciones.

Era costumbre en esa época que niñas y niños se formaran en colegios separados. El Colegio Isabel La Católica, enfocado a la educación de las niñas, fue asig-nado a la Congregación de las Hermanas Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento, fundada por la hoy beata Madre María Inés Teresa Arias. Para los varones se crearon los colegios La Salle y Francisco G. Sada, encomendado el primero a los Hermanos de las Escue-las Cristianas, llamados Lasallistas, por ser fundados por San Juan Bautista de La Salle; y el segundo inicialmente a los hermanos Franciscanos, y posteriormente a los hermanos Lasallistas.

Fue así como comenzó esta maravillosa historia, brindando una educación de calidad a los hijos de los

CECAC, una InstItucIón dIstIntaCentro Escolar Cuauhtémoc, A.C.

ICC nuevo. Colección Histórica Femsa

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donde los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos.

Al ver en retrospectiva estos 55 años, nuestros cambios, mejoras y crecimiento, no podemos dejar de agradecer a quien en 1998 recibiera del H. Congreso de Nuevo León el título de Benemérito de la Educación, don Eugenio Garza Sada. Su contribución al mundo de la educación continúa trascendiendo.

Como gran visionario, proyectó un modelo educa-tivo que abarca más allá de las paredes de una escuela, llegando hasta cada hogar y dejando huella indeleble en generaciones de personas con valores firmes y bien cimentados, seguros de seguir inspirando modelos de liderazgo afines al de nuestro fundador.

Tenemos la firme convicción de que si este modelo educativo, que vincula la Escuela con la Empresa, se re-plicara, contribuiría a responder a la demanda de la ca-lidad educativa de nuestro país. Somos una institución que nació por razones muy distintas a la de cualquier otra y estamos orgullosos de ello.

trabajadores de las empresas que don Eugenio lideraba, en una época en que las clases sociales estaban tan delimitadas y el acceso a colegios particulares era sólo beneficio de unos pocos. La razón por la que nació el CECAC nos hizo diferentes. El correr de la historia entrelazó una gran cantidad de vidas, sueños y esperanzas en un contexto socio-histórico particular: los hombres trabajadores de las empresas eran los padres de los alumnos de los co-legios y los mismos vecinos que compar-tían la comunión en misa y los paseos de los domingos.

Desde entonces, el proceso de ense-ñanza-aprendizaje que se desarrolla en es-tas aulas fomenta en los educandos los conocimientos, habilidades y actitudes intelectuales, físicas, afectivas, volitivas y espirituales que propicien su desarrollo inte-gral y el crecimiento de su espíritu misionero, en aper-tura a las necesidades de los demás. Fiel a la responsa-bilidad social, característica de su fundador, el Centro Escolar Cuauhtémoc desarrolla su labor en un entorno cambiante, cada día más complejo y retador, donde la permanencia depende de la calidad de su servicio.

En la actualidad, el CECAC está integrado por los colegios Isabel La Católica, La Salle y Francisco G. Sada; además del Centro de Idiomas, la Estancia Infantil y el Centro Deportivo y Cultural. La institución reitera su compromiso de seguir contribuyendo en la formación de una mejor sociedad, ya que todas y cada una de las personas que somos parte de esta historia nos hemos esforzado juntos año tras año y día con día, para lograr la congruencia entre lo que se piensa, se dice, se siente y se hace; trabajamos con integridad y respeto a los principios morales y buscamos formar integralmente a los alumnos. Hoy, todos nuestros planteles son mixtos y también brindamos nuestros servicios a la sociedad en general, a la vez que a los hijos de los trabajadores de las empresas que nos respaldan.

Nuestros colegios cuentan con la Acreditación en Calidad Educativa por la Confederación Nacional de Escuelas Particulares, CNEP. Somos la primera institu-ción en San Nicolás de los Garza que obtiene este re-conocimiento, confirmando así la calidad de nuestros servicios educativos. Este logro lo debemos a la res-ponsabilidad compartida de colaboradores y padres de familia que, preocupados por el porvenir de sus hijos, han confiado en nosotros su formación académica y su crecimiento en valores y fe.

En congruencia con el ideario del CECAC, propi-ciamos un ambiente de fraternidad y espíritu de familia,

ICC antiguo. Colección Histórica Femsa

Colegio Isabel La Católica, asamblea. Colección Histórica Femsa

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Eugenio Garza Sada

Deportista Distinguido

Aunque su afición al deporte fue una de sus actividades menos conocidas, el empresario regiomontano incursionó como promotor

de ligas profesionales, amateurs, construcción de estadios e impulsó la transmisión de diversos juegos en la radio y la televisión

Silvia Osiris Domínguez VillegasGrecia D. Alardín Balderas

Centro Eugenio Garza Sada

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Su interés por el beisbol también se manifestó al apoyar la idea de fray Nano: crear un Salón de la Fama del Beisbol Mexicano, proporcionando un espacio dentro de las instalaciones de la Cervecería para su construcción, además de patrocinar su financiamiento. El edificio fue inaugurado por don Eugenio el 10 de marzo de 1973 y sus objetivos eran inmortalizar a los más extraordinarios beisbolistas de las ligas profesio-nales del país y dar a conocer la historia del beisbol mexicano.

Box

Eugenio Garza Sada impulsó el desarrollo del boxeo en Monterrey al organizar competencias locales de este deporte, además de programar continuamente funcio-nes en las que traía a boxeadores de la Ciudad de Mé-xico o de los Estados Unidos para pelear contra los locales más destacados de la época.

Una de las facetas menos conocidas de don Eugenio Garza Sada fue su labor como promotor del deporte en México. Sus aportaciones incluyeron la participación

en la construcción de estadios, formación de ligas pro-fesionales y amateur, administración de equipos, organi-zación de torneos y el impulso a la transmisión de los juegos en los medios de comunicación masiva como la radio y la televisión.

Desde el punto de vista económico, los directivos de la Cervecería Cuauhtémoc consideraron que los jue-gos, a los que acudían gran cantidad de personas, eran una oportunidad importante para difundir su publicidad y, posteriormente, vender en ellos sus productos. Por otro lado, don Eugenio consideraba que el deporte cum-plía por lo menos tres funciones: ejercitar el cuerpo para un desarrollo integral de la persona, promover la discipli-na personal y dejar poco tiempo para el ocio.

BeisbolEntre las décadas de los 20 y 50, el deporte más popular de México fue el beisbol. Desde un inicio, su práctica en Nuevo León estuvo ligada a los equipos formados por los trabajadores de las industrias del estado, quienes competían en circuitos que, con el tiempo, se volvieron profesionales. Las empresas que dependían de Cervece-ría Cuauhtémoc, por ejemplo, tenían su propia liga.

Don Eugenio Garza Sada impulsó este deporte entre sus colaboradores y asociados, formó un circuito interno que tenía sede en las instalaciones de la SCyF y, cuyos equipos, competían en ocasiones a nivel nacio-nal; también existía una liga de softbol para mujeres. De igual forma, participó como socio en la administración del Club de Beisbol Monterrey, S.A., que comprendía la operación de los “Sultanes”, equipo representativo de la ciudad en la Liga Mexicana de Beisbol.

Equipo de beisbol CB,1926. Colección Histórica Femsa

Boxeadores en el Festival de Navidad en Cristalería S.A., 1937. Fototeca del Centro de las Artes, Fondo Flores Varela

Integrantes del equipo de beisbol femenil de Cervecería Cuauhtémoc. Fototeca del Centro de las Artes.

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Deportivo, que en su reporte de 1971 expresó que era apre-

miante…

disminuir al máximo los tiempos ociosos de los estudiantes en la escuela, con equipos represen-tativos que coloquen al TEC en primer plano nacional y en situa-ción competitiva; mejorando la imagen del TEC a través de ac-tividades deportivas; y aumentar la cantidad de simpatizantes y colaboradores; establecer con-tacto con un mayor número de instituciones americanas de di-versos tipos que permitirán al TEC conocer y aprovechar ma-yores oportunidades en distintas áreas: intercambio de entrenado-res y programas para actividades deportivas, clínicas para entrena-dores, experiencia, curriculas de todo tipo, contribución de recur-sos monetarios de becas y/o de personas especializadas que se soliciten, etc.; para planear, or-

ganizar y establecer una campaña permanente anti-drogas en la población estudiantil del TEC y su área de influencia.

Futbol soccerEl futbol soccer se perfiló como el deporte más fa-moso del mundo para la década de 1960; años antes, al percibir la popularidad que estaba teniendo en Méxi-co, don Eugenio se involucró activamente en su pro-moción. Entre sus aportaciones a este deporte fue la construcción del Estadio Tecnológico en Monterrey, que tuvo un costo de 1.6 millones de pesos que se ob-tuvieron a través de la venta de asientos a perpetuidad para entrar a cualquier espectáculo que se presentara en sus instalaciones —parecido al actual sistema de abonos—; el edificio fue inaugurado en 1950.

Por otra parte, Garza Sada formó parte de los so-cios del Club de Futbol Monterrey desde la década de los 40. Además, permitió que el estadio del ITESM fuera la sede para las temporadas de soccer en las que participaron los dos equipos profesionales que existían en la ciudad, los Rayados de Monterrey y los Jabatos, posteriormente llamados Tigres. La rivalidad entre es-tos equipos comenzó de inmediato cuando jugaban en segunda división, acentuada por el hecho de que los primeros estaban ligados al Tec y los segundos per-

GolfA decir de Ricardo Margain Zozaya, el único deporte que practicaba Eugenio Garza Sada era el golf. Siendo que en Monterrey no existía un lugar adecuado para jugar, don Eugenio se reunió con otros apasionados golfistas, como su hijo Eugenio Garza Lagüera, Sergio Valdéz Flaquer y José Domene, para formar el Club de Golf Valle Alto, asociación civil constituida el 12 de enero de 1955.

Futbol americanoLa promoción de don Eugenio al Futbol Americano fue la más tangible. Desde la creación del ITESM se promovió que los estudiantes practicaran este deporte dentro de los equipos representativos de sus escuelas, para que a su vez participaran en circuitos amateur con el nombre de Borregos Salvajes. Éstos fueron rápidamente recono-cidos por su participación en competencias, alcanzaron un buen nivel en ligas como Segunda Fuerza y Primera; en ocasiones diversas se traían a equipos visitantes de México y Estados Unidos para juegos amistosos.

Don Eugenio remarcó la importancia que debía te-ner el deporte en la formación de los estudiantes del ITESM. Así lo reconoció ante el Comité Pro Fomento

Carta del Deportivo Valle Alto. y Registro EGS Valle Alto. Archivo Eugenio Garza Sada

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tenecían a la Universidad de Nuevo León. El primer clásico regiomontano se disputó en el Estadio Tecno-lógico el 13 de marzo de 1960, el marcador final fue: Monterrey 2 goles y 0 de los novatos auriazules.

Garza Sada apoyó la culminación del Estadio Azte-ca, obra encabezada por Emilio Azcárraga Milmo, el cual funcionó como edificio principal durante las Olimpia-das de México en 1968. No fue extraño entonces, que en noviembre de 1976, el Ayuntamiento de la Ciudad de Monterrey otorgara un reconocimiento póstumo a don Eugenio, nombrándolo “Deportista Distinguido”, por su relevante y meritoria labor en pro del deporte.

Esta faceta de don Eugenio se desconoce casi por completo, sobre todo porque él mismo no fue un gran deportista; sin embargo, no sólo hay que estar en el escenario para ser parte del espectáculo, sino que tras bambalinas se puede y se vive como si se fuera parte propia del mismo.

FuentesAyuntamiento de la Ciudad de Monterrey, Reconoci- miento como Deportista distinguido, noviem bre de 1976, AEGS, Asuntos Particulares, Personal, exp. 1.

Comité Pro Fomento Deportivo del ITESM, Reporte a los patrocinadores del equipo Borregos de foot ball americano del ITESM, febrero de 1971, AEGS, Instituto Tecnológico de Estudios Supe- riores de Monterrey, Asuntos Institucionales, exp. 165.Compañía de Aceptaciones, Documentos referentes a la construcción del Estadio Azteca, 1967-1968, AEGS, Empresas, Cervecería, exp. 28.ITESM, Comisión de Finanzas y Estadio, 1951, AEGS, Insti- tuto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, Asuntos Institucionales, exp. 211.ITESM, Informe de la Comisión de Finanzas, 19 de marzo de 1951, AEGS, Instituto Tecnológico de Estu- dios Superiores de Monterrey, Asuntos Institu- cionales, exp. 211.Margain Zozaya, Ricardo, Eugenio Garza Sada, Monte- rrey, Sociedad Numismática de Monterrey, 1979.T.I.S.A., Memorándum, 1 de septiembre de 1971, AEGS, Empresas, Varios, exp. 149.Garrocho Sandoval, Carlos. (2002). Por los Diamantes del Ayer El San Luis del 47. México, UASLP.

El futbol soccer se perfiló como el deporte más famoso del mundo para la década de 1960; años antes, al percibir

la popularidad que estaba teniendo en México, don Eugenio se involucró activamente en su promoción

Rayados,1945. Archivo Eugenio Garza Sada.

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Algo se ha escrito de don Eugenio Garza Sada, poco en verdad para lo que merece en relación a sus méritos como hombre de empresa. Tres características cabe destacar de su personalidad: audacia, humanitarismo y modestia, que se complementan con

talento y estudio, elementos anímicos esenciales en la integración del hombre en toda su dimensión.

En el campo de la industria, del comercio y de las finanzas, así como en el de la enseñanza, se le ha colocado entre los personajes de la más alta catego-ría en nuestro país, con justificada razón. Tal vez habría que acentuar algunos pormenores significativos en cuanto a la audacia. Recordemos las inversio-nes en Monterrey, Nogales, Veracruz, Toluca, México, D. F., Guadalajara, Puebla, Culiacán, Chihuahua, Tecate… en tiempos difíciles, cuando era común que los capitalistas prefirieran sacar del país sus recursos financieros.

Esto constituye precisamente rasgos de audacia; que en el caso, por su-puesto, se acompañaban de estudios previos; pero eso no le restaba su ca-racterística específica de valor y de seguridad en el éxito, antes bien era la convicción de invertir con vistas a un futuro prometedor.

Dentro del mismo panorama de inversiones en la industria, cada vez más diversificadas, operaba don Eugenio en el escenario de la banca, en sus diversos canales con la misma firmeza, considerando que es de esencial ne-cesidad en la industria y el comercio la financiación en la forma más práctica posible.

En este espacioso renglón actuó con decisión y empeño, siendo uno de los pioneros en la organización de Bancos, Financieras, Instituciones de Seguros, de Finanzas… entre las que se cuentan los Bancos de Nuevo León, Mercantil de Monterrey, de Londres y México, la Sociedad General de Aceptaciones, que acabó llamándose Aceptaciones, S. A. incorporándose al conjunto Serfín, S. A. Lo más importante en esta plataforma de actividades es que no estando el público en general acostumbrado al ahorro metodizado, ni a las operaciones propias de las financieras, hubo necesidad de emprender una campaña de intensa pu-blicidad para ilustrar a la gente e inspirarle confianza.

Obra magna que dio magníficos resultados. No fue camino fácil el que se tuvo que recorrer para lograr el objetivo; pues hubo empresas que necesita-ron reponer totalmente el capital social para continuar operando, uno de los

La personaLidad de don eugenio garza sada

José P. Saldaña*

Documento del Fondo Histórico UDEM

Las características claves que se destacan de la personalidad

del empresario regiomontano son: audacia, humanitarismo

y modestia, que se complementan con talento y estudio

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No necesitó de más explicacio-nes. Como si se sintiese apenado, en tono suave, preguntó por el impor-te de la máquina, diciendo enseguida que vieran al cajero a quien daría ór-denes para la entrega del total. Con-movió a la comisión aquel gesto.

Bien, vale la pena reflexionar so-bre lo que es capaz de realizar una alma dispuesta al servicio de los de-más.

Como corolario de estas notas, que tienen por objeto reforzar al-gunas facetas del retrato que se ha hecho de don Eugenio, procede la referencia sobre su actitud caracte-rística de modestia.

Nunca gustó de la publicidad personal. Rehuía las entrevistas periodísticas; evitaba ser retrata-do, jamás platicaba de sus éxitos, y cuando alguien en su presencia elogiaba sus obras, aunque fuese

con moderación, desviaba la conversación.Para el Instituto Tecnológico y de Estudios Supe-

riores, obra por la que sentía una especial inclinación amorosa, sin embargo en las contadas ocasiones en que se veía obligado a hablar en público, lo hacía con humildad, atribuyendo el éxito al personal del Institu-to, a las empresas y las personas que contribuían a su sostenimiento.

Esta sola obra sería suficiente para inmortalizar a cualquiera, para él era como un hijo, al que había que tratar con amor, proporcionándole las atenciones y ele-mentos necesarios para su desarrollo.

La modestia, como la violeta, siento tan hermosa, se esconde. Respetemos a quien la cultivó con esmero, sin llamar la atención.

Las excepciones justifican la regla. Para ser verdad un empresario digno de su profesión debe reunir los atributos intelectuales y espirituales, que lo acrediten como persona digna de respeto que merece, quien sir-viéndose sirve honestamente a la comunidad.

Don Eugenio Garza Sada, por su entrega en el ser-vicio a la sociedad en grado supremo, además de reunir las condiciones enunciadas, constituye una hermosa ex-cepción de la regla general.

* SALDAÑA, José P., “La personalidad de Don Eugenio Garza Sada”, Monterrey, N. L., 9 de marzo de 1979, Centro de Estudios Históricos/UDEM, Archivo Histórico/UDEM, Fondo Empresa y Fa-milia, Colección Archivo Personal de José P. Saldaña, caja 2, número 1, ff. 1-4.

casos típicos apropiados para probar la capacidad creativa del inversionista. Cuando se habla de audacia, como elemento de valor y de acometividad, cabe apli-car sin titubeos el calificati-vo a la estructura dinámica de don Eugenio Garza Sada.

Hemos enunciado, en-tre los más destacados atributos de don Eugenio, el del humanitarismo. El ca-lificativo se impone desde el momento en que la sola figura del hombre extraor-dinario que hace brotar las fábricas, los bancos y las em-presas comerciales, como por obra de hechicería, sin más finalidad que la de acumular riqueza, no merecería el re-cuerdo de la posteridad, sin las cualidades relevantes que emanan del espíritu.

El humanitarismo bien entendido conlleva al sufri-miento, cuando al tratar de ayudar a quien padece una enfermedad o un dolor moral no es posible atenderlo, o cuando la comunidad en su conjunto sufre los embates desbordados de la naturaleza y fracasa todo intento sal-vador. En cambio, en el caso de la ayuda o cooperación positiva, la satisfacción interna es la compensación más agradable y satisfactoria.

Seguramente que don Eugenio perfumó sus fibras sentimentales día a día, porque siempre, a toda hora, atendía con largueza los requerimientos del dolor, del fracaso, de la enseñanza, de la oración. Una ocasión asistió en su oficina de la Cervecería Cuauhtémoc una comisión del Patronato de Bomberos de Monterrey. Se trataba de iniciar una colecta, que montaría a 500 mil pesos, para la compra de una máquina bomba. Se le expuso el proyecto, [él contestó] que la empresa contaba con un cuerpo de bomberos bien adiestrados con las máquinas y elementos necesarios, [y] que sin embargo cooperaba la empresa con una cuota men-sual apreciable.

La réplica fue, palabras más o menos, así: “Es cierto don Eugenio lo que usted expresa; pero nuestro servi-cio se destina a una gran parte a combatir los incendios, que por desgracia son muy frecuentes de las casas hu-mildes de gente que, al sufrir las consecuencias pierden todo su capital”.

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1. Los difíciles 30No se trataba, precisamente, de tiempos tranquilos. La década de los 30 había comenzado con la tan famosa como estudiada Gran Depresión, que sacudió buena parte del planeta y del decenio. El estallido de la Segun-da Guerra, en parte consecuencia de la misma crisis, al-borotó no sólo la economía mundial sino que complicó los vínculos de México, y de Monterrey en particular, con el gigantesco mercado de los Estados Unidos.

Eugenio Garza Sada y su hermano Roberto (casi cuatro años menor) constituyeron, de principios de los años 30 a los meses finales de la Segunda Guerra Mundial, un auténtico

equipo promotor y/o formador de empresas. El cuadro 1 puede comprobarlo: entre enero de 1932 y los inicios de 1945, Eugenio y Roberto fundaron o participaron como accionistas en al menos 35 sociedades de nueva constitución.

eugenio y roberto garza sada(1930-1945)

un buEn Equipo pArA tiEmpoS difícilES

Dr. Mario CeruttiFacultad de Economía, UANL

Sistema Nacional de [email protected]

La Cervecería Cuauhtémoc, 1892. Centro Eugenio Garza Sada

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Desde 1935, ya en el plano interno, se radicalizó la política socioeconómica del pre-sidente Lázaro Cárdenas, quien además de lanzar la reforma agraria (La Laguna, 1936) y expropiar las empresas petroleras internacio-nales (1938), mantuvo una ruda disputa con los empresarios regiomontanos (1936). En 1940, la sucesión de Cárdenas también emergió plagada de conflictos que no dejaban de golpear simultá-neamente la sucesión gubernamental en Nuevo León.

Y en mayo de 1933, en el marco de la intimi-dad hogareña, había fallecido el padre de ambos hermanos: Isaac Garza Garza, uno de los diri-gentes fundamentales de lo que para los años 20 se presentaba como la más destacada corrien-te empresarial del norte del país. Es decir, y en conclusión, Eugenio y Roberto —con el apoyo frecuente de Isaac Garza Sada— debieron hacerse car-go no sólo de lo construido a partir de 1890,1 sino de impulsar nuevos proyectos. Algunos, surgidos en el ám-bito de la propia familia; otros, en el escenario frecuen-te de la familia ampliada (con los Sada y los Muguerza); y en no pocos casos en asociación con grupos parentales o empresas relevantes de la ciudad o del noreste.

2. Los formadores de empresasAl revisar el cuadro 1 se detecta uno de los ejemplos más nítidos de la irrupción de lo que hemos denomi-nado la segunda generación formadora de empresas en Monterrey. En este caso, la encabezada por el apellido compuesto Garza-Sada, generalmente acompañado de sus parientes más próximos. A la multiplicidad y di-versidad creciente que manifiestan las actividades que emprenden o mantienen, puede agregarse lo siguiente:

a) entre las sociedades que requieren mayor inver-sión, en particular desde 1935, destacan algunas muy liga-das a vertientes claves de la segunda revolución tecno-lógica: química, petroquímica, automotores, electricidad;

b) alianzas intra e interempresariales para lograr articular proyectos funcionales al conjunto asociado: los más importantes fueron la Planta Generadora de Energía Eléctrica (1943, 12 empresas) y Gas Industrial de Monterrey (1944, 16 empresas).

c) el rápido desenvolvimiento del conjunto de em-presas conectadas con Cervecería y Vidriera Monte-rrey, más urgencias de tipo institucional, generaron la necesidad de construir holdings: surgieron precisamen-te en 1936 con VISA (Valores Industriales S.A.) y FICSA (Fomento de Industria y Comercio S.A.);2

d) ello supuso una reorganización profunda del grupo industrial engendrado paulatinamente des-

de Cervecería Cuauhtémoc a partir de sus antiguos departamentos, reestructuración definida en 1936 con la refundación de Malta S.A, Fábricas de Monterrey S.A. y Empaques de Cartón Titán S.A;

e) todo ello acentuó los vínculos dentro del núcleo familiar ampliado proveniente de Cervecería Cuauhté-moc y Vidriera Monterrey (Garza Sada, Sada, Muguerza, Calderón);

f) continuando la experiencia porfiriana, persistía la prolongación de esos lazos a otras familias importantes de Monterrey y del espacio regional que la circundaba (Madero, Belden, Zambrano, Hernández, Mendirichaga, Rivero, Ferrara, Brittingham);

g) la aparición y/o afirmación de apellidos nuevos en la cúpula de los negocios locales: entre otros, Elizon-do, Barragán, Benavides, Llaguno, Salinas, Rocha, Chapa, Santos, Lambreton, Lachica;

h) la gestación de la primera escuela formadora de cuadros gerenciales de todo el mundo no avanzado (y de varios países desarrollados): el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), uno de los hitos en la poco común trayectoria de Eugenio Garza Sada;

i) la ascendente participación en el sector servi-cios, en el que descollaban las actividades financieras en general y de los bancos en particular (aquí también so-bresalía el lúcido asesoramiento de Gómez Morín, am-pliamente vinculado a entidades financieras con asiento en Ciudad de México);3

j) la puesta en marcha de proyectos paralelos a los sectores troncales, generalmente a cargo —de manera más o menos autónoma— por algún miembro de la fa-milia (entre los que más se promueven figuran el rubro inmobiliario y la construcción).

Roberto y Eugenio Garza Sada en reunión, 1960. Archivo Eugenio Garza Sada.

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Cuadro 1. empresas fundadas por o Con partiCipaCión de eugenio y roberto sada (1930-1945)*

empresa seCtor año apellidos asoCiados

Crédito Industrial de Monterrey S.A. Finanzas 1932 Sada, Zambrano, Santos, Elizondo, Benavides Rivero, Rocha, Salinas, Llaguno, González, empresas diversas

Sociedad General de Crédito S.A. Finanzas 1933 Sada, Zambrano, Elizondo, Ferrara, Santos, Rivero, Lachica , Llaguno, diversas empresas

Vidriera México S.A. Fabril 1934 Sada, Muguerza, Zambrano, Mendirichaga, Rivero, Brittingham, Hernández, Elizondo, Vidriera Monterrey

Nacional Distribuidora S.A. Comercio 1935 Sada, Muguerza, Zambrano, Mendirichaga, Rivero, Brittingham, Hernández, Elizondo, Vidriera Monterrey

Oficinas Isaac Garza Sada S.A. Inmobiliaria 1935 ZambranoEl Pregonero del Norte S.A. Radiodifusión 1935 Sada, Muguerza, Salinas, Santos, Elosúa, Benavides, Elizondo, BarreraCía. General de Automóviles S.A. Comercio 1935 Calderón, Zambrano

Fábrica de Vidrio Plano S.A. Fabril 1936 Sada, Muguerza, Zambrano, Brittingham, Rivero, Elizondo, Hernández, Mendirichaga, Vidriera Monterrey

Empaques de Cartón Titán S.A. Fabril 1936 Sada, Sada Muguerza, Zambrano, González, Cervecería Cuauhtémoc, Fábricas Monterrey

Fábricas Monterrey S.A. Fabril 1936 Sada, Calderón, Cervecería CuauhtémocTécnica Industrial S.A. Servicios 1936 -----------------Cristalerías S.A. Fabril 1936 Sada, Hernández, Vidriera MonterreyValores Industriales S.A. (VISA) Holding 1936 Sada, Zambrano, Calderón, RiveroFomento de Industria y Comercio S.A. (FICSA) Holding 1936 Sada, Hernández, Brittingham, ElizondoComisionistas de Monterrey S.A. Servicios 1936 Sada, Sada MuguerzaCía. General de Aceptaciones S.A. Finanzas 1936 Sada, MuguerzaInversiones en México S.A. Servicios 1939 Llaguno, Elosúa

Monterrey Cía. Seguros Sobre la Vida S.A. ServiciosFinanzas 1940 Sada, Rivero, Santos, Llaguno, González, Salinas, Rocha

Banco Capitalizador de MTY S.A. Finanzas 1940 Sada, Llaguno, Santos, Rocha, González, Chapa, ElosúaAlmacenes y Silos S.A. Agroservicios 1940 Sada, González, Malta, Empaques de Cartón TitánCrédito Provincial Hipotecario S.A. de C.V, Finanzas 1941 Santos, Elosúa, GonzálezFerroesmalte S.A. Fabril 1941 Sada, Sada Muguerza, MuguerzaKeramos S.A. Fabril 1942 Sada, Muguerza, Sada MuguerzaTermoquímica Industrial S.A. Fabril 1942 LagüeraMercantil General S.A. Inmobiliaria 1942 ----------Hojalata y Lámina S.A. Siderurgia 1942 Sada, Calderón, Sada Muguerza, MuguerzaMateriales Industriales S.A. Minería 1942 Lagüera, Fábricas Orión

Edificio Cerro del Obispado S.A. InmobiliariaConstrucción 1942 Santos, Elosúa, Llaguno

Productos de Alcali Fabril/Química 1942 Sada, Muguerza, Brittingham, Elizondo, HernándezFabricación de Máquinas S.A. Fabril 1943 Sada, Gonzalez, Elizondo, HernándezInstituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey

Educaciónsuperior 1943 -------------

Planta Generadora de Energía Eléctrica/Grupo Industrial Monterrey S.A.

Plantageneradora 1943 Sociedad de 12 empresas, 11 de ellas del núcleo familiar Sada-Garza,

Sada-Muguerza

Gas Industrial de Monterrey S.A. Abastecimiento de gas 1944 Sociedad de 16 empresas, 13 de ellas del núcleo familiar Sada-Garza,

Sada-MuguerzaCampos Deportivos S.A. Servicios 1944 Sada, MuguerzaCervecería de Nogales, S.A. Fabril 1945 Sada Muguerza, Cervecería Cuauhtémoc

* Se pone énfasis en apellidos empresariales importantes de esas décadas, algunos de reciente data. Fuente básica: libros de notarios del Archivo General del Estado de Nuevo León (AGENL).

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3. Perfil industrial de Monterrey y proyectos de baseEntre 1930 y el final de la Segunda Guerra Mundial, Monterrey con-solidó su perfil de ciudad fabril. A diferencia de lo sucedido en otros espacios del norte y del centro, la dinámica manufacturera asumi-da durante el porfiriato no quedaría truncada. Ni los embates de la revolución, ni la dificultosa etapa de reconstrucción económica y so-ciopolítica que se transitó en los años 20, ni la depresión que arranca-ría en 1929 lograron alterar o atenuar la atmósfera4 que flotaba sobre Monterrey en cuanto a su íntima capacidad para engendrar empresas y empresarios.

Los nuevos tiempos, eso sí, modificaron de una u otra manera la natalidad sectorial; llevarían a la casi desaparición de la minería como área privilegiada de inversión, cuya decadencia ya era ostensible desde 1912. Pero no alcanzaron a frenar la fertilidad global que, tanto con las políticas insinuadas en los años 20 como con las de sustitución de importaciones, se habría de acentuar gracias a la industria fabril, el antiguo quehacer comercial y el ya llamativo sector servicios.

En ese contexto, algunas necesidades de infraestructura se convirtieron en apremiantes. Una de ellas fue la energía eléctrica, cuyas demandas de apli-cación tanto en la vida cotidiana de miles de habitantes como para los usos productivos aumentaron de manera sustancial. E interesa a esta semblanza mencionar un proyecto en el que operaron de manera vigorosa Eugenio y Roberto Garza Sada: el Grupo Industrial Monterrey S.A.

La conformación del Grupo Industrial que en 1943 propulsó la Planta Ge-neradora de Energía fue una respuesta del empresariado local a una severa crisis de abastecimiento, ya que eran evidentes las carencias regionales de electrici-dad. Ante tan específica situación, ¿quiénes conformaron el grupo e impulsaron la construcción de la planta? Las firmas que lo emprendieron, indicadas en el cuadro 2, respondían o estaban orientadas en líneas generales por las principales familias de Monterrey, casi todas protagonistas de la primera fase de desarrollo fabril, entre 1890 y 1910. Y, como puede observarse, destacaban los Garza Sada entre los fundadores (aunque siempre a la par de sus primos, los Sada).

Cuadro 2. soCiedades que Constituyeron el grupo industrial (1943)

empresa seCtor apellidos líderes

Hojalata y Lámina S.A. Siderurgia Garza Sada, SadaCementos Mexicanos S.A. Cemento ZambranoVidriera Monterrey S.A. Envases Sada, Garza SadaVidrio Plano S.A. Vidrio plano Sada, Garza SadaCristalería S.A. Diversos Sada, Garza SadaVidrios y Cristales S.A. Diversos Sada, Garza SadaCuauhtémoc S.A. Cerveza Garza Sada, SadaEmpaques Titán S.A. Empaques de cartón Garza Sada, SadaMalta S.A. Insumos cerveza Garza Sada, SadaFábricas Monterrey S.A. Productos metálicos Garza Sada, SadaTroqueles y Esmaltes S.A. Pintura, derivados Sada, Garza SadaKeramos S.A. Porcelanas, vajilla Sada, Garza Sada

* Fuente: AGENL, libros de notarios, De la Garza, 22/marzo/1943, fs.56-83.5

Eugenio Garza Sada revisando documentos, 1955. Archivo Eugenio Garza Sada.

Roberto y Eugenio Garza Sada en reunión, 1960. Archivo Eugenio Garza Sada/CEGS.

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terrey habían asumido “las plantas privadas, ya que con su energía hacen que la disponibilidad to-tal sea el doble de la pro-porcionada por el sistema público”. Lo que, de paso, permitía que, desde 1947, “la tendencia de creci-miento de la disponibilidad de energía se uniforma [ra] y [hoy] se mantiene bas-tante regular”.6

En definitiva: la per-manencia operativa de no pocos apellidos provenien-tes del último tercio del siglo XIX, y la solidez del tejido empresarial estruc-turado entre 1890 y 1910,

eran más que notorios en el Monterrey de los años posteriores a la Gran Depresión. El pasaje del carbón a la electricidad, de la economía hacia afuera a la economía hacia adentro, o de las instituciones porfirianas a las post revolucionarias, no eliminaron ni suprimieron la vigen-cia y funcionalidad de esos apellidos. Por el contrario, dejaron constancia de la decisiva capacidad de adapta-ción de familias como la que pasó a conducir Eugenio Garza Sada, quien junto con los cercanos afanes de su hermano Roberto, emergió como un actor estratégico para la continuidad de esta trayectoria fabril.

Notas1 Para junio de 1933, Eugenio Garza Sada operaba como subgerente-apoderado de Cervecería, y Roberto como su tesorero.

2 Bajo el hábil el asesoramiento del abogado Manuel Gó-mez Morín.

3 Los intercambios epistolares y las visitas personales con Gómez Morín eran intensas y constantes. Ver correspon-dencia en archivo Gómez Morín, México, DF.

4 Término usado por Marshall para explicar el ambiente estimulante que se percibía en las aglomeraciones industria-les inglesas de fines del XIX.

5 A las citadas, se incorporaron en 1945 Fabricación de Má-quinas S.A. (equipos) y Cementos del Norte S.A. (cemento).

6 Y concluía Rodríguez Mata: “En 1953, un año después de entrar en servicio [en Monterrey] la planta de la Comisión Federal de Electricidad, la cantidad de energía disponible para la distribución es del 288 por ciento de la cantidad generada en 1940. En el período de 14 años, la energía se ha casi tripli-cado. Esta tasa de crecimiento es muy superior a la que se ha observado en el resto de los sistemas eléctricos de México”.

El plan inaugural del proyecto consistió en montar una planta generadora de 15 mil kw, pero para 1945 su capacidad desbordaba los 17 mil y hacia 1952 producía casi 30 mil. No está de más mencionar, como se apun-ta en el cuadro 3, que en 1952 el sector empresarial de Monterrey generaba casi 55 mil kw. De ellos, casi el 54 por ciento provenía de la planta del Grupo Industrial.

Cuadro 3. produCCión empresarial de eleCtriCidad (1952)

empresa CapaCidad seCtor

Grupo Industrial de Monterrey 29,599 kv ElectricidadFundidora de Fierro y Acero 16,300 kv SiderurgiaAmerican Smelting 2,750 kv MetalurgiaCía. Metalúrgica Peñoles 2,250 kv MetalurgiaProductora de Papel S.A. 2,000 kv PapelCristales Mexicanos 1,200 kv Vidrio/cristalCigarrera La Moderna 742 kv TabacoTotal instalado 54,841 kv

* Fuente: Emilio Rodríguez Mata, La energía eléctrica en el estado de Nuevo León, México, Banco de México (monografías industriales), c.1954, pp.25-26.

Si a esta cantidad se suman los 27 mil 800 kw que ponía en el mercado la entonces Compañía de Tranvías, la disponibilidad global en Monterrey para el momento en que la Comisión Federal comenzaba a in-tegrar sus instalaciones habría desbordado los 82 mil kilovatios hora. Ello demostraba, según el ingeniero Rodríguez Mata (p. 36), la importancia que en Mon-

Consejo Vitro, 1950. Archivo Eugenio Garza Sada.

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sIniciaba la década de los años 40 del siglo XX y México era un país que había em-prendido su modernización económica y social impulsando la industrialización.

No se trataba de una experiencia inédita, pues desde finales del siglo XIX y despuntando el nuevo siglo varios grupos empresariales habían dado pasos

para establecer empresas que fueron pioneras en el camino de la diversificación productiva en algunas regiones del país.

Se trataba, sin embargo, de iniciativas locales, como sucedió en Monterrey con la fundación de la Cervecería Cuauhtémoc en 1890, el establecimiento de la Com-pañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey en 1900 y la creación de la Vidriera Monterrey en 1909.

Las semillas de la confianza y la esperanza

Dra. Lucrecia Lozano Tecnológico de [email protected]

Don EGS en boceto. Archivo Eugenio Garza Sada

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elevación de los aranceles a las importaciones considera-das no necesarias; en el es-tablecimiento de controles de cambios selectivos o en la aplicación de subsidios en los precios y tarifas de los bienes y servicios generados por las empresas públicas.

La experiencia que en el ámbito de la industria se ha-bía acumulado en Monterrey desde finales del siglo XIX, au-nada a la presencia de un sec-tor empresarial maduro e in-novador, fueron factores que obraron a favor de la estrate-gia modernizadora nacional y contribuyeron con el tiempo a que la capital del estado de Nuevo León se considerara una pujante urbe industrial.

La creación de numero-sos establecimientos fabriles en la ciudad requería de técnicos,

ingenieros y administradores capacitados. A principios de los años 40 era usual que quienes deseaban cursar una carrera universitaria se trasladaran a la Ciudad de México para estudiar en la UNAM y en el recién creado Instituto Politécnico Nacional, o bien se inscribieran en instituciones internacionales si las familias podían sufra-gar tales gastos.

Monterrey carecía de suficientes planteles univer-sitarios, ya que sólo existía la Universidad Autónoma de Nuevo León, y fue esta circunstancia la que alentó a un grupo de empresarios visionarios, encabezados por don Eugenio Garza Sada, a crear una institución de estudios superiores cuyo propósito fuera la formación del capital humano que requería la acelerada moderni-zación económica.

Por iniciativa de don Eugenio, el 6 septiembre de 1943 se fundó el Instituto Tecnológico y de Estudios Su-periores de Monterrey. Se trató de una de las primeras cinco universidades privadas que se establecieron en México en el siglo XX.

Solamente le antecedían la Escuela Libre de Dere-cho, abierta en 1912 en la Ciudad de México; la Univer-sidad Autónoma de Guadalajara, UAG, creada en 1935; el Colegio de México, fundado por refugiados españoles republicanos en 1940, y la Universidad Iberoamericana, inaugurada en la capital el mismo año de la creación del Tecnológico de Monterrey.

En la década de los años 40, sin embargo, el de-sarrollo industrial obedecía a una decisión estratégica, de alcances nacionales. Este empeño coincidía, además, con el cambio industrial que estaba ocurriendo en otras naciones latinoamericanas como Brasil, Argentina, Chile y Colombia.

Sin duda, la coyuntura de la Segunda Guerra Mun-dial constituyó una oportunidad histórica para que las economías latinoamericanas empezaran a producir los bienes manufacturados que antes del conflicto compra-ban en los mercados de los Estados Unidos y Europa. La economía de guerra, que obligó a muchas industrias en los países desarrollados a reorientar su produc-ción de bienes para el consumo civil a la fabricación de productos para fines bélicos, permitió que en Amé-rica Latina tomara forma una industrialización dinámi-ca produciendo y sustituyendo los bienes que antes se importaban.

En toda la región, el sector público desempeñó un papel estratégico en este proceso mediante la aplica-ción de políticas proteccionistas y de fomento indus-trial. En muchas de estas experiencias, el sector público y el sector privado jugaron roles complementarios en la tarea de la modernización económica.

En México, las medidas gubernamentales se tradu-jeron, entre otras, en políticas de exención de impues-tos a las industrias llamadas nuevas y necesarias; en la

...yo viajo a través de mis libros, sin salir de Monterrey., Eugenio Garza Sada.

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tiempo que los estudiantes foráneos y latinoamerica-nos imprimían un carácter multicultural a la institución, una vez graduados influían positivamente en su ámbito profesional y en sus comunidades al difundir en sus lu-gares de origen la cultura emprendedora y los valores de la innovación y la excelencia que desde sus orígenes distinguen al Tec.

Tal vez en aquellos años el concepto de “interna-cionalización” no tenía la connotación que éste adqui-rió décadas después, bajo la globalización económica, sin embargo, su semilla ya estaba presente en la vo-luntad de atraer estudiantes extranjeros y de lograr,

a finales de 1950, la acredita-ción institucional por parte de la Southern of Colleges and Schools (SACS).

Sin duda, este paso fue de gran relevancia pues permitió consolidar los intercambios estudiantiles con universida-des de prestigio en los Estados Unidos al tiempo que el Tec se convirtió en una universidad sumamente atractiva para los estudiantes foráneos y extran-jeros debido a la certificación que le otorgó la SACS.

En un país en el que has-ta 1943 el esfuerzo educativo

Tres de esas instituciones se ubicaban en la capital de la república y, de ellas, dos eran laicas y una tercera de origen jesuita. La UAG se localizaba en la segunda ciudad más grande del país, mientras que el Tec surgía en Monterrey, capital del estado de Nuevo León, que en 1940 contaba con alrededor de 206 mil habitantes.

Un rasgo distintivo del Tecnológico de Monterrey fue su compromiso con una educación laica y plural, así como su vocación multicultural. Pese a que la ciudad que lo vio nacer tenía una población reducida, esto no frenó el crecimiento de la institución, pues proyectó su oferta educativa en el ámbito nacional y allende las fronteras de México.

De esta manera, estudian-tes procedentes de todos los estados del país así como de Centroamérica y de naciones andinas como Colombia, Ecua-dor, Bolivia y Venezuela empe-zaron a matricularse enrique-ciendo con sus experiencias regionales y culturales la vida universitaria de la flamante ins-titución.

Es importante destacar la visión estratégica de los fun-dadores del Tecnológico de Monterrey presididos por don Eugenio Garza Sada, pues al

Don Eugenio

Garza Sada encabezó

a un grupo de

empresarios que,

en 1943, fundaron

el Instituto Tecnológico

y de Estudios Superio-

res de Monterrey

Alumnos en la biblioteca del ITESM, 1968.

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recaía en manos del Estado o en sectores religiosos y confesionales, uno de los grandes méritos de la iniciativa de don Eugenio Garza Sada y el grupo de empresarios, banqueros y hombres de negocios que secundó su visión fue apostar a que el sector privado podía —y debía— comprometerse no sólo con la generación de riqueza y empleos sino también con la formación del capital humano para incidir en el cambio social que el país estaba viviendo.

Esto es lo que quiero rescatar del legado de don Eugenio Garza Sada como empresario de éxito pero también como líder social, visionario y hu-manista que tuvo la intuición de entender el papel estratégico que puede des-empeñar el sector privado cuando es capaz de leer e interpretar su función social.

Porque la visión social de don Eugenio no se manifiesta únicamente en la fundación de una institución de estudios superiores que hoy por hoy es considerada una de las universidades privadas de mayor prestigio académi-co en América Latina. También se tradujo en programas sociales, actividades filantrópicas o en iniciativas de comunicación social.

Don Eugenio fue un hombre que vivió con plenitud su época, la cual se define, desde una perspectiva histórica, como el gran cambio hacia la moder-nización industrial que transformó el rostro de México.

Pero también fue un hombre que se adelantó a ella pues comprendió que el futuro se alcanza construyendo sus cimientos en el presente. Eso fue lo que él inspiró al convocar a muchas voluntades para crear una institución educativa que desde su fundación ha formado a más de 203 mil egresados de nivel profesional y a 51,350 graduados en sus programas de posgrado.

Fue además, en mi opinión, exponente de una perspectiva social que rescata el valor de la comunidad en la edificación de una sociedad cuyo fun-damento no puede descansar ni el mercado ni en la acción política o guber-namental —pues estos obedecen a intereses particulares y no han logrado construir sociedades más humanas y solidarias— sino en la confianza y en la esperanza.

Jonathan Sacks, rabino jefe de Gran Bretaña y la Commonwealth, filóso-fo judío y asesor de primeros ministros británicos laboristas y conservado-res como Tony Blair, Gordon Brown y John Major, afirma en su libro Politics of Hope que las instituciones de lo que él denomina “tercer sector” y que ubica en la familia y la comunidad, son las que en nuestros días ofrecen una alternativa real y viable a la crisis de valores que viven las sociedades contemporáneas.

Ni los partidos políticos ni el Estado han podido articular en las últimas décadas un discurso y acciones que contribuyan a que los individuos y la so-ciedad recuperemos la esperanza y la fe en la vida presente y futura. Frente al individualismo, el materialismo, el consumismo y el cambio constante que promueven el mercado voraz y la acelerada innovación tecnológica, y ante la crisis de los valores que antaño nos permitían autoafirmarnos como sociedad y protegernos e identificarnos como comunidad, Sacks afirma que el “tercer sector” puede contribuir a lograr una transformación significativa.

De acuerdo con él, ese sector lo conforman “aquellas instituciones en las cuales aprendemos qué es la confianza, la cooperación, el altruismo y el sentimiento básico de sentir que podemos cambiar al mundo porque no es-tamos solos”.

Cuando leí estos conceptos fue inevitable que pensara en don Eugenio Garza Sada y en las semillas de esperanza y confianza que sembró a lo largo de su vida a través de las instituciones que impulsó y las acciones que inspiró.

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Como líder social,

visionario y humanista, tuvo

la intuición de entender

el papel estratégico que puede

desempeñar el sector privado

cuando es capaz de leer e interpretar

su función social

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Don Eugenio Garza Sada nació en la ciudad de Monterrey el 11 de enero de 1892. Su infancia se desarrolló durante la etapa clá-sica de la industrialización en México, épo-

ca en que los inversionistas extranjeros introdujeron

EugEniogarza Sada

Dr. Óscar Flores TorresUniversidad de Monterrey

Sistema Nacional de [email protected]

(1892-1973)

las tecnologías más modernas del momento, gracias al apoyo otorgado por el largo régimen del general

Porfirio Díaz (1876-1911). Siempre tuvo un concepto muy claro de lo que

era el trabajo. Detrás de cada máquina, de cada mesa, de cada ventanilla de servicio, veía al ser humano que las atendía. Así, su trato con sus co-laboradores y empleados fue siempre amable y cercano, y conservó la línea de austeridad y sencillez que marcó su juventud.

Dedicó un gran esfuerzo a la expansión de Monterrey, ciudad de la que tuvo una visión profética. Fue un incansable defen-sor de la empresa privada y de la libertad de emprender. Su liderazgo en Monte-rrey fue muy claro y fecundo, tanto en el campo de la empresa, como en los de la educación y la asistencia social. Se casó en 1921 con doña Consuelo Lagüera Zam-brano. De ese matrimonio nacieron ocho hijos, quienes junto con doña Consuelo ocuparon siempre el primer lugar en las prioridades de don Eugenio.

Aun en medio de sus múltiples activi-dades como empresario y líder social, tenía

tiempo de dedicarse a sus aficiones: la jardine-ría y la música. Sus hijos lo definieron como un

hombre profundamente humano y sencillo, frugal en el comer y austero en el vestir. Un grupo de

guerrilleros terminó con su vida el 17 de septiembre de 1973. La vida, las obras y el ejemplo de don Eugenio Garza Sada representan un testimonio vigente para las futuras generaciones.

1. Preparación académicaDesde pequeño, a través del ejemplo de su padre, don Eugenio recibió lecciones que después le resultarían fundamentales en su carrera profesional. Aprendió a convivir con el riesgo y las complicaciones. Asimiló

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Esta fábrica había sido iniciada por su padre, don Isaac Garza, junto con otros empresarios prominentes del siglo XIX. Gracias a su dedicación y esfuerzo, fue ocu-pando, sucesivamente, puestos de mayor responsabili-dad e importancia. Desde sus primeros años de vida profesional, don Eugenio estaba convencido de que el desarrollo económico y personal era el único camino viable para México y su gente.

En efecto, esto implicaba el mejoramiento de las personas y la integración de la patria que, en ese tiem-po, estaba dividida debido al movimiento revolucionario. Aunque la vida en México en la tercera década del siglo XX fue especialmente difícil, don Eugenio Garza Sada se mostró creativo ante las dificultades y encontró conti-nuos retos e incentivos personales en la adversidad.

El trabajo, según su pensamiento, conducía al hom-bre hacia la libertad y el impulso hacia la responsabilidad social. Esa preocupación se reflejaba en sus palabras: “No repartas riquezas: reparte trabajo. Así elevarás el nivel de vida del pueblo”. Este pensamiento se volvió en él algo más que una frase, llegó a ser su credo personal y su objetivo profesional. En su labor destacaron su ca-pacidad administrativa y una excepcional aptitud para efectuar pronósticos y planes a largo plazo.

3. Comunicación internaSi bien, actualmente es un hecho cotidiano la prolifera-ción de medios de comunicación interna en las organi-zaciones mexicanas, don Eugenio Garza los impulsó en una época muy temprana. En efecto, una de sus primeras

muestras de interés por los trabajadores fueron los me-dios de comunicación inter-na fundados por él, que en ese tiempo constituían una novedad. Así fue como con-tribuyó a las revistas El aban-derado y Trabajo y Ahorro; ésta última se creó en 1918, se publica cada 15 días y es en-viada a los domicilios de to-das las personas que trabajan en las empresas del Grupo.

A través de estos me-dios impresos, el propio don Eugenio escribía regular-mente mensajes para todos los trabajadores y emplea-dos de las fábricas que dirigía, aunque sin firmarlos. Es conocido que don Eugenio definió el Ideario Cuauhté-moc mucho antes de que en las empresas se hablara de códigos de ética o de enunciados de la misión. Este documento contiene 17 normas para la convivencia inestimable de los integrantes de sus empresas.

igualmente las muestras de patriotismo, de servicio a la comunidad, de rectitud, de modestia, de exigencia personal y de severidad. Fue forjando, en definitiva, esa personalidad que iba a alcanzar tantos logros. Cursó los estudios primarios con la Compañía de Jesús, en el Colegio de San Juan Nepomuceno, en Saltillo, Coahuila.

Regresó a Monterrey para estudiar en el Colegio Hidalgo, que estaba a cargo de los Hermanos Maristas. Hizo después la preparatoria en la Western Academy, una institución militar de Estados Unidos. En ese mismo país, en el Massachussetts Institute of Technology (MIT), realizó sus estudios universitarios y obtuvo en 1916 el título profesional de ingeniero civil.

Su estancia en Estados Unidos le hizo tomar con-ciencia de que la educación resulta la vía más eficaz para lograr la industrialización y el desarrollo de un país, de la conexión existente entre la investigación científica y tecnológica y, por ende, del efecto multiplicador mani-festado en el bienestar y la libertad. Este círculo virtuo-so fue sensiblemente imaginado por él.

2. Vida laboralEn 1917, Garza Sada comenzó a trabajar en la Cervece-ría Cuauhtémoc. Esta empresa fue la piedra angular del grupo empresarial que forjó. Cuando muere, 55 años después (1973), era el presidente del potente conglo-merado de empresas llamado Grupo Valores Industria-les, S. A., (VISA), el cual se había formado en torno a la propia Cervecería. De él se dijo en una ocasión:

“Para don Eugenio cada labor tenía la importancia suficiente como para otorgarle todo su ímpetu y ca-pacidad a fin de que resultara perfecta. Cada asunto lo vivía intensamente y en cada actividad resumía toda su experiencia y su talento”.

Su primer puesto en Cervecería Cuauhtémoc, en 1917, fue el de auxiliar del Departamento de Ventas.

Massachusetts Institute of Technology, 1900. Library of Congress

Portada de revistapromocionando el SCyF

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4. Organizaciones laborales, recreativas y del cuidado de la saludDurante su liderazgo en la empresa, se fundó en 1918 la Sociedad Cuauhté-moc y Famosa que incorporaba como socios a obreros, empleados y directi-vos. Quienes trabajan en las empresas del grupo reciben, hasta el día de hoy, muchas prestaciones de diversos tipos; destacan los servicios de salud y los prestados en un gran centro de recreación construido especialmente para los miembros de esa sociedad; algo similar a lo que haría el gobierno federal a través de la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social, en la década de los años 40. En el ámbito de su preocupación social destaca también su apoyo al Hospicio León Ortigosa, que ha servido de hogar a niñas huérfanas durante muchos años.

5. Viviendas obrerasEn su trayectoria empresarial destaca la creación en 1957 de viviendas para obreros, como la Colonia Cuauhtémoc, muchos años antes de la creación del Infonavit, en un terreno de 40 hectáreas al norte del municipio de Monterrey. Este proyecto fue el inicio de un amplio programa habitacional para los traba-jadores de las empresas del grupo que él dirigía.

6. EducaciónGarza Sada fue un auténtico impulsor de la educación. Creía firmemente que el desarrollo educativo de las personas conduciría a que México fuera un mejor país. Ya lo había experimentado a través de la Sociedad Cuauhtémoc y Famosa, desde la que canalizó recursos económicos para la impartición de cursos y, sobre todo, el otorgamiento de becas para los hijos de quienes tra-bajaban en las empresas afiliadas.

Una obra educativa a la que apoyó el empresario fue la Escuela Secun-daria Melitón Villarreal, para personas de escasos recursos económicos. Sin embargo su proyecto educativo cardinal fue, sin duda alguna, la preparación de técnicos mexicanos. Fue así como promovió su obra más importante: el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) auspi-ciado por Enseñanza e Investigación Superior, A. C.

Reconocer

el mérito

de los demás […],

y señalarlo

de manera

espontánea,

pronta

y pública, es

la característica

del verdadero

líder

EGS

Instituto Tecnológico de Monterrey, rectoría. Archivo Eugenio Garza Sada

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en los valores que distinguieron a don Eugenio: entrega al trabajo, devoción por la educación, honestidad, con-gruencia y afán por la promoción del desarrollo econó-mico y social de México.

El Premio Eugenio Garza Sada se entrega anual-mente desde 1994, y destaca la actividad realizada en México por personas e instituciones, nacionales o extranjeras, que promueven el bienestar de la comuni-dad a través del desarrollo, mejoramiento y promoción de la capacidad productiva de los recursos humanos y físicos de nuestro país.

El Premio se otorga en dos categorías: de Perso-nas y de Instituciones. En la categoría de Personas, el Premio reconoce el liderazgo, compromiso social y ca-pacidad empresarial de individuos que han dejado una profunda huella en el desarrollo de sus comunidades. En la categoría de Instituciones, se busca premiar a organizaciones cuyo interés primordial sea contribuir al crecimiento de su comunidad, mediante la capitali-zación del potencial productivo de sus integrantes y el fortalecimiento de su capacidad de desarrollo.

FuentesFlores, Óscar, Industry, Commerce, Banking & Finance in Monterrey, Mexico 1890-2000, Mexico, UDEM/ AMHE, 2009.Flores, Óscar, Monterrey Industrial, 1890-2000, México, UDEM, 2000.Ortiz Rivera, Alicia, Eugenio Garza Sada, colección Grandes protagonistas de la historia mexicana, México, Planeta DeAgostini, 2003.http://eugeniogarzasada.com/http://ord.itesm.mx/capacitacion/sertec/materiales/ SemblanzaDEGS.pdfhttp://www.itesm.mx/vayf/deptos/cp/premioegs/pre-mioegs.html

Para ello reunió a un grupo de empresarios regio-montanos y cristalizó la idea de crear una institución cuyo objetivo fuera formar profesional e integralmente a hombres y mujeres. La escuela comenzó modesta-mente en 1943, en una casa del centro de Monterrey, con 350 alumnos y unos cuantos profesores. Don Eu-genio dedicó gran parte de su tiempo a esta institución, fue presidente del Consejo Directivo del Tecnológico desde 1943 hasta la fecha de su deceso, en 1973.

Hoy, en 2013, el ITESM puede presumir de tener poco más de 193 mil egresados y rebasar los 212 mil tí-tulos entregados. La institución ha estado a la altura de ese ideal que ubicaba a la educación superior de calidad como un motor impulsor del desarrollo de México. La tarea que el Tecnológico de Monterrey se ha impuesto al ir más allá del dogma educativo, se enfoca en formar ciudadanos íntegros, con una visión humanística y con la capacidad de emprender acciones en la ciencia, los negocios, la salud o la cultura que se reflejen positiva-mente en el desarrollo de sus comunidades.

El sueño de don Eugenio se extiende ahora por el territorio nacional como un sistema universitario con 33 campus y 10 sedes nacionales, y más allá de las fron-teras con presencia en 11 países con siete sedes inter-nacionales y 13 oficinas de enlace. Actualmente, 90 mil alumnos y cerca de nueve mil profesores se desempe-ñan en alguno de los cuatro programas de preparatoria, 54 carreras profesionales y 37 carreras internacionales; además de posgrados a través de 55 maestrías, 10 doc-torados y 27 especialidades.

7. Premio Eugenio Garza SadaEl Premio Eugenio Garza Sada fue instituido por Femsa en 1993, con el fin de reconocer a personas e institucio-nes cuya labor y trayectoria en la vida están inspiradas

Don Eugenio en la Cervecería. Colección Histórica Femsa Consejo del ITESM. Colección Tecnológico de Monterrey.

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en Monterrey hacen falta varios libros que analicen las facetas del personaje. Entre tanto, basándonos en fuen-tes de archivo, trazamos unos breves apuntes sobre su faceta empresarial, sobre cómo, a nuestro juicio, la ex-periencia de la guerra agudizó su olfato emprendedor, y lo aplicó luego en la capitalización de Malta, vínculo singular del sector agroindustrial.

Han transcurrido 40 años desde la muerte de Eugenio Garza Sada (1892-1973), más o menos la cuota temporal que han estable-cido los historiadores para definir con ob-

jetividad el aporte real de los personajes a la sociedad en que vivieron. Como asienta el dicho popular, el tiem-po ubica a todos en su exacta dimensión. Hasta ahora

la guerra Como oportunidad empresarial

Malta los red sox de Boston,

Dr. César Morado MacíasUniversidad Autónoma de Nuevo León

Sistema Nacional de [email protected]

Boston Red Sox, 1916. Library of the Congress.

Don Eugenio vivió en Boston justo en medio de la Primera Guerra Mundial; se graduó en el MIT en 1916 y además disfrutó la época de oro de los Medias Rojas

de Boston, que entonces arrasaban en la Liga Americana y fueron campeones de la Serie Mundial en 1915 y 1916

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Su infancia pasó sin mayores contratiempos, hasta que la irrup-ción de la Revolución Mexicana amenazó la estabilidad familiar. Cuando las tropas carrancistas incautan la Cervecería Cuauhté-moc en 1914, para supuestamente entregarla a los obreros, su fami-lia, amenazada de muerte, tuvo que salir exiliada a la vecina ciu-dad de San Antonio, Texas.2

Eugenio ya se había trasladado a EU para seguir sus estudios, pero sin duda el episodio de su familia amagada por el gobierno revolu-cionario marcó su vida y orienta-ción ideológica para siempre. Aun-que París, Francia era el centro de vanguardia y el destino común para muchos hijos de empresarios mexicanos, el joven Eugenio se ha-

bía inclinado por estudiar la preparatoria en los Estados Unidos.

A pesar de su buena formación católica, no se inscribió en una escuela confesional, sino en la Western Military Academy. ¿Qué tenía este centro de singular para llamar la atención de un joven inquieto regiomontano? Esta acade-mia militar privada, fundada en 1879, se localiza en el este norteamericano. En el condado de Madison, estado de Illinois, junto al Mississippi, dentro de la ciudad de Alton que será sede de Alton Steel, empresa dedicada por más de 90 años a la producción de acero. En la elección debió influir la cercanía con San Luis Missouri, destino común de algunos jóvenes mexicanos de clase alta.

En la época en que residió en la WMA, don Eugenio tenía comunicación por ferrocarril

con la región, y debió conocer la vecina Chicago en el momento en que esta ciudad era la vanguardia del cre-cimiento industrial a escala internacional. (Recordemos que desde 1893 Carta Blanca había ganado el Primer Premio en la Exposición de Chicago, y en 1904 el Gran Premio en la Feria Mundial de Saint Louis, Missouri).3 Al momento de elegir su carrera profesional, don Euge-nio se inclinó por la ingeniería civil, y sobre el lugar para estudiarla escogió al prestigiado Instituto Tecnológico de Massachusetts, rival de la Universidad de Harvard.

Don Eugenio vivió en Boston justo en medio de la Primera Guerra Mundial (1914-1918); se graduó en el MIT en 1916. Pero antes disfrutó de la época de oro

Eugenio Garza Sada,su formación profesionalEn términos históricos se trata de un personaje emble-mático del siglo XX regiomontano.1 Nace en 1982, en un Monterrey que vivía el primer auge industrial de la ciudad (acero, cerveza, vidrio, cemento) —aunque no al-canzaba los 100 mil habitantes—, y casi al mismo tiempo que su padre funda Cervecería Cuauhtémoc (1890), ca-beza del denominado Grupo Monterrey. Transcurre su infancia entre Saltillo y Monterrey, una región donde han quedado atrás las amenazas de los ataques indios y que vive una época de paz y crecimiento económico sin pre-cedentes bajo el liderazgo político de Bernardo Reyes.

Taller de práctica, MIT. Library of the Congress.

Boston, 1909. Library of the Congress.

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tales para que se aprobara la enmienda de 1917 y la Ley Seca vigente desde 1919 hasta 1933. Argumentos similares serían esgrimidos por los gobiernos posrevo-lucionarios para gravar severamente la producción de cerveza, como ocurrió en Nuevo León al inicio de los años 20 durante el gobierno de José Santos, Juan M. García y Porfirio G. González. La experiencia de don Eugenio en EUA sería significativa para sustentar las ar-gumentaciones a favor de Cervecería, y tutelar la mo-ralidad de los trabajadores mediante la fundación de la Sociedad Cuauhtémoc y Famosa, a través de artículos en la Revista Trabajo y Ahorro.4

La capitalización de Malta, una inversión necesariaPor ahora, don Eugenio regresa a Monterrey y se involu-cra en todo lo relativo a la producción de la cerveza. Son muchas las facetas pendientes de investigar sobre su vida, por razones de espacio sólo hablaremos de la capitali-zación de una de sus empresas vitales para la consolida-ción de Cervecería: la empresa Malta durante la primera parte del siglo XX. Hasta donde sabemos, dicha indus-tria se fundó en 1929, en plena crisis económica mundial para abastecer de materia prima a Cuauhtémoc.

de los Medias Rojas de Boston, que no sólo arrasaban en la Liga Americana, sino que fueron campeones de la Serie Mundial en 1915 y 1916. Jugaban en el Fenway Park, que en ese entonces era un estadio flamante, in-augurado en 1912. Hoy es el más antiguo de Estados Unidos donde todavía juega un equipo de ligas mayo-res: los Medias Rojas que consagraron el gusto de don Eugenio por el beisbol.

Apenas asumido el control de Cervecería, fundaría al año siguiente el equipo Carta Blanca (1939), poste-riormente los Industriales (1942) y luego los Sultanes (desde 1948), emulando la estrategia de publicidad y comercialización de los equipos norteamericanos. Pero además del mejor beisbol del mundo, don Eugenio ha-bía visto en Boston cómo puede crecer una economía en la coyuntura de una guerra mundial. También duran-te la estancia en EUA, Garza Sada había visto crecer el Movimiento por la Templanza, que condenaba el consu-mo de alcohol como elemento provocador de atraso y pobreza entre las masas de obreros que empezaban a llenar las capitales norteamericanas.

Estos grupos apoyaron la labor de los predicado-res religiosos en el medio político, reclamando normas que redujeran el consumo de alcohol y que fueron vi-

Fábrica Malta 1. Cortesía

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Para 1936, una vez superada la crisis mundial, don Eugenio y otros empresarios se convencen de la urgencia de independizarla y capitalizarla. Todavía hasta esos años se mantiene en la ge-rencia Francisco G. Sada, pero a partir de 1938 la responsabilidad será asumida por EGS y su hermano Roberto. Gracias a su empuje, hacia 1936 se consigna ante el notario Carlos Hinojo-sa Guajardo que la junta de accionistas aprobó cambiar su denominación a Malta, y aumentar el capital para quedar en un millón de pesos, prác-ticamente el triple del capital inicial.5

Fue dividido en 10 mil acciones con valor nominal de 100 pesos cada una, seis mil acciones de la serie A preferentes con voto limitado y cua-tro mil ordinarias de la serie B. Los tenedores de éstas últimas serían quienes definirían el destino de la empresa. Se acordó también que la Malta sería manejada por un Consejo de Administra-ción compuesto por tres consejeros: Genaro de la Fuente, Enrique Vignau y Ciro A. Martínez.6

La determinación para capitalizar y moderni-zar Malta se hizo más evidente para 1939 ya con Eugenio y Roberto en la gerencia, cuando los ac-cionistas acuerdan registrar un aumento de capital de uno a 1.5 millones ante el notario Saúl Quin-tanilla. Al momento de la propuesta a la asamblea de accionistas, acudió personalmente don Eugenio en calidad de escrutador.7 Se decidió aumentar el capital en 500 mil pesos repartido en 4 mil accio-

nes preferentes de la serie A, y un mil acciones de la serie B, tanto unas como otras con valor de 100 pesos. ¿De dónde salía tanto capital para apuntalar esta empresa?

Más adelante señalamos alguna hipótesis, por aho-ra todo parece provenir de los mismos accionistas de Malta o vinculados a negocios conexos de Cervecería, pero no detectamos con nitidez financiamiento banca-rio. Del universo del aumento de capital, sólo un 10%, es decir, un monto de 50 mil pesos, fue tomado del Fondo de Previsión; el resto lo pagarían los portadores en efectivo y al contado.8

El ritmo de capitalización no bajó en ese periodo. Para 1941 se registra un aumento de capital de 1.5 millo-nes a 2 millones de pesos. Se decidió aumentar en 500 mil con la emisión de 5 mil acciones serie A de 100 pesos. Para 1942, según escritura consignada por Carlos de la Garza Evia, hubo otro aumento significativo aprobado por la asamblea de accionistas.9 Comprendió la emisión de cinco mil acciones de la serie A y 2,500 de la B.

En la serie B el mayor socio que se incorpora es la Compañía General de Aceptaciones con 1,633, y un valor nominal de 163 mil pesos; J. B. Ebrard y Cía. Sucesores

Inicialmente se trataba de un departamento dentro de Fábricas Monterrey. Fue hasta 1931 cuando alcanzó su producción total, por ese entonces contaba con un capital de 350 mil pesos y se ubicó estratégicamente justo enfrente de la calle de la planta cervecera.

¿Por qué era tan importante para EGS el abaste-cimiento seguro y oportuno de malta? Recordemos que este insumo es el ingrediente principal en la ela-boración de la cerveza y que se obtiene de la cebada mediante un proceso controlado de germinación cono-cido como malteo.

Campo de Cebada. Cortesía

Germinadores de Cebada. Cortesía.

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entre las que se encuentran la malta negra y la malta caramelo que son producidas en forma exclusiva por esta compañía en todo el país […], asimismo ha agre-gado a la lista de sus productos el granulado de maíz reduciendo sus importaciones […]; las ampliaciones a las instalaciones de Malta han permitido a partir de 1946 cuadriplicar su producción de malta que ascien-de en la actualidad a 14 mil toneladas anuales, cuando en sus inicios era de apenas 3,500 […], el número de obreros se ha ampliado pues en 1941 era de 45 per-sonas mientras que para 1948 es de 120 personas.14

Enseguida enlistó el equipamiento que tenía la empresa para 1 948, y que incluimos por tener utilidad para quienes estudian la infraestructura industrial y el cambio tecnológico. Malta poseía: 12 nuevos germina-dores con capacidad para 13 toneladas cada uno; seis depósitos para remojar la cebada construidos de lámi-na de fierro; cuatro absolvedoras de aire que se utilizan

con 923 acciones y un valor nominal de 92,300 pesos; Crédito Industrial de Mon-terrey con 903 acciones y un valor de 90,300 y el Banco Capitalizador de Mon-terrey con 400 acciones que suman 40 mil pesos.

Hay otros particulares como Ante-ro Valdez y Camilo G. Sada, pero lo inte-resante son las instituciones locales que están ofreciendo financiamiento para apuntalar el desarrollo empresarial.10 Para 1944 se llegó al récord de 6 millo-nes de pesos, según se consignó ante el notario Emeterio de la Garza, pues en la escritura signada por él, la asamblea de accionistas aprobó un aumento de capital de 2,750 a 6 millones, es decir de 3,250 mil pesos.

Mediante la emisión de 22,500 nue-vas acciones de la serie B y 10 mil de la se-rie A, todas con valor nominal de 100 pesos, quedando un capital de 6 millones dividido en 30 mil acciones serie A preferentes con voto limitado y 30 mil acciones serie B.11

En general, tenemos un proceso de capitalización muy intensivo justo en los momentos de mayor con-frontación bélica a nivel internacional. Ya sabemos que algunos autores hablan de un segundo auge industrial de Monterrey justo por la coyuntura de guerra. Sin duda, don Eugenio y sus asociados estaban ansiosos de recuperar el terreno que no habían podido recorrer durante la Primera Guerra Mundial y la época prohi-bicionista, por el impacto de la Revolución Mexicana. Pero ahora, en otro contexto y con un modelo eco-nómico favorable a la sustitución de importaciones, la producción de malta era una gran oportunidad.12

Adicionalmente, tanto los gobiernos federal como estatal despliegan una política de fomento industrial vía la exención fiscal. Ejemplo de ello es un documento que busca acreditar la candidatura de Malta para esta polí-tica, firmado por Genaro de la Fuente en junio de 1948, dirigido al gobernador de Nuevo León Arturo B. de la Garza. En su calidad de gerente y apoderado general de Malta, De la Fuente expone que dicha sociedad mer-cantil se fundó bajo el nombre de Fábricas Monterrey, según consta en escritura de Andrés Canales Cadena el 14 de agosto de 1929, y que cambió su nombre a Malta, según consta en la escritura del 30 de abril de 1936 ante Carlos Hinojosa.13

Certifica que el capital para 1948 ha ascendido has-ta seis millones de pesos y que, gracias a esfuerzos de orden técnico y económico, ha logrado elaborar en sus plantas una gran diversidad de clases de malta,

Secadora para germinación de cebada. Cortesía.

Descarga de Cebada. Cortesía.

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FuentesCien años son un buen principio. Cervecería Cuauhtémoc 1890-1990, Monterrey, Editorial Azabache, 1990.Morado Macías, César, Concesiones. Política de Fomento Industrial (1886-1950), Monterrey, Gobierno de Nuevo León, 1991._________________, La transición al mundo moderno. Del reyismo a la reconstrucción (1885-1939), Monterrey, Fondo Editorial Nuevo León, 2007.Ortiz Rivera, Alicia, Eugenio Garza Sada, México, D.F., Editorial Planeta, 2002.Registro Público de la Propiedad de Nuevo León.

Notas1 Hasta ahora el mejor perfil biográfico está en el libro de Ortiz Rivera, Alicia, Eugenio Garza Sada, México, D.F., Editorial Planeta, 2002, aunque contiene graves omisiones.

2 Ibid., p. 35.3 Para una historia general de esta empresa véase Cien

años son un buen principio. Cervecería Cuauhtémoc 1890-1990, Monterrey, Editorial Azabache, 1990. La investigación y re-dacción de este libro corrió a cargo de Fernando González Quintanilla, Edgardo Reyes Salcido, Ramiro Cantú Garza y Carlos Salazar Lomelí.

4 Morado Macías, César, “Nuevo León, la experiencia de la modernidad”, introducción al libro La transición al mundo mo-derno. Del reyismo a la reconstrucción (1885-1939), Monterrey, Fondo Editorial Nuevo León, 2007.

5 Registro Público de la Propiedad de Nuevo León, no. 192, folio 99, volumen 84, sección de Comercio, libro No. 3, Monterrey, N.L., 28 de diciembre de 1936.

6 Ibid. Poder de Malta, S.A. otorgado a favor de Genaro de la Fuente como gerente de la misma. Monterrey, N.L. no-viembre 19 de 1936.

7 Registro Público de la Propiedad de Nuevo León, no. 48, libro 3, volumen 97, sección de Comercio, Monterrey, 23 de febrero de 1940.

8 Ibid. Aumento de capital de la Sociedad Malta, diciembre 29 de 1939.

9 Registro Público de la Propiedad de Nuevo León, no. 185, libro 3, volumen 105, sección de Comercio, Monterrey, N.L., 15 de octubre de 1941.

10 Ibid. Aumento de capital de la empresa Malta. Monte-rrey, N.L., 25 de agosto de 1941.

11 Registro Público de la Propiedad de Nuevo León, no. 282, libro 3, volumen 118, sección de Comercio, Monterrey, N.L., 6 de octubre de 1944.

12 Ibid. Aumento de capital de la empresa Malta, 9 de sep-tiembre de 1944.

13 Los expedientes donde las industrias nuevoleonesas solicitaban exención fiscal está descrito en Morado Macías, César, Concesiones. Política de Fomento Industrial (1886-1950), Monterrey, Gobierno de Nuevo León, 1991, p. 183.

14 Archivo Histórico de Nuevo León, Fondo Concesiones, expediente 79/7, Oficio de Genaro de la Fuente al goberna-dor Arturo B. de la Garza, Monterrey, 16 de junio de 1948.

en mover el aire frío y el aire caliente indispensable para la germinación de la cebada y para el sacado de la malta; una compresora para amoniaco con capaci-dad de 120 toneladas de refrigeración; 200 metros de acarreadores helicoidales para mover maltas y cebadas; un equipo de maquinaria que se utiliza para secar, antes de su almacenamiento la cebada y el maíz; tres nuevas máquinas para limpiar, clasificar y pulir la cebada; cuatro elevadores de más de 30 metros de altura cada uno, los que se usan para mover las cebadas; 43 motores eléctricos de diferentes potencias y una capacidad de producción de 552 caballos de fuerza.

Una vez que los inspectores del gobierno nuevoleo-nés comprobaron tanto los aumentos de capital como la capacidad instalada, autorizaron la exención fiscal.

Como ya se había comentado, aún hay facetas de don Eugenio que hace falta estudiar, sin embargo, en esta ocasión nos hemos restringido a comentar cómo, a nuestro juicio, la experiencia de la industrialización norteamericana dejó su impronta en la formación em-presarial de EGS. La vivencia de Boston en plena guerra mundial resulta sustantiva, pues vemos por lo menos dos instituciones que se inspiran aquí: el equipo de beis-bol y el Tecnológico de Monterrey.

A 40 años de la muerte de don Eugenio Garza Sada, la tarea de los historiadores es recordar cosas que no debemos olvidar, reconociendo que no encon-tramos una figura similar en todo el siglo XX nuevoleo-nés. Alguien podría citar a Alfonso Reyes por su aporte literario, pero en la variable de impacto social no hay paralelo. Durante mucho tiempo hemos enseñado que los héroes son los que derraman sangre, fomentan la violencia como vía de futuro, hacen revoluciones que terminan enquistando en el poder a élites peores que las que derrocaron.

Es tiempo de redimensionar a los que generan em-pleos, fundan fábricas, crean instituciones, transforman vidas. Por ello es un acierto que los hijos de Eugenio Garza Sada —David, Alejandro, Alicia, Consuelo— y de-más familiares hayan autorizado el rescate del archivo, la casa del empresario y difundan su legado a través del Centro de Estudios que lleva su nombre.

La vivencia de Boston en plena guerra mundial resulta

sustantiva, por lo menos dos instituciones se inspiraron ahí:

el equipo de beisbol y el ITESM

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El patrimonio industrial es un concepto que se ha legitimado a nivel internacional a partir de un proceso que se identifica con la posmo-dernidad: el paso de la hegemonía cultural de la civilización industrial a la emergencia de la cultura de la sociedad posindustrial, en la que

la competencia económica y el desarrollo tecnológico vuelven obsoletas uni-dades fabriles fundadoras de la cultura industrial, convirtiéndolas en piezas de museo.

El concepto de patrimonio industrial tiene como sustento la historia y la arqueología, se concibe en dos modalidades: el patrimonio material y el patri-monio intangible. La propuesta del presente artículo se ubica en el nivel del patrimonio industrial intangible, es decir, el patrimonio de las mentalidades,

El patrimonio industrial intangible y La construcción de Los vaLores de La cuLtura industriaL de Monterrey

Dr. Javier Rojas SandovalMonterrey Cultura Industrial

[email protected]

Trabajadoras de BAF, S.A., 24 de septiembre de 1958. Fototeca del Centro de las Artes, fondo Flores Varela (AFV2031)

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les, escuelas, iglesias, centros re-creativos y deportivos; conjuntos de símbolos, creencias e ideas que han formado un sistema de valores a lo largo de la historia.

Los seres humanos que han fundado y desarrollado fábricas in-dustriales: empresarios, empleados y obreros —como productores y consumidores— han sido prota-gonistas de la construcción de la ciudad-fábrica: Monterrey; al mis-mo tiempo, han contribuido a la definición de símbolos industriales con los que se han identificado cul-turalmente varias generaciones de regiomontanos.

La significación histórica de las fábricas y la industrialización de Monterrey y municipios aledaños han inspirado a destacados inte-lectuales, quienes se han asomado a la realidad nuevoleonesa para explicar el desarrollo industrial regio. Alfonso Reyes (1889-1959) definió la ciudad con la fórmula de “honesta fábrica de virtudes pú-blicas”.1 Raúl Rangel Frías (1913-1993) hizo aportaciones teóricas para conceptualizar el significado de la cultura fabril industrial; Ne-mesio García Naranjo elaboró una explicación literaria de la historia de la Cervecería Cuauhtémoc. La otra fábrica emblemática de la cul-tura industrial regiomontana es la

Fundidora Monterrey, S.A., de la que se ha producido abundante literatura.

El concepto de cultura se define aquí como parte del sistema social que “organiza los valores, las normas y los símbolos que guían las elecciones de los actores y que limitan los tipos de interacción que pueden tener lugar entre éstos”.2 Se trata de valores expresados en normas que se practican en el interior de los centros de trabajo industrial y se difunden al resto de la socie-dad. El escrito se integra por tres breves apartados:

1. La cultura industrial regiomontana en Alfonso Reyes y Raúl Rangel Frías.

2. Las fábricas industriales y la literatura fabril.3. La cultura industrial y la construcción de los valores del trabajo disciplinado.

las ideas, los valores, las costumbres y las creencias. En este caso particular se analizan los valores culturales que se han construido a través del tiempo, para tejer el entramado que forma la red de las representaciones simbólicas que identifican el imaginario colectivo de la sociedad regiomontana del siglo XX, es decir, de la cul-tura industrial de Monterrey.

Desde finales del siglo XIX, y principios de la si-guiente centuria, el símbolo que ha distinguido a Monterrey ha sido la industria, ese complejo proceso tecnológico, económico, urbanístico, social y cultural producto, y productor, de la civilización moderna: la ci-vilización industrial. La sociedad regiomontana del siglo XXI tiene muchos testimonios de la herencia cultural que ha construido a partir de las fábricas industriales: ideas, literatura, centros habitacionales, edificios fabri-

Hombres trabajando en el Horno 3 de Fundidora Monterrey. Ca. 1967. Colección Ramón Lamadrid.

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1. La cultura industrial regiomontana en Alfonso Reyes y Raúl Rangel FríasLa cultura industrial regiomontana ha sido motivo de la reflexión de los inte-lectuales más destacados, entre ellos Alfonso Reyes, uno de los valores más representativos de la literatura hispanoamericana, quien en su vasta obra le ha dedicado palabras elogiosas al espíritu emprendedor de empresarios y obreros, entendido como esfuerzo por vencer obstáculos y forjador de pro-yectos basados en el trabajo físico e intelectual. Es célebre su definición de los regiomontanos como “héroes en mangas de camisa”.

En el texto de 1945, titulado “Los regiomontanos”, Alfonso Reyes hace referencia explícita “a las creaciones fabriles”, que hacen famoso al estado de Nuevo León. Para Reyes, la producción material que distingue a los regiomon-tanos limitó la producción literaria, no porque haya faltado, sino porque “el

milagro de la creación económica ha sido [...] tan portentoso que, de pronto, ofusca y relega en la penumbra la obra solitaria y paciente de los escritores”. También dibujó el perfil de los regiomontanos: “El regiomontano, cuando no es hombre de saber, es hombre de sabidu-ría. Sin asomo de burla pudiera afirmarse que es un héroe en mangas de camisa, un paladín en blusa de obrero, un filósofo sin saberlo”.3

Dos fábricas que forjaron la identidad cultural industrial de Mon-terrey llamaron la atención de Reyes: la Fundidora Monterrey, S.A. y la Cervecería Cuauhtémoc, S.A: “¡Finura y resistencia como en el acero famoso de nuestras fundiciones!, ¡levedad y frescura como la bebida efervescente de nuestras cervecerías famosas!”. Don Alfonso rubrica sus reflexiones sobre la cultura industrial de los regiomontanos con su poema “Romance de Monterrey”, en el cual ocupa un lugar desta-cado la fábrica y la industria, en las ideas de “fábrica de la frontera”, “por los pitos de tus fraguas y de tu industria en los silbos”.

Otro intelectual que ha contribuido a la construcción concep-tual de la cultura industrial es Raúl Rangel Frías. Sus reflexiones lo ubican como directo continuador del pensamiento de Alfonso Re-yes, sobre la identidad de la cultura basada en las experiencias de la industria y las fábricas regiomontanas. Su análisis se dirige más al campo de la antropología cultural y filosófica.

En su escrito de 1964, titulado “Teorema de Nuevo León”,4 Rangel Frías hace un desarrollo teórico sobre la cultura industrial y fabril del estado; comienza desde las características del poblamiento regional y la etapa colonial; otra de sus hipótesis fecundas es la importancia del factor migratorio para la implantación fabril en la región, en la que dice: “fue la gente que estuvo al frente de negocios en Monterrey a fines del siglo XIX, familias españolas, francesas, alemanas e italianas que han ido fundiéndose en filiaciones que son hoy enteramente mexicanas”.

Alfonso Reyes y Raúl Rangel Frías, intelectuales y humanistas, con sus reflexiones y textos

sobre lo regiomontano ayudaron a forjar la identidad de la cultura del trabajo, que basaron

en las experiencias de la industria y las fábricas de Monterrey

Obreros en área de colado del Horno 3 de Fundidora de Monterrey. Ca. 1967. Colección Ramón Lamadrid

Trabajadores en linea de devastado en Cristalería, S.A., 1930. Fondo Museo del Vidrio

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En otro trabajo titulado “Teoría de Monterrey”, Rangel Frías precisa los efectos de la Guerra Civil nor-teamericana en el desarrollo industrial de Monterrey:

La ubicación de los centros manufactureros nor-teamericanos más próxima al litoral del Atlántico y en conexión con el comercio mundial por este océano, encontró su plano de deslizamiento hacia México por una vía ferrocarrilera. Al quedar Monterrey enlaza-do con Tampico, Matamoros, Torreón y la capital de la República por medio del ferrocarril, quedó en una posición estratégica entre Estados Unidos y México. Sin embargo, de nada vale la posición geográfica si no se cuenta con hombres cuya energía y visión convier-tan en hechos que generen riqueza y bienestar para el pueblo.5

Rangel Frías argumenta que la combinación de hombres, medio geográfico e inversión de recursos en la producción de bienes industriales contribuyeron de-cisivamente al desarrollo urbano de Monterrey. ¿Qué factores fueron decisivos para la configuración urbana de la ciudad? Instalaciones industriales, establecimientos bancarios, edificación pública y privada, saneamiento de la ciudad y dotación de agua potable. Como efecto direc-to del desarrollo industrializador, la ciudad vive transfor-maciones radicales:

Los migrantes europeos del siglo XIX, sumados a los que poblaron el Nuevo Reino de León, españoles, criollos y mestizos así como a los indígenas pacificados traídos de Tlaxcala, produjeron en conjunto una fórmu-la mental y espiritual que hizo posible, desde el punto de vista humano, la industrialización del Regio Monte. Otra contribución importante que hace el maestro Rangel es la conceptualización de la cultura industrial:

La industria que es un medio de provecho y aplica-ción de recursos económicos es también una forma cultural. Pone énfasis en el esquema racional de la vida entre todas las formas que están ligadas con la cultura. Hace la proyección del hombre y de su organización social, con base en la técnica y la producción de bie-nes económicos.

Don Raúl expone que los factores históricos que explican los primeros brotes de la industria fabril se asocian con las consecuencias de la guerra de Es-tados Unidos y México, así como con la Guerra Civil norteamericana. En una reflexión filosófica, el maestro Rangel sintetiza los factores mencionados, para concluir que “la combinación de estas fuerzas muestran cómo se van uniendo factores, a los que sin atribuir propósitos ni fines preconcebidos, dan con el tiempo una resultante histórica, como si se hubieran ligado entre sí”.

Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, panorámica. Colección Histórica Femsa

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la casa familiar transa con la antigua huerta, a la cual aprisiona entre patio y traspatio. Hacia el norte y tras una apretada faja de casas de hechura medite-rránea [...] se observan instalaciones industriales, entre una tupida y sinuosa red de viviendas obreras; vías férreas a cuya orilla se acomodan las fábricas, como si fuesen otro río; y esa anchurosa ribera que es la avenida Francisco I. Madero, donde la población obrera pone con sus yompas azules la nota alegre y optimista del nuevo tiempo.

2. Las fábricas industriales y la literatura fabrilEn el interior de las fábricas se ha producido y se sigue produciendo una vas-ta obra editorial sobre los más diversos temas: revistas, boletines, manuales, textos. Asimismo, han sido fuente de inspiración literaria entre las personas que en ellas se desempeñan, o las que desde afuera han tenido contacto con su influencia. Una de ellas es el texto de Homero Galarza Elizondo: “Una fiesta inolvidable”, en el que narra la vida cotidiana de los moradores de la colonia Acero de la Fundidora Monterrey, S.A. Contiene breves cuentos, desde el efecto del fuego de los hornos de la fábrica sobre la fantasía de los niños —“Una noche de espanto”—, hasta la comparación que hace entre la Fundidora Monterrey, S.A. y Celulosa y Derivados, S.A., sobre el grado conta-minante y de fetidez de ambas plantas industriales.6

Otro ejemplo de la construcción de los símbolos de identidad de la cul-tura industrial regiomontana es la siguiente, tomada del periódico El Porvenir, cuando la Fundidora Monterrey, S.A. cumplió 50 años:

El regiomontano,

cuando no es

hombre de saber,

es hombre

de sabiduría.

Sin asomo de burla

pudiera afirmarse

que es un héroe

en mangas de camisa,

un paladín en blusa

de obrero,

un filósofo sin saberlo

Alfonso Reyes

Fundidora de Fierro y Acero Monterrey. Ca. 1925. Colección Fototeca Lorenzo Becerril, Puebla

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En las fábricas se ha formado una tradición comunicativa por medio de revistas y periódi-cos de circulación interna. En ellos se publican mensajes motivacionales de la empresa, rese-ñas sobre cumpleaños de los trabajadores y empleados, información literaria y científica, información política y poemas. Un caso es la producción editorial de la Cervecería Cuauh- témoc, S.A. Desde el interior de la fábrica es importante mencionar la revista Trabajo y Aho-rro, editada por la cooperativa Sociedad Cuauh- témoc y Famosa.

En 1996 cumplió 75 años cumpliendo su objetivo de comunicar a la comunidad fabril de la organización empresarial. El primer número se editó el 4 de junio de 1921, y de acuerdo con la Comisión Calificadora de Publicaciones de

la Secretaría de Gobernación, es la publicación inter-na más antigua de México, luego de Revista de Revistas, editada por Excélsior.8 Su primer director fue Rafael R. Villarreal, quien también fue el primer subsecretario de la Sociedad Cuauhtémoc y Famosa.

3. La cultura industrial y la construcción de los valores del trabajo disciplinadoUna de las características que definen a la fábrica in-dustrial —en su versión inicial— es la reunión en un establecimiento, de un número considerable de per-sonas dedicadas al desempeño de labores específicas y cuyo factor central dentro de ella es la disciplina laboral. Sin disciplina no hay ni productividad, ni pro-ducción, ni calidad, lo cual convierte y hace de ellas un valor superior a todos los que se puedan apreciar en el lugar de trabajo.

Max Weber le ha dedicado particular atención al tema de la “disciplina del taller”, la cual adquiere par-ticular importancia en el sistema industrial en la medida en que involucra la obediencia y la autoridad. La obe-diencia que impera en el taller industrial es voluntaria, a diferencia de la obediencia y la disciplina militar que son obligadas.9

La fábrica industrial creó el sistema fabril basado en el control y la supervisión de la disciplina laboral. Ni las labores agrícolas, ni el taller artesano como tam-poco el trabajo doméstico de la industria a domicilio requirieron una conducta tan disciplinada como el sistema de fábricas. Históricamente, en el sistema de manufactura basado en el trabajo realizado en los do-micilios, la supervisión era muy laxa y esporádica por el que encargaba los productos, quien sólo visitaba a los trabajadores cuando entregaba la materia prima o al recoger el producto acabado. El taller artesanal se

Los templos de Monterrey son sus fábricas, en sus torres metálicas y en sus fundiciones tiene sus más nobles monumentos. Hay ciudades y regiones que son famosas por las huellas de sus arcos, catacum-bas, mausoleos, estatuas, castillos y templos que en ellas dejaron sus civilizaciones pretéritas. Monterrey, al contrario casi no tiene monumentos históricos de que enorgullecerse: le faltan ruinas arqueológicas, los castillos medievales, templos del renacimiento y poco le queda del mexicano barroco del siglo XVIII. En cambio Monterrey se ufana con razón, de poseer algunos de los más bellos monumentos artísticos de nuestra época: las grandes fábricas que rasgan las nu-bes con sus chimeneas humeantes; las torres de acero de los altos hornos; las pirámides monumentales de sus plantas eléctricas; y la maravilla de su maquinaria, tan perfecta, tan amiga del hombre.

El viajero del siglo XX que desee conocer la gran zona monumental de Monterrey debe comenzar su recorrido por “la Fundidora de Fierro y Acero”. Su presencia se impone, desde lejos, por la geometría de sus chimeneas, de sus vigas, calderas, depósitos, tubos, rieles aéreos, torres, grúas, techos y escaleras, que perfilan su expresiva silueta [...]. El horno alto: gran-dioso templo de la producción, ocupa el simbólico lugar y el jerárquico puesto que los aztecas conferían, en sus metrópolis sagradas, al bienhechor Quetzal-cóatl, señor de la luz y de la vida. Después de la Fundi-dora que también podría llamarse el palacio del acero, el visitante de la ciudad pasará obligatoriamente a la que podría llamarse el palacio de cristal: La Vidriera. Y pasando como en las galerías de un museo en los templos de la ciudad arqueológica, de maravilla en ma-ravilla, el visitante se traslada a la fábrica que lleva el nombre grandioso del único héroe —Cuauhtémoc— que, en el decir del poeta, se halla a la altura del arte.7

Visita a la Cervecería. Colección Histórica Femsa.

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Se puede concluir que la industria fabril de Mon-terrey ha heredado un conjunto de experiencias que trascienden los sistemas cuantitativos —económico y tecnológico—, y se expresan en representaciones sim-bólicas, expuestas en diversas formas, tangibles e intan-gibles, contenidas en la cultura industrial regiomontana que forman un rico patrimonio que está pendiente de ser rescatado y conservado para el conocimiento de las generaciones presentes y futuras.

FuentesArmas y Letras, revista de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL, no. 9, año III, Monterrey, septiembre de 1946.Galarza Elizondo, Homero, Una fiesta inolvidable, Monterrey, Facultad de Ciencias de la Comuni- cación UANL, 1991. Parsons, Talcott y Edgard A. Shils, Hacia una teoría general de la acción, Kapeluusz, Buenos Aires, 1968.Periódico El Porvenir, Monterrey.Rangel Frías, Raúl, Cosas nuestras, Monterrey, Fondo Editorial Nuevo León, 1971.Reyes, Alfonso, Obras completas. México, D.F., Fondo de Cultura Económica, 1958. Trabajo y Ahorro, revista informativa de la Sociedad Cuauhtémoc y Famosa, año 71, número 3121, abril 23 de 1993.Weber, Max, Economía y sociedad, México, D.F., Fondo de Cultura Económica, 1984.

Notas1 Reyes, Alfonso, Obras completas, Tomo X, México, D.F., Fondo de Cultura Económica, 1958, pp. 52-54.

2 Parsons, Talcott y Edgard A. Shils, Hacia una teoría general de la acción, Kapeluusz, Buenos Aires, 1968, p. 19.

3 Reyes, Alfonso, Tomo VIII, op. cit., pp. 116-118.4 Rangel Frías, Raúl, Cosas nuestras, Monterrey, Fondo Edi-

torial Nuevo León, 1971.5 Armas y Letras, revista de la Facultad de Filosofía y Letras

de la UANL, No. 9. Año III. Monterrey, septiembre de 1946.6 Galarza Elizondo, Homero, Una fiesta inolvidable, Monte-

rrey, FCC UANL, 1991, pp. 11-20.7 “Cincuenta aniversario de la Fundidora Monterrey, S.A”,

El Porvenir, 5 de mayo de 1950.8 Trabajo y Ahorro, revista informativa de la Sociedad Cuau-

htémoc y Famosa, año 71, número 3121, abril 23 de 1993.9 Weber, Max, Economía y sociedad, México, D.F., Fondo de

Cultura Económica, 1984, p. 170.

distinguía porque los maestros y los aprendices tenían la posibilidad de renunciar e independizarse, por cuanto poseían los medios para trabajar.

Por ello, la cultura fabril tiene una de sus expresio-nes fundamentales en la llamada cultura del trabajo, re-ferida específicamente al sistema fabril, valor que se ha resaltado como una forma distintiva de los regiomonta-nos. Lo cual adquiere concreción en la disciplina laboral y los valores que de ella se generan, centralmente el trabajo disciplinado y las características positivas que lo refuerzan: deber, constancia, cumplimiento, obligación. Esa tradición constituye un aspecto muy destacado de la cultura fabril regiomontana, que se ha desarrollado en el interior de las fábricas y que se trasmite hacia el resto de la sociedad. La que se mantiene y refuerza como valor más preciado.

La revista informativa de la Sociedad Cuauhtémoc y Famosa, de la Cervecería Cuauhtémoc, S.A., en su nú-mero del 90 aniversario de la fábrica, daba a conocer el ideario Cuauhtémoc. En el punto número VI declara la importancia de la puntualidad: “Quien no puede guar-dar sus citas, muy pronto se constituirá en un estorbo”. El ideario XII subraya la necesidad de estar seguro de disfrutar el trabajo o de lo contrario, cambiar de com-pañía, dice:

“Es muy legítimo tener pasatiempos predilectos, e inte-rés en otras cosas; pero si se estima como un sacrificio venir los sábados, o quedarse en la oficina más allá del horario en caso preciso, entonces lo que se necesita es un descanso u otra compañía en que trabajar”.

El punto XIV conmina a pensar prioritariamente en interés del negocio más que en el propio, lo que podría definirse como el principio de lealtad: “La fidelidad a la empresa promueve el propio beneficio”. El punto XVI, titulado La dedicación al trabajo, “que beneficia al indivi-duo, a la empresa y a la sociedad entera. En esto se ase-meja a un sacerdocio”. El trabajo disciplinado y la leal-tad como principios fundamentales de la cultura laboral de la fábrica industrial asume diversas formas, como la premiación por antigüedad, el valor del reconocimien-to, que resalta la lealtad del trabajador con la empresa y con la fábrica, práctica que ha sido una tradición de larga historia en la cultura industrial regiomontana.

La cultura fabril es un valor

que se ha resaltado como una forma

distintiva de ser de los regiomontanos

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a la Revolución Industrial en Inglaterra y la Revolución Francesa. La primera representaba el progreso econó-mico y la segunda el político, invariablemente las dos implican un solo concepto: modernidad. La moderni-dad como algo que se contrapone a lo antiguo puede ser explicada bajo esta idea:

Las exposiciones como artilugio de la nación modernaA finales del siglo XIX, el mundo occidental buscaba fomentar la idea de que el único mo-

delo de progreso se encontraba en aquellas naciones herederas de los grandes movimientos y cambios que dieron paso a la época contemporánea; nos referimos

La deLegación de Monterrey y su participación en Las exposiciones nacionaLes e internacionaLes, 1890-1910

MONTERREy frente a la moDerniDaD

Mtro. Juan Jacobo Castillo OlivaresFacultad de Filosofía y Letras, UANL

[email protected]

Propaganda Cervecería Cuauhtémoc. Colección Histórica Femsa

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especial la ideología liberal del laissez faire y creer que esta lograría la igualdad humana mediante la riqueza que generaba.

México en las exposiciones universales y sus motivosLa élite porfiriana, junto con el gobierno federal, se em-peñó en presentar de forma impactante los recursos tanto económicos como humanos de la nación a todo el mundo. Intentaban cambiar el imaginario colectivo de México como un país violento, incivilizado y salvaje,3 para convertirlo en un lugar estable para inversiones en industria e inmigrantes de Europa y Estados Unidos. Se construyó un México moderno y actualizado que fuera aceptado nacional e internacionalmente.

La participación de México en las ferias mundiales iba a la par de la consolidación política y económica de la élite porfiriana: además, la experiencia acumulada en

Nuestra hipótesis general es que toda modernidad encierra la paradoja de que toda creación implica el abando-no de algo al efectuarse la sustitución de una cosa por otra evaluada como más conveniente o apetecible. Si ante-riormente se tenía como de buen gus-to vestirse de una manera, en un mo-mento posterior puede considerarse como de mal gusto porque la forma de vestir ha sido sustituida por otra. Así, cuando la historia se propone al pasado como su objeto de estudio a primera vista concentra su atención en aquello que toda la modernidad ha rechazado y convertido en lo que podría caer bajo la acepción de lo ob-soleto o tradicional.1

Las exposiciones de la última par-te del siglo XIX son esa herramienta que muestra los avances del mundo moderno. En el libro artilugio de la na-ción moderna, México en las exposiciones universales 1880-1930, Mauricio Tenorio Trillo nos habla en rasgos generales de la participación de la delegación mexi-cana en dichos certámenes. Es el estu-dio más completo que existe hasta el momento y nos amplía el panorama de las principales motivaciones de México a participar:

Las Ferias mundiales reencarnaban el mismo principio que promovieron las enciclopedias de fines del siglo XVII: reafirmar la posibilidad de concebir una imagen general del mundo […] las exposiciones universales eran versiones selectivas de la imagen que se propo-nían representar; momentos en los que la industria y la ciencia podían existir con todas sus virtudes y ninguna de sus imperfecciones.2

Las exposiciones, de una manera general, son ma-nifestaciones de carácter público en las que se exhiben productos industriales, comerciales o artísticos. Los motivos de las exposiciones son dar a conocer que en la última parte del siglo XIX son la ciencia y la industria los fundamentos primordiales del progreso. Al apreciar una imagen general del mundo en un solo espacio, se logra demostrar la unión cultural y económica de las distintas naciones participantes, muchas veces sin im-portar si estas eran naciones pobres o ricas. Por último, demostrar que la libertad es el fin ideal humano, en

Camión repartidor de cerveza. Colección Histórica Femsa

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Fue en Monterrey que, sobre la base del progreso industrial ya establecido, esta estrategia adquirió un pa-pel importante. Las exposiciones internacionales, ade-más de abordar otras temáticas, fueron primordialmen-te exposiciones industriales. Antes de ellas, hubo dos exposiciones de carácter local, según nos dice Isidro Vizcaya Canales en su libro Los orígenes de la industriali-zación en Monterrey.

La primera se efectuó en 1880 y la segunda en 1888. Las dos fueron organizadas por el Gran Círculo de Obreros, sociedad fundada el 2 de noviembre de 1874, la cual agrupaba gran número de artesanos.6 Coordi-nadas por el gobierno y las empresas locales, buscaban imitar las exposiciones foráneas, aunque su éxito era moderado entendiendo que las establecían los obreros en cooperación con las sociedades mutualistas, y éstas, a su vez, con las industrias y la administración estatal.

En ambas ferias se expusieron productos de la aún incipiente industria nuevoleonesa, donde prevalecían los artesanales y de la industria textil, que en años pos-teriores serían opacados por los de la industria pesada.

La primera exposición se efectúo en el Colegio Civil. La apertura se hizo con gran solemnidad el domingo 5 de septiembre de 1880. En la mañana se reunieron los obreros en la Presidencia Municipal, formándose una procesión, precedida por el gobernador, del cual formaban parte del Ayuntamiento, el cuerpo de Po-licía y el 29 Batallón con su banda. Por la calle del teatro siguieron hasta la de matamoros, en donde se les incorporo el general Treviño, y de ahí hasta el local de la exposición, en donde hubo discursos e hizo el

varias exposiciones, los intereses comunes y los lazos que esta élite tenía con el exterior hicieron posible el surgimiento de un grupo de profesionales expertos en exposiciones mundiales, los “magos del progreso”, capaces de construir la imagen de la nación moderna en cada uno de sus detalles.4

Para México, sus intenciones de participar en estas ferias no eran muy diferentes al del resto de las nacio-nes que lo hacían, a excepción de que su imagen a nivel internacional no era muy favorable. Las ferias eran la perfecta oportunidad de mostrar su capacidad como nación en vías de desarrollo y, de esa forma, llamar la atención de países como Estados Unidos y Francia —principales sedes de estos certámenes— y verse como aliados políticos y socios económicos confiables y seguros.

Nuevo León y las exposiciones localesEl desarrollo industrial que se da en Monterrey a fi-nales del siglo XIX tiende a ser uno de los periodos históricos locales ampliamente estudiados, tanto en sus causas como en sus consecuencias. Éstas, a su vez, catalogaron a Monterrey como sinónimo ineludible de progreso, e incluso como capital industrial del país en algún momento. Pero más allá de dar un seguimiento a los factores esenciales por los cuales se consolidó esta imagen progresista5 se debe analizar la política de fomento que, en conjunto, tanto el gobierno del estado como el gobierno federal llevaron a cabo para favore-cer esta imagen de vanguardia, no sólo en Nuevo León sino en todo el territorio.

Exhibición Cerveza Bohemia, ca. 1915. Colección Histórica Femsa

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sgobernador la declaratoria de inauguración entre salvas de artillería y repique de campanas. La exposición permaneció abierta durante un mes y se clausuró el 3 de octubre. Estuvo dividida en cuatro secciones: industria, labores, artes mecánicas y bellas artes. En total hubo ciento quince expositores, alguno de ellos de fuera de Monterrey, se exhibieron 461 objetos diversos y se dieron ochenta premios.7

Las funciones de estas primeras exposiciones locales eran mostrar la rela-ción entre arte e industria como símbolos inequívocos del progreso, y además dar gala y fe de la buena relación entre gobierno, empresa y obrero. La solem-nidad, los discursos, los protagonistas, las exposiciones y los lugares donde se

Exposición Industrial. Colección Histórica Femsa.

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When General Porfirio Díaz became presi-dent in 1876, Monterrey was a city of mer-chant houses and Workshops servicing nor-theastern Mexico’s mining and agricultural economy. By en 1910, when revolution forced the elderly dictator into exile, Monterrey had emerged as the nation’s preeminent indus-trial center, “Mexico’s Chicago.” Monterrey Symbolized and exemplified the Porfirian dream of industrial modernity.9

Snodgrass logra en su libro darnos una perspectiva que puede ser una amplia referencia a la hipótesis aquí planteada, la cual nos dice que Monterrey poco a poco se convertía en modelo de modernidad y progreso a nivel nacional. De tal forma que su comparación de la capital nuevoleone-sa con Chicago, aunque de principio puede parecer exagerada, es un claro ejemplo de lo que se trataba de fomentar: una ciudad que pudiera competir y darse a notar con otras urbes del mundo que eran modelo de progreso.

Para Nuevo León, las exposiciones re-presentaron esa oportunidad de exponer su naciente industria y, sin duda, la respues-ta de la élite económica y política fue in-

mediata y entusiasta. Es importante aclarar que los datos encontrados no son suficientes para determi-nar todo el proceso de recolección de muestras y en especial para dar seguimiento a la exposición de los productos.

La primera exposición de que se tiene conoci-miento en el período referido, de acuerdo a los archi-vos consultados, es la Exposición Internacional de Chica-go de 1893. La comisión mexicana para la exposición tenía como propósito recolectar todo lo referente para dicho evento —lo cual fue el tipo de organiza-ción que las posteriores comisiones van a tener en común— la invitación para asistir se hacía directa-mente al gobierno federal y después se formulaba una carta por parte del presidente de la República a cada gobierno estatal.

En esta exposición, el estado de Nuevo León re-cibió un diploma por su participación, además de que 39 de sus expositores fueron premiados, aunque no se especifica quiénes fueron o con qué se les galardonó:

Invitado el gobierno, por acuerdo del C. Presidente de la República, expresado por el Ministerio de Fomen-to, para concurrir a la exposición Internacional que tuvo efecto en Chicago en 1893, se hizo la recolección

realizaban, entre otras cosas, mostraban una celebración por los logros producidos en el gobierno local, y que buscaban ser el reflejo a nivel nacional. La segunda expo-sición no fue muy diferente de su predecesora:

se efectúo en el Gran Círculo de Obreros, situado en la calle de Zuazua; la apertura se hizo el 15 de septiembre de 1888 y la clausura el 5 de noviembre del mismo año. En este segundo evento participaron doscientos quince expositores, y entre los productos premiados llamaba la atención la abundancia y varie-dad de artículos de curtiduría y talabartería, como ga-muzas, antes, cabritillas, pieles curtidas y becerrillas. El fenómeno indica que por este tiempo esta industria se había estado desarrollando rápidamente.8

El Chicago de MéxicoMonterrey y su participación en las Exposiciones InternacionalesEn su libro Deference and Defiance in Monterrey, Michael Snodgrass define así al Monterrey porfirista, como el “Chicago de México”, un Monterrey que ejemplificó y simbolizó el sueño porfiriano de modernidad industrial:

Maquinaria Industrial. Colección Histórica Femsa.

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de los objetos correspondientes por la Junta Auxiliar de Geografía y Estadísti-ca, […] Nuevo León debe haber estado representado dignamente en el gran re-lacionado certamen, puesto que á 39 de sus expositores les fueron acordados premios que por no recibirse aún no han sido repartidos.10

De la exposición de Chicago (1893) hasta la de París (1900) no hubo otra en la que el gobierno federal considerara participar. Lo más cercano fue la pro-puesta por parte de una compañía es-tadounidense, la Panamerican Company, de crear una exposición panamericana en la ciudad de Nueva York, en el Indus-trial Building de la calle 44 (44 street).

La propuesta se realizó en 1894 y consistió en que este edificio albergara una selección donde se presentara lo mejor de la industria y el comercio en América Latina, teniendo México el 4º piso para realizar tal efecto. Se mandaron planos al gobierno de Nuevo León, donde se mostraba que ocuparía un lugar importante, junto a otros estados de República Mexicana.11 Por el momento no he encontrado cuál fue el seguimiento de dicha propuesta, debido a que no se menciona de nuevo en posteriores archivos.

La exposición Internacional de París en 1900 no sólo fue importante en cuanto a que dio inicio al siglo XX, también se encargó de mostrar lo mejor del arte y la tecnología de Europa y del mundo. Por tal motivo, el México de la época porfirista, que se sentía más cerca de Francia incluso que de sus vecinos estadounidenses, no podía faltar a dicho certamen. La importancia de Nuevo León y su industria se hace presente evidenciándose en la lista de pre-mios que obtuvo; en el siguiente cuadro se aprecian algunas de las empresas y los galardones recibidos.

lista de los expositores del estado que ganaron premios en el Certamen internaCional que se verifiCó en parís el año de 1900.12

Cervecería Cuauhtémoc Medalla de oro y diplomaCía. Minera Fraternal Medalla de bronce y diplomaCía. Minera Fundidora y Afinadora Medalla de plata y diplomaCía. Minera Zaragoza Medalla de bronce y diplomaCía. Minera “Norias de Bajan” Medalla de plata y diplomaFundición de Fierro M.H. (mención honorífica)Maíz Hnos. Medalla de plata y diplomaCía. De Fundición de Fierro Medalla de bronce y diplomaRivero Sucs. Medalla de plata y diploma, M.H.Penitenciaria de N. León M.H. (mención honorífica)Municipalidad de Monterrey M.H. (mención honorífica)

Gobierno del E. de N. León Medalla de plata y dos diplomas.

Fábrica Carta Blanca. Colección Histórica Femsa

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mayo y se clausuraría el 1 de diciembre de 1904. En ésta, a diferencia de las anteriores, se utilizaron recursos im-portantes en cuanto a la recopilación de datos que se requirieron para poder ser llevados, junto con el resto del equipo necesario para tal certamen. Se pidió que se hicieran estudios en los que se especificara la situación del gobierno tanto en servicios como en obra pública y, sobre todo, que se detallara la situación de cada una de las empresas y fábricas del país.

Esto tiene su justificación y lo podemos ver en la siguiente cita de Bernardo Mallén, quien era el comisio-nado encargado de tal recopilación:

Es mi objeto presentar a la republica en la feria Uni-versal de San Luis Missouri en todo su grandioso de-sarrollo económico, social y político; atestiguar con numeros, con hechos comprobados por la estadística que nuestra prosperidad es real y efectiva. A primera vista, de una sola ojeada, de un golpe, si se me permite emplear la frase, cualquiera que lea el opúsculo que trato de publicar, podrá darse cuenta exacta de la di-ferencia enorme que existe entre el México de 1876 y el México de 1903 comprenderá inmediatamente que el país encierra elementos y fuerzas inmensas.14

El mismo año de 1900 se invitó a Nuevo León para que se presentara en la exposición de San Antonio, Texas. A diferencia de lo que pasó en los anteriores certámenes, esta vez no hubo mucha respuesta por parte de los empresarios de Nuevo León, donde inclu-so la Cervecería Cuauhtémoc se reservó el derecho a participar. Podemos suponer que se debió a que aún estaba reciente su intervención en París, la cual no dejó con suficientes recursos al Estado y a las empresas para poder realizar tal encargo.

Uno de los aspectos que más llama la atención es la invitación que se hizo a Nuevo León, y la referencia tan peculiar con la que describe a su capital, donde po-demos ver que la imagen que se proyectaba al interior, de un Monterrey progresista y moderno, era evidente también al exterior: “El pueblo de San Antonio y todo Texas reconocen que el Estado de Nuevo León es uno de los mas grandes y ricos de México, y que Monterrey, su capital, es una de las ciudades progresistas, no sólo de México sino del mundo”.13

La siguiente y última exposición durante la época del porfiriato en la que participó Nuevo León —re-gistrada hasta el momento en el trabajo de archivo—, fue en la ciudad de St. Louis Missouri, se abriría el 1 de

La Cervecería en la ciudad de Monterrey. Colección Histórica Femsa

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FuentesArchivo General del Estado de Nuevo León, Fondo Industria y comercio, Sección: exposiciones.Snodgrass, Michael, Deference and Defiance in Monterrey. Workers, Paternalism, and Revolution in Mexico, 1890-1950, United States of America, Cam- bridge Latin America Studies, 2003.Tenorio Trillo, Mauricio, Artilugio de la nación moderna: México en las exposiciones universales, 1880-1930, México, D.F., Fondo de Cultura Económica, 1998.Vizcaya Canales, Isidro, Los orígenes de la industriali- zación en Monterrey: una historia económica y social desde la caída del Segundo imperio hasta el fin de la Revolución (1867-1920), Monterrey, Fondo Editorial Nuevo León, ITESM, 1969.Zermeño Padilla, Guillermo, La cultura moderna de la historia: una aproximación teórica e historiográfica, México, D.F., El Colegio de México, Centro de Estudios Históricos, 2002.

Notas1 Zermeño Padilla, Guillermo, La cultura moderna de la his-toria: una aproximación teórica e historiográfica, México, D.F., El Colegio de México, Centro de Estudios Históricos, 2002, p. 41.

2 Tenorio Trillo, Mauricio, Artilugio de la nación moderna: México en las exposiciones universales, 1880-1930, México, D.F., Fondo de Cultura Económica, 1998, p. 15.

3 Ibid., p. 11.4 Idem.5 Factores como el comercio fronterizo, el control en los

ingresos aduanales, las inversiones nacionales y extranjeras, el apoyo del gobierno estatal a la industria, entre otros que podemos encontrar en la historiografía local y nacional.

6 Vizcaya Canales, Isidro, Los orígenes de la industrialización en Monterrey: una historia económica y social desde la caída del Segundo imperio hasta el fin de la Revolución (1867-1920), Mon-terrey, Fondo Editorial Nuevo León, ITESM, 1969, p. 47.

7 Idem.8 Ibid., p. 489 Snodgrass, Michael, Deferencia y desafío en Monterrey:

trabajadores, paternalismo y Revolución en México 1890-1950, Monterrey, Fondo Editorial de Nuevo León, 2008, p. 19.

10 AGENL, fondo Industria y comercio, sección exposicio-nes, caja 1, 1826-1898, documento sin nombre.

11 Ibíd., caja 3.12 AGENL, sección exposiciones, caja 4.13 Ibíd., caja 2.14 Ibíd., caja 6.15 Ibíd., caja 9.

Lo anterior nos deja claro el objetivo básico, no sólo de esta exposición de St. Louis, sino de las que le preceden. Lo cual es dar a conocer que México, a través del gobierno de Porfirio Díaz, había logrado entrar a una época de progreso.

Y que Nuevo León encontró ese camino al progre-so en la industrialización gracias al gobierno de Bernar-do Reyes, fiel a esa política nacional, de tal manera que no es raro verlo figurar entre los premios otorgados por dicho evento al gobierno del estado, junto con em-presas de la región.

nombres de las personas o negoCiaCiones que según la lista de reCompensas, obtuvieron premio en la expoSición univerSal de san luis missouri, 190415

Gobierno de Nuevo León Medalla de Oro

Sr. Serafín Peña Medalla de OroSr. Gral. Bernardo Reyes Medalla de OroCompañía Ladrillera Unión Medalla de OroSres. V. Rivero Sucesores Medalla de OroSr. Maíz hermanos Medalla de Oro

Cervecería Cuauhtémoc Gran PremioRamón Maldonado Medalla de OroCompañía Fundidora de Fierro y Acero

Medalla de Oro

Compañía Minera norias de Baján Medalla de BronceCompañía Fundidora y afinadora Medalla de Bronce

Después de este certamen, aún no se encuentran en el archivo alguna otra exposición internacional don-de se hable de la presencia de Nuevo León; será hasta 1910, en el estado de Puebla, donde participare en una exposición para conmemorar el primer centenario de la Independencia de la República. Por el año podemos suponer que perdió atención debido al inicio del movi-miento revolucionario.

A manera de conclusión podemos hablar de dos motivos esenciales por los cuales Nuevo León partici-paba en estos certámenes, primero, patrocinar un mer-cado productivo y seguro a inversionistas extranjeros (razón principal de tales eventos), y segundo, demos-trar que en Nuevo León la política local había logrado industrializar a la región gracias, y en conjunto, a la vi-sión de orden y progreso porfirista que en el ámbito nacional no encontraría otro ejemplo más claro que el de la ciudad de Monterrey.

Nuevo León tuvo un lugar importante en las exposiciones internacionales en las que participó

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“Interpretando el Ideario de Eugenio Garza Sada”

concurso de dibujo

la convocatoria se distribuyó en las 13 regiones del estado; abarcó todos los municipios de Nuevo León con la idea de que los niños interpretaran, a través del dibujo, los 17 principios que promueven valores.

El Centro Eugenio Garza Sada, en coordinación con la Secretaría de Educa-ción del estado de Nuevo

León, organizó el concurso de dibujo ¨Interpre-tando el Ideario de Eugenio Garza Sada¨ con el propósito de:

• Acercar a los niños y sus familias a los valores y principios descritos en el Ideario.

• Conmemorar el 40 aniversario luctuoso del humanista y empresario regiomontano.

La información se distribuyó a:

• 300,199 alumnos de primaria de 4° a 6° de 2,839 escuelas, públicas y privadas.

• 244,801 alumnos de secundaria de 1° a 3°, de 982 escuelas, públicas y privadas.

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En la última etapa de selección, el CEGS recibió 791 dibujos,

de los cuales el jurado seleccionó a los 78 ganadores • Cada una de las 13 regiones del Estado tuvo tres ganado-res por categoría: 1°, 2° y 3er lugar en primaria y secundaria

• 26 computadores de escritorio se entregaron a

cada una de las escuelas de los alumnos ganadores del

1er lugar

• Se otorgaron 68 menciones honoríficas

El evento de premiación se llevó a cabo el día lunes 23 de septiembre a las 10:00 horas en el Planetario Alfa

ante la presencia de las autoridades de la Secretaría de Educación e integrantes de la familia de don Eugenio Garza Sada, presidida por don David Garza Lagüera,

presidente del consejo del cEGS.

relacIón de los prograMas que han transMItIdo notIcIas especIales o BIográfIcas de don eugenIo garza sada

ConduCtor programa medio feCha

Producción: Roldán Trujillo Inicio de transmisión de cápsulas para Las Noticias

Televisa Monterrey 04/09/2013

Jorge Lerdo de Tejada Líderes, primera parte Televisa Monterrey 08/09/2013Jorge Lerdo de Tejada Líderes, segunda parte Televisa Monterrey 15/09/2013Gregorio Martínez Las Noticias Televisa Monterrey 17/09/2013Josué González Gente Regia: “Prófugos de la historia” Televisa Monterrey 17/09/2013Jose Luis García Replican niños Ideario de EGS Televisa Monterrey 23/09/2013Gregorio Martínez Tribunatv, domingo 8:00 pm Televisa Monterrey 29/09/2013

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Margain Zozaya, R. (1979). Eugenio Garza Sada, perfil biográfico. Monterrey, Ediciones Al Voleo/Sociedad Numismática de Monterrey, A.C.

Biografía escrita con motivo del homenaje póstumo realizado a Eugenio Garza Sada por la Sociedad Numismática de Monterrey, A. C., organismo que le otorgó la medalla “Nuevoleoneses Distinguidos”, en 1979.

La obra consta de poco más de 40 páginas y fue redactada por el licenciado Ricardo Margain Zozaya. Incluye imágenes de la presea diseñada por el profe-sor Alfonso Reyes Aurecoechea, y acuñada por la Casa de la Moneda de México. Circunda la medalla una leyenda: Eugenio Garza Sada, Impulsor de la tecnología y de la industria en México.

El autor se apoya en historiadores como Santiago Roel y José Fuentes Mares, y el discurso pronunciado por el licenciado Alfonso González Segovia al colo-carse la primera piedra del monumento en memoria de Garza Sada, celebrando también 35 años de la existencia del ITESM. Incluye además el discurso del licen-ciado Sergio Valdés Flaquer en el Club de Sembradores de la Amistad.

Reseñas

Reyes Salcido, E. (2010). Don Isaac Garza. Monterrey, Fondo Editorial de Nuevo León.

Ejemplar dedicado a la vida y obra de Isaac Garza Garza, escrito por Edgardo Reyes Salcido, Doctor Honoris Causa por la UANL. El autor aborda los logros de don Isaac con la familiaridad y el respeto que le infunde haber sido partícipe de la continuación del legado del empresario, al servir como docente en la escuela de Graduados del ITESM, consejero en la Universidad Regiomontana y director de Estudios Empresariales en FEMSA.

En sus capítulos se subraya la participación del gobierno del general Bernardo Reyes en la cimentación de la industria regiomontana, así como la relación e ini-ciativa de progreso que se produjo entre las familias de José Calderón Muguerza, Joseph María Schneider y Francisco Garza Sada, miembros del primer Consejo Directivo de Cervecería Cuauhtémoc. Despuntan las intenciones de bienestar social promovidas por Isaac Garza, como la fundación de la Escuela Politécnica Cuauhtémoc, que ofrecía enseñanza para infantes en el horario matutino y para trabajadores en el vespertino; la Sociedad Cooperativa Cuauhtémoc y Famosa que dio inicio a las emisiones de la revista Trabajo y Ahorro, así como otros beneficios médicos y de vivienda.

La publicación cuenta con una extensa bibliografía y un listado de las per-sonas entrevistadas. Las fotografías reproducidas de la época fueron recopiladas de diversos acervos como FEMSA, ITESM, Biblioteca Alfonsina, INAH, Grupo Alfa y archivos privados.

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Novo, Salvador. (1965) Crónica regiomontana, breve historia de un gran esfuerzo. Monterrey, Editorial Selecciones.

El poeta mexicano Salvador Novo nos lleva a un recorrido a través de la ciudad de Monterrey, haciéndonos testigos de su transformación y pujante crecimiento. Los relatos que enriquecen esta crónica nos retratan a los forjadores de esta me-tamorfosis, quienes destacaron el carácter y la personalidad de los regiomontanos, como los comerciantes y empresarios José Calderón Penilla, Isaac Garza Garza, Francisca Muguerza Crespo, José Schneider y Francisco G. Sada.

El libro cuenta con litografías de Paul Autragne, en las que se acentúan los hechos de la formación de la urbe, ilustraciones sencillas y descriptivas, ubicadas justo en el momento en el que la narración lo amerita. El pequeño ejemplar de pasta suave y 35 páginas es una edición particular de la Cervecería Cuauhtémoc y Selecciones; fue reeditado en 1996 por el Sindicato de Trabajadores de la Univer-sidad Autónoma de Nuevo León. En la portada muestra una imagen del Cerro de la Silla y algunas casas de estilo vernáculo norestense.

Casla Francisco, Jesús. (1993) Don Eugenio Garza Sada. Monterrey, Gobierno del Estado de Nuevo León.

Cuadernillo de portada blanda dedicado a la vida de Eugenio Garza Sada, escrito con una prosa fluida que entrelaza la descripción de sus logros. Destacan sus estudios en Ingeniería Civil en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, que sirvió de inspira-ción para fundar un espacio dedicado a la cultivación técnica de jóvenes en México: el ITESM. Continúa con una remembranza de la serie de escalafones profesionales por los que ascendió a los distintos cargos que ocupó dentro de la Cervecería Cuauhtémoc, empresa fundada por su padre.

La obra describe el interés que caracterizó a don Eugenio por los medios de co-municación, quien impulsó la consolidación de las revistas El Abanderado y Trabajo y Ahorro, boletines quincenales que surgieron como portavoces de la Sociedad Cuauh- témoc y Famosa, además de la radiodifusora XET y posteriormente Televisión Inde-pendiente de México. El autor define en tres palabras el legado de Eugenio Garza Sada: libertad, ahorro y reinversión; y describe las numerosas muestras de afecto y respeto que la sociedad ha brindado en su memoria.

Mendirichaga, R. (1987). El Tecnológico de Monterrey, sucesos, anécdo-tas y personajes. Monterrey, Edición Castillo.

Crónica de la fundación del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Mon-terrey. Inicia con una descripción de los conflictos políticos internos en las Universi-dades Estatales, entre ellas, la Universidad de Nuevo León, y la desorganización que le aconteció tras los movimientos socialistas, sucesos que originaron un planteamiento educativo dirigido por la Iniciativa privada. Demarca la inquietud de su fundador, Eu-genio Garza Sada y otros reconocidos industriales de la época, sobre la preparación universitaria y técnica.

Resalta también la formación del Centro Cultural Carlos Pereyra por parte de pro-fesionistas católicos, como el licenciado Garza Guajardo. Se muestra la forma en que don Eugenio tomó como base para el ITESM los programas manejados por instituciones reconocidas internacionalmente como el Instituto Tecnológico de Massachusetts e ins-titutos nacionales como la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica; dando además primordial importancia a la formación humanística.

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70 | septiembre 2013 | LA CASONA |

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Sáenz H., F. (2001). Beneméritos de Nuevo León. Monterrey, Fondo Editorial de Nuevo León.

Recopilación de biografías de los personajes ilustres del estado de Nuevo León, divididas en dos categorías: beneméritos del estado y de la educación. En la primera categoría figuran José Eleuterio González, Juan Nepomuceno de la Garza y Evia, Gerónimo Treviño, Genaro Garza García, Fray Servando Teresa de Mier, Mariano Escobedo y Raúl Rangel Frías.

En el segundo apartado se mencionan a Miguel F. Martínez, Serafín Peña, Francis-co Beltrán, Pablo Livas, Moisés Sáenz Garza, Plinio D. Ordoñez, Eugenio Garza Sada, Humberto Ramos Lozano y Eduardo Aguirre Pequeño. El autor señala como bene-mérito a aquella persona que se hace merecedora del reconocimiento de la sociedad por sus méritos y servicios. Se definen además de las actividades que realizaron cada uno de los citados, el contexto sociocultural en el que se efectuaron y la relevancia e impacto que dejaron en la comunidad nuevoleonesa.

Mendirichaga, J. R. (2010). El Colegio de San Juan en Saltillo 1878-1914. Saltillo: Gobierno del Estado de Coahuila.

El historiador José Roberto Mendirichaga, reconstruye con investigación y testimo-nios la fundación de una institución de enseñanza creada por jesuitas en el siglo XIX, El Colegio de San Juan en Saltillo. Publicado por el Consejo Editorial del Gobierno del Estado de Coahuila, la obra está formulada a partir de la tesis doctoral que el autor realizó para la Universidad Iberoamericana, conformándose por cuatro capítu-los, un epílogo y conclusiones, enriquecida con fotografías y bibliografía referenciada.

El primer capítulo desarrolla la filosofía de enseñanza jesuita en México y hace mención de otras instituciones de la época emblemáticas del noreste como El Cole-gio Civil de Nuevo León y el Ateneo Fuente de Coahuila. En el segundo capítulo relata la creación del Colegio y cómo fue encomendado por el obispo a jesuitas mexicanos que cumplían exilio en Texas. El tercer capítulo narra la consolidación del Colegio y la red de colegios que para entonces ya se había formado en los estados de San Luis Potosí, Puebla, Ciudad de México y Guadalajara para el siglo XX.

El último capítulo está dedicado a los formadores y alumnos, entre los que destacan Eugenio Garza Sada y el padre del periodista Armando Fuentes Aguirre, Mariano Fuentes Flores. De los últimos años de la institución se exhiben las luchas reivindicatorias que orillaron su cierre en 1914.

Gómez Mont, M. T. (2009). Manuel Gómez Morin 1915-1939. México, D.F., Fondo de Cultura Económica.

La doctora María Teresa Gómez Mont presenta su publicación enfocada en la vida del intelectual Manuel Gómez Morín. El trabajo refleja la influencia de personajes como el poeta Ramón López Velarde, el secretario de educación José Vasconcelos, la poeta chilena Gabriela Mistral y otros más; en la motivación que llevaría a Gómez Morín a realizar contribuciones importantes a las leyes bancarias, fiscales y de crédito.

Su largo currículum en actividades con el Banco de Londres y México, además de sus valiosas relaciones en la Secretaría de Hacienda, convertían a Gómez Morín en una fuente importante de orientación y asesoramiento. Fueron estas herramientas las que lo llevaron al encuentro con Isaac Garza, fundador y presidente de Cervecería Cuauhtémoc y Vidriera de Monterrey; indus-trias pilares de uno de los consorcios empresariales más importantes de la República mexicana: el grupo Monterrey.

La experiencia de Gómez Morín y sus contactos en materia de educación permitió que cola-borase con Eugenio Garza Sada en el proyecto de preparación profesional que en 1943 culmina-ría con el nacimiento del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. El legado de Gómez Morín es rastreado y legitimado meticulosamente por la autora a través de entrevis-tas y correspondencia proveniente del archivo personal de la familia Gómez Morín. Este libro toca importantes momentos de la historia política, económica y cultural del México moderno.

Page 71: La Casona No. 5

| LA CASONA | septiembre 2013 | 71

25/09/13 Eugenio Garza Sada: empresario sencillo con una mirada llena de futuro | EDUCACIÓN | Tecnológico de Monterrey

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EDUCACIÓN INVESTIGACIÓN DESARROLLO SOCIAL NEGOCIOS POLÍTICA SALUD CULTURA DEPORTE POR TEMA NEWS

Miércoles 25 de septiembre de 2013 Follow @ITESMNewsSeleccionar idioma ▼

EDUCACIÓN

Eugenio Garza Sada: empresario sencillocon una mirada llena de futuro

La historia del Tecnológico de Monterrey que se recordó en notas pasadas, no existiría sin los

hombres y mujeres que le dieron forma. A partir de hoy, conoceremos las historias de algunos

de ellos. El primero es por supuesto, don Eugenio Garza Sada.

25-feb-13

SNC | TEC DE MONTERREY / AGENCIA INFORMATIVA *

Progreso, justicia social, gran espíritu emprendedor, respeto a la dignidad humana y libertad son solamente

algunos de los conceptos con los que se asocia el nombre de don Eugenio Garza Sada, un hombre que

contribuyó a forjar la industria y la educación en México.

"El Instituto no puede explicarse sin su presencia". Era el año de 1978, y quien pronunciaba esta frase era

el Lic. Alfonso González Segovia, lo hizo al colocarse la primera piedra del monumento que recordaría

desde entonces a don Eugenio Garza Sada. Pero sus palabras eran literal y absolutamente ciertas: sin el

impulso, la dedicación y el empuje de este regiomontano, no habría nacido el InstitutoTecnológico y de

Estudios Superiores de Monterrey.

Aquel industrial y f ilántropo -que representa para muchos el arquetipo del empresario nuevoleonés, por la

profunda influencia que tuvo en el despertar del poderío económico de Nuevo León-, tuvo como una de sus

convicciones el valor formativo de una buena educación.

Nacido en Monterrey el 11 de enero de 1892, estudio en Saltillo y en su tierra natal antes de que su familia

emigrara a Estados Unidos para escapar de la turbulencia revolucionaria. En aquel país estudió primero en

una academia militar y después en una de las instituciones de ingeniería más legendarias del mundo: el

Instituto Tecnológico de Massachussetts.

A los 24 años ya tenía un grado de ingeniero civil y regresó a Monterrey para integrarse a la empresa de su

padre: la Cervecería Cuauhtémoc, donde ocupó cargos de cada vez mayor responsabilidad.

Cuando su padre murió en 1933, él y su hermano Roberto se integraron al Consejo de Administración y tres

años más tardes crearon Valores Industriales (VISA), una controladora para manejar a la Cervecería y a

José Alberto Araujo: comprometido para

forjar a los líderes del mañana

24-sep-13

Martha Castillo: al cambiar de escuela,

cambió y transformó su vida

23-sep-13

Rocío Mejía: una alumna Tec, consciente

de su compromiso con México

20-sep-13

Joaquín Alejandro Guerra: su éxito es

usar sus dones para servir a la comunidad

19-sep-13

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Don Eugenio Garza Sada tuvo como una de sus convicciones el valor formativo de una buena

educación.

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17/Sep/13 04:05

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Destacan regios legado de don Eugenio Garza Sada

El impulsor de la industria y la educación perdió la vida un

día como hoy, cerca de las instalaciones de la planta

cervecera

Por: Brenda Garza

El Horizonte - El 17 de septiembre de 1973 es una fecha que

permanece intacta en la memoria de los regiomontanos, quienes

se volcaron de tristeza y dolor ante la muerte de don Eugenio

Garza Sada, a manos de la Liga Comunista 23 de Septiembre.

Hoy, a 40 años del asesinato del célebre personaje, los homenajes

no se hacen esperar y guardan en ellos el reflejo del legado y cultura

de trabajo y dedicación del hijo de Don Isaac Garza y Consuelo Sada de Garza.

Desde el arranque de este mes, el Tecnológico de Monterrey, institución creada por Don Eugenio, realizó una serie de

actividades para honrarlo.

El 2 de septiembre se llevó a cabo la entrega del Premio Eugenio Garza Sada, el cual se institucionalizó hace 20 años.

Ahora, al conmemorar el 40 aniversario luctuoso de su deceso, lo hacen en el marco de los 70 años de existencia de

la casa de estudios que orgullosamente fundó en 1943.

En esta fecha, familiares, amigos, empleados, directivos y catedráticos de la institución participan en diversas

ceremonias; una se realiza en el Panteón del Carmen, en la que honran su memoria, junto a la de su hijo Eugenio

Garza Lagüera, fallecido hace cinco años.

También FEMSA realizó una guardia de honor, en la que José Antonio Fernández, presidente del Consejo del Sistema

Tecnológico de Monterrey y director general de dicha empresa, motiva a los asistentes mantener los valores de ambos

personajes dentro de la organización.

Don Eugenio, nacido en Monterrey el 11 de enero de 1892, inició sus estudios en el Colegio San Juan en Saltillo,

Coahuila y continuó en el Hidalgo, de Monterrey. Posteriormente viajó a Estados Unidos donde cursó la preparatoria

en la Academia Militar Western, para después estudiar Ingeniería Civil en el Instituto Tecnológico de Massachussetts

(MIT), de donde se graduó en 1916.

Un año más tarde inició su carrera laboral en Cervecería Cuauhtémoc, como auxiliar del departamento de estadística,

hasta llegar a ser Directivo del Consejo de Administración de Valores Industriales.

Pero el parteaguas vino luego de 26 años de permanecer en esa empresa, cuando Don Eugenio giró su visión a la

preparación de técnicos mexicanos y emprendió su obra más importante: el Tecnológico de Monterrey, auspiciado por

Enseñanza e Investigación Superior, A. C.

DUELO ENTRE REGIOS

La forma en que fue asesinado Don Eugenio Garza Sada, generó impotencia entre el sector privado.

Como una manera de manifestarse, en aquél 1973, la industria y comercios de Nuevo León decidieron cerrar sus

puertas durante todo el 18 de septiembre, comentó el empresario Jesús Marcos Giacomán.

"Nos dejó un camino a seguir que lamentablemente los empresarios no hemos sabido cumplir, él siempre trabajó

por un México más justo", dijo.

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permanentes del Consejo de

Seguridad de Naciones Unidas lograron hoy un

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Viernes 27 de Septiembre, 2013

FINANZAS

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Hoy se cumplen 40 años de la muerte de uno

de los pilares de la industria regiomontana

Los medios de comunicación y diversos documentos de difusión son fundamentales para conocer

los avatares cotidianos de la vida y, en cuanto son publicados, se convierten en un documento histórico

Don Eugenio Garza Sada

40 años de ausenCia en memoria de la prensa

Page 72: La Casona No. 5

72 | septiembre 2013 | LA CASONA |

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Una liebre en el pastoSAN PETERSBURGO, Rusia.- Gente observa la escultura en madera de una liebre gigante que el artista conceptual holandés Florentijn Hofman expone cerca de la Fortaleza de San Pedro y San Pablo, en esta ciudad, dentro de un programa cultural entre Rusia y Países Bajos. AP

d Restauran residencia del líder industrial asesinado en 1973; será sede de centro para estudios sociales

Félix Barrón

Desde la terraza-mirador de la casona de Don Eugenio Garza Sada la vista es privilegiada.

Se observa el primer cuadro de la Ciudad, pero también, ha-cia el lado izquierdo, las oficinas de Cervecería Cuauthémoc, que fundó su padre y él fortaleció, y de lado derecho, el Tec de Monterrey, que fundó el líder industrial.

Ésa fue la visión que tenía desde su hogar Don Eugenio, cu-yo 40 aniversario luctuoso se con-memora mañana.

La edificación, que data de 1920, albergará el Centro de Estu-dios Eugenio Garza Sada, un es-pacio para la investigación social.

A finales de este mes arranca la restauración y recuperación de la residencia, en lo alto de la Co-lonia Obispado, en la que vivió el filántropo regiomontano.

RESCATAN SU ESPLENDORLa casona es de estilo arquitec-tónico ecléctico, principalmente con influencias inglesas, elemen-tos afrancesados y de art noveau. El diseño es del arquitecto Her-bert Green.

Cuando se levantó la residen-cia, en la zona sólo estaba el edi-ficio que hoy alberga la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey y el Obispado.

Las pocas casas vecinas eran también de la familia Garza Sada.

En la casona vivió el empre-sario con sus ocho hijos y su espo-sa, Consuelo Lagüera Zambrano.

Desde su muerte –fue asesi-nado el 17 de septiembre de 1973 por un comando de la Liga Co-munista 23 de Septiembre–, la construcción, de tres pisos, no tu-vo ningún uso en particular, aun-que un tiempo albergó a un gru-po religioso.

La casa, pintada de blanco, de tres pisos, tiene dos entradas: una por José Benítez y otra por la Ca-lle Cerro del Obispado.

Originalmente el sótano era una terraza, luego convertida en sala de juego. También ahí se en-cuentra el área de máquinas, ya que la residencia tenía la más al-ta tecnología de la época en siste-mas de ventilación.

El segundo piso era el área social, con dos amplias salas, un

comedor, antecomedor y cocina, y la sala de música, donde Don Eu-genio solía tocar el piano. La esca-lera es amplia y de madera.

Cinco recámaras estaban en el último piso.

La idea del proyecto es con-servar la esencia de la construc-ción original, ampliada a lo largo de los años en dos momentos his-tóricos, explicó el arquitecto Ós-car Martínez, encargado de la re-

cuperación del espacio.“Todos los elementos origina-

les están y seguirán estando. La casa era una residencia palaciega muy de la época, con expresión arquitectónica muy viva”, dijo.

La gran terraza-mirador tam-bién responde a la ubicación pre-cisa de la casa frente a Padre Mier, observando la Ciudad.

“De alguna manera, el diseño formó parte también de ese vín-

culo que la residencia tiene con el resto de la Ciudad, con la vista de la Ciudad, que para Don Eugenio debe haber sido muy interesante”, señaló Martínez.

La familia Garza Lagüera in-vertirá 21 millones de pesos para la restauración.

PABELLÓN EN SU HONORPara la restauración se respetarán los espacios internos para conver-tirlos en oficinas, cubículos, sa-las de conferencias y un pabellón dedicado a Don Eugenio, explicó Carlos Velásquez, director opera-tivo del Centro de Estudios Euge-nio Garza Sada.

“Lo que era el comedor será un pabellón, no museo, sino un pabellón museográfico en donde queremos que los visitantes de la casa sepan quién era Don Euge-nio y sus contribuciones”, dijo.

En la fachada exterior se re-construirán elementos que se fue-ron perdiendo, como los balco-nes venecianos, así como algunas molduras y ventanas.

La restauración se realiza to-mando en cuenta los planos ori-ginales fechados en 1920 y firma-dos por Green.

En un recorrido que realizó

EL NORTE al interior de la resi-dencia, se observan actualmente algunos muros y techos descu-biertos como parte de los trabajos de exploración y restauración.

Los diferentes procesos de remodelación interior son evi-dentes, ya que hay duela en al-gunos espacios y en otro, piso ce-rámico.

Los cuartos del último pi-so albergan oficinas, así como la recámara y estudio-bibliote-ca del industrial, que permane-cen intactos desde hace 40 años. Los trabajos de restauración, in-dicó Martínez, durarán unos 13 meses.

“Es una restauración muy mi-nuciosa. Lo que se trata es que es-te proyecto sea un ejemplo de res-cate de la arquitectura del siglo 20”, indicó.

d Los anteojos del empresario se conservan en su estudio, junto con retratos y diplomas.

d Algunas paredes de la casona lucen trabajos de exploración. Esta sección pertenece a la sala de la residencia, junto a la escalera.

d Sobre el escritorio de Don Eugenio se encuentran hojas escritas a mano, un llavero con una imagen religiosa, agendas y plumas.

d En el estudio-biblioteca de Don Eugenio, tal como lo dejó hace 40 años, se observa una mesa y un sillón (centro) que pertenecieron a su padre, Don Isaac Garza. En la esquina, el escritorio del fundador del Tec.

[email protected] / Tel. 8150-8289 / Editor: Francisco Betancourt elnorte.com/vida Lunes. 16 de Septiembre del 2013.

Karen López

El sonido al hojear las páginas de los libros, su olor acumulado y las preocupaciones por devolver un libro prestado son inexistentes en esta biblioteca. Esencialmen-te, porque no tiene libros.

La BiblioTech, en el condado de Bexar en Texas, cuya sede es San Antonio, abrió sus puertas el sábado y es la primera biblioteca pública en el mundo en ofrecer un catálogo sólo digital e incorpo-rar el uso de nuevas tecnologías en consulta y lectura de libros.

Con una “nube” computa-cional, los usuarios podrán car-gar uno de los 10 mil títulos en su propio dispositivo móvil o consultarlo en uno de los lecto-res electrónicos que podrán lle-var consigo por un tiempo de-terminado.

Todo ello, con el fin de mejo-rar la educación, alfabetización y eliminar las barreras contra la lectura.

La innovadora visión es pro-ducto de una epifanía que tuvo el juez del condado Nelson Wolff, tras leer la biografía del fundador de Apple, Steve Jobs.

Aunque es fanático del libro impreso, considera que la digita-lización es la mejor manera de di-fundir la lectura a comunidades como la de Bexar, predominante-mente hispana, de nivel económi-co bajo y sin acceso a internet.

Además del acceso gratuito, la visión de su promotor preten-de hacer de la lectura una expe-riencia tecnológico-recreativa.

Para ello cuenta con 700 lec-tores electrónicos, 200 lectores electrónicos precargados con contenidos infantiles, 48 com-putadoras de escritorio iMac, laptops Mac, 40 iPads, cuatro mesas touch screen interactivas y un sistema Xbox.

El sistema bibliotecario cos-tó más de 2.4 millones de dólares. La inversión fue oficial con apo-yo privado.

d La casa de Don Eugenio Garza Sada, en la Colonia Obispado, será sede de un centro de estudios en su honor.

elnorte.com/doneugenioFOTOGALERÍA

el norte.CoMExtras dE hoy

¿Estuviste informado?Sucesos registrados en el mundo y la región, de distintos temas. Prueba qué tan informado estás.elnorte.com/noticias

La semana en la culturaRecorrido visual por diferentes expresiones y eventos artísticos que destacaron alrededor del mundo.elnorte.com/mundoarte

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Reviven la casona de Don Eugenio

Desde la muerte de Don Eu-genio Garza Sada, en 1973, su recámara y su estudio-biblio-teca permanecieron intactos y a puerta cerrada.

Sin embargo, hace unos dos años se abrieron para la recuperación y clasificación de los archivos personales del industrial como parte del proyecto del Centro de Estu-dios Eugenio Garza Sada.

Los dos espacios, en la planta alta de la casona don-de vivió el también filántropo, en la Colonia Obispado, no se tocarán durante la restau-ración, aunque aún estudian cómo funcionarán luego, ex-plicó Francisco Suárez, direc-tor general del Centro.

La recámara es un pe-queño cuarto con una cama matrimonial, un buró y un crucifijo.

De ahí se accede a su es-tudio personal, que alberga li-breros, su escritorio, una me-sa y un sillón que pertene-cieron a su papá, Don Isaac Garza Garza, fundador de Cervecería Cuauthémoc.

“Es una biblioteca intere-sante que nos da una idea de qué le gustaba leer. Hay una buena cantidad de libros so-bre sus aficiones, al piano, a la jardinería. Hay una buena cantidad de libros de física, química, de procesos indus-triales, economía”, indica.

En total son 619 libros.

Félix Barrón

Dejarán intacta su biblioteca

Inauguranen Texas biblioteca

sólo digital

d Los usuarios de BiblioTech, en el condado de Bexar, tienen acceso a 10 mil títulos.

[email protected] / Tel. 8150-8289 / Editor: Francisco Betancourt elnorte.com/vida Martes. 24 de Septiembre del 2013.

Viene teatropara reír

y reflexionar

La Virgen de las MercedesEn el día dedicado a la Virgen de las Mercedes, prueba a través de interesantes preguntas tus conocimientos en torno a su figura y su nombre.dTEST elnorte.com/mercedes

ELNORTE.COMExtras dE hoy

d David Garza Lagüera, hijo de Don Eugenio Garza Sada, estuvo presente en la premiación.

d En la ceremonia, en el Planetario, fueron premiados 78 niños y niñas.

d Dibujo realizado por Josué Alejandro Loredo Montenegro, alumno de primaria del Instituto Mano Amiga de Santa Catarina.

d Tema sobre la tolerancia firmado por Roberto Carlos Gil Rodríguez, alumnos de la Secundaria 67 Justina S. Delgado Rodríguez.

d Creación de Vicente Carballo López, estudiante de secundaria del Colegio Francisco Garza Sada, con detalles del ideario.

d Interpretación plástica de Tania Patricia Sáinz Zúñiga, alumna de primaria del Colegio Euroamericano de Monterrey.

Ganan viaje al DF por interpretar ideario del industrial

Toman las ideasde Don Eugeniod Con dibujos,alumnos de primaria y secundaria de NL muestran los valoresde Garza Sada

Daniel Santiago

D on Eugenio Garza Sada, quien murió hace 40 años, si-gue siendo fuente de inspiración en

Monterrey. Esta vez lo fue para 78 niños

de diferentes municipios de Nue-vo León que con formas y colores reflejaron las ideas sobre valores como puntualidad, respeto y tra-bajo del industrial y prohombre regiomontano.

La Secretaría de Educación del Estado y la Casa de Estudios Eugenio Garza Sada, A.C., reali-zaron ayer en el Planetario Alfa la ceremonia de premiación del con-curso de dibujo “Interpretando el Ideario de Eugenio Garza Sada”.

De acuerdo con la dependen-cia, más de 500 mil niños y niñas de primarias y secundarias públi-cas y privadas del Estado partici-paron con trabajos inspirados en el documento del célebre empresario, pionero de la responsabilidad so-cial de las empresas mexicanas.

Para los 26 niños ganadores del primer lugar, el premio se-rá un viaje cultural a la Ciudad de México, del 18 al 21 de octu-bre. Visitarán sitios como el Mu-seo Nacional de Antropología, el Castillo de Chapultepec y las Pi-rámides de Teotihuacán.

Las escuelas en donde estu-dian estos niños también alcanza-ron premio: una computadora pa-ra cada plantel. Los 26 estudian-tes de segundo lugar recibieron una tablet y los 26 de tercero una visita al Planetario Alfa y a otro lu-gar por definir en la Ciudad.

Jonathan Alexis Flores Delga-do es un chico de 15 años, vecino de Guadalupe, quien en marzo, cuan-do el concurso abrió, estudiaba en la Secundaria 66 Jaime Sabines Gutiérrez. Ahora está en prepa.

De los 17 puntos que integran el Ideario de Don Eugenio, el que tiene que ver con nunca hacer burla es el que más motivó a este joven a trazar su dibujo.

“Dibujé un paisaje, pasto, el cielo, la cara de Eugenio Garza Sada en blanco y negro, con moni-tos de lo que representaba el Idea-rio. Aparecían todos los alumnos viendo el Ideario arriba, en el cie-lo”, contó Jonathan.

“(Lo que es más necesario hoy) es no hacer burlas de razas, de que tú eres negro o yo soy blan-co, te dicen de cosas, hasta ‘Me-mín Pinguín’, y eso te ofende”.

Garza Sada, quien fue asesi-nado el 17 de septiembre de 1973 por un comando de la Liga Co-munista 23 de Septiembre, creó el Ideario cuando dirigía Cerve-cería Cuauhtémoc.

En él estableció normas y con-ceptos personales que a la fecha permanecen en lugares visibles de

las empresas e instituciones que creó, como el Tec de Monterrey.

Algunos de las prácticas que indica son reconocer el mérito a los demás, controlar el tempe-ramento, nunca hacer burla, ser cortés, ser tolerante, ser puntual, ocultar la vanidad, no alterar la verdad, libertad de expresión y

expresarse con claridad.También cuidar el vocabula-

rio, disfrutar el trabajo, valorar el trabajo manual, pensar en el in-terés del negocio (más que en el propio), ser analítico, dedicarse al trabajo y ser modesto.

Para muchos de los niños ga-nadores del primer lugar de es-

en torno a su figura y su nombre.

elnorte.com/premiacionFOTOGALERÍA

te concurso se trata de su primer viaje a la capital del País y también en avión, como el caso de Sherlyn Aracely Gutiérrez Alvarado, quien cursa el quinto año en la Primaria Benito Juárez, en Cerralvo.

“¡Estoy feliz! Me han dicho que la Ciudad (de México) es muy bonita”.

En la ceremonia de ayer, Da-vid Garza Lagüera, hijo de Don Eugenio y quien preside el con-sejo de la casa de estudios, reco-noció el talento de los chicos pa-ra comunicar las ideas.

“Es nuestro deseo que, junto con los dibujos, queden sembra-das en cada uno de ustedes y sus familias las ideas sobre cortesía, sencillez y modestia, el valor del trabajo y demás comportamien-tos que representaron en sus tra-bajos (dibujos)”, dijo.

De Don Eugenio quedan mu-chas enseñanzas y anécdotas, pero una de ellas, tal vez la más sencilla, pero significativa, fue mostrada ayer en una recreación en video a los estudiantes y sus papás.

Se dice que un conductor a quien se le descompuso su carro frente a una residencia en la Colo-nia Obispado fue ayudado por un jardinero para repararlo. Cuando el vehículo estuvo listo, el joven recompensó con algo de dinero al hombre mayor.

Ese jardinero era Don Euge-nio.

1. Reconocer el mérito en los demás2. Controlar el temperamento3. Nunca hacer burla4. Ser cortés5. Ser tolerante6. Ser puntual

7. Si uno es vanidoso, hay que ocultarlo8. No alterar la verdad9. Dejar que los demás se explayen10. Expresarse con claridad11. Depurar el vocabulario12. Disfrutar el trabajo

13. Valorar el trabajo manual14. Pensar en el interés del negocio (más que en el propio)15. Ser analítico16. La dedicación al trabajo17. Ser modesto

Acciones con valor El Ideario Cuauhtémoc fue creado por Don Eugenio Garza Sada en la segunda mitad del siglo 20. Sus capítulos son:

Karen López

Un toque de cabaret, notas de clown, más improvisación y mariachi, tendrá la sexta edición del Coloquio de Teatro

Nuevo León, que ofrecerá propuestas que prometen ser divertidas, accesibles y, a la vez, reflexivas. Dentro del Festival Santa Lucía, se presentarán más de 20 obras del próximo sábado al 5 de octubre en el Teatro de la Ciudad, Centro de las Artes y Teatro Convex. Entrada libre.

ORdEN CRísiCO (ORdEM CRísiCa)BRasiLd Octubre 1d Teatros Convex-Auditoriod 19:00 horas d Adolescentes y adultos

Misa FRONTERizaNuEvO LEóNd Octubre 3d Sala Experimental

del Teatro de la Ciudadd 17:00 y 20:30 horasd Adolescentes y adultos

¿EN qué EsTaBas pENsaNdO?quiNTaNa ROOd Octubre 4d Sala Experimental del Teatro de la

Ciudadd 17:00 y 20:30 horasd Adolescentes y adultos

d Septiembre 28 y 29 d Teatros Convex-Undergroundd 19:00 horasd Adolescentes y adultos

d Septiembre 30d Sala Experimental del Teatro

de la Ciudadd 17:00 y 20:30 horasd Adolescentes y adultos

d Octubre 2 y 3d Teatros Convex-Undergroundd 20:30 horasd Adolescentes y adultos

d Octubre 4d Teatros Convex-Undergroundd 20:30 horasd Adolescentes y adultos

Programación completa: www.conarte.org.mx

NOvia dE RaNChOsONORa

La REFERENCia NuEvO LEóN

iMpROBROadway: uNa COMEdia MusiCaL iMpROvisadadFd Octubre 4d Teatro del Centro de las Artesd 19:00 horasd Para todo público

MaRiaChi sTyLOdFd Octubre 5d Macroplaza

(frente al Teatro de la Ciudad)d 20:00 horasd Para todo público

REvELaCiONEs: CaBaRET CLOwN sagRadO • dF

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Brenda GarzaDestacan regios legado de don Eugenio Garza Sada

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Sandra GonzálezPremian a estudiantes de concurso “Interpretando el ideario de Eugenio Garza Sada”

MILENIO Monterrey 23/09/2013

Daniel Santiago Toman las ideas de Don Eugenio El Norte 24/09/2013

Javier Héctor Gutiérrez EducartvCanal 53 de la

UANL26/09/2013

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Todo en don Eugenio era natural, uniforme, constante, tranquilo, regular. Su semblante casi siempre sin mímicas ni gesticulaciones nerviosas, acusaba una conciencia en paz como de que está satisfecho del deber cumplido.

Carlos Campuzano, citado por Andrés Becerril

En unos meses podremos acceder al mundo íntimo de don Eugenio

Gaza Sada, un hombre sencillo en el sentido más alto, y austero en el significado más hondo.

La llamada guerra de los cristeros ha sido la más cruenta y feroz

de cuantas se han librado en México. Sobre este enfrentamiento escribí un libro.

Necesitamos voltear todos a ver el estado de salud

de la Cuenca del Río San Juan, principal proveedor de agua de nuestra área metropolitana.

Hu-Ssong le preguntó al caminante:–¿De dónde vienes?Respondió él:

–No sé.Volvió a preguntar el filósofo:–¿A dónde vas? Contestó el peregrino:

–No sé.–¿Quién eres? –inquirió el sabio.–No sé –repitió el caminante.Le dijo Hu-Ssong:–Si no sabes de dónde vienes ni a dónde vas, y si no te conoces, entonces ya sé quién eres: eres el hombre.

¡Hasta mañana!…

Ahora que se requiere de tanta asistencia para los damnificados por las llu-vias es cuando deberíamos romper un récord Guinness con el envío de ayuda, y no con asuntos superfluos e intrascendentes como “la carne asada más grande” o

“el tamal más largo”. ¿En dónde están los organizadores de ese tipo de eventos?

MARCELINO CASTAÑEDACol. Misión Anáhuac, Escobedo

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La falta de acuerdos es una de las ca-racterísticas de nuestro sistema po-lítico y democrático. Hay infinidad

de causas y justificaciones, pero también es posible construir otra historia.

Esta semana, Nuevo León fue testigo de un esfuerzo que probablemente no ten-ga paralelo en la historia reciente. Escribo estas líneas advirtiéndole al lector un ses-go importante, pues me tocó ver desde su nacimiento este esfuerzo de unión regia por una causa: la conservación de la cuen-ca que provee agua a toda nuestra zona metropolitana.

Uniendo a todos los sectores de la po-blación, el miércoles pasado las academias, las organizaciones ambientalistas de la so-ciedad civil, los medios de comunicación, los tres niveles de gobierno y el sector pri-vado empresarial de Nuevo León se su-maron a una iniciativa que ayude a man-tener en equilibrio al principal proveedor del agua de nuestra ciudad.

En los últimos 12 años, el número de usuarios de agua ha crecido 57 por cien-to, mientras que el aumento de suminis-tro sólo lo ha hecho en 21 por ciento, lo cual sin duda es producto de una mayor con-ciencia sobre el vital líquido y los esfuer-zos por reducir las pérdidas, y se ha logra-do con menos agua suministrar este recur-so a más gente.

Sin embargo, esto no es suficiente si nuestro Estado desea seguir un desarro-llo sustentable.

Por ello, independientemente de cual-quier obra que se realice, tenemos que vol-tear a ver el origen de nuestra agua. Éste es la Cuenca del Río San Juan, de 32 mil kiló-metros cuadrados, que le ha dado a Monte-rrey y su área metropolitana su vida y dina-mismo durante más de 400 años.

Hoy necesitamos todos voltear a ver el estado de salud de nuestra cuenca, sus fa-cultades y capacidades de proveer agua y administrarla.

Es así como desde hace 18 meses un grupo interinstitucional en el que igual participaron académicos y técnicos, miem-

Un letrero intrigaba a quienes lo leían en la puerta de cierta clínica de maternidad. Decía

el cartel: “La entrada delantera es pa-ra los que van a ser padres o madres. Los miembros del Grupo de Planifica-ción Familiar entran por atrás”. (No le entendí)… “–A ver, Pepito –pregun-tó el maestro–. ¿Cuántas son dos más dos?”. Contestó el chiquillo: “–¿Po-dría darme más datos por favor?”… El guerrero maya K’ak’as le propuso a la princesa Im: “–Vamos atrás de la pi-rámide, y te libraré del peligro de que te arrojen al cenote de las vírgenes”… Babalucas pidió en el mostrador de la línea de autobuses: “–Deme un boleto de viaje redondo”. Le preguntó el em-pleado: “–¿A dónde?”. “–¿Cómo que a dónde? –se molestó el badulaque–. Aquí, claro. Es viaje redondo, ¿no?”… El maduro y rico señor le dijo con ve-hemencia a la voluptuosa y avispada chica: “–¿Podrás aprender a amar-me alguna vez, hermosa Chicholi-na?”. Respondió ella: “–Depende de cuánto esté usted dispuesto a gas-tar en las lecciones”… Don Poseidón, granjero acomodado, sorprendió a su joven y musculoso peón echado so-bre la paja en el granero, bebiendo de una botella de mezcal. “–¿Por qué es-tás aquí?” –lo increpó. Explicó, lacó-nico, el azumbrado sujeto: “–Granero barrido. Vacas ordeñadas. Cerdos ali-mentados. Su esposa y su hija folladas. No me quedaba nada más qué hacer”… La llamada guerra de los cristeros ha sido la más cruenta y feroz de cuantas se han librado en México. Jamás los odios y los fanatismos se habían ma-nifestado con tan inaudita crueldad en los dos bandos en pugna. El con-flicto que enfrentó al pueblo creyen-te con el Gobierno abrió entre ellos un abismo que se llenó de sangre. Sangre de pueblo, desde luego. Errores ma-yúsculos cometidos tanto por el Es-tado como por la Iglesia provocaron esa terrible tragedia que ensombre-ció la vida mexicana y causó incon-tables víctimas. Sobre ese enfrenta-miento escribí un libro. Se llama “La Guerra de Dios”. En sus página na-rro en forma viva, vívida, las oscuras intrigas que desataron esa lucha sin cuartel; los combates entre los enco-nados enemigos; los asesinatos come-tidos ya en nombre de la divinidad, ya de la ley, y el triste final que tuvo, tra-mado en oscuros conciliábulos, ese

movimiento en que se vieron lo mis-mo sublimes actos de sacrificio ins-pirados por la fe que espantosos crí-menes movidos por la ambición in-sana de poder. En estos días saldrá de las prensas este libro, el quinto de los que forman la serie “La Otra His-toria de México”, publicada por Dia-na, del Grupo Planeta, mi queridísi-ma casa editorial. Es un relato dra-mático y conmovedor. Lo presenta-ré el 20 de octubre en la Feria Inter-nacional del Libro, en Monterrey, y el 8 de diciembre en la FIL de Guada-lajara. Ahí nos encontraremos, si el tiempo no lo impide y previo permi-so de la Autoridad… Solicia Sinpitier, madura señorita soltera, invitó al se-ñor Calendo, senescente caballero, a que la visitara esa noche en su depar-tamento. A fin de inclinarlo al matri-monio le preparó una rica cena a ba-se de manjares erógenos que, según le había dicho su amiguita Himenia Camafría, célibe como ella, servían para avivar los rijos de libídine en el hombre. De entrada le sirvió una do-cena de ostiones en su concha, acom-pañados por una ensalada de hueva de liza con aderezo de ginseng. A eso siguió una sopa de tomate, apio, be-renjena y trufas, vegetales todos ésos a los que se atribuyen virtudes exci-tativas del apetito venéreo. Vino lue-go el plato principal, un combinado de criadillas de toro y mollejas de ga-llina, viandas supuestamente afrodi-siacas, y por último el postre, consis-tente en un racimo de uvas bodoca-les, que por su semejanza con los tes-tes del varón tienen fama también de suscitar los ímpetus sensuales. To-do lo degustó el señor Calendo muy a su sabor, y luego dijo: “–Me gusta-ría ahora, amiga mía, beber una co-pita de algún bajativo”. Repuso la se-ñorita Sinpitier: “–Pienso que lo que usted necesita es más bien un alzati-vo”. Y así diciendo le sirvió un tarro de medio litro de licor de damiana. Inspirado por dos o tres tragos de esa eficaz pócima, y con el ánimo bené-volo que pone un buen yantar en los humanos, le dijo el visitante a su an-fitriona: “–No sabía yo, querida ami-ga, que iba a tener el gusto de disfru-tar sus habilidades culinarias”. “–Sí

–contestó Solicia–. Pero hasta que se termine su bebida”… FIN.

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ra ayudarla a que sus servicios ambienta-les nos puedan dar un mejor futuro. El pro-ceso de deliberación fue largo, pero el fru-to de la misión de esta nueva etapa de con-servación es enorme.

Igualmente, se pudo constatar el au-téntico liderazgo del presidente del FA-MM. Eugenio Clariond Reyes-Retana es un empresario con visión que ha teni-do una historia de éxito en sus empresas y además un compromiso constante y per-manente con la conservación y la natu-raleza.

En su mensaje, hizo alusión a que aún hay mucho por hacer e impulsar para me-jorar el presente y futuro de nuestra ciu-dad cuidando el medio ambiente, y que só-lo unidos lo podremos lograr.

A partir de hoy inicia este recorrido con acciones para ayudar a mejorar nues-tro entorno y así hacerlo que funcione para beneficio de los regiomontanos. Todos so-mos regios por naturaleza y debemos po-ner nuestro granito de arena.

Como ciudadanos, necesitamos en-contrar más temas que nos unan, más proyectos que sumen y que logren que nos pongamos de acuerdo. Esto es una tarea compartida para los seres humanos.

La tarea para la naturaleza es recibir esa ayuda que necesita de nuestra parte para seguir cumpliendo su función eco-lógica.

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bros del Gobierno federal, estatal y munici-pal, inició la tarea de diagnosticar el estado de salud de esta cuenca.

El diagnóstico revela que es urgente hacer inversiones de conservación y res-tauración de suelo y flora que ayuden a la cuenca a mejorar sus funciones de absor-ción y de disminución de riesgos de inun-daciones.

Este grupo, el Fondo de Agua Metro-politana de Monterrey (FAMM), logró su-mar a todos los actores de la sociedad ha-cia un mismo objetivo: cuidar y restaurar la cuenca para que nos ayude a cuidarnos a nosotros.

El FAMM demostró que se puede ha-cer esfuerzos que convoquen a toda la so-ciedad de manera conjunta. A partir de un diagnóstico transparente, y que todos re-conozcan el beneficio que obtienen al apo-yar una iniciativa como ésta, se logra el acuerdo y la adhesión para impulsar un es-fuerzo renovado en nuestra entidad.

Así, el 18 de septiembre por la mañana, a 25 años de que nos despertáramos con la destrucción de un huracán “Gilberto”, se inició un recorrido y una nueva etapa de conservación para ayudar a todos los que somos parte de esta Ciudad a que tenga-mos firme el compromiso de cuidar el re-curso natural más valioso con el que pode-mos contar: el agua.

Son más de 55 organizaciones en Nue-vo León que han decidido sumarse en be-neficio de la Cuenca del Río San Juan, pa-

¿Hablan las casas y las cosas? No fal-tará quien sostenga que la pregunta es necia. Yo creo que quien así pien-

sa se equivoca.Los objetos y los hogares, para quien

está dispuesto a observarlos con deteni-miento, nos dicen mucho acerca de las personas que los poseen y que los habi-tan.

Tal pensamiento cruzó mi mente al leer hace unos días, en las páginas de la Sección Vida! de EL NORTE, el reportaje sobre la creación del Centro de Estudios Eugenio Garza Sada.

Y por ello, estoy convencido de que ha sido un acierto conservar intactos la recá-mara y el estudio-biblioteca del destacado empresario regiomontano y, a 40 años de su muerte, anunciar la apertura de su ca-sa para albergar en ella un espacio para la investigación social.

¿Por qué es importante para nues-tra comunidad la fundación de un cen-tro de reflexión en lo que fue el hogar de don Eugenio?

Está, es claro, el motivo más eviden-te. Porque la institución permitirá man-tener viva la memoria de un notable re-giomontano.

Está, desde luego, la razón más obvia. Porque la acción de un claustro académi-co sobre temas relativos a la sociedad se-guramente redundará en beneficio de la Ciudad y del País.

Pero la decisión tomada por algunos integrantes de la familia Garza Lagüera, si la comprendemos bien, puede tener un efecto mucho más profundo sobre Mon-terrey y sobre México. Explico.

Las habitaciones donde vivió quien fuera uno de los pilares centrales del de-sarrollo industrial y educativo de nues-tra ciudad nos dicen mucho, sin duda, de la persona y del personaje que habitó en ese entorno.

Y, a mi entender, expresan en esencia dos principios sobresalientes: sencillez in-dividual y austeridad familiar.

Dos ideas que, por lo demás, no só-lo caracterizaron al empresario sino que, habiendo formado parte del “ethos” de la mayoría de los habitantes de Monterrey, durante las últimas décadas se han ido desvaneciendo para dar paso a una comu-nidad que parece cada vez más dominada por la pretensión y la vanidad, e incluso por la arrogancia y la ostentación.

Es precisamente en ese punto en don-de, a mi juicio, la oportunidad de conocer y de experimentar los espacios persona-les y familiares de quien presidió el gru-po industrial encabezado por la Cervece-ría Cuauhtémoc y lideró la fundación del Instituto Tecnológico y de Estudios Su-periores de Monterrey, es decir, de una de las personas que encabezaron la transfor-mación económica y académica del Esta-do y de la Patria, representará una autén-tica lección de vida.

Por eso celebro que, en unos cuantos meses, usted y yo podremos acceder a ese mundo íntimo que rodeó a don Eugenio, un hombre sencillo en el sentido más alto de la palabra y un individuo austero en el significado más hondo del vocablo.

Y por eso también estimo que es un acierto que la casa se convierta no en una

especie de mausoleo en su recuerdo, si-no en un lugar vivo donde se piense, ha-ble, debata y escriba sobre los temas del presente y del futuro, precisamente, en su memoria.

En 1970, para festejar el 200 aniver-sario del natalicio de Ludwig van Beetho-ven, la Sociedad Artística Tecnológico or-

ganizó una serie de conciertos de las nue-ve sinfonías interpretadas por la Orquesta Sinfónica Nacional. Semejante programa musical fue para mí, entonces niño, una experiencia imborrable.

Entonces, durante el intermedio de una de las presentaciones, hice a mi ma-dre una singular petición, que ella supo cumplir puntualmente: “Quiero estrechar la mano de don Eugenio”. Tal ocasión fue, para mí, un momento inolvidable.

¿Hablan las casas y las cosas? Sí. Por eso, los objetos y el hogar de don Eugenio Garza Sada, convertidos en Centro de Es-tudios, sabrán hablarle a Monterrey.

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ELNORTE.COM

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JOSÉ LUIS LEZAMA‘Elíxir de muerte’Las bajas por armas de destrucción masiva muestran que a las potencias no les preocupa eliminar su uso.

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GERARDO PUERTAS cATón VIDAL GARZA

dE pOLíTiCa y COsas pEOREs

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Cruenta guerra

Regios unidos por su cuenca

Asistencia requerida

VIDAL GARZA

CATóN

GERARDO PUERTAS

ARMANDO fUENTES AGUIRRE

Sábado 21 de Septiembre del 2013 - EL NORTE OpiNióN 7

Las habitaciones donde vivió quien fuera uno de los pilares centrales del desarrollo industrial y educativo de nuestra ciudad nos dicen mucho, sin duda, de la persona y del personaje que habitó en ese entorno.

Y, a mi entender, expresan en esencia dos principios sobresalientes: sencillez individual y austeridad familiar.

Gerardo Puertas

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74 | septiembre 2013 | LA CASONA |

“ “ Una postura muy suya era la de pasar inadvertido, siempre fue modesto, no le gus-

taban los reconocimientos. Recuerdo su serenidad para aceptar las cosas adversas y su convicción de que la ayuda al prójimo debía hacerse en silencio o de manera anónima. Fue hasta después de su muerte cuando nos enteramos de muchas personas e instituciones que recibían su ayuda

Consuelo Garza Lagüera, 2002

lA SilEntE GrAndEzA dE don EuGEnioEN PALABRAS

Su sencillez y modestia. Estas cualidades humanas, que sin duda llegan a ser virtud, pudimos apreciarlas en D. Eugenio todos los que tu-vimos la oportunidad de verlo actuar; era sencillo en su trato, en el hablar y hasta en el vestir; a la hora de dar una opinión lo hacía también con sencillez, con todo y que revelaba un pensar profundo

Ricardo Margáin Zozaya, 1979

Estaremos con él, hasta que Dios nos dé vida, y aún después de la muerte de muchos de nosotros, vendrán jóvenes que están creciendo con el recuerdo de don Eugenio

Rangel Sostmann, 1989

Era un hombre humilde y sencillo, inde- pendientemente de su grandeza

Arnulfo Canales Gaja, 2004

Se dice que... don Eugenio no brillaba, alumbraba

Alberto G. Villarreal, 2013

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“ “ Era una persona muy austera, nunca vimos exceso de ropa, ni de algo más en su forma de ser

Alicia Garza Lagüera,

2004

Tenía una gran capacidad de síntesis, de resumir algo extenso en una frase de cuatro o cinco palabras

Alejandro Garza Lagüera, 2004

Él decía que cuando alguien pedía una cita era porque te-nía algo importante que decir, para él o para ti… él se daba el tiempo de escuchar a todos

Alicia Navarro Garza,

2004

Cada año que pasa, el legado de don Eugenio Garza Sada se enaltece y se magnífica. Me llena de orgullo en-contrar a más personas e instituciones, que inspiradas en el trabajo y en los valores que él predicó, promueven el progreso social y desarrollo económico en beneficio de la comunidad

José Antonio Fernández Carbajal, 2009

Un hombre no puede morir cuando deja tras de él toda una obra, una obra perenne, a 32 años de su ausencia terrena, aunque decirlo suena a paradoja, don Eugenio no ha salido ni un instante de Monterrey, ni se marchará jamás

Mario Morales Salazar, 2005

Garza Sada pensaba que nada hacía al hombre ni más grande ni más pequeño, ni mejor o peor, ya que cada uno tiene una misión qué cumplir en el mundo, siempre en función de los demás

Daniel de la Fuente, 2002

El prestigio y la influencia de don Eugenio como empresario sagaz y seguro eran tales, que sus colegas, aún los totalmente ajenos al grupo VISA, esperaban siempre su señal para seguir su ejemplo

Edgardo Reyes Salcido, 2010

Uno de los grandes legados de don Eugenio es que siempre estaba orientado a la acción; era un hombre de pocas palabras pero de muchas acciones

Federico Garza Santos, 2013

Page 76: La Casona No. 5

El respeto a la dignidad humana está por encima de cualquier consideración económica

EugEnio garza Sada