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  • L. FEUERBACH Y LA TRADICIN FILOSFICA Arsenio GlNZO FERNNDEZ

    Universidad de Alcal

    RESUMEN. El artculo muestra que la conciencia de la historicidad de la filosofa ocupa un lugar central en la obra feuerbachiana. Desde este horizonte Feuerbach toma parti-do ante la historiografa filosfica, desde Kant hasta Hegel, y durante un tiempo se va a dedicar a escribir sobre la his-toria de la filosofa moderna. Feuerbach aborda la historia de la filosofa sin abandonar su condicin de filsofo. Por ello cuando se convierta en crtico de Hegel, tambin va a cuestionar la historiografa filosfica hegeliana, por mucho que siga dependiendo de ella.

    PALABRAS CLAVE. Feuerbach, Hegel, Historia de la filo-sofa, historicidad, filosofa contempornea.

    ABSTRACT. This arricie shows that the problem of phi-losophy's historicity is a main point in Feuerbach's work. Feuerbach reflects indeed on the philosophical historiography from Kant to Hegel, and writes himself a history of the Modern Philosophy. Feuerbach faces up to history of philo-sophy without leaving his philosopher's condition. In this sense when Feuerbach becames a critical of the hegelian phi-losophy, he also will criticize the hegelian philosophical his-toriography.

    KEYWORDS. Feuerbach, Hegel, History of Philosophy, historicity, contemporary Philosophy.

    NDOXA: Series Filosficas, n 21, 2006, pp. 239-267. UNED, Madrid

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    El problema de la historicidad en la flosofa feuerbachiana Al cumplirse el segundo centenario del nacimiento de L. Feuerbach (1804-

    1872), quisiramos hacer algunas consideraciones sobre sus aportaciones histo-riogrficas, que constituyen un tema importante en la primera fase de su obra, y asimismo, de una forma general, sobre su concepcin de la historicidad de la filosofa que de alguna forma caracteriza al conjunto de la obra feuerbachiana. Sin duda algunos intrpretes ya han llamado la atencin sobre este aspecto del pensamiento feuerbachiano, tratando de rectificar con ello la escasa relevancia que se le haba prestado tradicionalmente . Por nuestra parte quisiramos sumar-nos a esos esfuerzos, tratando de esclarecer ulteriormente algunos de los aspec-tos de dicha problemtica.

    Gadamer ha podido escribir con razn que cabe considerar como una carac-terstica fundamental de la filosofa del siglo XIX el que no resulte pensable al margen de la conciencia histrica . Tal va a ser en efecto la condicin de la filo-sofa desde Hegel y Schleiermacher hasta Nietzsche y Dilthey, pasando desde lue-go por Feuerbach. De ah no slo el hecho de la proliferacin de Historias de la filosofa a lo largo de este periodo sino adems la circunstancia de que los fil-sofos propiamente tales vincularan explcitamente su reflexin filosfica a su insercin en el proceso de la historia de la filosofa.

    En este punto sera preciso referirse a todo el proceso desencadenado por la filosofa crtica, por los romnticos, especialmente por figuras seeras como Sche-lling y Schleiermacher, pero de una forma especial el gran referente, como es sabi-do, va a ser Hegel. Por ello G. Santinello y G. Piaia en su documentada Histo-ria de las historias generales de lafibsofia pueden con razn subtitular el volumen dedicado a este periodo: La edad hegeliana'. A pesar de lo problemticos que pue-dan resultar muchos de sus planteamientos, no cabe duda que Hegel se nos pre-senta de una forma especial como el filsofo que indaga la presencia de la razn en la historia, tanto a nivel de la Historia universal como en lo que se refiere a

    ' Vanse a este respecto M. W. Warstofsky, Ludwig Feuerbach, CUP, Cambridge 1977; A. Phi-lonenko, Lajeunesse de Feuerbach 1828-1841, Vrin, Pars 1990, 2 vol.; W. Jaeschke y F. Tomaso-ni (eds), Ludwig Feuerbach unddie Geschichte der Philosophie, Akademie, Berln 1998.

    ^ H.- G. Gadamer, Fnf hermeneutische Studien, J. C. B. Mohr, Tbingen 1971, 86. ' G. Santinello y G. Piaia (eds), Storia delle storiegenerali delta filosofia 4. L 'eth hegeliana, Ante-

    nore, Padova 1995.

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    aquella dimensin ms ntima, la historia de la filosofa. Por ello si la filosofa hegeliana ha influido profindamente en el destino de la filosofa contempor-nea, ello es cierto de una forma especial por lo que atae a la historicidad de la filosofa. A este respecto incluso un pensador como Nietzsche se ve precisado a rendir homenaje a su manera a Hegel: Nosotros los alemanes somos hegelianos, aun cuando no hubiera existido Hegel^.

    Una manifestacin particular del influjo de Hegel aparece en la proliferacin de Historias de la filosofa escritas por una serie de autores salidos de su escuela, y que en la estela de lo realizado magistralmente por el maestro, muestran su voluntad de enfrentarse tambin ellos al sentido del pasado filosfico, incluido el ms reciente, condicionado por la irrupcin epocal de Hegel y su escuela. Sus nombres son bien conocidos para los estudiosos de esta poca: C. L. Michelet que aparte de ser el autor de una importante Historia de la filosofa fue el editor de las lecciones hegelianas sobre dicho tema. J. E.Erdmann que adems de escri-bir una Historia de la filosofa moderna ofrece un relato muy detallado acerca de la historia de la filosofa a partir de la muerte de Hegel. Cabe recordar que Feuerbach va a escribir una recensin de la Historia de la filosofa moderna de Erdmann y va a manifestar tanto su acuerdo como sus discrepancias con la mis-ma, especialmente por lo que atae al comienzo de la filosofa moderna. Ade-ms K. Rosenkranz, el autor de la famosa biografa sobre Hegel, nos deja tam-bin importantes estudios sobre historia de la filosofa. Por ltimo habra que sealar asimismo a autores como K. Fischer y a E. Zeller.

    Dentro de este horizonte, escuetamente evocado, Feuerbach se va a mostrar tempranamente sensible no slo de una forma general por lo que atae a la his-toricidad de la filosofa como tal sino que en el proceso de su maduracin filo-sfica se va a ocupar ampliamente de escritos de carcter historiogrfico. En 1833, el ao en que aparece postumamente la Historia de la filosofa de Hegel, Feuerbach va a publicar tambin su Geschichte der neueren Philosophie von Bacon von Verulam bis Benedikt SpinozM, como primera aportacin a su proyecto de una historia de la filosofa moderna. A ella va a seguir en 1837 un estudio mono-grfico sobre Leibniz Geschichte der neueren Philosophie. Darstellung, Entwic-klung und Kritik der Leibnizischen Philosophie. Al ao siguiente aparecer un

    KSAIII, 599.

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    nuevo estudio monogrfico, en este caso sobre P. Bayle, con el ttulo: Fierre Bay-le nach seinenfUr die Geschichte der Philosophie und Menschheit interessantesten Momenten dargestellt undgewrdigt. A estas tres aportaciones a la historia de la filosofa moderna, publicadas por el propio Feuerbach, habra que aadir el volumen publicado postumamente por E. Thies en 1974 con el ttulo Vorle-sungen ber die Geschichte der neueren Philosophie (1835/36) que tiene como base las lecciones sobre historia de la filosofa moderna impartidas por Feuer-bach en la Universidad de Erlangen a mediados de los aos 30. Finalmente habra que referirse a las frecuentes tomas de posicin que el autor lleva a cabo a lo largo de su obra sobre este tema, especialmente por lo que a Hegel se refie-re, y asimismo al material indito que pueda ir publicndose en el marco de las Gesammelte Werke.

    Por innegables que sean las limitaciones, sobre todo a partir de un determi-nado momento de su evolucin intelectual, que el naturalismo feuerbachiano supone para su valoracin de la historia, no por ello deja de ser cierto que Feuer-bach tuvo una clara conciencia de la historicidad de la filosofa, y en definitiva de la existencia humana, de forma que la filosofa feuerbachiana no resultara comprensible si marginramos este aspecto de su obra. Sin duda en el horizon-te de la filosofa posthegeliana, Feuerbach va a asumir abiertamente su condicin de heraldo, de portavoz de una filosofa del fituro, de una nueva filosofa, pero ello no se produce al margen de la dinmica de la filosofa anterior que estara exigiendo precisamente ese nuevo rumbo en la marcha de la filosofa. Quisira-mos contribuir un poco, en las pginas siguientes, a una mejor comprensin de algunos aspectos fundamentales de la visin historiogrfica de Feuerbach, y en general de la centralidad de la historicidad de la filosofa en su obra.

    La relevancia de la historicidad de la flosofa en la obra feuerbachiana

    Hegel haba subrayado el hecho de que la ltima filosofa, la filosofa del pre-sente, habra de ser concebida como el resultado de todas las anteriores, de for-ma que la filosofa actual se presentara como la herencia y el resultado del trabajo de todas las generaciones precedentes , pues lo que somos no lo somos

    G. W. F. Hegel, Einleitung in die Geschichte der Philosophie, F. Meiner, Hamburg 1966, 21.

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    al margen de la historia. He aqu una conviccin que penetra tambin la obra feuerbachiana a pesar de todo el distanciamiento crtico frente a Hegel, que poco a poco se va a ir haciendo patente en la misma. Echando una mirada retrospec-tiva, a la altura de 1848, sobre el sentido de su obra, Feuerbach va a poder afir-mar con razn: Yo no pertenezco por cierto a aqullos para quienes un Kant y un Fichte, un Lutero y un Lessing, un Goethe y un Hegel habran vivido y actua-do en vano . Por supuesto esta lista podra ser fcilmente ampliada, pero aqu lo que interesa ante todo es la conciencia feuerbachiana acerca de su profunda insercin en la historia.

    Esta conciencia se expresa reiteradamente a lo largo de la obra feuerbachia-na. He aqu alguna toma de posicin a este respecto. Cuando el joven Feuerbach, una vez presentada su tesis doctoral, tiene la oportunidad de impartir en la Uni-versidad de Erlangen un ciclo de lecciones sobre Lgica y Metafsica es perfec-tamente consciente de utilizar el trmino Lgica en una acepcin distinta de la habitual para situarse ms bien en el horizonte de la acepcin hegeliana que Feuer-bach, con una serie de matizaciones, no duda en hacer suya, al menos por lo que atae a su espritu. El abordar la Lgica como Metafsica no es para Feuerbach fruto del capricho sino resultado de un proceso histrico, una situacin que remi-te inevitablemente a la historia de la filosofa como horizonte desde el que resul-tara comprensible. El exponer la Lgica en su acepcin como Metafsica cons-tituye un resultado necesario de la presente historia de la filosofa. Por tanto la introduccin ms adecuada a la Lgica consiste en la exposicin de la historia de la filosofa^.

    Con ello Feuerbach se situaba tempranamente en un horizonte interpretati-vo en el que se iba a volver a situar en momentos decisivos de su obra. As ocu-rre por ejemplo en la forma como concibe su obra ms emblemtica, Das Wesen des Christentums, con su tesis central de que la esencia de la Teologa es la Antro-pologa. Feuerbach por un lado reivindica su relevancia personal en la concep-cin y elaboracin de la obra, pero por otro reconoce tambin que dicha obra no puede menos de concebirse como resultado de toda una dinmica histrica.

    ' L. Feuerbach, Verhltnis zu Hegel, en Deutsche Zeitschriftfur Phibsophie 30(1982), 509 (ed. de W. Schuffenhauer).

    ^ L. Feuerbach, Gesammelte Werke (ed. de W. Schuffenhauer), X, 158-159. Salvo indicacin en contrario citaremos conforme a esta edicin. En adelante: G. W.

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    A pesar de la autonoma que Feuerbach quiere atribuir a dicha obra, reconoce a continuacin que ella ha de ser concebida a la vez como una consecuencia nece-saria de la historia^, sealando enfticamente que el ensayo sobre la esencia del Cristianismo es el resultado verdadero, hecho carne y sangre de la filosofa ante-rior'. Feuerbach no concibe por tanto su obra como un producto atemporal sino como plenamente inserta en la dinmica histrica. La publicacin de esta obra feuerbachiana vendra a constituir un momento epocal de la historia: la con-fesin abierta de que la esencia de la Teologa es la Antropologa vendra a cons-tituir para Feuerbach un momento especialmente cualificado del devenir hist-rico: el necesario punto de viraje de la historia'". La obra feuerbachiana subrayara as su vinculacin con la historia.

    En realidad la propia dinmica de la experiencia religiosa conducira asimis-mo a este desenlace. Lo mismo que su coetneo A. Comte, el ilustrado posthe-geliano que es Feuerbach no duda en integrar la religin en la historia espiritual de la humanidad. La religin vendra a ser el primer autoconocimiento del hombre, su autoconocimiento indirecto, dado que el hombre comienza situan-do su ser fuera de s antes de encontrarlo en s mismo, de forma que su propio ser se le presenta inicialmente como un ser distinto. Pero tambin aqu el pro-ceso histrico tendra la virtualidad de ir desenmascarando la autocomprensin inicial del hombre: El proceso histrico de las religiones consiste por tanto en que lo que a las primeras religiones se les presentaba como algo objetivo sea reco-nocido como algo subjetivo, es decir, lo que fie considerado y adorado como Dios sea reconocido ahora como algo humano^ . Por ello Feuerbach no duda en afir-mar que todo progreso en la conciencia religiosa constituye una forma ms pro-fiinda de autoconocimiento, reafirmando as su concepcin socrtica de la din-mica de la historia.

    Tambin desde este punto de vista Feuerbach va a conceder una particular relevancia a la Modernidad. Este periodo desempea un papel decisivo a travs del despliegue y mutua complementaron del doble principio moderno de la sub-jetividad: el religioso y el filosfico. Su desarrollo histrico habra puesto de mani-

    ' G. W. V, 24. ' G. W. V, 16.

    '" G. W. V, 444. " G.W.V,47.

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    fiesto el desenlace que Feuerbach andaba buscando: la mostracin de que la esen-cia de la Teologa es la Antropologa. Con especial nitidez se muestra a este res-pecto en los Grundsdtze der Phibsophie der Zukunft: El cometido de los tiem-pos modernos consisti en el desarrollo y la humanizacin de Dios la transformacin y disolucin de la Teologa en la Antropologa'^. El protestan-tismo y la filosofa especulativa, en su mutua compiementacin, habran lleva-do a cabo este proceso. Mientras que el primero habra protagonizado esa diso-lucin desde el punto de vista religioso y prctico, la segunda por el contrario habra llevado a cabo la disolucin racional o terica. Feuerbach concibe su obra en ntima conexin con ese complejo proceso histrico gestado a lo largo de la Modernidad.

    Feuerbach se iba a convertir as en un portavoz cualificado de aquella situa-cin posthegeliana en la que la filosofa por una parte se siente heredera de un lar-go proceso histrico y por otra tiene la conciencia ms o menos confusa de estar iniciando una nueva poca, perfilando la filosofa del futuro, tal como vendra a decir Feuerbach'^. Tempranamente se abre Feuerbach a esta doble mirada: la heren-cia del pasado y la apertura al fituro, considerando la necesidad de ir ms all de su poca. Ante la escisin, propia de las pocas de transicin, entre los partidarios del pasado y los del fiituro, Feuerbach no vacila en situarse del lado de estos lti-mos, pero sin derivar por ello en una concepcin ahistrica. Sea suficiente con recordar aqu el escrito juvenil Gedanken ber Tod und Unsterblichkeit en los que una visin histrica de la problemtica abordada se auna con una apertura a un nuevo periodo en la historia espiritual de la humanidad, al glorioso da del futu-ro'"*. Varios aos ms tarde, al volver su mirada a este escrito juvenil, Feuerbach va a corroborar esa apertura al futuro como algo que lo habra caracterizado. Ese escrito habra dado expresin al presentimiento de una nueva poca .

    Va a ser, no obstante, despus de la publicacin de Das Wesen des Christen-tums cuando Feuerbach va a redactar una serie de esbozos de una nueva filo-

    " G. W. IX, 265. " Cf. W. Jaeschke (ed.), Philosophie undLiteratur im Vormdrz. Der Streit um die Romantik

    (1820-1854), F. Meiner, Hamburg 1995, 1 ss; L. Feuerbach, Entivrfe zu einer Neuen Philosophie (ed. de W. Jaeschke y W. SchufFenhauer), E Meiner, Hamburg 1996, VII ss.

    '" G. W. I, 198. " Vase carta del 3.10.1869 a Math. F Wendt.

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    sofa en los que se intenta perfilar una filosofa del fiituro. Pero Feuerbach va a seguir insistiendo ahora en que esa nueva filosofa no puede comprenderse al margen de su insercin en la historia. La nueva filosofa, escribe Feuerbach en los Grundsdtze der Philosophie der Zukunfi, surge a partir de la anterior, movi-da por una especie de necesidad histrica , de forma que cabra hablar de que la nueva filosofa surge de la antigua como una especie de resultado nece-sario , producindose as toda una tensin dialctica, de carcter epocal, entre la referencia a la tradicin filosfica y la iniciacin de un nuevo periodo hist-rico en la historia de la filosofa.

    Pero Feuerbach no slo estaba convencido de que esa tradicin filosfica ter-minaba dando paso al nacimiento de una nueva filosofa, la filosofa del futuro sino de que en definitiva se estaba asistiendo al nacimiento de una nueva fase en la historia de la humanidad como tal. Feuerbach no dudaba de que en su tiem-po se estaba dirimiendo algo ms que un trasunto filosfico. Por el contrario mostraba su conviccin de que se estaban abordando cuestiones que iban ms all del mbito filosfico como tal e incidan de una forma directa en el corazn de la humanidad.

    Por ello si el conjunto de la obra feuerbachiana aparece jalonada por una serie de tomas de conciencia acerca del carcter epocal de su momento histrico, tam-bin aparece acompaado por referencias constantes a la conviccin de que la humanidad como tal se encontraba iniciando un nuevo periodo histrico. Sin duda Feuerbach siempre se esforz por abrir el universo filosfico a las inquie-tudes y problemas de la humanidad como tal. Su primer esfuerzo, va a escribir, consisti en convertir la filosofa en asunto de la humanidocf, En efecto ya en la temprana carta a Hegel del 22.11.1828 se refiere Feuerbach a la situacin filo-sfica del momento como algo que desbordaba los lmites de la escuela para con-vertirse en trasunto de la humanidad como tal . Esta apertura de la filosofa a las inquietudes de la humanidad se auna con la conviccin de que se estaba ini-ciando un nuevo periodo en la historia de la humanidad.

    ' Cf. L. Feuerbach, Entwrfe zu einer Neuen Philosophie. " G.W. IX,314. " G. W. IX, 335. " G.W. X, 180. '" G.W. XVII, 105.

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    Basten aqu algunas referencias puntuales a esas tomas de conciencia. Ya en la mencionada carta a Hegel, Feuerbach se refera al imperativo de la poca de dar paso a una segunda historia, a una segunda creacin, siendo necesario transformar para ello el fundamento de la historia anterior, dando paso al surgi-miento de un nuevo periodo de la Historia universal. Tal era el imperativo que se presentaba a los ojos de Feuerbach ante la consumacin hegeliana de la his-toria de la filosofa, una filosofa hegeliana ya de por s integradora de las gran-des experiencias de la historia de la humanidad, tal como muestra la Fenomeno-loga del espitu.

    No menos decidida va a ser la toma de posicin feuerbachiana en aquel escrito juvenil que entre otras cosas iba a condicionar profundamente el desti-no de su autor. Nos estamos refiriendo obviamente al ensayo Gedanken ber Tod und Unsterblichkeit de 1830 en el que se abordaba una temtica cuya rele-vancia iba ms all de un debate acadmico, intrafilosfico, afectando por el contrario convicciones que incidan profundamente en la conciencia de la huma-nidad. A este respecto Feuerbach considera que esta ltima se encuentra en un punto de viraje en su historia espiritual. Por ello escribe enfticamente: A aqul que comprende el lenguaje en que habla el espritu de la Historia universal, no se le puede ocultar que nuestra poca actual constituye la clave de bveda de un gran periodo en la historia de la humanidad, y el punto de partida de una nueva vida espiritual^'. Feuerbach va a volver varias veces sobre este tema a lo largo de su obra, corroborando su temprana conviccin de que se estaba ini-ciando una nueva poca.

    Si a travs del hilo conductor del cuestionamiento de la inmortalidad indi-vidual el joven Feuerbach se abra a la idea de un nuevo periodo en la historia espiritual de la humanidad, no poda por menos de hacerlo tambin al abordar la problemtica de Das Wesen des Chstentums con su tesis central de que la esen-cia de la Teologa es la Antropologa. Segn queda apuntado, la confesin abier-ta de esa tesis constituye para Feuerbach el necesario punto de viraje de la histo-ria. De la Historia universal, subraya Feuerbach, pues tambin aqu estaramos ante una cuestin que desbordara el mbito filosfico, para insertarse en el ncleo mismo de los problemas que inquietaban a la humanidad en cuanto tal.

    G.W. I, 196-197.

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    Especialmente ntido y clarificador resulta un breve ensayo titulado Not-wendigkeit einer Verdnderung que pertenece a la serie de opsculos publicados a continuacin de Das Wesen des Christentums, en los que Feuerbach traza un esbo-zo de una nueva filosofa. En dicho ensayo Feuerbach se refiere abiertamente al carcter epocal de su momento histrico y distingue claramente entre una filo-sofa que coincide con las anteriores formando parte de una poca comn, una filosofa que debe su existencia slo a una necesidad filosfica, tal como sera el caso de la filosofa de Fichte frente a la de Kant, y otra filosofa por el contrario que surge de un nuevo periodo de la historia de la humanidad, y que por tanto no respondera meramente a una necesidad filosfica sino a una necesidad de la humanidad, conectando as de una forma inmediata con la historia de la huma-nidad^l Por el contrario la primera forma de filosofa pertenecera directamen-te a la historia de la filosofa y slo de una forma indirecta a la historia de la huma-nidad. En este contexto Feuerbach se pregunta abiertamente: se trata tan slo de una nueva filosofa o por el contrario nos encontramos ante un nuevo perio-do de la historia de la humanidad? Feuerbach estaba convencido de que las impor-tantes transformaciones que estaban teniendo lugar implicaban que habra que decidirse por la segunda alternativa. Con ello expresaba su profianda conciencia acerca de la historicidad de todas las formas de existencia que configuraban a su poca. Sus trabajos sobre historia de la filosofa han de ser situados en este hori-zonte que se ir perfilando poco a poco en la evolucin intelectual de Feuerbach. A pesar de todos sus lmites el problema de la historicidad constituye un punto central del pensamiento feuerbachiano.

    Feuerbach y la historiografa filosfica de su tiempo

    Sin duda el tema especfico de la historiografa filosfica se encontraba en un momento especialmente relevante en aquel periodo, tal como queda ya apunta-do, y Feuerbach es consciente de ello. Es de una forma especial la filosofa ale-mana, a partir de Kant, la que se sealaba especialmente en la tarea de buscar los criterios ms adecuados para dialogar con la tradicin filosfica. Un filsofo como Feuerbach, que no abdicar de su condicin de filsofo al enfrentarse con la his-toria de la filosofa, sabe valorar el giro que la filosofa crtica supo imprimir a este respecto: La filosofa crtica tiene el mrito de ser la primera en considerar

    L. Feuerbach, Entwrfe zu einer Neuen Philosophie, 119.

  • L. FEUERBACH Y LA TRADICIN FiLosncA 249

    la historia de la filosofa desde un punto de vista filosfico^^, y no como un repertorio de opiniones de todo tipo, que se convierte a menudo en una pre-sentacin de opiniones pintorescas y ridiculas. Feuerbach no dudaba en poner como representante de esta ltima forma de presentar la historia de la filosofa a un autor como Ch. Meiners, que se situaba en el marco de la Popularphibsophie de la Ilustracin tarda. A ste cabra aadirle otros representantes como Garve o Tidemann.

    Frente a stos reflejaran por el contrario una visin ms satisfactoria kantia-nos como K. L. Reinhold cuyo estudio ber den Begriffder Geschichte der Phi-bsophie utilizaba como criterio para abordar la historia de la filosofa el sentido filosfico racional^ . El autor de las Befe ber die kantische Philosophie se esfiaer-za por extraer las virtualidades del kantismo para la historia de la filosofa en la medida en que lo considera como el punto de vista ms elevado de la historia, y que por tanto habra de ser tomado como referente para evaluar los dems sis-temas filosficos.

    Otro representante de la historiografa de corte kantiano es J. Ch. Grohmann y su estudio ber den Begriffder Geschichte der Philosophie, que tambin parte de la conviccin de que la filosofa crtica viene a constituir la filosofa de acuer-do con la que se habran de evaluar los distintos sistemas filosficos. Estos no son deducidos de acuerdo con criterios externos sino siguiendo las leyes internas del conocimiento, como formas racionalmente necesarias del espritu, en una relacin histrica determinada por as decirlo a priora''.

    Feuerbach considera como un avance esta historiografa filosfica surgida en el horizonte de la filosofa crtica pero no le resulta satisfactoria sin ms debido fundamentalmente al hecho de que una filosofa determinada es considerada como la verdadera, como constituyendo la meta que de una u otra forma habr-an aspirado a realizar los dems sistemas filosficos. As la doctrina kantiana acer-ca de los lmites de la razn constituira una especie de rasero ineludible al que habran de someterse las dems filosofas. Ello explicara a juicio de Feuerbach que incluso un autor como W. G. Tennemann en su monumental Geschichte der

    " G.W.VIII,44. " Ibid. 25 Ibid.

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    Philosophie, al que no duda en considerar como el ms importante historiador de la filosofa de orientacin kantiana, resulte unilateral, uniforme y aburrida, pues en definitiva se recurrira, a la hora de valorar los modernos sistemas filosficos, a las mismas explicaciones, findamentaciones y objeciones^^. En definitiva, la his-toriografa filosfica de corte kantiano tendra a los ojos de Feuerbach el mrito de haber abordado la historia de la filosofa desde una ptica filosfica pero vio-lentara la consideracin de los distintos sistemas filosficos al tomar como refe-rente una filosofa determinada que es considerada como la filosofa.

    Desde esta perspectiva Feuerbach no puede menos de saludar la evolucin filosfica que se produce en Alemania a continuacin del kantismo. Ello iba a tener consecuencias importantes, por lo que se refera a la forma de concebir la historia de la filosofa. A este respecto Feuerbach se va a fijar en el significado de Schelling y de su escuela, y a su aportacin a una nueva concepcin de la filoso-fa y de su historia. La filosofa pierde ahora los lmites e insuficiencias que la filosofa kantiana impona a la consideracin de los dems sistemas filosficos, resultando de ello una consideracin demasiado externa y violenta. Frente a tal punto de vista una obra como el Sistema del Idealismo transcendental t Schelling supona para Feuerbach una apertura del horizonte filosfico, ms all de las limi-taciones kantianas, que facilitaba asimismo una visin de la historia de la filoso-fa ms libre. La idea de la filosofa se abre ahora a la idea de infinitud, y ms en concreto a la idea de identidad absoluta de lo Ideal y lo Real, tal como aparece en el mencionado ensayo de Schelling.

    Pero si Feuerbach celebra la superacin de las limitaciones que para una con-cepcin de la historia de la filosofa provenan de la filosofa kantiana, pronto va a observar que desde el horizonte schellinguiano van a surgir nuevos problemas. Desde la perspectiva de la identidad absoluta de lo Ideal y lo Real no se est en condiciones de sealar debidamente el carcter especfico, particular de cada sis-tema filosfico. De esta forma la historia de la filosofa carecera de la debida pre-cisin y diferenciacin, quedando sus perfiles ms bien diluidos en una especie de magma general. Tal sera el defecto findamental de una obra como el Hand-buch der Geschichte der Philosophie de Th. A. Rixner, una obra que desde otros puntos de vista es elogiada por Feuerbach.

    G. W. VIII, 45.

  • L. FEUERBACH Y LA TRADICIN FiLosncA 251

    Era preciso por tanto dar un paso ms en la bsqueda de un enfoque satis-factorio de la historia de la filosofa, era preciso buscar la forma de dar precisin y concrecin a la identidad absoluta de modo que fuera posible conciliar la uni-versalidad de la idea con su manifestacin particular en la realidad. Tal sera el paso dado por Hegel que va a causar un profundo impacto en Feuerbach. A pesar de todo el distanciamiento crtico respecto al maestro, que empez a manifes-tarse tempranamente, la historiografa filosfica hegeliana va a ejercer un influ-jo considerable en el pensamiento feuerbachiano.

    Nos referiremos ms adelante a ese distanciamiento crtico que Feuerbach va a manifestar de una forma paulatina respecto a la historiografa filosfica de Hegel. Aqu nos contentamos con subrayar que Feuerbach mostr poseer una comprensin profunda de la concepcin historiogrfica hegeliana, tal como mues-tra en su recensin de la Historia de la filosofa de su antiguo maestro. Para empe-zar Feuerbach seala claramente la centralidad de la historia en la filosofa de Hegel: El concepto de historia en general es un concepto que se identifica con la idea findamental de su filosofa^^, tan central que, apunta de momento tmi-damente Feuerbach, el elemento de la unidad y de la simultaneidad que resul-tan tan relevantes en filosofas como la de Spinoza, quiz se retraigan ms de lo debido en la filosofa hegeliana. En todo caso Feuerbach no duda que la consi-deracin hegeliana de la historia de la filosofa no pierde de vista ni la unidad de la Idea en los distintos sistemas ni tampoco la diferencia y la particularidad de los mismos, ciertamente de una forma ms satisfactoria de lo que era el caso en la filosofa de la identidad.

    Dentro de este marco Feuerbach subraya una serie de rasgos que por una par-te reflejan bien la concepcin hegeliana de la historia de la filosofa y por otra condicionan de una forma importante la concepcin feuerbachiana, a pesar del distanciamiento crtico que poco a poco se va a ir produciendo. He aqu algu-nos de esos rasgos:

    1) Feuerbach subraya la intimidad con que Hegel aborda el estudio de los filsofos del pasado. Hegel no los interpreta como a extraos sino como a sus antepasados, familiares suyos. Por ello cabra decir que Hegel est cabe s al estudiar a Parmnides y Herclito, a Platn y Aristteles.

    Ihid.

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    2) En este sentido cabra decir que la historia de la filosofa se ocupa en definitiva del presente, de lo actual dado que las formas posteriores de la filosofa conservan e interioirizan los principios de las filosofas ante-riores en la profiindidad del presente. Por ello el estudio de la historia de la filosofa tambin vendra a constituir l mismo un estudio de la filosofa.

    3) La historia de la filosofa no puede ser por tanto para Hegel el estudio de opiniones y pensamientos contingentes, de carcter subjetivo, algo as como de ocurrencias ingeniosas que se hubieran ido expresando a lo lar-go de la historia. Para Hegel la historia de la filosofa ha de ser concebi-da como el desvelamiento progresivo de la verdad que encuentra su expre-sin ms adecuada en la idea de desarrollo. Los distintos sistemas filosficos constituyen por tanto momentos necesarios y racionales en el despliegue del conocimiento de la verdad.

    4) A pesar de la lgica interna que muestra a los ojos de Hegel el desarrollo de la historia de la filosofa, a travs de los distintos sistemas, la historia de la filosofa se encuentra a la vez en una estrecha relacin con la Histo-ria universal. Un mismo espritu subyace a las distintas manifestaciones histricas, la especificidad de la filosofa consiste en expresarlo concep-tualmente.

    5) De todo ello Feuerbach no duda en concluir el lugar excepcional que compete a la Historia de la filosofa de Hegel en el anlisis de la tradi-cin filosfica: Su historia es por consiguiente, de una forma indiscu-tible, la primera que constituye y garantiza un conocimiento real de la historia de la filosofa; el autntico sentido, el concepto de los diferentes

    28 sistemas .

    He aqu algunos de los rasgos fiindamentales de la visin hegeliana desta-cados por Feuerbach. Una poca brillante para la consolidacin de la historia de la filosofa encontraba su culminacin en la ingente aportacin hegeliana. En su propia confrontacin con la tradicin filosfica, Feuerbach no podr menos de acusar el fuerte impacto de la historiografa hegeliana pero a la vez

    G. W. VIII, A7.

  • L. FEUERBACH Y LA TRADICIN FILOSRCA 253

    va a mostrar un grado de autonoma intelectual que no ofrecieron otros disc-pulos de HegeP^.

    Filosofa e historia de la flosofa segn Feuerbach Hegel como gran filsofo que se enfrenta a la interpretacin de la historia

    de la filosofa rehuye considerar a sta como un tema de erudicin estril y super-flua. Se esfuerza por el contrario por resaltar la dimensin filosfica de esa his-toria. Feuerbach por su parte puede ser considerado como la personalidad filo-sfica ms relevante entre los discpulos de Hegel que se han ocupado de la historia de la filosofa . Por ello no se acerca tampoco a la historia de la filosofa como mero erudito sino que dialoga con ella para comprender mejor el presen-te y preparar el advenimiento de una nueva filosofa. Sin duda es justo destacar el nivel de informacin y documentacin que est en la base de los trabajos his-toriogrficos de Feuerbach^". Obviamente se trata de un aspecto imprescindible en toda labor historiogrfica seria y Feuerbach ha sabido realizar satisfactoria-mente esta tarea. Pero Feuerbach siempre rehuy quedarse en un nivel mera-mente erudito.

    Tal como le escribe en 1839 a Cari Riedel: Los escritos eruditos, es decir histricos no constituyen mi profesin; por el contrario, contradicen a mi ser". En la misma misiva Feuerbach va a rechazar como una impresin superficial el que se consideren sus trabajos historiogrficos como compilaciones eruditas, pues al realizarlos habra procurado no sacrificar el pensador al historiador, el inters filosfico al histrico. Feuerbach va a considerar ms bien que en sus tra-bajos histricos haba expresado, en ltima instancia, bajo nombres ajenos sus propios pensamientos'^. Esto, como queda apuntado, no quiere decir que Feuer-

    ' Es curioso observar cmo un siglo ms tarde M. Heidegger va a seguir opinando que la His-toria de la filosofa de Hegel no slo sera la primera sino propiamente la nica que alcanza pro-piamente la meta sealada por Feuerbach: La Historia de la filosofa de Hegel es hasta el momen-to la nica historia de la filosofa filosfica y lo seguir siendo hasta que la filosofa piense histricamente, de una forma esencial, en un sentido todava ms originario, desde su pregunta findamental ms propia (Id., Nietzsche I, Neske, PfuUingen 1961, 450).

    '" Cf. A. Philonenko, op. cit., 172. " G.W. IX,6. ' ' G.W.X, 185.

  • 254 ARSEMO GINZO FERNNDEZ

    bach se hubiera ahorrado el trabajo de informarse y documentarse rigurosamente acerca de la temtica a tratar sino que la finalidad ltima perseguida iba enca-minada a una mejor comprensin del presente. As se explicara, por ejemplo, el hecho llamativo de que dedicara toda una monografa a un precursor de la Ilus-tracin no tanto como ejercicio de erudicin sobre una figura del pasado sino ms bien para reivindicar su vigencia en la Alemania de Feuerbach.

    Aunque con muchas lagunas, debido al carcter limitado de su actividad his-toriogrfica, Feuerbach ha sabido protagonizar un dilogo profundo con la Moder-nidad filosfica, haciendo ver cmo la dinmica que la preside conduce poco a poco a su propio horizonte, al horizonte posthegeliano. Feuerbach sabe estable-cer un dilogo profindo y complejo, procurando desvelar la dimensin oculta de todo ese proceso histrico . Respecto a todo ello parece convincente el pun-to de vista de JM. W. Wartofsky cuando resalta el carcter socrtico de la dialc-tica feuerbachiana, en el sentido de que el anlisis y la crtica de los conceptos y teoras vendra a ser un proceso de autodescubrimiento y autotransformacin . Dos son ante todo los grandes hilos conductores en la confrontacin feuerba-chiana con esa Modernidad filosfica: los avatares del llamado principio moder-no de la subjetividad, tanto en su vertiente filosfica como religiosa, y sin cuyo anlisis no sera posible comprender el magnum opus feuerbachiano. Das Wesen des Christentums. El otro va a ser la corriente naturalista, la revalorizacin de la sensibilidad, la experiencia y de las ciencias de la naturaleza a lo largo de los tiem-pos modernos, otro referente fundamental para la comprensin de la filosofa feuerbachiana.

    De esta forma al oficiar como historiador de la filosofa moderna, Feuerbach no abdica de su condicin de filsofo, por ms que se trate de un filsofo que se encuentra an en proceso de maduracin, a la bsqueda de su identidad inte-lectual. A este respecto las distintas publicaciones de Feuerbach sobre la historia de la filosofa constituyen un buen referente para evaluar la evolucin intelectual del autor. As el primer volumen de su Historia de la filosofa se nos presenta como el ms convencional, sobre todo su Introduccin en la que Feuerbach mues-

    " Cf. H.-J. Braun y otros (eds), Ludwig Feuerbach unddie Phibsophie derZukunfi, Akzc-mie, Berlin 1990, 17 ss.

    '" M. W. Wartofsky, op. cit., VIL

  • L. FEUERBACH Y LA TRADICIN FILOSFICA 255

    tra un excesivo mimetismo hacia los planteamientos hegelianos. El propio Feuer-bach va a reconocer aos ms tarde esta circunstancia cuando le confiese a su amigo Ch. Kapp que haba llegado a concebir una Introduccin distinta de la actual en la que expresara sus puntos de vista personales, pero que finalmente no se habra atrevido a plasmarla sobre el papel .^

    No obstante, no todo es convencional en esta primera publicacin historio-grfica. Feuerbach reitera aqu la peculiar fascinacin que experiment en su juventud por la figura de Jacob Bhme, lo que sin duda contribuye a dar a su Historia un carcter peculiar. Feuerbach reafirma su admiracin por un autor que a pesar de su modesta apariencia externa ocultara tesoros en su interior. Se tratara de un mstico, pero un mstico que el joven Feuerbach ve luchando por alcanzar la libertad y el conocimiento puro y claro (35). Ms ortodoxo resultaba por el contrario el entusiasmo por Spinoza, que se va a convertir en uno de los referentes ms firmes del pensamiento feuerbachiano.

    No menos relevante es la presencia de una valoracin ms positiva por par-te de Feuerbach del problema de la sensibilidad. Sin duda esa valoracin se encuentra todava muy matizada en el primer volumen de la historia pero resul-ta ya claramente perceptible en el tratamiento de autores de tendencia empiris-ta, especialmente en el caso de Francis Bacon, algo que a partir de ahora ir en aumento. Aos ms tarde, cuando escriba el prlogo de sus Obras completas, se va a referir expresamente Feuerbach a esta primera valoracin del empirismo en el primer volumen de su Historia: Por mucho que polemizaras contra los padres del empirismo, Bacon, Hobbes, Gassendi, en lo referente a la teora del origen de las ideas y en otros puntos, los has tratado, no obstante, con un amor espe-cial, sobre todo a Bacon y ya has declarado el empirismo como un asunto de la filosofa^^. Sin duda por muchos que sean los reparos que subsistan, ya se aprecia en Feuerbach una actitud hacia Bacon que difiere de la mantenida por Hegel. Nos encontramos ahora ante una valoracin afn, ms receptiva.

    Por otra parte tambin se observa, a pesar del estilo bastante convencional adoptado todava por Feuerbach, una actitud ms decidida, menos matizada que

    " G.W. XVIII, 38. ^ G.W. II, 160-161.

  • 256 ARSENIO GINZO FERNNDEZ

    la de Hegel, respecto al problema de la emancipacin de la filosofa respecto a la teologa, temtica que tambin desempea un papel central en la obra historio-grfica de Feuerbach, y que cada vez se va a manifestar de una forma ms abier-ta en sus trabajos historiogrficos.

    Despus de este primer volumen habra que referirse a las Vorlesungen ber die Geschichte der neuern Philosophie de 1835 que, segn hemos indicado, per-manecieron inditas hasta tiempos recientes. En esta obra se observa una apro-ximacin menos convencional a la filosofa moderna. Se haba producido una evolucin filosfica en Feuerbach y tal circunstancia condiciona asimismo su lec-tura de la filosofa moderna. Cabra destacar a este respecto la creciente relevan-cia que va a sumir la corriente naturalista que recorre el pensamiento moderno, comenzando por el naturalismo renacentista. Esto va a conducir a Feuerbach entre otras cosas a replantearse el problema del comienzo de la filosofa moder-na. Feuerbach desplaza ahora esos orgenes a Italia, en concreto a sus pensado-res naturalistas del Renacimiento. Tal opcin le va a conducir por lo dems a polemizar con otro importante historiador de la escuela de Hegel que segua ms fielmente el punto de vista del maestro acerca del papel desempeado por Des-cartes como iniciador de la filosofa moderna, a saber, E. Erdmann^'^.

    As como la filosofa griega haba comenzado con las concepciones natura-listas de los jnicos, tambin la filosofa moderna habra de tener su comienzo en la filosofa de la naturaleza del Renacimiento. Varios son los autores italianos hacia los que Feuerbach dirige su atencin, pero en primer lugar lo hace hacia G. Bruno por el que va a experimentar una fascinacin especial. Tal como le escri-be a B. Low el mismo ao 1835, Feuerbach no duda en considerar a Bruno como a su amigo ms ntimo , como a su espritu ms afn^ .^ Bruno vendra a ser el primer gran autor renacentista que expresara de una forma convincente el espritu de la nueva poca y que habra muerto, lo mismo que Scrates, como vctima y representante de los nuevos tiempos. El problema de la unidad, de la coincidencia de los contrarios, es aquella dimensin que Feuerbach quiere des-tacar en primer lugar en el pensamiento de Bruno. Sera precisamente esta idea la que propiamente convierte a Bruno en el iniciador de la filosofa moderna.

    " G. W. X, 187. " G. W. XVII, 217.

  • L. FEUERBACH Y LA TRADICIN FiLosncA 257

    Descartes por el contrario representara una fase posterior del desarrollo filos-fico, la de la oposicin, la de la diferencia, en definitiva la fase de la crtica, fise a la que sin duda tambin Feuerbach concede una importancia primordial, pero que no podra ser, no obstante, la inicial. Descartes vendra a ser para Feuerbach una especie de Anaxgoras del pensamiento moderno .

    Tal orientacin naturalista y reivindicadora de la sensibilidad le distanciaba sin duda de Hegel y de sus discpulos ms ortodoxos, pero haba, no obstante, otras cuestiones en las que el peso del maestro segua siendo considerable. Tal es ante todo el enfoque filosfico de la historia de la filosofa, temtica que Feuer-bach va a plantear ahora de una forma mucho ms abierta y explcita de lo que era el caso en el primer volumen de su Historia. Feuerbach declara abiertamen-te que quiere leer la historia de la filosofa como filosofa, dado que se trata de una exposicin que se eleva por encima de las opiniones y concepciones subje-tivas para situarse ms bien en el plano de la necesidad.

    Esta necesidad de los sistemas filosficos es doble, aunque se produzca inse-paradamente: externa e interna. En primer lugar un sistema filosfico estara pro-visto de una necesidad externa en cuanto aparece en un tiempo determinado y en ese sentido aparece condicionado por factores como el nivel cultural, la for-ma de vida imperante y tambin por los sistemas filosficos ya existentes. Pero esta necesidad externa encuentra su apoyatura en otra necesidad, en este caso de carcter interno, en la medida en que los sistemas filosficos son manifestacio-nes particulares de la Idea absoluta e infinita, manifestaciones de la idea de Ver-dad. Los sistemas filosficos seran por consiguiente necesarios en la medida en que aparecen como autofiandados en la idea de Verdad y constituyen modos como la Verdad no slo puede ser aprehendida sino dado que tWz puede ser aprehen-dida de ese modo, tambin debe en algn momento ser aprehendida as . La historia de la filosofa alcanzara as toda su radicalidad y toda su relevancia filo-sfica. La historia de la filosofa vendra a ser tambin ella misma filosofa en cuanto despliegue de las distintas formas bajo las que puede ser aprehendida la Verdad como tal.

    "" L. Feuerbach, Vorlesungen ber die Geschichte der neueren Phibsophie (1835-36), (ed. de E. Thies), Wiss. Buchgeseilschaft, Darmstadt 1974, 49-50.

    ' Il>id.,n-\2.

  • 258 ARSENIO GiNzo FERNNDEZ

    Desde este horizonte el concepto de desarrollo desempea en la historio-grafa feuerbachiana un papel central. De una forma especial Feuerbach va a tematizar este punto en su monografa sobre Leibniz, que l concibi como el segundo volumen de su Historia de la filosofa, y que sin duda constituye una aportacin ms madura a la historiografa filosfica. Los intrpretes de Feuer-bach suelen coincidir a la hora de resaltar la relevancia de la monografa feuer-bachiana en la historia de la recepcin de la filosofa de Leibniz"*'. La obra de Feuerbach ha conseguido un mayor grado de madurez y fluidez, perdiendo por el contrario mimetismo y convencionalismo.

    Por lo que concierne al concepto de desarrollo, Feuerbach va a considerar a la capacidad de desarrollo como un rasgo peculiar de lo que entendemos por filo-sofa. Por ello seala que al abordar la historia de la filosofa se le ha de conceder la relevancia que le compete. Una historia de la filosofa no ha de limitarse a la actividad formal de la exposicin sino que ha de intentar poner de manifiesto la presencia de un desarrollo inmanente de los sistemas filosficos. El siguiente pasaje describe bien cmo Feuerbach entenda por entonces ese concepto de desa-rrollo en la historia de la filosofa: El desarrollo es el desciframiento del verda-dero sentido de una filosofa, el desvelamiento de lo que hay de positivo en ella, la exposicin de su Idea en el seno de la forma determinada, temporalmente con-dicionada y finita, de esta Idea. La posibilidad del desarrollo es la Idea^ .^ La Idea con su riqueza inagotable de formas bajo las que puede ser aprehendida.

    Feuerbach, por tanto, como historiador de la filosofa no se queda en un nivel de consideracin meramente erudito. Pretende llegar a lo que hay de esencial en esa filosofa aunque para ello haya que ir ms all de la apariencia inmediata bus-cando ms bien lo que est oculto y no dicho. La historia de la filosofa ha de tener presentes ciertamente los condicionamientos externos en cuyo horizonte se desenvuelve pero sin olvidar que en definitiva el verdadero objeto de la histo-ria de la filosofa son las acciones inmanentes del espritu que se rigen por una dialctica peculiar: la inteligencia permanece cabe s en lo otro: La inteligencia

    '^ As se expresa, por ejemplo, A. Philonenko: Si se tiene en cuenta el nivel entonces alcan-zado por la historia de la filosofa como disciplina filosfica y cientfica, se trata de una obra magis-tral que supera, en nuestra opinin, todo lo que hasta entonces se haba escrito sobre Leibniz (Id., op. cit. I, 172).

    " G. W. III, 4.

  • L. FEUERBACH Y LA TRADICIN FiLosncA . 259

    no se sita, al alienarse, en un elemento extrao; el pensamiento se enajena para ser pensado de nuevo, no, pongamos por caso, para ser visto o credo; l perma-nece constantemente en su patria, en su origen . Feuerbach est convencido de que este tipo de consideraciones son especialmente oportunas al abordar un pen-sador como Leibniz en el que tan relevante resulta el problema del desarrollo de sus virtualidades interpretativas, pues el gran pensamiento de Leibniz vendra a ser la inmanencia del espritu a s mismo como fuente de sus ideas esenciales .

    En un nivel de mayor concrecin cabra decir que la monografa sobre Leib-niz le va a brindar la oportunidad a Feuerbach de abordar de nuevo el problema de la relacin entre lo racional y lo emprico que ya haba iniciado en el primer volumen de su Historia. La posicin de Feuerbach est lejos entonces de poder calificarse de empirista sin ms. Pero se observa en todo caso una valoracin cada vez ms positiva del significado filosfico del empirismo. A pesar de aquella auto-noma del espritu de que con razn habla Leibniz, cabra referirse al gran sig-nificado histrico del empirismo por haber restablecido los derechos de los sen-tidos, en cuanto medios del conocimiento, convirtindose la esfera de lo emprico en algo imprescindible, esencial'*^ Tal como escribe M. W. Wartofsky, la crtica de Leibniz a los planteamientos empiristas de Locke le sirve a Feuerbach como estmulo para proseguir su bsqueda de un empirismo ms satisfactorio .

    Por otra parte aborda ahora de una forma ms decidida el problema de la emancipacin de la filosofa respecto a la teologa. No duda que en este proble-ma se encontrara precisamente el punto ms dbil de la construccin leibnizia-na. Feuerbach admiraba sin duda a Leibniz. No dudaba en considerarle un genio universal sin igual, como el ansia de saber personificada y como la principal refe-rencia literaria de su poca .^ No obstante, Feuerbach lamenta que el gran pen-sador no hubiera tenido la dicha de vivir en un momento histrico en el que el espritu estuviera reconciliado consigo mismo sino que le hubiera correspondi-do vivir en una poca en la que imperaba el dualismo entre la fe y la razn. Tal situacin tambin habra afectado a Leibniz impidindole elaborar una filosofa

    Ibid., 5. G.W. III, 145. Ibid., 142.

    "* M. W. Wartofeky, op. cit., 90. " G. W. III, 14. 47

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    que fuera un todo homogneo, al verse abocada a una serie de compromisos que le impiden llevar sus planteamientos filosficos hasta el final . De esta forma la bsqueda leibniziana de una armonizacin entre la fe y la razn se iba a conver-tir en piedra de escndalo para Feuerbach que se estaba distanciando de la Vrsoh-nung hegeliana y que por el contrario se estaba acercando a los postulados radi-cales de la Ilustracin.

    Precisamente el tercer volumen de la Historia de la filosofa est consagrado a la figura de P. Bayle, lo que ciertamente distaba de ser una obviedad, pues se trataba de una figura menor de la historia de la filosofa moderna. Feuerbach es consciente de que su opcin tiene algo de provocacin y por ello comienza su monografa abordando esta circunstancia. Para nuestro propsito aqu lo ms relevante es observar cmo la preocupacin por el presente y el futuro condi-cion el rumbo de los trabajos historiogrficos de Feuerbach. Al ocuparse de Bay-le Feuerbach quiere ocuparse de algo ms que de un trabajo de erudicin hist-rica. Pretende ms bien criticar su presente histrico con ayuda de la tradicin ilustrada. Por ello comienza reivindicando la vigencia de Bayle no slo para la historia de la filosofa sino tambin, de forma significativa, para la historia de la humanidad como tal. Sin duda, tal como se ha sealado a menudo, Feuerbach vea en este momento en Bayle una especie de alter ego.

    Precisamente Feuerbach consideraba a Bayle como a uno de los primeros y ms excelentes luchadores en pro de la Ilustracin, la humanidad y la tolerancia, libre de las ataduras de la fe tanto catlica como protestante^'. Sin duda Feuer-bach deseaba conceder la palabra a Bayle despus de haberse ocupado del autor de la Teodicea, pero la finalidad ltima era la crtica y la comprensin de su pre-sente histrico que a su juicio no estaba a la altura de los postulados de la Ilus-tracin. Por ello no slo Feuerbach sino la izquierda hegeliana en general trata de conectar de nuevo con la tradicin ilustrada, renaciendo as la figura de la Ilustracin insatisfecha a la que haba pretendido dar satisfaccin Hegel. En con-creto por lo que atae a Feuerbach cabra decir que se encuentra en su momen-to de mxima aproximacin a la Ilustracin, aproximacin que tendr que hacer compatible con la herencia hegeliana.

    '* Ibid., 176. ^' G. W. VI, 17.

  • L. FEUERBACH Y LA TRADICIN FILOSFICA 261

    Por lo dems, y en sintona con la temtica de esta monografa, tambin el estilo de Feuerbach cambia profundamente respecto a las aportaciones historio-grficas anteriores. Se vuelve ahora mucho menos acadmico, mostrndose por el contrario mucho ms libre e inconvencional. Feuerbach se siente liberado de las constricciones acadmicas, y lo mismo que Bayle busca un lenguaje ms libre fomentando a su manera la causa de la filosofa y de la humanidad. La vigen-cia del legado ilustrado condiciona as el horizonte de los planteamientos histo-riogrficos feuerbachianos.

    Feuerbach, Hegel y la flosofa alemana

    Cabra concluir esta aproximacin a la concepcin historiogrfica de Feuer-bach haciendo una referencia a su visin de la tradicin filosfica alemana de la que l formaba parte y de la que en definitiva iba a constituir un nuevo captu-lo, un captulo sin duda que iba a tener un carcter epocal. El hecho de que Ale-mania estuviera a punto de concluir una de las etapas ms brillantes de toda la historia de la filosofa. Cuando Feuerbach entra en accin, no poda menos de incidir en su conciencia historiogrfica. Esta circunstancia le iba a conducir en definitiva a una valoracin de la Modernidad filosfica alemana. No en vano los grandes representantes del Idealismo haban llamado la atencin, de una u otra forma, sobre el papel especial desempeado por Alemania en el desarrollo de la filosofa moderna. De un modo particular haba insistido en ello su maestro Hegel para quien el pueblo alemn tendra algo as como la vocacin superior de conservar el fuego sagrado de la filosofa en medio de la crisis generalizada de la misma en el seno de la cultura moderna^".

    Sin duda la curiosidad feuerbachiana respecto a la Modernidad filosfica es muy amplia. Ante todo, siguiendo la tradicin de Hegel y sus discpulos y que en realidad ya provena de la propia Ilustracin tambin muestra Feuerbach un gran inters por la tradicin filosfica francesa y por toda su cultura en gene-ral^'. Muestra asimismo un gran inters por la filosofa de la naturaleza del Rena-cimiento italiano, en especial por la de G. Bruno. Valor altamente la filosofa de F. Bacon sobre todo en lo relativo al valor de la experiencia y de la ciencia. Por

    G. W. F. Hegel, Einkitungin die Geschichte der Philosophie, 4-5. Cf. A. Philonenko I, op. cit., 12.

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    ltimo resulta asimismo ineludible referirse a la fascinacin que Feuerbach va a experimentar por la filosofa de Spinoza, siguiendo la tnica tan reiterada en la filosofa y en la literatura alemanas desde los tiempos de Lessing.

    Todo ello no slo ha despertado el inters de Feuerbach como historiador de la filosofa sino que ha incidido adems en la constitucin de su propia filosofa, de acuerdo con el talante general de la obra feuerbachiana. Pero de todas formas, Feuerbach va a prestar una especial atencin a su propia tradicin filosfica, la tradicin alemana. Ya nos hemos referido a la confesin de Feuerbach segn la que se consideraba heredero de Lutero y de Lessing, de Kant y de Fichte, de Goet-he y de Hegel. Adems no slo se refiere con frecuencia a la tradicin filosfica alemana en general sino que tambin lo hace a los grandes representantes de la literatura alemana.

    La monografa dedicada al primer gran filsofo moderno alemn, Leibniz, le brinda a Feuerbach la oportunidad de reflexionar sobre algunas peculiarida-des de la va alemana a la filosofa. Alemania vendra a constituir el destino del complejo peregrinaje filosfico que para Feuerbach a estas alturas no habra duda de que habra comenzado propiamente en Italia. La filosofa moderna sera ita-liana de nacimiento pero slo de nacimiento: El italiano pudo sin duda engen-drar la filosofa, pero el educarla, desarrollarla, determinarla y el formarla fue cometido de otros pueblos'^. Para Feuerbach no deja de tener un claro valor simblico el hecho de que personajes como Bruno o Campanella se vieran pre-cisados a buscar refiigio en otros pases europeos.

    De una forma esquemtica alude Feuerbach al peregrinaje de esa filosofa moderna por pases como Inglaterra cuyo empirismo y utilitarismo se le antoja-ban demasiado estrechos, conservando la tradicin metafsica slo un valor his-trico. A pesar de todo el acercamiento de Feuerbach al empirismo, su orienta-cin filosfica propugna una mediacin entre lo racional y lo emprico que le conduce ms all de las tesis puramente empirstas. Por ello centra su atencin en la aportacin francesa a la consolidacin de la filosofa moderna. Los france-ses se habran enfrentado a la filosofa con un nuevo talante, ms abierto a la dimensin metafsica, pero slo a medias habra solucionado el problema, abo-

    G. W. III, 7.

  • L. FEUERBACH Y LA TRADICIN FiLOSncA 2 6 3

    cando a una situacin escindida entre posiciones idealistas y materialistas, lejos de una equilibrada mediacin. Ante esta actitud desintegradora va a ser Spino-za, en Holanda, quien coja el testigo en el proceso evolutivo de la filosofa moder-na. Spinoza como la libertas cogitandi personificada, logra a los ojos de Feuer-bach esquivar los escollos extremistas a que se vea abocada la filosofa en Francia. Va a ser, no obstante, en Alemania donde se asiente la filosofa moderna, de una forma estable, despus de su periplo por esos diversos pases. Sera propiamente Alemania la que hereda las distintas aproximaciones a la nueva filosofa que se haban ido esbozando a lo largo de la Edad Moderna'^. Alemania se habra suma-do con retraso a la configuracin de la filosofa moderna pero en compensacin habra contribuido de una forma relevante a darle estabilidad y madurez.

    Sin duda no ignora Feuerbach que Alemania ya haba entrado temprana-mente en contacto con la filosofa a travs de la Reforma. En todos sus escritos historiogrficos figura la referencia explcita al sentido y al influjo de la Refor-ma. Feuerbach es en realidad uno de los autores ms representativos en el tema protestantismo y filosofa, un autor que no dudar en autocalificarse como Lutero II. De ah que ya en el primer volumen de su Historia aparezca esbo-zado el doble principio moderno de la subjetividad, incoado por Lutero y Des-cartes. Tampoco en la monografa sobre Leibniz, al abordar el problema de la especificidad de la va alemana hacia la filosofa, poda faltar dicha referencia, si bien ahora se alude abiertamente a la tensin inicial entre la doctrina luterana y la filosofa. Dicha tensin se ir, no obstante, mitigando y la nueva orientacin religiosa va a constituir el horizonte en el que se va a configurar la filosofa ale-mana.

    Ello va a marcar el destino de la filosofa alemana. Mientras en otros pases como Francia, Inglaterra o Italia la filosofa va a afirmar su autonoma al mar-gen de la religin establecida, a la que deja inclume, producindose una espe-cie de escisin entre un universo filosfico donde la fe queda excluida y un mun-do de la fe donde la razn no estara autorizada a intervenir, en Alemania por el contrario se postulara una mediacin consciente entre la filosofa y la religin existente, producindose una peculiar simbiosis entre ambos polos. He aqu una circunstancia que va a marcar el destino de la filosofa alemana. De este modo

    Ibid., 9-10.

  • 264 ARSENIO GiNzo FERNNDEZ

    filosofas como las de Leibniz o de Hegel resultaran incomprensibles sin tener presente esa mediacin. Y si bien este hecho se va a convertir en uno de los flan-cos por los que Feuerbach va a cuestionar la tradicin filosfica alemana, por otra parte la propia filosofa feuerbachiana no resultara comprensible al margen de esta circunstancia.

    Asimismo el estudio de Leibniz le hace reparar a Feuerbach en un segundo proceso mediador que tambin mostrara la especificidad de la filosofa alema-na. Se trata de la conciliacin de la modernidad y la tradicin, de lo viejo y lo nuevo. Mientras en otros pases la afirmacin de la filosofa moderna implicaba una quiebra de la tradicin, un rechazo y cuestionamiento de la filosofa anti-gua, tal como ejemplifican autores como Descartes y Bacon, Leibniz, por el con-trario, como primer gran representante de la filosofa alemana moderna, se va a esforzar por conciliar la filosofa antigua y la moderna. En vez de rechazar sin ms sera preciso mejorar y prolongar la lnea iniciada en el pasado^ . Esta acti-tud supone para Feuerbach una mayor madurez por parte de la filosofa moder-na, que ya estara en condiciones de hacer justicia al pasado. Tal actitud llegara a su consumacin en el caso de Hegel que lleva a su plenitud el desarrollo de la filosofa moderna y a la vez establece un dilogo profijndo con toda la tradicin filosfica, comenzando por los griegos.

    Es precisamente esta capacidad hegeliana para dialogar con la tradicin un rasgo que va a impresionar proftindamente a Feuerbach, tal como apareca ya en la recensin de la Historia de la filosofa de Hegel. Muchos son sin duda los gran-des autores alemanes de los que Feuerbach se siente feudatario, tal como l mis-mo se encarg de recordar. Aparte de Lutero cabe afirmar que ocupan un lugar destacado Lessing, la figura procer de la Ilustracin alemana, a la que Feuerbach se va a referir repetidas veces en un sentido aprobatorio, y cuya Educacin del gnero humano va a seguir proyectando su sombra sobre el proyecto feuerba-chiano. Feuerbach ftie bien consciente de que su obra se situaba no slo en la prolongacin de la obra luterana sino tambin de la inflexin llevada a cabo por Lessing. Algo similar cabra afirmar del primer gran representante del Idealismo alemn, Kant, cuya revolucin tanto en el orden de la teora del conocimiento como de la moral tan presente est en la obra feuerbachiana, por muchos que

    G.W. III, 15-16.

  • L. FEUERBACH Y LA TRADICIN FILOSRCA 265

    sean los reparos que Feuerbach ponga a la vez^ .^ Sea suficiente aqu con resaltar por ltimo que el principal maestro de Feuerbach, Hegel, era quien ofreca una especie de consumacin de toda la tradicin filosfica alemana, en la que por cierto iban a ocupar un lugar relevante las tres figuras que acabamos de destacar: Lutero, Lessing y Kant.

    Ya en su madurez, Feuerbach segua reconociendo: Yo tuve una relacin ms ntima e influyente con Hegel que con cualquiera de nuestros antecesores espi-rituales^^, si bien quiere matizar en seguida que Hegel no fue para l una espe-cie de Jehov o Al filosficos sino ms bien el Zeus de la filosofa moderna que le dejaba la libertad suficiente para entusiasmarse por otros grandes represen-tantes de la filosofa moderna.

    En efecto, Feuerbach iba a dar pronto muestras de su independencia filos-fica, por muy considerable que fuera el peso de las enseanzas del maestro. Asi-mismo muy pronto iba a expresar la duda de si con Hegel no se habra consu-mado una poca y se estara abriendo paso otra nueva: Cmo se relaciona la filosofa hegeliana con el presente y el fituro? No es ella el mundo pasado como mundo intelectual? Es ella algo ms que un recuerdo de la humanidad de lo que sta fue pero ya no es ms? .^

    Es cierto, a pesar de todo, que la incidencia de la filosofa hegeliana en el pen-samiento de Feuerbach va a seguir siendo ms fuerte de lo que permitiran pen-sar las tempranas dudas y cuestionamientos^^. La propia recensin de la Histo-ria de la filosofa as parece confirmarlo, por ms que no podamos olvidar que fue publicado en el rgano de la Escuela hegeliana ni tampoco las expectativas profesionales que entonces abrigaba Feuerbach y que tenan una incidencia en la orientacin de sus trabajos. Ciindonos aqu a los escritos historiogrficos, podemos observar tanto la creciente autonoma frente a Hegel como tambin su

    ' ' A este respecto vanse entre otros los trabajos de P. Cerezo, Un paralelo entre Kant y Feuer-bach, en Revista de Filosofa, C .S .1 .C ., enero-junio 1979, 5-32; M. Cabada, Feuerbach y Kant: dos actitudes antropolpcas. Universidad Pontificia de Comillas, Madrid 1980.

    L. Feuerbach, Verhaltnis zu Hegel, 509. " G.W.X, 156. '* Cf. W. Jaeschke Feuerbach redivivus. Eine Auseinandersetzung mit der gegenwartigen Fors-

    chung, en Hegel-Studien 13(1978), 202.

  • 266 ARSENIO GINZO FERNNDEZ

    rechazo de las descalificaciones demasiado acrticas de que era objeto la filosofa hegeliana en los aos siguientes a la muerte del maestro. Sirva como ejemplo lo manifestado en la monografa sobre Leibniz. Por un lado Feuerbach seala que su exposicin es independiente de lo que Hegel y otros haban dicho en favor o en contra de Leibniz. Pero cuando en algn pasaje discrepa abiertamente de lo afirmado por Hegel, se cuida de matizar que no se opone a l por seguir la moda .

    Va a ser precisamente la existencia de crticas poco rigurosas a la filosofa de Hegel, junto con la veneracin sentida hacia su viejo maestro, lo que va a impe-dir que Feuerbach manifieste ms abiertamente su distanciamiento crtico fren-te a los planteamientos hegelianos. Pero finalmente esa crtica va a emerger en el escrito Zur Kritik der Hegelschen Philosophie de 1839, que marca un hito en la evolucin de la izquierda hegeliana. La crtica feuerbachiana va a afectar tambin a la concepcin historiogrfica hegeliana. A la muerte de Hegel se ha iniciado un nuevo periodo histrico y ello va a afectar a la vez a las concepciones historio-grficas.

    Sin duda Feuerbach se sigue sintiendo fascinado por la filosofa de Hegel. La historia de los sistemas filosficos vendra a ser algo as como la pinacoteca de la razn en la que los grandes pensadores van dejando constancia de su percepcin de la verdad. Pues bien Hegel vendra a ocupar un lugar especial en esta pinaco-teca: Hegel es el artista filosfico consumado, sus exposiciones constituyen mues-tras insuperables del sentido artstico cientficos^. Sin duda esta valoracin se haca extensiva a la condicin de Hegel como magistral historiador de la filosofa.

    Pero Feuerbach, que experiment un influjo tan profundo de Hegel en lo concerniente al problema de la historicidad de la filosofa, va a denunciar ahora las insuficiencias del modelo historiogrfico hegeliano. Ello va a tener lugar den-tro del marco de la concepcin hegeliana del tiempo. Feuerbach le va a criticar a Hegel que sobredimensione la relevancia del tiempo e infravalore por el con-trario la del espacio. Ello le va a conducir a una sobrevaloracin de la subordi-nacin y de la sucesin en la consideracin de las distintas formas de existencia.

    ^' G.W. 111,214-15. ^ G. W. X, 32.

  • L. FEUERBACH Y LA TRADICIN FiLosncA 267

    Tal planteamiento conducira a Hegel a una especie de teleologismo extremo de acuerdo con el que las formas inferiores pasaran necesariamente a las superio-res. En este sentido Feuerbach vendra a coincidir con el diagnstico de N . Hart-mann cuando contrasta la teleologa aristotlica que se esfiierza por hacer justi-cia a los fenmenos con la hegeliana que se movera en el horizonte de una racionalismo absoluto . Por supuesto tal valoracin sera aplicable asimismo a la consideracin hegeliana de los sistemas filosficos reducidos a la condicin de momentos de la filosofa posterior. Tambin a este respecto cabra hablar de un teleologismo extremo, con el sometimiento excesivo de unas manifestaciones filosficas a otras a travs de la historia.

    Por otra parte Feuerbach tambin se hace eco de la sensacin que tuvo la po-ca, propiciada en algn sentido por el propio Hegel, de que en la filosofa hege-liana asistiramos a algo as como a la consumacin de la filosofa, al presentar-se como la filosofa misma, como la filosofa absoluta. Se tratara de una especie de plenitud escatolgica que de alguna manera implicara el fin de la historia. Evidentemente tanto en este aspecto como en el anterior seran necesarias ms precisiones y matizaciones de las que ofrece Feuerbach para no simplificar inde-bidamente el pensamiento de Hegel, pero en todo caso la crtica feuerbachiana acierta a la hora de sealar algunos de los aspectos ms cuestionables de la con-cepcin hegeliana. Tal es el caso cuando por un lado denuncia la presencia exce-siva de una lgica de la subordinacin de unas formas a otras, y por otro cuan-do critica la tendencia a la absolutizacin de una manifestacin filosfica como es la filosofa hegeliana. Es decir, por una parte se atribuira un valor excesivo al tiempo, a la temporalizacin de la existencia y por otra asistiramos a la neutra-lizacin del tiempo en cuanto consumacin del mismo. De esta forma, una vez que Feuerbach critica la abusiva teleologa hegeliana, reivindica frente al maes-tro la apertura del tiempo y de la historia, en un momento en que se estaba ini-ciando un nuevo periodo histrico. Feuerbach acaba temporalizando al gran maestro de la temporalidad que tanto haba influido en l. La filosofa de Hegel, como todo lo que entra en el espacio y en el tiempo, debe someterse a las leyes que supone este hecho: El deus terminus acta como vigilante a la entrada del mundo^^. Tambin la filosofa hegeliana habra tenido que pagar este tributo.

    '"' N. Hartmann, Aristteles und Hegel, en KUinere Schriften II, W. de Gruyter, Berln 1957, 214-253.

    " G.W.X,20.

  • 268 ARSENIO GINZO FERNNDEZ

    Al mismo tiempo se reivindicaba el derecho a la existencia de la filosofa despus de Hegel.

    Precisamente en esta reivindicacin va a insistir Feuerbach en otro escrito del mismo ao 1839 titulado ber Philosophie und Christentum. En dicho escrito Feuerbach va a polemizar con el historiador H. Leo que haba atacado el rumbo emprendido por la izquierda hegeliana. Feuerbach cuestiona una concepcin de la historia que se cierra al cambio y a la innovacin. Tal sera el caso del histo-riador Leo que expresa su reconocimiento por el viejo Hegel que sera para l un verdadero filsofo porque ha cesado de filosofar, y tambin seran verdaderos filsofos los discpulos ortodoxos del maestro que se limitan a reiterar lo que l ya ha dicho, a conservar fielmente su herencia espiritual. No lo seran por el con-trario aquellos otros discpulos de Hegel que no renuncian a pensar por s mis-mos ms all de lo pensado por el maestro . Feuerbach se aprestaba a liderar esa nueva etapa de la filosofa alemana, que va a constituir el comienzo de la filoso-fa contempornea como tal. Los prximos aos en los que va a publicar Das Wesen des Christentums y toda una serie de manifiestos acerca de una nueva filo-sofa as lo vienen a confirmar. Pero este avanzar ms all de Hegel iba a ir acom-paado del movimiento de conectar con una serie de movimientos y tendencias prehegelianos que Hegel haba intentado subsumir de una forma demasiado expe-ditiva en su sistema. As ocurra con el legado de la Ilustracin y la orientacin antropolgica de la filosofa kantiana. De esta forma el proyecto de una filoso-fa del fituro no se hace al margen de la revisin de la visin historiogrfica hege-liana, y de una nueva aproximacin a la tradicin filosfica.

    G. W. VIII, 229.