john armstrong el agua de la vida (terapia de la orina) (2) (1)

8/13/2019 John Armstrong El Agua de La Vida (Terapia de La Orina) (2) (1)

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PREFACIO

Muchas de las personas que se han beneficiado, y siguen beneficiándose de la

terapia de la orina me han pedido repetidamente que escriba un libro, pero hasta

ahora siempre había puesto objeciones. En primer lugar porque carecía del tiempo

libre necesario, y en segundo lugar porque soy contrario a cualquier forma de

autopublicidad Sin embargo, consciente de que lo que se pospone durante

demasiado tiempo puede no llegar a realizarse, he decidido finalmente ceder a-

las persuasiones, redactando este libro en gran parte a base de notas, hojas de

historiales y cartas. tra de las razones de dar a conocer mis e!periencias al

mundo la sabrá el en su debido momento. Soy plenamente consciente de que lapublicaci"n de un libro conlle#a di#ersos incon#enientes indirectos$ uno de ellos es

que el autor puede #erse inundado de cartas y el otro, si es practicante de la

medicina, que puede #erse desbordado de pacientes que apelen a %l o a sus

editores. &omo no solicito clientes, %sa fue una de las razones por las que

deseaba retrasar la redacci"n de este libro. 'ero ahora que #a a llegar al p(blico

debe ponerse de relie#e lo siguiente$

1) &omo e!iste ahora una ley por la que es ilegal que quien no sea practicante

m%dico cualificado pueda declarar que puede curar determinadas

enfermedades -el cáncer entre ellas -, debe tenerse en cuenta que todos los

historiales de casos relati#os a esas enfermedades que se mencionan en este

libro pertenecen a pacientes tratados antes de que se promulgara esa ley. )o

me encuentro en posici"n de afirmar si la ley puede e!tenderse hasta la

ilegalización de un profano que afirme que ha curado esos trastornos en el

pasado* pero si es así, entonces, de acuerdo con el dictamen m%dico, unotendrá que suponer forzosamente que cuando esas enfermedades han

respondido a un tratamiento que no era el ortodo!o, +por fuerza habían sido

diagnosticadas err"neamente.



&omo la terapia que se perfila en este libro es un sistema curati#o totalmente

despro#isto de medicinas, y es específico para la salud y no para una

enfermedad determinada, la diagnosis no juega una parte práctica en el

tratamiento. 'or tanto, aunque los capítulos lle#an como título los nombres dedi#ersas enfermedades edades, ello se hace en nombre de la con#eniencia

literaria, y para de mostrar que han resultado adecuados para el tratamiento

general.



/Muchas personas creen que cincuenta mil m%dicos, grandes hospitales,

ej%rcitos de enfermeras, dentistas y clínicos y unos trescientos mil perturbados

mentales tratados son los signo de una ci#ilizaci"n. y medicina en progreso, pero

lo que demuestra en realidad todo eso es el completo fracaso de nuestro sistemam%dicos, y la mala educaci"n p(blica en cuestiones de nutrici"n y modos de #ida.

0as miles de operaciones realizadas semanalmente con una t%cnica brillante son

la prueba adicional de que los tratamientos anteriores no habían producido una

feliz curaci"n.1

10a salud, y no la enfermedad, es la herencia #erdadera de la #ida. 0as

criaturas humanas no llegan a comprender hechos que tienen delante de los ojos.Estamos hechos de lo que comemos #. por tanto. el que un "rgano enferme suele

querer decir que los alimentos no eran los id"neos...1

/0a enfermedad... se con#ierte en un inter%s creado y, consciente o

inconscientemente, los doctores la promue#en como tal. )o es infrecuente el

comentario de que los doctores producen la enfermedad. 2demás, todo el sistema

y la filosofía de nuestro tratamiento de la enfermedad es err"neo.1

3ip"crates... el gran sacerdote de la medicina, aconsejaba a los m%dicos

que aceptaran la ayuda de los legos en el tratamiento de la enfermedad, pero

raramente se ha seguido este consejo.

&omo el reino del cielo, el reino de la salud ha de ser tomado por asalto.



1. INTRODUCCIÓN

4ebido al creciente papel jugado por los intereses creados en muchas de

las ramas del esfuerzo humano, y no iba a ser menos en la lucrati#a empresa deproporcionar remedios a la enfermedad, las personas inteligentes sienten cada

#ez mayor desconfianza hacia los m%todos m%dicos ortodo!os. Muchas personas

se habrán hecho las siguientes preguntas$

5&"mo es posible que durante más de cincuenta a6os los in#estigadores

ortodo!os del cáncer se hayan ocupado de la causa y curaci"n de la enfermedad,

y sin embargo no puedan sugerir nada mejor que el bisturí, el radio o los rayos 78

5&"mo es posible que después de las cartas de muchos doctores que han

aparecido en el Brifish Medical Joudal testificando sobre los resultados altamente

9nsatisfactorios del tratamiento con radio sin embargo se le siga impulsando en

este país y en otros lugares8

5&"mo es posible que cuando tratamientos eficaces para el cáncer han

sido descubiertos bien por doctores cualificados o por practicantes de escuelas no

ortodo!as toda#ía no hayan sido reconocidos por el &áncer :ing., que sigue

pidiendo al p(blico la donaci"n de grandes sumas para el descubrimiento de su

curaci"n8.

2 estas preguntas ;que tratar% en mis conclusiones no se les da respuesta

satisfactoria, #i%ndonos obligados a concluir que, aunque en la mayoría de los

países se pueden encontrar muchos doctores carentes de egoísmo y dementalidad noble, en la medicina moderna pre#alecen muchas cosas que son

deplorable < 0a tortura de animales para la e!perimentaci"n = la preparaci"n de

sueros = #acunas* el estímulo de> miedo de> p(blico por causa de la publicidad*

? el comercialismo = los intereses creados, que no tendrían que jugar ning(n



papel en la curaci"n de> enfermo* y @ unas miras estrechas de corporati#ismo que

sugieren que los pacientes e!isten para los doctores y no al contrario, muchos

doctores han comentado y lamentado profundamente alguna #ez todas estas

cosas.

Sin embargo, de> mismo modo que despu%s de una guerra, la )aturaleza o

los 1'oderes Superiores1 parecen inter#enir para ajustar %l equilibrio de las cosas,

asegurando el nacimiento de una mayor proporci"n de hijos #arones, cuando la

medicina se ti6e e!cesi#amente de consideraciones materiales, algo parece

inspirar alg(n m%todo de curaci"n a modo de correcti#o de esas tendencias,

ayudando a que se beneficien de ello los que tengan una mentalidad amplia.4icho m%todo puede ser impedido por otros m%todos que el camino a su

aceptaci"n* pues hay que admitir que la naturopatía ha ser#ido de instrumento

para la curaci"n de muchas enfermedades ante las que había fracasado

estrepitosamente el sistema ortodo!o. Sin embargo, corno #eremos luego, la

naturopatía tal como se práctica no llega lo bastante lejos, pues aunque puede

limpiar el cuerpo de sus to!inas, no puede reemplazar los tejidos perdidos por

enfermedades gra#es, como la tisis, u otras enfermedades de igual gra#edad. Ello

s"lo puede conseguirse mediante la elaboraci"n de una antigua terapia, cuyos

detalles me propongo dar a conocer en este libro, y que he practicado con

se6alado %!ito conmigo mismo y con miles de personas, aunque a muchas de

ellas les habían dicho que estaban aquejadas de enfermedades incurables. Es

cierto que en una ocasi"n decidí no escribir mi libro hasta que hubiera tenido la

oportunidad de curar incluso la lepra* pero como no es probable que me encuentre

un caso de esta temida enfermedad hasta que pueda #isitar los países en donde

predomina, he decidido entregar < p(blico sin más retraso los detalles de mise!periencias. 0o que yo afirmo, y no soy el (nico en hacerlo, es que dentro de>

hombre mismo se puede encontrar la sustancia que cura sus enfermedades, ya se

trate de enfermedades de desgaste u otras* y me propongo sustanciar esa



afirmaci"n mediante hojas de historiales, siguiendo el principio de que unos

gramos de hechos #alen más que Ailogramos de teorías.

Si para el establecimiento de los hechos resultan esenciales las referenciasa fallos m%dicos, esto es algo ine#itable que #a en inter%s p(blico y de la #erdad*

y esas referencias no se hacen con espíritu alguno de hostilidad hacia los

doctores. Buede de relie#e que hay muchos m%dicos honestos y carentes de

egoísmo con quienes no quiero ser injusto$ lo que me #eo obligado a criticar no

son las personas, sino las prácticasC y creencias noci#as y err"neas. 0os lectores

#erán por sí mismos que esas críticas no surgen de otros moti#os. )o tengo

ning(n remedio secreto ni$ patente de medicina que #ender. &iertamente, a(nsiendo un profano, s"lo siga la conducta e!igible a cualquier miembro honesto de

la profesi"n m%dica$ -no hacer ning(n secreto de cualquier descubrimiento que

pueda resultar (til para la curaci"n de la humanidad y más toda#ía, si fuera posible

que el tratamiento en muchos casos se pueda realizar en casa sin gasto

econ"mico alguno.



2. EL AGUA DE LA VIDA

2ntes de relatar mis propias e!periencias con la terapia de la orina, es

aconsejable citar algunas opiniones e!traídas de fuentes antiguas y modernas con

respecto al #alor de la orina como agente curati#o.

3acia principios del siglo pasado, un libro titulado One Thousand Notable

Tkings fue publicado simultáneamente en 9nglaterra, Escocía e 9rlanda. 2parece

en %l la curiosa cita siguiente$

1Dn remedio uni#ersal y e!celente para todas las destemplanzas internas ye!ternas. El beber su propia agua por las ma6anas durante nue#e días seguidos

cura el escorbuto y #uel#e el cuerpo ligero y alegre.

Es bueno contra la hidropesía y la ictericia, bebido como antes ;se decía.

0a#arse las orejas con %l calienta y es bueno contra la sordera. :uidos y la

mayoría de las otras dolencias de oídos.

0a#arse los ojos con su propia agua cura los ojos llagados y aclara y fortalece

la #ista.

0a#arse y frotarse con ella las manos elimina el entumecimiento, grietas y

llagas y hace más fle!ibles las articulaciones.

0a#arse cualquier herida con ella es algo e!traordinariamente bueno.

0a#arse cualquier parte que pique elimina la comez"n.

0a#arse el ano es bueno contra las hemorroides y otras llagas



3e aquí otro e!tracto tomado e!presamente de un #iejo libro llamado SalmonFs

English Physician, publicado en <GHI, que citar% en parte$

1Se torna la orina del tipo humano y de la mayoría de animales de cuatropatas* pero es la primera la que se utiliza principalmente en medicina y química.

Es el suero o la parte acuosa de la sangre, que siendo en#iada por las arterias

emulgentes a los ri6ones, allí es separada y fermentada por las partes, con#ertida

en orina... 0a orina del hombre o la mujer es caliente seca ;8, disol#ente.

limpiadora luchadora, resistente a la putrefacci"n* se utiliza internamente contra

las obstrucciones del hígado, bazo, #esícula biliar, así corro contra la hidropesía

ictericia, detenci"n de las reglas en las mujeres, la peste y todo tipo de fiebresmalignas..

E!teriormente ;aplicada, limpia la piel y la sua#iza la#ándola con ella,

especialmente si está caliente ;reci%n hecha. 0impia, cura y seca las heridas,

aunque está hecha con armas en#enenadas. &ura la caspa y ba6ando los lugares

de los pulsos se enfría el calor de las fiebres. Es e!celente contra el temblor,

entumecimiento y perlesía, y ba6ando la zona del bazo la orina ali#ia el dolor que

pro#oca.

0as #irtudes de las sales #olátiles de la orina.- 2bsorbe poderosamente los

ácidos y destruye la raíz misma de la mayoría de las enfermedades del cuerpo

humano. 2bre todas las obstrucciones de... los ri6ones misentería y (tero, purifica

toda la masa de sangre y los humores cura ... la cacle!ia ... reumatismo y

enfermedades hipocondríacas, y se da con admirable %!ito en los casos de

epilepsias, #%rtigos, perlesías, apoplejías, con#ulsiones, letargias, migra6as,perlsías, cojeras, entumecimientos, p%rdida del uso de los miembros, atrofias,

#apores, ataques de las madres, y la mayoría de los catarros y enfermedades de

humedades de la cabeza cerebro, ner#ios, articulaciones y (tero ;debería a6adirse

la leucorrea a esta lista.



2bre obstrucciones de los ri6ones y pasajes urinarios, disuel#e las

coagulaciones tatarosas en esas partes, rompe y e!pele la piedra y la gra#a.

Es un remedio específico contra a disuria ischuria = todas las obstrucciones de laorina.1

2nte este panegírico muchos hemos dado en llamarla el agua de la #ida.

'ero tambi%n hemos leído que en el siglo 7J999 fue muy alabada como enjuague

de boca por un dentista parisino.

&itar% ahora algunas opiniones modernas sobre el #alor de la orina.

Escribiendo en andide, el 'rof. Kean :ostande pone de relie#e

repetidamente el significado biol"gico de las sustancias conocidas con el nombre

de hormonas. Su artículo, de unas <.IL pala- del siguiente

1Dn descubrimiento reciente relati#o a la acti#idad de las hormonas ha

re#olucionado completamente su estudio$ que algunas de ellas se filtran por los

ri6ones para pasar a la orina. En la orina normal se han encontrado m(ltiples

hormonas hip" físicas, las hormonas de las glándulas suprarrenales y se!uales ...

El descubrimiento de la hormona-urinoltogia ha tenido consecuencias de largo

alcance. 0a orina proporciona una cantidad prácticamente +limitada de materia

básica... 4esde el punto de #ista terap%utico, es posible #er el uso de estas

hormonas humanas como aparentemente capaz de ejercer gran poder sobre el

organismo humano...1

'or tanto, la orina alabada por muchos de los antiguos, pero malentendida

por los semimodernos, aparece ahora como un mara#illoso dep"sito$ un filtro de

#alor preeminente. &ontiene, en forma pura y en cantidades inimaginables,

productos de naturaleza muy #ital, confirmando lo que decía Mr. Ellis arAer



cuando escribía que 1nuestro cuerpo destila las medicinas más mara#illosas y

proporciona los sueros y anticuerpos más perfectos.

&itar% ahora algunas obser#aciones tomadas de un panfleto del 4r. N.Oilson 4eachman, 'h.&., M.4., quien escribe$

1&omo el contenido de la orina #aría de acuerdo con el estado patol"gico

del paciente, su uso está indicado en todas las formas de enfermedad sal#o en las

'roducidas por traumatismo ;miembros rotos o las que son de naturaleza

mecánica. 2horra al m%dico el error que se comete teniendo que seleccionar entre

tres mil entre tres mil L más curado por las fuerzas del cuerpo, tampoco puedeserlo con las fuerzas e!teriores a %l.1

)o es irrele#ante mencionar aquí que al finado Maurice Oilson, quien hizo un

magnífico aunque abortado intento de escalar el E#erest, achacaba su inmunidad

a las enfermedades ordinarias y su sorprendente ánimo a sus numerosos ayunos

a base s"lo de orina, y a la fricci"n e!terna con ella. 0os >amas del Nibet y los =o-

guis con los que tu#o relaci"n antes del intento- afirman #i#ir hasta una edad muy

a#anzada mediante el uso de la orina. &on los mismos medios pueden atra#esar

desiertos inaccesibles a los hombres ordinarios.

En e0 siglo pasado entre los a6os sesenta y setenta, el beberse uno su propia

orina era un remedio bien conocido contra la ictericia, y algunos doctores tenían el

#alor de recetarlo. Dno de iris pacientes me cont" que, cuando era un muchacho,

su abuelo le cur" de un ataque de intericía, tras ser aconsejado por un doctor,

haci%ndole beber toda la orina que paso durante los cuatro días de suenfermedad.

0os gitanos han conocido desde hace siglos las saludables propiedades de la

orina. 3an tomado en grandes cantidades orina de #aca para curar la enfermedad



de right, la hidropesía y otras aflicciones. &onocía un granjero de 4orset que

durante más de sesenta a6os había bebido todos los días casi dos litros de orina

de #aca. 'or entonces tenía PL, estaba recto como un palo y me cont" que nunca

había estado enfermo. 'or consejo de un gitano había iniciado el tratamiento a laedad de #einte por unos problemas garganta y pecho. Sin embargo, como agente

curati#o la orina de #aca es inferior a la propia orina del paciente, y s% que ha

fallado en un caso de enfermedad de right producida por alcoholismo.

0os más sabios de los griegos antiguos s"lo utilizaban orina para el

tratamiento de las heridas. 0os esquimales siguen adoptando hasta hoy esas

medicas.

5Se ha utilizado la terapia de orina en tiempos comparati#amente recientes8 0a

respuesta es afirmati#a. El finado O. 3. a!ter, K.'., de 0eeds and 3arrogate, no

s"lo tomaba su propia orina, sino que escribi" muchos panfletos sobre el tema que

podrían tomarse más en serio si no los hubiera entremezclado con moralizaciones

algo irrele#antes. 1Mr. a!ter, que #i#i" hasta una a#anzada edad, declar" que se

había curado un tumor canceroso, aplicándose su propia orina en forma de

compresas y bebi%ndosela. 4espu%s afirm" que se había curado otras dolencias

con esos medios simples. 2firm" que la orina es el mejor antis%ptico que e!iste y,

tras hacer ese descubrimiento, se hizo el hábito de beberse diariamente tres #asos

llenos como 'rofiláctico contra la enfermedad. 2firm" que si se toma de este modo

la orina aut"gena más inocua se #uel#e 0a aplicaba a sus ojos como loci"n

fortalecedora, y tras afeitarse la utilizaba para su tez. Nambi%n recomendaba su

uso e!terno para heridas, hinchazones, for(nculos, etc. 2firmaba que como

aperiti#o no tenía igual.1 ;Jer !octors, !isecse and "ealth, de &yrill Scott.

'uedo atestiguar la #erdad de estas afirmaciones, pues Mr. a!ter fue por

un bre#e tiempo uno de mis pacientes. 'ero lo que no se menciona en el e!tracto

anterior es que durante el tratamiento ayunaba a base s"lo de orina y agua. Este



ayuno, como el lector #erá más delante, es una parte esencial de> tratamiento o al

menos en las enfermedades gra#es

En algunas zonas rurales, los doctores han recomendado la orina de #acapara los for(nculos. 'uedo citar el caso de un hombre que tenía dolorosos

for(nculos en la a!ila. Se le curaron rápidamente con compresas de orina de #aca.

4icho sea de paso, puedo mencionar que hace no mucho tiempo uno de los

más caros +abones de tocador estaba hecho con grasa y sales deshidratadas de

orina de #acas alimentadas con hierba y otro jab"n con la orina de campesinos

rusos. ;Mi informante era un químico que sabía de lo que estaba hablando. 2demás, algunas cremas faciales de alto precio contienen hormonas deri#adas de

la orina humana. 1 +jos q$ no #en....1



3. RESPUESTAS A ALGUNAS O!ECIONES

2ntes de proseguir es aconsejable tratar algunas de las objeciones que se

han planteado y se siguen planteando. Se ha afirrnado que sí el hombre estu#iera

destinado a beberse su orina habría nacido con el instinto de hacerlo. Se podría

responder que como el hombre no ha nacido con el instinto de realizar ejercicios

de respiraciones profundas, o de adoptar otras medidas que se han demostrado

saludables, todo ello sería por tanto in#álido o reprensible. Nomemos como

ejemplo a los =oguis de la 9ndia. Mediante la práctica de ejercicios respiratorios,

posturas, etc., no s"lo han llegado a un perfecto estado de salud, sino que #i#en

más allá de los habituales QL a6os. 2 los <IL a6os de edad, un buen hatha yoguini siquiera un pelo gris. ;J%ase #e$ah %oga, de SRami Ji#iAananda. Es cierto que

la ciencia del yoga s"lo se puede aprender con seguridad de las manos de un

profesor competente* pero %se es otro argumento contra la teoría del instinto.

;J%ase "eauen &ies 'ithin (s, Nheo Sonara. Dno se da cuenta, dicho sea de

paso, de que el -os cuando se trata de beber hombre no se preocupa de sus

instintos cuando se trata de beber licores fuertes, o de fumar cientos de cigarrillos$

en suma cuando se trata de hacer cosas noci#as para %l, incluso a pesar de que

su tinto se rebelara la primera #ez que e!perimentara sus 1delicias1.

:espondamos ahora a otra objeci"n. 5'uede ser correcto reintroducir en

el cuerpo algo que el cuerpo parece estar rechazando8 miramos a la naturaleza,

5qu% encontramos8 Encontramos que en lugar de abonos 1científicos1 las hojas

muertas #uel#en al suelo, L las flores resultantes son las más fragantes, los frutos

los más dulces, y los árboles los más saludables. 'or otra parte, cuando por

alguna raz"n la tierra se #e pri#ada de esas sustancias químicas producidas por

las hojas muertas, etc., entonces los árboles que crecen en ese suelo se #en

desfigurados por e!crecencias, las cuales creo que adecuadamente, han sido

llamadas los cánceres de los árboles. 0o que estamos acostumbrados a

considerar como hojas muertas son en realidad el opuesto mismo a la inutilidad, y



deben reintroducirse en el suelo en Kugar de ser barridas por el jardinero. Si quien

no cree en esto prueba, los productos 9ceni, culti#ados en suelos tratados con el

principio de que todo lo que procede del suelo debe #ol#er a %l, se con#encerá

pronto de la correcci"n de este principio. 0a idea de que +a naturaleza esderrochona es err"nea S"lo nos lo parece a nosotros porque no la entendemos.

0as hojas muertas podridas proporcionan las sales minerales más #aliosas para el

suelo, siendo una de las más esenciales el potasio. 3asta las cenizas de las hojas

muertas quemadas y la madera quemada ;carb"n #egetal son de gran #alor.

Entonces, 5por qu% no #amos a aplicar al cuerpo humano ;con ciertas reser#as

un principio que se aplica en toda la naturaleza8 El modo más sencillo de

responder a esta pregunta consiste en considerar los constituyentes de la orina.

'ero antes de hacerlo hemos de decir algo sobre la poca fiabilidad de los

análisis de orina como medio de diagnosis. 2unque el análisis de orina sigue

siendo una práctica habitual entre los m%dicos ortodo!os, se ha demostrado que

los elementos de la orina y su condici"n general dependen mucho más del

carácter de la corda y la bebida ingeridas por el paciente que de una enfermedad

real o imaginada. )i siquiera la presencia de az(car puede considerarse como una

se6al infalible de diabetes. Esto lo he demostrado a mi entera satisfacci"n

tomando durante un día nada más que bebidas hechas con pol#os dulces

químicos y helados muy endulzados como s"lidos. &on esa dieta, a las doce o

catorce horas la orina de una persona saludable se carga de az(car, sugiriendo al

doctor que tiene diabetes. Errores similares se han cometido con respecto a la

alb(mina encontrada en la orina como consecuencia de una dieta mal equilibrada.

3ace unos a6os, un amigo mío relacionado con una compa6ía de seguros de #ida

rechaz" #arias 1e!ploraciones1 por causa de grandes dep"sitos de alb(mina en laorina. inalmente someti" a in#estigaci"n a tres de esos hombres. 2lterando su

dieta, lo que parecían ser indicaciones de la enfermedad de right, nefritis o

albuminuria desaparecieron pronto, y en un e!amen siguiente del doctor de la



compa6ía les dijo que debían haber tenido 1inflamaciones locales1 durante el

e!amen en pre#io. Sobran los comentarios.

Drea ) ;nitr"genoDrea

&reatinina ).

&reatinina

2cido (rico ).

Tcido (rico

2mino ).

2mmonia .Sodio

'otasio

&alcio

Magnesio

&loruro

Sulfato total

Sulfato inorgánico

osfato inorgánico

p3.

2cidez total como &.&.

)U<L ácido

GP<.@IH

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Esto es significati#o, por cuanto que muestra la cantidad de #aliosas sales

minerales contenidas en una orina saludable* '2:2 apreciarlo hay que estudiar el

sistema bioquímico de la medicina. 2(n así, tal como 49K9MS* hay 2M'092S

#ariaciones en la composici"n urinaria, de acuerdo con las bebidas y comidas

consumidas por ejemplo, tornando a IL indi#iduos normales, y teniendo en cuenta



que la media de urea n. es de GP, la cantidad má!ima obtenida es de <.PH y la

mínima de HP. en cuanto al #olumen de orina pasada, #aria mucho de acuerdo

con la dieta y la estaci"n del a6o además, la, orina pasada por la noche es un

cuarto o la mitad de la pasada por el día a la #ista del análisis superior, podemoshacemos la siguiente pregunta$ si los elementos que re#ela la orina no son

requeridos por el cuerpo, 5por qu% los químicos y bioquímicos de nuestro

alimentos enfatizan su #alor y declaran que son esenciales para el mantenimiento

del cuerpo8.

0a idea de que la orina contiene elementos #enenosos que el cuerpo está

tratando de eliminar se basa s"lo en teoría, y no está demostrada por hechospuesto que los super#i#ientes de naufragios que #an en botes o almadía suelen

beberse su orina cuando el suministro de agua es deficiente, si bebieran un

líquido #enenoso morirían o enfermarían. lejos de eso, se afirma que la práctica de

beber orina es inocua pero ;tal como el departamento m%dico de la marina se6al"

por carta en respuesta a una pregunta 1 el beneficio obtenido no es tan grande

como podría parecer a primera #ista, pues en los casos de deshidrataci"n la

producci"n de orina baja hasta un ni#el ínfimo más adelante har% un comentario

sobre esto. Entretanto, comentar% que lo que puede ser un 1#eneno1 cuando está

separado de su entorno natural. puede no actuar como tal cuando per)anece en

ese entorno $ la profesi"n m%dica debi" quedar impresionada cuando a principios

de siglo &harrin escribi" un libro entero sobre los #enenos de la orina, pero tal

como el profesor Kean :osntad ;ya citado ha escrito desde entonces$ 1no está

lejano el tiempo en que será imperati#o escribir sobre las bendiciones de la orina1.

ciertamente, tal como #eremos en estas páginas, el hecho más sobresaliente es

que la orina, por espesa concentra da, escasa y aparentemente 1#enenosa < quepueda aparecer al inicio de enfermedades como la de rigth$ gripe y otras muy

pronto se filtra y aumenta mucho de #olumen cuando se bebe libremente. Este es

un hecho que he atestiguado, junto con otros practicantes de la terapia de orina,

en cientos de los llamados casos desesperados, y es la respuesta mejor y más



definiti#a a la objeci"n que estoy tratando otra objeci"n que se ha propuesto

;especialmente por quienes han puesto su confianza en los 1príncipes1 de la

medicina es la siguiente$ si en otro tiempo se supo que la orina era un remedio

#alioso, 5por qu% ha caído en descr%dito8 pero los que plantean esta pregunta nodeben estar familiarizados con los hechos más elementales de la historia m%dica

ortodo!a, que consiste en una larga serie de cambios de política, cambios de

medicina cambios de tratamiento, de modas y 1supersticiones e!plotadas1 de

alterca de en#idias e incluso de persecuciones. 2lgunas de los 1remedios1 más

e!tra6os han estado de moda durante unos a6os, para ser considerados a6os

más tarde como una de las más bárbaras supersticiones por ejemplo, al famoso

&ardenal :ichelieu le dieron a beber en su lecho de muerte e!crementos decaballo en #ino, y no eran unos charlatanes, sino hombres que hoy en día serían

calificados de doctores. ;J%ase !e*ils !rugs and !octors de 3. O. 3aggarf.

M3.4. no estoy dando a conocer 1secretos de estado1 al aludir a la inestabilidad

que caracteriza a la profesi"n m%dica ortodo!a. 3ablando en el VingFs &ollege

3-M. School el < de octubre de <H<P, el cirujano general Sir Oatson &heyne,

M.'., pedía a los estudiantes que recordaran$

10a medicina no es una ciencia e!acta. Mucho de lo que se está ense6ando no es

cierto cuando hay que tratar de la #ida, se sabe tan poco del cuerpo #i#o que no

se puede ser dogmatico s"lo se pueden establecer hip"tesis que se mantendrán

por un d fa y luego pasaran$ así como las ense6anzas de hace seten a6os nos

parecen muy curiosas y no muy sensatas e!acta. mente lo mismo sucederá dentro

de cuarenta a6os1 +the ti mes, de octubre de <H<P.

0a #erdad de esto puede aplicarse hoy lo mismo que en quizá a(n más. no es unae!ageraci"n decir que, lejos de 1ser una ciencia e!acta. a pesar de todas las

pruebas 1científicas1 a que son sometidos los pacientes en estos días, sigue

siendo una ciencia tan ine!acta que se sabe que diez doctores diferentes han

dado diez diagn"sticos diferentes de una dolencia aparentemente tan simple como



dolores de cabeza. en el diario americano &iberty de enero de <H?P apareci"

un significati#o artículo de un hombre de casi treinta a6os que relata sus intentos

de librarse de ese molesto problema consultando sucesi#amente a diez doctores*

al final de su a#entura seguía con el dolor de cabeza como la historia essignificati#a y no carece de ironía y sentido del humor, podemos condensarla

aquí.

El pri)er doctor le dijo que tenía una obstrucci"n en la nariz debía consultar con

un especialista* el segundo le dijo que no y tenia ning(n problema en su nariz*

pero que debía #er a un oculista, el tercero le dijo que tenía tensi"n baja y debía

ponerse inyecciones el cuarto le dijo que tenía la tensi"n alta y debía hacer dietapara bajarla* el quinto que tenía el hígado hinchado y debía seguir un tratamiento

el%ctrico* el se!to le dijo que su hígado no estaba hinchado, pero que no

segregaba suficiente bilis* el s%ptimo le dijo que la glándula pituitaria no le

funcionaba bien y debía ponerse inyecciones glandulares* el octa#o le dijo que

sufría de en#enenamiento intestinal y tenía que comer y fumar menos* el no#eno

no le dijo que era un caso de debilidad ner#iosa y tenía que tomar unas píldoras*

el d%cimo le dijo que en realidad no tenía nada, +y que sus dolores de cabeza eran

simples dolores de cabeza....2l citar este artículo no estoy queriendo decir que los

doctores sean unos ignorantes. 'or el contrario, están tan llenos de erudici"n /que

los árboles no les dejan #er el bosque. Esa es una de las razones de que antes o

despu%s rechacen un remedio simple en beneficio del complejo, por muy eficaz

que haya demostrado ser el remedio simple.

Dna objeci"n final que se puede plantear contra la ingesti"n de orina ;aunque no

es un argumento contra su #alor terap%utico es que el sabor debe ser tan1profundamente ente #omiti#o1 que s"lo los h%roes-podrían atre#erse a beberla sin

embargo, la suposici"n es incorrecta por ejemplo, el sabor de una orina saludable

no es tan desagradable corno el de las sales de Epsom la orina de la ma6ana es

s"lo algo amarga y salada pero tal como hemos mencionado, cuanto más



frecuencia se bebe más inocua se #uel#e* y tal como cabría esperar, su sabor

#aría de día a día e incluso de hora a hora de acuerdo con los alimentos que se

han ingerido incluso la orina que se pasa en algunas enfermedades gra#es no

tiene un sabor tan malo como su apariencia podría sugerir.

2hora, tras haber citado testimonios antiguos y modernos del #alor terap%utico de

la orina, y habiendo tratado las objeciones antes mencionadas, resumir% las

e#idencias recogidas en muchos a6os de práctica y e!periencia personal de

aquellos que están en posici"n de conocer los hechos reales.

0a orina se filtra al entrar en el cuerpo* se hace cada #ez más y más pura inclusoen un solo día de #i#ir de ella, más agua del grifo si se necesita primero limpia,

luego libera las obstrucciones y finalmente reconstituye los conductos y "rganos

#itales estropeados por la enfermedad en realidad no s"lo reconstituye los

pulmones. páncreas, hígado, cerebro, coraz"n etc., sino que tambi%n repara los

re#estimientos del cerebro, intestino y otros, tal como se ha demostrado en el caso

de muchas enfermedades /mortales, como la consunci"n de los intestinos y la

peor forma de colitis. En suma, consigue lo que los ayunos a base de agua y

zumos de frutas ;frente a lo que dicen algunos natur"patas no pueden nunca

conseguir.

0a prueba de esta afirmaci"n se encontrará en los historiales presentados en las

siguientes páginas.



". #I AUTOCURACIÓN

2unque en este libro preferiría e#itar el primer pronombre personal, sí

quiero ser con#incente, y dadas las circunstancias, no me es posible e#itarlo pues

como ya hemos dicho, +un gramo de e!periencia #ale más que una tonelada de

argurnentos.

Mi primer paciente fui yo mismo sucedi" 5sí 4urante << (ltima guerra, a la edad

de ?@ a6os, me present% a e!amen m%dico bajo lo que se llamaba el Esquema

4erby y fui rechazado por cuatro doctores que afirmaban que era consunti#o. Me

urgieron, además, para que me pusiera bajo el cuidado de un m%dico. Enconsecuencia, consult% con una especialista. Sin embargo, trat" mi condici"n

considerando que no era muy gra#e, dici%ndome que era más de tipo catarral que

consunti#o y aconsejándome mucho aire fresco, sol y una dieta nutriti#a. Seguí su

consejo y en un a6o gane unos < Ag. 'ero como no estaba satisfecho con mi

condici"n consult% con otro especialista, quien me dijo que tenía los dos pulmones

afectados y que, a pesar de lo que había dicho el otro especialista, era consunti#o

y debía mantener mi fuerza con una dieta rica en azucares y f%culas. inalmente

me entr" diabetes y me sometieron a un r%gimen drástico totalmente diferente,

que consistía en ayunar cuatro días de cada semana a base de tres litros de agua

fría tomada a sorbitos, mientras los otros tres días se me permitía un 1bocado1 que

s"lo ser#ía para estimular mi apetito, por no hablar de que masticaba cada trozo

en tal grado que acab% con la boca llagada, los dientes doloridos, las encías

hinchadas y la lengua abultada. 2demás de esas incomodidades, sufrí de

insomnio, ner#ios desgastados y temperamento muy irritable. Seguí el r%gimen

ininterrumpidamente durante diecis%is semanas, y aunque me desapareci" la tos ylas condiciones catarrales, y tambi%n una dolorosa ciática que me aquejaba, la

cura me parecía más desagradable que la enfermedad. El resultado final fue que,

tras dos a6os de este tratamiento perdí la fe en los doctores e inici% una serie de



a#enturas por mi mismo, aunque en gran parte en contra del consejo de los

m%dicos.

)o prolongar% esta historia dando todos los detalles* baste decir que, llegado unmomento en que me sentía muy d%bil y enfermo record% el te!to del J 'ro#erbio,

que dice$ 1bebe el agua de tu aljibe y los raudales que manan de tu pozo1, te!to

que, a su #ez, me record" el caso de una jo#en cuyo padre le hizo beberse la

orina cuando estaba enferma de difteria, y se cur" en tres días. Me #inieron otros

casos a la mente ;de ictericia uno de ellos que se habían curado con los mismos

medios eso no fue todo* record% la respuesta del doctor, unos a6os antes, cuando

le pregunt% que como podía saber por mi orina que tenía enfermos los pulmones yel páncreas. :ecuerdo que, en mi inocencia, le dije$ 1si por la orina pierdo az(car y

tejido #ital, 5porqu% no beberla y reemplazar de ese modo dichos elementos81 el

me contest" que los "rganos no podían asimilar 1materia muerta1. Sin embargo,

tal como he demostrado desde entonces, eso s"lo era una falacia te"rica.

= llegado a este punto debo hacer una digresi"n. :econozco que es

dogmáticamente imprudente afirmar que cualquier te!to dado de las escrituras

denote esto o aquello, pues muchas personas leen en la iblia e!actamente

aquello que desean encontrar. Sin embargo, creo, y sigo creyendo, que el te!to

que he citado, y muchos otros, hacen referencia al líquido #ital que tenemos

dentro de nuestros cuerpos* y al creerlo actu% de acuerdo con esa creencia,

encontrando al final que result" ser mi sal#aci"n física. ortificado por mi fe en que

lo que pensaba era la interpretaci"n correcta del te!to, ayun% durante cuarenta y

cinco días en los que no tom% otra cosa que orina yagua del grifo... + y eso a pesar

de la a afirmaci"n del doctor de que once días sin alimento era lo má!imo quepodía resistir un ser humano tambi%n me frot% el cuerpo con mi orina, factor %ste

muy importante en la curaci"n, que tratar% en el cap. <. inalmente rompí el

ayuno con carne cruda de #aca, y aunque no me dio más incomodidad que un

hambre #oraz, sin embargo comí con precauci"n durante un tiempo, y seguí



bebiendo mi orina, obser#ando que sus cambios en temperatura, cantidad, sabor,

etc. 4ependían casi enteramente de lo que comía o bebía, y de la cantidad de

ejercicio que hacía.

2l final de ese tratamiento me sentía, y era, /un hombre totalmente nue#o1.

'esaba QL Ag, estaba lleno de energía y parecía diez a6os más jo#en de mí edad,

además de tener una piel como la de una jo#en. Nenía treinta y seis a6os, y ahora

más de sesenta. Sin embargo, gracias a que me bebo hasta la (ltima gota de

orina, de que #i#o con una dieta bien equilibrada, y de que nunca como más

alimento per diem de lo que considero que requiere mi cuerpo, me siento y

parezco mucho más jo#en que la mayoría de hombres de mi edad,manteni%ndome libre de esas dolencias mayores y menores de las que se dice

que el cuerpo es heredero.

Nras haber relatado los detalles esenciales de mi autocuraci"n y todo lo que

contribuy" a su continuaci"n, a6adir% simplemente que en <H<P, con#encido de

que el conocimiento no debe 1esconderse egoístamente bajo un jarro1, sino que

debe compartirse con los compa6eros, empec% a aconsejar y super#isar en la

misma línea los ayunos de otros. 'or tanto, el resto de este libro está dedicado en

gran parte a los resultados obtenidos con los pacientes de una gran #ariedad de

enfermedades, incluyendo casos de cáncer m%dicamente diagnosticados,

enfermedad de rigth, gangrena y muchas otras que desde el punto de #ista

ortodo!o se etiquetaban como incurables.



$. GANGRENA

El m%dico ortodo!o considera sin esperanza de curaci"n a la gangrena, descrita

en lenguaje simple como 1la muerte de una parte1. 1la gangrena se ha asentado1

es una frase in#ariablemente aceptada como la (ltima fase que precede

inmediatamente al fallecimiento de la #íctima. &uando se produce gangrena

despu%s de que se ha amputado un dedo o un miembro, suele ser fatal,

especialmente en el caso de personas que han pasado la edad mediana. Sin

embargo, he demostrado que se puede curar fácilmente.

Mi primer encuentro con los estragos de la gangrena se produjo en <PH<, cuandoera un escolar de diez a6os. Mi compa6ero de escuela más pr"!imo lle#aba #arios

días quejándose de dolor en la cara cuando le lle#aron al dentista para la

e!tracci"n de una muela situada en la parte trasera de la mandíbula.

4esgraciadamente se fue con la muela una parte de la mandíbula y se gangren".

0e aplicaron medicamentos y ungWentos para reducir ;o quizá sería mejor decir

suprimir la hinchaz"n, pero muri" diez días despu%s.

Sucedi" que en aquel mismo tiempo tambi%n tenía yo un carrillo hinchado. 'ero el

remedio que me aplic" mi madre ;que era hija de campesinos, dicho sea de paso,

era muy distinto del 1científico1 que habían aplicado los doctores a mi jo#en amigo.

En realidad mi carrillo hinchado se debía a la picadura de muchas abejas, pues

había molestado a una colonia de esos interesantes insectos. 4e todos modos era

muy doloroso, hasta que mi madre me lo cur" completamente ba6ándome el

rostro con orina # #endándolo con trozos de pa6o remojados en ese líquido

curati#o y estrujados. Mi carrillo estaba normal a las pocas horas.

Se le sugiri" ese tratamiento a los padres de mi compa6ero de escuela, pero lo

rechazaron con desprecio y e!presiones de disgusto. 4espu%s he llegado a saber



que las compresas de orina, combinadas con su ingesti"n y el ayuno, hubieran

sal#ado a mi desafortunado amigo.

Dn a6o más tarde, un jo#en conocido nuestro moría de gangrena, del tratamientom%dico que le dieron o quizá de ambas cosas. Mientras estaba enfermo solía ir a

leerle, y durante una de mis #isitas lleg" el doctor. Era un m%dico muy locuaz y,

tras unas palabras de aliento, a6adi" que quien encontrara una cura para tan

temible aflicci"n merecería una corona de oro. Si hubiera 1leído, subrayado,

aprendido y digerido1 el #iejo libro que ya he citado sobre el #alor de la orina para

1cualquier herida #erde hubiera sabido que #a se había encontrado una cura

hacía a6os. 'oco pens% entonces que me sería dado demostrar la #erdad de esafrase, +y mucho menos no se me ocurri" pensar que no recibiría una corona de oro

-sino, nos se me ocurri" m metaf"ricamente ente hablando, una de espinas 'ues

aunque ello no sea rele#ante para este libro, he tenido que sufrir por mis doctrinas

y su demostraci"n.

En <HL trat% el primer caso de gangrena la paciente tenia I? a6os había estado

al cuidado de un m%dico de radford bien conocido que era una autoridad en

ayunos ?, dietas. había tenido anemia, los pulmones mostraban signos de gra#es

perturbaciones turbaciones y tenía una condici"n gangrenosa en un pie, con una

serie de erupciones cutáneas de #arias dimensiones en ambas piernas. tenía una

ictericia por la que su tez parecía aurasiática, y el blanco de los ojos estaba

amarillo. tenía el abdomen hinchado y duro, I, el cuerpo delgado y flaco casi hasta

la demacraci"n.

2unque el doctor aceptaba que se probara mi m%todo al me nos durante un mes,yo no deseaba aconsejar en aquel caso, pues pensaba que se necesitaría un

período no menor a o setenta días para recuperar la salud de la paciente. sin

embargo, para mi sorpresa, algunos hechos estim antes se produjeron con gran



rapidez, dándome la oportunidad de obser#ar que la gangrena está lejos de ser la

condici"n desesperada que el p(blico y los doctores nos han hecho crear.

4espu%s de que la paciente lle#ara diez días ayudando a base de agua y de supropia orina, frotándose el cuerpo y aplicándose compresas, los ri6ones e

intestinos funcionaban haciendo 1horas e!traordinarias1 y aunque las erupciones

habían aumentado eran menos irritables. 0a respiraci"n se normaliz" y tranquiliz",

la paciente dormía mejor y, sobre todo, el pie gangrenoso empez" a dar signos de

curaci"n.

2 los dieciocho días de ayuno el pie estaba totalmente no normal* la orina habíaformado una nue#a piel y no había ning(n rastro de abrasiones. el pie se había

curado sin que ni siquiera quedaran cicatrices.

53emos de sorprendernos por ello, si comprendernos que < orina no es materia

muerta, sino, por 5sí decirlo, carne, sangre tejidos #itales en una soluci"n #i#a8

&omo resultado de esa curaci"n, me in#itaron a hacerme cargo de otro caso de

gangrena. se trataba de una mujer de cuarenta a6os. Su pierna derecha se

hallaba en tal estado de putrefacci"n que el m%dico le aconsejaba amputaci"n.

El problema se había iniciado des a6os antes con una hinchaz"n del tobillo. Se

había achacado a su ocupaci"n, que la obligaba a estar mucho tiempo arrodillada

sobre un suelo de piedra. Se ha sometido a muchos tratamientos, ortodo!os y no

ortodo!os, pero sus aflicciones aumentaban. Sufría de estre6imiento gra#e,

hemorroides, eccema, anemia, insomnio, ties ner#iosos, depresi"n general, boca ylengua llagadas, dolores de cara, erupciones en las esquinas de los labios y. sobre

todo. Se le habían producido más ca#idades en la pierna gangrenosa. Sin

embargo, a pesar de sus tribulaciones era una mujer de gran espíritu y no tu#e



dificultades para persuadirla a que ayunara tomando la orina que pasaba y hasta

tres litros diarios de agua fría que tenía que beber a sorbitos.

4urante los cinco primeros días empez" a desaparecer la penitencia de laserupciones y la piel de todo su cuerpo empez" a pare más saludable en todos los

aspectos. el dolor del rostro desapareci" al segundo día, a la tercera noche durmi"

bien tras, #arias emanas de insomnio, y al final de la primera semana los

intestinos, ri6ones hacían 1horas e!traordinaria8 y se le curaron las hemorroides

en una quincena no había ning(n signo de gangrena y le había crecido una nue#a

piel en el lugar de las ca#idades. 0a pierna enferma. Bue había llegado a tener un

tama6o que doblaba a latra, era ahora completamente normal$ +)i siquiera unacicatriz le ecordaba lo que había sufrido despu%s puse a mi paciente recurriera

una dieta de u#as plátanos y tomates crudos durante una semana y en peque6as

cantidades a6adiendo leche fresca o pasterizada en la en la segunda semana* en

la tercera semana #ol#i" a una dieta normal.

Seg(n mi e!periencia, la gangrena suele tener una respuesta mucho más rápida

que cualquier otra de las enfermedades 1mortales1 lo que puede #erse en un bre#e

resumen de historiales que inserto a continuaci"n. 4ebo a6adir que casi todos los

casos fueron tratados despu%s de que el m%dico hubiera aconsejado la

amputaci"n.

2 Mrs. E. se le gangrenaron dedos y pies tras una parálisis producida tras la

administraci"n de #acunas cuarenta # ochos días de a#uno. 0a orina cur" los pies

y dedos en los primeros L días.

Mr.4. Xangrena diab%tica del antebrazo izquierdo. 2yuno de @P días para la

diabetes. razo completamente normal tras <P días. Sin cicatriz.



Mr. K.O.. ;GL a6os de edad. Xangrena de primera y segunda articulaci"n del

pulgar, producida por un martillazo en trabajo de alba6ilería. Nratado durante <P

semanas como paciente e!terno en 0eeds X.9. 3ueso eliminado hasta primera

articulaci"n. 0a descoloraci"n se e!tiende hasta la mu6eca. 2yuno de acuerdo conmi m%todo, aplicaci"n de compresas de orina a toda la mano mu6eca y brazo.

curado en una semana.

Miss &.2. ;<L a6os de edad en <H?L. 2nemia. Xangrena de ambas piernas tras

seguir tratamiento supre#iso de psoriasis. Xrandes áreas con p%rdida de piel y

carne #i#a en ambas pantorrillas. 2yuno de <P días. &uraci"n completa, no más

anemia, no más psoriasis, sin cicatrices en la pierna gangrenosa. &rece cuatrocentímetros durante el ayuno. 2hora es miembro del 2.N.S. en las 3-M. orces.

2ltura superior a la media.

Mrs. . 4edo gangrenoso, tambi%n conjunti#itis gra#e tras un a6o de uso de

atropina. 2yuno < días por la gangrena, tras una semana de descanso un

segundo ayuno por la conjunti#itis, que se elimin" a los ? días ?P a6os de edad

en <HQ. toda#ía sigue pareciendo tener la misma edad.

Mr. K.9. ;I@ a6os de edad. 'ulgar cortado por el hueso. El doctor le atendi" el

mismo día. Se produjo gangrena. 0a decisi"n de amputar del cirujano rechazada.

2yuno de <@ días. &uerpo frota do con orina. Emplasto sobre el dedo con orina

muy fuerte # #ieja mejoría tras tres días de tratamiento. &ura completa a los doce

días.

Mr. ). ;de II a6os de edad. Xangrena tubercular en ambas piernas. 0oscirujanos querían amputar los miembros. Su esposa se neg". &ondici"n muy

demacrada u paciente. Xran depresi"n tras el e!ceso de medicamentos. 2yuno de

@ días de acuerdo con mi m%todo. 2hora camina tan bien como cualquiera y le

gusta hacer ejercicio.



Mrs. 9. ;@P a6os de edad. Xangrena de ambas piernas y pies tras derramársele

una olla grande de aceite hir#iendo. Nratados con emplastos durante tres semanas

por los m%dicos. :esultados desastrosos. 2yuno de P días, con el tratamiento

usual que propongo. Marcada mejoría tras diez días- #uelta a la salud normal trasuna quincena.

'odría citar muchos otros casos, pero no deseo abultar este libro con un n(mero

innecesario de historiales, cuando unos pocos bastan para con#encer a quien no

est% lleno de prejuicios. creo que puedo decir que lo que he escrito aquí acaba con

el dogma de que la gangrena es incurable,

'roporcionaremos aremos os ahora e#idencias que acabarán con otros dogmas

m%dicos, especialmente el de la 1incurabilidad1 del cáncer.



%. TU#ORES & C'NCER ()*

En <H<, el finado 4r. . orbes-:oss, m%dico londinense plenamente cualificado,

escribi" un libro titulado &áncer-9ts Xenesis ande Nreatment. Nras #einticinco a6os

de práctica m%dica había llegado a la conclusi"n de que la malignidad y otros

tumores se debían a una dieta insuficiente en sales naturales especialmente

potasio. sometiendo a sus pacientes a una dieta más equilibrada ;tal como la que

yo propongo y administrándoles sales de potasio en forma asimilable. &ur" un

gran n(mero de casos de esa. Nemida enfermedad. Sin embargo, despu%s de su

muerte, ni un solo hospital ni ninguno de sus colegas se sintieron inducidos a

seguir el tratamiento* tan firmemente estaba arraigado el dogma de la profesi"nm%dica de que el cáncer se debe tratar e!clusi#amente con el bisturí o el radio. Su

libro está agotado ahora. Sigue estando a la #enta en cambio. o al menos hasta

fechas muy recientes. El libro de un cirujano, Mr. &. '. &hilde, que propone la

rápida inter#enci"n con el bisturí de cualquier crecimiento que parezca

sospechoso. ;J%ase 4octors, 4isease and 3ealdth, tambi%n Jictory o#er &áncer y

3ealth, 4iet and &ommonsense, de &yril Scott.

)o estoy preparado para acerca de los m%ritos dem%ritos de> m%todo del 4r.

orbes-:oss, pues no se me ha pedido que lo pruebe. 'ero el tratamiento de su

libro demuestra el escaso espíritu democrático que predomina en la profesi"n

m%dica y debería hacer pensar a los miembros inteligentes de la sociedad en el

moti#o de que se siga diciendo que el cáncer es una enfermedad incurable, ahora

que el dogma ya no es cierto ... si es que lo fue alguna #ez. 3ubiera resultado más

#eraz decir que muchos pacientes aquejados de cáncer no se pudieron curar. 'ero

como ya he dicho en otro lugar, lo mismo ha sucedido con muchos pacientesaquejados de gripe.

En cuanto al tratamiento quir(rgico de un tumor canceroso, el finado 4r.

:abagliati,C de radford, me admiti" que en la primera parte de su carrera, antes



de que le conociese, había realizado no menos de quinientas operaciones

importantes de tumores, pero que la uniforme falta de %!ito con el bisturi le había

lle#ado a buscar, por desgracia en #ano, otros medios más efecti#os de tratar el

cáncer.

Mi primer caso de cáncer m%dicamente diagnosticado fue el de una enfermera de

casi setenta a6os. 3abía atendido más de cincuenta casos de malignidad en el

curso de sus acti#idades profesionales y dice poco en fa#or de la política de

e!tirpar los tumores cancerosos el que, mucho antes de tener ella uno, se hubiera

jurado no someterse nunca al bisturí. Era una 5e las numerosas personas que se

hallaban en posici"n de saber que, por muy doloroso que fuera un tumor antes deuna operaci"n, ese dolor era sua#e en comparaci"n con el que se e!perimentaba

despu%s de que el cáncer recurriera.

Y&uando la #i por primera #ez hacía ya #arios meses que tenía el tumor, y ya se le

había e!tendido desde ambos pechos bajándole por los dos hombros. 0e daba

pocos problemas, más allá de algunas punzadas ocasionales. )o había

consultado con ning(n doctor, pero un día que estaba en la cama con gripe se #io

obligada a llamar a un m%dico, quien al e!aminarla descubri" la condici"n de su

pecho lamentando que fuera ya demasiado tarde para operar... +y dándole diez

días más de #ida.

4espu%s el caso lleg" a mis manos. 0a paciente realiz" un bre#e ayuno a base de

agua y su propia orina. 4ur" diez días. 0uego le recet% una dieta ligera a base de

una comida al día, más la ingesti"n generosa de la orina que pasara. )o se

obser#" ning(n efecto sobre el tumor* pero la salud general y el ánimo de lapaciente me joraron de manera asombrosa. 'osteriormente el tumor dej" de darle

problemas. Se retir" a un lugar de la costa a. Ji#ir con un pariente que se burlaba

de mis teorías, y que, aunque los doctores no habían conseguido curarle su asma,

#eneraba el santuario de la ortodo!ia medica. Mi paciente muri" seis a6os más



tarde, dos horas despu%s de que un m%dico le diese par un catarro unas píldoras

de aspecto inocente. Solo #i en una ocasi"n despu%s de <H<P.<H<H.

4esde mi punto de #ista, este caso fue, desde luego, insatisfactorio. 'ero en ciertamedida sir#e para demostrar lo que muchos m%dicos heterodo!os han

manifestado$ que si no se interfiere los tumores con el bisturí no matan

necesariamente al paciente, e incluso pueden no causarle problema.

Se cita un caso en uno de los libros m%dicos relati#o a una anciana que #i#i" hasta

los HG a6os con un tumor canceroso en el pecho desde que tenia @L. Jarios

doctores a los que había llamado por dolencias menores desearon abrírselo, peroella se había negado siempre afirmando que no le producía dolores ni molestias.

4e además que no creía en el bisturí.

4esde mi primer caso de 1cáncer1 he tratado. En #arias fases de la enfermedad,

un gran n(mero de nue#os casos diagnosticados como cancerosos, algunos de

los cuales incluso habían sido tratados m%dica o quir(rgicamente en

consecuencia, he podido recoger muchos datos interesantes sobre el tema, la

mayoría de los cuales contradicen las teorías alopáticas y las suposiciones

populares. Sin embargo, #iendo el dogma de que el cáncer aut%ntico es incurable,

y #iendo una ley promulgada que prohíbe a cualquier profano sugerir siquiera que

puede curar ;o que presumiblemente ha curado la malignidad, debemos suponer

que todos estos casos que profesionales de la medicina suponían cancerosos

habían sido err"neamente diagnosticados.

'rimero mencionar% bre#emente en conjunto los casos de cinco mujeres a las queclasificar% como 2&, pues ninguna había tenido un tratamiento pre#io y los

tumores les habían crecido recientemente. Estos casos sugieren, al menos, lo

prudente de tomar medidas prontas y correctas. Sin embargo, primero he de

poner de relie#e que ning(n caso de estas pacientes había sido etiquetado de



canceroso. )o obstante, para asegurarme, hice ayunar a cada una de ellas

siguiendo mi m%todo, además de aplicarles compresas de orina con total %!ito*

pues además de la desaparici"n de los tratamiento produjo un estado general de

salud muy superior al que e!perimentaban antes de los ayuno de hecho, sustumores desaparecieron de modo tan completo que todas quedaron con#encidas

de que no habían sido malignos* especialmente porque e#ito emplear en mis

consultas t%rminos como cáncer, malignidad tumores. 'or otra parte, hay que no

todo n"dulo o bulto que se forma en el cuerpo es maligno, aunque s"lo un m%dico

tiene la capacidad o autoridad de etiquetarlo como milagro o de otro modo. 'or

desgracia esta norma produce que muchos bultos comparati#amente inocuos

sean etiquetados como malignos cuando de hecho no lo son, o que se aconsejeuna operaci"n en el caso de que se #uel#a maligno. En consecuencia, cientos de

bultos insignificantes han sido tratados quir(rgicamente como si se tratara de una

dolencia gra#e, acabando por producirse un cáncer, pues ni los doctores ni los

legos se han dado cuenta toda#ía de que el mejor modo de atraer la malignidad

consiste en la multilaci"n del pecho femenino o de cualquier otra parte de> cuerpo

humano.C

&itar% ahora el historial de Mrs. :. ;<H?. En aquel tiempo estaba comenzando

los cuarenta. &ondici"n$ an%mica, por debajo de la altura media, por debajo del

peso normal, bulto del tama6o de un hue#o de gallina en uno de los pechos.

4iagnosticado corno cáncer por el finado 4r. :abagliati, urgi%ndole a la operaci"n

in <L que fue rechazado. 2yuno a base de orina = litro y cuarto de agua fría del

grifo al día. El esposo le frota con su propia orina de la cabeza a los pies durante

dos horas al día, lle#ando día noche sobre ambos pechos compresas de orina.

&uraci"n en diez días. Juel#e < 4r. :abagliati doce días despu%s de la (ltima#isita y no puede encontrar rastro de anormalidad en el pecho. 0a anemia tambi%n

ha desaparecido y < paciente ha recuperado su salud por completo.



3e aquí otro caso ;<HI- Mujer de mediana edad. Numor de ciertas proporciones

situado cerca de la a!ila. 4os cirujanos aconsejan operaci"n, pero hacen una

concesi"n a la sugerencia de una hija de que la paciente debe descansar y tomar

una nutrici"n muy ligera antes de enfrentarse a la prueba. 'or tanto se acord" quela operaci"n se realizaría en el hospital una semana despu%s. Sin embargo corno

la hija de la paciente había obtenido un gran beneficio del ayuno a base de orina,

con#enci" a la madre de que entre tanto probara el tratamiento. En cinco días no

quedaba rastro del tumor. 4ebo a6adir que dos días despu%s de que la paciente

se hubiera presentado en el hospital para la operaci"n llam" el doctor de la familia.

Estaba indignado de que hubieran hecho caso omiso de sus consejos y

disposiciones, pero cuando e!amin" a la paciente y #io que su condici"n eratotalmente normal, no tu#o más que decir. 4espu%s llam" a sus colegas, los

cuales, por decirlo sua#emente, quedaron e!tremadamente asombrados y,

humanos corno eran, no del todo complacidos. 3e a6adido esta parte de la

historia, simplemente para demostrar que la paciente fue apropiadamente

e!aminando despu%s de su recuperaci"n. En el momento de escribir esto tiene

bastantes a6os más y se encuentra perfectamente.

'uedo citar ahora el caso de una mujer jo#en a la que le había crecido un tumor

en el pecho. 0o cito porque ha sido el período más bre#e de desaparici"n de un

tumor maligno o una simple glándula 0áctea hinchada que yo haya presenciado

hasta la fecha. Sin embargo, creo que si la paciente se hubiera puesto en manos

de m%dicos le habrían aconsejado una operaci"n, tal corno habían hecho en

cientos de casos similares. )ada más #erla le aconsej% un ayuno con su propia

orina y agua del grifo y compresas de orina* en suma, el procedimiento que

aconsejo habitualmente. 2l cebo de cuatro días el tumor había desaparecidocompletamente.



Mencionar% ahora el caso de una se6ora que #ino a <HQ. Es instructi#o por

cuanto que demuestra otra #ez más que las operaciones simplemente tratan los

efectos = no eliminan del cuerpo la causa de la enfermedad. 2quella se6ora tenía

@L S, era bastante robusta y tenía un tumor de cierto tama6o en su pechoizquierdo, habi%ndole quitado el derecho dos a6os entes por un tumor similar.

2yun" y fue tratada de acuerdo con mi m%todo durante <H días, tras los cuales

inform" que el tumor le- había desaparecido totalmente. &omo seguía siendo

bastante robusta, aconsej% que siguiera el ayuno. 2l día P la e!amin%, no

encontr% rastro alguno del bulto y #i a una mujer que parecía mucho más jo#en y

con una menor figura de matrona.

El siguiente caso sir#e para demostrar que el mismo m%todo puede curar

dolencias que no parecen tener cone!i"n alguna entre sí. Dna se6ora jo#en #ino a

#erme con una hinchaz"n en el pecho derecho, cerca del centro del cual había un

bulto feo y de aspecto sospechoso. Nenía tambi%n dos grandes (lceras bajo la

a!ila. El m%dico de cabecera le había pedido que fuera al hospital para so meterse

a obser#aci"n, pero ella se neg", pues su madre había aceptado un consejo

similar, había sido operada... y despu%s enterrada 2demás, ella misma, habiendo

sufrido de peritonitis cr"nica, se había sometido a la e!tracci"n del ap%ndice sin

curarse de la peritonitis. Empez" ayunando durante cuatro días siguiendo mi

sistema, pero tu#o que romper el ayuno para satisfacer a sus insistentes parientes.

Sin embargo, tres días despu%s reanud" el ayuno = esta segunda #ez lo mantu#o

por <H días. 4espu%s del d%cima día había ya una notable mejoría, y al final de los

<H días no que daba rastro alguno del bulto del pecho ni de las (lceras de su a!ila.

)i siquiera quedaba la cicatriz. 'ero la peritonitis no se había eliminado ;quizá por

el tejido cicatrizante resultante de la operaci"n de apendicitis, por lo que pocodespu%s ayun" durante ?I días.

Estos historiales deberían ser#ir para demostrar que la naturaleza cura con mayor

eficacia que los llamados m%todos científicos que implican la mutilaci"n., Si las



personas que obser#an bultos sospechosos en sus cuerpos recurrieran a estos

m%todos naturales que he subrayado, y recurrieran a ellos enseguida, la

naturaleza no les fallaría. 'ero los que esperen a (ltima hora, quizá tengan que

pagar por su obstinaci"n.

4e todas formas, pienso que el dogma que afirma la fatalidad del cáncer tardará

en morir, pues en cuanto un caso es curado por cualquier m%todo, se tiende a

afirmar$ 1Entonces no podía ser cáncer.1 0os doctores que recurren a esta frase no

se dan cuenta de que están disminuyendo la capacidad de diagnosis de los

m%dicos o cirujanos ortodo!os. 5Bu% se puede hacer ante la admisi"n de los

autores de Nhe reast, los doctores 4earer y Macfarland, quienes escribieron8$13e operado unos mil casos de cáncer y todos menos seis han recurrido, y esos

seis no eran cánceres.1 = más adelante 10os malos resultados obtenidos por la

cirugía en cualquier caso de cáncer son bien conocidos por la profesi"n. 1;4r. X.

E. Oard, 3oRard Ve9ley 3ospital. altimore. El subrayado es mío. 'ero si esos

malos resultados son tan conocidos, 5por qu% la profesi"n sigue proponiendo el

bisturí, ignorando a los que obtienen buenos resultados sin cirugía, como fue el

caso del 4r. orbes - :oss y de otros desde su muerte8 3abría que mencionar

aquí al 4r. O. . Voch, de 4etroit, quien durante un período de más de L a6os ha

curado cientos de casos de cáncer, tanto e!ternos como internos, mediante una

sutil f"rmula química. Sin embargo, lejos de ser reconocido por el rthodo!

&ancer :ing estadounidense, se han burlado de %l e incluso le han perseguido.

5'or qu% tiene que ser así8

4ejo al lector inY inteligente que saque sus propias conclusiones y procedo a citar

uno o dos casos en los que los doctores recomendaron el uso del bisturí aunquetenían muy pocas esperanzas de recuperaci"n, si es que tenían alguna. Estos

casos consistían en tumores en. tras partes del cuerpo, pues hasta ahora s"lo

hemos mencionado casos de mama. &omo el lector estará familiarizado ya con el

tratamiento, dar% simplemente los detalles más simples.



Ko#en de P a6os, en <HL. Se le dan tres días de #ida. &ondici"n di#ersamente

diagnosticada como cáncer de es"fago o enfermedad #en%rea. &ura completa. El

paciente a(n #i#e.

Se6ora de G. 4iagnosticado cáncer de intestinos. &olotomía aconsejada y

rechazada. )o llegaba a los ?P Ailos y se desgastaba rápidamente. &urada en tres

semanas. &uando escribo esto tiene P@.

Se6ora de @. 4iagnosticado cáncer de mama. E!cisi"n aconsejaba seguida por

un r%gimen estricto* pero s"lo se le ofrecen d%biles esperanzas de curaci"n. 0a

paciente se niega a operaci"n completa con el ayuno de orina. Noda#ía #i#e ysigue encontrándose bien despu%s de < a6os.

Se6ora de @L. En <H?I contrae el tipo de tumor conocido como 1cáncer de

cuerda1. 0os cirujanos piden la inmediata escisi"n, pero sin ofrecer esperanza de

una curaci"n permanente, alegando que es prácticamente ine#itable el regreso y

e!tensi"n de los tumores. &urada con el ayuno de orina, etc., en ? días. )o s"lo

sigue encontrándose bienY, sino que parece jo#en y hermosa.

2l lector puede serle de inter%s que le cite lo que el 4r. :abagliati - ese m%dico

franco, ilustrado y de mentalidad abierta- dijo con respecto al tratamiento de

tumores y cánceres diagnosticados con los m%todos que he subrayado.

13e e!aminado mujeres a las que seg(n el tratamiento ortodo!o se les tendría que

haber e!tirpado uno o ambos pechos. Esos felices mortales declinaron mi consejo,

se sometieron a la terapia de orina y #ol#ieron a mi sala de consulta sin siquierauna cicatriz que sugiriera la curaci"n de la Ymalignidad incurableF.

2 muchas de esas mujeres les desaparecía el bulto o bultos en una quincena, a

algunas en solo cuatro días* todo lo cual sugiere que Mr. 2rrnstrong tiene



probablemente raz"n en su sugerencia de que la mayoría de los bultos no son

malignos hasta despu%s de que han sido interferidos medicinal = quir(rgicamente

y que en las fases incipientes los llamados :eyes M Nerror ... son algo muy

ordinario si se atacan prontamente ... de> modo correcto... el modo dedescomponer los for(nculos (lceras, tumores y cánceres en la corriente

sanguínea...

Sin embargo, aunque alg(n profano rei#indique y produzca mil curaciones de

casos, dudo que ello impresione a mi profesi"n incluso las afirmaciones de mejora

de las #íctimas de cáncer son abiertamente ridiculizadas o ignoradas. Es una triste

refle!i"n el que mi profesi"n medre con la enfermedad y con la inhumanapropaganda del alarmismo oficial y la promesa de un ma6ana, alg(n otro día, o

nunca, para las enfermedades que mi profesi"n y otros han e!plotado hasta

ahora.1

2lgunas teorías predominantes con respecto a la casuaci"n del cáncer, etc.

'ara ali#iar la monotonía de un recital interrumpido de historiales en este libro,

fijaremos por unos momentos la atenci"n en las di#ersas teorías e!istentes sobre

las causas del cáncer, con el fin de #er si guardan alguna relaci"n con mi tesis.

&omo el cáncer se produce con menos frecuencia entre los #egetarianos, algunos

carní#oros entusiastas declaran que el consumo de carne es la causa primordial

de la malignidad. 'ero si ello fuera cierro, todas las personas sal#o +os

#egetarianos ;a menos que murieran antes de la edad en la que se dice se suele

desarrollar el cáncer sucumbirían sin e!cepci"n ante sus estragos. 2demás,algunos #egetarianos mueren de cáncer. 1ueno, pues en cualquier responden los

#egetarianos, 1comer carne fa#orece la enfermedad en el cuerpo humano, y, como

mantenía Sir 2rbuthnot 0a el cáncer no se puede desarrollar en un organismo

saludable. Si un hombre que ha sido #egetariano durante mucho tiempo empieza



5e pronto a comer carne, se producen perturbaciones. 'uede citarse el caso de un

#egetariano que afirmaba que debía haber alguna grasa animal en cierta marca de

galletas de sabor bastante inusual, pues siempre que consumía una se le producía

un ligero ataque de fiebre1. Buizá, pero en contra de ello puedo citar el caso de un jo#en que, habiendo #i#ido durante un largo período con una dieta que incluía

carne pero e!cluía pastas y chocolates, tenía for(nculos y erupciones cutáneas en

cuanto comía esos alimentos. Seg(n ese razonamiento se podría argumentar que

las pastas y chocolates producen esas perturbaciones y fa#orecen la enfermedad,

por lo que son la causa del cáncer. 2l igual que hubo un tiempo en el que algunos

pensaron que los tomates eran su causa.

0a #erdad es que los deseos han jugado su papel en la malignidad, la mismo que

en otras cuestiones de intereses creados. 0os #egetarianos quieren creer que

comer carne es 1la raíz de todos los males1, y #en en ello la causa de la

malignidad = de toda una serie de dolencias.

'ero si e!aminamos el asunto con sentido com(n, otra e!plicaci"n parece ser más

razonable. 0os #egetarianos sensatos #i#en con una dieta menos desnaturalizada

que la generalidad de los carní#oros y por tanto es menos probable que

desarrollen cáncer. En cambio, los #egetarianos 1a científicos1 que #i#en sobre

todo eje macarrones, alimentos feculosos, #egetales cocidos en lugar de

#aporizados y de pastas, budines, etc. de harina blanca, #i#en de una dieta

desnaturalizada en la misma medida que los que lo hacen a base de esos

alimentos - basura más carne, y muy a menudo s"lo enlatada.

0a causa del cáncer debe ser ob#ia a los que 1son como ni6os1 y no se ciegan ala #erdad con las anteojeras del aprendizaje pseudoientífico, dejando de #er lo

simple por hallarse tan preocupados con lo complejo. 2(n así, al final algunos de

ellos se #en obligados a recurrir a lo simple. +Nras escribir enorme torno

sobrecargado de teorías conflicti#as y pronunciamientos dogmáticos de los



in#estigadores ortodo!os y heterodo!os del cáncer, el profesor . 0. 3offman ;de

D.S.2. llega a la sorprendente ; conclusi"n de que, despu%s de todo, el alimento

puede tener alguna relaci"n con la incidencia del cáncer

= sin embargo, a(n concedido esto, en la mayoría de los casos la causa no es el

alimento que la gente consume. Si no la insuficiencia de aquellas sales minerales

esenciales que se encuentran en los alimentos que no consumen, pero que

deberían consumir para mantener la sangre y los tejidos en una condici"n

saludable.

&onozco el descubrimiento que se ha hecho ;no por el &áncer :ing de quealgunas personas que han #i#ido durante alg(n tiempo en una casa situada sobre

una corriente subterránea han acabado teniendo cáncer -- obser#aci"n que puede

e!plicar el t%rmino de casas de cáncer1--, pero toda#ía tenernos que describir si

esas personas hubieran desarrollado cáncer de haber #i#ido con una dieta bien

equilibrada. Nambi%n CSeria instructi#o descubrir si aquellos casos de desaparici"n

1espontánea1 de tumores cancerosos se han producido tras mudarse a otro lugar.

Sobre tales casos, el bien conocido cirujano Mr. 3astings Xilford escribi" ;en

<HI estas significati#as palabras$ 12unque el cáncer suele considerarse como

ine#itable, se han registrado muchos casos de desaparici"n espontánea1, y nada

puede ser más cierto que esos casos registraron dos son muy pocos en

comparaci"n con los que han quedado sin registrar.1 ; 2dmisi"n esta noci#a

dicho sea de paso, que sugiere, Mr, Ellis arAer y otros ya han sugerido, que la

profesi"n m%dica y el &áncer :in pueden estar deseosos de que el p(blico

conozca la aut%ntica #erdad sobre la malignidad.

'odemos citar aquí otra teoría$ que el uso e!cesi#o de la sal com(n ;que no es un

alimento conduce al cáncer. Seg(n 1Nhe iochemic System of Medicine1, hay por

lo menos doce sales minerales importantes presentes en los tejidos = sangre

humanos saludable. 5'or qu%, entonces tomar una de esas sales y administrarlas



en la forma cruda que la naturaleza nunca quiso, y en cantidades en las que no

e!iste en los alimentos naturales8 2 demás si el cáncer es un crecimiento

fungoide, tal como se ha mantenido, seguramente habrá que sacar alguna

conclusi"n del hecho de que los horticultores rieguen los champi6ones consoluciones calientes de agua y, sal con el objeto de aumentar la producci"n. tro

punto sugerente es que, a pesar de ingerir grandes cantidades de sal en su forma

cruda, los tejidos de las personas que #i#en con una dieta mal equilibrada o

desnaturalizada pueden registrar sin embargo, una insuficiencia de cloruro sádico,

o sal com(n. El cloruro sádico es necesario, e inocuo por tanto, a los tejidos en

cantidades tan peque6as como las que se encuentran en los #egetales,

ensaladas, etc., pero es noci#o cuando se ingiere a modo de condimento.:elati#amente lo mismo puede decirse del hierro* el fosfato de hierro es una de las

doce sales de los tejidos. Sin embargo mientras los practicantes del iochemic

System of Medicine curan frecuentemente la anemia dando dosis infinitesimales

de fosfato f%rrico, el al"pata, al suministrar dosis demasiado grandes, simplemente

perturba la digesti"n del paciente y no cura el problema.

Nodo esto se6ala de nue#o la #erdad simple de que todas las enfermedades,

desde la anemia al cáncer, siempre que no est%n producidas por alguna alteraci"n

estructural o alguna causa psicol"gica profundamente asentada, tienen su origen

en una alimentaci"n equilibrada.

Sería difícil determinar en qu% medida los pensamientos de miedo conducen al

cáncer. 'ero en cualquier caso el miedo es una emoci"n desagradable, además

de noci#a si se mantiene demasiado tiempo. 'ero desgraciadamente la profesi"n

m%dica, con sus m%todos publicitarios aquello mismo qu% deberían e#itar, talcomo dice la 4ra. Marie Stopes en una carta al Nhe =orhshire 'ost del @ de agosto

de <H?P. :efiri%ndose al informe de un discurso de 0ord 3order sobre los

charlatanes de la medicina, < doctora escribi"$



1&omo yo no utilizo esas medicinas pero creo en el juego limpio británico, pido a

sus lectores que consideren que a 0ord 3order ponía objeciones primordialmente

al 1miedo1 creado por la publicidad charlatana pero seguramente. Nodos esos

miedos menores, unidos, no serán tan gra#es como el miedo al cáncer, creadototalmente por la profesi"n m%dica, cuya publicidad está en sus manos y en las de

los hospitales reconocidos* b que todas las medicinas de los charlatanes s"lo se

tragan o frotan, y no pueden hacer a nuestra raza una fracci"n del da6o terrible

que hacen las inyecciones de la profesi"n m%dica en la corriente sanguínea y

tejidos de #irus acti#os, suciedad y antito!inas. 0ord 3order pone objeciones a la

1inescrupulosa publicidad1, pero la publicidad menos escrupulosa que he #isto

nunca fue lanzada recientemente por la profesi"n m%dica cuando aconsejaba alp(blico ese #eneno, la leche pasteurizada.

Seguramente el discurso de 0ord 3order es un ejemplo soberbio de la olla que

acusa de ennegrecida a la letera1.

0a carta habla por sí misma. = a prop"sito de los charlatanes, lo es en el peor

sentido de la palabra el hombre que afirma curar lo que sabe que no puede curar.

2ntes de que fuera ilegal para mi tratar el cáncer, nunca afirme poder curar a

nadie que se hubiera sometido al tratamiento de radio. El tratamiento del cáncer

era un juego de ni6os en comparaci"n con el tratamiento de los efectos

secundarios del radio, y si hubiera ofrecido alguna esperanza de curaci"n a esas

personas habría sido un charlatán impostor del tipo más descarado.



+. ENFER#EDAD DE RIG,T- ,ISTORIALES

0a enfermedad de right se define como 1una condici"n m"rbida de los ri6ones*

el t%rmino es gen%rico e incluye #arias formas de enfermedad cr"nica y aguda de>

ri6"n, asociada usualmente con alb(mina de la orina, y frecuentemente con

hidropesía, así corno con #arios síntomas secundarios. Se dice que sus causas

son /los efectos de la fiebre, especialmente de la escarlatina, la e!posici"n a la

humedad y el frío, corno causa contribuyente s"lo, la acci"n de medicamentosY

irritantes, alcohol, etc. El 4r. X. Kohnson encontr", mediante un análisis de LL

casos, que las bebidas into!icantes causan el H por ciento de todos los casos, =

que el < por ciento surgen de la escarlatina.1 ;4r. E. 3arris :uddocA, Jade Mecum.

4e acuerdo con Nhe iochemic System of Medicine ;X. O. &arey, M.4., de

D.S.2., la enfermedad de right está causada ada por la falta de fosfato cálcico.

Escribe$ 1&uando las mol%culas de fosfato cálcico caen por debajo de la cantidad

habitual, la alb(mina con que están asociadas queda fuera de circulaci"n, y si

llega al mundo e!terior a tra#%s de los ri6ones se produce un caso de

albuminuria1.

Seg(n los practicantes de este Sistema, el principal remedio es por tanto el fosfato

cálcico, administrado en dosis infinitesimal, tal como lo administraría la naturaleza

en los alimentos que no están desnaturalizados por procesos de refinado. 4icho

de otro modo, la enfermedad de right está producida por una insuficiencia

diet%tica una dieta que carece de las sales minerales esenciales para mantener

saludables la sangre y los tejidos. &itemos de nue#o al 4r. &arey$ 10osbioquímicos han demostrado claramente el hecho de que cuando se produce una

insuficiencia de las sales celulares de la sangre, la materia orgánica con la que

esas sales han estado asociadas es 'uesta fuera de la circulaci"n #ital.1 Es digno

de menci"n que el Sistema ioquímico de la Medicina afirme ser capaz de curar



las enfermedades de insuficiencia, pero pone de relie#e que no puede hacerlo con

los de la glotonería.

0a incidencia de esta enfermedad se retrotrae a los primeros tiempos, peroaument" considerablemente desde el siglo pasado, y en sus peores formas ha

sido la causa de numerosas muertes.

:esulta singular que durante los tres primeros a6os de mi carrera como terapeuta

de la orina, aunque había contactado ya con numerosos casos de cáncer,

diabetes, tisis y enfermedad #ascular del coraz"n, hasta <HL no me enfrente ni

una sola #ez ron un caso aut%ntico de la enfermedad, de la que la hidropesía ess"lo un síntoma. ;0a hidropesía se produce tambi%n en otras enfermedades

Mí primer caso fue una de las mayores pruebas que he e!perimentado desde

entonces. 3e aquí los detalles particulares$

Mrs. &. @L y pocos a6os. 0os doctores le han dado dos días de #ida. :espira con

dificultad. 0a orina muy escasa, espesa, y pare una mezcla de sangre y pus. 3a

sido una mujer muy hermosa, a juzgar por las fotografías tornadas un a6o antes.

El peso normal para una mujer de su altura hubiera sido de unos QL Ag., pero

cuando la #i por primera #ez pesaba más de <?L Ag. 2 pesar del #eredicto del

doctor, no me parece que sea una moribunda, aunque su condici"n era muy gra#e

y dolorosa. 'or fortuna tenía dos enfermeras mayores y humanas que, a pesar de

su profesi"n, tenían poca fe en el tratamiento medicinal y m%dico. )unca me

e!ceder% hablando de la mentalidad amplia con que esas dos mujeres me

ofrecieron su plena cooperaci"n. 2 juzgar por los contenidos de la mesa de lasmedicinas, no es sorprendente que hubieran perdido la fe en las medicinas, pues

tal era la serie de frascos que me indign% por el modo en que se habla

1e!perimentado1 con la desafortunada paciente. Sin embargo, fortalecido en

condiciones locales mucho peores de afecciones cardíacas, dificultades



a la erupci"n e irritaci"n, la condici"n de la paciente era la misma que antes de

haber tomado la zanahoria. 0a erupci"n tard" casi una semana en desaparecer.

Dno de los rasgos de la terapia de la orina consiste en frotar con orina todo elcuerpo del enfermo a inter#alos dados y durante dos horas* siempre que el

paciente no est% tan d%bil que no pueda soportarlo 2 Mrs. &. la frotaban dos #eces

al día durante dos ho con la orina de alguna de las enfermeras. El día @P la

paciente había recupera o de tal modo la normalidad que rompi" el ayuno

tornando el zumo de una naranja al mediodía y una naranja chupada a las cuatro

de la tarde. Ese mismo día #aci" y tom" orina libremente, lo que s significa que

todo estaba ya en buen funcionamiento. 2 las seis treinta tom" un trozo peque6ode pescado #aporizado y dos patatas cocidas con sus pieles. 'esaba ahora algo

más de II Ag. 2l día siguiente hizo dos comidas peque6as. Bue tenía que

masticar hasta transformar en pulpa antes de tragar. Dna semana despu%s estaba

de pie. y #estida con la ropa de un a6o antes, pudiendo andar libremente de una

habitaci"n a otra.

2 pesar de haberse recuperado mantu#o la costumbre de beberse su propia orina

y de frotarse con ella el cuerpo ;las áreas más +m portan importantes son e cuello

y el rostro con asombrosos resultados sobre la piel, el pelo, la tez y su apariencia

general. &iertamente, < orina es el alimento de la piel por e!celencia además de

un reme para todas las enfermedades cutáneas.

+2quí termina el largo historial de Mrs. &., a quien s"lo habían dado 1dos días de

#ida1 4icho sea de paso, su marido y las dos enfermeras se con#irtieron en

con#ersos de la terapia de orina y de una dieta bien equilibrada* opuesta a la dietadesnaturalizada.

El caso de Mrs. &. atrajo mucha atenci"n del p(blico profano, pero no, tal -como

yo había pre#isto inocentemente, de la fraternidad m%dica. 'ues como ha



se6alado el 4r. reud, descubridor del psicoanálisis, con independencia de lo

poderosas que sean las e#idencias, muchas-personas s"lo se permiten creer lo

que desean creer. = no creen aquello el-lo que no desean creer. 4e todos modos,

hay, circunstancias atenuantes por lo que respecta a la profesi"n m%dica. 3astaque se haya trabajado mucho para poner fin a la gazmo6ería, es muy probable

que si un doctor les dijese a sus pacientes que ayunen y se beban su propia orina,

sea considerado como desagradable o loco y los pacientes busquen

inmediatamente el consejo de otro doctor. 'or otra parte, 5por qu% moti#o busca la

gente en su mayoría el consejo de un m%dico8 'ara que le digan c"mo

contrarrestar los efectos de su autoindulgencia. Si un docto les dice que debe

abandonar esto o aquello, acuden inmediatamente te a otro doctor que les digaque no deben abandonarlo$ y complacidos con ese consejo, o siguen ... muy a

menudo para su incon#eniencia.

El caso de Mr. &. fue fundamental para el tratamiento del caso de Mrs. ., cuya

condici"n había sido tambi%n diagnosticada como enfermedad de right. Mr. .

había sustituido durante dos a6os con la usual dicta insuficiente y mal equilibrada.

que se había hecho a(n más deficiente por un cocinado despilfarrador de los

momentos, y más 1sabrosa1 por el a6adido de condimentos. )o era un gran

comil"n, pero se tomaba ocho tazas de t% al día y fumaba por t%rmino medio unos

#einticinco cigarrillos. &uando #ino a #er me en <HL le habían tratado dos

doctores durante alg(n tiempo, período %ste en el que su peso había aumentado

de <@ <HL Ag. &omo a Mrs. &., al final le habían dado s"lo dos días de #ida.

En junio de <HL inici" un ayuno que dur" @H días. 2l cuarto día pasaba una orina

casi tan insípida e incolora como el agua de llu#ia y sus, hinchazones empezarona desaparecer con sorprendente rapidez. 3abía estado an%mico, pero a les siete

semanas su anemia -había desaparecido. )o llegaba ahora a los IL Ag. y parecía

en. to dos los aspectos tan jo#en como L a6os antes. ;2sí lo demostraban sus

fotografías.



Mr. . rompi" su ayuno como lo había hecho Mrs. &., y como ella se hizo un

con#erso de la terapia de la orina y una dieta bien equilibrada y frugal* es decir,

abandon" los alimentos desnaturalizados y sigui" bebi%ndose su orina todos los

días con resultados más gratificantes.

Ese mismo a6o se me presentaron más casos. Mr. O. ;QI a6os en aquella %poca,

Mrs. 0. ;?P, Mr. . ;II y tambi%n un muchacho de << a6os. Nodos los casos

presentaban rasgos dignos de un largo historia, pero ser% bre#e. Mr. O., a pesar

de su edad, ayuno durante I? días, lo que sir#e para demostrar que la edad no es

un obstáculo. Mrs. 0. @ días y Mr. . GL días. En el caso de> muchacho, una

quincena fue suficiente para efectuar una curaci"n. Nodos los casos tu#ieron elmismo final feliz que el de Mrs. &. 'ermítase a6adir aquí que la política de forzar a

los enfermos a comer 1para mantener sus fuerza es, en mi opini"n, la

responsable de miles de muertes tempranas. El alimento no puede ser asimilado

por un cuerpo enfermo que está ya repleto de materia obstructi#a. El (nico

1alimento1 para los enfermos en-la orina, dado que entre otras funciones,

reemplaza los tejidos de un modo que ninguna otra sustancia lo consigue. En

cuanto a las medicinas, muchos de los #enenos empleados tienen gra#es efectos

acumulati#os para los que no hay antídotos.

4espu%s de <HL, durante los dos a6os siguientes, aconsej% en más de treinta

casos de enfermedad de right y otras afecciones de 0a- #ejiga y los ri6ones, y en

ning(n caso fueron precisos ayunos de orina de entre cuatro y catorce días para

recuperar la normalidad = un satisfactorio estado de salud general. &omo esos

casos respondieron al tratamiento mucho más rápidamente que los anteriormente

mencionados, los clasifiqu% en mis notas corno casos 2&.

&itar% bre#emente uno de los casos más gra#es. Dn hombre de GL a6os, tras dos

a6os de super#isi"n m%dica y tratamiento constante del coraz"n, contrajo la

enfermedad de right. inalmente, abandonado por sus dos doctores, llamaron a



un especialista. Este #io a la #íctima en la fase en que sus ojos sobresalían, la

lengua estaba terriblemente hinchada y sobresalía de la boca y los labios eran tres

#eces su tama6o normal 0os especialistas dijeron que e caso no tenía

esperanzas. )o te podía hacer nada más. Me hice cargo del caso. El pacientepasaba L litros de agua cinco días despu%s y, curado, #ol#ía a su trabajo a las

seis semanas.



El paciente, Mr. '.&., fue traído en un ta!i a mi casa por dos de mis 1discípulos1.

Estaba demasiado enfermo para entrar en mi habitaci"n sin ayuda, 'arecía muy

pálido y desgraciado, y resultaba ob#io que se encontraba en muy mal estado.

Nenía @P a6os y había perdido I Ag. en un a6o, y seis más durante unassemanas de tratamiento m%dico.

Nras e!aminarle, le dije$ 1Su condici"n es m%dicamente clasificada como

leucocitemia o anemia aspl%nica, y de acuerdo con la profesi"n m%dica s"lo le

quedan tres meses de #ida. Su enfermedad ha sido producida por una dieta mal

equilibrada y desnaturalizada. Sin embargo, puede sal#arse mediante el ayuno y

la terapia de la orina1. Seguí e!plicándole los detalles. Entonces me cont" suhistoria cuyo resumen es el siguiente$

'oco antes de la 'ascua de ese a6o ;<HQ habla tenido un catarro por el que se

había 1 automedicado1. 'ara el Kue#es Santo su codici"n era tal que su esposa y

hermano se habían alarmado y habían llamado a un jo#en m%dico que le había

diagnosticado ten alta. Sin embargo, en un segundo e!amen realizado al día

siguiente dijo que no era tensi"n alta y que había encontrado ras de otros

síntomas, que no particulariz". 0lamaron entonces a un especialista. E!amin" al

paciente y se6al" al m%dico de cabecera la hinchaz"n de la regi"n de> bazo,

diagnosticando el caso corno leucocitemia. 9nformaron entonces a Mr. '.&. que la

enfermedad era rara en 9nglaterra, preguntándole si había ido a los Nr"picos de

riente. 2 los parientes les dijeron que esa enfermedad era siempre fatal, pero

que podría #i#ir de tres a seis meses recibiendo un tratamiento intenso de rayos 7,

medicinas y una serie de inyecciones;)o hicieron menci"n de la diera, sal#o que

el hígado sería bueno para el paciente. Mr. '.&. acudía a la enfermería local, endonde fue e!aminado en #arias ocasiones por los m%dicos #isitantes, quienes se

interesaron en %l como un 1esp%cimen algo raro1. Nodos se mostraban unánimes

en cuanto al nombre de la enfermedad y el tiempo que le quedaba de #ida. Su



sangre fue analizada por el departamento de patología, que encontr" por milímetro

c(bico IIG.LLL gl"bulos blancos más que rojos.

Nal era la situaci"n cuando Mr. '.&. Z+no a #erme, cinco semanas despu%s de quela enfermedad hubiera recibido su polisilábico y sonoro nombre.

Mr. '.&. no era un paciente fácil y no estaba dispuesto a ayunar sin interrupci"n

por un período tan largo como el que consideraba esencial para su gra#e

condici"n, que se había complicado con el tratamiento de rayos 7 recibido. Sin

embargo, aunque s"lo ayuno durante una semana, durante la cual le frotaron con

orina su esposa y amigos durante largos periodos ;y desde luego no omiti" laparte esencial de> tratamiento, consistente en beberse su propia orina, mejor"

tanto que podía caminar por la casa sin ayuda. Su mejoría fue tan notable que,

bajo presi"n, consentí en que rompiera el ayuno, siempre que yo dictara qu% y

cuánto podía comer, y que no se abandonaran los frotamientos y la ingesti"n de

orina. 4urante la semana siguiente su alimentaci"n consistiría en frutas frescas

;principalmente manzanas, naranjas y plátanos, ensaladas, tomates, #egetales

#aporizados, patatas con sus pieles, leche fresca sin pasteurizar y miel* todo debía

ser consumido en peque6as cantidades. 'osteriormente se le permitirían carnes y

pescados #aporizados, etc., en suma, una dicta bien equilibrada en la que no

entraba ning(n tipo de carnes enlatadas o muy hechas Seguiría bebi%ndose su

orina. Nodo esto lo cumpli" fielmente.

Seis días despu%s del día en que lo #i por #ez primera se hizo un nue#o

análisis-de sangre. Mientras el primero había indicado que había IIG.LLL gl"bulos

blancos por encima de los rojos milímetro c(bico, ahora mostraba menos de lamitad de esa cantidad. Mr. '.&., se alegr" tanto con ese informe que consinti" en

nue#os ayunos de una semana de duraci"n. 2sí, durante las seis semanas

siguientes realiz" ayunos de siete días de duraci"n. El tercer y (ltimo análisis de



sangre re#el" que el contenido de es$5 era totalmente normal. 'oco despu%s de

las doce semanas que dur" el tratamiento, Mr, '.&. regresaba a su trabajo.

Sin embargo, la historia no tu#o un final feliz. 2 pesar de que le había dejado bien,claro que su condici"n había surgido por una dieta mal equilibrada, con el curso

del tiempo ;como me enter% más tarde #ol#i" a su #ieja costumbre de comer

cualquier 1basura1 que le 1apeteciera1. 2unque durante los dos a6os posteriores al

tratamiento, en los que no se tu#o que enfrentar ni siquiera con un catarro,

mantu#o una alimentaci"n raciona, tras esos dos a6os #ol#i" a sus hábitos y, a

pesar de unos for(nculos y catarros a modo de ad#ertencia, no prest" atenci"n y

muri" durante un tratamiento m%dico por gripe seis a6os despu%s de haberserecuperado de su gra#e enfermedad.

Jerdaderamente, /el cambio del transgresor es duro.

2 prop"sito del caso de Mr. '.&., fui destinado a perder un #iejo amigo del colegio

del mismo tratamiento m%dico fatal de la anemia espl%nica. 3abía estado

sometido durante alg(n tiempo a rayos 7 intensos por esta enfermedad, y

enterado de mi %!ito con '.&. decidi" someterse al ayun" y la cura de orina. 'ero

era demasiado tarde. +Muri" en su casa atendido hasta el final por

bienintencionados pero, hay, enga6ados profesores del arte curati#o, que

pensaban que la ciencia es más poderosa que la naturaleza.



/. ENFER#EDADES CARDIACAS- CASOS

2unque, tal como estimulantemente escribe Mr. Ellis arAer, los pacientes con una

enfermedad #al#ular del coraz"n, con cuidado # una dieta bien equilibrada,

pueden #i#ir incluso hasta los HL a6os, sin embargo se dice que la enfermedad

como tal es incurable. 'ero con la terapia de la orina esta penosa enfermedad se

puede curar completamente. El historial siguiente resulta instructi#o.

Mr. '. ;mediana edad. )o s"lo lle#aba un a6o bajo super#isi"n m%dica aquejadode una enfermedad #al#ular del coraz"n, sino que iba a sufrir una operaci"n

e!ploratoria por un bulto sospechoso que tenía en la regi"n del ple!o solar. &on

mucha frecuencia se había desmayado en la calle y le habían lle#ado hasta la

farmacia más cercana, en donde le habían fortificado con las tabletas que lle#aba

siempre en el bolsillo. 0le#aba en la ropa una tarjeta con instrucciones 5e lo que

debía hacerse cuando le daba un ataque. [ltimamente había sufrido esos ataques

con tanta frecuencia que había llegado a ser conocido por la #ecindad como 1el

pobre Mr. '.1 0e habían puesto un r%gimen consistente en una sola comida al día

durante cinco días a la semana, y ayuno a base de agua en los fines de semana.

El (nico ejercicio permitido era un corto y sua#e paseo. 0e estaba prohibido fumar

y, en 8nto a medicamentos, s"lo podía tomar las tabletas en caso de un ataque.

Nal al era su situaci"n cuando #ino a #erme.

0o primero que le pedí fue que se bebiera su orina. Nal como yo esperaba, eramuy olorosa y pesada al principio, pero pronto se aclar". 4i instrucciones a Mr. '.

de que se frotara el cuerpo con orina, y luego le frot% durante unas dos horas con

la mía. 4icho de paso, he de decir que las partes más importantes a frotar son el

rostro el cuello y los 'ies. Nras la frotaci"n, Mr. '. se la#aba con agua del grifo



caliente. 2l día siguiente se sigui" el tratamiento durante algunas horas.

'osteriormente Mr. '. #enía a mi casa todas las ma6anas para que le frotaran de

la misma manera. )o acudi" a la )ursing 3ome para la obser#aci"n o la

operaci"n e!ploratoria. &on respecto a la comida, podía hacer una al día, peros"lo los alimentos que yo le decía. Nras un mes de tratamiento había mejorado

tanto que pudo #ol#er al trabajo 2 las doce semanas tenía completa salud

completa y no quedaba ning(n indicio de la enfermedad #al#ular del coraz"n ni del

sospechoso bulto del ple!o solar* hecho que su doctor admiti" alegremente y con

generosidad. +)i una sola #ez desde el día en que Mr. '. inici" el tratamiento tu#o

un ataque al coraz"n, y tenía tan poco miedo a su recaída que tir" las tabletas a

las llamas.

Si alguien supone que soy la (nica persona que practica esta terapia con %!ito, el

siguiente caso ser#irá para rechazar esa suposici"n.

Mr. :. Enfermo cardíaco con hidropesía. 'ies, piernas y, abdomen muy hinchados.

El coraz"n muy dilatado. El doctor #eía muy gra#e el caso y dio al paciente s"lo un

mes de #ida. 0uego fue inducido a probar el tratamiento en un establecimiento

naturopático bien conocido. Sin embargo el tratamiento dio tan poco %!ito y el

paciente se encontraba en una posici"n tan crítica que le pidieron quese fuera,

pues esperaban que muriera en quince días. Enton Mr. :. oy" hablar de Mr. li#er

OarnocA - ielden, de 3arroR, animoso natur"pata, quien le cur" con la terapia de

orina en seis semanas. 4urante el ayuno rebaj" su peso de QL L a menos de IL

Ag. Mr. 3abía fumado en e!ceso y, contra#iniendo las instrucciones fum" algo

durante el ayuno, lo que retras" un poco el progreso. Es innecesario decir que su

doctor qued" muy sorprendido de su curaci"n* sobre todo porque Mr. :. juzg"prudente no di#ulgar su modus operandi. Nal corno están las cosas en este

momento, muchas personas que hacen algo ten poco con#encional como be su

orina tienen miedo a ser dados de >arlo por la sociedad. Esos miedos son muy



comprensibles, pero obstruyen la e!tensi"n de la terapia de la orina, medio de

ayudar a la humanidad que sufre.

4ebo a6adir ahora una palabra en relaci"n con los sueros = #acunas, de los quese han dicho que son una de las causas de las enfermedades cardíacas en los

tiempos modernos. Seg(n el 4r.en &hetrit, estas medidas 1son principalmente

las responsables del incremento de estas dos enfermedades realmente peligrosas,

el cáncer = la enfermedad cardiaca1. 26ade luego el doctor$ 1Y3e sido ser"logo

durante mucho tiempo y s% de lo que estoy hablando.1 El 4r. enchetrit no es en

absoluto el (nico doctor -que critica el empleo de pre#enti#os noci#os ;o

supuestamente pre#enti#os -contra la enfermedad infecciosa aguda. El 4r. S. S.XoldRater, comisionado de los hospitales de )ue#a =orA, se6alaba en Nhe Modem

3ospital Magazine que las medidas utilizadas para controlar las enfermedades

contagiosas pueden permitir una #ida más larga ;8. 'ero no una #ida más fuerte.

10as enfermedades cr"nicas, están creciendo de tal manera que 2m%rica se

puede con#ertir en una naci"n de enfermos. Más de la mi, d de las camas

hospitalarias de los Estados Dnidos están ocupadas actual-mente por pacientes

cr"nicos de enfermedades mentales y físicas. 0os (nicos pacientes no son las

personas ancianas y de mediana edad* tambi%n son #íctimas los ni6os8 ;J%ase

3eclth 'rectitioners Kour junio de <H@@.

'ero si los sueros y #acunas pueden producir finalmente enfermedades cardiacas

y otras dolencias cr"nicas gra#es, 5porqu% son promocionados por el .M.2.8

2nte todo, tal como ha obser#ado proporcionados concisamente e 4r. 2lfred

'ulford, M.4.* 1Buien pueda pre#enir una situaci"n que no sabe positi#amente que

#a a producirse es una mara#illa 5el s%ptimo día1* y en segundo lugar, porqueciertos peces gordos de la profesi"n m%dica han demostrado que los g%rmenes

más 1mortales1 son inocuos en un cuerpo saludable. 0eemos que 1El profesor

MetchniAoff dijo haber encontrado los bacilos de c"lera asiático en las aguas de

muchas localidades, 'ero no se conocía plaga, epidemia, ni enfermedad ni antes



ni despu%s de esos descubrimientos el profesor NentenAoffer se trag" #arios

millones de g%rmenes de> mortal ;8 c"lera asiático. = no sucedi" nada. 'ara

#erificar la prueba, el profesor Emmrich hizo un culti#o de los intestinos de

#íctimas de la enfermedad reci%n fallecidas y se trag" millones de g%rmenes sinresultados perceptibles. 'ara hacer una prueba más completa, y en condiciones

más temible, el 4r. Nhomas 'oRe9l permiti" que inyectaran en su sangre los

g%rmenes de siete enfermedades mortales ;8, y diez a6os despu%s sigue #i#o y

tan saludable.1 ;E!tracto de )aturopath and 3erald of 3eclth. Sin embargo, estos

hechos no son conocidos por el p(blico, ni aquellos que urgen a los miembros de

la comunidad a inmunizarse contra esta o aquella enfermedad dicen que no todos

los doctores están a fa#or de esas medidas, pues son de la opini"n de que lossueros y #acunas puede producir posteriormente afecciones cr"nicas, de las que

la enfermedad cardiaca no es la más importante.



10. FIERES- #ALARIA & OTRAS

El ca e 4na 5ie67e 8i9e7ia :4e e ;74ce

en '57ica ;e7 e 7a7a en Ingla9e77a

'aciente$ una jo#en de <Q a6os. Misteriosamente atacada Muy d%bil. Su

temperatura era de ?H.IL &. Se llam" a un m%dico que dijo que en caso de llegar

a producirse la recuperaci"n, la paciente estaría enferma toda#ía seis meses,

teniendo luego nue#e meses de con#alecencia. El padre de la paciente, que creía

en la terapia de la orina, me mand" buscar. 2l principio encontr% a la paciente

bastante difícil de tratar, pero finalmente consinti" en un ayuno de orina más agua

del grifo. 2l se!to día de haber enfermado su temperatura seguía siendo de ?H,I\

se estaba demacran rápidamente y su orina era espesa, maloliente y concentrada.

'ero #einticuatro horas despu%s de iniciar mi tratamiento la temperatura había

descendido a ?Q,P y la orina era más clara. 2 los tres días la temperatura había

descendido a ?G, = dos días más tarde a ?@,PP. 0a paciente estaba brillante y .+#a,

todo iba bien. El doctor estaba muy asombrado. Se rompi" el ayuno a los <P días.

0a piel de la paciente era tan clara como la de un ni6o. 2 los pocos días de romper

el ayuno se le#ant" y se sentía perfectamente. 3a seguido utilizando su propia

orina. 3ace diecis%is a6os se cas" y tu#o tres hijos en los primeros diez a6os.

#ala7ia

Es una enfermedad infecciosa caracterizada poro!ismos de fiebre intermitente,

consistentes cada uno de una fase caliente, una fría y otra de sudoraci"n. Entre

los paro!ismos la #íctima ;parece estar comparati#amente bien. 4e acuerdo con

Materia M%dica, todas las formas de malaria se deben a parásitos que #i#en en la

Sangre. 0os mosquitos se infectan al chupar sangre humana, y a su #ez infectan alos seres humanos al picarles. El rasgo más perturbador y penoso de la malaria

-que los al"patas tratan ;suprimen con quinina- es que una #ez que se ha

contraído se produce una y otra #ez, pues seg(n el tratamiento ortodo!o usual

simplemente entra en fase de latencia, en lugar de ser totalmente erradicada. Sin



embargo, con la terapia de la orina se cura para siempre. 3asta ahora no he

te-nido un solo caso que no se curara en <L días o me nos mediante el ayuno con

orina y agua del grifo.

Mr. B. Nipo atl%tico. Muy temperado y poco comedor. &ontrajo la malaria en

riente. 0a tu#o durante tres a6os. En el a6o ante al que =o lo #i, <HL, sufri" ?G

ataques. Nomaba quinina regularmente. inalmente se cur" completamente con un

ayuno de orina que dur" <L días. =a no tom" más quinina. )unca tu#o otro ataque

y se ha mantenido con buena salud siguiendo con sus hábitos temperados y

tomando regularmente el 1agua de la #ida1.

Melanuria

&aso relatado por la #íctima. Militar ;comandante encontrado por los nati#os en

una regi"n apartada en estado de delirio debido a la melanuria. 0e curaron

haci%ndole ayunar durante <L días. 2plicándole compresas e induci%ndole a tomar

su orina # agua Menciono esto para enfatizar que no soy el descubridor de la

terapia de la orina.

En este capítulo me he limitado a contar un solo historial de cada una de las

fiebres mencionadas, pues de otro modo aumentaría mucho el #olumen de este

libro- &oncluir% ahora con algunas obser#aciones sobre la fiebre en general, y de

las enfermedades agudas acompa6adas de fiebre.

&uando los doctores tratan de bajar la temperatura de un paciente por medios no

naturales. Están frustrando a la naturaleza y poniendo en peligro la #ida delpaciente. En el mejor de los casos plantando las semillas de problemas futuros.

Dna fiebre es en realidad un proceso curati#o de la naturaleza para quemar

determinadas to!inas del cuerpo ímos hablar de los 1milagros1 efectos

termorreductores de las mara#illosas drogas para la neumonia, pero no oímos



hablar tanto de las numerosas personas que mueren de problemas cardíacos

despu%s de que su fiebre ha sido curada de ese modo milagroso. 0a e!periencia

me ha ense6ado que s"lo hay un modo seguro de tratar una fiebre, la cual, por ser

un proceso curati#o, ni es incurable ni tiene que ser fatal si se maneja apropia. Elmodus operandi le será ya tan familiar al lector que no es necesario repetirlo aquí

Simplemente dir% que no s"lo no he #isto un fracaso con el ayuno de orina y agua

;hay que beber toda a orina que se pase, sino que la bajada de temperatura se ha

producido entre las ?G y las Q horas seguida de una recuperaci"n completa a los

pocos días.

En cuanto al moti#o de que la orina sea tan espesa, de tan mal olor y escasa enlos casos de fiebre, ello no es el resultado de la propia fiebre, sino de la condici"n

del cuerpo -- las fuerzas de la enfermedad, por así decirlo- que produjeron la

fiebre. El estado de la orina es el resultado de la p%rdida de #aliosas sales, tejidos,

etc. del cuerpo, y e!plica en gran parte la gran debilidad del paciente, su ligereza

de cabeza, sus des#aríos, pesadillas, etc., tambi%n e!plica la larga con#alecencia

y los malos efectos secundarios en los casos de pacientes que han sido tratados

con el modelo supresi#o ortodo!o. ]l m%todo racional de e#itar todo esto es la

terapia de la orina, de modo que el tejido perdido pueda ser reemplazado 0o he

probado con %!ito una y otra #ez en casos de difteria, #aricela escarlatina, gripe,

fiebre reunmática ática y en otros trastornos agudos que se acompa6an de fiebre

alta* y no se ha producido ninguno de los noci#os y cr"nicos efectos secundarios

que tan a menudo se acumulan tras un tratamiento err"neo de la escarlatina o la

fiebre reumática, todos los que se deben a las medidas supresi#as.

0a orquitis es una enfermedad muy dolorosa en la que se hinchan, y a #ecesulceran, los testículos. 'uede ser causada por una lesi"n, gonorrea, o producirse

durante un ataque de par"tidas. )o obstante, en su forma más gra#e es una

dolencia comparati#amente rara en este país ;9nglaterra. El doctor al que llamaron

en el caso que #oy a relatar #io muy gra#e la situaci"n y dio al paciente s"lo unos



días de #ida. &uando, despu%s de un #iaje que tu#e que hacer, #i a la #íctima. 4e

<H a6os de edad, hacia una semana que no le funcionaban los intestinos, y Q

horas los ri6ones. Dn lado de su cuerpo estaba hinchado, como si alguien hubiera

metido un bal"n de f(tbol bajo su piel. 0os testículos eran tan grandes comopelotas de tenis, y el pene tenía más de ?L cm de longitud estaba tan duro como

un lápiz de plomo y enrollado como un sacacorchos* además se había

ennegrecido. 0os gemidos de agonía de la #íctima rompían el coraz"n. 2unque

lle#aba tres días sin comer nada y s"lo lo había bebido agua, la hinchaz"n y las

distorsiones habían aumentado. &omo no pasaba orina que pudiera beber, me #i

obligado a darle medio litro de la mía.

4os horas despu%s del primer trago, la glándula del pene mostraba signos de

#ol#er a la normalidad y pudo pasar algo de orina en peque6as gotas ;unas dos

hue#eras en total. Era espesa, borrosa y tan concentrada como una combinaci"n

de gachas con sangre. Sin embargo se la bebi" sin una mueca ni murmullo.,

cuatro horas más pasaba casi medio litro de esa misma agua de mal aspecto y

mal olor, que tambi%n se bebi" sin una mueca. Me inform" que no le sabía nada

por el estado de su paladar, debido a los ácidos que subían de su est"mago. Esto

dicho sea de paso, puede ocurrir durante un a6o.

4os horas más tarde el paciente tu#o una defecaci"n muy dolorosas y repugnante*

de la que no he #isto igual en los Q a6os de e!periencia dedicados a tratar

enfermedades. 4urante la e#acuaci"n el paciente pas" algo de orina, que bebi"

despu%s. 2l lle#arle de nue#o a la cama, descubrimos que ahora se podía echar

c"modamente estirado, mientras que anteriormente tenía las rodillas sobre su

abdomen, como las personas aquejadas de periotonitis o apendicitis. 2hora, ochohoras despu%s de haber tomado la primera dosis de orina. &asi no tenía dolor.

'use pa6os remojados en orina #ieja sobre su abdomen, pecho = cabeza. =

en#ol#í sus manos y pies de manera similar. 'as" más y más orina, bebi%ndose



secundaria para los editores de publicaciones m%dicas ortodo!as. Esto es algo

desafortunado, pues obstruye el progreso y la ilustraci"n m%dica, hecho

reconocido por la 3ealth 'ractitionersF 2ssociation. &iertamente, en el 3ealth

'ractitionersF Kournal encontramos artículos de home"patas, herboristas,oste"patas, practicantes del yoga, bi"logos, bioquímicos, etc., en la creencia

laudable de que hay muchos caminos hacia la salud y muchos modos de tratar la

enfermedad.



12. ENFER#EDADES VENERE'S

0os 4rs. osanquet y Eyre, en su libro titulado SErums, ms. Jac and No!ins, se

#ieron obligados a admitir$ )opuede negarse que en un cierto n(mero de casos la

inyecci"n de antito!inas ditt% ha sido seguida por la muerte directamente atribuible

a la acci"n del suero1. Dna de esas tragedias, la primera y quizá la Más triste, le

aconteci" al 4r. 0angenhans de erlín. &uando uno de sus criados contrajo

difteria, como medida precautoria inocul" a su hijo, perfectamente sano,- de un

a6o y nue#e meses de edad. 0o ir"nico es que no había la menor e#idencia de

que su hijo fuera a contraer alguna #ez la enfermedad, ya que los g%rmenes dedifteria pueden encontrarse en gargantas muy saludables, y en tal entorno son tan

inocuos como muchos de los otros g%rmenes supuestamente mortales. 'ero por

desgracia no son s"lo las inyecciones para < difteria las que han mostrado ser

fatales, pues cientos de muertes, muchas de ellas instantáneas, han sido el

resultado del uso del Ri. #arsan, tambi%n llamado 1GLG1, en el tratamiento de la

sífilis. Si embargo, al igual que se promocion" la inmunizaci"n contra la difteria,

se promocion" el sal#ersan como la curaci"n por e!celencia de la enfermedad

#en%rea.

'or lo que respecto a la sífilis leemos$ 1Nanto si ha sido tratado como si no, el

paciente siempre puede desarrollar síntomas ner#iosos. Estas son las mas gra#es

de todas las complicaciones de la sífilis, y las más comunes son la parálisis

general y la ata!ia locomotora. Dsualmente se re#elan unos diez a6os despu%s de

la infecci"n. En la parálisis general hay demencia progresi#a, usualmente con

alguna forma de e!altaci"n. El lenguaje es #acilante, tembloroso y confuso. 0osm(sculos faciales y la lengua muestran paresis con temblores... 'osteriormente

las facultades musculares se debilitan gradualmente, hasta que se produce una

parálisis más o menos general...1 ;4r. E. 3. :uddocA, M,4, Es un cuadro de lo

más triste y desagradable. Sugiero, sin embargo, que los horribles efectos



secundarios de la enfermedad #en%rea son el resultado de un tratamiento

supresi#o. 5'ero que es la sífilis al fin y al cabo8 Simple el resultado de un #eneno

que es absorbido por el cuerpo, y por tanto el tratamiento racional consiste en

sacar ese #eneno del mismo.

&omo la profesi"n m%dica se reser#a el derecho a tratar las enfermedades

#en%reas, y tiene sus clínicas para ese fin, yo soy un profano, o un natur"pata

como a #eces se me llama, y me esta prohibido tratarlas. )o obstante hay

personas que habiendo oído hablar de la terapia de la orina por medio de los

panfletos del finado Mr. a!ter ;mencionado en el &ap. , o por medio de otros

canales se han dispuesto a tratarse a si mismos.

&itar% aquí el caso de un hombre que contrajo una enfermedad #en%rea durante la

(ltima guerra ;<H<P. 4icho sea de paso, había pasado alg(n tiempo aquejado de

psoriasis, que había suprimido con ungWentos de hierbas. Este hombre, por

entonces toda#ía jo#en, sabía algunas cosas sobre los m%todos de la curaci"n

natural había esforzado 4or tratar su enfermedad ad #en%rea subsistiendo por

alg(n tiempo a base de agua fría, con la esperanza de 1hacer morir de hambre1 a

la enfermedad. Sin embargo, al final de un ayuno de << días, sus síntomas, lejos

de mejorar. empeoraron mucho. ue entonces cuando encontr" uno de los

panfletos de a!ter, El resultado fue que decidi" proseguir con el ayuno. 'ero con

la adici"n del uso interno y e!terno de su propia orina. 0os resulta dos fueron en

e!tremo gratificantes* al cabo de diez días había desaparecido todo signo de

enfermedad #en%rea y la psoriasis había mejorado mucho. Sin embargo, decidi"

proseguir con el ayuno be orina hasta que hubieran desaparecido todos los rastros

de la dolencia. &utánea. 2sí sucedi" una semana más tarde, en que se encontr" así mismo libre de todo problema. 'ero además se cuenta de que los sentidos de la

#ista, oído, gusto y olfato eran más agudos que nunca.



&asi todas las personas están familiarizadas ahora con los m%todos ortodo!os de

tratar la enfermedad #en%rea. 0os pacientes son in#itados a acudir a clínicas en

las que son tratados con inyecciones. 'ero aunque los miembros de las clases

más humildes pueden asistir a estas clínicas, los notables, especialmente en lasciudades más peque6as, prefieren ser tratados por sus propios doctores, pues

sienten cierto embarazo de e!hibirse en un lugar en el que puedan ser

reconocidos. En cualquier caso, la pregunta gra#e que uno se plantea es$ 5&uáles

serán los efectos secundarios de estas inyecciones8 Dna cosa es tratar la

enfermedad, y otra curar permanentemente a un paciente. El 4r. O. 3. Ohite,

M.4., escribi" sobre la ortodo!ia$ 10a medicina ignora la YtotalidadY del indi#iduo =

trata la enfermedad como una entidad separada1. 2sí, hay reme dios clasificadospara prácticamente cualquier dolencia, desde el reumatismo a la sífilis$ pero como

se6ala el home"pata, lo que el al"pata llama reumaY reumatismo puede pro#enir

de #einte causas ;sería más pr"!imo -- la #erdad si dijera de #einte causas

secundarias, de ahí que el nombre de la enfermedad no tenga realmente

importancia. &onsiderado desde mi punto de #ista particular, a6adiría que tampoco

importa /el c"mo se ha contraído, pues el m%todo cura es el mismo.

Jol#iendo al caso de la enfermedad #en%rea que he citado, si el jo#en en cuesti"n

hubiera empleado la terapia de la orina desde el principi", en lugar de intentar

tratarla con lo que se denominan m%todos de curaci"n naturales, estoy con#encido

de que se habría curado mucho antes. 'or lo que he podido deducir de la

e!periencia de quienes han intentado por sí mismos la terapia de la orina buenas

razones para pensar que cuando la enfermedad #er rea ha sido atacada en su

fase inicial, o durante la primera semana la curaci"n se ha efectuado entre @P y HG

horas* eso siempre que < situaci"n no se haya complicado con el trata-Mientousual. 'ero corno es +legal que yo trate esta antigua aflicci"n, no puedo

proporcionar historiales. Sin embargo, si e!cluyese de estas páginas la menci"n a

las enfermedades que la profesi"n m%dica se reser#a el derecho a tratar con sus

propios m%todos, mi tarea s"lo quedaría cumplida a medias. &onsiderando



que---unaproporci"n de los ciegos, los sordos, los mentalmente deficientes y los

lisiados deben sus incapacidades a las enfermedades #en%reas1. ;J%ase ritainYs

3ealth, es un deber para cualquiera, sea m%dico o profano, que haya encontrado

los medio+ de curarlas el hacer que su descubrimiento sea conocido, para que losdoctores lo puedan utilizar si así lo desean. 0o que hay que recordar es que las

medidas para tratar las enfermedades #en%reas, como la mayoría de las otras,

tienen su tiempo, se consideran luego insatisfactorias y son superadas por otros

m%todos. 2unque es dudoso que las clínicas est%n dispuestas a intentar la terapia

de la orina, quizá haya algunos doctores que deseen hacerlo en pri#ado, S"lo el

tiempo lo dirá. 3e de a6adir, dicho sea de paso, que aunque los doctores no

entienden el #erdadero #alor de la orina, hay algunos que afirman que si el hombreorinara inmediatamente despu%s del coito, se reduciría el riesgo de contraer

enfermedades #en%reas. El finado Mr. a!ter K. '. tenía raz"n cuando public" el

hecho de que, entre otras cosas, la orina posee potentes propiedades

antis%pticas.



semanas a la enfermería local corno paciente e!terno por culpa de una herida de

bala en el antebrazo. 0a herida. :ecibida un a6o antes, no mostraba signos de cu

tenía unos I cm de longitud, casi un centímetro de anchura, y a #eces era

ulcerosa supurante. Sus consejeros m%dicos temían que se acabara #ol#iendogangrenosa y para e#itarlo le aplicaban ungWentos y #endajes #enenosos,

haciendo muchos cambios en los ingredientes y proporciones de las mezclas.

3arto de los m%todos ortodo!os, había recurrido al fletcherismo y al tratamiento de

Salisbury, m%todos de los que hay que admitir que obtu#o algunos beneficios* pero

a(n así la herida se resistía a la cura. 2 pe de las objeciones de su esposa, acab"

con#irti%ndose en mi paciente.

'rimero mis ayudantes quitaron los #endajes- 0uego la#amos el brazo herido tres

#eces al d día con orinan #ieja. 4ando en el resto del cuerpo largos masajes con

las manos = la misma especie de orina. El paciente ayun" durante tres días a

base de SD propia orina y agua fría. Se le aconsejaron cortos períodos de ba6os

de sol. Siete días despu%s s"lo quedaba de la fisura una ligera cicatriz, tan

peque6a como una hebra de oro. +En suma, tras todo un a6o de tratamientos de

interferencia1. la naturaleza cur" al naciente en diez días. 4esde la fecha de esa

curaci"n he obser#ado docenas de casos de curaci"n 1milagrosa1 siguiendo el

mismo m%todo* ello incluye la curaci"n de heridas dolorosas e incapacitantes,

cortes, iris, los efectos 5e u6eros, etc., tambi%n heridas en#enenadas y en#enena

miento general de la sangre. &orno norma no se necesitaba un tratamiento largo.

0os casos atendidos pronto respondían en tres o cuatro días, y los que habían

tenido interferencias m%dicas y casi se habían #uelto gangrenosos han tardado

entre ocho y diez días.

'or lo que respecta a las quemaduras. 3e leído que un a6o, Q.HLL americanos

murieron de quemaduras, casi la mitad de los cuales eran ni6os de menos de

cinco a6os. ;5L murieron del tratamiento, o de ambas cosas combinadas8 En

cuanto a los miles de americanos super#i#ientes de quemaduras, se #ieron



destinados a sufrir terribles cicatrices, pieles arrugadas, miembros rígidos o

miembros y dedos in(tiles.

4urante a6os. el remedio habitual para las quemaduras fue la aplicaci"n de hojash(medas de t%. 0uego, en <HI, el 4r. 4a#idson, de 4etroit, utiliz" el #iejo remedio

con una base casi científica. En lugar de hojas de t% her#idas, aplico el elemento

deri#ado de ellas, al que damos el nombre de ácido tánico. Esta sustancia lite

#enenosa tuesta los tejidos, formando una gruesa y dura corteza sobre las

terminaciones ner#iosas e!puestas al aire. 'ero aunque ali#ia el dolor, impide la

acti#idad y fluencia de los líquidos corporales hacia esas partes, actuando por

tanto como una cubierta bajo la que se espera se pueda formar una nue#a piel.'or desgracia, el ácido tánico no s"lo 1broncea1 los tejidos quemados, sino

tambi%n los sanos que los rodean, con el resultado de que des c%lulas que

deberían estar proporcionando nue#as c%lulas para el tejido de los elementos

cutáneos, si se me permite e!presarlo así en beneficio de los profanos. El

resultado final es una cicatriz desfiguradora, que se podría haber pre#enido con

los m%todos naturales. puestos a los 1científicos1. El ácido tánico ni siquiera es

bactericida, pues si se introduce materia e!tra6a bajo la superfi quemada, se

impide la funci"n de los carro6eros microsc"picos, a los que la ciencia llama

g%rmenes, por lo que bajo la corteza supuestamente protectora la infecci"n tiene

más probabilidades de persistir. +2l intentar matar los g%rmenes s"lo estamos

esposando a los policías.

El tratamiento de las quemaduras con ácido tánico fue superado por el tratamiento

como ácido pícrico, y tambi%n por el tratamiento como ácido picríco. 0uego los

cirujanos intentaron sus m%todos* tomaron piel de otra parte del cuerpo,generalmente las nalgas, y la injertaron sobre las partes quemadas. 'ero por

desgracia a #eces sucede que la herida dejada por la eliminaci"n de tejido sano se

#uel#e s%ptica. En cuanto al sufrimiento que este m%todo entra6a para el paciente,

es mejor imaginarlo que describirlo. )o deseo desacreditar la cirugía cuando es



necesaria en los casos de accidentes y mutilaciones de la guerra. 'ero me #eo

obligado a decir que la ciru ha abusado. y sigue abusando, y que se realizan miles

de operaciones innecesarias en "rganos que podrían ser tratados con m%todos

naturales.

Sin embargo, hay doctores de mentalidad amplia y emprendedores que han

probado la terapia de la orina, como puede #erse por este e!tracto de una carta

que me en#i" en <H?I el 4r. Xeo. S. &otton, de Nemple, Ne!as, D.S.2.

4esde que recibí sus te!tos hace unos meses he puesto a prueba ;la terapia de la

orina y los resultados han sido sorprendentes. En el tratamiento de heridas, etc.,la orina no tiene ri#al. Este poder curati#o es producido, entre otros elementos que

la orina contiene, por la /2llontaína ;&@. 3G, ?.)@.

/&onforme #aya utilizando la orina en el tratamiento y erradicaci"n de la

enfermedad, le en#iare completa informaci"n. &reo que esta usted anunciando

una gran #erdad que debería ser dada a conocer a la humanidad sufriente...



1". ALGUNOS CASOS VARIADOS

Enuresis nocturno. 2 #eces es simplemente un mal hábito, pero generalmente es

un síntoma m"rbido en ni6os ner#iosos = an%micos. 0a debilidad es usa principal,

aunque puede deberse a lombrices. Se supone que al crecer los ni6os salen de

esa triste condici"n, pero no, es siempre así.

Dn ni6o de H a6os había -sufrido de enuresis toda su1 #ida = ha sido tratado por

m%dicos de las escuelas ortodo!as y hetero!as. Estaba muy delgado y se sentía

muy infeliz por su aflicci"n. 2yun" a base de orina durante << días y se cur"

completamente.

'roblemas menstruales. 0a paciente había sufrido durante más de dos a6os de

una menstruaci"n demasiado prolongada y frecuente, por cuya causa había

acudido primero, sin resultados, a la alo y luego al herborismo, de> que s"lo obtu#o

un ali#io parcial. 0a dolencia no s"lo la estaba debilitando físicamente, sino que

estaba afectando tambi%n a su equilibrio mental. 4urante uno de sus largos

períodos, que ya había durado una quincena, decidi" probar la terapia de orina.

2unque al principio su orina estaba sobrecargada de sangre menstrual, sin

embargo fue lo bastante heroica para tomarla. 4urante el ayuno tom" tambi%n. 2

sorbitos de un litro a un litro # medio de agua de> grifo 2 los tres días la orina se

normalidad. Sigui" el ayuno e!actamente durante P, durante los cuales se el

cuerpo #arias horas al día con la orina de una persona saludable, Se cur"

completamente no s"lo de los problemas menstruales sino tambi%n de un

persistente catarro nasal = de una creciente tendencia a la sordera.

)efritis con otros síntomas dolorosos. Mujer jo#en. 0le#aba algunas semanas al

cuidado de dos doctores. =. había #isto tambi%n a un especialista, quien dijo a su

madre que no había esperanzas, y que probablemente la paciente no #i#iría para

#er las siguientes na#idades. Entonces me la trajeron. 'ara estimularla e inducirla



a tornar la orina de aspecto desagradable que pasaba, incluso llegu% a probar un

poco =o mismo. Nras un ayuno de ?L días a base de orina y agua, y frotamientos

diarios con una orina saludable, la paciente se cur" de su gra#e dolencia. 4espu%s

no contrajo ninguna otra enfermedad. &uando la #i por primera #ez pesaba menosde IL Ag$ cuatro meses más tarde, con un r%gimen de dos comidas equilibradas al

día, = el continuado uso interno y e!terno de su orina g, que era el peso normal

para , pesaba desnuda cerca de GL Ag, una mujer de su altura = constituci"n.

&olitis mucosa. )i6o de G a6os. Empez" a descargar mucosidad con frecuencia,

aunque no había ning(n otro signo aparente de mala salud. El doctor dijo que %se

era el problema predominante y recet" aceite de ricino. 'ero el padre de+ ni6o,que me conocía y que conocía mis m%todos, pensando que la purga de aceite de

ricino era demasiado #iolenta mand" buscarme en cuanto el m%dico se hubo ido.

'use al ni6o en ayuno de orina = a las @P horas h a desaparecido el problema. )o

obstante, como es una tontería empezar a correr en cuanto han desaparecido los

síntomas, el ni6o ayun" dos días más.

4os días más tarde la madre del ni6o y la hermana contrajeron los mismos

síntomas de colitis. 2mbas ayunaron ocho días de acuerdo con mis m%todos,

aunque los síntomas desaparecieron antes de los cinco días. 3ay que mencionar

que los tres pacientes eran #egetarianos estrictos y que el ni6o no había probado

la carne en toda su #ida. 0es aconsej% que incluyeran alg(n alimento cárnico en

su dicta.

0esi"n ocular, En <HL #ino a #erme una se6ora con una astilla de madera en un

ojo. 0a astilla había horadado el iris y sobresalía G ? cm. Saqu% la astilla, sometía la paciente a un ayuno de orina y agua durante unas semanas y al final de ese

tiempo el problema estaba completamente curado y la paciente tenía una #ista

perfecta.



'soriosis, &aballeros de GL a6os. 2yun" con orina y agua durante una semana en

junio de <HL, y tra -semana en septiembre de ese a6o. 4urante los ayunos y

entre ellos se frotaba con orina una hora tres #eces al día. &uraci"n completa.

Sigui" tomando orina como hábito diario = diez a6os mas tarde. &erca de cumplirQL parecía tener II. &onsidero que la psoriasis y los eccemas se encuentran entre

las enfermedades más fáciles de curar por medio de la terapia de la orina, siempre

que se adopte a tiempo. Nampoco es incurable el lupus, enfermedad cutánea más

gra#e que se dice está causada por el bacilo tuberculoso, -pero el tratamiento es

más largo.

iebre reumática seguida de gripe. 'aciente femenina, casi <LL Ag, aunque nocomía mucho* había perdido < antes de que yo la #isitara. Muy estre6ida

aquejada de insomnio y preocupaci"n. bligada a quedarse en la cama por una

hinchaz"n en caderas, pies, tobillos y abdomen. 2yuno de una semana a base de

orina y agua y buenos masajes diarios, de acuerdo con mi m%todo usual. &uraci"n

completa en un mes tras lo que #ol#i" a su trabajo.

'iorrea. El paciente tenía la costumbre de #isitar a su dentista cada seis meses.

Este le inform" que tenía piorrea. &omo había oído hablar de la terapia de orina,

sin decírselo a su dentista se tomaba un cuarto de litro de su orina todas las

ma6anas = utilizaba tambi%n la orina como enjuague de boca. 2 las nue#e

semanas su problema había desaparecido completamente, con gran sorpresa de

su dentista, quien deseaba saber qu% era lo que había producido tan notable

mejoría en su salud general como para curar la piorrea. Esta curaci"n se efectu"

incluso sin ayuno. ;&aso informado por un amigo.

0a noci"n de que la piorrea es una enfermedad local para la que hay que

e!traerse todos los dientes es una falacia. )o e!isten las enfermedades locales,

s"lo los síntomas localizados. 0impiando el cuerpo de sus impurezas mediante un



ayuno de orina y agua, la piorrea se des#anece automáticamente. 2sí lo e he

obser#ado en numerosos casos, en realidad, en todos los casos que he tratado.

En cuanto a mí mismo, nunca necesito #isitar a un dentista* una dieta bienequilibrada y la terapia de orina han preser#ado mis dientes.

besidad. Se6ora casada. &asi PL Ag de peso. Sin hijos. Ji#í, con la -habitual

dieta mal equilibrada, pero no era glotona, masticaba la comida y s"lo bebía agua,

despu%s de las comidas o entre ellas. 're#iamente había probado #arias dietas sin

resultados, y había intentado el ayuno s"lo con agua, pero con el resultado de que

al #ol#er a comer gan" peso más rápidamente aun que antes de ayuno.inalmente me consult". 0e aconsej% el ayuno de orina más agua y los masajes

diarios, y a los <@ días había perdido uno <I Ag. Entonces re#is% su dieta, le puse

un r%gimen bien equilibra do y le sugerí s"lo dos comidas al día. Ji#iendo de este

modo. Nomando su propia orina, su peso ha permanecido en los GI, y aunque

ahora tiene más de IL a6os, parece tener ??.

En el caso de muchas personas la obesidad no surge de la indulgencia e!cesi#a

en la mesa sino de+ mal funcionamiento de las glándulas producido por las to!inas

y por una insuficiencia de los elementos que se e!traen de los alimentos no

procesados. El ayuno limpia los tejidos de la sangre = la ingesti"n de orina

de#uel#e la normalidad a las glándulas desordenadas. 3e demostrado esto

concluyentemente por el &an n(mero de casos de obesidad que he tratado, o en

los que la obesidad acompa6aba a otros síntomas.

'roblemas de pr"stata. /Es una dolencia que suele afectar a hombres de edada#anzada. 1El síntoma más destacado es la irrita de la #ejiga y la -progresi#a

incapacidad para e#acuar. 0a pr"stata sufre un considerable aument" de tama6o,

y al presionar el cuello de la #ejiga forma una obstrucci"n al flujo salida de ese

"rgano...1 ;J%ase E. 3. :uddocA, M.4,m Jade Mecum.



&aso de problemaY de pr"stata -en su fase incipiente. 2nciano caballero que

empezaba a tener dificultades para e#acuar su orina. Dn amigo le aconsej" que de

tomarse un cuarto de su propia 1agua1 todas las ma6anas al le#antarse$ luego

debería tomar un desayuno ligero, en lugar de la acostumbrada comida completa.Dn mes despu%s de comenzar el tratamiento se había librado de su problema.

2sma bronquial. Miss &. El doctor había diagnosticado que el caso era un catarro.

bronquial* la #íctima decía estar en las primeras fases de la tuberculosis. 0a salud

general era muy pobre. 0a respiraci"n era dificultosa. 0a #íctima tu#o que recurrir

a paliati#os para obtener ali#io y bre#es períodos del sue6o que tanto necesita Se

sentía muy debilitada. y" hablar de la terapia de orina. 2yuno durante unaquincena a base de orina. 'ero sin los frota 2 los tres días la mejoría era tan

notable que podía res libremente y dormir todas las noches #arias horas de un

tir"n. 2l romper el ayuno tom" s"lo dos comidas al d día. y sigui" tomando la

orina. 'ero el ayuno no había sido lo bastante largo para erradicar el problema y

regresaron los síntomas. Entonces me es pidiendo consejo. 0e dije que no había

roto el ayuno correctamente y le aconsej% nue#os ayunos acompa6ados de

masajes* tambi%n le di la dieta Bue debía seguir entre los ayunos. El resultado

final fue la curaci"n completa, y la paciente mantu#o su e!celente salud. Sigue

tomando su orina diariamente. = de #ez en cuando recurre a bre#es ayunos

sinti%ndose mejor que nunca.

&aso de gangrena I, efectos secundarios del tratamiento medicinal de un

problema de tiroides.

;El informe de este caso se lo debo al natur"pata Mr. L. Oar Se6ora de @L, a6os.0arga historia de tratamiento con medicinas. 4esde que tenía <I a6os. 2 una edad

temprana le estu#ieron poniendo inyecciones durante #arios a6os por un tiroides

hiperacti#o y tambi%n por catarros. Más recientemente se había sometido a una

operaci"n con la idea de mejorarla circula Ypues cuando el clima era frío, e incluso



en otras ocasiones, sus manos se #ol#ían azules. )o obser#" ninguna mejoría tras

la operaci"n. 2ntes de llamarme a mí, el doctor que la atendía se había retirado

afirmando que el caso carecía de esperanzas. Encontr% que sus manos eran una

masa de pus. Xangrena h(meda y casi ausencia de piel. Se había propuesto, ytemido, la amputaci"n de ambas manos. Nras empezar con medidas, menos

se#eras, c"mo fomentos calientes. &ompresas frías, en#olturas para tratamiento

hico de orina, beber orina en peque6as cantidades un ungWento para ali#iar los

intensos dolores. 'ropuse finalmente un ayuno completo a base de orina = agua,

continuando al mismo tiempo con las en#olturas para tratamiento hidroterápico. El

ayuno dur" tres semanas pero a los quince días la paciente ya podía utilizar sus

manos y tejer. 2unque el beber orina y las &ompresas fueron de gran #alor para eltratamiento, considerado sin embargo que el ayuno de tres semanas fue el factor

decisi#o en este caso, pues permiti" al sistema carado de medicinas liberarse de

las impurezas.

Erupci"n cutánea en los brazos. Mrs. &. lle#aba más de tres a6os aquejada de

una irritante erupci"n en los brazos. 3abía probado #arios ungWentos y lociones

sin ali#io. inalmente fue inducida a probar el efecto de la orina, con la que se

humedecía ligeramente todas las noches. 0a erupci"n desapareci" complemente

a las pocas semanas. En este caso no se recurri" al ayuno ni a ninguna otra

medida.

Jerruga grande en el rostro. Mrs. &. informa que emple" el mismo tratamiento

para una repugnante e!crecencia de su rostro, que al poco tiempo se sec" y luego

se cay" sin dejar cicatriz. ;Estos tres (ltimas casos me fueron informados pro Mr.

OarnocA _ 4ielden.

ulto en el brazo. Dn corresponsal me informa del caso de una se6ora a la que le

sali" un bulto azul de feo aspecto y < cm de altura, que ella tenía pudiera ser



maligno. Dna amiga le aconsej" lo tratara con compresas de orina, y en menos de

tres semanas se cay", dejando la piel saludable y limpia.

Dn caso misterioso. 'aciente #ar"n de unos IP a6os. 3abía estado #ariassemanas en el hospital para obser#aci"n y tratamiento, pero al final le dijeron que

era incurable y le en#iaron a casa a morir, aunque le pidieron que se mantu#iera

en contacto con el m%dico de cabecera. 0e dieron un determinado medicamento

que estaba calculado para disol#er cualquier alimento que comiera. &uando, a

petici"n de un caballero al que estaba tratando, #i por #ez primera al paciente, me

di cuenta de que efecti#amente se estaba muriendo, pero no tanto por la

enfermedad como por el potente medicamento ;#eneno que le habían dado.bser#" que sus gl"bulos oculares estaban muy distendidos y que estaba

delgado, pero no hasta el e!tremo de la demacraci"n. Me cont" que había comido

con cuidado, que había trabajado duramente al aire libre, que había mantenido la

regularidad de las costumbres, que nunca había tenido diarrea. Su (nico #icio

había sido el rape, pero lo había abandonado hacia un a6o. S"lo me qued% con %l

unos minutos despu%s de mi primera #isita, le dije que ayunara y que no bebiera

más que agua y toda la orina que pasara. Nambi%n le dije ;y a su esposa que no

se sorprendiera de los síntomas que, 'udieran 'roducirse durante el proceso de

eliminaci"n. 4ebería guardar los e!crementos para que yo los inspeccionara. Jol#í

a los tres días y me ense6aron dos grandes cubos llenos con la materia que había

#omitado* el #"mito se había iniciado a las @ horas de haber probado por primera

#ez la orina. Nambi%n había tenido grandes p%rdidas intestinales y mucha

descarga catarral de la nariz. 4e hecho se había obligado a utilizar una docena de

pa6uelos, que no s"lo #isto de mucosidad sino tambi%n de :2'E Sigui" con el

ayuno y al cabo de una semana ces" la descarga. 2 los diez días se interrumpi" eltratamiento y el paciente estaba curado. En el modo escribir esto tiene más de QL

a6os. Este caso es interesante, por cuanto demuestra que con la terapia de orina

es innecesario conocer el nombre de la enfermedad para poder tratarla. Nambi%n

es interesante porque re#ela que una sustancia e!tra6a rape en este caso puede



alojarse en los tejidos durante meses despu%s de haber dejado de tomarla. y que

s"lo se elimina mediante el ayuno que limpie el cuerpo Eso me recuerda que el

eminente natur"pata alemán, 0ouis Vuhne, relata un caso en el que durante el

tratamiento eliminati#o, el sudor del paciente olía a los medicamentos que losal"patas habían utilizado pre#iamente para curar -más bien suprimir la

enfermedad. ;J%ase su )eR Science of 3ealing.

9ctericia. 4ebe recordarse que la ictericia es simplemente un síntoma de al--una

afecci"n cr"nica o ayuda de+ hígado, y no una enfermedad -en sí misma. Mi

primer y más difícil caso de ictericia lo tu#e en <H<H, al principio de mi carrera

como terapeuta. Este caso tard" <L días en desaparecer con el ayuno de agua yorina. )o he tenido muchos casos de ictericia, pero en los que he tratado ha sido

notable obser#ar que el tinte de la piel desaparece gradualmente durante los dos o

tres primeros días de+ ayuno, y que luego, conforme sigue el tratamiento, da lugar

a un color tan fresco y saludable como la tez de una doncella. 4iez días L menos

suelen bastar para terminar con aqu%lla, siempre un cáncer de hígado. Esta

terrible enfermedad considero que prácticamente no da esperanzas sea cual sea

el m%todo con que se la trate. 3asta los practicantes bioquímicos, que afirman

curar algunos casos de cáncer, mantienen que si el hígado está implicado no hay.

nada que pueda hacerse. Sin embargo, en una ocasi"n super#is% un ayuno de

orina de un hombre que durante a6os se había bebido una botella entera de

alcohol por día. Ese hombre decidi" probar el ayuno de orina mientras su m%dico

estaba fuera, de #acaciones. Se bebi" toda la orina que pasaba, que al d%cimo día

estaba tan sangrienta y tan llena de dep"sitos arenosos rojos como al principio

-del tratamiento. 'ero ese día #ol#i" el doctor de sus #acaciones y le hizo una

escisi"n en el escroto. 2l día siguiente el paciente entr" en estado deinconsciencia. Es muy problemático saber si su hígado, que estaba 1muerto1,

hubiera podido funcionar de nue#o si se hubiera proseguido el ayuno y no hubiera

habido interferencia quir(rgica* pero confieso que en cualquier caso me doli"

mucho no tener la oportunidad de intentar sal#ar la #ida del pobre hombre, sobre



'ondría aquí de relie#e el hecho de que obligar a comer a un enfermo siguiendo el

principio de que ha de mantener las fuerzas es la cima de la estupidez m%dica. En

un enfermo cuyo instinto = "rganos se rebelan frente a la ingesti"n de alimentos,

%stos act(an como un #eneno.

&ataratas. 2ntes de que fuera +legal que un profano mencionara que las cataratas

pueden. :esponder a un tratamiento sin operaci"n, descubrí que en muchos

casos un ayuno de orina de <L días bastaba para disol#er la película que se forma

sobre el ojo. El no requerido más largo fue de P días. Es un punto sutil, sobre el

contra la ley que no estoy cualificado para pronunciarme, si #a e!istente el que un

profano diga que ha curado cataratas antes de que se decretara la ley. 'ero encaso de que esa afirmaci"n sea legal, tendremos que suponer que los casos

curados habían sido diagnosticados err"neamente, puesto que la ley afirma que

s"lo un cualificado puedo curar casos aut%nticos, sobre todo con oculista bisturí.

Sin embargo, es #eraz decir que las cataratas no son. Siempre una condici"n

aislada. 0o que necesitamos recordar es que el ojo es una parte del cuerpo, y por

tanto al tratar el cuerpo como una totalidad por otros síntomas la condici"n local

se puede curar sin dirigir la atenci"n al ojo.

Xlaucoma. Seg(n la medicina ortodo!a, e incluso la naturopatía, es una condici"n

muy gra#e. 0os oculistas realizan una operaci"n, pero en muchos casos el

paciente queda ciego antes o despu%s. En cualquier caso no se puede decir que

la mutilaci"n sea una cura. S% que los pacientes que no han sido forzados

responden bien a un ayuno de orina de un mes de e duraci"n. 4eben

considerarse en cambio prácticamente sin esperanzas los casos que las sido

quir(rgicamente interferidos.

:eumatismo. En este país ;9nglaterra se suele culpar al clima de las condiciones

reumáticas de las personas con una sangre insuficientemente alcalina. 'ero si la



sangre y el cuerpo estu#ieran libres de acidez y materias e!tra6as, el clima o sus

cambios no producirían ning(n efecto en ellos.

&on respecto a la cura del reumatismo ;del que algunos doctores dicen que hayG tipos diferentes, he encontrado que los pacientes siempre responden bien a un

ayuno de orina de entre <L y < días, o incluso menos en los caos simples. 3ay

que completar el tratamiento con masajes de orina y compresas de orina. Nras la

curaci"n es esencial, para e#itar la recurrencia, una re#isi"n de la dieta, siguiendo

un r%gimen bien equilibrado. Muchos casos incluso han respondido al r%gimen de

una sola comida al día ;eligiendo cuidadosamente los alimentos y e#itando el

alcohol y los condimentos más la toma de la orina aut"gena y los masajes ycompresas. Nales casos, cuando no se mantenían desde hacia mucho tiempo y

no eran gra#es, se ha curado usualmente en s"lo unas semanas.

&itar% ahora unos cuantos casos que amablemente me ha proporcionado el

natur"pata Mr. li#er OarnocA-ielden$

/2sma bronquiel. Mr. 4. E., de ?Q a6os. 2bandon" la 2rmada por asma bronquial

que sufría desde la edad de <@ a6os. 0a #ida del mar pareci" empeorar el

problema. Nodas las noche se despertaba al menos cuatro #eces para utilizar un

spray medicina+, y no se atre#ía a ir al teatro sin %l para poder utilizarlo en los

entreactos. 4urante tres meses, en los que se bebía entre litro y medio y casi dos

litros de orina al día, y dos bre#es ayunos de orina de entre ?G y @L horas cada

uno, se ali#i" tanto que dej" de pensar en lle#ar el spray al teatro, ni tiene que

despertarse por la noche para utilizarlo. 3a perdido todo el miedo a su problema y

su salud general ha mejorado mucho.

Ltro caso del mismo problema en cuatro días de ayuno con orina, cuando un

ay-uno de tres semanas en una &asa de &ura )atural bien conocida había fallado.

&ada #ez que bebía orina tenía una descarga mucosa. El (ltimo día de ayuno tu#o



tal des mucosa que el paciente sali" para comprobar su respiraci"n subiendo una

colina. )o e!periment" dificultad y regres" inmediatamente al trabajo.1

1:i6"n enfermo Mr. X. 4. En mayo de <H@@ se encontraba en un hospital para quele e!tirparan su ri6"n derecho. 3abía sufrido grandes dolores. 0a orina era del

color de la sangre y los rayos 7 habían descubierto una piedra grande alojada en

la pel#is de ri6"n. En opini"n del cirujano el ri6"n estaba enfermo y si no se

e!tirpaba se pondría en peligro la #ida. 'ero M. 4. se neg" a la operaci"n y #ino a

#erme. Empez" a beber toda la orina que pasaba, ayun" repetidamente durante

#arios días seguidos, y a las pocas semanas la condici"n había mejorado hasta el

punto de que no tenía dolores y la orina era de color normal. 2 los tres meses Mr.4. regres" al hospital y le dijeron o tenía nada en su ri6"n.

&omo resultado del %!ito de este tratamiento, Mr. 4. me trajo un paciente que

estaba en el hospital esperando a someterse a esa misma operaci"n. Nambi%n se

cur" con e+ mismo m%todo.

En casos como %stos hay que aceptar el #eredicto de los radi"logos y cirujanos

que realizaron el e!amen, quienen en ambas casos dijeron que la operaci"n era el

(nico medio de ali#io, o incluso de sal#ar la #ida. &uando más tarde mantenían

que no había nada mal, y los rayos 7 dieron una prueba. &lara de que el ri6"n

estaba sano, nos #emos obligados a suponer que la cura se logr" por el ayuno y

por la ingesti"n de orina.1

'ara terminar este capítulo a6adir% algunas sugerencias que me hizo mi amiga Mr.

D. OarnocA-ielden con respecto a como cura la orina, aunque yo pueda nocompartir totalmente sus puntos de #ista. Escribe %l$

1Niene que haber alguna fuerza curati#a en la recuperaci"n de las inesperada

hormonas, especialmente las hormonas se!uales que #an a parar a la orina. 3ay



casos conocidos en los que se toma orina internamente s"lo en beneficio de esas

sustancias. Nambi%n puede ser que se trate de la recuperaci"n de la sustancia de

los tejidos que están en la soluci"n de la orina. El tejido orgánico puede separarse

de los "rganos #itales por causa de sustancias #enenosas allí alojadas y debidas alos alimentos y bebidas ingeridos, por el cuerpo, y tambi%n por las medicinas e

inyecciones de la ciencia m%dica. 2lgunos afirman que estas sustancias se

recuperan y pueden ser utilizadas de nue#o en la reconstrucci"n de unos "rganos

saludables. Es difícil de demostrar, pero hay registrados muchos casos en los que

los "rganos enfermos se han recuperado por medio de beber grandes cantidades

de orina. 4ecir más que esto es imposible.

0a e!plicaci"n que más me atrae es que las curas se realizan siguiendo el

principio homeopático. )o cabe duda de que aunque no se e!pele del cuerpo por

la orina materia t"!ica en cantidad ;de otro modo nos enfermaríamos por culpa de

la que se quede, tiene que encontrarse en toda orina una dosis homeopática o

infinitesimal del complejo t"!ico particular de cada indi#iduo. Seguramente esto

está fuera de toda discusi"n. Si esa dosis infinitesimal #uel#e al cuerpo de acuerdo

con los principios h homeopáticos se producirá un anticuerpo y se tenderá por

tanto a la curaci"n de la condici"n. .

En los hábitos naturales de los animal obser#arnos que se lamen continuamente.

9ndudablemente ente, de ese modo introducen en sus sistemas dosis

homeopáticas su condici"n t"!ica. Nras cada comida esa dosis tendería a corregir

cualquier da6o que pudiera sucederles por tomar un alimento inaceptable, que

incluso #enenoso. 5)o puede ser ese hábito el plan de inmunizaci"n por

e!celencia de la naturaleza8 0a ciencia m%dica ha formulado un sistema depeligrosas inoculaciones para hacer e!actamente lo mismo que hace el perro

cuando se lame. 0a naturaleza da al perro el instinto para su sal#aci"n, y al

hombre el cerebro para su destrucci"n final. Buizá seamos demasiado listos. Si

alguien duda M instinto de> animal para beberse su propia orina, que pruebe a



darle una taza a un mono. S"lo la utilizará para una cosa. Se considera que la

cabra es el más saludable de todos los animales, y por eso su leche es muy

apreciada para los casos de tuberculosis. 5)o puede e!plicarse eso por el hecho

de que con frecuencia se bebe directamente su orina8

&uando apareci" el hombre sobre la tierra, se tu#o que tomar alguna medida para

asegurarse contra su e!tinci"n. El alimento, la ropa y el abrigo estaban todos en la

tierra, esperando a que el hombre los consiguiera para satisfacer todas sus

necesidades materiales. 5)o sería de #ital importancia no despreciar el modo de

librarse de la enfermedad8 Si lo que se ha dicho en estas páginas es correcto, el

medio de conseguir la salud está siempre a mano, fácil de lle#ar mara#illoso en susimplicidad = a la disposici"n de cual cualquiera. El fallecido 4r. &has. 3. 4uncan,

uno de los más ilustrados doctores de 2m%rica, afirma en su libro 2utotherapy$



1$. EL CATARRO CO#UN

)o es e!agerado decir que esa enfermedad simple a la que llamamos catarro

com(n ha confundido a la profesi"n durante siglos. Dn doctor me dijo en una

ocasi"n$ /3ay una cosa que me desagrada que me pidan que cure, un catarro

com(n o un dolor de cabeza. El finado 4r. 3aig, que fue el primero en atraer la

atenci"n sobre el ácido (rico, y más toda#ía sobre la locura de #i#ir con una dieta

desequilibrada ;aunque en ciertos puntos se pueda diferir de opiniones decía que

uno debía estar agradecido cuando contraía un catarro, pues actuaba a modo de

limpieza general por lo que nunca debía ser suprimido. 'ero por desgracia para la

humanidad, lo que frecuentemente se suele hacer en cuanto se /empieza a sentirque se acerca un catarro es comprar algo que lo detenga y /matarlo en su

principio. Esto no es curarlo, eso es simplemente suprimirlo y frustrar a la

naturaleza. 0a supresi"n de un catarro simple suele conducir a aflicciones peores,

como la pulmonía, etc.

0as causas de los catarros es tan simple como comunes son %stos$ está en una

dieta desequilibrada, y como la mayoría de la gente #i#e con dietas

desequilibradas, es por tanto susceptible en grados di#ersos a los catarros. El

e!ceso de f%cula en una dieta, en combinaci"n con la insuficiencia de alimentos

que contengan sales minerales esenciales produce catarro. 0as e!udaciones de

las condiciones catarrales deberían ser suficientes en si mismas para indicarnos la

causa real$ su naturaleza es feculosa. 'or tanto, así como la causa de un catarro

debe ser ob#ia, tambi%n deber serlo su curaci"n, tal como he descubierto en a6os

de obser#aci"n y e!periencia.

El procedimiento consiste en ayudar a base de agua fría y orina. )o se debe tomar

medicamento alguno, ya sea en forma de pastillas o de lociones. Si se lle#a a

cabo este tratamiento catarro desaparecerá, en el caso de indi#iduos sanos en



otros aspectos, < horas o menos. Sin duda habrá quien piense que esto es

contrario al que dice$ 12limenta un catarro y mata de hambre a una fiebre. 5'ero

era así el refrán original8 Nengo entendido que el actual es una simple #ersi"n -de+

original, que decía$ 1Si alimentas un catarro tendrás que matar de hambre unafiebre1. 9ncluso un ayuno a base de agua cura un catarro entre @ y @P horas. 'ero

es menos eficaz que el. Nratamiento a base de agua # orina, que no s"lo produce

la rápida desaparici"n de la condici"n catarral. Sino que además uno se siente en

todos los aspectos mucho mejor que antes. 2demás, y esto es muy importante, se

impide el desarrollo de gripe, neumonía, etc., que una #ez desarrolladas pueden

e!igir un ayuno de <L días y muchas atenciones.

= sin embargo, la gripe, neumonía, bronquitis y dolencias afines pueden ser

simplemente el resultado más inmediato de haber reprimido los intentos de la

naturaleza de liberarse del Ye!ceso de f%cula y sus males. Estoy con#encido de

que la supresi"n de los catarros es la base más com(n = fructífera de una larga

lista de enfermedades más importantes. 0a coriza, tal como se la denomina

t%cnicamente, esto es la inflamaci"n de la membrana mucosa de la nariz. 4ebe

considerarse como una bendici"n, pues es como la campana e alarma que

anuncia que el interior necesita un proceso de limpieza tengo que enfatizar aquí,

a(n a riesgo de e!cederme en las repeticiones, que el mejor modo de realizar esa

limpieza con rapidez. acilidad y acti#idad es beberse toda la propia orina

mientras se ayune 9ncluso aunque en @ horas de ayuno se llegue a pasar casi <L

litros de orina.

En cuanto al catarro nasal cr"nico, las personas que #i#en con una dieta

desequilibrada deben dar las gracias a esa 1#ál#ula de seguridad que les puedeimpedir desarrollar enfermedades más gra#es. 0os que intentan reprimirlo por

medios innaturales tendrán que enfrentarse a gra#es consecuencias. Sus causas

se pueden encontrar en el consumo habitual de demasiado pan, especialmente

blanco, bollería budines de arroz blanco y otros alimentos feculosos Si en una



dieta hay preponderancia de estos alimentos, ello significa que faltan los que son

ricos en sales minerales esenciales. 4ecir Bue los az(cares = la f%cula dan

energía es una de las perniciosas #erdades a medias que son casi noci#as como

los errores completos. El E!ceso de f%cula no puede dar energía, puessimplemente obstruye el sistema e inhibe su funcionamiento normal. 0a prueba es

que las personas que #i#en sobre todo a base de los alimentos que he citado

tienen que recurrir constantemente a las bebidas alcoh"licas o a las tazas de caf%

para /entonarse.

&omo me gusta sustanciar siempre mis afirmaciones con razones científicas, en

beneficio de aquellos a los que ello les gusta, debo a6adir que además de ser ele!ceso de f%cula la causa de catarro, hay en los tejidos una insuficiencia de

cloruro de potasio, fosfato calcio y sulfato calcio, y si la garganta está infectada

fosfato f%rrico. ;J%ase iochemic 'ochet ooh, de E..O. 'oRell, 4. Sc..En

tiempos recientes los in#estigadores se han preocupado de analizar los di#ersos

alimentos para conocer su contenido en sales minerales. 2sí hemos sabido que

algunos alimentos son más ricos en sales que otros. = han sido clasificados con

etiquetas como alimentos carb"nicos, cálcicos, cl"ricos, flu"ricos, s"dicos,

potásicos, fosf"ricos, sulf(ricos, etc. &omo sabemos, todas estas sales son

esenciales para el funcionamiento apropiado del cuerpo, esa in#estigaci"n solo

sir#e de nue#o para demostrar lo necesario que es #i#ir con una dieta #ariada y

bien equilibrada. Es significati#o que hasta fechas reciente la profesi"n m%dica

ignora la importancia del potasio como sal para el cuerpo humano. = sin embargo,

los e!ponentes del Sistema ioquímico han descubierto que la insuficiencia de

una o #arias de las formas del potasio es causa contribuyente en la mayoría de las

enfermedades, especialmente en el cáncer y los tumores. Sin embargo, esto ya lohabía descubierto el 4r. Schuesseler, de denburg, 2lemaniam en la (ltima mitad

del siglo pasado. 'ero este hecho s"lo recibi" amplio reconocimiento en <H<

gracias al 4r. orbes-:oss ;ya mencionado, quien probablemente nunca había

oído hablar del 4r. Schuessler ni de su importante y en gran parte ignorado



descubrimiento. En su esbozo general de Nhe ochemic System of Medicine,

X.O. &arey, M.4., se6ala significati#amente que la falta de cualquiera de las sales

inorgánicas celulares pro#ocan determinados síntomas que no son otra cosa que

el m%todo que tiene la naturaleza de indicar que uno o más de los obreros #italesdel cuerpo falta, y debe ser suplido. /&ada sal mineral tiene un trabajo

especializado. &ada una tiene determinadas afinidades por determinados

materiales orgánicos utilizados en la constituci"n de la estructura humana. 2sí las

mol%culas de /Vali mur ;cloruro potásico trabajan con la fibrina. Si se produce

una insuficiencia de esta sal, una parte de la fibrina no tiene sal inorgánica con la

que unirse, se con#ierte en un elemento perturbador y debe ser e!pulsada de la

circulaci"n #ital por los conductos nasales o los pulmones... produciendo lascondiciones llamadas catarros, resfriados, toses, etc..

Esta es, pues la e!plicaci"n bioquímica de los catarros y dolencias afines, como la

leucorrea, que cuando la descarga es de color blanco lechoso indica una

insuficiencia de cloruro potásico en el organismo femenino ;Xarey. &ero que he

presentado suficientes e#idencias para demostrar que el catarro com(n y todas las

condiciones catarrales, sean agudas o cr"nicas, es ante todo el resultado de una

alimentaci"n err"nea, sobre la que me e!tender% en un (ltimo capítulo.



1%. LA TERAPIA DE ORINA

EN LOS ANI#ALES

&uando ciertas personas quieren menospreciar un determinado tratamiento,

adscriben su eficacia a la fe. 'or ejemplo, algunos oponentes de la homeopatía la

han desechado diciendo que es una 1cura por la fe1. 'ero el home"pata tiene en la

mano un argumento que acaba con esa suposici"n* afirma que la homeopatía cura

animales, que por la naturaleza de las cosas no saben que están siendo tratados.

En la literatura horneopática se mencionan cientos de curaciones de animales.

Dna de ellas es la de un rato que tenía parálisis de las patas traseras. Nras haber

intentado di#ersos tratamientos el propietario le dio meg. phos en una atenuaci"n

muy alta, y lo cur" completamente en poquísimo tiempo. El esc%ptico

Ycoincidencia1. 2 lo que se le puede replicar$ 1 +Bu% sorprendente es la credulidad

del esc%pticoY.Y

Esta alusi"n a la homeopatía y los animales es rele#ante por cuanto algunos

1esc%pticos cr%dulos1 han llegado a decir que la terapia de la orina debe ser una

1curaci"n por la fe1. )o puedo más que sonreír y emplear el -mismo argumentoque los home"patas. 4emostrar% mi argumentaci"n con unos cuantos hechos.

Mi abuelo era bastante conocido en los a6os sesenta y setenta del siglo pasado

por su mano con caballos, perros, etc., y de %l aprendí que la orina e incluso los

e!crementos de #aca eran sus remedios fa#oritos para tratar las dolencias =

lesiones de los animales 3acía ayunar a las #acas, caballos y perros hasta un mes

a base de agua y orina, para cuya administraci"n utilizaba un cuerno$ aunque

cuando estaban sedientos lo bebían sin necesidad de esa ayuda. &omo había

aprendido muchas cosas de mi abuelo, yo mismo trat% animales. &on frecuencia

era una tarea larga y laboriosa y puedo citar -------que carecen del rasgo

humorístico. :ecuerdo que en una ocasi"n hice e, mar a una #aca Bue tenía



tu%tanos durante < días, fro$---ndola ocho horas al día can la orina ;ce6ida

baldes y de otras #acas. 'ara beber le daba propia orina ;que al principio era

espesa-, amarilla y concentrada como mostaza y la orina de #acas sanas.

Nambi%n bebía agua. Mi paciente #acuno perdi" todo el pelo. se qued" en la piel ylos h huesos pero se recupero completamente recuperando su peso natural tras

dos meses de comer hierba.

&on la terapia del ay-uno a orina he e tratado tambi%n perros. Dna de inducir a un

perro a beber orina ;aunque beben a menudo la orina de una perra consiste en

atarlo a un árbol = jeringar su cabeza con un spray fino del liquido #ital .<. 'ara

ello utilizaba orina mía reci%n pasada. &uando la orina goteaba por la cara- elperro la lamina.

3istorial de un caso. 1:ouhg1, terrier en 2iredale. Nratado por una hinchaz"n en el

abdomen que se le produjo tras ser derribado por la rueda trasera de un

motocarro. 2yuno <H días tomando cuando lo deseaba mi orina = agua, y

finalmente rompi" el ayuno con un poco de carne cruda de #aca. &uando los

animales enferman tienen el sentido de ayunar hasta que recuperan el hambre.

4urante el ayuno le la#aba con orina #ieja, fuerte y grasienta y aunque en el

proceso una gran parte de su antiguo pelo, al terminar tenía un hermoso pelo.

2unque la e!periencia siguiente con a#es de corral no entra estrictamente bajo el

encabezamiento de terapia de orina, pues las gallinas no orinan y no se utiliz"

orina, sin embargo es instructi#o porque demuestra lo que hace un ayuno incluso

por a#es. En octubre de <H<G tenía GL gallinas, pero ninguna de ellas había

puesto un hue#o en #arias semanas, a pesar de que estaban bien alimentadas yestimuladas con condimentos. &omo algunas de ellas estaban enfermas, muchas

1autoridades1 me habían dado consejo gratuito o profesional. inalmente decidí

que la mitad de ellas ayunaran, tomando s"lo agua El resultado fue notable, pues

al cuarto día encontr% #arios hue#os. 'osteriormente ayun" la mitad restante, con



el mismo gratificante resultado$ hue#os en abundancia. En cada caso el ayuno

dur" una semana. 0es cambi% entonces la dieta anterior, consistente en un 1poco

de todo1 por otra consistente s"lo en un grano integral de trigo que las gallinas

tienen que desmenuzar = #erduras que les daba dos #eces al día. Eso, más lahierba que podían picotear, era lo (nico que comían. El resultado fue una media

de IL hue#os la semana de GL gallinas durante <P semanas sin interrupci"n, y

con el insignificante costo de ?<@ de penique por hue#o.

Nratamiento de una pata de yegua lacerada. 3abía tratado de pasar un espeso

seto espinoso con desastrosos resultados. Se había hecho una gran hendidura en

la carne de una pata trasera a la altura de la rodilla, y parecía un labio grande quele colgara. Me aconsejaron que llamara al #eterinario para que le diera unos

puntos, pero lo rechac%, pues sabía que con esa medida le quedarían unas feas

marcas que reducirían mucho su #alor. 'or tanto le #end% la herida con un pa6o

de lana sua#e = limpio ;sin te6ir bajo una cada tres pliegues de mader fle!ible, y

llen% el espacio que había entre la carne = la madera con e!cremento de #aca,

cerrando el emplasto por debajo con cinta ancha para que el e!cremento se

mantu#iera en su sitio y la yegua pudiera mo#erse. 0a #isitaba dos es al día para

poder echar medio litro o más de orina por arriba del emplasto, a fin de mantener

acti#as las propiedadesY de los e!crementos. :epetí el proceso durante quince

días, al cabo de los cuales quit% el #endaje, encontrando la herida perfectamente

curada y sin rastro de cicatriz.

Jerdaderamente, la naturaleza tiene lecciones que ense6arnos. 0a primera, la

segunda y la tercera son$ +Nrabaja con la naturaleza y ella hará el trabajo.



1+. LA RA=ÓN DE LOS #ASA!ES

& LAS CO#PRESAS DE ORINA

Dn corresponsal que me planteaba una serie de preguntas inteligentes me

sorprendi" con la siguiente$ 5Es la piel un "rgano de una sola direcci"n81 5Bu%

e#idencia o deducci"n hay en la que basar esa suposici"n8 Nomemos una

analogía simple. Si cubrimos con u un pa6uelo e!tendido la parte superior de una

taza que contenga un poco de leche y damos, la #uelta a la taza la leche saldrá

rezumando a tra#%s de> pa6uelo 9n#ersamente, si ponemos un poco de leche

sobre el pa6uelo e!tendido sobre la taza, aquella entrará en %sta, y lo hará con

mayor rapidez si la frotamos sobre el pa6uelo. Se sabe desde hace mucho tiempo

Bue la piel es capaz de absorber no s"lo líquidos, sino tambi%n aire. 5'or qu% sepromociona la ropa interior celular8 'orque la piel necesita respirar. 4e ahí la

imprudencia de topar los poros con ungWentos supresi#os de 1en#ol#erse1 en

ca#as de ropa interior caliente tal como hacían los #ictorianos Si se impide

totalmente que la piel respire la #íctima muere. Es bien conocida la historia del

ni6o que fue pintado completamente con oro líquido para formar una figura para

un desfile$ el ni6o muri" a las dos horas. 'or otra parte, fue una práctica com(n

que daba a menudo buenos resultados. rotar con leche a los ni6os no ganaban

peso. &omo saben la fricci"n produce calor y el calor abre los poros de la piel, lo

que en sí genera calor. 'or eso es tan importante el contenido de las compresas.

0as compresas que no tienen nada que de#ol#er a la piel pueden drenar

seriamente las fuerzas$ he tenido noticia de ello en muchas ocasiones. 'or tanto

la compresa por e!celencia es la de orina, y el masaje con -orina es muy superior

a cualquier otra forma de fricci"n. 'ara este (ltimo fin lo más eficaz es la orina

#ieja sola o mezclada con nue#a y calentada ;sin que hier#a. El m%todo más

práctico consiste en guardar la orina en botellas, echar s"lo un poco en un

recipiente de fondo plano. 'oner las manos sobre el recipiente para humedecerlas

ir empezar a frotar hasta que se sequen. 'oner un poco más de orina en el

recipiente y repetir el proceso. 2l tomar con las manos s"lo un poco de orina cada

#ez se e#ita que caigan gotas al suelo.



En cuanto a las compresas, con todo lo que se ha escrito ya en este libro en

relaci"n con los historiales, será e#idente c"mo y cuándo aplicarlas. )o obstante,

no está de más que me repita. Se pondrán pa6os humedecidos en orina sobre lalocalizaci"n y se mantendrán h(medos a6adi%ndoles más orina cuando se

necesite. Se aplicarán siempre que haya f"runculos heridas, bultos, hinchazones u

otras alteraciones. &omo es natural no se frotará el cuerpo en el lugar en donde se

precisa una compresa. En ninguna circunstancia se deben frotar los bultos

sospechosos ni los tejidos que los rodean.

=a he mencionado bre#emente que las partes más importante al rotar son el cuellorostro, cabeza y pies. 'ero eso no significa que no haya que frotar tambi%n todo el

cuerno. 2 menos que la enfermedad requiera una compresa en alg(n lugar, es una

parte esencial de la terapia de orina con el fin de nutrir al paciente durante el

ayuno. 2parte de eso, la orina es el mejor alimento que e!iste le la piel* como

puede #erse por las manos de los que hacen las rotaciones.

0os esc%pticos han sugerido que un masaje en seco o s"lo con agua podría tener

la misma eficacia. 0a respuesta es negati#a. 3e intentado ambas cosas. 9ncluso

los ayunos de orina sin frotaciones e #en acompa6ados de palpitaciones igual al

que los ayunos a base solo de agua. 2cepto que el masaje es e!celente ejercicio,

pero sin a orina no sir#e para reconstituir los tejidos gastados. S"lo en los esos

muy gra#es, en los que el paciente está muy d%bil y demacra para soportarlo, he

dispensado los masajes en cuyo caso la orina puede ser absorbida por la piel por

medio de compresas.

&itar% ahora un historial que demuestra que ponerse compresas continuadamentede cualquier sustancia, por inocente que pueda crecer, puede resultar muy

agotador de las fuerzas para el compresas así como improducti#o para la

curaci"n.



#eían en el rostro, ambos brazos pecho, hombros y nalgas. 4ebo a6adir, dicho sea

de paso, que cur% las llagas causadas por su permanencia en la cama con algo

tan 1científico1 como mi propia sali#a. Sin embargo, el punto principal que hay que

notar en este caso es que cuando dejo de ponerse +os emplastos medicinales elpaciente gano pe aunque tomaba menos alimentos. 'osteriormente recuper"

plenamente la salud con la dieta de orina y una dieta bien equilibrada que no se

basaba en las teorías del finado 2rnold Ehret y compa6ía. Jol#amos ahora a las

razones de los masajes proporcionando algunos detalles del propio caso que

toda#ía no han sido, mencionados.

4urante mi primer ayuno a orina y agua, me sentía intrigado, si no alarmado, alobser#ar las palpitaciones de mi coraz"n, que a #eces eran tan pronunciadas que

me parecía tener dos corazones en lugar de uno. &ontrariamente a las

suposiciones m%dicas, achaco esto a la teoría de que mi coraz"n no estaba

recibiendo un suministro de sangre suficiente, y por tanto estaba algo acelerado

como un reloj cuyo resorte de control se ha roto o estropeado. Entonces la iblia

me #ol#i" a dar una idea, en esta ocasi"n el )ue#o Nestamento, en donde leí$

1...cuando ayunes (ntate la cabeza lá#ate ate el rostro...1 ;Mateos, J9, <Q<. Era

plenamente consciente de que la interpretaci"n que hice estaba traída por los

pelos, pero empec% a frotarme con mi propia orina la cabeza, cuello, rostro y otras

partes de> cuerpo y cesaron las palpitaciones. 2demás. &on este m%todo me era

posible ayunar sin interrumpir las tareas día, siempre que no estu#iera demasiado

enfermo o :ara empezarlas. lor ejemplo pacientes con enfermedades cutáneas

han ayunado y realizado su trabajo sin que se dieran cuenta de ello los que no lo

sabían. En cuanto a mí mismo, puedo iniciar un ayuno si es necesario para

estimular a otros y ni siquiera un doctor con sus impresionantes instrumentos escapaz de detectar por mi coraz"n que estoy ayunando. En cambio lo detectará

fácilmente si no me diera los masajes orina.



Nodo la anterior se puede resumir en una frase$ 10a causa primordial de la

enfermedad es la ausencia de sustancias que deberían estar en el cuerpo y a

presencia de sustancias que no deberían entrar en el. ;4octor and 3ealth, de

&yril Scott. 0a esencia de esto la ha descrito claramente el comandante &.raser MacAenzie, &..9.E.$ 1Estamos hechos de lo que comemos, por lo que sí

enferma alg(n "rgano ello significa generalmente que nuestra alimentaci"n era

inadecuada1. 0o cual, dicho de un modo a(n más conciso es$ la causa de la

enfermedad es una dieta mal equilibrada.

Sin embargo teniendo o esto en la mente, seria improcedente dar normas

específicas con respecto a los alimentos precisos que los hombres deben o nodeben comer, pues se deben tener en cuenta el clima, el entorno y la

1idiosincrasia1 personal no cabe esperar esquimales #i#an con los mismos

alimentos que por ejemplo, los brasile6os. 4ebo mencionar aquí el caso de un

hombre para el que el pescado es un #eneno tan poderoso que incluso con lamer

un sello ;%l lado adherente contiene cola de pescado se le hincha toda la cara en

tal medida que no puede #er porque se le cubren los ojos. 3ay personas para las

que los hue#os -son un #eneno en cualquiera de sus formas. 'ero a #eces esas

personas pierden esas pe como una se6ora que a los QL a6os pudo empezar a

tomar hue#os sin que le hicieran da6o.

0os #egetarianos fanáticos pretenden hacernos creer que comer carne es

prácticamente el origen de todas las enfermedades humanas. 4ifiero de ellos

totalmente, y por la mejor de todas las razones$ la e!periencia personal y lo que he

obser#ado en los demás. Estaría de acuerdo con ellos si afirmaran que una dieta

sin carne sería el mejor r%gimen si el hombre no hubiera adquirido a <* largo de losa6os los hábitos alimenticios de un animal omní#oro. 'ero, tal corno están las

cosas, mí obser#aci"n me ha ense6ado que los cambios bruscos de dieta desde

el zo"fago al no comedor de carnes pueden tener res desastrosos. En suma, el

hombre medio no ha alcanzado toda#ía ese estado de salud en el que está



preparado para el #egetarianismo total, por muy deseable que pueda resultar

como ideal. )o obstante, hará la siguiente reser#a$ puede ser diferente en el caso

de las personas alimentadas desde la infancia con una dieta sin carne, siempre

que tal dieta no sea simplemente un r%gimen sin carne* es decir, debe ser unadieta #egetariana bien equilibrada, no s"lo una abundancia de f%cula.

Nras ese preámbulo se me preguntará por el tipo de dieta que abogo

personalmente para las personas que #i#en en zonas templadas. Mi respuesta es

que debe componerse, en proporciones o apropiadas, carne, a#es, pescado,

ensaladas, #egetales #aporizados, pan integral de trigo, frutas frescas de estaci"n,

arroz integral, mantequilla con moderaci"n = miel, que es el mejor edulcoranteque e!iste. Se deben e#itar todos los alimentos enlatados, los alimentos

e!cesi#amente cocidos, todos los alimentos procesados ;desnaturalizados. &omo

el pan, el az(car y el arroz blanco. 2sí como la leche pasteurizada. Nambi%n deben

e#itarse los condimentos. En mi opini"n, las camas enlatadas, los alimentos

procesados y la leche pasteurizada son los malignos productos comerciales con

los que se complace la llamada ci#ilizaci"n. El az(car y el pan blancos se

in#entaron simplemente para poner el dinero en las manos de los refinadores M

az(car y la harina. El az(car blanco es s"lo un alimento productor de ácido,

puesto que se le han e!traído todas las propiedades alcalinas. 4urante el siglo

pasado, un doctor poco escrupuloso recibí dinero por decir que había encontrado

un /bicho en el az(car integral, y que por tanto no resultaba adecuado para el

consumo humano en su estado natural. ;J%ase Science oí Eating. de Mc&ann.

En cuanto a la leche pasteirozadala 4ra. Marie Stopes no es la (nica en

condenarla totalmente. =a #imos que le da el nombre de 1#eneno est(pido1. Buizá

eso sea ir un poco lejos, pero sigue en pie el hecho de que la pasterizaci"n de laleche, aparte de otras consideraciones, permite #endería cuando no es fresca,

pues su falta de frescura ya no es detectable.



Eso me trae a la memoria lo que decía sobre esa comodidad el finado Mr. . 2.

MacBuisten, V-&., M.'.$ 1'iensan algunas personas que leche pasteurizada es

leche de pasto. S"lo es leche medio her#ida carente de nutrici"n. Si se la das a las

terneras se mueren. Si se la d a las ratas dejan de reproducirse. Es una forma decontrol de la natalidad.1 ;4ally Mirror, de marzo de <H@L.

)o cabe duda de que, por lo que respecta a la dieta, lo admitan o no los doctores,

debemos mucho a los natur"patas, que fueron los primeros en llamar la atenci"n

sobre la necesidad de ingerir alimentos 'ítales, y de ahí la palabra #itaminas

posterior ente acu6adas. 'ero por desgracia %stas se han e!plotado

comercialmente y ahora hay #itaminas artificiales en el mercado. El profesor 2. K.&larA, de la Dni#ersidad de Edinburgo, ad#irti" al p(blico contra ellas. En act, no

<@, escribi" que la educaci"n principal que el p(blico está recibiendo se halla ,en

forma de anuncios de preparaci"n #itamínicas, t"nicos, etc., que Y distorsionan

los hechos de manera que los anunciantes #endan sus productos1. 2firmaba que

deberíamos obtener nuestras #itaminas de una dieta apropiadamente regulada, y

no de las llamadas preparaciones alimenticias t"nicas. Es innecesario decir que

estoy totalmente de acuerdo con %l. Nambi%n estoy de acuerdo con casi todo lo

que han dicho los natur"patas aunque difiero de ellos en uno o dos puntos. 3ay

algunos e!tremistas que han deseado eliminar totalmente de la dieta la f%cula y el

az(car. Eso es una peligrosa falacia. )adie puede subsistir mucho tiempo sin

tener en su organismo algo de az(car y f%cula* lo noci#o es el e!ceso, tal como

se6alo en el capítulo dedicado al catarro com(n.

Si es ya e#idente la causa de las enfermedades, tambi%n deberá serio su

pre#enci"n$ una dieta bien regulad, lo cual significa ni poco ni mucho, a lo que yoa6adiría por la ingesti"n habitual de la propia orina fresca. 2l le#antarse se debe

tornar un #aso, y otro #aso durante el día. =o, por mi parte, me Sebo toda la que

peso, y aparte de leche fresca no torno ninguna otra bebida. 'ero yo soy un

entusiasta. Si /redactara la ley1 de modo forzoso y para todos podría llamárseme



dogmático. Nambi%n sería dogmático si dijera que una comida al día, o dos corno

má!imo, son suficientes para el mantenimiento de la salud y la fuerza. 'ero en mi

propio caso he descubierto a sola comida me basta. 0o que sí he de decir, suene

o no dogmático, es que las alteraciones #iolentas y repentinas de la dieta s"loson prudentes si se lle#an a cabo despu%s de un ayuno. 0as personas que por

razones humanitarias se han pasado de pronto al #egetarianismo han sufrido con

frecuencia de #%rtigos. 0a naturales pone objeciones a ese tipo de cambios

repentinos. 9n#ersamente, las personas que han pensado que el #egatarianismo

les desagrada y han empezado a ingerir de pronto alimentos cárnicos tambi%n han

tenido que pagar por su modo de hacer las cosas. 'ero no si han realizado el

cambio despu%s de un ayuno de orina, cuy duraci"n se haya reglado de acuerdocon la condici"n y naturaleza ;no el nombre de su enfermedad.

'ermítaseme a6adir una palabra referente a los ayunos forzosos de los

super#i#ientes en botes que, enfrentados a la insuficiencia de agua han recurrido

a beberse la orina. Dn corresponsal me escribi" diciendo que hay registrados

#arios caos de marineras manufragados que se bebieron la orina y murieron en

consecuencia. Sigue confundiendo causa y efecto, pues su deducci"n no

concuerda con la del almirantazgo, que afirma que esa práctica es inofensi#a1, la

#erdad es que con toda probabilidad esos dedos s"lo empezaron a beberse la

orina cuando estaban e!tremis. Si lo hubieran hecho desde el principio habrían

modificado so sufrimientos por la falta de alimentos y agua 2demás en tales casos

hay que tener en cuenta los efectos noci#os de la e! posici"n al aire y el sol y la

ansiedad constante que suele acompa6ar a esas e!periencias. 0os desgraciados

que quedan a la deri#a en un bote suelen estar obsesionados de continuo por la

idea de a que #an a perecer de hambre y sed. Si hubieran estado libres idea yseguros de que la ingesti"n de orina no s"lo es inofensi#a. Si no realmente

ben%fica, habrían e!perimentado menos terror. Si todo el mundo supiera que un

hombre puede subsistir por un periodo de tiempo que al no iniciado le parece

e!traordinariamente largo a base s"lo de su orina, ese conocimiento resultaría



#alioso contra los efectos debilitadores de los pensamientos de miedo, 4ebo

a6adir que el ayuno - largo que he podido re ha sido el de un hombre que ayun"

<L< días por causa de una ceguera producida por una picadura en un ojo y la

utilizaci"n prolongada de atropina en ambos ojos. 'ero un ayun" tan prolongadono hubiera sido factible sin los masajes con orina además de ;la ingesti"n que tan

importante papel juegan en esta terapia.



)o obstante, a #eces los doctores se encuentran en un apuro, se conocen casos

en los que han acudido a la heterodo!ia cuando se trataba de sal#ar a un familiar.

El 4r. O. 3. :oberts ;home"pata escribi" que un cirujano alopático M :.2.M.&.

fue a #erle en relaci"n con su hermana, de @Q a6os, que tenía un tumor en elpecho del que no podía ser tratada ;tal como aconsejaba un prominente cirujano

de 4ublin por tener una enfermedad cardiaca.

El cirujano a6adi"$ 1)o s% nada de homeopatía... pero está usted en libertad de

probar sus remedios.1 El resultado final fue que el 4r. :. la cur". )o hubo

recurrencia y #i#i" <Q a6os más, muriendo finalmente de una enfermedad tipo

gripal ;J%ase 3ealth Nhrough 3omeopathy, julio de <H@@. 0a literaturahomeopática relata muchas de las curas de cáncer, algunas más rápidas que

otras, y se est% de acuerdo o no con los m%todos borneopiticos, al menos el

-paciente e#ita el riesgo de tener que sufrir los efectos secundarios tan

frecuentemente asociados con el tratamiento de radio, cirugía o ambos. 'ero por

fortuna algunos doctores se sienten ahora tan decepcionados por los resultados

pasajeros y dolorosos y de esos tratamientos que están deseando probar otros

m%todos en beneficio de sus pacientes. = a esos doctores me dirijo, así como a

los pacientes pues tengo muy buenas razones para creer que podrían beneficiarse

mucho del tratamiento descrito en este libro al fin y al cabo. las cosas no han

llegado al punto en que un doctor cualificado se #ea obligado a emplear el m%todo

preciso que los 'oderes M%dicos anuncien como el /mejor1 ;aunque en el (ltimo

capítulo dirá algo sobre la autocracia m%dica. Nampoco obliga la ley al ciudadano

a ser operando o quemado con radio en contra de su #oluntad. 'ero tal como han

se6alado el 4r. eddoR ayly y tíos m%dicos de di#ersas escuelas, 5c"mo se #a

a e!igir al publico otros medios de tratamiento a menos que sepa que dichostratamientos e!isten8 &uando la profesi"n m%dica aboga. por ciertas medidas,

como . cuando abogaba por la sangría para toda enfermedad imaginable se hace

poca menci"n de < sus numerosos fracasos y de los frecuentes resultados fatales,

y s"lo cuando el p(blico se entera de estos al oír las amargas e!periencias de las



#íctimas hay una demanda de algo mejor. 3ay ocasiones en las que un dolor

admite la superioridad de un tratamiento pero se abstiene de utilizarlo, como

atestigua la confesi"n de un cierto doctor con relaci"n a la bioquímica sobre la

que dijo ante un juez de primera instancia 10a bioquímica es el m%todo másactual y l"gico de tratar la enfermedad... 'ero los doctores como somos

e!cesi#amente conser#adores y nos adherimos al #iejo m%todo hasta que las

circunstancias nos obligan a abandonarlo1 ;ob#iamente por la demanda del

p(blico 1adoptando un sistema de medicaci"n más nue#o y mejor1. ;&itado por K.

N. 3eselton en 3ealth Nhyse9f, julio de <H?Q..

2 la #ista de todo esto, nos #emos obligados a repetir las preguntas planteadaspor &. raser MacAenzie, &NE.$ 5Está destinada la profesi"n m%dica al beneficio

de la naci"n o los ciudadanos al beneficio de los doctores.1 0a respuesta, sigue

diciendo, 1es a fa#or de la naci"n, siempre que los doctores sean generosamente

tratados1... Notalmente de acuerdo y yo soy el (ltimo en desear que los doctores

no sean tratados justamente, incluso aunque en (ltima instancia me #ea obligado

a curarme con mis propios m%todos dos. 'ero tal como están las cosas por el

momento, parece como si el paciente e!istiera en beneficio de los doctores.

&abría preguntarse, ciertamente, por el n(mero de pacientes que E muerto

mientras los doctores se preocupaban por la etiqueta m%dica.

)o hemos de detenernos por ello, sin embargo. 0a cuesti"n es c"mo enfrentarnos

al problema del paciente que ha dejado de creer en los m%todos ortodo!os y está

dispuesto a probar la terapia de la orina. 54ebe prescindir o no de los ser#icios del

doctor8 4esde casi todos los puntos de #ista considero que no debe prescindir 5e

los ser#icios de su consejero m%dico. )o hay raz"n práctica por la que eldescubrimiento, o mejor, el redescubrimiento, de la terapia de la orina debe 1pri#ar

al m%dico de su pan 5aunque es un asunto que afecta totalmente a cada doctor

indi#idualmente. Este libro le pone en posesi"n de los hechos, y si, tras

solicitárselo un paciente, se negara a super#isar un ayuno de orina, no se me



puede condenar a mí por ello. )o es la primera #ez que un paciente sugiere a su

m%dico el tratamiento particular que desea intentar, = si de %l obtiene resultados

espectacularmente beneficiosos, tanto mejor para la fama el doctor.

'or otra parte, un doctor puede ser#ir de amortiguador de las interferencias bien

intencionadas pero obstructi#as y fatigosas de los parientes ansiosos, pero a

menudo ignorantes y llenos de prejuicios que no s"lo tienen miedo de lo peor,

sino tambi%n de las formalidades y la publicidad.

3e de dar, no obstante, una nota de ad#ertencia. Si a pesar de mis afirmaciones

un doctor cree que puede combinar el ayuno de orina con los medicamentos elresultado será un fracaso. =a hemos #isto que la terapia de orina es una cura de

la naturaleza en el sentido más literal de> t%rmino, y emplear al mismo tiempo i as

que son contrarias a la naturaleza no s"lo ser totalmente il"gico, incluso p

peligroso. S% esto por e!periencia, no porque yo haya interferido el trabajo de la

naturaleza, sino porque lo han hecho otros en cuanto me he #uelto de espaldas.

'or tanto, creo sinceramente que se debe seguir esta ad#ertencia. 'ero siempre

que se siga #uel#o a repetir que la super#isi"n de un doctor es deseable desde

muchos puntos de #ista. El doctor no tiene que sentir ning(n remordimiento ni

una rebaja de su dignidad s"lo porque esta terapia sea el resultado de los

e!perimentos de un profano. &ualquier m%dico que conozca la historia de la

medicina sabe tambi%n la gran contribuci"n que han tenido los profanos. 9ncluso

el adulado quien hizo 1mas que nadie pro la comercializaci"n era un químico, no

un m%dico. Nambi%n debo mencionarla hidroterapia y el hecho de que los doctores

no piensan que rebaje necesariamente su dignidad el asociarse con un

establecimiento hidropático 'or tanto, soy lo bastante optimista para pensar queen un tiempo no muy lejano habrá, establecimientos en los que los pacientes

sean tratados con la terapia de la orina, en los que haya un grupo o de enfermeras

para cuidarles y darles los masajes de orina ;5'or qu% #a a estar la gente

destinada a morir de gangrena y otras dolencias supuestamente incurables



cuando es posible la sal#aci"n. 0a terapia de la orina no impedirá nunca el trabajo

de profesionales 'ensemos en el caso de las 9nstalaciones sanitarias, que tal

como se6ala 2re Oaerland fue introducida por profanos 1frente a las dentelladas

de la hostilidad apasionada de la profesi"n m%dica, que #eía amenazados susintereses1* pero las instalaciones sanitarias no son contrarias a la creaci"n de

trabajo, y hoy o día los doctores están a su fa#or con la misma pasi"n que en oteo

tiempo estu#ieron en su contra. En realidad, todas las reformas ;cambios

amenazan intereses, pero al final los asuntos se ajustan, pero una #ez dicho todo

esto, 5es justo que los intereses creados interfieran en el bienestar f físico de la

gente8 Si 'udiera pensar honestamente que los di#ersos aparatos, creadores de

beneficios econ"micos, que están hoy en el mercado fueran realmente un mediode mantener la salud en lugar de meros paliati#os, con frecuencia enga6osos,

sería el primero en alabarlos. 5'ero, qu% inter%s #oy a tener en desprestigiarlos

puesto que no tengo nada que #ender8 0a gran #entaja de la terapia de la orina es

que no cuesta nada y la pueden utilizar por igual pobres y ricos. Dn gran n(mero

de personas sin dinero se están tratando ahora con esta terapia en sus propias

casas, con la amable asistencia de parientes que les dan las frotaciones, y el

tratamiento no les cuesta una peseta. 'or otra parte, las clínicas en las que se

practicase la terapia de orina super#isada por doctores serían muy (tiles para

aquellos que pudieran permitirse pagar tales instituciones.



20. EL ,O#RE- EL #ISTERIOSO

Dn doctor sabio pero modesto me dijo en una ocasi"n$ /2 decir #erdad, no

sabemos nada.1 Me siento o inclinado, a repetir ese sentimiento, pues la #erdad

sea dicha cuanto más descubrimos más cuenta nos darnos de lo poco que

realmente sabemos. En todas las eras. 2 pesar de las filosofías, religiones y

ciencias, el hombre sigue siendo un misterio que echa por tierra con frecuencia a

todas nuestras peque6as teorías. 3ay hombres que parecen desafiar practica

todas las reglas de salud, que fuman de la ma6ana a la noche y que #i#en hasta

una edad muy a#anzada sin tener que enfrentarse a nada más gra#e que un

ocasional resfriado. 3ay otras personas que se han #isto afligidas por laenfermedad toda la #ida, y que sin embargo han llegado a los PI a6os o más,

dando re al principio de que 1una puerta herrumbrosa dura más tiempo1. 5&"mo

podemos e!plicar esos hechos8 0o (nico que podemos decir, con poca

con#icci"n, es que hay e!cepciones que demuestran la regia, lo cual. 4icho sea

de paso, es un refrán bastante est(pido. Dn tutor ha su que hay personas que

nacen con cuerpos la prueba de impericia1. 'uede que tenga raz"n, 5pero por qu%

nacen así8. 0os astr"logos nos dicen que el momento preciso en que nace una

entidad al mundo marca su tipo de cuerpo. 2lgunos científicos que +ti principio se

burlaban de esta idea están empezando a pensar que puede haber razones

científicas para ella. +1Bue se burlen los est(pidos e in#estiguen los fil"sofos1. S9

tienen tiempo para ello. Nambi%n no-, dicen los astr"logos que las personas

nacidas en determinados momentos del a6o son más procli#es ciertas

debilidades y enfermedades, lo cual se debe en gran parte a su tipo d% cuerpo.

J%ase Man and Nhe odiac, de 4a#id 2nrias. Este libro contiene ilustraciones de

los < tipos diferentes de cuerpo. Si ego fuera cierto, aunque no me encuentro enposici"n de prometerme a fa#or o en contra, ello e!plicaría el moti#a de que la

enfermedad, que es una unidad, se manifieste en modos tan diferentes. Se dice,

por ejemplo que los nacidos entre el < de marzo y el L de abril son procli#es a

sufrir problemas relacionados con la cabeza, rostro y, cerebro, mientras que los



nacidos en los mismos días entre septiembre y octubre pueden sufrir afecciones M

bajo #ientre o ri6ones... siempre que no tomen las medidas oportunas- para e#itar

esos problemas. ;J%ase 3ecith,.4iet and &ommonsense, por &yril Scott.

&oncedo, que esto pueda parecer totalmente in#erosímil, pero he aprendido a noburlarme de aquello que no entiendo. 2unque he demostrado la eficacia de la

terapia de orina, para mí sigue siendo muy misteriosa. &uando me pregunto por el

moti#o de que la orina ingerida por la boca seleccione especialmente los "rganos

que requieren la reconstituci"n, no puedo ofrecer una e!plicaci"n más racional

que la de> doctor que nos dice que determinadas medicinas afectan a ciertos

"rganos. )o todos los doctores están de acuerdo con esto, pues un m%dico dijo

en mi presencia que abandon" la facultad con sesenta remedios para cadaenfermedad, pero que en los primeros diez a6os de práctica había descubierto

que tenía sesenta o más enfermedades que armonizaban con sus medicinas. 'ero

que no tenía curaciones ue el mismo m%dico quien dijo, que las personas que

no seguían un tratamiento eran las que más tiempo #i#ían y las que menos

sufrían, +de lo que hay que deducir que la mayoría de las personas mueren por el

doctor y no por la enfermedad Este digno m%dico era un hombre sincero. 'ero no

tendría que haber admitido eso si hubiera empleado-la terapia de orina en lugar de

sus sesenta medicamentos. 0a de la terapia de orina es su e!trema simplicidad

como. 'uede comprobar cualquiera. )o es un específico para una enfermedad

dada, es, un específico para la salud. Nambi%n es un profiláctico contra una serie

de molestas 1bagatelas1, que no por su insignificancia son menos molestas. )o

e!agero al decir que actualmente hay miles de personas en Europa y 2m%rica

que saben por e!periencia que no hay nada que iguale a la orina, especialmente

a la orina #ieja. 'ara las manos agrietadas ampollas, picaduras, finas, corno

protecci"n contra las erupciones, los pies sudorosos, la p%rdida del cabello, lacaspa y otras muchas afecciones desagradables. 3aciendo gárgaras con orina

fresca se cura y pre#iene la afonía y bebiendo la propia orina todos los días se

pre#iene la obstrucci"n del flujo urinario. Nambi%n facilita la e#acuaci"n. = este



remedio no cuesta absolutamente nada, sal#o al principio un poco de

autodisciplina para superar lo que parece ser una idea desagradable1.

0os que hayan leído el conocido libro Mother 9ndia recordarán algunos pasajesdedicados a las 1sucias costumbres1 de los pueblos nati#os. Se6alaba la autora

que entre las 1supersticiones1 curati#as estaba la creencia de que las aguas de

una parte de un famoso río de la mitad septentrional de la 9ndia poseen

propiedades curati#as. 0a gente se ba6a allí y bebe sus aguas. 'reguntándose si

habría algo más que fe en las curaciones realizadas, hizo que analizaran en

Europa muestras de sus aguas. El líquido curati#o mult" no ser otra cosa que una

d%bil soluci"n de orina y agua pura.

= con este sorprendente desenlace pongo fin a este capítulo.



21 REFLE>IONES A #ODO DE CONCLUSIÓN

'arece innecesario aumentar el #olumen de este libro. Si el %!ito en el tratamiento

de muchos miles de casos de una gran #ariedad de enfermedades, incluyendo un

buen porcentaje de las llamadas incurables, no demuestra la eficacia de la terapia

de la orina, ninguna otra cosa podrá probarlo. 'or otra parte, ya hemos #isto que

muchos de los pacientes ya habían probado, sin %!ito, otros m%todos tanto

ortodo!os corno heterodo!os. &on esto no quiero decir que la terapia pueda curar

sin e!cepci"n a todos los pacientes de todas las condiciones de enfermedad. 0as

condiciones artríticas gra#es han resultado muy difíciles de curar, y muchos casos

de diabetes no han respondido en absoluto al tratamiento. 'or otra parte, lo cualpuede parecer e!tra6o, los crecimientos y los tumores que se suponía cancerosos,

y tambi%n las cataratas, han respondido rápidamente. En cuanto a los pacientes

que podrían haber sido sal#ados por la terapia de la orina, probablemente son

muy numerosos. Se trata principalmente de casos en los que he declinado mi

ayudarla no porque los considerase sin esperanza en sí mismos, sino porque

temía la interferencia de parientes bien pensantes y tímidos un momento #ital en el

que esta interferencia podría resultar fatal, de modo que ellos y yo nos hubi%ramos

#isto enfrenta. 0os a una in#estigaci"n. En suma, no he corrido riesgos, pues s"lo

los m%dicos calificados los pueden correr sin ponerse en peligro ellos mismos.

4icho de otro modo, a los doctores se les permite e!perimentar con sus pacientes,

bien con medicamentos o con bisturí, y si el paciente muere tanto peor para sus

familiares, mientras el doctor se lle#a la fama de haber hecho lo más que podía a

en un caso si esperanza. Buid haya quien argumenta que el profano que ha

encontrado una acci"n eficaz de las enfermedades debería estudiar para

calificarse como m%dico ortodo!o, de nombre ya que no de hecho. 5'ero c"mo un

hombre con pretensiones de honradez se #a a poner a estudiar un sistema de

medicina en el que no cree y que considera como una amenaza para la salud8 5=

por qu% moti#o8 5Simplemente para poder diagnosticar un n(mero dado de

enfermedades y designarlas con nombres polisilábicos8 5= creyendo, como en el



FINAL

?DÓNDE LA #EDICINA)

&omo ya he comentado en otro lugar, qui%n hace un descubrimiento miento (til

tiene un deber que cumplir, y es el de entregar ese descubrimiento al mundo. 'ero

tiene otro deber, y es el de ad#ertir al mundo contra lo que %l ha descubierto

como noci#o. Nanto los 1peces gordos1 como los 1peces más peque6os1 de la

misma profesi"n m%dica así lo han hecho en las reuniones de fraternidad y en las

publicaciones peri"dicas y libros, que en gran medida el p(blico no lee.

casionalmente, sin embargo, un cirujano o un doctor escriben un libro que no

está dirigido e!clusi#amente a la profesi"n. Dno-de esos libros, que contiene1más de cuatro #erdades1, es Man the DnAnoRn, de> estadounidense 2le!is

&arrol.

Ji#imos en una %poca en la que los suelos y #acunas se han con#ertido en una

moda muy lucrati#a, lucrati#a para sus fabricantes y #endedores, pero tambi%n

en una %poca de especialismo, a pesar de lo que han dicho muchos m%dicos

sobre sus peligros. 2 este respecto decía el 4r. &arrel$ 10a es especializaci"n

e!trema de los m%dicos ha causado muchos males. &uando un especialista

desde el principio de su carrera se limita a una peque6a parte del cuerpo su

conocimiento del resto es tan rudimentario que es, incapaz de entender

completamente esa parte en la que se especializa1. = escribo be el 4r. V. N.

Morris$ 1El paciente que #a a #er a un especialista que por su propia

responsabilidad está saltando de la sart%n al fuego.1 ;Jer itty =ears a Surgeon.

Nambi%n podemos citar al 4r. ). 3. 3ay una famosa 13ay 4iosYY. 4ice con relaci"n

a los especialistas /&ada uno #e en paciente lo que más, desea #er encuentra

aquello que le han ense6ado - a encontrar, = a menos que sea un superhombre

eso es todo lo que cabe esperar. 1 ;Jer )eR Era of3edlh.



0as ad#ertencias contra la especializaci"n no se dan s"lo en ccidente. El 4r. .

liattach , de aroda, la 9ndia, tras mantener en un artículo que los especialistas

en cuanto que clase se han con#ertido en una amenaza para la salud p(blica,

escribía$ 1Jer a un especialista y estudiarle en relaci"n con el "rgano en el que seha especializado pro#ocaría-el regocijo hasta de los dioses.1 'uedo citar,

finalmente, a 0ord 3order, qui%n declar" en una conferencia pronunciada en los

Estados Dnidos$ 10a e!tensi"n de la especializaci"n # el incremento de los

intereses del p(blico por los asuntos m%dicos se han combinado para estrechar la

funci"n del m%dico general el cual es, o debería ser, el clínico por e!celencia.

m%dico general considero que esto es tan peligroso para el p(blico como lo sería

para los pasajeros de un barco el que el capitán abandonara el puente, y ocuparasu puesto el radio operador.1 Son palabras #igorosas. = sin embargo no hay

palabras tan en%rgicas como las que han utilizado muchos m%dicos en relaci"n

con los peligros de la terapia de suero, radio o la innecesaria interferencia del

bisturí. = esto no es todo, pues encontramos con que no se puede confiar ni

siguiera en las estadísticas para dar los hechos reales. En un planfleto publicado

para uso oficial por el Ministerio de Sanidad, el 4r. &opeman, uno de sus

funcionarios, da el ejemplo de una gran instituci"n longinense en donde se habían

notificado <LQ casos corno difteria, de los cuales <LL no tenían nada que #er con

esa enfermedad. Encontramos doctores que sienten tanto lo que se relaciona con

su profesi"n que, a #eces se #en obligados a e!presarse con t%rminos tan fuertes

que serian considerados como difamatorios si los pronunciara un profano. 'or

ejemplo leemos$ 1En la historia del arte de la medicina abundan tanto las prácticas

enga6osas, ineficaces y caprichosas los razonamientos falaces y sofistas que la

con#ierten en poco más que un caos de error, en un tejido de enga6os que es

indigno de ser admitido entre las a artes (tiles y las empresas generosas de, lahumanidad.1 ;4r. lane..

= si se dice todo esto contra la alopatía y las prácticas alopáticas, y no lo dicen

los 1charlatanes1 y marginados, sino miembros de la propia profesi"n m%dica,



3e llamado la atenci"n sobre estos hechos y cifras, que datan de algunos a6os,

porque fue despu%s y no antes, de que la homeopatía se mostrara más eficaz ;o

en cualquier caso menos noci#a que la alopatía cuando se hizo un intento en

9nglaterra de prohibirla totalmente. Sin embargo, por fortuna pan los homeopatas ysus pacientes, el decreto no prosper". )o obstante, en sí mismo el intento ya era

bastante significati#o. = se crea o no per se en la homeopatía, ello da a las

personas inteligentes moti#o para una seria refle!i"n. Se plantea la siguiente

cuesti"n$ si la homeopatía pre#iene más muertes que la alopatía, 5por qu% no es

la escuela m%dica estatal, del mismo modo que la 9glesia de 9nglaterra iglesia

estatal8 Se han hecho #arias sugerencias a modo de respuesta. Dna de ellasY es

que la medicina homeopática es muy barata, otra de ellas es que el home"patarequiere pocas #eces, o ninguna, los ser#icios de los ayudantes de diagnosis a los

que tiene que recurrir el al"pata de hoy en día. Nodo ello trae como consecuencia

que con el tratamiento homeopático se gasta por paciente menos dinero que con

el alopático. 'or otra parte, los home"patas no abogan por - las medidas

1pre#enti#as1 en gran escala. Ellos no dicen$ &omo cualquiera tiene posibilidad de

contraer #iruela, difteria, fiebres tif tifoideas, t%tanos, escarlatina o cualquier otra

enfermedad, debe tomar profilácticos homeopíticos contra una o todas esas

enfermedades$ pues los home"patas saben que la mejor pre#enci"n contra todas

esas enfermedades es un cuerpo saludable.. 2demás, ya habrá tiempo suficiente

de hablar sobre profila!is cuando la gente haya estado en estrecho contacto con la

#iruela o cualquier otra enfermedad. 'or tanto, si la homeopatía se con#irtiera en

el credo m%dico del estado, los fabricantes de suero ya no podrían, comprar un

caballo #iejo por dieciocho libras y conseguir miles de beneficio con el pobre

animal. 5= cuándo terminará todo esto8 Se empez" con la #acuna de la #iruela,

luego con las #acunas para otras enfermedades, y se seguirá hasta que sepromocionen 1pre#enti#os1 para casi todo un tipo imaginable de dolencias. 'ero

no se tiene en cuenta cuál será el estado de la sangre humana despu%s de que le

hayan inoculado todos esos #enenos. Sir 2lmroth Oright, pilar de la profesi"n

m%dica ortodo!a, afirmaba que toda 1la creencia en la terapia de sueros descansa



sobre cimientos de arena1. El 4r. enchetrit llegaba incluso a decir que

consideraba que las #acunas y los sueros eran los principales causantes del

incremento de esas dos enfermedades real mente peligrosas$ el cáncer y la

enfermedad cardíaca. = luego a6adía$ 13e sido ser"logica durante mucho tiempoy s% de que estoy hablando.1 = el 4r. eddoR ayly escribi" 1Es tan grande la

#e- casi mística de la ciencia m%dica por los sueros antit"!i- y tan poderosos los

intereses comerciales que se benefician de su e!tendido uso, que se ha llegado

a considerar como un quebramiento de < etiqueta m%dica el criticar

ad#ersamente esta forma

de tratamiento, o el informar de sus resultados desfa#orablesque los asduladores M tratamiento de #acunas omiten mencionar

cuando afirman triunfalistamente que la -siruela ha sido barrida de

practicamente todo el mundo occidental con estos medios, es que

la #iruela es una enfermedad propagada por la suciedasd y que la

ciencia de la higiene ha tenido grandes progresos desde la epoca en

que esa enfermedad era predominante. 2un n así, el importante 4r.

Sydenham, que rechazaba la #acunaci"n, decía que la Cu^ era

una enfermedad simple de curar cuando el paciente era bien atendido

2 la #ista de todo esto podemos preguntarnos$ la medicina81 5Ja a obligar la ley a

la gente a someterse a las supuestas inmunizaciones contra %sta -o aquella

enfermedad cuando los propios m%dicos no están de acuerdo en que esas

medidas sena correctas, o no se atre#en a estar de acuerdo en que son erroneas

suponiendo que la inmunizaci"n no llegue realmente+ se obli-

asi#a-

gatoria, ello no impedirá que las autoridades ad#iertan persu <



mente. a un p(blico inocente de los 1peligros1 de no someterse a +3ubo un tiempo

en el que la 9glesia persuadi" al pueblo +L---

cente de que si no la re#erenciaban arderían en el infierno por toda

la eternidad 'ero aunque la autocracia de la aristocracia su ahoramás o menos una cosa del pasado, a menos que afirmamos con

fuerza nuestros derechos democráticos podemos enfrentarnos

una forma toda#ía peor de autocracia, la que lle#a el nombre de

ciencia. = digo a prop"sito 1la que lle#a el nombre1. pues mientrs

la ciencia #erdadera trata de entender las le#es de la naturaleza, la

falsa ciencia trata de mejorar a la naturaleza suponiendo que el hombre sabe másque +apropia 4ama )aturaleza. 4e este modo se

interfiere no s"lo nuestro suelo, sino tambi%n el cuerpo humano. cirujanos

dogmáticos han afirmado que las amígdala* el JenY dice e incluso dogmáticos la

#esícula biliar son "rganos in(tiles, +y por canto

< badeben e!tirparse para e#itar que enfermen &omparati#amente, ce s"lo poco

tiempo que los 1científico8Y m%dicos nos decían que la glándula pineal y la

pituitaria eran tambi%n G anos in(tiles ... =

john armstrong el agua de la vida (terapia de la orina) (2) (1)

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