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rados lectores, que la iglesia romana se oponetenazmente al estudio de la «Escritura.»Hace algunos mes tuve la oportunidad de ha-blar con una senorita muy catolica ella, y en-tre otras cosas le recomende el estudio de las•Escrituras.» Entonces ella altamente sor-prendida me contesto, que eraimposible paraella leer semejante libro, pues solo los sacer-dotes estaban autorizados parr leerlo e inter-pretarlo; y que si se tomaba el atrevimientode hacerlo, cometeria una grave falta y dis-gustaria a su confesor.

Estos buenos senores son los enemigos masencarnizados del progreso, constituyen el obs-taculo mayor para la civilization de nuestropueblo, significan el tropiezo mas grandepara el augusto paso de la ciencia, represen-tan la mas considerable dificultad en la pro-pagation de la verdad evangelica. Ellos qui-tan la "Llave de la ciencia" de' las manos delos hombres y los dejan frente al edificio sinconquistar sus tesoros.

ccjArrepentios y convertios" falsos represen-tantesde la religion cristiana! iNo recordaisque Cristo dijo: "escudrinad las Escrituras,porque ellas son las que dan testimonio de mi?»Vosotros lo sabeis; mayor sera vuestro castigo.Sereis responsables en la presencia de Dios dela multitud que guiais de una manera tanincierta.

«Leed la Biblia, leed la Biblia» si quereis

fioangelico

arrancar las bendiciones del cielo y suplir lasnecesidades de vuestra alma. Sabed que laBibliu es para el estudiante sincere, para elcristiano fiel, lo que el perfume a la flor, loque la luz a los astros, lo que el alimento alcuerpo, lo que el estudio para el edificio inte-lectual.

El porvenir que nos espera es prodigo enbienandanzas. Los hijos de esta bendita isla,los habitantes del universo entero disfrutarande mejores dias: «habra paz, reposo y placer.»

Sursum corda. Elevemos nuestros corazo-nes a Dios por lo que se ha dignado revelar-nos hasta aqui. Estemosle agradecidos poreste ano de bondades que nos ha permitidoexperimentar y . . . saiga de abajo, de lomas profundo de nuestras almas una sinceraexpresion de gratitud, que suba arriba: a lamansion de Dios.

Esta en nuestras manos el fabricar nuestrofuturo, y si es que estamos deseosos de pro-gresar en la esfera intelectual y moral, bus-quemos la «Llave de la ciencia» por el Senorregalada, hagamos un uso correcto de ella,para que lleguemos a ser conocedores y cum-plidores estrictos de nuestros deberes: paracon lo humanidad, para con nosotros mismosy para con Dios, que es la fuente de dondeemana toda sabiduria y "cujus est regnum,et potestas, et imperium in saecula, saeculo-rum.»

Jesds el Revelador.Por Abelardo M. Diaz.

Los patriarcas y los profetas del pueblo he-breo, los sacerdotes de Egipto y Caldea, losfilosofos y los poetas de Grecia y Roma habianhablado mucho acerca de Dios, manifestandoen lenguaje bello, fervoroso y grandilocuentesu infinite poder, su ilimitada sabiduria y superfecta santidad. Sabiamos por ellos queDios era el Ser Supremo, el Creador y Legis-lador del Universo, el Rey y Juez de la Hu-manidad, siendo tan puro como poderoso, tanjusto como sabio.

Mas todas estas grandiosas nociones no eranmas que vagos resplandores de la AntorchaInextinguible, brillantes luciernagas que enlarga noche de los tiempos precristianos di-fundian tenue claridad entre los hombres su-

midos en la ignorancia y el pecado. CuandoJesus aparecio en la fertil Palestina, no con-templamos una luciernaga que nos hiciera pre-sentir o adivinar el manantial inagotable dela luz espiritual, ni tampoco una esplendorosaestrella que reflejaba sobre la tierra de loshombres la luz que de astro lejano recibiese;contemplamos al Sol Divino sobre el horizontede la humana historia, e intuitivamente nospostramos ante el, adorandole con dulcisimoarrobamiento, como los parsis se postran porla manana mirando al astro del dia que sale.Se necesito un Moises para llamarlo Adonai(el Senor,) un pueblo escogido para que lodesignase como el nombre de Jehova, un Aris-toteles para que lo reconociese como la causa,

y todo un Cristo para que nos lecon el dulcisimo nombre del Padiel mas adecuado para expresar suamor, significando que es rey del cidel hombre.

El gran genio sueco Emanuel Squien solo se titula «siervo del Sento,» dice en su extensa obra "LaReligion Cristiana:" «Sin revelpuede obtener conocimientos ace

y los conocimientos, refernor, no se pueden obtener sino poVerbo, que es la corona de las r<porque por medio de la revelaci<el, el hombre puede acercarse a Isu influjo, y de ser meramentenata ser espiritual.» (Pag. 11.)

Y Jesus mismo decia: "Todas lison entregadas por mi padre; y mal Hijo, sino el Padre; ni al Padreguno, sino el Hijo, y aquel a quiequisiere revelar.» (Mat. 11:27.) «Evisto, ha visto al Padre. Las palaos hablo, no las hablo de mi misPadre que esta en mi, el hace las <edme que yo soy en el Padre, ymi.» (Juan 14:9-11.)

Creo que la mision reveladoradoble. La primera, la antecedenen la revelation de Dios a los horrgunda, la consecuente, en la revhombre al hombre. La primera 1tecedente, porque nadie puede co:mismo, si antes no ha conocido a ]uno de los proverbistas: "El iemo',el principio de la sabiduria." H<cas palabras el axioma de los axioidamento de la filosofia y de la ciederas.

Si las plantas estuviesen dotad;dos corporales y de inteligencia,que vegeta en la obscuridad de pnva eonocer la palidez de sus hojas?la que, hallandose sobre la su]la tierra recibiendo los ardientes,dores y luminosos rayos del sol, se ita del verdor de sus hojas o de lade sus petalos. Asi como la luz scria la planta a si misma, asi tambicimiento de Dios re vela a la planel estado de su alma, la responsabil

'Puerto Tftco fioangelico

bendiciones del cielo y suplir lasde vuestra alma. Sabed que la•a el estudiante sincere, para el, lo que el perfume a la flor, lolos astros, lo que el alimento alle el estudio para el edificio inte-

r que nos espera es prodigo eni. Los hijos de esta bendita isla,s del universe entero disfrutaranias: «habra paz, reposo y placer."•da. Eievemos nuestros corazo-ir lo que se ha dignado revelar-[ui. Estemosle agradecidos porandades que nos ha permitidoy . . . saiga de abajo, de lo

i de nuestras almas una sincerayratitud, que suba arriba: a laios.stras manos el fabricar nuestroi que estamos deseosos de pro-sfera intelectual y moral, bus-ive de la ciencia» por el Sefior•amos un uso correcto de ella,emos a ser conocedores y cum-:tos de nuestros deberes: paraiad, para con nosotros mismosis, que es la fuente de dondeibiduria y "cujus est regnum,imperium in saecula, saeculo-

orancia y el pecado. Cuandoen la fertil Palestina, no con-luciernaga que nos hiciera pre-ar el manantial inagotable de, ni tampoco una esplendorosaflejaba sobre la tierra de losque de astro lejano recibiese;,1 Sol Divino sobre el horizontelistoria, e intuitivamente nosel, adorandole eon dulcisimo

:omo los parsis se postran porndo al astro del dia que sale.Moises para llamarlo Adonaipueblo escogido para que lo

el nombre de Jehova, un Aris-lo reconociese como la causa,

y todo un Cristo para que nos lo presentasecon el dulcisimo nombre del Padre Celestial,el mas adecuado para expresar su poder y suamor, significando que es rey del cielo y padredel hombre.

El gran genio sueco Emanuel Swedenborg,quien solo se titula «siervo del Senor Jesucris-to,» dice en su extensa obra "La VerdaderaReligion Cristiana:" «Sin revelacion no sepuede obtener conocimientos acerca de Dios

y los conocimientos, referentes al Se-nor, no se pueden obtener sino por rnedio delVerbo, que es la corona de las revelaciones;porque por medio de la revelacion, dada enel, el hombre puede acercarse a Dios, recibirsu influjo, y de ser meramente natural, llegara ser espiritual.» (Pag. 11.)

Y Jesus mismo decia: "Todas las cosas meson entregadas por mi padre; y nadie conocioal Hijo, sino el Padre; ni al Padre conocio al-guno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lequisiere revelar.» (Mat. 11:27.) «E1 que me havisto, ha visto al Padre. Las palabras que yoos hablo, no las hablo de mi mismo; mas elPadre que esta en mi, el hace las obras. Cre-edme que yo soy en el Padre, y el Padre enmi.» (Juan 14:9-11.)

Creo que la mision reveladora de Jesus esdoble. La primera, la antecedente, consisteen la revelacion de Dios a los hombres; la se-gunda, la consecuente, en la revelacion delhombre al hombre. La primera la llamo an-tecedente, porque nadie puede conocerse a simismo, si antes no ha conocido a Dios. Diceuno de los proverbistas: "El temordeDios esel principio de la sabiduria." He ahi en po-cas palabras el axioma de los axiomas, el fun-damento de la filosofia y de la ciencia verda-deras.

Si las plantas estuviesen dotadas de senti-dos corporales y de inteligencia, ipodria laque vegeta en la obscuridad de profunda cue-va conocer la palidez de sus hojas? jN6! Solola que, hallandose sobre la superficie de!a tierra recibiendo los ardientes, fecundiza-dores y luminosos rayos del sol, se daria cuen-ta del verdor de sus hojas o de la marchitezde sus petalos. Asi como la luz solar revela-ria la planta a si misma, asi tambien el cono-cimiento de Dios revela a la planta humanael estado de su alma, la responsabilidad de sus

actos, las infinitas posibilidades bienhechorasde su vida, el encanto indestructible de susvirtudes y la trascendencia de su destino.

Los Pescadores galileos no sabian que ellosestaban llamados al glorioso ministerio depescar hombres. Si Jesus no les habla delPadre, habrian muerto obscuramente comosimples pesadores, sin haber pensado nuncaque ellos estaban dotados de un poder divinocapaz de establecer un reino cual jamas lohabian soflado Sesostris en Egipto, Salomonen Palestina, Nabucodonosor en Babilonia,Cesar en Roma, Alejandro en Grecia.

Si Andres no lleva su hermano a Jesus, Pe-dro hubiera fenecido sin adivinar siquieraque, a pesar de su caracter impulsive y volu-ble, habia en el fondo de su alma, el lugarsantisimo del espiritu, un tesoro de pacienciay firmeza.

Fue precise que el ladron penitente vieraresplandecer sobre el sereno rostro de Jesusla luz de Dios, para que confiara en alcanzarun sitio humilde en el gran Reino de los Cie-los, justamente el mismo dia en que la socie-dad humana le desterraba a las regiones deultratumba, expulsandole de la tierra de losvivos.

Nada estaba mas lejos del pensamiento delloco de Gadara que el fuera a ser el primermisionero cristiano entre los gentiles, el apos-tol de la libertad y la salvacion entre aquellasgentes que le consideraron condenado a unadesgracia irremediable y contra quien emplea-ron las cadenas y los grilles, los instrumentosclasicos de la esclavitud.

Tampoco imaginaria la hija degradada deSiquem que ella pudiera ser el instrumentoeficaz para guiar a los hombres de Samariahacia aquel gran profeta que estaba sentadojunto al pozo de Jacob, y en quien bien pron-to reconocieron el Salvador del mundo. LaSamaritana ignoraba, como ignoran casi to-dos los pecadores, que en el fondo de la inmun-da cloaca de sus pasiones egoistas, de sus vicios,yacia invisible el diamante del bien, aguar-dando que la fe y el arrepentimiento purifica-sen y diafanizaran la putidra corriente, paraentonces iluminar con luz celestial las aguasrenovadas. Y de ahi que la mujer de perdi-tion: la pecadora sensual se convierte en lamujer de salvacion, la misionera.

(Continua en la pdgina 10.)

'Puerto fyangelico

Seccion Homiletica.La Honorabilidad del Evangelio.

Por Abelardo M. Diaz.(Conclusi6n.)

11. Su Proposito.

Si el valor de las cosas se apreoia por su esen-cia, no nuenos se aprecia por su utilidad.

La electricidad no se estirna tanto por ser unafuerza poderosisima, como por el servicio quepresta, ya poniendo en movimiento enormes ma-quinas. ya dando luz a nuestras casas, bien con-duciendonos de un punto a otro o bien poniendo-nos en comunicacion casi instantanea con el glo-bo entero.

El saber del hombre no vale tanto por la ex-tension y diversidad de sus conociinientos, comopor su aplicaeion a los usos de la vida, unas ve-ces sacando de la planta la medicina que curanuestras enfermedades, otras extrayendo de lasentranas de la tierra el carbon que pone en mar-cha el barco sobre las aguas del mar y las loco-motoras por la ladera de las montafias.

De un modo analogo, podemos decir que elEvangelio no nos interesa tanto por su esenciadivina como por su fin, que es «la salvacion.»

Precede de Dios, y se dirige al hombre. Esla sublime cadena que enlaza la divinidad conla humanidad, el cielo con la tierra, el Creadorcon la criatura.

En todo tiempo y lugar tiene que cumplir conla mision del Hijo del Hombre, que dijo: «Yo vi-ne a buscar y a salvar lo que se habia perdido.»

Si hay necesidad de medicina, es porque exis-ten enfermedades. «Los sanos no tienen necesi-dad de medicos, sino los enfermos,» dijo Jesus.Si hay necesidad de salvacion, es porque induda-blemente alguno estara perdido.

Cabe ahora preguntar: j,Cuantos estan perdi-dos? jMuchos? ,-;Pocos? Pablo mismo nos con-testa en Rom. 3:9-12, 19 23. «2'o<io.s estan deba-jo de pecado,* «todos se apartaron del camino dejusticia; que todo el mundo se tenga por reo de-lante de Dios; todos pecaron y estan destituidosde la gloria de Dios.» Por desgracia. todos (nose exceptua a nadie) estamos perdidos, enfermosespiritualmente, apartados de Dios.

La corrupcion total de la especie humana esuna verdad amarguisima, pero no por eso dejade ser una verdad. Se manifiesta en los senti-mientos que animan e! corazon, en las sensacio-nes que reciben los sentidos corporal es, en lasideas que bullen en la mente, en los anhelos dela voluntad, en las pasiones, en las palabras, enlos actos.

La vida del hombre es una larga cadena de

tentaciones y de cafdas; y la historia de lasocie-dad es la historia del corazon humano, en cuyaspaginas se ve la mancha asquerosa del pecado,se percibe el horror de los crimenes, se escuchael constante y tristisimo quejido de una huma-nidad desgraciada que no es lo que Dios quisoque ella fuera, y se respira por dondequiera lasmiasmas de los mas repugnantes vicios.

Bien, se ha dado por Dios un remedio para cu-rar la enfermedad: el Evangelio de Cristo; pero,;se ha brindado a todos o a una parte de los en-fermos? Ha venido la salvacion, £pero Dios sela ofrece a unos y se la niega a otros? £Que di-ce el texto? «Es poder de Dios para salvacion atodo aquel que cree.»

La universalidad de la enfermedad hizo nece-saria la universalidad del remedio. Si es ciertoque todos estan perdidos, no es inenos cierto quea todos se les ofrece la salvacion. No se h icediferencia entre las razas: «al judio primera-mente, y tambien al griego.» Sirve tambienpara los hombres y mujeres de todas clases ycondiciones: igual para el sabio que para el ig-norante; lo mismo para el rico que para el po-bre; para el negro y el bianco, el sano y el en-fermo, el aneiano y el joven, el obrero y el capi-talista, el albanil y el arquitecto, el poderosoprincipe de la corte y el humilde hijodel pueblo.

«Venid a mi todos los que estais trabajados ycargados, que yo os haredescansar,» decia JeMis,ofreciendo la salvacion a los perdidos, el refugioa los desamparados, el descanso a los fatigados,el elixir de la vida espiritual a los que estaomuertos en el pecado. Estando junto al pozode Jacob, dijo a sus discipulos: «Mi comida esque haga la voluntad del Padre.» Y la volun-tad del Padre es, segiin nos dice Pablo en 1* Ti-moteo 2:4, que todos los hombres sean salvos.

Habiendonos fijado en la necesidad y universali-dad de la salvacion, ocupemonos ahora de litcondicionalidad de la misma. Dice el texto: «pa-ra todo aquel que cree.»

La luz esta al alcance de todos los que puedenver, pero para gozar de su claridad es necesariollenar un requisito indispensable: abrir los ojos.Aunque la salvacion, que es la luz de la vida, seofrece a todos los pecadores, para disfrutar desus bendiciones es preciso que el pecador poseael requisito que se exige: la fe, que es el ojodel alma.

La gran verdad de que la salvacion dependede la fe foe predicada por el mismo Jesus y en-senada despues por sus discipulos desde lostiem-pos apostolicos hasta hoy.

Hablando Cristo con el distinguido rabino Ni-codemo, «maestro de Israel,> le dijo sin vacilar:«Como Moises levanto la serpiente en el desier-

to, asi es necesario que el Hilevantado; para que todo aquno se pierda, mas tenga vida15. Mas tarde ensefiando enfloreciente Capernaum exclatY, por ultimo, despues de laco antes de ascender al cielo,diestra del Padre, dio a sus dje de los mensajes conocido pGran Coraision, Mar. 16:15, If

Cuando el infatigable PablpaHero Silas se hallaron precarcelero, despue's de sentir emoto que estremecfa los cimiy de ver las puertas abiertaspresos libres del cepo que ipies, l leno del mas profundoportando una luz en la mano.quisiera simbolizar la luz qmdiar en su corazon, hizoles cola pregunta que constantemetdad perdida en el pecado, l a pta continuamente el corazon tvida eterna: "lQu£ debo yo hEllosno le mandan que les coles pida perdon por el ma l t rarecibieron, ni que haga peresale'n, Antioquia de Siria o cudel mundo, ni que ofrezca cu;en honor del Dios viviente, nuna cantidad de dinero por elni que les recite al pie de la 1tolico o alguna oracion especila ciencia o el arte, ni que ihasta derramar sangre y ayicuerpo desfallezca de hambre,un sinniimero de buenas obraspuertas del cielo, no; nnd» deel Senor Jesucristo, y seras sain

Conclusion.

Si el Evangelio de Cristo estan elevada y tiene un fin tanrio, no hay raz6n alguna, para

Hay muchos que se averguesi se ti-atara de algo sumamenotras veces nosotros mismos tde que sepan que pertenecemoramos en un circulo hostil al cdero, pero ellos y nosotros delejemplo a Pablo que decia con"wo me averyucnzo del Evitngeli

Al ver la transformacion efeen los cristianos de Roma, en <toria y en nosotros mismos, dnos orgullosos, y no avergoaz,predicadores y seguidores.

'Puerto£vangeltco

y de caidas; y la historia de lasocie-storia del corazon humano, en cuyasre la mancha asquerosa del pecado,;] horror de los crimenes, se escucha: y tristisimo quejido de una hutna-aciada que no'es lo que Dios quisora, y se respira por dondequiera laslos mas repugnantes vicios.a dado por Dios un remedio para cu-nedad: el Evang-elio de Cristo; peroado a todos o a una parte de los en-

L venido la salvacion, £pero Dios senos y se la niega a otros? £Que di-«Es poder de Dios para salvacion a

e cree.»ialidad de la enfermedad hizo nece-ersalidad del remedio. Si es ciertoan perdidos, no es inenos cierto queofrece la salvacion. No se lucetre las razas: «al jtidio primera-ibien al griego.* Sirve tambienbres y mujeres de todas clases yig'ual para el sabio que para el ig-dsmo para el rico que para el po-legro y el bianco, el sano y el en-iano y el joven, el obrero y el capi-•anil y el arquitecto, el poderosoi corte y el humilde hi jo del pueblo.i todos los que estais trabajados yyo os haredescansar,» decia JeMis,

salvacion a los perdidos, el refugiorados, el descanso a los fatigados,vida espiritual a los que estanpecado. Estando junto al pozoa sus discipulos: «Mi comida es

oluntad del Padre.» Y la volun-es, segun nos dice Pablo en 1* Ti-! todos los hornbres sean salvos.3 fijado en la necesidad y itniveraati-racion, ocupemonos abora de la[J de la misma. Dice el texto: «pa-que ccee.»il alcance de todos los que puedeagozar de su claridad es necesario

isito indispensable: abrir los ojos.ifacidn, que es la luz de la vida, selos pecadores, para disfrutar des es preciso que el pecador poseae se exige: ia fe, que es el ojo

iad de que la salvacion dependesdicada por el mismo Jesus y en-por sus discipulos desde lostiem-hasta hoy.

isto con el distingnido rabino Ni-jro de Israel,> le dijo sin vacilar;evanto la serpiente en el desier-

to. asi es necesario que el Hijo del Hombre sealevantado; para que todo aquel que en el creyere,no se pier da, mas teriga vida eterna,» Juan 3:14,15. Mas tarde ensenando en una sinagoga de lafloreciente Capernaum exclamo: ve'ase Juan 6:47.Y, por tiltimo, despues de la resurreccion y po-co antes de ascender al cielo, para sentarse a ladiestra del Padre, dio a sus discipulos el mensa-je de los mensajes conocido por el nombre de laGran Comision, Mar. 16:15, 16.

Cuando el infatigable Pabloy suvaliente com-panero Silas se hallaron presos en Filipos, elcarcelero, despue's de sentir el ruido del terre-moto que estremecfa los cimientos de la prisiony de ver las puertas abiertas y los dos ce'lebrespresos libres del cepo que antes sujetaba suspies, lleno del mas profundo arrepentimiento, yportando una luz en la mano, como si con ellaquisiera simbolizar la luz que comenzaba-airra-diar en su eorazon, hizoles con gran reverenciala pregunta que constantemente hace la humani-dad perdida en el pecado, la preguntaque inquie-ta continuamente el corazon de los que buscan lavidaeterna: "%Qtie debo yo hacerparaser salvo?"Ellosno le mandan que les cunfiese sus pecados yles pida perdon por el mal tratamiento que deelrecibieron, ni que haga peregrinaci.,nesa Jeru-sal^o, Antioquia de Siria o cualquier otra partedel mundo, ni que ofrezca cuantiosos sacrificiosen honor del Dios viviente, ni que les entregueuna cantidad de dinero por el rescate de su alma,ni que les recite al pie de la letra el credo apos-tolico o alguna oracion especial, ni que conozcala ciencia o el arte, ni que flagele sus carneshasta derramar sangre y ayuue hasta que sucuerpo desfallezca de hambre, ni que practiqueun sinnumero de buenas obras que le abran laspuertas del cielo, no; nada de eso, sino: "Oree enel Senor Jesucristo, y seeds salvo til y tu casa."

Conclusion.

Si el Evangelic de Cristo es de una naturalezatan elevada y tiene un fin tan noble y humanita-rio, no hay raxon alguna para avergonzarse.

Hay muchos que se avergiienzan de el, comosi se tratara de algo sumamente deshonroso. Yotras veces nosotros mismos nos avergonzamosde que sepan que pertenecemos a el, cuand > gi-ramos en un circulo hostil al cristianistno verda-dero, pero ellos y nosotros debemos tomar porejemplo a Pablo que decia con gran sinceridad:"no me uveryumzo del Evangelic de Cristo.''''

Al ver la transformacion efectuada en Pablo,en los cristianos de Roma, en el curso de la his-toria y en nosotros mismos, debieramos sentir-nos orgullosos, y no avergonzados, de ser suspredicadores y seguidores.

Mas razon tendria el lodazal de sentirse deni-grado por llevar un precioso diamante en suobscuro fondo, que nosotros en avergonzamos dellevar el Evangelic de Cristo en lo mas recon-dito de nuestros corazones.

Ese Evangelio bendito fue, es y sera el poderde Dios dando valor a los cobardes, esperanza alos desesperados, animo a las victimas del desa-liento, fuerza a los debiles, fe a los incredulos,reverencia a los impfos, santidada los perversos,misericordia a los duros de corazon, veracidada los mentirosos, humildad a los arrogantes, la-boriosidad a los haraganes, alegria a los tristes,generosidad a los egoistas.

Ese Evangelio glorioso ha digniflcado a lamujer, ha bendecido al nino, ha venerado alanciano, ha protegido al desamparado, ha santi-ficado al hogar, ha ennoblecido el trabajo y hadifundido la luz en el corazon y en la inteligen-cia.

Por su influjo los salvajes han recibibo lacivi-lizacion, los esclavos la libertad, los ancianosdesvalidos las ventajas del asilo y los pueblos laigualdad ante la ley.

Ese Evangelio santo es antidoto para el vene-no del alma, y bisturi cortante para los canceressociales; luz en medio de las tinieblas que obs-curecen el horizonte de la vida: suave cadenade amor santo que enlaza a Dios con el hombre,al cielo con la tierra; puente tendido entre elmundo.de lo presente y el mundo de lo porvenir;y finalmente, es la medicina celestial que curalas enfermedades del espiritu, la salvacion ape-tecida que Dios ofrece a los perdidos en lasendadel pecado.

Avergonzamos de el es avergonzamos de todolo bello, bueuo y verdadero que existe; es aver-gonzurnos de todo lo que es justo, santo, sabio yverdaderamente grande.

Avergonzamos de 61 es avergonzamos del mis-mo Dios, pbrque ese Evangelio es unade las ma-nifestaciones msis elocuentes de su poder y laprueba mas palpable de su amor hacia nosotros.

Avergonz-trnos del Evangelio seria el colmode la locura, porque es avergonzamos de nues-tro propio bienestar, de nuestra verdadera feli-cidad, es decir, de la salvaeion que por medio dela fe en su Hijo el nos ofrece.

Y, por ultimo, es exponernos a sufrir un casti-go horrible, pero merecidisimo, pues Cristo dijo:be" tse Mar. 8:38.

Amigos y hermanos, imploremos solernnemen-te el perd6n de Dios por las muchas veces quenos hemos avergonzado torpemente del Evange-lio de su Unigenito, y pidatnosle con toda la fuer-za del altna y todo el fervor de nuestros corazo-nes que lo amemos y vivamos de tal manera,que con Pablo podamos siempre y dondequieradecir:

•'No me averguenzo del Evangelio de Cristo, por-que es poder de_ I >ios para salvacion a todo aquelque cree: al judio primeramente, y tambien al griego.''

10 'Puerto Tftco £vangelico

Jesus el Revelador.

(Continuation, de la pdgina 7.)

Es inmensamente triste, es infinitamente la-mentable qne mientr:is los hombres arrancansecretos al cie)o y a la tierra, extrayendo fuerzadel vapor sutil, medicina de las plantas, biancopapel del sucio harapo, luz de las aguas, tintasy perfumes del carbon de piedra, etc , vivan ymueran sin conocerse, sin descubrir los grandessecretos que encierra el corazon humano. Pormedio de su ciencia domina en la tierra, en lasaguas y en el aire; pero, a pesar de tantos triun-fos, de victorias tantas, el hombre tiene que la-mentar lleno de vergiienza y desesperacion, lamas cruel de las derrotas, el mas deplorable delos fracasos. El instinto predomina en el sobrela razon, el capricho sobre la voluntad, la bestiasobre el angel, la carne sobre,el espiritu, las ti-nieblas sotre la luz, el mal sobre el bien. A .ese hombre, conquistador de la naturaleza porla ciencia, le falta aun ser conquistador de simismo por la fe. La primera conquista se lla-ma civilizacion; la segunda, la suprema, Cristia-nismo o Evangelic.

La escuela, el templo del saber, y el taller,el templo del trabajo, nos haran reyes de la na-turaleza. Pero solo Cristo, el Revelador deDios y del Hombre, DOS hara reyes de nosotrosmismos.

Jesus es el Gran Revelador. En la naturalezanos mostro toda una teologia. El pajarito queoaia muerto en la espesura del bosque, el lirioque abria sus rojos pe'talos en el jardin de unasenorita, las avecillas que cruzaban en rapidovuelo el espacio, la iecunda simiente que caia enel terreno, el pez que se agitaba en las aguasdel tranquilo lago, el menado grano de rnostaza,etc., todo esto le hablaba al Padre y su Reino, yel se constituy6 en el interprete de tan miste-rioso lenguaje.

Revel6 al nino, tan despreciado en el paganis-mo y tan desconoeido en el roosaismo, como elciudadano nato del Reino de Dios y como elmaestro del hombre. No es de extranar que elinmortal pedagogo aleman FrOebel, amorosoeducador cristiano, dijera: «Que el nino sea siem-pre para nosotros un gaje vivo de la presencia,de la bondad y del amor de Dios.»

Jesus fu6 el que reve!6, de una manera claray hermosisima, el valor de la mujer, la santidaddel matrimonio y la indisolubilidad del amorcuando dijo a los fariseos: "Lo que Dios junto nolo aparte el hombre." (Mat. 19:6.)

Jesus fue el que revelo la base de la libertadverdadeva cuando exclamo en las calles de Jeru-

sale'n: "Yconocereis la verdad y la verdad os ha-rd Jflw-es." (Juan 8:32.)

Jesiis fue el que nos dio la clave de la inmor-talidad en aquellas consoladoras palabras pro-nunciadas frente al sepulci'o de su amigo Laza-ro: "Yo soy la resureixion y la vida: el que cree enmi, aunque estl muerto vivira." (Juan 11:25.)

Jestis fu6 el que reve!6 el secreto de la salva-vacion, dando la sencilla y grafica solution si-guiente: "Yo soy el camino y la verdad, y la vida;nadie viene al Padre, sino por mi.1'1 (Juan 14:6.)

Je*us, por Ultimo, revela al hombre la divini-dad de su origen, la excelsitud de su misi6n enla tierra y la glorification de su destino en elcielo.

El es la encarnaci6n de todo lo bello, de todolo verdadei'o, de todo lo justo y de todo lo buenoque existe.

El es la vida y la luz; el es la fe, la esperanzay la caridad; el es la paz, la justicia, la libertad,el bien supremo.

Jesiis es el unico punto de vista desde el cuale) hombre puede apreciar justamente lo pasado,lo presente y lo porvenir, su origen, su natura-leza y su destino, el pecado y la salvaci6n, lahistoria y la religion, la humanidad y Dios.

Si en Jesucristo hallamos a Dios haciendosesemejanteal hombre, por medio del cuerpo esconel fin de que el hombre, mediante el espiritu, seasemeje a Dios. El es la inmensa escala espiri-tual que une al cielo con la tierra, por la cualDios desciende hasta el hombre y el hombre as-ciende hasta Dios.

Creer en Jesus y amarle es conocer a Dios yconocerse a si inismo. Cuando no se cree en elni se le ama, es como si el alma perdiera el ins-tinto de la propia conservaci6n; se trata de unsuicidio espiritual, comparado con el cual el sui-cidio del cuerpo no es mas queunamerasombra.

Lejos de eH los hombres estaran sumidos en elprofundo abisino de la ignorancia, de la degra-dation y de la muerte. Cerca de el, por el con-trario. se alzaran sobre la augusta y coruscantecumbre de la sabiduria, de la santificacion y dela intnortalidad.

El hombre sin Jestis es como un viajero singuia, un navegante sin brtijula, un astrcinomosin telescopic. Continuamente hallar& a su pa-so el extravio, el naufragio, la obscuridad impe-netrable.

Confia en el, lector amado, y el sendero de lavida terrenal sera recto, el rumbo de la eterni-dad seguro y las estrellas del mundo espiritualapareceran visibles y deslumbrantes con la luzde Cristo, nuestro Salvador, que es la luz deDios, nuestro Padre Celestial.

Varias NotiUna Llga de Paz.

El fundador de la SocCristiano, el Dr. F. E. Clarkesforzadores, dandose cuentay responsabilidad en cuanto idel mundo, se ban unido en vde la Paz,» con el siguiente iguidor del Principe de la Papromover la buena voluntady la paz en este mundo; tra!mis oportunidades, por la abiy me esforzare' por unir mdspueblo y a todas las denominentero.» Este nuevo movimiapoyo de los partidarios de liidentificado con el un gran ndores.

Wilson y la Misa. Parv-Ameri

El Presidente Wilsoncalurosamente por haber dej;misa que suele celebrarse«Dia de Action de Gracias.»ha sido la costumbre del Preidos Unidos asistir a este servpanado de varios de los repnbierno. El ano pasado el Pnguio el precedente de Roosevte ano el se ausento de Wascon esa costumbre tan repugiyot-ia del pueblo americano.son es hombre de pensamienltiene suflciente valor para cuvicciones, como lo ha demostihacia la misa pan-americana.

Cevmbios en la. Sociedad Bit

La Junta Directiva de 1Americana, en su reuni6n debro al Rev. W. P. Jordan corMexico; al mismo tiempo estidirigiendo la agencia de las Alas nuevas responsabilidadesal Sr. Jordan, la Sociedad habrar como su representante iSra. F. S. Hamilton, quien Hidia 16 de loscorrientes. Vietbien preparada para desempiSociedad. Hace treinta y ciifue nombrado para trabajar <misma Sociedad en Mejico,muerte la Sra. Hamilton conde la obra con notable exito.la situacion critica en Mejicccreido convenience nombrar idesempenar el puesto de agen