introducción a la producción metalúrgica
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Introduccio n a la produccio n metalu rgica
Introducción .................................................................................................................................... 36
Los principales metales ................................................................................................................ 37
Nociones básicas de descripción ................................................................................................... 38
Vocabulario útil .................................................................................................................................. 38
Fases ............................................................................................................................................... 38
El período Calcolítico (3000-2500 a. C.) ......................................................................................... 39
La metalurgia de los Millares (3000 a. C.) .......................................................................................... 39
La metalurgia de la Cultura Campaniforme (Calcolítico Final-Bronce Antiguo, 3000-1800 a. C.) ..... 40
La Edad del Bronce (2500-700 a. C.) .............................................................................................. 40
La metalurgia del Argar (2300-1500 a. C.).......................................................................................... 41
La metalurgia de Cogotas I (1680-1020 a. C.) .................................................................................... 41
La metalurgia Vetona (siglos IV-II a. C.) .............................................................................................. 42
La metalurgia de los Campos de Urnas (1250-750 a. C.).................................................................... 42
La metalurgia de Motillas de la Mancha (2000-1500 a. C. aprox.) .................................................... 42
La metalurgia del Bronce Atlántico (1250-750 a.C.) .......................................................................... 42
La metalurgia Tartésica ...................................................................................................................... 44
La Edad del Hierro (700-100 a. C.) ................................................................................................. 44
La metalurgia Celtibérica (550-100 a. C.) ........................................................................................... 45
La metalurgia Ibérica (II Edad del Hierro, 550-100 a. C.) ................................................................... 45
La metalurgia romana (218 a. C.-Principios del siglo V) .................................................................. 46
La metalurgia visigoda (mediados del siglo V-comienzos del siglo VIII) ........................................... 46
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Introducción
El trabajo de los metales requiere una complejidad técnica que puede resumirse en tres actividades
principales:
Extracción del mineral: la verdadera innovación que encontramos durante la Edad de los Metales
en el trabajo del metal es la obtención de unos materiales diferentes que permiten la creación de
nuevos elementos. Existe toda una jerarquización en torno al uso, consumo y extracción de las
minas. Quiénes eran los que podían extraer el metal, cómo se extraía y quiénes tenían un posible
acceso al mismo una vez se hubiese cerrado el proceso productivo son datos importantes para
conocer la relevancia de la metalurgia en la época. Se conoce muy apoco acerca de los talleres o
los lugares de extracción de los materiales, ya que prácticamente todas la explotaciones
modernas han modificado o suplantado a los lugares de extracción anteriores (desde las
intervenciones romanas hasta las modernas).
El instrumental que se empleaba para la extracción de materiales metálicos (instrumental minero)
se componía de cinceles, punzones, cuñas, picos, martillos, palas... Se han perdido gran cantidad
de estos elementos puesto que no se les dio demasiada importancia se excavaban las minas.
Profesado y transformación: no supone demasiada innovación puesto que los hornos ya se
utilizaban y estaban muy difundidos. Sin embargo supone un cambio técnico en tanto que su
proceso de creación es diferente al de la cerámica y requiere unas técnicas un tanto más
complejas. El proceso de creación de un objeto manufacturado seguía el siguiente esquema:
o Fundición
Hornos de fundición
Agujeros en el suelo.
Hornos vasija.
Estructuras específicas.
Condiciones reductoras.
Proceso de fundición en horno.
o Fusión
o Tostado
Distribución.
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Estas actividades ya requieren un sistema social relativamente organizado para poder diversificar los
trabajos de extracción, producción y diversificación de estos elementos metálicos. Estamos ante la
evidencia de un cambio social que hacen posible estas actividades metalúrgicas.
Los principales metales
• Oro (aurum, Krisos): Se encuentra en estado nativo o asociado a otros minerales/rocas. Presenta
gran maleabilidad y ductilidad. Además, no es corrosible y de alea con facilidad con otros metales.
Fue empleado como elemento de prestigio, puesto que, además de ser muy escaso, es muy
blando y solo sirve de adorno.
• Plata (argentum, argyros): No existe en gran cantidad en estado nativo, sino que en la mayor
parte de los casos aparece junto con otros minerales. Funde a menor temperatura y esta
desciende aún más cuando se alea con el plomo. Es maleable y dúctil, aunque más duro que el
oro, por lo que no se considera que tuviese un uso funcional. Es algo más tardío y más escaso que
el oro.
• Cobre (cuprum, kalkos): Puede ser nativo, aunque es más frecuente extraerlo de una serie de
minerales (carbonatos, óxidos, compuestos sulfurados). Funde a altas temperaturas, pero tiene
una ductilidad, una maleabilidad y una tenacidad que permiten su uso funcional.
• Bronce: Con la mezcla de diferentes metales se crean otros nuevos, en el caso del bronce surge de
la aleación del cobre con el estaño. Los estudios de los porcentajes de la presencia de estos
materiales nos explican muchas características. El estaño es escaso en estado nativo, por lo que la
búsqueda de éste genera toda una red comercial que persigue su obtención. Es de mejor aleación
con buenas propiedades de fusión con otros metales. Funde a muy baja temperatura y en estado
nativo a poco más de 1.000 grados. Otorga gran dureza a las aleaciones.
• Plomo: Funde a muy poca temperatura, es blando y maleable, pero no dúctil. Se oxida con
facilidad. Se utilizaba con aleaciones como el latón que era muy útil.
• Hierro (ferrum, sideros): Es muy raro de encontrar en la forma nativa, ya que sólo aparece en
meteoros. Es uno de los metales más abundantes pero fue el último que descubrió el ser humano.
Pese a ello, dada su gran dureza, se acabó imponiendo, no solo para armas, sino también para una
gran cantidad de inventos de uso cotidiano como los arados que se volvieron de mucha mejor
calidad.
La creación de objetos de hierro es un tanto más compleja puesto que funde a mayores
temperaturas, por lo que requiere una mayor capacidad tecnológica. Esto puede explicar que no
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se hubiese utilizado antes. Es tal la importancia de este metal que dará lugar a una gran
revolución en los aspectos de la vida cotidiana, tanto que su generalización da lugar a un nuevo
periodo.
Nociones básicas de descripción
Fíbula de arco visigoda1. Puente corto con un arco muy pronunciado, cabecera semicircular y pie en
forma de rombo truncado que ensambla con el puente en su tercio superior2. Decoración incisa, en
forma de espirales en la cabecera y en el pie; y de líneas rectas en el puente. Ambas partes presentan
apéndices piriformes espaciados y equidistantes en su borde (cinco en la cabecera y seis en el pie)3.
Vocabulario útil
Trabajo en frío: moldeado del metal sin calentarlo.
Trabajo en tibio: trabajo en caliente por debajo de la temperatura de recristalización4.
Trabajo en caliente: arriba de la temperatura de recristalización.
Fundición: acción de fundir un metal para moldearlo por medio de molde.
Laminación: proceso por medio del cual se reduce el espesor de una lámina de metal con la
aplicación de presión, ya sea en frío o en caliente.
Extrusión: proceso utilizado para crear objetos con sección transversal definida y fija.
Trefilado: operación de conformación en frío consistente en la reducción de sección de un
alambre o varilla haciéndolo pasar a través de un orificio cónico practicado en una herramienta
llamada hilera o dado.
Embutido: proceso de conformado plástico que consiste en la obtención de piezas huecas con
forma de recipiente a partir de chapas metálicas.
Forja: Conformado en caliente mediante la aplicación de golpes continuos.
Troquelado: técnica que se utiliza para realizar agujeros o hendeduras en chapas de metal.
Fases
A partir de esta época, no sólo encontramos cerámica sino que comienzan a aparecer nuevos elementos
metálicos que nos ayudan a definir a las diferentes culturas a través de estas nuevas materias primas.
1 Qué es y a qué época pertenece
2 Descripción ordenada del objeto.
3 Descripción de la decoración
4 Recristalizacion: formación de granos libres de deformación
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Esto implica un nuevo proceso social en el cual los metales juegan un papel muy importante. Además
estos se van diversificando, en primer lugar aparece el cobre en estado nativo y, más adelante, gracias a
invenciones humanas, aparece el bronce (aleación de cobre y estaño).
Existe una metalurgia inicial en la zona de los Balcanes en la zona de Yugoslavia, paralelamente
encontramos también con una metalurgia incipiente en la P. ibérica. Pero el uso de esta metalurgia no
se da una cultura de carácter estatal, mientras que en el próximo oriente sí que podemos encontrar en
oriente Próximo.
La Edad de los Metales se puede dividir en tres fases en al descubrimiento y generalización de nuevas
materias primas:
• Calcolítico (desde el IV milenios a. C.): Metalurgia del cobre empleada en la creación de
elementos de adorno y prestigio.
• Edad del Bronce: pese a que la aleación del cobre y el estaño es más dura y, por tanto, más
práctica, la escasez del segundo de los materiales, hace que los objetos fabricados de cobre
sean elementos de prestigio. También tiene usos funcionales como la guerra.
• Edad del Hierro (desde el II milenio a. C., se generaliza en el primer milenio): Pese a requerir
un mayor desarrollo técnico, es más abundante en la naturaleza y también mucho más duro,
por lo que se produce una generalización de su uso en actividades cotidianas, llegando a
toda la población.
Nunca se abandona la utilización de los materiales de periodos anteriores. Se marcan estas
divisiones por convención, pero en la práctica los límites no son fijos.
El período Calcolítico (3000-2500 a. C.)
El ritmo cultural se diferencia mucho a partir del Neolítico, con procesos de aceleración cultural enorme.
Encontramos este Calcolítico en la P. ibérica en Los Millares, con una generalización a partir del
Campaniforme. Se caracteriza por una utilización del cobre y el oro de forma minoritaria. Empiezan a
aparecer los primeros objetos tipológicamente poco significativos pero que no son materiales que tiene
una gran relevancia y nos aportan gran cantidad de datos. Tenemos objetos individualizadores de
diferentes miembros de la sociedad.
La metalurgia de los Millares (3000 a. C.)
Se sitúa en Almería y es la primera metalúrgica de todo el occidente europeo. Sigue perteneciendo al
fenómeno Megalítico.
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La metalurgia de la Cultura Campaniforme (Calcolítico Final-Bronce Antiguo, 3000-
1800 a. C.)
Supuso la primera difusión del metal dentro de su ajuar, no solo de la cerámica campaniforme, sino que
se añaden materiales metálicos como las puntas de lanza o puntas de palmera, junto a las primeras
espadas, brazaletes y elementos de adorno. Es un conjunto de elementos recurrentes con una serie de
características acompañadas de elementos de oro nativo, cobre (puñales, espadas cortas y las puntas
palmera) junto con otros elementos encontramos una cerámica muy característica y elementos líticos
que los acompañan. Se trata de la diversificación de los primeros metales por toda Europa con una
utilización restringida en un momento determinado en el tiempo. El encontrar uno de estos elementos
en un yacimiento nos faculta para fecharlo con seguridad en un periodo cronológico del Calcolítico y en
los inicios de la Edad del Bronce. Además contamos con la ventaja de que los encontramos en conjuntos
cerrados en las tumbas. Además en todas estas tumbas encontramos ajuares que nos muestran
diferentes realidades y empezamos a encontrar individualidades que nos evidencian cambios sociales.
Se muestra un acceso diferencial a estos materiales que es muy evidente a la hora de encontrar esta
serie de tumbas con elementos distintivos. Los objetos son entonces distintivos que con el paso del
tiempo se tenderán a difundir, pero por ahora en esta época del Calcolítico se mantienen como
elementos que nos diferencian a una élite social. En muchos casos no tienen un carácter funcional, sino
representativo que nos muestran distintas clases sociales.
Ajuar campaniforme
Hachas: Aparecen las primeras hachas planas. Son elementos para ir enmangados con un filo
ligeramente curvo. Poco a poco se irán dando lugar a unas hachas de sección trapezoidal
acabado en un filo más o menos curvo. Pero en este momento inicial encontramos las planas. Se
trata de una del as primeras metalurgias de occidente.
Puñales – espadas: evolución a espada.
Puntas de lanza.
Cerámica.
La Edad del Bronce (2500-700 a. C.)
Los hallazgos de moldes para fundir espadas indican que la operación de colado se realizaba vertiendo el
metal fundido por un bebedero dispuesto sobre la empuñadura, con el molde en posición vertical o
inclinada. Para permitir una correcta evacuación de los gases formados en el interior conforme se va
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llenando de metal líquido son necesarios canales de desgaseo a lo largo del molde. Cuando el ajuste
entre valvas no es tan bueno, y no están recubiertas de arcilla refractaria, las fundiciones son más sanas.
También es abundantísima la información arqueológica disponible sobre la realización de las lanzas, sus
moldes generalmente no están dotados de canales de desgaseo, explicándose así la frecuencia con la
que detectamos vacuolas en los pulidos metalográficos.
Efectivamente el objeto espada se sigue fabricando, pero entrada la Edad del Bronce la tipología de las
espadas se irá complicando. Ese elemento que no es especialmente mayoritario pero sí que aparece en
la tumbas. Se trata de una selección de la tumbas que encontramos como atributo de poder y control.
La metalurgia del Argar (2300-1500 a. C.)
La distribución espacial de los instrumentos para trabajar el metal y de los desechos de esta actividad
parece indicar que la producción metalúrgica alcanzó una elevada división técnica y social. El proceso de
producción y distribución de objetos metálicos constituía un complejo entramado en el que participaban
asentamientos de diferente orden.
El número de asentamientos donde se reducía mineral de cobre debió de ser muy pequeño, dada la
escasez de minerales, hornos de reducción y escorias resultantes de esta actividad. Hasta el momento,
la práctica totalidad de este tipo de restos procede de Peñalosa. Es probable que desde aquí se
abasteciese una red suprarregional mediante lingotes y, tal vez, también objetos elaborados.
A partir de Peñalosa y de otros asentamientos cercanos con su misma orientación económica, el cobre
viajaría en forma de lingotes hasta los grandes poblados como El Argar, La Bastida o Lorca, donde se
refundiría en crisoles y moldes con el fin de obtener objetos acabados o preformas con las que elaborar
otros mediante el subsiguiente proceso de forja. La escasez de crisoles, moldes, yunques y martillos en
el registro arqueológico, unido a su presencia en sectores muy concretos de unos pocos asentamientos
argáricos, hacen pensar en una producción centralizada y especializada.
Por su parte, las actividades de forja, pulido y afilado parecen haber sido más comunes.
La metalurgia de Cogotas I (1680-1020 a. C.)
Hay escaso utillaje metálico perteneciente a esta cultura al que, además, se le ha hecho poco caso. Por
lo que se sabe, su tecnología metalúrgica no hubiese permitido producir todos los objetos metálicos que
aparecen ligados a estas gentes, lo que lleva a pensar que estos habrían salido de un comercio atlántico
en el que se intercambiarían minerales de cobre por objetos ya manufacturados que servirían como
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elementos de prestigio. Además, la mayoría de objetos broncíneos se han encontrado en basureros y no
en hábitats. Los más frecuentes son puñales, hachas planas, puntas de aletas, pedúnculos y leznas.
La metalurgia Vetona (siglos IV-II a. C.)
La metalurgia de hierro, a través de nuevos útiles como las hoces o la reja de arado, transformó la
economía.
La metalurgia de los Campos de Urnas (1250-750 a. C.)
Produce una gran variedad de objetos de bronce que aparecen, sobre todo, en ajuares funerarios. A
finales de la Edad del Bronce el hierro fue usado para decorar las empuñaduras de espadas y puñales, y
la cabezas de alfileres e imperdibles para sujetar la ropa. Solamente se comenzó a utilizar el hierro para
fabricar armas y utensilios domésticos en la siguiente, y directa sucesora, cultura arqueológica de
Hallstatt. Su generalización se produjo durante la Edad del Hierro tardía, con la Cultura de La Tène.
La metalurgia de Motillas de la Mancha (2000-1500 a. C. aprox.)
Teniendo en cuenta todo ello, las producciones lítica y metalúrgica de El Cuchillo nos aportan datos muy
interesantes. En primer lugar, la presencia de metal es claramente insuficiente como para empezar a
hablar de una sustitución de la lítica por el utillaje metálico. De hecho, el volumen de producción de la
industria lítica representa todavía el doble que el de útiles metálicos. En segundo lugar, la mayor parte
de la industria lítica de El Cuchillo está compuesta por dientes de hoz, los cuales tienen una
funcionalidad económica directa en las tareas agrícolas. Sin embargo, el tipo de herramientas de metal
no comparte, en principio, este tipo de funciones, ya que son fundamentalmente punzones, puñales y
puntas de flecha. Es decir, parece que estamos ante herramientas que tienen aplicaciones diferentes, al
margen de las actividades económicas para las que se emplea el repertorio lítico.
En conclusión, tampoco en este caso se advierte una influencia importante de la todavía incipiente
industria del metal en la base económica subsistencial.
La metalurgia del Bronce Atlántico (1250-750 a.C.)
Durante el Bronce Final se produce lo que algunos autores califican de “revolución industrial”, con una
explosión cualitativa y cuantitativa de la actividad metalúrgica. Cuya fecha de referencia puede situarse
en torno al 1300 a.C. La necesidad de metal condiciona la actividad metalúrgica existiendo un intenso
tráfico tanto de mineral como de objetos o de metal en bruto en forma de lingotes de fundición.
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También varían algunas técnicas empleadas por los especialistas. Los moldes bivalvos de piedra y metal
se generalizan, surgiendo los moldes multipiezas y utilizándose cada vez más asiduamente la técnica de
la cera perdida. Sin embargo, los moldes que con más frecuencia se debieron utilizar fueron los de
arcilla. No obstante, la técnica del laminado o chapado de bronce uniendo las láminas mediante
remaches o soldadura, se aplicó ampliamente. Son frecuentes los depósitos de objetos en este periodo
lo que conlleva la existencia de actividades de reamortización.
No es frecuente el trabajo en caliente en las labores metálicas del Bronce Final. Aunque el instrumental
de taller era ciertamente variado en esta época, no se disponía de tenazas adecuadas para sujetar una
pieza al rojo sobre un yunque y aguantar los impactos del martillo. Además, y si exceptuamos el Bronce
pobre, el bronce se trabaja mal en caliente, con riesgo de rotura por la formación de una fase liquida
rica en Sn a temperatura relativamente baja.
La producción metalúrgica
Los hallazgos de moldes para fundir espadas indican que la operación de colado se realizaba vertiendo el
metal fundido por un bebedero dispuesto sobre la empuñadura, con el molde en posición vertical o
inclinada. Para permitir una correcta evacuación de los gases formados en el interior conforme se va
llenando de metal líquido son necesarios canales de desgaseo a lo largo del molde. Cuando el ajuste
entre valvas no es tan bueno, y no están recubiertas de arcilla refractaria, las fundiciones son más sanas.
Es abundantísima la información arqueológica disponible sobre la realización de las lanzas, sus moldes
generalmente no están dotados de canales de desgaseo, explicándose así la frecuencia con la que
detectamos vacuolas en los pulidos metalográficos.
Tipología según las fases
Fase I (1250-1150 a. C.): Los elementos son escasos y aparecen dispersos especialmente en el
área Cantábrica. Como evidencia tenemos la espada de Palencia y las lanzas de tubo largo de los
depósitos de Valdevimbre (León). Estas piezas son características del grupo de Rosnöen, del
inicio del Bronce Final francés en Bretaña. Aparecen también las más antiguas hachas de talón
macizas, con una anilla y sin decoración (área Cantábrica).
Fase II (1100-900 a.C.): Esta fase se caracteriza por un aumento de los hallazgos y una mayor
variedad tipológica. El elemento más característico es la introducción de las espadas de hoja
pistiliformes, que ofrece una hoja ancha y fuerte que se estrecha hacia la empuñadura. También
se populariza el hacha de talón con dos anillas laterales, que resulta ser el tipo más
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característico del Bronce Final Atlántico. La orfebrería se caracteriza por pesados torques, de
hasta más de 2 kg, de oro macizo, con decoraciones geométricas a buril.
Fase III (hacia el 850 a.C.): Este foco debió surgir en torno a Huelva y el elemento más
representativo son las espadas, ahora de filos casi paralelos, con una característica punta
estrechada o “lengua de carpa” y la empuñadura calada. También se producen puntas de lanza
de hoja losángica y aparecen las primeras fíbulas de occidente copiando modelos chipriotas y
sicilianos.
Fase IV (a partir del 800 a.C. hasta la introducción del hierro en Andalucía, entre el 750-700
a.C.): El arma característica es la espada de Huelva (anterior) pero con fuertes escotaduras en el
arranque de la hoja y empuñadura calada rematada por un botón. Aparecen en Cerdeña y el en
Sur de la Península, evidenciando contactos culturales anteriores a la expansión fenicia del siglo
VIII a.C. En esta fase el Bronce Atlántico solo perdura cada vez más restringido hacia la zona del
Noroeste, donde desarrolla una metalurgia del bronce casi residual. Aparecen las primeras
espadas de hierro, con antenas, que se introducen en la Península con la Cultura de los Campos
de Urnas.
La metalurgia Tartésica
Los pueblos tartésicos desarrollaron la orfebrería con técnicas nuevas, como la soldadura, el granulado y
la filigrana, aprendidas de los fenicios. Con ellas fabricaron nuevos tipos de joyas más complejas.
Diademas, grandes arracadas, anchos cinturones y diversos tipos de anillos y colgantes son parte de la
variedad de joyas tartésicas representadas en el llamado "Tesoro de Aliseda".
La Edad del Hierro (700-100 a. C.)
Gran cantidad de los ajuares encontrado de la Edad del hierro provienen de necrópolis celtibéricas. Estas
fueron excavadas pro el marqués de Cerralbo. Son las mismas armas del mundo ibérico.
Teorías de la introducción del hierro en la península:
De los campos de urnas del final de la edad del Bronce.
La traen del ámbito fenicio en su mayoría, puesto que se trata de una cultura estatal que posee
de todo tipo de materiales.
Lo que no lo parecen es que se inventase de forma autóctona. A pesar de la gran cantidad de
las minas que encontramos dentro de la península. Como por ejemplo las minas de Ojos Negros
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en Teruel, territorio Celtibérico que ya cuentan con un dominio del hierro con una gran calidad.
Por lo que la tecnología entrará por el valle del Ebro. Copiando las tecnologías junto con los
buenos materiales de los que disponían.
La metalurgia Celtibérica (550-100 a. C.)
Está generalizado el uso de bronce, hierro y también en plata, que se encuentra en útiles, elementos de
adorno y armas. Es frecuente el hallazgo de cuchillos de dorso curvo, así como los escudos, de los que
solo se ha conservado las piezas metálicas: los umbos, las manillas y los elementos para la sujeción.
Igualmente la panoplia de algunas tumbas incluía elementos defensivos como cascos y discos coraza,
fundamentalmente de bronce, aunque dado su reducido número de hallazgos, su uso quedaría
restringido al sector más privilegiado de la sociedad.
También destacan las téseras, documento que servía para firmar un pacto de hospitalidad. Son láminas
de metal recortado, en muchas de ellas figurando dos manos entrelazadas o la silueta de animales, que
quizá tenían un significado religioso.
La metalurgia Ibérica (II Edad del Hierro, 550-100 a. C.)
La multiplicación de objetos de bronce de la más diversa tipología nos habla, de una parte, del
incremento en peso de la producción de metal, y de otra de la importancia que cobran las aleaciones de
base cobre en la creciente (y floreciente) industria de los objetos de adorno personal. Pensemos por un
momento en un objeto tan popular y característico como la fibula. Los pocos tipos del Bronce Final son
mejorados e incrementados en número y variantes (anulares hispánicas, La Tene).s A las fibulas hay que
añadir los broches de cinturón, múltiples adornos en atalajes, vainas de armas, exvotos, colgantes,
pendientes, pulseras y un largo etcétera.
Curiosamente, en época ibérica son más frecuentes los hallazgos de objetos de cobre. Casi todos ellos
proceden de L'Illa d'en Reixac/ y son anillas, colgantes, pendientes y pulseras, es decir, objetos de
adorno. También hay algún instrumento (punzón), herrajes (grapas y tachuelas) y materia prima (un
fragmento de lingote de Can Roqueta).
Los bronces pobres (con menos del 8% de estaño), muy frecuentes en el Bronce Final, lo son menos en
época ibérica. Por lo demás, las aleaciones de calidad siguen una tendencia similar.
El hierro es la gran innovación en la metalurgia ibérica. Es innovación en cuanto al metal en sí, tan
distinto del cobre y sus aleaciones. Lo es también en cuanto a los mecanismos de obtención y de trabajo
en el taller.
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También presentan un incremento el uso de plomo y plata.
La metalurgia romana (218 a. C.-Principios del siglo V)
Las técnicas metalúrgicas adoptadas por los romanos de los griegos recibieron también el influjo de los
procedimientos propios de las regiones del Imperio. Hispania, con su tradición minera (minería romana
Buscar voz...) y la elaboración de algunos metales, fue conocida ampliamente y sus productos muy
difundidos.
Las fuentes escritas son parcas en noticias y sólo la arqueología puede orientar sobre los procesos
artesanales adoptados. Los metales conocidos entonces: oro, plata, cobre, estaño, plomo, hierro y
mercurio, se complementan con las aleaciones: bronce y latón, resultando una base amplia para la
fabricación de todo tipo de útiles y objetos.
Los hallazgos en la región aragonesa indican un alto grado de penetración de las técnicas utilizadas por
Roma, así como una profunda aculturación muy temprana. Los productos de importación, itálicos
primero, dan lugar a fabricaciones propias en talleres locales. Pese al influjo foráneo se producirán tipos
propios y también se mantendrán las líneas comerciales con los puntos tradicionales itálicos,
alejandrinos y galorromanos.
Oro: pendiente de tradición indígena en San Jorge (Biota), otro con representación de águila con
alas semiplegadas en Lécera, lámina circular con representación de divinidad en Celsa Buscar
voz... (Velilla de Ebro) broche aquiliforme del Pilaret de Santa Quiteria (Fraga).
Bronce: objetos de tipos diversos. La escultura de bronce constituye uno de los apartados más
representativos, por contener una serie de piezas de innegable valor.
Plomo: aparecen frecuentemente lañas y pesas en los yacimientos aragoneses. También el tubo
y la placa de embocadura de Los Bañales (Uncastillo) y la representación de Harpócrates de
Bilbilis.
Hierro: los hallazgos normalmente se reducen a clavos, ganchos, alguna herramienta, cuchillos y
puntas de lanza como los de Los Castellares de Herrera de los Navarros (Zaragoza).
La metalurgia visigoda (mediados del siglo V-comienzos del siglo VIII)
Principalmente destaca por la orfebrería: los orfebres trabajaban, sobre todo, el oro y el bronce.
Realizaron cruces, coronas votivas (objetos que se ofrecen a Dios en agradecimiento o como petición),
anillos, brazaletes, pendientes, hebillas de cinturón y broches con piedras preciosas incrustadas. Son
famosos los tesoros de Torredonjimeno (Jaén) y Guarrazar (Toledo).