inteligencia emocional: qué es, para qué sirve y cómo se

Inteligencia emocional: qué es, para qué sirve y cómo se desarrolla al interior de las

organizaciones

Sandra Milena Quiroz Úsuga [email protected]

Trabajo de Grado presentado para optar al título de Especialista en Psicología de las

Organizaciones y del Trabajo

Asesor: Sara Álvarez Serna Magíster (MSc) en Gestión Humana para Organizaciones

Saludables.

Universidad de San Buenaventura

Facultad de Psicología (Medellín)

Especialización en Psicología de las Organizaciones y del Trabajo

Medellín, Colombia

2021

Citar/How to cite (Quiroz Usuga, 2021)

Referencia/Reference

Estilo/Style:

APA 6th ed. (2010)

Quiroz Usuga, S. M (2021). Inteligencia emocional: qué es, para qué sirve y cómo se

desarrolla al interior de las organizaciones (Trabajo de grado

Especialización en Psicología de las Organizaciones y del Trabajo).

Universidad de San Buenaventura, Facultad de Psicología, Medellín.

En convenio con la Universidad Católica del Norte.

Especialización en Psicología de las Organizaciones y del Trabajo, Cohorte XX.

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https://co.creativecommons.org/?page_id=13

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Dedicatoria

El siguiente trabajo es dedicado a mi familia por brindarme su apoyo incondicional, a mis amigos

por su constante empuje y ayuda desinteresada y especialmente a mí misma por demostrarme día

a día la capacidad de superación que he desarrollado durante mis estudios universitarios.

Agradecimientos

Gracias a la universidad por permitirme ser parte de ella, a la asesora Sara quien estuvo presente

apoyando cada paso que daba referente a este trabajo y aclarando dudas sobre la construcción del

mismo.

INTELIGENCIA EMOCIONAL: QUÉ ES, PARA QUÉ SIRVE Y CÓMO SE DESARROLLA AL… 7

Resumen

Estudio documental cuyo objetivo fue describir la manera como se puede desarrollar la

inteligencia emocional en las personas al interior de las organizaciones; se realizó un rastreo

bibliográfico con el propósito de construir un artículo de revisión donde los lectores encuentren

diversos significados sobre el tema de inteligencia emocional, cómo desarrollarla o, en su

defecto, sobre cómo potenciar mencionada inteligencia.

Implementar y desarrollar la Inteligencia Emocional en los colaboradores se ha

consolidado como una estrategia fundamental que las organizaciones pueden tener en cuenta para

responder a las dinámicas sociales contemporáneas, ya que esta contribuye a la adquisición de

competencias relacionadas con el ser, el hacer y el conocer de los colaboradores, brindándoles las

habilidades y destrezas necesarias para asumir las tareas y los retos laborales a los que hoy día se

deben hacer frente.

La identificación, reconocimiento, expresión y manejo de las emociones puede contribuir

a un mejoramiento en la productividad, la motivación, el bienestar y la satisfacción laboral, por

ende, promover y potenciar la inteligencia emocional propende a mantener un entorno laboral y

un bienestar social funcional y positivo en los colaboradores que desarrollan esta habilidad.

Palabras clave: Inteligencia emocional, Desarrollo Emocional, Inteligencia, Emoción, Bienestar

laboral, Organizacional, Talento Humano.

Abstract

Documentary study whose objective was to describe the way in which emotional

intelligence can be developed in people within organizations; A bibliographic search was carried

out in order to build a review article where readers find different meanings on the subject of

emotional intelligence, on how to develop it or, failing that, on how to enhance said intelligence.

Implementing and developing Emotional Intelligence in employees has been consolidated

as a fundamental strategy that organizations can take into account to respond to contemporary

social dynamics, since it contributes to the acquisition of skills related to being, doing and knowing

INTELIGENCIA EMOCIONAL: QUÉ ES, PARA QUÉ SIRVE Y CÓMO SE DESARROLLA AL… 8

of collaborators, providing them with the necessary skills and abilities to take on the tasks and work

challenges that they must face today.

The identification, recognition, expression and management of emotions can contribute to

an improvement in productivity, motivation, well-being and job satisfaction, therefore, promoting

and enhancing emotional intelligence tends to maintain a working environment and functional

social well-being and positive in collaborators who develop this ability.

Keywords: Emotional intelligence, Emotional Development, Intelligence, Emotion, Work well-

being, Organizational, Human Talent.

1 Introducción

El presente trabajo investigativo pretende identificar los beneficios que tiene la

Inteligencia Emocional (de ahora en adelante IE) y cómo se puede desarrollar en el

ámbito laboral. La IE tiene múltiples definiciones y diversos autores la han trabajado. El

concepto lo introdujo nuevamente el autor Daniel Goleman, quien lo divulgó por medio de la

publicación de su libro “Inteligencia Emocional” y desde allí este tema ha incursionado en la

moda contemporánea de las personas y empresas. Las investigaciones sobre la Inteligencia

Emocional tienen como principal objetivo identificar y comprender la forma en que algunas

personas logran responder de una manera más adaptativa a diversas situaciones en las que se

encuentran inmersos; y desde el ámbito de la psicología organizacional, que pretende reconocer

el impacto psicológico y emocional de los colaboradores al interior de las organizaciones,

investigar sobre este concepto enriquece los conocimientos, metodologías e intervenciones

enmarcados en el fortalecimiento de las habilidades psicológicas de los colaboradores, mejorando

su productividad, su motivación, satisfacción y bienestar laboral.

A todo ello entonces, ¿qué es la inteligencia? Según García-Molina (2010) es la

“representación de una capacidad mental que implica la aptitud para razonar, planificar, resolver

problemas, pensar de modo abstracto, comprender ideas complejas y aprender de la experiencia

con el objetivo de lograr la adaptación del individuo al entorno”. Es por eso que todas las

personas tienen diversos grados de inteligencia, la cual dependerá de la destreza para responder a

las situaciones en las que se encuentra inmerso.

9 INTELIGENCIA EMOCIONAL: QUÉ ES, PARA QUÉ SIRVE Y CÓMO SE DESARROLLA…

De lo anterior podemos ver entonces cómo la inteligencia posee diversos matices según la

capacidad mental de las personas al momento de comprender y resolver situaciones y, para crear

una definición de Inteligencia Emocional, necesitamos entonces preguntarnos, ¿qué son las

emociones? Montañés (2005) las define como “una experiencia afectiva en cierta medida

agradable o desagradable, que supone una cualidad fenomenológica característica y que

compromete tres sistemas de respuesta: cognitivo-subjetivo, conductual-expresivo y fisiológico-

adaptativo” (p. 4); es decir que aunque la experiencia y la sensación emocional pueda variar, las

emociones no deberían ser consideradas a priori como buenas o malas, pues todas tienen

funciones importantes para adaptarnos al entorno y cada emoción está relacionada con

expresiones faciales y corporales, comportamientos y pensamientos específicos.

La definición, conceptualización y descripción de las emociones contribuye a tener un

conocimiento más específico de este proceso y dimensión psicológica, el cual tiene impacto en

todas las áreas de ajuste del individuo, a nivel personal, profesional, social, laboral, familiar y

demás. Las emociones, en la vida cotidiana, guían el proceso comportamental y cognitivo de cada

persona; por ejemplo: a nivel laboral una persona recibe un llamado de su jefe, y al reunirse con

él se da cuenta que es para darle su despido por motivo de bancarrota; allí la persona puede sentir

emociones de tristeza y a nivel comportamental puede llorar, aislarse y huir, a nivel cognitivo

empieza a generar pensamientos de incertidumbre por no saber qué hacer.

Teniendo en cuenta las definiciones de Inteligencia y Emoción, se entiende entonces que

la Inteligencia Emocional radica en la capacidad para reconocer, comprender y gestionar nuestras

propias emociones, así mismo para reconocer, comprender e influir en las emociones de los

demás (Institute for Health & Human Potential, 2019).

Resulta imprescindible desarrollar una óptima gestión emocional que permita afrontar y

responder de una forma más adaptativa e idónea a situaciones que causan un impacto psicológico

y social, y desde el ámbito laboral, es importante que las organizaciones consideren la

Inteligencia Emocional como una estrategia psicológica que contribuya al fortalecimiento

emocional de los colaboradores, logrando una adecuada expresión y regulación emocional.


2 Justificación

Esta investigación tiene como finalidad definir, describir y brindar estrategias para que

tanto los colaboradores como las organizaciones logren implementar de forma oportuna una

efectiva gestión emocional. Realizar una investigación sobre inteligencia emocional, su

repercusión y su impacto en el ámbito laboral es de importancia para la literatura psicológica,

para las organizaciones y para las personas, porque brinda herramientas que permiten reconocer,

comprender y gestionar las emociones en el lugar de trabajo, entender qué significan y saber

cómo actuar frente a sus propias emociones y apoyar a sus compañeros en la gestión de las

mismas. Con un efectivo desarrollo de la Inteligencia Emocional, las empresas podrán fortalecer

a sus colaboradores creando estrategias organizacionales enmarcadas en la gestión adecuada de

las emociones, en la adquisición de competencias que mejoren el desempeño y en el aprendizaje

de habilidades sociales que contribuyan a una mejor productividad y efectividad laboral,

mejorando todas aquellas situaciones en las que se presenten dificultades que causen un impacto

emocional significativo en los colaboradores, percibiendo que no logran ser capaces de hacerle

frente a dichas situaciones inesperadas.

Por consiguiente, este trabajo investigativo tiene como finalidad identificar los efectos

positivos que tiene la inteligencia emocional de las personas y cómo se puede potenciar esta

habilidad en el ámbito laboral. Para ello cabe mencionar que existe buena información

bibliográfica pero la mayoría de ellas se enfocan en campos educativos y/o sociales, es así como

la idea general es bridar una investigación enfocada al campo organizacional.

La Inteligencia Emocional ha sido un tema de relevancia investigativo desde hace varios

años atrás y ha llamado la atención de múltiples autores y personas hoy en día. Al final de la

investigación se desea tener una revisión completa donde se describan las acciones puntuales para

desarrollar la inteligencia emocional en el ámbito laboral y qué hacer para mantenerla en el

tiempo.


3 Objetivos

3.1 Objetivo general

Identificar los beneficios o efectos positivos de la inteligencia emocional y cómo

desarrollarla en el lugar de trabajo por medio de un rastreo bibliográfico.

3.2 Objetivos específicos

• Realizar un rastreo bibliográfico sobre el tema de inteligencia emocional en diferentes

bases de datos.

• Clasificar la información encontrada sobre el tema de inteligencia emocional para la

construcción del entregable.

• Identificar estrategias organizacionales que favorezcan el desarrollo de la inteligencia

emocional en los trabajadores.


4 Método

Se realizó una investigación de naturaleza documental. Durante la búsqueda de los

recursos y material bibliográficos de este artículo se utilizaron varias fuentes y la información

adquirida es por medio de un rastreo bibliográfico y consulta en Bases de Datos de artículos

científicos, siendo algunas Psicodoc, PubMed, Redalyc, Google Académico, Scielo; haciendo uso

de palabras clave y etiquetas como Inteligencia Emocional, Emoción, Psicología Organizacional,

Motivación, Bienestar laboral. Así mismo, se realizó una lectura crítica de libros y artículos

especializados, estudios e investigaciones que permitan nutrir la investigación sobre inteligencia

emocional, al momento de realizar la investigación documental. Para este tipo de investigación

no es necesario el uso de participantes, puesto que toda la información se obtiene a través del

rastreo y consulta bibliográfica, se tienen en cuenta diversas fuentes, dándole mayor relevancia a

aquel material bibliográfico que posee una aproximación conceptual más específica a los

términos indagados, permitiendo obtener una información mucho más descriptiva y

epistemológica de las definiciones exploradas para una oportuna y eficaz comprensión del objeto

de investigación.

La investigación de tipo documental consta de 4 etapas, las cuales son: Planeación: Para

la elaboración de una propuesta de investigación se debe seguir un formato en específico.

Colección de Información: para la colección de la información se requiere diseñar un sistema de

registro de datos, por lo general se utilizan fichas de trabajo. Organización, Análisis e

Interpretación: esta etapa puede iniciarse únicamente cuando ha concluido la fase de colección,

cuando se tengan las fichas de trabajo, esos datos serán sometidos a análisis en torno a los

objetivos planteados en la planeación de la investigación y al problema específico que se

investiga. Presentación de Resultados: finalmente se presentará el documento final en el que se

dan a conocer los resultados obtenidos.

5 Resultados

5.1 Definición de Inteligencia Emocional

La Inteligencia Emocional ha sido investigada por múltiples autores, pero Goleman fue el

autor que popularizo este tema por la exposición de su libro. Se han encontrado estudios que


demuestran que una alta inteligencia emocional en diversos contextos de desempeño, no solo en

el laboral, sino en la vida familiar, personal y social, son potentes determinantes del bienestar

subjetivo que siente un individuo (Veloso, Cuadra, Antezana, Avendaño & Fuentes, 2013). La

Inteligencia Emocional ayuda, principalmente, a reconocer las propias emociones y la de los

demás. La persona con alta inteligencia emocional posee múltiples aptitudes para enfrentar

situaciones adversas de estrés y penuria desde la construcción de un punto de vista personal que

le sirve como si de una estrategia de afrontamiento se tratara (Cejudo, López, & Rubio, 2016).

Se considera la Inteligencia Emocional como una habilidad psicológica que se desarrolla a

partir de procesos cognitivos y que contribuye a dinámicas, tendencias y actitudes intra e

interpersonales más adecuadas y efectivas. Se puede definir como la capacidad para reconocer,

comprender y gestionar nuestras propias emociones, así mismo de reconocer, comprender e

influir en las emociones de los demás (Díaz, 2017).; poseer Inteligencia Emocional nos permite

adquirir una consciencia de nuestras emociones, de cómo las expresamos, y de cómo éstas

inciden en las demás personas, y además, así como nos permite tener una adecuada gestión de las

emociones propias que sentimos y expresamos, también desarrollamos la capacidad para

reconocer, interpretar y comprender las emociones de los demás (Institute for Health and Human

Potential, 2019).

También se define la Inteligencia Emocional como la destreza que permite conocer y

manejar sentimientos propios, interpretar o enfrentar los sentimientos de los demás, sentirnos

satisfechos y ser eficaces en la vida, a la vez que crear hábitos mentales que favorezcan la propia

productividad (García-Fernández & Giménez-Mas, 2010).

Octavio Riesco (2001) la define como aquella capacidad que permite el conocimiento

propio, el control de los impulsos, la empatía, la motivación, la perseverancia, la comprensión, el

altruismo, la autodisciplina, y que permiten el equilibrio personal y social.

Del mismo modo, Olvera, Domínguez y Cruz (2002), definieron la Inteligencia

Emocional como la capacidad que posee una persona para desarrollar diversas habilidades o

destrezas de naturaleza emocional y afectiva, lo anterior conlleva a tener la destreza de reconocer

y comprender las emociones propias y de los demás, al autocontrol y autorregulación emocional,

a una efectiva gestión y expresión de las emociones de una forma adaptativa y acorde al contexto,


permitiendo además adquirir estrategias de afrontamiento positivas, contribuyendo a la

motivación, la orientación al logro y la consecución de objetivos.

La Inteligencia Emocional también se encuentra estrictamente relacionada con dos tipos

de inteligencia abordadas por el señor Gardner: inteligencia interpersonal e inteligencia

intrapersonal, puesto que la primera de ellas es la capacidad para comprender y cooperar con los

demás, y la capacidad del sujeto para entender las emociones, las intenciones y deseos de los

demás; mientras que la segunda es la capacidad de conocerse a sí mismo, de autoentenderse, de

comprender y acceder a los propios sentimientos y emociones, controlarlas y enfocarlas

adecuadamente, dirigiendo la propia conducta (Dueñas Buey, 2002). Esta relación determina la

habilidad que debe ser desarrollada en los empleados de cualquier organización para que estos

evalúen, comprendan y se relacionen competentemente con sus compañeros y directivos.

Según Dueñas (2002) existe una serie de habilidades que conforman la IE, ellas son: La

habilidad de conciencia emocional, el autocontrol o regulación de las emociones, la motivación,

la empatía, la habilidad social. Hay dos conceptos que influyen directamente sobre la inteligencia

emocional los cuales deben ser trabajados de la mano para generar un desarrollo emocional, ellos

son: el autoconcepto y la autoestima.

Las personas con un autoconcepto ajustado y positivo son más capaces de actuar de forma

independiente, elegir y tomar decisiones, interactuar con los demás, afrontar nuevos retos, asumir

responsabilidades, contradicciones o fracasos; en definitiva, están mejor preparadas para

participar de manera responsable en las distintas actividades sociales.

Una persona con un nivel adecuado de autoestima (reconocer las propias cualidades

y defectos, aceptarse y sentirse a gusto con su persona) genera un sentimiento

interno de seguridad, confianza en sí mismo y en las demás personas; su crecimiento

personal se ve potenciado, y está abierto a los demás (Dueñas Buey, 2002. p. 88).

El modelo de Inteligencia Emocional creado por Mayer, Salovey y Caruso, se compone

por cuatro ramas, a saber: a) La percepción emocional, es decir que la persona reconozca cómo se

siente y cómo se sienten los demás; b) La facilitación emocional del pensamiento, se refiere a la

capacidad que tiene la persona para generar emociones y razonar con ellas; c) La comprensión

emocional, que capacita a la persona para comprender emociones complejas y saber cómo pasar

de una emoción a otra; y d) la regulación emocional, que ayuda a gestionar las emociones,


mitigar emociones negativa y potenciar emociones positivas propiamente en la persona y en los

demás (Berrocal & Pacheco, 2005). En síntesis, la Inteligencia Emocional reside en la capacidad

que tienen los seres humanos para sentir, entender, controlar y modificar los estados emocionales

en ellos mismos; hacer consciente las emociones y darse cuenta en qué momento esas emociones

pueden salir y de qué manera pueden exponerlas al exterior.

Los cuestionarios mejor adaptados para evaluar la inteligencia emocional son Los

Cuestionarios de Habilidades Sociales (Flores & Tovar, 2005), los cuales son:

• EQ-map, de Cooper y Sawaf (1997) explora la IE a partir de aptitudes (entorno

habitual, conciencia emocional, competencias, valores y actitudes) y

vulnerabilidades personales de rendimiento identificando patrones individuales e

interpersonales para el éxito.

• Modelo de Goleman, evalúa la autoconciencia, autorregulamiento, manejo de

estrés, automotivación y manejo de relaciones interpersonales.

• Modelo de Salovey y Mayer, conocido como Trait Meta-Mood Scale (TMMS)

valora las cualidades más estables de la propia conciencia de las emociones y la

capacidad para dominarlas.

• Modelo de Extremera y Fernández-Berrocal, evalua la percepción, comprensión y

regulación de las emociones.

• Modelo de Bar-On, evalua habilidades emocionales y sociales como habilidades

intrapersonales, habilidades interpersonales, adaptabilidad, manejo de estrés y

estado anímico.

Las emociones cumplen una importante función en del desarrollo de la Inteligencia

Emocional y para ello, López, Pulido y Augusto (2013) citado por (Ayuso, 2016) señalan que

“las emociones siempre acaban influyendo en determinados aspectos en el trabajo, como puede

ser en el rendimiento, la productividad o en el clima organizacional” (p.41) entre otros. Las

emociones básicas están relacionadas con un estado afectivo único y permiten la adaptación al

medio, ellas son: ira, alegría, asco, tristeza, sorpresa y miedo. Estas emociones tienen como

principal función permitir la adaptación, la motivación y relaciones sociales (Montañés, 2005).

• La ira es una emoción que en algunas situaciones se experimenta como desagradable, ya

que dificulta, incapacita y obnubiliza la ejecución de los procesos cognitivos, genera

impulsividad y energía y da la sensación de actuar intensa e inmediatamente, sin embargo,


aunque su sensación es percibida como desagradable, en otras situaciones la ira nos

permite prepararnos para afrontar algo que se valore como amenazante, por ende, el

lenguaje conductual de la ira es el ataque, como una forma de confrontar aquello que la ha

suscitado.

• La alegría, la cual es una emoción que generalmente se percibe como agradable y positiva

facilita y favorece la recepción e interpretación de los estímulos ambientales, facilita la

empatía y su función es incrementar la capacidad de disfrute, generar actitudes positivas

hacia uno mismo y hacia los demás.

• El asco es una emoción que generalmente se puede experimentar de forma desagradable,

y que genera evitación o alejamiento de un estímulo, aumentando la tensión muscular, sin

embargo, esta emoción también cumple una función adaptativa, la cual es evitar

situaciones de disgusto o incomodad, o elementos que puedan estar en mal estado y que

puedan afectar al organismo, el asco es una emoción que puede proteger a las personas

para alejarla cosas que puedan causar algún perjuicio.

• La tristeza es una emoción que frecuentemente se experimenta como desagradable o

negativa, ya que aparece cuando hay una pérdida o fracaso en algo genera melancolía,

desaliento y poca energía, no obstante, la tristeza también cumple una función adaptativa,

y es facilitar vinculación y la proximidad con las demás personas, además de conllevar a

espacios internos de reflexión y comprensión de las situaciones en las que subyace la

emoción.

• La sorpresa es una emoción que según la situación en la que se suceda y se exprese, se

puede percibir como agradable porque es la reacción ante un acontecimiento inesperado, o

como desagradable ya que subyace de un momento de incertidumbre por lo que va

acontecer, la sorpresa posee una importante función adaptativa, la cual es canalizar las

respuestas emocionales ante dichas situaciones nuevas o inesperadas, a partir de esta

emoción, pueden surgir otras emociones de una forma más consecuente con la situación

que está aconteciendo

• El miedo es una emoción que ocasionalmente se experimenta como desagradable,

apareciendo en situaciones potencialmente peligrosas y exige la focalización de la

percepción exclusivamente al estímulo temido y por ende una rápida reacción ante el

mismo, genera malestar, preocupación e inseguridad, sin embargo, a partir de lo anterior,


la emoción posee una función adaptativa, la cual es alertar y preparar a la persona ante

una eventual amenaza, en el que se le puede hacer frente o se puede alejar de tal estímulo

o situación, lo prioritario del miedo es evitar o escapar de situaciones que pueden

representar un peligro para las personas.

5.2 La importancia de la Inteligencia Emocional

Las definiciones anteriormente descritas permiten reconocer y evidenciar que la

Inteligencia Emocional está estrechamente relacionada con las estrategias de afrontamiento, en

donde la primera es una habilidad psicológica que permite el reconocimiento, interpretación y

gestión de nuestras propias emociones y de los demás, mientras que la segunda se refiere a

aquellos recursos psicológicos que el sujeto pone en marcha para hacer frente a situaciones

estresantes (Macías, Madariaga, Valle & Zambrano, 2013) es decir, la Inteligencia Emocional es

un recurso psicológico que poseen todas las personas, pero debe ser trabajado o desarrollado para

entender y hacer frente a toda situación.

Entender la importancia de la Inteligencia Emocional es algo que conlleva a una prioritaria

sensibilización y aprendizaje, y para ello (Cañizares citado por Mosquera, 2017) nos expresa que

se necesitan cinco competencias puntales para desarrollar la inteligencia emocional al interior de

las organizaciones. Estas competencias pueden llevarse a la vida extralaboral de cada empleado

ayudando a una mejor adaptabilidad y respuesta ante las situaciones cotidianas de la vida, estas

competencias son: autoconocimiento, autorregulación, automotivación, habilidades sociales y

conciencia social. Si bien, son atributos personales, la organización puede gestionar estas

competencias en sus empleados de manera que estimulen el desarrollo de la inteligencia

emocional en cada uno de sus colaboradores.

En definitiva, la Inteligencia Emocional es un concepto muy amplio que lo conforma un

sinfín de habilidades las cuales tienen su fundamento en lo que las personas son capaces de hacer

a partir de sus condiciones neurofisiopsicológicas; estas capacidades pueden ser específicas,

cuando son empleadas en ciertas tareas, o puedes ser integrativas cuando se emplean en

situaciones complejas. Entiéndase por habilidades a la combinación de conocimientos de

materiales y procesos con destrezas manuales requeridas para lleva a cabo una actividad


productiva (Portillo Torres, 2017). Por consiguiente, para adquirir IE se debe emplear

consecutivamente la implementación de las habilidades anteriormente descritas.

5.3 Una Organización y sus colaboradores sin el desarrollo de la Inteligencia Emocional

Las organizaciones, al igual que muchos otros sectores de la sociedad, están siendo

afectadas por diversos factores y situaciones propios de las dinámicas contemporáneas, se puede

ver cómo las actividades laborales han cambiado en relación a algunos aspectos como fuerzas de

aceleración económica, modificaciones en los sistemas de producción y consumo, la

implementación de la industria y los recursos digitales, el crecimiento de la sociedad y la

globalización, entre otros. A partir de eso, se suman una serie de variables y complejidades que

hacen de la actividad laboral un proceso mucho más extenso en el número de tareas y en la

intensidad de las mismas, repercutiendo directamente en las personas que asumen el rol de

colaboradores cuando se encuentra dentro de una organización (Vásquez De La Hoz, 2007).

Durante la cotidianidad, las personas suelen ignorar ciertos aspectos psicológicos y

sociales que suceden de forma casi inherente, inmediata y transversal a las situaciones en las que

se encuentran inmersos, debido a las diversas actividades y acciones que desarrollamos

diariamente, no se les presta una atención pormenorizada a nuestros comportamientos,

pensamientos, estados emocionales y demás procesos que hacen parte de lo que somos a nivel

individual y social, de lo anterior, se puede considerar que no se le da la suficiente importancia a

las emociones, así como al reconocimiento, interpretación y gestión de las mismas. Entender las

emociones nos permite tener una mayor claridad de sus funciones en relación al contexto en el

que se experimentan para, así mismo, lograr comprenderlas, controlarlas y expresarlas de una

forma adecuada y adaptativa (Villa, 2013).

En el ámbito organizacional, las personas o los colaboradores asumen un cargo o una

responsabilidad en el que tienen que responder a cada una de las demandas y tareas que dicho

cargo requiere, sin embargo, esto no sucede de forma lineal y automática, la forma en que las

tareas se desarrollan va estar influenciado mayormente por las capacidades o competencias que

posea el colaborador, y ante la ausencia de habilidades o destrezas que permitan un mejor

desempeño, el colaborador tendrá más dificultades y obstáculos para desarrollar y llevar a cabo

sus tareas de una forma efectiva. El no contar con la capacidad para entender y gestionar las


emociones puede generar en los colaboradores afectaciones personales que repercuten

directamente en sus tareas laborales, experiencias emocionales de estrés, ansiedad, así como

situaciones de aislamiento social, poca tolerancia a la frustración, problemas para trabajar en

equipo, dificultad para concentrarse y bloqueos mentales son solo algunos de los hechos y

variables que pueden suceder con los colaboradores que no poseen habilidades ni mecanismos de

respuesta adaptativos que permitan hacerle frente a las dinámicas laborales en las que se pueden

encontrar inmersos día a día. Las manifestaciones anteriormente mencionadas inciden en otros

aspectos de los colaboradores, ante dificultades que impidan tener un buen desempeño laboral, se

puede desencadenar una baja motivación, alteraciones emocionales como ira, ansiedad o

depresión, pensamientos de inutilidad o fracaso, deserción, indiferencia y pérdida de interés o

energía para continuar, todo lo anterior se configura en síntomas psicológicos que impactan de

forma negativa en el bienestar y la salud mental de los colaboradores (Cali & Fierro, 2015).

5.4 Efectos positivos de la Inteligencia Emocional con los colaboradores de una

organización

La actividad laboral contemporánea es ahora más extensa en la cantidad de tareas, y

también intensa en el desarrollo de las mismas, las dinámicas organizacionales actuales han

cambiado porque ahora existen más factores y variables que pueden resultar complejos para los

colaboradores, y ante tales cambios, surge una necesidad imperativa de crear e implementar

estrategias que fortalezcan tanto del desarrollo organizacional como las capacidades de los

colaboradores que hacen parte de tales procesos, lo anterior permite entonces responder de una

forma más idónea a las transformaciones organizacionales y sociales que actualmente suceden, en

donde, además del cumplimiento de tareas y la productividad de la organización, también

importen los colaboradores, los cuales son ese capital humano imprescindible para el logro de las

actividades misionales, las estrategias buscan entonces el proteger a los colaboradores,

brindándoles recursos y estrategias que contribuyan a un bienestar y satisfacción laboral (Villa,

2013).

Para los autores Cali & Fierro (2015) la implementación, aprendizaje y desarrollo de la

Inteligencia Emocional, en los colaboradores se convierte en una estrategia fundamental que las

organizaciones tienen en cuenta para responder a las dinámicas sociales contemporáneas, ya que


esta contribuye a la adquisición de competencias relacionadas con el ser, el hacer y el conocer de

los colaboradores, brindándoles las habilidades y destrezas necesarias para asumir las tareas y los

retos laborales a los que hoy día se deben hacer frente. La Inteligencia Emocional prioriza y le da

más importancia a las emociones y a la correcta gestión de las mismas, lo cual permite en los

colaboradores experiencias emocionales adecuadas, por consiguiente, la expresión,

identificación, comprensión y autorregulación de las emociones va a estar orientada por una

capacidad más racional y adaptativa que contribuye a unas efectivas dinámicas laborales, en

donde las personas podrán desarrollar sus actividades, tareas y responsabilidades manteniendo un

buen desempeño, así como una motivación, bienestar y satisfacción laboral.

La inteligencia Emocional puede ser capaz de convertirse en un elemento transversal,

donde además de influir directamente en el colaborador de forma individual, también lo hará con

todos los colaboradores de forma grupal, una adecuada gestión emocional también mejora los

índices de clima laboral, pues las personas tendrán mejores formas de respuesta en su entorno,

aumentando la calidez en las relaciones interpersonales, la comunicación efectiva, el trabajo en

equipo y la ayuda mutua, se puede evidenciar entonces que la Inteligencia Emocional transforma

a los colaboradores, dotándolos de habilidades que les permite una mejor percepción de sí

mismos, de su actividad laboral, de sus compañeros de trabajo, de la organización y de su

desempeño en general (Cali & Fierro, 2015).

En definitiva, la Inteligencia Emocional contribuye a la implementación y desarrollo de

estrategias que tienen como prioridad el beneficio del talento humano que conforma una

organización, una efectiva gestión emocional influye de forma significativa en el bienestar, la

satisfacción, la motivación y la productividad, propiciando además en los colaboradores un

entorno laboral óptimo y adecuado, lo que les facilita percibir que en dicha organización, se

puede lograr un crecimiento tanto profesional como personal en donde su aprendizaje no solo se

limita al ámbito laboral, sino que también influye de forma positiva en diversas situaciones

sociales en el que las personas se encuentran inmersas, siendo entonces las dinámicas laborales

una actividad primordial y necesaria, también se debe contar con un talento humano cualificado,

con habilidades y competencias que contribuyan a un bienestar de los colaboradores como un

capital humano fundamental (Villa, 2013).


5.5 ¿Qué pueden hacer las organizaciones para desarrollar la inteligencia emocional en el

lugar de trabajo?

Las organizaciones deberían tener como un propósito fundamental el potenciar y propiciar

un ambiente laboral óptimo para sus colaboradores, y para el cumplimiento de dicho objetivo

deben implementar estrategias que prioricen el bienestar y la satisfacción laboral de las personas,

resulta fundamental entonces contar con una dependencia de Talento Humano desde la cual se

crean y desarrollan acciones enfocadas en fortalecer las competencias, mejorar la productividad e

influir de forma positiva en las experiencias afectivas, procesos cognitivos y construcción

psicológica de los colaboradores. La importancia de la psicología organizacional radica en

identificar y comprender el impacto de los aspectos psicológicos en el ámbito organizacional, y

con base en dicha concepción, su quehacer va a estar relacionado directamente con un proceso de

intervención que contribuya al bienestar de las personas en su entorno laboral (Manns, 2004).

Las organizaciones que cuentan con una división de talento humano fortalecida, va a

ejecutar todo un proceso de evaluación, diagnóstico e intervención de aquellos factores y

aspectos tanto propios de la organización como propios del colaboradores que confluyen de

forma inherente en el entorno laboral, para así mismo fortalecer y estimular aquellos factores que

ya son positivos y agradables para los colaboradores, como también potenciar aquellos aspectos

que aún se perciben como debilidades o deficiencias y que pueden dificultar la actividad laboral,

se trata principalmente de realizar actividades encaminadas al mejoramiento de las condiciones

laborales de los equipos de trabajo de la organización, impactando de forma positiva en las

dinámicas de trabajo que allí suceden (Díaz, 2017).

Para Manns (2004) la inteligencia emocional se convierte en un concepto clave para las

organizaciones, su importancia e implementación crea una ruta misional que estará direccionada

a brindar en los colaboradores un entorno laboral óptimo, teniendo en cuenta además las

consideraciones y demandas de los colaboradores para así proponer acciones y estrategias que

contribuyan al fortalecimiento de la productividad, el bienestar y la satisfacción laboral. A partir

de considerar la Inteligencia Emocional como una prioridad, una efectiva gestión del talento

humano hará énfasis en intervenir a los colaboradores teniendo en cuenta cada una de las

características de la misma, manteniendo criterios de beneficio, efectividad, mantenimiento y

continuidad en el proceso.


Según menciona en su investigación Shirley Díaz (2017) el desarrollo de la Inteligencia

Emocional en una organización parte de un proceso metodológico el cual debe poseer como

objetivo general el fortalecer en los colaboradores la habilidad de una efectiva gestión emocional

a través de la promoción y desarrollo de dicha habilidad, así como de todas sus características,

siendo esta interiorizada como una práctica organizacional que se debe mantener en aras del

fortalecimiento del talento humano, el bienestar y la satisfacción laboral. Posteriormente, el

proceso de intervención en Inteligencia Emocional estaría encaminado en la capacitación, la

cualificación, la asesoría y el acompañamiento a los colaboradores sobre la importancia de una

efectiva identificación, comprensión y expresión de las emociones, así como de adquirir

habilidades en función de esa gestión emocional, lo anterior conlleva a una estrategia integral,

donde la inteligencia emocional sea una competencia que los colaboradores puedan poner en

práctica consigo mismos, con sus compañeros de trabajo y con las situaciones laborales a las que

deben hacerle frente.

La dependencia de talento humano de una organización puede implementar la inteligencia

emocional a través de un proceso que puede ser sistemático y transversal a la actividad laboral,

comenzando inicialmente por una sensibilización que incentive en los colaboradores el conocer

lo que la inteligencia emocional refiere, realizando posteriormente acciones de aprendizaje,

entrenamiento y ejecución de buenas prácticas afectivas que hagan énfasis en mantener ese

interés en fortalecer la inteligencia emocional, brindando espacios participativos y reflexivos que

contribuya al aprendizaje y conocimientos en relación a las emociones, sus definiciones,

características y la importancia de lograr una adecuada gestión de las emociones. Durante la

ejecución de esta estrategia, se pueden realizar además campañas que promuevan en el entorno de

trabajo prácticas saludables de inteligencia emocional, estando estas acompañadas de ejercicios o

dinámicas participativas, así como espacios de socialización que sirvan para una continua mejora

del bienestar laboral (García-Fernández & Giménez-Mas, 2010).

Con el propósito de enriquecer el fortalecimiento de la inteligencia emocional en las

organizaciones, se comparten algunas estrategias que resulta fundamentales en el propósito de

desarrollar esta habilidad con los colaboradores de una organización.

Gestión de clima laboral: el clima laboral se define principalmente como el conjunto de

percepciones compartidas por los colaboradores al interior de una organización. A partir de lo


anterior, indagar por la valoración subjetiva de cada colaborador en relación a su entorno laboral

permite reconocer su impacto psicológico, su productividad y su bienestar general, fortaleciendo

la gestión del recurso humano organizacional. Para el desarrollo de una gestión de clima laboral

en una organización se lleva a cabo un proceso que contempla el diagnóstico y valoración inicial

de las percepciones que poseen los colaboradores en relación a diversos aspectos claves, como el

entorno de trabajo, los compañeros, la calidad en las relaciones, la comunicación, estímulos o la

asignación de las responsabilidades, entre otros, así como el diseño, ejecución y desarrollo de las

actividades en razón de los hallazgos y resultados encontrados en el proceso de valoración, dichas

percepciones confluyen de forma constante en las dinámicas laborales, por tal razón, implementar

la inteligencia emocional en los procesos de gestión de clima laboral puede facilitar el

mejoramiento de las percepciones compartidas por los colaboradores de la organización (Cuadra

& Veloso, 2007). .

Liderazgo: el liderazgo no es uno solo, y no refiere únicamente a ordenar tareas y

mostrarse en una posición jerárquica, el liderazgo es una competencia que comprende diversas

habilidades tanto individuales como profesionales en el que una persona logra influir en cómo los

demás piensan, sienten o actúan. En relación al ámbito laboral, quien ejerce la competencia de

liderazgo moviliza y motiva a los colaboradores de una forma efectiva, contribuyendo a que las

tareas y responsabilidades se puedan realizar con éxito. La inteligencia emocional transforma a

los líderes mejorando su capacidad de influencia, la relación con los colaboradores ya no sería de

forma vertical en el que se percibe al líder como una figura autoritaria, sino que puede ser más

flexible, permitiendo comprender las necesidades de los colaboradores, reconociendo lo que

sienten y brindando espacios y momentos en el que el liderazgo pueda ser aprendido y

compartido por todos (Cuadra & Veloso, 2007).

Capacitación y entrenamiento: realizar con los colaboradores actividades, capacitaciones

y talleres permite consolidar espacios de aprendizaje y reflexión sobre la importancia de

reconocer e interpretar las emociones propias y de los demás basándose en el desarrollo y

fortalecimiento de la Inteligencia Emocional. El entrenamiento en esta habilidad a través de

metodologías pedagógicas permite definir y explicar en qué consiste, las características, las

dimensiones o componentes y la importancia de dicho tipo de inteligencia en todas las esferas y

dimensiones de las personas (Pacheco & Berrocal, 2004).


Comunicación efectiva: la asertividad es una habilidad social que puede eficazmente

complementarse al desarrollo de la inteligencia artificial, pudiendo ser aprendida y puesta en

práctica por todos los colaboradores, esta habilidad consiste básicamente en reconocer la forma

en que nos relacionamos con las demás personas, teniendo en cuenta que podemos expresarnos

de forma clara y directa, pero al mismo tiempo teniendo la capacidad de reconocer la forma en

que los demás se expresan, respetándolos y aceptándolos de manera cortés y formal. Tener una

comunicación efectiva representa entonces un factor fundamental en la inteligencia emocional, ya

que propende a mantener relaciones equilibradas, donde nuestras expresiones afectivas y

comportamentales no estarán determinadas por factores agresivos o pasivos, sino asertivos,

respetuosos y claros (González & Kasparane, 2009; Romero, Monzan & Hernández, 2014)

Campañas, tips y actividades dinamizadoras: la sensibilización sobre la inteligencia

emocional debe ser un proceso transversal en toda la estrategia de fortalecimiento de esta

habilidad, lo anterior conlleva entonces a mantener constantes acciones y ejercicios de promoción

de una eficaz gestión emocional a través de campañas que se difunden por medios digitales o de

forma física en el entorno laboral, así mismo, se comparten tips o cápsulas informativas en

relación a buenas prácticas de inteligencia emocional, y siendo también importante realizar

dinámicas y actividades que generen espacios de aprendizaje y reflexión de una forma lúdica y

experiencial. Implementar la inteligencia emocional no se limita específicamente a

capacitaciones, sino al desarrollo de buenas prácticas que pueden ejecutarse en todos los ámbitos

del entorno laboral (Pacheco & Berrocal, 2004).

Es importante tener en cuenta que dichas estrategias deben mantener un objetivo constante

de mantenimiento y verificación, lo anterior permite hacer una valoración de cómo la inteligencia

emocional ha influenciado en los colaboradores, para así mismo, fortalecer las acciones que han

resultado positivas y modificar las que aún no alcanzan las metas propuestas. La

retroalimentación resulta fundamental, pues les facilita a los colaboradores la interiorización de

los componentes, características y dimensiones de la inteligencia emocional, teniendo además la

posibilidad de participar en su propio proceso de fortalecimiento, logrando expresar y reconocer

lo aprendido (Díaz, 2017).


6 Discusión

El objetivo principal del presente estudio consistió en realizar construcción teórica de lo

que es la Inteligencia Emocional, mencionando sus definiciones, características y dimensiones de

la misma, teniendo además el propósito de identificar y comprender su importancia en el ámbito

organizacional, describiendo los beneficios y repercusiones positivas con los colaboradores que

desarrollan sus actividades en el entorno laboral. A través de un rastreo bibliográfico, se pudo

encontrar que la Inteligencia Emocional si bien es un concepto reciente en la literatura de la

psicología, también ha sido extensamente investigado, teniendo una importante relevancia

actualmente en diversas áreas del conocimiento. Para la psicología organizacional, la inteligencia

emocional representa una competencia fundamental para dinamizar el entorno laboral, facilitando

a los colaboradores tener un óptimo desempeño, así como aportar al beneficio y mejoramiento

tanto personal como ocupacional de las personas.

Actualmente, las organizaciones poseen un mayor interés por reconocer y capacitar sobre la

Inteligencia Emocional a los colaboradores, siendo importante además identificar cómo las

emociones generan un impacto en su cotidianidad y entorno más cercano, pues se ha identificado

que son un factor fundamental en índices de satisfacción laboral, percepción, motivación,

identidad o cultura organizacional y muy especialmente, desempeño y productividad, todo lo

anterior enmarcado en los alcances que pueda tener un colaborador al interior de la organización

(Villa, 2013). La Inteligencia Emocional, su aprendizaje y desarrollo está basado en la

identificación, interpretación y expresión adecuada de las emociones propias y de los demás, por

ende, la adquisición de esta habilidad psicológica es fundamental para el fortalecimiento de otras

competencias que son necesarias para un idóneo desempeño laboral, como la toma de decisiones,

el liderazgo, la motivación, una óptima calidad de las relaciones, cultura y sentido de pertenecía

por la organización.

Una organización que propende a una buena gestión emocional puede conservar

lineamientos y directrices que permitan a los colaboradores tener un espacio laboral óptimo y

saludable, contribuyendo igualmente al desarrollo y productividad laboral. De lo anterior, resulta

imprescindible en el ámbito laboral estimular la Inteligencia Emocional de un colaborador,

ejecutando estrategias de estimulación emocional como el valorar y reconocer las cualidades,

identificar y comprender las emociones y el estado de ánimo al interior de la organización, crear


vínculos y redes de apoyo que permitan una mejor relación interpersonal, y realizar críticas y

observaciones de una forma asertiva, justa y enfocada a la retroalimentación y no al reproche o

infravaloración (Manns, 2004).

Durante el desarrollo de esta investigación, fue recurrente encontrar cuestionamientos en

torno a la Inteligencia Emocional y su consideración como un tipo inteligencia, y es que el

concepto de inteligencia llega a ser polisémico, teniendo diversas definiciones y significados

según el área del conocimiento, los modelos paradigmáticos y las construcciones epistemológicas

que se crean en relación al término, dentro del rastreo bibliográfico, se pudo evidenciar que

existen autores que discrepan con el concepto de inteligencia emocional, mencionando

principalmente que la inteligencia es una sola, y es aquella capacidad que permite principalmente

la resolución de problemas, dejando a un lado la idea de que la inteligencia pueda tener matices o

clasificaciones, en su lugar, dichos autores mencionan que esas categorías no aluden a tipos de

inteligencia, sino a habilidades o destrezas que las personas adquieren en sus experiencias

(Vásquez De La Hoz, 2007).

Por otra parte, otros autores cuestionan esa única concepción de la inteligencia, y son

renuentes a reconocer la inteligencia como una sola, sirviendo únicamente para la resolución de

problemas lógicos, consideran que tal definición limita los alcances de la misma, segregando y

estableciendo brechas psicológicas en el que las personas que no posean de forma natural esa

capacidad para resolución de problemas pueden ser percibidas como incapaces de desarrollar

actividades o ser funcionales, para dar respuesta crítica y teórica a dicho paradigma, se construye

y reafirma la definición de que la inteligencia además de ser aquella que contribuye a la

resolución de problemas, también es la capacidad que todas las personas poseen para

desenvolverse con mucha más fluidez y agilidad en diversas situaciones en las que se encuentre

inmerso, desarrollando destrezas propias de la experiencia que se viven en el día a día, con base

en lo anterior, no se puede hablar de una única inteligencia que sucede en situaciones específicas,

sino que ahora se mencionan diversas inteligencias autónomas de lo que en general se conoce

como intelecto, y que dichas inteligencias se desarrollan en diversos contextos y situaciones

individuales y sociales (Vásquez De La Hoz, 2007; García-Fernández & Giménez-Mas, 2010;

Villa, 2013; Díaz, 2017).


Para el desarrollo de esta investigación, se apoyan y sustentan las diversas teorías de las

inteligencias múltiples, siendo la Inteligencia Emocional la que es específicamente relevante e

importante para el proceso investigativo. Construir una definición de la inteligencia que aluda

principalmente a capacidades intelectuales y racionales que sirven en situaciones complejas

puede conllevar a una visión reduccionista y escueta del término, debido a que las situaciones son

diversas y están configuradas de acuerdo a las características y aspectos que interfieren en ella,

por tal razón, es oportuno ampliar el concepto de inteligencia, en la que no únicamente refiera a

la capacidad racional, sino que también signifique tener la capacidad para desarrollarse con

agilidad y desenvoltura en relación a las emociones, o al lenguaje escrito o verbal, o a la

creatividad y la creación original de contenido, o a un elocuente manejo corporal, entre otras

situaciones en donde las personas se relacionan consigo mismos y con los demás.

La inteligencia no refiere únicamente a capacidades intelectuales y racionales, el rastreo

bibliográfico permitió reconocer que inteligencia y emoción no son conceptos excluyentes o

indivisibles, sino que pueden converger y entenderse como una importante capacidad que

contribuye a una efectiva gestión emocional a través de identificar, comprender y controlar las

expresiones propias y de los demás. La emoción, siendo un proceso cognitivo fundamental, se

manifiesta de forma transversal e inmediato en todas las situaciones individuales y colectivas,

tanto la intensa expresión emocional como la ausencia de emoción tienen significados objetivos y

subjetivos, por ende, se comparten las nociones de que existen inteligencias múltiples, y que la

inteligencia emocional puede ser igual de importante y útil como la inteligencia racional o lógica,

encontrándose de acuerdo con el concepto de inteligencias que Thorndike mencionó en su

momento, el cual decía que “la habilidad para comprender y dirigir a los hombres y mujeres,

muchachos y muchachas, y actuar sabiamente en las relaciones humanas” (Villa, 2013, p.2).

Dentro de las muchas dinámicas que configuran el ámbito laboral, la inteligencia emocional

es tan importante como necesaria de implementar con el talento humano, por ende, todas las

organizaciones deberían tener como propósito fundamental el potenciar, fortalecer y mejorar las

habilidades emocionales, intra e interpersonales en sus colaboradores, la inteligencia emocional

entonces no solo se convierte en una idea o propuesta transitoria, sino que debe convertirse en un

principio primordial desde el que se desarrollan estrategias enfocadas a la gestión emocional

como una habilidad que permita reflexionar y aprender en torno a la importancia de la


productividad, el trabajo en equipo, la comunicación, la motivación, la satisfacción y el bienestar

en el entorno laboral. La inteligencia emocional puede ser una práctica y un aprendizaje para toda

la vida.

La inteligencia emocional logrará consolidarse como la estrategia principal de

fortalecimiento organizacional en aras de tener un talento humano mucho más efectivo,

productivo y competitivo, a partir de ella se pueden construir estrategias y prácticas que todos los

colaboradores pueden aprender y adquirir para reflexionar en torno a su quehacer, permitiendo

por consiguiente que estos logren retroalimentarse en relación a sus acciones, roles, logros,

fortalezas y debilidades que han tenido como personas que laboran en la organización. Realizar

actividades apoyadas por equipos profesionales de gestión del talento humano contribuye a

mantener y conservar el bienestar laboral.

7 Conclusiones

La identificación, reconocimiento, expresión y manejo de las emociones puede contribuir

a un mejoramiento en la calidad de las relaciones y a la conformación de vínculos relacionales

óptimos, por ende, el estimular y fortalecer la inteligencia emocional propende a mantener un

entorno laboral y un bienestar social funcional y positivo en los colaboradores que desarrollan

esta habilidad.

Las organizaciones poseen actualmente el reto de implementar la inteligencia emocional,

teniendo como objetivos el fortalecer las competencias y conocimientos de los colaboradores en

conceptos de una efectiva gestión emocional, haciendo que dicha mejora se articule con las

actividades y responsabilidades laborales, contribuyendo además a una expresión emocional

óptima, adaptativa y proporcional al contexto, lo anterior hace que transversalmente se faciliten

otras habilidades individuales y sociales enfocadas en el bienestar personal. Toda estrategia de

inteligencia emocional apunta entonces a incentivar el aprendizaje y crecimiento de los

colaboradores en sus procesos laborales existentes, realizando de una forma más eficaz las

acciones laborales que hacen parte de la misión organizacional.

En esta época contemporánea donde se ha intensificado el trabajo y se ha complejizado

con la introducción de la industria y la tecnología, las organizaciones competitivas consideran

importante llevar a cabo un proceso de continua mejora, que contempla el diagnóstico y

valoración inicial, el diseño, ejecución y desarrollo de las actividades en razón de la inteligencia


emocional y cómo esta influye en diversos aspectos claves, los cuales confluyen de forma

constante en las dinámicas laborales, como la comunicación efectiva, el liderazgo, la claridad en

los roles, asertividad y el trabajo en equipo.

Por todo lo anterior, es importante para las organizaciones implementar estrategias para

sensibilizar a los colaboradores en aras de visibilizar los beneficios de la inteligencia emocional,

consolidándose posteriormente como una competencia principal de dinamización en el entorno

laboral, y sirviendo de enlace efectivo de comunicación entre los colaboradores y la organización,

posicionar la inteligencia emocional a través de jornadas de capacitación, entrenamiento,

promoción y acompañamiento permiten el reconocimiento de la gestión emocional en todo el

talento humano que participan en los procesos laborales, logrando corresponder y comprometerse

con sus actividades laborales y estableciendo acciones efectivas y competitivas que aumentan la

productividad y la importancia de la organización.

Esta investigación contribuye al enriquecimiento teórico de la Inteligencia Emocional, el

cual es un concepto que continúa potencializándose en todos los ámbitos de la psicología y las

ciencias sociales, y desde el área organizacional, la inteligencia emocional contribuye a su

aprendizaje, importancia, definición e implementación en las empresas, lo anterior genera

estrategias y metodologías útiles y efectivas que las organizaciones pueden usar de forma práctica

con sus colaboradores frente a situaciones que impliquen situaciones de estrés, intensidad laboral

y eventos inesperados que causen un impacto emocional, lo anterior también permite darle más

importancia al talento humano de una organización, en donde las personas no serán percibidas

como elementos de mero trabajo y producción, sino que se cambia el paradigma para que los

colaboradores sean considerados como un elemento fundamental de una empresa, en el que

también importan aspectos propios de su bienestar y satisfacción laboral. El desarrollo de la

inteligencia emocional desde la psicología organizacional representa un hito y un compromiso

ético y profesional, ya que se logra tener en cuenta el valor humano y social que la psicología

desarrolla con las personas y su interés en la promoción de la salud y la prevención de la

enfermedad mental, con la inteligencia emocional se logra entonces la implementación de una

estrategia que es y será útil en ámbito ocupacional, la inteligencia emocional es en resumen, un

concepto muy importante para las dinámicas y procesos laborales, lo anterior genera un

fortalecimiento tanto teórico como práctico en el que se contribuye a enriquecer la formación del

ser, del hacer y del conocer.


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inteligencia emocional: qué es, para qué sirve y cómo se

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