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Indice Introducción – 2 Dedicatoria – 3 Salvajes de carretera – 5 ¿A qué temen las ardillas? - 8 Inevitable misantropía – 12 La revuelta de las cabañas, un cuento muy real (revista Malpaís #1) - 17 Espejo de autocrítica – 24 La moda verde del progreso (anónimo) – 27 Por la extensión de la guerra social (o nadie es inocente, todxs terroristas) – 31 Ciclismo urbano y género (Traffic Mutants) – 36 Asumidlo, vuestra política es más aburrida que la mierda... (Colectivo Crimethinc) – 41 Recetas Veganas - 49 Poesía – 50 Sonidos de revuelta – 51 Recomiendo leer – 53 Otro hasta otra - 55

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  • Indice

    Introducción – 2Dedicatoria – 3Salvajes de carretera – 5¿A qué temen las ardillas? - 8Inevitable misantropía – 12La revuelta de las cabañas, un cuento muy real (revista

    Malpaís #1) - 17Espejo de autocrítica – 24La moda verde del progreso (anónimo) – 27Por la extensión de la guerra social (o nadie es inocente,

    todxs terroristas) – 31Ciclismo urbano y género (Traffic Mutants) – 36Asumidlo, vuestra política es más aburrida que la mierda...

    (Colectivo Crimethinc) – 41Recetas Veganas - 49Poesía – 50Sonidos de revuelta – 51Recomiendo leer – 53Otro hasta otra - 55

  • Introducción

    Hubo un tiempo en el que todo era distinto. Préstamos,varios coches por familia, comodidades, derroche. Lahistoria había muerto, decían. Los espejismos llenaron elvacío de una realidad descompuesta, y quienes vivieronaquellos años se vieron en la cima. Pero nadie supo parar ylas tensiones que permanecían en cautiverio acabaron porromper la cuerda. Las certezas descarrilaron y saltaron porlos aires, el sueño de la razón creó a sus monstruos y elmundo tembló. Cayeron las torres gemelas, voló Fukushima,ardieron las metrópolis francesas y griegas y aumentaronlos trastornos mentales.

    Hoy la tierra aun es destripada por las máquinas, lxsanimales siguen enjauladxs, el control social avanza y elviejo fascismo, al que todxs dieron por enterrado, regresadel infierno.

    Parece que no hay victoria posible, pero los abrazos, lasmiradas cómplices, los sabotajes y las amistades que nodependen de acuerdos mercantiles aun liberan fantasmas enlas noches de los amos, y no les dejan dormir. Mientras,les niñes perdides de este Nunca Jamás viven, ríen yodian, conspirando y jugando entre tejados y escombros,como lxs gatxs...

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  • Dedicatoria

    Este número se lo dedico a lxs compas del bosque alemánde Hambach, que desde abril de 2012 resisten al avance deuna de las minas a cielo abierto más grandes delcontinente, y con quienes compartí dos meses maravillososque no olvidaré jamás.

    En un lado, la horrible sensación de impotencia, laslágrimas, el vacío inmenso y la rabia que me invadieron laprimera vez que vi ante mí el gran abismo de la mina. Enel otro, las mañanas explorando el bosque, cocinar juntas,los viajecillos en bici al pueblo para reciclar verduras yfruta, las horas currando, aprendiendo a construir y acrear la resistencia con nuestras propias manos, las risasalrededor de la hoguera después de cenar entre sonidos deguitarra, los sueños hechos realidad en cada noche pasadaen vela en lo alto de los árboles, en cabañas yplataformas, contemplando desde la oscuridad ydeleitándome con sus sonidos escondidos, las accionesobstaculizando el avance de la maquinaria... Recuerdos deun bosque encantado del que me enamoré.

    Suenan los latidos de la Tierra y sus gritos ahogados bajotoneladas de arena. Profanan los viejos árboles. Las viejasleyendas talladas en sus surcos se pierden entre el humo deun mundo que muere envuelto en llamas. El cielo ruge, yde los aullidos de un lobo herido en lo más profundo nace

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  • un llamado a la acción. Se retuercen entrañas decompasión, el viento trae consigo canciones de guerra y seorganiza la respuesta entre las ramas.

    Sois lluvia y brisa. Sois el entusiasmo y el cariño que nosabrigaban con su calor en aquellos días fríos de octubre.Sois semillas de libertad en tierra húmeda y fértil, ciervosy cuervos, robles y hayas. Sois la vida en revuelta contraeste infierno de óxido y sus engranajes, que giranencadenando la vida bajo las órdenes de un Diosneurótico...

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  • Salvajes de carretera

    Este texto lo escribí en un cuaderno durante el autostop

    que hice de regreso de Alemania en octubre (2014).

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    La idea de hacer autostop, a priori, asusta, porque noshan educado para vivir alejadxs de lxs demás, para noesperar nada de nadie y para no confiar ni en nuestraspropias posibilidades. Damos por hecho que saldrá mal, yno queremos ni intentarlo. No obstante, tras dar losprimeros pasos más allá de mi zona de confort, descubríuna experiencia que merece la pena vivir. Ahora, aquísentado, entiendo que realmente atrevernos es lo mejorque podemos hacer.

    Acabo de llegar a las afueras de un pueblo a unas pocasdecenas de kms. de Luxemburgo. Una pareja me ha cogidoa las afueras de la ciudad belga de Liege, y me ha traídohasta aquí dejándome junto a la autopista donde es másfácil que te recojan. Son algo más de las 21:30 de lanoche, y tras un rato intentando que me pillasen sin éxito,me decidí a cenar y buscar un sitio donde dormir.

    A escasos metros encontré un prado, al lado de laautopista pero lo suficientemente apartado como paraevitar problemas. Es curioso, el ruído de los coches apenasllega. La hierba está húmeda, pero el saco de dormir

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  • abriga, y necesitaba escribir ésto. Me asaltan ahora mismoun millar de pensamientos. Miro al cielo lleno de estrellas,y no puedo evitar sonreír, y pensar en todo lo que sepierden quienes han decidido vivir cómodamente, sin riesgosni aventura.

    Vivimos acostumbradas a las facilidades que concede eldinero. Nos sentamos en un avión o tren y esperamos aque lleguen. Sin esfuerzos, sin inconvenientes que sortear,simplemente esperar sentadxs junto a la calefacción o elaire acondicionado. Y reconozco que es cómodo, y que aveces no queda más remedio que pagar para llegar atiempo, porque no contamos con un margen tan ampliocomo para esperar a que nos recojan.

    Sin embargo, ¿quién conoce la sensación de satisfacción yfelicidad que te invade cuando llegas a tu destino por fin?

    La gente que conoces, la que te recoge y todas esaspersonas con las que te cruzas en tu viaje, que terecuerdan a algo, sin saber bien a qué. Todos esosmomentos inolvidables ya sea, preferiblemente, al calor debuena compañía o en solitario, y que te hacen reír, llorar,desesperarte. Los calvarios y las mil calamidades quepasarás, y saber que sólo te tienes a ti mismx parasuperarlas y buscar salida. Las lecciones que aprendes,conocerte mejor a ti mismx y a lxs demás. Rebuscar en labasura, encontrar almuerzo para dos días, tener suerte ydisfrutar entre libros y mantas. Mangar un mapa de una

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  • estación de servicio, y antes de salir colarse en el baño(resulta que aquí te cobran hasta por mear) para lavar unpoco la ropa aprovechando el jabón y el agua caliente delos lavabos. Caminar bajo la lluvia, dejando que te empape,buscando un lugar cubierto para dormir. Ir dejandohuellas, pintadas para recordar, como pisadas en unsendero sin trazar. Escribir, dibujar, almacenar recuerdos,emociones y cada batir de alas en un cuaderno,inmortalizando paisajes robados.

    Sentimos la vida ardiendo en nuestros zapatos. Somossalvajes de carretera, viajeras clandestinas, biófilasempedernidas demasiado impetuosas como para pensárnoslodos veces...

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  • ¿A qué le temen las ardillas?Cuentan las ardillas que los humanos no saben medir sutiempo, ni ser felices. Desde algún lugar a las afueras dela urbe, observan la aglomeración de bloques y rascacielosdonde habitan esos seres tan extraños, y exclaman:

    - ¡Qué hartazgo! Toda la vida trabajando sin descanso.Incluso su tiempo libre depende del tiempo de trabajo.¿Cuándo se detienen para disfrutar de lo trabajado, paracompartir reflexiones, mirarse a los ojos, besarse, bailar,hablar?

    Continúan su labor mientras piensan, y entonces, recuerdan,con ciertas lágrimas en sus ojos, las leyendas negras queun día les contaron con voz entrecortada las más mayores.

    Los humanos no las ven, pero las ardillas trabajanduramente para reunir provisiones para el otoño y elinvierno. No es fácil, pues el bosque ya no es lo que eray cada vez cuesta más cubrir el cupo de provisiones. Antesera sencillo encontrar en sus senderos toda clase desemillas y frutos, y las historias de los ancianos dicen quecada anochecer celebraban en sus madrigueras grandesfestines donde degustaban suculentos manjares, bajo uncómodo manto de hojas secas y tierra blanda. Ricas nuecesy avellanas, bellotas y moras cuidadosamente seleccionadas yalmacenadas en su escondite, deleitaban a las roedoras.

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  • Pero un día todo cambió...

    En su siempre alarmado mundo, lxs humanxs avanzan a AltaVelocidad, consumiendo todo a su paso. No hay tregua nilugar para la duda, la Tierra les pertenece y harán lo quesea por devorarla antes de permitir que otrxs laaprovechen. Poco a poco, fueron tragándose todo. Primerola montaña, luego el valle, luego los prados de más allá...Un día, llegaron al bosque.

    Lxs humanxs rodearon la madriguera con sirenas y sonidosde motores, y desahuciaron a tantas criaturas que todxstardaron mucho en atreverse a hablar de ello. El ruidoatronador de las maquinarias ensordecía y confundía a lasaves, mientras grandes perforadoras y sierras iniciaban elholocausto, sin preocuparse de a cuántxs animales o árbolesmilenarios pillasen de por medio.

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  • En medio de la vorágine, mientras saltaba y corría por suvida, una ardilla traumatizada alcanzó a oír los gritos delcapataz humano:

    - ¡Es necesario alimentar la industria! Nuestra economíanecesita urgentemente inyecciones de beneficio o laempresa se irá a pique y todos ustedes perderán suempleo.

    Cuando lxs supervivientes lograron reagruparse, se curaronlas heridas y decidieron salir en busca de una nuevavivienda. A duras penas pudieron reconstruir los escombros,y aun hoy, después de tantos años, todavía continúantratando de recuperar lo que perdieron aquella noche.

    Los mejores frutales fueron talados. La tierra se secó yperdió su embrujo. Dejó de haber comida, y los arbustosya no crecían. Muchxs habitantes del bosque murieron.Aquellas bestias despiadadas con sus gigantes de aceroinoxidable no dejaron nada, salvo vías de tren y unrestaurante, que, como no podía ser de otra manera, esde comida rápida.

    Recordad que todo ha de ser veloz en este mejor de losmundos posibles que lxs humanxs construyen, la prisa esrentable, es preciso optimizar recursos, no puedendistraerse de su imprescindible labor. Hay que intensificarla producción, maximizar los beneficios, empaquetar el vacíoporque su bienestar y su alegría ya no dependen de una

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  • madriguera llena de alimentos, cobijo cálido y seguridaddonde rodearse de cariño mientras sacian sus estómagoscon risas y delicias en las noches heladas, sino de poderescoger entre cientos de cosas que no necesitan, pero porlas cuales sacrifican sus vidas entre fábricas apestosas,oficinas estresantes o supermercados.

    Mientras recuerdan con tristeza, piensan y contemplantamaño absurdo, otra ardilla comenta con voz lacónica:

    - Se hace tarde, ¿no deberíamos volver al trabajo?

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  • Inevitable Misantropía

    “Entre lamentos encuentro hoy el significado del respeto a lavida”

    – Sed de Venganza, de la banda de crust Ictus

    El otro día, un amigo y yo tuvimos un debate que no acabómuy bien, y que empezó porque yo reconocí que la muertede cualquier animal no-humanx me parece mucho más tristey relevante que una muerte humana. Él señalaba que yo eraun misántropo, y que no podía generalizar de esa manera.Tiene razón, no debería generalizar así, pero yo, paraaclarar algunas cosas, me decidí a escribir ésto.

    En primer lugar, no, no odio a todxs lxs humanxs. Seríaabsurdo, yo también soy humano y por lo tanto tanresponsable de este desastre como otrxs muchxs, quetuvieron la desgracia de nacer en un sistema industrial,capitalista, democrático, cisnormativo, heteropatriarcal,especista y adultista donde todxs somos forzadxs a encajary a contribuir a que la infecta maquinaria siga funcionando,llenando de ruído, humo y escombros el planeta. De todosmodos, sí desprecio a lxs indiferentes, a esa masa egoístaque no sólo no se rebela, sino que destruye los esfuerzosde quienes no quieren seguir aguantando este mundo. Nohabéis escogido nacer en este mundo, en esta época, nigozar de los privilegios que tenéis respecto a lxs individuxs

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  • de otras especies, pero vosotrxs decidís diariamente noluchar contra ello, y no hacer nada por cambiarlo aunque,en realidad, todxs podríamos hacer más de lo que hacemos,y sin embargo aquí estamos.

    Por eso, aun sabiendo que yo formo parte de esa especiehumana que critico, no puedo evitar sentir más empatíahacia lxs animales no-humanxs dado que son las víctimas delas mayores atrocidades provocadas por nuestra especie, ysin embargo, a diferencia de nosotrxs, ellxs sí que no son

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  • responsables de ninguna de ellas. Nuestras inundaciones,nuestros incendios forestales (provocados o no), nuestrastalas, nuestros monocultivos de OMG, nuestras vías de AltaVelocidad, nuestras líneas de alta tensión, nuestrosvertederos, nuestro urbanismo compulsivo, nuestros vertidosal mar y a los ríos, nuestros accidentes nucleares, decoche, de avión, de tren, nuestros atropellos, nuestrasguerras o el aire irrespirable de nuestras ciudades. Todolo soportan. Son enjauladxs, violadxs, disparadxs,torturadxs, mutiladxs, trastornadxs, separadxs de susfamilias al nacer, hacinadxs, explotadxs y asesinadxs sin quea (casi) nadie le importe su suerte, convertidxs enmercancías vivas, en recursos de larga duración, en carne,en leche, en huevos, en objetos de experimentación, enropa, en payasxs de circo o en atracciones de feria, encifras, en jodidas cifras...

    Y me pedís que empatice más con lxs humanxs porque son“mi especie”, una casualidad al fin y al cabo, que aunquecrea un vínculo con mis congéneres sin duda ligado a unfactor genético, no es en absoluto motivo suficiente paraesto... Pues lo siento pero ni puedo ni quiero hacerlo.

    Incluso a aquellxs a lxs que aprecio y quiero un montón, osdiré algo, y quienes me conozcáis entenderéis a qué merefiero y no os tomaréis a mal estas palabras: Ningún serhumano puede hacerme sentir lo que siento con ellxs, conun cerdo en un santuario, una perra, un gato, o cualquieranimal salvaje, capaz de alegrarme el día con tan sólo

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  • aparecer correteando o sobrevolando para volver adesaparecer entre los arbustos, los árboles y la maleza,mientras doy un paseo por el monte.

    Ningún ser humano puede sacarme esa sonrisa, ni hacermesentir ese cariño desinteresado. No es misantropía. O sí, loes, pero también es cariño, respeto y lealtad.

    Hallo más comprensión en las gatas que viven con mi abuelaque en la mayoría de personas que me rodean, porejemplo. Basta una mirada, un lametón en el momentoexacto, sus ronroneos, para que todas las fuerzasregresen, y para entender que todo merece la pena, quela lucha es necesaria, que los sentimientos que ardendentro de nuestros corazones llaman a la batalla pornuestrxs muertxs, pero también por lxs suyxs, por cadaanimal que muere sin necesidad, y cuya caída no tiene nadaque ver con ese combate ancestral entre criaturas llamadoSupervivencia, sino con el ego henchido de una especieteñida de muerte. Ésto no significa que desprecie a todxslxs humanxs por igual, ni que me desentienda de losproblemas humanos. Hay muchas personas para las cualestambién es injusto ese rechazo y la explotación que sufren,porque ni siquiera son conscientes del daño que hacen, ycomo lxs animales no-humanxs, merecen comprensión yayuda.

    No obstante, he visto a perrxs maltratadxs por suscompañerxs humanxs escaparse de las protectoras que les

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  • alejaron de sus “dueños” y volver al lado de esxsbastardxs, buscando cabizbajxs y con las orejas gachas unasegunda oportunidad porque no pueden entender que noson ellxs lxs que se han equivocado. He visto a animalesno-humanxs salvar vidas humanas jugándose la suya propia,y no recibir nada a cambio, ni siquiera reconocimiento, ounas galletitas y dos caricias como mucho. He visto acamiones de transporte de animales chocar o volcar, y queel único muerto del que se habla en las puñeteras noticiassea el miserable del conductor que transportaba criaturasvivas, como si todas las vidas que iban encerradas con élno importasen una mierda o no tuviesen valor. He vistomuchas cosas, y apenas veo a humanxs preocuparserealmente por estas cuestiones y hacer algo al respecto.Así que no me digáis que debo empatizar más con miespecie. Lo haré cuando se lo merezca...

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  • La revuelta de las cabañas- un cuento muy real -

    (extraído del número 1 de la revista Malpaís)

    Hace algún tiempo, en un colegio de las afueras de Madrid,ocurrió un suceso del que nos gustaría hablarles. Duranteunas semanas, mientras duraron las obras en el lugardestinado al recreo habitual, las niñas y los niños seapropiaron de una parte del patio alejada y salvaje, llenade arena, charcos, árboles, arbustos y, claro está, almargen de los espacios diseñados por lxs adultxs parapoder controlar sus juegos. En ese terreno aparentementelibre comenzaron a surgir lugares creados por lxs propixsniñxs. Era un territorio de cabañas, guerras e intercambios,que desafiaba con nuevos dilemas a la autoridad escolar.

    La cabaña del árbol

    Nueve niñas tomaron el árbol más grande, robusto yfrondoso del nuevo territorio y a partir del mismoempezaron a construir la primera de las cabañas. Usaron,para armarla, cuerdas que ataron a las ramas del árbol ypalos clavados en el suelo, y plásticos y cartones paratecharla. Tenía una ventanita corredera y dos puertas deplástico, una delante y otra detrás, a las que llamaban “lacara” y “el culo”. El muro posterior les servía de tobogány, además, se fabricaron un columpio. Desde fuera,

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  • resultaba prácticamente imposible descubrir lo que ocurríadentro.

    En su interior, una tabla grande de madera, obsequio delos obreros, les servía de “mesa de merendola”. En unadespensa hecha de tablas y piedras guardaban susproyectiles de pinchos, varios palos y una pluma, “signo depaz” y “bueno, de cachondeo, más bien”. Uno de los palosera decorativo, el “palo bonito”. El resto eran “palosbazooka” y “ametralladoras”. Como era época de lluvias, lasniñas también también habían construído un “sitio anti-inundaciones” a base de grandes piedras colocadas juntas.Por último, había algo difícil de definir, y que ellasllamaban la “alarma de incendios que no furrula”.

    Las niñas que habitaban esta cabaña eran temidas en losterritorios vecinos por su fama de guerreras y su unidadinexpugnable, bajo la contraseña “las nueve en la cabaña”.Se habían adueñado de gran parte de los alrededores, y elespacio en torno a la cabaña era su patio particular, dondepracticaban el “bulldog”, el “pilla-pilla” y el “chinchar a loschicos”, pero sobre todo, “robaban y recuperaban lorobado”.

    Así pasaban los días en la cabaña de las niñas hasta que unfatídico suceso lo cambió todo. Aprovechando sibilinamentelas vacaciones de navidad, la autoridad escolar ordenó talarel árbol y desmontar la cabaña. De vuelta a clase, un niñode otra cabaña que merodeaba por los alrededores, al ver

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  • los materiales esparcidos por el terreno, exclamó “¡han rotola cabaña de las niñas, vamos a robar!”.

    Las niñas se enojaron y protestaron mucho, lloraban derabia, y un ánimo de venganza se apoderó de ellas.Acusaron al colegio ante los demás clanes, sacaron fotos yamenazaron con denunciarlo. Pero nada de ésto sirvió. Lacabaña de las niñas fue así mismo saqueada, y sólo algunosniños más pequeños se aventuraron a cruzar y dejar algunahuella en forma de tabla-balancín. “Para qué vamos aconstruir si nos las vais a destruir de nuevo”, preguntabanlas niñas a la autoridad escolar. Y concluyeron, “¡bah!, seha pasado la moda de hacer cabañas”.

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  • Una guerra entre cabañas

    Tiempo atrás, durante las semanas en las que lxs niñxshabitaban sus cabañas, la amenaza permanente de guerrashacía que la vida diaria tuviera un aspecto caótico; una yotra vez las rupturas y las alianzas se sucedían.

    El “club de afiladores de palos” trabajaba a un ritmofrenético. El único sonido que se escuchaba era el de laspiedras golpeando las puntas de las lanzas, apoyadas en ungran bloque de piedra gris. Al lado de un columpio, elarsenal de bolas de pinchos estaba repleto y los niños semovían inquietos de un lado a otro del perímetro. La“cabaña barricada” mostraba una gran agitación. Días antes,un emisario de una cabaña vecina de niños mayores les habíaamenazado: “tenéis muchos palos, os los vamos a robar”.Además, los espías habían informado de la construcción deuna canoa, por lo que se estaba a la espera de lainminente llegada del enemigo. La guerra de pinchos estabaa punto de explotar...

    Tras una cruenta batalla, la cabaña del club de afiladoresquedó totalmente destruida. Cuando la noticia llegó a oídosde las niñas, en el territorio del árbol se armó un granrevuelo. Reunidas “las nueve en la cabaña”, decidieron queéste ataque a sus aliados no podía quedar sin respuesta...

    “Ayúdame a ir a por palos, gilipollas... deja de ligar y vena trabajar” le recriminaba un niño a otro. Los afiladores

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  • trataban de reconstruir entre las ruínas los materialesdispersos, otros iban amontonando palos, plásticos, cuerdas,cinturones de judo, toallas, tablas, piedras y trapos, paradarle forma a su nueva cabaña. De repente, se presentóen el lugar un orondo y satisfecho “comerciante”, quien lesofreció revenderles material robado a cambio de sus bolasde pinchos. Tras una dura negociación, rechazaron lapropuesta y decidieron conservar todos los proyectiles,porque las iban a necesitar. Sabían que otra guerra estabaa punto de comenzar...

    Los dilemas de la autoridad: el fin de una civilización

    En los lejanos y fríos despachos de las autoridadesescolares, se discutía cómo arbordar el “problema” de lascabañas. Si algunxs docentes opinaban que el “juego”favorecía la creatividad y las relaciones entre lxs niñxs,otrxs opinaban que generaba múltiples riesgos de seguridade higiene. Sin embargo, todxs terminaron coincidiendo en lanecesidad de regular y controlar a lxs niñxs. Algo teníanque hacer para justificar la existencia de su autoridad. Nopodía ser que por sí solxs lxs niñxs construyeran yhabitaran sus propios mundos. Y decidieron crear unas“reglas del juego”, que en la práctica no eran otra cosamás que crueles prohibiciones.

    No se podían utilizar piedras, ni palos afilados, ni hierros,tampoco se podía construir en la zona más alejada delpatio, y menos aun en aquella donde había un enorme

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  • agujero en la valla, y que lindaba con otra zona de obras.Incluso se llegó a prohibir que los obreros pudieranentregar materiales a los niños... pero sobre todo, nadade fuego. Y no contentos con esto, fueron añadiendootras normas, para regular los modos, los tiempos, y loslugares de construcción, así como los derechos depropiedad sobre los palos y los materiales. Tal escalada derepresión reguladora llegó a su cénit cuando la dirección,bajo la excusa de una rutinaria poda, ordenó la tala delenorme y frondoso árbol de las niñas, desmantelando sucabaña.

    Lxs niñxs fueron perdiendo así el control sobre su mundode cabañas, guerras, robos y fugaces desplazamientos. Lasreglas habían convertido ese mundo en un juego previsible,pautado y aburrido, al que ya no pertenecían y que fuerondejando de lado. Los únicos que todavía intentabanconstruir cabañas eran lxs más pequeñxs. Ajenxs yensimismadxs, las hacían incluso para sus muñecos.

    Fue en esta época de decadencia cuando irrumpieron lashordas de lxs “bárbarxs”: niñxs mayores que hasta entoncesno habían pisado los territorios de las cabañas. Armados depalos, gritaban y gesticulaban, mientras atacaban, robaban ydestruían las pocas que iban quedando. Algunxs niñxs delos antiguos clanes de las cabañas, cansadxs del control quepesaba sobre ellxs, se fueron sumando a la destrucción y elsaqueo. Las monitoras intervenían exigiendo respetar losderechos de propiedad y las normas impuestas por el

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  • colegio. Pero lxs “bárbarxs” rápidamente simulaban estarconstruyendo una cabaña, colocando palos y ramas de formadesordenada para, cuando la monitora se alejara, continuarsu cruzada de destrucción con gritos y palos...

    Finalizadas las obras en el colegio y tras recoger la últimade las herramientas, un obrero miró hacia el lejano patiode arena. Sin una triste cabaña a la vista, su mirada sóloalcanzaba niñxs jugando al fútbol, las muñecas o lasgameboys. “Parece el fin de una civilización”, exclamó parasí. No obstante, a su espalda, nueve niñas no estabanjugando a nada de nada...

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  • Espejo de autocrítica

    En lo personal, como casi todo el mundo, supongo, pasépor varias etapas. Tuve algunas en las que me perdía unapersonalidad ingenua. Creía ciegamente en el buen fondode todas las personas, y en la posibilidad de que con eldiálogo paciente y un gran esfuerzo por parte de todxspudiésemos llegar a acuerdos, a través de los cuales dejasede ser necesario imponerle a otrxs nuestra voluntad,aunque esa voluntad consistiese únicamente en poner fin acualquier opresión. Hasta la policía me daba lástima, porquepensaba que eran simples personas equivocadas, con unavida tan miserable y triste que sólo podían ver el mundode color gris. Creía que podían cambiar, que podíamosllegar a su corazón.

    Fue a base de golpes, decepciones y puñetazos de realidaden la boca del estómago, como entendí que, por desgracia,el mundo real no es como en los cuentos y que los finalesfelices, normalmente, no existen. Entendí que no podíamosllegar al corazón de la policía (la mayoría no tienen), ni detodxs aquellxs que viven oprimiendo y haciendo daño a lesdemás. Comprendí que estamos en medio de una guerrainvisible que oculta tras los titulares y los espectáculos dela televisión, se lleva a diario millones de vidas, y que enesa guerra, como decía Gilles Deleuze en su post-scriptumsobre las sociedades de control, “no hay lugar para nuevosmiedos o esperanzas; sólo cabe buscar nuevas armas”.

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  • Empecé a odiar profundamente a todxs aquellxs a lxs quepercibía como responsables de crear, administrar yaprovecharse de este vomitivo sistema. Me odiaba a mímismo por ser parte de todo eso. Odiaba a todxs lxsindiferentes sin excepción, a quienes se dejaban llevar porla comodidad y sus anestésicos para la conciencia. Odiémuchísimo, durante años. Odié tanto que se me olvidócomprender, se me olvidó cómo ponerme en la piel deotrxs. Odié tanto que dejé de creer en revoluciones, ysólo quería vengarme contra un presente insoportable, cruele injusto. Ese odio me llevó a hacer daño, y a disfrutarcon ello, tanto cuando dañaba las estructuras, medios yrepresentantes de todas esas instituciones y valores quedetestaba, como cuando me enfrentaba a seres queridos oa personas con buena intención a las que confundía con misenemigxs. Me distancié de familiares, me peleé con amigxs,y pasé mucho tiempo encerrado en mí mismo. Aquello meenseñó unas cuantas lecciones.

    Ahora podría decirse que soy un producto de esas dospolaridades, y de todo lo que significaron. Antaño teníamuchas expectativas y energías que ahora se han ido. Ya noestán ahí, ya no me arropan cuando en mi interior hacefrío, ni me hacen vivir el día a día con ganas y optimismo.Estuve mucho tiempo sintiendo que me rompía en pedazos,sin apenas iniciativa. Vi a “compañerxs” y “amigxs” enquienes confiaba traicionarme. Dejé de creer incluso en lapropia lucha de la que había decidido formar parte paraintentar librarme de este presente monstruoso. Yo mismo

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  • decepcioné a muchas personas, cometí errores, tuveactitudes detestables, y no supe aceptar ciertas críticascomo debería. Descubrí al enemigo en mí, alcisheteropatriarcado, al especismo, al etnocentrismo, y medieron arcadas. Acepté que las ideas que creíainteriorizadas no estaban tan asumidas como creía y que yotambién podía ser el Sistema que combatía. Comprobé quelos caminos de la emancipación también llevaban, confrecuencia, a la dominación y parecía no haber salida. Noobstante, ésto también me enseñó que rendirse no es unaopción, que lo simple, lo rápido y cómodo esdesilusionarse, pensar que nada merece la pena para acabarsiendo otro esclavo resignado. Lo difícil es armarse sobrelos escombros, renacer de nuestras propias cenizas todavez que fallamos, y aprender de cada error y tropiezo,saber escoger las afinidades y volver a tomar el vuelocomo una bandada, a lo largo de todas las alturas.

    Matar al ego, saltar las vallas, seguir corriendo...

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  • La moda verde del progreso...

    El siguiente texto lo recibí hace unos años en el correoelectrónico. La razón para difundirlo ahora aquí essimplemente tratar de desmitificar un poco el llamado“progreso”, con ciertos toques de ironía y humor.

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    En la fila del supermercado, el cajero le dice a una señoramayor que debería traer su propia bolsa dado que lasbolsas de plástico no son buenas para el medio ambiente.

    La señora pide disculpas y explica: "Es que en mis tiemposno había esta moda verde".

    El empleado le contesta: "Esto ahora es problema nuestrodado que su generación no tuvo cuidado suficiente enconservar el medio ambiente".

    El empleado tiene razón. No había esta moda verde ennuestra generación.

    Las botellas de leche, las de gaseosa y las de vino o lasde cerveza eran devueltas a la tienda que las enviaba denuevo a la fábrica donde eran lavadas y esterilizadas antesde llenarlas de nuevo de tal manera que se podían usar lasmismas botellas una y otra vez. Así, realmente las

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  • reciclaban.

    Pero tiene razón. No teníamos esta moda verde ennuestros tiempos.

    Subíamos las escaleras porque no había escaleras mecánicasen cada comercio u oficina. Íbamos andando a las tiendasen lugar de ir en coches de 300 caballos de potencia cadavez que necesitábamos recorrer 200 metros.

    Pero tiene usted toda la razón. No teníamos esa modaverde en nuestros días.

    Por aquel entonces lavábamos los pañales de lxs bebésporque no los había desechables. Secábamos la ropa entendederos, no en secadoras que funcionan con 220voltios. La energía solar y eólica secaba de verdad nuestraropa. Lxs niñxs pequeñxs usaban la ropa de los hermanos ylas hermanas mayores y no modelitos nuevosconstantemente.

    Pero estás en lo cierto. No teníamos esa moda verde ennuestros días.

    De aquella teníamos un televisor o una radio en toda lacasa y no un televisor en cada habitación. Y, cuando había,la TV tenía una pantallita del tamaño de un paño, no unapantallaza del tamaño de un estadio de fútbol. En lacocina, molíamos y batíamos a mano, no había máquinas

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  • eléctricas que lo hiciesen por nosotrxs.

    Cuando empaquetábamos algo frágil para enviarlo porcorreo usábamos periódicos viejos arrugados paraprotegerlo y no cartones prefabricados o bolitas deplástico.

    En aquellos tiempos no arrancábamos un motor yquemábamos gasolina sólo para cortar el césped; usábamosuna podadora que funcionaba a músculo.

    Hacíamos ejercicio trabajando así que no necesitábamos ir algimnasio para correr sobre cintas mecánicas que funcionancon electricidad.

    Pero claro que está usted en lo cierto. No había enaquellos tiempos una moda verde.

    Bebíamos del grifo cuando teníamos sed en lugar de usarvasitos o botellas de plástico cada vez que teníamosnecesidad de agua.

    Recargábamos las estilográficas con tinta en lugar decomprar una nueva y cambiábamos las cuchillas de afeitar enlugar de tirar a la basura toda máquina afeitadora sóloporque la hoja ha perdido su filo.

    Pero eso sí, no teníamos esa moda verde por entonces.

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  • En aquellos tiempos la gente tomaba el tranvía o el autobúsy lxs chavales y chavalas iban en sus bicis al colegio oandando en vez de usar a su papá y su mamá como taxistaa su servicio las 24 horas.

    Teníamos un enchufe en cada habitación y no una regletade enchufes para alimentar una docena de artefactos.

    Y no necesitábamos un aparato electrónico para recibirseñales desde satélites situados a miles de kilómetros dedistancia en el espacio para encontrar la pizzería máspróxima.

    Así que me parece lógico que la actual generación se quejea menudo de lo irresponsables que eramos los viejos y lasviejas por no tener esta maravillosa moda verde ennuestros tiempos.

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  • Por la extensión de la guerra social(o nadie es inocente, todxs terroristas)

    El siguiente texto fue escrito por una individualidadanarquista afín. Ahora, estx compañerx me planteó incluírloen el fanzine, bajo el pseudónimo B. Castrón, yconsiderando que conserva toda su vigencia, os lo dejo acontinuación.

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    En este momento de reajuste del Capital y contexto de“crisis” para millones de personas, la subsistencia de estesistema y sus engranajes depende de la puesta en escenade nuevos contrincantes, ya sean reales, falsos osobredimensionados. Como consecuencia de todo esto lasluchas y movimientos anticapitalistas se encuentran envueltosen una auténtica cacería inquisitorial contra todo proyecto,tejido social o expresión de solidaridad que represente unalógica de ruptura con el sistema y sus condiciones deexistencia.

    Es evidente que el aparato estatal está intensificando yextendiendo la represión al tiempo que busca una “pazsocial” con la caridad como parche para el desmantelamientodel “Estado de bienestar” Este marco de actuacion deja másque patente la imprescindible relación Estado-Capital parael mantenimiento del sistema. La reforma del Código Penal,

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  • la “Ley de seguridad ciudadana”, el endurecimiento delmarco de sanciones ya existentes, la ampliación de losmárgenes represivos y la inversión en nuevo armamento ymétodos de control social suponen una pesada losa. Laprisión, la dispersión y el aislamiento son hoy la constanteamenaza del castigo para lxs rebeldes antagonistas queestán sufriendo multiples procesos represivos fuertementepromocionados por los medios de intoxicación informativa.Para justificar su falso cielo necesitan crear un infiernolleno de alimañas que representen una amenaza constantepara la “seguridad”. Con todo, no es bueno caer en elvictimismo, asumimos y somos conscientes de que vivimos enun contexto de guerra social que pretendemos intensificar.Los desbordes sociales espontáneos o las acciones ofensivasson el verdadero motor de la revuelta, es la propiarevuelta expresándose en sí misma. No atendemos a lalógica culpable-inocente que plantea la justicia de estesistema, porque nuestra lógica dicta que este sistema no esjusto y nos somete a una violencia cotidiana que se expresaen todas sus formas sociales y económicas, una violenciaque tiene que ser respondida. ¿Cuántxs compañerxsmuertxs, presxs y hundidxs en la miseria?, lxs ricxs cadavez más ricxs y lxs pobres cada vez más presxs.

    La creación de unas condiciones de existencia genuínas,pasa por la completa destrucción de este sistema y susrelaciones de poder. Pero nosotrxs no vamos cargadxssolamente de una fuerte proyectualidad destructiva, ysabemos que “la creatividad es la cosa mejor repartida del

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  • mundo” (Raoul Vaneigem). Confiamos también en nuestrasenergías y ansias de construir nuevas realidades sociales ynos encontramos en el rechazo total de nuestrascondiciones de existencia. Esto supone el punto de partidade cualquier contestación y entendimiento con el conjuntode lxs explotadxs, otra oportunidad que se nos presenta alxs antiautoritarixs y que no debemos dejar pasar.

    Estos momentos requieren de una determinacióncontundente, un salto cualitativo en los métodos depropaganda y acción directa. El enésimo intento derecuperar las calles, como espacio de encuentro debetrascender, y de esta vez no puede pasar por unas cuantasacampadas más o menos espectaculares, viejas y rancias

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  • organizaciones de síntesis totalitarias y ancladas en elasistencialismo, o por centros de poder por muy popularque este sea. Porque el encuentro entre las distintasópticas antagonistas debe partir de la espontaneidad y serpersistente y realmente horizontal o no será nada. Es unacuestión vital, encontrar los mecanismos que permitan a lxsexplotadxs radicalizarse y emprender senderosrevolucionarios. Marcar e intensificar nuestros propiosritmos de lucha debe ser prioritario, porque la “rueda” dela represión no deja de girar y las oportunidadesinsurreccionales no se calculan en los censos.

    Deberíamos fomentar una relación continua que nos permitala contundencia e inmediatez necesarias para desarrollarnuestra acción, autogestionar nuestra seguridad y respondera la represión.

    Estamos viviendo un reflujo de la movilización popularsurgida hace pocos años en el Estado español, pero, estavez, la movilización parece contener una fuerte carga dehostilidad antagonista que puede detonarse en cualquiermomento. En este sentido, todas las expresiones popularesque pretenden trascender las fracasadas estrategiasciudadanistas de conciliación y protesta cívica, están siendofuertemente reprimidas, con todo, también están resultandocontagiosas y recuperando la calle como espacio deencuentro de una manera mucho menos ingenua que lainaugurada por el 15-M y sucedáneos varios. Por eso seestá presentando una oportunidad que debería tomarse con

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  • la seriedad que implica un posible crecimiento cuantitativo ycualitativo de las perspectivas insurreccionales. La crítica,violenta si es necesario, contra lxs recuperadorxs, sectasconfusionistas, izquierdosas y apagafuegos, es uncomplemento imprescindible para el desarrollo de nuestrosproyectos. El incremento de la tensión insurreccional, ytambién la construcción de realidades autogestionariastienen el terreno abonado para extenderse y deben confluirde una vez por todas con los múltiples conflictos socialeslatentes en una lucha de carácter antiautoritario, porque larevuelta será antiautoritaria o no será nada… Es el momentode recuperar las calles y de conspirar por el fin de lasrelaciones de poder, no de reunirse en torno a efeméridesmás o menos prescindibles.

    Guerra social contra el Estado y sus falsxs oponentes. B. Castrón

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  • Ciclismo urbano y género(tomado del blog del colectivo Trafic Mutants)

    Tan evidente es que las ciudades están hechas para loscoches como que la bicicleta y el ciclismo son cosa dehombres. Cuando hablamos de bicicleta y ciclismo no nosreferimos a los paseos románticos un domingo por la tardea la orilla del rio, o a la bicicletada que organiza laAguirre contra el cáncer de mama y a favor de sus votos,no; nos referimos al hecho de usar la bicicleta como mediode transporte, como forma de vida.

    La movilidad y las políticas urbanísticas están pensadas pory para un tipo de sujeto, que se corresponde con el perfilde persona blanco heterosexual, con valores masculinos, denivel socioeconómico medio-alto que usa el coche comomedio de transporte. Las ciudades están organizadas parafacilitar sus actividades y satisfacer sus necesidades,ignorando a otros grupos sociales y a otro tipo deidentidades y poniendo en valor la fuerza bruta, lacompetencia o lo viril. Los espacios no están diseñadospara la comunicación directa, la relajación colectiva o lacreación mutua...

    Y, ¿qué es lo más incómodo en una ciudad de avenidasanchas, millones de coches, gente estresada y ambientealtamente contaminado? Una bicicleta ralentizando el

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  • tráfico.

    Desde este punto de vista pedalear desde eltransfeminismo por las calzadas de nuestra ciudad seconvierte en un ataque al sistema capitalista,cisheteropatriarcal y machista que fomenta ciudadesviolentas e individualistas, dando prioridad a la rapidez delcochista, a lo inmediato, y generando ciudades pocohabitables y deshumanizadas, con altísimos niveles decontaminación.

    Mujeres, trans, bolleras… (ciclistas y viandantes), somosquienes sufrimos diariamente sus malos humos desde nuestraposición en el espacio urbanístico, que es de vulnerabilidade inseguridad. Estas situaciones son propias de una visiónegoista, única, en donde los cochistas sienten las callesexclusivas para ellos.

    Cuando hablamos de los tentáculos del cisheteropatriarcadoy sus diversas y variadas violencias, ésta es otra de ellas:el uso que hacen los maromos del coche, de cómo conducenpor las ciudades, sin pensar en nada más que en sí mismosy con sus malos humos.

    Somos percibidxs en las calles como lentxs, un estorbo,locxs ¡no deberíamos estar allí! Al fin y al cabo las callesno se han pensado para nosotrans, y esto se acrecenta aúnmás para las identidades no hegemónicas.

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  • Desde esta situación cotidiana en vez de sentirnos pequeñxsy vulnerables, nos empoderamos, nuestros cuerpos seendurecen y las piernas dejan de pesar, nos habituamos altráfico y... ¡el miedo ya no está! ¡Oh yeah!

    Es así que con el tiempo nos hacemos conscientes de queno somos noso-trans quienes vamos lentxs, son los cochesque son vehículos lentos “Que se metan a la derecha, quenos dejen adelantar”, porque son ellos los que estorban.

    Con el tiempo nos percatamos del poco espacio quenecesitamos y de cuántas más cosas podrían caber ennuestras ciudades si nuestro espacio público no estuvieratomado por el tráfico motorizado.

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  • Desde nuestro colectivo trabajamos el sentirnos cada diamás empoderadas arriba de nuestras baikas y en las calles.Nos hacemos cada día un poco más fuertes, convencidas yseguras. Miramos la ciudad con otros ojos, más prácticos,porque esto tambien nos lo enseña la bicicleta: solucionesprácticas y sencillas, al alcance de todxs.

    Con esto, es justo que nos tomemos nuestro tiempo parallegar a donde vamos, que decidamos movernos sincontaminar, al ritmo que nuestros cuerpos nos permiten yque nos dé la gana. Por eso lo hacemos.

    Sin embargo, y por desgracia, no sólo tenemos que lucharcontra la ciudad y el poder de los cochistas, sino contraun sistema llamado Patriarcado, en el que se establecenrelaciones de poder, de opresión y de violencia en muydiferentes formas.

    En nuestro caso, Don Poder pone las calles, nosotransconstruimos y defendemos nuestro derecho a usarlas comoqueramos con la bici como herramienta, y si no puede sacarbeneficio de nuestra necesidad de ir de un sitio a otro,ese es su problema, no el nuestro ni el de nuestras baikas.Y es así como la bici se convierte en una herramienta deliberación de un sistema capitalista y patriarcal.

    El mundo de la bici nos ofrece una solución: este vehículonos ayuda a ser libres e independientes en nuestrosmovimientos, a poner nuestro cuerpo a punto, a ser

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  • críticas con la configuración de nuestro entorno y es porello que nos da también claves para enfrentarnos anuestros opresores.

    La bici es una de las mejores herramientas deempoderamiento que podemos tener entre nuestras piernas.Señoras, niñas, trans, lesbianas, vayamos en bici para ir másrápido y más felices, pero también para conquistar nuestrolugar en un mundo donde impera lo masculino.

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  • Asumidlo, vuestra política es más aburrida quela mierda... (tomado del fanzine Heraldo)

    Asumidlo, vuestra “política” es más aburrida que la mierda.Sabéis que es verdad. De otra forma, ¿por qué todo elmundo reacciona con tedio cuando pronunciáis la palabra?,¿por qué la asistencia a vuestros grupos de debate deteoría anarcocomunista ha caído hasta el mínimo?, ¿por quéel proletariado oprimido no entra en razón y se une envuestra lucha por la emancipación mundial?

    Puede que, tras años luchando para educarles sobre sucondición de víctimas, hayáis llegado a culparles de suposición. Será que quieren ser pisadxs por el capitalismo yel imperialismo, de otra forma, ¿por qué no muestraninterés en vuestras causas políticas?, ¿por qué no se hanunido a vosotrxs aún encadenándose a muebles de maderade caoba, gritando lemas en protestas cuidadosamenteplanificadas y orquestadas y frecuentando libreríasanarquistas?, ¿por qué no se han sentado a aprender laterminología necesaria para comprender genuinamente lacomplejidad de la teoría económica marxista?

    Lo cierto es que, para ellxs, vuestra política es aburridaporque realmente es irrelevante. Saben que vuestrosanticuados estilos de protesta –vuestras manifestaciones,vuestros carteles y concentraciones- no tienen ninguna

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  • capacidad de provocar un cambio real en estos momentosporque se han convertido en una predecible parte delstatus-quo. Saben que vuestra jerga post-marxista esincomprensible porque realmente es un lenguaje para merasdisputas académicas, no un arma capaz de socavar sistemasde control. Saben que las luchas internas y escisiones envuestros grupos y las peleas infinitas sobre teorías efímerasnunca podrán producir ningún cambio real en el mundo queexperimentan día a día. Saben que da igual quién esté enel cargo, qué leyes estén en los libros, bajo que “-ismos”marchen lxs intelectuales. Sus vidas seguirán igual. Ellxs-nosotrxs- saben que nuestro aburrimiento es la prueba deque esta “política” no es la clave para ningunatransformación real de la vida. ¡Ya tenemos aburrimientosuficiente en nuestra vida!

    Y tú también lo sabes. ¿Para cuántos de vosotrxs lapolítica es una responsabilidad? Algo en lo que teinvolucras porque sientes que debes, cuando en tu corazóno en el resto de corazones hay un millón de cosas quepreferirías hacer. Vuestro trabajo voluntario, ¿es vuestropasatiempo favorito o lo hacéis porque lo véis como unaobligación?, ¿por qué creéis que es tan difícil motivar a lxsotrxs a que trabajen voluntariamente como lo hacéisvosotrxs?, ¿será porque, por encima de todo, unsentimiento de culpa es lo que os lleva a asumir vuestro“deber” de estar activxs políticamente? Puede que lepongáis un poco de pimienta a vuestro “trabajo” intentando

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  • (de forma consciente o no) tener problemas con laautoridad, ser arrestadxs; no porque vayáis a tener unautilidad práctica para vuestra causa, sino porque hace lascosas más emocionantes, recupera un poco el romanticismode los tiempos turbulentos que hace tiempo que pasaronya. ¿Alguna vez os habéis sentido como participantes de unritual, una tradición de protesta radical establecida hacetiempo que realmente sólo sirve para reforzar la posicióndel poder establecido?, ¿alguna vez habéis deseadosecretamente escapar del estancamiento y el aburrimientode vuestras “responsabilidades” políticas?

    No es sorprendente que nadie se haya unido a vosotrxs envuestros esfuerzos políticos. Puede que os digáis avosotrxs mismxs que es un trabajo duro y desagradecido,pero que alguien debe hacerlo. La respuesta es... bueno...¡¡NO!!

    De hecho, nos causas a todxs un perjuicio con tu tediosa ycansina política. No hay, de hecho, nada más importanteque la política. NO la política de la ley y la “democracia”,de quién es elegidx legislador/a estatal para firmar losmismos documentos y perpetuar el mismo sistema. No lapolítica del “me involucro con la izquierda radical porquedisfruto discutiendo nimiedades y detalles triviales yescribiendo retóricamente sobre una utopía anarquistainalcanzable”. No la política de ningún/a líder o ideologíaque demande que hagas sacrificios por “la causa”. Sino la

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  • política de nuestro día a día. Cuando separas la política delo inmediato, de las experiencias cotidianas de lxs hombresy mujeres, se vuelve completamente irrelevante. De hecho,se convierte en el dominio privado de ricxs y acomodadxsintelectuales, que pueden permitirse molestarse con estascuestiones teóricas y deprimentes. Cuando te involucras enpolítica con un sentimiento de obligación y llevas a cabouna acción política como una aburrida responsabilidad másque como un juego emocionante que vale la pena por símismo, asustas a la gente cuyas vidas ya tienen suficienteaburrimiento y tedio. Cuando haces de la política algo sinvida, una cosa alejada del disfrute, una terribleresponsabilidad, se convierte sólo en otra carga sobre lagente, más que en una forma de liberar a la gente de suscargas. Y, de esta forma, arruinas la idea de la política ala gente para la que debería ser más importante. Paratodxs lxs que tienen interés en plantearse sus vidas, enpreguntarse a sí mismxs qué quieren en la vida y cómoalcanzarlo. Pero haces que la política les parezca un juegomiserable, autorreferencial y sin sentido de la clase media ybohemia, un juego sin relevancia para las vidas reales queestán viviendo.

    ¿Qué debería entrar dentro de lo político? Si disfrutamoslo que hacemos para conseguir comida y un techo, sisentimos que nuestras interacciones cotidianas con nuestrosamigxs, vecinxs y compañerxs de trabajo son satisfactorias,si tenemos la oportunidad de vivir cada día de la forma

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  • que queremos... Y “Política” debería ser también no discutirmeramente sobre estas cuestiones, sino actuar directamentepara mejorar nuestras vidas en nuestro presente inmediato,actuando de una forma que sea enteramente emocionante ydivertida, porque la acción política que es tediosa, aburriday opresiva sólo puede perpetuar el tedio, la fatiga y laopresión en nuestras vidas.

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  • No perdamos más tiempo debatiendo sobre cuestiones queserán irrelevantes cuando tengamos que ir de nuevo atrabajar al día siguiente. No más predecibles rituales deprotesta que las autoridades conocen demasiado bien paralidiar con ellos; no más aburridos rituales de protesta quenunca sonarán como una forma interesante de pasar unsábado por la tarde para lxs potenciales voluntarixs y que,claramente, no nos van a llevar a ninguna parte. Nunca más“sacrificarnos por la causa”. Por nosotrxs mismxs, por lafelicidad en nuestras vidas y en las vidas de nuestrxscompañerxs, ¡esa debe ser nuestra causa!

    Una vez que hagamos de la política algo relevante einteresante, el resto nos seguirá. Pero de una política gris,meramente teórica y ritualizada no sacaremos nada devalor. Esto no quiere decir que no debamos prestar ningúninterés en el bienestar de lxs humanxs, animales no-humanxso ecosistemas que no estén en contacto directo connosotrxs en nuestro día a día, pero los fundamentos denuestra política deben ser concretos: debe ser inmediata,debe ser obvio para todo el mundo por qué merece lapena esforzarse, debe ser divertida en sí misma. ¿Cómopodemos hacer algo positivo para el resto, si nosotrxsmismxs no disfrutamos de nuestras propias vidas?

    Por poner un ejemplo concreto: una tarde de recogida dealimentos en negocios que los van a tirar a la basura parareciclarlos y servirlos a gente hambrienta, que está cansada

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  • de trabajar para pagar por comer, esta es una buenaacción política pero sólo si la disfrutas. Si lo haces conamigxs, si conoces nuevxs amigxs mientras lo haces, si teenamoras o compartes historias divertidas o simplemente tesientes orgullosx de haber ayudado a una mujer facilitandosus necesidades económicas, entonces es una buena acciónpolítica. Sin embargo, si invertís una tarde redactando unaindignada carta en un oscuro periódico izquierdistacontestando al uso del término “anarco-sindicalismo” porparte de un columnista, con esto no vais a lograr unamierda, y lo sabéis.

    Puede que sea el momento para una nueva palabra para“Política”, dado que habéis convertido a la antigua en unasuerte de palabrota. Así no resultaría desalentadora paranadie cuando hablemos sobre actuar conjuntamente paramejorar nuestras vidas y de esta forma os presentamosnuestras exigencias, que no son negociables, y deben sersatisfechas lo antes posible, porque no vamos a vivir parasiempre ¿verdad?

    1. Hacer la política relevante de nuevo para nuestravida y experiencia cotidiana. Cuanto más lejos delobjeto de nuestras preocupaciones políticas, menossignificará para nosotrxs la política, menos real yurgente nos parecerá, y más aburrida resultará.

    2. Toda actividad política debe ser divertida yemocionante por sí misma. No se puede escapar dela monotonía con más monotonía.

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  • 3. Para lograr estos dos primeros pasos debemos crearmétodos y acercamientos políticos completamentenuevos. Los viejos están pasados y obsoletos. Puedeque NUNCA fueran buenos y es por lo que nuestromundo es como es.

    4. ¡Disfrutad! ¡Nunca hay una excusa para estaraburridx... o para serlo!

    Únete a nosotrxs para hacer de la “revolución” un juego, unjuego por nuestros mayores intereses, pero un juegodivertido y despreocupado a fin de cuentas!

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  • Recetas Veganas

    Hoy os dejo una salsa llamada Tzatziki, de origen griego, yque viene genial tanto para tomar con tostaditas como parasu uso como sustituto de mayonesa en otros platos (probada hacer ensaladilla rusa vegana con ella).

    Ingredientes:

    · 3 pepinos

    · 1 diente de ajo mediano

    · 2 yogures de soja naturales (no azucarados) · 1 cucharadita de eneldo, menta o perejil.· 1 cucharada de aceite de oliva · Sal y pimienta al gusto. · Unas gotitas de limón.

    1 – Pelar y rallar los pepinos. Si vas a aprovechar la piel(llena de nutrientes), lávalos bien.

    2 – Exprime la pulpa rallada presionándola en un colador,para sacarle el jugo.

    3 – Pica los ajos muy finitos.

    4 – Mezcla el ajo con los pepinos, añade lo demás, unas

    gotas de limón a tu gusto, y voilá!

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  • Poesía

    Para este número decidí escoger, de nuevo, unpoema de Alejandra Pizarnik. Reconozco que mecautiva esa mezcla de amargura y pasión que son suspalabras.

    SALVACIÓN, por Alejandra Pizarnik

    Se fuga la isla.Y la muchacha vuelve a escalar el viento

    y a descubrir la muerte del pájaro profeta.Ahora

    es la carnela hojala piedra

    perdidas en la fuente del tormentocomo el navegante en el horror de la civilización

    que purifica la caída de la noche.Ahora

    la muchacha halla la máscara del infinitoy rompe el muro de la poesía

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  • Sonidos de revuelta

    Hoy quería dedicar este espacio a hablar de Ura, una bandabilbaína de neo-crust que viene pegando fuerte.

    Ura es una palabra en euskera que significa Agua, y nombraa un grupo cuyas letras apuntan a la liberación animal, elamor por la Naturaleza, y el odio a los pilares opresivos dela Dominación. Con dos curros editados hasta ahora, y unaética DIY, Ura trae unas melodías potentes y aceleradascombinadas con otras más lentas a medios tiempos, creandouna atmósfera oscura que se complementa con una vozfemenina que a mí, personalmente, me parece brutal.Después de verlxs en directo en el centro social Distrito 9de la ciudad galega de Vigo hace unas semanas, puedodecir que en directo la voz no pierde en absoluto supotencia, y logra llegar a tus adentros a golpe de alaridodesgarrador.

    En su primer curro, una demo de 2013, vienen 3 temas +interludio, mientras que en verano de 2014, salió a la luzsu primer LP, editado por varios sellos anticomerciales. ElLP consta de 4 temas (3 de ellos nuevos, más uno de losde la maqueta anterior reeditado) más una introinstrumental más lenta que precede a la primera canción.

    Además, el batería es el mismo que el de Ancient Emblem,otra banda de crust vasca bastante aconsejable, pero con

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  • un estilo más próximo al Black Metal.

    Sólo queda esperar que saquen algún trabajo más y duren,porque la verdad es que personalmente agradezco queexistan bandas de este tipo en activo.

    Podéis escucharlxs y descargar su música en el bandcamp(urapunx.bandcamp.com). Para más información, podéisvisitar también su web (urapunx.com) donde hallaréisnovedades, noticias, información de próximas actuaciones,imágenes etc.

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  • Recomiendo leer...

    En este número quiero dedicar este espacio a hablaros de“Por encima de su cadáver: La economía política de losderechos animales”, de Bob Torres, publicado por laeditorial antiespecista OchoDosCuatro Ediciones de Madrid.

    Con un lenguaje sencillo y lleno de ejemplos que ayudan acomprender lo planteado a lo largo de la lectura, seanaliza la incoherencia que supone que desde las corrientesque cuestionan el orden social capitalista se obvie a menudocualquier análisis en torno al papel de lxs animales no-humanxs dentro del mismo, como sujetos a lxs que no sólose les roba el producto de su explotación, sino que ademásson tratadxs como objetos y asesinadxs cuando dejan deser productivxs. Así, los argumentos del autor, a partir deun enfoque que ve a lxs animales como mercancía pero almismo tiempo como productorxs y trabajadorxs explotadxs,desarticulan la lógica especista que separa la explotación dehumanxs de aquella que padecen lxs individuxs de otrasespecies, explora las intersecciones que unen ambosfenómenos y visibiliza un denominador común que obliga ala reflexión acerca de por qué se rechazan unas formas deexplotación mientras se ponen excusas para justificar otras.

    Tengo que aclarar que, personalmente, no estoy deacuerdo con Bob Torres en su crítica a las accionesilegales, pues creo que critica unos métodos cuya eficacia y

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  • papel fundamental en la lucha han quedado más queprobados en infinidad de ocasiones, y no se puedegeneralizar de esa manera. Además, romper maquinaria ocristales, o rescatar animales no puede ser consideradoviolencia, y lo legal no siempre se corresponde con locorrecto.

    A pesar de estas discrepancias, de todas formas, meparece una lectura muy recomendada, tanto para veganasque no se cuestionan el sistema capitalista e industrial en elque “vivimos”, como para aquellas anarquistas oanticapitalistas que todavía usan productos de origenanimal.

    Podéis comprar el libro, cuesta sólo 8 euros y ayudaréis aun proyecto autogestionado de edición que, además, seencuentra directamente implicado en la lucha contra elespecismo y la opresión en todas sus formas. Tambiénpodéis descargarlo en PDF en la propia página web de laeditorial: ochodoscuatroediciones.org

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  • Otro hasta otra

    Para cerrar este nº, quiero ampliar el espacio dededicatoria a algunas personas más:

    – A B., una amiga y compañera maravillosa einestimable, que ha tenido la amabilidad de leersevarios de los textos aquí publicados y darme suopinión, y la paciencia de aguantarme, de ofrecermesu pedagogía transfeminista cuando metí la piernahasta el fondo, y que rebosa entusiasmo y ganas deluchar, aguante y fuerza a pesar de todo. Gracias,de verdad.

    – A Javier Guerrero, preso en lucha de valor ydignidad admirables que lleva a estas alturas ya más

    de 4 meses en huelga de hambre (intercalandovarias de sed) por sus derechos y los derechos delas personas presas, sólo interrumpidos por laalimentación con gotero necesaria tras cada una delas dos operaciones de riñones a las que tuvo queser sometido, pero que sin embargo aun sacafuerzas para contestar a las cartas. ¡¡AGUANTAHERMANO!!

    – A B.H., por ser una profana y una afinidadmaravillosa con la que me encanta poder contar, y ala que también debo su paciencia y compromiso, su

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  • pedagogía y las risas, las disfrutadas y las quequedan por disfrutar. Me encanta arreglar el mundocontigo, hermana.

    – A mi querido P. por todos los errores que cometí,y que a pesar de todo no rompieron la amistad nilas afinidades. Por ser un compañero sin el cualtoda esta mierda no tendría ningún sentido...

    – A mis compas de colectivo, por aguantar mis ralladasen los momentos difíciles, tan habitualesúltimamente, y por ser mi punto de apoyo paramover el mundo. J., I., N., S... Poesía es montarla distri a vuestro lado, sin permiso ni papeleos delEstado, en plena calle y muertas de frío o de calor,aunque la mayoría de veces no vendamos nada. Esvacilar a los maderos cuando nos identifican. Eshacer planes con vosotrxs, preparar acciones ygamberradas entre risitas tontas y pensar en milproyectos, mirarnos a los ojos y encontrarcomplicidades y desacuerdos.

    – A la familia, la biológica no, la otra, la escogidalibremente, todxs esxs amigxs con quienes aprendode mi persona, con quienes todo duele menos, ytodo vale la pena.

    Y a ti, que también formas parte de ésto al leerlo...¡Besos y Bombas para los malos tiempos!

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