humanismo cristiano 1 final 1

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Cuadernos de Humanismo Cristiano 1 CARLOS CASTILLO PERAZA Doctrina, Ideología, Comunicación JOSEF THESING El Humanismo Cristiano en el siglo XXI PARTIDO DEMOCRATA CRISTIANO DE URUGUAY La perspectiva del humanismo cristiano ante los desafíos actuales ORGANIZACIÓN DEMÓCRATA CRISTIANA DE AMÉRICA ( ODCA) Proyección del pensamiento demócrata cristiano y del centro político humanista A pesar de las incertidumbres y angustias que caracterizan a la actual época, persisten algunas referencias firmes y definidas, que le dan sentido y razón de ser a la vida humana, tanto en su realización personal como social. Una de ellas, sin duda alguna, son los principios y valores del Humanismo Cristiano, que desde una visión trascendente postula el reconocimiento y respeto absoluto de la eminente dignidad de la persona humana. Atendiendo a la necesidad de contribuir a la más amplia difusión de los postulados y contenidos de la doctrina humanista cristiana, en particular en cuanto a la manera como conciben su aplicación pensadores y organizaciones que se inspiran en dicha doctrina, el Instituto Centroamericano de Estudios Políticos ha decidido emprender una nueva línea editorial, denominada “cuadernos de Humanismo Cristiano”. En esta primera entrega de la serie se han reunido cuatro documentos de actualidad, que seguramente suscitarán el interés tanto en su lectura como en su aplicación al quehacer político y social de los lectores. El primero es el contenido de una conferencia dictada por Carlos Castillo Peraza a comunicadores de Gobierno del Partido Acción Nacional (PAN) en García, Nuevo León, que conserva toda su actualidad a pesar de haber sido dictada hace 20 años. El segundo corresponde a la ponencia que Josef Thesing, promotor de la constitución del INCEP en 1968 y quien desde entonces ha estado vinculado a la institución, presentara con motivo de la celebración de los 40 años del Instituto, en noviembre de 2009. Los otros dos documentos son de carácter partidario. El primero es una propuesta para la discusión, denominada “la perspectiva del Humanismo Cristiano ante los desafíos actuales”, elaborada por el Partido Demócrata Cristiano de Uruguay con motivo de la celebración de su Asamblea Nacional, precisamente en este mes de septiembre de 2013. El segundo es la plataforma ideológica y política aprobada por el Congreso Extraordinario de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA), celebrado en la ciudad de Panamá, a principios de mayo del 2011.

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  • Cuadernos de Humanismo Cristiano 1

    Carlos Castillo PerazaDoctrina,

    Ideologa, Comunicacin

    Josef thesingEl Humanismo

    Cristiano en el siglo XXI

    Partido demoCrata Cristiano de UrUgUay

    La perspectiva del humanismo cristiano ante los desafos actuales

    organizaCin demCrata Cristiana de amriCa (odCa)

    Proyeccin del pensamiento demcratacristiano y del centro poltico humanista

    A pesar de las incertidumbres y angustias que caracterizan a la actual poca, persisten algunas referencias firmes y definidas, que le dan sentido y razn de ser a la vida humana, tanto en su realizacin personal como social. Una de ellas, sin duda alguna, son los principios y valores del Humanismo Cristiano, que desde una visin trascendente postula el reconocimiento y respeto absoluto de la eminente dignidad de la persona humana.

    Atendiendo a la necesidad de contribuir a la ms amplia difusin de los postulados y contenidos de la doctrina humanista cristiana, en particular en cuanto a la manera como conciben su aplicacin pensadores y organizaciones que se inspiran en dicha doctrina, el Instituto Centroamericano de Estudios Polticos ha decidido emprender una nueva lnea editorial, denominada cuadernos de Humanismo Cristiano.

    En esta primera entrega de la serie se han reunido cuatro documentos de actualidad, que seguramente suscitarn el inters tanto en su lectura como en su aplicacin al quehacer poltico y social de los lectores.

    El primero es el contenido de una conferencia dictada por Carlos Castillo Peraza a comunicadores de Gobierno del Partido Accin Nacional (PAN) en Garca, Nuevo Len, que conserva toda su actualidad a pesar de haber sido dictada hace 20 aos. El segundo corresponde a la ponencia que Josef Thesing, promotor de la constitucin del INCEP en 1968 y quien desde entonces ha estado vinculado a la institucin, presentara con motivo de la celebracin de los 40 aos del Instituto, en noviembre de 2009.

    Los otros dos documentos son de carcter partidario. El primero es una propuesta para la discusin, denominada la perspectiva del Humanismo Cristiano ante los desafos actuales, elaborada por el Partido Demcrata Cristiano de Uruguay con motivo de la celebracin de su Asamblea Nacional, precisamente en este mes de septiembre de 2013. El segundo es la plataforma ideolgica y poltica aprobada por el Congreso Extraordinario de la Organizacin Demcrata Cristiana de Amrica (ODCA), celebrado en la ciudad de Panam, a principios de mayo del 2011.

  • Presentacin

    Carlos Castillo PerazaDoctrina, ideologa, comunicacin

    Josef thesingEl Humanismo Cristiano en el siglo XXI

    Partido demCrata Cristiano de UrUgUayLa perspectiva del Humanismo Cristiano

    ante los desafos actuales

    organizaCin demCrata Cristiana de amriCa (odCa)

    Proyeccin del pensamiento demcrata cristiano y del centro poltico humanista

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    CONTENIDO

    Cuadernos de Humanismo Cristiano 1

  • Cuadernos de Humanismo Cristiano

    Ao 1, No. 1

    Septiembre 2013

    Guatemala, Centroamrica

    Se permite la reproduccin parcial o total

    del contenido, siempre que se cite la fuente.

    Impreso en

    Foto Publicaciones

    20 Av. 2-53 zona 1

    Guatemala, Centroamrica

    PBX: 2220-0630

    E-mail: [email protected]

    Editor responsable

    Marco Antonio Barahona

    Coordinacin editorial

    Rubn Hidalgo Rosales

    Asistente editorial

    Ricardo Barreno

    ISBN:

    8a. Calle 0-32, zona 9 Ciudad de Guatemala Guatemala, CentroamricaTel.: 2389-5900Fax: 2332-3743Apartado Postal 611-A [email protected]

    http://www.facebook.com/INCEP.CA

    http://twitter.com/_INCEP_

    Cuadernos de Humanismo Cristiano

    Ao 1, No. 1

    Septiembre 2013

    Guatemala, Centroamrica

    Se permite la reproduccin parcial o total

    del contenido, siempre que se cite la fuente.

    Impreso en

    Foto Publicaciones

    20 Av. 2-53 zona 1

    Guatemala, Centroamrica

    PBX: 2220-0630

    E-mail: [email protected]

    Editor responsable

    Marco Antonio Barahona

    Coordinacin editorial

    Rubn Hidalgo Rosales

    Asistente editorial

    Ricardo Barreno

    ISBN: 978-9929-625-02-0

    8a. Calle 0-32, zona 9 Ciudad de Guatemala Guatemala, CentroamricaTel.: 2389-5900Fax: 2332-3743Apartado Postal 611-A [email protected]

    http://www.facebook.com/INCEP.CA

    http://twitter.com/_INCEP_

  • 3PRESENTACIN

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    PRESENTACIN

    A pesar de las incertidumbres y angustias que caracterizan a la actual poca, persisten algunas referencias firmes y de-finidas, que le dan sentido y razn de ser a la vida humana, tanto en su realizacin personal como social. Una de ellas, sin duda alguna, son los principios y valores del Humanismo Cristiano, que desde una visin trascendente postula el re-conocimiento y respeto absoluto de la eminente dignidad de la persona humana.

    A pesar de los crecientes espacios que ocupan el consumis-mo, el relativismo, el conformismo y el egoismo, entre otros desvos del espritu humano, la conviccin de generar con-diciones que favorezcan el desarrollo integral de la persona, despierta y compromete cada da a ms conciencias.

    Aunque en muchas partes del mundo miles de personas enfrentan adversidades de todo tipo, como resultado de la pobreza, la injusticia, la violencia, la falta de oportunidades, la impunidad y la corrupcin, todo lo cual acrecienta la des-igualdad, cada vez se fortalece ms la esperanza de que una vida digna para todos si es posible.

    Consideramos que el compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (Pontificio Consejo Justicia y Paz, 2004) describe lo anterior como la necesidad de un humanismo a la altura del designio de amor de Dios sobre la historia, un humanismo integral y solidario, que pueda animar un nuevo orden social, econmico y poltico, fundado sobre la dignidad y la libertad de toda persona humana, que se acta en la paz, la justicia y la solidaridad. Dicho de manera ms breve, Benedicto XVI (Caritas in Veritate, 78), afirma que la fuerza ms poderosa al servicio del desarrollo es un Humanismo Cristiano, que vivifique la caridad y que se deje guiar por la verdad

  • Cuadernos de Humanismo Cristiano/INCEP4 Cuadernos de Humanismo Cristiano/INCEP4

    Atendiendo a la necesidad de contribuir a la ms amplia difu-sin de los postulados y contenidos de la doctrina humanista cristiana, en particular en cuanto a la manera como conciben su aplicacin pensadores y organizaciones que se inspiran en dicha doctrina, el Instituto Centroamericano de Estudios Polticos ha decidido emprender una nueva lnea editorial, denominada cuadernos de Humanismo Cristiano.

    El propsito es divulgar regularmente documentos de distinta naturaleza conferencias, discursos, ponencias, estudios, plataformas ideolgicas-, en los que el tema central gire en torno a la actualidad y vigencia de la doctrina humanista cristiana.

    En esta primera entrega de la serie se han reunido cuatro documentos de actualidad, que seguramente suscitarn el inters tanto en su lectura como en su aplicacin al quehacer poltico y social de los lectores. El primero es el contenido de una conferencia dictada por Carlos Castillo Peraza a comu-nicadores de Gobierno del Partido Accin Nacional (PAN) en Garca, Nuevo Len, que conserva toda su actualidad a pesar de haber sido dictada hace 20 aos. El segundo corresponde a la ponencia que Josef Thesing, promotor de la constitucin del INCEP en 1968 y quien desde entonces ha estado vincu-lado a la institucin, presentara con motivo de la celebracin de los 40 aos del Instituto, en noviembre de 2009.

    Los otros dos documentos son de carcter partidario. El primero es una propuesta para la discusin, denominada la perspectiva del Humanismo Cristiano ante los desafos actuales, elaborada por el Partido Demcrata Cristiano de Uruguay con motivo de la celebracin de su Asamblea Na-cional, precisamente en este mes de septiembre de 2013. El segundo es la plataforma ideolgica y poltica aprobada por el Congreso Extraordinario de la Organizacin Demcrata Cristiana de Amrica (ODCA), celebrado en la ciudad de Pa-nam, a principios de mayo del 2011.

    Guatemala, Centroamrica, septiembre de 2013

    EL EDITOR

  • 5Doctrina, ideologa, comunicacin

    Carlos Castillo Peraza

    Contenido

    Algo para comunicar 6 La proyeccin 7 Ideologa, ideologas 7 Ideologa y comunicacin 9 Conocimiento multiplicado 10 Cuatro principios 11 Consecuencias polticas 12 Sociedad y Estado 13 Bienes pblicos, Bien Comn 15 La poltica 16 La solidaridad 16 Subsidiariedad 17 Democracia 18 Los monrquicos 19

    DOCTRINA, IDEOLOGA, COMUNICACIN

  • Cuadernos de Humanismo Cristiano/INCEP6

    Voy a empezar esta conversacin tra-tando de explicar qu cosa es una doc-trina, para que nos entendamos. No es raro que los que abordan temas teri-cos o filosficos, comiencen su diser-tacin o su escrito por lo que se llama una definicin nominal, del nombre de aquello a lo que se van a referir. La pa-labra doctrina tiene que ver con el ver-bo latino ensear que se dice docere; de ah viene docencia, de ah viene doc-trina, de ah viene docto, de ah viene doctor, de ah viene doctorado, de ah vienen todas estas palabras que tienen que ver con doctrina, con enseanza.

    Doctrina, en el sentido real del trmi-no, tiene una significacin ms rica en contenido que la que nos sirve para la definicin nominal. Una doctrina es un sistema de proposiciones sobre algn tema, pero con el propsito de que sea enseado. La filosofa puede ser he-cha slo para quedar escrita y leda. La doctrina no. La doctrina, si pode-mos decirlo un poco inexactamente pero comprensiblemente, es la filoso-fa para ser enseada; no nada ms para que se quede en un libro y la lean los que ya son doctos, los que ya fue-ron enseados, sino para que llegue a aquellos que todava no saben y han de ser enseados.

    Algo para comunicar

    Es curioso que Accin Nacional no le llame a ese folleto gris filosofa del PAN o teora del PAN, sino que le lla-ma Principios de Doctrina del PAN. Se trata pues de algo para transmitir, para que otros lo entiendan, para que otros lo hagan suyo, para que otros lo to-men, lo asuman, lo conviertan en parte de lo que piensan. Recordarn que los sbados en las parroquias bamos a la doctrina, a que se nos ensearan co-sas, a que se nos enseara un conjunto sistemtico de afirmaciones. Entonces una doctrina es un pensamiento orga-nizado para ser enseado, no hada ms para que quede ah.

    Pero el folleto se llama Principios de Doctrina. Principios son aquellas afirmaciones a partir de las cuales se van a hacer y se pueden y se deben hacer otras. Son afirmaciones origina-rias, son afirmaciones para desarrollar, para continuar. Son principios primero porque son principales y son princi-pios en segundo trmino porque son inicios; es decir de ah se arranca para algo. Entonces, cuando hablamos de principios de doctrina hablamos de aquellas ideas principales y originarias del PAN que son para ser enseadas,

    Doctrina, ideologa, comunicacin

    Carlos Castillo Peraza

  • 7para hacer llegar a muchos ms, y para desarrollarse.

    Principios de doctrina en sentido muy estricto no puede haber muchos. Yo creo que nuestro folleto de principios de doctrina, en trminos muy tcnicos, podramos reducirlo a menos de los que ah se enuncian. Esto puede apoyar-se en lo que, en materia de principios, sealar otro folleto central: el de los Estatutos del partido.

    Si ustedes analizan la historia del pri-mer folleto en la vida de Accin Nacio-nal, vern que en la redaccin de 1939 no aparece como principio de doctrina la democracia. Les parecer rarsimo puesto que desde el 39 el partido luch por la democracia como algo muy im-portante; pero no apareca la democra-cia como principio de doctrina y es por dems curioso. Y ustedes se pregunta-rn por qu? Cmo es posible que el PAN que lleva 53 aos ininterrumpidos luchando por la democracia no haya mencionado a la democracia como un principio de doctrina? Y yo les respon-der con tranquilidad y con sinceridad, que la verdad es que en 1939, cuando se fund el partido, haba una corriente inspiradora muy fuerte con races en la doctrina social catlica, vinculada al pensamiento aristotlico-tomista; que para Aristteles y para Santo To-ms, la democracia no es un principio de doctrina. La afirmacin poltica de estos pensadores es la democracia, la monarqua o la aristocracia (el gobier-no de los pocos mejores), pueden ser buenas siempre y cuando construyan el Bien Comn.

    La proyeccin

    En consecuencia, el partido no se pro-nunci en ese momento especficamen-te por la democracia como un principio de doctrina, sino que centr su doctri-na en la construccin del Bien Comn porque desde esa perspectiva, el Bien Comn poda edificarse por otros mo-dos de gobierno. Solamente a partir de la Segunda Guerra Mundial cuando la evolucin del pensamiento de inspi-racin cristiana a travs de Maritain, a travs de, quien luego fuera Paulo VI, entonces obispo Montini, llegaron a la conclusin de que el sistema de-mocrtico era el ms adecuado para la naturaleza humana, y se afirm que la democracia era la forma ideal o la mejor forma de gobierno imaginado y posible para los seres humanos, enton-ces como lo pueden ver una pginas adelante en el folleto gris, aparece en la Proyeccin de los principios de doc-trina de 1965 el tema democracia.

    Vean ustedes pues, cmo el nuestro es un cuerpo de pensamiento que ca-mina, que evoluciona, que no es es-ttico, que tiene ciertas afirmaciones que son fundamentales, fijas y otras que se van desarrollando con el paso del tiempo y de las circunstancias. Otro punto importante previo a hablar de los principios de doctrina es hacer la dife-rencia entre doctrina e ideologa, algo sumamente importante para muchas cosas como veremos enseguida.

    Ideologa, ideologas

    Es muy comn que se diga tenemos ideologas diferentes, cada quien con su ideologa, etctera., etctera., etc-

    DOCTRINA, IDEOLOGA, COMUNICACIN

  • Cuadernos de Humanismo Cristiano/INCEP8

    tera. La palabra ideologa tiene varios significados a lo largo de la historia. Ah, cuando se empezaba a hacer la medicina cientfica moderna, era un trmino que usaban los mdicos para hablar de lo que haca el cerebro: pro-duca ideas. O era un trmino para ha-blar de cmo relacionar ideas, cuales quiera que stas fuesen. As como hay teologa o como hay geologa, pues ha-ba ideologa.

    Para abreviar, un da llega al mundo Marx, y le da al trmino ideologa otro significado. Dice que es el conjunto de ideas que elabora un grupo dominan-te para justificar a posteriori todo lo que haga. Es decir, por ejemplo que yo digo que debe haber libertad de em-presa porque soy empresario. Ideo-loga tiene un contenido peyorativo para Marx. Es el conjunto de ideas con el que alguien justifica lo que ya hizo o justifica sus intereses, sus intereses materiales. Ni el trmino aquel antiguo ni el de Marx son a los que nos estamos refiriendo cuando hablamos de ideolo-ga en Accin Nacional.

    Para nosotros qu es ideologa? Es un escaln debajo de doctrina. Lo doctrinal en el PAN, lo estrictamente doctrinal es aquello que es punto de referencia fijo. Lo ideolgico es lo que se sigue de lo doctrinal para dar una respuesta a un problema prctico. Va-mos a poner un ejemplo. Yo digo que es principio de doctrina del PAN que el hombre est hecho de materia y de es-pritu, de inteligencia, de voluntad, de libertad, de cuerpo y que, dadas estas notas, dadas estas caractersticas, el ser humano es lo ms digno que hay en el mundo. Y digo, es un principio de

    doctrina del PAN la eminente Dignidad de la Persona Humana. Esa es una afir-macin de tipo doctrinal. Eso no perte-nece a la ideologa del PAN, pertenece a su doctrina. Qu pertenecera a la ideologa del PAN en esta materia? A la ideologa del PAN pertenecera decir, como el hombre es un ser material y espiritual dotado de inteligencia, volun-tad, libertad, socialidad y cuerpo, en la plataforma poltica del PAN hay que poner que debe haber mercados lim-pios. Esa es una afirmacin ideolgica o programtica.

    Como el ser humano es esto que aca-bamos de decir, el PAN afirma que no se le debe obligar a estudiar en la es-cuela una visin nica y estatal de la historia. Esta es una afirmacin ideol-gica. Lo doctrinal es que el hombre es materia, espritu, libertad, inteligencia, voluntad, socialidad y cuerpo. Esto es doctrina. Eso no se puede poner a vo-tacin. En el PAN no podemos poner a votacin si el hombre es libre. Eso no se puede votar, eso se afirma y eso se acepta o se rechaza. Si se acepta, se es panista; si se rechaza no se es. Pero la afirmacin ideolgica es de un segundo nivel; no es igual tener una ideologa que tener una doctrina. Uno puede te-ner ideologa sin tener doctrina y hacer una serie de afirmaciones constantes de segundo nivel sin referencia a un nivel ms alto, superior de pensamien-to. Y al revs, uno puede tener doctrina sin tener ideologa y quedarse en las afirmaciones universales tericas sin pasar a afirmaciones ms concretas y de programa.

    Que quede muy claro esto, porque nos suele suceder en el PAN, sobre todo

  • 9cuando gobernamos, que convertimos las discusiones ideolgicas y hasta de programa en discusiones doctrinales y al hacer eso convertimos a veces dis-cusiones de aritmtica en debates casi teolgicos. Voy a poner un caso. Us-tedes lo deben saber porque trabajan con alcaldes. Yo compadezco mucho a los alcaldes del PAN; son nuestros hroes. Los embarcamos a que sean candidatos, les hacemos la campaa, los llevamos al triunfo y luego adis que te vaya bien, ve cmo te las arre-glas. Y entonces el alcalde, armado de sus principios de doctrina, de alguna que otra afirmacin ideolgica y de una plataforma normalmente hecha a toda prisa y aprobada rpidamente porque lo que le interesa a la convencin es el candidato y no la plataforma, ese seor llega al poder con estas escasas armas. Y un da descubre que tiene dos toneladas de asfalto y decide pavimen-tar 3 kilmetros de calles. As con toda sencillez, va al Cabildo y el Cabildo dice que se pavimenten esos kilmetros de calles, pero nunca falta un panista en el Comit Municipal que dice deben pavimentarse 3 kilmetros y medio de calles porque si no estamos actuando contra los principios de doctrina; as pasa, y si estuviera equivocado ustedes no se estaran riendo.

    El pobre gobernador dispone de equis nmero de millones de pesos y dice voy a poner iluminacin en la carre-tera 22, y nunca falta un panista que diga si no es en la 23, se est aten-tando contra la doctrina del partido. Esto tiene como consecuencia que un debate aritmtico se convierta en dis-cusin casi teolgica; que el partido y su gobierno se dividan entre los bue-

    nos que s respetan la doctrina y los perversos que la pervierten, la pros-tituyen y la traicionan y luego, en la siguiente convencin, en unos delicio-sos rounds entre buenos y malos que suelen ser muy graves para la vida del partido. Si nosotros no somos capaces de diferenciar lo que es ideolgico de lo que es doctrinal, metemos al partido en una guerra de religin. Y, ustedes analicen, la mayora de los conflictos internos que tiene el PAN, los conflictos que tienen los alcaldes con el partido, el gobernador con los alcaldes, los al-caldes con el gobernador, todos estos conflictos finalmente si no se deben a nuestros propios errores en trminos de nuestro propio padrn interno, se deben a que alguien convirti en doc-trinal un problema de suma y resta o de decisin que no tiene nada que ver directamente con la doctrina o que cuando menos no genera un problema doctrinal.

    Ideologa y comunicacin

    Creo que esto es muy importante para los comunicadores. En qu nivel se mueve un comunicador del partido, un comunicador que trabaja para un go-bierno del partido? La verdad es que se mueve todos los das en el nivel de la ideologa y el programa y escasa-mente en el nivel de la doctrina. Por-que de qu informan? Informan de la reflexin filosfica del cabildo en torno a la espiritualidad del hombre? No. Informan que el seor alcalde fue a inaugurar un parque de bisbol o que el seor alcalde decidi atender a los vecinos de una colonia para hacerle las aceras. Entonces ustedes se manejan en el nivel de la ideologa y del pro-

    DOCTRINA, IDEOLOGA, COMUNICACIN

  • Cuadernos de Humanismo Cristiano/INCEP10

    grama, no se manejan en el nivel de la doctrina. No digo que no les competa, porque es sano que un comunicador de a conocer los porqus ltimos, los porqus profundos de una decisin de gobierno; es decir, que diga: el alcal-de decidi pavimentar estas calles y no otras porque aqu viven ms perso-nas, personas ms necesitadas y per-sonas que han esperado ms tiempo, y como el partido tiene como principio de doctrina la Dignidad de la Persona Humana, es la dignidad ms agraviada por ms tiempo de este mayor nme-ro de personas lo que nos hace como Cabildo tomar esta decisin y no otra. Se puede y se debe, pero lo normal es que se den las informaciones en el mbito ideolgico, programtico de las actuaciones concretas de un Cabildo o de un Ayuntamiento, de un Gobierno o de un Congreso.

    Vistas las cosas as, vista as la doc-trina, veamos en qu consiste terica-mente lo que es doctrinal. El ser hu-mano tiene dos maneras distintas pero complementarias de conocer por medio de la razn. Una de estas maneras de conocer que tiene el hombre se expre-sa con afirmaciones de tipo general y abstracto y la otra se expresa con afir-maciones de tipo particular y concreto. Voy a poner un ejemplo. Una afirma-cin de tipo general y abstracto dice: la rosa es una flor. Y una afirmacin de tipo particular y concreto dice: esta flor tiene espinas que pican; tiene p-talos; estos ptalos tienen una tersura; esta flor tiene un aroma. Son distintos modos de conocer. No es lo mismo de-cir la rosa es una flor o hablar de la rosa, que decir: esta rosa, esta rosa concreta, la que tengo en la mano, la

    que mis dedos tocan, la que mi olfato percibe, la que mis ojos miran.

    Conocimiento multiplicado

    Bien, si slo tuviramos conocimiento concreto y particular no podra haber ciencia. Porque toda ciencia hace afir-maciones generales. Dice el mdico o cientfico: el cncer es una enferme-dad con tales caractersticas. Por eso el mdico conoce cientficamente. Y dice el enfermo de cncer, a m me duele aqu. Cuando un paciente le dice al mdico usted no sabe el dolor que yo tengo dice una verdad absoluta. El mdico no sabe qu dolor tiene, ni lo puede saber nunca. Cuando el paciente se queja de que el mdico no es capaz de darse cuenta del dolor que tiene, el paciente tiene toda la razn. Y adems no hay nada que hacer. Si el mdico no supiera que es el cncer en gene-ral, cuando un paciente en particular le dice tengo estos sntomas, no podra decir: esto es un cncer y se puede curar as. Entonces hay dos maneras de conocer una que es directa, parti-cular, concreta y una que es general y abstracta. Si slo hubiera conocimiento general y abstracto, el cncer concreto no se podra curar, y si slo fuera al revs tampoco.

    Los hombres podemos resolver los pro-blemas de la vida porque combinamos conocimientos generales y abstractos con conocimientos particulares y con-cretos. El conocimiento general y abs-tracto de un mdico y el conocimiento particular y concreto del paciente dan como resultado un conocimiento mul-tiplicado que permite afrontar los pro-

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    blemas concretos del enfermo. Y esto es as todas las dems materias.

    Una doctrina, para un partido, es lo que tiene que ver con el conocimiento universal general y abstracto. Que yo afirme en Accin Nacional que el ser humano es eminentemente digno, no resuelve el problema del drenaje de ningn municipio, ni remotamente. Que yo diga en Accin Nacional que el Bien Comn es el conjunto de condicio-nes materiales y culturales para que el hombre se desarrolle plenamente, lo cual es s un principio de doctrina, no resuelve el problema de abrir o cerrar calles o de iluminarlas; esto lo tienen que hacer los ingenieros. Pero si sola-mente hubiera ingenieros o solamente hubiera doctrinales, entonces el partido una de dos: o era una constructora o era una academia de filosofa. Pero es un partido poltico que busca el poder para llevar a la prctica ciertos prin-cipios. Entonces llegamos al segundo punto de la exposicin. Necesitamos el conocimiento universal y abstracto para poder resolver problemas concre-tos, porque los entendemos con mayor amplitud y profundidad. Pero necesita-mos el conocimiento particular y con-creto para poder resolverlos ah donde se dan y como se dan.

    Cuatro principios

    Bien, esta charla solo tiene que ver con lo universal y abstracto. Yo no les voy a decir cmo se pone el cableado a la hora de instalar la iluminacin pblica.

    Desde mi perspectiva, principios de doctrina del PAN son:

    La eminente dignidad de la Per-sona Humana.

    La primaca del Bien Comn. La preeminencia del inte-

    rs nacional. La democracia como sistema de

    vida y de gobierno.

    Para m todo lo dems viene de ah. Qu quiere decir eminente dignidad de la Persona Humana? La palabra emi-nente quiere decir lo que est por enci-ma de todo lo dems. Eso quiere decir. Tal seor es una eminencia, est por encima de todos los dems. Por qu el hombre se considera en Accin Nacio-nal como lo eminentemente digno? Por las caractersticas que tiene como ser frente a todos los dems seres.

    Cuando hablo de este tema pongo el ejemplo de las abejas. El hexgono que hacen las abejas en sus colmenas es un hexgono perfecto. Las abejas han hecho hexmetros perfectos desde que hay abejas. Siempre los han hecho perfectos. Y ah estn las abejas en sus celdas. Pero saben qu? Nunca les han puesto aire acondicionado. Vamos, ni siquiera se les ha ocurrido llevar lucir-nagas para trabajar en la oscuridad. Es decir, la inteligencia de las abejas que es indudable, se concreta a hacer hex-metros. En cambio el hombre, pues vean este local: tiene luz artificial para que no nos deslumbre la natural, clima artificial para soportar los rigores del clima natural. El ser humano puede vi-vir en Alaska y puede vivir en el Saha-ra. Es decir, en materia de inteligencia, la inteligencia humana no es especfica como la de la abeja, que sabe hacer absolutamente bien una sola cosa, sino

    DOCTRINA, IDEOLOGA, COMUNICACIN

  • Cuadernos de Humanismo Cristiano/INCEP12

    que puede hacer mltiples cosas y me-jorarlas constantemente.

    El simple hecho que de aqu haya cris-tales, y que a los panistas que nos re-ciben se les haya ocurrido ponerles ese papel azul, les puede dar la medida de la evolucin de la ciencia y de la tc-nica. Un papel que no es opaco sino translcido, no se produca hace algu-nos aos. Entonces la inteligencia del ser humano es cualitativamente distin-ta y superior a cualquier otro tipo de inteligencia que veamos en el planeta. Y lo ms curioso, lo ms sensacional de la inteligencia humana es que est diseada para encontrar la verdad. Eso no garantiza que la encuentre, pero est diseada para eso. El PAN afirma eso. Que el ser humano es inteligente y que su inteligencia est hecha para la verdad. Si la encuentra es otra cosa, pero para eso est hecha, para buscar-la y encontrarla. No es para eso para lo que est hecha la inteligencia del ca-marn ni la inteligencia del avestruz. El camarn se agota en la camaronidad. El tigre se agota en la tigridad. El ser humano no se agota, siempre puede avanzar ms.

    El hombre tambin tiene voluntad. Esto es importante afirmarlo. Todo lo que afirmemos del hombre tiene consecuencias polticas. No hay nada que se afirme del hombre que carez-ca de consecuencias polticas, con lo que yo no quiero decir que el hombre sea todo poltica; es tambin poltica. Pero si yo afirmo que el hombre tiene cuerpo, lo cual parecera una verdad de Perogrullo, porque el que lo dudara bastara que se pellizcase, esto tiene consecuencias polticas. En la historia

    de la filosofa, ha habido quien afirme que el hombre es nada ms inteligencia o espritu. Imagnense a un presiden-te municipal de los espritus. Ustedes creen que le preocupara el drenaje? Le preocupara el mercado? Los es-pritus no comen. Le preocupara las carreteras, las calles? No. Un presiden-te municipal, un alcalde de los espritus estara en una posicin envidiable. No tendra trabajo.

    Ahora imagnense que afirmramos que solamente es cuerpo. Qu sera la poltica? Si afirmramos que el ser humano solamente es cuerpo, la pol-tica sera un captulo o un subcaptulo de la estabulologa. O sea, algo as como organizar a las vacas. Si slo es cuerpo, si no tiene inteligencia, si no tiene voluntad, si no tiene espritu, la poltica sera un captulo de la zoologa.

    Consecuencias polticas

    Toda afirmacin doctrinal sobre la Per-sona Humana tiene consecuencias pol-ticas. Yo no puedo hacer un establo: Es el sueo de los totalitarismos la orga-nizacin zoolgica de la sociedad para la produccin. Tampoco puedo hacer gobierno si pienso que slo es espritu. Una vez liquidado el conflicto que se dio entre San Miguel Arcngel y Luzbel, eso ya est resuelto. Ya no hay porqu ha-cer poltica. La teora poltica anglica no ha evolucionado desde que Luzbel se fue al infierno. Los partidos polticos celestes se acabaron.

    Bien, afirmamos pues que el hombre tiene inteligencia. Y el decir que el hombre tiene inteligencia y que la inte-ligencia est hecha para la verdad, tie-

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    ne consecuencias polticas. Cmo va a ser la educacin? Alguna conclusin tenemos que sacar para la educacin si decimos que el hombre es inteligente. Y si lo combinamos con lo que afirmamos en el PAN: que el hombre es libre, es decir est hecho para la verdad pero la nica manera humana de llegar a ella es en la libertad, algo tenemos que decir en poltica acerca de la educacin. Tenemos que decir que tiene que ha-ber libertad de investigacin. Tenemos que decir que tiene que haber libertad de ctedra. Tenemos que decir que no se puede imponer un criterio filosfico en una universidad. Tenemos que decir todas esas cosas que son ideolgicas, pero que estn referidas a una afirma-cin de tipo doctrinal.

    Y luego tenemos que decir otras co-sas an ms abajo. Si el hombre tiene cuerpo y el cuerpo es una parte esen-cial de lo que el hombre es, en poltica no podemos olvidarnos de hacer cam-pos deportivos para que los cuerpos se desarrollen, ni podemos olvidarnos de cuidar la limpieza del aire y del agua, ni la higiene del mercado, ni los disposi-tivos contra incendio de las empresas, ni las condiciones de trabajo del obre-ro. Todo eso parecera que es slo del mundo de lo prctico.

    En tanto se lleg a la conclusin de que el hombre es eminentemente digno, casi todo se vali. Se vala la escla-vitud, se vala la explotacin, se vala que no hubiera libertad para asociarse y defender los propios intereses sean obreros, campesinos, empresarios, co-merciantes, padres de familia, etcte-ra., Es decir el afirmar que el hombre tiene cuerpo, tiene alma, tiene inte-

    ligencia, tiene voluntad, tiene afecti-vidad, todo eso tiene consecuencias polticas. Y las consecuencias polticas de estas afirmaciones, en Accin Na-cional, se traducen en las plataformas polticas, en nuestras propuestas. Y, a la hora de gobernar se deben traducir en actos de gobierno.

    Sociedad y Estado

    La doctrina hace que se hagan cosas distintas, que se respeten esos princi-pios, en este caso el de la Dignidad de la Persona Humana. El de la dignidad de esos seres humanos que tienen el derecho y el deber de hacer frente a sus propios derechos y deberes. Qu se sigue de afirmar que la Persona Hu-mana es social? Porque nosotros deci-mos que el hombre tiene cuerpo, tiene alma, tiene inteligencia, tiene voluntad y es social, es tambin social. Qu se sigue de esto? Qu se sigue de la socialidad que nosotros decimos que es parte constitutiva de la existencia humana? Se sigue que es primero la sociedad y luego el Estado. Se sigue que es ms importante la sociedad que el Estado. Se sigue que tiene que ha-ber tanta sociedad como sea posible y slo tanto Estado como sea necesario. Se sigue que el Estado tiene deberes porque es la forma en que la sociedad se organiza con leyes e instituciones para resolver asuntos de bien pblico. Si, el Estado no debe desaparecer. El PAN no es anarquista. Pero el Estado debe estar acotado por el Derecho, por la norma, por la ley. Cmo ha sido en Mxico esto? Al revs. El Estado ha usado la ley para ampliar su poder y la ley ha dejado de ser el marco que limita al Estado.

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  • Cuadernos de Humanismo Cristiano/INCEP14

    Voy a contar una ancdota de esta naturaleza. Un da un abogado de mi tierra, de Yucatn, expres a raz de alguna arbitrariedad estatal, que el Estado puede hacer todo lo que no le est prohibido. Eso es cierto para el particular. Para el particular todo lo que no est prohibido est permitido. Pero para la autoridad, para el Estado, es al revs: slo puede hacer lo que ex-presamente le autoriza la ley. Porque aqu el libre es la persona y el Estado es el instrumento de la persona y de la sociedad y no al revs. Y el Derecho es lo que cerca al Estado para que no se salga y abuse, y no la herramienta con que el Estado le pega a la sociedad haciendo el Derecho a la medida de lo que necesita y no de lo que requieren las personas. O dicho de otro modo, en el mbito econmico, el Estado tiene responsabilidades, s; de reglamentar, de encauzar, de promover la justicia, de establecer instituciones que com-pensen las desigualdades naturales de las personas y tambin las artificiales. Pero el Estado es el mbito desde el cual se exigen las responsabilidades y no el sustituto de los responsables.

    Y esto se sigue de afirmar que la Per-sona Humana tiene inteligencia, tiene voluntad, tiene libertad y es social. De qu es lo ms digno que hay. En estos terrenos hay muchas cosas que se si-guen, por ejemplo la postura radical aqu s radical del Partido Accin Na-cional en contra de la legalizacin del aborto. Accin Nacional ah no va a dar un paso atrs. Por qu? Yo se los dira metafricamente.

    Han visto cuntos defensores tienen los huevos de tortuga en el mundo?

    Alguien discute que de un huevo de tortuga va a salir una tortuga? Nadie piensa que de un huevo de tortuga va a salir un rinoceronte. Nadie. Del huevo de tortuga salen tortugas: tortuguitas. Y est la Sony, la Exxon, la General Motors, la Armada de Mxico y los Boys Scouts en las playas cuidando que a los huevitos de tortuga no les vaya a pasar nada porque se acaban las tortuguitas. Sin embargo, qu debate tan violento sobre si los huevitos humanos van a dar hombrecitos! O no? Qu curioso! La ecologa s, mientras se trate de las tortugas. Y por qu no la extendemos a los huevos humanos? A m se me deca en un debate, que seguramente algunos de ustedes vieron por televi-sin, que quin sabe si el embrin sea un ser humano. Yo respond: Mire us-ted, si usted va de cacera y empua la escopeta, y por ah se mueven unas ramitas, y usted sospecha, nada ms sospecha que ah atrs hay un hom-bre, no dispara. Con la pura sospecha; es la lgica del cazador. Bien, en este terreno Accin Nacional afirma que la dignidad del ser humano no empieza ya que sali del vientre de su madre, sino desde el primer momento de su existencia.

    La vida es un proceso. Las distincio-nes de razn en un proceso de vida no equivalen a divisiones de hecho. Yo puedo decir con mi razn que el nio pas a ser adolescente. Pero no se mu-ri el nio porque naciera el adolescen-te. Hay un continuo. Yo pongo divisio-nes de razn para establecer etapas temporales, pero eso no significa que se corte el proceso de hecho. En este sentido ah tienen otra consecuencia de una afirmacin doctrinal.

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    Bienes pblicos, Bien Comn

    La otra afirmacin doctrinal del PAN es la primaca del Bien Comn. Qu quiere decir esto? Para Accin Nacional el Bien Comn es el conjunto de condi-ciones materiales y culturales, que le permiten al ser humano desarrollarse plenamente. Fjense que curioso: es un conjunto de condiciones materiales y culturales que le permiten al hombre desarrollarse plenamente. Qu quiere decir ese plenamente? Quiere decir como cuerpo, como alma, como inteli-gencia, como voluntad, como afectivi-dad y como socialidad. Y la socialidad humana es muy importante. Porque el hombre se asocia con muchas cosas. Se asocia con las personas, se asocia con la naturaleza y se puede asociar si quiere- con Dios. Con la naturaleza no tiene ms remedio que estar aso-ciada. Con los otros seres humanos, salvo casos de que el siquiatra pudiera hablar, no se asocia. Y con Dios puede o no puede, depende de que quiera. Del lado de Dios, ste siempre quiere. Pero del lado del hombre puede no querer y Dios es sumamente respetuoso de nosotros, la verdad.

    Entonces, el Bien Comn es un conjunto de condiciones materiales y culturales. No es una teora. Para decirlo rpido y pronto, Bien Comn son los parques pblicos, las calles pavimentadas, las escuelas, las bibliotecas, el Derecho, las buenas leyes, el Seguro Social, es el INFONAVIT. Bien Comn es la elec-trificacin. Todo esto constituye el Bien Comn. El transporte pblico, incluso, aunque parezca extrao, la belleza ur-bana es Bien Comn. En alguna oca-sin, en Mrida, hubo un debate muy

    interesante sobre que se haca con el Teatro Pen Contreras. El Teatro Pen Contreras es un edificio muy importan-te y muy bello. Est en el centro de la ciudad pero era propiedad de una familia. Esta familia lo tena cerrado. Lo haba tenido cerrado muchos aos con la esperanza de que se derrumba-ra y construir ah un hotel en un lugar privilegiado de la ciudad. Y entonces algunos dijimos que el Pen Contreras no deba morir. Y se adujo que era pro-piedad privada, que no podamos hacer nada. Entonces dijimos: El espacio y los volmenes en una ciudad pueden ser propiedad privada y lo son. La casa de cada uno de ustedes es un espacio y un volumen de ustedes. Pero el espacio y el volumen que son tiempo comn, no pueden ser propiedad privada y el Pen Contreras es parte de la historia de este pueblo. No puede ser de al-guien. Es tiempo nuestro. Es espacio y volumen que se convirtieron en tiem-po. En tiempo comn, no en tiempo de tal familia. En tiempo de la ciudad de Mrida. As que aqu hay razones para expropiar; que se les pague bien. Que se les pague lo que eso cuesta. O que lo pongan a funcionar, con algn patro-nato, pero esto no puede morirse as. El Bien Comn tambin es la belleza de la ciudad. Tambin son los tiempos co-munes que nacen de los espacios y los volmenes en los que se refleja la vida de nuestros abuelos y de nuestros pa-dres y la nuestra. Y el Bien Comn son las fuentes y las estatuas y las biblio-tecas y los hogares de nios. Y el Bien Comn, yo dira fundamentalmente es que haya poltica y no guerra, porque si hay guerra, lo nico que se hace es el mal comn.

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  • Cuadernos de Humanismo Cristiano/INCEP16

    La poltica

    El Bien Comn originario de todos los dems bienes comunes, creo yo, es la poltica. Por qu? Porque es la forma en que hombres diferentes, seres dife-rentes, agrupaciones diferentes se re-lacionan por medio de la palabra que es la palabra hablada en el dilogo, palabra escrita en el derecho, palabra redactada en un acuerdo que genera bienes pblicos. Pero para que se ge-neren los otros bienes pblicos. El pri-mero que tiene que existir es se. Y el primer bien, el primer punto, el primer escaln del Bien Comn es que haya poltica y no guerra entre las personas. Cundo hay guerra entre personas? Cuando alguien en poltica cree que est predestinado por la Providencia o por la historia para resolverle los pro-blemas a todos los dems, aunque no quieran. As es. Esta es la esencia de un rgimen totalitario: que no hay po-ltica, hay guerra. Al que est en des-acuerdo se le fusila o se le encarga a algn siquiatra, porque la autoridad es la razn. No. Desde una visin de dig-nidad del hombre esto es inadmisible. Y desde una visin del Bien Comn, tambin es inadmisible. Accin Nacio-nal afirma que el Bien Comn est por encima de los bienes particulares. Es decir, es ms importante que haya en un terreno baldo un teatro para to-dos, que el patio donde se solacen unos cuantos. Lo cual no quiere decir ignorar los derechos que tengan los dueos de eso y respetrselos. Pero hay muchas cosas que tienen que saberse sacrificar por el Bien Comn.

    Lo voy a decir de una manera ms inteligible. El hombre tiene cuerpo y

    espritu; en lo que toca a los bienes corporales-materiales, primero es el Bien Comn; en lo que toca a los bie-nes del espritu, primero es la libertad de la persona. Es decir, se puede pedir el sacrificio material esos son los im-puestos, eso es el servicio militar por-que en lo material primero es lo comn, pero no se puede el sacrificio de la li-bertad ni de la dignidad en nombre de nada, porque en ese terreno primero es la persona. Las concepciones mate-rialistas que ignoran la espiritualidad, tienen una nocin del Bien Comn que ignora a su vez la libertad, la dignidad del hombre y entonces aplasta. Cual-quier materialismo ignora el rea de la dignidad y la libertad de la persona, sea materialismo de tipo marxista o mate-rialismo de tipo capitalista. En cuan-to hay una concepcin de la persona con dimensin espiritual es posible la justicia social real. Sin esa concepcin no. O se niega la justicia en nombre de la libertad o se niega la libertad en nombre de la justicia. Y el secreto de la poltica es armonizar la justicia con la libertad. Por eso Accin Nacional dice que quiere la democracia, para la jus-ticia, en la libertad.

    La solidaridad

    Por ah podramos seguir yendo. El Bien Comn puede llamarse tambin solida-ridad. Pero entendida como virtud, no como PRONASOL. La solidaridad a la PRONASOL es un programa. Y un pro-grama tiene fecha de nacimiento y fe-cha de muerte. Cuando termina el pro-grama termina la solidaridad. Vamos a pensar en un programa nacional contra el gusano barrenador. Cuando se acaba el gusano barrenador pues se acaba el

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    programa. La solidaridad es una virtud, no es un programa, no puede ser un programa. En qu consiste la solidari-dad que es parte integrante de un Bien Comn? En evitar los males evitables. En el mundo hay males inevitables: el cicln, el terremoto, el granizo. Eso no lo podemos evitar; podemos remediar sus efectos; podemos ir a curar a los heridos, asistir a los que perdieron la casa, pero el granizo o el cicln no lo podemos evitar, son males inevitables. Cul es el mal evitable? El mal evita-ble es el que un hombre le hace a otro hombre. Por qu es evitable? Porque el que lo hace, por malo que fuera, tie-ne conciencia y se le puede convencer de que ya no lo haga, o se pueden po-ner leyes y mecanismos de coaccin para que no le gane su mala voluntad. La solidaridad es evitar el mal evitable, no el inevitable.

    Ahora, la solidaridad, que es esta vo-luntad de resolver juntos los problemas comunes; que es este llevar el peso de los unos con los otros, no se puede or-ganizar de cualquier manera. Se tiene que organizar con respeto a la dignidad de la Persona Humana y con miras al Bien Comn. En qu consiste la or-ganizacin racional de la solidaridad? En algo que el PAN dice mucho y que a veces no se entiende bien, la subsidia-riedad. Qu quiere decir esta palabra al parecer tan misteriosa y que se con-funde con subsidio del gobierno para algo? Tiene una bella historia esta pa-labra. Cuando los romanos llevaban sus legiones a combate, siempre haba una legin que se quedaba atrs. Y cuando se les desfondaba alguna legin que iba al frente, ah entraba la que se queda-ba atrs. El subsidiario que se sienta

    atrs, por si se desfonda el frente- no da la pelea directamente, est listo. Es el bateador emergente en bisbol. Eso es la subsidiariedad. Entrar cuando algo o alguien que debe hacer algo no puede hacerlo o no quiere. Porque mucho cui-dado con la nocin de subsidiariedad; la suelen usar muchas personas cuando se trata de defenderse del gobierno. Que no se meta el gobierno a hacer un supermercado porque es el terreno de los seores comerciantes, dicen.

    Subsidiariedad

    Voy a contar una ancdota. Un da me hablaron los comerciantes de Chetu-mal, Quintana Roo y me dijeron: T que eres del PAN por qu no inter-vienes con el gobernador de Quintana Roo para decirle que no vaya a abrir aqu 7 Conasuper?. Fui. El goberna-dor me dijo: Hace 5 aos que yo les ofrec terrenos, urbanizacin, electrifi-cacin, para que abran supermercados, pero los comerciantes de esta ciudad, habituados a la fayuca, a recuperar en tres meses sus inversiones, a tener ganancias gigantescas en un rato; no quieren abrir supermercados con pro-ductos nacionales de ganancia marginal pequea, porque van a tardar 20 aos en recuperar su inversin y yo no pue-do dejar a esta ciudad sin abasto, as que los voy a hacer. Y yo creo que el gobernador tena la razn.

    Porque el grande no debe meterse en donde es terreno del chico. Pero hay casos en que puede y debe hacerlo. Pri-mero, si el chico quiere pero no puede, para ayudarlo a que pueda. Y si el chico puede pero no quiere, para sustituirlo si es necesario para la comunidad. La

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  • Cuadernos de Humanismo Cristiano/INCEP18

    subsidiariedad es la ida y vuelta. No es nada ms un mecanismo de proteccin de la persona y la sociedad contra el Estado, sino un indicativo de obligacin moral del Estado cuando la persona o los grupos sociales no quieren, pudien-do cumplir su deber. As cuando menos lo entiende Accin Nacional.

    Democracia

    En estos mismos trminos podramos hablar del inters nacional que es la for-ma concreta y geopolticamente asen-tada del Bien Comn. Preferira llegar al cuarto principio, al de la democracia. La democracia vista un poco potica-mente, es la historia de los desiguales para ser iguales ante el derecho. Eso es. Vanlo en su historia. Primero los nobles le quitan al rey de Inglaterra un pedazo de su poder para poder vo-tar en el consejo del reino. Despus de los nobles, lo no muy nobles pero s ricos. Despus de los ricos, los habi-tantes de la ciudad que supieran leer y escribir. Despus todos, pero slo los varones. Despus tambin las mujeres y finalmente hasta los muy jvenes. La historia de la democracia es eso. Que los distintos estemos de alguna mane-ra iguales ante el Derecho para poder organizarnos para vivir con justicia. Es decir, la democracia no es solamente la higiene de la aritmtica electoral. Es muy importante la higiene de la aritm-tica electoral, es fundamental, pero no es toda la democracia. La democracia es un modo de vivir en el respeto, en el dilogo, en la poltica. Es un mtodo tambin para tomar decisiones. A m me gusta empezar hablando de este mtodo para tomar decisiones, por ra-zones de mtodo.

    Qu quiere decir que una organizacin o que un grupo de personas sea de-mocrtico, en este nivel? Quiere decir que se rene un grupo de personas, plantea un asunto, lo discute y final-mente vota para tomar una decisin y realizar una accin. Fjense todo lo que lleva dentro esta sencillez de la democracia. Primero, quiero decir que en democracia todo el mundo acepta que puede estar equivocado. No que lo est pero que podra estarlo. Por qu? Porque se acepta que las cosas se decidan por votacin y tal vez per-der. No acepta que no se discuta. Se tiene que discutir. Pero como hay que tomar una decisin y la materia no es doctrinal, entonces se presupone que la opinin de los ms es ms razonable que la opinin de los menos. Se discute lo que se puede discutir.

    Ustedes se imaginan una asamblea en el estadio para poner a discusin si Dios existe Y que se vote? Dios puede perder. El mismo lo previ en la Biblia al decir que el nmero de los imbci-les es infinito. Est en minora. O que se ponga a referndum si la suma del cuadrado de los catetos es igual al cua-drado de la hipotenusa? O si la frmula del cido sulfrico en H2S04? Eso no se puede votar. Se votan decisiones; la democracia no da para tanto. Uno de los errores de nuestras universida-des es ese: pensar que la democracia da para ms.

    Un da, un joven profesor de la Facul-tad de Economa de la UNAM en los agitados aos 68, recibi el encargo de elaborar el plan para el currculo aca-dmico para el pos-grado en economa, y el joven economista, recin llegado

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    del extranjero, hizo el programa para la maestra y el doctorado en econo-ma. El especialista fue a las horcas caudinas de los jvenes, casi todos del primer semestre porque ya para el tercero casi nadie va a esas asam-bleas- puo en alto, barba, morralito, grea, pantaln de mezclilla; el unifor-me de la revolucin. Entonces someti a la consideracin de aquella demo-crtica asamblea, el currculo acad-mico para el post-grado en economa. Y haba Matemticas I, Matemticas II, Matemticas III y Matemticas IV. Se supone que algo tienen que ver las ma-temticas con la economa. Y entonces un joven lder de cuyo nombre alguna vez me acordar, subi a la tribuna y dijo: A qu se viene a esta facultad compaero, a estudiar numeritos o a fortalecer la conciencia de clase, dijo. Pues, si es a fortalecer la conciencia de clase, yo pongo Marxismo I, Mar-xismo II, Marxismo III, y Marxismo IV en lugar de matemticas. Y gan, abrumadoramente. Hasta hace poco ese fue el programa del postgrado en la UNAM con el resultado de que ahora son los del ITAM los que manejan la economa nacional porque ah s apren-den a sumar.

    Entonces, la democracia no da para tanto. La democracia da para decisio-nes discutibles, opinables, y hay que tener modestia para ser demcrata verdadero. Hay que aceptar que pue-de uno no tener la razn. Incluso hay que aceptar que la mayora se puede equivocar y darle la oportunidad de ha-cerlo, porque todo procedimiento de-mocrtico tiene una siguiente instancia para rectificar. Solamente los gobiernos

    totalitarios o con aspiraciones de tales, hacen afirmaciones como las que omos aos y meses en Mxico: la revolucin no da marcha atrs. Cmo no va a dar marcha atrs un proceso de orga-nizacin social y econmica si fracasa? Es absurdo. La democracia, lo prime-ro que dice y sabe es que los seres humanos y las decisiones de los seres humanos son perfectibles. Los dioses no son demcratas.

    Recuerden la mitologa griega; los dio-ses no son demcratas, viven pelean-do, son guerreros y tramposos. Zeus engaa y trampea a Venus y viven en unos enredos de pginas de sociales. Regia fiesta en el Olimpo. Los dioses no son demcratas. En el politesmo no son. Pero en el monotesmo lo son menos. En el monotesmo Dios es so-berano absoluto y no pone a votacin nada. Se celebra en el catolicismo el da de Cristo Rey.

    Los monrquicos

    La democracia es para nosotros, los se-res humanos, perfectibles, que se equi-vocan, que meten la pata, que se in-sultan. Ustedes no han estado en una convencin del PAN alguna vez? Pues eso es la democracia. Aceptar este error posible, esta perfectibilidad. Pero hay que tener la conviccin de que de una reunin democrtica hay que salir con una decisin y no con una perpetua indecisin. Es un mtodo para tomar una decisin colectiva. Hay gente que dice ser demcrata y cuando est en minora se convierte a la monarqua. Y piensa que tienen la razn los menos porque tienen el depsito de la verdad.

    DOCTRINA, IDEOLOGA, COMUNICACIN

  • Cuadernos de Humanismo Cristiano/INCEP20

    La democracia es mucho ms mo-desta. Por qu es as la democracia? Porque, al menos como la entendemos los panistas, porque el ser humano tiene inteligencia, tiene voluntad, tie-ne afectos, es social, tiene cuerpo, por eso, nada ms. No es el cuerpo el que puede presumir de perfeccin: enve-jece, se enferma, se tropieza. No hay ser inteligente que pueda presumir de perfeccin: se equivoca. No hay ser con voluntad que pueda presumir de perfeccin, yerra, peca. Entonces la de-mocracia es un sistema para que esta pasta que somos nosotros se pueda juntar y tomar decisiones, libremente y justamente. Y empezar por una norma obligatoria para todos. Si uno entra a una asamblea democrtica con un re-glamento y un estatuto no puede votar contra ellos, porque eran las normas

    para entrar. Despus de que tome la decisin los puede cambiar, pero no los puede cambiar si entr con esas reglas del juego. Sera como si a medio juego de ajedrez de repente se autorizara que la torre comiera en diagonal, que es lo que hacen las comisiones electorales a las doce del da cuando autorizan vo-tar sin estar en el padrn. Eso no es democracia.

    Democracia pues, por eso lo dice el PAN, es una forma no slo de gobierno sino de vivir. Es una manera de enten-der al hombre, a la vida social, a la razn humana, a los afectos humanos.

    Era esto creo yo lo que ustedes que-ran or del Presidente del Partido en materia de principios de doctrina.

    Fuente: Castillo, C. (2010). Doctrina e Ideologa. (1ra. Ed). Pp. 37-54. Mxico D.F: Fundacin Rafael Preciado Hernndez, A.C. El presente texto corresponde a la conferencia impartida a comunicadores de Gobierno del Partido Accin Nacional (PAN) en Garca, Nuevo Len. Se public originalmente en la revista Palabra, nmero 25, julio-septiembre de 1993.

    CARLOS CASTILLO PERAZALicenciado en Filosofa (Universidad Nacional Autnoma de Mxico) (UNAM) y en Letras (Universidad de Friburgo, Suiza). Fue presidente de la Asociacin Catlica de la Juventud Mexicana (ACJM) 1968-1971; director de la Unin Social de Empresarios (USEM) de la ciudad de Mxico 1979-1981; y consejero del Departamento de Asuntos Internacionales de la Central Latinoamericana de Trabajadores (CLAT) 1987-1990. Como dirigente en el Partido Accin Nacional (PAN) de Mxico, del cual fue presidente, fund el Instituto de Estudios y Capacitaciones Polticas (1979-1984) y la Fundacin Rafael Preciado Hernndez AC (1993-1996). Fue diputado federal en dos periodos (1979-1982 y 1988-1991); candidato a gobernador de Yucatn (1981); candidato a alcalde de Mrida (1984); y candidato a Jefe de Gobierno del Distrito Federal (1997). Falleci el 8 de septiembre de 2000.

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    Contenido

    Valores del Humanismo Cristiano 22 Puesta en prctica del Humanismo Cristiano 23 Significado del Humanismo Cristiano para nuestro siglo 24

    El Humanismo Cristiano en el siglo XXI

    Josef thesing

    El Humanismo Cristiano en el siglo XXI

  • Cuadernos de Humanismo Cristiano/INCEP22

    Me limitar solamente a algunos co-mentarios de carcter ms bien gene-ral, desde mi punto de vista de cient-fico poltico, acerca de este tema muy general pero, a la vez, sumamente complejo. Me enfocar sobre todo en la pregunta de si el Humanismo Cris-tiano tiene un poder de influencia so-bre la poltica prctica y en el caso afirmativo- qu tipo de poder de in-fluencia tiene.

    El Humanismo significa aspirar a la hu-manidad, la libertad, la tolerancia y el respeto ante otras personas. Se trata en principio de la configuracin de la convivencia humana en conformidad con la dignidad humana y con el libre desarrollo de la personalidad.

    El Humanismo Cristiano se diferencia de este concepto por construir su ima-gen del ser humano sobre una base religiosa. Tambin para l, el hombre es el centro de todo. Sin embargo, el hombre como criatura de Dios. En esto, se evidencia su relacin y su vin-culacin con el cristianismo.

    Valores del Humanismo Cristiano

    Los valores fundamentales del Huma-nismo son:

    El Humanismo Cristiano en el siglo XXI

    Josef thesing

    La dignidad del ser humano es in-violable: Constituye un derecho natural.

    La tolerancia: los lmites de ella se hallan en donde se encuentran con la intolerancia y la violacin de los derechos humanos.

    La democracia como forma de go-bierno y de vida.

    Libertad, solidaridad, justicia, paz, igualdad de derechos entre los se-xos, autodeterminacin, conserva-cin de los fundamentos naturales de la vida.

    La fundamentacin de stos y otros valores del Humanismo Cristiano es distinta, es religiosa y deriva de la sustancia del cristianismo, de la Biblia, de las encclicas sociales papales, de los decretos de los concilios. Sin em-bargo, en cuanto a sus objetivos, no difiere demasiado del Humanismo no Cristiano.

    En la polmica del cardenal Josef Ra-tzinger con el filsofo Jrgen Haber-mas, en el ao 2004 en Mnich, se evidenci este contraste. Habermas intent demostrar que la democracia y el Estado de Derecho democrtico estn en condiciones de generar prc-ticas democrticas a partir de una di-

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    nmica poltica propia. l, que se auto-define como alguien que no tiene odio religioso, no niega que la religin siga existiendo, pero la considera ms bien una manifestacin marginal. Concede que el Estado constitucional democr-tico vive su herencia cristiana, pero se-ala que ahora despliega su dinmica propia. Desde su punto de vista, las virtudes que son importantes para la supervivencia de la democracia se ad-quiriran a travs de la socializacin y la adaptacin a prcticas y formas de pensar propias de una cultura polti-ca liberal.

    En oposicin a esta tesis, Ratzingner sostiene que el Estado de derecho de-mocrtico -que l considera la forma ms apropiada del orden poltico- y el principio de mayora que se aplica a las decisiones polticas y a las leyes, igualmente dejan sin respuesta la cuestin de las bases ticas del dere-cho, la cuestin acerca de si no existe aquello que nunca podr convertirse en derecho, es decir aquello que siempre va a ser injusto en s mismo y a la in-versa tambin eso que por su esencia es derecho inamovible, lo que es ante-rior a cualquier decisin de mayoras y que debe ser respetado por ellas. El Cardenal aboga por una necesaria interaccin entre razn y fe, razn y religin, que estn convocadas a la pu-rificacin y sanacin recprocas, que se necesitan mutuamente y deben reco-nocerse recprocamente.

    Esta discusin est lejos de haber con-cluido. En el mundo global, tendr que ser llevada de manera an mucho ms intensa, especialmente en considera-

    cin del hecho de que el Islam sobre todo el Islam militante y fundamenta-lista- gana cada vez ms importancia. El bando cristiano, hasta el momento, ha sido demasiado vacilante en este dilogo. Si bien el Papa Benedicto XVI ha dado un primer paso, eso todava no es suficiente.

    Puesta en prctica del Humanismo Cristiano

    Tambin persiste otro problema. Cmo es posible poner en prctica las nuevas ideas, conceptos y visiones del Huma-nismo Cristiano? Esta puesta en prc-tica hasta el momento ha sucedido a travs de los partidos de la democracia cristiana. Sin embargo, estos partidos han perdido influencia a nivel global du-rante los ltimos aos. Especialmente, ste es el caso de Latinoamrica, in-cluida Centroamrica.

    Las razones de esta tendencia son muy variadas. En esta oportunidad no pue-do profundizar ms este tema. Se vol-ver nuevamente con el tema poltica y cristianismo. En principio, podemos distinguir entre una dimensin poltica general de la concepcin cristiana y otra especfica. La dimensin polti-ca general est constituida, como en otras religiones, por valores personales y credos religiosos traducidos en ac-titudes y manifestaciones personales. No ocurre lo mismo con la dimensin poltica especfica de la cristiandad.

    Al igual que en todas las dems reli-giones, el cristianismo reconoce man-damientos y convicciones que determi-nan el carcter cristiano, distinguiendo

    El Humanismo Cristiano en el siglo XXI

  • Cuadernos de Humanismo Cristiano/INCEP24

    a sus creyentes de quienes profesan otras religiones. Es evidente que mu-chas veces existe por parte de los cre-yentes cristianos el deseo de que la dimensin religiosa se haga efectiva a travs de la poltica. Al mismo tiempo, no es menos evidente que no puede haber una poltica cristiana, un par-tido cristiano en el sentido estricto del trmino. Ms bien, se puede decir que es posible la existencia de una poltica basada en la responsabilidad cristiana.

    Significado del Humanismo Cristia-no para nuestro siglo

    Surge la pregunta sobre el significado del Humanismo Cristiano para nuestro siglo. Generalmente, esta manera de pensar tradicional mantendr su sig-nificado tambin en el futuro. En este contexto, no se debe olvidar que fue precisamente el Humanismo Cristiano el que ha aportado de manera sustan-cial al desarrollo y al reconocimiento de los derechos humanos. Este siglo podra llegar a ser el siglo de los dere-chos humanos y de la democracia. Con eso, se da una continuidad, si tambin el Humanismo Cristiano puede brindar sus propios aportes al futuro desa-rrollo. Sin embargo, en la actualidad enfrenta problemas de orientacin en relacin a los grandes desafos de la globalizacin.

    Un resurgimiento, tal y como lo vivimos en el siglo pasado con los filsofos fran-ceses y alemanes, y en Latinoamrica con Eduardo Frei, Arstides Calvani y Rafael Caldera, no es perceptible en la actualidad. No se sale del atolladero,

    todava no nos hemos puesto al da con los temas de los nuevos desafos del mundo global. Se trata de la relacin entre la cultura, la religin y la demo-cracia en Guatemala, Centroamrica y en otros pases, de la ideacin de nuevos sistemas democrticos inter-culturales, de la posicin frente a las tecnologas modernas, en este marco especialmente las preguntas relaciona-das con la biotecnologa.

    En estos temas, la tica debe estar en el foco de atencin. Las encclicas del Papa Benedicto XVI son un buen fun-damento, a pesar de que tienden a des-cuidar el tema de la poltica. En todo caso, es recomendable una coopera-cin con las iglesias cristianas. Esto es, sobre todo, el caso de Latinoamrica. Sera imaginable una cooperacin en relacin con la doctrina social cristia-na. Para ambas partes, la iglesia y la poltica, todava hay mucho territorio nuevo que descubrir.

    Probablemente, en la actualidad, ya nos encontramos en una fase de neoilus-tracin. La dimensin global, que nos rodea, exige distintos modos de pensar. De especial importancia me parece el debate y el dilogo entre las religiones. El Humanismo Cristiano aparte de se-guir su propio desarrollo que tiene que lograr en el contexto de los desafos globales- tambin debe ofrecerse como socio de dilogo para otras religiones. Debemos aportar considerablemente al proceso de la neoilustracin a travs del encuentro, del dilogo y de la dis-puta con los representantes del Islam y de otras religiones. Un Islam ilustra-

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    do no es violento. Por eso, estimo de gran importancia los encuentros inter-nacionales, el intercambio de reflexio-nes y las discusiones en torno a este eje temtico. Latinoamrica, hasta el momento, ha sido ms bien reservada frente a esto. Es algo que tambin de-bera cambiar.

    Fuente: Thesing, J. (2010) Democracia y formacin poltica. Pp. 43-46 Guatemala: Instituto Centroame-ricano de Estudios Polticos. Ponencia presentada con motivo de la celebracin del 40. Aniversario de fundacin del INCEP. Antigua Guatemala, 9 de noviembre, 2009

    JOSEF THESING

    Politlogo alemn (1937). Representante de la Fundacin Konrad Adenauer (KAS) en Guatemala (1965-71) y Colombia (1971-73). Sucesivamente desempe diversas funciones en la sede central de la KAS, destacando como Director del Cooperacin Internacional y Secretario General adjunto. Promovi la constitucin (1968) del Instituto Centroamericano de Estudios Polticos (INCEP), de la Escuela de Ciencia Poltica (1968) de la Universidad de San Carlos de Guatemala, y de la Facultad de Ciencias Polticas y Sociales (1970) de la Universidad Rafael Landvar de Guatemala. En las tres instituciones ejerci como docente e investigador. Tambin ha sido docente en la Universidad de Javeriana de Bogot (1990-2005) y de la Universidad de Colonia, RFA. Autor y editor de mltiples publicaciones en 18 idiomas. Doctor Honoris Causa de la Universidad Rafael Landvar de Guatemala, de la Universidad Catlica de Asuncin, Paraguay y de la Universidad Catlica de Crdoba, Argentina. Actualmente es Presidente de la Asociacin para el Fomento del Museo de Historia Juda en Polonia; Presidente del Curatorio de la Sociedad Germano-Polaca; y Vicepresidente de Asociacin Acadmica Ordo Socialis para el fomento de la Doctrina Social Cristiana, con sede en Colonia, Repblica Federal de Alemania.

    El Humanismo Cristiano en el siglo XXI

  • Cuadernos de Humanismo Cristiano/INCEP26

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    La perspectiva del Humanismo Cristiano ante los desafos actuales

    Partido demCrata Cristiano de UrUgUay

    Contenido

    El mundo actual y la crisis de las ideologas 28

    El concepto de ideologa 29

    Los principios del Humanismo Cristiano 30 La dignidad de la persona humana 31 Personalismo comunitario 32 Pluralismo 33

    La accin poltica inspirada en los valores del Humanismo Cristiano 33 Una profunda vocacin democrtica 34 La defensa y respeto de los derechos humanos 35 Un desarrollo integral 35 Un Estado solidario y que garantice el bien comn 36 Crecimiento econmico con equidad 36 La primaca del trabajo 37 La defensa y respeto por los derechos de las nuevas generaciones 37 El sentido de la poltica en el Humanismo Cristiano 37

    La perspectiva del humanismo cristiano ante los desafos actuales

  • Cuadernos de Humanismo Cristiano/INCEP28

    El mundo actual y la crisis de las ideologas

    En las ltimas dcadas se registraron una serie profundos cambios en el mundo, a un ritmo inusitado.

    Las distintas ideologas se ven in-terpeladas para dar cuenta de los mismos. Lo viejos esquemas se ponen en discusin y muchas veces resultan insuficientes o inadecuados para expli-car los nuevos fenmenos y para guiar la accin poltica.

    Veamos los principales cambios: acele-rado cambio tecnolgico (tcnicas de la informacin y la comunicacin, bio-tecnologa, robtica, etc.); globaliza-cin econmica; crecimiento econmico con degradacin del medio ambiente; fin del socialismo real; cambios en la estructura de poder mundial (fin de la guerra fra y del bipolarismo); de-bilitamiento de la cohesin social, con prdida de sentido de pertenencia a la comunidad nacional y creciente presencia de diversos grupos sociales con reclamos corporativos sin consi-derar el inters general; transforma-ciones en la familia; falta de sensibili-dad para el bien comn; surgimiento de nuevas subjetividades que va desde la individualizacin autocentrada a

    una mayor autonoma e iniciativa indi-vidual con asuncin de responsabilida-des; deseo de acceso a una creciente cantidad de bienes, siendo el Estado y el Mercado incapaces de satisfacerlo completamente; crisis de valores y de normas: al tiempo que se expanden nuevos valores, como la proteccin del medio ambiente, la equidad de genero, el respeto a la diversidad sexual, de-caen valores vinculados a lo pblico y a lo colectivo, como son la fraternidad y la solidaridad.

    Estos hechos han impactado fuerte-mente en la discusin ideolgica.

    Fukuyama, un politlogo neoliberal, plante -en un artculo de 1989 titulado El fin de la historia?- que la historia humana como lucha entre ideologas haba concluido. A su juicio Lo que podramos estar presenciando no slo es el fin de la guerra fra, o la culmi-nacin de un perodo especfico de la historia de la posguerra, sino el fin de la historia como tal: esto es, el punto final de la evolucin ideolgica de la humanidad y la universalizacin de la democracia liberal occidental como la forma final de gobierno humano. Lo cual no significa que ya no habr acontecimientos que puedan llenar las pginas de los resmenes anuales de

    La perspectiva del Humanismo Cristiano ante los desafos actuales

    Partido demoCrata Cristiano de UrUgUay

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    las relaciones internacionales en el Fo-reign Affairs, porque el liberalismo ha triunfado fundamentalmente en la es-fera de las ideas y de la conciencia, y su victoria todava es incompleta en el mundo real o material. Pero hay razo-nes importantes para creer que ste es el ideal que a la larga se impondr en el mundo material.

    Al no existir visiones alternativas del hombre y su destino, triunfara un pensamiento nico, sin posibilidad de imaginar alternativas. El fin de la historia ser un momento muy triste. La lucha por el reconocimiento, la vo-luntad de arriesgar la propia vida por una meta puramente abstracta, la lu-cha ideolgica a escala mundial que exiga audacia, coraje, imaginacin e idealismo, ser reemplazada por el clculo econmico, la interminable resolucin de problemas tcnicos, la preocupacin por el medio ambiente, y la satisfaccin de las sofisticadas demandas de los consumidores. En el perodo pos-histrico no habr arte ni filosofa, slo la perpetua conservacin del museo de la historia humana.

    De esta forma se reduce la poltica a una cuestin meramente pragmtica y la competencia poltica a una bsqueda de los mejores gestores, dado que ya no hay lugar para los viejos debates ideolgicos.

    Parecera que toda discusin doctrina-ria y todo planteo utpico resultaran estriles o ilusos.

    Sin duda que la ideologa marxista ha entrado en una profunda crisis a partir de los cambios ocurridos en las ltimas dcadas. Pero las polticas neoliberales, basadas en las privatizaciones y en la desregulacin de los mercados, aplica-das en la dcada de los 90 en Am-rica Latina, no produjeron otra cosa que el incremento de la pobreza, una mayor desigualdad social, afectaciones ambientales importantes y un paulati-no deterioro de valores fundamentales para una sana convivencia.

    Sigue siendo inevitable pensar hacia qu tipo de sociedad debemos mar-char, hacia qu modelo apuntar nues-tras miras y hacia qu Utopa dirigir todos nuestros esfuerzos.

    El concepto de ideologa

    Juan Pablo Terra defina a la ideologa como un complejo conjunto de ideas tal como viven en el grupo. Estas ideas se refieren al modo como la gente de ese grupo ve o imagina su estructura, sus procesos, su situacin y su his-toria, en relacin a la estructura, los procesos, la situacin, y la historia de la sociedad total y de los otros grupos. Pero adems de una interpretacin de la realidad, la ideologa de un grupo contiene apreciaciones de valor: jui-cios, calificaciones de bueno o malo, preferencias, condenas, rechazos. 1

    Tambin adverta que todas las ideo-logas estn viciadas por esquematis-mos y deformaciones. Parcialmente,

    1 Juan Pablo Terra, Mstica, Desarrollo y Revolucin, Pg.27, Ediciones del Nuevo Mundo, Montevideo, 1969

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  • Cuadernos de Humanismo Cristiano/INCEP30

    en mayor o menor grado, toda ideolo-ga esta afectada por la limitacin de la capacidad humana para conocer y comprender. () En la ideologa est siempre infiltrada en mayor o menor grado una autojustificacin del grupo y una abogaca de sus intereses y de sus propsitos. A veces las deformaciones son flagrantes, burdas, y casi siempre aparecen as para el grupo opuesto en conflicto.

    Hay que admitir que quienes se sien-ten empujados por su mstica a servir a los hombres a travs de la accin social, que es una accin de grupos, se vern necesariamente enredados en el conflicto de los grupos y de las ideologas. De algn modo, su mstica se convertir en una concreta ideolo-ga de grupo. Y esta ideologa estar mordida, mutilada por las distorsio-nes. Y esta es la paradoja: que quien penetra en al accin poltica y en la accin social para servir a una mstica, se mueve despus, no por su mstica en estado puro, sino por una compleja ideologa de grupo, en que su mstica tiene una parte fundamental, pero que ha sido afectada y mutilada por las distorsiones.

    Esta distorsin solo se supera a fuerza de saber objetivo, de repensar enrgico sobre la realidad concreta, de curiosa e infatigable investigacin de la sociedad en que se vive, de hu-milde fidelidad a lo real, de libertad frente a los esquemas, las rutinas y

    los cliss mentales; gracias a una in-tensa, pura, revivida mstica.

    Van Dijk define a la ideologa como la base de las representaciones sociales compartidas por los miembros de un grupo. Esto significa que las ideolo-gas les permiten a las personas, como miembros de un grupo, organizar la multitud de creencias sociales acerca de lo que suceda, bueno o malo, correcto o incorrecto, segn ellos, y actuar en consecuencia.2

    Las ideologas permiten conocer e interpretar la realidad, al tiempo que interpelan para la accin.

    Los principios del Humanismo Cristiano

    El Humanismo es un conjunto de pre-supuestos que asignan al ser humano una posicin especial en el esquema general del mundo y las cosas3

    Para los humanismos, la dignidad y autonoma de las personas es el va-lor central. Comparten la idea que los dems seres humanos son un fin en si mismos y no deben ser tratados como meros medios para nuestra propia sa-tisfaccin. Siguen la mxima kantiana de que no debes tratar a los dems como no quieras que te traten a ti. Siguen una tica de principios. El fin no justifica los medios; hay lmites acerca de lo que nos est permitido hacer.

    2 Teun A. van Dijk, Ideologa. Una aproximacin multidisciplinaria, Gedisa, Sevilla, 2006, Pg. 213 Diccionario Akal de filosofa

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    El Humanismo Cristiano se basa en algunos principios, que son el ncleo duro de su doctrina, que inspira el deber ser desde el cual evaluamos y juzgamos la realidad social y poltica.

    La dignidad de la persona humana

    Lo caracterstico del Humanismo Cris-tiano es el carcter trascendente de la persona humana. La persona humana es concebida como subsistente, esto es, que existe en si misma y para s misma, siendo ella misma y no otra cosa. Esta entidad autnoma es tam-bin un ser en relacin y por tanto abierto a una relacin vertical y otra horizontal. Por la primera, la persona est abierta a la trascen-dencia. Por la segunda, est abierta a sus hermanos y hermanas.

    Para los democratacristianos esa per-sona en comunidad es tan importan-te como lo es su dimensin trascen-dental; separndonos por esta va de la versin liberal, que entiende a la persona como individuo aislado, slo abierto a la socializacin en tanto sa-tisfaga sus inquietudes egostas; as como de la versin marxista, donde el hombre en definitiva im-porta como resultante de las meras relaciones sociales. Nuestro especial concepto de persona, entonces, la identifica presentando cuatro dimen-siones fundamentales en torno a dos ejes: un eje que implica la dimensin espiritual junto a la material; y otro

    que integra una dimensin comunita-ria junto a otra individual.

    Para la Democracia Cristiana urugua-ya4 La persona es la preocupacin central y el objeto de su lucha. La concepcin de la persona humana, li-bre, sujeto de derechos inalienables, capaz de solidaridad y de amor, irre-ductible a ser considerada como un factor de utilidad o de bienestar social, y que solo se realiza cuando sirve a los otros contribuyendo a la creacin de un bien comn participado por todos.

    El hombre est inmerso en la naturaleza y sometido a condicio-namientos del universo natural. Pero, siendo conciente y racional, puede volverse sobre l, transformarlo y hu-manizarlo.

    Es adems social. Existe con los otros y en presencia de los otros. Necesita a los otros para llenar el va-co de sus indigencias individuales y para perfeccionarse.

    Pero no los necesita como cosas ti-les, moldeables a su gusto, sino como sujetos con ciertos derechos esencia-les, inalienables, capaces de libertad, con los cuales entra en relacin de personas. Es decir, en una relacin en parte intermedia y condicionada por el universo natural y social, pero personalizada por la comunicacin, por el dilogo y por la solidaridad o el amor. Una relacin que madura y crea las condiciones para la mxima

    4 PDC, Programa de Principios.

    La perspectiva del Humanismo Cristiano ante los desafos actuales

  • Cuadernos de Humanismo Cristiano/INCEP32

    expansin de la persona, cuando se convierte en cooperacin conciente para el bien comn.

    Sin embargo, el hombre libre puede romper la solidaridad, el universo natural y social, que intermedia entre los hombres, puede alzarse como un velo que oculta al otro y convierte la relacin de personas en instrumento de dominacin, generando la aliena-cin de oprimido y opresor. Las mismas ideologas, distorsionadas y esquem-ticas, pueden convertirse en barreras que ocultan y alienan.

    Pero el hombre puede tambin cono-cer y comprender esos obstculos y reaccionar contra ellos en una accin poltica, nervio de grandes revolucio-nes liberadoras, una forma superior de cooperacin para el bien comn, en la cual se elevan y valorizan como personas, liberadores y liberados.

    Estas ideas las podemos sintetizar en las palabras de Joseph Louis Lebret: es la bsqueda de un desarrollo de todos los hombres y de todo el hombre.

    Personalismo comunitario

    En la misma forma que la sociedad no es la suma de los individuos, el bien comn no es la suma de los bienes particulares. La sociedad no es la suma; es la organizacin, es decir, el orden de las relaciones entre los individuos. Asimismo, el bien comn no es la suma, es la condicin general que permite la realizacin de los bienes individuales.

    Entendemos por comunidad al con-junto de las personas que viven rela-cionadas en funcin de un destino en comn. Desde nuestro punto de vista la sociedad no es una simple suma de individualidades, sino una comunidad de hombres y mujeres cuyo destino es vivir con los y las dems de forma participativa y solidaria.

    El fin ltimo de la sociedad es la rea-lizacin del bien comn, o sea, de las condiciones y valores que permiten a los hombres y mujeres, en cuanto personas, alcanzar su realizacin integral.

    Afirmar el valor supremo de la per-sona, es negar cualquier forma de totalitarismo; dado que los totalita-rismos tratan a las personas como cosas, los derechos del hombre no son reconocidos.

    Afirmar el carcter comunitario es oponerse al individualismo egosta del neoliberalismo que termina des-truyendo los valores de la persona humana. Es afirmar derechos con deberes, y autonoma con comu-nidad. Es promover una libertad responsable del otro, con sentido de solidaridad y no insociable y egosta.

    El personalismo comunitario es antito-talitario y antiindividualista.

    El personalismo comunitario aspira a realizar una sntesis entre la persona humana, sus derechos, su vocacin a realizarse integralmente, y la socie-dad, que realiza el bien comn, que pone por encima de los intereses par-

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    ticulares el bienestar general y que de esta forma crea las condiciones para una total realizacin de las personas en su seno.

    Pluralismo

    El deber que la sociedad tiene de pro-curar de modo primordial la realiza-cin del ser humano como persona, le impone la obligacin de respetar las plurales formas en que esta persona se plasme.

    Por este motivo, debe asegurarse el pluralismo en materia poltica, religio-sa, educacional, sindical, etc.

    Como afirmaba Juan Pablo Terra la formulacin debe empezar por el reconocimiento claro y abierto de la existencia de diferentes familias cultu-rales, religiosas e ideolgicas dentro de la misma sociedad y del reconocimien-to de su derecho a organizarse social-mente y a cultivar colectivamente su acerbo cultural, religioso o ideolgico.

    Por eso se entiende a la democracia en un sentido pluralista, o sea, ba-sada en el principio de igualdad de derechos para todos los ciudadanos y grupos sociales. El pluralismo es una filosofa optimista, que cree posible la marcha en comn de hombres y mujeres de las diversas escuelas del pensamiento y de las ms distintas creencias.

    Pero el pluralismo en una sociedad que aspira a ser comunitaria se manifies-ta tambin, bajo otra forma, como un complejo tejido de organismos de todo tipo que configuran desde la base

    hasta la cspide una organizacin so-cial rica en expresiones comunitarias y en posibilidades de participacin para el pueblo.

    La persona para su realizacin debe tener una activa participacin en el quehacer de la sociedad que integra, desde sus hechos ms cotidianos en el mbito local, hasta las decisiones ms importantes en el mbito nacional.

    Derivan de este principio, otros funda-mentales para preservar el pluralismo y la participacin: el fortalecimiento de la sociedad civil, el derecho a la libre bsqueda de la verdad, el derecho a difundir lealmente la propia opi-nin, el respeto a la opinin ajena, la pluralidad y confrontacin de ideas y opiniones orientadas a la bsqueda de consensos por medio del dilogo, el derecho a una informacin veraz y objetiva, etc.

    La accin poltica inspirada en los valores del Humanismo Cristiano

    Los valores del Humanismo Cristiano no son una ideologa, pueden inspirar distintas visiones de la sociedad y di-ferentes programas polticos. Otorgan un conjunto de apreciaciones de valor que, como sealaba Juan Pablo Terra, permiten emitir juicios, calificaciones de bueno o malo, preferencias, con-denas, rechazos.

    Deca Juan Pablo Terra, cuando intento definir la concepcin central de donde arranca una mstica poltica centrada en todos los hombres y en todo el hombre, estoy postulando para todos los hombres algunos respe-

    La perspectiva del Humanismo Cristiano ante los desafos actuales

  • Cuadernos de Humanismo Cristiano/INCEP34

    tos y algunos derechos absolutos. Por-que si es as, es posible la participacin en conflictos sociales, an intensos; y es posible el empleo de la compul-sin, an a veces dolorosa; pero carecen de sentido el odio, y repugnan irreductiblemente el utilitario extermi-nio, la opresin, o la postergacin de masas humanas, que algunas corrien-tes polticas han practicado intensa-mente. Pero, de esta concepcin de la persona humana, surge una msti-ca; una poderosa mstica del servicio a los dems, a los hombres concretos y reales, que deriva en mstica poltica, en vigoroso impulso a la accin pol-tica, al margen de todas las utilidades personales y de grupo.5

    Tal como sealbamos, Juan Pablo Te-rra defina la ideologa como un com-plejo conjunto de ideas tal como viven en el grupo. Estas ideas se refieren al modo como la gente de ese grupo ve o imagina su estructura, sus pro-cesos, su situacin y su historia, en relacin a la estructura, los procesos, la situacin, y la historia de la socie-dad toda y de los otros grupos. De acuerdo a nuestra historia, a nuestras luchas, a nuestros xitos y fracasos, traducimos estos principios doctrinarios en un conjunto de ideas fuerza que mueven a la accin poltica.

    Una profunda vocacin democrtica

    El sistema democrtico es el nico ca-paz de crear las condiciones de respe-

    to a la dignidad de la persona humana y sus derechos fundamentales.

    La Democracia Cristiana uruguaya en sus cincuenta aos de existen-cia ha mantenido sin claudicaciones la defensa de la democracia: en las denuncias de las violaciones de los derechos humanos y en la defensa del Estado de Derecho y de las libertades durante el pachecato, en la resisten-cia y combate a la dictadura en el pas, en la construccin de instrumentos so-ciales y polticos que posibilitaran la recuperacin de la democracia por la sociedad uruguaya.

    El Estado de derecho, significa que tanto gobernantes como gobernados deben actuar acatando en todo mo-mento la Constitucin y las leyes, las cules se han de generar como expre-sin autntica de la voluntad popular.

    Valoramos como componentes de este sistema: el ejercicio del poder leg-timamente otorgado por la voluntad popular libre y peridicamente expre-sada; el respeto a las minoras; las garantas al ejercicio de los derechos civiles y polticos, econmicos, sociales y culturales, de los pueblos y de las generaciones futuras; la separacin de Poderes; el pluralismo; y la participa-cin del pueblo en los diferentes ni-veles, desde el local hasta el nacional.

    Estamos convencidos de que una au-tntica sociedad comunitaria no se rea-

    5 Terra, Juan Pablo, Mstica, desarrollo y revolucin, pag 186 - 187

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    liza sin democracia. En efecto, slo la experiencia de la vida democrtica crea las mejores condiciones para al-canzar un consenso en el respeto del pluralismo y promover el pleno ejer-cicio de los derechos humanos.

    Por otra parte, ello no quita que consideremos el proyecto democr-tico como inacabado e incompleto, de suerte que su perfeccionamiento y profundizacin es uno de los fines permanentes de nuestra accin. Como deca Juan Pablo Terra: podemos rea-lizar en forma ms o menos perfecta el ideal democrtico, podemos aproxi-marnos a l ms o menos, pero siem-pre habr un campo para conquistar, siempre quedar una perfeccin posi-ble, siempre una insuficiencia a llenar. Es, podramos decirlo, inagotable

    La defensa y respeto de los dere-chos humanos

    Los Derechos Humanos, segn nues-tra visin, son superiores y anteriores al Estado y emanan de la naturaleza propia del hombre. Por ello el Estado debe reconocerlos, ampararlos y esta-blecer medios eficaces para garantizar su pleno ejercicio.

    Entendemos adems, que junto al reconocimiento de los derechos po-lticos se impone una profundizacin de los derechos sociales y econmicos. Por eso, reconocemos distintas gene-raciones de derechos:

    o Los derechos civiles y polti-cos, con el principio de liber-tad como columna central de todos ellos;

    o Los derechos econmicos, so-ciales y culturales, vinculados con el principio de igualdad;

    o Los derechos de los pueblos, vinculados al principio de solidaridad;

    o Los derechos de las genera-ciones futuras, vinculados a la conservacin ambiental y la solidaridad intergeneracional

    Un desarrollo integral

    El desarrollo de las personas y del medio en que viven tiene implicancias econmicas, sociales, culturales y polticas. La integracin armnica de todos estos elementos se denomina desarrollo integral. Por medio de ste, no se debe promover un ms tener o un ms hacer, sino lograr un ms ser o un ms vivir en cada hombre, en todas sus dimensiones como hombre y en todos los hombres.

    Slo hay un verdadero desarrollo, como seala Pablo Martnez Bengo-chea, cuando existe un proceso de aumento de las opciones de las per-sonas (en el acceso al conocimiento, a alimentacin adecuada, a servicios de salud de calidad, a vida ms se-gura, a esparcimiento satisfactorio, a libertades polticas y culturales, etc.) posibilitando que estas disfruten de vi-das largas, saludables y creativas, con una vinculacin virtuosa entre los me-canismos instituidos de integracin y bienestar y el sentido de pertenencia y adhesin (comportamientos y valo-res compartidos) de las personas y grupos a la sociedad de la que for-man parte. Por tanto, todo ello debe

    La perspectiva del Humanismo Cristiano ante los desafos actuales

  • Cuadernos de Humanismo Cristiano/INCEP36

    estar asociado a niveles tolerables de desigualdad, eficaces canales de movilidad social ascendente y espacios democrticos de participacin6

    Para alcanzar el desarrollo integral: Qu tipo de Estado se precisa? Qu estilo de desarrollo econmico es ne-cesario? Qu tipo de polticas pblicas desplegar?

    Un Estado solidario y que garantice el bien comn

    El Estado debe garantizar la dispo-nibilidad de los bienes y servicios pblicos necesarios para un pleno de-sarrollo humano y el acceso a ellos en condiciones de equidad.

    Estado debe concurrir en ayuda de aquellas personas que transitoriamente o permanentemente se encuentran impedidos de satisfacer necesidades que la sociedad considera como vitales o bsicas.

    En consecuencia, el Estado debe ga-rantizar la existencia de una matriz de proteccin social que combine compo-nentes universales con otros focaliza-dos, promoviendo ciudadana social y erradicando la pobreza.

    Crecimiento econmico con equidad

    Las polticas neoliberales planteaban que primero se deba crecer para lue-

    go distribuir. En su visin el crecimiento econmico requiere incrementar la in-versin, para lo cual se precisa ahorro. La concentracin del ingreso, mejorara el ahorro, que estimulara la inversin y permitira el crecimiento de la econo-ma, lo cual permitira mejorar la dis-tribucin del ingreso. Fue lo que se dio en llamar la teora del goteo. Primero crecer, para luego distribuir

    Si bien, la historia mostr como en Amrica Latina este enfoque solo pro-dujo ms desigualdad, la visin contra-ria tampoco es vlida: ante la magnitud de los desafos en materia de justicia social no se puede sacrificar el creci-miento en pos de la equidad.

    Como lo han demo