francisco del villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · criticÓn, 123, 2015, pp....

40
CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas Universidad Complutense de Madrid Para Elvira Pérez de Arrilucea Aguirre, generosa amiga, docta maestra. Entre los varios ingenios pertenecientes al entorno del Humanismo erudito, la figura de Francisco del Villar y Bago (Andújar, h. 1565-Andújar, 1639) presenta un interés notable por distintos motivos 1 . Ante todo, por el curioso papel que desempeñó en la polémica gongorina, pues participó en la misma con diversos escritos de alcance desigual. El perfil del clérigo iliturgitano también se antoja relevante por otra razón, ya que se convirtió en el principal impulsor de justas poéticas y festividades en el marco urbano de su villa natal. Por último, la doble condición de poeta ocasional y defensor acérrimo del obscuro estilo culto nos brinda una oportunidad magnífica para pulsar el influjo de la nueva poesía en distintos focos andaluces desde una cronología temprana, ya en el plano teórico, ya desde un aspecto más creativo y práctico. A lo largo de las siguientes páginas trataremos de arrojar alguna luz sobre el perfil biográfico y literario de este polemista meridional hoy apenas conocido, atendiendo a los varios aspectos que acabamos de señalar. * Agradezco a los profesores Mercedes Blanco, Rafael Bonilla, Antonio Carreira, Robert Jammes y Marc Vitse la atenta lectura de este trabajo, así como las preciosas indicaciones que me han brindado para mejorarlo. 1 Para el concepto de Humanismo erudito en Europa y su cronología aproximada, véase el estudio de Jehasse, 2002. Al entorno español del siglo xvii y los avatares de la erudición humanística ha consagrado importantes reflexiones Escobar Borrego, 2010. En cuanto a la aplicación del marbete «Humanismo erudito» al campo de la polémica gongorina, remito a Blanco, 2012a, p. 58.

Upload: others

Post on 02-May-2020

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78.

Francisco del Villar:semblanza de un humanista barroco

Jesús Ponce CárdenasUniversidad Complutense de Madrid

Para Elvira Pérez de Arrilucea Aguirre,generosa amiga, docta maestra.

Entre los varios ingenios pertenecientes al entorno del Humanismo erudito, la figurade Francisco del Villar y Bago (Andújar, h. 1565-Andújar, 1639) presenta un interésnotable por distintos motivos1. Ante todo, por el curioso papel que desempeñó en lapolémica gongorina, pues participó en la misma con diversos escritos de alcancedesigual. El perfil del clérigo iliturgitano también se antoja relevante por otra razón, yaque se convirtió en el principal impulsor de justas poéticas y festividades en el marcourbano de su villa natal. Por último, la doble condición de poeta ocasional y defensoracérrimo del obscuro estilo culto nos brinda una oportunidad magnífica para pulsar elinflujo de la nueva poesía en distintos focos andaluces desde una cronología temprana,ya en el plano teórico, ya desde un aspecto más creativo y práctico. A lo largo de lassiguientes páginas trataremos de arrojar alguna luz sobre el perfil biográfico y literariode este polemista meridional hoy apenas conocido, atendiendo a los varios aspectos queacabamos de señalar.

* Agradezco a los profesores Mercedes Blanco, Rafael Bonilla, Antonio Carreira, Robert Jammes y MarcVitse la atenta lectura de este trabajo, así como las preciosas indicaciones que me han brindado paramejorarlo.

1 Para el concepto de Humanismo erudito en Europa y su cronología aproximada, véase el estudio deJehasse, 2002. Al entorno español del siglo xvii y los avatares de la erudición humanística ha consagradoimportantes reflexiones Escobar Borrego, 2010. En cuanto a la aplicación del marbete «Humanismo erudito»al campo de la polémica gongorina, remito a Blanco, 2012a, p. 58.

Page 2: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

J E S Ú S P O N C E C Á R D E N A S Criticón, 123, 20154 0

A l g u n o s d a t o s b i o g r á f i c o s

Hace casi cincuenta años, Jean Canavaggio daba a las prensas el primer estudioconsagrado a la figura que aquí nos ocupa2. En las páginas de dicho artículo elhispanista francés se refería a la nebulosa que rodeaba la existencia de Francisco delVillar en los términos siguientes: «nous ne savons à peu près rien de la vie de cethonorable ecclésiastique». En efecto, por aquel entonces bien poco se conocía acerca dela trayectoria vital de este letrado andaluz, si dejamos al margen —como único datoaislado— su cargo de Vicario y Juez eclesiástico de Andújar, desempeñado en torno a1630. Posteriormente, desde el campo de los estudios gongorinos se ha dedicado escasaatención a este oscuro partidario de Góngora3. En la primera monografía consagrada ala recepción crítica de las Soledades, Joaquín Roses Lozano acotaba en un apartado losprincipales trazos de «la polémica epistolar entre Francisco Cascales y Francisco delVillar». Allí este conocido siglodorista apuntaba de nuevo cuán «poco sabemos sobreeste personaje»4. Por fortuna, disponemos hoy de una interesante gavilla de datos quepermiten reconstruir con cierto detalle sus pasos.

En la ciudad de Andújar, hacia 1565, debió de nacer Francisco del Villar y Bago, enel seno de una familia perteneciente a las élites letradas de este importante núcleourbano jiennense. Pudo cursar estudios en su ciudad natal junto al Padre MelchorNavarro, que había sido en Granada uno de los más aventajados discípulos de JuanLatino5. Tras haber culminado su aprendizaje inicial en Gramática y Humanidades, sutrayectoria académica lo sitúa en uno de los principales centros culturales de la Españade la época, ya que desde 1579 hasta 1582 su nombre quedaba recogido en los Librosde Matrícula del Colegio de San Antonio, de la Universidad de Alcalá de Henares6.

2 Canavaggio, 1965.3 Excepción hecha del importante artículo publicado por Juan Matas Caballero en 1990, del que daremos

noticia más adelante.4 Roses Lozano, 1994, p. 39 (el apartado completo se extiende entre las pp. 39-42).5 Sobre la existencia proba del Venerable Padre Melchor Navarro se recogen las siguientes noticias en un

curioso texto decimonónico: «Presbítero, natural de Andújar, en el reino de Jaén. Nunca fue niño, ni mozo ensus costumbres. Estudió en Granada desde los catorce hasta los veintidós años con el célebre negro JuanLatino, y aprovechó tanto en la Gramática, Retórica y Poesía, que mereció intentase su maestro sustituirlo ensu cátedra; pero le precisó volver a su patria, donde ordenado de sacerdote obtuvo por oposición la cátedra delatinidad, enseñando en ella a sus discípulos aún más virtudes que letras, y de gratis a los pobres. LlenóEspaña su escuela de sabios y virtuosos obispos, curas, religiosos y magistrados, que justamente se gloriabande tener tal maestro. Restableció en Andújar el año de 1600 el tercer Orden de San Francisco, que había caídomucho, y emprendió una vida austera y penitente. Enseñar la doctrina cristiana, visitar los hospitales y losejercicios de piedad y devoción ocupaban todas sus horas. Su devoción a la Concepción Purísima fue enextremo tierna y eficaz, procurando por todos los medios extender su veneración y culto. Premiole su afectocordial y ardiente fervor la Santísima Virgen con un singular favor. Estando el día ocho de diciembre de 1634hincado de rodillas en la capilla mayor del convento de San Francisco, haciendo oración a la una de la tarde,como lo tenía de costumbre, quedó muerto sin estrépito, ni enfermedad alguna. Y todos reputaron tan dulcetránsito en tal día y ocasión, por un gran beneficio de su amada Señora. El clero de la parroquia de SanMiguel, en la que por su testamento se había mandado enterrar el venerable difunto, hizo sacar su cadáver dela bóveda de los religiosos, donde lo habían sepultado, y trasladarlo a dicha iglesia, para no carecer de tanapreciable tesoro». Tomo la cita de Ramírez de Luque, 1805, t. IV, pp. 233-235.

6 «Villar de Vayo (Francisco) n. Andújar, 1582 : C. S. Antonio, Lib. 1257, fº 90». Tomo el dato de Joséde Rújula y de Ochotorena, 1946, p. 877. En el Portal de Archivos Españoles en Red (PARES) puedeconsultarse asimismo la entrada de 1579 referida a los «Cursos en Teología probados ante la Universidad de

Page 3: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

F R A N C I S C O D E L V I L L A R , H U M A N I S T A B A R R O C O 4 1

Desconocemos en qué momento el flamante estudiante del entorno complutense pudotomar las órdenes, obtener el título de graduado y regresar a Andalucía, aunque se tienenoticia cierta de cómo obtuvo una capellanía en la iglesia de San Esteban, en laprovincia de Jaén a comienzos del siglo xvii7. Con suma generosidad, el padre donFrancisco Juan Martínez Rojas, actual Deán de la catedral jiennense, ha puesto a nuestradisposición varios datos de interés hallados en el Fondo de Capellanías y Obras Pías delArchivo Histórico Diocesano de Jaén, en el legajo correspondiente a Santisteban delPuerto y a la capellanía del Licenciado Zarza. Como se desprende de tales documentos,«en 1601 el licenciado Francisco del Villar obtuvo la capellanía fundada por ellicenciado Cristóbal de la Zarza, párroco de la parroquia de San Esteban, de la localidadde Santisteban del Puerto, por su testamento otorgado en 1598. El vicario general,licenciado Olea, erigió la capellanías y nombró primer capellán al licenciado del Villar,por haberlo señalado así en su testamento el licenciado Zarza» (incorporamos en elapéndice de imágenes la reproducción fotográfica del documento de concesión de lacapellanía). Como aclara el padre Martínez Rojas, «en Jaén, en esa época, los curas eranlos actuales coadjutores o vicarios parroquiales. Ayudaban a los párrocos —llamadosentonces priores en Jaén— en la parroquia, sobre todo en la administración desacramentos. Su nombramiento duraba un año, lo realizaba el obispo, y lo podíaprorrogar indefinidamente si el párroco le daba el visto bueno. Se ve que las relacionesentre Zarza y del Villar fueron buenas, pues el primer nombró capellán de su capellaníaal segundo». La citada documentación prueba que don Francisco del Villar mantuvo «lacapellanía diecisiete años, ya que entre el 3 y el 13 de noviembre de 1618 hizo dejaciónlibre de la misma El argumento que dio es que renunciaba a la capellanía en favor de susobrino Andrés de Ervás para que éste pudiese ordenarse sacerdote. La escritura derenuncia la firmó en Villanueva de Andújar (actualmente Villanueva de la Reina), el 3 denoviembre de 1618. Mientras Santisteban del Puerto estaba entonces en el extremooriental de la diócesis de Jaén, Andújar, localidad natal de Francisco del Villar, estaba enel occidental. Se ve que progresivamente se acercó a Andújar, ya que el lugar dondefirma la renuncia está cercano a su localidad natal» (véase en el apéndice documental lareproducción fotográfica, que incluye la firma de este humanista barroco)8.

Después de haber desempeñado funciones diversas en varias localidades del reino deJaén, el licenciado Villar logró asentarse en su ciudad natal, donde llegaría a desempeñarlos cargos de Maestro, Vicario Perpetuo del Arciprestazgo de Andújar y Comisario

Alcalá por Francisco del Villar, natural de Andújar» (Archivo Histórico Nacional, Universidades, L-478, fol.780). Toda la información relativa a tales documentos se encuentra disponible en la red:http://pares.mcu.es/ParesBusquedas/servlets/Control_servlet?accion=3&txt_id_desc_ud=4448309&fromagenda=N

7 «Pleito del licenciado Francisco del Villar, opositor a la capellanía que instituyó el licenciado CristóbalEsteban de la Zarza en la iglesia de San Esteban, año de 1601». Archivo General del Obispado de Jaén, 1623,fol. 24 v. Parte de la información referente a este documento puede consultarse en red, en la revista Códice:http://www.revistacodice.es/archivo_general_1623/3_2_fol_22v-32r.pdf . Como me notifica el padre MartínezRojas, a día de hoy no se ha descubierto ningún dato sobre la ordenación sacerdotal de del Villar, «que debióser a finales del xvi». Según me hace notar el actual Deán de la catedral jiennense, «el fondo de Expedientes deÓrdenes empieza en el s. xvii, por lo que no se puede rastrear datos sobre nuestro personaje ahí».

8 Cito por extenso las afirmaciones que el padre Martínez Rojas realiza en carta datada el siete de mayode 2014. Quisiera agradecerle ahora la magnífica ayuda brindada durante el transcurso de estas pesquisas.

Page 4: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

J E S Ú S P O N C E C Á R D E N A S Criticón, 123, 20154 2

Apostólico de la Santa Cruzada. La vida de Francisco del Villar debió de transcurrirdesde entonces consagrada a las obligaciones marcadas por el ejercicio de sus distintasfunciones y al cultivo de facetas diversas de las litterae humaniores. Gracias a ladocumentación conservada sabemos que el interés de Villar por el esoterismo llegó aocasionarle algunos problemas con la Inquisición. La curiosidad que el humanista sentíapor la adivinación y la consiguiente inclinación natural hacia el estudio de la astrologíajudiciaria motivaron una denuncia al Santo Oficio. Durante el proceso inquisitorial quese le incoó, se acusó al sacerdote de haber copiado un libro prohibido y de poseer uncartapacio en el que podían reconocerse diferentes elementos de hechicería9. Tras eldebido interrogatorio y juicio, durante el cual el acusado admitió todas sus faltas, sedictó una sentencia de reprensión y la historia se saldó con la confiscación de los textossospechosos10.

Tal como evidencia la documentación conservada, un misterioso episodio sangrientovino a truncar el hilo de una vida aparentemente plácida11. En efecto, en un documentodatado en 1639, las Actas Capitulares de la ciudad de Andújar recogen la noticia del«pleito y causa criminal» que los hermanos de este personaje, don Luis del Villar yBago, regidor perpetuo de Andújar, y doña Eufrasia del Villar, junto a su sobrino donManuel Salcedo y Villar, movieron contra «Juan de Arenas y Manuel de Mestanza,ausentes, sobre los malos tratamientos, heridas y muerte alevosa de don Francisco delVillar, clérigo, presbítero y vicario perpetuo de rentas de esta ciudad y arciprestazgo»(véase el documento y la correspondiente transcripción del Apéndice I). Por falta de

9 Coronas Tejada, 1991, pp. 160-161: «La Inquisición española, que siempre fue dura con judíos yprotestantes, manifestó una cierta benevolencia con brujos y hechiceros. La jurisdicción civil durante muchotiempo se encargó de juzgar los casos de brujería y hechicería, siendo sus sentencias mucho más duras quecuando se encargó de esos casos la Inquisición. En el reino de Jaén y en la etapa que estamos estudiando sólose presentan casos de hechicería […]. El estudio de los procesos de hechiceros incoados por la Inquisición nospresenta unas actividades o prácticas a las que se les quiere atribuir valores mágicos, aprovechándose de lacredulidad ajena; a veces se trata de una colaboración amigable con el demonio al que se invoca e incluso se leamenaza si no aparece de forma ostensible y otras veces el hechizo se hace por amistad para resolver elproblema de una amiga, aunque lo normal es que sea una actividad mercantil en la que se paga en dinero omás corrientemente en especie el favor recibido. En la hechicería se observa una total mescolanza de lo mássagrado y lo profano».

10 Da cumplida noticia del asunto Coronas Tejada, 1991, pp. 243-244. En la jurisdicción inquisitorial deJaén se incoaron quince procesos por hechicería entre 1623 y 1666. Como suele ser habitual, la mayor partede los mismos iban referidos a mujeres, ya que el delito se consideraba preferentemente femenino. Tan solodos de las investigaciones acusan a varones, pertenecientes ambos al estamento clerical. Resume así las líneasprincipales de la historia el citado estudioso: «El caso de don Francisco del Villar, que ejercía su ministeriosacerdotal en Andújar, era el de una persona interesada por la llamada astrología judiciaria, pretendiendoconocer a través de las influencias de los astros y sus posiciones cómo iban a ser las cosas para los humanos,por ejemplo cómo sería un viaje que pretendía realizar. Se le denunciaba de haber copiado un libro deastrología y de tener un cuaderno de “cosas supersticiosas y hechicería”. El clérigo no niega nada de laacusación y presenta libro y cuaderno. Después de las audiencias y demás pruebas y consulta de fe, losinquisidores dictaron la sentencia de represión y la confiscación del libro y cuaderno» (la cita en p. 244).

11 Quisiera agradecer a don Vicente Maroto, funcionario responsable del Archivo Municipal de Andújar,el generoso envío de este curioso documento, recogido entre las actas capitulares iliturgitanas. Es justo apuntarque la primera noticia del mismo, con transcripción parcial de sus principales elementos, puede hallarse en unamonografía de Torres Laguna, 1981, pp. 100-101.

Page 5: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

F R A N C I S C O D E L V I L L A R , H U M A N I S T A B A R R O C O 4 3

otros indicios documentales, desconocemos aún las causas que pudieron motivar elhomicidio de Francisco del Villar a manos de aquellos dos prófugos.

P a r a u n p e q u e ñ o p e r f i l l i t e r a r i o

El interés de la historiografía literaria por Francisco del Villar nace de un detalle muyconcreto: su comedida pugna con Francisco Cascales a propósito de la obscuridad de lasSoledades y la Fábula de Polifemo y Galatea. Desde fecha temprana, la participación enel debate sobre la licitud de la obscuritas debió de granjearle un cierto renombre entrelos apologistas del nuevo estilo. De hecho, en el conocido listado de Autores ilustres ycélebres que han comentado, apoyado, loado y citado las poesías de don Luis deGóngora podemos encontrar ya —de forma esquemática— los datos esenciales sobre elhumanista iliturgitano: «Maestro Don Francisco del Villar escribió en apoyo, contraFrancisco Cascales, y dejó escrito un compendio poético»12. Como era natural, otramención temprana de este ingenio andujareño puede localizarse en las Epístolassatisfactorias, publicadas por Martín de Angulo y Pulgar en 1635. Este otro eruditodefensor gongorino, en la «proposición séptima y última» de su argumentación, niegaante «cierto sujeto grave y docto» que los admiradores del nuevo estilo formen un cismao una secta. Para apoyar su tesis propondrá una amplia lista de ingenios que hanmanifestado su apoyo a Góngora, ordenándolos geográficamente. Tras mencionar a losmás destacados autores de Madrid, Córdoba, Antequera, Sevilla, Salamanca, Segovia yToledo, puede leerse lo siguiente: «En Andújar, el maestro don Francisco del Villar»13.

Pocas noticias más sobre Villar pueden espigarse entre los documentos conservadosde la polémica. Sin embargo, por algunos testimonios indirectos, podríamos afirmar queel erudito iliturgitano mantuvo un contacto más o menos estrecho con alguno de losprincipales escritores que entraron en esta lid. Por ejemplo, de cierto relieve se antoja laamistosa correspondencia que pudo mantener el maestro Villar con el discutido cronistareal José Pellicer de Salas y Tovar, el más célebre de los comentaristas gongorinos. Enefecto, en la Bibliotheca formada de los libros y obras públicas de don Joseph Pellicer de

12 En dicho elenco el nombre del maestro Villar aparece en octava posición, después de varias figurasbastante más conocidas: Francisco de Amaya, el abad de Rute, Pedro Díaz de Rivas, Salcedo Coronel, Pellicer,Salazar Mardones y Diego de Pisa Ventimilla. Véase la transcripción y estudio de Hewson A. Ryan, 1953,p. 429.

13 Epístolas satisfactorias, 1635, Puede verse asimismo la transcripción de Martínez Arancón, 1978,p. 221. En los Argumentos de cada estanza que Angulo y Pulgar sitúa al final de la Égloga fúnebre a don Luisde Góngora aparece citado nuevamente el clérigo de Andújar. Ofrezco seguidamente la anotación 28:«Calumniaron de obscuro al Polifemo, aunque abrió camino a la cultura y se la dio a nuestro lenguaje. Losdoctos le siguen, loan y defienden. Entre los que escribieron en su favor fue el conde de Villamediana, donJuan de Tasis, como se colige de la décima “Royendo sí, mas no tanto”. Don Francisco de Córdoba, abad quefue de Rute, el doctor don Francisco de Amaya (siendo Colegial en Osuna) que hoy es Oidor de Valladolid y ellicenciado Pedro Díaz de Rivas, natural de Córdoba. Y sin los comentadores que han tenido sus obras (dequien diremos después) escriben por Don Luis el Maestro Don Francisco del Villar, Juez de la Cruzada enAndújar, un Compendio retórico y poético; y don Joseph Antonio González de Salas en su DisertaciónParadójica. Y yo entre tanto sujeto, no entre su número, le defendí en mis Epístolas satisfactorias, que escribíal Licenciado Francisco de Cascales, Maestro de Retórica y de grande erudición, de la Santa Iglesia deCartagena» (Égloga fúnebre, 1638, fols. 18 v.-19 r.). Manejo el ejemplar encuadernado en el famoso códice deasunto gongorino: B.N.M. Mss. 3906.

Page 6: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

J E S Ú S P O N C E C Á R D E N A S Criticón, 123, 20154 4

Ossau y Tovar, el polémico ingenio aragonés conserva preciosa noticia sobre untratadito de naturaleza anticuaria de Villar, hoy perdido. Al leer en dicho volumen lasección consagrada a las diferentes Obras que han dedicado a don Joseph Pellicerdiversos autores, la cuarta entrada, con fecha de 1639, arroja la información siguiente:

Discurso Apologético en el cual se prueba que la población que antiguamente se llamabaIliturgi o Forum Iulium es hoy la ilustre Ciudad de Andújar. Dedicósela a don Joseph Pellicer,en treinta párrafos, el maestro D. Francisco del Villar, su natural, y todo su contenido. Es ladedicatoria con muy hermoso estilo, muy individuales noticias de la Historia y la Geografíaantigua14.

A la luz de la datación que en la Bibliotheca de Pellicer se atribuye al estudioanticuario de tema iliturgitano, podría confirmarse con bastante probabilidad que Villarenvió al cronista real su Discurso apologético en los primeros meses de 1639, pocotiempo antes de morir a manos de Juan de Arenas y Manuel de Mestanza.

Habida cuenta de los lazos amistosos fomentados a menudo por la proximidadgeográfica, creemos que tampoco debería descartarse un probable contacto entre Villary don García de Salcedo Coronel. De hecho poseemos cumplida noticia de la continuarelación que el famoso comentarista gongorino mantuvo entre 1616 y 1639 con variasvillas y ciudades del reino de Jaén, tal como prueba la cuantiosa documentaciónconservada en el archivo de los condes de Luque. Durante las diversas estancias que elautor de los Cristales de Helicona realizó por tierras jiennenses, parece bastante posibleque mantuviera alguna relación con el apologista gongorino de Andújar15.En ese marco de redes locales, es obligado apuntar cómo, durante el siglo xvii, en elreino de Jaén varias ciudades promovieron la celebración de festejos solemnes ornadoscon la ineludible justa literaria. Además de los actos organizados en la capital y en otrosnúcleos importantes como Baeza o Úbeda, en Andújar se aprecia «un alto número decelebraciones festivas en las que tanto los conventos religiosos como el cabildo de laciudad no regatearon esfuerzos para reunir todo tipo de elementos, religiosos y

14 Bibliotheca formada de los libros y obras públicas de don Joseph Pellicer de Ossau y Tovar, 1671, fols.150 v.-151 r.

15 Con fecha de 23 de octubre de 1619, un documento explicita que Salcedo Coronel estaba por aquelentonces avecindado en el reino de Jaén: «Escritura otorgada por García de Salcedo Coronel, vecino deLinares, a favor de Martín de Labrid, de veinticuatro ducados y tres reales y medio, por el arrendamiento deuna casa en la ciudad de Baeza». Pienso también en otro tipo de documentación que remacha una relaciónbastante estrecha y continua en el tiempo con el entorno jiennense. Baste, por ahora, evocar la escritura decompraventa de un oficio de regidor de la villa de Linares, otorgada por Salcedo Coronel a favor de Rodrigode Benavides y Francisco Barragán (datada en 1620-1621); la escritura de obligación de pago de trescientosducados por él otorgada a favor de Lope Sánchez de Valenzuela, veinticuatro de Baena, por la compra de uncaballo (1616-1617) o la real cédula de Felipe IV otorgada para que García de Salcedo Coronel pueda tomarel hábito de Santiago en la ciudad de Baeza, sin desplazarse al convento por estar enfermo (1639). En otroorden de asuntos, tampoco debe olvidarse que entre las obras de erudición que Salcedo Coronel tenía en eltelar cuando le asaltó la muerte figura un tratado de significativo título: Aparatos de la Historia de Baeza.Sobre la figura del comentarista gongorino, puede consultarse ahora la tesis doctoral de Pedro Iván GarcíaJiménez: Las Rimas (1627) de Salcedo Coronel. Edición y estudio, 2014. El apartado primero de estainvestigación se dedica a la Vida del comentarista, pp. 7-28. Conviene tener en cuenta que en este interesanteesbozo biográfico, de indudable calidad, no se han considerado los abundantes datos procedentes de lanumerosa documentación del Archivo de los Condes de Luque.

Page 7: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

F R A N C I S C O D E L V I L L A R , H U M A N I S T A B A R R O C O 4 5

profanos, orientados a conseguir la solemnidad que cada evento conmemoradorequería»16. Por cuanto ahora nos interesa, los principales impresos conocidos deFrancisco del Villar revelan el destacado papel que jugó como dinamizador del entornourbano y literario de su ciudad natal: Relación de la fiesta que celebró el muy observanteconvento de San Francisco de Andújar, al glorioso San Pedro Baptista y suscompañeros, primeros Mártires del Japón. Dispuesta por el M. D. Francisco del Villar ydedicada a la muy noble y leal ciudad de Andújar (1629)17; Relación del solemnerecebimiento que en la ciudad de Andújar se hizo a una imagen de la Concepción de laVirgen Nuestra Señora. Por el Maestro Don Francisco del Villar (1633); Fiestas a laconducción del agua y primeras fuentes de la Ciudad de Andújar, por cuyo mandato elMaestro Don Francisco del Villar, Vicario Perpetuo y Comisario Apostólico de la SantaCruzada de este Arciprestazo las copió (1635). La inclinación de las élites letradas deAndújar por este tipo de celebraciones resulta muy marcada, ya que por esos mismosaños, el sobrino de Francisco del Villar, el ocasional poeta Manuel Salcedo del Villardaba también a las prensas otra Relación de las fiestas que hizo la muy noble y muy lealciudad de Andújar a la Beatificación del glorioso Patriarca San Juan de Dios (1631)18.

El prestigio de Villar en el entorno jiennense debió de cimentarse en actividades eimpresos como los apuntados. De hecho, algunos textos eruditos de la época citan alclérigo iliturgitano como autoridad en puntos que afectan a la historia de algunasdevociones locales, tal como prueba la Historia eclesiástica del reino y obispado deJaén19.

16 Valladares Reguero, 2008, p. 140 (sobre la figura de Villar véanse especialmente las pp. 143-146).Sobre las justas poéticas de la primera mitad del siglo xvii, puede consultarse la valoración de Osuna, 2010.

17 Puede verse el ejemplar de la Biblioteca de la Academia de la Historia (Papeles Varios. Tomo XIX), consignatura 9-29-1-5755 (carece de los folios 13-16 y 41-42). No he podido consultar el ejemplar custodiado enla biblioteca de la catedral de Córdoba con la signatura 1.211. Da importante noticia de estos impresosValladares Reguero, 1997.

18 Madrid, Biblioteca Nacional, VE 131-24.19 «El maestro don Francisco del Villar en una relación que sacó a luz de las fiestas que en Andújar se

celebraron a los Santos Mártires del Japón, en la dedicatoria a la ciudad escribe lo siguiente: “No ilustramenos el sepulcro de santa Potencia, que vivió y murió en este mismo distrito, el cual rompió ahora y deshizoel Ilustrísimo señor don Baltasar de Moscoso y Sandoval , obispo de Jaén, a fin de reedificarlo más suntuoso yrico, estampando en él demonstraciones de su devoto y piadoso celo, para lo cual examinó y autorizó latradición que siempre esta ciudad ha tenido”». Rus Puerta, 1634, fols. 252 v.-253 r).

Page 8: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

J E S Ú S P O N C E C Á R D E N A S Criticón, 123, 20154 6

La participación de ingenios en los certámenes literarios de Andújar puedeconsiderarse digna de nota, ya que a la justa de 1627 concurrieron quince autores, quepresentaron un total de veintiséis composiciones. Los festejos de 1633 tuvieron un éxitode convocatoria aún mayor, puesto que en ellos participaron nada menos que veintiochoescritores con un total de cincuenta y siete poesías. Es obligado apuntar que no todos losjustadores eran simples «rimadores de correcto oficio», ya que también participaron entales certámenes algunos nombres bien conocidos en el campo de la poesía barroca.Ante todo, hay que evocar ahora la figura del baezano Alonso de Bonilla, famosomaestro del conceptismo sacro, que fue galardonado en varios certámenes de 1627 y de1633. También es preciso evocar aquí a la poetisa María de Rada, conectada asimismocon los círculos antequerano-granadinos, pues participó activamente en las Justasimpresas por Francisco del Villar20.

Sobre la ocasional dedicación del Villar a la poesía de tema sacro es justo apuntarcómo sus coterráneos quisieron reconocer en su escritura indudables méritos, tal comoevidencia la concesión de premios en la justa poética celebrada el 13 de junio de 1627 enhonor de los protomártires del Japón. Con motivo de tal efeméride franciscana, elerudito Villar participó en cuatro de los cinco certámenes convocados. La inspiración yel esfuerzo le granjearon dos destacados galardones: el primer premio en el certamensegundo y el segundo premio en el certamen tercero. El soneto con el que coronó suvictoria dice así:

Dulcísimo Jesús, si norte y guíaes hoy vuestra Pasión a nuestros ojos,¿qué tormentos podrán darnos enojos?,¿qué penas vencerán nuestra alegría?

Llegue a tomar tan bárbara porfíade estos sangrientos triunfos los despojos,que los clavos serán claveles rojos,rosas tan rigurosa tiranía.

Con fervor de Francisco van diciendoveintitrés hijos suyos la esperanzadesde el Japón al cielo conducida.

Y el martirio no temen, ofreciendocruces a Dios, lanzas a lanza,coronas a corona, a muerte vida21.

No podemos extendernos aquí en el examen del contexto urbano y festivo de estetipo de composiciones sacras, mas considero obligado, al menos, apuntar la importanciaque tiene este tipo de acontecimiento literario para valorar la difusión del nuevo estilo.Refiriéndose a la importancia de la Relación breve de las justas celebradas en Córdoba

20 Sobre María de Rada, véase Osuna, 2005 (en especial, pp. 241-245).21 Relación de la fiesta que celebró el muy observante Convento de San Francisco de Andújar al Glorioso

San Pedro Baptista y sus compañeros, primeros mártires del Japón, fol. 27 r.

Page 9: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

F R A N C I S C O D E L V I L L A R , H U M A N I S T A B A R R O C O 4 7

por la beatificación de Santa Teresa (1615), Robert Jammes apuntaba allí el modo enque podemos «ver cómo, en un año apenas, los poetas de Córdoba, Antequera, Baeza…que participaron en este acto habían asimilado y adoptado todos los procedimientosestilísticos de las Soledades». El decano de los estudios gongorinos invitaba asimismo aconfrontar los datos de dicha relación con otros textos similares: «examinando desde elmismo punto de vista las numerosas relaciones de justas, fechadas con toda precisión,que han sido conservadas, no se toparía sin duda con ninguna obra maestra (aunque,¿quién sabe?), pero se podría hacer un estudio cronológico preciso de la difusión delgongorismo en la península»22. A zaga de esa reflexión, quisiera evocar aquí algunoságiles octosílabos del elogio de Andújar que Juan Fernández de Perea publicara en laJusta de 1633:

Yace Andújar, apacibleciudad generosa, a dondeNaturaleza y Fortunapródigamente se oponen.Ilustre y noble por tantosheroicos hijos que al broncede la Fama solicitaneternas ocupaciones.En sus templos y edificiosquiere el tiempo que reposengrandeza y antigüedadentre dóricos primores.Ceres y Baco la asisten,Minerva nombre le poney el Betis por ver sus ninfasenfrena cursos veloces.Si en agradable fatigatal vez la diosa triformea su ejercicio concitavenatorios escuadrones,tributos rinde la tierra,despojos tributa el bosque,siendo víctima a sus arascuanto vuela y cuanto corre23.

El ribete culto de esta pequeña laus urbis consagrada a Andújar resulta evidente endetalles del tenor de la ponderación de su riqueza agrícola (trigales y viñedos) mediantelos consabidos referentes mitológicos (Ceres, Baco), el empleo de la perífrasis alusivareferida a Diana («diosa triforme»), la utilización de cultismos latinizantes (concita,

22 Robert Jammes, prólogo a las Soledades, ed. 1994, p. 99, n. 96.23 Relación, fols. 39 v.-40 r. Como me indican Marc Vitse y Robert Jammes, el último verso (cuanto vuela

y cuanto corre) procede de la comedia gongorina Las firmezas de Isabela, donde figura con similarconnotación gastronómica. Reproduzco aquí el pequeño pasaje que comprende los versos 576-579:«Convalescí en pocos días / y aun granjeé fuerzas dobles, / porque registró mi mesa / cuanto vuela y cuantocorre» (Firmezas de Isabela, p. 77).

Page 10: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

J E S Ú S P O N C E C Á R D E N A S Criticón, 123, 20154 8

venatorios) o el reconocible giro sintáctico ser a («siendo víctima a sus aras / cuantovuela y cuanto corre»). Parece lícito sostener que el citado pasaje evoca de manera sutilel magisterio de algunos romances de corte laudatorio o cinegético, así como de lapropia Fábula de Polifemo y Galatea.

Los ecos de la poesía gongorina resultan asimismo apreciables en los versos de otroingenio casi desconocido, Francisco Criado y Piédrola, que imita de la siguiente manerala famosa descripción del arroyo de la Soledad segunda (vv. 318-325): «Aunque vuestroemancipado, / hoy vuestro dominio goce, / mis vigilias en el agua, / sierpe en cristalesveloces. / Que cual víbora, al nacer / a la tierra el pecho rompe, / escupiendo por veneno/ el aljófar que la esconde. / Fuente que con pies de plata / cuando no salta o no corre /furiosa se precipita / porque a los vuestros se postre»24. A veces el homenaje a los versosgongorinos aparece ribeteado de un cierto humor juguetón, como atestigua el fragmentode otro romance jocoso del mismo Francisco Criado y Piédrola, en el que este reescribeun celebérrimo pasaje del romance de Angélica y Medoro: «Vivisteis muy penitente, /pues estuvo a los bochornos / el alma con mucha sed, / y el cuerpo con poco toldo»25.

V i l l a r y C a s c a l e s : l a d i s p u t a e n t o r n o a l a O B S C U R I T A S

Las tres misivas con las que el erudito murciano Francisco Cascales cerraba laDécada Primera de sus Cartas Filólogicas forman un conocido tríptico de argumentopolémico y gongorino26. Como es bien sabido, el autor de las Tablas Poéticasencaminaba la Epístola VIII de aquel interesante volumen Al licenciado Luis Tribaldosde Toledo, proponiendo allí una importante argumentación Sobre la obscuridad delPolifemo y Soledades de don Luis de Góngora. La misiva aparece datada en Murcia, enel mes de noviembre, sin indicación de año. En una fecha imprecisa, el maestroFrancisco del Villar respondería a las objeciones planteadas por Cascales con otramisiva, encaminada esta vez al maestro de la Orden Trinitaria fray Juan Ortiz deAtienza. Finalmente, tras haber recibido de manos del fraile la carta apologética deVillar, el quisquilloso erudito murciano argumentaría nuevamente contra las

24 Relación, fols. 40 r. -41 r. El aludido pasaje gongorino reza así: «el pie villano, que groseramente / loscristales pisaba de una fuente. / Ella pues sierpe, y sierpe al fin pisada / (aljófar vomitando fugitivo / en lugarde veneno), / torcida esconde, ya que no enroscada, / las flores que de un parto dio lascivo / Aura fecunda almatizado seno». Tomo la cita de la edición cuidada por Robert Jammes: Soledades, p. 467. Corrijo laminúscula inicial del término “aura”, ya que dicho vocablo realmente corresponde al nombre de una deidadmenor.

25 Relación, fol. 55 r. Por supuesto, nos hallamos ante una reescritura cómica de dos de los más conocidosversos del romance En un pastoral albergue (vv. 13-14): «las venas con poca sangre, / los ojos con muchanoche». Tomo la cita de la monumental edición crítica de Antonio Carreira: Romances, II, p. 89. Puedenañadirse así los versos de Criado y Piédrola al conjunto de imitaciones del contraste cuantitativo gongorinoque el gran gongorista recoge en nota. En ese abigarrado conjunto se localizan las versiones debidas a ingeniostan dispares como el padre Villar, Antonio Enríquez Gómez, Miguel de Barrios, Baltasar López de Gurrea,Antonio Serrão de Castro, Hernando Domínguez Camargo y Francisco Acuyo.

26 Cartas Philológicas, es a saber de Letras Humanas, varia erudición, explicación de lugares, leccionescuriosas, documentos poéticos, observaciones, ritos y costumbres y muchas sentencias exquisitas, Murcia, LuisVerós, 1634. Las tres cartas ocupan, respectivamente, los fols. 29 r.-34 r (Francisco Cascales a Luis Tribaldosde Toledo); 34 v.-37 r. (Francisco del Villar a fray Juan Ortiz); 37 r.-40 v. (Cascales a Villar). El trípticoepistolar fue editado asimismo por Martínez Arancón, 1978, pp. 191-208. La edición más reciente de las dosprimeras cartas de Villar y Cascales se halla en Reyes Cano, 2010, pp. 619-633.

Page 11: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

F R A N C I S C O D E L V I L L A R , H U M A N I S T A B A R R O C O 4 9

innovaciones poéticas gongorinas. Para comprender el hilo de relaciones y reaccionesque testimonian tales cartas, quizá no estará de más ubicar temporalmente el ir y venirde cartas, al tiempo que se reflexiona brevemente sobre los actores de este apartadopolémico.

La datación de la pugna epistolar entre Cascales y Villar resulta bastante difícil deprecisar. Como bien indica Juan Matas Caballero en el único estudio particularconsagrado al asunto, «a falta de otros datos más precisos, y aunque se trata de unparéntesis temporal demasiado largo, entre los últimos meses de 1616 —fecha de laCarta echadiza— y 1621 —cuando le respondió Francisco del Villar— conviene situar laepístola» inicial de Cascales en censura del nuevo estilo obscuro27. Por otro lado,Joaquín Roses Lozano plantea una cronología bastante similar, ya que a su juicio «pudoabarcar desde el año 1615 al 1621», sin mencionar que la décima misiva es incluso «defecha posterior»28. Otros gongoristas tan prestigiosos como Robert Jammes o MercedesBlanco han expresado asimismo su opinión sobre el espinoso asunto29.

El destinatario de la primera carta era un humanista bien conocido en los círculoscortesanos, ya que Luis Tribaldos de Toledo (Tébar, 1558-Madrid, 1634) habíadesempeñado —entre otros cometidos— labores docentes en el Colegio Trilingüe deAlcalá de Henares, la función de preceptor de don Juan de Tassis y Peralta, conde deVillamediana y, ya en el ápice de su carrera, el honroso cargo de Cronista de Indias30.En los círculos literarios de las décadas iniciales del siglo xvii, Tribaldos de Toledogozaba de considerable reputación como especialista en las litterae humaniores: no solohabía mantenido contacto epistolar con Justo Lipsio, sino que también había amparadocon su autoridad la fallida edición del Anacreonte castellano de Quevedo y la impresiónpóstuma de las Rimas de Luis Carrillo y Sotomayor, pues compuso versos laudatoriospara ambas obras. También el docto Tomás Tamayo de Vargas hubo de consultarledurante la elaboración de sus comentarios a la poesía de Garcilaso de la Vega31.Desconocemos si en un primer momento el Cronista de Indias llegó a pronunciarsepúblicamente acerca del nuevo estilo acuñado por las obras mayores de Góngora. Ahorabien, tras la defunción del creador de las Soledades, un texto bien conocido prueba quefinalmente este tomaría partido a favor del poeta. En efecto, desde Madrid, el 15 denoviembre de 1632, Luis Tribaldos de Toledo firmaba la Aprobación del volumen deTodas las obras de don Luis de Góngora recogidas por don Gonzalo de Hoces yCórdoba. Entre aquellas páginas preliminares, el prestigioso erudito afirmaba que laspoesías gongorinas

27 Matas Caballero, 1990, p. 69.28 Roses Lozano, 1994, p. 42.29 Matas, 1990. En el utilísimo apéndice que Robert Jammes dedica a «La polémica de las Soledades

(1613-1666)» al final de su edición de la obra maestra gongorina, se sintetiza buena parte de la informaciónconocida hasta entonces sobre los textos de Villar, a quien se dedican las entradas XXXIII y LVII. Véase Luisde Góngora, Soledades, pp. 663-665 y 703-705.

30 Véase Arcos y Rodríguez, 2001a y b.31 «No dejaré de añadir lo que me advirtió el licenciado Luis Tribaldos de Toledo, cuyo juicio es siempre

para mí venerando por la integridad de su doctrina y ánimo» (Comentarios a Garcilaso, Madrid, Gredos,1972, p. 631).

Page 12: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

J E S Ú S P O N C E C Á R D E N A S Criticón, 123, 20155 0

se pueden y deben estimar por la cosa más aguda y delgada y de mayor sal y donaire, con suspartes de gravedad, que han salido en estilo lucido en España, que esta es la quintaesencia deun entendimiento delgado, sublime y por excelencia, aunque singular, de general agrado paratodos estados. Su grandeza es de manera que ni griegos ni latinos pueden competir con lavivacidad de sus conceptos y las demás lenguas vulgares vuelan muy rateras en sucomparación. En suma, de este solo talento se puede España gloriar, pero no esperar otrosemejante en estas letras, en varias edades32.

En suma, que Cascales recabara con una carta bien fundamentada el parecer deTribaldos acerca de la obscuritas podría verse como una jugada magistral de losdetractores del genial racionero, ya que de haber obtenido de este una censura públicadel nuevo estilo, la aureola de prestigio que rodeaba a este docto personaje se habríaextendido asimismo al campo de los «casticistas». A juzgar por los elogios de Góngoraque el cronista hizo en la Aprobación, parece que no llegó a buen puerto tal maniobra.Otro de los posibles interrogantes que plantea el intercambio epistolar aquí examinadosurge, claro está, de la misteriosa figura del maestro fray Juan Ortiz de Atienza(Granada, 1580-Sevilla, 1636)33. Pese a que aún deberán realizarse estudios queesclarezcan detalladamente las andanzas de un religioso que llegó a alcanzar en la OrdenTrinitaria el honroso cargo de Vicario General y Provincial de Andalucía entre 1635 y1636, creo que los numerosos desplazamientos del predicador por diferentes ciudadesmeridionales permiten intuir algún posible contacto con los círculos literarios deCórdoba y Andújar, así como su interés por la nueva poesía. De hecho, sabemos que en1605 fray Juan Ortiz participó en el capítulo trinitario celebrado en el convento deCórdoba34. Parece plausible que la relación amistosa entre el maestro Francisco delVillar y fray Juan Ortiz debió de cimentarse en el trato mantenido por ambos ingeniosdurante los años que el trinitario revistió las funciones de ministro en el convento deAndújar, antes de ser destinado a Murcia.

Formado Cascales en el más férreo clasicismo, en sus dos cartas se percibeclaramente el «peso de la tradición», que aboga por el necesario equilibrio y la perfecta

32 Todas las Obras de don Luis de Góngora, 1633, fol. 3 v. Sigo el texto del ejemplar B.N.M. R-8143.33 En el Diccionario de escritores trinitarios de España y Portugal, bajo la entrada Fray Juan Ortiz de

Atienza se ofrece la siguiente información: «Fue hijo de Granada, Doctor por su Universidad y Catedrático dela misma durante muchos años, Consultor y Calificador del Santo Oficio, Ministro sucesivamente de losConventos de Málaga, Jerez de la Frontera, Córdoba, dos veces de Andújar, de Murcia y Granada, Visitadorde su Provincia de Andalucía y, últimamente, Vicario General y Provincial. Su argumento fue el más temido ycelebrado en las escuelas y sus sermones aplaudidos por un lucido y numeroso auditorio. El padre Ortiz sacóexcelentes discípulos en cátedra y púlpito. El padre fray Agustín Muñoz, Regente de Estudios del convento deGranada, Lector de Prima de Teología y secretario del Padre Maestro fray Miguel Ruiz, Provincial, en laaprobación que dio al elogio fúnebre predicado por el padre Fray Basilio de Sotomayor en las honras delPadre Ortiz trae unos versos del Padre fray Francisco de Guadarrama en que a dicho Padre Ortiz se le atribuye“ingenio divino, heroico, grave, raro, sutil y suave”. Estando predicando una Cuaresma fue sorprendido deuna lenta calentura, que sin cumplir dos años de Provincial le llevó a la tumba. Acudieron a sus honras yentierro todas las órdenes religiosas y nobleza de Sevilla, donde murió a la edad de 56 años, pronunciando suelogio fúnebre el citado padre Basilio en el convento de Santa Justa y Rufina, donde se celebró dicha función eldía 25 de abril de 1636. Escribió muchas materias teológicas y predicables pero no sabemos que tenga algoimpreso» (Asunción, 1899, t. II, pp. 174-175).

34 Pujana, 2006, p. 683.

Page 13: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

F R A N C I S C O D E L V I L L A R , H U M A N I S T A B A R R O C O 5 1

adecuación entre res y uerba35. El pensamiento de este erudito muestra cierta sintoníacon una famosa reflexión quevediana, situada en el pórtico de su edición de las Poesíasde fray Luis: «el arte es acomodar la locución al sujeto»36. La dificultad originada pordeterminados usos de la elocutio y no cohonestada por la profunda idea de la inventio (ala que se refiere Cascales con sintagmas del tenor de «recóndita doctrina» o «doctrinasecreta») resulta censurable a juicio de los críticos que sustentan una tendenciaconservadora. De ahí que la misma idea reiterativamente aflore en la epístola: «bienclaro consta que la obscuridad del Polifemo no tiene excusa, pues no nace de recónditadoctrina, sino del ambagioso hipérbaton tan frecuente y de las metáforas tan continuasque se descubren unas a otras y aun a veces están unas sobre otras»; «lo que no vemosen esta poesía culta, que sin haber doctrina secreta sino solo el trastorno de las palabrasy el modo de hablar peregrino y jamás usado ni visto en nuestra lengua […] caminacomo el lobo, que da unos pasos adelante y otros atrás, para que así confusos no se echede ver el camino que lleva»37.

Al aire de esta preponderancia de la res sobre los uerba en la valoración clasicista, seha destacado justamente la importancia concedida al hipérbaton en este punto de lapolémica38. En efecto, a juicio de Cascales el origen de la obscuritas gongorina selocaliza principalmente en la sobreabundancia de figuras de ornato, combinada con unallamativa y continua alteración del orden sintáctico:

¿Qué otra cosa nos dan el Polifemo y Soledades y otros poemas semejantes, sino palabrastrastornadas con catacresis y métaforas licenciosas que, cuando fueran tropos muy legítimos,por ser tan continuos y seguidos unos con otros habían de engendrar oscuridad,intrincamiento y embarazo? Y el mal es que de sola la colocación de palabras y abusión defiguras nace y procede el caos de esta poesía39.

Dicho en otros términos, «el velo que entenebrece los conceptos» de la escrituragongorina «es sola la frasis»40. Por cierto, en este punto muestra Cascales significativascoincidencias con el parecer inicial del abad de Rute, que en la carta que enviara aGóngora sostenía el siguiente juicio sobre las Soledades: «nace en esta composición laobscuridad de la demasía de tropos y schemas, paréntesis, aposiciones, contraposiciones,interposiciones, sinécdoques, metáforas y otras figuras artificiosas y bizarras cada unade por sí; y a trechos y lugares, convenientes; mas no para amontonadas»41.

Mucho se ha insistido en las acres censuras de Cascales, pero creo que quizá no se hallamado suficientemente la atención sobre los elogios, probablemente sinceros, que elerudito también prodiga a la poesía gongorina compuesta entre 1580 y 1611. De hecho,desde el propio inicio de la carta primera se refiere al genial racionero como «elarchipoeta de Córdoba» y lo encomia en los siguientes términos:

35 Matas, 1990, p. 71.36 Rivers, 1998, p. 47.37 Cartas Philológicas, fols. 34 r. y 32 r.38 Blanco, 2010, pp. 183-184 y 186-187. Véase también Ly, 2011.39 Cartas Philológicas, fol. 30 v.40 Cartas Philológicas, fol. 33 r.41 Martínez Arancón, 1978, p. 17.

Page 14: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

J E S Ú S P O N C E C Á R D E N A S Criticón, 123, 20155 2

¿Quién puede presumir de un ingenio tan divino, que ha ilustrado la poesía española asatisfacción de todo el mundo, ha engendrado tan peregrinos conceptos, ha enriquecido lalengua castellana con frases de oro, felicemente inventadas y felicemente recibidas con generalaplauso, ha escrito con elegancia y lisura, con artificio y gala, con novedad de pensamientos ycon estudio sumo, lo que ni la lengua puede encarecer ni el entendimiento acabar de admiraratónito y pasmado?42

Por mi parte, no logro percibir algún ribete de ironía en un pasaje marcado por laalabanza más encendida. Por supuesto, a continuación irrumpe el contraste, puesto quela altura intelectual y las indudables dotes para la poesía de Góngora hacen aún másincreíble la tremenda caída de sus poemas mayores: «¿quién puede presumir [quealguien de su talento] había de salir ahora con ambagiosos hipérbatos y con estilo tanfuera de todo estilo y con una lengua tan llena de confusión que parecen todas las deBabel juntas?»43.

De alguna manera, a zaga de esa valoración contrastiva, podríamos pensar que lascartas de Cascales de alguna manera dan cuenta de la «historia de una decepción»colectiva: aquel escritor que parecía llamado a llevar la literatura de su siglo a las másaltas cumbres, rivalizando con los autores antiguos (Virgilio) y modernos (Tasso), se haatrevido a romper los preceptos clásicos en torno al estilo para ofrecer novedades quemuchos ni comprenden, ni aprecian. Tras el crudo desengaño, al erudito autor de lasCartas Filológicas le resta levantar acta de la existencia de un primer Góngora luminosoy otro destinado a perderse, errando entre tinieblas:

Si don Luis se hubiera quedado en la magnificencia de su primer estilo, hubiera puesto suestatua en medio de la Helicona, pero con esta introducción de la obscuridad, diremos quecomenzó a edificar y no supo echar la clave al edificio. Quiso ser otro Ícaro y dio nombre almar Icario […]. Por realzar la poesía castellana ha dado con las columnas en el suelo. Y sitengo de decir de una vez lo que siento, de príncipe de la luz se ha hecho príncipe de lastinieblas44.

Al igual que Ícaro o Luzbel, la excesiva libertad, la ambición y la soberbia llevaron aGóngora a precipitarse en el abismo. Así, desde el contexto epistolar de la polémica,surgía en fecha temprana el tema candente de las «dos épocas» de Góngora, que yaMarcelino Menéndez Pelayo se encargaría de canonizar en la corriente decimonónica45.

Por supuesto, desde el marco de una pequeña semblanza no podemos extendernos enotros particulares de interés que ofrece el curioso tríptico. Baste por ahora evocar tan

42 Cartas Philológicas, fol. 29 v.43 Ibidem.44 Cartas Philológicas, fol. 40 r.45 Alonso, 1985, pp. 97-105. Distinguiendo una obra inicial de impecable gusto y elegancia, seguida de un

brusco cambio estilístico y una segunda época marcada por la oscuridad y la aspereza, la crítica que Cascaleshizo a Góngora pocos años después de la circulación de las obras mayores se asemeja bastante a la que GiovanPietro Bellori hizo en 1672 de la pintura de Caravaggio. El historiógrafo establecía un marcado contraste entrelas dos fases de la pintura caravaggiesca, condenando las tinieblas de la segunda: «la prima maniera dolce epura di colorire fu la megliore, essendosi avanzato in essa al supremo merito e mostratosi con gran lode ottimocoloritore lombardo. Ma egli trascorse poi nell’altra oscura, tiratovi dal proprio temperamento, come ne’costumi ancora era torbido e contenzioso» (Bellori, 2009, vol. I, p. 232).

Page 15: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

F R A N C I S C O D E L V I L L A R , H U M A N I S T A B A R R O C O 5 3

solo otro pasaje interesante, donde Francisco del Villar pone de manifiesto la actitudhipócrita de los detractores de Góngora:

No sé qué más claro se pueda decir y lo que me admira es que, después de haberlo satirizado,le imitan todos, quedando pasmados de oír que a las aves llamaba cítaras de pluma46. Y Lopeen su Andrómeda llama a los ánades naves de pluma y otras infinitas imitaciones que dejo, porno cansarme y cansar a Vuestra Paternidad, a quien suplico a estas impertinencias dé tantaspermisiones cuantas yo di admiraciones y alabanzas al ingenio del amigo, que por ser el queasí lo es otro yo, pienso lo habrá reputado Vuestra Paternidad por servicio personal, a quienNuestro Señor [guarde]47.

La mención expresa de uno de los epilios más conocidos de Lope ha permitido a loscríticos establecer una fecha a quo para la carta del iliturgitano, situándola en unmomento impreciso, posterior a la publicación de La Andrómeda, cuyos versos fueronrecogidos en el volumen de La Filomena (1621)48. Ahora bien, pese a lo que allí seindica, el pasaje al que alude Villar no se encuentra en el poema mitológico citado, sinoen el primer canto del otro epilio, dedicado a la historia luctuosa de Filomena, Progne yTereo. En dicho relato puede leerse la siguiente descripción (vv. 393-400): «Los jardinesle pinta siempre hermosos, / las retóricas fuentes, porque luego / son todas artificiossonorosos / y las burlas del agua en las del fuego; / los estanques, que nadan bulliciosos /ánades mansos con lascivo fuego / y el cisne que compite con la espuma, / con altapresunción nave de pluma». A la luz de este pasaje puede reconocerse otra imprecisiónen la cita que Villar parece estar haciendo de memoria, puesto que pese a compartirespacio con los ánades, el ave al que se aplica la metáfora es el blanco y altivo cisne. Enotro orden de asuntos, Villar apunta asimismo la existencia de «otras infinitasimitaciones», que omite por evitar prolijidad. Podría acaso referirse a otro de los textosmás característicos del libro impreso por el Fénix en 1621: me refiero a la suntuosaDescripción de La Tapada, insigne monte y recreación del duque de Braganza. Trashaber elogiado en varias octavas la hermosura de sus lagos, la variedad de su fauna, laabundancia de plantas y flores, el dramaturgo apunta lo siguiente acerca de la presenciade aves: «Los árboles en huertas no envidiaran / la primera del mundo, a no ser puesta /de aquel divino agricultor, ni hallaran / la más famosa a su hermosura opuesta; / aquí lasaves como en centro paran; / su asilo, su región, su esfera es esta; / aquí, tal vez enramas, tal en flores, / cantan sus celos alternando amores». Una vez evocado esta suertede paraíso ornitológico, Lope reescribe del siguiente modo la metáfora de la navegaciónaérea: «Nadan el aire y los plumosos remos / el diáfano campo libres cortan / y tocando

46 Sobre una tipología de metáfora similar (‘alados violines’), presente en autores tan diversos comoMarino, Góngora, Quevedo, Saint-Amant, Martial de Brives, Du Bois Hus, Le Moyne, De Saint-Louis oPerrin, ha disertado Rousset, 1995, pp. 184-187.

47 Cartas Philológicas, fols. 36 v.-37 r.48 En los preliminares de La Filomena, la Suma del privilegio está fechada el 13 de junio de 1621; la suma

de la tasa el 19 de julio del mismo año y la Fe de erratas lleva fecha de 7 de julio. Debemos, por tanto, suponerque el volumen comenzaría a distribuirse ya avanzado el verano. Lope de Vega, Obras poéticas, p. 529. Lasoctavas de La Andrómeda se localizan en pp. 675-695. Evidentemente Villar estaba citando de memoria, yaque en ninguna de las noventa y ocho estancias del epilio consagrado a los amores de Andrómeda y Perseoincluía Lope el sintagma «naves de pluma».

Page 16: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

J E S Ú S P O N C E C Á R D E N A S Criticón, 123, 20155 4

a las nubes los extremos / Ícaros y cobardes se reportan»49. Para probar la veracidad delaserto del apologista de Andújar quizá no esté de más apuntar aquí otra huella de lametáfora de la navegación alada, ya que en un bello idilio consagrado al duque deMaqueda, Esteban Manuel de Villegas empleaba la misma imagen culta para referirse alvuelo de las aves cuando perciben el brillo de los ojos de la amada: «Por cuya luz deinnumerable suma / veloces más que el mismo pensamiento / con alado remar naves depluma / volvieron a surcar mares de viento, / formando visos en lugar de espuma / su nodesalentado movimiento / y alegres alternando aquella salva / que por patrona se le debeal Alba»50.

G ó n g o r a c o m o n u e v o M a r c i a l :r e l i e v e s d e u n t e x t o f r a g m e n t a r i o

En el conocido catálogo dedicado a la Polémica de las Soledades, Robert Jammesdaba ya alguna noticia del «traslado incompleto» del manuscrito del Compendiopoético del maestro Francisco del Villar. Sobre los escasos capítulos que hoy seconservan de esta obra no muy conocida, el catedrático de Toulouse adelantaba elsiguiente juicio: «son de un interés más bien mediano», aunque bien «merecerían unanálisis crítico»51. En marcado contraste, la valoración de ese mismo texto por JeanCanavaggio resulta mucho más positiva. En efecto, el citado estudioso no dudaría entildar de «document bibliographique précieux» este curioso «compendio» de asuntogongorino52.

El título completo que lleva el códice custodiado en la Biblioteca Nacional con lasignatura B.N.M. Ms. 2529 es el siguiente: Copia de unos capítulos de un libromanuscrito escrito por don Francisco del Villar, Vicario, Juez eclesiástico de Andújar,por los años de 1630, cuyo original pasó en poder del marqués de la Merced. Ladatación aproximada del manuscrito original perdido, basada en algunos datos internos,permite situar la escritura del documento apologético en torno a 163553.

49 Obras poéticas, p. 662.50 Eróticas, p. 393.51 Soledades, p. 704.52 Canavaggio, 1965, p. 252. El estudio se centra únicamente en las noticias que los Fragmentos del

Compendio Poético van espigando sobre la producción dramática de Góngora. De hecho, de forma algollamativa, junto a los tres títulos teatrales más conocidos (Firmezas de Isabela, Doctor Carlino, ComediaVenatoria) se nombra una misteriosa cuarta pieza, hoy perdida, el Mundo al revés. Sin duda, el intento dedilucidar las intenciones profundas del autor cordobés al componer un tipo de comedia radicalmente opuestoa la renovación lopesca resulta un importante foco de atención en las páginas redactadas por Francisco delVillar. Ahora bien, no pretendemos aquí repetir cuestiones ya examinadas por el profesor Canavaggio, sinoque intentaremos poner de relieve otros aspectos que hasta ahora han pasado desapercibidos.

53 Jean Canavaggio establecía la cronología aproximada del manuscrito entre 1636 y 1637, alconsiderarlo posterior a la muerte de Lope de Vega (1635) —puesto que se alude al óbito del Fénix— y loestima anterior al fallecimiento de Pérez de Montalbán (1638), de quien habla Villar como todavía vivo(Canavaggio, 1965, pp. 245-254). Con todo, hay que tener en cuenta que en la página 71 de este curioso textoapologético se explicita el año: «Con atención hoy en el año de 635 las voces que a fuerza de bien ponderadosconceptos y no vistos aplausos dieron el principio de la Poesía española y Laurel de Apolo (sin guardar a nadiela cara) al genio más abundante de nuestro siglo, a la dulzura más fácil y conceptuosa que vieron los pasados.Lope de Vega Carpio abonó no solamente de su fama, sino de cuantas cosas le prohijaron el nombre».

Page 17: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

F R A N C I S C O D E L V I L L A R , H U M A N I S T A B A R R O C O 5 5

El motor central del minucioso panegírico que Villar consagra a la obra gongorina seapoya en una idea central: «en todo género de poesía fue eminente don Luis deGóngora». Desde ese eje argumental, el maestro de Andújar irá desgranando losdistintos aspectos creativos de su admirado autor: «Don Luis de Góngora fue singularpoeta epigramatario», «Don Luis de Góngora fue en todo rigor poeta heroico», «DonLuis de Góngora fue eminente en lo lírico», «Don Luis de Góngora fue maestro de losatírico y jocoso», «Don Luis de Góngora fue el primero en burlesco», «no le faltó adon Luis de Góngora espíritu para lo sacro», «Don Luis de Góngora trató conpropiedad lo cómico». Por supuesto, tras haber fundamentado la excelencia alcanzadapor el poeta cordobés en el cultivo del epigrama, la poesía heroica y la lírica, en la sátira,en la escritura burlesca, en la poesía de tema religioso y en la escritura teatral, Franciscodel Villar sólo podía llegar a una conclusión: «Don Luis de Góngora fue el mayor poetade España».

Como suele ser preceptivo en la retórica demostrativa del Siglo de Oro, en elcomienzo mismo de su argumentación el maestro Villar apuntala el carácter admirable ysublime de la obra de Góngora mediante la comparación con los más grandes modelosde la Antigüedad:

Tal es la cortedad de nuestro discurso y su capacidad tan limitada que apenas hay ingenio enquien dos facultades se hallen con eminencia, aunque no falta en nuestros tiempos presunción—¡vano despejo!— que se haya atrevido a tener públicas conclusiones de todas. Aun dentro deuna misma ciencia se dan pocas veces las manos lo práctico y lo teórico, verdad queordinariamente están mirando las experiencias. Sea ejemplar la poética, cuyas partes, como sifueran incompatibles o contrarias, raras veces las vemos hermanadas en un sujeto. En loheroico se ciñeron el laurel Homero y Virgilio, en lo lírico Horacio y Píndaro, en lo satíricoPersio y Juvenal, en lo epigramatario Marcial y Catulo, en lo cómico Plauto y Terencio, en lotrágico Lucano y Séneca. Don Luis de Góngora parece que supo poner excepción a esta regla,jugando las armas de Apolo a muchas manos y recibiendo cariño de todas las Musas. Algunosse han persuadido que solo en lo satírico hizo con mejores esfuerzos, pero cualesquiera queeche las [s]ondas hallará su profundidad; en lo epigramatario, heroico y lírico sus obrasmismas harán demonstración matemática, que no ha menester ajena defensa quien siempreviste tan aceradas armas54.

En este elocuente párrafo Villar pasa lista a los principales géneros antiguos,indicando quiénes son los dos autores más eximios en cada campo. De tal manera seidentifica a los grandes maestros de la epopeya (Homero y Virgilio), la poesía lírica(Píndaro y Horacio), la sátira (Juvenal y Persio), el epigrama (Catulo y Marcial), lacomedia (Terencio y Plauto) y la tragedia (Séneca y Lucano). Tras haber establecido quehabitualmente un poeta sólo consigue alcanzar la excelencia en uno de aquellos terrenos,mientras que los demás le aparecen vedados, sostiene, según la tópica delsobrepujamiento, que Góngora vendría a ser un caso único en la historia literaria, yaque el vate cordobés consiguió alcanzar las más altas cimas en terrenos genéricos tandiversos como la poesía lírica, el epigrama, la sátira y el poema heroico.

54 Fragmentos del Compendio Poético, pp. 1-3.

Page 18: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

J E S Ú S P O N C E C Á R D E N A S Criticón, 123, 20155 6

Pese al considerable interés que podrían suscitar las reflexiones de Villar sobre lapoesía heroica gongorina55 o sus valoraciones de lo lírico y lo burlesco, me limitaréúnicamente a glosar ciertos aspectos de las páginas que consagraba al epigrama. Trashaber dedicado varios párrafos al asunto de la obscuritas, remachando la idea de que«la desigualdad en los asuntos causa diferencia en el estilo» 56, Francisco del Villaraborda un tema ciertamente original: la condición de «singular poeta epigramatario»57.El interés del erudito de Andújar por el conjunto de los poemas breves gongorinosmerece especial atención por lo inhabitual que resulta en su tiempo. Como es biensabido, en las Lecciones Solemnes, José Pellicer de Salas se limitaría a comentar lasobras mayores de Góngora y, por consiguiente, dejó fuera de su estudio el enteroconjunto de la poesía «menor». Algo similar ocurre con las aportaciones críticas de donGarcía de Salcedo Coronel. En los varios volúmenes de anotaciones que el comentaristasevillano dio a las prensas entre 1629 y 1648, también quedaba completamente almargen el interesante corpus epigramático legado por el poeta58. En clara sintonía conlos comentaristas más célebres, tampoco los demás ingenios (Andrés Cuesta, Pedro Díazde Rivas, Cristóbal de Salazar Mardones, Manuel Serrano de Paz…) mostraron excesivointerés por el importante ciclo que forman los epigramas gongorinos. Las páginas deFrancisco del Villar sobre la relevancia del genus minimum constituyen, pues, undocumento excepcional en el contexto de la tradición secentista. De hecho, esa suerte de

55 Baste como botón de muestra el combativo arranque de esa sección: «De mano armada se ha queridoponer la Envidia de parte de algunos, que con avaricia culpable niegan a don Luis el blasón de poeta heroico.Pero cuando las evidencias descubren la cara, ¿quéingenio dócil no las respeta? Escribió las Soledades,Polifemo, Panegírico y muchas canciones y sonetos, que por lo ilustre de los asuntos, por la pompa del verso ypor la alteza del estilo pertenecen a la épica. Éstos fueron los poemas donde procuró lucir la agudeza, elingenio, la sazón de la edad y los estudios de la erudición. De éstos hizo honrosa gala y aprecio, que de lasburlas y juguetes (con calificarlo tanto) siempre se dio por desentendido. Para lo escénico y lírico se valió de sunatural solo, para lo épico o heroico del natural y el arte. Y no consiguió más el ocio que el desvelo, o quepudo más el descuido que los conatos» (pp. 25-27). El paralelo con el padre de la literatura occidental apareceen p. 32: «Y así Pedro Díaz de Rivas en la edición de Madrid le intitula el Homero español». Más adelantealude al conocido texto de las Lecciones solemnes y a la autoridad de José Pellicer de Salas, contrastando lossobrenombres aplicados a Góngora: «Pocos pertrechos de razones y menos aparatos de argumentos seránnecesarios para conseguir este intento [probar que “Don Luis de Góngora fue eminente en lo lírico”], puesaunque Pedro Díaz de Rivas y la edición primera de las obras de don Luis le intitula el Homero español, undocto comentador suyo le da el lauro de príncipe de los poetas líricos y este parecer sigue el mayor resto de losaficionados a sus obras» (pp. 40-41). En una nota marginal se aclara: «Pellicer en Lecc. Sol.». Esperodesarrollar en otros asedios críticos el análisis de lo heroico, lo lírico y lo burlesco, tal como lo aprecia Villar.

56 Desarrolla el tema entre las páginas 3-14. Al final de este apartado pondera de este modo el cambioestilístico: «Y queriendo huir el cuerpo a las alabanzas del vulgo, como de poco aprecio en orejas cuerdas,advertido de todos ejemplos y segura doctrina latina y griega, penetró lo más escondido del Parnaso y se hizodueño de los secretos no comunicados de las Musas, pretendiendo guardarse en lo heroico, con que se hallóobligado a realzar el estilo, dificultar las frases y aun escurecerlas, y así comenzó las Soledades diciendo “Pasosde un Peregrino son errantes / cuantos me dictó versos dulce Musa / en soledad confusa”. Con que mostró lacomprehensión especulativa que tuvo de los preceptos de esta profesión y la facilidad con que se acomodó a lapráctica de ellos» (Fragmentos del Compendio Poético, pp. 13-14).

57 Sobre este particular, véanse las pp. 14-25.58 García Jiménez, 2013, pp. 31-60. Conviene, con todo, apuntar cómo en el volumen donde comenta los

sonetos, impreso en 1644, Salcedo Coronel anunciaba su propósito de dar a las prensas otro tomo deanotaciones, consagrado a los «romances, décimas, comedias y otras poesías varias». Dicho trabajo, dehaberse realizado, jamás llegó a ver la luz.

Page 19: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

F R A N C I S C O D E L V I L L A R , H U M A N I S T A B A R R O C O 5 7

preterición por parte de los comentaristas estaba llamada a perpetuarse durante lassiguientes centurias, al punto que en un reciente estudio se apuntaba cómo las décimas,que conforman la principal aportación gongorina al epigrama vernáculo, constituyentodavía «el corpus más desatendido de la poesía de Góngora»59.

Con términos altamente elogiosos abría su reflexión el maestro Villar:

Aunque en todo género de poesía le tejieron las Musas coronas a nuestro poeta, en el genio delos epigramas (que son inscripciones breves y agudas) no le han igualado alguno en Italia ni enGrecia; en superior esfera le miran todos; en cada hoja de sus guirnaldas parece que quiso laerudición escribir con letras de oro triunfos que le eternizan. Mas, ¿qué mucho si su desvelofue llave maestra para manifestar cuantos conceptos y adornos han tenido escondidos yreclusos todas las edades? Engolfose don Luis en el Océano abundante y provechoso de lalección antigua y tomando alturas de seguros polos, halló nuevos y no conocidos rumbos,Colón de no menos preciosas Indias con la carta de marear de su estudiosa porfía. No seatreviera por sí sola mi atención a tan arrogante censura60: así lo publicaron siempre conconstante entereza el maestro Baltasar de Céspedes, que lo fue de Retórica en la Universidadde Salamanca; el padre Martín de Roa, varón eminente en todas letras, de cuya destreza en laslenguas castellana, latina y griega se puede muy bien fiar la seguridad de este juicio, puessupieron registrarles aun los ápices más pequeños de la propiedad y gramática de todas. Losejemplares61 no pudieron sacar de este empeño: si el celo cristiano y la piedad cortés (quetrabajan por tenerlas reclusas) permitieran salir a luz las agudezas y donaires que escribió enamoroso y satírico, la curiosidad y el despejo las guardan en los archivos de no pocosacreditados gustos, pero no las desperdician, ni estragan, aunque las traen siempre entre lasmanos: a la imprenta se niegan, no a las memorias, que para recreación del anónimo lasconservan, cosa que no desdora el honor o desdice del recato. Razón es (perdone el desahogomás atrevido) que ande de barrio62 y parezca con rebozo, pero según el aprecio que veo deestas obras, las diligencias con que algunos las buscan y la avaricia con que las poseen, mepersuado a que este siglo las ha de vincular63 a los venideros64.

El fragmento insiste en la conocida idea de la imitatio / aemulatio de diversosmodelos, al punto que pondera el modo en que los epigramas gongorinos han logradosuperar a los de Italia y Grecia. Podría inferirse de lo apuntado en estas líneas que Villar

59 Pezzini, 2013, p. 101. Algo más adelante, la estudiosa pisana afirma: «la indiferencia demostrada porlos gongoristas del siglo xvii en comentar las décimas iguala el desinterés por editarlas» (p. 104).

60 El sintagma «arrogante censura» debe entenderse con la posible acepción de ‘opinión presuntuosa’ o‘juicio tan jactancioso’.

61 Emplea la voz ejemplar con el sentido restrictivo de texto ‘original’.62 La expresión andar de barrio aparece en varios textos de la época, como la comedia lopesca Servir a

señor discreto (Madrid, Castalia, v. 733). Edición Weber de Kurlat.63 Como tecnicismo del lenguaje forense, ha de entenderse el verbo vincular con el sentido concreto de

‘dar en herencia inalienable’.64 Fragmentos del Compendio Poético , pp. 15-18. Aunque el pasaje resulta por momentos algo arduo, el

contenido central del mismo podría condensarse en unas cuantas ideas principales. Con suma generosidad,Marc Vitse me apunta la siguiente síntesis: ‘Góngora en el epigrama es superior a todos los modelos griegos ylatinos. No es juicio presuntuoso mío, ya que ya lo dijeron Céspedes y Roa. Pero es imposible [¿paraconfirmarlo?] consultar los originales, celosamente guardados por sus anónimos poseedores, que los conservancon cuidado, aunque manejándolos sin cesar para divertirse, sin dejarlos llegar a la imprenta. Es cosa normalque esta parte de su obra quede oculta, pero creo que los que llegan a tenerla entre manos quieren reservarlapara los siglos venideros’.

Page 20: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

J E S Ú S P O N C E C Á R D E N A S Criticón, 123, 20155 8

estimaba acaso que en la poesía del Siglo de Oro el género del epigrama no habíaalcanzado contornos bien definidos y sólo con el espaldarazo gongorino al antiguogenus minimum este llegaría a integrarse del todo en el campo literario de la época.Invita a pensar así la identidad que establece entre Góngora y el almirante CristóbalColón, pues con sus versos el genial racionero encontró «nuevos y no conocidosrumbos» que le llevarían a descubrir «no menos preciosas Indias».

Otro detalle interesante del pasaje es la noticia indirecta sobre la circulaciónmanuscrita de los epigramas gongorinos, en especial los de asunto satírico y amoroso. Elclérigo iliturgitano afirma que «en los archivos de no pocos acreditados gustos» secustodia copia de tales poemas, mas tales versos no se han sometido ni a los estragos dela «imprenta», ni a los de la opinión pública, ya que podrían resultar de alguna maneralesivos para la honra de los personajes aludidos65. Si en algún caso singular tal escritura«desdora el honor o desdice del recato», ello no impide que se tengan en la mayorestima, puesto que los entendidos «las buscan» con diligencia y «las poseen» conavaricia66. La difusión de los epigramas gongorinos esbozada en esas líneas nos hacerecordar —con Antonio Carreira— que «muchos textos de aquel tiempo dejan entreverque hubo cierta devoción por el manuscrito, que los autores competían por alcanzar elmás preciado, el más fiable, pues para ellos, en resumen, la verdad de los textos seencontraba antes en el manuscrito que en el impreso. El colmo de fidelidad lorepresentaban, naturalmente, los autógrafos; luego venían los idiógrafos, los apógrafos ydemás, que eran coleccionados con fruición por eruditos y aficionados. El libro impreso,sin negar su utilidad, fue visto a veces con recelo, no solo por atribuirle mayor descuido,sino también porque se había convertido en mercancía»67.

Por otro lado, no quisiera dejar de notar cómo en el citado párrafo el maestro Villarsustenta su valoración en la auctoritas de dos intelectuales de reconocido prestigio: elcatedrático Baltasar de Céspedes y el erudito cordobés Martín de Roa68. Al margen de lamención que aparece en la segunda de las Epístolas satisfactorias de Angulo y Pulgar yesta cita del Compendio poético, no se ha exhumado hasta la fecha ninguna declaracióndel humanista Baltasar de Céspedes (Granada, h. 1560-Salamanca, 1615) a favor de la

65 Como bien apunta el profesor Vitse, el empleo de la voz estrago en el pasaje puede resultar de algúnmodo ambiguo. Quizá no se hable aquí tanto de los estragos e imprecisiones materiales cometidos en el pasodel manuscrito a la impresión, sino de los estragos que puede generar la difusión pública, mucho másmayoritaria, por impresa.

66 Robert Jammes y Marc Vitse no comparten esta posible interpretación. A juicio de ambos maestros, laidea que se sostiene en el pasaje sería la siguiente: la circulación manuscrita permite respetar el decoro, sindesdorar el honor de nadie. Bajo esa luz, los dos catedráticos de Toulouse-Le Mirail consideran necesaria unareinterpretación de todo el final de la cita, y nueva redacción del comentario: «… se custodia copia de talesobras, pero los anónimos que para su recreación las conservan no las entregan a la imprenta, de modo que nose ofende al honor de nadie ni a la decencia. Algunos las buscan, pero cuando las tienen no las comunican,como si se hubieran de reservar para que las hereden los siglos venideros».

67 Carreira, 2001, p. 24.68 Martín de Roa (Córdoba, 1561-Montilla, 1637) ingresó en la Compañía de Jesús en 1576. Por sus

aptitudes e inclinación a las letras, desempeñó las funciones de docente de Retórica y Teología en el colegio deCórdoba. También ocupó el cargo de rector en los colegios de Jerez, Écija, Sevilla, Córdoba y Málaga. Residióun tiempo en Roma como procurador. En el conocido listado de Autores ilustres y célebres que hancomentado, apoyado, loado y citado las poesías de don Luis de Góngora, el vigésimo sexto escritor citado esel propio Roa (véase Ryan, pp. 430 y 451).

Page 21: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

F R A N C I S C O D E L V I L L A R , H U M A N I S T A B A R R O C O 5 9

nueva poesía69. Quizá podría sospecharse que el autor de los hoy perdidosHypomnemata a los epigramas de Marcial sintiera alguna inclinación por el estilo agudoy conceptuoso de Góngora. Con todo, hay que recordar que en el entorno del AlmaMater Helmantica la poesía del genio cordobés contaba con importantes apoyos, comoel del helenista Andrés Cuesta y algo más adelante el de Manuel Serrano de Paz,licenciado en Medicina por dicha universidad.

Sería interesante, por otro lado, precisar si la mención del cordobés Martín de Roapor parte del maestro Villar pudo estar motivada por la lectura de la obra que el doctojesuita publicó en 1636. Me refiero al tratado sobre el Antiguo Principado de Córdobaen la España Ulterior. En dicho texto el mílite ignaciano incorporaba el elogio de lostres máximos escritores «modernos» de su ciudad natal (Mena, Rufo, Góngora),afirmando lo siguiente:

En nuestro siglo ilustres poetas se han visto, el Virgilio español Juan de Mena, que en grandezade estilo, erudición y conocimiento de varias letras no cede a ninguno de los antiguos; eljurado Juan Rufo en su Austriada y Seiscientas, digno de muy buen lugar; el Plauto y Marcialde nuestra edad, don Luis de Góngora, superior sin agravio de los mejores latinos y griegos encultura, agudeza y mucho más en sal y donaire sin comparación70.

La insistencia del padre Roa en la «agudeza» y, sobre todo, en la «sal y donaire sincomparación» que definirían a Góngora como «Marcial de nuestra edad» debe ponerseen paralelo con valoraciones de parecido tenor. De hecho, puede apreciarse cuánextendida estaba entre los humanistas de la España barroca la idea de exaltar la figuradel escritor cordobés como una suerte de Martialis redivivus planteando un pequeñorecorrido de ejemplos fechados entre los primeros años de la centuria y,aproximadamente, la mitad del siglo.

Siguiendo el hilo temporal, desde una cronología tan temprana como 1604,Bartolomé Jiménez Patón denominaba ya a Góngora como el «nuevo Marcialcastellano». De forma algo significativa, el conocido maestro de Retórica aplicaba dichosintagma al creador de las Soledades mientras ponderaba el uso de una de las clases deironía (el astismos), de la que Góngora haría uso en un epigrama sepulcral71. Bienavanzada la década siguiente, en 1616, Fernando Luis de Vera y Mendoza culminaba laprimera redacción del conocido Panegírico por la poesía . En esta célebre alabanza de laslitterae humaniores, el noble meridional sostenía que «Don Luis de Góngora nació en lacalle de Marcial y, sin ninguna duda, con mayor sal y no menores nervios en las verasque agudeza en las burlas»72. Otro testimonio interesante ofrece el erudito anticuarioRodrigo Caro, que emplea la designación de «Marcial cordobés» en 1626 y cita,además, con una pequeña glosa, una de las décimas gongorinas para refrendar tal

69 Marín, 1966; Mañas Núñez, 2002; Comellas, 2009.70 Antiguo principado de Córdoba, fol. 26 v.71 Elocuencia española en arte, p. 399.72 El texto fue impreso una década más tarde, en Montilla, en 1627. Panegyrico por la poesía, fol. 53 v.

Sigo el texto del ejemplar B.N.M. R-15005. Puede verse asimismo la edición moderna de Delgado Moral,2013, p. 285.

Page 22: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

J E S Ú S P O N C E C Á R D E N A S Criticón, 123, 20156 0

aserto73. Por otra parte, uno de los discípulos más cercanos del creador de las Soledades,el predicador real fray Hortensio Félix Paravicino y Arteaga, en un conocido romancelaudatorio encaminado a Góngora, también emplea el parangón con el bilbilitano: «¡Ohtú, Lelio, que heredando / al docto Marcial la pluma, / las sales que el mundo admira /Píndaro mejor renuncias!»74. En 1627, precisamente desde la dedicatoria de La estafetadel dios Momo a Paravicino, el conocido novelista Alonso de Salas Barbadillo invocabala doble protección de Marcial y Góngora, considerados ambos por igual «ingeniospríncipes»:

Las horas que vuestra reverendísima ocupare leyendo estos borrones (supuesto que ningunatiene ociosas) las ha de usurpar a sí mismo y darme aquel tiempo precioso, que gastadoconsigo fuera como siempre padre de grandes y prodigiosos partos. ¿Podrá aspirar el sabiomás ambicioso a mayor laurel que tener a vuestra reverendísima atento algunas, aunquebreves, horas? Hazaña ha sido, y sólo hazaña de capitanes santos, y de pocos, parar al Sol ensu curso. Pregunto: ¿será menos blasón para mí suspender al sol de los ingenios en lo másardiente de su carrera y reducir a silencio y atención los sagrados rayos que a todos tienenatentos […]. Todo mi fin es hacerme espaldas yo a mí propio y volver por mi reputación.Según esto la dádiva para mí es, no para vuestra reverendísima, con que podré decir que mequedo con lo mismo que ofrezco. Aun no son estos mis mayores miedos, pues recelo que selevante alguna tempestad calumniadora, acusándome los circunspectos porque presento avuestra reverendísima libro cuya materia ellos harán más jocosa y entretenida de lo que suena.Peligro es este que a no ser tan común pudiera temerse mucho, mas témplanse los horrores deestas sombras en su misma antigüedad, pues acometiendo a muchos espíritus gentiles, lasvencieron y burlaron. Tengo valientes padrinos en ejemplares ilustres: no es mi protecciónvulgar, sino augusta y grande. Al mayor monarca de la tierra consagró Marcial sus epigramas.¿Quién duda que reconoció aquel príncipe docto que en muchos de aquellos donaires seescondían grandes misterios y que agradeció el presente más que con liberalidad de dádivas,con hacer lugar (entre tantas ocupaciones) para leellas, estudiallas y repetillas. Tal nos sucedíacon nuestro gran don Luis de Góngora, pues todos traíamos en la memoria sus agudezasinimitables, porque pasaba en muchas de ellas el concepto a más de lo que decía el exteriorsonido, juntando a un mismo tiempo en nuestros semblantes la risa y la admiración. Demás deque estos ingenios príncipes no se olvidaron de las veras, antes dijeron algunas de tanto pesoque pudieran hoy trasladarse al púlpito. Parece que digo lo que no es y que hablo más con eldeseo que con la verdad. Pues adviertan [que] uno de los oradores evangélicos más graves ydoctos de nuestros tiempos, en un libro suyo de sermones que anda impreso, tan aceto quemultiplica las impresiones cada día, se vale en uno de ellos (y para ocasión bien importante) deaquel verso de Marcial que dice: “Non facit ille deos, qui rogat, ipse facit”75. Quisieran ellos

73 Días geniales, t. II, p. 13. «Don Pedro.— Ahora entiendo lo que dijo nuestro Marcial cordobés a losopositores del magisterio de música de aquella santa iglesia, en una décima, que si no me acuerdo mal, dijo así:“Los edictos con imperio / masse Lobo ha prorrogado /quizá hasta que barbe el Grado /de su vocal magisterio./Si no lleva otro misterio, /el nuevo término corra, / juegue en tanto a la morra /nuestro pretendiente bobo /oapele de maese Lobo /para otro maese Zorra”. Dijo famosamente, haciendo alusión de los nombres de losopositores, y tomando la metáfora de solfear con los dedos y los gestos que los músicos hacen, a los que hacenlos que juegan a la morra».

74 Obras póstumas, divinas y humanas, p. 142.75 La cita es del verso sexto del epigrama VIII, 24: «Si quid forte petam timido gracilique libello, / inproba

non fuerit, si mea charta, dato. / Et si non dederis, Caesar, permitte rogari: / offendunt numquam turaprecesque Iovem. / Qui fingit sacros auro vel marmore vultus, / non facit ille deos: qui rogat, ille facit» (‘Si

Page 23: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

F R A N C I S C O D E L V I L L A R , H U M A N I S T A B A R R O C O 6 1

que todo fuera de esta calidad y valor y no advierten que el poeta ha de enseñar deleitando yque por esta causa se le deben mayores gracias a su artificio, pues llamando a que le escuchencon lo exterior de los donaires, esconde en lo interior lo agrio de la reprehensión severa76.

Según pondera Salas Barbadillo, los «donaires» de los epigramas de Marcial sondignos de la grandeza del emperador, dedicatario de los poemillas. De manerasemejante, la poesía gongorina ofrece «agudezas inimitables» en las que perfectamentese funden «el exterior sonido» y el profundo «concepto», de forma que los cortesanosque las alcanzan a leer son presa a un tiempo de «la risa y la admiración». Tanto enMarcial como en Góngora «lo exterior de los donaires» deleita y «lo agrio» interiorenseña con la justa «reprehensión severa».

La comparación del creador de las Soledades con el máximo autor de epigramas en elmundo romano sigue apareciendo en la obra de otros ingenios durante las primeras tresdécadas del siglo. Por ejemplo, Cristóbal Suárez de Figueroa recurriría al mismo tipo deidentificación en la prosa miscelánea del Pusílipo (1629). La sexta Junta de esta obra seinicia con un elogio del creador de las Soledades, en los siguientes términos: «monstruode los ingenios, aquel Fénix de las agudezas, don Luis de Góngora, el solo poetaespañol, el moderno Marcial». No es la única vez en el volumen que el escritor alaba eltalento y la novedad de estilo del poeta culto: «pocos entre modernos de nombre, salvoaquel ingenioso cordobés, luciente honor de las Españas, a quien ninguno llegó en lanovedad de la locución y en el seguir hasta lo último galanamente una metáfora»77.

Un último ejemplo: desde las páginas de la segunda redacción de la RepúblicaLiteraria, concluida hacia 1642, Diego de Saavedra Fajardo elogiaba así la escrituragongorina: «en nuestros tiempos renació un Marcial cordobés en don Luis de Góngora,requiebro de las musas y corifeo de las gracias, gran artífice de la lengua castellana, yquien mejor supo jugar con ella y descubrir los donaires de sus equívocos conincomparable agudeza»78. En suma, según prueban las citas de Jiménez Patón, Vera yMendoza, Rodrigo Caro, fray Hortensio Félix Paravicino, Martín de Roa, SalasBarbadillo, Suárez de Figueroa o Saavedra Fajardo, el dominio de la ironía, la simparagudeza, la sobreabundancia de sales y donaires, el juego propio de los equívocos quetraslucen con indudable brillo los versos gongorinos solo podían encontrar un paralelo

acaso algo te pido en mi modesto y pequeño librito, concédemelo, siempre y cuando mis papeles no seaninsolentes. Y si no me lo concedieras, César, permite mis súplicas: a Júpiter nunca le ofenden el incienso y losruegos. Quien esculpe los sagrados vultos en oro o en mármol no hace a los dioses: los hace quien a ellosencamina sus ruegos’), Martialis Epigrammata, 2007, s. p.

76 La estafeta del dios Momo, s. f. Manejo el ejemplar B.N.M. R-1140.77 Pusílipo, pp. 191 y 146. Sobre la obra, puede verse el interesante estudio de Gherardi, 2013.78 República literaria, pp. 219-220. Saavedra Fajardo mencionará después el cambio de rumbo estético y

la obscuridad de las obras mayores, tan discutida como admirada: «Cuando en las veras deja correr su naturales culto y puro, sin que la sutileza de su ingenio hiciese impenetrables sus conceptos, como le sucedió después,queriendo retirarse del vulgo y afectar la oscuridad, error que se disculpa con que aun en esto mismo saliógrande y nunca imitable. Tal vez tropezó por falta de luz su Polifemo, pero ganó pasos de gloria. Si se perdióen sus Soledades, se halló después tanto más estimado, cuanto con más cuidado le buscaron los ingenios yexplicaron sus agudezas» (p. 220).

Page 24: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

J E S Ú S P O N C E C Á R D E N A S Criticón, 123, 20156 2

digno en el legado clásico de los Epigrammata de Marcial79. En verdad, estepensamiento se muestra acorde con los nuevos derroteros estéticos de la centuria, pues—como ha señalado Mercedes Blanco— «parece lógico que hacia 1600, cuando empiezaa florecer el conceptismo barroco, muchos poetas busquen inspiración en Marcial, autorincomparable por la intensidad y variedad de su agudeza». Por si ello fuera poco, elautor latino «interesaba especialmente a los españoles, quienes sentían comocompatriota suyo a un autor nacido en el territorio de Hispania, lo que compensaba suextrañeza de ciudadano de la Roma antigua»80. En perfecta consonancia con talesvalores, Gracián encumbraría en la Agudeza y arte de ingenio a la pareja formada porMarcial y Góngora, ya que en ambos se cumple ejemplarmente el virtuosismo en elmanejo de sutilezas, donaires y conceptos81.

Dejando a un lado el testimonio de los sonetos concebidos al modo del epigramaclásico, la mayor aportación gongorina a un tipo de poesía breve y aguda, a menudosustentada en lo circunstancial o anecdótico, se identifica con el conjunto de las décimas.Por ello no puede extrañarnos hoy que de los veintiséis epigramas citados por Villar,doce sean precisamente espinelas. Esta cifra no parece baladí, ya que según refiere el másautorizado editor de la poesía gongorina, el escritor cordobés «entre 1600 y 1626escribió setenta y ocho poemas en décimas», de los cuales cincuenta y ocho soncomposiciones mono-estróficas82. En suma, el humanista iliturgitano evoca en suCompendio —aproximadamente— la sexta parte del conjunto de espinelas, por suindiscutido brillo como epigramas agudos. El orden en que tales poemas se clasificandifiere también mucho de unas colecciones a otras83. Por ejemplo, las sesenta y cuatrocomposiciones en décimas recogidas en el Códice Chacón se presentan agrupadas encinco bloques temáticos: fúnebres, amorosas, satíricas, burlescas y varias84. El volumende Todas las obras de don Luis de Góngora en varios poemas recogidos por donGonzalo de Hozes y Córdoba divide el corpus de las décimas en: amorosas, líricas,burlescas, fúnebres y varias85. La edición de las Obras en verso del Homero español ,

79 De gran interés resulta la visión de Góngora que emerge de la prosa de Gracián, bien estudiada enBlanco, 2012b, pp. 85-103. En líneas generales, sobre la relación de Góngora con el genus minimum, puedeverse la brillante reflexión de López Poza, 2013.

80 Blanco, 2013, p. 44. Se conservan versiones e imitaciones vernáculas de Marcial en la poesía deBartolomé Leonardo de Argensola, Francisco de Quevedo, Juan de Jáuregui, Manuel de Salinas y Lizana,Fernando de la Torre Farfán, García de Salcedo Coronel, el conde de Rebolledo, Esteban Manuel de Villegas yotros muchos ingenios secentistas. La huella del bilbilitano resulta muy marcada también en los epigramasneolatinos de Francisco Cascales (Cascales, 2004). Como valoración amplia de los ecos de Marcial en España,puede remitirse al estudio de Gil, 2004.

81 Sobre la «agudeza triunfante» dilucidada por Gracián, véase Blanco, 1992, pp. 245-314. Al evocaralgunas figuras de «poetas tan dignos de veneración y respeto» de los siglos xvi y xvii, el docto Bernardo deBalbuena incluye en su lista a Boscán, Garcilaso, Castillejo o Acuña. Al único autor que cita con un epítetoque acota su singularidad es al racionero cordobés, al que exalta con un superlativo absoluto: «el agudísimodon Luis de Góngora». Ha ponderado esta valoración de Balbuena una monografía reciente: Tenorio, 2013,p. 32.

82 Carreira, 2013, p. 79.83 Para una visión global de la clasificación de la obra gongorina en el siglo xvii, es de rigor remitir a

Pérez Lasheras, 1995, pp. 143-153.84 Ms. Chacón, t. I, pp. 261-318.85 Todas las obras, fols. 56 v.-65 v. Sigo el texto del ejemplar B.N.M. R-8143.

Page 25: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

F R A N C I S C O D E L V I L L A R , H U M A N I S T A B A R R O C O 6 3

cuidada por Juan López de Vicuña, ordena el conjunto de las décimas en seis secciones:amorosas, líricas, satíricas, burlescas, fúnebres y varias86. Distanciándose de losanteriores tipos de propuesta, Francisco del Villar, por su parte, distingue cincocategorías en los epigramas gongorinos: heroicos, líricos, burlescos, satíricos y sacros.

Si nos atenemos a la propuesta de clasificación del Compendio poético, en elapartado de los epigramas heroicos se citan cuatro composiciones: los versosconsagrados a la muerte de la reina Margarita («Ociosa toda virtud»); la espinela escritapor la recepción de «una empanada que le envió el marqués del Carpio al autor, de unjabalí que había muerto» («En vez de acero bruñido»); las dos décimas A la toma deLarache, puerto y plaza fuerte de África que se encargó al marqués de San Germán(«Larache aquel Africano») y el altisonante epigrama encaminado al caballero cordobésdon Pedro de Cárdenas y Angulo, por la muerte de su caballo en un lance de toros(«Murió Frontalete y hallo»). Como ejemplo de epigramas líricos se aducen únicamentedos poemas: A una dulce tiranía del amor, epigrama cuarto («Siempre le pedí al amor»);A un tropezón que dio una dama («Tropezó un día Dantea»). Algo mejor representadosse hallan los epigramas burlescos y los satíricos. En el grupo burlesco espiga trescomposiciones: A una dama sevillana («Con la estafeta pasada»), la espinela que dirige adon Juan de Guzmán («Ya que al de Béjar le agrada») y el conocido poema Al sepulcrode Simón Bonamí enano («Yace el gran Bonamí, a quien»)87. Igualmente conocidosresultan los epigramas de sátira de estados, como la espinela contra un mal médico(«Doctor barbado y cruel»), un mal abogado («Oh, jurisprudencia, cuál») o un cornudoconsentido (A un casado que enriqueció a título de corto de vista y bien acondicionado:«Casado el otro se halla»)88.

El carácter de sátira ad personam que identifica una sección importante de lasdécimas gongorinas vedaría su difusión en las colecciones manuscritas más autorizadas(como la debida a los desvelos de don Antonio Chacón Ponce de León, señor dePolvoranca), así como su omisión en los primeros tomos impresos. Esa conexión entre elorbe epigramático de las décimas y la veta satírica del genus minimum promueve,nuevamente, el contacto entre Góngora y Marcial. De hecho, además de en elCompendio poético, ese nexo puede hallarse en otros textos de asunto gongorino. Porejemplo, en los Diálogos en que se contienen varias materias y se explican algunas obrasde don Luis de Góngora, cuya autoría desafortunadamente no ha podido aúndilucidarse, la lección octava se consagra a Marcial, en concreto al punzante poema queel vate latino consagrara a Lálage. Allí se establece algún contacto y cierta significativadistinción entre el genus minimum y la sátira:

[Marcial] escribió con no pequeño aplauso y aceptación muchos y muy diversos epigramas, enlos cuales ya alaba cosas honestas, ya induce y amonesta a la virtud, si bien en muchísimos

86 Obras en verso del Homero español, fols. 55 v.-63 v.87 Para las tres fases de redacción del epitafio de Bonamí, remito a Carreira, 1998, pp. 301-304.88 Varias décimas se ofrecen en el Compendio con un número de foliación: Ociosa toda virtud, f. 64; En

vez de acero bruñido, f. 63; Siempre le pedí al Amor, f. 66; Con la estafeta pasada, f. 63; Ya que al de Béjar leagrada, f. 63; Yace el gran Bonamí, a quien, f. 64; Doctor barbado y cruel, f. 65; Oh, jurisprudencia, cual, f.66; Casado el otro se halla, f. 65. Tras cotejar la localización de estos epigramas en la edición Vicuña y en laedición Hoces, no hay coincidencias entre las citas del maestro Villar y la foliación de ninguno de estosimpresos.

Page 26: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

J E S Ú S P O N C E C Á R D E N A S Criticón, 123, 20156 4

nota y reprehende los vicios y costumbres de aquel tiempo. Lo cual hace con grande facecia yno poca sal, según es costumbre de los epigramistas, fingiendo personas y nombres sinparticularizar a nadie: “Hunc servare modum nostri novere libelli, / parcere personis, dicere devitiis”. Porque en esto se diferencia el epigrama de la sátira. Y como fue costumbre de losantiguos en alguna manera loable enseñar a los príncipes, con cierto género de lisonja,diciéndoles que eran los que debían ser, pues aconsejarles tenía peligro, así este poeta enalgunos epigramas alaba al descubierto las cosas buenas y amonesta la virtud; en otrosaprueba lo que no es culpable y en otros con obscenas palabras y poco honestas razonessatiriza en general reprehendiendo los vicios (p. 241).

Parece significativo que el anónimo apologista de Góngora acoja en estos variadosdiálogos un discurso sobre la función del epigrama en Marcial, atendiendofundamentalmente a la problemática singular que entrañan las composiciones brevesidentificables con una muestra de satura ad personam.

Como suelen justificar los teóricos de este antiguo género, la presencia del humor y lasal gruesa en el epigrama se justifica por el propósito moralizador, por la finalidad decorregir los comportamientos erróneos o desviados. Es obligación del poeta no apuntarhacia ningún personaje en concreto. El contacto del epigrama con los módulos propiosde la satura nos llevan también a recordar las puntualizaciones de Villar acerca de laobscuritas en este tipo de escritos. Tal idea aparece desarrollada en el punto sexto de losFragmentos del Compendio Poético, donde exalta la importancia de Góngora en tanto«maestro de lo satírico y jocoso»:

Cuestión ha sido controvertida (y su resolución no pudo dudosa) qué estilo ha de guardar lasátira. Algunos dicen que ha de ser obscuro y dificultoso, lo uno porque la fealdad del vicioque reprehende no lleve descubierta la cara y ofenda el recato de quien la leyere y lo otroporque sea como la píldora que se receta cubierta de oro, para que al enfermo le brinde suhermosa apariencia y lleve rebozado [p. 49] su amargor y desabrimiento. De este parecer hevisto personas entendidas y con ellas el licenciado Francisco de Cascales en una de susepístolas. Otros sienten que el estilo de la sátira ha de ser fácil y claro, vulgar y humilde,usando de versos puros y frases propias, así lo siente Horacio y el mismo licenciado Cascalesen sus Tablas. La razón es porque, siendo su fin reprehender los vicios, es conveniente retóricael ajustarse a términos que todos entiendan. Don Luis usó en ella de ambos estilos, y paraconmigo su autoridad sola puede hacer opinión bastante segura. La regla general para estepoema parece peligrosa porque no todo lo que es suje[p. 50]to de la sátira conviene que semuestre con claridad, ni sea para la vista de todos, antes tal vez importa ponerle velo queparezca decente a los más modestos. Adelantose don Luis en este género de decirconocidamente a todos los ingenios de España, sin que haya quien niegue esta ventaja, ni aunla dificulte. Picó con todo donaire y reprehendió con singular agudeza, pero no sin ofensa demuchos que fueron (y aun hoy lo son ) fiscales perpetuos de su fama. De ejemplo le podránservir, ya que no de disculpa, los más celebrados ingenios del mundo, tocados de tan peligrosocontagio. Si bien al celo católico no hay cosa que satisfaga tanto como el conocidoarrepentimiento que tuvo en la madurez de su edad, diciendo ordina[p. 51]riamente con Lipsio“utinam revocare fas sit atque etiam delere”89. No sea permitido a la imprenta lo que ofendió

89 ‘Ojalá me fuera permitido retirarlo o, incluso, borrarlo por completo’. Figura la siguiente anotación almargen: “Lips. c. 20”. Como indica Villar en el propio texto, la abreviatura se refiera al célebre humanista

Page 27: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

F R A N C I S C O D E L V I L L A R , H U M A N I S T A B A R R O C O 6 5

al decoro de personas particulares y es justo perdonar tan sazonadas vivezas y piérdansetesoros tan peligrosos y nadie aumente su crédito con perdida reputación ajena. Entre losescritos que con menos escrúpulo pueden divertir el ingenio se valió mi elección de lassiguientes, puesto que la imprenta les ha vadeado el peligro.

Las citas de la obra de Cascales en el fragmento citado invitan a pensar que larelación entre ambos ingenios no debió de torcerse del todo, a tenor de las diferenciasirreconciliables que tenían en un tema tan espinoso como la obscuritas. Además, lasafirmaciones de Villar nuevamente inciden en el aspecto capital de la circulación detextos satíricos solo en forma manuscrita, puesto que los llega a considerar “tesoros tanpeligrosos”.

En suma, los pasajes del Compendio poético aquí examinados podrían evidenciar elinterés de la obra, conservada de forma fragmentaria. Sin duda, parece imponerse comouna evidencia que es algo urgente el rescate editorial y crítico de este significativo textode Francisco del Villar, ya que en algunos puntos específicos sigue ofreciendo aún hoyaportes bastantes sugestivos en torno a la creación gongorina.

A m o d o d e c o n c l u s i ó n

Los textos de Francisco del Villar se incardinan en uno de los momentos másapasionantes del Humanismo erudito de la España áurea: la batalla en torno a la licituddel nuevo estilo culto. Tanto la Carta a fray Juan Ortiz como los fragmentosconservados del Compendio poético desempeñan, a su modo, un papel relevante en lapolémica gongorina, cuyo abrupto relieve lo «configuran una serie de textos—conocidos unos y perdidos otros— que nos dan cuenta no solo de diferentes manerasde entender la obra de Góngora, sino que nos revelan todo un estado de alerta ante unasituación delicada»90.

El estudio de los diversos agentes que intervinieron en la polémica y la ampliadiversidad de textos ponen de manifiesto, ante todo, la conveniencia de esclarecer, con elmayor detalle posible, el perfil biográfico de unos ingenios hoy casi olvidados. Lanotoria presencia de estos literatos en relaciones de fiestas, justas poéticas, preliminareslaudatorios, noticias epistolares, documentos oficiales y cualquier otro tipo de escrito(biográfico o literario) permite ir identificando algunas de las redes que vincularondurante la primera mitad de la centuria los diversos núcleos urbanos, las vías de difusióny circulación de manuscritos, los datos que intercambiaron estos eruditos, las alianzas yenconos que fueron surgiendo entre los propios apologistas. Cualquier reconstrucción dela polémica que no atienda a este importantísimo caudal de información estarácondenada, de antemano, a la imprecisión o al fracaso.

Como es lógico, muchas son aún las tareas pendientes en esta materia. Tal comosostiene Mercedes Blanco en una ajustada valoración reciente de la batalla en torno aGóngora:

neo-estoico Justo Lipsio, aunque desafortunadamente no he podido identificar a qué obra del pensadorflamenco podría remitir la cita.

90 Pérez Lasheras, 2009, p. 84.

Page 28: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

J E S Ú S P O N C E C Á R D E N A S Criticón, 123, 20156 6

La información conseguida es de manejo incómodo y requiere ímprobo esfuerzo considerar elconjunto de la polémica, incluso limitándose a las piezas bien editadas, sin hablar de las maleditadas o inéditas. Los documentos del siglo xvii que hablan de Góngora y enjuician supoesía forman una nebulosa de textos brevísimos, breves, de mediana extensión y larguísimos,en prosa y en verso, de autoría asumida o disimulada o del todo anónimos, con muy variasmodalidades genéricas, propósitos y estilos; unos fechados o que pueden fecharse confacilidad, otros de fecha incierta; unos impresos, otros manuscritos; unos conocidos a través deun testimonio, otros por varios o por muchos; otros, perdidos o no localizados por ahora. Pesea todo sabemos lo suficiente para afirmar la importancia excepcional de este conjuntodocumental: por la gracia y brillantez de algunas piezas, por el rango y el talento de los que enél intervienen como autores o destinatarios de epístolas o dedicatorias, por la pasión en élinvertida, porque resulta insustituible para entender lo que significaba la poesía en la Españadel siglo xvii, algo que poseía una centralidad social y cultural que nos cuesta trabajoimaginar. Aun medio borrada por el tiempo e imperfectamente observada, la huella de larecepción de Góngora en su siglo da fe de que un poema pudo ser entonces una especie decometa o meteorito, algo sensacional y que anunciaba grandes cosas, inquietantes oprometedoras91.

Las citadas líneas retratan a la perfección el complejo laberinto de los comentarios,censuras y apologías del nuevo estilo. De tales afirmaciones emerge, además, lanecesidad perentoria de editar de forma fiable el abigarrado conjunto que forman lostextos de la polémica. Con tal propósito, la citada estudiosa ha formado un grupo deinvestigación llamado a renovar el panorama editorial y crítico en torno a esteargumento. Dicho proyecto, auspiciado por la Université de Paris-IV-Sorbonne, seenmarca dentro del Observatoire de la Vie Littéraire (OBVIL)92. Como parte del mismo,actualmente se está preparando la primera edición de los Fragmentos del CompendioPoético. Ojalá estas páginas y dicha edición sirvan para volver a ubicar en el panoramade estudios áureo-seculares el legado de un interesante autor secentista, todavíainsuficientemente conocido.

91 Blanco, 2014, p. 8.92 Así anunciaba la profesora Blanco la constitución de este grupo de trabajo: “En el marco de un

“laboratorio” ligado a la Sorbona que se ha creado recientemente con el nombre de Observatoire de la vielittéraire (OBVIL), y que se propone un renovado estudio de la literatura presente y pasada, en sus valores y ensu historia, movilizando las técnicas digitales, está en curso un proyecto de edición de la polémica en torno aGóngora. Se trata de crear una base de datos en donde se irán colgando ediciones críticas y anotadas de lostextos de ataque, defensa y comentario de la obra del poeta, con un sistema lo más refinado posible, pero demanejo sencillo, que permita interrogarlos de manera conjunta. Se ha constituido un grupo internacional deuna veintena de personas dispuestas a hacerse cargo de las tareas de edición e interpretación de estos textos,tanto jóvenes como veteranos; entre ellos algunos gongoristas de renombre” (Blanco, 2014, pp. 9-10).

Page 29: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

F R A N C I S C O D E L V I L L A R , H U M A N I S T A B A R R O C O 6 7

Apéndice I

(Transcripción del Documento del asesinato)

[1639, 10 de Junio, Viernes]

En el pleito y causa criminal que ¿es y pende a mí? entre partes de: la una, don Luis del Villar yBago, regidor perpetuo de esta ciudad, y doña Eufrasia del Villar, su hermana, y don ManuelSalcedo Villar, y su sobrino, y Juan de Zamora, su procurador en su nombre; y de la otra, Reosacusados Juan de Arenas y Manuel de Mestança, ausentes, sobre los malos tratamientos, heridas ymuerte alevosa de don Francisco del Villar, clérigo, presbítero, vicario perpetuo de rentas de estaciudad y arciprestazgo, en que los dichos querellantes piden que los dichos Reos ausentes seancondenados en las penas en que han incurrido y merecieren por el dicho delito e incidentalmenteen diez mil ducados que por razón de daños alegan haberse seguido y ¿recrecido? por la muertedel dicho maestro don Francisco del Villar. Visto lo alegado y probado por los dichos querellantesy todo lo que ver y examinar convino de plazo, proceso y autos enantes de los susodichos,

fallo, atento los autos y méritos del otro proceso y la culpa que de él resulta contra los dichosacusados ausentes y atento su fuga contumacia y rebeldía, que les debo condenar y condeno a queen cualquiera parte de los reinos y señoríos de Su Majestad donde pudieren ser vistos sean presosy traídos a la cárcel pública de esta ciudad y de ella sea sacado el dicho Juan de Arenas, caballero,en bestia de albarda, atado de pies y manos, con soga de esparto a la garganta, y sea llevado porlas calles públicas y acostumbradas de esta ciudad, por voz de pregonero que publique su delito yesta sentencia. Y en la plaza que de esta ciudad se acostumbra esté hecha una horca en la formaordinaria, donde sea ahorcado por el pescuezo hasta que naturalmente muera, y después seaquitado de la dicha horca y hecho cuartos que se pongan por los caminos que vienen por loscercados a la puente del arroyo Molinos y cabeza y mano derecha se pongan en un palo alto yescarpia junto al barranco que está cerca del río de Guadalquivir a vista de la casa y cercado quedicen de las Colladas. Y al dicho Manuel de Mestança condeno a que de la dicha prisión seallevado a las galeras de Su Majestad, donde sirva por galeote forzoso al remo y sin sueldo tiempode seis años y no los quebrante, pena de cumplirlos doblados. Y más le condenamos a cada uno enmil ducados para los dichos querellantes por razón de las dichas costas y daños deducidos en estacausa y en ¿perdimiento? el dicho Juan de Arenas de todos los demás bienes que se hallare teneren cualquier tiempo aplicados para la cámara de Su Majestad y gastos de Justicia del consejo pormitad y al dicho Manuel de Mestança de la mitad de los bienes que asimismo se hallare tener encualquier tiempo […]. Y no se han podido embargar bienes de los susodichos por esa causa no seles hace condenación de costas ni salarios y por mi sentencia definitiva juzgando así lo pronuncioy mando.

Page 30: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

J E S Ú S P O N C E C Á R D E N A S Criticón, 123, 20156 8

Apéndice II93

Instancia que hizo el Maestro don Francisco del Villar, Vicario perpetuo y Comisario apostólicode la Santa Cruzada en la ciudad de Andújar y su arciprestazgo. Al doctor don Juan de Acuña,solicitando que apresurara la estampa de este libro.

Distraíase cada día mi pensamiento (si bien más discursivo que curioso) y entrábase por laspuertas de su casa de v. m. acompañado de ponderadas atenciones. Allí miraba una elocuenciadigna de las más populosas cortes, una virtud tan despejada como atractiva y muchas letras dignasde los mayores premios.

Y notando a muy clara luz todo este aparato de merecimientos reducido a las estrecheces de eselugar (afortunada estrella suya) y también hallado en el retiro de ese Priorato, encogíase la Razónde hombros, arqueaba la Admiración las cejas y poníase el Silencio el dedo en la boca.

Pero cuando más embarazado en las dudas, más indeciso en las confusiones, me comunicó v. m.su libro de las efigies de Cristo y conocí por él que ocio tan bien ocupado de estudios, soledad tanacompañada de letras y encogimientos tan esparcidos de erudición a lo oráculo, pueblan losdesiertos y, a lo sol, asisten en todas partes.

Desdén (que puede pasar plaza de agravio) hace v.m. a los deseos (ansias digo) de todo este reinoen no apresurar la pereza de las prensas hasta que goce luz merecida tan ilustre trabajo. Que laTheología cursada en cátedras, predicación admirada en púlpitos, ingenio aplaudido siempre ytalento lucido en todo, privilegio han de tener, por más que anden en pasos de peligrosos riesgospara que ni el miedo los encuentre, ni la desconfianza los suspenda.

Razón es que Villanueva y Andújar eternicen la memoria de tan desvelado protector, Jaén losblasones de tan ilustre hijo, este Obispado la doctrina de tan gran maestro, España el crédito detan grave escritor y el mismo Cristo la gloria de tan milagrosas transformaciones. Mire, pues, v.m., cuando tantos respetos le pleitean, con qué justicia podrá negar gracia tan deseada; y más sipueden algo mis ruegos, tan afectuosos en esta parte como en desear la vida de v. m. con losacrecentamientos que tantas prendas merecen. De Andújar y julio 15, de 1636 años.

El Maestro don Franciscodel Villar.

93 Manejo el ejemplar del fondo antiguo de la Biblioteca de la Universidad Complutense: Discursos de lasefigies y verdaderos retratos non manufactos del Santo Rostro y Cuerpo de Cristo Nuestro Señor, desde elprincipio del mundo. Y que la Santa Verónica que se guarda en la Santa Iglesia de Jaén es una del duplicado otriplicado que Cristo Nuestro Señor dio a la bienaventurada mujer Verónica . Al Eminentísimo yReverendísimo Señor don Baltasar de Moscoso y Sandoval, Presbítero Cardenal de la Santa Iglesia de Roma,del título de Santa Cruz en Hierusalem, Obispo de Jaén, del Consejo de su Majestad. Por el doctor Juan deAcuña del Adarve, Prior de Villanueva de Andújar, Impreso en Villanueva de Andújar, en las casas del autor,Por Juan Furgella de la Cuesta, 1637, s.f. En la página que sigue a esta «Instancia» laudatoria de Francisco delVillar puede leerse un epigrama —en forma de décima— compuesto por su sobrino, don Manuel Salcedo yVillar, como elogioso tributo al autor de las Efigies: «Lince atento al más cifrado / rayo del divino amor, /¿quién vio tan cortés pastor / ni amante tan despejado? / El cielo os ha franqueado / los secretos que habéisvisto, / tan estimado y bienquisto / (¡oh sabor extraordinario!) / que os ha hecho secretario / de los disfraces deCristo».

Page 31: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

F R A N C I S C O D E L V I L L A R , H U M A N I S T A B A R R O C O 6 9

Page 32: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

J E S Ú S P O N C E C Á R D E N A S Criticón, 123, 20157 0

Page 33: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

F R A N C I S C O D E L V I L L A R , H U M A N I S T A B A R R O C O 7 1

Page 34: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

J E S Ú S P O N C E C Á R D E N A S Criticón, 123, 20157 2

Page 35: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

F R A N C I S C O D E L V I L L A R , H U M A N I S T A B A R R O C O 7 3

Referencias bibliográficas

Alonso, Dámaso, «Las llamadas dos épocas de Góngora», en ID. , Góngora y el Polifemo,Madrid, Gredos, 1985, vol. I, pp. 97-105.

Angulo y Pulgar, Martín de, Égloga fúnebre a don Luis de Góngora, de versos entresacados desus obras por don Martín de Angulo y Pulgar, natural de la ciudad de Loja, Sevilla, SimónFajardo, 1638.

——, Epístolas satisfactorias. Una a las objeciones que opuso a los poemas de don Luis deGóngora el Licenciado Francisco Cascales, Catedrático de Retórica de la Santa Iglesia deCartagena, en sus Cartas Filológicas. Otra a las proposiciones que contra los mismos poemasescribió cierto sujeto grave y docto, Granada, Blas Martínez, 1635.

Arcos, Trinidad, y Gregorio Rodríguez, «Un ejemplo de damnatio memoriae: Luis Tribaldos deToledo», Calamus Renascens, 2, 2001a, pp. 7-22.

——, «Dos epigramas latinos de Luis Tribaldos de Toledo a su discípulo el conde deVillamediana», Calíope, 7, 2, 2001b, pp. 37-49.

Asunción, fray Antonino de la, Diccionario de escritores trinitarios de España y Portugal, Roma,Imprenta de Fernando Kleibub, 1899.

Bellori, Giovan Pietro, Le Vite de’ pittori, scultori e architetti moderni, Torino, Einaudi, 2009,2 vols.

Bibliotheca formada de los libros y obras públicas de don Joseph Pellicer de Ossau y Tovar,caballero del Orden de Santiago, señor de las Casas de Pellicer y de Ossau, del Consejo de SuMajestad y su Cronista Mayor de España. Contiene el informe de su calidad y servicios, lacronología de todas sus obras mayores y menores, publicadas y distinguidas en el espacio decincuenta años continuos y con observaciones y escolios. El apéndice de muchas que no estánimpresas y el catálogo de los escritores que hablan de ellas o contra ellas dentro y fuera deEspaña, Valencia, Gerónimo Vilagrasa, 1671.

Blanco, Mercedes, Les Rhétoriques de la Pointe. Baltasar Gracián et le Conceptisme en Europe,Genève, Éditions Slatkine, 1992.

——, «Góngora et la querelle de l’hyperbate», Bulletin Hispanique, 112/1, 2010, pp. 169-217.——, «La polémica en torno a Góngora (1613-1630). El nacimiento de una nueva conciencia

literaria», Mélanges de la Casa de Velázquez, 42/1, 2012a, pp. 49-70.——, «Góngora visto por Gracián. El descaro y el vértigo», «La agudeza crítica o la libertad del

ingenio», en EAD. ,Góngora o la invención de una lengua , León, Universidad de León, 2012b,pp. 85-103; 203-253.

——, «Bajo el signo de la agudeza: el arte epigramático de las décimas de Góngora», en Góngoray el epigrama. Estudios sobre las décimas, eds. J. Matas, J. M. Micó y J. Ponce, Madrid/Frankfurt am Main, Iberoamericana/Vervuert, 2013a, pp. 43-77.

——, «Las Soledades a la luz de la polémica», en La Edad del Genio. España e Italia en tiemposde Góngora , eds. B. Capllonch, S. Pezzini, G. Poggi y J. Ponce Cárdenas, Pisa, Edizioni E.T.S.,2014, pp. 7-40.

Calero, Francisco, «La teoría de la traducción del maestro Baltasar de Céspedes», Epos , 4, 1990,pp. 455-462.

Canavaggio, Jean, «Góngora et la Comedia nueva: un témoignage inédit», Mélanges de la Casade Velázquez, 1, 1965, pp. 245-254.

Caro, Rodrigo, Días geniales o lúdricos, ed. Jean-Pierre Étienvre, Madrid, Espasa-Calpe, 1978,2 tomos.

Carreira, Antonio, «La décima de Góngora al conde de Saldaña (comentario de texto yreflexiones sobre la enseñanza de la literatura en el bachillerato)», en ID ., Gongoremas,Barcelona, Península, 1998, pp. 293-313.

Page 36: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

J E S Ú S P O N C E C Á R D E N A S Criticón, 123, 20157 4

——, «El manuscrito como transmisor de las Humanidades en los Siglos de Oro», Boletín delInstituto de Investigaciones Bibliográficas, 6/1-2, 2001, pp. 21-46.

——, «Manuscritos y ecdótica: en torno al corpus de las Décimas», en Góngora y el epigrama.Estudios sobre las décimas, eds. J. Matas, J. M. Micó y J. Ponce, Madrid/Frankfurt am Main,Iberoamericana/Vervuert, 2013, pp. 79-100.

Cascales, Francisco, Cartas Philológicas, Murcia, Luis Verós, 1634.——, Epigramas. Paráfrasis a la Poética de Horacio. Observaciones nuevas sobre gramática.

Florilegio de versificación, ed. Sandra J. Ramos Maldonado, Madrid, Akal, 2004.Comellas Aguirrezábal, Mercedes, «Baltasar de Céspedes», Diccionario Filológico de

Literatura Española. Siglo XVI, Madrid, Castalia, 2009, pp. 228-231.Comentarios a Garcilaso, Madrid, Gredos, 1972.Coronas Tejada, Luis, La Inquisición en Jaén, Jaén, Diputación Provincial de Jaén, 1991.Diálogos en que se contienen varias materias y se explican algunas obras de don Luis de Góngora,

ed. Francesca Dalle Pezze, Verona, Edizioni Fiorini, 2007.Daza Somoano, Juan Manuel, «Alcance doctrinal de las polémicas gongorinas», en El canon

poético en el siglo XVII, ed. Begoña López Bueno, Sevilla, Universidad de Sevilla, 2010,pp. 125-149.

Delgado Moral, Carmen, El Panegírico por la poesía de Fernando de Vera y Mendoza en lapreceptiva poética del Siglo de Oro, Córdoba, Universidad de Córdoba, 2013 (Tesis doctoraldirigida por Pedro Ruiz Pérez e Ignacio García Aguilar).

Escobar Borrego, Francisco Javier, «Erudición y canon poético en las letras españolas del sigloxvii», en El canon poético en el siglo XVII, ed. Begoña López Bueno, Sevilla, Universidad deSevilla, 2010, pp. 151-192.

García Jiménez, Pedro Iván, Las Rimas (1627) de Salcedo Coronel. Edición y estudio , Sevilla,Universidad de Sevilla, 2014 (Tesis doctoral dirigida por Juan Montero).

Gherardi, Flavia, «Pusílipo (1629): la palabra personalizada de Cristóbal Suárez de Figueroa»,en Lingua spagnola e cultura ispanica a Napoli fra Rinascimento e Barocco. Testimonianze astampa, ed. Encarnación Sánchez García Napoli, Tullio Pironti Editore, 2013, pp. 201-221.

Gil, Juan, «Marcial en España», Humanitas, 56, 2004, pp. 225-326.Gómez Martínez, Enrique, «Las fiestas barrocas de Andújar», en Actas del Congreso

Internacional sobre Calderón y el teatro español de los Siglos de Oro, Madrid, C.S.I.C., 1983,t. III, pp. 1579-1591.

——, «Las fiestas barrocas en Andújar», Estudios de Historia de Andújar, Jaén, Ayuntamiento deAndújar, 1984, pp. 97-136.

——, «Fe y religiosidad popular en las fiestas de Andújar durante el siglo xvii», Jaén, DiputaciónProvincial de Jaén, 2002.

——, «Actividad del tribunal de la Inquisición de Córdoba en la comarca de Andújar durante laprimera mitad del siglo xvii», Historia, Arte y Cultura de Andalucía. Cursos de verano,Granada, Caja Sur-Universidad de Córdoba, 1988, pp. 239-249.

Góngora y Argote, Luis de, Fábula de Polifemo y Galatea, ed. Jesús Ponce Cárdenas, Madrid,Cátedra, 2010.

——, Las firmezas de Isabela, ed. Robert Jammes, Madrid, Castalia, 1984.——, Obras de don Luis de Góngora. Manuscrito Chacón, ed. facsímil con introducción de

Dámaso Alonso y Prefacio de Pere Gimferrer, Málaga, Real Academia Española-Caja deAhorros de Ronda, 1991, 3 tomos.

——, Obras en verso del Homero español, que recogió Juan López de Vicuña, ed. facsímilcuidada por Dámaso Alonso, Madrid, C.S.I.C., 1963.

——, Romances, ed. crítica de Antonio Carreira, Barcelona, Quaderns Crema, 1998, 4 vols.——, Soledades, ed. Robert Jammes, Madrid, Castalia, 1994.

Page 37: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

F R A N C I S C O D E L V I L L A R , H U M A N I S T A B A R R O C O 7 5

——, Todas las Obras de don Luis de Góngora en varios poemas. Recogidos por don Gonzalo deHozes y Córdova, Madrid, Imprenta del Reino, 1634.

Herrero García, Miguel, «Góngora«, en Estimaciones literarias del Siglo de Oro, Madrid,Editorial Voluntad, 1930, pp. 139-352.

Jehasse, Jean, La Renaissance de la critique: l’essor de l’Humanisme érudit de 1560 à 1614, Paris,Honoré Champion, 2002 (ed. aumentada).

Jiménez Patón, Bartolomé, Elocuencia española en arte, Barcelona, Puvill, 1993.López Poza, Sagrario, «Luis de Góngora en la trayectoria aureosecular del epigrama», en

Góngora y el epigrama. Estudios sobre las décimas, eds. J. Matas, J. M. Micó y J. Ponce,Madrid/Frankfurt am Main, Iberoamericana/Vervuert, 2013, pp. 9-42.

Ly, Nadine, «Gramática gongorina del hipérbaton (1609-1615)», en El Poeta Soledad. Góngora1609-1615, ed. Begoña López Bueno, Zaragoza, Prensas Universitarias de Zaragoza, 2011, pp.83-121.

Mañas Núñez, Manuel, «El humanista ideal según Baltasar de Céspedes», en Nova et Vetera:nuevos horizontes de la Filología Latina, Madrid, Sociedad de Estudios Latinos, 2002,pp. 1027-1038.

Marcial, Epigrammata, ed. W. M. Lindsay, Oxford Classical Texts, 2007.Marín, Nicolás, «La poética del humanista granadino Baltasar de Céspedes», Revista de

Literatura, 29/57-58, 1966, pp. 123-219.Martínez Arancón, Ana, La batalla en torno a Góngora, Barcelona, Antoni Bosch, 1978.Matas Caballero, Juan, «Una cala en la polémica epistolar de la batalla en torno a Góngora:

Cascales contra Villar», Estudios Humanísticos. Filología, 12, 1990, pp. 67-83.Micó Juan, José María, y Sara Pezzini, «Las décimas satíricas de Góngora: preliminares para

una edición», en Difícil cosa el no escribir sátiras. La sátira en verso en la España de los Siglosde Oro, Vigo, ed. Antonio Gargano, Vigo, Academia del Hispanismo, 2012, pp. 173-204.

Osuna, Inmaculada, «Poesía de proyección ciudadana en tres autoras del siglo xvii: CristobalinaFernández de Alarcón, María de Rada e Isabel de Tapia», Península. Revista de EstudosIbéricos, 2, 2005, pp. 237-249.

——, «Las justas poéticas en la primera mitad del siglo xvii », en El canon poético en el sigloXVII, ed. Begoña López Bueno, Sevilla, Universidad de Sevilla, 2010, pp. 323-365.

Paravicino y Arteaga, Hortensio Félix, Obras póstumas, divinas y humanas, ed. F. J. Sedeño yJ. M. Serrano, Málaga, Universidad de Málaga, 2002.

Pérez Lasheras, Antonio, Fustigat mores. Hacia el concepto de la sátira en el siglo XVII,Zaragoza, Prensas Universitarias de Zaragoza, 1994.

——, Más a lo moderno. Sátira, burla y poesía en la época de Góngora, Zaragoza, PrensasUniversitarias de Zaragoza, 1995.

——, «La crítica literaria en la polémica gongorina», en ID., Piedras preciosas… Otros aspectosde la poesía de Góngora, Granada, Universidad de Granada, 2009, pp. 77-133.

——, «Gracián y la recepción del canon poético», en El canon poético en el siglo XVII, ed. BegoñaLópez Bueno, Sevilla, Universidad de Sevilla, 2010, pp. 453-474.

——, «Acercamiento a las décimas satíricas y burlescas de Góngora», en Góngora y el epigrama.Estudios sobre las décimas, eds. J. Matas, J. M. Micó y J. Ponce, Madrid/Frankfurt am Main,Iberoamericana/Vervuert, 2013, pp. 207-226.

Pezzini, Sara, «Las Décimas de Góngora: algunos problemas de edición», en Góngora y elepigrama. Estudios sobre las décimas, eds. J. Matas, J. M. Micó y J. Ponce, Madrid/Frankfurtam Main, Iberoamericana/Vervuert, 2013, pp. 101-122.

Pujana, Juan, La reforma de los Trinitarios durante el reinado de Felipe II, Salamanca,Secretariado Trinitario, 2006.

Page 38: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

J E S Ú S P O N C E C Á R D E N A S Criticón, 123, 20157 6

Ramírez de Luque, Fernando, Colección de santos mártires, confesores y varones venerables delclero secular en forma de diario que para honor del dicho clero, estímulo de sus individuos a lavirtud y edificación del pueblo ha compuesto don Fernando Ramírez de Luque, curabeneficiado de la ciudad de Lucena, Madrid, Imprenta de Villalpando, 1805, IV tomos.

Reyes Cano, José María, La literatura española a través de sus poéticas, retóricas, manifiestos ytextos programáticos (Edad Media y Siglos de Oro), Madrid, Cátedra, 2010.

Rivers, Elias L., Quevedo y su poética dedicada a Olivares, Pamplona, EUNSA, 1998.Roa, Martín de, Antiguo Principado de Córdoba en la España Ulterior o Andaluz. Traducido del

latino y acrecentado en otras calidades eclesiásticas y seglares por su autor el Padre Martín deRoa de la Compañía de Jesús, Córdoba, Salvador de Cea Tesa, 1636.

Roses Lozano, Joaquín, Una poética de la oscuridad. La recepción crítica de las Soledades en elsiglo XVII, London/Madrid, Tamesis, 1994.

Rousset, Jean, «Un type de métaphore: violons ailés», en ID., La littérature de l’âge baroque enFrance. Circé et le Paon, Paris, José Corti, 1995, pp. 184-187.

Rújula y ochotorena, José de, marqués de Ciadoncha, Índice de los colegiales del Mayor deSan Ildefonso y Menores de Alcalá, Madrid, C.S.I.C., 1946.

Rus Puerta, Francisco de, Historia eclesiástica del reino y obispado de Jaén. Primera parte , Jaén,Francisco Pérez de Castilla, 1634.

Ryan, Hewson A., «Una bibliografía gongorina del siglo xvii», Boletín de la Real AcademiaEspañola, 33/140, 1953, pp. 427-467.

Saavedra Fajardo, Diego de, República literaria, ed. Jorge García López, Barcelona, Crítica,2006.

Salas Barbadillo, Alonso Jerónimo de, La estafeta del dios Momo, Madrid, Viuda de LuisSánchez, 1627.

Salcedo del Villar, Manuel, Relación de las fiestas que hizo la muy noble y muy leal ciudad deAndújar a la Beatificación del glorioso Patriarca San Juan de Dios, Jaén, Francisco Pérez deCastilla, 1631.

Suárez de Figueroa, Cristóbal, Pusílipo. Ratos de conversación en los que dura el paseo ,Nápoles, Lázaro Scoriggio, 1629.

Tenorio, Martha Lilia, El gongorismo en Nueva España. Ensayo de restitución, México, Colegiode México, 2013.

Torres Laguna, Carlos de, Historia de la ciudad de Andújar y de su patrona la Virgen de laCabeza. Andújar a través de sus actas capitulares (1600-1850), Jaén, Instituto de EstudiosJiennenses/Diputación Provincial de Jaén, 1981, tomo V.

Valladares Reguero, «Dos justas poéticas celebradas en Andújar (1627 y 1633)», Boletín delInstituto de Estudios Jiennenses, 164, 1997, pp. 149-204.

——, «Andújar en la literatura de los Siglos de Oro (xvi-xvii)», Boletín del Instituto de EstudiosJiennenses, 198, 2008, pp. 139-164.

Vega, Lope de, Obras poéticas, ed. José Manuel Blecua, Barcelona, Planeta, 1989.——, El peregrino en su patria, ed. Juan Bautista Avalle Arce, Madrid, Castalia, 2006.Vera y Mendoza, Fernando, Panegyrico por la poesía, Montilla, Manuel de Payva, 1627.Villar, Francisco del, Relación de la fiesta que celebró el muy observante convento de San

Francisco de Andújar, al glorioso San Pedro Baptista y sus compañeros, primeros Mártires delJapón. Dispuesta por el M. D. Francisco del Villar y dedicada a la muy noble y leal ciudad deAndújar, Granada, Martín Fernández, 1629.

——, Relación del solemne recebimiento que en la ciudad de Andújar se hizo a una imagen de laConcepción de la Virgen Nuestra Señora. Por el Maestro Don Francisco del Villar, Jaén,Francisco Pérez de Castilla, 1633.

Page 39: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

F R A N C I S C O D E L V I L L A R , H U M A N I S T A B A R R O C O 7 7

——, Fiestas a la conducción del agua y primeras fuentes de la ciudad de Andújar. Por cuyomandato el Maestro Don Francisco del Villar, Vicario Perpetuo y Comisario Apostólico de laSanta Cruzada de este Arciprestazgo las copió y dedica a la Purísima Concepción de NuestraSeñora, al gran Patriarca San Francisco, al milagroso San Antonio de Padua, a los invenciblesMártires del Japón, San Pedro Bautista y sus compañeros, Granada, Martín Fernández, 1635.

Villegas, Esteban Manuel de, Eróticas y traducción de Boecio, Madrid, Imprenta de Sancha,1797.

*

PONCE CÁRDENAS, Jesús, «Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco». EnCriticón (Toulouse), 123, 2015, pp. 39-78.

Resumen. Este trabajo pretende aclarar mediante un conjunto de datos inéditos el perfil biográfico y literariodel humanista iliturgitano Francisco del Villar (h. 1565-1639). Tras un recorrido por sus principales escritosde tema jiennense, se ofrece un examen de sus dos textos más relevantes, pertenecientes ambos al contexto dela polémica gongorina: la Carta a fray Juan Ortiz (en defensa de la oscuridad poética) y los Fragmentos delCompendio Poético.

Palabras clave. Villar Francisco del, polémica gongorina, Cascales, Francisco, epigrama, Marcial, agudeza

Obras estudiadas. Cartas filológicas (Francisco Cascales), Carta a fray Juan de Ortiz (Francisco del Villar),Fragmentos del Compendio poético (Francisco del Villar)

Résumé. La figure de Francisco del Villar (Andújar, v. 1565-Andújar, 1639) est encore mal connue parmi lespersonnages de la polémique gongorine. Cet article essaie de tracer une première biographie de cet humanistebaroque et analyser certains aspects des deux de ses œuvres: la Carta a fray Juan Ortiz (en défense del’obscurité poétique) et les Fragmentos del Compendio poético.

Mots clefs. Villar Francisco del, polémique gongorine, Cascales Francisco, épigramme, Marcial, rhétorique dela pointe

Œuvres étudiées. Cartas filológicas (Francisco Cascales), Carta a fray Juan de Ortiz (Francisco del Villar),Fragmentos del Compendio poético (Francisco del Villar)

Summary. Francisco del Villar is an almost unknown Andalusian Humanist. This article focuses on someaspects of his biography and studies his two principal works: the Letter to fray Juan Ortiz (an apology ofGóngora’s cultist style, published by Cascales in the volume of his Philological Letters) and the Fragments of aPoetic Compendium.

Keywords. Villar Francisco del, Gongoran polemic, Cascales Francisco, epigramme, Marcial, wit

Works studied. Cartas filológicas (Francisco Cascales), Carta a fray Juan de Ortiz (Francisco del Villar),Fragmentos del Compendio poético (Francisco del Villar)

El autor. Jesús Ponce Cárdenas, Profesor titular de Literatura Española en la Universidad Complutense, haejercido la docencia en varias universidades europeas (Toulouse, Lille, Bordeaux, Ferrara). Especialista en laPoesía del Siglo de Oro, sus principales campos de investigación son la Tradición Clásica, las relaciones entreEspaña e Italia y los paralelos entre la literatura y las artes visuales. Entre sus estudios monográficos, desde elaño 2001, ha publicado cuatro volúmenes sobre Góngora. Recientemente ha visto la luz un ensayo tituladoÉcfrasis: visión y escritura (Madrid, Fragua, 2014), centrado en el análisis de poemas actuales dedicados a

Page 40: Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco · 2018-07-11 · CRITICÓN, 123, 2015, pp. 39-78. Francisco del Villar: semblanza de un humanista barroco Jesús Ponce Cárdenas

J E S Ú S P O N C E C Á R D E N A S Criticón, 123, 20157 8

cuadros. Como editor ha cuidado la publicación de las Rimas de Gutierre de Cetina, el Polifemo de Góngora,las Diversas Rimas de Francisco de Medrano y la Obra selecta de Pantaleón de Ribera([email protected]).