foucault frente a freud

7/24/2019 Foucault Frente a Freud

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Foucault frente a Freud

Viernes 16 de abril de 2010, porJulio Ortega Bobadilla

Agradezco a la direccin de la Facultad y al coordinador del evento, la deferencia por

concederme este lugar en el presente simposio, que inaugura un dilogo largamente

esperado y necesario entre filsofos y psicoanalistas en nuestro pas. Espero

sinceramente que ste sea el inicio de una discusin amplia en la que los dos campos de

estudio encuentren razones para seguir cosidos y alimento mutuo para sus

preocupaciones particulares. No s por qu los organizadores escogieron este de

septiem!re para mi ponencia, y si la fec"a ca!alstica me predisponga a c"ocar con las

torres de la filosofa, sinceramente espero que no.

#e coloco del lado del psicoanlisis, es sta finalmente mi identidad y les pido a los

filsofos que tengan paciencia al or mis planteos. El desarrollo del pensamiento en

psicoanlisis involucra siempre al su$eto que enuncia el discurso y las ideas tienen un

sello personal que las marca como propias, a%n en la duda y la equivocacin. &a

ense'anza de Freud es que a travs de la pala!ra uno se desnuda y se desanuda y que la

asociacin li!re es una de las "erramientas principales en el $uego del pensar.

#ic"el Foucault es "oy, para muc"as voces, el ms importante filsofo de finales de ese

siglo (( al que no aca!amos de decir adis. )odo parece llevar su nom!re, y su o!ra "a

impuesto su sello a casi cualquier refle*in contempornea so!re el tiempo, la "istoria y

la sociedad. +e multiplican los li!ros y las tesis so!re la filosofa de este autor que "a

llegado a ser nom!rado por #aurice lavel como el -Nuevo ant-.

El impulso crtico pareca "a!erse agotado con el fracaso de las utopas y el desenga'o

que produ$o las inconsistencias del pensamiento de izquierda y la prctica del

socialismo real. Esta poca reciente pero cuyas pginas se "an puesto rpidamenteamarillas/ en nom!re de la verdad, la ciencia y el cam!io, te$i nuestro desencanto "acia

todo y todos. &os $venes de "ace 01 a'os compartimos una fe ciega en la eficacia real

de de las intenciones polticas de la fe mar*ista, pero la accin nos demostr que los

medios estn ntimamente ligados a los fines.

&a cada del muro de 2erln aca! por desplomar muc"os de nuestros sue'os y de

pronto, topamos de frente con una nueva generacin denominada -(- en la que los

video$uegos y los $uegos de roles ocupan el lugar de la accin/ el inters por la zaga de

-El se'or de los anillos-, la atencin centrada antes en la marc"a de la revolucin

mundial/ y la 3nternet, el sitio del orculo de 4elfos.
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on el pensamiento de Foucault asistimos a un renacimiento de la crtica desde una

perspectiva que rec"aza el desarrollo lineal, la verticalidad de los procesos, el

evolucionismo y la teleologa5 6En"ora!uena7

En una glosa a la o!ra de losso8s9i[1]

escrita por Foucault con el sugestivo nom!redeLa prosa de Actenencontramos que "ace notar pro*imidades entre su escritura y la

de losso8s9i. Este "ec"o revelador, nos "a!la del carcter gozoso de su tra!a$o,

delsimulacroimplicado en sus anlisis en dnde su %nica apuesta definitiva es la de

$ugar a la e*ploracin de los intersticios de !loques de pensamiento monolticos. :uiz

as, entendamos me$or la molestia de algunos de sus lectores que se desilusionan al no

encontrar muc"as veces, alternativas tericas o propuestas polticas aca!adas, sino el

desarrollo de una e*periencia literaria y retozona de te*tos, que parecieran estar

construidos por el instante de la inspiracin. +us pala!ras son siempre poticas,

concediendo a su tono e*presivo un valor menos de revelacin de la verdad, que de

develacin de lo falso o ilegtimo de la postura de ciertos discursos.

Foucault parece "a!erse iniciado como "egeliano, pero su lectura apasionada de

Nietzsc"e transform completamente su pensamiento. &a suya, es una filosofa que se

encuentra ms all del estructuralismo pero influida por l. onci!e al mundo como un

todo ligado a una red de signos que se relacionan entre s en una cuadrcula que o!edece

a una lgica no fundamental, pero s, administrada por una configuracin de sentido. As

el pasa$e de la visin renacentista enca'onada en la !%squeda de seme$anzas;convivencia, emulacin, analoga, simpata


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su$eto , convicciones frgiles que dan lugar a pro"i!iciones y ta!%es, regulaciones y

formas de sa!er que norman la vida com%n, estas certidum!res falsas son esenciales y

determinantes para el individuo, pero e*tra'as al dominio del su$eto, aunque, una vez

asumidas como propias, esas cadenas se convierten en la e*tensin misma de su cuerpo.

A travs de la develacin del papel determinante de estas regulaciones, surge la

fragilidad de categoras filosficas como5 su$eto y conciencia. 3ncluso, se pone en tela

de $uicio la consistencia del concepto de "istoria mismo, a favor de lo que podra

denominarse5genealoga. &a verdadera"istoria no es una "istoria de la verdad, sino la

del recuento sucesivo de visiones estticas inasimila!les, que no pueden sostenerse en

trminos de -legitimidad- o -naturalidad-, ms all de su propio "orizonte.

No ser sino "asta laArqueologa del saber[3] que precisar con ms acuciosidad la

naturaleza de su proyecto ante el p%!lico que lo etiquetar C!uscando su confortC

comopostestructuralismo. El prlogo resume algunas de las consecuencias de su

tra!a$o arqueolgicoreferido al estudio de documentos y monumentos5

La historia se caracteriza ms por rupturas que por continuidad.

Hay que revalorar la condicin de discontinuidad de las disciplinas histricas.

Lahistoria globaldebe ceder su paso a una ms modestahistoria general.

Los problemas metodolgicos son una prioridad a abordar: constitucin de corpus de

documentos, eleccin de ellos; definicin de niveles de anlisis, etctera.

Los ltimos aos Foucault se dedican al problema del sujeto y la tica. Cierto es, que nunca escribi un

tratado de tica, pero como precedente vago de este inters, encontramos una mencin enLas palabras y

las cosas, cuando se refiere a la necesidad de una tica de la modernidad derivada de una concepcin

crtica del conocimiento.

+u tica puede ser descrita como un nuevo intento de relacin con el +er, no contenida

en ning%n cdigo de purificacin y que re"uira el tradicional estilo pedaggico de los

manuales.

&os fragmentos en su o!ra de lo que pudiese denominarse -auto!iografa- son

escasos. &a carta pstuma "allada en su departamento es en e*tremo lacnica[4]para

proceder de la pluma del autor deLas palabras y las cosas5 -Dejo mi apartamento y

todo lo que contiene a Daniel Defert. No quiero publicaciones pstumas-. El lector

escrupuloso, no puede sino recordar el deseo por a!olir de la "istoria su paso por la

e*istencia, que e*pres en el momento de su muerte el marqus de +ade . >ay un

parentesco entre ese gesto y el autor de "u! es un autor-. Estos dos "om!res

e*traordinarios desea!an con fervor, !orrar su rostro y reducir su presencia a murmullos

en el largo y oscuro t%nel de la "istoria.
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El te*toLa pasin de #ic$el %oucault[5] , y otras tantas !iografas recientemente

aparecidas, intentan e*plicar la o!ra del autor a partir de sus e*periencias de vida. Dida

y o!ra de un filsofo no se corresponden siempre, estamos le$os de la tica rigurosa de

los griegos. n autor difcilmente puede ser e*plicado a travs de su !iografa o a partir

de su o!ra, sin caer en grandes pecados, sin cometer generalizaciones a!usivas y

presumir ms cosas de las que son posi!les de pro!ar. Freud se "undi, un par de veces,

en el pantano de las suposiciones. No quisiramos pisar sus mismos errores, pero

queremos conte*tualizar nuestro persona$e.

oitiers fue "asta el a'o de @G1, el escenario de su vida. A partir de ese a'o, se

desplaza a la ciudad &uz y se inscri!e en la Escuela Normal +uperior. A Foucault le

apoda!an%ou&'sque significa(orro, apodo ganado por su perspicacia. +u agregacin

en filosofa la llev a ca!o !a$o la supervisin de &ouis Alt"usser , quien fue su ms

cercano maestro en esa institucin educativa de alto prestigio. 4e "ec"o enta!laron una

relacin de profunda amistad[6] y la relacin entre ellos deriv en una !reve militancia

poltica en la izquierda de Foucault . &ouis Alt"usser ;@HC@@B< es una figura

cardinal para l , una especie de mentor $uvenil cuya vida desem!ocar en tragedia. &as

fuentes de su maestro fueron5 2ac"elard, #aquiavelo, ascal, Iousseau , +pinoza y,

so!re todo, #ar*. #ilit en el desde @GH y dirigi un seminario so!re)l

*apitalque result un completo *ito en el perodo de @JG a @J1.

4e la noc"e del s!ado 1 al domingo J de noviem!re de @HB, Alt"usser asesin a sumu$er estrangulndola. Este "ec"o golpe a la sociedad francesa y al mundo. Fue

encerrado en un "ospital y por orden $urdica le pro"i!ieron "a!lar p%!licamente del

"omicidio, amn de que perdi gran parte de sus derec"os ciudadanos. Foucault lo

visit en dos ocasiones en prisin y quiz pudo ver en ese espe$o fracturado algo de su

propio demonio.

)odas estas imgenes estn ligadas de manera ntima al entorno del -+orro- y forman

una mezcla fantasmagrica de momentos de lucidez y locura en una poca difcil.

Escenas de esplendor y miseria. #omentos que marcan no slo la filosofa francesa,

sino toda la "istoria contempornea.

&a cultura francesa nos provee de una lista innumera!le de persona$es "eroicos que le

sirvieron como interlocutores, e$emplo y antagonistas5 +artre , Al!ert amus, Andr

#alrau*, Keorges 4%mezil, #aurice 2lanc"ot, Keorges 2ataille, #aurice #erleau

onty, =acques &acan , etctera.

Es lo ms pro!a!le que Alt"usser , apasionado lector y defensor del psicoanlisis , le

"aya inducido a leer a Freud. +u estudio, lo derivar a la psicologa, con
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miras, inicialmente, a formarse como analista. +a!emos que su paso por el anlisis fue

!reve y quiz esa relacin fallida, lo ale$ar definitivamente de la prctica analtica.

+in em!argo, su inters por el psicoanlisis fue manifiesto desde temprana edad y uno

de sus primeros escritos[7]

, no por azar, se ocupa de un tra!a$o del filsofo Cpsicoanalista &ud8ig 2ins8anger , dedicado a la clnica del anlisis de los sue'os. &a

relacin que conservar con ese amigo de Freud , =ung y estudioso de

>eidegger, desempe' un papel importante en su vida. El te*to en cuestin, revela una

erudicin enorme al rastrear los antecedentes prefreudianos del 3nconsciente , arri!ando

a una primera posicin crtica al punto de vista psicoanaltico, desde el cual, reproc"a a

Freud anclar en el sentido lingLstico la riqueza de las imgenes onricas. Esta o!$ecin

temprana al psicoanlisis tendr su importancia pues muc"o ms adelante, ya cerca de

su ocaso, volver a refutar lo que llamar un imperialismode la pala!ra, $usto en la

frontera de la posmodernidad que suministrar al icono y los lengua$es visuales,

mrgenes de despliegue inimaginados.

Mor qu Foucault no se interes en el psicoanlisis "asta el punto de considerarlo una

alternativa personal MAcaso su decisin por la filosofa implica una cierta desilusin de

los planteamientos freudianos Mna refutacin de sus posi!ilidades M:uiz una

negacin de su propia locura )odas estas preguntas merecen trazarse, su contestacin

requiere cautela. +u rec"azo $uvenil a la -naturalidad- de los usos y costum!res morales

de su familia y de la sociedad francesa recin salida del perodo de etain puedeentenderse como una respuesta casi espontnea a un am!iente opresivo y dictatorial

regido por las buenas formasde una sociedad !urguesa despe'ada a vivir en la

"ipocresa y la "umillacin despus de la 0O guerra mundial. No es impro!a!le que su

nimo y el rec"azo social a su "omose*ualidad, le "ayan arrastrado a preguntarse

personalmente5 -M:u es estar o sentirse loco- que evolucion, despus, "acia una

pregunta ms general y filosfica5 -M:u es la locura-

4eleuze[8] "a realizado un estudio so!re Foucault dnde analiza al detalle las

caractersticas de su discurso. &o cataloga como un nuevo tipo de arc"ivista que

desde'a la $erarqua de las proposiciones y las frases para dedicarse a la realidad de los

enunciados de diferentes niveles. Iecalca la diferencia entre una frase y un enunciado5

una frase puede tener uno de sus miem!ros en un sistema y otro en otro sistema, en

funcin de varia!les e*teriores/ el enunciado es insepara!le de una variacin in"erente

gracias a la cual nunca estamos en un sistema, sino que constantemente pasamos de un

sistema a otro. El enunciado no es ni lateral, ni vertical, es trasversal, y sus reglas los

"acen pr*imos unos a otros de tal forma que las variaciones se "acen infinitas. +u$eto,

P!$eto y oncepto slo son funciones derivadas de la enunciacin y el anlisis de lasformaciones no discursivas ;instituciones, acontecimientos polticos, prcticas y
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procesos econmicos< slo puede "acerse a travs de los enunciados que stas

producen5 discursos, contratos, cartas, inscripciones y registros que remitirn a

emplazamientos ;posiciones determinadas de sus actores en los sistemas que les

contienen


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onviene "acer una pregunta que nos ayude a precisar las diferencias en el estilo de

escritura de Foucault 5 MAcaso su inters por la locura era el mismo del psiclogo que

escri!i)nfermedad mental y personalidad

4emos una respuesta simple5 No. El filsofo "a!a desplazado al psiclogo. &a locuraes una muestra de la e*trema intolerancia de la sociedad ante lo desconocido, el azar y

el caos. El loco es un marginal que sufre la e*clusin $unto a otros apestados5 el leproso,

el criminal, la prostituta, el "omose*ual, el po!re, el delincuente. )odas estas figuras

vulneran el orden esta!lecido y configuran el registro de lo Anormal, categora

necesaria para cualquier sociedad !asada en la estratificacin y la marginacin.

Foucault decidi plantearse en esta o!ra las siguientes preguntas5 MEl loco es un profeta

emparentado con la verdad, Mul es la !ase de distincin entre el loco y el sano MEs

la locura un proceso de degradacin interna o un proceso social M&a razn da cuenta de

la locura o simplemente la reduce a sus pre$uicios

&a locura no es una realidad !iolgica independiente, sino un producto de la relacin

social, un "ec"o cultural, no a$eno a la tica de un determinado tiempo. Esta!lecer los

lmites entre cordura y locura es un intento destinado al fracaso, puesto que el loco y el

cuerdo nunca terminan por separarse. &a locura forma parte del mundo moderno y

consiste un n%cleo irreduci!le del corazn "umano.

+eg%n Foucault , su inters por la locura procede no de una inquietud personal sino de

que de que es, un e$emplo parad$ico. +u intencin era proyectar un campo de

e*periencia entre varios posi!les, un fenmeno cuya interpretacin genera!a estrategias

de cercamiento entre los actores involucrados, que ante lo incomprensi!le aplican el

veredicto de sus certezas estticas, que deriva en acciones concretas dirigidas a

esta!lecer un control frreo so!re lo desconocido.

Dolvi despus los o$os a la medicina, el giro de su mirada no careca de cierto "umor5

primero el paciente y luego el mdico. M:uin de los dos vive con los pies ms

asentados en el castillo de la +in Iazn)l Nacimiento de la *lnica[12] ;@JRistoria de la locura-/

"a!a intentado contar lo que "a!a pasado "asta comienzos del siglo (3(/ pero los

psiquiatras "an entendido mi anlisis como un ataque a la psiquiatra. No s qu pasar

con los psicoanalistas, pero temo que entiendan como -antipsicoanlisis- algo que no

ser ms que una -genealoga-

El proyecto tomar la forma deLa 2oluntad de 8aber, dnde sostiene la percepcin de

que el psicoanlisis sera "eredero de los discursos confesionales del cristianismo.

ierto es que en am!os aparece una codificacin de ese -"acer "a!lar-, de una cierta

nocin de !%squeda en la que se trata de llevar algo a superficie, sin em!argo, la

prctica del anlisis es radicalmente distinta de la confesin en dos puntos5 no "ay un

otro que garantice perdn, y la asociacin li!re supone una escuc"a no focalizada.

La 2oluntad de 8aber, no puede considerarse una arqueologa del psicoanlisis la

promesa de Foucault no fue cumplida, s una crtica que intenta desec"ar algunas

ideas psicoanalticas. +in em!argo, sus opiniones so!re el tema, son formuladas de prisa
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y se encuentran me$or e*puestas en otros lugares antes y despus de la escritura de esta

monografa. All dnde se esperara un cuidadoso anlisis que descuartizara

yplastinaratodas y cada una de las afirmaciones de Freud , encontramos una em!estida

que es slo provocativa, no sin sentido del "umor y "asta picarda, lo que "ace pensar en

un $uego de escarceo se*ual. Qa en el curso so!reLos anormales[35] en el oll?ge de

France de @G C @1 "a!a llegado a acercar el psicoanlisis a otras prcticas

constitutivas de una fisiologa moral de la carne y apunta!a con desprecio la aceptacin

de sus enunciados por la moral !urguesa de!ido a lo que llamar5 la culpa!ilidad del

deseo centrada en los "i$os. )odas estas ela!oraciones nos parecen equvocas.

&o cierto es que Freud de$a de ser aquel "roe que se atrevi a enta!lar un dilogo con

la locura para volverse una figura pasa$era ms de nuestra "istoria cultural. El

psicoanlisis es un artefacto ms que genera relaciones de sa!er y poder , una nueva

religin que evangeliza a los su$etos en direccin a principios panse*ualistas.

+eg%nFoucault , no "a "a!ido en ning%n momento represin se*ual como parecera

decir Freud , sino incitacin a "a!lar, "acer y escri!ir en relacin al se*o.

Aunque, uno de los prrafos sea una cita y un "omena$e a &acan, insiste en atri!uir a los

psicoanalistas sostener una concepcin negativa en la llamada "iptesis freudiana de la

represin 5

>ace un !uen tiempo que ciertos psicoanalistas lo di$eron. Iecusaron la peque'a

maquinaria simple que gustosamente uno imagina cuando se "a!la de represin/ la idea

de una energa re!elde les pareci inadecuada para descifrar de qu manera se articulan

poder y deseo/ los suponen ligados de una manera ms comple$a y originaria que el

$uego entre una energa salva$e, natural y viviente, que sin cesar asciende desde lo !a$o,

un orden de lo alto que !usca o!staculizarla/ no "a!ra que imaginar que el deseo est

reprimido, por la !uena razn de que la ley es constitutiva del deseo y de la carencia que

lo instaura[36] .

>ay, evidentemente, un desplazamiento de su misma concepcin de la represin se*ualpues seis a'os atrs declara!a en una entrevista5 -&a sociedad en que vivimos limita

considera!lemente la li!ertad se*ual, directa o indirectamente. or supuesto, en Europa,

desde 0J, ya no se e$ecuta a los "omose*uales, pero el ta!% so!re la "omose*ualidad

no es por ello menos tenaz-[37] .

4espus de las polmicas afirmaciones deLa voluntad de saber, Foucault volver

so!re sus pasos y recuperar un seguimiento cronolgico simple en la distri!ucin de su

o!ra, a partir de la e*periencia griega, especialmente del estudio de la -filia- como un

concepto central que se "a!ra perdido en el tiempo.
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El segundo volumen ;)l uso de los placeres[38] < que en realidad sera el primero en este

nuevo recuento, se encuentra consagrado a la forma en que la actividad se*ual "a!ra

sido interrogada y puntualizada por los filsofos y mdicos en la cultura "elnica

clsica.

El tercer volumen ;La inquietud de s[39] < se dedica a e*aminar cmo sera conce!ida la

temtica en los dos primeros siglos de nuestra era/ finalmente el ciclo se cerrara con un

volumen dedicado a la doctrina pastoral de la carne ;&os testimonios de la carne< que

nunca apareci.

El primer y segundo proyecto, muestran "uecos en el anlisis y una preferencia marcada

por ciertos perodos "istricos. +in formular ninguna construccin al estilo "7tem y

7ab9"y estrictamente rese'ando ciertos restos "istricos, una genealoga de la

se*ualidad diferente, podra "a!erse iniciado en los miga$as arqueolgicas de$adas por

los primeros "om!res, ligadas a la aparicin de las diosas madres y al misterio de la

fertilidad femenina coligada a la produccin agrcola. A Foucault , todo esto parece

importarle poco. &e interesa el uso de los placeres a partir de la poca griega, pero

nuestra cultura est ligada a la "istoria de la "umanidad, muc"o antes de la estructura

patriarcal de la sociedad o las glorias "elnicas.

uriosamente enLa verdad y sus formas jurdicas[40] , e*presa un dictamen de que el

psicoanlisis "a constituido la forma ms importante de cuestionamiento del

su$eto desde 4escartes, lo que parece molestarle en ese momento, no es el del todo el

psicoanlisis o su prctica, sino el enlace entre los trminos deseo y &ey.

En el mismo te*to, encontramos una serie de opiniones referentes al tra!a$o de 4eleuze

y las consecuencias de sus tesis que "a!lan no slo de admiracin a su tra!a$o, sino total

acuerdo con sus tesis5

A partir de Freud , la "istoria de Edipo, era considerada como la "istoria que narra!a la

f!ula ms antigua de nuestro deseo y de nuestro 3nconsciente . A"ora !ien, despus de

la pu!licacin, el a'o pasado, del li!ro de 4eleuze y Kuattari &VAnti C Pedipe, la

referencia a Edipo $uega un papel completamente diferente.

;...< Edipo no sera pues tanto una verdad de la naturaleza, cuanto un instrumento de

limitacin y de coaccin de los psicoanalistas, a partir de Freud , utilizan para contener

el deseo y "acerlo entrar en una estructura familiar definida por nuestra sociedad en un

momento dado. En otros trminos, Edipo, seg%n 4eleuze y Kuattari , no es el contenido

secreto de nuestro 3nconsciente , sino la forma de coaccin que el psicoanlisis intenta

imponer a nuestro deseo y a nuestro 3nconsciente en la cura psicoanaltica. Edipo es un
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instrumento de poder , es un modo especfico del poder mdico y psicoanaltico que se

e$erce so!re el deseo y el 3nconsciente[41] .

&a visin del deseo deleuziana y la afirmatividad de los procesos generados por las

mquinas sociales, es completamente acorde con los planteamientos de Foucault entorno a cmo los mecanismos de poder engendran sa!er y las formas de verdad

conocidas por el "om!re. oinciden, tam!in !astante, sus desarrollos en torno a la

esttica de la e*istencia, y el esquizoanlisis , am!os apuntan a la !%squeda de un su$eto

sin amarras, li!re para ser li!re, en el que nada puede aca!ar mal porque no "ay forma

de u!icar un origen o meta. Am!os discursos, en nom!re de una recia clera personal,

!uscaran un yo li!erado de los pre$uicios morales y la sociedad.

Iesulta vlido preguntarse cul Ca fin de cuentasC "a sido y ser a futuro, la relacin

entre el psicoanlisis y la filosofa foucaultiana. &as preguntas "an sido contestadas, a

modo, por persona$es ilustres como =acques 4errida y el psicoanalista =ean Allouc".

El primero[42] llega a formular que Foucault no "a sido $usto con el psicoanlisis. El

segundo[43] asevera que el psicoanlisis de!e !uscar como !ase filosfica la

genealoga o disponerse a no so!revivir. onviene adoptar una actitud de cautela ante

am!as respuestas.

&a afirmacin de Allouc" puede interpretarse como un se'alamiento de que

el psicoanlisis de!e tomar en cuenta la crtica foucaultiana al esencialismo, pero la

frase no de$a de ser am!igua. No sera la primera, ni la %ltima vez que un intelectual

!usca "acer slido el psicoanlisis so!re cierta !ase filosfica. Qa antes, lo "an

intentado otros, recurriendo a >eidegger , al mar*ismo, a la fenomenologa, incluso la

lgica formal para $ustificar y reforzar su prctica. ero quiz, el psicoanlisis no

necesite una filosofa de fondo que apoye sus tesis, en s, constituye un punto de vista

filosfico que es crtico a todo el resto de la filosofa.

Foucault pretendi construir una nueva teora del su$eto y el psicoanlisis no parece

"a!erle acomodado para su proyecto. >ay, sin duda, un reconocimiento de lo

3nconsciente , pero su concepcin de esta dimensin no se acomoda al 3nconsciente

freudiano tal y cmo l lo ley en sus %ltimos escritos5 lingLstico, completamente

se*ual, atravesado por la &ey y !a$o la gida de la represin. 3ndependientemente de si

el 3nconsciente tiene o no estas caractersticas, lo cierto es que l as lo conce!a y ese

modelo, no se a$usta!a a su propsito de construccin de una nueva teora del su$eto.

3maginemos un inconsciente vinculado a lo que podra llamarse una sicologa

Nietzsc"eana. El "om!re, en esa0sicologa sera un con$unto de relaciones de fuerzapugnando por prevalecer unas so!re otras. &a voluntad de poder no es conciencia y no
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definitivamente buena voluntad. Este modelo de fuerzas en conflicto se aseme$ara a los

descu!rimientos de la mecnica cuntica so!re el mundo su!atmico.

Nietzsc"e[44] es radical en sus planteamientos. &a conciencia aparece como aquello que

Nietzsc"e denominala peque:a ra(n, enfrentada a la gran ra(n. En esta%ltima,juegan 3y quiz sera preferi!le "a!lar de dan(an o saltanC las relaciones de

fuerza que podran atri!ursele a la potencia instintiva, al cuerpo.

&a conciencia es, entonces, una mera emanacin5 un macroefecto. 4erivada de otras

fuerzas, no es el asiento de ning%n tipo de li!re eleccin. na cam!iante constelacin de

fuerzas pugna entre s para asegurarse una cierta dominacin . ada e$e particular de esa

voluntad "eterotpica posee su propia perspectiva, e interpreta y valora el mundo de

acuerdo a sus particulares intereses. El anlisis que se puede "acer es fundamentalmente

gravitacional. No "ay aqu, entre esa psicologa y la metapsicologa freudiana, ning%n

desacuerdo de fondo.

ero en Nietzsc"e, esa voluntad de poder es una fuerza contra la que no "ay resistencia

posi!le. &o que me$or se puede "acer, es, a!andonarse a su empu$e sin restricciones. MA

esto apunta la est!tica de la e/istenciaen Foucault No sera seguro. En una

entrevista[45] con PS"iggins, "ace una diferenciacin so!re la li!ertad de eleccin se*ual

y la li!ertad de actos se*uales que es pertinente a la aclaracin de esta pregunta. All

afirma, que actos se*uales como la violacin no de!en permitirse pues no puede

tolerarse una li!ertad a!soluta de accin.

&a opcin de transformacin en Foucault atiende principalmente a un tra!a$o

individual5 la tica del cuidado de uno mismoes una prctica de li!ertad. 4espus de la

lectura de sus anlisis so!re el poder , sorprende que se $uegue por una salida optimista

centrada en la intuicin del !ien por el su$eto. En esta propuesta "ay ingenuidad poltica

y psicolgica 5 todo tra!a$o so!re uno mismo que o!litere el inconsciente deriva, para

nosotros, en una tcnica de autosuperacin.

Nietzsc"e y Freud , en este sentido, son completamente deterministas, casi fatalistas5 El

peor enemigo siempre somos nosotros mismos y el fondo de este a!ismo no es

asequi!le a la conciencia, ni siquiera a la filosfica.

unto y aparte mereceran las menciones de Foucault a &acan, la relacin entre am!os

discursos. #orales[46] se "a ocupado en uno de sus te*tos de transcri!ir un !uen n%mero

de citas de Foucault en referencia a &acan. +e'ala, que encuentra una -convergencia

fundamental- en am!os, con relacin al 8ujeto.Ppinamos, con ms prudencia, que

am!os se interesan por construir una teora del su$eto, pero las direcciones que tomanlas investigaciones de am!os, difieren en mtodo, consecuencias y o!$etivos. No "ay
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isomorfismo en sus proyectos, la "istoria poltica del su$eto, no es equivalente al su$eto

del inconsciente en &acan, sino a fuerza de desconocer lo ms esencial5 al %ltimo

Foucault, el inconsciente psicoanaltico, le parece un vicio del que "ay que

desem!arazarse. >ay coincidencias porque la genealoga de la tica toma, sin percatarse

demasiado, como musaal psicoanlisis.

&a parte terminal del recorrido de Foucault est marcado por un gusto pronunciado por

una !%squeda de"e*periencias lmite". Nos preguntamos si Foucault podra "a!er dado

cuenta desde su filosofa, de las razones de su prctica se*ual y la fascinacin por la

muerte. +a!emos que su !%squeda de una nueva tica del uso de los placeres le condu$o

a rutinas de riesgo, desem!arazado de cualquier escr%pulo de conciencia.

Iesultara !ien in%til $uzgar tica o moralmente la conducta de Foucault , pero la

descripcin de sus e*periencias se*uales como una !%squeda en la!oratorio de

novedades, que se ale$ara a travs de la "omose*ualidad y el sadomasoquismo, del

a!urrimiento implcito del coito tradicional, nos resulta una e*plicacin ingenua y un

prete*to para $ustificar actividades ms !ien regidas por la pasin y go!ernadas por

procesos a nivel inconsciente. ualquier intencin conciente de e*plicitar el por qu de

nuestra eleccin o prcticas se*uales, sin importar el color, deriva en !uscar una

solucin en la razn, a un pro!lema que o!viamente e*cede sus lmites.

MNecesit un psicoanlisis el filsofo 4ifcil sa!erlo, so!re todo, porque esta decisin

siempre implica esperanza y crdito, tanto en el mtodo como al analista. 4os prendas

que Foucault no poda conceder a partir de cierto punto. 4esde el anonimato de unas

entrevistas realizadas en @J y recogidas por #acey[47] nos llega su voz al referirse

a lospoppersy otras drogas5

-.li!eran de la anatoma la localizacin se*ual del placer ;.


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"a!lando de completudy de desembara(o se/ualcon tanto $%!ilo es e*travagante. No

concuerda del todo con sus planteamientos del imperativo socrtico definido por l

mismo como5 -.oc%pate de ti mismo, es decir, fundamntate en li!ertad mediante el

dominio de ti mismo-[48] .

El zorro pareca tener la capacidad de a!andonar la filosofa para pro!ar la vida sin

la necesidad de un aparato crtico. :uiz una leccin ms que de!amos recoger los

filsofos universitarios que nos dedicamos ms a los $uegos de poder y a la ense'anza

de la filosofa, que a practicar la filosofa. +u muerte se adelant en sus pasos a la de su

compa'ero de via$e y cronista incidental 4eleuze, quien se arro$ al a!ismo por

decisin personal/ tam!in a #ic"el Wc"eu*, que se tra! en cadenas y se suicid en

las aguas del +ena. )odas stas, son imgenes de trgica congo$a, mr!idamente

alucinantes. Nos asustan y fascinan por su fuerza impa.

[1]Foucault , Michel. "La prosa de Acten". En:Obras esenciales de Michel Foucault.Entre literatura

y filosofa. Tomo I.Ed. Paids. Barcelona 1999. P. 213.

[2]Foucault , Michel.El orden del discurso. Tusquets Editores. Barcelona 1979.

[3]Foucault, Michel.Arqueologa del saber. Ed. Siglo XXI. Tercera edicin. Mxico 1976.

[4]Macey, David.Las vidas de Michel Foucault. Op. cit. P. 32.

[5]Miller James.La pasin de Michel Foucault. Editorial Andrs Bello. Chile 1995.

[6]Eribon Didier.Michel Foucault. Ed. Anagrama Barcelona 1992. P. 59.

[7]Foucault Michel. "Introduccin" al libro de Binswanger : "Sobre el sueo".Obras esenciales.Vol.

1.Entre filosofa y literatura. Ed. Paids. Barcelona 1999.

[8]Deleuze, Gilles.Foucault. Ed. Paids. Mxico 1987.

[9]Foucault Michel.Enfermedad mental y personalidad. Barcelona. Paids 1991. P. 9.

[10]dem.

[11]Foucault, Michel.Enfermedad mental y personalidad. P. 36.

[12]Foucault, Michel.El nacimiento de la Clnica. Ed. Siglo XXI. Novena edicin. Mxico 1983.

[13]Canguilhem, Georges. Lo normal y lo patolgico. Ed. Siglo XXI. Mxico 1983.

[14]Eribon , Didier.Michel Foucault. P. 209.

[15]Foucault, Michel.Nietzsche, Freud, Marx. Cuadernos Anagrama. Segunda Edicin. Mxico 1981.
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[16]Foucault Michel.Las palabras y las cosas. Ed. Siglo XXI. Decimosexta Edicin. Mxico 1985.

[17]dem. P. 364.

[18]dem. P. 368.

[19]Foucault, Michel.El orden del discurso. Ed. Tusquets. Espaa 1999.

[20]Foucault, Michel.Vigilar y castigar. Siglo XXI editores. Novena edicin. Mxico 1989.

[21]Deleuze, G. y Guattari, F.El Anti-Edipo. Capitalismo y esquizofrenia. Ediciones Paids. Barcelona

1985.

[22]Freud Sigmund. El malestar en la cultura (1929) Obras completas. Tomo XXI. Amorrortu editores.

Argentina 1976.

[23]Foucault, Michel. "Los intelectuales y el Poder". En:Obras esenciales. Tomo II. Estrategias de Poder.

Ed.Paids. Espaa 1999. P. 111.

[24]Foucault, Michel.La verdad y sus formas jurdicas. En:Obras esenciales.Volumen 2. Estrategias de

Poder.P. 173.

[25]dem. P. 210.

[26]Autor de la frase: "La crcel es la universidad del

crimen".http://www.ucm.es/info/museoafc/loscriminales/criminales/paginas/lacenaire.html

[27]Rivire, Pierre.Yo Pierre Rivirehabiendo degollado a mi madre, a mi hermano y a mi

hermana...Un caso de parricidio del siglo XIX presentado por Michel Foucault . Tusquets Editores.

Barcelona 1983.

[28] 2ar!ine, >erculine.#is recuerdos. Ed. Ievolucin. #adrid @H1.

[29]Veyne, quien conoci al autor de manera muy cercana, expresa claramente que dicha suposicin es

del todo inexacta. Veyne, Paul. "El ltimo Foucault y su moral". En:Estudios. Publicacin trimestral delDepartamento Acadmico de estudios generales del Instituto Tecnolgico Autnomo de Mxico. No. 9.

Verano de 1987.

[30]Dreyfus, Hubert L. y Rabinow, Paul . "Sobre la generalizacin de la tica". Entrevista a Michel

Foucault . En:Foucaulty la tica. Editorial Biblos. Argentina 1988.

[31]Forrester John.Seducciones del psicoanlisis...P. 345.

[32]Canguilhem Georges. "Muerte del hombre o agotamiento delcogito?". En:Anlisis de Michel

Foucault.
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[33]Foucault Michel.La verdad y las formas jurdicas. Ed. Gedisa. P. 39.

[34]Foucault, Michel.Microfsica del poder. Ed. La Piqueta. Madrid, 1978. P. 161

[35]Foucault, Michel.Los anormales. Curso en el Collge de France. Ed. F.C.E. Argentina 2000.

[36]Foucault, Michel.La Voluntad de Saber.P. 99.

[37]Foucault Michel . Entrevista con los japoneses Shimizu y Watanabe. Publicada originalmente el 12 de

diciembre de 1970.Obras esenciales.Tomo I. Entre filosofa y literatura. Ed. Paids. Barcelona 1999.

[38]Foucault Michel.Historia de la sexualidad2. El uso de los placeres. Ed Siglo XXI. Primera edicin.

Espaa 1986.

[39]Foucault Michel.Historia de la sexualidad3. La inquietud de s.Ed Siglo XXI. Primera edicin.

Espaa 1987.

[40]Foucault Michel.La verdad y las formas jurdicas. Ed. Gedisa. Espaa 1988. P. 16 -17.

[41]Foucault Michel.La verdad y sus formas jurdicas. En:Obras esenciales. Volumen 2. Estrategias de

Poder.Ed. Paids. Espaa 1999. P. 185.

[42]Derrida Jacques. " La historia de la locura en la edad del psicoanlisis".

En:Pensar la locura. Ensayos sobre Michel Foucault . Ed. Paids. Argentina 1996.

[43]Allouch, J., La psychanalyse: une rotologie de passage. EPEL. Paris 1998 P. 179.

[44]:"Este mundo es la voluntad de poder , nada ms! Y tambin vosotros mismos sois esta voluntad de

poder, nada ms!". Nietzsche Friederich.La voluntad de poder. Obras Completas. Prestigio, Buenos

Aires, vol. IV, p. 801-802.

[45]Foucault Michel. "Entrevista con James OHiggins".

[46]Morales Hel.Sujeto y estructura.Ediciones de la noche. UAG. S/F. P. 23 - 39.

[47]Op. Cit. Macey David.Vidas y leyendas de Michel Foucault. P. 454.

[48]Foucault Michel.Hermenutica del sujeto.P. 142.
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foucault frente a freud

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