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Entrenamiento en autoinstruccionesJueves 05 de Diciembre de 2013
1- Introducción
2- Fundamentos conceptuales de la
técnica
3- Procedimiento Aprendizaje de
Autoinstrucciones
4- Aplicaciones prácticas de la
técnica:
Impulsividad
Falta Autocontrol
Dificultades Aprendizaje
1- Introducción
El Entrenamiento en
Autoinstrucciones se remonta a los
primeros trabajos llevados a cabo por
Meinchebaum en la década de los 60 con
niños hiperactivos y agresivos. Las
técnicas que puso en marcha surgieron
con motivo del estudio de los modelos
soviéticos de Luria y Vygotsky y, más
tarde, del trabajo de Piaget.
La idea central del modelo es que el
lenguaje de los niños tiene, al menos de
inicio, la función de guiar y ordenar su
propia conducta externa. El
reconocimiento del lenguaje
interno como “director y controlador”
del comportamiento por parte de
Meinchenbaum, le lleva a describir un
procedimiento general que permita
modificar las verbalizaciones internas del
sujeto y, en consecuencia, la conducta
manifiesta.
El entrenamiento autoinstruccional es
una técnica cognitiva de cambio de
comportamiento en la que se modifican
las autoverbalizaciones (verbalizaciones
internas o pensamientos) que un sujeto
realiza ante cualquier tarea o problema,
sustituyéndolas por otras que, en
general, son más útiles para llevar a cabo
dicha tarea. Estas nuevas instrucciones,
que el propio sujeto se da a sí mismo,
coinciden en gran parte con la secuencia
de preguntas de la “Técnica de Solución
de Problemas”.
El objetivo es que el sujeto introduzca
inicialmente un cambio en sus
autoverbalizaciones para que,
finalmente, se modifique su
comportamiento manifiesto.
2- Fundamentos conceptuales de la técnica
Hay que señalar que las instrucciones no
se refieren a todas las cogniciones en
términos de “lenguaje interno” sino a las
verbalizaciones internas que acompañan
a la actividad del sujeto. Son
instrucciones u órdenes que el sujeto se
da a sí mismo, dirigiendo su
actuación (“voy a ponerme a estudiar”,
“no puedo seguir corriendo”, etc.).
Se supone que en la medida en que los
sujetos se enfrentan con tareas más
complejas, en las que les resulta
complicado actuar o no saben por donde
empezar, las verbalizaciones, las
autoinstrucciones, se hacen más
evidentes. Dicho de otra forma,
el pensamiento, que en otros
momentos podría parecer rápido o
automático, ahora se enlentece y se
transforma en lenguaje que guía con
cuidado la actuación del sujeto.
El modelo de Luria sobre el que se basa
Meichenbaum (descrito en libro “El papel
del lenguaje en la regulación de las
conductas normales y
anormales”) señala que se pueden
distinguir tres etapas para explicar la
iniciación e inhibición de la conducta
motora de los niños a través del
lenguaje:
1ª Etapa: La conducta del niño está
dirigida por otras personas. Los adultos a
través del lenguaje o de la instigación,
controlan la iniciación e inhibición de las
conductas.
2ª Etapa: Los niños guían, en gran parte,
su propia conducta a través de
verbalizaciones en voz alta, hablándose a
sí mismos mientras actúan y diciéndose
lo que hacen o quieren hacer y cómo lo
podrían conseguir.
3ª Etapa: Los niños guían su propia
conducta a través de un lenguaje
encubierto (subvocal). Estas
verbalizaciones persisten en los niños y
podemos observarlo también en adultos
en ciertas ocasiones.
Los resultados presentados más tarde
por Vygotsky, ponen de manifiesto que,
efectivamente, las verbalizaciones
audibles y comprensibles van
disminuyendo con la edad, pero
aumentan en la medida que los sujetos
se enfrentan con una tarea de mayor
relevancia o complicación.
Meichenbaum, tras varias
investigaciones, describió como afectan
las verbalizaciones a la ejecución de la
tarea en función de algunas variables:Su
efecto depende de la edad del sujeto (los
niños más pequeños realizan más
verbalizaciones sobre la tarea).
Otro factor importante es la dificultad de
la tarea o problema. Independientemente
de la edad, las verbalizaciones se hacen
más patentes a medida que aumenta el
nivel de dificultad.Finalmente de la
calidad de las instrucciones. Si éstas son
con contenido distractor o contrario a la
tarea evidentemente tendrán un efecto
negativo; si por el contrario, guían
correctamente la ejecución, entonces
mejorará.
Meinchebaum utiliza como marco general
las instrucciones relativas a la “solución
de problemas” añadiendo dos aspectos
importantes: las verbalizaciones de
autorrefuerzo y las
de autocorrección.
3- Procedimiento Aprendizaje de Autoinstrucciones
El procedimiento completo consta de
cinco pasos:
1º- El terapeuta o monitor actúa como
modelo y lleva a cabo una tarea mientras
se habla a sí mismo en voz alta sobre lo
que está haciendo (Modelado cognitivo).
2º- El niño lleva a cabo la misma tarea
del ejemplo propuesto por el terapeuta,
bajo la dirección de las instrucciones de
éste (Guía externa en voz alta).
3º- El niño lo vuelve a hacer mientras se
dirige a sí mismo en voz alta
(Autoinstrucciones en voz alta).
4º- Ahora el niño lleva a cabo la tarea de
nuevo, pero sólo verbalizando en un tono
muy bajo (autoinstrucciones
enmascaradas)
5º- El niño guía su propio
comportamiento a través de
autoinstrucciones internas, mientras va
desarrollando la tarea (autoinstrucciones
encubiertas).
Para entender el tipo de instrucciones
que el autor sugiere como marco general
para cualquier tarea, se describe a
continuación un ejemplo de tarea
escolar, como pintar un rectángulo en la
pizarra(Santacreu, 1.983). En este caso,
el terapeuta tiene como objetivo reducir
la impulsividad y mejorar el
enfrentamiento a los fracasos de un
niño hiperactivo. De acuerdo con el
procedimiento señalado anteriormente,
el terapeuta comenzará la tarea
(fingiendo cometer errores igual que el
niño) diciéndose a sí mismo:
Vamos a ver.......¿qué es lo que tengo
que hacer?. Tengo que pintar un
rectángulo en la pizarra. Muy bien.
¿Cómo puedo hacerlo? Tengo que ir
despacio y con cuidado. Primero pinto
una línea hacia abajo.....un poco
más....bien....eso es.... Después tengo
que ir hacia la derecha.....eso es... Lo
estoy haciendo bastante bien. Recuerda
que hay que ir despacio. Ahora tengo que
ir hacia arriba. ¡No! No tan desviado a la
derecha.....Bueno no pasa nada......ahora
borro la línea y veamos.....aunque
cometa un error puedo continuar. Lo
borro y voy más despacio. Recto hacia
arriba....eso es. Tengo que ir con cuidado
para hacer los dos lados iguales. Muy
bien, ya lo tengo. Ahora tengo que unir
los dos lados por aquí. Despacio....Bien,
ya he terminado. ¡Lo he hecho!
Lo que el modelo trata de enseñar al niño
a través de estas instrucciones puede
concretarse en:
1º- Definir el Problema: ¿Qué tengo
que hacer?
2º- Guía de la Respuesta: ¿Cómo
tengo que hacerlo? (despacio, pinta la
raya hacia abajo....).
3º- Autorrefuerzo: Lo estoy haciendo
bastante bien.
4º- Autocorrección: En el caso de que
no se alcance el objetivo propuesto,
afrontar el error (si cometo un error
puedo continuar. Iré mas despacio.
Hay que recordar que el objetivo de esta
técnica es modificar las verbalizaciones
internas que el sujeto utiliza ante
aquellos problemas o situaciones en los
que habitualmente fracasa, realizando
respuestas inadecuadas para alcanzar el
objetivo. Así, pues, el éxito de la técnica
viene determinado, no sólo por el cambio
de verbalizaciones internas del sujeto,
sino por el cambio de comportamiento
ante dichas situaciones.
Es muy importante adecuar la técnica a
las características del niño. Se aconseja
aplicarla de una forma lúdica para que el
niño lo viva como un juego.
Se considera el modelado como el
procedimiento más eficaz para enseñar
las autoinstrucciones. No obstante,
existen otros métodos como pueden ser
el uso de comics o manuales de
procedimiento.
La pregunta fundamental es ahora en
qué tipo de problemas o trastornos
infantiles la técnica de entrenamiento de
autoinstrucciones es la opción más
idónea.
4- Aplicaciones prácticas de la técnica
a) Impulsividad (T.D.A.H.)
Tal como se ha mencionado,
Meichenbaum la utilizó originalmente con
niños hiperactivos, impulsivos o
agresivos ya que las autoinstrucciones
tienen un papel enlentecedor de la
acción y propicia una mayor reflexividad.
Afirmaba que el éxito en este tipo de
trastornos radica primero, en la
utilización del modelo y en segundo
lugar, la repetición de las
autoinstrucciones, mientras el niño hace
las tareas. Estos dos factores resultan ser
los componentes más eficaces del
programa de tratamiento.
En el tratamiento de los niños
hiperactivos Meichenbaum plantea que
las terapias que utilizan procedimientos
operantes no suelen tener éxito debido a
la acción altamente motivadora de
dichos procedimientos, de tal manera,
que en lugar de endentecer la actividad y
permitir una actitud reflexiva, logran
todo lo contrario.
Sin embargo, la asociación de
procedimientos operantes y cognitivos
(autoinstrucciones) mejora los
resultados.
Finalmente señalar que si el
entrenamiento se efectúa con
autoinstrucciones generales frente a
instrucciones específicas se facilita
la generalización. Es decir, el llevar a
cabo lo aprendido en otras situaciones
externas.
b) Falta de Autocontrol
La falta de autocontrol hace referencia a
la dificultad por anticipar las
consecuencias de la actuación, por parte
del propio sujeto. En conductas adictivas
o violentas, los sujetos actúan
impulsivamente sin mediar cogniciones o
verbalizaciones internas en las que se
evalúen todas las consecuencias. En
estos casos la técnica se ha utilizado
para intentar demora la actuación de los
sujetos.
Sin embargo, la eficacia en este tipo de
problemas viene muy condicionada por
los aspectos sociales. Si el sujeto se
mueve en ambientes marginales o de
riesgo (violencia, agresión) no se
alcanzan resultados positivos.
Cuando los problemas se reducen a un
ámbito clínico en concreto como puede
ser la obesidad, los resultados indican
una razonable eficacia.
c) Dificultades de Aprendizaje
En el caso de niños con “dificultades en
el aprendizaje” o de “retraso mental”, se
han llevado a cabo numerosos estudios
que han demostrado la eficacia del
procedimiento. Se ha utilizado con
buenos resultados en niños con
problemas de escritura, comprensión y
cálculo. También se han diseñado
programas para mejorar la atención en
clase. Sin embargo, se apuntan como
requisitos previos para obtener
resultados óptimos que:
1- El niño tenga la capacidad para
articular las verbalizaciones necesarias.
2- Capacidad para comprender su
significado.
3- Los comportamientos motores
implicados estén en el repertorio del
niño.
-Finalmente apuntar que la técnica no ha
mostrado resultados positivos y
consistentes en su uso en trastornos
de ansiedad y fobias específicas en
niños. Son necesarios más estudios para
concretar los aspectos a modificar en su
utilización en este ámbito.