ensayo sobre roger bacon

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GILSON, Étienne: La Filosofía en la Edad Media (Desde los orígenes patrísticos hasta el fin del siglo XIV), Segunda Edición, Editorial Gredos, Madrid, 1982. 444 La filosofía en el siglo XIII Con Rogerio Bacon, discípulo y compatriota de Roberto Grosseteste, se acentúa más aún el interés por las investigaciones y métodos científicos. A la exigencia de la matemática se añadirá la no menos imperiosa del conocimiento experimental, sin que el fin último del saber deje por eso de ser la confirmación y expansión universal de la fe. Este hombre singular nació hacia 1210-1214, en los alrededores de Ilchester, en el Dorsetshire. Hizo sus primeros estudios en Oxford, donde tuvo por maestros a Roberto Grosseteste y a Adán de Marsh, hombres tan versados en las ciencias —dirá Rogerio más tarde— como ignorantes resultaban los maestros de París. Después de una estancia en París de seis a ocho años, es decir, hasta 1250 aproximadamente, enseñó en Oxford de 1251 a 1257. Más tarde, obligado, al parecer, a abandonar su enseñanza, volvió a París, sede de la Orden franciscana, a la que pertenecía, donde fue objeto de suspicacias y persecuciones continuas hasta que su protector, Guy Folques, llegó a ser Papa con el nombre de Clemente IV (1265). Fue durante la corta tregua que le proporcionó este pontificado (1265-1268) cuando Rogerio Bacon redactó su Opus majus, compuesto a instancias del mismo Papa. Su actividad literaria prosiguió entonces hasta 1277, fecha en la que sus ideas relativas a la astrología fueron englobadas en las proposiciones condenadas por el obispo Esteban Tempier. Se aprovechó la ocasión para condenar a Rogerio a prisión en 1278. Sabemos que estaba libre de ella en 1292, fecha en la que compuso su último escrito, el Compendium studii theologiae. Desconocemos la fecha de su muerte. Por sorprendente que pueda parecernos la personalidad de Rogerio Bacon, cuando la comparamos con las más notables de su tiempo, no hay que olvidar, sin embargo, que lleva profundamente grabado el sello de su época. Bacon es, ante todo y en primer lugar, un escolástico; pero es un escolástico que concibió la escolástica de un modo totalmente distinto al de Alberto Magno o al de Santo Tomás de Aquino. Efectivamente, no escapó a la obsesión de la teología que caracteriza a la Edad Media, y ése es un rasgo que interesa subrayar si no queremos representarnos a Bacon bajo una luz totalmente falsa. La segunda parte del Opus majus está consagrada por entero a definir las relaciones de la filosofía con la teología, y su

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Filosofía medieval. Tomado de Gilson

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GILSON, tienne: La Filosofa en la Edad Media (Desde los orgenes patrsticos hasta el fin del siglo XIV), Segunda Edicin, Editorial Gredos, Madrid, 1982. 444La filosofa en el siglo XIII ConRogerioBacon,discpuloycompatriotadeRobertoGrosseteste,se acentamsanelintersporlasinvestigacionesymtodoscientficos.Ala exigenciadelamatemticaseaadirlanomenosimperiosadelconocimiento experimental,sinqueelfinltimodelsaberdejeporesodeserlaconfirmaciny expansinuniversaldelafe.Estehombresingularnacihacia1210-1214,enlos alrededoresdeIlchester,enelDorsetshire.HizosusprimerosestudiosenOxford, dondetuvopormaestrosaRobertoGrossetesteyaAdndeMarsh,hombrestan versados en las ciencias dir Rogerio ms tarde como ignorantes resultaban los maestros de Pars. Despus de una estancia en Pars de seis a ocho aos, es decir, hasta 1250 aproximadamente, ense en Oxford de 1251 a 1257. Ms tarde, obligado, al parecer, a abandonar su enseanza, volvi a Pars, sede de la Orden franciscana, a la que perteneca, donde fue objeto de suspicacias y persecuciones continuas hasta que su protector, Guy Folques, lleg a ser Papa con el nombre de Clemente IV (1265). Fue durante la cortatregua que le proporcion estepontificado(1265-1268) cuando Rogerio Bacon redact su Opusmajus, compuesto a instancias del mismo Papa. Su actividad literaria prosigui entonces hasta 1277, fecha en la que sus ideas relativas a laastrologafueronenglobadasenlasproposicionescondenadasporelobispo EstebanTempier.SeaprovechlaocasinparacondenaraRogerioaprisinen 1278. Sabemos que estaba libre de ella en 1292, fecha en la que compuso su ltimo escrito, el Compendium studii theologiae. Desconocemos la fecha de su muerte. PorsorprendentequepuedaparecernoslapersonalidaddeRogerioBacon, cuandolacomparamoscon lasmsnotablesdesutiempo,no hayqueolvidar,sin embargo, que lleva profundamente grabado el sello de su poca. Bacon es, ante todo y en primer lugar, un escolstico; pero es un escolstico que concibi la escolstica de unmodototalmentedistintoaldeAlbertoMagnooaldeSantoTomsdeAquino. Efectivamente,noescapalaobsesindelateologaquecaracterizaalaEdad Media,yseesunrasgoqueinteresasubrayarsinoqueremosrepresentarnosa Baconbajounaluztotalmentefalsa.LasegundapartedelOpusmajusest consagrada por entero a definir las relaciones de la filosofa con la teologa, y su GILSON, tienne: La Filosofa en la Edad Media (Desde los orgenes patrsticos hasta el fin del siglo XIV), Segunda Edicin, Editorial Gredos, Madrid, 1982. 445Los maestros de Oxfordactitud eneste punto esperfectamenteclara: hayunasolasabidura perfectayuna ciencianicaquedominaatodaslasdems:lateologa,ydoscienciasson indispensablesparaexplicarla:elderechocannicoylafilosofa:estunascientia dominatrix aliarum, ut theologia. La sabidura total dice Rogerio ha sido dada por un solo Dios a un solo mundo y para un solo fin. As, pues, Bacon har, exactamente igualqueSanBuenaventura,unareduccindetodaslasartesalateologa,yesta reduccin supone una concepcin del conocimiento fuertemente influida por la doctrina agustiniana de la iluminacin. Dosrazonesdecisivasprueban,enefecto,quelafilosofaformapartedela teologa y se subordina a ella. La primera razn es que la filosofa es el resultado de unainfluenciadelailuminacindivinaennuestroespritu(utostendaturquod philosophiasitperinfluentiamdivinaeilluminationis).Sinconfundirseconlos averrostasalosquerefutavigorosamenteenotrolugar,Baconempleauna terminologa averrosta. Da el nombre de intelecto agente a ese maestro interior que nos instruye y al que San Agustn o San Buenaventura llamaban el Verbo. Es, pues, el entendimiento agente el que obra sobre nuestras almas vertiendo en ellas la virtud y la ciencia,desuertequesomosincapacesdeadquirirlaspornosotrosmismosy debemos recibirlas desde fuera: anima humana scientias et virtutes recipit aliunde. En segundo lugar, y por consecuencia directa de lo que precede, la filosofa es resultado de una revelacin. No solamente ilumin Dios los espritus humanos para permitirles alcanzar la sabidura, sino que, adems, les revel esa sabidura: causa propter quam sapientiaphilosophiaereducituraddivinam,estquianonsolummenteseorum illustravit Deus ad notitiam sapientiae adquirendam, sed ab eo ipsam habuerunt et eam illis revelavit. He aqu, pues, cmo se representa Bacon la historia de la filosofa. Ella fuereveladaprimeroaAdnyalosPatriarcas,ysisabemosinterpretarbienlas Escrituras,veremosqueseencuentraentera,aunqueconunaformallenade imgenesycolorido,bajosusentidoliteral. Losfilsofospaganos,lospoetasdela antigedad y las sibilas son todos posteriores a los filsofos verdaderos y fieles, que fueron los descendientesde Sety deNo.Dioslesconcedi vivirseiscientos aos, porquenonecesitabanmenostiempoparaacabarlafilosofa,yespecialmentela astronoma, que es tan difcil. Dios se lo revel, pues, todo y les concedi una larga vidaparapermitirlescompletarlafilosofapormediodelasexperiencias(Deuseis revelavitomnia,etdediteisvitaelongitudinem,utphilosophiamperexperientias complerent). Pero despuslamaliciadelos hombresysusabusos de todasclases fueron tales, que Dios oscureci su corazn y la filosofa cay en desuso. Es la poca deNemrodyZoroastro,deAtlante,dePrometeo,deMercuriooTrismegisto,de Esculapio,deApoloydeotrosquesehacanadorarcomodiosesacausadesu ciencia.HayquellegaraltiempodeSalomnparaasistiraunaespeciede renacimiento y ver a la filosofa recobrar su perfeccin primera. Despus de Salomn, desaparecenuevamenteelestudiodelafilosofaacausadelospecadosdelos hombres, hasta que Tales la reanuda y sus sucesores la desarrollan de nuevo. Se GILSON, tienne: La Filosofa en la Edad Media (Desde los orgenes patrsticos hasta el fin del siglo XIV), Segunda Edicin, Editorial Gredos, Madrid, 1982. 446La filosofa en el siglo XIII llegaasaAristteles,quehizoalafilosofatanperfectacomopodaserloensu tiempo. Los filsofos griegos son discpulos y sucesores de los hebreos, por tanto; han encontrado la revelacin hecha por Dios a los patriarcas y a los profetas, revelacin que no habra tenido lugar si la filosofa no hubiese sido conforme a la ley sagrada, til a los hijos de Dios y, por fin, necesaria para la inteligencia y la defensa de la fe. As, pues, la filosofa no es ms que la explicacin de la sabidura divina por la doctrina y porlaconductamoral,yporesono hayms queunaperfectasabidura,queest contenida en las Sagradas Escrituras. Est claro que este concepto de la filosofa no nos informa solamente sobre la doctrina abstracta de R. Bacon, sino tambin sobre la idea que l se formaba de su misin personal. Es se un punto que no se ha destacado bastante y que nos hace msinteligibleslaspersecucionesdequefueobjeto.Baconnoselimitaaserun filsofo; es, adems de eso, un profeta. Todos sus vituperios contra el desorden y la decadencia de la filosofa de su tiempo, los ataques violentos que desencadena contra Alejandro de Hales, Alberto Magno y Toms de Aquino son reacciones naturales del reformador,cuyaaccinsevecontrariadayretardadaporlosfalsosprofetas.El pensamiento secreto que anima a Bacon es que el siglo XIII es una poca de barbarie, anloga a las dos precedentes que la Humanidad ha tenido que atravesar a causa de sus pecados. Y cmo va a concebir l su propia misin sino como anloga a las de Salomn y Aristteles? Rogerio ha encontrado la idea, olvidada durante tanto tiempo, delaverdaderafilosofa;lesquienconoceelmtodomedianteelcualpodr levantarse de sus ruinas este edificio destruido. Esta conciencia profunda de una alta misin que cumplir, el sentimiento que tiene de venir a ocupar un lugar preeminente en la historia del mundo y del pensamiento humano, explican el tono altivo y agresivo que emplea, con frecuencia, el desprecio de sus adversarios, el lenguaje de reformador y de restaurador con que se dirige al mismo Papa y hasta la despiadada hostilidad que por l sintieron sus superiores. LaobradelprimerBaconsepresenta,pues,bajounaspectomuchoms completo deloquesepudieraimaginaralleersusclebresdeclaracionessobrela necesidad de la experiencia. En realidad, considera la subordinacin de la filosofa a la teologacomomuchomsestrechadeloquehabapensadoSantoToms. Obsrvese,adems,queestehombre,paraquienlafilosofanoesmsqueuna revelacinquesevuelveaencontrar,sitalaperfeccindelsaberhumanoenlos alrededoresdelacreacin.Es,pues,unprogresohaciaatrselquenosinvitaa realizar cuando nos aconseja sus mtodos filosficos. Pero, por otra parte, R. Bacon consigueintroducirenestaextraordinariaperspectivahistricaunconceptomuy profundo del mtodo cientfico. Notemosprimeramenteque,aunenestaempresa,quees,antetodo,una restauracin,haylugarparaunverdaderoprogreso.Losmismostrminosenque Bacon nos habla de la revelacin filosfica primitiva indican bien a las claras que GILSON, tienne: La Filosofa en la Edad Media (Desde los orgenes patrsticos hasta el fin del siglo XIV), Segunda Edicin, Editorial Gredos, Madrid, 1982. 447Los maestros de Oxfordhabaversadosimplementesobrelosprincipios,yaquehabansidoprecisosan seiscientosaosparadesarrollarsusconsecuencias.Perotodavahayms.La filosofa nunca puede llegar a ser verdaderamente completa, y jams terminaremos de explicaraldetalleelvastomundoenelquenoshallamossituados.Sonysern siempreposiblesnuevosdescubrimientosacondicindeemplearlosverdaderos mtodos que nos permitan realizarlos. La primera condicin para hacer progresar a la filosofa es librarla de las trabas que detienen su desarrollo. Una de las ms funestas es la supersticin de la autoridad, ynuncatalsupersticinestuvomsextendidaqueentreloscontemporneosde Bacon.Poreso la persiguecon sussarcasmos,sinperdonaraningn hombrenia ninguna Orden religiosa, ni siquiera a la suya. Si hace alusiones personales, no es por amor a la disputa, sino para mayor bien de la verdad y de la Iglesia. Cuando critica, en elOpusminus,lossietedefectosdelateologa,haceblancodesuscrticasal franciscano Alejandro de Hales y al dominico Alberto Magno. El primero es clebre por unaSumacomoparacargara uncaballo,y, adems,no es del;pero nisiquiera conoci la fsica ni la metafsica de Aristteles, y su famosa Suma se pudre ahora sin que nadie la toque. En cuanto a Alberto Magno, es un hombre que seguramente no carece de mritos y que sabe muchas cosas, pero no tiene conocimiento alguno de las lenguas, de la perspectiva ni de la ciencia experimental; lo bueno que contienen sus obrascabraenuntratadoveintevecesmsbrevequelossuyos.Eldefectode Alberto, de su discpulo Toms y de muchos otros es querer ensear antes de haber aprendido. QuiereestodecirqueBaconnoreconoceverdaderosmaestros?Enmodo alguno; pero son ms bien maestros de mtodo que de doctrina. Los dos que cita con ms gusto son Roberto Grosseteste y Pedro de Maricourt. Y Roberto Grosseteste le agrada,enprimerlugar,porque,sinhaberdesconocidoloslibrosdeAristteles,se apart de ellos para instruirse por medio de otros autores y de su experiencia propia; ensegundolugar,porque,conAdndeMariscoyotros,supoexplicar matemticamente lascausas detodos los fenmenosy mostrarqueestaciencia es necesaria no slo a todas las dems, sino tambin a la misma teologa: per potestatem mathematicae sciverunt causas omnium exponere. Pero si conserva de sus maestros ingleses la aficin y respeto para las matemticas, debe a un francs el sentimiento, tan vivo en l, de la necesidad de la experiencia. Su verdadero maestro, a quien nunca secansa de elogiar,es PedrodeMaricourt, autorde untratadosobreel imn,que citartodavaW.GilbertaprincipiosdelsigloXVII,yquehastaentoncesseguir siendo la mejor obra sobre el magnetismo. De hecho, en aquella Epstola de magnete proclamalanecesidaddecompletarelmtodomatemticoconelmtodo experimental. No basta saber calcular y razonar; hay que ser, adems, hbil con las manos,habilidadconlaquefcilmentesepuedecorregirunerrorquenose descubriraalcabodeunaeternidadconlossolosrecursosdelafsicaydelas matemticas, Rogerio Bacon parece haber quedado vivamente impresionado por este GILSON, tienne: La Filosofa en la Edad Media (Desde los orgenes patrsticos hasta el fin del siglo XIV), Segunda Edicin, Editorial Gredos, Madrid, 1982. 448La filosofa en el siglo XIII nuevo mtodo y por la ciencia que Pedro de Maricourt le deba. Le llama seor de las experiencias:dominusexperimentorum,ynostrazaunretratoverdaderamente sorprendentedeestesabiosolitario,delquetanpocosabemos.Esosson,con algunosotrosnombresmsoscurostodavadeinvestigadoresaislados,los maestros cuyo mtodo pretende reanudar y cuyo esfuerzo quiere continuar. Conviene,pues,insistir,antetodo,enelpapelquedebendesempearlas matemticas en la constitucin de la ciencia. No se puede conocer nada de las cosas deestemundo,celesteoterrestre,sinosesabematemticas:impossibileestres hujusmundisciri,nisisciaturmathematica. Eso es, evidentemente, verdadero de los fenmenos astronmicos, y como los fenmenos terrestres dependen estrechamente de los astros, no podremos comprender lo que sucede en la tierra si ignoramos lo que ocurreenloscielos.Adems,esciertoyRobertoGrossetestelohademostrado perfectamente que todos los actos naturales se propagan y se ejercen conforme a laspropiedadesmatemticasdelaslneasydelosngulos.Resulta,pues,intil insistir en este punto. Encuantoalaexperiencia,esmuchomsnecesariatodava,porquela superioridaddelaevidenciaquelaexperienciaentraapuede,aveces,incluso reforzarlaevidenciamatemtica.Efectivamente,haydosmodosdeconocer:el razonamientoylaexperiencia.Lateoraconcluyeynoshaceadmitirlaconclusin; pero no proporciona esa seguridad exenta de duda, en la cual el espritu descansa en laintuicindelaverdad,hastaquelaconclusinnohasidohalladaporvade experiencia. Muchos tienen teoras sobre determinados objetos, pero como no las han experimentado,esasteorassiguensinserutilizadaspor ellosyno. les incitan nia buscartalbienniaevitartalmal.Siunhombrequenuncahavistoelfuego demostrase, medianteargumentosconcluyentes, queel fuegoquema,queestropea las cosas y las destruye, el espritu de su oyente no quedara satisfecho y no huira del fuego antes de haber aproximado a l la mano o un objeto combustible para probar, mediantelaexperiencia,aquelloqueenseabalateora.Perounavezhechala experiencia de la combustin, el espritu queda convencido y descansa en la evidencia de la verdad; as, pues, no basta el razonamiento, pero s basta la experiencia., Esto esloqueclaramenteseveenlasmatemticas,cuyasdemostracionesson,sin embargo, las ms ciertas de todas. Si alguien posee una demostracin concluyente enestasmaterias,perosinhaberla verificado experimentalmente,suespritunose adherir a esa demostracin ni se interesar por ella, sino que la despreciar mientras unacomprobacinexperimentalnolehagaversuverdad.Sloentoncesaceptar esta conclusin con toda tranquilidad. La experiencia, tal como la concibe R. Bacon, es doble; una interna y espiritual, cuyos ms altos grados nos conducen a las cimas de la vida interior y de la mstica, y otraexterna,queadquirimospormediodelossentidos.Estaltimaconstituyeel origen de todos nuestros conocimientos cientficos verdaderamente ciertos y, en GILSON, tienne: La Filosofa en la Edad Media (Desde los orgenes patrsticos hasta el fin del siglo XIV), Segunda Edicin, Editorial Gredos, Madrid, 1982. 449Los maestros de Oxfordparticular, de la ms perfecta de todas las ciencias: la ciencia experimental. La ciencia experimental (scientia experimentalis), cuyo nombre aparece por vez primera en la historia del pensamiento humano gracias a la pluma de Rogerio Bacon, aventajaatodaslasdemsclasesdeconocimientoporunatripleprerrogativa.La primera es que como ya hemos dicho engendra una certeza completa. Las dems ciencias parten de experiencias consideradas como principios y de ellas deducen, por vaderazonamiento,susconclusiones;perosiquierentener,adems,la demostracincompletayparticulardesuscondicionesmismas,estnobligadasa pedrselaalacienciaexperimental.RogerioBaconestableceporextensoestas nociones en toda una serie de captulos dedicados a la teora del arco iris. La segunda prerrogativa de esta ciencia es que puede establecerse en el punto en que terminan cada una de las otras ciencias y demostrar verdades que stas seran incapaces de alcanzarporsuspropiosmedios.Unejemplodeestosdescubrimientos,quese encuentran en el lmite de las ciencias sin ser principios ni conclusiones de ellas, nos lo ofrece la propagacin de la vida humana, que vendr a ser el coronamiento de la medicina, pero que la medicina sola no podra realizar convenientemente. La tercera prerrogativa de la ciencia experimental no dice relacin a las otras ciencias, sino que consiste en el poder que le permite escudriar los secretos de la naturaleza, descubrir el pasado y el futuro y producir tantos efectos maravillosos que asegurar el podero a quieneslaposean.LaIglesiadeberatomarestoenconsideracinparaahorrarla sangrecristianaensuluchacontralosinfielesy,sobretodo,enprevisindelos peligros que nos amenazarn en tiempos del Anticristo, peligros que seran fciles de obviar, con la gracia de Dios, si los prncipes del mundo y d la Iglesia favoreciesen el estudio de la ciencia experimental y buscasen los secretos de la naturaleza y del arte. El Opus majus de R. Bacon no se presentar, pues, como una exposicin de la ciencia total, porque esta ciencia no ha sido todava lograda; hay que lograrla. Bacon pretende nicamente invitar a la bsqueda y, sobre todo, a la prctica de experiencias. Es eltemaquerepite incansablemente: aqu elrazonamiento no prueba nada; todo depende de la experiencia. Nullus sermo in his potest certificare, totum enim dependet ab experientia. Aparte de este mtodo, del que est seguro, Bacon no nos dar ms quemuestrasdesufecundidad.Deaqu,elcarcterenciclopdicodesuobra principal, en la que vamos encontrando sucesivamente: el anlisis de las condiciones que se requieren para un estudio serio de las lenguas filosficas una exposicin del mtodo matemtico y ejemplos de su aplicacin a las ciencias sagradas y profanas, un tratado de geografa, un tratado sobre la astrologa y sus aplicaciones, un tratado de la visinunadescripcindelmtodoexperimentalyunamoral.Todasestas investigacionesdantestimoniodeunsabermuyvasto,unaaficinvivsimaalos hechos concretos y el sentido de las condiciones necesarias para el progreso de las ciencias. Hasta sus numerosos errores suponen a menudo un pensamiento ya muy GILSON, tienne: La Filosofa en la Edad Media (Desde los orgenes patrsticos hasta el fin del siglo XIV), Segunda Edicin, Editorial Gredos, Madrid, 1982. 450La filosofa en el siglo XIII avanzadoconrespectoaldesutiempo.Lasconsideracionesenquesecomplace acerca de la alquimia y la astrologa demuestran que, con anterioridad a los filsofos del Renacimiento, crea en la posibilidad de hacer salir de ellas otras tantas ciencias positivas. Pero ms an que el contenido de su doctrina es el espritu que la anima lo queledaintersyleaseguraunlugarduraderoenlahistoriadelasideas.Sise piensa en las condiciones miserables en que vivi Rogerio Bacon, en las innumerables dificultadesdelasquesequejasincesarqueleimpidieronnoslorealizar experiencias,sinoinclusoescribir,quedaremosasombradosanteestegenio desgraciadoque,apesardeencontrarsesoloenelsigloXIII,yquizhastalos tiempos de Augusto Comte, so con una sntesis total del saber, cientfico, filosfico y religioso, para hacer de ella el vnculo de una sociedad universal, tan extensa como el gnero humano.