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Energía, Ambiente y Mitigación de Emisiones de CO2 Informe preliminar 1 Energía, Ambiente y Mitigación de Emisiones de CO 2 Informe Preliminar Noviembre de 2017

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  • Energía, Ambiente y Mitigación de Emisiones de CO2 – Informe preliminar 1

    Energía, Ambiente y Mitigación de Emisiones de CO2

    Informe Preliminar

    Noviembre de 2017

  • Energía, Ambiente y Mitigación de Emisiones de CO2 – Informe preliminar 2

    Introducción

    Durante las últimas décadas, la temática de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero

    (GEI), en especial, de dióxido de carbono (CO2), ha ganado un espacio protagónico en la agenda pública,

    a nivel mundial, de la mano de la preocupación de la comunidad científica por el proceso y las

    consecuencias del llamado “cambio climático”.

    Existe consenso en que, de alguna manera, las emisiones de GEI, producto de las actividades

    humanas, podrían estar contribuyendo a dicho cambio, aunque aún no es posible saldar la discusión

    de qué otros factores podrían entrar en juego y la velocidad del proceso. De hecho, atentos a esta

    cuestión, algunos países comienzan a implementar, con mayor o menor timidez, medidas concretas

    para mitigar dichas emisiones, al tiempo que se fijan metas de reducción para los próximos años.

    Las fuentes de GEI antropogénicas (producidas por el hombre) son numerosas. Pero una parte

    importante corresponde al uso de la energía. En un planeta que se mueve alimentado por los

    combustibles fósiles (75% del consumo energético mundial), y para el que no se esperan grandes

    cambios en la matriz energética en las próximas décadas, actividades como el transporte, la generación

    eléctrica, la industria y las prestaciones de confort residenciales implican emisión y desafían a buscar

    soluciones para reducirlas.

    El Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG) considera que hay mucho por hacer en este

    tema y motoriza el aporte de la industria de los hidrocarburos en búsqueda de soluciones. Desde hace

    casi una década, lleva adelante un proyecto intensivo de educación en Uso Racional y Eficiente de la

    Energía, destinado a niños de nivel primario, al que ha sumado recientemente, talleres de educación

    para la energía, para alumnos de nivel secundario, docentes y comunidad en general, en busca de

    concientizar a la población sobre la temática energética.

    Pero, además, lleva adelante un trabajo de compilación y procesamiento de datos para un

    mejor estudio de una problemática que ocupa espacios cada vez más importantes en las agendas de

    sus comisiones técnicas.

    El siguiente trabajo es una primera aproximación al problema de las emisiones de CO2

    relacionadas con el uso de la energía. En él, se ofrece un diagnóstico de la situación, con datos

    actualizados tomados de fuentes de primer nivel, y se ensayan escenarios y posibles vías de mitigación,

    que orientan hoy las políticas que llevan adelante las empresas integrantes de la industria de los

    hidrocarburos.

  • Energía, Ambiente y Mitigación de Emisiones de CO2 – Informe preliminar 3

    Indice

    1. De la primera chispa al desafío de mitigar las emisiones 4

    2. La energía en el contexto global 6

    3. Políticas energéticas de los países 12

    4. El papel del Uso Responsable y Eficiente de la Energía (UREE) 13

    5. El precio del CO2 15

    6. La situación de la Argentina 16

    7. Escenarios energéticos a 2035 19

    8. La industria del petróleo y del gas 21

  • Energía, Ambiente y Mitigación de Emisiones de CO2 – Informe preliminar 4

    1. De la primera chispa, al desafío de mitigar las emisiones

    Un día de hace 700.000 años, en alguna parte de África, el Homo erectus, un pariente muy cercano -

    quizá un ancestro- de los seres humanos aprendió a manejar el fuego. La fecha exacta de tal

    acontecimiento se ha perdido para siempre e, incluso, algunas evidencias sugieren que esto pudo

    haber ocurrido mucho antes. Como sea, aquel día perdido por su aparente intrascendencia entre los

    días, una de las especies que poblaban la Tierra aprendió a usar la energía para su propio beneficio, lo

    que constituyó el hito más importante de la historia de la humanidad.

    Durante los cientos de miles de años que siguieron a este episodio, el hombre perfeccionó el uso del

    fuego. Pudo, entonces, enfrentar los climas fríos y entonces colonizar nuevas regiones. Aprendió a

    cocinar, a utilizar metales para fabricar armas, herramientas y ornamentos…, todo gracias al fuego (la

    energía). Otras fuentes de energía que ofrecía la naturaleza comenzaron a ser aprovechadas también.

    Por ejemplo, los animales podían transportar a las personas; tirar de un arado o de un carro. La fuerza

    del viento podía mover las aspas de un molino, y ese movimiento ser transferido a una rueda para

    pisar los granos y producir harina. O impulsar un barco en el mar, lo que permitió descubrir nuevos

    continentes y ampliar el comercio entre zonas lejanas. El aceite extraído de las ballenas iluminó la

    noche de las grandes ciudades.

    Recién hace apenas un puñado de siglos, una fracción de tiempo comparada con los milenios

    anteriores, una nueva fuente de energía, mucho más eficiente, se aplicó para hacer funcionar la

    máquina de vapor. Entonces, hubo una primera gran revolución. Cambiaron las maneras de producción

    de bienes, así como las relaciones económicas y sociales, de formas sin precedentes. La población

    crecía, y también la producción de bienes y el comercio. La madera y el carbón de leña, utilizados hasta

    entonces como fuentes de energía, rápidamente resultaron insuficientes para los requerimientos cada

    vez mayores. Las reservas en apariencia inagotables de carbón mineral tomaron protagonismo. Esta

    “nueva” fuente de energía, mucho más eficiente y abundante que la madera, motorizó aquel gran

    cambio de la humanidad, que hoy llamamos Revolución Industrial.

    Pero, a decir verdad, la aventura apenas comenzaba.

    Hace menos de dos siglos, el desarrollo de la energía eléctrica y el comienzo de la era del petróleo –a

    la cual se sumaría luego el gas natural- volvieron a cambiarlo todo de una forma más profunda aún

    que la Revolución Industrial. El salto en los estándares de producción y en calidad de vida generó una

    explosión demográfica, que aumentó cada vez más el requerimiento de energía. El petróleo podía

    refinarse en innumerables tipos de combustibles, que permitieron el desarrollo de motores más

    eficientes. Pero, también, sus derivados permitieron crear una infinita gama de nuevos materiales. La

    sociedad se amoldó a los hidrocarburos, en todos los sentidos imaginables, gracias a sus formidables

    prestaciones. Gas natural y derivados del petróleo –también el carbón- protagonizaron la revolución

    de la energía eléctrica. Y, al día de hoy, la importancia de la generación eléctrica basada en

    combustibles fósiles no tiene rival.

    A escala histórica, como ya señalamos, esto acaba de ocurrir: unos pocos siglos de nuevas energías,

    frente a cientos de miles de años de uso del fuego y la leña. Sin embargo, este salto espectacular

    desnudó una verdad difícil de percibir cuando las escalas eran menores. Toda producción de energía a

    escala masiva genera impacto en el medio ambiente, al igual que el uso masivo de la energía.

  • Energía, Ambiente y Mitigación de Emisiones de CO2 – Informe preliminar 5

    La quema de combustibles fósiles, que permitió una vida más extensa y de mayor calidad, también

    comenzó a impactar en la salud del planeta. Cualquier “quema” aumenta la concentración de gases de

    invernadero y, por ende, probablemente, el cambio climático, con consecuencias difíciles de predecir

    en un futuro no muy lejano.

    Consciente de esto desde hace unas pocas décadas, la humanidad se encuentra hoy en una

    encrucijada: cómo minimizar el impacto ambiental de la producción y el uso de la energía, sin sacrificar

    calidad de vida.

    Esta realidad contrasta con la necesidad de abastecer de energía a un mundo que en 2015 tenía 7500

    millones de habitantes y en 2050 llegará a 8500 millones (con un 80% de población urbana), y obliga a

    plantearse la incorporación de nuevas fuentes de aprovisionamiento y a optimizar el uso de las fuentes

    existentes. Al mismo tiempo, la urgencia en disminuir la emisión de gases de efecto invernadero

    impone acelerar el ritmo de reducción de esos gases con la incorporación de las llamadas “energías

    limpias”, es decir aquellas que generan proporciones ínfimas de CO2, o nada.

    La búsqueda adquiere varias dimensiones, que se complementan entre sí. Por un lado, lograr un uso

    más eficiente y responsable de la energía; es decir, aumentar el trabajo sin aumentar el consumo

    energético, en un contexto en el que ya de por sí, mayor población y mayor desarrollo tecnológico,

    demandarán un consumo cada vez mayor de energía. Por otro, el impulso a fuentes que no generen

    emisiones, como la eólica y la fotovoltaica. Sin embargo, esto estará lejos de ser suficiente. Por

    décadas, dependeremos todavía de las energías fósiles y, en ese sentido, el desarrollo del gas natural

    es la clave, por tratarse de la fuente fósil que menos CO2 emite a la atmósfera.

    El desafío está planteado, y no es menor. De su solución depende nada menos que el futuro de la

    propia humanidad.

  • Energía, Ambiente y Mitigación de Emisiones de CO2 – Informe preliminar 6

    2. La energía en el contexto global

    Entrada la segunda década del siglo XXI, la población del planeta depende para abastecerse de energía,

    de los combustibles fósiles. La matriz energética mundial muestra que, en números, esa dependencia

    alcanza un 80%, aproximadamente, lo que equivale a decir que el 80% de la energía que mueve al

    mundo proviene de fuentes fósiles (gas natural, petróleo y carbón). Si nos centramos solo en los

    hidrocarburos, esa dependencia llega al 50%.

    Fuente: International Energy Agency – Outlook 2017

    Desde luego, la configuración de la matriz mundial está relacionada directamente con el consumo

    energético de los países del G20 (grupo que preside la Argentina desde diciembre de 2017), por ser

    ellos los principales consumidores de energía.

    Biomasa10%

    Renovables1%

    Hidraulica3%

    Nuclear5%

    Gas Natural21%

    Petróleo31%

    Carbón29%

    MATRIZ ENERGÉTICA MUNDIAL

  • Energía, Ambiente y Mitigación de Emisiones de CO2 – Informe preliminar 7

    Fuente: International Energy Agency

    Este predominio de los combustibles fósiles en la matriz energética mundial encuentra sus razones en

    la abundancia de este tipo de recurso, su flexibilidad, su alta eficiencia energética y su previsibilidad

    en el despacho, además de su bajo impacto ambiental, comparativamente con otras alternativas (a

    modo de ejemplo, la histórica quema de biomasa, por ejemplo, resulta en la destrucción de las masas

    boscosas y en la emisión de altos niveles de Gases de Efecto Invernadero-GEI, en especial del dióxido

    de carbono CO2).

    Ninguna otra fuente de energía presenta en la actualidad todos estos beneficios combinados, y de ahí

    su dificultad para alcanzar rangos mayores en la provisión de energía, ya sea porque requieren de

    altísimas inversiones iniciales (hidroeléctrica, nuclear); porque requieren del manejo de tecnologías

    complejas (nuclear); alto costo ambiental (hidroeléctrica); o por su imprevisibilidad en el despacho y

    sus muy bajos factores de carga (fotovoltaica, eólica).

    Si los combustibles fósiles, en especial los hidrocarburos, permitieron los actuales niveles de población

    y de actividad económica, la eventual falta o eliminación de ellos tendría efectos catastróficos para la

    población mundial y el medio ambiente. ¿Cómo abastecer hoy energía a un mundo con 7.500 millones

    de habitantes, sin los hidrocarburos? ¿Cómo sostener el crecimiento de la demanda energética, año

    tras año? Un buen ejemplo lo dan las matrices energéticas de los países con menores niveles de acceso

    a la energía de sus poblaciones, en los que los habitantes se valen en general de la biomasa. Países

    como Haití o Madagascar, por citar dos, han devastado alrededor del ciento por ciento de sus masas

    boscosas, generando un daño ecológico de consecuencias brutales para el ambiente y los pobladores.

    Desde luego, a los incontables beneficios de los hidrocarburos se contraponen el crecimiento

    demográfico y el consiguiente aumento de la demanda de energía, que resultan en mayores emisiones

    de CO2 que, según el actual consenso científico, contribuyen al calentamiento global (es necesario

    hacer la salvedad de que no todos los combustibles fósiles emiten igual cantidad de CO2 por unidad de

    energía generada. En concreto, el carbón mineral es el que genera mayores emisiones, seguido por los

    derivados del petróleo, dejando en el último lugar el gas natural que emite menos de la mitad que el

    carbón).

    Biomasa7%

    Otras fuentes

    3%

    Hidraulica2%

    Nuclear6%

    Gas Natural21%

    Petróleo29%

    Carbón32%

    MATRIZ ENERGÉTICA G20

  • Energía, Ambiente y Mitigación de Emisiones de CO2 – Informe preliminar 8

    -

    Fuel CO2Emissions. Carbon Dioxide Information Analysis Center, Oak Ridge National Labora

    Fuente: Boden, T.A., Marland, G., and Andres, R.J. (2017). Global, Regional, and National Fossil-Fuel CO2Emissions. Carbon Dioxide nformation

    Analysis Center, Oak Ridge National Laboratory, U.S. Department of Energy, Oak Ridge, Tenn., U.S.A.

    Fuente: Boden, T.A., Marland, G., and Andres, R.J. (2017). Global, Regional, and National Fossil-Fuel CO2Emissions. Carbon Dioxide

    Information Analysis Center, Oak Ridge National Laboratory, U.S. Department of Energy, Oak Ridge, Tenn., U.S.A.

    Fuente: Basado en las emisiones globales de 2010 - Contribución del Grupo de Trabajo III al “Quinto Informe de Evaluación del

    Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático”.

    CO2 (Combustible

    Fosil y procesos industriales)

    65%

    CO2 (Forestación y otros usos de la

    tierra)11%

    Metano16%

    Oxido nitroso6%

    Gases fluorados2%

    EMISIONES DE GASES DE EFECTO INVERNADERO POR TIPO DE GAS

    Mill

    on

    es d

    e to

    nel

    adas

    mét

    rica

    s d

    e C

    O2

    EMISIONES GLOBALES DE CO2

    PROVENIENTES DE COMBUSTIBLES FOSILES 1900-2014

  • Energía, Ambiente y Mitigación de Emisiones de CO2 – Informe preliminar 9

    Fuente: Basado en las emisiones globales de 2010 - Contribución del Grupo de Trabajo III al “Quinto Informe de Evaluación del

    Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático”.

    Un desafío urgente e ineludible, entonces, es buscar soluciones para disminuir las emisiones, lo que se

    ve seriamente dificultado por dos cuestiones centrales: la ya mencionada dependencia de los

    combustibles fósiles y la creciente demanda energética de la humanidad.

    Lo primero que debe hacerse para lograr disminuir las emisiones es implementar políticas de Uso

    Responsable y Eficiente de la Energía (UREE). Es muy importante que los países implementen planes

    tendientes a lograr un cambio en las conductas de sus habientes en relación al uso de la energía.

    En segundo lugar, y dada la imposibilidad de prescindir de los combustibles fósiles, se considera que la

    oportunidad, está en el gas natural, por ser la fuente fósil con menores niveles de emisiones de CO2.

    El reemplazo urgente del carbón mineral por el gas natural podría derivar en una drástica baja de los

    niveles de emisiones de CO2, sin tener que sacrificar prestaciones energéticas, tal como ocurrió en

    algunos países. Más, si tenemos en cuenta que entre un tercio y un cuarto de la matriz energética

    primaria del planeta está representada por el carbón, así como cerca de un 45% de la generación

    eléctrica mundial. En ese sentido, la oportunidad para reducir emisiones, reemplazando ese carbón

    por gas natural, es enorme. Y también es posible. En cambio, no es posible, como se ha demostrado,

    reemplazar hoy la totalidad de los combustibles fósiles por fuentes no emisoras de CO2. Un ejemplo

    claro de esto es el de Estados Unidos que ha experimentado una importante reducción de sus

    emisiones de CO2 (24%) entre los años 2005 y 2015, casi exclusivamente a partir del llamado “boom

    del shale gas” que, paulatinamente ha ido reemplazando al carbón por gas natural en su matriz

    energética. Esto le permitió al país poder firmar los acuerdos de París de reducción de emisiones.

    Otras energías10%

    Producción de energía y calor

    25%

    Agricultura, forestación y

    otros usos de la tierra24%

    Edificios6%

    Transporte14%

    Industria21%

    0%

    EMISIONES DE GASES DE EFECTO INVERNADERO POR SECTOR

  • Energía, Ambiente y Mitigación de Emisiones de CO2 – Informe preliminar 10

    Y finalmente, y no menos importante, es la búsqueda de aumentar el componente renovable de las

    matrices energéticas, en especial de aquellas fuentes que no generan emisiones de CO2. Sin embargo,

    a pesar de los esfuerzos de diversos países en este sentido, los combustibles fósiles seguirán

    dominando las matrices energéticas como la opción más sustentable para abastecer las crecientes

    necesidades energéticas de la población mundial, según la mayoría de las agencias que se ocupan de

    temas energéticos, en especial la Agencia Internacional de Energía (IAE) creada en 1974 por la

    Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

    Sobre las fuentes renovables, es deseable y posible ampliar su participación en la matriz. Pero sus

    dificultades técnicas nos previenen con que no es posible plantear la cuestión en términos de “uno u

    otro”. Por mucho tiempo, deberán ser “uno y otro”, si el objetivo es abastecer con energía la población

    mundial en forma sustentable.

    La Agencia Internacional de Energía traza, anualmente, escenarios para las próximas décadas. En su

    trabajo más reciente, el “World Energy Outlook 2016”, considera las matrices energéticas primarias

    del mundo, en diversos escenarios, al año 2040, de los que reproducimos dos:

    El “New policies scenario” considera la posibilidad de que los países cumplan, para 2040, con políticas

    anunciadas respecto a la energía. Incluso con medidas no anunciadas por todos, como la eliminación

    de los subsidios a las fuentes fósiles, y las promesas de reducción de emisiones, en el nivel que sea.

    El “450 scenario”, en cambio, propone una matriz consistente con el objetivo de limitar el aumento

    global de la temperatura a 2°C, fijando un máximo de 450 partes por millones de CO2 en la atmósfera

    Carbón13 %

    Petróleo22 %

    Gas22 %

    Nuclear11 %

    Hidraulica4 %

    Renovables12 %

    Biomasa16%

    "NEW POLICIES SCENARIO - 2040"

  • Energía, Ambiente y Mitigación de Emisiones de CO2 – Informe preliminar 11

    Como es fácil advertir, la Agencia Internacional de Energía no toma en cuenta la posibilidad de

    reemplazar el ciento por ciento del carbón en las matrices, por gas natural, lo que, tal como demuestra,

    por ejemplo, la experiencia de Estados Unidos, podría resultar en una drástica reducción de las

    emisiones de CO2.

    Carbón13 %

    Petróleo22 %

    Gas22 %

    Nuclear11 %

    Hidraulica4 %

    Renovables12 %

    Biomasa16%

    "450 SCENARIO - 2040"

  • Energía, Ambiente y Mitigación de Emisiones de CO2 – Informe preliminar 12

    3. Políticas energéticas de los países.

    Con una consciencia creciente de la problemática de las emisiones de CO2, los países industrializados,

    que son los que generan más emisiones, trabajan en reducir las mismas en base a tres preceptos

    fundamentales.

    1) Económico: las soluciones no deben derivar en un innecesario encarecimiento de la energía,

    dada la repercusión posterior en la cadena de costos en general. Además, la necesidad de

    evitar la “fuga de carbono”; es decir, que inversiones y empresas se trasladen a sitios con

    menores restricciones para emitir.

    2) Desarrollo del recurso propio: desarrollar los propios recursos energéticos permite, a priori,

    mantener y estimular los niveles de empleo, así como el flujo de inversiones. Un caso

    interesante para el análisis en este punto es el de Alemania, que ostentó la última presidencia

    del G20. Debido a la demanda de su población de eliminar el componente nuclear de su matriz,

    se ha optado por el recurso renovable y por el carbón mineral, del que el país posee

    importantes yacimientos. Sin embargo, si Alemania eliminara el carbón de su matriz (25% de

    la matriz primaria y 45% de su matriz de generación eléctrica), podría ahorrar unas 100

    millones de toneladas de CO2 al año, aproximadamente la mitad de las emisiones de la

    Argentina, cuestión que no emprende, por los dos puntos citados).

    3) Independencia geopolítica: la necesidad de reducir al mínimo la dependencia de terceros

    países en cuanto al insumo energético. Volvemos a Alemania, y su negativa, por ejemplo, a

    ampliar sus importaciones de gas proveniente de Rusia.

    4) Utilizar los fondos que se recauden vía precio del carbono para ser invertidos en proyectos de

    mejora en la eficiencia energética y la investigación.

  • Energía, Ambiente y Mitigación de Emisiones de CO2 – Informe preliminar 13

    4. El papel del Uso Responsable y Eficiente de la Energía (UREE)

    Como parte fundamental de sus programas para limitar las emisiones, muchos países, además, han

    desarrollado un trabajo fuerte en programas de UREE, dado que no hay fuente energética más

    económica y limpia que aquella que no se consume. El siguiente gráfico muestra de qué manera, el

    tradicional acompañamiento de los niveles de demanda energética y crecimiento del PBI lograron

    “despegarse” a partir de políticas de UREE en Europa, desde los años 70.

    PBI Y CONSUMO DE ENERGIA EN EUROPA OCCIDENTAL (Países OCDE)

    En ese aspecto, la Argentina tiene un potencial de ahorro enorme, y el actual Gobierno ha dado señales

    contundentes en ese sentido, a partir de la creación de la Subsecretaría de Eficiencia Energética, dentro

    del ámbito del Ministerio de Energía y Minería de la Nación, que impulsa en la actualidad numerosos

    programas en tal sentido.

    Co

    nsu

    mo

    de

    en

    erg

    ía y

    PB

    I

    Año 1973 = Base 100

  • Energía, Ambiente y Mitigación de Emisiones de CO2 – Informe preliminar 14

    Otras medidas con buenos resultados para limitar emisiones de CO2 entre los mayores responsables

    de las mismas, aplicadas fundamente en la Unión Europea, tienen que ver con mecanismos de precios

    para las emisiones, a través de los llamados “bonos de carbono” y/o de impuestos a las emisiones,

    cuya recaudación se utiliza para programas de UREE y para investigación de nuevas fuentes energéticas

    de menores emisiones. Este precio al carbono es fijado siempre a partir de metas de emisiones que se

    ponen como objetivo a cada sector de la economía y se efectivizan a partir del excedente de emisiones

    sobre dicho objetivo.

    Si tomamos el comportamiento de los países de la OCDE, vemos que un tercio de las emisiones

    provienen del sector industrial. Sin embargo, el 74% de las emisiones del sector no tiene precio al

    carbono. El resto tiene precios con rangos de entre € 6,6 y € 18,13 por tonelada.

    De manera similar, solo el 36% de las emisiones del sector de generación eléctrica, que representa

    otro tercio de las emisiones totales, tienen precio al CO2, que se mueve en rangos de entre € 6 y € 17

    por tonelada.

    En general, los precios que los países de la OCDE les ponen a las emisiones a partir de los hidrocarburos,

    son mucho mayores que los que se ponen al mayor emisor, que es el carbón. Esto es un claro proceder

    para proteger a la industria del carbón (“Effective Carbon Rates” – OCDE – París 2016).

    Es para destacar que los tres mayores emisores de CO2 (Estados Unidos, China e India), que juntos

    representan el 65% de las emisiones de la OCDE y un 50% de la emisiones totales, no tienen política

    alguna para desplazar el carbón de sus matrices energéticas, ni tienen implementado sistema alguno

    de precios al carbono con metas de emisiones. Recién ahora China está por implementar un sistema

    de bonos de carbono, a determinadas regiones y actividades.

  • Energía, Ambiente y Mitigación de Emisiones de CO2 – Informe preliminar 15

    5. El precio del CO2.

    Respecto de Latinoamérica, los tres países que han implementado un gravamen para CO2 son Chile,

    que grava con USD 5 /tn CO2 eq, solo a aquellos establecimientos con fuentes fijas de emisión con una

    potencia térmica de 50 MW, Colombia: USD 4,8 /tn CO2 eq., aplicado a los combustibles en función de

    su contenido de Carbono (los fondos recaudados se destinan a proyectos de sustentabilidad), y México

    entre USD 1/tn y USD 4/tn, a partir de todo aquello que supere las emisiones que se producirían de

    utilizarse gas natural como sustituto. . Ni Brasil, Uruguay, Paraguay ni el resto de Sudamérica ha

    implementado esquemas de gravámenes a los combustibles por emisión de CO2.

    Fuente: International Energy Agency

    Biomasa7%

    Otras fuentes3%

    Hidraulica2%

    Nuclear6%

    Gas Natural21%

    Petróleo29%

    Carbón32%

    MATRIZ ENERGÉTICA G20

  • Energía, Ambiente y Mitigación de Emisiones de CO2 – Informe preliminar 16

    6. La situación de la Argentina

    La República Argentina mantiene en su matriz primaria la relación de alrededor de un 80% de

    combustibles fósiles que muestra el resto del mundo, aunque con la particularidad de que la mitad de

    la matriz corresponde al gas natural, y un 35% a derivados del petróleo. Esta inusual proporción de gas

    natural se explica, por una parte en la no utilización de carbón y por otra en la histórica existencia de

    abundantes recursos de gas natural. Rusia también muestra en su matriz una proporción de gas natural

    similar a la de la Argentina (50%), aunque el 20% corresponde al carbón mineral.

    Fuente: Ministerio de Energía y Minería (Argentina).

    Esta conformación de la matriz primaria de la Argentina tiene su correlación en la matriz de generación

    eléctrica, con la salvedad de que, si bien se mantiene el importante aporte del gas natural, en esta

    última gana mucho protagonismo el componente hidroeléctrico que, con fluctuaciones, ronda el 30%

    anual. El resultado es una matriz muy baja en emisiones de CO2.

    Fuente: Ministerio de Energía y Minería (Argentina).

    Carbón1,8 %

    Petróleo38,4 %

    Gas49,2 %

    Nuclear1,9 %

    Hidraulica4,1 %

    Biomasa4,6 %

    MATRIZ ENERGETICA PRIMARIA ARGENTINA

    Carbón3 %

    Petróleo16,5 %

    Gas48 %

    Nuclear5,3 %

    Hidraulica26,6 %

    Renovables0,46 %

    MATRIZ DE GENERACION ELECTRICA ARGENTINA

  • Energía, Ambiente y Mitigación de Emisiones de CO2 – Informe preliminar 17

    Si bien la Argentina debe seguir trabajando constantemente por reducir sus emisiones de CO2, queda

    claro que, en el conjunto de las naciones, es uno de los países con mayor camino recorrido. Por

    ejemplo, si se comparan las emisiones de nuestro país con las de los países del G20, encontramos que

    ocupa el puesto número 19. La Argentina es solo responsable por el 1% de las emisiones del G20.

    EMISIONES DE CO2 DE LOS PAISES DEL G 20

    País Mt CO2 T CO2 / habitante % Emisiones Totales

    China 9.086,96 6.66 36.32

    Estados Unidos 5.176,20 16.22 20.69

    India 2.019,67 1.56 8.07

    Rusia 1.467,55 10.20 5.87

    Japón 1.188,63 9.35 4.75

    Alemania 723,27 8.93 2.89

    Corea del Sur 567,81 11.26 2.27

    Canadá 554,80 15.61 2.22

    Arabia Saudita 506,59 16.40 2.02

    Brasil 476,02 2.31 1.90

    Sudáfrica 437,37 8.10 1.75

    Indonesia 436,53 1.72 1.74

    México 430,92 3.60 1.72

    Reino Unido 407,84 6.31 1.63

    Australia 373,78 15.81 1.49

    Italia 319,71 5.26 1.28

    Turquía 307,11 4.01 1.23

    Francia 285,68 4.32 1.14

    Argentina 192,41 4.48 0.77

    Austria 60,78 7.11 0.24

    Fuente: OCDE - 2015

    Por otra parte, es de destacar que los planteos de desarrollo a futuro de crecimiento de la matriz

    energética de nuestro país, no incluyen carbón mineral ni derivados del petróleo, sino gas natural y

    energías renovables, sumados a fuertes políticas de UREE, lo que implica la continuación de un

    escenario bajo en emisiones de CO2, ya planteado, sin el estímulo de impuesto alguno. El siguiente

    gráfico muestra el crecimiento de la matriz de generación eléctrica de la Argentina, durante los últimos

    años, que se basó en los combustibles fósiles y, en especial, en el gas natural.

  • Energía, Ambiente y Mitigación de Emisiones de CO2 – Informe preliminar 18

    EVOLUCION DE LA MATRIZ DE GENERACION ELECTRICA EN LA ARGENTINA 1992 - 2015

    Fuente: “Informe anual 2015” - Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico S.A. (CAMMESA)

    Esto se contrapone con los escenarios planteados por otros países desarrollados. Se mencionó ya a

    Alemania como ejemplo. Su enorme desarrollo en energías renovables, que lleva décadas, no solo no

    la ha liberado de su fuerte dependencia de los combustibles fósiles (más del 70% de la matriz primaria),

    sino que debido a los proyectos para eliminar las centrales nucleares, está aumentando la participación

    del carbón y, por ende, de sus emisiones.

    Fuente: Bundeministeium Für Witschaft Und Energie

  • Energía, Ambiente y Mitigación de Emisiones de CO2 – Informe preliminar 19

    7. Escenarios energéticos a 2035

    Los escenarios energéticos para la Argentina al año 2035 toman en cuenta los principales recursos

    existentes en el país. Concretamente, los abundantes recursos de gas y también de fuentes renovables

    (eólico y solar), pero también los gasíferos. Según la Agencia de Información de Energía de los Estados

    Unidos, la Argentina posee algunos de los principales recursos de gas natural en las formaciones no

    convencionales, y en ellos se apoyan no solo la apuesta al desarrollo de la matriz energética del país,

    sino de la economía en general: los recursos no convencionales son uno de los principales activos que

    atrae inversiones, que luego derraman hacia otros sectores, gracias a la extensa y compleja cadena de

    valor de esta industria.

    La expansión del sistema se basará en el desarrollo del gas, en especial del proveniente de las

    formaciones no convencionales. En este punto, es necesario tener en cuenta que el desarrollo del gas

    no convencional en Estados Unidos, que tantos beneficios económicos y de reducción de emisiones

    produjo en ese país, se llevó a cabo con precios de gas de alrededor de USD 15 MMBTU, y precios de

    petróleo que superaban los USD 100 por barril. Montado ese desarrollo sobre una infraestructura vial,

    ferroviaria, fluvial y portuaria única en el mundo.

    Hoy, este desarrollo en la Argentina se está llevando a cabo con valores para el gas de USD 7 por

    MMBTU, descendientes, y no para todo el gas, y valores del crudo que fluctúan en torno de los USD

    50 el barril, con una infraestructura municipal, de transporte y logística inadecuada y obsoleta.

    Por ejemplo, recién se está discutiendo como mejorar el actual ferrocarril de una sola vía que une

    Bahía Blanca con Neuquén, y que es fundamental si se pretende conseguir el ritmo adecuado de

    actividad para un desarrollo sustentable de Vaca Muerta.

    En un tiempo tan corto como poco más de un lustro, el país ha pasado de casi no tener producción de

    gas no convencional, a producir el 25% del gas natural desde este tipo de formaciones geológicas.

    El Instituto Argentino del Petróleo y del Gas, en su informe “El desafío del downstream del gas”,

    presenta un escenario a 2035 en el que, un llevando la potencia instalada de generación eléctrica en

    base a energías renovables a un 16% del total (meta apenas alcanzada en la actualidad por un puñado

    de países) construyendo las centrales hidroeléctricas planificadas; construyendo una nueva central

    nuclear y logrando una reducción del 12% en el consumo eléctrico por políticas de eficiencia

    energética, será necesario duplicar la potencia instalada de centrales termoeléctricas que utilizan gas

    natural como combustible.

    En cuanto a la matriz primaria, se espera pasar de los actuales 120 a 180 millones de metros cúbicos

    diarios, a 200 a 280 millones de metros cúbicos, con picos de 300 millones de metros cúbicos, en los

    próximos 20 años.

    Alineadas con estas tendencias, en el informe de la Plataformas de Escenarios Energéticos a 2035,

    motorizado por AVINA, la Fundación Ambiente y Recursos Naturales, el CEARE y el Instituto

    Tecnológico de Buenos Aires, seis de siete prestigiosas entidades relacionadas a la energía y el cuidado

    del ambiente consideran que, en generación eléctrica, pese al esperado crecimiento de los recursos

    renovables, el gas natural aumentará su participación fuertemente en la matriz.

  • Energía, Ambiente y Mitigación de Emisiones de CO2 – Informe preliminar 20

    ESCENARIOS ENERGETICOS ARGENTINOS AL 2035

    Fuente: Plataforma de escenarios energéticos 2015

    Referencias del gráfico anterior:

    Escenario tendencial (BAU): 3,9% de crecimiento anual + 70% de factor de carga

    • AGEERA: Asociación de Generadores de Energía Eléctrica de la República Argentina. • AGUEERA: Asociación Grandes Usuarios de la Energía Eléctrica de la República

    Argentina

    • UIA: Unión Industrial Argentina. • CACME: Comité Argentino del Consejo Mundial de Energía. • CADER: Cámara Argentina de Energías Renovables. • FEP: Los Verdes - Foro de Ecología Política. • FVSA: Fundación Vida Silvestre Argentina.

    • GEA /UBA: Grupo Energía y Ambiente de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

  • Energía, Ambiente y Mitigación de Emisiones de CO2 – Informe preliminar 21

    8. La industria del petróleo y gas

    La industria del petróleo y del gas es la única capaz de ofrecer sus productos a precios internacionales,

    a pesar de los altos costos y contingencias que significa operar en Argentina.

    Tiene cerca de un 85% de integración nacional de los bienes y servicios que utiliza en la explotación

    convencional y casi un 70% de integración en el no convencional, que se irá incrementando en la

    medida que crezca su actividad.

    Es una de las industrias con más carga impositiva, que se extiende a toda su cadena de producción,

    transporte, distribución y ventas. El caso del gas natural es paradigmático de una cadena de valor que

    alimenta e impulsa la actividad económica, quizá como ninguna otra. Las etapas de extracción,

    transporte, tratamiento y distribución emplean miles de personas directa e indirectamente, a lo que

    se suma una territorialidad que abarca casi la totalidad del país.

    Es una industria donde los resultados se obtienen en plazos largos y por ello requiere de previsibilidad.