el nihilismo del cuerpo. confrontaciÓn heideggeriana …

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EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA DEL NIHILISMO EN NIETZSCHE EMIRO ANTONIO ANDRADE PATERNINA PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE FILOSOFIA MAESTRIA EN FILOSOFÍA BOGOTÁ, JULIO 28 DE 2014

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Page 1: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA DEL NIHILISMO EN NIETZSCHE

EMIRO ANTONIO ANDRADE PATERNINA

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE FILOSOFIA

MAESTRIA EN FILOSOFÍA

BOGOTÁ, JULIO 28 DE 2014

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EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA DEL NIHILISMO EN NIETZSCHE

EMIRO ANTONIO ANDRADE PATERNINA

Trabajo de Grado dirigido por la Doctora Yelitsa Marcela Forero para optar el título de Magister en Filosofía

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE FILOSOFIA

MAESTRIA EN FILOSOFÍA

BOGOTÁ, JULIO 28 DE 2014

Page 3: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCION ............................................................................................ 9

CAPÍTULO PRIMERO. EL FENÓMENO DEL NIHILISMO PROPUESTO

POR NIETZSCHE ......................................................................................... 22

1.1. ACLARACIONES METODOLÓGICAS ............................................................................... 22

1.2. ESTRATEGIA DE INTERPRETACIÓN DEL NIHILISMO ........................................................ 25

1.3. PENSAMIENTO, FILOSOFÍA Y NIHILISMO ........................................................................ 28

1.4. EL NIHILISMO COMO UN FENÓMENO DE DECADENCIA DE LA CULTURA ............................ 31

1.5. EL NIHILISMO COMO NEGACIÓN DE LA VIDA .................................................................. 34

1.6. LA MIRADA DE NIETZSCHE SOBRE LA TRADICIÓN OCCIDENTAL ...................................... 36

1.7. LOS TEMAS CAPITALES .............................................................................................. 44

CAPITULO SEGUNDO. LA CONFRONTACIÓN DE HEIDEGGER EN

TORNO A LOS PENSAMIENTOS CENTRALES DE NIETZSCHE ............. 52

2.1. ASPECTOS DEL NIHILISMO VISTOS POR HEIDEGGER EN NIETZSCHE ................................... 52

2.2. EL ÁMBITO METAFÍSICO DEL NIHILISMO ............................................................................. 54

2.3. EL SENTIDO METAFÍSICO DE LA HISTORIA .......................................................................... 57

CAPÍTULO TERCERO. EL CUERPO Y EL NIHILISMO ............................. 69

3.1. LA FILOSOFÍA EN EL CUERPO DOLIENTE Y EL NIHILISMO .................................................... 70

3.2. LA FISIOLOGÍA DEL CUERPO DESCUBRE EL NIHILISMO ....................................................... 73

3.3. LAS FUERZAS DOMINANTES Y LAS FUERZAS DOMINADAS COMO FUENTES DEL NIHILISMO

CORPORAL ............................................................................................................................ 75

3.4. INTERPRETACIÓN DEL NIHILISMO DEL CUERPO ................................................................. 78

3.5. ASPECTOS CENTRALES DE LA CONFRONTACIÓN DE HEIDEGGER Y NIETZSCHE EN RELACIÓN

AL NIHILISMO ......................................................................................................................... 96

CONCLUSIÓN ............................................................................................ 100

BIBLIOGRAFÍA .......................................................................................... 103

Page 4: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

TABLA DE ABREVIATURAS

Datos de la obra Modo de citar Indicación

Heidegger, Martin. Nietzsche.

(Trad.: Juan Luis Vermal).

Barcelona: Destino. 2000.

Tomos I y II

N I, 20

N II, 21

Título, tomo, página

Título, tomo, página

Nietzsche, Friedrich.

Fragmentos póstumos.

Volumen IV (1885-1889).

(Trad.: Juan Luis Vermal y Juan

B. Llinares). 2ª. edición. Madrid:

Tecnos. 2008. 4 volúmenes

FP IV, 6 [11]

FP I,II,III,#[#]

Título, tomo, número de

aforismo

Título, tomo, número de

aforismo

Nietzsche, Friedrich. La voluntad de poderío. (Trad.: Froufe, Aníbal). Madrid: EDAF. 1981

VP, 2 Título, número de aforismo

Nietzsche, Friedrich. La ciencia jovial “La gaya scienza”. (Trad.: Jara, José). Caracas: Monte Ávila Editores. 1990

CJ, 1 Título, número del

aforismo

Nietzsche, Friedrich. El anticristo. (Trad. Andrés Sánchez Pascual). Madrid: Alianza. 1985

A, 6 Título, número de aforismo

Nietzsche, Friedrich. La genealogía de la moral. (Trad. Andrés Sánchez Pascual). Madrid: Alianza. 1996

GM, 5 Título, número de aforismo

Nietzsche, Friedrich. Así habló Zaratustra. (Trad. Andrés Sánchez Pascual). Madrid: Alianza. 1996

AHZ, “De los despreciadores del cuerpo”, 60-62

Título, “subtítulo”,

página(s)

Page 5: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

A mi madre Germania,

A Maruzzella, a Oriana y a Vincenzo,

Con todo mi afecto.

Page 6: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

AGRADECIMIENTOS

Expreso mi profundo agradecimiento a las personas que me colaboraron en

la realización de este trabajo: A la doctora Yelitsa Marcela Forero, por sus

inteligentes comentarios, su disciplinada corrección y su motivación para que

siguiera adelante en la realización y culminación de este Trabajo y quien con

su rigor intelectual y amor a la filosofía fue un estímulo vital que me animó

siempre con su ejemplo y me impulsó a seguir adelante. Al doctor Diego

Pineda por mostrarme su impulso y apoyo amistoso también por una feliz

realización de esta tesis; a los amigos y compañeros de trabajo que me

colaboraron con su preocupación y comentarios saludables para que

finalizara esta etapa de mi formación. A mi familia, en especial, mi madre, mi

esposa e hijos, a mis hermanos y hermanas quienes con su decidida espera

paciente y calmada me ayudaron con el tiempo y sacrificio que implicó para

ellos la elaboración de este Trabajo. Por fortuna, la alegría del trabajo

realizado supera toda esta larga espera!

Page 7: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

Me atengo a la naturaleza de las cosas; la sabiduría consiste en no apartarse de ella y formarse según su ley y su ejemplo. La vida feliz es, por tanto, la que está conforme con su naturaleza; lo cual no puede suceder más que si, primero, el alma está sana y en constante posesión de su salud; en segundo lugar, si es enérgica y ardiente, magnánima y paciente, adaptable a las circunstancias, cuidadosa sin angustia de su cuerpo y de lo que le pertenece, atenta a las demás cosas que sirven para la vida, sin admirarse de ninguna; si usa de los dones de la fortuna, sin ser esclava de ellos.

Séneca

Mi opinión: todas las fuerzas e impulsos que permiten la vida y el crecimiento caen bajo el anatema de la moral: moral como instinto de negación de la vida. Se tiene que destruir la moral para liberar la vida.

Friedrich Nietzsche

Page 8: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

INTRODUCCION

El tema del nihilismo es uno de los problemas característicos de la reflexión

filosófica actual. En efecto, en los distintos ámbitos de la cultura, en los que

los diversos autores abordan el pensamiento contemporáneo, aparece la

figura del nihilismo como un problema de nuestra época. El nihilismo ha sido

abordado, por ejemplo, desde las perspectivas literaria, política, artística,

psicológica, fisiológica, religiosa y, para el caso que nos ocupa, desde la

perspectiva filosófica. En las variadas corrientes del pensamiento filosófico

son numerosas las alusiones al nihilismo. Estas van desde las posiciones de

corte metafísico, las de la historia del pensamiento o de las ideas y las de la

filosofía de la vida, hasta las indagaciones que se han desarrollado en

filosofía práctica. Además de los distintos enfoques adoptados por los

autores, pensadores y filósofos que se han ocupado en concreto del tema.

Con todo, la importancia del nihilismo como asunto de la filosofía

procede de las reflexiones de Friedrich Nietzsche. La reflexión desplegada

por este sobre el nihilismo, le fue permitiendo captar múltiples y variados

matices del mismo. Unas veces, como un fenómeno de decadencia de la

cultura europea, que luego él extendió al conjunto de la cultura occidental; en

otras ocasiones, amplía la significación del nihilismo hacia una influencia de

tipo planetario, desbordando el límite de lo pensable en la finitud; otras

veces, se eleva hacia una consideración metafísica del fenómeno, como

ocurre en sus alusiones al nihilismo en relación con una fuerza cósmica

Page 9: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

10

referida al mundo. En algunas oportunidades Nietzsche sostiene que no hay

otro fenómeno más característico del pensamiento y de la cultura que el

nihilismo. En otro sentido, Nietzsche concibe el nihilismo como el carácter

singular de la existencia humana, no sólo del hombre moderno.

El otro autor que tomaremos como referente de la consideración

filosófica del nihilismo es Martin Heidegger. No sólo por ser Heidegger uno

de los pensadores característicos de la filosofía del siglo XX, sino porque fue

él quien rescató la figura de Nietzsche como pensador y filósofo

determinante de un modo de filosofar en Occidente.

Con el título El nihilismo del cuerpo. Confrontación heideggeriana del

nihilismo en Nietzsche este Trabajo se propone mostrar en su estructura, en

primer lugar, cómo entiende Heidegger este asunto desde sus propios

supuestos filosóficos y, en segundo lugar, aclarar cuál es el sentido que tiene

para Nietzsche esta temática, especialmente en los fragmentos póstumos

que corresponden al período de su producción filosófica comprendida entre

los años de 1885 a 1889. En tercer lugar, se opta por una propuesta

interpretativa del nihilismo, que lo entiende desde la dimensión corporal en la

que se plantean los instintos configuradores de este singular acontecimiento

de la Cultura Occidental. Ahora bien, a pesar de no ser una confrontación

desatada en vida por estos dos pensadores, sino de la problematización que

se suscita en filosofía posteriormente en relación con el nihilismo se ha

elegido el término “confrontación” frente a otros posibles, debido a que su

significación en la lengua española es un “careo entre dos o más personas”

que tiene además la resonancia de un litigio en cuanto se confronta al

acusado con su víctima. No se trata de un juicio en sentido procesal entre

dos personas sino de poner al descubierto el nihilismo como un fenómeno

digno de ser pensado por la filosofía y que hasta entonces había

permanecido oculto. Nietzsche desencadena la discusión en torno al

Page 10: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

11

nihilismo no tanto con las pocas indicaciones que hizo de este fenómeno en

las obras publicadas en vida, cuanto en los fragmentos póstumos que se

publicaron después de su muerte. Estas últimas fueron la inspiración en las

que muchos estudiosos e intérpretes se basaron para forjar una serie de

interpretaciones singulares que en algunos casos no comprendieron lo que el

autor había expresado. En este panorama interviene Heidegger, en particular

con sus lecciones sobre Nietzsche impartidas en la Universidad de Friburgo

de Brisgovia entre los años de 1936 y 1940. El fruto de este trabajo se

publicó en 1961 con el título Nietzsche por la editorial Günter Neske,

Pfüllingen, 2t., el cual fue reeditado en las Obras Completas

(Gesamtausgabe, Klostermann, Franckfort, 1975) como tomos 6,1 y 6,2.

Según el mismo Heidegger al libro publicado en 1961 se le agregaron otros

trabajos no publicados que van hasta los años de 1946. La edición española

que utilizo en este trabajo es Martín Heidegger. Nietzsche I y II, editorial

Destino, Barcelona, 2000.

En el inicio del “Prefacio” al tomo I de esta obra indica Heidegger que

toma el título “Nietzsche” no sólo como “el nombre del pensador” sino que

este es la “figura” de “la cosa [Sache] de su pensar”. En este caso es mejor

traducir Sache no por cosa sino por el asunto de su pensar. El asunto del

nihilismo abordado por Heidegger en el tomo II es la principal referencia para

mi confrontación.

Otra indicación importante para la comprensión del título de este

Trabajo nos la presenta Heidegger cuando nos dice allí mismo que “la cosa,

la causa en litigio, es en sí misma una confrontación”. El término alemán que

se está traduciendo es Auseinander-setzung con el que se expresa la puesta

en frente de dos posiciones, una frente a la otra de manera viva pero en el

ámbito de la reflexión y el pensamiento. Es el pensamiento vivo que se

encarna en el que piensa, sin necesidad de tener la presencia corpórea de

Nietzsche para pensar con él sus pensamientos. Por ello pretenderá “hacer

Page 11: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

12

que nuestro pensar penetre en la cosa [en el asunto- E. A.-], prepararlo para

ella” y de esta manera sacar a flote esa mutua afectación que ambos

pensamientos se producen. La pretensión de Heidegger es la de extraer eso

no dicho por Nietzsche en su decir como pensador en su “doctrina” del

nihilismo con el fin de “emplearse en ello”, es decir, volver a pensar lo dicho

por él.

El examen de la doctrina de un pensador al modo como Heidegger la

entiende no es equivalente a los conocimientos científicos expresados

mediante proposiciones que se presentan a las personas como si fuesen

resultados tangibles. El conocimiento científico así expresado correspondería

al ideal de una tendencia empírica en la investigación, que considera estos

rasgos como lo deseable en un proceso de conocimiento para una

determinada práctica. Una confrontación sobre lo no dicho por un pensador

no es útil para un conocimiento que busca resultados tangibles. En cambio

en la filosofía la confrontación abre horizontes de comprensión de las cosas

que refrescan la mente humana para abrir más sentidos de comprensión de

los asuntos humanos. En el ser humano se anidan los problemas y en esa

dirección problemática de la existencia es donde se inscribe el nihilismo.

Entendido como esa pérdida de valor de los valores que antes regían el

mundo como Dios, el bien, el mal, la justicia, la libertad, la igualdad y la

felicidad, el tema es significativo para nosotros que aún hoy reiteramos la

pregunta por la vida Desde una perspectiva filosófica un problema hunde

sus raíces en aquello que se investiga con el fin de ponerlo al descubierto y

otorgarle un sentido para nuestra existencia. Si la vida gana su mérito con la

reflexión esto se debe en las personas que la realizan a que su espíritu se

mantiene activo por los problemas que viven o que piensan. Esta la actividad

de investigación que realiza el pensamiento, tratando de escudriñar algo, de

hacerlo comprensible a la existencia, es decir, de “darle un sentido” de

inteligibilidad al asunto que nos abra el pensamiento. Los problemas en

Page 12: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

13

filosofía le dan un impulso a la actividad del pensar que se encarna en los

filósofos de cualquier época histórica. Si bien los problemas filosóficos

comportan un nuevo motivo del pensamiento cada vez que se los aborda,

ello no significa que se dejen en una indeterminación de nunca acabar, sino

que cada pensador ofrece su respuesta a la cuestión que le ocupa y de esta

manera nos brinda sus luces en las obras escritas por ellos. Nietzsche y

Heidegger en sus obras nos brindan este tipo de luces para nuestro pensar.

Y el tema del nihilismo es uno de esos problemas que merecen la pena

reflexionarlo hoy día en que todavía ejerce su presencia y sigue vigente.

También tenemos que señalar dentro de los problemas filosóficos los

que tienen que ver con las traducciones de su idioma original como es verter

del alemán al español los textos de nuestros dos autores donde los

traductores tienen que dar muchos rodeos para expresar de manera

adecuada el sentido de los textos y de los conceptos máxime en Heidegger y

Nietzsche quienes fueron buenos conocedores de su lengua y hasta crearon

nuevos conceptos en ella. Ante esta dificultad hemos tenido que acudir a las

traducciones disponibles y comparar las traducciones optando por las que

nos parecen mejores para determinados textos.

El tema del nihilismo empieza a tener importancia en Nietzsche en el

período de madurez de su pensamiento y algunos autores como Elizabeth

Kuhn han establecido que el término aparece en sus escritos de 1865-1867.

Por su parte Heidegger aborda esta cuestión en el curso de sus lecciones en

la Universidad de Friburgo de Brisgovia sobre algunos fragmentos póstumos

de Nietzsche con base en estos tres criterios:

1) El fragmento debe pertenecer a la época de más clara lucidez y de visión más aguda; son los dos últimos años, 1887 y 1888.

2) El fragmento debe contener en lo posible el núcleo esencial del nihilismo, analizarlo de una manera suficientemente abarcadora y mostrárnoslo en todos sus aspectos esenciales.

Page 13: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

14

3) El fragmento debe ser apropiado para llevar al terreno adecuado la confrontación con el pensamiento nietzscheano del nihilismo1.

Nietzsche trabaja el tema del nihilismo en los textos que se editan tras

su muerte con el título de la Voluntad de poder. Pero estos textos así

editados presentan una idea de estructuración más propia de la intención de

los editores, que la del mismo autor y que Heidegger cuestiona. Se debe

tener en cuenta que la misma crítica de Heidegger a la manera como fueron

editados estos aforismos de Nietzsche viene orientada por su opinión de que

Nietzsche se encuentra como pensador cuando logra tener una posición

fundamental “en la totalidad del ente y con ello el origen determinante de su

pensar”2 En este sentido, la obra en la que hoy reposan gran parte de los

aforismos en las que Nietzsche expone sus ideas del nihilismo, no responden

a esa idea organizada que Nietzsche tiene sobre este asunto.

En la época de Basilea (1880 a 1883) Nietzsche se separa

internamente de los pensamientos de Schopenhauer y Wagner, de los cuales

se había nutrido anteriormente. Heidegger considera que este es el momento

en el que se produce un encuentro de Nietzsche consigo mismo, equivalente

a encontrar “su posición fundamental en la totalidad del ente y con ello el

origen determinante de su pensar”3. Durante los años 1882 a 1885 Nietzsche

es asaltado por un furor de creación del Zaratustra, en esta época llega a

establecer el plan de su obra capital, sin embargo lo cambia con frecuencia,

tanto el proyecto mismo como las divisiones temáticas y las perspectivas de

su construcción. No toma partido por ninguno de sus esbozos, ni tampoco se

observa que tenga una visión del conjunto de la obra, que pudiera servirle de

norma. En 1888, un año antes de su “hundimiento”, aquellos planes iniciales

1 Heidegger, Martin. Nietzsche II. (Trad. Juan Luis Vermal). Barcelona: Destino. 2000. p. 44.

En adelante citaré esta misma obra así: N I o II, según corresponda al respectivo tomo seguido del número de la página. 2 N II, 23

3 Ibíd.

Page 14: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

15

son abandonados. Nietzsche es asediado por pensamientos que quieren

salir, porque necesita exhibirse a sí mismo y dar a conocer su posición,

alejándose de cualquier confusión con otros. Así ven la luz los opúsculos El

caso Wagner, Nietzsche contra Wagner, El ocaso de los ídolos, Ecce Homo y

El anticristo, este último publicado en 1890.

El juicio de Heidegger sobre lo que él considera la posición

fundamental de la auténtica filosofía de Nietzsche apenas queda esbozado

en esos escritos y en todos los que fueron publicados por él, debido a que en

ellos no se encuentra aún consignado ese pensamiento en una forma

definitiva, como una obra específica. Este juicio vale igualmente para la

década comprendida entre 1879 y 1889 y para los años anteriores,

incluyendo la época en la que publica su primera obra, El nacimiento de la

tragedia a partir del espíritu de la música (1872). Por ello afirma Heidegger

que “la auténtica filosofía de Nietzsche quedó relegada como ’obra

póstuma’”4.

Nietzsche murió el 25 de agosto de 1900 y un año después apareció

la primera compilación de algunos trabajos preparatorios de su obra capital.

Dicha compilación se basó en un plan redactado por él el 17 de marzo de

1887 y en algunos índices suyos, por los cuales se agrupaban algunos

fragmentos; sin embargo nada de esto hacía justicia al proyecto de la

mencionada gran obra. En esta primera edición, como en las siguientes se

enumeraron 483 fragmentos de La voluntad de poder, que de todas

maneras resultaba incompleta al compararla con todo el material manuscrito

existente. En 1906 apareció una edición aumentada que contenía 1067

fragmentos, reeditada en 1911 como los tomos XV y XVI de la “edición en

gran octavo”. Como esta edición también se encontraba incompleta, fueron

incluidos los fragmentos restantes en los tomos XIII y XIV de esa obra

4 Ibíd., 24

Page 15: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

16

póstuma.

Heidegger tuvo noticia de la idea del Archivo Nietzsche de Weimar de

preparar una obra histórico-crítica completa, ordenada de manera

cronológica, que incluía las cartas del autor y en la cual no se separarían los

textos publicados por Nietzsche de sus textos póstumos. Dicho proyecto se

concretó en la edición realizada por Giorgio Colli y Mazzino Montinari en

nuestros días.

En el conjunto de los diversos intentos de articular y comprender el

problema del nihilismo en Nietzsche, se destaca el de Heidegger, porque a

partir del mismo se han desarrollado otras interpretaciones y lecturas

filosóficas, incluidas algunas que se proponen refutarlo. Con todo, no cabe

duda alguna de que a Heidegger se le debe la recuperación de Nietzsche

como un pensador significativo para la cultura occidental, en contraste con

los prejuicios y distorsiones que sobre el mismo se tenían en su tiempo.

Ciertamente las diversas lecturas e interpretaciones existentes acerca

del nihilismo, resultan incompatibles entre sí. El tema ha sido enriquecido con

estudios sobre aspectos de la cultura oriental, en unos casos, en otros se

han matizado sentidos específicos de la cultura occidental, llegando en

ciertos momentos a conclusiones muy alejadas de lo más propio de la

filosofía de Nietzsche, efectuando incluso malas adaptaciones de sus

significaciones orientadoras. A lo largo de la obra de Martín Heidegger sobre

Nietzsche, se le van presentando serias dificultades en lo concerniente a las

interpretaciones sobre su problema más relevante, la pregunta por el sentido

del ser; pero al mismo tiempo, y a través del desarrollo y planteamiento de

esa cuestión fundamental para él, se le van ocurriendo otros problemas, tales

como el problema de la verdad y el del lenguaje, el de la Ereignis (o

acontecimiento ), el de la ciencia y la técnica, entre otros. El encuentro con

tales problemas le permite a Heidegger proponer una especial interpretación

de la cultura occidental. Lo mismo ocurre con su comprensión acerca del

Page 16: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

17

predominio de la forma de pensar metafísica, que él descubre como

característica esencial de Occidente, susceptible, sin embargo, de ser

replanteada en cierta forma desde la cuestión fundamental del sentido del

ser.

Heidegger elabora su propia versión de la metafísica como historia

acontecida, de la cual hace parte el tiempo. Cuando el pensar busca una

correspondencia con el ser y no con el ser del ente, hace la experiencia del

tiempo, se hace parte suya (Zeithaftigkeit), teniendo como orientación la

pregunta por el sentido del ser. Esta historia, sin embargo, ha sufrido

amnesia respecto de esa pregunta. Es preciso, por tanto, destruir la historia

de la ontología, una tarea en la que Heidegger se ocupó largamente en la

primera época de su vida filosófica, y que llega hasta el denominado Kehre,

el giro o la vuelta en su obra, porque a partir de este período se propuso

torcer o darle un giro a la metafísica respecto de lo que fue su fundamento en

la tradición metafísica anterior a él.

En esa interpretación de la metafísica, Heidegger adopta por

momentos la perspectiva del que está contando la muerte de ella, como si él

fuese un sepulturero. Otras veces se ve a sí mismo como preso de ese

pensar metafísico y, en otras, da la impresión de estar en una orilla distinta

del pensar metafísico que criticó por tanto tiempo. Lo más curioso en toda

esa interpretación de Heidegger es la manera como concibe la obra de

Friedrich Nietzsche. Él cree en lo genial y original del pensamiento de

Nietzsche, pero lo ubica en la cúspide del pensamiento metafísico, lo

considera el último de los grandes metafísicos, y el pensador a partir del cual

la metafísica llegó a su plenitud. Así lo piensa Heidegger, a pesar de las

críticas y objeciones que se le puedan hacer desde las diversas

interpretaciones actuales de Nietzsche. La controversia está planteada por

Heidegger en torno a lo que él considera ser el núcleo de la filosofía de

Nietzsche: la voluntad de poder, que a su juicio es su comprensión más

Page 17: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

18

grave y en la que habría que aventurarse a pensar allende incluso de las

mismas posibilidades abiertas por Nietzsche. De ahí que Heidegger asuma la

tarea de interpretar la filosofía nietzscheana haciéndole violencia y

creyéndose autorizado para ello, pues Nietzsche apunta hacia una dimensión

del pensamiento que no ha sido pensada y en la que pudo quedarse corto.

En ese sentido resulta útil la violencia que se le hace al pensador para tratar

de ir más allá de lo que él pensó, siguiendo la orientación de su pensar

original, de tal forma que se puedan extraer de esas interpretaciones las

consecuencias temerarias a las que llega Heidegger, al considerar, por

ejemplo, que Nietzsche sigue preso de la metafísica, al tomar la voluntad de

poder como “lo constante que se es constante a sí mismo”5, lo cual connota

la idea de tiempo como presencia, claramente distintiva de la metafísica.

La controversia de Heidegger con el pensamiento de Nietzsche acerca

del nihilismo procede de la misma identificación de sus ideas con la

metafísica. Por ello en el presente trabajo de grado el problema que se

investiga es: ¿cómo es posible que en la comprensión del fenómeno del

nihilismo, Nietzsche siga preso de la idea del tiempo como presencia? O

dicho de otra manera, se trata de explorar el peso de la tesis heideggeriana

según la cual Nietzsche, debido a su modo de concebir la voluntad de poder,

se mueve en la misma dirección de la metafísica cuando hace explícito el

problema del nihilismo.

De acuerdo con Heidegger se puede “considerar a la filosofía de

Nietzsche como el acabamiento de la metafísica occidental”6, aun cuando se

parezca “que la filosofía de Nietzsche sólo desfigura, aplana y rechaza

dogmáticamente la metafísica anterior”7. Existe un trasfondo que se expresa

en la superficie de las posturas filosóficas o metafísicas características de la

5 Pöggeler, Otto. El camino del pensar de Martin Heidegger. (Trad.: Félix Duque Pajuelo).

Madrid: Alianza. 1986. p. 123. 6 N II, 11

7 Ibíd.

Page 18: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

19

cultura. Es un “trasfondo” que inspira, hace decir y al que vuelven esas

interpretaciones, y para Heidegger se trata de que: “Las diferentes

posiciones fundamentales comprenden la entidad del ente dentro del

proyecto griego inicial que les antecede y consideran al ser del ente

determinado en el sentido de la consistencia del presenciar”8.

El punto es que Heidegger piensa que desde ese proyecto habría que

enfocar la filosofía de Nietzsche como continuadora de esa tradición

metafísica, puesto que “si pensamos desde el proyecto conductor de la

entidad del ente que sustenta y sobrepasa inicialmente toda la historia de la

metafísica, reconoceremos el carácter metafísicamente necesario y definitivo

de la doctrina del eterno retorno de lo mismo”9. De este modo se perfila uno

de los temas clave de reflexión de Heidegger sobre Nietzsche, la estrecha

conexión que él descubre entre los temas centrales de la filosofía

nietzscheana del eterno retorno de lo mismo y la voluntad de poder. Está

convencido de que “la determinación de la conexión de esta doctrina con el

pensamiento fundamental de la voluntad de poder hace que la filosofía de

Nietzsche aparezca como la eminente posición histórica final de la metafísica

occidental”10.

El presente Trabajo investiga y da cuenta de la manera como

Heidegger aborda el asunto del nihilismo en Nietzsche desde esa óptica del

pensamiento metafísico, al tiempo que indaga en este último, acerca de las

distintas y variadas posibilidades de interpretación del nihilismo en Nietzsche.

Se postula la tesis del nihilismo del cuerpo como un horizonte de sentido

desde el cual no es entendible la tesis metafísica heideggeriana. El

desarrollo de este planteamiento viene dado en tres capítulos: En el Capítulo

Primero, se desarrolla el fenómeno del nihilismo propuesto por Nietzsche.

8 Ibíd. 12

9 Ibíd.

10 Ibíd.

Page 19: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

20

Para ello se parten de algunas consideraciones metodológicas que permiten

deslindar el camino hacia el nihilismo de los dogmas ontológicos y

axiológicos abriendo las perspectivas de interpretación hacia las distintas

versiones que tiene este fenómeno. Para salvar la posible dispersión

temática en la podamos caer, se propone una lectura por niveles o distintos

planos que van apuntando a las diversas fuerzas configuradoras del cuerpo.

Esto nos da pie para establecer la distinción entre lo que es la filosofía al

modo como la entendemos en Nietzsche de la idea del pensamiento en

Heidegger para quien en su búsqueda del ser del ente como centro

articulador ve a Nietzsche como el último metafísico. Sin embargo, la

perspectiva del nihilismo en Nietzsche se va enfocando más hacia la

afirmación de la vida desde la cual cualquier posición metafísica estaría

imbuida dentro de ese fenómeno. Estas reflexiones nos permiten considerar

el nihilismo como decadencia de la cultura en la cual se ve confirmado en

sus distintas expresiones de la cultura, con lo cual vamos abonando el

terreno para la tesis del nihilismo del cuerpo. Las intuiciones de Heidegger

sobre su tesis de la dependencia del pensar de Nietzsche sobre el nihilismo

en cuanto culmen de la metafísica las estudiamos con los títulos capitales.

En el Capítulo Segundo, se aborda la confrontación de Heidegger en

torno a los que él reúne como los pensamientos centrales de Nietzsche, para

lo cual me apoyo en el tomo II de su Nietzsche. Es aquí donde se le dan los

fundamentos de la tesis heideggeriana de acuerdo con la cual en la medida

en que el pensamiento fundamental de Nietzsche es el eterno retorno de lo

mismo éste tiene su base en la concepción de la tradición metafísica que ha

confundido el sentido del ser con el modo de la presencia. Desde esta idea

se articulan la voluntad de poder, la transvaloración de todos los valores, el

ultrahombre y el tema del nihilismo.

Finalmente, se propone en el Capítulo Tercero de este Trabajo la tesis

del nihilismo del cuerpo. A raíz del atento seguimiento de algunos fragmentos

Page 20: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

21

póstumos y de un rastreo por las obras de Nietzsche persiguiendo este

asunto, nos hemos dado cuenta de las ricas posibilidades que genera esta

tesis para la comprensión del nihilismo en cuanto el cuerpo como centro de

fuerzas en lucha constante por el dominio produce desde sí las distintas

interpretaciones desde las cuales se potencia la vida, pero también, desde él

se manifiestan esas otras fuerzas opuestas y de sentido contrario que son

las que se recogen en las interpretaciones del nihilismo. En este sentido la

verdad, el bien, el mal, la unidad, el ser, y demás conceptos, son sólo

ficciones que construye el cuerpo en su interno juego múltiple de fuerzas.

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CAPÍTULO PRIMERO. EL FENÓMENO DEL NIHILISMO PROPUESTO

POR NIETZSCHE

La vida misma es para mí instinto de crecimiento, de duración, de acumulación de fuerzas, de poder: donde falta la voluntad de poder hay decadencia. Mi aseveración es que a todos los valores supremos de la humanidad les falta esa voluntad, ‒que son valores de decadencia, valores nihilistas los que, con los nombres más santos, ejercen el dominio. F. Nietzsche11

1.1. Aclaraciones metodológicas

En este capítulo me propongo hacer explícito el problema del nihilismo

expuesto por Nietzsche en los Fragmentos póstumos. Previamente es

preciso, sin embargo, considerar varias cuestiones de tipo metodológico. En

primer lugar, Nietzsche adopta la estrategia aforística para presentar en las

obras dirigidas al público el tema que me interesa, y si bien en algunas de

ellas se puede rastrear mejor que en otras el nihilismo, en ninguna lo

presenta de una forma clara y completa. Con frecuencia, Nietzsche apenas

va dando indicaciones de la manera como lo entiende, lo cual ha dado lugar

a las distintas interpretaciones que hoy día tenemos acerca del mismo.

11

A, 6

Page 22: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

23

En segundo lugar, el nihilismo, tal y como podemos concluir tras una

lectura atenta de las obras nietzscheanas, posee distintas versiones, por lo

cual resulta interesante explorar la posibilidad de articular su contenido en

una visión lo más completa posible. En opinión de Maurizio Ferraris, a quien

sigo en este punto, se presentan “dos dogmas” acerca del nihilismo. El

primer dogma distingue en la obra de Nietzsche dos esferas problemáticas,

la del ser y la del deber ser: “por una parte, una investigación sobre lo que

hay (ontología) y su eventual desaparición; por otra, una reflexión en torno a

la suerte de la humanidad moderna en la época del desencanto y de la

muerte de Dios (axiología)”12. El segundo dogma atribuye prioridad discursiva

a la esfera axiológica: “consistiría justamente en sostener que Nietzsche ha

tratado de resolver el problema ontológico en el seno del debate axiológico,

de modo que la crisis de los valores comportaría a su vez un decreto de

desaparición del mundo.”13

Ferraris considera esas interpretaciones como “dogmas”, en el sentido

de ser afirmaciones aceptadas y documentadas por los estudiosos del

problema del nihilismo en las obras de Nietzsche. Para el examen de este

primer tipo de dogmas, en su primera parte, este autor se basa en el estudio

realizado por Elizabeth Kuhn en 1992, Friedrich Nietzsches Philosophie des

europäischen Nihilismus (La filosofía de Friedrich Nietzsche sobre el

nihilismo europeo), mostrando que el término “nihilismo” es empleado por

Nietzsche en el verano de 1880. Pero si alguien se remonta hasta el otoño

de 1865 puede encontrar algunas referencias temáticas orientadas hacia

este asunto, y ver que Nietzsche retoma esas temáticas en el invierno de

1867-1868. Hay un acuerdo entre los estudiosos de Nietzsche acerca de que

el origen de la idea de nihilismo tiene lugar en su meditación sobre el

12

Ferraris, Maurizio. Nietzsche y el nihilismo. (Trads: Carolina del Olmo y César Rendueles). Madrid: Akal. 2000. p. 5 13

Ibíd., p. 6

Page 23: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

24

pesimismo en Schopenhauer. Tal interpretación también la suscriben las

lecturas de Müller, Koeppen y Spir. Estas indicaciones cronológicas, sin

embargo, en ningún caso llevan a la conclusión de que puedan considerarse

“nihilismo” los pensamientos desarrollados por Nietzsche cuando todavía no

les había dado tal denominación. En este sentido, resultan inconvenientes y

problemáticas las pretensiones de algunos intérpretes al hablar de este

fenómeno de una manera retrospectiva.

De acuerdo con la investigación de Kuhn, los temas aledaños al

nihilismo nietzscheano serían los de la teoría del conocimiento, según se

constata en los escritos que datan del período que va del invierno de 1869-

1870 a la primavera de 1870. Nietzsche también reflexionó sobre el nihilismo

desde las perspectivas de la religión, la metafísica y la ciencia, en especial

cuando examina las consecuencias de la filosofía kantiana, en sus escritos

del período comprendido entre el verano de 1872 y los primeros meses del

año 1873. Abordó además los problemas referentes a la estética como

filosofía del arte entre el invierno de 1869-1870 y la primavera de 1870.

Considera Ferraris que allí el arte es asumido como un “contramovimiento

frente a las tendencias nihilistas del conocimiento y como sustituto de las

religiones y la metafísica”14. Mientras que para el segundo caso de este

primer tipo de dogma, Ferraris, siguiendo a Kuhn, nos dice que los temas de

la moral, la política y la economía se pueden ubicar entre el verano y el otoño

de 1873. Estos temas se encuentran relacionados también con la temática

del nihilismo.

Una objeción de Ferraris a este primer dogma del nihilismo se dirige

contra la idea de que el nihilismo axiológico constituye un “proceso unitario”

en la obra de Nietzsche, y objeta también la idea de que con esta tipología

del nihilismo Nietzsche esté pensando en “algo malo”. Conviene en su lugar

14

Ibíd. p. 5

Page 24: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

25

subrayar la importancia de comprender el nihilismo en la línea de una

pluralidad de interpretaciones, así como de comprender que Nietzsche no

está haciendo valoraciones en este respecto sino más bien describiendo su

génesis, es decir, mostrando el proceso de constitución y configuración del

fenómeno nihilista.

1.2. Estrategia de interpretación del nihilismo

La lectura que propongo para comprender este problema del nihilismo en

Nietzsche consiste en presentarlo en una serie de planos, los cuales se van

expresando en la medida en que se realiza un examen de los estados del

resentimiento, del pesimismo y, en general, de los estados relacionados con

la decadencia, en su confrontación con el carácter afirmativo de la existencia.

En primera instancia, encontramos la situación histórica que vivió el

autor y desde la que él concibe el nihilismo; este vendría siendo el plano

normal. Aclaro que no se trata aquí de presentar las corrientes intelectuales

características de su época, ni siquiera aquellas en contra de las cuales

desarrolla su lectura del nihilismo, sino de identificar los móviles de su

pensamiento.

Estuve tentado de presentar esta temática siguiendo la idea de un

pensamiento evolutivo alrededor del nihilismo, como si este “fenómeno”

tuviese unas fases de desarrollo tales que en ellas se viese un progreso

creciente de menos a más, sucediéndose unas después de otras, hasta

llegar a un estadio superior. Deseché, sin embargo, esta idea por parecerme

poco pertinente respecto de ciertas concepciones y supuestos teóricos que a

mi juicio son de Nietzsche. Esa manera de presentar el nihilismo podría

generar la idea de una teleología inmanente, bien sea en la historia o en la

cultura, lo cual resulta inaceptable, pues un pensamiento de corte

Page 25: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

26

teleológico no es acorde con la concepción nietzscheana de la naturaleza, la

historia y los procesos culturales15.

Por el contrario, cuando nos topamos con esa idea poderosa de “el

eterno retorno”, no se puede pensar que haya algo así como un pensamiento

finalístico en él, porque la idea de un acrecentamiento de poder propia de

esta voluntad no obedece a un fin (, sino más bien se trata de una

vuelta hacia sí misma. Así las cosas, he optado por proponer un segundo

plano, que es equivalente a ese momento en que el autor se sumerge en la

búsqueda de aquellas situaciones que se presentan tan convincentes en el

plano normal en el que se expresa el nihilismo. Este segundo plano es una

especie de subterráneo cultural, que Nietzsche está sacando a luz a través

de su particular estilo y modo de pensar.

Se trata entonces de los instintos considerados por Nietzsche, que yo

tomaré como contenidos de cada uno de estos planos. Me detendré, en

primer lugar, en la especificación de cuáles instintos son importantes para el

autor como generadores de nihilismo. Luego me concentraré en su concepto

de fuerza, dado que este constituye una clave para entender cómo se

produce por su efecto el nihilismo. Con el concepto de fuerza se deja de lado

cualquier pretensión finalista, porque lo que aquí importa es la manera en

que las fuerzas luchan entre sí, por cuanto en esa disputa algunos instintos

se van haciendo más poderosos, más efectivos, mientras otros pierden su

fuerza, pero no por ello son exterminados o anulados16. En este sentido, las

distintas versiones del nihilismo que vamos a estudiar responden a la lucha

entre esas fuerzas instintivas, en cuyo conjunto se manifiesta mejor la visión

de mundo que plantea el autor.

Teniendo en cuenta la variedad de temas filosóficos tratados por

15

Cfr. FP IV, 5[71] 2

16 Cfr. FP IV, 5[98]

Page 26: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

27

Nietzsche, podría apresurarse la conclusión de que el nihilismo no es el tema

central de su pensamiento, pese a haber sido él quien lo convirtió en un

asunto filosófico. El nihilismo pareciera no haber sido la cuestión que orientó

la vida y el filosofar de Nietzsche, debido a que sólo fue su objeto de

reflexión en los últimos seis años de su vida lúcida. Teniendo en cuenta, no

obstante, la a-sistematicidad de la filosofía nietzscheana, es necesario tomar

diversos caminos y lenguajes para afrontar un asunto, pues su pensamiento

se presenta muchas veces de modo sugerente, contradictorio e impredecible.

Un estudio de los fragmentos donde Nietzsche se ocupa del nihilismo

nos lleva a creer, sin embargo, que este se puede entender no sólo como el

asunto que articula sus más diversos pensamientos, sino especialmente

como “el único y gran enemigo” contra el que él lucha. Luego de varios años

de reflexión, el colapso mental de Nietzsche hizo que desafortunadamente

dichos fragmentos sólo pudieran publicarse hasta después de su muerte,

teniendo en cuenta, por manifestaciones del mismo Nietzsche, que estaban

destinados a ser el primer libro de su proyectada gran obra La voluntad de

potencia. Transvaloración de todos los valores, titulado “El nihilismo

europeo”. Este asunto no había sido considerado hasta entonces en la

historia de la filosofía occidental con los alcances y contenidos que le da

Nietzsche, hasta convertirlo en un problema filosófico. Posteriormente, y por

razón del fenómeno que designa, algunos autores consideran que se

convierte en el distintivo de la cultura contemporánea. El traductor G. Mayos

cree que este fenómeno es múltiple y complejo.

Un monstruo de mil cabezas, cada una movida independientemente por un largo y cimbreante cuello, que en conjunto definen el más complejo laberinto: el nihilismo. Incluso podríamos decir en plural: los múltiples nihilismos que se enmascaran tras su aparente diversidad

17.

17

Nietzsche, Friedrich. Nihilismo: Escritos póstumos (edición de G. Mayos). Barcelona: Península. 2006. p. 6

Page 27: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

28

De todas maneras, cabe la posibilidad de pensar en un elemento

articulador de las distintas manifestaciones de este fenómeno. Aquí indico

que la expresión “fenómeno” es tomada en el sentido de apariencia positiva,

es decir, como un producto de la cultura occidental que se expresa y se hace

efectivo en todas las dimensiones que ella abarca. No tiene pues el sentido

de algo opuesto al “noúmeno” kantiano, porque Nietzsche no está de

acuerdo con esa manera de entender la realidad.

1.3. Pensamiento, filosofía y nihilismo

Siguiendo la tesis de que el nihilismo juega este papel fundamental en el

pensamiento de Nietzsche, y que por esto se dedicó a darle forma filosófica

con decidido empeño durante sus últimos años de lucidez, no debe olvidarse

la manera como Nietzsche considera la filosofía, es decir, como una

disposición del ánimo afirmadora de la vida. Esta será comprendida en su

carácter unificante, totalizador y dinámico. Mientras que el nihilismo estará

en contra de la vida y será lo que le oponga resistencia.

Distinguimos en las obras de Nietzsche filosofía y pensamiento, pues

en sentido estricto la filosofía es la que aborda el tema de la vida18, mientras

que el pensamiento implica una amplitud mayor de temas, que son tratados

desde diversos enfoques y perspectivas, así como su estilo escritural −de

sentencias, aforismos y desarrollos elaborados de temáticas completas−. A

juicio de Heidegger, en medio de esta diversidad podemos identificar un

asunto central, aun cuando se ramifique en varios ejes (tales como la

voluntad de dominio y el eterno retorno de lo mismo): la manera como

18

En este punto, Nietzsche está más cerca de los estoicos en cuanto creían en “la filosofía

como un arte de vivir” y más distante de Aristóteles por considerar “la filosofía como el arte

de descubrir la verdad”. Cfr. VP IV, 9[57]

Page 28: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

29

Nietzsche piensa el ser de lo ente en cuanto verdad de lo ente y la historia

acontecida de esa verdad en la forma del nihilismo. En esta perspectiva se

entiende la relación del tema de la vida con el del nihilismo, advirtiendo que

no es necesario amarrar cualquier investigación sobre el pensamiento, caso

del nihilismo, al problema de la vida.

En la inquieta búsqueda intelectual de Nietzsche como pensador, se

nota una honda preocupación por nombrar al enemigo de su filosofía. El

nombre adecuado que encuentra es el de nihilismo. Si bien ese término hace

alusión a nihil, la nada, es preciso aclarar que para Nietzsche no está

relacionado con ese tema de larga tradición considerado en los estudios de

la metafísica19. Él se refiere al nihilismo como a un fenómeno complejo

característico de la cultura ‒formas de vida‒y también como a un tipo de

mentalidad propia del hombre moderno. Este fenómeno tiene un carácter

peculiar: su traición a la vida, el aniquilamiento de la misma a través de una

lógica interna en la que, por una parte, se va mostrando su esencia negadora

de la vida y, por otra, se va descubriendo el poderoso impulso de la voluntad

de poder.

El nihilismo se va tejiendo poco a poco en la historia mediante formas

muy sutiles de vida, que al institucionalizarse prefiguran la ilusión de

defenderla, pero lo cierto es que dicen y hacen acciones en contra de la vida.

A diferencia de la idea hegeliana de la vida, en la que se la eleva hasta

llegar a pensarla como un nuevo mito, para Nietzsche “vida” no es un ideal

abstracto, eterno o supraindividual, sino una “inmediata realidad concreta”,

temporal y también individual. Tiene que ver con la propia y singular vida

aquí y ahora, con sus anhelos terrenales y finitos y con las propias vivencias.

Esa idea está presente en la obra de Max Stirner El único y su propiedad,

publicado en 1848, que estuvo en el ambiente cultural de Nietzsche.

19

Cfr. N II, 47-52

Page 29: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

30

Además, la vida asume también el elemento de la propia dolencia, lo mismo

que del propio gozo, como carácter de lo auténtico, de lo específico de la

personalidad. Esta vida es el horizonte real y aquello que deja en claro la

auténtica condición humana, pero también es una vida en la que se asume la

realidad del dolor y hasta se lo ve como un modo de crecimiento suyo. Desde

ella es posible ver el mundo verdadero, descubrir el auténtico ser y

comprender el único y auténtico devenir.

Nietzsche identifica vida con lo uno individual, y ello configura su

filosofía, al hacer explícito el fenómeno del nihilismo como una crítica, pero

también como una denuncia, o a veces como una sospecha frente a esas

formas subrepticias que parecen estar a su favor, cuando en realidad se

interponen y la niegan, negando a la vez eso único singular que está en

juego en la vida. Nietzsche no cree en los términos engañosos de quienes

enfrentan la vida como una posesión, aunque tampoco piensa que la vida lo

posee o lo vive a uno de manera indeterminada. Por su naturalismo

Nietzsche sabe que la vida es de esa manera, pero es consciente de que la

propia vida no es vivida nunca como una vida universal que nos vive, pues

existen otros seres vivos, y corresponde en consecuencia a cada uno vivir su

vida singular. De allí extrae Nietzsche el argumento de atreverse con la

propia vida, de tener el valor de vivirla a fondo.

Una de las tentaciones del nihilismo es la de presentar la idea de la

disociación entre la vida y uno mismo, así como la de hipostasiar o idealizar

en un más allá lejano alguno de estos elementos disociados frente al otro. En

esta perspectiva, hace Nietzsche la lectura del “platonismo” y del

“socratismo”, pero también del cristianismo y del judaísmo y, en general, de

toda religión y de toda metafísica, al igual que de cualquier ascetismo o

moralidad tradicionales. En ese sentido percibe el nihilismo como si fuese

una “hidra” que caracteriza esos distintos y múltiples errores que atentan

contra la vida.

Page 30: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

31

Se tratará en este capítulo de elaborar la cuestión del nihilismo

expuesto por Nietzsche en sus Fragmentos póstumos, pero desde allí se

buscará iluminar el asunto en otras de sus obras, con el objeto de intentar

captarlo en su recto sentido. Al respecto, será necesario recurrir a las ideas

de algunos comentaristas como Cassirer, Vattimo y Ferraris, entre otros, que

aporten pistas en este recorrido, el cual se realizará siguiendo dos

dimensiones del nihilismo, como decadencia de la cultura y como negación

de la vida.

1.4. El nihilismo como un fenómeno de decadencia de la cultura

El pensamiento nihilista referido a la cultura occidental que Nietzsche asocia

con el “nihilismo europeo” no es para él el positivismo de la mitad del siglo

XIX y su expansión conceptual por Europa, sino que lo “europeo” se refiere a

lo histórico y lo “occidental” significa historia occidental. De manera que para

Nietzsche el nihilismo es el movimiento histórico que él reconoce por primera

vez y que según Heidegger se resume en la breve frase nietzscheana “Dios

ha muerto”. En esta perspectiva podemos hablar de un nihilismo de la cultura

europea que, siguiendo la interpretación de Cassirer, se encuentra en

conexión con el lenguaje, el mito, la religión, el arte, la historia y la ciencia20.

El problema que Nietzsche ve allí es la orientación del pensamiento que

determina la vida y el quehacer propios de la cultura occidental, regidos por

los valores que, a su juicio, no impulsan ni promueven la vida, sino que, por

el contrario, han producido un tipo de humanidad decadente. Esos valores

son los de ser, unidad, verdad y bien.

20

Cfr. Cassirer, Ernst. Antropología filosófica. Introducción a una filosofía de la cultura.

Bogotá: Fondo de Cultura Económica. 1996, en especial, el capítulo VI, pp. 101-112.

Page 31: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

32

El pensamiento occidental tiene un desenvolvimiento fatídico que lo

conduce hacia el nihilismo. Por éste vamos a entender un fenómeno de esta

cultura, en la que todas sus expresiones conllevan el mismo carácter: el de

experienciar un vacío, vivir una vida sin sentido, en la que el hacer y el

producir conducen hacia ese estado de absoluta perdición. De acuerdo con

las expresiones de la cultura veamos cómo ocurre el nihilismo de la

decadencia.

El lenguaje, en la perspectiva de Heidegger, hace referencia a su

carácter inesencial cuando se trata del lenguaje como una expresión de la

cultura en la que se ha producido un alejamiento de la realidad esencial,

reflejado en un tipo de lenguaje característico de lo impersonal de la

existencia cuando ella se encuentra en su dimensión inauténtica, habitando

en el “uno” (Man), es decir, en lo impersonal. Lo auténtico para Heidegger se

entiende mejor aclarando el significado del lenguaje apofántico, en cuanto

este tipo de lenguaje sería esencial en la medida en que es mostrativo de lo

más esencial: el ser. Es un lenguaje que está en correspondencia con el ser,

aquello que Heidegger reserva para la poesía pensante, por ejemplo de

Hölderlin, Trakl y otros. Por el contrario, en la idea nietzscheana del lenguaje

este conduce a una cultura decadente en la medida en que brota de un

cuerpo enfermo por las valoraciones morales imperantes, desde las cuales

lanza en ese lenguaje unas interpretaciones que se postulan como

verdaderas y únicas guías de la existencia, se trata tan solo de perspectivas

que se orientan por la utilidad de lo que le sirve mejor a un organismo y que

para el caso de la decadencia vienen determinadas por una existencia

enferma por el ideal moral en el que ha creído la cultura occidental.

Heidegger, por su parte, considera que el lenguaje hoy en día se ha

cosificado por poner su atención en lo enunciado en la proposición,

perdiendo así la referencia originaria al ser en general que tenía para los

griegos. La mera referencia a los entes transforma el lenguaje en un lenguaje

Page 32: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

33

de cosas, muy distante del ser original. Nietzsche ve el problema más bien

en que el lenguaje ha sido pervertido por el ideal de la moral hasta llegar a

ser entendido en función de una gramática que no restituye la dimensión

afirmativa de la vida.

En la experiencia mítica hemos ido constatando un proceso de

desacralización, desencadenado de manera especial por los mitos que

hacen referencia al sol, porque desde ellos se vislumbra un tipo de

conocimiento que en Occidente fue asociado a la luz, con el resplandor y lo

claro representado por el entendimiento. En la religión ese vacío ha sido

experienciado con la muerte de Dios, sin duda el más nefasto golpe para la

cultura de Occidente, porque con ello se ha derrumbado el fundamento en el

que se sustentaban la idea de hombre, la idea de unidad y la idea de verdad,

con su respectivo apoyo en la idea del ser divino.

En relación con el arte, ya no resuenan las campanas de la belleza ni

del ideal estético por excelencia, pues en estos tiempos el arte deambula por

otros horizontes alejados del buen sentido y del gusto. La historia se

concentra en la vida del hombre cosificado, relata su finitud y sus vicisitudes,

pero ya no tiene una meta ni una finalidad para la existencia de tal hombre.

Este vacío se hace también patente en las ciencias, que tampoco

proporcionan al ser humano la salida de las profundas crisis que lo asedian

en estos momentos.

Esta forma de nihilismo se manifiesta, de acuerdo con Nietzsche, en la

pérdida de confianza y seguridad en los valores absolutos en los que se

apoyaba la cultura occidental. Tales valores tomaban forma a través de las

prácticas culturales, concretándose sobre todo en la moral práctica. La

decadencia hace alusión entonces al desgaste progresivo de los valores que

se creían fundamentales, porque han ido perdiendo su status y significado

debido al uso que se les da.

Page 33: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

34

Desde esta perspectiva del nihilismo, me propongo desarrollar la

manera como Nietzsche entiende la decadencia axiológica. Para ello, me

parece conveniente mostrar cuáles han sido los instintos, cuya confluencia

da lugar a la decadencia de la cultura, y especialmente cómo funciona el

juego de esas fuerzas instintivas. O, para hacer más clara la intención de mi

presentación del nihilismo como decadencia de la cultura, sostengo con esta

hipótesis que una comprensión posible del nihilismo tiene su origen en el

juego de ciertos instintos que han producido la decadencia21.

1.5. El nihilismo como negación de la vida

El nihilismo procede como una actitud pesimista de la existencia, que

conduce la vida a la nada. El origen de una mentalidad semejante se

encuentra en el platonismo y en el cristianismo, debido a que ambas

doctrinas plantean una serie de valores absolutos y universales negadores

de la vida. Nietzsche, en contraste, destaca la finitud de la existencia y el

valor y sentido de la tierra, en gracia de lo cual resulta estéril postular un

valor que se encuentre por encima de esta realidad. En esa consideración

dirige su mirada crítica hacia la doctrina de Platón, con todo el influjo

socrático que le cabe, especialmente hacia lo que él designa platonismo para

el pueblo.

Los escritos de Nietzsche revelan una intención crítica de la tradición

occidental, particularmente en sus aspectos metafísico, moral, religioso y

21

La hipótesis viene sugerida por Nietzsche cuando dice en FP IV 2 [190): “¿qué significa el

acto mismo de estimación de valor? […] la estimación de valor es una interpretación, un

modo de interpretar. La interpretación misma es un síntoma de determinados estados

fisiológicos, así como de un determinado nivel espiritual de juicios dominantes. ¿Quién

interpreta? ─ Nuestros afectos”.

Page 34: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

35

cultural, los cuales parece tener en mente en los textos del período

comprendido entre 1844 y 1900. Esta perspectiva es iluminadora respecto de

temas importantes de su filosofía, como el nihilismo, la crítica a la religión

‒sobre todo al cristianismo‒, que dan lugar a la creación de conceptos

singulares de la talla del “eterno retorno” y del “ultrahombre”. En esta línea de

pensamiento, se puede ubicar a Nietzsche en el grupo de pensadores

postidealistas, denominados filósofos de la sospecha, a quienes también se

los reconoce bajo el rótulo de la Ideologiekritik.

Entre los diversos e interesantes asuntos del pensar nietzscheano se

destaca el nihilismo, asumido por el autor desde una variada tipología y

tratado con vigor cínico y con inocencia, lo cual hace que en él converjan los

restantes temas. Esto no significa que la intención de Nietzsche sea construir

un sistema o cambiar el régimen de nuestras verdades, sino que se guía por

la invitación a modificar el umbral de la conciencia desde la que se produce

la determinación de los problemas filosóficos. Debido a que su labor

académica se realizó dentro del despectivo ambiente de la comunidad

universitaria de Basilea, él encontró su vocación como pensador y escritor

que medita en la soledad.

La importancia que tiene para Nietzsche su crítica a la cultura

occidental le permite auto-asignarse la tarea y sentirse como una especie de

cronista del advenimiento del nihilismo europeo, lo mismo que le permite

declararse el “primer nihilista” consumado de Europa. Nietzsche identifica

una lógica interna y necesaria de advenimiento del nihilismo, que no ocurre

por el movimiento de su pensamiento, sino por la sustancia nihilista del

proceso de civilización de Occidente, referido a su religión, a su metafísica y

a su moral. Lo que allí está en juego es ese proceso de la misma cultura

occidental que va auto-desenmascarando la lógica interna que lleva del

afianzamiento de sus valores hacia su vaciamiento de sentido y anulación.

En este proceso los valores, las realidades supremas y los criterios que a lo

Page 35: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

36

largo de la historia han determinado el sentido, han perdido su razón de ser.

A pesar de su pervivencia, sin embargo, hoy día ya no significan nada. Es lo

que Nietzsche indica cuando pregunta por su wozu, por el para qué de estos

valores. Se trata de una pérdida o sustracción del valor de los valores que

tiene su efecto en ellos mismos. Los valores en los que la cultura occidental

se ha apoyado sacan del nihilismo su última consecuencia, pero en este

estado extremo no dan más de sí. De esta manera el nihilismo es la figura de

una mentalidad en la que “todo carece de sentido”. A juicio de Nietzsche el

nihilismo se desenvuelve allí como “la lógica” que está pensada “hasta el

final de nuestros propios valores e ideales”, un fenómeno de la cultura cuya

experiencia nos puede poner en condiciones de descubrir en qué consistía

aquello que confería valor a esos valores. Se pregunta: ¿qué son esos

valores, categorías y conceptos que han pasado por ese proceso de

desvalorización hasta culminar en sus respectivas nulidades?, ¿por qué han

sido la base civilizatoria de Occidente?, vividos incluso por el propio

Nietzsche “hasta el final”, lo cual quiere decir que los ha experimentado a tal

grado que ha sido capaz de dejarlos “tras sí”, para devenir en “el primer

nihilista consumado de Europa”.

1.6. La mirada de Nietzsche sobre la tradición occidental

Por “tradición occidental” entiende Nietzsche el resultado del proceso en el

que se entretejen y luego desarrollan tres componentes: la ratio

desencadenada por Sócrates, la idea que él tiene del platonismo y su

particular visión del cristianismo. Con base en ellos entiende que en los

inicios de esa tradición se conforma una mentalidad de hombre europeo con

un carácter especial: el de ser un hombre teorético, es decir, un

contemplador de la vida. Este presupuesto se origina en la tragedia, por lo

cual puede afirmarse que el teatro y la teoría tienen la misma fuente.

Page 36: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

37

También desde la perspectiva religiosa se puede constatar el mismo

proceso, puesto que en esos inicios el teatro también pertenecía al culto. En

el desenvolvimiento histórico de esos tres componentes se va forjando una

nueva y fundamental actitud ante la vida, porque el hombre se convierte en

un espectador de su propia vida haciendo de ella una representación. El sí

mismo, el mundo, los otros y las cuestiones de las que se ocupa se

transforman por su peculiar manera de tratarlas en objeto de contemplación.

Este desplazamiento provisto por la mirada teorética produce también un

cambio en la concepción del sujeto, que se caracteriza por su liberación del

destino y, en consecuencia, por su invención. Este desplazamiento de la vida

produce un tipo de sujeto que se diferencia del objeto, de manera que la

separación origina un alejamiento de la existencia que luego Nietzsche va a

tener presente cuando hable del nihilismo, porque a juicio suyo la vida deja

de ser el referente y en su lugar se opta por una representación de ideales.

La expresión del no-destino originada por esa ficción le permite a la

tradición occidental creer que se puede acceder a las “verdades eternas”. El

supuesto teórico en el que se funda esa ficción consiste en pensar que la

verdad, lo verdadero, no corresponde a las cosas en su apariencia o en la

relación que tienen estas con lo que Heidegger considera como un

habérselas con ellas en la vida, sino que supone una toma de distancia con

respecto a esas cosas de la vida cotidiana. La razón de este proceder viene

dado por la idea de que las cosas no son su modo de aparecer, sino lo que

se puede decir de ellas a partir de una teoría coherente. Esta comprensión

lógica o teorética de la verdad da lugar a una depreciación paulatina, hasta

llegar incluso a una anulación de la vida. La repercusión que tiene esta

apreciación en el plano metafísico es que con ella se produce una negación

de este mundo, en oposición a la afirmación de un mundo suprasensible,

asumido como el verdadero, y que tiene diversas formas de ser concebido:

como Dios, como la esencia una e inmutable, como el bien, como la verdad

Page 37: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

38

o, en el plano moral, como aquellos valores supremos que se oponen a la

vida misma.

Una aplicación de esta interpretación del platonismo con respecto a

las acciones permitiría indicar que a esa posición le interesa más referir las

acciones individuales a las teorías generales, de acuerdo con la idea

platónica de la participación en las ideas. Por ejemplo, una acción no se

realiza por su particularidad, sino por su referente ideativo, como sería el

caso de la idea de justicia. Para dar cuenta de una acción se debe tener

presente el desde el cual ésta coincide con las demás acciones, que

en este caso puede ser la polis griega antigua. Las ideas son lo verdadero,

por eso lo particular se remite a ellas y sólo pueden ser aprehendidas o

contempladas intelectualmente. En este contexto de interpretación tiene

sentido pensar el Estado verdadero para Platón, pero también opera en la

ciencia, porque a partir de ésta se da una configuración lógica y teórica del

mundo gracias a la cual se buscan los casos individuales que participan de la

idea de verdad.

El asunto es que esta manera de interpretar la realidad no es para

Nietzsche lo verdadero, sino una ficción, pues se trata de una explicación

propia del pensamiento occidental, desde la que se pretende dar cuenta de

la realidad del mundo a partir de las teorizaciones que se hacen de él. Lo

mismo ocurre con las diferentes explicaciones proporcionadas en el ámbito

práctico y moral, en el que Nietzsche encuentra el “nihilismo europeo”. Este

nihilismo consiste en decir y creer que algo es y existe, pero de una manera

distinta del modo como se percibe en la cotidianidad, considerado mera

apariencia. Aquí vemos que el nihilismo surge como una minusvaloración o

depreciación de lo inmediato de la vida. Este nihilismo subraya la diferencia

entre nuestra teorización de la vida y su familiar expresión en la cotidianidad

de la existencia, otorgándole un valor superior a lo teórico. En la concepción

científica del mundo, la explicación teórica presume ser la verdad de las

Page 38: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

39

cosas; por ejemplo cuando Platón considera que lo científico-natural del

mundo obedece a la matemática, allí está puesto el cálculo matemático ideal,

así como el triángulo ideal y los números, éstas son las figuras modélicas de

las entidades y relaciones reales. La mirada cognitiva se fija en las estas

ideas, de modo tal que hay una reducción producida por la visión numérica

detenida en el quantum, esto es, en la medida de las cosas. A juicio de

Nietzsche, este tipo de reducción con la cual se explica la realidad tiene un

trasfondo metafísico, por cuanto es una expresión tangible de la voluntad de

poder.

Para Nietzsche esta actitud teórica y el valor que expresa en relación

con la vida, a pesar de ser una ficción refleja el propósito de dominar y

convertir la vida en algo disponible para esa misma razón, convirtiéndola en

un objeto material, cosa que ocurre también con la naturaleza, que es

reducida a leyes que se dominan y manipulan. Este mismo proceso ha sido

puesto igualmente en marcha en el lenguaje, al reducirlo a la gramática, la

cual es aprendida al tiempo con la formación del individuo en función de una

subjetividad general y de una determinada forma de ser vital y cultural. Esta

orientación es para Nietzsche la voluntad de poder. Pero no es sólo una

orientación que afecta el conocimiento de la naturaleza, sino también la

relación del hombre con los otros, porque este hombre “europeo”, regido por

dichos cánones, se forma una imagen de cómo debe ser el hombre en

general.

Surge de este modo el imperio del “humanismo del deber ser”. Desde

esta visión se juzga al hombre tanto en su comportamiento individual como

en su comportamiento genérico, esto es, se establece el modo como debe

comportarse humanamente este hombre, lo que constituye para Nietzsche

una expresión del nihilismo, dado que allí se manifiesta la voluntad de nada.

Esta voluntad oculta la intromisión de una voluntad superior de poder y finge,

en cambio, un mundo transcendente, a partir del cual se enjuicia y condena

Page 39: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

40

el mundo real y finito que es concebido como un mundo no valioso en sí y

carente de sentido.

Ese es el origen de la actitud moral enjuiciadora, desde la que se

juzga a los demás seres humanos y desde la que son postulados los valores

últimos de la existencia. Cuando el pensamiento europeo tiene en cuenta el

pilar de la teoría, subsume lo individual y particular en lo general de los

conceptos y teorías que apuntan a la búsqueda de las leyes. Lo que allí está

en juego es el dominio y la manipulación, a cuyo propósito sirven los

conceptos de “bueno” y “malo” con los cuales se determina tanto el

comportamiento como los actos de los individuos. Desde los conceptos

morales se logra tener el control y se pueden hacer los cálculos de las

acciones. Con el valor del bien se sopesa la imagen general del hombre,

mientras que la posición en la que el individuo se da a sí mismo sus propios

cánones y parámetros de comportamiento, ha sido juzgado como malo. Pero

Nietzsche tiene presente allí la manera como está operando en ese juego la

voluntad de poder; se puede afirmar entonces que el pensamiento moral es

expresión de la voluntad de poder. La voluntad que aquí está actuando es

nihilista por ser negadora, en este caso de la afirmación de las otras

perspectivas individuales de enjuiciamiento moral y de la diversidad de

jerarquizaciones propias de los individuos. Se trata de una voluntad que

ontologiza el único modo desde el que juzga la existencia.

Nietzsche considera que el cristianismo es un “platonismo para el

pueblo”, pero igualmente desemboca en el nihilismo. Se convierte de este

modo en objeto de su crítica, pues el cristianismo representa la

institucionalización y la difusión del pensamiento moral, el cual en su fase

final llegará hasta la auto-negación y desvalorización de todos los valores

que este mismo ha instituido.

Este despliegue auto-negador es la lógica interna de tal movimiento

nihilista y terminará, a juicio de Nietzsche, abandonando las categorías de

Page 40: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

41

“fin”, “unidad” e incluso la de “ser”. De modo similar se dará el desengaño

frente a la idea de finalidad del devenir, con lo cual, en cierta forma, se estará

dando paso a la lógica del primer nihilismo teórico y práctico, que consiste en

la negación del mundo real en vistas al mundo verdadero, o de la idea del ser

expresado en un deber ser que él mismo representa y que en el fondo no es

más que la operación de la voluntad de poder.

El caso del cristianismo es significativo para Nietzsche, en la medida

en que con su hipótesis moral le otorga al hombre un valor absoluto, en

oposición a su pequeñez, a su limitación y a su finitud. Esa hipótesis ha

sumido al hombre en la ilusión de que frente a su contingencia en el devenir,

a pesar de la maldad y la miseria el mundo tiene un carácter de perfección,

que le viene dado por ser una obra de la creación divina. En esta ilusión el

mal adquiere también un sentido. Esta visión les ha permitido a los hombres

afianzar su existencia en los valores absolutos, lo que preparó el camino

para hacer sus valoraciones a favor de lo más importante frente a lo menos

importante, relativo y pasajero. Tal visión da lugar a un modo de instalarse en

la vida, sin desesperar. En síntesis, este modo de pensar cristiano ha sido un

medio de subsistencia, ha actuado como un “antídoto” contra la tentación

nihilista inicial.

Si bien para Nietzsche, quien se sitúa “más allá del bien y del mal”,

esta interpretación moral produce en el mundo esa sensación y pensamiento

nihilista que lo torna insoportable, no deja de señalar que el cristianismo ha

tratado de superar esa visión con su propia hipótesis, mediante la cual ha

querido vencer al mundo, dominarlo, y con ello proporcionarle al hombre los

medios para reconciliarlo consigo mismo y con el mundo. Ahora bien, este

proceso de dominio ha sido ilusorio por cuanto en su realización el hombre

ha quedado ensombrecido y reducido, apocado en su existencia, porque

para el cristianismo sólo son valiosas la mediocridad e insignificancia

humanas. Quienes poseen estas cualidades, propias del rebaño, son los

Page 41: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

42

escogidos. Esta especie decadente de hombre encontró en el cristianismo su

amparo y refugio. Desde la moral cristiana esa especie de hombre pudo

prosperar en la historia de Occidente, pero al precio de una ficción y de una

afirmación del profundo “no” a la existencia que llevaba consigo. Allí se ha

manifestado, de acuerdo con Nietzsche, una voluntad de poder, a través de

la cual todos aquellos que eran o se sentían esclavos y oprimidos,

humillados y ofendidos, fracasados y atormentados, los mediocres de hecho,

lograron imponer los juicios de valor que los favorecían.

El cristiano es, en consecuencia, “el animal doméstico” o “animal de

rebaño” y también el animal “enfermo” hombre. En contraste con este tipo de

hombre, Nietzsche exalta al tipo superior de hombre, digno de la vida y

seguro de su futuro, que se erige en la tierra con un gran “sí” frente a lo que

ella le ofrece, el tipo de hombre creador de unas valoraciones afirmativas de

la existencia, que él ve como lo “más valioso”. Con la puesta en escena del

hombre cristiano, se le ha hecho la guerra al tipo superior de hombre y se

han combatido los instintos naturales constitutivos de la humana existencia,

que son los resortes más profundos de la vida. El cristianismo ha extraído de

esos instintos, por “destilación”, aquello que considera “el mal” y a quien lo

posee hombre “malvado”. Por esta razón el cristianismo considera al hombre

fuerte como el más “reprobable”.

Está en el instinto de una comunidad (tribu, estirpe, rebaño, colectividad), sentir como en sí valiosos los estados y los deseos a los que debe su conservación, p. ej. obediencia, reciprocidad, consideración, mesura, compasión, ─y por lo tanto reprimir todo lo que los obstaculiza o contradice.

Está igualmente el instinto de los dominadores (ya sean individuos o estamentos) patrocinar y destacar las virtudes por las que los sometidos resultan manejables y sumisos (─estados y afectos que pueden ser lo más extraños posible respecto de los propios).

El instinto gregario y el instinto de los dominadores coinciden en la alabanza de un cierto número de propiedades y estados: pero por razones diferentes, el primero por egoísmo inmediato, el segundo por e<goísmo> mediato.

Page 42: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

43

El sometimiento de las razas de señores al cristianismo es esencialmente la consecuencia de comprender que el cristianismo es una religión gregaria que enseña la obediencia: en suma, que se domina más fácil a cristianos que a no cristianos. Con esta insinuación recomienda aún hoy el papa al emperador de China la propaganda cristiana22

Pero la consideración tajante de Nietzsche con respecto al

cristianismo la hace en los términos de una “religión de la compasión”, en su

obra El Anticristo. El cristianismo es mostrado en esa obra como el fermento

de los valores nihilistas, es decir, de los valores de la decadencia de la

cultura. En su despliegue ve Nietzsche el desarrollo de una lógica interna,

que él interpreta como nihilista desde su concepción de la vida −“instinto de

crecimiento, de duración, de acumulación de fuerzas, de poder”23. La

compasión como rasgo distintivo del cristiano es propiamente la praxis del

nihilismo, un “instinto depresivo y contagioso que obstaculiza aquellos

instintos que tienden a la conservación y a la elevación de valor de la vida.

(…) ¡La compasión persuade a entregarse a la nada!...No se dice «nada»: se

dice, en su lugar, «más allá»; o «Dios»; o «la vida verdadera»; o nirvana,

redención, bienaventuranza”24. En esa “inocente retórica” se oculta una

tendencia peligrosa: “la tendencia hostil a la vida”. Desde esa perspectiva

nihilista, por ejemplo, el sacerdote es considerado en el cristianismo como

una especie superior de hombre, pero desde el punto de vista nietzscheano

es en realidad un “negador” o un “calumniador” y “envenenador profesional

de la vida”.

22

Nietzsche, Friedrich. Fragmentos Póstumos (1885-1889). (Trads.: Juan Luis Vermal y Joan B. LLinares). 2ª. edición. Madrid: Tecnos. 2008. Vol. IV, 10 [188]. En adelante citaré así esta misma obra: FP I, II, III, IV, seguido de los números del fragmento. 23

A, 6 24

A, 7

Page 43: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

44

1.7. Los Temas Capitales

Usamos la expresión de Heidegger con el fin de referir estos temas al ámbito

del pensamiento de Nietzsche, en los que examinaremos el problema del

nihilismo. Este problema tiene en Nietzsche unas resonancias especiales en

los otros temas que ocuparon a este filósofo. Por ejemplo, el nihilismo está

relacionado con la transvaloración de todos los valores, con la voluntad de

poder, con el valor de la vida, con la crítica de Nietzsche a algunas formas

políticas, lo mismo que a ciertas prácticas sociales, económicas, morales y,

en último término, con la crítica del autor a la cultura occidental, en particular

a la cultura europea de su tiempo.

Para Nietzsche el nihilismo no sólo es un fenómeno de la cultura, sino

también un estado del pensamiento, pues denota esas formas especiales de

la vida que se han ido institucionalizando con el pasar de los siglos en los

espacios públicos y privados, en los sistemas políticos, en las formas de vida

individuales, en las sociedades pequeñas y grandes, en las concepciones

éticas, morales y religiosas, al igual que en el arte y en la ciencia modernas,

produciendo una cultura de la decadencia, por cuanto son pensamientos

negadores de la vida y de la existencia. De igual forma, el nihilismo hace

referencia a la manera como se concibe la cultura misma, especialmente en

el modo como se ha venido pensando a sí mismo el hombre, porque el

instrumento desde el que han brotado esos pensamientos es la razón

moderna, la cual está profundamente influenciada por la moral. Esta razón

moral ha surtido sus efectos nocivos contra la vida, negando con propiedad

al que sería su genuino sentido.

El nihilismo también puede ser considerado como un elemento que

hace parte de la misma voluntad de poder, sólo que sus efectos son

reactivos contra esta misma voluntad, dado que ella quiere ante todo

Page 44: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

45

afirmarse. Dicha reactividad constituye una voluntad de la nada, que se

desprende del pensamiento pesimista de Schopenhauer, en el que la vida

tiende a aniquilarse.

¿Cómo hacer explícito este fenómeno del nihilismo en todas sus

manifestaciones? Sin duda, este trabajo ha sido realizado por Nietzsche:

pero lo que al presente Trabajo corresponde es indagar sobre el sentido que

tiene para él su reflexión sobre este fenómeno. Sin duda Nietzsche se valió

de su naturaleza desbordada y apasionada para sacar a flote los diferentes

matices que iba encontrando en sus reflexiones sobre el nihilismo, como lo

atestiguan sus expresiones de apelar “al martillo” con el que golpea la roca

de la moral para extraer la mentira que en ella esconde sobre la vida; o

cuando hace su peculiar “genealogía” de los valores mostrando las fuerzas

ocultas dominantes y dominadas; o cuando adopta las caras de sus diversos

estados psicológicos para dejar a flote el resentimiento o el pesimismo como

fuerzas que amedrantan la existencia; o bien cuando adopta las perspectivas

fisiológicas para mostrar la enfermedad del espíritu que dice un no a la vida;

o, finalmente, cuando a partir de su indagación de las manifestaciones

artísticas descubre la decadencia de la cultura, vemos que en todas estas

indicaciones se nos hace manifiesto el pathos, como pasión, como el temple

de ánimo que se requiere para comprender el sentido oculto del nihilismo.

Pues bien, para tratar de traer a la luz ese oculto sentido del nihilismo en

nuestro autor, es conveniente señalar por mi parte, que aquí sólo me guiaré

por el pathos de la mesura, a partir de la cual creo posible poder presentar

dicho fenómeno con la seriedad, elocuencia y problematicidad que tuvo para

el autor mismo. El problema así lo exige, pues en éste vio Nietzsche a uno

de sus enemigos personales y contra él dirigió fuertes sospechas filosóficas,

especialmente las procedentes de su doctrina del eterno retorno.

Un primer aspecto que nos pone en el camino hacia la comprensión

del nihilismo lo esboza Nietzsche en su investigación sobre la moral. En

Page 45: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

46

efecto, cuando él muestra su interés por “el valor de la moral”25, hace

hincapié en su oposición a la concepción schopenhaueriana del “valor de lo

’no-egoísta’ de los instintos de compasión, auto-negación, auto-sacrificio”26,

en la que ve Nietzsche un error, pues tales valores han sido recubiertos de

oro, divinizados y puestos “en el más allá durante tanto tiempo, que acabaron

por quedarle como los ´valores en sí´”. Esta interpretación es errónea y trae

consigo la grave consecuencia de decir no a la vida y también a sí mismo27,

en lo que Nietzsche ve “el gran peligro de la humanidad”28. Esta mentalidad

se presenta como una sublime tentación y al mismo tiempo como una

seductora mirada que conduciría a la misma humanidad “hacia la nada”.

Nietzsche ve aquí “el comienzo del fin, la detención, la fatiga que dirige la

vista hacia atrás, la voluntad volviéndose contra la vida”29. Esta tendencia

aniquiladora de la vida es para Nietzsche “el síntoma más inquietante de

nuestra cultura europea”30.

En este sentido, Nietzsche está orientando su crítica hacia el

sentimiento de la compasión que cada día gana más adeptos entre los

filósofos, encabezados por Schopenhauer. Deja entrever que esta tendencia

está sacando poco a poco a la cultura europea de “su propio hogar”, la está

orientando tal vez hacia un nuevo budismo, quizás hacia un budismo de

europeos, hacia el nihilismo31. La idea que él tiene del budismo es la de un

estado plácido, donde ya el hombre no siente que tenga algún tipo de valor

determinante de la existencia, y por eso este budismo se oculta en el

remanso tranquilo de una práctica de consuelo en el ejercicio corporal para

calmar los dolores de la vida. Realizar tal ejercicio es deseable en términos

25

GM,5 26

Ibíd. 27

Ibíd. 28

Ibíd. 29

Ibíd. 30

Ibíd. 31

Ibíd.

Page 46: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

47

del mantenimiento de la salud, pero allí no se adora nada. Ahora bien,

Nietzsche considera respecto del “budismo de europeos” que no se trata de

algo novedoso que haya inventado el espíritu moderno: la compasión. Este

sentimiento ha llegado a ser preferido y sobre−estimado por los filósofos en

la época de Nietzsche, sin embargo no fue siempre así, para muchos

filósofos anteriores dicho sentimiento carecía de valor e incluso coincidía con

un vicio. Nietzsche trae como ilustración de esto los nombres de Platón,

Spinoza, La Rouchefoucault y Kant, quienes, según él, a pesar de sus

diferencias, tienen como punto común “su menosprecio de la compasión”32.

En los fragmentos póstumos de Nietzsche, publicados bajo el título de

Voluntad de poder, se presentan los distintos esbozos de lo que fuera el plan

que él tenía en mente para el desarrollo de esta obra. Con ella pretendía

hacer un “ensayo de una transvaloración de todos los valores” (de acuerdo

con el subtítulo de la obra). Pues bien, en estos esbozos de su “prefacio”, ya

indica su preocupación por “contar la historia de los dos próximos siglos”33. El

modo como él proyecta hacer esta historia será mediante una “descripción”

de lo que ve como algo inminente, esto es: la llegada del nihilismo. Ese rasgo

“inminente” apunta a un carácter de necesidad que se impone por la acción

misma de este “fenómeno”. Ahora bien, al considerar el nihilismo como un

“fenómeno”, la significación que el término tiene aquí es el de lo que aparece,

lo que se muestra, el ser una apariencia englobante sobre la cultura

occidental, pero que en su inicio ocurre en la cultura europea. Este fenómeno

también encierra los rasgos de vida individuales que se vivencian a partir de

esa misma cultura nihilista. Como fenómeno también se designan los

síntomas de corte psicológico en los que se presenta el nihilismo. Este

presagio se va realizando en su ser actuante y Nietzsche lo ve como un

32

Ibíd. 33

Nietzsche, Friedrich. La voluntad de poderío. (Trad.: Froufe, Aníbal). Madrid: EDAF. 1981. En adelante, citaré esta edición así: VP, 2, en la que el número indica el aforismo.

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48

hecho que se extiende y crece paulatinamente. Por ello también lo designa

como un “futuro” que tiene un pasado de “cien siglos”. En este sentido, el

nihilismo es el “destino” que se anuncia por todas partes. Posee una especie

de “música del porvenir” para el cual se requieren unos oídos especiales que

lo distingan. Deben ser unos oídos agudos, pues también es como una

música casi imperceptible que no todos oyen.

La cultura europea contiene en sí misma el nihilismo, perceptible en la

forma de una tensión. Es así como el nihilismo hace que ella se agite, se

presente con la carga de una tortura en su interior, con el síntoma de una

penosa angustia en crecimiento, como si esta cultura quisiese explotar, como

si desease llegar a la catástrofe. Nietzsche también la percibe “intranquila,

violenta, atropellada”, caracteres s que denotan el ritmo de esa tensión

interior, y que dan la impresión de ser “un torrente que quiere llegar cuanto

antes a su fin”34. Desde luego, este estado de inquietud y de tensión

psicológica en la que se debate la cultura europea, la conduce al abandono

de la reflexión y también al temor a reflexionar.

Esos rasgos psicológicos desde los que Nietzsche está tomando la

cultura europea vienen dados por el instinto del filósofo que se ha atrevido a

reflexionar desde ellos, para presagiar lo que vendrá. Con una mirada

purificada sobre el fenómeno del nihilismo, ya que es el “primer nihilista

perfecto de Europa”35, Nietzsche siente que ya lo ha superado por medio de

la vivencia radical de ese fenómeno en su alma, que lo ha dejado atrás,

“debajo de sí, fuera de sí”. En virtud de esta experiencia, es él quien mejor lo

conoce y por eso quiere hacerlo explícito.

El proyecto que encierra el plan de esta obra es, no obstante, mucho

más ambicioso, pues el sentido que tiene para Nietzsche La voluntad de

poder. Ensayo de una transvaloración de todos los valores, es ya la fórmula

34

VP, 2 35

VP, 3

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49

de combate de esta buena nueva (evangelio) del futuro, que expresa un

“contra movimiento”, que apunta tanto al “principio” como a “la tarea” que se

propone realizar en estos términos: en primer lugar, la voluntad de poder es

un movimiento de características tales que “en cualquier clase de futuro” que

se presente, en todo caso “destruirá ese nihilismo perfecto”36 y de esa

manera lo superará. En segundo lugar, la voluntad de poder surge de las

entrañas mismas del nihilismo. Por ello es el desarrollo lógico y psicológico

de éste “que no puede venir absolutamente sino de él y por él”37. Nietzsche

es consciente de que la superación sólo es posible (como en el caso del

filósofo que ha hecho la vivencia radical de algo para luego poder

abandonarlo) a partir de esa necesidad y experiencia plena que ocurre en la

voluntad de poder, en la que ella misma avanza. En tercer lugar, Nietzsche

presenta ese carácter necesario del origen del nihilismo a través de los

siguientes aspectos: a) “Porque al llegar hasta sus últimas consecuencias,

los mismos valores que hemos tenido hasta ahora son los que los hacen

necesarios”38. Esto quiere decir que al haber llegado a su culmen el tipo de

valores morales propios de la cultura europea y occidental, esa plenitud a su

vez desencadena el nihilismo como su producto más acabado. b) “Porque el

nihilismo es la resultante lógica de nuestros grandes valores y de nuestro

ideal”39. Con lo cual indica Nietzsche ese proceso histórico en el que poco a

poco se han ido decantando unos valores y otros no, pero también la

expresión última de ese movimiento en la corona del ideal propio de

Occidente. c) “Porque debemos experimentar en nosotros el nihilismo para

llegar a comprender cuál era el verdadero valor de estos ’valores’...”40 Aquí

deja entrever el sentido que tiene para él esa experiencia del nihilismo,

36

VP, 4 37

Ibíd. 38

Ibíd. 39

Ibíd. 40

Ibíd.

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50

porque sólo a través de ella se logra descubrir el “valor” de la moral. Aun

cuando Nietzsche hable de “verdadero”, esto es, de uno de esos valores del

ideal occidental, el sentido de esa verdad apunta hacia la perspectiva del

instinto, o sea, a mirar la operatividad de los instintos en la cultura desde la

propia fuerza del instinto. El valor de la moral implica dos sentidos: el del

funcionamiento de los valores en la cultura y la interpretación que se ha

hecho de ellos. Por último, y dentro del ámbito de lo que Nietzsche mismo ha

desarrollado en sus obras anteriores a la Voluntad de poder, por ejemplo en

el Zaratustra, en La genealogía de la moral y en El Anticristo, entre otras, es

factible que “alguna vez necesitaremos valores nuevos”, labor que está

reservada, quizás, al superhombre.

De igual manera se debe tener en cuenta que el presagio del nihilismo

muestra su cumplimiento en el fenómeno del pesimismo, que es esa forma

decadente en la que se va dando cuenta el espíritu de la pérdida de sentido

de los valores, aunque no todavía de manera radical, como sí es factible que

ocurra en un nihilismo mucho más depurado. El pesimismo ha captado un

tipo de pérdida, esto es, la que corresponde al sinsentido de las valoraciones

puestas por la razón en sus ideales de “verdad” y “certeza” imperecederas, al

lado de los conceptos de “realidad” y “objetividad” del mundo. Cuando estas

ideas pierden su peso, debido a su constante utilización sin la comprensión o

vivencia de cierto sentido, dejan de ser operantes. También el trabajo

genealógico y el examen de sus condiciones ha permitido dejar en claro su

inoperancia.

La acepción del nihilismo como decadencia de la cultura viene

determinada por un acontecimiento: la constatación de la muerte de Dios.

Este asunto no es tan simple como parece, pues en el fondo del mismo están

en juego, en primer lugar, el problema de la moral, en relación con el cual

Nietzsche se arroga el papel de primer pensador en escrutar hasta sus

orígenes todo su peso y consistencia. En segundo lugar, también es

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51

consciente de haber identificado el verdadero problema que esta categoría

encierra, sin dejarse confundir con sus consecuencias. De otro lado,

Nietzsche no toma a la ligera las distintas explicaciones que se han dado de

la moral en sentido historicista, en la línea por ejemplo de los moralistas

ingleses. Denuncia aquí la falta de agudeza en estas exposiciones y cree

que el asunto ha quedado sin una clara inteligencia.

Page 51: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

CAPÍTULO SEGUNDO. LA CONFRONTACIÓN DE HEIDEGGER EN

TORNO A LOS PENSAMIENTOS CENTRALES DE NIETZSCHE

2.1. Aspectos del nihilismo vistos por Heidegger en Nietzsche

Heidegger sostiene que la palabra “nihilismo” la utilizó de manera filosófica

F.H. Jacobi en una carta a Fichte donde también hizo uso frecuente de la

palabra “nada”. En la frase que toma Heidegger de dicha carta, es notable

que Jacobi no muestre disgusto por la calificación de “quimerismo” atribuida

por Fichte a su filosofía, debido a que lo que le importa es distinguirla del

idealismo, al cual tacha de “nihilismo”.41 Esa carta se la ofreció Otto Pöggeler

a Heidegger cuando hacía las correcciones de prueba de su trabajo. La otra

fuente del término la toma Heidegger de los escritos de Turgueniev cuando

afirma que “sólo el ente accesible en la percepción sensible, es decir,

experimentado por uno mismo, es real y existente, y ninguna otra cosa”42.

Este autor rechaza cualquier fundamento de conocimiento basado en la

autoridad o en otra manera parecida de darle validez. Heidegger cree que

esta visión del mundo se identifica con el “positivismo”.

41 “Verdaderamente, querido Fichte, no debe disgustarme, cuando usted, o quien sea,

quieren llamar quimerismo a lo que yo opongo al Idealismo, al que acuso de nihilismo”. Esta

cita de Jacobi se encuentra en Serrano, Vicente (Trad.). “Carta de Jacobi a Fichte sobre el

nihilismo”. En: Anales del Seminario de Historia de la Filosofía, 12, 256. Servicio de

Publicaciones UCM, Madrid, 1995.

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53

Jean Paul usa también la palabra “nihilismo” para referirse a la poesía

romántica, llamándola nihilismo poético. Heidegger confronta esta idea con la

expuesta por Dostoievski en el prólogo al discurso sobre Pushkin, de 1880.

Dostoievski cree que este autor es importante para Rusia por cuatro razones,

de las cuales Heidegger destaca la primera, porque recoge la idea del

hombre negativo y consciente de su ser negador. Para Dostoievski es un

“fenómeno significativo y patológico” de la clase intelectual rusa de su

tiempo, pero también característica “de esa sociedad” la que según sus

palabras es “desarraigada” y con la creencia de estar “muy por encima del

pueblo”. En su discurso Dostoievski elogia a Pushkin por haber caracterizado

a ese “hombre ruso negativo”. Este es un hombre “sin sosiego” ante la vida,

insatisfecho con lo existente, es un incrédulo “de su tierra natal” y de pensar

positivamente respecto de las fuerzas interiores de su propio pueblo, por lo

cual cree Dostoievski que este hombre negativo niega hasta su propia patria

y con ello se niega a sí mismo y es un hombre que sufre de manera sincera

por ejercer en su ser esta negación. En contraste con el "menos" que se ve

en las referencias al "nihilismo" de los autores citados, en Nietzsche significa

"más"43.

Punto discutible es la interpretación metafísica que hace Heidegger

del "nihilismo" nietzscheano por las siguientes razones: a) Heidegger

entiende el "proceso" del nihilismo de Nietzsche como una dirección hacia

una "meta", esto es, teleológicamente, y por ello plantea su idea del

"acabamiento". b) Olvida o pasa por alto, quizá en forma deliberada, que en

las alusiones al nihilismo que se encuentran en Nietzsche44, las ideas de

"sentido", "unidad", y "devenir como ilusión" son precisamente lo contrario de

una consideración metafísica, por cuanto las ideas de "fin", "unidad" y

42

N II, 33 43

Cfr. N II, 33-43 44

Cfr. VP, 12

Page 53: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

54

"verdad" no constituyen para Nietzsche la expresión general del carácter de

la existencia. Por tanto, "causa", "final", "unidad" y "ser" son conceptos que

ya no se encuentran en su pensamiento, de manera que puede así seguir

asignándole un valor al mundo. c) Es conveniente resaltar que Nietzsche

cambia la manera de ver el problema del nihilismo desde su interpretación

psicológica, puesto que lo concibe como un estado anímico: "el sentimiento

de un no-valor realizado", con lo cual me parece que se hace innecesaria

una búsqueda metafísica del mismo, tal y como lo propone Heidegger. Pero

lo más sorprendente de Nietzsche se encuentra en el "resultado" del proceso

psicológico del nihilismo45, que es mi punto de vista: d) "Resultado: la

creencia en las categorías de la razón es la causa del nihilismo; nosotros

hemos medido el valor del mundo por estas categorías, que se refieren a un

mundo puramente ficticio". Tal parece que el problema del nihilismo es más

un asunto de la forma de conocer propia de la razón, un asunto de lógica del

conocimiento, del modo como conocemos las cosas, que un problema del

"ser" de la totalidad. En el nihilismo está en juego la lógica y no una

ontológica visión del ser de las cosas. Parece más un asunto epistemológico

que uno metafísico.

2.2. El ámbito metafísico del nihilismo

El nihilismo hunde sus raíces en la idea de la nada, pero en el sentido de

entenderla como “algo”. En las indicaciones significativas que Nietzsche va

elaborando en sus obras, este fenómeno se refiere al hecho de la negación

de la vida y de esas formas de pensamiento que persiguen este propósito.

Es la referencia de la nada de la vida en contraposición con el todo de su

afirmación. Es el mismo sentido que encontramos en el pensamiento místico

cuando el hombre sagrado compara el estado de realización plenificante de

45

Ibíd.

Page 54: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

55

su existencia en su búsqueda de Dios, con el otro estado que corresponde al

camino que emprende el hombre sin Dios.

En el caso de Heidegger, este ámbito metafísico viene determinado

por la idea de ser característica del pensamiento occidental. Según su

entender, Occidente ha hecho la experiencia del olvido de la pregunta por el

sentido del ser. En el examen de este asunto, descubre Heidegger la idea del

ser entendida en los términos del tiempo, mientras que el pensamiento

occidental ha entendido el ser en la dirección de los entes. Como el ser de

éstos se encuentra en la utilidad, entonces se apunta allí a la simple

presencialidad de la cosa.

El nihilismo es un fenómeno que poco a poco se va extendiendo

dentro de todo el pensamiento occidental, tal y como lo expresa el filósofo

Emanuele Severino cuando considera que es nihilista ese pensamiento que

se instala en el devenir de la realidad. Este pensamiento del devenir de las

cosas tiene como fundamento la nada, entendiendo el devenir como algo no

estable sino como lo que desaparece, como aquello que termina en la

inexistencia, en lo impensado, en la aniquilación.

La perspectiva de Heidegger sobre la metafísica guarda una relación

con el pensar sobre el sentido del ser, porque él considera esa cuestión

sobre el ser un tema central de su filosofía, que se encuentra implícita en lo

que a juicio suyo es un “despliegue” de la pregunta sobre el ser hecha por la

metafísica.

La metafísica es experienciada como la verdad en la cual el ente es pensado en cuanto ente y así pensado en su ser, mientras que el ser mismo no es experienciado como ser, ni pensado a partir de su verdad. La pregunta por la verdad del ser se convierte en el problema de una meditación que acontece históricamente46 .

46

Pöggeler, Otto. Op. cit., p. 106

Page 55: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

56

Aun cuando Nietzsche, según la interpretación de Heidegger, rechaza

la metafísica y da un paso decisivo en su abolición, en virtud de su negación

tanto del “mundo suprasensible” como de este mundo como “mundo

verdadero”, no es radical en su rechazo de la misma porque aún sostiene

una idea de presencia, que lo lleva a representar el “acabamiento” de la

metafísica occidental. El término alemán es Erfüllung, cuya traducción

equivale en español a plenitud, completud, y apunta hacia el culmen de algo.

En este sentido se entiende mejor ese “acabamiento”, que no es el final de

un recorrido, o finalización de algo. No es que muera con Nietzsche la

metafísica, sino más bien que con él llega a su plenitud, a su madurez. Lo

importante es que después de haber llegado a este punto no tiene más

posibilidades de desenvolverse. Para Heidegger la voluntad de poder es el

pensamiento fundamental de Nietzsche, pues encierra su interpretación de lo

entitativo del ente en general como voluntad. Voluntad y saber van de la

mano, y estos términos pueden ser situados en la esencia de la razón, tal

como ocurre en los proyectos filosóficos de Schelling y Hegel. Además, en

Leibniz estos términos son pensados bajo la idea de substancialidad de la

substancia como vis primitiva activa et pasiva. En contraste con estos

proyectos, en el caso de Nietzsche la voluntad de poder es pensada desde la

perspectiva biológica, por lo cual, a juicio de Heidegger, hace que en lugar de

abandonar la metafísica, sólo la interrumpe, desfigura y aplana en cierta

manera.

Con todo, decir que Nietzsche ataca de manera dogmática la

metafísica anterior, sería una interpretación superficial de su pensamiento,

por ello es preciso considerarlo a la luz de “la meditación histórica sobre la

metafísica occidental”. También se incurre en un error cuando se repiensan

los proyectos fundamentales desde el horizonte que ellos mismos plantean y

desde los límites que establecen en lo que dicen, porque allí se olvida el

trasfondo desde el que son comprensibles. De ese trasfondo habla

Page 56: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

57

Heidegger cuando dice: “Las diferentes posiciones fundamentales

comprenden la entidad del ente dentro del proyecto griego inicial que les

antecede y consideran al ser del ente determinado en el sentido de la

consistencia del presenciar.”47

2.3. El sentido metafísico de la historia

Heidegger interpreta la historia de la metafísica como la historia de la verdad

del ser. Se propone hacer explícito lo que a juicio suyo ha quedado oculto,

esto es, la pregunta por el sentido del ser. La metafísica tradicional ha

entendido el problema del sentido del ser desde el ser de los entes. Esta

interpretación se ha considerado suficiente para la resolución de esa

pregunta por la orientación que le viene dada desde los entes. Sin embargo

para Heidegger en esos aportes se ha mantenido la amnesia del ser.

Por el contrario, y teniendo en cuenta la noción que sobre “el pensar”

tiene Heidegger, se trata más bien de ahondar en lo que en esa historia ha

quedado oculto, para abrirle paso a un nuevo pensar. En virtud de esta

hazaña, el pensar se torna novedoso, diferente a aquél realizado y

practicado por la metafísica y por el tipo de pensamiento típico de la cultura

occidental.

En sus investigaciones, especialmente en la realizada en su obra Ser

y Tiempo, Heidegger comprende con toda claridad el problema del vínculo

entre ser y ente a través del tiempo. En dicho vínculo descansa la dificultad,

pues la historia de la metafísica no ha sido más que la historia de la

interpretación del sentido del ser en términos temporales. Esta historia viene

orientada por la idea del tiempo como presencia, por la idea de lo

47

N II, 12

Page 57: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

58

permanentemente presente, como el horizonte a partir del cual es posible,

para Occidente, el pensamiento del ser de las cosas.

En lo que respecta al pensar nuevo, distinto del pensar metafísico

tradicional, se trata de poder dilucidar y de hacer la experiencia de las

distintas y originales formas de lo que hay de ser en el tiempo, no ya en las

cosas ni en los entes. Siendo este último el tiempo originario de la existencia

humana, entonces el pensar tiene que volverse hacia el fundamento que se

manifiesta como un fundamento infundado.

El problema de la metafísica consiste por tanto en concebir la

experiencia de la verdad en la cual el ente es pensado en cuanto ente. El ser

es pensado en su ser ente, mientras que queda oculto el ser mismo, así

como su verdad. En estas circunstancias, la verdad del ser se plantea en una

meditación que se manifiesta de una forma tal que va determinando su

propia historia: es la historia de la metafísica.

En su conferencia De la esencia de la verdad, lo mismo que en la

indagación que hace Heidegger en la Doctrina de Platón sobre la verdad48,

va perfilando los contornos de esta historia. Heidegger piensa que con Platón

empieza la idea de la metafísica como ese errar de la pregunta por el ser. Se

produce el olvido del ser en la metafísica en la medida en que ésta pregunta

por el ser del ente en cuanto tal, y da su respuesta a esta pregunta en

términos ónticos. La línea de este olvido configura la historia de la metafísica

en el pensamiento occidental, de tal forma que llega a su fin con Nietzsche.

Heidegger encuentra el punto de llegada del pensamiento metafísico

tradicional a su culmen en la obra de Nietzsche, puesto que en ella la

metafísica queda agotada en las posibilidades de su pensamiento esencial.

En tal situación se presentan dos direcciones: la primera es seguir

manteniendo el impulso de este pensamiento hacia adelante, pero sin más

48

Este texto tuvo una primera versión entre 1930/1931 y luego fue leído más tarde e impreso en 1942.

Page 58: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

59

cuestiones que las alcanzadas en el despliegue de su historia, lo cual llevaría

a una repetición sin sentido y sin contenidos inéditos. La segunda es tratar

de abordar el problema de la metafísica de una forma completamente nueva.

Esta última es la dirección que intenta seguir Heidegger al conducir el

pensamiento de Nietzsche hacia una decisión, en cuanto para él este

pensador representa el final y el acabamiento de la metafísica. Tanto en

Platón como en Nietzsche lo que está en juego es la metafísica como

problema, y ello puede interpretarse en el sentido de que la metafísica y su

historia es el problema en el cual la verdad del ser no se ha dilucidado aún.

En efecto, el camino de búsqueda para formular el problema de la

metafísica de una forma nueva conduce a Heidegger hasta Platón. Mientras

elaboraba Ser y tiempo, se concentró en una exégesis del diálogo El Sofista,

a partir del cual Platón le inspiró la tarea filosófica de preguntar de una forma

nueva por el sentido del ser. En su búsqueda de la verdad del ser, la alegoría

platónica de la caverna, en La República, es interpretada por Heidegger de

un modo peculiar, concentrándose no en los pasos del ascenso hacia una

liberación de la ignorancia por medio de la formación, sino de mostrar el giro

hacia el problema de la verdad que allí aparece y que determinará todo el

pensamiento filosófico occidental posterior a Platón.

Platón presenta en su alegoría un proceso de formación educativa. Se

trata allí de hacer explícito el modo mediante el cual el hombre puede

alcanzar el máximo peldaño de una serie de grados en la educación, para

acceder al ámbito de la luz, saliendo de su actitud cotidiana, representada

por la caverna. El hombre tendría que acostumbrarse a fijar en cada caso la

dirección dada por su aspiración fundamental, la cual se manifestaría en la

firmeza de su comportamiento. En este sentido, el hombre se encuentra en el

contexto de una lucha por lograr la formación frente a la carencia de ella. La

idea de que este proceso formativo es una lucha, la toma Platón de su

maestro Sócrates.

Page 59: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

60

En la lectura heideggeriana, los grados del ascenso formativo tienen

que ver con las maneras en que al hombre le es mostrado lo ente: en primer

lugar, como las sombras de los utensilios; en segundo lugar, como un

encontrarse más cerca de lo ente pero todavía de una manera confusa; en

tercer lugar, como el estar ante las propias cosas con su “fuerza concluyente

y vinculante de su propio aspecto”,

las visiones de eso que son las cosas mismas, las (ideas), constituyen la esencia bajo cuya luz cada ente singular se muestra como éste y aquél, y en cuyo mostrarse a sí mismo eso que aparece se torna por vez primera no oculto y accesible49.

Pero Heidegger considera importante un cuarto grado de la alegoría

que él ve en la sustracción. Este grado se hace evidente en el descenso a la

caverna. Como la interpretación de Heidegger viene orientada por la verdad

del ser, él considera que en este proceso lo que está aconteciendo es que el

ente se muestra en los distintos pasos de su des-ocultamiento. Ahora bien,

Heidegger piensa que lo verdadero es lo des-oculto, por ello interpreta la

formación de la alegoría en función de lo verdadero; de manera tal que la

formación busca que el hombre se libere y llegue a comprender lo des-oculto

como lo verdadero. En este modo de ver la alegoría de la caverna,

encontramos la esencia de la formación fundamentada en la esencia de la

verdad. Pese a que en dicha alegoría Platón habla de la formación,

entendida como liberación, Heidegger considera que en el fondo de ella se

encuentra el tema de la verdad. Por otra parte, cuando Heidegger aborda la

manera en que la libertad se funda en la verdad como des-ocultamiento, en

su conferencia De la esencia de la verdad, está preocupado por mostrar

cómo se produjo en el inicio del pensar occidental un giro hacia la esencia de

49

Heidegger, Martín. Hitos. (Trads.: Helena Cortés y Arturo Leyte). La doctrina platónica de la verdad. Madrid: Alianza Editorial. 2001. p. 185.

Page 60: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

61

la verdad y cómo el pensar así orientado se decanta en favor de la libertad,

que ahora se privilegia. Por ello Heidegger cree que la formación es la que

determina esa mirada en la alegoría de la caverna y no el des-ocultamiento.

Esta alegoría es concebible cuando se ve en ella la verdad, desde la lucha

entre salir de lo oculto y persistir en la caverna. Heidegger piensa que Platón

tiene en mente también la verdad como el des-ocultamiento cuando investiga

la esencia de la verdad en dicha alegoría, pero pasa por alto la lucha entre

esas maneras de mostrarse lo ente y el des-ocultamiento, para concentrarse

más bien en el simple des-ocultamiento, es decir, en la simple manera de

salir de lo oculto. A juicio de Heidegger, pese a que el des-ocultamiento es

considerado por Platón en sus diversos grados, no se detiene a examinar el

modo en que se hace accesible lo que aparece, especialmente la acción en

que se deja ver y en la acción de dejar al descubierto lo que allí se muestra,

o sea, la idea.

Este asunto de la meditación platónica, en la interpretación de

Heidegger, será el que dé cuenta del viraje del pensar de la cultura

occidental, porque en ella está viendo el valor que se le otorga a la idea. Y

esto es importante en la medida en que la idea como la acción de darse a

ver, pone al descubierto o deja en libertad lo asistente. En este momento

ocurre que lo asistente, es decir, lo ente como lo que aparece, asiste, y de

este modo se esencia en su constancia; el ente se hace visible en su

consistencia y de esta forma refiere a su ser. El viraje se ha producido

gracias a que la idea, que sólo es accesible sobre el fundamento del des-

ocultamiento, sin embargo, con el énfasis que ha adquirido, no remite ya al

des-ocultamiento sino más bien a la consistencia. En este sentido, cuando se

produce el viraje de entender la esencia de la verdad a partir de la idea,

ocurre que esta deja de lado su rasgo fundamental de des-ocultamiento y se

pierde aquella referencia a la ocultación. La preeminencia de la idea frente al

des-ocultamiento, hace que aquella no se ponga al servicio de éste, y más

Page 61: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

62

bien ocurra que sea esa apariencia o el parecer de la idea, lo que se ponga

como determinante. Además, lo accesible por su intermedio o referido a ese

parecer, será lo que suplante al des-encubrimiento.

Desde esta suplantación lo entendido aquí como des-oculto, será

aquello que se manifieste en la apariencia de la idea. La abertura propiciada

se mantiene en un percibir que desde la idea se hace firme en un sentido

señalado de ver. En la interpretación que desencadena la alegoría de la

caverna de Platón, la formación educativa será considerada como la

capacitación de este ver, con el fin de que se adecue de forma exacta con la

idea. Adquiere importancia la rectitud para captar la idea, con lo cual se

cambia la manera de entender la esencia de la verdad; porque con ella no se

designará más el rasgo fundamental de lo ente mismo, sino que se cambiará

por la rectitud del mirar. Esto es un rasgo del comportamiento humano y

señala un tipo de relación del hombre con lo ente. Se comprende entonces

que la verdad ya no es des-encubrimiento50, sino rectitud de la mirada.

Otro ingrediente de este viraje se refiere a la idea de verdad que

instaura, la verdad como adecuación. Como ya la verdad no es des-

encubrimiento sino rectitud, esta se consolida en el conocer como la

concordancia que ocurre entre el pensamiento y la cosa. Esta idea se

desprende de la ambigüedad que también caracterizó a Aristóteles en su

determinación de la esencia de la verdad y que luego se afianzó en el ulterior

desarrollo histórico de la comprensión de la verdad. En efecto, en la última

parte del capítulo noveno de la Metafísica (Met.10, 1051a, 34 ss.) el rasgo

distintivo de lo ente y dominador sobre todas las cosas es el des-

50 Este desencubrimiento remite al concepto griego de la Heidegger lo vierte como

Un-ver-borgen-heit indicando con ello el estado de des-en-cubrimiento. Este estado muestra con claridad las dos dimensiones de la verdad plena heideggeriana, al tiempo que la verdad ontológica: de esta manera des-en-cubrimiento significa el proceso que va desde el en-cubrimiento a la claridad que equivale a la verdad óntica o re-presentacional. Mientras que des-encubrimiento se refiere al ser que al poner al ente en la claridad o determinación se sub-strae a sí mismo o se en-cubre.

Page 62: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

63

encubrimiento, pero como allí mismo Aristóteles considera que la falsedad y

la verdad no se encuentran en las cosas sino en el entendimiento, terminó

por establecerse como lugar de la verdad y la falsedad al enunciado producto

de los juicios del entendimiento. La idea de que el enunciado es verdadero

cuando es igual ( al estado de los hechos dista mucho de su

referencia a la en su acepción de des-encubrimiento.

[…¨] a partir de ahora, todo el pensamiento occidental acuñará como norma una comprensión de la esencia de la verdad a modo de corrección de la representación enunciativa51.

Como prueba de esta afirmación Heidegger ofrece las proposiciones

fundamentales en las épocas de la metafísica. De la escolástica medieval

toma la tesis de Tomás de Aquino de que la verdad está en el entendimiento

humano o divino de manera verdadera. De la Edad Moderna toma la idea de

Descartes de que la verdad o falsedad auténtica tienen su sede en el lugar

del entendimiento. Y de la era de la “incipiente consumación” de la Edad

Moderna toma la versión de Nietzsche quien se refiriere a la verdad como un

tipo especial de error necesario para una especie determinada de seres

vivos, a quienes les resulta útil para poder vivir. La verdad es puesta por la

decisión de valor para la vida52. Nietzsche refleja en su concepto de verdad

la consecuencia más extrema de aquél cambio operado en la metafísica que

va del des-encubrimiento de lo ente hacia la corrección del mirar.

Platón da lugar, además, a otra transformación, con su sometimiento

de la verdad al imperio de la idea: la del pensar en filosofía. Por filosofía se

se entiende desde entonces un saber referido al saberse desempeñar en

algo, un saber por ejemplo que apunte hacia la amistad en sí. La filosofía es

un saber que privilegia la referencia a las ideas, dado que son éstas las que

51

Heidegger, Martín. Op. cit., p. 194 52

Cfr., Ibíd.

Page 63: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

64

muestran aquello en-cubierto en la apariencia de lo que se investiga.

Apuntando hacia ese "qué" de las cosas, la filosofía se hace "metafísica".

Platón está pensando en la idea de un sobre pasamiento de la región en la

que se manifiestan las cosas en la mirada de la doxa, hacia otra región que

corresponde al ser de los entes. Ahora bien, como la referencia en el plano

del conocimiento son las ideas y como el camino que éste tiene que recorrer

para llegar al ser de las cosas comporta la adecuación exacta con aquellas,

piensa Heidegger que ello permite el hundimiento de "la verdad del ser

mismo". El sentido de la verdad del ser se hunde en el olvido en esta

metafísica. De ahí la necesidad para el pensar heideggeriano de indagar por

eso oculto en esta tradición occidental.

Con el olvido de la verdad del ser adquiere relevancia en el pensar

platónico el tema de la "formación", porque ella se identifica con el cuidado

por lograr una recta adecuación en el conocimiento, lo cual la pone en el

centro de la mirada filosófica. Esta cuestión visibiliza otra de suma

importancia, el surgimiento del "humanismo". Asistimos ahora al cuidado del

hombre. En ese humanismo es puesto el hombre, ya sea solo o en

comunidad, en una articulada armazón metafísica de lo ente, donde se lo

libera en vista de sí mismo y de sus posibilidades, para de esa manera

encapsularlo en la certeza de sí y de aquello que pueda conocer desde sí.

Tanto la liberación como el aseguramiento tienen diversas formas de darse:

como conducta moral, como la salvación del alma inmortal, como la

expresión y cultivo de las fuerzas creadoras, como la educación de la razón,

como cultivo de la personalidad, como ese humanismo que pretende

despertar el sentido común, o el que se refiere al cultivo del cuerpo o el tipo

de humanismo que pretende articular de manera apropiada, parcial o total,

las anteriores formas de humanismos. En este sentido, los pensamientos

filosóficos y metafísicos quedan atrapados en al ámbito humano, todos giran

en torno al hombre y a cualquier otra cosa que esté referida a él.

Page 64: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

65

El sentido metafísico de la historia viene determinado por la esencia

de la verdad desencadenada por el pensamiento platónico. Esa perspectiva

es el supuesto básico en el que se fundan tanto la manera de entender la

filosofía, como la metafísica y el humanismo propios de la cultura occidental.

Por ello nuestro presente intelectual también tiene este presupuesto del giro

producido por Platón en la interpretación del ser. Una vuelta hacia esa

génesis de la interpretación que sume la verdad del ser en el olvido y que se

mantiene de esa forma en el desarrollo del pensar occidental, tiene para

Heidegger la pretensión de acotar el límite y la de mostrar aquello oculto de

lo esencial de nuestro presente.

Ahora bien, cuando Heidegger se da a la tarea de hacer explícitos

estos supuestos del filosofar occidental en su trabajo La doctrina de Platón

sobre la verdad, es conveniente tener presente que en esa obra su propósito

no es explicar los aspectos fundamentales de la filosofía de Platón, ni

siquiera su teoría de las ideas. Lo que Heidegger se propone hacer en su

lectura de Platón es una crítica a lo que considera un grave error; haber

puesto el sentido de la verdad bajo el imperio de las ideas. Por esta razón la

exégesis de Heidegger de la alegoría de la caverna sólo se concentra en

mostrar el giro que a partir de Platón se ha producido en el pensamiento

occidental en la consideración de la esencia de la verdad. La obra Ser y

Tiempo también está determinada por esta interpretación sobre dicho giro,

porque en ella Heidegger se propone, en un primer momento, dejar al

hombre en su libertad más propia, para, en un segundo momento, tener la

oportunidad de hacer la experiencia de la verdad del ser. Propósito que tal

vez no logró realizar en esta obra, pero no se puede perder de vista que en

la consideración sobre Platón, lo que tiene Heidegger en mente es la

meditación sobre el planteamiento de su propio pensar. Esa meditación la

continúa él en su escrito: Carta sobre el humanismo, en donde quiere liberar

su pensamiento de la falsedad en la interpretación de corte metafísico,

Page 65: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

66

humanista y antropológico, de manera que se encamine hacia la verdad del

sentido del ser.

En Ser y Tiempo, cuando Heidegger examina "La constitución

fundamental de la historicidad", en el parágrafo 74, dice que la constitución

ontológica del Dasein es la historicidad. A la pregunta por el ser del Dasein,

responde que es el cuidado, que también es fundado por la temporeidad.

Heidegger orienta, en consecuencia, por dicho carácter de temporeidad el

curso de su investigación. Pretende encontrar en el recinto de la temporeidad

un acontecer que "determine la existencia como histórica". Él piensa que con

ello no queda en el aire su interpretación de la historicidad del Dasein, sino

que permite una elaboración "más concreta".

Heidegger entiende la temporeidad como un modo de ser propio del

existir, como la "resolución precursora". A su vez, lo característico de ésta

viene dado porque es "un callado proyectarse, en disposición de angustia,

hacia el propio ser culpable" (ST, 398). La referencia a esta resolución

precursora se encuentra en el parágrafo 60: "La estructura existencial del

poder-ser propio atestiguado en la conciencia". Allí nos presenta un

testimonio del Dasein, que refleja su poder-ser más propio. Según esto se

trata de una "intimación prevocante a despertar al ser-culpable". La

conciencia escucha este llamado y la comprende tal y como corresponde a

esa comprensión en la existencia. La comprensión que escucha de manera

propia el llamado se muestra como "un querer-tener-conciencia", que

significa también para Heidegger un "dejar-actuar-en-sí al sí mismo más

propio desde él mismo en su ser-culpable" (ST.313). Es un fenómeno que

ocurre en la conciencia, mediante el cual esta se hace libre para oír las más

internas indicaciones, aquellas que la empujan hacia la asunción propia de la

existencia. Heidegger llama a este fenómeno la atestiguación, la cual se da

en el interior del Dasein y es expresión de su poder más propio. La

Page 66: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

67

consideración de la estructura de la atestiguación permite ver entonces la

propiedad abierta del Dasein mismo.

El análisis de Heidegger muestra que en ese querer-tener-conciencia,

que es lo mismo que un comprender volcado sobre sí, el cual manifiesta el

poder-ser propio, se hace patente el carácter de apertura del Dasein. Esa

aperturidad del Dasein no sólo la compone el existenciario del comprender,

sino también la disposición afectiva y el discurso. La existencia se proyecta

de manera propia en la posibilidad fáctica de su poder-estar-en-el-mundo.

Dicha posibilidad fáctica del Dasein requiere, sin embargo, de un estado de

ánimo del comprender, que para el caso se refiere a la desazón de su

aislamiento. Allí interviene la disposición afectiva que abre el Dasein a la

angustia, haciéndole explícita a la existencia esa interna indicación de lo

desazonante de él mismo, con lo cual ese tener-conciencia dispone al

Dasein para la angustia. Esta referencia será tenida en cuenta por Heidegger

para destacar la figura del ultrahombre que él interpreta desde una

perspectiva planetaria.

Cuando Heidegger presenta su interpretación de la alegoría de la

caverna, juzga que Platón concibió allí la verdad como presencia, y ello ha

determinado la interpretación posterior del ser de los entes en el

pensamiento metafísico occidental.

Pero, en la medida en que esa concepción platónica de la verdad se

entronca con el tema de la formación o paideia, se introduce el problema del

hombre. En la misma alegoría se introduce el humanismo en la consideración

de la verdad. Se trata de la formación humana que se dispone a partir de los

procesos indicados en la alegoría y que le permitirá al filósofo el acceso a la

contemplación de las ideas. Heidegger descompone esos procesos en

cuatro, que tienen un dinamismo de ascenso y descenso y que dejan en

claro la prelación del proceso formativo, frente a la conquista y quietud que

pueda tener el discípulo al considerar quedarse en alguno de ellos.

Page 67: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

68

Heidegger se detiene en la actitud de Platón mediante la cual este

último fija una actitud fundamental para la consideración de la verdad. Esta

actitud se centra en la mirada, en el ver que determina el flujo de las cosas

en su aspecto fijo en medio del cambio. Desde este horizonte de

comprensión esa actitud se torna la forma privilegiada de concebir el ser. Esa

percepción en Platón se enfoca en la captura del “qué-es” de las cosas, y

posee un claro referente visual como el “aspecto” o “eidos”. Posteriormente,

Heidegger encuentra en ella lo permanentemente presente, de donde extrae

su interpretación del ser como presencia, es decir, como una forma de ser el

tiempo. Esta manera de ver es propia de la Metafísica. Heidegger considera

que la actitud platónica en este respecto también será determinante en el

modo en que Nietzsche trata el tema del nihilismo.

Page 68: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

CAPÍTULO TERCERO. EL CUERPO Y EL NIHILISMO

Cuando se tiene en el cuerpo un alma valiente y bien lograda uno puede permitirse ese gracioso lujo de la inmoralidad. Friedrich Nietzsche53

El objetivo de este capítulo es desarrollar el problema del cuerpo y examinar

la idea nietzscheana de cómo a partir de su interpretación por parte del

pensamiento filosófico, se cae en el nihilismo. Esta temática está elaborada

especialmente desde La ciencia jovial y de algunos de los Fragmentos

póstumos de 1887. No se trata, en consecuencia, de un trabajo que dé

cuenta del fenómeno del nihilismo en general, ni en toda La ciencia jovial, ni

mucho menos en todo el pensamiento filosófico de Nietzsche, sino sólo del

desarrollo de una intuición y de mi ejercicio de interpretación de la misma, en

la construcción de lo que a mi juicio es un interesante problema en esta parte

de la obra de Nietzsche y que puede dar luces para un trabajo más amplio

acerca del nihilismo en general.

53

FP IV, 6 [11]

Page 69: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

70

3.1. La filosofía en el cuerpo doliente y el nihilismo

Nietzsche toma como hilo conductor del modo de filosofar que él introduce

en La ciencia jovial, el tema del cuerpo. Así se encuentra escrito también en

el fragmento póstumo 532 de la Voluntad de poder:

Esencial: partir desde el cuerpo y usarlo como hilo conductor. Es el fenómeno más rico que permite observaciones más claras. La creencia en el cuerpo está mejor establecida que la creencia en el espíritu54.

En el prólogo de La ciencia jovial, Nietzsche hace varias

consideraciones relevantes para el propósito de esta investigación. En primer

lugar, deja en claro que la filosofía que él está haciendo aquí, tiene una

estrecha vinculación con sus propias vivencias, “siempre queda la duda de si

a alguien que no haya vivido algo semejante se le pueden hacer más

cercanas las vivencias de este libro”55; en este sentido, su filosofía adopta un

marcado sello personal. En segundo lugar, él es explícito en algo que

conmueve la existencia: el propio dolor. Es este el motor que decanta incluso

las más firmes convicciones. El dolor pone una X allí donde las cuestiones

filosóficas anteriores a él parecen haber alcanzado una especial aceptación.

Sólo el gran dolor es el último liberador del espíritu, en tanto es el maestro de la gran sospecha, (...) Sólo el gran dolor, aquel largo y lento dolor que se toma tiempo, en el que nos quemamos, por así decirlo, como una madera verde, nos obliga a los filósofos a ascender hasta nuestra última profundidad y a apartar de nosotros toda confianza, toda benignidad, encubrimiento, clemencia, medianía, entre las que previamente habíamos asentado tal vez

54

Nietzsche, Friedrich. La ciencia jovial “La gaya scienza”. (Trad.: Jara, José). Caracas: Monte Ávila Editores. 1990. La cita está tomada de la nota 4 hecha por el traductor, p. 267. En adelante, sólo citaré las iniciales de esta obra (CJ) y el número del aforismo. 55

CJ, 1

Page 70: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

71

nuestra humanidad. Dudo si un dolor de este tipo “mejora”; pero sé que nos profundiza56.

Por eso el dolor se torna sospecha respecto, por ejemplo, de los

valores. Y quien mejor nos puede ilustrar sobre los síntomas dolorosos de

padecimientos de la cultura occidental es un psicólogo, del modo como

Nietzsche lo construye, o sea, con muchos conocimientos fisiológicos.

En tercer lugar, Nietzsche cree que la filosofía en general está

íntimamente ligada al tema del cuerpo, aun cuando esta afirmación sólo sea

válida a partir de él, quien demuestra cómo esto es posible, por ejemplo a

través de la genealogía de los valores. Un tipo de filosofía viene determinado

por el cuerpo saludable o enfermo del que se hable57. Con todo, es preferible

hacer filosofía desde el dolor que desde la salud, porque cuando en la

filosofía se adopta esta última perspectiva, el resultado es nefasto, por

cuanto se postula un reino distinto, trascendente y completamente ajeno a lo

que es propiamente el sentido de la tierra, que significa caer en el nihilismo.

Este tipo de filosofías nihilistas se ocupan por ejemplo en la búsqueda de la

verdad o del bien o del sentido último de la existencia, postulando un reino

ideal o un reino de fines, a partir de los cuales ponen un fundamento ajeno a

este mundo en el que vivimos. Ya sea en la salud o en la enfermedad, o

también en los casos de penuria en los que se hace filosofía, el resultado es

un tipo de filosofía que brota del cuerpo. Pero aquí lo más interesante es el

tipo de interpretación que se hace de esos fenómenos en relación con lo más

determinante, esto es, el cuerpo: “muy a menudo me he preguntado si es

que, considerado en grueso, la filosofía no ha sido hasta ahora, en general,

56

CJ, 3 57

Cfr. CJ, 2

Page 71: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

72

más que una interpretación del cuerpo y una mala comprensión del

cuerpo”58.

La filosofía que se hace desde el dolor descubre muchas más cosas

que esos otros tipos de filosofías, porque es una filosofía que se eleva en

búsqueda de una mejor posición para describir las cosas que se encuentran

ocultas a esas miradas. Allí es preciso practicar el arte de la filigrana, que

mira por detrás de las cosas, se concentra en las esquinas y, en el caso del

dolor, instaura la sospecha respecto del tipo especial de conocimiento que se

hace evidente siguiendo su guía. Este arte le ha dado a Nietzsche un

refinamiento de sus órganos y le ha permitido considerar la enfermedad

como horizonte que le abre la perspectiva de lo más sano. En este sentido,

puede tomar la decadencia a partir del exceso de vida, pues el dolor le sirve

como estimulante para la afirmación y reafirmación de más vida. Desde el

dolor se está afirmando la vida: “Vivir-eso significa, para nosotros,

transformar continuamente todo lo que somos en luz y en llama, también

todo lo que nos hiere: no podemos actuar de otra manera”59. Nietzsche

considera su propio instinto de vida su filosofía y también se ha dado cuenta

de cómo el cuerpo tiene la posibilidad de ofrecerle infinitas perspectivas, una

de las cuales es la enfermedad. Esta es un punto privilegiado para el examen

genealógico del poder subyacente a los valores morales, pero no quiere decir

que sea el único punto de vista que suscita el cuerpo porque también en los

otros instintos y fuerzas que lo constituyen se hace patente la sabiduría

corporal.

58

CJ, 2 59

CJ, 3

Page 72: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

73

3.2. La fisiología del cuerpo descubre el nihilismo

Al hacer en el prólogo de La ciencia jovial una fisiología del cuerpo,

Nietzsche descubre que en éste se va dando una sabiduría de la superficie,

que se va concentrando cada vez más en la sensibilidad y se va percatando

del cambio de perspectiva a partir de la relación directa con el cuerpo. En

ese elevamiento, que en realidad es una toma de distancia, se da cuenta de

lo perspectivístico del mundo; así mismo descubre que hay algo cierto en la

apariencia que no se puede descartar, eso es un algo más que siempre

queda por decir respecto de la exuberancia del devenir del mundo y de lo

poco que podrá “capturar” un lenguaje representacional y bastante restrictivo

de lo que es esa riqueza. De igual manera, se da cuenta de que desde el

dolor es posible encontrarse con el poder de las fuerzas instintivas, algunas

de las cuales se yerguen sobre las otras para darnos la apariencia de un tipo

de realidad uno, omnicomprensivo y abarcante, como sería por ejemplo la

idea de un conocimiento absoluto. Allí se esconde una verdad y es que esa

es una forma demasiado limitada y bastante seria de ver el mundo, pero esta

es sólo una perspectiva que se ha instaurado, por ejemplo a través del

transcurrir de los años y de la fuerza de la costumbre, sin embargo, en el

fondo queda muchísimo más por decir. Además, Nietzsche se percata de

que la apariencia hace referencia especialmente a la manera como actúan

esas fuerzas, porque observando su funcionamiento es posible darse cuenta

del modo en que se va haciendo historia. Piénsese por ejemplo en el odio y

el amor y cómo esas fuerzas instintivas han orientado la historia de

Occidente.

Ahora bien, como este tipo de pensamiento oculta un fenómeno

singular, a saber, el nihilismo, es preciso explicitar dicho fenómeno en

relación con la sabiduría del cuerpo. Sin embargo, se debe tener presente

que si damos crédito a esas concepciones del mundo de tinte filosófico que

Page 73: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

74

Nietzsche critica, el nihilismo no sería un distintivo de tales pensamientos,

porque en esos casos se trata más bien de dar un fundamento, por ejemplo

de tipo absoluto, como ocurre con Hegel, o de dar más consistencia a los

postulados últimos de la razón, es decir, a su carácter a priori, como ocurre

con Kant.

Para la interpretación corporal del nihilismo se entiende que los

pensamientos producidos por la razón adolecen de la limitación y confinación

al tipo de tonalidad que el cuerpo muestra en ella, porque para Nietzsche la

razón es un instinto igual a los otros, sólo que por la potencia que ejerce

sobre los otros, se ha arrogado un derecho sobre ellos, que es el que le

asiste para ejercer su dominio. Desde esta perspectiva, la crítica de

Nietzsche tiene que ver especialmente con los saberes que sustentan la

cultura occidental, tanto el cristianismo y las doctrinas valorativas desde

Platón, como los saberes que brotan del positivismo científico. Por cuanto en

la cultura occidental están latentes estas concepciones filosóficas, a partir de

las cuales se han desprendido las ciencias y las mismas formas de vida

modernas, podemos interpretar las filosofías de la salud o de la enfermedad

del cuerpo como generadoras del nihilismo. Pero a este tipo de filosofías

tenemos que oponer la concepción filosófica de Nietzsche, a la que él llama

ciencia jovial.

Nietzsche ha descubierto un tipo de “ciencia jovial” que, por ser acorde

con la vida misma, se ha purificado y decantado en la paciente espera sin

esperanza, pero que de súbito abraza la esperanza de curación, hasta la

embriaguez. Esta “ciencia jovial” toma la vida como un experimento y para

ello adopta la perspectiva de un fino psicólogo, apartándose

estratégicamente del “espíritu ilustrado” que caracteriza la ciencia positiva,

con lo que evita seguirle el juego de sus demostraciones y conclusiones,

para apelar en su lugar al instinto, a lo “loco” e “irracional”. Con ello pretende

Nietzsche ubicarse en un lugar distinto al del conocimiento científico, el cual

Page 74: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

75

también ha influido a los poetas, de los que también quiere apartarse. De ahí

que se anuncie el comienzo de la tragedia y de la parodia como comienzo de

dos formas desde las cuales se va a trabajar en pos de la transvaloración de

los valores.

Con la “ciencia jovial” Nietzsche inaugura una nueva manera de decir

una experiencia: es por eso que ya no se tratará de contraponer unos

argumentos a otros, ni de dar las razones que sean más válidas, así como

tampoco de afirmar posiciones en contra de las filosofías anteriores a él, sino

que hasta en ello Nietzsche optará por la forma aforística, a martillazos, a

partir de sugerencias y presentimientos, que incluso invierten el sentido de

las valoraciones para tratar de hallar un eco nuevo, de juego, y a veces con

un profundo carácter imaginativo de las cuestiones, donde se deje a flote esa

sabiduría del cuerpo que se traduce en el aforismo como un afecto. El

aforismo contiene grados, intensidades, posee distintas velocidades y es la

forma como Nietzsche se libera de la limitación que él experimenta ante el

lenguaje de decir lo nuevo. Porque lo que está en juego en ese decir es un

cambio del mundo.

3.3. Las fuerzas dominantes y las fuerzas dominadas como fuentes del nihilismo corporal

El tema del mundo se evidencia, por ejemplo, en el interés de Nietzsche al

examinar cuál es el valor del valor. Allí le importa concentrarse en la función

que cumple el valor en la cultura, contrario a la manera como han sido

puestos estos asuntos por los ingleses, cuando inscriben el origen de los

valores en la utilidad. Desde esta perspectiva, los valores de los fuertes

tienen la finalidad de la conservación de la especie. En cambio, cuando

Nietzsche va a buscar ese mismo origen, hace una especie de recorrido

histórico de la influencia de un valor en la cultura, para examinar en dónde

desplegó un mayor poder. Por ejemplo, cuando toma el amor cristiano, él se

Page 75: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

76

ubica más bien en el nacimiento de la democracia. Lo que allí está en juego

es lo siguiente: debido a que un instinto ya está incorporado, el origen de

dicho instinto viene dado por una relación de fuerzas, esto lo muestra el autor

en la Genealogía de la moral cuando presenta a los fuertes en disputa contra

los débiles, como relaciones de fuerzas que a su vez crean valores60. No

existen valores absolutos para Nietzsche, puesto que estos se relativizan,

por ejemplo con la risa. El error del pensamiento nihilista es su pretensión de

postular un valor absoluto de la existencia, del mundo o de la vida. Es

probable que sea un cierto tipo de enfermedad del cuerpo y sus tendencias

las que inciten a los filósofos hacia la búsqueda de un remanso de paz para

su dolor, expresado en ese mundo ideal: “hacia el sol, lo plácido, lo suave, la

paciencia, el medicamento, el solaz en cualquier sentido”61, y con ello

aparecen las filosofías que ponen la paz por encima de la guerra, o las éticas

que tienen una comprensión negativa de la felicidad, es decir, no en la

perspectiva del dolor y del sufrimiento, con lo que se equiparan a las

metafísicas y físicas de corte finalístico: “todo anhelo predominantemente

estético o religioso hacia un estar aparte, un más allá, un estar fuera, un

estar por encima”62. Esa es la tendencia misma del cuerpo de la que no se

han percatado los filósofos, a quienes entre otros viene a enseñar

Zaratustra63.

De acuerdo con estas interpretaciones, sostengo entonces que el

nihilismo que se desprende de esta tesis nietzscheana acerca del cuerpo

consiste en una negación del cuerpo por parte de estas filosofías. En las

miradas de estas filosofías se pasa por alto que el mundo es voluntad de

poder. A partir de esta concepción, Nietzsche puede explicar la relación de

60

Cfr. GM, 10 61

CJ, 2 62

Ibíd. 63

Cfr. Nietzsche, Friedrich. Así habló Zaratustra. (Trad. Andrés Sánchez Pascual). Madrid: Alianza. 1996. En adelante citaré así esta obra: AHZ, “De los despreciadores del cuerpo”, 60-62.

Page 76: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

77

fuerzas que lo constituyen, pues desde la voluntad de poder se da cuenta de

que existe una especie de “afuera” (como diría Foucault), a partir del cual se

introducen múltiples e infinitos tipos distintos de relaciones entre las fuerzas y

de esta manera, para el caso de las virtudes individuales por ejemplo, se las

entiende como los distintos matices multicolores que le dan color a la

existencia64. Ahora bien, como la voluntad de poder es el carácter

fundamental de la vida, no quiere el poder como algo distinto de ella, algo

trascendente a sí misma, que esté por fuera de ella, sino que es más bien

voluntad como poder, por lo que se puede afirmar entonces que la voluntad

se convierte en otra cosa: ya no es voluntad como aspiración o deseo, sino

como mandato, como imperativo que se da poder a sí mismo. En este caso y

como mandato que se da poder a sí mismo, la vida se presenta en su propio

devenir. Es posible indicar, por tanto, que esta voluntad de poder tiene una

cierta connotación de proyecto metafísico, por cuanto no es una facultad del

alma o algo que se pudiera captar psicológicamente, sino que es una suerte

de proyección del ente en su totalidad, arbitrario en su proceder, a juicio de

Heidegger65. Pero debido a que el nihilismo no capta esta infinidad de

matices, por haber adquirido ese tono de unificación y perspectiva única

absoluta, termina siendo en general una negación de la misma vida. Esto no

sólo se refiere al cuerpo como tal, sino a la negación más radical de la vida,

que ocurre cuando se postulan mundos ideales, valores absolutos o

representaciones que no reconocen el sentido de la tierra ni del hombre.

64

Cfr. CJ, 8 65

Cfr. Pöggeler, Otto. Op. cit., p. 118

Page 77: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

78

3.4. Interpretación del nihilismo del cuerpo

En su obra Así habló Zaratustra, que vio la luz de manera completa en la

primera publicación de 1892, Nietzsche presenta su figura del Zaratustra

indicando en el prólogo quién es, de dónde procede y qué hace este

personaje. Acerca del concepto del superhombre y de si el camino propuesto

allí es o no practicable, tan sólo el curso de la historia lo diría. Pero en el

caso de Heidegger, quien se ocupó de este tema en su conferencia del 8 de

mayo de 1953 en Bremen, titulada “¿Quién es el Zaratustra de Nietzsche?”,

en una época en que el hombre se dispone a la apropiación total y a hacerse

dueño del universo entero, sostiene que “no basta con el hombre”. Porque en

su interpretación de esa idea nietzscheana él cree que ella conduce hasta la

implantación de una concepción maquinal de la existencia regida por el

imperio de la técnica.

Mientras tanto, en el estudio de la obra de Nietzsche otros estudiosos

del nihilismo se han orientado o bien por la idea de la pérdida de valor de los

valores absolutos, o bien lo han entendido en relación con la decadencia de

la cultura europea y desde allí, de toda la cultura occidental. En estos

términos, ha sido estudiado el nihilismo desde diversas perspectivas, tales

como: el nihilismo visto desde una posición religiosa, el nihilismo en relación

con la política, así como el aspecto nihilista del ser humano en el orden

psicológico, o bien el aspecto sociológico del nihilismo. Estas y otras

perspectivas encuentran su apoyo en los escritos nietzscheanos, pero

muchas veces lo que persiste son las lecturas de los intérpretes, y poco se

escucha la voz de Nietzsche.

Por nuestra parte, queremos plantear una posición diferente respecto

Page 78: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

79

a esas interpretaciones del nihilismo, en el horizonte de los fragmentos

pertinentes. Por ello resulta necesario esclarecer la interpretación del

nihilismo del cuerpo, con la cual se pretende mostrar cuál es el alcance que

esta perspectiva juega en la reflexión sobre el nihilismo en Nietzsche. Desde

este nihilismo que brota del cuerpo, se comprende el sentido de ese

fenómeno en otra línea de pensamiento diferente a las interpretaciones

estudiadas tanto por Heidegger, como por quienes han seguido meditando

esta cuestión.

Desde los inicios de su reflexión sobre la voluntad de poder, para

Nietzsche esta idea se encuentra relacionada de manera íntima con la

comprensión que él tiene del cuerpo. Este es una organización maravillosa

de centros de fuerza, una enorme pluralidad de impulsos cada uno de los

cuales a su vez está provisto de una pluralidad tanto de formas como de

medios de expresión. En este sentido, el cuerpo es entendido como la

realidad primera, en tanto que el espíritu viene siendo sólo lenguaje

compendiado del cuerpo. Lo que se conoce como el yo, el alma, o la

conciencia en cuanto principio de identidad, en la mentalidad de Nietzsche se

corresponde con una síntesis conceptual, o una “ficción”. Aquello que se

piensa como la unidad o la identidad del individuo, descansa en la

constitución y en la organización de su cuerpo. Por eso Nietzsche está en los

debates científicos de su época, en el grupo de quienes creían en la

inversión del orden jerárquico tradicional entre el cuerpo y el espíritu.

El talante filosófico de Nietzsche para enfocar sus críticas a la moral, a

la cultura y a la filosofía misma representada en la línea de los autores a

quienes él refuta o en quienes se apoya, como Sócrates, Platón, Pascal o

Schopenhauer, por citar algunos, produce en él unos efectos corporales a

partir de los cuales va a enfocar sus problemas desde una fuerza y un vigor

que le son característicos en el estilo y la expresión. En ocasiones, este

talante le permite decir y producir el efecto contrario en las significaciones

Page 79: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

80

que ciertos conceptos tienen en el uso que se hace de ellos, por ejemplo, en

la filosofía. Algunos de esos conceptos son: bien, mal, verdad, valor, ser,

fuerza y otros más.

Nietzsche sustenta una posición afirmativa del cuerpo y sus

enseñanzas. En ella presenta su condena a las tradiciones cuyos

pensamientos acerca del cuerpo no le hacen justicia. Ese pensamiento dual

que opone una realidad suprasensible frente a otra tangible y material

conduce a reflejar ese esquema en la oposición entre el mundo y el cielo,

entre noche y día, macho y hembra, recto y curvo, propio de los pitagóricos;

pero también la oposición del soma frente a la psyché. Los pensamientos de

Sócrates y Platón continuaron esa línea interpretativa de la existencia

humana. Según esa interpretación, se asignó más valor a un término que al

otro, por cuanto se le atribuyó valor especial a la entidad, debido a su

consistencia, y menos valor al accidente, por causa de su contingencia y

mutabilidad. La psyché y el cuerpo fueron valoradas en parangón con

aquellos. La consistencia de la psyché viene dada desde su interpretación de

entidad simple, que por tal carácter no es susceptible de transformación o

cambio, sino que denota estos caracteres: es estática, fija, sin movimiento,

atemporal y por ello eterna. Desde el plano del conocimiento, estos

caracteres sirvieron para tomarla como una entidad verdadera, que en el

caso de la interpretación cristiana del anima medioeval sirvió para dar con el

sentido verdadero de la existencia en su relación o religación con Dios. El

cuidado por la existencia se manifiesta en el cuidado del alma. En

consecuencia, las prácticas de su conservación traspasan las fronteras de lo

contingente hacia lo infinito y transcendental de manera que el alma se

convierte en un asunto de salvación o perdición. Con el privilegio del alma, el

cuerpo va quedando en un segundo plano, se lo utiliza en función de la

salvación del alma. Podría decirse que el cuerpo así entendido se convierte

en un instrumento de la salvación, por lo cual recibe todo el peso de la

Page 80: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

81

disciplina y de la ascesis predicadas por las doctrinas religiosas de corte

místico.

Esta concepción del cuerpo es refutada por Nietzsche,

especialmente en Así habló Zaratustra. Esta obra tiene la siguiente

estructura: al comienzo, Nietzsche aborda la pregunta de ¿quién es

Zaratustra?, pues este personaje legendario le sirve para mostrar la

autosuperación de la moral a través de la veracidad. El resto de la obra

presenta de manera articulada en forma de anillo los otros cuatro temas:

primero: el ultrahombre. Segundo: la muerte de Dios. Tercero: la voluntad de

poder y, cuarto: el eterno retorno de lo idéntico. En medio de estos temas

significativos en el pensamiento de Nietzsche se puede seguir el tema del

cuerpo, el cual, a pesar de esa tradición negativa que le precede, es

reinterpretado hasta el punto de considerarlo el constitutivo o distintivo de la

humanidad del hombre. En el “Prólogo” presenta a Zaratustra alabando la

sobreabundancia del sol, al tiempo que desde ésta quiere hundirse en su

“ocaso", en el que deja sugerido que tiene que ver con su querer “volver a

hacerse hombre", pero aquí se entiende desde la visión del superhombre.

“Hundirse en su ocaso” es la traducción elegida por el profesor Andrés

Sánchez Pascual a quien sigo en su nota del término clave de Nietzsche,

Untergehen, que tiene diversos matices, algunos de los cuales se pierden en

la traducción castellana. Sin embargo, se pueden indicar estos tres sentidos:

1) tiene el significado de “caminar (gehen) hacia abajo (unter)”. Este sentido

hace referencia al descendimiento de Zaratustra de la montaña hacia los

hombres que se encuentran en el pueblo. 2) Se designa con ese término la

puesta de sol, que es lo común al ocaso, lo cual se aplica a Zaratustra en

cuanto él con su acción quiere parecerse a ese sol al atardecer, es decir,

también Zaratustra quiere ponerse. 3) Nos dice Sánchez Pascual que

Nietzsche usa tanto Untergehen como el sustantivo Untergang en el sentido

de “hundimiento, destrucción, decadencia”, que se aplica a la figura de

Page 81: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

82

Zaratustra como a alguien que se “hunde en su tarea y fracasa”. Son varias

las alusiones de Zaratustra a que su tarea le destruye.

Sánchez Pascual también advierte que Nietzsche suele contraponer

los conceptos compuestos alemanes Untergang-Übergang. Como Übergang

quiere decir “pasar al otro lado por encima de algo” y también tiene el sentido

de “transición”, se entiende que Zaratustra afirma que el hombre es “un

tránsito y un ocaso”. Desde esta perspectiva se comprende que el hombre al

hundirse en su ocaso a la manera del sol, pasa al otro lado de la tierra, que

aquí designa las antiguas creencias. Esto apunta a que el hombre abandona

un modo de ser y pensar que lo mantiene en el nihilismo buscando la

superación de sí mismo. Abandona el estado de decadencia con vistas a

alcanzar el nuevo estado de plenitud que sólo puede ofrecer la doctrina del

ultrahombre.

En su conversación con el anciano eremita, Zaratustra cambia la idea

de amor a los hombres por la de alguien que va a hacerles a ellos “un

regalo". Lo dramático de esta narración es que ese benemérito personaje ha

pasado mucho tiempo alejado de los hombres, precisamente, según sus

palabras, por amor a ellos, y es ese amor el que él trastrocó por el amor a

Dios. El eremita ha pasado sus días en el bosque “cantando, llorando, riendo

y gruñendo” y en eso consiste su alabanza a Dios. Pero Zaratustra no le

cuenta al anciano la terrible verdad: “¡Este viejo santo en su bosque no ha

oído todavía nada de que Dios ha muerto!”66. Este pensamiento de la muerte

de Dios tiene mucho sentido dentro de la obra nietzscheana porque ilumina

la idea del nihilismo en cuanto acabamiento del valor de los valores

absolutos que ese ideal representa. Y para el caso que nos ocupa, junto con

la doctrina del superhombre, es necesaria una reivindicación del cuerpo.

66

AHZ, “Prólogo de Zaratustra”, 34

Page 82: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

83

En la enseñanza de Zaratustra sobre el superhombre se deja

planteada la contraposición con el hombre y la necesidad de superarlo. La

necesidad viene dada por el poder de los seres de crear algo que esté por

encima de ellos. Allí Nietzsche hace una caricatura de la idea de la evolución

como un recorrido, como un camino o tránsito que va, por ejemplo, desde el

gusano hasta el hombre o desde el mono hasta el hombre. El resultado lo

presenta en las metáforas del hombre como un ser escindido, “híbrido de

planta y fantasma” o, como hemos dicho, el hombre como ser compuesto de

cuerpo y alma.

El superhombre afirma la finitud de la existencia, en tanto Zaratustra

proclama que “es el sentido de la tierra”. Pero también tiene que ser querido

por la propia voluntad de esa manera, debido a que siguiendo esta creencia

es posible darse cuenta de lo opuesto a las “esperanzas sobreterrenales”.

Para Zaratustra quienes esto enseñan “son despreciadores de la vida, son

moribundos y están ellos también, envenenados, la tierra está cansada de

ellos: ¡ojalá desaparezcan!”67. Precisamente esta mentira es la que va a

desenmascarar Nietzsche.

Si bien el hombre es un ser que debe ser superado, no lo será por

otras realidades fantasmales, ni siquiera por la idea de Dios, considerada

fuente de las verdades absolutas. Esta idea es una de las grandes

falsedades que el hombre se ha inventado, en virtud de la pereza de una

mente que le teme a lo caótico de la realidad y que con ella pretende

organizar ese caos poniendo inteligibilidades que le sirvan para encontrar

coherencia o que le den la impresión, por ejemplo, de un mundo regido por la

causalidad. Tal mundo es fruto de la otra invención humana: el conocimiento

centrado en la razón. No es pues en Dios donde el hombre se supera a sí

mismo en cuanto se entiende como una realidad transcendente, sino en la

67

Ibíd.

Page 83: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

84

afirmación de su finitud. En la enseñanza de Zaratustra la finitud se muestra

identificando la tierra con el único hogar en el que siempre ha estado y del

que nunca saldrá a pesar de sus sueños de infinitud. Dios como el máximo

ideal de todos los valores ha muerto por la misma acción del hombre que

quiso darle esa vida y existencia eterna. Por eso, para Zaratustra ahora el

acto más horrible que se el hombre puede realizar “es delinquir contra la

tierra y apreciar las entrañas de lo inescrutable más que el sentido de

aquélla”68.

En relación con el tema del superhombre se encuentra esa

contraposición entre alma y cuerpo. Desde la contraposición y teniendo la

perspectiva del alma se toma al cuerpo con “desprecio” y se lo quiere reducir

hasta su mínima expresión, incluso llevándolo a su negación o aniquilación.

El alma quiere al cuerpo “flaco, feo [y] famélico”, porque pretende

“escabullirse del cuerpo y de la tierra”. El fino olfato de Zaratustra huele en

esa actitud la voluptuosidad de la crueldad que despliega allí esa alma. Y nos

muestra la otra perspectiva que es la del cuerpo en sintonía con la tierra,

donde éste nos presenta al alma en su pobreza, suciedad y con un

“lamentable bienestar”. Producto de estas contraposiciones, el hombre viene

siendo “una sucia corriente”, para lo cual requiere una inmensidad de aguas

que sólo tiene el mar, pues sólo así es posible recibir la sucia corriente sin

contaminarse. Para Zaratustra el superhombre es el mar en el que se puede

limpiar el “gran desprecio”, sin volverse impuro.

En su enseñanza del superhombre como sentido de la tierra,

Zaratustra contrapone al hombre normal, al que compara con un animal

tosco que ha sufrido multitud de metamorfosis, desde el “gusano” hasta el

“mono”. El estado de hombre es lamentable desde la perspectiva de su

68

AHZ, “Prólogo de Zaratustra”, 35

Page 84: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

85

enseñanza, en la que alienta a una “superación”, para la cual apela a la

voluntad.

La superación contempla ese movimiento que parte de la situación del

hombre normal que baja un peldaño de lo que ha venido siendo, para

asumirse en la desnudez de su flaqueza, de modo que se apropie de su

bajeza, pues sólo asumiéndola podrá salir a flote, reluciente y cargado con

esa sabiduría que lo impulsará hacia ese otro estado que se le indica como

el horizonte del superhombre.

“Diga vuestra voluntad: ¡sea el superhombre el sentido de la tierra!”69

Es un mandato que supone la idea de la voluntad como expresión de un

dictamen que debe hacerse efectivo. La superación del hombre normal por el

superhombre es un acto de la voluntad. Con ello se remite a la potencia de la

voluntad que se manifiesta en la fuerza de transformación, que si bien se

sitúa en el nivel de ese hombre normal, sigue operando en el horizonte del

estado del superhombre. La naturaleza humana se comprende como un

tránsito entre estos dos estados, el cual nos recuerda la imagen de Pascal

sobre el hombre como una “caña pensante”.

El hombre es una cuerda tendida entre el animal y el superhombre, ─ una cuerda sobre un abismo. Un peligroso pasar al otro lado, un peligroso caminar, un peligroso mirar atrás, un peligroso estremecerse y pararse. La grandeza del hombre está en ser un puente y no una meta: lo que en el hombre se puede amar es que es un tránsito y un ocaso70.

Para una mejor comprensión del hombre en Nietzsche, es pertinente

considerar las indicaciones que nos presenta en esta parte de su Zaratustra

sobre los caracteres humanos.

69

Ibíd., 34 70

Ibíd., 36

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86

El estado de hombre normal es el de un ser escindido que se debate

entre la aceptación de una parte de su ser y el desprecio de la otra, sin caer

en cuenta de que en esa aceptación también se ha despreciado la realidad

humana como tal, esto es, en su sentido referido a la tierra. Para Zaratustra,

el más sabio entre ese tipo de hombres es un “ser escindido, híbrido de

planta y fantasma”71. ¿Cuáles han sido las enseñanzas de este tipo de

sabiduría humana? Para dar una respuesta a esta pregunta es preciso

situarse en el plano bajo del estado del hombre normal, donde éste privilegia

el alma y sus productos desde los sentimientos que en ella van aflorando,

como son el desprecio del cuerpo, hasta el extremo de querer aniquilarlo

viéndolo “flaco, feo, famélico”. Luego, esta alma se eleva a través de sus

creencias produciendo una idea de felicidad para ese hombre alado. En esta

altura, el alma confía en otro de sus hallazgos, el poder de la razón,

mediante el cual descubre la idea de la virtud, estableciendo el juicio de las

cosas desde los criterios absolutos del bien y del mal. El camino a seguir de

aquí en adelante es la postulación de los ideales morales, por ejemplo de la

justicia, entendida como el dar “a cada uno lo suyo”72.

Otro sentimiento que surge desde el alma es la compasión, expresada

en el amor al prójimo. El ascenso a ideales de los sentimientos que se

originan en la creencia en el alma, le permiten a esta mirar lo que se le

opone como pecado y en esta manera de juzgar las cosas se llena de un

sentimiento de moderación. El tejido de vivencias configurado a partir de

estos sentimientos del alma hace orgullosos a este tipo de hombres porque,

de acuerdo con Zaratrusta, tienen algo muy valioso para ellos: cultura.

El proceder de Zaratustra para mostrar las bondades de la contraparte

consiste en hacer un juego de inversión de los términos, con el fin de

alcanzar la perspectiva adecuada en las significaciones que logre arrancar

71

Ibíd., 34 72

FP IV, 5[82]

Page 86: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

87

de aquello que trata, utilizando esta técnica para situar la reflexión en un

nuevo sendero significativo mediante la cual deja sugerida la perspectiva

buscada.

En la estrategia de comprensión usada por nuestra parte, postulamos

un segundo plano que corresponde a la mirada desde el cuerpo a partir de la

cual se controvierten las creencias del alma como constitutivo de la

naturaleza humana. El cuerpo anuncia al alma su estado de “flaca, fea y

famélica” y le descubre su crueldad como la voluptuosidad en que ella se

regocija cuando a él se refiere. Su anuncio le viene de la potencia que le

otorga su conexión con la tierra desde donde ve a esa alma en su “pobreza y

suciedad”, queriendo otorgarle al hombre un “lamentable bienestar”. El

cuerpo anuncia al alma su enfermedad cuando plantea al hombre sus

valores de felicidad, de justicia y de virtud; el alma padece un estado horrible

para el cuerpo cuando juzga el ser de las cosas con su varita mágica del bien

y el mal. Su compasión es crucifixión y su moderación no es más que una

pecaminosa mezquindad. El cuerpo le anuncia al alma cómo ella ha

enfermado hasta su producto más preciado como es la cultura que ha

originado. Su enfermedad es la fatiga, “una pobre fatiga ignorante, que ya no

quiere ni querer”73.

Otro plano es el correspondiente a ese hombre intermedio, indicado

por medio de las expresiones: “cuerda sobre un abismo” o “puente”, cuya

naturaleza es ser “un tránsito y un ocaso” del que habla Zaratustra. Para

rescatar los elementos de este tipo de hombre tomaremos las indicaciones

que se presentan en el título De los despreciadores del cuerpo del

Zaratustra. Para una perspectiva distinta de las consideraciones que ven al

hombre como un ser escindido, Zaratustra apela a alguien que esté

“despierto” y que además tenga una especial sabiduría para darse cuenta de

73

AHZ, “De los trasmundanos”, 57

Page 87: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

88

que desde él clama su naturaleza diciendo: “cuerpo soy yo íntegramente, y

ninguna otra cosa; y alma es sólo una palabra para designar algo en el

cuerpo”74. Esta perspectiva es otra, puesto que está tomando al ser humano

desde su realidad fenoménica, íntimamente asociada con su afirmación del

sentido de la tierra, en virtud de la cual adquiere su verdadero hogar. De ahí

que no tenga temor Zaratrusta en enseñar que es preciso tomar este cuerpo

como “una gran razón, una pluralidad dotada de un único sentido, una guerra

y una paz, un rebaño y un pastor”75. Este cuerpo especial, concebido como

ambigüedad plural de pulsiones, contiene la facultad de la razón, otrora

considerada como la potencia dominadora de las demás fuerzas instintivas,

pero ahora reducida a una pequeña fuerza, a veces denominada “espíritu”,

pero en cualquier caso considerada un instrumento del cuerpo.

Otro elemento distintivo de este cuerpo especial aparece cuando se lo

compara con la idea del “yo”, que es también fruto de la creencia en otras

significaciones más amplias relacionadas con la conciencia. Sin embargo, el

cuerpo especial o gran razón, a pesar de no ser ese yo en su

funcionamiento, también hace lo que esa palabra designa. No se da una

especie de fin contenido en el sentir del sentido, como tampoco lo

encontramos en lo que conoce el espíritu, pero en la creencia que del sentido

y del espíritu brota, ellos se ponen como término de todas las cosas,

poniendo de manifiesto una gran vanidad con la cual pretenden ocultar su

condición de instrumentos y juguetes del cuerpo especial. En el fondo del

sentido y del espíritu habla el “sí-mismo”76. Esto dice Zaratustra del sí-mismo:

El sí-mismo busca también con los ojos de los sentidos, escucha también con los oídos del espíritu.

74

AHZ, “De los despreciadores del cuerpo”, 60 75

Ibíd. 76

Aquí se distingue el “yo” (Ich) del “sí-mismo” (Selbst) en la traducción de A. Sánchez Pascual, que denota la idea moderna del yo, la cual es distinta de la comprensión de este cuerpo especial.

Page 88: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

89

El sí mismo escucha siempre y busca siempre: compara, subyuga, conquista, destruye. Él domina y es también el dominador del yo. Detrás de tus pensamientos y sentimientos, hermano mío, se encuentra un soberano todopoderoso, un sabio desconocido ─ llámase sí-mismo. En tu cuerpo habita, es tu cuerpo77.

Esta nueva mirada que emerge del cuerpo especial en su sí mismo,

es la estrella que alumbra todas las formas de valorar, actuar y pensar, y se

manifiesta en el ser del hombre como una señal orientadora de todas sus

acciones, aunque no se le dé crédito. Este cuerpo tiene razones que no

entiende la mejor sabiduría de las creencias antiguas. Los rodeos de la

inteligencia con sus pensamientos no son más que instrumentos para la

realización de la meta del cuerpo. Es el cuerpo quien orienta

subrepticiamente al yo para que produzca sus conceptos. Como ejemplos

nos presenta Zaratustra los siguientes:

El sí-mismo dice al yo: « ¡siente dolor aquí!» Y el yo sufre y reflexiona sobre cómo dejar de sufrir ─ y justo para ello debe pensar. El sí-mismo dice al yo: « ¡siente placer aquí!» Y el yo se alegra y reflexiona sobre cómo seguir gozando a menudo ─ y justo para ello debe pensar78.

El “debe” indica la orden del cuerpo al yo para que elabore los

pensamientos correspondientes a las valoraciones de aprecio o desprecio

según la utilidad. Ese sí-mismo íntimo del cuerpo especial es creador para sí

del apreciar y el despreciar, del valor y la voluntad, del placer y el dolor. De

manera que aún en aquellos seres que manifiestan su desprecio por el

cuerpo es éste mismo quien les da el tono de su apreciación. Por eso el

cuerpo puede ser fuente del nihilismo.

El siguiente plano es el de la enseñanza de Zaratustra sobre el

superhombre. Esta perspectiva es la más elevada porque indica la meta

77

AHZ, Ibíd., 61 78

Ibíd.

Page 89: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

90

hacia la que debe tender el hombre luego de sufrir las distintas

transformaciones que se han escenificado más arriba con los tres tipos de

hombre. El superhombre es el sentido de la tierra y por eso arrastra hacía sí

todo el horizonte de superación y creación de un nuevo tipo de hombre. Pero

este es el faro hacia el cual dirigir la mirada en el cumplimiento de la tarea

que le señala al hombre Zaratustra. Su enseñanza muestra en este propósito

las transformaciones del espíritu: en camello, en león y finalmente en niño.

La figura del camello representa el tipo de hombre cuyo espíritu ha de

ser fortalecido en la paciencia para soportar el peso de tantas cargas que se

ha echado encima, a las que se acostumbra y busca, convencido de que son

el vehículo de su perfección, por eso cuanto más pesadas sean, más

regocijo le causan. La estrategia usada por Zaratustra para ponernos en la

dirección de estas cargas espirituales es la de las preguntas que suscitan la

sospecha de qué tan consistentes y útiles son esas creencias que abriga

este espíritu. Se burla de la humillación con la que se pretende azotar la

propia soberbia o del alarde elaborado de la tontería para no dar crédito a la

propia sabiduría. O que este espíritu se alimente con la idea de obtener un

conocimiento esquivo y de que el alma padezca la ansiedad que acompaña

la búsqueda de la verdad. Estas son las cosas que carga ese camello.

Al introducirse en la soledad del desierto le ocurre al espíritu la

segunda transformación, representada en el león, una figura de animal

desafiante y conquistador de su libertad, como si esta fuera su presa. El león

quiere encontrar a su señor y convertirlo en enemigo, luchar contra su dios,

una suerte de dragón. En este pasaje Zaratustra muestra que ese dios contra

el que desea pelear el león es el “tú debes”. Es nada menos que el ideario de

la doctrina moral del deber-ser. En cambio el león lleva su arma del “yo

quiero” como un nuevo tipo de valoración creadora, una forma distinta de la

voluntad. El dragón refleja en sus escamas las doctrinas milenarias del valor

de las cosas que han sido creadas y que se oponen al “yo quiero”. Si bien el

Page 90: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

91

león quisiera saltar sobre esas valoraciones, todavía no tiene el poder

suficiente para “crear valores nuevos”. Lo que sí puede, en cambio, hacer el

león es “crearse libertad para un nuevo crear”. Este espíritu representado por

el león dice no al deber y por ello es necesario.

En otro tiempo el espíritu amó el “tú debes” como su cosa más santa: ahora tiene que encontrar ilusión y capricho incluso en lo más santo, de modo que robe el quedar libre de su amor: para ese robo se precisa el león79.

Se trata de una lucha encarnizada contra el deber-ser moral, la

doctrina que invade la cultura y que sólo un espíritu luchador y poco

satisfecho puede derrumbar para crearse su libertad frente a ella.

La última trasformación es la que sufre el espíritu al hacerse niño. El

niño tiene un poder especial y más contundente que el león, por lo cual éste

se tiene que convertir en niño. El niño tiene la inocencia, el olvido, es el ser

que puede hacer de nuevo las cosas, posee el don del juego, es como “una

rueda que se mueve por sí misma, un primer movimiento, un santo decir

sí”80. Es el horizonte de la humanidad futura avistada en el superhombre el

único que puede dejar atrás definitivamente el nihilismo.

En el conjuro de Zaratustra para que sus “hermanos” acepten al

superhombre como el sentido de la tierra, agrega un aspecto interesante a

tener en cuenta: “y no creáis a quienes os hablan de esperanzas

sobreterrenales! Son envenenadores, lo sepan o no”81. Las creencias son el

veneno, fruto de un cuerpo enfermo del que ellas brotan. En este sentido el

nihilismo en todas sus formas y matices es el resultado de esta mentalidad

corporal que dista de ser la propia del cuerpo especial. Sobre la creencia se

pregunta y responde Nietzsche de esta manera:

79

Ibíd., 51 80

Ibíd. 81

Ibíd., 34

Page 91: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

92

¿Qué es una creencia? ¿Cómo surge? Toda creencia es un tener-por-verdadero. La forma extrema del nihilismo sería: que toda creencia, todo tener-por-verdadero es necesariamente falso: porque no hay en absoluto un MUNDO VERDADERO. Por tanto: una apariencia perspectivista, cuyo origen está en nosotros mismos (en cuanto tenemos necesidad permanentemente de un mundo más estrecho, abreviado, simplificado82.

Este fragmento incompleto redactado en el otoño de 1887 sugiere

varias cosas para el caso que nos ocupa. Hace dos preguntas respecto a lo

que entiende Nietzsche sobre la creencia y en la respuesta indica una toma

de posición acrítica respecto a la verdad, una simple aceptación de algo

verdadero. El otro interrogante apunta a la génesis de la creencia, a su

procedencia: las condiciones de utilidad para la vida, que en los distintos

tipos de hombres hará justicia a la mentalidad condicionada por el cuerpo. El

veneno del hombre enfermo por el nihilismo consiste precisamente en poner

un mundo verdadero. En el concepto de tal mundo hay una clara referencia a

la interpretación nietzscheana de la filosofía de Platón. En contraste con ella,

Nietzsche considera que sólo nos movemos en un mundo de apariencias

perspectivistas. Estas perspectivas son múltiples y se mueven en el juego de

la apariencia, de la superficie de las cosas, cumpliendo con una función de

utilidad. De esta manera se presenta el que a juicio de Nietzsche es el

nihilismo más extremo: la desilusión total frente a la posibilidad de captar el

mundo en su verdad, en lugar de celebrar el hecho de comprender que en

todas esas preocupaciones por el mundo verdadero se oculta la misma

falsedad de tal creencia. El nihilismo extremo supone la no existencia de la

verdad, la no constitución absoluta de las cosas, por lo cual trae consigo la

desilusión inevitable tras la comprensión de la inexistencia de la “cosa en sí”.

82

FP IV, 9[41]

Page 92: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

93

[…] esto mismo es un nihilismo, y el más extremo. Coloca el valor de las cosas precisamente en que a ese valor no le corresponde ni le correspondió ninguna realidad, sino que es sólo un síntoma de fuerza por parte de quien instituye el valor, una simplificación con el fin de la vida83.

En este mismo fragmento Nietzsche alude a los otros tipos de

nihilismo: el nihilismo en cuanto estado normal, que se caracteriza por una

ausencia de meta y por una incógnita frente a su procedencia. Significa que

“los valores supremos se desvalorizan”84. Esta es la forma más conocida del

nihilismo y de la que más se han ocupado los autores interesados en esta

temática en la obra de Nietzsche. Es un fenómeno de la cultura en virtud del

cual ya no priman en ella las antiguas valoraciones, consideradas absolutas,

como por ejemplo las ideas de Dios, bien, verdad, unidad y ser. Al perder

valor estas ideas, en especial la de Dios, tras la notificación de su muerte, el

mundo se desfonda, dejando de ser la base absoluta que servía de

fundamento para todas las creencias.

Además, encontramos otro aspecto de la creencia referido al hábito,

pues el espíritu gregario se acomoda a una determinada posición, de manera

tal que no son las razones las que lo mueven, sino el hábito. En este sentido

el origen, por ejemplo, de la fe lo encuentra Nietzsche en ese acostumbrarse

a algo por habérselo encontrado en las tradiciones que circundan un

ambiente de religiosidad o de nacionalismos o de pertenencia a un partido,

no se tiene tal o cual pertenencia por elección, sino porque se ha admitido

sin razonar, como en el caso citado por él de un hombre nacido en un país

de viñedos que llega a ser bebedor habitual de vino. Es posible que después

el hombre encuentre algunas razones que justifiquen su hábito, sin embargo,

por más que esas razones fueran claramente refutadas, él no las cambiaría.

Un espíritu gregario podrá dar razones en contra de la bigamia, pero sólo en

83

FP IV, 9 [35] 84

Ibíd.

Page 93: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

94

la experiencia mostrará si su celo sagrado por la monogamia se basa en

razones o en la costumbre. Nietzsche sostiene entonces que “el

habituamiento a principios intelectuales sin razones y sólo por hábito, es lo

que llamamos creencia.” 85

Otro tipo de nihilismo es el activo, que se presenta como un “signo del

acrecentado poder del espíritu”. Nietzsche piensa que éste se puede

manifestar como “un signo de fuerza” cuando la potencia del espíritu ha

tenido tal poder de crecimiento que aquello que se planteaba como metas

hasta ese momento, finalmente “le son inadecuadas”, como son por ejemplo,

sus “convicciones” o sus “artículos de fe” las cuales en definitiva son sus

creencias. Es importante indicar aquí que para nuestro autor la creencia es

expresión de una “coerción de condiciones de existencia”, donde además se

da “un sometimiento a la autoridad” de ocurrencias donde “un ser prospera,

crece, gana poder…” manifestando con ello su actividad. Sin embargo, allí se

descubre en este tipo de nihilismo activo su signo de “fortaleza insuficiente”

puesto que ya no es capaz de producir algo nuevo como una meta, o una

nueva razón ni mucho menos una nueva creencia. Este nihilismo no impone

una fuerza creativa capaz de subvertir los valores sino que desarrolla su

potencia relativa en “su MÁXIMO” poder que se caracteriza por ser una

“fuerza violenta de DESTRUCCIÓN86”.

Un tipo de nihilismo opuesto al anterior es el nihilismo pasivo. Es un

estado de cansancio del espíritu que le impide actuar. Este nihilismo “no

ataca”, y Nietzsche lo reconoce como presente en el budismo. En esta forma,

el nihilismo representa un “descenso y retroceso del poder del espíritu”, una

manifestación de su debilidad. Lo que allí ocurre es que la fuerza del espíritu

está agotada y no encuentra ningún estímulo en las metas y valores que

rigen la cultura; ellos han perdido el crédito y no pueden generan nada más.

85

Nietzsche. Humano, demasiado humano. (Trad. Carlos Vergara). Madrid: Edaf. 1996. 226 86

Ibíd.

Page 94: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

95

La síntesis de valores y metas que hace una cultura fuerte, se desintegra, de

modo tal que los diversos valores entran en pugna y se van

descomponiendo. El resultado es “que todo lo que reconforta, cura,

anestesia, pasa al primer plano, bajo diferentes disfraces, con carácter

religioso, o moral o político o estético, etc.”87

De acuerdo con la tesis sostenida en este Trabajo, en el nihilismo del

cuerpo se articulan todas las formas del nihilismo como fenómeno de la

cultura, como nihilismo activo y pasivo, debido a que el cuerpo es la fuente

de esas interpretaciones. Cabe preguntar entonces ¿cómo realiza el cuerpo

esas operaciones? Dado que el cuerpo está configurado por un sinnúmero

de fuerzas pulsionales, instintivas y diferentes, que se encuentran en una

lucha sin cuartel. Aquí es donde Nietzsche distingue entre dos tipos

especiales de fuerzas, en orden a la voluntad de poder: las fuerzas activas,

que ocupan un lugar superior por ser las fuerzas dominantes, y las fuerzas

reactivas, que son las fuerzas inferiores y dominadas. El cuerpo es un medio

nutritivo disputado por una pluralidad de fuerzas, en él no habitan más que

cantidades de fuerza en tensión.

Cualquier fuerza se haya en relación con otras, para obedecer o para mandar. Lo que define a un cuerpo es esta relación entre fuerzas dominantes y fuerzas dominadas88.

Esta es la perspectiva adecuada para comprender que desde el

cuerpo se generan las creencias, que se irán afianzando en una voluntad de

verdad que no es más que la expresión de la voluntad de poder. La oposición

entre el mundo verdadero y el mundo aparente, propia de las maneras de

pensar la cultura, no son más que relaciones de valor en el pensamiento de

87

Ibíd. 88

Deleuze, Gilles. Nietzsche y la filosofía. (Trad. Carmen Artal). Barcelona: Anagrama. 1971. p. 60

Page 95: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

96

Nietzsche. El valor se refiere a los grados de estimación que se proyectan a

las cosas. Cuando las creencias en un tipo de hombre en el cual las fuerzas

dominadas son las determinantes, por ejemplo en la moral de la compasión,

ellas imponen el criterio desde el cual se hacen las valoraciones. Por eso

Nietzsche ve la necesidad de una creación de nuevos valores que digan un

sí completo a la vida. Porque las estimaciones de valor se ponen como

verdad, pero estas obedecen a “condiciones de conservación y

crecimiento”89 en función de la utilidad para la vida.

3.5. Aspectos centrales de la confrontación de Heidegger con Nietzsche en relación al nihilismo

Nosotros planteamos esta confrontación entre la posición filosófica de

Heidegger con respecto al tema del nihilismo, que pasa por una

interpretación de los Fragmentos póstumos de Nietzsche, en especial de los

pertenecientes al período 1887-1888. Precisamente en estos mismos

fragmentos nos apoyamos para formular la tesis del nihilismo del cuerpo, de

tal manera que a partir de ella se examinarán los puntos que juzgamos

problemáticos de la posición adoptada por Heidegger. Sostenemos que la

interpretación de Heidegger no le hace justicia a la filosofía de Nietzsche.

Pero también mostraremos aquellos pensamientos de Heidegger donde nos

acercamos más a su comprensión que a la de Nietzsche.

El primer aspecto para la discusión se refiere a la posición de

Heidegger al tomar los pensamientos de Nietzsche y articularlos en su idea

de que la posición de este autor continúa la marcha de la tradición

metafísica. Se concede que Nietzsche tiene una posición metafísica cuando

expone el tema de la voluntad de poder, que no sólo tiene dimensiones

biológicas sino también de tipo cósmico debido a su referencia a la

89

FP IV, 9[38]

Page 96: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

97

constitución del mundo. No consideramos afortunada la caracterización

metafísica que hace Heidegger de los temas del eterno retorno, la

transvaloración de los valores y mucho menos del superhombre. Heidegger

orienta de esta manera la mirada de quienes lo siguen, para ver el

pensamiento de Nietzsche tendiendo hacia la última meta de la metafísica,

es decir, como su culmen. Como se explicó en el capítulo, culmen no

significa para Heidegger realización o plenitud, sino acabamiento o

agotamiento de sus posibilidades, es decir, que la metafísica con Nietzsche

no tiene ya nada más que ofrecer. En este sentido él puede catalogar a

Nietzsche como el último metafísico.

De acuerdo con nuestra posición, cuando Nietzsche plantea la idea

del eterno retorno, esta se debe entender en el sentido de una hipótesis a

favor de la afirmación de la vida, de quererla aún por encima de las

dificultades y de su negación por parte del hombre del resentimiento y del

pesimismo. En tal sentido ningún obstáculo o terrible mal, dolor o tristeza

podrá quebrar la voluntad afirmativa de la vida. La conexión del eterno

retorno con la vida se puede entender como una hipótesis extrema de

afirmación, como un fiel y fuerte decir sí a la vida, una y mil veces,

repitiéndose la misma vida eternamente, como dice Nietzsche al final del libro

cuarto de la Ciencia jovial, en el aforismo 341, titulado “peso formidable”.

Son indiscutibles, en segundo lugar, y a favor de Heidegger, las

conclusiones derivadas de su examen de la génesis de la metafísica, en la

distinción hecha por Platón y luego por Aristóteles entre el “qué es” y lo “que

es", en relación con el “mundo verdadero” y el “mundo de la apariencia”, para

el primero, y de la y la para el segundo, en tanto ambos se

están refiriendo al ser y al devenir. Como ganancia de su estudio logra

extraer su tesis del privilegio de esa mirada centrada en la constante

presencia del ente, descubriendo allí que el carácter del ser es el tiempo

presente correspondiente a las cosas, mientras que se deja en el olvido el

Page 97: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

98

sentido del ser, por lo cual se precisa hacer de nuevo la pregunta por lo allí

retenido. Sin embargo, cuando afirma que esa distinción ha sido suprimida

por Nietzsche y que “este suprimir la contraposición de ser y devenir

invirtiéndola constituye el auténtico acabamiento”90 de la metafísica, en

cuanto el devenir queda al amparo del “volver consistente del presenciar”,

esto remite al fundamento del tiempo en cuanto presente.

Si bien la preocupación por el olvido del ser en Heidegger es genuina,

él parece pasar por alto que Nietzsche está empeñado en hacer la crítica a

los principios supremos, y el núcleo de la misma se encuentra en los

fragmentos del período al que nos referimos (1887-1888). Hoy sabemos que

en estos fragmentos se encuentra la crítica a los criterios lógicos y

ontológicos que han determinado la tradición metafísica. Lo decisivo para la

filosofía es el punto a partir del cual giran tanto el diagnóstico como el

proyecto transformador (transvaloración), que no es otro distinto al

replanteamiento radical de Nietzsche de las nociones de entidad, identidad y

verdad. Nietzsche rechaza la preeminencia de la teoría y su esfuerzo se

centra en mostrar cómo la noción de unidad que Aristóteles había expuesto

como esencial para hablar de algo “que es” (del “ente”), es una ficción, es

una construcción que no tiene el derecho a reclamar el nombre de “verdad”.

Tampoco hay para Nietzsche algo como una “cosa en sí” debido a que

el concepto de cosa es un falseamiento, no es más que una de las tantas

maneras con que el hombre desde el “dónde” del cuerpo recibe las noticias

de aquello que es conveniente para la vida, para su conservación. Ello no es

más que el arreglo de la experiencia para fines de dominación. Y no se debe

pasar por alto que para Nietzsche la cosa surge con el intérprete (FP IV,

2[152]) y no es algo respecto de lo cual sea sensato hablar de adecuación.

90

N II, 20

Page 98: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

99

La verdad no es entonces una manifestación del mundo, de lo “que es”, sino

un modo de vérselas con él.

Por otro lado, Nietzsche emplea el término “voluntad de poder” para

señalar lo que está en el fondo de la transvaloración. Sobre este punto

trabajó en los últimos años de su vida lúcida, en función del proyecto fallido

que llamó “mi filosofía”. La voluntad de poder es una designación general y

por eso “falsa”, pues se refiere a un principio inasible por cuanto resulta

imposible aislarlo debido a que carece de unidad. Sin embargo, Heidegger se

obstina en comprenderlo como una unidad. Para Nietzsche es además un

principio insubstancial, por lo que tampoco se le puede atribuir una unidad

previa. Y con el llamado de atención del editor Giorgio Colli sobre una nota

de Nietzsche, refiriéndose a que “no hay voluntad ninguna”91, podría

pensarse que a la postre la voluntad de poder no es más que un recurso

“exotérico” del autor.

91

La nota se encuentra en FP IV, 5[9]

Page 99: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

CONCLUSIÓN

El planteamiento de esta confrontación centra su atención en la tesis de

Heidegger según la cual Nietzsche es el último metafísico, debido a que con

este pensador, el pensamiento metafísico desencadenado por Platón llega a

su plenitud. Heidegger tiene esta idea porque cree que los pensamientos

claves de Nietzsche, el eterno retorno de lo mismo, la voluntad de poder, el

nihilismo y el ultrahombre, siguen presos de la interpretación que sobre el

sentido del ser originó Platón, esto es, la identificación del ser con la idea. El

apoyo ontológico de esa concepción platónica, es, a juicio de Heidegger, la

constante presencia. En ese sentido de la interpretación, se lo toma como un

ente destacado que va a estar en correspondencia con la mirada del pensar

que, en este caso, vendría siendo la contemplación de la idea.

Pero en el caso de Nietzsche, el nihilismo es la expresión de una

voluntad de poder que tiene su concreción en el tipo de la moralidad

cristiana. Esta moralidad, que a su juicio conlleva los presupuestos de la

filosofía socrática, confirmados por los de la filosofía platónica, tiene como

punto de referencia el predominio de la ratio, desde la cual se asume una

valoración tanto de la naturaleza como del hombre y de la cultura en general.

A partir de ese predominio se instauran los valores determinantes del

Page 100: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

101

comportamiento y las actitudes de la existencia, con lo cual la vida es

aniquilada en sus múltiples expresiones, siendo reducida a la dirección

valorativa racional. Nietzsche entiende ese proceso en el cual poco a poco el

hombre va afirmándose en esa ficción, como una lógica interna del nihilismo,

la cual, por una parte, tiende hacia ese aniquilamiento de la vida en función

de las valoraciones. Pero, por otra, también va haciendo patente el

sinsentido de las cosas en la época nihilista. Además, y como un aspecto

oculto de esa lógica, Nietzsche da las indicaciones correspondientes a la

voluntad de poder que opera de forma vedada en el nihilismo.

Por su parte, Heidegger interpreta a Nietzsche privilegiando en él lo

que considera su pensamiento fundamental: la voluntad de poder. La

entiende como esa sobre potenciación de poder que se refiere a sí mismo.

Como ese poder omniabarcante y omnicomprensivo que se acrecienta para

obtener mucho más poder, pero en cuyo interno devenir Heidegger puede

encontrar su idea de la esencia de la metafísica occidental, centrada en la

presencia. Por ello piensa que Nietzsche es el pensador en el que esa

metafísica llega a su plenitud, a su acabamiento, que no indica final, sino el

cumplimiento de todas sus posibilidades esenciales de realización.

En cambio, en la tesis del nihilismo de la corporalidad se muestra que

vista desde el cuerpo la voluntad de poder, tanto ella como los “temas

capitales” de la filosofía nietzscheana deben interpretarse de modo contrario

al de Heidegger. En el horizonte de las fuerzas instintivas, que no sólo

configuran lo biológico animal, sino también lo cósmico, Nietzsche está

dando crédito a su “sí” rotundo a la vida. Por ello son determinantes en su

pensamiento el resentimiento, el pesimismo de la existencia, los instintos

alegres y tristes, así como los dolorosos en los que ese cuerpo se muestra.

Esta interpretación del nihilismo nietzscheano es completamente distinta de

la iniciada por Heidegger, según la cual ese poder tiende hacia el gigantismo

del poder maquinal, desde cuya óptica se lo interpreta como una decadencia

Page 101: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

102

de la cultura, que es la posición que encontramos en Deleuze, Jünger y

Vattimo, entre otros.

La interpretación del nihilismo del cuerpo permite pensar una

dimensión de la existencia humana que la sitúa en ese tránsito hacia el

superhombre, entendido como un horizonte de sentido abierto a multitud de

posibilidades de realización humana. En consecuencia, no hay lugar a

considerarlo un ser estático, como ocurre en cambio en la interpretación de

Heidegger, en la cual Nietzsche es el último metafísico porque con él la

metafísica llega hasta su época de plenitud y agota sus posibilidades.

Page 102: EL NIHILISMO DEL CUERPO. CONFRONTACIÓN HEIDEGGERIANA …

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