el mito de orfeo y el "poema de chile" de gabriel

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EL MITO DE ORFEO Y EL "POEMA DE CHILE" DE GABRIEL<\ MISTRAL por lván Carrasco Muñoz Universidad Austral de Chile !pR.ELIMfiNARES Hace veinte años Gabriela !Mistral falleció lejos de su tierra, en un hospital neoyorquino. Bajo cielos extraños, en medio de pa- labras ajenas, en su conciencia se hada cada vez más lúcida la imagen añorada y querida de su tierra, multiplicada en innume- rables variantes de color, tiempo, espacio, volumen. . . Doris Da- na nos recuerda: " ... Durante los últimos veinte años de su vida tuvo una preocupación continua: escribir poemas sobre toda suer- te de asuntos relacionados con su país: cantar sus plan- .tas, animales, los ríos, el mar, los lugares y sensibilizar los problemas del campesino y la reforma agraria; escribir para ella estos poemas no fue un afán literario, sino una necesidad vital. El frecuente recuerdo de su patria la movía a escribir lo que evocaba. Y cada rvez que un ohileno la visitó o en las cartas que escribía a sus connacionales, solicita- ba información de algún nombre, la descripción de un animalito 10 de una planta, con un afán apasionado por penetrar el ser mismo de la historia natural de Chile y de todos los problemas de su tierra"l, Así se produjo la escritura de Poema de Cihile, uno de los tex- tos decisivos de la lírica hispanoamericana de la segunda mitad de nuestro siglo; en él Gabriela Mistral propone un nuevo vero- símil lírico, válido para mostrar su particular poesía y la vincu- lación polémica de ésta con el literario vigente2. 1 "Al lector", en Mistral, Gabriela: Poema de Chile, Barcelona, Pomaire, 1967; prólogo que aparece en la edición en rústica. Todas las citas del libro se hacen por esta edición de 244 pp.

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Page 1: EL MITO DE ORFEO Y EL "POEMA DE CHILE" DE GABRIEL

EL MITO DE ORFEO Y EL "POEMA DE CHILE" DE GABRIEL<\ MISTRAL

por lván Carrasco Muñoz

Universidad Austral de Chile

!pR.ELIMfiN ARES

Hace veinte años Gabriela !Mistral falleció lejos de su tierra, en un hospital neoyorquino. Bajo cielos extraños, en medio de pa­labras ajenas, en su conciencia se hada cada vez más lúcida la imagen añorada y querida de su tierra, multiplicada en innume­rables variantes de color, tiempo, espacio, volumen. . . Doris Da­na nos recuerda:

" ... Durante los últimos veinte años de su vida tuvo una preocupación continua: escribir poemas sobre toda suer­te de asuntos relacionados con su país: cantar sus plan­

. tas, animales, los ríos, el mar, los lugares y sensibilizar los problemas del campesino y la reforma agraria; escribir para ella estos poemas no fue un afán literario, sino una necesidad vital.

El frecuente recuerdo de su patria la movía a escribir lo que evocaba. Y cada rvez que un ohileno la visitó o en las cartas que escribía a sus connacionales, solicita­ba información de algún nombre, la descripción de un animalito 10 de una planta, con un afán apasionado por penetrar el ser mismo de la historia natural de Chile y de todos los problemas de su tierra"l,

Así se produjo la escritura de Poema de Cihile, uno de los tex­tos decisivos de la lírica hispanoamericana de la segunda mitad de nuestro siglo; en él Gabriela Mistral propone un nuevo vero­símil lírico, válido para mostrar su particular poesía y la vincu-lación polémica de ésta con el literario vigente2.

1"Al lector", en Mistral, Gabriela: Poema de Chile, Barcelona, Pomaire, 1967; prólogo que aparece en la edición en rústica. Todas las citas del libro se hacen por esta edición de 244 pp.

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22 REVISTA CHILENA DE LITERATURA N°' 9-10, 1977

Para explicar este aspecto de la creación mistraliana, tomare­mos "Hallazgo", poema inicial del volumen, como texto bási­co de la demostración, conectándolo con otros textos y elementos de su obra (cuando sea necesario). No se trata de efectuar una lectura completa del texto, menos aún del libro, sino .únicamente de señalar aquellos aspectos que interesan para plantear la proble­mática apuntada. Para mayor comodidad, transcribiremos el poe­ma integro, numerando sus versoss:

"1 2 3 4 5 6 7 8 9

JO 11 12

13 14 15 16 17

Bajé P'or espacio y aires y más aires, descendiendo, sin llamado y con llamada por la fuerza del deseo, y a más qwe yo caminaba· era el descen1der más recto

• • • y era mz gozo mas vwo y mi adivinar más cierto, y arribo como la flecha éste mi segundo cuerpo en el punto en qu,e comienzan 1/?atria y Madre que me dieron.

¡T.an feliz que hace la marcha! Me ataranta lo que veo lo qwe miro o adivino lo que busco y lo que encuentro; pero como fwi tan otra

.

"La noción de "verosímil" se refiere a un tipo de discurso condicionado como "posible real" -si se quiere de pseudo realidad- por un sistema de reglas (género), la opinión común o un conjunto de procedimientos retóri­cos que ocultan las leyes del discurso para hacerlas aparecer como leyes de la realidad; esta clase de discurso (a la cual pertenece el discurso literario) tiene un tratamiento inicial en la Poética clásica (especialmente Aristóteles) , se desarrolla luego en la tradición crítica francesa del siglo XVII y ha sido retomado en la actualidad por los estructuralistas europeos. Estos últimos han aplicado el concepto de verosímil al análisis estructural del relato (lite­rario, fílmico, periodístico, etc.) ; en el presente ensayo se m1,1estra la posi­bilidad de su ·empleo en la interpretación de la poesía mistraliana.

"Es necesario tener presente que el volumen completo consta de 77 poE"­mas de forma romancesca, de variada extensión, que configuran una estruc­tura narrativo-descriptiva de carácter dialógico. Aunque la muerte de la au­tora impidió la revisión final y la completación de poemas que se han publi­cados inconclusos, Poema de Chile ha conservado su sentido unitario a tra­vés de una organización coherente gracias a qu.e Gabriela Mistral concibió con claridad el plan general de la obra y por ello Doris Dana y sus colabo­radores pudieron rescatar la estructuración.

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" CH ,, EL MITO DE ORFEO Y EL POEMA DE ILE ...

"

18 y ta,n mudada regreso, 19 con temov ensayo rutas, 20 peñascales y repechos, 21 el nuevo y largo respiro, 22 los rumores y los ecos. 23 O fue loca mi partida 24 o es loco ahora el regreso; 25 pero ya los pies tocaron 26 bajíos, cuestas, senderos, 27 gracia tímida de hierbas 28 y unos céspedes tan tiernos 29 que no quisiera doblarlos 30 ni r-ematar este SIU18ño 31 de ir sin forma caminabzdo 32 la dulee parcela, el reino 33 que' me tuvo sesenta años 34 y me habita como un eco.

35 lbv;¡, yo, cruza-cruzan,do 36 matorrales, peladeros, . 37 topándome ojos de qu1iscos 38 y escuadrones de hormigueros 39 owando saltaron de pronto 40 de un entrevero de helechos, 41 tu cuello y tw cuerpecillo 42 en la luz, oual pi'no nuevo.

43 Son muy tristes, mi chiquito, 44 las rutas si1n· compañero: 45 parecen largo bostezo, 46 jugarretas de hombre ebrio. 47 Preguntadas no responden 48 al extraviado ni al ciego 49 y parecen la Canidia 50 que sólo juega a perdernos. 51 Pero tú les sabes, sí, 52 malicüzs y culebreos ...

53 V amos caminando juntos 54 así, en1 hermanos de cu,ento, 55 tú eohando sombra de niño, 56 yo apenas sombra de helecho ... 57 (¡Qué bueno es en soledades 58 que aparezca un A!ngel-ciervo!) 59 Vuélvete, pues, huemulillo,

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24 REVISTA CHILENA DE LITERATURA - N°' 9-10, 1977

60 y n101 te hagas compañero 61 de esta mujer qu,e de loca 62 trueca y yerra los senderos, 63 porque todo lo ha olvidado, 64 menos un valle y un pueblo. 65 El valle lo mientan "Elqui" 66 y "Montegrande" mi dueño.

67 Naciste en el palmo último 68 de los Incas, Niño-Ciervo, 69 donde empezamos nosotros 70 y do,nde se acaban ellos; 71 y ahora que tú me guías 72 o soy yo la qwe te llevo 73 ¡qué bien entender tú el alma 74 y yo acordarme del cuerpo!

75 Bien merece que te lleve 76 por ~o que tuve de reino. 77 A un que lo dejé me tumba 78 en lo qwe llaman el pecho, 79 au11Jque ya no lleve nombre 80 nz; dé sombra caminando, 81 no me oigan pasar las huertas 82 ni me adivinen los pueblos.

83 Cómo me habían de raer 84 los que duermen en sus 85 el sweño maravilloso

cerros

86 87 88 89 90 91 92 93 94 95

que me han contado mis muertos. Yo he de llegar a dormir pronto de su sueño mismo que est'á doblado de paz, mucha paz y mucho olvido, allá donde yo vivía, donde río y monte hicierO'n mi palab'ra y mi silencio y Ooyote ni Coyote hielos ni hielos me dieron.

,

96 ¿Qué año o qué día moriste 97 y por qué cruzas sonámbula 98 la casa, la huerta, el río 99 sin saberte sepultada?

100 Ve más lejos, sólo un poco

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EL MITO DE ORFEO Y EL "POEMA DE CHILE" ..•

101 102 103 104 105

106 107 108 109 IJO 111 112 113

114 115 116 l17 118 119 120 121

más, donde está tu morada, al lugar adonde miras y te retardas, quedada. · N o respondas a los vivos con' voz rota y si'tn mirada.

Se murieron tus amigos, te dejaron tus hermanas

• • y te mueres szn morzr de ti misma trascordada, y sudes interrogarnos sobre tu nombre y tu patria. Llegas, llegas a nosotnos desde una estrella ignorada,

preguntando nuestros nombres, nuestro oficio, nuestras casas. Eres y no eres; callamos y partes, sin dar, herma,na, tu patria y ~u nombre nuevos, tu Dios y tu ruta larga, para alcanzar hasta ellos, hermana perdida, Hermana.

l. LA ASUNCIÓN DEL MITO •

25

Debido a la forma métrica elegida (el romance), a la extensión del poema y a la necesidad de situar al lector con respecto a la totalidad de la composición y del libro, la enunciación muestra un marcado carácter narrativo·, sobre todo al comienzo de "Ha­llazgo". El yo que enuncia el poema se define como expositor de su propia historia4 ; además de fundir hablante y personaje en un mismo ser, el Poema de Chile también intenta identificar a éste

••

'Se hace necesaria una clarificación del "género" literario de Poema 'de Chile, que presenta evidentes rasgos poco convencionales. P. ej. en "Hallaz­go"', el hablante empieza narrando (estrofas 1-3) , luego se dirige al indiecito (estrofas 4-5 y parte de la 3), después al huemul (estrofa 6), habla consi­go misma en estrofa 9, sin perder en ningún momento la interiorización de lo enunciado; además, la presencia de un segundo hablante que apela :~1 primero le confiere con mayor fuerza cierta dimensión dramática. Pienso que esta extraña condición genérica, evicente a través de todo el volumen, debe examinarse a la luz de las ideas de Gabriela Mistral sobre los poemas exten­sos (véase, p. ej., Nota sobre "Dos himnos", de Tala) y de su actitud fren­te a la literatura en general (Cf., p. ej. "Cómo escribo", en Págtnas en p1 o­sa. Gabriela Mistral, 2~ ed. Bs. As. Kapelusz, 1965, p'p. 1-3 (selección de Jo­sé Pereira) ; recogido por Alfonso Calderón en Antología de la poesía chi­lena contemporánea, Santiago, Universitaria, 1970, pp. 271-272). ·

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26 REVISTA CHILENA DE LITERATURA - .N° 1 9-1 O, 1977

con el autor empírico del texto5. lEste rasgo aparece explícito en varias ocasiones, de dos maneras diferentes: haciendo suyos el nombre y el seudónimo de Gabriela Mistral6 y atribuyéndose ca­racterísticas propias de ella, como el lugar de nacimiento, entre otras7 :

"El valle lo mientan 'Elqui' y 'Morntegrande' mi due.ño"

( vv. 65-66) .

De este modo, la mujer-hablante del poema (que seguiremos llamando Gabriela, pero sin confundirla con Gabriela Mistral autora) se presenta en el poema como si fuera la misma persona .que :ha escrito el texto, mezclando los niveles de la ficción y de la realidad en un ámbito mayor de significación. Este afán de romper las fronteras entre realidad imaginaria y fáctica para crear una realidad distinta en que arte y vida parezcan estar integrados en una misma dimensión, junto a otros recursos que cumplen una función semejante (el uso de citas textuales, de notas expli­cativas al texto de los poemas y dedicatorias a seres del mundo real, la apelación al hablante, etc.), demuestra el propósito de crear un nuevo verosímil lírico, invalidando la concepción vigen­te que exige una rigurosa separación entre arte y vidas.

N o nos detendremos en caracterizar la forma de enunciación del poema, puesto que el objetivo del trabajo es otro, sino toma­remos en cuenta sólo los rasgos pertinentes al desarrollo de éste.

El hablante Gabriela inicia el poema dando explicaciones so­bre su situación en el momento de hablar (vv. 1•7:) ; indica que viene llegando de otro lugar, dando a entender que viene volan­do9, aunque identifica esta actividad con la de caminar (v. 5) .

"Sobre la diferencia entre yo ficticio y yo del autor se ha dicho mucho en los estudios de orientación estructuralista y fenomelógica; entre los últi­mos, me parece de importancia decisiva la triple precisión propuesta por Félix Martínez de autor empírico, autor ideal y hablante ficticio (en La es­tructura de la obra literaria, Santiago, Ediciones de la U. de Chile, 1960, o Barcelona, Seix Barral, 1972, Tercera Parte, Cap. 11) .

6En "Tordos" el hablante señala que su nombre de infancia es "Lucila"; en "El mar" el niño indígena dice dirigiéndose a la mama: "Mentaste, Ga­briela, el Mar. .. ".

7Tales como los espacios habitados por Lucila Godoy (Cf. "'Valle de El­qui", entre otros), o familiares (como Yin-Yin, véase "Canción de cuna del ciervo" y nota de Rugo Montes al respecto) .

•Recuérdese que hacia 1904, cuando Gabriela Mistral empezaba a publicar, en Chile predominaba la escuela modernista, a la cual ella se adscribió sólo parcialmente (al respecto Cf. Montes, Rugo: Poesía actual de Chile· y Espa­ña, Barcelona, Sayma, 1963, Cap. 11 y 111) .

"Este rasgo (volar) junto a otros (como el carácter profético que se arro­ga Gabriela, por ejemplo) le otorgan un cierto aire chamánico. Esta imagen

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EL MITO DE ORFEO Y EL "POEMA DE CHILE" ... 27

Viene desde arriba y por ello su viaje implica un descenso (vv. 1-2, 6) . No viene determinada por ninguna fuerza exterior, ~ino impulsada por su propia voluntad. Por esta causa, su traslado la llena de regocijo y entusiasmo; no es un viaje triste, un peregri­nar doliente por lo que se ha perdido, sino un movimiento vi­tal, ansioso por llegar a la meta, urgente, arrebatado, sin cansan­cio ni sufrimiento:

"¡Tan feliz que hace la marcha! Me ataramta lo que veo lo que miro o adivino fo. que busco y lo que encuentro"

(vv. 13-16) .

Gabriela indica que el viaje es un regreso a un lugar muy que­rido, abandonado hace tiempo, por lo que se maravilla ("ata­ranta") descubriendo con gozo la hermosura de la naturaleza, contemplando cosas que el común de las personas no alcanza ~i­quiera a percibir en la vida diaria ("gracia tímida de hierbas", "unos céspedes tan tiernos") ; este lugar, su "dulce parcela" o "reino", lo ha habitado durante sesenta años.

Luego, comunica el encuentro con los que será:n sus compañe­ros de camino: un niño indígena atacameño y un huemulito (vv. 35-58). Al interrogarnos sobre el destino y la naturaleza del via­je de este trío tan especial por nuestro territorio, descubriremos la significación profunda del Poema de Chile en uno de sus as­pectos.

El encuentro se ha producido "en el punto en que comienzan f Patria y Madre que me dieron". Hasta aquí, el viaje puede ser considerado como un hecho habitual, al interpretar a la mujer como un viajero que retorna al lugar de origen. Sin embargo, no se trata solamente de· una persona que ·vuelve a visitar de nue­vo un lugar determinado con fines turísticos o afectivos, por dos razones: primero, porque Gabriela tiene una concepción sacra­lizada de la naturaleza, por lo que su viaje tiene connotaciones rituales, de peregrinaje, y segundo, porque la mujer que va a rea­lizar el viaje está muertalo.

de Gabriela-chamán ha sido desarrollada por Antonio Skármeta en su cuento "Una vuelta en. el aire", que integra el volumen Desnudo en el tejado, Bs. As., Sudamericana, 1969, pp. 69-92; véase sobre todo pp. 73, 79 (" ... te ima­ginas, amigo (me hablaba a mí) volando sobre América como un ángel, te imaginas, los indios asustados refugiándose en sus chozas de la vieja fantas­ma ... "), 88-89, 91-92.

10Sobre el mito existe una amplia gama de estudios, proveniente de diver­sas áreas del saber de la Antropología, los trabajos de Lévi-Bruhl· (La men-

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!Veamos lo primero. Gabriela !Mistral concibe a la Patria como una Madre (v. :12) ; el espacio patrio para ella es un lugar ani­mado, provisto de cualidades genésicas. La identificación de "pa­tria" oon "madre" nos revela esta concepción. Chile no es un simple territorio organizada según normas legales determinadas por los hombres: es la "tierra madre"ll.

De esta actitud surge la tendencia a antropomorfizar los elemen­tos; Gabriela Mistral trata a los seres animales e inanimados co­mo si fueran humanos, incluso les coloca nombres como a las per­sonas, lo que se expresa gráficamente en el uso de mayúscu­las y estilísticamente en el empleo de epítetos caracterizadores pa· ra nombrarlos (Padre Cobre, Desierto, Madre y Señora Ruta, Pa· trona Blanca, Padre Aconcagua, Susana -por la manzanilla-, Norte aventurero, Madraza Araucaria, etc.). En este sentido, es interesante el tipo de metáfora usado por Gabriela Mistral en oca­siones, en las cuales invierte la relación habitual entre estos ele­mentos, para mostrar la naturaleza como un ser vivo de índole

sacral:

"En tien¡as blancas de sed partidas de abrasamiento, los Cristos llamados cactus vigilan desde lo eterno"11•

talité primitive) : de Lévi-Strauss ("The Structural Study of Myth", "La es· tructura de los mitos", El pensamiento salvaje, Mitológicas 1, 11 y 111); Pouillon ("El análisis de los mi~os'') ; Sosa (Mito y realidad), Sperberg ("El estructuralismo en Antropología'') , Da Matta ("Myth and An.ti-myth among the Timbira''), etc.; de la Filosofía y la Sicología, las reflexiones de Jung (lil hombre y sus símbolos, Simbolismos de transformación) , Campbell (:el __ heroe de las mil caras) , Cassirer (El mito del Estado, Mito y lenguaje, An­tropología Filosófica) , Gusdorf _ (Mito y Metafísica), Grassi (A-rte y mito), Chase (Myth as Literature), Geltman (Los mitos), etc.; de la Lingüística y la Semiología, las investigaciones de Barthes (Mitologies) , Greimas ("Ele· mentos para una teoría de la interpretación del relato mítico", "The inter· pretation of Myth: Theory and Practica"), etc. En el campo del estudio lite­rario propiamente tal, desde hace tiempo se habla de un "método mítico" de interpretación de obras literarias (al respecto, Cf., por ejemplo, Wellek, Conceptos de crítica literarta, y de Villegas, La estructura mítica de la aven­tura del héroe) . Particularmente valiosos por· su difusión y su acercamien-to a diversos problemas literarios son los estudios de Mircea Eliade, Mito y realidad, Lo sagrado y lo profano, Mitos, sueños y misterios, El mito del eterno retorno, El Chamanismo y las técnicas arcaicas 'dd _éxtasis, etc.

11Al respecto, Cf. Eliade, Mircea: "La Tierra-Madre y las hierogarnias cós· micas", en Mitos, sueños y misterios, Bs. As., Cía. Gral. Fabril Editora, 1961, (trad. de Lysandro Z. D. Galtier), pp. 187-227; "Terra mater", en Lo sa­gmdo y lo profano, Barcelona, Guadarrama, 1967, pp. 136-144 (trad. de Luis Gil) .

'''"En tierras blancas de sed", p. 13.

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1Lo normal habría sido decir: "los cactus llamados Cristos", co­locando los elementos vegetales en el nivel de la realidad sensi­ble y al personaje divino en el de la realidad figurada que es evo­cada por aquélla; sin embargo, Gabriela ha dicho "los Cristos lla­mados cactus", con lo cual ha invertido el orden de los niveles y le ha dado otro sentido, que niega la percepción corriente· de la realidad cotidütna.

La segunda razón por la cual este viaje representa un hecho especial es la siguiente: Gabriela, protagonista y hablante de Poe­ma. de Chile, no es una persona viva, sino una mujer muerta que ha venido a recorrer por última vez su tierra, muy consciente de ello.

En "Hallazgo" la mujer se refiere varias veces a su diferente condición existencial, pues sabe que no es igual a cuando era mortal:

"éste mi segundo cuerpo"

"p.ero como fui tan otra y tan mudada regreso"

"O fue loca mi partida o es loco ahora el negreso"

<v. 10).

(vv. 17 -18) .

(vv. 23-24) .

\Por este motivo su viaje es más bien una peregrinación, un viaje provisto de una significación y una meta santas, referidas a lo sagrado, y de allí su carácter ritual: caminar a Chile vinien­do desde la muerte:

" ... este s·ueño de ir sin forma cami1nando la dulce parcela, el reilno que me ~uva sesenta años y me habita como un eco"

(vv. 30-34)

Como en gran parte de su obra, en Poema de Cihile Gabriela Mistral hace suyos diversos mitos tradicionales y trata de crear otros13, pero en este volumen mostrará una actitud nueva frente

13Al respecto, Cf. esp. Von dem Bussche, Gastón: Visión de una poes(a, Santiago, Ediciones AUCH, 1957 p. 10 y ss., 37-42, 52-58, 59 y ss. También González, Myriam-Rojas, Alejandra y Villagrán, Ana María: Aspectos re­ligiosos y míticos dehrffminantes en la lírica de Gabriela Mistral, VC, Sede Temuco, Depto. de Artes y Literaturas, 1975, Cap. V y VII (Seminario para obtener el título de Profesor de Castellano, patrocinado por el autor).

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al mito: no sólo lo asumirá en diversos momentos, asociándolo a su religiosidad, sino que también intentará superarlo, como ya ·~eremos.

En cuanto a ·revivir el mito, Gabriela lo hace a través de su consciente asunción de su carácter de muerta. Esta actitud es vi­sible en todo el libro. Así, en "Hallazgo", dice:

"aun1que ya n'O lleve nombre ni dé sombra caminando, no me oigan pasar las h<UJertas ni me adivíine>n los pueblos"

(vv. 79-82) .

No tiene ningún reparo en dar a conocer su condición, acep­tada con naturalidad:

'5Cómo me hablan de ver los que duermen en sus cerros el sUJeño maravilloso que me han contad101 mis muertos"

(vv. 83-86) .

En diversos otros poemas, Gabriela también declara que es una muerta. 1P:. ej. en "\La chinchilla":

"-]a, ja, ja. Yo soy fantasma, pero cuando era una viva, m1unca me tuve 'la suerte de ser en rutas oída"

(p. 34).

Conversando con el niño atacameño, le dice en el poema "Huer­ta":

"-Chiquito, soy un fantasma y los muertos, ya olvidaste, lf/JO necesitan de nada"

Y él responde:

"-mama, oye: algunas veces me lo creo, otras veces, nada ... Me dices que te moriste peno1 'hablas tal como hablabas . .

(p. 52) .

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EL MITO DE ORFEO Y EL "POEMA DE CHILE"... 31

Cuando voy solo y cotnJ mi.edo, si>empre vienres y me alcanzas, casi fnada has olvidado ¡y caminas tan ufana!"

(p. 52) .

Es una muerta con apariencia de mujer viva, un fantasma, un ánima, al modo de las tradiciones populares de nuestro país; e5ta autodenominación es repetida varias ;yeces por la hablante: en el poema "Flores" se nombra ·"mama fantasma" (p. 92) . Tam­bién se presenta explícitamente como fantasma en el mismo tex· to (pp. 93 y 95) , en "!Manzanillas" (p. 115) , "1Perdiz" (p. 140), "Chillán":

"porque la que va en fantasma voz no lleva ni dineros"

(p. 159).

en "Noche andina" (p. 154), en "Concepción" (p', J85), "Hele­chos" (p. 203), "Cisnes" (p. 218); en "La malva fina" se llama "mujer fantasma" (p. 130). A veces sólo lo sugiere, como en "Tordos":

"No me lloren) no me busquen en cementerio perdido, rz,i cuando cae la nieve. ni travesea el gmnizo"

o en "'Flores": ,

"Cuando es tiempo del maíz granado y el trigo tierno y se sz1Bnrte cortar mazoroas . que caen como 'entefndimiento, con mi cuerpo de mentira donde se sientan me siernt:o. No me dude el que no vean en cuerpo a la que es de sueño que se hace y se deshace y es y no es al mismo tiempo"

(p. 56)

(p. 100).

Es importante recalcar la distinta identidad ontológica que se atribuye Gabriela al compararse o. relacionarse con los otros, con los vivos. La diferencia entre ella y el resto de los hombres se

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ha ahondado tanto, que ya pertenece a un modo distinto de ser. Por eso, trata de pasar inadvertida, sin ser vista ni oída, porque sabe que al darse cuenta de su origen los otros se asustarán, co­mo le ha pasado al indiecito algunas veces:

"Sí, mi niño, yo sabía que vendría u,na mañana en que tu manita diestra se soltaría auustada d.e palpar y darte cuenta de que es mano de fantasma".

(p. 140).

Dado el carácter de incomprensible de su experiencia para los demás, prefiere no referirse a ella:

"Yo no te cuento la muerte, ya la twue y la he olvidad!d'.

(p. 209).

Gabriela no viene de regreso a este mundo para hablar del más allá, sino para reencontrarse con su tierra; por eso, no desea ha­blarle a su compañero de viaje de la muerte, sino de la vida, de este mundo:

"pero te cuento el Volcán en cuanto haryamos pasado"

(p. 209).

y por eso también se lamenta, refiriéndose al río Bío-Bío:

"Poco lo tuve de viva; ahora lo recuipero".

(p. 188) .

y, más adelante, indicando que el objetivo de su viaje es doble (proteger al indígena y recorrer el país):

"-No te podría dejar en la tierra ajen'(l y rasa, sin un teoho que te Mbre de viento, lluvia y nevadas. ¿Cómo volvería yo a mis huertos y a mi Patria,, a mi descanso, a mi término,

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EL MITO DE ORFEO Y EL "POEMA· DE CHILE",,, 33

al ruedo ancho de mis muertos y a la eternidad ganada, dejándote a medía. RutJa como las almas pemadas?"

(p. 92).

El indiecito también se ha dado cuenta que su mama es una mujer muerta:

"-Es que tú no eres de veras y andas ... sí, com1o trocada 1·. ·1 -Como tú no comes 1n:unca de esto no comprendes nada. Te hago caso algwnas veces cuando hablas como hablabas, cuando . eras de carne y hueso y tui'rvías en las casa.s . .. Ahora las gentes dicen que eres cosa trascordada 1 . .. 1 -Oye, pobrecita, óyeme: ahora ya sé lo que pasa. Me han contado las comadres que tú eros, . que tú fwiste, qwe tuviste nombre y casa, y bulto, y país, y oficio; pero ahora eres nonada, no más qu'e wna "aparecida", bulto que mientan "fantasma" que no me vale de nada 1·. ·1 -Oye, por qué a veces, vos calláis, mi mama-fantasma y parece . .. sí, panece que contra alguno porfiaras. Y o no veo a nadie, pero es como que a alguien hablaras"

"-A que tú no puedes, n10 ir quebrartd;Q las castañas. Sí, no puedes, porqu.e no eres mujer, sino que eres "ánima"

("Perdiz" pp. 136, 139, 140, 141).

("Castañas", p. 144) .

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"-Voy, voy, pero te descansas. Que no te rindas. Parece y qtl!e tu cuerpo no es cuerpo. Por eso ya voy creyendo que eres fantasma sin sudio"

("Frutillas", p. 154).

La condición de muerta de Gabriela permite comprender por qué viene volando (por ser ánima o fantasma es inmaterial, incor­pórea), descendiendo (viene desde la eternidad, ubicada especial­mente en lo alto, según el pensamiento mítico popular), alegre, gozosa (viene de la muerte a la vida) y de regreso (vuelve a la tierra de la cual había "partido", según el eufemismo que connota a la muerte) .

íEsta original actitud le permite a Gabriela asumir rasgos míti­cos propios de la mentalidad de un sector del pueblo chileno del cual ella había surgido (el estrato campesino y de origen rural de los poblados de su valle de Elqui) ; para un pensamiento de carácter mítico es algo normal aceptar el entrecruzamiento de planos de realidad singularmente distintos, como son el ámbito de la vida y de la muerte, por lo que le resulta fácil concebir el desplazamiento por la tierra de seres sobrenaturales o venidos de otras esferas de la realidad concebida como posi·ble y, por tanto, el diálogo entre personas vivas y fallecidas14•

De aquí, entonces, que el sentido del viaje se nos aclare más: es el peregrinaje de una muerta (acompañada por un niño y un animal) al mundo de los vivos: es el viaje mítico entre lo sagrado y lo profano. Como es fácil darse cuenta, es una situación similar .a. la que relata el mito de Orfeo.

Sin embargo, en Poema de Chile la situación se ha invertido . .En el mito órfico una persona viva (Orfeo) desciende a la morada de los muertos, por amor a una mujer (su amada Eurídice); des~ pués del fracasado rescate, regresa a lo profano15• En el Poema de .Ohile (el mito de Gabriela Mistral) una mujer muerta (Gabriela)

"En diversos relatos del folklore (cuentos, chistes, casos, leyendas) apare­oen en la Tierra seres de la esfera sobrenatural. Por ejemplo, sólo en el I Tomo de los Cuentos Folklóricos de Chile (recop. por Yolando Pino) se hallan con facilidad relatos en que aparecen el diablo (en "Pedro el herre­ro", "La suegra del diablo", etc.) , San. Pedro, San Francisco y San Juan ("Los padecimientos de la otra vida") , la Virgen María ("El palacio iluminado en el aire") , etc.

"Sobre la problemática de Orfeo y de las distintas versiones de su histo­ria, Cf. Guthrie, W. K. C.: Orfeo y la religión griega, Bs. As., EUDEBA, 1970, esp., Cap. 111 (trad. por Juan Valmard) .

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desciende al reino de la vida, guiada por el amor a su país ~Chi­le) ; después de su exitoso recorrido, retorna a la eternidad.

2. LA SUPIERACIÓN DEL MITO Y LA CREACIÓN DE UN

NUEVO VEROSÍMIL LÍRICO

Moderno Orfeo historizado, aunque afinca su relato lírico en creencias míticas populares, Gabriela especializa el mito y lo su­pera, pues su viaje sagrado ya no es peregrinación de la historia al más allá, sino del más allá a la historia, a la realidad concreta de su tierra y su gente, a la cotidianidad de su pueblo. En esta perspectiva, la obra de Gabriela Mistral coincide con una de las direcciones más destacadas de la lírica hispanoamericana actual: el afán por superar las limitaciones de la percepción mítica de la realidad; a diferencia de otros autores de orientación ateísta o escéptica (como 1Parra, Lihn, Benedetti, etc.), los rasgos desacra­li<zadores de la lírica de Gabriela Mistral surgen de su concepción cristiana de la vida (como en el caso de Cardenal, p. ej.) 16 •

. La estructura del viaje es formalmente análoga en el mito grie. go y en el poema mistraliano, pues en los dos casos se trata de un doble proceso DESCENSO-ASCENSO; sin embargo, la signi­ficación de los dos viajes es diferente, puesto que el Poema de Chile asume sólo parcialmente la estructura del mito órfico y si lo hace, es para oponerse a él; Poema de Chile constituye, como ya se !ha dicho, una inversión del mito de Orfeo.

Mito de Orfeo

DESCENSO-ASCENSO

VIDA

(lo temporal)

MUERTE

(lo absoluto)

Mito de Gabriela

DESCENSO-ASCENSO

MUERTE

(lo absoluto)

VIDA

(lo temporal)

a) Personajes. En el mito griego, el protagonista es un hom­bre; en el poema mistraliano es una mujer. Aunque este as­pecto pudiera considerarse irrelevante (dada la condición fe­menina de su autora), constituye ya un primer rasgo de oposi

16Sobre este aspecto Cf. Rodríguez, Mario: "Ernesto Cardenal", en el VO·

lumen Nicanor Parra y la poesía de lo cotidiano (en col. con Hugo Montes), Stgo., Editorial del Pacífico, 1970, p. 102 y ss.; y Carrasco, Iván: "Fundamen· tos de la poesía de Ernesto Cardenal", Stylo 13 (1974) , pp. 39-43.

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ción entre el f'oema de Chile y el mito de O!rfeo, puesto que la poetisa bien pudiera haber creado un héroe masculino para su obra. Pienso que es significativo este hecho, ya que mediante él Gabriela Mistral se opone a la tradición que establece la pre­sencia mayoritaria de héroes masculinos en los relatos de orden mítico, fantástico o maravilloso y coincide con sus ideas (muy avanzadas para su época) de valoración, defensa y reivindicación del status de la mujer en la sociedad.

h) So1ledadjcompañía. En los dos casos, el viaje requiere vincu­lación del protagonista con otras personas. Orfeo emprende la peregrinación para encontrarse con su esposa muerta y llevarla de nuevo a la vida; es decir, intenta superar un problema de soledad personal. Sin embargo, su viaje al Hades lo realiza solo, al igual que su retorno a la tierra, todo lo cual marca en forma definitiva su situación posterior: la soledad.

Gabriela, en cambio, en ningún momento está sola. Viene del absoluto, donde se encuentra junto a [)ios y a los demás seres que gozan de la eternidad; el viaje lo hace en compañía de un niño atacameño y de un animalillo, pues " ... son muy tristes, mi chi­quito, j las rutas sin compañero ... " (vv. 43-44) ; finalmente, al regreso de su tránsito pm Chile (su segundo tránsito terrenal), espera unirse de nuevo, y definitivamente, al Creador:

"Ya me voy porque me llama U11J silbo que es de mi !Dueño, llama con una inefable punzada de rayo recto: dulce-agudo es el llamado que al partir le conocemos"

("Despedida", p. 243).

Aquí reside otro rasgo de oposición entre Orfeo y Gabriela: pese a que ambos anhelan la comunicación vital, sólo ella puede realizarla.

e) Situación existencial. Hay una diferencia básica entre Orfeo y Gabriela, que en gran medida explica el resto de la antítesis. El héroe órfico es un ser vivo; su hazaña (que encuentra su origen y correlatos en los ritos chamánicos) 17 consiste en ingresar a un mundo definido por la condición opuesta a la suya y de volver luego a su dimensión habitual; finalmente, cuando fenezca, de-

17Sobre el particular, Cf. Eliade, Mircea: El Chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis, México, FCE, 1960 (Sección de obras de Antropología, trad. de Ernestina de Champourcin) •

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berá ir -ya· no voluntariamente- por última vez, puesto que ahora no podrá regresar.

Al revés, la heroína mistraliana es una muerta (en el sentido cristiano tradicional: al fallecer se lhan desvinculado cuerpo y alma, disgregá:ndose aquél y "ascendiendo" ésta al ámbito de lo absoluto, donde mora E.ternamente ante la presencia de Dios) ; su hazaña consiste en trasladarse a la dimensión espaciotemporal del universo de los vivos, después de haber permanecido en la eternidad, y de regresar para siempre a ella. Hazaña en cierto sentido más difícil que la de Orfeo, por lo insólita y compleja.

d) Los espacios. La inversión de los espacios también altera la jerarquización del mundo en los dos discursos. Para Orfeo la muerte (final inevitable de la vida de los hombres) está si­tuada "abajo", en las profundidades de la tierra; este espacio subterráneo simboliza en parte el ciego poder del determinismo, encarnado en los dioses catónicos. Tanto el ingreso voluntario de Orfeo a las regiones infernales como su posterior regreso a la tierra -arriba- donde pretende reincorporar a su amada Eurí­dice representan el deseo -y el intento- de liberarse de la opre­sión de las fuerzas desconocidas y terribles que agobian a los humanos; liberación parcial y fugaz, puesto que no ha podido salvar a su mujer y pronto deberá retornar allí de modo defini­tivo, que muestra la limitación del hombre que puede ejercer su voluntad frente al misterio, pero no derrotarlo.

iGabriela, en cambio, viaja de la eternidad a la temporalidad y retorna a la eternidad. Su viaje es un descenso desde lo superior hasta 10' inferior, para retornar a lo supremo. Esta ubicación es­pacial de lo eterno deriva de la concepción positiva de la vida humana, basada en la esperan~a y la fe en la eternidad y lo ab .. soluto. Es cierto que esta consideración de lo terreno como lo inferior (lo bajo) lo connota negativamente (es la aceptación de la naturaleza imperfecta del hombre por causa de su condi­ción pecadora) ; sin embargo, esta actitud simultáneamente valo­riza al ser humano como ser capaz de superar su finitud, puesto que puede "ascender" a un estado superior de vida permanente. !Por otra parte, el hecho de retornar desde la plenitud de lo eterno a la limitación de lo temporal (y regresar con alegría, con amor, con entusiasmo) significa que esto está comprendido de modo distinto a lo habitual, ya que se le asigna un signo posi­tivo.

La situación del espacio como lugar amado en Poema de Chile constituye un nuevo rasgo diferencial con respecto al mito grie­go. En éste, la morada de los muertos representa una prisión para Eurídice y una barrera para el héroe que desea reunirse

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con ella; por eso, Orfeo va allá sólo por necesidad; en cambio, Gabriela efectúa su viaje con plena libertad, sin sentirse limita­da o presionada por tener que hacerlo y con el alma inflamada de amor por su tierra.

e) El !objetivo del viaje. La frustración de Orfeo tiene relación directa con la finalidad del viaje. Orfeo desciende al reino de la muerte, subyuga a los dioses con su música y logra su consen­timiento para llevarse de allí a !Eurídice, pero con una condición: no debe mirarla antes de salir de las regiones infernales. El hé· roe acepta pero, al no poder cumplir su decisión, pierde a su amada para siempre. El objetivo de su viaje (en el bien enten­dido que sea éste) no se lha cumplido.

1Por su parte, Gabriela declara explícitamente en su último dis­curso ("Despedida") cuáles han sido los móviles de su viaje y la certeza de haberlos llevado a cabo:

"Yo bajé para salvar a mi niño atacameño y por andarme la Gea que me crió contra el pecho y acordarme, V.oUeándola, su trinidad de elementos. Sentí el aire, palpé el agua y la Tierra. Y ya regreso"

(p. 143) .

De nuevo Orfeo y Gabriela están en las antípodas: él, fracasado, vencido; ella, plena, triunfadora. La naturaleza misma de sus fines es contrapuesta, en cierta perspectiva: Orfeo busca un fin individual, para sí mismo (rescatar a su esposa, sin la cual no puede o no desea vivir); Gabriela tiene no una sino dos metas: una de carácter personal (recobrar los vínculos con su tierra natal) y otra de índole supraindividual, humanitaria (la protec­ción del indígena) .

Conclusiones. La contrastación de ambos texto·s nos ha permi­tido darnos cuenta que Gabriela !Mistral ha invertido el modelo órfico en su :Poema de Ohüe. Al efectuar una reescritura del mito que, por oposición, tiende a negar la legitimidad de aquél, ha anulado un cierto modo de pensar y de escribir. En otras pala­bras, al no repetir el discurso mítico estructurado en torno a Or­feo y escribir un texto lírico centrado en una mujer, y al esta­blecer a través de este discurso lírico una conexión con el mito griego, IGabriela Mistral ha superado el mito, creando un nuevo •verosímil lírico.

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Ahora bien, si la verosimilitud consiste en juntar dos discursos diferentes que se unen más allá de la diferencia1s, el Poema de Chile es inverosímil en relación a la tradición mítica griega, pues­to que no concuerda con el modelo aludido. Poema de Chile toma como hase estructural el mito de Orfeo; esto sería una concesión a la tradición, una aceptación de la verosimilitud es­tablecida. Sin embargo, no acepta este arquetipo tal como es, ya que al invertirlo lo ha distorsionado, transformándolo.

Poema de Chile es inverosímil con respecto a la tradición "dis­cursificada" culta de origen griego y de índole mítica. Es nece­sario preguntarse por qué la rechaza, dado que está inmersa en ella. La respuesta es clara: el personaje Gabriela cree en el Dios de los cristianos y por ello rechaza la religiosidad griega. !Pruebas de ello hay muchas a través del libro (menciones directas de Dios, uso de términos propios de la Biblia, alusiones a personajes y seres relacionados con el pueblo hebreo, actitud de aceptación de principios cristianos fundamentales -Dios como creador, la Tri­nidad, la divinidad de Cristo-, participación en creencias pro­pias del catolicismo popular, etc.). Ejemplos de la relación per­sonal establecida por Gabriela con la divinidad se encuentran, a modo de ejemplo, en los poemas inicial y final del volumen. En "Hallazgo" un interlocutor anónimo de Gabriela le dice:

" • .Jj_ h .. . y partes, szn wur, ermana, tu patria y tu nombre n¡uevos, tu Dios y tu rwta la11ga('

(vv. lH-119; el subrayado es mío).

En ''!.Despedida" a Dios lo llama "mi !Dueño" en dos ocasiones, indicando no sólo su relación de filiación, sino también de amor incondicional con el Creador:

"Y a me voy porqu.e me llama un silbo que es de 'mi Dueño"

(p'. >243, versos iniciales) .

"Ya me llama el que es mi Dueño . .. "

(p. 244, verso final) .

Es la omnipotencia de este Dios la que permite la trasgresión de las leyes de la vida y de la muerte y con ello su traslado desde lo absoluto a lo temporal. De este modo, el poema conlleva una

18Krisreva, Julia: "La productividad llamada texto", en Barthes, R.; Boo111, M.·C., et. al.: Lo 'IA~rosímil, Bs. As., Tiempo Contemporáneo, 1970 (Comuni­cations 11, 1968) , p. 66.

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contradicción implícita entre. el pensamiento y los valores cultu­rales griegos y cristianos asumidos en Chile. La posibilidad de la existencia de un estado superior de vida se funda, en el marco de la doctrina cristiana, en la resurrección de Cristo después de su muerte en la cruz; así, en Poema de 1C'V1ile se produce también una oposición tácita entre dos personajes: Orfeo (mítico) y Cris­to (histórico).

La asunción de la fe cristiana en el contexto de la religiosidad popular chilena (tanto discursificada como no discursificada) es el factor fundante de la nueva verosimilitud poética propuesta por Gabriela Mistral en Poema de >Cihzle, que contrasta con la otra sustentada por la literatura culta convencional formalizada en el mito de Orfeo. Poema de Chile no constituye una evasión de la verosimilitud (no es un relato fantástico pese. a la condi­ción surreal de la protagonista) , sino la búsqueda de una re­presentación original de la realidad fundada en categorías dis­tintas; su inverosimilitud en relación a la tradición griega es sólo parcial.

iPor otro lado, la nueva verosimilitud propuesta es también relativa, puesto que se refiere sólo a un sector de la sociedad chi­lena· y este rasgo ·testimonia una vez más la predilección mistra­liana por los seres humildes, uniéndola con fuerza a su tierra natal:

"He cobrado el disgusto y d desapego de mis poesías cuyo tono no es el mío por ser demasiado enfático. N o me ex­cuso, sz;no aquellos poemas donde reconozco mi lengua hablada¡ ... ¡ CorrijO! basta!nte más de lo que la gente puede c1:eer, leyendo wnos versos que aún así se me que· dan bárbaros. Salí de un laberinto de cerros y algo de ese nudo sin desatadura posible queda en lo que hago, sea verso o sea prosa19.

••En "Cómo escribo", ya citado, pp. 4 y 5.