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Levante-EMV Como nos recuerda Carlos Gar- cía Gual en el prólogo de El libro del cumpleaños, el año 238, en que fue escrita la obra por el gra- mático latino Censorino, fue un año tumultuoso en el ya deca- dente Imperio romano: «En me- nos de cien días desaparecieron violentamente hasta cinco empe- radores, elegidos unos por las tro- pas y otros por el Senado: tres fue- ron asesinados, uno se suicidó y el otro murió en combate». Ajeno, sin embargo, a estas convulsio- nes históricas, Censorino com- ponía un breve tratado en torno al día del nacimiento y a la cele- bración de los aniversarios y se lo ofrecía como obsequio a su me- cenas Quinto Cerelio con motivo de su 49 cumpleaños. Es curioso, pero quizá com- prensible, que en épocas espe- cialmente agitadas, en las que el mundo parece desmoronarse y el futuro se vislumbra como fatali- dad, la cultura se repliegue en sí misma, y busque su inspiración en los orígenes. Censorino reú- ne en su libro todo cuanto la he- rencia grecolatina había discuti- do, especulado e imaginado so- bre el principio ya no del hombre, sino del mismo tiempo, aunque su visión no se halle vinculada a una preocupación metafísica o cosmogónica, sino a un interés concreto, casi podríamos decir práctico, por el hombre indivi- dual, el que vivía y envejecía, año tras año, en su tiempo. Es cierto que el volumen arranca preguntándose si los hombres existen desde siempre y sólo han nacido de otros hom- bres, o si, por el contrario, hubo un tiempo en que no existían, pero en general Censorino re- nuncia a remontarse a tales leja- nías. Se centra más bien en lo que particularmente podría atañer al destinatario del libro, su protec- tor Quinto Cerelio, un individuo concreto y con una vida distinti- va —en su caso, la de un hombre de origen plebeyo, no italiano, que había ascendido al rango de caballero—, pero también un hombre como otros hombres. Es decir, alguien que estaría intere- sado en saber de dónde viene el semen (en aquellos días un mis- terio sin resolver), cómo se for- ma el feto, o cómo se traza el pa- recido entre hijos y padres; a quién podría gustarle conocer lo que habían dicho los hombres doctos como Pitágoras sobre el embarazo o cómo se relacionan con éste algunas de las ciencias y artes que más «sonaban» en su época, como la astronomía o la música; o que se sentiría ilustra- do al descubrir cómo de esa en- tidad informe y espantosa llama- da Tiempo se las arreglaron los sabios para sacar períodos regu- lares, siglos, lustros y años. Las diferencias entre el calendario solar y el calendario «oficial» nos hablan, a su modo, de nuestro do- minio de la naturaleza. Pero, al mismo tiempo, los prudentes avi- sos del filósofo nos ponen de nue- vo los pies en la tierra: «Los hom- bres pueden alargar su vida hasta diez veces siete años si lo consiguen de los hados mediante rezos y ofrendas, pero a partir de los se- tenta es algo que no se debe solici- tar ni se puede obtener de los dio- ses. Por lo demás, después de los ochenta y cuatro años, los hombres pierden la cabeza y ya no caben milagros». El libro del cumpleaños es un compendio de fisiología, astro- nomía, ciencias aplicadas y sabi- duría práctica que seguramente hoy se titularía Todo lo que nece- sita usted saber cuando cumple años. Sigue desempeñando per- fectamente su función de regalo de cumpleaños porque, como hemos dicho, to- dos somos de algún modo Quinto Cerelio, personas ávidas de sa- ber y de vivir, a ser po- sible mejor. Para Alba Editorial la publicación de este li- bro coincide con dos números mágicos: el número 100 de la em- blemática colección Alba Clásica, y los 15 años de existencia de la editorial. Un doble ani- versario que merece sin duda ser celebrado. Desde su fundación, Alba se ha caracteriza- do por llenar huecos significativos en el pai- saje de la edición en Es- paña. Cuando la colec- ción Alba Clásica se ini- ció con Mansfield Park de Jane Austen, ningu- na colección de clásicos universales estaba en las mesas de novedades de las librerías y los clásicos se consideraban úni- camente textos añejos, objetos de estudio más que de lectura. Su apuesta por una literatura escri- ta en otros siglos pero que podía ser presentada y leída como pro- ducto contemporáneo hizo sin duda mella, y no tardó en cundir el ejemplo. Con el tiempo la edi- torial se iría asimismo abriendo paso por otros caminos poco ex- plorados: su colección Artes Es- cénicas, de textos de teoría tea- tral, o los libros de entrevistas con cineastas o sobre grandes fi- guras del jazz en la colección de no ficción Trayectos, son sólo un ejemplo de esa voluntad de res- ponder a intereses reales, pero poco o nada cuidados hasta en- tonces en el panorama editorial. Tenemos motivos para desearle un feliz cumpleaños. 59 Levante EL MERCANTIL VALENCIANO Viernes, 19 de diciembre de 2008 L’escriptor Joan F. Mira tan- ca amb «El professor d’his- tòria» la seua trilogia am- bientada a la ciutat de Va- lència (pàg. 5). Narrativa posdata pd Suplemento Cultural «Mansfield Park», de Jane Austen, fue el primer número de la colección Alba Clásica que ha llegado a los cien títulos con el libro de Censorino. La editorial celebra sus quince años de existencia con el libro de Censorino, número cien de su emblématica colección de clásicos Alba y Quinto Cerelio cumplen años EQUIPO. Violeta Hernando, Carmen Sánchez, Antonio Pérez (de pie), Luis Magrinyà, Paulina Fariza, Pepe Moll, Idoia Moll, James Cotliarenco (de pie) i Mini Roca. LEVANTE-EMV ❙❙❙ Las colecciones de Artes Escénicas y sobre grandes figuras del jazz llenan huecos significativos en el ámbito de la edición española

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Levante-EMVComo nos recuerda Carlos Gar-cía Gual en el prólogo de El librodel cumpleaños, el año 238, enque fue escrita la obra por el gra-mático latino Censorino, fue unaño tumultuoso en el ya deca-dente Imperio romano: «En me-nos de cien días desaparecieronviolentamente hasta cinco empe-radores, elegidos unos por las tro-pas y otros por el Senado: tres fue-ron asesinados, uno se suicidó y elotro murió en combate». Ajeno,sin embargo, a estas convulsio-nes históricas, Censorino com-ponía un breve tratado en tornoal día del nacimiento y a la cele-bración de los aniversarios y selo ofrecía como obsequio a su me-cenas Quinto Cerelio con motivode su 49 cumpleaños.

Es curioso, pero quizá com-prensible, que en épocas espe-cialmente agitadas, en las que elmundo parece desmoronarse y elfuturo se vislumbra como fatali-dad, la cultura se repliegue en símisma, y busque su inspiraciónen los orígenes. Censorino reú-ne en su libro todo cuanto la he-rencia grecolatina había discuti-do, especulado e imaginado so-bre el principio ya no del hombre,sino del mismo tiempo, aunque

su visión no se halle vinculada auna preocupación metafísica ocosmogónica, sino a un interésconcreto, casi podríamos decirpráctico, por el hombre indivi-dual, el que vivía y envejecía, añotras año, en su tiempo.

Es cierto que el volumenarranca preguntándose si loshombres existen desde siemprey sólo han nacido de otros hom-bres, o si, por el contrario, huboun tiempo en que no existían,pero en general Censorino re-nuncia a remontarse a tales leja-nías. Se centra más bien en lo queparticularmente podría atañer aldestinatario del libro, su protec-tor Quinto Cerelio, un individuoconcreto y con una vida distinti-va —en su caso, la de un hombrede origen plebeyo, no italiano,que había ascendido al rango decaballero—, pero también unhombre como otros hombres. Esdecir, alguien que estaría intere-sado en saber de dónde viene elsemen (en aquellos días un mis-terio sin resolver), cómo se for-ma el feto, o cómo se traza el pa-recido entre hijos y padres; aquién podría gustarle conocer loque habían dicho los hombresdoctos como Pitágoras sobre elembarazo o cómo se relacionan

con éste algunas de las cienciasy artes que más «sonaban» en suépoca, como la astronomía o lamúsica; o que se sentiría ilustra-do al descubrir cómo de esa en-tidad informe y espantosa llama-da Tiempo se las arreglaron lossabios para sacar períodos regu-lares, siglos, lustros y años. Lasdiferencias entre el calendariosolar y el calendario «oficial» noshablan, a su modo, de nuestro do-minio de la naturaleza. Pero, almismo tiempo, los prudentes avi-sos del filósofo nos ponen de nue-vo los pies en la tierra: «Los hom-bres pueden alargar su vida hastadiez veces siete años si lo consiguende los hados mediante rezos yofrendas, pero a partir de los se-tenta es algo que no se debe solici-tar ni se puede obtener de los dio-ses. Por lo demás, después de losochenta y cuatro años, los hombrespierden la cabeza y ya no cabenmilagros».

El libro del cumpleaños es uncompendio de fisiología, astro-nomía, ciencias aplicadas y sabi-duría práctica que seguramentehoy se titularía Todo lo que nece-sita usted saber cuando cumpleaños. Sigue desempeñando per-fectamente su función de regalo

de cumpleaños porque,como hemos dicho, to-dos somos de algúnmodo Quinto Cerelio,personas ávidas de sa-ber y de vivir, a ser po-sible mejor.

Para Alba Editorial lapublicación de este li-bro coincide con dosnúmeros mágicos: elnúmero 100 de la em-blemática colecciónAlba Clásica, y los 15años de existencia de laeditorial. Un doble ani-versario que merece sinduda ser celebrado.Desde su fundación,Alba se ha caracteriza-do por llenar huecossignificativos en el pai-saje de la edición en Es-paña. Cuando la colec-ción Alba Clásica se ini-ció con Mansfield Parkde Jane Austen, ningu-na colección de clásicos

universales estaba en las mesasde novedades de las librerías ylos clásicos se consideraban úni-camente textos añejos, objetosde estudio más que de lectura. Suapuesta por una literatura escri-ta en otros siglos pero que podíaser presentada y leída como pro-ducto contemporáneo hizo sinduda mella, y no tardó en cundirel ejemplo. Con el tiempo la edi-torial se iría asimismo abriendopaso por otros caminos poco ex-plorados: su colección Artes Es-cénicas, de textos de teoría tea-tral, o los libros de entrevistascon cineastas o sobre grandes fi-guras del jazz en la colección deno ficción Trayectos, son sólo unejemplo de esa voluntad de res-ponder a intereses reales, peropoco o nada cuidados hasta en-tonces en el panorama editorial.Tenemos motivos para desearleun feliz cumpleaños.

59Levante EL MERCANTIL VALENCIANO ■ Viernes, 19 de diciembre de 2008

L’escriptor Joan F. Mira tan-ca amb «El professor d’his-tòria» la seua trilogia am-bientada a la ciutat de Va-lència (pàg. 5).

Narrativa

p o s d a t apdSuplemento Cultural

«Mansfield Park», de Jane Austen,fue el primer número de la colecciónAlba Clásica que ha llegado a loscien títulos con el libro de Censorino.

La editorial celebra sus quince años de existencia con el libro deCensorino, número cien de su emblématica colección de clásicos

Alba y Quinto Cereliocumplen años

EQUIPO. Violeta Hernando, Carmen Sánchez, Antonio Pérez (de pie), Luis Magrinyà, Paulina Fariza, Pepe Moll, Idoia Moll, James Cotliarenco (de pie) i Mini Roca.

LEVANTE-EMV

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Las colecciones deArtes Escénicas ysobre grandes figurasdel jazz llenanhuecos significativosen el ámbito de laedición española

Enrique HerrerasEl reciente estreno en el TeatroRialto de la última producción deTeatres de la Generalitat, La viu-da valenciana, obra de Lope deVega ambientada en Valencia,nos permite infiltrarnos en la ín-tima relación que el Fénix tuvocon la ciudad del Turia. En los úl-timos años, distintos investiga-dores han llegado a resaltar la im-portancia de esta relación para eldesarrollo de la obra de Lope,esto es, para el Arte nuevo, basepor altura del renombrado teatrodel Siglo de Oro español.

A decir verdad, el peso de ladramaturgia valenciana fue tangrande en la transición del XVI alXVII que llegó a conocerse comoEscuela Valenciana. En su Viajeal Parnaso, Miguel de Cervantesdio noticia de esta situación.Cuenta el escritor, en su imagi-nario periplo, que la nave de Mer-curio, cargada de los mejores po-etas, viaja hacia el monte Apolo,y realiza una única escala en lascostas españolas: Valencia. Conuna vida cultural de sorprenden-te vitalidad, esta ciudad era unode los destinos ineludibles paracualquier poeta. Para Lope, sin irmás lejos.

Una vida cultural que el autorde Fuenteovejuna llegó a conocermuy bien a raíz de las tres cir-cunstancias de su vida, bien di-versas por cierto, por las que es-tuvo en Valencia. La primera, enel año 1588, por el destierro alque fue condenado por haber di-fundido libelos en contra de suex-amante Elena Osorio y de sufamilia; la segunda, en 1599,como secretario del marqués deSarria, en las bodas reales de Fe-lipe III con Margarita de Austria;y la tercera en 1616, como viaje-ro particular en busca de re-cuerdos y amores.

Como señala Teresa Ferrer,«probablemente influyera en laelección de Lope la imagen de ciu-dad próspera, de clima apacible,festiva y alegre, abierta y acoge-dora de que gozaba Valencia en-tre los contemporáneos». Perotambién, subraya esta profesorade la Universitat de València,«debió de pesar en la elección delentonces joven dramaturgo su ca-rácter de plaza teatral de primerorden, el dinamismo de su casade comedias de L’Olivera, adon-de acudían a representar las me-jores compañías, y el prestigio deautores teatrales vinculados a lacultura valenciana, como AndrésRey de Artieda, Cristóbal de Vi-rués, o Francisco Agustín Tárre-ga, a los que vendrían a sumarsedespués otros, como Gaspar Agui-lar o Guillem de Castro».

En fin, es factible que Lope eli-giese para su exilio precisamen-te Valencia por la curiosidad deconocer aquel ambiente teatraldel que habría oído hablar a ac-tores, como su amigo Gaspar dePorres. En Valencia, debió demadurar en él una conciencia crí-tica más precisa de lo que el tea-tro representaba. Idea ésta quecorrobora el catedrático Josep L.Sirera, para quien «Lope necesitóuna “escuela” donde formarse dra-máticamente. Teniendo en cuen-

ta la debilidad de su formación te-órica, forzoso es suponer que setrataba de una escuela de “prácti-cas”. Y la iba a encontrar en la ciu-dad de Valencia».

En esa tesitura se encuentratambién el hispanista RinaldoFloldi, al señalar que fue en Va-lencia donde las estructuras de lacomedia tomaron forma más queen otro sitio. Así, «en aquella tra-dición se insertará la personalidadde Lope de Vega, con una superiorconsciencia y una genialidad y vi-gor poéticos más poderosos…».

Parece, pues, que es en estelado del Mediterráneo, lejos dela Meseta, donde comenzaron aplantearse la estructura de lasobras de Lope, incluidos aspec-tos tan fundamentales, como eldesarrollo del gracioso. Y ello seproduce, previsiblemente, al ad-vertir la importancia de las figu-ras cómicas características, quequizá ya conocía de la Comme-dia dell’arte italiana, pero que es-taban bien presentes en el teatrovalenciano.

Lope encontró una ciudad conmás de ochenta mil habitantes,cuna de la imprenta española,con dos corrales de comedia ycon academias literarias tan im-portantes como la de los Noc-turnos. Son, quizá, como afirmaJ. L. Aguirre, los años más felicesy tranquilos del inquieto poeta.Su esposa Isabel (Belisa), co-rrespondía a su amor apasiona-do. Juntos asistían el 28 de juniodel año 1589 a la misa de vela-ciones en la parroquia de San Es-teban, donde radicaba la cofradíade los cómicos valencianos. En

la misma parroquia era bautiza-da la primogénita Teodora y allímismo enterrada un año más tar-de. Junto con Isabel, tal vez rea-lizara alguna excursión para co-nocer la huerta, y con toda se-guridad las ruinas de Sagunto.

El carnaval mediterráneoCuando Lope volvió a Valen-

cia, en 1599, ya dominador de laescena española, encuentra aGuillem de Castro que, siendoaún joven, ya tenía genio y capa-cidad para ir más allá de la órbi-ta local. En ese año se celebranen Valencia las bodas reales deFelipe III y Margarita de Austria.Entre esta gente «mejor» vinoLope. Ya en Valencia los festejosse sucedieron con fastuosidadinusitada. El día 23 de febrero,Lope toma parte en un cortejocarnavalesco…

Valencia permanece en el re-cuerdo de Lope, la ciudad alegre

de clima delicioso y huerta en-vidiable, sometida a la influenciade Venus y Marte. Vivencias, ymás tarde recuerdos, le serviránpara escribir deliciosas come-dias como El bobo del colegio,Don Lope de Cardona, El Grao deValencia, La viuda valenciana,Las flores de Don Juan, El santode Valencia, La toma de Valencia,Fray Martín de Valencia, La sie-rra de Espadán y algunas otras.

Ahora, podemos contemplaruna de ellas, La viuda valencia-na. Desde una dramaturgia deAntoni Tordera, y puesta en es-cena de Vicente Genovés, redes-cubrimos una comedia que des-taca no sólo por su notable cons-trucción vodevilesca, sino tam-bién porque respira sensualidad.

Redescubrimos la ambienta-ción que se concreta con detallesauténticos tomados por el autorde la Valencia que conoció. Unasveces son nombres de iglesias:San Juan del Hospital o el Mila-gro. O el puente del Real, juntoa la puerta del mismo nombre yque daba accesos al derruido Pa-lacio Real. O el llano de Zaidía,donde todavía se levanta un con-vento. Otras veces serán alusio-nes al clima. O a la huerta. Sí, yaen ese tiempo existían algunostópicos sobre Levante feliz, perola obra también nos muestra,como señala Tordera, el «hábi-tat» urbano y portuario de la va-lencia de entonces.

A la vez vislumbramos datosautobiográficos. Si fueron fre-cuentes en Lope los casos deamoríos llevados más o menosen secreto, esta comedia se pu-blicó dedicada a Marcia Leonar-da, seudónimo de Marta de Ne-vares, una mujer casada con laque Lope había iniciado una re-lación sentimental en 1616, dosaños después de ordenarse sa-cerdote, relación que manten-dría hasta la muerte de ésta en1632. Pero, la cosa no queda ahí,su eje es la decisión libre de unamujer en un medio social hostil.Una viuda tiene tres cartas en lasmanos, como señala Joan Oleza,que son tres decisiones: mante-ner su independencia, conser-var la fama, y gozar del hombreque desea.

En acertadas palabras de Te-resa Ferrer, «es la mujer la quedomina al hombre, la que decide,la que paga, la que exige las con-diciones, accediendo además alintercambio sexual sólo cuandoquiere y no cuando se lo imponen,pero que “por imperativo social”acaba en la sumisión de un ma-trimonio con el hombre al que pre-tendía dominar».

Acaba, pero ya hemos vistosu carácter, lo que nos abre in-terrogantes sobre el futuro deun happy end, porque ya lo dijoel propio Lope en distintos ver-sos: «Aquí todo el año entero /parece sereno abril…» / «Esapacible su gente / es en extre-mo amorosa…» / «…Y aquesteTuria, que al mar / le paga enagua de azahar / tributo en cris-tales puros. / Aquel es el sacroSeo, / y éste el alto Miguelete /—Ella es tal cual la promete /su grande fama al deseo».

El autor desarrolló la estructura de la comedia en la capital del Turia

Lope de Vega, en Valencia

60 pd ■Levante EL MERCANTIL VALENCIANOViernes, 19 de diciembre de 2008

CÓMIC

El CubriTal como éramosEd. de Ponent y Diput. de Sevilla, 2008

Juan CamposCoincidiendo con la celebraciónen Sevilla de una exposición conel mismo título, aparece este li-bro que repasa la trayectoria vi-sual de El Cubri. Carteles, ilus-traciones, historietas cortas ytextos de Felipe Hernández Cavay Antonio Martín componen estaobra que nos devuelve imágenesfundamentales del cómic espa-ñol de finales del franquismo y dela transición.

Fundado en 1973 por el guio-nista Felipe Hernández Cava(Madrid, 1953) y el dibujante Sa-turio Alonso (Soria, 1953), El Cu-bri (nombre que homenajeaba aldirector de cine Stanley Kubrick)significó un soplo de aire frescoen al alicaído mundo de la histo-rieta española de los 70. La obrade esta pareja, poco después con-vertida en trío tras la adhesión deldibujante Pedro Arjona (Madrid,1949), significó una ruptura conel cómic de su época tanto por suintento de renovar su lenguajecomo por su introducción en lahistorieta española del realismosocial desde posiciones clara-mente politizadas.

Sus primeros trabajos, en losque se alterna la ilustración, lahistorieta y el diseño, aparecenen las revistas Bang! y Fotogra-mas iniciando una época de asom-brosa fertilidad creativa que leslleva a aparecer en multitud de re-vistas de la época, carteles y pan-fletos. El libro El que parte y re-parte, publicado en 1975, es unaajustada recopilación de su nu-merosa producción de esos años.

Con la llegada de la transicióncolaboran con revistas importan-tes de la época como Por favor oLa calle con historietas de humorde signo izquierdista. Mientras,su faceta como ilustradores al-canza su punto culminante en1977 cuando son los responsablesde las portadas de la Historia delfranquismo, una enciclopedia porfascículos editada por Sedmay.

A principios de los 80 SaturioAlonso abandona el grupo al tras-ladarse a vivir a Irlanda y el aho-ra binomio Hernández Cava-Ar-jona asume un papel relevante enel boom del cómic español deprincipios de los 80 con su cola-boración en revistas emblemáti-cas como Cimoc, Rambla o Ma-driz en las que se adscriben al có-mic de género. Tras un largo pe-riodo de separación, HernándezCava y Arjona retoman su cola-boración en 1999, ahora en el ám-bito audiovisual.

Un libro, pues, que sirvecomo perfecto escaparate de uncolectivo de importancia capitalen el cómic español y que nosdevuelve imágenes de un pasa-do ya no tan reciente.

TEATRO

VODEVIL. «La viuda valenciana» puede verse en el teatro Rialto.VICENTE A. JIMÉNEZ

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El peso de ladramaturgia de estaciudad fue tangrande en latransición del s. XVIal XVII que llegó aconocerse comoEscuela Valenciana

Maria RosellEncara que inicialment no gaudi-ra de la fama internacional d’al-tres companys post-impressio-nistes, Felix Valloton (Lausana,1865-París, 1925) és hui en dia unreferent de la pintura en el tràn-sit del segle XIX al XX. La mili-tància de l’artista en el movimentdels «Profetes» (els Nabis) i laparticipació en algunes de les ex-posicions i revistes capdavante-res del París més transgressord’aquella època, com ara el Salódels Independents (1893) o la Re-vue Blanche, situen el pintor d’o-rigen suís en l’òrbita de MauriceDenis, Édouard Vuillard o PierreBonnard. Ara, però, la notícia so-bre la seva obra és de tipus lite-rari, ja que El Nadir recupera unescrit seu poc conegut pel públicespanyol, seguint la dinàmica edi-torial de la publicació en castellàde rareses contemporànies a l’es-til de Rarahu. El matrimonio deLoti, de Pierre Loti, el 2007.

La vida asesina (La vie meur-trière) demostra les inquietudsmés enllà de la pintura d’un autoramb tres novel·les, set peces tea-trals, i una notable tasca crítica enla seva trajectòria professional. Lamés destacable de les novel·lesaparegué per primera vegada alMercure de France pòstumament(l’any 1927), ja que cap editor ac-ceptà fer-se’n càrrec, i ha estat va-lorada pels diferents editors i crí-tics des del punt de vista testimo-nial, com una mena d’elaboracióficcional dels més tràgics esde-veniments personals. Alguns fac-tors de la construcció de la no-vel·la han facilitat la interpretacióen clau autobiogràfica, sobretot apartir dels trets psicològics del’obsessiu protagonista, un críticd’art anomenat Jacques Verdier,representant d’una joventut asfi-xiada per la mediocritat de lesmentalitats burgeses (que pintàdes de la crítica Valloton); la res-ta, però, són els estranys fruits dela modernitat literària maduratsa través de la ploma d’un escrip-tor polifacètic arrossegat pels co-rrents que travessen l’Europa

d’entre-segles, i que han deixat alseu pas tants testimonis de jovesesperits maleïts.

El cas del narrador en prime-ra persona de La vida asesina non’és una excepció: mitjançant unescrit dipositat al costat d’un re-vòlver abans de suïcidar-se, es re-laten els successos colpidors quel’han llançat a aquell dràstic final.Des de ben menut, Verdier fouportador d’una inusual fatalitat:sense desitjar-ho, provocava lamort accidental de les personesmés estimades del seu voltant; unprimer amic d’infantesa, enveri-nat amb els productes de la dro-gueria del seu pare, o una bellamodel, cremada amb un calderper la seva culpa, són dues de lesnombroses víctimes de la vida as-sassina que l’intel·lectual Verdierestà condemnat a dur a termeamb resignació i cert cinisme. Ladarrera morta i única amant,però, marca el punt i final d’unaexistència vàcua, després de la

notícia de la seva agonia, una ve-gada contagiada per ell de la ma-laltia venèria mai no mencionadaen el text (ni tractada per un met-ge, per voluntat del mateix Ver-dier), i després arrossegada perun cotxe a causa dels desencer-tats consells del malaurat.

En resum, el manuscrit dispo-sat amb cura en l’escenari del suï-cidi —per tal que un curiós ins-pector de policia el trobara— na-rra la hipèrbole d’un destí entes-tat a fer infeliços els éssers quepoblen el microcosmos del pro-tagonista. El caire de l’exageraciópodria resultar humorístic si lallegim des del prisma de la parò-dia, cosa que ens duria a pensarque la peculiar proposta literàriade Felix Valloton es situaria en lalínia dels falsos diaris carregatsd’humor corrossiu amb què elsnarradors més brillants —en l’es-tela de Valéry Larbaud o del falsvescomte argentí de Lascano Te-gui—, encetaven el segle; amb els

escrits apòcrifs proposaven re-tratar els esnobs i els advenedis-sos que havien començat a infes-tar el món i el mercat de l’art des-prés de la «democratització» dela cultura i de l’ensenyament su-periors. Quan l’enriquiment de laburgesia produeix la instal·lació,al si de les elits, de figures bendemarcades com ara els col·lec-cionistes, els experts i els mar-xants, no necessàriament aristò-crates, sorgeix un ventall de per-sonatges pretenciosos i nous ricsque mataven per ser convidats ales festes més exclusives, perexemple, a diferència dels dandiscontemporanis, que feien tot elpossible perquè el tragueren apatades d’elles.

El poder evocador de La vidaasesina, que ha de ser comparatamb els darrers llenços del suís,—amb interiors burgesos de to-nalitats fosques i ambientacionsombrívoles—, és el d’aquellesobres urbanes on un personatgeamb aparença de víctima del des-

tí, de la societat o del seu temps,deambula per la nit de ciutats ones descobreix víctima d’ell mateixi botxí dels demés, entre les il·lu-minacions dels alcohols, de lesmales companyies, de les dones«decents» o les que aparentenser-ho, i de l’art.

Pel que fa a l’art, d’una banda,dues exposicions recents a Zurici Hamburg mostren una retros-pectiva d’un autor encara poc vi-sible fora de França i Suïssa, peròprou valorat a les subhastes in-ternacionals. D’altra banda, grà-cies a la publicació de La vida ase-sina, podem aproximar-nos alsgravats fets per al llibre, que re-corden alguns dels treballs per ala premsa del Valloton gravador iil·lustrador periodístic proper alpensament anarquista.

pd 61Levante EL MERCANTIL VALENCIANO ■ Viernes, 19 de diciembre de 2008

LLIBRES

Nadir rescata una raresa literària de l’artista plàstic franco-suís Felix Vallotton

Cròniques de l’homicida fatal

Rafa MartínezWilliam Sidney Porter (Greens-boro, 1862-Nueva York, 1910),más conocido para la historia dela literatura norteamericanacomo O. Henry, fue un gran es-critor de relatos cortos. Empezóa escribirlos en la cárcel, comomedio para mantener a su familiamientras permanecía entre rejas.El motivo que le llevó a estar pre-so fue una acusación de apropia-ción indebida; cuatro mil dólaresdesaparecieron del First NationalBank de Austin, entidad en la queestuvo trabajando hasta que huyórumbo a Honduras. A su vuelta,tras siete años de estancia en el

país centroamericano, cumplióuna pena de cuatro en Ohio.

Al reintegrarse a la sociedad,O. Henry marchó a Nueva Yorky allí, en la Gran Manzana, deci-dió dedicarse de forma profesio-nal a la literatura. Colaboró pu-blicando sus cuentos en el se-manario New York World y enotros medios, lo cual le llevó ahacerse un nombre. Pese a ello,pese a la popularidad y el éxito,murió poco antes de cumplir loscincuenta años víctima del alco-holismo y de sus sempiternosproblemas económicos.

Los relatos cortos de O.Henry sorprendieron tanto en su

tiempo como lo siguen haciendohoy. La resolución de las histo-rias que desarrolla suele tomarun cariz inesperado hacia el fi-nal. El lector, de este modo, seda de bruces con algo con lo queno contaba, oculto o semioculto,en el hilo de la narración. Ésta essu característica más reconoci-ble; su sello, también, inconfun-dible. En cuanto a la temática, ca-bría recordar aquello que decíael autor: que en Nueva York haytantas historias como sus cuatromillones de habitantes de aquelentonces; variada, pues. Porquelos suyos son personajes de laciudad: hombres ricos, hombres

que se arruinaron (el sablistaTripp de Esto no es un cuento),mujeres que se enamoran (la in-genua Cecilia de El tercer ingre-diente), hombres y mujeres, enfin, que viven como pueden en elNueva York del fin de siglo. Y cu-yas vidas conforman historias,como se puede deducir, cerca-nas, impregnadas de un realis-mo que las dota de una verosi-militud admirable. Más allá, porsupuesto, o por encima, de cues-tiones trascendentales.

La edición que presenta la edi-torial Barataria, en traducción dePablo Manzano, contiene algu-nos buenos ejemplos del arte na-rrativo del escritor norteameri-cano. Hasta doce relatos cortos—o cuentos, pese a la aparenteparadoja del título, vaya que sí—que se leen en un santiamén yque dejan con ganas de más. Unclásico moderno, desde luego.

Una selección de relatos de O. Henry

Historias cercanas

O. HenryEsto no es un cuento y otros cuentosTraducción de Pablo ManzanoBarataria, Sevilla, 2008

Felix VallottonLa vida asesinaTraducció de María InglésEl Nadir, València, 2008

ELS NABIS. Xavier Roussel, Édouard Vuillard, Romain Coolus i Felix Vallotton l’any 1899.

LEVANTE-EMV

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El caire del’exageració podriaresultar humorístic sillegim l’obra des delprisma de la paròdia

Nikolái GógolEl capoteNórdica Libros, Madrid, 2008

En este re-lato publi-cado en1842, Gógolcreó al míti-co persona-je AkakiAkákievichBashmach-kin, funcio-nario debajo rango que se ve ultraja-do por las injusticias socialesy la indiferencia de los favo-recidos. Nórdica Libros pre-senta esta lujosa edición ilus-trada por Noemí Villamuza.

ANAQUEL

Dylan ThomasEl nadal d’un nen a Gal·lesViena, Barcelona, 2008

Dylan Tho-mas evocacom erenels dies deNadal en unpoblet de lacosta deGal·les a co-mençamentdels anysvint, tal comell es va viure: coberts de neu,poblats de gats i carters ambel nas roig com una cirera,amb l’olor del rostit que eixiade les cuines... Una edicióil·lustrada per Pep Montserrat.

J. M. G. Le ClézioL’africàEdicions 62, Barcelona, 2008

L’últim pre-mi Nobelde Literatu-ra recrea enaquest lli-bre —pu-blicat l’any2004— l’ex-periènciaradical i for-madorad’un doble encontre: amb elpare i amb Àfrica. Un relat ín-tim i sensual que il·lumina total’obra d’aquest autor, escollitel més gran escriptor viu enllengua francesa el 1994.

Bruno SchulzMadurar hacia la infanciaSiruela, Madrid, 2008

Este volu-men contie-ne todos losrelatos deBrunoSchulz, unode los mayo-res escrito-res del sigloXX, publica-dos por pri-mera vez con las ilustracionesoriginales del autor, el sorpren-dente cuento con imágenes Ellibro idólatra y los escritos teó-ricos y críticos, algunos de ellosencontrados recientemente.

José SaboritFlor de salPre-Textos, València, 2008

Antoni GómezLa poesia del pintor, poeta i críticcultural José Saborit (València,1960) cisella les emocions del lec-tor com si foren un fang informeque modela en cada poema ambuna saviesa que commou per laseua colpidora bellesa. Una be-llesa que és fruit de les exigèn-cies que demana una poesia deles emocions basada en l’ètica delcreador que ha sabut fer del seuestudi un taller demiúrgic d’onbrollen símbols estètics i verbalsde gran calat humanista. Hompot veure d’antuvi que entre elpintor i el poeta s’ha establit unafecunda relació estètica malgrattractar-se de disciplines creado-res ben diferents en la substàn-cia i en la forma. Al capdavall, elcreador és únic i ambivalent. Sa-borit, amb gran lucidesa, ha sa-but trobar la llum pictòrica dels

versos amb la depurada tècnicadel poeta, del creador d’imatgesverbals equilibrades, asserena-des i plenes de suggeridors ma-tisos metafísics.

El lector només ha de deixar-se dur per les paraules que bro-llen de l’estudi del pintor/poeta.Un estudi que li permet la con-templació del pas del temps per areflectir com va canviant la llumde la vesprada: «Las hojas de losárboles / que eran limpio recorte,luz y sombra, / bajo el brío solar delmediodía, / atemperan ahora / suverde en la penumbra», o en el casdel poema Celaje, «Manchado depintura tu reloj / pasa ya de las sie-te, / y esa luz cenital / que ilumi-na tu mesa y tu paleta / se va des-vaneciendo muy despacio». El pin-tor ha comprés que la naturalesacreadora de la poesia cal buscar-la en la matèria verbal, que calbuscar la llum en una expressiópoètica nítida i harmònica, trans-parent, com la llum cenital del seuestudi. Una llum que de seguidaens fa partícips del seu ritme emo-cional. Flor de sal és un llibre ex-traordinari, d’aquells que ens aga-fen des de les primeres pàgines,un llibre que sorprén gratamentper la fèrtil maduresa, la intel·li-gència i l’elegància de tots i de ca-dascun dels seus poemes.

Cal dir-ho perquè tot i que ésel primer poemari que l’autor pu-blica la seua poètica respon a unmón creador assaonat en la ple-nitud de la reflexió estètica, unaplenitud que abasta la pintura, lacrítica cultural i, en aquest cas, lapoesia. Que abasta la composicióretòrica dels versos, la materiali-tat de les imatges, la serena peròcàlida reflexió intimista: és la sub-til ironia que acompanya el lúcidfilòsof que escriu sobre el pas del

temps, sobre la infantesa i elsseus paisatges, sobre els éssersestimats, sobre els misteris i elsenigmes de la vida, al capdavall.I ho fa des de la consciència del’artesà que coneix les limita-cions de la creació estètica: «alver la luz precaria, desertora, / fu-gándose entre nubes y ventiscas /del marzo vagabundo que nos lle-va, / has bajado la cara con ver-güenza / comprendiendo lo ab-surdo del empeño / que movía tusmanos sobre el lienzo».

Poesia serena, doncs, que vacalant la sensibilitat del lectoramb un penetrant simbolisme: ésel plovisqueig emocional quecausa la remembrança dels pai-satges de l’ànima des de la sàviacontemplació del poeta: «Sabinasduras, / resistentes sabinas del ol-vido, / no supo veros el muchachoaquel, / aquel que tan erguido, /ignorante del tiempo y sus doble-ces / de lejos os miraba». És el castambé del bellíssim poema Mu-erte entre los pinos, del qual pagala pena transcriure aquests ver-sos: «los cortados de rodeno, lashigueras, / el lentisco y el olivo, laspinadas, / no has podido contener

el sentimiento, / al afecto renova-do hacia lo tuyo, / y te has dichosin pensarlo: / “Esto es mío, estepaisaje pertenece / a mi linde, ami confín, a mi memoria, / esto esmío para siempre: va conmigo”».

Poesia de recerca espiritual,d’experiència de coneixement.De condensació conceptual, sim-bolisme i sensualitat: «Flor de sal,/ rocío duro, / sabor salaz, / sa-piencia extrema, / cristal de au-mento / de los saberes todos». Ocom en el significatiu poema Lasformas del enigma: «Y sólo quedaentonces / esa vieja abisal sabidu-ría / que admira sin saber / las for-mas del misterio, / esa chispa deluz que va prendiendo / fogatas defrontera donde arde / la enigmáti-ca flor, la flor de fuego». Flor de salconté també poemes dedicats alséssers estimats del poeta escritsamb emoció i senzillesa, com eldedicat al fill: «Y ahora que te es-carpas monte arriba / sólo quieropedirte que me dejes / caminarjunto a ti de vez en cuando, /aprender ese mundo / que a la luzde tus ojos va creciendo / y mos-trarte a la vez / el mundo queaprendí mientras crecías». Però,en definitiva, allò que fa queaquest poemari estiga entre lesmillors obres de poesia publica-des els últims anys és l’aparentsenzillesa de la reflexió metafísi-ca, malgrat que el calat dels seusversos és intens i conceptualmentpenetrant. És la primera regla delclassicisme. És com aquell ins-tant en que copsem la difusa i en-igmàtica llum boirosa sobre el celdels grans cims. Saborit ha sabutcopsar la màgia d’aquell instantúnic i irrepetible amb aquest poe-mari. És un instant amb gust desal. És un enigma. És un enigmaque és la sal de la vida.

Saborit ha escrit una poesia equilibrada, serena i suggeridora al seu primer poemari

La sal de la vida

Lluís AlperaHi ha llibres que, en rebre-los,et causen un cert impacte per labellesa formal —o ornamental,hauríem de dir?— amb què elcontingut líric el trobem envol-tat. L’antologia (1973-2008) delpoeta de les Illes, Ángel Terron,es presenta ara sota el títol benlul·lià Art breu. El mateix Terronque ha fet la tria justifica «breu-ment» tant el títol com la selec-ció dels poemes en base als tresespais següents de significat: «elpersonal i humà, el dels fets ex-perimentals i la ciència amb ma-júscula i el món dels símbols dela cultura humanística».

Ángel Terron (Palma de Ma-llorca, 1953) és un conegut pro-fessor de Ciències Químiquesque ja ha publicat set poemarisamb un fort ressò dins el pan-orama de la literatura catalanaactual. Pertany, per tant, alspoetes que al marge de la seua

professió, s’apassionen, així ma-teix, per la creació literària, tal-ment com han fet els arquitec-tes Joan Margarit o Gaspar JaénUrban o el metge alacantí Emi-li R. Bernabeu. Ho vinc a dirperquè en el cas de Terron elsseus poemaris demostren sem-pre una gran ambició intel·lec-tual i artística així com una so-lidesa estructural producte engran part de la seua formaciócientífica. A més, d’altra banda,els llibres de d’A. Terron es tro-ben plens de referències histò-riques —especialment de la his-tòria de la ciencia—, literàries iartístiques.

Personalment, des dels seusprimers llibres de versos —Ini-ciació a la química, Llibre delMercuri, Ternari— sempre hecregut que la lírica de Terronresolvia amb encert aquella re-cerca de laboratori amb què elspoetes formalistes de la gene-

ració dels setanta s’endinsavensovint en una dicció poética for-ça confusa i estreta clarividèn-cia. El poeta mallorquí, partintdel suport del coneixement i dellèxic científics a les imatges,

contribuïa d’una manera sòlidai artística a una nova dicció poé-tica que perduraria en els segü-ents poemaris, tot incorporantnoves preocupacions temàti-ques així com noves experièn-cies vitals. El resultat ha estat,en part, la publicació d’aquestabellísima antología on À. Ter-ron va escollint poemes delsseus set llibres, amb un nombredecreixent car comença triantonze poemes del seu primer lli-bre per acabar tan sols amb qua-tre d’un colofó que titula «Ma-terial inèdit».

Podríem tancar aquesta notacrítica amb uns versos del seupoemari De bell nou, que esde-vé un cant de confiança en la ne-cessitat de la poesia: «Prosa peral Poema? / Els homes no viuende prosa. / Una poesia entene-dora per a molts? / Ulises ja nosolca les aigües, / ni l’aurora es-tén els dits de rosa, / ni Rolandcanta abans de morir / els seusformosos monorims, / ni el vi en-ardeix els homes / que amb as-trolabi mesuren el pas dels estels,/ ni cap alosa assenyala cap per-fumada sendera».

Una antologia d’Àngel Terron

La necessitat del vers

62 pd ■Levante EL MERCANTIL VALENCIANOViernes, 19 de diciembre de 2008

LLIBRES

Àngel TerronArt breu. Antologia 1973-2008Ed. del Salobre, Palma de Mallorca, 2008

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Destaca l’aparentsenzillesa de lareflexió metafísica,malgrat que el calatdels versos és intensi conceptualmentpenetrant

Joan F. MiraEl professor d’històriaProa, Barcelona, 2008

Alfred MondriaDiuen que George Orwell no po-dia evitar, en traure’s un moca-dor de la butxaca, aventurar-seen disquisicions sobre la situa-ció de fàbriques i d’obrers —plusvàlues i injustícies socials—que havien fet possible la pro-ducció d’aquest tros de tela. Enel segle de les grans ideologies,utopies i promeses paradisía-ques han derivat en l’única cer-tesa que l’infern és més real iproper del que ens pensàvem —la confirmació que tot s’ho en-goleix «la barbàrie doctrinal imetòdica»—, tal i com constata,perplex i abatut, el protagonistad’El professor d’història. Puntejatde cites i d’esperit goethià, JoanF. Mira ha elaborat una novel·lahereva de les preguntes i debatsque desgranaven per les munta-nyes suïsses Naphta i Settem-brini. Després de tota una vidadedicada a l’estudi de períodes ifets decisius de la contempora-neïtat, el professor Manuel Sa-lom estaria disposat a un pactediabòlic —com el músic del Doc-tor Faustus de Thomas Mann—per tal d’arribar a una conclusiódefinitiva, un llibre que donarasentit als seus esforços i des-afiaments acadèmics. Una lluitaque, com en el Herzog de SaulBellow, no garanteix cap revela-ció extraordinària i que, mésaviat, pot convertir a qui ho pre-tén en un ser aclaparat i indefensper les respostes.

Hi ha un rerefons del Salom«erudit i estúpid» de SalvadorEspriu en el personatge confec-cionat per Joan F. Mira: «la cul-tura feia perdre l’ànima, asseca-va el cervell», s’assegura entremúltiples ironies i altres tresorsen Ariadna al laberint grotesc. Apunt de la jubilació, Manuel Sa-lom cau a terra i es colpeja la ce-lla en observar com dues estu-diants es besen, desinhibides ijuganeres, en la porta de la fa-cultat. A partir d’aquest acci-dent, el protagonista opta percanviar radicalment de vida, noimpartir més classes i buidar elseu despatx. Fins i tot se’n des-fà de les obres que havia escrital llarg d’una aclamada carrerai que, amb vanitat ostentosa, ha-via col·locat en una vitrina per aadmiració de col·legues. Des-prés de rebre una oferta pel lo-cal i el pis que posseeix la famí-lia des de l’època dels avis al car-rer de Pelayo, Manuel Salom de-

cideix mudar-se a una finca novaperquè la seua dona Irene, enfase avançada d’una malaltia de-generativa, puga ser atesa ambmés comoditat i millorar unamobilitat ja restringida. La casatriada se situa en un dels edifi-cis que flanquegen la Ciutat deles Arts i les Ciències, autènticsímbol funest i decadent d’a-questa narració.

Si en El desig dels dies la Va-lència de Joan F. Mira era una in-vitació al descobriment i latransgressió —els amagatalls isecrets explorats amb delecta-ció en uns carrers iniciàtics—,la ciutat que emmarca les se-qüències i les nombroses refle-xions d’El professor d’història ésun lloc que suscita incomoditaten el protagonista, estranyesa iuna indissimulada hostilitat.Lluny del barri vell que recorriadelerós Jesús Oliver en Els tre-balls perduts, o dels contrastos ialteracions que l’Eixample ofe-ria a la reconciliació impossibleentre germans de Purgatori, lasuccessió de «dinosauris» i«crustacis», «esferes i semiesferesde metall i vidre» dissenyadesper Calatrava les equipara Ma-nuel Salom a la mediocritat i bui-dor de la València moderna, al’acció d’uns polítics que tot hoconverteixen en espectacle ba-nal. En la successió d’especula-cions, lectures, teories i des-cripcions que envaeixen la mentsense repòs d’aquest personat-ge, els viatges entre el passat iel present de la ciutat mostrenla desaparició de la seua geo-grafia urbana més íntima, quasiirreconeixible.

Cada capítol d’El professord’història, entre un devessall depensaments i elucubracions,està planificat fins a l’últim pàl-pit i detall: un discurs vertiginósque no s’atura a través d’un mo-nòleg que, com una cinta trans-portadora, ens du pels escena-ris de la memòria del protago-nista. El so de la pilota —unafuetada seca contra la paret—que sent des del bar del trin-quet, una visita breu al barri deVelluters de la seua infantesa, elmercat del Convent de Jerusa-lem, o els records de Pasquaquan era menut a Montolivetconfiguren els espais on es re-fugia un Manuel Salom que veutotes aquestes imatges en unafase declinant, irrecuperable.Com a contrast, una perruque-ria futurista, una infinitat de ba-sars de quincalleria xinesa, o lafalsa prolongació de l’Alberedaon s’ha traslladat ara, represen-ten un món inhòspit, el reversde la familiaritat del seu mapaprivat. La capacitat de descrip-ció i al·lusiva de Joan F. Mira téun dels millors moments en laincursió en la llibreria París-Va-lència, dipòsit caòtic i exuberant—una espècie de ventre de la

balena— on Manuel Salom de-cideix abandonar la bibliotecaque ha anat acumulant amb elsanys, un gest per tal d’accelerarl’oblit i la devastació que intueixper al futur.

Tots els escriptors que fan dela seua vida matèria de novel·las’inquieten quan se’ls explical’obra a partir de les seues bio-grafies. Philip Roth, Nabokov oAmos Oz trauen les ungles o,com els polps, ens llancen tintaquan se’ls suggereix una relaciótan evident. Joan F. Mira és i noés Manuel Salom: les petjadesvitals i opinions del novel·listasón a penes emmascarades.Una altra cosa, però, és com fu-sionar tot aquest magma en unanarració. L’autor renuncia a di-fuminar els rastres i, per tant,declaracions, articles aparegutsen premsa i actuacions públi-ques són integrats en les recur-rents cavil·lacions de ManuelSalom. De vegades, una colum-na del Joan F. Mira periodista —com la trobada a Polònia ambuna comtessa llunàtica— és in-corporada amb un encaix de pe-ces massa evident.

Si de cas, el problema con-sisteix a modular la distància ila proximitat al protagonista, ferdel garbuix discursiu i assagís-tic de Manuel Salom un desdo-blament paròdic. Ací, tan solsmomentàniament es juga a l’his-trionisme i al deliri i, en canvi,guanya pes el testimoni i la pro-clama. En una novel·la d’idees

amb avaluacions constants —per moments brillants, en altresmastegues i se’t fa bola—, JoanF. Mira no pot contindre els seusgrans coneixements erudits, elsmostra sense fre per boca deManuel Salom: repàs de la Xinaimperial, el que pesa la grancampana del Micalet o el puntbo d’un steak tartare, tot és es-pecificat enciclopèdicament desde la tarima. El personatge deJoan F. Mira s’escarota perquèels pares porten els xiquets alparc de Gulliver sense haver lle-git Swift, o ens llança calbotsperquè —imperdonable— nosabem alemany.

El Herzog de Bellow era in-capaç de donar eixida al seu bal-buceig mental en un llibre queaportara alguna cosa definitòriasobre el moviment romàntic.Manuel Salom ha dedicat estu-dis a la Il·lustració, el Congrésde Viena i la restauració dels ab-solutismes fins l’eclosió caníbaldels totalitarismes del segle XX.Després d’haver visistat Ausch-witz i d’haver vist el poder anor-reador dels oceans en el tsuna-mi asiàtic, sap que contra la na-tura «només podem fugir, si hisom a temps: contra l’horror pro-vocat pels humans ningú sap quèfer-ne». L’obsessió fàustica i lapassió pel saber —glòria i pecatsoriginals— han dut el protago-nista d’El professor d’història auna renúncia combativa, i enaquesta pugna contra ell mateixel llenguatge narratiu s’accele-ra; meandres, contorsions i gi-ragonses on qualsevol llampecdel pensament actua com un talpque grata —impetuós— nous ca-mins i túnels de connexió.

Com si s’haguera suspés elgir sobre la terra, en un capves-pre matisat de retalls i esguitsen el cel, Manuel Salom esgu-arda des de dalt del Micalet lescúpules blaves d’una ciutat queen aquesta hora humanitza elsrelleus, al mateix temps quesent la burxada pel record delsuïcidi del fill. Un acte que nosabé preveure i que col·lapasaun cervell propici a «imatges quefloten a la vora del somni o de ladissolució de la raó». Amb toapocalíptic —esmicolada la con-fiança en el progrés—, Joan F.Mira conclou El professor d’his-tòria amb una confluència depoesia, càlculs cosmològics iglosses de teòleg: combina-cions de molècules i àtoms, es-cuma quàntica com el veritableomega de l’univers i on es diri-geix —més tard o més promp-te— el curs de la història. «Cadageneració es creu cridada a referel món, però hi ha una missiómés gran, evitar que el món esdesfaça»: les paraules d’AlbertCamus són un contrapunt aaquesta última visió de pols es-tel·lar, quan es paralitzarà el me-canisme de la gran rutina.

pd 63Levante EL MERCANTIL VALENCIANO ■ Viernes, 19 de diciembre de 2008

La selecció de la setmana

ESCRIPTOR. Joan Francesc Mira (València, 1939).EFE / ANDREU DALMAU

Joan F. Mira explora, a través d’un professor d’història jubilat, alguns dels debats i lesgrans preguntes de l’edat contemporània que solquen una ment devorada per la raó i des-enganyada. Una novel·la que és també una relació d’amor i desamor amb València.

Herzog, empresonat en l’Hemisfèric

LLIBRES

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Puntejat de cites id’esperit goethià, J. F.Mira ha elaborat unanovel·la hereva de lespreguntes i debats quedesgranaven per lesmuntanyes suïssesNaphta i Settembrini

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L’autor renuncia adifuminar els rastres:declaracions, articlesapareguts en premsa iactuacions públiquessón integrats en lesrecurrents cavil·lacionsdel protagonista

«El deseo atrapadopor la cola»Centre Cultural BancaixaLa palabra de Picasso en el Parísocupado

Christian Parra-DuhaldeEnero de 1941. En el París ocu-pado por los nazis, en el mo-mento más crítico de la Segun-da Guerra Mundial, recluidoen su estudio de Grands Au-gustins, Pablo Picasso, que yaha declarado que sólo escribecuando no puede pintar o es-culpir, se dedica metódica-mente a ello durante cuatrodías al cabo de los cuales cul-mina una obra concebida comouna farsa trágica destinada aldivertimento de los amigosque le oxigenan en aquellosaciagos días: una élite intelec-tual asociada a la resistencia, latransgresión y la herencia su-rrealista. El ya reconocido pin-tor, intocable para los ocupan-tes alemanes que sólo le prohí-ben exponer pese a la depura-ción estética propia del nazis-mo y a su conocida filia ideoló-gica, incursiona en la escrituracon una pieza que amalgama loque ya son ecos de las van-guardias (con Bretón en USA),las nuevas vías expresivas ex-ploradas por su círculo íntimoque le rodea entre cortesano,cómplice o admirado, y la si-tuación de carencia material,inseguridad personal e inquie-tud existencial resultado de laguerra, la ocupación y la re-presión.

Obra delirante y ácida, Le dé-sir attrapé par la Queue (El de-seo atrapado por la cola) queconstituía una suerte de retra-to colectivo de su propia condi-ción y situación fue inmediata-mente acogida por el grupo deamigos cual espejo fidedignode la realidad que les asolaba,

estimulando a Picasso a su edi-ción facsimilar pronto conside-rada ejemplo de resistencia yexaltación vital, al punto de po-ner de acuerdo —ya en 1944—a quienes frecuentaban al pin-tor malagueño devenido en es-critor francés en su escenifica-ción, lo que se llevaría a cabo—ensayos mediante— el 19 demarzo de ese año de insurrec-ción y esperanzas de liberaciónen forma de lectura dramatiza-da en casa del etnólogo MichelLeiris y su esposa Louise Lei-ris y protagonizada por un elen-co insólito: los propios anfitrio-nes, Jean-Paul Sartre y Simonede Beauvoir, Dora Maar, JeanAubier y Raymond Queneauquienes bajo la dirección de Al-

bert Camus y el acompaña-miento musical de GeorgeHugnet y en un improvisadoescenario presidido a modo dehomenaje por el retrato del po-eta Max Jacob, fallecido díasantes en un campo de concen-tración, parodiaron la situaciónde un grupo de intelectualessometidos a la desventura de lasemiclandestinidad y las mise-rias de la guerra que buscan re-fugio en la catarsis del deseo(su propia historia) ante un nomenos particular auditoriodonde destacaban Jacques La-can, Georges Bataille, Brassai,Georges Braque, Henri Mi-chaux, Jean Cocteau, María Ca-sares, Pierre Reverdy…, unapléyade de inteligencias y ta-

lentos que por una u otra cir-cunstancia o elección perma-necieron en el París ocupado.

Definida como una comediabarroca por la profusión de de-talles explícitos de las condi-ciones de vida entonces impe-rantes y de orgía de metáforaspor su estructura no lineal desaltos e inflexiones argumen-tales, El deseo atrapado por lacola, en sus seis actos refiere ala sed de vida, belleza y placerinsaciable bajo la dominación yla opresión nazi. De factura su-rrealista y primitiva asociada alhumor duro de Alfred Jarry yla subversión carnal de Apolli-naire, la obra es publicada en1945 por Gallimard en el Parísliberado y luego interpretadapor el poeta Dylan Thomas enLondres y traducida al alemánpor Paul Celan en 1954 en sin-gular correspondencia por elagravio de la guerra. Para en-tonces Picasso habita el cénitde su fértil carrera como artis-ta plástico, es imparable y susintereses técnicos y vitales semultiplican con éxito, pero Eldeseo atrapado por la cola cons-tituye el testimonio históricofiel de una efervescente gene-ración ávida de cambios y ple-na de nuevas ideas reprimidaspor la dominación militar, perono sometida.

Ejemplo, pues, de combateintelectual y creativo, el textode Picasso sirve de eje en tor-no al cual los comisarios JuanManuel Bonet, Carlos Pérez yFrançoise Levéquè, articulanun paisaje documental registrode aquellos días; documentos,dibujos, grabados, carteles decine, libros, fotografías (deDora Maar y Robert Doisneau)recrean un febril momento deresistencia intelectual y sub-versión militante ante la cua-dratura de la sinrazón bélica.

ILUSTRACIÓN. Autorretrato de Picasso en la edición facsímil de 1941.

64 pd ■Levante EL MERCANTIL VALENCIANOViernes, 19 de diciembre de 2008

ARTE

VERSUS OMNIA

Joan Verdú

Chele EsteveCoincidiendo con el 40 aniversa-rio de la Universidad Politécnicade Valencia, el Vicerrectorado deCultura organizó las jornadasLinks entre las artes, sobre arqui-tectura, ingeniería, artes plásticas,diseño y urbanismo, disciplinasmuy próximas cuyas interseccio-nes permiten compartir o conta-giar sus conocimientos propios olindantes hasta un punto distanteo de encuentro.

Desde una nueva perspectivade la creación artística se estable-cen diferentes criterios en disci-plinas que eran estancas, como lapoesía y el diseño, o la arquitectu-ra y la escultura; o la pintura y laarquitectura, lo que se llamaba elsistema de las artes abre hoy uncamino al arte total, donde cabríareflexionar e integrar equiposmultidisciplinares de trabajo y per-mitirse la licencia de actuar encampo ajeno. El compositor Ri-chard Wagner apostó por la obrade arte total, articulando un dialo-

go coherente del arte dramático yotras artes: música, poesía, ex-presión, danza… de esta unión re-sulta un modo muy particular deexpresión.

Los ponentes de estas jornadasse han movido en terrenos próxi-mos: construir, diseñar, crear sonprocesos paralelos que se cruzany en los que las referencias a otrasdisciplinas están presentes en sutrabajo; así lo apunta la galeristaElba Benítez, de la organizacióndel encuentro: «El objetivo ha sidoreflexionar sobre las relaciones y co-laboraciones que se establecen entrelas profesiones creativas que com-parten parámetros comunes en sutrabajo y, que en ocasiones, se mue-ven en terrenos fronterizos». Mu-chas de estas preguntas hallaronrepuestas en las diferentes ponen-cias y mesas redondas que tuvie-ron lugar en Links entre las artes.

Comenzaron las intervencio-nes los arquitectos belgas Rob-brecht en Daem Architecten, queactualmente trabajan en el nuevo

edificio de la Whitechapel Art Ga-llery de Londres en colaboracióncon la escultora vasca y tambiénponente Cristina Iglesias. Es cu-rioso observar cómo Paul Rob-brecht y Hilde Daem, incluyen ensu web un apartado de colabora-ciones con artistas de diversas na-cionalidades. Destacable la quí-mica que cultivan con CristinaIglesias, que les llevó a realizar porsu parte la reforma de la Plaza deLeopold de Wael, en Amberes(Bélgica), y contar con Iglesiaspara la magnifica intervención ti-tulada Deep Fountain (1997-2006),que cuando el caudal lo permiterefleja sobre su superficie la ar-quitectura del Real Museo de Be-llas Artes. Una escultura sumer-gida que da vida al proyecto ar-quitectónico.

Interesante ponencia y proyec-tos realizados por el ingeniero na-varro Javier Manterola, que «plan-tea una búsqueda de las nuevas po-sibilidades de expresión formal de loresistente» e insistió «en la obra pú-

blica, encontramos el enlace» quepuede llegar a diseñarse con her-mosa geometría, curvas que aco-plan enlazadas. Las obras de inge-niería no se cuelgan se «encajan».

Por su parte Jorge Pardo, aban-dona sus raíces de escultor cuba-no y traspasa los límites entre di-seño y arquitectura interior en unaconvencida american way of life dela que se siente parte y de la quetoma incluso el idioma en el quese expresa.

El que se define como ex dise-ñador, Marti Guixé, comentó sutrabajo «rabiosamente contempo-ráneo», para clientes como la fir-ma italiana Alessi, el colectivo ho-landés Droog o la marca mallor-quina Camper. Francesco Careri,arquitecto italiano, cuyo libro Elandar como práctica estética pro-pone una deriva urbana que nosdesvela aspectos desconocidos dela ciudad que habitamos, fue el en-cargado de cerrar y poner en prac-tica un reflexivo paseo de casi seishoras: «El caminar da otra pers-pectiva, descubre las amnesias ur-banas. La idea de este recorrido esfrecuentar y percibir de modo dife-rente los espacios vacíos, es una ope-ración de nómadas en tu ciudad».

Reflexiones sobre los vínculos entre las distintas áreas creativas

Buscando el arte total

ENCUENTROS

FOTOS: CAMEN LUJÁN

Espacio Engloba

Isabel PérezUn pequeño retal de colores enla mano no es más que eso: unretal. Pero si a ese trozo de telase le confiere una forma y seañaden colores, se dibuja sobrey en torno a él, entonces es po-sible que uno esté observandouna de las últimas composicio-nes de María Ortega. Compo-siciones donde las formascuentan lo suficiente comopara transmitir en el especta-dor diferentes mensajes en fun-ción de su discurso y sus ape-tencias personales. La cafeteraque uno ve, evidentemente, nolo es tanto para el siguiente es-pectador cuya lógica le lleva aver una jarra, discrepando ab-solutamente con la siguiente

ingeniosa opinión de que setrata de una pajarita puesta depie. A partir de la observaciónde diferentes elementos que sehallan al alcance de la mano,curioseando entre objetos denuestro entorno, útiles y ano-dinos, la artista simplemente o,acaso muy al contrario, con su-til complejidad y gran reflexiónva elaborando diferentes for-mas que culminan con la reali-zación de un objeto de múlti-ples posibilidades. Es un tra-bajo muy similar al producidopor los diseñadores, con la di-ferencia de que el creador efec-túa un trabajo para su posterioruso, y María Ortega lo hace so-lamente para el disfrute visual.Este trabajo polisémico, des-concertante, se amplía inclusoal título de la muestra, Detrás

de Alicia, obligando al espec-tador a buscar a Alicia, o allobo, de forma que el juego en-tre la pintora, sus obras y el es-pectador se prolonga durantetodo el recorrido de la muestra.Y cuando las formas no remi-ten a nada objetualmente evi-dente para el espectador, cuan-do la lectura de esas obras noes más que un conjunto de ele-mentos geométricamente im-perfectos, aparece el color, apa-cible, suave.

María Ortega ha sido la últi-ma artista premiada —ya soncinco— por la empresa Englo-ba Grupo de Comunicación. Sibien es una actividad comple-mentaria a su propio trabajoque le reporta, sobre todo, pres-tigio y dimensión social, tam-bién lo es que estas iniciativasgeneran grandes expectativasentre los jóvenes artistas, al en-contrarse con una oportunidadmás de de obtener premios, depoder exponer su obra, de quesus piezas salgan del estudio.La idea de crear un premio cuyo

jurado sea competente en la ma-teria, compuesto por expertosen arte contemporáneo —críti-cos, periodistas, diseñadores eincluso coleccionistas de arte—, sin presiones políticas o eco-nómicas de ningún tipo es, asi-mismo y sin género de duda,todo un reto para el artista quese presenta a ese premio. Por

las salas de este precioso edifi-cio han pasado ya artistas de latalla de David Rodríguez, Moi-sés Mahiques, Tania Blanco ySergio Luna que han complaci-do al espectador y le han hechocomprender la importancia queeste tipo de iniciativas privadastiene y que, esperamos, seancontagiosas.

Formas polisémicas

María Ortega

ARTE

65pdLevante EL MERCANTIL VALENCIANO ■ Viernes, 19 de diciembre de 2008

Galería Rosa Santos

Rosa UlpianoLa realidad vaciada de su propiaverdad sería quizás la proposi-ción que describiría muy breve-mente el auténtico leit motiv dela obra del artista italiano AldoGiannotti (Génova, 1977): unanarración que ha perdido su or-den cronológico lineal, Un án-gulo de 180 grados es una línearecta o medio círculo, como su-giere el título que describe la ex-cepcional exposición que pre-senta la galería Rosa Santos. Po-licías italianos patrullando en elOktoberfest de Munich, unalien perdido en el planeta Tie-rra, Jesucristo en la pradera vie-nesa, la Guardia Suiza en elKremlin y soldados rusos en elVaticano: imágenes que indaganen las estructuras sociales cons-tituidas en la actualidad por lasnuevas tecnologías, las escalasde poder, las secuelas cultura-les, la política mundial o la eco-

nomía internacional, y que hanestablecido un mundo indivisi-ble, en el que hablamos más deuna proyección geográfica quehistórica, en la medida, en queno es el tiempo, sino el espacioel que nos oculta las conse-cuencias. Para ello, Giannotti semuestra cual narrador de histo-rias contemporáneas, analizan-do las situaciones y los nuevoslímites fronterizos a través de laescenificación y de la imagen fo-tográfica. Se trata de una refle-xión figurativa y a modo de apa-riencias como indica a propósi-to de la identidad John Bergeren su ensayo sobre las propie-dades del retrato fotográfico,«ya no podemos aceptar que pue-da establecerse adecuadamentela identidad de un hombre pre-servando y fijando su aparienciadesde un solo punto de vista enun solo lugar», pero que al mis-mo tiempo incluiría simbólica-mente cuestiones más comple-jas como son el establecimiento

de fronteras, la tolerancia y lasidentidades culturales. En estesentido, Aldo Giannotti en cola-boración con el artista StefanoGiurati, estructura en Carabi-nieri, Stazione Mobile una per-formance, en las que los dos ar-tistas, actuando como dos cara-binieri en el extranjero, cues-tionan las relaciones entre lasdiferentes culturas e identida-des nacionales en la ComunidadEuropea. De igual modo, en FewSteps Towards Redemption rees-tructura la narración secuenciala través de la propia imagen,que sintetiza con la yuxtaposi-ción religiosa de la imagen ma-terna en la serie que da título ala exposición An angle of 180 de-grees is a straight line or half acircle. Una muestra reconstruc-tora de imágenes iconográficasy formas figuradas, con el fin deprobarlas en una narrativa no li-neal e indeterminada, que nosalerta sigilosamente sobre lanueva escena de lo real.

Galería I Leonarte

Christian Parra-DuhaldeLa querencia por el mundo clá-sico como base para la revisita-ción de la historia del arte des-de una óptica contemporánea,tiene en la obra de Miguel Zapa-ta (Cuenca, 1940) una reconoci-da impronta. Tras la friolera demás de tres lustros, retorna a ex-poner en este espacio un autoralabado en USA —desde hacemás de una década— por su mix-tura de los tiempos de la consa-gración del ideal artístico y lasrupturas de las vanguardias.

Relieves de escayola con re-sinas, coloreados —con ahorrocromático— con polvo de már-mol y barnices, constituyen elsoporte sobre el cual conviven

el hierro y la madera, cual en-samblaje y textura de tiempossobre tiempos. Zapata retrataestatuaria, panteones, solda-dos, personalidades, figurasemblemáticas o icónicas del re-gistro plástico (como el múlti-plemente versionado Papa Ino-cencio), procurando tensionarlas escenas en un contrapuntode materiales e ideas que re-

dundan en juegos del ojo y la ra-zón, de la verosimilitud testi-monial de la crónica y del espe-cular narrativo. Obra de suge-rencias y evidencias, el envite asu interlocución es acentuadocaligráficamente como mensa-jes prestos a su decodificación,característica puesta en eviden-cia en la alusión al libro, la vasi-ja o el umbral, y la propia con-notación histórica.

Aunque convencido de loscaminos emprendidos, MiguelZapata no se priva de vehemen-cias informalistas que verificanla autonomía pictórica a que dalugar un abierto proceso crea-tivo dispuesto a la renuncia au-toreferente y a la organizacióncompositiva dictada por los ma-teriales en su encuentro; elsuyo es un trabajo alquímico cu-yos frutos son hijos de un sin-gular modo de operar dual en-tre la trasgresión y la armonía.Ello, con la templanza del oficioen un ámbito proclive al excesoque sabe evitar.

Historias contemporáneas

Aldo Giannotti

Mixtura temporal

Miguel Zapata

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El artista retratafiguras emblemáticaso icónicas delregistro plástico

N.º 656, AÑO XVI / 19-XII-2008Coordinadora: Arantxa Bea

Josep Ballester

HI ha hagut una llarga tradi-ció a creure que la lecturade llibres i la seua com-

prensió anava emparellada a lalectura del món. Sovint comen-ce a pensar que això ha deixatde ser així. Podem llegir el món,però cada vegada se’m fa més di-fícil entendre’l. O potser és a l’in-revés. Si no recorde malamentla lectura implica comprensió.Fins i tot un diàleg.

�L’any 1478 s’imprimeix a Valèn-cia la que es coneix com BíbliaValenciana, la traducció en ca-talà de la Bíblia, que aviat la In-quisició perseguirà. Un 7 d’abrilde 1498 fou cremada en més d’u-na plaça pública. Possiblementel primer llibre, com a tal, vícti-ma de la censura al nostre país.

�Un clàssic de la literatura uni-versal conta la història d’un po-bre home que, més que tip dellegir llibres, va eixir a recórrermón escudat per un analfabetque no n’havia llegit cap. Tots,espere, coneixem allò que els hiva passar. Cadascun de nosal-tres, així mateix, sabem qui cre-ava problemes i qui els resoliadesprés; qui era, de vegades,molt superbiós i qui era humil.Hom ho hauria de tenir encompte.

�La lectura i allò que comportamai no és una funció innocent.

A més de complexa, arriscadai, fins i tot, abrupta. Costa totauna vida.

�Ets una mosca enganxada a unateranyina infinita creada per unsfetillers responsables del para-dís de la lectura. I no vols esca-par ja que et provoca, o ho pen-ses, un plaer intransferible. Ésmolt possible que l’animaló kaf-kià no fos un escarabat.

�Hi ha un relat cèlebre, on es feiamenció de l’ús perniciós que po-dia tenir la introducció de la im-premta en un país fictici i llunyà.Aquella invenció infernal podiafacilitar la comunicació de pen-saments i per tant dissipar la ig-norància, que com hom deia erala guardiana dels estats ben ad-ministrats. Així mateix era pos-sible que, amb el pas del temps,filòsofs, escriptors, intel·lec-tuals i gentola d’aquesta mena,amb el pretext capciós d’il·lus-trar els homes i les dones, vin-guessen a ensenyar-los virtutsperilloses, de les quals el pobleno ha de tenir mai coneixement.Per aquestes i altres causes, de

cara a l’edificació dels fidels i pelbé de les seues ànimes, hom im-pedís de llegir cap llibre, sotapena de damnació eterna. I esfes la prohibició a pares i maresque ensenyen de llegir els xi-quets i les xiquetes. De l’horri-ble danger de la lecture.

�Llegir entre altres coses és unainterlocució. Com aquella con-versa imaginària que mantenensovint alguns malalts mentals.La literatura com la nau dels bo-

jos a la mar tempestuosa delssargassos.

�No es tracta d’interpretar, sinóde reviure.

�Les lectures, de tot pelatge, es-bossen la cartografia que ensajuda a orientar-nos, però so-bretot, a desorientar-nos al món.

Hi ha un quadre de Peter Ilstedon es contempla una jove men-tre llig en un racó d’una habita-ció. Ens recorda Vermeer i tam-bé Vilhem Hammershoi, tan-mateix els supera, no en la qua-litat pictòrica, però sí en la cre-ació d’una atmosfera ben íntima.Trobem una fusió entre l’espaireservat a l’acció de llegir i lalectura en si. La submersió enun àmbit entre la vigília i el som-ni. Un mapa imaginari que hi haentre les paraules que llegeixesi l’efecte que produeixen. Un lo-cus amoenus secret. El refugi del’absència. O potser, hauria dedir, de l’existència.

�Llegim fragments, línies dis-contínues, restes de naufragis,pedaços de vida... la unitat quesuggereix el sentit és pura qui-mera.

�En una estació de ferrocarril lú-gubre, trista i miserable és ellloc on ha pogut arribar. Però sesent lliure. Fuig de la família. Re-corda aquell gran personatge fe-mení, quan es disposa a llegir altren: «Encara sentia la mateixainquietud que l’havia embarga-da durant tot el dia, però ambplaer s’acomodà per al viatge. Vaobrir amb les seues mans àgils elsaquet roig, va traure un coixinetque es va posar als genolls i, em-bolicant-se les cames amb unaflassada, s’arrepapà còmoda-ment. Demanà a la serventa lallanterna que subjectà en el braçde la butaca i va traure de la bor-sa un tallapapers i una novel·laanglesa». Era l’inici, després vin-drà la fi, quan es llança a la via,però un moment abans s’adonad’un petit detall, s’havia deixatoblidades les ulleres.

�La creació i el fet de llegir enssingularitza. Ens fa illa, peròtambé mar que recomença. Ensescriu i ens reescriu.

�De la lectura s’ha dit que té totamena d’efectes secundaris: pe-rills físics, deformacions men-tals, fins i tot produeix mal ca-ràcter. Crec, que jo sàpia, enca-ra no s’ha demostrat que provo-ca càncer.

�Són menys corruptes, cruels,despòtics, maltractadors o vio-lents aquells que lligen?

pd Suplemento Cultural posdata

ESCRITS CORSARIS

66 ■Levante EL MERCANTIL VALENCIANOViernes, 19 de diciembre de 2008

pd

INTIMITAT. «Interior amb jove llegint» (1908), de Peter Ilsted.

LEVANTE-EMV

Les ulleres de Tolstoi

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La lectura i allòque comporta mai noés una funcióinnocent; a més decomplexa, arriscadai, fins i tot, abrupta

■ Debido a las fiestas navide-ñas, el próximo número de«Posdata» se publicará el vier-nes 9 de enero de 2009.