el libro de enoc 3

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EL LIBRO DE ENOC – 3 (Apócrifo de origen desconocido)

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Apócrifo de origen desconocido

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EL LIBRO DE ENOC 3

(Apcrifo de origen desconocido)

El Libro De Enoc 3

EL LIBRO DE ENOC 3

Capitulo I7

En El Templo7

Con La Virgen10

CAPITULO II12

En La Gran Ciudad.12

En El Desierto.12

En El Bosque. 12

En Las Planicies Y Los Pastores. 13

En El Ocano. 13

CAPITULO III15

La Visin Y Las Voces.15

En La Montaa15

La Visin De Las Generaciones. 16

Revelacin De La Destruccin.17

Oracin17

Segunda Restauracin Y La Palabra.18

Igualdad De Los Hombres19

CAPITULO IV21

Sobre El Sol.21

Sobre Los Meteoros.23

Sobre La Luna.23

CAPITULO V26

Sobre El Sol Y La Luna26

Caballos Bermejos.26

El Anciano27

Esplendores Ocultos Y Secretos27

Otro Espritu. 28

El Libro De Mi Padre. 29

La Trada.29

CAPITULO VI. 31

Los 10 Tiempos. 31

El Rey De La Tierra Surge31

El Primer Salmo.32

CAPITULO VII - PALABRAS PARA LOS JUSTOS DEL DA FINAL35

CAPITULO VIII. - RENOVACIN SEGURA.37

CAPITULO IX.40

Caida De Los Hijos De Dios. 40

Digitalizado por la Orden Martinista del Per Grupo Lucian Chamuel" N 37, Crculo Acanto N 19Pgina 2

El Libro De Enoc 3

Los Gigantes.40

Enseanzas De Los Caidos40

Fuerte Y Poderoso41

CAPITULO X. - CLAMOR DE LOS ARCNGELES POR LOS CADOS... 42

CAPITULO XI. - RESTAURACIN DE LA TIERRA.44

CAPITULO XII - MENSAJE Y CONDENA A LOS VIGILANTES45

Mensaje A Los Vigilantes45

Tormenta Color Bermejo 45

La Condena.46

Splica De Los Condenados.46

El Lugar De Los Blasfemos.47

Pilar De Fuego.47

Segundo Salmo48

CAPITULO XIII50

La Temida Recompensa A Los Poderosos50

El ngel Del Libro51

El Primeroy Su Clamor51

Sobre Kolob53

Los Pastores Lobos53

CAPITULO XIV55

Tres Ordenes O Niveles Del Universo. 55

CAPITULO XV58

Los Satanes.58

Los Hombres Pisoteados58

Sobre Los Seis ngeles59

Espiritu De Enoc Oculto59

El Esfuerzo De La Bsqueda60

CAPITULO XVI.61

Sobre La Integridad Y La Justicia. 61

Sobre El Temor A Dios. 61

Profecias Sobre Los ltimos Das.61

Esperanza Para Los Justos62

Sobre El Estudio. 63

Sobre La Igualdad63

Genesis Breve Y Sobre La Eternidad De Los Elementos63

Los Nueve Circulos65

Sobre Los Doce Mesias66

La Fuente Del Paraiso66

Mandamientos67

Trincheras De Los Sacerdotes67

Sobre El Nombre De Dios En Vano68

Amor Del Siervo Solitario. 68

Digitalizado por la Orden Martinista del Per Grupo Lucian Chamuel" N 37, Crculo Acanto N 19Pgina 3

El Libro De Enoc 3

Sobre La Dignidad Espiritual68

La Luz Que Emana De Dios69

Sobre El Dios Oculto O Invisible69

Sobre El Matrimonio Y La Mujer70

Proverbios70

CAPITULO XVII72

Sobre Las Montaas Que Serviran Al Mesias72

Sobre El Lago Amreeta73

Mensajero Entronizado73

Lo Que Se Debe Cultivar74

CAPITULO XVIII76

Visin De Las Fuentes Y Las Columnas Del Cielo76

Esfera De Los Transgresores.76

Sobre La Sabiduria77

Sobre El Vaso Mistico77

Vision De Una Prision Y Los Condenados.-77

Habl El Len78

Castigo Ejemplar79

Separacin Entre Justos E Inicuos 80

El Seor Con Diez Mil Velos81

El Tercer Salmo81

CAPITULO XIX84

En La Elevada Montaa84

La Copa Reluciente84

CAPITULO XX86

Sobre El Otro86

Sube La Oracion De Los Justos87

El Libro Abierto88

Soshiosh.88

Doce Piedras90

CAPITULO XXI91

En Los Cielos.91

Los Portales Y Los Ministros92

En El Norte92

En El Oeste93

CAPITULO XXII95

Las Mansiones95

Sobre La Muerte95

La Virtud Y La Inteligencia98

Infiernos98

CAPITULO XXIII101

El Fuego Que Corre Al Oeste101

Digitalizado por la Orden Martinista del Per Grupo Lucian Chamuel" N 37, Crculo Acanto N 19Pgina 4

El Libro De Enoc 3

Sobre La Montaa Ardiente, Las 7 Montaas Y El rbol No Tocado101

Sobre La Vanidad De La Vida103

CAPITULO XXIV105

Las Montaas Sagradas105

Los Siete Guerreros105

Los Tres Portales Del Sur105

CAPITULO XXV106

El ngel106

En El Primer Cielo107

En El Segundo Cielo.107

En El Tercer Cielo. 108

En El Cuarto Cielo.108

En El Quinto Cielo.108

En El Sexto Cielo.109

En El Sptimo Cielo. 109

CAPITULO XXVI115

Quin?115

Los Doce Enviados115

Su Siervo117

Hombres En Carruajes117

Cachorros De Leon118

CAPITULO XXVII120

Una Montaa120

Los Lagos120

Otra Montaa120

La Puerta Del Norte121

Misterio Prohibido122

CAPITULO XXVIII123

Sobre El rbol Del Conocimiento Del Bien Y Del Mal Y Sobre El Libre Albedro123

Sobre La Necesidad De La Caida124

Los Reyes Solares125

En La Tierra Celestial125

CAPITULO XXIX128

Tres Fuentes Misticas128

Hombres Con Arpas Y Espadas128

El Vestido De Azul129

Revelare Yo?130

Palabras De Los Libros, Prevalecen131

Un Huevo Hermoso131

Este A Oeste Norte A Sur132

Doce Hijos De Luz133

CAPITULO XXX135

Digitalizado por la Orden Martinista del Per Grupo Lucian Chamuel" N 37, Crculo Acanto N 19Pgina 5

El Libro De Enoc 3

El Palacio De Cristal 135

El Trono Del Grande En Misterios135

Mision De Enoc136

ngeles De Las Aguas137

Los Esplendores 138

Digitalizado por la Orden Martinista del Per Grupo Lucian Chamuel" N 37, Crculo Acanto N 19Pgina 6

El Libro De Enoc 3

CAPITULO I - Conversin de Enoc

En el Nombre de Dios, el Misericordioso, el Gracioso, lento para castigar y de gran Compasin y Santidad. Este libro es de Enoc el profeta. La bendicin de Dios este con aqul hombre que lo ama1 por siempre y siempre. Amn.

EN EL TEMPLO

Irad, el hijo de Maha-Gar, construy el mismo un palacio, con bellos jardines, y un templo tambin. Y levant este sobre mil columnas, cada una de trescientos codos de alto. El toro salvaje custodiaba sus puertas.

Y en el centro, Irad levant una Imagen dorada; el rostro de un hombre, el cuello de un len, el cuerpo de un toro, alas de guila. E Irad dio mandato a travs de todo el pas, que todos deberan venir y adorar la Imagen, la semejanza de su Dios.

Y Los Vigilantes de la Noche vinieron con sus esposas y con sus hijos y sus esclavos tambin; y rindieron homenaje al dolo; y ellos olvidaron al primero. Y multitudes acudieron juntos del Este y Oeste; y los habitantes de las cuevas; quienes vivan de peces y reptiles, y beban sangre, y se alimentaban de mdula de leones; y los comedores de serpientes y aquellos que vivan de tallos y langostas y de carne cruda.

Y aquellos que dorman en rboles y en balsas y cazaban animales y destruan aves; y aquellos que vivan de avestruces y leche de perros, y tortugas y de la carne an de hombres; todos se reunieron en el Templo del Rey, y se inclinaron ante la Imagen del Dios de su Soberano.

Bendice mi cantar, oh sol! 2

Tu, poderosa estrella de los siete cielos;

Quien balancea las esferas de la tierra.

A travs de la inmensidad del espacio sin fin.

Oh resplandeciente!

Oh El universalmente Brillante;

Quien gobierna las sendas de luz;

A quien los mortales miran con gozo.

Oh Gloria universal;

Tu, Justo, tu, Gracioso, tu, Supremo Padre;

Que mi inspirada alma pueda alabarte;

Que la msica de mis pensamientos pueda cantar tu esplendor.

T eres la Soberana luz;

Cuya gloriosa imagen brilla siempre sobre m.

1 2En.XLVIII:6

2 Ver IV:3

Digitalizado por la Orden Martinista del Per Grupo Lucian Chamuel" N 37, Crculo Acanto N 19Pgina 7

El Libro De Enoc 3

A ti, hroes oran;

Sus oraciones no se elevan en vano.

El Este 3 est gozoso con tu surgiente gloria;

Bello es tu esplendor a medioda

Y cuando tu te pones en el resplandeciente Oeste,

Todava te consideraremos con amor y alabanza.

Y era de noche; y sucedi que yo Enoc, estaba solo en el Templo, y contemplaba la imagen. Y una tempestad se levant; truenos 4 y olas de relmpagos 5 y el gemido de vientos; y la cpula del Templo se raj; y el remolino y las lluvias 6 se precipitaron.

Y he aqu! Un rayo. Y cay arrollador como un Dios; y tomando la imagen la hiri de la cabeza hasta los pies, y la despedaz en fragmentos; su corona de joyas fue quebrada; su cetro se arruin; 7 yace como embuste un ennegrecido cadver;8 este fue despedazado, y la lluvia rugi, y embisti sus restos.

Y cuando vi la Imagen despedazada en tierra, dije, Es esto el Dios que nosotros adoramos? Un Dios, el esclavo del azar y de los elementos? No puede prever la tormenta; no puede evitar el golpe de la destruccin; est desamparado en su propia casa; yace a merced de los Mensajeros del Aire.

Pero yo, adonde me encaminar, y porque debera rendir mi alma y espritu a lo que no es?

Tu que ests en el fuego 9

Ensame los misterios;

Llname con divina inspiracin,

Bame en el ro de luz.

Anciano de Das! 10

Vsteme con la serena Luna 11 de Sabidura;

Ilumina mi alma, ese profundo ocano,

Hasta que en sus ms oscuras profundidades palpe tu esplendor.

Yo estoy solo, y siempre solitario;12

Me siento un errante, 13 unidad desamparada;

Muerte sobre este costado; muerte sobre el otro lado;

La nube de desolacin siempre presente.

En vano me elevo hasta el anciano;

En mi oracin lo he buscado por siempre;

3 Isa.43:5, 46:11; Mat.24:27; 2Ne.21:13

4 Ver XXIX:73

5 Ver V:56,69

6 Vers.26, V:24

7 Ver XX:131

8 Ver XVII:86-89

9 Ver III:15, 36, 44, 62, 131, 157, 161; V:22, 29, 52, 88, 100; VI:13, 27; VII:21; XII: 69, 75, 81, 95, 107, 130; XIII:1, 28, 46, 50, 61; XV:65, 68; XV:54; XVI:104, 157-158, 165; XVII:45; XVIII:5, 15-17, 46, 120, 137; XIX:2, 9, 11, 45, 56; XX:155, 161; XXI:4, 7, 20, 22, 42, 44, 56; XXIII:3, 13, 14, 18, 31, 83, 94: XXVII:51, 59, 75, 86, 89; XXVIII:117; XIX:10, 25, 44, 74, 93, 125, 137, 142, 151; XXX:7, 15, 22, 32, 38, 46, 57, 58, 82, 98; 1En.XXIII:2-4; 2En.XXIX:1-2; Esd.I:19; II:5-9, 16; V:7,8; VIII:8, 23; XIV.39; Tom.11, 14, 17, 59, 84

10 Ver II:45, V:53, XIX:60, XX:12,77,100, XXIX:11; 1En.XLVI:1,2, XLVII:3, XLVIII:2, LV:1, LX:2, LXXI:9-13; Dan.7:9, 13, 22

11 Ver IV:39

12 Ver 83; XVI:155

13 Sal.119:19; Heb.11:12-16; DyC 21:8, 45:13

Digitalizado por la Orden Martinista del Per Grupo Lucian Chamuel" N 37, Crculo Acanto N 19Pgina 8

El Libro De Enoc 3

Pero ninguna respuesta l me ha dado.

Ni una vez ha hablado.

Visiones entran en mi alma

Pero yo busco la visin del Supremo;

Cundo decidirs drmela,14 oh Padre?

Cundo te ver en el Templo?

Entonces morir con completa satisfaccin;

Cuando yo sepa que tu me has escuchado;

Cuando los sonidos del arpa eterna

Hayan baado mi alma en lgrimas.

Luces, destellos y sueos;

Y Palabras 15 desde el cielo estrellado;

Y visiones sobre el ojo velado;

Y la presencia de etreas esencias

Luces ardientes, destellos de llamas;

Un ondeante mar de estrellas;

Un rapto-magntico,

Un despertar de alma y espritu.

Y part del lugar, y pas sobre el ro. No me inclin ms a la piedra que estaba sobre sus orillas. Las estrellas brillaron a travs de la oscuridad; pero no bes mas mi mano hacia ellos (en reverencia). Elev mi espritu al uno.

Busqu consejo y fuerza de l.

Escucha oh cielo, y dad odo, oh tierra,

Todos vosotros hijos de belleza, od:16

Mejor es ser abandonado de todos los hombres,17

Que ser hecho su rey por juntarse en sus vicios.

Solo a Dios, sea la gloria

La noche parti; la oscuridad es esparcida;

La Maana devuelve la luz;

Reverencia sea hacia el Supremo;

No dejes que ninguno comparta la alabanza con l.

Oh dios, djanos darte gracias a ti,

En la noche y en la maana, 18

Bajo las estrellas y bajo el sol,

Por todos tus beneficios a los mortales.

14 Sal.119:82

15 Vers. 81; III:115, 123; VI:49; VII:1; XVII:28; XVIII:96; XXIX:60, 109, 191; Sal.12:6; 18:30; 33:4-6; 78:10; 103:20; 105:8, 27; 106:24; 107:20; 119:9, 16, 17, 25, 28, 42, 43, 50, 57, 58, 65, 67, 74, 81, 82, 89, 101, 103, 105, 107, 114, 116, 130, 133, 139, 140, 147, 148, 154, 160, 161, 162, 169, 172; 138:2; 139:4; 147:15, 19; 148:8; Prov:1:23; 2:11; 4:4; 12:15; 13:13; 16:20; 19:27; 22:17, 21; 30:5, 6; Ecl.12:11; Isa.1:10; 2:3; 5:24; 9:8; 28:13-14; 32:9; 44:26; 45:23; 51:16; 55:11; 66:2,5; Jer.2:31, 6:10, 8:9, 9:20, 15:16, 17:20, 22:29, 23:9,18,29,36; Lam.1:18, 2:17; Eze.3:10,17, 12:25, 13:2, 20:47, 33:7; 34:7, 36:1; Joe.2:11; Am.8:11,12; Miq.2:7, 4:2; Hab.3:9; Zac.1:6, 7:7, 8:9, 11:11; Mat.4:4, 24:35; Luc.5:1; Jn 5:47, 6:63,68, 8:31, 17:17; Rom.9:28; Heb.4:12, 5:13, 11:3; Stgo 1:18; 1Ne.11:25, 17:31; 2Ne.20:14, 10:14, 11:3, 12:3, 19:8, 22:3, 25:3,18, 31:20, 33:10; Jac.3:2, 4:9, 5:4,12, 6:7; Mos.15:11,22; Al.4:19,20, 5:7, 12:10,11, 16:17, 31:5, 37:44,45, 38:10, Morm.9:17; DyC 1:14,38, 6:2, 11:2,16,21,22, 12:2, 14:2, 15:2, 17:1, 18:3,30,35,36, 19:6, 29:30, 33:1, 39:16, 41:2, 84:44, 93:8, 98:11,12, 132:12,18,19, 124:89; Moi.1:4,35,38,41, 4:31; JS.Mateo 37; Esd.IV:13, 38, 39; IX:5; XVI:36, 37; 1En. XIV:22; 2En.XLVIII:5-6; XXXIII:9-11; XLVII:1-2; Tom.80:12, 84:10-20

16 Vers63-64; XVI:1-4

17 Ver XX:48

18 Ver XV:84

Digitalizado por la Orden Martinista del Per Grupo Lucian Chamuel" N 37, Crculo Acanto N 19Pgina 9

El Libro De Enoc 3

CON LA VIRGEN

Y vi una virgen 19 ms hermosa que el sol; ella habl, y me sonri; y ella dijo, ven porque as eres mandado; y ella me condujo a un desierto;20 ningn rbol 21 haba en ese solitario lugar.

Y cuando fue de noche, la Virgen extendi un manto, 22 hizo de l una tienda, entr y tendi su plumn, y me llam; ella era como un arco iris. Pero no preste atencin; me tend sobre la arena; las estrellas brillaron sobre m.

Entonces otra vez ella me llam, diciendo: tu ests dbil con hambre no deseas tener comida? Y yo respond, s; y me mostr un cordero perdido; y me dijo, levntate, mata y come; pero respond, no, prefiero antes morir de hambre; este cordero no me pertenece; su propietario lo ha perdido, y tal vez ahora lo este buscando, porque debera yo robar? Mejor que esto es morir; y las estrellas brillaron sobre m. Pero sobre su tienda vi brillar el arco iris.

Y cuando fue de maana ella se levant, y sigui su camino; sonri; yo segu. Yo estaba dbil; no obstante no murmur; vagamos sobre un desierto. Y cuando fue de tarde una botella de agua!; y la virgen dijo: toma, bebe. Pero dije no; algn viajero la ha dejado caer; tal vez l pueda volver y morir si no la encuentra.

Y cuando fue noche ella sac su manto, e hizo de l una tienda; entr en ella y tendi su plumn, me llam, pero yo no preste atencin; no mir hacia ella; me tend sobre la arena hasta el despuntar del alba.

Y vi una fuente de agua pura, fra como la luz de la Luna, 23 y un rbol 24 de dtiles lleno de fruto; y llam a la virgen dentro de la tienda, pero ella no me respondi. Las desvanecidas estrellas solitarias parecan hablarme.

Y yo dije: Oh hija, no tienes Palabra 25 para mi? Y quin eres tu, envuelta en misterio? 26 Dos das hemos nosotros viajado en este desierto; y tu no has quebrado en ningn momento tu ayuno; no obstante todava tu floreces como la rosa, 27 y tu brillo es como la Luna en su da quince; 28 y ahora cuando Dios ha ofrecido comida, tu no deseas tomar del mismo!

Entonces la virgen me dijo: Enoc! Yo soy el espritu de tu espritu; yo te he visto y probado y comprobado; ahora yo parto. Y ella me dej, y qued solo, solitario 29 y cansado en las montaas; y las estrellas me hablaron, y luz entr en mi corazn y me pareci pasar sobre las aguas de un gran mar 30 y estaba en un sueo.

Oh tu Hermoso! Ven sobre los vientos.

19 Ver XVIII:73

20 Vers.76-82; IV:66

21 Ver III:117

22 Ver V:15

23 Ver IV:39

24 Ver III:117

25 Vers 54

26 Ver V:15; Cant.6:10, 8:5; DyC 5:14, 33:5, 105:31, 109:73

27 Ver II:36,48, VI:4, IX:1, XVI:103,157, XVIII:156, XXII:89, XXIII:64,89, XXVIII:1,111, XXX:78; DyC 49:24

28 1En.LXXIV:3

29 Ver 37; XVI:155

30 Ver XXX:97-112

Digitalizado por la Orden Martinista del Per Grupo Lucian Chamuel" N 37, Crculo Acanto N 19Pgina 10

El Libro De Enoc 3

Deslzate sobre las aguas, sumrgete en mi alma;

Deja libre el sol 31 de brillante rostro.

Resplandece en brillo sobre m.

Qu soy yo? Qu soy yo?

El Pecado es semejante a una mortaja alrededor de m;

Un hombre entre hombres inicuos 32

Con pensamientos de inicuos; inicuo en mi naturaleza.

Puedo ir yo a los hijos de la tierra, y decirles sganme?

Su rostro de rayo del sol relumbr.

An as esto es ordenado.

31 Ver IV:3

32 Isa.6:5

Digitalizado por la Orden Martinista del Per Grupo Lucian Chamuel" N 37, Crculo Acanto N 19Pgina 11

El Libro De Enoc 3

CAPITULO II.- Las cinco visiones o etapas 1

EN LA GRAN CIUDAD.

Haba un velo que se levant de mi cabeza;

Mi espritu vio el pasado y las revoluciones del pasado;

Una ciudad esplndida con oro y mrmol;

Con majestuosas torres, palacios y templos.

Y yo dije a quien guardaba las Puertas:

Amigo! Cunto tiempo ha estado de pie esta noble ciudad?

Y l dijo,: Esta ciudad siempre ha estado de pie;

Sus aos son sin nmero, y estar por siempre.

Entonces una nube pas sobre m, y yo segu adelante; EN EL DESIERTO.

Y cuando unos mil aos pasaron

Yo volv por ese camino y busqu la ciudad,

Pero no encontr ningn resto de su poderoso esplendor.

Yo vi solo un desierto.2

No haba hierba, ni fuente alguna,

Polvo seco y quemado y arena.

Vi un vagabundo, y le dije:

Oh amigo! Dnde esta noble ciudad?

l respondi diciendo: este desierto

Ha estado por siempre y estar por siempre;

No hay ninguna ciudad, ni la ha habido;

Sino que todo es desierto como tu has visto.

Entonces pas una nube sobre m y segu adelante. EN EL BOSQUE.

Y cuando unos mil aos pasaron

Volv por ese camino y busqu el desierto,

Pero el desierto no estaba ms;

Una vasta foresta de rboles,3

Cubra toda las planicies y montaas,

Y all haba hombres derribando rboles;

Y all haba cazadores persiguiendo su caza.

Uno reclinado debajo de un poderoso rbol;

Yo le dije: Mi amigo, respndeme,

Cunto tiempo ha ocupado este majestuoso Bosque

1 Ver III:52-58

2 Vers.13-37; IV:66

3 Ver III:117

Digitalizado por la Orden Martinista del Per Grupo Lucian Chamuel" N 37, Crculo Acanto N 19Pgina 12

El Libro De Enoc 3

el lugar del ausente desierto?

l dijo: este bosque ha estado aqu por siempre,

Si, an desde el nacimiento del tiempo;

Y hasta el fin florecer 4 en verdor;

No hay ningn desierto, ni lo ha habido jams;

Este es el Bosque 5 primitivo

Entonces pas una nube sobre m y segu adelante.

EN LAS PLANICIES Y LOS PASTORES.

Y cuando unos mil aos pasaron,

Volv por ese camino y busqu el bosque,

Pero vi tiendas y agradables planicies,

Y pastores con sus rebaos y manadas,

Y nios jugando entre las flores;

Y yo le dije a uno, Blanco 6 de aos;

Oh venerable padre de muchos!

Cunto tiempo han producido frutos estos campos,

Floreciendo 7 dulcemente para hombres y ganado?

l me respondi, diciendo: Ellos han producido fruto

Desde el primer momento del mundo.

Yo le hable del Bosque, pero l no presto atencin.

l dijo: No hubo ningn bosque aqu;

Estas planicies siempre han producido abundante

Alimento para las tribus de pastores.

Entonces pas una nube sobre m y segu adelante. EN EL OCANO.

Y cuando unos mil aos pasaron,

Yo volv por ese camino y busqu las tiendas,

All no haba tiendas, ni algn vestigio de vida,

Pero en su lugar vi un Ocano

Ondulando con grandes oleadas;

Y sobre el Ocano haba un bote,

Y un hombre solitario 8 estaba en el bote.

Yo le dije: Dnde estn las tiendas,

Los campos verdes y las agradables tribus de pastores?

l dijo: Tu has soado, all no hay campos,

Ni nunca lo hubo en este Ocano,

Si no que desde el principio han ondeado las olas,

4 Ver I:81

5 Vers. 23-52, III:55, VI:77, XII:92,122, XIII:14, XVII:105, XVIII:136, XXVII:4,46,80, XXIX:106,128,144,177,187; 1En. LXVII:2, LXXVII:3, Esd. II:13-21, III:23; Gilgamesh pag. 36,37,62,

6 Ver IV:3 y I:33

7 Ver I:81

8 Ver XVI:155

Digitalizado por la Orden Martinista del Per Grupo Lucian Chamuel" N 37, Crculo Acanto N 19Pgina 13

El Libro De Enoc 3

Sobre las profundidades sin fin de abajo.

Ellas han rodado por siempre

Inalteradas y poderosas como ahora son.

Digitalizado por la Orden Martinista del Per Grupo Lucian Chamuel" N 37, Crculo Acanto N 19Pgina 14

El Libro De Enoc 3

CAPITULO III.- Primeras visiones y revelaciones

LA VISIN Y LAS VOCES.

Entonces mi alma fue envuelta, mi espritu fue transferido en nieblas y nubes; 1 rayos pasaron ante m. Oscuras formas me llamaron, y voces del aire

susurraron 2

en mi odo.3 Yo escuch, como si fuera el sonido de cascadas, y de

muchos instrumentos de msica; y despus de estos, silencio, como el de una

noche estrellada; un silencio que habl.

Semejante a un rbol 4 golpeado por un rayo;

Semejante a una torre 5 destruida por el golpe del cielo;

Semejante a un barco desgastado por las aguas.

An as estaba mi espritu.

El Ocano extendido a lo lejos,

Como la oscura forma de la eternidad;

Un extenso desierto de muchas aguas;

Un inmenso e ilimitado espacio.

Brillantes y de muchos colores fueron los destellos y fulgores,

Que vienen como cisnes sobre el Ocano;

Como guilas con alas fogosas,

Como la llama alada del Serafn.

Cada pico pareca barbado con luz;

Cada pino y roble un pilar de fuego; 6

Y las voces de ngeles cantaron:

l viene, El Grande 7 viene,

Te convoca a la Sagrada Congregacin.

Los habitantes de oscuros mares,8

Huyan 9 para dar la bienvenida al Rey,

Los descendientes de los revestidos de estrellas.

Oh onda! Tu, onda de llama!

Que dices t a mi alma!

La onda surgi; se puso de pie,10 habl;

No te pongas de pie en mi presencia! EN LA MONTAA

Dentro de la caverna de mi montaa yo ca postrado;

1 Vers. 28, IV:33,35, V:21,31,46,67, VI:21, XII:29,44,89,96, XIX:27,55, XX:153, XXVI:12,21, XXVII:8, XXIX:95,103,156,164, XXX:1; 1En.II:3, XIV:6, XVIII:5, XLI:3,4, LX:20, LXXVI:11, LXXVII:3, XCV:1, C:11, CVIII:4; Ex. 13:21,22,14:19,20, 16:10, 19:9, 40:37,38; Lev.16:2; Num. 9:15-22; Job 26:9, 37:11,15; Sal. 97:2; Isa. 4:5, 18:4, 19:1, 25:5; Lam. 3:44; Ez. 30:18, 32:7, 38:9,16; Mat. 17:5; Luc. 9:34,35, 12:54, 21:27; Hech. 1:9; 1Cor. 10:1,2; Ap. 14:14-16

2 2Ne.26:16

3 Ver XVI:1-4

4 Ver III:117

5 Ver XVI:29

6 Ver I:29

7 Ver IV:19; V:111; VII:59; XXII:76; XXX:49.

8 Ver XXX:97-112

9 Isa.52:11-12; Jer.50:28; DyC 133:5, 12-25

10 Ver XX:97

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El Libro De Enoc 3

Mis labios tocaron el arroyo de cristal;

La montaa envuelta en nubes;

Las aguas se arremolinaron en oscuridad,

Una luz, un destello, un estremecimiento de gloria,

Me envolvieron en un remolino.

Fui llevado por las guilas de la montaa,

A un oscuro lugar;

Himnos de belleza resonaron;

Mi espritu fue envuelto en un xtasis.

Las Aves de fuego 11de deslumbrante esplendor,

Revolotearon alrededor; pero el silencio fue supremo

Por tres das, por tres noches

Por tres cursos de estrellas,

Por tres marchas de arrolladoras tormentas,

Descansar y orar en esta soledad. LA VISIN DE LAS GENERACIONES.

Yo conozco el nmero de las Huestes Brillantes

Del mstico Ouein,

Hijo del fuego,12 Voz de Sabidura,

Conoce que Dios es uno.

Adora al Supremo Gobernante,

El Seor del Cinturn de Zafiro;

La montaa respondi:

Conoce que Dios es uno.

Y escuch las olas diciendo:

Como son las, hojas de los rboles. 13

As son las generaciones de los hombres;

La ciudad se desvanece y el desierto crece;14

El desierto se barre a s mismo en su tiempo,

Y los Bosques 15 toman su lugar,

Y las planicies dan camino a las aguas,

Y las aguas se secan en su turno;16

As son las generaciones de los mortales;

Ellos viven, ellos mueren y dejan de ser.

Y yo vi cuatro edades:

La edad del aire, la edad del agua,

La edad del fuego, la edad de la tierra;

Estos pasaron ante m.

11 Ver I:29

12 Ver I:29

13 Ver III:117

14 Vers.53-54; IV:66

15 Ver II:23-38

16 Ver Cap II

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El Libro De Enoc 3

REVELACIN DE LA DESTRUCCIN. Comparar con 1Enoc LXXXIII - LXXXIV

Entonces habl la Serpiente con cabeza de Len: 17

Mira, yo te revelo sabidura;

Yo te he mostrado, poderes de los cielos;

Yo te he guiado al sendero de los dioses.

Destruccin, no es sino el preludio para la renovacin;

Muerte, no es sino el portal de la vida;

An la verdad tambin debe ser hecha nueva.

Mira, yo veo el cielo en un incendio de pureza,

Y veo la tierra absorbida en un abismo,

La esfera rodante inclinada;

El Momento de la Destruccin estaba a la mano;

Montaas suspendidas sobre montaas;

Cerros hundindose sobre cerros;

Altivos rboles derribados precipitadamente,

Se hundieron dentro del abismo.

Mi voz vacil,

Clame y habl:

La tierra, es destruida!

Esto ha pasado como un meteoro en cada.

Entonces l me levant:

Por qu tu te lamentas, hijo de mi alma?

Yo habl lo que he visto;

Yo revel la visin.

l dijo: Lo que tu has testificado suceder;

La tuya es una visin de la Verdad;

La destruccin est a la mano;

La tierra se hundir. ORACIN

Levntate todava; ora al Seor,

Al Seor de los Espritus para que l pueda perdonar,

Para que la raza de los mortales no muera,

Cuando el rayo descienda de los cielos.

Seor de todas las criaturas en los cielos;

Rey de Reyes; Dios del mundo.

Bendito eres tu, oh Seor, El Rey.

Grande y poderoso 18 en tu majestad,

Tu reino, tu dominio, tus tronos de luz,

Permanecen por siempre,

17 Ver IV:19

18 Ver IX:34-37

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El Libro De Enoc 3

Todos los cielos son tu asiento,

Y la tierra tu pedestal a travs de todas las edades;

Porque tu los has hecho, y sobre todos tu reinas;19

No hay hecho que este mas all de tu poder;

Contigo est la Sabidura sin cambios;

Ella permanece siempre cerca de tu trono, y en tu presencia

Tu conoces Todas las Cosas;20

Tu ves y escuchas 21 Todas las Cosas;

No hay nada oculto 22 de ti;

Porque tu percibes claramente.

Los espritus de tus cielos han transgredido,

Y sobre la carne mortal tus juicios caern,

Cuando el orden de cosas a travs del Universo,

Haya envejecido, debilitado y decado, SEGUNDA RESTAURACIN Y LA PALABRA.

Tu hablaste; tu Palabra 23 brota impetuosa

He aqu ellas son, restauradas 24 en nueva belleza

Como un rbol 25 noble cuando el invierno 26 ha pasado,

Repone la gloria de su fuerza,

An as perpetuamente renovada

Es esa poderosa palmera,27 el Universo.

Pero tu, oh Seor y Poderoso 28 Rey,

Concede t la plegaria que yo elevo,

Permite que sean dado Seguidores a tu Palabra 29 sobre la tierra .

Y que no perezca toda la raza humana,

Para que la esfera del hombre, no quede solitaria,

Y que no prevalezca una destruccin permanente; 30

Si en verdad los hijos del mal perecern,

Deja que venga una raza correcta y de justos,31

Quienes establecern su posteridad para siempre.

Oh Seor! No escondas 32 tu faz,

Como de un resplandeciente fuego cuando los vientos soplan,

19 Ver VI:74

20 Ver V:66, VII:1, X:10,14, XII:1,114,116, XVI:54,84,100,112, XVIII:16,152, XXI:44, XXII:129, XXIII:51,78, XXVIII:61,62, XXX:35; 1En.LXXXIV:3; 2En.XXXIII:9; 2 Ne. 6:3-4, 27:10-11; 3 Ne 23:1-5; Morm. 8:17; Et. 3:26, 4:7; Isa. 38:16; Hech. 3:20-22; Mat 17:11; Ef. 3:20; 1Cor. 2:15-16; DyC 76:55,59-60, 77:9,12, 78:19-22, 93:28, 100:11,15, 101:32,60, 105:3, 37, 106:3, 124:40-42,55,97,113, 132:20,45, 136:31

21 Ver XVI:1-4

22 Ver; X:10; XV:77; XXV:60; XXVIII:64; 1En.IX:5; XCVIII:6; 2En.L:1; LXV:4

23 Ver I:54

24 Ver IV:40; XI:2; XVI:112; XVIII:146; XXVI:6; XVIII:146; XXIX:190; 2En.XXXII:2

25 Ver I:75,80, II:26,28, III:2,51, V:17, VI:4,9,77, VIII:13,21, IX:2, XI:2,4, XII:122, XVII:30, XVI:97,114, XVIII:30,38,96, XXII:4,87,93, XXIII:34,44-72,88,97, XXIV:1, XXVII:8,11,23,25,31,35,47, XXVIII:2,5,11,14,26,32,42,100, XXIX:2,128,144,187; Gn. 2:9,17, 3:22,24; 1En.III:1; 2En.VIII:1,3,8; Esd.II:13; Tom.20, 44; Ex.15:22; Lev. 23:40, 26:4; Salm. 1:3; Prov. 3:18; Ecl. II:3; Mat.3:10, 7:17-19, 13:32; Ap. 2:7, 22:2,14,19; 1Ne.8:10,13,19,20,21,22,24,25,30; 11:4,7-9,21,25; 15;21-23,28,36; 2Ne.2:15; 20:19; Jac.4:6; Mos.18:5; Al.5:34,62; 12:21,23,26; 32:37-43; 33:23; 42:2,3,5,6; 3Ne.14:17,18,19; DyC 45:37; 59:16; 77:9; 85.8; 88:87; 97:7,9; 124:26; 128:23; 135:6

26 Ver VIII:11, 24; XXVIII:131

27 Ver XXVI:4

28 Ver IX:34-37

29 Ver I:54

30 Mal.4:26

31 Ver XI:4; 1En.XCIII:2, 5, 10; Isa.60:21, 61:3

32 Ver XVI:162

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El Libro De Enoc 3

Chispas y destellos ascienden perpetuamente;

An as de la luz central,33

Sale luz eternamente.

Y l dijo:

Hijo de mi alma mira en este Libro,34

El cual los cielos han Destilado como si fuera en Roco 35

Y leyendo lo que est escrito en el mismo,

Entiende tu, cada parte del mismo.

Entonces yo lo examin,

Y comprend las varias obras del hombre,

Y de todos los hijos de la carne sobre la tierra,

A travs de sucesivas generaciones.

Y yo bendije al Seor, al Rey de Gloria,

El hacedor de la hechura del mundo;

Y glorifiqu al Seor a causa de su gran paciencia,

Y de sus bendiciones dadas a los hijos.

Yo me levant, or; llor,

Sal, y mir en lo alto,

Y vi el Sol 36 caminando en esplendor;

Las estrellas del crepsculo fueron esparcidas. IGUALDAD DE LOS HOMBRES

Entonces me enter de otra voz,

La voz del Cabeza de Plata,

El supremamente bello de las esferas,

Con los variados arco iris de los tronos;

Una espuma de luz arremolinada alrededor de la cabeza;

Un ro de fuego fluyente debajo de los pies;

Fuera de la niebla, destello de relmpagos, 37

Oscuridad, remolinos y silencios.

El que pudiera pasar dentro del Circulo Celestial,

Quien pudiera cruzar el limite del fuego, 38

Como una Flecha 39 de plata disparada a travs de la niebla,

Como una nota de msica desde el arpa.

Mira, yo te digo su pura blanca esencia,

Si este tiene an un dejo o una sombra de oscuridad,

Se hundir y perecer en esa corriente;

33 Ver XIII:83

34 Ver XXIX:109

35 Ver IV:30, V:24, VIII:12, XXI:44, XXVII:34, XXVIII:110, XXIX:112; 1En.II:3, XXVIII:3, XXXIV:2, XXXVI:1, XXXIX:5, XLI:3, XLII:3, LX:20, LXIX:23, LXXV:5, LXXVI:8-13, C:11,12, CI:2; 2En.VI:1; XII:1; XXII:9; XXX:10; XLVII:6; Esd.VI:6; DyC 121:45; Gen.27:28, 39; Ex.16:13-14, Num.11:9; Deut. 32:2, 13, 28; Jue.6:38-40; Job 29:19-22; 38:28; Sal.110:3; 133:3; Prov.3:20; Cant.5:2; Isa.18:4; 26:19; Os.6:4; 13:3; 14:5; Miq.5:7; Zac.8:12

36 Ver IV:3

37 Ver V:56,69

38 Ver I:29

39 Ver V:69

Digitalizado por la Orden Martinista del Per Grupo Lucian Chamuel" N 37, Crculo Acanto N 19Pgina 19

El Libro De Enoc 3

El peso de un cabello lo jalar hacia abajo.

El Rey, el esclavo, el mendigo del camino,

Son todos iguales sobre la orilla del ro.40

Dios da a cada hombre

Una recompensa equivalente a su obra.

El que reina en la tierra no es un soberano en los cielos;

El que ha mendigado, no mendiga en el espiritual;

Todos estn en el mismo nivel.

Y a cada uno su galardn ser presentado.

Un monarca busc pasar,

l fue lanzado al espacio infinito.

El mas bajo siervo del monarca vino,

l pas sobre alas de luz dentro de las esferas Angelicales.

40 Ver XVI:80

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El Libro De Enoc 3

CAPITULO IV.- La ley de las Luminarias

SOBRE EL SOL.

Este es un registro de las revoluciones de las luces celestiales, de acuerdo a sus clases, poderes, perodos, nombres, los lugares de su nacimiento, y sus sucesivos meses; as me los revel el ngel brillante.

Esta ser su orden durante todas las edades, hasta que un nuevo ciclo se levante, y esta es en verdad la primera ley de las Luminarias.

El Sol 1 y luz llega a las Puertas del cielo, las que estn en el brillante Este, y desde all ellos viajan hacia las Puertas del cielo que descansan en la parte oeste.

All estn las Puertas celestiales desde las que el Sol sale, y las Puertas celestiales en las que el Len2 se establece; desde all tambin el Blanco Postrero 3 se levanta y se establece de nuevo; y los lideres de las Estrellas entre las huestes estelares.

Hay seis Puertas donde el Sol se levanta, y seis Puertas en el lugar donde l se establece, y todas respectivamente estn en un mismo nivel, y hay muchas aberturas para esplendores 4 sobre la derecha y sobre la izquierda.

Primero 5 avanza el Len 6 Solar repleto con luminosas llamas ardientes; el circulo del cual es como el circulo mismo del cielo, y donde el asciende como en un carruaje, el viento sopla.

El Sol se establece en los cielos, y retorna por el norte, para proceder hacia el Este, entra por esa Puerta, y de all ilumina la entera faz de los cielos, y as para el primer mes el sale de esa Puerta, y girando adelante el alcanza la cuarta Puerta; de estas seis, las cuales estn en el levante del Sol; y en esta cuarta Puerta, a travs de la cual el Sol y la Luna 7 proceden, hay doce aberturas para Esplendores a travs de los cuales se emiten llamas.

Y cuando el Sol se levanta en el cielo l va a travs de esta cuarta Puerta por treinta das, y por la cuarta Puerta que est en la regin Oeste del cielo, y paralelo con Aqul ahora desciende; durante este periodo el da es alargado ms que el da, y la noche reducida ms que la noche por treinta das, entonces el da es ms largo en dos partes que la noche; el da tiene diez partes y la noche ocho.

1 Vers. 1-19,24-28, 43,51,59,64, Ver I:5,85, III:150, V:1,14,21,62, IX:36, XII:14, XIII:6,39,64, XV:93, XVI:19,28,84,90,96,115,125,126,154,157,160,170, XVII:33,

XVIII:44,124,147,151,XIX:15,16,30,48,XX:101,XXI:52,XXII:35,107,XXIII:53,XXIV:16,XXVI:18,28,67,73,XXVII:20,62,XXVIII:27,78,89,95,

XXIX:10,103,114,117,140,157,171,189,190,198, XXX:42,43,93,121,Sal.19:1-6, 74:16, 104:19, 104:22, 136:8, 148:3; Cant.1:6, 6:10; Isa.19:18; Jer.15:9, 31:35; Eze.32:7; Joel 2:10, 2:31, 3:15; Am.8:9; Miq.3:6; Nah.3:17; Hab.3:11; Mal.4:2; Ap.6:12, 9:12, 12:1, 19:17; 1En.IV:1, XVII:4, XVIII:4, XLI:5,6,8, XLIII:2, XLVIII:3, LVIII:5, LXIX:20, LXXII:1-37, LXXIII:1-8, LXXIV:1-17, LXXV:1-6, LXXVI:5-9, LXXVIII:1-13, LXXX:1, LXXXII:4,8,15,18, LXXXIII:11, C:10; 2En.I:6; XI:1-6; XII:1; XIII:1-2; XIV:1-2; XV:1-3; XVI:2-3; XIX:1; XXIII:1; XXIV:4-5; XIX:1; XXX:5, 6, 10; XXXVII:1; XXXIX:4; XL:5; XLVIII:1; LXVI:8; Esd.III:4, IV:45, VI:4, VI:62.

2 Vers.:19

3 Vers. 60, II:45, V:57, XVII:54, XXVII:77

4 Ver IX:33

5 Ver XIII:42

6 Vers. 19

7 Vers. 39

Digitalizado por la Orden Martinista del Per Grupo Lucian Chamuel" N 37, Crculo Acanto N 19Pgina 21

El Libro De Enoc 3

El Sol sale a travs de esta cuarta Puerta y se establece en ella, y vuelve a la quinta Puerta durante treinta das; despus de lo cual sale y se establece en la quinta Puerta; entonces el da llega a ser alargado por una segunda porcin; ahora, en verdad, el da es como de once partes; la noche es acortada, y tiene solo siete partes.

Y ahora el Sol retornando hacia al Este entra en la sexta Puerta, levantndose y establecindose en ella treinta y un das. En ese perodo el da es ms largo que la noche; esto es doce partes; esto es dos veces el tiempo de la noche; la noche se acorta en seis partes; de all el da es acortado y la noche se hace larga.

De Nuevo el Sol retorna hacia el Este entrando en la sexta Puerta; all se levanta y se establece por treinta das; cuando el perodo se completa el da es acortado; este es once partes mientras que la noche es siete.

Entonces el Sol marcha del Oeste desde la sexta Puerta, avanzando hacia el Este, este se levanta en la Puerta; all permanece a travs de treinta das, y se establece de Nuevo hacia el Oeste en la quinta Puerta del Oeste. En ese perodo el da llega a ser ms corto en dos partes; la noche es ocho partes; el da es diez partes, la noche es ocho partes.

Entonces el Sol avanza de la quinta Puerta, as como este se establece en la Puerta quinta del Oeste; y se levanta en la cuarta Puerta treinta y un das, establecindose en el Oeste a causa de sus seales; en ese perodo el da y la noche son iguales; la noche es nueve y el da es nueve partes.

Entonces el Sol va desde la Puerta en la que est establecido en el Oeste, retornando hacia el Este, procede la segunda puerta del Este; all permanece treinta das, establecindose en le Oeste en la tercera Puerta. En ese perodo la noche es alargada ms que el da, y el da es acortado por treinta das; la noche es igual a diez partes, pero el da consiste de solo ocho partes.

El Sol ahora va desde la tercera Puerta, donde este se establece en el Oeste; retornando hacia el Este procede por la segunda Puerta del Este; all pasa treinta das; establecindose en la segunda Puerta del Oeste de los cielos. Entonces la noche es igual a once partes; pero el da es solo igual a siete.

Entonces el Sol va desde la segunda Puerta donde el est establecido; retorna al Este por la primera Puerta por treinta y un das; este se establece en el Oeste en la primera Puerta; la noche es entonces doce partes y el da es seis.

Entonces el Sol, habiendo completado el circuito, retorna una Segunda Vez a travs de su esfera en la primera puerta; este entra a travs de treinta das, y se establece en el Oeste en la parte opuesta de los cielos; en ese perodo la noche es de Nuevo acortada, esta consiste sino de once partes, mientras que el da es de siete; entonces el Sol entra en la segunda Puerta del Este, levantndose y establecindose en su circuito por treinta das; entonces la noche es de Nuevo hecha ms corta; esta llega a ser diez partes, mientras que el da es de ocho partes.

Digitalizado por la Orden Martinista del Per Grupo Lucian Chamuel" N 37, Crculo Acanto N 19Pgina 22

El Libro De Enoc 3

Entonces el Sol va desde la segunda Puerta y se establece en el Oeste, se levanta en el Este en la tercera Puerta por treinta das; entonces la noche llega a ser acortada de Nuevo; esta no es sino nueve partes; el da es tambin nueve, y la noche y el da son iguales, y el ao entero tiene trescientos sesenta y cuatro das.

As el da es diariamente alargado y la noche acortada, durante la marcha del Sol atrs y adelante, y esta es la ley de Aqul Grande 8 y Eterno Len 9 el cul Dios ha elegido para siempre. Y sus nombres son Ari-Arez, Sur, y Tamuz.

SOBRE LOS METEOROS.

Estas cosas l me Mostr,

Aqul ngel del Seor de Esplendores; 10

La Institucin del cielo en los cielos,

Y en los mundos que estn debajo de los cielos.

Doce Puertas que se abren a los circuitos del Carruaje del Sol;11

Y desde las cuales los rayos del Sol son emitidos;

De estos rayos el calor procede;

Doce Puertas tambin he visto en el cielo,

A travs de las cuales el Sol, la Luna,12 y las Estrellas,

Y todas las Luminarias del cielo vienen,

De acuerdo a sus tiempos de levantarse y establecerse.

All tambin he visto meteoros secretos,13

Y la distribucin de variados vientos,

Y los misterios de Rocos 14 y Nubes 15

Las cavernas del Granizo,16 las Nieves,17

Las mansiones de las nubes,

La extraa nube, misma

Que llen todo el espacio

Antes que el Universo destellara.

SOBRE LA LUNA.

El mecanismo de la Luna,18 y sus fases,

Su nacimiento siempre renovado 19

8 Ver III:17

9 Vers. 4, 6 y 60, III:64, VII:1,13, XII:100; XIII:6; XVI:101, XVII:9, XVIII:59, XXI:55; Esd.XI:37, XII:31; Tom.8; Gen.49:9; Deut.23:24, 24:9, 33:20,22; Jue.14:5-9,18; 1Re.13:1-34; Job 28:8; Prov.28:1, Ecl.9:4; Isa.5:29, 30:6, 31; Jer.4:7, 5:6, 12:8, 49:19, 50:44; 51:38; Lam.3:10; Eze.1:10, 19;3-6, 41:19; Os.5:14, 11:10, 13:7,8; Am.3:4,8,12, 5:19; Miq.5:8, Zac.11:3; Ap.4:7, 5:5, 10:3

10 Ver IX:33

11 Vers. 3

12 Vers. 39

13 Ver XXIX:61

14 Ver III:137

15 Ver III:1

16 Ver X:37, XXI:44; Job 38:22; Sal.18:12,13, 78:47,48, 105:32, 148:8; Isa.28:2,17, 30:30; Ez.13:11,13, 38:22; Hag.2:17; Ap.8:7, 16:21; 1En.XIV:7, 8; XLI:4; LX:17; LXIX:23

17 Ver V:24, XVIII:77, XXI:44, XXIX:147

18 Vers. 7, 28, 60, I:34, 80, 81, V:3, 13, 67; IX:36; XIII:57; XVI:19, 96; XIX:52; XXIII:90; XXVII:79; XXVIII:79, 91; XXIX:21; XXX:198; 1En. VIII:3; XLI:5-8; LX:12; LXIX:20; LXXII:3, 37; LXXIII:1, 7; LXXIV:1-17; LXXV:3, 6; LXXVIII:1-17; LXXIX:3; LXXXII:8; LXXXIII:11; C:10; 2En.XI:1-2; XVI:1-3; XIX:1; XXIII:1; XXX:4-5.Esd. III:4, IV:45, VI:4, Deut.33:14; Salm.72:7, 74:16, 81:3, 89:37, 104:19, 136:9,148:3, Ecl. 12:2, Cant. 6:10; Isa. 13:10, 24:23, 30:26, 60:19-20: Jer. 8:2, 31:35; Ez. 32:7; Os. 5:7; Joel 2:10,31, 3:15; Hab. 3:11; Mat. 23:29; Mar. 13:24; Luc. 21:25; Hech. 2:20; 1Cor. 15:24; Apoc. 6:12, 8:12, 12:1, 21:23.

19 Ver III:116-119

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El Libro De Enoc 3

Desde la oscuridad a la luz cristal

Su inalterable procesin

Como ella va delante del Gigante Sol,20

Nunca errando en su senda,

Brillando como una lmpara a los mortales

En obediencia al Supremo Seor

Yo me entremezcl en su misteriosas rbitas;

Los ciclos que ella completa por da y por noche;

Ella encamina al puro, un esplendor

Pero al inicuo da oscuridad;

Para estos, an el Sol no brilla

Su rbita no es sino una niebla de vapor.

Cmo pueden aquellos que estn ciegos para Dios,

Percibir la Gloria de su Siervo?21

Dios ha separado la Luz de la Oscuridad;22

Una ardiente zona las divide;

Los espritus que se deleitan en cada uno, permanecen en cada uno;

Ninguno puede pasar esa zona siempre ardiente

Y l dijo: conoces tu, oh Enoc, quin puede ser este Sol?23

Y quin esta Luna 24 blanca brillante?. El Len brilla, 25 pero el Blanco 26 Postrero es todo amor

Del Sol procede todo lo que es divino: amor y luz, y calor y belleza.

Estos fluyen en todos los lugares, en todas las naturalezas, en todas las esencias, en todas las fuentes de estrellas.

Con estos son llevados en Crculos de Llamas, los Lderes de las diez mil clase de estrellas.

Considerando estos, el hombre erra grandemente; ellos no conocen su verdadera naturaleza, ni llega a participar del brillo del Sol.

Benditos son aquellos quienes reciben de eso; quienes brillan y arden y son coronados.

Y l dijo: Has t escuchado de los caminos a travs de los cuales El Esplndido sale?. Busca, medita, retrate al Desierto; 27 en las Montaas con cavernas, recluye tu alma.

20 Vers. 3

21 Isa. 50:10

22 2En.XXV-XXVI; Tom. 89:32;Valentino XXXV:10; Arabe VII:30

23 Vers. 3

24 Vers. 39

25 Vers.19

26 Vers. 4

27 3En.I:76-82; II:13-37; III:53-54; IV:66; VIII:12; XVIII:32; XXIII:40; Esd.IX:24-29; 1En.XVIII:12; XXVIII:1-3; XXIX:1; LX:8-9; LXI:5; LXXXIX:28, 75; Esd.III:3; V:6; IX:24, 26; X:3, 32, 51-54; XI:37; XII:31, 51; XIII:57; XIV:37; XVI:60; Apndice I:17, 22; Tom.88-89; Ex.3:18; 4:27; 5:1, 3; 7:16; 8:27-28; 14:3, 11-12; 15:22; 16:2, 14, 32; Lev.16:10-22; Deut.2:7; 8:2; 8:15-16; Job 28:4-8; 38:26; Sal.29:8; 55:7; 63:1; 65:12; 68:7; 72:9; 74:14; 78:15, 19, 52; 106:9; 107:35; 136:16; Cant.3:6; 8:5 Isa.21:13-14; 32:15-16; 35:1, 6; 40:3; 41:18-19; 42:11; 43:19-20; 51:3; 63:13; 64:10; Jer.9:2; 31:2; 50:8; Eze.20:10, 35-36; 34:25; Os.2:14; 13:5; Mat.3:3; 4:1; 11:7; 15:33; Mar.1:12; Jn.1:23; 3:14; 1Cor.10:5; Heb.3:8; Ap.12:6, 14

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El Libro De Enoc 3

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El Libro De Enoc 3

CAPITULO V. - Sobre la aparicin del Sol y la Luna

SOBRE EL SOL Y LA LUNA

Hermoso eres tu, oh Sol! 1

Sin embargo no me inclinar a ti en adoracin.

Y tu, Luna,2 eres hermosa en verdad;

No obstante mi alma no adorar tu circulo.

Yo los he visto temblar en la luz,

Como si fueran Criaturas vivientes;

An yo s que son ministros solamente,

Y que Dios es su maestro divino.

l ser mi soberano;

Ante su trono yo me humillar.

No adorar el espritu del Arco Iris,

El que est siempre cerca y con el Seor.

Pero tu, oh Luna 3 eres su pedestal,

Y tu, oh Sol 4, no eres sino su velo,

Ella te arroja a ti alrededor de ella, semejante a un manto 5

Adorar un vestido?

En la mstica Arboleda 6 veo un altar

Este es el sagrado altar del Padre

Sobre l pondr mi corazn,

Y a l solo me inclinar en adoracin.

Y yo vi una Gloria de Luz; nubes 7 finas como el aire; y en el centro de las mismas el Sol; y dos Arco Iris alrededor del Sol; y an un tercer Arco Iris en el sector opuesto. Pero en los extremos finales de los dos Arco Iris, el Sol central 8 fue reflejado tan brillante, que la intensidad de luz y dorado esplendor hizo tres Soles9, cuando en realidad no haba sino uno.

CABALLOS BERMEJOS.

Comparar con 1Enoc LIX

Y as! Una visin de caballos rojos-fuego;10

Ellos pasaron sobre mares de agua 11

En Roco,12en Lluvia,13en Helada,14 en Nieve,15

1 Vers. 14,21,62, IV:3

2 Vers 13,67, IV:39

3 Vers 3,67, IV:39

4 Ver IV:3

5 Ver I:76,79 y 81

6 Ver III:117, II:38

7 Ver III:1

8 Ver XIII:83

9 Ver V:84-96

10 Ver XII:31, XXIX:132, XXX:46; Ap.6:4

11 Ver XXX:97-112

12 Ver III:137

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El Libro De Enoc 3

Semejante a meteoros de Luz ellos relumbraron;

Las montaas no los detuvieron,

Ellos desplegaron alas; ellos volaron;

Truenos 16 en sus oscuros pies,

Y en sus ojos estrellas como fuegos.

Escuch sus nombres.

Las Plateadas Puertas de las nubes 17 se abrieron de par en par;

Y hacia abajo en los pequeos valles

Pasaron como ros de llama.

l me mostr los secretos 18 de las Luces,

Y los juicios que cargaban sobre sus alas,

Ellos iluminan para una bendicin,

De acuerdo a la voluntad del Seor de la Esencia.

Los secretos de los Truenos 19 me fueron revelados;

Cuando ellos muelen como en un mortero sobre los cielos,

Cuando las nubes de la noche huyen delante de ellos

Y el sonido de su ira es escuchado.

Su voz es para paz y bendicin,

Y tambin para juicio de acuerdo a la Ley,

Cuando el culpable escuche y entienda esto,

Se escondern en cuevas y agujeros.

Divinamente hermoso es el examen de los cielos, EL ANCIANO

Y de los esplendores 20 que giran all dentro;

Hermoso en su majestuoso orden,

En su variado y majestuoso curso,

Por su belleza y orden son derivados

De Aqul, que es el Primero,21

El Uno, Supra Celestial Fuego,22

El Anciano del tiempo antiguo.23 ESPLENDORES OCULTOS Y SECRETOS

Despus yo vi cada secreto,

De los oscuros Esplendores 24 que estn ocultos;25

Comprend las fuentes de aquellos relmpagos 26

13 Ver I:25,26, XI:6, XVI:57, XVIII:6, XXI:44, XXVI:5, XXIX:111, Lev. 26:4; Deut. 11:11,14,17, 28:12, 32:2, 1Rey. 8:35, Job 28:26, 38:28, Salm. 68:9, 72:6, 84:6, 135:7, 147:8; Ecl. 11:3, 12:2; Cant. 2:11, Isa. 5:6, 30:23,30, 55:10; Jer. 3:3, 5:24, 10:13, 14:4; Eze. 13:11,13, 22:24, 34:26, 38:22; Os. 6:3; Jo. 2:23, Am. 4:7; Hag. 1:10; Zac. 10;1,17; Mat. 7:25,27;

14 Ver XXI:44

15 Ver IV:34

16 Ver XXIX:73

17 Ver III:1

18 Vers.38, 54-55, 66; XXIX:61

19 Ver XXIX:73; 1En.XLI:3

20 Ver IX:33

21 Vers.66; XIII:42

22 Ver I:29

23 Ver I:33

24 Ver IX:33

25 Ver XV:77

26 Vers 54-69, 116; Ver I:25, III:158; IX:37; XII:29; XIII:47; XVI:82,161; XVII:34; XVIII:41,49; XIX:12,53; XX:8,90,157; XXI:43; XXII:101; XXIV:28; XXVII:67,87; XXIX:28,74,91,148,152; XXX:3,15,38,80,92,131.

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El Libro De Enoc 3

Los que bendicen y fertilizan mientras resplandecen;

Tres veces bendecidos son,

Uds. Espritus puros de la Tierra,

Para quienes un conocimiento de aquellas hermosas cosas,

Han sido preparadas por su Padre y Seor;27

Uds. Existirn en la Luz del Sol,

En los rayos de eterna vida,

Cuyo destello brillar por las edades

Con una Gloria que nunca falla. OTRO ESPRITU.

Entonces Otro 28 Espritu que prosegua conmigo habl y me mostr el primero y el ltimo secreto, 29 los misterios de los cielos arriba; los misterios de la Tierra abajo, y el principio de Todas las Cosas, 30 y como los Espritus de los Cielos son divididos, y los Espritus que gobiernan los vientos, y como los vientos son contados por Dios, cada uno en proporcin a su fuerza y excelencia.

l me mostr la fuerza de la Luz de la Luna,31 y como su crecimiento es regulado; y l me revel el nombre que ella lleva entre los inmortales; el primero 32 es Asonya; el segundo Ebla; el tercero Benasi, y el cuarto Erae. Y me narr las divisiones de las Estrellas en orden, y sus nombres, y los rangos de cada divisin. Me mostr como los relmpagos destellan, y como las nubes 33 obedecen instantneamente; y la silente pausa de los truenos 34 y la energa del nuevo rayo despierto.

El trueno y el relmpago son uno, no obstante ambos son dos fuerzas; no se mueven con un nico espritu, aun cuando ellos estn indisolublemente juntos. Porque cuando el relmpago destella, entonces verdaderamente el trueno suena; Y los Espritus guas se pausan y descansan, hasta que el espacio de tiempo es pasado.

l me mostr como cada uno es restringido como con un freno, y es impelido por la fuerza del Espritu, el cual los barre sobre las poderosas esferas, como una Flecha 35 soltada desde el Arco. 36

Y yo vi como si fuera un brillo siete veces mayor, Ancianos Santos; Querubnes con las Alas de Gloria elevadas; Serafines y Ofanimes de luz; puros y ardientes Chasmalimes de estrellada forma: Asarimes e Isarimes. Ellos eran miradas e innumerables millones. Sus canciones y msica llenaban el Universo.

Mares de luces fluan ante m, lejos en el extendido espacio; ocanos con torres y espiras y obeliscos sobre costas de blanco nieve.

27 1Cor.2:9; Isa.64:4; DyC 121:26-33

28 Ver XX:3

29 Vers.51; XIII:42; XXIX:61

30 Ver III:107

31 Vers. 3,13, IV:39

32 Ver XIII:42

33 Ver III:1

34 Vers.67-68; XXIX:73

35 Vers 87, III:162, XII:42, XIX:10, XXVI:9, 12-13, 39, XXX:39

36 Vers. 87, XXVI:12; Salm.7:12, 18:34, 21:12, 60:4; Isa.41:2; Lam.2:4, 3:12; Os.7:16: Hab. 3:9; Zac. 9:13, 10:4; Ap.6:2

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El Libro De Enoc 3

EL LIBRO DE MI PADRE.

Despus de esto l me dio seales;

Hizo conocer smbolos y secretos 37

De toda la sabidura escondida 38

En el Libro 39 de mi Padre,

Y en las msticas parbolas,

Del Espritu todopoderoso;

Quin hay cuyo corazn no se ablande,

Cuya naturaleza no es turbada por estas cosas? LA TRADA.

Luz del Universo!

Cundo me retornars a ti?

Cuando volver a los antiguos lugares,40

La Enramada Paraso 41 del primer Amor? 42

All la poderosa Trada 43 de Belleza,

Brilla en blanca resplandecencia;

Armada en la Luz diamante de los Cielos;

Con Arcos 44 y Flechas 45 de rayos dorados.

Alrededor del altar de Fuego 46

Levantndose en la niebla del Ocano,

Lavados por diez mil oscurecedoras olas,

Ellos se inclinan, ellos oran, ellos cantan;

El Arco Iris se eleva sobre el Ocano;

Pero el Espritu brilla en amabilidad,

Las olas saltan con plata en sus crestas;

Ellas respiran deleite y paz por doquier,

Un himno se eleva de la Clula Mstica,47

La cancin de Hu, el Seor del Universo,

Este impele como si fuera con vehemente fuerza,

Una influencia a travs de todo lo que vive,

Sus naturalezas golpean con la energa del fuego;

Ellos se hinchan con gozo y con una calma Sabidura;

Y circulan en torno a la Piedra Blanca 48 de Poder,

Cuya faz es el espejo del Espritu.

Oh poderoso, 49 pequeo 50 como la mota;

37 Ver XXIX:61

38 Ver IX:32; X:10; XIII:35, XV:77; XX:16, XXI:11, XXV:60

39 Ver XXIX:109

40 Adn. XV:71

41 Ver VIII:23, XXI:55, XXII:90; Dzian est. I,V

42 Ap. 2:4

43 Vers.96, XIII:96; XVI:85; Dzian est. I,V

44 Vers. 69

45 Ver V:69

46 Ver I:29

47 Ver V:84

48 Alma 37:23; XXII:104

49 Ver IX:34-37

50 1En.XCVI:2

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El Libro De Enoc 3

Oh Glorioso, ms grande que el Universo;

Nuestro Seor, nuestro Dios, nuestro misterioso Padre

En ti solamente pondremos fe.

Tu eres vida; tu eres Luz;

Tu forma es Luz de Sol translcida;

Seor de las Aguas! Seor de los Mundos!

El Grande, 51 El Anciano, 52 El Infinito.

Y yo vi una sagrada visin en los cielos

Y l dijo: Quin ir? 53

Y un estruendo de Truenos 54 respondi:

El Universo fue envuelto en cegadora llama,

Estremecido en el dominio de los relmpagos,55

Escuchen, escuchen,56 dijeron los Truenos,

La Rama 57 del Seor es hermosa;

El no conoce cambio,

Si no que su fruto es una eterna gloria.

51 Ver III 17

52 Ver I:33

53 Ver XXVI:1; Abr. 3:27: Isa. 6:8

54 Ver XXIX:73

55 Ver V:56,69

56 Ver XVI:1-4

57 Ver VI:4, XXVI:4

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El Libro De Enoc 3

CAPITULO VI. - Diez tiempos. - Primer salmo.

LOS 10 TIEMPOS.

(Comparar con 1En.XCI:10-19 y XCIII:1-10)

Y escuche a uno hablar:

En el sptimo del primero 58 l naci, mientras el Santo y el Justo lo esperan 59 con paciencia.

Pero despus de l, en el segundo, gran iniquidad se levanto, y el fraude se

desarroll.60

Luego, en el tercero, un Hombre del rbol 61 de Pureza, es hecho manifiesto;

La Rama 62 de este florecer 63 para siempre.

Siguiendo, en el cuarto, visiones del Todopoderoso sern vistas; La orden de

generacin tras generacin.

Entonces, en el quinto, La Casa de Gloria y de Poder ser levantada por

siempre.

En el sexto, habr oscuridad, y en este un hombre ascender.

En el sptimo, los justos recibirn una espada 64 para ejecutar juicios sobre

el inicuo.

En el octavo, El Puro ser elegido del rbol 65 de Eterna Hermosura.

En el noveno, la virginidad de los Justos ser revelada al mundo entero.

En el sptimo del dcimo, un eterno juicio ser ejecutado; los cielos se

desarrollarn en medio de los ngeles.

Las estrellas de Shesti Matri sern reveladas. Y un largo intervalo pasar, y

fulgor espasmdico.

El anterior cielo desaparecer, 66 un nuevo cielo aparecer; todos los poderes del Ms Alto brillarn con siete veces el esplendor, lustrosos como

serpientes de fuego.67

La Casa del Rey ser construida para siempre.

La Voz ces.

EL REY DE LA TIERRA SURGE

Y yo me extravi en asombr; la oscuridad del misterio sobre mi alma y espritu; y no podra hablar.

Levntate, surge, oh Rey de la Tierra;

Cie tu espritu con el guila;68

Remntate en la divina presencia;

58 Ver XIII:42

59 Ver XX:110-111

60 2Ne.26:24

61 Vers 9, III:117

62 Ver V:118, XXVI:4

63 Ver I:81

64 Ver XII:33,41, XVI:36,39, XIX:11, XX:132,147, XXIV:17, XXVI:33, XXVII:91,96, XXVIII:99, XXIX:42,88; 1En. XVII:3, LXII:12, LXIII:11, XC:19, XCII:11,12; Esd.XVI:4; Deut. 32:41; 1Sam. 17:50,51; Job 19.29; Salm. 37:14,15, 45:3; Isa. 34:6, 41:2, 49:2, 66:16, Eze 21:1-32; Ef. 6:17, Heb. 4:12; Ap. 1:16, 2:12-16, 6:4, 19:15,21;

65 Ver III:117

66 Ver XVI:49

67 Ver I:29

68 Ver XII:13, XIII:6, XVIII:16,95, XIX:56, XX:76, XXVII:59, XXIX:9,53,177; Deut. 32:11; Job 39:27; 103:5, Jer. 48:40, 49:22; Eze. 1:10, 10.14, 17:9; Ap. 4:7, 8.13, 12:14

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El Libro De Enoc 3

No pienses, como los mortales piensan.

Yo me levanto en las nubes 69 de dorado esplendor;

En niebla de llamas; en un xtasis;

Vi el esplndido destello de los Serafines.

Felices!, Oh! Cun felices son aquellos,

Que ven estos Palacios de Gloria;

Ondeando, rodando en un remolino de llama,

Con la esplndida espuma de fuego.70

El Luminoso da Luz

A todas aquellas esplndidas esferas;

HU MAYA LUC.

Yo ca sobre mi rostro en temor,

Y cuando unos mil aos pasaron,

El grav sobre mi muslo.71

Como una Nube de Trueno,72 el Cuervo pas,

Pero su pico dejo caer sangre. EL PRIMER SALMO.

Da gracias al Seor, invoca su Nombre;

Has conocer sus hechos entre el pueblo;73

Canta a l; canta salmos a l,

Comenta de sus asombrosas obras;

Glorate en su Nombre Santo;

Deja que se regocije el corazn de los que buscan al Seor.

Busca al Seor y su fuerza;

Busca su faz continuamente.

Recuerda sus maravillosas obras que l ha hecho;

Sus maravillas y los juicios de su boca;

l es el Seor nuestro Dios;

Sus juicios estn en toda la tierra

Se cuidadoso siempre de sus convenios,74

La Palabra 75 que l ha mandado a miles de generaciones,

Diciendo: No toques a mis Ungidos 76

Y no hagas dao a mis profetas.

Y cuando ellos fueron de nacin a nacin,

Y desde un reino a otro pueblo,

l no soport que ningn hombre cometiera errores con ellos,

69 Ver III:1

70 Ver I:29

71 Ver XXIX:159

72 Ver XXIX:73

73 Vers. 58; Salm. 9:11, 64:9, 145:4; DyC 65:4

74 Ecl. 5:4

75 Ver I:54

76 Sal. 105:15

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El Libro De Enoc 3

55. Si, l reprob reyes por su causa.

Canta al Seor, toda la tierra,

Muestra su salvacin de da en da,

Declara su Gloria entre las naciones,

Porque Grande 77 es el seor, y Grande para ser alabado,

l tambin es temido ms que todos los dioses;

Gloria y honor estn delante de su presencia;

Fuerza y alegra estn en su lugar;

Da al Seor, los reinos del pueblo,

Da al Seor gloria y fuerza,

Da al Seor la gloria debida a su Nombre,

Adora al Seor en la Belleza de la Santidad.78

En otro tiempo fueron como espritus delante de l,

Destellando en la belleza del Sol,

Pero ahora son una raza cada.

Tu suspiras detrs de los tronos dorados,

Tiembla, tu tierra,

El mundo tambin y todo lo que est en l;

Algrense los cielos, regocjese la Tierra;

Que todo hombre diga: El Seor reina;79

Ruja el mar 80 y la plenitud del mismo,

Regocjense los campos y todo lo que est en ellos.

Entonces los rboles 81 del Bosque, 82

Cantarn y gritarn a la presencia del Seor;

A causa de que l viene a juzgar la Tierra,

Y dar el Esplendor a los Hijos de la Verdad.

Oh! Da gracias al Seor, porque l es bueno,

Porque su misericordia permanece para siempre.

77 Ver III:17

78 Sal. 29:2, 96:9, 110:3

79 Ver III:103, XII:6, XXVII:55, DyC 1:35,36, 38:21, 49:6, 60:4, 65:5, 82:5, 86:3; Sal.47:8, 93:1, 96:10, 97:1, 99:1; Isa.52:7

80 Ver XXX:97-112; Sal.96:11; 98:7

81 Ver III:117

82 Ver II:23-38

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El Libro De Enoc 3

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El Libro De Enoc 3

CAPITULO VII - Palabras para los justos del da final

Comparar con 1Enoc 1

La palabra revelada a Enoc. Una bendicin al puro quin existir en los das de tribulacin; pero al inicuo e indigno esta le ser de Piedra de Tropiezo.1 Yo Enoc estaba con Dios; yo pregunte y habl con l, mientras mis ojos estaban velados, an cuando estaban abiertos; y mientras yo vi tantas visiones en los

cielos. Estos los divinos, mostraron: los dioses Len.

De ellos yo aprend Todas las Cosas;2

Por ellos fui llenado de entendimiento;

Yo vi Las Cosas que no son ahora,

Si no que llegarn a suceder en das futuros,

En generaciones que todava estn por ser

Cuando el Hijo del cielo brillar.

Por ellos yo habl, y converse con aquellos

Quienes saldrn en gloria desde su habitacin;

El Santo y el Poderoso,3

Los gobernadores de la esfera del hombre.

En das subsiguientes ellos se sentarn en Sin,

Y convocar sus huestes alrededor de ellos.

Ellos se harn manifiestos en la Fuerza del Len,4

En la majestad del poder de los cielos,

Todos sern maravillados;

Los hijos de la Oscuridad sern aterrorizados;

Temor y temblor les sobrevendr;

Ellos sern esparcidos hasta los fines de la tierra.

La altiva montaa ser atribulada,

Y los cerros sern abatidos con vergenza;

Se disolvern como un panal de miel en el fuego;5

La tierra del hombre ser abrumada,

Los hijos de la carne que estn en ella morirn,

Y el juicio ser pronunciado en voz alta;

Si, an los justos sern puestos a prueba tambin;6

1 Ver XXII:104; Isa.28:16

2 Ver III:107

3 Ver IX:34-37

4 Vers.1, IV:19

5 Ver XII:42; XVI:30, 94; XX:142; I:29; XIII:1; XXX:98 1En.XXIII:2-4; 2En.XXIX:1-2; Esd.VIII:88, 22; XIII:4, 38; Tom.11, 14, 17, 59, 84; 1Ne.22:17, 2Ne.15:24, 19:5,18-19, 20:1619,34; Morm.9:5; Ex.12:8-10; 1Re.18:24; Sal.37:20; 50:3, 68:2, 83:13-14, 97:3; Isa.9:5,19, 10:16,17, 26:11, 29:6, 30:27,30, 31:9, 33:11-14, 40:16, 42:25, 47:14, 64:2, 66:15-16; Jer.4:14, 5:14, 11:16, 15:14, 21:12-14, 22:7, 23:29, 49:27, 50:32, 51:58; Eze.19:12-14, 20:45-49, 21:31-32, 24:10, 30:8,16; Os.8:14; Am.5:6; Ab.18; Miq.1:4-7; Nah.1:6; Hab.2:13;Sof.1:18, 3:8; Zac.9:4, 11:1, 12:6, 13:9; Mal.3:2,10; Mat.3:11,12, 7:19, 13:40,50; Mar.9:49; Luc.3:9,17, 12:44-55; Jn.15:6; Ap.8:5, 17:16, 18:8.

6 1Pe. 4:18

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El Libro De Enoc 3

Sern pesados en la balanza de Dios,7

Pero para aquellos finalmente el paraso ser abierto;

Ellos pertenecern a Dios, y sern felices en su Luz;

Y los esplendores 8 del Hermoso de los cielos,

Los abrazarn en derredor dentro de su Circulo.

Mira, l viene con miles de Santos,9

Para ejecutar juicio sobre el inicuo; 10

Por sus crmenes el pecador sufrir;

Y el de animo carnal ser cubierto con confusin.

Las fronteras del Universo relampaguear;

La voz de Truenos 11 ser escuchada;12

Y rayo sobre rayo redoblado en medio de la oscuridad,

Testificar la presencia de El Santo.

7 1En.XCI:7; Mar.4:24

8 Ver IX:33

9 Ver X:14

10 Jud. 14,15; 1En.1:9

11 Ver XXIX:73

12 Ver XVI:1-4

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El Libro De Enoc 3

CAPITULO VIII. - Renovacin Segura.

Comparar Vers 11-12 con 1Enoc II Vers. 13-16 con 1Enoc III Vers. 17-20 con 1Enoc IV Vers. 21-29 con 1Enoc V

Todo lo que est en los cielos conocen el orden de los cielos.

Las estrellas no se apartan de sus rbitas;

Ellas se levantan y se establecen en el momento que le es marcado;

Ellas no desobedecen el mandamiento de Aqul que gobierna.

Las Altas Inteligencias miran hacia abajo sobre la tierra,

Y ven las cosas que son hechas en ella;

Ellas marcan el avance y retroceso de la marea de eventos,

Desde el principio hasta el fin del fin,

Y cada manifestacin del Supremo Ser

Es invariable en su perodo de aparicin,

Como el verano sigue al invierno,1

Como la nube y el Roco 2 refrescan el desierto,3

Cuando los rboles 4 se marchitan 5 y las hojas se caen,

Y lo hermoso parece una imagen de decadencia,

An ellos saben que todo ser renovado, en tiempo

Y que la nueva floracin retoar,

Y cuando los das del verano lleguen,

Y busques una sombra para los ardientes calores,

Y no puedas caminar sobre la reseca tierra,

Ni sobre las rocas a causa del ardiente resplandor;

Entonces los rboles reponen sus hojas,

Sus verdes 6 ramas producen fruto y sombra,

Y la fresca y sombreada Enramada de delicias 7

Suceder a las secas ramas del invierno.8

l que vive por siempre hace estas cosas;

Ellos son Su Obra 9 en tanto los Crculos giran.10

Ellos son supervivientes para Dios y ellos son inmutables tambin,

Porque as como l lo ha decretado, an as ellos vendrn.

Como los ros fluyen hacia los mares, desde afuera de los mares,

As fluyen los aos hacia los ciclos de los aos.

As como los mares refluyen en los ros desde los ros,

1 Ver.III:117; VIII:11,24; XXVIII:131

2 Ver III:137

3 Ver IV:66

4 Vers 21, III:117

5 DyC 135:6

6 Ver XXIX:70

7 Ver V:83

8 Vers. 11, III:117; XXVIII:131

9 280677:4

10 Dzian Est.III

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El Libro De Enoc 3

32. As los ciclos se entremezclan en los aos de Nuevo Comienzo.

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El Libro De Enoc 3

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El Libro De Enoc 3

CAPITULO IX. - Cada de los Hijos de Dios - Los gigantes.

CAIDA DE LOS HIJOS DE DIOS. (Comparar con 1 Enoc VI)

Escchame, oh Hombre, yeme en que manera has pecado, y como te alejaste de la Senda recta, la cual el Hijo de Dios te mostr. En la maana de la Tierra hubo belleza; En la maana dorada de Los Ancianos, cuando la raza de

mortales nace nuevamente, floreci 11 como rboles 12 en verano.

Pero despus que Los Hijos de la Tierra se haban multiplicado, y sus hijas parecieron hermosas a la vista, entonces Los Hijos de los Cielos,13 miraron

sobre ellas, y llegaron a enamorarse de aquellas bellas mujeres.

Relincharon como caballos.

Y se dijeron unos a otros, vayamos y de aquellas tomemos esposas para nosotros. No somos los hijos elegidos? Y no hacemos segn lo que le parece

bien a nuestro corazn?

Entonces debatieron si debiesen renunciar al mandamiento sagrado, pero resolvieron hacer as, y contraer matrimonio con las hijas de aquellos que

renunciaron a Dios.

Y su lder, Sam-Iaza, les dijo No ser que alguno de Uds. se arrepienta y abandonando su jefe traicioneramente, llegue a suceder que yo solo sufra la

muerte?

Pero ellos respondiendo le dijeron. Juramos y nos obligamos como uno en conjunta maldicin, que no cambiaremos de nuestro propsito, sino que haremos las cosas que hemos jurado hacer.

Y todos ellos hicieron juntos un juramento, y se obligaron as mismo como uno por mutua maldicin 14 y descendieron, en nmero de doscientos sobre Ardath, la cual est cerca al Monte Ar

LOS GIGANTES.

(Comparar con 1 Enoc VII)

Y las mujeres que tomaron dieron a luz Gigantes,

Hombres poderosos y terribles.15

Y estos gigantes engendraron los Nefilim.

Y de los Nefilim nacieron los Eliudi.

Muy grande era su nmero.

ENSEANZAS DE LOS CAIDOS

(Comparar con 1 Enoc VIII; LXV:6-11, LXIX:1-16)

Y se ensearon a s mismos y a sus mujeres tambin,

Pociones, encantamientos y artes mgicas,

11 Ver I:81

12 Ver III:117

13 Gn. 6:1,2

14 Hel. 6:21

15 Gn 6:4

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El Libro De Enoc 3

Y Todas las Cosas y pensamientos de Satans.16

Y Azael hizo espadas 17 y pecheras,

Y fundi metales de la tierra,

Y fabric para las mujeres oro y plata,

Que llevan adornos como las rameras.18

Y a pulir piedras,

Y darle falso esplendor,

Y a usar colores como tinturas,

Y a violar las leyes de Dios,

Y pervertir todos los caminos de justicia,

La iniquidad se entalleci sobre la Tierra.

Y alimentaron odios en sus corazones,

E hicieron maldades con races de hierbas.

Y de aquellos que se contaminaron a s mismos, Yakn desvi los hijos de los sacerdotes, y hacindolos descender, los gui para extraviarse entre los hijos e hijas de los infieles.

Y Aqul cuyo sobrenombre era Kesabela dio mal consejo a los hijos de los sacerdotes, y los llev a corromper 19 sus mentes y cuerpos por emparentar con la generacin del inicuo.

Y Aqul cuyo sobrenombre era Gader-Eli fue un fabricante de instrumentos de muerte; por su mano fueron dadas estas cosas a los Hijos de la Tierra de all para siempre.

Y Aqul cuyo sobrenombre era Penemue descubri a los Hijos cosa dulces y amargas; l revel misterios escondidos,20 y expuso escritos que no deban ser expuestos. 21

Y Aqul cuyo sobrenombre era Kasyadi revel apariciones de Dioses y Espritus; la Epifana del Divino desde la Matriz,22 y del Puro que fue apartado de la Mordedura del Dragn, y la Manifestacin en luz de esplendores,23 de El Fiel, el hijo de Tebet. l revel la cifra sagrada Kebel, la cual El Supremo, que habita en majestad, hizo manifiesto a sus propios Santos,24 y cuyo nombre tambin es Beka.

FUERTE Y PODEROSO

(Comparar con 1 Enoc LXIX:13-26)

l divulg Aqul eterno Nombre Santo, el cual no deba hacerse conocer a nadie, quebrando completamente su juramento de poder, porque Fuerte y

16 Ver XV:1-23

17 1En. VIII:1

18 Ver XVIII:84-87; 1En.XCVIII:2; XCIV:8

19 Ver X:4, 6, 11; XI:2; XII:17, 20; XVI:172; XXIII:76; XXVI:96; XXVIII:131; 1En. X: 22

20 Vers.14-37; V:74; 1En.LXIV:2

21 Vers.34

22 Esdras III:48-55

23 Ver IV:5-7,21; V:47,55; VII:29; XIII:6,58,88; XX:81; XXI:12; XXII:37; XXV:57,103; XXVIII:73; XXX:113-160

24 Ver X:14

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El Libro De Enoc 3

Poderoso 25 fue ese convenio. Este el Sagrado Akao del Todopoderoso, con lo cual los cielos se han sustentado siempre antes que las Tierras fueran formadas; el Akao que no deba ser revelado.

Este es el Santo Nombre, con el que las Tierras fueron establecidas sobre la inundacin; mientras las agitadas aguas salan rpidas y desenfrenadamente de su oscuro y secreto lecho; con el que tambin los mares 26 fueron formados, y los fundamentos de los mares fueron puestos; por el que las Rocas fueron levantadas contra su ira. Las Rocas que permanecen inalterables por siempre.

Este es el Akao que hace fuerte el Abismo, tal que permanece inmutable para siempre. Por este el Sol27 y la Luna 28 completan su marcha, no desvindose de curso designado.

Por este Nombre las estrellas ruedan 29 y cuando sus nombres son llamados, ellas vienen y van, los vientos son regidos, los truenos 30 tambin, el Granizo,31 los Relmpagos 32 y las estaciones.

CAPITULO X. - Clamor de los arcngeles por los cados.

(Comparar con 1 Enoc IX)

Y todos estos jefes entre los vigilantes, practicaron terribles iniquidades; ellos se contaminaron con mujeres desconocidas; Ellos se han burlado de las Ordenanzas Sagradas.33 Ellos destruyeron aves e inofensivas criaturas; ellos se inclinaron ante imgenes de bestias y peces; ellos comieron y bebieron sangre hasta que toda la Tierra gimi y solloz.

La impiedad fue esparcida sobre las naciones, y la prostitucin prevaleci en todo lugar; y Amazarach practic la hechicera; y Arimerz resolvi cuestiones de magia.

Y ellos adoraron dioses falsos, Nidra, Levata, Isarta, Patiki; y ellos hicieron magia en el nombre de Abdi, Og, Nura y Adsarta.

25 Vers. 36; III:98,121, V:110, VII:9, XIII:4, XV:33, XXI:41, XXIV:13, XXVI:34, XXX:145; 1En. I:4; XL:9; XLIX:2-3, LII:4, LXIX:15-16, 24; LXXXI:6; LXXXIV: 2; CIII:1; 2En.XXIX:3; Esd. XII:47, XV:10,11; Adn VI; XXV:96, Job 9:19; Sal.24:8-9; 89:19; Prov. 23:11;Isa. 1:24, 28:2, 44:8; Miq. 2:13, 5:4, 6:4, 7:15; Nah. 2:3,; DyC 85:7, 103:15-18; Mos. 14:12; 2Ne. 3:5,24, 20:34; 3Ne. 21:11

26 Vers.35-36; XXX:97-112

27 Ver IV:3

28 Ver IV:39

29 DyC 88:45

30 Ver XXIX:73

31 Ver IV:34

32 Ver V:56,69

33 DyC 1:15, 45:49-50; Isa. 24:5; Morm. 9:26-27; Et. 12:23-26; Isa. 28:14, 22; 2 Pe. 3:3; Jud. 1:18;

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El Libro De Enoc 3

4. Y ellos corrompieron34 todos sus caminos; y observaron las Esferas para usos ilcitos; y hombres y animales clamaron a Dios, y sus voces llegaron hasta los tronos.35

Entonces los Santos Espritus, mirando desde los cielos, vieron sangre sobre la Tierra y la iniquidad operada en la misma, y como los espritus de las almas clamaron.

Los grandes Arcngeles de Dios, Miguel, Uriel, Rafael, Gabriel, miraron y vieron mal en todos los lugares, y esa iniquidad haba corrompido todo.

Y los espritus dijeron, esta es la voz de sus lamentos: La Tierra est triste, an hasta las puertas de Dios; y ahora a ti, oh El Santo de los cielos, las almas de los hombres lloran.

Diciendo, en clamor: Oh tu, Santo, justicia, justicia 36 desde el Ms Alto Dios.

Entonces estos espritus dijeron a su Seor: Seor de Seores, Dios de Dioses, el Trono de tu Gloria es para siempre, y por siempre es tu nombre santificado! Bendito es tu Trono, tu Rey de Reyes!

Tu has hecho todo. Tu posees poder sobre todo; Todas las Cosas 37 estn abiertas ante ti, ni puede algo ser escondido 38 a tus ojos.

Tu ves lo que estos hacen practicando toda corrupcin. Ellos se han juntado para pecar y deshonrar. Negras son sus brujeras. Aquellos a quienes tu Capacidad de Poder les fue dado se han contaminado a s mismos con las hijas de hombres; han ido hacia ellas, y hecho iniquidad urdiendo crmenes desde el alba hasta el oscurecer.

Y sus mujeres han engendrado Gigantes, as la Tierra est roja con abominaciones; y tus hijos claman ante ti quejndose hasta las puertas del Cielo; s, las muchas almas de los espritus de los muertos claman;39 sus lamentos salen de la tumba.

Y la voz de sus quejas se eleva; el eco de su tristeza desde lo bajo; ellos no pueden protegerse del impo, ni pueden escaparse de los pecadores.

Tu que conoces Todas las Cosas,40 conoces stas tambin y sus frutos; Todava no has hablado a tus Santos,41 ni tu has declarado tu voluntad.

34 Vers.4, 6, 11; IX:30

35 Vers.12; XX:51-64

36 Ver XI:6; XVIII:108, 126; XX:93; XXIII:115; XXVI:45, 71; XXVIII:111; Deut. 16:20; 1En.X:16, 18; CIV:3; 2En.XLIV:2; Esd.II:18

37 Vers 14, III:107.

38 Ver III:109; V:74

39 Vers 4, XX:51,64.

40 Vers 10, III:107

41 Ver VII:31, IX:33, XII:5, XX:48,87, XXI:144, XXV:146,160, XXVI:56,65 y 70

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El Libro De Enoc 3

CAPITULO XI. - Restauracin de la Tierra.

(Comparar con 1 Enoc X)

Y Miguel dijo a Rafael: Ata a Sam-Iaza de manos y pies; arrjalo de cabeza en la oscuridad; cubre su rostro.

Restaura 1 la Tierra que l ha corrupto;2 anuncia vida, an una resurreccin. Todos los hijos de los hombres no perecern; los esclavos de camas finas 3 sern destruidos. Todo opresor morir de la Tierra; los hijos de los Vigilantes, los Tiranos de la Tierra. Pero los buenos son como rboles 4 que florecen para siempre, cerca de sus fuentes, o al lado de las corrientes de los arroyos.5

As llegar a suceder que el malo no ver los das Santidad, los das de Belleza, cuando el Puro habr engendrado miles, y sus sabbaths sern jardines de paz.

En aquellos das la faz de la Tierra ser sembrada con Semillas de Justicia;6 esta ser llenada con rboles de bendicin; cada rbol del Paraso crecer en ella. En ella vias sern plantadas; cada via dar abundantemente; por cada medida de semilla un mil; por cada medida de olivas, diez prensas de aceite.7

De toda injusticia ser purificada; de toda opresin, de toda impiedad, toda clase contaminacin e injusticia perecer de la esfera de la Tierra

Entonces los hijos de los hombres sern puros, y toda nacin adorar a Dios solamente.8 l har caer lluvia9 de bendicin desde los cielos; l las har descender sobre la tierra: y sobre todas las labores del hombre, la bendicin de Adnai fluir; paz y justicia 10 asumir el cetro; y reinar 11 igual que reyes desde los cielos.

1 Ver IV:40

2 Ver IX:30

3 Ver XII:17

4 Vers. 4, II:117

5 Sal.1:3; Isa. 44:4; .Jer.17:8

6 Ver III:128

7 Os.2:22; Joel 2:24

8 Zac. 14:16 -17; Bhaga.Gita 3:11-14

9 Ver V:24

10 VerX:8

11 Ver VI:74

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El Libro De Enoc 3

CAPITULO XII - Mensaje y condena a los Vigilantes

MENSAJE A LOS VIGILANTES

(Comparar con Cap XV:62-73 - 1Enoc XII:1-2 - Moiss 6:26-31)

Antes de Todas las Cosas,1 yo Enoc, exista,

Pero oculto 2 y secreto en lo profundo;

Ningn hombre supo donde estaba,

Ni los hijos de los mortales pudieron saberlo.

Pero yo estaba entremezclado con los Santos,3

Y bendiciendo al Gran Seor y Padre,

En un lejano lugar donde la oscuridad no habitaba,

Ni sombra alguna era vista.

All una voz vino a m,

Una voz suprema y santa;

Ella me despert

Para que con una lengua de carne yo pudiera Proclamar.4

La Voz del guila 5 me levanto, diciendo:

Anda Enoc, pariente del Sol,6

Dile a los Vigilantes que han cado,7

Los que han desertado de su llamamiento puro,

Quienes se han corrompido 8 sobre finas camas,9

Abandonando sus silentes santuarios,

Que en exilio no sentirn paz;

A causa de que se han corrompido con lujuria,

No tendrn gozo en la descendencia.

Gemirn sobre la destruccin que han causado;

Llorarn por los das de inocencia,10

Cuando la verdad y la misericordia estaban en sus corazones. TORMENTA COLOR BERMEJO 11

Nosotros cabalgamos sobre las alas del remolino,

Sobre la tormenta roja - oscura,

Escuchamos el choque de muchas tempestades,

Escuchamos los gemidos de muchos miles,

Relmpagos 12 desde las 13nubes - truenos 14

1 Vers 114,116, III:107

2 Ver XV:62; XVI:162

3 Ver X:14

4 Ver XVII:28

5 Ver VI:18

6 Ver IV:3

7 Moi. 6:27-29

8 Vers.17, 20; IX:30

9 Ver XI:2

10 Denuncia. Seccin "f" pag.15 y 16,

11 Ver V:22; Ap. 6:4

12 Ver V:56,69

13 Ver III:1

14 Ver XXIX:73

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El Libro De Enoc 3

Sobrecargada con humo de profunda negrura;

Semejante a caballos rojos-brillante.15

Arrastrando carruajes de hierro;

Y en mi mano una Espada,16

Como un meteoro ondeante,

Y el cielo pareca una hoguera con luz

Mientras yo esgrima la poderosa hoja,

Y un clamor de desolado lamento,

Y la vista de muchos afligidos,

Pero una Voz de Poder dijo:

An as este juicio es justo.

Sus Espadas fueron baadas en sangre,17

Sus Flechas 18 dejaron caer gotas con fuego;19

Y el plido fantasma de los cados,

Pasaron por nosotros en sus melanclicas nubes 20

LA CONDENA.

Y pasando a los lugares de los Vigilantes,

Le dije a Iaza: oh tu cado!

Una sentencia ha salido contra ti;

He aqu! Tu no tendrs mas paz.

Aqul por quin vivimos,

Aquel que es Todo en s mismo;

El Invisible, el nico,

Dios, me ha enviado a ti,21

Tus pecados se te atarn a ti con bronce;

Ninguna ayuda vendr sobre tus miembros,

Ni por splicas ganars piedad;

Porque grande es tu iniquidad. SPLICA DE LOS CONDENADOS.

Y yo pas adelante, y vi otros; ellos temblaban, plidos en terror, y me suplicaron 22 que intercediera con Dios, para que ellos pudieran obtener

perdn.

Entonces hice un registro de sus splicas, y de los sufrimientos que vi, y de la misericordia que buscan, para poder tener paz.

Y yendo adelante pas Las Aguas de Devastacin, de Dan-Ba-Don hasta el oeste de Ar; y leyendo all el registro de sus castigos, he aqu, fui transportado.

Y as, un sueo como una nube, y visiones en la llama de Dios; y tendido vi

15 Ver V:22

16 Vers. 41, VI:8

17 Vers. 33, XX:148; Isa. 34:5-6; Jer. 46:10, 48:10; Ez.21:1-24; 1En.LXII:112; XCIV:9; XCIX:6; C:1, 3

18 Ver V:69

19 Ver VII:21

20 Ver III:1

21 Zac.2:11, 4:9

22 Ver XVIII:15; 1En.XIII:4; XV:2

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El Libro De Enoc 3

una extraa visin revelada ante el cado del Altsimo.

Y cuando me levant, fui al lugar, el Desierto de las Aguas de Devastacin; el nombre del mismo es Oubelsayael, y all los vi con sus rostros velados.

Y relat la visin, y el sueo, y habl en estas palabras; pero sus semblantes estaban atemorizados en oscuridad.

Oh cados! Los que estn bajo juicio, la splica de sus sufrimientos no es escuchada; la voz de Dios lo ha dicho: Uds. lo han abandonado, y son abandonados de l.

Lloren y supliquen en silencio, pero no murmuren contra el decreto. Condnense a s mismos, no a la Ley Divina, la que destierra al impuro de la

pureza.

EL LUGAR DE LOS BLASFEMOS.

Comparar con 1Enoc CVIII : 4 - 6

Entonces vi, como si fuera una nube de sombra,

Cuyos lados ningn ojo podra penetrar;

Aunque fui envuelto en sus profundidades,

Y desde aquellas profundidades, no poda mirar hacia arriba,

Y vi tambin una llama de fuego,

Y relucientes montaas rodeaban.

Ellas fueron agitadas terriblemente de lado a lado;

Y saliendo de su seno, llegaron voces.

Entonces inquir de uno de los Espritus,

Diciendo: Qu son estas cosas destellantes?

Esto no est en los cielos sino en una esfera de fuego;

Y en esto, est la voz de lamentacin.

l dijo: en este lugar caen los blasfemos;

Los espritus de aquellos que piensan y obran mentiras;

Los que pervierten los Orculos de Dios,23

Los que l revela por sus Apstoles.24

PILAR DE FUEGO.

Oh pilar de fuego! 25

T quin diriges mi alma adelante;

Para resistir el brazo de la muerte;

Para ser tan quieto y fuerte como la roca.

Permteme mirar sobre tu rostro, Oh esplendor!

Djame or 26 tus muchas voces,

Suaves y poderosas como las olas del mar 27

Cuando ellas se lanzan sobre una solitaria costa.

Te sigo en medio de nieblas y nubes 28

23 Ver XIII:114-116; 1En.CIV:9-11

24 Ver XX:135, XXIX:160

25 Ver I:29

26 Ver XVI:1-4

27 Vers.87, 106; XXX:97-112

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El Libro De Enoc 3

Y las celestiales luces de la Estrella de la Maana,29

Y cuando la noche se junta en oscuridad.

Todava en medio de los Bosques 30 yo te sigo, oh llama.

Oscura tristeza, se precipita desde las montaas,

Las estrellas son tenuemente visibles,

Con todo, Oh Pilar de puro fuego,

Yo te sigo a travs de las nubes pasantes.

No eres t el nico, Dios supremo?

En quien estn todos los secretos 31 envueltos,

Alrededor de ti agrupas al Arco Iris,

Pero a tus pies yo veo los Leones de Batalla 32

Tu lees todos mis pensamientos secretos,

Mi alma es un rayo de sol ante ti,

Gran Padre! Antiguo Misterio,

Cmo te dar homenaje?

Me levant, y me lanc de Montaa en Montaa,

S, aun en los Mares me he sumergido.

Pero el Pilar de fuego resplandecer para siempre,

Aun cuando no pudiera tocarlo con mi mano. SEGUNDO SALMO

Reverencia sea a ti, oh Seor de los Mundos!

Reverencia sea a ti, oh Eterno!

Reverencia sea a ti, oh Dios de Justicia!

El emblema de misericordia de aquellos que te sirven.

Que eres el disipador de toda pena,

El Rey de Todas las Cosas,33

El Guardin del Gran Universo,

El poseedor de Todas las Cosas.

T eres el Seor del Todo,

La propia forma de todas existencias y apariencias,

Tu otorgas Salvacin,

Se propicio, oh Mas alto Dios.

Acshava! Acshava! Acshava!

Permtenos adorarte en Arboledas 34 y Bosques,35

Djanos inclinarnos a ti en lugares altos,

Bajo los cielos abiertos y las estrellas.

Oh Eterno! Oh tu, vida!

28 Ver III:1

29 Ver XX:19

30 Ver II:23-38

31 Ver XXIX:61

32 Ver IV:19

33 Vers 1, III:107

34 Ver III:117

35 Ver II:25-38

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El Libro De Enoc 3

Tu que eres el ms hermoso y sabio;

La suprema Inteligencia de Sabidura;

La fuente del Justo y del Santo.

El primer principio;

Tu no eres fuego; 36

Tu no eres aire, ni agua, ni elemento alguno,

Sino el Espritu-Esencia del Universo.

En amor,37 en gratitud, en veneracin,

Podemos todos nosotros arrodillarnos ante ti

Agradeciendo al Dador Todopoderoso

De bondad sin fin como el Infinito.

36 Ver I:29

37 Ver XVI:58, 155

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El Libro De Enoc 3

CAPITULO XIII - Temida Recompensa - El Libro - Kolob - Pastores Lobos

LA TEMIDA RECOMPENSA A LOS PODEROSOS

Entonces mir y me volv a otra parte, donde vi un profundo valle ardiendo con fuego,1 y en este valle vi monarcas, pontfices, hombres poderosos, ceidos en hierro fuerte; en grilletes de hierro sin peso.

Entonces habl a su ngel: Quines son esos en grilletes, y porque estn atados? Y l respondi: ellos son los hijos de Azazel;2 ellos son hijos del Infierno, y estn fijados con remaches 3 de condenacin.

Ellos se han arrojado a s mismos en este lugar, para poder cosechar la temida 4 recompensa de sus crmenes; porque ellos llegaron a ser los Malvados Ministros del Mal.

Oh Reyes! Oh Pontfices! Y Uds. Hombres Poderosos! Que se mantienen en lugares altos, si pudieran ver estas cosas! Y pudieran ver al Poderoso 5 en su trono de gloria!

Ellos se mueven en castigo y oscuridad, en Ay, en llanto, en remordimiento, en redes de bronce y remaches de hierro. Los das de su vida han pasado, pero los das de su juicio son sin nmero.

Ellos claman en alta voz al Aguila,6 pero l no los escuch