el humanista bernardino gómez miedes (ca. 1515- 1589) y la

46
23 Studia Hermetica Journal, vol. VI, nº 2 (2016) El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la alquimia Miguel López Pérez ** Universidad Complutense de Madrid * Manuscript received: 7th August 2016. Accepted: 11th December 2016. ** Madrid, Spain ([email protected]) § Inscribed in the ongoing project “Paracelsus Hispanicus”. RESUMEN Bernardino Gómez Miedes fue el primer español que habló sobre Paracelso. Y lo hizo en un ambiente que hemos intentado explicar en este artículo. El oro potable, el húmedo radical y la alquimia fueron algunos conceptos presentes en su trabajo. PALABRAS CLAVE Historia de la Ciencia, Historia de la Alquimia en España, Paracelso. ABSTRACT Bernardino Gómez Miedes was the first Spanish who mentioned Paracelsus. And he did it involved by what we have tried to explain in this paper. Potabile Gold, Humidum Radicale, and alchemy were some concepts he had in mind in his work. KEY WORDS History of Science, Spanish History of Alchemy, Paracelsus. « On avra foi pour tous. Le trop lent galénique Le chimique trop pront, l’imprudent spagirique, Auront chacun leur dupe, et, par divers chemins, Feront expérience aux frais des corps humains, On verra constamment la crainte et la foiblesse Attacher à leur char l’honneur et la richesse. » BAUDERON DE SENECE, A.., Oeuvres choisies de Sénecé, nouvelle édition publiée par MM. Émile Chasles et P.-A. Cappar M. Émile Chasles, París: P. Jannet, 1855, p. 170 : Satires, Les travaux d’Apollon. 1. Introducción El libro Comentariorum de sale libri quinque de Bernardino Gómez Miedes, editado en Valencia por Pedro Huete en 1572 por primera vez con un formato de cuatro libros, y en 1579 por segunda vez, ahora con cinco libros, en mismo lugar y con el mismo editor, hace años que ocupó nuestra atención para la Historia de la Alquimia en España. No obstante, siempre había quedado pendiente un estudio más profundo sobre el mismo, más allá de las notas tomadas en varias consultas. Mientras en el ámbito de nuestra Historia de la Ciencia las referencias actuales son mínimas 1 , algo nada sorprendente por otra parte, un meritorio estudio de la obra, amén del biográfico 2 , culminaba felizmente varias ediciones relativas desde el ámbito de la Filología latina en el año 2003 a manos de Sandra Inés Ramos Maldonado 3 - 4 . Por otra parte, las referencias 1 REY BUENO, M, “Los paracelsistas españoles: medicina química en la España Moderna”, en Más allá de la Leyenda Negra. España y la Revolución Científica, Valencia: Universidad de Valencia-C. S. I. C., 1995, pp. 41-55. Fue un naturalista para Lynn Thorndike (THORNDIKE, L., History of Magic and Experimental Science, Nueva York, Columbia University Press, 1960, 14 vols., vol. 10, pp. 281-282). 2 GÓMEZ MIEDES, B., Comentariorum de sale libri quinque, Introducción, edición crítica, traducción, notas e índices de Sandra Inés Ramos Maldonado, Alcañiz – Madrid: Instituto de Estudios Humanísticos–Laberinto-C. S. I. C., 2003, 3 vols. Las citas tomadas del texto de Bernardino Gómez Miedes para este artículo son todas de la traducción de Sandra Inés Ramos Maldonado y serán reseñadas como RM, indicando a continuación el volumen (I, II ó III), más el apartado (2, 4, 15…) y los puntos de cada apartado. 3 RAMOS MALDONADO, S. I., “La técnica de los parádoxa enkómia como base para la composición y finalidad moral de los Commentariorum de sale libri V del humanista alcañizano Bernardino Gómez Miedes”, en Actas del Primer Encuentro Interdisciplinar sobre retórica, texto y comunicación, celebrado en Cádiz del 9 al 11 de diciembre de 1993, Cádiz: Universidad de Cádiz, 1994,

Upload: others

Post on 30-Jun-2022

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

23

Studia Hermetica Journal, vol. VI, nº 2 (2016)

El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515-1589) y la alquimia*§

Miguel López Pérez**

Universidad Complutense de Madrid

*Manuscript received: 7th August 2016. Accepted: 11th December 2016. **Madrid, Spain ([email protected])

§Inscribed in the ongoing project “Paracelsus Hispanicus”.

RESUMEN Bernardino Gómez Miedes fue el primer español que habló sobre Paracelso. Y lo hizo en un ambiente que hemos intentado explicar en este artículo. El oro potable, el húmedo radical y la alquimia fueron algunos conceptos presentes en su trabajo.

PALABRAS CLAVE Historia de la Ciencia, Historia de la Alquimia en España, Paracelso.

ABSTRACT Bernardino Gómez Miedes was the first Spanish who mentioned Paracelsus. And he did it involved by what we have tried to explain in this paper. Potabile Gold, Humidum Radicale, and alchemy were some concepts he had in mind in his work.

KEY WORDS History of Science, Spanish History of Alchemy, Paracelsus.

« On avra foi pour tous. Le trop lent galénique

Le chimique trop pront, l’imprudent spagirique, Auront chacun leur dupe, et, par divers chemins,

Feront expérience aux frais des corps humains, On verra constamment la crainte et la foiblesse Attacher à leur char l’honneur et la richesse. »

BAUDERON DE SENECE, A.., Oeuvres choisies de Sénecé, nouvelle édition

publiée par MM. Émile Chasles et P.-A. Cappar M. Émile Chasles, París: P. Jannet, 1855, p. 170 : Satires, Les travaux d’Apollon.

1. Introducción El libro Comentariorum de sale libri quinque de

Bernardino Gómez Miedes, editado en Valencia por Pedro Huete en 1572 por primera vez con un formato de cuatro libros, y en 1579 por segunda vez, ahora con cinco libros, en mismo lugar y con el mismo editor, hace años que ocupó nuestra atención para la Historia de la Alquimia en España. No obstante, siempre había quedado pendiente un estudio más profundo sobre el mismo, más allá de las notas tomadas en varias consultas. Mientras en el ámbito de nuestra Historia de la Ciencia las referencias

actuales son mínimas1, algo nada sorprendente por otra parte, un meritorio estudio de la obra, amén del biográfico2, culminaba felizmente varias ediciones relativas desde el ámbito de la Filología latina en el año 2003 a manos de Sandra Inés Ramos Maldonado3-4. Por otra parte, las referencias

1 REY BUENO, M, “Los paracelsistas españoles: medicina química en la España Moderna”, en Más allá de la Leyenda Negra. España y la Revolución Científica, Valencia: Universidad de

Valencia-C. S. I. C., 1995, pp. 41-55. Fue un naturalista para Lynn Thorndike (THORNDIKE, L., History of Magic and Experimental Science, Nueva York, Columbia University Press, 1960, 14 vols.,

vol. 10, pp. 281-282).

2 GÓMEZ MIEDES, B., Comentariorum de sale libri quinque, Introducción, edición crítica, traducción, notas e índices de Sandra Inés Ramos Maldonado, Alcañiz – Madrid: Instituto de Estudios Humanísticos–Laberinto-C. S. I. C., 2003, 3 vols. Las citas tomadas del texto de Bernardino Gómez Miedes para este artículo son todas de la traducción de Sandra Inés Ramos Maldonado y serán reseñadas como RM, indicando a continuación el volumen (I, II ó III), más el apartado (2, 4, 15…) y los puntos de cada apartado.

3 RAMOS MALDONADO, S. I., “La técnica de los parádoxa enkómia como base para la composición y finalidad moral de los Commentariorum de sale libri V del humanista alcañizano Bernardino Gómez Miedes”, en Actas del Primer Encuentro Interdisciplinar sobre retórica, texto y comunicación, celebrado en Cádiz del 9 al 11 de diciembre de 1993, Cádiz: Universidad de Cádiz, 1994,

Page 2: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

24

posteriores al texto, no son muy abundantes5, ni

pp. 234-238. Íbid, “El Liber de sale geniali siue iocoso de Bernardino

Gómez Miedes: ¿una teoría de lo ridículo o un manual de cortesanía?”, en De Roma al siglo XX, Madrid: UNED, 1996, 2 vols., vol. 2, pp. 875-881. Íbid, “La censura en las obras de los humanistas: la edición alemana de los Commentariorum de sale libri V del alcañizano Bernardino Gómez Miedes”, en Humanismo y pervivencia del mundo clásico. Homenaje al profesor Luis Gil, Cádiz: Universidad de Cádiz, 1997, 2 vols., vol. II. 3, pp. 1521-1527. Íbid, “Sen. Tro. 291 en el De sale mystico siue theologico liber del humanista alcañizano Bernardino Gómez Miedes”, en Actas del Congreso Internacional «Bimilenario del nacimiento de Séneca, Córdoba: Universidad de Córdoba, 1997, pp. 645-652. Íbid, “Islamismo y mundo árabe en las obras de los humanistas: los Commentariorum de sale libri V del alcañizano Bernardino Gómez Miedes”, en Estudios de la Universidad de Cádiz ofrecidos a la memoria del Profesor Braulio Justel Calabozo, Cádiz: Universidad de Cádiz, 1998, pp. 179-191. Íbid, “La recepción de Plutarco en la obra de Bernardino Gómez Miedes: Erasmo como fuente intermedia de Quaest.conu.5, 10 (Mor. 684 e – 685 f)”, en Plutarco, Dioniso y el vino. Actas del VI Simposio español sobre Plutarco. Cádiz, 14-16 de mayo de 1998, Cádiz: Ediciones Clásicas, 1999, pp. 399-410. Íbid, “Bernardino Gómez Miedes”, en Los humanistas Alcañizanos y su tiempo. Exposición bibliográfica, Alcañiz: Instituto de Estudios Humanísticos, 2000, pp. 125-140. Íbid, “El Nuevo

Mundo en los Commentariorum de sale libri V del humanista alcañizano Bernardino Gómez Miedes”, en Acta Conventus Neo-Latini Abulensis. Proceedings of the Tenth International Congress of Neo-Latin Studies, Ávila: Tempe, 2000, pp. 533-542.

4 Agradezco a Sandra Inés Ramos Maldonado los comentarios recibidos sobre varios aspectos de esta obra. Las citas de Comentariorum de sale libri quinque en castellano están todas tomadas de su edición.

5 SCHOTT, A., Hispaniae Bibliotheca seu de Academicis ac Bibliothecis. Item Elogia et Nomenclator Clarorum Hispanice Scriptorum qui Latine Disciplinas omnes illustrarunt philologiae Philosophiae Medicinae Jurisprudentiae ac Theologiae, Francofurti:

apud Claudium Hernium & haeredes Joan. Aubrii, 1608, p. 589. CLIMENT, D., Bibliothèque Curieuse, Historique et Critique, ou Catalogue Raissoné des livres dificiles à trouver, Leipzig : Jean Fred. Gleditsch, 1760, volumen 9, pp. 229-230. VILENBROEK, G., Bibliotheca Vilenbroukiana, sive Catalogus librorum quos collegit Gosuinus Vilenbroek in três partes divisus, Amstelodami : Westenios & Smith, 1729, volumen 2, p. 80. FREYTAG, F. G., Analecta litteraria de libris Rarioribus, Leipzig : in officina Weidemanniana, 1750, p. 391. JONSTON, J., Historiae Naturalis De Quadrupedus Libri, Frankfurt-Main : M. Merian, 1652, p. 61: “…atque etiam salinis sunt circumfusi, sese reperisse et gustasse tradit Gomesius.” Ibid, J., Historiae Naturalis De Avibus Libri VI cum aeneis figuris, Frankfurt-Main : M. Merian, 1650, p. 88. BURTON, R., The Anatomy of Melancholy, Londres, 1638, First Partition, Section III, Memb. III: Immediate cause of these precedent Symptoms: “The cause that it often affects melancholy men so much, is given by Gomesius, lib. 3. de sale genial. cap. 18. abundance of pleasant vapours, which, in sanguine melancholy especially, break from the heart”. Con nota al margen h: “Diaphragma titillant, quia transversum et nervosum, quia titillatione moto sensu atque arteriis distentis, spiritus inde latera, venas, os, oculos occupant”. BROWN, T., The Garden of Cyrus or The Quincunciall, or Lozenge, or

tampoco las monografías sobre la sal6, si bien no podemos olvidar la traducción al alemán que hiciera Peter Uffenbach, siguiendo la primera edición7. Pero, más allá de su indudable interés filológico como obra del Humanismo español del siglo XVI, hemos de insistir en la importancia que también tiene para la Historia de la Ciencia peninsular. Bernardino Gómez Miedes8 se convierte en el primer crítico español de Paracelso; es el primero, que tengamos constancia hasta hoy, que nombra al médico suizo. Además, se sitúa abiertamente en su contra (anti-paracelsista) en unos momentos decisivos del Paracelsismo. Si todo esto aún no fuera meritorio de nuestra atención, también encontramos referencias varias a otros aspectos relevantes de la Historia de la

Network Plantations of the Ancients, naturally, artificially, mystically considered, Londres: H. Brome, 1658, cap. 3:

He that would exactly discern the shop of a Bees mouth, need observing eyes, and good augmenting glasses; wherein is discoverable one of the neatest peeces in nature, and must have a more piercing eye then mine; who findes out the shape of Buls heads, in the guts of Drones pressed out behinde, according to the experiment of Gomesius; wherein notwithstanding there seemeth somewhat which might incline a pliant fancy to credulity of similitude. Con nota: “Gom. De Sale”.

6 GLAUBER, J. R., Tractatus De Natura Salium. Oder Außfürliche Beschreibung deren bekanten Salien, unterscheiden Natur, Eigenschafft, und Gebrauch, und absonderlich von Einem, der Welt noch gantz umbekantem wunderliche Saltze, Ámsterdam: Janson, 1652. WILLE, M., De salis origine, ejusque incremento, accremento et decremento. Tractatus philosophicus. Das ist. Von des Saltzes und seiner Quellen Uhrsprunge, Fort-, Aus- und Endlichen Untergange. Wobey mit angefügt Nützliche Anmerckungen, so bey und auff Bergw. können observiret werden, ingleichen Vera virgulae mercurialis relatio. Das ist Wahrhafftiger und grundlicher Bericht von der Wünschel-Ruthen, Jena: Johann Gollner für Gottfried Schmiedt, 1684. UNTZER, M., Matthiae Untzeri... Physiologia Salis. Seu, De Salis Natura, Eiusque Prima Origine, Differentiis, Proprietate atque usu, Halle: Saale, 1624. Además de Plinio y otros, ya Alberto Magno escribió sobre la sal en los términos que aquí nos interesan. ALBERTO MAGNO, De mineralibus, Augustae Vindelicorum: Sigismundi Bridl, 1519, Libro V, capítulo II: “De natura salibus & speciebus & modis”.

7 UFFENBACH, P., Alographia siue Diascepseon de sale libri quatuor. Quorum 1. est de sale physico seu philosophico. ... à Bernardino Gomesio Miede, primùm summa cum diligentia conscripti & publicati. Nunc vero denuo revisi, in certa quædam capita distincti, duplicique indice locupletati per Petrum Vffenbachium reip. Francifurtensis medicum ordinarium, Ursellis: ex officina typographica Cornelij

Sutorij, sumptibus Ioan. Berneri Francofurtens. bibliop., 1605.

8 Los datos biográficos más completos están en RM, I, XIX-LXX. También, aunque escasos, en ALMAGRO, M., “Breve biografía, y obras, del escritor Bernardino Gómez Miedes”, en Teruel, 4

(1950), pp. IX-XII.

Page 3: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

25

Alquimia, como al oro potable, a los charlatanes y pseudo-chimicos, a los alquimistas y a conceptos por ellos usados como el calor innato y el calor natural. Todo ello sin olvidarnos del asombroso relato que nos da sobre una estafa a cuatro españoles engañados por una supuesta transmutación alquímica. Lo que ahora presentamos es una ligera profundización de esta conexión entre Bernardino Gómez Miedes y la Alquimia a partir de tres puntos y su contextualización histórica. El primero de ellos será a partir del relato del fraude alquimista. El segundo tendrá como núcleo sus referencias a Paracelso; y el tercero tratará de definir su postura hacia la Alquimia. De esta manera, esperamos contribuir mínimamente a una mejor comprensión del pensamiento de este autor y, por extensión, del Humanismo médico peninsular en la segunda mitad del siglo XVI, para su mejor inserción en los estudios del Humanismo y la Medicina en la Europa moderna9. 2. El engaño de una supuesta transmutación alquímica Antes de continuar, leamos el relato en cuestión10:

Y sobre esta cuestión relataré con toda fidelidad los prodigios que no solo oí, sino que realmente vi realizar con mis propios ojos, dignos de risa no menos que de imprecación. Hace unos años, pues, mientras yo vivía en París, también estaba allí cierto erudito, no importa su nombre, que yo conocía bastante y de edad ya madura, muy docto y versado en todo tipo de conocimientos científicos, pero aunque era de ingenio bastante agudo para la simulación, es verdad que para la persuasión fue más sutil que lo conveniente. Y aunque estaba implicado en varias actividades, no obstante, con la química, que ejercía en secreto, se deleitaba asombrosamente. Éste era, desde la niñez, amigo íntimo muy grato y apreciado del rey de los galos, Francisco, y en el tiempo en el que estaba en su apogeo en Bélgica

9 SCHMITZ, R. y KEIL, G., Humanismus und Medizin, Weinheim, 1984; WEAR, A, FRENCH R. K. y LONIE, I. M., The Medical Renaissance of the Sixteenth Century, Cambridge, 1985; SIRIASI, N.

G., “Medicine, physiology, and anatomy in early sixteenth-century critiques of the arts and sciences’”, en New Perspectives in Renaissance Thought: Essays in the History of Science, Education, and Philosophy, Londres, 1990, pp. 214-219.

10 RM, II, 18. 5 a 13.

aquella guerra duradera y mortal promovida en el año 1542 por el propio Francisco y consolidada por el César Carlos V, aquél se marchó de Francia a Bélgica. Haciéndose pasar por español confiado en su dominio de esta lengua, pimero se dirigió a Lovaina –donde yo mismo me había retirado un poco antes expulsado de Paris por causa de la guerra- luego a Amberes, donde alquiló una casa y construyó secretamente en ella una fragua y demás utensilios químicos. Tras invitar entonces a unos amigos y en especial a cuatro españoles muy ricos conocidos por él, empezó a reprobarles su lentitud en hacer negocios y a animarlos a ganancias mayores. Lo cierto es que les confesó que tenía una técnica con la que en poco tiempo, con ganancia y sin el riesgo de viajar por mar, ellos podían enriquecerse muchísimo e incluso superar las riquezas de Midas y Craso sin ninguna dificultad, y que él estaba dispuesto a demostrarlo con un experimento visible, si le prestaban quince monedas de oro de buena y probada ley. Al punto le proporcionaron la cantidad exacta de muy buen grado. Después de recibir el dinero, ordena que le sea traído uno cualquiera de los criados de los mercaderes, al que, tras entrar y haberle desembolsado sólo dos reales, le dice: “Ve a la primera farmacia que encuentres y pide una piedra que se llama onastros, que aunque sea más barata, no obstante, para comprarla con mayor rapidez paga lo que te pidan”. Y en el momento de marcharse le dice: “!Oye!, para que no nos hagas esperar mucho, ve directamente a la que está enfrente de la puerta mayor del tempo. Pues ayer vi que en esta tienda estaban expuestas a la venta unas piedra de este tipo mucho mayores que en otro lugar”. Con astucia, pues, y con mucha cautela, él había maquinado todo el plan. Había cogido un bloque de treinta libras de oro de muy buena ley y, dándole forma de piedra, procuró pintarla y recubrirla de colores variados y así se la entregó a ese mismo farmacéutico que conocía, casualmente cómplice del engaño y partícipe de los beneficios, después de darle la contraseña para que a cualquier que le pidiera una piedra de onastros se la mostrara por muy barato que fuera el precio propuesto. De este modo la piedra fue entregada al criado cuando se presentó y llegó a las manos del “archialquimista” (pues merece este título). Entonces aquél muestra la piedra y pronunciando grandilocuentes palabras sobre ella, ordena encender el horno, sacar las ollas, colocar los instrumentos, incluso empezó a aplicar ungüentos sobre la piedra y a lavarla. Por último, mordía con los dientes las

Page 4: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

26

monedas de oro que le habían ofrecido y golpeándolas con un pequeño martillo, entre murmullos de palabras, las iba echando en la olla. Con estos movimientos mantenía los ojos de sus espectadores no sólo atentos sobre él, sino casi pegados. Ellos, guiados por una avaricia ciega, examinaban con curiosidad la piedra, se quedaban sumamente atónitos, la esperanza y a la vez la expectación crecía en ellos, se animaban unos a otros y gritaban que no había que dudar del experimento. Cuando, por fin, las monedas de oro fueron mezcladas con la piedra también de oro, sacado todo el bloque y tamizados los colores mediante el fuego, el mismo bloque ya no representaba a una piedra, sino oro absolutamente puro. Y al punto dos de los mercaderes la llevaron a unos orfebres y, tras aprobar que era de muy buena ley, se encontró que tenía tres veces más de oro purísimo y de primera ley. Y después de llevar esta noticia a la casa y cerrar la puerta tras ellos, todos empezaron a saltar de alegría y a brincar de gozo. Por lo cual, obligándose en primer lugar y mutuamente a jurar que no revelarían a nadie este secreto tan importante, al momento pensaron que el experimento, que tenían más que comprobado, no debía repetirse más con diez o cien monedas de oro, sino con mil, o más. Y consagrándose ya por completo al archialquimista como si de un segundo Plutón, dios de las riquezas, se tratara, le pidieron con ruegos que repitiera el experimento con mil monedas de oro ofrecidas por cada uno, pues si salía bien, ya no se haría más el experimento con mil, sino con diez mil. Aquél respondió lentamente y con palabras más grandilocuentes que antes, al final asintió y bajo el crepúsculo de la tarde ordenó que le llevaran las monedas y le fueran entregadas cuatro mil de oro, y me sirven de testigos los que me lo contaron. Él las cogió y pidió que le dieran todo un día para prepararlas, despidió a los mercaderes y al punto, tan pronto como oscureció se marchó a todo galope con los caballos que había ordenado que se aprestaran de antemano y se dirigió lo más rápidamente posible a Francia a por fin llegó sano y salvo a París. Pues gracias a los destacamentos con los que habían reforzado la frontera de Francia a causa de la guerra, se escapó de los mercaderes que andaban persiguiéndole. Por esta razón el infeliz arte se convirtió en pillaje por ser incierto. ¿Acaso, pues, se ha encontrado alguien más ingenioso para urdir mentira o más parecido a Mercurio, mejor dicho, más habilidoso para atraer al fraude variada y sutilmente que este singular alquimista, ya sea porque robó de manera delicada a los mercaderes con

palabras semejantes al caduceo, ya sea porque, mientras se esperaba el éxito garantizado del experimento, desapareció súbita y repentinamente?

Supuestamente, los hechos relatados ocurrieron entre 1542 y 154411 y los mismos ya llamaron la atención del Jesuita Martín Del Rio (1551-1608) en sus Disquisitionum Magicarum libri sex, noticia que también da François Sécret12. En primer lugar hay que dudar de la autenticidad del relato tal y como es expuesto por el autor, porque sus palabras nos llevan a la confusión al decir primero que los sucesos los vio el autor13. Así mismo, bien pudiera ser que fuera una adaptación hecha por Bernardino Gómez Miedes de una estafa clásica. Hay varios ejemplos, no ya similares, sino idénticos, algunos de los cuáles llegaron hasta el siglo XIX en forma de cuento divertido14. De una similitud desconcertante encontramos la narración de Jeremías Medero y que recogiera Theodor Zwinger (1533-1588) en su Theatrum humanae vitae:

Chimistae duo societate inita inter se pacti fuerant, ut alter auri conficiundi rationem se habere profiteretur, alter sub circunforanei mercatoris specie inter caetera exotica, scobem auri nigerrimam, pro lunariae cuiusdam pulvere venderet. Prior marchionem Badensem Ernestum convenit, promissis magnificis circumvenit. Constitutis rite ómnibus, chymista inquit. Res nobis deest unica, à pharmacopoeo quonis, vel rhizotomo petenda. Res à Doctoribus appellatur voce ut videtur Arabica. Commodum interea socius sub rhizotomi habitu ad portas arcis merces suas exposuerat. Accurrit principis iussu puer, pulverem

11 RM, I, XXVIII-XXX.

12 Advirtiendo contra estas decepciones, da dos ejemplos. Uno del caso de Gómez Miedes y otro de Marco Bragadino: “Deceptorii effectus duae Historiae occurrunt, prior praestigiatorius diabolicus: posterior ad deceptorios & emunctorios per humanam calliditatem pertinet”. DEL RIO, M., Disquisiitionum Magicarum Libri sex, Lugduni: Ioannem Phillehotte, 1612, pp. 38-39. SECRET, F., "Un voyageur espagnol en France au temps de François 1er", en Bibliothèque d'Humanisme et Renaissance, XXXII-3 (1970), pp. 627-634.

13 “De qua re, non audita solum, sed visa profectum...” Libro 2, 18, p. 169, Valencia, 1579.

14 BOIRA, R.: El libro de los cuentos, Madrid, 1862, 3 vols, vol. 2, pp. 279-282, plagiado en PALACIO, M. y RIVERA, L., Museo cómico o tesoro de los chistes, Madrid: Guijarro, 1863-4, 2 vols., T.II,

pp. 579-581.

Page 5: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

27

res dictum petit. Expromit alter ex obsoleta pyxide puliere pro uno solido, tamquam rem utilisimam, addito etiam superpondio. Eum pulverem mercúrio inspergit chymista. Massa eximitur, auri momentum habere dereheiditur. itaque non spernendo donatus munere disceslit. Marchio ad unam reversus chrysopoeiam, pulvere prope absumpto, cum eum frustra in omnibus vicinis pharmacopolis quae siviffer, resíduo ad ignem explorato, auri scobem esse desprehendit. Hieremiae Mederi acroama.”15

También tenemos la traducción de este último relato que hizo Benito Jerónimo Feijoo:

Algunas veces proceden con tan doblada simulación estos embusteros, que engañarán al hombre más advertido. Sirva de ejemplo el suceso siguiente. Un Químico se presentó en el Palacio de Ernesto, Marqués de Baden, ofreciendo a aquel Príncipe hacer oro en su presencia. Tratándose de la ejecución, dijo que no tenía la materia de se hacía; pero que eran unos polvos de poco precio, que se hallarían en cualquiera Botica, o tienda de Droguista. Dijo cómo se llamaban; salió un criado del Marqués de orden suyo, a buscarlos. La primera tienda que encontró fue la de un Droguista extranjero que había expuesto sus Mercaderías a las puertas del Palacio. Preguntóle si tenía tales polvos, respondió que sí, y le vendió alguna cantidad en tan bajo precio, como si fuesen de salvadera. Llevólos al Quimista, el cual poniéndolos al fuego, y mezclando un poco de azogue, sacó al fin un pedazo de oro. Gratificóle magníficamente el Marqués por el gran secreto que le había revelado; y queriendo después ejercitarle por sí mismo, solicitó mayor cantidad de aquellos polvos; pero en ninguna Botica parecieron, ni se halló Boticario, ni Droguista que no dijese que jamás había oído la voz con que el Quimista los había nombrado. El Droguista que estaba a la puerta de Palacio, y de cuya tienda se habían sacado, ya se había desaparecido. Asimismo el Quimista ya se había ido a engañar a otra parte. Súpose en fin, que el Quimista, y el Droguista eran compañeros, y obraban de concierto: que con designio formado había puesto su tienda el Droguista en paraje tan oportuno, para que luego se tropezase con él, al tiempo que el Quimista usase de su farándula; y en

15 ZWINGER, T., Theatrum humanae vitae, Basileae, Eusebium Episcopium, 1586, vol. XX “De mechanicis Habitus”, libro III, p. 3709.

fin, que los polvos, vendidos en tan vil precio para disimulo, eran de oro, mezclados, y ofuscados con arte. Refiere Beyerlinck16 este chiste, citando a Jeremías Medero; y el Padre Gaspar Scotto cuenta otro semejantísimo a este17, que pasó en Bruselas.18

Sin embargo, de lo que no podemos dudar es de la existencia frecuente de muchos testimonios de fraudes semejantes, no ya en el siglo XVI, sino desde el siglo XI, cuando Giorgius Cedrenus nos advierte de estas imposturas:

Quidam ex forum numero, qui Chemicam artem profitentur, calidus hominum oculos imposturam praestingere, argentariis allisque absulti manus pedesque statuarum, & alia aurea, dicens se thesaurum represisse: multosque ita deceptos ad paupertatem redegis. Famam vulgatam capius, & ad

16 Nótese que Feijoo nunca ha citado la obra de Theodor Zwinger, sino a Lorenzo Beyerlinck (1578-1627) y a su texto homónimo (BEYERLINCK, L., Magnum Theatrum Vitae Humanae: Hoc Est, Rerum Divinarum, Humanarumqve Syntagma Catholicum, Philosophicum, Historicum, Et Dogmaticum: Ad normam Polyantheae universalis dispositum, Lugduni: Sumptibus Ioh. Ant. Huguetan, & Marci Ant. Ravaud, 1631, 8 vols., vol. 2 [Continens Literas C-D], p.

206). Estamos ante uno de los plagios más desvergonzados de la historia de la cultura. El canónigo de Amberes Beyerlink no solo le “robó” el libro entero a Theodor Zwinger, sino que tachó cuanto no le interesó y mezcló el resto con la mitad de textos sacados de autores católicos, como el funesto Del Rio (que repite la operación con Bernardino Gómez Miedes, como hemos visto) y otros. Además, al ponerlo en orden alfabetico, le quito toda la fuerza probatoria que Zwinger había dado a su Theatrum. GILLY, C., “Il Theatrum Humanae Vitae di Theodor Zwinger: da una

“historia naturalia” dell’uomo ad un <Novum organum> Della scienze”, en Magia, Alchimia, Scienza dal ‘400 al ‘700. L’influsso di Hermete Trismegisto, Venecia-Amsterdam, 2002, vol. 1, pp. 253-

264. Agradezo a Carlos Gilly sus muy clarificadores comentarios al respecto. En este caso concreto, la copia del relato de Zwinger es literal en el texto de Beyerlinck.

17 Cuenta cómo distinguir el oro puro del que no lo es en SCHOTT, G., Magia universalis naturae et artis, Francofurti: Joh.

Martini Schönwetteri, 1677, pp. 357-359. dice que son “avaros et ioco-seriorum”.

18 FEIJOO, B. J., Teatro crítico universal, Madrid: Pantaleón Aznar,

a costa de la Real Compañía de Impresores y Libreros, 1777, tomo tercero (nueva impresión, en la cual van puestas las adiciones del Suplemento en sus lugares), discurso octavo (“Piedra filosofal”), pp. 182-183. El hecho de tomar por referencia a Beyerlinck por parte del Padre Feijoo, toda una grave negligencia, no hace sino aumentar las críticas que debió, y debe recibir, especialmente sobre la calidad de su trabajo y la intencionalidad del mismo. Hago extensible esta negligencia a la carencia de una crítica, siquiera mínima, en la Historiografía actual sobre el Padre Feijoo relativa a estas cuestiones.

Page 6: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

28

Anastasium perductus, frenum equi ex sólido auro constatum ac margaritis confertum obtulit, sed Imperator frano accepio.19

De la magnitud cotidiana y de presencia habitual de la Alquimia en los ámbitos sociales más populares hay varios testimonios. El número de personas autotitulados alquimistas que rondaban los núcleos urbanos europeos a lo largo del siglo XVI fue, en ocasiones, bastante notorio. Su “profesión” les hizo ser vistos por la mayoría como unos falsarios a la espera de embaucar al crédulo, ya fuera éste rey, noble o un simple ciudadano. París, durante prácticamente todo ese siglo, estaba “infectado” de alquimistas de toda índole. El alquimista Denis Zechaire (1510-1556), al llegar a esta ciudad “al día siguiente de todos los santos” del año 1546, la describió como “un hormiguero de alquimistas”, a pesar de ser él uno de ellos20. No menos famoso fue un tal Gulielmo Constantino, un “soplador” o “flator”, cuyas célebres artes en la Alquimia por toda Francia le hicieron, a ojos de los demás, socio del mismo diablo según nos cuenta Jean Bodin (1530-1596):

Flatores etiam Chymici plerique animadvertentes se ad lapidem philosophalem (quem vocant) pervenire non posse, familiareis spiritus solent consulere. Sed ex Constantino (qui inter peritissimos Pyrotechniae & artis metallicae in Gallia numeratur, estq in toto regno celeberrimus) audivi socios ipsius, cum perdiu flantibus nulla spes speciesuè boni ostenderetur, consilium à diabolo petivisse recténe facerent, & rem

19 CEDRENUS, G., Georgii Cedreni Annales, sive historiae ab exordio mundi ad Isacium comnenum usque compendium: nunc primum liberalitate magnificorum ac generosorum DD. Marci & Ioannis, Antonij FF. Fvggerorvm &c., graecè & latine editi / Gvilielmo Xylandro ... interprete, qui annotationes etiam addidit & tabellas chronologicas; accessit rerum & uerborum toto opere praecipue memorabilium copiosus index, Basilea: Ioan. Oporinum et Episcopios fratres, 1566, p. 86.

20 ZECHAIRE, D., Opuscule très excellent de la vraye philosophie naturelle, Amberes : Guillaume Sylvius, 1567. La biografía está al

principio del tratado. Ver también: TENNEY, D., “The autobiography of Denis Zachaire”, en Isis, 8 (1925), pp. 287-299.

“…pour recouurer trois ou quatre cés escuz, & qu’il en forniroit autant, pour m’en aller demourer a Paris, ville auiourd’huy la plus frequentée de divers operateurs de cette science, que autre qui sois en toute l’Europe, & la m’acointer avec tant de façon de gens, pour travailler avec eux que ie rencontrasse quelque chose de bon, pour le departir entre nous deux comme freres.”

ZECHAIRE, D., Opuscule…, París : Benoist Rigaud, 1574, pp. 27-

28.

optatam confecturi essent: illum verò unico respondisse, travaillez, laborate: hoc ex hilaratos flaturos fuiste nisi Constanitinus dixisset ipsis hunc esse morem Satanae ut ambigua responsa edad, illud autem verbum laborate innuere abriciendam esse Alchymiam, & in laborem aliquem ac honestam artem utilis ad vital scientiae incumbendum: hominis piurè dementes esse, siquis cogitaverit tam brevi temporis spatio aurum effingere, in quo efficiendo natura annos amplius mille solet consumere.21 Traducción: La mayoría de los sopladores alquimistas, como ven que ellos no pueden venir a hacer la piedra filosofal, piden consejo a los espíritus, que ellos llaman familiares. Pero yo sé por Constantino, estimado entre los más grandes sabios de la Pirotecnia, y el arte del metal que hubo en Francia, y que es muy conocido en este reino, que sus compañeros habían soplado durante mucho tiempo sin ninguna apariencia de beneficio, pidieron consejo al Diablo si ellos lo hicieron bien, y si ellos lo lograrían. Él respondió en una palabra: trabajar. Los sopladores, pues, siguieron y soplaron pensando que ellos multiplicarían todo en nada de tiempo, y siguieron soplando aún cuando Constantino les dijo que Satán siempre deba sus oráculos con doble sentido, y que esa palabra trabajar, quiso decir, dejaros de la alquimia y emplearos en el trabajo, y al honesto ejercicio de alguna buena ciencia para ganaros la vida, y que era toda una mentira pensar en hacer oro en poco tiempo, ya que la naturaleza emplea miles de años.

Y para un fraile simplicista italiano que visitó Francia, el “problema” se extendía ya a toda Europa hacia 1587, según nos dice indignado:

El mundo está lleno de falsos alquimistas. A los señores, los gentilhombres, los mercaderes y las gentes de baja clase, les prometen enriquecerles en poco tiempo, enseñarles los medios de congelar el mercurio, de cambiar el plomo, el estaño, el hierro, el mercurio en plata u oro.22

21 BODIN, J., Io. Bodini Andegavensis De Magorum Daemomania Libri IV, Basileae: Thomam Guarinum, 1581, Libro III, capítulo III, p. 261.

22 Le monde est rempli de faux alchimistes. Les signeurs, les gentilhommes, les marchands et les gens de basse clase, en leur prometant de les enrichir en peu de temps, en et leur enseignant les moyens de congeler le mercure, de changer le plomb, l’étain, le fer, le mercure en argent ou en or.

Page 7: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

29

La Alquimia, la promesa, o más bien el afán, de poseer oro provocó dos cosas. Por un lado, fomentó la existencia de muchos falsarios; y, por otro, fue la causa de muchos crímenes. En cuanto a los primeros, extendieron la imagen de falsedad a la propia Alquimia y a todos sus practicantes23. Este hecho, además, impulsó el número de los que se pronunciaban en su contra desde los primeros instantes de la Edad Moderna, opiniones difundidas mejor ahora, vía la recién creada imprenta24. El trabajo, la paciencia, incluso el veneno, la tortura y la muerte fueron válidos para obtener el secreto de la Piedra Filosofal. Sebastián Siebenfreund obtuvo tal secreto cuando un monje moribundo le dio unos manuscritos. Al poco, fue asesinado en Hamburgo por Leonhard Thurneysser (1530-1595) y dos amigos, quienes le robaron los manuscritos25. Lo mismo le ocurrió al alquimista Montesnyder, asesinado por su “amigo” Marco Bragadino, a su vez decapitado en Munich en 1590. Y, para que no falte de nada, el duque Jules de Brunswick metió en una jaula de hierro a una mujer alquimista que no pudo lograr lo prometido26. Incluso los mejores médicos del momento cayeron en los engaños de estos

QUATTRAMI, E., La vera dichiarazione di tutte le metafore di gli antichi filosofi alchimisti, ove con un breve discorso della generazione dei metalli secundo i principii della filosofia, si mostra l’errore e ignoranza (per non dir l’inganno) di tutti gli alchimisti moderni, Roma, 1587. Las palabras están tomadas del prefacio dedicado al papa Sixto V (1585-1590). Citado por HOEFER, M. F., Histoire de la chimie, París: Hachette, 1842, vol. II, p. 129.

23 Sobre estas cuestiones: NUMMEDAL, T., Alchemy and Authority in the Holy Roman Empire, Chicago: University of Chicago Press, 2007, capítulo 2 (“The Alchemist’s personae”), pp. 40-72.

24 Asi lo hicieron Sebastián Brandt y Enrique Cornelio Agrippa. BRANDT, S., Stultifera navis Narragonice, Basileae: Bergman de Olpe, 1498, p. CXVvo: De falsariis: “De falsariis & fraudulentia.

Alchimia docet fallax: corruptio vini & quas fraudes hominum perfidus orbis Amat. Ómnibus in rebus fraudes falsique, dolique cuncta scatent vitio: tuta nec ulla fides.” AGRIPPA, E. C., De incertitudine & vanitate scientiarum & artium, atque excellentia verbi dei, declamatio, París: J. Petrum, 1531, pp. CXXXIIII- CXXXVI.

25 BUGGE, G., Der Alchimist. Die Geschichte Leonhard Thurneyssers, des Goldmachers von Berlin, Berlin: Limpert, 1939. SPITZER, G., Und die Spree führt Gold. Leonhard Thurneysser zum Thurm. Astrolog, Alchimist, Arzt und Drucker in Berlin des 16. Jahrhunderts, Beiträge aus der Staatsbibliothek zu Berlin Preussische Kulturbesitz, Berlin,

1996.

26 FIGUIER, L., L’Alchimie et les alchimistes, París : Hachette, 1860,

p. 183. Sobre la alquimista: NUMMEDAL, T., “Alchemical Reproduction and the Career of Anna Maria Zieglerin (c. 1550-1575)”, en Ambix, 49 (2001), pp. 56-68.

embaucadores, como le ocurriera al mismísimo Juan Fernel, el “nuevo Galeno” (1497-1558)27. Además, independientemente de París, Francia, o el siglo XVI, parece que durante el reinado de Francisco I (1494-1547) las noticias relacionadas con este rey y la Alquimia, además de alquimistas fraudulentos tuvieron un auge inaudito28, así como ocurriera con otros reyes franceses previamente:

Il est vrai qu’elle ne la dut qu’à un préjugé. Les Alchimistes, en cherchant á transmuter tous les métaux en or, avaient relevé beaucoup l’importante de ce métal. Non-seulement c’était á leurs yeux la source des richesses ; mais ils y voyaient de plus le reméde universel pour toutes les maladies. Beaucoup de gens s’appliquèrent donc à dissoudre ce métal & le rendre potable. Il existe une quittance de Ferrault de Bonnel, Alchymiste de Louis XI, pour une certaine somme payée l’an 1483, en remboursement de quate-vingt-seize écus d’or, vfielz, qu’il a mis pour ledit Seigneur Roy à faire certain breuvage appellé AURUM POTABILE, à lui ordonné pour

27 Así nos lo cuenta el alquimista Blaise de Vigenére (1523-1596): “Ce fut quelq’un qui se mocqua de Dioscoride en luy enseignant cette traditive: comme feu Mollans grand Alchimiste fit à Monsieur Fernel, lequel s’estant mocqué de luy, il voulut avoir sa revanche en luy enseignant tout le rebours, je ne scay quoy de l’argent vif, qu’il a mis en son second livre De abditis rerum causis. VIGENERE, B., La Suite de Philostrate, París : A. Langellier, 1603, p. 135vo. MATTON, S., « Fernel et les alchimistes», en Corpus, VII

(2002), p. 135-194. Fernel dedica a exponer toda su opinión en el capítulo XVIII de su Abditis y, cómo no, se hace eco de los fraudes. FERNEL, J., Io Fernelli Ambiani De abditis rerum causis libri duo, postremo ab ipso authore recogniti, París: A. Wechelus, 1564, p. 143: Metalla, lapides & stirpes essentiæ suæ formam à coelo habent. Y en el libro 2, página 413: “La Piedra Filosofal, el elixir arábigo no se obtiene del azufre, ni del mercurio, sólo del oro, lo que provoca muchos fraudes.”

28 CARDANO, H., De rerum varietate, Lugduni: Stephanum

Michaelem, 1580, libro 1, capítulo VI, p. 59:

Hoc inventum placuit distincte enarrare, quod acceperim Franciscum primum, Galliae regem, quingentis aureis donasse artificem, quamvis tam simplici industria. Plus tamen (ut áudio) posuit hac in causa Regis egrégia liberalitas, quam vulgaris inventio [en referencia a un invento para potabilizar el agua del mar] detraxerit authori. Atq; utinam hic rex, relictis bellis, totum se virtutibus, quibus natus erat, tradidisset.

También en ZWINGER, T. Op. cit, nota 18, p. 3709, y, cómo no, su indigno copiador BEYERLINCK, L., op. cit, nota 19, p. 205:

Haud ita pridem in Gallia quidam ex infima plebe homo mira ingenii sagacitate rationem excogitavit qua ex metallo quolibet aurum fecerneret, aquae vi, quam inde chrysulcam nuncuparunt. Nam officina haec Chrysolipsium dicitur, artifex ipse Chrysoplyntes. Ex Guilielmo Constantino.

Page 8: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

30

médecine. Les Dispensaires anciens ne manquent pas d’enseigner la recette de ce prétendu remède ; ce qui doit étonner, on la trouve dans celui qu’a aujourd’hui encore la Faculté de Médecine de Paris, est-il surprenant après cela que le peuple, dont le propre est d’adopter avec une crédulité aveugle, toutes les erreurs des Charlatans, parle toujours avec les plus grand respect de l’or potable, quoique ce mot ne soit pour lui qu’une énigme. Il y eut des Alchymistes qui poussèrent la folie jusqu’à vouloit imprégner d’or l’eau qu’on employait habituellement pour boisson. C’est ce qu’enseigne le Propriétaire, ouvrage traduit en français, pour le Roy Charles V. Prenez platines d’or bien échaussées dedans le feu, dit-il, & les mortifiez quarante fois dedans l’eau de bon puits ou fontaine ; & soit gardée nettement en une phiolle de verre pour la boire pure ou de bon vin. Quelques-uns, dans l’ésperance que s’ils pouvaient faire avaler le métal à un malade, ils se guériraient infailliblement, semaient de la poudre d’or sur ce qu’il mangeait. D’autres en fin faisaient gober des pillules de cette poudre à des chapons ; comme si l’animal eût digéré & changé en sa propre substance cette matière divine, ils l’employaient ensuite lui-même e bouillons. Les préjugés augmentèrent encore au XVIe siècle car les prétendus miracles qu’annonça. Paracelse, Ce charlatan qui se vantait de pouvoir prolonger la vie à son gré, & qui mourut dans un âge peu avancé, assurait avoir guéri des lépreux avec de l’or. En conséquence, on ne vit plus que des elixirs d’or, des teintures d’or, des gouttes d’or, &c. cependant, il se trouve quelques Médecins sensés, tels que Colin, Courtin, & autres, qui écrivirent pour détruire l’erreur générale, & Palissi lui-même, cet homme qu’un bon sens exquisis & des connaissances physiques acquises par la seule étude de la Nature, élevaient au-dessus de son siècle, publia un traité pour le réfuter29 .

Eso por no hablar de que incluso hubo algunos que atribuyeron el feliz final de las negociaciones de la guerra con Francisco I de Francia a un alquimista:

La nuéstra está ya cansada, bengamos al fin d'estos negoçios, y dígo que yendo Carlos a encontrarse con París, se trató de medios de paz, pero no por la orden y manera que el Jouio lo quenta, porque es menester tener grande advertençia con este hombre, para que

29 LEGRAND D'AUSSY, P. J.-B., Histoire de la vie privée des Français depuis l'origine de la nation jusqu'à nos jours, París : Ph.-D. Pierres,

1782, 3 vols., vol. 3, sección 6ª: “Liqueurs spiritueuses”, pp. 73-75.

no engañe su Ystoria y quente lo contrario de lo que pasa. Y así dize que a Vertouila, françés, que fue pleso en Líni, quando fue suelto le dixieron el marqués Jacobo de Médicis y Françísco de la Somalla, millanés, que el Emperador andaua ya enfadado de aquella guerra y que si el rrey le pidiese paz, se la daría con honestas condiçiones y por eso que se tratasen con los françeses d'ello, y que éste fue el comienzo de la tratanza de paz en tiempo de tanta guerra y que se concluió la paz más fáçilmente / porque la rreina de Françia embió a frai Grabiel de Guzmán, estudiante en París, con cartas a su hermano suplicándole por la paz para su marido. Y pasa todo al contrario: que primero vino el ffrai Graviel que acontesçíese lo de Vertobilla y a éste no sé yo si le dixieron el Médiçis y el Somalla las palabras que él dize, pero sauemos que ningún rrumor hubo de paz hasta que el ffraile vino y se boluió sin rrespuesta, y tornó segunda vez al campo y habló con ffrai Pedro de Soto, comfesor del Emperador, ffraile de su mesma orden, y después vino vn secretario del rrei de Ffrançia con otrn rrecaudn, que no me acuerdo si se llamaua Rroberto o Bayart. Y después començaron los tratos, biéndose Gonçaga y Diáquez y Granvela con Anibao y con otros comisarios françeses, espantándose todos viendn tan ençcndida la guerra de aquellos coloquios, no atinando avn a la paz (aunque algunos atinaban), hasta que ya en otras juntas bieron y entendieron de qué hera la materia de que tratauan. Pero el doctor YlIescas, en su |Hisroria Pontifical, ba por otro camino y atribuye todo este benefiçio dc la paz a sólo la buena maña y eficaçes persuasiones de aquell rreligioso frai Grauiel, del qual dize que hera a la sazón confesor dela rreina doña Leonor de Françia, y que hera gran matemático, y le compone de otras partes harto prinçipales, y entre ellas vna mejor que todas, que hera cauallero hijodalgo, y dize en esto la verdad, porque lo hera tal, natural de Valdemoro, çerca de Madrid, de unos hijosdalgo que allí en aquella comarca ay de este apellido. Y hera, juntamente con esto, rrazonable theólogo, pero matemático no era ni entendía ninguna parte de las que tocan aquella sçiençia. De tal manera que ni vna theórica de planetas entendía ni ningunos otros prinçipios matemáticos, |y deviólo según esto escreuirlo el doctíssimo doctor por rrelaçión de otros. Y lo qu'él entendía, |y esto no por theórica, sino por plática, |y por çiertas rreçeptas que para ello tenía, sin saber las causas naturales *de aquella cosa, hera* un poco de alquimia, |y çierto hizo plata, e|yo la vide hecha de su mano, a cuio prnpósito, tratando

Page 9: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

31

d'esta materia, hize mençión d'este rreligioso en el libro que intitulé |Los rratos de Suesca, y con rrazón, por ser tan señalada persona. Ni tanpoco hera comfesor de la rreigna, como la mesma |Pontifical dize, ni en toda su vida la avía confesado, sino acaso la rreina, offresçiéndosele aquella neçesidad, embió a buscar vn fraile español para llevar aquellas cartas |y aquel rrecaudo, por paresçerle que el hábito de rreligioso |y la nasçión hera a propósito para la demanda |y suplicaçión que lIevava; |y no aviendo huído de París al prinçipio de la guerra (como los demás españoles legos), ffuelleuado ante la rreina, |y lIeuó su embaxada |y boluió, |y anduvo en ello hasta concluillo |y hasta que entraron otros en el negoçio. Y en lo demás que se le lIeuantó en la siguiente guerra del dar avisos secretos al Emperador, por donde le fue quitado el abadía que se le auía dado en Françia, ffue lIeuantamiento, |y la Pontifical tiene rrazón en lo que dize, |y yo creo en esto lo mesmo qu'él dijo que cree.30

Podríamos seguir poniendo ejemplos sobre este asunto, sobre embaucadores que lograron, o intentaron engañar a los crédulos por toda Europa, por Francia y los Países Bajos. Sin embargo, ello no nos supondría ningún avance sobre la veracidad de las palabras de Bernardino Gómez Miedes. El relato que nos regala, en mi opinión, fue algo habitual, muy probablemente cierto y no descartamos su existencia. Pero sí que nos inclinamos a pensar que él no fue testigo de primer plano, sino que lo oyó contar a terceros, por no decir que lo leyó en Beyerlinck o Zwinger, lo que nos parece más acertado. Ello no implica, por otra parte, que se codeara, o se cruzara en más de una ocasión con algún personaje similar. No olvidemos que nuestro autor estuvo relacionado con el Antoine Perrenot, el Cardenal Granvela (1539-1607), muy aficionado a la Alquimia31. Mejor se

30 JIMÉNEZ DE QUESADA, G., El Antejovio. Apuntamientos y anotaciones sobre la historia de Paulo Jovio en que se declara la verdad de las cosas que passaron en tiempo del Emperador Carlos V, 1567,

Biblioteca de la Universidad de Valladolid, ms. U/Bc Ms 132, capítulo 55. Es una refutación del libro de Paulo Jovio (1483-1552) contra los españoles JOVIO, P., Historiarum suo temporis, Lutetiae: Michaelis Vascosani, 1553.

31 El médico de París François Rousselet dedicó su Chrysospagirie,

uno de los primeros trabajos realizados sobre las propiedades curativas del oro desde la perspectiva espagírica, al Cardenal Granvela. Granvela sintió una gran atracción hacia la Alquimia, algo que aún está por estudiar en profundidad. Tuvo a Nicolás Guibert (1547-1620) trabajando como alquimista en su

entiende el relato si lo insertamos en un marco más general, como el de su posición en cuanto a la Alquimia, los estafadores y los charlatanes se refieren, ya que así adquiere mayor razón dentro de su obra. Con todo, no nos resistimos a insistir en que dicho relato carece totalmente de originalidad dentro de la Historia de la Alquimia, como podemos leer en el siguiente del médico parisino, y castigador de charlatanes, Pierre Martin de la Martinière (1634-1676), otro caso idéntico, referido en esta ocasión al famoso charlatán Cornaro:

La fortune d’un certain qui se faisait appeler Cornaro; non ce Vaillant Capitan Vénitien qui fut tué au dernier siège de Candie par les Tures, mais un autre qui meriroit pareil Châtiment que Duboit fut plus favorable. Le Cornaro étant venu à Paris pour se maintenir en qualité de Gentil-homme vénitien fit tout de fausses monnayes, qu’a la fin fut découvert & mis dans les prisons de la Lanciergerie, ou un Duc duquel je celle le nom par ses sollicitations & sa faveur l’en retira dans l’espérance d’apprendre de luy la Pierre Philosophale. Cornaro, pour récompenser son législateur, qui l’avait retiré d’un lieu, d’où el ne devait sortir que la corde au col, luy fait présent d’un phiole d’or potable, qui pouvait valoir environ une pistole dans le dessein d’entirer le quatre cent double, reconnaissant le soi blesse du Duc, & la facile crédulité, risque cinquante pistoles, qu’il mit en poudre & mélange avec certain terre, qu’il partagea en quatre parties, qu’il donna a quatre espiciers pour la vendre a moitié de profit, sans leur donner à connaître ce qui c’était, sinon qu’elle le nommait terre de Cunan, utile par les

laboratorio, según nos dijo Hoefer. (HOEFER, F., op.cit., nota 22, t. 1, p. 126):

Cependant il-y-en a un qui se distingue de la tourbe commune des alchimistes, c'est Nicolas Guibert. Après avoir été un des plus rolés adeptes, il devint plus tard un des adversaires les plus acharnés des imposteurs du Grand Oeuve. Au moins on ne peut pas lui réprocher d'avoir parlé sans connaissance de cause. Nic. Guibert né à St.-Nocilas-de-port en Lourraine, doctoeur en Médecine vers 1570. Il travaille comme alchimiste dans le laboratoire du célèbre cardinal Granvelle, vice-roy des Deux-siciles. Il traduit en latin, pour le cardinal d'Augsburg les livres allemandes de Paracelse.

ROUSSELET, F., Chrysospagirie, c'est à dire de l'usage et vertu de l'or, Lyon, 1582. GUIBERT, N., De alchymia ratione et experientis, ita demum viriliter impugnata et expugnata, una cum suis fallacibus et deliramentis, quibus hominis imbubinantur, ut nunquam im posterum se engere valeant, Argentorati : L. Zetner, 1609; GUIBERT, N., De interitu alchymia metallorum transmutatione tractatus, Tulli:

Sebastian Phillipe, 1614.

Page 10: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

32

Chymiques de laquelle il en atendoit un navire chargé, qui venoit des Indes, & mit le prix a vingt sols la livre. Le lendemain il envoyé quérir à certe poudre chez un de ces espiciers par de gens du Duc, auquel il fit mètre dix pistoles dans un creuset, pardessus les quelles il mit sa poudre, la mouvant fort & fermé afin que l’or tombât au fond du creuset, ayant fait un feu de fonte au milieu duquel étoit le creuset. L’or, étant fondu, le retire 6 rende au Duc la matière de ses dix pistoles & de sept encore au bout, laquelle matière visitée de plusieurs Orphevres, qui tous assurent être un or si fin qu’il ne le pouvait mettre en œuvre sans mélange d’autre métal. Ce qui encouragea tellement ce Duc qu’il dona encore vingt pistoles à Cornaro, pour lesquelles multiplier envoya querir une livre de la poudre de Cunan chez un autre espicier pour faire voir que cette poudre étant commune, l’on ferait tant d’or que l’on voudrait ; & de ces vingt pistoles il en rendit la matière de trente-cinq au Duc, qui la fut montrer luy même à plusieurs Orphevres, qui tous luy dissent être d’or pur. Le Duc, ayant vu faire ces deux espiciers à Cornaro ne se doutant aucunement, que ce fut un piège pour l’attraper, s’imaginant que c’était la Pierre Philosophale, de laquelle est tant parlé, accusé d’injustice & de méchanceté ceux qui l’avaient fait prendre & tenir prisonnier , & luy fait proposer qu’il fallait faire une grande multiplication tout d’un coup. Ce que Cornaro trouvant très à propos le Duc aussitôt luy donné vingt mil écus Cornaro pour faire mieux jouer sa roule, envoyé querir deux livre de sa poudre chez un autre espicier, desquelles il en fit un autre épreuve, laquelle réussi comme les autres deux fois précédents, il merle l’or qu’il en avait faire avec le vingt mille écus qu’il emporta la nuit suivante. Le lendemain Cornaro, n’étant point venu à donner le bonjour au Duc comme il avait de coutume, envoyé a sa chambre voir s’il n’était pas malade ; luy ayant été rapporté qu’il n’y était point, & ne se trouvant point aussi dans les logis, le fait soupçonner qu’il était attrapé. Pour être plus certain, envoyé chez ces espiciers savoir s’ils avaient de la poudre de Cunan beaucoup, ayans répondus n’en avoir plus, mais que l’homme que leur avait donné à vendre leurs avaient fait espérer de leur en fournir tant qu’ils en pourraient vendre, luy en devant arriver un Navire chargé : luy ayant dépeint la corporence de l’homme, il connut d’autant mieux que ce marchand de Poudre de Cunan était son multiplicateur d’or, qui était imaginé n’y avait point de meilleur amorce pour attirer son argent, que par cette poudre, dans laquelle il avait mêlé de l’or : ce

qui était vrai mais qui n’a pas empêché qu’il n’ait encore été attrapé par d’autres aussi fins que ce Cornaro.32

La repetición de la metodología no nos debe despistar ni hacer pensar que este último caso no fuera otra falsedad. En esta ocasión hay más visos de verosimilitud que en el de Bernardino Gómez Miedes, ya que sabemos ciertamente que Cornaro existió. Un caso curioso es el ocurrido durante la enfermedad y posterior muerte de la Duquesa de Longueville, Ana Génoveva de Borbón (1619-1679). Pierre Thomas, Señor du Fossé (1634-1698), fue un testigo directo de sus últimos días. Una mañana, ya convaleciente la Duquesa, enviaron a su casa a alguien para que Thomas consiguiera una ampolla de oro potable hecho por un tal Cornaro, que sin duda es nuestro personaje. Pero él desconfiaba del remedio y pensaba que era una simple tintura como las demás, una simple solución con color de oro, realizada con algún disolvente y que costaba nada menos que cinco luises de oro33. Pero ¿quién fue Cornaro?34 Fue un simulador del maestro de secretos,

32 LA MARTINIERE, P. M. DE, Le tombeau de la Folie. Dans lequel se void les plus fortes raisons que l’en puisse apporter pour faire connaitre la realité de la Pierre Philosophale, & d’autres raisons & expériences qu’en fout avoir l’abus & l’imposibilité, París : chez l’auteur, 1665, pp. 76-80. Texto también conocido como Le Chymique ingénu, Avis aux chercheurs du grand dissolvant / A Très haute et Très puissante Dame La Vérité. También del mismo autor y misma edición que La Tombeau, pero con una introducción diferente: Íbid, L'Opérateur Ingénu enseignant les Veritez et abus des Operateurs, le moyen de composer les Grains Angéliques propres pour purger le Phlegme, la Bile, la Pituite et la Mélancholie. Le Baume Royal, propre pour guérir toutes maladies froides tant des Muscles, Nerfs que d'autres endroits, l'Emplastre ou Onguent Royal, pour guérir toutes sortes de Playes, Ulcères, Abcez et douleurs des membres, le Baume de Saturne propre pour guérir toutes maladies chaudes, le Secret de Mrs de Conroses, Gentils-hommes de la Lignée de Saint-Hubert, contre la Maladie de la Rageä, París : Chez l'Auteur, 1668,

donde insiste sobre los charlatanes, aunque no hace una relación de sucesos sobre el asunto.

33 DU FOSSE, P.-Th., Mémoires de Pierre Thomas, sieur du Fossé,. Rouen: Ch. Métérie, 1876-1879, 5 vols., vol. 3, capítulo XXV : 1671-1679, pp. 136-140.

34 No confundir con Luis Cornaro (1475?-1566). Abandonado a la buena vida, se vio atormentado desde los 35 años, por dolores de estómago, cólicos y frecuentes accesos de gota, presa de una fiebre lenta y continua, a una sed insoportable, etc. Convencido que los excesos en la comida eran la única causa de tantos males, se decidió a cambiar drásticamente su manera de vivir. Sólo tomaba entonces doce onzas de alimento sólido al día, en forma de pan, sopa, yemas de huevo, viandas, etc. con catorce onzas de líquido. Esto, junto a ajustar el cuidado de evitar el frío o el calor, los ejercicios violentos, las vigilias, etc. le condujo a la edad de 99

Page 11: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

33

un charlatán al uso. Fue su sucesor un tal Caretti, otro charlatán italiano, quien mantuvo el nombre y la fama de Cornaro en la corte francesa, llegando a ser nombrado “Gran Señor” en 1698 por sus curaciones35. Fue considerado un charlatán, que proporcionaba remedios que no curaban y que los cobraba por adelantado a quienes se lo pedían36. Sólo la reputación de Cornaro fue menos considerable. Caretti es un nombre que aparece hasta veinte veces en las cartas de Mme de Sevigné, quien le llama Carette37. Y, en el mismo país, Corbinelli, creyó deber su salud al consumo de oro potable38. 3. Los charlatanes Junto a los falsos alquimistas y embaucadores, Bernardino Gómez Miedes toma buena nota de otra clase de personajes relacionados directamente con ellos. Son los charlatanes. Su amplia tipología y trayectoria histórica impide una descripción detallada, si bien los estudios actuales confirman que están recibiendo una atención más detallada últimamente39.

años, edad a la que murió el 29 de abril de 1566. Su libro Della vita sobria fue editado muchas veces y en varios idiomas. CORNARO,

L., Trattato de la vita sobria del magnifico M. Luigi Cornaro, Venecia, 1558. ROBINET, J.-B.-R., Dictionnaire universel des sciences morale, économique, politique et diplomatique, ou Bibliothèque de l'homme d'état et du citoyen, Londres : Les libraires associés, 1777-

1783, p. 462.

35 SAINT-SIMON, L. DE R., Mémoires complets et authentiques du duc de Saint-Simon sur le siècle de Louis XIV et la Régence, París : L. Hachette, 1856-1858, t. 10, p. 120 y t.8, pp. 135-137.

36 DU FOSSE, P.-Th., op.cit., nota 33, vol. 3, pp. 365-366.

37 LA BRUYERE, J. DE, Caractères ou les Moeurs de ce siècle, suivis des "Caractères" de Théophraste. Nouvelle édition... précédée d'une notice sur La Bruyère et accompagnée de notes... par M. J. Labbé,..., París : E. Belin, 1888. Por cierto, que este autor hace un alegato en favor de la Medicina y en contra de los charlatanes en la página 352: « La témérité des charlatans, et leur tristes succès, qui en sont les suites, font valoir la médicine et les médecins, si ceux-ci laissent mourir, les autres tuent».

38 SEVIGNE, MARIE DE RABUTIN-CHANTAL, MARQUESA DE, Lettres de Madame de Sévigné, de sa famille et de ses amis ; recueillies et annotées par M. Monmerqué,..., Nouvelle édition revue sur les autographes, les copies les plus authentiques et les plus anciennes impressions, et augmentée de lettres inédites, d'une nouvelle notice, d'un lexique des mots et locutions remarquables..., Paris : L. Hachette,

1862-1868, tomo 5, p. 354-359. También en el mismo texto la carta 662: De madame de Sévigné au Comte de Bussy Rabutin. À Paris, ce 13e octobre 1677 (p. 345).

39 GENTILCORE, D., Medical Charlatanism in Early Modern Italy,

Oxford: Oxford University Press, 2006.

Por los pueblos, por las ciudades, entre la alta sociedad o con pobres, famosos con éxito o fracasados, ricos y desdichados, hábiles mercaderes o impostores40, en solitario o con ayudantes, en su país o fuera de él. Presumiendo ante los médicos o descubiertos por los pacientes, defendidos incluso por leyes reales o perseguidos hasta acabar su vida por fracasar ante poderosos41. Adorados por las damas u odiados por las víctimas. En Italia, en Francia, en París o en Turquía, su figura fue algo habitual por toda Europa durante más de ciento cincuenta años. Son los charlatanes42. Avariciosos alquimistas, repudiados desde las postrimerías de la Edad Media, incluso por los poetas, como Tito Vespasiano Strozzi (Ferrara, 1424 – 1505)43, hasta el siglo XVIII, como hiciera Johann Burchard Mencke (1675-1732) en su De charlataneria eruditorum declamationes duae44. Y sus fechorías han quedado reflejadas en textos de todo tipo. Pero los motivos del protagonismo que lograron generar y mantener no sólo son específicos de sus actividades, sino que también son extrínsecos a ellos. Incluso se podría decir que tuvieron mayor carga los segundos. En primer lugar porque no fueron un grupo homogéneo, sino que fue surtido, desigual, variado y con sus componentes inconexos

40 LAFFEMAS, B. DE, Remonstrances politiques sur l'abus des charlatans, pipeurs et enchanteurs faicte par Barthelemy de Laffemas,

París, 1601.

41 HAMMER-PURGSTALL, J. VON, Histoire de l'Empire ottoman : depuis son origine jusqu'à nos jours, Paris : Bellizard, Barthès,

Dufour, 1837, Tomo noveno : « Depuis l'avènement de Mourad IV jusqu'à sa mort : 1623-1640 », pp. 362-363.

42 Sobre el origen de los charlatanes: BERNIER, J., Essais de medecine où il est traité de l'histoire de la medecine et des medecins,

Paris, Simon Langronne, 1869, parte segunda, cap. XVI: “Des charlatans pretendus Medicins & de medicins charlatans”, pp. 415-422; LA MARTINIERE, P. M. DE, Traitté des compositions du mitridat, du thériaque, de l'orviétan et des confections d'alkermès et d'hyacinthe et autres compositions antidotoires, partie de l'Empiric charitable, par le sieur de La Martinière, París, 1665, capítulo 2 :

« L’origine des opérateurs charlatans ». Sobre los charlatanes médicos : STURM, S., Discursus medicus de medicis non-medicis in salutem periclitantis proximi, scriptus a Samuele Sturmio,

Wittebergæ : Hartmann, 1663.

43 STROZZI, T. V., Strozii poetae pater et filius, París : S. Colinaei,

1530, p. 155.

44 MENCKE, B., De charlataneria eruditorum declamationes duae,

Amstelodami, 1716 (3ª ed.), p. 170.

Page 12: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

34

las más de las veces45. No obstante, se vieron favorecidos y ayudados por un cúmulo de circunstancias que no provocaron. Ellos, los charlatanes, nunca colaboraron a que, por ejemplo, la terra silesíaca fuera vista como un ejemplo que verificaba el pensamiento de Paracelso de fines del siglo XVI ni al auge que tuvo en el comercio terapéutico de esos años46. Ni rechazaron técnicas de distribución, de creación de demanda popular47, se aprovecharon de las epidemias de peste para vender sus productos, etc. Como contrapartida a este Pfuscherey en la Medicina, esta nueva ola de la Edad Moderna, los alquimistas también fueron tachados de charlatanes en muchas ocasiones. Veamos las palabras de Bernardino Gómez Miedes al respecto:

-4-63.3. De ahí que, así como resulta soso todo caldo que se condimenta con una especie extranjera, por muy cara que sea, antes que con la común y corriente, e incuso provoca más náuseas cuantas más veces lo tomamos, así también el modo más insulso de hacer el “inepto” es hablar en griego, o en latín, con incultos o bien, para resultar oscuros y presuntuosos, desviarse del modo normal y habitual de comportamiento. Por tanto, este enfermizo humor de tal modo debe suprimirse, que, siempre que un “inepto” pronuncie palabras afectadas de tal clase sin tener en cuenta a los que trata, sino de manera inconveniente, otras tantas emplearán los compañeros de francachelas más chistosos para, cuando hable, echárselas en cara muy a menudo y a cada tres palabras por mofa, de suerte que, reprendido aquél de esta manera y convencido de su inepcia, aprenda a acomodar, no ya las situaciones a las palabras, sino las palabras a las situaciones, al momento y a las personas. -4-64.1. En fin, derivada de la locuacidad y de una inoportuna costumbre de hablar sin ton ni son,

45 Hay algunas clasificaciones de los charlatanes: ROSTAN, L. (1812), Essai (inaugural) sur le charlatanisme, Paris. El autor

establece tres clases de charlatanes. El rango para la primera es el de aquellos que no tienen ningún título, colocando en la segunda a los charlatanes titulados y la tercera es consagrada a los médicos que no saben nada de la enfermedad que se disponen a curar de forma loable.

46 DANNENFELDT, K. H., “The introduction of a new sixteenth-century drug: terra Silesiaca”, en Medical History, 28-2 (1984), pp. 174-188.

47 KATRITZKY, M A., “Marketing medicine: the image of the Early Modern mountebank”, en Journal of the Society for Renaissance Studies, 15 (2001), pp. 121-153.

surge la tercera y más grave enfermedad de la inepcia. Los que sufren esta enfermedad suelen caer en necedades de sólo irrisorias, sino vergonzosas e insoportables. En efecto, junto con la locuacidad nació la charlatanería, que a todos resulta tan molesta y odiosa porque el charlatán apenas se preocupa de lo que habla con tal de hablar, y con el fin de acomodarse siempre a su plática, escupe todo lo que le viene a la boca. Por ello es necesario que caiga en las redes de las inepcias más variadas y numerosas48. Pues, aunque los charlatanes son siempre pobres de expresión para que, sin embargo, no parezca que dudan en medio de una conversación, a menudo recurren a preguntas “ineptas”. -4-64.2. Este tipo de inepcia debe evitarse lo más posible y alejarse del trato humano, y las relaciones amistosas, como muy bien aconseja Flaco: Evitad al preguntón, pues es un charlatán49. -4-64.3. Éste, pues, aunque habla mucho, sin embargo, no suele decir ni hablar oportunamente. Por su charlatanería tiene la peculiaridad de que, como no encuentra el momento de interrumpir sus platicas, también interrumpe las serias palabras de los demás. Y para parecer que él es el único que habla entre los que saben y que sabe mucho entre los que no saben, a la manera de los sofistas, arde en deseos de responder a todas las cuestiones propuestas aquí y allá de forma superficial e improvisada. Y esto es algo que ora provoca muchas inepcias, ora empuja al locuaz a veces a apuros tales que, cuando más le sobreviene la necesidad de hablar, en ese momento mismo se queda petrificado, y casi tartamudeando, enmudece. -4-64.4. Esto mismo le sucedió en París a un sofista charlatán y parlanchín que pensaba que había adquirido su elocuencia de su charlatanería, y metiéndose de lleno, a ciegas y de forma imprudente en una vergonzosa e “inepta” situación, al final salió de ella muy ridículamente. En efecto, tras reconocer en público que él sería capaz de hablar de cualquier asunto que fuera puesto a debate, incluso

48 Sobre esta cuestión: LIOULT, P.-J., Les Charlatans dévoilés, ou Reflexions sur la liberté considérée dans son rapport qu'elle a avec la liberté des professions, París, 1800.

49 Se refiere a Quintus Horatius Flaccus (65-8 a.C) y al verso 69 (« Percontatorem fugito, nam garrulus idem est »), en p. 358, libro I, epístola XVIII, “si bene te novi”. FLACCUS, Q. H., Quintii Horatii Flaci Opera Omnia quae extant Omnia. Cum variis lectionibus, argumentis, notis veteribus ac novis, quibus accedit index recens omniumque locupletissimus, curante et emendante N.-E. Lemaire,

Paris : N.-E. Lemaire, 1829-1831, 3 volúmenes.

Page 13: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

35

de manera improvisada y con mucha brillantez, salió directamente a escena para ello, pero al ver que le eran planteadas cuestiones muy extrañas, se quedó callado y petrificado, enmudeciendo ante la expectación tan grande50 que había despertado. De ahí, que, guardando silencio largo rato, cuando faltaba poco para que todos le pitaran, exclamó “¿Es que no pensáis que, para hablar, las palabras y las ideas cobran mayor fuerza del silencio profundo y de la previa reflexión, igual que las hojas y los frutos de los árboles de la raíz más profunda?” Como si en realidad pudiera haber alguna inepcia mayor que dar de comer silencio a los que has invitado a una audición. -4-64.5 De lo dicho se deduce con claridad que la enfermedad de la locuacidad, que desemboca en tantas póstulas de inepcia y que por el abuso de las palabras se corrompe con mayor rapidez como si fuera mantequilla insípida, no puede contenerse y sanarse con ningún medicamento mejor que con aquella sabrosísima sal sobre la que el poeta dijo:

Quieres ser llamado sabio, habla poco y meditadamente51 -4-64.6. Con la que concuerda bastante aquella otra:

Quieres llegar a ser discreto, habla poco y sin ofender.

Debemos insistir en que los charlatanes abundaron por toda Europa a partir de la segunda mitad del siglo XVI y hasta las primeras décadas del siglo XVIII. En ocasiones lograban una popularidad inaudita y ocasionaban graves conflictos, además de con los profesionales de la salud, con las autoridades, tanto a nivel local como nacional. Vendían sin escrúpulos supuestas medicinas a las que daban carácter de panaceas universales, capaces de curar rápidamente todo tipo de dolencias. Y lo hacían circular por todos los niveles sociales52. Pululaban por campos y

50 Es un recurso humanista el generalizar primero y luego ejemplificar con un ejemplo personal.

51 Es una versión de un proverbio latino. La otra es Vis sapiens dici? raro et meditata loquare. WALTHER, H., Proverbia sententiaeque Latinitatis Medii Aevi, Göttingen: Vandenhoeck & Ruprecht, 1963,

44349A.

52 La bibliografía y las fuentes sobre los charlatanes es muy interesante. Añado seguidamente sólo algunos testimonios relevantes hasta el siglo XIX: FREUDENBERG, A. J., Aethonis Joan. a Freudenberg De abusu & impostura medicantiu[m] libellus perquam utilis jucundusq[ue] omnibus, quibus cum medicis erit negocium,

Basilea: apud Eucharium Cervicornum, 1538; BITTERKRANT, J. Ch., Wehmühtige Klag-Thränen der löblichen höchstbeträngten Artzney-Kunst usw, Endter: Michel und Konrad Friderich, 1677;

ciudades, adjudicándose títulos rimbombantes, como “médico-astrólogo-filósofo-matemático”, “operador y destilador químico”, alquimistas o espagiristas53, o WALDSCHMIDT, J. J., Advice to a physician containing particular directions relating to the cure of most diseases, with reflections on the nature and use of most celebrated remedies : by way of aphorism / done from the Latin, Londres: H. Newman, 1695; TALPA, P., Empiricus sive indoctus medicus: dialogus brevis et elegans, in quo, indocta empiricorum praxi cum vera medendi methodo collata, tanquam in tabella illorum errores, & latrocinia spectanda proponuntur ... item, Exilium empiricorum, brevi elegia satyrico sale condita, descriptum, Franekeras: Aegidius Radaeus, 1595; WITTICH, J., Propositiones contra impostores artis medicae, Eisleben, 1565; HOERNICK (Moernick ó Ludwig von Hörnigk), L. VON, Medicaster apella, oder Juden-Arzt, Argentorati: von den Heiden, 1631; MARTINI, J., Apella medicaster bullatus, oder Judenarzt, Hamburgo: Heinrich

Werner, 1636. En estas dos últimas obras se tacha de charlatanes a los médicos judíos. PRIMEROSE, J., De agyrtis, Brunswich, 1643. Este tratadillo, que es el primer libro o capítulo del tratado De vulgo erroribus in Medicina, fue publicado suelto en también Brunswich, en 1643. El autor de alza con una justa indignación contra las universidades, que prostituían entonces, como ahora, la excelencia doctoral, propagando así el charlatanismo. KIRSTEN, G., Medicaster, seu de erroribus et ineptis medicastrorum, Stettini, 1648; STURM, S., Discursus medicus de medicis non medicis, in salutem periclitantis proximi scriptus, Vitterbergae, A. Hartmann, 1663; CHARLETON, G., Epiphonema in medicastros, Londres, 1671.

Esta imprecación termina el opúsculo del mismo autor sobre el escorbuto: Gualteri Charletoni de Scorbuto Liber, Londres, 1671; EVAL, B., Medicus fumum vendens defensas. Diss., Regiomonti, 1704; VESTI, J., De empiricis, Diss., Erfordiae, 1709; EYSEL, J.-Ph., De pseudomedicis, Erfordiae, 1712; GAZOLA, J., Il mondo ingannato…, Praga, 1716; LAETUS, J., Johannis Laeti ... Ciarlatanaria medicorum. Oder Marcktschreyerey der gelehrten Aerzte: mit Fleiß in verständlich Teutsch gesetzt, Freysingen: auf Kosten guter Freunde 1717; EHRLICH, J.-Ch., Empiria denudata, id est, Tractatus de damnis ex empiria medica oriundis, Halae: Jo. Christiane Hilligeri, 1729; JUCH, G. P. De charlataneria medica, Diss. Inaug. Resp. Werstler, Erfordiae, 1747 ; METTRIE, J. O. DE LA, Les charlatans démasqués, ou Pluton vengeur de la societé de médicine ; comédie ironique, en trois actes et en prose, París y Ginebra, 1762. EYEREL, A., Die Pfuscherey in der Medicine, Breslau-Leipzig, 1801; FENNER, H. Ch. M, Ueber die Pfuscherey, Giessen, 1804; PLATNER, E., De inanibus clementiae erga medicos spurious, excusandas argumentis, Prog., Lipsiae, 1807; BÜCKING, J. J., Kurzer Entwurf zu Ausrottung der Pfuscherey in der Medicin: Ein Sendschreiben, Stendal, Franz & Grossem, 1789; VERDO, LE DOCTEUR, Le charlatanisme et les chalatans en Medecine, Paris: Bailliere, 1867.

53 Nada mejor que leer el título completo de esta obra de Johann Freitag: FREITAG, J., Noctes medicae, sive de abusu medicinae tractatus quo universam medicastrotum examen Empiricorum modernorum uberrima annona, uromantes seu lotiophysici, agirta, ophtalmici, dentifrangibuli chirurgi, genethliaci, seplasiario institores, myropola, pseudochymici, umbratici doctores Paracelsistarum secta, magomedicastri, saga & superstitiosam vulgo curam exercentes perstringuntur, de magia vetita & magorum supplicia agitar, artis Paracelsica fundamenta loculenter traduntur, examinantur &evertuntur, scitus necessaia & iucunda ómnibus facultatum studiosis quaestiones moventur, Frankfurt: Ioan. Bringeri, 1616.

Page 14: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

36

“filósofo-médico-químico”, título que se auto-adjudicara el italiano Fulvio Gherli (1670-1735) de forma tan irónica que lo usó para oponerse a los pseudo-químicos54. En cualquier caso, Bernardino Gómez Miedes parece referirse aquí a los charlatanes en un sentido general, despectivo y negativo, reflejo de cómo eran vistos estos intrusos por la cara oficial y externa de la sociedad legal. Pero también parece aceptar que los charlatanes eran el testimonio de un mal social bastante extendido, el testigo de la cara de la vergüenza de una cultura. Uno de sus productos estrellas fue, cómo no, el oro potable. Sin embargo, es difícil negar a los charlatanes su capacidad, intrínseca y extrínseca, para popularizar un medicamento de la forma en que lo hicieron. Es cierto que sus artimañas y ardides pudieron provocar todo esto en un alto porcentaje. Pero para lograrlo era necesaria algo más, una base sólida y ajena a ellos, algo que fuera respetado. Y sólo había una cosa así: la voz de las autoridades y la de los testimonios. Afortunadamente para ellos, tenían ambas cosas al alcance de sus manos, y a la de los demás. Muchos testimonios sobre el oro potable y sobre ciertos elixires universales, muchas palabras facultadas emanaron fuera de sus actividades, viniendo de voces de las que era difícil dudar. Esta parte del fenómeno sociológico que supuso la fe en el oro potable durante buena parte de la Edad Moderna no ha sido bien estudiada, toda vez que nunca ha sido puesta en conexión con los charlatanes. 4. La sal, el húmedo radical y el calor innato En los años de actividad de Bernardino Gómez Miedes muchos conceptos eran discutidos repetidamente y dentro de largas disquisiciones en el ámbito de la Medicina y de la Filosofía. Las opiniones vertidas, muchas veces, no ayudaban a obtener una visión exacta del punto del proceso o evolución en que se encontraba tal o cual concepto. Para mayor dificultad, algunos de ellos eran usados intencionadamente, lo que no quiere decir equivocadamente, por campos contrarios, como por ejemplo, la Alquimia y la Medicina galenista. Así, el

54 GHERLI. F., Il Proteo Metallico O sia Delle trasformazioni superficiali de’ Metalli, e delle differenti preparazioni de medesimi molto proprie per debellare i mali più atroci, che il Corpo Umano affliggono, e per iscoprire gl’inganni de’ falsi Chimici. Opera Filosofico-Medico-Chimica di Giuseppe Corona, Venecia: Corona, 1721.

uso de los mismos por parte de un autor nos debería de servir como elemento de juicio para ubicarlo en una u otra postura. Sin embargo, no siempre es así. Al contrario, su uso no es nada clarificador. Esto ocurrió con los conceptos de húmedo radical, calor natural y calor innato. Bernardino Gómez Miedes los usa en varias ocasiones, pero ello no nos ayuda sino a verificar una cuidada equidistancia, cuya causa tampoco es fácil de averiguar. No podríamos decir si es por un exceso de erudición y de conocimiento de la Medicina de su tiempo, o por evitar caer en errores derivados de la escasez de lecturas. Veamos qué nos dice nuestro protagonista, ya que sus palabras nos servirán de enlace con la Alquimia, Paracelso y el oro potable, cuestiones que también trataremos:

1-32,4. Por ello admitimos que la sal es el principal medicamento e incluso la panacea de entre todos los que libran de a putrefacción, y que gracias a su admirable ayuda se consigue que el cuerpo, tras consumirse todos sus humores, no se desintegre, sino que permanezca intacto e incorrupto durante el mayor tiempo posible -2-5.6. La sal, además, ¿qué fuego no tiene encerrado en su calor –un fuego tanto divino como terrestre del que nos servimos-, como para poder decir no insultantemente esto?: La sal tiene energía ígnea y origen celeste. -2-11.1. El Azufre, además, puede recibir su nombre y proceder incluso de la propia sal (lo que no es ajeno a la verdad). Y si se explicara no insulsamente el significado tanto del nombre como del elemento, yo pensaría que el azufre se llama así por ser una especia de “salvado” y “desecho” de sal, sobre todo porque, cuando se ablanda y se separa de la materia salada en virtud del fuego, retiene en sumo grado las propiedades ígneas y muy rigurosos de la sal. -2-17.2. Yo creo que en realidad no es otra cosa que esa organizada y casi armónica conglomeración de partículas de las que constan el oro y las piedras preciosas. Éstas, pues, hasta tal punto se acomoda a la equilibrada constitución humana y de tal modo parecen aplicarse a la conservación del temperamento eurocrático del que pende toda la organización corporal que llaman “simetría”, que se adaptan muy bien para conciliar los humores del cuerpo diferentes e incompatibles entre sí. -2-17.3. En efecto, para renovar las energías corporales que están a punto de extinguirse y para reanimar el órgano principal de la vida que es el corazón de un desfallecimiento casi repentino, como remedio muy instantáneo no utilizamos otra cosa

Page 15: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

37

que aprestarnos de oro potable –así lo llaman- y de perlas. Pero es asombroso cuánto supera la sal en esta cuestión no sólo al oro y a las perlas, sino realmente a sí misma. -2-21.4. En efecto, en los cuerpos enfermos y que se desvían de su templanza, deducimos que la sal y también el Azufre y el Mercurio no son tanto principios constitutivos como los primeros indicadores de que todos los humores se están corrompiendo. De este modo, sea cual sea el humor maligno que haya indispuesto al cuerpo, lo podemos distinguir por lo salado o por lo sulfúreo, y lo que sea de esta misma especie, que entonces son principales y dominadores y que ellos llaman cualidades de un cuerpo indispuesto. -2-21.5. Pero esto no ocurre en los cuerpos bien templados y que gozan de buena salud, sino que los humores que allí reinan son dulces, benignos y agradables y que siempre han sido y deben ser denominados con los nombres de ambas bilis, sangre y pituita. Y aunque sean diferentes entre sí y practiquen diarias conspiraciones entre ellos, gracias, sin embargo, al temple que se define “ad iustitiam”, como un poco después explicaré, se calman y en cierto modo se mantienen en su propio justo medio de salud. Y sin duda es el uso del metal que, dada su constitución o, mejor dicho, su estructura compacta, ha obtenido divinamente por Naturaleza esta templanza y se descubrió que por Naturaleza estaba destinado a ser idóneo para imprimirla en los cuerpos humanos. -2-21.8. De aquí se colige que, por muy brillantes y excelentes que sean las propiedades que la Naturaleza ha otorgado al oro y a las piedras preciosas como un don, en comparación con la que son abundantes en la sal, deben ponerse muy detrás, puesto que, para resumir en unas pocas todas las que tiene, la sal por su abundancia aventaja a la ensalzada escasez del oro, la utilidad mayor de ella supera a la riqueza de éste, al librar las cosas de la corrupción, iguala a la incorruptible solidez de aquél y, además, aquella buena salud obtenida del oro, súbita, pero que enseguida se desvanece, la sal la restaura por mucho más tiempo y con más firmeza con el fomento de su innato calor.

En la génesis del contenido teórico del oro potable encontramos en él varios elementos de la Medicina que, de forma más o menos variable, le acompañarán durante toda su existencia, habida cuenta de su carácter ecuménico o universalista. En especial, hay dos que resultan ser muy importantes: el calor innato

y el húmedo radical, que, aunque aparecen a menudo unidos e inseparables, son dos cosas distintas. El calor innato y el calor natural son dos conceptos indispensables para comprender el del oro potable. Su origen se remonta a la Filosofía Clásica, aunque llegó hasta ella desde la creencia popular de que la sangre humana era el asiento de dicho calor innato. Esta idea se asoció con la especulación filosófica sobre el pneuma y, juntas representan la escuela neumática o neumatismo, que se suele asignar como iniciador a Empédocles de Aciagas (483-430). La teoría del neumatismo afirma que el corazón, además de ser el centro del sistema vascular, es el órgano principal de distribución del neuma, la vida y el calor a través de las venas, las arterias y lo nervios. El corazón (sol del microcosmos) es el órgano central, productor del calor innato y del “pneuma” vital55. Estos conceptos eran abstractos y complejos y significaban diferentes cosas según las escuelas filosóficas. El concepto de “calor” se asociaba a la vida misma y el de “pneuma” al de un principio vital que formaba parte de las criaturas vivas y que en ocasiones estaba conectado con el aire. El neumatismo, como tal, fue rechazado por la Escuela Galénica contemporánea, y por tanto por Hipócrates de Cos y por Aristóteles, pero aceptado por Erasístrato, Diocles, Ateneo y, finalmente, por Galeno. Esta teoría estuvo vigente hasta William Harvey. A diferencia de los milesios, quienes sostenían que había un Principio Único de Todas las Cosas, Empédocles sostenía que había cuatro substancias fundamentales: tierra, agua, aire y fuego. Todas las cosas se forman por mezcla y separación de estos cuatro elementos. Estos elementos, según Aristóteles "eternamente subsistentes y no engendrados", son indestructibles, no nacen ni perecen, y por la mezcla de sus partículas con las de los otros tres elementos se forman las diversas cosas

55 La segunda escuela médica importante del helenismo romano, la llamada neumática, fue fundada por Ateneo de Atalea, autor contemporáneo de Asclepíades. Ateneo fue discípulo en Rodas del filósofo Posidonio de Apamea, una de las principales figuras de la llamada stoa media, lo que explica que las ideas de dicha etapa del pensamiento estoico se convirtieran en fundamentos de su obra. De esta forma, concedió gran importancia fisiológica y patológica al pneuma, entendido de acuerdo con las subdivisiones del mismo propuestas por Posidonio y asimiló su visión de un paralelismo constante entre el macrocosmos y el microcosmos regido por la simpatía, o interdependencia mutua de todos los fenómenos. Asimismo, destacó la función del corazón como sede fundamental del pneuma y del calor innato, considerándolo como el paralelo microcósmico del sol.

Page 16: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

38

que conocemos. El concepto de Galeno de la respiración fue una modificación de los conceptos de Erasistrato. Galeno rechazó algunas ideas metafísicas de la respiración, comunes en esos tiempos; pero aceptó la fuerza dominante de un “calor innato” y la existencia del “pneuma” (aire en griego). Tantas fueron las especulaciones sobre esta idea, y tantas sus variables que Leonardo (1452 – 1519) fue de los primeros en comparar la nutrición animal con el arder de una bujía. ¿Cómo funcionaba? El calor innato es el responsable de las funciones vitales, necesario para la vida, y se originaba, o se producía por la combustión de los alimentos dentro del cuerpo humano. Por tanto, el alimento es el combustible necesario para el funcionamiento del cuerpo animal. Es en el corazón donde reside la producción del calor innato y es la respiración la que conserva el calor vital. Por su parte, el pulso distribuye el calor innato por todo el cuerpo. Galeno, en contra de Aristóteles, cree que el cerebro controla la respiración, moderando el calor por el corazón. Pero es en Grecia, con Hipócrates, 500 años antes de Cristo, que encontramos a esta vasta doctrina de los elementos más completamente adaptada a la medicina. El médico de Cos basó toda su enseñanza en el sistema de los cuatro humores, exactamente similar al de los cuatro elementos que habían elaborado los atomistas, a tal punto similar, que algunos autores consideran a Empédocles como el verdadero fundador del humorismo griego. Hipócrates, sin embargo, precisó las funciones de los humores (la sangre, la flema o pituita, la bilis amarilla y la bilis negra o atra bilis) manifestando que ellos

coexisten en todos los individuos y que la vida resulta del juego de sus acciones combinadas. A estos cuatro humores, Hipócrates agregó el Enormon,

idéntico al calor innato de Heráclito. Con este sistema la fisiología no difería mucho de la patología; todo, en ambas, se reducía a una cuestión de equilibrio entre los humores, de la temperancia entre ellos, es decir del temperamento, de modo tal que cualquiera de sus manifestaciones mórbidas era claramente referida al estado general del paciente. Se trata, por consiguiente, de una teoría eminentemente sintética. El rasgo esencial de la medicina hipocrática fue el proclamar la primacía de la observación y la experiencia, como así también la finalidad de la natura mediatriz a la que transformó en el pivote de toda la terapéutica. Era evidente que si la enfermedad significaba un esfuerzo de la naturaleza tendiente a la

curación, esfuerzo perfecto en sí mismo, la única tarea posible por parte del médico, consiste en ayudarla intensificando sus reacciones con los medios terapéuticos de que dispone. En función de lo antedicho, es que Hipócrates formuló la siguiente ley capital: "La enfermedad es producida por los semejantes y por los semejantes que se le administra al paciente, se retorna de la enfermedad a la salud. Así, aquello que produce la estranguria artificial, cura la estranguria real. La tos, como la estranguria, es producida y curada por las mismas cosas". En sus obras se encuentra una aplicación típica de esta regla: el Veratrum album es una droga que produce vómitos, diarrea y transpiración fría; Hipócrates lo administra a un colérico que presenta los mismos síntomas, y el paciente se cura. Esta es la razón por la cual proclamó el similia similibus curentur (lo semejante se cura con lo semejante) que es lema de la homeopatía. Mejor si leemos al propio Hipócrates:

Qui crescunt, plurimum habent calidi innati, plurimo igitur egent alimento, alioquim corpus absumtitur. Senibus verò parum calidi innati inest: paucis propterea, fomitibus egent, quia á. multis extinguuntur. Hanc etiam ob causam febres senibus non similiter acutae fiunt: frigidum enim eorum

corpus.56

Galeno se refiere al paralelismo entre el calor innato y la flama. Tal comparación podría indicar que Galeno anticipó el moderno conocimiento de la respiración y combustión como proceso bioquímico. Esta similitud se encuentra confinada a las palabras e imágenes y no a las ideas sustentadas por la observación. De hecho, para Galeno el aire no era realmente el fluido extra para la flama. El aire sólo proveía un mecanismo para regular la combustión de los sustratos para orientar la flama en más o menos y ajustar el calor, lo cual permitía que la flama se mantuviera. El aire inspirado no era el material para el calor innato cuyo sustrato es la sangre. El aire producía un movimiento y se enfriaba según la necesidad para mantener el calor innato en forma

56 “Los que crecen tienen mucho cálido innato, por lo mismo necesitan de mucho alimento, de otro modo el cuerpo se extenúa. En los viejos hay poco cálido innato: por eso necesitan de pocos alimentos, porque si son muchos, les acaban. Por esta causa las fiebres no son muy agudas en los viejos, pues que su cuerpo es frío.” MONTES, I., Exposición de los aforismos de Hipócrates, Madrid: Real Colegio de Cirugía de San Carlos-Imprenta de D. Vicente Blanco, 1827, tomo I, Aforismo 14, pp. 29-30.

Page 17: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

39

adecuada. Esta acción era solo dinámica y cualitativa. La espiración por otro lado, expelía los residuos de la combustión lo cual permitía a la flama o calor innato auto renovarse. Galeno confesó sin embargo que no entendía por qué la flama o las cosas vivas morían rápidamente cuando se las privaba de aire.

Sicuti enim lucernarum flammae, quarum tamen oleum est alimentum; si quis id totum simul superinfundat, extinguuntur potius quam nutriuntur: eodem modo et in senibus calidum sui fomenlum quidem habet alimenta, sed si multis, et confertis cumuletur, ac quodam modo suffocetur, periculam est, nè extinguatur, non aliter ac si parvae scintillae ignis lignorum multitudinem

superacerbes.57

Por otra parte, la variedad en la constitución de los individuos radicaba en el temperamento humano que se estructura de acuerdo con la mezcla de las cuatro cualidades (humedad, sequedad, calidez y frialdad). Galeno define nueve temperamentos generales en virtud de sus respectivos predominios: “Un temperamento temperado (con las cuatro cualidades equilibradas) y otros ocho intemperados, de los cuales cuatro son simples (húmedo, seco, frío y cálido) y los otros cuatro compuestos (húmedo y cálido; seco y cálido; frío y húmedo; frío y seco).” El galenismo destacará la importancia de cuatro temperamentos en función de los humores preponderantes en la composición del individuo. Así, la sangre, con cualidad húmeda en primer grado, o preponderante y cálida en segundo grado, genera una complexión o temperamento sanguíneo. La bilis amarilla, cálida y seca, da una complexión colérica; la bilis negra, seca y fría, el melancólico, y la flema, fría y húmeda, genera un individuo flemático.

En cualquier caso, el buen estado del calor innato, su cantidad adecuada y una calidad óptima era algo muy importante para la Medicina galenista de la Edad Moderna. El restablecimiento del calor innato a su nivel natural era indispensable para la recuperación de la salud; lo contrario significaba estar en la enfermedad58. Por ello, en la elaboración de

57 LEONICENO, N., Aphorismi Hippocratis graece et latine / una cum Galeni commentariis; Nicolao Leoniceno interprete, Lugduni:

Guillielmum Rovillium, 1547, p. 56.

58 La vida biológica del hombre es un continuo cambio de su naturaleza desde el nacimiento hasta la muerte, basado en la

medicamentos se procuraba que los mismos, ya en su propia naturaleza y luego en su uso o administración, lograran que el calor innato cumpliera su función59:

Quae referuntur ad coctionem, ea talia esse debent, ut foveant calorem innatum, à quo fit omnis

concoction, etiam excrementorum.60

El origen del calor innato no es otro que el fuego primigenio, el fuego etéreo, portador potencial de la vida, sin el cual ella no podría realizarse en el mundo material. En los cuerpos animados, incluido el Hombre, posibilita que cada uno de los cuatro elementos tenga una presencia moderada y favorece su mezcla de forma atemperada. Así unidos en equilibrio sostiene luego el grado de calor idóneo que la naturaleza humana necesita61. Sin embargo, tanto el calor innato como el calor natural, no siempre eran unos términos diferenciados y muchas veces aparecían unidos, o se utilizaban de forma indistinta. Especial proyección e importancia durante la Edad Moderna mantuvo el contenido dado al calor innato originado por Hipócrates en sus Aforismos, ya sea en

mezcla o crasis de los humores y en la simpatía o conexión funcional de las distintas partes del cuerpo. El mantenimiento de ambas es obra de un agente interno, el calor innato, cuya sede principal es el ventrículo izquierdo del corazón, y de dos externos: los alimentos y el pneuma. Este último, aire fuera del cuerpo y soplo dentro de él, penetra en el organismo por la boca, la nariz y también por toda la superficie corporal; desempeña las funciones de alimentar, refrigerar y vivificar, siendo el más importante principio vital para algunos tratados. La enfermedad fue concebida por los hipocráticos como una alteración de la armonía orgánica que, de acuerdo con sus distintas orientaciones fisiológicas, formularon como un desequilibrio de las cualidades o dynámeis, un mal flujo del pneuma, o una inadecuada mezcla o crasis de los humores.

59 FOGLIA, I. A., De ingressu ad infirmos libri duo, Bononiae: Io.

Baptistam Bellagambam, 1612, p. 118: “per totum Alexipharmacis calidis semper admiscenda moderate adstringentia ne dissipent calorem innatum”.

60 FOGLIA, I. A., op.cit., nota 59, cap. VI: Praeparantium medicamentorum natura, & usum explicantur, p. 73.

61 PAPARELLA, S., De calido Libri Tres, Perusia: Andreae Brixiani, 1573, Cap. III, p. 20: Quid fit naturalis calor:

Ignis aethereusq. Calor in Animatorum corporum mixtione, frigidorum elementorum frigiditate tèmperatus, eorumdè naturalis calor evadit, si aerū aqueumq. Humidum ígneo, terrestrique sicco permixtum obtinuerit: ita ut simul uniantur & in tèperiè cálida còcrescàt: q naturam sensilemq; aiam sustineat, ac idoneum earumdè cuadit instrumentum ad suas obeundas functiones, cuius esse est in fieri, & esse succesivo.

Page 18: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

40

reediciones de este texto62, en las que aparecía con los comentarios de Galeno63, o en las interpretaciones sacadas por médicos seguidores y comentaristas del primero64.

Junto al concepto de calor innato, el del húmedo radical aparece adyacente de forma reiterada. Ambos serán claves en la idea del oro potable y de sus propiedades medicinales. Pero además, la noción del húmedo radical enlazará su faceta medicinal con la alquímica. El húmedo radical es un humor secundario en la Medicina galénica y en la Edad Media65 ya fue teorizado por Avicena y por los maestros de la Universidad de Montpellier, como Arnau de Villanova66. El calor natural y el húmedo radical eran esgrimidos para explicar los estados febriles, el envejecimiento y la muerte. Llull habla del húmedo radical (humidum radicale) en el último capítulo del Liber chaos (donde deviene del primer caos a las especies a los individuos del mundo animal y vegetal, donde tiene un protagonismo especial en todo lo que se refiere a la generación y a la corrupción) y en su pseudográfico Testamentum. Para Ramón Llull, el húmedo radical deviene del "primer caos" a las especies y los individuos de los reinos vegetal y animal, donde tiene un papel fundamental en todo lo referente a la generación y la corrupción y a su vez con la Alquimia:

Fili, quando tu volueris incipere aliquod opus beneficio nostri magisterii, tu debes scire prius qualiter humana natura procedit; et secundum processum illius tu similiter te debes habere in tuo opere... Et in tali forma, fili, natura excitat suum

62 HIPÓCRATES, Aphorismi..., Antwerpen: Guilielmo Planti

Coenomano interprete, apud Guilielmim, 1573. En la página 44 dice que el calor innato es la causa de toda acción natural.

63 GALENO, C., In aphorismos Hippocratis commentarii septem, recens per Gulielmum Plantium, Lugduni: Gulielmum Rovillium, 1554.

64 BAROCCI, A., Alfonsi Baroccii Ferrariensis In primam magni Hippocratis aphorismorum sectionem dilucidissimae lectiones: eodem prorsus ordine habitae, quo pincta a laureandis in doctorum consensu passim explicari solent, Ferrariae: Benedictum Mammarellum, 1583, p. 169.

65 CRISCIANI, Ch., “Aspetti del dibattito sull'Umido radicale nella cultura del tardo medioevo (secoli XIII-XV)”, en Arxiu de textos catalans antics, 23-24 (2005), pp. 333-380.

66 FERRARIO, G., “Il Trattato <De humido radicali> di Arnaldo de Villanova”, en Arxiu de textos catalans antics, 23-24 (2005), pp.

281-331.

calorem, extrahendo humorem, qui eum tenebat mortificatum vel ebetatum. Qui humor precepto nature transportatur vaporabiliter in aliam regionem, in qua obviatur cum frigido menstruali, et ibi fermentatur cum exuberato calore per viam temperancie ad nutriendum infantem, virtute cuius fermentacionis res vilis menstrualis dealbatur cum humiditate, que resolvitur ex dictis spermatibus in lac sublimatum, ad alembicos mamillares transformatur. Per hoc, fili, tibi revelatur tanquam voce viva quod, cum hec humiditas intrat propriam substanciam spermatum, illud ex toto appellavimus ‘humidum radicale.67

La obtención y mantenimiento del húmedo radical se lograba a partir de la alimentación, desde su carácter nutritivo que aparecía por la combustión de lo ingerido a través de la digestión y asimilación dentro del cuerpo humano. Luego el cuerpo sacaría fuera los desechos de tal combustión, lo que no era asimilado por el calor innato. Si Aristóteles puso el calor como elemento clave en la estructura fisiológica de los seres animados, intrínsecamente conectado a una humedad por él consumada, el húmedo participaba de la continuidad de la vida sosteniendo la acción continua y desecante del calor68, por lo que era útil, por ejemplo, para explicar la vejez y la muerte durante siglos69, o la conservación de la vida humana70. Al igual que el calor innato, el húmedo radical cumple funciones generativas y está presente en el nacimiento de la vida en el reino animal. Desde el hombre hasta incluso a la víbora, capaz de

67 PSEUDO-LLULL, R., Testamentum. Editado por M. Pereira y B.

Spaggiari, Florencia: Edizioni del Galluzzo, 1999, III.38, pp. 476-478.

68 HALL, T. S., “Life, Death and the Radical Moisture”, en Clio medica, 3 (1971), p. 3-23; MCVAUGH, N., “The ‘humidum radicale’ in Thirteenth-century medicine”, en Traditio, XXX

(1974), pp. 259-283.

69 PINCIER, J., Otium Marpurgense, in sex libros digestum; quibus fabrica corporis humani, insertis passim disputationibus, historiis & fabulis ... carmine describitur, Herborn, 1614, p. 115:

Nutritionem duabus de causis esse necessariam: quarum altera est caloris innati humidum radicale continenter absumentis voracitas, altera corporis in annum 25. usque incrementum. Nam et humidum radicale perpetuâ per cibum et potum instauratione indiget et incrementum sine iisdem fieri nequit.

70 BORNITZ, J., Tractatus politicus De Rerum Sufficientia,

Frankfurt-Main : Godefridi Tampachii, 1625, p. 78: “Vita hominis balsamo nativo conservatur, seu calido et humido radicali: adeoque aeris haustu et ignis sive coloris fomento ».

Page 19: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

41

traspasarlo al huevo a través de la crasitud interna del mismo, donde sirve de portador del espíritu vital y de alimento a la futura cría71.

En cualquier caso, la idea de una energía vital, a la vez espiritual y universal, que ha de fortalecerse no sólo era válida en el ámbito fisiológico, sino también era beneficiosa para el óptimo funcionamiento de los sentidos, que a su vez se necesitaban para la contemplación del Hombre. Y, por supuesto, aquí también eran necesarios cuidados médicos:

instrumentum eiusmodi spiritus ipse est: qui apud medicos vapor quidam sanginis purus subtilis calidus & lucidus definitur. Atque ab ipso cordis calore ex subtiliori sanguine, pcreatus volat además cerebrum; ibique animius ipso además sensus tan interiore q. exteriores exercendos assidue utitur. Quamobrem sanguis spiritui seriivit: Spiritus sensibus: Sensus denique rationi: Sanguis autem a virtute naturali quae in ie core stomachoque viget efficitur. Tenuissime sanguinis pars fluit in cordis fontem: ubi vitales viget virtus.72

A todo esto, cuando los médicos aceptaron que era posible alterar las cualidades en el reino mineral, ya que ellos lo hacían en el vegetal para sanar las alteraciones en el animal (en el hombre), la Alquimia entró de lleno en la Medicina, pero, según algunos, erróneamente:

Es que Galeno a caído en muchos errores, los que nosotros hemos querido aclarar, como que la forma de los animales y de los mixtos naturales no es otra cosa que el temperamento y la armonía de las cuatro calidades. Aquí, la verdad es bien distinta, porque esta armonía viene del acuerdo de las cualidades que

71 SEVERINO, M. A., De viperae natura, veneno, medicina demonstrationes et experimenta nova, Padoue : P. Frambotti, 1650, p.

313.

72 FICINO, M.. De triplici vita, Basilea: Johannes Aberbach, 1497,

pp. iiiivo-v:

Una herramienta así es, propiamente, el espíritu, que los médicos han definido como el vapor de la sangre, puro, sutil, cálido y claro. Generado por el calor mismo del corazón, que lo saca de la parte más sutil de la sangre, va al cerebro y allí el alma le utiliza sin cesar para mover los sentidos, tanto los internos como los externos. Y así la sangre sirve al espíritu, el espíritu a los sentidos y por último, los sentidos a la razón. A su vez, la sangre es producida por una energía natural que actúa en el hígado y el estómago. La parte más sutil de la sangre fluye como una fuente en el corazón, donde actúa la energía vital.

salen de la substancia y la forma es la armonía que sale de la substancia misma, y no de las cualidades, porque la forma debe ser una substancia y el temperamento no es más que una cualidad […] El temperamento se encuentra también en los hombres y en las bestias brutas, y tanto en unos y en otros depende del concierto de los tres principios, sal, azufre y mercurio y de todas las cualidades que se encuentran en sus semillas.73

5. Mattioli, el oro potable y la Alquimia Bernardino Gómez Miedes aprovecha su alusión a una carta entre dos médicos europeos que trata sobre el oro potable para posicionarse sobre la Alquimia. No sabemos cuándo pero, en el texto del año 1564, Mathiolo afirmó que recibió una carta de un no menos famoso médico intrigado por la Alquimia. Este médico, que se llamaba Andreas de Blawen, le preguntó sobre qué pensaba de los muchos modos que había de preparar el oro potable. Tampoco la carta tiene desperdicio alguno. Andreas de Blawen está conmocionado. Dice que hay muchos y muy admirados médicos en su tiempo, que explican muchos trabajos para hacer medicinas, y que muchos de estos trabajos importan conocimientos procedentes del arte químico. También afirma que dichos remedios están tomando un auge inusitado ante las supuestas cualidades que tienen de curar muchas enfermedades. Al parecer él y otros colegas amigos habían intentado hacer "con diligencia y según los arcanos" el oro potable, según los modos que circulaban entonces por doquier. Nos cuenta, muy detalladamente, varios experimentos que hizo, advirtiendo que no tiene mucha seguridad en que haya que disolver el oro previamente con corrosivos. Dudaba si preparar el oro directamente con agua regia o, siguiendo el método del agua fuerte con la plata. Blawen había tomado las referencias que diera Phillip Ulstadius, y concluyó que una buena forma era usar el mercurio sublimado con el fin de disolver el oro. Como digo, toda la carta es digna de lectura. Alude también a las cenizas de cráneo humano y al cabello de los hombres, según indicaba Arnau de Vilanova y tal y como se guiaría unos años después, en 1582, François Rousselet. 73 FABRE, J.-P., L'abregé des sécrets chimiques, París, 1636, pp. 388-

399, « Conclusion ».

Page 20: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

42

Veámos primero las palabras de Bernardino Gómez Miedes:

-2-17.4. Es tan importante, pues, la sal y tan esencial y necesaria para la preparación de este tipo de oro potable, que casi no se obtiene ningún resultado sin ella. Según refieren los físicos y principalmente de entre los más recientes el muy experto médico Andreas de Blauven, en su epístola a Mattioli, que trata sobre el modo de preparar el oro potable, afirma que sin sal no puede realizarse una preparación o, mejor dicho, una licuación de este tipo, pues toda la eficacia de la disolución del oro (como él mismo demuestra) descansa en las sales _ entiéndase ya sea la sal común de la cual nos nutrimos, ya sea la que se saca de la parte anterior del cráneo humano, lo cierto es que los químicos más antiguos solían utilizar esta sal para una preparación de esta clase, del mismo modo que los más recientes suelen utilizar la sal que se obtiene de la orina de los hombres, ésta, pues, se ha descubierto como la más eficaz de todas para ello, de modo que el hombre puede tener al alcance de la mano y dentro de sí los instrumentos para esa preparación vital del oro.

En el año 1564 se editó una colección de cartas y sus respuestas recibidas por Mathiolo. Dividido en cinco libros, todo el texto es digno de leer, ya que nos refleja las inquietudes médicas de estos años74. Por ejemplo, otro médico llamado Iosepho Sandalio le preguntó sobre qué efectos tienen los metales en la composición de medicamentos en los que entraban también la flor de jacinto, o el tragacanto75. En esta ocasión, y a modo comparativo hemos manejado esta edición y la que se hiciera más de un siglo después. Así hemos podido observar la confusión existente sobre el oro potable, que todavía a mediados del siglo XVII recorría toda Europa, los médicos se escribían entre sí para acordar cuál era el mejor de todos. El propio Matiolo se quejaba, ya en el siglo XVI, de que un remedio tan alabado tenga tantos modos de preparación y que los inventores de los mismos lo ocultasen:

El médico se ocupa de las muchas formas que existen

74 MATTHIOLI, P. A., Epistolarum medicinalium libri quinque, Lugduni: Caesarem Farinam, 1564.

75 MATTHIOLI, P. A., op.cit., nota 74, p. 34.

de preparar el oro potable. Pero ahora este agua de oro, tan grande y principal, este remedio nunca alabado lo bastante, necesita un juicio a sus formas secretas de preparación. Porque no hay nada mejor para hacer el oro potable que la lección que da una investigación duradera y una larga experiencia.76

En dicho epistolario Mathioli cita a Geber como "príncipe de los alquimistas", también a Ulstad, al elixir vitae de "Raymundo" o a Juan Bautista Montanus (1491-1551), uno de los médicos más preclaros de su tiempo en cuanto a sus opiniones sobre la destilación. Leyendo detenidamente tanto la citada carta como la respuesta de Mathioli, una pregunta se nos ha venido inmediatamente a la cabeza: ¿Dónde está Paracelso? El que escribe esto tenía la idea que Paracelso había influido, para bien o para mal, a todos los médicos, que no pasaba indiferente tras su muerte, en el año 1541, y mucho menos en su área de influencia. Pues bien, no aparece ni una sola vez mención alguna a él. La carta de Andreas de Blawen alude a las actividades alquímicas de Praga, al ambiente médico incluso húngaro. Pero nada, Paracelso, al parecer no existía para nuestros dos contertulios postales. ¿Y su fama de médico introductor de la Medicina química? Pues desvanecida, al menos entre los más insignes médicos que llevaron la voz cantante un par de décadas después de su desaparición. Esto dificulta la comprensión del boom paracelsita que se iba a dar, a mano de un puñado de seguidores, poco más de cinco o seis años después de la publicación de estas cartas. ¿De dónde salieron? Más aún inexplicable si los Dorn, Bodenstein, Toixites y Suchten, sus máximos seguidores hacia 1570 y 1580, tenían su origen y formación en estas fechas y en la misma área de influencia. Quizás la ignorancia sea un hecho

76 MATTHIOLI, P. A., Epistolarium, Basilea: Ioannis König, 1674,

“Carta a Andreas de Blawwen”, lib. 6, parte IV, pp. 175-176. Así preparaba Matioli su propio oro potable:

Modo de hacer:

En primer lugar, disolviendo el oro por medio del agua fuerte. Philip Ulstad tiene la descripción del oro potable que solía hacer Juan de Toledo y que de la propia Naturaleza extrae el químico los principios. Son iguales para el oro y para el agua que las muchas formas de prepararlas del vino que hay en la parte que se edita en los volúmenes de Ramón Llull. Pero la mejor es la que, tras mucho trabajo y esfuerzo, se consigue extraer y separar las partes sutiles del vino de las acuosas y las terrestres de formar correcta; lo que los químicos llaman la separación de los elementos.

Page 21: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

43

intencionado, un intento de eliminar su figura de la escena médica del momento. Pero recordemos que los que hablan saben mucho de destilación y del oro potable.

Menos mal que no es el único caso. Sabemos que, tras morir Paracelso, el silencio envolvió su figura. Conrad Gesner, por su parte ya estaba elaborando lo que sería su Bibliographia Universalis, que vería la luz en el año 1545, en la que, sin embargo, no menciona a nuestro personaje. Dieciséis años después, sí que lo hizo, pero condenando la postura teológica de su paisano. En una carta dirigida a Johannes Crato von Crafftheim77 le dijo sobre Paracelso: "debe haber sido un hombre irreligioso y un mago, que comerció con el diablo", razón por la que Gesner ni se molestó en recopilar material sobre él78. No fue el único que tras su desaparición renegó de él. Otro de ellos fue el famoso médico Johannes Baptista Montanus, quien amplió los ataques a la persuasión con la que Paracelso quiso inundar a muchos médicos, sobre la Alquimia que él propugnaba79, ya en el año 1544.

Vayamos ahora a la cuestión del oro potable que ya citamos antes en alguna ocasión (2-17-3):

-2-21.6. Pero dado que siempre ha sido muy costoso y difícil por Naturaleza descubrir este sistema de ablandar y licuar el oro y, descubierto, convertirlo en arte, por esta razón debemos atribuir a los alquimistas la invención de una cosa divina, por así decirlo, pero también debemos estar agradecidos a la sal porque es la causa más importante de que el oro se licue. -2-21.7. No obstante, para llevar a cabo esta licuación del oro, la sal se sirve de la ayuda y la colaboración del vinagre, con estos dos jugos tan dominadores de las cosas, el oro se funde y se puede beber, y después de bebido, por la facultad del vinagre, al instante penetra en las vísceras con gusto

77 GESNER, C., Epistolarium medicinalium libri tres, Tiguri:

Christoph Frosch, 1577, fols. 1r-2v.

78 Sobre la figura de Paracelso en estos años hay mucha bibliografía, pero merece la pena destacar, en cuanto a sus ideas teológicas se refiere el artículo GILLY, C., "Theophrastica sancta - Paracelsianism as a Religion in Conflict with the Established Churches", en Paracelsus: The Man and his Reputation, his Ideas and their Transformation, Leiden: Brill, 1998, pp. 151-185.

79 MONTANUS, J. B., In nonum librum Rhasis as Mansorem Regem Arabum expositio, Basilea. Baltassarem Constantinum, 1544, fols.,

2v-4r.

a sal y se recibe con mucha avidez. Y, una vez transformado en cierta “quinta esencia”, como vulgarmente dicen, regula y dispone a la perfección los humores.

En este ambiente, donde se mezclan el oro potable con alquimistas, engañadores, charlatanes y pseudo-químicos, es donde Bernardino Gómez Miedes escribe su obra. Y los ejemplos puestos, si bien algunos son posteriores, no hacen sino redundar en la trayectoria histórica de esta mezcla confusa, donde las opiniones también parecen embarullarse, para servirnos de fiel testimonio de un momento del pasado donde el oro potable era el medicamento, más bien pseudo-medicamento, estrella, el que estaba de moda. Si queremos un ejemplo totalmente contemporáneo al texto de Bernardino Gómez Miedes, veámoslo.

François Clouet (1510-1572) fue un pintor de origen flamenco al que tenemos algo que agradecerle. Hijo de otro famoso pintor, Jean, nos dejó obras maestras realizadas en el entorno cortesano galo. Ambos tuvieron una técnica más que excelente, muy depurada. Partiendo de la línea a carboncillo en colores sepia y negro, pasaban al color puro y riguroso. Sus rojos o negros aportaban la fuerza a su especialidad: el retrato. Entre los que realizó para nuestra admiración se encuentra el de Diana de Poitiers, duquesa de Valentinois (1499-1566). Es el famoso retrato donde aparece con el torso desnudo, pero aumentando la personalidad de la modelo. Y su hermosura. La belleza de Diana en la corte francesa era muy famosa, casi legendaria. A los treinta y siete años era la amante del futuro Enrique II de Francia. Su esplendor, su porte y su hermosura eran murmurados más allá de sus círculos habituales, saliendo en forma de habladuría social generalizada. Estas comidillas incluyeron el porqué su belleza se prolongaba en el tiempo. Se atribuía a una pócima llamada oro potable. El mismo señor de Brantòme, Pierre de Brouillard (1539-1614) atribuyó a la virtud de este pseudo-medicamento alquímico la conservación de su belleza:

J'ay veu Madame la Duchesse de Valentinois en l’age de soixante-dix ans, aussi belle de face, aussi fraische et aussi aymable comme en l'age de trente ans [...] Et sur tout elle avoit une très-grande blancheur, et sans se farder aucunement; mais on dit bien que tous les matins elle usoit de quelques

Page 22: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

44

bouillons composez d'or potable et autres drogues, que je sçay pas comme les bons medecins et subtils apoticaires.80

La fe en el oro potable que existió durante todo el siglo XVI y todo el siglo XVII, y en todos los rincones de la sociedad fue un fenómeno que adquiere rasgos de interés sociológico. Más aún cuando, desde la Historia de la Ciencia y de la Alquimia, sabemos que fue una derivación y una secuela del acercamiento entre la Medicina y la Alquimia. Diríamos que fue una ramificación extrema e inaudita de un proceso iniciado más de un siglo antes, a fines de la Edad Media, al que en su desarrollo se fueron añadiendo elementos que orientaron su recorrido posterior. El crédito depositado en el oro potable durante tantos años, la obsesiva convicción de sus excelentes propiedades terapéuticas es difícil de entender aún conociendo sus causas. Es cierto que la medicina tradicional vio mermada su credibilidad desde que sus remedios se mostraron ineficaces en las epidemias italianas del siglo XV. También que el auge de la Medicina química provocó, mediante la destilación y el uso de metales y minerales, la búsqueda de unas medicinas más eficaces y potentes, válidas incluso para varias enfermedades, cuya popularidad hizo que se consideraran panaceas. Además, la difusión de la “medicina popular”, más tangible y accesible, multiplicó la existencia de secretistas, hombres capaces de inventar y comercializar unos productos, los remedios secretos, con unas altas virtudes sanativas81. Pero, aún con todo esto, el fenómeno histórico que tiene como

80 BRANTOME, P. DE, Recueil des dames, poésies et tombeaux, París : Gallimard, 1991, pp. 604-605; BRANTOME, P. DE, Oeuvres Complètes du Seigneur de Brantôme accompagnées de remarques historiques critiques. Nouvelle édition collationnée sur les manuscrits autographes de la Bibliothèque du Roi, et augmentée de fragments inédits, Paris : Foucault, 1822-1824, 8 vols., vol. 7, p. 430.

81 Dippel fue el creador del aceite de animal de Dippel, visto como una panacea. Hasta principios del siglo XIX se incluia en las farmacopeas: AYNSLEY, E. E. y CAMPBELL, W. A., “Johann Konrad Dippel, 1673–1734”, en Medical History, 6-3 (1962), p. 281–286. Lo mismo ocurrió con la “terra silesiaca”: DANNENFELDT, K. H., “The introduction of a new sixteenth-century drug: terra Silesiaca”, en Medical History, 28-2 (1984), pp. 174-188. Sobre estas

cuestiones: BROCKBANK, W., “Sovereign remedies, a critical depreciation of the 17th-century London Pharmacopoeia”, en Medical History, 8 (1964), p. 1-14 y HARLEY, D., “James Hart of

Northampton and the Calvinist Critique of Priest-Physicians: An unpublished Polemic of the early 1620s”, en Medical History, 42

(1998), pp. 362-386.

centro el oro potable no es comprensible si no atendemos a otros factores de índole distinta. Se vendía en pequeñas ampollas y se adquiría sin grandes complicaciones. Pero era tan sólo uno más de los medicamentos célebres, junto a, por ejemplo, el agua de vida de Alderete82, los polvos de Cornachino83, los universales de Matías de Beínza84, las gotas de Inglaterra, el polvo de simpatía85, el polvo de víboras y el polvo de ojos de cangrejo. Sin embargo, la controversia de la Alquimia y su unión con el oro potable arrancó ya en el siglo XV86. Ya en esos años, la fama del oro potable, o elixir vitae, se extendía por Europa, y hasta en poesías se recogieron

82 ALDERETE Y SOTO, L., Luz de la medicina y respuesta a las objeciones puestas a la universal, Madrid, 1681; Ibid., Señor, D. Luis de Alderete y Soto... dize, que por Cedula de V. Mag. de 21 de enero de 1680... tiene licencia para imprimir la filosofia christiana, Madrid, 1681; Ibid., La verdad acrisolada con letras divinas y humanas.../ escrita por Don Luis de Aldrete y Soto respondiendo al auto del Protomedicato en que prohibe la Medicina Universal, y al papel de Pon Iuan Guerrero que intitula Sol de la Medicina, aprobada por D. Antonio de Ron, Valencia: Benito Macé, 1682; Ibid., Crisol de la verdad... respondiendo al auto... va corregido y aumentado de su autor en esta ultima impression, Madrid, 1683; Ibid., Señor, Don Luis de Aldrete y Soto dize que ha llegado a su notizia que cierto medico de camara ha assegurado que en el papel que el suplicante escrivió de la Luz de la Medicina..., s.l., s.f.; AMIGO Y BELTRÁN, L., Apologia en defensa de la medicina substancial y universal del agua de la vida : en que se haze examen y juizio de los papeles que en orden a ella se han publicado por Don Luis de Alderete y Soto y el Doct. Don Iuan Guerrero: pruebase en ella que la vida se conserva y mantiene con espiritus y que todas las enfermedades entran por ellos... declarase el misterioso y arcano secreto de la materia, Zaragoza: viuda de Agustín Verges, 1682: VILLACASTÍN, Fr. A. DE, La Chymica despreciada, D. Luys de Alderete y Soto perseguido, defendida y defendido, Granada: imprenta de la Santísima Trinidad, 1687: DELGADO DE VERA, J., Defensa y respuesta jvsta y verdadera, de la Medicina racional y philosophica, profanadas de la imposturas de la Chimia, introductora de el remedio universal, y agua de la Vida de Alderete, Madrid: Antonio Román, 1687.

83 CORNACHINI, M., Methodus in Pulverem, Genevae: Leonardi Chouet, 1682.

84 BEINZA, M. DE, Discurso sobre los polvos universales purgantes,

Bayona: Antonio Fauvet, 1682.

85 DIGBY, K., Discours fait en une célèbre assemblée, par le chevalier Digby..., touchant la guérison des playes par la poudre de sympathie, où sa composition est enseignée, et plusieurs autres merveilles de la nature sont développées.., París: A. Courbé, 1658.

86 CRISCIANI, C. y PEREIRA, M., "Black Death and Golden Remedies: Some Remarks on Alchemy and the Plague", en Micrologus Library, 2 (1998): Regulation of Evil: Social and

Cultural Attitudes to Epidemics in the Late Middle Ages, pp. 7-39. CRISCIANI, C., “Alchemy and Medicine in the Middle Ages”, en Bulletin de Philosophie Médiévale, 38 (1996), pp. 9-21; PEREIRA, M., "Teoria dell'elixir nell'alchimia latina medievale", en Micrologus, 3 (1995), pp. 103-148.

Page 23: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

45

sus alabanzas, como hiciera Nicolás Cusano (1400-1463), quien, en su Docta ignorantia, escrita en 1440, ya renegaba de la Alquimia87, o el poeta alemán Conrad Celtis (1459-1508), en el año 1502:

Et vita illorum multa pericla subit Hic cupidus tacito confundit in igne metallum Promittens auri pondera magna novi Et vagus in toto sponsor devoluitur orbe Decipiens nugis oppida cuncta suis Concoquit hic aurum potabile: philosophorum Et lapidem miro conficit ingenio Ille rotam vivam patula promittit in aura Cuius motorem cernere nemo queat88

Por su parte, Marsilio Ficino (1433-1499), de quien se dijo que nunca pudo hacer el oro potable89, abogó por su uso en el tratamiento contra la peste, si bien no dejó en buen lugar a la Alquimia de vez en cuando90. En su Epidemiarum Antidotus91, da una receta para reducir a estado líquido el oro y hacerlo apto para el cuerpo humano. Empieza con una disolución en mercurio, separándolo luego en el alambique, proceso clásico donde los haya. Y en su De vita libri tres nos dice:

El oro lo prueban antes que todas las cosas [...] puede

87 CUSANO, N., De docta ignorantia. Edición de E. Hoffmann y R.

Klibansky, Lipsiae: F. Meiner, 1932, p. 63:

Imaginatione neque intellectu neque operatione aut scriptura aut pictura vel arte: etiam si mille annis unus alium imitari studeret in quocumque, numquam tamen praecisionem attingeret, licet differentia sensibilis aliquando non percipiatur. Ars etiam naturam imitatur, quantum potest, sed numquam ad ipsius praecisionem poterit pervenire. Carent igitur medicina, alchimia, magica et ceterae artes transmutationum veritatis praecisione, licet una verior in comparatione ad aliam, ut medicina verior quam artes transmutationum, ut ista ex se patent.

88 CELTIS, C., Quatuor libri amorum secundum quatuor latera Germanie, Nürnberg: Sodalitas Celtica, 1502, Elegía X, fol. LI vº.

89 GRATAROLUS, G., Alchemiae quam vocant, Basilea: P. Perna,

1572, 2 vols., vol. I, 43: “aurum potabile fieri vere non potest Ficino”.

90 FICINO, M., Le divine lettere del gran Marsilio Ficino tradotte in lingua toscana da Felice Figliucci senese, Venecia: Gabriel Giolito de

Ferrari, 1548, p. 81v: “Hora quanto coloro che vanissimi Alchimisti son detti tante volte da l'oppinion loro ingannati restano e da la fortuna traditi, quante volte i più vili metalli in...”

91 FICINO, M., "Epidemiarum antidotus, tutelam bonae valeudinis continens", en Opera Marsili Ficini Florentinii, Basilea,

1576, tomo I, pp. 576-577.

atemperar el calor natural, preservar los humores de la corrupción, inferir virtud a los miembros. Conviene también que la durísima sustancia del oro hacerla la más sutil y penetrativa. Recrea las virtudes cordiales. después puedes hacer otra mezcla para el oro potable. Cuando tengas un poco de oro potable coge flores borágines, buglosa, melissa (que llamamos citraria), y cuando la luna suba a Leo o a Sagitario echa y el estaño fundes con vino blanco agua rosacea hasta licuarlo y echa con cuidado tres hojas de oro.”92

En realidad, muchas ideas estaban danzando en la misma arena, y discernirlas no era tarea fácil, como parece que le ocurría a Bernardino Gómez Miedes. El tiempo transcurrido en donde coindieron calor natural, calor innato, húmedo radical, oro potable, Medicina y alquimia fue largo y duradero. Además, los trasvases de significados hacia un lado u otro, compartiendo mayor o menor parte de ellos fueron algo habitual. ¿Cómo una idea transcurría libremente de un lado a otro y no podía ser ubicada en ninguno de ellos? La base aristotélica de la Alquimia nos obliga a no ir más allá de este filósofo, dejando a un lado, también, los antecedentes e ideas previas sobre el concepto en cuestión. Él habló de un cierto calor innato que está presente en todos los seres vivos:

Omnis anima, siue virtus, siue potentia, & c. Caterum calorem in animalibus contentum, neque ignem esse, neque ab igna originem ducere apertum ex his est.93

Desciendo del Cielo y, bajando, todas las criaturas participan de él, cualidad que añadió Daniel Sennert (1572-1637), quien además dijo que este calor, de origen supraelemental, también se encuentra en la semilla, lugar por donde se transmite de generación en generación94. Por tanto, este calor durará lo que dure la especie, como dijeron Fontano95. Galeno96 e 92 FICINO, M., De vita libri tres, Basilea, 1527, p. 78.

93 ARISTÓTELES, De animalibus, Lyon, 1558, libro 2, cap. 3 “De

gener. Animal”.

94 SENNERT, D., De chemicorum cum aristotelicis et galenicis consensu et dissensu, Witerbergae, 1665, cap. 8, fol. 100.

95 FONTANUS, G., Artium et medicinae doctoris medicorum,

Lugduni, 1657. No confundir con Iacobus Fontanus, otro médico galenista de principios del siglo XVII.

96 GALENO, De placitis Hippocratis et Platonis, ed. P. De Lacy,

Berlín : Akademie, 1978, lib. 8.

Page 24: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

46

Hipócrates97 le llamaron calor, aunque el segundo también habló de “fuego” en alguna ocasión98. Es desde este punto inicial cuando empiezan a verse diferencias entre los médicos y los alquimistas. Para los primeros este calor infinito y transmisible está en nosotros y su fuente es el corazón, aunque reconocen que dicho calor innato es la mismísima substancia del espíritu vital. En tales términos se expresaron Alonso de Santa Cruz, Nicolao Nancelio, Duncano Lidelio, etc. Este calor corporal, a diferencia del de los alquimistas, no es celeste, ni etéreo, ni elemental ni ígneo. Más bien es suave y templado, estrechamente unido inseparablemente a algo llamado “húmedo primigenio”99, tomado del vapor balsámico de la sangre que alcanza su máxima purificación en el corazón y en que van unidos los cuatro humores naturales más el aire de la respiración. Galeno dijo que este calor infinito corporal era el “húmedo radical” (el fuego de Hipócrates). Para sus seguidores, el calor natural y el húmedo primigenio son los dos principios de la vida (el fuego y el agua de Hipócrates). Cuando Justo Delgado Vera dispute sobre el agua de vida de Alderete, pondrá por encima esto al etéreo de los alquimistas y paracelsistas, ya que no admite que éste último pueda ser transmitido, mucho menos seminalmente, ni que sea generante. Estos dos principios de vida están recíprocamente mezclados en el cuerpo y en la semilla, ya que su destino es la generación de la misma (excepción hecha de los vegetales). El fuego, calor, es el agente de la vida y está en la parte masculina. El agua, la humedad primigenia está en la femenina; y juntos realizan el vínculo de una misma sustancia que es el espíritu vital. Los alquimistas coincidieron en varias cosas con estas ideas: se propaga seminalmente, es supraelemental y contiene el principio de la generación. Las divergencias más notables son de origen conceptual: para los segundos, sí que la vida alcanza al reino mineral y esta “vida mineral” goza de atributos muy

97 HIPÓCRATES, Hippocratis De hominis aetate, ex extremo fine libri De carnibus: De septimestri item & De octimestri partu… Amberes, 1571.

98 HIPOCRATES, In librum Hippocratis De dieta commentationes, Madrid: Luis Sánchez, 1594, libro I.

99 DELGADO VERA, J., op.cit., nota 82, p. 105.

semejantes a los que los médicos dan al reino animal. Jean Pierre Fabre, un paracelsista camuflado de espagirista nos dio un listado de nombres que se aplicaban a esta idea desde la chymia: “Sulphur vital”, mercurio vegetable, Cielo de los Filósofos, quinta esencia celeste, menstruo universal, agua ardiente, agua de vida y hasta trescientos nombres más100. Pero veamos cómo fue vista por uno de los alquimistas más renombrados de su tiempo, Jean d'Espagnet y de qué forma, hacia principios del siglo XVII, ya era patente la distancia con la opinión de Aristóteles:

Los filósofos creyeron que existe una Materia primera más antigua que los elementos. Pero, como ellos no tuvieron conocimiento de ella, poco hablan de eso y, cuando lo hacen, la describen como envuelta en un velo: (dicen) que es exenta de cualidades y accidentes, pero que constituye el primer sujeto de las cualidades y accidentes; que ella es vacía de cantidad, pero que, por medio de ella, todas las cosas son cuantitativas, que es simple, pero que, en ella, residen los contrastes; que, aunque desconocida por los sentidos ella es la base de las cosas sensibles, que su presencia no se percibe en ninguna parte, si bien está dispersa por todas partes; que siempre anhela tener formas, aunque no consiga retener ninguna. Origen de todos los cuerpos, sólo puede ser concebida por la operación del intelecto, sin ser, de ningún modo, perceptible a los sentidos. Por último, no habiendo nada realizándose, ella consiste en el todo en potencia. Esta es la forma como establecieron un fundamento de la Naturaleza en forma convencional, irreal y quimérica. Aristóteles, que creía en la eternidad del mundo, con más prudencia, habló de una cierta materia primera y universal. A fin de evitar lo más oculto que hay en torno a ella, habló sucintamente y en términos ambiguos. […] Pero habría revelado mejores cualidades de Filósofo si hubiera eximido a esta materia primera del combate de los contrarios y la hubiera reconocido libre de toda repulsión.101

Cuando la Medicina de fines del siglo XVII aceptó los preparados por “el arte separatoria spagirica

100 FABER, J. P., Myrothecium spagyricum sine pharmacopae chyimica: occultis naturae arcanis et hermeticorum scriniis depromptis abundé illustrata, Tolosae: Petrum Bosch, pp. 42-50.

101 D'ESPAGNET, J., Enchiridion Physicae Restitutae, París, 1622,

cánones 13 a 15.

Page 25: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

47

destilatoria”, el acuerdo con las ideas alquimistas originales aumentó hasta el punto de coincidir en que en los vegetales y en los minerales también hay una quinta esencia y que puede ser extraída. Aunque a algunos les costaba aceptar esto y decían que lo obtenido en la destilación recibió el nombre dado en Medicina de forma abusiva. Podía pasar lo de esencia como producto obtenido por destilación, pero no por quinta esencia, “ya que no hay primera, ni segunda...”. Vale que por medio de la destilación de los mixtos se consigan elaborar varias aguas destiladas, licores, elixires, aceites, bálsamos, espíritus y esencias, pero que, por ejemplo, el espíritu de vino rectificado, tan útil como menstruo o disolvente, sea llamado agua de vida es toda una metáfora. Sin embargo este producto, dadas sus propiedades y la consideración de que gozó, se aceptaba el sobrenombre de quintaesencia, como nos hizo saber Felipe Ulstadio102. Podemos distinguir, en principio, dos tipos de quintas esencias. Una es simple, el espíritu de vino rectificado

y sublimado. En dicho estado, esta quinta esencia se prende fácilmente, por lo que se le llamaba agua ardiente. Si se tira al aire, es tan liviano que no baja nada y se lo lleva el aire, razón por lo que algunos le llaman agua etérea. El otro tipo es compuesto y sus elementos son muy variados, pudiendo ser de uno solo hasta tres o cuatro. De ambos tipos de “agua de vida” hablaron Lange103, Heurnio104, Fioravanti105, el florentino106, Gesner, Andernaco107, Fonseca108,

102 ULSTAD, P., De quintaessentia, Norimbergae, 1565. Este texto se editó varias veces junto a otro atribuido a Ramón Llull: LULIO, R., De secretis naturae sivi quintaessentia libri duo, Venecia:

Petrum Schoeffer, 1542. También trataron esta cuestión: RUPESCISSA J., Virtus atque propietas quintaessentiae omnia, Lyon, 1549; THURNEYSSER, L., De quintaessentia, Munich, 1570 y DICKINSON, E., De quintaessentia philosophorum, Oxford, 1686.

103 LANGE, J., Epistolae medicinalis, Lyon, 1556.

104 HEURNIO, J., De febribus liber, Lyon, 1598.

105 FIORAVANTI, L., Il tesoro della vita humana, Venecia, 1570.

106 El florentino es el sobrenombre con que se solía aludir a Marsilio Ficino. FICINO, M., Libro compuesto por... Marsilio Ficino Florentino en el qual se contienen grandes auisos, y secretos maravillosos, assi de Medicina, como de çirugia, para curar y preseruarse los hombres de pestilencia con otros muchos tratados muy necessarios de diuersos Autores esperimentados en esta enfermedad, Pamplona: Mathias Ares a costa de Martin Gomez, 1598.

107 ANDERNACO, I. G., Claudii Galeni... de euchymia et cacochymia, seu de bonis malisque succis generandis, París: Simonem

Colinaceum, 1530.

Quercetano109, Craton110, Solenandro111, Pedro Artirito, Fumanellis112, Rupescissa, Arnau de Vilanova, Lulio, Savonarola113, Silvio Garneiro, Brachesco, Gaspar Bahuin114, Matiolo, Jerónimo Rubeo115, Vital De Furno, Alberto Magno entre otros. Los médico-químicos tomaron como otra agua de vida el “oro potable”116. El ya citado Ulstadio llega a presentar catorce modos diferentes de elaborar el agua de vida, todos ellos a base de agua ardiente. Autores que la elaboran del primer tipo son, entre otros, Juan Daniel Horstio (Hortius)117, Arnoldo

108 FONSECA, R. DE, In Hypp. Prognostica Commentarii, Patavii:

Franciscum Bolzetam, 1597.

109 QUERCETANUS, I., Jos. Quercetani Opera medica, Lipsiae, 1614.

110 CRATO, I., Iohanis Cratonis in Cl. Galeni divinos libros Methodi therapeutices. Perioche methodica... accessit his demosntratio, quomodo ex generali methodo, exercitatio sive singulorum morborum curatio pretenda sit, Basilea: P. Pernam, 1563.

111 SOLENANDER, R., Consiliorum Medicinalium R. S. Sectiones quinque, Francofurti, Andreae Wecheli heredes, 1596.

112 FUMANELLIS, A., Opera multa et varia cum adtuendam sanitatem tum ad praefligandus morbos plurinum conchicentia, Furigi,

1557.

113 SAVONAROLA, J. M., Practica medicinae, Venecia, 1497.

114 BAHUIN, G., De hermaphroditorum monstruosorum q. partuum natura: ex theologum, jureconsultorum, medicorum, philosophorum & rabbinorum sententis, Oppenheimii, Hieronyimi Galleri, 1614.

115 RUBEUS, H., De distillatione, Basilea, 1585.

116 Sobre el oro potable: CASTAIGNE, R. P. de, L'or potable qui guerit tous maux, París :, Ch. Sevestre, 1611; GLAUBER, J. R., Las tres partes de la obra: la tintura del oro, verdadero oro potable, tratado de la medicina universal, la consolación de los navegantes, Amstelodami, 1646; De auri tinctura sive auro potabili vero quid sit & quommodo differat ab auro falso & sophistico, Amstelodami : Joannem Jannsonium, 1651; Íbid, Tractatus de medicina universali, sive auro potabili vero: hoc est accurata descriptio verae medicinae universalis, Amstelodami : J. J. à Waesbergius, 1658; Ibid., De auro potabili, Amstelodami : Waesbergius, 1664; PALISSY, B., Traité de l’or potable, París, 1777; ROUSSEL, G., Les secrets découverts des arts, tant de pharmacie que de celuy de distiller, vulgairement nommé alchemie ou spagirie, par le moyen desquels l'ont pervient à la perfection tant théorique que pratique à rendre l'or potable, susccintement déduicts en forme de dialogue, París, 1613; TOURETTE, A. DE LA, Bref discours des admirables vertus de l'or potable, Lyon : Pierre Roussin, 1575; VALLENSIS, R., De veritate et antiquitate artis chemiae & pulveris sive medicina philosophorum vel auri potabilis, testimonia & theoremata ex variis auctoribus, París : Fridericum Mollerum, 1561; CHRESNE, J. DU, Discours des admirables vertus de l'or potable, Lyon : J. Lertotius, 1575.

117 HORTIUS, J. D., Dispensatorium Medico Chymico, Amstelodami,

1651, lib 3, sect de aquis compos. Trae algunas recetas.

Page 26: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

48

Vueichardo, Beccher118, Mynsicht119. El comentarista de este último, Juan Daniel Mylius (1585-1628) recogió muchas recetas de aguas, sacadas todas ellas del espíritu de vino y con el mismo uso terapéutico, a las que llamó en muchas ocasiones “aguas de vida”120. Rupescissa, que optó por un compuesto a partir del vino para elaborar el aqua vitae, siguiendo las indicaciones de Lulio, también conocía todos los nombres por los que era conocido:

Ex vino quidam liquor qui Aqua vitae, Aqua auri, caelum philosophorum, caelum humanum, quinta essentia, aqua ardens, elixir, Aether, anima vini, Aqua diuina & clavis philosophorum appellatur ad multus usus praestantissimus, & cuasi miraculosus elucitur121

De un tipo u otro, no parece que cuando los médicos llaman a su agua de vida “quinta esencia universal”, obtenida del vino, sea lo mismo de lo que hablaron lo chymicos, aunque algunos de estos, como Lulio, Arnau, Rupescissa o Isaac “el holandés”122 la extraigan también del vino. La diferencia entre unos y otros es su origen y atributos, más excelsos entre los alquimistas. La asimilación de algunas características del concepto de quinta esencia con las del oro potable viene de los textos de Rupescissa, Pseudolulio y Arnau de Vilanova. Encontramos uno de los periodos más interesantes para su estudio los años que van desde la aparición de sus obras hasta finales del siglo XV. Es ahí donde quedó plenamente asentada la identificación entre ambos conceptos y su relación con la Terapéutica. El oro es considerado algo único y universal, como el remdio que se pudiera extraer de él, algo que ya dijera Avicena y que recoge muy bien 118 WECKER, J. J., Antidotarium generale a Io. Iacobo Vuechero. nunc primum laboriose congestum, methodice digestum..., Basileae, 1580, lib. 2, “De aquis alterantibus compositis”.

119 MYNSICHT, A., Armamentarium..., Genevae, 1697, sec. 18.

120 Johann Daniel Mylius (1585-1628?) gozó de la protección de los líderes protestantes Mauricio y Federico Enrique de Nassau, a los que destinó su Philosophia reformata, Frankfurt: Lucas Jennis, 1618.

121 CANONIERI, P. A., Opusculum de simplicium medicamentorum facultatibus, Venecia, 1549, libro “De vini virtutibus”, cap. 5, número 15.

122 ISSAC HOLLANDIS, Opera vegetalia, Antwerperae, 1664.

una de las mejores investigadoras de estas cuestiones en este periodo, Chiara Crisciani123 La controversia sobre estas cuestiones entre los médicos, paracelsistas, espagiristas y otros nos ilustran sobre la naturaleza de la relación Alquimia-Terapéutica-Sanidad. Ya hemos visto que los médicos, incluso aquéllos que aceptaban los preparados espagíricos en la segunda mitad del siglo XVII, acusaban a los demás de haber tomado para sí los términos agua de vida, esencia y quinta esencia y dárselos a otra cosa que no guardaba mucha relación con aquélla de donde tomaron el nombre. Aunque esto fuera así, como ocurrió en ocasiones, este camino también se hizo a la inversa y los médicos hicieron lo mismo con el término “oro potable”, que tiene características similares. Visto en la distancia del tiempo, el problema de la asunción de términos en un campo u otro, sus similitudes y las controversias generadas parece indicar que la chimia y la Medicina estaban

destinadas a entenderse antes o después, aunque, para ello, hubieran de pasar por toda una serie de disputas, incluso una vez iniciada su marcha conjunta. De hecho, fue esta situación de conflicto desarrollada y continuada durante dicha relación la que permitió que la misma se mantuviese “viva”, que fomentase la experimentación y que ésta se diese a conocer, todo para lograr un consenso. Sobre esta base de conformidad, las maneras y los modos sólo reflejan que el camino que llevaba a dicho fin fue muy difícil de atravesar. 6. Paracelso y el paracelsismo en España Philippus Aureolus Theophrastus Paracelsus Bombastus von Hohenheim (1493-1541), más conocido por su sobrenombre, Paracelso, ha sido, y probablemente siga siendo, la figura más discutida de la Historia de la Ciencia. Esto queda atestiguado por la abundancia de publicaciones que constantemente tratan su figura (ya sea en su aspecto de médico, filósofo, teológico, político o como

123 CRISCIANI, CH., “Il farmaco d'oro: alcuni testi tra i secoli XIV e XV”, en Alchimia e medicina nel medioevo, Firenze: Ed. del Galluzzo, 2003, p. 217-245; Ibid., “Alchemy and Medicine in the Middle Ages”, en Bulletin de Philosophie Médiévale, 38 (1996), p. 9-21; Ibid., “Il corpo nella tradizione alchemica. Teorie, similitudini, immagini”, en Micrologus, I (1993), pp. 189-233.

Page 27: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

49

alquimista) y su influencia posterior por toda Europa, tanto a favor (el “paracelsismo”) como en contra (anti-paracelsismo). Sí parece haber consenso en considerar a Paracelso como el causante, o el catalizador, del nacimiento de la llamada Medicina Química, o Yatroquímica, una nueva vertiente de la Medicina que se oponía abiertamente a la, hasta entonces inamovible, doctrina de Galeno, el Galenismo. Pero tal consenso parece diluirse una vez que intentamos traspasar el punto de acuerdo. Hoy día, las interpretaciones de los historiadores siguen apareciendo en abundancia y aportando enriquecedoras novedades124. Sin embargo, éstas no se agotan, lo que indica que aún falta camino por recorrer. De la misma manera que no habría paracelsismo sin Paracelso, ni se puede entender sin él, es hora ya entender y asumir que tampoco podría haber habido paracelsismo sin todos los condicionantes que se dieron desde la segunda mitad del siglo XVI y que son obviados u omitidos sistemáticamente. Esta omisión constante no hace sino sacar a la luz que los historiadores deben aún hacer un esfuerzo de contextualización adecuado y capaz de aportar una fotografía del ambiente cultural europeo de la época que muestre todo el panorama y su relación con el asunto que nos ocupa ahora. Sólo entonces, una vez hecho esto se podrá abordar en condiciones el estudio del paracelsismo. Si bien un pequeño artículo como este no es ni el momento ni el lugar para una larga disertación de los aspectos a tener en cuenta, voy a esbozar algunos de los elementos que creo deben de

124 Es imposible resumir la Historiografía en torno a Paracelso, mucho menos hacer una selección correcta, por lo que señalaré tan sólo algunas publicaciones que considero apropiadas para el trabajo que ahora nos ocupa. Antes hay que señalar que los tres mejores especialistas en Paracelso y el Paracelsismo, en mi opinión, son Joachim Telle, Carlos Gilly y Didier Kahn. Por otra parte, Diversos estudios aparecidos en los últimos diez años han replanteado la definición de paracelsista y paracelsismo, apuntando a la necesidad de ampliar el abanico de posibilidades más allá de la medicina química o la filosofía natural. Destacan los de SMITH, P. H., "Paracelsus as Emblem", Bulletin for the History of Medicine, 68 (1994), pp. 314-322; GILLY, C., "Theophrastia Sancta: der Paracelsismus als Religion im Streit mit den offiziellen Kircher", en Analecta Paracelsica: Studien zum Nachleben Theophrast con Hohenheims im deutschen Kulturgebiet der frühen Neuzeit,

Stuttgart, 1994, pp. 425-488 y PUMFREY, S., "The Spagyric Art; or the Impossible Work of Separating Pure from Impure Paracelsianism: a Historiographical Analysis", en Paracelsus, the Man and his Reputation, his Ideas and their Transformation, Leiden:

Brill, 1998, pp. 21-51.

estar presentes para responder a la pregunta sobre el éxito, importancia y verdadera dimensión del paracelsismo. Si se me permite el símil, parece innegable que en la figura de Paracelso confluyeron varios afluentes que conformaron un río, primero de escaso caudal, y luego de más fuerza gracias a las adhesiones posteriores (externas o internas, propias o involuntarias). Cuándo se discutía si Paracelso era alquimista o no125, ¿cómo podemos deducir si se estaba atacando la ortodoxia académica, la inmovilidad universitaria, a Aristóteles, a un Hipócrates malentendido y deformado porque era visto a través del Galenismo, o a nada de esto? El primer elemento importante a tener en cuenta es la presencia, nada nueva por otra parte, de un criticismo de eminente carácter técnico, de una censura, sobre el uso abstracto de términos también abstractos, especialmente los referidos a Aristóteles y su Filosofía. El abuso de esa dialéctica, la omnipresencia de conceptos como essentia, sustancia, cualidad, acción, y otros en las enseñanzas universitarias generaban un discurso cada vez más ininteligible y alejado de la realidad. Desde el siglo XV ya se apelaba tanto al uso de otras reflexiones126, retóricas o no, que se alejaran de ahí como a la pretensión de justificar la utilidad pedagógica inherente a la Universidad por medio de otra narrativa, de otros discursos, ex loco. Y estas peticiones no excluyeron nunca al discurso científico. En otras palabras, se luchaba contra la hegemonía de Aristóteles dentro de la Universidad, y lo anterior pasó de ser una crítica a un arma poderosa. Se quería romper este monopolio. Los anti-aristotelistas pugnaban contra esa cultura libresca, repleta de

125 TELLE, J., "Paracelsus als Wunderheiler und Goldmacher in Basel: Zu dem Brief eines Ungenannten an Michael Neander (1575) ", en Medizin und Kultur: Ärztliches Denken und Handeln im Dialog zwischen Natur- und Geisteswissenschaften, Stuttgart,

Schattauer, 2001, pp. 13-32.

126 Fue Lorenzo Valla (1407-1457) quien dio un fuerte empujón a este criticismo, desde el ámbito de la retórica y la dialéctica, para abogar por un mayor pragmatismo, por un uso más desnudo de las expresiones y las formas lingüísticas en la Universidad, exentas de abstracción, con el objeto de acercarse a un tratamiento más usual y ofrecer así una mejor realidad visible y promover una más amplia identificación con el ejemplo, sin que ello merme el rigor del contenido ni su aspecto formal. VALLA, L., De Dialectica Libri III, París: Collinaei, 1530; Dialecticae Disputationes, Roma, 1411. MAÑAS, M., “Retórica y dialéctica en Lorenzo Valla”, en Anuario de Estudios Filológicos, XX (1997), pp.

231-235.

Page 28: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

50

autoridades de papel. Ya resultaba imposible mantener la validez de conceptos aristotélicos como forma y materia frente a los experimentos, las reacciones químicas, destilaciones, etc. Paracelso se negó a hablar en ese lenguaje que él veía tan teórico como inútil, y de ahí que fuera atacado. En realidad, el gran logro de Paracelso fue el ver este problema, el de la disfunción entre Aristóteles y la realidad de la experiencia127. Es por ello por lo que él creó un nuevo lenguaje donde, por medio de la experiencia no se podían aceptar los dogmas de Galeno como verdaderos. El purismo extremo de Valla y su defensa del vulgaris sermo no esconde otra cosa que la fase de un proceso que se acrecentará en el siglo XVI y provocará una crisis epistemológica extensiva a la Universidad por medio de la Filosofía. En realidad, no es otra cosa que el germen de una postura polémica: la que aquellos humanistas que sintieron la necesidad de reinventar, o refundar, la forma de acceso a todas las disciplinas y conocimientos, de cambiar la metodología, la praxis de una enseñanza anquilosada en unos paradigmas cada vez menos válidos, ya sean estos en su aspecto formal o de contenido. A Valla le siguió Juan Luis Vives (1492-1540). En Las causas de la corrupción de las Artes también pidió un alejamiento de esa obsesión por disputar de la Filosofía, así como del uso de un lenguaje común como el único camino para el aprendizaje, ajeno al ininteligible, susceptible de poder ser manipulado de forma perversa al antojo del maestro128. No sabemos hasta qué punto la propuesta de un marco metodológico alternativo escondía el deseo de ir en contra de Aristóteles, de sustituir a Galeno y a Avicena, como representante de la medicina árabe, o de depurar a Hipócrates129. Pero sí que todos estos elementos suponían el giro hacia una Filosofía práctica y su uso más pragmático. Estos esfuerzos, estas empresas, estaban teniendo bastante éxito fuera de la Universidad, a manos de las Academias. Hay que notar que la “distancia” que

127 Hago esta nota para agradecer a Carlos Gilly que me haya hecho muchos comentarios al respecto de lo que digo aquí en cuanto al paracelsismo y la refutación de Galeno se refiere.

128 VIVES, J. L., Joannis Ludovici Vivis Valentini opera omnia, Valencia, 1785, “De causis corruptarum Artium”, Tomo VI, Libro 1, capítulo VII, pp. 49-56.

129 La crisis total del Aristoelsmo y del Galenismo juntos tuvo su punto álgido hacia 1630, según Roger French. FRENCH, R., Medicine Before Science: The Rational and Learned Doctor from the Middle Ages to the Enlightenment, Cambridge, 2003, p. 157 y p. 159.

podía separar a una de éstas de la ortodoxia de la retórica y la dialéctica universitaria es idéntica a la que separaba a Paracelso de la ortodoxia galenista. Es decir: mucha. Pero ambos estuvieron muy presentes en estos procesos, y sin ambos, los mismos no se podrían entender. Los Gymnasia y las Academiae eran a la Universidad lo mismo que la Accademia Segreta130, por ejemplo, al Galenismo. Y la refundación de la Rethorica de Aristóteles era una hazaña similar al mencionado saneamiento de Hipócrates y la llegada de la Medicina Química a manos del médico suizo. Otro segundo elemento a tener en cuenta, enlazado con el deseo de expulsar a Aristóteles de la Universidad, fue que Paracelso se vio inmerso en una corriente subterránea que pugnaba contra el anquilosamiento del Galenismo131. No fue él el único que advirtió del carácter contaminante de Galeno o del médico árabe Avicena, ni tampoco el único que veía que el verdadero Hipócrates sólo podía ser

130 EAMON, W. y PAHEAU F., "The Accademia Segreta of Girolamo Ruscelli. A Sixteenth-Century Italian Scientific Society", en Isis, 75 (1984), pp. 327-342.

131 TEMKIN, O., Galenism: Rise and Decline of a Medical Philosophy,

Ithaca and London: Cornell University Press, 1973; GRAFTON, A. y SIRIASI, N., Natural Particulars: Nature and the Disciplines in Renaissance Europe, Cambridge, MA: MIT Press, 1999; SIRIASI, N., ‘Medicine and the renaissance world of learning’, en Bulletin of the History of Medicine, 78 (2004), pp. 1–36. No obstante, el

Galenismo del siglo XVI se movió entre el redescubirmiento de los textos griegos, su lectura e interpretación a través de la crítica textual y filológica hacia 1520 y 1530, típica del Humanismo y donde debemos situar a Bernardino Gómez Miedes; y entre el empuje y la apuesta de la Medicina química, con Paracelso a la cabeza al inicio y culminado con los paracelsistas franceses de las primeras décadas del siglo XVII. El humanismo médico, en su mayoría, tenía como referencia a los clásicos, sentía admiración por ellos, especialmete sintió debilidad por los textos médicos griegos. Pero la realidad es que también se debe reconocer que la esclerosis del Galenismo no fuera total. Ni mucho menos. Una cosa es la grave “crisis de teoría” que sufrió, y otra que pasara por una “crisis práctica”. Como muy bien nos dice Temkin: “The fall of the Galenic science of medicine was not identical with the fall of the Galeic practise of medicine.” (Galenism, p. 165).

Además, algunos historiadores rechazan esta idea y vienen a defender que el Galenismo nunca fue esclerótico, sino que los nuevos desarrollos ocurridos durante los siglos XVI y XVII exigieron nuevas respuestas desde los profesionales, especialmente los académicos, que vemos a través de los textos publicados en esos años. Además, como resultado de los esfuerzos que los galenistas oficiales hicieron, los estudios galenistas siguieron adelante con fuerzas renovadas. Ver PITTION, J.-P., ‘Scepticism and medicine in the Renaissance’, en Scepticism from the Renaissance to the Enlightenment, Wiesbaden:

Otto Harrasso- witz, 1997, pp. 103–132.

Page 29: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

51

interpretado si se separaba de Galeno. Sobre ser contrario al Galenismo se vio acompañado por eminencias de la talla de Giovanni Manardi (1462-1536), Girolamo Frascatoro (1483-1553), o el citado Juan Fernel (1497-1558), por citar sólo a algunos de ellos que, cada uno a su modo, contribuyeron al descrédito de esta disciplina dominante. En cuanto a lo segundo, la reivindicación de un Hipócrates nítido, tampoco Paracelso estuvo solo. Hipócrates no vio desafiada su autoridad directamente, como consecuencia del mismo efecto sobre los anteriores. Al contrario, algunos afamados anti-galenistas contemporáneos como Johann Lange (1485-1565)132 o Pierre Brissot (1478-1522)133, urgieron la vuelta al cosano y a sus enseñanzas antes que él134. Después le acompañaron eminencias de la figura de Petrus Severinus (1542-1602)135 primero y Theodor Zwinger (1533-1588)136 más tarde.

132 LANGE, J., Medicvm de Republica Symposium, s.l., 1554. En su Epistolarum medicinalium volumen tripartitum, Hanau: Wechelius, 1605, p. 568, Langius acusa a Galeno de no ser claro en cuanto a la opinión que tiene sobre las propiedades de las cosas ocultas y diciendo que estaba equivocado, ya que la propiedad oculta no es sustancia, o una sustancia, tal y como es concebida por Galeno:

Tandem unus ex Olysippona ait, esse ex simplicibus rerum primordiis & qualitatibus temperatumram unicuique speciei composito peculiare, quam una cum Galeno totam compositi substantiam appellabat. Sic magnetem, dum ad se alliceret ferrum, a tota & innata eius substantia id operari aiebat. Verum ea non est substantia...

133 BRISSOT, P., Apologetica disceptatio: qua docetur per quae loca sanguis mitti debeat in viscerum inflammationibus, praesertim pleuritide, París: ex officina Simonis Colinaei, 1525.

134 GALDSTON, I., “The Decline and Resurgence of Hippocratic Medicine”, en Bulletin of New York Academy of Medicine (octubre

1968), pp. 44-10, pp. 1237-1256. Si bien el artículo anterior pudiera parecer algo anticuado, no lo es por su carácter pionero y por acertar en la exposición y conclusiones. Temkin dijo también que el declive del Galenismo científico arrastró en su caída el prestigio de Hipócrates (TEMKIN, O., Op. cit., nota 131, pp. 131-132); ACKERKNECHT, E. H., ‘The end of Greek diet’, en Bulletin of the History of Medicine, 45 (1971), pp. 242–9.

135 SEVERINUS, P., Idea medicinae philosophicae: fundamenta continens totius doctrinae Paracelsicae, Hippocraticae, & Galenica; authore Petro Severino Dano, Basilea: ex officina Sixti Henricpetri, 1571.

136 En el Prefacio de su Methodus rustica, Catonis atque Varronis praeceptis aphoristicis per locos communes digestis, Basileae: P. Perna, 1576. ROTONDÒ, A., Pietro Perna e la vita culturale e religiosa di Basilea fra il 1570 e il 1580, in Studi e Ricerche di storia ereticale italiana del Cinquecento, Torino. Giappichelli, 1974, pp.

273-391.

Pero, ¿cómo fue este proceso? La generalización de la idea de una ciencia y un arte en decadencia convivió, además de alimentarse mutuamente, con la idea de una decadencia de la religión. Se cuestionó que la Iglesia oficial fuera la única depositaria o administradora del camino que llevaba al verdadero conocimiento de Dios. Esto convergió con la polémica arriba citada, con el apoyo de una búsqueda liberada, basada en la experiencia y contra la autoridad e imposición tanto de Aristóteles como de Galeno, tradicionalmente reconocidos dentro de la Universidad como los verdaderos intérpretes de la Naturaleza. La mezcla formada por el auge del hermetismo ficiniano, de la magia antigua y tradicional más el carácter experimental de toda fuente de conocimiento (apoyado por Paracelso) formó un arma poderosa capaz de hacer reaccionar a la ciencia ortodoxa. Ésta, defensora de la imagen tradicional del Hombre y de la Naturaleza, centró su oposición en no aceptar que el Hombre, como Microcosmos que era, no sólo podía conocer la Realidad o Macrocosmos, sino también alterarlo gracias a que portaba el spiritus mundi, incluso partícipe de la Naturaleza divina. Y Paracelso sostuvo esta imagen neoplatónica y mágica del mundo y del Hombre137; preconizó esta capacidad humana para emprender el camino hacia el conocimiento del Todo, lo que implicaba una defensa a ultranza de la experiencia y su necesidad para el éxito. De esta forma, Paracelso atacaba una de las bases de la Iglesia oficial y caminaba fatalmente hacia la herejía. ¿Por qué? Porque la Iglesia no restringía las ideas de Galeno ni de Aristóteles, pero si por el contrario fallaba el Galenismo o Aristóteles, resultaba que también fallaba Dios. Fuera de la Alquimia, el sistema de pensamiento, las bases ideológicas y el marco conceptual de la cultura de toda una época, incluido Aristóteles, se vieron gravemente tocados por otros factores. Así, Dios se equivocaba cuando resultó que

137 También sus seguidores defendían que la Medicina debía de aprender de la magia y no de Galeno, Avicena o Mesué:

Medicandi Scientia qua Poladirius Machain Appollo & Hipócrates claruerunt no ex Galleno, Avicena, Mesue, caeterisque humus faringe scriptoribus metenda est, sed ex Magia…

SUCHTEN, A. VON, Eines wahren Philosophi und der Artzneyen Doctoris Chymische Schrifften Alle, Hamburgo: George Wolffs, 1680, cap. 6: De vera Medicina, p. 458.

Page 30: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

52

también había cielo en las Indias, Plinio no conocía a todos los animales, Dioscórides no conocía todas las plantas y Aristóteles se equivocó sobre la generación (más bien sobre la no generación de la nada) de las cosas porque se observaron cometas en los cielos del Nuevo Mundo. Hacia mitad del siglo XVI ya se había tomado consciencia de estos graves errores sobre los que se apoyaron los intelectuales (philosophi). No valía la imagen del mundo que se tenía y se convirtió en algo urgente el lograr otra nueva, esta vez sin los fallos clamorosos mantenidos durante siglos, incluso milenios. Es el inicio de la época gloriosa de las nuevas Historia naturae, basadas en la experiencia, tuviera ésta el origen que fuera, desde un catálogo para la venta de plantas como del de Monardes (1493-1588)138 hasta los modernos libros como el del pupilo de Conrad Gesner, Adam Lonitzer (1528-1586)139, quien, por cierto, ya abogara por una reformación general de las ciencias, aprovechando el oportuno momento que vivía. Así, Historia como concepto en los siglos XVI y XVII no puede ser concebida sin la experiencia (la misma que exigía Paracelso) e Historia Natural es lo que vino a remediar este fracaso, un trabajo que se realizaría en los próximos doscientos años140. Y esta labor, adogmática, cargada de la necesidad de la experiencia, de empirismo141, impregnó, de manera directa e indirecta, a los seguidores de Paracelso. En general se estaba hablando de médicos empíricos como contraposición a los dogmáticos, más allá de la clásica división de la Medicina clásica, valga la redundancia (Dogmaticae, pharmaceuticae…), y de los problemas que estazban surgiendo142. Hacia la mitad

138 MONARDES, N., La Historia Medicinal de las cosas que se traen de nuestras Indias Occidentales, Sevilla: Fernando Diaz, 1580.

139 LONITZER, A., Naturalis historiae opus novum: in quo tractatur de natura et viribus arborum, fruticum, herbarum, animantiumque terrestrium, volatilium & aquatilium; item, gemmarum, metallorum, succorumque concretorum… Francofurti: apud Chr. Egenolphum,

1551-1556.

140 POMATA, G., y SIRAISI, N., Historia: Empiricism and Erudition in Early Modern Europe, Cambridge, Massachussets: MIT Press,

2005.

141 FRENCH, R., op. cit., nota 129.

142 Sobre los problemas de los empíricos, también llamados medicastros en Londres: “A discovery of certain stratagems, whereby our English emperickes have bene observed strongly to oppugne, and of times to expugne their poore Patien Purses”, pp. 23-43. OBERNDORFF, J., The Anatomyes of the True Physition, and Counterfeit Mounte-banke, trans. F[rancis] H[erring], Londres, 1602.

del siglo XVI, los empíricos empezaron a cobrar un inusitado papel dentro del arte de curar. Pero la coincidencia con el auge de otros personajes, como los que estamos viendo aquí, los pseudoquímicos143, pseudomédicos, charlatanes, etc. hizo que los médicos empíricos se vieran impregnados por la mala imagen del resto y fueran asimilados a ojos de los dogmáticos y guardianes de la ortodoxia galenista. Era esa puerta abierta, la del empirismo en la curación de la enfermedad, la que realmente atemorizó a la Medicina y, en gran medida, la que hizo que durante los siguientes ciento cincuenta años, esta área de saber se viera sometida a unas sacudidas ideológicas y conceptuales capaces de remover sus bases más sólidas. De hecho, la Medicina de mediados del siglo XVI se parece muy poco a la del año 1700, aunque, por muy difícil de creer que nos sea, el Galenismo, como doctrina, siguiera vigente hasta el siglo XIX. Todo ello sin olvidar el juego de credulidad e incredulidad provocado por estos ajetreos. El creer en la Medicina oficial, o ser incrédulo ante ella; el preferir una terapéutica ex officio, o acogerse a la ortodoxia. Esta incertidumre fue fatal para la Medicina en esos años; más que los esfuerzos que se hicieron en derrotar a los intrusistas, llámense charlatanes, pseudomédicos, o como fuera. He aquí un grave error que cometió la Medicina oficial. Se pensó que atacar y desprestigiar a esos conocimientos y prácticas, por quedar fuera de su ámbito, lograría devolverles el prestigio, y no fue así. La experiencia en el arte de curar cobró tal valor, más allá de los antiguos dogmas, que estos ataques furibundos no hicieron recobrar nada, sino, en todo

Una buena definición se encuentra en TOMASINI, I. P., Gymnasium Patavinum libris V conprehensum, Utini: Nicolai Schiratti, 1654, cap. LIX (De empiricis, & Pharmacopoeis), p. 201:

Empirici, sive circumforanei, qui certa remedia sibi pecularia in foris populis exponunt prudente Magistrtus consilio Medicis àCollegio selectis ea fide bona jubentur, Nueva España publica salus quicquam detrimento capiat. Quo facto iis vendendi facultas conceditur. Vetitum est enim ómnibus empiricam artem & Pharmacopoeam exercere, nisi prius approbatius fuerit. Ita in conficiendis Pharmacis aliguntur duo Pharmacopolae, qui eum examinant, & su idoneus est suam licentia & privilegium ei concedunt.

Tambien ver: DU LAURENS, A., Andreæ Laurentii medici regii, et in Academia Monspeliensi Medicæ artis professoris Regij, de morbis melancholicis, & eorum cura tractatus. E lingua Gallica in Latinam conuersus studio Thomæ Moundefordi Doctoris Medici Socij Collegij medicorum Londinensium. Huic accedit eiusdem dictio breuior de laude medicorum, & fraude empiricorum, Londres: Felicis Kingstoni, 1599.

143 RAWLIN, Th., Admonitio pseudochymicis, Londres: Allde, 1616.

Page 31: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

53

caso aumentar la incertidumbre sobre esta ciencia144. O, como dijo el ya citado Johann Freitag, llevar la noche a la Medicina, las Nocte medicae.

Pero volvamos unos pasos atrás. La combinación de las críticas en equilibrio a Galeno y Aristóteles no implicó necesariamente el reconocimiento de la validez de los postulados de Paracelso. Eran cosas distintas, que podían coexistir independientemente. Aunque la realidad fue que acabaron enlazándose. Por ejemplo, el ya citado Zwinger, criticó primero a Aristóteles y a Galeno mientras refutaba a Paracelso, para luego llegar a decir, hacia el año 1576, que los galenistas no eran los verdaderos continuadores de Hipócrates, convertido ahora en la máxima autoridad, sino los paracelsistas. Un tercer elemento a considerar es en qué consistió eso que se conoce como “paracelsismo”145 y su corriente inversa u opuesta, el “anti-paracelsismo”, sobre todo en su aspecto médico. Creo necesario el hacer esfuerzos por eliminar la imagen errónea de los paracelsistas como un bloque monolítico, un problema que se repite con los que se situaron en contra, tanto sobre su figura, como sobre su doctrina y sobre sus seguidores. Dentro de los propios paracelsistas hubo quien creyó en la transmutación, como Adam von Bodenstein (1528- 1577)146 y quien no, como Alexander von Suchten (1520-1590)147. Así mismo, entre los no seguidores de Paracelso hubo quien creyó en la transmutación, como Andreas Libavius. Lo realmente importante aquí es ser consciente del momento histórico que se estaba desarrollando. Paracelso ofrecía una nueva forma de ver el mundo. Y eso exigía un cambio muy difícil, sobre todo porque los galenistas se defendieron

144 PENDER, S., “Examples and experience: on the uncertainty of medicine”, en British Journal for the History of Science, 39-1 (2006),

pp. 1–28.

145 En cuanto al paracelsismo, como muy bien dice Carlos Gilly, lo mejor es leer las cien primeras páginas de la Basílica Chymica de Oswald Croll (1563-1609) para comprender su marco conceptual. CROLL, O., Basílica Chymica, Francofurti: Impensis Godefirdi

Tampachii, 1609.

146 BODENSTEIN, A. VON, Drei Bücher Von wunden und schäden, sampt allen jren zufellen, und derselben vollkommener Cur, Des Hochgelarten unnd weitberhümpten Aureoli Theophrasti Paracelsi von Hohenheim, Vormals nie im Truck außgangen, Franckfurt am Meyn:

Egenolff, 1563.

147 SUCHTEN, A. VON, Antimonii Mysteria Gemina Alexandri von Suchten, Gera: Jacob Apels, 1613.

ferozmente contra el mismo. Aún cuando el paracelsismo era aceptado soterradamente por los médicos galenistas y, si podían, incluso copiaban sus recetas. En resumen, tanto la figura de Paracelso, como todos sus seguidores posteriores, y los contrarios, deben ser insertados, al menos en los años en que Bernardino Gómez Miedes se pronunció sobre él, de una forma particular que siempre ha de estar presente. Al ejercicio de crítica a los escolásticos por parte de los humanistas italianos desde el siglo XV, se le adosaron después nuevas perspectivas científicas que exigían un acercamiento a la realidad de la Naturaleza más experimental desde inicios del siglo XVI. Y, ambas cosas, unidas, generaron un estado de polémica continua, tanto en su vertiente doctrinal como metodológica, que, a su vez, proveyeron muchas soluciones de muy distinta condición. Estamos en los inicios de la segunda mitad del siglo XVI, en una fase de la querelle, entre los moderni (italianos en su mayoría y seguidores de la medieval escolástica) y los antichi (los humanistas de segunda generación, como Bernardino Gómez Miedes, que se apoyan en la Antigüedad para rechazar innovaciones). La dinámica que rige esta fase, caracterizada por controversias y polémicas, por posturas extremas y exageradas, que acaban ahora convirtiéndoles en algo convencional pero siempre más atenuado que en la fase inicial de la primera mitad del siglo XVI. Ahora se van matizando las posturas y las etiquetas de los tópicos se atenúan o se complican, por lo que pierden fuerza148. Como hemos dicho, muchos médicos prescribían remedios paracelsistas, sin llegar nunca a defender al suizo. Tras el fallecimiento de su autor en Salzburgo (1541), la obra manuscrita de Paracelso quedó sumida en un olvido momentáneo, puesto que eran pocas las personas que tenían conocimiento de su amplitud. De hecho, una autoridad en bibliografía como Conrad Gesner manifestó, en 1561, que nunca había poseído un catálogo de los trabajos paracelsistas y que no había hecho el más mínimo esfuerzo por poseerlo, ya que consideraba a Paracelso como un ateo, un mago que comerciaba con el demonio y que

148 Ahora se usan múltiples expresiones con un significado no siempre claro e inteligible, como los sofistas, “aquellos que dicen que han aprendido medicina en tal sitio, los que dicen que saben, etc.

Page 32: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

54

no debía ser incluido junto a otros buenos escritores149. La situación cambió a partir de la década de los sesenta y setenta. La imparable sucesión de ediciones de sus trabajos, aparecidas en Basilea, Colonia y Estrasburgo, levantaron la polémica en torno a su figura. Curiosamente, las primeras réplicas procedían de diversas celebridades médicas ortodoxas que no atacaron los argumentos médicos paracelsistas, sino que entraron de lleno en el aspecto teológico de sus escritos. Casi sin excepción, todos los atacantes eran médicos como Gasser, Stenglin, Weyer, Solenander, Marstaller y Reussner, que en los primeros años del llamado Paracelsian Revival proclamaron la carga de herejía implícita en Paracelso y sus seguidores y consideraron que la manera de mantener en pie la ciencia ortodoxa en la que creían pasaba por la defensa de sus convicciones teológicas150. La campaña alcanzó su cénit en 1571-1572 con la publicación de las Disputationes de medicina nova Paracelsi de Thomas Erastus. Resulta curiosa esta conexión entre paracelsismo y protestantismo, clave para comprender los primeros momentos de su difusión y desarrollo. De hecho, Paracelso murió sin romper con la iglesia católica. Fue precisamente ésta, tras el Concilio de Trento, la que englobó el paracelsismo dentro del grupo ideológico constituido por el neoplatonismo, y lo consideró como la filosofía hermética y anti-aristotélica del Renacimiento. La culminación de este proceso fue la introducción de los trabajos de Paracelso en el Index de libros prohibidos de 1599. Simultáneamente, las ideas religiosas de Paracelso, aunque inéditas, se transformaron en protestantes, al ser englobadas con los escritos de otros predicadores alemanes de la llamada Segunda Reforma. De esta manera, y mediante un doble proceso de prohibición católica y sincretismo protestante, el paracelsismo, que no había nacido católico ni protestante, fue transformándose en una herejía protestante151. Los

149 MILT, B., "Conrad Gesner und Paracelsus", en Schweizerische Medizinische Wochenschrift, 59 (1929), pp. 486-488 y 506-509.

150 ROTONDÒ, A., "Pietro Perna e la vita culturale e religiosa di Basilea fra il 1570 e il 1580", en Studi e ricerche di storia ereticale italiana del Cinquecento, Turín: Pubblicazioni dell'Istituto di Scienze Politiche, 1974, p. 273-392 y MORA, G. y KOHL, B., Witches, Devils and Doctors in the Renaissance. Johann Weyer, De praestigiis daemonum, Binghamton, 1991.

151 TREVOR-ROPER, H., "Paracelsianism made Political 1600-1650", en Paracelsus: the man and his reputation, his ideas and their transformation, Leiden: Brill, 1998, pp. 119-133.

primeros seguidores y editores de Paracelso encontraron serias dificultades ante este debate teológico. Aunque ellos prefirieran centrarse, exclusivamente, en el campo médico y de filosofía natural, resultaba muy difícil prescindir de las ideas cosmológicas paracelsistas. Si a esta circunstancia añadimos la manifiesta oposición de las universidades tradicionales, que veían peligrar su posición, resulta fácil comprender que el desarrollo del primitivo paracelsismo estuviera fuertemente influenciado por el contexto cortesano en el que tuvo acogida y donde pudo desarrollarse. La adopción, por parte de muchas cortes protestantes alemanas, de la filosofía hermética como contrapunto a la filosofía aristotélica católica, ayudó al desarrollo del paracelsismo como doctrina médica. En los años en que Bernardino Gómez Miedes habló de Paracelso se estaba en una fase de formación y asentamiento de posiciones a favor o en contra, por un lado. Y por otra en esta segunda fase que hemos descrito en el párrafo anterior. Los elementos con que se atacaba o se defendía no eran aún lo suficientemente sólidos ni estaban tan consensuados por unos u otros como para poder afirmar que sus críticas implicaban una adhesión sin reparos. Ya hemos visto que hubo opiniones tornadizas en una misma persona, como en Zwinger. Pero nuestro autor parece decantarse claramente en contra de Paracelso y de su idea de la sal:

-2-19.1. Pero volvamos a la sal, sobre la cual ciertos alquimistas de nuestra época hacen elogios todavía mayores. Y de entre éstos el principal es Teofrasto, de sobrenombre Paracelso, hombre noble de nuevo cuño y hecho a sí mismo, como así diré, puesto que para el origen de su ciencia alquimista no se apoyó en ningún filósofo, ni médico anterior a él, excepto en sí mismo. Efectivamente, a fin de revelar algo nuevo y hacer célebre y único su nombre, extendió ciertas creencias falsas, con las que me pareció que este arte, cuanto más intentó encumbrarlo y ensalzarlo, en tinieblas tanto más espesas que antes, en esas que se refieren a la Medicina, quedó oculto. -2-19.2. En efecto, por la misma razón por la que él sostuvo, siguiendo la opinión general, que dentro de los elementos subterráneos del mundo la sal nacía en todos los metales, decidió que todos los humores del cuerpo humano, que él equiparaba al mundo, eran salados o nitrosos, o bien sulfúreos y así los

Page 33: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

55

denominó, en cambio la bilis, la pituita y la melancolía, consideró que merecían una denominación secundaria. Él opina que esto se manifiesta a través de los sudores, que, difundidos por todo el cuerpo, abundan en algunos de los humores citados anteriormente, que tienen sabor o bien salado o bien sulfúreo. -2-19.3. Y entonces, a fin de establecer que todas las cosas tienen sabor a sal y que también todos los sabores se concentran en la sal y que por tanto los tipos de sal son diversos, añadió que no todas las sales tienen sabor salado, sino que ciertas sales eran benignas y otras dulces e incluso otras eran insípidas y ásperas y de cualquier otro sabor y dado que por la fuerza del fuego todas las cosas pueden convertirse en sal, así también juzgó que las sales necesariamente contenían en sí mismas el sabor de todas las cosas.

Como decimos, la rigidez total en las opiniones brilla por su ausencia, ya que Bernardino Gómez Miedes sí que coincide con algún paracelsista en la idea de que la sal común preserva de la putrefacción152:

1-32,4. Por ello admitimos que la sal es el principal medicamento e incluso la panacea de entre todos los que libran de a putrefacción, y que gracias a su admirable ayuda se consigue que el cuerpo, tras consumirse todos sus humores, no se desintegre, sino que permanezca intacto e incorrupto durante el mayor tiempo posible. En 1-32,3 habla de la mumia y su conservación en sal y en nitro.

Los matices, por muy nimios que nos parezcan, las opiniones divergentes, aunque sean en lo más mínimo, los detalles ofrecidos para explicar algún concepto y sus pequeñas diferencias entre ellos son nuestra mejor herramienta para poder ver cómo las ideas y las posiciones no alcanzaron una estabilidad duradera, para ver cómo se fueron transformando en un proceso de larga duración, en parte acumulativo y en parte no. En realidad, fueron la suma de dichas inestabilidades la que engendró otras, estas sí más sólidas, que provocaron un efecto contrario a su naturaleza: volvieron móviles posiciones bien asentadas. Un claro ejemplo del siglo XVI fue el del

152 Coincide con Oswald Croll, Op.cit., nota 145, edición Genevae;

Philippum albertum, 1631, p. 231

médico Daniel Sennert (1572-1637)153. Vivió en las décadas de mayor actividad en la reciente relación Alquimia-Terapéutica-Sanidad. Criticó a Paracelso y sus sectatores, por un lado, ya que no creía en la medicina universal o en el alkhaest. Pero, por otro, también se situó en contra de los galenistas por “resistirse al progreso de la Medicina”, y por su obstinado talante conservador154. Una vez expuesto todo lo anterior, creo que será más inteligible la exposición que hace ahora Bernardino Gómez Miedes sobre Paracelso, la doctrina de los humores y la sal:

-2-19.4. Por ello creyó que el hombre, al que en consecuencia llaman “microcosmos”, estaba compuesto de los mismos humores y casi en número igual que de los que se componen la tierra y el mundo. E incluso se atrevió a declarar que todos los elementos junto con sus mezclas, incluso la sustancia de los cielos y las estrellas, han sido creados a partir de la sal, como si se tratara de una materia prima, por el sumo creador de las cosas, y hasta tal punto cayó al final en la locura, que ni siquiera se avergonzó de confesar que él, con la ayuda de la Alquimia, sacaría sal del propio cielo si pudiera tocarlo con sus manos. -2-19.5. Y a fin de dar mayor relieve a su arte con el honroso nombre de ciencia, estableció que los principios constitutivos de las cosas, tomándolos de Hermes, el más antiguo de los filósofos de antaño, eran nueve: el sólido, el fuego y el vapor, el cuerpo, el alma y el espíritu, la sal, el Azufre y la plata viva, que llama Mercurio. Por lo cual, igualando la sal con el cuerpo y lo sólido y estableciéndola como fundamento de todo lo que tiene el cuerpo, al final decidió que los humores principales del cuerpo debían llamarse a partir de estos principios constitutivos y ser sólo tres. -2-20.1. Y esta designación realmente novedosa de los humores nacida de la sal, aunque derive en alabanza grande de nuestra sal, no obstante, debe admitirse con distingos y añadirse a sus alabanzas con ese grano de sal que dicen. -2-20.2. ¿Quién, así pues, cambiará los fundamentos y bases antiquísimos y muy firmes, por así decirlo, de la ciencia médica por los nuevos e

153 Daniel Sennert (1573-1637) fue un famoso médico de Brislau, profesor de Medicina en Wittemberg.

154 SENNERT, D., De chemicorum cum aristotelicis et galenicis consensu et dissensu, Wittemberg, 1665, “Pars prima”, p. 12.

Page 34: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

56

inauditos cimientos de los químicos o mejor dicho, por las chabolas hechas con la mala y ruinosa madera de Paracelso? Pues del mismo modo que los cuerpos sanos deben separarse de los enfermos, así también los humores que están en el cuerpo y lo sustentan, si están corrompidos, deben separarse de los no corrompidos, si están bien dispuestos teniendo como guía a la razón.

No sólo las cortes protestantes del norte de Alemania, que hicieron de esta nueva ideología el contrapunto a la medicina galenista aristotélica católica, adaptaron sus esquemas terapéuticos a las novedades químicas155. También se han hallado referencias en tierras católicas, lugares estériles, a priori, para la difusión de una doctrina claramente heterodoxa: tal es el caso de la muy católica corte de Felipe II de España. Fuera del ambiente estrictamente cortesano también se observan diversas pruebas de adhesión a las doctrinas paracelsistas156. La más destacada está circunscrita a la Facultad de Medicina de Valencia donde, en 1591, se creó la cátedra de remediis secretis, primera de las diversas cátedras de chemiatría que surgirán en el resto de Europa una vez inaugurado el siglo XVII157. Como encargado de impartir docencia

155 Los casos más destacados son los de Dinamarca y Alemania. El caso danés ha sido estudiado por Jole Shackelford en su tesis doctoral Paracelsianism in Denmark and Norway in the 16th and 17th Centuries (University of Wisconsin, 1989), de la que ha publicado

diversos estudios, entre los que destacan "Paracelsianism and Patronage in Early Modern Denmark", en Patronage and Institutions: Science, Technology and Medicine at the European Court, 1500-1750, Woodbridge: The Boydell Press, 1991, pp. 85-110; y

por Ole Peter Grell, autor de diversos estudios como "The Reception of Paracelsianism in Early Modern Lutheran Denmark: from Peter Severinus, the Dane to Ole Worm", en Medical History, 39 (1991), pp. 78-94 o "The Acceptable Face of Paracelsianism: The Legacy of 'Idea Medicinae' and the Introduction of Paracelsianism into Early Modern Denmark", en Paracelsus… (op. cit., nota 151, pp. 245-268). Respecto a las cortes alemanas, destaca la de Moritz de Hesse, estudiada por Bruce T. Moran en su The Alchemical World of the German Court. Occult Philosophy and Chemical Medicine in the Circle of Moritz of Hessen, Stuttgart: Franz Steiner Verlag, 1991.

156 Sobre el paracelsismo en España: NÚÑEZ, E., Miropolio general y racional de botica (1680) de fray Esteban Núñez. Estudio

introductorio y edición crítica de Miguel López Pérez y Mar Rey Bueno, Burgos: Colegio Oficial de Farmacéuticos, 2003, Introducción.

157 Sólo muy recientemente ha sido reconocida la cátedra de medicamentos químicos valenciana como primera en su estilo: DEBUS, A. G., “Chemists, Physicians and Changing Perspectives

encontramos al Protomédico de la ciudad y reino de Valencia, Llorenç Coçar, que dos años antes había publicado Dialogus veros medicinae fontes indicans (Valencia, 1589), donde se hace una abierta defensa de la concepción paracelsista de la medicina158. La cátedra recién creada estaba destinada a la enseñanza de la preparación y administración de los nuevos medicamentos químicos. Aunque sólo se impartieron dos cursos académicos, es de destacar su importancia en la historia del movimiento paracelsista europeo159. Hay que resaltar la intencionalidad del nombre de la cátedra que Coçar dirigió: De remediis secretis (“de los remedios secretos”). Coincide exactamente con el título de un best-seller sobre los secretos, con la culminación y mayor auge de toda una literatura sobre los libros de secretos160, cuyo mayor exponente fue el libro de Conrad Gesner (1516-1565 Thesaurus Euonymi Philiatri De remediis secretis161. Y poco más teníamos sobre las menciones a Paracelso en el siglo XVI. Desde las famosas citas que hiciera a

on the Scientific Revolution”, en Isis, 89 (1998), pp. 66-81. En 1609

se creó la cátedra de chimiatría de la Universidad del landgrave de Hesse y en 1612 la de la Universidad calvinista del duque de Sajonia, en Jena. La falta de información sobre el movimiento paracelsista español en Europa ha hecho que, hasta momentos muy recientes, se considerase a Mauricio de Hesse-Kassel (1572-1632) como primer promotor de la chimiatría a nivel universitario, cuando creó, en 1609, la cátedra de chemiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Marburg, adscrita al principado. Las enseñanzas fueron dadas por Johann Hartmann (1568-1631), matemático que tornó sus intereses hacia los de su monarca para conseguir su patronazgo.

158 LÓPEZ PIÑERO, J.M., “Alquimia y Medicina en la España de los siglos XIV y XVII: La influencia de Paracelso”, en Medicina moderna y sociedad española, siglos XVI-XIX, Valencia: Cátedra e Instituto de Historia de la Medicina, 1976, pp. 17-59. LÓPEZ

TERRADA, M.-L., “Llorenç Coçar: protomédico de Felipe II y médico paracelsista en la Valencia del siglo XVI”, en Cronos: Cuadernos valencianos de historia de la medicina y de la ciencia, 8-1,

(2005), pp. 31-66.

159 LÓPEZ PIÑERO, J.M., El “Dialogus” (1589) del paracelsista Llorenç Coçar y la cátedra de medicamentos químicos de la Universidad de Valencia (1591), Valencia: Cátedra e Institut de Historia de la

Medicina, 1977.

160 EAMON, W., Science and the Secrets of Nature: Books of Secrets in Medieval and Early Modern Culture, Princeton: Princeton

University Press, 1994; REY BUENO, M., “Primeras ediciones en castellano de los libros secretos de Alejo Piamontes”, en Pecia Complutense, 2 (2005), pp. 26-34.

161 GESNER, C., Thesaurus Euonymi Philiatri De remediis secretis,

Lyon: A. Vincent, 1557.

Page 35: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

57

España, recogidas por José María López Piñero162 hasta ahora, con Bernardino Gómez Miedes, no había nada más que reseñar hasta el siglo XVII, excepto la que se consideraba primera cita, la que hiciera Juan Fragoso (1530-1597) en el año 1581163. Sí que encontramos la presencia de técnicas, como la destilación, e ideas que los historiadores suelen asimilar a los paracelsistas y a los espagiristas, sin que ello signifique una adhesión al suizo164. Es más, las palabras de Bernardino Gómez Miedes no refieren nada de destilación ni espagiria, algo que nos resulta extraño, ya que su auge en las postrimerías del quinientos y durante todo el seiscientos viene determinado, en gran medida por el acercamiento de la Medicina a la Alquimia (y no a la inversa), un hecho constatado, en la Edad Moderna, aceptando que Paracelso y sus seguidores tuvieron aquí algo que ver, aunque es justo decir que había Alquimia antes que Paracelso y que el acercamiento entre Medicina y Alquimia en los inicios de la Edad Moderna165 ya era bastante sólido antes que él, ya que se pueden rastrear sus orígenes desde el siglo XIII166. Por no olvidar que nos manteneos en nuestra teoría sobre la no necesidad del paracelsismo médico en España, toda vez que los sustentos conceptuales eran ya viejos conocidos aquí, y que, cuando llegaron sus ideas a través de la espagiria y de las primeras ediciones del Paracelsian revival había una

162 LÓPEZ PIÑERO, J.M., op. cit., nota 158.

163 FRAGOSO, J., Chirurgia Universal, Madrid: Viuda de Alonso

Gómez, 1581, p. 376:

...tratando los días pasados un caballero humanista de estos avisos chirúrgicos y de las novedades que contienen, le oí dezir una cosa que me cuadró mucho y fue que eran tomados de Teofrasto Paracelso, el qual se aparta del camino ordinario de la doctrina antigua de todos los sabios [...] Y porque es cosa de perpetuar que se sepa la vida de aquel autor tan peregrino y extraño en las obras, dire lo que escribe del Conrado Gesnero...

LOPEZ PIÑERO, J.M., “Química y Medicina en la España de los siglos XVI y XVII; La influencia de Paracelso”, en Cuadernos de Historia de la Medicina Española, 11 (1972), pp. 17-54, esp. p. 31.

SANCHEZ CAPELOT, F., “La obra quirúrgica de Juan Fragoso”, en Publicaciones del Seminario de Historia de la Medicina. Estudios, 1

(1956-57), pp. 395-463.

164 SANTIAGO, D., Arte separatoria, Sevilla: Francisco Pérez, 1598.

165 LÓPEZ PÉREZ, M., Asclepio renovado: Alquimia y Medicina en la España Moderna (1500-1700), Madrid: Corona Borealis, 2003.

166 PEREIRA, M., “Elixir vitae. Los orígenes de la farmacología alquímica”, en Los hijos de Hermes. Alquimia y espagiria en la terapéutica española moderna, Madrid: Corona Borealis, 2001, pp.

95-114.

actualización al modo italiano, no alemán gracias al apego a Mattioli. Es decir, si hubo algo en la península en la segunda mitad del siglo XVI, no fue precisamente paracelsismo, sino mattiolismo167. Es por todo lo anterior porque lo que el texto de Bernardino Gómez Miedes merece un estudio desde la Historia de la Ciencia. Aparte de la novedad que supone per se que cite por primera vez a Paracelso, ésta resulta más interesante si sabemos de la multitud de médicos (obviando otras profesiones) que viajaron por toda Europa en su tiempo, y a los que les resultaba más difícil no haber oído nada de Paracelso que lo contrario. Ahí están Bernardino Montaña de Montserrate, Andrés Laguna y Luis Lobera de Ávila, por poner sólo tres ejemplos de entre los famosos viajeros.

7. Bernardino Gómez Miedes y la Alquimia

Vayamos, por fin, a la opinión que la Alquimia le merece a Bernardino Gómez Miedes. Como podemos imaginar ya, tampoco aquí defiende una posición nítida. O bien, unas veces ataca a los alquimistas y otras les reconoce ciertos logros. No es de extrañar. Bernardino Gómez Miedes está totalmente sumido en el ambiente de su tiempo, sabedor de las opiniones que sobre todas las cosas se emitían, con mayor o menor conocimiento derivado de sus lecturas, y con un punto de vista mejor o peor actualizado. Veamos qué nos dice nuestro autor:

-2-17,6, Por esto no sin razón llaman corrientemente a este arte, conservando el término griego, <halquimia>, de άλς, que significa “sal” y χήηιά, es decir, “fusión de oro o de plata”, porque por medio de la sal y con su ayuda se realiza esta preparación de los metales y a su vez la mutación entre ellos para las diversas necesidades humanas168.

167 LÓPEZ PÉREZ, M., “La influencia de la alquimia medieval hispana en la Europa moderna”, en Asclepio, LIV-2 (2002), pp.

211-229.

168 Tanto la etimología como la grafía que da Bernardino Gómez Miedes no es nueva. Ulises Aldrovando (1522-1605), ya usó el término halchemia en más de una ocasión en su Museum Metallicum. ALDROVANDI, U., Vlyssis Aldrovandi Patricii Bononiensis Mvsaevm Metallicvm In Libros IIII Distribvtvm, Bolonia:

Bartolommeo Ambrosini, 1648, p. 44: “Praeterea Halchemiae Profesores cuiusdam herbae succo…”. También en las páginas 166, 234 y 667 del miso libro. CASTELLI, B., Bartholomaei Castellil Lexicon medicum graeco-latinum, Genevae: Frates de Tournes, 1746,

p. 379: HALCHEMIA: Vocatur Artificium vel ratio salem

Page 36: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

58

En varias ocasiones, y desde diferentes puntos de vista, se ha tratado de definir qué es la Chymia, si es una cosa distinta o idéntica a la Alquimia y su posición dentro del conocimiento humano. Todo ello se ha hecho a partir de series de opiniones de autores más o menos reconocidos y de clasificaciones de la alquimia realizadas por los mismos. Desde al Edad Media hasta la Edad Moderna, desde los alquimistas hasta los más consagrados médicos, podemos ver que las opiniones han sido abundantes169 y las ideas usadas para dar un contenido capaz de definir el concepto de chymia, incluso los propios conceptos, no son esclarecedores. Si ya resultaría muy interesante poder contar con una definición certera de la Alquimia y poder ofrecerla, a nosotros se nos antoja aún más interesante conocer qué era lo que las personas de esos siglos pensaban sobre ella. Para ello es imprescindible tener en cuenta, al menos, tres cosas. La primera es que la imagen que llegó de la alquimia es el producto de un proceso de elaboración bastante complicado a lo largo de varios siglos. En segundo lugar, que la acogida de dicha representación fue muy distinta y variada, encontrándonos que muchas veces fue única en cada uno de los que se expresaron sobre ella. Y en tercer lugar, que los receptores, a la vez que se empeñaron en explicar su propia imagen, estaban elaborando otra y alterándola de forma sucesiva y continua. De tal manera que existe una constante: no hay una idea fija sobre la alquimia en los siglos XVI y XVII. Al contrario, hay muchas interpretaciones. Y éstas, al amparo de lo dicho arriba, fueron la causa y el efecto de muchas polémicas. Por tanto, a la hora de escribir sobre esta cuestión, la abundancia de declaraciones nos da un amplio margen y nos permite seleccionar aquéllas que nos sirvan para concluir lo que queramos. Si queremos decir que desde Paracelso hasta el siglo XVIII hubo paracelsistas, tenemos muchos ejemplos en los que

fussilem praeparandi, παρά τόν άλα χιμν… KAHN, D., Alchimie et Paracelsisme à la fin de la Renaissance (1567-1625), París: Droz, 2007, p. 126.

169 Para el Renacimiento: MANDOSIO, J.-M., « L’alchimie dans les classificaions des sciences et des arts à la Renaisance », en Alchimie et Philosophie à la Renaissance, París : Vrin, 1993, p. 11-41.

Para la Edad Media: OBRIST, B., « Les rapports d’une analogie entre philosophie et alchimie médiévale », en Alchimie et Philosophie…, pp. 43-64.

apoyarnos170. Si queremos concluir que la Espagiria siempre ha pertenecido al campo de la Medicina, también171. Si, por otro lado, queremos afirmar que los chimicos y los alchimistas eran lo mismo, no tendremos ninguna dificultad para hallar testimonios en ese sentido. Pero esta libertad resulta ser más que una comodidad, una dificultad para el historiador. Sobre todo, cuando sabemos con certeza que Juan Jacobo Wecker (1528-1586) y Friedrich Hoffman (1660-1742) no pensaban en lo mismo y que Conrad Gesner (1516-1565) y Johann Rudolf Glauber (1604-1670) son esencialmente diferentes. Pero también hubo defensores de los medicamentos químicos antes que los paracelsistas, o que no pueden ser clasificados como espagiristas, ni como chimicos, ni como alquimistas172. También vemos que medicina química es un concepto que se uso indistintamente con el de Alquimia o el de Chimica173. Sería, pues, muy fácil mantenernos en aceptar el hecho de que históricamente, durante la Edad Moderna, chymia, alquimia y Medicina química eran lo mismo y que todos los protagonistas no hacían sino pertenecer a un proceso confuso que duró aproximadamente siglo y medio.

170 GOLTZ, D., “Paracelsus as a Guiding Model – Historians and their Object”, en Paracelsus… (op. cit., nota 151, pp. 79-100).

171 PUMFREY, S., “The Spagyric Art: Or The Impossible Work of Separating Pure from impure paracelsianism: a historiographycal analysis”, en Paracelsus… (op. cit., nota 151, pp. 21-52).

172 Por ejemplo, el famoso medico galenista Nicolao Massa (1489-1569) no reparó en afirmar que un medicamento no menos famoso durante todo el siglo XVI, los “polvos solutivos de Juan de Vigo”, denominación que fue dada con posterioridad a Massa, tiene una composición original que le fue dada por un alquimista:

Et quamvis Ioannes de vigo vir doctissimus ipsus puluere doceat oponere sub noie pulueris ruber / nihil ei debeo in hoc. Quam ante aurum potabile. ipse scriberet / ego ipsius componebat / r habuit agnodâ viro alchimista sene qui erat mirabilis experimentator.

MASSA, N., De morbo neapolitano, Lugduni: s.e., 1534, p. 81.

Sobre este medicamento: Rafael Folch, quien dijo que los polvos de Juan de Vigo eran óxido mercúrico. FOLCH ANDREU, R., "La Química", en Estudios sobre la Ciencia española del siglo XVII,

Madrid: Gráfica Universal, 1935, p. 337-393 y FRAGOSO, J., Cirugia universal, Alcalá: Viuda de Juan Gracián, 1606 (6ª edición “ahora nuevamente emendada y añadida”), Antidotario, “De

polvos”, p. 417.

173 FABER, J. P., Myrothecium spagyricum sine pharmacopae chyimica: occultis naturae arcanis et hermeticorum scriniis depromptis abundé illustrata, Tolosae: Petrum Bosch, 1628, pp. 5-10.

Page 37: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

59

Vamos a poner algunos ejemplos para ver cuán dificultoso resulta delimitar los conceptos a partir de las palabras de los autores. Empecemos por Christoph Besold (1577-1638), uno de los más interesantes autores de los diccionarios de leyes, o jurídicos. Durante su etapa de estudiante en la Universidad de Tubinga, estudió con Johannes Kepler, con quien mantuvo amistad durante toda su vida. Publicó por primera vez su Thesaurus Practicus174, un diccionario que abarcaba el derecho romano y el germano, en el año 1629, obra que llegó a editarse ocho veces hasta la edición de Regensburg de 1740. En la edición del año 1643, el término “alquimia” es expuesto con todo tipo de detalles. Resulta curioso que, para exponer el significado haya de recurrir, no ya a cuestiones estrictamente jurídicas, sino a una multitud de opiniones ajenas, a autores que nos sorprenderían si no supiéramos que Besold fue uno de los fundadores del movimiento Rosacruz hasta el final de su vida, cuando decidió acogerse al Catolicismo. Veamos qué dice en el término Alchimi:

Chimiatrica es el arte que, por medio del fuego, separa lo impuro de lo puro de los aminales, vegetales y minerales, con el fin de preparar medicamentos puros, como son la quinta esencia, el espíritu, el aceite, la tintura, los magisterios… la Alquimia no es la Medicina Hermética, sino que es una parte de la magia natural y de la filosofía universal. Sobre la Alquimia y sus partes, ver el Lexicon de Ruland175, de Alchimia fol. 145. et f. 149.176

174 BESOLD, C., Thesaurus Practicus. Non Solum Explicationem Terminorum Atque Clausularum In Aulis Et Dicasteriis Usitatarum Continens: Sed & rerum omnifariam cognitionem suggerens, inprimis quamplurima ad Romani Imperii tam Ecclesiasticum quam Politicum statum; Mores item, Historiam, Linguam & Antiquitatem Germanicam pertinentia edocens, ... ; Editio Secunda Et Posthuma. ... Synopticâ item materiam Regalium continente tractatione; Dissertationibus Theorico-Practicis, modum tam in Civilibus quam Criminalibus Referendi seu votandi, Processumque Judiciarium compendiose & nervose exhibentibus; nec non illustribus aliquot Responsis aucta & locupletata. Studio Et Opera Johannis Jacobi Speidelii. Unà cum eiusdem Debitis Locis & Ordine insertis Additionibus, Norinbergae: Wolffgangi

Endteri, 1643.

175 RULAND, M., Lexicon alcimiae (sic) siue dictionarium alchemisticum, Francofurti: Zachariae Palthenii, 1612.

176 BESOLD, C., op. cit., nota 174, p. 29:

Chumiatrica, quae ignis beneficio, puru abimouro separate, vegetabilia, animalia, et mineralia in sua principia resolvit, et si opus vicissima coagulat, ut medicamenta pura efficiat: uti sunt Quintae essentiae, spiritus, olea, tincturae, magisteria, etc. Huc ergo ars destillandi aquas ex herbis, etc pertinet.

Una característica constante en el uso de términos como chymia es la enorme variedad semántica que mantuvo en la Edad Moderna, un problema agravado por la ausencia de patrones177 y el fracaso a la hora de presentarlo en un contexto que exige, a priori, organización, como los citados diccionarios de leyes, o los lexicones. Pero el hecho de organizar términos, de recogerlos y presentarlos ordenadamente no obliga a su aceptación. Si Besold no se esforzó en ser totalmente aséptico y no refutar a la Alquimia, menos aún lo fue Johannes Clajus (1535-1592), pero en sentido contrario. Autor de una de las más famosas gramáticas alemanas178, excluyó la Alquimia de la misma, quizás con la intención de dedicarle una mayor atención a satirizarla independientemente179. Como en los diccionarios y en las gramáticas, en los lexicones encontramos definiciones de la Alquimia que más que facilitarnos las cosas, nos las complican. Un buen ejemplo es el Lexicon medicum de Steven Blanckaert (1650-1702)180. En el término alchemia, que para él es también Alchymia, nos remite directamente al término Chymia.

v. infra v. Artzney. Alchymia differt a Medicina Hermetica; de qua infra, quia haec est Magia quaedam naturalis et universalis philosophia. Alchimia eius pars, vid. Lexicon. Rulandi de Alchimia fol. 145 et f. 149.

177 ABBRI, F., “Alchemy and Chemistry: Chemical Discourses in the Seventeenth Century”, en Early Science and Medicine, 5 (2000),

p. 214-226. NEWMAN, W. y PRINCIPE, L., “Alchemy vs. Chemistry: The Etymological Origins of a Historiographic Mistake”, en Early Science and Medicine, 3 (1998), pp. 32-65.

178 CLAJUS, J., Grammatica Germanicae Linguae, Leipzig: Rhamba,

1578.

179 Como hizo en: CLAJUS, J., Jo. Claji Alkumestica, Oder: wahre Kunst aus Mist Gold zu machen/ Johannes Clajus, s.l., s.e., 1616; Ibid., Colloquium Philosophicum. Von der waren Chimia, Sapientia, vnd Natura rerum, Wie die von menniglichen vnd allen Liebhabern der Kunst, von aller Sophisterey vnd betriegerey, mag vnterschieden vnd verstanden werden : Alles zu Gründlicher ... widerlegung des groben Phantasierens M. Johan Claij, Bengellebischem Pfarherrs .., Köln: Alexander Lauterwald, 1597; Ibid., Widerlegung Der Altkuhmisterey, Die M. Johannes Claius Pfarherr zu Bengelleben, aus seiner OxKudomia ausgelassen, wider die ... Geheimnis, der Natürlichen warhafftigen Kunst der Alchymiae, die gedachter Claius in genere verwirfft, vnd felschlich für lauter Betriegerey helt : Allen Liebhabern der waren Alchymiae zu geschrieben, Köln: Alexander

Lauterwald, 1597.

180 BLANCKAERT, S., Lexicon medicum Ioann. Henrici Schulzii Opera Insigniter Auctum Et Emendatum, Nunc Denuo Recognitum Variisque Accessionibus Locupletatum Curante Mich. Gottl. Agnethlero. Praefationem Praemisit Andreas Elias Büchner, Halae

Magdeburgicae: Apud Io. Gottl. Bierwirth, 1748.

Page 38: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

60

En la explicación subsiguiente, aparte de remontarse a Plutarco y Herodoto y su origen egipcio, deja señalado que la Chymiatria es el arte de curar con medicamentos químicos, que la Medicina Espagírica se basa en la Medicina Hermética, cuyo método es separar lo impuro de lo puro como hicieron los paracelsistas y que Chymia o Chemia también es un arte conocido como Spagiria, Hermetica ars, ars perfecti magisterii, ars segregatoria, separatoria, et destillaroria. Parece que remontarse a un origen greco-egipcio de la Alquimia como Arte divino era algo corriente por esas fechas ya que incluso médicos como Johann Jacob Hofmann, (1635-1706) buscaba ahí su origen etimológico, mientras citaba al mismísimo Pitágoras181. Es decir, todo un galimatías. Sin embargo, Blanckaert nos sirve en esa ocasión de mucha ayuda porque nos indica, con una simple frase, que sí existe diferencia en sus días entre chymia y alchimia, siendo usada la primera más abundamente en referencia a la preparación de medicamentos químicos y dejando el segundo término para cuando se refiera a la chrysospagiria como la verdadera Alquimia:

CHYMIA vel CHEMIA est ars, docens regulas, quarum exercitatione fiunt operations, quarum effectu corpora sensibilia, quae vasis capi possunt, inter se componuntur, vel resolvuntur; horum mutationes per sensus examinat, idque inprimis ope eius instrumenti, quod ignis dicitur, Eius partes sunt duae, vel solutio corporum, vel compositio. Dicitur chymia, vel chemia, seu cum Arabico articulo alchymia vel alkymia. Unde haec nomina deducta sint, alii aliter sentient. Alii Chymiam a xu/w vel xe/w dictam existimant, quod scilicet metalla dura, visceribus terrae effossa, liquare et fundere primum docuerit. Alii xami/an nominant, quasi, ut quidam volunt, artem Aegyptiam. Cum enim, ut refert PLUTARCHUS in libro de Iside et Osiride, Aegyptus a sacerdotibus sacra lingua Chemia appellaretur; aut ut est apud HERODOTUM, in Aegypto oppidum quoddam vetustum, Chemis nominaretur, hinc Chemiam,

181 HOFMANN, J. J., Lexicon Universale, Historiam Sacram Et Profanam Omnis aevi, omniumque Gentium; Chronologiam Ad Haec Usque Tempora; Geographiam Et Veteris Et Novi Orbis; Principum Per Omnes Terras Familiarum [...] Genealogiam; Tum Mythologiam, Ritus, Caerimonias, Omnemque Veterum Antiquitatem [...]; Virorum [...] Celebrium Enarrationem [...]; Praeterea Animalium, Plantarum, Metallorum, Lapidum, Gemmarum, Nomina, Naturas, Vires Explanans. - Editio Absolutissima [...] Auctior [...], Leiden: Jacob.

Hackius et all., 1698, T. 1: Literas A, B, C, continens, p. 136.

quasi artem Aegyptiam, in Aegypto scilicet primo, seu inventam, seu excultam, dictam putant. Ex Arabica lingua articulum, AL, qui intendit significationem, accessisse facile patet. Differentiam hodie faciunt inter Chymiam et Alchymiam, nempe chymiam referunt ad artem medicam, verum alchymiam ad artem Χρυσοποιήτιχήν. Vocatur etiam Spagiria, Hermetica ars, ars perfecti magisterii, ars segregatoria, separatoria, et destillaroria. G. Chymie, Schmeltzkunst, Gießkunst, Scheidkunst. 182

Y Bernardino Gómez Miedes no es ajeno a todo esto desde el momento en que afirma que la Alquimia tiene su vertiente medicinal, donde los metales se preparan para las “necesidades humanas”, aunque también nos suelta la palabra Chymica en alguna que

otra ocasión183. Sigamos.

-2-18,1 Este arte, no obstante, aunque sea cierto en gran parte, sin embargo parece que en una proporción mayor se mueve en torno a la duda y la incertidumbre. En sus mismos resultados no sólo suele vacilar (lo cual diría con su permiso), sino también excavar galerías subterráneas, por así decirlo, por donde se desvanece y desaparece hasta burlarse al final de los propios artífices merecidamente y con razón, porque éstos intentan en su necedad no sólo emular a la Naturaleza, sino también ponerse a su nivel y casi superarla. -2-18.2. Pues ¿qué insolencia o injuria mayor, pregunto, puede recibir la Naturaleza que pretender que los metales –que la Naturaleza ha forjado en las entrañas de la tierra y ha diferenciado entre sí con el calor del etéreo y celeste sol y por la influencia casual de los astros- se conviertan, después de derretidos por el calor del humeante y terrestre Vulcano y fusionados en un horno de barro, en algo así como en oro puro de manera indistinta a partir de aquéllos; y aunque se produzca esta conversión, si la prueba del oro resulta, no obstante, verdadera, exhaustiva y “al fuego”, como suele decirse (vulgarmente la llaman ”del infierno”), =no se pulverizaría por completo o estaría a punto de disolverse?

He aquí una contradicción. Bernardino Gómez Miedes afirma que el Arte de la Alquimia es, a la vez,

182 BLANCKAERT, S., op. cit., nota 180, p. 192 y p. 624.

183 RM, : I.33,3.

Page 39: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

61

cierto en su mayoría, pero también falso. Sobre todo, porque intenta imitar, incluso superar lo que la Naturaleza hace. También, y para dificultarnos la tarea, comparte la idea general de la Alquimia sobre la metalogénesis y la diferenciación de los metales según la actividad que el Sol y las influencias astrales han dejado en tal momento. No obstante, no pasa por el hecho de que un metal, una vez que ha “nacido” pueda ser convertido en otro gracias a la acción del fuego. Vayamos por partes, ya que entender, desde el punto de vista de los alquimistas, lo anterior, requiere una explicación, para lo cual nos basaremos, cómo no, en sus propias palabras. Para los alquimistas, el fin de todo esto es, por supuesto, la perfección, toda la “obra de la Naturaleza” (u “obra natural) opera en dicho sentido, y lo hace visible en la tierra. Especialmente con los metales y minerales. Todos tienden a la perfección (el oro). Pero es un proceso largo y muchas veces interrumpido por accidentes. El hombre puede acelerar este proceso, imitando en su matraz el Arqueo con los metales y minerales. De ahí que los que se atreven a realizar este proceso se llamen también filósofos, o filósofos químicos, y que a su trabajo se le conozca como un Arte (el de recrear en menos tiempo lo que hace la Naturaleza: la Obra Natural), es el Arte Químico, la Alquimia. Y su obra, la de culminar el proceso natural satisfactoriamente, no puede estar por debajo de otras “artes”, ya que su intención es la más alta, por lo que se llama la Gran Obra, la Opus Maius, el Ars Magna. Veamos cómo funciona el Arqueo, según las explicaciones de un alquimista renombrado del siglo XVII, Sendivogius:

Os daréis cuenta de que todo, así como la Naturaleza, está en la voluntad de Dios y que Dios lo ha creado y puesto en toda imaginación; de la misma manera la Naturaleza se ha hecho una semilla184 en los elementos procedentes de su voluntad. En verdad es única, y sin embargo produce cosas diversas; pero no obstante no crea nada sin esperma. Porque la Naturaleza hace todo lo que quiere el esperma y no es más que como el instrumento de un artesano. Así pues, el esperma de cada es mejor y más útil al artista que la Naturaleza misma. Porque con la Naturaleza sola, y sin

184 El término “semilla” alude al Espíritu, al Espíritu universal que, en la Obra, hay que materializar; pero su uso aquí es en su faceta de “concepto mayor”, por decirlo así.

esperma, no haréis más que lo que un orfebre podría hacer sin fuego, sin oro o sin plata, o el labrador sin el grano. Tomas pues esta semilla o esperma y la Naturaleza estará presta para cumplir con su misión, sea para bien o sea para mal [...]. Y es una gran maravilla ver como la Naturaleza obedece a la semilla, pero no siendo forzado a ello, sino por su propia voluntad [...]. Así pues, el esperma es el Elixir o la quintaesencia de cada cosa, o el bálsamo de Azufre, que es la misma cosa que la humedad radical en los metales [...]. Los cuatro elementos engendran el esperma por la voluntad de Dios y por la imaginación de la Naturaleza.; porque igual que el esperma del hombre tiene su centro o receptáculo conveniente en los riñones, de la misma manera los cuatro elementos, por medio de un movimiento infatigable y perpetuo (cada uno según su cualidad), arrojan el esperma hacia el centro de la tierra, donde es digerido y empujado hacia fuera por medio del movimiento. En cuanto al centro de la tierra, es un cierto lugar vacío donde nada puede reposar. Los cuatro elementos arrojan sus cualidades excéntricamente (si se puede hablar así) o al margen y circunferencia del centro, igual que el hombre arroja su semilla en la matriz de la mujer, en la cual no permanece nada de ella, sino que, después que esta matriz ha tomado porción debida, arroja el resto fuera. Lo mismo sucede en el centro de la tierra, cuya fuerza magnética, o de imán, de algún lugar atrae hacia sí lo que le es propio para engendrar alguna cosa, y el resto lo empuja hacia fuera para hacer piedra y otros excrementos. Por ejemplo, póngase sobre una mesa bien unida un vaso lleno de agua, que está situado en medio de dicha mesa, sitúense alrededor varias cosas y diversos colores, y entro otras, que haya sal, y que cada cosa está puesta separadamente. Después viértase el agua en el medio; la veréis correr de aquí para allá y también veréis que al encontrar este arroyito el color rojo se volverá rojo, y que aquel, pasando por la sal, se volverá salado y así los otros: porque ciertamente el agua no cambia los lugares, sino que los lugares cambian el agua. De la misma manera la semilla arrojada al centro de la Tierra por los cuatro elementos, para por diversos lugares; de forma que cada cosa nace según la diversidad de los lugares: si llega a un sitio conde encuentra tierra y agua puras, se hace una cosa pura. La semilla y esperma de todas las cosas es única185, y sin embargo engendra cosas

185 Esta cuestión es aplicable a la de la materia o materias con las que se puede hacer la Gran Obra. En realidad, con este principio,

Page 40: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

62

diversas [...]. La semilla humana es noble, creada solamente para la generación del hombre, sin embargo, si éste abusa de ella hace un monstruo o un aborto. Porque si [...] éste acopla con una vaca o cualquier otra bestia, este animal concebiría fácilmente de la semilla del hombre, porque la Naturaleza no es más que una186 [...]. Es necesario remarcar bien que hay cuatro elementos, dos de los cuales son graves o pesados y otros dos ligeros, dos secos y dos húmedos, sin embargo, uno es extremadamente seco y otro extremadamente húmedo, y además, por otra parte, son masculinos y femeninos [...]. Cada uno de ellos no reposa jamás, obran continuamente uno en el otro y cada uno impele de sí mismo lo que tiene de más sutil: todos tienen su cita general en el centro, y en éste está al Arqueo servidor de la Naturaleza.”187

Los alquimistas tenían un orden jerárquico bastante bien definido sobre los metales y los minerales. Se dividían en perfectos e imperfectos. Para Roger Bacon (1211-1294) los metales perfectos eran el oro y la plata y los imperfectos el estaño, el cobre, el plomo y el hierro. En detalle podremos ver en qué se basa para establecer dicha división:

NATURALEZA DEL ORO: el oro es un cuerpo perfecto, compuesto de un Mercurio puro, fijo, brillante, rojo y de un Azufre puro, fijo, rojo y no combustible. El oro es perfecto. NATURALEZA DE LA PLATA: es un cuerpo puro, casi perfecto, compuesto de un Mercurio puro, casi fijo, brillante y blanco. Su Azufre tienen las mismas cualidades. No le falta a la plata sino un poco más de fijeza, color y peso. NATURALEZA DEL ESTAÑO: es un cuerpo puro, imperfecto, compuesto de un Mercurio puro, fijo y volátil, brillante, blanco en el exterior, rojo en el interior. Su Azufre tiene las mismas cualidades. Sólo le falta al estaño ser un poco más cocido y digerido.

cualquiera vale, ya que el Espíritu universal y su semilla está en todas las cosas y de todas se puede extraer.

186 Esta idea es válida cuando, en la parte operativa, se nos diga que para hacer oro hay que conseguirlo de la semilla del oro. Otros piensan que dicha semilla del oro no necesariamente está en el oro.

187 SENDIVOGIUS, M., Novum Lumen Chymicum, Colonia: Anton Boetzer, 1604, cap. II: “De la operación de la naturaleza y de la semilla en nuestra proposición”.

NATURALEZA DEL PLOMO: es un cuerpo impuro e imperfecto, compuesto de un Mercurio impuro, inestable, terrestre, pulverulento, ligeramente blanco al exterior y rojo al interior. Su Azufre es semejante y además combustible. Al plomo le falta la pureza, la fijeza y el color: no está bastante cocido. NATURALEZA DEL COBRE: es un metal impuro e imperfecto, compuesto por un Mercurio impuro, inestable, terrestre, combustible, rojo y sin esplendor. Igual es su Azufre. Le falta la fijeza, la pureza y el peso. Contiene demasiado color impuro y partes terrosas incombustibles. NATURALEZA DEL HIERRO: es un cuerpo impuro e imperfecto, compuesto por un mercurio impuro, demasiado fijo, con partes terrosas combustibles, blanco y rojo pero sin brillo. Le falta la fusibilidad, pureza y peso; contiene demasiado Azufre fijo impuro.188

Podemos verlo mejor en una tabla:

Tabla 1: Clasificación de los metales. Fuente: Bacon, R., Speculum Alchemiae, Madrid, 1590, "De los principios naturales y de la

generación de los metales." Edición manejada: B.N. ms. 7443.

Es curioso que Bacon dé al estaño casi las mismas propiedades de la plata. En las páginas siguientes parece que, además nos indica que, para él, este metal es el que ha de usarse para la Gran Obra. Esto concuerda con las palabras de otros muchos textos alquímicos que también dicen que no debemos usar ni el oro ni la plata:

Cuando la naturaleza perfecciona alguna cosa, no sabe, sin embargo, purificarla y perfeccionarla íntimamente, porque obra con sencillez. Si escogiésemos el oro o la plata, podríamos con mucho trabajo encontrar un fuego capaz de obrar con ellos. Aunque conozcamos ese fuego, no podemos, a pesar de todo, llegara la purificación perfecta debido a la

188 BACON, R., Speculum Alchemiae, "De los principios naturales y de la generación de los metales." Biblioteca Nacional de Madrid, ms. 7443, Madrid, 1590.

Page 41: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

63

potencia de sus lazos y a su armonía natural; de suerte que rechazamos el oro para el elixir rojo y a la plata para el elixir blanco. Encontraremos cierto cuerpo compuesto de Mercurio y de Azufre puros, sobre los cuales la naturaleza ha trabajado poco.189

Por tanto, lo que hay que hacer es extraer (y luego purificar al máximo, antes de unir), el mercurio y el azufre. Pero eso no quiere decir que sea el Mercurio más puro ni el Azufre más puro, sino el más fácil de extraer, ya que luego serán purificados. En realidad, los alquimistas no usaron el oro y dijeron que es más facil hacer oro que deshacerlo, debido a la extrema perfección de la unión de sus partes. Mejor recurrir a otra cosa. Sobre el oro y su perfección se expresaron muchos autores. Así, el boticario Otto Tackenius (1620-1699?)190, en su Hippocrates chimicus191,

diferenció tres tipos de oro, según cada una de las regiones, y lo hizo de la misma manera que el alquimista Alexander Limojon de Saint Didier (1630-1689), un alumno del espagirista Jean Pierre Fabre, médico muy influyente en la Península:

El primero es un oro astral, cuyo centro está en el sol, que con sus rayos les comunica al mismo tiempo que su luz, a todos los astros, que son inferiores a el. Es una sustancia ígnea, y una continua emanación de corpúsculos solares, que estando en perpetuo flujo y reflujo, por el movimiento del sol y de los astros, llenan todo el Universo, todo es penetrado por él en la inmensidad de los cielos sobre la tierra, y en sus entrañas, respiramos continuamente este Oro astral, estas partículas solares penetran en nuestros cuerpos y se exhalan de ellos sin cesar.

189 BACON, R., op. cit., nota 188, "De dónde puede extraerse la materia próxima al elixir."

190 Tackenius fue un seguidor del ímpetu iatroquímico de la mitad del siglo XVII, junto a Sylvius de le Böe (1614-1672), siendo partidario, desde joven, de su filosofía médica. Nacido en Herford (Westfalia), estudió "apothecary" en Lemgo. En 1644 marcha a Italia, no sin antes pasar por Kiel y Dantzig. Da importancia, en su visión de la Medicina química, a los ácidos y a los alcalis "según los principios de Hipócrates". Incluso dijo que de ellos están hechas todas las cosas del Universo, ya que son dos principios universales. Entro en controversias con Johan Zwelfer sobre quien inventó la sal viperina. Según Hermann Kopp, quien hizo su biografía, tuvo problemas por robar. KOPP, H., Geschichte der Chemie, Braunschweig: F. Vieweg und sohn, (1843-1847), 4

vols., vol. 1, p. 140.

191 TACKENIUS, O., Hippocrates chimicus, per ignem et aquam Methodo inaudita Novissimi Salis Viperini antiquissima fundamenta ostendens, Venecia: Typis Combi et LaNouii, 1656.

El segundo es un Oro elemental, es decir, que es la más pura y la más fija porción de los Elementos, y de todas las sustancias, que están compuestas de ellos; de suerte que todos los seres sublunares de los tres géneros, contienen en su centro un precioso grano de este oro elemental.

El tercero es el hermoso metal, cuyo brillo y perfección inalterables le dan un precio que hace que todos los hombres le consideren como el soberano remedio de todos los males, y de todas las necesidades de la vida, y como el único fundamento de la independencia, de la grandeza y del poder humano; por esto no sólo es codiciado por los mas grandes príncipes, sino también deseado por todos los pueblos de la tierra.

Después de esto, ya no os será difícil concluir que el oro metálico no es el de los Filósofos […] Es ella (la Piedra) la que guarda en su seno el verdadero Oro de los Sabios, es decir: las dos primeras clases de oro de las que acabo de hablar. 192

Estamos ante una de las más grandes causas de descrédito de la Alquimia, la misma que, junto a la ya tratada arriba de superar a la Naturaleza, sigue Bernardino Gómez Miedes. Pero ellos, los alquimistas, no decían poder hacer el oro. Ellos hacían un “oro más puro que el oro”, es decir, la Piedra Filosofal no es oro. Y esto, este descrédito, nace aquí, en el hecho de un grave error al entender mal qué era lo que los alquimistas decían poder hacer. Si seguimos leyendo veremos que lo que intentan hacer es dar a algo la apariencia de oro. Ese algo tiene una virtud multiplicadora y, mezclándose con otros metales, les de la apariencia de oro. Incluso con esos metales “transmutados” aún se puede multiplicar. Veámos cómo lo explicaba un doctor en la materia, Alberto Magno (1193-1280):

No hay más, en efecto, que cambiar en la plata, sino el color y el peso, lo cual es fácil. Porque una sustancia de por sí compacta aumenta fácilmente de peso. Y como contiene un azufre blanco amarillento, también su color será fácil de cambiar. 193

192 LIMOJON DE ST.-DIDIER, A., « Entretien d'Eudoxe et Pyrophile » en Le Triomphe hermetique ou La pierre hilosophale victorieuse, Amsterdam: Henry Wetstein, 1669, 29-120, texto en pp. 57-58. 193ALBERTO MAGNO, Compositum de compositis, Coloniae, s.e, s.f., parte II: “De la formación de los metales en general por el azufre y el mercurio”.

Page 42: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

64

Tenemos más ejemplos de esto último, como el que nos diera Jean d'Espagnet, "el Presidente" (1564-1637)194:

Los metales perfectos contienen en sí mismos dos cosas que pueden comunicar a los imperfectos, a saber, tintura y fijación, pues cuanto más teñidos estén de un azufre puro, esto es, de un azufre blanco y rojo, y cuanto más fijados estén tanto más su tintura teñirá perfectamente […] De otro modo no tienen la facultad de multiplicar su tintura.195

Vayamos, por último, con la idea de la personalidad de los alquimistas, semejante a todo lo dicho sobre los charlatanes, y la del Mercurio:

-2-18.3. Añade el hecho de que quienes practican este arte tienen siempre la mente tan perturbada y trastornada, que nunca pueden mantener quieta su cabeza y por esto emprenden muchas acciones brillantes, pero dado que rara vez son consecuentes consigo mismos, llevan a término pocas. Y no es extraño, puesto que trabajan con la “plata viva”, activa en exceso y de movimiento constante. Aunque es la más apropiada para asumir las variadas formas de los metales, sin embargo, por su volatibilidad y continua movilidad sucede que los alquimistas, cuya labor principal y gran esfuerzo consiste en contenerla, quedan marcados no sólo por una inconstancia mental, sino también por temblores de cabeza. -2-18.4. Por esta razón la llaman muy apropiadamente “Mercurio”, tanto por su velocidad y capacidad de metamorfosearse con la que, semejante a Proteo, se escapa de los que le persiguen,

194 Quizás sea d'Espagnet uno de los que mayor reputación tenga como filósofo hermético. En 1590 era abogado en Burdeos, en 1592, consejero en el Gran Consejo en París; en el año 1601 fue nombrado Presidente del Parlamento de Burdeos, de donde recibe su sobrenombre. En 1609 fue comisionado por Enrique IV para acabar con la epidemia de brujería que convulsionaba a la zona vasco-francesa. Con el cargo de Magistrado principal va a Labourd para encabezar un proceso donde se ejecutaron a setenta brujas de más de 200 encausadas. Ciertos problemas de jurisdicción fronteriza le hicieron venir a Madrid. FERGUSON, J. (1902), Bibliotheca Chemica, Glsgow : James MacLehose and sons, 1906, 2 vols., vol. 1, p. 248-250; WAITE, A. E., The Secret Tradition in Alchemy, Londres : Kegan; Paul, Trench, Trubner & Co., Ltd.,,

(1926), p. 39, 338 y 341. Sobre su actividad política : BOSCHERON DES PORTES, C.-B.-F., Histoire du Parlement de Bordeaux depuis sa création jusqu'à sa suppression (1451-1790), Bordeaux : Charles

Lefebvre, 1877.

195 D'ESPAGNET, J., Arcanun Hermeticae Philosophiae Opus, París :

N. Buon, 1623, canon 30.

como también por la agilidad mental que vuelve a los alquimistas, como se puede ver, no sólo rápidos de respuesta, sino también facundos, muy salados y elocuentes para que su ciencia sea convincente. Por esto sucede que no son los propios artífices, que antes de ponerse manos a la obra con su persuasión pidieron dinero de forma previsora para su trabajo, sino realmente esos a cuyas expensas se realiza, a los que vemos que muy a menudo les apremia la pobreza, pues esos mismo artífices les roban poco a poco y con mucho ingenio196.

A estas palabras respondieron los alquimistas con sus propios argumentos, defendiéndose a modo de ataque contra todo lo que se movía, incluido Galeno. Uno de los motivos del desprestigio de la Alquimia entre muchas personas del ámbito médico en los siglos XVI y XVII fue, que tras las lecturas de los textos clásicos de la Alquimia, erraron en sus interpretaciones, o, como dijeron los propios alquimistas, no los entendieron. Más aún, podemos decir, que no experimentaron bajo las coordenadas correctas, no "se aplicaron" con el debido interés "al estudio del Arte", otra expresión muy utilizada. Los

196 Un siglo después Johan Rudolph Glauber insistía en lo mismo. GLAUBER, J. R., De auri tinctura, sive auro potabili vero... / per Joh. Rudolphum Glauberum..., Amstelodami: Johannem Janssonium, 1651, p. 9:

Nec loquacitas sed multarum rerum cognition facit Chymicum. Nemo est qui negare posit artem jam diu quaesitam à multis annis à variis ad usque diem hodiernum multis & laboribus & sumptibus, à pacissimis verò inventum. Non autem minor, tantum Dei donum paucissimis saltem quibudam hactenus communicatum faisse, quotquot enim novi omnes fere & singuli, paucissimis exceptisrecto tramite incesserunt. Nonnulli enim divitiis fuis considebant, cogitanter violenter sibi comparare artem, quia valebant extrahere (extruere) laboratorium egregium, multos alete operatores, & copiam comparare vasorum, mineralium & carbonum, non considerantes dictum apostoli, Non est currentis aut violentis, sed solius Dei miserentis.

Traducción: La Chymica (el chimico) no hace charlatanes, sino mucho conocimiento. Porque no hay hombre que pueda negar que durante mucho tiempo y desde hace muchos años este Arte es buscado hasta hoy mismo, con mucho trabajo y gasto, pero encontrado por pocos. Yo tampoco me extraño de que éste es un gran don de Dios que no ha estado comunicado más que a unos pocos químicos modernos, porque excepto algunos, todos los demás han ido por un camino contrario, porque los unos se confían en sus riquezas, creyéndola adquirir por violencia, a causa de que ellos pueden hacer de bellos laboratorios, entreteniendo a muchos hombres, habiendo nombrado vasos, minerales y carbones, no consideran lo que dijo el Apóstol: La cosa no está en que uno quiera o se afane, sino en que Dios tenga misericordia.

Page 43: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

65

propios alquimistas se quejaron del malentendido que hubo entre los químicos:

Los químicos vulgares están bastante ilustrados sobre la química conocida y bastante instruidos sobre sus procedimientos, pero son ciegos en lo que se refiere a la química hermética y están llevados por la costumbre. Han construido hornillos que subliman, calcinan y destilan; han empleado infinidad de vasos y crisoles desconocidos por la simple naturaleza y han pedido ayuda al fratricida del fuego natural ¿Cómo habrían triunfado con procedimientos tan violentos? Son absolutamente contrarios a los procedimientos que siguen los Filósofos herméticos.197

No menos expresivo fue Jean d'Espagnet, detallando con precisión los errores de estos químicos vulgares:

Los químicos vulgares se han acostumbrado a alejarse gradualmente de la vía simple de la Naturaleza por sus sublimaciones, destilaciones, congelaciones, coagulaciones, sus diferentes extracciones de espíritus y tinturas y por cantidad de otras operaciones más sutiles que útiles; han caído en errores que han sido continuación unos de otros, se han convertido en los verdugos de esta Naturaleza. Su sutileza demasiado laboriosa, lejos de abrirles los ojos a la luz de la verdad para ver las vías de la Naturaleza, ha sido un obstáculo que ha impedido que éste llegara a ellos. Se han alejado cada vez más y la única esperanza que les queda está en un Guía fiel que disipe las tinieblas de su espíritu y les haga ver el Sol en toda su pureza.198

Así pues, alquimistas contra chimicos, y ambos contra los galenistas. Estos últimos también contra ambos y todos cotra todos. Éste fue el ambiente que se vivió durante siglo y medio, hasta el año 1700, por poner una fecha, en un in crescendo en que cada uno

estaba orgulloso de lo que era, y lo mostraba abiertamente. Resumido:

Los químicos son una extraña clase de mortales que, impelidos por un impulso casi maníaco, buscan su placer entre humos y vapores, hollín y llamas, venenos y miseria […] Y aún así, entre estos males

197 SENDIVOGIUS, M., Nouvelle Lumière Chymique, París : Cramé, 1609, tratado primero.

198 D'ESPAGNET, J., op. cit., nota 195, canon 6º.

vivo tan placenteramente que antes moriría que cambiar de lugar con el rey de Persia.199

Intentar explicar qué significó el Mercurio para los alquimistas es, simplemente, similar a algo tan descabellado como explicar la propia Alquimia. Para tener una cierta noción del Mercurio, lejana más bien, las exigencias son tales (sobre todo de lectura), que harían desechar la idea inmediatamente. Como concepto, encierra la esencia de todo el pensamiento alquímico. De una forma u otra, el Mercurio y la imitación de la Naturaleza por parte de los alquimistas, son dos cosas que van unidas. Nunca se entenderá qué es el Mercurio de los alquimistas si no entendemos antes sus cualidades, su naturaleza... Para un autor ya citado, Jean d’Espagnet (1550-1630), Dios, el Arquetipo estaba doblado sobre sí mismo, era una luz total que sólo brillaba para sí, como un libro cerrado. La Creación de los alquimistas consiste en que dicho libro se abrió, desenvolviendo la producción del mundo. Todas las cosas fueron repentinamente reveladas y convertidas en luz. Luego se distribuyó toda la masa por el Universo en un orden admirable, sin mezcla ni confusión.

Y así siguen, semejantes por analogía, unidas todas las cosas por escalones intermedios. Son estos los que el alquimista, al hacer la Gran Obra, remonta desde lo más bajo, desde lo más grosero (dicen que su materia es vil e inmunda) hasta lo más perfecto. No hay nada mejor para ellos que llegar arriba, alcanzar

199 BECHER, J. J. Actorum Laboratorii Chymici Monacensis, Seu Physicae Subteraneae Libri Duo, Lipsiae: Officina Weidmanniana, 1738, “Praefatio”:

...Chymiae studium, ejusque amatores Alchymistas vocant; quibus nihil acceptius, nihil dulcius, suavius nihil & gloriosius, quŕm si extreme sordeant, male mundo audiant, pecuniam cum fama profundant, venenis palleant, madeant, semper quaerant, nihil habeant, omnes interea communes sensus perdant, plane juxta illud.. Qui pluvia maduistis aqua, fuliginem olentes, fumo excoecati, flammis crepitantibus usti. In hanc vere picam, non naevum modo sed insignem morbum & ego incidi, cui nec aulae splendor, nec œconomiae ratio, nec famae integritas, nec sanitatis vigor quicquam prae carbonibus, venenis, fuligine, follibus & furnis valere potest, Ipso Hercule fortior, cui perpetuum Auglae stabulum purgandum, forti igne vix non utroque oculo orbatus, periculosis Mercurialibus catarrhis infestatus, totus veneno imbutus alter Mithridates, omni aestimatione & voluptate privatus, mente Croesus, marsupio Irus at inter haec omnia incommoda, ita mihi suaviter vivere videor, ut, emoriar, cum Persarum Regis deliciis mutare nolim...

Page 44: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

66

el éxito alquímico, o “el triunfo hermético”, como dijo Limonjon de St.-Didier200. Incluso hubo quien indicó la forma de alcanzar el cielo de los filósofos, el cielo químico, como Jacob Tollius201. ¿Y el espíritu? Para ellos, el Espíritu es la causa de que las semillas de todas las cosas pasasen de la potencia al acto, que saliesen de su caos. Su espíritu es energía, la energía es la fuerza, el soplo divino, el fuego. Por el espíritu el orden natural adquiere una textura y un encadenamiento que no es otra cosa que la continuación de las leyes eternas impresas en múltiples ejemplares por el Supremo Soberano. Así, la unión de Naturaleza y Espíritu, para ellos, es el Universo, el mundo universal202, si se quiere:

Lo que llamamos naturaleza especialmente es el Fuego Universal o Anima Mundi, que llena todo el sistema del Universo; y, por tanto, es un agente universal, omnipresente y dotado de un instinto infalible que se manifiesta en Fuego y Luz. Es la primera criatura de la omnipresencia divina.203

Dios nos presenta a los hombres este Universo en una triple división: el mundo supraceleste, el celeste y el inferior204. La característica principal de la última es la vida, símil del espíritu y del fuego205, el vehículo que nos servirá para rendir homenaje al cielo. La Gran Obra nos llevará de una región a otra en ascensión. Por supuesto, los postulados alquímicos son un alargamiento de las teorías aristotélicas, a pesar de que, a veces, hasta los propios alquimistas lo

200 LIMOJON DE SAINT DIDIER, A. T., Op. cit., nota 192.

201 TOLLIUS, J., Manudictio ad coelum chemicum, Amsterdam: Waesbergius, 1688.

202 D’ESPAGNET, J., Enchiridion Physicae Restitutae, París, Nicolás Buon, 1621, canon 9: “El mundo es como una obra del Artífice hecha con perfección. Sus partes están unidas por eslabones mutuos como los anillos de una cadena”.

203 KIRCHWEGER, A., Catena Aurea Homerii, Leipzig, 1723, Parte

I: “De la Generación de las Cosas”, cap. I: “Qué es la Naturaleza”.

204 D’ESPAGNET, J., op. cit., nota 202, canon 10:

La supraceleste, que fue llamada del mundo inteligible, es la más alta de todas, siendo totalmente espiritual e inmortal... La celeste está situada entre las dos: en ella están presos los cuerpos... Y, finalmente, la regiòn inferior, que vulgarmente se llama elemental.

205 ANDRE LE BRETON, Les clefs de la philosophie spagyrique,

París : Jombert, 1722, p. 6 : « Este fuego celeste es universal y está en todas partes; es la principal causa de la Piedra, tan alabada por los filósofos.”

nieguen206. Tanto Aristóteles como los alquimistas pugnaron por el concepto de la unidad de la realidad, contrariamente a Platón, que separó dos mundos (sentido y razón o ser y realidad). Para ellos sólo se necesita comprender el mundo, que se consigue escrutando la Naturaleza y en la Gran Obra, para reconocer en él el reino de la razón. También como Aristóteles, las bases de pensamiento de los alquimistas colocaban por encima del mundo a una divinidad que era la fuente de la citada razón y origen del movimiento eterno de la Naturaleza. Por

eso Dios, la Inteligencia Pura, mueve el mundo, que carece de movimiento propio, a través del espíritu:

Todas las cosas han sido hechas por el poder de la Palabra Divina, que es el Espíritu o Aliento Divino, emanado de la Fuente Divina en el Principio. Este Aliento es el Espíritu o Alma del Mundo, y es llamado Spiritus Mundi.207

O, en palabras de Esprit Gobineau de Montluisant, otro alquimista:

Es este Espíritu divino quien alumbra la inmensidad del Universo, y quien, impulsándose y volviéndose a impulsar [...] retorna sin cesar y perpetuamente en los círculos que describe por su movimiento y sus cursos eternos y universales.208

De este movimiento deriva la variedad de las cosas, su naturaleza, y la vida:

Este es aquel Espíritu que, habitando en el Aire, todo lo infecta, vivifica la Tierra, fermenta las Aguas fluviales, mueve & tiñe la Sangre en las venas, produce los metales en las minas, en las nubes llueve, truena, nieva [...] en las minas humea, penetra, fija; aplicado por el Arte, conserva la Vida, cura las enfermedades, transmuta los metales; volátil en los volátiles, fijo en las Cosas Fijas, animal en los Animales, vegetal en los Vegetales, mineral

206 D’ESPAGNET, J., op. cit., nota 202, canon 15: “Pero habría revelado mejores cualidades de Filósofo si (Aristóteles) hubiera eximido a esta primera materia del combate de los contrarios y la hubiera reconocido libre de toda repulsión”.

207 SPONHEIM, T. DE, Steganographia, Noribergae: J. F.

Rudigerus, 1499, h.3.

208 GOBINEAU DE MONTLUISANT, E., Explication trés curieuse des enigmes et figures hiéroglyphiques, physiques, qui sont au grand protail de l’église Cathédrale de Notre-Dame de Paris, París : Rupellae,

1754.

Page 45: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

67

en los Minerales, Camaleón Filosófico. En todo, sin embargo, su naturaleza es perfectísima, su propiedad penetrantísima, su sustancia, tenuísima.209

Para ambos, la vida es un proceso que tiende, o que va, desde la materia y la forma. Además, la vida tiene bastante contenido para ocupar a los hombres por completo y satisfacerles totalmente. Pero esto hay que descubrirlo, que era lo que decían hacer los alquimistas, penetrando de la superficie de los sentidos a la profundidad, buscando la unidad que se esconde tras la variedad observable210, anhelando la armonía del todo, que, vuelve a ser la finalidad de la Gran Obra211 y culmen del pensamiento de Aristóteles. Pero aún es necesario, para aclarar más este concepto de espíritu, rastrear, a través de las palabras anteriores, cómo llegó hasta el siglo XVIII conformado de tal manera, cuáles fueron sus bases, para calibrarlo todo lo más exactamente posible.

Encontramos atributos semejantes a los otorgados por los alquimistas en otros conceptos, como el Thelema griego o el Od hebreo. Para Aristóteles este concepto no existió, al menos tal y como fue concebido en la alquimia moderna, aunque sí que concordaba en bastantes aspectos. Para él, y para otros pensadores griegos, se llamó pneuma, una especie de aliento, de vapor, gas, de algo separado del cuerpo material, forma potencial en búsqueda de su materia. No es visible por sí mismo, pero lo observado, lo material diverso resulta ser un continuo agotamiento de su posibilidad, lugar donde se parapeta. El espíritu contiene también la actividad de una de las tareas primordiales de la Naturaleza: la generación. Esta es la razón de que, muchas veces, Naturaleza y Espíritu adquieran, en la Filosofía Natural y Hermética modernas significados idénticos. Sobre el mercurio, es un licor espiritual aéreo y está engrosado con algo de azufre. Es lo más parecido al calor natural, da vida, vigoriza, fortifica a los débiles. Es de la naturaleza del aire, ya que se evapora al más mínimo calor. Es comparado por su fluidez con el

209 CLAUDERO, G., Dissertatio de tinctura universalis, Nüremberg:

Godofredo Richterum, 1678, p. 22.

210 “Todo en Uno” es un axioma alquímico que se entiende aquí.

211 D’ESPAGNET, J., op. cit., nota 202, canon 18: “Quienquiera que

ignore que el Espíritu ha sacado el Mundo de la nada y lo gobierna, que es el alma del Mundo, ése ignora las leyes del Universo”.

agua. Sobre el mercurio y su preparación, hay que decir que es uno de los puntos más oscuros de la práctica alquímica. No basta con el mercurio sublimado o precipitado, ya sea rojo o blanco. Hay que realizar una completa limpieza del mercurio de sus dos sustancias superfluas. En una primera purificación se elimina la tierra y en la segunda su agua. Veamos cómo lo explicó Arnau de Villanova y cómo nos advirtió de ello en El Rosario de los Filósofos:

Pues notar las palabras e señalad los misterios por que toda la uerdad desta sçiençia sea de sacar e declarar e abrir del dicho filosofo a su supuesto por quanto es verdad determinada por este grand filosofo aristotiles que dos sulphureydades son en los cuerpos por cierto la una es en la profundidad del argenbibo ençerrada en el comienço de la su mista o mezclamiento sobre aparesciente la otra es estraña de su naturaleza e es corruptible por lo qual esta postrimera con grand trabajo se puede tirar mas la otra primera no se puede tirar con ingenio de maestro alguno que sea e la sulphuridad o mezclamiento de Piedra sufre que es adustible.212

Uno de los problemas para la comprensión de la Alquimia es que podemos encontrar interpretaciones distintas sobre la misma cuestión. Este es el caso de Alberto Magno (1193-1280), quien, en su De mineralibus et rebus metallicis, y al contrario que en el párrafo anterior, afirma que no hay ninguna dificultad para limpiar el Mercurio:

El Mercurio encierra dos sustancias superfluas: la tierra y el agua. La sustancia terrosa tiene alguna propiedad del azufre y el fuego la enrojece. La sustancia acuosa tiene una humedad superflua. Con facilidad se desembaraza al Mercurio de sus impurezas acuosas y terrosas por sublimaciones y lavajes muy ácidos. La Naturaleza lo separa en el estado seco del Azufre y lo despoja de su tierra por el calor del sol y de las estrellas.213

En definitiva, Bernardino Gómez Miedes tiene una imagen general despectiva de la situación que le tocó

212 VILANOVA A. DE, Rosarium Philosophorum, s.f., Biblioteca

Nacional de Francia, ms. español 208, fol 93r cap 4: “Que la Piedra sufre es estraña o popular es causa de inperfecion de todos los metales”.

213 ALBERTO MAGNO, De mineralibus et rebus metallicis, Colonia:

I. Berckmannum, 1569, Cap. "De la naturaleza del Mercurio".

Page 46: El humanista Bernardino Gómez Miedes (ca. 1515- 1589) y la

SHJ ©| Studia Hermetica Journal, VI, 2 (2016). LÓPEZ PÉREZ, Miguel.

68

vivir sobre el proceso de la relación entre Medicina y Alquimia. El uso de estas herramientas por su parte no hace sino avisarnos de las armas que se usaron para debatir asuntos más amplios. Todo ello dentro de que él fue consciente de un ambiente enrarecido y polémico. Sobre todo, porque no se discuría si el oro potable era bueno o no. Lo que se discutía era el marco conceptual por el que la cultura debía desenvolverse. 8. Conclusión Sería muy aventurado usar lo aquí dicho para decir que Bernardino Gómez Miedes es un buen ejemplo en el que apoyarnos cuando uno quisiera discutir la exacta similitud y completa armonía entre humanistas y erudición, tantas veces dada por hecho. Unas generalidades de opiniones eran rápidamente válidas para emitir la propia, independientemente del mayor o menor, mejor o peor, conocimiento de lo que se hablaba. Como era algo común y generalizado, se daba muchas veces por bueno. Hasta tal punto el Humanismo usó y abusó de esto, que citas erróneas de clásicos, nunca aclaradas, circulaban en el vehículo de la arrogancia y la seguridad e infalibilidad auto-otorgadas. Los clásicos dijeron tales cosas y yo las vuelvo a decir, por esto, simplemente por esto, soy erudito. No es eso el Humanismo, ni tampoco es suficiente la obra de Bernardino Gómez Miedes para entrar a debatir tales cosas. En este trabajo tan sólo se ha pretendido mostrar cómo fue la opinión del primer español que habló de Paracelso y cómo era el entorno sobre las cuestiones que hemos tratado. Pero para lo que nos es muy útil este texto del alcañizano es para poder afirmar con toda rotundidad, y una vez más, que la realidad histórica de la Alquimia es tan patente y tan amplia, que alcanzó lo más recóndito que nos podamos imaginar. Si la Edad Moderna fuera un cuadro puntillista, nunca tendríamos una visión completa del mismo, si extrajéramos de éste el color que representa el impacto en la cultura que tuvo la Alquimia.