el ataud de vidrio esmerilado

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EL ATAD DE VIDRIO ESMERILADOTENNESSEE WILLIAMS

La escenografa es la fachada de un hotel barato en la parte baja de Miami. ste, llamado el Ponce de Len, es frecuentado casi exclusivamente por anciano jubilados, en su mayora de ms de setenta aos. Los cinco personajes de la obra se especificarn slo con nmero salvo cuando se mencionen sus nombres en el texto. DOS y TRES, dos anciano, salen juntos del hotel y se sientan en el banco. DOS tiene casi ochenta aos, y TRES ha pasado ese mojn. Los sigue UNO, otro anciano. Se siente un poco superior a sus camaradas, porque una vez ha sido alcalde de un pueblito de Carolinas. Ha cumplido hace poco los setenta. Su conducta podra describirse como de amistosa condescendencia.Uno.- Das, muchachos.

Dos.- S, ya sabemos que es de da.

Uno.- Mi esposa estaba mirando por la ventana de nuestro living hace un momento. (Hace una pausa para encender un cigarro.)

Dos.- Qu vi por la ventana del living?Uno.- Not que esta maana Mam Dixie no esta afuera tocando la campana para el desayuno. Me dice, Claude, crees que Mam Dixie es vctima de su nuevo programa de tacaera?

Dos.- Lo s todo sobre eso y obtuve la informacin directamente de la propia Mam Dixie. Como saben siempre le doy una o dos monedas cuando nos vamos despus de comer porque es una buena bruja negra a la antigua de Georgia, as que cuando anoche le di una moneda me dijo: Seor Sykes, por la maana no saldr hasta un momento antes de que abran la puerta para el desayuno Dije: Y por qu, Mam Dixie?, y ella me explic que un puado de postrados excntricos del Ponce de Len haban armado un escndalo terrible porque ella tocaba la campana para el desayuno media hora antes de que abra la cafetera, dice que se quejaron de que la campana para el desayuno los despertaba demasiado temprano.Uno.- Ah, por eso tarda en aparecer esta maana.

Dos.- sa es la explicacin que obtuve de sus propios labios anoche.

Uno.- Esos postrados quejosos tendran que sentirse muy agradecidos de que algo los despierte por la maana, ya sea temprano o tarde. Tendran que considerarse extremadamente afortunados de que no se la trompeta del ngel Gabriel.

Dos.- Bueno, seamos justos. Algunos de estos viejos camaradas inmovilizados no consiguen dormir bien por la noche hasta que la noche casa ha terminado.

Uno.- Ya s, me doy cuenta de eso, pero anoche Betsy y yo discutamos si no haramos mejor, en el aspecto psicolgico, en mudarnos a otro hotel que no est tan lleno de casos geritricos. Betsy est deprimida por todas las muertes que ocurren aqu. Siente que nos levantara el nimo ocupar una suite de dos piezas en un hotel que no se parezca tanto al ltimo asilo de viejos y los moribundos, los casos finales, y los postrados.

Dos.- Y ella se cree muy joven?

Uno.- Betsy es una vieja muchacha animada y vigorosa en sus sesenta.

Dos.- Oh, es animada si ser animado es hablar fuerte, y si ser animado es hablar fuerte, tambin se aplica a ti.

Uno.- Suena como que te has levantado con el pie izquierdo hoy.

Dos.- S, bueno, dnde est esa demanda contra el alza de precios de la Cocina de Mam Dixie?

Uno.- Oh, eso. Se lo dia a Betsy para que visitara a las seoras ancianas. Tengo los nombres de todos los hombres en ella, y Betsy va a conseguir los de las mujers. Y estamos agregando a la demanda un apndice que compara los nuevos precios de la Cocina de Mam Dixie con los precios de exactamente los mismos artculos que la Gua del Consumidor considera justos, y hay varios centavos de diferencia en cada artculo.Dos (impresionado a pesar suyo).- Bueno La gerencia del Mam Dixie no le prestar mucha atencin a menos que salga publicado en los diarios o haya una brusca baja en el movimiento.

Uno.- Bien, vemos cuntos hay en la fila del desayuno esta maana. (Se adelanta al proscenio, bizqueando y mirando a travs de la luz de color blanco-zinc y aun bastante crepuscular de la temprana maana de marzo.)

Tres.- Qu, qu?

Dos.- Hay la cantidad de costumbre en la fila.

Tres (que es duro de odo).- Qu, qu?

Uno.- Apuesto mi ltimo dlar a que vern una merma considerable en la fila para el desayuno de maana, cuando entre en vigor el alza de precios. Por eso estoy interesado en cuntos hay exactamente a las (consulta un reloj de bolsillo) a las siete y diez de hoy. Porque a las siete y diez de maana, voy a venir a ver cuntos han renunciado, y les apuesto que la fila, la brigada senil, se habr reducido a una fraccin de lo que es ahora. Ahh-j. Treinta y cinco esta maana y como siempre la pequea seorita Marchante del Hotel Seminole es la primera en la fila para entrar en cuanto abran las puertas. En realidad la seorita Marchante es la seorita Reptante, se es el nombre adecuado para ella, pero repta con la suficiente rapidez como para ser siempre la primera de la fila, de la brigada senil, por esa gran taza de caf se siete centavos. Sin embargo maana, cuando se transforme en una taza de caf de nueve centavos y haya que pagar cinco centavos por cada taza extra que sola ser gratis, de obsequio, dudo que la seorita Marchante, je, je, quiero decir la seorita Reptante, est tan apurada por llegar; en realidad apuesto a que maana se preparar caf instantneo en el dormitorio de su hotel.Dos.- No, no lo har. El precio del caf instantneo tambin ha subido y la vieja seorita Marchante no tiene una cocinita en el Seminole.

Uno.- Tiene agua caliente en el bao, verdad?

Dos. La vieja seorita Marchante no tiene bao privado.

Uno.- Bueno, entonces calculo que tendr que adaptarse al alza de precios del mam Dixie. Cunto van a cobrar la tostada a la francesa maana?

Dos.- Eso no lo s, pero s s que un tazn de cereal con leche va a costarte once centavos maana, y trece centavos si lo tomas con la mitad de crema, y que hasta el buuelo de canela que suelo comer con el caf y el cereal subir dos centavos. He terminado con el Mam Dixie, no volvern a verme ah aunque llegue a cien.

Uno.- Quieres decir ni aunque el ao que viene ests an en la tierra de los vivos?

Dos.- Estar vivo el ao que viene y an me faltar un buen trecho para los cien, seor.

Uno. No te enfurezcas: slo bromeaba contigo, muchacho.Dos.- Bromeaba contigo, no conmigo: no eres mucho ms joven, nene.

Uno.- Muchacho, no lo tomes como algo personal, pero el primer sntoma de senilidad en un hombre es la prdida del sentido del humor y la senilidad no tiene una conexin tan estrecha con la edad real como la gente cree, con la proporcin de arterioesclerosis cerebral que se ha asentado y con lo avanzada que est.

Dos.- Vigila tus propias malditas arterias.

Uno.- En algunos tipos menores de sesenta, la senilidad ya se ha instalado porque el flujo sanguneo cerebral est obstruido y las clulas del cerebro estn mal alimentadas. Es entonces cuando se transforman en viejo chiflados, y excntricos, no es cierta edad sino cierto nivel de calcificacin o de depsitos grasos en las arterias cerebrales, muchacho.

Tres.- Qu, qu?

Dos.- La senilidad empieza cuando uno habla sin sentido, si quieres saber mi opinin, y me gustara, por los mil demonios, que dejaras de leer cada maldito artculo morboso sobre enfermedades que puedas encontrar en la revista Time o en el Readers Digest.

Uno.- Oh, vamos, muchacho.

Dos.- Lo digo en serio, es repugnante y deprimente. Cada vez que salgo a la maana me pregunto: ahora quisiera saber con qu me arruinar el apetito para el desayuno ese viejo charlatn esta maana: una discusin sobre problemas de prstata, una disertacin sobre el cncer, o cualquier malinterpretacin de algo que ley en un peridico mdico en la sala de espera del matasanos que lo atiende.

Uno.- Estoy suscripto a Noticias Geritricas.Dos.- No me importa a qu ests suscripto; slo recuerda que mi esposa, que en paz descanse, ensaaba profilaxis en el mejor colegio superior de Atlanta.

(Gritos excitados al otro lado de la calle les llaman la atencin.)

Tres.- Qu. Qu?

Uno.- Qu es ese escndalo?

Dos.- Parece que alguien se ha desmayado ante la puerta cerrada.

(Se levantan y arrastran los pies hasta el proscenio, echndose hacia adelante, atisbando, comentando.)

Tres.- Hombre o mujer?

Dos.- Mujer.

Uno:- Entonces no es de la coronaria, las mujeres no sufren de la coronaria.

Dos.- He sabido de algunas con ataques al corazn.

Uno.- Es poco comn.

Tres.- Extremadamente poco comn.

Voz (afuera de escena).- Alguien quiere llamar una ambulancia para esta seora?

Tres.- Puedes ver quin se desmay, es alguien que conocemos?

Uno.- S, es la vieja seorita Marchante.

Tres.- Pens que era ella pero quera estar seguro antes de decirlo porque en este gremio es absolutamente imperioso estar bien seguro antes de comprometerse a una opinin sobre algo.

Dos.- La pequea seorita Primera-En-Entrar, bueno, qu les parece?

Uno.- S, la seorita Primera-En-Entrar ahora es la seorita Primera-En-Salir, an antes de entrar.

(Ren entre dientes. TRES pierde el equilibrio y casi cae al foso de la orquesta.)VOZ (chillando).- Eh, ustedes, ah enfrente!, por qu uno de ustedes no corre a la parada de taxis y consigue uno para esta mujer desmayada?

(Se dan cuenta y se dirigen arrastrando los pies a sus asientos, sin querer comprometerse.)

Uno (sentndose).- Correr dijo ella. (Suelta una risita triste.) Tiene que estar prcticamente ciego. A nuestra edad se vive en un atad de vidrio, un atad de vidrio esmerilado, apenas se ve pasar la luz a travs de l.

Dos.- S, eso es.

Tres.- Qu?

Uno.- La luz, a travs de l.

Tres.- Quin? Qu?

Uno (apartndose de TRES que s ha llevado una mano al odo.) En algunos casos la conversacin es casi nada ms que preguntas de una sola palabra como quin, qu, dnde? La pregunta silenciosa es CUNDO. Su significado silencioso es: cundo parto? No habra nadie que contestase esa pregunta, si se la planteara en voz alta, y son muy pocos los que tienen el valor necesario para plantearla en algn sentido. Fjense en lo que les pas anoche al seor y a la seora Kelsey

Tres.- Qu, qu? Quin?

Uno.- Ven lo que quiero decir acerca de vivir en un atad de vidrio esmerilado sin enterrar? Ni siquiera sabe lo que les pas anoche a los Kelseys.

Tres.- Qu pas con los Kelseys?

Uno.- Atad de vidrio esmerilado, sin enterrar! (Alza la voz dirigindose a TRES.) O sea que pretendes sentarte aqu y decirme que eres el nico ocupante de este hotel de doce pisos que an no sabe qu les pas anoche a los Kelseys en el Mercy?

Tres.- No me enter de nada, qu pas?

Uno (con tono oratorio y untuoso.) Anoche, a las nueve, la querida seora Kelsey fue afectada por lo que pensaron que era un pequeo problema de la vescula. Haba acostado a Kelsey; ya saben que hay que cuidarlo como si fuera un beb. Entonces le dio ese dolor agudo en el abdomen, a la altura de la vescula, as que se visti y baj al vestbulo para no molestar al viejo Kelsey. Yo estaba all, charlando con el empleado nocturno. Ella no se acerca al mostrador. Se sienta en un sof. Un momento despus noto que se est agarrando el costado derecho y que tena sudor en la frente, que se limpiaba sin cesar con esas hojas de papel higinico que usa en vez de pauelos de papel. Le susurro al empleado nocturno: Sam, quieres echarle un vistazo a la seora Kelsey? Esa mujer est mal, y se sent aqu a esta hora para que Kelsey no se entere. Sam la mir y dijo:Maldita sea, es cierto, tiene el sudor de la muerte encima, y sin otra palabra tom el telfono y llam al Mercy Hospital para que enviaran una ambulancia.Tres.- Bendito Dios. Virgen Santa.

Uno.- La recogieron y la llevaron al hospital casi a las once. Una hora despus, estaba por subir a nuestro cuarto, cuando son el telfono. El del hospital. Dijeron: Quisiramos hablar con el seor Kelsey acerca de su esposa. Sam dijo: Creo que es mejor no molestar al seor Kelsey a menos que sea absolutamente grave. Bueno, dijeron que era tan grave que a menos que Kelsey estuviese all en un hora, no podean prometerle que volviera a verla viva.

Tres.- Por todos los santos!

Uno.- Bueno, despert a Betsy y entre los dos levantamos a Kelsey. Cmo es lgico no le informamos lo grave que era el asunto, slo le dijimos que haba tenido un pequeo problema estomacal y haba ido al Mercy.

Dos.- Sam le consigui un taxi y le da para el pasaje. Betsy lo acompa. Dice que la seora Kelsey ya tena la sbana sobre la cabeza y estaba fra.

Tres.- Lleg demasiado tarde!

Dos.- As es, demasiado tarde

Uno.- Saben lo que dijo Kelsey?

Tres.- Qu dijo?

Uno.- Parece un poco dbil, dijo. Betsy dijo que l no quera creer que ella se haba ido incluso cuando la llevaron abajo, a la morgue del hospital.

Tres.- Nunca cre que la seora Kelsey ba a irse antes que Kelsey.

Uno.- Las estadsticas sobre lapsos vitales demuestran que se van dos o tres veces ms hombres que mujeres.

Dos.- sa es una afirmacin ridcula: si fuera cierta, hara mil aos que la poblacin del mundo sera slo femenina.

Uno.- Estoy hablando de parejas ancianas! Ha de haber

Dos.- Un momento, seor Reader Digest! Disclpeme, seor Noticias Geritricas: me gustara sealar que los hombres luchan en las guerras y que las guerras han afectado a todas las generaciones de hombres de este pas, y si adems de eso

Tres.- Otra vez la guerra!

Uno (a DOS, ignorando a TRES).- Te ests yendo por las ramas!

Dos.- Espera: si adems de eso, lo que dices acerca de que mueren dos o tres veces ms hombres que mujeres fuera cierto

Tres.- Dnde es la guerra ahora?

Uno(a DOS, ignorando a TRES).- Te callars un segundo para que pueda decir lo que en realidad estaba diciendo?

Tres.- Qu barbaridad, otra vez la guerra

(Hay una pausa: UNO mira a DOS con verdadera furia.)

Dos.- Qu estabas diciendo realmente?

Uno.- Nada. Mi tiempo y mi aliento son demasiado valiosos, demasiados importantes para m, como para

Tres (interrumpiendo).- No desviemos la conversacin Quin iba a pensar que Kelsey sobrevira a la seora? Caramba, Kelsey entraba y sala del hospital como Pedro por su casa.

Dos.- S. Cada vez que la querida seora bajaba sin l, yo le deca: Dnde est tu viejo hoy? La respuesta era: De nuevo en el Mercy.Tres.- Adentro, afuera, adentro, afuera, adentro, afuera como Pedro por su casa. As que ahora ella se fue. Eso explica por qu no han bajado an. A l lo dejaron en el Mercy?

Uno.- No, est aqu. Betsy lo hizo sacar del Mercy en una silla de ruedas y durante todo el trayecto en el taxi estuvo llamando a Winnie. Betsy le tom la mano y l crey que era la mano de su patrona.

Tres.- An no se da cuenta de que ella se fue?

Uno.- Betsy dice que empez a darse cuenta cuando lo volvi a acostar y le grit: Ahora duerma, seor Kelsey. Se van a tomar todas las medidas necesarias, no se preocupe.

Tres.- Por todos los santos!

Uno.- Slo entonces pareci darse cuenta algo de que Winnie se fue, no hasta entonces. Saben, despus de todo no es tan sorprendente que Winnie se fuese primero, porque el viejo Kelsey haba cruzado ese lmite de edad en que el cuerpo humano, todas sus funciones y procesos, entran en un ritmo tan lento que viven en una especie de existencia de cocodrilo, que parece seguir eternamente. La cuestin es qu hacer con l.

Dos.- Tendra que ser atendido por una enfermera prctica pero calculo que no puede pagrsela.

Uno.- La respuesta es un asilo, verdad?

Dos.- Supongo que es la nica respuesta posible a menos que lo cloformen como a un perro viejo.

Tres.- A un asilo y en medio de la guerra

Uno (ignorando a TRES).- QU HORA ES? An no han abierto las puertas, y la fila llega a la esquina. Bueno, maana a las siete y media, cuando despachen ese caf a nueve centavos y los copos de cereal a once centavos, es muy probable que abran las puertas y no encuentren a nadie afuera, ni un alma.

Dos.- Eh! Miren eso!

(Est mirando hacia la entrada. KELSEY aparece en la puerta y parece detenerse como aturdido por la intensidad del resplandor blanco-zinc de la calle.)

Tres.- Buenas, seor Kelsey.

(La nica respuesta de KELSEY es empezar a moverse otra vez, tanteando cada escaln ante s con un bastn, avanzando hacia la acera como una tortuga vieja. Una vez que ha llegado a la acera parece inseguro de la direccin a tomar.)

Uno.- Bueno das, seor Kelsey.

Tres.- No tiene el audfono puesto.

Uno (ms alto).- Kelsey!

(KELSEY alza la mano en un tembloroso gesto defensivo, parece encontrar el rumbo y camina hacia la silla aislada al otro lado de la entrada. Tantea con cuidado el camino hasta sentarse en la silla, y parpadea ante el resplandor blanco-zinc. Hay otro silencio; cuando los hombres empiezan a hablar otra vez, las voces suenan diferentes, apagadas.)

Uno.- Hasta ahora cuento cincuenta y dos viejos en la fila.

Dos.- La seorita Marchante ha regresado con energa. Empez a golpear la puerta con la empuadura de la sombrilla.

Tres.- Es hora de que abran las puertas.

Dos.- Por la forma en que hacen fila ante ellas uno creera que son las doradas puertas del cielo.

Uno.- En primavera y a la hora del desayuno no es tan malo, pero al meda en verano es algo terrible. La gerencia podra ponerles un toldo. Lo hacen? No, no lo hacen. Demasiado tacaos para proteger a los clientes de la postracin por calor en veranoTres.- Dnde es la guerra? (Breve pausa. DOS y UNO ignora a TRES.)Uno.- La papelera del hotel tiene una lnea al pie que da la informacin, totalmente falsa, de que la postracin por el calor es desconocida en Miami, a pesar de que directamente frente a ellos pueden observar en cada medioda a esa brigada senil, esa fila de dos o trescientos casos geritricos, expuestos a la postracin y la insolacin. Los he visto caer en verano, los he visto caer al pavimento como si un revlver silencioso les hubiese atravesado el corazn con una bala Espero morir antes de llegar a una edad tan avanzada como para cruzar la calle arrastrando los pies y ponerme en fila para que me dejen entrar en busca de su taza de caf de nueve centavos y pagar los cinco centavos extras por la segunda taza tibia. (Aparece su esposa en el umbral, tras l, colocndose un par de guantes blancos de algodn.) La tacaera es peor que el crimen, para m hay pocos crmenes ms repugnantes que la tacaera: creo que est a la altura del asesinato. Me pregunto qu estar demorando a Madame Betsy. Es una vigorosa mujercita animada cuando quiere ser rpida, pero cuando la espero se complace en tomarse su tiempo. (La esposa oye estos comentarios y se coloca los guantes como si fueran los guantes de goma de un cirujano enfurecido con el paciente.) Las mujeres pueden tomarse su tiempo porque tienen ms tiempo: cmo les dije, las estadsticas no mienten y han establecido que la mujer promedio sobrevive al hombre promedio por unos buenos diez aos. Cmo mnimo! Eso explica su total falta de consideracin sobre el paso del tiempo, cuando un hombre las espera. (Su voz ha adquirido un tono lastimero.) Secretamente, en su subconsciente, disfrutan! Gozan! De sus diez aos suplementarios sobre la tierra, y disfrutan y gozan en secreto la rpida declinacin del hombre. Fjense, si no, en la actitud que toman cuando acompaan al marido a consultar al mdico. Se sientan en la sala de espera mientras a l lo examinan como si estuvieran mirando una comedia en la TV. Sin broma. Lo hacen. Cuando l sale, a veces capta su mirada secreta, subconsciente, complacida. Pero, ah!, qu cara larga ponen en privado cuando despus sale el doctor. Doctor? Puedo hablar con usted en privado? S, desde luego, seora fulano. Entran, pero a veces puedes or las voces. Vea, doctor, soy una mujer valiente, quiero la verdad y puedo soportarla. Es maligno, verdad? Cunteme, tengo que saberlo. Y aunque l diga que es un achaque menor, natural de la edad, una pizca de diabetes incipiente, ellas alzan la voz y dicen: OH, Dios, s lo que usted quiere decir, l se est yendo! Cuando salen de la consulta, te brindan una sonrisita valerosa, y te tratan de querido. Ahora ser mejor que vayamos a casa, querido y le piden a la recepcionista: Hgame el favor de llamar un taxi, mi marido no se siente lo bastante bien como para volver caminando al hotel, que queda a dos cuadras. Tiene que conservar las fuerzas para lo que tendr que soportarDos.- Has terminado? Puedo decirte algo?

Uno.- Dilo, no me vas a decir que tienes la mandbula trabada por el ttano.

Dos.- A menos que seas el hombre ms desalmado de la tierra, no hay razn concebible para que sigas con la tal Betsy. Dices que ella quiere sobrevivirte. Bueno, si no mueres pronto, le vas a agotar la paciencia, hasta podras agotrsela tanto como para que ella vaya a la droguera de la esquina a comprar una caja grande de Muerte a las ratas.

Uno.- No es as cmo actan. Tienen el tiempo a su favor, y se limitan a esperar.

Tres.- Qu, qu cosa? (Ahora la seora se deja ver.)Seora uno (con una inflexin despectiva).- Buenos das, caballeros.

Dos.- Lo mismo digo, Madame, y que sean muchos para usted.

Seora uno.- Caramba, gracias seor Silkes, y oh, seor Silkes, su esposa acaba de pedirme que le diga que no durmi bien despus de la tragedia de anoche, y que por favor le lleve jugo de naranja y un caf negro doble y pasteles daneses del White Castle de la calle Flager.

(UNO re entre dientes.)

Dos.- Est bien, Est bien, devulvale este mensaje: cuando me mueva de este banco ser slo para cruzar la calle a la Cocina de Mam Dixie a tomar mi propio desayuno y que si ella ha decidido vivir con servicio de camarero, puede mudarse al Hotel Fountain-Blow de la playa, si imagina que puede permitrselo.

Seora uno.- Vamos, vamos, seor Silkes, usted no habla en serio, ni una palabra, y ah, tambin quiere que le lleve el diario de la maana.

Tres.- Qu es eso, qu pas?

Seora uno.- Bueno, comuniqu el mensaje y es todo lo que puedo hacer.

Uno.- Todas ustedes, seoras, han sufrido una conmocin terrible porque el viejo Kelsey sobrevivi a la esposa.

Seora uno.- Es una verdadera desgracia para el seor Kelsey si se tiene en cuenta que dependa por completo de ella. Supongo que ninguno de ustedes se molest en decirle una palabra de condolencia?

Dos.- No podra orla, no tiene el audfono puesto.

Seora uno.- Si se toman el trabajo de hablar pausado, alta y claramente, cerca de su odo, l puede or. (Suena una campana al otro lado de la calle.)Uno (levantndose).- Han abierto, vamos.

Seora uno.- Crucen ustedes, muchachos, y reserven un par de sillas para m y el seor Kelsey; voy a ayudarlo a cruzar: viejo y ciego como est, siempre se quita el sombrero en el ascensor y se lo toca para saludarme cuando nos cruzamos afuera, y las damas apreciamos pequeas cortesas como sas. (Se dirige vivazmente hacia Kelsey.) Seor Kelsey? Puede orme? Soy Betsy Fletcher!

(Por primera vez el anciano parece salir del estupor; se tiende hacia la mujercita que le grita al odo y empieza a alzarse apoyado en el bastn.)

Kelsey.- Winnie! Winnie!

(Los tres ancianos hacen una pausa cerca de la salida de la derecha y miran hacia atrs.)Betsy (pausada, alta y claramente, al odo del anciano).- No, no Seor Kelsey, usted no tiene el audfono: no habla Winnie, habla Betsy Fletcher. Quiero ayudarlo a cruzar la calle hasta la cafetera para desayunar porque han dispuesto que vaya a un pequeo sanatorio privado cerca de Fort Lauderdale; la ambulancia vendr a recogerlo esta maana, y como es un viaje pesado, tiene que fortalecerse con un pequeo desayuno caliente. Vamos, tmese del brazo, arriba ahora, seor Kelsey! (La cualidad de la voz del evidencia al anciano que ella no es Winnie, se deja caer otra vez en la silla de mimbre.) Ahora vamos, seor Kelsey. Las puertas estn abiertas, lo ayudar a cruzar.

(El seor KELSEY alza una mano y hace seas de rechazo, con la palma de la mano hacia afuera y agitndola hacia adelante y atrs entre l y esa mujercita extraa, estridente.)Uno.- Betsy, djalo en paz.

Dos.- Le traeremos un vaso de caf.

Seora uno.- S, bueno, hice todo lo que pude. Anoche cre haberlo convencido al fin de que Winnie se haba ido pero temo que ahora tiene la mente otra vez nublada. Est sentado esperando que Winnie lo lleve a la Cocina de Mam Dixie.

Uno.- Ven antes de que ocupen todas la mesas. (La mujer se une al grupo, mientras suena la campana de metal.) Mam Dixie est tocando la campana para el desayuno!

Dos.- Vamos, crucemos, ya entr toda la fila.

Seora dos.- S, Mam Dixie va a seguir tocando la campana para el desayuno hasta que el saln este lleno.

Tres.- Qu, qu cosa?

Dos.- No la toca con fuerza esta maana.

Uno.- No, no la toca con la fuerza suficiente como para despertar a los muertos esta maana.

(Las voces se apagan mientras avanzan dispersos hacia el cruce para peatones a derecha, fuera de escena. Despus la campana cesa y hay quietud; el resplandor blanco-zinc aumenta, eclipsando los colores desteidos de todo sobre la fachada del Hotel Ponce de Len. KELSEY alza el bastn y lo deja caer con fuerza contra el pavimento: la luz empieza a disminuir a una palidez crepuscular. KELSEY cierra los ojos cegados por las cataratas y abre las quijadas como un pez sacado del agua. Instantes despus, brota de su boca un sonido que da toda la medida de la pena.)TELN1