Transcript

Registro ISSN: 0124-1516

Revista de los Estudiantes de Economa UIS

TL N3Edicin

Bucaramanga, Santander, Colombia. Enero de 2009

AGRADECIMIENTOS

La junta editorial de la revista quiere agradecer especialmente a la asociacin de estudiantes de economa ASEEC, a los colectivos de trabajo de economa, el peridico NOIKOS y MICROCINE INUTL, a la direccin de escuela en cabeza de su directora Claudia Cote, por su colaboracin y apoyo en la realizacin de la presente edicin. As como tambin agradecer especialmente a Nathalia Santamaria Quijano, Ana Maria Jaimes Moreno, Bibiana Marcela Rojas Castillo y a Jairo Andrs Alba por su participaron y trabajo en la primera fase de elaboracin de la revista. Igualmente agradecer a Ronald Duarte por su liderazgo y empeo como anterior director de la revista.

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NDICE.

PG.

Misin y visin Carta del Consejo Editorial. Carta del director del Consejo Editorial.

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EDITORIAL EL TIEMPO QUE CONDICIONA LA IMAGINACIN Comentarios sobre el Tln. Explicacin sobre el nombre de la revista. Ronald Duarte: La comprensin de la mente humana en favor de una explicacin econmica de los acontecimientos es una caracterstica fundamental de la revista. 8 APORTE DOCENTE FORMACIN O ADIESTRAMIENTO? A propsito del programa de economa de la UIS. Hctor Lpez: Deseamos una educacin capaz de interrogar sobre el sentido de la existencia, interesada en cuestionar los fundamentos mismos de la racionalidad tecno-econmica y que no se limite solo a ensear el funcionamiento sin fricciones del mundo de los negocios. Ya lo deca un viejo filsofo: meras ciencias de hecho hacen meros hombres de hecho! 13 APORTE ESTUDIANTIL QU SIGNIFICA SER TICO? Ser o Estar no es lo mismo. Yuber Rojas: Sera un poco ingenuo proponer un ser tico que continuase con los mismos valores morales. Automticamente uno se convertira en una ovejita bastante soadora. Pero, el problema no es el sueo sino el ser una ovejita. 28

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LAISSEZ FAIRE Una Posibilidad que no se Debe Aceptar! Ronald Rueda: Ante semejante realidad, cabe preguntarse: Es cierto que el libre comercio es, en verdad, la salida hacia el crecimiento econmico? 37 ECONOMA SOLIDARIA: salida o hundimiento para un pas hambriento? Martha Liliana Duarte Rueda, Ana Carolina Castro Medina y Marlo Andrs Meneses Prez. Hay que destronar los dolos del dinero que han monopolizado toda la historia del poder poltico en nombre de cualquier partido, para pasar a enaltecer la cooperacin como eje de toda actividad econmica y social, logrando as, que la democracia sea genuina y no un patrimonio de los poderosos. 46 RESEA Una mirada a la utilidad marginal desde Veblen. Jos Nicols Pineda Carrero: En conclusin, el autor propone estudiar la conducta humana a travs de cadenas causales y de cambios acumulativos en una civilizacin material, entendida esta ltima como una red de instituciones 51 ENTREVISTA Voces de lo econmico A Ramiro Pinzn Asela. Por: Camilo Castro Rodrguez: Espero nos quede claro que la sociedad en que vivimos, sometida al consumo, ha des-subjetivizado al ser humano para convertirlo en un instrumento del mercado 55

CRDITOS

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VISION

La revista TLN tiene como visin estar consolidada a nivel regional, con proyeccin nacional, como una de las revistas de ciencias econmicas ms importantes en el mbito acadmico, indexada a colciencias y copartcipe del debate terico nacional, preservando el pluralismo y la capacidad crtica del pensamiento econmico y social.

MISION

La revista de estudiantes de Economa de la Universidad Industrial de Santander, TLN, es una ventana a travs de la cual se publica la creacin intelectual realizada por estudiantes, profesores y egresados. Busca incentivar a los estudiantes a formular debates sobre aspectos econmicos que le interesen a la regin y al pas. La revista se enmarca en un mbito acadmico que permite diversas manifestaciones de los autores. Tiene como objetivo fundamental, ser la principal herramienta de comunicacin entre la comunidad universitaria en temas econmicos.

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Apreciado lector:

Tiene en sus manos el trabajo de un grupo de Estudiantes de Economa, que, haciendo de su paciencia y perseverancia, su mayor fortaleza, no escatimaron en esfuerzos para que personas como usted puedan disfrutar de un medio de expresin pluralista y participativo. Despus de siete (7) aos, la Revista Tln vuelve a manos de sus lectores nuevos y antiguos con el propsito de consolidarse como un medio de comunicacin que contribuya al fortalecimiento de la Escuela de Economa UIS y de, por supuesto, la Ciencia Econmica, a travs de la crtica y rigurosidad acadmica de sus Estudiantes y Profesores. Esta, La Tercera Edicin de la Revista Tln es, junto a sus dos ediciones anteriores, la continuacin de una tradicin, en bsqueda de la constancia y prolongacin en el tiempo de sus publicaciones; cuyo objetivo se deposita en la opinin y participacin en principio, de la Escuela de Economa UIS y, seguidamente de todos los lectores de esta Revista, su esperanza y su confianza. No quisiramos despedirnos y dejarlo, amigo lector, sumergir en la Revista sin antes agradecer a los Profesores, Estudiantes y miembros administrativos de la Universidad Industrial de Santander y, en general, a todas las personas que estuvieron detrs de este ambicioso proyecto para que pasara de un mundo imaginario a la realidad. Por ltimo a usted, amigo lector, quisiera invitarlo a que enve sus sugerencias, crticas y opiniones en general sobre esta edicin y/ expectativas a nuestro correo electrnico [email protected], para que con su aporte, sigamos haciendo de este proyecto, un medio de expresin para todos. Consejo editorial

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TLN: un mundo imaginario que nuevamente se hace realidad La semilla empieza a germinar con este titulo se da inicio a la editorial de la primera revista TLN, publicada en diciembre de 1998. Ahora bien en el 2008 la semilla vuelve a dar sus frutos, como lo hizo en el 2001 con su segunda edicin, pero esta vez el sentido y la fuerza se consolidan haciendo de este, un espacio apropiado donde los estudiantes podrn plasmar de forma acadmica, seria y respetuosa sus puntos de vista. La nueva generacin TLN, naci en el primer semestre de 2006, fortalecindose a lo largo del ao, lo anterior reflejado en la evidente preocupacin de los estudiantes en el reinicio de este medio de comunicacin. Por tal motivo, se integr un grupo de compaeros con el nimo de consolidar el espacio, para ello dedicaron su tiempo y esfuerzos en esta publicacin. Ha sido un largo recorrido, en el cual, el grupo editorial ha sufrido y superado los obstculos logsticos, que han retardado el proceso, por tanto debo agradecer a todas aquellas personas que han aportado sus ideas y trabajo en la consecucin del objetivo: construir un canal escrito donde el pensamiento y la investigacin de los estudiantes sea revelado. Un objetivo esencial de la revista es retomar el espacio creado en el pasado y vincularlo a nuestra era. En este sentido TLN fue pensado como un medio escrito de discusin, anlisis, informacin, reflexin, y debates acadmicos, a partir de un pensamiento complejo y pluralista, para abordar estadios sociales, polticos, econmicos, culturales y ambientales con el fin de contribuir al desarrollo regional y nacional. El grupo editorial proyect la revista ubicndola en un escenario formal. En este sentido los esfuerzos del colectivo van encaminados hacia la indexacin de la revista a Colciencias, un trabajo arduo y espinoso. Por ello, el consejo editorial TLN invita a la escuela de economa UIS a converger en este primordial objetivo, contando con la participacin activa y contina de todos Para Concluir, agradecer al compaero y exrepresentante de los estudiantes de economa, Ronald Duarte, por su iniciativa en la conformacin de la nueva junta 2006 que permiti que esta edicin sea una realidad y por realizar un llamado a gritos para no dejar pasar vaciamente nuestro tiempo en la universidad. JOS NICOLS PINEDA CARRERO Director Revista TLN 2007

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EL TIEMPO QUE CONDICIONA LA IMAGINACIN Comentarios sobre el Tln. Explicacin sobre el nombre de la revista.

Por: RONALD DUARTEEconomista de la Universidad Industrial de Santander y Director del consejo editorial de la revista entre el 2005 y 2006

Nadie podr responder que es TLN con toda certeza. Aun hoy, que volv a ojear a FICCIONES, el libro que encierra su historia, me di cuenta que ni el mismo Borges, su autor, lo supo. No obstante intentare contribuir con el asombro que produce leerlo, a la par busco explicar, por que en la pila bautismal de esta revista, sus padrinos le dijeron al cura: llevar el nombre de TLN. Una cosa es clara, se puede tener certeza: tln es un lugar. Lo que no se puede comprobar es si un lugar fsico, mental o una mezcla fsico-mental de condiciones que posibilitan la existencia. Cuando Borges se refiere a l como el hemisferio boreal as lo comprueba. Nos comprueba que es un sitio fsico con direccin al norte y que es una parte de un todo divido por una lnea imaginaria. Esas condiciones pueden ser terrestres, la lnea imaginaria puede ser el ecuador y podramos ubicar este lugar en el globo terrqueo. Pero los puntos cardinales son una invencin humana de referencia y la lnea del ecuador es imaginaria. Es decir, fuera del planeta no existe ningn hemisferio boreal porque no existe norte o lnea que divida una totalidad. As que tln es un lugar en la tierra pero fuera de ella es inexistente. Y, es un lugar mental por que existe dada la imaginacin terrenal de crear una lnea divisoria y un punto cardinal. Pero al creer en este lugar (fe irracional), podemos creer en sus habitantes y, al tener la verdad de nuestra existencia (mtodo cientfico) podemos hacer comparaciones entre este mundo y el nuestro. Esas comparaciones pueden mostrarnos con buena claridad por que los pioneros de la revista decidieron nombrarla con referencia a este trmino. (Esta afirmacin es una suposicin, por que a decir verdad solo ellos saben por que decidieron llamar la revista de esa manera)

BORGES, Jorge Luis. Ficciones, editorial la Oveja Negra, Bogota 1984. Pg. 17

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De los habitantes del hemisferio boreal de tln. El tln es y no es al mismo tiempo. Es ms, cuando se habla del tln el tiempo pierde importancia, por que el tiempo es solo importante en la condicin de mortalidad y sueos de inmortalidad humana. La conciencia humana de ser finitos catapultea la inteligencia y nos arroja hacia la inmortalidad imaginada y prometida en el tiempo futuro que naturalmente es inexistente. Tln no posee esos problemas por que el tiempo en este hemisferio boreal esta escrito por completo no esta escrito, pero jams se esta escribiendo continuamente, como ocurre con nosotros. As que nadie de ese hemisferio colocar en manos de un imaginario (dios religin o cosmovisin) su suerte. Es ms, en tln no existe la suerte ni la fortuna, todo ya ocurri o nada ha ocurrido aun, pero no existe la incertidumbre, todo es certeza. En tln, sus habitantes no son diferentes a los dems, todos son semejantes, ninguno puede cambiar el orden, por que no existe ningn orden trazado, nadie esta en condicin, por que no se condiciona. As en tln no se necesita derechos universales ni derechos humanos, ni ningn tipo de poltica o ciencia del deber ser. En tln se es, no, se debe ser. La psicologa soporta la ideologa de tln. Es decir, el estudio de la mente de sus habitantes es la piedra angular de donde se desprenden las dems ciencias. Ninguna ciencia en tln se fundamenta en la mtrica, ninguna intenta medir como nico resultado: la medida. La matemtica es una importante herramienta y no un pilar que erige corrientes. En tln no se puede hablar de la verdad, por que existen muchas verdades. En ocasiones una verdad desmiente una verdad cercana. Por ejemplo, en tln algunos habitantes creen que somos un espejo de algo que ya paso, otros creen que somos el otro de alguien que existe en un mundo diferente. Son dos verdades que se contradicen en los hombres pero no en el tln, por que los hombres creemos que la ciencia debe ser verosmil y los habitantes del tln no buscan la verosimilitud mucho menos la verdad, solo buscan el asombro. Los habitantes del tln son todos creativos, lo practico no existe en tln ni mucho menos lo repetitivo. En tln los poetas son los cotidianos ingenieros de palabras y los ingenieros son poetas de la forma. El acto creativo es el innato en los habitantes de tln, el acto no creador no tiene cabida en tln, por eso

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todo argumento tiene su contra argumento, toda tesis viene con su contra tesis, ningn escritor del tln escribira de manera diferente, por que ninguno intenta deconstruir. En este magnifico lugar no existen sustantivos y se nombra a las cosas con una suma adjetivos. Es decir el perro, para los habitantes de este lugar es un caminante cuatro-patero de hocico hmedo y ladrador. Y por ello existen infinitas formas de nombrar una misa cosa. De los habitantes de la tierra (Humanos) La condicin humana, como condicin es incompleta. Incompleta por que al generar por fin las preguntas se hace ms difcil la respuesta. Es ms fcil abrir una interrogante que colocar un punto final, y casi siempre las ideas terminan en puntos suspensivos La imaginacin es el comodn humano para calmar su impaciencia, es la respuesta que puede morir o vivir sin lugar a duda, a crtica o a desactualizacin. La imaginacin oxida la inteligencia y la ciencia la cela buscando futuro como Julio Verne. El tiempo es la mezcla de la condicin humana y la imaginacin, solo los hombres imaginan la mtrica de la vida, por que su condicin de hombres los hace temerosos ante la esperanza. La condicin humana, la imaginacin, el tiempo. La primera y la ultima ausentes en el tln, y las tres, razn de ser del mismo. Las tres aceptadas por la verdad pero posibles solo en la mentira o en la ficcin. De la primera. (Condicin humana), se puede escribir que esta relacionada con los instintos que se pierden cuando se hace hombre y dan la posibilidad de decidir retando el orden natural. Sin embargo, esta condicin carcome los crneos que no pueden vivir sin sentir pnico de la incertidumbre. De la segunda. (La imaginacin), el orgullo nos queda sujeto al ombligo. De la tercera. (El tiempo), solo resta decir que nos embriaga lo que esperamos y nos destruye lo esperbamos. Por ello la condicin de hombres se hace ms difcil y el concepto de tiempo no obliga a imaginar la verdad.

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No de otra forma se puede pensar en la condicin de humanos y la imaginacin de los hombres, es por ello que los habitantes del tln no son hombres no tienen la condicin de humanos, no se comunican como humanos. Es ms no pretenden dejar de ser lo que son: la ficcin de un humano.

De los habitantes de la tierra y los habitantes del tln

Tln contiene un carcter diferente al humano y una concepcin diferente del tiempo. Sin embargo el segundo componente (la imaginacin) existe tambin en ambos. El poder de imaginar es una caracterstica de ambos mundos, solo que la imaginacin de tln tiene un rumbo diferente, por que no intenta explicar ni tener certeza. Solo intenta construir. La imaginacin de los habitantes del tln y los de la tierra, contempla las mismas caractersticas, pero no los mismos fines. Ellos suean al igual que nosotros, amanecen con una buena idea en la cabeza una madrugada de Enero o son capaces, como nosotros, de escribir un enigmtico libro sobre los habitantes de la tierra. La nica diferencia marcada es que en tln la imaginacin esta dirigida al asombro y en la tierra esta dirigida a la explicacin. En la tierra se imagina por la incertidumbre y por la condicin de hombres, en tln se imagina por el mero placer de hacerlo, sin ningn tipo de condiciones. A decir verdad los habitantes del tln son completamente libres, no los atormenta el futuro y no los arrastrar la duda. Cuando Borges en su libro elimino los instintos y el tiempo como guas de unos seres, pudo crear una raza diferente, imaginar lgicamente unas condiciones de relacin diferentes en los humanos. El resultado de esta ficcin es alucinante y maravilloso. Podra decirse equivocadamente que es la cumbre del idealismo. Pero no es un ideal. No busca que lo persigan, que lo sueen, que lo realicen, solo busca asombrar a sus lectores. Esa es tal vez la razn fundamental por la cual los creadores de la revista le dieron ese nombre y, a titulo personal, creo que fueron tan acertados y no mejor nombre pudo tener una revista que trata sobre la relacin de los hombres. Esta revista es ese lugar, ese hemisferio boreal del entendimiento donde podemos crear. Con que fin? el fin de crear simplemente buscando el asombro. En esta revista no hay cabida para artculos obligados, la voluntad es

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el nico motor. La comprensin de la mente humana en favor de una explicacin econmica de los acontecimientos es una caracterstica fundamental de la revista. Es el espacio que se aleja de nuestra condicin de estudiantes por que no hay calificaciones inquisidoras, nuestros escritos no son frutos de la obligacin, no pretenden satisfacer a un profesor o aprobar numricamente la materia. Es tambin el espacio vaci de tiempo, no hay limite en el reloj de tln, no hay que entregar nada la semana que entra, no hay parcial para maana. Es un lugar que se aleja de la ctedra pero ensea, que se aleja de la academia pero no de la educacin, que se aleja del saln de clases, pero no de la opinin. Es un lugar verdaderamente universal o, es la verdadera universidad.

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FORMACIN O ADIESTRAMIENTO?: A propsito del programa de economa de la UIS. Por: Hctor Fernando Lpez A.Profesor Escuela de Economa y Administracin Y tanta tierra intil por escasez de msculos! Tanta industria novsima!, tanto almacn enorme! Pero es tan bello ver fugarse los crepsculos...

Len de Greiff 1 Me hallaba al final del semestre con unos deseos locos por desentenderme de las notas, las habilitaciones y cosas por el estilo para dedicarme, por fin, a reponer mis fuerzas, cuando me acerco a mi casillero y encuentro un memorando del director: usted ha sido designado para trabajar en el grupo de justificacin del programa. Es obvio que el director se refera al programa de economa y no a otro. La misma palabra justificacin me qued dando vueltas en la cabeza y la pregunta obligada que me formul fue entonces qu quiere decir justificacin? La pregunta esta relacionada, naturalmente, con la fundamentacin del programa de la carrera de economa y con el perfil deseado del egresado. La pregunta por la justificacin remite a la pregunta por la fundamentacin del programa: qu quiere decir justificacin? se trueca entonces en qu significa ser el fundamento del programa de la carrera de economa? Por fundamento se entiende la razn de ser de esto o aquello, en este caso del programa de economa de la escuela de la UIS; y obsrvese que la definicin integra a la razn y al ser que son los grandes dominios del pensar de occidente. Esto quiere decir que el director me ha puesto en una situacin embarazosa pues lo que me pide es ni ms ni menos pensar en el programa de economa, tarea que dudo mucho de poder cumplir. La misma expresin pensar suena tan lejana y tan vasta que cuando uno intenta acercarse a su significado no puede menos que encogerse de hombros. Y no puede menos que hacerlo porque nos enfrenta con la pregunta qu quiere decir pensar? Habr algn economista vivo o muerto que haya intentado contestar esta pregunta o por lo menos llegar hasta sus cercanas?: lo dudo.

Este texto fue escrito en el contexto de las discusiones internas de la escuela sobre el plan de estudios de la carrera de economa y fue ledo en acto pblico el da 18 de febrero de 2003 en el auditorio la Perla. Ha sido ampliado en algunos apartes y se publica por peticin expresa de los estudiantes.

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Qu debo hacer entonces para salir de semejante embrollo? Como pensar es una tarea demasiado arriesgada para cualquier mortal que viva en el siglo XXI lo primero que se me ocurri fue leer los textos que abordan el problema de la enseanza de la economa. Dos textos en especial me llamaron la atencin: el de la seora Joan Robinson y el del profesor Lauchlin Currie. Los dos autores se esfuerzan por advertir que la economa es una ciencia social que depende del entorno y no tanto un cuerpo de frmulas al modo como opera la geometra o las matemticas. Y aunque las observaciones de estos dos textos son sugestivas y por momentos inteligentes me parecieron demasiado superficiales para obtener una explicacin satisfactoria. Intent averiguar que deca entonces John Maynard Keynes considerado como el ms grande genio de la economa en el siglo XX. Su conclusin es contundente: la economa tiene que ver ms con el mundo real que con elucubraciones lgicas y matemticas; es ms un problema de tica, de supervivencia y de justicia que de lgica y abstraccin y se asemeja ms a la irracionalidad de los espritus animales, lase inconsciente freudiano, que a los modelos de equilibrio general. Hoje tambin algunos documentos que hablaban sobre el pnsum de economa y el resultado fue en verdad desolador: todos estn de acuerdo en que la carrera debe seguir los parmetros de los estndares internacionales -y toman como modelo a las escuelas gringas e inglesas- y la discusin se centra en el nfasis a determinada rea: micro, macro, instituciones, econometra, etc. Y como si esto no bastara algunos egresados de la escuela que estn haciendo estudios de maestra en economa en la Universidad Nacional han quedado obnubilados por el programa que all se dicta, el cual se orienta desde finales de la dcada de los ochenta por los estndares internacionales, siguiendo en esto a los Andes, y han proclamado a los cuatro vientos que todo lo que se ensea en la escuela de la UIS carece por completo de valor. En los primeros autores citados hay un intento por reflexionar sobre el campo de la economa y determinar sus relaciones con la sociedad y la naturaleza; en los segundos se trata tan solo de afiliarse a una teora al modo como se es hincha de un equipo de ftbol o se es miembro de una secta estrafalaria de aquellas que proliferan por doquier.

La pregunta por la fundamentacin del programa de economa remite a su razn de ser. Qu significa razn? y qu significa ser? son cuestiones que la poca moderna asume como una obviedad y todo su inters recae en averiguar cules son las leyes de la razn que determinan el funcionamiento

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del mundo; la razn moderna transform as la tradicional pregunta de la metafsica qu es el ente? por la pregunta por el mtodo con el propsito de otorgarle certidumbre a la verdad y delimitarla de una manera bien definida. Descartes fundara esta nueva forma de la ratio que sera desarrollada por el movimiento filosfico de la ilustracin del cual la economa poltica es una de sus principales manifestaciones. La razn moderna se expresa de esta manera como un sujeto, el yo que pregunta, situado frente a un objeto, la naturaleza y la historia, y cuyo fin ltimo es explicar la objetividad del mundo. Esta forma de la razn que da nacimiento a la ciencia y a la tecnologa modernas despliega todas sus energas en explicar la objetividad de lo ente y, en ese proceso, le da la espalda a la pregunta que interroga por el sentido del ser. La explicacin racional de la ciencia asume entonces la forma de lo real planificable hasta convertirse en clculo. Semejante logstica, como dice Heidegger, ....es la organizacin calculante de la absoluta ignorancia acerca de la esencia del pensar, dando por supuesto que el pensar, esencialmente pensado, es aquel saber proyectante que desemboca en la conservacin de la esencia de la verdad y del ser1. Si en la fundamentacin del programa de economa se omite la pregunta que quiere decir ser? resulta obvio que cualquier respuesta que se intente dar queda problematizada. No obstante, la economa poltica clsica intenta justificarse al considerar que el fundamento epistemolgico sobre el cual descansa es el progreso en un doble sentido: material y normativo. La sociedad era vista como una estructura cuyos cimientos no podan ser otros que la justicia, la libertad, la igualdad, la prosperidad y la felicidad de los hombres. La economa fue concebida entonces como una ciencia social fundamentada en el progreso material y el bienestar de las sociedades. La lectura de los clsicos de la economa me ha proporcionado siempre placeres superiores a cualquier otro no porque admire equivocadamente su elocuente locura, sino porque mis precarias capacidades analticas me permiten capturar fcilmente sus falsedades. Los primeros pensadores socialistas, al igual que Marx, haban advertido esta falacia: no se trataba en realidad de una ciencia sino de una ideologa que se cubre con el ropaje de un lenguaje cientifista para mantener viejos y nuevos privilegios. Los acontecimientos histricos del siglo XX mostraron de manera an ms contundente la imposibilidad de hacer compatibles el desarrollo de los intereses de los inversionistas privados con el bienestar de la colectividad y sumieron a la humanidad en la era ms devastadora de violencia, brutalidad y barbarie.1

Martin Heidegger, El recuerdo que se interna en la metafsica, Niezsche II, Barcelona, Editorial Destino, 2000, p. 402.

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Cmo justificar entonces una racionalidad que conduce a la paranoia y al terror? 3 En adelante, la economa dejara a un lado los problemas del bienestar, de la justicia y de la legitimidad con los que haba estado estrechamente ligada en el pasado para justificarse as misma como una teora de la eficiencia: la voluntad de los inversionistas privados presentada bajo un lenguaje matemtico. La economa poltica se transforma en ingeniera econmica. La diversidad del lenguaje es sustituida por la uniformidad de la instrumentalizacin del saber y, en este proceso, todos los profesionales de la economa piensan, sienten, desean y actan de manera idntica aunque cada uno se considere as mismo como un ejemplar nico. La uniformidad del lenguaje representa la petrificacin del pensamiento que es la otra cara de la muerte del espritu. La era de la instrumentalizacin extrema del saber no es otra cosa que la expresin de la voluntad de poder en el plano cognoscitivo. Foucault caracteriz al conocimiento as concebido como poder epistemolgico. La esencia del saber asume aqu la forma de investigacin. sta, a su vez, adopta el carcter de empresa cuyo poder decide en ltima instancia qu se debe investigar y cmo se debe realizar: es lo que Colciencias denomina en nuestro medio las lneas de investigacin. Las teoras sobre las polticas de ajuste que se aplican en la mayora de los pases del tercer mundo, y que incluyen a los determinantes fiscales, cambiarios, monetarios, salariales, etc., son quizs la expresin ms ntida de las relaciones de poder en que se construye el conocimiento a costa del impresionante deterioro de las condiciones de vida de la sociedad. Incluso investigaciones tericas en dominios como el psicoanlisis, la semitica, la lingstica y la literatura, que durante mucho tiempo fueron consideradas al margen del poder, han sido utilizadas por las grandes potencias para fines blicos en el marco de la guerra psicolgica. Peter Sloterdijk acu la expresin razn cnica para referirse a este fenmeno. Y son estas formas bastardas, deformadas y contrahechas del pensar las que han determinado desde la segunda guerra mundial los criterios para definir los estndares internacionales de las facultades y escuelas de economa en el mundo. Las mismas que reclaman nuestros egresados tirndose de los cabellos como las nicas acadmicamente vlidas. No se trata, por lo tanto, de una ciencia en un sentido riguroso, sino de una doctrina que, como tal, es autista y completamente acrtica; en consecuencia, el economista adiestrado

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en esta clase de conocimiento se asemeja ms a un fantico de la secta del reverendo Jim Jones que a un matemtico o a un fsico contemporneo. En ninguna de las reflexiones realizadas desde la ciencia de la economa se cuestionan sus propios fundamentos. Quin que se considere cuerdo hoy en da se atrevera a criticar a la competitividad, la productividad, la eficiencia, el crecimiento, etc., es decir, los valores culturales por excelencia de la civilizacin moderna? Ni Marx ni Keynes, y menos an los tericos clsicos y neoclsicos, han cuestionado, o mejor sera decir pensado, el sentido de una sociedad que se construye sobre una racionalidad cientfica. Se asume a la ciencia como un hecho y, a partir de all, se discute si la racionalidad que ha transformado desde el siglo XVIII al planeta entero en un agujero negro que le pide un rendimiento mximo a toda accin humana, debe estar controlada por el Estado o debe dejarse libre de toda intervencin o, en el extremo de los casos, destruirse la propiedad privada y fundamentarse en la utopa socialista. Pero qu significa que la sociedad de los tiempos modernos se fundamente en una racionalidad cientfica? Sobre esto son en verdad muy pocos los pensadores que se han ocupado del tema y, que yo sepa, entre ellos no hay un solo economista. Estamos acaso afirmando que la economa no piensa? El solo hecho de plantear la pregunta nos estremece. La ciencia de la economa se ocupa en teorizar cmo funciona una sociedad que ha transformado a la naturaleza en recurso, a los seres humanos en insumos y a la cultura en activo, y en proponer modelos estratgicos para alcanzar un rendimiento mximo. La forma de acercarse al conocimiento no puede sino confirmar el planteamiento fundamental en el que se mueve la economa: cmo extraer el mximo de energa tanto de la naturaleza como de las sociedades; determinar el sentido le es ajeno porque la constitucin del ser le es inaccesible de acuerdo con su sentido de ciencia positiva dado que el ser no es un ente y, en consecuencia, requiere un modo de aprehensin fundamentalmente diferente. Una cosa es desarrollar y proponer modelos en funcin del tipo de racionalidad econmica y otra muy distinta es intentar pensar en su significado. Los economistas se ocupan en el cmo haciendo tabla rasa del qu significa. 4 En el caso colombiano preguntamos para qu sirven los economistas? Cul ha sido el resultado del esfuerzo emprendido por las autoridades desde finales de los aos sesenta de crear un Departamento de Planeacin Nacional, reestructurar las principales facultades de economa del pas, y enviar a los estudiantes ms destacados a hacer estudios de doctorado en Europa y los

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Estados Unidos? Cul ha sido el papel de la creacin de institutos privados dedicados a la investigacin econmica como Fedesarrollo y el Cede de la Universidad de los Andes? Cuando el profesor Lauchlin Currie lleg al pas en 1948 encabezando una misin del Banco Mundial se quejaba de la ausencia de economistas profesionales con una slida formacin terica capaces de enfrentar los difciles retos de la planificacin macroeconmica, y no dud en considerar a esta ausencia como una de las principales causas del atraso y la pobreza en que se hallaba sumida la nacin. Hoy, cuando los doctores en economa graduados en el exterior han ocupado durante ms de tres dcadas los cargos ms altos en la planificacin econmica y social del pas, preguntamos qu papel ha jugado la profesionalizacin de la economa en resolver los grandes problemas nacionales? Tenemos que decirlo con nostalgia: ninguno! Incluso los pronsticos ms audaces y los clculos ms sofisticados de nuestros sabios en economa han resultado en puros disparates. Permtaseme sealar algunos ejemplos. En materia tributaria los primeros gobiernos liberales que no contaban an con economistas profesionales y quienes se desempeaban en cargos de planeacin y desarrollo eran abogados, mdicos y hasta veterinarios, buscaron objetivos de ms hondo alcance: aumentar la tributacin directa que grava las rentas de capital fundamentados en un principio ricardiano: la proporcin del impuesto acorde con la capacidad econmica del contribuyente. Y aunque tal poltica nunca pudo llevarse a cabo porque siempre tropez con resistencias ocultas, contrasta con las estrategias de tributacin de las ltimas tres dcadas auspiciadas por economistas profesionales y cuyo propsito ha sido financiar los gastos del Estado mediante una estrategia muy curiosa: aumentar los impuestos a los ms pobres y disminuirlos a los ms ricos. Mientras el seor Julio Mario Santodomingo no pag un solo peso por la venta de sus acciones de la empresa Bavaria, las familias colombianas estn obligadas a pagar una tarifa del 17% por los productos de la canasta familiar, incluyendo, claro est, los servicios pblicos. La frmula de los sabios en economa es realmente sorprendente: acabar la pobreza golpeando a los ms pobres y premiando a los ms ricos! En 1990, cuando Cesar Gaviria asumi el poder, acu una frase en su discurso de posesin que envolvi en un manto de optimismo a todos los ciudadanos: Colombianos bienvenidos al futuro. Un ao despus el pas se hallaba sumido en las tinieblas: su sistema energtico haba colapsado. Pero que decan entonces los economistas? Todos los clculos y anlisis economtricos de los sabios en economa arrojaban un solo resultado: el sector elctrico se hallaba sobre-dimensionado; a ningn estudio se le ocurri

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incorporar a la corrupcin en sus anlisis justamente por donde se erosionaron los recursos que fueron a parar a cuentas privadas de inescrupulosos altos funcionarios. La irrigacin de los dineros calientes en la economa colombiana presion al equipo econmico de la administracin Gaviria a tomar una medida harto disparatada: atar el crecimiento de las cuotas de los crditos de vivienda a los Depsitos de Trmino Fijo y no al ndice de Precios al Consumidor como hasta entonces haba funcionado el sistema upac. Ello no solo se expres en un encarecimiento sin precedentes del crdito de vivienda que pas de una tasa real efectiva del 17% al 36%. Tambin estrangul a la financiacin de vivienda que haba actuado desde el origen del sistema como un poderoso instrumento de reactivacin de la demanda y protagoniz uno de los dramas ms increbles de asalto a la buena fe de los usuarios del crdito: los cientos de miles de deudores vieron atnitos cmo mediante los procesos judiciales que siguieron al crecimiento desorbitado de sus obligaciones quedaron de patitas en la calle despus de haber cancelado mucho ms del valor real de sus inmuebles. El patrimonio de las familias colombianas producto de toda una vida de ahorro y privaciones fue borrado de un plumazo por los genios de la economa! A mediados de los aos noventa algunos de los economistas ms ilustres y de mayor reconocimiento, que hacan parte del equipo directivo del Banco de la Repblica, gastaron ms de U$.1800 millones en mantener la as llamada banda cambiara para evitar la subida del dlar pero finalmente sta se cay; el dlar, sin embargo, no se dispar como haban pronosticado nuestros excelentsimos sabios sino que antes baj. Si en la junta del Banco Central hubieran tenido asiento los hermanos Marx o los tres Chiflados probablemente las prdidas para el pas hubieran sido menores. Un ingeniero sirve para disear y construir un puente, una carretera o un edificio y cuando falla en sus clculos la sociedad lo hace responsable de sus actos y lo llama a juicio; lo mismo sucede con la medicina y muchas otras profesiones. Qu autoridad alguna vez ha llamado a los economistas que se pasean como los dioses de la tierra para que rindan cuentas de sus descabelladas actuaciones? Qu clase de justicia es esta? Ser acaso que la razn de ser de los economistas es ahorcar a las gentes en su calidad de guardianes del capital? Qu relacin existe entre economa y esquizofrenia? Como docente que establezco una relacin quijotesca con la academia, es decir que mantengo una responsabilidad tica en la formacin de las nuevas generaciones de economistas, me estremece pensar que es la voluntad de poder de los inversionistas privados, metamorfoseada en el lenguaje de la

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formalizacin econmica, lo que define y modela las aspiraciones acadmicointelectuales de aquellos jvenes estudiantes, muchos de ellos oriundos de las regiones ms golpeadas y ms violentas del pas, y no aquel conocimiento que intenta comprender lo que el mundo es. Bajo estos parmetros, la estructura de la personalidad que se forma en el estudiante no es la de la modestia y sencillez del pensador que desde sus ms remotos orgenes haca suya la mxima solo s que nada s, sino la del sndrome profesionalizante: arrogancia, prepotencia, arribismo, oportunismo, delirio de grandeza y un sin nmero de patologas ms donde unas profesiones hablan mal de otras y todas tienen razn! Los estudiantes de una inteligencia ms dudosa resultan siendo por regla general los de mayor xito profesional. Las propuestas de los economistas de Planeacin Nacional y la Universidad de los Andes en el marco de las audiencias de los dilogos de paz en el Cagan, se correspondan ms con un plano cartesiano que con los difciles y complejos problemas del pas; tenan mucho ms sentido, sin duda, las propuestas de los comandantes de la guerrilla y de otros sectores no acadmicos! 5 Despus de cuarenta aos de formacin profesional en economa, y cuando an no se vislumbran las primeras luces del amanecer del siglo XXI, los problemas de la nacin son ms agudos y mucho ms complejos. Preguntamos cul es el papel de los economistas? cul debe ser la formacin deseada para los estudiantes de la escuela de economa de la UIS? Deseamos una educacin fundamentada en lo esencial del hombre, y lo esencial del hombre, a diferencia de los dems entes, es su capacidad de pensar. Los griegos lo llamaron paideia trmino que no consiente ninguna traduccin y significa, segn la esencia del pensar platnico, el acompaamiento para la reversin de todo hombre en su esencia; la paideia es un trnsito del estado de ceguera hacia la luz: su esencia no consiste en verter meros conocimientos en el alma desprevenida como en un recipiente vaco; por el contrario, el conocimiento autntico debe ser capaz de transformar al espritu en su totalidad al hacer retroceder al hombre desde la banalidad de su vida cotidiana hacia el lugar esencial y acostumbrarlo a esta morada. Los modernos acuaron el trmino formacin para designar aquella dimensin del ser superior y ms interior que procede del conocimiento y del sentimiento de toda la vida espiritual y tica y que se extiende armoniosamente sobre la sensibilidad y el carcter. En esta concepcin se percibe claramente la determinacin del espritu histrico: la reconciliacin con uno mismo, el reconocimiento de s mismo en el ser de otro.

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Una interpretacin del saber fundamentada en el ser no distingue entre sabios e ignorantes ni entre personas cultas e incultas sino entre saber genuino y saber aparente. Un saber genuino puede ser el de un campesino o un artesano y el saber de un profesor universitario, no obstante su enorme erudicin, puede girar en torno a un saber aparente. La educacin, o lo que es lo mismo la enseanza para el saber ms elevado y genuino, es la tarea primordial de la universidad. Ensear no es en modo alguno un mero repetir de cualquier conocimiento ni su imagen se asemeja al disco duro de un computador. Entendemos por tal un dejar aprender o, como deca Heidegger, ensear es llevar a la cercana de todo lo que es esencial y simple. Una educacin verdaderamente genuina debe desarrollar la capacidad en los estudiantes para distinguir lo que es esencial de aquello que no lo es y brindarles a un tiempo la posibilidad de superar su condicin de pupilo. Si el conocimiento se construye en funcin de poderes externos como la poltica, los negocios, el dinero, la guerra, el estatus, etc., y no de la esencia del hombre, es decir del pensar, resulta apenas obvio que los resultados no hacen ms que confirmar el planteamiento original. A este proceder anticipador, que delimita el acercamiento al ente, la poca moderna lo denomin el mtodo cientfico. Y es justamente as como opera la ciencia de la economa cuya arqueologa no hace otra cosa que reproducir, racionalizar y potenciar la estructura jerarquizada en que se fundamenta el mundo de hoy: si a los sectores ms vulnerables de la sociedad se les aumenta el ingreso ms all de los clculos realizados por nuestros sabios en economa resulta lgico que se estaran sustrayendo recursos para amortizar los intereses de la deuda externa, crear condiciones favorables para el gran capital y pagar a los burcratas de ms alta jerarqua; la poltica buscar por eso un equilibrio, que en realidad no es ms que una socializacin de la pobreza, y al cual las autoridades econmicas se refieren con el nombre de democracia. Quien defini, conceptualiz y describi con mayor rigor la lgica de la civilizacin moderna no fue Adam Smith ni Juan Jacobo Rousseau; fue el marqus de Sade quien no tuvo la menor duda de que la maldad dominaba al mundo y, en este sentido, las sociedades no podan menos que contemplar su imagen en el espejo de la naturaleza: el pez grande se come al chico. Si la poltica econmica estuviera en funcin de las necesidades de la sociedad y de la dignidad del hombre, y no de la codicia de los inversionistas privados, otro sera su cantar. No resulta muy difcil comprender entonces la famosa frase de Federico Nietzsche, ese gigante del pensamiento, cuando advirti: ...la verdad se transforma en mentira. Y son estas mentiras, las ms oprobiosas de todas, las que orientan a la educacin superior y deslumbran a nuestros ms radicales crticos, que ayer abrazaban el credo marxista, y hoy rinden culto con

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cnticos, genuflexiones y alabanzas a la ideologa liberal: la nica capaz de vacunarlos contra el virus del pensar. Quienes as piensan creen que el paso de una economa matemtica hacia una economa que indaga sobre la poltica, el derecho, la tica, el medio ambiente, las instituciones, etc., representa una autntica revolucin en el pensamiento2. Si pensar significa fijar los lmites del conocimiento ms all de los paradigmas de la ciencia econmica preguntamos los nuevos dominios en economa cuestionan la proposicin de interpretar al mundo como un recurso o simplemente se trata de una extensin de esta lgica integrando otras disciplinas? Lo que sorprende en estos juicios es la ausencia de dilogo con una reflexin pensante: no se dan cuenta que la filosofa es la que abre la posibilidad de un saber matemtico y no al revs como est implcito en los desarrollos de los nuevos dominios. Desde dnde y cmo se determina la esencia del hombre en la ciencia econmica? La economa define al ser humano como un ser racional cuya esencia es satisfacer necesidades. No existe diferencia alguna entre el ser y en ente y, en consecuencia, la economa sigue mantenindose muy cmoda con aquellas concepciones naturalistas del siglo XVIII. Marx mismo define al sersocial como el ser-natural alimento, vestido, reproduccin, etc-, siguiendo en eso a la tradicin liberal. Esta interpretacin, al igual que la del humanismo cristiano, parten de una idea: la determinacin del ser desde la perspectiva previamente establecida de una interpretacin de la naturaleza, la historia, el mundo, en una palabra, de lo ente en su totalidad, dejando a un lado la pregunta por la verdad del ser mismo3. Si se est pensando la sociedad podemos hacer a un lado la pregunta que interroga por el sentido del ser? No estaremos, acaso, en presencia de un conocimiento que lleva hasta unos lmites insospechados una logstica que hasta hace poco era solo dominio de la matemtica, y cuyos fundamentos no se cuestionan? Hasta qu punto no es esa logstica del rendimiento mximo, bien sea que se mire desde las matemticas, el derecho, la tica, el medio ambiente, etc., la causa y no la solucin de los grandes problemas de la humanidad? Ser entonces que el destino de la humanidad es el de un mundo organizado segn el principio de la prosperidad en el que se fundamenta el pensar de los economistas, es decir, un triunfo del hombre como animal de rebao que Nietzsche caracteriz como una de las formas ms decadentes de nihilismo? Son preguntas que los economistas tanto nuevos como viejos ni siquiera se platean.Vase Jess Antonio Bejarano, Los nuevos dominios de la ciencia econmica, Cuadernos de Economa, No. 41, Vol: XVIII, segundo semestre de 1999. 3 Vase por ejemplo Martin Heidegger, Carta sobre el humanismo, Madrid, Alianza Editorial, 2000.2

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La economa es un conocimiento positivo dirigido a un fragmento del ente: la produccin, distribucin y consumo de bienes y servicios. Para ello se sirve del clculo diferencial, la estadstica y la contabilidad por partida doble as como del derecho, la tica, las teoras sobre el medio ambiente y la historia, entendida sta como la comparacin de estndares culturales nticamente nivelados donde la homologa, la analoga y el paralelismo juegan un rol principal. La economa mide, relaciona variables -incluidas las personas, las instituciones y el medio ambiente-, y establece estndares, coeficientes, ndices y unidades de medida encaminados a lograr un propsito fundamental: maximizar rendimientos y minimizar costos. Cuando habla de libertad no lo hace en un sentido ontolgico sino jurdico-instrumental: la libertad de comprar y vender. Y no puede ser de otra manera puesto que su objeto es un segmento del ente y no el ser. Su propia epistemologa excluye la pregunta que interroga por el sentido del ser y cuando lo roza en su exposicin temtica, como en la teora microeconmica del consumidor o en los anlisis de desarrollo y libertad, lo tritura dentro de la logstica del rendimiento mximo. Al operar as la ciencia econmica no comprende, entendiendo por tal no un medir ni una representacin de los negocios sino una determinacin originaria de la existencia del hombre. El ser no es un ente y, en consecuencia, no se puede definir de una vez y para siempre como si de un objeto se tratara. Su existencia solo tiene sentido en la realizacin de sus posibilidades en el tiempo. Deseamos una educacin capaz de interrogar sobre el sentido de la existencia, interesada en cuestionar los fundamentos mismos de la racionalidad tecnoeconmica y que no se limite solo a ensear el funcionamiento sin fricciones del mundo de los negocios. Ya lo deca un viejo filsofo: meras ciencias de hecho hacen meros hombres de hecho!

6 Qu obstculos se anteponen a la educacin deseada? Cul es el peligro supremo? Sin duda los valores sobre los cuales se fundamenta la civilizacin moderna. La racionalidad de la industria se ha convertido en la subjetividad de los hombres y, en este sentido, los estudiantes tienen de s mismos la imagen de una reserva tcnica o de un insumo productivo, y es, precisamente, esta imagen la que los vincula de manera decisiva con los contenidos de los programas de estudios. Cuando las directrices de un curso o de un seminario toman distancia de lo tcnico e instrumental para interpretarlo e intentan interrogarse por su significado los estudiantes lo miran con sospecha, con

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desconfianza y, a veces con desprecio, y lo consideran de poco valor acadmico. La educacin de hoy solo se interesa porque el estudiante aprenda cmo funciona el sistema econmico pero no qu significado tiene para la sociedad. Si se intentara comprender los estudiantes de la escuela de economa seran los menos sorprendidos de la situacin actual de la universidad: sabran que la lgica del mercado, fundamentada en minimizar costos y maximizar utilidades, que se aplica incluso al interior de las escuelas, no financia los gastos de legitimidad de la sociedad y le tiene sin cuidado la desaparicin de la educacin pblica: la obtencin de las cuasi-rentas esperadas de los inversionistas privados es lo nico que cuenta. Pero al no comprender son quizs los ms sorprendidos y solo comprueban la ley de la gravedad cuando la universidad se les viene encima. El fundamento de la educacin superior ha transformado el reflexionar en un anti-valor o, como dicen peyorativamente en las ingenieras, en costura. Se rinde culto a lo cuantitativo y todo lo que no sea susceptible de medirse y de ser administrado es considerado como absurdo; la proyeccin del mundo es la de un globo cuadriculado: solo es real lo que puede medirse postul Max Planck, el fundador de la fsica cuntica. Ensear ha cado en estas condiciones a la categora de lo absurdo; pero tal vez sea lo absurdo lo que nos permita abrirnos una nueva perspectiva del ser y del mundo y posibilite captar su sentido. La magistral obra de Franz Kafka es el grito de desesperacin de toda la humanidad atrapada en la lgica diablica de la sociedad moderna. La educacin actual, al no tener en la mira la comprensin del ser-en-el-mundo y su trnsito hacia una morada capaz de asegurar la dignidad del hombre, no reviste un carcter esencial. Su vnculo de integracin es el mundo exterior bajo la forma de un negocio capaz de asegurar el acrecentamiento del poder y no el desarrollo de la persona humana: deja de ser un fin para transformarse en un medio y su sentido solo es realizable en funcin de la productividad. La instrumentalizacin del saber adquiere, de este modo, la categora de valor supremo. El temple de nimo de los estudiantes ms capaces y de mayor disposicin hacia la academia se ve seriamente vulnerado por este fenmeno. La educacin recibida desde el pre-escolar hasta el bachillerato, fundamentada en los formatos del Ministerio de Educacin, y que sirve de base para las pruebas del Icfes, est encaminada a dar respuestas precisas y no a interrogar y poner en cuestin la materia investigada. Si el conocimiento se construye sobre el preguntar o, lo que es lo mismo, sobre esa facultad propia del ser humano por interrogar sobre los enigmas del mundo, la educacin actual no se fundamenta sobre el pensar sino sobre la vigilancia y el control. La accin de vigilar

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construye un saber sobre lo vigilado: lo fundamental no es interrogar sobre el por qu de las cosas, sino verificar si el estudiante se conduce correctamente, si cumple las reglas abstractas impuestas por la voluntad de poder, si aprehende, en un proceso muy curioso que ha trasformado a la libertad en obediencia: es el poder y no el pensar el que establece qu es importante, qu es correcto, qu se debe ensear y cmo se debe realizar. Se han preguntado acaso alguna vez quienes dirigen las facultades y escuelas de economa en el pas cul es el origen de las pruebas de Estado dirigidas a la educacin superior llamadas ecaes? Desde dnde se formulan las preguntas?, cul es el propsito esencial? En vez de ello han asumido las pruebas como el fin de la educacin emprendiendo una carrera loca por alcanzar los mximos puntajes que miden el grado de normalizacin de las universidades frente a la figura del gran inquisidor: la violencia metafsica de la voluntad de podero. La enseanza ya no se planeta cmo interpretar los problemas del pas y del mundo y toda su preocupacin se centra en cmo obtener la calificacin ms alta. No pensar sino acreditar puntos es la consigna. La acreditacin ocupa el lugar que en otro tiempo correspondiera al filosofar pensante. Alcanzar el mximo puntaje es la meta. Los mismos formatos utilizados por la Reserva Federal de los Estados Unidos para evaluar la rentabilidad del mundo transmigran a la academia y sirven de fundamento al anlisis econmico: no es el entendimiento en el sentido kantiano el que determina las categoras con que se juzga el objeto, sino los criterios tcnicos de los expertos. El pensar ha sido desplazado por la informtica, la comunicacin de masas, la promocin comercial y la sobre-especializacin de los expertos. No ha de extraar entonces que los programas de estudio terminen por ajustarse a los lineamientos de los exmenes de Estado y los criterios para seleccionar docentes no se fundamenten en la capacidad de pensar sino en la habilidad tcnica de medir. Los procedimientos de contratacin no consultan, en consecuencia, las facultades intelectuales de los candidatos y asumen la forma de un rgimen carcelario: pruebas psicotcnicas, entrevistas, lmite de edad, etc, etc. Las universidades se han transformado, como ya lo haba advertido Nietzsche, en autnticos invernaderos para esta especie de atrofia de los instintos del espritu. Lo que ha sido siempre grande en el sentido de la cultura ha discurrido por caminos diferentes a los del poder. La universidad ha olvidado que su nica finalidad es la formacin, se ha dado a la tarea de eliminar a los educadores y ha acogido en su seno a los tecncratas que se ofrecen como sabelotodo a la juventud. La abrupta irrupcin de una figura harto ridcula denominada jvenes talentos, adoctrinada en la logstica del cogito del rendimiento mximo y que

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se presenta como el cerebro de los nuevos tiempos, no es otra cosa que las seas de identidad con que la escuela de economa rinde culto a la sobreespecializacin de la enseanza4. Una especie superior de hombre no ama las especializaciones precisamente porque se sabe con una vocacin: desea habitar con serenidad en el pensamiento y hacer del pensar su nica morada. La universidad debera cultivar ese arte esquivo de hablar y de escribir, actividades de altsima exigencia espiritual completamente fenecidas con el proyecto de sobre-especializacin de las escuelas. Habituar el espritu a la calma, a la paciencia, a la serenidad y templar la voluntad en el deseo inquebrantable de ir ms all de la estrecha objetividad de mal gusto que todo lo empequeece y contamina. He aqu un buen principio para la formacin. Pero quin piensa hoy en la formacin? Qu cultura puede trasmitir una persona menor de 26 aos que en todo el tiempo de su preparacin no ha hecho otra cosa que afinar su tcnica de medicin? Qu capacidad de asombro se puede forjar en los estudiantes cuando se les ensea dos por dos es igual a cuatro? Acaso la lgica de las escuelas tenga causas pero no razones. 7 Cul es el destino de la libertad universitaria? Cul el de la autodeterminacin de las escuelas? Su destino es funesto pues ambos trminos, libertad y autonoma, representan slo una caricatura de lo que significaron en sus orgenes: la incondicionalidad del pensar. Ambos han sido inoculados por el poder del dinero y vaciados de todo contenido ontolgico. Como en la fbula kafkiana, la libertad y la autonoma universitaria se han metamorfoseado en un enorme insecto que susurra en el odo de estudiantes, profesores y directivas: no piensen, obedezcan! Lo que se impone es una razn totalitaria, cnica y ciega que corresponde a la voluntad de poder del ente que ha sido abandonado as mismo y que se manifiesta en la preeminencia de lo programable de lo real previamente calculado. El desprecio de la libertad, de la autonoma y del pensar aparecen con nombre propio: abstraccin total. El estudiante deja de identificarse con un ser, una persona, un ciudadano, un sujeto, para hacerlo con un cdigo productivo. Cuanto ms grande se hace la brecha entre el pensar y la voluntad de dominio ms fascinacin adquiere laNuestra escuela lleg a un extremo inimaginable: contratar estudiantes recin egresados aspirantes a cerebros, algunos de los cuales comenzaron estudios de maestra en economa y las tcnicas de medicin que all aprendan fueron reproducidas en algunos cursos sin ninguna mediacin ni contextualizacin propedutica. Son acaso los estudiantes unos conejillos de indias para experimentar tan irresponsablemente en su formacin acadmica, un derecho que se nos antoja reviste un carcter sagrado? A eso es a lo que yo llamo la anttesis de una cultura: barbarie!4

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abstraccin del cdigo que niega y exorciza la complejidad del objeto: todo lo reduce a la formalizacin matemtica. Los estudiantes ocupan entonces la mayor parte del tiempo en resolver los ejercicios de los manuales de macro, micro y econometra sin entender la naturaleza de los problemas que estudian ni tener la menor idea del suelo que pisan. El tiempo dedicado a la interpretacin de obras clsicas es prcticamente inexistente. Es la fusin entre conocimiento tcnico y poder5. La pregunta que interroga por el sentido de la educacin ha cado en el olvido con la misma celeridad en que las escuelas crecen en el negocio de ofertar diplomados, especializaciones y maestras fundamentadas en un solo principio: la rentabilidad. En medio de la complejidad y del recrudecimiento de los conflictos los programas de economa se plantean un doble objetivo: ensear a medir y aspirar a que se les mida bien. Slo as se es productivo. La descomposicin del mundo en una esfera que se destruye as misma no es su problema. Tampoco lo es la conversin de la universidad en una entidad standard perfectamente programable que niega los fundamentos de su propia esencia: la libertad incondicional de la palabra. Se trata, por tanto, de una comunicacin distorsionada fundada en el dinero y no en el pensar, que adiestra pero no educa, y cuyo objetivo no es la formacin de un sujeto, sino la produccin de un hombre-mquina (recurso-humano) a imagen y semejanza de Claude Eatherly, el piloto que lanz la bomba atmica sobre Hiroshima. Los efectos de esta singular pedagoga son tan devastadores que cuando se intenta ir ms all de los estndares educativos y se pregunta por el por-qu de las cosas los estudiantes experimentan un malestar generalizado, sienten que estn caminando sobre arenas movedizas, y tienen la sensacin de estar perdiendo el tiempo de manera por lo dems absurda. El camino que los conduce por la senda del preguntar, del interrogar, y por qu no? del pensar es tan escabroso que casi ninguno esta dispuesto a escalar la montaa hasta cuestionar el sentido mismo de la educacin y de la vida. La mayora sucumbe a la competitividad de las notas donde lo importante es el promedio y no los contenidos de los cursos y su contribucin al desarrollo de las facultades humanas. Los actos absolutamente libres de la comunidad de estudiantes, como la organizacin de la semana de economa por ejemplo, no toman ninguna distancia crtica de los estndares acadmicos y los invitados resultan siempre los mismos: los tcnicos de Planeacin Nacional, del ministerio de6. En

la Alemania nazi, una sociedad caracterizada por la obediencia ciega al rgimen de Hitler, la alianza entre la tecnologa de punta, la industria, el capital financiero y el rgimen militar permitieron alcanzar unos ndices de productividad y de eficiencia en Auschwitz muy difciles de igualar: ms de ciento ochenta mil judos asesinados en las cmaras de gas por da.

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Hacienda y del Banco de la Repblica. La lnea que separa la academia de la interpretacin oficial se ha borrado: la voz de la verdad es la voz de los organismos del Estado6 Herbert Marcuse sealaba a finales de la dcada del cincuenta al empobrecimiento del lenguaje como uno de los principales riesgos de la sociedad tecnolgica. Hoy esta advertencia es una realidad avasalladora. La educacin superior ha adoptado el lenguaje de los computadores y ha hecho a un lado a la poesa y a la gran literatura por ser el nico lenguaje que no es susceptible de programacin. La estandarizacin, automatizacin y autorregulacin se han transformado en el habla de la educacin contempornea y han borrado con sorprendente celeridad las diferencias entre la mquina automtica y los seres vivos. Los estudiantes universitarios de hoy ya no leen a los clsicos de la lengua y esta ruptura con la tradicin constituye sin lugar a dudas la peor tragedia en la comunicacin humana. El nico lenguaje vlido para la economa es el de las cifras, las series estadsticas, los modelos economtricos y el proyectar cuantitativo de los diferentes escenarios posibles: la reflexin es desplazada por la informacin, la imaginacin por la construccin numrica y la lectura por la manipulacin de datos; el estudiante intelectualmente inquieto y que se atreva a presentar una monografa encaminada a interpretar y no a medir, a mostrar el mundo tal y como es y no como debiera ser segn el proyectar anticipador, corre el riesgo de no recibir la venia de nuestros ilustres jurados. El resultado es un estudiante adiestrado en la presentacin de exmenes, eficiente pero analfabeto, y para quien el reflexionar es ms bien un obstculo que un medio para alcanzar la realizacin profesional. La educacin universitaria de hoy rinde culto, de este modo, a la organizacin abstracta e impersonal del conocimiento, nada quiere saber del pensar y hace suya la imagen del estudiante Charles Bovary quin ...realizaba su pequea tarea diaria a la manera de un caballo, que da vueltas con los ojos vendados, ignorando el grano que tritura.7 Adiestrar, o mejor sera decir embrutecer, se ha convertido en la razn de ser de la universidad. Una experiencia acadmica con los mejores estudiantes del curso de Historia del Pensamiento Econmico I, en donde se intent abordar sin xito la pregunta qu significa pensar?, confirma infortunadamente este fenmeno. Esquilo deca:Tiemblo al ver esos ramos dando sombra a las aras de nuestros dioses ( Las suplicantes, Tragedias, Buenos Aires, Editorial Losada, 1979, p. 26).Pinsese por un momento en las instituciones del Estado colombiano como el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) o el Congreso penetradas por el inmenso poder de las mafias narcoparamilitares para entender a qu verdad se est haciendo referencia. 8 Gustavo Flaubert, Madame Bovary, Bogot, Editorial Norma S.A., 1993, p. 17.6

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Los ramos de la industria, que han trasformado a la productividad, la eficiencia y la competitividad en las aras de la modernidad, han ensombrecido el resplandecer de los verdaderos dioses del conocimiento.

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QU SIGNIFICA SER TICO? Ser o Estar no es lo mismo* Por: Yuber H. Rojas A.Economista y estudiante de filosofia de la Universidad Industrial de Santander, Miembro del Comit Editorial del peridico Noikos e integrante del Cine-foro MicroCine Intil. E-mails: [email protected] / [email protected].

El hombre est corrompido desde la cabeza hasta el cccix. Hay que desmentalizar la carne, adonizar el espritu. Nuestra Literatura ser el purgante para que el hombre, en vez de caca, defeque sus razones.

Gonzalo Arango

Resumen: Pensar es una tarea difcil en nuestra poca. Preguntarse por el ser tico conlleva inevitablemente a cuestionar los valores morales. Debatir ese statu quo, es abrir la posibilidad de crear un ser tico humano y deslegitimar el ser tico existente. Palabras Claves: Ser tico, Ambicin, Libertad, Statu quo, Pensar, Valores Morales.

Podra resultar gracioso intentar diferenciar entre dos verbos, hoy en da convertidos en un solo cuerpo. Sin embargo, por su importancia a nivel de nuestra vida diaria, es vital intentar diferenciar los verbos Ser y Estar para dar con el espritu perdido de la poca. Recordar que las cosas aparentemente complejas hacen resbalar lgrimas, es comprender que estamos vivos, que somos cuerpo y espritu. Somos exquisitamente complejos pero simples en el fondo. Eso es lo que se ha confundido y olvidado en una poca donde el Tener habla por el Ser y por el Estar. Esa diferencia que vamos a intentar realizar sobre el SER y el ESTAR puede tornarse a primera vista un poco desconectada de la pregunta sobre EL SER TICO: corregir esa miopa intelectual por medio del rompimiento de laEnsayo final de tica, presentado el 22 de julio de 2005. En esta poca se suponen igual muchos verbos que se utilizan indistintamente, incluso, por ejemplo, en el idioma ingls (to be), ser o estar resulta lo mismo. Por fortuna el espaol permite clarificar esta cuestin: no es lo mismo Ser vivo que Estar vivo, ni mucho menos decir Tener vivo; No Somos lo que Tenemos solamente, ni en lo que Estamos simplemente.*

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mentalidad tradicional de la visin del mundo en interaccin con las relaciones sociales, es el objetivo de las paginas siguientes. I Tener un cerebro no nos hace humanos, hay que Pensar8 en eso Dentro de la filosofa han existido grandes interrogantes, mucho de ellos refirindose al Ser. Grandes mentes han cuestionado al espritu humano con respuestas de Tratado y, sin embargo, la pregunta por el Ser contina: es una tarea sin fin. De hecho, por su propia naturaleza, la pregunta por el Ser va a variar siempre de respuesta debido al contexto en el cual se realiza; hombres y mujeres tienen una visin del mundo diferente debido al tiempo y lugar en el cual vivieron o viven. No obstante, esto no equivale a resignarse ni mucho menos a menospreciar el conocimiento que la mentalidad de una poca haya tenido sobre el Ser. Esto no es solo arrogante sino, tambin, ingenuo si se tiene claro que todos tenemos algo en comn siempre, sea cual sea el tiempo y/o el lugar (espacio)9. Lo comn, a nivel espiritual, ha sido precisamente lo que estamos intentado hacer en este momento: Pensar. Porque si algo ha quedado claro en nuestra poca, es que el esfuerzo por Pensar es cada vez ms difcil de realizar y, por ende, es cada vez mayor. Por tal razn, intentar Pensar sobre el Ser y Estar es una necesidad apremiante de una poca en decadencia. Sobre todo, cuando hablar de la una es hablar de la otra y viceversa. Pero ms preocupante es mirar que una palabra como el Tener habla por ambas. Eso es ms confuso.El objetivo fundamental de este texto se basa en la intervencin del escritor portugus Jos Saramago, Premio Nobel de Literatura: Pensar, Pensar y Pensar (conferencia realizada el viernes 17 de junio de 2005 en la sala Che Guevara de la Casa de las Amricas, la Habana-Cuba). Como dice Jos Saramago, si el hombre es un ser pensante, pues entonces que piense8

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Por ejemplo, en el Critn, Platn plantea el obrar humano como una manera de recompensar a los dioses por medio de la obediencia a las leyes del Hades y el respeto por la Repblica, por las leyes; tanto as que no es un deber porque estn interiorizadas y por ende, culturalmente aceptadas por todos (escchese bien), por todos los habitantes de la polis, incluyendo, por ejemplo, a los esclavos y dems castas inferiores. Ese fue el contexto de Platn; por supuesto, ese es el contexto del Critn. Los tiempos cambian, aunque las mismas inquietudes persisten. No obstante, de la experiencia griega se retoma el amor a la sabidura y eso es un gran aporte a la historia humana posterior; es decir, a nosotros, hombres y mujeres de una poca donde rima un hedonismo hormonal por lo fcil.

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Pero hagamos un alto, y veremos que no hay por qu confundirse. El Ser es espiritual y material, mientras que el Estar hace referencia al tiempo y espacio del Ser. Por su parte, el Tener no resume, por ejemplo, el Estar ahora leyendo estos renglones; el Tener es ms una apropiacin de algo; es una herramienta del Ser o un mero vestuario del mismo. El Tener algo no dice que seamos tal cosa y que estemos haciendo tal otra. Por ejemplo: el hecho que Tengamos un cerebro, no necesariamente nos define como humanos ni nos ubica en un espacio y tiempo determinado. Luego, Tener algo no significa que Sea tal cosa o Est en tal poca. Esa es, bsicamente, el intento de diferenciar entre el Ser y Estar y su relacin con el Tener. Pero, qu relacin tiene esto con el Ser tico? II Somos exquisitamente complejos pero simples en el fondo. Como ya lo mencion, una pregunta vara de respuesta debido al contexto en la cual se hizo. Por eso, ms que indagar sobre la concepcin de tica en pocas pasadas e intentar trasplantar a nuestro tiempo y espacio un modelo a seguir, lo que se trata es abrir la posibilidad de construir una tica desde, con y para nosotros. En otras palabras, El ser tico vara de acuerdo al contexto: la interaccin entre la visin del mundo y las relaciones sociales en un tiempo y espacio determinado, lo define. No se trata entonces de instaurar una tica como la de los griegos, ni la de los romanos, etc. Cada poca tiene sus propias dinmicas y, como tal, el resultado de lo que hoy en da podemos leer en libros, es apenas una pequea parte de lo que fue una sociedad. No obstante, la experiencia de sociedades anteriores es muy importante. Pero no por tal importancia tenemos que considerar sus leyes, normas y dioses como un aporte siempre positivo a la nuestra. En estos aspectos, la democracia moderna (la democracia representativa) que regula la supuesta repblica (Estado-nacin), es una burda copia de las dos sociedades susodichas, la griega y la romana. Y ya podemos de antemano decir, que han sido un fracaso para la historia humana. Dos guerras mundiales y el exterminio del medio ambiente dejan ver el fracaso de la dinmica del pensamiento occidental moderno.

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Pero regresemos a la cuestin de la tica. Lo que podemos hacer, para comenzar a entrar en materia del significado de ser tico, es precisamente aproximndonos a la definicin de tica. Aunque no buscamos una definicin certera, s es necesaria una aproximacin. De hecho, hoy por hoy, se puede definir la tica como un conjunto de normas morales encaminadas a mantener el orden de cosas; tica profesional, tica personal, beben de lo mismo: la moral es el elixir. Pero pensemos un poco sobre esta definicin aproximada. Reflexionemos: la cuestin de fondo es preguntarse por el sentido de esa moral Vale la pena conservar una moral que pregona el bien cuando en la vida cotidiana se hace lo contrario? El atrevimiento o cualquier acto que intente desafiar el statu quo, se considera una amenaza para la moral. Los Valores de nuestra poca se cimientan en una arena de contradicciones. De hecho, un valor hoy en da aceptado en sociedad es la Ambicin. Dicho valor social es tan aceptado como la tica. Sin embargo, se promulga el Ser tico pero, simultneamente, se legitima la Ambicin como algo necesario. Aquello es tan paradjico como colocar en la misma jaula a una oveja y a un lobo feroz; es absurdo suponer que el lobo no devore a la oveja. Algo similar pasa con la Ambicin y la tica; es curioso darse cuenta que todo el mundo habla de tica, pero se termina siendo todo, menos tico. La ambicin termina consumiendo al ser tico de la poca; termina devorando cualquier acto tico o simplemente lo deja a merced de la diversin de la ambicin -o del lobo hambriento-. Lo que desencadena la ambicin es una falsedad espiritual frente a las normas morales. Es algo as como una hipocresa generalizada. El juego en el cual se cae es de meras apariencias; el de aparentar que se est siguiendo, cumpliendo y aceptando el conjunto de normas morales, de la misma manera como se sigue, cumple y se acepta la ambicin. La convivencia de estos dos valores socialmente aceptados -ser tico y ambicin- se derrumba a diario as como por ejemplo, en el mundo empresarial se derrumban los ingresos del propietario o, en el mundo de los trabajadores, se derrumba el sueo y la esperanza. Tomemos un caso real de la poca: La tica profesional es difundida por las empresas y cualquier institucin que entra en el juego mercantil. Los individuos que hacen parte de tales instituciones mercantiles, creen en los valores instaurados. Podra pensarse que todo es perfecto. Pero lo cierto es que, cuando se tiene en cuenta la ambicin (por el dinero, por ejemplo), las cosas cambian sustancialmente; deja

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de existir -sinceramente- la tica profesional y lo que entra a jugar es la ambicin como valor dominante. Por eso, no es sorprendente que algunos de los grandes magnates10 del planeta resulten siendo los mayores cleptmanos, o los individuos ms cnicos cuando se vanaglorian de ser, ellos mismos, poseedores de tica profesional. Esa es la dinmica de la sociedad actual, por desgracia. La tica personal por su parte, no est lejos de esto. III Entre el pensar, decir y hacer no puede haber contradiccin. Sera un poco ingenuo proponer un ser tico que continuase con los mismos valores morales. Automticamente uno se convertira en una ovejita bastante soadora. Pero, el problema no es el sueo sino el ser una ovejita. Por el contrario, la idea es no continuar ni mucho menos legitimar los valores morales de nuestra poca. La cuestin es no caer en el juego del lobo hambriento y la ovejita soadora. Hay que ser osados y osadas: romper con los valores morales vigentes es abrir la posibilidad de instaurar un ser tico11. Pero no basta con romper por romper leyes o normas. Hay que ir ms lejos. Intentar Pensar significa volvernos humanos, ser nosotros mismo aqu ahora!12-. Significa abrir el espacio para preguntarse por el sentido de la vida humana y, por ende, preguntarse por aspectos como las normas morales; es tambin preguntarse por el sentido de Ser tico. Por tanto, pensar en aquello,Un ejemplo es el vicepresidente de EUA, Dick Cheney (ex presidente de la multinacional Halliburton) quien le otorg concesiones a multinacionales donde l mismo es uno de los grandes accionistas. La pregunta es: Puede l vanagloriarse de ser tico? 11 Por ejemplo, en el libro de Frank Kafka, El Proceso, es una constante el intento de romper con las normas, con las leyes. Para Jos K. la vida no tiene sentido bajo normas o leyes que todo lo controlan, que todo lo dominan, porque la libertad automticamente queda subyugada a esta superestructura humana (las leyes). La cuestin de fondo es que est condicionada por una interiorizacin moral; el individuo queda atrapado por la conciencia formada bajo tales normas y esta situacin conlleva a una dulce angustia existencial como la experimentada por el personaje principal, Jos K. Resultado de aquello: el resplandor de un cuchillo sobre su cara a punto de degollarlo en la bsqueda incesante de libertad. HEIDEGGER Martn, El Concepto de Tiempo, Conferencia pronunciada ante la sociedad Teolgica de Marburgo, julio de 1924, Editorial Trotta S.A., Madrid. En la lectura la indagacin del Estar-ah, conlleva a reflexionar sobre el Tiempo, sobre la vida misma. Lo que sugiero es un Estar-ahora, como una manera de despertar, de preguntar y reconocer la existencia de nuestra vida, como nica e irrepetible: Estar-ahora!12 10

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equivale a tomar decisiones en direccin a una redefinicin del BIEN y el MAL. Ms all de la tica est la moral: esa es la gran tarea pendiente que, en muy pocas ocasiones, se coloca en tela de juicio. La moral -o moralina segn Nietzsche- intimida y absorbe el espritu de los individuos. La conciencia define, como un juez, lo que est bien o est mal o simplemente lo que acata las leyes interiorizadas y lo que no. Los valores morales y todo lo que se deriva de esto es una mera abstraccin, mientras que en la vida concreta de los individuos, la vida adquiere su norte por valores divulgados como la ambicin. Significa entonces que los Valores Morales -hoy en da solo sirven de adorno de la vida moderna-, no se aplican en la sociedad tal como se promueven. Lo que deja entre ver la posibilidad de redefinir Bien y Mal, no en el mero sentido divino sino humano. No es una moral para Dioses, ni tica para divinidades lo que se requiere hacer, sino una moral de humanos y para humanos; una tica de leones y creacin de nio al mejor estilo de Nietzsche13. No obstante, es claro que esto va acompaado -por ahora-, de un proceso lento y seguro en aras de encontrarle sentido a la vida humana; y el sentido se encuentra o adquiere forma cuando osamos pensar y arriesgarnos a enfrentar el mximo abismo espiritual; el Tedio, la angustia existencial. No creer el lector que es una tarea fcil: el guerrero prueba su espritu en la adversidad y no en la calma ni en lo fcil. Ese es el dulce riesgo de intentar Pensarse el Ser tico: ir ms all del bien y el mal, es decir, ir al ms ac, a nosotros mismos. La recompensa de Pensar: morir en vida una y otra vez para vivir una y otra vez ms. Es el xtasis del espritu y la desintoxicacin de una poca en decadencia -es Ser nosotros mismos como parte Viva de la naturaleza-. No somos lo que tenemos solamente, ni en lo que estamos simplemente: Somos eso y mucho ms. Somos humanos.

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En su libro As Habl Zaratustra, F. Nietzsche habla de las tres transformaciones (camello, len y nio) que experimenta el espritu humano: Intenta mostrar el paso del mono al sper hombre. En esta perspectiva, se puede decir que se requiere la rebelda de un len y el espritu creador de un nio para rebatir el Statu quo de los valores morales de la vida moderna.

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BIBLIOGRAFIA

ARANGO, Gonzalo, 1999, Prosa para leer en la silla Electrica, BogotColombia, Intermedio-Crculo de Lectores. HEIDEGGER, Martn, El Concepto de Tiempo, Conferencia pronunciada ante la sociedad Teolgica de Marburgo, julio de 1924, Madrid, Editorial Trotta S.A. KAFKA, Frank, 1980, El Proceso, Bogot, Ediciones Nacionales Crculo de Lectores. NIETZSCHE, Friedrich, 1987, El Anticristo, Bogot, Circulo de Lectores. NIETZSCHE, Friedrich, 1999, Las Tres Transformaciones, As Habl Zaratustra, Barcelona-Espaa, Edicomunicacin. SARAMAGO, Jos, Pensar, Pensar y Pensar, Intervencin en la sala Che Guevara de la Casa de las Amricas, Habana-Cuba ,17 de junio de 2005. Ver: http://laventana.casa.cult.cu/modules.php?name=News&file=article&sid= 2611 (Junio 30 de 2005).

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Laissez Faire: Una Posibilidad que no se Debe Aceptar! Por: Ronald RuedaEconomista de la Universidad Industrial de Santander

Resumen: El siguiente artculo constituye una aproximacin a la problemtica inherente a la liberalizacin inconsciente del sector externo. Se busca fijar una posicin clara acerca de las desventajas de seguir a ojo cerrado el ideal liberalizador. Sin desconocer que los intercambios internacionales traen consigo ciertos beneficios, se expondr que las economas en vas de desarrollo deben insertarse al mercado internacional nicamente cuando su productividad y competitividad as lo permitan. 1. Introduccin: En los ltimos aos, el intercambio internacional ha emergido como la va alternativa de desarrollo econmico para las economas subdesarrolladas. Se esgrime que la entrada al mercado mundial, per se, traer consigo bastos beneficios. Dentro de stos, cabe resaltar la posibilidad creciente de transferencias tecnolgicas que, bsicamente, darn como resultado final la convergencia econmica. Los defensores del libre comercio argumentan que el mercado es el escenario ideal para el crecimiento sostenido de las economas emergentes. No obstante, la evidencia emprica no respalda sus profecas. La brecha intra e inter naciones es cada vez mayor y, no pocos pases han cado en relativo estancamiento econmico. Por otra parte, los pases desarrollados se fortalecen con el paso del tiempo manteniendo su hegemnica dominacin sobre las restantes naciones. Dado lo anterior, han empezado a sonar, cada vez con mayor estridencia, voces que claman por modelos de desarrollo alternativos. Basndose, por ejemplo, en la experiencia del sudeste asitico se aboga por una intervencin estatal que oriente la economa, por lo menos, hasta que sta sea capaz de competir a nivel internacional. As, el discurso de la eficiencia derivada del mercado empieza a tomar forma peyorativa para no pocos sectores de la sociedad. En la primera parte de este artculo, se tratar de exponer algunos problemas derivados del andamiaje terico actual. La segunda parte est constituida por el anlisis acerca del crecimiento del comercio a nivel a nivel mundial. La tercera parte hace referencia al deterioro en los trminos de intercambio en los pases en vas de desarrollo. Por ltimo, la conclusin pretende articular los anteriores aspectos y realzar, lo que a nuestro modo de ver, puede aceptarse como una va alternativa al panorama actual de nuestras economas.

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2. La Panacea Terica:La globalizacin es una utopa en el sentido de reflejar condiciones ideales que nunca han existido como una ideologa que alaba la eficiencia de los mercados libres, la globalizacin ofrece la expectativa de una economa mundial abierta, en la que los actores compiten en un juego de suma positiva, en condiciones en que todos los jugadores estn en condiciones de ganar (Mittelman, 1996: 62)

Citado por: Hugo Fazio Vengoa en Una mirada Braudeliana a la Globalizacin (2000).

Si existe un aspecto admirable en el andamiaje terico neoclsico es la elegancia y coherencia, tanto matemtica como geomtrica, mediante la cual se concibe la realidad del mundo. Desde all, es relativamente fcil aprehender y proyectar fenmenos dismiles que son inherentes a las relaciones entre agentes. Dentro de stos, un aspecto de inobjetable importancia, cuando menos en los ltimos aos, es el comercio internacional. ste ha sido estudiado a la luz de mltiples modelos sistemticamente coherentes, pero, las ms de las veces, incapaces de capturar la esencia del proceso de intercambio. Dicha falencia es el resultado de un trabajo intelectual apoltico, ahistrico y asocial que cae en excesiva preocupacin por el formalismo y olvida que el homus economicus es cualquier cosa menos el reflejo del ser. En efecto, la ortodoxia reinante ha olvidado que tras el intercambio no slo se esconden razones econmicas. As, la revisin histrica emerge como prueba fehaciente mediante la cual la poltica, la cultura, la institucionalidad, entre otras, aparecen como derroteros alternativos del proceso. En ese orden de ideas, las relaciones entre agentes (adscritos o no a un territorio) no solamente persiguen el tan anhelado beneficio o maximizacin de la utilidad sino que puede ser originados, por ejemplo, en aras del establecimiento o mejoramiento de las relaciones polticas. No obstante, la generalizada miopa ha conducido a ensalzar modelos tericos que realizan excesiva abstraccin de la realidad. Aqu, el principal problema radica, como lo seala Shaikh (2003), en pretender adaptar la realidad al modelo y no el modelo a la realidad. Desde esta perspectiva, los idelogos del libre cambio han diseminado por todo el planeta su mxima: la distorsionada realidad del mundo debe ser depurada. Cuando ello ocurra, el mundo real se asemejar al formal. El resultado final ser una mayor comprensin del orbe y una gua segura para predecir acontecimientos venideros. Todo lo anterior

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incrustado en un mundo de mayor crecimiento, igualdad y mltiples oportunidades. La depuracin de esta insensata realidad se hace en nombre del nuevo Dios de los economistas: el Mercado. No pocos, profesionales de este campo, sostienen que una vez desaparezcan las distorsiones, el mercado, por s mismo, proporcionar el itinerario necesario para alcanzar el desarrollo econmico. ste, a su vez, es inalcanzable, segn los librecambistas, sin una insercin definitiva en el mercado internacional. La gua de sta se encuentra en el modelo estndar de comercio (y sus derivaciones), donde costos y ventaja comparativa indican el rol a jugar dentro del escenario mundial. As, la tendencia globalizadora goza de un sustento terico creble y coherente. Desde esta propuesta, como argumenta Shaikh, los pases no deben temer subsumirse en las aguas del libre comercio, dadas las propiedades de autoajuste, en el corto plazo, inherentes a los trminos de intercambio. Como subraya, el autor mencionado con anterioridad, es imposible, desde esta perspectiva, la existencia de dficit o supervit comerciales durante un perodo prolongado. Empero, la paridad del poder adquisitivo, los equilibrios externos, el mantenimiento del pleno empleo, las masivas transferencias tecnolgicas, etc., son cuestiones que ataen ms al imaginario liberalizador que a la verdad de nuestras economas. Dos factores que explican este herrado comportamiento, como esgrime Shaikh, son las elasticidades precio de la demanda y el acelerado cambio tecnolgico. As, el libre comercio no lleva entonces a que todas las naciones sean igualmente competitivas, como se argumenta en la teora estndar de comercio. Por el contrario, expone a los dbiles a la competencia de los fuertes. Y como sucede en la mayora de los casos, los ltimos devoran a los primeros. [Shaikh, 2003: 15]. La afirmacin precedente es fiel reflejo de la realidad. Como habitantes de las economas en desarrollo hemos sido testigos del aniquilamiento de ciertas industrias nacionales o, en su defecto, de su venta a capitales forneos. Este fenmeno ha estado respaldado en la ineficiente gestin de las firmas del tercer mundo. La fe ciega en el mercado y los irresponsables procesos de apertura han arrojado un panorama desolador: el desempleo y el subempleo son las constantes dentro de este nuevo marco global. Contrario a lo que profetizan los optimistas modelos de comercio externo, los auto-ajustes estn lejos de ser

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una realidad: las prdidas de empleo en los sectores transables y competidores de las importaciones aunado a la creciente incapacidad del aparato productivo para absorber el excedente laboral son causales del paulatino descenso en los salarios reales que experimentan las economas emergentes. Por otro lado, la experiencia latinoamericana ha demostrado que las importaciones han observado un mayor crecimiento que las exportaciones generando, las ms de las veces, prolongados dficit en cuenta corriente.14 stos deben ser subsanados por la entrada masiva de capitales. Al no existir controles frreos al flujo de capitales de corto plazo, stos pueden, como argumenta Kalmanovitz (2000), causar o ahondar la crisis econmica dados, v .gr., los procesos de revaluacin que se originan por medio de este mecanismo. Lo que se concluye de la experiencia emprica es que la ideologa liberalizadora bajo ninguna circunstancia es el camino a seguir para nuestras empobrecidas economas. Es altamente peligroso proclamar como valor absoluto al mercado, as como en alguna ocasin lo fue la estrategia de reemplazarlo por el Estado. Ciertas experiencias en Oriente han demostrado, como seala Stiglitz (1997), que los fallos del mercado hacen necesaria la intervencin del Estado en determinados aspectos, sin pretender que ste releve al mercado sino que ms bien lo complemente.

3. Ha Incrementado el Flujo del Comercio Internacional? Aun cuando la literatura respecto de este cuestionamiento es bastante extensa, cabe realizar un paralelo entre las ideas de Hugo Fazio Vengoa (2000) y las propuestas de Manuel Castells (1997). Las conclusiones acerca del comportamiento del acervo de comercio externo muestran que ste ha venido exhibiendo una tendencia positiva, en los ltimos aos. Se afirma que la crisis de rentabilidad, experimentada en los aos setenta, empuj a las firmas comerciales a buscar nuevos nichos de mercado, dada la estrechez y el deterioro de los mercados internos. En este escenario, las empresas abandonaron las formas organizacionales de tipo vertical, es decir, dejaron de ser unidades frreas y centralizadas y

14 De hecho, para el conjunto de pases de Amrica Latina el saldo en balanza comercial ha sido sistemticamente deficitario desde 1980 (US $29.882.000) hasta el ao 2002 (US $13.962.000), segn lo pone de manifiesto la CEPAL (2002).

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adoptaron nuevos tipos de organizacin flexibles, cuya mxima expresin se observa en la empresa red, como lo sostiene Castells. Estos tipos de organizacin, desde luego, han incrementado el comercio exterior en las ltimas tres dcadas. Pero, ya no es un intercambio entre bienes finales sino, en su mayora, entre partes de aquello que en un futuro prximo ser un producto terminado. Teniendo en cuenta lo anterior, Castells afirma que el comercio ha crecido en los perodos 1970 1980 y 1980 1992 a tasas de 4,0 y 4,9 por ciento, respectivamente. As, bajo un anlisis de mediano plazo, se concluye que el intercambio a nivel mundial ha crecido a tasas convincentes que superan, lejanamente, el aumento del Producto Interno Bruto (3,4 y 3,0 por ciento, en los perodos sealados). Empero, el estudio de este fenmeno desde una perspectiva de largo plazo cambia radicalmente la conclusin precedente. Privilegiar el anlisis histrico es mirar el mundo en pantalla gigante. Es sensato escapar de la visin inmediata del mundo. Ello, a nuestro modo de ver, es lo que realiza Hugo Fazio al tratar de entender la dinmica comercial actual. Desde esta ptica, llega a la conclusin de que el comercio internacional como proporcin del PIB no ha sufrido modificaciones sustanciales a lo largo de ocho dcadas (1913 1993). Para el conjunto de pases desarrollados esgrime que se ha pasado de una tasa equivalente al 14 por ciento (exportaciones/PIB) en 1913 a un 14,3 por ciento en 1993. Todo lo anterior, en un escenario de fuertes descensos en las barreras arancelarias. Estos fenmenos le dan la razn a Fazio cuando afirma que si la economa en realidad se hubiese globalizado, esta significativa reduccin de los aranceles debera haberse traducido en una drstica aceleracin del comercio internacional, pero como vemos, ste no ha sido el caso. [Fazio, 2000: 21]. A este respecto, Salomn Kalmanovitz aporta una explicacin complementaria: Aunque la expansin del comercio internacional ha sido notable (en las tres ltimas dcadas), no se puede encontrar un solo pas que no exhiba restricciones arancelarias y para-arancelarias de su comercio y slo en el caso de agrupaciones regionales puede hablarse de una verdadera liberalizacin comercial. [Kalmanovitz, 2000: 9]. De lo anterior, se concluye que la prdica liberalizadora est lejos de ser una realidad; que el riesgo que se corre en la desenfrenada carrera por insertar las economas en desarrollo al ilusorio libre mercado es cada vez mayor. Es claro

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que las prdidas econmicas y sociales, bajo la gida del modelo actual, son mayores que los beneficios, dadas las condiciones estructurales de nuestras economas. De qu sirve que los consumidores tengan acceso a un mayor acervo de bienes y servicios, si los ingresos, de bastas partes de la sociedad, no dan tan siquiera para cubrir las necesidades bsicas. Los problemas actuales de demanda, cuando menos en nuestro pas, son prueba fehaciente del deterioro del poder adquisitivo de la mayor proporcin de nuestras comunidades. Antes de dejar seducirnos por un mundo sin obstculos y sus promesas de desarrollo, existe la obligacin de observar otras experiencias. El Laissez Faire nunca se ha constituido como derrotero directo al crecimiento para ninguna nacin. La historia as lo prueba. Solamente, cuando han estado en condiciones de competir, a escala global, las hoy desarro


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