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2.3. CONDICIONES AMBIENTALES EN LA PRODUCCION DE QUINUA
Quinua se cultiva en altitudes comprendidas desde el nivel del mar a 4000 metros
sobre el nivel del mar, sin embargo se estima que la altitud ideal para su cultivo se
encuentra entre 2500 a 3900 msnm. La quinua ofrece las ventajas de ser
razonablemente tolerante a heladas y sequías. Produce en suelos pobres, se adapta a
suelos salinos y ácidos; estas condiciones ambientales tienen influencias negativas en
su producción. Requiere temperaturas de 8ºC a 18ºC durante su ciclo vegetativo para
una buena producción. En el periodo de ramificación a inicio de panoja soporta
temperaturas de -2ºC; a temperaturas de -4ºC causan el quemado de los tejidos de la
planta, por la formación de cristales de hielo en los espacios intercelulares de la
planta, sin embargo hay plantas que toleran estas temperaturas las que son
seleccionadas para el programa de mejoramiento de quinuas tolerantes a heladas.
El cultivo de quinua requiere 408 mm de agua en los 161 días de su periodo vegetativo
(Choquecallata, 1990). Pero también se produce quinua con una precipitación
promedio de 250 mm/año y 360 mm/año en el altiplano sur y centro de Bolivia
respectivamente (Aroni, 2000). Soporta el déficit hídrico, excepto en las fases
fenológicas de germinación a 4 hojas verdaderas y floración (Apaza, 2000).
La quinua es resistente a la sequía, debido a una serie de modificaciones y
mecanismos que pueden ser morfológicas (menor tamaño de planta), fisiológicas
(menor transpiración o cierre estomático temprano), anatómicas (menor número y
Tolerancia a -2ºC en fase de ramificación e inicio de panoja
en comparación a la papa
Plantas de quinua que han soportado
temperaturas de -4ºC
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tamaño de estomas, ubicación de estomas en el envés de las hojas), fenológicas
(acortamiento del periodo de floración) y bioquímicas (mayor síntesis de prolina), que
le permiten acumular energía, nutrientes en contra del factor adverso sequía,
permitiéndole mantener sus funciones vitales y acumular fotosintatos en sus órganos
de reserva, como son los granos.
Sequía se puede definir como la falta de humedad del suelo que afecta sensiblemente
el normal crecimiento y desarrollo de la planta, afectando sus principales funciones,
disminuyendo su potencial productivo o rendimiento de sus órganos el cual puede
ocurrir en cualquier fase fenológica de su desarrollo.
2.4. CALIDAD DE SUELOS Y SISTEMA DE SIEMBRA
a) Fertilidad de suelos
Debido a la amplia adaptación de la quinua, el cultivo se desarrolla en diversos
tipos de suelos. Los mejores rendimientos se obtienen en suelos de ladera, fértiles,
de texturas medias, con buen drenaje y alto contenido de materia orgánica (8 a 10
toneladas por hectárea de estiércol descompuesto de ovino). Los suelos muy
pesados (alto contenido de arcilla) no son recomendables, por la falta de aireación
que se puede producir en condiciones de alta humedad. Los suelos arenosos
tampoco son apropiados, ya que su escasa capacidad de retención de agua afecta
negativamente en las primeras fases fenológicas (emergencia de plántulas, cuatro,
seis y ocho hojas verdaderas) de la planta de quinua.
Si bien la gran masa de raíces crece en los primeros 30 cm de suelo y se puede
cultivar quinua con resultados aceptables en suelos de 40 cm de profundidad, es
preferible que éste sea de 80 cm o más, ya que las raíces pueden llegar a 1.20 m
de profundidad. El pH óptimo para el cultivo de quinua fluctúa en un rango de 6.5 a
8.0, aunque tolera bien valores de 9.0, como también en condiciones de suelos
ácidos, equivalente entre 4.5 a 5.5 de pH, con una marcada defoliación y menor
rendimiento (Apaza, 1997). Por otra parte la quinua es halófita, o sea que tolera
suelos salinos, razón por la cual se cultiva en suelos salinos de Bolivia, por ejemplo.
Cuando se eligen suelos poco aptos, se corre del riesgo de enfrentar ciertos
problemas que posteriormente afectan la productividad de quinua. Para seleccionar
el suelo apropiado se debe observar los siguientes indicadores.
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Principales indicadores en la selección de suelo para el cultivo orgánico de quinua.
ELECCIÓN DE SUELOS CON ESTAS CONDICIONES
EFECTOS
Suelo Pobre Crecimiento de plantas débiles
Rotación de avena y cebada Deficiente desarrollo y baja producción
Zonas heladizas Pérdida de la producción
Suelo pobre Disminución de la producción
Zonas con mucha maleza Competencia de nutrientes, plantas débiles
Suelo con mucha humedad Pudrición y amarilla miento de plantas
Suelos oscuros Mayor fertilidad
Presencia de festuca Mayor fertilidad
Presencia de Stipa ichu Menor fertilidad
Fuente: Vidal Apaza, 2006
PREPARACIÓN DEL SUELO
La preparación del suelo es una de las labores más importantes de cual depende en
gran parte el éxito del cultivo. Una de las principales causas de los bajos rendimientos
de la quinua es la mala preparación del suelo. La aradura o barbecho ya sea hecha
con tractor o tracción animal debe procurar una profundidad de 30 cm o más,
buscando voltear, desmenuzar y airear la capa arable del suelo.
Desde el punto de vista de la conservación de suelos, es hacer una mínima labranza
necesaria para lograr la descomposición de residuos del cultivo anterior en materia
orgánica, facilitar la aireación del suelo, conservación y acumulación de la humedad y
conseguir una adecuada cama para la germinación de la semilla y el control de
malezas. Los campesinos que trabajan con implemento de tracción animal,
normalmente no laboran excesivamente el suelo; sin embargo, una gran parte de los
campesinos empieza a preparar sus tierras con tractores, con la cual aumenta la
posibilidad que se trabaje la tierra excesivamente.
La preparación del suelo en el altiplano peruano debe realizarse de marzo a abril, con
la finalidad de captar humedad de las precipitaciones propias de esos meses, a
continuación damos una experiencia de preparación de suelo en marzo (dry farming) y
agosto, referido al contenido de humedad en el suelo (Fig. 1) y al rendimiento de grano
en quinua (Fig. 2).
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Si en el terreno se sembró papa en la última campaña, sólo se necesita realizar un
pasado del arado. En caso se haya sembrado antes otro cultivo, primero se pasa el arado
de discos y luego la rastra (30 días antes de la siembra); para la obtención de un mullido
perfecto, se requiere del empleo del doble arado. Así, también, es importante considerar
la textura del suelo; si es arcilloso, tiende a formar terrones, los cuales deberán ser
desmenuzados para proceder con la siembra. Tener en cuenta las recomendaciones
señaladas, hecho que permitirá realizar adecuadamente el proceso de preparación del
terreno, y así garantizar el desarrollo apropiado de las plantas.
ABONAMIENTO Y FERTILIZACIÓN
La quinua es una planta exigente en nutrientes, principalmente de nitrógeno, calcio,
fósforo, potasio; por ello requiere un buen abonamiento y fertilización. (SOLID OPD 2001)
Los niveles a utilizar dependerán de la riqueza y contenido de nutrientes de los suelos
donde se instalará la quinua, de la rotación utilizada y también del nivel de producción
que se desea obtener.
Desde principios de la década del 80, se promocionó la fertilización orgánica. Sin
embargo, no hubo mucho interés de parte de los productores; porque, en ese entonces,
los rendimientos de quinua eran relativamente altos. Al paso del tiempo, los suelos
sufrieron empobrecimiento paulatino en toda la zona quinuera del Altiplano. Este aspecto
ocasionó rendimientos bajos. Los abonos orgánicos como el estiércol y compost
aplicados al suelo favorecen a las propiedades físicas, químicas y biológicas del mismo.
La aplicación de estos abonos es de innegable importancia, se constituye una fuente de
nutrientes disponibles para la planta a costos relativamente bajos. Las actividades de
promoción para la incorporación de estiércol posibilitaron en los productores una toma de
Figura 1. Humedad del suelo preparado en marzo
(dry farming) y agosto
Figura 2. Rendimiento de quinua en suelo preparado
en agosto y marzo.
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conciencia sobre la necesidad e importancia del abonamiento de las parcelas quinueras
con materia orgánica.
Sobre el abonamiento, AOPEB (1998) indica: "Para conservar y mejorar la fertilidad del
suelo, se recomienda la incorporación continua de abonos orgánicos, los abonos deben
emplearse en el momento correcto para impedir la pérdida de nutrientes". No se permiten
abonos que no estén anunciados en sus normas. Existen experiencias sobre
incorporación de estiércol en las parcelas para producción de quinua orgánica; el efecto
en estos suelos se expresa con un mejoramiento de la estructura de los mismos,
disponibilidad de nutrientes y, lo más importante, coadyuva en la retención de la
humedad del suelo, lo que facilita el desarrollo normal del cultivo. Muchos estudios sobre
fertilización orgánica del Programa Quinua del IBTA determinaron distintas fuentes de
materia orgánica, cantidades necesarias y época apropiada para la aplicación.
También, se han realizado pruebas de incorporación de abonos verdes con algunas
especies como el tarwi, cebada y centeno; con un establecimiento de 3 meses, se
obtuvieron 1,5 t, 1.1 t y 0.8 t de materia verde por hectárea, respectivamente. Sin
embargo, se ha podido observar una lenta descomposición de la materia orgánica.
La incorporación de materia orgánica en forma de estiércol es vital para la germinación
de la semilla y para amortiguar el efecto nocivo de la salinidad; a pesar de que la quinua
es una planta halófila, necesita abundante cantidad de materia orgánica, nitrógeno y
compuestos calcáreos (Blanco, 1970). Aunque, en la práctica de las comunidades
campesinas, no se acostumbra la aplicación de ningún tipo de abono, más bien está
sometido al abonamiento y fertilización residual de la campaña anterior, que
generalmente es el cultivo de papa.
Sin embargo, responde positivamente al abonamiento nitrogenado y con fósforo; aunque
la cantidad de cada elemento depende del tipo de abono aplicado en el cultivo de la
campaña anterior.
En general, en la zona andina, cuando se siembra después de la papa, el contenido de
materia orgánica y de nutrientes es favorable para el cultivo de la quinua, por la
descomposición lenta del estiércol y preferencias nutricionales de la papa; en algunos
casos, casi están completos sus requerimientos y solo necesita un abonamiento
complementario. Sin embargo, cuando se siembra después de un cereal (maíz o trigo,
cebada o avena en la sierra), es necesario no solo utilizar materia orgánica en una
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proporción de tres toneladas por hectárea, sino fertilización equivalente en promedio a la
fórmula: 80-60-40 de N, P2O5, K2O.
En la costa, donde la cantidad de materia orgánica es extremadamente escasa, y los
suelos son arenosos, la cantidad de nutrientes también es escasa, salvo algunas
excepciones. Sin embargo, en general, se recomienda una fórmula de fertilización de
240-200-80 de N, P2O5, K2O, y aplicación de estiércol, compost, humus o materia
orgánica en la finca en las cantidades disponibles. La aplicación de la materia orgánica
debe efectuarse junto con la preparación de suelos, de tal manera que pueda
descomponerse y estar disponible para el cultivo. Ésta facilitará la retención de la
humedad, mejorará la estructura del suelo (formando estructuras esferoidales), facilitará
la aireación del suelo y favorecerá el desarrollo de la flora microbiana, que permitirá la
pronta humificación. En el caso de la fertilización, se aplicará en la sierra la fuente de
nitrógeno fraccionado en dos partes; la mitad, a la siembra y la otra, después del primer
deshierbo y junto al aporque. Mientras que en la costa, será mejor fraccionar en tres
partes: una primera, a la siembra; la segunda, al deshierbo y la última tercera parte, en la
floración. Esto permitirá mejorar el aprovechamiento del nitrógeno y evitar pérdidas por
lixiviación, volatilización por las altas temperaturas y la facilidad de percolación de los
suelos; mientras que el fósforo y el potasio, todo en la siembra.
ABONAMIENTO ORGÁNICO
Un factor limitante en los cultivos en todo el mundo, es la fertilidad de los suelos, ya que
para el llenado de frutos deberá ser balanceada dicha fertilidad. Con el abonamiento se
trata de compensar la diferencia entre los requerimientos nutricionales de un cultivo y la
capacidad del suelo de ofrecer los nutrientes requeridos por la planta. Se considera que
10 toneladas de estiércol equivalen a 20-50 kg de N, 20 kg de P2 O5 y 30 kg de K2O.
La quinua responde económicamente al abonamiento nitrogenado y fósforo hasta un
nivel aproximado a 60 kg/ha de nitrógeno y 40 kg/ha de P2O5. Estos niveles han sido
confirmados mediante pruebas experimentales de cultivos (Cari, 1994).
No cabe dar normas concretas en lo que concierne al abonado de quinua, ya que en la
absorción de nutrientes por las plantas influyen múltiples factores que son susceptibles
de infinitas combinaciones. Sin embargo nuestras investigaciones recientes han podido
comprobar que con la incorporación al suelo de 8 toneladas de estiércol descompuesto
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de ovino por hectárea, incrementa de 1.0 t/ha a 1.94 t/ha, el rendimiento de quinua (Fig.
3).
Con 16 t/ha de humus se incrementa el rendimiento de quinua de 1.03 t/ha a 2.11 t/ha el
rendimiento de grano de quinua (Fig. 4).
Por otro lado con la incorporación de 5 t/ha de estiércol al suelo, más la aplicación de biol
al follaje en cantidades de 300, 350 y 400 litros por hectárea en fases fenológicas de
ocho hojas verdaderas, inicio de panoja y floración de la planta de quinua, se incrementa
el rendimiento de quinua en 10 por ciento.
Figura 3. Rendimiento de grano a diferentes fuentes de Abono.
Figura 4. Rendimiento de grano a diferentes niveles de humus de lombriz.
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Sin embargo, teniendo en cuenta que la quinua se cultiva después de papa en el ciclo de
rotación; la productividad está en relación directa con el manejo y preparación del suelo,
que se inicia con el cultivo de la papa, así como con la fertilidad orgánica, química y física
residual. El análisis de suelo y el de los abonos orgánicos, más el análisis económico, es
una práctica fundamental para determinar los volúmenes de materiales orgánicos a
aplicarse.
Estiércol
Con respecto al estiércol, debe ser esparcido uno o dos meses antes de la siembra y
hallarse bastante descompuesto, pues de no ser así proliferaría notablemente la flora
microbiana absorbiendo la mayor parte del nitrógeno soluble, que pasaría a la forma
orgánica no utilizable por la planta sin previa desintegración. Tal fenómeno eleva
considerablemente la relación C/N y, en consecuencia, las plantas presentan síntomas
claros de escasez de nitrógeno soluble.
El estiércol permite incrementar la producción sobre todo en el año de su aplicación,
pudiéndose comprobar un último efecto mínimo durante algunos años. Es lo que indica el
cuadro 2, correspondiente a cuatro años de observación, particularmente en papa y trigo
(Apaza 1998).
Cuadro 2. Rendimiento de papa y trigo con aplicación de 40 t/ha de estiércol.
Años de observación Efecto residual del estiércol en el rendimiento
Rdto. de papa (kg/ha) Rdto. de trigo (kg/ha)
Año de aplicación Después de 1 año Después de 2 años Después de 3 años Después de 4 años
7450 5900 5700 5400 5100
1520 1185 1090 1070 1005
Fuente: Programa de Investigación en Cultivos Andinos.
Cuadro 3. Composición de NPK de fuentes de abonos orgánicos de ovino, biol y humus.
Abonos orgánicos Nitrógeno
(%)
Fósforo
(%)
Potasio
(%)
pH
(%)
C.E.
mmhos/cm
Estiércol de Ovino 4.61 2.00 1.25 6.10 0.90
Biol 3.40 2.20 4.78 7.10 1.15
Humus 3.60 1.97 1.33 6.15 0.77
Fuente: Laboratorio EE. Illpa-INIA; Vidal Apaza, 2010.
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Un importante resultado que se ha
alcanzado en el distrito de Cabana, es
con un estudio de abonamiento con
guano de islas, cuyos resultados nos
muestran que: con 20 sacos x 50
kilos/ha de guano de islas se
incrementa el rendimiento de quinua en
199 por ciento, con 16 sacos x 50
kilos/ha se incrementa 170% y con 12
sacos x 50 kilos/ha se incrementa
159%. Estos resultados son superiores a los estudios alcanzados con estiércol, biol y
humus de lombriz.
Cuadro 4. Principales características físico-químico de suelos de Cabana
Parámetros % de característica Clasificación
Textura Arena 91%, Arcilla 7%, Limo 25% Franco Arenoso
Contenido de materia
orgánica
0.52% Muy bajo
Contenido de Nitrógeno 0.01% Muy bajo
Contenido de fósforo 8.45 ppm Moderado a alto
Contenido de Potasio 329.18 ppm Moderado a alto
Fuente: Vidal Apaza 2011
Estos resultados que se muestran, se han validado con los productores, y se
demuestra que en los suelos es prioritario trabajar en incorporación de materia
orgánica como principal fuente de nitrógeno. Para lo cual serán de utilidad los
resultados de los estudios de abonamiento orgánico realizado por el INIA, en busca de
fuentes accesibles y al alcance del productor de quinua.
b) Sistemas de siembra
La época de siembra depende de la variedad si es precoz o tardía y las características
de cada localidad, en la región Cusco generalmente se efectúan entre septiembre y
noviembre, con la ocurrencia de precipitaciones de inicio de campaña agrícola. Es
necesario tener en cuenta:
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El clima de la zona.
El ciclo vegetativo de la variedad de quinua.
La humedad del suelo luego de la siembra o en la siembra importante para el
establecimiento del cultivo.
Mecanizando la siembra de quinua
La siembra de quinua es una labor importante, para obtener una buena instalación y
producción, la cual está en función a la humedad del suelo, fecha de siembra,
cantidad adecuada de plantas por hectárea, profundidad y el poder germinativo de la
semilla.
La siembra en el altiplano peruano se realiza desde el mes de setiembre las
variedades más tardías y hasta mediados de octubre las precoces.
La siembra mecanizada es innegable cuando se instalan grandes extensiones y se
desea ahorrar mano de obra, semilla y tiempo, así como obtener precisión y
uniformidad en la siembra. Las sembradoras a utilizar para la quinua deben regularse
la densidad de siembra (ocho kg/ha), profundidad de siembra (1.5 cm) y el
distanciamiento entre surcos (50 cm para quinuas del altiplano y de 80 cm para
quinuas de valle), una vez regulada, la distribución de semilla y fertilizante debe ser
uniforme. La sembradora que se utiliza es para semilla de pastos, con las
regulaciones indicadas se tuvo éxito en Mañazo, Juliaca y Ayaviri.
Se debe disponer de un ayudante detrás de la sembradora, con el fin de controlar
que la caída de semilla y fertilizante sea normal, pues muchas veces se atascan los
tubos de descarga tanto de semilla como el de fertilizante durante la siembra.
Siembra tradicional o manual
La cantidad de semilla a esparcir depende del poder germinativo, suponiendo una
buena preparación del terreno, se recomienda una densidad de siembra de 10 kg de
semilla por hectárea. A nivel comercial como monocultivo, la siembra de quinua se
puede realizar de dos maneras: a) chorro continuo en surcos y b) a voleo.
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a) Siembra a chorro continuo en surcos
En este sistema, el sembrador va esparciendo a chorro continuo la semilla al fondo del
surco. Se requiere bastante práctica para realizar un esparcido uniforme. Basta
después pasar con ramas de arbusto u ovinos para tapar la semilla. Es el sistema más
recomendable, facilita los trabajos de deshierbo y aporque, requiere menos cantidad
de semilla (10 kg/ha). La apertura de los surcos se puede realizar manualmente, con
yunta o con máquina, los surcos deben tener una profundidad de 15 a 20 cm, y la
distancia entre surcos 50 cm.
Para la siembra de quinua en surcos en los valles interandinos, se utiliza entre 10 a 15
kg/ha de semilla en surcos distanciados a 80 cm, a una profundidad no mayor de 15
cm., se distribuye la semilla a chorro continuo con la mano o la ayuda de una botella y
luego se tapa con unas ramas.
b) Siembra a voleo
Cuando se siembra a voleo (suelo sin surcar), la población de plantas de quinua es
desuniforme, dificulta las labores culturales como el deshierbo, aporque, abonamiento,
riego y la producción disminuye, requiere mayor cantidad de semilla (12 a 14 kg/ha),
para recompensar fallas de germinación.
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c) Manejo de policultivos
En los valles interandinos también podemos encontrar la siembra de quinua en
policultivo con otras especies como el maíz, La quinua está inmersa dentro de la
práctica de policultivos, que consiste en sembrar asociadamente en una misma
campaña distintos cultivos andinos, incluso con las andinizadas, en una misma chacra
o parcela. Las siembras pueden ser simultáneas o en diferentes épocas, dependiendo
de la especie cultivas y de su precocidad. Por ejemplo, en el valle sagrado de los Incas
en Cusco se siembra primero el maíz y como cultivo complementario la quinua, en
ambientes más altos; bien se siembra oca, luego se agrega la quinua, siempre
cuidando la densidad y la proporción de cada cultivo. Estos policultivos, por la forma
de agrupación, se hacen en forma asociada o mezclada, e intercalados.
Otra variante es proteger un cultivo principal como papa, haba o maíz con otro cultivo
que en esta caso se utiliza la quinua, este tipo de producción es bastante frecuente
encontrar en las provincias latas de Apurímac (Cotabambas, Grau) como linderos de
protección del cultivo de maíz.
d) Siembra mecanizada
Actualmente para condiciones de suelos sueltos principalmente de la costa y regiones
de la sierra con suelos de baja pedregocidad y textura franca arenosa se viene
utilizando maquinaria para la siembra de la quinua que permite optimizar el uso de la
cantidad de semilla y principalmente disminuir el uso de mano de obra en las labores
de desahije por el exceso de uso de semilla que se realiza en la siembra manual, los
distanciamiento son variables en función al ámbito de producción y el sistema de riego.
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2.5 PRINCIPALES LABORES CULTURALES: RIEGO, ABONAMIENTO, CONTROL
DE MALEZAS Y APORQUE
Mecanizando las labores culturales
Cuando la siembra es mecanizada y se tiene un distanciamiento uniforme entre
surcos, el deshierbo y el aporque se mecanizan con éxito y mucha facilidad, con gran
ahorro de tiempo y mano de obra así como mayor eficiencia. Para ello se utilizan
cultivadoras/aporcadoras de rejas, las que eliminan las malas hierbas cortándolas,
enterrando y acumulando tierra al pie de la planta, de tal manera que permiten mejor
sostén y forman surco para facilitar las otras labores de cultivo.
Es conveniente efectuar estas labores mecanizadas cuando las plantas de quinua
estén en inicio de panoja, de lo contrario el desarrollo de la planta lo impedirá y traerá
como consecuencia ruptura de la misma o daño mecánico que le produzca la
máquina. Se recomienda que el deshierbo y aporque se efectúe después del
abonamiento complementario de tal manera que esta labor permita el enterrado del
abono aplicado al pie de las plantas de quinua.
El cultivo de quinua en el altiplano peruano es a secano, aunque, en la región
Arequipa se utiliza riego por goteo con bastante éxito obteniendo rendimientos hasta
de 4.5 t/ha. En las variedades de quinua Salcedo INIA y Pasankalla INIA 415.
DESHIERBOS
Se recomienda deshierbar dos veces durante su ciclo vegetativo. El primero, cuando
las plántulas tengan un tamaño de 15 cm-20 cm, o cuando hayan transcurrido 30 días
después de la emergencia; el segundo, antes de la floración, o cuando hayan
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transcurrido 90 días después de la siembra. La eliminación de malezas se realiza del
siguiente modo:
Cuando se encuentran malezas entre las plantas de quinua (en la hilera o surco),
se eliminan manualmente al momento del raleo.
En caso de que las malezas se ubican entre los surcos o hileras (que deben tener
una separación de 0.60–0.80 m), se eliminan con ayuda de alguna herramienta
manual como la picota, yuntas o tractor. Con los dos últimos, se remueve la tierra
entre los surcos para luego realizar el aporque. Es importante hacer énfasis en la
eliminación de quinuas silvestres, que desmejoran la calidad del producto.
En casos de siembras extensas, definitivamente, los controles mecanizados son los más
recomendados, por la menor cantidad de uso de mano de obra. Para ello, se emplean
cultivadoras de dos o tres rejas; ello permitirá realizar un pequeño aporque que facilitará
el sostenimiento de la planta y, al mismo tiempo, el tapado del fertilizante complementario
colocado al pie de la planta.
En general, se recomienda no utilizar control químico de malezas, porque las plantas son
muy sensibles a los productos químicos. También, debido a que estos productos son
tóxicos y residuales, que dañan el suelo, la ecología y el medio ambiente.
APORQUES Y RALEOS
Esta labor se realiza al inicio deformación
de panoja de la planta de quinua. El
aporcado disgrega la tierra, facilitando el
mejor aprovechamiento de las
precipitaciones y en el mayor desarrollo
de la flora microbiana, el cual favorece la
nitrificación y los numerosos procesos
que se desarrollan en el suelo, permite el
anclado de las raíces, elimina las malas
hierbas del fondo del surco.
El aporque es necesario porque permite evitar tumbado o vuelco de las plantas, sobre
todo en valles interandinos, donde la quinua crece en forma exuberante y requiere
acumulación de tierra para mantenerse en pie y sostener las enormes panojas que
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desarrollan. También, permite a las plantas resistir los fuertes embates de los vientos,
sobre todo en las zonas ventosas o de fuertes corrientes de aire. También, es importante
porque posibilita:
La aireación de las raíces del cultivo.
La eliminación de malezas al extraer sus raíces.
El reforzamiento de la planta contra el acame.
La realización del segundo aporque.
La liberación del cultivo cuando hay encharcamiento dentro del surco.
El incremento del rendimiento de la planta.
Cubrir el fertilizante de la segunda fertilización.
Cabe señalar que el aporque se constituye en una tarea fácil cuando la siembra se
realiza dentro del surco. El aporque se realiza en forma manual con picotas o
herramientas parecidas, también con yunta o tractor. Esta actividad permite dar mayor
fijación a las plantas y controlar las malezas entre los surcos. Se realiza después del
deshierbo y la aplicación complementaria del abono nitrogenado. La humedad del suelo
debe ser óptima para realizar esta labor Finalmente, las plantas de quinua, al recibir
buena dosis de nutrientes, alcanzan tamaños significativos; produciéndose en gran
escala el tumbado, por lo que es necesario efectuar el aporque en una etapa clave del
desarrollo vegetativo del cultivo.