Transcript
Page 1: DELDEPORT:Ehemeroteca-paginas.mundodeportivo.com/./EMD01/HEM/1963/11/03/M… · X’’A FAGIN.A L MUNDO OPORTIO Dominge “ r flOvj El «gigante de ébano», como se le llamaba,

L MUNDO OPORTIOX’’A FAGIN.ADominge “ r flOvj

El «gigante de ébano», comose le llamaba, está coniderudocomo el mejor peso fuerte detodos ¿os tiempos y en su época.‘ó1o fue veucido. una vez.

Jhonson, nacido en Galveston,de una fainilta pobre cuyos pa-des hermanos mayores se cte.dicaban a ¿a recolecto del algo-dón, abandonó, szendo muy o.ven, SU hÓOI- fue a trabaaa ATUeVa York. Allí fue donde5r inició en el boxeo, a ¿os 22

años cte edad. A tos 30 disputóel campeonato del mundo del pe.so fuerte a Tommy Burns, peroel combate tuvo que disputarseen Sidney (Australia), porque enEstados Unidos no se permitióque el título, que siempre habíaestado en poder de un boxeadorblanco, lo disputara un boxeadord color .. Ihonson fue el vence-dor de una pelea tan accidentada. que tuvo que suspenderlala policía en el 14 asalto.

La victOria del negro Jhonsorifue considerada poco menos quedenigrante para la iaza blanca gentonces -se incitó al c.c campeónJames Jeffries, que se había re.tirado imbatido tres años antes,para que se enfrentara con elnegro, con la esperanza de que

le podría arrebatar el titulo. Lareapariccón del ex campeón sirvió para que Jhonson afianzaramás su fanta de invencible. Eltitulo continuó en sus manos.

A partir de este momento, lavida del campeón fue de tropie.z.o en tropiezo. Tuvo que emi.pror de Su país a causa de unproceso judicial que se le seguíapor bígamo y durante cuatro oa-trujo años fue un viajero porej mundo sin rumbo fi2o. Final-

mente, llegó a un acuerdo paraponer el título en luego contrael norteamerica no Jess Willard,no en Norteamérica, donde ?iU.biera sido detenido, sino en. LaHabana. Era en 191.5, o sea cuan.do tenía ya 35 años de edad. Lavida de trotamundos, que se veíaobligado a llevar p el peso de¿os años le debieron aconsejarsacar la mejor tajada posible deeste combate y se avino a ven-cler la victoria, que Wiliard sela pagó a a/Jo precio. En el 26asalto, Jhonson se tumbó en latana y Willard fue declarodo vencedor.

Sin título, pero con la importente fortuna que había acumu.lado, se vino a Europa y prime.ro en Pcirís y luego en Barcelona, donde residió mucho tiempo,la dilapidó dándose una vidaprincipesca.

En nuestra ciudad, llegado elmomento de la escasez económi.ca, se instaló en un piso lujosa-mente amueblado, que acabó con.virtiéndolo en casa de juegoclandestina. Descubierta la «tim.Lea», cerrado judicialmente el piso.agobiado por los acreedores yfinalmente a instancias de la policía, tuvo que salir de Españay aquí empezó su calvario.

Pudo, finalmente, conseguir laentrada en su país, el barrio deHarlem, del que había sido elgran ídolo, ue su refugio, mí-sero refugio, porque tuvo quevivir mucho tiempo al amparode sus amistades.

Finalmente, entró a formarparte de una orquesta de jazz,d3 ella saltó al escenario de unteatro de revistas, del que des-cendió para ocupar empleos ca.da vez más insignificantes. Mu.rió a los 68 años de edad, enun hospital benéfico de una po.blación de Carolina del Norte.

En . una nota necrológica quese publicó dn un periódico deNueL,a York, se decía que Jhon.son. muerto en la mus completamiseria, había dilapidado más detres nililones de dólares.

miseria deAL Browm

Cuando Paulino Uzcudun re-gresó a Europa, para disputarel combate contra Primo Carne.re, en el estadio de Barcelona,fw a recibirle a El Havre, enmisión informaliva. Vino en eltrasatlántico «Ille de France)>,acompañado del campeón delmundo del peso gallo, el panaíne.ño Al. Brown, cuyo verdaderonombre era el de Alfonso TeófiloBrown, al que tiempo despuéshabíamos de ver boxear con Gironés, en ¿a plaza de toros Mo-numenial de Barcelona, p perderel título contra Sangchili, en Va-lencia, que luego lo recuperó enParis, batiendo a nuestro campeón.

Al. Brown, como Paulino UzcUdun, venían por cuenta del organizador de parís, Jeff Dicksun,que los había contratado. Así fuecómo conocí a Brown, verdaderamaravilla del -ring, muchachosin7pático, alegre, pero capricho.so y con delirio de grandeza. Lostres estuvimos hospedados en elmismo hotel y esto me permitióconocerle bien. Porque, además,

. Casos como los expuestos po.dríamos citar muchos, muchísimas, pero como ejemplo bascan.Porque ¿a contrapartida, o sea ¿alista de los grandes campeonesque han conseguido gloria y mi-llanes y han sabido hacer buenuso de ellos, sería interminable.De boxeadores tenemos a Jack

Dmpsey, firma de una capaci.dad económica respetable ; Gene7, unn ey, multimillonario, corivertido en intelectual u miembro devarias entidades financieras;Georges Carpentier, propietariode dos lujosos y aristocráticosbares en París; Paulino Uzcudun, convertido en rico hacen.

dado agrícola, y si pasamos alciclismo, la cita no es menos importante. El italiano ConstanceGirardengo acumuló un verdade.ro fortunón durante los años enque fue el más famoso corredor

del mundo, cuando se desplazabade una ciudad a otra de 1t1UL entren especial Y de sus compat.riotas Fausto Coppi j Binda no

Brown hab.laba correctamente elespañol.

Las rarezas de este gran campeón eran graciosas de puro in.fantiles. por ejemplo, su equipa.je consistía en diez grandes baú.les, repletos de trajes, ropa in

tenor, batines de seda y zapatos.De trajes se había traído porlo menos treinta y de pares dezapatos, otros tantos. Su habite-ción parecía el ropero de unteatro.

Su manía más acentuada erala de cambiarse continuamentede traje, de zapatos y de som.brero. Una vez, paulino contóque’ había hecho esta operaciónsiete veces desde que salimos por

l’z mañana del hotel, hasta quese puso el «smoking» para ir porla noche al «Folies Bergere».

Fijada su residencia en Parísdurante una muy larga tempora.da, le dio por alternar locales degran categoría zi hacer a menudo acto de presencia en los hipódromos de «LongchampS» y ele«Vincenne.S», para acabar muirtiendo miles de dólares en la ad.quisicióri de varios caballos decarreras, que jamás llegaron aganar un franco.

Brown, cuando llegó a Europaj,oseía una fortuna que, segúnme cantó DicksOn, superaba elmillón y medio de dólares y éllo sabía, porque había interveni.do en la • transferencia que de sufortuna había hecho a varios Ban.cos de • París. Cuando regresó asu patria, l caudal había merOmaiio considerablemente y al ca-bo de un año apareció nueva-mente en París, pero no sólo pa.ra boxear, sino para actuar co•

mo director de una orqueste cíe«jazz» en un club nocturno. Eco.nómicamente, Brown estaba yaen la pendiente. Regresó a su pa-tria, pasó algún tiempo y volvióa aparecer en el ring, pero yano era ni sombra de lo que ha.bía sido. Efectuó una jira por va-nios países sudamericanos y su-mó los combates por derrotas.Este fue el final de su carrerapugilística. A partir de entonces,estrecheces, privaciones y mise-ria.

En un viaje que hice a Loa-d’res, me encontré con el que había sido su «manager» en Euro.pa, el. francés Boby Diamon, yme informó que Brown había si.do internado en un hospital be.néfico de Nueva York en graveestado, víctima de una tuberculosis y que estaba abandonado detodo el mundo. Diapion acababade recibir una carta escrita depuño y letra de Brown, pidiéndale ayuda económica y yo leacompañé a imponer un giro decinco libras.

También en Espuña el ciclismoha proporcionado gloria y fortu.ng a varios corredores. MarianoCañardo, Miguel poblet y Baha.montes son casos que entrandentro cte la órbita de los gran-des afortunados. Llegaron al ci-clismo sin más patrimonio queel de su entusiasmo, y a golpesde pedal fueron atesorando unariqueza que han sabido administrarla debidamente.

El deporte es generoso paratodo aquel que lo practica. El quees simplemente un amateur, porel placer que encuentra pructicándolo y los beneficios que pro.porciona a su organismo. El quelo practica como profesional, por.que además le ofrece pingüesbeneficios económicos.

, ..., . , . 0 • j -

1! ‘t’F’ipÇ , -

. ..‘ .s., ‘:it s.’ .ij ._j

,,i 5- ii .4 .: .“ > •,‘.i .. .-.

un

ni

o-ni

e-u

riij

ni

cmcmvn

-Mi

-Sa

Mi

-‘.4

cm

vn

: :- -;1]

.:::: .:::::::::::::: .::r:::::,: .- .::- :E .. .

DELDEPORT:E ;0]

,,,. ç.i,

, . 1 .; i

... %‘

... . k

pero

t

algunos

vn

.2-u

.2

. . , . ,r ‘.

, :4 2,

derrocharonalegremente su fortuna

- ..

.j... ., ;,;

Cigarras 3’ hormigas del deporte. Hemos escogido un tema pura-mente anecdótico, curiosos capítulos históricos, hechos reales de losque han sido protagonistas grandes figuras elevadas a la categoría decampeones que, cada cual en su época, han alcanzado la máximapopularidad y han gozado las mieles de la fortuna. Campeones quehan conseguido acumularía gracias al deporte, y que han hecho deellas uso diverso. La mayoría la acumularon con tino y la situarona buen recaudo pensando en el mañana; otros la dilapidaron alegre-mente, o quizas sería mejor decir, inconscientemente, sin pensar enel porvenir.

El dinero ganado en abundancia en plena juventud, sobre todocuando se ha conseguido fácilmente y llega a las manos de quien11ev su humilde cuna no había dispuesto de él ni del bienestar queproporciona, suele tener alas y se escapa con la misma facilidad con-que se ha conseguido. Se gana a puñados y se gasta a espuertas. Estosson los hombres cigarra, que se pasan el verano de la juventud can-tando alegremente sin pensar en el invierno que, indefectiblemente,ha de llegar por ley de la vida.

hay, sin embargo, quien en idénticas condiciones, hace como lahormiga: guardar, acumular durante el verano de la edad dorada,para cuando llegue el riguroso mañana de la vejez.

Los ejemplos abundan y por aleccionadores, he ercido de interéshacer referencia de algunos.

* * *

Contrariamente a lo que puede creerse, el primer campeón quelogré acumular una verdadera fortuna, fue muy anterior a nuestraépoca, y fue precisamente un campeón ciclista. Y no un campeónde largo 3? penoso pedalear por las polvorientas carreteras de finalesdel siglo pasado y principios del actual, sino un corredor de velocidaden pista, cuyo esfuerzo no duraba más allá de los doce segundos.

Fue el campeón de Francia, Edmond Jacqaelin, varias veces ven-cedor del Gran Premio de París de ve1ocidad y de los hombres másrápidos del mundo. Sus continuas y espectaculares victorias ‘le con-virtieron en el ídolo de Francia, en su figura más popular...

Para ver correr a Jaequelin, el público parisino llenaba los velódromos pagando las entradas y localidades al precio que fuera y élpercibía entre premios y bonificaciones de contrato, cantidades musuperiores a las de más famoso de los cantantes de ópera, que en-tonces eran los mejor pagados, con la particularidal además, de queexigía el cobro en monedas de oro.

En pocos años, Jacquelin acumuló una verda4era fortuna, peroen pocos años la dilapidó llevando una vida fastuosa superior a lade muchos de los más acaudalados personajes de París. Jacquelinera asiduo a los grandes casinos, a las reuniones aristocráticas, a losfestejos que reunían a la «cremme» de la sociedad. . . Era propietariode una magnífica cuadra de caballos y lo mismo se le veía pasearmontando un magnífico ejemplar por el Bosque de Bolonia, que pa-seando en un soberbio coche tirado por una pareja de «pura sangre»por la Avenida de los Campos Eliseos.

Así fue de fastuosa la vida de Edmond Jaequelin, mientras suspiernas conservaron la ‘ fuerza y vigor para llevarle a la victoria.Luego...

Conocí a Jaequclin de manera casual, allá por los años 1928-29, cii ocasión de uni visita a Henri Desgrange, en su despaeho del periódico «L’Auto», para saber el resultado de la negociaciones queestaban en curso para la parieipación de un equipo español. capitaneado por Mariano Cañardo, en la Vuelta a Francia. Cuando entreen el despacho de Desgrange, le encontré hablando con un hombremal trajeado, sucio, con descuidada barba y que llevaba una carpetade papeles debajo del brazo. Desgrange le entregó vanos billetes y ledespidió.

Después mc dijo que aquél era Edmond Jaequelin y me contó la. ‘ historia antes referida, de su época de grandeza,

•; —El final, ya le ve-usted — añadió — no creo que sea necesario., referírselo : la miseria negra. Nunca pide naila, perocuando visita a

. alguno de sus viejos amigos, ya sabemos que es senal de ue llevamuchas horas sin haber comido. Duerme en los muelles del Sena esun indigente, pero se niega a ser recluido en una mstitucion benefica, prefiere vivir míseramente pero en libertad. Lo curioso es, que

. no admite el dinero que se le entrega como una ayuda que se le hace,sino como pago de unas acciones que adquinmos para la construcciolide un velódromo cuyos planos guarda en la carpeta que hace 25 anoslleva bajo el brazo. Este es el único síntoma de su desequilibrio

. : mental. Si yo se lo hubiese presentado, inmediatamente le hubieramostrado los planos de su velódromo, proponiéndole invertir veinticinco francos en acciones.

Al poco tiempo de esta entrevista, • leí en «L’Auto» la noticia deque Edmond Jacqúelin. el gran campeón, que un día fue el ídolodel «todo París», había nido encontrado muerto bajo uno de lospuentes del Sena.

Dos figuras preeminentes del boxeo mundial: Ge- nc Tunney y Jack Dempsey, conversando amigablemente, ri ya lejanos los tiempos en que ambos fueron rivales. Tun-ney desbancó a Dempsey en la posesión del título mundial del peso fuerte, su carrera fue relativamente corta,pero sus dos combates con Llempsey y el disputado conCarpentier le proporcionaron un verdadero fortunón, quesupo emplear convenientemente y hoy es un potentado.Dempsey, que le superó en gloria y fama, no quedó atrásen cuanto a fortuna. Es de los boxeadores que más dineroha ganado. Hoy es propietario de un gran restaurante enNueva York y de varios inmuebles en dicha ciudad y de

fincas en California

Hay hombres para los cualesel haber triunfado en la vida,pasando del más oscuro de losanonimatos a alcanzar la fama ydinero, constituye un obstáculopara poder llegar a disfrutarlaplenamente. Tal es el caso delque fue campeón del peso fuer.te, el negro Jack Jhonson..

Poco tardó en llegar la noticiadel fallecimiento del pobre. AlBrown. Otro gran campeón «ci.garra».

creernos necesario tener que ha-

blar, porque está en conocimiento de todos su fama de millonanios.

Maria;” e ‘ ----‘ Jo t, ‘.>iJo e> ‘más popnisr de los ciclistaserpaño ; ,)it maoi p>di) mu alto durante mis deuna década, el p>tbe>lon de su lama. El ciclismo le proporeiOnó la base de una ‘ situación’ económica francamente

desahogada

:-—- ;-

He aquí tres grandes ‘ figuras del deporte mundial: los

tres acumularon gloria y dinero. — En la parte alta, el

que fue campeón del mundo del peso gallo, el famoso

Alfonso Teófilo Brown, conocido por Al. «Panamá» Brown,

que acumulé millones y terminó sus días en la más negramiseria. Me dedicó esta fotografía cuando llegó a Euro-

pa. - : En el centro, nuestro campeón Hilario Martínez.fotografía tomada en su campo de entrenamiento de La

Floresta, donde se preparó para el combate contra el cam

peón mundial Dundee, que se celebró en la Monumental.Hilario acababa de regresar de -Norteamérica donde habi

acumul&to una fortuna, ya disipada alegremente, sin pc-a

sar , en el futuro, que ha sido para él muy duro. :- : 1 e>

l* parte baja, el malogrado «campionissimo» Fausto Coppi

llamado el «campeón del siglo». Ganó millones y millonesa golpes de pedal;1]

L.MELENDEZ;0]

1

2 ‘

-—‘-n “•-

-‘‘--—-r-

Top Related