1 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
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HHHeeeaaarrrtttsss aaattt
SSStttaaakkkeee
A L Y X A N D R A H A R V E Y
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―Ellos están cerca,‖ murmuró. ―Observando.‖
―¿Corremos?‖, sugerí. ―¿Justo como en este instante?‖
Sacudió su cabeza.
Si actuamos como presas, ellos actuarán como predadores.‖
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SSiinnooppssiiss Traducido por Chloe
olange siempre supo que es una vampiro. Y como la única
vampiro nacida, no convertida, está rodeada por el peligro
por todos lados – de otras tribus de vampiros que desean
tener su sangre en su linaje, y de los caza recompensas que
están dispuestos a destruirla a ella y su familia.
Cuando es secuestrada, dependerá de su hermano mayor,
Nicholas y su mejor amiga Lucy, para ser salvada. ¿Pero podrá
Lucy salvarse así misma de Nicholas, quien la tienta con cada
mirada? – ¿qué será de su propio destino si entrega su corazón a
un vampiro?
S
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GGuuiiaa HHuummaannaa ssoobbrree eell MMuunnddoo ddee VVaammppiirrooss
POR LUCY
Traducido por Glad
VVaammppiirrooss
ueno, aunque estén un poco muertos. O no muertos. O lo que sea. Son personas calmadas.
Hay tantas tribus de vampiros, sin mencionar a los solitarios, que sería
imposible llevar la cuenta de todos ellos. Alrededor de Violet Hill, sin embargo, hay algunas tribus que son más conocidas que las demás: Los Drakes, los Hounds, los Host, y los Hel-Blar.
Pero, básicamente, todos los vampiros necesitan sangre para sobrevivir y
no les gusta la luz del sol. Y, bueno, tienen unas malvadas feromonas que los hacen parecer aun mucho más hermosos de lo que son y hacen que los humanos estén un poco confusos cuando se trata de la donación involuntaria de sangre. ¿Y qué?
No son perfectos. Son simplemente vampiros.
LLooss DDrraakkeess
i mejor amiga, Solange Drake, va a convertirse en un vampiro en su decimosexto cumpleaños. . . Si el cambio de sangre no la mata. Y es
mejor que no. No es culpa de ella, ser portadora del gen vampiro. Todo el mundo en su
familia lo tiene—su padre, sus tíos, y sus siete hermanos mayores. La mayoría de los vampiros se convierten, cuando son mordidos y por el intercambio de sangre. Pero hay tres antiguas familias que llevan una especie de gen vampírico, que se pasa a través del nacimiento—sólo a través de la línea masculina: Los Drakes, los Amritas, y los Joiiks. Juntos forman el Concilio Raktapa.
B
M
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Pero aun si, Solange tenga que beber sangre para sobrevivir, y se mueva tan rápidamente que la veré muy borrosa, y le salgan colmillos, no me importará.
Ella seguirá siendo mi mejor amiga.
MMoonnttmmaarrttrree
ontmartre tiene más de 400 años edad y es un no-muerto idiota.
Él quiere obligar a Solange a casarse con él, para así poder compartir su poder cuando ella cumpla con la profecía que dice que las tribus de vampiros serán regidos por la primera hija nacida de una familia de vampiros en centenares de años.
Él piensa que si se casa con Solange podrá tenerla prisionera para después
actuar como el rey de los vampiros. Ja. Como si yo fuera a dejar que eso ocurra.
HHeell--BBllaarr
os Hel-Blar son vampiros crueles, salvajes, que tienen la piel azul y una boca llena de colmillos. Huelen al moho y putrefacción, y se alimentan
de ambos, humanos y vampiros. Un mordisco de un Hel-Blar convertirá a alguien—muerto o no muerto—también en un Hel-Blar. Todos les temen, incluso Helena Drake, y les aseguro, que ella no le teme a cualquier cosa.
Son más viejos que la suciedad, pero la mayor parte de ellos fueron
creados por Montmartre cuándo él convirtió a humanos en vampiros y después les dejó solos para sobrevivir al cambio de sangre sin ninguna guía. Aquellos que no murieron categóricamente, perdieron la razón debido a la inanición.
Es mejor evitarlos.
M
L
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TThhee HHoosstt
inalmente Montmartre perfeccionó su mordida para cambiar a los humanos. Él sacó en claro que debía de darles un poco de su sangre
para así hacerlos fuertes y útiles. Él aun los abandona después de cambiarles, pero les da una cantidad correcta de sangre de vampiro que les ayuda a luchar. Y si sobreviven a la locura, él los recluta para su propio ejército personal: Los Host.
LLooss HHoouunnddss
os Hounds son una tribu de vampiros solitarios, y supersticiosos que viven en cavernas. Se les llama los Mamau CWN, ―Sabuesos de la
Madre.‖ Tienen dos juegos de colmillos, en lugar de uno solo como los vampiros del Concejo Raktapa o los del Hel-Blar. Y siguen a un Shaman — su líder mágico.
Montmartre los odia porque usan esta habilidad mágica para encontrar a
los vampiros recién convertidos que él abandona, y los rescatan antes de que él los pueda reclamar como parte de los Host.
HHeelliiooss--RRaa
os Helios-Ra, son una sociedad secreta que caza a los vampiros. ¿Necesito decir más? No los comprendo. No todos los vampiros son
malos, así como no todas las personas son buenas. No me importa si cazan Hel-Blar, pero espero que se mantengan lejos de mi mejor amiga y su familia — incluyendo a su hermano Nicholas, mi novio.
Bienvenidos a mi mundo.
Lucy
F
L
L
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PPrroollooggoo LUCY
Traducido por Chloe
iernes, temprano en la noche. Normalmente no habría sido atrapada muerta1 en una fiesta al aire libre.
Si me perdonan el juego de palabras. Éste era un sacrificio supremo de mi parte para mi mejor amiga, Solange,
quien estaba teniendo un día realmente malo, el cual estaba a punto de convertirse en una realmente mala semana. Estaba por llegar su decimosexto cumpleaños, y no estábamos hablando de un auto nuevo y un vestido rosado para sus dulces dieciséis. No en su familia.
Aunque esto no era mucho mejor. Ella estaba parada en el medio de un campo, tratando de beber vino
barato y pretendiendo que no deseaba estar en cualquier otro lugar que no fuera éste. La música era pasable pero eso era todo lo que tenía para recomendar. Los autos estaban aparcados en un amplio círculo, el sol estaba poniéndose tras los árboles con todos los colores de una sanguina siendo jalada en pedazos. Prácticamente mi secundaria completa estaba aquí; no había mucho más que hacer en uno de los últimos fines de semana antes del comienzo de clases. La gente bailaba y coqueteaba en un mar de gorras de béisbol y pantalones desgastados. Alguien eructó ruidosamente.
―Esto fue una terrible idea,‖ murmuré. Solange sonrió suavemente, abandonando su vaso de plástico sobre el
capó de la camioneta oxidada de alguien. ―Fue una linda consideración.‖ ―Fue estúpido,‖ admití. Ella lucía tan triste últimamente, esperaba que
un completo cambio del ritmo pudiera llegar a distraerla de toda esa
1 Caught Dead, es un juego de palabras ‘atrapada in fraganti’ sería la noción correcta y la literal
‘atrapada muerta’
V
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preocupación. En su lugar, me hizo querer descubrir mis lamentables dientes humanos a los pendencieros. El zapato de alguien rozó mis talones, y cuando miré hacia atrás, fui congraciada con demasiada información acerca de los hábitos copulatorios de mis compañeros de estudio. Pateé con fuerza a la bota.
―Nadie necesita ver eso,‖ dije volteándome rápidamente antes de que
más ropa saliera despedida. La pareja echó unas risitas y se fue más profundo en los maizales. Miré a Solange. ―¿En qué demonios estaba pensando?‖
Ella medio sonrió. ―Es poco común en ti.‖ Darren, de mi clase de matemática del año pasado, tropezó sobre su
propio pié y se desparramó en la tierra delante nuestro antes de que pudiera responder. Su sonrisa era tontona. Usualmente él era lo suficientemente amable; de hecho, era la razón por la que no había salido reprobada de matemática. Pero estaba borracho y desesperado por encajar.
―Hola Lucy.‖ Aparentemente la cerveza lo hacía cecear. Mi nombre salió
como ‗Luushii‘ – el cual era marginalmente mejor que mi verdadero nombre, el cual era Lucky2. Tenía esa clase de padres, pero hice que todos en la escuela me llamaran Lucy desde el primer día en el primer grado.
―Hola, Darren.‖ Parpadeó ante Solange. Incluso en jeans y musculosa, ella lucía
dramática. Era todo eso de la piel pálida y aquellos pálidos ojos. Su flequillo negro estaba algo desparejo porque se lo había cortado ella misma. El resto era largo y colgaba pasado los hombros. El mío era un simple castaño y cortado en cuña a la altura de mi barbilla. Mis anteojos eran retro – marco oscuro y vagamente con forma de ojo de gato. No los necesitaba para ver la forma en que Darren estaba babeando por Solange. Todos los chicos babeaban por ella. Ella era hermosa, fin de la discusión.
―¿Quién es tu amiga? Está preciosa.‖ ―La has conocido antes.‖ Solange era educada en su casa, pero la llevaba
por ahí cada vez que podía. ―Ponte sobrio, Darren. Ésta no es una buena apariencia para ti.‖
―Tá bien.‖ Escupió pasto fuera de su boca.
2 Lucky en inglés significa Suertudo/a -Afortunado/a
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Entrelacé mi brazo con el de ella. ―Salgamos de aquí. El sol se está empezando a ocultar de todas formas, y tal vez podamos salvar el resto de la noche.‖
El viento era suave a través del maíz, haciendo agitar los tallos al tiempo que pasábamos. Las estrellas estaban comenzando a asomarse, como ojos animales en la oscuridad. Todavía podíamos escuchar la música y el ocasional alarido de risas. El ocaso estaba comenzando a asentarse como un suave velo azul. Habíamos caminado desde mi casa, la cual estaba a media hora de camino. Probablemente habíamos esperado demasiado tiempo. Elevamos nuestro ritmo.
Y entonces Solange se detuvo. ―¿Qué?‖ me congelé a su lado, mis hombros tensionándose hasta que
prácticamente los tuve de orejeras. Estaba en exceso consiente acerca de qué podía estar allí fuera. Nunca debí haber sugerido esto. Simplemente la puse en más peligro. Era una idiota.
Alzó una mano, sus ojos tan pálidos repentinamente que estaban casi
descoloridos, un anillo de hielo alrededor de un lago negro. Y porque estaba asustada, fruncí el seño hacia las sombras que se reunían alrededor nuestro. Mamá siempre dijo que la bravuconería era una deuda kármica que tenía que superar. Ella básicamente estaba diciendo que ya estaba siendo insolente e insoportable por varias vidas. Pero de alguna forma no pensaba que esta situación en particular fuera para una ronda de oms, la cual era la forma favorita de mi madre de limpiar el bagaje kármico. A la mayoría de los bebés se les canta canciones de cuna, yo tuve ‗Om Namah Shivaya‘ cuando estaba realmente renegona.
―¿Policías?‖ sugerí, en su mayor parte porque parecían la mejor
alternativa. ―Siempre irrumpen en estas fiestas.‖ Sacudió su cabeza. Lucía delicada y etérea, como si fuese hecha de
pétalos de lilas. Pocas personas conocían la dureza que esa suavidad escondía. ―Ellos están cerca,‖ murmuró. ―Observando.‖ ―¿Corremos?‖, sugerí. ―¿Justo como en este instante?‖ Sacudió su cabeza nuevamente, pero al menos comenzamos a caminar. ―Si actuamos como presas, actuarán como predadores.‖ Traté de no hiperventilar, intenté caminar rápidamente pero con
confianza, como si no estuviésemos siendo acechadas. A veces realmente odiaba la vida de Solange. Era totalmente injusta.
―Estás comenzando a enojarte,‖ dijo suavemente.
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―Con un demonio, sí que lo estoy. Aquellos bastardos no-muertos creen
que pueden hacerte esto a ti sólo porque --‖ ―Cuando estás enojada, tu corazón late más rápido. Es como la cereza en
un helado bañado de caramelo caliente.‖ ―Oh, cierto.‖ Siempre olvidaba ese pequeño detalle. Tal vez mi madre
estaba en lo cierto; necesitaba ponerme a meditar. ―Lucy, quiero que corras.‖ ―Cállate,‖ dije, el aturdimiento haciendo mi voz chillona. ―Ellos me seguirán si yo corro en la dirección opuesta.‖ ―Ése es el peor plan que alguna vez haya escuchado,‖ protesté, peleando
contra la urgencia de mirar tras de mí. Estúpidos espeluznantes campos de maíz. Estúpidos escalofriantes acosadores. Un grillo sonó repentinamente del alto maíz y mi corazón casi sale eyectado de mi pecho. En verdad presioné una mano contra mi caja torácica, medio preocupada. El grillo se calló y fue reemplazado por el rugir de los neumáticos de un auto sobre el terreno. Los tallos de maíz se partieron. Un jeep familiar derrapó deteniéndose en una polvareda frente a nosotras.
―Nicholas,‖ Solange respiró aliviada. ―Métete dentro,‖ contestó bruscamente. Estaba ligeramente menos enamorada de su hermano mayor, pero tenía
que admitir que tenía un buen sentido del tiempo. En su remera negra y cabello oscuro, se mimetizaba con la noche. Sólo sus ojos lo delataban, plateados y feroces. Él era hermoso, no había caso en negarlo, pero siempre sabía cómo hacerme quererle clavar un tenedor en el ojo.
Como justo en este preciso instante. ―Conduce,‖ le dijo a su hermano Logan, que estaba tras el volante. Ni
siquiera esperó a que yo me subiera. Logan sacó su pie del freno. El auto rodó hacia delante.
―¡Hey!,‖ grité. ―Nicholas Drake, déjala subir al auto en este momento.‖ Solange se
inclinó hacia delante entre los asientos delanteros. ―Ella está bien, tenemos que sacarte de aquí.‖ Me sujeté de la ventanilla a medio abrir. Logan disminuyó.
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―Lo siento Lucy, pensé que ya estabas dentro,‖ dijo. ―¿Acaso no lees?‖ le pregunté a Nicholas, enojada. ―Si me dejas aquí
ahora que tienes a Solange toda asegurada, me tomarán para llegar hasta ella.‖
Solange abrió la puerta trasera y me metí dentro. El auto aceleró. Las
sombras ajustándose a nuestro alrededor, amenazantes, hambrientas. Tirité. Luego golpeé la parte trasera de la cabeza de Nicholas.
―Idiota.‖
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CCaappiittuulloo 11 SOLANGE
Traducido por Chloe
No puedo creer que en verdad fueras simplemente a dejarla allí,‖ protesté nuevamente mientras Logan se metía en nuestro carril, el cual estaba cubierto de setos. El sobrenatural destello de ojos
sobrenaturales había desaparecido, y no había nada excepto moras maduras y grillos en los arbustos. No sólo nuestra hacienda estaba bien protegida, sino que además estaba rodeada de otras haciendas de la familia, con el bosque bordeándolas a todas. Los Drake habían vivido en esta área desde que había sido considerada salvaje y peligrosa, mejor dejarla a pistoleros y forajidos.
Ahora era simplemente casa.
Pero peligrosa de todos modos. ―Ella estaba bien,‖ dijo Nicholas malhumorado. ―Ella estaría segura tan
pronto como te tuviéramos lejos de ella.‖ Él únicamente la llamaba ‗ella‘, excepto en su cara, cuando la llamaba Lucky porque realmente la molestaba. Habían estado tirándose de los nervios mutuamente desde que éramos chicos. Había una broma familiar que decía que las primeras palabras de Lucy habían sido, ‗Nicholas me está molestando‘. No podía recordar el no conocerla. Ella me sacó de mi caparazón, incluso cuando éramos pequeñas, aunque no fue hasta mi quinto cumpleaños que comencé a llamarla mi mejor amiga, luego de que le tirara una bola de lodo en la cabeza de Nicholas por robar mi torta de chocolate. Aprendimos a montar bicicletas juntas y nos gustan las mismas películas y hablábamos toda la noche cada vez que teníamos pijamadas.
―Ella estaba bien” Nicholas insistió, capturando mi mirada. ―A pesar de
ser imprudente.‖ ―Ella simplemente estaba tratando de ayudarme.‖ ―Ella es humana,‖ dijo, como si fuera una enfermedad debilitante, como
si él no fuera humano también, a pesar del cambio. Nosotros no somos no-muertos, como cuentan en las novelas de terror, aunque definitivamente lucimos como si lo estuviéramos durante nuestra transformación. Ese estereotipo en particular está tan profundamente aferrado que a veces es más fácil acogerlo. La mamá de Lucy nos llama ‗con capacidades diferentes.‘
―
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―Y tú eres un cretino.‖ Toqué su manga. ―Pero gracias por venir a buscarme.‖
―De nada,‖ murmuró. ―Sabes que no deberías dejarla que te convenza de
hacer cosas. Nunca terminan bien.‖ ―Lo sé. Pero ya sabes cómo es Lucy. Y sus intenciones son buenas.‖ Gruñó. Logan sonrió. ―Se está volviendo más bonita. Especialmente desde atrás.‖ ―No, no lo está,‖ dijo Nicholas. ―Y deja de mirar su trasero.‖ Definitiva y completamente iba a contarle a Lucy que ellos habían estado
hablando acerca de su trasero. ―Eres todo un viejo,‖ Logan dijo con desprecio, apagando el motor.
―Tenemos todo este poder. Deberíamos usarlo.‖ ―Coquetear no es un poder,‖ le dije secamente. ―Lo es si eres bueno en ello. Y soy muy bueno en ello.‖ ―Eso nos sigues diciendo.‖ ―Ser encantador es mi don,‖ dijo modestamente. Nadie más podría haber
llevado semejante camisa a la antigua con puños de encaje y tan bonito rostro. Las feromonas que los vampiros emiten como un peligroso perfume mantiene a los humanos en trance y aturdidos con el anhelo, y las de Logan están especialmente bien calibradas. No tienen en verdad un perfume que pueda ser descripto, excepto en mi caso últimamente. Es más subliminal que eso, con el poder de hipnotizar. Un poco como la forma en que los animales pueden olerse los unos a los otros en el bosque, especialmente durante la época de apareamiento. Si un vampiro es particularmente poderoso, los humanos ni si quiera recuerdan haber sido la comida; ellos simplemente tendrán antojo de un bistec poco cocido o espinaca. Si bebemos demasiado, se volverán anémicos.
Las feromonas no funcionan sobre otros vampiros, a excepción, por
supuesto, de las mías, las cuales rápidamente se están convirtiendo en el tocino para todos los vampiros. Soy especial, y no de una buena manera, si me lo preguntan. Los vampiros raramente nacen, excepto en ciertas familias ancestrales….Prueba A: mis siete insoportables hermanos mayores y yo.
Pero soy la única chica. En casi novecientos años.
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Y cuanto más me acerco a mi decimosexto cumpleaños, más atraigo a los otros hacia mí. Es todo muy del estilo de Blanca Nieves, sólo que no convoco a azulejos y venados – sólo vampiros sedientos de sangre que desean secuestrarme o matarme. La política vampírica es, en el mejor de los casos, confusa, y todos los Drake han sido exiliados de la corte real desde la mismísima hora en que nací. Fui considerada una amenaza para la regente actual, Lady Natasha, porque mi genealogía es tan impresionante y a causa de una estúpida profecía de hace siglos atrás que dice que las tribus de vampiros serán unificadas en forma adecuada bajo la regencia de una hija nacida de una familia ancestral.
Y Lady Natasha, a diferencia mía, no nació dentro de una ancestral
familia – incluso si ella se considera así misma como la reina vampira en el poder.
Como si eso fuera mi culpa. Afortunadamente, mi familia prefiere mucho más vivir tranquilamente en
el exilio en el bosque. Escuché suficientes rumores acerca de nuestra regente como para estar contenta de jamás haberla conocido. Se alimenta de humanos y es escasamente recatada al respecto; de hecho, ama la atención y a los vampiros fanáticos. Aparentemente no le gustan las chicas jóvenes y bellas; nunca parecen lograr sobrevivir a sus cambios de humor.
Técnicamente, ella no debería estar alimentándose de humanos, y
ciertamente no de una forma tan despreocupada. Se estaba convirtiendo en un problema, incluso entre su propia gente. Ellos son monárquicos que la siguen simplemente porque ella es muy poderosa, no porque la respeten de alguna forma. El miedo, como siempre, es un gran motivante.
Y últimamente ha estado convirtiendo cada vez más humanos en
vampiros, con el propósito de reunir más seguidores. El concejo la pone nerviosa, y yo la pongo nerviosa, pero por sobre todo, Leandre Montmartre, la pone nerviosa.
Él tiene ese efecto sobre todos nosotros. Él ha estado convirtiendo humanos por casi trescientos años ya y es tan
violento e indiferente acerca de ello, básicamente ha creado una nueva raza de vampiros. Los deja a media transformación y con frecuencia los entierra bajo tierra, para que conquisten el cambio por su cuenta sin ninguna ayuda en lo absoluto. La sed es tan grande que los deforma y les otorga un doble set de colmillos en lugar de sólo un par retráctil. Aquellos que permanecen leales a Montmartre son llamados los Host (El Ejército). Aquellos que se le niegan se llaman así mismos Los Cwn Mamau, Los Sabuesos de las Matriarcas. Ellos fueron lo suficientemente fuertes como para sobrevivir por su cuenta o bien, fueron rescatados y entrenados por otros Sabuesos. Todos sabían que deseaban matar a Montmartre, pero son tan solitarios que no aceptarían
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ayuda externa. Son ferozmente independientes, viven en cuevas, sirven a una Shamanka (el femenino del Shamán), y usan unas cuentecillas de huesos en su pelo. Son algo temibles, pero ni de cerca tan espeluznantes como las creaciones de Montmartre llamadas Los Hel-Blar, quienes tienen la piel azulada, y todos los dientes en forma de colmillos, afilados como agujas y no retráctiles. Hel-Blar significa ‗muerte azul‘ en algún tipo de lenguaje vikingo ancestral. Su mordida, conocida como el ‗beso,‘ puede infectar sin ninguna clase de intercambio de sangre, y se rumorea que ellos pueden convertir tanto humanos como vampiros en Hel-Blar. Incluso Montmartre los elude cuanto les es posible. No es apegado en limpiar sus propios desastres. Y ellos lo quieren muerto aún más que los Sabuesos – cuando están lo suficientemente lúcidos como para desear algo más aparte de sangre. El Ejército y los Sabuesos se las ingenian para mantener la cordura, a diferencia de los Hel-Blar. Nadie puede controlarlos, ni siquiera Montmartre.
Vivimos pacíficamente con otros humanos, y nuestra familia es uno de los
escasos clanes ancestrales del Concejo de Raktapa. El concejo fue formado siglos atrás cuando las familias se dieron cuenta de que no éramos como otros vampiros: nuestro cambio es genético. Nos transformamos sin ser mordidos, pero necesitamos de sangre vampira para sobrevivir a esa transformación. Luego de eso, somos casi inmortales, como los otros, vulnerable sólo a una estaca a través del corazón, excesiva luz solar, o la decapitación.
―¿Acaso mamá y papá saben lo que sucedió luego de la fiesta?‖ pregunté,
finalmente saliendo del auto y enfrentando la casa. El edificio original se había quemado durante los juicios a las brujas de Salem, aunque no estábamos para nada cerca de Salem. Los locales habían sido supersticiosos y temerosos de cada pequeña cosa. La casa fue reconstruida más profundamente en el amparo del bosque. Era simple y algo deslucida desde el exterior, pero la cabaña de troncos al estilo pioneros ocultaba un lujoso corazón lleno de sofás de terciopelo y estufas a leña. Los rosales bajo las ventanas de vidrio reforzado eran un poco desalineados, los árboles de roble viejos y majestuosos. Amaba cada pedacillo de él. Incluyendo la cara hostil y de reproche de mi madre tras el vidrio.
―Estás jodida,‖ murmuró Logan. Las polillas se precipitaban hacia las lámparas. La puerta de vidrio crujió
cuando empujé para abrirla. ―Solange Rosamund Drake.‖ Me contraje. Tras de mí, mis dos hermanos hicieron lo mismo. Mi madre,
Helena, era intimidante en el mejor de sus momentos, con su larga cabellera negra y sus pálidos ojos, y el hecho de que ella pudiera derribar a alguien del doble de su talla con una espada, o una estaca o simplemente con sus pequeñas manos.
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―Ouch, segundo nombre.‖ Logan me tiró una sonrisa comprensiva antes de hacerse camino hacia la sala de estar y fuera del fuego cruzado.
―Soplón.‖ Pellizqué a Nicholas. Él sólo levantó una ceja. ―Nicholas no nos contó nada.‖ Mamá lo clavó con una mirada punzante. Él
se contrajo un poco. Conozco a hombres grandes que han retrocedido físicamente por esa mirada. ―Una de tus tías estaba patrullando el perímetro y vio tu escape.‖
―Escape.‖ Hice rodar mis ojos. ―Apenas fue algo. Ellos ni siquiera salieron
del maizal. Simplemente me estaban oliendo.‖ ―Tienes que ser más cuidadosa,‖ mi padre, Liam, dijo calmadamente
desde su silla favorita. Medio que lucía como un trono medieval. Ninguna sorpresa en ello. Él había nacido en 1901 pero se manejaba como un rey.
―Me siento bien,‖ dije exasperada. Él estaba bebiendo brandy. Podía
olerlo al otro lado de la habitación, así como podía oler la colonia del tío Geoffrey, el perro faldero de la tía Hyacinth, y el espeso perfume de rosas. Simplemente otro de nuestros pequeños obsequios. Froté mi nariz para no estornudar.
―¿Qué hay con todas las flores?‖ pregunté, notando las rosas. Eran
docenas y docenas de ellas por todas partes, en cada tonalidad de rojo, metidas en floreros de cristal, tazas de té y frascos de mermelada.
―De tus……..admiradores,‖ mi padre me dijo con tristeza. ―¿Qué?‖ Admiradores, ¡ja! Ellos simplemente venían por mis feromonas.
No es mi culpa que huela raro. Me ducho todos los días, pero aparentemente todavía apesto a lilas, y chocolate tibio y a algo más que nadie puede describir con precisión. Incluso Lucy comentó acerca de ello una vez, y ella es casi inmune a nosotros, habiéndose prácticamente criado aquí. Nadie más era apestoso en una forma tan notoria; las feromonas son usualmente sutiles y misteriosas. Realmente espero que desaparezca una vez que esté completamente convertida.
Aunque la profecía y el legado de mi familia en el mundo vampírico, no lo
harán. A veces apesta tener una familia que es tan antigua y poderosa. ―Cariño, es un gran halago, estoy segura,‖ dijo mi tía Hyacinth. Ella era
técnicamente mi tátara-tátara tía abuela. No lucía muy por sobre los cuarenta, a pesar de que se aferraba a la moda de su juventud en la privacidad de la tribu, como la mayoría de los vampiros. Su vestido era de estilo Victoriano, con un corsé de encaje y cuentas de azabache. ―Cuando yo
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tenía tu edad la pasaba de lo mejor. No hay nada como la emoción de ser una debutante. Todos esos hombres ansiosos por ti.‖ Dio un delicado escalofrío.
―Hyacinth.‖ Papá hizo una mueca. ―Tú ni siquiera habías sido convertida
en esa época, y este muy difícilmente es un baile de debutantes. ¡Ellos no desean danzar el vals!, ¡maldición!.‖
Mi tátara-tátara tío abuelo Edward se había casado con la tía Hyacinth en
1853 y la había convertido en 1877, ante su insistencia. Ella estaba inspirada por el eterno amor de la Reina Victoria hacia su propio esposo y quería vivir por siglos al lado de Edward. Aunque nunca lo conocí, dado que él murió en la Primera Guerra Mundial, de un disparo una noche en una misión de espionaje para los Aliados, porque él estaba determinado a hacer su parte. Ella ha estado sola desde entonces.
Eché una mirada a la robusta tarjeta color crema clavada sobre un
enorme bouquet de rosas blancas dentro de una caja colorada y me congelé. ―¿Montmartre?‖ chillé. ―¿Él me envió flores?‖ Papá le echó a la caja una mirada venenosa. ―Si.‖ ―Las pondré dentro del incinerador,‖ dije sombría. Lo último que quería
era a Montmartre o su Ejército sabiendo quién era yo. Además estaba esperanzada en escabullirme mientras todos estaban distraídos. Debería haberlo sabido mejor.
―Puedes hacer eso más tarde.‖ Mamá señaló una silla. ―Siéntate.‖ Me dejé caer en el sofá de terciopelo. Nicholas se sentó también,
uniéndose a mis otros hermanos, quienes estaban todos mirándome apenados. ―¿No tienen todos ustedes cualquier otra cosa mejor que hacer?‖
pregunté. ―¿Que proteger a nuestra molesta hermanita menor?‖ Quinn dijo con
cansancio en su voz. ―No.‖ Ser la única chica en una familia de muchachos habría sido lo
suficientemente difícil de sobrellevar, ni que decir una familia con la extraña habilidad de dar a luz en su mayoría a vampiros varones. Incluso entre los Drake, esa habilidad es rara. La mayoría de los vampiros son ‗convertidos,‘ no nacidos. Mi mamá, por ejemplo, había sido humana hasta que mi papá la convirtió poco después de que yo naciera y ellos decidieran que no deseaban más niños. Él había nacido humano también, como mis hermanos, hasta su decimosexto cumpleaños – cuando enfermó, de la forma en que todos lo hacemos – y hubiera muerto si mi tía no le hubiese dado de su sangre para que bebiera.
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La leyenda de la familia dice que el primero de nuestro clan fue William Drake. Nadie sabe cómo fue transformado. Sí sabemos que se casó con Veronique DuBois, una dama de compañía de la Reina Eleonor de Aquitaine. Un año después de su boda, entró en labor de parto de su primogénito. Luego de veintisiete horas de trabajo de parto, la comadrona le dijo a William que Veronique no iba a sobrevivir al mismo. En la desesperación, William la convirtió, y sus gemelos nacieron sanos. Para cuando llegó su decimosexto cumpleaños, los gemelos se debilitaron y se tornaron cada vez más sensibles a la luz del sol. Estaban hambrientos pero no podían comer, sedientos pero no podían beber. Nada los tentaba.
A excepción de la sangre. Y es así como la familia de vampiros Drake se inicia. Veronique, como la más antigua sobreviviente de los Drake, es la
matriarca de nuestra familia. William fue estacado por un cazador durante el reinado de Enrique VIII. Veronique raramente hace una visita, prefiriendo que vayamos a ella una vez que hemos sobrevivido a la transformación y ella se pueda permitir apegarse. Al menos no se nos había unido esta noche, lo que significaba que no era una reunión formal, sólo una emboscada familiar. Ella era lo suficientemente aterradora que probablemente pudiera haberle hecho correr por su trono a Lady Natasha si es eso lo que ella hubiera querido. Afortunadamente para todos, prefería los bordados a las intrigas de la corte.
―Solange, ¿me estás escuchando?‖ Levanté de golpe mi cabeza. ―Si.‖ Había escuchado este sermón en particular, suficientes veces sobre
los últimos meses como para conocerlo íntimamente. ―Nada pasó. Están todos exagerando.‖ Sí me sentía culpable; sólo que sabía que era mejor no mostrarlo.
―Había al menos tres de ellos en el campo esta noche, tal vez más.‖
Nicholas frunció el ceño. ―Sabes que no todos envían flores. La mayor parte de ellos simplemente quieren tomarte y correr.‖
Le fruncí el ceño en respuesta. ―Podía haberlo manejado. Ni siquiera
estaba totalmente oscuro aún. Además, si ellos eran tan peligrosos, ¿por qué casi dejas atrás a Lucy?‖
―¿Ibas a dejar a Lucy allí?‖ mi mamá crispó, y Nicholas entrecerró sus ojos
en mi dirección. Le crucé con mis ojos satisfecha. Crecer con tantos hermanos me había enseñado el fino arte de la desorientación, la auto-preservación, y la venganza, si no quedaba otra.
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―Ella estaba bien.‖ Sabía que Nicholas estaba tratando de no caerse en su silla. ―No iban tras ella. Y ella no es frágil, por Dios santo.‖
―Ella está bajo la protección de esta familia,‖ dijo mi padre. ―Lo sé, pero puede cuidarse de sí misma. Rompió mi nariz el verano
pasado, ¿no es cierto?‖ ―Puede que sea así.‖ ―Está bien, está bien.‖ Nicholas se echó atrás. ―Y tú, jovencita.‖ Papá se giró hacia mí. Todos y cada uno de mis
traidores hermanos sonrieron. Lucían lo suficientemente parecidos como para que la gente con frecuencia asumiera que eran mellizos. Quinn se deja su cabello largo y Connor, como Sebastian, prefieren desvanecerse tranquilamente en el trasfondo. Logan es el extravagante, y Nicholas pasa la mayor parte de su tiempo libre preocupándose por mí. Marcus y Duncan acaban de llegar a casa de un viaje. Todos ellos son hermosos; es como vivir con una parva de modelos masculinos. Y hace a las chicas a su alrededor actuar de forma estúpida. ―Tienes que tomarte esto en serio.‖
―Lo hago, papá,‖ dije acalladamente. ―Sabes que lo hago.‖ ―Lo que sé es que ellos vienen por ti y pronto estarás más débil que un
gatito ciego.‖ ―Lo sé.‖ Esto apestaba totalmente. Estaba metiéndome en problemas por
una fiesta a la que ni siquiera había querido asistir en primer lugar. Me gusta estar sola y quedarme en la hacienda. Pero odio estar encerrada y bajo vigilancia.
―Deja estar a la chica,‖ dijo Hyacinth, bebiendo delicadamente de una
copa. Tenía la apariencia de un trago de cereza. No lo era. ―Gracias.‖ Tragué con dificultad. ¿No lo mencioné? Era algo aprensiva acerca de la sangre.
21 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
CCaappiittuulloo 22 LUCY
Traducido por Chloe
¿Lucy, eres tú?‖ Cerré la puerta de una patada, todavía protestando en voz baja.
Nicholas me sacaba tanto de quicio. ¿Y qué estaba mal con él? ―¿Lucy?‖ ―Seeh, soy yo,‖ grité. ―¿Dónde has estado? Casi empezamos sin ti, pequeña.‖ Papá salió de la
cocina con un bol de pochoclos calientes, hechos del maíz que crece en el patio trasero. Era lo más cercano a comida chatarra en lo que a mis padres respecta. Su largo cabello estaba en su habitual coleta, sus mangas enrolladas para dejar al descubierto sus tatuajes de tortuga y lobo. El lobo era su tótem personal, y la tortuga nuestro tótem familiar.
―Elige una película, cariño.‖ Mamá levantó su cabeza del desparramo de
cuentas expuesto sobre la mesita de café. Estaba sentada de piernas cruzadas en unos viejos jeans y una blusa campesina, engarzando ciento ocho cuencas de cuarzo con forma de rosa para hacer malas de oración. Ella las hace para entregarlas como presentes en el ashram. Mis padres asistían cada año, y se estarían yendo mañana por la mañana, antes del amanecer. ―¿Qué sucede? ¿Solange está bien?‖
―Ella está bien.‖ En gran parte. ―Dile que le pedimos al swami que rece por ella. ¿Por qué luces tan
malhumorada?‖ ―Es Nicholas. En ocasiones logra ponerme tan desquiciada.‖ ―Cariño, tú sabes que la ira envenena tu cuerpo. Siempre fuiste
demasiado veloz para enfurecerte. ¿Por qué crees que tienes alergias? Tu cuerpo siempre está en extrema defensa.‖
“Mamá.”
―
22 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―Está bien, está bien,‖ dijo. Papá me guiño un ojo y pasó los pochoclos. ―¿Vas a estar bien aquí por tu cuenta mientras estemos fuera? Abastecí el refrigerador.‖
―¿Con tofu?‖ sonreí. ―No quiero que te estés dando atracones de comida chatarra en nuestra
ausencia, jovencita.‖ Hice rodar mis ojos. ―Bueno, no voy a estar comiendo raras cacerolas de
tofu por dos semanas.‖ Mis padres se habían pasado en su sentido de justicia social, incluso si elegían luchar con sentadas y yo prefería echar un puñetazo. Llámalo rebelión familiar. Me sentía de la misma forma acerca del tofu que de las sentadas. De seguro son buenas para el alma, pero una vez respiré toda una bocanada de gas lacrimógeno cuando mis padres me llevaron a una protesta sobre el calentamiento global y juré nunca yacer inerte sobre el pavimento otra vez. Una vez, papá fue alcanzado por una bala de goma, y los moretones en su pecho me habían asustado más de lo que cualquier corporación global contaminadora o algún despreciable dictador podrían hacerlo. Incluso más aterrador había sido el hecho de que él no se hubiese enojado, sino que en verdad se predispuso a ello. Cuando cumplí quince, fui finalmente capaz de convencerlos de que me dejaran de lado cuando fueran a su retiro anual.
―Tal vez debiéramos llamar a tu tía para que venga a quedarse contigo,‖
dijo mamá. No que ellos no se preocuparan. ―Estuve bien el año pasado y estaré bien este año, mamá. Además,
Lucinda está en las Vegas con su nueva novia, ¿lo recuerdas?‖ mastiqué algunos pochoclos. ―Deja de inquietarte, es malo para tu chi.‖
―Ella te tiene allí.‖ Sonrió papá. ―Probablemente me quede donde los Drake la mayor parte de las noches
de todas formas, como el año pasado,‖ le aseguré. ―Así que, ¿podemos mirar la película ahora?‖ le elevé el volumen antes de que ella pudiera encontrar algo más acerca de qué preocuparse.
Cuando la película terminó, mis padres se fueron a la cama y yo regresé a
lo de Solange. Sólo tenía la licencia desde hacía unos meses, pero el auto ya prácticamente se conducía sólo hasta allí. Aunque no vi ni una sola persona, sabía que había sido avistada por varios guardias y miembros de la familia antes de siquiera llegar a los alrededores del combinado de los Drake. No sabía por qué mamá estaba tan preocupada; ella ya le había pedido a Bruno, el Guardaespaldas principal de los Drake, que me echara un vistazo.
23 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Los perros no se molestaron en ladrar cuando salí. Había tres, grandotes Bouviers, melenudos negros a grisáceos, los cuales lucían más como osos que como perros. Podrían haber sido intimidantes si no fuera porque en este instante estaban fregando sus húmedos hocicos en mis bolsillos y gimoteando por convidadas. Tenía más miedo por el posible huracán que pudieran llegar a ocasionar con el feroz ondular de sus regordetas colas.
Las lámparas estaban encendidas – un suave amarillo destellaba a través
de las ventanas. La luz siempre era suave en la casa de los Drake. Di la vuelta hacia un lateral, con la esperanza de que la ventana de la habitación de Solange estuviese abierta. Podía haber golpeado. Usualmente lo hacía. No era como si alguno estuviese durmiendo, y ellos podrían oler mi presencia de todas formas. Pero no sabía si yo estaba en problemas. Me disculparía si lo estaba, pero odiaba entrar sin estar preparada. Los padres comunes eran ya lo suficientemente malos, padres vampiros entraban en toda otra categoría. La ventana de Solange estaba cerrada, de modo que le envié un mensaje de texto.
Nada. ―Lucky.‖ Solté un grito tan agudo como el de un gato sumergido en agua hirviente,
girando tan rápido que me provoqué un mareo. Mi teléfono aterrizó en los arbustos. Nicholas me sonrió satisfecho, saliendo lánguidamente de entre las sombras. Sus pálidos ojos destellaron. Jadeé en busca de aliento, golpeteando contra mi pecho. Esa era la segunda vez en una noche que casi me ahogo con mi propio corazón. Nicholas lamió sus labios. Recordé la advertencia de Solange e intenté calmar mi pulso.
―Con un infierno, ¡Nicky!‖ murmuré. Él odiaba ser llamado así tanto como
yo odiaba que me llamaran Lucky. Dio un paso más cerca, invadiendo totalmente mi espacio personal. Odiaba que él fuera tan apuesto, con su oscuro cabello despeinado y su expresión seria, como un antiguo erudito. De repente había algo más en su expresión, algo ligeramente perverso. Di un paso hacia atrás, preguntándome por qué mi estómago se sentía raro. Él avanzó y yo retrocedí otro poco, suspicaz, hasta que me topé con la pared de troncos de la casa. Recordé, demasiado tarde, la más simple de las advertencias de Solange acerca de los vampiros: si tú corres, ellos te persiguen. Estaba en su naturaleza.
Me detuve abruptamente y levanté mi barbilla, tratando de fingir que mis
escápulas no estaban presionadas contra la pared de troncos y que no tenía hacia donde ir.
―¿Qué?‖ Él estaba lo suficientemente cerca que sus piernas casi rozaban las mías.
24 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Él estaba lo suficientemente cerca, de hecho, como para besar. Inmediatamente me horroricé de que la idea haya siquiera cruzado por mi
cabeza. Traté de confortarme a mí misma con la idea de que probablemente fueran aquellas legendarias feromonas. Estaba acostumbrada a ellas, pero no era del todo inmune. El hecho era, que él me estaba mirando de la forma en que miro al chocolate fundido.
Mordí mi labio inferior. Pestañeó, y entonces su cara se tornó impasible
nuevamente, casi fría; pero había notado el destello de calor en sus espectrales ojos.
―Eso que hiciste fue estúpido,‖ dijo. Y allí estaba el Nicholas que conocía. Por supuesto que él no había estado
coqueteando conmigo. ¿En qué había estado pensando? ―Fue sólo una fiesta.‖ ―Fue imprudente.‖ Se pasó una mano por su cabello, despeinándolo aún
más. ―Estamos tratando de protegerla. No lo estás facilitando para nada.‖ ―La estaban sofocando.‖ Fruncí el ceño. ―Y yo también la estaba
protegiendo.‖ ―¿Poniéndola en el más innecesario de los peligros sólo para coquetear
con algún niño borracho? Esto no es un juego.‖ ―Eso lo sé,‖ contesté bruscamente. ―Pero tú no la conoces como yo. Y ella
ha estado tan estresada por ti y tus opresivos mandriles que tienes de hermanos, yo sólo quería levantarle el ánimo.‖
Se pausó, y cuando comenzó a hablar nuevamente fue calmo. ―Ella no se
puede proteger así misma si está preocupada por protegerte a ti.‖ Ouch. Golpe directo. La indignación se fue como un rayo, haciéndome
sentir humillada y tonta. ―Oh.‖ Realmente odiaba cuando él tenía razón. ―De acuerdo. Está bien.‖ Fui ahorrada de su respuesta auto-satisfecha cuando su celular sonó
discretamente desde el interior del bolsillo de sus pantalones cargo negros. Él apenas me miró.
―Vete a casa. Ya.‖
25 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Se fue, dejándome mirando fijamente a su espalda. Recuperé mi teléfono para enviarle un mensaje a Solange: Realmente tu hermano no me agrada.
Protesté todo el camino de regreso al auto. Los perros me habían
abandonado para seguir a Nicholas, gruñendo por lo bajo. Medio que esperaba que lo mordieran. Directo en el trasero.
Justo cuando me estaba estirando para tomar la manija del auto, una
mano sujetó mi hombro y me giró. Antes de que pudiera emitir un solo sonido, la boca de Nicholas cubrió la mía por completo. Me jaló bruscamente, acercándome. Sus ojos eran del brumoso color gris de la lluvia. Sus labios se movieron brevemente. No fue siquiera un susurro pero incluso ese sonido fue ocultado bajo el casi-pero-no-del-todo beso.
―No estamos solos.‖ Me petrifiqué. ―Shhh.‖ Inclinó su cabeza. Cualquiera que estuviese observando hubiera
asumido que me estaba besando y disfrutándolo. Lo admito, yo también lo estaba disfrutando.
Una sombra se movió en la proximidad del cerco de setos, demasiado
rápido para ser natural. Los grillos se callaron. Conociendo la agudeza de la audición vampira, lancé un rápido e intencionado vistazo sobre el hombro izquierdo de Nicholas. Él no habló, ni siquiera asintió, pero sabía que había comprendido. Continuó besándome, su lengua arrojándose para tocar la mía. Era totalmente desconcentrante. Me estaba alejando del auto, guiándome en reversa, hacia la casa.
―No corras.‖ Pellizcó suavemente mi labio inferior. ―Lo sé.‖ Temerosa de que fuera la única experimentando todos estos
interesantes sentimientos, le mordisqueé también. Sus manos se tensaron. Su boca estaba en mi oreja cuando alcanzamos el pórtico. Para cuando llegamos al primer escalón sus palmas se movieron por sobre mi cintura, mis caderas. Sus labios eran astutos, perversos.
Perfectos. Ante la puerta del frente se detuvo y me dio un brusco empujón hacia el
recibidor. Tropecé, tirando un florero de rosas. Fragmentos de vidrio, pétalos rojos, y agua dispersos sobre el suelo de piedra. Mis labios se sentían hinchados, con un hormigueo. Lucy, enfócate. Antes de que siquiera pudiese recobrar el aliento, el pasillo ya estaba lleno de las sombrías expresiones de los muchachos Drake. La mamá de Solange se hizo paso a través mío, guiándolos fuera. Nicholas era un manchón borroso entre los robles. Había el inconfundible sonido de pelea: gruñidos, silbidos, huesos quebrándose.
26 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―¿Estás bien?‖ Solange prácticamente saltó sobre mí. ―Estoy bien.‖ Se estaba dirigiendo afuera tras sus hermanos cuando la voz de su padre
atravesó el recibidor. ―No.‖ ―Papá.‖ ―No. Están aquí por ti. Si sales allí, la cosa sólo se pondrá peor.‖ Conocía esa expresión en su cara. Se estaba mordiendo la lengua. Sabía
cuánto ella odiaba esto. Helena era la guerrera en la familia, lo había sido incluso mientras ganaba competiciones de artes marciales como humana, y había entrenado bien a sus hijos. Incluso yo había recibido el beneficio de unos pocos trucos, pero ninguno de ellos serviría de algo esta noche. Aún así, estaba contenta de saber cómo romperle la rótula a alguien y tres formas diferentes de incapacitarlo usando sólo mi pulgar. Y pensar que solía preocuparme por los exámenes semestrales.
El recibidor estaba cálido y civilizado, iluminado por cálidas lámparas
Tiffany. Liam se hallaba parado entre nosotras y la batalla que se libraba en el desalineado jardín. Era lo suficientemente alto como para casi nublar por completo nuestra vista, pero nos inclinamos hacia sus laterales. Una parte de mí no deseaba ver lo que estaba sucediendo, el resto absolutamente no podía soportar el no saberlo. Las sombras se reunieron, y vi el destello de colmillos y cuerpos saltando más alto de lo que deberían haber sido capaces. Los gruñidos erizaban el pelo de mi nuca.
Nicholas era rápido y astuto pero nunca antes lo había visto así. Su
expresión era dura mientras se abalanzaba y esquivaba, tiró su bota hacia el medio del tronco de un vampiro no mucho más grande que nosotros, de cabello largo y rubio. Ambos tropezaron, pero sólo Nicholas aterrizó sobre sus pies. Me sentí desmesuradamente orgullosa de ello.
Todos los hermanos de Solange libraban la suya, pero sólo Quinn parecía
disfrutar. Él sonreía aún cuando un puño, moviéndose tan rápido que era un borrón en color piel, rompía su nariz. La sangre derramándose hacia su labio y él se la lamió. Helena se reía detrás suyo, dando una voltereta para esquivar una estaca y aterrizando a espaldas de su atacante. Él se desintegró en una nube de polvo a sus pies.
―Quiero uno vivo y capaz de hablar,‖ gritó Liam. Le sacudió su cabeza a
Solange. ―Honestamente, tu madre es peor que los muchachos. Helena‖ – elevó ligeramente su voz – ―déjame uno, demonios.‖
27 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―Aguafiestas,‖ murmuró ella antes de retomar el control. Su patada voladora sólo golpeó al vampiro contra un árbol en lugar de destrozar sus costillas. Hyacinth hizo un pequeño sonido detrás nuestro. Las cuentas de azabache alrededor de su cuello capturaron la luz, destellando.
―Eso es a duras penas digno de una dama,‖ dijo con reproche. Lo cual era
divertido dado que había escuchado historias de lo que ella hacía en su tiempo libre – y no había sido tomar té y comer sándwiches de pepino.
Un vampiro huyó, desapareciendo dentro del bosque. Uno de ellos se
estremeció, convirtió en cenizas y derivó hacia el cerco de setos. La estaca rebotó en el piso. El segundo de los hermanos más grandes de Solange, Sebastian, se limpió sus manos desapasionadamente y luego se giró a ayudar a su madre a arrastrar al vampiro semiinconsciente que había aventado contra un árbol hacia la casa. Connor estaba hablando tranquilamente por su celular con Bruno.
Presioné mi espalda contra la pared mientras un desfile de colmillos y
sonrisas feroces me pasaba. Cuando estuvieron todos congregados en el salón, los seguí. Fui hacia mi sillón de terciopelo púrpura favorito junto a la estufa. Solange se paró a mi lado, sus ojos nunca abandonando a los del joven siendo atado. Su remera estaba hecha trizas, su oscura cabellera castaño-rojiza tirada hacia atrás en una coleta. Sus párpados se movieron pero no abrieron. Yo tampoco los habría abierto si los siete hermanos Drake estuviesen a mí alrededor, con la mirada fija. Ni que decir de Helena, quien los echó a un lado con apenas un movimiento de muñeca. Olió una vez, delicadamente.
―Huele como un kith3.‖ Susurró pero sacudió su cabeza. ―Más o menos.‖ Liam frunció el ceño, olfateó también. ―Algo no anda bien.‖ Su mirada se estrechó, aguzó. ―Brazo izquierdo.‖ Todos miramos aunque no sabía a qué estaba mirando. La punta de un
tatuaje asomaba desde debajo de su manga arremangada. Parecía del estilo de un sol tribal más estilizado pero no podía estar segura.
―Demonios,‖ susurró Nicholas. ―Helios-Ra.‖ Todos parecieron completamente desanimados ante semejante nombre de
historieta. Él se revolvió. Había una sutil brisa de lilas y chocolate, casi la correcta, pero no del todo. Todos los demás aún estaban olfateando el aire como sabuesos de caza, fosas nasales expandidas.
―¿Qué?‖ le susurré a Solange. ―¿Qué hay con todo el olfateo? Me está
asustando.‖
3 Derivación inglesa, forma de llamar en ocasiones a pequeños niños canadienses o al estilo canadiense en
gral
28 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Ella no tuvo la oportunidad de responder porque él abrió los ojos repentinamente, como si alguien le hubiese clavado algo afilado. Sus ojos no eran pálidos, no como los de ningún vampiro que haya visto.
Eran muy negros y muy hostiles.
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CCaappiittuulloo 33 SOLANGE
Traducido por Chloe
Eres……mo-mortal,‖ finalmente tartamudeé. Sabía que a Lucy le gustaba pensar que todos los vampiros tenían esta cualidad delicada, pero definitivamente yo no la tenía, y no sólo porque aún no era
técnicamente un vampiro. Ella era la de bufandas de terciopelo con cuentecillas, y yo la de la arcilla cerámica seca sobre mis pantalones. Además, estaba observándolo completamente boquiabierta. Él era un cazador, y trabajaba para una organización dedicada a exterminarnos. El tatuaje del sol era prueba suficiente de ello, acentuado por su expresión: completa ira.
Grandioso. ―No lo entiendo,‖ Lucy me susurró. ―¿Quién es él?‖ ―No es uno de nosotros,‖ le susurré, mi vista nunca abandonando la de él.
No sabía qué estaba percibiendo en ella, pero era compleja, cualquier cosa que fuera. Había escuchado de la colonia que algunos cazadores usaban; imitaba a las feromonas de los vampiros, para tomar a un potencial enemigo con la guardia baja. Lo habíamos creído por completo en el jardín, hasta que él tuvo que luchar con mi madre, quien lo habría matado si no fuera porque mi papá había sido tan inflexible acerca de tener uno para cuestionarlo.
Nicholas dio medio paso en frente nuestro, irritantemente sobre protector
como siempre. No le gustaban las sorpresas ni las preguntas sin respuesta y acabábamos de tener nuestra dosis de ambas. Había sido entrenada al igual que ellos, pero ninguno de mis hermanos podía meterse en sus obtusas cabezas que yo no era delicada o indefensa.
El agente de Helios-Ra estaba usando tapones nasales negros, lo cual
demostraba que sabía más él de nosotros que nosotros de él. Me estiré y los quité de un tirón.
―¿Qué estás haciendo aquí?‖ podía notar que estaba intentando contener
el aliento. Podía haberle dicho que esa estrategia nunca funcionaba por mucho tiempo. Me miró fijamente sin decir una palabra.
―
30 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―Rastreando,‖ finalmente respondió con en una aguda exhalación. ―Déjame adivinar,‖ dije, disgustada. ―¿Porque es sólo que soy tan
hermosa y no sabías por qué pero simplemente tenías que estar conmigo?‖ realmente estaba comenzando a odiar toda esta cosa de las hormonas.
Parpadeó, casi sonrió. ―No exactamente.‖ Parpadeé. ―Oh.‖ Demonios, él parecía aún más atractivo cuando no
parecía estar particularmente afectado por mis cuestionables encantos. ―Bueno, ¿quién eres entonces?‖
―Helios-Ra,‖ respondió, su tono cortante. ―Seeh, eso lo captamos.‖ ―¿Tu nombre?‖ papá le frunció el ceño. ―Kieran Black.‖ ―¿Desde cuándo Helios-Ra está tras nuestro rastro? La última vez que lo
comprobé, teníamos una tregua. No comemos humanos, de modo que ustedes no nos molestan y nosotros no los molestamos a ustedes.‖
Mamá bufó. Ella odiaba el acuerdo. Prefería la pelea, siendo mucho más
habilidosa con las armas que con el tacto, pero papá era puro sentido de la practicidad y visión a largo plazo. Había hecho el acuerdo antes de que mi hermano mayor naciera, determinado a darles a sus hijos una oportunidad. No quería que fuéramos acosados y seguidos por ahí por la liga sólo por ser vampiros. Después de todo, los vampiros no son todos pura bondad o pura maldad, no más de lo que los humanos lo son. Pero intenta decirle eso a los Helios-Ra. Ellos sólo recientemente admitieron que ser un vampiro no era razón suficiente para ser asesinado a mera vista. Aún así, las viejas tradiciones son difíciles de erradicar con ellos, casi tanto como con nosotros.
Pero nuestra familia, al menos, tenía una buena reputación. Bebíamos en
gran parte sangre animal, sólo retornando a la sangre humana si es consensuada o si estamos enfermos y no podemos recuperarnos sin ella. Si ello falla, una rápida irrupción al banco de sangre funciona bastante bien. Nunca nos volvemos feroces; la enfermedad ha estado en nuestro linaje por demasiados siglos como para ello, y cada generación nace más fuerte que la precedente. No es sencillo morir, incluso si sabes que vas a despertarte luego. Y es aún más difícil controlar la sed de sangre. Sin embargo, muy difícilmente ya cualquiera de nosotros de se torna desquiciado durante la transformación. Tengo que recordarme a mí misma ese pequeño hecho cada vez que miro al calendario y veo a mi cumpleaños acercándose más y más. Lucy me dio un golpecito.
31 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―Te ves taciturna,‖ dijo por lo bajo. ―Estás pensando en eso otra vez.‖ Giré mi atención de regreso al problema en cuestión. No me podía dar el
lujo de desviarme con la autocompasión – o el hecho de que este agente de Helios-Ra en particular era realmente apuesto, con sus ojos oscuros y marcadas mejillas.
―Las cosas cambian,‖ dijo él. ―Usted debería saberlo. Usted rompió el
acuerdo.‖ Los ojos de mamá se estrecharon peligrosamente. ―¿Peeerdón?‖ dijo, suave como un ratoncillo cercano a un gato que
duerme. Uh-oh. Mamá era importante con esa cosa del honor. ―Grave error,‖ dijo Lucy complacida. Irónicamente, ella era mucho más
sanguinaria que yo. Ella habría sido un mejor vampiro. Le lancé una mirada. ―¿Qué?‖ preguntó inocentemente. ―Él estaba tras de ti, se lo merece.‖
Nicholas apenas giró su cabeza. ―¿Les importaría a ustedes dos?‖ ―Seeh,seeh,‖ murmuró ella. Mamá se le acercó tanto que Kieran estaba sudando un poco y respirando
tan superficialmente como le era posible. Nuestras feromonas cuando estábamos distrayendo a los mortales para beber no eran nada comparado con las feromonas de cuando estábamos furiosos. Su cuerpo entero probablemente estuviese inundado de adrenalina, intentando decidirse entre pelear o huir. No podía sentirlo aún, pero pronto sería capaz de saborearlo en mi lengua como burbujas de champaña. No era un pensamiento particularmente reconfortante.
―¿Nos estás acusando de romper un juramento?‖ la voz de mamá era como
el vidrio cortado – destellante y peligrosa. A su lado, Sebastian descubrió sus dientes. Sus colmillos estaban retraídos, pero aún así, había algo demasiado aguzado acerca de sus dientes. Él apenas hablaba, incluso a nosotros, y su silencio era aterrador para aquellos que no le conocían.
―Es de conocimiento público.‖ ―¿Lo es?‖ ―Drakes,‖ escupió. ―Conozco lo suficiente como para no confiar en
ninguno de ustedes.‖ Byron, uno de los perros, gruñó. Quinn sonrió.
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―Déjame hablarle,‖ sugirió. Siempre había algo ligeramente violento acerca de sus sonrisas. Papá levantó su mano. Quinn desistió, pero a duras penas.
―No hemos roto el acuerdo,‖ dijo papá tranquilamente. ―Helios-Ra dice que lo han hecho.‖ ―Entonces Helios-Ra está mal informado. Y no tendré a su organización
poniendo en riesgo a mi hija.‖ Él me echó un vistazo, luego miró en otra dirección. ―Si me retienen aquí, realmente estarán quebrantando el acuerdo.‖
Estaba respirando por su boca, como si eso fuera a ayudar. ―En realidad, dado que tú rompiste el tratado al venir aquí en primer
lugar‖ – la voz de papá era suave – ―realmente no necesitamos preocuparnos por esas reglas.‖ Mamá en verdad sonrió.
―Yo……‖ ―¿Cuántos años tienes?‖ preguntó papá. ―Dieciocho.‖ Papá sacudió su cabeza, consternado. ―Los están entrenando cada vez
más jóvenes.‖ ―Necesitan ser capaces de infiltrarse en secundarias y universidades para
espiarnos,‖ señaló Connor. ―Sólo estoy haciendo mi trabajo. Manteniendo a la gente a salvo de
monstruos como ustedes.‖ ―Gente como tú es la razón por la que mi tía Ruby ya no sale de su casa,‖
repliqué. Ella había perdido a su marido y sus tres hijos a manos de cazadores y nunca se había recuperado por completo de la pérdida.
Su expresión se endureció. ―Monstruos como tú son la razón de que mi
padre esté muerto.‖ ―Oh, ¿y nosotros nunca hemos perdido familiares a manos de cazadores o
Helios?‖ lancé en respuesta aunque me sentía mal de que haya perdido a su padre.
―Y ellos no son monstruos, tú grandísimo intolerante,‖ Lucy interrumpió,
furiosa.
33 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Lucy se paró de un salto. ―Es una enfermedad, presumido ignorante. ¿Es la gente con diabetes o artritis también un monstruo?‖ si el que sea un secreto no fuere tan importante, ella habría usado su teoría en su cruzada personal para hacer que el mundo nos acepte.
―No es lo mismo.‖ ―Sí lo es.‖ ―La garganta de mi padre fue destrozada.‖ Hubo un silencio. Luego papá frunció el ceño. ―Sólo los Hel-Blar desgarran
gargantas, hijo.‖ ―Un vampiro es un vampiro,‖ insistió testarudamente Kieran. La cara de
Lucy se enrojeció. ―¿Por qué estás aquí realmente?‖ papá presionó antes de que ella
explotara. ―Por la recompensa,‖ respondió secamente. Mamá se puso anormalmente dura. Sus ojos captaron la luz y la
reflejaron. ―¿Qué recompensa?‖ ―La recompensa sobre la familia Drake.‖ Alguien dio un respingo. El aire estaba tan sobrecargado que estaba
levemente sorprendida de que no saltara una chipa y prendiera fuego. Papá se abalanzó sobre el teléfono del escritorio. Lanzó con furia órdenes en el recibidor, siquiera molestándose con los saludos. ―Duplica la vigilancia. Esparce la noticia a todos. Sí, incluso a ella. Y al concejo.‖ Cambió al teléfono móvil en su bolsillo, marcando triste. Su voz mutó a un suave murmullo que no podía descifrar del todo. Mi audición no era lo suficientemente aguda. Aún.
―¿Por qué demonios es la recompensa?‖ demandó Sebastian. ―No lo sé.‖ Quinn se interpuso, inclinándose cerca. ―Nos lo dirás.‖ Kieran empalideció ligeramente, tratando de romper el contacto visual.
La mano de Quinn se cerró sobre su garganta. Kieran parecía algo mareado cuando finalmente respondió.
―Fue publicado esta noche.‖ Tembló. El sudor apareciendo sobre su labio
superior.
34 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―¿Es sobre Solange?‖ ―No lo sé.‖ Se ahogó intentando tragar. ―No lo sé,‖ repitió. ―Escuché que
había una recompensa, y quise participar.‖ Algo en su voz me dijo que era menos acerca de la recompensa y más acerca de la oportunidad de meterse específicamente con nuestra familia.
Quinn retrocedió, dejando su mano caer a un lado. ―Vaya corporación,
atacando a una chica de quince años.‖ Dijo bruscamente. ―Cobardes.‖ Kieran tomó varias bocanadas entrecortadas. ―Nosotros protegemos a los
inocentes.‖ ―Este no es un libro de historietas, idiota,‖ Lucy murmuró malhumorada. ―Si también van a matarme, acaben de una vez.‖ ―No bebemos de gente como tú,‖ Nicholas se burló, haciéndolo sonar tan
insultante como pudo. ―¿Acaso bebes de ella?‖ Kieran señaló con la cabeza a Lucy. ―¿La has
hecho tu esclava?‖ ―¿Quién, Lucy?‖ Nicholas se echó a reír. ―¡Hey!‖ gritó Lucy. ―Cállate.‖ No estaba del todo segura de a quién, le estaba ella hablando. ―Esto no nos está llevando a ninguna parte,‖ dijo calmadamente Duncan.
Al igual que Sebastian, él raramente perdía los estribos o se salía de foco. ―No nos derivemos.‖ Ató una pañoleta negra sobre la boca de Kieran, anudándola para sujetarla. Papá asintió con aprobación antes de señalar hacia la cocina.
―La cocina. Ya.‖
****** Nuestra cocina lucía como la de cualquier cocina de campo: una
gigantesca mesa de madera, sillas tapizadas en cuero, armarios pintados, y una olla sobre la hornalla. Había una canasta sobre el mostrador repleta de manzanas coloradas y granadas, y hasta comida en el refrigerador, en su mayor parte para mí, y para Lucy cuando se quedaba a pasar la noche. De hecho, ella ya se estaba sirviendo un vaso de jugo de arándanos. La sangre era conservada en una vieja bodega, escondida en la pared y bloqueada por tres cerraduras y un sistema de alarma. Ésa era una precaución bastante nueva, desde que el hermano de una de las ex novias de Logan irrumpiera en
35 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
la casa luego de que Logan rompiera con su hermana. Los guardias no lo habían detenido; hubiera sido sospechoso tenerlos a todos enjambrados sólo porque alguien vino por la puerta principal sin ser invitado. Aunque los perros lo detuvieron, incluso antes de que mamá lo hiciera. No había logrado pasar del vestíbulo. Fue sólo suerte que no haya visto adentro de la cocina, con la jarra de sangre sobre el mostrador. Ni falta hace decir que fuimos fuertemente animados a no salir con humanos luego de eso.
Ahora Quinn se paseaba junto a ese mismo mostrador; Nicholas se
recostaba contra la pared, de brazos cruzados. El resto de mis hermanos se sentó aunque sus músculos estaban tensos por el repentino movimiento. Observé los campos a oscuras al otro lado del vidrio con suspicacia. El teléfono de papá sonó otra vez. Mamá echó un vistazo a Lucy.
―Deberíamos llamar a tus padres.‖ ―No pueden.‖ Apoyó su vaso. ―Estarán en el ashram por dos semanas, ¿lo
recuerdan?‖ El sol estaba asomando por el horizonte. ―Y siempre salen temprano para ver el amanecer sobre el lago.‖
Suspiró. ―Por supuesto. Entonces te quedarás aquí.‖ ―¿Lo haré? Nadie está tras de mí.‖ ―Eres parte de esta familia, jovencita, y tu madre nunca me lo perdonaría
si te dejara desprotegida, especialmente ahora,‖ mamá le dijo a Lucy con severidad.
―Sí señora.‖ Mi madre era la única persona sobre el planeta que era capaz
de sacar ese tono manso de Lucy. Nadie más hubiera sabido que existía. Me dejé caer en la silla de junto a ella y le robé un sorbo de su jugo. Traté de no imaginarme cómo sería en cambio, beber sangre. Mi estómago se estrujó.
―Esto es inaceptable,‖ dijo tía Hyacinth furiosa. ―La familia Drake tiene
un buen y honorable nombre. No tienen derecho a hacernos esto. Estamos en el Concejo.‖
―Vayamos directo hacia la sede de Helios-Ra,‖ Quinn añadió, su expresión
dura. ―Puedo aclarar esto.‖ ―Como si tu temperamento alguna vez nos haya ayudado.‖ Logan bufó. ―Cuidado, hermanito.‖ Estaban todos hablando uno por encima del otro hasta que mi madre se
aclaró la garganta. ―Muchachos.‖
36 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Cayó el silencio, de mala gana pero velozmente. Papá apagó su teléfono. Había líneas alrededor de su boca que nunca antes había visto. ―El chico tiene razón. Una recompensa ha sido colocada.‖
Mamá maldijo. ―¿Por qué? ―Eso puede que lleve un tiempo de descifrar. Ha habido unas pocas
desapariciones, rumores que no tienen sentido. Tengo a gente en ello.‖ Se inclinó sobre el mostrador, sus puños apretados. ―Puse un llamado en Hart y a Lady Natasha.‖
―¿Natasha?‖ tía Hyacinth frunció el ceño. ―¿Es eso sabio? Ella nos exilió a
todos.‖ ―Lo sé.‖ Hart era el cabecilla de los Helios-Ra y un no fan de Lady
Natasha. ―Hasta que sepamos más, nadie deja esta propiedad por su cuenta. Solange, tú no la dejas para nada.‖
―¿Por qué soy la única bajo arresto domiciliario? Eso es tan injusto.‖ ―Solange, sabes por qué.‖ ―Sé cómo cuidar de mí misma.‖ Dije entre dientes apretados. ―Sí, lo sabes. Pero sabes tan bien como yo que no estás con todas tus
fuerzas.‖ ―Pero me siento bien.‖ Estaba tan cansada de decirlo una y otra vez. Ya
me sentía atrapada, sofocada. Me arrancaría mi propio pie a mordiscones como un animal atrapado en una trampa de pie si no me daban algo de espacio.
―Sol,‖ dijo Nicholas suavemente. ―Por favor.‖ Dejé salir un suspiro exasperado de frustración. Cuando miré a mi mamá,
me aseguré de que mi barbilla estuviera en alto, mi mirada firme. ―Aún me toca poder ir a mi cobertizo.‖ Si ellos intentaban de mantenerme alejada de mi horno y rueda cerámica, estaría demente para mi cumpleaños. Mamá debió ver mi desesperación.
―De acuerdo.‖ Dejé escapar otra bocanada de aire. ―Está bien.‖ El teléfono de papá sonó nuevamente. Escuchó calmadamente antes de
hacerle señas a Connor y Sebastian. ―Tu tío Geoffrey está en camino. Y tu tía Ruby está llegando; vayan y ayúdenla a entrar.‖ El hecho de que Ruby haya sido persuadida de dejar su casa por la nuestra hablaba más que alto de la
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seriedad de la situación. Papá tocó la mano de mamá, su boca tensa. ―Solucionaremos esto,‖ prometió antes de enviarnos a todos arriba a nuestras respectivas habitaciones.
―¿Estás bien?‖ Lucy me preguntó al tiempo que nos preparábamos para
dormir. Comenzó por quitarse las toneladas de joyas en plata que siempre usaba – probando que es sólo un mito que los vampiros no toleran la plata.
―Estoy bien, son todos los demás los que están perdiendo la cordura,‖
murmuré. Bufó. ―Qué sorpresa. Eres la hermanita menor y tú sabes cómo se ponen
tus hermanos.‖ Hice rodar mis ojos. ―¿Cómo es ser hija única?‖ ―¿Cómo podría yo saberlo? Tus hermanos me acosan casi tanto como te
acosan a ti.‖ ―Cierto.‖ Lucy esperó hasta que nos hubiéramos cambiado a nuestros pijamas para
hablar nuevamente. Usaba un largo camisón negro de algodón que lucía como un vestido de verano, y yo tenía mi pantaloncillos de pijama favoritos y una camiseta. De nosotras dos, ella era la que siempre lucía como la indicada para convertirse en un vampiro. Suspiré.
―Sol,‖ dijo. ―Nunca vi la transformación de Nicholas, o la de Logan. Fui
expulsada de tu casa, ¿lo recuerdas?‖ ―Lo recuerdo,‖ dije en voz baja. Yo no había sido echada de la casa, pero
ciertamente no había sido bienvenida en el tercer piso, donde dormían todos mis hermanos. Había escuchado el silencio sobrenatural y visto a mis padres pálidos con caras de preocupación mientras se turnaban para sentarse con Logan y luego con Nicholas al año siguiente. Con mis otros hermanos había sido demasiado pequeña para realmente saber lo que estaba sucediendo, y mis padres me habían enviado fuera a fiestas de pijamadas con Lucy. Su madre me había mimado y alimentado con chocolate, lo cual ponía a Lucy irritable dado que a ella siempre le tocaba comer arvejas. No lo había comprendido realmente en ese entonces.
Lo entendía ahora. ―Así que….¿qué pasó realmente?‖ Lucy presionó. ―Sé que te enfermas,
¿pero es tan malo y eso?‖ Realmente lo era.
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―No, es pasable,‖ mentí al tiempo que nos subíamos a nuestras respectivas camas. ―Me refiero, no es divertido ni nada de eso, pero conoces a los Drake. Amamos un buen y sobre-protector melodrama.‖
Sep, mintiendo completamente. Y podía notar que Lucy no se lo estaba comprando realmente. Abrió su
boca para hacerme otra pregunta. Un suave golpe a la puerta la interrumpió. Me tiró una mirada como si yo lo hubiera orquestado.
―Sol, soy yo,‖ Nicholas murmuró al otro lado de la puerta. ―¿Puedo
pasar?‖ ―Seguro,‖ dije mientras Lucy se sentaba repentinamente y alisaba su
cabello. Le parpadeé. ¿Desde cuándo a ella le importaba cómo lucía para cualquiera de mis hermanos? La puerta no hizo ni un ruido sobre sus bisagras mientras Nicholas se escabullía dentro. Estaba usando sus pantalones negros pero sin remera, como si hubiera sido interrumpido cambiándose. Claramente algo estaba sucediendo. Tan claramente como que Lucy estaba tratando de no mirar a su pecho. Él le echó un vistazo rápido, frunció su ceño.
―¿Qué?‖ Quitó bruscamente su mirada. ―Nada.‖ Parecía como si ella fuera a
sonrojarse. Definitivamente iba a fastidiarla por ello luego. De momento, tendría que esperar.
―Hay alguien abajo,‖ dijo rápidamente. ―Rasgó a la ventana y papá lo
dejó entrar luego de que mamá lo amenazara con comerse su rostro.‖ ―Ew,‖ dijo Lucy. ―Vampiro.‖ ―¿Acechando por la ventana?‖ me deslicé fuera de mi manta. ―Eso no es
bueno.‖ ―Están en la biblioteca.‖ Nos miramos entre sí, luego asentimos y nos apuramos a salir al vestíbulo
sin decir otra palabra. La biblioteca era una de las únicas habitaciones en la casa donde podíamos escuchar a hurtadillas. Habíamos descubierto, gracias al aviso de Quinn, que si te recostabas sobre el piso en el cuarto de huéspedes que había extra de junto al mío y presionabas tu oreja junto a la ventilación, casi podías escuchar todo lo que estaba sucediendo.
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Nos estiramos sobre la madera y nos retorcimos en posición. Nicholas estaba entre ambas, acaparando el mejor punto de audición. Su cara estaba girada hacia Lucy.
―No puedo escuchar --‖ Presionó su dedo sobre los labios de ella para
detenerla de decir algo más. Mis padres nos escucharían si susurramos justo sobre la ventilación. Definitivamente había desventajas en tener padres vampiros: andar a hurtadillas era prácticamente imposible. Al menos llegado mi cumpleaños, no sería la única andando a paso fuerte por toda la casa, sorda a todas las intrigas. Escucharían tan bien como ellos.
―¿Existe alguna razón por la que no debamos estacarte donde estás?‖
mamá preguntó placenteramente. ―No estoy aquí por la recompensa,‖ una voz masculina le aseguró. Era
baja y retumbaba, como si viniera de un torso realmente grande. No podía evitar imaginarme a un luchador en la biblioteca. ―Muy difícilmente anunciaría mi presencia, ¿no lo cree?‖
―Usted no golpeó a la puerta exactamente,‖ dijo papá secamente. ―Hay humanos en esta casa,‖ dijo eso como si fuera explicación
suficiente. ―Olí al menos dos, pero no aquí en esta habitación.‖ Si éramos realmente afortunados, no olería a Lucy y a mí sobre su cabeza antes de que escucháramos que más tenía para decir.
―Vine a ofrecerle mi alianza para con su hija.‖ Pensándolo bien, podría haber sobrevivido sin oír eso. ―¿Lo hace?‖ mamá no sonaba convencida. Papá estaba probablemente
demasiado contento ante la idea de negociar otra alianza. Yo medio como que quería regresar a la cama.
―Usted le ha jurado a Lady Natasha,‖ dijo papá calmadamente. ―Lleva la
marca de su casa.‖ ―He jurado a la corte Real, si.‖ Era una distinción importante. ―Pero
estamos aquellos que preferiríamos hacer un juramento a la Casa Drake, y estoy aquí en representación de ellos.‖
Demonios. Esa cosa de la profecía otra vez. ¿Por qué nadie me cree
cuando digo que no quiero ser una princesa, o una reina, o lo que sea? No quería ser la excusa para una guerra civil dentro de las tribus. Tirité.
―Tendremos eso en mente. Por supuesto, necesitaremos pruebas de esa
lealtad.‖
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―Desde luego. Cuando llegue el momento, usted tendrá su prueba.‖ Sonaba como si estuviera haciendo una reverencia. ―Hasta entonces.‖
Escuché la ventana cerrarse y a mamá y papá salir de la biblioteca.
Suspiré y cerré los ojos. Me sentí bien todo el día pero ahora estaba exhausta, casi como si estuviera resfriada.
―Lamento que casi te dejara atrás,‖ Nicholas susurró ajustadamente
contra Lucy. ―En serio pensé que nos seguirían a nosotros y tú estarías más segura en la fiesta‖.
―¿Qué?‖ preguntó cuando ella no respondió de inmediato. ―Nunca antes te habías disculpado conmigo.‖ ―Dije que lo sentía la vez que usé tu muñeca como objetivo de práctica
para la pistola de salvas.‖ ―Porque tu mamá te tenía de la oreja.‖ ―Bueno, como sea. Lo siento.‖ ―Gracias,‖ susurró. ―De nada,‖ le susurró en respuesta. Repentinamente sentí que sobraba. Raro. Nicholas gateó hasta ponerse en pie. ―Deberíamos irnos.‖ ―Se durmió,‖ dijo Lucy. No lo estaba, pero no tenía la energía para
decirle eso. ―La tengo,‖ dijo Nicholas sombríamente, levantándome y llevándome
hacia mi pieza.
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CCaappiittuulloo 44 LUCY
Traducido por Chloe
Sábado en la mañana. Las mañanas eran siempre tranquilas en la casa Drake, incluso con veinte
personas metidas dentro de sus pequeñas habitaciones y estrechos pasillos. La luz del sol brillaba en las ventanas, hechas de alguna clase de vidrio tratado. Los vampiros ancianos pueden soportar la luz solar aunque nunca la aman realmente, pero peligrosamente debilita a los más jóvenes, quienes no han tenido la oportunidad de forjar una inmunidad. Ahora ya jamás tomo por sentado a la luz del día, o a mi habilidad de comer mis alimentos con cubiertos. Aunque, haciendo a un lado todo el asunto de la sangre, los Drake eran muy civilizados. Usaban vasos y copas, no bolsas plásticas con sangre.
Lady Natasha, en todo lo que cuenta, no era civilizada. Ella había sido la
segunda al mando de Montmartre y su amante. Cuando él se cansó de ella, ella se alió con una importante familia de vampiros, conocía los hábitos de los vampiros, del Ejército, y los Sabuesos, y estaba determinada a traerlos a todos bajo su liderazgo. Aunque los sesgos corren profundamente, y hasta el momento no ha podido ingeniárselas para unirlos. No era por un motivo altruista como terminar con lo que era básicamente una guerra civil; era todo acerca del poder para ella. Y posiblemente en restregárselo a Montmartre.
Había visto las rosas con su nombre. No eran un buen presagio. Él claramente quería una hija Drake para darle
bebés vampiros – y el poder del Concejo y la corte Real si es que Solange realmente tomaba el control de ellas. Lo quería todo.
Lady Natasha que lo quería a él, casi tanto como deseaba el poder, no
estaría muy complacida con ninguna parte de ese plan. Si tan sólo la política vampírica estuviera en los exámenes de historia del
instituto, ya estaría hecha.
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Solange aún estaba dormida, enroscada alrededor de los rayos del sol que caían sobre su almohada. Ya había notado que ella se dormía cada día hasta más tarde. Comenzaba a ponerme nerviosa por ella. Todos los demás parecían pensar que era una parte absolutamente normal del cambio. Me coloqué un suéter sobre el camisón y añadí un par de soquetes gruesos. Estaba siempre helado en casa de los Drake, sin importar la época del año. Fui directo a la cocina para prepararme algo de té y tostadas. Nadie más estaba levantado. Comí mi desayuno y luego llevé mi té conmigo mientras vagaba por la casa.
En mi estado de aturdimiento por el sueño, en verdad me había olvidado
acerca de Kieran, atado a una robusta silla en uno de los salones. Me congelé, la taza a medio camino hacia mi boca. Sus ojos mostraban determinación, curiosidad, nerviosismo. Puede que no me gustara su actitud, pero supongo que yo también estaría con mis nervios de punta si estuviera atada en una casa de vampiros. Especialmente si fuera una agente de Helios-Ra a la que le lavaron el cerebro. La mordaza estaba suelta alrededor de su cuello, yaciendo junto a sus tapones para la nariz. En la luz de día, noté que vestía jeans negros y una camisa negra, con las correas al descubierto donde Helena había removido sus armas.
―Luces como si pertenecieras a un pésimo libro de historietas,‖ le dije
alegremente. Se me quedó mirando fijo. ―Tú en verdad no estás molesta por toda la
cosa de vampiros, ¿no es cierto?‖ Me encogí de hombros. ―Como sea.‖ Era evidente que él no sabía que
hacer de mí. Me acerqué con curiosidad. Nunca antes había visto realmente a un agente de Helios-Ra. Me preguntaba a qué tanto escándalo. Él era apenas mayor de lo que éramos nosotras. Sus manos estaban sujetas sin apretar a la altura de sus muñecas de modo que pudiera moverlas un poco, pero sus hombros estaban atados más firmemente al respaldo de la silla. Usaba borceguíes militares con punta metálica, también sujetos apretadamente en los tobillos. ―¿Qué te hicieron los Drake que te puso tan quejoso?‖
―¿Quejoso? ¿Acaso acabas de llamarme quejoso?‖ ―Los llamo como los veo.‖ ―Eres la chica más extraña.‖ ―Viene del chico que se cree que es un agente secreto.‖ ―Deberías tomar más en serio a los Helios- Ra,‖ me advirtió.
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Le sonreí con muy poco humor. ―No tomo muy bien las órdenes.‖ Elevé las cejas. ―Así que, ¿qué hay con la vendetta?‖4
Su quijada se tensó. ―Te lo dije.‖ ―Lamento que tu padre muriera. Pero no puedes culpar a todos los
vampiros por las acciones de uno.‖ Traté de sonar razonable, calmada. Mi mamá era natural en esa clase de cosas. ¿Yo? No tanto. ―Eso es lo que se llama racismo.‖
―Ellos no son humanos.‖ ―Eso es tan fuera del punto.‖ Se me quedó boquiabierto. ―¿Qué?‖ ―Y además, los Drake son humanos, o en su mayoría lo fueron. Y nunca se
tornaron rufianes y colmilludos sobre la población en general. ¿No te enseñan nada en esa notable academia secreta?‖ Él estaba tratando de no lucir perplejo.
―Por favor. Es un poco obvio.‖ ―Tú no comprendes.‖ ―Comprendo perfectamente,‖ dije. ―Ellos te han lavado el cerebro.‖ ―Hey, tú eres el que está en alguna clase de secta de cazadores.‖ Estrechó sus ojos. ―Esto no es una broma, Lucy. Los Drake mataron a mi
padre.‖ ―No lo hicieron.‖ ―Ni siquiera sabes quién es mi padre.‖ ―Sé que eres un idiota.‖ Me miró por un largo y silencioso momento como si estuviera en busca de
algo. Luego miró hacia mi taza. ―¿Puedo tener un sorbo?‖ preguntó. ―No he tenido nada de beber en toda
la noche.‖
4 venganza
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No confiaba en él, obviamente. Había escalado numerosas vallas y escabullido dentro de una tierra de vampiros altamente vigilada con intenciones nada amables. Aún así, era sólo té. ¿Cuán peligroso podía ser eso? Me acerqué. Levanté la taza hacia sus labios y bebió agradecido.
―Lo siento,‖ susurró, sonriendo con tristeza. Deslizó su mano derecha bajo su puño izquierdo, hubo un pequeño sonido de agrietamiento y una ráfaga que parecía como azúcar impalpable proveniente de un frasco cocido dentro de su propia manga. La pesada esencia de chocolate y lilas sobrevolaba entre nosotros. Me hacía querer estornudar.
―Soy casi inmune a las feromonas de los vampiros,‖ le informé
altaneramente, cruzándome de brazos. ―No eres inmune a esta mezcla,‖ dijo. ―Sí, lo soy. No sé qué creas --‖ La habitación fluctuó ligeramente, como si
la estuviera viendo a través de olas de calor saliendo del asfalto. ―¿Qué demonios?‖
Otra bocanada de polvo. ―Esta es una mezcla especial.‖ Sonó levemente apenado. ―Nadie puede
resistirla por mucho tiempo.‖ ―No vas a salirte con la tuya.‖ Todos los colores parecían extraños, como
si estuvieran repletos de luz. El rojo de las cortinas de terciopelo lucía como si estuviera goteando sangre. ―Gritaré.‖ Abrí mi boca.
―Tú no gritarás,‖ dijo él calmadamente. Cerré mi boca. El gusto a cocoa y flores me hizo jadear. Había algo más
enlazado bajo los sabores, pero no lograba localizarlo. Regaliza, whisky, algo. Me sentía débil, perpleja. Y bajo la imprecisión, ardiente ira.
―Desátame, Lucy.‖ Mis manos oscilaron hacia delante. ―No,‖ susurré, observándolas como si pertenecieran a algún otro cuerpo.
Enrosqué mis dedos contra mis palmas. El sudor corriendo bajo mi cabello, sobre mi rostro. Mis anteojos se deslizaron por mi nariz. ―No.‖
―Desátame, Lucy,‖ demandó, con mayor fuerza. ―Estoy impresionado,
poca gente necesita de una repetición. Pero no puedes ganarle – sólo te lastimarás intentándolo.‖
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Peleé la compulsión frenéticamente, y perdí. Los nudos se aflojaron, se liberaron. Cuando sus manos estuvieron desatadas, él se movió fuera de las cuerdas sobre sus hombros y luego se inclinó para desatar sus tobillos.
―Quédate aquí, Lucy. No hagas ni un ruido, no te muevas hasta que me
haya ido.‖ Luché y me retorcí pero era como pegajosas cadenas que me sujetaban
firmes. Los Drake iban a matarme. Había liberado a su única ventaja, quien estaba ahora abriendo la ventana y deslizándose fuera, al harapiento jardín. Al menos él no sabía acerca de las alarmas silenciosas. Aún así, no eran suficientes. Lo observé saltar la decorativa pared de piedras, correr a través del terreno y escabullirse dentro del bosque. El sol brillando radiante sobre su cabeza. Escuché pasos, una suave maldición y la enfurecida voz de Nicholas.
―¿Qué demonios has hecho?‖ La liberación fue total y abrupta. Mis músculos se sentían como agua. Mi
visión se nubló y me desplomé contra la alfombra. No me desmayé pero me tomó un momento abrir mis ojos nuevamente, un momento aún más largo para que todo el mobiliario dejara de moverse y volviera a su correspondiente lugar otra vez. Nicholas estaba agachado a mi lado, ojos refulgentes.
―Tú pequeña idiota.‖ La última película pegajosa como telaraña de compulsión se disolvió.
Estaba ansiosa por re-establecerme, el pánico corriendo a través mío como hurones furiosos ante la idea de que los efectos puedan ser permanentes. La ansiedad me tenía nauseabunda. Me erguí repentinamente, como si hubiese sido pinchada con una picana. El regocijo de controlar mis miembros nuevamente fue más dulce que cualquier chocolate.
Nicholas, posiblemente, no estuviese de acuerdo. ―¡Tienes que dejar de romperme la nariz!‖ gritó al tiempo que el resto de
la familia entraba de golpe. La sangre manchaba sus dedos mientras con un crujido colocaba su nariz de regreso en su lugar.
―Ups,‖ dije haciendo una mueca. Probablemente era algo bueno que él se
curara tan rápido. Froté mi frente en donde había colisionado contra su nariz. Mi respiración era entrecortada, como si hubiera estado bajo el agua por demasiado tiempo. Quinn, apenas vestido a medias, miró fijamente a la silla vacía con las sogas enroscadas cuales serpientes dormidas. Su expresión se tornó acalorada, luego fría.
―¿Dónde diablos está él?‖ ―Ella lo dejó ir,‖ explicó Nicholas tensamente, poniéndose de pie. Fue
entonces cuando finalmente noté que él estaba vistiendo sólo la parte de
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debajo de su pijama. Su pecho estaba al desnudo, cubierto de músculos alongados. Mi respiración sonaba alta, incluso para mí. El peso combinado de la inaudita furia de los Drake me hizo encogerme. Más adrenalina era bombeada a mi torrente sanguíneo. Genial. Ya me sentía como si hubiese bebido un galón de expresso. No sabía si me iba a desmayar o iba a explotar.
Solange me ayudó a estabilizarme. ―¿Estás bien?‖ ―Eso creo.‖ Mis dientes estaban castañeando. Luché por contener las
lágrimas de culpa y frustración que quemabas tras mis párpados. Nicholas exhaló un disgustado suspiro antes de envolverme rudamente con una colcha tejida empujándome hacia el sofá.
―Estás prácticamente verde,‖ murmuró, empujando mi cabeza hacia
abajo entre mis rodillas. ―Respira.‖ Helena estaba en la ventana, gruñendo. Entrecerró sus ojos. El vidrio
puede que hiciera a la luz solar segura pero sus ojos todavía eran pálidos y sensibles.
―Lo siento,‖ dije miserablemente. ―Sólo quería darle un sorbo de té. Él
dijo que estaba sediento.‖ Podía notar que Liam estaba frenando su temperamento con una formidable suma de fuerza de voluntad. Los tendones de su cuello saltaban en claro relieve. Su quijada bien pudo haber estado tallada en mármol.
―¿Qué sucedió?‖ preguntó muy lentamente, muy preciso. Quería arrastrarme dentro de un hoyo. ―Él hizo volar alguna clase de polvo en mi cara.‖ Me froté mis fríos
brazos. Me pregunté si sería un efecto secundario de la droga o si yo estaba en shock. ―Me resistí al principio, era algo así como sus feromonas. Pero la segunda dosis me pudo. Me dijo que le desatara.‖ Cerré mis ojos brevemente, irritada conmigo misma. ―Y lo hice. No pude detenerme.‖
―¿Voluntariamente?‖ Quinn gritó. ―¿A propósito?‖ Liam lo silenció con una mirada y vino a sentarse en frente mío. Intenté
evitar sus ojos, me rendí. Había en su mayor parte una dura paciencia y muy poca recriminación en su rostro.
―Lo siento tanto. Traté de contrarrestarlo. Era como ser hipnotizada o
algo.‖ ―Necesito que me digas todo lo que recuerdes.‖
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Describí la forma en que sabía, en que hormigueó en mi nariz, se aferró a mi suéter.
―Hypnos,‖ dijo Liam con frialdad. Helena se giró de su puesto. Ella señaló
hacia el escritorio, y Connor fue a sacar un pequeño alhajero del cajón inferior. Luego usó un pequeño pincel para colectar cualquier residuo de polvo que pudiese obtener de mi suéter y la alfombra.
―Nunca hemos sido capaces de poner nuestras manos en ninguno,‖ Liam
explicó con aires de suficiencia. ―Tendremos a Geoffrey analizándolo.‖ Geoffrey dictaba clases nocturnas de biología en la universidad local. Pero también tenía su propio laboratorio y siempre estaba montando experimentos y estudiando los inigualables dones de los Drake.
―¿Pero qué es?‖ ―No estamos seguros acerca de todos los componentes; ciertamente
contiene una de las hierbas zombie. Del resto, no sabemos lo suficiente, sólo que es muy poderoso. Aparentemente, deberíamos haberlo registrado más en profundidad.‖
―Estaba escondido en su manga.‖ Fruncí el ceño. ―Si alguna vez vuelvo a
verlo, voy a darle un empujonazo justo--‖ ―Mantente alejada de él,‖ interrumpió Nicholas mis vociferaciones. Lo
ignoré. ―¿Ahora que hacemos?‖ pregunté. ―Ahora regresamos a la cama y descansamos un poco,‖ Liam me recordó
gentilmente. ―Déjanos preocuparnos de eso.‖ Solange bostezó en forma suficientemente amplia como para dividir su
rostro. Los hermanos estaban todos más pálidos de lo habitual, oscuros círculos como moretones bajos sus ojos de color acuoso. Ellos aún eran jóvenes. De hecho, Logan se había convertido hacía sólo dos años. Él estaba tan exhausto que lucía como borracho, apenas capaz de mantenerse en pie por sí mismo. Sebastian lo ayudó a erguirse, llevándolo hacia la escalera. Nicholas había sido convertido aún más recientemente, así que asumo que sólo su enojo hacia mí era la que lo estaba manteniendo parado.
Solange bostezó nuevamente. ―¿Vas a estar bien?‖ Asentí. ―Regresa a la cama.‖ Eran casi las once pero ella estaba
balanceándose un poco sobre sus pies. El resto de la familia se alejó hacia sus respectivos cuartos privados, Liam y Helena susurrándose el uno al otro. Liam ya estaba discando en su teléfono móvil. Sólo Nicholas se quedó. Estaba del color de la leche.
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―¿No vas arriba?‖ pregunté Se acercó más a mí. ―En un minuto.‖ Finalmente me sentía tibia. La manta tejida se deslizó por mis hombros.
Él me estaba mirando como si quisiera pelarme como a una naranja. Recordé la sensación de su boca sobre la mía. Fruncí el ceño, nerviosa sin ningún motivo.
―¿Qué?‖ ―Sólo quiero intentar algo.‖ Su toque era gentil, rozando mi mejilla, mi
brazo, bajando hacia mi muñeca. Sus ojos eran como la lluvia en otoño; violentos, misteriosos, hermosos.
Hipnotizantes. ―Detente,‖ susurré. ―Mantente alejada de Kieran,‖ demandó suavemente. ―Él es peligroso.‖ ―¿Y tú no?‖ ―Averigüémoslo.‖ Cerró la distancia entre nosotros antes de que tuviera
tiempo si quiera de pestañar. ―¿Qué estás haciendo?‖ ―No tengo idea,‖ admitió. Sus labios revoloteaban justo a penas a un
suspiro de distancia de los míos. ―Pensé que estabas enojado conmigo.‖ Realmente quería inclinarme hacia
delante, sólo muy ligeramente. ―Lo estoy.‖ ―También estás tratando de usar tus encantos vampíricos sobre mí.‖ ―No funcionan sobre ti.‖ ―Recuerdo eso.‖ Mi voz era suave, como crema batida, y en discordancia
con mi sonrisa arrogante. No cerramos nuestros ojos, ni siquiera cuando nuestros labios se
encontraron. Me estremecí de pies a cabeza. Ya no estaba ni remotamente
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fría; de hecho, me sentía como en el más largo y húmedo día del verano. Su piel estaba fría. Medio como que deseaba mordisquearlo como si él fuera un helado. Cuando su lengua tocó la mía, mis párpados finalmente se cerraron. Me entregué completamente al momento, lentamente.
Quería que durara por el próximo año y medio como mínimo. Nunca antes
me había sentido así. Me podría volver con toda seguridad adicta. Sólo imaginen si en verdad nos gustábamos el uno al otro.
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CCaappiittuulloo 55 SOLANGE
Traducido por Chloe
Sábado en la tarde.
Cuando desperté, Lucy estaba refunfuñando sola. No era inusual, pero
había un tono particularmente estridente en ello, más aún del que era ordinariamente producto de su impaciencia para con nuestra lenta conexión a Internet. Las numerosas haciendas que comprendían el complejo de los Drake abarcaban casi mil acres, algunas sin ninguna fuente de energía. Nuestra casa era afortunada de tener servicio satelital, aún si ello significaba que nuestra conexión sufriera cuando el día estaba nublado en alguna otra parte del continente.
―Estúpido satélite.‖ Necesitaría una calculadora para descifrar cuántas veces me he
despertado con ella gritándole a mi computadora. La paciencia no era una de las mejores cualidades de Lucy. Me acurruqué más profundamente en el nido de mantas. El sol parecía un poco y excesivamente luminoso, pero me gustaba el calor del mismo sobre la cara. ―¿Qué hora es?‖ bostecé.
Lucy me echó un vistazo. ―Sólo pasadas las dos, creo.‖ Garabateó sobre
un trozo de papel. ―Tapones para la nariz, definitivamente necesito esos. Y una navaja, algo verdaderamente puntiagudo. ¡Ooh!‖ se interrumpió así misma con excitación. ―Una pistola eléctrica. ¿Creo que venden esas en eBay?‖
Bostecé nuevamente, me impulsé sobre mis codos. Estaba más cansada de
lo acostumbrado pero lo ignoré. ―¿Se puede saber qué estás haciendo ahora?‖ pregunté.
―Haciendo una lista de provisiones,‖ respondió sombríamente. ―No tengo
ninguna intención de dejar que ese Helios-Ra con cara de imbécil me use otra vez para llegar hasta ti.‖
―No fue tu culpa.‖ Ella no lucía ni remotamente convencida. ―Nicholas piensa que es mi
culpa.‖
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―¿Desde cuándo te importa lo que él piense?‖ Se pausó. ―Oh. Buen punto.‖ Hizo clic con el Mouse. ―Hey, mira, sí tienen
pistolas eléctricas. Ésa tiene una Hello Kitty5, creo. Tal vez no, es difícil de saber.‖ Sus ojos se ampliaron cómicamente. ―¿De qué están hechas, oro sólido y diamantes? No puedo costear eso con mi mesada.‖
Gimoteé, dejando que mi cabeza cayera de regreso sobre mi almohada.
―Lucy, no puedes pedir una de ésas. No es exactamente sutil.‖ Hizo caras. ―Supongo.‖ ―Además, sabes que mi mamá probablemente tenga una en el cuarto de
almacenaje.‖ Ella dio vuelta en su silla, sus ojos brillando. ―¿Crees que me daría una?‖ ―¿Después de la última vez? Ninguna posibilidad.‖ ―¿Qué?, ¡vamos! ¡Eso fue hace siglos!‖ ―Nadie ha olvidado que sucedió cuando la convenciste de que te enseñara
arquería.‖ ―¿Cómo iba a saber que tendría tan buena puntería?‖ Ella había estado muy muy cerca de ensartarle a Marcus en el corazón, lo
cual lo habría matado, como a cualquier otro. Las flechas funcionaban igual de bien que las estacas; no importaba cuál fuera el material, mientras fuera puntado y atravesara directamente el corazón. En realidad era algo bastante difícil de lograr: la caja torácica no es fácil de atravesar.
Me frunció el ceño. ―Estás verdaderamente pálida. ¿Te estás sintiendo bien?‖ preguntó. ―Dios, tú también no.‖ Tiré la almohada sobre mi rostro. ―Estoy bien.‖ ―Estás malhumorada.‖ ―Porque me estás molestando.‖ Me empujó. ―Ni siquiera he empezado a molestarte.‖ Descubrí un ojo. ―Vete Lu. Estoy cansada.‖ Traté de hacer que mi único
ojo expuesto hiciera eso de la mirada fría en la que mi mamá era tan buena. Lucy inclinó su cabeza.
5 Hello Kitty = el dibujito de la gatita
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―Te estás volviendo mejor en eso.‖ La única cosa acerca de ser mejores amigas con alguien por tanto tiempo
era que incluso el convertirte en un vampiro no la perturbaba realmente. Su sonrisa se suavizó. Genial. Mis trucos vampíricos engendraban compasión, no miedo.
―Regresa a dormir,‖ dijo. La luz captó las lentejuelas de su pañoleta de
terciopelo, haciéndome pestañear. ―Seguiré haciendo listas de las dolorosas y muy lentas formas en que puedo hacer sufrir a Kieran.‖
Kieran. Cerré mis ojos, preguntándome por qué no me resultaba trabajo en lo
absoluto evocar la exacta tonalidad de sus oscuros ojos, hostiles como eran. Debería de estar pensando en la recompensa sobre nuestras cabezas, no en si lo llegaría o no a ver nuevamente. Porque por supuesto que si iba llegar a verlo de nuevo; él probablemente iba a intentar y estacar a uno de mis hermanos, si no es que a mí. Muy difícilmente un prometedor comienzo de una relación.
¿Relación? ¿En qué diablos estaba yo pensando? Sin lugar a dudas mi inminente cumpleaños estaba haciendo confundir a
mi cabeza. No había ninguna otra explicación. Simplemente necesitaba más descanso. Porque sí me sentía más cansada de lo habitual, como si mantener mis ojos abiertos se estuviera convirtiendo en una tarea ridículamente ardua, a la par con los algoritmos y los bordados de la tía Hyacinth. Cuando desperté nuevamente, estaba sola en mi cuarto. Mi estómago rugió en forma audible. Me sentía mejor, descansada y claramente hambrienta. Tal vez me preparara waffles con jarabe de arándano. No me podía imaginar si alguna vez ya no iba a desear comerme toda una pila de ellos con crema batida, incluso con cada uno de mis hermanos asegurándome que para esta época la próxima semana la mismísima idea me ocasionará nauseas. Así que, mejor comer tantos como pueda, mientras aún pueda.
La casa estaba aún silenciosa. El sol todavía no se había ocultado, mis
hermanos probablemente aún estaban dormidos. Mi papá podía estar despierto todo el día e incluso podía sentarse fuera, bajo la sombra de un árbol. Pero hoy, sabía, que él estaría en el teléfono con cada operativo y vampiro que conociera, y mamá estaba probablemente haciendo el inventario de las armas. Ella aún no era muy fuerte durante el día, pero no era capaz de estarse quieta – no después de lo de anoche.
53 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
La cocina estaba vacía pese a que Lucy había dejado una jarra de café calentándose para mí. Me serví una taza y aunque sabía bien, ya no estaba de humor como para comida. Nos habíamos quedado sin jarabe de arándanos de todas formas. Cuando mis padres iban de compras por comestibles, tendían a traer a casa sangrientos filetes y cualquier cosa roja: frambuesas, cerezas, pimientos rojos. No hacía sencillo el cocinar.
―Querida, prueba la mousse de frambuesa. Está fresca.‖ Tampoco lo hacía la tía Hyacinth. Traté de ocultar el escalofrío al tiempo que giraba sobre un pie para
sonreírle. Ella estaba parada sobre la puerta, vistiendo lo que yo llamaba su atuendo victoriano estilo burdel: todo encaje y flores de terciopelo y franjas de seda. Su larga cabellera castaña estaba sujeta en un desaliñado rodete. Su perro faldero, la Sra Brown, gimoteó a sus pies. Si la Señora Brown estaba fuera de las habitaciones de la tía Hyacinth, entonces se deducía que los otros perros, gigantescos bebés si los eran, estaban actualmente acobardados bajo la mesa del comedor. Le temían a la Sra. Brown del modo que yo le temía a los reality de TV.
―Ven a charlar,‖ invitó la tía Hyacinth luego de servirse un vaso de licor
de cereza. A ella le gustaba experimentar condimentando su comida y bebida, mezclándola con sangre.
Es por eso que no tenía ninguna intención de tocar la musse de
frambuesa. Nosotros podíamos técnicamente comer alimentos luego del cambio, sólo
que para nosotros no tenía prácticamente ningún sabor y absolutamente carecía de valor nutritivo. Sólo la sangre nos mantenía vivos y saludables.
Grotesco, grotesco, grotesco. Definitivamente iba a tener que superar esta fobia mía a la sangre. Y pronto. ―¿Vienes?‖ tía Hyacinth llamó desde el extremo de la escalera. La seguí
hacia arriba, la Sra Brown mordisqueándome los talones con entusiasmo. Hubo un gemido canino desde el comedor.
La tía Hyacinth tenía una suite en el segundo piso, al igual que mis padres
y yo, junto a una de las habitaciones para huéspedes. La tía Hyacinth prefería vivir con nosotros en lugar de construir su propia casa en el predio de los Drake. Ciertamente podría costearlo. Nuestra familia había permanecido el tiempo suficiente como para aprender cómo ser confortablemente adinerados. Al principio hubo considerables robos involucrados, los cuales
54 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
nadie nunca reportó, gracias a las feromonas. Pero en los últimos cientos de años, todo el mundo había comenzado a almacenar monedas y piezas decorativas, las cuales se convirtieron en muy valiosas antigüedades con escaso esfuerzo. De hecho, cada niño nacido o convertido en la familia Drake poseía un fideicomiso abierto a su nombre en la forma de un cofre repleto de oro antiguo encerrado en la habitación de seguridad del sótano. Sin embargo, pese a la riqueza, la tía Hyacinth alegaba que estar sola demasiado tiempo la había hecho muy sentimental. Sus palabras, no mías; aunque según los amigos de la escuela de Lucy, yo tenía un extraño vocabulario y un acento raro – el riesgo de ser educada en casa por una familia cuyos miembros nacieron en cualquier parte del siglo veinte en adelante.
Las habitaciones de la tía Hyacinth eran bastante semejantes a lo que
esperarías de una dama que aún llora la muerte de la Reina Victoria – y el hecho de que dicha reina haya rechazado una oferta de conversión.
Volví mi atención de regreso a mis alrededores. Mi propia inminente
transformación no sólo me hacía insoportablemente soñolienta, sino que también hacía realmente arduo el concentrarse. El recibidor de tía Hyacinth no ayudaba. Y era un recibidor, no una salita de estar o una sala. Un recibidor. Había aprendido la diferencia antes de que aprendiera a deletrear la palabra. Con la apropiada pronunciación Británica, por supuesto, para la tía Hyacinth. También aprendí la pronunciación medieval para palabras en honor a Veronique – con un toque francés en honor a su herencia Aquitania – e inglés moderno proveniente de mamá y papá. Fue un milagro que aprendiese a deletrear mi propio nombre.
Me senté en un sillón tapizado en brocado junto a una enorme urna de
cobre rellena de helechos. La tía Hyacinth amaba los helechos; habían estado de moda cuando ella tuvo su baile de debutante en su décimo octavo cumpleaños. Había usado un vestido de seda blanco y rendido pleitesía a la reina. Ella me enseñó a hacer una reverencia y yo le enseñé a Lucy, que practicó hasta darse calambres en las piernas. El recibidor tenía manteles de encaje sobre cada superficie y candelabros de plata y lámparas de aceite y siluetas pintadas en marcos dorados. Había un pequeño vestidor repleto de corsés, enaguas y botas puntiagudas. Lucy y yo habíamos pasado horas jugando allí cuando éramos pequeñas. Lucy aún jugaría allí, si la tía Hyacinth la dejara.
La tía Hyacinth se reclinó en forma dramática sobre un descolorido sofá
de terciopelo, bebiendo su sangre saborizada con cereza. La Sra Brown saltó para acurrucarse a sus pies, aceptando trocitos de filete crudo como aperitivos de media tarde. Me pregunté, no por primera vez, si era posible ser un vampiro vegetariano.
―Si continúas preocupándote tanto te causarás arrugas,‖ me regañó gentilmente tía Hyacinth.
―No puedo evitarlo.‖
55 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―Querida, tus hermanos sobrevivieron al cambio. Como mujer Drake, eres
mucho más fuerte de lo que ellos son. Sólo piensa, despertarás tan renovada. No hay sensación igual.‖ Ella se abanicaba con un abanico de seda decorado con plumas blancas. ―Y entretanto, debes disfrutar del cortejo.‖
―¿Cortejo? Tía Hyacinth, ellos están borrachos de mi peculiar olor. Y no se
interesan por mí, ellos sólo quieren que les dé pequeños bebés colmilludos o lo que sea. Y desean el poder del nombre Drake. No es exactamente romántico.‖
Se abanicó más fuerte. ―Pero lo puede ser, si lo usas a tu favor.‖ ―No gracias.‖ Amaba a mi tía pero había ciertos temas en los que nunca,
jamás estaríamos de acuerdo. Caso en cuestión: chicos. También: novios, esposos, técnicas de coqueteo, y los supuestamente confortables corsés con armazón de acero.
La tía Hyacinth se inclinó para acariciar mi cabello con una mano. ―En
ocasiones me sorprende cuán hermosa eres, incluso con ese desordenado cabello suelto.‖ Su expresión fue sombría, feroz. Habría estado aterrorizada si no la amara tanto. ―Ningún daño te será hecho, Solange, no mientras alguno de nosotros viva.‖
Y eso es lo que más me asustó.
56 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
CCaappiittuulloo 66 LUCY
Traducido por Carlos
Sábado en la tarde. Dejé una nota en la puerta de la nevera y salí sigilosamente, manteniendo
el coche en neutro hasta que estuve libre de la calzada. Supe que habrían querido enviar a alguien conmigo, pero era incidental y no quería que Solange tenga un solo minuto de menos protección por mí. Además, esperé hasta la parte más brillante y soleada del día, y sólo necesitaba asegurarme de que los gatos tuvieran suficiente agua y comida. Todo lo demás que necesitaba estaba en el pueblo, en lindos lugares públicos atestados o bien en el complejo de Drake.
Sabía que Geoffrey estaría en su laboratorio ahora que él tenía una
prueba del polvo de Hypnos6. Realmente me irritaba que yo hubiese sido el eslabón débil. Kieran tenía muchísimo de que responsabilizarse, el idiota.
Conduje hacia la última casa en el complejo y alrededor del expuesto
granero que salía de atrás. Geoffrey lo había estado usando como un laboratorio por décadas. Golpeé
la puerta antes de entrar. Era una lección que había practicado en mí desde que fui lo suficientemente mayor para saber que era bueno ignorar ciertas explosiones y el humo negro que salía de este particular granero pero que nunca era bueno no tocar. Geoffrey podía oír mis latidos acercándose, pero algunos de sus experimentos eran delicados y peligrosos y él no siempre estaba capacitado para dar un paso lejos de ellos o cerrarlos por la seguridad del visitante. Y aunque usualmente prefería el armario de Hyacinth para mis exploraciones, Geoffrey me había ayudado a pasar mi examen de biología el año pasado y yo esperaba que él fuese tan servicial hoy.
–―Entra, Lucy‖,– él gritó, ya sonando distraído. Tendría que hacer mis
preguntas cortas. El granero estaba equipado con el equipo más moderno, acres de mostradores, unidades de refrigeración y al menos una docena de extintores. Geoffrey estaba de pie sobre una bandeja de vasos de laboratorio, trayendo puesto un arrugado abrigo de laboratorio.
6 Hypnos (en griego Ύπνος), significa sueño.
57 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
–―Hola. Sé que estás ocupado así que me daré prisa‖– dije, arrugando mi nariz al olor familiar de formaldehido7 y el alcohol frotador con un matiz de heno. No había habido heno almacenado en este granero por casi cien años, pero aparentemente ese polvoriento olor nunca se fue realmente. –―¿Algún progreso con los Hypnos?‖–
–―Estas cosas llevan su tiempo, sabes eso‖.– Agregó una gota de líquido
azul a una diapositiva y la deslizo bajo un microscopio. –―Así como sabes que eso no es por lo que estás realmente aquí‖.–
–―Lo siento lo deje escapar‖. Él miró hacia arriba. –―Es apenas tu culpa- incluso yo seguiría órdenes si
adquiriese un bocado de Hypnos. Es muy potente, Lucy‖. –―Lo sé‖. –―Ahora, ¿Qué puedo hacer por ti?‖ Me mordí el labio. –―Quiero saber del cambio de sangre‖. –―Tú sabes del cambio de sangre‖. –―No, no lo sé. Sé que es el gran mal y que a todos enloquece, pero eso es
todo. Y cada vez que le pregunto a Solange, ella me dice que no me preocupe‖.
–―Y ella tiene razón‖. –―Por favor‖. Aparentemente no estaba encima de la mendicidad. –―Solo
quiero entenderlo así puedo ayudar‖. Él sonrió amablemente. –―Desafortunadamente, no hay mucho que puedas
hacer para ayudar, mi amor. Ésta es la batalla de Solange‖. –―Solange es mi mejor amiga‖ – dije tercamente. –―Así que es mi batalla
también‖ Algo en mi cara debió haberlo convencido de que iba a hacer una molestia
de mi misma hasta que obtuviera lo que quería, porque él finalmente suspiró y dijo, – ―Bien, Lucy. Toma asiento‖.
Me senté rápidamente, antes de que él pudiera cambiar de idea. –―El cambio de sangre es todavía parte de un misterio‖– él admitió. –―He
estado haciendo investigaciones y experimentos para entender mejor el reto
7 El formaldehido o metanal es un compuesto químico, más específicamente un aldehído (el más simple
de ellos) es altamente volátil y muy inflamable, de fórmula H2C=O.
58 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
especial de nuestra familia, pero con los diversos grados de éxito. No es estrictamente científico, ni es eso estrictamente sobrenatural, así que tenemos otras tantas preguntas como respuestas. Hay sólo unos pocos de otras familias que pueden procrear como lo hacemos. Todos los otros vampiros son creados, no nacidos. Técnicamente, los Hel-Blar están hechos de la misma manera; es solo que tienen una transformación más violenta, sin guía o mentores hasta que es demasiado tarde‖.
–―¿Son tan espeluznantes como todos los hacen ser?‖ –―Sí‖ –―¿Los Hounds También se enferman?‖ –―Por así decirlo, sin embargo no como nosotros. Nuestro cambio es
genético, tú entiendes. Tan cerca como lo podemos explicar, cuando nuestros jóvenes alcanzan la pubertad, el fluido en hormonas provoca el cambio. Es como que el cuerpo se ataca a sí mismo y luego se apaga- hasta que es re-despertado por beber sangre de vampiro. Nuestros niños necesitan ser muy fuertes para pelear a través de eso y ganar‖.
Tragué. –―¿Pero principalmente todos pasan a través de eso, cierto?‖ –―Principalmente‖. –―¿Por qué algunos se vuelven locos? ¿Es eso una cosa de hormonas,
también? ¿Como un PMS8 permanente?‖ Él sonrió brevemente. –―No precisamente. Es solo que algunos son más
fuertes que otros. El cambio de sangre es tan difícil, algunos simplemente no pueden esperar por ellos mismos. Si obtienen apenas la suficiente sangre para sobrevivir, la sed los controla y es todo en lo que ellos pueden pensar, como los Hel-Blar‖.
–―¿Estás diciéndome que Solange podría convertirse en uno de ellos si no
es lo suficientemente fuerte?‖ –―Ojalá lo supiera con seguridad. El resultado más probable sería que ella
simplemente pudiese morir y no ser re-despertada‖. –―Esto apesta‖– Fruncí el ceño. –―Pero Solange es totalmente lo
suficientemente fuerte. Ella no va a morir de verdad y ella no se volverá loca‖– Si lo decía lo suficiente, sería cierto.
–―Estoy seguro de que tienes razón‖– dijo Geoffrey tranquilizadoramente.
–―Ella tiene genes fuertes, lo cual es una ventaja. Beber la sangre de alguien del mismo linaje la rehabilitará lo suficiente como para ganar la batalla. Su 8 Pre Menstrual Syndrome.- Síndrome Pre-Menstrual
59 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
cuerpo no atacará la sangre nueva, pero no puede crear su propio suministro tampoco. Al principio, ella necesitará beber todos los días para suplementar, menos a medida que se vuelve vieja‖.
–―Ella no va a volverse vieja‖– Traté de no recalcar el hecho de que un día
yo estaría arrugada y llevando puesta una dentadura y ella aún se vería bastante joven para ser mi nieta. Teníamos preocupaciones muchísimo mayores.
–―Ella no envejecerá físicamente, no. Al menos no por unos cuantos años,
después de que su organismo se ajuste completamente a su nueva forma. Tengo miedo. Realmente aún no entiendo la ciencia detrás de esta adaptación. Mi teoría es que es otro mecanismo genético de supervivencia: Cumplimos nuestra edad óptima, en donde vemos lo más fuerte. Es una manera de ahuyentar a los depredadores, como hacerse ver más grande para ahuyentar a un oso negro‖
–―Oh. Y su cosa especial de feromona es un mecanismo de supervivencia
también, ¿cierto? ¿Cómo pueden estar todos tan obsesionados con ella?‖ –―Sí. Es una cosa copulativa. Todos se preguntan si ella será capaz de
llevar un niño vampiro para llamar‖. –―Grotesco‖ –―Estudia a Darwin9, mi niña‖ Claro que si. –―¿Una cosa más, por qué los Hel-Blar son azules?‖ –―Es un efecto secundario, al igual que sus colmillos. Sus colmillos
adicionales les facilitan tomar a sus primeras... comidas... con tal violencia y tal gula, que los deja, en efecto, llenos de sangre y amoratados‖.
–―Oh‖– Tenía que aprender a dejar de hacer estas preguntas. Nunca me
gustaba la respuesta. Tragué. –―Gracias. Supongo que debería dejarte regresar al trabajo‖–
–―Sí, Darwin va a obtener un poco de ayuda cuando haya terminado‖– Él
regresó a su microscopio y sabía que él había casi olvidado que estaba allí a la hora que alcancé la puerta. No me sentía mejor exactamente, pero por lo menos ya no me sentía como si fuese la única en la oscuridad.
Conduje a casa, con la mente corriendo. Mi casa parecía demasiado
tranquila en cierta forma, demasiado vacía. La estatua Kali de mamá me observaba mientras sacaba varios cuencos de agua. Tenía que subsistir hasta
9 Charles Darwin, fue un naturalista inglés que postuló que todas las especies de seres vivos han
evolucionado con el tiempo a partir de un antepasado común mediante un proceso denominado selección
natural. Fue el creador de la teoría de la evolución.
60 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
que mis padres regresaran‖- por si acaso. Se sentía melodramático pensar de esa manera, pero necesitaba estar preparada. Solange habría estado feliz escondiéndose en alguna cabaña desierta hasta que esto haya terminado, pero yo quería pelear. Mis padres todavía no entendían mis tendencias violentas considerando la manera que fui educada: meditando, comiendo tofu, y tomando largos viajes de carretera en mitad del año escolar para ver petroglifos10 u observar un alce. La tolerancia rabiosa de mi mamá se extiende no sólo personas sino a todas los especies - incluidos los vampiros. Helena y mi mamá eran las mejores amigas en la secundaria pero se separaron poco a poco cuando mamá fue a la universidad y luego viajó alrededor del mundo para encontrarse a sí misma. Pasaron diez años antes de que mamá regresara a su ciudad natal. Una noche ella iba en una de sus caminatas de luna llena y se topó con Helena, quien estaba embarazada de Solange y estaba bebiendo la sangre de un ciervo que Liam había matado para ayudar a saciar sus antojos. Aparentemente, esa clase de cosas sólo habían ocurrido cuando Helena estaba embarazada de Solange y no con cualquiera de sus siete hermanos.
De cualquier manera, ninguna cantidad de control mental de vampiros iba
a hacer a mi vegetariana mamá olvidar esa particular escena. Helena no podía ocultarse de mi mamá, y su amistad fue reavivada, que era cómo vinimos a ser tan cercanos y cómodos con los Drakes. Más cómodos de lo que estaban ellos con nosotros algunas veces, el caso en cuestión:
Nicholas. Nicholas. Realmente deseaba que él hubiera sido un mal besador. Habría sido
mucho más fácil olvidar que nunca ocurrió, no preguntarse si podría ocurrir de nuevo.
–―Enfócate‖– me dije a mí misma severamente, cerrando nuestra puerta
principal, comprobándola dos veces. Observé cada arbusto y cada árbol sospechosamente en mi camino de regreso a la seguridad de mi coche. Las llantas chirriaron, haciendo subir nubes de polvo mientras aceleraba lejos de allí. Lo parte trasera de mi cuello no se relajó completamente hasta que había alcanzado las afueras del pueblo, con sus galerías coloreadas de caramelo y sus heladerías. El área era popular con artistas, ecologistas, y colonos como mi familia. Había pocos lugares con tanta selva, todo alrededor de densos bosques y cascadas escondidas e incluso lobos, que algunas veces, cantaban en las noches frías de invierno. La combinación del campo indomado y el hecho de que todos aquí eran bastante reservados y aceptantes de estilos de vida alternativos lo que hizo de este, un lugar perfecto para vampiros que Vivian ocultos. Por lo menos yo pensaba que estaban ocultos. Así que, nadie
10
Los petroglifos son representaciones gráficas grabadas en rocas o piedras hechos por nuestros
antepasados prehistóricos, sobre todo a partir del Neolítico. La palabra proviene de los términos griegos
petros (piedra) y glyphein (tallar) y fue en su origen acuñada en francés como pétroglyphe.
61 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
hablaba de eso. Las personas aquí eran mucho más propensas a recibir teorías calientes acerca de la conspiración y de sitios de desperdicios nucleares.
Primero, me detuve cerca de la farmacia por protectores nasales y los
limpie completamente. El cajero ni siquiera parpadeó. Luego fui a la ferretería para suministros de caza y acampado, lo cual era un buen negocio en el pueblo. Me sentí un poco tonta, lo admito, como un tipo de personaje cómic que había acusado a Kieran de emular. Pero estaba decidida, también.
Si había algo que había aprendido de mis padres, además de cómo cortar
leña y preparar la bomba de agua, estaba eso de que hacías lo qué necesitabas hacer y no te quejabas de eso o fingías que no era necesario. Después, sentí perfectamente justificado en recompensarme a mí misma con un doble, cargado expreso de canela11. Y desde que mis padres no estaban allí, ni siquiera usaba leche de soya. Eso era categóricamente rebelde en nuestra familia. Casi bufé -iba de regreso a una casa donde la sangre era bebida a sorbos como un fino vino y el vegetarianismo no era exactamente una opción. Ya le había hecho a Solange la promesa de que ella no bebería algunos conejitos secos.
Estaba a medio camino de regreso a mi coche cuando sentí la espina de
advertencia. Tragué, me forcé mí misma a no acelerar o retardar la marcha, conservar mi constante e inconsciente paso. Había una familia comiendo Hot Dogs12 en un banco, alguien más sobre una bicicleta, dos chicas caminando con un diminuto Chihuahua—taza de té13. Había algo más también, ese sentimiento indescriptible de estar siendo observada, perseguida. Doblé la esquina, los céspedes verdes de un parque a mi izquierda, mi coche más abajo de la derecha. Ningún otro peatón. El sol estaba haciendo que la acera se sintiera blanda bajo mis sandalias. Casi definitivamente no había un vampiro además, estaba muy caliente y brillante.
Allí estaba el más escaso bamboleo del matorral de avellano. No lo habría
notado del todo si no hubiera estado tan paranoica sobre cada cosa sola alrededor de mí. La adrenalina tembló a través de mí. Esperaba que todavía pareciera como cualquier otra chica distraída, sorbiendo mi expreso y maniobrando bolsas de compras. Esperé hasta que estuviese justo al lado del avellano antes de que tirara mi expreso y gritara, lanzándome a mí misma por quienquiera que anduviera escondido por ahí atrás. Nos caímos en un enredo descontrolado de extremidades y de abrasadores maldiciones. Vi pantalones negros de carga, protectores nasales negros, negros ojos. Su nombre clave era probablemente Sombra.
Kieran.
11
En el original cinnamon latte, se refiere a una bebida de café con leche y canela. 12
Perros calientes / Salchichas calientes. 13
Raza de perro Chihuahua que son muy pequeños y elegantes. Generalmente lo poseen chicas
adineradas que a veces lo usan como accesorio.
62 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
CCaappiittuulloo 77 SOLANGE
Traducido por Glad
alí hacia mi pequeño cobertizo. El sol era suave sobre la puerta del horno de cerámica y se plegó en la parte trasera. Necesitaba estar con mis oscuros anteojos pero por lo menos ya no me sentía tan
cansada como lo estaba anoche. Sabía que llegaría a mí14, mi familia entera estaba muy sobre-protectora y dramática, así que era difícil saber cuántos síntomas, de la larga lista, podría realmente esperar.
Me permití entrar en el estudio y cerrar la puerta deliberadamente. Ahora
mismo, no iba a pensar acerca de eso. Nunca ayudaba de cualquier manera. Lo que me ayudaba era enterrar mis manos en arcilla y en la rítmica centrifugación de mi rueda de cerámica. Aquí adentro, era polvoriento y tranquilo, simplemente cómo me gustaba. La larga ventana me ofrecía la distracción que necesitaba, el campo y el salvaje bosque. Mis herramientas y utensilios se guardaban en vasijas plásticas; las paredes estaban calzadas con estantes de madera que gemían bajo el peso de los tazones, tazas y los extrañamente moldeados floreros. Lucy siempre me decía que debería de llevar mis cosas a las galerías de las tiendas del lago, para venderlas. No era una mala idea. Aunque la mayor parte de ellas negociaban durante las horas diurnas, Lucy haría las entregas por mí, si se lo pedía. Era algo que tenia que pensar.
Si sobrevivía a mi cumpleaños, por supuesto. Fruncí el entrecejo y ataqué a la arcilla. Estaba fría y dócil bajo mis
determinadas manos. Odiaba tener miedo, casi tanto como odiaba ser mimada. Trabajé hasta que el sol se sumergió lentamente detrás de los árboles. Los gansos volaron en lo alto, y graznaron. No estaba ni de cerca a descifrar a Kieran Black, ni a ser generosa o ha ceder amablemente al cambio-de-sangre, pero por lo menos estaba más calmada. Y posiblemente hambrienta, de nuevo. Me enjugué las manos por completo y salí afuera, inhalando profundamente la fragancia de las rosas y la menta silvestre.
Muy concentrada, sin prestar atención al exterior. Primer error.
14
Aquí se refiere a su cambio de ‘humana’ a vampiro. Recordemos que los Drake son diferentes, son
vampiros nacidos, no creados. Pero pasan un trance de ‘conversión’ que conlleva síntomas y demás.
S
63 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Aún no tenía una súper-audición, pero la flecha silbó cerca de mi cabeza y
pude oír a otras flechas, traspasando el aire. Esta cayó en uno de los robles, que estaba astillado. Al mismo tiempo, alguien chocó violentamente contra mí, envolviéndome como una particular parka pesada.
―¡Oof! ¿Qué—" ―¡Abajo, ijit15!‖ Era Bruno. Su acento escocés nativo, solo regresaba a él,
cuando estaba realmente muy molesto. ―Entre en la maldita casa". Él me acercó corriendo al porche, de un solo paso. Me sentía como el presidente de un pequeño país en proceso de ataque. Todo lo que él necesitaba era un transmisor-de-oído y un par de oscuros anteojos. Y un negro traje — pero nunca pensé que él, alguna vez llevaría puesto una corbata, aun con nosotros. Él lucia como lo que era: Un exbiker16 con una cabeza afeitada ocultando su calvicie, y tatuajes que iban desde su hombro hasta su nuca. Él había trabajado para nosotros desde antes de que yo naciera. Bruno me apartó de un empujón hacia adentro y cerró la puerta con fuerza, tras nosotros.
"Quédese aquí," ladró, y salió corriendo, gritando órdenes en un aparato
trasmisor-receptor. Los jardines estaban tranquilos; hasta las aves estaban alegremente ajenas. Mi corazón resonaba salvajemente, haciéndome sentirme vertiginosa. Esa flecha había estado realmente muy cercana, demasiado cercana. Y sólo había una organización que usaba ese estilo de flechas de madera.
Helios Ra. Me pregunté si había sido Kieran, ocultándose entre las sombras,
esperando que yo bajara la guardia. El sol brillaba intensamente contra la grava, y la negra verja de hierro. Ningún vampiro lo suficientemente antiguo como para resistir este tipo de día de verano, podría moverse furtivamente por la propiedad. Alguien habría olfateado sus feromonas.
Bruno regresó, dirigiéndome una mirada de molestia. "Los túneles son
para usted de ahora en adelante, señorita". ―¿Le atrapaste?‖ ―Ni una condenada huella‖. Él frotó su cabeza. ―Apártese de la ventana,
Solange. No es seguro‖. ―Esto es ridículo‖, mascullé. ―Entiendo‖ él contestó.
15
Ijit: Palabra escocesa. Creo que significa ‘Tonta’ 16
Exbiker: Ex motociclista, que van con sus motos, por todo el país. Estos son pacíficos pero fuertes.
64 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―Voy al desván‖, le dije malhumoradamente. ―Use el túnel‖, repitió. Descendí por el sótano y usé el pequeño pasadizo que conectaba la casa
hasta el garaje. El segundo piso había sido convertido en un lugar completamente de entrenamiento con colchonetas en el piso, sacos de arena, una máquina de pesas, y dos maquinas trotadoras. La pared trasera estaba cubierta de ropa de esgrima y espadas. No perdí mi tiempo con el uniforme o la máscara, no desde que entrenaba por mí misma. Simplemente necesitaba distraerme. Si la cerámica no era suficiente como para realmente calmarme, atacar y apuñalar a un enemigo imaginario tenía que hacerlo. Escogí mi espada favorita, o mi florete como se le solía llamar en la esgrima.
Por costumbre saludé a mi adversario ficticio y me incliné en una
reverencia. Después, di pasos cruzados de atrás hacia adelante para calentar. Ataque, apuñalé, esquive, eludí circularmente y desarme. Me abalancé una y otra vez hasta que los músculos de mi muslo me dolieron y el sudor empapo mi pelo. Evadía, esquivaba, y punzaba a gran altura muy bien. Mi retirada, réplica y respuesta eran ingeniosas.
Me sentí mejor hasta que pose mi mirada fuera de la ventana y vi cuando
Bruno regresaba a casa, arrastrando una enorme bolsa llena de paquetes y flores. Deje a un lado mi florete y corrí bajando a velocidad las escaleras, atravesando el túnel hasta llegar a la sala delantera. Miré con ceño la bolsa abierta, jadeando y frunciendo el entrecejo.
―¿Qué diablos es eso?‖ ―Más regalos, señorita‖ dijo Bruno. ―Los encontramos a lo largo del
lindero de propiedad‖. Por alguna razón, todos esos presentes realmente me disgustaban mucho.
Metí mi mano dentro y arranqué las tarjetas, un puñado de margaritas, y algo que se parecía a una bolsa de Ziploc17, llena de sangre.
"Esto es asqueroso‖. Inmediatamente le solté. La luz reflejo un destelló
plateado y lo tomé cautelosamente. Era una manzana, perfectamente elaborada en plata, con una hoja colgando del tallo. La delicada hoja estaba grabada con un nombre: Montmartre.
Lance la manzana, así podría ir enjugarme completamente las manos del
desagradable Montmartre, y esta se balanceó en el borde de la mesa. Cayó al piso, y se abrió por medio de unos diminutos goznes que no había visto. La sangre se derramo por la abertura, gruesa y roja. El olor cobrizo me hizo respirar fuertemente y con dificultad, ya que no había tenido tiempo para
17
Ziploc: Tienda departamental, que vende comida tradicional, rápida, y para llevar.
65 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
reaccionar de otra manera. Estaba demasiado ocupada mirando fijamente hacia fuera de la ventana delantera.
―¿Dónde está el coche de Lucy?‖
66 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
CCaappiittuulloo 88 LUCY
Traducido por Chloe
¡Tú imbécil!!‖ No lo pensé, simplemente reaccioné con la ira, la culpa y la
preocupación que había estado arrastrando durante todo el día. Lo golpeé directo en la nariz. Él retrocedió, sujetándose el rostro.
―¡Mierda, mierda!‖ ―Así es, tú bastardo escurridizo.‖ Me levanté de un brinco, jadeando.
―Quieres usarme contra mi mejor amiga, ¿no?‖ Metió la mano en su bolsillo. Alcancé el mío primero, saqué el par de
tapones para la nariz que había escondido allí por si acaso, y me los metí. ―Oh, no lo harás,‖ repliqué, presumida como un gato con la boca repleta
de plumas de canario. Iba a redimirme, así tuviese que golpearlo diez veces más para lograrlo. Mis nudillos se sentían magullados, doloridos.
Reivindicados. Existía la más mínima, mínima posibilidad de que mi mamá tuviera razón
acerca de mi temperamento. Kieran sólo parpadeó ante mí, desconcertado. ―¿Quién te enseñó a
golpear así?‖ Sonreí sombríamente. ―Los Drake.‖ Se giró, como si fuese a levantarse. ―Ah-ah. Tú te quedas justo allí o gritaré tan alto que media ciudad vendrá
corriendo. Puede que seas parte de algún club secreto, pero aún puedo hacer que te arresten por ser un acosador espeluznante.‖ Noté la forma en que él estaba tratando de mirar la parte trasera de mi cuello, y mis muñecas. ―¿Y qué demonios estás haciendo ahora?‖
―¿No tienes ninguna cicatriz.‖ ―¿Qué?.‖
―
67 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Se irguió de modo que no estuviera tendido sobre la tierra. Su nariz lucía lastimada pero no la había roto realmente. ―Los esclavos de sangre tienen cicatrices, por la alimentación.‖
―No uses esa palabra, es insultante. Y me hace querer darte una patada.
Fuerte.‖ Alzó sus manos, palmas hacia afuera, al tiempo que se paraba
completamente. Di un paso hacia atrás, elevé un puño. Podía ver la empuñadura de un cuchillo en la parte superior de su bota.
―Tienes que saber que los vampiros asesinan gente.‖ Podía ver que estaba
pensando en su padre. A veces era una verdadera molestia que mi padre haya alentado un fuerte sentido de la empatía en mí. ¿No podría haberme enseñado matemática?
―Kieran, los humanos matan todo el tiempo. Y los Drake no son asesinos.
Ellos no son Hel-Blar, saben cómo controlarse.‖ ―Son todos iguales.‖ ―No me obligues a golpearte de nuevo. Mi mano ya me duele.‖ Estuvo a punto de sonreír. ―Algún día, puede que llegues a ser tan temible
como Helena Drake.‖ ―Tengo la intensión de serlo.‖ ―Vas bien encaminada.‖ Limpió la sangre de su rostro con tristeza. Un
auto pasó por la calle. ―Déjalos tranquilos, Black.‖ ―No es tan simple.‖ ―Lo es. Helios-Ra tiene un acuerdo o lo que sea, así que apégate a él.‖ ―Soy un agente nuevo. Acabo de cumplir dieciocho. ¿En verdad piensas
que estoy a cargo aquí? Tengo órdenes, como todo el mundo.‖ ―Eso es conveniente,‖ me burlé, recogiendo mis bolsas antes de
marcharme. ―Y completamente patético.‖ Me detuve en la puerta del lado del conductor. ―No seas un lemming18, Black.‖
18
Una rata campestre
68 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Cuando regresé a la hacienda, uno de los guardias salió a donde pudiera verlo y sacudió su cabeza de forma reprobatoria. Ooops. Ya estaba acobardada cuando salí del auto y Nicholas abrió la puerta mosquitera. Hasta aquí llegué con eso de salirme y regresar nuevamente a hurtadillas, nada sabio. Las fosas nasales de Nicholas realmente expandidas.
―Lucky.‖ Expandí las mías en respuesta y me sentí como una idiota. ―Nicky.‖ Empujé pasándolo, luego deseé poder regresar al pórtico para pelear con
él. Elegía eso cualquier día antes que la pálida y preocupada cara de Solange. ―¿Lucy te encuentras bien?‖ ―Estoy bien, Sol. Simplemente necesitaba suministros y alimentar a los
gatos.‖ Dejé caer mis bolsas, sentí a Nicholas venir detrás de mí. Ella lucía tan aliviada, le daba a la culpa dientes más afilados.
Ningún otro podía hacerme sentir tan mal sin decir una sola palabra.
Bruno estaba haciendo un trabajo bastante bueno, luciendo como un padre desilusionado, antes de salir a patrullar.
―Yo hubiera alimentado a tus malditos gatos,‖ Nicholas murmuró. Vio mis
bolsas de la farmacia y me miró con incredulidad. ―¿Fuiste a comprar labial? ¿En momentos como éste?‖ ―Seh, así es, y máscara exfoliante. No seas un cretino. Fui por
provisiones.‖ El sol se filtraba por la ventana, y él se apartó, aún aunque fuese un vidrio
tratado especialmente y no estuviese en peligro. Se veía lo suficientemente cansado como para desplomarse. Incluso en las sombras bajo sus ojos había sombras.
―Deberías estar en la cama.‖ ―Estaba en la cama,‖ dijo enfáticamente. ―Hasta que te fuiste de
compras.‖ ―Necesitaba tapones para la nariz.‖ Levanté el par que colgaba de una
cuerda alrededor de mi cuello. ―Y ya han sido de utilidad.‖ Entornó sus ojos hacia mí.
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―¿Por qué?‖ Él sujetó mi muñeca. ―Lucy, ¿por qué?‖ Tironeé para atrás pero no pude quebrar su sujeción. ―Porque.‖ Dejé de tironear. Sólo dislocaría mi propia muñeca. ―Me topé
con Kieran Black. Literalmente.‖ Los dos se me quedaron mirando fijamente. ―¿Qué?‖ chilló Solange finalmente. Nicholas volteó mi mano. Sus ojos flamearon, se tornaron del color del
hielo ante la sangre en mis nudillos. Me encogí de hombros tímidamente. ―Casi rompo su nariz.‖ Medio sonreí. ―Tendré que intentar con más fuerza
la próxima vez.‖ Dejó caer mi mano, dio un paso atrás. Había algo feroz en su rostro,
incluso cuando sonrió levemente. ―Supongo que debería estar contento de no ser el único al que golpeas.‖ Le hice una mueca y me dejé caer en una silla. Me estaban empezando a
doler los músculos que ni siquiera sabía que tenía. Aún había rosas por todas partes, y el olor era abrumador.
―¿Te lastimó?‖ la cara de Solange inexpresiva. ―No, estoy bien.‖ Miré a Nicholas tratando de no oscilar sobre sus pies.
Parecía como si estuviese parado sobre un barco sacudido por una ola. ―Regresa a dormir,‖ dije con mayor gentileza de la que había planeado. Palidecí cuando algo se me ocurrió. ―No le contaron a sus padres, ¿no?‖
―No,‖ dijo Solange. ―Yo sólo acababa de hallar tu nota. Siquiera tuve
oportunidad de decirle a Nicholas. Él simplemente salió a trompicones de su habitación, todo consternado.‖
Ambas nos giramos para mirarlo. Pensé que podría estar sonrojando – si
los vampiros pudieran sonrojarse, eso era. ―La casa olía mal,‖ masculló. Nos miró. ―Cállense.‖ Luego se fue escaleras
arriba. Elevé mis cejas. ―Él se está volviendo más extraño.‖ Solange bufó, sacó un puñado de tapones para la nariz, desodorantes de
ambiente, y un cuchillo de caza de mis bolsas plásticas.
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―Tú también.‖
* * * * * Esperé a que estuviéramos solas antes de apurar a Solange hasta su
cuarto. ―¿Qué estás haciendo ahora?‖ murmuró cuando cerré su puerta y presioné
mi oreja contra la madera por un instante para asegurarme que nadie estaba escuchando. Y por nadie, me refería a Nicholas.
―Bien, definitivamente debería ser una espía.‖ Le sonreí. ―Todo lo que
necesito es algún acento extravagante y podría ser una chica Bond19.‖ Gimoteó. ―¿Qué hiciste?‖ ―Robé esto de Kieran, justo después de golpearlo.‖ Saqué una pequeña
libreta del bolsillo interior de mi chaqueta. Parecía bastante inofensiva, delgado como un cuadernillo de poesía, con un estilo de letra sencillo y el dibujo de un sol sobre la cubierta frontal. Era el título lo que resaltaba: Guía de Campo a los Vampiros.
Solange lo leyó, parpadeó, lo leyó nuevamente, y luego se me quedó
mirando. ―¿Una Guía de Campo a los Vampiros? ¿Es una broma?‖ Me reí en voz alta. ―Nop. Sólo un pequeño recuerdo de los Helios-Ra.‖ Nos
sentamos en su cama y pusimos la guía sobre la manta frente a nosotras. Echamos un vistazo rápido al índice, bufamos ante la pomposa introducción y al pseudo-juramento medieval que los nuevos reclutas tenían que hacer.
Había un montón de cosas sobre el protocolo de cazadores que podría ser
de utilidad algún día. También había toda una sección dedicada a la familia Drake, y una página
dedicada sólo a Solange, enlistando sus estadísticas, como si ella fuera una rara especie de rana que uno podría buscar en un pantano.
―Es un poco espeluznante.‖ Hizo una mueca. ―Estoy empezando a
sentirme como la mujer barbuda en el circo.‖ ―Nunca dejaría que te creciera una barba,‖ le aseguré, tratando de
aligerar el ambiente. Si encorvara sus hombros con algo más fuerza, sus clavículas se romperían en pedazos. ―Soy demasiado buena amiga para eso.‖
19
En referencia a la serie de Flemmieng cuyo personaje ppal: el agente 007 – James Bond – era spre
acompañado por bellas y astutas mujeres.
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―Cielos, gracias.‖ ―Todo en un día de trabajo.‖ "No puedo creer que ellos nos estudien de esa forma. Quiero decir, ¿acaso
Kieran se sienta en un salón de clases y aprende que visto de pantalones cargo y me gusta la cerámica? ¿Y cómo es que saben eso de todas formas? Y no soy solitaria, ¡demonios!, simplemente no me gustan las multitudes.‖ Se pausó. ―Bueno, tal vez sea solitaria, ¿y qué? Y mi apodo no es ‗Princesa Solange‘. ¡Denme un respiro!‖
Saqué el libro de sus manos antes de que lo retorciera a la mitad. Se volcó
abierto. ―Hey, no lo puedo creer. También estoy aquí.‖ Sus ojos se estrecharon. ―No lo estás.‖ ―Definitivamente lo estoy.‖ ―Está bien, eso es ir demasiado lejos.‖ ―Al parecer, soy impetuosa e imprudente.‖ Bufé. ―Mejor que ser un
descerebrado androide en alguna sociedad secreta.‖ Hice una doble revisión. ―¿Acaso sabías que una de mis fortalezas es molestar a Nicholas?‖
Se rió a pesar de sí misma. ―Está bien, esa parte es cierta.‖ ―Cállate, él es el que me molesta a mí.‖ Golpeteé al libro
pensativamente. ―Hmm.‖ ―Oh, Dios. Ese ‗hmm‘ nunca es bueno.‖ La ignoré y cogí el teléfono. ―Ellos saben todo sobre nosotros, ¿no
deberíamos nosotros saber un poco sobre ellos también?‖ ―¿Cómo? No puedes simplemente llamar a una sociedad secreta.‖ ―Tal vez no. Me refiero, puede que Kieran no tenga una página en
MySpace, pero tiene que vivir en alguna parte, ¿o no? Él no es como Operación Black ni nada, ¿cierto?‖
―Supongo que no. Espera, ¿qué estás haciendo?‖ preguntó mientras yo
marcaba al 411.
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―Shh. ¿Hola? Kieran Black en Violet Hill. Dirección desconocida.‖ Tapé el micrófono del teléfono. ―Necesito un bolígrafo.‖ Corrió a su escritorio y prácticamente me tiró uno. Anoté sobre la parte trasera de la guía. ―Gracias,‖ dije antes de colgar.
Solange y yo nos sonreímos la una a la otra, y se sintió como la sonrisa de
dos leonas a punto de abatir una gacela. Presioné a cada número como si estuviera aplastando un bicho. Kieran
atendió al primer llamado. ―Mamá, por tercera vez, conseguí la leche—‖ ―No es tu mamá,‖ interrumpí, sonriéndole a Solange. ―¿Quién es?‖ preguntó con suspicacia. ―Es Lucy.‖ Él hizo un muy gratificante sonido de asfixia. ―¿Qué? Nunca te di mi
número‖ ―Estás enlistado20, genio. Así que puedes incorporar eso a tu pequeña
guía. No sólo soy imprudente, también soy ingeniosa. Y Solange no es solitaria, simplemente no le agradas.‖
Tenía una expresión extraña en su cara. ―¿Estás bien?‖ le susurré.
―Recuéstate.‖ Podía escuchar a Kieran barajando el teléfono, probablemente rebuscando en sus bolsillos.
―¡Tomaste mi guía!‖ ―Sip. ¿La quieres de regreso? Encuéntrate con nosotras esta noche.‖ Los
ojos de Solange se ampliaron. Le sacudí con la mano para quitarle la preocupación.
―Puedo conseguir otra guía,‖ me dijo. ―Seh, ¿pero cómo se verá para un nuevo recluta haber perdido la suya a
manos de uno de sus perfiles?‖ lo tenía. ―Además, me la debes Black.‖ Y justo donde le quería.
Suspiró, como un viejo. ―En realidad no te debo, Hamilton.‖ ―Sí lo haces.‖
20
Que figura en la guía telefónica
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―¿Solange sabe que estás haciendo esto?‖ Interesante. ―Si, lo sabe. ¿No crees que esta cansada de jugar al mono en
el centro para todos ustedes?—Ow, ¿qué?‖ esa última parte la dije al aire dado que Solange había tomado el teléfono por mí, rasguñándome en el proceso.
―Mi apodo no es ‗Princesa‘,‖ dijo ella mordazmente. ―Bien. Después de la
puesta del sol.‖ Su voz se endureció. ―Ven solo.‖
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CCaappiittuulloo 99 SOLANGE
Traducido por Mekare
Sábado por la noche, el ocaso. Esa noche todos y cada uno de mis hermanos estaban de un humor de
perros. Mis padres estaban peor. "Tenemos algunas pistas", dijo mi padre firmemente desde donde él se
encontraba en la chimenea. "Aunque no tanto como me gustaría." Mi madre estaba usando el chaleco de cuero, el que tenía todos los
compartimentos ocultos. No era una buena señal. Ella sólo lo usaba para cacerías importantes o para patear culos. "Tu padre y yo tenemos que seguirlos, así como Hyacinth y tus tíos."
La tía Hyacinth podría haber estado ya, fuera rastreando la pista de los
asesinos, pero ella aún lucía su estilo de traje de montar y su camafeo negro. Su única concesión era un par de botas puntiagudas de abuela en lugar de unas suaves zapatillas de baile.
"Geoffrey está en su laboratorio con la muestra de Hypnos. Rubí esta. . .
indispuesta‖ era una manera amable de decirlo. "Bruno patrullará con sus hombres‖. Mamá miró a mis hermanos. "Cada uno de ustedes se quedará aquí y vigilaran a su hermana. A excepción de Sebastián, que ya se fue a hacer un recado‖.
La mire boquiabierta, horrorizada. "Mamá, no." Mis hermanos ya eran lo
suficientemente insoportables. Seis de ellos obligados a seguirme nos volvería locos a todos. Lucy se encogió con simpatía y compasión.
Mamá me miró. "Solange, tienes que tomar esto en serio". "Mamá, lo sé. Sabes que lo hago. Pero tu no tienes hermanos, no sabes lo
que es" Logan se las ingenió para dar por terminada mi explicación. "Somos unos
hermanos maravillosos".
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Los otros me ignoraron, asintiendo solemnemente hacia nuestros padres. Gemí. Iba tener que obligar a Lucy a romper todas sus narices antes de
que la noche acabe. Era bueno que ella tuviese mucha práctica. No es que yo fuera una ingrata o no adorara a mis hermanos—era sólo que los hombres Drake eran arrogantes, inflexibles y liberalmente complejos caballeros blancos, sobre todo cuando se trataba de su hermanita.
Vi a mi mama atar la correa de su sable entre sus pechos, la espada en
su hombro. Eso me hizo sentir pequeña, frustrada, inútil. Ni siquiera podía buscar en Google sobre las recompensas o los Helios Ra-porque sabía que no iba a encontrar más que solo paginas de juegos y clips de películas malas. Admito que había buscado en Google sobre Kieran, pero nada ocurrió.
Los seguí a las escaleras del sótano. Tomaron los túneles subterráneos que
estaban conectados con todas las granjas, con salidas en el bosque y por fuera, cerca de la ciudad, así como a las montañas.
"Tal vez no deberían ir." Yo no sería capaz de perdonarme a mí misma si
eran heridos por mi culpa. Papá colocó una mano sobre mi hombro. No era alto, pero tenía el sólido, porte real de un rey medieval.
"Vamos a estar bien", me aseguró, y casi le creí. Los vi irse, sintiéndome
totalmente infeliz cuando oí la pesada puerta de acero cerrarse. Mis hermanos se ubicaron en un medio círculo a mí alrededor, observando.
Esto ya era un desastre. ―Está bien", Lucy camino a mi lado e hizo un movimiento con sus manos,
como si ellos fueran moscas molestas. "¡Fuera!" Ella estrechó sus ojos. "Dije fuera".
Se dispersaron, la mayoría moviéndose sorprendidos. Sólo Logan se quedó,
apoyándose casualmente contra la pared. ―Cariño, no soy un insecto para ser espantado‖ "¿Cariño?" Ella resopló amablemente. ―Tu no tienes noventa años, o lo que
sea". El se enderezó. ―Soy encantador‖ le informó-. "Y las mujeres les gustan
las palabras cariñosas." "Las mujeres que por lo que sé, tu no puedes recordar sus nombres, pero
que les gusta tanto tu preciosa cara que no les importa. Ahora dale a tu hermana un poco de espacio antes de que haga un cortocircuito".
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Él le guiñó un ojo antes de deambular lejos. Ella le guiñó un ojo a su vez. Yo sabía que estaban tratando de mantener el buen humor por mi causa.
"Gracias". "No hay de qué. Ya sabes cómo me encanta mandonear a tus hermanos en
todo. Venga, vamos arriba" Esperé hasta que estuviéramos instaladas de manera segura en mi cuarto
con el equipo de música sonando en volumen alto, para cubrir nuestras voces. "¿Cómo vamos a hacer esto?" Le pregunté. "No puedo creer que mamá y
papá les incitaran a cuidarme." "Está bien, podremos hacer esto totalmente." Empezó a pasearse entre mi
escritorio y la puerta del armario. "Sólo tenemos que mantenerlos distraídos de alguna manera." Hizo una pausa. "Connor estará en su ordenador toda la noche. Tal vez podríamos pedirle que le siga la pista a Kieran online, eso lo mantendría ocupado. "
"Eso definitivamente funcionará. ¿Y tal vez podrías intentar convencer a
los otros para que vean una película o algo así? ¿Tal vez decirles que estoy enfadada y que quiero estar sola?"
Ella asintió. "Brillante. Ya vuelvo‖. No se fue por mucho tiempo, y cuando regresó podía oír los sonidos de
alguna película de acción en la televisión de la sala de estar a lo lejos. Era conveniente que estuviera del otro lado de la casa lejos de la terraza acristalada, que tenía una puerta al patio trasero.
"Lo coloque realmente ruidoso", me informó con orgullo. "Logan lucia, un
poco sospechoso pero él ya la está viendo. Connor está en línea y Nicholas estaba en su cuarto, así que pensé que probablemente era más seguro dejarlo ahí. Si el está allí pensando, eso podría darnos algo de tiempo‖.
Negué con la cabeza. "Ninguna clase de incubación o distracción lo
mantendrá fuera de nuestro camino." Ella soltó un bufido. "Mientras actuemos de forma sospechosa, él nos va a
seguir por un tiempo sin decir nada y creo que esa su idea. Además, podría ser bueno tener un poco de instinto vampírico de nuestro lado. ―
"Eres un tipo de maldad, ¿lo sabías?" le sonreí. ―He estado practicando", replicó ella con su propia sonrisa. "Así que ¿estás
dispuesta a hacer esto?"
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Asentí, colocándome un suéter negro para poder fundirme mejor dentro de las sombras.
"¿Sabes que esta es definitivamente una de nuestras ideas más tontas?" "Por favor, ¿preferirías sentarte aquí y preocuparte?" "Diablos, no. Vamos". ―Eso es lo que yo pensaba." Ella asomó su cabeza por la ventana. "No creo
que podamos bajar por aquí‖. ―No sin que caigas sobre tu cabeza". La aparte de allí. "Te he visto en el
gimnasio ¿recuerdas?" "Hey, tu ni siquiera vas a mi escuela." "En esa clase que tuviste en el parque, cuando tropezaste con los
cordones de tus zapatillas y empujaste a una fila de niñas en pantalones cortos de color rosa".
"Oh." Ella hizo una mueca. "Bien". ―Vamos a utilizar la escalera de servicio y pasar por la terraza‖. Por alguna razón, tuvimos que aguantar las risas nerviosas cuando nos
arrastramos por las escaleras. Me sentía como si estuviera en alguna mala película muda. Lucy agarró firmemente mi mano y usamos la escena de la persecución de algún coche en la película para cubrir nuestros movimientos. Mis hermanos eran todavía muy jóvenes para que pudieran ser capaces de distinguir los latidos de nuestros corazones sobre esa clase de volumen, incluso si pensaron que podían.
El patio estaba oscuro, nos acordamos de evitar la luz de los sensores de
movimiento. Nos mantuvimos agachadas, moviéndonos con rapidez. "¿Cómo sabemos que podemos confiar en él?" Lucy sonó preocupada, no
tan confiada y arrogante, ahora que nos estábamos acercando al linde del bosque.
"Creo que podemos." Yo no sé por qué pensé eso, sólo lo hice. "Oh hombre, ¿esta mal que ahora realmente espero que Nicholas nos este
siguiendo?" Negué con la cabeza en silencio. Yo tenía una especie de esperanza sobre
eso. La audición vampírica era una ventaja en este momento. Nos agazapamos en un matorral y esperamos. Mis palmas estaban húmedas. Lucy se removió
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con inquietud y ansiedad. Hasta los grillos sonaban siniestros. El chasquido de una rama bajo unos pies nos hizo pegarnos la una a la otra.
"¿Solange? ¿Lucy?‖ Lucy se levanto de pronto, con el ceño fruncido. "Me has dado un susto
mortal." Kieran retrocedió rápidamente. "De igual manera". Me puse de pie mucho más lentamente, preguntándome por qué me sentía
tímida. Este realmente no era un buen momento. Me miró durante un largo momento y luego asintió. Lucy lo miró, luego a
mí. Si ella decía algo yo iba a matarla. Ella apretó los labios, pero se quedó misericordiosamente en silencio, en cambio miraba por encima del hombro de él con recelo.
"No tienes porque hacer eso", le dijo a ella. "Estoy solo." "Perdóname si no estoy totalmente convencida de tus motivos", replicó
ella con gravedad. "Has intentado matar a mi mejor amiga‖. "No lo hice‖ él exclamó con vehemencia. Lucy tenía la habilidad de hacer
volver a la mayoría de los chicos a la edad de diez años. Eso también debería de estar en su estúpida guía de campo. "Ni siquiera estaba en el jardín".
"Técnicamente", se quejó Lucy. "Viniste generosamente." ―Sí. Ese mi trabajo‖. "Deberías obtener uno nuevo. Tu jefe es una mierda". ―Aquí está tu libro", dije en voz baja, dándole la guía antes de que ellos
comenzaran a jalarse de los pelos el uno al otro. "Gracias." Ninguno de los dos dijo nada más. Yo estaba empezando a
esperar que Lucy lo gritara otra vez, cuando finalmente él apartó la mirada. "¿Por qué querías reunirte?‖
"Tienes que saber que nosotros no rompimos el tratado". "Mira, como le dije a tu amiga mental aquí, yo no hago las reglas. Acabo
de graduarme. Y de todos modos, ¿no es todo parte de tu golpe de Estado? ¿Para ser reina? "
―¿Es eso lo que están diciendo?"
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"¿No quieres ser reina?" ―No‖ dije enfáticamente. ―No quiero. Mira, yo soy la primera chica nacida
en la Cámara de los Drake. Eso es todo. Es sólo un gran problema por personas como tu. Yo no pedí esto‖.
―Entonces, no dejes que ellos te conviertan en un vampiro‖. "Oh, claro, entonces ella va a morir si no lo hace", dijo Lucy
sarcásticamente. "Excelente plan". Él parpadeó hacia mí. "¿De verdad lo haría? ¿No es ese un mito en torno a
las antiguas familias? "
"No, no es un mito. Y realmente no quiero que mi familia sea cazada por mi culpa. ¿No puedes hacer nada? "No estaba segura de por qué yo le estaba pidiendo ayuda, sólo sabía que realmente no tenía otras opciones. Tenía que hacer algo y era esto. El problema era, que él no parecía del todo convencido. "Si realmente crees que debemos ser perseguidos, ¿por qué no solo me matas ahora?‖ Di un paso más cerca de él, abriendo los brazos.
―No seas estúpida" Retrocedió un paso, asustado, como si yo fuera la que
estaba cubierta de armas. "¿Por qué no? Es lo que haces, ¿no? " ―No es así. Además, eres un ser humano. En su mayoría‖. ―Por ahora. ¿Significa eso que me vas a matar después de mi
cumpleaños?‖ "¡No! Tal vez. No se. Yo sólo quiero encontrar al que mató a mi papá." "Estabas tan convencido de que fue uno de nosotros." Di un paso más
cerca, podía ver el modo en que sus pupilas estaban dilatadas. "Solange", dijo Lucy con nerviosismo. No aparte la mirada de Kieran. "Así que adelante." ―¿Qué diablos crees que estás haciendo?‖ Nicholas salió de los arbustos,
echando humo. Yo estaba medio sorprendida de que el humo no saliera de sus oídos. Kieran trato de alcanzar una de las estacas en su cinturón.
"No lo hagas‖ le dije, dando un paso delante de él. "Por favor".
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―Solange, entra", ordenó Nicholas a través de sus dientes, forzando a Lucy a despejar su camino cuando trató de detenerlo. Ella se aferró a su brazo como un mono.
"Sabemos lo que estamos haciendo", insistió ella, arrastrando sus pies en
la hierba. "Ya basta, Nicholas." "No te molestaremos de nuevo‖ le dije a Kieran, y por alguna razón el
sonido de mi voz sonó triste. Me aparté de él. ―Nick, vamos." Caminé a través del campo sabiendo que Nicholas me seguía, sin importar
cuanto él quisiera quedarse ahí, y golpear a Kieran. No miré hacia atrás para ver lo que estaba haciendo Kieran. Logan estaba en el jardín trasero cuando volvimos a la casa. "Sabía que algo estaba pasando con ustedes dos", dijo, furioso. "Ellas tenían una cita secreta con el maldito Kieran Black", Nicholas le
informó fríamente. "Oh, no fue así", replicó Lucy. "Dame un respiro". "¿Qué esta mal contigo?" la boca de Logan se quedó boquiabierta. Lo
empuje al pasar para ir adentro y después deseé no haberlo hecho. Quinn, Connor, Marcus, y Duncan estaban esperando en la terraza, y cada uno de ellos empezó a gritarme a la vez. Lucy hizo una mueca, manteniéndose a mi lado.
"Ella está bien", dijo. "¡Ella está bien!" Ella gritó mucho más alto con sus
pulmones. Mis hermanos hicieron una pausa. El repentino silencio fue roto por un sonido de campanas desde el sótano. Quinn y Connor se levantaron rápidamente. En el momento en que entramos en el pasillo hacia la cocina, ellos ya estaban conduciendo a alguien por la escalera.
"London", dije con sorpresa. Ella era una prima lejana y muy pocas veces
la veía. Ella era delgada y pálida y se parecía a su nombre, con el pelo negro liso y siempre lucia como si hubiera estado caminando bajo la lluvia. Había aretes de plata en sus orejas, diecisiete en el último recuento, uno en la nariz, y otro en la ceja izquierda. Vestía ropa ajustada negra, como siempre. "¿Qué estás haciendo aquí?", Le pregunté.
"Has sido convocada". "Nuestros padres no están aquí," le dije.
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"Ya lo sé‖ respondió ella. "No es que tus padres han sido convocados, sólo tú."
"¿Por quién?" "Madame Veronique‖ Di un paso atrás. "No quiero ir." ―Exactamente no puedes rehusarte‖. "¿Por qué quiere verme?" Véronique no solía ver a ninguno de nosotros
antes del cambio de sangre. Nunca. "¿Por qué crees tu?" los colmillos de London estaban fuera, no porque
estaba enojada, ella siempre estaba molesta, sino porque ella se negaba a ser otra cosa que lo que era. Ella se burló de Lucy. Era una fuente constante de irritación que Lucy fuera mayoritariamente inmune a sus feromonas. "Eso tiene que quedarse aquí." London no aprobaba a Lucy, nunca lo había hecho. Pensaba que los mortales eran demasiado frágiles para una amistad, para tener la fuerza necesaria para proteger nuestro secreto. Y odiaba que ella hubiera sido tan mortal como Lucy antes de que ella se convirtiera, hace tres años.
"Como si quisiera estar a tu alrededor por un solo segundo más de lo
absolutamente necesario ", espetó Lucy bruscamente. Yo sabía que ella estaba mintiendo, ella había estado desesperada por ver a de Verónica, una sola vez, desde hace años. Bajo la bravuconería y el temperamento estaba decepcionada.
Su pulso debería de haberse acelerado, porque London hizo una mueca. Nicholas se pasó la lengua por los labios. Marcus silbó entre dientes. "Mala suerte, Sol. Verónica es aterradora". Lucy hizo resonar un pisotón. "Tu no estas ayudando." "¿Por qué ella te envío a ti?" Quinn le frunció el ceño a London. "Sigues
siendo una de las damas de honor en espera de Lady Natasha, ¿no?‖ Ella asintió con frialdad. Sus divididas lealtades eran una molestia para
todo el mundo. "Yo sirvo a Véronique primero, como todo el mundo en nuestra familia".
"Eso no explica por qué ella te envió."
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"Es debido a que Verónique no es la única que convocó a Solange. Lady Natasha también lo hizo. Una vez que Verónique escucho que Solange había sido llamada a la corte real, ella quiso verle primero".
"Mierda". Mis ojos se abrieron. "¿Las dos? ¿Esta noche?" "Solange no puede ir ahora", dijo Nicholas. "No es seguro." London arqueó una ceja. "Sabes tan bien como yo que no es un pedido.
Simplemente agradece de que yo estaba en la zona así Lady Nastasha no necesitó enviar a uno de sus chicos Araksaka―. Los Araksaka eran temidos. Todos y cada uno de ellos llevaban el tatuaje real de Lady Natasha en sus rostros. Eran su ejército privado y sólo le respondían a ella. Y eran muy despiadados por cierto, no solo matando sino también torturando.
"Al infierno", murmuró Quinn. "Bien". Limpié mis manos encima de mis pantalones. "Vamos a acabar con
esto." London negó con la cabeza. "No iras vestida así." Parpadeé hacia abajo a
mi camiseta y lo que llevaba encima, que sólo tenía una mancha de barro seco en el brazalete. "Te estarías burlando de la corte y lady Natasha se sentiría insultada, después de haberte concedido una suspensión temporal a tu exilio. Por no hablar de lo que Verónica podría hacer"
"No debería haber desterrado a los Drakes, en primer lugar‖ murmuró
Lucy. "Ella tenia que hacerlo, a causa de la profecía. Tu no lo entenderías‖. "Dame un respiro." Lucy visiblemente estaba molesta por el desdén en la
voz de London."Yo probablemente sé más acerca de la propia historia que tú. La profecía fue registrada durante el reinado de Enrique VIII, después de haber cortado la cabeza de Ana Bolena. Alguna vieja loca en Escocia entró en trance y balbuceo acerca de una mujer nacida de la sangre Drake, que dominaría las tribus, y cuando Solange nació todos se asustaron al respecto, incluyendo a Lady Natasha". Parecía orgullosa de sí misma. "¿Ves? Lo se totalmente. Aunque, yo no entiendo ¿por qué ella no es la Reina Natasha, en lugar de Lady Natasha? ¿No tiene eso más sentido?"
"Ella no ha tenido una coronación", explicó Logan. "Ella no es
técnicamente reina, porque técnicamente no tenemos reinas. Tenemos tribus autónomas y guerreros civiles y el amor por la tradición‖.
"Entonces, ¿cuál es el gran problema acerca de Solange robándose su
corona, entonces? ¿Si todo se trata de semántica?"
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"Las tribus están dejan que Lady Natasha haga el papel de Reina porque ella solía ser parte de la realeza y conoce sus costumbres. Y ella ha asumido el poder desde los veinte años, antes de que nosotros naciéramos y una hija de Drake no era aún un problema. Las mujeres Drake fueron echadas de la corte, pero no puramente exiliadas hasta que Solange nació".
"Suena como una algo duro de hacer." "Ella es la primera en tener lazos lo suficientemente fuertes como para
esperar gobernar. Ella es como nuestra mejor opción si queremos poner fin a todas las luchas internas y controlar a los Hel-Blar".
"Hasta Solange", añadió Nicholas gravemente. "Exactamente". Logan asintió. "La mitad de los tribunales desertan por
Solange si se le da la oportunidad. Natasha podría ser nuestra mejor opción, pero también es una vaca hambrienta de poder y aún esta totalmente obsesionada con Montmartre. Todo el mundo sabe eso‖.
"Yo no quiero su estúpida corona", murmuré. Odiaba tanto hablar de las
profecías y la política. Como si yo quisiera ser reina. "¿Por qué no te exilio a ti también?" le preguntó Lucy a London. "Yo no soy realmente un Drake." London parecía molesta por tener que
responder a la pregunta. "Si es así." Yo miré hacia ella. Ella se encogió de hombros. "Es diferente para mí. De todos modos, tú debes estar agradecida por el
exilio. Muy bien pudo haber matado a Solange al nacer, ya sabes". "¿Y hacer de ella una mártir?", preguntó Connor. "¿O llamar a Verónica y
tener que lidiar con su ira? ¿O que se vea como si no pudiera ser la reina que corresponde después de todo?"
"Ella es la reina que corresponde", insistió London. Se volvió hacia mí.
"Pero tú eres la única hija Drake nacida, no hecha". "Yo sé lo que soy, London." ―Bueno, entonces. Comienza a lucir como tal…" "Así que ahora es un desfile de moda, ¿también?" Me queje, siguiendo a
London y Lucy a mi habitación. London fue directo a mi armario, e hizo una mueca.
"Solange, honestamente—"
84 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
"¿Qué?" ―No puedes usar nada de esto." "Ella puede usar algo mío", sugirió Lucy. "Tengo mejor gusto." Lucy, famosa por su excesivo equipaje, sacó un vestido de su bolso. Era
más bien como una combinación de seda con encaje en el dobladillo y los lazos de la franja de cuentas que ella había cosido a las correas. Este era del color exacto del vino tinto.
"Tendrá que ser este", dijo London a regañadientes. Me cambié rápidamente, los nervios revoloteando en mi vientre. El
vestirme como si yo fuese a un baile de la escuela secundaria me estaba poniendo incluso más nerviosa. Me puse un par de zapatillas chinas y la pulsera de plata que Hyacinth me había dado el año pasado.
Mis hermanos estaban en fila en el vestíbulo de la entrada, cada uno
vestido con su mejor ropa. Incluso Sebastián estaba con un traje. Logan fue el único que no se había tenido que cambiar. Él siempre lucia bien.
"Todos ustedes no van a venir con nosotras‖ dije, haciendo una pausa en
el último peldaño. "Maldita sea que lo haremos", dijo Connor. "¿Qué pasa con Lucy? Ya oíste lo que dijo mamá". "Voy a estar bien", dijo detrás de mí en el rellano. "No te preocupes por
mí." Fulminé con la mirada a mis hermanos obstinadamente. "No vamos a
dejarla aquí sola." Nicholas se apartó de la pared. "Me quedo". ―No tienes que hacerlo", murmuró Lucy. ―Bien‖ dije, haciendo caso omiso de ella. Tenía la boca seca. "Vámonos‖
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CCaappiittuulloo 1100 LUCY
Traducido por Chloe
n el mismísimo segundo que la puerta se cerró tras ellos, Nicholas comenzó a gritar. Supongo que no debería haberme sorprendido.
―¡No puedo creer que hicieran eso!‖ dijo poniendo el grito en el cielo.
―Después de lo de la fiesta en el campo, los vampiros en el patio. ¿Acaso no escuchaste una sola palabra de lo que dije?‖
―No, ¿por qué no gritas un poquito más fuerte?‖ ―Lucy, esto no es gracioso.‖ ―Nunca dije que lo fuera.‖ Me crucé de brazos y lo observé cómo
caminaba con toda furia alrededor del recibidor. ―Hicimos lo que teníamos que hacer. Valía la pena intentarlo.‖
―Él podría haberla matado. Y a ti.‖ Golpeó su mano con toda fuerza
contra una mesita, desplazando un jarrón con rosas. Cayó sobre el piso, rompiéndose contra el mármol. Agua y pétalos de rosas se le aferraron a sus botas.
―Pero no lo hizo.‖ Lo cierto es que aún estaba sintiendo la adrenalina.
Cerré mis manos en puños para que él no pudiera ver la manera en que temblaban. Tal vez no estaba hecha para esta cosa de espías después de todo. ―Y, de todas formas, tú saliste allí fuera y peleaste contra un montón de vampiros locos por las feromonas y no te dimos un sermón.‖
―No es lo mismo‖. ―Claro.‖ ―Para empezar, soy mucho más difícil de matar que ustedes dos.‖ Era difícil discutir con eso. ―Bueno, como sea,‖ farfullé en forma tonta. Nos fulminamos el uno al otro con la mirada por un tiempo más. Por
primera vez, realmente podía ver la preocupación grabada alrededor de sus ojos y la forma en que su boca se tensionaba. No estaba simplemente pálido, estaba levemente agrisado. Debimos realmente haberlo asustado. Intenté
E
86 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
imaginar qué sintió viendo a su hermanita menor y a su mejor amiga en el bosque en la noche con un cazador de Helios-Ra. Suspiré. ―Por más divertido que sea estar parados aquí gritándonos el uno al otro, ¿no crees que podríamos tal vez hacer alguna otra cosa de momento?‖
Pasó su mano sobre su cabello. ―Es bastante tarde. Podrías irte a la
cama.‖ ―¿Estás de broma?‖ me le quedé mirando. ―Como si pudiera dormir.‖ ―Pasarán horas antes de que sepamos algo.‖ Mordí mi labio inferior. ―¿Es Veronique realmente así de tenebrosa?‖ Alzó la vista, asintió una sola vez. ―Es sólo que hay algo acerca de ella.‖ ―Ella no lastimaría a Solange, ¿verdad?‖ ―No, es muy apegada a la familia, tradiciones y todo eso. Es la Corte Real
la que me preocupa.‖ ―¿Ya localizaste a tus padres?‖ ―No.‖ ―Mierda.‖ ―Sip.‖ ―Bueno, no podemos sentarnos aquí y preocuparnos toda la noche. Tengo
que hacer algo.‖ ―¿Por qué no llamas a tomar el té a otro cazador de vampiros?‖ sugirió
secamente. Aunque lucía más calmo, un poco menos a como si estuviera apretujando su quijada tan fuerte que se arrancaría un colmillo. ―De cualquier forma, ¿Cómo te las ingeniaste para hacer eso?‖
―Llamé a la operadora. Su nombre figuraba en el listado.‖ ―¿De verdad?‖ ―Y escarbé su bolsillo.‖ Me pavoneé como un Pavo Real. Nicholas sacudió su cabeza, sonriendo con esa extraña sonrisa torcida que
hacía revolotear mi estómago. ―No lo hiciste.‖
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―Por supuesto que lo hice. Y encontré esta guía de mano de los vampiros de Helios-Ra. Supongo que todos los reclutas reciben una copia. Incluso yo estaba en ella, soy una ‗Persona de Interés‘. Bien por mí.‖
Pensé que se reiría de ello, pero su rostro se tornó tan frío que tuve que
contenerme de tiritar. ―¿Qué?‖ preguntó con una calma mortal. ―¿Helios-Ra te ha puesto en la
mira?‖ Sacudí mi cabeza enfáticamente. ―No, nada como eso, no te preocupes.
Es sólo una página de perfiles. Solange también tiene uno.‖ Su quijada se tensó nuevamente. Oops. No debería haber mencionado eso. Dios, tal vez él tenía razón. Sí que tenía una bocota. Intenté una sonrisa tranquilizadora. ―En verdad, no pasa nada. De todas formas, hicimos fotocopias de todo en la impresora de Sol. Y tendremos a Connor haciendo su cosa de genio de las computadoras antes de que London caiga para ser su habitual festivo ser.‖ Incliné mi cabeza. ―Tu computadora es más veloz que la laptop de Solange. ¿Crees que podríamos hallar algo acerca de la recompensa o de Helios-Ra? Lo que sea?‖
Miró pensativo. ―Le vence a estar sentados aquí esperando. Aunque
Connor es el de la magia con la Internet, no yo.‖ Me encogí de hombros. ―Vale la pena intentarlo.‖ Cualquier cosa para
pasar el tiempo, porque de otra forma iba a rebotar entre preocuparme acerca de mi mejor amiga y el preguntarme cuándo su hermano se volvió tan asombrosamente ardiente. Ninguna de ellas me atraía como un pasatiempo saludable.
Subimos al ático, el cual había sido convertido en siete habitaciones, dos
baños, y un recibidor–todo sin una sola ventana en ninguna parte. La habitación de Nicholas era la más pequeña, había espacio sólo para una cama, una cómoda, y su escritorio. Tuve que sentarme en la punta de su cama dado que no había ninguna otra silla. Estaba hecha sólo a medias, con una manta azul marino. La última vez que había estado aquí arriba había sábanas de piratas y espadas de madera.
Miré alrededor con curiosidad. Había una base para un iPod y montones de
revistas de música y ropa en una pila en una esquina. También había una pequeña fotografía en su mesita de noche. Era una de nosotros dos en mi décimo-quinto cumpleaños. Me estaba riendo, la luz destellando sobre mis lentes y las lentejuelas de mi bufanda, y Nicholas estaba volteado hacia mí, con ojos serios y una media sonrisa.
Toqué el marco.
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―Nunca había visto esta foto,‖ dije en voz baja. Medio como que deseaba preguntarle si podía tener una copia, pero no quería sonar cursi. Miró por sobre su hombro desde donde estaba encendiendo su ordenador.
―Es...‖ La tomó, y la metió dentro del cajón superior de su escritorio. ―No
es nada.‖ Mentiroso. Aún así, aunque sabía que no era nada, tampoco sabía qué significaba
realmente. Aunque no pude evitar sonreír. ―Deja de hacer eso,‖ murmuró, si quiera levantando la vista del teclado.
Sonreí más ampliamente. ―Lo digo en serio.‖ ―Así que ¿cómo hallamos y nos infiltramos en la base de datos de una
Sociedad Secreta?‖ pregunté. ―No tengo idea.‖ Me acerqué al borde de la cama así podía ver lo que él estaba tipeando.
―Hey, sí que tienes algo de magia,‖ dije con aprobación. La pantalla era un pilar de códigos HTML. ―Yo nisiquiera puedo leer eso.‖
―No te entusiasmes mucho,‖ me advirtió. Siguió tipeando por un ratito
más, esperó, tipeó algo más. Observé, me aburrí, me recosté sobre la cama, y miré al techo. Él puso música, eligiendo una de mis bandas favoritas. Siguió tipeando un poco más. Sentí mis ojos irse cerrando a pesar de mis esfuerzos. ―¿Crees que a tu novio le importe lo de la foto?‖ Finalmente preguntó en voz baja, tan bajo que apenas le oí.
Eso me despertó. ―¿Qué novio?‖ Me senté. ―¿Tengo un novio ahora?‖ ―Jett o Julius o como se llame.‖ ―¿Julian?‖ parpadeé, confundida. ―Estás bien fuera de órbita. Julian me
dejó durante los exámenes. Bueno, en realidad, él no me dejó realmente. Sólo lo encontré con su lengua en la boca de Jennifer King.‖
―No suenas muy destrozada por ello.‖ ―Por favor, fue hace siglos. Le dije de todo, y luego cuando me fui a casa
me di cuenta de que en verdad no me importaba. Ni siquiera me molesté con el reglamentario helado y caramelo caliente.‖
―Oh.‖
89 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
No sabía qué hacer con este Nicholas. Me sentí como si fuéramos a tener un momento. Nosotros nunca teníamos ‗un momento‘. Bueno, tuvimos ese beso–que sean dos besos. Pero no fueron reales, ¿lo fueron? El primero fue en la búsqueda de una escapatoria, el segundo una prueba científica de mi inmunidad a las feromonas. Tragué, repentinamente nerviosa. No había estado esperando ‗un momento‘.
―Tengo algo.‖ Lo cual era para bien porque claramente no iba a tener uno. Intenté no
sentirme desilusionada. ―¿Qué encontraste?‖ pregunté, pretendiendo que mi voz no había
chillado. ―No estoy seguro aún pero tiene más seguridad de la que alguna vez haya
visto.‖ Frunció el ceño. ―No puedo descifrar esto. Ni siquiera estoy seguro de que Connor pueda.‖
―Pero él tiene un lugar para empezar, ¿cierto?‖ ―Supongo. Por lo que valga.‖ Se impulsó lejos del escritorio. ―Teníamos que intentarlo.‖ ―Seeh.‖ No lucía complacido. Le di un empujoncito a su pie con mi bota. ―¿Quieres hacerles llamadas locas a Kieran?‖ Se sentó junto a mí, sonriendo. ―Tal vez luego. Nada te desalienta,
¿verdad?‖ ―Seguro que sí.‖ Estaba lo suficientemente cerca como para que su rodilla
rozara la mía. ―Cuando todo esto acabe tendré mi buen llanto y una fiesta de lástima. En este momento, simplemente no tengo tiempo.‖
―Eres algo increíble.‖ Lo miré por el rabillo del ojo, sonrojando. Era extraño obtener un halago
como ese de parte suya. Y realmente bonito. ―Solange dice que soy algo malvada.‖
―Eso también.‖ ―¿Puedo hacerte una pregunta?‖ ―Seguro,‖ respondió con cautela.
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―¿Estabas asustado durante la transformación?‖ Se tensó. ―Sí.‖ ―¿Dolió?‖ No podía soportar la idea de Solange sufriendo. No era justo.
Ella era demasiado buena para pasar por todo esto. ―Algo. En su mayor parte me sentí débil y agotado, como si estuviera
realmente muy afiebrado. Para el momento en que perdí la conciencia ya no me importaba. Estaba demasiado cansado.‖
Estaba apenada ahora de haber sido sacada de la casa, de no haber
podido estar allí para él. Podía fácilmente imaginármelo retorciéndose en dolor en su cama, empapado en sudor, delirante. ―Geofrey dice que es algo así como una batalla.‖
―Lo es. Se siente como que estás alucinándolo y aún ahora es confuso. No
estoy seguro de qué fue real y qué no.‖ Toqué su rodilla. ―Siento haber sacado el tema.‖ ―No lo estés.‖ ―Solange es en verdad fuerte,‖ dije nuevamente. ―Más fuerte de lo que
todos piensan que es.‖ ―Lo sé.‖ ―¿Qué te sacó adelante?‖ susurré. ―¿Lo recuerdas?‖ Asintió pero no me
miraba. Cuando no dio más detalles, me giré para enfrentarlo. ―¿Qué? ¿Es un secreto? ¿Acaso a estas alturas no conozco todos los profundos y oscuros secretos de los Drake?‖
Se movió incómodo. ―Supongo‖. ―Entonces ¿qué?‖ ―Tú.‖ Tragué saliva, aturdida. ―¿Yo?‖ ―Sehh.‖ Se paró y fue hacia la puerta, donde se pausó por el más ínfimo
segundo. ―Tú me sacaste adelante.‖
91 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
CCaappiittuulloo 1111 SOLANGE
Traducido por Glad
o estaba disfrutando de esto.
Aún no habíamos llegado allí y ya deseaba que todo terminara.
No usamos los túneles para ir con Veronique. Su casa estaba fuera de Violet Hill, era completamente independiente del compuesto Drake y de la corte real de Natasha así como también de las cavernas y todo lo demás. La casa estaba sobre una colina y lucia un gris oscuro, con gabletes victorianos y raquíticos árboles espinosos en todas partes. Estaba directamente fuera de Wuthering Heights.
"No puedo creer que haya venido hasta aquí, por esto," murmuré mientras
Marcus se giró sobre el carril. Eran millas antes, de atravesar serpenteando el bosque para después salir en un claro con un estrecho camino. "Ella nunca viene aquí".
―Eres especial‖, me dijo Quinn. "Ella vino hasta aquí por ti". "Estupendo". Salimos del coche y traté de controlarme de no cerrar la puerta
ruidosamente. Todo lucia oscuro, con una sensación definitiva, decisiva. Trate de quitarme esa sensación de encima. Dejando que el melodrama de la casa me contagie. Ella era técnicamente mi tatara-tatara –varias veces- bisabuela. Aunque dudaba que ella hubiera horneado magdalenas glaseadas para mí, también asumí que no iba a hacerme daño. Cada uno de mis hermanos había sobrevivido a la presentación formal. Yo también lo haría. Deseaba que Lucy pudiera estar aquí; para usar algo de su fanfarronería. Ahora, sólo tendría que encontrar la mía.
"Vamos, hermanita". Duncan me empujo hacia el porche. La puerta se
abrió antes de que pudiéramos tocarla. Veronique no tenía guardias, pero tenia a damas-de-espera. Quien abrió la puerta no dejó traslucir un parpadeo de emoción. Ella llevaba puesto un traje, con una delgada falda y su pelo estaba recogido en un moño.
N
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Lucia competente y casi tan afectuosa como el invierno en lo alto de una montaña.
"Esta siendo esperada", ella dijo. ―Entre‖. Ella se movió a un lado. "Soy
Marguerite". Caminamos rápidamente en el vestíbulo para luego detenernos como un
grupo de reacios. Incluso Logan no coqueteaba con ella. London fruncía el ceño, pero contemplaba fijamente el piso. Había arañas de luces en todas partes, hechos de gotas negras de cristal. Las lámparas de aceite ardían sobre arcas de madera, que les servía de base. Vagamente, olía como a incienso. Un escudo de la familia Drake colgaba de la pared con nuestro consigna: "Nox noctis, domina nostra", que se traducía como: ―la Noche, nuestra ama‖.
"Sólo Solange fue llamada," Marguerite murmuro de manera reprobatoria.
"El resto de ustedes pueden esperar aquí". Ella señaló hacia un largo banco de la iglesia. Mis hermanos se sentaron obedientemente, sin chistar. Eso fue suficiente para asustarme seriamente, incluso, aun sin todo el asunto de la matriarca. "Tu", ella se giro hacia mí; "sígueme‖.
Respiré profundamente y la seguí de cerca por el corredor. Había varias
puertas que conducían a salones, salas y un enorme comedor. Ella les ignoró y prosiguió directo hacia un conjunto de puertas francesas, que conducían a un largo salón de baile con pisos de parqué pulidos y tapices en la pared.
"Madame". Marguerite agacho su cabeza. "Ella ha llegado". Veronique estaba sentada sobre uno de esos curvados bancos acolchados
que solían estar en cada película antigua que alguna vez había visto. Llevaba puesto un traje de noche largo y gris azulado con bordados intrincados a lo largo de los bordes y en las mangas acampanadas. Su pelo era un moreno avellanado, sus ojos eran muy pálidos casi incoloros, como el agua. Y estaba tan inmóvil, que no lucia real. Había algo definitivamente no humano en su cara. Tragué saliva.
Estaba tan nerviosa que pensé que podría vomitar sobre ella. Cuando ella
se movió, solo una pulgada, yo salté. "Mon Dieu", ella susurró en una voz tan lejana y misteriosa como una
aurora boreal. "Tu corazón parece un pequeño colibrí". "Lo siento‖. No estaba segura de por qué me disculpaba, sólo que me
pareció lo mejor. Algún instinto dentro de mí tembló, como un conejo bajo la sombra de un águila. Aun con toda su belleza de porcelana, ella era una depredadora.
"Así es que tu eres Solange Drake," ella dijo, estudiándome.
93 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
"Sí, Madame". Hice una reverencia, poniendo cuidadosamente cada detalle que tía Hyacinth me había enseñado. Ésta no era una simple reverencia como las de Jane Austen21; esta era una completa reverencia cortesana. Di un paso, mi pie derecho se puso detrás del izquierdo y doble mis rodillas hacia afuera y no hacia adelante. Estaba tan cerca al suelo como pude estar sin perder el equilibrio o dejar que mi trasero sobresalga. Incline mi cabeza ligeramente.
Recé duramente, para que ella quede impresionada. "Muy bien," ella dijo. "Puedes levantarte". Di un paso hacia atrás y me tambalee, pero solo un poco. Gracias, Tía
Hyacinth. "Estoy contenta de saber que tu familia te ha enseñado la etiqueta
apropiada". "Gracias, Madame". ¿Ella podía saber que estaba comenzando a sudar? Era
difícil sólo estar allí bajo su escrutinio. Ella estaba tan serena, tan rígida. "Se que Lady Natasha te ha llamado ante su tribunal". "Sí, Madame". "Ella es alguien en quien no se debe de confiar". "No, Madame". "Sabes de la profecía, por supuesto". Asentí. "Hemos estado esperando por mucho tiempo que una niña nazca entre
nosotros‖. Estupendo, sin presiones. "Tu cambio-de-sangre está muy próximo. Lo puedo oler en ti. Aun tan
asustada como estas, tu corazón palpita más lentamente de lo que debe". Me pregunté si esa era la razón por la que tenia la impresión de que podía
desmayarme. Elevé mi barbilla. No iba a avergonzarme ni a mí, o a mi familia. "Al parecer no eres tan fuerte como para sobrevivir, pequeña Solange. No
me gustan los tribunales reales, pero no puedo enviarte allí, como si no fueras de mi familia, o como si no fuéramos nada".
21
Jane Austen: Novelista Británica, su obra más conocida es ‘Bride and Prejudice’
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Ella cogió una larga cadena de plata de la pequeña mesa que estaba a su
lado. El frasco de cristal que estaba al final de esta era claro, cubierto con plata y sujetado con más plata labrada, que lucia como hojas de hiedra ensortijadas. ―¿Sabes lo qué es esto?‖
"No, no lo se". Ella lo elevó. Desde mi ángulo pude ver que el frasco
contenía un líquido rojo oscuro dentro. "Oh. Es sangre". "La mía, para ser precisos". Ella lo hizo girar una vez más. Mientras yo le
observaba, hipnotizada a pesar de todo. ―No comparto mi sangre tan fácilmente _ sólo en las circunstancias extremas, debes de saber".
Y en verdad, yo no lo sabía. Pero sabia que si ella iba a hacerme beber
eso, en verdad iba a vomitar sobre ella. "Estoy preparada para darte esto. Cuando tu cumpleaños llegue, bebe de
él y esto te dará la fuerza que necesitas para reclamar tus derechos". Éste probablemente no era un buen momento, para decirle que yo no
quería ser reina. "Tus hermanos no lo necesitaron; los hombres Drake han estado así por
siglos. Pero tú eres diferente. Tengo curiosidad de ver como será tu renacimiento, y tu pequeña, incitas mi curiosidad estos días‖.
Tal vez ser la mujer barbuda del carnaval no era tan malo, después de
todo. "Tu, por supuesto, tendrás que ser puesta a prueba, para ver si eres
digna". "Por…supuesto". Simplemente, dármelo era muy fácil. ―¿Cómo hago eso?‖ "Hay habilidades que cada mujer Drake debería saber, para honrar su
legado. Comenzaremos con el bordado". Mi boca se abrió. ―¿Bordado?‖ eso apestaba. La tía Hyacinth había intentado enseñarme, pero ambas nos habíamos
dado por vencidas, y lo habíamos dado como un caso perdido. Lucy, extrañamente, había aprendido rápidamente y había bordado un tapiz de Johnny Depp como Jack Sparrow para mi último cumpleaños. En cierta forma, sabia que eso no iba a ayudarme ahora mismo. "Me temo que no soy hábil en el bordado".
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Sus labios se fruncieron. Mis palmas se humedecieron. Sus colmillos estaban fuera, tan puntiagudos y delicados como pequeñas dagas óseas. "Eso es decepcionante, Solange".
Iba a morir porque no podía bordar rosas en un cojín. "Lo siento", susurré. ―¿Puedes dibujar?‖ ―Un poco. Puedo trazar floreros. ¿Imagino que usted no tienen un horno
para cerámica?‖ "No, pero es debidamente notable". Ella agitó su mano y repentinamente
Marguerite estaba de regreso. No la había visto salir, y no la había visto regresar. Ella cargaba una pequeña mesa como si no pesara nada y una silla. Las colocó en el suelo frente a mí, después saco a la vista un bloc de bosquejos y lápices. "Adelante" Veronique murmuró. "Dibújame algo".
Me limpié las manos y traté de alcanzar un lápiz, mientras mis ojos
recorrieron con velocidad los exteriores, en busca de un tema. Si me había pedido que dibujara, también podría matarme ahora mismo. Vislumbre un florero de arcilla en la esquina, sujetando un ramillete de stakes22. Solía dibujar floreros y vasijas todo el tiempo, tomando futuras ideas para mi trabajo de cerámica.
Rompí la punta del primer lápiz. Tomé otro pero antes tenia que esperar
que el pequeño temblor en mis dedos se apaciguara antes de hacer otro intento. Esta vez dibujé ligeramente, intentando pretender que mi futuro en verdad no dependía de eso. Veronique le dio una mirada a mi folio.
"Aceptable". Deje escapar un gran aliento, casi como un silbido. Ella era como la
maestra más espeluznante que alguna vez haya existido. Estaba contenta de nunca haber ido a una escuela regular.
"Y ahora para la música. ¿El arpa? ¿El piano?‖ ¿El arpa? ¿Era en serio? Mi madre me había enseñado cómo evitar a los
cazadores, disparar una ballesta, y estacar vampiros rabiosos en veinte pasos, no era cómo tocar ‗Greenselves23‘.
"Yo. . ."
22
Bouquet of Stakes: Encontré que es un ramillete de muchas flores. Variedad de flores. 23
Greenselves: Es una canción muy popular en Inglaterra. Compuesta por el Rey Enrique VIII de Inglaterra(1491-1547) para su amante y futura reina consorte Ana Bolena.
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Ella se levantó de su silla con la velocidad de un antiguo vampiro y la gracia y postura de una bailarina principal.
Una bailarina que estaba a punto de sentenciarme. ―¿Nada de música?‖ Ella no sonó complacida. Retrocedí torpemente un
paso antes de poder mantenerme firme. Siempre, por años, le había dicho a Lucy que no debía de correr porque eso sólo hacia que los vampiros le persigan. ―Entonces dígame, ¿qué puedes hacer?‖
Me sentí tonta e insignificante. Y no podía pensar en alguna sola cosa que
podía hacer, para poder impresionarla. ¿Cómo impresionabas a una vampiresa matriarca de novecientos años de edad?
―¿Matemáticas?‖ Ella murmuró. "Sí", le contesté, aliviada. "Soy hábil con las matemáticas". ―¿Historia?‖ "Sí". ―¿Cuándo fue la Batalla de Hastings?‖ "1066". ―¿Quién fue el primer hijo de Eleonor de Aquitania en gobernar?‖ "Richard Lionheart". ―¿En qué año nacieron mis gemelos?‖ "1149". ―¿Puedes pelear?‖ "Sí". ―¿Con una espada?‖ "Sí". "Muéstrame‖. Ella aplaudió una sola vez, y otra mujer entró, llevando puesto el
uniforme blanco tradicional de esgrima y una careta protectora. Podía decir por sus ojos, los cuales eran verdes claros, que ella era un vampiro. No tenia idea si ella era un Drake. Y aunque yo era muy buena en esgrima, ¿cómo se
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suponía que iba a ganarle a un vampiro? Yo, aun era humana, y estaba muy cansada, ahora mismo podría estar bostezando si no estuviera tan asustada. Mi adversaria me dio una máscara, un chaleco y una fina espada metálica.
"Comiencen" Veronique demando antes de si quiera tener la posibilidad de
probar el balance de mi espada en mi mano. Comenzamos. La salude apropiadamente, elevando el mango de mi espada al nivel de
mis ojos e inclinándome en una reverencia. Mi adversaria hizo lo mismo. Después ella me atacó. Yo di un paso cruzado para atrás, bloqueando su ataque. Las delgadas espadas rechinaron al unirse. Ella se abalanzó otra vez y esta vez, use un paso circular lento. No la toqué, ni siquiera una vez. Ella era muy rápida, un borrón blanco. Nunca me había sentido tan lenta. Estaba en una clara desventaja, sin embargo continúe.
―¡Responde!‖ Veronique gruñó, y obedecí, dando un paso cruzado hacia
adelante para atacar. Pestañeé, alejando el sudor de mis ojos. Ella me bloqueó, fintó24, y trato de bajar su espada hacia mi cabeza.
Sostuve en alto mi propia espada, en paralelo al destellante piso, y absorta del poder del golpe sobre mis brazos. La fuerza zumbó a través de mis huesos. Sabía lo que ella pretendía, bien podía partirme por la mitad.
"Suficiente", Veronique gritó, sonando satisfecha. Baje mis brazos,
jadeando. Allí estaba el sonido de pasos viniendo desde el vestíbulo y después todos
mis hermanos, a la vez, intentaron correr a través de la puerta. ―¡Solange!‖ ―¿Estas herida?‖ Cuando se percataron de que estaba ilesa, todos se detuvieron, cerrando
sus bocas. Sus ojos fueron de mí, hacia Veronique, y después se inclinaron en una reverencia al unísono.
"Bien", ella me dijo. "Puedes irte". Me quité la máscara y la dejé junto a mi fina espada metálica en el piso.
Estaba a mitad de camino hacia la puerta, e iba tan de prisa porque deseaba salir allí, cuando ella me detuvo. "Solange".
Casi gemí. "¿Sí, Madame?‖
24
Finta: Es un salto pequeño y corto de pies, que suelen hacer los esgrimistas y los boxeadores.
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"No olvides esto". Ella se movió tan rápido que no logre verla, pero
repentinamente ella ya estaba de pie junto mí. Hasta mis hermanos lucieron alarmados. Ella me dio el frasco pequeño. Deslicé la cadena sobre mi cabeza. "Gracias".
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CCaappiittuulloo 1122 LUCY
Traducido por Kmila
icholas holgazaneaba de esa manera irritante suya, leyendo de
cabo a rabo la copia de la guía de campo. Levantó la mirada,
mirándome ir de un lado al otro. ―No sabía que eras tan consciente
de tu físico.‖
Me detuve. ―¿Qué?‖
―Bueno, estás haciendo aeróbicos en medio de la noche. ―
No me había dado cuenta de que mi paso se había convertido en un trote.
Mi respiración era un poco corta, y los músculos de mis piernas vibrando de
tensión. Él se estaba conteniendo cuidadosamente, como si se fuera a romper.
O como si yo fuera a hacerlo. Hice un esfuerzo para calmar mi pulso, me deje
caer en el sofá, y trate de tumbarme tan irritantemente como él, pero yo no
podía simplemente sentarme ahí esperando. Apilé leña en la chimenea y
encendí el fuego. En el exterior hacia calor, pero necesitaba hacer algo. Los
puños de Nicholas se aflojaron.
―Odio esto,‖ dije mientras las flamas se encendían. No estaba cerca de
ser suficiente para distraerme.
―Nunca lo había notado. Escondes tus sentimientos tan bien.‖ Su sonrisa
era torcida. Lo hacía parecer casi accesible, ardiente debido a su sobrenatural
belleza. Solange era la única Drake desaliñada que había conocido, y no
estaba segura si después de su cumpleaños, ella iba a empezar a usar,
vestidos dramáticos.
―De verdad, de verdad odio esto,‖ añadí. Los jardines estaban oscuros
detrás de los vidrios tratados. O eso asumí, ya que habíamos cerrado todas las
cortinas, solo por si acaso. Hacía parecer todo muy acogedor, y romántico.
―Nunca debimos dejarla ir,‖ dije.
―Mandona como eres, Solange no habría acatado ordenes tuyas.‖
―No entiendo por qué los Drakes son tan blandos.‖ Me senté derecha
cuando algo se me ocurrió. ―Hey, tu tienes la llave de la bóveda.‖
N
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―¿La tengo?‖
―Sí la tienes,‖ le dije intencionadamente. ―Y yo quiero una pistola
aturdidora.‖
―No es uno tienda por departamento.‖
Me levanté, y tire fuertemente de sus manos. Eran frías al tacto. Tiré mas
fuerte, antes de distraerme con algo más. ―Vamos.‖
Él hizo una gran representación de un suspiro como si estuviera loca, pero
al final me siguió escaleras abajo y a través de los salones, algunos de ellos se
duplicaban hacia la bóveda de la familia. Era más como una caja fuerte, con
un túnel de salida secreto, suministros de sangre, oxigeno y armas. Realmente
no había estado adentro antes. Brinqué en mis tacones con impaciencia. Él
sacudió su cabeza.
―Actúas como si tuviéramos a Santa encerrado ahí.‖
Me froté las manos.
―Esto mejor que un viejo tipo gordo. Ahora dame.‖
Su mirada era severa. ―Se supone que no sabes donde está la puerta.‖
―Por favor. Conozco cada esquina de esta casa, incluso las sucias revistas
que Quinn guarda bajo su cama.‖ Tiré mi pelo hacia atrás con aire de
suficiencia. ―Los Helios – Ra no son mejores que yo. Esos Bastardos.‖ Sabía
que estaba empezando a balbucear, incluso a mi juicio, pero necesitaba
mantener mi cuerpo en movimiento debido a su cercanía. Debería ser inmune
a sus feromonas. Debería estar más cansada de lo que pensaba.
Él desbloqueó la puerta, inclinando su cuerpo, para que así no pudiera ver
si usó una llave o un código. Probablemente sabía que si hubiese visto la llave,
habría intentado robarla. La puerta se abrió silenciosa y pesadamente, y él
encendió las luces, las cuales parpadearon un poco antes de iluminar una
pared con una línea de estantes de acero con cajas de flechas, estacas y
estuches de balas. Las pistolas estaban colgadas de forma segura en una
repisa junto a las espadas, claymores25 y hachas en ganchos de acero. Dejé
escapar un suspiro de respeto. Nicholas negó con la cabeza debido a mi
avaricia.
―Esta fue una mala idea.‖
Ligeramente toqué una hoja realmente afilada.
25
Claymore: es una espada de doble filo que necesitaba ser blandida con ambas manos.
101 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―Es incluso mejor de lo que creí.‖ Había canastos con palos, garrotes y
lanzas. ―Donde está el aturdid— ¡Ooooh! Impresionante.‖ Cogí una ballesta,
girándome a sonreírle a Nicholas. Retrocedió, inclinándose para quedar fuera
del alcance de las armas, de una manera que habría quebrado la columna
vertebral de un humano por la mitad. Su camisa negra se agitaba como alas.
Bajé la ballesta, rodando mis ojos.
―Detente.‖
Él se enderezó. ―Todos recordamos lo que casi le hiciste a Marcus.‖
―Eso fue hace dos años.‖ Agarré una aljaba26 con flechas de madera que
más parecían estacas. ―Me llevo éstas.‖
Frunció el ceño. ―No, no lo harás. ¿Y por qué?‖
Fruncí el ceño de vuelta. ―¿Hola? ¿Caza recompensas? ¿Helios- Ra? ¿Los no
muertos caminantes? Elige uno.‖
―Ninguno va a herirte.‖
―No con esta cosa en mi posesión.‖ Apoyé la ballesta en mi hombro. Era
asombrosamente liviana. Él lucía como si quisiera discutir pero cambió de
opinión. Eso fue por un instante, sospechoso. No había nada que el amara más
que discutir conmigo. Habíamos estado perfeccionando nuestras habilidades el
uno en el otro por casi una década. En cambio, el abrió un cofre de madera
tallada que parecía sacada de una película de piratas. Sacó una cadena de
plata con eslabones gruesos y pasados de moda.
―Toma, ponte esto.‖ Me la tiró.
La cogí segundos antes de que chocara contra mi nariz.
―¿Qué es esto?‖ Un camafeo27 aproximadamente del tamaño de una
moneda de un dólar colgaba de la cadena. Tenía grabada la insignia de la
familia Drake, un dragón con hojas de hiedra en su boca, símbolos de fuerza y
lealtad, respectivamente. Era hermoso, acentuado con una sola perla
azabache en forma de lágrima. ―¿Cómo es que nunca había visto esto antes?‖
―Tus padres seguramente tienen uno, pero ellos verdaderamente nunca
necesitan usarlo.‖ Lo acerqué a la luz.
―¿Por qué?, ¿esto mágico o algo así?‖ Lo agité suavemente, esperando que
algo sobrenatural ocurriera.
26 Aljaba: Es una caja portátil donde se guardan flechas. 27 Camafeo: Es una figura tallada de relieve en ónice u otra piedra dura y preciosa.
102 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Él me sonrió. Algo que era inusual de él, pero no era exactamente el
evento mágico que esperaba que ocurriera.
―En realidad no.‖ Me empujó para darme la vuelta y así el podría cerrar el
broche. Sus dedos eran ligeros y fríos en la parte trasera de mi cuello. Por
alguna razón tuve que detener un delicado escalofrío. ―Ahí.‖ Su voz sonaba
ronca. Le hizo cosquillas a mi oído. ―Esto te mantendrá a salvo. Te marca
como uno de nosotros. Vampiros y Helios-Ra reconocerán esto, y sabrán que si
se meten contigo se meterán con todo el clan Drake.‖
Toqué el colgante brevemente. ―Gracias.‖
―Por supuesto, yo que tu no alardearía hasta que estuviera seguro de que
no estoy tratando con un caza recompensas.‖ Él hizo una pausa. ―O
pensándolo bien no deberías usarlo.‖ Él estiró su mano, como si quisiera
quitármelo. Retrocedí un paso, agarrándolo de manera protectora.
―De ninguna manera.‖ Las luces brillaron dos veces. Fruncí el ceño ante
ellas. ―¿Aumento de energía?‖
―La alarma silenciosa. Alguien está aquí.‖ Ambos corrimos hacia la puerta,
quedando casi atascados, como en un mal episodio de una comedia de
enredos. ―Quédate detrás de mí,‖ espetó. Sus ojos estaban extrañamente
pálidos. El peso de la ballesta tenía un efecto tranquilizador en mis manos
mientras nos deslizábamos escaleras arriba. ―Y trata de no dispararme en la
espalda con esa cosa.‖
Cuando llegamos a la parte superior, el se detuvo, sus fosas nasales
dilatándose. La puerta principal se cerró silenciosamente. ―Tío Geoffrey.‖
Parte de la tensión se escapó de su postura.
Bajé la ballesta.
―No sabía que tu sentido del olfato era así de detallado,‖ dije. ―Pensaba
que solo podías decir si era vampiro o no.‖
―Todos tienen un olor. Si estás cerca de ellos por el tiempo suficiente, tú
de alguna manera los catalogas.‖ Él no me miraba. ―Tu hueles a una mezcla
de pimienta y goma de mascar de cereza.‖
―¿Lo hago?‖
Antes de que pudiera presionarlo más, él se fue al vestíbulo, donde estaba
su tío sentado en una caja de cartón. ―Más regalos para Solange,‖ dijo
secamente. ―Bruno las revisó. Cuidadosamente,‖ añadió cuando nos
inclinamos para ver el revoltijo de cajas, envueltas en todo, desde papel café
103 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
a plateado. La grumosa envoltura en la parte superior de una, tenía una
mancha café que la atravesaba. ―Esa tiene un corazón de gato,‖ dijo Geoffrey
tranquilamente.
―Ew.‖ Retrocedí. ―¿Qué—? ¡Ew!‖
―Un regalo.‖ Se encogió de hombros despreocupadamente. ―Es
considerado un manjar en algunas de las tribus más apartadas.‖
―Ok, asqueroso…‖
―Esta tiene un gatito. Y una carta de amor, supongo.‖
―¿Un gatito?‖ Me quedé mirando por diez segundos enteros con la boca
abierta. Solo logré cerrarla para tragar la amenazante bilis. ―¿Un gatito?‖
―Tío Geoffrey.‖ Nicholas dijo en voz alta. Los perros de la familia se
acercaron corriendo para ver por qué estaba gritando.
―Lo siento. A veces olvido que ella no es completamente uno de
nosotros.‖
Más tarde, iba a sentirme halagada por eso. Ahora mismo, estaba
disgustada. Muy disgustada.
―¿Hay dirección del remitente? ¿Quién envió esto? Voy a patearle el
trasero.‖ Tuve que darle la espalda al paquete. ―No estoy feliz acerca de
esto. En serio.‖
―Ya lo sabemos,‖ dijo Nicholas. Había algo extraño en su expresión. Su
mandíbula estaba tan apretada que no sabía por qué sus dientes no salían
volando.
―¿Qué te pasa?‖ Pregunté.
―Nada.‖
―Nicholas, acabas de doblar tu anillo, estás apretando tus puños con
demasiada fuerza.‖
―Huele a dulce.‖
―¿Qué cosa?‖ Pregunté confundida. ―¿De qué estás hablando?‖
Él miró el envoltorio machado.‖Todavía está cubierto de sangre.‖
―No estás hablando en serio.‖ Él asintió con la cabeza, como si fuera la
cosa más difícil que hubiese hecho. ―Eso es asqueroso,‖ le dije. ―De verdad.‖
104 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―Lo sé.‖
―Está bien entonces.‖
Entramos en el gran salón, donde su tío ya estaba ocupado al fondo de la
biblioteca tirando los libros de los estantes de roble. Luego se sentó en la
mesa. Lámparas ardiendo detrás de cristales de rubí. Byron, el mayor Bouvier,
lamió mis dedos sintiendo mi prolongada agitación. Ver vampiros beber sangre
o romperse los cuellos unos a otros y desmoronarse en polvo era diferente que
el deseo de corazones de gatitos. Eso era demasiado.
―Fácil,‖ murmuró Nicholas. Geoffrey nos miró.
―Lucky, siéntate, tu corazón está acelerado. Si va más rápido te
desmayarás.‖
―Ella sigue molesta.‖
―Puede seguir molesta sentada.‖
Me hundí en una de las sillas, apoyando mis codos en la gran mesa, de la
misma desgastada madera de roble de los estantes.
―¿Tu tía Hyacinth no ha venido aún?‖
Nicholas sacudió su cabeza. ―Tú eres el primero.‖
Geoffrey frunció en ceño. ―¿Lo soy?‖
―¿Por qué?‖
―Ella no está contestando el teléfono o su beeper. Hmm. Bueno, no
importa, estoy seguro de que está bien.‖ Él miró alrededor. ―¿Dónde está
Solange? ¿Está dormida?‖
Nicholas se sentó al lado mío. ―Ella no está aquí. Ella fue llamada por
Lady Natasha.‖
―¿Qué?‖ Geoffrey estaba de pie tan rápido que su contorno se hizo
borroso. ―¿Por qué?‖
―London no quiso decirlo, o lo que es más probable, no lo sabía. Si
hubiese sabido se habría jactado de ello.‖ Nicholas frunció el ceño al ver la
reacción de su tío. ―Y ella no habría venido a buscar a Solange si hubiese
habido un peligro real.‖
105 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―Ella está bastante deslumbrada por la realeza, hijo mío.‖ Geoffrey cerró
los ojos. ―Mierda.‖ Alcanzó su teléfono. ―Sabemos quien puso la recompensa,
Nicholas.‖ Apretó un botón y el número se marcó por sí solo rápidamente.
―¿Quién?‖
―Lady Natasha.‖
106 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
CCaappiittuulloo 1133 SOLANGE
Traducido por Mekare
ejamos el coche justo dentro del lindero de la propiedad de la casa
de Geoffrey y utilizamos su túnel de acceso. Los túneles olían a
humedad y a humo de las antorchas en las partes más recortadas y
menos usadas de los corredores. Todo estaba muy tranquilo-sólo habían
suaves pasos y mi respiración entrecortada.
Era la ruta más segura hacia la corte real de Lady Natasha. Ella
permanecía en las montañas durante los meses de verano, en un sistema de
cuevas complicado. Después viajaba por el resto del año entre sus distintas
obligaciones, como una reina medieval.
Nuestro pueblo era considerado su lugar de veraneo, sencillo y rústico,
pero lo suficientemente relajante para una semana o dos. Y todos sabían que
la verdadera razón por la que Lady Natasha había elegido venir aquí, era para
mantener un ojo en nuestra familia.
―¿Está segura de que ella no dijo nada más?‖ Le pregunté a London. Si
Lady Natasha esperaba que yo bordara o bailara un vals, yo condenadamente,
quería un buen aviso esta vez.
London negó con la cabeza. La vacilante luz se reflejaba en sus
pantalones de cuero ajustados. "Ella es una buena reina, Solange. No tienes
que preocuparte"
―London, en caso de que no te hayas enterado, hay una recompensa por
nuestras cabezas. La tuya incluida. Y nuestra familia Drake ha sido exiliada
durante años‖.
Ella se encogió de hombros con negligencia, aunque yo presioné su mano.
"Esto no es lo mismo para mí. Yo fui convertida, no nací dentro de la familia
Drake‖.
―Tu padre se casó con tu madre y luego te convirtió en tu vigésimo primer
cumpleaños. Yo diría que eso te hace una Drake‖.
D
107 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―Lo que sea‖.
―No es diferente de nuestro padre convirtiendo a nuestra madre, después
de que Solange naciera‖.
London se encogió de hombros. Esto estaba empezando a ponerme
nerviosa. No todos podían ser tan indiferentes como ella. Algunos de nosotros
íbamos a ser castigados sin salir, al siguiente día. Y por algunos de nosotros,
me refería a mí.
―Mamá y papá se van a poner como locos‖ murmuré, tropezando con
Logan.
"Oof".
Él me estabilizó. ―Cuidado. Arrugaras el terciopelo‖.
Connor se detuvo también, a la cabeza. Él levantó una mano. ―Alguien se
acerca‖.
―Quédate cerca de mí‖. Los Colmillos de Logan se alargaron, reluciendo
filosos.
―Probablemente es sólo un guardia de honor‖, London dijo en voz baja.
―Lady Natasha es importante en la ceremonia‖.
Quinn negó con la cabeza, sus fosas nasales dilatadas. ―No creo que sea
eso‖.
―Estás exagerando…‖
Los vampiros corrieron por el pasillo hacia nosotros, algunos de ellos
corrían rápidamente sobre las paredes como hormigas gigantes. Cada pelo en
la parte trasera de mi cuello se erizó. Tal vez ellos no eran Hel-Blar, pero
eran guerreros; ya sea por mandato de Lady Natasha o buscando la
recompensa por matarnos.
Connor, Quinn, y Marcus formaron una línea de defensa, y Logan y Duncan
giraron alrededor para proteger la retaguardia. London y yo nos quedamos en
el medio. Tomé la estaca que ella me entregó. Yo no tenía dónde guardar un
arma en este estúpido vestido prestado.
No cometería el mismo error de nuevo.
La adrenalina fluía a través de mí, haciendo que mis dedos temblaran
ligeramente.
108 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Los gruñidos fluyeron por encima de nosotros, crepitando como estática.
Uno de los vampiros capturó a Marcus por el hombro. El inmediatamente
utilizó el puñal en la vaina de su muñeca para convertir a su atacante en
polvo.
Un grito de guerra resonó en el pasillo. Uno de los vampiros rompió
a través de la línea, saltando del techo, gruñéndome. Le di una fuerte patada,
capturándolo con la guardia baja. El Cuchillo de London lo sorprendió aún más
con la guardia baja. El polvo se elevo brevemente. ―Seremos castigados sin
salir, cuando mamá y papá se enteren sobre esto.‖
―Ellos no son Araksaka‖, dijo London. ―Esta no es la guardia real‖.
"¿Cómo lo sabes?"
"Ningún tatuaje."
"Cazadores de recompensas, entonces‖ dijo Duncan con un gruñido,
atrapando un puño que iba directamente hacia su ojo. "Ay, maldita sea‖.
"Sin rencores". La atacante femenina sonrió, saltando ágilmente fuera del
alcance de su golpe de vuelta y pateándole a la vez. ―Pero tu nos va a dar una
fortuna. "
"Muérdeme, buitre." Quinn cayó sobre las baldosas, gimiendo. Un hombre
mayor en un traje a rayas agarró la cola de caballo de Quinn, aprovechándola
para levantarlo.
"¡Hey!" Grité, saltando por encima de Duncan y la muchacha y codeando
al otro vampiro, que se alzaba a mi paso. "¡Deja a mi hermano!" Yo no era lo
suficientemente rápida o fuerte, no como lo eran ellos, pero yo estaba
enfadada y asustada y ellos me habían subestimado. Rompí la rótula del
atacante de Quinn y lo estaque antes de que los demás pudieran reaccionar.
Quinn se puso de pie rápidamente, sonriéndome. "Gracias, hermanita."
Yo le devolvió la sonrisa, limpiándome las manos.
"¡Agáchate!", añadió.
Me agaché.
Polvo de Vampiro fue a la deriva, por encima de mí como polen.
Estornudé.
109 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Uno de los vampiros, se giro hacia mi, como si por fin me hubiera notado,
me sonrió como si estuviéramos en una cita. "¿Te apetece un peluche?" Él
olfateó el aire y se humedeció los labios. ―Vamos, amor‖. El caminó, o lo
hubiese hecho si no hubiera tropezado con el pie de Logan.
"¿Puedo sugerirte por un demonio que te largues de aquí?", Dijo Logan,
tirando bruscamente de mi brazo.
"Corre, lunática sangrienta."
Corrí unos pocos pasos, y después me detuve cuando nadie me siguió. "¡No
voy a dejarlos aquí chicos!"
"¡Sólo vete!"
"¡No!"
"¡Solange!" todos mis cinco hermanos, gritaron mi nombre.
"¡No!" grité de vuelta. "¡Vamos!" Yo sabía que esto no les iba a gustar,
dejar ahí a los últimos dos vampiros, y estaba segura que mi mamá tampoco
lo aprobaría.
Pero simplemente no quería más muertes en mis manos. En las películas,
cuando un vampiro muere, hay una nube de polvo y todos hacen ovaciones,
porque los chicos malos murieron. En mi mundo, el vampiro bien podría ser
uno de mis hermanos.
Y técnicamente, aunque los cazas recompensas me querían muerta, yo no
estaba segura de si eran chicos malos todavía. Quiero decir, ellos estaban
siguiendo órdenes, ¿no? ¿Siquiera sabían ellos que yo no quería tener nada que
ver con Lady Natasha o su estúpida corona? Había reglas para este tipo de
cosas, aunque nadie más quería jugar con ellas. Y no tenía ningún reparo en
utilizar la culpa a mi favor.
"¿Quién sabe cuántos más podrían estar allí? ¿Quieren que vaya sola? "
Ellos hicieron un coro colectivo de gruñidos molestos, sabiendo muy bien
lo que estaba haciendo, pero a regañadientes vinieron conmigo, que era todo
lo que yo quería. Irrumpimos en el vestíbulo, arrastrándonos un poco sobre las
baldosas. Mi respiración era irregular y caliente en mis pulmones, desgarrando
mi garganta. Connor me cogió sobre su hombro, apenas pausándose para
ajustar mis agitadas extremidades, y siguió corriendo. Era tan rápido, al igual
que el resto de ellos, que ellos parecían capas de color a mí alrededor. Mi
estómago rebotó dolorosamente sobre el hombro de Connor, pero no nos
detuvimos hasta que no hubimos llegado a una puerta oxidada.
110 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
La puerta se abrió, la luz de la luna corría entre los árboles hacia abajo
sobre el suelo del bosque. Connor me coloco sobre mis pies. Me froté el
estómago golpeado.
Quinn aliviado al frente, mirando dentro de la maleza. Los Helechos
verdes se agitaron a nuestro alrededor.
Nos movimos en silencio detrás de él. Puede que yo no tuviese la
velocidad de un vampiro o el olfato rastreador, pero yo tenía el
entrenamiento Drake y sabía cómo moverme sin ser oída o vista.
Y yo conocía el bosque tan bien como cualquiera, sin duda mejor que
Logan, que prefería las calles de la ciudad sobre sus caras botas. El olor
embriagador de agujas de pinos y la tierra fue calmante y refrescante en mi
garganta.
No había ni un solo pájaro o conejo o ciervo. Todos conocían el olor de un
depredador, un animal u otra cosa.
El viento cosquilleaba en los árboles de roble. Quinn se detuvo, levantó
una mano. Me esforcé por escuchar lo que el estaba oyendo, pero lo único que
podía conseguir eran los sonidos ordinarios del bosque: el viento, el río, un a
lechuza.
"No estamos solos", Logan vocalizo hacia mí.
Me quede inmóvil, tratando de no respirar, esperando que mi corazón no
latiera como un faro en el centro de la oscuridad del bosque.
Yo sabía como caminar sin romper ramas o sin aplastar bellotas bajo mis
pies, pero silenciar los latidos de mi corazón era un truco en el cual no estuve
muy interesada en aprender. Podríamos ser tan silenciosos como quisiéramos,
pero si los vampiros estaban lo suficientemente cerca, me iban a oír. La
frustración zumbaba a través de mí. Algo crujió, como alas de un murciélago.
"¡Al suelo!‖, espetó Logan, pero yo ya estaba cayendo al suelo. Estaba tan
oscuro y los vampiros eran tan rápidos, fue como si las sombras hubieran
chocado a mí alrededor, zumbando.
Huesos rotos y remendados; sangre esparciéndose como lluvia. Alguien
soltó un gruñido. Yo no podía ver muy bien, no sólo estaba oscuro, sino que yo
estaba tirada en medio de una maraña de helechos.
Gateé en cuclillas. Logan paso precipitadamente, maldiciendo. La luna
plateaba daba brillo a los colmillos y los ojos.
111 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Otro vampiro rodó junto a mí, cayendo de pie. "La huelo." Parecía casi
ebrio. "Ella está aquí. Es mía. "
"Oh, yo no lo creo‖ le dije con gravedad, tratando de alcanzar una rama y
rompiéndola al final para que esta fuera aguda y astillada. Yo no había sido
entrenada para permanecer sentada mientras me retorcía las manos. Todos
sabíamos que esto iba a pasar, aunque apenas ahora verdaderamente estaba
dándome cuenta del alcance y la magnitud de mi cambio de sangre.
Todo el mundo básicamente pensaba que yo era una maquina de hacer
vampiros, lo que significaba dar a luz a montones de pequeños bebes vampiros
reales.
Ninguna cantidad de rosas rojas enviadas a mi puerta iban a conseguir
eso.
Yo choque mis talones en la parte posterior de su rodilla mientras el se
giraba para atacar a Marcus. Él tropezó, y se dio la vuelta.
Su silbido furioso desplazado en una mueca. "Solange". Dio un paso hacia
adelante. "Soy Pierre".
Levanté la rama amenazadoramente. "Mira, esto es sólo una cosa de
feromonas. Supéralo ya‖.
―Eres aún más hermosa de lo que pensé que serías."
"Genial". El sarcasmo en mi voz no parecía registrarlo. "Sabes, ha sido una
noche muy larga. ¿Podrías ser espeluznante más tarde? "
"Te amo".
"Parece que no." Me sentía cansada. Aunque parezca increíble, sentí ganas
de bostezar, incluso cuando alguien soltó un gruñido de dolor.
"¡Ya vienen!" Quinn gritó. "Hay más de ellos de lo que pensábamos."
Incliné mi cabeza hacia Pierre, intentando hacer una sonrisa encantadora.
Marcus se me quedó mirando. ―¿Vas a enfermarte?‖
Hermanos.
―Pierre‖ le dije, ¿podría ser el revoloteo de mis pestañas excesivo? ¿Sabia
yo como revolotear las pestañas? ―¿Podrías ayudarme?‖
"Cualquier cosa por ti, mi amor."
112 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
¡Bien!, así que tal vez esta cosa de feromonas podría ser útil después de
todo.
"Hay cazadores de recompensas viniendo." Traté de lucir inocente. Lucy se
habría caído de la risa si pudiera verme ahora mismo. "Ellos quieren matarme
a mí y a mis hermanos."
"No voy a dejar que eso suceda", prometió fervientemente.
―Genial " le di unas palmaditas en el hombro. "Adelante."
Él hizo una salida muy dramática, mientras que Marcus y yo le
observábamos.
Quinn y Logan se unieron a nosotros. "¿Qué está pasando?"
"Solange reclutó a cierto vampiro cursi para luchar por nosotros."
―Entonces, ¿por qué estamos esperando aquí? ", Dijo Connor. "Vamos a
irnos como el infierno de aquí‖.
Corrimos, dejando atrás los sonidos de Pierre y sus amigos luchando
contra los caza recompensa. Realmente esperaba que el ganara. No me
gustaba la idea de haberle enviado a su propia muerte.
"Bajar la velocidad no es nuestra meta", me dijo Logan.
"¿No deberíamos ayudarle?"
―No, ¡corre más rápido!. "
―Pero. . . "
"Solange, estás tan pálida que casi brillas. Muévete. "
Podría haber argumentado más, pero me sentía muy débil. Yo apenas era
capaz de impulsar un pie delante del otro, no importaba tener impulsos
heroicos por salvar a un vampiro a quien yo iba a tener que estacar de todos
modos, si, las feromonas después de todo, tenían mucho que ver.
"Me siento…extraña"
Connor me cargo de nuevo. Yo estaba demasiado cansada como para
sentirse particularmente alarmada, aunque alguna parte de mi cerebro
registraba que este no era el tiempo para una siesta.
"Simplemente es el cambio", dijo. "Estás cansada. Es lo normal‖.
El bostezo fue tan grande que hizo que mis ojos se aguaran.
113 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
"¿Estás seguro?"
Yo no estuve despierta el tiempo suficiente como para escuchar su
respuesta tranquilizadora.
114 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
115 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
CCaappiittuulloo 1144 LUCY
Traducido por Carlos
¿Qué demonios quieres decir con que Solange fue a ver a Veronique?
¿Y Natasha?‖ Todos retrocedieron un gran paso fuera del alcance de
la furia de Helena. ―Específicamente dije que ella no debía salir de
la casa‖.
Liam se sentó en su silla y bebió severamente un brandy. El pug28 de
Hyacinth estaba olfateando bajo la puerta principal y gimoteando. Cambié de
un pie a otro. El grueso miasma29 de ira y feromonas estaba empezando a
ponerme incluso mareada. Liam trató de alcanzar la mano de su esposa.
―Estarán bien‖, dijo misteriosamente. Jamás había oído su voz adquirir
ese tono particular y de tipo esperanzado que nunca oiría otra vez. Hacía que
los cabellos en la parte de atrás de mi cuello temblaran.
―¿Por qué establecería Lady Natasha una recompensa en primer lugar?‖
Nicholas preguntó acaloradamente.
―Hay un rumor circulando‖, Sebastian explicó. ―Ese que Solange
realmente va a tomar la corona de Lady Natasha tan pronto como cambie‖.
Clavamos los ojos en él, toda clase de horribles escenarios se
desenvolvieron en los espacios entre nosotros.
―Pero Solange odiaría eso‖, dije.
―Pero Lady Natasha nunca creerá otra cosa‖, dijo Helena. ―Así que ella
nunca entenderá eso, o confiará en ello. Además, ella sabe que Montmartre
28
El Pug es una raza de perro miniatura con cara arrugada y un cuerpo de tamaño pequeño a medio. Esta raza suele resumirse como multum en parvo ("mucho en poco"), describiendo la personalidad del pug y su pequeño tamaño. 29
Efluvio maligno que, según se creía, desprendían cuerpos enfermos, materias corruptas o aguas
estancadas.
―
116 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
está cortejando a Solange, en su moda retorcida. Si bien no han estado juntos
por mucho tiempo, ella no lo ve bien‖ dio un vistazo a la ventana. ―¿Dónde
infiernos sangrientos está Hyacinth? Pronto amanecerá‖.
―Bruno saca a tus niños a buscarla‖.
―Debería estar con ellos‖. Sebastian estaba rígidamente de pie en la
esquina, ceñudo.
―No‖. Helena entrecerró sus ojos en su dirección.
―Mamá‖.
―Dije que no, Sebastian. Haz hecho bastante esta noche‖.
―¿Qué hay con London?‖ Nicholas preguntó. ―Ella es la que vino a por
Solange‖.
Liam suspiró. ―Ella es una monárquica, como el resto de ese lado de la
familia. Pero quiero creer que ella no sabe del peligro‖.
―Hay más‖. Geoffrey golpeteó su pluma en la cubierta de un libro de
cuero, atado.
Su cabello levantado por doquier; su mano había estado rastrillando a
través de este constantemente desde que llegó. Liam inclinó su cabeza hacia
atrás y brevemente cerró sus ojos.
―Por supuesto que lo hay‖.
―He terminado de analizar la muestra de Hypnos‖.
Liam se enderezó, sus ojos brillaron como ardiente plata.
―Dime‖.
―Varias drogas del zombi, como habíamos asumido‖,dijo Geoffrey.
―¿Y?‖
Su expresión era dura. Ya no lucía como un científico ligeramente
distraído, o como el apuesto intelectual que atraía a todas las mujeres
divorciadas del pueblo. ―Es sangre antigua. Lo suficientemente antigua como
para ser de Enheduanna‖.30
30 Enheduanna (fin del siglo XXIV a. C.) fue la hija del rey Sargón de Akkad. Fue nombrada por su padre suma sacerdotisa de Nanna o Nannar, el dios-Luna Sumer, una de las mayores divinidades del panteón mesopotámico. Enheduanna es la autora más antigua de la Historia, porque escribió los primeros textos
117 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
El silencio cayó como un martillo a través de una ventana de vidrio.
Parpadeé.
―¿Quién es Enheduanna?‖ Le susurré a Nicholas. Nadie estaba hablando.
De alguna manera era espeluznante, realmente. ―¿Hola?‖
―Un anciano‖. Geoffrey fue el que me contesto, aunque no dio un vistazo
en mi dirección. El fuego crujió suavemente, cayendo a las ascuas en la reja.
―El más viejo vampiro todavía vivo‖.
―Oh. Um, ¿y?‖
―Y su sangre tiene efectos mágicos. Como la Hypnos, substrae tu
voluntad‖.
―Lo recuerdo‖. Reprimí un temblor.
―En vampiros también, no sólo en humanos‖.
―Oh‖. Mis ojos se ampliaron. ―¡Oh!‖
―Ciertamente‖, Geoffrey coincidió secamente. ―Y ahora está en las manos
de los Helios-Ra‖.
―Quiénes son sólo marginalmente mejor que Lady Natasha o sus tribus‖.
La trenza negra de Helena se levantaba en el aire mientras ella giraba para
patear la pata de una larguirucha silla Queen Anne. Esta se astilló
ruidosamente.
―Esa era de mi madre‖, Liam murmuró.
―Esto es malo‖, Nicholas me dijo. ―La cosa acerca de vampiros, de
cualquier especie, es que somos supuestamente inmunes a las feromonas del
uno al otro. Eso es lo que nos detiene de eliminar el uno al otro
completamente con guerras del clan‖.
―Pero ya no más‖, susurré.
―Ya no más‖.
―Pero, ¿cómo la consiguieron?‖ preguntó Sebastian.
―Te puedo asegurar que yo mismo planeo preguntarle eso a Hart‖, Liam
dijo a través de sus dientes.
―Él está en camino hacia acá‖.
que se pueden atribuir a un autor. Es también la única mujer entre los grandes autores de la literatura mesopotámica.
118 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―¿Hacia acá?‖ Sebastian lo miró boquiabierto. ―No hablas en serio‖.
―Él fue dócil‖.
―Dócil para estacar a todos y cada uno de nosotros en nuestra propia
casa‖, Sebastian masculló.
―No, estamos más seguros aquí y lo excedemos en número. Le permití
solamente un único compañero‖.
―Y un cubo del polvo de Hypnos‖.
―Sebastian‖, Helena chasqueó. ―Tu padre sabe lo que está haciendo‖.
Liam sonrió.
―Te recordaré esto, amor‖.
Nicholas se sentó, meneando su cabeza.
―Entonces, el jefe de los Helios-Ra viene aquí por té, ellos tienen Hypnos
a su disposición, Solange está posiblemente en las manos de la reina vampiro
que colocó una recompensa por su cabeza, y no podemos encontrar a la Tía
Hyacinth. ¿Eso de ahí lo cubre?‖ Él parecía repentinamente joven y abrumado,
como el Nicholas que había conocido antes de que cambiara. Toqué su
hombro. Antes de que pudiera pensar en una cosa útil para decir, el teléfono
celular de Liam vibró en el bolsillo de su chaqueta. Le dio un vistazo a la
pantalla.
―Bruno‖. Él y Helena intercambiaron una severa mirada. ―Hart y Hope
están aquí‖. Nos miraron.
―Lucy y Nicholas, escaleras arriba‖.
―¡Mamá!‖
―Pero…‖
―Ahora‖, Liam insistió. ―Lucy, la presencia de una chica humana no
ayudará a nuestra causa por el momento. Y Nicholas, apenas puedes
levantarte‖.
Él estaba bastante tambaleante sobre sus pies. El amanecer debía de
estar llenando el jardín del otro lado de las cortinas. Arrastramos los pies
escaleras arriba, renuentes pero obedientes.
Más o menos.
119 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Mamá dice que mi temperamento no es mi único equipaje karmico. Tengo
esta cosa acerca de tomar órdenes, no importa cuán bien signifique. Y aunque
completamente entendí por qué podría ser mejor permanecer fuera de vista,
apenas entendí que debería sentarme sola en el cuarto de Solange y no
debería saber qué estaba pasando. Solamente porque no me deberían ver no
significaba que no los debería ver.
―¿Lucy?‖ Nicholas susurró, deteniéndose cuando se percató de que no lo
estaba siguiendo. ―¿Qué estás haciendo?‖
En realidad yacía sobre mi estómago en lo alto de la escalera curvada. De
esta posición podía ver la puerta principal. No podía ver dentro de la sala de
estar, pero oía a Helena preguntarle a Sebastian si él quería retirarse y su
enfática negativa. Él estaba recién cambiado -sólo habían pasado unos pocos
años, después de todo- pero no habría salido tampoco si fuera él. No importa
cuán agotada estaba.
Me pregunté otra vez donde estaba Solange. Y si ella estaba bien.
―Pueden oír tu latido, sabes‖. Nicholas se estiró a mí lado.
―Hey, estoy escaleras arriba. Técnicamente no estoy rompiendo las
reglas‖. Le deslicé un vistazo lateral. ―¿Realmente pueden oír mi posición
exacta?‖
―Probablemente no‖, él admitió. Él estaba muy cerca. Podía sentir la
fresca longitud de su cuerpo presionando contra el mío. Sus ojos estaban muy
pálidos, sus dientes muy afilados. ¿Si yo era inmune a sus feromonas,
entonces por qué le encontraba tan molestamente atractivo?
Un golpe sonó en la puerta principal. Los perros embarrilados dentro del
vestíbulo, gruñendo.
La Sra. Brown ladró desde atrás de la puerta del dormitorio de Hyacinth.
Bruno escoltó a los jefes de los Helios-Ra adentro, su expresión implacable y
dura. Él consideraba a los Drakes su propia familia, y a Solange una sobrina
honoraria.
―Hart y Hope‖31, mascullé. ―Si vas a nombrar a tus niños así, por supuesto
que van a pensar que viven en un cómic‖. Aunque tenía que admitir que Hart
era apuesto, prácticamente afable. Su pelo estaba ahebrado con plata y
elegantemente desordenado.
31
Los nombres significan Ciervo y Esperanza respectivamente.
120 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―Ok, él totalmente ha puesto en marcha esa cosa del delicioso agente
secreto‖.
Nicholas frunció el ceño hacia mí. No tuve que voltear la cabeza a mirarlo
para sentir sus ojos ardiendo.
Hope era pequeña, apenas cinco pies de alto, con una cara alegre y una
cola de caballo meciéndose desde la corona de su cabeza. Ella vestía vaqueros
y un grueso cinturón de cuero colgando con estacas bajo su largo suéter, y
sandalias. De alguna manera no había esperado que ella estuviera tan alegre,
en sus sandalias con tiras de plata.
―Están entrando‖, susurré.
―Puedo ver eso‖, masculló Nicholas. Su nariz se movía nerviosamente.
―Te pareces a un conejito demente‖, le dije. ―¿Qué estás haciendo?‖
―Cambiaste a champú de limón‖.
Parpadeé, recordando mi ducha matutina, la cual sentía como años atrás.
Él tenía razón. Sus manos estaban apretadas, pero su voz era suave y ronca. Él
apartaba su cabeza, estaba lo suficientemente cerca que su pelo rozó mi
mejilla.
―Huele bien‖.
121 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
CCaappiittuulloo 1155 SOLANGE
Traducido por Daniela
olo desperté porque tenía un bocado de fango y un trozo de tierra
dura como almohadilla.
―Ow.‖ Me senté pestañeando con ojos de sueño. ―¡Qué mierda!,
¿chicos?‖
―Shh,‖ susurró Connor hacia mí, su mano cubriendo mi boca. ―No estamos
solos.‖ A penas podía escucharle, estaba hablando demasiado bajo. No podía
oír los latidos de un corazón o puercoespines asustados o ramitas rompiéndose
bajo botas de combate, pero sabía que el resto de mis hermanos si podían. El
dibujó un sol en la tierra a nuestros pies. A penas pude distinguir la forma
bajo la luz de la luna cayendo entre las ramas. Entonces, no solo vampiros nos
seguían, también Helios-Ra.
El viento era cálido, persistente. Los grillos habían parado de cantar, sin
duda sintiendo depredadores en cada esquina del bosque. Este era nuestro
bosque, maldición. Los Helios-Ra no tenían nada que hacer aquí.
Las sombras revolotearon entre los árboles, haciendo un intempestible
suspiro de aire desplazado. Un vampiro gritó y se convirtió en polvo,
esparciéndose entre las hojas. La estaca de madera de un Helios-Ra se
incrustó en el arce detrás de ella, mientras se desmoronaba. Alguien chilló.
Connor saltó a la batalla antes de que pudiera pararlo. Marcus estaba
peleando, y Quinn, por supuesto, no podía mantenerse apartado de una buena
batalla sin importar las circunstancias.
Logan se agachó entre mi y lo peor de la batalla, y Duncan estaba detrás
de nosotros, cuidándonos la espalda. Era una formación estándar, una que mi
madre nos había enseñado junto con el abecedario y el por qué no podíamos
decirle a nadie que nuestros padres tenían colmillos y que tomaban sangre en
S
122 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
lugar de café. Para que mi mamá estuviera verdaderamente orgullosa,
deberíamos haber estado en un terreno alto.
No lo estábamos.
De hecho, ni siquiera éramos conscientes de nosotros mismos. ―¿Donde
está London?‖ pregunté.
―Huyó,‖ respondió Logan severamente. ―Se escapó por un túnel mientras
tu estabas tomando la siesta.‖
―¿Y no fueron tras ella?‖
―Estábamos un poco ocupados como para soportar su rabieta de
sabelotodo.‖
―Probablemente se siente mal por haberme arrastrado a la corte.‖
―Muy ocupados para eso también. Ella estará bien,‖ añadió. ―De todas
formas, ella mencionó algo sobre hacer algo de reconocimiento por su cuenta.
La guardia real debió haber estado ahí para protegerte si tu eras una invitada
tan importante. Ella quiere saber que es lo que está pasando.‖
―Todo esto es un triste desastre de mierda, eso es lo que está pasando,‖
murmuré. ―No hace falta ser una genio para saber eso.‖
Ni siquiera sabía que tan lejos estábamos de la granja, habiendo dormido
la mayor parte del viaje. Podríamos estar a media hora de camino o a tres
horas.
Las estrellas eran débiles sobre nosotros, solamente visibles cuando había
una ráfaga de viento particularmente violenta. Estudié sus patrones tanto
como me fue posible. La luna estaba baja.
―Es casi el amanecer,‖ murmuré hacia Logan. ―Tenemos que salir de
aquí.‖
―¿Tu crees?‖ me murmuró de regreso, usando ese tono reservado
solamente para la más molesta de las hermanas pequeñas. Me levanté sobre
mis pies, sintiendo como si me estuviera moviendo por el agua. Estaba tan
cansada, mis ojos me ardían y sentía mi garganta apretada contra un bostezo.
Logan mi miró.
―Agáchate.‖
Negué con la cabeza. ―Nos superan en número.‖
123 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―No es la primera vez,‖ gruñó, estacando el corazón de un vampiro que
Connor había empujado hacia él. Un silbido, una explosión de polvo.
―Puedo olerla,‖ alguien interrumpió, con una excitación creciente en su
voz. No tenía ni el más mínimo deseo de conocer al dueño de esa voz. La luna
continuaba cayendo detrás del horizonte. Me arrastré hacia Logan, hasta
llegar a su lado. Saqué de un tirón las estacas de su pistolera trasera.
―Quédate abajo, maldición.‖
―Ella es mía.‖ Uno de los vampiros atrapó mi olor, girándose rápidamente
lejos de donde había estado golpeando a Duncan contra una roca. El vampiro
miró a su alrededor distraído.
―¿Solange? Estoy aquí por ti, mi amor.‖
―Si empieza a soltar poesía lo voy a estacar yo misma,‖ prometí entre
dientes.
Duncan rodo hacia nosotros, una profunda incisión sangrando
profusamente en su cabeza.
La sangre goteaba por su pelo a un lado de la cara. Las fosas nasales de
Logan se abrieron mas grandes.
―No se supone que eras tu quien tenia que golpearle‖ murmuró.
―El bastardo es más fuerte de lo que parece,‖ Duncan le murmuró en
respuesta mientras se apoyaba contra un árbol. Tragué saliva en contra de las
nauseas, cuando su sangre fluyó entre mis dedos.
―¿Estás bien?‖
―Estoy bien.‖ Limpió su cara con la manga de su camisa. ―Ya está
sanando.‖
Los sonidos de batalla se acercaron.
Demasiado cerca.
Oí el chasquido de una rama rota. Y después oí a Marcus rugir. No era una
rama. Era su brazo.
Lancé una de mis estacas. No dio en el corazón del vampiro, pero le hizo
tropezar, rugiendo. Marcus se escondió entre los arbustos, acunando su brazo
herido. Quinn se rió aunque estaba peleando contra un vampiro y también
contra un agente de Helios-Ra, quienes también estaban peleando entre ellos.
Los puños hicieron un ruido sordo en la carne. La sangre salpicó por el aire. La
124 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
oscuridad se desvanecía lentamente en el gris claro de antes del amanecer,
centelleando y alejándose de la visión nocturna. Me senté sobre mis talones,
presionando mí estomago.
―Logan,‖ dije. ―Son demasiados.‖
―Estamos bien,‖ insistió.
―No lo estamos,‖ le insistí de vuelta. ―Ustedes deben salir de aquí.‖
―Lo estamos intentando.‖ Gruñó Duncan.
―Me refiero ahora. Sin mi.‖
―Olvídalo.‖
―Los tenemos rodeados,‖ anunció una voz desde algún tipo de
amplificador rayado. Quinn parpadeó, en medio de un golpe.
―¿Policías?‖
―Peor,‖ un vampiro gruño, agachándose. ―Helios-Ra.‖
―Malditos sean todos, ni siquiera están siendo sutiles.‖
―Nosotros solo queremos a la chica, no la recompensa,‖ la voz amplificada
gritó. ―Estamos dispuestos a dejar ir al resto de ustedes.‖
―Muérdeme,‖ sugirió Quinn.
―Y a mi,‖ acordó su nuevo amigo.
El sol se asomaba por el borde del horizonte. Podía verlo en las caras de
mis hermanos. Finas gotas de sudor perlaban la frente de Logan, y la
temperatura corporal de un vampiro era mucho más baja que la temperatura
de un humano. Ver a alguno sudar era raro. Muy raro. Su rostro se veía
agotado también, casi gris por la fatiga. La mano de Duncan tembló mientras
se dejaba caer a sus pies.
Probablemente podríamos luchar para abrirnos paso entre los demás.
Después de todo, ellos tendrían que buscar cobijo pronto, justo como
nosotros. Pero aunque lográramos pasarlos con daños menores, aún
tendríamos que pasar a través de los Helios-Ra, quienes podían quedarse bajo
la brillante luz del sol y simplemente esperar a que mis hermanos se
enfermaran y murieran. Mis opciones se estaban cerrando drásticamente.
Sabía lo que tenía que hacer. También sabía que todos y cada uno de mis
obstinados hermanos eran más rápidos que yo. No podía esperar correr más
que ellos.
125 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Pero sí podía tomarlos por sorpresa.
Los dejé murmurar entre ellos, y dejé que Logan me ayudara a pararme.
Los otros vampiros se dispersaron, como tijeretas bajo una piedra corrida. Las
hojas a penas temblaron a su paso. Quinn y Marcus se acercaron y Connor se
movió hacia nosotros a través de la maleza. Una flecha silbó entre los árboles
y lo golpeó en el hombro. Él dio un tirón hacia atrás, agarrando su brazo
sangriento.
―Estoy bien,‖ nos dijo, apretando la mandíbula con dolor.
―Un disparo de advertencia,‖ gritó un agente. ―La próxima vez golpeará
en el corazón.‖
Mis hermanos estaban frunciendo el ceño entre ellos, arrastrando a
Connor para ponerle a salvo.
Ahora o nunca.
Si lo pensaba demasiado podría acobardarme.
Ahora.
Me alejé fácilmente de Duncan, que estaba medio girado hacia Connor
para sostenerlo de pie. Solo Logan me bloqueaba y el no esperaba que le diera
un rodillazo en los riñones y que después logrará saltar sobre el mientras se
doblaba.
Entonces eso fue exactamente lo que hice.
Una lluvia de flechas de Helios-Ra volaron sobre mí, mordiendo el suelo
detrás de mí como los terraplenes de la fortaleza de un castillo. Estas flechas
me protegieron de mis hermanos, quienes tuvieron que detener su ataque
frontal, aunque fuera solo por un momento.
―Prometan,‖ grité, corriendo aunque mis piernas se sentían como plomo y
mis pulmones me ardían. ―Prometan que dejaran libres a mis hermanos.‖
―Atrápenla.‖
Pulularon a mí alrededor como escarabajos. Me lancé lejos, todo instinto
y adrenalina retumbando. No tenían rostros, solo anteojos oscureciendo sus
rasgos, chalecos negros, pantalones negros y botas negras.
El sol coronó el horizonte, goteando suavemente entre las hojas.
126 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―¡Corran idiotas!‖ les grité a mis hermanos mientras mis brazos eran
amarrados. Sabía que ellos realmente no tenían otra opción. El sol ya brillaba
a través de los árboles.
No podrían llegar hasta la casa. Tendrían que usar una de las cuevas o las
casas de resguardo secretas, y por casa, en realidad me refería a un hoyo en
el suelo.
―La tengo.‖
―¿Es ella?‖ dijo uno de los agentes mientras empezaban a marchar a
través del bosque. Algunos de sus compañeros iban cojeando, uno de ellos me
examino. ―Es solo una niña.‖
Sabía lo que veía: una quinceañera en un vestido embarrado y destrozado,
y con arañazos en los brazos por correr a través del bosque. Su compañero
encogió los hombros.
―La recompensa es la misma. Y de todas formas, al llegar su cumpleaños
ella será un monstruo como el resto de ellos.‖
―Los Drake son buenos,‖ murmuró alguien más. ―Por lo menos están en el
Concilio Raktapa. Ahora, ¿podrían dejar el maldito chisme y apurarse?‖
Estaba tan cansada que apenas podía ver claramente. Arrastré mis pies,
difícilmente teniendo la energía para levantarlos del suelo.
―¿Qué pasa contigo?‖ él chasqueó. ―¿Estás herida?‖
―Estoy cansada‖
―Café servido32, princesa, entonces mueve tu trasero.‖
La mañana continuó desplegándose a nuestro alrededor en una brumosa
humedad rosa, como si estuviéramos sentados en el centro de una rosa
después de la lluvia. Las hojas temblaban sobre nosotros, tan verdes que casi
destellaban. Los pájaros cantaban alegremente, inconscientes de mi
predicamento. Agujas de pino se aplastaban bajo nuestro camino.
―¿A dónde me llevan?‖ Pregunté, conteniendo un bostezo.
No respondieron, mientras formaban un apretado círculo a mí alrededor,
uno que sabía que no tenía esperanzas de atravesar, especialmente desde que
me sentía tan fuerte como un tallarín mojado. Bizquee ante la luz del sol, mis
ojos llorosos. Tenía la esperanza de que mis hermanos estuvieran a salvo. 32
Fresh out coffee: Es una expresión inglesa, cuando se refiere a un pronto despertar, o amanecer. En este caso será. Ha salido el sol.
127 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Estarían casi indefensos. Cada uno de ellos eran todavía lo
suficientemente nuevos al cambio de sangre que probablemente ahora,
estarían durmiendo profundamente, tan profundo que no podrían defenderse
rápidamente si habría un ataque.
Continuamos marchando hasta que empecé a reconocer en donde
estábamos. Las montañas estaban a nuestra derecha y un pequeño lago
relucía en un valle más abajo.
Un túnel corría justo debajo de nosotros y nadie de los presentes estaba
enterado. Estaba tan cerca de una vía de escape que bien podría estar al otro
lado del planeta ya que no podía llegar a el. Aún si pudiera llegar hacia una
de las puertas, lo cual dudaba, no podía arriesgarme a delatar la ubicación
secreta del túnel, a los Helios-Ra. Estaba tan concentrada pensando, que no vi
el salto de una sombra gris, desde lo alto de un álamo gris, frunciendo el ceño
ferozmente. Vestía completamente de negro como los otros, y estaba armado
hasta los dientes. Sus ojos fijos en mí.
―¿Qué diablos está haciendo ella aquí?‖
Kieran Black.
128 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
CCaappiittuulloo 1166 LUCY
Traducido por Liberi
Sábado por la noche, muy tarde.
No hice caso de las bromas que se intercambiaban con frialdad desde que
Nicholas realmente mentía cerca de mí. Era realmente malo que quisiera
acurrucarme a su lado.
Era Nicholas.
Byron fue una distracción bienvenida mientras deambulaba por las
escaleras y se colocaba a mi otro lado. Tenía una respiración agitada y estaba
lo bastante cerca para que él babeara sobre mi brazo. Le di un codazo.
"Muévete, gran bulto." Él solamente me dio esa mirada de perrito,
patéticamente yo nunca podía oponerme. "Bien, pero al menos deja de
babearme. Es grosero." Rasque su oreja brevemente. "Eres un perro guardián."
Sabía que los otros dos Bouviers estaban acostados cerca de Hart y Hope,
mirándolos ávidamente.
"Quiero asegurarte," Hart decía en la sala de estar, "Que estoy
oficialmente en contra de la recompensa sobre el clan de los Drake, solo para
que no haya más mal entendidos."
"Estamos encantados de escucharlo," dijo Liam suavemente. Solo podía
imaginarme que réplica mordían de regreso a Helena.
"Eso fue un accidente," continuo Hart, sonando duro. "Y uno que será
rectificado inmediatamente."
"Sugiero que mantenga un control mas estrecho sobre su organización,"
dijo Helena. "O voy a dejar de mantener un estricto control sobre el mío."
"Entendido. Seguimos siendo fieles a nuestro tratado," intervino Hope.
"Esto es un problema interno y nunca debió haber salido."
129 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Sus voces se redujeron ligeramente. Había un tintineo de cristales. Me
retorcí, tratando de mirar detenidamente alrededor de la escalera en la sala
de estar. Yo podía ver el borde de una silla y nada más. No había nadie
sentando en ella.
"Voy a tratar de estar más cerca," murmuré.
Cuando Nicholas no trato de detenerme me levante y me di la vuelta para
mirarlo. Él estaba dormido. Su mejilla descansaba sobre su mano, su piel
pálida brillaba, su pelo negro estaba enredado. Sus facciones eran esculpidas,
sensuales, y oscuras. Era totalmente injusto cuan hermoso era. Incluso si
realmente sonaba como si él estuviera roncando un poco. Byron resopló y se
volteo.
"Ustedes dos son de mucha ayuda," dije.
Y luego la quietud se desbarato.
No hubo ningún sonido real de advertencia, sólo Hart saliendo disparado
de la sala de estar, chocando contra la pared del vestíbulo y cayendo
desgarbadamente en el piso. El candelabro sobre él se agito alarmantemente.
Con el sonido, Nicholas despertó sobresaltado y se tiró sobre mí, como si él
me protegiera de un misil en el aire. Él se presionó contra mí, como una losa
de mármol frío. Parecía un poco desorientado, y no del todo despierto.
"No puedo respirar," grazne.
Se movió ligeramente, pero no se bajó. Podía ver la franja gruesa de sus
pestañas, su cabello que caía sobre su frente le hacia cosquillas a la mía.
"El vestíbulo," jadeé. Ambos estiramos el cuello. Helena se marchó, toda
de cuero negro y furia maternal. Byron corrió escaleras abajo.
"¿Dónde está mi hija?" estaba furiosa, sus ojos pálidos prácticamente
brillaban. Liam la flanqueo, a punto de estallar. Pude ver todo pero la correa
de su temperamento se esforzó por liberarse. Hope tomó una estaca de su
cinturón.
"Yo no lo haría," aconsejó Bruno silenciosamente.
"¿Qué demonios fue eso?" Hart se sentó, con su ojo izquierdo ya púrpura.
Liam levantó su teléfono móvil. "Ese fue uno de mis hijos, escondido bajo
tierra debido a tu maldita asociación."
"Ya te dije que no pusimos la maldita recompensa," Hart dijo entre
dientes. "lo explique."
130 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
"Entonces explíquemelo a mí, humano", Helena se mofó, "Por qué mi hija
ha sido tomada por tus agentes."
Hart la miró fijamente. "¿Qué?"
Sebastian y Geoffrey se les unieron en la sala de estar. Boudicca ladró una
vez, bloqueando a Hart de hacer nada más que sentarse. Nicholas se alejo de
mí, dando un gruñido bajo en su garganta.
"Eso es imposible," insistió Hart. Alcanzó su propio teléfono móvil y marco
un número. Él grito preguntas, maldiciendo en voz baja las respuestas. La luz
del sol tocó las ventanas a ambos lados de la puerta.
"Una unidad se ha revelado", él declaró.
Hope palideció. "No."
Helena olfateo el aire con delicadeza, luego asintió hacia su marido. "Él
no miente." A mí lado, Nicholas olfateo también. Frunciendo el ceño. Le
fruncí el ceño.
"¿Qué?"
"No es una mentira, pero huelo algo más. Algo que no puede dejarme
tranquilo."
"¿Más champú de limón?"
"No. Definitivamente no es eso."
Bruno señaló a los perros y ellos retrocedieron, dejando a Hart ponerse de
pie. "Tenemos que encerrarlos," dijo sombriamente. Me pregunté si él tenía
algún arma atada con correa dentro de una funda de hombro bajo su abrigo.
"Ahora. Antes de que el daño sea irreversible."
"Me veo obligado a estar de acuerdo." Liam levanto una mano. "Sin
embargo, nosotros teníamos un tratado, Hart. Y se rompió. Dadas las
circunstancias, creo que una demostración de fe esta en regla."
Hart lanzó un suspiró. "¿Qué tienes en mente, Drake?"
"Uno de ustedes se queda aquí."
"¿Tomaras rehenes ahora?"
"Tienes a nuestra hija. Su seguridad debe ser garantizada."
"Tienes nuestra palabra," dijo Hope.
131 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Liam levantó una ceja. "No parece suficiente."
Hart frotó su cara cansadamente. "Bien. Bien," repitió. "Me quedaré."
Hope giro hacia él. "No, yo me quedaré. Algunas de las unidades todavía
me ven como secretaria. Ellos te responderán más rápido y reconsideraran sus
actos si en realidad se han convertido en corruptos." Ella cuadró sus hombros.
"Entonces, me quedo yo." Estrechó sus ojos. "No tienes una mazmorra,
¿verdad? Porque espero una habitación de huéspedes." Mostró sus dientes en
una aproximación de una gran sonrisa. "Como una buena demostración de fe
en regla, desde luego."
Hart miro severamente a Liam, volviendo con lo suyo. "Espero que ella
este a salvo aquí."
Liam inclinó su cabeza. "Mientras que nuestra hija este a salvo."
Hart apenas reprimió un estremecimiento. "Haré todo lo posible," dijo.
"¿Y si lo posible no es lo suficientemente bueno?" Helena dijo suavemente,
sedosamente. "Personalmente acabare con cada persona en tu asociación.
¿Entendido?"
Él asintió rígidamente.
"Tu mamá es de roca," murmure. "Ya sabes algo totalmente
desconcertante bajo su suave sofistificación."
Bruno le mostró la salida a Hart, seguido por los perros, a excepción de
Byron, quien siguió oliendo con desconfianza a Hope. Geoffrey asintió en las
escaleras.
"Tu habitación esta por aquí."
Nicholas y yo nos apresuramos en levantarnos. Él me llevo por el pasillo,
con sus dedos como tenazas alrededor de los míos. Saltamos en la habitación
de Solange justo cuando Geoffrey llevaba a Hope a una de las habitaciones de
huéspedes con su propio cuarto de baño. Él cerró la puerta detrás de ella y
cerró con llave, con un clic siniestro que pareció reverberar. Él hizo una pausa
al otro lado de la puerta de Solange, y esperaba que medio nos encerrara
también.
"Vayan a dormir, ustedes dos," murmuro antes de alejarse.
Gire hacia Nicholas, que ya estaba estirado sobre la cama de Solange, con
su cabeza descansando sobre la almohada de Hello Kitty que le había regalado
para su noveno cumpleaños.
132 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
"¿Qué hacemos ahora?" Pregunté. Mis ojos se sintieron arenosos y secos. Yo
había estado despierta durante casi veinticuatro horas. Me sentí un poco
mareada. Nicholas aún no abrió sus ojos.
"Tengo que dormir." Arrastro las palabras. Me senté al lado de él, tocando
su frente. Había una palidez malsana en su piel. "Salva a Solange."
No dijo nada más durante mucho tiempo. Lo empujé una vez más.
"¿Nicholas?"
Nada.
Se sentía mal dormir cuando mi mejor amiga estaba ahí a merced de los
corruptos cazadores de vampiros. Buffy no habría dormido.
Desde luego, Buffy tenía poderes sobrenaturales.
¿Yo?
No tanto.
"Deja de hablar de Buffy ya," murmuro Nicholas. Ni siquiera me di cuenta
de que había hablado en voz alta. Él no abrió sus ojos, sólo extendió la mano
y tiró de mi manga hasta que yo caí, tendida a su lado. "Vete a dormir."
La cama era suave y olía como a suavizante de telas olor vainilla. Nicholas
era una presencia reconfortante contra mí. Él ya estaba dormido de nuevo. No
notaría si yo me acurrucara un poquito más cerca de él.
Por motivos de seguridad, desde luego. Había tipos malos por todas
partes, después de todo. Uno no podía ser demasiado cuidadoso.
Se movió medio roncando y acerco mucho más a él.
Me dormí sintiéndome mejor de lo que me había sentido durante toda la
semana.
133 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
CCaappiittuulloo 1177 SOLANGE
Traducido por Mekare
Piérdete, Black, esto no te incumbe." El agente a la cabeza se tensó.
Sus hombros se movieron y su mano se desvió a la empuñadura de su
arma. La luz del sol se reflejaba en sus gafas de visión nocturna,
empujados sobre su cabeza. Los otros intercambiaron miradas cautelosas.
Había algo en el aire, algún secreto que yo no sabia.
―Como el infierno que no es así," dijo Kieran.
"Mira, no te necesito, niño. Vete a casa. "
"Vete al infierno", disparó Kieran de vuelta. "Soy un agente completo y
merezco una parte."
Lo que sea que estaba chisporroteando a nuestro alrededor pareció
relajarse un poco. "¿Qué estás diciendo, Black?"
"Estoy diciendo que la recompensa es suficiente para todos nosotros."
Alguien soltó un bufido. ―¿Tu tío sabe que estás haciendo esto? ¿O no lo
has oído? Helios canceló la recompensa‖.
"¿Qué?" pregunté. "Entonces, ¿qué diablos están haciendo conmigo?"
Kieran me ignoró. Tapones de nariz negros, colgaban de su cuello y
algunas estacas se alineaban en una correa de cuero sobre su pecho.
―La Reina vampiro todavía mantiene una recompensa por ella, ¿no? La
quiero‖ el repitió
Yo no sabía eso, tampoco. Yo estaba empezando a odiar mi decimosexto
cumpleaños. Un cursi vestido blanco, un pastel con rosas hechas de hielo de
color rosa, y un vergonzoso baile con chicos metidos en trajes incómodos,
estaba empezando a sonar como una gran alternativa. En serio. Anótenme.
Ni siquiera me quejaría.
"Tendrás que demostrar tu valía."
―
134 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Kieran empujó su manga, mostrando su tatuaje de sol "Ya lo he
demostrado, gracias."
"Solo tenemos a una pequeña niña, no importa lo extraña que puede ser."
"Lo que sea, mira, yo sólo quiero el dinero." El se acercó hacia mí. Los
bosques parecían brillar tan intensamente, y su presencia hizo una sombra
sobre mi rostro. Mi visión era más sensible de lo que nunca había sido. Los
árboles bien podrían haber sido tallados en esmeraldas y rellenados con luz
solar. Sus ojos eran tranquilizadoramente oscuros.
Y resplandecían hacia mí intencionadamente.
Lo fulminé con la mirada.
Él rompió el contacto sólo el tiempo suficiente como para echar un vistazo
a su derecha, tan breve como el fastidioso flash de un relámpago. Mi mirada
se aparto de la suya tratando de averiguar lo que estaba pasando.
Los agentes se dispersaron ligeramente a su derecha. No lo suficiente para
realizar un escape, pero casi. Kieran fingió tropezar con la raíz de un árbol,
con un codazo golpeó a uno de los guardias en el esternón. Este se tambaleó
hacia atrás. La brecha se amplió. Kieran agarró mi mano y me arrojó a través
de la pequeña apertura.
Yo podía sentirlo a mi espalda, empujándome hacia adelante. Detrás de
nosotros los agentes gritaron. Sonó un disparo, destrozando la corteza de un
árbol de pino no muy cerca de mi cabeza.
Kieran me empujó. "Corre más rápido".
"Eso trato‖ jadeé. Sólo la adrenalina me mantuvo en marcha, y esto
estaba empezando a hacerme sentir enferma. No había nada silencioso o
vampírico en la forma en la que me estaba estrellando a través del bosque.
Un gatito sordo y ciego podría haber seguido mi camino.
Ellos se estaban acercando. Nunca seríamos capaces de huir de ellos. En
especial, no desde que yo estaba gruñendo y tropezando. Tropecé con mi
propio pie y caí de cara sobre la tierra. Kieran alargó su mano para
levantarme.
"Espera, no‖ le dije. Reconociendo el signo en el roble que estaba cerca
de mi cabeza, justo cerca de la raíz. A primera vista, no era notable, a
segunda vista, pensarías que un ciervo o un coyote se habrían frotado contra
ella. Pero yo sabía lo que era. Una marca de la corte.
135 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Y efectivamente, cuando atravesé la maleza, encontré el mango de
madera expuesta, tallada para que pareciera una raíz cubierta de musgo. La
puerta real era sólo un trozo de madera y estaba cubierta cuidadosamente
con barro y hojas que la camuflaban incluso después de haber sido abierta.
"¿Estás loca? ¡Levántate!"
En vez de eso presione la rama, y tire hacia abajo. Se abrió un agujero
profundo, con una cuerda asegurada a un lado y colgando hasta el fondo.
"Vamos", le dije, deslizando los pies primero. La cuerda me quemaba las
manos.
Kieran me siguió, la puerta cerrándose con un procesador por encima de
nuestras cabezas. La oscuridad nos tragó hasta que mis pies golpearon el
suelo. Kieran aterrizó junto a mí. Yo extendí mi mano tentativamente para
recorrer con ella las paredes, sintiendo la tierra y las raíces tan delgadas
como cabellos. La suciedad dio paso al hombro de Kieran.
"Um. . . lo siento. "
Yo podía oír su respiración entrecortada, y mi propio aliento quemando
mis pulmones. No había mucho espacio para moverse. Me aleje, golpeando la
pared detrás de mí. Trate de moverme nuevamente y mi cadera golpeó la
suya. Su mano se cerró sobre mi brazo.
"Espera." Su voz estaba ronca. Le oí revolviendo entre su ropa. Me
preguntaba si debería estar preocupada por el polvo Hypnos. Pero no tenía
sentido para el, drogarme, después de haberme ayudado a escapar. A menos
que él quisiera la recompensa para sí mismo. Yo estaba tan cerca que podría
ser capaz de golpear algún órgano vital con el pie o mi puño. Si él estaba
inconsciente mientras yo estaba bajo los efectos del Hipnos, no podría
aprovecharse de mi estado hipnótico. Hubo un clic y me lance contra él.
Sus brazos se cerraron a mí alrededor, y golpeamos la pared con la fuerza
suficiente para sacudir mis entrañas. Mis dientes cortaron la parte interior de
mi labio. Probé la sangre. Un resplandor azul surgió de la barra luminosa que
él había sacado, iluminando el reducido espacio. Él no había estado buscando
el Hypnos después de todo, sólo había estado tratando de encontrar una
fuente de luz en su cinturón.
"¿Qué demonios?" Él gruñó, frotándose su mallugada rodilla. Yo estaba
apretada contra él, desde el pecho hasta el tobillo. Luché, echándome hacia
atrás. No me quedaban fuerzas. Mi salto enojado había mermado hasta lo
último de mi fuerza. Me revolví un poco.
136 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
"Pensé que ibas por el polvo Hypnos".
Sus ojos estaban muy oscuros en la extraña luz azul. Sus cejas casi
chasquearon al unirse, él estaba tan profundamente ceñudo.
"He estado tratando de salvar tu vida."
"Um. ¿Gracias? "Intenté darle una sonrisa, entonces decidí mirarlo de
vuelta. "Mira, honestamente, fue un error."
"Si tú lo dices."
El todavía no se había alejado de mí. Cuando el libero su agarre, me
apoyé contra la pared, cerrando los ojos.
"¿Qué te pasa?", Preguntó. Podía oír la preocupación en su voz, debajo de
toda la irritación. ¿Estás herida? "
"El cambio de sangre".
"¿Qué?. . . ¿en este momento?‖ El podría posiblemente haber chillado.
"En dos días, en realidad. Feliz cumpleaños a mí. "
"¿No se supone que te hace más fuerte?"
―Claro‖ dije secamente. "Si no me mata primero."
"No podemos quedarnos aquí".
"El túnel conduce a otro cuarto de seguridad."
"No van a dejar de buscarnos. Van a peinar el bosque entero. "
"No puedo correr más", le dije en tono de disculpa. "Simplemente no
puedo. Tira la palanca que esta allí, sobre tu cabeza‖
El empujo la palanca hacia abajo, saltando fuera del camino cuando una
puerta se cerró, bloqueando el acceso al túnel.
"Por aquí‖ le dije, literalmente arrastrando los pies. Se acercó a mi lado,
poniendo su brazo alrededor de mi cintura para ayudarme. "Estoy bien",
murmuré.
"Estás casi verde. Con excepción de los encantadores ojos inyectados en
sangre, por supuesto. "
"Oh." Mi vanidad se removió. Sabía que era estúpido, tenía problemas
mucho más grandes. Pero aun asi no quería parecer demacrada, o
137 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
desastrosamente repugnante alrededor de él. Él estaba caliente contra mí, y
yo me sentía fría y temblaba. La humedad de los subterráneos no ayudaba
mucho. Mis dientes castañeteaban. Sólo necesitaba llegar a una esquina
entonces podría colapsar.
Kieran medio me llevó por el pasillo. Olía a barro, pasto y agua, goteando
en alguna parte que no podía ver. El túnel se amplió y, a continuación
estábamos en una cámara circular con losas en el suelo y una cama estrecha
en la esquina trasera.
Había una cómoda que yo sabía que estaba llena de mantas, fósforos, y
otros suministros, incluyendo termos de sangre. Había otra puerta, cerrada
con un sistema de alarma. La luz roja parpadeó como un ojo. Kieran me ayudó
hasta la cama, entonces miró la alarma cuando se inclinó para sacar mantas
de la cómoda de metal.
"¿Puedes conseguir que se abran?"
Negué con la cabeza. "La reja que cerraste en el túnel y esa puerta que
hay allí están automáticamente conectadas, para permanecer cerradas hasta
el atardecer". Levanté una ceja. "Estoy segura de que no tengo que explicar el
por qué. "
"No tenía idea de que esto estaba aquí abajo. Es como un antiguo búnker
de guerra"
"Ha estado aquí durante al menos cien años. Nos ayuda a movernos y
permanecer lejos del sol". Me recosté sobre las mantas, bostezando. "Y ya que
somos constantemente atacados por francotiradores, guerreros e idiotas,
supongo que es como un tipo de guerra‖.
"¿Soy un francotirador, un guerrero, o un idiota?"
―No lo sé todavía."
―Bueno, muchas gracias por eso‖. Frunció el ceño, mirando a su
alrededor. "Si el Helios-Ra encuentra la apertura, estaremos atrapados aquí. "
"No van a encontrarla –está muy bien camuflada. Y hay maneras de evitar
la alarma si es que realmente lo necesitamos. Pero todavía no‖. Traté de
llamar a mis padres, pero mi celular no funcionaba. ―Batería baja‖, murmuré.
"Figúrate". Lo miré. "¿Qué hay sobre tu teléfono?‖
"Si lo enciendes, ahora, Helios podrá activar el chip del GPS." Su voz se
suavizó. "Así que Supongo que sólo tenemos que esperar. "
138 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Mis párpados estaban tan pesados. Tuve que asumir que podía confiar en
que él no me estacaría si me quedaba dormida, porque no iba a ser incapaz
de conciliar el sueño por mucho tiempo. Y él había demostrado ser lo
suficientemente digno de confianza como para una siesta. Le oí hurgando en
la cómoda y después, escuche un arañazo y el silbido de un fósforo que se
encienda y también a la mecha de una vela prendiéndose. El artificial
resplandor azul apagándose de una vela. El olor de la cera derretida fue
desplazado por la humedad.
"¿Tienes miedo, Solange?"
Mis ojos parecieron abrirse brevemente. Él me miraba con cuidado,
sentado en una manta doblada hasta la parte superior del pecho. La vacilante
luz se reflejaba en el borde de las gafas sueltas alrededor de su cuello, los
broches de sus pantalones de carga y del metal bajo el raspado de piel de sus
botas de combate.
"¿Miedo de qué?"
"De ser un vampiro."
Yo aparté la mirada, mirando lejos. El estaba todavía contemplándome,
como si no hubiera nada más que valiera la pena contemplar en el mundo.
―A veces‖ susurré con sinceridad. "No tanto por ser un vampiro, eso es
todo lo que he conocido. Más que todo por el cambio". Me estremecí. "El
último de mis hermanos que pasó por el, casi no sobrevivió."
"No sabia que eso fuera tan peligroso."
"Esto es el por qué ellos lo confundían con el consumo en el siglo XIX."
"¿El consumo?"
"Tuberculosis".
"Oh." El hizo una pausa. "¿En serio?"
"¿Ellos no te enseñan eso en la academia?" No pude evitar una mueca muy
pequeña.
Él no hizo una mueca en respuesta "No"
Ahora me sentía mal por ser tan fría con el. Él me había salvado la vida,
después de todo. "Tenemos los mismos síntomas de la tuberculosis,
especialmente ante los ojos de Los poetas románticos. Piel pálida, cansada,
tos con sangre."
139 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
"¿Eso es romántico?"
Tuve que sonreír. "Romántico con una gran `R´ sabes, como Byron y
Coleridge."
Él tuvo un fingido estremecimiento. "Por favor, detente. Apenas pase
literatura inglesa".
Yo bufé. "Yo no tenía esa opción. Una de mis tías tuvo a Byron como
amante. "
"Estas de broma."
"En serio. Esto hace que Lucy se ponga loca de celos".
"Esa chica es…"
"Mi mejor amiga", dije llena de severidad.
"Yo sólo iba a decir que es única".
―Muy bien, entonces". El cuarto estaba girando lentamente, los bordes
estaban borrosos. Yo no sería capaz de combatir el letargo mucho más
tiempo. "Entonces estamos claros."
"Ella es tan protectora hacia ti como tú de ella, ya sabes." Pude oír la
sonrisa en su voz.
"Lo sé. Estoy preocupada por ella. Creo que esto se va a poner muy feo‖.
"Creo que tienes razón."
"¿Es cierto que los Helios cancelaron la recompensa?"
"Sí".
Me di la vuelta a un lado para poder ver sin tener que levantar mi cabeza,
que ahora pesaba aproximadamente igual que un coche. ―¿Entonces, por qué
están en pos de mí? "
Su postura cambió, como si algo que le había estado sosteniendo no
estuviese allí por más tiempo. "Una de las unidades se ha vuelto corrupta.
Recibí una llamada antes, justo cuando ellos te encontraron a ti y a tus
hermanos. "
Apoyé la mejilla en mis manos. "¿Eso realmente sucede? ¿Unidades
corruptas, quiero decir?‖
140 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
"No ha sucedido en casi doscientos años, pero sí, sucede. Ha sido un mal
año para la liga. Mi tío está a cargo, y él es genial, realmente lo es, pero
desde que su compañero fue reemplazado, no ha sido el mismo. "
"¿Por qué no? ¿Quién era su compañero? "
"Mi padre".
Tuve que preguntar, ahora no sabía qué decirle. Recordé que él había
dicho que su padre había sido asesinado por un vampiro. Lo que me hizo
querer pedir disculpas. Lo cual era ridículo. Yo no lo había matado y tampoco
alguien que yo hubiese conocido, ¿por qué iba yo a pedir disculpas? ¿Él podría
disculparse conmigo por el agente Helios-Ra quien había matado a una de las
amigas de mi prima?
Aun así. Había perdido a su padre.
"Lamento que tu padre muriera."
Apretó la mandíbula. "Gracias." Su voz estaba muy ronca.
"Nosotros no lo hicimos."
Algo floreció allí mismo en el pequeño espacio oscuro entre nosotros. Yo
no sabía lo que era, pero sabía lo suficiente como para saber que era raro y
delicado. Y se sentía tan real que podría haber sido capaz de tocarlo con la
mano si lo intentaba.
"Puedes dormirte", me dijo en voz baja. "Yo cuidaré de ti".
141 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
CCaappiittuulloo 1188 LUCY
Traducido por Carlos
Domingo en la tarde. Me desperté tarde al día siguiente, ahogada por mi propia manta de
vampiro. Cambié de posición experimentalmente pero Nicholas no se movía. Sus brazos estaban envueltos alrededor de mí, inmovilizándome despiadadamente contra su pecho. Eso podía haber sonado apasionado en las novelas románticas, pero en la vida real, era incómodo. Mi brazo estaba dormido, mi nariz estaba aplastada contra su pecho, y realmente tenía que orinar.
―Nicholas‖, susurré. Nada. Empujé su hombro. Aún nada. Ninguna de esas mismas novelas jamás había hecho alguna sugerencia en
cuanto a la extracción de una misma del abrazo de un súper-humano. Había cuestiones logísticas. Como el hecho de que podría quebrar mi propio brazo tratando de retorcerme fuera y él simplemente seguiría durmiendo de lo mejor. Me retorcí de cualquier manera, por si acaso.
―Maldita sea, Nicky, despierta, ¡tú! baboso no-muerto‖. No era una buena señal cuando ni siquiera lo podía irritar con mis
palabras. Había una estrecha ventana al lado de la cama de Solange. Solo podría ser capaz de alcanzarla con mi dedo del pie. Me extendí hasta el arco de mi pie y el dorso de mi pantorrilla comenzó a acalambrarse dolorosamente.
―Esto es ridículo‖, resople, estirándome más allá. Podía sentir mi cara
volverse roja por el esfuerzo. Con mi suerte, éste sería el momento exacto que él se despertaba –para encontrarme a pulgadas de su cabeza, tensa y jadeando como si estuviera pasando por un cálculo renal.
142 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Finalmente logré enganchar la cuerda de las persianas con los dedos de mi
pie. Un tirón y una liberación rápida y las persianas subieron de repente. La luz del sol de atardecer se enfocó sobre la cama y a través de su pálida y quieta cara. El cristal estaba tratado (polarizado), claro está, así que no era peligroso, pero el joven instinto vampírico de Nicholas lo hizo retroceder alejándose de la repentina caída de luz. Él se movió bajo la seguridad de mantas, intercambiando su brazo y tirándolo sobre su cabeza por si acaso.
El único problema fue que lo hizo tan rápido, que el impulso me empujó
inmediatamente lejos de la cama para caer sobre el piso. Aterricé con un chirrido y una demostración particularmente desgarbada de agitantes extremidades, ninguno de los cuales ayudó a hacer mi aterrizaje más suave.
Mi codo se estremeció y mi coxis33 palpitó, y ahora tenía conocimiento
íntimo de las motas de polvo debajo de la cama de Solange. Y la falda hecha de retazos que pensé que había perdido el año pasado, estaba torcida bajo una caja que almacenaba calcomanías. Sí, incluso las niñitas con linaje vampírico tienen una fase de calcomanías. Empujé mis pies, haciendo una mueca. Nicholas continuaba durmiendo pacíficamente, luciendo exactamente como una escultura de mármol de un ángel dormido.
Hah. No había nada angelical sobre la manera en que besaba. Cuando me atrapé a mi misma riendo disimuladamente, me percaté de
que debía de estar más aturdida de lo que pensaba. Salí corriendo del cuarto antes de que me avergonzara de mí misma irrevocablemente. La casa estaba silenciosa. Boudicca estaba colocada delante de la puerta de Hope. Ella meneó su cola cuando me vio, pero aparte de eso no se movió. Liam debió haberla enviado a custodiar el dormitorio. Fui en busca de la Sra. Brown y entonces la deje salir a aterrorizar la fauna en el patio trasero. Una cosa que había aprendido en mi familia era que si tenías un compañero animal, nunca ‗mascota‘, quién dependía de ti, vivía bajo tus responsabilidades. No hay excusas. Jamás.
Cuando tenía siete años les había rogado a mis padres por un pez dorado
porque amaba alimentar a los que estaban en el Templo Budista al que íbamos cada víspera de Año Nuevo. Solamente olvidé alimentar al mío, y flotó panza arriaba una triste mañana de domingo. Decir que mi madre exagero era menospreciar vastamente a mi madre. Tuvimos un funeral, complementado con un bote Vikingo de papel maché, el cual ella colocó en llamas, enviando al espíritu de mi pez dorado al Valhalla por el Lago Violet.
―Date prisa‖, llamé a la Sra. Brown, quien estaba meneando su pequeña
cola pug en alegría por haber encontrado uno de los abandonados huesos de carne de Byron al borde del césped. El sol era suave, como miel caliente
33
Hueso que constituye la última parte de la columna vertebral:
143 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
vertida encima de las copas de los árboles y las rosas, brillando intensamente sobre las ventanas de la hacienda. Era uno de esos largos días perfectos de verano poco antes de que la escuela comience. Solange y yo usualmente vagábamos por el pueblo, quejándonos sobre qué tan aburridas estábamos y cuánto apestaba que fuéramos a regresar a la escuela y ella tenía que aprender cómo verter té en el preciso modo victoriano. Tú sabes, en caso de que Charlotte Brontë alguna vez llegara de visita por pasteles de té. Habría dado cualquier cosa para estar así de aburrida ahora mismo.
Deseaba que supiésemos dónde estaba Solange y si ella estaba bien.
Incluso no sabíamos si ella estaba todavía consciente. Había sólo dos días restantes hasta su cumpleaños.
Si alguien no estaba allí para ayudarla a atravesar su cambio de sangre,
ella estaría muerta antes de que incluso tuviera una oportunidad de tener dieciséis años –o si no ella se convertiría en una Hel-Blar.
Si ella no estaba ya muerta. ―No puedo pensar así‖, mascullé, haciendo trizas la rosa que no me había
percatado que había escogido. Los pétalos rotos flotaron suave y desordenadamente hacia el suelo. La
Sra. Brown los atacó como si insultaran su sentido del orden. No oí el descorrer de la ventana por encima de sus feroces gruñidos, pero oí a Hope levantar la voz.
―Lucky, ¿no?‖ ―Nadie me llama así‖. Miré hacia arriba, oscureciendo mis ojos. ―Hay
alarmas en las ventanas, y si saltas, Byron te perseguirá‖. Chasqueé mis dedos al perro peludo, quien se escabulló encima del porche, con la cabeza sumisamente baja tan pronto como vio a la Sra. Brown. Como una amenaza, él necesitaba trabajar.
―No voy a saltar‖, Hope me aseguró. ―De cualquier manera, me quebraría
la pierna desde esta distancia‖. ―Bien‖. No sabía qué más decir. ―Te puedo sacar de aquí‖, ella agregó suavemente. Ahora sabía exactamente qué decir. ―No tú, también‖, dije impacientemente. ―No soy una prisionera, y los
Drakes no son monstruos. Son familia‖.
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―Tú no eres un vampiro‖. Su expresión se oscureció. No me había imaginado que una cara tan alegre podía verse tan enojada. ―¿Te cambiaron?‖
―No, claro que no‖. Fruncí el ceño en regreso. ―Espera, ¿cómo sabes mi
nombre?‖ ―Eres la amiga más cercana de Solange. Por supuesto que conocemos
quién eres‖. ―Esa estúpida guía de campo, ¿cierto? Además, ¿sabes qué tan
espeluznante eres? ¿Asechando a una chica de quince-años-de-edad en tus trajes de comando?‖
―Pero, ¿beber sangre no es espeluznante?‖ ―No más espeluznante que comer una vaca muerta‖. Ella negó con la cabeza. ―Kieran dijo que no estarías interesada en la
desintoxicación‖. ―¿Desintoxicación? ¿De qué? ¿De mis amigos?‖ ―De los vampiros. De este estilo de vida‖. Ella agitó una mano en el cristal
tratado. ―De sistemas de alarmas, de caminantes de la noche y de las peleas de espada‖.
―Ok, en primer lugar, empiezo a amar las peleas de espada. Y en segundo
lugar, ¿Qué?, ¿su estilo de vida de asesinos de agente secreto es de alguna manera el pan blanco suburbano de todos de repente? Por favor‖.
―Oh, Lucky, eso no es así‖. ―Es Lucy‖, la corregí a través de mis dientes. ―Y su gente trató de matar a
mi mejor amiga, así que me perdonarás si no estoy excesivamente entusiasmada de aprender el apretón de manos secreto‖.
Ella sacudió su cabeza tristemente. ―Deberías estar yendo a citas y
pasando el tiempo en el mall34. No llevando estacas en tu cinturón‖. Encogí un hombro. ―El mall apesta‖. ―Te puedo ayudar‖. ―¿Al igual que ayudaste a Solange? No gracias‖. ―Puedes tener una vida normal. No es muy tarde para ti‖.
34
Centro Comercial
145 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Apenas me reí. ―Claramente nunca has conocido a mis padres. Lo normal
nunca fue una opción‖. Crucé mis brazos y le sonreí sarcásticamente. ―Podrías dejar los Helios-Ra. Podríamos ayudarte a dejar de intentar matar personas solo porque ellos tienen una condición médica que tú no entiendes‖.
Ella dio un respiro. ―Eso no es así‖. ―Eso es totalmente así. ¡Dios!‖. ―Eres tan joven. No puedes ver el cuadro más grande‖. ―Tengo dieciséis años, no soy idiota‖. ―Podríamos usarte‖. Ella lo hacía parecer como si fuera algo que me
debería entusiasmar. ―Hay tanto que podríamos enseñarte. Tienes el instinto para esto, puedo decir‖.
El pensamiento me hizo temblar. ―No‖. ―La oferta sigue en pie. Si cambias de opinión‖. Ella lucía joven, con su
cola de caballo y sus redondas mejillas. Aún así, sus ojos eran viejos, sabios. Fui salvada de más conversación cuando Bruno llegó dando zancadas fuera de la zona arbolada bordeando el césped.
―¿Estás loca, muchacha?‖ preguntó, en un acento engrosado con disgusto.
―Es casi el anochecer. Lleva tu culo adentro‖. No había notado que el cielo se había vuelto lavanda y rosado, con los bordes ardiendo como papel de seda colocado en fuego. Él miró furiosamente a Hope. ―Y tú, entra y cierra esa ventana. Si corres, tenemos métodos de traerte de vuelta. No te van a gustar‖.
―No soy una prisionera‖, le recordó amablemente. ―Estoy aquí como un
gesto de buena fe‖. Él bufó sin contestarle, prefiriendo en lugar de eso, darme un codazo y
regresarme al interior como un genial matón escocés grande. ―Está bien, está bien, ya voy‖, mascullé. ―Alguien tenía que dejar salir a
la Sra. Brown‖. Él cerró la puerta del patio detrás de mí y la aseguró. Sus ojos estaban
manchados con moretones de fatiga. La Sra. Brown persiguió a Byron alrededor de la sala de estar hasta que él se escondió bajo la mesa de la biblioteca, gimoteando. Eso, al menos, hizo que la noche se sintiera más normal. No tardó mucho antes de que Liam y Helena bajasen la escalera para unirse a nosotros, seguidos por Geoffrey, Sebastian, y un Nicholas despeinado. Por alguna razón cuando él me miró, sentí que me ruborizada.
146 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―Aún no hay información de Hyacinth‖, Helena dijo en tono grave y sin
preámbulo. Bruno sacudió su cabeza, confirmando. ―No podemos rastrear su teléfono.
Es posible que ella esté fuera de cobertura‖. Liam sacudió su cabeza. ―Probablemente no. Le hablé a Hart y él afirma
que ninguno de su gente entró en contacto con ella‖. ―¿Y nosotros le creemos?‖ preguntó Nicholas, apoyándose contra la repisa
de la chimenea mientras bostezaba. El teléfono de Liam sonó desde las profundidades de su chaqueta de
cuero. Contestó, escuchó, y dijo sólo una palabra. ―Bien‖. Miró a su esposa. Sus hombros perdieron algo de su tensión y luego la puerta principal se abrió de un golpe al resto de los hermanos Drake. Entraron rápidamente, cubiertos de barro, con la ropa rota y caras enojadas.
―¿Dónde está ella?‖ Logan preguntó. ―¿Dónde está Solange?‖ ―No lo sabemos‖, Liam le contestó. Logan cerró sus ojos brevemente, su cara pálida como pétalos de lirio.
Quinn insultó con malicia. Connor dio puñetazos a la pared, abollando el yeso. ―¿Dónde está tu prima?‖ Helena frunció el ceño, después de dar a cada
uno de sus hijos un vistazo para estar segura que estaban ilesos. ―London salió corriendo‖, Marcus suspiró. ―Cerró una de las rejas detrás
de ella y simplemente salió corriendo‖. ―¿Qué?‖ Nicholas se empujó lejos de la pared. ―Estás de broma. Ella se
metió en este lío en primer lugar‖. Logan cayó sobre una silla. ―Pienso que se avergonzó. O confundió. Ella
ama a Lady Natasha, tú sabes eso‖. ―¿Y qué hay de Solange?‖ ―Las buenas noticias son que Veronique le dio una botella de cristal con su
sangre para ayudarla a atravesar el cambio. Las malas noticias son que la pequeña idiota se entregó a los Helios-Ra para salvarnos‖.
―No precisamente‖, Liam les dijo crudamente. ―Su hermana se entregó a
una unidad de delincuentes actualmente no reconocida por Helios‖. ―Bien eso es simplemente una locura más grande‖.
147 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Los hermanos Drake se pusieron en un alboroto del tipo que avergonzaba a
un estadio entero de futbol, cuando se pusieron en marcha. Y no había nada como las noticias de que su hermanita se había sacrificado por ellos a alguien peor que Helios-Ra. El dialecto actualmente enardecía el aire, habría sonrojado al marinero proverbial. Helena tuvo que chiflar con su pulgar e índice para hacer que el vocerío se apaciguara. Ella estaba sobre sus pies, su larga trenza negra colgaba detrás de ella, sus ojos pálidos como relámpagos de verano.
―Basta. No tenemos tiempo para esto‖. Señaló con un dedo hacia Logan y
Nicholas. ―Ustedes dos se quedan aquí con Lucy. Sebastian, Geoffrey, su padre, y yo encontraremos a su hermana. El resto de ustedes ayudará al equipo de Bruno a encontrar a su tía‖. Ella chasqueó sus dedos y fue como un disparo de pistola. ―Eso es todo, ni una palabra de cualquiera de ustedes. Vayan. Ahora‖.
La casa se vació tan rápido que el silencio se sintió como una bofetada.
Parpadeé hacia Nicholas y Logan. ―Ellos realmente no piensan que vayamos a sentarnos por aquí y esperar,
¿cierto?‖ ―Por supuesto que lo hacen‖, Nicholas replicó. ―Mira, no estaré sentada por aquí nunca más. Solange necesita nuestra
ayuda.‖ ―No sabes en lo que te estás metiendo‖, dijo Logan. ―Tienes dieciséis y
eres humana‖. ―Cállate‖. ―Lo digo en serio, Lucy. Solange nos mataría si dejamos que te pongas en
peligro‖. ―Logan, no seas un asno‖. ―He estado durmiendo en barro. Estoy cubierto de suciedad y sangre y
éstos eran mis pantalones favoritos antes de que cayera en mierda de mapache‖.
Refrené una risita totalmente inapropiada. ―¿Mierda de mapache?‖ ―Lucy‖.
148 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Besé su mejilla, arrugando mi nariz. ―¿Por qué no vas arriba y tomas una ducha? Si dejas de quejarte, incluso te esperaré antes de que me imagine qué hacer después‖.
Él empujó sus pies, gimiendo como un viejo. ―Pienso que ya no me
gustas‖. Palmeé su cabeza. ―No seas tonto, tú me amas‖. ―Intenta y permanece fuera de problemas durante los diez minutos que
voy a tomar para ponerme limpio‖. ―No puedo hacer alguna promesa‖, repliqué remilgadamente. Él le disparó a Nicholas una sonrisa de satisfacción. ―Buena suerte,
hermanito‖. Fruncí el ceño a su retirada. ―¿Qué se supone que quiere decir eso?‖
149 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
CCaappiittuulloo 1199 SOLANGE
Traducido por Liberi
Domingo, ocaso
Cuando abrí los ojos, Kieran estaba agachado junto a mí, su mano sobre
mi hombro. Respingue retrocediendo, reflexivamente. Sorprendido, él hizo lo
mismo.
"Tranquila," él dijo. "Simplemente soy yo."
Parpadeé, poniéndome en una posición sentada. Me sentía como si un
camión hubiera pasado sobre mí y luego hubiera dado marcha atrás para
asegurarse de que el trabajo estaba hecho correctamente. Ahora mismo
sentía como si el camión me hubiera golpeado una vez más.
"¿Qué hora es?" Pregunté atontada.
"Casi el anochecer. Traté de despertarte antes, pero no respondías.
Asustando la mierda que hay en mi," añadió, murmurando mientras se ponía
de pie. "Yo preferiría estar bien lejos de aquí por el ocaso."
Mecí mis pies sobre el borde de la cuna.
"Bien, dame un minuto." Bostecé.
"Whoa." Él clavo su mirada en mí. Resistí el impulso de limpiarme la cara
para ver si había baba sobre mi mejilla o algo. "Tus ojos."
"¿Qué? ¿Qué?" Me los restregué violentamente, horrorizada con el
pensamiento de que podrían tener aquella cosa asquerosa pegajosa en los
bordes. ¿O estaban aún más inyectados en sangre? He oído hablar de aquel
acontecimiento, donde lo blanco estaba cubierto por sangre.
"Creo que... están cambiando de color." Hizo una pausa. "¿Eso es posible?"
150 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
"¿Eso es todo? Ahora eres el que me ha asustado como la mierda,"
murmure de vuelta. "En serio."
"Yo hubiera jurado que eran más oscuros antes de que fueras a dormir."
"Lo eran."
"Pero parecen realmente azules ahora."
"Probablemente lo son," contesté. "Nuestros ojos se hacen más claros. Los
realmente viejos se van opacando por lo general."
"Oh."
Me moví incómodamente. No sabía cómo analizar el modo en el que él me
miraba. Me hacia sentir tímida y un poco con ganas de soltar risitas. Y yo no
era del tipo de chicas que se ríen tontamente.
"¿No quieres salir de aquí?" Pregunté.
"Sí." me dio su chaqueta, la cual deslice rápidamente sobre el vestido de
Lucy. Estaba rasgado y tieso con fango en un lado. "¿Tu... tienes hambre?"
Me congelé, mirándolo a través de mis pestañas. No me estaba ofreciendo
sangre... ¿Lo hacía? Traté de no dar arcadas.
"Solo quiero decir..." Sus oídos enrojecieron. "¿Barra de proteína?" explicó,
arrancando una del bolsillo de su chaleco.
"Oh." Lo tomé de él, mi estómago de repente retumbaba. "Gracias."
Masticamos silenciosamente mientras trataba de averiguar que decirle al
tipo que había intentado secuestrarme por dinero y luego dentro de la semana
me había salvado de un grupo de compañeros suyos, y armados. Comprendí
que lo estaba haciendo por sus preciosos Helios-Ra, para detener a la unidad
de delincuentes antes de que hicieran un daño serio a la reputación de la liga,
pero de todos modos, no podía dejar de sentir como si realmente podría
importarle solo un poquito, que yo sobreviva a mi cumpleaños.
"¿Puedes sacarnos de aquí?" preguntó una vez que habíamos terminado
nuestras ridículas barras de chocolate. Esto había reiterado la sensación de
hambre, pero me hizo estar sedienta también. Mi boca se sentía calcárea. "¿O
realmente tenemos que esperar hasta la puesta del sol?"
"Es más fácil si esperamos, pero creo que puedo apagar la alarma."
Levanté una ceja. "Vas a tener que darte la espalda."
151 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Él se dio la vuelta lentamente. La vista de su espalda era tan buena como
la vista del frente. Prácticamente podía oír las risitas de Lucy detrás de mi
cabeza. Podía ser la hija de vampiros, pero ella era una mala influencia. No
había duda. Me aseguré de que Kieran no estaba espiando y luego ahueque mi
mano sobre mis dedos mientras oprimía el código. La luz paso de rojo a rojo
intermitente. Era lo bastante brillante como para hacerme bizquear, mis ojos
llorosos.
"Mierda."
"¿'Mierda'? ¿Qué quieres decir con, 'mierda'?"
"Está bien," me precipité a asegurarle. "Solo usé un viejo código. Y, um,
deje a la alarma fría."
Se dio la vuelta. "¿Puedes apagarlo?"
"Desde luego." Sonaba confiada para alguien que realmente no lo estaba.
Me apresure a recordar los códigos. Había una rotación de un mínimo de siete
códigos, que eran cambiados al azar y continuamente. Me los habían enseñado
de la forma en la que a la mayoría de los niños se les enseña su número
telefónico. Esto debería de ser fácil.
El segundo código no funciono tampoco.
Ni el tercero.
"No vamos a conseguir cámaras de gases de aquí o algo, ¿verdad?" Kieran
preguntó nerviosamente.
"Desde luego que no." Hice una pausa. "No lo creo."
Presione el siguiente código pero mis dedos estaban resbaladizos y se
deslizaron del último número. Intenté otra vez. La luz se mantuvo roja, luego
se volvió verde y parpadeo. Mis hombros se liberaron un poco de su tensión.
"¿Ves?" Dije despreocupadamente. "No hay problema."
La puerta se abrió con un chasquido resonante y la empujé. Kieran estaba
cerca de mi espalda. El olor de humedad se intensificó y luego se desvaneció,
teñido por la luz del sol y la hierba. El túnel nos condujo a una escalera. Me
detuve en el escalón más bajo.
"¿Listo?"
"Tal vez deberías dejarme ir primero."
152 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
"Olvídalo." Subí al siguiente escalón. Su mano se cerró alrededor de mi
tobillo. Miré hacia abajo, hacia él. "Relájate, Black. Puedo subir una
escalera."
"¿Qué pasara cuando lleguemos allí, Solange?"
"¿Corremos como el infierno hasta que estemos en casa sanos y salvos? Es
un plan básico, pero creo que funcionará."
"Aquella unidad de delincuentes todavía podría seguir allí arriba."
"Tal vez. Pero estamos bastante lejos de donde desaparecimos. ¿Y estas
diciéndome que ellos rondarían durante un día entero, por si acaso?"
"Ojala lo supiera."
"Bueno, no podemos quedarnos aquí toda la noche."
Después de un momento, su agarre en mi tobillo se libero.
Todavía podía sentir la huella caliente de su palma sobre mi piel mientras
seguía subiendo. La trampilla no se abrió inmediatamente. Kieran tuvo que
acuñarse entre mí y la pared, y ambos empujamos hasta que la puerta se
abrió. Una lanza de luz solar aterrizo entre nosotros. Sus ojos eran del color
de la tierra – oscuros, que era rica, y del que se cultivarían las mejores flores,
y las mejores verduras. Él estaba muy cerca, lo bastante cerca para que yo
pudiera ver su barba incipiente y pequeña sobre su barbilla y la forma en la
que sus patillas se alargaban, afeitadas en una línea recta, de la misma forma
en la que los hombres en la película de Orgullo y Prejuicio siempre parecían
llevar. Le dio el aire de un caballero pirata. Las armas atadas con correas en
su pecho no le hacían daño. Él se arrastro hacia arriba, nunca rompiendo el
contacto visual conmigo, así fue como el se coló por encima de mí y consiguió
ser el primero en salir del túnel, después de todo.
"Despejado," él dijo, en un grito silencioso.
Se agacho para agarrar mis brazos y tiró de mí hacia arriba y afuera, en el
piso forestal. El sol se filtraba suavemente entre las hojas, las sombras largas
y azules sobre los helechos y agujas de pino caídos. Los pájaros cantaban,
ajenos a nuestra presencia. No había ninguna huella en la arcilla. Me levanté,
limpiando mis manos sobre mi vestido. Kieran saco una brújula de su bolsillo,
girándola de una forma y de otra.
"Allí," dijo, asintiendo hacia un lado y a través de un valle de helechos y
saúcos.
"Tu casa está por ahí. Al noroeste."
153 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
"Gracias." Eché un vistazo a los alrededores torpemente, y después hacia
atrás. "Supongo que esto es todo, ¿verdad?"
Frunció el ceño. "¿De qué hablas? No te abandonare aquí sola."
Tragué, tratando de reír. "Tu tiene tus propias problemas que resolver."
"Solange, tus ojos están cambiando de color."
"¿Y qué? ¿Qué tiene que ver eso?"
"Permíteme decirlo de esta manera." Él se movió tan rápido, que me
impresiono a mí pesar.
Empujo mi hombro.
Tropecé, golpeando un roble cercano, luego caí en el fango.
Mi hombro pulsó dolorosamente.
"¡Ouch! ¿Qué demonios fue eso?"
"Solo confirme mi punto," él me dijo con gravedad. "¿Crees que yo no veo
el grado de cansancio en el que estas? ¿Cómo estas cada vez más débil?"
Fruncí el ceño, frotando mi brazo. "Me empujaste."
"Apenas te toque," indicó él. "Y te caíste. Te garantizo que la unidad de
delincuentes de los Helios-Ra serán mucho más brutales. Sin mencionar a los
cazadores de recompensas de Lady Natasha."
Odiaba que él tuviera razón.
"Te llevare a casa." Él lucia tercamente amotinado. Yo había visto esa
particular expresión sobre cada una de las caras de mis hermanos. Y no había
ninguna manera amable para que lo detuviera. Ninguna manera lógica, ni
inteligente, tampoco. Él tenía armas. Yo no. Si alguien viniera a por mí en los
bosques, la única cosa que yo podría hacer era bostezarles. Y también estaba
la chica, Lady Natasha, reina de los vampiros, a quien yo temía.
"¿Vienes?" Kieran preguntó con impaciencia, pero con una media sonrisa,
como si supiera lo que estaba yo pensando.
"Bien, pero si los vampiros atacan, quiero que escapes."
"Seguro, justo después de dar una pirueteo en un tutú rosa." Él se detuvo,
esperándome para que le alcance. "Venga, ya."
154 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
El bosque estaba tranquilo y silencioso, bajo la charla de los insectos, los
ocultos conejos y puerco espines. Las ranas cantaban desde alguna charca
cercana, obscurecida por el verde encaje de las hojas de verano. Podría haber
sido romántico si no estuviera convencida de que alguien esperaba en la curva
para matarnos. Él se inclinó dándome un vistazo con la esquina de su ojo. Y
luego otro.
"¿Qué?" Pregunté, sin volver mi cabeza.
"Estas bizqueando. ¿Te duelen tus ojos?"
"Un poco." No me había dado cuenta de cuan apretadamente los músculos
alrededor de mis ojos se arrugaban hasta que él lo mencionó. Mis ojos
realmente se sentían más sensibles, como si la luz del sol –aunque estábamos
bajo sombras- estuviera lanzando agujas en mi cara. Solía gustarme sentarme
en el sol con Lucy. Se me hizo un poco triste pensar que no seríamos capaces
de hacer eso nunca más.
Kieran me dio un par de gafas de sol. Sus dedos rosaron los míos. Él
realmente era amable para ser un agente del grupo que estaba dedicado a
exterminarme a mí y a mi familia entera.
"¿Van a crecerte colmillos también?"
Estuve a punto de detenerme en seco. Su mano aún sostenía la mía.
"Creo que sí." Corrí mi lengua sobre mis dientes.
"¿Está preocupado tu novio?"
"No tengo un novio." Mi sonrisa era irónica."Es un poco duro traer citas a
casa para conocer a mis padres - y a mis hermanos."
"Buen punto." Su palma se apretó contra la mía. "Camina con cuidado."
Avanzamos lentamente sobre las raíces expuestas de un árbol que debió
haberse caído en la última tormenta. No estaba cubierto de musgo o aquellas
setas de arrugas extrañas aún. Subimos hacia el valle, ya que el sol bajaba
más y más detrás del horizonte, dejándonos dentro de las gruesas, y frías
sombras. El suelo bajo nuestros pies era suave. Había un amplio surco, como
si algo se hubiera deslizado hacia el fondo del valle.
Un trozo de encaje en una rama rota se enlazaba en la maleza enredada.
Mi corazón tartamudeó. Sentí mis manos humedecerse antes de que
pudiera formar una frase coherente. Yo conocía aquel tipo de encaje.
155 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
"No," jadeé, arrancándolo como si fuera una negra rosa andrajosa. "No."
Me deje caer de la ladera, resbalando sobre el barro, raspando mis
antebrazos y mis palmas. Guijarros se alzaban por mi paso y me pinchaban en
las piernas. Las ramas rasguñaban mis brazos desnudos.
"¡Solange!" Kieran llamo, apresurándose para alcanzarme. "Espera. ¿A
dónde vas?"
Resbalé y me deslicé los pocos últimos metros.
"¡Ten cuidado!" él gritó detrás de mí.
Apenas sentía cualquier dolor, estaba totalmente enfocada en ser rápida y
arrastrar mi cuerpo por entre las hojas podridas y las agujas de pino.
"Oh mi Dios," dije, detectando un agitado encaje y listón. Reconocería
aquellas negras enaguas en cualquier lugar, así como también, el corsé de
seda y cuentas de azabache. "Tía Hyacinth," grite, avanzando lentamente más
cerca, arrancando los helechos de mi camino. "Tía Hyacinth, aguanta,
aguanta."
Ella estaba acostada sobre su espalda, su brazo sobre su cara. Su brazo
desde su codo hasta su muñeca y todo su lado izquierdo de su cara estaban
llenas de ampollas y suciedad. Sólo su edad y las gruesas sombras del valle la
habían salvado del completo impacto del sol. Aún así, ella no se movía, no
respondía en absoluto. Me cerní sobre ella, no queriendo tocarla en caso de
que eso le causara más dolor.
"¿Esta ella...?" La pregunta de Kieran se apagó cuando pasó detrás de mí,
jadeando para respirar.
"Creo que ella todavía está viva por así decirlo," dije, tragando el bulto de
miedo y pena que se formaba en mi garganta. "Ella es mi tía." Prácticamente
podía ver el hueso bajo su estropeada mejilla. La luz solar por sí sola no
habría hecho aquella clase de daño. Fruncí el ceño. "Agua bendita," dije entre
dientes. "Agua bendita", era lo que llamábamos el agua que los Helios-Ra
usaban como un arma. Ellos lo cargaban de rayos UV y vitamina D porque
éramos mortalmente alérgicos a esta en forma concentrada. "Alguien lanzó
agua bendita sobre ella y luego la empujo abajo en la colina. Los Helios-Ra
emplean agua vendita, ¿verdad?" Presione.
"Solange," él dijo suavemente, con fuerza.
"¿Verdad?" Grité.
Él asintió una vez, sacudiéndose. "A veces."
156 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
"¿Todavía está seguro de que tu liga es totalmente libre de culpa en todo?
¡Mírala!"
"Lo siento. Sé lo que es perder a la familia. Mi padre fue asesinado por
vampiros, ¿recuerdas?"
"No la he perdido aún," dije con gravedad, arrancado la cadena gruesa de
debajo de mi vestido. El líquido en su interior era profundo y oscuro.
"¿Qué es eso?" Kieran exigió.
"Sangre," dije, sin apartar mi vista de Tía Hyacinth. Nunca la había visto
tan frágil, tan quieta. No era justo. La habían cazado debido a mí, debido a la
maldita recompensa por mi cabeza. Ella seguramente habría estado en casa
bebiendo té Earl Grey o criticando la reverencia de Lucy si no fuera por mí.
"Sangre antigua," expliqué. "De Verónica Dubois, nuestra matriarca. Esto
tiene propiedades curativas para cualquiera de su linaje. Yo le daría mi
sangre, pero esta corrompida ahora mismo debido al cambio."
No le mencioné que la botella de cristal contenía una dosis única, que
significaba una ventaja que me ayudaría en mi conversión, en mi cumpleaños,
así no hubiera nadie ayudándome. Y nadie lo estaría. Yo me ocuparía de eso.
Pero primero tenía que salvar a la Tía Hyacinth. Usé mi uña de mi pulgar
para levantar la tapa, la bisagra se adhería ligeramente.
"Aguanta, Tía Hyacinth," supliqué. "Por favor aguanta. Por favor, por favor
resiste."
Sostuve el frasco en su boca y lo incliné lentamente. Sangre brotaba sobre
sus labios, llenando el pliegue hasta que empezó a gotear por sus dientes y
bajo por su barbilla. Ella estaba tan pálida, casi azul como sus venas que
luchaban por aceptar la única sustancia que podría salvarla. Su garganta se
movió despacio, de forma espasmódica.
"¡Ella tragó!" Casi lloré por el alivio. Sostuve el vial sobre su boca hasta
que ella no podía tragar más. Ella todavía no abría sus ojos, no hablaba. Pero
ya no lucia como si estuviera a punto de convertirse en polvo. "Es todo lo que
puedo hacer," dije, dejando caer la cadena de mis dedos. "Ella necesita más,
pero está demasiado débil para terminar el resto ahora mismo. Dejaré el vial
con ella de modo que alguien pueda usarle para mantenerla viva, si ellos la
encuentran pronto, lo suficiente como para reanimarla."
Revolví su bolso hasta que encontré su teléfono móvil. Este se había
apagado cuando había caído y el plástico estaba agrietado, la pantalla
157 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
parpadeo en azul cuando finalmente logre encenderle. Presioné el código
para activar el chip GPS. No estábamos lejos de la granja. Alguien la
encontraría a tiempo. Pero no podía dejar que me encuentren.
Mis hermanos casi habían sido capturados y mi tía estaba herida, todo
debido a mí. No podría soportar si ella habría muerto o mis padres fueran
asesinados, luchando por salvarme. Y Lucy saltaría sobre su cabeza si ella
pensara que esto me salvaría. Incluso Kieran estaba poniéndose en peligro por
mí y yendo en contra de su formación. Yo no podía dejar que ninguno de ellos
se sacrifique por mí. Simplemente no podía.
Todos querían salvarme, pero yo solo quería salvarles a ellos.
Y había sólo un modo de hacer eso. Siempre lo supe, pero había esperado
estar equivocada. Arrodillada en el bosque con el cuerpo quemado de mi tía
me convencí de que todo el tiempo había tenido la razón.
Saqué mi propio teléfono y no lo encendí, sólo lo coloque con cuidado
sobre el suelo. Y luego lo golpee repetidas veces con una piedra hasta que el
casco se agrieto y el interior se abollo sin posibles reparaciones. Alcé la vista
hacia Kieran, sabía que mi rostro se había puesto duro por la forma en la que
me miraba.
"Necesito tu ayuda."
158 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
CCaappiittuulloo 2200 LUCY
Traducido por Liberi
Domingo por la tarde.
Mientras Logan limpiaba, saqué a los perros otra vez. Los jardines eran
diferentes esta noche, desaseados y densos. Los grillos cantaban alegremente
en los campos que colindaban con el bosque. La luna era amarilla y quedaba
suspendida en un jirón de nubes que lucían como encajes. Nicholas hacia la
guardia por la puerta de atrás y fruncía el ceño hacia la oscuridad. Sus ojos
brillaban.
"Apresúrate," dijo.
"No puedo hacer que los perros orinen más rápido." Él no me miró, pero se
giro bruscamente cuando algo crujió en los arbustos. "Luces como del servicio
secreto. Todo lo que necesitas es un traje negro y zapatos brillantes."
"Solamente soy cuidadoso."
"Bruno está ahí y estamos apenas a tres metros de la puerta. Además, no
hay nadie más además de mí."
"Lo dice la chica con una fila de estacas de madera atadas con correa a su
pecho. " Él hizo una pausa. "¿Esos son diamantes rosas falsos?"
"Lo son," dije con orgullo. "¿Quién dice que no puedo vencer con estilo? ¡Y
mirar ésta!" Indiqué la estaca al lado de la que yo había decorado con piedras
falsas rosadas. Tenía una calavera y huesos cruzados que había dibujado con
un marcador negro. "Tema pirata."
Él simplemente negó con la cabeza hacia mí. Me encogí de hombros y tiré
de la correa de la señora Brown cuando ella meneaba su cabeza en un rosal.
Su cola se meneaba con furia. "Fuera de allí, " le dije. " Antes de que consigas
una espina en tu nariz."
159 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Le di un tirón para convencerla de que hablaba en serio. Ella se contoneo
hacia atrás, cubierta en pétalos de rosas. La luz de la ventana de Hope por
encima de nosotros hizo un cuadro amarillo sobre la hierba en mis pies. Esto
capturo algo colgando del enrejado de debajo de la repisa. Tuve que ponerme
de puntillas para alcanzarlo. Este era un sol grande de bronce con rayos
dentados en una correa de cuero. Lo arranqué, preguntándome si Hope lo
había perdido cuando se había colgado por la ventana, tratando de
convencerme de dejar la vida sórdida de un esclavo de sangre.
"Vamos," dijo Nicholas, abriendo la puerta para dejar a los perros grandes
entrar. La señora Brown entro pisando sus talones35, sonriendo abiertamente
con su sonrisa canina cuando los demás canes se alejaron de ella. Nicholas me
introdujo en la seguridad del invernadero, su mano sobre mi pequeña espalda.
Podía sentir la frescura de su toque a través de mi camiseta. Estaba oscuro
aquí también, lleno de lirios, naranjos y raras orquídeas rojas. Una polilla
revoloteó en el techo de cristal, como si la luna fuera una vela encendida
sobre nuestras cabezas.
Nicholas no dijo nada, y no se aparto, tampoco. En cambio bajó su cabeza
más abajo, su boca rozaba la piel bajo mi oído y luego bajo suavemente hasta
un costado de mi cuello. Mi cabeza colgaba hacia atrás. Parte de mí esperaba
el rose de sus dientes, pero sólo estaban sus labios y su lengua. Yo fui la que
se volteo ligeramente y mordisqueo con cuidado el lóbulo de su oreja. Su
mano me empujo más cerca contra él. Fue muy difícil recordar por qué
nosotros no habíamos hecho esto a lo largo de todos estos años. Yo no podía
pensar ni una solo cosa por la cual discutir.
No podía pensar en nada, en realidad.
Yo era todo calor y escalofríos. El jazmín nocturno envió zarcillos de dulce
perfume. Si cerraba mis ojos, podía creer que estábamos en algún sitio
exótico, en la selva o en un jardín secreto en la India. Acababa de deslizar mis
brazos alrededor del cuello de Nicholas cuando las luces se encendieron,
luego se apagaron. Nos congelamos.
"La alarma," Nicholas susurró. "Alguien abrió la puerta del túnel en el
sótano."
Nos apresuramos por el pasillo, al igual que Logan bajaba cansadamente
las escaleras, su pelo todavía mojado, su camisa a medio abotonar. Había una
sombra en la entrada de la puerta de las escaleras que conducían a la planta
baja. Cuando este dio un paso adelante, se convirtió en London, con sus
35
Pisando sus talones: referencia popular a ‘seguir a alguien’
160 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
colmillos hacia fuera como siempre. Su cabello, que generalmente estaba
alisado hacia abajo, era un lío de espigas oscuras de petróleo.
"¡Tu!" Grité y me lancé sobre ella. Mi temperamento estallo como un
pastel que había estado mucho tiempo en el horno. El brazo de Nicholas me
sujeto alrededor de mi estómago, reteniéndome. Me sentí como un dibujo
animado, dando puñetazos y patadas en el aire y maldiciendo. London
solamente estuvo de pie allí, pálida y silenciosa. Eso me calmo más que
Nicholas luchando para retenerme. Nunca había visto a London sin mofarse de
mí o disparándome con su boca. Ella no era una persona dócilmente
arrepentida. Esto me asustó tanto como, si no más que, todo lo qué había
pasado hasta ahora.
"Estoy bien," murmure para que Nicholas me soltara. Alejé mi pelo de mis
ojos.
"¿Dónde diablos has estado?" Logan exigió, avanzando hacia London con
una furia que nunca había pensado ver sobre su bonito rostro. "Pensamos que
estabas muerta. O que nos habías traicionado directamente en las manos de
esa perra."
"Yo no lo sabía," dijo ella en voz baja, miserablemente. "Te lo juro, yo no
lo sabía." Ella levanto su barbilla, endureciendo su expresión de modo que
lucia un poco más como ella. "¿Dónde está todo el mundo?"
"Tratando de encontrar a Solange," Logan le dijo. "Quien se entrego para
salvarnos a todos. Incluyéndote."
"Yo no sabía que Natasha puso la recompensa. La he servido durante años,
la he amado como a una madre. ¿Cómo se suponía que lo sabría? ¿O no
recuerdas que ella estaba allí para mí cuándo los Drake no?" Yo no me había
enterado sobre este defecto particular sobre el Árbol genealógico de los
Drake. Yo solo había asumido que London era malhumorada todo el tiempo
porque estaba en su estructura biológica. "Ella me pidió que le llevara a
Solange, para acabar con cualquier rumor que podría comenzar una guerra
civil. Y ella piensa que Montmartre regresará con ella, cuando no haya
ninguna amenaza a su corona."
"Maldición, London," refunfuñó Nicholas.
"Pensé que ayudaba. Y estoy completamente a su servicio, y al de la corte
real." London se volteo hacia él. "¿Qué se suponía que debía hacer?"
"No entregar a tu propia prima a aquella perra, para empezar," disparó
Nicholas de vuelta. Los ojos de London se estrecharon. Asumí que iba a
161 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
lanzarse a una diatriba feroz, pero en cambio ella tomó tres pasos hacia mí
tan rápido que tropecé con la pared detrás de mí tratando de escapar de ella.
Rabia salía de ella. Si yo no fuera inmune a sus feromonas, podría haberme
desmayado por su acometida. Como lo era, eso solo me mareo vagamente. La
mitad de Nicholas se puso al frente de mí. "Basta, London."
"¿De dónde sacaste eso?" ella exigió. Ella agarró el collar del sol de bronce
de la correa de estacas entre mis pechos. Lo agarro tan fuerte, que el bronce
se abollo. Estaba atrapada entre ella, Nicholas, y la pared.
"Solamente lo encontré. Aléjate de mí."
"¿Sabes qué es esto?"
"No. Lo encontré bajo la ventana de Hope."
Sus ojos pálidos se volvieron rosas en los bordes. Yo nunca había visto eso
antes. Me eche hacia atrás para alejarme de ella a pesar de que no tenía a
donde ir.
"¿Hope? ¿Hope está aquí?" Ella se dio vuelta, mirando airadamente a
Logan. "¿Dónde está ella? ¿Dónde está esa perra Helios?"
"Ella es un rehén honorable. Si no la herimos, Solange no será lastimada."
Logan bloqueó la escalera.
"Ella es un traidora." Lo dijo tan silenciosamente que casi no la oí. Lo que
oí fueron sus dientes rechinando, sin embargo.
"¿De qué estás hablando?" Logan exigió.
"Volví a la corte después de que te dejé. Todavía tengo amigos allí a pesar
de la generosidad, amigos que ayudan a los Drake, en caso de que vayas a
eso. Hope engaña a los Helios. Ella tiene su propia unidad, en secreto conspira
con Lady Natasha. Si Hope ayuda a Lady Natasha a deshacerse de Solange y de
cualquier amenaza de los Drake hacia su trono, Lady Natasha, a cambio,
ayudara a Hope a tomar el control sobre los Helios-Ra para así, solo tratar con
ella y con nadie más."
"Lady Natasha nunca hace tratos con humanos, " dijo Logan en voz baja.
"Ella siempre se negó."
"Exactamente. Esto sería un verdadero golpe para los Helios. Y Lady
Natasha al mismo tiempo, consigue su propio ejército humano, dispuesto a
acabar a cualquier vampiro que no le sirva."
162 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
"Bien, esto es solo inesperadamente grande." Logan paso su mano por su
pelo. Él bloqueo a London cuando ella trató de rebasarle. "No puedes
matarla," insistió él. "La seguridad de Solange podría depender de ello. Fue un
trato justo entonces."
"No estoy preocupada por Solange ahora mismo." London rompió el disco
de sol del collar, jalándome hacia adelante con el impulso repentino.
"¡Hey!" Tropecé y luego me enderecé, frunciendo el ceño. "Ouch, maldita
sea."
"¿Sabes qué es esto?" London nos gritó, sosteniendo el sol. "¿Tienes alguna
idea?"Lo tiro al suelo y escupió sobre el. "Esto llama la unidad de Hope. Ellos
sabían que ella estaba aquí - lo supieron todo el tiempo."
"Ella se ofreció, " susurré, echando un vistazo hacia Nicholas. "¿Recuerdas?
Hart dijo que él se quedaría, pero Hope insistió."
"Es una declaración de guerra," London siguió. "Esto quiere decir que ellos
están viniendo hacia aquí ahora mismo, para liberarla y matar a cualquiera en
su camino. Tenemos que salir aquí."
"Solo no podemos entregarles la casa de campo, incluso si ellos pueden
pasar a Bruno y su equipo," Logan le dijo.
"Pero alguien realmente tiene que advertirle a los demás," argumento
Nicholas.
"Llámales," dijo London. "Pero hazlo rápido. Tenemos que salir de aquí."
"Ellos están en modo de cautela. El teléfono esta desconectado," dijo
Nicholas. "Y yo apostaría que Mamá o Papá o ambos están de camino a la
corte ahora mismo. Sabes que papá lo intentara y hablara sobre quitar la
recompensa. Él lo tomara directamente en sus manos."
Logan sacó su teléfono de su bolsillo. "Al menos vamos a advertirle a
Bruno." Él marcó, esperando, con su boca tensa. Sus colmillos parecían más
largos, más agudos. Él colgó después de un momento de conversación
tranquila, acortada. "Buenas y malas noticias." Empezó a subir las escaleras,
subiendo dos a la vez. Cuando los demás lo siguieron, tuve que agarrar la
parte de atrás de la camisa de Nicholas para mantener el ritmo. "Ellos
encontraron a la Tía Hyacinth. Bruno se ha ido a buscarla."
"Así que, estamos solos," London dijo con gravedad.
"Aparte de los guardias. ¿Qué es ese ruido?" Nicholas frunció el ceño
mientras se precipito por el pasillo. Boudicca ladraba fuertemente,
163 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
rasguñando la puerta de Hope. Esto le tomó a Logan sólo una patada para
romper la puerta.
El sonido era el giro de las hélices del helicóptero.
Y Hope se lanzaba de la ventana, hacia una cuerda. Los árboles se
doblaban, las hojas se azotaban en la habitación con la fuerza del viento. El
sonido del motor sacudía las paredes. Una pintura se cayó de la pared,
rompiendo el vidrio.
Tres vampiros y un perro grande saltaron hacia Hope y ninguno de ellos la
alcanzó a tiempo.
Ella se balanceó fuera de su alcance, con su cola de caballo rubio y
sandalias de tirantes incongruentes contra el helicóptero lleno de agentes
armados que la empujaban a su interior. Flechas llovieron por la ventana una
vez que ella estuvo a salvo y fuera del camino. Una flecha golpeo la cama,
tres el piso, otra se perdió de llegar a la oreja de Logan solo por el empujón
que London le dio hacia detrás del tocador. Salté hacia Boudicca, agarrando
su cuello. La tiré detrás de la puerta, Nicholas nos empujo a ambas cuando no
nos movíamos lo bastante rápido para su gusto. Él maldijo todo el tiempo.
"Estas loca, deja al maldito perro."
"¡Cállate!, ¡ella es un miembro de esta familia, también!"
"Y ella sabe como salir del camino."
"En tu familia beben sangre. En la mía cuidamos de los animales."
Boudicca gruñía, tirando contra mi apretón, tratando de regresar a la
ventana.
"Para cuando ustedes dos hayan terminado de gritarse el uno al otro, "
dijo Logan secamente. "Ellos ya se habrán ido."
"Pero los otros están viniendo," London dijo. "La tripulación de tierra", ella
añadió cuando nosotros solo la mirábamos fijamente. "¿Realmente crees que
ellos van a dejar pasar esta oportunidad? Ellos saben que la mitad de la
familia esta dispersa, buscando a Solange o a Hyacinth."
"Bueno, mierda. "
"Exactamente. "
"Iré," declaró Logan.
"No puedes," dije, persiguiéndolo mientras bajaba las escaleras.
164 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
"Maldición yo puedo." Él asintió hacia Nicholas. "Mantenla a salvo en la
habitación y enciérrala. "
"Muérdeme, Logan," replique con vehemencia. "Tu solamente no puedes ir
e irrumpir en los tribunales, eres un idiota. Eres un Drake, y cada cazador de
recompensas en el país esta en busca de tu sangre."
"¿Y? Solamente no podemos dejar al resto de ellos ir a ciegas."
"Ya lo se. Sugiero que tu y London permanezcan aquí y defiendan la
granja. "
"¿Y tu?" Nicholas preguntó severa, y sospechosamente. "¿Qué es
exactamente lo que piensas que vas a hacer?"
"Hope estaba entusiasmada con que me uniera a los Helios-Ra," dije,
agachándome para recoger el pendiente del sol abollado por Hope. "Así que
¿porque no hacerlo?"
165 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
CCaappiittuulloo 2211 SOLANGE
Traducido por Luu
Domingo a la noche, tarde.
―Luces horrible,‖ dijo Kieran.
Le hubiera fulminado con la mirada, pero poner un pie delante del otro
estaba tomando toda mi concentración.
―Deja de decir eso,‖ murmuré. Esperaba no estar arrastrando mis
palabras. Incluso mi lengua estaba cansada. La noche ayudaba, mi
metabolismo era más fuerte cuando el sol estaba oculto. Al llegar la mañana,
sin embargo, sabía que me desmayaría enseguida. Perder el conocimiento no
me preocupaba demasiado; pero no sabía si despertaría otra vez. Era casi mi
cumpleaños. Sin fiesta, obviamente; sin regalos envueltos en papel plateado o
torta para mi-solamente pudín de sangre. Gag. No podía evitar recordar a mis
hermanos y su lucha desesperada por sobrevivir al cambio de sangre. Se
habían debilitado tan rápido, que era casi como si estuvieran en estado de
coma. No había durado mucho, pero les había pegado fuerte y duro.
Solamente el elixir de la sangre de Veronique me daría una ventaja en la
lucha.
Un elixir que ya no tenía.
No podía pensar en eso. No me haría ningún bien, de todos modos, si
pasara todo de nuevo, lo volvería a hacer.
Tropecé con la raíz de un árbol, me di contra la rama de un roble y casi
consigo sacarme un ojo. Kieran me tomó del codo. Tuve que pestañear
rápidamente para que solo hubiera uno de él, no dos bailando borrosamente
con el otro.
―Estás empeorando.‖
166 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―Si me dices que luzco horrible otra vez, voy a patearte en la espinilla.‖
Bostecé y cabeceé ligeramente. ―Mañana.‖
―Solo trata de no caer dormida antes de que golpees el suelo. Serías más
difícil de atrapar de ese modo.‖ Sabía que él estaba tratando de sonar
confiado, pero podía oler la preocupación en él. En realidad la olfateaba,
como almendras quemadas. Raro. Olfateé más fuerte. Él elevó una ceja hacia
mí. ―¿Estás oliéndome?‖
Sonreí tímidamente. ―Si, lo siento.‖ Froté mi nariz. ―Estás preocupado por
mí. Huele a almendras.‖
―¿De verdad?‖
―Si. Extraño, ¿cierto?‖ Olfateé otra vez, fruncí el ceño. ―Y huelo a agua
estancada o lodo o algo así.‖
―¿Huelo a un viejo estanque?‖
Negué con mi cabeza lentamente mientras mis exhaustas sinapsis hicieron
conexión finalmente. El entrenamiento de mi madre me inundó, las historias
de mis hermanos se escucharon desde la privacidad de las escaleras que
conducían al ático.
―No tú,‖ Dije repentinamente. ―Hel-Blar.‖
Kieran se congeló, pero solo por un momento. ―¿Aquí fuera? ¿Ahora?‖
Traté de hacer que mis pies se movieran más rápido. Él agarró mi mano y
me arrastró. Con los Hel-Blar no se podía jugar. Ligeramente azules, oliendo a
putrefacción, con ojos teñidos de rojos y un insaciable apetito por la sangre.
Animal o humana, voluntarios o no.
Y eran silenciosos como murciélagos.
Sin embargo, mi audición debía ser más agudizada a medida que me
debilitaba, ya que podía oírles acechando entre los árboles, rastreándonos,
rodeándonos como una jauría de perros rabiosos.
―Ya vienen,‖ Susurré. ―Y no puedo huir de ellos en este estado.‖
Kieran asintió sombríamente, balanceando un arma de aspecto extraño
fuera de su arnés. ―Agua bendita,‖ explicó. Me aseguré de estar lejos de la
trayectoria de sus balas modificadas. ―Mantente detrás de mí,‖ dijo
innecesariamente. Ya estaba detrás de él, utilizando un árbol de arce para
mantenerme de pie, un montón de estacas afiladas en mi mano.
167 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
El olor a vegetación y hongos era abrumador para mi repentinamente
sensible nariz. Me atraganté.
―Están aquí.‖
Su sola velocidad era aterradora, junto con el salvaje brillo en sus ojos.
Prácticamente flotaban, pálidos como espectros, delgados hasta el punto de
ser esqueléticos. Sus colmillos eran afilados y puntiagudos, pero también lo
eran sus otros dientes en su cabeza. Uno de ellos lamió sus labios cuando me
vio.
―Solo una probada, princesa,‖ dijo arrastrando las palabras. ―Podría
gustarte. ¿Qué piensas?‖
Hundí una estaca en su pecho y explotó en polvo de color del liquen.
Todos los vampiros se convertían en ceniza. Si yo moría durante el cambio de
sangre, me convertiría en ceniza también, pero podría llevarme unas cuantas
horas. Tío Geoffrey decía que era un mecanismo de seguridad Darwiniano36,
para asegurar de que nunca fuéramos descubiertos como especie, incluso
después de morir.
Y este era un mal momento para estar pensando sobre eso.
Los otros sisearon y gruñeron; y todos los vellos de mi brazo se erizaron.
Kieran disparó su arma. Luz estalló como brazas a través del aire, como
un truco de carnaval. Otra esencia se unió a la podredumbre húmeda: carne
chamuscada, pelo quemado.
―Son demasiados,‖ gruñó Kieran. Gruñí en respuesta y lancé otra estaca.
Falló su objetivo y fue arrojada hacia nosotros con tanta rapidez que clavó el
ruedo de mi vestido contra un tronco. La corteza voló en pedazos, mordiendo
y lastimando mis piernas. Maldiciendo me liberé.
―Demasiado cerca,‖ murmure, casi tan cansada como para que no me
importara si caía y era comida.
―Quédate conmigo,‖ Kieran espetó, disparando otra vez. Un Hel-Blar voló
como un muñeco de trapo, chocó con uno de sus amigos. Yo ya estaba sobre
mis rodillas. Ese arbusto de helechos lucía muy atractivo. Kieran me arrastró
con un brazo, todavía disparando con el otro.
―Se suponía que huirías,‖ Mascullé a través de un bostezo. ―Lo
prometiste.‖
36
Darwin: Quien descubrió muchas especies.
168 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―Demonios que lo hice.‖ Me empujó detrás de un enorme árbol de olmo.
―Tenemos que salir de aquí. ¿Hay alguno de tus pasadizos secretos por aquí
cerca?‖
La luz de la luna era casi tan brillante como la luz del sol, abrasando mis
pupilas. Todo lo demás era borroso. Entrecerré los ojos, tratando de distinguir
la forma de los árboles a nuestro alrededor, los valles, la ubicación del río.
―¿Por allí?‖ Sugerí dudando. ―Del otro lado de ese valle. Quizá.‖
Continuó disparando, para darnos alguna clase de protección y yo me
concentré en no perder el conocimiento. Esas rocas puntiagudas lucían tan
cómodas como los helechos. Solamente un pequeña siesta.
―No te atrevas,‖ Kieran dijo severamente. ―No te puedes dormir todavía.‖
―Pero estoy tan cansada.‖
―Sigue andando.‖
―Espera. Las rocas…‖ Froté mis ojos. ―Hay un pasadizo detrás de esas
rocas.‖
―Bien, pasa-oof.‖ Una daga se hundió en su brazo, cortó a través del
grueso cuero y a través de la piel. La sangre brotó como de una frambuesa
regordeta. Apretó los dientes. ―Solo es un corte. Mantente andando.‖
Tuve que arrastrarme a través de la maleza, buscando entre las hojas
muertas la manija. El hierro era frío bajo mis dedos, el óxido áspero bajo mi
palma.
―Lo tengo.‖
Kieran pateó un Hel-Blar que estaba demasiado cerca para nuestra
comodidad. Le pateó nuevamente, cambiando su arma por una que disparaba
pequeños viales. El primero golpeó el suelo y se rompió, liberando una mezcla
entre polvo y niebla. Era tan delicado como nubes, flotando en el aire. Me
sentí rara, y fascinada por la forma que se aferraba a las hojas y a los Hel-
Blar.
Hypnos.
―Deténganse,‖ Kieran ordenó severamente. Los Hel-Blar se detuvieron,
confusos. Sisearon frenéticamente pero no se movieron. Yo tampoco me moví.
―Ustedes,‖ le dijo a los vampiros que luchaban contra las cadenas invisibles.
―Se irán de aquí y no volverán. Continuarán corriendo hasta que estén fuera
169 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
de la región. Y si tratan de beber una sola gota de algún humano, caminarán
directamente al próximo amanecer.‖
Un aullido, un gruñido.
―Vayan.‖ Ellos tropezaron lejos. Me quedé donde estaba, incapaz de
moverme. Kieran se sentó a mi lado, su expresión arrepentida pero
determinada, ―Lo siento,‖ dijo.
―Kier—―
―Shhh,‖ interrumpió. ―No digas nada.‖ El polvo Hypnos trabajaba a través
de mí, haciendo mis extremidades pesadas, mi voz vacilante. ―Tengo que
hacer esto, Solange,‖ murmuró. Barrió un beso sobre mi frente, suave como
alas de una mariposa. Rabia y miedo quemaba a través de mí, la traición se
sentía como un incendio que podría quemar el bosque entero. Cuando sugerí
que tendría que entregarme, no había pensado que lo haría literalmente.
Había sido una tonta por confiar en él.
Y ahora era demasiado tarde.
170 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
CCaappiittuulloo 2222 LUCY
Traducido por Luu
Domingo por la noche, más tarde
―No se como dejé que me convencieras de esto,‖ Nicholas murmuró
mientras nos metíamos en el pasadizo. ―Es una mala idea.‖
―Es brillante,‖ insistí con más seguridad de la que realmente sentía. El
pasadizo estaba húmedo, frío y era limitado, no nos daba ventaja en una
lucha. Pero la única otra alternativa eran los bosques, los cuales estaban
llenos de renegados agentes Helios.
Algunas veces mi vida era simplemente extraña.
Nicholas se mantuvo cerca, su brazo estirado detrás de él para que así su
pudiera agarrar la mía. Tironeé experimentalmente. Él tiró en respuesta.
―Estoy perdiendo la sensibilidad en mis dedos,‖ me quejé. Él relajó su
agarre, infinitesimalmente37.
Sus ojos atraparon el brillo de la antorcha, y se reflejaron como lo harían
los ojos de un lobo. No era simplemente el Nicholas con el que discutía desde
que era pequeña, no era ni siquiera el Nicholas que me había besado sin
ninguna razón, ayer; era completamente otro Nicholas.
El cazador había salido a la superficie.
Debería, probablemente, estar muy preocupada por el hecho de que
estaba a punto de entrar a la corte de los vampiros, en vez de estar mirando
fijamente su trasero. Mirar su trasero me hacía sentir como si estuviera
hiperventilando.
37
Infinetasimalmente: expresión de alivio. Se supone que los vampiros tienen fuerza ilimitada, y al
presionar, pueden sin querer presionar con mucha más fuerza de la necesaria. Aquí Lucy, siente alivio,
porque si calificaría la fuerza de un vampiro, la da como infinitésimalmente.
171 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―Respira,‖ murmuró Nicholas, medio tenso, medio cortante. ―Se supone
que tu corazón no debería de saltarse latidos como lo está haciendo ahora.‖
Limpié mi mano libre en los pantalones, esperando que la palma que él
estaba sosteniendo no estuviera así de sudada. Me había cambiado a un par de
cargos38 de Solange, asumiendo que lucían más como algo que un agente
secreto usaría en vez de mis faldas de terciopelo y bufandas de cuentas.
Tenía barro por toda la pierna izquierda. Por alguna razón eso me dio
ganas de llorar. Estaba esforzándome por no imaginar las cientos de horribles
cosas que le podría haber pasado a mi mejor amiga. Tenía que estar a salvo.
Absolutamente nada más era aceptable.
El pulgar de Nicholas dibujaba pequeños y suaves círculos sobre mis
nudillos. Solté mi respiración contenida. Mis ojos dejaron de arder. Podíamos
hacer esto. Teníamos que hacerlo, así de simple.
―Estoy bien,‖ le susurré.
―Yo—―se cortó a si mismo, apretó mi mano una vez, fuerte. Mi corazón se
detuvo, luego empezó a latir a toda marcha. No podía oír nada excepto la
sangre a través de mis oídos y el goteo de agua, a pesar de que estaba
escuchando lo más que podía. Él olfateó una vez. Me tensé enteramente;
incluso mis párpados se sentían tiesos. Él levantó tres dedos. Ya que no estaba
hablando, ni siquiera un susurro, asumí que se trataba de vampiros.
Los pasos eran repentinamente audibles y estaban increíblemente cerca.
Cogí una de mis estacas, preguntándome si sería capaz de enterrarla en el
pecho de alguien. Como teoría funcionaba bien; pero como un intento real el
empujar un pedazo de madera de espino blanco a través de hueso, carne y
corazón, no estaba tan segura. En cualquier caso no tuve tiempo para
considerar mis opciones. Nicholas me empujó contra la húmeda pared. Su
mano se enterró en mi cabello y empujó mi cabeza hasta que mi cuello
estuviera expuesto. Él arrancó el camafeo de los Drake que yo había olvidado
quitarme. Sus ojos encontraron los míos, sus labios se elevaron lentamente
sobre sus dientes. Sus caninos eran afilados, largos y relucían como perlas. No
era tan inmune a sus feromonas como había asumido. Estaba hipnotizada, y él
se presionó incluso más cerca de mí.
Y luego ya no estábamos solos.
Podría decir que él supo el momento en que el pasillo desembuchó a los
tres vampiros, pero no se volteó, congeló o apartó. Solamente llevó su boca
38
Cargos: pantalones anchos, que lucen cómodos y espaciosos.
172 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
sobre el arco de mi cuello desnudo hasta que temblé. Mi ballesta colgaba
detrás de mí.
―Hey.‖ Uno de ellos rió.
Nicholas mantuvo su espalda hacia ellos-arriesgado, pero no tan
arriesgado como darse a conocer como uno de los hermanos Drake. Sus
dientes rasparon mi garganta. Temblé de nuevo.
―Ocupada,‖ les dijo lentamente. ―Obtengan la suya.‖
―No es momento para tener una bebida,‖ le respondieron. ―Cazamos a los
Drakes. ¿Has visto alguno?‖
Nicholas encogió un hombro.
―En la casa, usualmente. La segunda puerta doblando la esquina, los
llevará a los bosques.‖ Y directamente a los ansiosos, y expectantes brazos de
los agentes de Hope.
―Gracias.‖
Él solo gruñó, mordisqueando mi oído. Mi cabello cayó sobre su rostro,
cubriendo sus rasgos. Nos quedamos como estábamos hasta que no pudimos
oír el sonido de sus pasos alejándose. Se alejó de mí como si fuera la cosa más
difícil que hubiera hecho en su vida. Su mandíbula estaba apretada con tanta
fuerza, que los músculos de su mejilla sobresalían.
―Eso estuvo cerca,‖ dijo.
Asentí, tratando de volver a respirar. ―Gracias a Dios que estaban con
prisa.‖
―Eso no era a lo que me refería.‖ Murmuró.
―Oh.‖ Me quedé donde estaba, incluso mientras que él se apoyaba contra
la pared opuesta, pasando viciosamente una mano a través de su cabello.
―¿Te encuentras bien?‖
―Terminemos con esto de una vez,‖ gruñó.
―¿Cómo encontraremos a tus padres?‖ Le pregunté mientras comenzamos
a trotar por el pasadizo.
―Si no están todavía en la corte, deben estar en las afueras del bosque.
Por aquí.‖ Abrió una reja en el techo e hizo un estribo con sus manos unidas
para que me subiera. Salté, y él tiró; medio aterricé en la mugre con mis
173 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
piernas colgando. Me aparté del camino. Él saltó del suelo, aterrizando
elegantemente en cuclillas. Y luego apartó el cabello de su rostro. ―Vamos.‖
El viento era cálido, abriéndose camino entre las hojas, pero no había
otros sonidos-ni un solo chirrido de grillo o un conejo corriendo por su
seguridad. Caminé tan cuidadosamente como pude, tratando de no romper
ninguna ramita que diera a conocer nuestra ubicación. La montaña se
agazapaba sobre nosotros, sólida y llena de secretos. Solía preocuparme por
los osos en esta parte del bosque, y no por reinas vampiro. Corrimos por un
tiempo, hasta que tuve que detenerme, jadeante y descansando contra un
olmo. Mis pulmones quemaban y el sudor empapaba mi cabello. Presioné una
mano contra mi pecho. ―Solo un minuto,‖ jadeé. ―Solo un minuto.‖
Nicholas miró alrededor, sus fosas nasales dilatándose.
―Nada,‖ dijo, sus puños apretados. ―No los puedo oler por ninguna parte-
solo huelo a Lady Natasha y sus malditos Araksaka.‖ Golpeó una rama baja.
―Solange no tiene más tiempo.‖
―Lo sé,‖ dije en voz baja. ―Pero es más fuerte de lo que piensas.‖
―No durante el cambio de sangre. Ella estará fuera de combate.‖
―Incluso entonces,‖ insistí tercamente. ―Tu no la conoces como yo.‖
―Lucy,‖ lucía derrotado. ―Escucha, tienes que enfrentar—―
―No,‖ interrumpí ferozmente. ―Tu escucha. La encontraremos. La
salvaremos. Punto. ¿Está bien?‖ Contuve las lágrimas, luchando contra una
burbuja de histeria en mi garganta. ―¿Bien?‖
Se acercó, y tuve que limpiar mis ojos para no verlo borroso.
―Shh.‖ Tocó mi mejilla gentilmente. ―Ok, Lucy. Está bien.‖
Me aparté del árbol a pesar de que mis piernas todavía se sentían como
gelatina. ―Entonces sigamos buscando.‖
Me miró por un largo rato y luego asintió. ―Si mamá está planeando atacar
la corte, lo hará a través de la entrada lateral. Ya nadie la usa. Si ellos no
están allí, les dejaremos un mensaje.‖
Armé mi ballesta. Hizo una mueca.
―Cuidado con esa cosa.‖
―Claro, claro.‖
174 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Trepamos a través de los arbustos, usando las ramas de los árboles como
asideros, guijarros dispersándose bajo nuestros pies sin importar cuan
cuidadosamente avanzáramos. La entrada estaba bloqueada con rocas.
Ellos no estaban allí.
Nicholas no perdió su temperamento otra vez, solo se agachó e hizo
marcas en la roca con la punta de una piedra rota. No había marcas allí,
esperando para que él las descifrara. Sus padres no habían tomado este
camino después de todo.
―¿Y si el que tenía un plan era tu padre?‖
―Entonces ya deben estar allí, hablando sobre tratados.‖
―Pueden estar todavía buscando a Solange, quizá la encontraron y la
llevaron a casa.‖
―Tal vez.‖
―Entonces, ¿qué hacemos ahora?‖
―Plan B.‖
Lo miré fijamente, la parte trasera de mi cuello hormigueando. ―¿Plan B?‖
Asintió gravemente. ―Guardia real, acercándose por el oeste.‖
―Mierda.‖ Busqué a tientas el conjunto de esposas que habíamos
encontrado en la sala de armas. Nos habíamos asegurado de abrir los
eslabones de la cadena que los mantenía juntos, así el podía liberarse si
nuestros planes salían mal, lo que ya había sucedido. Extendió sus muñecas y
las cerré. Yo, al menos tenía que mantener todas mis armas, aunque él me
había hecho ocultar mi estaca con diamantes de imitación rosa.
Le agregué un pavoneo a mi andar. Estaba bastante segura que todos los
agentes Helios-Ra aprendían a pavonearse junto con cómo afilar sus armas y
la manera apropiada de utilizar agua bendita.
―¿Por qué estás cojeando de ese modo?‖ Nicholas demandó.
―Estoy pavoneándome,‖ le informé.
―Luces como si estuvieras usando un pañal.‖
Encantador. Y eso que estaba enamorada de este tipo.
Espera.
175 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
¿Estaba enamorada de él?
―¿Ahora qué?‖ preguntó. ―Estás haciendo caras extrañas.‖
―Nada,‖ dije rápidamente. ―No importa.‖ Una crisis a la vez.
Hablando de crisis.
Dos de los Araksaka de Natasha se nos acercaron, rápidos como avispas. La
insignia de la casa de Natasha estaba tatuada sobre el lado izquierdo de sus
rostros: tres detalladas plumas de cuervo.
Uno era un enorme hombre aceitado que parecía pertenecer a la serie de
Conan el Bárbaro. La otra era una pequeña mujer de pelo negro cuya sonrisa
era lo suficientemente salvaje para hacer que mis palmas sudaran de nuevo.
―¿Quién eres?‖ demandó ella.
―Estoy aquí para obtener mi recompensa,‖ anuncié, mi voz agrietándose
sólo ligeramente. Aparté el cabello de mi rostro de un modo que esperaba que
luciera genial y despreocupada y no como un tic nervioso, lo que
definitivamente era. La mujer olfateó, estrechando sus ojos.
―Humana.‖
―Vete, pequeña niña,‖ dijo el hombre bruscamente. ―No quieres entrar
aquí.‖
La mujer se acercó un paso. ―Los humanos no vienen por recompensas,‖
gruñó.
―Helios.‖ Moví la ballesta ligeramente, todavía manteniéndola al nivel de
su pecho. La luz de la luna se reflejaba en el colgante en forma de sol afilado
alrededor de mi cuello. ―Estoy con Hope, en realidad.‖
Algo pasó por sus rostros pero no pude leerlo. Ella sacudió la cabeza en un
gesto que indicaba que debíamos de seguirla. Empujé a Nicholas en el hombro
con mi ballesta.
―Muévete,‖ ordené. Caminó lentamente delante de mí y traté de no lucir
como si estuviera lo suficientemente nerviosa para dejar caer mi ballesta y
dispararme en el pie.
Lo cual era una clara posibilidad.
Tomó una eternidad descender y rodear la montaña hasta la entrada de la
cueva. Dos guardias más esperaban en la puerta. Ellos no dijeron una palabra,
apenas nos miraron. A mitad de nuestro camino, en el túnel, una mujer de
176 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
pelo largo y rizado salió, trayendo a varios guardias con ella, se inclino con
rapidez, y por ese hecho, deduje que ella no era Lady Natasha. Esperaba que
la reina de las tribus de los vampiros no pusiera tan mala cara. Pero no había
conocido a nadie de la realeza, ya sea vampiro u otro, que no lo fuera.
―¿Es este un chico Drake?‖ Ella olfateó una vez, desdeñosamente. ―Muy
lindo, le reconozco, pero no parece digno de tanto alboroto‖
―Juliana, vete.‖ La guardia femenina chasqueó impacientemente.
Juliana frunció el ceño. ―Deberías ser más educada. Soy la hermana de la
reina, después de todo.‖
―Váyase, mi lady,‖ la guardia se enmendó. ―Las órdenes de Lady Natasha
son para mantenerle a salvo.‖
―Apenas pienso que estos niños sean un peligro para mí,‖ dijo con desdén,
pero eventualmente se apartó. El resto de los guardias se presionaron detrás
de mí. El silencio se prolongó, como una cuerda de arco a punto de disparar.
Sabía las reglas: no mostrar miedo. Y no podía simplemente esperar hasta el
momento que decidieran arrancarme la garganta.
―Mira, ¿vamos a quedarnos aquí toda la noche mirándonos fijamente?
Quiero mi recompensa.‖
―Por este camino.‖
En realidad, quedarse allí de pie comenzaba a tener cierto atractivo.
La caverna húmeda dio paso a un pasillo de piedra arqueado, iluminado
con lámparas de aceite colocadas en profundas grietas. El piso de tierra se
convirtió en losa con alfombras persas a medida que avanzábamos en las
cuevas laberínticas. Los Araksaka se distribuyeron, tres adelante, tres atrás.
Me sentí como si estuviera en el medio de un particularmente tenso sándwich
vampírico.
Figuras sombreadas se fundieron en la oscuridad para vernos pasar. Ojos y
dientes brillaban amenazadoramente. En el momento que llegamos a la cueva
central la cual era sorprendentemente alta, con preciosas estalactitas, una
multitud de vampiros de ojos pálidos nos esperaba. Cuarzo brillaba en las
paredes entre tapices bordados a mano, mostrando variados eventos de la
historia vampírica y tradiciones populares. Utilizaron mucho hilo rojo. Los
muebles eran una mezcla ecléctica de antigüedades transmitidas a través de
los siglos. En su mayoría, eran de madera antigua, con una pátina suave,
acentuada con piezas modernas por aquí y allá.
177 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Estaba esforzándome para no concentrarme en el siseo. Incluso crecer con
los Drakes no había sido suficiente para inmunizarme de la mayoría de los
vampiros. El aire estaba tan denso con las feromonas que la adrenalina
brotaba de mi torrente sanguíneo. Me sentía un poco ebria e inquieta por ello.
Más de un vampiro se humedeció los labios, mirándome como si fuera una
torta de mousse de chocolate. Levanté la ballesta amenazadoramente. Los
vampiros retrocedieron, pero solo un poco.
Había espejos por todas partes. Los había enormes con marcos de oro,
altos, y pequeños pegados a la pared. Y en el centro de la caverna, había un
solo trono hecho con madera de espino blanco, del tipo que están hechas las
mejores estacas, tallado con decenas de cuervos pálidos. Cada pluma estaba
meticulosamente tallada, y sus ojos de obsidiana brillaban con la luz de las
antorchas. Sentada en el trono, sonriendo levemente, estaba Lady Natasha.
Era hermosa, por supuesto, y dramática, con su largo, y lacio cabello rubio. Su
cerquillo estaba cortado recto sobre sus arqueadas cejas, con ojos azules y
tan pálidos que parecían translúcidos. Era esbelta y blanca como un árbol de
abedul.
―¿Y qué tenemos aquí?‖ murmuró, sensual como una larga noche de
verano. Su voz frenaba el océano de tensión como si fuera un vaso de agua.
―¿Hansel y Gretel se perdieron en el bosque?‖
Su suave risa nos cubrió como mantas de piel. Apreté mis rodillas juntas
para que no temblaran.
―He venido por la recompensa,‖ anuncié. ―He capturado un Drake.‖
―¿Lo tienes?‖ Uno de sus guardias le entregó una copa de cristal llena de
sangre. Tomó un sorbo delicado, se secó los labios con una servilleta de
encaje. ―¿Y tu eres?‖
―Estoy con Hope.‖
―Ya veo.‖ Ella inclinó su cabeza. ―Arrogante sonrisa, pómulos
encantadores. Sí, este es definitivamente uno de los engendros de Liam.‖
―Vete al infierno,‖ Nicholas escupió.
―Y un engendro de Helena también, claramente. Abominables modales.‖
―¿La recompensa?‖ pregunté, mi cerebro corriendo frenéticamente.
Necesitábamos dejar este salón principal con sus vampiros, pero no sabía
como sacarnos de aquí.
Y luego, todo fue de mal a peor.
178 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Mucho, mucho peor.
Kieran Black caminaba hacia nosotros, seguido por guardias. Su rostro era
todo ángulos, su sonrisa afilada e insolente. En sus manos sostenía una caja de
madera incrustada con perlas. Antes de que ninguno de nosotros se pudiera
mover o incluso hablar, él abrió la tapa.
En el interior, un corazón goteaba sangre a través de las bisagras de
hierro.
―El corazón de Solange Drake,‖ anunció. ―Su Majestad.‖
179 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
CCaappiittuulloo 2233 LUCY
Traducido por Glad
odo se detuvo.
No me atreví a apartar la vista del conglomerado rojo sangrante en la delicada caja.
Las perlas se habían vuelto rosas bajo la sangre que se filtraba. La náusea
se anudo en mi estómago. No podía formar un pensamiento coherente, no podía moverme, apenas podía respirar.
No Solange. No Solange. Kieran estaba de pie como cualquier buen soldado, mirando hacia el
frente, la sangre goteaba en sus pies. Él estaba cubierto de lodo y lucia cansado, sus mangas estaban remangadas exhibiendo su tatuaje de Helios Ra. Físicamente, nunca había odiado a alguien en mi vida de la manera en la que le odiaba a él ahora.
"No", finalmente dije. "No es posible‖. "Tantos obsequios", Lady Natasha murmuró, levantándose graciosamente. Y después, vino el caos. "Mi pequeña hermana," Nicholas grito, brincando en el aire, los colmillos
extendidos, y rompiendo sus esposas. Él tenía como objetivo la garganta de Kieran, sus ojos brillaban como monedas de plata. Lady Natasha arqueó una ceja, y fue como si hubiera dejado escapar un grito de batalla. Los Araksaka nos acorralaron tan rápidamente que sus tatuajes de pluma parecieron agitarse.
―¡Nicholas, detrás de ti!‖ De cualquier manera, no había servido de mucho
haberle ayudado a entrar, pero justo ahora, eso fue suficiente para delatarnos totalmente. Yo apenas era una unidad de Hope tratando de salvar a mi prisionero Drake. Y lo intenté. Estaba por sacar mis estacas de su funda, pero era como si me estuviera moviendo en cámara lenta y todos los demás estaban en avance rápido, como en esos documentales de la naturaleza donde una orquídea florece y se marchita en tres segundos. Sólo que nosotros
T
180 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
estábamos atrapados en medio de un jardín de vampiros, floreciendo como trepadoras y belladonas sedientas de nuestra sangre.
Nicholas no aterrizó como lo había planificado, se había salido de curso
debido a una bota-de abuelita voladora de una Araksaka, la cual le dio de lleno en el pecho. Kieran fue empujado y cayo varios pies lejos, el corazón sangrante rodo a través del piso. Me detuve en seco, mientras este hacia una parada cerca de mi pie izquierdo. Yo temblaba y me atragantaba con la bilis en mi garganta y no luche contra los guardias que me sujetaron.
"Aléjense de ella". Nicholas luchó mientras era arrastrado de uno de sus
pies, con su nariz sangrando desagradablemente. Kieran no me miro. Lady Natasha hizo un leve movimiento con su mano.
"Tanto drama," ella dijo, como si fuéramos algún tipo de espectáculo
aburrido para ella. Y todo lo que sabía, era que éramos el espectáculo para su cena. Y la cena, era otro asunto. "No tengo tiempo para niños," ella dijo. "Hay todavía preparaciones que
debo de hacer para el baile de mañana por la noche". Ella dio unas palmaditas en un taburete al lado de su trono. ―Siéntate a mi lado, querido chico". Ella le sonrió a Kieran, mostrando sus dientes como conchas pulidas. "Tenemos mucho que celebrar. La guerra civil ha sido evitada, gracias a usted".
"Sólo quiero el dinero". Le escupí. No pude evitarlo. Estaba inmovilizada entre dos Araksaka y no
había nada más que podía hacer. Por el momento. Porque, con carga kármica o no, si salía viva de todo esto, iba a romper
más que su nariz. Lady Natasha inhaló por la nariz con desagrado. "Barbaros". Ella agitó una
mano. "Llévenselos, ¿ok? Se están volviendo fastidiosos". Nicholas y yo fuimos sacados a la fuerza del lujoso salón. Yo era más
pequeña que mis captores y mis pies colgaron ligeramente, mientras ellos caminaban. Las escaleras eran estrechas y húmedas, apenas sobresaliendo de la piedra y nos adentraban a más humedad y oscuridad. Uno de ellos me empujo, y tropecé bajando los últimos peldaños, aterrizando duramente en mi cadera. Podía oír a Nicholas luchando, y maldiciendo.
"¡Lucy! Lucy, ¿estás bien?‖
181 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
"Estoy bien," logre decir, una vez que mi aliento regresó. "¡Ouch!" Fui jalada y puesta de pie de una manera no tan suave.
Las escaleras nos habían guiado hacia las mazmorras. Mazmorras reales,
talladas en roca, con puertas de hierro resbaladizas y gorjeos39 repentinos de ratas. "Esto no es bueno," murmuré, tratando de sonar insolente y presuntuosa, como siempre. "Espero que no piensen que pueden mantenernos aquí. Tenemos amigos, ya sabes, amigos molestos. Y ustedes solo sirven a una paranoica y egoísta —arg‖
Mi perorata acalorada fue detenida abruptamente en seco por una mano
en mi garganta. No podía tragar, no podía respirar, sólo podía sentir que mi cara estaba enrojeciéndose. Intenté hacer algún sonido, rasguñe los duros dedos inflexibles. Los ojos que se encontraron con los míos, eran fríos, lacónicos.
Y un momento después fui lanzada hacia atrás, a una celda, chocando
contra la pared con bastante fuerza, que me hizo ver estrellas. Me desmorone, jadeando. Nicholas fue lanzado de un empujón en la única otra celda, que estaba junto a mí.
"Mi familia vendrá," él prometió misteriosamente. "Así será," el guardia dijo. "El clan Drake presenciará la coronación final
de Lady Natasha, sin nadie para usurpar su trono". "Solange no quería su estúpida corona," grazné a través de mi amoratada
garganta. "O su trono". "Ella era una amenaza, ahora ya no lo es‖. Abrí mi boca para gritar. Estaba enojada, desolada y asustada y todas esas
cosas que hacían que me fuera difícil controlar mi usual temperamento. Los ojos de Nicholas refulgieron hacia mí como un tipo de advertencia. Él estaba en lo correcto. Podría maldecir y podría descontrolarme todo lo que quisiera, eso no cambiaría nada. Ya tenia moretones en muchas partes, y solo habíamos estado aquí, menos de media hora. Yo, no era exactamente una fuerza a la que se le debía de temer.
Me deje caer contra la pared y contuve mis lágrimas hasta que la guardia
real se fue y nos dejaron solos con los fríos bosquejos y el moho. Los sollozos finalmente salieron directamente de mí y no podía detenerles. Eran fuertes y feos, no como las lagrimas de película, las cuales siempre parecen delicadas y frágiles. Mis lágrimas ardían y me picaban y no me hicieron sentir ni un poco mejor.
39
Gorjeos = chillidos
182 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Había conocido a Solange toda mi vida. A veces la conocía mejor de lo que me conocía a mí misma.
Ella era solitaria, inteligente y elegante aún cuando se mantenía firme en
que no era nada de eso. Era especial, y no sólo porque era la única hija de un vampiro. Ella era leal y siempre había estado allí para mí, no importaba qué. Ella era quien me cuidaba en mis incontables lesiones y enfermedades; fue quien me trajo helado cuando mis padres descubrieron los postres de tofu y no compraban nada más que eso. Ella era quieta, fuerte y artística. Era inconcebible que estuviera muerta.
Respiré fuertemente y con dificultad debido a mis lágrimas. No era
correcto. Se suponía que esto no iba a ocurrir. Se suponía que deberíamos de estar en casa, donde ella bebería su primer sorbo de sangre a la medianoche y se despertaría con dieciséis años y muerta—o renacida, técnicamente, o lo que sea. No esto. Nunca esto.
"Lucy". Nicholas se presionaba en contra de los barrotes de hierro. No
tenia idea que cuánto tiempo él había estado llamándome por mi nombre. Yo estaba hecha un ovillo, con mis ojos hinchados. Me limpie la nariz en mi manga.
"Lo siento," dije, parpadeando la última de las lágrimas. Más de ellas
estaban suspendidas flotando tras mis parpados, formando un nudo en mi garganta, pero tuve que contenerlas. No poda permitirme ceder, aún cuando lo quería desesperadamente. No pude forzar una sonrisa, pero por lo menos logre sentarme derecha. Nicholas lucia preocupado y triste. "¿Qué vamos a hacer?‖ Pregunté.
Sus puños se presionaron con fuerza alrededor de los barrotes. ―Vamos a salir de aquí de alguna forma. Nos llevaran a la sala para la
fiesta. Lady Natasha quiere regodearse y mostrar a los clanes vampiros que ha derrotado a los Drakes. Adoptara una postura superior".
"Realmente la odio‖. "Lo sé". "No, quiero decir, mucho, demasiado". "Yo también". "Y Kieran, esa rata". Mi voz sonaba rasposa. "Voy a romper su nariz otra
vez. Y el resto de él". "Te ayudaré".
183 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
"Mi mamá va a hacerme pasar muchos fines de semana en la ermita por los siguientes diez años, para limpiarme de toda esta violencia, si es que sobrevivimos".
"Cuando sobrevivamos," él corrigió. Él estaba pálido, casi brumoso como la
oscilante luz de la única antorcha en la pared entre nosotros. El humo colgaba cerca del bajo techo, haciendo más oscuras las piedras. "El amanecer no esta tan lejos," dijo, frustrado. Sus ojos lucían amoratados, aun desde lejos. "No podré quedarme despierto por más tiempo". Él se sentó sobre el suelo, y recostó su cabeza contra la pared. "Lo siento, no seré capaz de protegerte‖.
"Te esperare". Él medio sonrió. ―No hables demasiado mientras estoy dormido". "No puedo prometer nada". "Mi familia vendrá," él dijo otra vez. Pensé en la sombría cara de Liam, y en la brillante espada de Helena. "No puedo esperar".
184 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
CCaappiittuulloo 2244 SOLANGE
Traducido por Luu
stuve allí por un largo tiempo. Podrían haber sido horas, días,
meses; había perdido la cuenta. Solo existía mi respiración
volviéndose más larga, profunda y lenta. Me sentía como un diente
de león, convertida en algodón y semillas blancas, a la deriva en el deseo de
algún niño petulante. Esperaba que mi familia estuviera a salvo, dentro de la
vieja casa de granja. Me perdería sus salas y pisos chirriantes y mi pequeño
cobertizo de alfarería con sus vistas a los campos, bosques y las montañas a lo
lejos. Me perdería a Nicholas molesto porque fuera cuidadosa, a Lucy
discutiendo con todos sobre todo, me perdería la tranquila confianza de
Kieran.
Al principio pensé que había imaginado el débil sonido metálico.
Pero las voces eran reales, resonando hasta mi cama. Traté de moverme,
de abrir mis ojos, pero nada sucedió.
―Esta es la correcta,‖ alguien dijo. Su voz era ruda. ―La puedo oler.‖
―Sí, como vino de sangre esperando a ser tomado.‖
Los pasos se acercaron. Conseguí abrir un ojo, no lo suficiente para que
alguien lo notara, solo lo necesario para que la suave luz me mostrara a dos
hombres y una mujer a través de la franja de mis pestañas. Cada uno de sus
rostros estaba tatuado con tres plumas de cuervo de la casa real.
Araksaka.
Me esforcé más en moverme, en gritar, en patear. Era como si apenas
estuviera en mi cuerpo-que no prestaba atención a mis frenéticas órdenes.
―¿Aun no estas lista, corazón?‖ Traté de luchar pero solo colgaba
lánguidamente sobre sus brazos cuando me levantó. Su boca estaba muy cerca
de mi cuello. Me estremecí violentamente. ―Solamente un pequeño bocado.‖
E
185 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―Michel, no.‖ Alguien me arrancó de sus brazos como a una manzana de
un árbol. ‖Lady Natasha te sacaría la cabeza,‖ dijo. ―Y más importante, la
mía también.‖
―Pero ella huele tan delicioso.‖
―¡Ponte tus malditos tapones en la nariz!-sabes que son las feromonas del
cambio de sangre.‖
―Aguafiestas.‖
―Si ustedes dos han terminado de coquetear,‖ la mujer chasqueó, mirando
hacia abajo mientras trepaba por la cuerda de de regreso al bosque. ―No
tenemos mucho tiempo.‖
Mi captor me arrojó sobre su hombro y subió por la cuerda, rápidamente
como un colibrí. La luz en el bosque era ligeramente gris, el cielo como una
perla negra. Podía sentir el acercamiento del amanecer, del modo en que
nunca lo había sentido antes. Era como un peso sobre mi pecho, como estar
envuelta en cadenas y ser arrojada al océano.
Los guardias se sentían tan perspicaces como yo, lo podía decir por el
modo en que bajaron sus cabezas y corrieron más rápido de lo que había visto
correr a un vampiro antes. Los árboles se convirtieron en borrones entre las
sombras, las hojas sonaban debajo de nosotros débilmente mientras
pasábamos. Los coyotes aullaban histéricamente en el valle detrás de
nosotros. La montaña se alzaba más y más, bloqueando el resplandor de la luz
en el horizonte. La mujer maldijo. Corrieron más rápido. Esperaba que se
convirtieran en cenizas, incluso si eso significaba que yo también lo haría.
Un momento después estábamos en las cuevas y saltaron dentro como si
sus pies estuvieran incendiados.
El primer rayo de luz se arrojó del cielo, cayó entre las ramas y golpeó el
suelo. Iluminó el humus, los helechos, y el abedul blanco. La mujer maldijo
nuevamente.
―Malditamente cerca.‖
Ese sería mi último momento de luz del sol. Para siempre. La piel de todo
mi cuerpo picaba. Estaba segura de que si hubiera sido atrapada ahí fuera, me
hubiera quemado tanto como los otros vampiros.
Fui llevada por un estrecho túnel hasta una sala circular con alfombras en
el suelo y tapices en las paredes. Las antorchas y velas prendidas estaban
dispersas por todas partes, como estrellas en una clara noche de invierno.
186 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Los cuervos graznaban del suelo al techo en jaulas forjadas de hierro, sus
ojos brillantes como cuentas azabaches. Los pocos vampiros allí dejaron de
hacer lo que estaban haciendo y nos siguieron a un trono blanco, por detrás
de nosotros como la cola de un vestido de novia. Lady Natasha estaba sobre
sus pies, su rostro tan pálido que podría haber sido esculpido de una piedra de
luna. Incluso su cabello parecía pasmado, blanco como orquídeas. Hubiera
disfrutado ese breve momento de victoria, si no hubiera visto a Kieran detrás
de ella, igualmente pálido. ¿Qué estaba haciendo aquí todavía? Nuestro plan
se estaba desmoronando a nuestro alrededor y no había una sola cosa que
pudiera hacer sobre ello.
―¿Es esa Solange Drake?‖ La voz de Lady Natasha era lo suficientemente
fría como para romper el acero. No podía ubicar su acento. Parecía
vagamente francés, vagamente ruso.
El guardia que todavía me llevaba se postró en una rodilla.
―Si, mi Lady. La encontramos en los bosques.‖
―¿Lo hicieron ahora?‖ Volteó su cabeza una fracción de pulgada hacia
Kieran. Él me estaba mirando fijo, demasiadas emociones cruzaban su rostro
que no tuve tiempo de descifrarlas todas.
Nuestro plan no había funcionado después de todo.
Natasha hizo un gesto hacia un plato de plata en la cual yacía un corazón
asado, nadando en un estanque de sangre. La perla que Kieran había tomado
del cofre antes de dejarme para irse a cazar estaba en una caja de hierro
cerca.
―¿Y qué—?, dime por favor, ¿es este manjar que estaba a punto de
consumir?‖
Kieran no respondió, no apartó la mirada de mí mientras era liberada
sobre la alfombra.
―Te hice una pregunta, chico.‖ Un revés y Kieran estaba estrellado contra
la mesa, desparramando un florero de rosas, un cuenco de cristal, y el plato
de plata. El corazón golpeó el lado del trono y se deslizó lentamente dejando
un sendero de sangre.
Me hubiera atragantado, pero incluso mi garganta estaba demasiado
cansada por el cambio para reaccionar. Kieran tosió, frotando su pecho
mientras se sentaba.
―Es un corazón de venado,‖ contestó sin inflexión.
187 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―Qué inteligente,‖ ronroneó. Uno de los guardias reales e hizo una mueca
por el sonido.
Ella elevó una ceja hacia el guardia todavía en una rodilla. ―Tenemos
mucho que hacer aparentemente. El baile continuará como lo planeamos y
colocaremos a la chica Drake sobre el estrado así todos podrán verla morir,
junto con cualquier amenaza a nuestra unidad.‖
―No.‖ Kieran saltó sobre sus pies.
Le sonrió.
―Y tú verás cada momento, después del cual, arrancaré tu corazón de su
débil caja torácica y me lo comeré. Viendo como se me fue negado mi
manjar.‖
―Solange no quiere tu trono o a Montmartre,‖ Kieran insistió,
agazapándose para quedar de espaldas a un tapiz de una doncella bebiendo
de un blanco unicornio, cuando dos guardias comenzaron a acerársele. ―Ella
no quiere ser la reina de los malditos vampiros.‖
―No seas estúpido.‖ Lady Natasha se detuvo, y giró hacia la puerta.
Suspiró. ―¿Ahora qué? No recuerdo haberte invitado.‖
―Ha habido un cambio de planes.‖ Hope entró a la habitación, dos agentes
detrás de ella. Sus ojos se estrecharon. ―Kieran. ¿Qué demonios estás
haciendo aquí?‖
Natasha elevó su barbilla.
―¿Kieran?‖ repitió fríamente. ―¿Como el hijo del hermano de Hart? Cuando
lo mataste dijiste que tenías todo bajo control.‖
Kieran se congeló. Lucía como si se fuera a ahogar en su furia.
―¿Qué?‖ se volteó lentamente hacia Hope. ―¿Qué es lo que acaba de
decir?‖
―Todo está bajo control, pero apenas esperaba que invitaras a un agente
Helios a tu corte.‖
―Me trajo un corazón.‖ Lady Natasha asintió hacia mí. Todavía tumbada
sobre la alfombra. ―Claramente no el de ella.‖
―Bueno, los Drakes están en mi busca ahora,‖ Hope espetó.
―Tú,‖ Kieran escupió, sus puños apretados.
188 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Hope no lucía particularmente preocupada por el odio saliendo de él.
―Estoy haciendo lo que tengo que hacer por los Helios-Ra, y te garantizo que
es más de lo que tu padre y tu tío podrían haber logrado. Lady Natasha
entiende eso. Nosotros nos cuidamos a nosotros mismos.‖
Kieran no se molestó con más debate; se lanzó hacia ella. No logró
alcanzarla estando a solo dos pies de distancia, por supuesto, no con sus
hombres allí y los Araksaka también.
No tenía chance. Dudaba que le importara.
―Honestamente, los jóvenes de estos días.‖ Natasha sacudió su mano,
luciendo aburrida. ―Llévenselos.‖
189 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
CCaappiittuulloo 2255 LUCY
Traducido por Luu
Lunes por la mañana.
Debí de haberme quedado dormida, aunque el solo pensamiento me
parecía imposible. El sonido de la cerradura de hierro abriéndose me
despertó. Estaba de pie antes de que mis ojos estuvieran incluso totalmente
abiertos. Se trataba del doble de Conan quien nos había llevado al salón ayer.
Sus músculos eran más grandes de cerca, pero lucía un poco demacrado. No
tenía ni idea cuánto había dormido, pero Nicholas estaba frío en su celda, ni
siquiera se revolvió con el sonido de las bisagras oxidadas de la puerta de
hierro al abrirse. Debería haber tratado de esquivar al guardia pero era lo
suficientemente grande como para bloquear el espacio entero, y de todos
modos, ¿adónde iría? ¿Subiría las escaleras hacia el salón principal?
Colocó un jarro con agua en el suelo. ―Deberías limpiarte.‖
Fruncí el ceño. ―¿Qué? ¿Para qué?‖ Por alguna razón pensé que su voz me
sonaba familiar, pero estaba segura de que lo recordaría si lo hubiera visto
antes.
―Estás siendo esperada.‖
―Bueno puedes tomar tu—―
―Permanece abajo,‖ aconsejó tranquilamente. ―Y mantén tu boca
cerrada.‖
¿Por qué estaba tratando de ayudarme? La manzana que me lanzó un
segundo después, casi me golpea en la cara. La atrapé casi por reflejo. Luego
me di cuenta del por qué reconocía su voz. Él era el vampiro que había venido
a la ventana de la casa granja y había ofrecido su lealtad.
190 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Se enderezó con el sonido de los pasos en las escaleras. Su expresión se
volvió ruda, inexpresiva. Dos mujeres aparecieron detrás de él, no tenían el
tatuaje de los Araksaka, pero tampoco eran exactamente amigables.
Traían consigo una canasta y un hermoso vestido, todo brocado y bordado
de terciopelo con un escote cuadrado, alforjas y enaguas de encaje. Estaba
bordado con azules perlas pálidas, en el pecho y alrededor del dobladillo. El
vestido fue colgado en un gancho destinado para las cadenas de hierro y otros
métodos de tortura.
Ahora estaba realmente confundida. Ya que la cesta estaba llena con un
cepillo de plata, un espejo de mano, un jabón cuadrado de lavanda, y frascos
de perfume, esto no aclaraba las cosas ni siquiera un poquito.
―¿Um. . . qué es todo esto?‖
La mujer me miró críticamente.
―Debería quedarte. Los zapatos lucen demasiado pequeños para ti, creo
deberás ir descalza.‖
―¿Se supone que debo usar ese disfraz?‖ En cualquier otro momento me
hubiera emocionado por pavonearme en algún vestido anticuado que goteaba
adornos.
―No puedes ir a un baile en esas cosas sucias, ¿no es cierto?‖ Se burló de
mis pantalones. ―Sería un insulto para nuestra reina.‖
Me sentí asombrada. Presioné una mano en mi sien.
―Espera, ¿es un verdadero baile? ¿Vals, canapés y zapatillas de cristal?‖ Mi
primer baile y sería en honor de una lunática asesina, el cual probablemente
terminaría probablemente con vampiros matándome. ¿Y tendría que ponerme
un vestido para ese placer?
―No te pongas el vestido sucia,‖ una de ellas dijo.
―¿Por qué no?‖
―Lady Natasha estaría. . . disgustada.‖
―Esto es totalmente surrealista,‖ murmuré después de que me dejaron
sola con mi propio vestido de baile. Tenía un cierre en un lado, al menos no
esperaban que me contorsionase para hacer mis propios lazos. Hyacinth decía
que la razón de que todas las señoritas tuvieran criadas era por que ninguno
de los vestidos eran fáciles de poner. El vestido era hermoso, embellecido a
191 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
mano, cada pequeño detalle perfectamente hecho. Y no quería usarlo, ni un
poco. Retrocedí como si hubiera sido sumergido en veneno.
En vez de usar el agua en la jarra para lavarme, bebí cada gota. Estaba
sedienta y lo suficientemente hambrienta para que mi estómago tuviera
calambres por la manzana que comí. Paseé un rato porque literalmente no
tenía ni idea de que hacer conmigo misma. Esta era la última situación en la
que esperaba estar metida. Estaba totalmente perdida.
―Nicholas,‖ llamé. El estaba recostado sobre su espalda, todavía como
una roca. ―Nicholas,‖ traté nuevamente. Nada. Ni un parpadeo de sus
pestañas. Me rendí y volví a caminar en círculos. Después de una hora de
caminar, mis pantorrillas me dolían y me sentí mareada. Utilicé el orinal
mientras sabía que Nicholas todavía dormía, y luego decidí ponerme el vestido
cuando me di cuenta que si los guardias regresaban y yo estaba todavía con la
ropa de Solange, me desnudarían ellos mismos.
Un vestido de algodón blanco iba primero, seguido por las enaguas, las
cuales eran básicamente dos cestas colgando de un ancho cinturón de cuero
que iba colocado alrededor de mi cintura. Se sentía extraño y voluminoso. El
vestido iba arriba del todo y era más pesado de lo que lucía.
La tela era rígida y lo suficientemente firme que no me quedaba otra
opción que pararme derecha.
Había una gargantilla de terciopelo azul. Deseaba todavía tener el
camafeo de la familia Drake; lo llevaría por ojeriza.
Y quizá este me daría más valor.
Porque aunque trataba de planear algo, la verdad era, que mis rodillas
estaban débiles como agua y me dolía el estómago. El pánico era sigiloso y
suavemente y silencioso venia a por mi, exactamente parecía cercano, pero
tampoco se alejaba.
Así que cuando Conan regresó, pensé que estaba alucinando.
Kieran fue lanzado a la celda de Nicholas, su cara ensangrentada y con
muchos moretones, su brazo izquierdo estaba doblado sobre su pecho como si
estuviera roto. Pero lo que realmente llamó mi atención fue el cuerpo que
venia sobre los enormes brazos de Conan, que fue gentilmente depositado a
mi lado.
Solange.
192 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
CCaappiittuulloo 2266 LUCY
Traducido por Luu
ue sorpresivamente difícil agacharme al lado de Solange, y no
solamente por el ridículo vestido. Su cabeza colgaba hacia un lado
como si incluso su cuello estuviera demasiado cansado para
sostenerle. No podía decir si respiraba, y mis manos temblaban mientras me
inclinaba más cerca. Realmente no quería ver un agujero en el pecho de mi
mejor amiga. No solamente ensuciaría el vestido de Lady Natasha, sino que
vomitaría por todo el lugar.
―No era su corazón,‖ Kieran graznó desde su celda. ―Era el corazón de un
venado.‖
―Cállate,‖ respondí. ―Todavía no sé si estoy hablando contigo.‖ Toqué el
hombro de Solange. Estaba fría y cubierta de barro. ―¿Solange?‖
―Es el cambio.‖
―¡Dije que te calles!,‖ grité por sobre mi hombro. ―Sé lo que es, ella es mi
mejor amiga, ¿cierto?‖ Estreché mis ojos. ―Y tu luces como la mierda.‖
―Brazo roto,‖ estuvo de acuerdo. Lucía gris, vacío. ―Hope mató a mi
padre.‖
―Te dije que no habían sido los Drakes.‖
Arrugué mi nariz. Podía oír a mi papá en mi cabeza, hablando sobre la
compasión. ―Y lo siento. No significa que todavía no quiera romper tu cuello.‖
―Tenía que ser creíble, por todo el bien que hizo. Hope está allá arriba.
Ella me entregó.‖
―¿Quieres que rompa su nariz?‖
―¡Demonios!, sí.‖
―Lo agregaré a mi lista.‖
―De todos modos, ¿qué están haciendo tú y Nicholas aquí?‖
F
193 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―Hope,‖ le dije. ―Escapó y envió a su unidad a que tomaran la casa.
Nicholas y yo conseguimos salir. Estábamos esperando advertirles a sus padres
pero no pudimos encontrarlos. Y todavía están allí fuera buscando a Solange.‖
―Estoy seguro de que están aquí o lo suficientemente cerca de cualquier
forma. No parecen ser del tipo que se mantienen fuera de la acción por
mucho tiempo.‖
―Eso es verdad,‖ dije. Regresé a Solange. ―Gracias a Dios, está viva.
Cuando despierte la voy a matar.‖ Aparté su cabello. ―Si puedes oírme, Sol,
más te vale que superes esto. Sé que puedes hacerlo. Tus hermanos gallinas lo
hicieron, entonces tu también.‖ Envolví mi buzo sobre ella. ―¿Qué demonios
estaba haciendo?‖ Le pregunté a Kieran.
―Estaba escapando.‖
―De ningún modo.‖
―Encontramos a Hyacinth.‖
Mi corazón se hundió. ―¿Está ella. . .?‖
―Debería sobrevivir, si la llevan a casa lo suficientemente rápido.‖
―Asumiendo que todavía haya una casa, por supuesto. Hope la tiene en su
punto de mira.‖
Él se movió, y maldijo cuando se golpeó el brazo. Le lancé mi cinturón ya
que no estaba segura de que pudiera sacarse el suyo. Nicholas estaba todavía
tendido en una esquina.
―Aquí, coloca tu brazo.‖
―Gracias.‖ El sudor perlaba su frente mientras trataba de envolver el
cinturón alrededor de su hombro. Lucía como si supiera lo que estaba
haciendo.
―Conoces un montón de medicina para el campo de batalla, ¿verdad?‖
―Tu conoces a los Drakes.‖
―Buen punto.‖
Lo observé luchar y suspiré irritada. ―Supongo que no te odio después de
todo.‖
194 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―Traté de salvarla.‖ Apretó el cinturón con sus dientes. Líneas de dolor
grabadas alrededor de su boca. ―Se suponía que iba a estar segura debajo del
suelo.‖
―Todo es un desastre.‖ Mascullé.
―Es peor de lo que piensas.‖
―Por supuesto que lo es.‖ Froté mi rostro. ―Temo preguntar, realmente lo
hago.‖ Al menos mi pánico parecía haberse insensibilizado.
―Lady Natasha quiere observar a Solange morir como entretenimiento
para su descabellado baile.‖
Apreté los dientes. ―Oh, no lo creo.‖ Me extendí en busca del vial de
sangre de Veronique que Logan había dicho que ella estaba usando alrededor
de su cuello. Fruncí el ceño, extendí una mano para ver si se había caído
detrás de ella. ―¿Dónde está el vial? Kieran, ¿dónde está?‖
―Lo usó para salvar a Hyacinth.‖
―¿Qué?‖ Dejé caer su cabeza, no muy gentilmente. ―Es la única cosa que
puede salvarle.‖ Pateé el suelo. ―¿Sabes lo que esto significa?‖ Le pregunté
sombríamente.
―¿Qué?‖
―Lady Natasha obtendrá su deseo.‖
*****
Lunes por la noche.
Cuando Nicholas finalmente despertó, no fue lindo. Él pasó de estar
inconsciente a súper alerta, tan rápido que me perdí la transición.
―¡Tú maldito bastardo!.‖ Sus ojos brillaban mientras lo acechaba. ―¡Tú
mataste a mi hermana!‖
―Espera—,‖ Kieran gritó cuando Nicholas agarró su brazo roto. Pateó,
apuntando a las rodillas de Nicholas. Hubo un gruñido, más sonidos de puños y
pies golpeando carne.
195 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―¡Nicholas!‖ grité a través de las barras. ―Nicholas, detente.‖
―Él mató a Solange.‖
―No, no lo hizo.‖ Kieran colgaba sobre el suelo, su rostro volviéndose
morado. ―Bájalo.‖
―Tiene que pagar.‖
―¡¡Nicholas Drake!!.‖
No lo dejó ir, pero finalmente volteó a mirarme. Apunté hacia Solange
quien estaba sobre su espalda, tumbada. Soltó a Kieran tan rápido, que éste
tropezó.
―¿Solange? ¡Solange!‖
―No se ha movido desde que la trajeron hasta aquí.‖
Finalmente sonrió, luciendo como el Nicholas que recordaba en la Navidad
cuando recibió su primera bicicleta. ―¡No está muerta!‖ Frunció el ceño. ―¿Por
qué no luces más contenta?‖
―Ella entregó su vial.‖
―Ella entregó su. . .hija de perra.‖
Incliné mi frente sobre las frías barras.
―Hoy simplemente apesta.‖ Traté de sonreír. ―Si lo vemos desde el lado
bueno, te veré pasearte en mallas.‖
Solamente su ceja se movió, pero fue suficiente. ―¿Disculpa?‖
Apunté hacia la pila de ropas en el suelo a sus pies. ―Tu vestimenta
formal.‖
La miró, luego miró hacia mí nuevamente. ―Lindo vestido. ¿Puedes
respirar en esa cosa?‖
Alisé el frente de mi vestido. ―Sería mucho más divertido de usar si no
fuera con lo que seré enterrada.‖
―No serás enterrada.‖ Se detuvo, levantó sus ropas sospechosamente.
―Los vampiros no entierran a sus víctimas,‖ agregó distraídamente.
―Hey, buscando comodidad aquí.‖
196 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―Perdón.‖ Sacudió el jubón40, completo con encaje en los puños. ―Logan
amaría esto.‖ Me sonrió. ―No mallas.‖ Soltó todo. ―Todavía no usaré esta
basura.‖
―Ellos parecían bastante inflexibles.‖
―Ella puede besar mi—¡hey!.‖ Le frunció el ceño a Kieran. ―Hay solo un
disfraz. ¿Cómo es que tú no tienes que vestirte como un idiota del siglo
dieciocho?‖
Kieran estaba todavía acunando su brazo, su cabello estaba húmedo con
el sudor. Lucía pálido pero todavía consiguió sonreír en respuesta. ―No soy un
príncipe de la ilustre familia Drake.‖
―Termina con eso.‖ Las orejas de Nicholas se pusieron rojas. Lo molestaría
con eso más tarde. ―No soy un sangriento príncipe.‖
―Podrías serlo.‖ Kieran encogió su hombro bueno. ―Lady Natasha sabe que
más de la mitad de su corte desertaría si Solange quisiera eso. Solamente
están esperando una oferta mejor.‖
―Sigo sin pensar usar esto.‖ Nicholas tiró de la cinta de la manga negra
de terciopelo de su jubón.
―Si lo harás,‖ dije alegremente. ―O ellos te desnudarán cuando vengan
por nosotros.‖
Me miró por un largo tiempo y luego se quitó su camisa, murmurando viles
maldiciones el tiempo entero. Capté un vistazo de su pecho desnudo, y me
pregunté si debería apartar la mirada para darle privacidad, luego decidí que
podría ser mi última oportunidad de verlo sin su camiseta. Sus brazos eran
magros y esculpidos, como los de un nadador.
―No alcancé a verte quitarte tus ropas,‖ se quejó.
―Eso es lo que pasa por dormir todo el día,‖ bromeé en respuesta. Se
adentró en las sombras para intercambiar sus pantalones por los pantalones
de cuero. Que pena. Cuando emergió nuevamente, lucía bastante bien incluso
aunque no fuera su estilo. Y fue afortunado de que no hubiera mallas después
de todo. Inclinó su cabeza.
―Te gusta.‖
40
Chaqueta que cubría de los hombros a la cintura y se une con las mallas, de moda en los siglos XV y
XVI en España.
197 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―Cállate.‖ Me sonrojé. Odiaba la percepción extrasensorial vampírica. No
era justo que pudiera oír el latido de mi corazón u oler mi piel o lo que sea.
―Las chicas son tan raras.‖
Kieran bufó. ―No me digas.‖
―Por favor, ustedes dos estaban peleando hace diez minutos, ¿y ahora son
mejores amigos?‖ Dije mordazmente. ―Los chicos son raros.‖ Me volteé hacia
Solange, toqué su mano. ―Todavía no se mueve.‖
Nicholas y Kieran se quedaron serios, y silenciosos.
―Necesitará sangre,‖ Nicholas dijo finalmente. ―Pero estoy seguro de que
Bruno les informó a mis padres a estas alturas, y la traerán con ellos. Dudo
que sea un secreto que Solange esté aquí. Natasha parece querer hacer de
esto algo lo más público posible.‖
―¿Tenemos un plan?‖
―Pelearemos como el demonio.‖
―Buen plan.‖
No fue mucho después que los Araksaka desfilaron por los escalones de
piedra para escoltarnos hasta el salón. No solté la mano de Solange, incluso
cuando uno de ellos la cogió en brazos para deslizar una túnica bordada en
plata sobre su vestido desgarrado. Parecía tan frágil, con su cabello oscuro y
su rostro pálido. Nos llevaron arriba. Vestían camisas blancas de seda y
calzones pesados, lo que debería hacerlos lucir ridículos pero en cambio los
hacía parecer más rudos.
Uno de ellos me empujó cuando me interpuse en el camino porque
todavía estaba pegada a Solange. Tropecé.
―¡Hey!, ¡no toques a mi novia!.‖ Nicholas gruñó.
―¿Novia?‖ Pestañeé hacia él. ¿Me veía como su novia? Luego empujé al
guardia en respuesta, antes de que nadie pudiera verme sonrojada. ―Quiso
decir, ¡quítate de encima!.‖
El salón era hermoso, lleno con velas y faroles colgando del techo e
incluso más espejos por todas partes. Aparentemente a Lady Natasha
realmente le gustaba mirarse a sí misma. Una larga mesa contenía jarras de
todo tipo: de plata incrustada con rubíes, de oro, de caoba tallada, de
porcelana pintada. Sabía que cada una de ellas estaba llena de sangre. Los
198 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
músicos tocaban en una esquina, suaves notas de arpa, piano y violín
rodeándonos.
Los cortesanos de Lady Natasha eran fáciles de reconocer-todos usaban
plumas de cuervo en su cabellos. El resto mantenían sus lealtades más sutiles;
no sabía los significados detrás de la mayoría de los colgantes y de los
bordados de los escudos de las familias.
No vi a London ni a nadie más de la familia Drake. Lo que sí vi fueron
metros de terciopelo y seda bordados con hilos de oro, vestidos de brocado,
pelucas elaboradas. No hubiera estado completamente sorprendida si
encontraba a María Antonieta. Ellos paseaban, se recostaban y se reclinaban
graciosamente en sillas y pilas de almohadones.
Solange fue llevada a un estrado cubierto con tela de sari41 roja. En el
medio había un féretro de cristal en el cual ella fue tendida. Su mano cayó a
un lado y yació allí sin fuerza. Habían rosas a su alrededor. Un cuervo voló
desde una grieta en el techo y se posó pacientemente a los pies de Solange.
Después otro cuervo aterrizó, y luego otro.
Pronto estuvo rodeada por enormes pájaros negros, todos mirándola
expectantes. El antiguo reloj leía casi la medianoche. Cuando sonara la
duodécima campana Solange despertaría en ese momento.
O ya no lo haría.
―Bienvenidos, bienvenidos,‖ Lady Natasha dijo desde su trono blanco.
Fuimos conducidos hacia ella. Llevaba un vestido blanco de seda con
lentejuelas. Su pálido cabello lacio llegaba hasta sus codos, y sobre su cabeza
llevaba una corona medieval adornada con velos que caían hasta el suelo.
Chorreaba diamantes; estaban alrededor de su cuello, muñecas, dedos e
incluso alrededor de sus tobillos debajo de su falda acampanada. Hope estaba
sentada a su lado en un vestido de noche y sandalias de taco alto.
Y justo cuando pensé que no podía ser más irreal, Lady Natasha aplaudió.
―¡Que las celebraciones comiencen!.‖
La multitud se dividió en parejas en el ancho espacio del salón, y giraron
en un vals mientras la música crecía. Usaban vestidos medievales, delantales
nórdicos, corsés Tudor con ballenas de hueso, zapatillas de baile victorianas,
trajes a rayas de 1920, camisas piratas, y fracs de terciopelo. Giraban en un
41
Sari: Tela larga propia de la India, usualmente es muy elaborada y bordada con hilos plateados o
dorados.
199 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
caleidoscopio de colores y telas hasta que la fina opresión comenzó a
marearme.
Solange yacía inmóvil, incluso su pecho estaba congelado, suspendido en
el cambio. Sus labios se pusieron morados, como si tuvieran moretones. El
azul de sus venas dejaba su rastro debajo de su piel de pergamino, como ríos
a través de un paisaje de invierno.
―Sus labios se están poniendo azules,‖ le murmuré a Nicholas.
El asintió sombríamente. ―No tiene mucho tiempo.‖
Nunca me había sentido tan inútil en mi vida. Solamente podía estar
parada allí en medio de aquel elegante salón de baile y mirar a mi mejor
amiga luchar para no morir. Se movió una vez, sacudiéndose como si la
electricidad quemara a través de ella. Kieran tomó un paso hacia delante,
pero fue rudamente empujado hacia atrás por uno de los guardias. La risa de
Lady Natasha fue ligera y hermosa.
―Pronto todo terminará,‖ dijo, arreglándose.
―Más pronto de lo que piensas.‖ Dijo una voz.
200 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
CCaappiittuulloo 2277 LUCY
Traducido por Luu
os volteamos, reconociendo la voz. Liam estaba de pie en una nube
blanca, usando tapones para la nariz de plata. Apuntó a tres
guardias que corrían hacia él con hachas.
―Duerman.‖
Se desmoronaron, las hachas golpeando el suelo.
Hypnos.
―Tú,‖ Lady Natasha se burló. ―Llegaste demasiado tarde. Tu preciosa hija
está por dormir para siempre. Mi trono está a salvo, mi reino está a salvo.‖
―Ya lo veremos,‖ dijo Helena, sus espadas brillando, su trenza negra
colgando en su espalda. Sus hijos aparecieron detrás de ellos, se unieron a
Hart y sus agentes. Nunca había visto tantos tapones de nariz y tanto equipo
de lucha negro en mi vida entera.
Los cortesanos que bailaban el vals cambiaron a un baile más violento. La
música fue ahogada por el sonido de las espadas chocando. Las tribus
eligieron sus bandos, y los Drakes y Helios no fueron tan superados en número
como me había temido. Los Araksaka se convocaron alrededor de Lady
Natasha, todos menos Conan. Hice lo que me había sugerido antes, me
mantuve abajo.
De hecho, me arrastré sobre mis manos y rodillas a través de la vajilla
rota hacia el féretro. Los cuervos se quedaron con Solange, graznando
ensañados. Cuando uno inclinó su cabeza con la intención de picar el ojo de
Solange, tomé un trozo de cristal y se lo arrojé. Lanzó un grito y salió
volando, ofendido, en un torbellino de plumas. Deseaba haber tenido mi
ballesta.
Helena estaba rodando como una acróbata demente, lanzando cuchillos y
espadas por donde pasaba. Dejaba un rastro de polvo y cenizas detrás de ella.
Los agentes Helios estaban dispersos como escarabajos, soplando Hypnos para
N
201 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
borrar a los vampiros de su camino. Era como el castillo de la Bella
Durmiente—señoritas en finos vestidos y caballeros en complicados trajes,
todos cayendo dormidos sobre las alfombras Persas. Floreros de cristal caían
de las mesas; sillas de maderas astilladas bajo los impactos.
Los agentes de Hart ignoraron a los cortesanos de Natasha una vez que
estos caían dormidos, prefiriendo atacar a la deshonesta unidad de Hope. La
sangre salpicaba las piedras, teñía los tapices.
Liam se dirigió hacia el féretro, sin apartar sus ojos sombríos de su
decolorada hija. Venció a tres vampiros sin mover su mirada ni una sola vez.
Uno de los hombres de Hope voló hacia atrás después de un golpe feroz, su
rostro con moretones incluso antes de golpear la pared.
Nicholas rodó hacia mí, aterrizando a mi lado. Sus ojos eran feroces.
Agarró mi barbilla y me besó fuerte. Había terminado antes de que tuviera
tiempo para reaccionar.
―Mantente abajo,‖ ordenó.
―Duh,‖ respondí, y le devolví el beso, tan rápido y tan fuerte como el
suyo, antes de que volara lejos para agarrar las estacas de un guardia
dormido. Se elevó de un salto y las lanzó como si fuera confeti mortal. Todos
se movían tan rápido, que era como una pintura de acuarelas, todo borrones y
manchas. Una mujer vestida en seda roja desnudó sus colmillos y lanzó una
estaca tan rápida como un jet. Logan la atrapó antes de que se incrustara en
el pecho de Nicholas.
―Una lástima arruinar tan linda chaqueta,‖ dijo.
―Te tomó tu tiempo llegar hasta aquí,‖ Nicholas respondió con una
sonrisa, girando para avanzar. Lucharon espalda con espalda como un huracán
de furia.
Helena alcanzó a Lady Natasha con una sonrisa feroz. Lady Natasha
levantó el mentón con altivez, pero se puso detrás de uno de sus guardias.
Helena redujo a sus cuervos tatuados sin descanso, hasta que solo quedaban
ella y la reina. Sus espadas se encontraron, chocando como hielo en el mar.
Hart siguió a Hope por el túnel que ella tomó en busca de seguridad.
El resto de la batalla continuó, imposiblemente rápida y resistente para
siempre.
Me mantuve arrastrándome a través de los cuerpos, esquivando las botas
voladoras y las armas. Tenía que llegar a Solange. Alcancé el féretro con solo
202 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
algunos rasguños superficiales y un moretón en el codo debido a un
descuidado agente Helios-Ra.
Les di un manotazo a los cuervos hasta que se alejaron, aterrizando en un
mueble cercano y mirándome malévolamente. Solange estaba fría, tan fría
que alejé mis dedos. Sus párpados y yemas eran del mismo púrpura que sus
labios. Hacía extraños sonidos jadeantes, como si estuviera tratando de
respirar y no pudiera. Su boca se abría y cerraba, como un pájaro bebé
hambriento de su primera comida.
Y yo no tenía nada para darle.
Lo cual no era nuestro mayor problema.
―Natasha, querida, tu siempre supiste como organizar una verdadera
fiesta.‖
La lucha se detuvo. Era como si alguien hubiera presionado un botón de
pausa cósmico.
Todo el mundo se volteó para mirar al vampiro de pie dentro de la cueva,
rodeado por guerreros con túnicas de cuero marrón. Estaba sonriendo, su
pálido rostro notable bajo su largo negro cabello. Habría pensado que había
usado Hypnos por el modo en que las personas estaban reaccionando. Avanzó
lentamente, como su tuviera todo el tiempo del mundo. Su guardia mantuvo
el ritmo.
―Montmartre,‖ Lady Natasha murmuró, satisfecha. ―Sabía que vendrías.‖
Leander Montmartre y sus Host. Lady Natasha era la única que estaba
complacida con este nuevo acontecimiento. Ella en realidad se alejo de
Helena para arreglar su cabello. Los espejos reflejaban su escalofriante
sonrisa de suficiencia.
―Si querida, pero luces un poco demacrada.‖ Sus ojos grises siguieron la
respiración irregular de Solange, y sus labios amoratados. ―He venido por ella
en realidad.‖
La sonrisa se convirtió en un gruñido. ―No.‖
―Por supuesto.‖ Olfateó el aire como si estuviera mezclado con perfume.
―Nadie más lo hará, seguramente sabes eso.‖
―Ella es una niña. Tu me amas.‖
203 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―Amor.‖ Movió una sorprendentemente y suave mano con manicura. Había
esperado que tuviera uñas largas incrustadas de sangre, así de amenazante
era su aura. ―No seas banal.‖
―Te has dejado llevar por las profecías y los legados. Pero yo cambiaré
eso, ya lo verás. Ella está casi muerta.‖
―La tendré, Natasha.‖ Dijo fríamente.
―Morirás primero,‖ respondió. ―¡Araksaka!‖
A la orden de Natasha sus guardias tatuados se lanzaron hacia delante
para atacar. Ella lanzó una estaca blanca de espino, sus colmillos reluciendo.
Los Host de Montmartre desnudaron sus propios dientes y saltaron hacia la
refriega. Los gruñidos hicieron que los vellos de mi brazo se erizaran.
Los vampiros se convirtieron en ceniza todos alrededor de Montmartre,
como si estuviera de pie en un terreno sucio en un día ventoso.
―Un momento, por favor,‖ él interrumpió.
De nuevo, la batalla se detuvo.
―No hay necesidad de disminuir nuestros números de este modo,‖ dijo
agradablemente. ―Todo lo que quiero es a la chica.‖
―¡Mantente malditamente lejos de mi hija!‖ Helena hervía. Lanzó su
propia estaca, pero uno de los Host la interceptó antes de que pudiera
alcanzar su blanco.
―Tu hija me necesita,‖ Montmartre le dijo. ―Así que será mejor que
cuides tus modales cuando me hables.‖ Levantó una cadena con un vial de
vidrio incrustado con hojas de hiedra de plata. ―Mis Host estuvieron
rastreando los bosques y encontraron este artefacto tan curioso.‖ Cada uno de
los hermanos de Solange siseó. ―Estoy seguro de que esto fue llenado con la
sangre de Veronique, para el uso de Solange. Quedan solo unas pocas gotas,
pero debería ser suficiente. Más bien parece como si las necesitara.‖
Solange estaba apenas respirando, y estaba tan pálida que el azul de sus
venas la hacía lucir casi violeta.
Estaba muriendo.
O apunto de convertirse en un Hel-Blar.
No estaba segura de cual era peor.
―Resiste,‖ susurré. ―Por favor, resiste.‖
204 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―Estoy preparado para permitir que ella tenga esto,‖ Montmartre
continuó, ondeando la cadena. Los Drakes la miraron, como si él fuera un
hipnotizador. ―Pero voy a necesitar algo en retorno.‖
―¿Qué es lo que quieres?‖ Liam preguntó, parado cerca de Helena, la
mano en su brazo.
Ella se estaba esforzando para no explotar.
―Quiero a la reina, por supuesto.‖
―Yo soy la reina,‖ Lady Natasha ladró. Montmartre la ignoró, lo que la
enfureció aún más. El blanco de sus ojos estaba lentamente poniéndose rojo.
―Denme a Solange, y yo les daré su vida.‖
―De ningún modo,‖ grazné, aunque ninguno me prestó atención.
Liam repentinamente lucía viejo, como si todos sus años lo hubieran
golpeado de una sola vez. Asintió con la cabeza una vez.
―Papá, ¡no!‖ Quinn avanzó.
―Ella morirá,‖ Liam dijo. ―No le queda tiempo. No tenemos opciones.‖
Montmartre hizo una reverencia cortés y caminó hacia el féretro, con un
Host a su lado. Liam estaba empujando, tratando de contener a su familia.
―Confíen en mí,‖ susurró.
Me sentía enferma. Montmartre se inclinó y agarró el insensible cuerpo de
Solange con sus brazos.
―No,‖ Liam dijo furioso. ―Ahora. Dáselo ahora donde te podamos ver.‖
―No recuerdo haber ofrecido eso,‖ dijo. Solange lucía tan diminuta contra
su pecho.
―Ahora.‖
―Montmartre,‖ una nueva voz interrumpió, sonando joven pero ruda. ―¿No
nos ibas a invitar a la boda?‖
La chica lucía de mi edad, pero era un vampiro, así que podría haber
tenido cien años por lo que sabía. Tenía el cabello negro y largo, usaba una
túnica de cuero y cuentas de hueso en su cabello. Había tatuajes en sus
manos y brazos.
205 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Mamau CWN. Los Hounds.
El Host gruñó. La chica y sus guerreros gruñeron en respuesta. Estos eran
los vampiros que Montmartre había convertido y quienes luego se volvieron en
su contra. El Host odiaba a los Hounds, y eso se notaba. Montmartre no lucía
demasiado complacido tampoco. Y por primera vez, lucía débilmente
desconcertado.
―Isabeau. Vete a casa, pequeña niña.‖
―Los Hounds no apoyan tu reclamo del trono,‖ le dijo con precisión, su
acento era Francés. Asintió en saludo hacia Liam y Helena. ―Me disculpo por
la demora.‖ Volteó nuevamente hacia Montmartre. ―No seremos regidos por
ti.‖
―Apenas importa lo que tus cachorros salvajes quieran,‖ dijo, pero su
comportamiento había cambiado. Incluso yo podía verlo. No estaba tan
confiado. Furia y algo más que no podía distinguir coloreaba sus movimientos.
Le lanzó una mirada a su Host. ―Tómenla.‖
Otra batalla.
Los Hounds y el Host estaban igualados.
Lo que estaba bien después de todo, excepto que Solange no tenía esta
cantidad de tiempo.
La sangre salpicaba el suelo junto con las cenizas. Era tan rápido y tan
feroz, que apenas tenía tiempo para seguir lo que estaba sucediendo. Vi a
Nicholas arrastrándose hacia delante, manteniéndose abajo. Luego
desapareció en un borrón y los pies de Montmartre salieron debajo de él.
Solange cayó de su agarre, aterrizando medio extendida contra el féretro.
Un Hound aplastó su puño contra el rostro de Nicholas, luego saltó sobre
él donde dos Host estaba luchando con un Hound. Se precipitó sobre una mesa
y luego quedó inmóvil. Grité.
―¡Humana!‖ la chica Hound gritó antes de agarrar el vial del suelo y
lanzarlo. Voló hacia mi, su cadena plateada captando la luz de las velas.
Una mano lo atrapó en el aire.
No mi mano.
―¿Estás bromeando?‖ Grité. Era Juliana, la aburrida hermana de Natasha,
quien había revoloteado a nuestro alrededor cuando fuimos capturados la
primera vez. Agitó el frasco hacia mí. Quise arrancarle los ojos de su cabeza.
206 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
Me lancé hacia ella. Lo que me faltaba en sutileza lo ganaba en rabia y la
terca necesidad de venganza. No iba a perder a Solange. No de nuevo y no
cuando la cura estaba tan cerca.
Por desgracia yo no era rival para Juliana. Eso quedó claro después del
primer golpe en mi cara. Para el segundo me agaché, pero no fui lo
suficientemente rápida para evitar el tercero, en mi estómago. Me tambaleé,
con náuseas y sin respiración. El vial saltó y giró burlonamente frente a mí.
Me estiré a por él y fallé.
Y luego Kieran estaba repentinamente allí, balanceándose con su brazo
bueno. El vial cayó al lado de su bota. Juliana trató de alcanzarlo pero la
pateé duro, directo en la garganta. Juliana giró gruñendo, colmillos
extendidos. Kieran estaba más cerca al vial y además no podía combatir con
ella con su brazo roto.
―Ve,‖ Le grité. ―Ve, ve, ve.‖
Cogió el frasco y se deslizó al lado de Solange mientras yo estrellaba una
delicada silla que tuvo la buena gracia de romperse al impactar. Una de las
patas, pintadas con capullos rosas, se separó. Al menos ahora tenía un arma.
―¡Voy a matarte, chiquilla!‖ Juliana gritó.
La pata de la silla no atravesó su corazón, pero estuvo lo suficientemente
cerca para hacerla congelarse, jadear y apretar su pecho.
―¡Lucy!‖ La estaca de Nicholas terminó mi trabajo. Cenizas a la deriva en
mis pies, como niebla. Mi primera matanza vampírica. Cuando llegara a mi
casa tendría que recitar un sinnúmero de malas42 para apaciguar a mi madre.
Y a mi estómago revuelto. Pero no en este momento; ahora podría disfrutar
de ese momento de triunfo. Pero solo por un momento.
Porque era uno de esos días.
Me colgué del respaldo de un banco, tratando de convencer a mi
severamente golpeado diafragma que estar de pie era realmente necesario.
Kieran se inclinó sobre Solange, depositando el contenido del frasco de plata
entre sus labios. Esas preciosas gotas bajaron por su garganta. Pero aun así,
ella no lucía particularmente sana.
―Nicholas,‖ grazné. ―No está funcionando.‖
Lanzó una daga de mango oxidado. ―Detuvo la enfermedad, pero ahora
necesita alimentarse.‖ Arrojó un taburete entero hacia un guardia Araksaka
42
Malas = oraciones
207 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
que estaba aproximándose. ―Necesita sangre humana-es mejor para la
primera vez.‖
Estaba tratando de arrastrarme hasta el féretro pero Kieran ya estaba
haciendo un corte superficial en su antebrazo. Lo sostuvo sobre la boca de
Solange, instándola a beber, susurrando.
―Bebe,‖ le rogó. ―No puedo perderte ahora, no después de todo esto.
Bebe, demonios.‖ Por alguna razón, el modo en que le habló, amable y
desesperado, trajo lágrimas calientes a mis mejillas.
Lady Natasha aullaba, su largo y pálido cabello volando detrás de ella
como un estandarte. Su vestido estaba manchado de sangre. Varios de los
cuervos tallados en su trono se habían roto. ―¡Montmartre! Tu me amas,‖
gritó, incluso mientras trataba de defenderse de Helena.
Los Host de Montmartre no estaba exactamente perdiendo su batalla con
los Hounds, pero tampoco estaban ganando. Cazadores, vampiros rogues,
media corte real bajo el mandato de Conan, y la familia Drake todos estaban
contra ellos.
Montmartre maldijo.
―Retírense,‖ ordenó. Los Host se retiraron al instante para formar un
círculo a su alrededor.
―Ella será mi reina,‖ Montmartre prometió antes de ondear su mano.
Los Host se presionaron contra él y se retiraron por uno de los túneles.
Lady Natasha, abandonada por todos lados, volvió su rabia contra Helena.
Helena hizo girar una estaca hasta que encontró un buen agarre. La lucha se
extendió, dos mujeres determinadas con una inclinación por las armas
antiguas. Era una hermosa danza, a su manera, cuchillas resplandeciendo y
volando a través del aire. Pero al final, la estaca de Helena encontró su
blanco.
Lady Natasha pestañeó sin comprender y luego su vacío vestido cayó en un
montón de delicada seda, llena de cenizas.
El ruido y la furia en el salón se detuvieron tan repentinamente, que
prácticamente hizo eco.
Incluso los Araksaka se detuvieron.
De a uno, los vampiros cayeron sobre una rodilla frente a Helena.
208 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
En lugar de una sucesión legítima, matar a la presente monarca te
garantizaba la corona.
Nicholas cojeó hasta mi lado y me sostuvo la mano fuertemente. Apreté
sus dedos, retrocediendo para que nuestros lados estuvieran presionados y
juntos, sintiéndome mejor al sentir su fría piel contra la mía. Ninguno de los
dos habló.
No lo necesitábamos.
En el féretro de cristal, Solange finalmente jadeó una vez, luego tragó
hambrienta. Cuando abrió los ojos y vio docenas de vampiros arrodillados en
su mejor vestimenta cortesana, gimió débilmente, la sangre manchando sus
labios.
―¡Oh, Dios!, no soy una reina vampiro, ¿cierto?‖
209 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
EEppiillooggoo SOLANGE
Traducido por Glad
e encontré con Lucy en la ciudad. Ella estaba decidida en forzarme
en mantener una semblanza de una vida normal, y la reunión en el
café todos los jueves por la noche era su plan actual. Ella estaba
esperándome en el parque.
Ni siquiera había pasado una semana, desde que había renacido, y no
estaba lista para afrontar la tentación de una cafetería llena de corazones
humanos rodeándome. Podía ignorar a las ardillas y al zorro que estaba
escabulléndose en los arbustos lejanos, hasta ahora.
Lucy estaba sentada sobre un banco con dos vasos de papel y un envase
de plástico que contenía lo que había quedado de una torta con cerezas
cubierta de chocolate. Ella se limpio las migas de sus manos.
―Aun estoy celebrando‖, murmuro con la boca llena. ―No podré caber
dentro de mis ropas si continúo de esta manera.‖ Ella me lanzo una mirada
crítica. ―¿Por qué estas usando eso?‖
Miré ceñudamente hacia mis pantalones manchados de barro. ―¿Por que?
No sabia que tenia que vestirme para ti.‖
Ella me miró de nuevo. ―¿Cómo te sientes?‖
―Estoy bien. Eres tan mala como mis hermanos.‖ En realidad me sentía
demasiado bien. Me sentía fuerte y alerta, mis ojos amplificaban cada haz de
luz de luna, las estrellas, y los faroles. Era un poco molesto, tenía que
admitirlo, oír los latidos de su corazón y oler la calidez de su sangre bajo su
piel. Y era desconcertante aceptar que mis hermanos habían estado en lo
correcto: la sangre ahora me sabía mejor que el chocolate. De hecho, no me
acordaba mucho de la noche en las cavernas, solo el sabor de Kieran en mi
boca.
Él se había marchado con su tío antes de que pudiera agradecerle
correctamente.
M
210 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
―¿Alguna palabra de Kieran?‖ Lucy preguntó en voz baja como si supiera
que estaba pensando en él. Negué con la cabeza, intentando no lucir como si
el me importaba. Tenia demasiadas cosas en que ocuparme, después de todo.
Mi mamá era la nueva reina, lo cual significaba que la profecía, técnicamente
no se había cumplido. No estábamos convencidos de qué pensar sobre eso. Y
recién estábamos reemplazando una pared entera de la casa de la granja, que
había sido quemada por la unidad de Hope.
Los jardines estaban llenos de agua y hollín. Bruno necesitó puntadas, y
Hyacinth aun no salía de su habitación, ni levantaba el velo oscuro de su cara.
London había desaparecido en los túneles otra vez; nadie sabia donde estaba.
Y lo que en realidad me había sorprendido, era que Nicholas enviaba rosas a
la casa de Lucy, y ellos dos, hablaban por teléfono casi siempre.
Y Montmartre seguía allí afuera. Me había enviado un regalo de
compromiso: Un anillo de diamantes.
El cual, eche al inodoro.
Así que estaba demasiado ocupada como para sentarme a pensar en
Kieran Black.
―Oh, aquí.‖ Lucy me dio un paquete atado con un listón. ―Un regalo de
cumpleaños tardío de mi papá.‖ Ella puso sus ojos en blanco cuando saqué un
pedazo de cornamenta de ciervo esculpida en una pinza de cuero. ―Cuando se
entero del corazón del ciervo, él me dijo que te dijera que el ciervo es
claramente tu animal totémico y debes de honrarle.‖
Lo deslicé sobre mi cabeza mientras ella bebía con glotonería el resto de
su bebida. Sus ojos se humedecieron.
―¡Ay!, todavía esta caliente.‖ Ella se puso de pie rápidamente.
Me le quede mirando. ―¿Dónde vas? Acabo de llegar.‖
Ella me sonrió, alternando su mirada hacia la acera.
―Tienes una cita.‖
Me congelé.
―Lucy Hamilton, ¿qué has hecho?‖
―¡Me tengo que ir!‖ Ella se alejo rápidamente del parque antes de que
pudiera decirle nada más. No tuve que mirar para saber quién estaba allí de
pie. Podía olerle, saborearle.
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Kieran.
―Solange,‖ él dijo suavemente. Él se veía bien, aun incluso con las
magulladuras en su mandíbula que ya estaba amarillas, y el cabestrillo que
sostenía su brazo. Él no sonrió, pero la manera en la que él me miraba me
hizo sentirme caliente por todas partes. Me puse de pie.
―Kieran.‖ No sabía que más decir.
Me incliné y le besé.
FFiinn
212 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
BBlloooodd FFeeuudd
ntre desempeñarse en la corte de vampiros y preservar a su hermana del ambicioso rey vampiro, Logan Drake tiene mucho que hacer. Él no tiene tiempo para complicaciones de la más improbable de los vampiros — una
chica, de un clan distante; con cicatrices en sus brazos y una mirada encantadora en sus ojos.
Isabeau St. Croix es una guerrera con un propósito: matar al hombre que la
convirtió en un vampiro y la dejo sepultada durante 200 años. Para ella, Logan es una distracción. Una encantadora, compasiva, y muy guapa distracción.
Sin embargo, algunos nexos son demasiado fuerte para ser cortados y algunas
conexiones son demasiado importantes para se ignorados. En su viaje desde la granja Drake, hacia las cavernas de la tribu de Isabeau, y en medio de las mandíbulas del enemigo, Logan e Isabeau se enfrentan a una elección: Su amor, o una antigua contienda de sangre.
NO TE PIERDAS LA TRADUCCIÓN DEL SIGUIENTE
LIBRO ‘BLOOD FEUD’ EN
DARK PATIENCE & LUX DI LUNE
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213 ALYXANDRA HARVEY HEARTS AT STAKE
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BLOG ‘DARK PATIENCE’ o http://darkpatience.blogspot.com/
BLOG ‘LUX DI LUNE’ o http://luxdilune.blogspot.com/
TRADUCTORES o Carlos o Chloe o Daniela o Glad o Kmila o Liberi o Luu o Mekare
FORMATO Y DISEÑO o Glad
AGRADECIMIENTOS ESPECIALES
Agradecer a Chloe y Luu quienes se me han unido a este proyecto, y he disfrutado trabajando con ellas.
A Nathy, quien por sus presiones, he tenido a Carlos pidiéndome que le deje más capítulos. ¡Gracias guapa!, tu apoyo es invalorable.
Y a los traductores, que sin ellos, no se lograría nada. (Aunque muchos de ellos me llaman: la negrera. Se que me aprecian ¬¬ no lo nieguen xD)
La Traducción de la Saga
‘D R A K E C H R O N I C L E S’ Estará a cargo de
CHLOE, GLAD & LUU
DARK PATIENCE & LUX DI LUNE