documento jorge 2

Upload: jorgeprietobarros

Post on 05-Apr-2018

229 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    1/33

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    2/33

    venga a decir luego que no fue advertido. Digo esto pensando

    especialmente en esos lectores que creen innecesario leer las

    introducciones o prlogos de los libros porque piensan que son

    sumamente aburridos y, generalmente, laudatorios, pues los escribe el

    propio autor o algn amigo suyo. Piensan que para saber si un autor

    vale hay que leer su obra y no lo que l y sus amigos dicen de la misma.

    Yo no me aparto de que en ello pueden llevar razn, pero les sugiero a

    tales lectores que, por lo menos, se enteren del prlogo al concluir la

    lectura de la obra. Por ello he escrito tal ruego al comienzo del mismo.

    Podr pensarse que tengo demasiados remilgos, ya que han sido

    superados los brbaros tiempos de Giordano Bruno, Scrates o el mismo

    Cristo (aunque estos dos ltimos jams escribieron), pero yo no estoy

    tan seguro de ello. En esto me aferro a lo que sola repetir mi padre:

    "han cambiado los tiempos y los mtodos, pero es muy difcil dilucidar

    qu tiempos y cules mtodos son los peores" En todo caso -y esto ya

    es reflexin ma- los mtodos actuales tienen como base una altsima y

    refinada tecnologa. Sigo creyendo, sin embargo, que nadie est

    obligado a declarar contra si mismo y yo acto claramente dentro de la

    ley. Por lo tanto, "por si las moscas" (como reza el dicho popular) rehago

    los primeros prrafos, all donde corrijo la conocida advertencia y digo:

    "Los hechos y personajes de esta historia (historia con minscula, quiere

    decir relato que no pertenece a la historia de los hombres, de la

    humanidad, que se escribe con mayscula) son totalmente reales(pero a

    la manera de la filosofa berkeleyana) y cualquier coincidencia con larealidad (realidad en el sentido vulgar) es pura semejanza (semejanza,

    no identidad; adems, semejanza en el sentido del reflejo berkeleyano).

    A esta altura t, sacrificado lector, dirs: "Para qu tanta

    complicacin. Bastaba con haber transcripto la consabida advertencia

    comn y corriente sin la ms mnima modificacin y ganbamos todos:

    el lector obvindose de perder tiempo en leer tan intiles disquisiciones

    y el autor, aprovechando el tiempo tan lamentablemente derrochado,

    para escribir algo con sentido" Pero yo te recuerdo, oh cndido lector,

    que sta es, como dije al comienzo, una historia reral de cabo a rabo(aunque en sentido berkeleyano) y yo no acostumbro a mentir a mis

    lectores. Si t no entiendes esto es preferible que te ahorres la lectura

    del presente relato.

    Si la vida no tiene nada de fantstico y lo fantstico, en consecuencia,

    nada tiene que ver con la vida, cualquiera puede preguntarse:

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    3/33

    Entonces para qu vivir?; pero ojo, siempre interpretado bajo el

    enfoque berkeleyano... Estamos, caro lector?

    El Misterio del Espejo Veneciano 1

    La muerte de don Octavio Pampidpulos produjo un tremendo

    impacto y se transform en un profundo misterio. Tena todos los visos

    de un crimen, pero no se encontr la ms mnima huella, la ms

    pequea seal que pudiera ser el inicio del camino que llevara al

    descubrimiento del o los asesinos.

    Pampidpulos, o don Octavio o, simplemente, el usurero, como sola

    denominarlo su angustiada clientela, practicaba, como queda dicho, esaexcecrable "profesin" y, como tal actividad, era l un ser igualmente

    despreciable. Nadie lo mencionaba sin esbozar una mueca de

    desagrado. Haba quienes lo comparaban con la imagen de un Drcula,

    de un vampiro, succionando sin compasin la sangre de sus vctimas

    hasta dejarlas exhaustas. Nadie, por lo tanto, le tena la ms mnima

    simpata. Soltern y sin familia, ni siquiera poda gozar del afecto de una

    mujer y una prole, pero, no obstante la natural aversin que todo el

    mundo le tena, su muerte, por lo trgica y misteriosa, caus hondo

    impacto y concit el inters general de que se lograra hallar el camino

    que permitiera develar la incgnita de tan tremenda muerte.

    Hubo quien compar el caso con el asesinato perpetrado por

    Rascolnikov (1) aunque aqu no haba sido un hacha el arma blandida

    por el o los asesinos, sino un pesado pisapapeles de la propia casa del

    millonario prestamista lo que haba destrozado su cabeza. Las manchas

    de sangre y restos de cabellos adheridos al pisapapeles lo atestiguaban;

    pero no se hall en el mencionado artefacto ninguna huella dactilar que

    no fuera la de su propio dueo.

    Se interrog a todos los clientes, pero nada pudo sacarse en claro detales interrogatorios. Todos posean coartadas perfectamente

    verificables. Ninguno pudo ser detenido, ni siquiera demorado.

    Hubo quienes mencionaron la factibilidad del suicidio, pero era

    prcticamente imposible creer en ello, no slo por las caractersticas

    personales del occiso al que no le importaba un rbano el prjimo y slo

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    4/33

    se ocupaba de si mismo: (se era su rasgo peculiar: un egoismo

    profundo), sino porque a nadie se le hubiera ocurrido matarse de esa

    manera. Era algo fuera de la ortodoxia del suicidio. En los anales

    pooliciales se poda hallar un sinnmero de formas de acabar con la

    propia vida: dispararse un tiro en la sien, envenenarse, tirarse de un

    balcn de mucha altura, arrojarse al paso de un tren, ingerir una dosis

    letal de barbitricos, etc., pero no figuraba el suicidio por un autogolpe

    utilizando un objeto slido, y es natural que no existieran precedentes

    tales, pues el que est dispuesto a liquidarse quiere ser expeditivo y

    eficaz y esa forma de suicidio no da tales garantas, con el agregado de

    que el que lo intente puede quedar baldado para toda la vida sin lograr

    su objetivo.

    "Sin embargo -decan los que alegaban suicidio- el pisapapeles tiene

    sus impresiones digitales". Pero, hete aqu que los expertos

    demostraron dos cosas importantes: primero, que si bien las huellas

    dactilares del occiso demostraban que haba asido el mango en actitud

    de blandir el pisapapeles, mal podra haberse descargado un golpe

    mortal en la frente (all estaba la profunda herida) Si qura suicidarse, el

    golpe ms lgico hubiera sido sobre la sien. La rajadura sobre la frente

    era vertical. El pisapapeles era de base circular y haba golpeado a la

    vctima con una parte del filo del contorno de su base, hecho

    demostrado por la mancha de sangre y los pelos pegados en esa parte

    del objeto. Para aplicarse tal tipo de golpe tendra que haber colocado el

    pisapapeles de un modo muy incmodo que le hubiera restado la fuerzanecesaria como para ser mortal, y la forma en que estaba quebrada y

    hundida la frente demostraba que el golpe haba sido de una fuerza

    brutal. Segundo: que cualquier asesino con dos dedos de frente pudo

    haber impreso las huellas digitales del muerto de manera muy fcil,

    aunque creemos que dichas huellas no son nuevas sino antiguas.

    Todo ello vena a desechar el suicidio y, por lo tanto, de afirmar la

    idea de la existencia de uno o ms criminales, pero, como queda dicho,

    todas las averiguaciones, pesquisas e interrogatorios llevaban a un

    callajn sin salida.

    La puerta de entrada estaba cerrada por dentro, no slo con llave,

    sino con dos cerrojos, a tal punto que, cuando la polica lleg (luego de

    que unos vecinos dieron la noticia de que haca varios das que no vean

    ni entrar ni salir al prestamista, cosa que suceda, invariablemente,

    repetidas veces durante cada jornada) tuvo que destrozar la puerta.

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    5/33

    Una inspeccin minuciosa demostr que no haba seales de lucha en

    el lugar del hecho y que todas las ventanas tenan rejas y estaban

    hermticamente cerradas por dentro, sin el menor signo de haber sido

    violadas, lo que pareca demostrar que, si alguien pudo haber entrado

    tranquilamente por la puerta y, aun con el consentimiento del dueo de

    casa, jams pudo haber salido despus de cometido el crimen. Y en la

    vivienda no se encontr a nadie, salvo el cadver de su dueo, a pesar

    del minucioso registro practicado por la polica.

    Todo vena a demostrar que se estaba ante el ms hermtico misterio

    conque los ms expertos policas y detectives se haban topado por

    muchos aos.

    Por ms que se hurg en el teatro del crimen y por ms intrincadas

    deducciones que se intentaron, no se hall la ms mnima hebra de

    donde asirse para desenredar la madeja.

    Las investigaciones se continuaron durante un tiempo bastante

    prolongado, pero todo pareca moverse siempre dentro del mismo

    crculo vicioso. Se volvi a citar varias veces a toda la clientela del

    usurero y aun a los vecinos que no formaban parte de ella; pero los

    interrogatorios daban siempre el mismo resultado: nadie poda ser

    catalogado como sospechoso ni en el ms mnimo grado. Slo haba un

    punto motivo de sospecha, pero se desech por ser comn a todos los

    que conocan al occiso: nadie lo apreciaba, todos lo aborrecan y

    ninguno de ellos negaba tal sentimiento. Pero aunque hubiera surgido

    algn sospechoso, era de todo punto de vista imposible demostrar cmo

    haba salido de una casa tan hermticamente cerrada poor dentro,

    despus de cometer el crimen.

    El caso trascendi las fronteras del pas a tal punto que, varios

    famosos detectives de Amrica y Europa viajaron para colaborar con la

    polica local, mas ninguno pudo aportar nada nuevo.

    El crculo de la incgnita apareca tan hermticamente cerrado como

    la casa del usurero.

    Algunos, tmidamente, intentaron reflotar la hiptesis del suicidio,

    pero el severo repaso de las pesquisas y razonamientos ya relatados,

    hicieron que fuera rechazada de plano.

    El caso no qued oficialmente cerrado, pero se fue diluyendo poco a

    poco. Los expertos extranjeros se fueron yendo y los locales fueron

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    6/33

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    7/33

    objetos de arte, vendidos junto con la casa por el ltimo descendiente

    de la familia, de cuyo nombre no puedo acordarme (dicho sea con

    permiso de Don Miguel de Cervantes) con esta venta dio trmino a los

    ya diezmados bienes de la otrora riqusima y esplendorosa familia.

    Triste y complicada vida la de los Catern..! Pero esta es otra historiaque, algn da, si los recuerdos no me fallan, tal ve lleve al papel. Por

    ahora su final no es ms que el comienzo de una no menos complicada

    trabazn de acontecimientos aparentemente fantsticos. Lo cierto es

    que, el da de la subasta, se dio cita all lo ms granado de la sociedad:

    terratenientes, ricos industriales, grandes comerciantes y financieros,

    gente de abolengo la mayora, aunque hacan excepcin algunos pocos

    parvenus mirados con olmpico desprecio y burlona sonrisa por el resto

    de la concurrencia.

    La casa, a pesar de un cierto grado de abandono que se trasluca acada paso, era una hermosa obra arquitectnica del ms puro estilo

    veneciano, amueblada y adornada a la misma usanza. Penetrar en ella

    era tanto como hacerlo en un retazo de Venecia, aunque carente de los

    canales que slo caba imaginar. Uno se senta mgicamente envuelto

    por ese ambiente y, excitada, la imaginacin lo llevaba hacia la

    maravillosa ciudad italiana, hacia sus palacios y sus gndolas, hacia sus

    romnticas historias de amor, hacia sueos y fantasas cantados por sus

    bardos, hacia historias de crmenes y envenenamientos, hacia un mundo

    en que lo real y lo ficticio se hallan tan entrelazados, tan combinadosque es difcil identificarlos.

    La gente se paseaba por los salones, subyugada tal vez por ese trozo

    de Venecia injertado en nuestra ciudad. Las damas se admiraban

    exageradamente ante cada uno de los muebles y adornos. Los hombres

    hacan comentarios tcnicos sobre la calidad de la madera del

    mobiliario, acerca de la complicada y fina labor de ebanistera que

    habra requerido y, tambin, ms prosaicos al fin que las mujeres, sobre

    los probables precios que podran alcanzar.

    Los muebles eran, igual que la casa, de autntico estilo veneciano.

    Aunque algunos estaban un tanto deteriorados, eran igualmente

    apreciados. Sin embargo, la atencin de la mayora se centr en un

    maravilloso espejo cuya belleza decorativa sobresala del conjunto.

    Tena el tal espejo una luna biselada pulidsima y se conservaba sin la

    ms mnima manchita, a pesar de ser, como los dems muebles, de

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    8/33

    evidente antigedad. Era de forma rectangular pero redondeado en las

    esquinas. Estaba enmarcado no en madera sino en cristal de roca que

    cubra sus bordes. Sobre dicho marco se desplegaba una fulgurante

    filigrana de oro y plata que exaltaba la belleza del conjunto. Por la parte

    trasera estaba cubierto con una placa de bano con un delicado tallado

    y lo sostena un soporte de la misma madera trabajada al modo ms fino

    de la ebanistera de su tiempo. Todo el conjunto resultaba de una

    delicadsima belleza; pero haba algo ms, algo casi inasible: una

    especie de fulgor que pareca desprenderse de l por momentos

    subyugando a todo el que lo contemplaba. Daba la impresin de un

    espejo con vida propia, del que nadie extraara que, de pronto, se

    pusiera a hablar al conjunto de la gente que lo admiraba.

    All se haba congregado la mayor cantidad de pblico a admirar y

    codiciar la preciosa luna. Estaba visto que por ella se librara la ms

    grande batalla de ofertas de toda la subasta. Y as fue: cuando le toc el

    turno al espejo, all se volc todo el mundo y se desat una lid digna de

    Homero pero, como sucede en toda subasta, por muy peleada que sea,

    el nmero de oferentes fue disminuyendo a medida que creca el precio

    de las ofertas, hasta que slo quedaron dos contendientes: un financiero

    y un fabricante de artculos del hogar.

    Dems est decir que triunf el finananciero, ya que la poca de que

    hablamos era mucho ms favorable a las especulaciones financieras que

    a la produccin industrial. El financiero iba subiendo las sumas con lams absoluta tranquilidad. Su rostro permaneca inmutable y hasta se

    dira que musitaba cada nueva cifra con actitud perezosa, como el que

    espera, segura y pacientemente, el inevitable abandono del

    contrincante. El industrial, en cambio, disparaba sus ofertas

    apasionadamente, con el rostro enrojecido y sudoroso. A veces, ante la

    respuesta despaciosa de su oponente, se detena un instante a meditar:

    era evidente que ya se estaba agotando su capacidad de oferta, pero

    an insista con las subas, aunque stas eran apenas un tanto

    superiores a las del financiuero. Este fue haciendo otro tanto,

    conservando invariablemente su rostro sereno y hasta somnoliento,como si gozara excitando al otro, hasta que, sea que se agot su

    paciencia o que consider colmado su gusto de ver sufrir al industrial,

    lanz con voz rotunda una cifra tan distanciada de la opuesta por el

    otro, que todos se quedaron boquiabiertos y, simultneamente,

    dirigieron su mirada al enrojecido industrial. Este detuvo su mandbula a

    mitad de camino mientras se levantaba de su silla; qued as un buen

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    9/33

    rato, luego buf, dej caer los brazos, mene horizontalmente so

    abotargado rostro y se dej caer sobre la silla como un boxeador

    noqueado lo hace sobre el piso del ring. La gente aplaudi como si se

    tratara, efectivamente, de un match de box, mientras el "pgil"

    triunfante sonrea con aire superior y pleno de satisfaccin, al par que

    agradeca los aplausos con brves inclinaciones de cabeza. El industrial,

    acompaado por sus familiares y amigos, se retir llevado de ambos

    brazos por su esposa y su hijo mayor, tal como se retirar del ring un

    boxeador que se ha levantado aturdido despus de la cuenta del juez..

    El financiero, despus de cumplir con los trmites correspondientes,

    se fue retirando lentamente hacia la salida seguido de un squito de

    admiradores y curiosos que lo felicitaban, pero ste, con gesto cansino y

    estudiada modesta sonrisa, sali de la casona y se introdujo, junto con

    sus familiares, en el lujoso coche que lo esperaba en la puerta el que

    parti rpidamente.

    Finalizada la subasta del espejo la gente se fue desgranando

    olvidndose de los muebles que an restaban. Los salones del casern

    veneciano se fueron vaciando como se vaca un estadio boxstico una

    vez concluida la pelea de fondo.

    3

    Como todo personaje que se precie, el financiero acuda

    regularmente a su psicoanalista. Se entiende que un hombre embarcado

    en los intrincados trajines de la actividad financiera, llena de altibajos

    emocionales de acuerdo a las vicisitudes muchas veces imprevisibles de

    las maratones burstiles, necesite el apoyo de un profesional de las

    emociones, los sentimientos, las fobias y otras yerbas propias de

    nuestra doliente humanidad.

    Hay quienes opinan que todo el mundo debe, sin falta, hacerse

    atender por un analista, porque todos tenemos nuestros transtornospsicolgicos, aunque querramos ocultarlos; pero en este aspecto las

    opiniones estn muy divididas; sin embargo es indudable que si hay

    alguien que no puede prescindir de tal apoyo teraputico es,

    precisamente, un financiero. Este es un axioma que, por ser tal, no

    necesita demostracin; por ello, no voy a cansar al inteligente lector

    acumulando argumentos que certifiquen y refuercen este aserto.

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    10/33

    Lo importante no eran, precisamente, las regulares sesiones a las que

    asista el financiero, sino el giro que tomaron stas al cabo de una

    semana de haber adquirido el espejo veneciano. Tras este perodo

    hebdomadario el financiero se present urgentemente ante su analista.

    Si lo hubieras visto, caro lector, no diras que era la misma persona

    serena, aplomada y tranquila de la subasta: plido, desencajado,

    nervioso, inseguro de si mismo, hablando entrecortado, balbuciente e

    inconexo, tratando de explicar al analista su nueva, desconcertante y

    trgica experiencia. Sera intil relatar textualmente su galimtica

    exposicin ante el profesional, pues no sacaramos nada en limpio con

    ello; slo llenaramos pginas de giros entrecortados, expresiones

    alocadas e inconexas, gestos oculares desorbitados, sollozos pueriles y

    la palabra espejo repetida hasta el cansancio. Todo esto lo podemos

    traducir en una explicacin ms breve acerca del motivo de su visita,

    despojndola de toda esa hojarasca incomprensible.

    La inextricable perorata, en esencia, consista en lo siguiente: nuestro

    financiero haba comenzado a ver reflejados en el espejo veneciano los

    aspectos ms despreciables de su accionar diario y, lo que es peor, las

    terribles consecuencias que tenan para el prjimo sus miserables actos

    realizados siempre en pos de ms y ms dinero. El espejo le mostraba la

    miseria que reinaba en las casas de los trabajadores desempleados de

    aquellas empresas que l haba hecho quebrar con sus sucios negocios

    burstiles; le reflejaba la desolacin de fbricas paradas con sus

    mquinas herrumbradas, cubiertas de polvo y suciedad y, lo que nopudo soportar, lo que lo llen de horror y miedo: el cuerpo colgado de

    un empresario que l haba llevado a la ruina. Estas y otras imgenes

    similares le lanzaba el espejo como implacables acusaciones.

    El analista, cuya clientela estaba compuesta de gente de alta

    categora, era muy versado en las dolencias de tales pacientes, pero

    nunca haba tenido ningn caso de remordimientos por las

    consecuencias de lo que l consideraba una labor al servicio de la

    sociedad. Qued, por consiguiente, un tanto desconcertado ante el

    primer caso de ese tipo que se le presentaba. No obstante, como todoanalista que se precie, se repuso de inmediato y le dijo muy

    suavemente:

    -Lo que a usted le pasa es simplemente fruto del cansancio, o tal vez

    agotamiento, de su trajinar permanente. Lo que usted necesita es

    distraerse, hacer frecuentes parntesis en su importantsima labor por el

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    11/33

    progreso de la sociedad. Usted, como hombre consciente, se toma muy

    a pecho su responsabilidad en favor del progreso de nuestra patria, lo

    cual lo honra; pero todo tiene su lmite, caro amigo. Usted,

    seguramente, no se da sosiego en el cumplimiento de su deber como

    hombre de negocios, pero es necesario que se convenza de que se

    hace imprescindible un descanso, distraccin, hasta dira diversin, y

    que comprenda, para no sentir remordimiento alguno, que lo tiene

    merecido con creces. Deseche de su mente esas negras alucinaciones,

    esos sentimientos de culpabilidad que no tienen ningn asidero en la

    realidad de su conducta. Todo lo contrario, usted debe sentirse orgulloso

    del papel inmensamente positivo que cumple para el desarrollo del

    mundo de hoy, para su mejoramiento. En suma: usted debe tomar

    conciencia de que es uno de los benefactores de la humanidad. Lo

    dicho, amigo: lo que usted tiene son alucinaciones producto del

    agotamiento y eso tiene una sola forma de curacin: distraccin,despreocupacin, hacer un parntesis, poner su mente en blanco

    respecto de los negocios. Usted tiene sus empleados y colaboradores.

    Que ellos lleven adelante esas tareas y usted despreocpese. Y le

    recomiendo que lo haga frecuentemente. Ni qu decir que, ante su

    estado actual, debe empezar desde ya. Hoy mismo debe dejar todo y

    abandonarse ipso facto a una amable distraccin.

    -Y qu distraccin me recomienda? -pregunt el financiero.

    -Claro, amigo! -contest rpidamente el analista- Para estos casos nohay nada mejor que una amable y dulce compaa...

    -Pero yo...!

    -Nada! -lo interrumpi el analista- No ponga de por medio intiles

    escrpulos pretendidamente moralistas, pues un hombre de su calidad

    est por encima de esas nimiedades. Vale mucho ms su vida, su salud,

    para seguir aportando progreso a la sociedad y aun, bienestar a su

    familia, futuro seguro a sus hijos, etc...

    -Peroi es que yo...

    -S, ya s -volvi a interrumpirlo el psicoanalista- Comprendo

    perfectamente que a usted le cueste dar ese paso, pero le aseguro que

    no hay mejor terapia que esa. A mi me ha dado inmejorable resultado

    con muchos hombres de negocios abatidos por el cansancio y la

    monotona del rutinario trajinar. Luego de un tiempo se sentan otros,

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    12/33

    plenos de optimismo y volvan a abordar sus tareas con alegra,

    sabiendo que sus afanes seran luego maravillosamente

    recompensados, cosa difcil, por no decir imposible, de lograr en el seno

    de la tradicional familia que, muy por el contrario, suma problemas y

    responsabilidades al duro trajinar de los negocios complicando mucho

    ms su estado anmico. El dilema es, pues, de hierro: ir acumulando

    agotamientos y amarguras, preocupaciones y frustraciones que, algn

    da, puedan terminar en una psicosis galopante, o peor an, en un

    infarto...Perdn! Le hablo as, crudamente, por su bien. Adems es

    usted un hombre inteligente y sabr comprender mis consejos de

    profesional versado en estos problemas. Haga la experiencia y ver con

    qu rapidez y facilidad superar sus actuales fobias. Sus alucinaciones

    se esfumarn como por encanto y hasta llegar a sentirse rejuvenecido.

    Tmese por lo menos un mes de vacaciones y emplee ese tiempo de la

    manera como le he recomendado. Durante ese lapso ni hace falta quevenga a verme. Luego de transcurrido el mes, vuelva y charlaremos.

    Seguro que vendr sonriente y con nuevos bros. Dicho esto, se levant,

    le tendi la mano y lo despidi palmendolo amablemente en el

    hombro.

    4

    La mujer del financiero no se haca analizar semanalmente como

    suele ser de rutina en los especmenes de su clase. No importa si un

    ejemplar de las clases altas tiene motivos o no para ello. No sera de

    buen tono que, en alguna de las tantas tertulias, fiestas o reuniones de

    canasta en que matan sus ocios, donde invariablemente comentan entre

    ellas las visistas a sus respectivos analistas, alguna de ellas manifestara

    con su silencio la ausencia de tan elemental terapia. Pero la susodicha

    mujer se senta aburrida. Su vida se deslizaba casi sin sentido ya que,

    como esposa de un poderoso financiero, no estaba atada a las

    innumerables tareas domsticas a las que se ven obligadas las mujeres

    sencillas: esposas de obreros y empleados ya que, como es debido paratan alta posicin social, contaba con un regimiento de sirvientes, nieras

    y mucamas, que resolvan todo. Adems, la vida social eternamente

    repetida de los de su casta, termin por tornrsele monstruosa y, para

    rematar el problema, su vida conyugal haba perdido el atractivo natural

    de los primeros aos de convivencia, ya que su esposo, absorbido por

    los negocios y toda su actividad social que se hallaba vinculada a los

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    13/33

    mismos, la tena arrumbada en el plano afectivo. Todo se haca por y

    para los negocios. No haba cena, baile o recepcin que no tuviera como

    objetivo su actividad financiera. All los hombres no hablaban do otra

    cosa que de negocios, de finanzas, de alzas y bajas de la Bolsa, etc. Y

    las mujeres se vean relegadas y charlaban entre si de cosas banales y

    chismes, asunto que, por lo repetido, haba logrado aburrir

    soberanamente a la mencionada mujer. Dgame usted, caro lector, si no

    es como para reflexionar que en una sociedad as construida, las

    mujeres, no slo las de sectores humildes sino aun las de las clases ms

    altas, se encuentran sumamente discriminadas.

    La mujer del financiero fue dejando pococ a poco de concurrir a

    tertulias y recepciones, pero eso no cambi su situacin, ya que esa

    actitud lograba que estuviera ms tiempo encerrada en su casa, lo que

    logr llevarla al abatimiento.

    Cierta vez le cont su estado a una amiga ntima quien le aconsej

    que se hiciera analizar.

    -No comprendo -le dijo- cmo vos, de tanta alcurnia, no frecuents los

    servicios de una analista. Nosotras, todas, lo hacemos. Comprend que

    es muy necesario.

    -Y da resultado? -inquiri la mujer del financiero.

    -Ya lo creo! -le contest su amiga-Adems es de mucho tono! Pero eso

    s. Tens que elegir bien. Yo te recomiendo a mi licenciada que es

    excelente y atiende a gente de nuestra clase. Por otra parte, por ser

    mujer, y mujer de clase, comprende mejor nuestros problemas

    femeninos. Yo jams ira a consultar a un psicoanalista varn. A m, la

    seora D me ha ayudado muchsimo. Si quers, yo misma te la

    presento.

    Y as fue como la mujer del mencionado financiero se vio por primera

    vez ante una analista contndole lo aburrido de su vida y su angustioso

    estado. La seora D medita largamente tomndose su barbilla con ladiestra, menea horizontalmente, varias veces, la cabeza, luego hace lo

    mismo verticalmente y, por fin le sugiere, muy delicadamente y con

    sumo tacto, la bsqueda de un cario clandestino, ya que el marido,

    ocupado con sus negocios y "vaya a saber en qu otros asuntos", la

    tiene "arrumbada" como un "mueble inservible".

    -Cree usted que yo debera..? -balbucea la seora

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    14/33

    -Claro mujer-!

    -Pero yo hace rato que no..., yo nunca -recalca- le he faltado.

    -Pero usted es an joven y hermosa. Necesita que alguien la quiera de

    veras, que admire sus virtudes y su belleza. Nuestros maridos nuncareparan en lo mejor de nosotras. Parece ser necesario que venga

    alguien de afuera a comprendernos y valorarnos.

    As fue como la mujer del financiero volvi a las tertulias y las

    recepciones, para encontrar all al hombre deseado. No le cost mucho

    trabajo, pues no eran pocos los que la asediaban; pero ella eligi a uno

    de los ms jvenes y elegantes, aunque era un supuesto fiel amigo de

    su esposo.

    De este modo, se lanz esta mujer a una febril infidelidad, casi con

    saa, como si estuviera vengndose de la situacin de abandono en que

    la tena su marido. Pero hete aqu que, cierta vez, al acercarse al espejo

    veneciano, vio reflejadas en l todas sus andanzas con lujo de detalles.

    Se qued de una pieza. Casi perdi el habla! Se tom la cabeza con

    horror pensando si lo que ella estaba presenciando en el espejo podra

    ser revelado a otros. Si su marido podra ver lo que ella misma estaba

    viendo...Y sus hijos, vlgame Dios!

    Espantada corri a ver a su psicoanalista.

    -Menudo problema me trae -le contest sta y, despus de cavilarlargamente, le pregunt:

    -Le sucede lo mismo con los dems espejos?

    -No -contest- slo con ese.

    -Entonces deshgase inmediatamente de l. Vndalo. Usted dice que es

    un espejo muy apreciado y que hubo mucha puja en la subasta.

    -Por eso temo planterselo a mi marido que gast una fortuna para

    satisfacer mi capricho. Cmo le explico ahora que quiero desprendermede l?

    -Puede decirle que ya est aburrida, que desea cambiarlo. En fin, ya se

    las sabr arreglar. Cuando una mujer se propone algo, lo consigue.

    Dse nimo!.. Tambin el espejo se podra romper...por accidente...

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    15/33

    -No me animo a romperlo. Cost mucho dinero. Es una obra de arte

    valiossima, tal vez nica en el mundo. Prefiero venderlo. No faltar

    quien lo compre. Fueron muchos los que nos envidiaron su posesin.

    Har lo posible por convencer a mi marido.

    ...................................................................................................................

    .......................

    Cul no sera la hermosa sorpresa que se llev nuestra seora, aquella

    misma noche, cuando, su marido, en una conversacin ntima con ella y

    dando muchas vueltas, le propuso vender el espejo veneciano. Casi se

    cae de alegra! No obstante se fingi un tanto compungida, pero, al fin,

    accedi aparentando que lo haca para no contradecirlo y hacerle creer

    que, en definitiva, era l quien mandaba en el hogar, mientras pensaba

    para sus adentros: "as es mucho mejor la cosa, pues me salva de tener

    que planterselo yo que, sinceramente, no saba ni cmo empezar adecrselo".

    El destino del espejo qued sellado. Se desprenderan de l. Luego de

    un largo concilibulo entre marido y mujer acerca de a quin lo

    ofreceran dentro de la larga lista de pretendientes, decidieron

    vendrselo al conde Eduardo Salas Convencio que, seguramente,

    ofrecera una acrecida suma por l, ya que era el ms incansable y

    asiduo pretendiente a la posesin de la ya famosa luna. No

    desaprovechaba ocasin para tocar el tema y ofrecer, cada vez, sumas

    ms altas.

    As pas la hermosa luna veneciana a la lujosa residencia de los Salas

    Convencio que no caban en si de gozo por la tan ambicionada

    adquisicin. Precisamente la ubicaron en el lugar ms destacado del

    saln de los espejos que tenan en su mansin.

    El conde y la condesa Salas Convencio eran, en realidad, de origen

    plebeyo, pero como lograron amasar una inmensa fortuna en los

    negocios inmobiliarios, haban comprado en Italia el tal ttulo de

    nobleza. En todos los ambientes que frecuentaban se los conoca como"los condes". Ellos se haban encargado de mostrar sus "ttulos" a todas

    sus amistades.

    5

    Qu haba sucedido para que el financiero propusiera a su esposa,

    espontneamente, la venta del espejo? Veamos. Habamos dejado al tal

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    16/33

    seor en momentos en que sala del consultorio de su psicoanalista. Tal

    como ste le haba aconsejado, el financiero se dirigi a sus oficinas,

    convers a solas con el presidente de la compaa manifestndole

    brevemente su decisin de tomarse un mes de descanso y

    encarecindole que dirigiera sus negocios con el mayor celo durante su

    ausencia. As qued libre como un pjaro fuera de la jaula, yendo a

    pasar la noche en un elegante especie de cabaret de los alrededores de

    la ciudad, precisamente en la zona norte. Estuvo bebiendo y bailando

    despreocupadamente hasta altas horas de la noche, acompaado por

    una bella damisela y luego se dirigi con ella a un lujoso hotel donde

    pernoct olvidando, durante ese lapso, sus fobias y angustias.

    Inici as una vida realmente disipada, cambiando de amante casi a

    diario. Iba de juerga en juerga, tratando de aturdirse y olvidar as los

    problemas que lo embargaban; ms precisamente, de las imgenes que

    le pareci haber visto reflejadas en la famosa luna veneciana. Pero,

    cuando se disipaban los vapores del alcohol y abandonaba los brazos de

    la amante de turno pernoctando en su casa, volvan a herirlo la desazn

    y la angustia. Decidi entonces alejarse de la gran ciudad y, pretextando

    ante su mujer una jira por razones de negocios, tom el primer avin

    hacia Bariloche donde busc deleitarse con el maravilloso paisaje de los

    bosques y lagos sureos a la par que con la compaa de una hermosa

    joven.

    As pas quice das bastante placenteros durante los cuales se fueaplacando su angustia. Cuando se sinti reconfortado y tranquilo,

    habiendo vencido con creces el plazo de un mes, retorn a Buenos Aires

    con una plcida sonrisa en su reanimado rostro. Entr en su casa de

    noche. Todos dorman. El silencio reinaba. Se diriga ya a su habitacin

    cuando, invadido por la duda, cambi de trayecto y se encamin al

    saln de arte donde, junto a una serie de obras pictricas y un

    sinnmero de objetos artsticos, campeaba reluciente el espejo

    veneciano. Lenta y temerosamente se acerc hasta situarse frente a l.

    No bien hubo hecho esto, como por arte de magia, el espejo comenz a

    fulgurar y, cual una pelcula, fue lanzndole en imgenes todas lascorreras amorosas protagonizadas por l desde que abandonara el

    consultorio de su analista. Qued espantado, lleno de miedo y angustia

    corri a su habitacin. Sin encender la luz se acost vestido en su cama.

    No pudo dormir en toda la noche. Amaneci desolado. Sali de su casa

    muy temprano. Los dems habitantes de la casa (su esposa, sus hijos y

    hasta la servidumbre) an dorman. Subi a su coche y comenz a

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    17/33

    pasear sin rumbo fijo por la ciudad. Cuando comenzaron a abrir los

    comercios se dirigi a un bar y bebi varios wiskys para consolarse, pero

    era intil: tena el corazn como un puo. Ni siquiera logr

    emborracharse. Pag y se fue. Deambul en el coche por toda la ciudad

    y sin rumbo fijo. Al medioda entr en un restaurante, pidi un plato

    apetitoso, pero apenas pudo probarlo. Volvi a vagabundear por la

    ciudad. Con su celular se comunic con su analista y concert una cita

    urgente con l. A los pocos minutos ste lo recibi en su domicilio

    particular.

    6

    El financiero entr abatido. Hasta se olvid de saludar. El analista,

    mirndolo con extrema curiosidad, lo hizo pasar a una salita ntimadonde, como no poda ser de otra manera, haba un cmodo y lujoso

    divn. Hizo reclinar a su cliente en el mismo, sentse l en una silla y se

    dispuso a escuchar las cuitas de su paciente. Tuvo que aguardar un

    largo rato a que el financiero se calmara un poco. El estado de ste era

    francamente lamentable: el rostro plido y contrado, en verdad, ms

    que contrado contrahecho, surcado por gruesas lgrimas, agitado su

    pecho por sollozos desgarradores. Pareca la imagen de la

    desesperacin y el dolor.

    El analista dijo para si: "si llora va bien la cosa. Dejmoslo llorar as sedescarga."

    Efectivamente, pasado un largo rato el paciente fue mejorando, por lo

    menos hasta el punto en que pudo comenzar a articular algunas

    palabras.

    -El espejo...-dijo y qued en suspenso.

    -S, el espejo...-lo anim el analista.

    Pas otro rato.

    -El espejo...-repiti- ..otra vez!

    -S, otra vez...-lo acompa el analista.

    -Pero ahora peor...-dramatiz el paciente.

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    18/33

    -Ahora peor? -pregunt el licenciado.

    -S, peor..mucho peor!

    -Cunteme...

    -Usted me seal el remedio...

    -Recuerdo...y...?

    -Fue peor.

    -Peor el remedio que el mal?

    -Usted lo ha dicho. Ahora el mal se ha agravado.

    -Se ha agravado..?

    -S!

    -Cmo es eso?

    -Le explicar -arranc ms decididamente- Hice lo que usted me

    aconsej... -y con marcados trazos dramticos, si no trgicos, el

    financiero narr la experiencia del ltimo mes hasta concluir con el

    episodio de lo que vio en el espejo veneciano.

    El analista medit unos segundos tomndose el mentn con la diestra

    y, rpidamente arranc:

    -Se trata simplemente de un sentimiento de culpa por la infidelidad

    cometida.

    -Pero.., licenciado, -se extra el financiero- en otras ocasiones no me

    ha pasado esto. Nunca he tenido remordimientos de conciencia por mis

    deslices.

    -Pero ya se ha acumulado mucho en el subconsciente.

    -Pero, si usted mismo me lo sugiri como terapia

    -S, querido amigo, pero no me dijo que eso, en usted, era prctica

    corriente, si no le habra aconsejado algo distinto. No se puede distender

    uno con aquello que hace habitualmente. Sera como si a m un colega

    me aconsejara entretenerme haciendo psicoanlisis despus que dejo el

    consultorio.

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    19/33

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    20/33

    horizontalmente, medita nuevamente, emite varios "hum", menea otrra

    vez la testa, vuelve a sumirse en la meditacin... De pronto se le

    iluminan los ojos. Una amplia sonrisa se dibuja en su rostro y espeta:

    -Pues desprndase del espejo!

    -Servira eso para algo? Porque si se trata de mi subconsciente me

    puede suceder lo mismo con el espejo del bao, o con el del ropero, o

    con el del vestuario del club, etc.

    -Le ha sucedido lo mismo con otros espejos?

    Medit unos segundos y contest:

    -No...Hasta ahora slo con el veneciano.

    -Entonces, amigo mo, haga lo que le digo: squeselo de encima ytendr resuelto el problema.

    -Pero quin la convence a mi mujer? Le gusta tnto..! Lo compr por

    ella en la subasta...

    -No importa. Intntelo. Busque cualquier pretexto. Para m eso es

    decisivo. Precisamente usted ve en ese espejo reflejado lo que hay en

    su subconsciente, porque lo asocia coin su esposa. Usted le cuenta, sin

    querer, a ese espejo, lo que no se anima a confesarle a ella. Ah se

    produce una transposicin de sujetos. El espejo vendra a ser, en ese

    caso, para el suconsciente, su propia esposa.

    -Y qu hago si la eliminacin del espejo no me resuelve el problema?

    -En ese caso vuelva a verme que ya le encontrar alguna otra terapia.

    Sali el financiero ya un poco ms calmado. Se dirigi a su casa, se

    ba, tom una copita de jerez y se acerc a la alcoba de su mujer. Al

    rato, estaban los dos conversando y l, de pronto, aunque dando

    muchas vueltas, le propuso la idea de vender la famosa luna veneciana,

    disponindose a dar una serie de argumentos que apoyaran su tesitura;pero cul no sera su sorpresa cuando escuch la voz de su mujer

    interrumpindolo para apoyar la decisin de su marido con visible

    convencimiento. El financiero no pudo evitar un suspiro de satisfaccin.

    Su mujer hizo lo propio.

    7

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    21/33

    Como ya es sabido, el espejo pas al hogar de los Salas Convencio; en

    realidad fue a integrar la hermosa coleccin del Saln de los Espejos

    de la residencia que posean en Olivos. La "condesa" y el "conde" no

    disimularon su alegra y, como verdaderos nuevos ricos, quisieron

    festejar la "conquista" tan ansiada y, a tales efectos, organizaron una

    colosal recepcin a la cual invitaron a una selectsima "troupe" de

    amistades encumbradas.. All se dio cita gente de "sangre azul", como

    ellos, junto con las ms granadas familias de industriales,

    terratenientes, financieros y comerciantes.

    Ni qu decir que la "vedette" de la fiesta fue el codiciado espejo

    veneciano, que luca radiante en el lugar ms destacado del famoso

    Saln de los Espejos. Los invitados, ni bien llegaban y, previa ceremonia

    de saludo a los "condes", se volcaban a dicho saln, echaban una ojeada

    formal al conjunto de espejos y luego se amontonaban frente a la

    famosa luna veneciana deshacindose en elogios a sus especiales

    atractivos. Dirase que estaban (o se mostraban) hechizados por dicho

    espejo, ya que en el saln haba otros muy bellos y encantadores, pese

    a lo cual no concitaban la misma curiosidad de los circunstantes.

    El espejo vceneciano era ya casi una leyenda y, cuando esto sucede,

    la gente da en exagerar las dotes de la pieza dada como si sta fuera un

    ejemplar nico e iunsuperable. Cierto que no era un espejo vulgar, sino

    una codiciable antigedad a la par que una delicadsima obra de arte;

    pero otros espejos all presentes reunan tambin ambas cualidades yeran bellsimos ejemplares dignos de similares alabanzas; mas ninguno,

    pese a su valor artstico y monetario, era capaz de hechizar a la selecta

    sociedad all reunida como lo haca el codiciado espejo veneciano del

    que pareca emanar una especie de misticismo que subyugaba y

    embargaba a hombres y mujeres por igual.

    Dems est decir que durante la cena, el baile y las numerosas

    tertulias, el tema privilegiado de comentario era el encantador espejo.

    Quin no lo codiciaba? Quin no aspiraba a poseerlo alguna vez? No

    fueron pocos los que se atrevieron a hacer proposiciones de compra alos dueos de casa, pero todas ellas fueron risueamente rechazadas

    por el "conde" y la "condesa". Cmo iban a desprenderse de lo que

    tnto tiempo haban ambicionado poseer? Sin embargo, no pas

    inadvertida la ausencia de los antiguos propietarios: el financiero y su

    mujer. Resultaba curioso que no se hubieran hecho presentes. Tal vez

    -pensaban algunos- con su ausencia haban querido eludir la inevitable

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    22/33

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    23/33

    De aqu en adelante el espejo comenz una peregrinacin, pasando

    de unas manos a otras dentro del mbito de la gente adinerada, hasta

    que tal peregrinaje le hizo ir mermando considerablemente su precio.

    Pasado ms o menos un ao, el ltimo y reciente poseedor: un

    rentista, opt por venderlo, por una suma irrisoria, al usurero OctavioPampidpulos, ante la falta de inters que mostr en general la gente

    de la alta sociedad al ver con qu facilidad pasaba de una mano a otra,

    perdiendo precio a cada transaccin.

    Al poco tiempo de esta venta tuvo lugar la extrasima muerte del

    usurero ya relatada al comienzo de esta historia y el paso del espejo,

    tras la subasta, a manos de un destacado estanciero. Este se llev el

    espejo a su mansin en el campo y, a partir de all, se pierden las

    huellas del mismo, de sus posteriores vicisitudes, de los cambios

    sucesivos de dueo que, seguramente, tuvieron lugar. Ello parecacorroborarlo la afirmacin de muchos acerca de que el estanciero

    tambin haba vendido el espejo pero, por otro lado, nadie poda dar, a

    ciencia cierta, la filiacin del actual propietario. Otros decan que el

    estanciero conservaba permanentemente la famosa pieza veneciana,

    pero esto no pareca verosmil, dada la fama que se haba tejido sobre el

    espejo como objeto factible de cambiar de dueo con suma facilidad;

    pero lo cierto es que, con el tiempo, la curiosidad sebre el destino de la

    otrora famosa luna, como sucede invariablemente en este mundo, se

    fue diluyendo.

    8

    Un da templado del mes de septiembre, en el Ocano Atlntico,

    cerca de la ciudad de Mar del Plata, la tripulacin de un pequeo buque

    pesquero percibi entre las olas un enceguecedor brillo que se mova al

    comps de las mismas. Los marinos quedaron sorprendidos y

    desconcertados. Qu sera aquel resplandor tan raro y potente? No

    sera algn ovni posado sobre el mar? Venciendo cierto temor que los

    embargaba, pues la curiosidad pudo ms, dirigieron su embarcacin

    hacia la fuente de tamao fulgor. Al acercarse a ella vieron que se

    trataba de un espejo que, contra todas las leyes naturales, flotaba y,

    adems, lo haca erguido. La tripulacin baj un bote con varios marinos

    a bordo. Rescatar el espejo de las olas no era cosa sencilla. Maniobraron

    con ayuda de varias sogas, pero una fuerte ola les ech el espejo sobre

    el bote golpendose conbtra l con gran fuerza. Cul no sera el

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    24/33

    asombro de los pescadores al comprobar que el mismo no haba sufrido

    rotura alguna ni aun la ms mnima rajadura. Daba la impresin de que

    era un espejo indestructible. Los marinos siguieron trabajando, pero el

    espejo volvi a golpearse contra el bote con increble fuerza, no slo sin

    romperse sino poniendo a la embarcacin en peligro de zozobrar. Tras

    estos empellones que no lograron romperlo el mar se fue calmando un

    tanto y, con ayuda de las sogas, lograron subirlo al bote y llevarlo hacia

    el buque madre, desde cuya base lo izaron con maestra y as lograron

    llevarlo a tierra en buen estado.

    Ninguno de los pescadores conoca la extraa y excitante historia de

    la luna veneciana. Eran simples trabajadores. Pero no cabe duda de que

    nos encontrbamos ante aquella. Adems nos enterbamos de que era

    prcticamente indestructible.

    Es posible deducir que su ltimo poseedor, ante la imposibilidad devenderla o destruirla y temiendo que la dichosa luna revelara aspectos

    pecaminosos e injustos para con su familia y socialmente perjudiciales

    para la sociedad y sus sectores ms vulnerables, etc., decidiera enviarla

    al fondo del mar, muy probablemente desde el yate de su propiedad y

    sin testigos peligrosos.

    Los pescadores llevaron el espejo a la sede de su sindicato y lo

    colocaron en un lugar destacado de su pequea sala de reuniones y

    asambleas. Estaban encantados con su adquisicin nada menos que

    gratuita. Pronto se corri la voz entre los pescadores y otros sectores de

    trabajadores de la poblacin y se produjo una multitudinaria afluencia

    de toda esa gente hacia el mencionado sindicato. Ya estaba

    anocheciendo cuando la sala se vio, no slo colmada sino excedida de

    gente: como suele decirse: "no caba ya un alfiler". Entonces, frente a

    los asombrados ojos de los circunstantes, el espejo se ilumin como una

    pantalla de cine o de T.V. y comenz a emitir imgenes: stas

    mostraban a un individuo con aspecto furibundo blandiendo un enorme

    pisapapeles (no era otro que el usurero Octavio Pampidpulos, aunque

    los obreros no lo conocan) y arrojndoselo con fuerza al espejo con laclara intencin de despedazarlo. Dicho instrumento, lejos de destrozarlo,

    rebot en su superficie y fue a dar contundentemente contra la frente

    del usurero que cay al suelo sin vida. Luego, el espejo se apag y

    qued en su forma natural reflejando las caras estupefactas de los

    pescadores y sus familiares.

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    25/33

    Ante tan extraa y truculenta imagen, muchos trabajadores se

    santiguaron y, pasando a acciones prcticas, informaron a la polica

    local del suceso; sta, contra su costumbre, acudi con celeridad y, ante

    ella, el espejo volvi a iluminarse y repetir la escena del deceso del

    mentado usurero. La polica, que conoca el sonado caso de la dudosa

    muerte de Pampidpulos, se comunic con el Departamento Central de

    Polica de Buenos Aires. Rpidamente vinieron de all expertos de todo

    tipo y, el espejo, ante la presencia de cada nuevo grupo de

    investigadores, no dejaba de repetir la consabida y macabra escena.

    As qued aclarada la causa de la muerte del usurero. El espejo

    veneciano ya no sufri ninguna nueva venta, ni directamente ni en

    subasta alguna. Aunque algunos policas pretendieron incautarse del

    espejo, los obreros se opusieron, pues ellos eran los que lo haban

    encontrado perdido en el mar y nadie haba venido a invocar su

    propiedad.

    Dicen las lenguas acostumbradas a difundir sucesos extraos que,

    cada domingo, el espejo de marras ofreca a quienes, llevados por la

    curiosidad, acudan a ver sus "funciones", verdaderas "pelculas" que

    mostraban la podredumbre, la bajeza e inmoralidad de las clases y

    capas sociales ms adineradas de la sociedad, o sea: la vida de cada

    una de las familias pudientes que, a lo largo de los aos, fueron siendo

    sus ocasionales propietarios. Varias de ellas, enteradas del contenido de

    esas "funciones cinematogrficas", hicieron la denuncia ante las msaltas autoridades de la Nacin. La consecuencia fue la clausura

    momentnea de local sindical de los pescadores y la incautacin del

    "malhadado" espejo, que fue enfundado con en un pao negro y llevado

    a uno de los depsitos municipales de la Capital del pas. Con esta

    medida, las autoridades creyeron que el espejo veneciano quedara

    sepultado y olvidado.

    Cierto da y pasado ya un tiempo ms o menos prolongado, varios

    trabajadores del galpn municipal, encontraron un bulto raro envuelto

    en un pao negro sin etiqueta alguna que lo identificara. Curiosos comoeran (aunque alguna gente pueda creer que los obreros no son

    curiosos), eliminaron la funda y se encontraron con el bello espejo

    veneciano...................................................................................................

    .......................

    Ahora, los que ven las "pelculas" reflejadas en la luna veneciana, son

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    26/33

    los obreros municipales, sus familiares, amigos y trabajadores de otros

    gremios que acuden invitados por stos...; pero claro, por ahora, todo

    en el ms estricto secreto...

    Jorg

    e Prieto Barrs

    (1) - Raskolnicov - Personaje principal de la Novela

    "Crimen y Castigo" de Fedor Dostoyevsky

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    27/33

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    28/33

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    29/33

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    30/33

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    31/33

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    32/33

  • 7/31/2019 Documento Jorge 2

    33/33