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La palabra Chichén Itzá que aparece en las fuentes escritas del siglo XVI, como son la Relación de las Co- sas de Yucatán, los libros del Chilam Balam y las Re- laciones Histórico Geográficas de Yucatán se refiere al asentamiento prehispánico que se localiza en la parte centro-norte de la Península de Yucatán. Los principa- les contextos en los que se menciona a Chichén Itzá en dichas fuentes incluyen: el aspecto cronológico, grupos étnicos, nombres de personajes, familias y/o li- najes, y número de individuos que gobernaron el sitio. Haciendo a un lado aquellos contextos relaciona- dos con la cronología e identificación de grupos étni- cos y nombres de personajes, familias y/o linajes, el aspecto relacionado con el número de individuos que gobernaron Chichén Itzá ha recibido especial atención por varios colegas en la última década. Como resulta- do de sus estudios, numerosos epigrafistas y arqueó- logos han producido un cuerpo substancial de escritos cuyo argumento central sostiene que, durante la ocu- pación principal o apogeo en el período Clásico Ter- minal, Chichén Itzá fue gobernado por dos o más in- dividuos bajo una coalición, sistema de gobierno compartido o multepal por su término en Maya-Yuca- teco (Barrera Vásquez 1980: 540). La propuesta de un gobierno compartido en Chi- chén Itzá tiene sus antecedentes históricos en la men- ción de personajes en las fuentes documentales del si- glo XVI, la identificación de individuos en textos jeroglíficos de Chichén Itzá y asentamientos menores localizados cercanamente al sitio, y la propuesta ar- queológica de considerar el principal asentamiento de Chichén Itzá como perteneciente a un solo período de tiempo. Sin embargo, una revisión cuidadosa de las fuentes primarias escritas del siglo XVI, aunada a la temporalidad de los textos jeroglíficos y caracterís- ticas cronológicas del asentamiento de Chichén Itzá, revela que el sistema de gobierno compartido o mul- tepal se asocia más bien con el «Viejo Chichén» y no tanto con el «Nuevo Chichén». El objetivo del presente trabajo es demostrar que las fuentes históricas que se refieren a Chichén Itzá —sean documentos históricos del siglo XVI o textos jeroglíficos— tienen un contexto espacial y cronológi- co cuando se relacionan con el centro del sitio locali- zado en el Complejo de Las Monjas (o «Viejo Chi- chén»). Sin embargo, las fuentes históricas y textos jeroglíficos quedan fuera de su contexto espacial y cronológico cuando las empleamos para explicar el surgimiento de la Gran Nivelación («Nuevo Chichén») que fungió como el centro del sitio después de 900 d.C. En pocas palabras, tenemos que recurrir a la ar- queología ya sea para contextualizar eventos mencio- nados en los documentos escritos o explicar hechos no registrados en ellos. FUENTES HISTÓRICAS DEL SIGLO XVI La mención de individuos gobernando Chichén Itzá está registrada por Diego de Landa y las Relaciones Histórico-geográficas de la Gobernación de Yucatán. Según Landa (1959: 12), Chichén Itzá fue gobernada por «tres señores hermanos que vinieron a aquella tierra de la parte poniente, los cuales eran muy reli- giosos y que así edificaron muy lindos templos». En las Relaciones Histórico-geográficas de la Gober- nación de Yucatán se registra el gobierno de un solo individuo cuya sede estaba en Chichén Itzá (Fig. 1), y este individuo recibió tributos de comunidades locali- zadas tanto en Yucatán como más allá de esta región. Por ejemplo, en la Relación de Izamal y Santa María se lee: «en un tiempo estuvo toda esta tierra debajo del dominio de un señor, estando en su ser la ciudad anti- gua de Chichen Yza [Chichén Itzá], a quien fueron tri- butarios todos los señores de esta provincia, de Mejico [México], Guatimala [Guatemala] y Chiapa» (Garza 1983, Tomo I: 305; ver también las Relaciones de Citil- cum y Cabiche, Kizil y Sitilpech, Tekantó y Tepakán, Dzidzantun, Dzudzal y Chalamté, Tekal en Garza 1983, Tomo I: 182, 200, 216, 411, 426, 440). Con lo apuntado en el párrafo inmediato superior se nota que Chichén Itzá también fue gobernado por un solo individuo y este hecho no ha sido considerado en la reconstrucción de eventos del período Clásico Ter- Fuentes históricas y Arqueología: Convergencias y divergencias en la reconstrucción del período Clásico Terminal de Chichén Itzá RAFAEL COBOS Tulane University Universidad Autónoma de Yucatán

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Page 1: Dialnet-FuentesHistoricasYArqueologia-2774813

La palabra Chichén Itzá que aparece en las fuentesescritas del siglo XVI, como son la Relación de las Co-sas de Yucatán, los libros del Chilam Balam y las Re-laciones Histórico Geográficas de Yucatán se refiere alasentamiento prehispánico que se localiza en la partecentro-norte de la Península de Yucatán. Los principa-les contextos en los que se menciona a Chichén Itzáen dichas fuentes incluyen: el aspecto cronológico,grupos étnicos, nombres de personajes, familias y/o li-najes, y número de individuos que gobernaron el sitio.

Haciendo a un lado aquellos contextos relaciona-dos con la cronología e identificación de grupos étni-cos y nombres de personajes, familias y/o linajes, elaspecto relacionado con el número de individuos quegobernaron Chichén Itzá ha recibido especial atenciónpor varios colegas en la última década. Como resulta-do de sus estudios, numerosos epigrafistas y arqueó-logos han producido un cuerpo substancial de escritoscuyo argumento central sostiene que, durante la ocu-pación principal o apogeo en el período Clásico Ter-minal, Chichén Itzá fue gobernado por dos o más in-dividuos bajo una coalición, sistema de gobiernocompartido o multepal por su término en Maya-Yuca-teco (Barrera Vásquez 1980: 540).

La propuesta de un gobierno compartido en Chi-chén Itzá tiene sus antecedentes históricos en la men-ción de personajes en las fuentes documentales del si-glo XVI, la identificación de individuos en textosjeroglíficos de Chichén Itzá y asentamientos menoreslocalizados cercanamente al sitio, y la propuesta ar-queológica de considerar el principal asentamientode Chichén Itzá como perteneciente a un solo períodode tiempo. Sin embargo, una revisión cuidadosa delas fuentes primarias escritas del siglo XVI, aunada ala temporalidad de los textos jeroglíficos y caracterís-ticas cronológicas del asentamiento de Chichén Itzá,revela que el sistema de gobierno compartido o mul-tepal se asocia más bien con el «Viejo Chichén» y notanto con el «Nuevo Chichén».

El objetivo del presente trabajo es demostrar quelas fuentes históricas que se refieren a Chichén Itzá—sean documentos históricos del siglo XVI o textos

jeroglíficos— tienen un contexto espacial y cronológi-co cuando se relacionan con el centro del sitio locali-zado en el Complejo de Las Monjas (o «Viejo Chi-chén»). Sin embargo, las fuentes históricas y textosjeroglíficos quedan fuera de su contexto espacial ycronológico cuando las empleamos para explicar elsurgimiento de la Gran Nivelación («Nuevo Chichén»)que fungió como el centro del sitio después de 900d.C. En pocas palabras, tenemos que recurrir a la ar-queología ya sea para contextualizar eventos mencio-nados en los documentos escritos o explicar hechosno registrados en ellos.

FUENTES HISTÓRICAS DEL SIGLO XVI

La mención de individuos gobernando Chichén Itzáestá registrada por Diego de Landa y las RelacionesHistórico-geográficas de la Gobernación de Yucatán.Según Landa (1959: 12), Chichén Itzá fue gobernadapor «tres señores hermanos que vinieron a aquellatierra de la parte poniente, los cuales eran muy reli-giosos y que así edificaron muy lindos templos».

En las Relaciones Histórico-geográficas de la Gober-nación de Yucatán se registra el gobierno de un soloindividuo cuya sede estaba en Chichén Itzá (Fig. 1), yeste individuo recibió tributos de comunidades locali-zadas tanto en Yucatán como más allá de esta región.Por ejemplo, en la Relación de Izamal y Santa María selee: «en un tiempo estuvo toda esta tierra debajo deldominio de un señor, estando en su ser la ciudad anti-gua de Chichen Yza [Chichén Itzá], a quien fueron tri-butarios todos los señores de esta provincia, de Mejico[México], Guatimala [Guatemala] y Chiapa» (Garza1983, Tomo I: 305; ver también las Relaciones de Citil-cum y Cabiche, Kizil y Sitilpech, Tekantó y Tepakán,Dzidzantun, Dzudzal y Chalamté, Tekal en Garza 1983,Tomo I: 182, 200, 216, 411, 426, 440).

Con lo apuntado en el párrafo inmediato superior senota que Chichén Itzá también fue gobernado por unsolo individuo y este hecho no ha sido considerado enla reconstrucción de eventos del período Clásico Ter-

Fuentes históricas y Arqueología: Convergenciasy divergencias en la reconstrucción del período

Clásico Terminal de Chichén Itzá

RAFAEL COBOSTulane University

Universidad Autónoma de Yucatán

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minal en el sitio. Por ejemplo, Stuart (1993: 346-348)argumentó que los textos jeroglíficos que mencionana tres hermanos se localizan en el «Viejo Chichén» yestos hermanos corresponden a aquellos que Landaatribuyó la construcción de El Castillo en el «NuevoChichén». Es más, Stuart (1993: 348) apuntó: «I do notwish to enter into a complex and debatable discus-sion of Chichén Itzá’s chronology, but there now se-ems to be considerable doubts as to the exclusivity ofthese two periods, defined principally by art stiles».Por su parte, Lincoln (1990: 97-98, 1994: 173-174) tam-bién hizo referencia a la anotación de Landa y, aunquecriticó que debemos depender «on the words of a fa-natical Spanish Inquisitor to understand the basic wor-kings of Maya thoughts», no incluyó aquellas refenciassobre Chichén Itzá en las que se refiere al gobierno deun sólo individuo. Por último, para Schele y Mathews(1998: 197) la leyenda sobre la fundación de ChichénItzá por tres hermanos registrada por Landa refleja «a

real history, because the inscriptions of Chich’en Itzaname a group of five individuals as its ruler».

Por lo tanto, el multepal en Chichén Itzá es válidosiempre y cuando se tome como cierto lo apuntadopor Landa sobre los tres hermanos que llegaron desdeel occidente, que los mismos individuos son mencio-nados tanto en las fuentes históricas como en los tex-tos jeroglíficos, y si aceptamos que los textos jeroglí-ficos localizados principalmente entre el Complejo deLas Monjas-Osario y el Templo de los Tres y CuatroDinteles se asocian cronológicamente con la Gran Ni-velación y estructuras asentadas sobre ella tales comoEl Castillo, El Templo de los Guerreros, el Gran Juegode Pelota, El Mercado, etc. Como apuntamos líneasarriba, Stuart (1993: 348) tuvo dudas respecto a una di-ferencia cronológica entre el «Viejo» y «Nuevo» Chi-chén Itzá pero no profundizó en el aspecto arqueoló-gico para comprobar la contemporaneidad de todo elasentamiento. Quien se encargó de utilizar datos ar-

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Figura 1. Localización de Chiché Itzá.

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queológicos para argumentar la total contemporanei-dad de todos los grupos arquitectónicos de ChichénItzá fue Lincoln (1990).

Uno de los objetivos de la investigación de Lincoln(1990: 390) fue «to dispell the notion that a meaningfulcontrast can be discerned between old and new com-ponents of the site». Para lograr este objetivo en par-ticular, Lincoln (1990: xlii-xliii, 32-146) utilizó tanto losprincipios de la teoría de gobierno dual o compartidopara la interpretación del asentamiento, como datosderivados de las investigaciones epigráficas y fuen-tes etnohistóricas sobre Chichén Itzá. Con esto, Lincolntrató de acomodar sus interpretaciones arqueológi-cas a la propuesta de la existencia de un gobiernocompartido en Chichén Itzá cuando el sitio alcanzó sumáximo esplendor. Como veremos en la siguientesección, la propuesta de un gobierno compartido omultepal en Chichén Itzá surgió a fines de la décadade 1980.

FUENTES HISTÓRICAS DEL SIGLO XVI Y TEXTOS

JEROGLÍFICOS

En 1988, David Stuart hizo circular una carta en laque informó a la comunidad de epigrafistas la identi-ficación de un glifo cuya lectura es y-itah y su relaciónacerca de la fundación de Chichén Itzá por tres her-manos (Lincoln 1990: xli; Schele y Mathews 1998: 353-354, Nota 1). En un principio, el glifo leído como y-itahse interpretó como «hermano/a de», aunque lecturasposteriores de y-itah sugirieron que se trata de un tí-tulo de rango especial y no se limita solamente a unarelación meramente consanguínea entre hermanos ohermanas (Stuart 1993: 347; Schele y Mathews 1998:354, Nota 1).

Durante los primeros años que se aceptó la lecturade y-itah exclusivamente como «hermano/a de», au-tores como Krochock (1988), Krochock y Freidel (1994),Lincoln (1990), Schele y Freidel (1990) utilizaron estainformación para apoyar lo sugerido por Stuart (1993:346-348) respecto a un gobierno compartido o multe-pal formado por dos o más individuos en Chichén Itzádurante el período Clásico Terminal (800 d.C.-1000d.C.). Por lo tanto, se asumió que ciertos pasajes re-gistrados en las fuentes escritas del siglo XVI tienenvalidez histórica además de que los textos jeroglífi-cos de Chichén Itzá mencionan a los mismos perso-najes históricos. Hacia principios de la década de 1990,la interpretación de los datos epigráficos y textos his-tóricos no dejaban duda de la correlación existente

entre personajes históricos mencionados tanto en losdocumentos escritos en papel como aquellos graba-dos en piedra caliza.

De acuerdo a Stuart (1993: 346-348, Fig. 12), y-itahse asocia con y relaciona a varios personajes mencio-nados en los textos jeroglíficos de Chichén Itzá quetambién aparecen registrados en las fuentes históri-cas, como por ejemplo K’ ak’ upakal. Sin embargo,ninguno de los personajes mencionados en los textosjeroglíficos de Chichén Itzá sobresale como figura cen-tral y esto le sugirió a Stuart (1993: 347) «a much dif-ferent political organization than any we have pre-viously seen in Maya history».

Cabe recordar que un rasgo común de las unidadespolíticas mayas del período Clásico Tardío fue su au-toridad asociada con una figura central o individuoimportante. Esta figura central se reconoció como K’ulAhau o señor divino (Mathews 1991; Stuart y Houston1994). La figura central del soberano maya con fre-cuencia mencionada y representada en los textos je-roglíficos fechados para el período Clásico en sitios delas Tierras Bajas mayas se encuentra ausente en Chi-chén Itzá. Esta ausencia se ha interpretado como laaparición de una nueva forma de gobierno la cual di-ferenció a Chichén Itzá de las capitales mayas del sur(ver también Grube 1994: 320 para un argumento si-milar en Xcalumkin, Campeche).

Relacionado con lo anterior se observa que ChichénItzá no posee un glifo emblema en el sentido estrictode la definición, o bien, las lecturas realizadas hasta elmomento de los textos jeroglíficos no han revelado lapresencia de un glifo emblema. Es decir, los glifosemblemas de las comunidades del Clásico Tardío delas tierras bajas del sur se caracterizan por tener treselementos importantes:

1) un prefijo cuyos elementos han sido identifica-dos como glifos del grupo del agua. El valor fo-nético del prefijo parece ser K’u (dios) o K’ul (di-vino, sagrado) (Stuart y Houston 1994: 5),

2) un glifo principal que aparece como elementocentral. Este glifo principal es «different from siteto site but fairly consistent within each site’s ins-criptions» (Mathews 1991: 22, Fig. 2.1; ver tam-bién Stuart y Houston 1994),

3) la presencia del glifo Ahau como título honorífi-co. El glifo Ahau aparece siempre después delglifo principal (Stuart y Houston 1994: 5).

Tomando en consideración el avance realizado has-ta ahora en el desciframiento de textos jeroglíficos en

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Chichén Itzá, solamente se observan los elementos 1 y3 que definen tradicionalmente a los glifos emblemas.Stuart y Houston (1994: 5) han opinado que en estecaso se trata no tanto de un glifo emblema sino másbien de un título para señores importantes compuestodel prefijo K’ul y el glifo Ahau como elemento central.

Otros de los elementos que distinguen a ChichénItzá de las comunidades mayas de los períodos Clási-co Tardío y Clásico Terminal es que no se registraneventos biográficos de los diferentes personajes men-cionados en los textos jeroglíficos. De hecho los textosjeroglíficos de Chichén Itzá registran «collectively exe-cuted rituals, especially fire-ceremonies and rites rela-ted to the dedication of architecture and artifacts»(Grube 1994: 325). Por ejemplo, algunos de los temasincluyen la dedicación de dinteles y edificios, ritualesdurante el juego de pelota (Krochock y Freidel 1994:360).

Por lo tanto, los datos epigráficos, iconográficos yfuentes históricas coloniales utilizados por diferentesinvestigadores revelaron más diferencias entre Chi-chén Itzá y otras comunidades típicamente mayas delperíodo Clásico. Sin embargo, aún faltaba contextua-lizar la información anterior sobre el terreno que ocu-pó la antigua comunidad de Chichén Itzá y, para ello,Lincoln (1990: xlii-xliii, 32-146) trató de acomodar suinvestigación arqueológica a la propuesta de la exis-tencia de un gobierno compartido en el sitio.

FUENTES HISTÓRICAS DEL SIGLO XVI, TEXTOS

JEROGLÍFICOS Y ARQUEOLOGÍA

Lincoln (1990: i, xxxiii, 32-33, 63-76, 405, 633-642),aplicó los principios de antropología estructuralista asus datos de campo para sugerir que los conjuntos tri-funcionales formados por un templo, estructura decrujía alargada y patio-galería corresponden a las tresfunciones institucionales propuestas por Georges Du-mézil para cualquier sociedad del mundo. Estas tresfunciones incluyen «(1) priestly sovereignty, (2) a wa-rrior-based nobility, and royalty, and (3) those whocarry out the basic production of wealth and the live-lihood of society» (Lincoln 1990: 67). Mediante un ra-zonamiento deductivo, Lincoln (1990: I, 67, 74-75) iden-tificó la función sacerdotal con el templo, la realeza ynobleza basada en guerreros con las estructuras decrujía alargada y la fuerza productiva con las estructu-ras patio-galería.

Para Lincoln (1990: 6, 210-389), los conjuntos trifun-cionales son contemporáneos y se fechan durante el

complejo Sotuta que marca el apogeo de Chichén Itzá.Al reconocer ésta contemporaneidad, Lincoln (1990:575) asumió que todos los grupos arquitectónicos delsitio evolucionaron simultaneamente. Es precisamen-te a ésta contemporaneaidad a la que se asocian K’ ak’upakal y Kukulkán, los nombres o títulos de los dossoberanos que aparentemente gobernaron ChichénItzá y cuyos iconos distintivos son un escudo o discosolar (K’ ak’ upakal) y la serpiente emplumada (Ku-kulkán) (Lincoln 1990: 77, 82).

K’ ak’ upakal no es mencionado por Landa (1959)aunque en las Relaciones Histórico-geográficas de laGobernación de Yucatán los nombres de K’ ak’ upakaly Kukulkán son mencionados cinco y seis veces res-pectivamente (ver las Relaciones de Citilcum y Cabi-che, Kizil y Sitilpech, Tekantó y Tepakán, Motul, Izamaly Santa María en Garza 1983, Tomo I: 181-182, 199-200, 215-216, 252, 269, 305-306). K’ ak’ upakal es men-cionado en las fuentes como conquistador de Motul eIzamal, como capitán valeroso de los ahyzaes y comopoblador de Mayapán. Por su parte, Kukulkán es refe-rido como capitán mexicano y, en la Relación de Dzan,Panabchen y Muna, como ídolo en un templo. Conrespecto a Kukulkán, Landa (1959: 13) registró que fueun gran señor que reinó en Chichén Itzá y «entró porla parte poniente y que difieren en si entró antes odespués de los Yzáes, o con ellos». Además, Landa re-gistró que Kukulkán le puso nombre al sitio postclási-co de Mayapán.

El nombre de Kukulkán se asocia —de acuerdo aLincoln (1990: 100)— con uno de los tres hermanos oprimos que gobernaron Chichén Itzá. Cuando algunode estos hermanos o primos moría o se separaba delpoder, Kukulkán asumía el trono de nueva cuenta paraevitar caos o incertidumbre. Correspondía a Kukulkánvolver a generar orden social mediante el reestableci-miento de un gobierno compartido con sus herma-nos o primos. Por lo tanto, durante los ciclos de go-bierno, Kukulkán aparece como la figura central quereestablece el orden y ésta función lo asocia con el as-pecto de sacerdote soberano en el esquema institu-cional-social propuesto por Georges Dumézil.

Tomando en cuenta las estructuras del asentamien-to de Chichén Itzá, Lincoln (1990: 145) asocia a los tem-plos como El Castillo (Fig. 2) con Kukulkán en tantoque las estructuras de crujía alargada o palacio comoel Complejo de Las Monjas con K’ ak’ upakal. Es más,Grube (1994: 329; ver también Lincoln 1990: 605-609)considera que el Complejo de Las Monjas «representmore than any other building at the site the non-mo-narchical political structure of Chichén Itzá, because

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leaders of various lineages and families used the buil-ding for communal and administrative purposes».

La estructura política no monárquica a la que se re-fire Grube, o el gobierno dual compartido que propo-nen Freidel, Krochock, Lincoln, Schele y Stuart paraChichén Itzá, se explica mejor si consideramos al Com-plejo de Las Monjas como el centro del sitio antes

del surgimiento de la Gran Nivelación ubicada al Nor-te. Es decir, una mirada al arreglo espacial del asenta-miento tomando en cuenta solamente las estructurasdel «Viejo Chichén» como son el Complejo de lasMonjas y el Grupo del Suroeste, o el Complejo de lasMonjas y el Templo de los Tres Dinteles, revela losprincipios esenciales y básicos que definen a los sitiosMayas: un sacbe o calzada uniendo a dos grupos ar-quitectónicos (Kurjack 1979, 1994). Esta antigua calza-da es la huella material más clara de la interacciónque debió de haber prevalecido entre grupos sociales.

Por lo tanto, la función del Complejo de Las Monjaspudo haber variado a través del tiempo y lo registradoen los textos jeroglíficos y fuentes históricas corres-ponde solamente a un momento de la historia delcomplejo arquitectónico en particular, y del sitio engeneral. Por otro lado, y como veremos más adelante,los datos históricos y la arqueología van de la manocuando consideramos que Chichén Itzá pudo habersido gobernado por un solo individuo quien recibió tri-butos de comunidades localizadas tanto en Yucatáncomo más allá de esta región.

RECONSTRUYENDO EL ASENTAMIENTO:

FUENTES HISTÓRICAS Y ARQUEOLOGÍA

La evidencia cerámica revela que la distribución es-pacial de los principales conjuntos arquitectónicos de

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Figura 2. El Castillo, Chichén Itzá.

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Chichén Itzá se asocia con dos facetas del complejocerámico Sotuta, las cuales fechan una etapa tempra-na y otra tardía del asentamiento (Andrews IV 1970;Brainerd 1958; Lincoln 1990; Smith 1971). Durante laetapa temprana, el centro de Chichén Itzá se localizóen el Complejo de Las Monjas mientras que durante laetapa tardía el centro del sitio se asoció con la GranNivelación.

La diferencia cronológica del asentamiento es desuma importancia ya que reconoce por lo menos doscentros del sitio ubicados espacialmente en diferentespuntos de Chichén Itzá aunque, cuando surgió la GranNivelación, los edificios del «Viejo Chichén» continua-ron ocupados y funcionando como elementos inte-grales del asentamiento. Además, la diferenciaciónentre un «Viejo» y «Nuevo» Chichén Itzá se basa encerámica y datos del asentamiento y no tiene ningunarelación con el «Viejo» y «Nuevo» Chichén Itzá defini-do por estudios de historia del arte, iconográficos o deetnicidad (ver por ejemplo Tozzer 1957).

Restos del asentamiento temprano se localizan en elComplejo de Las Monjas-Osario, Grupo del Suroeste,Templos de los Tres y Cuatro Dinteles, Grupo de la Se-rie Inicial y el sistema de calzadas que une a estosconjuntos. Si consideramos los conjuntos de edificioscon arquitectura de mampostería localizados entre elComplejo de Las Monjas y los Templos de los Tres yCuatro Dinteles se nota que ambos grupos se en-cuentran integrados físicamente por medio de la cal-zada o Sacbe 7. Además, estos conjuntos arquitectó-nicos mayores exhiben el mismo tipo de arquitectura,y la presencia de grupos con arquitectura elaboradaunidos por un sacbe nos recuerda el típico arreglo decomunidades Mayas de las tierras bajas (ver Kurjack1979; Kurjack y Garza 1981).

El sistema de calzadas asociado con «Viejo Chi-chén» une a conjuntos en los que se invirtió una con-siderable fuerza de trabajo para construir edificioscon bóveda. Por ejemplo, una mirada al área com-prendida entre el centro y esquina Sureste del Cua-drante 3C (Estructuras 3C7 [Casa del Venado], 3C8[Casa Colorada], 3C9-3C12, 3C15-3C18), la esquinaNoreste del Cuadrante 4C (Estructuras 4C1 [Complejode Las Monjas], 4C2-4C4; cancha para Juego de Pelo-ta de Las Monjas) y la esquina Noroeste del Cuadran-te 4D (Estructuras 4D1 [Adab’dzib], 4D2) muestra untotal de 17 estructuras prehispánicas de las cualesnueve están abovedadas y presentan una arquitecturamuy elaborada (Bolles 1977; Ruppert 1952: Fig. 151).Por lo tanto, la concentración espacial de arquitecturaelaborada puede ser tomada como un indicador de la

complejidad social interna existente en Chichén Itzápara el siglo IX d.C., período que coincide con los tex-tos jeroglíficos registrados en el sitio y al que se aso-cia la mención de personajes en las fuentes históricasdel siglo XVI.

Como hemos visto, la propuesta de gobierno com-partido en Chichén Itzá fue sugerida después de haberconsiderado lo apuntado por Landa y el desciframien-to de los textos jeroglíficos en el sitio. Sin embargo, ya excepción de una reevaluación cronológica de la fe-cha asociada con la Estructura 3C1, una revisión tantoespacial como cronológica de las fechas de CuentaLarga interpretadas en la mayoría de los textos jero-glíficos de Chichén Itzá revelan que se circunscribenespacialmente al «Viejo Chichén» y se ubican en eltiempo entre 800 y 900 d.C.

Con la excepción del marcador del Gran Juego dePelota y los textos jeroglíficos asociados con el Tem-plo de las Jambas Jeroglíficas, la mayoría de las fe-chas de Cuenta Larga interpretadas en los textos deChichén Itzá se localizan entre el Complejo de LasMonjas-Grupo del Osario y los Templos de los Tres yCuatro Dinteles. Una mirada al mapa de Chichén Itzáde la Institución Carnegie de Washington muestra queestos conjuntos arquitectónicos se encuentran unidosprincipalmente por la Calzada o Sacbe 7 en tanto quela Calzada 25 une al Grupo de la Serie Inicial con elSacbe 7 (Ruppert 1952: Fig. 151).

Los textos jeroglíficos del «Viejo Chichén», el Tem-plo de las Jambas Jeroglíficas y la piedra de cierrede bóveda de una tumba registran diferentes fechasentre los años de 832 d.C. y 897 d.C. (Grube 1994; He-adrick 1990; Krochock 1988, 1989; Love 1989; Schele yFreidel 1990; Stuart 1989; Wagner 1995; Wren et al.1989). Por lo tanto, la historia registrada en textos je-roglíficos de Chichén Itzá abarca un poco más de 65años y los individuos mencionados en los textos «per-tain to only two or three successive generations, ofwhich only the last is contemporary with the hie-roglyphic inscriptions» (Grube 1994: 325).

La última generación de individuos mencionada enlos textos jeroglíficos del «Viejo Chichén» se fechapara el siglo IX d.C. y asocia con las formas cerámicastempranas del complejo Sotuta. Es más, los conjuntostrifuncionales propuestos por Lincoln (1990: 6, 210-389) que incluyen templos (5C4, 5D1), estructuras decrujía alargada (5D14, 5D2) y patios-galería (5C11, 5D3)en el Grupo de la Serie Inicial y la Plataforma Ho’Checorresponden cronológicamente a la etapa tempranadel asentamiento y prefechan la construcción de laGran Nivelación y estructuras asociadas.

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Antes de continuar es necesario considerar una fe-cha de Cuenta Larga de una de las pilastras en la par-te superior de la Estructura 3C1 (El Osario o Tumbadel Gran Sacerdote) (Fig. 3) la cual ha sido ubicada enel tiempo para finales del siglo X d.C. Correspondió aEric Thompson proponer en la década de 1930 quelos textos jeroglíficos y numerales asociados con la pi-lastra de la Estructura 3C1 registran la fecha 998 d.C.Sin embargo, a mediados de la década de 1990 se re-visó la posición cronológica de los textos jeroglíficos ynumerales de la pilastra y se consideró que se fechanmás bien para el siglo IX d.C. (Wagner 1995). En un ar-tículo reciente, Graña-Behrens et al. (1999) argumen-tan que los textos jeroglíficos y numerales de la pilas-tra se fechan para 998 d.C., por lo que Thompsonestuvo correcto cuando leyó esta fecha hace más demedio siglo. De hecho, para Graña-Behrens et al.(1999: 65) esta fecha de fines del siglo X d.C. asociada

con la pilastra de la parte superior de El Osario (Es-tructura 3C1) «presumably marked the end of the finalconstruction phase» de este edificio.

La propuesta presentada por Graña-Behrnes et al.(1999) de asociar la fecha de fines del siglo X d.C. conactividad constructiva de la Estructura 3C1 es muy su-gestiva, aunque también cabe la posibilidad de que lafecha registrada en la pilastra no se relacione necesa-riamente con la fase final de construcción de El Osarioo Tumba del Gran Sacerdote. Una revisión cuidadosadel contexto arquitectónico y arqueológico de los edi-ficios que integran la Plaza del Osario revela que, laconstrucción y el uso de las Estructuras 3C1, 3C2, 3C3y 3C4, se asocia tanto con la etapa temprana comocon la tardía del complejo Sotuta. De hecho, excava-ciones efectuadas en la Plaza del Osario han reveladoque los tres primeros edificios que se construyeronfueron las Estructuras 3C1, 3C2 (estructura circular) y

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Figura 3. Estructura3C1 o «El Osario», Chichén Itzá.

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3C3 (Plataforma de Venus), mientras que 3C4 fueconstruida tardiamente al haberse reutilizado piedrasque adornaban las fachadas de otros edificios (verFernández 1996: 28-36, 114-115).

Tomando en cuenta la cerámica, los componentesde la vajilla Chichén Rojo estaban presentes y fueronutilizados en Chichén Itzá desde el siglo IX d.C. (Brai-nerd 1956: 65). Por lo tanto, la presencia de materialescerámicos Chichén Rojo en la Estructura 3C1 y el he-cho de que esta estructura junto con 3C2 y 3C3 fueronlas primeras en haber sido construidas en el Grupo delOsario dejan abierta la posibilidad que estos tres edi-ficios se hayan edificado y completado antes de 998d.C. Es más, parece ser que el arreglo arquitectónicoformado por un templo (3C1), plataforma con cuatroescalinatas (3C3), portal con calzada que termina enun altar (3D31) y templo (3D13) junto a un cenote (Xto-lok) estaba presente en el sitio hacia 900 d.C. y estemismo patrón se vuelve a repetir en Chichén Itzá conestructuras que presentan un mayor volumen de cons-trucción. El diseño arquitectónico integrado por untemplo (El Castillo), plataforma con cuatro escalinatas(Plataforma de Venus), portal, calzada, altar y temploasociado con el Cenote de Sacrificios se observa en laGran Nivelación y fecha para el siglo X d.C.

Por lo tanto, la fecha tardía propuesta por Graña-Behrens et al. (1999) se asocia más bien con la ocupa-ción tardía del Grupo del Osario y no tanto con la últi-ma fase constructiva de 3C1. Parece ser que quienesinscribieron la fecha 998 d.C. en una de las pilastras dela Estructura 3C1 lo hicieron cuando el auge construc-tivo de Chichén Itzá llegaba a su fin por lo que cabe laposibilidad que la inscripción en la pilastra de 3C1 seacontemporánea a la construcción de 3C4, o bien, 3C4postfecha la inscripción por un tiempo relativamentecorto. Otras estructuras construidas tardiamente enChichén Itzá, además de 3C4, incluyen el Templo delos Retablos (3C16) y la banqueta de El Mercado(3D11) (Brainerd 1958: 37-38, 41-42).

De acuerdo a Kurjack (1994: 314), los Mayas «triedto replicate their model of community organizationand government on a territorial level». Por lo tanto,una explicación alterna a los textos jeroglíficos locali-zados en el «Viejo Chichén» es que podrían relacio-narse más bien con la decisión voluntaria de indivi-duos de juntarse o asociarse para la formación de unacomunidad o asentamiento y este hecho ha sido des-tacado por Marcus (1993: 134, 137, 139, 167; ver tam-bién Kurjack 1979, 1994) cuando tomó en cuenta lasfuentes históricas que hablan sobre Chichén Itzá. Dehecho, Kelley (1982: 2) observó que «the close cluste-

ring of all satisfactorily deciphered dates stronlgy im-plies that the Itzas planned the city and began buildingit as a unit across the five mile or so in which monu-ments mention Kakupakal and his relatives».

Restos de la ocupación tardía de Chichén Itzá se lo-calizan en la Gran Nivelación, en los grupos arquitec-tónicos localizados en la periferia del sitio y en las cal-zadas que unen a la Gran Nivelación con esos gruposarquitectónicos periféricos. Además, las formas cerá-micas tardías del complejo Sotuta se asocian tantocon los edificios de la Gran Nivelación como con gru-pos arquitectónicos integrados exclusivamente por untemplo, altar y patio-galería en lugar de los conjuntostrifuncionales. Es precisamente este arreglo arquitec-tónico el que define las características particulares delasentamiento de Chichén Itzá después de 900 d.C. yparece estar asociado con el gobierno de un soberanoo figura central, según se nota en la arquitectura mo-numental e iconografía de la Gran Nivelación, o comolo registran las Relaciones Histórico-geográficas de laGobernación de Yucatán, con el señor que residía enChichén Itzá quien dominó «toda esta tierra» y recibiótributo de los señores de otras partes de México, Chia-pas y Guatemala.

La estructura interna del asentamiento en ChichénItzá cambió del área sur hacia el norte, en donde laGran Nivelación se convirtió en el centro del sitio. Dehecho, los Cuadrantes 2D, 3D, y 3E de la Figura 151 delmapa de la Institución Carnegie de Washington mues-tra un total de 28 edificios construidos sobre una granplataforma. De estos 28 edificios, 19 presentan bóve-das y varios de ellos constituyen versiones mas gran-des y elaboradas que sus precedentes localizados en«Viejo Chichén». Por ejemplo, prototipos de El Castillo(templo), El Mercado (estructura patio-galería), alta-res con cuatro escalinatas, columnatas y canchas parajuego de pelota se encuentran en el Grupo del Osario,Complejo de Las Monjas, Grupo del Suroeste y Grupode la Serie Inicial, a los cuales se asocian los textos je-roglíficos fechados en el siglo IX d.C.

El sistema de calzadas tardío asociado con la GranNivelación y las formas tardías del complejo cerámicoSotuta presenta un arreglo dendrítico el cual integranuevas calzadas como aquellas asociadas con el «Vie-jo Chichén». Este nuevo sistema de calzadas sirviópara unir no solamente el epicentro de Chichén Itzácon áreas de culto como el Cenote Sagrado, sino tam-bién con grupos arquitectónicos nuevos o ya existen-tes. Por ejemplo, la Calzada o Sacbe 1 une a El Castilloy la Plataforma de Venus con el altar y templo asocia-do con el Cenote de Sacrificios. Cabe indicar que un

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arreglo similar se observa en el Grupo del Osario y elgrupo del Cenote Xtoloc, es decir, un templo y plata-forma están unidos a un altar y templo por el Sacbe 15(Fernández 1996).

Los nuevos grupos construidos durante la etapa tar-día del asentamiento de Chichén Itzá están integra-dos por un templo, altar y patio-galería y se localizan auna distancia de hasta 2.5 km del centro del sitio. Ade-más, una mirada al sistema de caminos tardío de Chi-chén Itzá revela que estas calzadas prehispánicas in-tegraron a la comunidad espacialmente uniendo aconjuntos arquitectónicos tempranos localizados enel «Viejo Chichén». Por ejemplo, el Sacbe 12 une a laGran Nivelación con la Plataforma Ho’Che sobre lacual Lincoln (1990: 398, 401-451, 492-497) reportó unarreglo trifuncional.

La presencia de construcciones arquitectónicas ma-sivas en la Gran Nivelación y el sistema de calzadasdendrítico de Chichén Itzá sugieren que el asenta-miento alcanzó un alto grado de complejidad durantela etapa final y más importante de la ocupación del si-tio. Es más, Chichén Itzá puede incluirse en la catego-ría de centros primarios o capitales regionales defini-das por Marcus (1983: 206) donde un complejo deedificios domina a otros conjuntos, o bien, ChichénItzá es un sitio de primer rango según los criterios deGarza y Kurjack (1980: 25) quienes toman en cuenta lamagnitud del volumen de construcción y extensióndel asentamiento.

Una mirada al espacio que ocupan los principalesedificios construidos sobre la Gran Nivelación muestraque la Columnata Oeste (Estructura 3D1) divide a estanivelación en dos grandes áreas o sectores ubicadosal Oeste y Este. En el sector oeste se encuentran ElCastillo, el Gran Juego de Pelota, las Plataformas deVenus, de las Aguilas y el Tzompantli, y estas cons-trucciones se asocian con funciones rituales o religio-sas. En el sector oriente se encuentra El Mercado y laColumnata Norte, y este sector se asocia con la fun-ción residencial. Esta división espacial del centro deChichén Itzá con edificios de funciones diferentes seasemeja a lo obervado por Ashmore (1992) en Quiri-guá, Tikal, Copán, y por Hammond (1981) en sitiosdel norte de Belice donde los centros de estos sitiosmayas del período Clásico Tardío exhiben un área re-ligioso/ritual y otra residencial.

Cabe destacar que en cada uno de los sectores oes-te y este del centro del «Nuevo» Chichén Itzá se en-cuentran representaciones de un personaje importan-te o figura central. Estas representaciones muestran aun individuo como personaje importante o soberano

en la captura de cautivos y se aprecian claramente enel Templo del Jaguar, El Castillo y en El Mercado. Esmás, este personaje puede asociarse con lo registradoen las Relaciones Histórico-geográficas de la Gober-nación de Yucatán cuando se refieren a un señor im-portante que gobernó Chichén Itzá.

Por ejemplo, K’ ak’ upakal aparece solo sentado enel trono de jaguar bicéfalo el cual está representado enun dintel de madera localizado en la parte superiordel Templo de los Jaguares y en un relieve de la paredOeste del Templo Inferior del Templo de los Jaguares(Coggins 1984: 163, Figs. 5, 19; Maudslay 1974, Vol. III,Láminas 35, 50). De acuerdo a Taube (1992: 142), eltrono de jaguar es «a clear allusion to Maya rulers-hip». Un dintel localizado en la parte interior del cuar-to superior de El Castillo «depicts 17 small figures,eight standing on each side of a central figure within asun ray cartouche» (Greene Robertson 1994: 207,Fig.15). Ocho de las figuras localizadas en el lado estedel dintel se encuentran sentadas y presentan las mu-ñecas de sus manos amarradas con una soga. Ade-más, nueve y ocho figuras aparecen tanto a la derechacomo a la izquierda respectivamente de una figuracentral, y todas estas figuras constituyen el principaltema de la banqueta ubicada a la entrada de El Mer-cado o patio-galería 3D11 (Greene Robertson 1994:206, Fig. 13; Ruppert 1943: 245-249, Figs. 7, 22-25). Aexcepción del personaje central, las 17 figuras restan-tes tienen una cuerda amarrada a las muñecas de susmanos y cada una se asocia con un glifo nominal.

Parece ser que el soberano de Chichén Itzá del sigloX d.C. no utilizó los textos jeroglíficos del período Clá-sico Tardío para destacar «the personal charisma ofthe high king» (Krochock y Freidel 1994: 360) y prefirióutilizar arquitectura monumental —como hemos se-ñalado— y el sistema logográfico del centro de Méxicopara destacar autoridad o mando. Sin lugar a dudas eluso del sistema logográfico es un rasgo compartidoentre Chichén Itzá y varias capitales regionales del Epi-clásico o período Clásico Tardío de Mesoamérica (verBaddeley 1983; Baird 1989; Berlo 1989; Cohodas 1989;Nagao 1989; Pasztory 1978, 1993).

Resulta interesante señalar que Krochock (1998) yKrochock y Freidel (1994: 360) observaron correcta-mente el cambio en el uso de textos jeroglíficos a lasrepresentaciones visuales entre el «Viejo» y «Nuevo»Chichén Itzá, sin embargo, ellos atribuyeron el uso delas representaciones pictográficas en la Gran Nivela-ción a la continuación de la nueva forma de gobiernocompartido o multepal registrada —aparentemente—en los textos jeroglíficos del período Clásico Tardío. De

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hecho, para Krochock y Freidel (1994: 360) los textosjeroglíficos en Chichén Itzá y otros sitios Mayas «fadedwith the kingship they had helped to originally defineand legitimate». Además, cabe recordar que Krochocky Freidel siguieron el argumento de Lincoln (1990: 6,210-390, 575), el cual sugiere que el asentamiento deChichén Itzá presenta un solo componente cronológi-co y no distingue arqueológicamente entre un «Viejo»y «Nuevo» Chichén Itzá.

El uso de representaciones pictográficas durante elsiglo X d.C. en Chichén Itzá coincidió cronológica-mente con el asentamiento tardío de Chichén Itzá se-gún lo sugiere el arreglo interno del sitio, el cual in-cluyó: un volumen masivo de construccionesasociadas con la Gran Nivelación, la edificación denuevos grupos arquitectónicos en la periferia de Chi-chén Itzá integrados por templos, altares y patios-ga-lería, la implantación de un sistema de calzadas den-drítico uniendo grupos arquitectónicos nuevos o yaexistentes, y el uso de formas tardías en la cerámicaSotuta. Durante el siglo X d.C., Chichén Itzá tambiéntuvo acceso a materiales originarios de otras partes deMéxico, Chiapas, Guatemala y Centroamérica según lodemuestra la evidencia arqueológica recobrada en lasexcavaciones de varias estructuras del «Nuevo Chi-chén» y el Cenote Sagrado (Bray 1996; Coggins 1992;Coggins y Shane 1984; Proskouriakoff 1974).

Los materiales que llegaron a Chichén Itzá comoproductos terminados incluyen navajas de obsidiana ydiscos de turquesa de otras partes de México (Bras-well 1997; Cobos 1998); vasijas de cerámica Tohil Plo-mizo del occidente de Guatemala/oriente de Chiapas(Cobos 1998) y navajas de obsidiana y ornamentosde jade del oriente de Guatemala (Braswell 1997; Har-low 1993). Todos estos productos terminados halladosen los diferentes contextos arqueológicos de la GranNivelación en Chichén Itzá corroboran lo anotado enlas Relaciones Histórico-geográficas de la Goberna-ción de Yucatán sobre la procedencia de objetos deMéxico, Chiapas y Guatemala y, por lo tanto, el datoarqueológico y las fuentes escritas van de la mano.Sin embargo, aún nos faltan realizar mayores investi-gaciones arqueológicas y análisis antropológicos paradiscernir cuales fueron los productos terminados quemandaron como tributo los señores de México, Chia-pas y Guatemala al señor de Chichén Itzá. Aunado aestos análisis se deberán efectuar estimaciones res-pecto al volúmen de materiales que llegaron al sitiocomo tributo.

Por ahora desconocemos las características parti-culares del sistema tributario al que hacen mención

las fuentes históricas del siglo XVI, y es obvio queeste aspecto no ha sido investigado en Chichén Itzá. Elinmenso potencial que encierra el análisis arqueoló-gico y antropológico del sistema tributario de ChichénItzá permitirá contextualizar aún más el entendimientode este asentamiento dentro del contexto económicode una capital regional. En otras palabras, podremosver la otra «cara de la moneda» ya que, por ahora,las huellas materiales muestran a un Chichén Itzá cen-tralizado y jerárquico en su última etapa de ocupa-ción en vez de una estructura no-jerárquica con go-bierno compartido asociada con toda la ocupaciónprincipal del asentamiento. En este sentido, ChichénItzá se asemeja a Tikal, Dzibilchaltún, Caracol y otrossitios tipicamente mayas del período Clásico pero, adiferencia de estos, las fuentes históricas del siglo XVIparecen haber registrado parte de la memoria de laantigua comunidad. Como parte de esta memoria, losdatos escritos y los datos arqueológicos en parte con-vergen y en otros casos son claramente divergentes.

CONCLUSIÓN

Sin lugar a dudas, las fuentes escritas han jugadoun papel importante en la reconstrucción de una partede la historia prehispánica de Chichén Itzá. En un prin-cipio los investigadores se valieron exclusivamentede documentos del siglo XVI y, en fechas recientes, lostextos jeroglíficos se han sumado a estos documentos.Además, ambas fuentes integran un cuerpo substan-cial de datos que se relacionan con varios aspectos dela ocupación Clásico Terminal y del Postclásico deChichén Itzá.

En el presente trabajo se ha puesto especial aten-ción a las interpretaciones del número de individuosque gobernaron Chichén Itzá cuando los investigado-res han utilizado datos del siglo XVI y textos jeroglífi-cos. Aunados a estas interpretaciones se encuentranlos datos arqueológicos que han sido empleados conla intención de contextualizar de manera espacial ycronológica lo registrado tanto en papel como en pie-dra caliza. El resultado en el uso de estos tres tipos dedatos ha revelado que, en algunos casos, las inter-pretaciones coinciden y, en otros, son claramente di-vergentes. Esta dualidad en la interpretación muestraa un Chichén Itzá muy similar a otros sitios que hansido interpretados utilizando datos escritos y arqueo-lógicos, sin embargo, la forma y contenido de estosdatos distingue claramente a Chichén Itzá de los otrosasentamientos.

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