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M.ª Consuelo Díez Bedmar es Licenciada y Doctora en Humanidades por la Uni- versidad de Jaén. Profesora del Área de Didáctica de las Ciencias Sociales de la Uni- versidad de Jaén, miembro del Grupo de Investigación “Jaén de Didáctica” HUM- 167 y del Seminario “Mu- jer, Ciencia y Sociedad” de la Universidad de Jaén. DESCUBRIENDO UNA CIUDAD MEDIEVAL A TRAVÉS DE SU HISTORIA IGNORADA: JAÉN Y TERESA DE TORRES PROPUESTA DE PLANIFICACIÓN DIDÁCTICA PARA LA ERRADICACIÓN DE DISCRIMINACIÓN POR RAZÓN DE SEXO EN EDUCACIÓN SECUNDARIA M.ª Consuelo Díez Bedmar

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M.ª Consuelo Díez Bedmar es Licenciada y Doctora en Humanidades por la Uni-versidad de Jaén. Profesora del Área de Didáctica de las Ciencias Sociales de la Uni-versidad de Jaén, miembro del Grupo de Investigación “Jaén de Didáctica” HUM-167 y del Seminario “Mu-jer, Ciencia y Sociedad” de la Universidad de Jaén.

Por Orden de 24 de Junio de 2003 la Junta de Andalucía creaba la asignatura optativa “Cambios Sociales y nuevas relaciones de género” para impartirse en la Educación Secundaria Obligatoria. Hoy por hoy la Ley Orgánica 2/2006 de 3 de mayo de Educación en su desarrollo tanto en las enseñanzas mínimas de la educación primaria como en las de secundaria, ha implantado el Área de Educación para la ciudadanía y los derechos democráticos. A través de este trabajo, y aprovechando la fi gura de Teresa de Torres, hemos pretendido elaborar unos materiales que sirvan para que el alumnado de tercer ciclo de primaria y de educación secundaria pueda comprobar cómo se han confi gurado y jerarquizado los estereotipos sociales asociados a hombres y mujeres, ofreciéndoles una herramienta que propicie el análisis crítico y el contraste de informaciones para, desde un punto de vista constructivista, generar nuevo conocimiento desde la investigación histórica.

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DESCUBRIENDO UNA CIUDAD MEDIEVAL A TRAVÉSDE SU HISTORIA IGNORADA: JAÉN Y TERESA DE TORRES

PROPUESTA DE PLANIFICACIÓN DIDÁCTICA PARA LA ERRADICACIÓN DE DISCRIMINACIÓN POR RAZÓN DE SEXO EN EDUCACIÓN SECUNDARIA

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Descubriendo una ciudad medieval a través de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres

Propuesta de planificación didáctica para la erradicación de discriminación por razón de sexo en educación secundaria

Descubriendo una ciudad medieval a través de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres

Propuesta de planificación didáctica para la erradicación de discriminación por razón de sexo en educación secundaria

M.ª CONSUELO DÍEZ BEDMAR

«POLÍTICAS DE IGUALDAD»Primer premio 2005

© Diputación Provincial de Jaén, 2008Instituto de Estudios Giennenses

Diseño: Diputación Provincial de JaénÁrea de Cultura y Deportes

I.S.B.N.: 978-84-96047-69-3

Depósito Legal: J. 50 - 2008

Imprime: SOPROARGRA, S. A. / Jaén

Impreso en España - Unión Europea

Habitar significa dejar huellasParenal (1983)

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1. IntroduccIón

Dentro de las políticas de igualdad que se han puesto en marcha en nuestra provincia, la educación y más en concreto, la coeducación se presenta como uno de los ejes vertebradores para la concienciación sobre la realidad existente y las posibles vías de solución.

De hecho, es imprescindible que desde la educación se diseñen es-trategias que hagan posible una auténtica igualdad de oportunidades para las mujeres en la sociedad. Esta idea tomó más fuerza cuando por Orden de 24 de Junio de 2003 se creaba por la Junta de Andalucía la asignatura optativa “Cambios Sociales y nuevas relaciones de género” para impartirse en la Educación Secundaria Obligatoria, aunque desgraciadamente no se ha implantado en todos los centros de la provincia. En dicha Orden se estable-ce como uno de los contenidos procedimentales el “Análisis de los papeles desempeñados por las mujeres y los hombres, sus principales características en diferentes épocas históricas y detección de justificaciones androcéntricas de los mismos…” (2.º contenido procedimental) junto con la “Búsqueda, análisis e interpretación crítica de la información sobre la presencia o ausen-cia de mujeres y hombres en materiales didácticos, bibliográficos y fuentes históricas diversas” (4.º contenido procedimental).

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Para ello, en este estudio, se diseñan estrategias y materiales que sirvan para que el alumnado de Educación Secundaria de la provincia de Jaén, y en especial de la propia capital de provincia, pueda comprobar cómo se han configurado y jerarquizado los estereotipos sociales asociados a hombres y mujeres, ofreciéndoles una herramienta que propicie el aná-lisis crítico y el contraste de informaciones para, desde un punto de vista constructivista, generar nuevo conocimiento desde la investigación históri-ca. De esta manera conseguiremos que la ciudadanía de esta provincia esté preparada para una sociedad que demanda medidas de conciliación entre la vida laboral y la familiar.

2. deteccIón del problema y contextualIzacIón del trabajo

El primer paso para conocer la situación de las mujeres en la pro-vincia de Jaén y los antecedentes que han propiciado que, hoy por hoy, nos encontremos en este momento histórico es hacer una revisión his-tórica.

Dentro de los planes de estudio de sociales de educación primaria y secundaria de la provincia de Jaén, se analiza la figura de un hom-bre, Miguel Lucas de Iranzo, personaje de referencia a través del que se estudia la ciudad de Jaén en la Edad Media, las celebraciones, fiestas, costumbres y vestimenta, entre otros elementos curriculares. De hecho, casi todos los trabajos publicados, vinculados de alguna manera a Jaén y referidos a esa etapa histórica, nos animan a identificar la historia de la ciudad de este personaje, una realidad que continúa hoy visible en el nombre de algún hotel, en la realización de exposiciones, congresos y coloquios que tienen su figura como eje vertebrador, en el palacio de cultura (cuya sede se localiza sobre lo que fue en su época el palacio de este condestable), etc.

La mayoría de los trabajos científicos publicados utilizan la Relación de los hechos del Muy Magnífico e más virtuoso señor, el señor don Miguel Lucas. Muy digno condestable de Castilla, más conocida como Crónica del Condestable,

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como fuente de documentación primaria. Se trata de una obra anónima en la que se narra y exaltan todas las actividades que realizó Miguel Lucas de Iranzo, a quien tiene como protagonista principal, en una amplia etapa de su vida, concretamente desde 1458 hasta 1471.

No obstante, realizando una relectura de esa Crónica y puede des-cubrirse a un personaje que, hasta ese momento, solo ha sido nombrado de manera muy colateral (sólo se la menciona porque se convirtió en su mujer) por los numerosos estudios y trabajos sobre Jaén en tiempos del Condestable, Doña Teresa de Torres.

No obstante, si se pregunta a algunos estudiosos de la Baja Edad Media giennense sobre este personaje femenino descubrimos que no se ha oído hablar de ella, y además tampoco se la relaciona a algún dato, fecha o edificio que mereciera la pena ser recordado.

El panorama es desolador. Tan solo hubo muy pocas personas que reaccionaron cuando les indiqué que se trataba de la viuda del Condestable. Entonces la respuesta era simplemente un “Ah! Sí…. ¿y?”.

Si este personaje aparecía en la Crónica, si había jugado un papel importante, como yo creía intuir, en el devenir de la ciudad durante más de veinticinco años, frente a los trece, período en que gobernó y administró la misma su marido… ¿Por qué existía ese desconocimiento? ¿Qué había pasado para que la Historia se olvidara de ella?

Creo que este es uno de los ejemplos más claros del poder que tiene sobre la Historia la cultura patriarcal: se ensalza lo masculino, lo bélico, las victorias, las conquistas, lo público… se ignora lo femenino, la discreción, la política interna y familiar, las relaciones de poder dentro de la oligarquía urbana, las redes femeninas, la economía diaria o doméstica… tantas cosas que sería muy difícil desgranarlas en esta introducción. Su análisis por parte del alumnado de Educación Secundaria serviría para hacer visible el proceso por el que los historiadores, en el proceso de la construcción histórica han (hemos) sido muy subjetivos en la selección de lo que era o no importante transmitir y cómo.

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Lógicamente, el reflejo de esta situación es el “olvido” de este perso-naje siempre que se habla de Jaén: Guías turísticas, exposiciones, libros de texto, Historia de Andalucía… sólo una calle que lleva por nombre “Molino de la Condesa” recuerda que hubo una mujer que detentó la propiedad de un mayorazgo urbano dentro de la ciudad de Jaén.

ESTUDIOS

Él: Miguel Lucas de IranzoCrónica�Guías turísticas�Monografías�Estudios�Análisis parciales�

Ella: Teresa de Torres Crónica de Miguel Lucas� Documentación original �

¿Cómo ponerle solución a esta realidad, más aún cuando sería una magnífica estrategia para conseguir concienciar a la juventud de la provincia en la necesidad reconseguir la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres? La respuesta implica por un lado, dar a conocer y contextualizar a esta mujer, y por otro lado, elaborar una serie de indicaciones didácticas para que pueda hacerse desde los centros de enseñanza obligatoria, de ma-nera que se pueda comprobar, por parte del profesorado y del alumnado, la necesidad de analizar la Historia desde todos los puntos de vista, como una sociedad plural, formada no en masculino, sino también en femenino, interviniendo desde la transversalidad de la educación en valores para pro-piciar el desarrollo integral de alumnos y alumnas en igualdad, superando el peso de la cultura, la tradición y los prejuicios.

3. ¿QuIén es teresa de torres, condesa de castIlla? breve bIografía

Desconocemos la fecha exacta en la que debió nacer Teresa, pero sí que fue la única hija legítima nacida del matrimonio entre Carlos de Torres (hijo a su vez de Fernán Ruiz de Torres e Inés de Solís), IV señor de Vi-

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llardompardo y heredero del mayorazgo de los Torres de la ciudad de Jaén (descendiente en línea directa de Pedro Ruiz, beneficiado por su actuación en la conquista de la ciudad) y doña Guiomar Carrillo, primogénita de don Gonzalo Mexía Carrillo, señor de Santifomia.

De hecho, en el manuscrito 18223 de la Biblioteca Nacional, corres-pondiente a una copia de la Crónica del Condestable, en uno de los apéndices se señala que “Era su padre el maior hombre que en aquella ciudad havía, en cuios bienes esta sola hija sucedió, lo qual hizo contra voluntad de to-dos sus parientes, de que no menos turbación tubieron todos los grandes y nobles de la corte” (Cuevas Mata, et alii, 2001: xl).

No obstante, también tuvo un hermano bastardo, Carlos de Torres. Para evitar que el mayorazgo recayera sobre éste último, que era varón, se llevaron a cabo dos estrategias. La primera de ellas fue el cambio en el ape-llido. Siendo Teresa una mujer, había pasado a tener el segundo apellido de su padre, Solís, reservándose el primer apellido paterno, Torres, a un posible hijo varón. No obstante, como el matrimonio no tuvo más hijos legítimos, y siendo el primer apellido paterno el que en este caso daba nombre al mayorazgo, Teresa pasó a denominarse “de Torres”.

La segunda estrategia era buscar un candidato para su matrimonio que mereciera y justificara la enorme dote que aportaría la novia. A fin de prepararla hasta ese momento, y que, una vez acordado, no se perdiera la independencia del apellido y la transmisión del linaje, se planificó la educación de Teresa. Debió recibir su educación en el convento de clarisas de Jaén, ya que su vinculación a la orden franciscana también le venía por vía familiar, el panteón de los Torres, por ejemplo, se encontraba en el convento de San Francisco de la ciudad. Lo cierto es que Teresa sabía leer y escribir.

Además, cuando quedó huérfana de padre (aunque no sabemos la fecha), su tío, Juan de Torres, hermano de su padre y tesorero del príncipe don Enrique, fue designado su guardador y curador. Éste le proporcionó también una educación típica de las señoras de la corte. Teresa montaba

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a caballo, conocía los juegos, los bailes y las formas de actuar y vestir de aquellas que estaban situadas en el escalafón más alto junto al príncipe, a pesar de no vivir cerca de él. De esta manera, se la había preparado para el mejor matrimonio posible acorde con su escalafón social1.

1 Es muy posible que su primera formación se estableciera mediante libros religiosos, de con-ducta y tratados educativos destinados a la mujer de esta época y que preparaban a las niñas de las familias más importantes para cumplir su función en la vida que les esperaba. Consis-tían, generalmente, en asimilar buenos modales, buena religión y buenas labores de hogar y no solamente la instrucción intelectual, de lo que los libros medievales nos dicen poca cosa. A juzgar por esos tratados didácticos, la educación de las mujeres era, en lo fundamental, es-trictamente vocacional. Estos tratados se pueden distinguir en dos grandes grupos: el primero tiene que ver con la educación cortesana, y su objetivo era preparar a las damas para que bri-llaran en la sociedad. Estos modales refinados que se exigían a las damas incluían lo que hoy llamaríamos habilidades. Cazar con halcones, jugar al ajedrez, relatar historias, responder con agilidad preguntas agudas, cantar y tocar varios instrumentos musicales, eran cosas necesarias y también se esperaba que supiesen leer y escribir (Jewers, C.A.; 1993). Se puede decir, por lo tanto, que la educación cortesana, vista a través de los libros de comportamiento cortesano y descrita en los romances, es frívola y centrada en los cumplidos, pero no por ello se desprecia cierta cualidad intelectual. Los trabajos didácticos más serios referidos a la crianza de la mujer tienen un matiz diferente. En tanto que el objetivo de los tratados cortesanos es atraer a los amantes, el de estos otros consiste en la conservación de los maridos. El entrenamiento de una buena esposa es mucho más serio, y de mayor valor pedagógico, pero también estrictamente vocacional; destacaremos los siguientes tratados: dirigidos a las damas distinguidas tenemos los de Felipe de Navarra (arrieta, L. 2002), F. de Barberino (Baranda, N.; 1992) y el Caballero de la Tour Landry; algunos como el Livre des Trois Vertus de Christine de Pisan (laigle, M.; 1912), dirigido a un número de mujeres de distintas clases. Este conjunto de tratados se refieren a la conducta de la esposa en relación al marido y los deberes religiosos, dedicando mucha aten-ción a la instrucción en la fe cristiana y las prácticas de la devoción que no se encuentran en los tratados y poemas cortesanos. Lo lamentable es que de los tres primeros autores citados, lo común sea su sentido restrictivo a la hora de dictaminar ellos mismos el sentido y uso negativo que pueda tener el que la mujer sepa leer y escribir, siendo poco prudente y desaconsejable que lo hagan, llevándonos a pensar que les invade el temor de que las mujeres puedan pen-sar y divulgar sus pensamientos con otras mujeres; la erudición se veía positiva solo para las monjas. La otra cara de la moneda es más sensible a este tema, como ocurre con Christine de Pisan, que deseaba que las mujeres leyeran y escribieran. Lo que no nos aporta desgraciada-mente es la extensión de la educación intelectual y el método seguido para alcanzarla. Según otras fuentes, había cuatro maneras para que la mujer consiguiera una educación literaria: por medio de la instrucción en colegios conventuales para la nobleza y las clases superiores de la burguesía; siendo enviadas al servicio de grandes damas donde era posible que tuviesen buena

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Todas estas circunstancias propiciaron el acuerdo entre el rey En-rique IV y su tesorero para desposar a Miguel Lucas de Iranzo, criado del rey, que por motivos diferentes debía ser alejado de la corte, con doña Te-resa de Torres. Es posible que el matrimonio “por palabras de presente”, se realizara hacia el 1 de noviembre de 1456, cuando el rey llegó a la ciudad de Jaén acompañado de Miguel Lucas. No obstante, como el desposado seguía teniendo su residencia junto a la corte de Enrique IV, y aún no se habían realizado las velaciones, es muy posible que Teresa se quedara en su Jaén natal.

Dos años más tarde, el 25 de marzo de 1458, Enrique IV nombró a Miguel Lucas de Iranzo barón, conde y condestable de Castilla, cargo que estaba vacante desde la muerte de Álvaro de Luna (rodríguez Molina, 1996: 239). De esa manera, Teresa de Torres recibiría, a partir de ese momento, el trato de condesa de Castilla2. Es importante hacer notar que, a partir de ese momento, cada vez que doña Teresa aparece en la Crónica del Condestable, lo hace acompañada de este cargo, incluso, la mayoría de las veces, desaparece su nombre y aparece simplemente como “su mujer, la condesa”.

En 1458 moría el hermanastro de Teresa de Torres, y una vez des-posada ésta con un caballero cuya posición social era envidiable, todo el linaje de los Torres aceptó que Teresa controlara, de manera unilateral, el mayorazgo urbano y las propiedades de su familia.

crianza, adquiriendo algunos avances intelectuales; mediante la educación técnica y general que suponía el trabajo como aprendizas o al servicio de alguna casa burguesa, a la que podían optar las chicas de la clase artesanal en las ciudades; a través de colegios elementales para niñas de clases más pobres en la ciudad y el campo. 2 Gracias a esta condición de condesa, tenía derecho a poseer una capilla funeraria familiar propia en la que fueran enterrados, a partir de ese momento, los Torres que, después de ella, heredarían todos sus títulos y bienes. Por otra parte, y como venimos señalando, la indepen-dencia de doña Teresa de Torres de su marido era tal, que la capilla funeraria de su linaje y familia no podía ser la misma que la de Miguel Lucas. Es por eso por lo que la Crónica realiza esta división, marcando así la secuenciación socio-política y económica que, tanto en la vida como en la muerte, fueron las características propias de este matrimonio.

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Gracias a la educación que había recibido para convertirse en señora (o dueña) pudo desempeñar los nuevos cargos de señora de la ciudad, con-desa de Castilla y cabeza de linaje sin tener que depender de su esposo.

El matrimonio se instaló definitivamente en la ciudad de Jaén, en un palacio que Miguel Lucas había mandado construir para tal fin, en diciembre de 1460, aunque las velaciones tuvieron lugar en la iglesia de Santa María, en la catedral, el 25 de enero de 1461.

Dice la Crónica que la condesa “iva con un aire e son muy graçioso e con tanta onestad e graveza que bien es difiçil a tan tierna hedad; no punto turbada ni demudada por la presençia del señor condestable, ni de la otra grant copia de gente, ni del acto en que estava, mas con muy gentil con-tenençia e sosiego, tanto, que los que discretamente miravan la reputaban ser una Tuliana o Lucreçia” (Cuevas Mata, et alii, 2001: 40).

Por tanto, parece que Teresa era consciente del poder que, a partir de ese momento, detentó. Es ella la que legitima y, al mismo tiempo, la que inserta a su marido en la cúspide de la oligarquía urbana de su ciudad natal. Al mismo tiempo, ella tuvo que sacrificarse, como hizo Lucrecia, con su vida, para poder conseguir, con la llegada de Miguel Lucas, que la ciudad alcanzara una importancia crucial dentro del mapa sociopolítico de la Corona castellana y que los Torres, la verdadera rama principal de los Torres en Jaén, no perdieran su mayorazgo y sus derechos, detentados desde época de Pedro Ruiz. Ella era, por tanto, el principio y el fin. Como diría Tertuliano, dos naturalezas distintas en una sola persona. El propio cronista avala esta idea ya que, como también apunta toral Peñaranda (1987: 68) aunque el condestable podía duplicar en edad a su esposa, era ella la que despertaba admiración por su saber estar, “un aire e son muy graçioso” y al mismo tiempo “con tanta onestad e graveza”, lo que denotaba una educa-ción exquisita para representar el papel que le correspondía dentro de ese entramado social y político.

No obstante, había transcurrido un año desde el acuerdo matrimo-nial y por tanto desde el momento en que la pareja vivía bajo el mismo

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techo y tal y como señala el cronista, muchas veces la había tenido consigo, de día y de noche, en una cama como marido y mujer, pero jamás quiso cometer el tal acto hasta la noche de su velación3.

No sabremos nunca lo que sucedió aquella noche entre la pareja, pero creemos que no fue nada agradable para Teresa de Torres. Sugiere esta hipótesis el hecho de que, según la Crónica, la condesa no salió al día siguiente de su cámara; antes bien, fue atendida y acompañada en su ha-bitación por otras señoras (suponemos que parientes). Es más, su cuñada fue obligada a dejarla un momento a petición de su hermano, para danzar con él en las celebraciones. Frente a esta actitud de las mujeres que rodean a Teresa, Miguel Lucas ni siquiera la vio en todo el día, y ya por la noche, como la condesa estaba en su cámara, el señor condestable “se subió arriba a otra sala y con él los señores obispos y arcediano de Toledo y todos los otros caballeros e gentes”, actitud que la misma Crónica justifica diciendo que, de esa manera, doña Teresa podía mirar a los que festejaban desde su propia cámara. Esa noche, el condestable “quedó retraído, e todos se fueron a reposar”, luego no pasó la noche con su mujer.

Al día siguiente, Teresa tampoco salió de su cámara y no lo haría hasta el tercer día4, cuando Miguel Lucas, que regresaba de la iglesia, des-cabalgó, subió arriba a ver a la señora condesa “e deçendiola consigo, de la mano, a la sala de baxo” tal y como narra la Crónica. Doña Teresa iba vestida con un rico brial de fino brocado negro y encima del mismo una ropa de velludo negro, muy bien tocada, “e con muncha onestidad e belleza, los ojos

3 Para algunos autores, este dato no deja de ser intrigante, por lo que podría indicar algún voto o promesa (Parrondo y Brisset, 1989)4 Pero eso no es todo, el cronista aprovecha este dato para realizar un canto de ensalzamiento a la virtud de Miguel Lucas, de tal manera que, señala la Crónica, como se casó muy cerca de la Cuaresma y esa era una época en la que no se podían tener relaciones carnales, “e de tan tierna hedad e con gentil e graçiosa e apuesta señora, guardó castidad, apartando cama de en uno, e durmiendo cada uno en su cámara, apartadamente” (Cuevas Mata, et alii, 2001: 43-44). En mi opinión, este comentario del cronista corrobora aún más que la vida conyugal entre el matrimonio no correspondía con lo esperado.

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baxos, puestos en tierra, su gesto e contenençia lleno de toda vergüença. E con ella la señora doña Guiomar Carrillo, su madre, e la señora doña Juana, hermana del señor condestable; la qual, así mesmo, no menos galana que onesta venía. E así se asentaron a comer” (Cuevas Mata, et alii, 2001: 46). Es notorio el comportamiento de Teresa de Torres.

Creo que es necesario destacar, como lo hace la Crónica, que ella no sale de su habitación hasta que su marido no va a por ella. No hemos encontrado nada al respecto de esta práctica, a no ser que en ese momento la condesa tuviera la menstruación, lo cual es poco probable puesto que ya habían esperado más de un año para su velación, y porque entonces no podría haber acudido a un acto público en unos siete días si tenemos en cuenta las sentencias que sobre la menstruación quedan reflejadas en la Biblia, más concretamente en el Levítico 15:19-29. Por tanto, pueden que-dar dos opciones. Por un lado, que la noche de su velación ocurriera algo no muy agradable para ella, por lo que no pudo salir de su habitación en dos días, y cuando lo hizo fue del brazo de Miguel, quien la va sujetando. Apoya esta teoría la forma en que desciende, toda vestida de negro. Por lo que hemos podido observar, la vestimenta de las mujeres pertenecientes a la oligarquía giennense era de colores llamativos, rojo, verde, marrón, azul, solos o combinados entre ellos y con adornos, apareciendo el negro siem-pre con otros colores, sobre todo después de una celebración gozosa como eran las velaciones; además aparece en escena con los ojos bajos, puestos en tierra y avergonzada5.

5 Pasados ocho días, tuvo lugar lo que parece ser un acto de confirmación de las velaciones, puesto que se realizó el mismo acto que el día de la velación, sólo que con diferentes ropas, tal y como explica el propio cronista. En esta ocasión Teresa realizó la ofrenda de una “guarniçion de muy fino oro que a los onbros levava, de penjantes de grande preçio” (Cuevas Mata, et alii 2001: 48). Representando a la perfección el papel que le había asignado su esposo, y lleván-dolo al límite, comportándose como la señora del que actúa como un “reyezuelo”, la condesa aparece en escena cada día con una vestimenta distinta, lo que debió provocar, a juzgar por el relato de la Crónica, los mayores cotilleos entre aquellos que la veían a diario. Es por eso por lo que el cronista aclara que esta nueva costumbre de cambiar de vestido y tocado a diario la

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Pero también puede ser que decidiera lo que se podría llamar una estrategia de comportamiento, puesto que a partir de ese momento, su táctica parece consistir en no aparecer en escena hasta que no es requerida y, simplemente, actuar en público bajo las órdenes o requerimientos de Miguel Lucas como una perfecta casada6. Pero esa era, al mismo tiempo, una forma de enfrentarse a la situación que le había correspondido vivir, un enfrentamiento pasivo que le permitió hacerse fuerte y autónoma dentro de su matrimonio.

De hecho, mantuvo siempre su independencia familiar, como re-presentante de los Torres, llevando a cabo lo que sutilmente aparece como actos de política “de cámara”, privada, con o sin la presencia de su marido. Además, también mantiene su independencia económica, pues ella gestionó el patrimonio familiar de su linaje, aunque Miguel intentara la intromisión en el mismo en más de una ocasión. Esto último no hubiera sido posible si la ciudad de Jaén hubiera admitido la supremacía y el papel despótico del condestable. Sin embargo parece que, por el contrario, la oligarquía gien-nense veía a doña Teresa como su verdadera aliada, y por tanto, es a ella a la que reconocen como tal. Quizá por eso en la Crónica siempre la llaman como “condesa” y nunca solamente por su nombre de pila y, posteriormen-

había adoptado Teresa del comportamiento de su esposo, acallando de esta manera los comen-tarios enojosos.6 Esta actitud la seguiría Teresa incluso con respecto al rey. Cuando el 28 de febrero de 1464 Enrique IV decidió “aposentarse” en Jaén. “E así entró por la dicha çibdad, con munchos tron-petas; e fuese derecho a descavalgar a la posada del dicho señor condestable, do avía de çenar e domir. Y como descavalgó subió luego a ver la señora condesa e a doña Guiomar Carrillo, su madre, y doña Juana, hermana del dicho señor condestable; y con él, el conde de Ledesma e otros algunos de sus privados. Y desque las ovo visto, con muy grande plazer, resçibió colaçion y estovo un poco” (Cuevas Mata, et alii, 2001: 162). Por tanto, Teresa de Torres no salió a reci-bir al rey; igual que hiciera con su marido, espera a que sea el monarca quien se acerque hasta su habitación para saludarla. Es una muestra más de su poder y compostura, de la forma de actuar que ya eligiera tras su velación. En ningún momento la condesa interfiere en la relación entre Enrique IV y su marido, al menos, de nada de eso deja constancia la Crónica. Tampoco prepara ningún acto especial para llevar a cabo con la oligarquía de Jaén durante la estancia del rey en su casa.

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te, en la documentación de Protocolos Notariales, a partir de 1474 aparecen sus propiedades como del mayorazgo de la condesa.

La importancia de Teresa en la ciudad no había hecho sino aumen-tar, primero porque era reconocida por todos, incluso por el rey, como la auténtica heredera del mayorazgo, la perteneciente a la familia de los Torres y, por tanto, la que tenía un puesto en la oligarquía urbana de la ciudad. Una importancia que aumentó ante su comportamiento y su disposición para el matrimonio y dentro de él. Por ejemplo, cuando el 2 de febrero día de la Candelaria, la Crónica señala que tras la misa, “… andovieron en la proçesion mano a mano, con tamaña graçia y donaire que a toda la gente alegravan”(Cuevas Mata, et alii, 2001: 50). La expresión utilizada en la Cró-nica, recuerda a la que luego se haría famosa con los Reyes Católicos “Tanto monta, monta tanto...”. Por tanto, en la ciudad, los dos deben ir “mano a mano”, a la misma altura y con la misma importancia ya que, aunque él era condestable de Castilla, su actuación en la ciudad sólo podía ser entendida y aceptada a través de su mujer, la condesa.

Cuando a partir de 1462 el condestable tomó Jaén como base de operaciones, al comenzar una campaña militar por territorios nazarís, Teresa de Torres empezó a realizar una labor de política interna dentro de la ciudad. Su esposo se había enfrentado a los linajes más importantes, algunos de ellos emparentados por vía directa con el linaje y la familia de su mujer, llegando incluso a convertirse en enemigo del obispo de Jaén don Alonso Vázquez, y pasaba la mayor parte del tiempo fuera de la ciudad, delegando sus fun-ciones en criados y vasallos. En su ausencia, Teresa tenía el mismo poder que el condestable dentro de la ciudad7, y comenzó a actuar en un plano

7 Tan importante es la figura de Teresa de Torres que cuando el domingo 1 de septiembre el condestable realizó en Jaén “alarde a los vallesteros de nómina”, como era costumbre hacer en todas las ciudades y villas de Andalucía junto con el 1 de marzo, los caballeros entraron por la puerta mayor de las casas principales del condestable y salieron por la otra, para que los “viesen e oviese plazer la señora condesa desde unas ventanas do estava, e las señoras doña Guiomar Carrillo, su madre, e doña Juana” (Cuevas Mata, et alii, 2001: 119). Hay que aclarar que del relato de la Crónica no se puede interpretar que los ballesteros acudieran al palacio

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privado y local, posiblemente en muchas ocasiones a espaldas de su marido, y a desarrollar una verdadera labor de diplomacia con el resto de los sectores oligárquicos de la ciudad que comenzaban a sentirse incómodos por el des-potismo que, frente a ellos, estaba empezando a demostrar su marido.

Esta inflexión haría que Teresa comenzara a tener también más peso en la relación con su esposo. Vemos como, por ejemplo, con motivo de la muerte don Alonso de Iranzo, hermano del condestable, Miguel Lucas es-tuvo encerrado en su habitación, “que non le vido persona, nin la señora condesa, su muger, salvo dos o tres pajes niños que le servian y le davan de comer y vestir” (Cuevas Mata, et alii, 2001: 192). Pasado esos primeros momentos, “incontinenti, se subió arriba, do estava la señora condesa, su muger, y doña Guiomar Carrillo, su suegra y doña Juana, su hermana, con munchas dueñas y donzellas de su casa y de la çibdad que les aconpañavan. E como entró en la sala do estavan, así mesmo, ellas començaron un lloro bien grande, en espeçial doña Juana, su hermana, a quien más que a otra dolía. E luego el dicho señor condestable, echando asaz lágrimas debaxo de un paño de luto que la cabeça y la cara le cobijavan, se fue para la se-ñora condesa, e la besó e tomó por la mano, e fuese con ella a una cámara que estava al cabo de la dicha sala, do por entonçes se retrayeron. E luego, dende a poco, fue despedida la gente; e por este dia non ovo más.” (Cuevas Mata, et alii, 2001: 194). Doña Teresa aparece así como el pilar de fortaleza de su marido, quien no se dirige, por el contrario, ni siquiera a su propia hermana. Permaneció con él el tiempo que éste necesitó. Tal es así, que es doña Guiomar, la madre de Teresa, la que se encarga de despedir a los que habían llegado al palacio a expresar su pésame “diziendoles que porque el señor Condestable, su fijo, non les podía fablar, ella en su nombre les agradesçia muy muncho el sentimiento que de su enojo avían mostrado...” (Cuevas Mata, et alii, 2001: 195).

del condestable con el fin de que doña Teresa disfrutara del desfile. Antes bien, parece que ella también “pasa revista” a los caballeros de nómina. Es posible que Teresa no pudiera salir de casa en ese momento para acompañar a su esposo por estar en reposo después de un aborto o un parto difícil en el que el niño o niña que esperaba, resultara muerto.

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En 1465, llegaría la primera hija8 del matrimonio. Luisa nació el 7 de enero, día de San Julián, y un día después de la festividad de los Re-yes, a las 10 horas. En ese momento, según la Crónica, Teresa “avía parido e movido tres o quatro vezes y luego moría lo que nasçia, y ella llegava a punto de muerte”, de manera que “con el nasçimiento desta fija, y con el buen parto que ovo, tan grande plazer ovo el dicho señor condestable y todos los de aquella çibdad, que no se podría escrevir” (Cuevas Mata, et alii, 2001: 211). De aquí se deduce que doña Teresa había estado a punto de morir de parto en más de una ocasión, a pesar de que con anterioridad no se mencionara este punto en ningún momento de la Crónica, ni siquiera el primer embarazo que, suponemos, también debió haber sido motivo de alegría en la ciudad, a pesar de su desafortunado desenlace. Si tenemos en cuenta que la consumación del matrimonio se había realizado en 1461, el cronista deja entrever que doña Teresa había estado embarazada, más o menos, una vez al año, y que en otras tantas ocasiones había estado a punto de morir9.

Tres años después, en 1468, dos horas antes de que amaneciese, el día 11 de abril “...dio el parto a la señora condesa, muger del dicho señor condestable. Y luego, parió un fijo, con el qual su señoria e todas las gentes, chicos y grandes, de la çibdad de Jahen ovieron muy grand plazer, así por el nasçimiento del fijo como porque la dicha señora ovo buen parto y quedó delibrada”. Este último término es especialmente significativo, ya que hace

8 El Levítico (12:1-5) señala que cuando una mujer da a luz una hija, era considerada impura y, por ello, permanecía aislada durante dos semanas, además de permanecer durante sesenta y seis días “en la sangre de su purificación”, es decir, no tocaría ninguna cosa santa, ni acudiría al templo. Ese puede ser el motivo por el que doña Teresa no aparece en la celebración del bautizo de su hija, realizado al lunes siguiente por la tarde. En el transcurso de la ceremonia y de las fiestas no se menciona a la condesa, aunque su escudo y sus armas sí que estuvieron presentes en el acto junto a los del condestable. 9 No obstante, si creemos las palabras de Alonso de Torres (1683), de esos embarazos, sólo en dos ocasiones habrían vivido los niños, al señalar que Teresa, cerca de su muerte, había visto a sus dos ángeles, que eran sus dos hijos que se le habían muerto pequeñitos. El resto de las ocasiones habrían sido abortos.

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referencia, según el diccionario de la Real Academia, a que había acabado, concluido, quedaba eximida de una obligación; lógicamente la de alumbrar un hijo varón que fuera el siguiente heredero no sólo del mayorazgo de los Torres, sino también de los títulos y cargos que estaba acumulando el condestable. De hecho, Miguel Lucas reunió a todos los jurados de la ciudad “...e dixoles que el avia visto muy bien el grande plazer que toda la gente de la dicha çibdad avía avido por la deliberaçion de la señora condesa, su muy amada muger, e por el nasçimiento del niño; que les mandava que para otro día, martes, conbidasen a comer toda la gente que les fiziesen dar todo lo que era menester” (Cuevas Mata, et alii, 2001: 307). Por fin la presión psicológica que debía estarse ejerciendo sobre doña Teresa, por la necesidad social de parir un hijo varón10 había terminado. Si ese niño lle-gaba a la mayoría de edad, su misión como “esposa de” habría concluido y por tanto, podría dedicarse a ser mujer por sí misma.

Esta tranquilidad se vio enturbiada cuando hacia noviembre de 1469, durante un brote de peste en la ciudad (motivo por el que la familia se había trasladado a los alcázares) “después de la fiesta de los Reyes, que fueron ocho de enero del dicho año, la señora doña Luisa, fija del dicho señor condestable, se sintió mal de un açidente que los fisicos llaman epi-lensia. E tan terrible fue e tan fuertemente le afincó, que dentro de tres o quatro oras fallesçio desta presente vida, sin que todos quantos físicos avía en Jahen le pudiesen dar remedio ninguno. La qual señorica, a la ora que finó, cunplió çinco años cabales, no una ora más ni otra menos.” Es curioso ver cómo la pequeña Luisa no murió de peste, sino de un ataque de epilepsia, considerada como una enfermedad sagrada. La Crónica descri-

10 Con respecto al nacimiento de un varón, el Levítico (12:1-5) señala que “cuando una mujer conciba y dé a luz a un hijo varón, será considerada impura durante siete días; será impura como es impura en los días de su menstruación. Al octavo día será circuncidado el prepucio de su hijo, pero la mujer permanecerá treinta y tres días en la sangre de su purificación. No tocará ninguna cosa santa, ni vendrá al santuario hasta que se cumplan los días de su purificación”. En este caso, Luis no iba a ser circuncidado, pero sí bautizado. Su bautizo tuvo lugar, efectiva-mente, a los ocho días de su nacimiento, coincidiendo con el lunes de Pascua Florida.

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be a la niña como “de su hedad era las más graçiosa e discreta e donosica niña del mundo; tanto y en tan grande manera, y tantas cosas sabía dezir e fazer que a todo el mundo dexó lastimado” (Cuevas Mata, et alii, 2001: 339). Parece que su madre la estaba preparando para que, al igual que ella, pudiera desempeñar el papel de señora de Castilla. Para esta ocasión nada dice la Crónica acerca de cómo vivió la noticia la madre, sólo que aunque su hija no murió de peste, no estaba muy segura de que el resto de su familia no corriera ese peligro así que, “...por quitar alguna imaginaçion a las di-chas señoras condesa e doña Guiomar Carrillo, su madre, otro día, martes, despues de comer, partió de los dichos alcáçares con las dichas señoras e con don Luis, su fijo, e con todas las otras dueñas e donzellas de su casa; e vínose a dormir a la Fuente del Rey. E otro día, miércoles siguiente, par-tió de allí e vino a comer a Caçalilla, en lugar e castillo de Jahen”, desde donde, a petición del alcaide Pedro de Escavias se trasladó a la ciudad de Andújar “donde sería servido y acatado como era razón; y él estaría más a su plazer e serviçio, e a consolaçion de las dichas señoras” (Cuevas Mata, et alii, 2001: 340).

Estando en esta ciudad doña Teresa recibió la visita de don Alonso, señor de la casa de Aguilar, que “dixo que quería entrar a ver a la señora condesa, su prima. E así, amos a dos, se vinieron para la dicha çibdad con todos esos cavalleros e gentiles onbres que don Alonso traía, e fueron fasta la posada del señor condestable. Y allí vido a la señora condesa y a la seño-ra doña Guimar Carrillo, su madre; y estovieron fablando e aviendo plazer fasta çerca de media ora.”. También relata la Crónica cómo, después de la comida, “...el dicho don Alonso y los otros cavalleros que con él venían se despidieron de la señora condesa e se partieron” (Cuevas Mata, et alii, 2001: 354, 355). En este caso parece que es la propia doña Teresa la protagonista del suceso, la que termina de cerrar los tratos a los que habían llegado su primo y el condestable acerca “de cosas muy conplideras al serviçio del rey”, como la manera de continuar la Guerra contra el reino Nazarí de Granada, y la defensa de Jaén y las villas y lugares tanto de Miguel Lucas como de don Alonso.

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A su vuelta a la ciudad, Teresa sigue apareciendo públicamente siempre que se le requiere, ejerciendo el papel de señora de la ciudad. Des-graciadamente, la Crónica termina en 1471, por lo que no tenemos noticias acerca de cómo vivió esta mujer el asesinato de su esposo, que tuvo lugar en 1473, y la revuelta que tuvo lugar en la ciudad.

Sólo se puede apuntar que la primera decisión que parece tomar es la de enterrar a su difunto esposo en la capilla del linaje de Torres, es decir, en la capilla de la Magdalena de la catedral, y no en la de San Lucas, que Miguel había estado utilizando como capilla familiar, tal y como se com-prueba en la Crónica. Es posible que Teresa pensara que, realizando así el enterramiento, nadie se atrevería a profanar la capilla de los Torres, mientras que si el difunto hubiera sido enterrado sólo en la de San Lucas, pudiera haber habido algún problema. Es más, con la toma de esa decisión, parece que la condesa ya era consciente de que sería por ella, y no por su marido, por quien se continuarían los cargos y la herencia de los mayorazgos. Ella era la importante, la representante de los Torres en la ciudad, como lo sería su hijo Luis y, por tanto, Miguel, posiblemente por su forma de morir y por su actuación en la ciudad, pasaba a ser un elemento de segunda importan-cia dentro del árbol genealógico de su familia. Muy posiblemente, si Teresa hubiera muerto antes y Miguel hubiera seguido vivo hasta una muerte de forma natural, habría sido enterrado en la capilla de San Lucas, generando de esta forma, una separación familiar como la que había pretendido a lo largo de toda su vida.

La segunda decisión de la condesa fue tomada, al parecer, el mismo día del asesinato de Miguel ya que “quedando biuda y muy amedrentada de un semejante acaecimiento, se fue muy aprisa al castillo, donde se apo-deró, llevando consigo a don Luis de Torres, su hijo; a do le acudieron los comendadores de Oreja y Montizón, hermanos del dicho condestable, su marido, y otros sus deudos”.

Instalada en el alcázar nuevo (Mata Carriazo 1940: 45; rodríguez Molina, 1996: 399), Teresa se rodeó de aquellos que le eran fieles y que la

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habían apoyado durante su etapa de mujer de Miguel Lucas, gracias a la propia política que ella misma y de manera individual había desarrollado con facciones de la oligarquía giennense que no estaban muy de acuerdo con la forma de actuar y el comportamiento del condestable en la ciudad. Desde los alcázares los aliados de Teresa combatían a diario las guarniciones del castillo viejo (rodríguez Molina, 1996: 396), esperando la pacificación de la revuelta popular que se estaba desarrollando en la ciudad, con robos, violaciones y ataques, especialmente desarrollados en la collación de San Ildefonso (Coronas teJada, 2003).

Sólo dos días después de la muerte del condestable, el 25 de marzo, se celebró una reunión del Concejo con la excusa de la pacificación de la ciudad y por quitar mayores inconvenientes por la enemistad de algunos vecinos con los conversos a quienes Miguel había ayudado a medrar (to-ral Peñaranda, 1987: 19). La finalidad de esa reunión fue la de destituir de sus cargos a los conversos (lo fueron nueve de los regidores, además de los jurados de la collación de Santa Cruz), y sustituirlos por personas destaca-das de la antigua nobleza de la ciudad, que además eran cristianos viejos. Ante esta acción que vislumbraba el rumbo que iba a tomar, a partir de ese momento, el sistema de alianzas entre la oligarquía urbana y, por tanto, el funcionamiento de la política interna, comenzando lo que se podría deno-minar como el empoderamiento de Teresa de Torres.

El primer paso fue la ruptura de algunos lazos familiares entre la condesa y su primo Juan Hurtado de Mendoza, casado con la sobrina de Miguel Lucas, constatados en una carta en la que, para tratar sobre el pago de las cantidades situadas en Jaén, que según Hurtado de Mendoza le per-tenecían; la condesa le indicó que debía enviar a su letrado para que lo negociara con ella (AHPJ. Fondo Conde de Humanes, 15.873. (s.d) Fechada en los alcázares de Jaén). Es decir, ni siquiera admitió la entrada en el re-cinto a su propio familiar, cuya boda había amadrinado. No obstante, esta carta ofrece, al mismo tiempo, una pista acerca del paulatino poder que la condesa de Torres empieza a detentar en la ciudad y en el Concejo tras la

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desaparición de la figura de su marido, estableciendo intermediarios entre su linaje y otro de los grandes, los Mendoza.

Por otra parte, la desaparición de la figura del condestable supuso un vacío de poder en la ciudad ya que él había centralizado la mayoría de los cargos que le daban potestad para controlar el Concejo. Por eso, ante la ausencia de otra figura unipersonal de la posición de Miguel esa monopoli-zación fue, paulatinamente, distribuyéndose entre los regidores y caballeros veinticuatro de la ciudad, aunque algunos de ellos no habían destacado, precisamente, por sus relaciones amistosas con el condestable. Dentro del clima de inseguridad existente entre la población el nuevo Concejo se vio obligado a negociar con los hermanos y parientes más próximos de Miguel Lucas de Iranzo admitiéndolos también en el gobierno municipal (rodríguez Molina, 1996: 404). Lo mismo ocurrió con las alianzas supralocales ya que el propio Rodrigo Manrique, nombrado condestable en la “Farsa de Ávila” y considerado la mano derecha de la princesa Isabel en Andalucía, también se confederó con los comendadores de Oreja y Montizón y, por tanto, con doña Teresa de Torres.

Ese es el momento en el que pudieron haber comenzado las rela-ciones personales entre Isabel de Castilla y Teresa de Torres, relaciones que seguirían fortaleciéndose durante toda su vida ya que, a partir de entonces, la condesa se convertiría en una firme aliada de la futura reina y en su mano derecha tanto para el gobierno de la propia ciudad de Jaén, y las decisiones y los votos de la misma en Cortes, como en todas aquellas alianzas que se realizaran dentro de ella como lugar de referencia de las expediciones para la conquista del reino nazarí de Granada.

El 12 de julio de ese mismo año, el Concejo de Jaén recibió como alguacil mayor de la ciudad a Luis de Torres, hijo y heredero de Miguel Lucas no sólo de ese cargo, sino también de las tenencias y alcázares viejo y nuevo de la ciudad. No obstante y como Luis sólo contaba con 5 años de edad, parece que quedaron como sus guardadores los comendadores de Oreja y Montizón, sus tíos, junto con su madre, hasta que cumpliera

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la edad necesaria para poder detentar los cargos. Parece, aunque no hay constancia documental de ello, que para esa fecha doña Teresa ya había cambiado su residencia desde el alcázar a Jaén. Un punto que no he podi-do aclarar es si, una vez ya en la ciudad, Teresa volvió a vivir en las casas principales que había hecho construir Miguel Lucas aunque, atendiendo a la voluntad que desde un principio había dejado implícita de separar su vida y su familia de la de su marido, se puede suponer que, tal y como ya hiciera Miguel Lucas cuando llegó a la ciudad al no ocupar la casa principal de los Torres, doña Teresa pudo trasladarse a la antigua casa principal de su linaje, restaurando, de esta manera, la presencia física del linaje en la ciudad y evitando cualquier sospecha que pudiera conllevar el recuerdo de la vida y obras de Miguel.

A partir de ese momento, es doña Teresa la que aparece como autén-tica “regente” del poder, cargos, derechos y obligaciones de su hijo, mientras los comendadores seguían realizando la mayor parte de su actividad fuera de la propia ciudad de Jaén y apoyando la causa isabelina.

La guerra no terminó hasta septiembre de 1479, cuando Isabel fue reconocida, tras la firma de los cuatro tratados de Alcaçovas, reina de Cas-tilla por parte de Portugal. En ese intervalo de tiempo, la aliada de la reina en Jaén, Teresa de Torres obtuvo, a cambio de su apoyo y amistad, las más altas cuotas de poder y la libertad para poder ejercer sin ataduras su labor política, tanto dentro como fuera de la ciudad, apoyada, en ambos casos, por Isabel de Castilla, que ya había dejado limpio su honor mediante la carta de perdón mencionada con anterioridad.

De hecho, a partir de 1475 comenzaron a emitirse cartas reales a favor de la condesa Teresa de Torres por las que se le reconocían, tanto a ella como a su hijo, prácticamente todos los privilegios, mercedes y cargos que había detentado Miguel Lucas. Mediante una carta fechada en Segovia a 15 de febrero de 1475 los Reyes le aseguraban que recibiría las mismas mercedes que se le otorgarían al resto de los nobles del reino (AGS. RGS, f. 165; citado en toral Peñaranda, 1987). Por eso, si el 20 de marzo de 1475

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los Reyes Católicos confirmaron a la ciudad todos sus privilegios, usos y costumbres (rodríguez Molina, 1982: 28). Además, mediante una carta fechada en Valladolid a 23 de marzo de 1475 los monarcas ordenaron al Concejo, justicia, regidores, escuderos, oficiales y hombres buenos que se juntaran y conformaran con la doña Teresa por que “sepades que enten-diendo ser asy complidera a nuestro servicio e al bien e pro común desa dicha çibdad e a la guarda e defensión della, mandamos dar esta nuestra carta para vos, por la qual vos mandamos a todos e a cada uno de vos, que todos vos juntedes con la condesa, muger que fue del condestable Miguel Lucas, para mirar las cosas conplideras a nuestro servicio e al pro e comun de la çibdad ...” (AGS. RGS., f. 132, citado por toral Peñaranda, 1987: 128), al tiempo que los monarcas empeñaban su palabra en no enajenar los castillos y lugares del Concejo de Jaén de su corona real (rodríguez Molina, 1982: 437).

De esta manera queda patente cómo el papel de esta mujer en el gobierno de todas las cosas de la ciudad era de máxima importancia. No se podía hacer ni hablar de nada si ella no daba su expresa autorización y conformidad. Tanto es así que el 22 de junio de ese año, confirmaron a la condesa de Torres y a su hijo la tenencia de los alcázares que Enrique IV ya había concedido a Miguel Lucas por juro de heredad, así como el algua-cilazgo de los mismos (AGS. RGS. 1475, f. 501). No obstante, y como el heredero del mayorazgo no estaba aún en edad para detentar sus cargos, ni estaban presente en la ciudad sus tíos y guardadores, involucrados en la guerra civil, fue Teresa de Torres, su madre, la que mediante pactos con las demás familias de la oligarquía giennense detentó, de facto, ese poder mientras que, junto con el obispo Íñigo Manrique, se encargaba de llevar a cabo la tarea del restablecimiento de la autoridad real, puesta en entredicho por la situación del reino giennense y por el talante belicoso y partidista de sus principales moradores; todo ello, ayudados también por la figura del corregidor, cuyo deber era el de mantener la jurisdicción real contra la iglesia y la nobleza, asegurando la estricta subordinación de las ciudades a la Corona.

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Así, en julio de 1475, durante el Real de Tordesillas, la reina dio poder a la condesa de Torres y al Concejo de Jaén para que nombraran a las personas que se harían cargo de la tenencia de las fortalezas y de sus tierras: “...a vos la condesa doña Teresa de Torres, muger de don Mi-guel Lucas, condestable que fue de Castilla, e al concejo...de la cibdad de Jahen salud y gracia sepades que por causa de los movimientos que en estos nuestros reinos al presente son, e por causas e razones que a ellos nos mueven a nuestro servicio e al pro e bien comun de los dichos rey-nos cumplideras, nuestra merced y voluntad es, que las fortalezas dellos, especialmente las de la tierra desa dicha civdad, por estar como están en la frontera de los moros, enemigos de nuestra santa fe, de aquí adelante esten en poder de buenas personas, fiables e a nos acebtas. Porque de otra manera a nos, se seguiria deservicio, e a esa cibdad daño por ende nos, vos mandamos que asy este año de la data desta nuestra carta, como de aquí adelante, vos la dicha condesa, en uno con la justicia e regimiento desa dicha cibdad nombredes e pongades persona o personas que tengan las dichas fortalezas, que sean fiables e abonadas e que zelen nuestro servicio e el pro e bien desa cibdad e buen guarda de las dichas fortalezas a quien vosotros veredes que al dicho nuestro servicio e al pro e bien comun desa cibdad cumple Ca nos por la presente vos damos para ello licencia, poder y facultad e mandamos a vos el dicho Concejo e onbres buenos de la dicha cibdad que lo asy guardades e cumplades e fagades guardar e complir”(AGS., RGS. F. 538, 2.º. Citado en toral Peñaranda, 1987: 133).

El problema era que doña Teresa empezaba a ejercer, como ha-bía hecho su marido, un elevado despotismo en la ciudad, lo que podía poner en peligro la situación de estabilidad y el control de la misma por el corregidor. Además, y aunque habían pasado ya cuatro años desde el asesinato del condestable, los “supuestos” delitos cometidos por éste se-guían siendo achacados a toda su familia, debido al concepto de honor y linaje tan importante que regía los destinos de estas familias oligárquicas. De tal manera que, ciertos estratos políticamente activos, debían estar en

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su derecho de no aceptar las altas cuotas de poder que Teresa de Torres estaba acaparando, como una continuidad en la transmisión patrimonial de los cargos y poderes que antes había disfrutado su marido, acrecen-tados y en cierta medida, “legitimados” por la astuta política llevada por ella en relación a la ya reina Isabel, y no sólo por esto, sino también por el hecho de que fuera Teresa, una mujer, la que llevara las riendas de su ciudad. Es posible que, por ese motivo, los monarcas, en una carta fecha-da en Sevilla el 15 de febrero de 1478 concedían un “perdón general” a la condesa Teresa de Torres a su hijo Luis de Torres, “y a otros” por los delitos cometidos en Jaén, Baeza, Andújar y sus tierras cuando Miguel Lucas las gobernaba por Enrique IV. Este perdón comprende desde el año 1465, año en que Pedro Girón había cercado la ciudad de Jaén, hasta el 22 de marzo de 1473 “que el dicho condestable fallesçio de la presente vida”.

Durante el período transcurrido desde 1478, en el que se había ex-pedido la carta de perdón a Teresa de Torres y a sus parientes, hasta 1492 y la conquista del reino nazarí de Granada, incluida la estancia de los reyes en Jaén11, la situación de la familia de Miguel Lucas debió haberse estabilizado, a juzgar por una carta fechada en Medina del Campo a 26 de abril de 1494 por la que los Reyes Católicos hicieron merced al hijo del condestable, Luis Lucas de Torres, de un oficio de veinticuatro en la ciudad de Jaén, por re-nuncia de Pedro Sánchez de Berrio (AGS. RGS. f. 57), a pesar de que Luis ya no estaba en la ciudad.

11 El 22 de mayo de 1489 Isabel y Fernando trasladaron la Corte a Jaén que, posiblemente gra-cias a su posición estratégica, y el poder que en ella tenía la gran aliada de la reina, doña Teresa de Torres, había sido elegida como base de operaciones para el impulso final de la conquista del reino nazarí. La corte se instaló en la ciudad por espacio de siete meses, hasta el 20 de octubre, a lo que habría que añadir otros ocho días transcurridos entre el 4 y el 12 de enero de 1490 (ruMeu, 1974). Desgraciadamente, las Actas Capitulares pertenecientes a este año han desapa-recido, ya que sólo se encuentran en el Archivo Histórico Municipal de Jaén las pertenecientes a los años de 1476, que son las primeras conservadas, 1479-1480, 1488, 1499, 1500 y 1505.

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No obstante, a partir de la prematura muerte del príncipe Juan en 1497 la carrera política de Luis de Torres en la corte12 se truncó aunque pasó a ser menino de los reyes (rodríguez Molina, 1996: 419). El apéndice del ejemplar de la Crónica que se encuentra en el Instituto de Estudios Giennenses, señala cómo don Luis, “quando vino en edad de discreción, se governó muy virtuosamente. Fuese a la corte de los Católicos Reyes y asistió en ella. Dio en servir a una señora muy prinzipal, en cuyo servicio gastó tiempo y hazienda; y en el discurso la dama casó con un señor, gran-de de Francia...”. Como el príncipe Juan ya había muerto, Luis de Torres persiguió a esta señora hasta Francia donde ella lo volvió a rechazar ante lo que el hijo de Teresa decidió regresar a Jaén en 1499, “donde fue fama que perdió el juicio, de donde a cabo de dias, con solo un criado, se fue a San Francisco del Monte de Córdoba, que es de recoletos, y allí tomó el ábito, en el qual acabó santamente” (Cuevas Mata, et alii, 2001: XIII).

Con la retirada a un monasterio de Luis de Torres, se produce, en 1499, el inicio del final del poder de doña Teresa de Torres en la ciudad. Cuando su hijo decidió ingresar en el monasterio de San Francisco del Monte, cerca de Adamuz, renunció a todos los cargos y privilegios que detentaba en el mundo laico. La entrada en el convento de San Francisco del hijo del condestable debió suponer un fracaso político para su madre, pero un respiro para aquellos que veían en su figura el futuro sucesor de su padre en el poder urbano, gracias al favor de los reyes hacia Teresa. Por otro lado, sin un varón a su lado mediante el que ejercer su presión política y su prestigio social, al menos como parapeto ficticio, la condesa de Torres debió sentir el final de sus propósitos. Acosada, posiblemente por todos aquellos que no habían visto con buenos ojo que una mujer, y además viuda de Miguel Lucas de Iranzo, hubiera detentado durante tanto tiempo

12 Es muy posible que desde la estancia de los reyes en la ciudad de Jaén, el hijo de Teresa, Luis de Torres, aconsejado por su madre, que ya veía limitado su poder por el corregidor de la ciudad, pasará a formar parte de la corte del príncipe don Juan, por lo que tendría que salir posteriormente de la ciudad siguiéndole, con lo que su representante en Jaén seguiría siendo su madre, libre de seguir ejerciendo su poder.

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el control y el poder en la ciudad. Más aún cuando ya era evidente que ni siquiera su gran mayorazgo urbano iba a tener una perpetuidad en línea directa al quedar sin heredero posible.

De esta manera, doña Teresa decidió abandonar la ciudad, posi-blemente porque no podría pensar en permanecer más en ella como una dueña, sin familia y relegada del primer plano de la escena política que, tan astutamente había sabido llevar a cabo. Además, no aparece ninguna otra carta o donación realizada por la reina o por los reyes quienes, una vez conquistado el reino de Granada, y desmontada ya la frontera con el mismo, habían perdido todo su interés por Jaén, centrándose ahora en la ciudad de Granada. Por tanto, abandonada por su hijo, por sus amigos y allegados en el poder, y por la propia corona, doña Teresa buscó retraerse o esconderse de la vida laica en un convento.

Bajo el anonimato de un nombre falso, disfrazada de labradora, acompañada por una o dos dueñas de su confianza que quisieron seguirla, y llevándose sólo unas cuantas de sus joyas para poder pagar su dote y el de las que la acompañaban, salió de la ciudad con dirección a la provincia de Córdoba, donde estaba su hijo, y de allí hacia Écija, donde hacia el año 1500 profesó como monja clarisa (gallego, 1996: 382), en el convento de Santa Inés, donde también había estado hospedada Isabel la Católica duran-te unos meses. Profesó con el nombre de Sor Luisa de la Cruz, curiosamente el nombre que había tenido su hija.

A juzgar por las noticias que nos ofrece el cronista de la orden fran-ciscana en la provincia (1683), durante ese año de su noviciado sor Luisa de la Cruz fue todo un ejemplo para sus compañeras. Estando de novicia en ese convento, se recibió la visita de los Reyes Católicos. Al año siguiente, cuando Isabel funda el 15 de septiembre de 1501 el Real convento de Santa Isabel en la ciudad de Granada, más concretamente, en la Alhambra, se acordó de Teresa, y como una manera más de gratificarle los servicios prestados a su causa, la envió como abadesa al convento. No obstante, y por los problemas que tenía la orden para instalarse en el lugar en que se había pensado, el

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convento tuvo que ser trasladado y se instaló en pleno Al-bayzin, sobre lo que había sido el palacio nazarí Dar al-Horra, en el intervalo que suponía la petición al papado y la llegada del permiso con la bendición y fundación confirmada desde Roma. Por eso, Teresa no se trasladó al convento hasta 1507, acompañada por una veintena de monjas.

En ese período de tiempo, la reina había muerto (25 de noviembre de 1504) dejando por su testamento una cuantiosa dote a ese convento, para que lo gestionara su abadesa. La fama del convento y de su abadesa creció por Granada tanto que en la Crónica de la Santa Provincia de Granada de la regular observancia escrita por Alonso de Torres en 1683 (Cuevas Mata et alii, 2001: xxiii) se señala que la virtud de la abadesa era tal que se había convertido en el asilo y refugio de todas las necesidades de los granadinos. A partir de ahí aparece lo que podría ser una apología a la santidad de Teresa de Torres.

Mientras tanto, Luis de Torres moría en 1510 en el mismo convento en el que había profesado. Ante la ausencia de descendencia masculina por vía directa, el mayorazgo de los Torres pasó a un primo de la condesa, don Fernando de Portugal, nieto, por una parte, del adelantado mayor de An-dalucía y por otra de don Fernando de Portugal hijo del Infante don Dionís de Portugal y de Juana de Castilla, hija de Enrique II.

En 1521, aunque no sabemos la fecha exacta, Sor Luisa murió mien-tras la curaba el doctor Mexía, médico insigne de Granada, a juzgar por el cronista de la Orden, tras agonizar durante un tiempo, diciendo que veía a San Juan Evangelista, San Francisco y a dos ángeles que eran sus hijos muertos. El cronista sigue diciendo que su cuerpo quedó tratable y aún más hermoso que cuando vivía. Fue enterrada junto a la reja del coro del convento de Santa Isabel, donde permaneció hasta que años más tarde su sepultura fue trasladada “en una curiosa caxa”, a la derecha del mismo coro, bajo el comulgatorio. Fray Alonso de Torres se empeña en demostrar la santidad de la abadesa señalando que, con motivo del traslado de sus restos, salió una gran fragancia de su cuerpo.

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4. ¿cómo y porQué usamos a este personaje para descubrIr la cIudad de jaén en la edad medIa? metodología

Una vez que sabemos quién fue Teresa de Torres, no nos queda más remedio que reconocer que se convierte en una prueba más que nos demuestra algo que ya sabíamos: la Historia, lejos de ser neutra, es una herramienta puesta al servicio de la ideología, del poder y del contexto en el que y para el que se realice.

Si esto es así, también podemos afirmar que la enseñanza de la Historia tampoco es neutra. El sistema educativo selecciona unos conte-nidos frente a otros, realza determinados períodos históricos, olvida luga-res, sitios y hechos, relega los últimos planos a las personas que no son protagonistas de sucesos políticos, aparta a los colectivos para ensalzar las individualidades.

La enseñanza de la Historia, además, se utiliza para formar ciudada-nos de una sociedad determinada, donde imperan unas reglas y roles socia-les que convierten su sistema cultural en la base ética de comportamiento, una base que no puede cambiar rápidamente porque desestructuraría el comportamiento social.

Nuestra base cultural, eminentemente patriarcal, ha hecho que la enseñanza de la Historia estuviera basada prácticamente en el ensalzamien-to de figuras públicas y de hechos bélicos y políticos sociales que supusie-ron un hito para el cambio y la transformación. Por tanto, los principales protagonistas de la Historia de los libros de texto han sido hombres, ya que eran los que participaban y llevaban a cabo guerras y conquistas desde los mandos militares y políticos. Frente a éstos, esta historia tradicional se ha limitado a mencionar algunas reinas o heroínas, mujeres que estaban si-tuadas en espacios públicos o políticos, propios de la tradicional actividad masculina; las únicas que por su singularidad habían desarrollado roles masculinos.

Las demás mujeres quedarían al margen de la Historia positivista e historicista ya que aparentemente no aportaban nada al proceso histórico.

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Ni siquiera la historiografía marxista supo ver que, en la división de clases sociales y de manera transversal a ella estaban presentes las mujeres, los niños... y todos los demás grupos sociales denominados como marginales.

Se enseñaba una Historia muy parcializada desde el punto de vista pedagógico, donde aquello que no servía para ejemplificar las características propias de un período frente a otro, era ignorado. No se hablaba de conti-nuidad, sino de cambios y de rupturas. Parecía que cada división artificial de la periodización histórica estaba justificada por la inclusión o no de formas de poder y de organización económica y social.

De esta Historia total, se fue pasando a lo largo de los siglos XIX y XX al análisis de las peculiaridades regionales y posteriormente locales. Se optó por el análisis inductivo frente al deductivo, pero no por ello se de-jaron de lado las premisas culturales como referencia de pensamiento y la historiografía anterior como fuente de inspiración para seguir líneas y pautas de estudio. No sería hasta la aparición de la Historia social, que alejada del estudio de las élites políticas y económicas, prestaba su atención a los grupos hasta este momento silenciados, cuando comenzó a tomarse conciencia de la importancia de las familias y de los papeles sexuales, de las prácticas coti-dianas en el mundo social y cultural para conocer y reinterpretar la cultura. Así quedó de manifiesto la presencia de las mujeres en todos los procesos históricos, la posición subordinada de éstas y su perpetuación a través de la educación que, desde la cultura patriarcal hemos venido recibiendo.

4.1. Enseñar una ciudad

Ese es el motivo por el que nos parece oportuno abordar el análisis de la ciudad de Jaén, que forma parte de la realidad cotidiana del alumnado de toda la provincia y además hacerlo a través de dos personajes históricos: por un lado Miguel Lucas de Iranzo que podría representar el punto de vista que ha ofrecido la historiografía tradicional; por el otro, Teresa de Torres, que sirve para introducir al alumnado en el punto de vista de la historiografía con perspectiva de género.

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Además, este hilo conductor de la ciudad nos ofrece la posibilidad de introducir al alumnado en la necesidad de la interdisciplinaridad para abor-dar una única realidad desde múltiples puntos de vista. De hecho, aunque la ciudad es, por sí misma, depositaria de Historia, su forma de análisis ha diferido mucho dependiendo de la perspectiva y los principios de los que se partiera, ya fuera la Historia de la Arquitectura, la Historia del Arte, la Geografía Urbana, la Historia Social, Económica, jurídica o institucional...

Esta afirmación parece haberse verificado en los múltiples estudios que se han desarrollado sobre urbanismo13 desde esas disciplinas en los que, partiendo de sus propios postulados teóricos y sin consideraciones inter-disciplinares se intentaba ajustar los parámetros generales a las diferentes formas de ciudad o a ejemplos concretos (esto es lo que, generalmente, ha ocurrido con los análisis del fenómeno urbano elaborados desde la Historia de la Arquitectura o la Historia del Arte, o la Geografía Urbana), utilizando para ello abundantes fuentes documentales referidas a “monumentos” y, cuando resultaba posible, fuentes planimétricas; es decir, se analiza sólo el espacio construido, las tipologías edilicias, la forma de las manzanas y, en algunos casos, la contraposición entre espacios abiertos y cerrados. Esto ha supuesto, en muchos casos, y hasta el desarrollo de la Arqueología Urbana (especialmente tras la aparición del concepto de Patrimonio Arqueológico Urbano y su desarrollo a partir de los años 70), obviar casi por completo el estudio de la ciudad en su conjunto, desde la fundación hasta el momento actual, es decir, la continuidad y la permanencia de la misma.

Desde el punto de vista social, de la población que genera el fenóme-no urbano, la utiliza y da sentido, la ciudad ha sido estudiada por materias históricas y jurisdiccionales a través del análisis de fondos documentales,

13 Urbanismo es, según el Diccionario de términos de arte y elementos de arqueología, heráldica y nu-mismática (Fatás, G y Borrás, M, 1995), “la ciencia y técnica de construir y ordenar los núcleos urbanos adecuándolos, en la disposición, la estética, el emplazamiento y los servicios, trazado de calles, etc, a las necesidades de la persona humana concebida, a la vez, como individuo y como ser social”.

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haciendo hincapié en la organización institucional y comercial de la misma, o incluso mediante las fluctuaciones en el número de habitantes, pero muy raramente se ha relacionado esta población con la estructura física y, cuan-do se ha dado el caso, era para reseñar unos rasgos generales y puramente teóricos, o descripciones aportadas por unos pocos documentos que no pueden facilitar una visión global del conjunto por sí solos si no se ponen en relación con un corpus documental amplio.

Sintetizando, podríamos decir que éstos son los dos grandes blo-ques de estudios que se han llevado a cabo sobre la ciudad, por lo que las definiciones que de la misma se han realizado, especialmente a lo largo de los siglos XIX y XX y a través de las diferentes escuelas de pensamiento, se han visto modificadas y ajustadas a teorías y disciplinas que intenta-ban estudiarla, especialmente la teoría desarrollada por la Escuela Italiana, elaborada básicamente por arquitectos que incluían, puntualmente, en su teoría puramente arquitectónica de carácter tipológico o morfológico, factores sociales y hechos históricos para su estudio y, por otro, la Escuela Francesa, en especial la Escuela de los Annales, donde el objeto de estudio es esencialmente la economía y la sociedad, es decir el ser humano que vive en sociedad 14.

La primera de estas vertientes historiográficas, que empezó a desa-rrollarse a mediados de los años 50 del siglo XX se ha centrado en el análisis de la ciudad medieval partiendo de principios como la ubicación en el cen-tro urbano de las nuevas órdenes religiosas mendicantes, orientadas hacia la vida urbana que pugnaban por la ocupación del poco espacio sin edificar restante aún en el momento de su asentamiento; o el surgimiento de las nuevas estructuras sociales que requieren la redistribución de los diferentes grupos urbanos por el espacio físico, son los principales elementos que mo-

14 Por ejemplo, para MunFord (1967) las ciudades son “gli stampi in cui si sono reaffreddate e soli-dificate le vite degli uomini imprimendo, per virtù dell’arte, forme durevole a monumenti che sarebbero svaniti” , mientras que para leFeBvre (1969) es “la proyección de la sociedad global sobre el terreno”.

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difican, según él, el aspecto final y planimétrico de la ciudad15. Esta visión urbanística se plasma en la concreción de los elementos determinantes de una ciudad medieval, que quedan establecidos en muralla, puertas de la mis-ma y núcleo urbano, determinado por las principales vías de comunicación, donde el núcleo urbano, a su vez, estaría condicionado por la disposición de sus componentes, esto es, el castillo, los conventos, la catedral y la sede del concejo. Desde esta posición arrancaron los estudios “morfotipológicos”16 que aparecen como una fórmula utilizada por los arquitectos frente al estudio social que ha sido la forma de estudio de la ciudad para los historiadores. Progresivamente el determinismo de la forma urbana ha ido cediendo paso a factores como el relieve del terreno sobre el que se asientan, las necesidades autónomas de la circulación o evacuación de aguas…

En el caso de la historiografía hispana, tal y como señalaba BonaChía (1996:1), desde finales del siglo XIX, y con un claro trasfondo ideológico, se comenzó a prestar una atención especial a la ciudad medieval como forma de expresión de un nuevo mundo en el que cobraban vida y se representa-ban unos nuevos ideales, laicos y burgueses. Eran estudios que ofrecían un análisis esencialmente descriptivo de las estructuras de gobierno y los cargos municipales, desde una perspectiva radicalmente institucionalizada.

Sólo en las últimas décadas, y a raíz de los procesos de normaliza-ción política y de renovación universitaria emprendidos en nuestro país, la cuestión de las ciudades y de sus organizaciones concejiles experimentó un fuerte renacimiento, al incorporar nuevas perspectivas metodológicas y enfoques más abiertamente sociales, y al intentar equipararse con las ten-dencias dominantes en la historiografía europea.

Para trabajar esta concepción de la ciudad con el alumnado de Edu-cación Secundaria, podemos utilizar como recurso educativo el análisis de

15 MuMFord (1967); ennen (1975); guidoni, (1978); PiCCinato (1978).16 rossi (1979); ayMonino (1981).

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mapas y parcelarios, tanto históricos como actuales17, comprobando con ellos que el mapa en la Historia, las cartas topográficas o los atlas no deben ser considerados como un mero balance de datos e informaciones que se representan de forma gráfica, sino que pueden ser en sí mismos un medio de investigación e interpretación del pasado.

En nuestra opinión, la ciudad medieval en su conjunto es un documento histórico que debe beneficiarse de una protección especial. Nuestro objeto de interés no son únicamente las grandes edificaciones, las fortificaciones, o las edificaciones de carácter religioso; es todo el conjunto urbano con su planificación viaria, con sus caminos de acceso, sus conjuntos defensivos, sus edificaciones significativas y también las unidades domésticas, donde vive la inmensa mayoría de la sociedad, sus formas constructivas, los materiales empleados, así como todo elemento que facilite la vida urbana, como pueden ser las canalizaciones de agua, los mercados, hornos, herrerías y un largo etc. Si admitimos que la ciudad es un lugar vivo donde han ido incorporándose las nuevas formas de vida, tendremos que pensar que no tiene mucho sentido tratar de preservar edificios aislados y construcciones significativas descontextualizadas, tal y como se demuestra gracias a las aportaciones de la arqueología urbana.

En cuanto a la segunda de las vertientes historiográficas, se basa en obras e investigaciones que han tenido como objeto la vida urbana, sus gentes, sus actividades económicas, sus relaciones sociales, etc., a través,

17 En el año 1992 se celebró en Cáceres un Congreso Internacional sobre “Urbanismo y con-servación de ciudades patrimonio de la Humanidad” se comprobó que el paisaje urbano había sido sutilmente modificado, se había actualizado, pero no se había invertido estructuralmente, concluyéndose que, por regla general, hasta mediados del siglo XX era relativamente factible acercarse a una reconstrucción del paisaje urbano medieval analizando la ciudad tal cual era. Prueba de ello es la vigencia que hasta esa fecha tuvieron los planos de los siglos XVI y XVII en las ciudades para los que se conservaban. Efectivamente, el Consejo de Europa, en un colo-quio organizado en 1984 en Florencia, tomó conciencia de que había que cambiar el concepto de patrimonio histórico en relación con las ciudades, ya que no podía seguir limitándose éste a los conjuntos monumentales, sino que debía ampliarse a los recintos urbanos en su totalidad. (VV. AA, 1987).

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básicamente, del análisis de documentación escrita original. En definitiva, se ha prestado atención a lo que sucedía en el interior del recinto urbano, a la actividad de la sociedad urbana. Sin embargo buena parte de la acti-vidad de la sociedad medieval urbana consistió en diseñar, programar y construir la propia ciudad, aunque en muy pocas ocasiones se le ha atri-buido desde esta vertiente la importancia que merece al marco físico en el que se asienta la sociedad urbana18. Desde otro punto de vista, se define la ciudad en función del comportamiento demográfico de sus habitantes19.

No obstante, creemos que por su propia constitución física, social y cultural, la ciudad no puede ser definida siempre igual ni ajustada a pará-metros teóricos y estáticos, sino que hay que atender, para su comprensión, a los parámetros de espacio y de tiempo ya que la fundación de la ciudad y su posterior desarrollo es fruto, en primer lugar, de una estrategia deter-minada (ya sea política y/o económica) y donde se deben aunar todas las disciplinas que puedan ayudarnos a realizar un análisis completo de una manera interdisciplinar.

18 Algunos ejemplos se pueden analizar en las actas del congreso sobre “La ciudad hispánica durante los siglos XIII al XV” (Madrid, 1981), que supuso un estado de la cuestión en temas de historia concejil, organización administrativa, gobierno urbano, urbanización y urbanismo, abastecimiento, hacienda, sanidad o demografía. Esta misma concepción aparece en congresos como el II Congreso de Estudios Medievales, celebrado en León en 1989 y dedicado a “Conce-jos y ciudades de la Edad Media Hispánica”, el celebrado en Alicante en 1990 con el título de “1940: En el Umbral de la Modernidad. El mediterráneo y las ciudades en el tránsito de los si-glos XV-XVI” o el celebrado en Málaga en 1991 sobre “Las ciudades andaluzas, siglos XII-XVI”. Todos ellos tienen el mismo denominador común. Utilizan el término “ciudad” aunque en los mismos no se hable nunca de ciudad propiamente dicha, entendiéndola como el resultado de la confluencia de las realidades enmarcadas dentro de los términos de “urbanismo”, por un lado, y de “sociedad” por el otro.19 Como señala Pérez garCía (1990:43), los estudios demográficos en España comienzan a des-puntar gracias a jornadas como las celebradas en Santiago de Compostela (I Jornadas de Meto-dología aplicada de las ciencias históricas). No obstante, será en la década de los ochenta cuando la disciplina alcance una verdadera expansión creándose en 1983 la “Asociación de Demografía Histórica” (ADEH) y la celebración de los primeros congresos sobre el tema (Madrid, 1983; Barcelona, 1987).

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4.2. Enseñar una ciudad teniendo en cuenta la categoría de análisis género.

Las diferentes categorías de análisis que acabamos de ver, tienen un punto en común: las fuentes de información. La mayor parte de los estudios que se han realizado (hasta los años 90 del siglo XX) sobre la ciudad me-dieval utilizan documentos originales de la época o su transcripción20, y de manera especial y mayoritaria, se trata de Actas Capitulares o de Cabildo, es decir, documentos administrativos; por tanto, documentación pública.

Cuando a partir de la década de los 90 comenzamos a realizar tra-bajos sobre las ciudades desde la perspectiva de género, y se utiliza docu-mentación privada (como testamentos, cartas de dote y arras…) la visión que teníamos sobre las ciudades comienza a cambiar. Es entonces, cuando tiene sentido la frase de Henri Lefebre: Para cambiar la vida, primero debemos cambiar el espacio.

Desde este punto de vista se plantea el tratamiento de conceptos espacio-temporales y su aplicabilidad al estudio de los sistemas de género en la ciudad, que no se había realizado hasta el momento. Se trata de pensar las ciudades y la existencia de ámbitos espaciales diferenciados en función del género21. Comenzó a descubrirse el papel de la mujer en la misma y cómo esta concepción de la vida, urbanísticamente, se plasma en los planos de las

20 Esto no quiere decir que no se hayan utilizado fuentes de información indirectas como textos de época, iconografía histórica y cartografía primitiva. Es imprescindible realizar una búsqueda exhaustiva de estas materias informativas y saber interpretarlas correctamente para aprovechar la información veraz que en ellas se contiene y no confundirnos con los elementos ficticios o fantásticos que puedan presentarnos sobre todo las fuentes gráficas, pero además es imprescindible acudir a las fuentes de información directa como la arqueología.21 Así se puso de manifiesto en trabajos como Ballarín doMingo, Pilar y Martínez lóPez, Cándida (coord.) (1995) “Del patio a la plaza. Las mujeres en las sociedades mediterráneas”. Granada. Colección FEMINAE; Booth, C., darke, J., y yeandle, S. (coord.) (1998). “La vida de las mu-jeres en las ciudades. La ciudad, un espacio para el cambio”. Madrid. EDICIONES NARCEA; Chris Booth, Jane darke y susan leandle (1998) “La vida de las mujeres en la ciudad”. Narcea S.A. de Ediciones, 1998.

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ciudades, en la articulación del espacio urbano en torno a un lugar neurálgi-co: la plaza (el ágora o foro en sociedades anteriores), centro de la ciudad.

Esta plaza y las instituciones que se instalan y representan en ella simbolizan y expresa a los ciudadanos y vecinos, es el lugar donde se toman decisiones que afectan a la colectividad, espacio del que están excluidas las mujeres. Éstas sólo aparecen cuando transgreden las normas, aunque reproduciendo su rol de género (manifestaciones en contra de las subidas de impuestos, participando en los motines de hambre, peticiones de paz, etc...), o en espacios de sociabilidad femeninos relacionados con el trabajo exterior a la vivienda (las fuentes, el mercado, el horno, el hospital...). De la misma manera, los asentamientos religiosos y las relaciones entre conven-tos femeninos o masculinos responden a esta diferenciación por género.

Queda así configurada una doble realidad urbana con espacios y relaciones diferenciados:

– Por un lado el espacio interior que está en relación con aquellas actividades que en una cultura se identifican con aspectos propios de la vida privada: la higiene corporal, la experiencia de la vida sexual y de la vida reproductiva, el maternaje, la experiencia de socialización… La centralidad en este espacio siempre se le ha asignado a la mujer.

– Por el otro, el espacio exterior, cuando se sale del ámbito doméstico hacia una experiencia nueva, aunque siempre ha tenido, para las mujeres, su referente principal en el espacio interior, ya que su utilización solo te-nía un sentido legitimado a partir de las actividades, responsabilidades y personas del primero.

Por eso frente al espacio público22 se configura y tiene sentido como justificación el espacio doméstico, el tradicionalmente asignado a las mujeres

22 Aunque la ideología que subyace en la definición de un lugar publico es que “es de toda la ciudadanía”, teniendo en cuenta que ciudadanos eran solamente una parte minoritaria de la población, la perspectiva de género señala que un espacio será más público en tanto se lleven a cabo en él actividades que abarquen a sectores diferenciados de población.

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a partir de una serie de creencias afianzadas y transmitidas por la cultura patriarcal. Por ejemplo, afirmaciones tales como que la casa es el lugar na-tural de la mujer el que le confiere identidad con independencia del tiempo que pase en otros lugares y el peso de las responsabilidades que tenga, o que el grupo doméstico ideal se define a partir de la pareja heterosexual legal-mente constituida y sus hijos, donde el varón actúa como cabeza de familia sea éste el padre, el marido o un hijo, o que la reproducción, socialización y educación de los menores de edad corresponde a las madres o a mujeres, así como el cuidado y la atención de enfermos o mayores.

Creemos que es necesario que nuestro alumnado sea consciente de que dependiendo de lo que quieran encontrar y descubrir, tendrán que utilizar una u otra metodología, animándoles en la necesidad de integrar las aportaciones de unas y otras en un discurso global sobre el conocimiento de cada realidad, sin discriminar, de partida, unas u otras, porque, en palabras de Parenal (1983) “habitar significa dejar huellas”.

4.2.1. La elección de un recurso educativo apropiado para esta metodología.

Desde el siglo XIX, toda ciudad o localidad buscaba un héroe para identificarse con él. Jaén lo encontró en Miguel Lucas de Iranzo y lo encumbró como protagonista indiscutible de su historia local, como representante de la ciudad en la corona castellana. Se le autentifica como el personaje que hizo posible las transformaciones urbanas que convir-tieron a la ciudad giennense en una ciudad moderna, con los servicios y funciones propias de la época. Se explica en la aulas la figura de este caballero, su forma de vestir, los festejos y celebraciones, la música y la danza, el arte… es decir, todo es susceptible de ser explicado a partir de su figura y al mismo tiempo, parece que la historia de Jaén no tuviera sentido sin este personaje. Tal es así que incluso se encarga a un pintor ya en el siglo XX la realización de una pintura en la que le representara. Cerezo imaginó a Miguel Lucas de Iranzo, y lo dibujó, y este dibujo se convierte desde las instituciones políticas y culturales en un retrato, en

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esa imagen que sirve para ex-plicar y para que se entienda. De esta manera, el círculo que-da cerrado y la historia puede ser explicada sin ningún género de dudas.

La construcción de este símbolo social23 sirve para apo-yar los saberes colectivos exis-tentes con respecto al medievo en la ciudad de Jaén, y además sirve para prolongarlo a través de la memoria histórica, de la explicación en las aulas, de la representación en imágenes y en carteles, en nombres de ho-teles, en edificios representa-tivos de la ciudad… Creando, con el tiempo, una imagen so-cial e histórica concreta que se utiliza como herramienta didáctica para la comprensión y la transmisión de una cultura y una sociedad concretas.

Esta construcción histórica y pedagógica que acabamos de exponer, en apariencia correctamente construida, pasa a ser cuestionada cuando las teorías feministas en Historia comienzan a hacer visibles a las mujeres a lo largo de la Historia. Es en ese momento, cuando aparecen, junto al resto de minorías (niños, pobres, campesinos), como co-protagonistas de una realidad mucho más compleja y además como elementos clave para estudiar y analizar otra serie de elementos históricos hasta ese momento

23 Entendido éste, siguiendo la definición de elías (1989:26), como una representación interior individual y colectiva.

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poco tratados (por no decir ignorados) tanto en la ciencia histórica como su enseñanza en las aulas. Nos referimos, por ejemplo, a la historia de la familia y de las formaciones sociales, a la historia cultural, a los problemas de las migraciones, a las instituciones de beneficencia, a los orfanatos o casas cuna…

Es decir, ha sido la perspectiva de género24 la que nos ha enseñado a ver otras cosas en lo que ya estaba escrito, en lo que ya estaba analizado y estudiado. A mirar con otra mirada las verdades absolutas:

– Sin la obligación de constreñir la realidad a la existencia de unos roles sociales que se han ido perpetuando a lo largo del tiempo y que extra-polamos de momento histórico en momento histórico sin tener en cuenta el contexto ni la situación en la que nos encontremos.

– Sin la opresión que el historicismo marca en relación a la división social del la sociedad en función de los parámetros sexo-edad como únicos elementos susceptibles de explicar Historia social.

– Pensando y teniendo en cuenta que las mujeres, a lo largo de nuestra Historia, no solo han llevado a cabo su llamada “función natural” tal y como la comprime el sistema patriarcal, sino que han sido protagonistas de primera mano en todos los sucesos y acontecimientos, copartícipes en la construcción de sistemas sociales y económicos y, sobre todo, desde el punto de vista que nos interesa en este trabajo, habitantes de las ciudades, constructoras de espacios físicos, culturales y simbólicos.

Desde el punto de vista estrictamente educativo, esta nueva pers-pectiva se incluye en los curricula desde la coeducación. La escuela coedu-cativa parte no solo de la premisa de la igualdad entre los individuos, sino que siente imprescindible la integración de los modelos genéricos que sólo

24 El género entendido como un conjunto de normas diferenciadas para cada sexo, que cada sociedad elabora según sus necesidades y que son impuestas a los individuos a partir del na-cimiento.

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es posible en el proceso de transformación de los estereotipos dentro del conjunto de la organización social.

Esto, que parecería imposible si analizamos los roles sociales que, según la historiografía tradicional han desempeñado históricamente tanto hombres como mujeres (con la consabida división de los espacios públicos y privados) aparece no solo posible, sino plausible si analizamos la figura de Teresa de Torres y realizamos un análisis comparativo entre los distintos roles, lo que se ha dicho hasta ahora y lo que se puede ver y demostrar a través de un estudio desde la perspectiva de género. No se trata, por tanto de ensalzar los papeles desempeñados por una figura femenina frente a los desarrollados por otra masculina, sino conjuntarlos y enfrentarlos para demostrar la necesidad de una visión de conjunto que evite los sesgos de género.

¿Cómo lo hacemos?

– Creando y difundiendo materiales escolares que contemplen las aportaciones de las mujeres a la vida social, cultural y al conocimiento.

– Revisando los textos científicos para poder detectar y, en su caso, modificar los errores causados por una visión estrictamente androcéntrica.

Desde el área de didáctica de las Ciencias Sociales, es imprescindible esta revisión para poder realizar un análisis del presente para comprender las realidades pasadas y para ayudar a pensar el futuro, tanto en nuestro ámbito como en otros espacios culturales diferentes al propio, pone la cuestión en el centro de cualquier planificación docente (BeneJaM, P.; Pa-gés, J. (Coords.), 1997). Más aún si tenemos en cuenta que el análisis del presente revela una realidad con la que no estamos de acuerdo, tal y como lo demuestra la reciente incorporación al currículum oficial de enseñanza secundaria obligatoria de la asignatura optativa “Cambios sociales y nuevas relaciones de género”25, que se concibe para desarrollar capacidades en el alumnado promoviendo “a igualdad en el proceso de socialización” evitando

25 Orden de 24 de junio de 2003. BOJA n.º 134 de 15 de julio de 2003.

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“modelos imperativos únicos que constriñan”. Se trata, dice la orden, de “contribuir a la comprensión y análisis de la génesis sociológica, económica e histórica de la desigualdad entre los sexos y los logros del movimiento feminista en la defensa de la igualdad (…) Ofrece, así, la posibilidad de conocer cómo se han configurado y jerarquizado los estereotipos sociales asociados a hombres y mujeres, analizando críticamente las causas que los han motivado, sus principales canales de transmisión y los motivos de su pervivencia y reproducción, así como conocer, hacer visible y valorar la contribución de las mujeres a la cultura”.

Esta perspectiva de la Educación para la Igualdad conlleva una se-rie de aspectos que van asociados a la consideración de las mujeres como sujetos históricos en la enseñanza de las Ciencias Sociales en las diversas etapas de la enseñanza obligatoria y pueden ser desarrollados a través de los Diseños Curriculares, tanto del área26 como del desarrollo curricular de los temas transversales que ya se manifestaban en la LOGSE y que continúan estando vigentes y presentes en la LOCE, especialmente desde dos de ellos: Educación para la Paz y la Convivencia y Educación para la Igualdad de Oportunidades de ambos sexos (Bolívar, A.; 1998).

Para insertar estos planteamientos en las aulas, debemos revisar los diseños curriculares que sirven de base al desarrollo de los contenidos y a su interrelación.

Para el caso de la Educación Primaria, concretamente encontramos las premisas del MEC que en relación al Área de Conocimiento del Medio señala “En relación con la igualdad de oportunidades de ambos sexos, dos son los aspectos que en esta área adquieren especial relevancia: la fuerza que el lenguaje tiene como elemento discriminador y la división que la sociedad establece asignando trabajos y papeles diferenciados a cada sexo” (MEC, 1992: Primaria. Área de Co-nocimiento del Medio, 130).

26 En el caso de la Educación Primaria se incluyen en el área de Conocimiento del Medio Natu-ral, Social y Cultural, mientras que en el caso de la Educación Secundaria lo hacen en Ciencias Sociales, Geografía e Historia.

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Este planteamiento se refuerza a través de los contenidos de dife-rentes bloques temáticos:

BLOQUETEMÁTICO

TÍTULO MODO

Nº 8 Organización social

Nos plantea la posibilidad de analizar los distintos roles que la organización social ha dado a hombres y mujeres a lo largo de las diferentes épocas de la historia así como las organizaciones sociales en las que participa el niño/a, y las relaciones de igualdad o desigualdad existentes en la comunidad doméstica, el grupo de iguales o la comunidad escolar.

Nº 10Cambios y Paisajes

históricos

Articulado en torno a conceptos como los de vida cotidiana, cambios sociales y políticos, fuentes para la reconstrucción del pasado, personas relevantes en la Historia de la localidad, de la comunidad, costumbres y manifestaciones culturales, etc.; conceptos que abren importantes posibilidades para incorporar la perspectiva de las relaciones de género a la explicación histórica.

Es decir que la condición de ser mujer debe ser contemplada en el estudio de la realidad social como un elemento diferenciador y, por lo tanto, desde el área de Conocimiento del Medio, habrá que contribuir a la expli-cación de los fenómenos sociales y al análisis de la realidad no sólo a través de los conceptos sino también de los procedimientos y las actitudes.

En ambos bloques temáticos está más que justificada la inclusión como elemento cohesionador y explicativo la figura de doña Teresa de Torres y a través de ella, comprender y analizar la ciudad.

En Educación Secundaria y en relación con los contenidos, no se trata tanto de introducir nuevos bloques temáticos sino de dar un claro enfoque diferenciador, desde la Geografía y la Historia, que permitan, por un lado, la

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recuperación de la imagen de las mujeres como objetos de la historia y, por otro, el análisis de los diferentes roles sociales desempeñados por hombres y muje-res en función de la persistencia de una mentalidad dominante que asignaba tradicionalmente papeles distintos en función de los sexos para de esta manera poder llegar a la comprensión de la realidad actual y así poder transformarla.

Desde esta óptica, los diferentes bloques de contenidos del área podrían enriquecerse desde la perspectiva de las Ciencias Sociales de la siguiente manera:

BLOQUETEMÁTICO

TÍTULORELACIÓN CON LOS CONTENIDOS DE LA

ASIGNATURA OPTATIVAMODO

Nº 4 y Nº 5

Sociedades históricas; Sociedad y cambio en el tiempo

1er núcleo:“Señalar, y denunciar la dis-criminación histórica hacia las mujeres y la importancia ética de la igualdad como un preámbulo y, a la vez, el eje conductor de toda la materia”.

Introducir a las mujeres como sujeto de la historia desde un punto de vista diacrónico y sin-crónico. Permite observar cómo los conceptos de cambio o per-manencia tienen significados históricos diferentes según que estemos analizándolos desde una perspectiva androcéntrica o no.

Nº 6Diversidad

cultural

2º y 3er núcleo:“Construcción del género, a través del aprendizaje de los papeles de géneros y del análisis de la jerarquización de dichos papeles en la so-ciedad… permiten una com-prensión amplia de aspectos relacionados con la organi-zación social y de otros de carácter simbólico que inter-vienen en el desarrollo de la personalidad”

Mediante el aprendizaje del concepto de cultura y diversidad cultural, podremos llegar a los elementos de una cultura: es-tructura social, sistema de género y sistema simbólico, así como al concepto de relativismo cultural a través de la comparación de ele-mentos de culturas distintas a la propia y análisis de mentalidades colectivas.

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BLOQUETEMÁTICO

TÍTULORELACIÓN CON LOS CONTENIDOS DE LA

ASIGNATURA OPTATIVAMODO

Nº 9

Arte, cultura y

sociedad en el mundo

actual

4º núcleo:“Analizando aquellas transfor-maciones sociales, políticas y culturales que han sido pro-movidas por las mujeres” “aportaciones de los movi-mientos feministas contem-poráneos” “reflexión ética, la necesidad de superar ciertos prejuicios, para transformar una jerarquía de valores que impide la consecución de un mundo más justo”.

Nos permitirá deconstruir las bases sobre las que se asienta la historia del arte y la creación icónica en general, puesto que sólo a través de la revisión de cómo se ha contado la historia, el arte y la creación podrán enjuiciar y disfrutar de la obra artística. Por tanto, es cuestión obligada preguntarnos y hacer que nuestros estudiantes se cuestionen no sólo el porqué de la ausencia de mujeres creadoras en la historia del arte sino también el modo en que se ha producido dicha exclusión.

El valor de la igualdad, como vemos, está presente en el curriculum de ciencias sociales de una forma muy irregular, puesto que la igualdad mantiene prácticamente su ausencia en el ámbito del saber científico y por consiguiente es difícil encontrarla en el saber “para ser enseñado”. A pesar de ello, el profesorado puede reforzar la perspectiva no androcéntrica en los diversos bloques temáticos formulados en los DCB de la educación obliga-toria. Esta tarea puede ser apoyada tanto en Primaria, como en Secunda-ria y Bachillerato, desde las disciplinas de las ciencias sociales a través del tratamiento que se haga de hombres y mujeres en sociedades de tiempos y espacios diferentes (Cruz, M.ª A.: 2003).

Para ello es necesario desarrollar una triple acción:

– Recuperar las aportaciones de las mujeres en el pasado, tanto las de alta cultura como las populares, y darles el valor que merezcan en función de su aportación real a la cultura común.

M.ª Consuelo Díez Bedmar

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– Hacer la crítica de todo el legado cultural del pasado, para mostrar sus aspectos androcéntricos y rectificarlos cuando sea necesario.

– Hacer la crítica hacia la jerarquización del sistema de valores mas-culinos y femeninos que han sido transmitidos en buena medida por la educación formal27.

Para llevar a cabo estas acciones hay que elegir una metodolo-gía educativa propia de las Ciencias Sociales28. En los últimos años la investiga ción en Didáctica de las Ciencias Sociales ha experimentado un importante impulso, especialmente en dos líneas de trabajo: Una cen-trada en el profesorado, y otra en las representaciones y aprendizaje del alumnado.

«... se ha dado una significativa producción de investigaciones y de trabajos de innova-ción que contribuyen a superar los viejos tópicos en relación a la enseñanza y aprendizaje de las disciplinas del área. Están surgiendo núcleos de reflexión interesantes en diversas universi dades europeas y americanas. Se han comenzado a generar líneas de investigación que comienzan a producir algunas aportaciones al conocimiento que, sin duda, pueden equipararse a los resultados de los trabajos de investigación de otras Ciencias Sociales» (Prats, 1997: 13).

27 Históricamente el acceso de las mujeres a la educación ha encontrado importantes resisten-cias sociales basadas fundamentalmente en la adscripción de roles diferentes que otorgaban papeles sociales distintos en función del sexo a mujeres y hombres (duBy, g. y Perrot, M.: 2000-2001).28 Establecer una clasificación sobre las investigaciones referidas a la enseñanza y el aprendiza-je de las Ciencias Sociales constituye una tarea compleja, y ello por varias razones. En primer lugar, por la propia delimitación del campo de actuación de nuestro área de conocimiento, por ejemplo, hemos de señalar que hay investigacio nes centradas en el ámbito disciplinar (geográfico, histórico, artístico, etc.) que tienen importante significación para la enseñanza de las Ciencias Sociales, lo mismo podríamos decir de otras centradas en cuestiones psicológicas. En segundo lugar, la clasificación a establecer está condicionada por la línea o programa de investi gación en que se contextualicen los distintos trabajos (pensa miento/conocimiento del profesorado, concepciones del alumnado, etc.), por el objeto de estudio o problema de investi-gación, o por el enclave metodológico en que se sitúen los distintos trabajos. En tercer y último lugar, el enfoque globalizador imperante en la investigación actual, al que ya hemos aludido, condiciona también la clasificación a establecer.

Descubriendo una ciudad medieval a través de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres

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En relación con los rasgos generales que caracterizan la situación actual de la investigación en Didáctica de las Ciencias Sociales, arMento (1991) establecía los siguientes:

– Crisis de la investigación positivista.

– Desarrollo de las tradiciones interpretativa y crítica.

– Sustitución de las investigaciones cuantitativas, basadas en mues-tras muy amplias, por las investigaciones cualitati vas, basadas en situaciones prácticas muy concretas.

BroPhy (1993), al revisar el estado de la investigación en nuestra área, señala que en los últimos tiempos se está imponien do una metodo-logía basada en los estudios de casos, que conside ran simultáneamente la enseñanza, el profesor, los contenidos, el alumnado, etc. Los estudios de casos representan una estrategia metodológica eficaz para describir, ana-lizar, explicar y comprender en profundidad los procesos de enseñanza y aprendiza je; en este sentido cada estudio de caso que se realiza y se da a conocer públicamente incrementa la compren sión de las complejidades a las que han de hacer frente los profesores de Ciencias Sociales cuando de-sarrollan el currículum. En nuestro país, y en los últimos tiempos, tenemos distintos ejemplos de estudios de casos referidos a la Didáctica de las Ciencias Sociales: BlanCo (1992), góMez (1996), o galindo (1996).

En cuanto a las cuestiones más contempladas han sido: El proceso de conceptualización del tiempo histórico y del espacio geográfico, la ad-quisición del gran bagaje conceptual de las Ciencias Sociales, la explicación en Ciencias Sociales (multicausalidad y empatía), y el aprendizaje de ha-bilidades y destrezas sociales. Los trabajos referidos a la Historia son más abundantes que los relativos a la Geografía, y estos dos, sensiblemente más numerosos que los alusivos a las Ciencias Sociales en su conjunto.

Desde comienzos de los 80 se han realizado trabajos que abordaban bien la Historia en particular, o bien a las Ciencias Sociales en general, es-pecialmente con respecto a las explicaciones causales en Historia, el tiempo

M.ª Consuelo Díez Bedmar

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histórico, el pensamiento relativista, y la comprensión de los conceptos his-tóricos durante la adolescencia. En relación con las primeras (Pozo, asensio y Carretero, 1986; Pozo y Carretero, 1989), y como puso de manifiesto guiMerá (1992: 92): «sus investigaciones han aportado suficientes datos sobre el tipo de relación causal que los adolescentes son capaces de establecer y comprender. Señalan la dificultad de aprender las explicaciones causales y el riesgo de que repitan memorísticamente un listado de causas». Sobre el tiempo histórico (asensio, Ca-rretero y Pozo, 1989) se han estudiado aspectos tales como la comprensión de algunos elementos cronológicos, la periodiza ción, la simultaneidad y la sucesión, la continuidad temporal, etc. Con respecto al pensamiento relati-vista, se pretendía saber la capacidad de los adolescentes de contrastar dos informaciones contradictorias sobre un mismo hecho. Por último, y sobre la comprensión de los conceptos históricos, sus trabajos ponen de manifiesto una comprensión escasa de los conceptos sociales básicos, y dudan de la utilidad que pueda tener el ofrecer explicaciones muy elaboradas y acabadas de los hechos sociales.

doMínguez (1986) desarrolló un trabajo sobre la compren sión em-pática del alumnado de secundaria, y que relaciona con el proceso de con-ceptualización de la Historia. Domínguez estableció que la información conceptual mejora la comprensión de la situación y de las diferentes fuerzas en conflicto, mejora la comprensión conceptual y sirve para detectar, tam-bién, el nivel de comprensión.

En la década de los noventa se han realizado distintos trabajos que han incorporado reflexiones sobre el papel del conocimiento histórico, de cuestiones epistemológicas, comparán dose al alumnado de la enseñanza obligatoria con universita rios, bien de Psicología o bien de Historia29.

29 JaCott y Carretero (1993) indagan las explicaciones, las causas del descubrimiento de Améri-ca en alumnos de 6.º y 8º de E.G.B. y estudiantes de Psicología y de Historia; Carretero y otros (1994) vuelven al tema indagando sobre el punto de vista de estudiantes de diferentes edades (novatos) y de historiadores (expertos) sobre la causalidad en relación con el descubrimiento de América. voss y otros (1994) investigaron las opiniones de un grupo de personas sobre las causas de la crisis de la Unión Soviética y el papel de sus protagonistas.

Descubriendo una ciudad medieval a través de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres

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En relación con los problemas de aprendizaje relativos al conoci-miento geográfico, y más concretamente con el proceso de conceptuali-zación del espacio, también contamos con distintos trabajos en nuestro país. aragonés (1983) desarrolló una investigación sobre los marcos de referencia a contemplar en el estudio de los mapas cognitivos en ambientes urbanos; MarChesi (1983) trabajó sobre el proceso de conceptualización del espacio y sus relaciones con los mapas cognitivos y la orientación en el espacio; oChaíta (1983 y 1987) desarrolló trabajos a partir de la teoría de Piaget sobre el desarrollo de la conciencia espacial, y otros alusivos a las relaciones entre la comprensión del espacio y la enseñanza del conoci-miento geográfico; Martín (1985 y 1989) investigó sobre los problemas que plantea la representación espacial del entorno en los niños, comparando ambientes urbanos y rurales, así como el papel que el desarrollo de los mapas cognitivos juega en la enseñanza del conoci miento geográfico en su conjunto; Piñeiro también ha desarrollado distintos trabajos, bien en solitario (1981 y 1983) o bien junto a gil (1987 y 1989), indagó sobre la evolución de conceptos base de Geografía Física en E.G.B. y sobre el desa-rrollo de técnicas y habilidades en Geografía; CoMes (1993) trabajó sobre la represen tación gráfica del espacio y la enseñanza de la Geografía.

En cuando a las investigaciones centradas en el alumnado y la enseñanza-aprendizaje de las Ciencias Sociales, se han desarrollado utili-zando métodos propios de la Psicología de la Educación30, aunque distintos trabajos han sido desarrolla dos por especialistas en Didáctica de las Ciencias Sociales y por profesorado de aula. Los temas contemplados en las investi-gaciones son amplios, de una forma general podemos señalar tres ámbitos: Las representaciones, concepciones y visiones relativas a la Historia y a su enseñanza, las centradas en el conocimiento geográfico, y los que se refieren a conceptos o hechos sociales concretos.

30 La obra pionera en este campo podemos decir que es la de Piaget (1926) centrada en la re-presentación del mundo en el niño; a partir de ella, y como señala gonzález (1993:221): «El interés por el tema de la imagen o de las representaciones que los alumnos tienen de la Historia y su ense-ñanza, ha sido objeto de diversos estudios e investigaciones en los países de nuestro entorno cultural».

M.ª Consuelo Díez Bedmar

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evans (1988) contempló el tema de las concepciones del alumnado sobre la Historia en un trabajo amplio en el que también trataba al pro-fesorado. Este estudio cualitativo se centró en nueve alumnos, utilizando la entrevista y la observación de aula; las cuestiones planteadas fueron, básicamente, las concepciones sobre las finalidades y la utilidad del estu-dio de la Historia, y las concepciones sobre la relevancia de la Historia y la relación entre datos históricos y presentes. De los resultados obtenidos queremos resaltar que las concepciones de los estudian tes están poco formadas e influenciadas por las concepciones de los profesores, impera la imagen de una historia vinculada al conocimiento del pasado y de su verdad, que sirva para aprender de los errores y evitar problemas en el futuro.

No obstante, el enfoque globalizador imperante, en los últimos tiempos, en las investigaciones relativas a la enseñanza-aprendizaje de las Ciencias Sociales, conduce a que se solapen, en una misma in-vestigación, numerosas cuestiones. Este hecho hace más complejo el planteamien to de necesidades de investigación, por cuanto muchas de las propuestas pueden haber ya sido contempladas en investigaciones anteriores. En cualquier caso, la recurrencia en las mismas es, también, una necesidad.

CONCEPCIONES DELALUMNADO SOBRE LA

GEOGRAFÍA, LA HISTORIA Y OTRAS CIENCIAS

SOCIA LES. EVALUACIÓN DE LOS APRENDIZAJES.

- Visiones o representaciones del alumnado sobre el mundo social.

- Aprendizajes de conceptos históricos y so ciales.- Motivación y actitudes previas ante los co nocimientos

histórico-sociales.- Actitudes del alumnado ante la Historia, la Geografía

y otras discipli nas sociales.- Grado de transferencia de lo aprendido en el ámbito

académico a la vida cotidiana.

(Elaborado a partir de Prats, 1997).

Descubriendo una ciudad medieval a través de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres

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De todas estas líneas de investigación y de sus conclusiones tiene algo nuestro trabajo y la propuesta que presentamos.

5. propuesta de trabajo: el descubrImIento de la cIudad de jaén en época medIeval, desde la perspectIva de género

Nuestra propuesta didáctica pasa por estudiar la ciudad de Jaén en la Baja Edad Media desde una perspectiva de género.

Para eso utilizaremos dos figuras históricas.

– Por un lado Miguel Lucas de Iranzo, a través de cuya figura po-dremos acercarnos a la historia de la capital tal y como la hemos conocido hasta ahora. Es decir, sería el modo tradicional y positivista con que hasta ahora ha llegado a las aulas.

– Por el otro, Teresa de Torres, de cuya mano podremos adentrarnos en el conocimiento de otra realidad hasta ahora no explicada ni analizada en las aulas pero que, no obstante, forma parte del conjunto de lo que fue y significó la ciudad de Jaén dentro de la corriente de historia total y de género que busca conjugar todos los datos que es posible para dar a conocer una Historia menos sectorial.

Es decir, nuestro objetivo no es eliminar el mundo masculino y público conocido y analizado hasta ahora para ensalzar el mundo feme-nino y privado, sino que desde el punto de vista del género, tal y como lo entendemos, ofreceremos una nueva mirada a la historia para que poda-mos explicar la ciudad como un conjunto de elementos que unidos entre sí confieren una entidad y esencia específica a un núcleo de población concreto. Esta perspectiva enlaza con la concepción curricular crítica en la que la enseñanza es una tarea de construc ción del gru po so cial y donde el profesorado es un agente políti co o intelectual transforma dor (Fernández Cruz, 1997:95).

M.ª Consuelo Díez Bedmar

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5.1. Presentación de los objetivos

Este trabajo pretende:

Ser una propuesta de introducción en el curriculum escolar de la �historia de las mujeres.

Contextualizado en el espacio y en el tiempo de Jaén en la tran-�sición entre la Baja Edad Media y la Moderna.

Nos basamos en la recuperación de una figura tan importante en �la historia de Jaén como olvidada hasta el momento: Teresa de Torres

BLOQUETEMÁTICO

TÍTULORELACIÓN CON LOS CONTENIDOS DE LA

ASIGNATURA OPTATIVAMODO

Nº 4 y Nº 5

Sociedades his-tóricas; Sociedad y cambio en el

tiempo

1er núcleo:“Señalar, y denunciar la dis-criminación histórica hacia las mujeres y la importancia ética de la igualdad como un preámbulo y, a la vez, el eje conductor de toda la materia”.

Introducir a las mujeres como sujeto de la historia desde un punto de vista diacrónico y sincrónico. Permite observar cómo los conceptos de cambio o permanencia tienen signi-ficados históricos diferentes según que estemos analizán-dolos desde una perspectiva androcéntrica o no.

Nº 6Diversidad

cultural

2º y 3er núcleo:“Construcción del género, a través del aprendizaje de los papeles de géneros y del análisis de la jerarquización de dichos papeles en la sociedad… permiten una comprensión amplia de aspectos relacionados con la organización social y de otros de carácter simbólico que intervienen en el desarrollo de la personalidad”.

Mediante el aprendizaje del concepto de cultura y di-versidad cultural, podremos llegar a los elementos de una cultura: estructura social, sistema de género y sistema simbólico, así como al concepto de relativismo cultural a través de la comparación de ele-mentos de culturas distintas a la propia y análisis de menta-lidades colectivas.

Descubriendo una ciudad medieval a través de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres

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BLOQUETEMÁTICO

TÍTULORELACIÓN CON LOS CONTENIDOS DE LA

ASIGNATURA OPTATIVAMODO

Nº 9Arte, cultura y sociedad en el mundo actual

4º núcleo:“Analizando aquellas trans-formaciones sociales, políticas y culturales que han sido promovidas por las mujeres” “aportaciones de los movi-mientos feministas contem-poráneos” “reflexión ética, la necesidad de superar ciertos prejuicios, para transformar una jerarquía de valores que impide la consecución de un mundo más justo”.

Nos permitirá deconstruir las bases sobre las que se asienta la historia del arte y la creación icónica en general, puesto que sólo a través de la revisión de cómo se ha contado la historia, el arte y la creación podrán en-juiciar y disfrutar de la obra artística. Por tanto, es cuestión obligada preguntarnos y hacer que nuestros estudiantes se cuestionen no sólo el porqué de la ausencia de mujeres crea-doras en la historia del arte sino también el modo en que se ha producido dicha exclusión.

PROPUES TA DE T RABAJO

VinculaciónCon laciudad

Jaén en la Edad Media

Condes tableMiguel Lucas de Iranzo

Doña Teresa de Torres

Por matrimonio Por nacimiento

M.ª Consuelo Díez Bedmar

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5.2. Metodología empleada

Para ello utilizaremos el método de reconstrucción de la Historia a través de la investigación que consiste en:

Plantear la enseñanza de la Historia recreando el proceso que sigue �un investigador (historiador). Se presta especial atención al conocimiento y utilización de fuentes por parte del alumnado. En el caso que nos ocupa, se leerán pasajes de la Crónica del Condestable Miguel Lucas de Iranzo.

En las orientaciones didácticas de la ESO se plantea la realiza-�ción de “proyectos de investigación” y en los contenidos procedimentales se establece un eje de “indagación e investigación”, con motivo de lo cual se aportarán al alumnado una serie de fichas de trabajo en las que se irán completando datos a partir de la lectura y análisis de bibliografía específica sobre el tema que nos ocupa.

Todo ello estableciendo una secuenciación lógica que contenga signi-ficatividad lógica y psicológica para el nivel educativo al que nos dirigimos.

5.3. Detección de ideas previas

Para llevarlo a cabo comenzaremos por la realización de una lluvia de ideas, que nos servirá para detectar cuales son los conceptos previos desde los que parte nuestro alumnado. Esta lluvia de ideas se realizará en dos direcciones,

– Por un lado buscamos los conocimientos que tienen sobre la Edad Media y especialmente de cómo eran las ciudades en esa época. Partimos de la idea de que los medios de comunicación (especialmente cine y televisión) y los cuentos han forjado un ideario colectivo acerca del tema que vamos a tratar y que éste está lleno de mitos y de leyendas, de héroes y de luchas, espadas y princesas, castillos y señoríos.

– Por el otro, debemos saber cuáles son las funciones que le atribu-yen a hombres y mujeres en ese contexto histórico-social. Especialmente cuáles son las que le atribuyen a las mujeres. Suponemos también que será

Descubriendo una ciudad medieval a través de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres

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el de señoras del castillo, princesas o campesinas que van a ser rescatadas por el príncipe o señor del territorio.

Un ejemplo de esta lluvia de ideas podría ser la ficha que aparece en la ilustración 2. Si pasamos esta encuesta al alumnado de enseñanza obligatoria de la ciudad de Jaén, descubriremos cómo a pesar de que lo que vamos buscando corresponde con su ámbito espacial más cercano, podre-mos observar cómo:

– En un 90% de los casos nos indicarán como nombre del personaje el de Miguel Lucas de Iranzo, o “el Condestable”.

– El 90% dejarán sin contestar las preguntas correspondientes a los familiares de ese personaje.

Este factor se debe no sólo a la presencia destacada que este perso-naje tiene en la historia de la ciudad, sino también a su inserción en todas las guías turísticas que hablan de la ciudad, así como en las publicaciones que se han realizado sobre su vida y sus hechos31, convirtiéndolo en figura representativa de la ciudad (como se demostraba en Junio de 2001 cuando el ayuntamiento de la ciudad organizaba en I Simposium de Historia de Jaén que llevaba por título “La ciudad de Jaén en tiempos del Condestable Iran-zo”. Además, esta preeminencia se ha visto impulsada con la apertura al público del Castillo de Santa Catalina después de las últimas excavaciones arqueológicas (verano 2001-2002) ya que durante el recorrido, los visitantes escuchan, continuamente, hablar de Miguel Lucas de Iranzo, empezando por el discurso que emana de la armadura que da la bienvenida a las ins-talaciones.

31 Basta con señalar aquí títulos como el de la Crónica que se escribió sobre su vida “Relación de los hechos del Muy Magnífico e más virtuoso señor, el señor don Miguel Lucas. Muy digno condestable de Castilla” (gayangos, 1855; Carriazo, 1940; Cuevas Mata et alii, 2001), artículos como “La corte del Condestable Iranzo. La ciudad y la fiesta” (Contreras, 1986), “La agitada historia del Condestable Iranzo” (Parrondo, 1989), “El condestable Iranzo y la Frontera con Granada. Un itinerario de sus actividades militares” (Pérez garCía, 1988); o libros como “Estudios sobre Jaén y el Condestable don Miguel Lucas” (toral, 1987) o “La vida de la ciudad de Jaén en tiempos del Condestable Iranzo” (ro-dríguez Molina, 1996).

M.ª Consuelo Díez Bedmar

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Ilustración 1: Ficha para la detección de ideas previas.

¿Cómo son las ciudades medievales que salen ;en las películas?

¿Cuáles son los elementos que siempre ;aparecen, además del castillo?

¿Cómo imaginas las calles de la ciudad de Jaén ;en la Edad Media?

¿De cuántas plantas crees que eran las casas? ;

¿Hasta dónde crees que llegaba la ciudad? ;

¿Cuál crees que era el edificio más represen- ;tativo?

¿Sabes de algún personaje que viviera en Jaén ;durante esa época?

¿Sabes dónde vivía? ;

¿Conoces a alguien más de su familia? ;

¿Sabes a qué se dedicaba y en qué trabajaba? ;

¿Cómo crees que vivía y en qué trabajaba? ;

Descubriendo una ciudad medieval a través de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres

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No obstante, cuando mencionamos el nombre de Teresa de Torres, muy poca gente sabe decirnos quién fue esa mujer, e incluso parece compli-cado situarla espacialmente en una ciudad y adscribirla a un período histó-rico concreto. Hemos podido observar las caras de asombro de los discentes cuando les indicamos que su relación con Isabel I de Castilla la convirtió en la mujer más importante y poderosa de la ciudad de Jaén, de donde era oriunda y donde vivió, no sólo como mujer del Condestable de Castilla, Mi-guel Lucas de Iranzo, sino también como gobernadora y administradora de la misma ciudad desde el asesinato del Condestable en 1473 hasta 1500.

Esto la convierte en una figura clave para comprender uno de los períodos históricos más importantes de la ciudad de Jaén, ya que representa la piedra angular de la transición de la Edad Media a la Moderna con todo lo que ello representa.

M.ª Consuelo Díez Bedmar

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No obstante, como ya hemos señalado, incluso la historiografía local la ha relegado (y sigue haciéndolo) a un segundo plano (haciéndola incluso desaparecer). Y sin embargo, sólo hay que analizar el nombre de algunas de las calles de Jaén para ver cómo sí que “habitar significa dejar huellas”.

Fotografía 1: Calle Condesa, Jaén.

Fotografía 2: Calle Molino de la Condesa, Jaén.

Descubriendo una ciudad medieval a través de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres

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Sólo hay que conocer su figura y su vida para comprender que podemos utilizarla como medio para acercarnos a la comprensión de la transición en la ciudad de Jaén entre la Baja Edad Media y la Edad Moderna, ya que podemos analizar las mentalidades, la vida cotidiana, la diferente situación de las mujeres según su extracción social, la participación de éstas en la vida pública, sus relaciones con la cultura y la educación… elementos éstos presentes en el currículo de primaria en el bloque temático 8 y desarrollando aún más los contenidos en el currículo de secundaria.

Una vez que conocemos esas ideas previas, pasaremos a explicarles diferentes factores que intervienen en la configuración del paisaje de la ciu-dad de Jaén en la Baja Edad Media, entiendo por ciudad el conjunto de los elementos construidos y sus habitantes. Pero no ofreceremos al alumnado una visión cerrada y unilateral de la realidad urbana, sino dos formas de analizarla para ayudarles a comprender que, trabajando en grupo, pueden llegar a extraer sus propias conclusiones, definiciones de conceptos y elegir su metodología de trabajo e investigación. De esta manera serán conscientes de que los métodos de análisis y de investigación así como los conocimientos previos de los que se parte y las fuentes de información elegidas, determinan los resultados obtenidos.

5.4. Contextualización de la unidad de aprendizaje

Bastaría solo con ir interrelacionando la biografía de esta conde-sa con los sucesos históricos de su contexto temporal y espacial. Por eso, después de la lluvia de ideas, y tras realizar una síntesis de lo que se haya observado, el profesorado puede pasar a contextualizar la unidad de apren-dizaje que le proponemos.

Para ello, hemos seleccionado dos fichas a través de las cuales po-demos ofrecer al alumnado la secuenciación cronológica que se ha dado hasta ahora de los acontecimientos que ocurrieron en relación a la ciudad de Jaén (en el primer caso) y de la que se puede ofrecer desde el punto de vista de los aspectos analizados en la biografía de Teresa de Torres.

M.ª Consuelo Díez Bedmar

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FICHA 1. MIGUEL LUCAS DE IRANZO Y EL REINADO DE ENRIqUE IV

1454. Enrique IV confirma a Miguel Lucas en el oficio de corregidor de Baeza, cargo que le había otorgado siendo príncipe y Miguel Lucas su criado. También le concede la alcaldía de Alcalá la Real.

1455, junio, 12. Enrique IV concede a Miguel Lucas de Iranzo un linaje y grado de nobleza, además de un escudo de armas.

1458, marzo, 25. Enrique IV nombra a Miguel Lucas de Iranzo barón, conde y condestable de Castilla, cargo que estaba vacante desde la muerte de Álvaro de Luna.

1460, diciembre, 17. Traslado del Condestable de Castilla a Jaén.1464, febrero, 28. Visita de Enrique IV a la ciudad de Jaén.

Comienzo de la guerra civil en Castilla. 1465, junio, 5. Farsa de “Ávila”. Los partidarios de Alfonso, hermanastro de Enrique IV, lo pro-

claman rey y deponen simbólicamente a Enrique IV.1465, junio, 20 al 7 de septiembre. Pedro Girón, maestre de Calatrava, sitia la ciudad de Jaén. 1465, julio. Nuevo brote de peste en Jaén.

- octubre, 3. Firma de una tregua entre Alfonso y Enrique IV.- noviembre, 20. Posiblemente debido al cerco que sufre la ciudad por el apoyo del

Condestable a la causa enriqueña, Enrique IV concede a la ciudad el título de “muy noble e muy leal çibdad de Jahen” reiterando y ampliando el título de “muy famosa e muy leal çibdad de Jahen guarda y defendimyento de los reynos de Castilla” que ya le otorgara en 1446. A partir de esta fecha, los documentos otorgados desde y para Jaén se encabezan “En la muy noble, famosa e muy leal çibdad de Jahen guarda e defendimyento de Castilla...”.

1466, mayo, 3. Enrique IV concede a Miguel Lucas el título de gobernador del obispado de Jaén además de 100.000 maravedís como juro de heredad en la alcabala del vino, carne, pescado, paños y heredamientos de la ciudad de Jaén.

1467, agosto, 19. Batalla de Olmedo.1468, julio, 5. Muerte de Alfonso. Ese mismo año, mediante el Pacto de los Toros de Guisando,

Enrique IV nombra heredera a su hermana Isabel.1469, mayo. Enrique IV pasa unos días en Jaén donde, previsiblemente, nombra a Miguel Lucas

alcalde mayor de la ciudad, ya que a partir de esa fecha aparece así en la documentación.- octubre, 18-19. Desposorios de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón.

1470, octubre, 26. Enrique IV deshereda a Isabel y nombra heredera a Juana.1473, marzo, 22. Muerte de Miguel Lucas de Iranzo.

1474, diciembre. Muerte de Enrique IV.

Descubriendo una ciudad medieval a través de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres

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FICHA 2. TERESA DE TORRES E ISABEL I

1442. Teresa de Torres nace en Jaén. Hija única de Carlos de Torres Solís (IV señor de Villar-dompardo) y de Guiomar Carrillo y Carrillo, heredera del mayorazgo de Torres.

1442-1455. Infancia en Jaén y probable formación en el convento de Santa Clara. Queda huérfana de padre y bajo la tutela de su tío, Juan de Torres, tesorero de Enrique IV.

1455. Mediante el acuerdo entre el rey y su tío se desposa con Miguel Lucas de Iranzo, criado y vasallo de Enrique IV.

1458, marzo, 25. Con el nombramiento de barón, conde y condestable, que recibe su esposo, ella pasa a ser condesa de Castilla.

1455-1458. Reside en Jaén acompañada de su madre, a la espera de ser llamada por su esposo.1458. Reside en Mengíbar (Jaén), a donde se había trasladado con su madre huyendo de la peste.

- junio. Reside en Jaén a donde llegan su esposo y el rey. 1459-1460. Traslada su residencia a Bailén (Jaén) a donde de nuevo llega su esposo que ya había

decidido instalarse en Jaén.1460, diciembre, 20. Fija su residencia en Jaén 1460-1465. Tiene, al menos, dos abortos.1465, enero, 7. Nace Luisa, su primogénita, durante el asedio impuesto por el maestre de Ca-

latrava Pedro Girón a la ciudad. - julio. A causa de la peste traslada su residencia al alcázar y castillo nuevo de Jaén.

1468, abril, 11. Nace su hijo Luis.1469, noviembre. Nuevo brote de peste en la ciudad y vuelven a vivir en el castillo de Jaén. 1470, enero, 8. Estando en el castillo, muere su hija Luisa de epilepsia. Dos días después traslada

su residencia a Andújar (Jaén) hasta junio.1473, marzo, 22. Asesinato de su esposo Miguel Lucas de Iranzo. Para protegerse de la revuelta

que se produce en la ciudad se traslada al castillo acompañada de sus cuñados. 1474. Ya reside de nuevo en la ciudad.

1475, febrero, 15. Los Reyes Católicos aseguran a Teresa de Torres que recibiría las mismas mercedes otorgadas a los demás nobles del reino a pesar de ser mujer y a pesar de la ac-tuación de su difunto esposo.

1475, marzo, 23. Los Reyes Católicos declaran la supremacía de Teresa de Torres en las cosas relativas al bien y pro común de la ciudad de Jaén. - junio, 22. Los Reyes Católicos confirman a Teresa de Torres y a su hijo Luis la tenencia

de los alcázares de Jaén.- julio, 15. Teresa de Torres actúa “en uno” con el justicia y regimiento de la ciudad de

Jaén por mandato de la reina.

M.ª Consuelo Díez Bedmar

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- noviembre, 26. Teresa de Torres expulsa de la ciudad de Jaén y por mandato de la reina, a aquellos vecinos que apoyaban al rey de Portugal frente a Isabel de Castilla,

entre ellos, su tío Luis de Torres.1478, febrero, 15. La reina de Castilla concede un “perdón general” a doña Teresa de Torres, su

hijo y otros vecinos por los actos que hubieran cometido en vida de Miguel Lucas1486, junio, 1. Doña Teresa de Torres suplica al Papa que le permita visitar, morar y pernoctar

en los monasterios de monjas de San Francisco. 1489, mayo, 22. Teresa de Torres recibe la visita de los Reyes Católicos en la ciudad de Jaén. 1499, febrero. Luis de Torres, hijo de Teresa de Torres decide ingresar como fraile en el convento

de San Francisco del Monte1500. Teresa de Torres sale de la ciudad de Jaén a escondidas, acompañada de una o dos dueñas y

con sólo unas pocas joyas para pagar su dote y profesar como monja clarisa en el convento de Santa Inés de Écija, cambiando su nombre por el de sor Luisa de la Cruz.

1501. Durante la visita de la reina al convento de Santa Inés de Écija, se descubre la verdadera identidad de Sor Luisa. Isabel decide entonces trasladarla a Granada como abadesa del real convento de Santa Isabel, fundado en septiembre. No obstante, los problemas de la instalación del convento en la Alhambra hacen que su traslado se retrase.

1507. Aunque la reina había muerto en 1504, cuando por fin se solucionan los problemas de la instalación del convento de Santa Isabel, que pasa a ubicarse en el Albaicín, Sor Luisa de la Cruz llega a Granada como abadesa fundadora del Real Convento acompañada de una veintena de monjas.

1510. Muere su hijo Luis de Torres.1521. Muere sor Luisa de la Cruz, bajo sospecha de santidad y siendo considerada la piedra

fundamental del convento de Santa Isabel y de sus Observantes Religiosas.

5.5. Presentación de los contenidos

A continuación presentamos siete grupos de contenidos que podrían trabajarse desde el área de Ciencias Sociales en esta asignatura, incorporan-do la interdisciplinaridad y teniendo en cuenta el currículo de Secundaria Obligatoria:

5.5.1. Análisis de las familias y roles de la organización social

En los libros de texto se hacía hincapié básicamente en la organiza-ción militar y nobiliar de la época. Las familias sólo eran mencionadas para analizar el número de personas que la componían y, de una manera gene-

Descubriendo una ciudad medieval a través de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres

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ral, los oficios y trabajos desempeñados por los cabeza de familia. Nuestra propuesta sería ofrecerles en dos fichas, dos puntos de vista diferentes y complementarios para la ampliación de estos conocimientos y hacerlo en relación a la ciudad de Jaén a través de los siguientes puntos:

– Las relaciones de “clientela” entre las diferentes familias más pode-rosas políticamente. En la crónica se habla de las fiestas y las invitaciones que realizaba el Condestable a otras familias de la ciudad de Jaén. Se citan los Tapia, Leiva, Mendoza o Berrio entre otras familias. Estas relaciones se afianzaban a veces mediante el matrimonio entre miembros de diferentes familias.

Y estando así aposentado en los dichos alcaçares, ordenó de velar al dicho Fernando de Quesada, fijo del comendador Fernando de Quesada, con la señora doña Juana, su hermana

(…) Y domingo diez e nueve dias del mes de julio deste dicho año, estando presentes con los dichos señores e señoras ya dichos doña María, hermana del dicho señor condestable e el dicho comendador Fernando de Quesada, e su muger e otras dueñas e doncellas, y, asi mismo, algunos señores de la iglesia mayor e otros cavalleros y escuderos, entre los quales estava Alonso Álvarez de Iranzo, padre de la dicha señora doña Juana e padrastro del dicho señor condestable, e los comendadores de Oreja e de Montizón sus hermanos, e otros munchos caballeros y escuderos de la dicha çibdad, don Alonso de Moya, arcediano de Úbeda, veló a los dichos señores Fernando de Quesada e doña Juana en la capilla de Santa Catalina del alcázar nuevo, leyendo padrino el dicho señor condestable e madrina la señora condesa. (Crónica. Cuevas Mata et alii, 2001: 268)

– La organización social basada en la organización militar, es decir, los caballeros son solo aquellos capaces de mantener a un caballo. Son los que participan en las guerras o pueden enviar a alguien en su nombre. Las ciudades estaban también llenas de ballesteros, arqueros… En la Crónica se citan los juegos que se realizan en la ciudad de Jaén para entrenar a los militares en tiempos de paz. Uno de los pasajes más llamativos a este respecto aparece en la Crónica describiendo un campo de batalla destinado para el juego (Cuevas Mata, et alii, 2001: 48-50)

– La familia nobiliar y su función pública, donde se pueden analizar los diferentes oficios y cargos que se detentaban en el Concejo, qué fami-

M.ª Consuelo Díez Bedmar

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lias estaban representadas y cómo a través del oficio de regidor o caballero veinticuatro.

– El mayorazgo de tierras que es la medida por la que se establecía la riqueza de unas familias sobre otras. En función de éstas podemos analizar el sistema de cultivo, la existencia de molinos de agua o de tracción manual, la situación de puentes, vallados… También podremos profundizar en las diferencias entre señoríos y mayorazgos.

– La transmisión de propiedades inmuebles en la ciudad, que se realizaba, mayoritariamente, por vía femenina. De esta manera, aunque los hombres se fueran al campo de batalla o a la corte, eran las mujeres las que permanecían en las ciudades, cuidaban y hacían permanecer el núcleo familiar. Al transmitirse las casas de padres a hijas mediante la dote, las mujeres podían gestionar esas casas en ausencia de los hombres.

– Composición interna de las familias y asignación de roles en fun-ción de las edades y de los sexos.

Las relaciones de “clientela” entre las diferentes familias más poderosas políticamente

La organización social basada en la organización militar

La familia nobiliar y su función pública

El mayorazgo de tierras

MIGUEL LUCAS

FiChas de traBaJo

Descubriendo una ciudad medieval a través de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres

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Sistema de transmisión de propiedades inmuebles y urbanas

Diferencia entre señoríos y mayorazgos.

Composición interna de las familias y asignación de roles sociales dentro de la sociedad

TERESA DE TORRES

5.5.2. Educación diferenciada para hombres y mujeres

Esa asignación de roles se realizaba en función del tipo de educa-ción recibido por hombres y mujeres. Mientras que a ellos se les enseña-ban oficios relacionados con todo tipo de actividades, se les preparaba para funciones públicas o militares, a ellas se les enseñaba sólo el oficio que desarrollaba el cabeza de familia, podía aprender otros relacionados con el cuidado de los enfermos, la gestión doméstica (panaderas, pescaderas…), se las preparaba para administrar una casa y ser una buena esposa, o para entrar en un convento. El caso de Teresa de Torres representa el de una mujer educada para ser la heredera de un importante mayorazgo urbano, una educación cortesana, montar a caballo, cazar con halcones, jugar al ajedrez, relatar historias, responder con agilidad preguntas agudas, cantar y tocar varios instrumentos musicales, eran cosas necesarias y también se esperaba que supiesen leer y escribir.

M.ª Consuelo Díez Bedmar

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“Pasando el comer y alçadas las mesas, tocaron las duçainas ençima de un dadahalso de madera que al otro lado de la sala estaba; y el dicho señor condestable començó de dançar con

la señora condesa, con la mayor graçia del mundo; e el comendador de Montizón, su hermano, con la señora doña Juana, su hermana, e así todos los otros gentiles onbres e pajes e dueñas e donzellas, que bien lo sabian fazer. Y en esto y en munchos bailes de nuevas maneras, pasaron tiempo aquel día, después de comer fasta ora de nona, que los dichos señores y señoras, con todas las gentes que les acompañaban, subieron arriba, por las ventanas e corredores de su posada; y en el patín della mandó correr quatro toros muy bravos. Y después, declinando y el día, el dicho señor condestable cavalgó e fue a bísperas a la dicha iglesia de Santa María; y en tanto, munchos

cavalleros y escuderos jugavan las cañas” (Cuevas, et alii, 2001:42-43).

El aprendizaje de oficios: los aprendices

La educación en la corte: retórica y artes militares

Tratados militares

Inserción en la vida política de la corona castellana

MIGUEL LUCAS

FiChas de traBaJo

Descubriendo una ciudad medieval a través de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres

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Historia de la Educación de las Mujeres: Finalidades.

La educación cortesana La educación en conventos y monasterios

La figura de tutores y guardadores

El aprendizaje de los oficios

TERESA DE TORRES

5.5.3. Instituciones y relaciones de poder

Normalmente se estudian y analizan las instituciones que, tanto lai-cas como religiosas, regían las ciudades y las coronas. No obstante, también existen y existieron relaciones de poder a nivel familiar y la institución del matrimonio las perpetuaba. El análisis de todas estas instituciones, tanto las de mayor calado político como las de estratificación social, nos sirven para hablar de la cultura y de las formas de transmisión de las normas y roles sociales establecidos por la cultura patriarcal. Estudiaremos en este apartado las instituciones de la corona castellana, la concesión de cargos y honores por el rey, los conceptos de condestable, barón, conde, el sistema de poder en una ciudad de frontera… pero también podemos hablar de la institución del matrimonio como elemento socializador o de las relaciones entre las familias y las instituciones religiosas por medio de donaciones o de la figura de los confesores.

M.ª Consuelo Díez Bedmar

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1504; Dean y cabildo de la iglesia de Jaen con Antonio Fernandez y las cortes. Cortijo y tierras de la Hazedilla. Este traslado es bien y fielmente sacado de una original donaçion escripta en

pergamino y firmada y signada de Pero Ruys de Chillo escripvano publico de la muy noble y muy leal çibdad de Cordova su thenor de la qual es este que se sigue: Sepan quantos esta carta vieren como yo Don Luys de Torres señor de Villardompardo fijo legitimo del muy magnifico señor Don Myguel Lucas Condestable de Castylla que aya Santa Gloria e de la muy magnifica Señora Doña Theresa de Torres su legitima muger vesino de la muy noble e muy leal çibdad de Jahen de my propia libre e agradable voluntad por serviçio de Dios a la Yglia de su nombre e de la bien aven-turada Virgen Santa Maria nuestra Señora e de los santos yusoescriptos e por arresçentamyento del auto divino en la yglia cathedral de Santa Maria de la dicha çibdad de Jahen en la qual estan sepultados el dicho Señor Condestable Don Myguel Lucas my señor padre e los otros señores del Villardompardo mis anteçesores, en la capilla de Santa Maria Magdalena que fundo el adelantado Pero Ruis de Torres Señor del dicho Villardompardo de quyen yo vengo e por que las anymas de los dichos defuntos sean siempre ayuntadas desufragias eclesiasticas, conosco e otorgo que do en dote e donaçion buena e pura e sana e perfecta e acabada no revocable fecha entre bivos dada e entregada luego de mano en mano con las condiçiones e declaraçiones que adelante seran declaradas a vos los venerables señores dean e cabildo de la dicha yglia cathedral de Santa Maria de la dicha çibdad de Jahen e mesa capitular dellas a los que oy dia son e a los que seran de la dicha yglia de aquí adelante por sienpre jamas que estades absentes bien asy como si fuesedes presentes los bienes rayses e heredaAdes siguientes: dos casas thenerias de ofiçio de cortiduria que son e yo he e tengo mias como bienes partibles fuera de my mayorazgo que son en la dicha çibdad de Jahen en la co-llaçion de Santa Maria Magdalena que han linderos las unas casas casas (sic) de Pero de la Cueva e casas de la muger de Pero de Amores e casas de (en blanco) (en blanco) yerno de Sebastian Pez e casas molino de azeyte de Alvar Ferrandes notario e el arroyo del abrevadero e las otras dichas casas thenerias han por linderos el dicho arroyo del abrevadero e casas molino de azeyte de Jorge de Torres e casas de la de Malpica e las thenerias de Luys Cuello vezino de Jahen et la meytad del cortijo e tierras e heredamyento de pan llevar que le dizen de la Sazedilla e donadio ques en termyno de la dicha çibdad de Jahen (...) e que las dichas unas casas thenerias que alindan con casas de la de Pedro de Amores e de Pedro de la Cueva estan obligadas e yo el dicho D. Luys en ellas supuse y situe conviene a saber los myll e ochenta maravedis al prior y clerigos de Santo Ylefonso de la dicha çibdad de Jahen e los quynyentos e veynte maravedis al monasterio e clerigos de Santa Ursula de la dicha çibdad de Jahen por los terçios de cada un año cada terçio lo que montare que los an de aver e las otras dichas casas tenerias e la una dicha mytad del dicho heredamyento de la Sazedilla y donadio vos las do libres (...) que vos los dichos señores dean y cabildo presentes

e vuestros susçesores ayades de tener cuydado que por nynguna manera se consyenta que

1504, (s.d.) Traslado de una carta de 1499, Febrero, 22Donación hecha por don Luis de Torres para el mantenimiento de la capilla familiar en la

Magdalena.A. A.R.Ch.Gr. Cabina 1503.Legajo 1715. 1504. Pieza 13

Descubriendo una ciudad medieval a través de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres

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Instituciones en de la corona castellana

La concesión de cargos y honores por el rey

El significado de las palabras condestable, barón, conde

El poder en la ciudad y en la frontera.

Las relaciones entre concejo y cabildo.

MIGUEL LUCAS

FiChas de traBaJo

en la dicha capylla de la Magdalena se ponga ny se aya de fazer sepultura alta de bulto ny tumba ny que alçemas del suelo salvo sy quysyere e mandare que se aya de mudar la

sepultura del dicho señor condestable my señor e padre e ponerse en medio de la dicha capilla e que sy los señores del Villardompardo que quieren fazer sepulcros con tumbas o bultos que los ayan de hazer alderredor de la dicha capilla metidos en las paredes della e no en otra manera e que esto a los señores del dicho Villardompardo e a sus mugeres se consyenta e no a otro alguno aunque sea del dicho linaje e se entiene en la dicha capilla e questo se guarde en la dicha capilla donde agora esta o en otro lugar donde la yglia mandare la dicha capulla quando se acabare la lavor questa començada las qual digo e declaro (...) e por esta presente carta pido por merçed yo el dicho D. Luys de Torres alcalde de todo lo sobre dicho a vos los dichos señores dean y cabildo de la dicha yglia de Jahen que ayades de reçebir y resçibades por capilla de la dicha yglia la dicha capilla de San Myguell del dicho Castillo de Jahen para la mandar visitar e poner en reçabdo los ornamentos que yo tengo dotados e entiendo de dar e asy mesmo los que diere a la dicha otra capilla de la Magdalena (...) dando a vos los dichos señores dean e cabildo heredades de tanto valor e renta como las dichas tenerias acontentamyento de vos los dichos señores dean y cabildo las quales dichas tenerias por esta dicha donaçion no se entienda que ellas ayan de dexar de pagar lo que antiguamente solian pagar al señorio del mayorazgo del dicho Villardompardo quando las tenerias eran de Martin de Thapia e de Pedro Alvir de quel los dichos señores condestable e doña Theresa su muger mys padre e madre las compraron. Yo el dicho D. Luys de Torres otorgue esta carta ante Ruyz de Chillo escrivano publico de la dicha çibdad de Cordova e ante los testigos de yusoescriptos estando yo el dicho d. Luys de Torres en el monaterio de Sant Françisco del Monte

ques en la diocesis e termyno de la dicha çibdad de Cordova. 22 de Febrero de 1499

M.ª Consuelo Díez Bedmar

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La familia como institución. La parentela determina las relaciones de parentesco a establecer.

Institución del matrimonio como elemento socializador

Las relaciones entre las familias e instituciones religiosas: las donaciones, los confesores.

TERESA DE TORRES

5.5.4. La evolución urbana

Tal y como hemos analizado en apartados anteriores, las formas de estudiar y analizar una ciudad han variado mucho a lo largo del tiempo. No obstante todas las teorías tienen una cosa en común: dependiendo de las fuentes de información seleccionadas y de cómo se interpreten, se entenderá de una manera u otra la importancia que tienen determinadas tipologías edilicias o espacios públicos, o sistemas de comunicación. Para nosotros es importante analizar todos los elementos que configuran la realidad urbana desde el punto de vista de la sociedad que los habita, utiliza y transforma.

Se puede introducir a los estudiantes en las fuentes de documen-tación (documentos originales, descripciones de la época, expedientes de intervenciones arqueológicas, fuentes bibliográficas y planimétricas, foto-grafías antiguas, historia oral…) para que intenten reconstruir, siguiendo la actividad de un investigador una zona de la ciudad en una determinada etapa histórica. Muchos se sorprenderían al analizar cómo han cambiado algunas ciudades en los últimos 70 años.

Descubriendo una ciudad medieval a través de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres

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Introduciremos al alumnado en los elementos que configuraban los recintos urbanos: la muralla, el sistema viario (caminos, puentes, las plazas y plazoletas…), el sistema de distribución hidráulica (tanto para consumo como para evacuación, las fuentes, las piletas y pozos, abrevaderos, lavade-ros públicos…), la localización de los edificios públicos y de las instituciones (tanto laicas como religiosas), ubicación de palacios y monasterios, de la catedral, la alhóndiga, carnicerías, tintorerías, cárcel pública, escribanías, tiendas… y su distribución por collaciones o barrios, las distintas tipologías edilicias y su evolución hasta nuestros días, la utilización y usos que han tenido a lo largo del tiempo, la distribución de las distintas familias oligár-quicas por la ciudad para controlar unas u otras zonas…

Ilustración 2: Jaén en el siglo XV. Distribución de collaciones.

M.ª Consuelo Díez Bedmar

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1478, Junio, 19. En copia de 1866, Febrero, 8.

Pedro de Mendoza reclama una casa que le pertenece por herencia de su hermana Elena de Mendoza.

A.H.P.J. FONDO CONDE DE HUMANES. Legajo 15873. 1478. FAMILIA MENDOZA. A. DÍEZ BEDMAR, Mª C. (2002) Urbanismo y Sociedad en el Jaén Bajo Medieval. Tesis B. doctoral inédita.

Sepan quantos esta carta vieren/ como nos el concejo corregidor justiçia mayor alguacil mayor re-/ gidores jurados e presoneros cava-/ lleros escuderos oficiales e onbres/5 honrados de la muy noble famosa/ e muy leal çibdad de Iahen guar-/ da e defendimyento de los reynos de/ Castilla estando ayuntados en nues-/ tro cabildo segund que lo avemos de/10 uso e de costumbre por quanto vos/ Pedro de Mendoza uno de nos los/ regidores nos fisistes relacion co-/ mo vos subçedistes en los bienes e/ herencia de Doña Elena de Mendoza vuestra hermana que Dios aya e por virtud de la dicha subçesion que vos pertenesce una casa con to-/15 dos los hedeficios que tiene que es en/ (Folio 1 v) la collaçion de Santa Maria so cier-/ tos linderos contenidos en una carta que nos ovimos dado a la dicha Doña/ Elena de Mendoza vuestra hermana su tenor de la qual es este que se sigue/ conoscida e muy manifiesta cosa/20 sea a todos los que la presente escri-/ tura vieren como nos el Concejo alcaldes alguacil mayor regidores jurados e presonero cavalleros es-/ cuderos oficiales e omes buenos de/ la muy noble famosa e muy leal/ çibdad de Iahen guarda e defendi-/25 miento de los reinos de Castilla es-/ tando ayuntados en nuestro cabildo/ segund que lo avemos de suso e cos-/ tumbre dezimos que por quanto/ nos el [entre líneas: dicho] concejo con acuerdo i por man-/30 dado del muy magnifico e muy vir-/ tuoso señor el señor D. Miguel Lu-/ cas condestable de Castilla que San-/ ta Gloria aya por adornar e ennoblecer una calle que venia muy/ oculta e de gran daño que es a las/ (Folio 2 r) 35 espaldas de las casas del señor obis-/ po de Iahen que son en la collaçion/ de Santa Maria el dicho señor con-/ destable e nos el dicho Concejo por/ que la dicha calle viniese derecha/40 e se quitasen inconvenientes de/ desonores que en ella se fazian man-/ damos tomar un pedazo de las ca-/ sas de vos doña Elena de Mendoça/ fija de Juan de Mendoça que Dios/45 aya que son en esta dicha çibdad en/ la dicha collaçion de Santa Maria/ el qual dicho pedazo de vuestras/ casas fue derribado e fecho callejon/ que viniese derecha e en la calle/50 vieja por nos el dicho concejo fue-/ ron fechos e mandados obrar cier-/ tos edificios e obras para casas/ y agora por vos la dicha Doña/ Elena de Mendoça nos es embiado/55 suplicar vos mandamos dar/ el dicho pedazo de casas vuestras/ que vos fue derribado para que lo/ queriades encorporar con las di-/ (Folio 2 v) chas vuestras casas segund estaba o vos remediasemos con justicias/60 e nos visto vuestro pedimiento ser/ justo e como la dicha calle esta agora/ mas ancha e mas adornada que la/ otra calles vieja i de la qual causa a/ los vecinos de la dicha collaçion de/65 Santa Maria redunda notorio pro-/ vecho e utilidad e ennoble-cimien-/ to desta cibdad por respecto que por/ la calle vieja no podia ir una bes-/ tia cargada de leña por su angostu-/70 ra della e agora por esta [entre líneas: otra] nueva por/ ser muy mas ancha pueden pa-/ sar sin trabajo alguno e porque/ es muy grand razon cada uno sea/ señor de lo suyo nos el dicho con-/75 cejo acordamos e mandamos por/ el bien publico desta çibdad la di-/ cha calle se este como hoy dia esta/ e vos la dicha Doña Elena de Men-/ doça seades gratificada e dada en-/80 mienda e pago e equivalencia/

por el dicho pedazo de vuestras/(Folio 3 r) casa que asi vos fue tomado para/ lo susodicho por ende lo

Descubriendo una ciudad medieval a través de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres

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El condestable se traslada a la ciudad y comienza su política de transformación para ennoblecerla

Las vías de comunicación y su adecuación para la caballería

Las puertas de la ciudad, las defensas y el alcázar

Preparación de la ciudad como ciudad de frontera “guarda y defendimiento de los reinos de Castilla”

MIGUEL LUCAS

FiChas de traBaJo

susodicho por ende por la pre-/ sente conoscemos e otorgamos que/ damos a vos la dicha doña Elena/85 de Mendoça en equivalencia satis-/ faccion e pago del dicho vuestro/ pedazo de casas que vos fue toma-/ do para la dicha calle nueva la dicha calle vieja que esta fecha ca-/ sa con todos los edificios e obras/90 que en ella estan fechos que nos avemos e tenemos en esta çibdad/ en la dicha collaçion de Santa Ma-/ ria que ha por linderos casas/ de Juan de Madrid e las calles de/ unas partes para que sea vues-/95 tra propia...Jaen 19 de Junio de 1478. Copia de 8 de Febrero de 1866

M.ª Consuelo Díez Bedmar

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Las transformaciones urbanas no implican la desaparición de la ciudad actual y su destrucción

Los edificios públicos y religiosos

La fundación de nuevos establecimientos religiosos

La estructura interna de las viviendas

Las fuentes y la importancia del agua en la ciudad

TERESA DE TORRES

5.5.5. Matrimonio y cultura

Durante su etapa de casada desempeñó el papel de señora de la ciudad, asistiendo a todos los actos, cacerías, juegos de pelota y de cañas, representa-ciones teatrales, bailes… tanto en su palacio como desde los alcázares de Jaén a los que se trasladaba la familia cuando surgían brotes de peste en la ciudad. Por eso nos sirve de manera ejemplar para poder introducir al alumnado en las fiestas de la ciudad, en el vestido, en las mentalidades, en la existencia de crisis de subsistencias, en el papel de las mujeres en la corte, en el papel de las dueñas, criadas y sirvientas, en las costumbres existentes ante el nacimiento de los hijos (tanto varones como hembras…). Y de esta manera poder relacio-narlas con las costumbres que todavía hoy perviven en la ciudad, y de otras que, aunque habían desaparecido, están siendo recuperadas dentro del plan Urban que se está llevando a cabo por los barrios antiguos en la ciudad.

Descubriendo una ciudad medieval a través de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres

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Durante el análisis de este apartado podremos introducir los concep-tos de corte itinerante, el desprestigio de las mujeres que alcanzaban cuotas determinadas de poder en la sociedad, y el miedo del acceso de éstas a la palabra escrita y a la cultura… Junto a esto, podemos introducirles en la conquista del reino nazarí de Granada, en la historia militar, en el arma-mento de la época, en la vestimenta y el utillaje….

El comportamiento ante la muerte del hermano de Miguel Lucas de Iranzo

“…incontinenti, se subió arriba, do estava la señora condesa, su muger, y doña Guiomar Carrillo, su suegra y doña Juana, su hermana, con munchas dueñas y donzellas de su casa y de la çibdad que les aconpañavan. E como entró en la sala do estavan, así mesmo, ellas començaron un lloro bien grande, en espeçial doña Juana, su hermana, a quien más que a otra dolía. E luego el dicho señor condestable, echando asaz lágrimas debaxo de un paño de luto que la cabeça y la cara le cobijavan, se fue para la señora condesa, e la besó e tomó por la mano, e fuese con ella a una cámara que estava al cabo de la dicha sala, do por entonçes se retrayeron. E luego, dende a poco, fue despedida la gente; e por este dia non ovo más.” (Cuevas Mata, et alii, 2001: 194).

Durante la boda de la hija de Pedro de Escavias

“…Y esto acabado, el señor condestable se fue a su posada, do todos los dichos cavalleros y escuderos y otras gentes que el dia de antes avían seydo conbidados para comer y çenar comieron con él; y la señora condesa e las dueñas e doncellas e todas las otras mugeres, mandó que comiesen con la novia en el castillo do estava. Y todos los uno y los otros fueron servidos y abastados de sus maestresalas de munchas aver e viandas e potajes e frutas e vinos con muy grande abundancia…” (Cuevas et alii, 2001:358)

Celebración del bautizo de Luis de Torres, hijo de Miguel Lucas y Teresa de Torres

“e dixoles que el avia visto muy bien el grande plazer que toda la gente de la dicha çibdad avía avido por la deliberaçion de la señora condesa, su muy amada muger, e por el nasçimiento del niño; que les mandava que para otro día, martes, conbidasen a comer toda la gente que les fiziesen dar todo lo que era menester. Y esa noche, los dichos jurados mandaron fazer muy grandes fogueras, de muncha leña, delante las puertas de las iglesias de sus collaçiones, e así en munchas calles de la dicha çibdad, donde toda la noche con grande gente pasaron en cantar e dançar y bailar,

e fazer albórbolas e comer e bever. Y otro día por la mañana, después de dichas las misas,

M.ª Consuelo Díez Bedmar

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pusieron munchas mesas en los cementerios de las dichas collaçiones, e los despenseron de su señoría troxieron para las gentes que en ellas estavan, que era asaz, muncho pan e buen

vino torrontés, e munchos pescados e sardinas, e naranjas e buñuelos e otras frutas. E después que la gente fue harta e ovieron comido, los dichos jurados, con ladicha gente de sus collaçiones, e así otras munchas dueñas e doncellas e mugeres comunes, fueron en corros a palçio, con munchos estormentes e gritas; que no paresçia sino que se venía el mundo abaxo. E Fernando de Berrio, regidor de la dicha çibdad, con los jurados e gente de la Madalena, e otros munchos cavalleros e escuderos, inventando e buscando plazeres, fizo poner en una azémila un lobo que a la hora le avían traído. E así, fueron todos con munchos sabuesos e canes e bozina e gritas por la calle Maestra fasta la Puerta Granada, y dende, por Santa Maria a palaçio. Y después que allí les mandaron dar colación, fuéronse andar por la dicha çibdad; allegando plazeres a plazeres, e cada día faziendo grandes conbites e fiestas e aviendo munchos e diversos momos e personages

de discretas invençiones. E así se pasaron aquellos días” (Cuevas, et alii, 2001:307-308)

Fotografía 1: Yesería del salón mudéjar. Palacio del Condestable. Jaén. Fotografía propia.

Descubriendo una ciudad medieval a través de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres

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Fotografía 2: Artesanado mudéjar. Palacio del Condestable. Jaén. Fotografía propia.

Fotografía 3: Escudos heráldicos de Miguel de Lucas de Iranzo y Teresa de Torres. Salón mudéjar. Jaén. Fotografía propia.

M.ª Consuelo Díez Bedmar

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El análisis de las fotografías 1 y 2 servirá para introducir al alumnado en las características del arte mudéjar y el de la fotografía número 3 nos ofrece la posibilidad de explicar cómo aparecen los dos escudos heráldicos a lo largo de todo el friso que recorre la pared del salón mudéjar. Ambos escudos, el primero pertenece a Miguel Lucas de Iranzo (después de la con-cesión de los títulos de conde y barón de Castilla por parte de Enrique IV) y el segundo de Teresa de Torres (condesa de Castilla tras su matrimonio con el condestable), tienen el mismo tamaño y la misma posición en la estructura decorativa, por lo que nos indica que a ambos personajes se les confería la misma importancia sociopolítica y económica en el momento de creación.

Esta idea se asemeja mucho a la famosa frase relacionada con los Reyes Católicos “Tanto monta, monta tanto” que nos sirve aquí para indicar que en el momento histórico en el que vivieron estos personajes no había diferenciación entre ellos y sus funciones en la ciudad por motivos de sexo y género; ha sido la historiografía posterior la que se ha encargado de ma-nipular los datos para que haya sido analizada y estudiada sólo la figura de Miguel Lucas en detrimento de la de Teresa de Torres.

El matrimonio como forma de consolidación social

La importancia del hijo varón: el mayorazgo

La institución de una pequeña corte en Jaén

Los juegos militares

El mudejarismo

MIGUEL LUCAS

FiChas de traBaJo

Descubriendo una ciudad medieval a través de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres

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Los matrimonios concertados y su función social

La transmisión del apellido en función de la riqueza

Las fiestas de la ciudad

Las celebraciones y los ritos de paso (nacimientos, bodas, entierros)

El vestido y la ornamentación

TERESA DE TORRES

5.5.6. La transición: de los Trastámara a los Reyes Católicos

El matrimonio entre el condestable Miguel Lucas de Iranzo y doña Teresa de Torres representa, en sí mismo, dos etapas de la historia de Jaén: él, por su vinculación con Enrique IV, su actitud y comportamiento, representa la etapa bajomedieval de la ciudad; ella, con su vinculación a Isabel la Católi-ca, la etapa de transición hacia la modernidad. Él un vecino venido de fuera, ella, heredera de uno de los linajes más importantes de la ciudad, asentados en la misma, justo tras la conquista de la ciudad en 1246, los Torres.

Durante el análisis de este apartado podremos introducir los con-ceptos de corte itinerante, el desprestigio de las mujeres que alcanzaban cuotas determinadas de poder en la sociedad, y el miedo del acceso de éstas a la palabra escrita y a la cultura… Además, sabemos que el alumnado se sorprende al conocer que los Reyes estuvieron viviendo en Jaén. Podemos analizar los lugares que utilizaron como residencia, tanto el rey como la reina y los sirvientes, doncellas y dueñas que le acompañaron. Podemos introducirlos incluso en la historia que señala la posibilidad de que Cris-

M.ª Consuelo Díez Bedmar

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1500, Julio, 17

Carta del Concejo de Jaén a los Reyes Católicos para que la parte del deposito de pan que pertenece a la Ciudad se pueda tomar para cárcel del Concejo y se establezcan los deberes del alguacil mayor para con ella.

A.G.S. Cámara-Pueblos. Legajo 9. 1500. Documento 244.A. Citado en B. sánChez tostado, 1997:53.

Muy altos e muy poderosos/ príncipes rey e reyna nuestros señores/ El concejo corregidor alguazil mayor veynte quatro cavalleros jurados y presoneros/ escuderos oficiales e onbres honrrados de la muy noble famosa e muy leal çibdad/ de Jahen guarda e defendimyento de los reynos de Castylla con muy umyllde reverençia/ besamos las reales manos de vuestra alteza a la qual fazemos saber en esta çibdad/5 no ay carçel de conçejo en lugar çierto e conoçido salvo un año esta en una parte/ e otro año en otra donde el aguazil mayor falla casa para alquilar lo qual/ es mucho yncoviniente para el recabdo de los presos y como a questo cargue don Antonio/ de Fonseca alguazil mayor desta çibdad ha escripto a esta çibdad de horden donde/ sea la carçel de conçejo e por quanto quanto mas publica la carçel este/10 tanto es mas servyçio de vuestra alteza asi por la visitaçion de los presos como por el/ recabdo dellos a esta çibdad e pareçido aviendolo por bien vuestra alteza e dando/ liçençia para ello lo siguyente/ que la carçel se faga en unas casas viejas donde solia fazer cabildo esta çibdad/ que son en la plaça de Santa Maria della por donde vuestra alteza pasa a la yglesia/15 mayor las quales son de la cofradia de Santa Maria de los Cavalleros que tiene/ esta çibdad por vida que dando la plaça e mercado libre para esta çibdad co-/ mo oy dia esta y estas casas alindan con las casas del deposito donde esta el pan

que/ dio el conde de Vrena que alindan con los muros e çerca desta çibdad donde escabrio/

tóbal Colón viniera a la ciudad para tener una audiencia con la reina, e introducirles de esta manera en el acontecimiento del Descubrimiento de América. Junto a esto, podemos introducirles en la conquista del reino na-zarí de Granada, en la historia militar, en el armamento de la época, en la vestimenta y el utillaje….

Por eso mismo, podemos utilizar estas dos figuras para analizar con nuestro alumnado las diferencias existentes desde el punto de vista sociopolítico, económico y cultural entre la Baja Edad Media en la corona castellana y la Edad Moderna. Ver cómo se mantienen algunos elementos y cómo va transformándose o introduciéndose otros nuevos que darían lugar a una nueva realidad histórica.

Descubriendo una ciudad medieval a través de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres

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por mandado de vuestra alteza un postigo para salir al campo e para con las dichas ca-/20 sas que se tome un pedaço del suelo baxo de las casas del dicho deposito para la dicha carçel/

porque para ello dio consentimiento el conde de Vrena y se diga e nonbre carçel del/ concejo desta çibdad de la qual siempre esta çibdad tenga el señorio y para ello/ vuestra alteza de liçençia para çerrar dicho postigo/ Otrosi por las dichas casas viejas cada año paga esta çibdad de renta e alquile a la/25 dicha cofradia myll e seysçientos maravedis e lo que se toman de las dichas casas del deposito/ tasamos en quatroçientos maravedis que son que son dos myll maravedis questos dos myll maravedis sean descon-/ tados de los eys myll maravedis del salario del dicho Antonio de Fonseca alguazil mayor/ desta çibdad en cada año y quede reduzido el salario ordinario cada año en qu-/ atro myll maravedis para agora e para siempre jamas aprovandolo vuestra alteza por ma-/30 nera que nyngund alguazil mayor que despues venga lo pueda contradezir ni ale-/ gar ques en su perjuyzio pues los derechos del carçelare y sangres e casonas son/ del dicho alguazil mayor e quel dicho salario no se pueda creçer en mas cantidad/ e de los dichos dos myll maravedis pagara esta çibdad en cada año a la dicha cofradia los/ myll e seysçientos maravedis que gana la dicha casa e los quatroçientos maravedis quedaran por/35 propios desta çibdad cada año/ otrosi que las obras que fueren menester hazer en las dichas casas asi para las faser carçel/ como para el reparo dellas perpetuamente para siempre jamas como para sacar el/ agua publica que va por las dichas casas questa çibdad no sea obligada a lo pagar/ nyn gastar en nyngund tiempo que sea/40 y por quanto al tiempo que otorgo esta çibdad el dicho deposito de pan vuestra alteza dio/ (Folio vuelto) liçençia para obligar los propios desta çibdad que aquel conservariamos y en la liçen-/ çia fabla en la dicha casa y en el contrato que se otorgo el conde de Vrena esta çibdad se/ obligo al pan del deposito e non a mas y el dicho conde dio consenti-miento para que en parte/ de la casa del depodito se haga la carçel suplicamos a vuestra alteza de liçençia para que la/45 parte que a esta çibdad paresçiere se tome de la casa del deposito para la dicha carçel pues/ cumple a su seviçio e al bien desta çibdad e no viene daño ny perjuiçio a la dicha casa/ del deposito del pan/ Otrosi quel dicho alguazil mayor que es agora e fuere de aquy adelante en esta çibdad sea/ obligado en cada año todas las vezes que a esta çibdad pareçiere fazer alinpiar/50 a su costa la dicha carçel y lo que dependiere de los dichos presos/ Suplicando esto a vuestra alteza al dicho Antonio de Fonseca alguazil mayor desta/ çibdad e oblifandose a lo conplir e guardar con umyllde reverençia dizimos que asi/ lo avemos por bien e a vuestra alteza soplicamos lo mande asi otorgar y condirmar/ dando su liçençia e provysyon par que asy se faga e guarde e cunpla para agora/55 e para syenpre jamas las muy reales personas de vuestras altezas nuestro señor conser-/ ve son acreçentamyento de mayores reynos e señorios como por vuestras altezas es/ deseado fecha a diez e syete dyas de Jullio de Myll e quinientos años/ (Signado: Ferrando de Leyva, Luys de Leyva y [ilegible] Martyn Gonçales escrivano del

dicho conçejo la fize escrevyr por su mandado. Sello de la ciudad de Jaén)

M.ª Consuelo Díez Bedmar

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Enrique IV y la corte Trastámara

El final de una época con la desaparición de Enrique IV como rey de Castilla y de Miguel Lucas de Iranzo como condestable de Jaén.

Cambio en las mentalidades y en el sistema de organización social

El arte

MIGUEL LUCAS

FiChas de traBaJo

En Castilla sube al trono Isabel I, en Jaén tras el asesinato del condestable, es Teresa la que detenta el poder en la ciudad durante 25 años

Los Reyes Católicos: los corregidores; el descubrimiento de América; la conquista del reino de Granada; la evolución artística. El Humanismo y el Renacimiento

En 1475 Isabel I aseguraba a Teresa de Torres las mismas mercedes otorgadas a los nobles del reino a pesar de ser mujer, y declarando la supremacía de la condesa en las cosas relativas al “bien y pro” común de la ciudad de Jaén

Las relaciones entre la reina y la condesa se hacen cada vez más estrechas

TERESA DE TORRES

Descubriendo una ciudad medieval a través de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres

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5.5.7. Formas de detentar el poder

En este apartado podremos analizar las diferentes formas de detentar el poder de las que hacen gala, por una lado los hombres vinculados con la corte (con el ejemplo de Miguel Lucas de Iranzo) y el otro las mujeres (con el ejemplo de Teresa de Torres).

El 22 de marzo de 1473 su esposo es asesinado en el contexto de una revuelta en la ciudad. Por eso ella traslada su residencia a los alcázares de Jaén acompañada de aquellos que le son fieles tanto a ella como a su hijo varón (la hija había muerto anteriormente). Desde el castillo comienza su empoderamiento gracias al apoyo recibido por Isabel I a quien ella siempre había ayudado frente a Juana “la Beltraneja”. De esta manera, en 1475 los Reyes Católicos aseguraban a Teresa de Torres que recibiría las mismas mer-cedes otorgadas a los demás nobles del reino a pesar de ser mujer y a pesar de la actuación despótica de su difunto esposo durante su mandato en la ciudad, declarando la supremacía de Teresa de Torres en las cosas relativas al “bien y pro” común de la ciudad de Jaén.

Con todos estos acontecimientos el alumnado puede entender los sucesos que tuvieron lugar en el tránsito entre la Edad Media y la Edad Moderna, entre la monarquía de los Trastámara en Castilla y el cambio de mentalidades que supone la subida al trono de los que serían cono-cidos como Reyes Católicos y de cómo todo ello tiene su referencia en la ciudad de Jaén a través del análisis de los cambios y transformaciones que tuvieron lugar en el Concejo giennense tanto política como urbanís-ticamente.

En 1499 el hijo de doña Teresa de Torres decidió ingresar como fraile en el convento de San Francisco del Monte, renunciando a todos los cargos y bienes que tenía en el mundo laico. Posiblemente por este motivo, y quedándose sin una figura masculina que respaldara su poder en la ciudad, al año siguiente, en 1500, Teresa de Torres sale de la ciudad de Jaén a escondidas, acompañada de una o dos dueñas y con sólo unas pocas joyas para pagar su dote y profesar como monja clarisa en el con-

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vento de Santa Inés de Écija, cambiando su nombre por el de sor Luisa de la Cruz.

No obstante, al año siguiente, 1501, durante la visita de la reina al convento de Santa Inés de Écija, se descubre la verdadera identidad de Sor Luisa. Isabel I decide entonces trasladarla a Granada como abadesa del real convento de Santa Isabel, fundado en septiembre. No obstante, los proble-mas de la instalación del convento en la Alhambra hacen que su traslado se retrase hasta 1507. De esta manera, y aunque la reina había muerto en 1504, cuando por fin se solucionan los problemas de la instalación del convento de Santa Isabel, que pasa a ubicarse en el Albaicín, Sor Luisa de la Cruz llega a Granada como abadesa fundadora del Real Convento acom-pañada de una veintena de monjas, donde permaneció hasta su muerte en 1521 (curiosamente cuando se estaba desarrollando la revuelta de las Comunidades en Castilla).

Así podemos introducir al alumnado en la otra posibilidad que que-daba a las mujeres de clase social alta para poder desarrollar su poder y su autonomía dentro de la sociedad medieval: la vía religiosa. La educación que había recibido Teresa de Torres y la relación que había tenido durante su viudedad con la reina la habían convertido en candidata excepcional para fundar el que sería el convento más importante de la ciudad de Granada durante mucho tiempo, y además, en calidad de abadesa.

El alumnado podrá entender la importancia de los conventos en la configuración de las ciudades cristiano-castellanas y el papel fundamental de las abadesas en la transmisión de la cultura y del saber dentro de una sociedad androcéntrica como la medieval.

“sepades que entendiendo ser asy complidera a nuestro servicio e al bien e pro común desa dicha çibdad e a la guarda e defensión della, mandamos dar esta nuestra carta para vos, por la qual vos mandamos a todos e a cada uno de vos, que todos vos juntedes con la condesa, muger que fue del condestable Miguel Lucas, para mirar las cosas conplideras a nuestro servicio e al pro e comun de la çibdad ...” (23 de marzo de 1475. A.G.S. R.G.S., folio 132, citado por toral, 1987:128)

Descubriendo una ciudad medieval a través de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres

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“...a vos la condesa doña Teresa de Torres, muger de don Miguel Lucas, condestable que fue de Castilla, e al concejo...de la cibdad de Jahen salud y gracia sepades que por causa de

los movimientos que en estos nuestros reinos al presente son, e por causas e razones que a ellos nos mueven a nuestro servicio e al pro e bien comun de los dichos reynos cumplideras, nuestra merced y voluntad es, que las fortalezas dellos, especialmente las de la tierra desa dicha civdad, por estar como están en la frontera de los moros, enemigos de nuestra santa fe, de aquí adelante esten en poder de buenas personas, fiables e a nos acebtas. Porque de otra manera a nos, se seguiria deservicio, e a esa cibdad daño por ende nos, vos mandamos que asy este año de la data desta nuestra carta, como de aquí adelante, vos la dicha condesa, en uno con la justicia e regimiento desa dicha cibdad nombredes e pongades persona o personas que tengan las dichas fortalezas, que sean fiables e abonadas e que zelen nuestro servicio e el pro e bien desa cibdad e buen guarda de las dichas fortalezas a quien vosotros veredes que al dicho nuestro servicio e al pro e bien comun desa cibdad cumple Ca nos por la presente vos damos para ello licencia, poder y facultad e mandamos a vos el dicho Concejo e onbres buenos de la dicha cibdad que lo asy guardades e cumplades e fagades guardar e complir” (15 de julio de 1475. A.G.S., R.G.S.

folio 538, 2.º. Citada por toral, 1987:133).

1478, Febrero, 15. Sevilla.

Perdón general a favor de la condesa doña Teresa de Torres, mujer que fue del condestable D. Miguel Lucas de Iranzo, de don Luis de Torres, su hijo, y de todos los demás que se citan, por los delitos cometidos en Jaén, Andújar, Baeza y su tierra, cuando dicho condestable las gobernaba por Enrique IV. Reina.

A.G.S. R.G.S. 1478. Folio 69A. ortiz de MonvalvánB. , G. (1951) Catálogo. Registro General del Sello. VOLUMEN II [1478-1480, Junio]. Valladolid.Citado en C. toral, 1987: 133-135; rodríguez Molina, 1996: 417.

[Margen izquierdo: la condesa doña Teresa de Torres/ muger del questable don Myguell Lucas] / Doña Ysabel et es por quanto por parte de vos la condesa doña/ Teresa de Torres muger que fuestes de don Myguell Lucas con-/ destable [entre líneas: que fue] de Castilla ya defunto y de don Luys de Torres/ vuestro fijo e fijo del dicho condestable me fue fecha rela-/5 çion disyendo que al tienpo de los movymyentos pasados en estos/ nuestros reynos que don Pero Giron Maestre de Calatrava e otros ca-/ valleros y çibdades destos mys reynos se levantaron/ contra el servyçio y obidiençia del señor rey don Enrrique/ my fermano que Santa Gloria aya

teniendo el dicho questable cargo/10 de la governaçion de las çibdades de Jahen y Andujar

M.ª Consuelo Díez Bedmar

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y/ sus tierras por mandado del dicho señor rey por virtud de las/ pudieron que para ello lo dio el dicho Maestre puso çerco sobre/ la dicha çibdad de Jahen y talo y quemo las

huertas/ y panes dellos e robo los ganados y otras cosas de los vesynos/15 y moradores de las dichas çibdades y durante el dicho çerco/ y despues de alçado pasaron muchas muertes de onbres/ e los y que mas y depecamys de casas y tomamiento de fan/ [ilegible: tubesus u li?] e çercos y posyones y [ilegible] y aballas y delias/ entrel dicho questable e vesynos e moradores de los dichos alcaldes/20 e sus tierras especialmente entre el comendador de Montiçon y/ Pero Mexia Myguel Lechuga Juan Lechugas Cristoval Lechuga/ Alonso Lechuga el comendador Mendoça y sus hermanos Pedro Descavyas Françisco/ Descavyas Juan de Valençuela Pedro de Luçen Diego Mexia/ (Folio v) Pero Sanches de Santa Maria Teresa Rodrigues Descavyas Juan de Santa Maria/25 Ferrando de Santa Maria Juan de Canete Juan de Mercado Diego Ferrandes escryvano/ Pedro de Parraga Juan de Soto Juan de Morales vesyno de Alcaras/ escryvano y tres del dicho cargo y de los otros cavalleros y alcaldes y/ villas y lugares que le syguian y esta-/ van anta el serviçio del señor rey/30 espeçialmente entre la çibdad de/ Vaena y las dichas çibdades de An-/ dujar y Jahen por que entre aque-/ llas duro la guerra fasta quel/ dicho questable murio y que asy mysmo/35 alquison [ilegible] de los vesynos de las dichas çibdades de Jahen y Andujar/ y sus tierras hayan algo de los dichos movymyentos con el dicho maestre y/ con los otros cavalleros servidores del dicho señor rey y/ los syguyran y syguyeron en el dicho çerco y guerra/ de las quales y de estos que por ser sospechosos al servyçio del/40 dicho señor rey por mandado del dicho questable fueron/ desterrados de las dichas çibdades y sequestados sus quentas/ en poder de algunos de los susodichos y toinados y gas-/ tados los bienes muebles y los ques quelmos de los bienes rayses/ en el tienpo de la dicha guerra en cosas conplideras al servyçio/45 del dicho señor rey y a la guarda e defendi-myento de las dichas/ çibdades y que agora vos recalays que algunas de las personas/ cuyos eran los dichos bienes que asi fueron robados sequestra-/ dos y tomados y gastados han de-mandado con queran demanda/ a vos la dicha quondesa o al dicho don Luys vuestros fijo o a los dichos/50 comendadores de Montizon Gonçalo Mexia Myguel Lechuga Xristoval Lechu-/ ga Alonso Lechuga Diego de Pedraon don Juan dae la Mena Dias/ de Carvajal Juan de Va-lençuela Pedro de Luçena Diego Mexia Poro/ Gomes de Santa Maria Tesesa Rodrigues Des-cavyas Juan de Santa Maria Ferrando/ de Santa Maria Juan de Canete Juan de Mercado Diego Ferrandes escryvano/55 Pedro de Parraga Juan de Soto Juan de Morales Bartolome de Alcaras/ escryvano los dichos bienes que asy les fueron sequestados y tomados/ por mandado del dicho questable o los mys justiçias de su ofiçio o/ a pedimyento del my procurador fiscal o procurador de la my justiçia/ de parte alguna o en otra manera quera propio del vos otros o ellos/(Folio r) 60 o contra vuestros bienes y suyos por cabsa de los dichos muertos y/ por los que mas rueçes y posyones y derrocamyentos de casas/ y tomamyentos de fortalesas e bienes y çercos y otros ynsultos/ y deliceso que en el dicho tienpo de la dicha querra fueron fechas/ por ende

que me suplicavades y pediades por merçed pimos quel dicho questable syenpre avia

Descubriendo una ciudad medieval a través de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres

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seguido el/65 serviçio del dicho señor rey y todo lo suso-/ dicho el y los susodichos lo avian fecho/ por su mandado y por guardar y defenderlos/ las dichas çibdades para su

corona real/ y otros reduser a su servyçio lo que les do/70 avia redidad en my servyçio que usado de clemençia y/ piedad segund que a mi perteneçe con vos los dichos quondesa/ y don el dicho don Luys vuestro fijo y con otras personas sobre dichas/ quisyese yo remedar e perdonar a vos la dicha quondesa al/ dicho don Luys vuestro fijo y a los sobredichos que por mandado del/75 dicho questavle se hallaren en los dichos muertes y robos y/ quemas y fuerçes e presiones y derrocamyentos de casas y tomamyentos de fortaleças y vesynos e çercos y sequestros y otros yn-/ sultos y delitos toda la my justiçia asy çevyl como/ crymynal desdel año de LXV fasta veynte e dos dias/ de março del año de LXXIII año quel dicho questable falle-/80 çio desta presente vida por ende yo queriendo usar de/ clemençia y piedad a vos la dicha qondesa y con el dicho don Luys/ vuestro fijo e fijo del dicho condestable y con los dichos comendador de Mon-/ tiçon Gomes Mexia Myguell Lechuga Juan Lechuga Cristoval Lechuga/ Alonso Lechuga Diego de Pedraga don Juan de la Cueva Dia Sanches de Car-/85 vajal el comendador Mendoça y sus hermanos Pedro Decavyas Françisco Des-/cavias Juan de Valençuela Pedro de Luçerna Diego Mexia/ Pero Sanches de Santa Marya Teresa Rodrigues Descavyas Juan de Santa/ Mayna Fernando de Santa Mayna Juan de Canete Juan de Mercado/ Diego Ferrandes escrivano Pedro de Parraga Juan de Soto Juan de Morales/90 Bernardo de Alcaras escrivano y porque soy ynformada que todo lo susodicho fue fecho por mandado del dicho señor rey/ don Enrrique my hermano y por guarda e defendimyento de las dichas çibdades para/ servyr la corona real y los otros redicar a su serviçio lo qual/(Folio v) ha re-dadando en my servyçio y atacando los muchos y buenos e/ leales servyçios quel dicho questable diso al dicho señor rey don En-/95 rrique e a los que vos la dicha quondesa y el dicho don Luys vuestro fijo/ me haveis fecho y fases de cada dia tovelo por bien y por la/ presente de my propio modu y çançeria y por faser real ab-/ soluto perdono y remyto a vos la dicha quondesa al dicho don/ Luys vuestro fijo e a los otras personas/100 sobredichos todos y qualesquier muertes/ y robos y quemas y fuerças y presyones/ e derrocamyentos de casas y tomamyentos de/ fortaleças y bienes e çercos y otroas quales-/ quier crimynes el casos delitos y quesalas/105 de qualquier natu y vigor y efecto cabidad/ que vosotros o ellos aveys fecho contra qualquier o qualesquier per-/ sonas asy de las dichas çibdades de Jahen y Andujar como de/ la dicha çibdad de Baeça y sus tierras y de los otras çibdades y/ villas e logares questovyeron en dicho servyçio al dicho señor rey/110 don Enrrique my fermano desdel dicho año de LXV fasta los dichos veynte/ e dos dias de março del dicho año de LXXIII años por rason/ de los movymyentos que deferençias pasadas del caso mayor fasta/ el menor y del menor fasta el mayor ynelcesyme quales-/ quier penas asy çevyles como crimynales en que ayays/115 caydo y yacarrido vos o ellos ava que se cengrades y non mas/ e gravysymos y tales querevyese aquy ser fecha fueçialmente/ dellos y de cada uno dellos ca poles bien y

tengo non por que pe-/ sadas y declaradas y quero por my merçed e voluntad que no

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poda-/ des ser ny seades acusados ny demandados ny denunçiados ny/120 presos ny detenudos ny enbargados por cosa ny caso alguno/ que por vosotros o por alguno de vos

sean fechos e cometidos/ durante el dicho tienpo en qualquier manera ny por ello ny por cosa/ alguna dello pueda ser precedido contra vosotros o alguno/ de vos ny contra vuestros bienes por cosa alguna de lo pasado en vos/125 se a fecho en vuestras personas ny bienes mal ny daño en desa/ guysado alguno my sedes muertos ny feridos ny lisiados ny to-/ mado cosa alguna por my mandado ny de qualquier de mys jueses/ o jueses ordinarios ny delogados ny otros quelquier jueçes/ asy del dicho señor rey don Enrrique my hermano como myos ny vos/130 puedan ser ny sean tomados vuestros bienes y suyos muebles/(Folio r) ny rayses mas que vos sean encado y restituydo todo y qual-/ quyer cosa que de lo vuestro vos es tomado o ocupado por manera/ que lo ayades y tengades todo libre y desenbargadamente segund/ que lo avyades e tenyades antes dque vos fuese tomado y ocupado/135 non enbargadamente que les quer ca otras quel dicho señor rey don En-/ rrique o el rey my señor e yo ayamos/ dado en qualesquier pesquisa o pesquisas/ proceso o preocesos y avtos contra vos/ otros y contra cada uno de vos los suso-/140 dichos fechos y sentençia o sentençias contra/ vos otros dadas y pronunçiades por quales-/ quier justiçias o jueses asy del dicho señor/ rey don En-rrique mu hermano como myas de muerte o de des-/ tierro o de otra qualquier manera cayo del dicho my propio/145 moraynçierta çinçia y pidie real avsolvase lo re-/ voco todo y cada cosa dello y lo do por nynguna de/ nyngu valor y efetto po es my merçed y voluntad que vosotros/ y cada uno de vos seades obligados çevilmente a res-/ tituyr syn pena y syn calavya alguna todo lo que dello/150 perçiere de manyfiesto en vuestro poder y por esta dicha my/ carta vos restituyo en toda buestra buena fama ya yntre-/ ga segun que erades y estavades antes que lo susodicho fuese/ fecho e cometido por vosotros y por cada uno de vos y aley/ quero de vos e de cada uno de vos toda macala y ynfa-/155 mya asy de fecho como de derecho e entre qualquier manera a/ yades caedo y yncurrido por la dicha rason y mando al my justiçia/ mayor e a los del my consejo y oydores de la my avdençia e/ alcaldes y estarios y alguasiles y otros justiçias de la my casa y corte/ y chançilleria y a los corregidores y alcalldes y alguasyles regidores cava-/160 lleros estades ofiçiales y omes buenos asy de los dichas cibda-/ des de Jahen y Andujar como de todas las otras çibda-/ des y vilas y logares de las mys reynos y senorios que agora/ son o seran de aqui adelante y a cada uno dellas aquen esta/ my carta fuere mostrada o el traslado della segund de escrivano/165 publico que vos quede y fagan quedar e conplir este my per-/ don y remysyon que vos yo fago a vos los susodichos y/(Folio v) a cada uno de vos y no do o ensta my carta que e cada cosa/ e parte dello y contra el tenor y forma del vos non vayan/ en pase ny consientan por my pasar oy algun por en por al-/170 gun manera en rason ny con la que sea o ser puesta mas/ que vos anpare y disiendo a vos los sobredichos y a cada/ uno dellos estas my carta perdon ente/ en dar e que non se en-tremetan de su/ ofiçio ny apetiçion del my procurador/175 fiscal y procurador de la my justiçia

nyn/ de parte de otra persona asin/ ny pueda conoçer ny contestando/ acusaçion ny de

Descubriendo una ciudad medieval a través de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres

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mandamyento que de querella ny demandaçion/ que vos sean fechos ny movydos a vosotros o a qualquier de/180 vos por cosas susodichos ny por otras qualesquier/ pasadas

desdel año de LXV fasta los del/ veynte e dos dias mes de Março del año de LXXIII/ ny pasen ny puedan yr contra vos ny contra cavsa de vos/ ny contra vuestros bienes por ello ny por cosa algna dello cayo/185 los ynylo y he por ynybidos del conoçimyento dello e quero y/ rencio ensta parte toda comysyon que juridiçion poderio/ y esecuçion y quero e mando que todo lo que contenido esta fuere/ fecho procederdo y conoçido acusado e seriado e secutado/ ante dcon ella e cada cosa e parte della cosa seudo en si/190 syn juiçio y de ningun valor por defecto de juridiçion por este/ mysmo fecho por ese mysmo derecho quero que non aya nyn/ pueda aver vigor ny efecto alguno que sea conplido ny/ este antado en juysio ny guera del non enbargante las/ leyes hordenamysntos de mys reynos queda çierta forma/195 y orden en los perdones y asy mesmo non enbargante/ las dichas formas non sean aqui guardada ny otros qualesquier/ cosas aunque sean de sustenciaçion de sobepaidad otro/ sy non enbargante que los que leyes fueros e derechos e/ prematieres e senonnas usos e costumbres/200 de los dichos mys reynos que entotarion de lo susodicho/ sean o se puedan en lo veys que dise que los azs/ (Folio r) dadas contra ley fuero o derecho deve ser obedecidas/ y non cunplidas y que las leyes fueros e derechos valederas/ non pueden ser derogadas ny revocadas salvo por/205 cortes cayo de la dicha my çierta çiençia y poderio/ real avsoluto de que ensta parte quero usar y uso/ como reyna y señora despeso/ con todo ello con cada cosa y parte/ della y asy mesmo con otra qualquier/210 cosa asy de fecho como de derecho/ de qual manera vigor mystori que lo/ pudiese o pueda enbargar o/ perjudicar en qualquier manera y lo/ avrage e derogo en que to a este çiençia o atanter/215 puede y los unos en los oatros non fagades ny fagan/ ende al por alguna manera so pena de la my merçed/ y derogaçion de los ofiçios y deconfiscaçion de los bienes/ derechos que lo contrario fioreren para la my camara rason/ y de mermado al ome que vos esta carta mostrare/220 o el dicho su traslado sygun come dicho es que vos en-/ plase que parescades ante my en la my corte doquier/ que yo sea del dia que vos enplasare a XV dias/ primos syguyentes so la dicha pena se la qual mando/225 a qualquier escrivano publico que para esto fuere llamado que de/ ende al que vos la muestre testimonyo signado con su/ sygno por que yo sepa en como se cunple my man-/ dado dada en la muy noble y muy leal/ çibdad de Sevilla quinse dias de Febrero año/230 del nasçimyento del nuestro señor Ihuxppo de myll quatroçientos/ e setenta e ocho años yo la reyna yo Alonso de/ Avyla secretaryo de nuestra señora la reyna/ la fis escrevir por su mandado regida Diego/

Sanches Alonso de Vyna chanciller Regida Diego de Sanches.

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Las campañas militares

La intervención en la conquista de territorios

El control despótico del concejo

Las alianzas

MIGUEL LUCAS

FiChas de traBaJo

Vida civil:

Las relaciones familiares y el mantenimiento de éstasLa pertenencia a una familia de prestigio en la ciudadEl apoyo a Isabel I en la guerra de sucesión. Apoyo y mercedes otorgados por la reinaLa alianzas civiles y religiosas

Vida religiosa:

Entrada en un conventoNombramiento de abadesa para el real convento de Santa Isabel de Granada

TERESA DE TORRES

Descubriendo una ciudad medieval a través de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres

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5.5.8. Actividad complementaria

Recomendamos al profesorado la visita a los lugares que tuvieron relación directa con la vida de Teresa de Torres y Miguel Lucas de Iranzo. Un buen itinerario sería el que conduce desde la plaza de la Magdalena (por la actual calle Martínez Molina) hasta la plaza de Cervantes, ya que éste era el que se seguía en las celebraciones y en las cabalgadas pacíficas dentro de la ciudad, tal y como se relatan en la Crónica. De esta manera podremos comprobar, in situ, la distribución de las collaciones o barrios de la ciudad en función de las parroquias, visitar el archivo histórico provincial, el convento de Santa Clara (donde pudo haber estudiado Teresa de Torres), pasear por la zona considerada como la judería de Jaén e imaginarnos cómo podía ser la vida en la ciudad durante la época que hemos estudiado.

Desde esta plaza podemos acceder al palacio de cultura de la ciudad de Jaén, en la actual calle Maestra, y visitar el salón mudéjar que hemos visto en los contenidos. Desde allí nos dirigiremos a la plaza de Santa Ma-ría y la Catedral, para visitarla y comentar los cambios urbanísticos que se realizaron en ambas desde finales del siglo XV y el siglo XVI.

6. evaluacIón

Por último, abordaremos el apartado de la evaluación. Aunque ya se realizó una evaluación inicial, y podemos comprobar la evolución del pro-ceso de enseñanza-aprendizaje a lo largo del trabajo con los procedimientos que hemos ofrecido a lo largo del trabajo, al finalizar el proceso podemos realizar otras actividades con el alumnado que nos permita conocer el grado de asimilación de los contenidos y las capacidades propuestas y la resolución favorable o no de los objetivos marcados.

Para ello proponemos la realización de una serie de actividades.

En primer lugar, la realización, por parte del alumnado, de una pequeña síntesis o resumen en el que se plasme lo que han aprendido. Podríamos titularlo tal y como viene en las guías turísticas o en los libros sobre Jaén, “Jaén en tiempos del condestable Miguel Lucas de Iranzo”.

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Una vez realizada, el alumnado podrá compararla con lo que tradi-cionalmente se señala a este respecto y subrayar, de esta manera, los avances que se han producido en el conocimiento de la ciudad y la sociedad de la ciudad de Jaén en esa época.

De esta manera podremos comprobar si nuestro alumnado ha sa-bido32 analizar críticamente los mitos e ideologías que han pretendido, históricamente, legitimar el patriarcado, comprendiendo la influencia que las distintas instancias en la formación y transmisión de modelos estereoti-pados para uno y otro sexo. Para ello habrán tenido que conocer y valorar el papel de las mujeres a lo largo de la historia y su ocultación en la historia transmitida. Así sabremos si han entendido y trabajado correctamente desde la categoría de análisis del género, que desde la teoría feminista, pretende desvelar los valores patriarcales presentes en la ciencia, con el objetivo de construir una ciencia en un mundo en el que las diferencias sexuales no impliquen desigualdad social, económica, política o investigadora.

A continuación pediremos a nuestro alumnado que realice una reflexión sobre los conceptos básicos de sexo-género, sexismo, patriarcado, androcentrismo, misoginia, prejuicio, estereotipo, socialización, rol social, etc., que se materializará en un diccionario de términos para la clase. Esta síntesis nos ayudará a conocer si se han desarrollado destrezas y hábitos de razonamiento y argumentación de las propias ideas, valorando la capacidad de análisis y síntesis, o no.

Para terminar, creemos que una buena actividad final sería la rea-lización de un dibujo en el que cada estudiante intente realizar un retrato de Teresa de Torres. Puesto que la única imagen que hay de Miguel Lucas de Iranzo es un óleo sobre tela del pintor Francisco Cerezo Moreno, los es-tudiantes también pueden ofrecer al resto del centro educativo una imagen aproximada de Teresa de Torres, de esta manera no solo le habremos dado

32 Estos criterios que ofrecemos a continuación aparecen reflejados en la orden de creación de la Asignatura optativa a la que nos hemos referido en el primer capítulo de este trabajo.

Descubriendo una ciudad medieval a través de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres

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voz, a lo largo de este trabajo, sino que también tendrá la forma necesaria para ser considerada desde la sociedad de la imagen y la información.

7. conclusIones

Creemos que debemos recuperar la figura de Teresa de Torres en la ciudad de Jaén introduciéndola en el currículum de la enseñanza no universitaria para que, de esta manera, pueda analizarse de una manera cercana al alumnado la fuerza que el lenguaje (que introducimos en “la Historia”) tiene como elemento discriminador y la división que la sociedad establece (y ha establecido) asignando trabajos y papeles diferenciadores a cada sexo. Desde nuestro punto de vista constituye un buen ejemplo para comprender como el sistema de sexo/género que ha establecido la cultura patriarcal hace que, en muchas ocasiones, se haya manipulado o ignorado parte de la información existente acerca de un periodo histórico concreto para subrayar y dar relevancia a aquellos aspectos androcéntricos que han primado en la construcción de nuestra cultura.

Creemos en la necesidad de recuperar esta parte de la historia de Jaén y de Castilla para potenciar el hecho de que la memoria histórica que trans-mitan los estudiantes deje de ser tan parcial como la que nos han enseñado. De esta manera les habremos proporcionado una herramienta de análisis crítica para la interpretación de la sociedad actual, el descubrimiento de los estereotipos sexistas que se transmiten a través de los medios de comunicación social con los que se encuentran tan relacionados, rechazando posturas etno-céntricas y relativistas que pretendan justificar la desigualdad de género.

De esta forma, convirtiendo al alumnado en personas críticas y acer-cándolos a todas las fuentes y métodos con los que se ha hecho y se hace Historia, podremos darles la opción de ser por sí mismos artífices de su pro-pia construcción del conocimiento, no solo desde un modelo de aprendizaje significativo, sino también desde la formación de conciencias críticas que puedan favorecer en un futuro la igualdad de oportunidades entre ambos sexos, entre las distintas culturas y mentalidades.

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109

Índice

Página

1. introduCCión 7

2. deteCCión del ProBleMa y ContextualizaCión del traBaJo 8

3. ¿Quién es teresa de torres, Condesa de Castilla? Breve BiograFía 10

4. ¿CóMo y PorQué usaMos a este PersonaJe Para exPliCar la Ciudad de Jaén en la edad Media? Metodología

33

4.1. Enseñar una ciudad 34

4.2. Enseñar una ciudad teniendo en cuenta la categoría de análisis género

40

4.2.1. La elección de un recurso educativo apropiado para esta metodología

42

5. ProPuesta de traBaJo: el desCuBriMiento de la Ciudad de Jaén en éPoCa Medieval, desde la PersPeCtiva de género

55

5.1. Presentación de los objetivos 56

5.2. Metodología empleada 58

5.3. Detección de ideas previas 58

5.4. Contextualización de la unidad de aprendizaje 63

5.5. Presentación de los contenidos 66

5.5.1. Análisis de las familias y roles de la organización social 66

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110

Página

5.5.2. Educación diferenciada para hombres y mujeres 69

5.5.3. Instituciones y relaciones de poder 71

5.5.4. La evolución urbana 74

5.5.5. Matrimonio y cultura 78

5.5.6. La transición: de los Trastámara a los Reyes Católicos 83

5.5.7. Formas de detentar el poder 87

5.5.8. Actividad complementaria 95

6. evaluaCión 95

7. ConClusiones 97

8. BiBliograFía 98

Acabóse de imprimir este libro tituladoDescubriendo una ciudad medieval a través

de su historia ignorada: Jaén y Teresa de Torres. Propuesta de planificación didáctica para la erradicación

de discriminación por razón de sexo en educación secundaria,en los talleres gráficos de Soproargra, S.A. de Jaén,

el día 27 de febrero de 2008, víspera del Día de Andalucía.

M.ª Consuelo Díez Bedmar es Licenciada y Doctora en Humanidades por la Uni-versidad de Jaén. Profesora del Área de Didáctica de las Ciencias Sociales de la Uni-versidad de Jaén, miembro del Grupo de Investigación “Jaén de Didáctica” HUM-167 y del Seminario “Mu-jer, Ciencia y Sociedad” de la Universidad de Jaén.

Por Orden de 24 de Junio de 2003 la Junta de Andalucía creaba la asignatura optativa “Cambios Sociales y nuevas relaciones de género” para impartirse en la Educación Secundaria Obligatoria. Hoy por hoy la Ley Orgánica 2/2006 de 3 de mayo de Educación en su desarrollo tanto en las enseñanzas mínimas de la educación primaria como en las de secundaria, ha implantado el Área de Educación para la ciudadanía y los derechos democráticos. A través de este trabajo, y aprovechando la fi gura de Teresa de Torres, hemos pretendido elaborar unos materiales que sirvan para que el alumnado de tercer ciclo de primaria y de educación secundaria pueda comprobar cómo se han confi gurado y jerarquizado los estereotipos sociales asociados a hombres y mujeres, ofreciéndoles una herramienta que propicie el análisis crítico y el contraste de informaciones para, desde un punto de vista constructivista, generar nuevo conocimiento desde la investigación histórica.

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DESCUBRIENDO UNA CIUDAD MEDIEVAL A TRAVÉSDE SU HISTORIA IGNORADA: JAÉN Y TERESA DE TORRES

PROPUESTA DE PLANIFICACIÓN DIDÁCTICA PARA LA ERRADICACIÓN DE DISCRIMINACIÓN POR RAZÓN DE SEXO EN EDUCACIÓN SECUNDARIA

M.ª Consuelo Díez BedmarI.E.G.

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