del cármides al teeteto. perpectivas de la doxa en platón

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  • NEMROD CARRASCO NICOLA

    DEL CRMIDES AL TEETETO:PERSPECTIVAS DE LA DXA EN PLATN

    UNIVERSITAT DE BARCKLONA

    pilre i, Ktcurs. p,r a l'ApnwnlitgeI la Investigacivestig

    Biblioteca de Hk a. Geografia i lscria

    TESIS DOCTORAL EN FILOSOFIAUNIVERSITAT DE BARCELONA

    2006

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    3. El conocimiento como pensamiento verdadero acompaado de logos:Dxa y apertura dialgica a la verdad (201c9-210d4)

    Llegados a este punto, el joven Teeteto parece abandonar por completo elpensamiento protagrico. Si ahora recuerda que oy decir de alguien que elconocimiento era pensamiento verdadero mediado por logos (201c9-d2), no sera deextraar que estuviera recordando la distincin socrtica entre pensamiento y logos.Probablemente se d cuenta de la necesidad de un lagos que no identifique elconocimiento con el ejercicio natural de un pensamiento verdadero. Probablemente sed cuenta, adems, de que para que sea posible una crtica, se debe reconocer en ellogos la distincin entre un pensamiento verdadero y un pensamiento falso. La nuevadefinicin proporciona as un hilo conductor precioso puesto que el joven capta lamediacin que conduce el pensamiento verdadero al conocimiento. Pero no captaclaramente el carcter especfico del conocimiento: el momento final del procesodialgico, la superacin de la dxa, no equivale a la explicitacin de un contenidocognoscitivo, sino a la propia relacin que el conocimiento establece consigo mismo; lasuperacin dialgica no trata de superar el obstculo al conocimiento, sino de hacer lamediacin necesaria para que la dxa aparezca efectivamente como tal.

    Podra decirse que el joven concibe el conocimiento como un punto de partidainmediato. Teeteto no piensa en el conocimiento autorreferencialmente, como unproceso que se refleja sobre su propia incompletud; en el fondo, suea con un juez quedictamine como conocimiento todo pensamiento que est perfectamente probado en suverdad por un logos. Por consiguiente, es probable que lo que recuerde no seaprecisamente lo que ha odo, sino una tesis bastante diferente: la tesis de que elconocimiento es lo susceptible nicamente de ser conocido, aquello sobre lo que haylogos (201d2-3). La idea fundamental es el que el joven desplaza el logos del lado delobjeto de conocimiento, de manera que slo las cosas que tienen logos son susceptiblesde ser conocidas, mientras que las que son algos estn fuera del conocimiento

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    (201dl)701. Este criterio demarcativo tiene su importancia porque el conocimiento ya noes meramente el pensamiento verdadero acompaado de lagos, sino que adems: a)lleva consigo todo lo que acompaa el logos (las cosas cognoscibles), y b) excluye todolo que carece de logos (las cosas incognoscibles), dejndolas fuera del conocimiento702.En cualquier caso conviene sealar que esta decisin es tomada por Scrates sin que eljoven Teeteto llegue a considerarla. Y probablemente no le quepa ninguna alternativapuesto que Scrates no puede decirle lo que l mismo entiende por conocimiento.

    Cabe, eso s, problematizar el sentido en que el joven matemtico excluye laposibilidad de que el conocimiento pueda (o no) llegar a ser alagas. Este sentido esprecisamente el que le lleva a Scrates a presentar su teora como un sueo (201d8;202c5) y, en particular, como una respuesta al sueo de Teeteto (un sueo tan profundocomo aqul al que se desplazaban las opiniones del esclavo interrogado porScrates)703. De ah que el argumento final del dilogo se proponga: (1) en primer lugar,centrar el sueo de Scrates en el dilema de la simplicidad y la complejidad en ladeterminacin del conocimiento (201c9-206bll); (2) despus, mostrar la crticasocrtica a la concepcin doxstica del conocimiento del joven Teeteto; (3) refutar acontinuacin la frmula teettica mediante la triple diferenciacin semntica del trminologos (206cl-210bl); (4) y en ltimo lugar, reconstruir el sentido de la totalidadverdadera del conocimiento (210b2-d4).

    1 ) El sueo de Scrates (201c9-206bl 1)

    Segn Scrates, hay elementos (stoikhea: 202b6) de los que "nos componemosnosotros y las otras cosas" y hay "lo que se compone [sygkemena] de estoselementos " que est "entrelazado en s mismo [pplektai]" (202b3). Cada uno de estos701

    De ah que Scrates, aunque piense que la definicin del joven matemtico es bella, exprese sus dudassobre si estn escuchando realmente lo mismo (201d4-5), en particular, la manera en que el jovencomprende la correlacin cognoscible (lagos) I incognoscible (logos).702

    En el conjunto del pasaje, el adjetivo logos difcilmente es empleado de manera aislada, ya quesiempre se presenta especificado, precisado y orientado con el trmino agnosias (202b6; 203a4, b6;205c9, e3), lo cual permite pensar que la interpretacin de Scrates sobre lo que est situado ms all delcriterio de demarcacin (201 d2) se limite a designar lo que est ms all del dominio de toda unidadcognoscible.703

    No se trata, por tanto, de reemplazar un pensamiento por otro, sino de saber si el joven puede hacerjusticia al sueo (202c5: to enypnion), entenderlo de una manera que le satisfaga y pensar la definicinfinal "en la manera precisa" (202c7: taute) en que Scrates lo comprende. La teora que Scratespresenta en el sueo se limita a descifrar lo que el joven matemtico entiende sobre lo que est contenidoen la definicin misma pero que no se ha parado siquiera a pensar.

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    elementos, en tanto que perceptibles (aiskhet: 202b6), slo puede ser dicho (o slopuede ser nombrado) y nada ms cabe decir sobre l; de manera que, aun siendoperceptibles, no son susceptibles de ser conocidos o de ofrecer un logos (laga kalagnosia: 202b6)704. El razonamiento del sueo es elemental: como el logos es unligamen de nombres y todo conocimiento requiere un logos, los elementos, en la medidaen que no admiten ms vnculo que su propio nombre, no pueden ser conocidos; loscompuestos, por el contrario, como reciben un logos mediante el vnculo (symplakntd)de los nombres con sus elementos, son cognoscibles y perfectamente expresables(202b6-cl). Segn este sueo, el criterio demarcativo del joven matemtico quedaraexpresado en los siguientes trminos: los elementos (stoikhea) no tendran logos; loscompuestos, s.

    Scrates da por sentado que la definicin teettica podra entenderse de estemodo: hay pensamiento verdadero en los elementos (pero no conocimiento); en loscompuestos, en cambio, puede haber conocimiento (adems de pensamiento verdadero).Pero dado que el joven Teeteto no acaba de comprender el alcance de esta diferencia,Scrates trata de ilustrar su propia teora empleando el paradigma del alfabeto y, enparticular, la relacin entre las slabas (compuestos) y las letras (elementos). Siconsideramos que la slaba no es ms que la suma (tapnta; 203c5) de todas sus letras,entonces habr que admitir que puede conocerse la suma de todas las letras en unaslaba sin conocer ninguna de sus letras (203d4), lo cual es advertido por el jovenTeeteto como algo "terrible y absurdo (deinn ka logon)" (203d5). Esto presenta unaconsecuencia obvia: si la slaba es un mero agregado de letras, hay que conocer primero(progignskein', 203d8) las letras para poder conocer la slaba. De manera que Scratespropone un nuevo enfoque. "Quizs la slaba dice- no es los elementos [las letras] sinouna cierta unidad como figura [eidos] surgida de ellos [ex ekenon gegons], dotadapor s misma de su propio aspecto nico [idean man auto hautou khon] y distinta delos elementos [las letras]" (203d2-4).

    704 FREDE (1987) argumenta que Platn es el primero que, en el Teeteto, aproxima la nocin griega de

    aisthesis de su sentido general, "volverse consciente de algo", al de la percepcin mediante los sentidos.Frede considera que ello se debe en parte a la propia estrategia platnica contra el protagorismo en elTeeteto, hasta el punto de que en el contexto dramtico del dilogo la caracterizacin socrtica de loselementos como aisthet no hace otra cosa que reflejar la presuposicin teettica de la primera definicindel conocimiento como percepcin, donde se tratan las afecciones como objetos cognoscitivos.

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    Lamentablemente, la solucin planteada adolece del mismo problema, ya que sila slaba no tiene partes (mere: 204a5) y pasa a considerarse como una unidadelemental, no es posible dar un logos de ella, de manera que de ella no es posibleobtener conocimiento alguno. Conclusin: tanto si se defiende la opcin de la slabacomo la suma de sus partes (pan) como la de la slaba como una unidad o un todo(hlor) nico y distinto de sus partes, el resultado es aportico. En ambos casos lateora del sueo conduce a una contradiccin705. Estamos, por tanto, ante una tesis queexige ser problematizada: por un lado, los elementos tienen que ser tan cognosciblescomo los compuestos, pero, por otro lado, no puede haber un todo que sea diferente dela suma de las partes. Para resolver este dilema, Scrates se limita a recordar la maneraen que los nios aprenden las letras. Los nios pueden comenzar fcilmente a percibir, acomprender los elementos, los stoichea, porque las letras, al igual que las notasmusicales (206a8-b2) admiten "un conocimiento que es mucho ms claro y efectivo queel de las slabas " (206b5-7). El problema tiene que ver, por supuesto, con la discusinde la distincin entre el todo y la suma, hlon y pan, que Scrates piensa desarrollar enel examen del sentido en que una slaba puede ser una unidad distinta a la mera suma desus partes706.

    El mismo verbo (syllbeir) significa "juntar" o "reunir", de manera que remiteexplcitamente a la manera que tienen los nios de aprender las letras y las slabas.Cuando se trata de slabas los nios pueden embrollarse en un primer momento, peropuesto que comprenden los elementos ms simples pueden establecer similitudes yadvertir una naturaleza idntica de las complexiones con que se topan, de las symploka,y a partir de ah pueden llegar poco a poco a reconocer con seguridad lo mismo y lo

    705 El paso esencial del argumento est en que de la necesidad de la slaba como un compuesto se

    desprende sin ms la de las partes, la de que "lo uno est separado de lo otro". Podra concebirse que laslaba se presentase pretendiendo tener una unidad, y sin embargo carecer de partes? La clave est en quela nocin de "falta de partes" no se opone directamente a la de la "unidad", sino que se oponedirectamente a la de la multiplicidad, que se da por supuesta como objeto mismo del dilema. En efecto,de qu manera podra darse un logos si no es distinguiendo precisamente sus partes? Impedir la divisines impedir que haya multiplicidad. De ah que el dilema no pueda resolverse ms que oponiendo la slabaa s misma: estableciendo la mediacin por la que puede y no puede decirse al mismo tiempo.706

    Si se piensa detenidamente, se puede ver que Scrates no hace otra cosa que ofrecer un par deejemplos, el aprendizaje de las letras y el de las notas musicales, en que el todo es y no es la suma de suspartes. Y sin embargo es obvio que el joven matemtico difcilmente parece atender a lo que en lafrmula hay de ms evidente: la suma o conjunto de los elementos que son y no son y, en particular, ese"y" que da lugar a la suma o el conjunto. La idea crucial es que el joven Teeteto debera recordarsimplemente que el dos se convierte en tres. Es decir, que la totalidad que se presenta aqu pertenece auna tesis, una anttesis y una sntesis; que la slaba incluye ciertamente la suma de los elementos (y eneste sentido es esta suma), pero que es ms que esta suma porque exige una forma compositiva de loselementos que los articule formando una cierta figura (edos).

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    otro. Por lo tanto, Scrates apela a un aprendizaje de este tipo para mostrar la maneraque los nios tienen de combinar los elementos y los complejos de esos elementos, a loque es relativamente fcil tener acceso cuando son simples, pero mucho ms arduocuando son ms complejos. Y al respecto, es hasta incluso probable que los nioslleguen a ver por similitud la verdad relativa a las complexiones ms "complicadas" quelas letras. En todo caso, la intencin socrtica del smil es obvia: cuando se trata de veralgo, de pensar algo por medio de una cierta figura (edos), se apunta a la unidad que seencuentra en lo otro desordenada o inconexa707.

    (2) Lo que supone la teora del sueo, por consiguiente, es que el jovenmatemtico posee o puede poseer la verdad o, en todo caso, puede tener acceso a ellacon mayor facilidad cuando se trata de elementos simples como las letras; pero que esigualmente fcil sumirse en el desconcierto cuando se trata ya de complexiones comolas slabas. La bsqueda de la definicin del conocimiento se nos aparece as, en suconjunto, como la dificultad de articular la naturaleza de su totalidad (simple ycompuesta a la vez). El problema radica en hallar esa figura para lo uno y lo otro.Mientras las partes de una totalidad sean lo mismo que los elementos, el alma del jovenTeeteto est condenada a ser una mera totalidad de partes, sin capacidad para

    70Srelacionarse consigo misma . Quizs se d en el logos una forma de composicin que

    707 De hecho, algo parecido se haba insinuado a propsito de las percepciones: como la ausencia de

    percepciones (en plural) impide que haya algo percibido, la percepcin de algo tiene que ser, en unsentido, la suma de las percepciones, pero, en otro sentido, la forma en la que se encuentran mutuamenteimplicadas. De manera que lo que se percibe como tal es una multiplicidad de percepciones, que seunifica en una determinada figura. El eidos se utiliza as como un precepto de unificacin en laconfiguracin de la multiplicidad perceptiva.708

    La interpretacin socrtica del alma del joven Teeteto se fundamenta precisamente en que no esthecha de una sola pieza. En realidad, su unidad encubre una dualidad y no hay ms unidad que la queestablece imaginativamente el alma consigo misma. Al fin y al cabo, es el alma la que maneja la relacinde razones y proporciones para que la proporcin d cuenta de una relacin constante entre los nmeros.Esta constante es, por supuesto, la ilusin que denuncia el escepticismo megrico: Teeteto es el mismoque es? el mismo antes de la maiutica y despus? antes de parir y ya parido? el mismo que de cincoaos? La conclusin megrica es que no se puede establecer la identidad del joven desde el momento enque hay tambin diferencia. Dicho de otra manera, no es posible fijar un lmite definido entre lomnimamente diferente y lo ms vagamente idntico consigo mismo. Pero la posibilidad de establecer unlmite semejante es precisamente lo que el dilogo revela mediante el descubrimiento de los irracionalespor parte del joven (147d4-148b6). Al igual que los inconmensurables, el joven Teeteto es peiron,aparentemente indeterminado, porque no hay un lmite preciso entre ser mnimamente otro y ser elmismo. Los a-sym-metroi se encuentran, como indica su nombre, ausentes de medida y, por tanto,igualmente indeterminados. Una lnea inconmensurable es una lnea que no se puede medir respecto de launidad de medida establecida. Sencillamente, se trata de una lnea que no puede ser medida junto a("syn", "como") otra. La clave est en que la determinacin de lo que es inconmensurable se producesimultneamente y de manera interdependiente a la determinacin de lo que es medible, es decir, que nose puede considerar como una unidad indivisible, sino que requiere una decisin o un corte (dos) en elcontinuo que se toma como unidad de medida. Esta medida logra racionalizar incluso lo que es irracional

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    permita descubrir qu es el conocimiento o la sabidura. Pero, en el fondo, lo que sucedeen este intento de introducir un lagos sobre el logos -en que el logos mismo puedeaparecer al mismo tiempo como simple y complejo- es que Platn plantea sin resolverdos problemas esenciales que hemos encontrado a lo largo del dilogo y que para l sonabsolutamente fundamentales para delimitar el sentido de la dxa en el jovenmatemtico:

    1- El primero, que por otra parte es el ms gravoso, se reproduce en el tramonotico del Teeteo. En la definicin que el joven juzga de odas se apela a unpensamiento que en su relacin con la verdad concierne al logos (201c9-d2).Pero este logos est, por decirlo as, previamente abstrado de la definicin.En otras palabras, la nueva definicin se limita a escenificar lo que hallegado a ser la posicin anterior, pero sin asumir crticamente la mediacinque ha tenido lugar. El sueo de Scrates, al igual que cualquier otramediacin, implica que el joven necesita reconsiderar la verdad de supensamiento, es decir, tomar una decisin respecto de la mediacin, en lugarintegrarla en la inmediatez de una nueva figura (al traducir la identidad delalma consigo misma, la escenificacin cognoscitiva del Teeteto est muycerca del recorrido fenomenolgico por las distintas figuras hegelianas de laconciencia). Tomando la mediacin de manera anticipada, el joven confundela totalidad de la verdad con una parte. De este modo, el sueo de Scratessirve no slo para mostrar los lmites del logos teettico, sino sobre todo paraensearle a qu luz debe aparecer el conocimiento: es una manera de pensarla relacin entre la totalidad de la verdad y sus partes que pretende despertaral joven del sueo que le impide juzgar.

    2- En cuanto al segundo, hay que preguntarse a partir de qu y cmo loselementos (pensamientos o dxa) se prestan a ciertas complexiones (o searticulan en un logos determinado); y a partir de qu podemos descubrircomplexiones de una misma forma (discursiva) a travs de los elementos

    cuando considera las lneas desde el punto de vista de la geometra y no de la aritmtica (el nmero comouna unidad en el continuo y no meramente discretizado). De la misma manera, slo se puede determinarlo que es continuamente otro en la identidad del joven mediante la determinacin de su alma, es decir, nose puede tomar como una unidad en s misma, sino que implica un movimiento reflexivo que armonice loracional y lo irracional, el propio desacuerdo del joven y la posibilidad de reconciliarlo sin que lamaiutica le ofrezca lo que l ya sabe.

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    (pensamientos o dxa) que las componen709. En realidad, este segundoproblema est incluido en el primero, de manera que la reconsideracin de ladefinicin teettica hay que entenderla referida al alma del joven y a suincapacidad para articular la verdad en un lagos crtico.

    Es preciso, por lo tanto, entender el sueo de Scrates para entender la maneraen que se presenta el conocimiento. Y hay que hacerlo porque el joven se ha mostradoincapaz en todo el dilogo de ofrecer el logos de su pensamiento. De ah que paraavanzar sea necesario pasar del sueo del joven a la vigilia socrtica710. El conocimientoteettico est bloqueado en la dxa (la lgica aritmtica del pensamiento); elconocimiento socrtico, por el contrario, se sita del lado del pensamiento que se piensa(la lgica mediada reflexivamente). Decir que el conocimiento se encuentra del lado delpensamiento mediado quiere decir al menos dos cosas: a) que el pensamiento del joventodava debe ser apropiado en su verdad (hay una conviccin en la verdad de lo que seha pensado (dxa), pero una cosa es pensar la verdad y otra muy distintacomprenderla711); b) que la cuestin fundamental acerca de la mthesis debe ligarse a laposibilidad reflexiva que lleva consigo la mediacin del logos sobre s mismo. En quconsiste entonces la totalidad misma de la verdad? Y qu es lo que se da a pensar con

    709 La nica manera de considerar en qu sentido son cognoscibles los pensamientos pasa

    indudablemente por reconsiderar lo que al principio parece obvio, es decir: que la simplicidad de suselementos excluye la posibilidad de que estn sujetos a la estructura compositiva que todo logos exige. Deah que la pregunta decisiva que se formula DES JARDINS (1990) sea sta: Es posible concebir, sincontradiccin alguna, pensamientos que en algn sentido puedan articularse como tales en un logos'?Qu clase de componibilidad de aspectos debe ser pensada para pensar en el todo? Mientras queDesjardins llega a sugerir que la intencin platnica es provocar en el lector este interrogante, obligarle apensar al mismo tiempo en qu sentido el conocimiento es esta totalidad y esta multiplicidad de aspectosen que se presenta, FINE (1979) adopta una estrategia que pasa por resolver ese interrogante mediante loque ella denomina "the interrelational model" del conocimiento. El hecho de que Fine desglose elsentido analtico y sinttico del logos en una alternativa mutuamente exclusiva es suficiente para queMILLER (1992) ni6 rechace esta estrategia sobre la base de las siguientes observaciones: primero,Scrates no niega en ningn lugar que el logos deba ser una "enumeracin de elementos"; segundo, auncuando Scrates no est de acuerdo con esta definicin, la'"enumeracin de los elementos" se considerade manera inseparable al conocimiento de la estructura en la que se encuentran interrelacionados; y entercer lugar, el conocimiento procede analticamente, distinguiendo aspectos, y stos han de entenderseconsecuentemente como "partes" del defmiendum.710

    Ahora bien, sta, como sabemos, es una de las enseanzas fundamentales de Platn, y se exponeclaramente en el Menn, La repblica y otros lugares: el joven matemtico conoce y afirma (dxa) todolo que puede conocer. Con la salvedad de que no lo sabe. sta es una de las tesis cruciales del dilogo:Teeteto tiene un pensamiento verdadero sobre el conocimiento, pero no lo conoce. La definicinverdadera del joven matemtico muestra que conoce, pero no conoce que conoce; y slo ser posibleayudarle a comprender lo que de hecho ya conoce, pero desplazndole de la posicin doxstica de suconocimiento.711

    Como seala RYLE (1949) 25-61, el joven Teeteto puede formular cuantas verdades tenga sobre ladefinicin precisa del conocimiento, pero expresar un pensamiento verdadero sobre el conocimiento no esequivalente al conocimiento de su verdad.

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    la crtica del logos sobre el logos'? Para decirlo provisionalmente: se trata deldescubrimiento de la totalidad verdadera del conocimiento -de la toma de una posicincrtica (en el sentido ms crtico y diacrtico de esta palabra, del krnein o delpensamiento que est en condiciones de decidir)- que slo es posible gracias a lareflexin del logos.

    (3) Lo primero que llama la atencin de la crtica socrtica es la discusinsucesiva de los tres significados de logos: (1) "El primero es manifestar el propiopensamiento a travs de la palabra en virtud de nombres y predicados, modelando[ektupoymenon] as la opinin, como en un espejo o en el agua, en la corriente que

    fluye a travs de la boca" (206dl-3); (2) "la exposicin de una cosa a travs delcamino que recorre uno por uno todos sus elementos" (207cl-3); y (3) "sealar unamarca [semeon] por la cual la cosa en cuestin difiere del resto " (208c8-9). Comoindica Ibez, habra que retener el hecho crucial de que estas tres definiciones seantratadas de manera sucesiva, es decir, una detrs de la otra y en ningn momento todasjuntas712. No se trata slo de separar, de discriminar los diferentes significados, sino dereconocer que el logos es de nuevo lo que ya se haba discriminado. Scrates puedeseparar los distintos elementos del logos, pero lo que est en juego es la posibilidad dereconocer la figura que los articula a la vez713. Hay que tratar de contraer la pluralidadde sus aspectos en un solo edos:

    a) El logos como exposicin sonora del dilogo interior del alma (208c6)

    De esta primera definicin, Ibez destaca fundamentalmente dos cosas: (1) ellogos en este sentido es una copia del original, un reflejo del pensamiento ("como en un

    712 Recordemos que a la pregunta sobre qu es la epistme, no bast con que el joven Teeteto, aunque

    inteligente, responda tontamente enumerando el saber de esto, el saber de aquello. No se trataba de sabercuntos saberes hay sino cul era el sentido del saber y qu es lo que haca que todos los que eranenumerados correspondieran, pese a todo, al saber. Lo que se busca es el edos, la idea del saber. Mientrasque, segn la lgica encubierta del dilogo, slo hay saber del edos, el joven Teeteto se presenta comoalguien que es epistmon precisamente en virtud de su capacidad analtica. Paradjicamente, sta ser, dehecho, la limitacin decisiva del joven matemtico para desplazarse en el tramo notico del dilogo de ladxa al conocimiento.713

    Habra que destacar de pasada que, justo antes de entrar en la discusin de los diferentes sentidos,Scrates se dirige al joven matemtico dicindole: "A ver qu nos puede sealar este logos. Me pareceque quiere significar una de estas tres cosas " (206c7-8). Y es interesante advertir esto, porque Scratesquiere decir que una explicacin adecuada no se limita a discriminar los elementos significativos decualquier manera, sino que es preciso que presente una forma que las articule. El conocimiento que aquse busca concierne a la complexin de los diferentes significados que componen el logas.

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    espejo o en el agua"), y no el pensamiento mismo; y (2) la copia del pensamiento es unartificio o una produccin del que habla, que no se limita a expresar el pensamiento sinms, sino que lo modela, le da forma a travs de la comente de voz que sale de la boca.Y esta forma es lo que lo "hace visible" o "manifiesto" (emphan poien; 206dl), deotro modo permanecera oculto714. Pero dado que todo el mundo habla, como aseguraScrates, todo el mundo es capaz de dar un logos de lo que piensa. Si el logos se reducea la pura expresin lingstica, entonces no hay diferencia significativa entrepensamiento verdadero y conocimiento (206clO-d3). De manera que este primer sentidono permite determinar en qu condiciones el pensamiento verdadero conduceefectivamente al conocimiento (206d6-e3), aunque s conjeturar una primera conexincon la dxa teettica: la expresin del pensamiento en el logos es precisamente lo que eljoven matemtico ha hecho y no ha hecho durante toda la conversacin. En ciertosentido, es verdad que aqu lo ha hecho porque el joven Teeteto ha recordado lo quehaba odo decir a propsito del conocimiento y, en consecuencia, le ha ofrecido aScrates un logos; pero tambin es verdad que no lo ha hecho porque, aunque poseelagos, lo posee meramente como una imagen, no como una medida desde la que juzgarel pensamiento que ha emitido.

    De ah que para preservar la distincin entre conocimiento y pensamientoverdadero, el logos deba realizar una funcin distintiva que exprese verdaderamente elpensamiento en el discurso. El sentido de este primer aspecto del logos no es refutar lanecesidad de la expresin discursiva, sino plantear la cuestin acerca de qu tipo dediscurso refleja un pensamiento que puede juzgarse como verdadero. Esto es lo queimplcitamente define la tarea maiutica: el parto socrtico slo puede tener lugarcuando el joven Teeteto saque a la luz los presupuestos implcitos de su pensamiento,cuando ponga de manifiesto lo que queda sin decir de l, lo que debe seguir tcito paraque conserve su consistencia como dxa. En otras palabras, la maiutica refleja lascondiciones de una posicin doxstica no advertida por quien la adopta; en este sentido,visualiza la verdad oculta de la posicin teettica. En el trasfondo de este primersignificado de logos podemos entender, por tanto, por qu la lgica maiutica es imagende un pensamiento genuino y, en cambio, el logos teettico es imagen de unpensamiento que no se sabe imagen. Lo que separa una posicin de otra es precisamente

    714 IBAEZ (2004) 428

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    la presencia/ausencia de la maiutica como una "contramedida" necesaria respecto de lamedida protagrica: la maiutica permite evaluar un pensamiento consigo mismo,comparndolo con la verdad de su propio contenido, es decir, comparando lo que sequiere decir cuando se dice algo verdadero, con lo que realmente se dice. Lo crucial esque la verdad est siempre del lado de lo que se dice y no del lado de lo que se quieredecir715.

    A diferencia de los antilgoi protagricos, la maiutica subvierte unpensamiento verdadero al demostrarle al interlocutor que lo que ha dicho es totalmentedistinto de lo que intentaba decir. Esta distincin (que, incidentalmente, coincide con ladistincin lacaniana entre significancia (significance) y significacin) se articulaperfectamente a propsito de la dialctica del original y la imagen. Para la maiutica, elpensamiento genuino visualiza el momento mismo de la autosuperacin delpensamiento inmediatamente dado, el movimiento discursivo por medio del cual elpensamiento es puesto efectivamente en su verdad, es decir, como "mera imagen". Sinembargo, para el joven matemtico, los pensamientos son algo que estn ms all de laimagen, se expresan, pues, como si fuesen originales, como si hubiera una identidadperfecta entre lo que se dice y lo que se quiere decir, una identidad cuyo ser mismocoincide con su propia forma. El paso crucial que debera dar es desembarazarse de estaimagen respecto a la cual el pensamiento expresado por l mismo constituye laverdadera expresin sensible de un pensamiento genuino.

    715 Como Hegel lo seala reiteradamente, lo ms difcil del mundo es decir exactamente lo que uno

    "quiere decir". La forma ms elemental de esta subversin dialctica de una proposicin mediante laautorreferencia (es decir, relacionndola con su propio proceso de enunciacin) se encuentra en eltratamiento que da Hegel al "principio de identidad": sin saberlo, el sujeto que lo enuncia inscribe ladiferencia en el meollo mismo de la identidad, en la identidad misma:"Es entonces a la identidad vaca a la que se adhieren rgidamente quienes la toman, como tal, por algoverdadero, y se inclinan a decir que la identidad no es diferencia, sino que identidad y diferencia sondiferentes. No ven que en esta misma asercin ellos mismos estn diciendo que la identidad es diferente,pues estn diciendo que la identidad es diferente de la diferencia "[Hegel's Science of Logic, Londres, 1969,413]Por esta razn, para Hegel, la senda hacia la verdad forma parte de la verdad: la verdad de un momento ouna etapa del proceso dialctico debe buscarse en su misma forma, en el procedimiento formal, en elmedio en que la conciencia llega a ella. Se puede decir entonces que en Hegel lo "no pensado" de unpensamiento es, en cierto sentido, su forma misma.

  • 558

    b) El logos como recorrido por las partes de un todo (207c7-8)

    Para explicar este segundo sentido, Scrates pone el ejemplo del carro: "Lo queHesodo dice del carro, "las cien maderas del carro ", que yo ciertamente no podracitar, y creo que t tampoco, sino que nos contentaramos, si nos preguntaran qu es uncarro, diciendo: ruedas, eje, armazn, pescante, yugo" (207a3-6). Para aclarar esteejemplo, Scrates vuelve al ejemplo del alfabeto: quien, preguntado por el nombre deTeeteto, respondiera slaba a slaba y no letra a letra emitira un pensamiento verdaderopero no conocimiento (207a8-b6). De manera que, reconsiderando el ejemplo del carro,la lista de los cinco elementos que se han ofrecido bastara para constituir unpensamiento correcto (orthn dxari), pero slo el que fuese capaz de captar las cienpiezas del carro, recorriendo su ser de principio a fin (dilthein autes ten ousar), sera enverdad un tcnico y alguien dotado de saber (technikn te kal epistmona) sobre el serdel carro (pen amases ousas), porque slo ste sera capaz de ofrecer un logos yrecorrer el todo (to hlori) a travs de sus partes (dia stoicheior) (207b8-c4). Scratesparece plantear una triple distincin: los elementos, la totalidad que los comprende, y laousa o ser de este todo. Lo que es conocido propiamente es la ousa; pero sta seexpresa a travs de un logos que consiste en la enumeracin exhaustiva de sus partesms elementales. Segn Watanabe, esto sugiere fundamentalmente dos cosas: 1) laidentificacin de las partes es la manera de ofrecer un logos detallado de la ousa; y 2)la primera cualidad de la ousa es la totalidad de su conocimiento716. Con un matizimportante: el que conoce la ousa de algo lo conoce todo, sin que esto signifique quehaya conocimiento de cada elemento en particular (si la ousa fuera un todo de partes, elconocimiento no se referira a su naturaleza sino precisamente a sus partes717).

    716 WATANABE (1987) 162

    717 Precisamente porque semejante ousa o naturaleza no presenta la complejidad propia de un "hecho" o

    "estado de hechos" no puede articularse discursivamente. ste es el punto decisivo del Tractatus Lgico-Philosophcus de Wittgenstein respecto a todas aquellas cosas que son l considera "objetos". Un objetoes simple (2.02) y solo puede ser nombrado (3.221). En cambio, lo que se dice en una proposicin es un"estado de hechos" (Tatsache), algo que es complejo. De manera que, incluso en el supuesto de quepudiera hablarse de algo simple, es decir, expresar en proposiciones un "estado de hecho" en el queestuviera envuelto, o sea, predicar de l propiedades verdaderas, la naturaleza del objeto en su unidad nopodra ser expresada. En este caso, "conocer x" no es reducible a "conocer que x es y". Por esta razn, eltipo de pensamiento que LLOYD (1969-70) 261 tiene en mente cuando habla de Platn aludefundamentalmente a un pensamiento no discursivo: "Roughly speaking, it would be a case of thinking, orthinking of, say beauty, without thinking something about beauty, say that beauty is truth "

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    Conocerlo todo no quiere decir entonces conocer cada parte y, por agregacin,todas las partes. Al contrario, la ousa slo se muestra a la luz cuando invita al todo apasar por delante de las partes. El todo es lo primero y no se puede llegar a l perappositionem, de manera que la ousa apunta hacia algo singular, pero no en el sentidode algo meramente simple, sino previo a la presencia de una coleccin, de una realidadmltiple de elementos discretos718. Ahora bien, la ousa es lo que es porque se expresa atravs de la ordenacin de las diferentes partes, de manera que es a travs del logoscmo se manifiesta la ousa constituyendo la composicin misma del todo719. Msconcretamente, en la ordenacin que resulta del desmembramiento o divisin en partes,la ousa o naturaleza de algo est inevitablemente sujeta al anlisis todo-partes. Se trata,pues, de pensar la ousa a partir de un ensamblamiento o synopsis de dos momentoscontradictorios: uno, el de la anterioridad de la ousa respecto de la divisin analticatodo-partes, otro, el de su identificacin con la ordenacin de los miembros o elementosen un conjunto720.

    Para mostrar en qu sentido el conocimiento del joven Teeteto es insuficientepara dar cuenta de este aparente contradiccin, Scrates seala dos tipos de situacionesen que el error es posible y, con el fin de aclararlas, las pone en relacin con la slaba,que es la articulacin mnima del logos: 1) Se da la situacin en que se opina que esto yaquello es lo mismo, es decir, de esto que se tiene delante pero tambin de otra cosa

    718 Habra que decir que esta idea del todo antes de las partes corresponde ms bien a la nocin platnica

    de intuicin (nesis), es decir, la concepcin del acto propio de la facultad superior del alma, la ideativa ointelectual (naos, o nous), que se explicitar en la modernidad cartesiana con el apoyo de la imagenmusical, o sea, temporal. Es precisamente JEAN WAHL (1953) 5, quien en su opsculo sobre la funcindel instante en la filosofa de Descartes, destaca la importancia de la intuicin y el papel ejemplar delmodelo musical en la concepcin cartesiana del Cogito: "Et sic ad finem usque nostra imaginatiuprocedit, ubi tandem omnem cantilenam ut unum quid ex multis aequalibus membris conflatum concipit""[Y al fin y al cabo, asi es cmo siempre avanza nuestra imaginacin, llega hasta el punto que concibetoda la cancin como una unidad que se ha forjado de diferentes miembros equivalentes "] (Compendiummusicae, en Oeuvres de Descartes, ed. Adam & Tannery, Pars, 1974, X, 94). Habra que precisar, en todocaso, que la intuicin, como en el Cogito, parece ms bien una elaboracin posterior a la multiplicidadyuxtapuesta de sus partes.719

    Esto explica que la importancia de la ousa en el pensamiento aristotlico. El Estagerita sabe que lasexpresiones en el mbito de las categoras reflejan al mismo tiempo la dependencia del ser de las cosas alque se refieren respecto al ser de la sustancia. Es decir, que para pensar la clase de ser a la que se refierecuando piensa el color de la piel de un caballo (por citar un elemento cualquiera), est obligado a pensar,como modelo lmite de este ser, en el ser caballo del caballo. Expresado de manera ms sencilla, estosignifica que para pensar las manchas oscuras sobre la piel del caballo blanco ha de pensar el caballo. Enel fondo, el registro abstracto de la ousa conduce inmediatamente a un cosmos como el aristotlico, unmundo en el que las cosas son consistentes por ellas mismas.720

    sta es la doble operacin contradictoria del ejemplo citado por Scrates: se cortan los rboles enformas geomtricas de vigas y tablas para montar luego con ellas la ensambladura de los arados y loscarros ("y el rico en sueos habla de armar un carro de pronto / necio, l no sabe que un carro es cienmaderos", Hcsodo TD 455s.).

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    (2073-4). En este caso, la equivocacin tiene lugar cuando se coloca la misma letra enla slaba adecuada o en otra (207e2-3); y 2) se da la situacin en que una misma cosa, seconsidera en unos casos de una manera, y en otras de otra (207d5). En este supuesto, elerror se produce cuando se adjudica arbitrariamente una letra en la misma slaba(207el-2). Hay que destacar que el ejemplo de Scrates se centre nicamente en esteltimo caso721, o sea, en el de alguien que, viendo que la primera slaba del nombreTeeteto exige el enlace de las letras zeta y epsilon, se equivoca a la hora de escribir laprimera slaba del nombre Teodoro, que es la misma, porque escribe en su lugar tau yepsilon.

    La primera constatacin que hay que hacer es que hasta el que conoce todas lasletras se puede equivocar a la hora de ordenarlas para formar slabas y nombres (207d7).As, tiene logos quien escribe bien "Teeteto", "Theaitetos", letra a letra, pero puede notenerlo quien escribe mal "Teodoro", ya que demostrara que no tener conocimientosobre todas las letras722. Parece entonces que la nica manera de resolver esta paradojapasa por reconocer que el que conoce no slo conoce en cuanto al pensamientoverdadero acompaado de logos (refiriendo su conocimiento nicamente a la palabra"Teeteto"), sino que en todo momento est en condiciones de ofrecer un logos(refiriendo su conocimiento a todas las palabras, y no solamente a "Teeteto"). Enprincipio, el nombre como tal est constituido en elementos separados (y es en estesentido en que stos parecen estar ordenados entre s en una determinada relacin), peroal mismo tiempo parece claro que el nombre se produce no como una mera relacin

    721 IBAEZ (2004) 434

    722 Aqu valdra la pena traer a colacin el sorprendente libro de HARRIS (1986). Todo l versa sobre la

    cuestin del signo y de la representacin, pero el lector puede asimismo encontrar referencias de lasprincipales maneras en que, de Platn a Wittgenstein, se ha elucubrado acerca de los signos, las letras y elsurgimiento de la escritura, generalmente por evolucin y a partir de la pintura -teoras todas (empezandopor la aristotlica de ser la escritura signo o representacin del lenguaje) que el autor rechazadenodadamente. Pero aqu, ms que llamar la atencin sobre estas cuestiones, valdra la pena destacar surepugnancia a admitir que haya en la palabra misma elementos discontinuos mismos que la escriturarepresenta. He aqu una de las formulaciones ms obvias de esta repugnancia: "Desgraciadamente, lanocin de un alfabeto ideal que presente un espejo a la realidad fontica est basada sobre la asuncinde que en la realidad fontica encontramos un conjunto, previamente dado, de sonidos individuales. Estaasuncin queda puesta en tela de juicio tan pronto como se apunta que es igualmente posible definirsonidos individuales como, precisamente, aquellos complejos acsticos que convencionalmente seestablece que estn representados por cada uno de las letras del alfabeto " (38) Y, en consecuencia: "Loque al menos est claro es que asumir sin ms ni ms que una palabra inglesa como bat constajustamente de tres sonidos individuales porque su forma escrita comprende justamente tres letras essencillamente poner el carro alfabtico delante del caballo fontico" (38). Lo que conduce finalmente alsiguiente corolario: "La idea de que al hablar seleccionamos las consonantes y vocales individuales quede algn modo salen de nuestras bocas enhebradas en el orden debido como cuentas en un hilo, essimplemente la imagen de la ortografa alfabtica retroproyectada sobre la produccin del habla" (41)

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    entre el todo y sus partes elementales, sino por la articulacin de un nivel de partesintermedio, llmaseles slabas, que se reconocen como unidades igualmente idnticasen otras totalidades, engarzadas y construidas segn las mismas relaciones deensambladura1271. El ejemplo muestra que la necesidad de reconocer las diversasapariciones de zeta y epsilon en otras palabras implica fundamentalmente dos cosas: a)la primera, que el conocimiento tiene que ver con las palabras, es decir, con algo que esprevio a la desmembracin de sus partes; y; b) la segunda, que el conocimiento referidoa las palabras significa la capacidad de localizar sus partes estructurales -sus slabas-como ejemplifcaciones de una misma unidad que admite varias combinaciones conotras.

    Se retoma, en consecuencia, un elemento decisivo de la teora socrtica delsueo: slo cuando se considera que zeta y epsilon vienen a tener diferentes modos depresencia entre palabras distintas, se puede advertir, al mismo tiempo, y en algn otrosentido, que tienen que ser la misma unidad. Y, desde luego, se vuelve a sealarincidentalmente que para conocer algo es preciso, por un lado, que el logos deba ser unasymplok, es decir, una articulacin de las partes elementales de su ser; pero, por otrolado, que su composicin dependa de una naturaleza (ousa) que la anteceda y que debeser pensada en su identidad. Tenemos, por tanto, que para conocer algo no puede darsecuenta de todas sus diferencias por el lagos a menos que la determinacin de sucomposicin sea posterior a la identificacin de su naturaleza, o sea, a lo que hace quecada una de las diferencias puedan ser consideradas como partes de una mismaidentidad. Obviamente, no es esto lo que tiene lugar en la concepcin doxstica deljoven Teeteto: en primer lugar porque Scrates denuncia la identificacin cognoscitivadel todo con la mera yuxtaposicin de sus partes724. Pero sobre todo porque la formateettica del conocimiento impide pensar que los elementos dependan siempre de lanaturaleza (ousa) del "todo" que estamos considerando en cada caso725.

    723 En efecto, el significado del nombre no puede agotarse en el nombre de sus constituyentes silbicos.

    Como seala ROSEN (1980) 127, las relaciones que enlazan los elementos en complejos intermedios yconstituyen su entramado se oponen a la mera sucesin de las slabas en el nombre724

    HARING ( 1982) 520, NEHAMAS ( 1989) 276 y MILLER ( 1992) 97725

    BURNYEAT( 1990) 281

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    c) El logos como especificacin de los aspectos que diferencian una cosa decualquier otra (208c8-9)

    Platn ha resaltado con mucha finura hasta qu punto los dos significados dellogos plantean un problema importante. Al examinar la aparente diferencia entre lossignificados de logos, el argumento se dirige de hecho, subrepticiamente, a otra cosa, auna cuestin bastante diferente de la mera sucesividad de sus sentidos726. Una cuestinas se abre en primer lugar a un ms all de la mediacin: se dirige al todo donde,aparentemente, el conocimiento se convierte en un candidato idneo para explicar dequ modo hay que repensar el logos121. El conocimiento se entiende en el sentido de lamediacin que el logos debe llevar consigo mismo. Se trata entonces de un logoscompletamente diferente, que no se deja determinar ya de una manera inmediata, queniega la condicin de pensamiento mal pensado -es decir, de no conocimiento, de dxa-de sus premisas teetticas, a saber: a) la expresin lingstica de un pensamientoverdadero y b) el todo como un pensamiento expuesto a la suma o yuxtaposicindiscursiva de sus partes. Lo cual es incompatible con las nociones derivadas de las dospremisas hasta ahora analizadas: el logos como reflejo de lo que dice efectivamente enel pensamiento y como referencia a la singularidad de algo que se da a pensar de unamanera idntica e irreductible (la ousa o naturaleza).

    Sin embargo, hay una tercera distincin, ms prxima al "sentido de la mayora"(208c8), que parece requerir el conocimiento no tanto de lo que es idntico entre partessemejantes, sino de lo que las diferencia como tales. Esta distincin, que corresponde altercer sentido del logos, cumple la funcin de atender el primero de los dos errores

    726 IBAEZ (2004) 436:

    "La srie dels tres sentits -sentits que la mentalitat analtica de Teetet ens fa veure com a desconnectatscadascun d'ells dels altres dos- ha de ser considerada com un progressiu aclariment d'un sol sentit de"logos ". Com sempre al llarg del dileg, i per dir-ho en els termes de gos2, Teetet no aconsegueixrecrrer els tots en cada cas considerats de principi a fi recollint en una unitat totes les seves parts "727

    El significado del logos es divisible, en efecto, es un puro artefacto de la inteligencia que no hace sinoexponer ordenadamente todo aquello que se ha puesto en l. En cambio, el logos considerado globalmenteno se agota en la serie de significados -ni es divisible de ninguna manera-, sino, al contrario, esindivisible e irreductible al recorrido con el cual, siguiendo las partes que Scrates nos pide quediscurramos, se pretende identificar. El logos del logos es un todo, es la bsqueda siempre renovada de susentido, y es evidente que esta bsqueda slo puede ser paralela al aprendizaje de su propio recorrido. Nohabra que dejarse tentar, pues, por la ficcin de un logos desglosado en significados aparentementediversos si aquello que constituye el objeto mismo del argumento, la totalidad del conocimiento, esprecisamente lo que permite aclarar la teora socrtica del sueo. En efecto, se corre el serio peligro deque ni el propio lector atienda lo suficientemente bien el planteamiento global de Platn y pueda servctima de la precipitacin (como, de hecho, le sucede al joven respecto de la maraa socrtica de lgoiverdaderos y no verdaderos que se le presentan).

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    derivados de la comprensin teettica del conocimiento (207d3-4). Segn Scrates, ellagos es "indicar una marca [semeon] por la que la cosa en cuestin difiere del resto "(208c8-9). De acuerdo con esta definicin, saber algo es captar de l la marca distintivade una cualidad. Al menos, as nos lo sugiere el ejemplo sobre el cual se dibuja estadefinicin. Si tomamos al joven Teeteto como objeto de consideracin, no sersuficiente considerar un hombre con nariz y ojos, y ni siquiera "una nariz chata" y "ojossaltones", sino que "no me habr formado una opinin de Teeteto antes de tenerimpreso en m una marca distintiva de chatedad que lo diferencie de las chatedades quehaya visto, y as en todo lo dems" (209cl-9). Slo cuando la chatedad (que es algopropio, como el rostro) tenga una seal que la haga irreductiblemente diferente serposible el reconocimiento del joven Teeteto.

    El logos sera el encargado de seleccionar aquellas partes o aspectos quediferencian algo de otras cosas similares, con el firme propsito de traer a la luz elcarcter distintivo de su totalidad. Slo as se entiende que el joven pueda serreconocido bajo la seal diferenciadora de la totalidad heterognea de su rostro. Demanera que, por un lado, es obvio que esta forma o Gestalt no pueda reducirse a unamera catalogacin de los diferentes aspectos comprendidos en ella; un catlogo de estetipo se limitara a disponerlos unos al lado de la otros, mientras que ellos mismos, si seavienen con la demanda de ser signos reminiscentes, permiten identificar al joven comotal. Si ese rostro es reconocido en su peculiaridad es porque su identificacin es previa acualquier anlisis en determinados aspectos. Pero, por otro lado, tambin es obvio quepara que pueda producirse ese reconocimiento, es preciso comportarse con losdiferentes aspectos singulares como si se tuviera memoria de todos ellos en particular.Al hacer as, el conocimiento de lo singular no puede ser previo al anlisis, sino que encierta manera, y en otro sentido igualmente aplicable, debe ser re-conocido a travs delanlisis728.

    Pero el razonamiento de Scrates no se agota ah. Si el pensamiento verdaderoincluye ya esa diferencia, el logos no podr aadir propiamente nada (209d4-e4). Nisiquiera en el caso en que se interpretara no como la mera posesin de esa diferenciasino como la conciencia de esa diferencia, pues el conocimiento quedara definido como

    728 MILLER (1992) 92

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    un "pensamiento verdadero acompaada de conocimiento", lo cual conducira a laparadoja de definir el todo presuponindolo en una de sus partes. Aparentemente, pues,hay dificultades para aceptar esta definicin. Aun as, sera un error considerar quePlatn est interesado en plantear problemas lgico-formales. Por ello, y aun cuando elrazonamiento conduzca a un callejn sin salida, el ejemplo de la totalidad heterolgicaque emplea Scrates (la chatedad como signo distintivo del rostro de Teeteto) permiteligar el problema del lagos y el conocimiento. Bastar que el joven articule lamultiplicidad semntica del logos mediante la reflexin misma del logos socrtico, paradarse cuenta de su relacin problemtica con el conocimiento y, as, obtener unacomprensin que permita reconocer la contribucin esencial del pensamiento verdaderoy el logos.

    4) La apertura dialgica de la verdad (210b2-d4)

    El esfuerzo de esclarecimiento desplegado en la consideracin de los tressignificados de logos no ha logrado disipar las dificultades derivadas del sueo deScrates. Pero se trata de dificultades afortunadas: no slo porque ponen al joven enrelacin con los obstculos definitorios de su dxa, sino porque todos los esfuerzos porsuperarlos mantienen la posibilidad de establecer una comprensin de los dos momentosconstitutivos de la actividad cognoscitiva729. Cundo se puede hablar de conocimientoy en qu condiciones? Esas condiciones -se ha visto- son tres y definen dialcticamentela funcin maiutica del logos: 1) es preciso que sea reflejo de un pensamientoverdadero, no la mera explicitacin de un pensamiento ya posedo en su verdad (pues deser as el logos no aadira nada al conocimiento); 2) el logos debe mostrar lo que se daa pensar, ya sea bajo la manifestacin de la estructura comn de sus elementos (elsignificado sy-crtico de Igos2), o como el conjunto de sus rasgos distintivos (elsignificado da-crtico de lgosS), pues slo mediante un logos diacrtico y syncrtico es

    729 As que, al llegar a este punto, el lector verifica asombrado dos cosas: una, que en ningn caso se le

    dice que la definicin dada no sea buena, sino nicamente que los interlocutores no han sido capaces deaclararla debidamente; y dos, que cuanto ms cercano se cree el joven Teeteto de Scrates, cuanto mscree comprenderlo, ms se aleja de l y habla de otra cosa. Estamos, por tanto, ante un malentendidobastante comn en los dilogos platnicos. Pues Scrates no habla aqu simplemente de la definicin deljoven matemtico, sino que presiente que esa definicin lo pone en presencia de un proceso cognoscitivoque no puede refugiarse bajo la dxa que inspira la comprensin teettica del conocimiento. Por eso lasdificultades que experimentan los tres significados del logos no deben ser comprendidas tan slo cornohechos absolutamente refutativos, sino como dificultades de derecho que conciernen al problema mismodel conocimiento y que afectan a la necesidad de una crtica que permita al joven Teeteto reconsiderar lasrelaciones entre el pensamiento verdadero y el lagos.

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    posible discernir un pensamiento verdadero; y 3) lo que se da a pensar, considerado almismo tiempo como algo idntico y diferenciado, ha de ser previo en cierto sentido allogos, de manera que el conocimiento no puede significar ni conocer sucesivamente,uno a uno, todos los elementos semejantes de su constitucin, ni elaborar una lista conel conjunto de sus rasgos distintivos. Dado que tiene lugar un intervalo entre lo que seda a pensar y el modo en que el logos lo pone de manifiesto, el conocimiento es estareflexin que consiste en volver a conocer de una sola vez lo que se da a pensar en sutotalidad discursiva, la ousa en el caso del significado de Igos2 y la diferencia singularen el caso del significado de lgosS,

    De manera que el dilema fundamental que aparece en la discusin de los tressentidos de "logos" se puede resumir en los siguientes trminos: en primer lugar, lo queest enjuego en el logos no es el reflejo de un pensamiento verdadero; el lagos no es eneste caso una mera imagen, sino una traduccin de la verdad efectivamente presupuestaen ese pensamiento. Desde luego, para el sentido del joven matemtico, esteprocedimiento equivale a expresar la verdad de lo que se da a pensar, mientras que elenfoque maiutico reconoce como nico acceso a la verdad la explicitacin de lo que elpensamiento presupone como verdadero. As que, de acuerdo con este primer sentido, eljoven Teeteto debera percibir la siguiente relacin entre el logos y el pensamientoverdadero: lo que se da a pensar slo puede conducir a la verdad dando un paso atrs,resistiendo maiuticamente a la tentacin de acceder a ella sin un reenfoque del logos.Ahora bien si lo que se da a pensar ha de ser necesariamente previo al logos (ya que delo contrario no habra nada que reflejar, o ms bien, no podra mostrarse la verdad delpensamiento en su determinacin reflexiva), esto implica fundamentalmente que tantoel pensamiento verdadero como el logos se han de articular en una determinadacomplexin. Si, por un lado, la verdad ya se encuentra poseda conscientemente en elpensamiento, entonces, como resulta obvio, el logos ser un elemento internamenteredundante y no aadir absolutamente nada a la definicin. Si, por otro lado, elconocimiento de la verdad se entiende articulado en una totalidad meramente discursiva,entonces se llegar fcilmente al absurdo de que el conocimiento no sea otra cosa que"pensamiento verdadero ms conocimiento".

    De ah que cuando Scrates dice: "Saber es adquirir un conocimiento [de ladiferencia]" (210al), el joven deba reflexionar sobre la mediacin verdadera que el

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    logos lleva a cabo sobre el pensamiento y de identificar esta reflexin con elconocimiento. La clave est en que la ver dad no consiste meramente en articular lo quese da a pensar con arreglo a la funcin diacrtico-sincrtica del lagos, sino en efectuaresta reflexin decisiva: la que permite reconocer que la verdad de lo que se da a pensarest-siempre-ya por adquirir; que, en un sentido, el joven nunca la ha adquiridoefectivamente. El conocimiento es entonces esta especie de negatividad retroactiva; nose trata de convertir lgicamente el pensamiento verdadero en conocimiento, sino deconocer que el pensamiento verdadero nunca se ha adquirido como tal, de que laapariencia de su posesin se debe exclusivamente a la perspectiva lgico-aritmtica deljoven730.

    El rasgo crucial de esta "negacin retroactiva " es, por lo tanto, el intervalo quesepara el pensamiento verdadero del conocimiento. En el sentido teettico, elconocimiento se adquiere cuando se adquiere el pensamiento verdadero en unaarticulacin lgico-aritmtica. El pensamiento verdadero debe ser mediadolgicamente para que llegue finalmente al conocimiento, como si el conocimiento fueseel resultado inmediato de esta mediacin sobre un pensamiento ya adquirido. Por elcontrario, la paradoja formulada por Scrates es que el conocimiento slo permitevisualizar de manera reflexiva lo que se da a pensar como "ya-dado", "ya all","siempre ya " verdadero, pero no efectivamente adquirido en su verdad. Nuestra tesises que el pasaje cognoscitivo no consiste meramente en complementar los doselementos que intervienen en el saber, sino en un simple cambio de perspectiva, pormedio del cual es el logos maiutico el que "hace " del pensamiento lo que "siempre-ya-era " en su verdad. Para aclarar en qu consiste esta idea esbozaremos la propuestade Miller, aadiremos los retoques decisivos introducidos por la posicin Ibez-Rosen,

    730 El principal tema de la crtica socrtica a la precomprensin teettica del conocimiento es que concibe

    el saber como un proceso en el que lo que se da a pensar en su verdad slo puede ser analizado en partesporque hace coincidir su totalidad heterolgica con el conocimiento mismo. El mismo Teeteto habacomenzado a proceder de esta manera al dividir los nmeros en dos clases distintas y fijar una marcadistintiva en cada una de ellas. De ah que la definicin del joven matemtico muestre bien lo que el logosaritmtico es incapaz de comprender. Me refiero a la idea de que, en efecto, tanto la verdad de lo que seda a pensar como la intermediacin del logos son elementos necesarios dentro de una determinadacomplexin, pero una cosa es esta complexin, que puede tener una constitucin eplstmica, y otra muydistinta el conocimiento, que se genera reflexivamente y que, como tal, es indisociable del proceso por elque el se vuelve comprensible (es decir, decidible en su totalidad).

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    y las contrapondremos a nuestra propia lectura a fin de delinear la problemtica globalde una manera ms afn a la maiutica y a la propia estructura del dilogo731.

    Segn Miller, el pensamiento verdadero es la visin previa que posibilita lamediacin del lagos. Ahora bien, cuando quiere demostrar la complementariedad deambos elementos, Miller argumenta que el pensamiento que orienta el logos esnecesariamente verdadero: "At the core of the conception of knowledge that emergesfrom the Theaetetus is the notion of "true" or "right judgement". If we ask directly andhead-on, just what is the act of mind that fulfills the role in constituting knowledge?, wefind that: Plato leaves this unthematized"nz. La razn esgrimida por Miller es que laestrategia dialctico-pedaggica empleada por Scrates le impide tematizar lo que, altrascender todo anlisis discursivo, es en cierto sentido su precondicin necesaria y,como tal, carente de una estructura lgica733. De manera que el pensamiento verdaderosera esta visin o conciencia prediscursiva que permite reconsiderar cognoscitivamenteel pensamiento articulado en una totalidad lgica: "If our interpretation of thenonredundancy of right judgement and logos is well conceived, the gap between objectand logos doesn 't suggest the unknowability of the object and, so, the impossibility ofknowledge. On the contrary, the gap may be filled by the insight or awareness that,fulfilling the role of "rightjudgement", orients logos "734.

    Ahora bien, esto es precisamente el aspecto de la lectura de Miller que leincomoda a Ibez: "Corn es pot considerar "verdadera " una opini que despus, quanel logos treballa sobre ella, es pot revelar com a errnia?"17'5 En consecuencia,propone reformular la tesis de Miller en los siguientes trminos: "El logos parteix de lasimplicitat del que es dna a la intuci per tornar, a travs del recorregut per totes lesparts del tot d'aix que es dna a pensar, a la simplicitat mateixa que tenem d'entrada.

    731 En este sentido, nuestra lectura se aproxima ms, aunque con divergencias de fondo, a una perspectiva

    fenomenolgica como la esgrimida por BENARDETE (1984/1997)732

    MILLER (1992) 108733

    Cmo se debe entender el aspecto del pensamiento en su unidad, en su sola visin unitaria? Sedebe entender que el pensamiento es el objeto de una visin previa, que encuentra en ella su elementolmite o trascendente, cuanto que no puede captarse desde el punto de vista del ejercicio del pensamiento?Esa hiptesis tendra ciertamente la ventaja de impedir la discursivizacin exhaustiva del conocimiento.Que el pensamiento, por ejemplo, encuentre en s algo que no puede pensar, que es a la vez lo impensabley lo que debe ser pensado, slo es incomprensible desde el punto de vista de una mentalidad meramenteanaltica o de un pensamiento calcado sobre la dxa teettica.734

    MILLER (1992) 109735

    IBEZ (2004) 448

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    El logos dibuixa, doncs, un cercle, en virtut del qual al final veiem ms clarament el queja tenem de bon comenament al davant. Una conseqncia remarcable s, aleshores,que el punt d'arribada de tot el recorregut analtic s, no pas un discurs que arribanoms fins la penltima parada del recorregut, sin una nova visi ms clara que nopas la inicial"136 Esto mismo es lo que a Ibflez le impide considerar que la visinprimera se pueda identificar sin ms con el pensamiento verdadero, porque aun siendoextrao que esa visin sea completamente falsa, tambin lo es que sea de entradacompletamente verdadera, es decir, que distinga de antemano la totalidad delconocimiento de sus mltiples aspectos737. De ah que, contra Miller, piense que"l'opini verdadera es el saber... quan el logos ens ha garantit que es tracta de debd'una opini verdadera (...), o sigui: la mediado del logos ens permet aclarar lamirada i veure-hi cada cop millor (...). El cam del saber ens porta, doncs, de la meraopini a l'opini verdadera per la mediaci del logos " .

    La tesis de Ibez-Rosen es la siguiente: la visin que el joven matemtico debealcanzar es una visin que slo se puede obtener a travs del logos, en la medida en queexplcita la verdad que se encuentra confusa y parcialmente revelada en ella739.Podemos suponer que el joven matemtico es un epistmon, un hombre de ciencia, yque tiene una intuicin previa sobre el saber: pero esta misma intuicin difcilmente sertrascendida si no hay un esfuerzo por constituirla cognoscitivamente. De ah que elobjetivo de la reflexin sea poner de manifiesto lo que ya se intua como verdadero enun primer momento pero sin ser an plenamente consciente. La reflexin alcanzada nosera entonces una respuesta final que hara superflue el recurso al logos, sino unpensamiento verdadero movilizado mediante la condicin interrogativa del discurso740.

    736 Ibid. (2004) 449

    737 Slo aquel que se sita en el mbito de la dxa protagrica padece la ilusin de tener la verdad como

    una opinin poseda de forma inmediata. La ilusin consiste entonces en el hecho de no tener queadquirirla porque se considera expresada naturalmente en el logos -aquel dominio respecto del cual sepresupone protagricamente la verdad.738

    IBAEZ (2004) 450739

    En este punto, Ibfiez se apresura a aadir con Gonzlez que esta visin final no se produce sin uncierto remanente: siempre hay un resto que se resiste a la internalizacin del lagos, siendo al mismotiempo su condicin de posibilidad. En otras palabras, lo que el logos no puede explicar es la presencia deesta intuicin pre-reflexiva que es precisamente su condicin de posibilidad.740

    IBAEZ (2004) 451:"Ben llegit, doncs, el Teetet ens dna una resposta positiva a la pregunta pel saber, la virtut i a saviesa.Si per "saber" entenem saber absolut, tancat en un diseurs autosuficient, a conclusi del dileg ensmostra que no hi ha saber. Si, en canvi, per "saber" entenem l'opini la veritat de la qual es facomparixer en virtut de l'anlisi si que hi ha saber, per el seu abast s limitat. En primer lloc, per qula possessi d'aquest saber, tot i necessitar deforma irreductible del discurs, es resol noms en una visi

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    Ahora bien, aparece una posibilidad totalmente distinta si leemos todo el pasajefinal sobre la base de la forma dialgica del Teeteto, que es a la vez falsa y verdadera.En el curso de la interrogacin socrtica, lo que se ha dado a pensar ha alcanzadosiempre su verdad mediante la superacin en cada tramo discursivo de su verdadinmediata, de manera que cada paso hacia la verdad ha implicado por definicin unaprdida de verdad, una complexin entre lo que se daba a pensar como inmediatamenteverdadero y la mediacin que le faltaba para ser efectivamente verdad. La verdad de loque se da a pensar ha estado al comienzo de alguna manera (arkh), pero slo tieneplena realidad, se convierte en lo que siempre-ya-era, al final (tlos), en una visinreflexiva de lo analizado en el discurso. Y qu es la mthesis sino el resultado delmomento final de este proceso dialctico, el momento reflexivo que coincide con laformulacin expresa de la dxa en su verdad, el momento cognoscitivo en que sedisponen de las condiciones necesarias para poder juzgar? Al final del Teeteto, laperplejidad del joven abre la posibilidad de una decisin cognoscitiva, es decir, de unatoma de posicin crtica, que permita juzgar con arreglo a la verdad.

    Aqu est, por tanto, la respuesta de Scrates a la concepcin doxstica delconocimiento teettico. El conocimiento no permite reconstruir discursivamente laverdad de lo que se da a pensar; el conocimiento slo sera completo si le atribuyramosa la verdad una significacin teettica741, es decir, slo si olvidramos la funcin quehace la maiutica respecto de la verdad. As que la definicin final del joven Teeteto no

    de l'nima, de manera que ser capa (a la manera de Teetet) de repetir un logos sentit d'un altre nosignifica saber de qu s'est parlant ni tan sols quan (ben interpretat) el logos en qesti l'encerta. Isegon, perqu si el logos s anlisi, aleshores domina b tot all que t una estructura clara de parts queconfiguren un tot, per se li escapa en canvi el que, com eros i nima humana, es caracteritza per un certpunt de desordre "741

    En este sentido, podramos decir que la apora final del Teeteto implica el reconocimiento de unaimposibilidad insuperable: la imposibilidad de que el conocimiento pueda convertirse en s mismo porcompleto. Aunque quizs habra que aadir un matiz de especial importancia. Aunque Scrates niega laposibilidad de reconstruir el conocimiento a partir de un sistema deductivo de proposiciones, no niega quepueda tenerse conocimiento preposicional de algo, es decir, que pueda saberse de l que ciertospredicados son verdaderos. Por ejemplo, se puede "conocer un tringulo" y conocer que "esta figura tienetres lados", que "la suma total de sus ngulos es 180 grados", y as recorrer la totalidad de suscaractersticas defmtorias. Este tipo de conocimiento admite que su contenido est constituidoproposicionalmente porque es as cmo se puede predicar de l la suma de sus caractersticas. En estesentido, el conocimiento de que un tringulo tiene tres lados podra ser considerado como el conocimientode la proposicin "un tringulo tiene tres lados". Al conocer una proposicin sobre algo, el conocimientose identifica con lo que puede afirmarse verdaderamente de l. Por lo tanto, cualquier forma deconocimiento que no tenga este carcter no puede tener proposiciones como su contenido. El sueo finaldescrito por Scrates es un ejemplo de esta modalidad cognoscitiva.

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    excluye, sino que ms bien sugiere la concepcin socrtica de la maiutica. No sedetermina un pensamiento explicitndose discursivamente la verdad que ya tena deantemano, sino, todo lo contrario, permitindole pensar de tal modo llegue a su verdadcomo dxa. La maiutica simplemente toma en cuenta la necesidad de reconsiderar elpensamiento en su verdad. sta es la reflexin que separa una posicin crtica de unadoxstica: el pensamiento slo es verdadero en la medida en que a travs del discursodeja de reconocerse como inmediatamente verdadero. Por lo tanto, la dxa como tal nodebe ser obstruida; basta con revelar su verdad, con la confianza de que la verdad de ladxa la disolver como dxa, convirtindola as en un discurso susceptible de serjuzgado.

    Este hecho crucial es la conclusin aportada por Scrates en el que es, muyliteralmente, el desenlace decisivo del argumento: "Si, pues, Teeteto, procuras llenartecon otros pensamientos ms all de stos, entonces, cuando ests lleno, estars lleno dealguna cosa mejor gracias al examen de ahora; pero, si continas vaco, estars menospesado y ms dulce con aquellos que te acompaen [tos synosi], ya que, de formamoderada [sophrnos], no pretenders saber lo que no sabes [ouk oimenos eidnai hame oistha]. Porque esto es lo nico de lo que es capaz mi arte, y de nada ms (...) Estearte, tanto mi madre como yo, es del dios que lo hemos recibido como un don, ella paralas mujeres, yo para los j avenes y nobles y todos los que son bellos" (210blO-d3). Aquse concentran todos los motivos que componen el ncleo con el que Platn caracteriza,creemos, su enseanza: ztesis, synousa, sophrosyne, kals. La perplejidad es lapurificacin mxima y suprema. Es el desvelo de la dxa en su verdad y el manifestarsepurificado, ligero, menos pesado los unos con los otros. La situacin finalmentealcanzada comporta un doble beneficio, puesto que la reflexin que permite reconocerla dxa como tal, abre una posibilidad que hasta entonces no se haba tenido: laposibilidad de juzgar. Para esquematizar, habra dos adquisiciones concurrentes: por unlado, conocimiento decidible, que no es un discurso sapiencial sino una disposicin msidnea para juzgar (210blO-c2); por otro lado, sophrosyne, que no es un saberformalmente constituido, sino una medida ajustada a la totalidad misma del saber, quepermite entre los que entablan una relacin dialgica la abolicin de toda distancia entreellos. Por un lado, la decisin como una disposicin ante el conocimiento; por otro, lasophrosyne, como una autolimitacin del saber en el no-saber, que conlleva unafamiliarizacin dialgica (synousa) respecto al conocimiento, as como con respecto a

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    la verdad. En cualquier caso, de una forma u otra, lo decidile est en cada lado, y saes la condicin posible del conocimiento o de la vida cognoscitiva. Desde este punto devista, la solucin final del Teeteto es a la vez una decisin terica (una disposicincognoscitiva) y una decisin prctica (una disposicin synousial).

    El Teeteto es as el recorrido cognoscitivo del alma del joven matemtico, perotambin la narracin de la synousa dialogal practicada por l mismo. Pero es slo laaccin cognoscitiva del joven y del propio lector -con toda su vertiente autorreflexiva-lo que permite "tomar conjuntamente" (com-prender) la maiutica en un pensamientopropio. Es esta comprensin lo que constituye el punto central de la maiutica: eldescubrimiento de la naturaleza dialgica del pensamiento y de la verdad. En su baseest la posesin ms bella, el conocimiento de uno mismo, accesible no a unaautoobservacin pasiva, sino tan slo a un enfoque dialgico del alma, enfoque quedestruye la ingenua integridad de las convicciones (dxa) acerca de uno mismo742. Aljoven no le queda entonces otra enseanza que la de analizarse continuamente a smismo, de tal manera que su sabidura no sea nada ms que presentar su propia vidacomo la modelacin de su propio aprendizaje. La belleza del joven Teeteto depende enltima instancia de la comprensin, a travs de la reflexin evaluadora y activamentedecisoria, de los distintos lgoi en conflicto (en el caso del dilogo, la contraposicinentre dos modelos paidticos: el socrtico y el protagrico).

    En consecuencia, el trnsito de la dxa al conocimiento se produce cuando elpensamiento no se produce como algo inmediatamente verdadero, prerreflexivo, sinoque slo llega a ser a travs de su verdad dejada atrs; que, en consecuencia, no hayuna verdad previa al movimiento de la reflexin discursiva, puesto que este mismomovimiento revela la verdad negativamente743, es la propia actividad synousial la que

    742 La esencia del conocimiento, o lo que distingue el conocimiento de la dxa, es la capacidad para

    lograr adquirir en synousa aquella posesin que es la ms bella y por tanto la ms difcil de obtener. Alcontrario de lo que acontece en la dxa, la actitud y la posicin del filsofo, impuesta por la finalidadespecfica que le mueve, es exactamente contra natura: la comprensin del filsofo nunca puede serespontnea, directa e irreflexiva, como si fuera un fruto de la naturaleza por s misma.743

    Recordemos la distincin lacaniana entre las dos muertes, y conectmosla con la muerte honorabledel joven Teeteto en la primera pgina del dilogo: todos tenemos que morir dos veces. Recordemos quela primera escena del Teeteto tiene lugar treinta aos despus de la conversacin que da cuerpo aldilogo. Teeteto ya estaba muerto (su alma se hallaba enclaustrada bajo el idiotismo matemtico deTeodoro), pero el xito de la mediacin socrtica debi causarle cierta agitacin y trat de defendernoblemente a su ciudad. Por qu? Hay una sola respuesta posible: no tena plena conciencia de que (ya)estaba muerto. En este preciso sentido podramos decir que, al trasladarlo herido de muerte del campo de

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    concibe el conocimiento como una verdad que hace de s su propio proceso. Desde laperspectiva platnica, este trnsito se percibe desde la propia estructura antimegricadel Teeteto: el lector debe centrarse en el no-ser no oponindolo abstractamente al ser,sino concibiendo al no-ser como un momento necesariamente discursivo del ser, esdecir, reconociendo en toda complexin discursiva la verdad [determinada] de lanegacin. Lo que se pierde en el recuerdo megrico del socratismo es precisamente loque el lector debe restituir a travs de la mediacin verdadera de la negacin: el modoen que la dxa se constituye a travs del reconocimiento falso, a travs del fracasoinicial del pensamiento en reconocer su verdadero carcter es decir, el modo en quela verdad surge del reconocimiento de la dxa como dxa.

    El punto crucial es entonces la transformacin de la dxa en un logos susceptiblede ser examinado: cuando lo que se da a pensar no se reconoce por el pensamiento en suinmediatez se confunde con el logos que lo afirma como verdadero744; slo cuando setoma en cuenta el pensamiento como tal (en el caso de la maiuticd) o se escenifica (enel caso de la contraestructura megrica) se reconoce la dxa. Desde el momento en quese abandona la dxa, se abre la posibilidad de juzgar, y con ello de afirmar o negarcualquier pensamiento. Lo cual quiere decir tambin que el pensamiento respecto de laapora final, as como de todo lo que constituye el conjunto del Teeteto, se encuentra ala medida del alma, sin que el alma sea por ello la medida de todo pensamiento. La lneade esta demarcacin formara parte de la enseanza que el lector debe extraer de lacontraposicin platnica entre el modelo protagrico del saber y la sabidura de lamaiutica socrtica.

    batalla, Teeteto "se convirti en lo que ya era", en un muerto; muri por segunda vez. Lejos de ser unaexcepcin, el joven Teeteto en su dilogo con Scrates es el paradigma de esta matriz elemental. Todo elproceso dialctico del Teeteto transcurre "entre las dos muertes", el joven matemtico "se convierte en loque es" realizando su negatividad intrnseca, esto es, tomando conocimiento de su propia muerte.744

    Esta exegesis de la ontologia eucldea ilumina un punto decisivo de la lgica megrica: slo es vlidoaquel pensamiento que, en la conexin de lo que se da a pensar con lo que efectivamente se piensa, norelativiza lo primero mediante lo segundo, o sea, no lo niega en cuanto algo unitario e idntico. La ideacrucial es que slo es vlido aquel pensamiento que afirma (lagos) unitariamente lo que se da a pensarcon lo que se piensa. De ah que desde la perspectiva platnica, la phrnesis de Euclides designemeramente un acto cognitivo correlativo a una verdad metafsica inmutable.

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    a) Al igual que el Menn la escena del dilogo determina una situacin en la que lainterrogacin socrtica examina una pretensin de saber. Por esto la cuestin deldilogo es, en primer lugar, la arete en el Menn y la epistme en el Teeteto.Sobre esta cuestin explcita, el juego del dilogo es en el Menn eldesplazamiento desde la repeticin inicial de la cuestin sobre la transmisin dela arete hacia lo que sea realmente el aprendizaje; y en el Teeteto desde eltestimonio verdadero del maestro cirenaico sobre las aptitudes epistmicas deljoven Teeteto para la dialctica hacia la configuracin de una medida desde laque poder juzgar inteligiblemente.

    b) Si examinamos en los estudios platnicos la discusin alrededor de la presenciao no en estos dos dilogos de la teora de las ideas y de la doctrina de lareminiscencia, no es difcil percibir cmo los procedimientos empleados paraaislarlas tienen que abstraerse necesariamente de la situacin especfica de cadauna de las escenas. En el Menn, no hay escena porque desde el primermomento se niega la posibilidad de una relacin dialgica entre Scrates y eljoven tesalio. En el Teeteto, la escena es el alma del joven matemtico, y lanecesidad de que su pensamiento (dx) se abra dialgicamente a la verdad y alconocimiento acerca de sta: la verdad no nace ni se encuentra en la ingenuaconviccin (dx) de los hombres que creen saber lo que es el saber, es decir,que creen poseer la verdad decisiva sobre el saber, sino que se genera entre loshombres que la buscan conjuntamente, en el proceso de su reflexin dialgica.Si en el primer caso, la negacin de cualquier posibilidad dialgica est en laforma externa de un dilogo que es la confrontacin directa entre dos modelossapienciales irreconciliables: la dialctica socrtica y la ersica tesalia; en elsegundo, la forma del dilogo se opone al monologuismo megrico que pretendeposeer una verdad ya hecha. Platn se retira de la cuestin explcita del dilogo(el problema del conocimiento en su forma filosfica) y se concentra en su"ejemplificacin", en la inversin reflexiva de la estructura megrica del relato.La idea crucial es que el lector slo podr acceder a la verdad del Teetetoinvirtiendo el monlogo megrico, captando en l no solamente la voz aislada de

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    Euclides, sino ante todo, justamente, las relaciones dialgicas entre voces, suinteraccin dialgica.

    c) Al igual que la degradacin de la forma dialgica del Menn, la de latransmisin megrica es una forma bloqueada, que impide la bsqueda conjuntade la verdad. Pero no solamente porque se excluya al lector de la reflexindialgica, sino por un hecho que tiene una estructura intradialogal semejante;por la predeterminacin natural de la verdad en el alma del joven Teeteto, locual quiere decir sustraer el pensamiento a su reflexin (lo que literalmentequiere decir dxd) y someterlo al juego discursivo de la dialctica protagrica.La verdad de lo que se da a pensar inmediatamente (dxd) es el movimientoinvertido a la mediacin dialgica de la verdad. Desde el punto de vista de laestrategia platnica, todo el dilogo se reduce a una mediacin continua entre laverdad y la no-verdad: no hay ni un momento en que las dos caras de estaoposicin subsistan la una al lado de la otra como si ellas fueran meramenteexternas. Al contrario, lo que viene a indicarse ms bien es que el principio de sucomplementacin, como el del movimiento de conjunto del dilogo, seencuentra en el aprendizaje teettico de la verdad que la cura socrtica posibilitaen cada nivel cognoscitivo.

    d) A diferencia del Menn, el Teeteto se estructura como un ascenso, un ascenso dela bsqueda en el dilogo como una ganancia de la posibilidad cognoscitiva. Sien el Menn, el movimiento entre los niveles cognoscitivos muestra unadegradacin que en cierta manera es el reflejo invertido del smil platnico de lalnea , en el Teeteto tiene el sentido de un aprendizaje porque se ejerce

    745 Hay una cierta unanimidad en reconocer los cuatro niveles establecidos por el smil. LAFRANCE

    (1981) 173, que acepta in toto la explicacin deductivo-cartesiana de ROBINSON (1953), CROSS-WOOZLEY (1964) 249-254, y CORNFORD (1965) 93-95, unifica esta gradacin desde la certeza comomotivo dominante del smil y la transforma en una determinacin sobre el bien y su adquisicin intuitiva.El smil pasara sobre los segmentos inferiores de la lnea porque el dominio sensible y el inteligible secontraponen ontolgicamente como la copia a su modelo. Pero esta interpretacin sumamentegeneralizada -objeto de un recomendadsimo correctivo efectuado por GONZLEZ (1998) 209-245- nocapta, a nuestro juicio, el momento en que lo que sea el conocimiento se origina y en nombre de qu. Haytres razones decisivas: 1) las dos primeras cisuras que conforman el continuo visible estn determinadaspor una relacin modelo-imagen que no es ontolgica sino gentico-cognoscitiva; 2) esta estructura sereproduce exactamente igual en el dominio inteligible: lo que se describe en el smil no es unadistribucin esttica de dominios epistmicos diferenciados, sino el reconocimiento de una funcincognoscitiva que separa la verdad de la no-verdad, la dxa de lo otro de la dxa; y; 3) la regla operativaconcreta de cada uno de los niveles no es su grado de verdad, sino la posibilidad de reconocer en cada

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    precisamente sobre la mediacin entre los diversos niveles. Para el lector atento,el alma del joven slo aprende a pensar como es debido reconociendo en cadacaso la mediacin de su propia posicin. Segn la estructura que hemospropuesto, este aprendizaje podra esquematizarse del siguiente modo:

    3) INMEDIATEZ MEDIADA:EL JUICIO REFLEXIVO SOBRE LA DXA (201c9-210d4)

    2) MEDIACIN DE LA VERDAD:UN LOGOS DIANOTICO QUE DISTINGAENTREDS VERDADERA Y DXA FALSA (187b4-200d4)

    1) INMEDIATEZ DE LA VERDAD PROTAGRICA:DX4(151e4-168c4)

    e) Es, pues, muy notoria la relacin que Platn establece entre el esfuerzo decomprensin que exige la cura socrtica y la propia fidelidad al dilogo paramostrar cmo se aprende a pensar crticamente. Este pensamiento es el resultadodel procedimiento maiuico, es decir, de un procedimiento dialgico orientadoa la verdad de la propia posicin discursiva. En el Teeteto, se trata de alumbrarla verdad del joven, de hacerle expresar su dxa manifestndola plenamente. En

    caso la mediacin cognoscitiva que ha sido omitida. No hay que olvidar que el smil se ha interpretadohabitualmente como un diseo ilustrativo del oratn y el noetn, al que se le ha acompaado el par decontrarios doxastn/gnostn, con las consabidas implicaciones ontolgicas de la teora-de-los-dos-mundos y su inevitable paralelismo con la distincin efectuada por Scrates entre el sueo de la dxa y lavigilia del conocimiento (476c-d). Sin embargo, la claridad de esta contraposicin es ms aparente quereal, como la separacin objetual y cognitiva presupuesta por la dxa de Glaucn y su problematizacinsocrtica en el argumento final del libro V. De ah que el smil, adems de leerse con la precaucindebida, deba situarse necesariamente en su contexto dramtico. Dicho brevemente: en la relacin entre losdiferentes niveles cognoscitivos no se establece un ascenso gradual del dominio ms bajo de lo visiblehasta el dominio de lo pensable. En el smil de la lnea, no hay objetos contradictorios, ni de grados, sinouna separacin de funciones, cuyo significado bsico se refiere a la relacin verdad-no verdad,hbilmente construida e ilustrada sobre el continuo geomtrico de una lnea, como aquella base comn ydinmica que permite vincular las distintas funciones cognoscitivas del alma en una unidad real. Vase miescrito La verdad del smil de la lnea la ha puesto Platn en el medio, de prxima aparicin.

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    jerga psicoanaltica, no es casualidad que escoja el alma del joven Teeteto; eligeun alma que vale como tal, que, por s misma, va a hacer el gasto de ladialctica. Pero si lo hace, es porque Platn tiene cuentas negativas que arreglarcon la paidea protagrica y positivas con el esfuerzo dialctico del que sedispone a juzgar. En ste, la posibilidad de una toma de posicin diferenciadatiene lugar en la contraposicin entre la inmediatez discursiva de la dxaprotagrica y el continuo movimiento de mediacin de la maiutica socrtica.

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    CONCLUSIONES FINALES

    El objetivo de esta tesis ha sido describir el pensamiento de Platn a partir deciertos rasgos que constituyen el centro de su filosofa. Este centro se sita en laorientacin dialgica de su pensamiento. La filosofa de Platn, como toda formaretrica, est orientada hacia el lector y hacia su respuesta. Pero los estudios platnicosno slo han separado, preferentemente, la forma compositiva de la toma enconsideracin del lector, sino que no han buscado su influencia en los estratosprofundos del sentido y del estilo de los dilogos. Slo han tomado en cuenta losaspectos del estilo determinados precisamente por aquellos aspectos que carecen dedialogizacin, y que consideran al oyente nicamente como un factor que entiendepasivamente, y no como el factor que responde activamente. En general, la comprensinque permanece puramente pasiva, puramente receptiva, no aade nada nuevo a lacomprensin del logos, sino que lo duplica como si tendiera hacia su lmite, hacia lareproduccin plena de lo que ya ha sido dado en l. Por eso, la toma en consideracin detal comprensin por parte del lector no puede aadir nada nuevo a su logos: lo deja ensu propia perspectiva, no lo saca de su determinacin previa; es siempre completamenteinmanente a su discurso, y no rompe su dxa.

    En los dilogos, toda comprensin es activa porque est indisolublemente ligadaa una respuesta. En cierto sentido, la eficacia del dilogo depende de esta respuesta: creaun terreno propicio al entendimiento (nous) y lo dispone activamente mediante lainterposicin de una distancia. Por eso, la orientacin hacia el lector esfundamentalmente una orientacin contra la dxa; introduce en su logos un elemento dediscontinuidad. Nuestra tesis es que debemos concebir sobre este fondo el ataqueplatnico contra la dxa. En Platn, la dxa jams contrapone su propia perspectiva allogos, porque siempre se encuentra ntegramente en l y, de esa manera, no puedeconvertirlo en objeto de comprensin. En consecuencia, le es dado desde su interior,

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    aunque la dxa no sepa nada o, ms precisamente, no quiera saber nada sobre el modoen que el logos est involucrado en ella. Puede parecer, incluso, que en este caso lamisma palabra "logos" pierda todo sentido porque en la dxa se niega todo plano decorrelacin dialgica. De ah que no sea casual que en todo dilogo platnico losdiferentes lgoi deban cruzarse entre s de manera variada: lo esencial es ligar la dxa atravs del encuentro dialgico con sus propios lmites y, con ello, confrontar al lectorcon los lmites escenificados de su propia posicin.

    Esta confrontacin es uno de los componentes claves de la distancia interpuestaen los dilogos de Platn: al configurar la dxa, el lector logra anudarla consigo mismo.Pero para captar la dialctica de este encuentro hay que tomar en cuenta el hecho crucialde que los diferentes lgoi se escenifican sobre la mimesis de una situacin determinada.En Platn, la verdad se encuentra precisamente en la intencin de la mimesis, por lo queel lector no debe pasar sencillamente por alto el significado de la escena: la clave est enque Platn la empuja hasta el punto de su autorreferencia, es decir, hasta el punto en elcual resulta obvio de que su nico significado es la intencin de que el lector tome encuenta la dxa en su verdad. En el punto en el que la posicin de enunciacin de la dxase confunde con la verdad, la escena platnica es capaz de devolverle al lector lasignificacin literal de su mensaje. De ah que resulte decisivo retener estos dos puntos:1) Que la verdad de la dxa surge de acuerdo con la escena, en la medida en que ledevuelve su propio mensaje en forma invertida y: 2) Que el di-logo une lo que, en ladxa, est separado (logos), produciendo as una totalidad que el lector deberecomponer, tal y como sta se da en y por el nous.

    En esencia, para Platn, la filosofa consiste en generar a travs de una escenadialgica la capacidad notica necesaria para circular en el interior de una totalidadque debe ser reconstruida. Esta es la primera conclusin que pretende haberevidenciado nuestra tesis: el pensamiento se ordena en Platn a partir de una lneademarcatoria bien distintiva, la que separa el saber que se sabe a s mismo del saberpresuntamente comprensivo que cree saber. A lo largo de la historia del pensamiento,esta frontera adoptar las figuras ms diversas, los trminos que contrapone se definirnde maneras bien diferentes, pero esta idea tendr un carcter programtico decisivo a lahora de interrogar la naturaleza del saber. En el mbito del pensamiento griego, estafrontera se formula inicialmente en Parmnides, pero se reencuentra en Platn a partir

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    de una distincin que no contrapone la dxa ("parecer") a la epistme ("lo-que-est-fjado-sobre") sino la dxa al nous ("comprensin").

    En este punto, tiene una importancia crucial la dimensin dialgica delpensamiento platnico. El papel del dilogo consiste, prioritariamente, en disolver ladxa. Pero aqu cualquier homologa entre el procedimiento de Platn y el de Scratesrevela sus lmites. No basta con trazar un paralelo y afirmar que Scrates combate laconsistencia de las sabiduras aparentes (doxosophas) que circulan por la ciudad,mientras que la escritura platnica pretende inaugurar una nueva forma de pensamiento(mthesis). Lo que hay que hacer es definir el mbito en el que ambos se superponen: lahomologa entre Scrates y Platn se funda precisamente en la apertura de suposicin(la cual, por supuesto, debe identificarse con la posicin dialgica, cuya relacinrespecto al pensamiento es de naturaleza reflexiva). La clave indicativa de estaposicin se puede reconstruir a partir de cuatro planos, que coinciden con los lugaresplatnicos que hemos comentado: 1) la sophrosyne (Crmides); 2) la arete (Menn); 3)el deseo del Bien (La repblica) y; 4) la phrnesis (Teetetoj. Los cuatro giran en tornoal mismo problema estructural: el de ubicar una d