cuentos y pastiches

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Introducción Diminutivo Dos arcos horizontales de formas rígidas, se trivializan en curvas, culpa de copos de la tierra prestos al polvo. Aparecen invasivos los aullidos del deseo visceral, que dan pretextos a mis delirios. Un juego: Para volver en impulsos irracionales Hay que anticiparse las líneas de un cadáver exquisito dejando al cuerpo apenas vivo. De las opciones sobre el sendero intermedio, sin rastro, sin marcas, ni distancias, ni reglas; el prado de posibilidades inagotables. No es la meta. No es la llegada un éxtasis, sino cada paso de elefante. Esta es mi consigna Será, vida diminutivo y de pronombre no posesivo.

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Cuentos para explorar las técnicas narrativas, pastiches de caicedo y Edgar Allan Poe

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Introduccin

Diminutivo

Dos arcos horizontales de formas rgidas,se trivializan en curvas, culpa de coposde la tierra prestos al polvo.

Aparecen invasivos los aullidos del deseo visceral, que dan pretextos a mis delirios.

Un juego: Para volver en impulsos irracionales Hay que anticiparse las lneas de un cadver exquisitodejando al cuerpo apenas vivo.

De las opciones sobre el sendero intermedio,sin rastro, sin marcas, ni distancias, ni reglas;el prado de posibilidades inagotables.

No es la meta. No es la llegada un xtasis, sino cada paso de elefante.

Esta es mi consigna Ser, vida diminutivo y de pronombre no posesivo.

***

II.Estaba perdido el camino de razones respecto a las entradas de inteligencia emocional que imperaban para que el hombre fuera quien es en cuanto sus relaciones: Las ideas necesarias para encarar al mundo sin temor, supona una devocin en algo que me salvara al abordar un tema donde la razn no puede fundar algn tipo de ley universal. El cario puede ser un caudal de irracionalidad que constituye una buena parte del hombre. Esta es la inteligencia de la curiosidad manifiesta al acecho de lo que nos hace humanos.Es el menor de los tenores, el hijo de la incertidumbre y la hazaa, estaba en las historias picas oculto detrs de los jarrones y dentro de las paredes del muro; observaba a Atenea ojizarca engaando fatalmente a Hctor. Estoy aqu caminando sobre las calles desoladas, viendo aun estando ciego.Natural del sol: la capacidad de adaptacin, puede adecuarse a su entorno y a las situaciones en general. La homeostasis es un poder de los seres vivos que les permite amoldarse de la mejor manera posible a los retos que impone la existencia, incluyendo el clima, las sequas, la hambruna y los depredadores. No hay una razn certera por la cual se pueda dar cuenta de qu patrn siguen los cambios intergeneracionales, de individuos, y de sociedades activas; y tampoco si su movimiento va hacia un fin donde se alza la vida a cada paso para llegar a un culmen de la evolucin, o si por el contrario, los patrones de cambios son puro azar y aleatoriedad. En este sentido sera acertado afirmar y creer que los humanos se mueven aleatoriamente o determinadamente a travs del tiempo hacia algo. Y no es descabellado admitir que padecen de este sinsentido homeosttico que encadena la vida hacia la postergacin de su existencia o su auto destruccin.En los viajes sudamericanos me encontr en una selva que circundaban pocos pobladores en unas perdidas chozas pequeas. Llegu all interesado por una vieja tradicin acerca de los viajes astrales espirituales. Se prepara el cuerpo mental y fsicamente para el momento de la toma de sustancias ancestrales, como denominan los hombres externos de estas culturas a este curioso procedimiento. Se aproximaba la puesta de sol y una vez cumplidas las prerrogativas sugeridas por los jeques, meditamos con los nativos para estimular un punto del cuerpo no fsico, un punto externo del cuerpo material; ellos creen que es la manifestacin de un cuerpo etreo que contiene el espritu, y que si se libera el cuerpo espiritual del material por medio de este punto, fuera de la piel y los huesos, se podra viajar espacialmente. Hicimos las tres tomas de limpieza y de separacin de cuerpos, pasados unos minutos meditando sent como mi mente aumentaba su tamao. Nunca haba tenido en cuenta las dimensiones de mi mente, como ese saln oscuro donde las ideas aparecen de colores y donde mi imaginacin puede recrear los escenarios ms inverosmiles, ese saln se pone amarillo cuando cierro los ojos y a veces, si me esfuerzo, puedo ver una danza de colores y fractales zafiros, labraditas de varias capas de colores translcidos con fondo azul oscuro, salpicado de manchitas blancas y amarillas que titilan. Sent que mi mente se expanda con violencia; como si se elevara en algo que pareca ser el universo, despus, un naranja oscuro e incandescente se apoder de la concepcin hasta llegar a un tono ms hosco y finalmente oscuridad de ecos y luces uterinas. Por ltimo se apoder todo de blanco tan imponente como el tnel del limbo. Sent que mi mente se contraa de nuevo a un tamao como el de cuando hicimos la ltima toma y fui consciente de ello. Supuse que era una especie de aterrizaje.Inconscientemente pens en lneas rojas que contorneaban el agua que caa de una cascada de piedras marrones, si prestaba atencin en el centro divisaba un par de rocas simtricamente alineadas de un tono ms oscuro que se escondan bajo el espejo del fluido, me saludaban con una risa sincera tensionando el prpado inferior. Justo debajo de los penetrantes topacios se alzaban felizmente dos pmulos tersos que daban ganas de morder; hacia el centro eran ligeramente rojizos. Quera comerlos, me acercaba a ellos pero no los alcanzaba. Contemplarlo todo era un deleite. Haba algo que me maravillaba an ms, la base del epteto era engaosa, por momentos un poco ms curvada que en otras que la vea en punta, era una piedra tallada con paciencia por el paso del agua, pues el acabado era perfecto y el efecto visual me consternaba. Esto me condujo a pensar que as como la base por momentos pareca en punta y en otras ms curvada y menos pronunciada, as mismo lo que susurraban las piedras que soportaba el pequeo pozo, era inconsistente.No saba qu hacer con ello, los mensajes eran contradictorios y no concertaba si acercarme o alejarme. Tena ganas de baarme en el pocito que se formaba cuando descenda el agua, el encanto que me produca me forzaba a quedarme all sin esperar nada, slo por el deleite de algn da entender los susurros de ese lugar o seguir contemplando y entendiendo.Con el tiempo empec a ver dos trazos largos horizontales un poco ms arriba de las incrustaciones principales ms oscuras y debajo de donde empezaba a deslizarse el agua para caer, eran dos rasgos que hacia el centro eran pronunciados y un poco ms gruesos porque se escapaban hacia la parte ms externa cada vez con menos fuerza. Era de lo ms orgnico, sent que me empezaron a comunicar ms que las onomatopeyas y me di cuenta que el resto del compilado se mova sutilmente al comps de lo que dictaban estos juguetones trazos. Ahora no son tan tmidos. Me di cuenta que el carcter de la figura estaba all y se propagaba a travs del agua y el entorno verde hasta tocarme y encantarme. Estaba sin preocupaciones, pero no dejaba de ser confuso; persistan las ganas de irme y dejar de perturbar ese pedacito de armona con mi presencia y con mi hambre. Al paso del tiempo senta que le quitaba instantes de los que ella gozara ms que yo, pero el desinters me haca egosta, as que siempre queriendo ms, la miraba con el mayor deleite porque emanaba arte, inspiraba escribirle, contemplarle, siempre queriendo ms y temiendo que la afluencia del agua aumentara y me ocultara sin remedio. Porque era consciente que ella lo controlaba todo mientras yo apenas aparatosamente me poda sostener sobre las lajas hmedas donde se deslizaba el tiempo, mientras que el agua seguira transcurriendo fluidamente.

***

En la esquina del borde de la cama

Me gustaba sentarme al borde de la cama despus de apagar la luz y quedar sepultado en el otro mundo de sombras. El ejercicio era abrirme paso entre estos nuevos entes; las extensiones de las cosas, escuchar la madera respirando, los carros rugir en jauras, el movimiento de la noche. Encontraba en resquijos las maravillas de ser noche, camaleonizarme entre el silencio y los gatos. Nada puede sorprender a nada. Nada atenta contra el medio que lo contiene.En esta esquina me senta como en un acantilado, un desfiladero de pulgas suicidas que con suerte, la ropa del da amortiguara sus vuelos tenaces. Detrs de las columnas, las escaleras infinitas y puertas que resguardaban susurros y vigilantes de las sombras con las que jugaba, contbamos historias de zumbidos y componamos sinfonas complejas con los errores de mis pasos sobre el suelo enmaderado. Todo esto era hasta que crec y en especial, que empec a dividir me en el que acta, el que siente y el que piensa.Me haba adoptado ese lecho simple y perfumado. Las sombras estaban pervertiendola, le enseaban a surcar marrn y amarillo; para ellas no eran sino gris. No fui capaz de adivinar cunto tiempo llevaba ah en medio de esas cuatro paredes repitiendo como si estuviera tocando un estudio para viola. Lo nico que sonaba era cmo afinaba su garganta con un conducto que diriga directamente donde almacenaba todos los males que puede haber en una mujer. Todo ocurra mientras miraba sin luz un espejo. Ella saba que la estaba mirando porque mi respiracin cambi de pesada a callada y suave. Forjamos a travs del espejo sin luz la vergenza y desespero que solo puede unir a dos personas irremediablemente sin una causa aparente, o incomprensible para m. Nos miramos eternamente grabndolo en el espejo sobre espejo atravesando y rebotando en otro espejo. Me acerqu a ella temiendo que la habitacin implosionara y todos los males salieran de ella rompiendo los vidrios del cuarto.Recog lo que pareca ser ella, intercambiamos un par de palabras inspidas, irrecordables, y la envolv con mis brazos a manera de cuerdas sosteniendo que derramara esa mierda. Ella hizo algo similar, pero para no rodar hacia el suelo y se desprendiera su cabeza mutilada. Empezamos a hacer un intercambio. Despus de eso me es imposible entrar a este mundo de sombras sin la sensacin de que se me caer un poco de negro viscoso azufroso. Por eso ahora slo me siento muy precavidamente en el desfiladero de las pulgas a pensar. Me escurr hasta que me encontr en posicin, me cobijaba la incertidumbre de qu pasara durante la noche, contra quin ser la prxima golpiza y con cuntos muertos me habr acomodado en diferentes posturas. Reposar en la agona y la imaginacin, desolacin y desnimo. Que yazcan sobre el lecho mi existencia y por ocasiones tambin la razn de mi existir, atada en un escudo que por las noches se forja, en esta misma esquina de mi cuarto sin espejos donde trato de cuidar y no derramar esa podredumbre milenaria.

***

Renata

Renata, rata. Marroncita y ms bien grande y de ojos rojos, como dos gotas de sangre antes de esparramarse, y as con un brillo. Pasaba rpido, la descarada, por el pasillo. Cuando pensbamos que se haba ido o tragado el veneno que le ponamos debajo de la escalera, volvamos a ver como a los tres das que se paseaba frente nosotros. As fue un buen tiempo. Una vez mi abuelo la vio que se qued mirando el televisor, mire, mire como se queda burlndose de nosotros, se levant de golpe y antes que llegara a la puerta que da con el pasillo, ya ni se oan sus uas contra la baldosa, y el pisotn. Mi abuelo le hablaba en la casa cuando escuchaba ruidos que no sabamos de dnde venan. Tena una relacin extraa con los animales, contaba historias de su caballo Diablo que slo se dejaba montar por l. Una vez se meti una paloma al estudio y no la pude sacar, que haba que temerle ms a los vivos que a los muertos, que no sea bobo, que vea una palomita se saca as sin asustarla, que vea tan bonita la palomita. Que s abuelo pero cjala usted. Una tarde la llam Rebeca no s por qu, qu rata, despus le cambi a Renata, Renata la rata que no mata, qu anda haciendo, qu ser lo que suena por all debajo de la escalera. Haba una tienda en el primer piso donde vendamos pan, dulces, cerveza, cigarrillos, el chance, gaseosa, paqueticos, papel higinico, gilettes, todo lo que usted quisiera, pilas. En la maana encontrbamos las bolsas de las mogollas rodas por Renata. Ya daba rabia que adems se comiera lo del negocio. Esa noche me mandaron a cerrar las puertas del mostrador para que no se metiera Renata, me daba miedo porque el primer piso era oscuro y esas puertas metlicas medio oxidadas, que se deslizaban hacindole fuerza en tres puntos distintos, uno con la rodilla, dos con el izquierdo y tres con el derecho, a pujar. Renata la rata me haca guardia, uno nunca sabe que tal lo muerda y le prenda la rabia o la angustia, por eso yo andaba tan precavido, pero lo cierto es que me asustaba el estruendo del mostrador, y una rata en la noche por ah en el primer piso. Despus que me pas la gevonada con Renata, y con un par de calvazos de mi abuelo. Cuando iba a coger arequipe a escondidas antes de dormir a la tienda del primer piso, vea un par de goticas de sangre a toda velocidad cuando bajaba las escaleras para el primer piso. Renata, Renata, no sea tan rata que vengo por mis buenas noches. Hicimos un trato y a veces le dejaba moronas de mogolla por ah en el suelo, eso s, le dejaba bien cerrada la puerta del mostrador para que no se comiera las mogollas de la tienda.La odiaba igual, esa Renata, que se fuera, que me daba asco que yo tuviera que ser el que la recogiera cuando callera en la trampa esa que les aplasta la cabeza, que se comiera el veneno por boba y la tuviera que levantar tiesa, o cuando quedara por ah ya muerta sin ver televisin, sin vida, sin brillo en esos ojitos rojos. La odio Rebecca, esto, Renata, igame bien. Que me da miedo, pero su cara de ratica, solo por ese par que me haca pensar que lo nico malo que haba debajo de la escalera era ella y por eso le daba esas moronitas. Despus conoc a Acenet y eso s que da miedo, y me di cuenta que a los medio muertos s hay que tenerles miedo, pero eso es otro video. Despus te lo cuento, Qu salgamos y te lo cuente?A tomar caf?,Qu el viernes?, bueno, me parece. Pero nena si ya te vena diciendo, bueno, bueno, el viernes que como que har frio y est bueno para tomar caf, o vino. Bueno, el caso es que Renata un da simplemente no apareci ms, tal vez por culpa de Acenet. El viernes te lo digo, vale? Qu t pagas? Vale. Yo a t, gracias. S tranquila, entiendo que tienes que ir a pintarte las uas, vale, ten buena tarde, chao. ***

No aceptar una verdad es aceptarlas todas en cuanto posibles. Negar la verdad es reconocer que lo mo ni lo suyo es verdad, pero puede serlo, y que a la vez ambas o todas- pueden ser falaces. La mera estipulacin de sus ideas abren la puerta a un mundo en el cual se pierde antes de entrar, o se empieza una carrera espumeante rio abajo en la que se corre el riesgo de naufragar, llegar, llegar incompleto, o completo a la desembocadura del mar acercndose o muriendo en el intento enceguecedor por querer aprehender algo. Las oportunidades son las irremediables perspectivas en las que se aleja del objeto en s, representadas en puertas sobre un pasillo de tapete satinado color rojo que recorremos constantemente. Podemos crear puertas en otros pasillos que desconocemos. O incluso crearlas en el nuestro, esto es, cuando apetecemos algo y transitamos en direccin hacia ese lugar deseado para apreciar una perspectiva entorno al objeto. Encontrarnos puertas abiertas donde se evidencia la libertad de cada quien entro, sigo de largo, la cierro? Si no tiene opciones, empiece a cuestionarse.Hay posibilidades cerradas con seguro e inaccesibles. Usted no puede chasquear los dedos en este momento y brotar fuego de entre sus manos, en unas reglas de juego cinematogrficas o artsticas s podra. Nuestros pasos son constantes, y aunque por momentos nuestro ritmo vara y el pasillo se angosta y desaparecen las puertas, Cronos nos obliga a apoyar nuestro peso en el siguiente pie; en esta medida y aunque las puertas se abren y se cierran la mayora de las veces sin nuestro consentimiento, es sensato pensar que el recorrido superado a travs del pasillo es camino intransitable, sin Us ni retornos. Puede que haya puertas con empuaduras similares cada cierto tiempo, o que la forma de la ranura de la llave sea similar, incluso, con ms frecuencia de la que se cree, que la misma llave abra varias puertas. Y en la ltima puerta del pasillo, esperando detrs de un ojo mgico, paciente, la cuenca infinita a la que muy pocos desean ver.Tiene que ser avisado y astuto. Si se fija en los detalles estar atormentado por cada trazo disparejo, y si generaliza a la vez que comparte el viciado sentido comn, su transitar ser tan insulso y repetitivo como un pan viejo del cual se reparten migajas para todos. Estaremos dispuestos a repetir, si fuera necesario, lo mismo eternamente de manera distinta. Si cada vez es un color intermedio entre la verdad y la mentira; y si encontramos los olores vrgenes que slo se huelen una vez: encontrremos nada. Sin palabras, sin ttulos y sin resultados, tal vez ideas y sentimientos amorfos que por ah anden entre el recuerdo y el olvido.Lo evidente apaga el instinto y la pluralidad, adems aleja el contenido del receptor, lo vende como algo definido que es. Que sea nuestro y no sea. Lo incierto tomado a la ligera se transforma en una colisin estelar imperceptible que va por ah flotando para nadie y para s misma. No hay garantas, no hay reglas ni moderadores. Hay rabia. Pero la buena. Nos gusta jugar a ese juego de imposibilidades abiertas y nadas determinadas. Nos seduce alejarnos de lo personal y oscilar entre matices de lo que ni sabemos que es. Nos gusta provocar, caernos y emborracharnos y perdernos; al igual que nos place atarnos con grilletes inolvidables. Esta es nuestra esquina en esta tierra sumergida. De la ocupacin y el gusto no florece disposicin ni tiempo. Emana olvido, y en este caso tambin confusin y curiosidad. Ser el ltimo llamado a la puerta, con todo gusto y pena para no molestar o molestar, que an nos parece muy simptico. Ya queremos continuar hacia all, o seguir adelante (si invita a seguir). Por este lado est atractivo, si quiere venir ms bien. Si no, pues no, no lo dudamos, hay iniciativa, s. Que por ac nos distraemos con acabados que llaman nuestra atencin y nuestro tejido pasado que no es presente que se acomoda a lo que sigue que nos est apasionando. No le mentimos, ni mal ni bien, ni nada, no esperamos, pero pero. Que siga y se sienta, si se le ofrece algo que si se muri o si comi hace poco o si no le apetece y est bien. Si no sabe, que s pero ms ratico que le de hambre, que s sabe, que no importa, que todo bien. Presento el pretexto en el texto. Charlie.

***

Acenet

Pens en pinceladas carmes vibrando sobre el contorno de una guitarra, sobre lo grabe. Haba sido tallada con pulso asesino y alargada para pararse transversalmente en un espejo. Como cemento en la interseccin de la cuenca hdrica, alguien haba usado arbustos de cerezas venenosas y lo que contena los ahogados estaba encerrado en una piscina rstica haciendo el efecto visual de ser angular o curvada Qu hacer? No hay caso. Este zumbido de las moscas sobre el agua, qu irritante; malditos gatos ronroneantes, que coman.Era el cuerpo guitarrn arrastrado por la plaza ocupado en bajar y subir conforme las olas de las nubes y el pavimento. Me hasto hasta que me habla Narciso, as como siempre, Hueputa! Morir ahogado siempre me ha asustado, pero despus de tanta quietud sera un placer porque estara consciente de que ella lo controlara todo mientras aparatosamente me sostendra sobre las lajas hmedas viendo el tiempo deslizarse entre mis pies. Con la parsimonia no hay caso, la repeticin embrutece y desanima. Que lo intempestivo se lo coja. La isla desierta, qu vaco No?, hay que cambiar de rutina. Que se levante, ya hubo tiempo para contemplar. Ahora s. Si por mi corta vida pretendo virar algo distinto al absurdo smil prefiero prefiero que eh. Prefiero que sea claro, si me quiere hacer entender algo que lo haga, que lo grite o me sarandee como el nio que soy. Ya me distraigo, por lo menos las nubes se mueven, eso no para, no se para el tiempo. No soy una piedra, no separa el cielo, no s, para cielo, no s cielo, Goodbye blue blue Sky, Cielo. Que se desplome si lo desea. Ya nos separa el cielo.Hay pjaros; dando vueltas, a veces veo sus cadveres en el suelo, tiesos, que asco, no dudara en echarlos a ese pozo para que estuviera maldito. Barba Negra encontrara algo interesante, ya lo vi y no puedo tallar en una piedra, no me da la paciencia. No puedo gritarle ms de lo que he hecho. Si puedo, pero, eso es lo que no tendra caso hacer, ser que respondera con ms susurros inexplicables. No? Que se quede calva mueca y tiesa tambin. Ya lo era, pero que embriaga. Me dan ganas de nadar, y nadar como Gump que fue y volvi y volvi a volver, todo con los mismos pares de tenis, a ver si as me limpio de esta monotona. O no s No? Que me quede?, me tienta, me tienta. Ya me fui. Sabe? Que se levante, que se desplome o que se quede ms tiesa. A ver si aun as sigue pareciendo tan simptica. Mejor una loba que me arranque a pisotones los labios reventados. Que tenga que correr de alguna oportunidad para afilarle los colmillos, algo, ella se mueve, no parece. No hay que dejar escapar la oportunidad. Con el momento preciso se sabe nada, nadar sabe? Una piedra siniestra sera algo as como Platn, sera mineral, planta y aire. Pero no hay tanto tiempo. No cuento con ese tiempo. Hasta una loba en el peor de los fros sera ms amigable y eficaz que la isla tropical ms desierta de mi entendimiento.Lo tengo controlado, me he jodido mucho por eso, pero ahora veo con claridad. Me desanima pero ya qu, as tena que ser. Recuerdo ver a la altura de mi frente las pecas de Gabriel y de un momento a otro sobre m dos lneas de la base de su abdomen, qu delicia sentirlo todo adentro. Era muy brusco pero lo amaba porque era mi primer todo, era una nia que con l estaba completa hasta que me traicion con esa zorra. Pero sus pecas y su abdomen, y sus brazos, del hombro hasta sus manos, nos cruzbamos los dedos, qu rico, como le rasguaba la espalda, y me tena, Gabriel baja un poquito, que rico Gabriel. Santiago qu ilusin, pero sus labios delgaditos y su barba que nunca toqu, estuve cerca, pero recre mi juventud, se fue, pero que rico tus dedos Santiago, as Santiago. Esa piel morenita y el pelo negro. Ay! Jueputa! Qu rico Gabriel! As. Ms, ms! Ya no es lo mismo, cmo te extrao Aurelito, ya vendrs. Que la Santsima Virgen te cubra con su Sagrado Manto y te resguarde de todo mal. -Aqu te espero-. Si estuvieras siempre con nosotros, verdad que el uniforme. Cuando te pensiones ser distinto, no falta mucho. Llegas el sbado en la tarde o en la noche?, verdad que depende de las lluvias. Llega. As ests ac no sentir lo mismo ser por los aos? Ni me acerco a los cincuenta ser que es frigidez por la edad? Mi amor, es que ya ests viejito. Pues ni tanto, pero es que con esos militares no se sabe, en cambio el muchacho que trae las papas, ese que todo el da debe estar cargando bultos y costales, y dando vueltas en esa bicicleta. Que Dios me perdone! La leche est muy caliente. S mi nio, tmate la lechita, ya te la enfro, ya est fra.Si todo lo que sent pudiera ser tan real por siempre, si todo pudiera ser tan bueno otra vez, lo nico que te pedir es que tienes que prometer que no parars aunque te lo pida. Creo que no me he parado. Estaba ms bien rota, o no s. Eso no era placer, pero que verraca esa Acenet si es que no aprendi y sigui metiendo la pata, abrindolas ms bien. Pero que me meta algo porque las manos ya no me dieron para aguantar ms. Esos militares. Pero me cas que Dios me perdone Aurelito!, ya fue, qu pereza. Fue la misma vaina una y otra vez. No es vida si la muerte es la salida. La misma barca de siempre. Run Ruuun Desplieguen el armamento! Chuc-chuc uun! Al suelo amigos! Pum-pum-pum Ho, no! Prate amigo. Por Colombia! unnn Ya voy mam. S mam?, dos libras de carne? Yo le digo que es para doa Eva, que sin gordos y finita. Ya vengo. un-Run. Que dos libras para mi mam finita y sin gordo, gracias. Run, ruuuun. Que mira mam las vueltas y la carne, que voy a jugar. uunn Mamita, ser que el to Aurelio si me trae los avionsitos del ejrcito? Que rica est la sopa mam. Cuando sea grande ser el avin que lleve al presidente. Hasta el sbado? Pasarn por encima de la casa como 100 aviones antes de que llegue. Estaban muy ricas las papas, gracias mamita. La palomita querr arroz? Le voy a dar su comida, pero las palomas explotan si vuelan y las coge un avin, y luego va su familia de palomas y se hacen pop en las ventanas de la mam del avin. Cierto que la mam se pondra furiosa? Y luego empezara a volar para perseguir a las palomas. Oh, no! Las palomas pelendose con los aviones.Mami, y las palomas cuando explotan y las coge un carro o un avin, Cierto que se vuelven blancas y vuelan ms alto que nunca con papito Dios? Como el paraso es perfecto no podra ser mejor, sera inmejorable e inmutable. Sera eternamente el mismo pedazo de nada. Quiero caer ms abajo que abajo para no subir donde lo ms predecible e inmvil de seguro me espera. Tiene sentido que si mis decisiones, mi realidad, me han llevado casi determinantemente al fro filo de este sufrimiento lo asuma como mo. Pues me apropio del bullicio y la tristeza porque soy el ruido que zumba cuando solo se escucha la propia respiracin y la sangre pasando por el tmpano. Ni sacrificio, ni evolucin ni ventajas, nadie merece nada, alguien no merece algo. Ni mierda. Sin sufrimiento ni inters. Me caso con mis decisiones porque s, porque nadie entender, sin nombres, porque admitir algo es admitir lo siguiente, y lo siguiente se aleja de la misma percepcin social donde todos empezamos. Aqu es la nica vez donde importa ms el resultado que el proceso. De resto ellos se pierden dichosos en sus fantasas sociales encontrando como nios la pelota que antes patearon al techo. El error sera errar, pero imposible errar cuando siempre se quiere ms, ah si hay lmite. Si no tuvo el coraje para asumirlo, o tuvo la firmeza para asumir eso. Los disparos volando, el estruendo y verla a ella tiesa ah en el piso. Acenet, adis. Antes de dormirme y despus de despedir la conciencia, no s si por el tinto, o por lo que haba visto. Quiz era el pretexto que se me haba atravesado o me le atraves en el pretexto. Ya se me olvid. Quera nadar en el olvido, por eso se me olvid todo. Quera huir y correr del azar y la predestinacin y me encontr con el destino formado por m mismo.Que lindos los avioncitos to Aurelio, No mamita? Ya me haba aburrido de los de papel. un, que menos mal lleg to que lo estbamos esperando, qu palo de agua el que call en la maana. Permiso to, bajar a jugar, chele aj a esas papas para que le sepan bueno. No le har ruido a la ta Acenet mami. Run Run Subirn el tren de aterrizaje! La ver como detrs de la ventana y el cuarto como oscuro, estara de pie y me ver jugando. Usar su camisn blanco hasta los pies con las manos al frente extendidas como haciendo una plegaria. No ver cmo es el rosario. Tendr el pelo recogido y simptica que me parecera siempre. Me sonreir as un poco oscuro de ese lado y ms clarito de este lado. Pum! Se call y se hizo la luz, me tembl todo, le sali por la espalda en una herida que pareca una picadura de zancudo, una de nueve milmetros que revot en la pared y se meti debajo del escaparate, era lo nico que se escuchaba despus del relmpago. Mi to vino corriendo a ver qu pas, plido. A escuchar las ltimas palabras de su difunta esposa Que Dios me perdone! Se dispar en el pecho y no hubo tal charco de sangre como pens que debera ser. Qu tristeza, claro, pero pues nunca me atorment, no lo pens mucho a lo largo de mi vida, no creo que me haya afectado tanto como a Rafa le afect ver as al Pana. Esa se la cuento la prxima vez que nos veamos.***

A Sara

Ciudad,Febrero de 2015Estimada Sara.

Para algunos, los milagros son actos que no esperamos venir ni podemos explicar. Actos como desayunar o amarrarse los zapatos, un terremoto, una reaccin de una persona por un comentario, etc., todo son sucesos a los que adjudicamos valores, as es como decimos que algo es bello o desagradable, desastroso o milagroso; les adjudicamos valores a los fenmenos. As es nuestra forma de interpretar el mundo y darle sentido, as nos acercamos con cierta disposicin a las cosas que suceden, gracias a los estados mentales referidos hacia un objeto que manifestamos en adjetivos. Todo esto, mi estimada Sara, para describirle mi estado mental, respecto a un suceso que tal vez se imaginar. Una vez un hombre empared a su esposa y su gato en el stano de su casa. La mujer, muerta por un hachazo en la cabeza y posteriormente descuartizada por la misma mano, que no se percat, que el gato esperara el momento justo, ah en la pared, quien sabe para qu. Lo interesante de esto es el devenir, bien pudo el gato pasar sus siete vidas dentro de la pared o pudo ser el astuto As bajo la manga de la justicia divina que determinara que el hombre se culpara y responsabilizara del crimen. En este caso, fue el gato la pieza clave para dar con el horroroso paradero de la esposa e imputar un culpable.Si el mundo tiende ir hacia ese bien, y de mantener un equilibrio yendo y volviendo sobre lo que sucede, es una opcin que para muchos tiene sentido. Esto implicara cierta motivacin positiva para obrar correctamente porque as quien haga lo correcto sabr que le seguir lo correcto, que volver para s. Y por consecuencia se propende fuertemente a esperar algo. Aplicando este inters tico en una sociedad que se mueve en el dinero, no es de esperar menos que la mayora de las personas manejen cierto inters constante e implcito en el intermedio de sus relaciones, bien sea monetario, afectivo, o material. Tambin sucede que cuando no reciban devuelta aquello que queran, estos individuos, se frustren, porque se rompe la corriente dada por la costumbre del dar y recibir. El inters hacia algo, es una de las fuerzas motivadoras, un fin puesto por uno mismo, es impulsador de las siguientes decisiones para lograr ese fin. El inters tambin puede entenderse como la dualidad moral en la que una persona no acta sinceramente y, en el fondo, maneja intenciones distintas a las que manifiesta superficialmente.Que me mam, jueputa vida! Me mam de esta mierda. No, qu pena, no es contigo querida Sarita. Lo que pasa es que a veces algo transgresor que sale de detrs de las orejas me pone a fruncir el ceo y odiar esta realidad. El video es que tampoco es por el lado contrario, la vez pasada con un amigo dijimos que el desinters es estpido, imprctico, e inhumano. Y bueno, una especie de abulia, o desinters respecto a muchos de estos aspectos concernientes a la vida misma, como que tampoco funciona; si bien es un camino de tranquilidad, es demasiado cauto y quieto, y para mi gusto, aburrido. Me gustaba ms cuando me le lanzaba con rabia a ese coloso social. En ese sentido, habra que estar poniendo simplemente un pie en el camino, y empezando a caminar. Y qu, de burbuja en burbujita vamos saltando y fundiendo uno de dos y dos de uno, si fuera irreal por siempre... Me desvas, a ver si llego. Bueno, ese es un excelente punto de partida. Es eso, un desvo, me desvas, como que das ganas de ir y volver, y volver a ir; ser de todas formas siempre distinto, no es nada lo mismo, casi me resigno, pero que va, peleo contra m mismo, y contra algo que probablemente ni exista, pero quin sabe. Si se reacciona a una accin, va a ser en sentido opuesto, pero por el mismo camino intencional por el que fue lanzada la primera accin: re-accin. Ms bien accionar por otro camino respecto a la misma situacin sea una mejor alternativa. No accionar y reaccionar, sino accionar y accionar distinto. Si el gobierno es violentamente injusto, ser justo violentamente. No!. Si el gobierno es violentamente injusto, no ser ni justo ni injusto, ni violento ni pacifista, ser distinto, no s cmo, pero distinto. Con cunto quieres romper nia? El fin no importa, vale huevo. Qu hay frente a nosotros? No es el fin sino el camino, entonces para qu nos ocupamos ms de lo primero que de lo segundo. A veces te odio, mujer, te emparedara o incluso te robara toda la vida en un retrato, a cada pincelada hasta que dejaras de existir. Si no es de todo lo que la nada se compone, ni de los tres encuentros previos inexplicables, casi milagrosos. Me pones, me puse ms bien, en una situacin complicada. Pero ya lo resolv. El prximo sbado en la noche nos vemos, vstete ms bien formal que te voy a pagar la apuesta.PD: Por favor dime si el Sbado 21 de febrero de 2015.

Que la quiere, Su queridsimo Arturo. ***

Ourglass

Y no tengo fuerza pa decirte que no, pero si no te das cuenta, si yo me pierdo ya no me puedes buscar. You make me feel so high

Ya estaba siendo parte de mi costumbre revisar las notificaciones de las redes sociales porque, por esos das, un da a la semana Maria Juliana me dejaba mensajes de lo que pensaba, de la msica que escuchaba y de las retorcidas banalidades a veces poticas que conformaban un imponente lugar en su monlogo interno. Ella me haba buscado y encontrado, con el tiempo me di cuenta que haca parte del crculo social de un buen amigo mo y que por sus expresiones, era calea. Aparte de eso no tena ningn tipo de informacin acerca de ella. Nunca la haba visto en persona, ni haba escuchado su voz; si apenas tena un par de fotos de ella y las ideas que me poda recrear a partir de lo que me escriba, era literalmente mucho.Para ese da me haba contestado con La Melancola, de Alberto Durero y con la cita del primer prrafo de Berenice de Poe: La desdicha es mltiple. La desgracia, sobre la tierra, multiforme. Desplegada en el vasto horizonte como el arco iris, sus matices son tan vivos, sus matices son tan varios como los de este arco y tan distintos y tan ntimamente entreverados. Desplegada en el vasto horizonte como el arco iris! Cmo he podido derivar de la belleza un tipo de fealdad? Y cmo de la alianza de paz, un smil de dolor? Pero as como en la tica el mal es una consecuencia del bien, as, de hecho, de la alegra nace la pena. O el recuerdo de la felicidad pasada engendra la angustia de hoy, o las agonas que son, tienen su origen en los xtasis que pudieron haber sido.

El marco del reloj de arena sobre la mujer alada de La Melancola me pareci demasiado pesado, como que su sombra estaba ms prolongada de lo que se pensara, o esa impresin me dio. Y pens en Berenice como treinta y dos piececitas de marfil desparramadas en el suelo como una golosa conducindome hacia una historia un tanto curiosa.

Somos predecibles, que deba contestarle fingiendo haberme esforzado escribindole algo, pero que va!, como si no bastaran un par de palabras bien puestas para que se engaara a s misma pensando que lo que le escribira tuviera un grado de esfuerzo, de esos que desvelan y se leen con el ceo fruncido. Como si no me hubiera enviado por casualidad un instrumento de tanta intriga para m como un reloj de arena frente la escena del Durero. Este no era el caso para hacer un drama con todo por estpido que fuera, ciertamente ignoraba lo que llegase a pensar concerniente a m, as que arriesgu una historia que me cont una seora en el pramo hace ya varios aos y que incluso an no me logro explicar del todo a pesar de que soy bastante racional y escptico. Que esos aos de peregrinacin sobre llanuras y cadenas perfumadas han pasado superadas bajo el concepto de lucidez en un grado digno de considerar normal.

Esa noche le redact a Maria Juliana lneas incipientes que ahora me avergenzan, pero que acepto como mas:

>> Que el mal existe, que hay ruidos, susurros trenzados detrs de paredes recordando tu nombre. Estabas aqu, y sigues aqu bella, compartiendo estos cristales conmigo. Te invit a seguir y un lienzo con tu perfil sombreado se impuso en este cuarto trepando hbilmente la pared. Cuando me mira, no pienso en otra cosa sino en rematar con los colores de la venus original, mi madona, mi mujer alada y pensativa llena de melancola. Si no fuera solo en Oniris donde tengo el placer de ser mar y conocerte las piernas, de surcar juguetonamente tus lisos negros y mecerte hasta que me canse de mirarte las comisuras.Sobre la orilla escurre como residuo de la ola, un recuerdo que viene desde los confines del mar; donde la palabra huracn es un despropsito.rase la noche dura de la madre que me dej pasar en su casa. Estaba situada en medio del pramo. La neblina no dejaba ver ms all de tres pasos alrededor, el frio ya iba por el tutano y la hospitalidad de la seora contrastaba con sus maneras toscas y melanclicas. La casa no muy reciente fue levantada en una mezcla de barro y concreto artesanal ayudada por vigas de madera por las manos de la seora y su esposo.Habiendo camino y nuevos pasos, a pesar de la neblina y la llovizna perpetua, pasada la noche de descanso, tombamos tinto con la madre. Pensaba partir pronto, pero no sin antes preguntarle a la matrona en el desayuno, sobre la llegada de alguien la noche anterior. Debido a la intensidad del fro no poda conciliar el sueo y escuch unos ruidos esa noche. Hasta el momento, a pesar de que era temprano por la maana, no haba visto a nadie en la casa durante lo que haba sido mi estancia hasta ese momento en la finquita de pramo. Qu escuch mijo? Que alguien llegaba caminando por enfrente y entraba, despus se sentaba en esa butaca al lado de la puerta y al ratico se meti a la primera pieza del pasillo, supongo que a dormir. No habr sido su hijo o su marido que lleg tarde? -No mijo, mi Arturito se mat hace cuatro aos, y a mi marido me lo mat la guerrilla hace ya un ao.La sangre se me hel con esas palabras.-Cunto lo siento seora. Entonces quin entr anoche?-Arturo, mi hijo. Pero no ponga esa cara. Se pasea de noche para avisar que alguien cercano se va a morir, cuando asesinaron a Aurelito no paraba de escucharse la puerta de la entrada y la perra butaca moverse sobre la madera del piso en las noches. Lo mismo fue cuando se muri Tribln que era el chandosito que me haca compaa para que no estuviera tan solita. Esta semana empez otra vez a avisar. Qu pena con usted mijo, no ponga esa cara. Debe ser porque mi ta ya est viejita y la hospitalizaron el mircoles pasado.-Cmo as que l es el que se pasea en las noches? -Figrese que mi marido deca que el nio tena algo, que un tal Demonio de la Perversidad se le haba metido al nio y que l lo haba visto, una noche que estaba sentado en la cama mirando hacia la carretera lo vi entrar a la casa, por la ventana, que era muy feo y que le peg un susto que Santo Dios Bendito: peg el alarido y cuando fuimos a entrar al cuarto con Arturito, mi marido estaba plido y se atac a llorar. No me quiso decir sino hasta tiempo despus qu era lo que haba visto as con detalles esa noche. Mijo si quiere no le cuento ms, est plido, tmese un guarito con el tintico pa` que se colore. -Le recibo el guarito, pero por favor no pare, que pena con sumerc.-Bueno mijo, quiere ms tintico? Cmase esa mogolla que me trajo Dorelis ayer. -Y se le meti un qu a su hijo? Le recibo un poquito ms de tinto, muchas gracias seora. -Si mijo, un demonio deca Aurelio. Imagnese que mi muchacho ya deba de tener sus diecisiete aos, yo no saba pero l se haba enamorado de su prima, usted sabe que los jvenes son bien ansiosos y no se esperan pa` casarse y ya estn haciendo esas cosas sin el consentimiento de Dios.Mi relacin con mi hermana nunca ha sido la mejor continu diciendo la seora-. Despus de lo que pas se fue con mi sobrina y su familia para los llanos y hace aos no la veo ni s nada de ella. -Y qu fue lo que pas para que se fuera?-Ella se fue al da siguiente de que se mat mi Arturito, yo estaba trabajando y mi esposo nunca me quiso decir bien lo que pas para que no me doliera tanto. Cuando llegu esa noche mi nio estaba ahorcadito, Santo Dios, y la nia estaba desmayada, mi marido la haba llevado a la casa de mi hermana que quedaba cruzando el maizal de aqu pa` all y nunca volv a saber nada de ella.Hay una carta que l le haba escrito a la nia. Estaba sobre el escritorio debajo de un reloj de arena cuando encontr a los muchachos, yo no deba verla tambin por mi bienestar. Tambin me dijo que no deca nada importante y que parecan los delirios de un loco, igualmente yo la guard como todas las cosas de mi Arturito pero nunca la he ledo. No s si usted la quiera ver.Me extendi un papel plegado en tres partes que estaba salpicado ligeramente de sangre y lo desliz sobre la mesa de madera. Despus me dijo que los delirios de un loco no deban conversarse pero que pensaba que yo era buena persona y me contaba esas cosas para que no le doliera tanto. El papel deca lo siguiente: Mam perdneme, dgale a mi ta que me perdone, no s qu me pasa. Desde que he visto descender a ese hombre con los ojos totalmente negros, hay un apagn y despus me asfixio dentro de un reloj de arena donde no puedo romper el vidrio, donde soy prisionero y nadie me escucha, la arena me baja en un hilo justo en la coronilla para desesperarme lentamente. Alrededor solo hay ms relojes, en realidad no muero, pero siento esa presin en el pecho de la arena sobre m. Despus de una jornada que parece la eternidad, tambin la ciento dentro de mi nars, invadiendo mis poros y mis ojos, el horror de la arena cayendo en mi cabeza hasta que me cubre completamente sin dejarme respirar. Se hace slo oscuridad en un vaco que dura una infinitud y por fin, cuando creo que me he suspendido de esa pesadilla terrible me despierto con la sensacin de que slo es cuestin de esperar la vuelta y el golpe sobre la mesa para ver los das pasar, empezar de nuevo y ver las vidas de todos perderse en el infinito vaco de la inexistencia, ni si quiera el suspiro de Dios Y nos sentimos tan grandes y tan fuertes, tan cmodos. En la siguiente pesadilla eterna la veo a ella dando vuelta a mi jaula de vidrio templado, solo que esta vez se me caen los dientes, mam no tengo dientes! Mis encas se frotan entre ellas sin permitirme articular palabra alguna. Si en un comienzo la amaba, si consegua llevarle un par de flores con una carta discreta para que me rechazara sin decirme nada, para acribillarme con su indiferencia La esper, la esper porque saba que cedera y que no escatimara a la hora de soltar la rienda de su perversin. Por fin la he matado, a esa mujer alada que dudara que fuese un ngel, de la forma ms solemne, si no es la cara de placer pidindome ms, que la ahorque que porque quiere sentir como se haba imaginado, como le haban dicho que se poda sentir. Lo pens todo mam, le saqu los dientes a ver si la entierran tan sonriente, tan plcida, para que sienta lo que me hizo sentir en la eternidad, antes de que vuelva a mi jaula perdida en la nada.Plegu la hoja nuevamente y le agradec a la seora por dejarme leerla, que me permitiera copiar un par de lneas porque eran muy buenos versos. Le agradec por todo y me fui pronto.A la semana todava estaba de viaje pero me enter que mi abuelo desapareci, han pasado aos y an no han dado ni con su paradero ni con su cuerpo. No te imaginas cunto lo extrao y cuanto remordimiento atraviesa mi espritu al sentir que nunca lo comprend. Aunque con el pasar de los aos comprendo el porqu de las cosas que deca, nunca le pregunt lo suficiente. La eternidad sublime de un tiempo que se esconde en la seccin del pasado est esperando a volcarse pacientemente cuando caiga el ltimo grano, nos daremos cuenta que no es nada, que no lo somos, somos lo mismo siempre de distinta manera, vuelta y vuelta sin derecho ni revs, y que Arturo haba pagado con su vida anticipadamente por una mera ilusin. >>***